nueva época año 21 | núm. 104 | enero-abril 2010

Revista del Departamento de Estudios Regionales-Ineser Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas Universidad de | México Universidad de Guadalajara Consejo editorial Marco Antonio Cortés Guardado José Carlos Alba Vega (Colmex, México) Rector General Catalina Banko (ucv, Venezuela) Miguel Ángel Navarro Navarro Rosio Barajas Escamilla (Colef, México) Vicerrector Ejecutivo Gerhard Braun (Universidad Libre de Berlín, Alemania) José Luis Calva (unam, México) Centro Universitario de Ciencias Alejandro I. Canales (cucea, México) Económico Administrativas Víctor M. Castillo Girón (Cuvalles, México) Jesús Arroyo Alejandre Enrique de la Garza Toledo (uam-i, México) Rector Boris Graizbord (Colmex, México) Pálné Kovács Ilona (Instituto Transdanubiano José Abelino Torres Montes de Oca de Investigación, Hungría) Director de la División de Economía y Sociedad Reinhard Liehr (U. Libre de Berlín, Alemania) Salvador Carrillo Regalado Stephen D. Morris (U. of South Alabama, eua) Jefe del Departamento de Estudios Regionales ineser Jean Papail (ird, Francia) Ignacio Román Morales (iteso, México) Carta Económica Regional Iwona Sagan (Universidad de Gdansk, Polonia) James W. Scott (U. of Joensuu, Finlandia) Jesús Arroyo Alejandre Alejandro Tortolero Villaseñor (uam-i, México) Fundador Kurt Unger (cide, México) Carlos Riojas Ofelia Woo Morales (cucsh, México) Director Comité editorial Martha Virginia González Medina Editora Margarita Calleja Pinedo Yunuén Castillo Moya Salvador Carrillo Regalado Diseño y Logística Rosario Cota Yáñez Graciela López Méndez Rubén Chavarín Rodríguez Indicadores Humberto González Chávez Adrián de León Arias Daniel Sandoval Izarrarás Antonio Sánchez Bernal Web Basilio Verduzco Chávez Laura Guadalupe Aguilar Orellana Asistente

Año 21 || Núm. 104 || enero-abril de 2010 || Nueva época. Carta Económica Regional es una publicación cuatrimestral del Departamento de Estudios Regionales-Ineser auspiciada por el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad de Guadalajara. Los trabajos fi rmados son responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente una posición ofi cial del Departamento. Se permite la reproducción del material siempre y cuando se cite la fuente. Distribución y sus- cripciones: Departamento de Estudios Regionales-Ineser, Periférico Norte 799, Módulo M, segundo nivel, Núcleo Los Belenes, apartado postal 2-43, Guadalajara, Jalisco. cp 45100, Zapopan, Jalisco, México. Teléfono y fax: (+52 33) 3770 3404, extensiones 5229 y 5276. Correos electrónicos: [email protected], [email protected]. Dirección web: htt p://car- taeconomica.cucea.udg.mx/. Precio por ejemplar: 75 pesos. Tiraje de 1,000 ejemplares. Certifi cado de licitud de contenido núm. 3224. Certifi cado de licitud de título 3929. issn 0187-7674. Número de reserva de la Secretaría de Educación Pública: 04-2003- 032710190100-102.

Los artículos de la Carta Económica Regional aparecen listados y/o resumidos en Public Aff airs Information Service (pais), Gale Group-Banco de Datos Hemerográfi cos Multidisciplinarios,Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanida- des (Clase), Sistema Regional de Información en Línea para Revistas en América Latina, El Caribe, España y Portugal (Latin- dex) y Estudios Latinoamericanos (LatAm-Studies). CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010

Índice

Editorial ...... 5

Las casas comerciales y la economía agroexportadora en Venezuela ...... 7 Catalina Banko

Auge y decadencia del temprano sistema industrial mexicano: del porfi riato a la Revolución, 1890-1940 ...... 19 Humberto Morales Moreno

Globalización y transformaciones productivas y territoriales de una ciudad media. El caso de la zona metropolitana de ...... 43 Fernando Camacho Sandoval

Capacidad de innovación de las empresas de soft ware: un estudio comparativo entre Guadalajara y ...... 61 Bernardo Jaén Jiménez y Thalia Hernández Amezcua

Flujos y redes comerciales del Aeropuerto Internacional de Guadalajara ...... 79 Erika Patricia Cárdenas Gómez reseña

Masculinidades. El juego de género de los hombres en el que participan las mujeres ...... 101 Rogelio Marcial

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CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 5-6 Editorial

n tema recurrente en los estudios regionales es la triple articulación entre mercados, em- presas y territorios. De acuerdo con las relaciones que se establecen entre cada uno de Uestos conceptos, es factible entender el funcionamiento del sistema económico, así como sus alcances y los procesos evolutivos que lo envuelven a través del tiempo. Dentro de este mismo orden de ideas, sobresalen la continuidad y la ruptura como eventos inherentes a los ciclos produc- tivos, los cuales constituyen uno de los pilares esenciales de la vida material, según la entendió el famoso historiador francés Fernand Braudel. Los artículos que se incluyen en el número que hoy entregamos a los lectores abordan, desde múltiples perspectivas y temporalidades, el mencionado trinomio. A partir de ello, se analizan los diversos mercados en donde las empresas pretenden par- ticipar con base en una serie de recursos que se encuentran presentes en los respectivos territorios de acción. El primer ensayo nos ilustra sobre el desenvolvimiento de una economía primario exportado- ra, con base en el papel que juegan los puertos, concretamente La Guaira o Maracaibo, vinculados con los mercados de exportación venezolanos. A partir de ello se describen los diversos canales de transacción mediante el funcionamiento de las casas comerciales, las cuales fungían como las prin- cipales organizadoras de los fl ujos de mercancías, al aprovechar un ambiente favorable para desa- rrollar las prácticas de mercado bajo una fi losofía librecambista, como sucedió en gran parte de los países latinoamericanos durante el siglo xix; además, estas representativas empresas delinearon las relaciones entre las ciudades de tierra adentro y los principales puertos volcados hacia el exterior. Es precisamente a partir de las actividades primario exportadoras que los actores regionales diseñaron sus principales estrategias económicas, incluso, llama la atención la existencia de una empresa que se dedicaba a la venta de plumas de garza. Otro ejemplo distinto, pero igualmente ilustrativo, donde entraron en juego el mercado, la em- presa y el territorio lo encontramos en el segundo artículo que analiza las actividades de las fábricas instaladas esencialmente en el Hinterland poblano. A partir de las actividades tradicionales derivadas de las haciendas, se impulsaron estrategias fabriles gracias, entre otros factores, a los recursos que se albergaban en el medio rural; de manera concreta se hace referencia a los recursos hídricos como una fuente crucial generadora de energía. El medio siglo, que comprende de 1890 a 1940, fue un periodo excepcional para las actividades económicas, el cual se caracterizó por la caída del antiguo régimen y la incipiente organización del nuevo orden, situación que produjo incertidumbre para los empresarios de la época dadas las constantes modifi caciones de la política industrial y la ruptura de la economía de enclave, situaciones que marcaron los ritmos de los negocios no sólo en torno a la ciudad de sino en gran parte del territorio nacional. El tercer trabajo nos invita a refl exionar sobre la diferenciación del desarrollo regional desde la perspectiva urbana. Enfatiza, con especial interés, el papel que cumplen las ciudades pequeñas y medianas en la cadena productiva global que atiende básicamente mercados internacionales. De manera tradicional, cuando pensamos en las ciudades globales a principios del siglo xxi lo hacemos

[ 5 ] CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 5-6 con referencia a las grandes concentraciones urbanas; sin embargo, también existe un espacio de acción para urbes más pequeñas que obtienen ciertas ventajas competitivas derivadas de su tamaño y funcionalidad. Tal ha sido el caso de Aguascalientes, que junto con otras ciudades del Bajío mexi- cano, ha aprovechado sus recursos tangibles e intangibles, como base de su diversidad productiva, para hacerse presente en el escenario global, donde la construcción de infraestructura socio-econó- mica ha sido determinante para los procesos evolutivos que se manifi estan a escala territorial. Dentro de este mismo contexto global, donde se conjugan empresas, mercados y emplaza- mientos territoriales, la cuarta colaboración se concentra en un análisis comparativo desde el punto de vista de la capacidad de innovación, sustentada en la producción de conocimientos, entre las empresas del soft ware en la fronteriza ciudad de Tijuana y uno de los nodos regionales en el occi- dente del país como lo ha sido Guadalajara. En este fenómeno participan las redes de producción, apropiación y distribución del conocimiento que se extienden sustentadas en las capacidades que van desarrollando las empresas con el devenir del tiempo y en la formación de recursos humanos, donde el apoyo del sector público ha sido esencial para impulsar esta dinámica. Una aportación im- portante del referido trabajo es la distinción entre diferentes tipos de conocimientos (el saber qué, cómo y tácito) y los nexos que se tejen con las rutinas, el contexto institucional y el territorio. El último artículo complementa adecuadamente los múltiples enfoques que giran en torno al tema aquí señalado, es decir, la función actual que cumplen los aeropuertos como un instrumen- to de vinculación entre territorios, mercados y empresas. No obstante la reconocida importancia de los aeropuertos para impulsar la competividad de las ciudades, en México —de acuerdo a lo señalado en este estudio— existe poca investigación al respecto. La infraestructura de transportes en nuestro país se ha visto sujeta a una serie de cambios institucionales, donde destaca el proceso de privatización de la misma con la expectativa de incrementar la efi ciencia desde la perspectiva del desempeño empresarial. El tipo de tráfi co que se lleva a cabo en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara es un parámetro signifi cativo para medir la competitividad urbana de la capital de Jalisco y su función como centro económico, comercial e industrial en el occidente mexicano. En nuestra sección de reseñas se presenta un libro, por demás atractivo, sobre las conductas de género como construcciones sociales; a partir de ello se impulsan jerarquías o manipulaciones conscientes e inconscientes sobre lo que signifi ca ser “hombre” y el tipo de relaciones que se ci- mientan en nuestros entornos cotidianos. Esperamos, mediante este número, contribuir a la comprensión de los problemas que aquejan a las sociedades regionales, donde se hace patente una vez más la diversidad que las caracteriza.

Carlos Riojas Director

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Las casas comerciales y la economía agroexportadora en Venezuela

Catalina Banko

Resumen Tras la conclusión de las guerras por la independencia, se establece en los principales puertos del país un nutrido grupo de casas de comercio, en su mayoría de origen extran- jero. Este sector se va consolidando a lo largo de la primera mitad del siglo xix y adquiere rol protagónico en tiempos del guzmancismo. Sus actividades, estrechamente relacio- nadas con las exportaciones de origen agrícola, comienzan a declinar con la crisis de la economía agroexportadora en los años de la gran depresión y luego por la ii Guerra Mundial. El análisis del proceso que abarca la etapa de inserción, apogeo y declinación de las tradicionales casas comerciales en Venezuela es el objetivo central de este artícu- lo, en el que se presenta una visión panorámica de la trayectoria de dichas fi rmas en el contexto de la economía agroexportadora.

PALABRAS CLAVE: casas comerciales, agricultura, comercio exterior, crisis cíclicas.

Abstract On having concluded the wars for the independence in Venezuela, there has been established a great number of import/export houses in the principal ports of the country, on the whole of foreign origin. Th is sector strengthened its position along the fi rst half of the 19th century and acquired a leading role in times of Antonio Guzmán Blanco (1870-1888). Th ese activities, narrowly related to the export of agricultural commodities, began to decline on account of the crisis of the agricultural economy in the years of the great depression and the Second World War. Th e analysis of the process that includes the stage of insertion, expansion and decline of the traditional trade fi rms in Venezuela is the central objective of this paper. Moreover the article off ers a panoramic review of the development of the above mentioned foreign traders in the context of the Venezuelan agricultural export economy.

KEYWORDS: import/export houses, agriculture, foreign trade, cyclical crisis.

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Introducción

finales del siglo xviii, la mayor parte del comercio exterior de la Capitanía General de Venezuela se realizaba a través del puerto de La Guaira. Esta plaza mercantil estaba es- A trechamente conectada con Cádiz, hacia donde se dirigía un signifi cativo volumen de productos, entre los cuales el cacao representaba alrededor de 60 por ciento del conjunto de las exportaciones. Le seguían en orden de importancia: el añil, el tabaco, el algodón y los cueros. Por entonces, el café era todavía un producto de escasa signifi cación en la economía venezolana. Tras la desaparición de la Compañía Guipuzcoana en 1785, permanecieron en Venezuela numerosos comerciantes de origen vasco, principalmente en La Guaira y Puerto Cabello. Junto a los vizcaínos, sobresalían algunos negociantes oriundos de las Islas Canarias y Cataluña, estos últimos localizados en Cumaná. En aquel tiempo estaban claramente diferenciadas las funciones de comerciantes y mercaderes. Pocos de aquellos negociantes logran sobrevivir con éxito a la crisis del mundo colonial y al caos político y económico que se desencadena con las guerras por la independencia. Uno de estos casos excepcionales está representado por la fi rma fundada en 1783 por Marcos y José Ventura Santana, de origen canario, que se convierte décadas más tarde en una próspera casa de comercio que perdurará hasta mediados del siglo xx. En Caracas, la esquina de Santana, posteriormente de- nominada de Mercaderes, atestigua la signifi cación de dicha compañía mercantil que puede ser catalogada como la más antigua del país. Tras el derrumbe del sistema colonial y la desaparición de las barreras legales para el comercio se abren nuevos horizontes para las exportaciones, aun cuando no se manifi estan cambios profun- dos en la agricultura que continuará sujeta a los patrones productivos tradicionales en los decenios siguientes. Las transformaciones más radicales irrumpen en el terreno del comercio exterior que se es- tructura en torno a un nutrido grupo de compañías extranjeras emplazadas en los puertos de mayor importancia, las cuales conforman una vasta red de relaciones económicas en un ambiente político muy favorable para la apertura al mercado mundial. Este sector se va consolidando a lo largo de la primera mitad del siglo xix y adquiere rol protagónico en tiempos del guzmancismo. Sus activida- des, estrechamente relacionadas con las exportaciones de materias primas, comienzan a declinar con la crisis de la economía agroexportadora en el contexto de los años de la gran depresión, mientras el petróleo adquiere un papel cada vez más preponderante. El proceso que abarca las etapas de inser- ción, apogeo y declinación de las tradicionales casas comerciales en Venezuela es el objetivo central del presente artículo, en el que se presenta una visión panorámica sobre la trayectoria de dichas fi rmas en el contexto de la economía agroexportadora.1

1 El presente trabajo forma parte del proyecto de investigación “Los puertos y la confi guración del tejido empresarial en las ciudades atlánticas (siglos xix y xx)”, auspiciado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el cdch de la Universidad Central de Venezuela.

8 Las casas comerciales y la economía agroexportadora en Venezuela || Catalina Banko Comercio y libertades económicas

En pleno proceso de las guerras emancipadoras, un buen número de comerciantes extranjeros se establece en Angostura, convertida entre 1817 y 1819 en centro estratégico para las acciones del ejército republicano. A través de dicho puerto ingresan los suministros de armas, municiones, ves- tuarios y alimentos, tráfi co que estaba a cargo de varias fi rmas británicas y norteamericanas. De ese tiempo procede la instalación de un reconocido comerciante veronés: Juan Bautista Dalla Costa, quien tendrá un relevante papel no solamente por su trayectoria en el campo mercantil sino tam- bién por su desempeño político en Guayana. El panorama cambia sustancialmente a partir de 1821 con el triunfo de la causa republicana en el centro del país. La Guaira y Caracas se constituyen en los principales focos de atracción para los comerciantes procedentes de las Antillas, Europa y los Estados Unidos. Aunque en menor número, una tendencia semejante se manifi esta en Puerto Cabello, Maracaibo, Carúpano, Cumaná y Coro. Estos negociantes llegan impulsados por las posibilidades que les brinda una nación recientemente independizada, en la que han desaparecido las restricciones del monopolio español y se han abierto las puertas al tráfi co internacional. Por otra parte, es necesario destacar que, tras varios siglos de do- minio colonial y control estricto del comercio, los criollos tenían escasa experiencia en materia de relaciones económicas internacionales, dado que sus negocios no habían llegado a extenderse más allá de Nueva España o las islas caribeñas. A partir de 1830 se inicia una etapa de relativa estabilidad interna que posibilita la reorganiza- ción paulatina de las fi nanzas públicas. En el aspecto político, la presidencia provisional de la Repú- blica de Venezuela es asumida en aquel año por el general José Antonio Páez, quien habrá de ejercer un fi rme liderazgo a lo largo de casi dos décadas. A pesar de que habían transcurrido varios años desde la conclusión de las guerras, subsistían todavía muchas de las secuelas de aquella contienda. La reducción de la población fue alarmante y la agricultura no se había repuesto aún de los daños sufridos, a lo que debemos agregar la pérdida de mano de obra, especialmente de esclavos que huyeron o bien se enrolaron en el ejército para obtener su libertad. Muchas haciendas continuaban en el abandono y, después de la emigración de los comerciantes monopolistas del antiguo régimen, era necesario promover la recuperación del tráfi co con ultramar. Otro de los graves problemas que fue necesario confrontar estaba relacionado con la escasez de numerario, que pasó a ser un serio obstáculo para el renacimiento de la agricultura que había fl orecido en la etapa colonial y también para el normal desenvolvimiento de la adminis- tración pública. En cuanto a las tendencias del comercio exterior, se registra a partir de 1830 un notable in- cremento de la demanda mundial de materias primas lo que incentiva la ampliación de los espa- cios agrícolas. El monto global de las exportaciones aumenta de Bs.8.676.829 en 1830-1831 a Bs.20.491.219 en 1835-1836. Con relación a las importaciones, el ascenso es igualmente pronun- ciado: de Bs.8.188.106 a Bs.15.405.533 en el mismo periodo. Las exportaciones de café en 1830- 1831 son de Bs. 3.374.850, valor que en 1835-1836 se eleva a Bs.7.334.992. En los mismos años, el cacao pasa de Bs.2.508.561 a Bs.3.871.931 (Cartay, 1988, pp. 251-252). A partir de 1830, el café

9 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 7-18 ocupa ya el primer lugar en el cuadro de las exportaciones, mientras que el cacao pierde la prepon- derancia que había tenido desde el periodo colonial, a pesar de las ventajas comparativas con que contaba este género de producción por su calidad y escasa competencia en el mercado internacio- nal. En 1830-1831, el café tiene una participación de 38.89 por ciento en las exportaciones, mien- tras que el cacao representa 28.91 por ciento de las mismas. Las actividades de intercambio con el exterior, en la mayoría de los casos, son ejecutadas por extranjeros que, gracias a la confi anza de lasfi rmas europeas o norteamericanas, pueden acceder a convenientes líneas de crédito. Su experiencia les permite conocer, además, las condiciones especí- fi cas de los mercados y contratarlos servicios más favorables para el transporte y los seguros. Todo ello explica la preponderancia adquirida en breve tiempo por las casas comerciales. El grupo más poderoso, conocido en la época como “alto comercio”, está integrado en su ma- yor parte por fi rmas importadoras y exportadoras que se confi guran en el nexo directo de Venezuela con el mercado mundial. En estrecha vinculación con aquellas compañías, se encuentran los co- merciantes intermediarios, algunos de los cuales se ocupan de la distribución de mercancías a nivel mayorista. Otros ejercen las funciones de agentes o comisionistas, a cargo de la compra de frutos y la venta de mercancías destinadas a los importadores-exportadores, de acuerdo a las condiciones estipuladas en contratos suscritos a tal efecto. A su vez, los “consignatarios de frutos” se especializan en la adquisición de productos agrícolas para su posterior despacho a las plazas exportadoras. Los nexos económicos que las fi rmas mercantiles establecen con el exterior son de diversa índole. En muchos casos, se trata de compañías autónomas y en otras circunstancias actúan como fi liales de casas centrales ubicadas fuera de Venezuela. También es usual que miembros de la familia del socio fundador de empresas comerciales e industriales, ubicadas en el exterior, decidan emigrar e instalarse por su cuenta, manteniendo luego relaciones comerciales con la fi rma originaria. Dichas actividades no requieren generalmente del aporte de grandes capitales, gracias al siste- ma de importación vigente que se basa en el régimen de consignación y de crédito abierto, contan- do además con la ventaja del pago de los derechos aduaneros en plazos prolongados. En algunas ocasiones, los comerciantes extranjeros se asocian con nacionales, con lo cual se facilita su inserción en el medio local y la obtención de ciertas concesiones por la infl uencia política de los socios vene- zolanos.2 Sin embargo, esta modalidad no es la más frecuente, ya que en la mayor parte de los casos las asociaciones se constituyen entre extranjeros, tanto de la misma nacionalidad como de distinto origen.3 Importadores-exportadores, consignatarios de frutos, agentes y mayoristas forman parte de un complejo entramado que se conecta con el exterior y se extiende desde los puertos hacia el in-

2 Estos son los casos de las fi rmas constituidas por el británico William Ackers y el venezolano Juan Pablo Huizi. Es la misma situación del también británico William Anderson y José Hermenegildo García. 3 Es muy común la asociación de holandeses, alemanes y daneses, así como también entre ingleses y norteamericanos. También hay sociedades en que el miembro principal está radicado fuera del país, sir- viendo de enlace directo con los centros económicos, como John Diston Powles o Isaac Lindo Mocatta, quienes residían en Inglaterra.

10 Las casas comerciales y la economía agroexportadora en Venezuela || Catalina Banko terior de los espacios regionales. La rápida prosperidad de sus negocios les permite disponer de numerario para proporcionar anticipos y préstamos a los propietarios de haciendas, ante la ausencia de instituciones de crédito especializadas. Asimismo, estas sociedades actúan como receptoras de depósitos de dinero y efectúan operaciones de cambio de moneda extranjera. La presencia de estos negociantes contribuye a la difusión de modernas prácticas mercantiles y de nuevos valores e ideas, fundados en los principios liberales de la época. Precisamente, la expan- sión del capital comercial requiere de la reformulación de los mecanismos que rigen las relaciones económicas, en las que aún sobreviven resabios coloniales. Los cambios se inician con la elimina- ción en 1831 del impuesto de alcabala, que debía pagarse junto a la introducción de mercancías para su venta en las ciudades. Seguidamente se presenta una propuesta para la abolición del Estanco del Tabaco, monopolio que desde 1779 ejercía el Estado en el cultivo y la comercialización de ese producto. El Estanco es suprimido después de largas discusiones en el año 1833. Otra signifi cativa reforma es la derogación del diezmo en enero de 1834, gravamen de origen colonial que era utiliza- do para el sostenimiento del clero. En el contexto de estos primeros años de vida republicana, los comerciantes reclaman tam- bién la reforma de las leyes relativas a los contratos por préstamo de dinero. La aplicación de los postulados de la libertad económica requiere de una profunda revisión del ordenamiento legal para adaptarlo a las exigencias del sector mercantil, cuyo accionar indica una fuerte identidad de inte- reses de parte de sus miembros, lo que se hace visible a través de la fi rma conjunta de solicitudes y reclamaciones para ser elevadas ante las autoridades. La reforma de mayor alcance y la que da origen a las más profundas polémicas, es la Ley del 10 de Abril de 1834 que admite la libertad en la determinación de las tasas de interés en los contratos por préstamos de dinero, además de estipular que el remate de los bienes hipotecados puede hacerse por el valor ofrecido el día de la subasta. De esta manera, ese tipo de contratos pasan a ser regidos por el libre juego de la oferta y la demanda. Aun cuando en un primer momento la ley no provoca manifestaciones contrarias, a partir de 1836 se generan fuertes tensiones entre comerciantes y productores agrícolas en el contexto de una grave crisis económica mundial que ocasiona la caída de los precios de los productos exportables y, por consiguiente, da origen a la ruina de muchos propietarios (Pérez Vila, 1992). Nuevas reformas son aplicadas a las leyes de crédito entre 1849 y 1850 durante la primera presidencia de José Tadeo Monagas, esta vez con una clara orientación a favor de los deudores, situación que genera protestas de parte de los comerciantes extranjeros y da lugar a una serie de incidentes diplomáticos, principalmente con Gran Bretaña. Estos confl ictos, sumados a los prolon- gados efectos de una profunda crisis económica mundial que había estallado en Europa en 1847 y se extendió hasta el año siguiente, provocan el derrumbe del comercio exterior venezolano. Las exportaciones, integradas principalmente por café y cacao, descienden de Bs.38.014.984 en 1841- 1842 a Bs.24.964.507 en 1849-1850. Igual tendencia se observa en las importaciones, que caen de Bs.36.999.616 en 1840-1841 a Bs.13.659.878 en 1848-1849 (Cartay, 1988, pp. 242-243). Posteriormente, durante la Guerra Federal (1859-1863) se viven nuevamente momentos de incertidumbre como consecuencia de los altibajos de la producción agrícola y los obstáculos para

11 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 7-18 el comercio. A estos factores se agrega la precariedad de las vías de comunicación, lo que genera mayores costos en los fl etes e impide la articulación de las regiones entre sí.

Tiempos de auge y modernización

La época de mayor esplendor de las casas comerciales se sitúa en la segunda mitad del siglo xix, al manifestarse un notable incremento de las transacciones en el contexto del extraordinario desarro- llo del sistema capitalista mundial, en contraste con los modestos avances económicos registrados en las primeras décadas que siguieron a la independencia. Recién a partir de 1870 comienzan a per- fi larse cambios notables en la estructuración de un sistema político estable y centralizado, al tiempo que se dan fi rmes pasos hacia el afi anzamiento de las bases económicas mediante la reorganización de las fi nanzas públicas y el fomento de las inversiones extranjeras y del progreso material. El peso político de Antonio Guzmán Blanco se había fortalecido a lo largo de los años de go- bierno de Juan Crisóstomo Falcón (1863-1868), tras el triunfo de la causa federal. En ese tiempo viajó a Europa en su condición de Ministro Plenipotenciario de Venezuela ante las cortes europeas. Allí adquirió amplios conocimientos acerca de las transformaciones económicas que se estaban operando con la conformación de grandes consorcios industriales y bancarios y el establecimien- to de una extensa red mercantil y fi nanciera. Guzmán, deslumbrado ante los avances económicos europeos, comprende rápidamente que, para lograr la modernización económica e incorporar el progreso material, era necesario atraer a los inversores extranjeros y, para cumplir con este propósi- to, debía instaurarse un régimen político con capacidad para lograr la pacifi cación y sentar las bases de la unidad política nacional. Sus primeras acciones como Presidente de la República, tras la Revolución de Abril de 1870, se orientan hacia el apaciguamiento de las pugnas políticas y el control de los caudillos regionales. Las reformas económicas iniciales se van confi gurando en torno a un aparato estatal dotado de mecanismos apropiados para garantizar el efi ciente desempeño de las fi nanzas. El primer paso con- siste en la reorganización de la Hacienda Pública a fi n de asegurar ingresos superiores mediante la centralización fi scal. Los nexos que Guzmán Blanco había logrado establecer con los miembros del “alto comercio”, desde su participación en el Gobierno de la Federación, facilitan la alianza con ese poderoso sector económico, cuyo apoyo habría de contribuir a la mejoría de la situación fi nanciera de la República. Prueba de esas armoniosas relaciones es la rapidez con que se constituye la Compañía de Crédito en diciembre de 1870 que es promovida por iniciativa de los miembros de las casas comerciales más poderosas. La Tesorería se compromete a disponer en favor de la compañía 85 por ciento del producto total de los derechos de importación de la Aduana de La Guaira y todo lo recaudado por uso de almacenes y cabotaje de las demás aduanas del país. Por su parte, el instituto se encarga de proporcionar anticipos sobre las rentas públicas, al tiempo que tiene la facultad de realizar opera- ciones de depósito, descuento, giro y emisión de billetes (González Deluca, 2001). La habilidad de- mostrada por Guzmán Blanco a través de sus negociaciones con los círculos fi nancieros europeos,

12 Las casas comerciales y la economía agroexportadora en Venezuela || Catalina Banko inspira confi anza a los grandes comerciantesque ahora pasan a apoyar al nuevo gobierno con el propósito de afi anzar su predominio económico. Durante ese periodo se registra un extraordinario incremento de las exportaciones que se ele- van desde Bs.24.605.717 en 1862-1863, en los aciagos años de la Guerra Federal, a Bs.98.601.133 en 1882-1883. Por su parte, las importaciones experimentan también un gran aumento al pasar de Bs.17.173.872 a Bs.86.265.656 en aquellos mismos años. Estos datos evidencian la prosperidad que vive la agricultura del café en medio de una etapa de gran expansión de la demanda mundial de materias primas. En el año económico 1880-1881, el café representa 43.83 por ciento de las expor- taciones, el cacao apenas 6.74 por ciento, mientras que el oro extraído en Guayana alcanza 16.58 por ciento (Cartay, 1988, pp. 242-243). Las reformas administrativas permiten destinar recursos para la realización de obras de fomen- to que contribuyen a la transformación de algunos centros urbanos. Las inversiones extranjeras reciben especial atención durante el largo periodo de predominio guzmancista (1870-1888), espe- cialmente las relacionadas con ferrocarriles, explotación aurífera, asfalto, alumbrado de gas, telégrafo y cable submarino. De esta manera se van dando los primeros pasos hacia la materialización del tan ansiado progreso material y la modernización del aparato político-administrativo en las últimas décadas del siglo xix. En medio de estas prometedoras circunstancias se va perfi lando una nueva fi sonomía de las casas comerciales por su vinculación con negociaciones de crédito público y contratos con el Esta- do, además de participar en la fundación de entidades bancarias, encargadas de la recaudación de las rentas fi scales y el otorgamiento de anticipos a los gobiernos. A ello se suma su actuación protagó- nica en las juntas de fomento abocadas a promover la construcción de obras públicas. Asimismo, se desenvuelven como agentes de empresas mineras, compañías navieras y de ferrocarriles. Mientras se extienden los cultivos de café hacia la región andina y se desarrolla la explotación aurífera en Guayana, las relaciones económicas con el exterior adquieren mayor dinamismo. Es el tiempo de la difusión del telégrafo y del teléfono, además de los grandes avances en cuanto a los servicios de transporte marítimo y ferroviario. Entre las casas tradicionales que comenzaron su trayectoria en la etapa post-independentista y prosiguieron con gran éxito en las décadas posteriores, resaltan las pertenecientes a Boulton y Blohm, dos casos muy representativos del gremio mercantil. El británico John Boulton, establecido en La Guaira desde 1826, es el fundador de una de las sociedades de comercio de mayor relieve del país. Georg Blohm, originario de Lübeck, se asocia en 1829 con Bautista Dalla Costa en Angostura y, a partir de 1835, constituye en La Guaira una fi rma que habrá de descollar por la magnitud de sus operaciones. Si bien la mayoría de las empresas circunscribe sus actividades a un determinado ámbito regional, las compañías Boulton y Blohm logran extender su radio de infl uencia desde La Guaira hacia Maracaibo y Puerto Cabello, además de instalar sucursales en las ciudades más im- portantes del interior del país. Puerto Cabello se había convertido durante los años sesenta en la primera plaza exportadora, y más tarde lo sería Maracaibo. En el puerto de La Guaira, en estrecha conexión con los Valles de Aragua, Valles del Tuy, Guarenas, Guatire y el Litoral Central, se instala gran número de comerciantes alemanes, ingleses,

13 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 7-18 franceses, italianos, holandeses y daneses. Aparte de los ya citados Boulton y Blohm, destacamos a los siguientes: Alderson, Ackers, Strohm, Monsanto, Stürup, Eggers, Ruete, Hahn, Röhl, Fleury, Hellmund y Zérega (Walter, 1985). Entre los nacionales sobresalen Santana, Gonell, Escobar y Sojo, entre otros. En el ramo de consignación de frutos se encuentran reconocidas empresas como las pertenecientes a las familias Azpúrua, Espino y Mosquera. En Puerto Cabello se aloja una numerosa colonia de extranjeros, cuyas actividades se propa- gan hacia un amplio hinterland que abarca, principalmente, a los estados Carabobo, Lara, Yaracuy y Barinas. Los más renombrados son Lesseur, Römer, Baasch, Chartier, Kolster, Berrizbeitia, Martu- ret y Sagrestáa, entre muchos otros (Pacheco, 2003). Maracaibo se caracteriza por la excelente ubicación de su puerto que le permite concentrar la comercialización del café proveniente de los estados andinos y del vecino departamento de San- tander, perteneciente a Colombia. En esa plaza mercantil, la primera del país a fi nales del siglo xix, existe un claro predominio de los alemanes que se transforman en factor decisivo para la economía regional: Minlos, Rode, Breuer, Van Dissel, Steinvorth, Andresen, Möller, Christern y Zingg son los ejemplos más resaltantes (Walter, 1985). Este último empresario amplía sus inversiones hacia Ca- racas y Puerto Cabello a inicios de los años treinta del siglo xx, a pesar de la contracción económica de ese tiempo. En la región marabina sobresalen también: Mc Gregor, D’Empaire, Roncayolo, París, Urdaneta, Belloso y Rincón (Cardozo, 1991). En Carúpano, donde se embarcan grandes volúmenes de cacao, se radica un buen número de inmigrantes corsos, destacando apellidos como Benedett i, Massiani y Franceschi. Coro se con- vierte en sitio de residencia preferente para muchos comerciantes holandeses de origen judío, que se trasladan desde Curazao. Otro caso signifi cativo es el de la casa Barbarito en San Fernando de Apure que logra acumular una gran fortuna con la exportación de plumas de garza.

