Relaciones. Estudios de historia y sociedad ISSN: 0185-3929 [email protected] El Colegio de Michoacán, A.C México

Velázquez, Emilia EL TERRITORIO DE LOS POPOLUCAS DE , : TRANSFORMACIONES EN LA ORGANIZACIÓN Y APROPIACIÓN DEL ESPACIO Relaciones. Estudios de historia y sociedad, vol. XXII, núm. 87, verano, 2001 El Colegio de Michoacán, A.C Zamora, México

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DE SOTEAPAN, VERACRUZ: TRANSFORMACIONES

EN LA ORGANIZACIÓN Y APROPIACIÓN DEL ESPACIO

RELACIONES 87, VERANO 2001, VOL. XXII

Emilia Velázquez CIESAS-GOLFO Partiendo de la diferencia entre región y territorio, el objetivo de este artículo es analizar las distintas formas en que un grupo étni- co del sur de Veracruz organiza su espacio territorial en diferentes momentos de su historia, así como reflexionar sobre las diversas formas de “marcar” el espacio que, en una misma época, se sobre- ponen para configurar un territorio con múltiples significaciones. Se muestran las transformaciones que tuvieron lugar en el territo- rio popoluca a lo largo del siglo XX, transitándose de una organi- zación horizontal del espacio, con varios “centros”, a una organiza- ción vertical y centralizada (región, territorio, “espacio vivido”).

NTRODUCCIÓN

La idea de espacio está necesariamente ligada a la de I territorio, si este último se conceptúa como un “espacio marcado” (Hoffmann, 1998: 90) o un “espacio vivido” por los grupos sociales que lo habitan y que, a partir de prácticas y rela- ciones sociales particulares, se lo apropian, 1 lo hacen suyo y, con ello, pasa a formar parte de su singularidad cultural, es decir de su identi- dad, de aquello que los diferencia de los “otros”. Al hacer esto, el espa- cio se convierte en un elemento constitutivo de la organización social y la forma de pensar de hombres y mujeres, y no en un receptáculo inerte de las acciones de los grupos sociales. Se trata, por el contrario, de un espacio valorizado desde perspectivas materiales y simbólicas, 2 siendo estas diversas valorizaciones las que conducen a formas específicas de ordenamiento y transformación del espacio. Es en este sentido que Gi- ménez (1996: 11) alude al territorio no como un “dato” preexistente sino como un “producto”, como el resultado de una fabricación. Ahora bien, tal concepción del territorio como “espacio vivido” o “espacio construido” es semejante a la que algunos autores hacen sobre

1 Para Odile Hoffmann (1992: 13), el territorio es “una porción del espacio apropia- do por un grupo social, ya sea material, simbólica o políticamente hablando”. 2 Gilberto Giménez (1996: 10) señala que el espacio puede ser valorizado instrumen- tal (sus aspectos ecológicos, económicos y geopolíticos) y culturalmente (sus aspectos simbólico-expresivos).

