UNIVERSIDAD DE CHILE FACULTAD DE FILOSOFIA Y HUMANIDADES ESCUELA DE POSTGRADO IMAGEN, IMAGINARIO, INDÍGENAS Y NACIÓN: NOSOTROS Y LOS OTROS EN LA OBRA PICTÓRICA DE PEDRO LIRA Y VÍCTOR MEIRELLES DE LIMA Tesis para optar al grado de Magíster en Estudios Latinoamericanos Autora: Patricia Herrera Styles Profesora Guía: Alejandra Vega Palma Santiago, Julio 2013 Agradecimientos A la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile por otorgar la Beca de Estadía Corta de Investigación A la profesora Alejandra Vega del CECLA de la Universidad de Chile por su dedicación y tiempo destinados a esta tesis, su orientación resultó fundamental A la profesora Maraliz Christo de la Universidad Federal de Juiz de Fora, Brasil, por la dedicación y cariño con que apoyó la realización de esta tesis A Felipe Durán por su apoyo incondicional, siempre A mi familia 2 INDICE INTRODUCCION………………………………………………………………………...1 1. Presentación del problema………………………………………………………..1 2. Marco teórico-metodológico……………………………........................................4 3. Brasil, contexto histórico segunda mitad del siglo XIX…………………...........13 3.1. Discursos sobre el indio en Brasil……………………………………..15 4. Chile, contexto histórico segunda mitad siglo XIX…………………………….16 4.1. Discursos sobre el indio en Chile..………………………………….....16 5. Consideraciones generales……………………………………………………....18 CAPITULO I. DOS IMAGENES, DOS IMAGINARIOS: La Primera Misa en Brasil…………………………………………………………………………………………20 1. Primer ámbito de análisis: El artista y sus contextos de producción………21 1.1. Víctor Meirelles de Lima (1832-1903)……………………………...21 2. Segundo ámbito de análisis: La obra…………………………………………33 2.1. La obra y sus condiciones…………………………………………...34 2.2. La obra como depósito de ideas……………………………………..37 2.3. La obra y la cultura visual…………………………………………..40 2.4. Análisis de la obra……………………………………………………49 3. Tercer ámbito de análisis: La exhibición y recepción de la obra…………….57 3.1. El Salón Oficial de París de 1861……………………………………57 3.2. La recepción en la época (1861-1891)……………………………….61 CAPITULO II. DOS IMAGENES, DOS IMAGINARIOS: La Fundación de Santiago……………………………………………………………………………………65 1. Primer ámbito de análisis: El artista y sus contextos de producción…………………66 1.1. Pedro Lira Rencoret (1845-1912)…………………………………………..66 2. Segundo ámbito de análisis: La obra………………………………….……………..82 2.1. La obra y sus condiciones……………………………………………..........82 3 2.2. La obra como depósito de ideas………………………………………….84 2.3. La obra y la cultura visual………………………………………………90 2.4. Análisis de la obra………………………………………………………..95 3. Tercer ámbito de análisis: La exhibición y recepción de la obra………….105 3.1. La Exposición Universal de París de 1889………………………105 3.2. La recepción en la época (1888-1918)……………………………113 EPILOGO. La primera misa en Brasil y La Fundación de Santiago en la actualidad………………………………………………………………………………. 122 1. La Primera Misa en Brasil en el Museo Nacional de Bellas Artes de Río de Janeiro……………………………………………………………………………………122 2. La Fundación de Santiago en el Museo Histórico Nacional de Santiago de Chile………………………………………………………………………………………133 CONCLUSIONES……………………………………………………………………………141 INDICE DE ILUSTRACIONES……………………………………………………………149 BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………….........154 4 INTRODUCCION 1. Presentación del problema Las imágenes pertenecen al universo de los vestigios más antiguos de la vida humana que han llegado hasta nosotros. Tienen múltiples usos, condensan visiones comunes sobre el pasado y el futuro y poseen relación con la política y la economía. A diferencia de la escritura son capaces de alcanzar los distintos grupos sociales, admitiendo que la sociedad se organiza a partir de la confrontación de discursos y lecturas de textos de distinta naturaleza. Cuando en una sociedad se reúne un conjunto de imágenes mentales y visuales, organizadas entre ellas por una narración mítica, a través de la cual un individuo o una sociedad expresa simbólicamente sus valores existenciales y su interpretación del mundo1, se habla de la existencia de un imaginario. En otras palabras, un conjunto real y complejo de imágenes de lo que somos y queremos ser que aparecen para provocar sentidos diversos.2 El imaginario social es una máquina de producción de imágenes, tanto colectivas como individuales, en cuya presencia es posible preguntarse ¿cómo nos imaginamos a nosotros mismos?, ¿cómo nos imaginamos en la colectividad?, ¿qué somos los unos para los otros?3 Si consideramos lo que sostiene Baczko cuando dice que gracias “al imaginario las sociedades esbozan sus identidades y objetivos, identifican sus enemigos y organizan su pasado, presente y futuro”4, podremos entender por qué en procesos históricos como la construcción de los estados- nación modernos, como los surgidos en América Latina a partir del siglo XIX, el establecimiento de estos imaginarios se convirtió en algo fundamental. Es importante resaltar que la creación y sostenimiento de todo estado-nación moderno implica desde lo político, la articulación del estado y desde lo ideológico, la articulación de la nación. Es decir, un despliegue de acciones y estrategias materiales, tales como fijar un territorio, definir una población, establecer un marco jurídico y legal5, pero también construir un marco conceptual y simbólico cuyo objetivo sea conferir estabilidad e identidad a sus miembros. 