MIS RELACIONES CON LA IGLESIA PRESENTACION Es el escrito más original y representativo de Francisco Palau. También el de más ardua comprensión. Entre otras razones, porque no es libro normal y corriente, ni como tal debe leerse. En estas páginas, casi herméticas, desvela el autor los repliegues más íntimos de su espíritu enamorado de la Iglesia. Antes de adentrarse por las sendas complica - das del escrito, conviene conocer algunas de sus claves. Indole singular. — Al abrir el libro, el lector tropieza con un primer obstáculo: la ausencia de título, prólogo o presen - tación, que le ponga en pista para iniciar el camino. Una vez comenzado éste, sobreviene la impresión del extravío. No se percibe de inmediato el orden o secuencia de la temática; ni siquiera el hilo lógico del desarrollo. Semejantes irregularida - des tienen su explicación. Todo se reduce a constataciones sencillas. La carencia de indicaciones programáticas al principio del escrito se debe fundamentalmente a la mutilación sufrida por los cuadernos originales. Ha desaparecido el primero, donde presumible - mente deberían figurar esos extremos. Se han salvado algu - nos fragmentos del mismo, pero no la portada ni las primeras páginas. Sólo se conserva íntegro el segundo cuaderno (de 714 FRANCISCO PALAU – ESCRITOS MIS RELACIONES CON LA IGLESIA 715 los dos escritos por el autor) y en él se prolonga, con simple olvidarse este condicionamiento a la hora de estudiar y juz - secuencia material, el texto desaparecido del primero. Quiere gar el libro. decirse que, la lectura del libro, comienza ahora de manera — La trama redaccional semeja mucho a la de los diarios un tanto anormal o brusca, no por el principio. espirituales, tan abundantes en la literatura cristiana. No — A esa falta de guía inicial hay que añadir la carencia debe urgirse demasiado la semejanza, pero tampoco dese - de un esquema previo que oriente al lector. Casi lo excluye la charla totalmente. Los apuntes se colocan en determinados índole misma del escrito y la intención del autor. No le inte - lugares y en fechas concretas, pero éstas no se suceden con resa exponer un programa ordenado ni se dirige directamen - criterio uniforme o riguroso. Se corresponden con días de te a un destinatario concreto. Apunta en sus cuadernos expe - retiro espiritual o con fechas especiales, de alguna festividad riencias personales que le sirven a él para caldear el espíritu litúrgica o por otros motivos. Las páginas correspondientes a y orientar la vida. Se trata de apuntes estrictamente perso - retiros y días de ejercicios espirituales suelen ofrecer varias nales, de memorias íntimas, no condicionadas por exigencias fechas seguidas. Sus ciclos se alternan con jornadas aisla - de orden y método para la comprensión de los demás. Si no das y saltuariamente registradas. se tiene en cuenta esta premisa fundamental, es imposible — La carga experiencial atribuida a cada día y su fre - sintonizar con el autor. cuente distribución en la mañana o la tarde-noche sugieren — La ausencia de motivaciones externas conocidas y la la correspondencia con las horas en que Francisco Palau se reserva respecto a posibles destinatarios definen con bas - entregaba a la oración, siguiendo en ello el hábito adquirido tante precisión el carácter autobiográfico del escrito. Basta d u rante su fo r mación carmelitana en el convento de un repaso externo y sumario para convencerse personal - Barcelona. En su conjunto, «Mis Relaciones» recogen la ora - mente de la índole confidencial de estas páginas. Tal impre - ción de Francisco Palau en las fechas señaladas. Se alter - sión queda confirmada por las explícitas y reiteradas afirma - nan con páginas dedicadas a reflexionar sobre la propia vida ciones del autor, de manera especial en sus cartas. El dato y actividad, pero el cañamazo del escrito está constituido por cronológico es aquí secundario. De no contar con otras fuen - la oración palautiana. Bajo este aspecto resulta un diario muy tes históricas, sería imposible reconstruir la peripecia externa singular. de Francisco Palau. Lo que refieren y anotan estas páginas Peculiaridades redaccionales. — Son consecuencia es su aventura espiritual, el itinerario de su búsqueda y natural de lo apuntado hasta aquí. Cuando el autor comien - encuentro con la Iglesia: sus amorosas relaciones con ella. za a plasmar en letra el movimiento íntimo de su espíritu, en Los datos relativos a su jornada humana se contemplan vibración con la Iglesia, su oración ha llegado a la simplifica - siempre desde esta perspectiva. ción contemplativa; se ha convertido naturalmente en trato — Por tratarse de recuerdos íntimos, sintió el autor cier - amistoso, en relación amorosa con quien lo es todo para él: to pudor en escribirlos y comunicarlos. Al igual que otras la Iglesia, su Amada. La oración es entonces soliloquio, diá - almas favorecidas de gracias intensas, acarició la convicción logo, coloquio, comunicación recíproca. Queda superado el de que podrían servir espiritualmente a personas capaces de proceso del discurso racional y de la reflexión meditativa. comprender su carisma eclesial, pero evitó cuidadosamente Todo se expresa y explaya admirativa y afectivamente. la divulgación del escrito. Lo retuvo siempre entre las cosas Estamos ante la oración teresiana, pero centrada en la pre - personales y lo celó de miradas indiscretas. Tampoco debe sencia amorosa del Cristo místico, en la Iglesia. 