La economía agroexportadora en crisis

Desde fi nales del siglo xix las casas de comercio sufren los efectos de la pronunciada caída de las exportaciones. Como agravante, se viven difíciles circunstancias durante el periodo de gobierno de Cipriano Castro (1899-1908), de manera especial por el bloqueo extranjero de las costas venezola- nas y los enfrentamientos con los ejércitos de la Revolución Libertadora. La situación del comercio exterior mejora sensiblemente tras el derrocamiento de Cipriano Castro. El nuevo gobernante, Juan Vicente Gómez (1908-1935), se encarga de normalizar las re- laciones diplomáticas con el exterior y devolver la confi anza que se había perdido a causa de los confl ictos de años anteriores. De gran importancia para las casas de comercio y los agricultores es la eliminación en 1909 del impuesto de guerra que gravaba la exportación de café, cacao y cueros (Rodríguez, 1988). A partir de 1910 se manifi esta una clara tendencia a la recuperación del comercio exterior, bruscamente interrumpida por el estallido de la i Guerra Mundial. Por un lado, se produce el cierre de algunos mercados europeos y, por otro, las antiguas casas de origen alemán se ven afectadas por

14 Las casas comerciales y la economía agroexportadora en Venezuela || Catalina Banko las “listas negras” auspiciadas por los Estados Unidos e Inglaterra, como parte de la estrategia de boicot a los intereses germanos en el continente americano. Por entonces, comienza a decaer la presencia de las tradicionales casas alemanas en el comercio exterior venezolano (Espinola, 2006, pp. 273-274).4 Al concluir la i Guerra Mundial, el negocio bancario se modifi ca sustancialmente ya que el mercado fi nanciero cuenta con mayor competencia gracias al ingreso de capitales extranjeros con la instalación de varias agencias bancarias de origen británico y norteamericano, lo que contribuye a la ampliación de las fuentes de fi nanciamiento (Carrillo Batalla, 1974). Por otra parte, los negocios se desenvuelven en un ambiente más favorable en el marco del orden y de la estabilidad reinante, a lo que se une la regularización del pago de la deuda pública. Todo ello contribuye a despertar confi anza y crear las condiciones que transforman a Venezuela en atractivo escenario para los in- versores extranjeros. Paralelamente, se difunde la circulación de billetes, instrumento fundamental para agilizar las transacciones y facilitar la movilización del dinero en el marco del dinamismo de la economía venezolana por el aumento de las exportaciones de hidrocarburos. El incremento de los ingresos públicos, gracias a la reorganización de la Hacienda y a la explo- tación petrolera, posibilita que Venezuela disfrute de una inusual solvencia económica, al punto de que el Tesoro abandona su condición de deudor para convertirse en “depositante” del Banco de Ve- nezuela, entidad que cumplía funciones de “auxiliar” de la Hacienda pública. Había quedado atrás la época en que los gobiernos exigían adelantos de dinero al sector mercantil y bancario e imponían empréstitos forzosos, como había ocurrido en el transcurso del siglo xix y en los borrascosos tiem- pos de Cipriano Castro. La crisis económica mundial de 1929 ocasiona un impacto demoledor en la agricultura expor- tadora, al tiempo que el volumen de las importaciones se reduce en el contexto de la prolongada depresión económica de los años treinta. El café baja de Bs.52.443.608 en 1929 a Bs.15.508.301 en 1933 y a Bs.12.862.711 al año siguiente. A partir de 1936 se registra una leve recuperación que es interrumpida por los desequilibrios económicos derivados de la ii Guerra Mundial. Estos datos revelan el derrumbe de la economía agroexportadora en el país, al tiempo que el petróleo se va transformando en el producto dominante del comercio exterior venezolano. Varias destacadas empresas se ven afectadas sensiblemente por la grave situación reinante. Mientras la casa Boulton se encuentra frente a la amenaza de una quiebra inminente, la famosa fi rma Santana queda al margen de las grandes operaciones mercantiles. Ya a esa altura, el Banco Agrícola y Pecuario, fundado en 1928 y constituido con capital estatal, se hace cargo del suministro de recur- sos monetarios a los productores agrícolas, lo cual signifi ca la reducción de las responsabilidades de las fi rmas mercantiles, encargadas anteriormente del fi nanciamiento del sector. Asimismo, el Estado debe asumir el auxilio de la decaída agricultura mediante un sistema de subsidios y, más tarde, con la aplicación de un régimen de primas a la exportación.

4 Uno de los casos emblemáticos es la fi rma Breuer, Möller y Cía., destacada fi rma de Maracaibo, cuya declinación en los últimos años de la guerra es fulminante. Igual situación sufre Van Dissel Rode y Cía., importante casa comercial también localizada en Maracaibo.

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Para contrarrestar los efectos de la caída de las exportaciones por la ii Guerra Mundial, el Banco Agrícola y Pecuario se ocupa, a partir de 1939, de la comercialización de ciertos renglones agrícolas a través de la adquisición de las cosechas. También en aquel año se hace cargo de la importación de maquinarias e insumos agropecuarios para ser colocados en el mercado interno a precios razo- nables. Gracias a la extensión de sus operaciones, el Banco Agrícola y Pecuario se convierte en “el mayor tenedor de café del país”, ya que con este sistema los productores podían obtener precios más convenientes. Incluso en 1940 llega a ser el exportador de café y cacao más importante de La Guaira (González Deluca, 1994, pp. 321-322). Las alteraciones del comercio internacional obligan al gobierno a decretar en 1940 una con- tundente medida de intervención económica: el establecimiento de un sistema de control de im- portaciones que habrá de generar fuertes perjuicios al sector mercantil, habituado a negociar en un ambiente de libertades económicas. Además de padecer las repercusiones de la coyuntura bélica, las sociedades comerciales deben abandonar sus facultades bancarias y de cambio de divisas, por disposición legal de 1940, tras la creación del Banco Central. Sin embargo, es menester acotar que dichas funciones ya habían comenzado a decaer desde los años de la i Guerra Mundial con el surgi- miento de nuevos institutos de crédito nacionales y extranjeros. En ese contexto, caracterizado por la declinación de la economía agroexportadora y el peso cre- ciente de la explotación petrolera, se inscribe la irreversible crisis de las tradicionales casas de comercio, fundadas en el siglo xix por extranjeros, pero administradas luego por sus descendientes nacidos en Venezuela. Paralelamente, surgen nuevas compañías especializadas en la importación de artículos de ferretería, motores, máquinas y automóviles, para citar algunos de los rubros más resaltantes. En este nuevo escenario económico sobreviven pocas de las antiguas fi rmas, cuyas inversiones se orientan hacia la industria, las entidades bancarias, los seguros y los negocios de importación.

Conclusiones

Al iniciarse la etapa republicana perduraban muchos vestigios de la sociedad colonial que actuaban como factores adversos para la inserción de los capitalistas extranjeros, para quienes las excesivas cargas tributarias y la arcaica legislación en materia crediticia constituían trabas para el libre ejercicio de sus actividades. Por ello, la adopción de un modelo liberal era una exigencia fundamental de los nuevos actores económicos que requerían de seguridad y confi anza, factores indispensables para incentivar la prosperidad de los negocios. Sin embargo, la aplicación de los postulados liberales en una nación agrícola se convirtió en uno de los temas más controversiales de la época. Aunque ha- cendados y comerciantes llevaban a cabo labores que eran complementarias, ambos sectores pro- tagonizaron fuertes tensiones derivadas del choque de intereses frente a la sanción de las leyes que regulaban las condiciones de los préstamos de dinero. Debido a la particular conformación de los circuitos agroexportadores, las fi rmas comerciales tenían un radio de acción limitado al ámbito de cada espacio regional. A causa de la carencia de una infraestructura vial adecuada, resultaba por entonces muy difícil establecer relaciones interregio-

16 Las casas comerciales y la economía agroexportadora en Venezuela || Catalina Banko nales. Si bien existían diferencias entre los distintos circuitos agroexportadores, se pueden trazar algunos lineamientos generales que nos permiten apreciar la evolución de las casas comerciales en su conjunto. Los cambios más profundos se registraron a partir de 1870, bajo el signo de la autocracia guz- mancista, mediante la aplicación de reformas que apuntaban a la efi ciencia del aparato administrati- vo, la unifi cación nacional y la modernización económica, proceso que contó con el protagonismo del sector mercantil en alianza con el poder político. Sin embargo, posteriormente su poder económico habrá de sufrir diversos altibajos a causa de las fl uctuaciones cíclicas del mercadomundial y de los avatares de la política venezolana. El impacto de mayor contundencia fue provocado por la crisis mundial de 1929. Con la caída de las exporta- ciones agrícolas y el derrumbe de los precios del café y cacao, la economía agroexportadora vene- zolana ingresó en una fase crítica de la cual no habrá de recuperarse, al tiempo que las tradicionales casas comerciales perdían su preponderante papel en el proceso económico.

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Auge y decadencia del temprano sistema industrial mexicano: del porfi riato a la Revolución, 1890-1940

Humberto Morales Moreno

Resumen En esta comunicación se discuten los orígenes del régimen hidráulico de fuerza motriz para uso industrial ubicado precisamente en la economía de las haciendas de benefi cio de minerales y en las cerealeras, ya que la hacienda como unidad productiva reguló las futuras particiones de acequias y demás sistemas de riego y tracción hidráulicos para las necesidades productivas de su hinterland regional. Así, los futuros “cott on mills” mexi- canos deberán mucho de su constitución a los “molinos” y sus sistemas de tracción y molienda que las haciendas cerealeras utilizaban desde los primeros tiempos del virrei- nato. Finalmente, con ejemplos históricos del “modelo poblano de industrialización” se argumenta la extensión del sistema fabril al resto del país, entre otras razones porque entre 1835 y 1910 conformó un patrón tradicional de localización industrial basado más en el uso extensivo de la mano de obra cautiva de la periferia agraria de ranchos y haciendas, que en una racionalidad económica basada en la tecnología y moderni- zación de sistemas de transporte adecuados para abaratar costes de producción y de comercialización en escala regional. Termina con una proyección del comportamiento del sector manufacturero a partir de las primeras estrategias de política económica del gobierno cardenista, que de paso terminan con la tendencia histórica heredada del largo siglo xix mexicano.

PALABRAS CLAVE: modelos de industrialización, sistema industrial en México, largo siglo XIX.

Abstract Th is communication discusses the origins of the hydraulic power supply system for industrial use precisely located in the Haciendas (mineral and wheat). Th is is due to the fact that Hacienda has been a big productive unit with regulation of ditches and other hydraulic systems of irrigation and traditional power supply traction for produc- tive needs in its regional hinterland. Th us, future Mexican “cott on mills” were built as “mills” with this kind of technology inherited from the Viceroyalty late XVIII century. Finally, with historical examples of “poblano industrialization model” this paper argues the extension of new modern factories to the rest of the country, based upon a tradi- tional patt ern of industrial location more on the extensive use of captive work coming

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from this agrarian edge of “ranchos and haciendas”, instead of an economic rationality based on technology and modernization of transport systems in order to decrease costs of production and marketing on regional scale. Th e articles comes to an end making a short résumé of economic policies held by General Cárdenas that closed the “long run economic development” of this long lasting XIX century in .

KEYWORDS: industrial models, mexican industrial system, long run XIX century in Mexico.

20 Auge y decadencia del temprano sistema industrial mexicano: del porfi riato a la Revolución, 1890-1940 || Humberto Morales Moreno La temprana industria del siglo XIX mexicano

istóricamente, el primer ciclo de formación de empresas modernas en el espacio del nuevo país llamado México, surge en el ambiente cultural agrario de los reales de minas H y de las haciendas. La industria del antiguo régimen virreinal, el famoso sector de obra- jes de fuerte corte urbano, no sobrevivió ante la proliferación de las manufacturas rurales al término del dominio español, y asistimos, con el proyecto industrial de Antuñano, en la Puebla de 1835, al primer esfuerzo moderno de incorporar el ámbito de la hacienda al nuevo de la fábrica. Hacienda y Fábrica, y no su ruptura, formarán el primer intento de “take-off ” en el sector manufacturero a escala regional en México.1 Entre 1835-1880 la expansión del sector manufacturero textil era notable, y con mucho, era el sector más dinámico de la industria mexicana en la época. Sin embargo, hoy contamos con eviden- cia arqueológica en el sentido de que dicha expansión siguió un patrón mucho más homogéneo de implantación del que pensábamos hace pocos años, por lo que Puebla deja de ser un modelo de excepción para convertirse en la mecha que despertaría, a veces de manera simultánea, un proceso de construcción de sistemas de fábrica moderna en todo el territorio nacional. Con las evidencias ya señaladas de investigaciones arqueológicas en las fábricas de “El Tunal” en Durango, “La Fama” en , “Atemajac y El Salto” en Jalisco, “Bellavista” en Nayarit, “La Magdalena y San Angel” en el df, “La Constancia” en Puebla, “La Aurora” de Yucatán y otras en proceso de rescate arqueo- lógico en Chiapas, Chihuahua, y Aguascalientes, no nos queda ya duda de que el modelo hacienda-fábrica, con base energética hidráulica, funcionó a lo largo y ancho del territorio nacional con las siguientes características entre 1835-1880: a) El espacio agrario diseminado en torno a centros mineros o de abasto mercantil de grandes polos urbanos fue una fuente inagotable de manufacturas tipo “hilanderas” y “telares sueltos”, a lo largo del periodo virreinal, que prepararon la base económica de la futura fábrica del siglo xix. b) El obraje no fue el embrión de la fábrica pero si fue un factor de aglutinación de capital humano y de inversión que se diversifi có ante su crisis, en elhinterland agrario regional. c) Los centros mineros desarrollaron eslabonamientos iniciales en el siglo xix en la creación de “ferrerías” y haciendas de benefi cio con tecnologías que evolucionaron a lo largo del siglo xix. No lograron articular un proceso industrializador pero sí desarrollaron las primeras empresas por acciones desde la primera mitad del siglo xix.

1 Mariano Torres ha trabajado con archivos de empresas textiles de esta primera “ola” industrializadora. Su libro: El origen de la industrialización de Puebla, Claves Latinoamericanas, México, 1995. Mauricio Yen, Javier Rojas Sandoval, Bernardo García, Federico de la Torre, María Eugenia Romero y Carlos Riojas entre otros, han detectado impulsos industrializadores en regiones mexicanas muy disímbolas entre sí poco tiempo después de la fundación de “La Constancia Mexicana” en Puebla, de Antuñano, en 1835. Véase Marichal (1997) y Cerutti (1996).

21 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 19-41 d) Las haciendas trigueras y azucareras fueron la frontera histórica de las comunidades y los pue- blos, donde la manufactura a domicilio estaba muy desarrollada. La disputa por la tierra y por el agua, así como por el régimen tecnológico basado en el control de la fuerza motriz hidráulica (ruedas para molinos), permitieron la extensión de un sistema de fábrica con costos unitarios relativamente bajos, al aprovechar mano de obra, tecnología, caminos y mercados de consumo populares cercanos. e) El sistema fabril mexicano no se explica sin el dinamismo de las haciendas, el aprovechamiento de las aguas de ríos y manantiales, acceso a mano de obra de gañanes y peones de alquiler que tenían ya una cierta tradición manufacturera doméstica. No se explica sin los mecanismos de inversión de sociedades familiares de hacendados y comerciantes con tradición. f) No hay todavía un cálculo económico de la rentabilidad de las fábricas mexicanas de esta ola industrial hasta 1880. La mayoría eran pequeñas, pero si las estudiamos en el contexto agrario de los negocios de la hacienda, quizá descubriremos que muchas de ellas trabajaron bajo un sistema de compensaciones de ganancias y pérdidas, en donde no todas eran rentables, pero otros negocios de la hacienda sí lo eran. Muchos empresarios veían a la fábrica como una ex- tensión de su prestigio, honor y virtud y no como la fuente principal de sus ingresos (Morales, 2005a y 2005b).

Entre 1880-1910 el ciclo manufacturero mexicano experimentó cambios importantes. La irrupción de las sociedades anónimas fue notable, así como la apertura a capitales extranjeros. Con la excepción de Monterrey cuyas fábricas textiles se habían formado por acciones desde 1842, el resto de las fábricas mexicanas eran negocios en comandita o familiares. En otros estudios he in- sistido sobre la inversión del modelo hacienda-fábrica por el de la fábrica-hacienda a partir de las políticas porfi ristas de fomento industrial. No voy a repetir aquí esas referencias,2 pero me permitiré adelantar los siguientes rasgos distintivos de esta inversión del “modelo” en esta etapa 1880-1910: a) Las grandes compañías por acciones aprovecharon el sistema fabril “hacienda-fábrica” para subordinar los negocios de la hacienda y su entorno agrario a los de grandes empresas manu- factureras. Un ejemplo ilustrativo de esta subordinación fue el aprovechamiento de las tierras de haciendas para cultivos agrícolas de subsistencia para obreros en paro laboral. Hay muchos otros ejemplos, pero éste fue representativo en buena parte del país. b) Las empresas manufactureras pretendían ganar los precios de oligopolio del mercado nacional abaratando costos de la localización industrial con una clara política de contubernio con la

2 Por ejemplo mis trabajos sobre la Compañía Industrial de Atlixco sa (ciasa) en el contexto de las gran- des compañías por acciones del porfi riato que representaban 2% del capital total de un padrón de 170 grandes empresas. México había logrado 100 años después de la primera Revolución Industrial inglesa consolidar fi rmas textiles capaces de satisfacer el mercado nacional de telas de algodón a pesar de la difícil competencia del exterior (Ceceña, 1973).

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OJO: INSERTARadministración CUADRO. federal, basada SIN en exenciones,NUMERACIÓN subvenciones EN y concesiones EL ORIGINAL. de orden fi scal y crediticio. c) Recurrieron más a un uso extensivo de la mano de obra que a una verdadera modernización tecnológica. Mala integración de la planta industrial, mercados estrechos y pésima planeación de estrategias de inversión.

La siguiente referencia estadística explica muy bien el peso del sector manufacturero textil en el conjunto del valor agregado industrial del “antiguo régimen” porfi rista.

CUADRO 1. Porcentaje sobre el valor agregado en la industria de la transformación 1897-1898 (en pesos de 1900-1901)

OJO: INSERTARRama GRÁFICA industrial Y ELIMINAR Porcentaje TÍTULO del valor agregadoDENTRO DEL RECUADRO. SIN Industria Textil 21.79 NUMERACIÓNIndustrias derivadas EN deEL la caña ORIGINAL. de azúcar 19.22 Industria tabacalera 10.46 Industria alcoholera 1.01 Otras industrias 47.52 Fuente: Estadísticas económicas reunidas por el equipo de Daniel Cosío Villegas. Los cuadros son de mi autoría.

Valor agregado

50 40 30 20

Porcentaje 10 0 Industria textil Industria alcoholera Industrias derivadas de la caña de azúcar Otras industrias Industria tabacaleraazúcar

GRÁFICA 1. Valor agregado en la industria de la transformación

Para 1906-1907 (en pesos de 1900-1901) los porcentajes en el valor agregado de las industrias de transformación alcanzan su nivel más alto:

OJO: INSERTAR CUADRO. SIN NUMERACIÓN EN EL ORIGINAL.

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CUADRO 2. Porcentaje sobre el valor agregado en la industria de la transformación 1897-1898 (en pesos de 1900-1901) Rama industrial Porcentaje del valor agregado OJO: INSERTARIndustria textil CUADRO. ELIMINAR TÍTULO DENTRO 26.04 DEL RECUADRO. SIN Industrias derivadas de la caña de azúcar 15.67 NUMERACIÓNIndustria tabacalera EN EL ORIGINAL. 9.13 Industria alcoholera 1.57 Industria siderúrgica 1.49 Otras industrias 46.10 Estadísticas económicas reunidas por el equipo de Daniel Cosío Villegas. Los cuadros de autoría propia.

Valor agregado 50 Industria textil Industrias derivadas de la caña de azúcar 40 Industria tabacaleraazúcar 30

Porcentaje Industria alcoholera 20 Industria siderúrgica 10 Otras industrias 0

GRÁFICA 2. Porcentajes de valor agregado en la industria de transformación

Estancamiento y decadencia del temprano sistema industrial en la Revolución: 1910-1940. El camino hacia la intervención y control estatal del desarrollo industrial

Como consecuencia de la guerra civil, la anarquía fi scal fue una de las primeras características del naciente Estado revolucionario. Momentáneamente controlada por el gobierno de Carranza al pri- vilegiar las inversiones del Estado y el cumplimiento de las obligaciones de la deuda pública. El nuevo Estado jugó un papel más activo sobre las subvenciones federales. El carácter arbitrario y al- tamente discrecional de los impuestos a la industria textil se confundió en ocasiones con las nuevas interpretaciones de la Constitución de 1917, en particular al controvertido artículo 27 que afectaba directamente al antiguo reglamento de contratos de concesiones federales y estatales. En el ejemplo de una gran compañía textil como la Compañía Industrial de Atlixco sa (ciasa) cuando los privilegios de exenciones fi scales terminaron en 1913, su política de pagos fue muy in- teresante, pues siempre pretendió seguir la tónica de pagar con servicios, algo común a todas las grandes compañías industriales de la época. Los enfrentamientos constantes con un Estado que se había apartado de una política de fomento a base de grandes concesiones y subvenciones para este tipo de inversiones, y los confl ictos propios del estallido revolucionario ensancharon la barrera de la incomprensión, sobre todo a partir de 1920. En 1922 con apego a la Ley del Timbre vigente de 1898, las fábricas poblanas pagaban un to- tal de $173,000.00 sobre 238,649 husos (promedio de 78 cvs. por huso funcionando). “Metepec”

24 Auge y decadencia del temprano sistema industrial mexicano: del porfi riato a la Revolución, 1890-1940 || Humberto Morales Moreno pagaba por sí sola $24,623.88 de un promedio de 33,968 husos reportados a fi nales de 1912. En estos años se desató una agresiva política fi scal que provocó desconfi anza y protestas constantes de grandes compañías. En los tiempos del privilegio una gran compañía como la ciasa estaba exenta de la contribución predial en Puebla por 10 años sobre todas sus propiedades (en vigor desde 1903). En 1908 el único impuesto que pagaba era el de 5 por ciento sobre las ventas de hilados y tejidos.3 En 1913 la ciasa comenzó pagando un predial de $ 250,000 m.m. Incluía:

1. La fábrica. 2. Anexos urbanos que formaron el caserío, mercados, jardines, etcétera. 3. Parte rústica. Tierras de labor, de riego, temporal, monte (San Diego Metepec y Axocopan).

En conjunto eran 200 ha de riego, 658 de temporal, 398 de monte y 25 ha de caserío. Todo ello hacía un total de 1,281 ha. Las dimensiones de la fábrica eran: 24 ha. 60 a y 57 c.a. En Atlixco pagaba, en 1913, $50,000.00 de predial rústico. Con los $200,000.00 de predial urbano da el total de los $250,000.00.4 Estas tierras “rústicas” de labor se conservaron porque tal parece que la ciasa las ofrecía en arrendamiento. El proyecto fabril no contemplaba explotaciones agrícolas vinculadas a las haciendas pero no impedía el arriendo de las mismas para el establecimiento de una versión moderna de un “real industrial” a la usanza minera. Por ejemplo, en 1913 le arrendó tierras a un tal Manuel Gómez. A su vez, dicha persona subarrendaba a campesinos. Con motivo de las fricciones empresa-Estado en los años veinte, cuando el “aura” paternal de Don Porfi rio había desaparecido de la escena política para ser sustituido por otra de legitimidad política diferente, muchas de las tierras de esta gran compañía textil fueron motivo de afectaciones agrarias para evitar que arrendatarios pagaran sus cuotas a la misma. Con estas presiones, la ciasa se desprendió poco a poco de las tierras de labor vendiéndolas anticipadamente, como sucedió con el Rancho de Moyotzingo vendido a Abraham Howland en 1921.5 Los límites de la intolerancia con el Estado revolucionario se dieron entre 1922-1924. El 15 de abril de 1922, por un decreto local se exigió a la ciasa un impuesto adicional de 40 por ciento sobre fábricas textiles. La compañía alegó en descargo que ofrecía servicios educativos con dos escuelas sostenidas por ésta desde su fundación. Sostenía una nocturna desde hacía tres años, para los obreros. Con el municipio cubría el predial ya explicado. Con el nuevo impuesto la competitividad de los productos de la ciasa se vería notablemente afectada pues en otros estados dicho impuesto no existía.6 En otro alegato con el gobierno del estado, la ciasa protestó por la interpretación que la ofi cina recaudadora de rentas hizo de supuestas “fábricas de blanqueo y estampe” por lo que se pretendía cobrar dos impuestos

3 Archivo Privado de la Compañía Industrial de Atlixco sa (ciasa). R .iii C. 36 Of. iv 10/08/1923. 4 Keremitsis (1973) “El lento crecimiento de la población y lo bajo de los salarios limitaban la cantidad de ropa que podía venderse en el área, haciendo esencial (los ferrocarriles) el acceso a áreas que antes estaban aisladas para el crecimiento de la industria de consumo” (p. 158). 5 A.P. ciasa R. iii C. 36 Of. 3 y 4 12/11/1921 y 29/09/1923. 6 Véase “Alegato de aguas de la ciasa ante la scjn...”, pp. 9-10

25 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 19-41 más por derechos de patente por considerarse fábricas adicionales de la ciasa.7 En 1924, la contri- bución por esos conceptos era en promedio mensual de 200 a 300 pesos. La ciasa protestó por el hecho de que la resolución de la tarifa se hizo sin esperar el término del año fi scal que se regía por tarifa distinta. De alguna manera se vio obligada a aceptar el impuesto especial sobre patentes por el cual había protestado desde 1921. Al revertirse los privilegios fi scales con el fi n del porfi riato, el nuevo Estado revolucionario in- tentó fi nanciarse a costa de las grandes corporaciones, cuyos patrones no se distinguieron por ser fi eles aliados de la causa armada. Una de las razones que compañías como la ciasa alegaban como señal de atraso y estancamiento de nuevas inversiones durante la década de 1920 fue sin duda la política fi scal desigual. La ciasa declaraba constantemente no haber realizado mejoras ni amplia- ciones a la fábrica puesto que todo ello era signo de mayores impuestos.8 Para evadir impuestos abrió al tráfi co público los caminos de la fábrica de “Metepec” a Atlixco y a “San Baltazar” con la condición de que el municipio de Atlixco se encargase de las reparaciones por medio de impuestos a dueños de transportes. Desde su fundación, proporcionaba a la Benefi cencia Pública del Estado artículos de su fa- bricación y al ayuntamiento de Atlixco materiales y dinero para mejoras de las escuelas y para los niños del hospicio. En “Metepec” se había instalado una administración de correos y se propuso a la Dirección General de Correos una renta mensual de $10.00 en una casa de la calle principal “donde están las casas de todos los empleados de categoría” (en 1908 pagaban $5.00 semanales de renta). También se propuso instalar una ofi cina de Telégrafos nacionales en la fábrica hacia 1920. Respecto de los servicios de salud pública, enfermedades y accidentes en la fábrica y caserío, éstos siguieron siendo cubiertos por cuenta de la compañía. Había un médico para obreros. Cuando el servicio no se otorgaba en la fábrica se les enviaba al hospital de San Juan de Dios de la ciudad de Atlixco y la ciasa costeaba los gastos.9 En un informe al secretario de Industria, Comercio y Trabajo en 1923, la ciasa decía tener gas- tos de $600.00 mensuales en personal y útiles de las escuelas donde tenía a 65 niños, 50 niñas, 200 adultos, un maestro, una maestra y ocho ayudantes. En el año de 1921 tenía 96 obreros inscritos, de los que asistían 50 a la escuela nocturna.10 En el alegato sobre aguas de jurisdicción federal de 1921, que hace valer las leyes carrancistas plasmadas en el Artículo 27 constitucional de 1917, ante la Suprema Corte de Justicia, la ciasa no tenía argumentos sólidos para defender su posición. Como parte de su estrategia por salvarse de pérdidas económicas ante estos embates de las nuevas leyes revolucionarias, la empresa decidió liquidar las tierras de Axocopan y asegurarse el control de las aguas aunque no hubiere logrado el

7 A.P. ciasa. R.iii C. 36 Of. 4 7/11/1922 8 Acta de fundación de la ciasa. Notario J.M. Villela. 5 de febrero de 1899. Archivo de Notarías de la Ciu- dad de México. Los orígenes de las villas obreras en México se documentan en los panfl etos de Estevan de Antuñano y en el caserío obrero de su Fábrica “La Constancia Mexicana” desde 1835. Véase la mejor biografía publicada a la fecha de Evelyne Sánchez (2004). 9 A.P. ciasa R. i C.36 Of. 1 01/05/1908 y 16/06/1913 R. ii C. 36 Of. 3 02/02/1908. 10 A.P. ciasa. R. iii C. 36 Of. Iv 10/08/1923.

26 Auge y decadencia del temprano sistema industrial mexicano: del porfi riato a la Revolución, 1890-1940 || Humberto Morales Moreno fallo a su favor sobre la supuesta propiedad de las mismas. Ya en 1920, el juez de distrito en Puebla había fallado en contra del amparo solicitado por la ciasa para que los manantiales de Axocopan se mantuviesen bajo su jurisdicción.

Que como claramente se ve de todas las constancias de que minuciosamente se acaba de hacer referencia, no aparece dato alguno que funde el derecho de propiedad ni de posesión, ni aún de simple tenencia, que la ciasa pretende tener respecto de los manantiales y arroyo de Axocopan pues que si bien adquirió por expropiación judicial los terrenos de ignorados vecinos del pueblo de Axocopan para los fi nes expresados en los contratos de concesión, para construir obras para el uso y aprovechamiento como fuerza motriz de las aguas del Río de San Baltazar o Cantarranas, tales contratos de concesión en nada se refi eren a los manantiales y arroyo de Axocopan, en consecuen- cia, la declaración hecha por la Secretaría de Agricultura y Fomento sobre que esos manantiales y arroyo de Axocopan son propiedad de la nación, no viola, en perjuicio de la ciasa quejosa, las garantías constitucionales que invoca en su demanda de amparo, toda vez que esa declaración no la priva de la propiedad, posesión o derecho que no tiene en los repetidos manantiales y arroyo de Axocopan, los cuales están de lleno comprendidos en la clasifi cación de aguas de propiedad nacio- nal consignada en el párrafo quinto del Art. 27 de la Constitución General.11

En 1922 la ciasa declaraba que las aguas de Axocopan se aprovechaban en el riego del Rancho de Moyotzingo ya en propiedad de Abraham Howland, aclarando que ella se sentía en propiedad de las mismas (¡rentadas para el riego!).12 Hasta el término de sus operaciones en 1967, “Metepec” tuvo el control real de estas aguas aunque las sucesivas crisis de la empresa la obligaron a desincor- porar las tierras y a frenar todos sus proyectos de expansión. El pecado original de esta compañía nacional en territorio poblano fue el de que los principales accionistas se la habían jugado con Victoriano Huerta en la etapa armada de la Revolución, pues el trato no fue efectivamente el mismo para el resto de los empresarios locales. En 1925 se comienzan a notar cambios importantes en la política fi scal de la Revolución hacia el sector textil. En ese año de 1925 la industria textil de la lana se incorporó fi nalmente a esta legis- lación de contribuciones directas. En 1927, como medida de presión para los industriales que no querían aceptar la tarifa de salarios de la Convención Obrera del Ramo Textil, los impuestos sobre ventas fueron incrementados, aboliéndose en agosto de ese mismo año pero con un aumento ge- neral de los impuestos a 8 por ciento sobre ventas de hilo y ropa de algodón y sus mezclas, 13 por ciento sobre los productos de lana o yute y 10.25 por ciento sobre mezclillas. Es importante dejar en claro que en estos años, como lo veremos en el análisis de las transferencias en este periodo, el ser- vicio de la deuda ganaba mayor importancia, por lo que se adicionó un impuesto de 10 por ciento para el servicio de dicha deuda.

11 “Alegato...”, p. 10. 12 A.P. ciasa. R.iii C. 36 of. 4 7/11/1922.

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CUADRO 3.Evolución de los impuestos al sector textil mexicano entre 1924-1927

Frecuencia 1924 1925 1926 1927 Masa impositiva bruta $6,020,000.00 $6,238,000.00 $5,061,00.00 $4,716,000.00 Fuente: Elaborada con los datos del informe de Sterret y Davies, p. 55.

