MARCHAS DE LA TEMPORADA 2009-10 Recorrido por Valderredible: Villaescusa, El Tobazo, Lora 17 de Octubre Sargentes, San Martín de Elines Recorrido por pueblos y cumbres bajas de Liébana: Piasca, 21 de Noviembre El Hoyal, Tudes, Tollo, Vega de Liébana 18 de Diciembre Cena de Navidad en Güemes Costa de Cantabria: Mompía (tren), La Picota, Dunas de 19 de Diciembre Liencres, Soto de la Marina (¡Buen vino en Liencres…!) Valle de Udías, Caviedes, Monte Corona, Toporías, Zona de 16 de Enero antiguas minas 20 de Febrero Bárcena-Bárcena: Camino Real y Calzada Romana 20 de Marzo Recorrido por pueblos de Campoo de Suso 17 de Abril Recorrido por los pueblos de Polaciones Recorrido por la Pernía (norte de Palencia): Casa Vegas, 15 de Mayo Lores, El Campo. Sierras Albas (¡Fallida, por nieve!) 5 de Junio Jubilaciones en Carabeos. Poema de Carlos Jeréz Villaescusa, El Tobazo, La Lora, San Mar- tín de Elines . 17 de octubre de 2009 1ª salida Apuntes, ideas, notas, pistas… "Sol en los hombros, avanzan unidos. Hay. Siempre. Hay caminos." Blas de Otero La Repoblación, las patatas, el petróleo y la energía eólica Los paisajes de estas comarcas al sur de la cordillera cantábrica se diferencian clara- mente de los paisajes verdes y montañosos del norte de la misma. Son estas tierras de transi- ción y frontera con Castilla Desde la orilla derecha del río subimos por la ladera hacia el sur y enseguida vemos una cascada que brota de una cueva que está algo más arriba, corresponde a una espectacular surgencia cárstica llamada "El Tobazo". Valderredible que por su situación debió estar ocupado desde siempre. tuvo durante la Alta Edad Media un papel destacado en el fenómeno de la Repoblación que se produjo a partir del siglo VIII desde los reinos del norte de la península hacia la meseta castellana Este movi- miento migratorio dio lugar al asentamiento en la zona de una numerosa población que detuvo las incursiones musulmanas hacia el norte y construyó las iglesias rupestres que encontramos aquí y en las zonas cercanas de Palencia y Burgos ( Olleros, Arroyuelos, Cadalso, etc.). Una serie de iglesias excavadas en al roca arenisca que en algunos casos son sim- ples oquedades y en otras una auténtica iglesia con naves bien marcadas, bóvedas y ban- cos. Fueron construidas durante el domino musulmán que hizo de estas tierras de frontera y refugio aunque hay quien supone que fueron excavadas antes de la llegada de los árabes. Algunas eran simples eremetirorios con sepulcros alrededor de tipo antropomorfo excavados en la roca, como los que se encuentran entre las cascadas del Tobazo y en las que se reunían pequeñas comunidades . Notas por gentileza de Miguel Cavia . Piasca, El Hoyal, Tudes, Tollo, Vega de Liébana 21 de noviembre de 2009 2ª salida Dedicado a Vera. Poco, tal vez nada, hay tan poético, ni tan ecológico, ni tan culto como in- jertarse, aunque sólo sea con nuestros sentidos, en el paisaje. Frente a la civili- zación de la exclusividad convendría la del injerto. ........................................................ Estoy convencido de que nadie es mejor de lo que mira y, en consecuencia, de que cuanto más bello resulte lo mirado más el observador. Hay que sentirse orgulloso de lo contemplado, como Borges lo estaba de lo leído, más que de lo escrito. Porque mirar y sentir es ya creativo. Si sumo que la vida de los vivos y lo que la hace posible me parece lo más bello, no puedo por menos que invitar a la admiración por los paisajes naturales ( Unamuno, Azorín, Lorca); por los aires frescos (Jorge Guillén ); por las aguas limpias ( Gerardo Diego, García Calvo ); por la "inteligencia de las flores" (Maeterlinck ) o por la "música callada" ( Juan de la Cruz ) sea el soporte de un renacer de lo humano, de la comunicación y de la capacidad para disfrutar de la propia vida. Que de eso trata la propuesta de asomarnos más ahí fuera para sintiéndolo, amarlo. Y amándolo, amarnos más y tratarnos mejor a nosotros mismos. Joaquín Araujo Liébana es una comarca con características propias, muy diferentes a las del resto de los valles y regiones de la vertiente cantábrica, gracias a sus bien marcados límites. Con unos valores naturales y culturales hasta ahora bastante bien conservados y con un paisaje muy valioso. Esta comarca situada al pie de los Picos de Europa, está formada por tres va- lles: Pesaguero, y Cereceda (los que visitamos) y Valdebaró que confluyen en Potes, la pri- mera población de la comarca. Desde estos valles a las cimas de las montañas que la rodean hay diferencias de altura de hasta 2.000 m. Esto hace que las nubes descarguen la mayor parte del agua que trans- portan al encontrarse con las altas montañas y que la precipitación en los valles sea más escasa, de forma que las montañas reciben unos 2.000 litros y el fondo del valle menos de 700 l. de precipitación media