USO Y GESTIÓN DEL AGUA EN LA ZONA OTOMÍ-TEPEHUA: VINCULANDO LOS NIVELES DE ABAJO HACIA ARRIBA Y DE ARRIBA HACIA ABAJO.

Luis Alberto Labra Hernández Alex Manetta Universidad Autónoma del Estado de

Resumen

En la región Otomí-Tepehua se encuentran inúmeros

manantiales de agua que ayudan a conformar la cuenca hidrográfica del río Tuxpan, una de las más importantes de

México, de modo que se sitúa como área prioritaria de interés ambiental. Partiendo del supuesto que los gobiernos han encontrado dificultades para establecer políticas que

afinen las demandas sociales a la necesidad de conservación, el presente trabajo propone analizar la

importancia de la vinculación entre distintos niveles de gobierno (nacional, estatal y municipales) en lo que toca a

los planes de uso y gestión de recursos hídricos en esta zona específica.

Introducción

La disponibilidad del agua es actualmente una de las principales preocupaciones en nivel mundial, de manera que se sitúa como tema prioritario de seguridad y como cuestión clave para garantizar la calidad de vida de la población humana, la manutención de la biodiversidad y la productividad de las actividades económicas. El agua impregna todos los aspectos de la vida en la Tierra. Al igual que el aire que respiramos, sostiene la vida humana, animal y vegetal, proporciona servicios vitales para la salud humana, los medios de subsistencia y el bienestar, además contribuye a

Página 1 de 16 la sostenibilidad de los ecosistemas, por lo cual, es vital su debido uso y gestión (UNESCO, 2016).

De acuerdo con Toledo (2002), los estudios sobre los balances hídricos del planeta apuntan que solamente el 0.007% de las aguas dulces se encuentran realmente disponibles a todos los tipos de usos que le da la sociedad. Es decir, esta pequeña porción de agua dulce disponible, solventa todas las actividades sociales diarias en el mundo. Pero con todo, la actual crisis global del agua no es solamente un problema cuantitativo sino también en calidad del agua.

Las más recientes evaluaciones de los especialistas y organizaciones internacionales conectadas con los problemas del agua, sugieren que para el año 2025 más de las dos terceras partes de la humanidad sufrirá algún estrés por la falta de este líquido (L’vovich et al. 1995; Simonovic, 1999). Así que, para este tiempo, una tercera parte de la población vivirá en situaciones consideradas como altamente catastróficas por la falta de agua (Toledo, 2002).

El actual proceso de escaseo del agua revela la importancia de la promoción de políticas y programas encargados a garantizar el buen uso y preservación de este recurso. Urge, pues, una nueva manera de pensar sobre los problemas del agua y de proponer soluciones. Repensar los problemas del agua significa enfrentar los desafíos que nos impone el futuro a partir de dos nuevos paradigmas: el de la complejidad y el de la incertidumbre. El paradigma de la incertidumbre enfrenta dos cuestiones de la mayor importancia: la primera tiene su origen en la variabilidad inherente a los procesos hidrológicos y la segunda tiene que ver con los límites de nuestros conocimientos sobre los procesos que afectan la disponibilidad del agua (Simonovich, 2000).

Este creciente desabastecimiento de los recursos hídricos ha incitado a los gobiernos, en sus distintos niveles, a crear planes y programas que fomenten el cuidado del agua, de manera que es importante el tema de la vinculación de todos los niveles de gobierno, con el objeto de conseguir un buen uso y gestión de los recursos hídricos.

La planificación en la gestión de los recursos hídricos debe tocar todos los espacios del planeta, para que se puedan unir todos los niveles de gobiernos en las diferentes

Página 2 de 16 esferas públicas, a través de una vinculación constante, de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, con el propósito de lograr una buena gestión de los recursos hídricos aun disponibles. Las decisiones de planificación y manejo tendrán que ampliar sus escalas de espacio y tiempo a fin de incluir las necesidades inter e intrarregionales, en horizontes de largo plazo que incluyan a varias generaciones (Toledo, 2002).

La grave preocupación por las diferentes instituciones nacionales e internacionales se ha plasmado en diversos programas, conferencias y congresos, encaminados al buen uso de los recursos hídricos. Por su importancia merece ser destacada la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas1 (2000), cuyo contenido establece una agenda ambiciosa con el fin de mejorar las condiciones de vida de la humanidad. Se argumenta que la gestión y el buen uso de los recursos hídricos puede contribuir al logro de estos objetivos, por cuanto la mejora en el acceso y abastecimiento de agua potable, así como del saneamiento básico, ayuda a prevenir enfermedades y a mejorar la calidad de vida de la población. Se añade que el agua es un factor de producción y su falta e inadecuación conlleva a problemas ligados con la pobreza (Monguilot, 2009).