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la región (Gatti, Cuello y Alcalá, 1979: 28; Viqueira, 1998: 112), lo que me el análisis del conflicto. Guillermo de la Peña (1981: 79) también remar- lleva a preguntarme si hablamos de lo mismo cuando nos referimos al ca el carácter político de las regiones, al señalar que “la relación entre las territorio y a la región. Tal como son conceptuados y analizados desde partes y el todo es una relación definida por mecanismos de subordina- las ciencias sociales (incluida aquí la geografía humana), territorio y re- ción: de poder”, por lo que el procedimiento analítico para identificar gión compartirían dos características centrales: a) son producto de las las regiones “es a partir de la existencia de núcleos de poder localizados acciones de los grupos sociales a lo largo del tiempo, es decir, son cons- y relativamente capaces de tomar decisiones independientemente del trucciones sociales e históricas; y, b) son, en términos de Eric Van Young centro” (ibid.). Por su parte, Xóchilt Leyva (1993: 28-31) trata de enten- (1991: 105), “una matriz para la convergencia del espacio físico y social”. der la organización regional a partir de la articulación de lo económico Sin embargo, hay otros elementos que parecerían indicar que región y lo político. Para esta autora, en torno al desarrollo de ciertas activida- y territorio son conceptos que aluden a aspectos diferentes de la reali- des económicas se genera una utilización particular del espacio, en la dad social. que juegan un papel central los grupos dominantes, la intervención es- tatal y la demanda de los mercados urbanos hacia donde se dirige la 3 Veamos: para algunos estudiosos de la cuestión regional, las producción agropecuaria y agroindustrial. regiones se estructuran básicamente a partir de las actividades económi- Desde estas perspectivas, el análisis regional da cuenta de la espa- cas y políticas. Así, Pérez Herrero (1991: 9), una vez que señala la di- cialización de actividades económicas y de formas de organización y mensión histórica en la construcción de las regiones, enfatiza que éstas control político, pero omite la consideración de otros aspectos de la vida tienen “una estructura interna propia, ya sea polarizada, nodal, funcio- social. Al respecto, Van Young advierte que “el análisis regional –con su nal o sistémica”. Estos tipos de estructuración regional responden, en inevitable énfasis en los elementos económicos, las relaciones espaciales general, a formas de organización de los intercambios y al papel que y cierto tipo de interacciones sociales– puede dejar de lado otros aspec- juegan los llamados lugares centrales (Smith, 1976a, 1976b). tos importantes de la estructura y el cambio, como la etnicidad y el con- 4 Por su par- flicto étnico [...]” (1991: 105). Después de utilizar productivamente el te, Van Young (1991: 101) indica que “el concepto de región en su forma enfoque de la teoría del lugar central para analizar la configuración re- más útil es [...] la ‘espacialización’ de una relación económica”, e insiste gional en torno a la ciudad de en el siglo en la importancia de entender la vinculación de los conceptos región y clase social (ibid.: 105-106). Para Bryan Roberts (1980: 12-17), ciertos espacios adquieren una identidad regional a partir del desarrollo de fuerzas económicas a las que se adaptan de manera particular las prin- XVIII, Van Young cipales instituciones de un área dada. Es decir, son los arreglos institu- (1992: 2) reconoce que, si bien este acercamiento teórico es muy útil, hay cionales específicos que se crean en torno a cierta actividad económica, otras formas de construir y conceptualizar las regiones históricas. los que definen una identidad regional. Claudio Lomnitz-Adler (1992: 60), por su parte, señala que la teoría Otros autores, como Martínez Assad (1990: 12), consideran que en el de los sistemas regionales ha dejado de lado el análisis de la producción análisis regional se debe poner énfasis en el estudio de las fuerzas so- cultural y la identidad, e identifica tres motivos de ello: a) el supuesto ciales y la identificación de los objetivos políticos que éstas persiguen, de que la cultura es simplemente una adaptación racional a las fuerzas por lo que el hilo conductor de las investigaciones regionales deberá ser económicas y políticas del sistema regional; b) el énfasis en mapear “conductas observables” (flujos de mercancías, de personas, áreas de producción, etcétera); c) la reducción de la cultura a una interacción simbólica (intercambio de información) comparable al intercambio co- mercial. En contraparte, la teoría cultural ha dejado de lado el análisis 3 Me refiero a la realidad social desde una perspectiva constructivista. espacial, al enfocarse básicamente en el discurso y la retórica, conside- 4 Van Young (1991: 109) señala que el intercambio o las relaciones de mercado for- rando a la cultura como códigos separados de las condiciones sociológi- man el núcleo central de la teoría del emplazamiento central, que ha sido la base de la mayoría de los trabajos teóricos sobre el análisis regional.

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cas en las que son producidos (ibid.). Justamente, el trabajo de Lomnitz- Mi propuesta es, por lo tanto, que región y territorio son dos concep- Adler (1995) trata de trascender las limitaciones de los análisis regional tos que aluden a distintos ámbitos de reproducción de las relaciones so- y cultural, por lo que se ocupa de desarrollar conceptos que permitan ciales. Sobre este punto, considero útil acudir a algunos planteamientos incorporar el aspecto cultural al análisis espacial en el nivel regional. Sin de Luis González, quien se vio en la necesidad de diferenciar terruño de duda, la propuesta de este autor es central para entender la integración región. En el primero, dice él, “predominan los lazos de sangre y de mu- de las culturas regionales, los códigos de interacción cultural entre las tuo conocimiento”, en tanto que en la mediana comunidad de la región diferentes clases y grupos sociales al interior de un espacio regional “son particularmente importantes los lazos económicos” (González, complejo, heterogeneo, y jerárquicamente estructurado, lo que hasta 1991: 27). El método de acercamiento a uno y otro espacio social es, por ahora ha estado ausente del análisis regional. lo tanto, diferente: la microhistoria y la historia regional, respectiva-