anual. Por las mismas causas la temperatura media anual es 10º más baja en las cumbres que en el valle, mas soleado. El clima en las montañas es atlántico, con las cimas cubiertas de nieve gran parte del año mientras en los valles el microclima, seco y soleado, tiene rasgos mediterráneos. Aquí se encuentran de forma natural encinares, sobre suelo ácido, y alcornocales (zufra), los úni- cos de la región cantábrica. Estos contrastes climáticos sumados a la diversidad de suelos dan lugar a que la flora lebaniega sea, tal vez, la más variada de la región. La difícil orografía de Liébana mantuvo esta comarca aislada económica, social y cul- turalmente. Hasta finales del pasado siglo estuvo mejor comunicada con Castilla que con el . Notas por gentileza de Miguel Cavia (Con permiso, por el atrevimiento, de Francis- ca y Fernando) resto de Cantabria. Desde Ojedo, por la carretera que nos lleva a Piasca, pasando Pesaguero se llegaba al puerto de Piedras Luengas ( 1354 m ) y desde allí hacia Cervera de Pisuerga o Riaño, La carretera que utilizamos hoy para llegar a Liébana se abrió a finales del siglo XIX a través del Desfiladero de la Hermida, impresionante hoz de varios kilómetros excavada por el río Deva en las calizas de montaña. Se buscaba, entre otras cosas, la salida al mar por Unquera de los minerales de blenda, calamina y plomo que se extraían en los puertos de Aliva y la Sierra de Andara en el Macizo Oriental de los Picos de Europa, llamado por ello Macizo Minero Hoy los Picos, cuya conservación es necesaria y urgente, son principal atractivo turísti- co y deportivo de Liébana pero están "ocultando" los demás valores naturales y culturales que contiene, que son muchos. Esta vez trataremos de conocer algunos. Está cubierta esta comarca de una variada vegetación. Junto a los pueblos y en las ri- beras de los ríos se encuentran chopos, fresnos, encinas, tilos, nogales, avellanos, cerezos, castaños y todo tipo de frutales; a medida que va creciendo la altura van apareciendo ro- bles, hayas y mezclados con ellos, pero en menor número, acebos, abedules, serbales, tejos y arbustos (espinos, brezos, piornos...). Este es el hábitat de una fauna, así mismo, rica y variada de: nutrias, tejones, ginetas, lobos, corzos, jabalíes, martas, garduñas, en menor proporción, osos y urogallos y, en las cumbres de los Picos rebecos. La gran cantidad de especies vegetales pone la variedad en los colores con que se embellece el paisaje lebaniego en las diferentes estaciones del año. En cambio el aspecto a veces sombrío, húmedo, inquietante y extraño de los bosques de robles y hayas es marco adecuado para que la fantasía vea trasgos, anjanas, ojáncanos y demás figuras o relatos mitológicos de nuestro acervo tradicional. La riqueza de la flora es solo a efectos de su variedad pues la producción agrícola se reduce al abastecimiento familiar y comarcal dificultada por la excesiva parcelación (hasta 25 parcelas) de las explotaciones (entre 14 y 15 Has.) a causa de las herencias y de las compras a vecinos que emigraron y por la difícil comercialización dado el ya mencionado aislamiento. Aunque no hace mucho aumentó el censo de vacas frisonas de producción láctea sigue siendo fundamental la ganadería extensiva tradicional de producción cárnica que cría con este fin la vaca pardo-alpina, ovejas y cabras aprovechando las extensas zonas de pastos de los terrenos comunales que constituyen tres cuartas partes de la superficie total de la co- marca. Este ganado durante el invierno permanece en las cuadras y praderías cercanas a las tierras cultivadas y desde la primavera al otoño sube a los puertos de montaña. Los anima- les han de estar por ello siempre vigilados, lo que hace que las familias y los vecinos hayan de relevarse en su pastoreo, la vecería. Dedicación lebaniega ya antigua como se puede apreciar, entre otras cosas, en la serranilla IX que dejó escrita el Marqués de Santillana, (cuyo hijo D. Diego Hurtado de Mendoza fue señor de esta tierra en el siglo XV), a su paso por Liébana Serranilla de Bores I grand tiempo dexado fresca como rosa, Moçuela de Bores, de tales dolores, de tales colores allá do la Lama, que más que la llama cual nunca vi dama púsome' en amores. queman amadores. nin otra, señores. II III IV Cuydé de olvidado Mas vi la fermosa Por lo qual: «Señora amor me tenía, de buen continente, - dije -, en verdad como quien s'avía la cara placiente, la vuestra beldat saldrá desde agora me piden de Frama, VII dentre estos alcores, entrambos pastores.» Así concluymos pues meresçe fama el nuestro proçesso de grandes loores .» VI sin fasçer excesso, -«Señora, pastor e nos avenimos. V seré si queredes: E fueron las flores Dixo: «Caballero, mandarme podedes, de cabe Espinama tiradvos afuera: como a servidor: los encubridores.
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