Palenzuela En La Historia Y En El Arte

Palenzuela En La Historia Y En El Arte

Palenzuela en la Historia y en el Arte Por Lázaro de Castro Prólogo de Jesús Torbado A mi hijo LÁZARO DE CASTRO PERAL P R O L O G O Al enfrentarme a una nueva obra del Dr. Lázaro de Castro inevitablemente pienso en aquel notario de Frómista, Julio Sena- dor, uno de los más apasionantes escritores castellanos, quizás el más olvidado de todos, tocador de bandurria y enfermo siempre de las desdichas de su tierra. En 1915, si no recuerdo mal, publicó su Castilla en escombros, última gran llamada a los gobiernos mucho más periféricos de lo que se cree para que salvaran la tierra que hacía los hombres y los gastaba en beneficio de España entera. Es claro que Lázaro de Castro no es un hombre del noven- taiocho ni un regeneracionista, pero lleva en su alma, quizás como todos los castellanos que escribimos, el dolor diariamente despertado de las tragedias de esa tierra que yo mismo en otro tiempo, entre la realidad y la ironía, califiqué de mal bautizada. Si no fuera así, no podrían justificarse sus largos años dedicados a excavar en las entrañas resecas de Palenzuela, a divulgar deta- lles grandes y pequeños de lo que antaño fueron sólidas plazas fuertes, castillos que al rey moro dieran miedo, ciudades conocidas en medio mundo y hoy muestran al áspero sol su profundo agota- miento, su consunción sobre la corteza mesetaria. Una tras otra van siendo publicadas sus investigaciones en libros, folletos, artículos para que no se pierda definitivamente una historia bella y triste, una realidad cuyo rescoldo apenas caldea las almas de los que aún creemos en Castilla y amamos Castilla, o sus escombros . 92 PRÓLOGO Lejos de las mesas redondas de los grandes eruditos aposen- tados a la sombra de los poderes establecidos ; lejos de los más o menos exquisitos laboratorios ciudadanos en los que los sabios elaboran teorías y luego se van de campo a comprobarlas ; lejos de las prebendas y aplausos --siempre modestas y tímidos, todo hay que decirlo— de que gozan los universitarios y los arqueólogos de oficio, este médico dedicado a la limpia misión de curar los cuerpos campesinos emplea sus horas libres en remover viejos trozos de arcilla, analizar obras ele arte carcomidas por la lepra del tiempo, reconstruir las huellas de una historia que ahora pa- rece no interesar demasiado. ¡Qué hubiera sido, qué sería aún hoy, de nuestra cultura de no ser por hombres como Lázaro de Castro! Hablando de Polen- zuela, escribe : "Se trata de un pueblo que no fue mal bautizado en estas tierras mal bautizadas, pero que fue mal confirmado, y sigue el mismo camino de ruinas que los de todo el país castellano, y hay que recoger, aunque sea urgentemente, lo que hoy queda, antes de que todo se venga a tierra". Palenzuela es la gran pasión de este hombre, una pasión desde luego no exclusiva, sino ampliada a otras aldeas, a otros recuerdos del corazón castellano . Esta vez, con toda una sabiduría de pri- mera mano, ha compuesto una pequeña guía histórico-artística, imprescindible para todo aquel que por un momento desdeñe las dulces playas litorales, las humeantes industrias costeras, los ricos esplendores de la periferia y vuelva, siquiera de soslayo, la mirada hacia aquellos hombres que levantaron esta patria en que hoy nos debatimos, hacia los yermos por los que vaga, atemorizada y torpe, la machadiana sombra de Caín. No sé si alguien sabrá agradecer debidamente la dedicación, el sacrificio, la competencia y el amor de Lázaro de Castro y de tantos otros universitarios o estudiosos como él —notarios, maes- tros, curas, abogados— que se han cargado a los hombros la tarea de dar testimonio de la más verdadera verdad de la España que apenas conoce aún el asfalto, los tendidos eléctricos, la grifería italiana, las tiendas de modas y los conciertos de música popular. Mas ahora que hierven entre nosotros las pasiones naciona- listas —o regionalistas, como se prefiere—, ahora que todo el mundo corre al exiguo banquete de las riquezas españolas para devorar las tajadas más suculentas, es tiempo de que se alcen algunas voces que defiendan de algún modo la historia, historia i>BóLoGo 9 siempre viva, de esta Castilla moribunda y cuya sangre todavía es joven ; es tiempo de enarbolar sobre castillos en ruinas, sobre catedrales refugio de palomas, sobre las parameras peladas y los ríos secos, al lado de viejos escudones, de los campos de labor y las casuchas de indecisa piedra, el pendón morado de Castilla atado a una vara de chopo verde. Y no me refiero ya a la política, esa ciencia del engaño que empieza a encharcamos el espíritu. Lo que ahora llaman señas de identidad de cada pueblo se ha ido perdiendo entre nosotros, agobiados por los gritos de los demás. Por eso es doblemente digna la obra de Lázaro de Castro, del notario de Frómista, de tantos como ellos, profesionales del amor a su' tierra y a su pueblo, inves- tigadores movidos por la pasión, sabios muy de primera mano, si es que vale esta expresión. Palenzuela es sólo un ejemplo : un ejemplo de lo que ha sido y no es y un ejemplo de la dedicación de un hombre . Por este motivo vale más