WALL STREET Y EL ASCENSO DE HITLER por Antony C. Sutton CONTENIDOS Prefacio Introducción Facetas sin explorar del nazismo Capítulo Uno - Wall Street pavimenta el camino de Hitler 1924 El Plan Dawes 1928: El Plan Young B.I.S. Ð La cúspide del control Construyendo los cárteles alemanes Capítulo Dos ± El Imperio de I.G. Farben El poder económico de I. G. Farben Puliendo la imagen pública de I. G. Farben La I.G. Farben americana Capítulo tres - General Electric financia a Hitler General Electric en la Alemania de Weimar General Electric y el financiamiento de Hitler Cooperación técnica con Krupp A.E.G. elude las bombas en la II Guerra Mundial Capítulo cuatro ± La Standard Oil alienta la II Guerra Mundial Etilo de plomo para las fuerzas armadas alemanas Standard Oil de New Jersey y el caucho sintético La Deutsche-Amerikanische Petroleum A.G. (DAPAG) Capítulo cinco - I.T.T. Trabaja en ambos bandos de la Guerra El Barón Kurt von Schroder y la I.T.T. Westrick, Texaco, y la I.T.T. La I.T.T. en la Alemania de los tiempos de guerra Capítulo seis - Henry Ford y los Nazis Henry Ford: el primer patrocinador extranjero de Hitler Henry Ford recibe una condecoración Nazi Ford Motor Company colabora con la actividad bélica alemana Capítulo siete - ¿Quien financió a Adolph Hitler? Algunos de los primeros patrocinadores de Hitler Fritz Thyssen y la W.A. Harriman Company Financiando a Hitler en las elecciones de marzo 1933 Las contribuciones políticas de 1933 Capítulo ocho± Putzi: amigo de Hitler y de Roosevelt El papel de Putzi en el incendio del Reichstag El New Deal de Roosevelt y el Nuevo Orden de Hitler Capítulo nueve ± Wall Street y el círculo interior Nazi El círculo de amigos de las S.S. I.G. Farben y el círculo Keppler Wall Street y el círculo de las S.S. Capítulo diez ± El mito de ªSidney Warburgº Pág. 2 de 112 ¿Quién era ªSidney Warburgº? Sinopsis del libro suprimido de ªWarburgº Declaración jurada de James Paul Warburg Algunas conclusiones sobre la historia de ªWarburgº Capítulo once ± La colaboración de Wall Street y los Nazi en la II Guerra Mundial Comunidad de inteligencia de la I.G. estadounidense en la II Guerra Mundial ¿Fueron culpables de crímenes de guerra los industriales y los financieros estadounidenses ? Capítulo doce ± Conclusiones La omnipresente influencia de los banqueros internacionales ¿Está gobernado Estados Unidos por una elite dictatorial? La elite de Nueva York como fuerza subversiva El consorcio revisionista que emerge lentamente Apéndice A - Programa del partido nacional-socialista alemán de los trabajadores Apéndice B - Declaración jurada de Hjalmar Schacht Apéndice C ± Asientos en la cuenta del ªNational Trusteeshipº (Administración fiduciaria) Apéndice D ± Carta del Ministerio de Guerra de EE.UU. a la Ethyl Corporación Apéndice E ± Extracto del diario de Morgenthau (Alemania) Notas Bibliografía Pág. 3 de 112 Capítulo uno Wall Street pavimenta el camino a Hitler El Plan Dawes, adoptado en agosto de 1924, encajaba a la perfección en los planes de los economistas de los Estados Mayores Militares alemanes. (Testimonio ante el Senado de Estados Unidos, Comité de Asuntos Militares, 1946.) Tras la II Guerra Mundial, el Comité Kilgore del Senado de Estados Unidos escuchó evidencias detalladas de los funcionarios gubernamentales en el sentido de que...cuando los Nazis llegaron al poder en 1933 se encontraron con que se habían estado haciendo grandes avances desde 1918 en la preparación de Alemania para la guerra, desde un punto de vista económico e industrial 1. Este ascenso gradual en pos de una guerra europea desde antes hasta después de 1933 se debía en gran parte a la ayuda económica de Wall Street durante los años 1920, para la creación de un sistema de cártel alemán, y a la ayuda técnica de reconocidas empresas estadounidenses a las que identificaremos más adelante, para construir el ejército alemán. Si bien se ha hecho referencia a esta ayuda financiera y técnica como algo "casual", o debida a la "falta de visión" de los hombres de negocios estadounidenses, las pruebas que presentaremos a continuación sugieren claramente algún grado de premeditación por parte de estos financieros estadounidenses. Se realizaron similares e inaceptables alegaciones de "casualidad" por cuenta de los financieros y empresarios estadounidenses en el caso análogo de construcción del poder militar de la Unión Soviética a partir de 1917. Esos capitalistas estadounidenses todavía estaban dispuestos a financiar y subvencionar a la Unión Soviética mientras se hallaba en curso la guerra de Vietnam, sabiendo que los soviéticos estaban abasteciendo al bando contrario. La contribución realizada por el capitalismo estadounidense a los preparativos de guerra alemanes antes de 1940 sólo puede ser descrita como fenomenal. Realmente resultó fundamental para las capacidades militares alemanas. Por ejemplo, en 1934 Alemania produjo, sólo a nivel doméstico, 300.000 toneladas de productos naturales del petróleo, y menos de 800.000 toneladas de gasolina sintética; la diferencia la importó. Sin embargo, diez años