A pesar de estas medidas y acuerdos globales, es idóneo resaltar, que además de una agenda global, también es necesario que se contemple agendas nacionales y locales enfocadas a investigar y generar medidas adecuadas en este tema (Alfaro, 2008).

Así que el propósito de este artículo es analizar la importancia de la vinculación entre los niveles de gobierno en lo que toca al uso y gestión de los recursos hídricos en los municipios que componen la región Otomí-Tepehua (Estado de Hidalgo, México).

Breve contextualización nacional (México), estatal (Hidalgo) y regional: la zona Otomí-Tepehua

En México, como en diversos países del mundo, se ha estado preocupado por generar programas y políticas públicas encaminadas a la conservación y el uso adecuado de los recursos hídricos, en donde se ha logrado realizar avances, lo que incluye la generación de un sistema legislativo comprensivo, de una autoridad nacional del agua y

1 Véase declaración del milenio (2000). Documento A/RES/55/2. Página 3 de 16 de un sistema funcional de derechos de agua, así como un naciente mercado del recurso. Sin embargo, en el país todavía se enfrentan desafíos significativos, debidos a aspectos relacionados con la sostenibilidad, la eficiencia económica y la equidad, como: la creciente y continua sobrexplotación de los recursos hídricos; la vigencia de precios distorsionados, de subsidios y de otras intervenciones que alientan practicas no sostenibles en el uso del agua; ciertas leyes, regulaciones, políticas e inversiones que crean condiciones no sostenibles y distorsiones en el uso del agua y que además dan lugar a una asignación no equitativa de los recursos fiscales (Guerrero, 2008).

En México la agricultura de riego es la actividad productiva que más consume agua superficial y subterránea (alrededor de 80%). A pesar de que algunas áreas con sistemas de riego ya están haciendo uso de técnicas eficientes en el uso del líquido, el cambio ha sido limitado (Guerrero, 2008).

En México existe una cobertura de agua potable y drenaje de 89.8 % y 89.6 %, respectivamente. Sin embargo, es notable la existencia de un abasto diferenciado entre las distintas regiones que conforman al país (Domínguez et al., 2013). Para distribuir el agua disponible en el país, a fines de administrar y preservar los recursos hídricos, su territorio ha sido dividido en trece Regiones Hidrológico-Administrativas (RHA), las cuales están formadas por agrupaciones de cuencas, consideradas las unidades básicas de gestión de los recursos hídricos. Sus límites respetan la división municipal para facilitar la integración de la información socioeconómica (CONAGUA, 2015).

La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), órgano administrativo, normativo, técnico y consultivo encargado de la gestión del agua en México, desempeña sus funciones a través de 13 organismos de cuenca, cuyo ámbito de competencia son las regiones hídricas administrativas (RHA) (CONAGUA, 2015). La implementación de las RHA se da a partir de la diferencia en consumo y aprovechamiento de los recursos hídricos en las diferentes zonas del país, para la realización de una gestión pertinente y equitativa del agua.

El estado de Hidalgo se encuentra comprendido en dos regiones hidrológicas. El 95% de la superficie de su territorio (19,883 km2) pertenece a la región hidrológica Río Pánuco. El 5% restante (1,117 km2), correspondiente a una pequeña extensión de la

Página 4 de 16 porción oriental, forma parte de la región Tuxpan-Nautla (PIDH, 2012), en donde se ubica nuestra región de estudio.

Dentro del Estado de Hidalgo se tienen 130 almacenamientos (presas, bordos y lagunas) con una capacidad total de almacenamiento de 2,010.92 hm3. De estos almacenamientos, 122 son operados por particulares. En la entidad se tienen identificados 23 acuíferos, de los cuales 6 son interestatales, es decir sus límites abarcan dos o más estados, de los cuales los acuíferos del Valle del Mezquital, Tepejí del Río y Cuautitlán- se comparten con el Estado de México, el acuífero de con el Estado de Tlaxcala, el acuífero de Acaxochitlán con el Estado de Puebla y el acuífero Álamo-Tuxpan con el Estado de Veracruz (PIDH, 2012).