1 Según el planteamiento de Gilbert Durand. citado por Marta Herrero Gil, “Introducción a las teorías del imaginario. Entre la ciencia y la mística”, Ilu. Revista de Ciencias de las Religiones, nº 13, 2008, 246. 2 Pedro Antonio Agudelo. “(Des)hilvanar el sentido/los juegos de Penélope. Una revisión del concepto imaginario y sus implicaciones sociales”, Revista Uni-Pluri Versidad, Vol. 11, Nº 3,Universidad de Antioquia, Medellín, 2011, 8. 3 Ibíd. 4 Citado por Mariana Giordano, “Nación e identidad en los imaginarios visuales de la Argentina. Siglos XIX y XX”, Revista Arbor, CLXXXV, Nov. Dic. 2009, 1284. 5 Según Pinto “todo estado supone de cuatro elementos y una condición. Los primeros son el territorio, la población, sus cuerpos legales y el cuerpo burocrático-militar que cautela el cumplimiento de las leyes. La condición, en 5 En América Latina durante el proceso de formación de los estados nacionales, la necesidad de articular un imaginario visual se desarrolló de manera paralela a otras estrategias políticas y discursivas que apuntaban a construir la nación y la identidad nacional6. De esta forma surgió un diálogo entre arte y política, en donde el género de la pintura histórica contribuyó a la elaboración de los marcos simbólicos definidores de las identidades nacionales7. De ello tenemos ejemplos en México, Argentina, Perú, Uruguay, Venezuela y otros países. La pintura histórica se entendía como parte integrante de la elaboración de estos imaginarios sociales que al mismo tiempo, absorbían y producían símbolos políticos que eran difundidos por la sociedad8. Según José Neves Bittencourt en el cuadro de historia acontecía una comunión entre pasado y presente. Los valores del presente, tales como honra y patriotismo, eran proyectados por el artista sobre el pasado. El pintor proyectaba el presente en el futuro y de esa forma creaba un pasado donde antes no había nada. A partir de ello, las diversas escenas, colocaban a disposición de todos los miembros de la sociedad una memoria colectiva en la que podían encajar su propia historia individual9. El presente trabajo destina sus esfuerzos al análisis de este fenómeno, es decir a la relación que en el contexto latinoamericano se estableció entre pintura histórica, imaginario y nación en el siglo antepasado, haciendo una aproximación también al presente, al enfocar la mirada hacia imágenes y países específicos. En otras palabras, se propone un acercamiento a la relación que se estableció y se establece hasta hoy, entre imagen, ideología e identidad. Los países a los que nos referimos son Brasil y Chile y las imágenes, dos pinturas creadas durante la segunda mitad del siglo XIX en contextos de validación de un proyecto oligárquico nacional. Ambas son expuestas hasta la actualidad en espacios de legitimación del discurso oficial, que son dos museos nacionales, y las dos muestran una versión de hechos ocurridos en el siglo XVI y cambio, supone sujetos leales, obedientes e incluidos en el proyecto de los grupos dominantes. Es decir patriotas capaces de admitir y aceptar la identidad social que transmiten los grupos dirigentes a través de su acción nacionalista”, Jorge Pinto Rodríguez, La formación del Estado y la nación, y el pueblo mapuche. De la inclusión a la exclusión, Edic. Dibam, 2º edic, Santiago, 2000, 35. 6Mariana Giordano, “Nación e identidad en los imaginarios visuales de la Argentina. Siglos XIX y XX”, Revista Arbor, nº CLXXXV, nov.-dic. 2009, 1285. 7María Ligia Coelho, “Nação e pintura histórica: reflexões em torno de Pedro Subercaseaux”, Pamplona, Marco A. Pamplona y Ana María Stuven (org.), Estado e Nação no Brasil e no Chile ao longo do século XIX, Garamond, Rio de Janeiro, 2010, 187. 8 Ibíd. 9 José Neves Bittencourt, “O teatro da memoria-palco e comemoração na pintura histórica brasileira”, Projeto História, Revista do programa de estudos pós-graduados em história e do departamento de história, Nº 20, Pontificia Universidade Católica de São Paulo, São Paulo, Abril, 2000, 160. 6 considerados mitos fundacionales por la ideología dominante. En otras palabras, imágenes que entregan una versión de dos mitos de origen de la nación. Las obras corresponden a La primera misa en Brasil (Fig. 1), un óleo
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