Tomando en cuenta que las transferencias de estos años se dirigieron al servicio de la deuda, el incremento de las inversiones del Estado en infraestructura, en lugar de la política porfi rista de sub- venciones, no se dio con toda fuerza, y la tendencia a la disminución de la captación fi scal del sector hacia 1927 puede deberse a la acogida de estímulos fi scales, pero quizá también, y en mayor medida, a las crisis recurrentes de sobreproducción del sector y capacidad instalada ociosa, que repercutió en ajustes constantes de la tarifa del Timbre, del impuesto sobre ventas, etc. Si observamos el índice de actividad manufacturera textil entre 1899-1927 tenemos que antes de la i Guerra Mundial la in- dustria textil tuvo su mejor periodo entre 1908-1912, con una caída fuerte entre 1914-1917 (datos no registrados), para estabilizarse y sobrepasar sus niveles anteriores a partir de 1921. El sector fue muy sensible a las coyunturas políticas internas y no fue sino hasta mediados de 1925 que las ventas se levantan otra vez. Entre 1924-1927 las ventas tuvieron en general una curva depresiva, lo que coincide con esta contracción fi scal similar, además de las huelgas y crisis de 1926 que impactan los benefi cios por encima de las ventas. Muchos de los estados de venta refl ejaban en realidad stocks acumulados de los ciclos anteriores tomando en cuenta que el ratio entre algodón consumido y las ventas conserva una proporción cuasi inversa. La situación es más evidente entre 1918-1921 donde el número de plantas en operación, algodón consumido y telares y husos en operación fue similar a los años de auge y el volumen de ventas se disparó a más del doble en promedio. Es claro que la venta de bodega fue mucho mayor que la de la producción real, de allí que los impuestos sobre con- sumo (o ventas), cuya cuota era la misma hasta antes de 1928 (5 por ciento) fue constantemente protestado por los empresarios debido a que la producción se encontraba en realidad estancada. El “equilibrio presupuestal” en una época de crisis como lo fue la etapa armada de la Revolu- ción fue notablemente frágil como política económica en estos años. Entre 1912 y 1925 el peso del gasto federal se dio obviamente en la administración del Estado, pero con mayor presencia del gasto en el servicio de la deuda y las inversiones públicas. Al nivel estatal, las entidades federativas que tuvieron ingresos entre 500 mil y un millón de pesos tuvieron una política de gasto ligeramente inferior a la de sus ingresos. El resto tuvieron défi cit y recurrieron constantemente al endeudamien- to o a la supresión de empleos o prórrogas en su calendario de pagos. En general, a nivel federal tres son los grandes rubros del gasto en esta etapa de la Revolución: a) Gastos ordinarios y administrativos. b) Inversiones bancarias y construcción de obras de irrigación y caminos. c) Deuda pública.

28 Auge y decadencia del temprano sistema industrial mexicano: del porfi riato a la Revolución, 1890-1940 || Humberto Morales Moreno

CUADRO 4. Indicadores de la actividad manufacturera textil entre 1899-1927

Año Núm. de Núm. de Núm. Núm. de Algodón Ventas Fábricas Husos de Telares Trabajadores Consumido declaradas (miles de kg) (miles de pesos) 1899 120 491,443 14,759 23,731 26,518 29,753 1900 134 588,474 18,069 27,767 28,985 35,459 1901 133 591,506 18,733 26,709 30,262 33,877 1902 124 595,728 18,222 24,964 27,628 28,780 1903 115 632,601 20,271 26,149 27,512 36,907 1904 119 635,940 20,364 27,456 28,841 42,511 1905 127 678,058 22,021 30,162 31,230 51,241 1906 130 688,217 22,776 31,673 35,826 51,171 1907 129 613,548 23,507 33,132 36,654 51,686 1908 132 732,876 24,997 35,816 36,040 54,934 1909 129 726,278 25,327 32,229 35,435 43,370 1910 123 702,874 25,017 31,963 34,736 50,651 1911 119 725,297 24,436 32,147 34,568 51,348 1912 126 762,149 27,019 32,209 33,154 63,802 1913 118 752,804 26,791 32,641 32,821 54,002 1918 104 689,173 25,017 27,680 20,334 48,567 1919 110 735,308 26,995 32,815 31,095 80,781 1920 120 753,837 27,301 37,936 31,694 120,492 1921 121 770,945 28,409 38,227 35,924 93,342 1922 119 803,230 29,521 39,677 34,654 85,023 1923* 110 802,363 29,618 39,142 16,172 48,475 1924 112 808,389 29,817 37,676 15,259 48,216 1925 131 831,524 30,800 43,196 20,499 54,210 1926 139 838,091 30,947 44,013 20,761 47,719 1927 143 832,193 30,790 41,214 19,103 44,901 *Los datos a partir de 1923 fueron ajustados, de la tabla de Sterret y Davies, a la media aritmética de los informes semestrales que reportaban actividad desde octubre del año anterior al mes de abril y subsiguiente. El reporte de 1927 se refi ere exclusivamente al ciclo octubre 1926 al mes de abril de 1927. Fuente: Tabla reelaborada con los datos de Sterret y Davies con las estadísticas de 1899-1922 tomadas del Anuario Estadístico, año 1923-1924, tomo ii, página 135. Los años posteriores fueron obtenidos de la shcp, Departamento de Impuestos Especiales.

CUADRO 5. Tabla de egresos del gobierno federal entre 1924-1928

Gasto 1924 1925 1926 1927 1928 Administración 231,367 210,870 238,921 231,299 228,369 Inversiones e infraestructura — 55,735 39,800 17,623 30,250 Deuda pública (transferencias) 19,754 31,610 49,967 46,237 32,500 Totales: 251,121 298,215 328,688 295,159 291,119 Fuente: De acuerdo con Sterret y Davies, p. 58.

En 1925 el total de las inversiones estuvo volcado al pago de acciones del recién fundado Ban- co de México. En 1926 casi 50 por ciento de las inversiones se dirigieron a la compra de acciones

29 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 19-41 del Banco Nacional de Crédito Agrícola y el resto, 50 y 50 a obras de irrigación y caminos. En 1927 el grueso de las inversiones se destinó a obras de irrigación y en 1928 a irrigación y caminos. En lo que concierne a las transferencias por servicio y pagos de la deuda pública (interna y exter- na) sólo en el año de 1928 existió un relativo equilibrio entre el gasto de inversión y el de la deuda. Con todo lo anterior, obtenemos una tendencia de continuidad entre el porfi riato y la Revo- lución en materia de política fi scal de fomento al sector industrial digna de destacar y analizar por separado. Se trata del capítulo de las transferencias fi scales que la Federación proporcionó a la indus- tria bajo la forma de exenciones fi scales, concesiones sobre aguas, tierras y patentes industriales y subvenciones por caminos, infraestructura y ferrocarriles. Los datos de Armando Servín coinciden con los de los analistas norteamericanos en el hecho de que no es sino hasta el periodo fi scal de 1926-1942 que las contribuciones de la industria comienzan a ser signifi cativas en comparación con el grueso de las transferencias fi scales que la ederaciónF aportó para el fomento industrial, sin que esto signifi case que hubiera una deliberada olíticap de industrialización estatal. Analizaremos este aspecto de las transferencias que técnicamente forman parte del presupuesto de egresos del Es- tado, concentrándonos en ejemplos de la gran industria textil, la más importante del sector manu- facturero entre 1890-1940. Después, terminaremos nuestro estudio mostrando algunos ejemplos del impacto de estas políticas fi scales en el plano regional del estado de Puebla, por haber sido Pue- bla la primera entidad manufacturera de México después del Distrito Federal a lo largo del periodo de análisis. Entre 1913 y 1917, periodo crítico de la guerra civil, los impuestos sobre husos y ventas textiles comenzaron a elevarse vertiginosamente en el caso de Puebla. Ya para el Decreto del 24 de enero de 1913 la “cuotización” del sector alcanzaba el tope de los 62 mil pesos. Los planes de arbitrios de los distritos agroindustriales más importantes, como Atlixco, parecían no tener control de la situación al decretar desesperados impuestos entre 80 centavos y 2.5 pesos mensuales adicionales a todos los giros mercantiles e industriales de la región. Las cuadrillas vigilantes de las empresas debían ser costeadas por los propios empresarios. Los planes de reducción, rebajas, ajustes a los rubros fabriles causantes de impuesto se mantuvieron en la misma tónica que en la etapa anterior. Para 1914, el tope de la contribución de patente en la capital se fi jó en los 224 mil 600 pesos. Esto es 1,500 pesos más que en 1910. El 20 de marzo de 1914 se decretó en el estado de Puebla un impuesto de 50 por ciento adicional sobre: a) Industria textil del algodón y lana. b) Azúcares y mieles. c) Patente. d) Pulques. e) Molinos.

Además sólo el comercio al menudeo de abasto permanecería abierto los domingos. En el aspecto de los apoyos al pago de salarios, las cuotas mínimas de 80 centavos por jornal y jornada de 8 horas decretadas el patriótico 15 de septiembre de 1914 marcaron otro freno a la necesidad de la

30 Auge y decadencia del temprano sistema industrial mexicano: del porfi riato a la Revolución, 1890-1940 || Humberto Morales Moreno industria local de buscar salidas a la situación de crisis acelerada por la guerra civil. Además, dadas las atribuciones de apoyo que la colonia española había tributado al régimen porfi rista, los decretos locales de la comandancia militar de Puebla del 29 de septiembre de 1914 prohibieron la presencia de dependientes españoles en giros mercantiles y fabriles del Estado y sólo se aceptaban mexicanos en los giros agrícolas. Pero la realidad no parecía obedecer los dictados de los gobiernos en guerra. En el plan de arbitrios para el estado de 1915 se estipulaban impuestos difíciles de cumplir y recau- dar como estaban establecidos en el Decreto:

1. Cuotización textil de lana y algodón a 80 mil pesos tope. 2. 10,227.30 por concepto de azúcares y mieles. Con trabajos llegaba a 10 mil en 1910. 3. 14,545.80 por concepto de panelas y piloncillos. Cuota similar al tope alcanzado en 1910. 4. Queda vigente la contribución de patente y sus adiciones de la ley del 8 de noviembre de 1888. 5. Descuentos hasta de 6 por ciento a textileros e ingenios que pagaran su cuota anual por ade- lantado.

Los efectos de la crisis y la irrealidad de los arbitrios no se hicieron esperar cuando para el 28 de septiembre de 1915 la contribución sobre textiles se proponía sobre la base de $20,666.00 y su adicional municipal más la misma cantidad como impuesto extraordinario. Aparte al total se agregaba 20 por ciento adicional. ¡La locura fi scal en tiempos de guerra! Las panelas plantaron su cuota a 1,800 pesos mensuales y sus adicionales. La cerveza, que empieza a ganar presencia respec- to a los pulques generaba un jugoso ingreso de 30 centavos por botella y 70 centavos por litro. Los azúcares y mieles llegaron a 7,670.5 pesos mensuales, cuando la media mensual para la capital era de 2,500 pesos aproximadamente en el año de 1910. El extremo se desbordaba en 1916, cuando en los decretos del 25 de enero se estipulaba que las fábricas textiles “cuotizarían” 150 mil pesos al año. El decreto base seguía siendo el mismo de 1886 y 1898, pero ya no contemplaba exenciones. Y lo más interesante de esta situación fue el hecho de que las multas por falta de pago de la contribución de patente se incrementaron hasta los 500 pesos y se derogó la facultad discrecional de los goberna- dores para hacer arreglos sobre contribuciones ya que, de manera muy explícita y solícita “...el pago de contribuciones que, en lo sucesivo, se harán exclusivamente conforme a las leyes, debiendo esti- pularse...” (Decreto del 18 de marzo de 1916). Como si la ley, entonces, nunca se hubiera aplicado cabalmente. Lo cual da una idea confusa, pues la ley era ya de origen discrecional. En cuanto a las estrategias de contratos, exenciones y subvenciones federales o estatales, la tóni- ca no cambió el espíritu reglamentario de la legislación porfi rista. Pastor Rouaix, quien fungía como secretario de Fomento en el gobierno constitucionalista de Carranza, se dedicó a fi rmar contratos y concesiones de todo tipo, incluso continuando los que estaban ya estipulados en la etapa porfi rista. Destaca el caso del contrato celebrado el 15 de junio de 1917, con el representante de la señora Adela Méndez Vda. de Gavito, de Puebla, que reformó el del 29 de abril de 1908 (señores Gavito y Villa) para el aprovechamiento de la fuerza motriz hidráulica del río de San Baltasar en Atlixco, modifi cando los canales de llegada y desagüe de la fábrica textil de “La Carolina”. Y fi nalmente, en

31 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 19-41 cuanto a los planes de arbitrios, los ingenios del estado que elaboraban azúcares y mieles, cargarían el impuesto sobre la base de un centavo por cada kilo de azúcar que produzcan y medio centavo por el de miel, en los primeros ocho días de cada mes.13 A partir de 1922 observamos que la política de arbitrios a nivel municipal continuó siendo dis- crecional, una vez atemperadas las coyunturas violentas de la guerra civil.14 Predominaron los altos impuestos sobre bebidas alcohólicas, en particular el ramo de pulques. Se comenzaron a gravar las aguas minerales de Tehuacán y se continuaron las concesiones sobre la hidroeléctrica de Necaxa. En el plan de arbitrios del estado para 1923 se fi jó la cuota anual de patente en $535,040 y se man- tenía la cuota de 150 mil pesos a la industria textil, esta vez con independencia de los estampados y acabados, cuyas cargas se cobraban por separado 25 mil pesos a los tinacales de pulques y 370 mil a los comerciantes de pulques 35 mil a los expendios de alcohol, 18 mil a panelas y piloncillos. El impuesto a ingenios y a los molinos permaneció estable. Los únicos impuestos que sufrirán modi- fi caciones notables serán los de minería y petróleo. En el Distrito de Atlixco, aparte del impuesto estatal de 3 por ciento a giros industriales, de los derechos de patente, los arbitrios locales eran muy altos. El impuesto local a fábricas textiles era de 12 por ciento, siendo el más bajo de todos los arbi- trios locales. Por un decreto del presidente Calles de abril de 1926, las industrias cuyo capital no excediera de 5 mil pesos quedaban exceptuadas del pago de contribuciones federales. En agosto del mismo año se decretó una adición importante a la Ley del Timbre por medio de la cual se eximió de contri- bución federal a las ventas de primera mano de productos textiles, alcoholes y tabacos. Así también los “enteros que se hagan” por concepto de producción de los mismos giros.15 Entre 1925 y 1929 las nuevas disposiciones sobre contratos y concesiones para explotación de aguas nacionales no habían cambiado el espíritu porfi rista de la ley, pero sí se incrementaron los montos exigidos de depósito. Por ejemplo, en concesiones federales de aguas se cobraba un depósi- to de un peso por cada caballo de fuerza teórico de las caídas de agua hasta los 10 mil caballos. Más de 10 mil causaba un depósito de 10 mil pesos. Si la concesión era para usos industriales el depósito era mucho más generoso, pues comenzaba con 50 pesos por cada millón de metros cúbicos anua- les o fracción que se conceda. Si la concesión sobrepasaba los 150 millones de metros cúbicos el depósito sería de 7,500 pesos. Con esta legislación fue muy importante el contrato de concesión fi rmado por Miguel E. Abed para aprovechar las aguas del Río Atoyac en Puebla, a razón de 3 mil litros por segundo para crear fuerza motriz para la industria textil urbana de la ciudad capital.16

13 Periódico Ofi cial del Gobierno del Estado de Puebla. Años 1913, 1914, 1915, 1916, 1917. Volúmenes com- pletos. Fechas de decretos citadas en el texto. Archivo General del Estado de Puebla. Hemeroteca. 14 Por el Decreto publicado el 10 de octubre de 1922, el gobernador Froylán C. Manjarrez fue habilitado para negociar arbitrios, exenciones y concesiones a la vieja usanza porfi rista. Periódico Ofi cial del Gobier- no del Estado. Tomo 109. 10 de octubre de 1922. 15 Periódico Ofi cial del Estado. Claudio N. Tirado. Tomo 116, 1926. 16 Periódico Ofi cial del Estado. 12 de marzo de 1929 y Decreto de aguas en concesión federal del 5 de abril de 1929.

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En los últimos años de la década, los impuestos a bebidas alcohólicas y pulques tuvieron fuer- tes incrementos y al parecer, sin que podamos comprobarlo fehacientemente para los objetivos de este ensayo, la política estatal intentó desalentar el consumo del pulque entre las clases populares por considerarlo perjudicial para el trabajo agrícola y fabril.17 En cuanto a las exenciones de los gobiernos revolucionarios en estos años es digno de des- tacar una que fue realmente excepcional y única en su tipo y que demuestra indirectamente la complicada red de tráfi co de infl uencias, favores, etc. que ciertos miembros de la élite regional tenían con el Ejecutivo federal o estatal. El gobierno constitucionalista de Puebla publicó una al- moneda pública de remate para el 28 de julio de 1922, sobre la Hacienda de San José Teruel en Izúcar de Matamoros. Dicha hacienda había sido embargada por el adeudo al impuesto de azú- cares y mieles a doña Ángela Conde Viuda de Francisco M. Conde, sirviendo de base para el remate la cantidad de 200 mil pesos. Al parecer hubo muchas confi scaciones y remates de pro- piedades de miembros de la élite poblana porfi rista en estos años.18 Este caso fue importante porque por un Decreto publicado en Puebla el 27 de enero de 1925 el gobierno del estado con- donó sin mayor explicación a la viuda de M. Conde, quien era vecina de la ciudad de Puebla, los adeudos de contribuciones sobre las siguientes propiedades y por los años que se especifi can.

CUADRO 6. Adeudos condonados a Ángela Conde Vda. de Francisco M. Conde en 1925

Propiedad Periodo Monto Hacienda de San Félix (Atlixco) Julio-diciembre de 1924 930.00 Hacienda de San Agustín (Atlixco) Julio-diciembre de 1924 970.62 Hacienda de San Antonio de Abajo (Chalchicomula) Diciembre de 1923-diciembre de 1924 4,407.81 Hacienda de San Miguel de Sesma (Chalchicomula) Diciembre de 1923-diciembre de 1924 4,161.69 Ingenio de Calipan (Tehuacán) Agosto-diciembre de 1924 4,687.50 Rancho de San José Acatocha (Atlixco) 477.41 Rancho de Tizayuca (Atlixco) Noviembre de 1923-diciembre de 1924 Casa núm. 8 Calle Porfi rio Díaz (Puebla) Octubre-diciembre de 1924 325.50 Fábrica de Santo Domingo (Puebla) Agosto-septiembre de 1924 168.75 Negociación Agrícola de Matamoros 775.00 (Ingenio Azucarero) Ingenio de San José Teruel 1922 3,324.99 (Matamoros) (elaboración de miel) Total: 26,041.58 Fuente: Periódico Ofi cial del Estado. Claudio N. Tirado. Gobernador del estado. 27 de enero de 1925. Archivo General del Estado.

17 Véase el elocuente decreto del 1° de Enero de 1926 donde se estipularon impuestos especiales al consumo de alcoholes, mezcales, aguardientes, vinos, cervezas, etc. donde las cuotas eran discrecionales y revisables cada dos meses por el Gobernador en turno. Periódico Ofi cial del Gobierno del Estado de Puebla. 18 Periódico Ofi cial del Gobierno de Puebla. Tomo 109, martes 11 de julio de 1922 y martes 25 de julio de 1922. Hemeroteca Juan N. Troncoso. Archivo General del Estado de Puebla.

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Es indudable que la confi scación de 1922 no sólo no se llevó a cabo, sino que fue condonado dicho adeudo. ¿Qué tuvo que pasar para que este tipo de negociaciones se dieran a cabo por can- tidades importantes entre el Estado revolucionario y ciertas familias de la élite porfi rista que sobre- vivieron a la Revolución? Todavía no está clara esta historia de las negociaciones y discreción fi scal del Estado mexicano, que por el momento escapa a las consideraciones de este ensayo.19 A partir de 1929 y sobre todo en el proyecto cardenista de 1934-1940 se intentó romper el modelo de crecimiento “hacia afuera”, o de “enclave” en el que el Estado como agente económico asumía un papel relativamente pasivo y la economía se desempeñaba bajo el libre juego de las fuer- zas de mercado, las cuales estaban vinculadas total y directamente al mercado internacional. Por otro lado, el modo de operación de la economía se caracterizaba por la existencia de un sector líder bajo el control de grupos extranjeros, aunque muchos de éstos radicaban en México. El estancamiento económico es parte principal en dicho modelo ya que dadas sus característi- cas, el sector industrial que debería desarrollarse no tiene posibilidades de hacerlo, lo que se explica por tres razones:

1. La orientación de la economía hacia el mercado exterior implica que el sector industrial tiene que enfrentarse continuamente a la competencia externa, por lo que la industria naciente no puede desarrollarse. 2. El ahorro y la acumulación de capital provienen básicamente de rentas, intereses y benefi cios, los cuales están en manos extranjeras y en muy corto plazo son regresados al exterior. 3. Los términos de intercambio de los productos primarios no sólo son inestables sino que ade- más se deterioran en el largo plazo.

De aquí que el rompimiento con el modelo de la economía de enclave fuera una condición necesaria para impulsar un proceso de industrialización y crecimiento en forma efi caz. La ruptura con la economía de enclave se inicia en 1929 gracias a dos factores: la creación del Partido Nacional Revolucionario, el cual pone fi n al caudillismo, y la Gran Depresión de 1929- 1933, que redujo el comercio exterior del país a un poco más de la mitad. La Gran Depresión signifi có en el caso de México más que un estimulo efectivo a la industria- lización y sustitución de importaciones, al poner en evidencia las contradicciones y limitaciones del modelo de economía de enclave, ya que mientras la economía fuera primaria exportadora estaría sujeta a los ciclos de prosperidad y depresión de la economía capitalista mundial. Las reformas estructurales cardenistas (1934-1940) tenían como objetivo impulsar en forma decidida el desarrollo económico y político de México con autonomía del exterior. En el área eco- nómica los cambios estructurales implicaron no sólo una reforma agraria y la nacionalización de la industria petrolera y de ferrocarriles, sino también, y por primera vez en el país, el Estado participó

19 Para un análisis más detallado de la política fi scal de fomento industrial en este periodo véase mi ensa- yo: Morales Moreno, Humberto (2003). Los empresarios y la política fi scal de fomento industrial en Puebla, del porfi riato a la Revolución: 1880-1930.

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ya no como agente observador y pasivo sino como un agente activo y promotor del cambio y del desarrollo económico. Después de que la crisis económica tocó fondo en 1932, la industria se desarrolló con rapidez. A mediados de la década de los treinta se vivió un intenso periodo de inversión industrial que por primera vez en la historia de México colocó a la producción manufacturera a la vanguardia de la economía. Hemos resumido en los siguientes aspectos parte del secreto de esta recuperación de la economía mexicana en el cardenismo y el nuevo impulso al sector industrial:

1. Estructura social y económica del país: debido a que gran parte de la población residía aún en pequeñas comunidades y producía fundamentalmente para su subsistencia, México contaba con un amortiguador de los impactos externos. De esta manera el México de los años treinta seguía siendo abrumadoramente rural y gran parte de este sector no se había integrado aún en la economía nacional. Todavía en 1930, 68.7 por ciento (Haber, 1989) de la pea trabajaba en OJO: INSERTARla agricultura. CUADRO. Además SIN la mayor NUMERACIÓN parte de esta población EN EL ORIGINAL. agrícola seguía como campesino tradi- cional, pues vivía en pequeños poblados y producía esencialmente para su subsistencia. En la siguiente tabla se muestra a la pea de 1921 a 1940 de los sectores agropecuario, industrial (in- cluye manufactura y extractivas, construcción y electricidad) y de servicios (incluye comercio, transportes y comunicaciones). Sin embargo las cifras de Haber presentadas anteriormente difi eren con las publicadas por El Colegio de México de donde se extrajeron estas cifras.

CUADRO 7. pea en el sector industrial (1921-1940) OJO: SectorINSERTAR de Actividad GRÁFICA. ELIMINAR 1921TÍTULO DENTRO 1930 DEL RECUADRO. 1940 SIN pea Total 4883.6 51665.8 5858.1 NUMERACIÓNAgropecuario EN EL ORIGINAL. 71.4% 70.2% 65.4% Industrial 11.5% 14.4% 12.8% Servicios 17.1% 15.4% 21.8%

1616 1414 1212 1010 88

Porcentaje 66 44 22 00 1 1921 11.5 1930 14.4 1940 12.8

GRÁFICA 3. pea en el sector industrial (1921-1940)

Fuente: El Colegio de México. Centro de Estudios Históricos. Historia General de México. Obra preparada por el Centro de Estudios Históricos, 1998.

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Una de las medidas asumidas por el gobierno cardenista para abrirle camino a la industria fue la reforma agraria. Para Cárdenas, el reparto de tierras debía resolver el “problema económi- co” de las masas rurales, permitiéndoles elevar su nivel de vida. El aumento de la producción agrícola proporcionaría a los campesinos los recursos para adquirir artículos manufacturados. De esta manera, al mismo tiempo que se incrementaría la producción con la reforma agraria, se estarían creando las necesidades para revitalizar la economía del interior. La reforma agraria que Cárdenas realizó durante su gobierno tuvo la virtud de proporcionar los ingresos a los campesinos, quienes, al convertirse en consumidores de productos manufacturados, contri- buyeron a ampliar el mercado nacional; innumerables regiones del país abrieron sus puertas y a través de ellas se empezaron a introducir mercancías distintas de las agrícolas. La industria y el comercio comenzaron a sentir los efectos positivos de la reforma agraria, incrementando sus actividades. Además la reforma agraria trajo consigo la movilidad de la fuerza de trabajo, que pudo trasladarse a centros productivos, tales como la industria. 2. Los precios de los bienes que México comerciaba en el mercado internacional comenzaron a subir a mediados de los años treinta, lo que incrementó la demanda agregada a través de los mismos canales que la habían reducido como consecuencia del descenso generalizado de los precios. México contaba con una relativamente diversifi cada gama de productos de exportación como cultivos básicos, frutas tropicales, café, materias primas industriales, metales preciosos y petróleo. Además la demanda internacional de dos de sus principales mercancías de exportación (plata y petróleo) era relativamente fi ja. En 1934, el valor y volumen de las exportaciones mexicanas comenzaron a aumentar de nuevo. En ese año, los ingresos por exportaciones se elevaron en 68 por ciento en dólares, incremento cuya mayor parte se debió a la exportación de petróleo, oro y plata, los cuales representaron 77 por ciento (Haber, 1992) de los 83 millones de dólares de aumento por este concepto entre 1932 y 1934. Según Enrique Cárdenas, la posición hasta cierto punto privilegiada de México por su plata y petróleo permitió acelerar la recuperación aumentando la demanda y la capacidad de importación y permitiendo con ello la compra de materias pri- mas extranjeras, las cuales hicieron posible la rápida reanudación de la producción.20 3. Los cambios en las políticas gubernamentales también desempeñaron un papel de importancia. Con el gobierno de Cárdenas, las autoridades fi scales ymonetarias del país abandonaron la ortodoxia y siguieron políticas más o menos expansionistas. El gobierno decidió apostar al pleno em- pleo21 en lugar de buscar el equilibrio del presupuesto y la estabilidad del peso.

En términos de política monetaria, en lugar de defender el tipo de cambio contrayendo la re- serva de dinero, siguió una política monetaria expansionista y permitió la fl otación del peso. Me- diante una combinación de creciente acuñación de plata y emisión de papel moneda, la reserva

20 Esto es parte de la tesis de Enrique Cárdenas sobre el impulso industrializador del cardenismo. Véase su libro clásico: La industrialización en México durante la Gran Depresión (1983). 21 Ocurre cuando no hay desempleo cíclico o de manera equivalente cuando todo el desempleo es friccio- nal o estructural.

36 Auge y decadencia del temprano sistema industrial mexicano: del porfi riato a la Revolución, 1890-1940 || Humberto Morales Moreno monetaria aumentó lo que permitió disminuir las tasas de interés y alentar el consumo mediante el aumento de la base monetaria.22 También la política fi scal del gobierno fue expansionista durante la crisis: en lugar de contraer el gasto para mantenerse a la par de la disminución de ingresos fi scales, se permitió un défi cit entre 5 por ciento y 13 por ciento (Haber, 1992) para mantener el alto nivel de la demanda agregada. Cárdenas redistribuyó radicalmente el presupuesto federal para aumentar las cantidades asignadas a obras de infraestructura económica (instalaciones de irrigación, ferrocarriles y electricidad) y pro- gramas sociales (escuelas rurales, agua potable), todas ellas con productividades marginales muy altas. Debido a que se había gastado menos en estos rubros antes de la década de los treinta, los nuevos programas tuvieron un aumento sustancial sobre la economía, pues las carreteras unieron los mercados, la irrigación elevó los rendimientos agrícolas y el mejoramiento de la salud pública incrementó la productividad de la fuerza de trabajo. El gobierno cardenista también puso medidas arancelarias, con el propósito de proteger la industria instalada en el país, salvándola de la competencia de las mercancías provenientes de las metrópolis imperialistas. Al mismo tiempo facilitó la importación de los materiales y equipos que la industria requería para su desarrollo y modernización; estimuló el surgimiento de nuevas industrias, concediéndoles facilidades para su instalación y eximiéndolas de impuestos; derogó el impuesto sobre exportación de capitales, con el propósito de que los capitalistas extranjeros se ani- maran a invertir en el país, y concedió todo tipo de ayuda y subvenciones destinadas a estimular la industrialización. La combinación del afecto amortiguante del sector agrario, el aumento de los precios de las mercancías de exportación y el cambio en las políticas gubernamentales dieron curso a la recupe- ración económica. El motor de esta recuperación fue el sector industrial del país que creció en pro- medio a 6.1 por ciento anual de 1932 a 1940 (Haber, 1992). El sector manufacturero se convirtió en el de más rápido desarrollo durante la década de 1930. Al frente de la recuperación estuvieron industrias de bienes de producción. Las fábricas de acero y cemento, así como otras industrias relacionadas con la construcción, tuvieron auge bajo la infl uencia del gasto gubernamental en infraestructura. También las empresas cerveceras, textil y cigarrera se vieron benefi ciadas al aumentar la utilización de su capacidad instalada, es decir por primera vez estas industrias obtenían verdaderas ganancias y ocupaban la tecnología adquirida en su fundación.

22 Aquellos activos, en gran parte obligaciones monetarias del sector público y obligaciones a corto plazo de creación de crédito, que determinan la oferta monetaria de dinero.

37 OJO: INSERTAR GRÁFICA. ELIMINAR TÍTULO DENTRO DEL RECUADRO. SIN NUMERACIÓN EN EL ORIGINAL.

OJO: INSERTAR GRÁFICA. ELIMINAR TÍTULO DENTRO DEL RECUADRO. SIN NUMERACIÓN EN EL ORIGINAL.

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600600 500500 400400 300300 200200 100100 00 19331234561934 1935 1936 1937 1938 Capacidad 405 405 405 405 405405 513513 OJO: INSERTAR GRÁFICA. ELIMINAR TÍTULO DENTRO DEL RECUADRO. SIN Producción 173 241 252 286 345345 374374 NUMERACIÓNUtilizaciónUtilizac EN iónEL ORIGINAL.43%606271857343% 60 62 71 85 73

GRÁFICA 5. Uso de la capacidad instalada en la industria cementera (1933-1938)

120120 OJO: INSERTAR100 100GRÁFICA. ELIMINAR TÍTULO DENTRO DEL RECUADRO. SIN 8080 NUMERACIÓN EN60 60EL ORIGINAL. 4040 2020 00 19331234561934 1935 1936 1937 1938 Capacidad 110 110110 110 110 110 110 Producción 54 66 6464 88 59 0 Utilización 49%60588054049% 60 58 80 54 0

GRÁFICA 6. Uso de la capacidad instalada de la industria cervecera (1933-1938)

Conclusiones

El periodo político y económico que va de 1890-1940 se caracterizó por un fuerte crecimiento económico perturbado por la coyuntura de guerra civil provocada por la llamada Revolución mexi- cana, cuya fase armada entre 1910-1917 paralizó buena parte de la actividad productiva nacional y estatal. Aunque el proceso de recuperación de la economía y de la política fue relativamente rápido y ascendente sobre todo a partir de 1926, la continuidad de una política fi scal federal y estatal multi- forme, desigual, altamente discrecional y confusa siguió siendo la tónica y el talón de Aquiles del sis- tema fi nanciero mexicano en cuanto a la política de ingresos. El fomento estatal a la industria obede-

38 Auge y decadencia del temprano sistema industrial mexicano: del porfi riato a la Revolución, 1890-1940 || Humberto Morales Moreno ció a coyunturas de penuria económica de las fi nanzas públicas en cuanto al incremento arbitrario de impuestos al sector fabril, o una relativa liberalidad y estímulo a grandes proyectos de inversión, de forma selectiva en función de benefi cios adicionales para el propio Estado o de los intereses personales de los gobernantes en turno. La política de concesiones, exenciones y subvenciones fi s- cales del porfi riato sufrió pocos cambios hasta antesdel plan sexenal de Lázaro Cárdenas y quizá la industria perdió la protección subsidiaria del Estado a partir de 1922-1926, pero sin signifi car esto que la mayor efi ciencia en el cobro de impuestos, la unifi cación de impuestos estatales y nacionales, aliviaría la delicada crisis estructural que el sector manufacturero ya refl ejaba y cuyo origen: baja productividad, capacidad instalada ociosa, altos costos de operación y transacción, databa desde los principios de la administración porfi rista. Aquellas familias de empresarios que lograron negociar a tiempo las nuevas “persecuciones fi scales” de laRevolución, selectivas y orientadas a castigar a quienes habían colaborado con el antiguo régimen, sobrevivieron y se las ingeniaron para evadir impuestos o negociarlos por servicios, o simplemente cancelarlos, sin que esto haya signifi cado una reforma profunda del sistema industrial mexicano heredado del régimen porfi rista y de buena parte del siglo xix. El ejemplo de las “fábricas textiles históricas” de Puebla ilustra muy bien el hecho de que el fomento industrial de la Revolución, al menos a escala regional, benefi ció y se apuntaló al mismo tiempo, sobre la base productiva ya construida en el siglo xix, que en el impulso a la creación de “industrias nuevas”, como era la misión inicial de la Secretaría de Fomento, desde la adopción de los nuevos códigos mercantiles de 1886 y sus reformas subsiguientes. La ola modernizadora del porfi riato no rompió los antiguos lazos delviejo sistema industrial mexicano del siglo xix. Se desarrolló sobre las bases tradicionales de localización y eslabonamientos, quizá con la excepción del tendido de vías férreas, que fue la gran novedad de la expansión de fi nales del siglo. La fábrica subordinó a la hacienda pero los sistemas de trabajo industrial y las prácticas de control social se anclaron en el viejo sistema. Desde la perspectiva del régimen tecnológico, es inconsistente la idea de que en el siglo xix y hasta 1910, México experimentó una transición de la energía hidráulica al vapor y luego a la electricidad. La fuerza motriz hidráulica fue la dominante y el vapor y la electrici- dad no comenzaron a sustituir el régimen tecnológico de la fuerza motriz sino con posterioridad a la etapa revolucionaria de 1910. Dicho régimen tecnológico no comienza a cambiar sino hasta los proyectos modernizadores emprendidos por el Estado revolucionario con posterioridad a los años del plan sexenal del general Cárdenas.