después, en la II Guerra Mundial, y luego que la Standard Oil de New Jersey le transfiriera las patentes de hidrogenación y la tecnología a la I.G. Farben (acostumbrada a producir gasolina sintética partiendo del carbón), Alemania produjo aproximadamente 6 millones y medio de toneladas de petróleo, del cual el 85 por ciento (5 millones y medio de toneladas) era petróleo sintético obtenido utilizando el proceso de hidrogenación de la Standard Oil. Además, el control la producción del petróleo sintético en Alemania lo tenía una subsidiaria de I.G. Farben, la Braunkohle-Benzin A.G., y el propio cártel de Farben fue creado en 1926 con la ayuda financiera de Wall Street. Por otro lado, la impresión general que le queda al lector de historiadores modernos es que esta ayuda técnica estadounidense fue casual, y que los industriales estadounidenses eran inocentes de conductas indebidas. Por ejemplo, el Comité Kilgore declaró: Casualmente, Estados Unidos jugó un papel crucial en armar técnicamente a Alemania. Aunque los planificadores militares alemanes habían ordenado y persuadido a las corporaciones fabricantes a que instalasen equipamiento moderno para la producción en masa, ni los economistas militares ni las corporaciones parecen haber captado en toda su extensión lo que significaba. Se les abrieron los ojos cuando dos de las principales empresas 1 Congreso de Estados Unidos – Sesiones del Senado ante un Subcomité del Comité de Asuntos Militares. Eliminación de recursos alemanes para la guerra. Informe de conformidad a S. Res. 107 y 146, de 2 de julio de 1945, Parte 7, (78º Congreso y 79º Congreso), (Washington: Imprenta del gobierno, 1945), citado a partir de ahora como Eliminación de recursos alemanes. Pág. 4 de 112 automovilísticas estadounidenses contruyeron plantas en Alemania, a fin de vender en el mercado europeo sin la problemática de los gastos de envío marítimo, y los elevados aranceles alemanes. Se trajo a los alemanes a Detroit para que aprendieran las técnicas de producción de componentes especializados, y de las líneas de montaje. Lo que ellos vieron ocasionó una posterior reorganización y remodelación de otras importantes fábricas alemanas de armas. Las técnicas aprendidas en Detroit fueron utilizadas más adelante para construir los bombarderos en picado Stuka... En un período posterior, representantes de la I.G. Farben en este país capacitaron a un montón de ingenieros alemanes a visitar no sólo las fábricas de aviones sino otras de importancia militar, en las que aprendieron un montón que finalmente fue utilizado contra Estados Unidos. 2 Siguiendo estas observaciones, que enfatizan la naturaleza "casual" de la ayuda, escritores académicos del tipo de Gabriel Kolko, que en general no es un entusiasta de la gran empresa, han concluido que: Casi resulta superfluo señalar que los motivos de las firmas americanas ligadas por contrato a las compañías alemanas, no fueran favorables al Nazismo, sea cual sea el motivo que puedan haber tenido 3. Para, Kolko por el contrario, los análisis de la prensa económica estadounidense contemporánea confirman que periódicos y diarios económicos eran totalmente conscientes de la amenaza Nazi y de su naturaleza, mientras advertían a sus lectores empresarios de los preparativos de guerra alemanes. Kolko admite incluso que: La prensa económica [en Estados Unidos] fue consciente, a partir de 1935, de que la prosperidad económica alemana estaba basada en los preparativos de guerra. Más importante aún, era consciente del hecho de que la industria alemana estaba bajo el control de los Nazis, y estaba siendo dirigida a servir al rearme de Alemania, y que la firma que con más frecuencia se mencionaba en este contexto era el gigantesco imperio químico de I.G. Farben. 4 Además, la evidencia presentada seguidamente sugiere que no solo un sector influyente de la empresa estadounidense era consciente de la naturaleza del nazismo, sino que por motivos propios ayudaban al Nazismo siempre que podían (y les era ventajoso) —con pleno conocimiento de que el resultado probable sería una guerra que implicaría a Europa y a Estados Unidos. Como veremos, las protestas de inocencia no se ajustan a los hechos. 1924: El Plan Dawes Tras la I Guerra Mundial, el Tratado de Versalles impuso una carta de pesadas indemnizaciones sobre la derrotada Alemania. Esta carga financiera —una causa real del descontento alemán que condujo a la aceptación del hitlerismo— fue utilizada por los banqueros internacionales en beneficio propio. La oportunidad de emitir préstamos beneficiosos para los cárteles alemanes en Estados Unidos fue presentada por el Plan Dawes, y luego por el Plan Young. Ambos planes fueron diseñados por esos banqueros centrales, que manejaron a los comités para sus propios beneficios económicos, y a pesar de que técnicamente los comités no eran nombrados por el gobierno de EE.UU., los planes fueron de hecho aprobados y patrocinados por el gobierno.
Details
-
File Typepdf
-
Upload Time-
-
Content LanguagesEnglish
-
Upload UserAnonymous/Not logged-in
-
File Pages112 Page
-
File Size-