Actualmente el estado tiene una cobertura de agua potable del 85.86% de los hogares (INEGI, 2010), lo que significa que 377,186 habitantes carecen de este servicio. Los municipios que presentan un mayor rezago son: , La Misión, Tepehuacan de Guerrero, Yahualica, y Huehuetla (este último municipio pertenece a nuestra área de estudio), esto debido a que su ubicación geográfica y su tipo de suelo en el que se encuentran son abruptas y poco accesibles, por lo que acompleja el otorgamiento del servicio por parte del ayuntamiento.

En Hidalgo se han considerado cuatro diferentes usos de los recursos hídricos que son: abastecimiento público (uso doméstico, público urbano y de servicios); agrícola (usos agrícolas, pecuario y correlatos); industrial (sector de transformación industrial y agroindustrial) y para generación de energía eléctrica (PIDH, 2012).

En la región Otomí-Tepehua hay una significativa biodiversidad, pero se observa la reducción de grandes extensiones de vegetación original, hecho que repercute en la pérdida del hábitat para la fauna silvestre y en la destruición de significativas extensiones de suelos, situación que perjudica la dinámica hidrográfica regional y las prácticas tradicionales del conocimiento (Nieto y Escandón, 2010; Alcántara Ayala y Luna Vega, 1997).

Esta zona es considerada la región más pobre del estado (Ángeles, 2011). De acuerdo con los datos del CONAPO para 2010, la región presenta dos municipios con muy alto

Página 5 de 16 grado de marginación (Huehuetla y San Bartolo Tutetepec) y uno con medio (). Sin embargo, por su riqueza en términos de recursos hídricos y bióticos, se sitúa como área prioritaria para la conservación, así que se destaca la necesidad de una gestión pública adecuada a las distintas demandas sociales, lo que no excluye el tema del uso y gestión del agua.

La zona Otomí-Tepehua es una región predominantemente rural, compuesta por tres municipios (Huehuetla, Tenango de Doria y - Mapa 1), se ubica dentro en la Sierra Madre Oriental, en donde se sitúan importantes manantiales de agua que originan ríos como el Pantepec que, al confluir con el río Vinazco, ayuda a conformar el río Tuxpan, componiendo una de las más importantes cuencas hidrográficas de México. Además, esta región es una de las menos contaminadas en la entidad, lo que en gran medida se debe a los usos predominantes del suelo (agricultura y ganadería) y la existencia de extensas zonas boscosas (SIIEH, 2012-2016).

Mapa 1- Región bajo estudio

Fuente: elaboración propia con el uso del Mapa Digital de México.

En las zonas rurales se utiliza el agua para actividades productivas como el cultivo de plantas, la crianza de animales y la elaboración de artesanías, además de las actividades reproductivas (crianza de hijos, cuidado de ancianos y ancianas, preparación de alimentos, limpieza de las viviendas y espacios de uso público y comunitario) (Vázquez et al. 2014). Cuando el agua escasea, la carga de trabajo

Página 6 de 16 aumenta y la calidad de vida de la población tiende al deterioro (Carmona et al., 1998; Bonfil, 1999; REGEMA, 2006).

Metodología

El tema del uso y gestión de los recursos hídricos debe de ser abordado a partir de un análisis de la vinculación existente entre distintos niveles de gobierno, tocando necesariamente temas como las relaciones intergubernamentales, subsidiaridad y participación ciudadana, evaluando así las relaciones de ‘abajo hacia arriba’ y de ‘arriba hacia abajo’ en los distintos órganos de gobierno y sus dependencias, puntualizando lo que refiere a las políticas públicas encaminadas al uso y gestión de los recursos hídricos en la región bajo estudio.

La metodología utilizada consiste en evaluar el Plan Nacional de Desarrollo (PND), el Plan Estatal de Desarrollo (PED), los Planes Municipales de Desarrollo (PMD) de los municipios que componen la región estudiada y el Programa de Desarrollo para la Región Otomí-Tepehua, obteniendo así referencias acerca de las vinculaciones entre los diferentes niveles de gobierno centrándose en la cuestión del uso y gestión de los recursos hídricos regionales. Así que se destaca la posibilidad de vincular la ciencia política y la gestión pública.