5 mente. Por lo que respecta a mi propia experiencia de investigación, mi in- 6 Desde mi punto de vista, región y terruño, igual que región y te- terés se ha centrado en el análisis de la organización regional y el papel rritorio, corresponden a dos espacios de relaciones sociales diferencia- que en el juegan los intercambios económicos, para lo cual me ha servi- dos, que se abordan desde escalas y métodos de análisis distintos. La re- do de guía la teoría del lugar central (Velázquez, 1995a). También me he gión sería el espacio de relaciones sociales en el que, en tanto miembros ocupado de descubrir cómo se estructura un espacio regional a partir de de un grupo dado, los individuos se relacionan económica, política y la articulación de actividades productivas y formas de organización y culturalmente con los “otros”, diferentes a ellos por creencias; por for- control político (Velázquez, 2000). Sin embargo, siempre me quedan in- mas de ver la vida, de trabajar, de vestir, de gozar; por distintos grados terrogantes sobre los aspectos más cotidianos de los actores sociales que de acceso a la riqueza, a la información, a los servicios; por maneras di- habitan en estas regiones, aquella que se construye con base en prácti- ferentes de hablar y comunicarse. Desde esta perspectiva, tal vez sería cas que sólo se entienden en el contexto de las unidades familiares y las posible decir que la región es el ámbito privilegiado de reproducción de comunidades, a las que ya no puedo contestar desde la teoría de los lu- la “cultura de relaciones sociales” gares centrales. Así, he tenido una relativa familiaridad con la investiga- 7 ción sobre las relaciones económico políticas que estructuran una de que habla Lomnitz-Adler (1995), región, pero ningún acercamiento a las prácticas culturales que configu- en tanto que el territorio sería el espacio donde se reproducen las “cul- ran la identidad de grupos particulares al interior de una región deter- turas íntimas” (ibid.), aquellas que dan identidad a un sector localizado de una clase social, minada. En este artículo trataré, precisamente, de analizar cómo es que 8 pero también a un grupo étnico. Es decir, la singula- hombres y mujeres, de acuerdo a su propia historia local, van constru- ridad a partir de la cual se establece la relación con los “otros” se cons- yendo prácticas culturales que les permiten organizar de manera parti- truye en el territorio, que es “un espacio a la vez de dominio y de ‘inti- cular el espacio inmediato (y mediato) en el que viven, sueñan, gozan y midad protegida’” (Gatti, 1987: 10). El territorio y la región son, entonces, temen. Para ello recurriré al concepto de territorio, concebido éste como dos espacios de relaciones sociales que no se contraponen ni excluyen, el espacio de reproducción de identidades de los diversos grupos socia- sino que se complementan. les que interactúan al interior de una región.

6 Luis González (1991: 27) confiesa que a principios de la década del setenta, cuando propuso el uso de la mircohistoria, “confundía la historia regional con la historia parro- quial; llamé a una y otra microhistoria o historia matria. El término microhistoria –pien- so hoy– habrá que reservarlo para el estudio histórico que se haga de terruños […]”.

5 Una excepción notable es el trabajo de Gatti, Cuello y Alcalá (1979), en el que se 7 Para Lomnitz-Adler (1995), la cultura de relaciones sociales “es el campo simbólico busca entender cómo las regiones se construyen a partir de las prácticas que las clases so- en el que se establecer objetivamente las relaciones de poder entre culturas íntimas” (: 47). ciales despliegan en un ámbito regional y las percepciones que, a partir de tales prácti- 8 La cultura íntima “es la cultura de una clase en un ámbito regional específico” cas, construyen sobre su espacio circundante. (ibid.).

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Con base en estos planteamientos, los objetivos de este documento maco (véase figura10 1).Desde tiempos prehispánicos la sierra ha sido serán: a) conocer las formas de organizar el espacio territorial que un habitada por gentes de habla zoque-popoluca y nahua, quienes a la lle- grupo étnico desarrolla en distintos momentos de su historia social; y, gada de los españoles formaban parte del señorío de Guazacualco. Du- b) analizar las diferentes formas de “marcar” el espacio que, en una mis- rante la Colonia quedaron integrados administrativamente, primero a ma época, se sobreponen para configurar un territorio con múltiples la alcaldía de (siglos significaciones. El grupo étnico al que me refiero es el de los popolucas XVI-XVIII), luego a la sub-intendencia de que habitan al sur y suroeste del municipio de Soteapan, en la parte me- Acayucan (siglo XVIII), y para el sigloXIX a los cantones de Minatitlán y ridional del estado de Veracruz. Las fuentes principales a las que recu- Acayucan (García de León, 1976; Azaola, 1982; Calderón, 1997). Este territorio popoluca de la primera mitad del siglo rro son las historias contadas por popolucas de mediana y avanzada XXse extendía edad, en pláticas que he sostenido con ellos en diversos momentos entre por gran parte de la sierra de Santa Marta, lo que a grosso modo hoy co- 1993 y 1999. A partir de la lectura y relectura de estas pláticas, registra- rrespondería a la superficie de los municipios de Soteapan, , das en grabadora o en apresuradas notas a lo largo de las pláticas, junto y una porción del de . Este era el espacio por el con información que he obtenido de la revisión de expedientes de la co- que los popolucas se movían, ya fuera para sembrar, para recolectar, misión agraria mixta y de los registros que otros investigadores han he- para cazar y pescar, o para formar nuevos poblados. cho en el pasado, he reconstruido las imágenes que aquí presento sobre 11 En la actualidad, la organización del espacio. algunos ancianos conservan la noción de los límites de este territorio:

