La Frase Que Nunca Se Dijo: «Sabino, a Nn El Pelotón, Que Los Arrollo» Alberto Badgalupe No, a Mi El Pelotón, Que Los Arro­ Llo!»

La Frase Que Nunca Se Dijo: «Sabino, a Nn El Pelotón, Que Los Arrollo» Alberto Badgalupe No, a Mi El Pelotón, Que Los Arro­ Llo!»

Bilbao athletic club (1898-1998) Historias de cien años La frase que nunca se dijo: «Sabino, a nn el pelotón, que los arrollo» Alberto Badgalupe no, a mi el pelotón, que los arro­ llo!». Sabino Bilbao envió el ba­ OS Juegos Olímpicos lón alto y cruzado hacia la iz­ de 1920 suponen un quierda y José Mari remató con­ capítulo importante tundentemente, entrando en la en la historia de nues­ puerta con unos cuantos contra­ L tro fútbol. El combinado hispa­ rios en apretado tropel. Acaba­ no logra proclamarse subcam- ba de conseguir el empate. peón y, por ende, obtener la me­ Manuel López Llamosa, dalla de plata. Habrían de pasar «Manolo Travieso», gran delan­ setenta y dos años para superar tero centro rojiblanco años des­ la hazaña. Incluso, considerar pués y quizá uno de los futbolis­ que hasta 1930 no se disputó el tas más cultos en la historia del primer campeonato mundial, lo Athletic, se refiere al hecho en que confiere a! evento de Am- su libro «Temas», pá^na 50: beres categoría semejante, aun­ «Y aquello del gnto de Be- que no esté oficialmente reco­ lausteguigoitia a Sabino Bilbao nocida. en Amberes, frente a Suecia, ‘A Uno de los méritos más im­ mi, Sabino, que los arrollo’, portantes del Athletic en sus tampoco ha sucedido jamás. cien años de historia es su apor­ (Declarado por el propio José tación de jugadores a la selec­ J. M. Belauste y Sabino Bilbao «Pichichi», descartado en principio, jugó Mari en el salón a to del club ción nacional. Desde aquél leja­ todos los encuentros atlético)». (1). no debut en el estadio de La El mismo Sabino reconoció Butte, el 28 de agosto, hasta mucho después que la frase en nuestros días, el club bilbaino cuestión era un cuento, que Be­ ha venido surtiendo de impor­ lauste se limitó a decir, «Sabino, tantes efectivos a la selección aurrera», mientras corría a bus­ española. Pero fue en Bélgica, car posición para el remate. (2). pnncipio de la historia interna­ No es propósito de este traba­ cional de nuestro balompié, jo detallar la trayectoria de Es­ donde la representación vasca paña en aquella aventura olím- —guipuzcoana y vizcaina— de­ Éica. Si cabe decir que derrotó a jó impronta de todas las virtu­ Dinamarca en su debut, con un des aue han caracterizado al gol de Acedo; perdió después fútbo de aquí: entrega, honra­ frente a B élica por 3-1 —único dez y buen hacer. partido en el que se sustituyó el Nada menos que doce juga­ pantalón azul por imo blanco dores vascos, entre veintidós, para complementar la camiseta fueron llamados por un comité roja—; ganó a Suecia por 1-2; se seleccionador en el que figura­ impuso a Italia por 2-0 y conclu­ ban Julián Ruete (rederación yó con una victoria ante Holan­ Centro), Francisco Bru (Fede­ da por 1-3. Total: medalla de ración Catalana) y Luis Astor- plata. Curiosamente, la selec­ quia (Federación Norte). Por Los Juegos Olímpicos de Amberes contribuyeron a engrandecer el mérito rojiblanco ción solo disputó un encuentro aerto, los norteños llegaron a en Amberes, el dilucidado ante ofrecerse para cargar con todos Bélgica, su único revés. los gastos si se contaba solo con ca, que nunca había sido sobre­ cía con probada sabiduría para de dominio nórdico, tanto en Por cierto, en la estación del jugadores de la zona, pero la saliente, se resentía de algunos las artes futboUsticas, citándose juego como en el marcador, tras Metro de San Mamés hay un Asamblea Nacional de redera- excesos. Quedaba, so sí, su tre­ como ejemplo el caso de Félix el gol marcado por Dahl a los 25 plano llamado «mapa de distri­ dones decidió que la convoca­ mendo poder de improvisar con Sesúmaga. minutos de partido. to» en el que figuran las princi­ toria se extendiera a todo el pa­ un balón en los pies; su formi­ Rafael Moreno, «Pichichi» Es verdad que durante el des­ pales arterias y plazas de la zo­ ís. dable capacidad para «ver» fút­ (Bilbao, 23.5.1892). Delantero canso y —asómbrense— ante la na. Andaba mirando el gráfico El comité técnico de referen­ bol. centro. Superó todas las censu­ f)resencia del periodista Mano- hace unos días sin excesiva cia escogió a cuatro hombres Astorquia recomendó a Paco ras previas y acabó constituyén­ 0 Castro, «Handicap», que atención, cuando algo rompió del Athletic: Belauste, Sabino, Bru, que se encargaba de pre- dose en imprescindible. también oficiaba de juez de mis ojos. Mientras añoraba el «Pichichi» y Acedo. Junto a )arar risica y tácticamente al se- Domingo Acedo (Bilbao, banda —un colega sueco hacía viejo Careliano, que se ha con­ ellos, tres vizcaínos más: Valla- eccionado, los servicios de «Pi­ 6.6.1898). Extremo izquierdo. lo propio en el lado contrario— vertido en estación de autobu­ ña, Pagaza y Sesúmaga. Y para chichi». Rafael jugó los cinco Llegó a jugar cuatro partidos, nuestros jugadores se conjuga­ ses —a propósito, se conservan completar la representación encuentros olímpicos y satisfizo I>ero su rendimiento fue, paula­ ron para luchar hasta la exte- las torretas de luz que sirvieron vasca, los guipuzcoanos Eiza­ a todos. Rubrico su paso con el tinamente, a menos. nuaaón. para iluminar el campo indaut- guirre, Arrate, Eguiazabal, Ar- último gol de España en los jue­ Los Juegos Olímpicos de España, en principio, no de­ xutarra, procedentes de la Nova tola e Izaguirre. gos, el tercero que se marcó a Amberes sirvieron para que se bería haber disputado el en­ Creu Alta y adquiridos, no sin Luis Astorquia, nombre se­ Holanda. acuñara una frase que proba­ cuentro porque Suecia había esfuerzo, por aquella «iirectiva ñero en la historia del Athletic, blemente nunca fue pronuncia­ anunciado su retirada. La selec­ presicidió Vaque entín Iriarte— tuvo una importante participa­ Cuatro rojiblancos da. Merced a ella, cobraron car­ ción, sin embargo, tenía opción reparé en una calle llamada Ri­ ción a la hora de confeccionar La representación rojiblanca ta de identidad términos como de medalla y persistió en su de­ cardo Moreno «Pichichi», situa­ la lista. Su prestigio, su señorío, estaba compuesta por: «raza» y «furia». Probablemen­ seo de seguir adelante pese a da entre la tribuna principal del su saber, en suma, decidieron José María Belausteguigoitia te, todo fue cosa de quien apeló que Bélgica, nación anfitriona, recinto athlético y la Feria In­ buena parte de la convocatoria, (Bilbao, 15.5.1889). Medio de­ a la hipérbole para dar mayor había copado cualquier espe­ ternacional de Muestras. No sé pero de manera especial la pre­ recho, que ofició de capitán. Ju­ énfasis a un relato triunfalistá. ranza de oro. a qué será debido tamaño error, sencia de Rafael Moreno, «Pi­ gador de gran fuerza, tem'a un Pues bien, a los cuatro minu­ pero, por favor, que se subsane. chichi». Tenía casi veintiocho «chut» potentísimo y unas con­ La verdad de Sabino y tos de la reanudación, el árbitro años y medio el ariete bilbaino diciones físicas extraordinarias. Belauste italiano, Mauro, castigó -con (1) No se expresa editorial ni y no vivía sus mejores momen­ Sabino Bilbao (Lejona, Se jugaba contra Suecia el «fi’eekick» —golpe franco— a fe^'a de edición. tos de popularidad entre la afi­ 11.12.1887). Extremo derecho. rimero de septiembre de 1920. los suecos. Sabino se dispuso a (2) «¿Dónde vas, Athletic?», ción. Llevaba casi un año de Otro jugador de grandes cuali­ ESs espectadores del Estadio ejecutar el castigo y en ese mo­ Enrique Terrachet, página 75* matrimonio con Avelina Rodrí­ dades físicas. Era comentario Olímpico de Bruselas habían mento dicen que se oyó una voz Deposito legal: Bl-375-82. Im­ guez Miguel y su capacidad físi­ general que en su pueblo se na­ presenciado una primera parte decidida, la de Belauste: «¡Sabi­ prenta Amado. Bilbao-9..

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