Resultados y discusión

Con el objetivo de lograr la seguridad y la sustentabilidad hídrica en México, especialmente en aquellas localidades donde las condiciones hídricas, económicas, sanitarias, humanas y ambientales sean menos favorables, el gobierno de la república, a través del Plan Nacional de Desarrollo (2013-2018), creó el Programa Nacional Hídrico (2014-2018) (PNH, 2013). El PNH (2013) cuenta con 6 objetivos: 1) fortalecer la gestión integrada y sustentable del agua; 2) incrementar la seguridad hídrica ante sequías e inundaciones; 3) fortalecer el abastecimiento de agua y el acceso a los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento; 4) incrementar las capacidades técnicas, científicas y tecnológicas del sector; 5) asegurar el agua para el riego agrícola,

Página 7 de 16 generación de energía, uso industrial, turismo y otras actividades económicas de manera sustentable y 6) consolidar la participación de México en el contexto internacional en materia de uso y gestión del agua.

En el contexto estatal el gobierno del Estado de Hidalgo creó el Programa Estatal de Desarrollo Hídrico 2011-2016 (PEDH), derivado del Plan Estatal de Desarrollo 2011- 2016 (PED). En este documento se plantea las acciones y estrategias que, si debidamente implementadas, permitirán el buen uso y gestión de los recursos hídricos en el Estado (PIDH, 2012). El PEDH cuenta con 6 objetivos estratégicos: ampliar la cobertura y calidad de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento en el estado; 2) disminuir la contaminación de los cuerpos receptores de agua residual; 3) participar con las instancias de gobierno y la sociedad en la elaboración de planes y construcción de obras hidráulicas de contingencia ante los fenómenos meteorológicos y 4) consolidar la creación del Centro de Investigaciones del Agua del Estado de Hidalgo, como eje rector en el manejo de la información en materia hídrica en la entidad.

Después de haber revisado el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 (PND), el Plan Estatal de Desarrollo 2011-2016 (PED) y los Planes Municipales de Desarrollo 2012- 2016 (PMD) de los municipios de San Bartolo Tutotepec, Tenango de Doria y Huehuetla, nos damos cuenta que todos (unos más que otros) toman en cuenta el tema del agua. Además, tanto del PND como del PED se derivan, el Programa Nacional Hídrico 2014-2018 (PNH) y el Programa Estatal de Desarrollo Hídrico 2011-2016 (PEH), respectivamente. Estos programas nacen con la finalidad de corresponder específicamente a los temas relacionados con los recursos hídricos en el país y el estado.

En primera instancia, se encuentra la alineación del PNH con el PND y del PEH con el PED, pero el PEH no se encuentra alineado al PNH, esto debido a que no son simultáneos los periodos administrativos, pues, en el Estado de Hidalgo el periodo administrativo fue del año 2011 al año 2016 y la administración de la republica inició en el año 2012 y culminará en el año 2018. Con esta premisa y revisando la existencia de posibles actualizaciones en los programas (nacional y estatal) nos damos cuenta que no se encuentran alineados directamente, aunque si de manera indirecta, es decir, en

Página 8 de 16 ambos programas se encuentran temas relacionados por coincidencia y no por estrategia. Así como los planes de desarrollo estatales son actualizados para su alineación con el PND, también deberían actualizarse los programas que deriven de ellos, para tener compatibilidad y alineamiento entre las diferentes esferas de gobierno en sus planes y programas.

Adentrándonos a la zona Otomí-Tepehua, se analizó los PMD de los municipios bajo estudio. El PMD 2012-2016 de Tenango de Doria, aborda el tema de recursos hídricos en el apartado de infraestructura y servicios municipales; agua potable y tratamiento de aguas residuales. Se puede destacar que actualmente las localidades más importantes del municipio cuentan con un sistema de distribución del agua que opera por gravedad. La cabecera municipal tiene su fuente de abastecimiento principal en el manantial ubicado en la localidad denominada “La Viejita”. El servicio de agua en Tenango de Doria es administrado por la propia presidencia municipal y su distribución se efectúa mediante una red de líneas primarias y secundarias procedentes de tanques de distribución (PMD, 2012a).

La calidad del agua suministrada a la población, se garantiza con la instalación de una caseta que aplica gas-cloro en los tanques de distribución. En los meses de estiaje se tiene una reducción de la disponibilidad de este recurso, por lo que es necesario tandear el suministro, en cuyos casos extremos, se prolonga en varios días la ausencia del vital líquido en el centro de población (PMD, 2012a).

