Artículos De Costumbres / Por Fernando Romero Fajardo. Romero Fajardo, Fernando, 1847- Matanzas : "El Escritorio," 1902

Artículos De Costumbres / Por Fernando Romero Fajardo. Romero Fajardo, Fernando, 1847- Matanzas : "El Escritorio," 1902

Cosas que pasan : artículos de costumbres / por Fernando Romero Fajardo. Romero Fajardo, Fernando, 1847- Matanzas : "El Escritorio," 1902. https://hdl.handle.net/2027/hvd.32044048085823 Public Domain in the United States, Google-digitized http://www.hathitrust.org/access_use#pd-us-google We have determined this work to be in the public domain in the United States of America. It may not be in the public domain in other countries. Copies are provided as a preservation service. Particularly outside of the United States, persons receiving copies should make appropriate efforts to determine the copyright status of the work in their country and use the work accordingly. It is possible that current copyright holders, heirs or the estate of the authors of individual portions of the work, such as illustrations or photographs, assert copyrights over these portions. 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M.A.S., CCD-A-- IMPRENTA Y , BRERA EL ESORTORI), ( , AB, 42. l COSAS QUE PASAN ARTICULOS DE COSTMBRES EPOIE), FERNANDO ROMERO FAJARDO. l M PRENTA Y LIB RERIA “EL ESCRITORIO,” GELABERT 42, SA —rº I. º- , - - - 17 cºo º - r jºn, Escoto Collection 2-o a ya 4 a aza rz4 / Z zºya y // Z Z Z 2 2 Z / a / / Z./ // (/ y Z 2 ///2// Z / /4 a fº RIMOS. I a- I CONSEJO á los que sean primos que no lean 2/ As lo que voy á escribir. ¿Porqué? Porque no les conviene. Figúrense ustedes que al empuñar la pluma con que trazo estas líneas, noté un pelo entre los finales ó púas de la misma. Le dí á dicha pluma unas cuantas pasaditas por los bordes del tintero y, nada; el pelo no abandonaba el sitio en que se hallaba. Repetí la operación en la bocamanga izquierda del saco que llevo encima, y al que los años y los achaques han llenado de despreocupaciones, y obtuve igual resultado: el pelo continuó firme en el lugar de que se había posesionado. Quise poner en práctica el aforismo homeópata Similia similibus curantur, y me la pasé por la cabeza. ¡Qué diablos, un pelo puede sacar otro pelo, ó quedarse los dos dentro No sucedió ni lo uno ni lo otro, porque el pelo de marras quedó como antes, dueño exclusivo del sitio aquél. ¿Sí?—dije para mí capote. (3 COSAS QUE PASA N. Y, con una especie de furor reconcentrado, le dí tres pases de muletas sobre mi muslo derecho, dejando una mancha más en la parte del pantalón que, en colaboración con otra igual del calzoncillo, resguarda de la intemperie á dicho muslo. Antes de que se me olvide, y á guisa de simple información, manifestaré á ustedes que el pantalón citado es de casimir, pero no de un casimir cualquiera, sino de uno muy parecido á la piel del gato montés. Sea ésto dicho sin desdorar los presentes. Por lo que hace al calzoncillo...... Respetemos el fuero interno. Pero ¿qué tiene que ver cuanto dejo dicho con los primosº Algo, y aun algos, lectores. El primo es un pelo. Un pelo que cae en el plato de la familia, un pelo que se enreda en el peine de la familia, un pelo que se hace fuerte en la pluma de la familia. - Y si nó...... ¿Qué primo no ha sido novio de la prima cuando ambos eran chiquitos? ¿Qué primo no le ha roto las narices, ó le ha abollado un ojo á su primo, siendo muchacho el uno y el otro? El que ponga en duda lo dicho,—y sólo podrán dudar de ello los que no sean primos,—que lea en alta voz la primera de las preguntas anteriores en una reunión en que hayan varias muchachas, ó no mucha chas, solteras, ó no solteras. ¿A que se muerden los labios sonriéndose maliciosamente todas las que sean primas; ó lo hayan sido; que bien puede resultar ésto, teniendo en cuenta que la muerte no respeta ni aun á los primos? Y si el que duda de la verdad que encierra la primera pregunta, cuya manera de esclarecer acabo de consignar, duda también de la segunda, que se encare con la primer nariz de hombre que se encuentre á su paso y le diga: F. ROMERO FA JA RIO (). 