Archivos consultados

Archivo Judicial del Estado de Puebla en el inah (ajep-inah) 1890-1905. Archivo Municipal de Puebla. Boletín Municipal: 1883-1920, Actas de Cabildo: 1890-1910, Perió- dico Ofi cial del Gobierno del Estado: 1880-1907. Archivo General del Estado de Puebla. Diario Ofi cial de la Federación: 1890-1930. Periódico Ofi cial del Gobierno del Estado de Puebla: 1907-1930. Archivo Municipal de la Ciudad de Atlixco, Puebla (ama-p) Gobernación: 1880-1940.

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Archivo General de Notarías de la Ciudad de México (agn-m). Notario Juan M. Villela núm. 25 1895-1905 Archivo General de La Nación (agn) Ramo Depto. del Trabajo. 1912-1940 Archivo Privado de la Compañía Industrial de Atlixco sa (A.P.-ciasa) Rollos i-ii-iii microfi lm. Li- bro Diario, Asuntos Obreros, Correspondencia. 1899-1927.

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Globalización y transformaciones productivas y territoriales de una ciudad media. El caso de la zona metropolitana de Aguascalientes

Fernando Camacho Sandoval

Resumen La globalización de las cadenas de producción y de comercio a nivel internacional re- presentó la multiplicación de los fl ujos de capital, bienes,servicios e información, que tuvo su expresión territorial en la formación de redes urbanas donde las grandes ciu- dades continúan en la cúspide de la jerarquía pero en donde las ciudades medianas y pequeñas han mostrado tener un papel más relevante en la medida que forman parte de una división internacional del trabajo extendida más allá de las fronteras nacionales. Una hipótesis central en este trabajo es que aquellas ciudades medias, incluso pequeñas, que lograron escalar en las cadenas de producción a través de una especialización en ac- tividades de mayor valor agregado lograron incrementar su competitividad económica, superando las limitaciones de su tamaño. Pero además, la globalización tuvo impactos territoriales en cuanto tamaño, funcionamiento y organización de las ciudades medias, las cuales tendieron a expandirse rápidamente, corriendo el peligro de repetir los proble- mas de las grandes ciudades.

PALABRAS CLAVE: ciudades medias, globalización, Aguascalientes

Abstract Th e globalization of the production chains and of trade at international level represen- ted the multiplication of the capital fl ows, goods, services and information, that had their territorial expression in the formation of urban nets where the big cities continue in the peak of the hierarchy but where the medium and small cities have shown to have a more signifi cant role labor in the measure that they are part of an international division of the extended beyond the national frontiers. A central hypothesis in this paper is that those cities stockings, even small that were able to climb in the production chains through a specialization in activities of more added value they were able to increase its econo- mic competitiveness, overcoming the limitations of its size. But also, the globalization had territorial impacts as well as size, operation and organization of the cities stockings, which spread to expand quickly, risking of repeating the problems of the big cities.

KEYWORDS: medium sized cities, globalization, Aguascalientes

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Introducción

as grandes ciudades en los países desarrollados y en desarrollo fueron y son las que con- centran la dinámica económica, social, cultural y política a nivel mundial. Sin embargo, L desde fi nales del siglo xx, las ciudades medias ypequeñas han logrado atraer y promover mayores fl ujos de inversión y no pocas de ellas sehan convertido en nuevos centros de producción y comercio, incluso en sedes culturales y políticas de cobertura internacional. El aumento de las externalidades negativas de las megaurbes está convirtiendo a las ciudades medias en una opción viable para vivir y producir; de hecho, ya son la primera elección para los migrantes de las zonas rurales y de otras ciudades, incluso de las metrópolis. La urbanización del siglo xx fue dominada por las grandes ciudades, el siglo xxi será el tiempo para las medianas y pequeñas, un porcentaje cada vez mayor de la población vivirá en ellas. Las ciudades medias representan una posibilidad real de mejorar las condiciones de vida para la población en la medida que todavía conservan un tamaño a escala humana donde suceden las interacciones sociales y culturales; hay menor deterioro del medio ambiente, la gobernabilidad es todavía posible y tienen capacidades reales de incrementar su competitividad según la forma e in- tensidad con que se vinculen a la redes nacionales y transnacionales de producción y comercio. Los estudios sobre globalización y urbanización se ha concentrado fundamentalmente en las llamadas “ciudades globales” de los países desarrollados y en desarrollo, y mucho menos en ciuda- des medias y pequeñas que también se han transformado en razón de este proceso. Este trabajo pretende, con un caso de estudio, contribuir a mostrar la importancia de las ciudades medias en el proceso de globalización. En particular, su objetivo es describir las principales transformaciones productivas y territoriales de la ciudad de Aguascalientes a partir de su inserción a la economía mundial desde el inicio de la década de 1980, periodo en que la ciudad es receptora de inversiones extranjeras en el sector industrial y comercial, principalmente. En los estudios sobre ciudades latinoamericanas se identifi can una serie de impactos relaciona- dos con el proceso de globalización que han sido agrupados en cinco temas: 1. Reestructuración de la base económica de la ciudad, 2. Cambios en la morfología urbana, 3. Evolución de los mercados de trabajo, 4. Modifi cación de la imagen y el paisaje urbanos, y 5. Creciente aumento del capital inmobiliario legal e ilegal, especulativo y oligopolizado (Matt os, 2002). En este trabajo se preten- de contribuir en los dos primeros temas, pero tomando una ciudad media mexicana en la región centro-occidente el país.

Globalización y ciudades medias

En términos espaciales, la globalización puede defi nirse como la ampliación e interdependencia de la división del trabajo entre diferentes territorios, áreas urbanas y actores, en donde existe un re-escalamiento de unidades espaciales dentro de una nueva geografía de alcance mundial. Las tendencias de la globalización han tenido impactos en la confi guración de redes entre ciudades de

44 Globalización y transformaciones productivas y territoriales de una ciudad media || Fernando Camacho Sandoval diferentes países de acuerdo a sus relaciones funcionales específi cas. La globalización es, por tanto, una interconexión de escalas espaciales y por naturaleza en un concepto inherentemente geográfi co (Veltz, 1999). En general, existe la hipótesis para varias experiencias en países en desarrollo de que el proce- so de globalización estimuló una tendencia hacia sistemas urbanos con menor índice de primacía debido a la presencia, cada vez mayor, de ciudades medias; no obstante que en algunos países la primacía se reforzó, ya que dicha expansión se dio en las ciudades de mayor tamaño. Sassen (2002) señala que un proceso poco conocido y documentado es la desaceleración de la primacía en varios aunque no en todos los países de América Latina durante los años ochenta, que si bien no eliminó el crecimiento de las megaciudades, muestra uno de los impactos de la globalización económica en esta región. Las estrategias de apertura e industrialización orientadas a la producción para el merca- do externo implementadas en estos países desde esos años, estimularon una descentralización de la población y la actividad económica hacia otras ciudades. Este cambio estuvo fuertemente pro- movido por la expansión de los mercados mundiales de mercancías y la inversión extranjera directa de las corporaciones multinacionales, que tuvieron un impacto en el crecimiento de nuevos polos de desarrollo alternos a las grandes aglomeraciones urbanas en algunos países. ¿Pero, cuáles han sido los factores que han permitido que un mayor número de ciudades medias puedan insertarse en la globalización? En la reestructuración del capitalismo se encuentra el origen de la explicación de las transformaciones urbanas y territoriales (Cuervo, 2003). La globalización trajo consigo la descentralización de las cadenas de producción en un mayor número de países y ciudades, por lo que aquellas ciudades que tuvieron un escalamiento hacia segmentos de producción con mayor valor agregado logran insertarse a la dinámica global e incluso incrementar su competitividad en el sistema urbano nacional e internacional. De ahí que las ciudades medias no estén limitadas por su tamaño, sino que podrían incrementar su competitividad escalando en su base productiva hacia funciones urbanas más especializadas. La dinámica y características de los sistemas productos lo- cales dependerán de la posición que tienen las ciudades dentro las cadenas de producción a nivel global. Ello sin desconocer la importancia de los antecedentes, vocación y desarrollo económico y social de una ciudad o región. La combinación de factores tanto internos como externos, mediados por el contexto a escala nacional, son los que defi nen local y regionalmente la competitividad de las ciudades. Hay diferentes enfoques sobre competitividad de las ciudades, pero hay coincidencia en cuan- to a que las ciudades desempeñan un papel central en la etapa actual de globalización económica. Sobrino (2003) señala que es indudable que las ciudades, de acuerdo a sus atributos, mantienen una fuerte rivalidad entre ellas por atraer fondos públicos e inversiones para generar empleo y cre- cimiento económico. Krugman y Fujita (2000) afi rman que las ciudades no se enfrentan a otras, sino que operan sólo como áreas de localización de las empresas que sí compiten entre ellas. Porter (1996) opina que cada vez las economías de urbanización, localización y aglomeración tipo cluster son más relevantes para el crecimiento económico local debido al generalizado desarrollo de los sistemas de comunicación y de suministro de satisfactores colectivos.

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Los estudios sobre los determinantes de la competitividad local y urbana son adaptaciones de los enfoques sobre ventajas competitivas de las naciones y de las teorías de localización de las actividades económicas, pero ninguno ha concitado consenso o tiene mayor uso. Para las ciudades mexicanas destacan los trabajos de Sobrino (2003) y de Cabrero (2003), cada uno con enfoques metodológicos distintos. En este trabajo, sólo tomaremos el concepto de especialización económica de las ciudades el cual tiene que ver con aspectos relacionados con los recursos naturales y ubicación, con las ventajas comparativas heredadas, con el tamaño de la población y la economía a escala, así como de otros aspectos, donde pueden incluirse las políticas económicas locales y nacionales. Las manufacturas más complejas y de altos volúmenes de producción tienden a necesitar un cierto tamaño para ga- rantizar las economías de urbanización y aglomeración para garantizar un nivel de efi ciencia. Las economías de escala y el tamaño de la ciudad son elementos que están relacionados con el tipo de actividades que una ciudad puede desarrollar, por ejemplo, el mercado potencial de ese lugar puede atraer inversiones, pero también la disponibilidad de mano de obra e infraestructura, que estarían ausentes en ciudades de menor tamaño. Así, la especialización de la economía en ciertos sectores o segmento de valor agregado es una forma de incrementar la competitividad económica de una ciudad dentro de la red urbana global. Otro aspecto que se pretende resaltar en este trabajo es la transformación a nivel territorial de la ciudad de Aguascalientes, como una ciudad media dentro de sistema urbano nacional. Las ciudades tienen transformaciones en su patrón espacial en vista de los imperativos urbanos de la globalización de una parte de sus actividades productivas, ya sea comerciales, industriales o de ser- vicios. En algunos casos son tendencias inéditas que vienen con la globalización, pero en otros casos aceleran tendencias preexistentes. Un ejemplo de éste último es el fenómeno de la conurbación y metropolización de la ciudad de Aguascalientes que implica cambios en el patrón de crecimiento y morfología de la ciudad.

La ciudad de Aguascalientes en el sistema urbano nacional

El número de ciudades del sistema urbano mexicano (sun) pasó de 227 a 374 entre los años 1980 y 2005; las ciudades grandes se incrementaron de tres a nueve, las cinco adicionales fueron Toluca, León, Tijuana, Ciudad Juárez y Torreón, que junto con la Ciudad de México, Guadalajara, Mon- terrey y Puebla pasaron a ser la cúspide de la jerarquía urbana del país. En este mismo periodo las ciudades medias aumentaron de 48 a 78 y las pequeñas de 175 a 286. Entre los años 2000 y 2005, las ciudades medias fueron las que más crecieron en términos absolutos, ya que el número de las pequeñas fue muy similar y en el grupo de ciudades grandes permaneció igual (cuadro 1). Al considerar el periodo de todo el siglo xx y tomando la muestra de las 25 ciudades más pobladas en el año 2000, puede observarse que quince de ellas ya estaban en este grupo en 1900 y, más aún, cuatro de las más grandes siguen prácticamente en su mismo sitio, es decir, la jerarquía urbana ubicada en la cúspide ha sido relativamente estable; en cambio, el resto está formado por un

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CUADRO 1. Evolución de las ciudades mexicanas y su distribución por tamaño, 1900-2005

Ciudades 1900 1910 1921 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2005

Total 33 36 39 45 55 84 124 174 227 304 350 374

Megalópolis 0 00000111 11 1 (más de 4 millones) Grandes 0 00111023 39 9 (1 a 4 millones) Medianas 2 2 2 3 510163148576178 (100,000 a 1 millón) Pequeñas 31 34 37 41 49 73 107 140 175 243 280 286 (menos de 100,000) Fuente: Elaboración propia con base en Garza (2003) y ii Conteo de Población 2005 disponible en: www.inegi.org.mx. mayor número de ciudades medias y pequeñas que integran un sistema urbano heterogéneo y más disperso a lo largo y ancho del territorio (cuadro 2). Desde el inicio del siglo xx, la ciudad de Aguascalientes ha estado en el grupo de las 20 más po- bladas. En 1900 de 33 ciudades que formaban el sun ocupaba el lugar número 11, un siglo después con un sistema urbano integrado por 350 ciudades su lugar no había cambiado mucho y estaba en el lugar 15, formando parte de las 61 ciudades medias en ese año. El tamaño de su población, además de su ubicación geográfi ca en el centro norte del país, han sido dos ventajas para incremen- tar su competitividad y benefi ciarse de factoresinternos y externos. Además de contar con ciertas economías de aglomeración relacionadas con su tamaño, forma parte de la red urbana de la región Centro-Occidente lo que le permite mayores posibilidades de fl ujos de habitantes, comercio, inver- sión y, en general, mantenerse en comunicación con ciudades grandes y otras 13 ciudades media- nas de esta región. En los años ochenta y noventa, la ciudad pasa a formar parte de los ejes integradores del Tra- tado de Libre Comercio, a través de Guadalajara se vincula a la red de ciudades del Pacífi co con dirección a Tijuana, la cual es punto de enlace con ciudades de Estados Unidos como Los Ángeles y San Francisco que a su vez son nodos de transporte con los países de la Cuenca del Pacífi co. A través de Monterrey se articula a otras ciudades de la Costa Atlántica de los Estados Unidos que se extiende hasta Canadá. Por el centro norte, tiene comunicaciones por Gómez Palacio, Chihuahua, hasta llegar a Ciudad Juárez, que es salida y entrada de fl ujos de mercancías y personas. Esta posición de la ciudad de Aguascalientes se reforzó con la ampliación de la red carretera de cuatro y seis carriles a nivel nacional y regional, que diversifi có y agilizó las comunicaciones con los principales centros de producción y mercados de insumos y bienes fi nales así como con los puertos marítimos de Manzanillo y Altamira. De acuerdo a Martner (1999), el fl ujo de comercio exterior (importaciones y exportaciones) del puerto de Manzanillo a la ciudad de Aguascalientes fue de

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CUADRO 2. Evolución de las 25 ciudades con más población de México, 1900-2000

(Clasifi cadas según su 1900 1910 1921 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 1995 2000 tamaño en el año 2000) Cd. de México, df 11111 1111111 Guadalajara, Jal. 22222 2222222 Monterrey, nl 54433 3333333 Puebla, Pue. 33344 4444444 Toluca, Edo. Méx. 19211816182223237785 León, Gto. 4798119755556 Tijuana, B.C. ----4718141012967 Ciudad Juárez, Chih. - - 28 18 16 10878878 Torreón, Coah. - 18 10 10 6 5566699 San Luis Potosí, slp 65679 81099101010 Mérida, Yuc. 76557 691311111111 Querétaro, Qro. 13 19 20 22 20 25 34 34 27 17 15 12 Mexicali, bc ----3916121217121313 Culiacán, Sin. - - 34 34 35 26 24 19 18 13 12 14 Aguascalientes, Ags. 11 9 11 11 8 12 16 16 22 18 16 15 , Gro. -----45411819141416 Chihuahua, Chih. 17 11 17 13 13 13 11 11 13 19 17 17 Cuernavaca, Mor. -----30262716222018 Tampico, Tamps. 30 33 12 6 5 7 6 8 10 16 19 19 , Coah. 21 16 14 14 15 15 18 20 23 21 21 20 Morelia, Mich. 101019171717172120202221 Coatzacoalcos, Ver. ----4157514414151822 Hermosillo, Son. - - - 30 40 29 20 17 21 24 24 23 Veracruz, Ver. 188891211131415232324 Reynosa, Tamps. -----34302631393725 Total de ciudades 33 36 39 45 55 84 124 174 227 304 343 350 (-) Localidad ubicada fuera del rango de ciudad. Fuente: Elaboración propia con base en datos de Gustavo Garza (2003).

750 millones de dólares (mmd) en 1994, muy superior a los casos de Zacatecas (5 mmd), San Luis Potosí (11 mmd), (42 mmd), incluso Jalisco (301 mmd). Si bien estos datos pueden variar de un año a otro, es muy importante observar entre ciudades de diferente tamaño, para con- fi rmar la hipótesis de Dematt esis (1991) de que entre el tamaño demográfi co de las ciudades y

48 Globalización y transformaciones productivas y territoriales de una ciudad media || Fernando Camacho Sandoval la globalización no existe una relación directa positiva; las ciudades de mayor tamaño no siempre están más vinculadas a la economía internacional en comparación con otras más pequeñas. La posición geográfi ca, el incremento de la población, el dinamismo de la actividad económica estimulada por nuevas inversiones extranjeras, la ampliación de su infraestructura de comunicacio- nes y servicios, permitió a la ciudad de Aguascalientes mantener su posición en el sistema urbano de la región y el país y extender su centralidad económica y social al interior del estado. De esta manera, su ubicación geográfi ca le posibilitó aprovechar economías de localización derivadas de la reducción de costos de transporte, acceso a distintos servicios, aduanas y productos, además de contar con una oferta de mano de obra fl exible en los distintos ciclos de recesión y crecimiento. La evolución económica de la ciudad de Aguascalientes desde los años ochenta del siglo pasado está relacionada con el aprovechamiento y desarrollo de tales ventajas, mismas que al inicio del siglo xxi la sitúan entre las más competitivas del país.

Transformaciones en la base económica y especialización funcional

Castells (2001) señala que las ciudades en la etapa de globalización ahora tienden a organizarse de acuerdo al modelo jerárquico de nodos y redes (hubs & networks), y las funciones que desempeñan en un amplio espacio de fl ujos que estructura y desestructura simultáneamente a las ciudades según la posición que guardan en la cadena de mercancías descentralizada físicamente, pero interconecta- da virtualmente por amplias y poderosas redes de comunicación electrónica. El primer impacto de la globalización relacionado directamente con los cambios en la orga- nización y funcionamiento de la ciudad es la formación y consolidación de una base económica más diversifi cada, heterogénea y competitiva donde se combinan actividades manufactureras tra- dicionales como la textil, confección y alimentos la producción de bienes de consumo duraderos como la industria electrónica y automotriz, además de la modernización de ciertas actividades en el comercio y los servicios. En conjunto conforman una nueva estructura productiva cuya dinámica está vinculada a las redes transfronterizas de producción y consumo en el marco de acumulación mundial donde los capitales se valorizan en un número creciente de lugares y de actividades (De Matt os, 2002). En concreto, esta transformación económica incidió en el cambio de la función de la ciudad de Aguascalientes al pasar de ser un centro de producción de manufacturas de consumo no duradero para el consumo local y regional con sistemas de producción de tipo fordista, a ser un centro manufacturero para el mercado global, en donde coexistan dichas empresas con nuevos establecimientos de capital extranjero que funcionan bajo esquemas de producción fl exibles. De ahí que la principal característica de esta nueva etapa, tomando el concepto de Veltz (1997), sea la transición hacia una ciudad modulada por el entrecruzamiento de redes múltiples y en diferentes escalas. ¿Cuáles son las actividades en que la ciudad tiene una especialización con respecto a la economía nacional? ¿Cuáles son las actividades que ahora forman su base económica? ¿Cuál es la función principal de la ciudad?

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Para identifi car las transformación de labase económica entre 1980 y el año 2003, se analiza la especialización de las actividades económicas de la ciudad comparando la participación del valor agregado a escala municipal en relación con el nacional, tanto por sector, tipo de bien y rama de actividad. La importancia de la especialización tiene que ver con la presencia de economías de localización que son externas a la fi rma pero internas a la industria. Estas economías, como ya fue señalado, provienen de la concentración de empresas de una industria en un espacio específi co que en la medida que aumenta la escala de producción, les permite aprovechar infraestructura, servicios, mano de obra califi cada y, en un general, ciertas condiciones de localización que favorecen la especialización funcional de la ciudad (Sobrino, 2003), además de su tamaño y localización. El tipo de especialización es importante en la competitividad de una ciudad porque sobrepasa la condición del tamaño de ciudad, por ello, ciertas ciudades medianas, incluso pequeñas, con una especialización en actividades de alto valor agregado pueden ser más efi cientes y con mejor calidad de vida que ciudades de gran tamaño.

Especialización económica de la ciudad de Aguascalientes

La especialización proviene de la perspectiva del análisis de la base económica, según la cual una economía local se puede dividir en un sector básico, integrado por las actividades productivas y de servicios que fundamentalmente dependen de la demanda fuera de la localidad ya sea a nivel regional, nacional o internacional, y, en un sector no básico, integrado por las actividades que de- penden fundamentalmente de la demanda interna de la ciudad, incluyendo las relacionadas con el gobierno local (municipal y estatal) y no así del federal. El motor del crecimiento se encuentra en el sector básico porque las actividades que lo conforman ingresan recursos adicionales a la economía local incrementando la demanda de los bienes y servicios provistos por las actividades del sector no básico. El cálculo del coefi ciente de especialización (Ce) del valor agregado para los años de 1980 y 2003 muestra la evolución de las actividades que han sido el soporte de la estructura económica en este periodo y en las que muestran una especialización con respecto a la estructura de la economía nacional. Para la elaboración de este coefi ciente se tomaron los datos del valor agregado (va) por rama de actividad, tanto a nivel local como nacional, aunque también pueden utilizarse datos de empleo y de producción bruta. El coefi ciente de especialización económica (Ce) está dado por:

Ceij=(VAij/VAj)/(VAi/VA),

En donde:

VAij es el Valor Agregado actividad i en el territorio j.

VAj es el Valor Agregado total en el territorio j.

VAi es el Valor Agregado en la actividad i en el territorio con el que se compara. VA es el total en el territorio con el que se compara.

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De acuerdo con lo señalado por el análisis de la base económica: cuando el coefi ciente de especialización es menor a la unidad (Ce<1), se interpreta como una insufi ciente producción local en la actividad. Si el coefi ciente es igual a la unidad (Ce=1), se interpreta como una autosufi ciencia productiva para abastecer la demanda local y como la carencia de excedentes exportables y, en el caso que es mayor a la unidad (Ce>1), se interpreta como una producción que excede a la demanda local y tiene excedentes para enviarse a otros mercados fuera de la ciudad Los resultados muestran que la ciudad de Aguascalientes tiene un perfi l industrial en la división territorial de la economía del país, los coefi cientes de especialización en dicho periodo indican cla- ramente cómo la ciudad se convirtió un centro industrial en el país. El secundario, en particular las manufacturas, es el único sector donde el valor del coefi ciente aumentó de 1.12 a 1.75 entre los años 1980 y 2003, lo cual confi rma la tendencia del cambio estructural que tuvo la entidad en esos años, siendo la ciudad capital la receptora principal de las inversiones extranjeras y nacionales. Las industrias de equipo electrónico y automotriz fueron las responsables de que los bienes de consumo duradero incrementaran su participación en la economía e industria local con un coefi ciente de especialización de 0.04 en 1980 y 5.1 en el 2003; la industria automotriz de 0.17 a 4.78 en el mismo lapso (cuadro 3). Kurt Unger (2003) llegó al mismo resultado midiendo el índice de especialización productiva (iep) en los años noventa para mostrar los cambios en la región del Bajío y Norte del país en estados como Guanajuato (5.3), Aguascalientes (5.6), (3.5), Chihuahua (3.1) y Sonora (3.1). El ín- dice tan pronunciado los identifi ca como estados muyespecializados en la industria automotriz, pues indica que en esas entidades la importancia relativa de la industria automotriz en la entidad excede de 3 a 5 veces a la participación equivalente de la automotriz en el total del pib industrial nacional. La tendencia a la especialización provocó un reacomodo de inversiones hacia otros estados como Gua- najuato, Aguascalientes y Querétaro, así como de otras ciudades de la frontera norte del país. Los nuevos sectores en la ciudad son intensivos en capital y con una productividad mayor al promedio estatal, medida por la producción bruta por persona ocupada, lo que indica que no sólo se produjo un cambio en la participación de la producción sino en el funcionamiento de la industria, las características del empleo y el nivel de las remuneraciones de los trabajadores. En este sentido, la función urbana de la ciudad cambió radicalmente con respecto a 1980, convirtiéndose en un centro urbano productor de manufactura para el mercado nacional e internacional. La actividad comercial en este periodo redujo su nivel de especialización, en particular los subsectores de comercio al mayoreo que en 1980 representaban 35.3 por ciento del total del valor agregado de la economía de la ciudad. Lo mismo pasó con los servicios, aunque en este caso hubo un comportamiento diferenciado. Los servicios personales tuvieron un coefi ciente que indica una tendencia hacia la especialización, mientras los servicios productivos y sociales, por el contrario, su coefi ciente es menor a la unidad, estos servicios no se han convertido en actividades estratégicas para el crecimiento de la ciudad, no obstante que el sector manufacturero demanda una serie de servicios como seguros, publicidad, diseño, aspectos legales, entre otros. A nivel estatal, la ciudad mantiene una presencia en las actividades terciarias por la gran di- ferencia de establecimientos comerciales y la dotación de servicios respecto a otros municipios. Sobresalen los servicios de apoyo a los sectores de la construcción, el transporte aéreo y terrestre, las

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CUADRO 3. Especialización (ce) de la ciudad de Aguascalientes a escala nacional por tipo de bien y rama de actividad, 1980-2003

Indicadores según valor agregado Actividades por tipo de bien y servicio 1980 2003 1980 2003 Índice de Participación % Especialización Sector 3: Industria Manufacturera 1.12 1.75 46.96 50.70 i. Bienes de Consumo Perecedero 1.89 0.90 38.62 12.36 1. Alimentos 1.13 1.03 5.85 3.91 2. Bebidas 3.50 1.15 8.69 2.2 3. Textiles 5.08 2.61 13.01 1.56 4. Ropa 8.11 3.51 9.65 3.77 5. Calzado 0.04 0.05 0.02 0.01 6. Imprenta y editoriales 0.81 0.60 0.88 0.22 7. Productos de piel 0.28 2.77 0.06 0.20 8. Hule, productos de plástico 0.18 0.35 0.33 0.42 9. Química y farmacéutica 0.03 0.01 0.14 0.06 ii. Bienes de Consumo Duradero 0.21 4.27 1.53 35.6 10. Muebles 1.37 1.18 0.75 0.45 11. Equipo eléctrico 0.04 5.10 0.08 12.36 12. Equipo de transporte 0.17 4.58 0.69 22.63 13. Otras industrias 0.00 0.27 0.00 0.16 iii. Bienes Intermedios 0.10 0.12 0.73 0.58 14. Madera y corcho 0.24 1.16 0.1 0.17 15. Papel y celulosa 0.00 0.00 n.d 0 16. Minerales no metálicos 0.26 0.19 0.61 0.37 17. Metálica básica 0.01 0.05 0.02 0.04 iv. Bienes de Capital 0.90 2.81 6.08 5.26 18. Productos de metal 1.57 1.68 4.89 1.97 19. Maquinaria y equipo 0.33 4.72 1.18 3.29 Sector 4: Electricidad y Agua 0.0 2.65 Sector 5: Construcción 2.92 5.31 Sector 6: Comercio 2.04 1.15 35.38 20.79 20. Comercio al por mayor 2.91 1.02 21.68 8.28 21. Comercio al por menor 1.39 1.26 13.70 12.51 Sector 7: Transportes n.d 4.7 Sector 8 y 9: Servicios 1.07 0.58 14.74 16.35 22. Servicios productivos 1.26 0.38 8.79 7.8 23. Servicios sociales 1.25 0.98 1.73 4.68 24. Servicios personales 0.78 2.57 4.22 3.88 Actividades-Porcentaje; Base Económica 10 12 84.17 64.90 * No incluye agricultura, ganadería, selvicultura y pesca, por no ser actividades urbanas. Fuente: Elaboración propia con base en inegi, Censos Económicos 1980-1998.

52 Globalización y transformaciones productivas y territoriales de una ciudad media || Fernando Camacho Sandoval Impactos territoriales de la globalización

A partir de su inserción con la economía internacional, la ciudad de Aguascalientes se ha ido trans- formando tanto por los requerimientos heredados de periodos anteriores, como por las demandas de nuevos y diferentes actores económicos y sociales. Las políticas de construcción de infraestruc- tura industrial, equipamiento y vialidades fueron decisivas para acondicionar a una nueva lógica de competitividad productiva y urbana, donde la dotación y aptitudes del territorio son importantes para garantizar su funcionalidad y responder a la multiplicación de los vínculos con otras ciudades, igualmente conectadas a redes globales de producción, distribución y consumo. El objetivo de este apartado es identifi car aquellos aspectos del territorio que están relacio- nados con los cambios demográficos y económicos que la ciudad experimentó desde los años ochenta. Los aspectos principales que se pretende resaltar en este apartado son: a) la evolución de la superfi cie urbana construida y b) el proceso de metropolización.

Expansión urbana

Desde principios de los años ochenta, los fl ujos de inversión tanto nacional como extranjera y la inmigración de población de otros estados de la República fueron nuevos estímulos de la expan- sión física de la ciudad de Aguascalientes. La inmigración motivada por la ampliación del mercado de trabajo en la ciudad, así como la reubicación del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática en 1986, generó una expansión acelerada del territorio de la ciudad, una redefi nición de la forma, la estructura, las funciones y los tiempos de transformación de espacio urbano y sus contenidos. La expansión de la ciudad estuvo directamente relacionada con la demanda de suelo para la instalación de nuevas empresas y viviendas, pero también para equipamientos e infraestructura que la lógica de competitividad exigió, en donde la dotación y funcionalidad del territorio es importante por facilitar los vínculos con otras ciudades conectadas a una red global de producción, distribución y consumo. En otras palabras, el proceso de globalización de la ciudad en estos años tiene que ver con las nuevas dimensiones territoriales, así como con el patrón de crecimiento y funcionalidad de la ciudad. Diferentes estudios muestran la evolución histórica de la traza urbana de la ciudad en varios periodos. Reséndiz (1992) hace la primera recopilación histórica de la traza urbana desde 1580 hasta 1995. Con base en esta recopilación y añadiendo el año 2000, Mario Pérez (2001) hace un ejercicio de medición de la superfi cie de la macha urbana que el Instituto Municipal de Planeación (Implan, 2004) actualiza para el año 2003, y la Comisión para la Planeación del Desarrollo (Co- plade) tiene datos hasta 1997. En los últimos tres casos hay una coincidencia en la extensión de la superfi cie de la ciudad para 1980, precisamente punto de inicio y comparación; la superfi cie de la ciudad en ese año se calculó en 3,316 ha. De 1950 a 1980 la ciudad creció en promedio 70 ha por año y de 1980 al 2000 a un promedio de 250. De igual manera, el incremento de la población pasó de 6,500 habitantes a 15,047 habi-

53 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 43-59 tantes por año en estos dos periodos, respectivamente; en solo dos décadas la ciudad duplicó su población y dos veces y medio su tamaño de su superfi cie. La tendencia del crecimiento urbano estuvo fuertemente relacionada con el incremento de la población, sin embargo, en la década de los noventa el ritmo de la superfi cie urbana fue mayor al incremento de los habitantes respecto a las décadas anteriores. En este sentido, cabría preguntarse; ¿hasta qué punto el incremento de la población explica el crecimiento de la superfi cie?, y, en particular ¿cómo infl uyó la demanda de uelos urbanizado para las actividades económicas? La expansión de la ciudad a partir de los años noventa indica que el incremento de la población no es el único factor explicativo del incremento de la superfi cie urbana. La construcción de viviendas, de infraestructura especializada y de equipamiento está relacionada con la emergencia de nuevas periferias. La expansión urbana en los años noventa está más relacionada con la ampliación de equipamiento, construcción de vialidades y, sin duda, por la liberalización del mercado de tierras ejidales, las cuales están siendo privatizadas y urbanizadas. Tal es el caso de la zona oriente de la ciudad que fue asentándose en suelo anteriormente de propiedad ejidal y de uso agrícola.