En el municipio de Huehuetla se retoma el tema del agua potable en su PMD (2012b). La brecha entre las viviendas que cuentan con servicio de agua potable y las que no la tienen ha ido disminuyendo en el municipio de Huehuetla, este problema aún no está resuelto y al tratarse de un servicio de la mayor prioridad, el Ayuntamiento a través de su PMD 2012- 2016 propone cinco líneas de acción que debieron haberse desarrollado a través de la administración 2012-2016; 1) impulsar la realización de estudios de ingeniería para la construcción de plantas de tratamiento, 2) ampliar la infraestructura de agua potable y alcantarillado, 3) modernizar y mantener en buen estado la infraestructura de agua potable y alcantarillado, 4) implementar un programa de cloración del agua y 5) realizar campañas sobre el uso de la cultura del agua.

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En San Bartolo Tutotepec al igual que el municipio de Huehuetla y Tenango de Doria, en el apartado de servicios públicos municipales de su respectivo PMD, contempla las estrategias y líneas de acción que deberá seguir la administración para salvaguardar, gestionar y preservar el agua potable disponible en el municipio. Actualmente los mantos acuíferos y los ríos han disminuido sus niveles alarmantemente. En los ríos que cruzan el municipio (Beltrán, Borbollón, Xuchitlán, Pantepec y Tenango) se ha presentado un significativo deterioro, tanto en la cantidad como en su calidad, debido al uso irracional, la contaminación, así como una nula cultura de conservación (PMD, 2012c).

Después de un análisis a documentos y paginas oficiales del estado de Hidalgo, de la región Otomi-Tepehua y los tres municipios bajo estudio, se encontraron los siguientes datos referentes a los recursos hídricos.

Los municipios de estudio (San Bartotolo Tutotepec, Huehuetla y Tenango de Doria) en la zona Otomí Tepehua, no cuentan con organismos operadores de servicio de agua potable y saneamiento, esta gestión y administración está a cargo de las presidencias municipales y comités creados con ese fin (PIDH, 2012).

En San Bartotolo Tutotepec 9,662 habitantes gozan de la cobertura del servicio de alcantarillado que representa el 53% de su población total, cabe destacar que este municipio es considerado entre los cuatro con menor porcentaje de beneficiados de este servicio en todo el estado (PIDH, 2012). En Huehuetla y Tenango de Doria hay entre 5000 a 7500 habitantes que no cuentan con el servicio, representan aproximadamente el 30% de su población total (PIDH, 2012).

En San Bartotolo Tutotepec 7, 450 habitantes carecen del servicio de Agua potable, que representan el 41 % de su población total. En Huehuetla 12, 800 habitantes carecen del servicio de Agua potable, que representan el 54 % de su población total y en Tenango de Doria 4,200 habitantes carecen del servicio de Agua potable, que representan el 25 % de su población total (PIDH, 2012). San Bartolo Tutotepec y Huehuetla son considerados dentro de los diez municipios con menor cobertura en el servicio de agua potable (PIDH, 2012).

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En el PIDH (2012) contempla que en San Bartotolo Tutotepec se generan en promedio 23 litros de agua residual por segundo. En Huehuetla se generan en promedio 29 litros de agua residual por segundo y en Tenango de Doria se generan en promedio 20 litros de agua residual por segundo. Cabe destacar que estas aguas residuales no reciben ningún tratamiento antes de ser vertidas en cauces naturales.

Con base al diagnóstico realizado se pueden destacar las Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas (FODA) del Sector Hídrico en la zona Otomí-Tepehua, con el fin de poder generar crítica, consenso y estrategias para lograr la sustentabilidad hídrica de la zona.

Las fortalezas identificadas son:

1. El Estado de Hidalgo cuenta con recursos hídricos que preservados, pueden sustentar el desarrollo; 2. Existe una Ley Estatal del Agua que regula el uso y gestión de los recursos y un Centro de Información del Agua (CIA) que genera y difunde estudios actualizados de los acuíferos del estado y cuenta con personal técnico comprometido con el tema del agua, factores indispensables para la toma de decisiones; 3. Existencia de trabajo interinstitucional entre dependencias estatales y federales, lo que permite una vinculación relativamente adecuada; 4. Se participa activamente con los Comités Técnicos de Aguas Subterráneas (COTAS) de los acuíferos del Valle de y y de la misma manera se trabaja con los grupos especializados de trabajo de los consejos de cuenca.