716 FRANCISCO PALAU – ESCRITOS MIS RELACIONES CON LA IGLESIA 717 — Cuando Francisco Palau traslada al papel su oración, guiente modo especial de comunicarse con ella. Es lo que no hace otra cosa que poner por escrito lo que está diciendo intenta reflejar en el escrito. a la Iglesia o lo que acaba de hablar con ella. Plasma senci - — A lo largo de sus páginas se suceden o se interfieren llamente lo que ha sido la cita amorosa de ese día. Basta extractos doctrinales diferentes. El más palpable es el de la recordar este dato para explicar las demás características del experiencia inmediata; lo que él percibe y vive de la Iglesia: escrito. No hay apenas muestras del mismo género, aunque el modo de comunicarse con ella, de hacer que se convierta abundan los soliloquios, las elevaciones y otras formas pare - en centro y motor de su existencia. La mayor parte del escri - cidas en la tradición espiritual. Son escritos compuestos, por to describe este filón autobiográfico y vivencial. lo general, pasado el lance y, por ello, con cierto sabor peda - gógico. Las páginas de «Mis Relaciones» trasmiten, sin filtro — Naturalmente, se sustenta en un soporte doctrinal de ni intermediario, la oración fresca y espontánea de Francisco reflexión y de sedimentación, que aflora de tanto en tanto en Palau. dos direcciones bien claras: una histórica, otra doctrinal. En la primera intenta repetidas veces establecer relación preci - — Consecuencia de ese dato capital es el género litera - sa de convergencia entre el itinerario interior de búsqueda o rio adoptado. Algunos de sus rasgos eran inevitables en cier - encuentro con la Iglesia y la peripecia humana de su vida. A to modo; otros obedecen a la idiosincrasia del autor. Natural este propósito son singularmente representativos varios cua - e inevitable la repetición de escenas, de posturas y de argu - dros autobiográficos que confrontan la situación anterior a mentos, aunque aparezcan como variaciones del mismo 1860 con la que se instaura en su espíritu a partir de esa motivo. El tipo de oración contemplativa reproducida en el fecha. escrito tenía que reflejarse así por fuerza. Nada tan normal como volver una y otra vez sobre lo que empapaba el cora - — Si la reconstrucción del itinerario espiritual en clave de zón. Iglesia no ofrece dificultades, no sucede lo mismo en lo que atañe a la síntesis doctrinal. Hay que alumbrarla a base de — Por idéntica razón se impone el uso continuado del intuiciones y vivencias no sujetas a rigor teórico. Se apoyan diálogo. Es lo natural a la conversación y al coloquio. Domina en bases doctrinales sólidas, pero la visión de conjunto se sin pausa el texto de «Mis Relaciones». Apenas se ausenta diluye en narraciones y descripciones. Por fortuna, el escrito de tanto en tanto, cuando aflora en él la narración de hechos recoge de tanto en tanto el esfuerzo del autor por reducir a biográficos o la reflexión sobre temas eclesiales. La vivencia categorías teológicas bien ordenadas las conclusiones a que íntima se traduce siempre en soliloquio o en diálogo. Este se ha llegado por el camino de la especulación doctrinal y por la entabla con la Iglesia o con las figuras que tratan de personi - vía de la experiencia eclesial. De esa forma convergen en ficarla en la mente del orante y hacen de interlocutores. muchas páginas de «Mis Relaciones» la eclesiología y la Contenido y mensaje. — La escritura de «Mis Relacio- «eclesialidad». La visión final, la síntesis definitiva, es el nes» comienza a raíz de la trasformación interior experimen - resultado de ambas: fusión armónica del conocimiento teóri - tada por Francisco Palau en 1860 y colocada geográfica - co y del saber sapiencial de la experiencia. Páginas repre - mente en Ciudadela. Corta en dos momentos capitales su sentativas de semejante proceso son, por ejemplo, las que existencia entera. El cambio radical consistió, según él, en un se intercalan entre el 24 y 25 de febrero de 1866 y los varios encuentro largo tiempo suspirado y buscado. Equivalió a una credos «eclesiales», en particular, el que aparece el 28 de nueva percepción del misterio de la Iglesia y a un consi - marzo de 1867. 718 FRANCISCO PALAU – ESCRITOS MIS RELACIONES CON LA IGLESIA 719 Bajo el extraño ropaje de «Mis Relaciones» se esconde una visión sugestiva de la Iglesia. Francisco Palau ha calado hondo en el misterio de comunión y ha sabido plasmarlo en fórmulas felices. Se adelantó a su tiempo colocándose en vanguardia de cara al Vaticano II. Su mensaje mantiene actualidad gracias a su perfecta sintonía con la conciencia eclesial de nuestros días.
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