CUADRO 4. Población y superfi cie de la ciudad de Aguascalientes, 1950-2000

Años Fuente 1 Fuente 2 Fuente 3 Población Número de Hectáreas Viviendas 1950 1,490 1,130 1,130 93,358 n.d. 1980 3,316 3,316 3,316 293,152 59,467 1990 5,761 4,775 4,775 440,425 83,674 2000 8,357 9,638 7,162 594,092 132,382 Incrementos por año Años Fuente 1 Fuente 2 Fuente 3 Población Viviendas 1950 - 1980 60.9 72.9 72.9 6,659.8 n.d. 1980 - 2000 252.1 316.1 192.3 15,047.0 3,646 1980 - 1990 244.5 145.9 145.9 14,727.3 2,421 1990 - 2000 259.7 486.3 238.7 15,366.7 4,871 Tasa Media de Crecimiento Anual Años Fuente 1 Fuente 2 Fuente 3 Población Viviendas 1950 - 1980 2.7 3.7 3.7 3.9 n.d 1980 - 1990 5.7 3.7 3.7 4.2 3.5 1990 - 2000 3.8 7.3 4.1 3.0 4.7 1980 - 2000 4.7 5.5 3.9 3.6 4.1 Fuente 1: Comisión para la Planeación del Desarrollo del estado de Aguascalientes. Fuente 2: Instituto Municipal Planeación. Fuente 3: Mario Pérez; Crecimiento de la ciudad de Aguascalientes, 2001.

La expropiación de importantes extensiones de tierras de propiedad ejidal para la reubicación del aeropuerto y de la Universidad Autónoma de Aguascalientes son acciones que anteceden a la modifi cación constitucional del Artículo 123 que desde 1991 permitió la enajenación de este tipo de tierras, lo cual abrió un amplio potencial para incrementar la oferta de suelo de uso urbano por

54 Globalización y transformaciones productivas y territoriales de una ciudad media || Fernando Camacho Sandoval los agentes inmobiliarios privados y el gobierno estatal. Desde los años ochenta, la política de vi- vienda de parte del gobierno del estado fue a través de expropiaciones de tierras de propiedad ejidal para construir zonas habitacionales de tipo popular y de interés social al oriente de la ciudad. Por lo anterior, las últimas dos décadas del siglo xx se caracterizaron por la continuidad de la expan- sión urbana que tendió a desbordar los límites de la ciudad, en un proceso en el que a partir del núcleo original, la mancha urbana continuó ocupando las áreas rurales que encontró a su paso con asentamientos urbanos y semiurbanos, producto de expropiaciones y operaciones inmobiliarias en donde importantes áreas ejidales fueron convertidas a propiedad privada y estatal. Sin duda, la expansión de la ciudad se debió a la construcción de vivienda que tuvo un primer auge a principios de los años ochenta. De acuerdo a Bassols (1997), el Programa Estatal de Vivien- da Popular 1981-1986 se caracterizó por: a) ser el rubro principal de la inversión pública, b) obtener un gran apoyo federal a través de los organismos como Infonavit, Fovissste e inegi-Fiprov y por c) concentrarse en la ciudad capital. Entre el periodo de 1980 y septiembre del 2002, se autorizaron 198 fraccionamientos con una superfi cie total de 7,715.3 ha subdividas en 274,156 lotes. Entre los años 2000 y 2002 fueron apro- bados fraccionamientos con una gran superfi cie de suelo, lo cual indica que la expansión urbana continuará de forma natural e inducida por el gobierno y los promotores inmobiliarios.

CUADRO 5. Fraccionamientos autorizados en la ciudad de Aguascalientes, 1992-2002

Periodo de autorización Número Superfi cie Lotes Población Densidad (ha) estimada 1962-1969 9 242.3 5,246 22,979 105 1970-1979 52 1,033.0 29,762 122,405 84 1980-1989 75 1,464.2 50,075 239,772 61 1990-1999 100 1,755.8 69,499 347,583 51 2000-2002 23 4,495.3 154,582 732,739 61 Fuente: Secretaría de Desarrollo Urbano del municipio de Aguascalientes.

Metropolización y conurbación

El proceso de industrialización de los años ochenta tuvo un impacto en la conurbación y metropo- lización de los municipios de Aguascalientes, Jesús María y San Francisco de los Romos, estos tres municipios concentraron 91.6 por ciento de la población y 86.0 por ciento de los establecimientos económicos totales del estado, según del Censo Económico del año 2004, además de los principa- les parques industriales. El Programa de Ordenación de la Zona Conurbada de Aguascalientes-Jesús María-San Francisco de los Romo 2002-2025 defi ne la conurbación como la continuidad física y demográfi ca que formen

55 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 43-59 o tiendan a formar dos o más centros de población.1 Esta zona conurbada está integrada por 199 localidades, diez sobrepasan los 2,500 habitantes y sólo dos tienen el rango de ciudad en el año 2005, Aguascalientes, con 663,671 habitantes, Jesús María con 38,631, en ese año la cabecera de San Francisco tuvo 13,262 habitantes.

CUADRO 6. Localidades en los municipios conurbados, 2005

Localidades Total Aguascalientes Jesús María San Fco. Romo Área Conurbada 859 563 214 82 Zona Conurbada 199 54 95 50 Urbanas 10442 Ciudades2110 Fuente: Elaboración propia con base en inegi, Conteo de Población 2005.

El patrón histórico de distribución de las principales localidades urbanas en el Valle de Aguas- calientes y la disponibilidad de infraestructura, son características que permitieron a los tres mu- nicipios señalados tener condiciones más propicias para extender la actividad económica y la am- pliación del desarrollo urbano. En estos municipios se creó una red interurbana de funcionalidad económica en la medida que aumentaron intercambios de bienes y servicios entre las empresas instaladas. Es el caso de la industria automotriz que en 20 años se ha consolidado como la actividad económica más dinámica y está formada por un conglomerado empresas proveedoras de la planta de ensamble de Nissan que están distribuidas en esta zona conurbada. Las empresas del sector textil y confección también mostraron una fuerte descentralización hacia otros municipios de la entidad en los años noventa, incluyendo Calivillo, El Llano, Asientos y Pabellón, pero fue en la zona conurbada donde más creció el número de empresas . En conjunto el proceso de industrialización orientado al mercado externo se asentó territorialmen- te en esta zona donde se concentra el corredor industrial con los nuevos parques industriales cons- truidos en esos años. La mayor parte de las empresas exportadoras se localizan en la capital estatal y casi la mitad de estas empresas son pequeñas. Sin embargo, mientras que Aguascalientes registra un porcentaje mayor en el total de las pequeñas y micro empresas, Jesús María y San Francisco de los Romo lo hacen en el total de las grandes y medianas empresas. Los empleos siguen este mismo patrón pero la mayor generación proviene de las grandes empresas.

1 Si tomamos la defi nición de que el área conurbada comprende a las localidades urbanas y la zona co- nurbada al total del territorio de los municipios, dicho programa comprende al área y no a la zona conurbada, no obstante se aprecia que la diferencia entre metropolización y conurbación estriba en que la segunda incluye a superfi cies que todavía no muestran una evidente continuidad física urbana, pero sí una tendencia.

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CUADRO 7. Empresas exportadoras según tamaño1 en el área conurbada, 2002

Conceptos Valores Porcentajes Total Ge Me P M Total G Me P M Empresas Conurbación 217 50 32 105 30 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 Aguascalientes 177 36 22 92 27 81.6 72.0 68.8 87.6 90.0 Jesús María 22 8 7 5 2 10.1 16.0 21.9 4.8 6.7 San Fco. de los Romo 18 6 3 8 1 8.3 12.0 9.4 7.6 3.3 Empleos Conurbación 55,402 44,526 5,696 4,912 268 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 Aguascalientes 41,503 33,180 3,784 4,298 241 74.9 74.5 66.4 87.5 89.9 Jesús María 8,475 7,032 1,310 118 15 15.3 15.8 23.0 2.4 5.6 San Fco. de los Romo 5,424 4,314 602 496 12 9.8 9.7 10.6 10.1 4.5 1/ (M) Micro 1-15, (P) Pequeña 16-100, (Me) Mediana 101-250, (G) Grande 250 y más. Fuente: Elaboración propia con base en Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno del estado de Aguascalientes, Directorio de empresas exportadoras, julio del 2002.

A manera de refl exión

A diferencias de las grandes ciudades que mantienen una estabilidad en su jerarquía, el simple au- mento del número de ciudades medias y pequeñas signifi ca una mayor heterogeneidad entre ellas, aunque puede observarse ciertos patrones de comportamiento general. Las evidencias en México y otras partes de América Latina muestran que la dinámica de las ciudades medias está muy asociada a acontecimientos locales o a transformaciones globales que las afectan de manera diferenciada y tienen un comportamiento más frágil y cambiante que en las ciudades grandes o las metrópolis. Mientras el futuro de las grandes ciudades se juega en la trayectoria nacional y en la capacidad que tengan de mantenerse como el asiento de las actividades más dinámicas de las grandes corpora- ciones y de las instituciones políticas más importantes, el porvenir de las ciudades medias depende de un amplio y variado número de condicionantes. Así, aunque las perspectivas de las ciudades me- dias parecen más halagüeñas, el futuro de cada una de ellas es incierto. Si bien parece haber factores que apuntalan o debilitan su situación y sus proyecciones —capital económico, recursos humanos, mayor cohesión social, instituciones y gobiernos menos burocratizados, etc.—, hay otros factores de carácter idiosincrásico y por ende no generalizables que desempeñan un papel fundamental, como la articulación con su entorno, la conectividad física, la existencia de centros urbanos alterna- tivos, la permanencia de sus actividades productivas, etc. Quedan las preguntas sobre si las ciudades medias tendrán la capacidad de mantenerse como centros intermedios y de no reproducir en sus procesos de expansión las dinámicas que ya vivieron las grandes ciudades, incluyendo la prolifera- ción de problemas urbanos.

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Las políticas públicas pueden promover la mejor distribución entre ciudades en diferentes tamaños por varias razones, fortalecer ciudades medias y pequeñas como nuevos centros de atrac- ción económica y poblacional, desacelerar el crecimiento de las grandes ciudades y mejorar las con- diciones de vida de éstas a través de la descentralización; cerrar la brecha entre los niveles interre- gionales de bienestar a través de la provisión de servicios, de una red efi ciente de difusión espacial; aprovechar y preservar las condiciones del medio ambiente, modifi car las corrientes migratorias, promover mayores relaciones entre pequeños poblados y áreas rurales, entre otras. Un aspecto por evaluar son las características del tamaño, localización y función de las ciuda- des como parte esencial en la defi nición de los objetivos de las políticas apropiadas para cada caso y unidad específi ca considerando, como ya fue señalado, que no hay relaciones totalmente directas entre estas características, el tamaño de ciudad y la localización, sin que dejen de tener un peso relativamente signifi cativo. Un objetivo que persiga mayor efi ciencia del desarrollo industrial pue- de ser conciliado con una política de descentralización nacional, o bien, de los estados y regiones metropolitanas. Finalmente, esta tendencia incipiente de descentralización en el sistema urbano nacional pue- de ser una oportunidad para el diseño de estrategias de políticas espaciales que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos y un mayor bienestar de la población, ya que el costo de la inter- vención tardía puede ser más alto. Es fundamental la coordinación y la formas de redes no sólo urbanas sino institucionales, empresariales y civiles para fortalecer el desarrollo de las ciudades y las regiones, en sus diferentes escalas, desde la nacional y local hasta el nivel internacional.

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Capacidad de innovación de las empresas de software: un estudio comparativo entre Guadalajara y Tijuana*

Bernardo Jaén Jiménez Thalia Hernández Amezcua

Resumen El presente trabajo tiene como objetivo evaluar, mediante una regresión lineal los deter- minantes de la capacidad de innovación de las empresas de soft ware ubicadas en Gua- dalajara y Tijuana, para ello se construye un índice de capacidad de innovación (ici) y se utilizan como variables explicativas las ventas anuales, la capacidad de exportación, el tamaño del establecimiento, la localización y el dinamismo de las empresas. El ici se defi ne como la capacidad de los agentes para transformar conocimientos genéricos en específi cos a partir de susstocks de competencias y de su acumulación dinámica, la que involucra aprendizajes formales e informales de tipo codifi cado y tácito. Su valor está entre cero y uno, donde cero es nula capacidad de innovación y uno, completa ca- pacidad. El modelo se construye a partir de una base de datos surgida de una encuesta aplicada a 82 empresas pymes, de soft ware de Guadalajara y Tijuana a fi nales de 2007, esta encuesta forma parte del proyecto de investigación fi nanciado por el Conacyt. Los principales resultados muestran que la media del ici se encuentra en 0.551, en este sen- tido 39 empresas se encuentran por debajo de ella, mientras que 43 superan este valor. El promedio del ici en las empresas micro es de 0.53, en las pequeñas 0.57, en las media- nas 0.62 y en la grande el valor es de 0.55, lo que nos indica que a medida que aumenta el tamaño de la empresa, el ici también tiende a aumentar. El modelo sugiere que el ici de una empresa se incrementa siempre que aumente la capacidad para aprender a incor- porar, difundir y crear nuevos conocimientos, ésta se refuerza si la empresa aumenta los procesos de capacitación, ya sea que éstos sean proveídos por personal de la empresa o fuera de la empresa y cuando esto lleve a que los lazos de cooperación con los provee- dores y usuarios se fortalezcan.

PALABRAS CLAVE: desarrollo regional, innovación, software, redes

* Este trabajo forma parte de una investigación más amplia denominada “Aprendizaje Orga- nizacional y Evolución de la Cultura Empresarial en el Contexto del Desarrollo de Redes de Innovación en Tres Sectores de Alta Tecnología”, fi nanciado por Conacyt, realizado por el Cuerpo Académico “Innovación Tecnológica y Pymes”.

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Abstract Th e present paper has as objective to evaluate, by means of a econometric model the determinants of the capacity of innovation of companies of soft ware located in Gua- dalajara and Tijuana, for it is constructed an index of innovation capacity (iic) and are used like explanatory variables the annual sales, the capacity of export, the size of the establishment and the location of the companies. Th e ici emphasize three dimensions: 1) factor of development of competitions, 2) the innovative product factor and 3) the factor of circulation of the knowledge. Th e iic are defi ned as the capacity of the agents to transform specifi c generic knowledge into from his stocks of competitions and their dynamic accumulation, that involves formal and informal learning of codifi ed and ta- cit type. Part of the hypothesis is the capacity of the companies to transform generic knowledge into specifi c depends on micro factors, internal to the company and of fac- tors economics associate to the advantage of external economies and the quality and amount of entailments (networks) that have the companies among them and with its institutional frame. A statistic analysis is realized in addition and correlations between these variables sett le down, besides evaluating if they are elements conditioners of the capacity of innovation of the soft ware companies. Th e study also analyzes, like secon- dary target, the origin and performance of this industry in the two cities from two di- mensions: its entailment with the electronic industry and the Program of Support to the Industry of Soft ware (prosoft). eTh model is constructed from a data base arisen from a micro, small applied survey and medians companies of soft ware of Guadalaja- ra and Tijuana at the end of 2007, this survey comprises of the investigation project: Organizational learning and Evolution of the Enterprise Culture in the Context of the Development of Networks of Innovation, fi nanced by the Conacyt.

KEYWORDS: regional development, innovation, software, networks

62 Capacidad de innovación de las empresas de soft ware: un estudio comparativo entre Guadalajara y Tijuana || Jaén y Hernández Introducción

as innovaciones, tanto de productos como de procesos, son la fuente legítima de competi- tividad de las empresas e industrias. Por ello se han convertido en parte fundamental de las L políticas públicas de los gobiernos en las últimas décadas, los cuales diseñan instrumentos de apoyo con el fi n de incentivar a las empresas a quebusquen, de forma explícita, reestructurar sus procesos productivos con el objetivo de incidir en la innovación. Los resultados, como sabemos, han sido asimétricos a nivel de empresas e industrias. Las transformaciones en el escenario internacional, la presión competitiva y la incertidum- bre estratégica han puesto en crisis el concepto de competitividad, considerado tradicionalmente como un fenómeno de naturaleza exclusivamente macroeconómica, sectorial y determinada por la dotación factorial. Ahora ha ganado terreno una concepción de competitividad de tipo sistémica, donde el aprendizaje individual y colectivo a nivel micro y macro es fundamental para generar nue- vas innovaciones tecnológicas. Estas innovaciones, fundamentalmente de tipo incremental, se pre- sentan principalmente en ambientes donde las empresas logran formar redes productivas, donde se generan vínculos de cooperación que van más allá de la mera relación comercial entre empresas. En este contexto, la capacidad innovativa (ci) de las empresas es fundamental para la creación de ventajas competitivas dinámicas. La ci es defi nida como la capacidad de las empresas para trans- formar conocimientos genéricos en específi cos a partir de susstocks de competencias y de su acu- mulación dinámica, la que involucra aprendizajes formales e informales de tipo codifi cado y tácito. El presente trabajo tiene como objetivo evaluar los determinantes de la capacidad innovativa de las empresas de soft ware ubicadas en Guadalajara (gd) y Tijuana (tj), para ello se construye un índice de capacidad innovativa (ici) y se utilizan como variables explicativas las ventas anuales, la capacidad de exportación y el tamaño de la empresa. Se parte de la hipótesis de que la capacidad de las empresas para transformar conocimientos genéricos en específi cos depende de factores micro, internos a la empresa, y de factores meso económicos, asociados al aprovechamiento de economías externas y a la calidad y cantidad de vinculaciones (redes) que tengan las empresas entre ellas y con su marco institucional. Se realiza un análisis estadístico y se establecen correlaciones entre estas va- riables a través de una regresión lineal que busca explicar los factores condicionantes de la capacidad innovativa de las empresas ubicadas en las dos ciudades en estudio. La estructura del estudio es el siguiente: primero se presenta un análisis del origen y la estruc- tura de la industria, comparando las dos ciudades objeto de estudio. En seguida se presenta el marco de referencia del cual partimos para legitimar las variables que compondrán el ici. La cuarta sección explica la metodología del índice y analiza las diferencias cuantitativas entre las regiones, así como la relación con las variables exógenas analizadas y se presenta una regresión lineal con el ici como variable independiente. Al fi nal, se presentan las conclusiones del trabajo.

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Orígenes y estructura de la industria del software en GD y TJ

os clusters de gd y tj surgen en tiempos similares, aunque con pautas de comportamientos diferenciadas por las estrategias empresariales y por las políticas del gobierno estatal. Surgi- L dos en fechas análogas, la formación de los clusters de soft ware de gd y tj, presentan pautas diferenciadas. Mientras que el primero siguió un patrón “implícito de arriba abajo”, el segundo exhi- bió un patrón que se podría califi car como “explícito de abajo arriba”. En el caso del soft ware de gd los orígenes de esta industria se presentaron a principios del año 2000, pues Jalisco empezó a resentir la desaceleración de la industria electrónica, este fenómeno se agudizó en 2001 a raíz de los atentados del 11-S en Estados Unidos. Dicha crisis propició que vein- tisiete empresas cerraran operaciones en el periodo de 2000 a 2004. Estos fenómenos externos fue- ron el aliciente para que el gobierno del estado, a través del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (Coecyt-Jal) anunciara el impulso a la industria del soft ware como una vía para reconvertir indus- trialmente la economía del estado.1 Tales objetivos quedaron plasmados en el Plan Estatal de Cien- cia y Tecnología, 2001-2007 (Pecyt-Jal), publicado a principios del año 2003. Luego, a partir de los lineamientos y estrategias del Prosoft , y derivado de los objetivos del Pecyt-Jal, se impulsó, desde 2003, el Programa Estatal de Soft ware de Jalisco (Prosoft jal) con el apoyo de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti). Desde fi nales de los años noventa, Jalisco tenía un ambiente favorable para el desarrollo de la industria del soft ware. Por el lado de la demanda, la entidad ya contaba, desde la década de los sesenta, con el cluster de la electrónica, un sistema dominado por grandes subsidiarias de empresas transnacionales y empresas de menor tamaño de capital nacional que operan como proveedores de productos y componentes especializados. Por el lado de la oferta, Jalisco cuenta con más de diez universidades, todas ofrecen carreras relacionadas con las tecnologías de información, electrónica, microelectrónica, mecatrónica y te- lecomunicaciones. Además con centros de investigación e instituciones dedicadas a fomentar el crecimiento de las empresas del soft ware. El impulso a este sector en Jalisco tomó nuevos bríos pues por una iniciativa tripartita: gobier- no federal (a través del Prosoft ), gobierno del estado (a través del Coecyt-Jal) y un grupo de empre- sarios del ramo crearon el pasado 28 de septiembre de 2006 el Centro de Soft ware.2 La iniciativa de crear un centro de soft ware fue de los mpresariose del sector, quienes en coordinación con el

1 Es importante aclarar que previo a estos hechos ya existían empresas de software, la encuesta que se aplicó a empresarios del ramo muestra evidencia de empresas cuya antigüedad data de 1983. 2 El Centro de Software abarca 10,500 metros cuadrados y está destinado, en una primera etapa, para 33 pequeñas y medianas empresas dedicadas al desarrollo de software embebido, multimedia, tecnología administrativa y punto de venta. La inversión inicial fue de nueve millones de pesos aportados por el gobierno de Jalisco, 29 millones del gobierno federal (vía el Prosoft) y 22 millones de la iniciativa privada, se prevé que las primeras 33 empresas generen cerca de 500 empleos para ingenieros y desa- rrolladores de software.

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Coecyt y con recursos del Prosoft , empezaron a trabajar en el proyecto del Centro de Soft ware desde el año 2004. Por otra parte, desde el año de 2001 se formó una integradora denominada Aportia, formada por 27 empresas, que en ese año tenía como propósito incrementar, individual y colectivamente las capacidades empresariales basadas en el modelo cmm (Capability Maturity Model) y atraer proyec- tos y recursos de manera conjunta. Esta fue uno de los grupos empresariales que más apoyaron la creación del Centro de Soft ware. Por su parte, el cluster de tecnologías de la información de tj tiene su génesis en una iniciativa que surge fuera de los confi nes de la política, aunque no así su resolución.3 Hacia el año 2000, coin- cidiendo con los inicios del nuevo siglo, un grupo de empresarios bajacalifornianos jóvenes, todos liderando fi rmas relacionadas con el desarrollo de productos y servicios desoft ware, iniciaron una serie de encuentros informales orientados a encontrar modos de colaboración entre ellos. Es rele- vante apuntar que durante estas primeras pláticas todavía no existía Prosoft . Surgiría más adelante, pero con un impacto determinante sobre el desenvolvimiento y alcances del proceso. La iniciativa y negociación de los jóvenes de tj coincidió con el lanzamiento del Prosoft a ni- vel federal, como parte del Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, que lo reconocía como uno de los doce sectores estratégicos en el país (Secretaría de Economía, 2002). Este valor estratégico otorgado políticamente a la industria y, sobre todo, las promesas de apoyo contenidas en el Prosoft que privilegiaban de manera especial a las agrupaciones de empresas, constituyeron igualmente un renovado estímulo para continuar con los esfuerzos que se venía haciendo. Lo que sí resulta obvio es que con la expansión del círculo de actores interesados, sobre todo los políticos, fueron poco a poco modifi cando algunos aspectos del núcleo original de la propuesta. El centro de atención, por ejemplo, fue desplazándose desde las empresas y los empresarios hacia el aporte previsible que tendría la expansión del sector en el desarrollo endógeno de toda la región, bajo una visión de cluster más afín a la defi nición clásica de Porter como “concentraciones geográ- fi cas de interconexiones de empresas e instituciones en un campo particular” (Porter, 1998, p. 1). Y ello, por supuesto, tendría un impacto en la confi guración de la organización resultante, aunque al parecer esto último no fue un tema de negociación simple. Por el contrario, como se reconoce en un documento estratégico emitido por el propio cluster, el proceso de análisis de los “diferentes esquemas de estructura tomó un tiempo extenso para consenso” (it, 2004, p. 4). De cualquier forma, el 20 de febrero del 2004 se cristalizaron fi nalmente todos los esfuerzos integradores cuando se anunció públicamente la fi rma de un acuerdo entre la Canieti y apti para la constitución del “Clúster de Tecnologías de Información y Soft ware de , ac” (Ca- nieti, 2004), y que se conoce abreviadamente por las siglas ti. Su formato institucional defi nitivo fue el de una asociación civil sin fi nes de lucro, y de la que formarían parte constitutiva, además de veintisiete empresas pioneras, también las demás instituciones que fueron paulatinamente gravitan- do e involucrándose en el proyecto. Algunas como “asociados fundadores” y otras como “asociados

3 La información sobre los orígenes de la industria del software en Tijuana se tomó parcialmente del artículo de Gomis y Jaén (2009).

65 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 61-77 honorarios”. El énfasis fue puesto en buscar la mayor representatividad posible mediante un criterio de inclusión amplio, y de acuerdo al cual fi gurarían empresarios conjuntamente con organismos empresariales y sociales, y representantes de los sectores público y académico. Con la misión de guiar el desarrollo estratégico de la industria en la entidad, esta nueva organización actuaría como centro articulador de las acciones vinculadas a ese propósito principal, y cumpliendo, entre otras, funciones de promoción, de apoyo a la capacitación, de búsqueda de fondos, y de respaldo a la integración y colaboración entre las empresas del sector. La creación de una agrupación de las empresas de soft ware en Baja California y la formación de un entorno institucional apropiado no son resultado, en términos estrictos, de una estrategia política dirigida a tal efecto, como es el caso de Jalisco. Los empresarios en Baja California defi en- den su origen independiente. Y, en cierta forma, esto es reconocido a su manera por la diputada federal María Eloísa Talavera Hernández en sus palabras durante la ceremonia de la fi rma delcluster : “enhorabuena por ustedes, los empresarios, los arriesgados, que han renunciado a ser un simple espectador, que han elegido cambiar, y cambiar su entorno”. Pero la confi guración delcluster —es decir, la apariencia de la organización formalizada resultante del proceso asociativo—, fue la prime- ra intervención importante de la política pública en el desarrollo del mismo. Para poder describir de manera más directa la industria del soft ware fue necesario aplicar una encuesta que nos aportara datos concretos sobre la situación de ésta, pues los programas guberna- mentales aún no cuentan con estadísticos específi cos. Durante los últimos meses de 2006 y prin- cipios de 2007 se realizó una encuesta a 82 empresas de soft ware ubicadas en las ciudades de gd y tj. Los resultados muestran que la empresa más antigua data de 1983 y las más recientes del año 2006, tienen un promedio de edad de 11 años. La mayoría de ellas (39 empresas) se originaron en la década de los noventa, seguidas de 29 empresas que surgieron después del año dos mil. La tabla siguiente especifi ca sus años de fundación. De la misma manera, podemos observar que la industria de tj es más reciente, en congruencia con lo expresado arriba.

TABLA 1. Antigüedad de las empresas de software

Año de fundación Software Guadalajara Tijuana 1980-1985 2 (2%) 2 (4%) 0 (0%) 1986-1990 8 (10%) 4 (8%) 4 (13%) 1991-1995 16 (20%) 10 (19%) 6 (20%) 1996-2000 23 (28%) 12 (23%) 11 (37%) 2001-2005 26 (32%) 17 (33%) 9 (30%) 2005 y más 3 (4%) 3 (6%) 0 (0%) nd 4 (5%) 4 (8%) 0 (0%) Total 82 (100%) 52 (100%) 30 (100%) Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta a empresas de software (2006).

De acuerdo con la encuesta aplicada, las 82 empresas emplean en total a 1,297 trabajadores. El promedio de empleados por establecimiento es de 15 personas, lo que nos indica que la mayor parte de las empresas son de tamaño pequeño.

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Como lo mencionamos en la introducción del trabajo, la capacidad innovativa de las empresas está relacionada con factores internos de la misma, específi camente examinaremos tres: el tamaño, las ventas y su capacidad de exportación. Las empresas son en su mayoría micro y pequeñas (93 por ciento), mientras que sólo se en- cuentran tres empresas de tamaño medio y una grande.4 La anterior clasifi cación se hizo con base en el número de empleados que cada empresa asegura tener; de esta manera, las empresas micro son aquellas que cuentan con menos de 10 empleados, las pequeñas son las que tienen de 11 a 50 empleados, las medianas entre 51 y 100 empleados y las empresas consideradas como grandes son aquéllas que tienen más de 100 empleados. La segunda variable por observar tiene que ver con el grado de facturación de las empresas, es decir, con las ventas reportadas, pues la mayoría de éstas (38 por ciento) tienen ventas anuales que oscilan entre 1 y 5 millones de pesos. Un porcentaje menor (32 por ciento) declara tener ventas por debajo del millón de pesos. De la misma manera, trece empresas declaran tener ventas por arriba de los cinco millones de pesos, sin embargo, doce de los encuestados no revelaron esta información (tabla 2).

TABLA 2. Ventas de las empresas encuestadas

Ventas (pesos) Número de empresas % Menos de 100,000 3 3.66 De 100,000 a 500,000 9 10.98 De 500,001 a 1,000,000 14 17.07 De 1,000,0001 a 5,000,000 31 37.80 Más de 5,000,000 13 15.85 nc 12 14.63 Total 82 100.00 Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta a empresas de software (2006)

Como observamos en la tabla 3, los niveles de ventas son similares en ambas regiones, ninguna de las empresas de gd tiene niveles inferiores a los cien mil pesos anuales como rango de ventas. Sin embargo, tj mantiene niveles de facturación superiores al millón de pesos en 67 por ciento de sus empresas contra 45 por ciento de las empresas de gd. Observamos que en promedio, las empresas de tj son más rentables que sus homónimas de gd.

4 Para fi nes prácticos de esta investigación, la empresa grande se incluirá en el rubro de las medianas, bajo la denominación “mediana y más”.

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TABLA 3. Ventas de las empresas: Guadalajara vs. Tijuana

Ventas (pesos) Software (%) Guadalajara (%) Tijuana (%) Menos de 100,000 3.66 0.00 10.00 De 100,000 a 500,000 10.98 15.38 3.33 De 500,001 a 1,000,000 17.07 19.23 13.33 De 1,000,0001 a 5,000,000 37.80 32.69 46.67 Más de 5,000,000 15.85 13.46 20.00 nc 14.63 19.23 6.67 Total 100.00 100.00 100.00 Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta a empresas de software (2006).

Por otra parte, poco más de una cuarta parte de las empresas exportan sus productos/servi- cios —principalmente a Estados Unidos— mientras que el resto (72 por ciento) declaran no tener ingresos en su facturación por ventas fuera del país. Lo anterior nos indica que las presiones inno- vativas para la mayoría de las empresas son mínimas, pues sólo tres de cada diez se encuentra en condiciones de exportación.

Marco de referencia: conocimiento, aprendizaje y capacidad innovativa de las empresas

En la introducción de este documento, hicimos referencia a que la competitividad de las empresas e industrias se basa en los aumentos continuos de la productividad. Ésta última puede incremen- tarse de manera espuria por medio del abaratamiento constante de la mano de obra o de los tipos de cambio; sin embargo, tal “estrategia” no es sostenible en el largo plazo. Autores como Michael Porter (1998 y 1999) han planteado que un aumento legítimo de la productividad tiene que darse por medio de las constantes innovaciones tecnológicas. La innovación continua, entendida ésta de manera amplia, tiene a su vez un determinante clave que es la capacidad de las organizaciones productivas para generar nuevos conocimientos (Nonaka-Takeuchi, 1995). Para estos autores la creación de conocimiento se logra a través de un descubrimiento de la relación sinérgica entre co- nocimiento tácito y explícito dentro de la organización, y mediante el diseño de procesos sociales que crean nuevo conocimiento al convertir el conocimiento tácito en conocimiento explícito.5 El conocimiento tácito y el explícito son complementarios, el primero está enraizado en la prácticas cotidianas de los trabajadores que forman la organización, mientras que el segundo forma parte de los manuales e instructivos con los cuales la empresa pueden producir los bienes y los servicios que ofrece al mercado. Las empresas exitosas son capaces de transformar los conocimientos tácitos a

5 El conocimiento tácito es conocimiento personal, difícil de formalizar o comunicar entre otros. Consis- te en conocimiento práctico subjetivo, discernimientos e intuiciones que recibe una persona por haber estado inmersa en una actividad durante un largo período. Por su parte, el conocimiento explícito es conocimiento formal, fácil de trasmitir entre individuos y grupos (Wei Choo, 1999). 68 Capacidad de innovación de las empresas de soft ware: un estudio comparativo entre Guadalajara y Tijuana || Jaén y Hernández explícitos, donde el conocimiento fundamental es transferido al resto de la organización, es decir, cuando se logra la socialización del conocimiento, se genera aprendizaje organizacional.6 Cuando las organizaciones logran especializarse en transformar conocimiento tácito a explícito, es cuan- do adquieren la habilidad para crear nuevos conocimientos, que es la fuente de las innovaciones tecnológicas (Wei Choo, 1999). No es el objetivo central del presente trabajo profundizar en las complejidades que tiene la creación de conocimientos en las organizaciones, baste resaltar que la capacidad de las empresas para adquirir, acumular y crear nuevos conocimiento es la base para las innovaciones tecnológicas. Por tanto, si la organización aprende a generar nuevos conocimientos de manera sostenida, es capaz de aumentar su competitividad. Entre las diversas actividades que realiza una fi rma, tanto dentro de la organización como las que lleva a cabo hacia fuera (relación que se establece con otras empresas, universidades, centros e instituciones de investigación), sin duda se produce algún tipo de aprendizaje. El aprendizaje orga- nizacional se defi ne como: “la forma en que las mpresase construyen, alimentan, transforman y or- ganizan el conocimiento y son capaces de adaptar y desarrollar la efi ciencia organizacional a través del mejoramiento de las habilidades existentes en su fuerza de trabajo” (Dogson, 1993, p. 377). Para Teece et al. (1990), el aprendizaje se defi ne como un proceso que involucra al mismo tiempo repetición y experimentación, a través de los cuales se pueden realizar las cosas más rápido y de mejor manera, pudiendo identifi car con ello nuevas de producción para la em- presa. Así, gracias al aprendizaje una empresa puede adquirir conocimiento y capacidades tecnoló- gicas para el mejor desarrollo de su producción. Para Bell (1984) el aprendizaje es un proceso por medio del cual se adquieren habilidades y conocimiento técnico para la adquisición o incremento de la capacidad tecnológica a través de los individuos y posteriormente por las mismas organizaciones. Es decir, el aprendizaje se debe enten- der como un proceso fl exible y multidisciplinario, dentro del cual se puede generar capacidad para poder administrar el cambio técnico. Por otro lado, la capacidad innovativa de la fi rma depende también de la cantidad y calidad para crear vínculos con otras empresas, proveedoras y usuarias; la teoría de la relación proveedor- usuario7 explica la vinculación establecida entre dos empresas, las cuales formulan estrategias tec- nológicas y productivas de manera independiente y además se encuentran constituidas de manera formal. Entendiéndose, por consiguiente, a la empresa usuaria como aquel agente que mantiene vínculos comerciales, ya sean directos o indirectos, con el proveedor de productos que el usuario compra o incorpora a su proceso productivo. Por su parte, una empresa productora (o proveedora) es la unidad dedicada a fabricar y colocar en el mercado los productos que pueden ser incorporados en un proceso productivo (Hernández, 1998; Corona, Dutrénit, Hernández, 1994).