Las oportunidades con las que cuenta la zona son:

1. Las políticas nacional y estatal consideran el agua como un recurso estratégico y de seguridad nacional en sus respectivos planes de desarrollo, lo que posibilita llevar a cabo acciones efectivas de uso y gestión más adecuados de los recursos hídricos presentes en el estado y en los municipios de la zona Otomí-Tepehua;

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2. Existen programas federalizados de apoyo tanto a las obras de infraestructura para agua potable, alcantarillado y saneamiento, principalmente los contemplados en el Ramo XXXIII, que permiten a los municipios bajo estudio atender sus demandas en lo que toca estos servicios; 3. Existe apoyo financiero y tecnológico de fundaciones y ONG’s tendientes a cubrir las necesidades de la población en materia hídrica; y 4. En la actualidad se cuenta con tecnología que permite mejorar sustancialmente la eficiencia de los organismos operadores y los comités de agua.

Las debilidades observables en la zona son:

1. No existen programas de saneamiento de cuencas en la zona, lo que imposibilita la mejora en sanidad y gestión del agua disponible; 2. No existen organismos operadores de los sistemas de agua potable y alcantarillado en la zona y los estudios tarifarios actuales señalan que el pago del servicio no cubre los costos inherentes; 3. Rezago importante en el cumplimiento del control de las descargas de aguas residuales, lo que genera una contaminación de ríos, lagos y acuíferos de la región; 4. En general los acuíferos más importantes que sustentan el desarrollo del estado, están siendo explotados irracionalmente, lo que provoca su desequilibrio y el peligro de la sustentabilidad en el largo plazo; 5. Los planes de desarrollo de los municipios en la región no toman en cuenta al factor agua como factor importante en la toma de decisiones, lo que dificulta la implementación de programas y políticas encaminadas a la conservación del vital líquido; 6. Los municipios de la zona son de escasos recursos financieros y técnicos lo que provoca una incapacidad de abastecimiento a la población, donde además no existe ningún control en el uso y gestión de los recursos hídricos; 7. Escasa coordinación interinstitucional para el manejo de una planeación hídrica integral entre los usos agrícolas e industriales, que permita el rehúso del agua y disminuya su explotación.

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Y finalmente las amenazas que tiene la zona son:

1. Escasa demarcación de zonas, lo que provoca constantes problemas entre las localidades, por el uso y pertenencia de los recursos hídricos; 2. Discrecionalidad en los permisos otorgados para la explotación de fuentes de abastecimiento, lo que provoca desorden y desequilibrio hidrológico; 3. Los adeudos en materia de pagos de derechos de agua, descargas de aguas residuales y consumo de energía eléctrica que tienen las presidencias municipales ponen en riesgo la continuidad de los servicios de agua potable y saneamiento, y a su vez imposibilitan los apoyos de los programas federales para la construcción de la infraestructura hidráulica necesaria; 4. Efectos asociados al cambio climático como: disminución en la recarga de los acuíferos, mayor demanda de agua y aumento en la extracción de las aguas subterráneas que ponen en riesgo la disponibilidad de agua de la zona y el incremento de los fenómenos meteorológicos como aumento de las sequías en distintas regiones y lluvias torrenciales.

Conclusiones

Se concluye que, a pesar de los avances logrados en términos de los planes nacional, estatal (del estado de Hidalgo) y municipales (de los municipios bajo estudio), hay todavía mucho en avanzar en materia de políticas públicas sobre el buen uso y gestión de los recursos hídricos, en México y más específicamente en la región Otomí- Tepehua. Se considera como avances a las fortalezas identificadas a través del análisis FODA, como la existencia de una Ley Estatal del Agua, de un Centro de Información del Agua (CIA) y de un trabajo interinstitucional entre dependencias estatales y federales, pues, generan oportunidades que posibilitan llevar a cabo acciones efectivas de uso y gestión adecuados de los recursos hídricos. Sin embargo, hay todavía un gran desafío por adelante representado por las debilidades y amenazas identificados en resultados y discusiones, de entre los cuales se destacan los efectos asociados al uso indebido y no controlado de este recurso y a la falta de organismos o asociaciones operadoras del agua en los municipios.

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La planificación en la gestión de los recursos hídricos debe tocar todos los espacios geográficos en el planeta, desde lugares donde existe la más mínima cantidad de este líquido hasta donde haya extensa cantidad de ella. Es necesario la intervención y unión de todos los gobiernos en las diferentes esferas públicas, una vinculación constante de arriba hacia abajo y abajo hacia arriba con el propósito de lograr el buen uso y gestión del agua aun disponible en nuestro planeta.

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