7 —Nariz, detente y escúchame. ¿Tu dueño tiene ó ha tenido primo? —Sí. Demos por sentado que diga que sí. —Dígame, señora nariz. —Diré, señor preguntón. - — ¿Quién fué el primero que te hizo arrojar sangre? —El puño de un primo de mi dueño. —¿Hubo fajazón, eln? —Si, señor; por un papagayo de á medio que tenía pintado un mono comiéndose una manzana. y Archívese lo escrito pasemos á otro orden de consideraciones, sin salirnos del tema. ¿Qué primo no ha usado, siquiera una vez, alguna p prenda de vestir, aun de las más íntimas, rteneciente al individuo de quien es primo el tal primo? O en otros términos: ¿Quién, teniendo primo, no se ha puesto ropa de su primo mismo? Conozco un millar de ellos, entre ellos á Froilán, primo de Nabuco. Frecuentemente veo que los calcetines de Froilán están marcados con la letra N. —¿Qué rayos significa ésto?—me pregunté la pri mera vez que me fijé en ello. Como ustedes comprenderán, había motivo para que me extrañase, puesto que el nombre Froilán, si bien n, es verdad que termina en no empieza por esa letra, y y costumbre es poner la inicial nunca la terminal. Pero todo me lo expliqué cuando víá Froilán con y un chaleco que le estaba muy largo un saco que le quedaba muy ancho. —Ni ese chaleco ni ese saco han sido hechos para Froilán,—me dije con toda esa bendita caridad que poseemos los mortales para criticar al género humano, sin distinción de clases ni de colores. y Y en efecto, aquel chaleco aquel saco eran de 8 COSAS QUE PASA N. Nabuco, á quien se lo había visto puesto el día an terior. Confieso con la mayor sinceridad que á mí no me gusta meterme en vidas agenas, pero, con franqueza igual á la sinceridad dicha, declaro que cuando la casualidad me pone al tanto de ciertas interioridades, las grabo en mi memoria para sacarlas á relucir cada vez que lo creo oportuno; y oportuna me parece la ocasión para comunicarles á ustedes lo que he sabido referente á Froilán y á Nabuco en el asunto de que se trata. La madre de Froilán era tía de Nabuco y el tío de Froilán era hermano de la madre de Nabuco. Creo que no me habrán ustedes entendido bien. Digo que la madre de Froilán era hermana del padre de Nabuco. Por ésto, precisamente por ésto, eran primos Na buco y Froilán. El padre del primo tenía su cosita, es decir, los medios para poder vivir con holgura : la madre del segundo era pobre, pero de vergüenza. ¿Para qué se han hecho los primos pobres?—pre guntó el padre de Nabuco. Y la madre de Froilán se apresuró á contestar: Los primos pobres se han hecho para recibir los des echos de los primos ricos. II Dije que el padre de Nabuco preguntó: «¿Para qué se han hecho los primos pobres?» y agregué que la ma dre de Froilán se apresuró á contestar: «Los primos pobres se han hecho para aceptar los desechos de los primos ricos.» Desde ese momento los gorritos viejos y las cami sitas de Nabuco pasaban á poder de Froilán, quedando todo en la familia. F. R() MERO FAJA RI) (). 9 La costumbre se hizo ley, y ahí tienen ustedes el notivo por qué Froilán, sin embargo de llamarse Froi lán, suele usar calcetines marcados con la inicial N, y por qué ese mismo Froilán, no obstante ser bajito y flaco, se mete frecuentemente dentro de un chaleco largo y de un saco de anchas dimensiones. Es probable que ustedes conozcan á Petronila y á Niquita. Son primas. Primas hermanas. - Al hacer esta ampliación, oportuno creo manifes tar que no hablo con los primos segundos. Tengo á los primos segundos como parientes de cumplimientos, como gente de fuera, como personas ex trañas. ¿Por qué? Porque de cada cien primos segundos, diez se co nocen, cinco se tratan y dos se quieren. ¿Que exajero? A la conciencia de los lectores me atengo. y Pues sí: Niquita Petronila son primas hermanas, y Tienen casi la misma cdad, una misma estatura el mismo grueso. Convengannos en que de un parentesco tan cerca no, como es de ser primas, rodeado de las circunstancias agravantes que resultan de la comunidad de accidentes expresados, fácil es de originarse una serie no interrum pida de recíprocos empréstitos. Y así es. Petronila se pone los túnicos, las sayas, los cami y y sones, los etcéteras de Niquita, ésta se pone los etcé y teras, los camisones, las sayas los túnicos de Petro nila. Algunas veces Niquita se tiene que violentar para enviarle á Petronila lo que ésta le manda á pedir, pero, ¡váyase por las veces que Petronila hace lo mismo ya Si no fueran primas, hubieran cesado de estar 10 COSAS QUE PASA N.

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