6 El conocimiento tácito representa tres cuartas partes del total de los conocimientos usados en las em- presas. El conocimiento tácito es la llave para el crecimiento de largo plazo ya que provee el terreno intelectual fértil para toda la administración del conocimiento y para el funcionamiento efectivo de la economía (Ernst, 2003). 7 En el presente trabajo proveedor-usuario y productor-usuario o cliente son utilizados como sinónimos.

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La calidad y cantidad de las vinculaciones entre las empresas que operan como entidades independientes se encuentran determinadas por factores internos y externos a la empresa. Entre los factores internos se encuentran: a) la capacidad que tenga la fi rma de generar nuevos conoci- mientos, transformar los conocimientos tácitos a explícitos y socializarlos en toda la empresa; b) la capacidad que tenga la empresa para procesar las características tecnológicas sobre los insumos que utiliza y sobre los productos y/o servicios que elabora; c) el grado de efi ciencia administrativa y ge- rencial que exista al interior de la empresa; d) la madurez tecnológica de los productos que elabora la empresa, si es un producto maduro y/o estandarizado, entonces los insumos y materias primas que se demandan requieren una menor exigencia tecnológica y como consecuencia los fl ujos de información con las empresas proveedoras serán de menor intensidad. Por el contrario, si es un producto tecnológicamente dinámico, los fl ujos de información con las empresas proveedoras y clientes serán más intensos. En los factores externos entran en juego: a) la distancia geográfi ca que separa a las empresas, entre mayor sea ésta, las vinculaciones y los fl ujos de información tecnológica serán menores; por el contrario la aglomeración industrial en espacios geográfi cos reducidos favorece mayores interco- nexiones intra e ínter empresariales, b) el grado de competencia en la industria en la que participa la empresa. Un ambiente competido es un poderoso incentivo para buscar la efi ciencia productiva, esto lleva a la empresa a buscar estrategias de tipo cooperativo con otras empresas; c) el papel de las instituciones públicas relacionadas con las actividades innovadoras de las empresas. Si el desempe- ño de las instituciones es efi ciente, tienen objetivosclaros y defi nidos en materia de fomento de las innovaciones y se complementan con incentivos económicos, entonces el desempeño de las em- presas se guiará por estas políticas. Un marco institucional adecuado, que facilita el cambio tecno- lógico, obliga a las empresas a establecer redes productivas estrechas como una forma de mantener y acrecentar la competitividad, (Jaén-León, 2002). Por tanto, entre mayores sean las vinculaciones, en cantidad y calidad con los proveedores y usuarios (clientes) entonces esto redunda en una mayor capacidad innovativa de la fi rma. Al mismo tiempo, el proceso de innovación se puede clasifi car en distintas formas; por un lado, puede ser radical e incremental. En la primera forma, la innovación solamente acarrea un incremen- to en la producción, sin que ocurran cambios en su estructura de producción; a diferencia de la innovación radical, en donde el cambio tecnológico sí afecta su estructura productiva8 (Lundvall, 1988). En vista de lo anterior se puede llegar a sugerir, entonces, que las innovaciones tienen que ocurrir en mercados donde se combina la organización con otros elementos del mismo mercado; éstos son llamados por Lundvall (1988) “mercados organizados” y los defi ne como aquéllos donde

8 Otra defi nición es la de Escorsa-Valls (2003, p. 33): “Las innovaciones radicales producen mejoras es- pectaculares en los resultados, sin que la mejora en los costes sea la variable relevante. En cambio, la innovación incremental se concreta, sobre todo en la reducción de los costes. En general, las innovacio- nes radicales tienen su origen en el progreso de la ciencia, mientras que las incrementales son debidas a las necesidades del mercado”.

70 Capacidad de innovación de las empresas de soft ware: un estudio comparativo entre Guadalajara y Tijuana || Jaén y Hernández existe una conducta estratégica y cierto nivel de organización en las transacciones entre empresas independientes. Adicionalmente, las instituciones públicas de fomento económico mantienen estrecha cola- boración con las empresas privadas, incentivando la capacitación y el desarrollo de nuevas habi- lidades para los trabajadores, dirigiendo incentivos económicos y uniendo cadenas productivas incompletas. Las instituciones de investigación y desarrollo (universidades y centro de investigación) igual- mente son una fuente de información tecnológica clave para las empresas. La innovación tecnológi- ca es, en última instancia, conocimiento acumulado y el conocimiento se crea en las universidades; si hay una estrecha vinculación entre la universidad y la empresa, entonces las empresas convierten la investigación básica en investigación aplicada y fi nalmente en innovaciones tecnológicas. Las empresas exitosas están en constante proceso de aprendizaje, que se refuerza cuando se adiciona con constantes procesos de capacitación, ya sea para incorporar nuevos procesos produc- tivos o para incorporar nuevas maquinarias y herramientas que motiven el aprendizaje para su ma- nejo. La capacitación es, fi nalmente, la incorporación de nuevos conocimientos en las prácticas de los trabajadores, éstos pueden ser dados por personal de la misma empresa o personal o institucio- nes ajenos a la empresa. En ambos casos, si la empresa ha desarrollado la capacidad de internalizar esos nuevos conocimientos al conjunto de la organización, entonces la capacidad innovativa de la fi rma aumenta. Al mismo tiempo, entre mayoressean las redes o vínculos que genere la empresa con otras instituciones, públicas o privadas mejor podrá absorber los nuevos conocimientos que se generen en otras organizaciones. En síntesis, la capacidad innovativa de la empresa se incrementa siempre que aumente la capaci- dad para aprender a incorporar, difundir y crear nuevos conocimientos, esta capacidad se refuerza si la empresa aumenta los procesos de capacitación, ya sea que éstos sean proveídos por personal de la empresa o fuera de la empresa, y cuando esto lleve a que los lazos de cooperación con los proveedores y usuarios se fortalezca. Todos estos elementos incentivan la capacidad innovativa de la fi rma; sin em- bargo el otro elemento está asociado a factores macro, principalmente con el dinamismo del mercado, pues éste es el contexto para que las empresas innovadoras fl orezcan. Si el mercado interno es débil, poco dinámico, entonces una salida para las empresas es el mercado externo, que siempre será una forma de aumentar el volumen de las ventas, además es factible que el nivel de competencia sea mayor en estos mercados externos, lo cuan puede inducir a una mayor capacidad innovativa.

Metodología: el índice de capacidad de innovación

Como se describió con anterioridad la capacidad innovativa de las empresas depende principal- mente de factores internos propios de las empresas. El índice de capacidad innovativa (ici) es una variable que mide la potencialidad de los agentes para aprender partiendo del análisis del patrimonio de conocimientos de las empresas y las mo- dalidades que éstas utilizan para adquirir y transferir informaciones que contribuyen a aumentar

71 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 61-77 su base de conocimientos. Para la construcción del ici se utilizaron ponderaciones basadas en el artículo de Yoguel y Boscherini (1996). El ici involucra tres dimensiones: a) Factor de desarrollo de competencias. Integrado por el esfuerzo de capacitación del personal, que indica la importancia que se le da a los procesos de capacitación y aprendizaje en el mejora- miento de capacidades de la empresa; el grado de aseguramiento de la calidad, expresado en la evaluación de actividades para asegurar la calidad en productos y procesos, y el alcance de las actividades de desarrollo, que indican el número de personal capacitado que se involucran en diseño y desarrollo de productos. b) El factor de producto innovativo. Este factor toma en cuenta el impacto de los productos nuevos o mejorados en la facturación de la empresa. c) El factor de circulación de conocimiento. Medido por un índice de cooperación formal e informal basado en una variable proxy que mide el promedio de relaciones con diferentes agentes del medio.

* Con base en lo anterior, se estableció la siguiente relación ICIj = Ʃ i Fij , donde i, son las pon- deraciones asignadas a cada uno de los factores (Fij), mismos que adoptan los valores siguientes:

TABLA 4. Ponderaciones en la construcción del ici

Factor Ponderación i) Desarrollo de competencias Esfuerzos de capacitación del personal 0.25 Aseguramiento de la calidad 0.25 Alcance de las actividades de desarrollo 0.25 ii)Producto innovativo 0.10 iii) Circulación de conocimiento Cooperación tecnológica formal e informal 0.15 Fuente: Elaboración propia basada en Yoguel (1996).

De esta manera, el ici es un valor que oscila entre el 0 y 1, es decir, un índice que puede inter- pretarse en términos porcentuales, teniendo como supuesto principal que 1 signifi caría cumplir con todos los factores que —en teoría— potencializan la capacidad innovativa de una empresa; por el contrario, 0 signifi caría no contar con ningún elemento que incentivara la capacidad inno- vativa de la empresa. En este sentido, debemos destacar que la media de las empresas se situó en 0.5511, lo que podría indicarnos que, en términos generales, estas empresas tienen una capacidad innovativa mayor a la mitad que se estima como “ideal”. El porcentaje de empresas que se encuen- tran por debajo de la media es de 48 por ciento, mientras que el resto (52 por ciento) se encuentra por encima de este parámetro; existe una desviación estándar de 0.1308. Como se puede observar en la tabla 5, el mínimo valor del ici es de 0.1578 y el máximo de 0.8451. Asimismo observamos que los valores de las variables de capacitación se encuentran por encima de la mitad, lo que nos

72 Capacidad de innovación de las empresas de soft ware: un estudio comparativo entre Guadalajara y Tijuana || Jaén y Hernández indicaría que, en promedio, las empresas tienen un nivel de capacitación por encima de la media. La calidad de los productos y servicios es menor que la mitad, es decir, en promedio sólo 30 por ciento de las empresas realizan actividades para asegurar la calidad de sus productos/servicios. En la variable del desarrollo, observamos que en promedio la mitad de los empleados de las empresas son especialistas en la industria. La variable de productos innovativos está compuesta por una variable dummie que nos indica que 3 de 4 empresas han incluido productos/servicios nuevos en los úl- timos dos años; de la misma manera 85 por ciento de las empresas declaran tener al- gún tipo de relación con centros de investigación, universidades o cámaras empresariales.

TABLA 5. Composición del ici. Empresas de software

Desarrollo competencias Producto Circulación ici innovativo conocimiento Capacitación Calidad Desarrollo Nuevos productos Circulación conocimiento Promedio 0.5782 0.2951 0.5053 0.7683 0.8537 0.5511 Mínimo 0.0313 0.0000 0.0000 0.0000 0.0000 0.1578 Máximo 0.9375 1.0000 1.0000 1.0000 1.0000 0.8451 Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta a empresas de software (2006)

El ICI como variable independiente. Regresión lineal

Dado lo expuesto hasta ahora, la idea de realizar una regresión lineal que resulte signifi cativa estadís- ticamente y que establezca al ici como una variable dependiente de las ventas y las exportaciones, y que además pueda expresar la diferencia entre las ciudades, resulta pertinente. Para ello, a través del método de mínimos cuadrados ordinarios (mco) se estableció la siguiente relación:

Modelo: ici = f(Ventas, Exportaciones, Estado)

Donde el ici es una variable de 83 datos, apegada a los resultados anteriores. La variable ventas se conforma por 69 datos que respetan los rangos anteriormente empleados, es decir, van del 1 al 5 y las exportaciones están fromadas por una varible dummie que establece si la empresa exporta o no. Adicionalmente, se creó otra variable que contempla la región de procedencia de las empresas, llamada Estado.

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Resultados

Como observamos en el cuadro siguiente, la regresión lineal que se obtuvo resulta signifi cativa tanto globalmente, observada en el valor de la F de Fisher (que es 5.918 y tiene una probabilidad de 0.0011), como individualmente en cada una de sus variables (pues la probabilidad de la t de student es menor a 0.05 por ciento). La capacidad explicativa del modelo es aceptable tomando en cuenta que nuestros datos son de panel y el número de observaciones no es muy alto, pues la R cuadrada ajustada nos dice que estas variables explican el comportmaiento del ici en 16 por ciento aproximadamente (aunque es importante destacar que la R cuadrada presenta valores de casi 20 por ciento).

TABLA 6. Principales resultados del modelo

Variable C Ventas Exporta Estado R2 F n ici 0.721336 -0.01718 0.055626 -0.09784 0.1935 5.91802 78 (0.0000) (0.0164) (0.0345) (0.0022) (0.001124) Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta a empresas de software de la zmg y Tijuana.

La relación que existe entre las ventas y la capacidad de innovación resulta negativa. Esta rela- ción puede deberse a la linealidad existente entre las ventas y el tamaño de las empresas, provocan- do que las empresas de mayor tamaño —al tener su mercado consolidado— reduzcan sus niveles de innovación. De hecho, la variable de tamaño no resultó signifi cativa y fue descartada del modelo para evitar correlaciones.9 Las empresas que exportan presentan en promedio niveles de capaci- dad de innovación mayores (en 5 por ciento) que aquéllas que no lo hacen. Esta relación positiva confi rma una vez más lo desarrollado anteriormente, basado en el hecho de que las empresas ex- portadoras tienen presiones innovativas mayores debido a la necesidad de insertarse en mercados extranjeros y buscan desarrollar los factores que componen al ici. La variable de estado se constru- yó para diferenciar la capacidad innovativa por región. De esta manera, en promedio, las empresas de Tijuana cuentan con niveles de innovación en 10 por ciento menores en comparación con las de Guadalajara, situación que tiene sus raíces en lo referido en párrafos anteriores. Las empresas de soft ware de Guadalajara y Tijuana tienen niveles de innovación similares, sin embargo Guadalajara se posiciona como la líder con un ici de 0.69 en comparación con 0.59 que cuantifi caron las empresas de Tijuana. Hemos observado que los factores que potencian la capaci- dad de innovación de las empresas muestran diferencias importantes entre las ciudades donde se establecen las empresas de soft ware. Cuatro de las cinco variables que componen el ici son mayores en las empresas de Guadalajara. La variable de capacitación tiene una diferencia de 0.9; destacando que 52 por ciento de las empresas de Tijuana capacita a sus empleados mediante fuentes externas, cifra menor en 7 por ciento a las empresas de Guadalajara. En cuanto a las fuentes externas para

9 Sin embargo, es importante mencionar que el tamaño observa una relación positiva con la capacidad de innovación.

74 Capacidad de innovación de las empresas de soft ware: un estudio comparativo entre Guadalajara y Tijuana || Jaén y Hernández capacitación la diferencia es de 27 por ciento, con saldo positivo nuevamente para Guadalajara. La importancia que las empresas bajacalifornianas le otorgan a los procesos de capacitación y aprendi- zaje es de 0.35, mientras que en las jaliscienses es de 0.38. La variable de calidad nos dice que las empresas realizan en promedio 2.2. y 2.7 actividades de aseguramiento de calidad (Tijuana y Guadalajara respectivamente, de 4 tomadas en cuenta). El porcentaje de personal dedicado a actividades de desarrollo es 5 por ciento menos en Tijuana que en Guadalajara. De igual forma, en nuevos productos Guadalajara toma la delantera por un margen de 38 por ciento. Finalmente, en cuanto a la circulación de conocimiento Tijuana muestra niveles superiores en 5 por ciento frente a Guadalajara. La regresión lineal establecida confi rma que las relaciones del ici con otras variables obedece a las hipótesis planteadas, resaltando las incongruencias en ventas (que como observamos sólo se aplican para Guadalajara) y en el tamaño de las empresas. Sin embargo, la variable de exportación presenta congruencia absoluta con lo establecido y la variable Estado confi rma las diferencias entre el ici de las regiones. Para fi nalizar, hay que destacar que el modelo tiene una signifi cancia global y un nivel explica- tivo tolerable dado las condiciones de la muestra.

Conclusiones

La estructura de mercado en la que se desempeñan las empresas del soft ware es de competencia monopólica de productos/servicios diferenciados; tal como se describió previamente la industria está conformada por 82 empresas. En la industria también existen empresas grandes, tal como Intel, Siemens, que fabrican soft ware pero que no lo comercializan en el mercado local, o que venden a sus plantas fi liales (llamado comercio intrafi rma); estas grandes empresas no entraron en la encuesta realizada para este estudio, porque de forma deliberada se busca estudiar a las pymes. La mayoría de las empresas encuestadas (37.8 por ciento) tienen ventas anuales que oscilan entre uno y cinco millones de pesos. Sin embargo, sólo una cuarta parte de las empresas exportan. El promedio del ici de las dos ciudades se encuentra en 0.551. 39 empresas se encuentran por debajo de ella, mientras que 43 superan este valor. El promedio del ici en las empresas micro es de 0.53, en las pequeñas 0.57, en las medianas 0.62 y en la grande el valor es de 0.55, lo que nos indica que a medida que aumenta el tamaño de la empresa, el ici también tiende a aumentar. La relación que se observa con las ventas es negativa, pero como se explicó, esto puede obedecer a que las em- presas consolidadas tienen menores innovaciones, porque la relación entre las ventas y el tamaño de la empresa resulta positiva, aunque la ci y las ventas no presentan la misma relación. En el análisis por ciudad, las empresas de soft ware de Guadalajara y Tijuana tienen niveles de innovación similares, pero Guadalajara muestra niveles mayores en 10 por ciento con respecto a Tijuana. Se concluye que los factores que potencian la capacidad de innovación de las empresas muestran diferencias importantes entre las ciudades donde se establecen las empresas de soft ware.

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La regresión lineal confi rma que las relaciones del ici con otras variables obedecen a las es- peradas. Se resalta la incongruencia de las empresas de Tijuana que presentan en relación con las ventas, sin embargo, ésta resulta adecuada en las empresas de Guadalajara. En cuanto al tamaño de las empresas, la relación se muestra positiva en su conjunto, pero negativa para las empresas de Tijuana. En el mismo sentido, la variable de exportación presenta congruencia absoluta con lo es- tablecido y la variable estado confi rma las diferencias entre el ici de las regiones. Para fi nalizar, hay que destacar que el modelo tiene una signifi cancia global y un nivel explicativo tolerable dado las condiciones de la muestra. En suma, la capacidad de innovación de una empresa se incrementa siempre que aumente la capacidad para aprender a incorporar, difundir y crear nuevos conocimientos; esta capacidad se refuerza si la empresa aumenta los procesos de capacitación, ya sea que éstos sean proveídos por personal de la empresa o fuera de la empresa y cuando esto lleve a que los lazos de cooperación con los proveedores y usuarios se fortalezcan. Todos estos elementos incentivan la capacidad de innova- ción de la fi rma; sin embargo, el otro elemento está asociado a factores macro, principalmente con el dinamismo del mercado, pues este es el contexto para que las empresas innovadoras fl orezcan. Si el mercado interno es débil, poco dinámico, entonces una salida para las empresas es el mercado ex- terno, que siempre será una forma de aumentar el volumen de las ventas. Los factores de innovación están asociados, por lo tanto, a la entrada de las empresas en mercados extranjeros.

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Flujos y redes comerciales del Aeropuerto Internacional de Guadalajara*

Erika Patricia Cárdenas Gómez

Resumen Las investigaciones que en materia de transportación área existen en México aún son pocas. Esto se debe, por un lado, a la desatención que sufre este sector pese a ser un medio fundamental en la globalización económica, y, por el otro, a que hay muy poca información estadística y documental, o las dependencias públicas y los grupos aero- portuarios no tienen la información desagregada. En este sentido, el presente artículo intenta contribuir a ampliar el conocimiento en dicho tópico. Para ello se trazan las di- námicas económicas que media o entrelaza el Aeropuerto Internacional de Guadalaja- ra, de este modo se describen e identifi canlos fl ujos comerciales, el traslado de pasajeros y las empresas transnacionales que utilizan sus servicios.

PALABRAS CLAVE: aeropuerto de Guadalajara, pasajeros, mercancías

Summary Th e researches about air is still very poor. Th is owes, on the one hand, to the inatt ention that has this sector in spite of being a fundamental pieces in the economic globalization, and, as other one, to which there are very litt le statistical and documentary information to the public dependences and the airport groups mana- gement, and it does not have being disintegrated. In this respect, this paper tries to help to extend the knowledge in this topic. For it is analyzes the economic dynamics that the International Airport of Guadalajara happens or interlaces we describe and identify the commercial fl ows, the passengers’ movement and the transnational companies that use his services.

KEYWORDS: airport of Guadalajara, passengers, goods

* Este artículo tiene como base el capítulo quinto de mi tesis para obtener el grado de maestra en Estu- dios sobre la Región titulada: “El papel del Aeropuerto Internacional de Guadalajara en la integración de la economía de Jalisco al mercado global” que presenté en junio de 2006 en El Colegio de Jalisco. Agra- dezco a los dictaminadores de la revista Carta Económica Regional por sus observaciones y comentarios, así como a Alberto Arellano por su lectura.

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n México hay una creciente bibliografía en materia de transportes. Las investigaciones aca- démicas sobre los ferrocarriles, las carreteras y los puertos marítimos así lo demuestran. Sin E embargo, en materia de transportación aérea es muy poca la existente en el país, y la que consta se agrupa básicamente en tres grupos: en el primero se abordan las redes comerciales y las rutas aéreas; el segundo conjunto hace una revisión del transporte aéreo circunscrito en una historia panorámica del transporte en México; mientras que en el tercero se estudia y analiza los principales aeropuertos, y particularmente el de la capital del país, así como a los grupos aeroportuarios en ge- neral. En este sentido este artículo intenta contribuir a ampliar el conocimiento en este tópico.1 Pero antes de entrar de lleno al tema, cabe aclarar que durante la década de 1990 imperó la idea de que la privatización, y en particular de la infraestructura aeroportuaria, era urgente y necesaria para lograr el crecimiento económico del país. En este contexto, el Aeropuerto Internacional del Guadalajara (aig) fue concesionado al Grupo Aeroportuario del Pacífi co (gap). A este grupo em- presarial le fueron concesionadas las terminales aéreas de las ciudades de Aguascalientes, la zona del Bajío (León, Guanajuato), Guadalajara, Hermosillo, La Paz, Los Mochis, Morelia, Mexicali, , San José del Cabo, Tijuana y Manzanillo.2 Es indudable que la concesión trajo consigo una serie de fenómenos que exigen ser analizados, pero los alcances de este artículo son más modestos. El texto intenta saber cuál es la dinámica co- mercial que media o entrelaza el Aeropuerto Internacional de Guadalajara.3 Para contestar la interrogante, el documento se estructura en tres apartados. El primero descri- be la industrialización de Jalisco y sus dinámicas socioeconómicas como el contexto del aeropuerto tapatío en tanto objeto de análisis. El segundo pone especial atención en las empresas trasnaciona- les y la industria electrónica como las que, insertadas en los procesos económicos globales, utilizan mayormente la transportación aérea. Esto conduce al tercer punto que consiste en identifi car y tra- zar las redes de las mercancías y el fl ujo de pasajeros. El periodo de estudio en estos tres apartados

1 Véanse por ejemplo a Jauregui (2004), Serrano Martínez (2002, pp. 137-164), Portales Rodríguez (2001), Clavijo y Valdivieso (2000), García Falcón (1996), Chías y Pavón (1996), Enríquez de Dios (1994), García y Valdez (1986), Ortega Alcocer (1989), Segui y Petrus (1986), Bonavia (194), Cortez (1996), Rico Galeana (2008, 2006 y 2002). 2 El 9 de febrero de 1998 se publicaron en el Diario Ofi cial de la Federación los Lineamientos Generales para la Apertura a la Inversión en el Sistema Aeroportuario Mexicano. Y el 25 de febrero de 1999 la Secretaría de Comunicaciones y Transportes lanzó la convocatoria para licitar en paquete los aeropuer- tos del Pacífi co cuyo concesionario se sabría a más tardar el 5 de agosto de ese mismo año. Diversos grupos de inversionistas locales y extranjeros mostraron interés en adquirir el aeropuerto. Pero la lici- tación la obtuvo Aeropuertos Mexicanos de Pacífi co, aena, Aeropuertos del Pacífi co Ángeles, Inversora del Noroeste, Grupo Dragados y Grupo Empresarial Ángeles por haber hecho, según las autoridades, la oferta fi nanciera más alta. Esto según el numeral 8 de la licitación publicada en el Diario Ofi cial de la Federación el 25 de febrero de 1999 y así lo declaró el Comité de Reestructuración del Sistema Aeropor- tuario Mexicano y la Comisión Intersecretarial de Desincorporación. 3 El Aeropuerto Internacional “Miguel Hidalgo” se ubica al sur de la ciudad de Guadalajara a una distancia de 25 kilómetros en la carretera Guadalajara-Chapala. Fue inaugurado ofi cialmente el 1 de marzo de 1951 con el nombre de Aeropuerto Civil de Guadalajara.

80 Flujos y redes comerciales del Aeropuerto Internacional de Guadalajara || Cárdenas Gómez, E. abarca la década de 1990 y la primera del siglo xxi. Además, el valor de este documento radica en el punto de mostrar, analizar y sistematizar evidencia empírica de la transportación aérea, hasta donde sea posible, en los que participa la terminal tapatía. 4 Con ella se identifi can y trazan las dinámicas económicas de Jalisco, y concretamente de la Zona Metropolitana de Guadalajara (zmg) y la región centro, de la que forma parte.5 Esta idea me ha llevado a sostener en una investigación más amplia que el aig es un elemen- to de conexión entre la economía de Jalisco y la global, al vincular procesos productivos locales y regionales con los grandes centros de producción y de consumo internacionales (véase Cárdenas, 2006). En este marco, el aeropuerto generó nuevas dinámicas económicas en la entidad, y parti- cularmente en el territorio donde se asienta su capital, al abrirse nuevas oportunidades e imponer nuevos retos a los diversos actores económicos y a la sociedad en general.

Una mirada general a las dinámicas económicas de Jalisco

Carlos Alba (1990, p. 446) señaló que uno de los factores que infl uyeron en el crecimiento y centrali- zación de Guadalajara en el siglo xx fue el crecimiento demográfi co del área de infl uencia de la capital jalisciense. De igual modo, menciona que la modernización de las comunicaciones, especialmente el ferrocarril del Pacífi co a Guadalajara poco antesde los años de 1930, la pavimentación de los ejes carre- teros en la década de 1940, la vinculación con la costa en los años de 1950 y la creación del aeropuerto internacional “Miguel Hidalgo” que fue un factor adicional para la concentración de la industria, expli- can la naturaleza y el dinamismo económico y social de la capital tapatía en el siglo pasado. Fue así que a comienzos de los años de 1950 había 3 mil 669 industrias en Jalisco; de las cuales poco menos de la mitad se ubicaba en Guadalajara. En ella la producción más importante estaba en las ramas de alimentos, calzado, prendas de vestir, muebles y artefactos metálicos, entre otros. El promisorio desarrollo industrial y comercial de Jalisco de esos años, atrajo el establecimiento y consolidación de empresas como la Empacadora de Jalisco, Productos Corona, Melder, Compañía Vidriera de Guadalajara, Cementos Guadalajara, Nibco de México, Laboratorios Pisa y Laborato- rios Sophia (Arias, 1999, p. 104). Pero a partir de la apertura comercial en 1985, la industrialización de Jalisco se caracterizó por el cierre de un gran número de pequeñas empresas al enfrentarse a una fuerte competencia con

4 La información se obtuvo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, el Grupo Aeroportuario del Pacífi co y otras fuentes. Cuando se intento precisar y desagregar la información, sobre todo la de las mercancías, las mismas autoridades y el grupo privado dijeron no contar con ella. 5 En este documento se entiende por Zona Metropolitana de Guadalajara el territorio integrado por los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá. La región centro, por su parte —y que resultó del diseño de planeación del entonces gobernador de Jalisco Alberto Cárdenas— comprende, además de los municipios anteriores, El Salto, Tlajomulco de Zúñiga, Zapotlanejo, Juanacatlán, Acatlán de Juárez, Villa Corona, Ixtlahuacán de los Membrillos, Ixtlahuacán del Río, Cuquío y San Cristóbal de la Barranca.

81 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 79-99 productos extranjeros, y también porque el gobierno dejó de apoyar a muchas de ellas. Ante este escenario la entidad pudo avanzar en su crecimiento económico gracias a que contó con diversos factores que le permitieron seguir atrayendo inversión extranjera, a saber:

• Su ubicación geográfi ca permite una gran posibilidad de intercambio con los países del Pacífi - co y Norteamérica. • La zmg es uno de los polos comercial y de servicios más importantes del país. • Ocupa el primer lugar en la producción de maíz, y destaca la actividad agrícola. • Cuenta con una larga trayectoria en industrias tradicionales como: la alimentaria, del calzado y la textil. • Tiene un amplio potencial turístico. • Existe una elevada oferta educativa en los niveles medio y superior. • Una efi ciente infraestructura de comunicaciones y trasporte (Román et al., 2004, p. 32).

Jalisco siguió así a algunas dinámicas globales, con sus altas y bajas. La economía de la entidad está muy vinculada a la globalización económica. Y una forma de observarlo es mediante el com- portamiento del Producto Interno Bruto (pib) estatal. No obstante, los detractores del modelo y las estrategias económicas en la entidad han señalado que Jalisco no ha podido emular los niveles de participación en el pib nacional que tenía en la década de 1970. Baste lo siguiente como ejemplo, si en 1970 generaba 7.2 por ciento del pib nacional, éste descendió a 6.2 en el año 2006 (véase cuadro 1). Una de las razones de esta caída es que la economía de Jalisco tiene problemas estructurales de fondo, entre ellos la falta de competitividad y la alta dependencia del mercado estadounidense. Los especialistas son más enfáticos cuando indican que Jalisco no ha sabido aprovechar sus ventajas en el contexto de la apertura comercial.

CUADRO 1. Producto Interno Bruto, 1970-2006 (miles de pesos corrientes)

Año Total nacional Porcentaje Jalisco Porcentaje 1970 444,271 100 31,683 7.1 1975 1’100,050 100 77,108 7.0 1980 4’276,490 100 280,803 6.6 1985 47’391,702 100 3’157,465 6.7 1988 390’451,299 100 26’643,416 6.8 1993 1,127’584,133 100 74’206,802 6.6 2003* 1,508’240,009 100 95’658,844 6.3 2004* 1,570’126,305 100 100’187,668 6.3 2005* 1,613’526,995 100 102’395,899 6.3 2006* 1,691’168,729 100 105’868,073 6.2 2007* 41’519 134 sd sd *Los datos a partir del año 2003 fueron tomados de Seijal (Sistema Estatal de Información Jalisco). sd: sin dato. Fuente: inegi (1996) Sistema de cuentas nacionales de México. México: inegi, p. 3.

82 Flujos y redes comerciales del Aeropuerto Internacional de Guadalajara || Cárdenas Gómez, E.

Por otro lado, es necesario puntualizar que en el periodo de 1993 a 2006 el comportamiento del pib fue vacilante. En algunos años la Tasa de Crecimiento Anual (tca) resultó ser positiva mien- tras que para en otros años no. Pero lo más signifi cativo fue la fuerte caída de la misma a partir de 1999, llegando incluso a 0 por ciento en 2003 (cuadro 2).

CUADRO 2. Jalisco: Producto Interno Bruto, 1993-2006 (miles de pesos a precios de 1993)

Año pib tca 1993 75’815,855 1994 78’245,706 3.2% 1995 72’254,406 -7.6% 1996 75’531,417 4.5% 1997 80’212,543 6.1% 1998 86’371,981 7.6% 1999 90’029,132 4.2% 2000 94’957,097 5.4% 2001 95’357,595 0.4% 2002 95’672,580 0.3% 2003 95’658,844 -0.0% 2004 100’187,668 4.7% 2005 102’395,899 2.2% 2006 105’868,073 3.3% 2007 sd sd 2008 sd sd sd: sin dato. Fuente: Seijal. Pocket. Jalisco: Gobierno del Estado de Jalisco, 2007. Disponible en: http://seijal.jalisco.gob.mx.

Respecto a las exportaciones e importaciones de Jalisco, se observó que en la mayoría de los años existía un défi cit comercial. Las compras de la entidad eran mayores que las ventas. Más aún, en el cuadro 3 se puede apreciar como en el periodo 2000-2007, con excepción del año 2003, Jalis- co tuvo un défi cit comercial.

CUADRO 3. Jalisco: Comercio exterior, 2000-2007 (millones de dólares)

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 Importaciones 16,148 17,217 17,684 14,160 18,741 21,718 24,270 33,937 Exportaciones 14,140 15,662 16,248 14,365 14,761 15,966 18,545 27,062 Fuente: Elaboración propia con base en el sexto informe de gobierno (años 2000-2005); y “Esperan aumento de 15% en exporta- ciones de la entidad”. La Jornada Jalisco. Guadalajara, 7 de marzo de 2008 (años 2006-2007).