una pequeña obra como ésta que otros densos estudios en los que se busca más el prestigio personal, los hono- res o los maravedises. Vale más, incluso en su modestia gráfica, porque es una demos/ración de amor . Castilla apenas puede ya contar con otro género de dádivas. Jesús Torbado febrero 1977. UNA CIUDAD MILENARIA Sobre la falda (le arrogante cerro, dominando la confluencia de los ríos Arlanza y Arlanzón, y al lado mismo del impresionan- te despoblado donde reposan las cenizas de la heroica Pallantia celtibérica, se yergue hoy la milenaria villa de Palenzuela. Capital de la región desde los tiempos más remotos, la pri- mera ciudad fuerte entre los arévacos y vacceos, capital del con- dado de Palencia cuando Castilla se hacia, cabeza de la antigua Merindad del Cerrato durante siglos . Esto fue Palenzuela. Pero hoy, envejecida y cansada, estancada en la Edad Media, no es más que una villa en crecientes ruinas y despoblación, apenas conocida, que ha pasado a depender del partido judicial de Bal- tanás, en la provincia de Palencia. La carretera (le Carrión de los Condes a Lerma roza su cas- co urbano. Dista 43 kilómetros de Palencia y está unida por un ramal de asfalto de 4 kilómetros a la carretera nacional 620, de Burgos a Portugal. En concordancia con su antigua grandeza, ofrece hoy Pa- lenzuela copiosos monumentos arqueológicos y artísticos, a pesar de pasados saqueos hijos del lucro . No olvidará el viajero fácil- mente a Palenzuela . Honda impresión ha causado a los pocos que hasta el presente la han visitado . Para todos ellos ha sido "Pa- lenzuela inolvidable ", y porque esto fue también para don Caye- tano Enríquez de Salamanca, encabezó con dichas palabras el capítulo que a ella dedicó en su reciente guía turística de la pro- vincia de Palencia . En el año 1966 ha sido declarada Conjunto Histórico-Artístico Nacional. LÁZARO 1)E CASTRÓ PREHISTORIA Desde los alcores de Palenzuela, ya el hombre del neolítico vigilaba sus intereses. Entonces tenía su poblado en una pla- nicie ligeramente elevada sobre las aguas del Arlanza, cerca de la ermita de Ntra. Sra. Allende el Río, donde más tarde asentara un poblado romano . Con don César Liz recogimos en él silex, cerá- micas y un bello núcleo, que han sido presentados por éste en el Congreso Nacional de Arqueología de 1975 en Vitoria . Nosotros dimos a conocer en nuestra Historia de Palenzuela en 1969 una potente hacha de piedra pulimentada y un disco grabado de pie- dra que, junto a unos huesos, se encontraban en la falda del Pico de la Mora, a medio metro de profundidad . Ambos objetos están en el Museo Arqueológico de Palencia. Más tarde, en la primera edad del hierro, surge un poblado en el Cerro de la Mora que fue el embrión de la importantísima ciudad que surgió después. PALLANTIA Entre los siglos ix y vi ► a.C ., diversas oleadas celtas, proce- dentes de Europa, penetran en la Península por los Pirineos y, a través del paso de Pancorvo, llegan a la Meseta guiadas por el curso del río Arlanzón . En la confluencia de este río con el Ar- lanza, encuentran un estratégico cerro, dotado de sobresalientes defensas naturales, rodeado de feraces y dilatados valles y en sus proximidades grandes bosques . Reunía las más favorables con- diciones ecológicas de acuerdo con las exigencias vitales de aque- llos hombres en aquellos tiempos . En este cerro fundan los nue- vos invasores una ciudad que pronto va a ser capital ele la co- marca y a la que dan el nombre de Pallanka, porque las gentes de la citada oleada que la fundan procedían de una comarca natural . de las orillas del Danubio, cuya capital era Pallanka, ciudad que aún existe allí con tal nombre, y como recuerdo de la que en su tierra habían abandonado dan a la que fundan en el cerro- del Arlanza el nombre de Pallanka, nombre que al ser más tarde latinizado por los romanos se convirtió en Pallantia. Al llegar el siglo iv a .C., la ciudad de Pallantia madura ple- namente con la aportación arévaco-vaccea . Se convierte en la ciudad celtibérica más fuerte de la Meseta . Su fortaleza y contin- PALÉNZÜELA ÉN LA HISTORIA Y É N EL AIITÉ 97 gente humano eran tales, que las legiones de Roma se verán hu- milladas una y otra vez ante los muros de Pallantia, y las ambi- ciones de Roma por conquistar toda la Meseta se verán ahogadas repetidas veces en las aguas del Arlanza.

View Full Text

Details

  • File Type
    pdf
  • Upload Time
    -
  • Content Languages
    English
  • Upload User
    Anonymous/Not logged-in
  • File Pages
    116 Page
  • File Size
    -

Download

Channel Download Status
Express Download Enable

Copyright

We respect the copyrights and intellectual property rights of all users. All uploaded documents are either original works of the uploader or authorized works of the rightful owners.

  • Not to be reproduced or distributed without explicit permission.
  • Not used for commercial purposes outside of approved use cases.
  • Not used to infringe on the rights of the original creators.
  • If you believe any content infringes your copyright, please contact us immediately.

Support

For help with questions, suggestions, or problems, please contact us