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Sobre las exportaciones se puede decir que el sector con mayores dividendos absolutos en la primera mitad del siglo xxi fue el manufacturero. Sobre todo el vinculado al de la exportación de máquinas, aparatos y material eléctrico (cuadro 4).

CUADRO 4. Jalisco: principales sectores exportadores, 2000-2006 (millones de dólares)

Sección 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 Sección iii 4,573 2,753 3,012 5,783 20,440 25,592 31,739 Sección iv 537,944 519,692 697,053 815,019 875,592 1’211,143 1’172,749 Sección vi 473,056 338,671 334,554 345,163 381,701 1’274,263 1’282,406 Sección x 1’528,756 2’191,463 2’192,908 2’822,195 39,286 39,446 23,677 Sección xvi 9’860,339 10’529,456 9’975,805 7’872,116 10’250,938 9’708,488 11’933,374 Sección iii: Grasas y aceites animales o vegetales. Sección iv: Alimentos, bebidas y tabaco. Sección x: Productos de madera, papel y celulosas. Sección xvi: Máquinas, aparatos y material eléctrico. Fuente: Seijal. Exportaciones. Jalisco: Gobierno del Estado de Jalisco, 2008.

La evidencia mostrada nos obligaría a dar cuenta de las estadísticas de los años de 2007, 2008 y 2009, pero no cabría duda que el comportamiento económico de Jalisco es dúctil y en la mayoría de los casos de contrariedades, máxime en un entorno de crisis mundial como el que se dio reciente- mente. Sin embargo, es importante destacar que la economía jalisciense tuvo un auge en el periodo que va de 1995 al 2000. Si en la década de 1990 Jalisco se convirtió rápidamente en un importante receptor de inver- sión extranjera a nivel nacional, este proceso no estuvo exento de altibajos. Así como ha habido años muy favorables, hubo otros que no lo fueron. Lo anterior se ilustra mejor al analizar la tca de la inversión extranjera, donde hubo años con decrementos sustanciales (como 2001 y 2002), así como incrementos signifi cativos en el mismo periodo. Este fenómeno se presentó por los vaivenes de la economía internacional, asimismo por la fuerte competencia que enfrenta Jalisco por atraer inversión del exterior a nivel nacional e internacional.

CUADRO 5. Inversión extranjera en Jalisco, 2001-2008

Año Millones de dólares tca % 2001 485.3 2002 273.1 -43.7% 2003 338.3 23.8% 2004 514.6 52.2% 2005 1,231.6 139.3% 2006 630.1 -48.8% 2007 307.5 -51.1% 2008 -50.5 -83.5% Fuente: Seijal. Jalisco en el entorno. Gobierno del Estado de Jalisco, 2008.

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Cabe mencionar que los incentivos por los cuales la Inversión Extranjera Directa (ied) llegaba a la zmg eran las exenciones fi scales, créditos blandos, servicios urbanos e industriales y comunica- ciones que incluyen la cercanía del Aeropuerto Internacional “Miguel Hidalgo” (Palacios, 1997, p. 73). Pese a las inconsistencias macroeconómicas en la región central de Jalisco, donde se asientan los municipios metropolitanos, lo que también impulsa la ied es la existencia de diversos parques industriales. Éstos facilitaron, en tanto infraestructura, los procesos de inserción global vía la instala- ción de empresas maquiladoras.6 El auge y fl orecimiento de esta estrategia se dio en la década de 1990 y fue la expresión más clara y abierta del nuevo proceso de industrialización que siguió el estado. Cabe señalar que las primeras empresas maquiladoras que se instalaron en la cercanía de Guadalajara fueron Burroughs y Motorola en la década de 1970, pero es a partir de 1994 cuando se puede apreciar un boom en la instalación de grades transnacionales en el estado. Al respecto, Jorge Regalado (2005) señala que en 1985 había en Jalisco 185 empresas extranjeras, una década después aumentaron a 469 y en 2003 el número de corporaciones transnacionales registradas en Jalisco ascendió a mil 550. Lo anterior fue la expresión más obvia del potencial e infraestructura en comunicaciones de la región central de Jalisco para insertarse en el fl ujo económico mundial de manera efi ciente. De ahí los crecientes esfuerzos de los gobiernos federal y estatal por ampliar las relaciones económicas con los países de Asia-Pacífi co, además de Estados Unidos y Canadá. Ello obedeció a su ubicación privilegiada, pues se encontraba en el vértice de las comunicaciones terrestres y aéreas que unían al norte, noroeste y centro del país. Recapitulando, si bien es cierto que las empresas se instalaron por las dinámicas económicas e históricas de Guadalajara, podría decirse que las empresas transnacionales consideraron en sus estrategias de inversión consideraron el hecho de que en la región existía infraestructura vincula- da con procesos de producción más globalizados y en específi co con la generación de productos vinculados con las tecnologías de la información. Desde esta consideración la existencia de una terminal aérea pudo ser un factor clave en la decisión de inversión de las empresas transnacionales. Empero antes de detallar esta vinculación, es necesario describir la forma como se instalaron diver- sas empresas transnacionales en la zmg.

6 Las maquiladoras se instalaron en parques y corredores industriales que en términos generales se pueden entender como áreas planeadas para promover el establecimiento de industrias mediante la dotación anticipada de infraestructura, naves, servicios comunes y operan bajo una administración permanente. Entre los parques industriales ubicados en la zmg están, por ejemplo, Los Belenes y el Par- que Industrial de Guadalajara. Este último inició su construcción en 1986 y desde un principio estuvo orientado a la producción de partes electrónicas para la industria de la computación, aprovechando la localización cercana de ibm (Garza, 1999, pp. 45 y 337).

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Las empresas transnacionales y la industria electrónica

La llegada de empresas transnacionales a la zmg comenzó en 1962 con el establecimiento de Sie- mens, empresa alemana que en ese entonces producía motores eléctricos. En 1968 el gobierno im- plementó el Programa de Importación Temporal para la Exportación (Pitex) y posteriormente el régimen de . Fue así como las corporaciones transnacionales Burroughs y Motorola consideraron este elemento para su localización en Guadalajara. Cabe señalar que las empresas extranjeras de las ramas manufactureras se instalaron tanto en el periodo de sustitución de importaciones como en la apertura comercial. Pero entre ambas hay diferencias sustanciales. Las primeras recibieron un trato preferencial bajo el Programa de Impor- taciones Temporal para la Exportación, en tanto que a las segundas les resultó más conveniente importar sus insumos o bien operar bajo el régimen de maquiladoras (Palacios, 1992, pp. 11-12). Y en el contexto de la apertura comercial, los gobiernos federal y estatal otorgaron estímulos a las empresas que deseaban instalarse en la entidad.7 A la par que se daba la apertura comercial, las empresas decidieron trasladar parte de sus proce- sos productivos a determinados territorios de los países subdesarrollados que podría darles cabida. Este dinamismo llevó a considerar a la Región 12 como el Valle del Silicio Latinoamericano. Sin embargo, habría que matizar esta afi rmación publicitaria, pues desafortunadamente la tecnología que se utiliza en este parque industrial proviene del exterior debido a que localmente se padece la ausencia de investigación tecnológica (Palacios, 1997).8 También las actividades que realizaban los empleados de la industria electrónica se limitaban al ensamblaje y había poca integración de las micro y pequeñas empresas con el sector electrónico y el capital de dichas empresas. La apertura comercial de 1998, en donde se eliminaron 50 por ciento de los aranceles para equipo telefónico, televisores y computadoras y la totalidad de los aranceles de importación que fueron suprimidos en el año 2003, provocó que la industria electrónica nacional exportara alrededor de 20 mil millones de dólares en ese año (Palacios, 1992, p. 25). La eliminación de los aranceles hizo que la región centro concentrara un número signifi cativo de las principales empresas diseñadoras, productoras y distribuidoras de computadoras y partes electrónicas en el mundo: ibm, nec, Motorola, Siemens, Philipps, Compaq, Hewlett Packard, etcé- tera. Además, la gran mayoría de estas empresas operaban como maquiladoras de exportación, que

7 Por ejemplo, desde mediados de la década de 1980 las inversiones extranjeras han sido permitidas prácticamente en todos los sectores. Además las empresas pueden tener una participación de 100 por ciento de capital extranjero. La empresa ibm en Jalisco supo aprovechar estas facilidades. Gracias a la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) se intensifi có la inversión extranjera. 8 Juan José Palacios (1997) nos da un rastro de cómo el impacto se dio de manera signifi cativa. En el boom electrónico, y a los pocos años de la apertura comercial, la industria electrónica de Jalisco emplea- ba en 1997 a más de 100 mil personas y generaba exportaciones por alrededor de 3 mil 500 millones de dólares.

86 Flujos y redes comerciales del Aeropuerto Internacional de Guadalajara || Cárdenas Gómez, E. a su vez trajeron una serie de empresas subcontratistas tanto nacionales o con coinversión nacional como Compuworld, Yamaver, Phoenix Internacional (Palacios, 1992, p. 25). Pero es necesario precisar que las empresas que importaban y exportaban sus productos por medio del Aeropuerto Internacional de Guadalajara eran: Arrow, Laboratorios Sophia, Novacel, Sach Boge, sci, Siemens, Solectron, Span de México, Triquests, usi, ibm, Pemstar, Honda, Molex, Tracsa Cat, Flextronics, Nissan, Kodak, Texas Instruments, Nike y Jabil Circuit. También es impor- tante enfatizar que el sector electrónico no sólo generaba exportaciones, empleos e insumos para otros sectores sino que también reproducía una demanda a su alrededor.9 Empresas como ibm, Hewlett Packard, Motorola, nec y Siemens, entre otras, emprendieron la búsqueda y el desarrollo de proveedores de productos y procesos, debido a que la importación de algunos insumos resultaba demasiado costosa. Los productos como el empaque y ciertos bienes re- sultantes de la inyección de plástico no podían ser importados masivamente debido a su volumen, por lo que las empresas recurrieron a la subcontratación.10 En este marco la industria electrónica de Jalisco produjo principalmente cables, teléfonos, con- ductores, computadoras, subensambles, soft ware, impresoras, celulares, bobinas, teclados, máquinas, contestadoras y películas fotográfi cas. Y el hechode que la industria electrónica siguiera con una ca- rrera ascendente signifi caba retos para los involucrados pero para lograrlo se requería infraestructura, seguridad e incentivos fi scales. En el cuadro 6 seasientan los principales productos y destinos comer- ciales de las mercancías producidas por las empresas de la industria electrónica instaladas en Jalisco. Respecto a la interrogante sobre si Guadalajara sería el valle del silicio mexicano, diversos espe- cialistas nos dicen que se asemeja más bien a una zona industrial para la exportación, es decir, que la capital tapatía es un área que designó el gobierno para la construcción de complejos industriales orientados a la utilización intensiva de la mano de obra local (Palacios, 2000 y 1997).11 De ahí que la crítica fundamental a este proceso de contratación recayera en que las empresas transnacionales se deslindaban de responsabilidades laborales en perjuicio de los trabajadores, y quienes en su necesidad de emplearse eran incapaces de exigir sus derechos. Sin duda alguna, la subcontratación fue uno de los aspectos negativos que trajo consigo el actual modelo de integra- ción de la economía de Jalisco al mercado global. El problema es muy complejo pero en este punto

9 Por mencionar un ejemplo, en 1997 la demanda fue de mil millones de dólares en insumos impor- tados. Parte de esta demanda había sido indirecta (587 millones de dólares en servicios de personal, impresión, transportación, etc.); el resto fue de insumos como pcb (circuitos impresos), inyección de plásticos, partes metálicas y semiconductores (Dussel, 1999, p. 33). 10 Por ejemplo, en 1993 ibm diseñó el esquema de subcontratación Jetway. La idea básica de este esquema consiste en que los proveedores se instalen físicamente en la planta de ibm para proveer en tiempo real los componentes, partes y/o servicios. Los proveedores cuentan con almacenes pequeños fuera de la planta principal, pero con acceso directo a las líneas de producción, así como con un inventario propio. 11 Sobre este fenómeno Raquel Partida (2001, p. 101) señaló que el trabajo subcontratado en Jalisco en el año 2001 fue alrededor de 60,000 empleos. De cada diez empresas, al parecer de la industria manu- facturera de la entidad, siete reclutaron a sus trabajadores por medio de las empresas subcontratistas, conocidas como agencias de colocación.

87 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 79-99 Argentina, Alemania, Venezuela, Taiwán y Argentina, Taiwán Alemania, Venezuela, Reino Unido. Corea del Norte, Corea Filipinas, y Malasia Corea del Norte y Japón Corea Panamá y Curazao Panamá eu, Italia,eu, España, Costa Rica, Brasil, Argentina, y Australia Francia Colombia y Venezuela Países Bajos Países Computadoras Canadá, Chile, eu, Computadoras Francia, Puerto Japón, Irlanda, Rico, eu, Semiconductores y teléfonosSemiconductores Francia, Brasil, eu, Teléfonos y telecomunicacionesy Teléfonos Paraguay, Guatemala, Honduras, Salvador, Computadoras y Computadoras telecomunicaciones Telecomunicaciones Costa Rica, Argentina, Brasil, Chile, nd Canadá, eu, Alemania, Bélgica, España y ores Computadoras Canadá, Francia, Irlanda y Malasia eu, discos y tarjetasdiscos circuitos y partes circuitos para circuitos circuitos integrados circuitos telecomunicación. telecomunicaciones Modulador, receptor de satélite y de satélite receptor Modulador, de canal modulador procesadores Teléfonos y cables conectarizadosTeléfonos Teléfonos digitalreloj eu y Costa Rica Productos especializados en la industria de la zmg y el destino exportaciónProductos electrónica Empresa1. ibm Producto de lector cabeza y brazo Computadoras, Sector Destino 2004, p. 45. Hernández Pérez, Fuente: 2. sci Systems computadoras, computadora, para Partes 3. Motorola y transistores Diodos, semiconductores, 4. Lucent Technologies4. Lucent Ericson 5.Teleindustrias telefónicas y teléfonos Contestadoras de y redes sistemas Aparatos, Teléfonos Canadá y eu 6. Electrónica Pantera (jpm) Pantera 6. Electrónica y Cables y arneses computadoras para 7. Molex de México8. Cumex Electronics9. Compubur nec10. Tecnologías Arneses, adaptadores, cables y conect en Avanzados 11. Sistemas impreso circuito con Tarjetas Telecomunicaciones y radiolocalizadores celulares Teléfonos de poder Fuentes Teléfonos Computadoras eu eu Computadoras nd 12.Sistemas Digitales12.Sistemas de Telefonía 13.Compu-world14. Madirl de México de México15.Multitech 16. Siemens Baterías celular teléfono para Arneses cables y ensambles para duro disco para Componentes nd pantallas y electrónicos, Controladores Teléfonos Computadoras Canadá, eu y Brasil eu y Costa Rica eu 17. AT&T de México18. Mitel 19. Solectron20.NatSteel telefónicos Conmutadores Teléfonos impresos de circuitos Tarjetas madre Tarjetas Teléfonos Computadoras Centroamérica y el Caribe Teléfonos eu Computadoras eu y Europa eu CUADRO 6. CUADRO

88 Flujos y redes comerciales del Aeropuerto Internacional de Guadalajara || Cárdenas Gómez, E. hay que rescatar el hecho de que la mano de obra utilizada en la producción es femenina (Gabayet, 2006, p. 43).12 Es cierto que la industria electrónica fue importante para el crecimiento de la economía de Jalisco pero éste no trajo desarrollo a la entidad. Y más allá de clarifi car este problema o entrar al debate, en este proceso de integración económica incompleto, marginal, segmentado o periférico del que forma parte Jalisco, es importante hacer notar que el aig sirvió como un instrumento de conexión de ciertos procesos. Concretamente al unir procesos productivos locales con el mercado global. En este marco la importancia del aig por su dinámica económica, además del servicio que daba a 450 mil pasajeros mensuales dentro del país y al extranjero, permitió el establecimiento de fl ujos de movilidad e interconexión comercial enlos procesos globales. Principalmente en los cam- pos de la comunicación y los transportes.

Los fl ujos y las redes comerciales que media la terminal aérea

Antes de comenzar con el siguiente apartado es importante señalar qué se entiende por redes. Este concepto-metáfora fue utilizado por primera vez en el campo de la antropología cuando el estudio- so Barnes señaló que se podía analizar a la sociedad como una red compleja de relaciones, en la cual interactúan los individuos a través de lazos de amistad o parentesco. Pero es quizá con la escuela de Manchester encabezada por Max Glucckman con quien se identifi ca la teoría de redes en el campo de las ciencias sociales (Martínez, s/f. p. 21). Pero en el campo de la economía el concepto de redes, y en menor medida el de fl ujos, se usa en los estudios o análisis de los procesos de reestructuración económica y la reorganización de las grandes empresas. Con ambos términos se intenta dar cuenta cómo una casa matriz instalada en los países desarrollados se vincula y relaciona, por medio de los procesos productivos, con otras sucursales generalmente instaladas en países pobres y con abundante mano de obra y los medios de transporte necesarios. 13

12 Luisa Gabayet (2006, p. 46) refi ere que la mano de obra en la producción en esta industria es básica- mente femenina. También señala que las mujeres desconocían que pertenecían a un sindicato y mucho menos se percataban de que éste defendiera sus derechos laborales. La autora resaltó que los contratos de estas trabajadoras se renovaban periódicamente por lo que no contaban con el derecho de antigüe- dad y que a partir de los 35 años ya no eran recontratadas. Resaltó además que los problemas de la dualidad de roles producción/reproducción de las mujeres traían problemas como el hecho de sacrifi car la atención de sus hijos y familia. Sobre las agencias de colocación, destaca lo siguiente: “La agencia de contratación asume la relación laboral con los obreros, los recluta, evalúa, selecciona, contrata, adminis- tra la nomina, se encarga de negociar con el sindicato, es decir se convierte en el patrón”. Estas agencias de empleo han proliferado para proveer de mano de obra, con el fi n de optimizar los recursos, ya que la empresa desea evitarse la creación y operación de un departamento de recursos humanos. 13 Para un mejor análisis de este fenómeno véase a Frobel, Heinrichs y Kreye, 1981; y Castells, 1999, vol. i.

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Pero en el escenario de la globalización económica “las redes productivas se desdoblan en re- des de comunicaciones y transportes, pero principalmente se manifi estan como redes territoriales donde determinados nodos o lugares específi cos se insertan a la producción global, en tanto que grandes extensiones quedan al margen de ellas” (Martner, 1999, p. 166). En este sentido, por medio del aig se pueden indagar las redes productivas y fl ujos comerciales de la región centro en la producción global. Esto se logra con observar las redes comerciales por medio del comercio de mercancías y el fl ujo de pasajeros. Así cuando la capital jalisciense ha sido el lugar de origen de las mercancías que se transportan por vía aérea en el ámbito nacional, éstas se concentran con la ciudad de México. Por ejemplo, en el año de 2008 tuvo un intercambio de 14 mil 997 toneladas. Le siguieron las ciudades de Tijuana con 785 toneladas, San Luis Potosí con 494, San José del Cabo con 417 y Mexicali con 264 toneladas (véase cuadro 7).

CUADRO 7. Carga con origen en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara en toneladas. Ámbito nacional (2008)

Origen Destino Carga (ton) Guadalajara México 14,997 Guadalajara Tijuana 785 Guadalajara San Luis Potosí 494 Guadalajara San José del Cabo 417 Guadalajara Mexicali 264 Fuente: Registro de la Dirección General de Aeronáutica Civil de la sct.

En contraparte, cuando la terminal tapatía era el lugar de destino en las relaciones comerciales nacionales, éstas se concentraban también con la Ciudad de México. Fue así que en el año de 2008 Guadalajara recibió 13 mil 544 toneladas en mercancías de la capital del país, lo que representó un intercambio comercial a su favor. Le siguió en segundo lugar la ciudad de San Luis Potosí con 876 toneladas, Tijuana con 866 toneladas, Monterrey con 568 y Toluca con 227 toneladas (cuadro 8).

CUADRO 8. Carga con destino al Aeropuerto Internacional de Guadalajara en toneladas. Ámbito doméstico (año 2008)

Origen Destino Carga (ton) México Guadalajara 13,544 San Luis Potosí Guadalajara 876 Tijuana Guadalajara 866 Monterrey Guadalajara 568 Toluca Guadalajara 227 Fuente: Registros de la Dirección General de Aeronáutica Civil de la sct.

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Por otro lado, cuando la terminal tapatía fue lugar de origen en el ámbito internacional sus rela- ciones comerciales fueron más voluminosas con el exterior. Éstas se concentraron con las ciudades estadounidenses de Los Ángeles y Memphis. Con la primera ciudad intercambian 17 mil 815 tone- ladas y con la segunda 12 mil 899. Le siguieron la ciudad de París, Francia, con 5 mil 873 toneladas; las ciudades de Louisville y Huntsville, ambas de Estados Unidos, con un intercambio de 4 mil 906 y 3 mil 995 toneladas respectivamente (cuadro 9).

CUADRO 9. Carga con origen en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara en toneladas. Ámbito internacional (2008)

Origen Destino Carga (ton) Guadalajara Los Ángeles 17,185 Guadalajara Memphis 12,899 Guadalajara París 5,873 Guadalajara Louisville 4,906 Guadalajara Huntsville 3,995 Fuente: Registros de la Dirección General de Aeronáutica Civil de la sct.

Cuando el aeropuerto tapatío fue el lugar de destino en las relaciones comerciales éste tuvo un saldo comercial negativo. Sus intercambios se concentraron de nueva cuenta con las ciudades de Los Ángeles y Memphis. De la primera ciudad recibió 23 mil 148 toneladas de mercancías, en tanto que de la segunda 10 mil 773. Sin embargo, hay un giro respecto a las ciudades que se mencionaron anteriormente. En el caso de las exportaciones, el aeropuerto tapatío recibía mercancías de las ciu- dades norteamericanas de San Antonio y Wilmington la cantidad de 3 mil 596 y mil 993 toneladas, respectivamente. Resalta el caso de que se recibían mil 642 toneladas de la ciudad colombiana de Guayaquil (cuadro 10).14

CUADRO 10. Carga con destino al Aeropuerto Internacional de Guadalajara en toneladas. Ámbito internacional (2008)

Origen Destino Carga (ton) Los Ángeles Guadalajara 23,148 Memphis Guadalajara 10,773 San Antonio Guadalajara 3,596 Wilmington Guadalajara 1,993 Guayaquil Guadalajara 1,642 Fuente: Registros de la Dirección General de Aeronáutica Civil de la sct.

14 En Memphis y Louisville se encuentran las sedes de empresas de paquetería como Fedex y ups. Las mercancías se mandan a las empresas matrices para que desde ahí se distribuyeran a otros lugares del mundo.

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Por otro lado, el comportamiento de la carga del aeropuerto entre los años de 1992 a 2005 arroja algunos datos signifi cativos. El primero es que en el ámbito nacional aumentó. Pasó de 13 mil 980 a las 56 mil 451 toneladas. Si acaso tuvo una baja signifi cativa en los años 2000-2003 como resultado de la crisis mundial. En el ámbito internacional la carga aumentó desde el año de 1994 al pasar de 28 mil 979 toneladas a las 156 mil 108. El incremento se intensifi có después de la entrada en vigor del tlcan, teniendo sólo en 1998 un baja signifi cativa (véase cuadro 11).

CUADRO 11. Comportamiento de la carga doméstica e internacional del aig (1992-2005)

Año Carga doméstica Carga internacional Total 1992 13,980 10,099 24,079 1993 13,805 5,449 19,255 1994 14,104 14,874 28,979 1995 16,219 15,577 31,795 1996 18,351 26,927 45,257 1997 19,156 43,965 63,120 1998 20,347 28,621 48,968 1999 20,980 53,120 74,101 2000 16,742 68,715 85,457 2001 14,431 68,869 83,301 2002 14,173 82,586 96,759 2003 25,960 88,173 114,132 2004 42,662 107,460 150,122 2005 56,451 99,658 156,108 Fuente: Rico (2006, p. 39).

La importancia del aeropuerto tapatío en la aviación comercial en el país quedó asentada al ser el segundo. Después del de la Ciudad México y arriba del de Monterrey (cuadro 12). Pero, ¿cuál es la importancia del Aeropuerto Internacional de Guadalajara en las dinámicas comerciales de Jalisco? Esto lo podremos saber si vemos los millones de dólares que ingresan o salen por esta terminal. La terminal aérea tapatía es fundamental porque esta vía ocupa el segundo lugar en el valor del traslado de mercancías. Sólo por debajo de la vía carretera, y encima del carretero-ferroviario y el marítimo. En los años de 2000 a 2008 en la terminal aérea los movimientos en exportaciones fue- ron como se detalla a continuación: en el año 200 fueron 5 mil millones 454 mil dólares; en 2001, 5 mil millones 541 de dólares; en 2002, 4 mil millones 308 mil dólares; en 2003, 2 mil millones 296 mil dólares; en 2004, 3 mil millones 200 mil dólares; en 2005, 3 mil millones 463 mil; en 2006, 3 mil millones 717 mil dólares; en 2006, 4 mil millones 636 mil de dólares; en 2007, 4 mil millones 438 mil dólares; y en 2008 5 mil millones 662 mil dólares (cuadro 13).

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CUADRO 12. Operaciones atendidas en la aviación comercial (1989-2004)

Año Aeropuerto México Guadalajara Monterrey 1989 115,798 51,936 16,726 1990 137,774 61,104 22,882 1991 172,358 74,452 34,019 1992 227,767 89,117 38,393 1993 243,188 144,904 44,962 1994 289,223 119,469 71,107 1995 242,680 111,221 71,030 1996 227,260 109,665 72,922 1997 237,980 110,719 77,141 1998 265,399 109,188 81,777 1999 275,950 109,621 86,809 2000 272,654 106,498 89,826 2001 272,966 103,898 86,625 2002 286,829 103,568 81,010 2003 288,436 107,747 82,286 2004 295,459 107,005 93,081 Nota: en la fuente se señala que las operaciones atendidas en la aviación comercial corresponden al número de operaciones regis- tradas por aeropuerto de la red aeroportuaria administrada por los Grupos Aeroportuarios y Aeropuertos y Servicios Auxiliares. Fuente: Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Estadísticas. México: 2005. Disponible en: http://www.sct.com.mx.

CUADRO 13. Exportaciones de Jalisco, de acuerdo al medio de transporte de salida del país, 2000-2008 (millones de dólares)

Medio de transporte de 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 salida del país Marítimo 825 794 754 715 1,003 1,463 1,660 2,992 3,602 Ferroviario 0 0.251 0.014 0 7 7 24 21 54 de doble estiba Carretero-ferroviario 1,025 251 0.126 0.107 0 0.018 0 0.142 0.004 Aéreo 5,454 5,451 4,308 2,296 3,200 3,463 3,717 4,636 5,662 Postal 0.001 0000000.004 0 Ferroviario 52 162 458 497 412 381 461 809 1,166 Carretero 7,629 9,209 10,643 10,801 10,140 10,615 12,267 17,175 16,422 Tubería 0.19 0.007 0.099 0.028 0.357 0000 No específi co 0 0.856 0.064 0 1 0.136 408 1,404 1,328 Ferroviario-carretero 175 42 82 53 0.493 1 5 23 29 (Blank) 000000000.051 Total 14,140 15,662 16,248 14,364 14,766 15,933 18,545 27,062 28,266 Fuente: Información proporcionada por Seijal.

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En las importaciones las cantidades fueron similares. Pero en este caso la vía aérea fue la segun- da. En el año de 2000 se importaron 5 mil millones 634 mil dólares; en el año 2001, 5 mil millones 392 de dólares; en 2002, 4 mil millones 779 mil dólares; en el año 2003, 3 mil millones 16 mil dólares; en 2004, fueron 5 mil millones 490 mil dólares; en el año 2005, 5 mil millones 531 mil; en 2006, 6 mil millones 36 mil dólares; en el año 2006, 6 mil millones 36 mil de dólares; en 2007, 6 mil millones 652 mil dólares; y en 2008 6 mil millones 577 mil dólares (cuadro 14).

CUADRO 14. Importaciones de Jalisco, de acuerdo al medio de transporte de salida del país, 2000-2008. Miles de dólares.

Medio de transporte 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 de salida del país Marítimo 2,268 2,479 2,857 3,099 3,264 4,648 4,976 8,434 9,354 Ferroviario 0 5 2 0.255 10 12 26 14 18 de doble estiba Carretero-ferroviario 234100.062 .550 .304 0.086 Aéreo 5,634 5,392 4,779 3,016 5,490 5,531 6,036 6,652 6,577 Postal 0.013 0.054 0.125 0.028 0 0 0.004 0.007 0.001 Ferroviario 747 906 988 1,135 1,023 1,550 1,723 2,553 3,051 Carretero 7,479 7,709 8,151 6,509 8,567 9,274 10,449 13,148 13,974 Tubería 0.173 0.0040000000 Otros 10 108 166 107 208 220 257 985 1,624 No específi co 6 611 732 289 176 227 800 2,149 2,476 (Blank) 00000000118 Total 16,148 17,217 17,684 14,160 18,741 21,465 24,270 33,937 37,197 Fuente: Información proporcionada por Seijal.

Finalmente en cuanto a las importaciones que ingresaron al estado por la vía aérea los datos dicen que éstas provinieron de las siguientes regiones: en primer lugar estuvo América del Norte, le siguió Asia y Europa. Cabe precisar que en los años de 2000 a 2004 la región predominante fue el norte del continente americano, sin embargo desde el año de 2005 las cantidades mercancías recibidas por las dos regiones se emparejaron: Asia y América del Norte (véase cuadro 15).

CUADRO 15. Importaciones de Jalisco, que ingresaron al país por transporte aéreo, de acuerdo al lugar de procedencia 2000-2008. Miles de dólares

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 África 1 0.085 0.993 0.015 0.263 1 11 10 12 América del Norte 3,965 3,389 1,761 1,535 3,379 2,539 2,618 2,452 2,465 América Latina 133 115 295 57 66 90 126 189 255 Asia 1,039 1,178 1,942 763 1,427 2,029 2,465 2,784 2,394 Europa 486 699 773 653 614 864 809 1,184 1,419 Oceanía 89562553029 Países no declarados 0.346 0.283 0.100 0.268 0.025 0.032 0 0 0.021 Total 5,634 5,392 4,779 3,016 5,490 5,531 6,036 6,652 6,577 Fuente: Información proporcionada por Seijal.

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Con la evidencia mostrada se asienta el carácter internacional del aeropuerto pero únicamente al sur de los Estados Unidos. Sin embargo, se puede decir que su inserción es marginal si miramos su rol en el sistema o en la red aeroportuaria mundial, y porque Jalisco está insertado en procesos económicos globales muy específi cos como el de la industria electrónica. En cuanto al traslado de pasajeros que moviliza, el aig de Guadalajara se encontraba en el ter- cer lugar. Pero como ilustra el cuadro 16 en el lapso que va de 1989-1994, el aig ocupó el segundo lugar a nivel nacional pero después de la crisis económica y la subsecuente devaluación del peso, fue desplazado por el aeropuerto de Cancún, ya que esta última ciudad se convirtió en uno de los destinos internacionales más concurridos por su atractivo turístico y lo barato que le resultaba al extranjero visitar ese sitio.

CUADRO 16. Pasajeros atendidos por la aviación comercial (miles de personas)

Año Aeropuerto México Cancún Guadalajara 1989 11,284 2,135 3,738 1990 12,152 3,178 4,125 1991 13,002 3,635 4,562 1992 15,442 4,138 4,880 1993 16,342 4,589 5,998 1994 18,889 4,429 5,283 1995 15,854 4,847 4,047 1996 16,265 5,096 3,967 1997 17,833 5,890 4,218 1998 18,946 6,198 5,165 1999 20,454 6,769 5,145 2000 21,043 7,572 5,021 2001 20,599 7,640 5,021 2002 20,521 7,718 4,675 2003 21,693 8,684 5,050 2004 22,940 10,011 5,375 Fuente: Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Estadísticas. México: 2005. Disponible en: http://www.sct.com.mx.

Lo evidente en el traslado de pasajero del aig fue que sus vínculos son con algunas de las ciudades del estado de California, Estados Unidos. Esto se debió, por un lado, a que Jalisco tuvo una relación estrecha con el país vecino, en donde muchos de ellos poseen ya su residencia y viajan ocasional- mente a visitar a sus familiares en la entidad o bien estos últimos van a visitarlos. Por el otro, a que los aeropuertos de las ciudades norteamericanas generalmente sirven como puntos de enlace con otras partes del mundo.15

15 En el año 2000 salieron a la ciudad de Los Ángeles 629 mil pasajeros en 7 mil 259 vuelos. Esta ciudad

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OJO: INSERTARMAPA 1. Principales MAPA 1. destinos de pasajeros desde el Aeropuerto Internacional de Guadalajara

Fuente: Elaborado por Ruth Miranda.

En la década de 1990 hubo un aumento en el número de pasajeros, pero éste se redujo drásti- camente a partir de 1995 con la crisis económica, aunque hubo una recuperación hacia fi nales de esa década. Sin embargo, para en el año 2001, nuevamente se registraría otra caída en el número de pasajeros. Esto se debió a la desaceleración económica de Estados Unidos y su impacto negativo en la economía mexicana. Asimismo, el impacto de la guerra entre Estados Unidos e Iraq y los atenta- dos del 11 de septiembre fueron factores negativos para la movilización de pasajeros. Es así como el Aeropuerto Internacional de Guadalajara traslada más pasajeros que carga.16 Sin embargo, en el año de 2006 hubo un repunte hasta alcanzar su cifra más alta en 2007 (cuadro 17).

representó el principal destino en el extranjero para el aig. Otras ciudades importantes de destino fueron San Francisco con 399 mil pasajeros en 2 mil 233 vuelos y San José, California, al cual se mo- vilizaron 88 mil pasajeros en 968 vuelos. De igual forma, muchos de los 597 pasajeros por hora que recibe la terminal aérea de Guadalajara la utilizan como punto de conexión, ya que la capital tapatía era un importante nodo de las comunicaciones dentro de la Región Centro-Occidente del país, así como de ésta con el exterior. 16 “Desciende 12% el tráfi co de pasajeros”. Mural. Guadalajara, 17 de mayo de 2001. Disponible en: http:// www.mural.com.mx.

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CUADRO 17. Movimiento de pasajeros en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara (miles de pasajeros)

Año Tráfi co de pasajeros 1990 3,606 1991 3,960 1992 4,226 1993 5,313 1994 5,329 1995 4,080 1996 3,967 1997 4,218 1998 5,165 1999 5,215 2000 5,165 2001 5,028 2002 4,690 2003 5,058 2004 5,392 2005 6,199 2006 5,846 2007 7,798 Fuente: Reporte Anual del Grupo Aeroportuario del Pacífi co, 31 de diciembre de 2007.

A manera de cierre

El Aeropuerto Internacional de Guadalajara fue un instrumento facilitador de la integración de las empresas transnacionales en sus dinámicas económicas, pues permitió unir su producción con el resto del proceso productivo en el entorno de la globalización económica. Mediante el estudio de los fl ujos comerciales, y en específi co de las mercancías, se observó que es con las ciudades norte- americanas de Los Ángeles, Memphis y San Antonio en cuanto a las importaciones. En lo que toca a las exportaciones del aig, se dirigen a Memphis, París, Los Ángeles y San Antonio. Con lo anterior se muestra la estrecha relación económica que guarda la economía de Jalisco con algunas ciudades norteamericanas. De ahí que un gran porcentaje del volumen de las importa- ciones y exportaciones que se realiza por medio del aeropuerto tapatío tiene como mercado prin- cipal el sur de los Estados Unidos de América. Otro factor importante a considerar fue el hecho de que este país cuenta con varios aeropuertos importantes a nivel internacional, entonces las mercan- cías que se dirigen a esas ciudades tienen otro destino. Desde sus inicios, el aig ha destacado como una de las principales terminales aéreas a nivel na- cional por la movilización de mercancías y de pasajeros. Actualmente, ocupa el segundo lugar en el

97 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 79-99 traslado de mercancías y sólo es superado por el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. En lo que respecta al movimiento de pasajeros se ubica debajo del aeropuerto de la capital del país y del Cancún. Aun así, el aig traslada más pasajeros que mercancías. Se puede establecer también que el Aeropuerto Internacional de Guadalajara fue un impor- tante instrumento de la globalización económica, pues generó y promovió la integración de la eco- nomía local con el mercado global. Fue también un elemento de consideración que atrajo y ofrecía ventajas competitivas para la localización de grandes empresas transnacionales, agencias aduanales, líneas aéreas y empresas de mensajería nacional e internacional. Finalmente, el comercio interna- cional de Jalisco con el exterior se realiza básicamente entre la empresa matriz y sus sucursales en distintas partes del mundo. Es decir, se da un comercio intra-fi rma en donde el aig juega un papel relevante.

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CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 101-109 Masculinidades. El juego de género de los hombres en el que participan las mujeres

Juan Carlos Ramírez y Griselda Uribe (coords.) Plaza y Valdés/UdeG/piege/amegh/ajc/unfpa, 2008

Rogelio Marcial || El Colegio de Jalisco

abemos ya que la categoría de género, en tanto herramienta analítica, ha logrado en los últimos años explicar muchos de los fenómenos sociales, del pasado y del presente, y ha S develado relaciones jerarquizadas basadas en la diferencia de género que antes muchos y muchas asumíamos como algo “natural”, “dado”, “inamovible” y “coherente”. Encontrar disidencias a estas jerarquías por parte de mujeres, homosexuales y también varones, nos ha enseñado que los modelos conductuales que rigen esas relaciones jerarquizadas son construcciones sociales, con sus intenciones y sus consecuencias. Y, lo más importante, nos ha demostrado también que en tan- to constructos sociales estos modelos pueden deconstruirse, desmantelarse, redirigirse, siempre y cuando nos interesen las relaciones inclusivas, la solidaridad social y la integración igualitaria de todas y todos más allá de su género y su preferencia sexual. Este es el problema de investigación, el “asunto” pues, que convoca a los 21 autores que escriben 16 capítulos en este libro en sus más de 300 páginas. Pero los textos se concentran en esos modelos que dentro de los estudios de géne- ro se han analizado con menor dedicación que aquellos referidos a la relaciones de poder que los hombres imponen a las mujeres. Me refi ero a que estos textos más bien tratan de observar cómo se construyen las diferentes masculinidades y cómo en estos procesos (en estos “juegos” en los que participan mujeres y hombres) se controla y legitima una forma específi ca de ser “hombre” como la “única posible” y la más “conveniente” para la comunidad, y no sólo para aquellos que ejercen el poder desde una masculinidad reconocida y, hasta diría yo, aplaudida por “el costumbre” (eso lo dicen los huicholes) de nuestra sociedad. Antes de detallar el contenido de los textos que integran este libro, si se me permite, presentaré tres escenas, tres “juegos” cotidianos de construcción de masculinidad en tres ambientes diferentes para “abrir boca” y adentrarlos en las temáticas abordadas en el libro. Aquí van, juguemos un poco: Primer escenario: juguemos a “las carreritas”. Cada día al salir en automóvil a las calles de Gua- dalajara uno se enfrenta, desde la propia prisa de cada quien, con las prisas de todos los demás au- tomovilistas. Pero entre varones (no entre todos, pero creo que sí la mayoría) hay un ingrediente especial. Pareciera ser que el saber manejar, el saber conducir muy bien es un atributo masculino. ¿Cómo alguien puede ser lo sufi cientemente “hombrecito” sin saber ganarle al otro automóvil y re- basarlo sin dejarlo reaccionar a tiempo? No sólo hablo del conocimiento sobre cada funcionamien-

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102 Reseña || Masculinidades. El juego de género de los hombres en el que participan las mujeres || Marcial, R. una llanta o alguna calavera. Pero mi compañera se negó, pues ella prefi ere arriesgarse a todo esto que “batallar” dos veces al día con la estacionada dentro de la cochera (la verdad es que, aunque llega a pasar, donde vivimos el robo de autopartes no es algo alarmante). Para su cuñado fue un acto de irreverencia, pues le comentó que yo, “como hombre de la casa”, no debía permitirle eso. Le dejó claro que si él fuera “Rogelio” no le dejaría hacer semejante cosa, pues él no era ningún “mandilón” que permitiera que su mujer contraviniera el sentido común de salvaguardar los bienes de la familia. Yo pensé: pues, fi nalmente, es el coche de ella y ella decide sobre su coche; pero en este juego de masculinidad, para este cuñado y otros varones de la familia yo representaba una mala imagen de “hombría” que no era conveniente que los pequeños sobrinos tomaran como ejemplo, pues parte de esa hombría debe consistir en pasar por alto sobre las decisiones de las mujeres cuando sabemos por “sentido común” o por “la razón” (propia de los varones) que ellas están eligiendo erróneamen- te con algún órgano interno (el riñón, el hígado o el corazón). De este tipo de “jueguitos” habla el libro Masculinidades. El juego de género de los hombres en el que participan las mujeres, coordinado por Juan Carlos Ramírez y Griselda Uribe. Como comenté, son 15 capítulos (más la introducción) que se adentran en diferentes escenarios, diferentes “juegos” y diferentes experiencias en las que, gracias a sus interpretaciones, podemos notar cómo las ideas de “hombre”, “hombría”, “masculinidad” y “virilidad” juegan un importante papel para legitimar una sola manera de entender el rol que cumplen los varones en sus relaciones cotidianas con otros va- rones y con las mujeres. Mara Viveros enfrenta acertadamente los desafíos que las teorías feministas tienden sobre los estudios de varones y masculinidades. Desde la radicalidad feminista, que incluso algunas autoras como Scott (2001, p. 71) cuestionan el concepto History porque habla de la visión masculina de la historia, la historia del hombre hecha por él (His Story) imponiendo su jerarquía sobre la mujer, y no ha incluido la visión femenina de la historia, la visión de la mujer, de ella (Her Story). O algunas otras más, como Lacombe (2006), que sugieren la posibilidad de construir masculinidades al mar- gen del cuerpo del varón, por parte de algunas lesbianas, a partir del concepto de “masculinidades femeninas”; Viveros llama nuestra atención sobre la necesidad de la visión femenina en el estudio de las masculinidades y la pronta recuperación de “[…] las prácticas y representaciones de los va- rones desde sus especifi cidades de género, como parte de unas relaciones sociales que los colocan mayoritariamente en una posición de dominación” (p. 39). Guillermo Núñez Noriega cuestiona a todo estudio sobre varones debido a la manera en que se asume quiénes son “hombres” cuando se habla de estudio de género de hombres. Si, como nos dice Núñez, se escoge a los sujetos de estudio en los trabajos sobre “hombres” por su apariencia masculina, sin pre-analizar y trabajar la forma en que el encuestado o el entrevistado ha construido su propia masculinidad, entonces caemos en el error que tanto criticamos, esto es, asumimos que es un “hombre” (buen informante) porque se ve como “hombre”. Culmina Núñez:

[…] me parece que si asumimos como transparente, obvio por sí mismo, quiénes son los “hom- bres” y en nuestros estudios asumimos de manera implícita que son machos biológicos-masculi-

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nos-heterosexuales, estamos entonces asumiendo un ideologema central del sistema sexo-género que llamamos patriarcal, que supuestamente nos interesa conocer y denunciar (p. 56).

David Tjeder trabaja magistralmente el concepto de “misoginia” (implícita y explícita) para ayudarnos a comprender el marco amplio, el contexto general en el que se construyen socialmente las masculinidades. Todo lo bueno es del varón, todo lo malo es de las hembras (¿ya ven?, “tenían que ser viejas”). Todo el poder para el varón, toda la sumisión para la mujer. La lectura atenta del texto de Tjeder me permitió relacionarla con lo que Guillermo Núñez Noriega, en otro texto (2007), dedi- ca a la homofobia como elemento de primordial importancia en la construcción de masculinidades especialmente en edades tempranas (“no seas jotito, no seas marica; eso de no es de hombres”). Si discursivamente lo equivocado y vergonzoso corresponde a las mujeres y a los homosexuales, la masculinidad correspondiente se construirá a partir de un modelo que exagera lo masculino como lo “valiente”, “osado” e “inteligente”. Es decir, el hombre no sobresale por cualidades propias, sino por las cualidades negativas de sus diferentes. Y así asegura el dominio sobre ellos y ellas. Juan Carlos Ramírez nos presenta un detallado “estado de la cuestión”, es decir, un análisis por- menorizado de las características de los estudios sobre masculinidades con el fi n de esclarecer un panorama global del conocimiento sobre los varones y de comparar esos estudios para encontrar similitudes, diferencias y especifi cidades. A través de conceptos ordenadores desde un “eje duro” como “trabajo”, “economía”, “violencia”, “identidad”, “raza y multiculturalismo”; aquellos otros que estructuran un “eje suave” como “paternidad”, “salud sexual y reproductiva”, y “vulnerabilidad”; y fi nalmente los que anuncian un “eje de cambio estructural” como los “modelos alternativos”, las “intervenciones”, los “procesos de cambio complejo tendientes a la equidad” y “el cambio y la resis- tencia”; Ramírez establece un mapa que nos orienta adecuadamente en nuestro “caminar” dentro del conocimiento generado por la academia sobre varones y masculinidades, siempre con la idea de aprovechar las nuevas tecnologías e implementar políticas públicas que recuperen este conoci- miento, para con ello impulsar condiciones de equidad y respeto entre los géneros. Por su parte, Víctor Seider le entra de lleno a la relación entre masculinidades y violencia, y se pregunta si ello es por defi nición “el juego del hombre”. Nos relata puntualmente cómo en cada juego hay reglas y atiende a la manera en que se construyen las reglas en el juego de la violencia mas- culina. Evidentemente las categorías de “poder” y “resistencia” son centrales en su explicación, pero las entreteje con otras como “sexo”, “miedo” y “temor” para llegar acertadamente a la conclusión sobre la necesidad no de cambiar las reglas del juego de la violencia, sino la que nos debe llevar más bien a cambiar ese juego de violencia por otro que sea constructivo y de equidad. Concluye Seider: “Hay de juegos a juegos, y la violencia tiene que dejar de ser un juego de hombres. Los hombres tienen que aprender a jugar un juego de vida que también sea un juego de amor e igualdad para transformar un planeta en peligro” (p. 129). Javier Flores Gómez también se adentra en la violencia como elemento principal en la cons- trucción de “ultramasculinidades” en un contexto multicultural. La reproducción simbólica de la violencia, nos dice Flores, tiene sus propios orígenes socioculturales y formas de reproducción; y aunque podría argumentarse que es una práctica universal, no por eso debemos asumirla como

104 Reseña || Masculinidades. El juego de género de los hombres en el que participan las mujeres || Marcial, R. algo “dado”, “natural” e “inamovible”. Flores trabaja ciertas masculinidades que se reproducen en la parte central del estado mexicano de Chiapas, donde tal y como lo demuestra la existencia de un contexto de “violencia de guerra” aunado al contexto de la “violencia común” ha generado ciertos “delirios de masculinidad”. Por ello:

[…] muchas de las prácticas de violencia ejercidas por varones en el ámbito doméstico y en el contexto del confl icto político presentan formas y grados similares de crudeza y brutalidad, lo que nos lleva a concluir que no se trata de diferentes formas de violencia, sino que tanto los actos do- mésticos como los actos de guerra, emanan de una misma fuente primordial: los principios de ultramasculinidad […] En la región de estudio, un recorrido histórico muestra la forma como las prácticas de violencia ejercidas en diversas situaciones y confl ictos sociales, y en donde el campo militar desempeña un papel primordial, se repiten constantemente desde la época colonial hasta nuestros días. Por ello, la participación policiaca y militar en el adiestramiento de los actores que perpetuaron la matanza de Acteal deja de ser un dato coyuntural (p. 146).

Rosanne Rushing y Juan Manuel Contreras se adentran creativamente en el mundo de la pros- titución en Tailandia de las ciudades de Bangkok y Koh Samui, en especial sus bares, sus playas y sus discotecas. Auxiliándose de un método cualitativo a partir de observación directa y entrevistas a profundidad, analizan las percepciones, creencias y prácticas de los hombres europeos que em- plean trabajadoras sexuales comúnmente originarias de Laos, Camboya y Myanmar. Encuentran que estos hombres llegan a Tailandia impulsados por fantasías sobre las trabajadoras sexuales de allí, pero también arropados por un tremendo poder que ostentan en el lugar por ser occidentales y tener “hartos billetes”. Muchos de ellos, obreros, no podrían acceder en sus propios países, con los mismos privilegios, a estos servicios sexuales, por cuestiones económicas. Y todo ello funciona como un dispositivo para ejercer el control total sobre las mujeres, al grado de llegar a situaciones de violencia contra las mujeres, esquema que ante las propias trabajadoras sexuales y la sociedad tailandesa se concibe como algo “natural” debido al “derecho” que adquieren los varones extranjeros por el simple hecho de pagar. Aunque vale decir que los autores también destacan los casos, pocos, basados en otro tipo de relación al ser consideradas estas mujeres como “novias” por parte de sus clientes. La experiencia se sintetizaría así: de obreros explotados a playboys, ese es el gran atractivo del comercio sexual tailandés para muchos varones provenientes de Europa. Posteriormente, Michael Flood nos propone en su capítulo enfrentar los retos y buscar las es- trategias pertinentes para la prevención de la violencia masculina en diferentes contextos. Para ello, nos presenta un panorama de las causas sociales y culturales que explican la violencia masculina contra las mujeres; además, Flood indaga asertivamente sobre las posibilidades de involucrar a los hombres en el trabajo de prevención de la violencia masculina. Comúnmente, las campañas en con- tra de la violencia hacia las mujeres están dirigidas a ellas, a las víctimas de la violencia. Siguiendo a Flood, urgen ya campañas destinadas a quienes ejercen la violencia, los varones, en tanto victimarios. Por ello, la conclusión es evidente, pero no por ello fácil de lograr: “Los hombres tienen un papel vital en la tarea de ayudar a poner fi n a la violencia contra las mujeres. Pero si vamos a crear culturas

105 CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010 | PP. 101-109 masculinas de no violencia y de reciprocidad voluntaria en las relaciones sexuales, debemos hacer muchos más esfuerzos sistemáticos para reclutar y cambiar a los hombres” (p. 180). Seguimos con Diana Maff ía, quien focaliza su atención en las políticas públicas de erradica- ción de la violencia masculina impulsadas por la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires. Posicionándose desde un marco analítico que combina las aportaciones de la teoría de géne- ro, la fi losofía política feminista y la teoríaqueer , la “descarada” intención de la autora es distinguir la pluralidad de modos de ser varón para así evidenciar la pluralidad de violencias masculinas. El texto abarca una gama de realidades como los agresores sexuales y su tratamiento, la lucha por la repre- sentación y defensa de los derechos de homosexuales, las políticas de apoyo a transgéneros (traves- tis) en materia de vivienda o seguridad en el ejercicio de la prostitución callejera, otras políticas de apoyo a transexuales ante los problemáticos procesos judiciales para la autorización del cambio de sexo y las implicaciones económicas de la intervención quirúrgica; así como las complicadas pro- blemáticas médicas, psicológicas, jurídicas, sociales y culturales de las personas intersexuales, cuya realidad (que no su existencia) apenas comienza a salir a la luz debido a nuestra tremenda ignoran- cia y negativa moralidad hacia las manifestaciones de la diversidad sexual humana. Ernesto Hernández visibiliza a los varones que han pasado inadvertidos en los estudios de gé- nero asociados a la migración internacional de mixtecos a los Estados Unidos. Demuestra cómo la memoria es un recurso con el cual estos migrantes construyen su identidad paterna, para conservar sus tradiciones y “heredarlas” culturalmente a los pequeños. Pero además, la memoria posibilita que la autoridad paterna prevalezca, ya no solamente como concentradora del poder y las decisiones en la familia, sino como un vínculo afectivo y de respeto que coadyuve signifi cativamente en la cohesión familiar. Pero también existe, del otro lado, el olvido como “una manera de cuestionar el sistema político que somete a los padres mixtecos a grandes tensiones y problemas […] Este olvido no signifi ca una renuncia a la cultura y forma de ser del pueblo, pero sí es una negación de un siste- ma que ha sido considerado por muchos investigadores como un modelo positivo y democrático: el sistema de cargos indígena” (p. 214). Renata Orlandi, Adriano Beiras y María Filgueiras indagan sobre los sentidos que adolescen- tes brasileños entre los 16 y 19 años de edad, habitantes de la ciudad de Florianópolis, dan a la paternidad y al cuidado de los hijos y cómo ello tiene repercusiones específi cas en la construcción de su masculinidad. Ciertamente existen sentimientos de pérdida ante la imposibilidad de seguir disfrutando de las actividades propias de su edad (fi estas, vacaciones, ocio, falta de compromiso). Pero aun así los autores encuentran que estos padres adolescentes están satisfechos no sólo con su temprana paternidad, sino que de diferente manera se acomodan ante las nuevas exigencias de compartir los compromisos y tareas derivados del cuidado de sus hijos. Califi cadas como “nue- vas formas de paternidad”, la relación de pareja y con los hijos implica cambios signifi cativos en la construcción de masculinidades más involucradas con las tareas domésticas. Y no se trata de que los padres “ayuden” en casa a las madres (como una concesión), ni que las madres “ayuden” con un salario a los padres. Se trata más bien de un trabajo, de las responsabilidades, de los derechos y de la organización de forma conjunta y equitativa.

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Olivia Tena y Paula Jiménez abordan otra cuestión defi nitoria en la construcción de masculini- dades. Si el rol de la mujer, creíamos, debía circunscribirse al ámbito hogareño a partir de la imagen de la madre; el rol del varón tendría que articularse desde las implicaciones de proveer lo necesario a la familia y proteger a sus integrantes. Pero, ¿qué pasa con muchas masculinidades cuando no logra el varón cumplir con su rol de proveedor económico?, ¿es que el desempleo es la peor amenaza para la masculinidad de muchos padres en estos tiempos de crisis económicas sistémicas y cíclicas? Demostrando estrategias familiares que rescatan la imagen del padre-proveedor-protector en situa- ciones de desempleo, las autoras concluyen que:

Lo cierto es que la familia nuclear, tal y como se ha defi nido, está en crisis y con ésta, el modelo tradi- cional de masculinidad. Ante tal circunstancia, la fl exibilización de los roles de género es indispen- sable para enfrentar los cambios económicos y sociales que impactan subjetividades y estructuras familiares. Se puede decir […] que la posibilidad de fl exibilización sería, desde esta perspectiva, una ganancia secundaria de dichos cambios [después de rescatar la fi gura paterna], caminando ha- cia la eliminación de relaciones opresivas que históricamente han impactado la condición de la mujer (p. 244).

Muy cercano a esta lógica referida a los cambios contemporáneos en los roles masculinos y femeninos al interior de la familia, María Alejandra Salguero analiza las formas de participación de algunos varones de clase media en la Ciudad de México en ámbitos referidos al trabajo y la familia, y las nuevas exigencias y contradicciones a los que se enfrentan. Después de entrevistar a profundidad a 35 varones entre los 20 y los 50 años de edad, Salguero sintetiza en una frase aportada por uno de sus informantes los cambios en la construcción de nuevas masculinidades o nuevas paternidades: “un verdadero hombre es el que se compromete y responsabiliza de su familia, el ser sólo proveedor no es sufi ciente” (p. 265). La reformulación (o fl exibilización) de los roles identitarios masculinos ante estas exigencias, coincidiendo con Olivia Tena y Paula Jiménez, están provocando un cambio paulatino pero irreversible en las relaciones entre los géneros al interior de la familia. Cierran el libro dos trabajos en líneas novedosas dentro del análisis social. Adriana Fuentes desmenuza, para analizarlo, el discurso imperante sobre la estética del cuerpo de los varones. En- cuentra ciertamente una preocupación marcada por muchos hombres en torno a no querer verse como “afeminados”, idea asociada a una imagen de debilidad, vulnerabilidad y exagerada atención en la imagen corporal que se proyecta. Sin embargo, constata que el tiempo y el dinero dedicados al arreglo personal entre varones no varían signifi cativamente de lo que caracteriza a las mujeres. Así, nos refi ere Fuentes que:

[…] mientras ellas consideran que en ellos no es importante la belleza ni el cuidado personal, y que no los necesitan para conseguir lo que quieren, mucho menos considerar que realicen sacrifi cios y que la práctica de ejercicio es una actividad varonil pero no un medio para lograr estética, ellos en cambio, presentan preocupación de tener el cuerpo requerido en la actualidad. Disfrazan sus vanidades o fantasías presentándose como fuertes, viriles, y en silencio o en grupos muy cercanos

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manifi estan claramente la frustración por no serguapos, agradables físicamente a los otros y de ser objetos de burla por ello (p. 280).

Finalmente, Yeimi Colín presenta un trabajo sobre las percepciones de varones de Oaxaca, Monterrey y la Ciudad de México acerca del aborto sufrido por sus parejas. Ante la imagen tradicio- nal de que el varón no debe manifestar abiertamente sus sentimientos y la contradicción de ello por parte de los entrevistados por Colín, la autora destaca que:

[…] los varones están viviendo una transformación en su experiencia reproductiva, aunque de manera no consciente, porque a pesar de romper con patrones de conducta meramente masculi- nos, siguen reproduciendo estereotipos que diferencian a los hombres de las mujeres. Por lo tanto, queda mucho camino por andar para lograr una plena transformación de su conducta reproduc- tiva […] (p. 296).

La autora propone que es necesario redondear este estudio con información sobre cómo vi- ven la experiencia del aborto las mujeres y cómo viven ellas las reacciones por parte de sus parejas. Estos son los capítulos que integran el libro Masculinidades. El juego de género de los hombres en el que participan las mujeres. Algunos de ellos magistralmente traducidos por conocedoras y conoce- dores del tema como María Palomar, Pastora Rodríguez, Danilo de Assis Climaco e Inés Olivera. Nos presentan un panorama novedoso e inteligentemente abordado para comprender estos “jue- gos”, estas prácticas cotidianas que forman parte de ese proceso tortuoso incluso para quienes lo do- minan, de construcción de masculinidades en diferentes contextos socioculturales. A mí —como a muchos y muchas, seguramente— me servirán para comprenderme y comprender mis relaciones con mujeres y varones. Pero además me ha servido también para tener elementos de diagnóstico más certeros dentro de los escenarios sociales que trabajo académicamente, como la imagen va- ronil, fuertemente viril, de locutores jóvenes de Telehit (Facundo y Christopher) al verse tan cool y arremeter en contra de las expresiones de jóvenes emo por proyectar una imagen “delicada”; las fuertes dosis de violencia simbólica y real entre las barras más conocidas y más tradicionales de la ciudad (la Barra 51 del Atlas y la Irreverente de las Chivas); la visión masculina de Guadalajara sobre la participación femenina dentro de algunas bandas cholas de los barrios “guetizados” de esta ciudad; y otros tantos escenarios más que ya no le sigo porque no se trata aquí de enterarlos de lo que yo hago. Se trata, más bien, de aprovechar los hallazgos y las propuestas de este excelente libro para la construcción de una sociedad más justa, más equitativa, más igualitaria, siempre respetando y aceptando nuestras diferencias, para la construcción de relaciones inclusivas y solidarias entre los géneros y las diversas opciones y preferencias sexuales.

108 Reseña || Masculinidades. El juego de género de los hombres en el que participan las mujeres || Marcial, R. Bibliografía

Andrea Lacombe (2006). “Para hombre ya estoy yo”. Masculinidades y socialización lésbica en un bar del centro de Río de Janeiro. Buenos Aires: Antropofagia. Núñez Noriega, Guillermo (2007). Masculinidad e intimidad: identidad, sexualidad y sida. México: Miguel Ángel Porrúa-unam-El Colegio de Sonora. Scott , Joan W. (2001). Historia de las mujeres. En Burke, Peter (ed.).Formas de hacer historia. Ma- drid: Alianza Editorial, p. 71.

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Acerca de los autores

Catalina Banko [email protected]. Historiadora. Profesora de la Escuela de Economía de la Universi- dad Central de Venezuela, y en los postgrados de Teoría y Política Económica y de Historia de América Contemporánea de la mis- ma universidad. Fue investigadora del Centro de Estudios Lati- noamericanos Rómulo Gallegos (1988-1993). Colaboradora de revistas especializadas nacionales y extranjeras.

Fernando Camacho Sandoval [email protected] Licenciado en Economía por la unam. Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Guadalajara, con especialidad en Desarrollo Regional y Urbano. Sus áreas de especialización son: industrialización, mercados laborales, desarrollo regional y urbano, migración y desarrollo, género y desarrollo. Ha publi- cado libros sobre la industria automotriz, textil y del vestido en Aguascalientes. Actualmente es postdoctorante en el Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zaca- tecas (2009-2010).

Erika Patricia Cárdenas Gómez [email protected]. Licenciada en Estudios Internacionales por la Universidad de Guadalajara. Maestra en Estudios sobre la Región por El Co- legio de Jalisco. Actualmente estudia el doctorado en Ciudad, Territorio y Sustentabilidad en el cuaad de la Universidad de Guadalajara. Sus temas de estudio son: comercio internacional, transportes, infraestructura y migración.

Thalia Hernández Amezcua [email protected]. Licenciada en Economía por la Universidad de Guadalajara, be- caria del Conacyt en el proyecto número: 60389 denominado “Aprendizaje Organizacional y Evolución de la Cultura Empre- sarial en el Contexto del Desarrollo de Redes de Innovación en Sectores de Alta Tecnología”. Estudiante de la Maestría en Eco- nomía de la unam.

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Bernardo Jaén Jiménez [email protected]. Licenciado en Economía por la Universidad de Guadalajara. Maestro en Ciencias Económicas, unam. Maestro en Eco- nomía y Gestión del Cambio Tecnológico, uam-x. Doctor en Ciencias Sociales por la UdeG. Especialista en teoría macroeco- nómica, economía internacional y economía regional. Profesor e investigador del cucea, adscrito al departamento de Métodos Cuantitativos; investigador nacional, nivel 1.

Rogelio Marcial [email protected] y [email protected] Doctor en Ciencias Sociales por El Colegio de Jalisco. Profesor Investigador del Programa de Estudios Jaliscienses de la Univer- sidad de Guadalajara, con sede en El Colegio de Jalisco. Profesor en programas de licenciatura y posgrado en la UdeG y de pos- grado en El Colegio de Jalisco. Autor de varios libros y artículos sobre temas juveniles. Temas de estudio: culturas juveniles, di- versidad sexual.

Humberto Morales Moreno [email protected] Doctorado en Historia por la Universidad de París i. Secretario Académico del Posgrado en Ciencias Sociales de la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Miembro del sni desde 1995, especializado en la histo- ria económica del sistema industrial mexicano de los siglos xix y xx. Es miembro del cuerpo académico consolidado de An- tropología Social de la buap en la línea de Historia y Sociedad. Ha publicado, entre otros textos, junto con Sergio Niccolai La Cultura Industrial de México (cmcpi ac/buap), 2003.

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Lineamientos para los autores

a Carta Económica Regional, Nueva Época mantiene su carácter fundamentalmente econó- mico; pero además, como parte de un proceso de mejora constante, el equipo de trabajo L busca ampliar su perspectiva de estudios regionales donde se promueve un enfoque de diálogo, diverso y amplio, entre las múltiples ciencias que confl uyen en el análisis del espacio. Por lo tanto, ahora también se aceptan trabajos cuyo objeto de estudio gire en torno a la problemática regional, en el más amplio sentido del término. Los artículos recibidos deber ser inéditos, tanto en su versión electrónica como física, además de no haber sido publicados en cualquier otro idioma distinto al originalmente enviado. Acogemos trabajos en español, inglés o francés escritos por cien- tífi cos o profesionales (empresarios, servidores públicos o consultores) vinculados con los estudios regionales. Una vez que el artículo llega a la redacción de la revista, se les pide a los autores fi rmar una carta compromiso donde constaten que el trabajo no ha sido publicado y que no será sometido simultáneamente a otra revista o medio impreso. A través del Comité Editorial de la revista las colaboraciones se someten a una evaluación y dictamen, bajo un esquema de anonimato, donde participan reconocidos especialistas del área de estudios en cuestión. El Comité Editorial informará a lo(s) autor(es) el fallo respectivo. Indepen- dientemente del dictamen, el artículo pasará a formar parte de un expediente, de tal forma que la revista se reserva el derecho de regresar los originales. Si el dictamen es positivo, el artículo se some- terá a la corrección de estilo y se publicará en función de nuestros criterios editoriales. Asimismo, cuando el artículo es aceptado en la revista, se cederán los derechos de autor a la Universidad de Guadalajara. Se pide de manera atenta a los autores que manden sus manuscritos preferentemente por co- rreo electrónico como archivo adjunto a la dirección de la revista revista.cartaeconomica@gmail. com. Asimismo, recibimos textos en cd-rom, en procesador de texto Offi ce/Word junto con dos copias impresas. Se les invita a los autores anexar un breve currículum vitae (que no exceda de 10 renglones), donde destaque sus grados académicos, su experiencia profesional y los datos que permitan su lo- calización. El texto debe tener una extensión máxima de 25 páginas tamaño carta a doble espacio (Times New Roman 12), lo que equivale aproximadamente a 10,000 palabras, donde se incluyan notas al pie de página, ilustraciones, gráfi cas y cuadros (éstos últimos preferentemente en Excel). Además de tres palabras clave en español e inglés. Se recomienda el uso de subtítulos para separar las secciones del texto. Los trabajos deben de contener un resumen de 150 palabras tanto en inglés como en español. En caso de incluir material fotográfi co, cartografía o ilustraciones, se ruega anexar el archivo de la respectiva imagen digitalizada, el original y una versión pdf.

[ 113 ] CARTA ECONÓMICA REGIONAL | NUEVA ÉPOCA | ISSN 0187-7674 | AÑO 21 | NÚM. 104 | ENERO-ABRIL 2010

Las referencias bibliográfi cas deberán utilizar el formato apa. Las colaboraciones deben estar listas totalmente para que sean turnadas a los miembros del Consejo y Comité Editorial.

[ 114 ] Cupón de Suscripción

Datos del suscriptor: Nombre Teléfono Domicilio C.P. Colonia Ciudad Estado País Correo electrónico

Fecha de suscripción Suscripción Anual México $220.00 A partir del número (3 números) Extranjero $35.00 U.S Dlls.

Periférico Norte 799, Edificio M, 2do Nivel Revista Cuatrimestral Núcleo Los Belenes, Zapopan, Jalisco, México del Departamento de Estudios Regionales - Ineser Tels. 3770.3404 y 3770.3300 Ext. 5229, 5276,5240 Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas Suscripciónes con Yunuén Castillo de la Universidad de Guadalajara [email protected]

Carta Económica Regional, núm. 104, se terminó de imprimir en mayo de 2010 en los talleres de Ediciones de la Noche Madero 687, colonia Centro, Guadalajara, Jalisco.

El tiraje fue de 1 000 ejemplares.

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