U Antes, Soteapan llegaba hasta El Bastonal, Tebanca, Los Morritos, Corral Nuevo, Los Mangos, Adalberto Tejeda, [todo esto en el municipio de Cate-

maco], parte de Jáltipan y Chacalapa.12

N TERRITORIO CON TRES ESPACIOS DIFERENCIADOS9 Las tierras de Soteapan llegaban hasta Corral Nuevo, Acayucan y Jáltipan; yo me acuerdo que de niña vi una mojonera, en donde comienza Jáltipan, Por supuesto, los límites del territorio popoluca no han permanecido que decía: San Pedro Soteapan.13 inalterables en el tiempo. En este apartado me referiré al territorio po- poluca de las primeras seis décadas del siglo XX, cuyos orígenes se re- montan a un pasado probablemente colonial, o incluso quizás prehispá- 10 Tatahuicapan es un municipio de reciente aparición. Hasta 1997 el poblado Tata- nico. Los límites de este territorio eran aquellos donde terminaba el huicapan formaba parte del municipio de Mecayapan, pero en ese año sus habitantes lo- espacio conocido, valorado, utilizado de diversas maneras, y reconoci- graron que la Legislatura local aprobara que Tatahuicapan pasara a ser la cabecera de un do como propio por los popolucas de Soteapan. Este es uno de los mu- nuevo municipio conformado por poblados que hasta entonces habían pertenecido a los nicipios que conforman la sierra de Santa Marta, la cual es una eleva- municipios de Mecayapan y Soteapan. Algunos poblados al norte del municipio de Me- ción montañosa que irrumpe en la planicie costera al sur del estado de cayapan no aceptaron cambiar su adcripción municipal, por lo que, como se observa en la figura 1, la superficie de este municipio es discontinua. Veracruz, por lo que sus laderas norte y oriente dan al Golfo de México; en ella se ubican, además de Soteapan, los municipios de , Me- 11 Después de la derrota del levantamiento armado de 1906, en el que tuvieron una cayapan, Tatahuicapan y una pequeña porción del municipio de Cate- participación destacada los popolucas de Soteapan (Azaola, 1982), algunos de los rebel- des se internaron por la selva, hacia el norte y nororiente de la Sierra, en donde crearon campamentos que después se volvieron pueblos (Piedra Labrada, Mirador Pilapa, Maga- llanes).

12 Entrevista de Emilia Velázquez con Mauricio Rodríguez, Santa Marta, Ver., 9 Agradezco a Eric Léonard y Rafael Palma la elaboración de las figuras que aparece- 13/10/93. rán en las siguientes páginas. 13 Entrevista de E.V. con Carmen Pérez, Soteapan, Ver. 21/05/99.

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En ese tiempo [1910] el terreno de Soteapan era grande. Ahora estamos pen- sando que el gobierno nos debiera dar de vuelta la tierra que era de noso- tros. Antes teníamos hasta Catemaco, había una piedra grande que era el lí- mite; luego el lindero pasaba por Corral Nuevo y Acayucan. Todo eso era

de nosotros, nos lo quitaron cuando la revolución. El gobierno mismo dijo

que había que repartir, que le quedara a cada uno su terreno.

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Este territorio estaba constituido por espacios diversificados, tanto por su topografía como por el uso a que se destinaban, pero también por los seres sobrenaturales que tenían dominio sobre ellos. Veamos cuáles eran estos diferentes espacios. Espacio 1: era el espacio más inmediato al hogar, se destinaba principalmente a la agricultura, y se extendía por las faldas de la ladera occidental del volcán Santa Marta y por las tierras bajas al sur y suroeste del municipio. En este espacio los campesinos po- polucas de la cabecera municipal y de las congregaciones que entonces

existían sembraban, a diferentes altitudes, maíz, frijol y café. Esta pose- sión mancomunada de dicho espacio permitía el tránsito por diferentes rumbos, conociendo y reconociendo las cualidades naturales del terre- no, como indican los ejemplos siguientes.

El señor Criscino Hernández, de San Pedro Soteapan (400 msnm), nació en 1947; cuando tenía alrededor de ocho años (1955) ya ayudaba

a su abuelo a trabajar en el campo. Recuerda que su abuelo sembraba su

milpa de temporal por Ocozotepec, entre los 600 y 700 msnm y aproxi- madamente a 8 kilómetros al noroeste de San Pedro. Pero como en nin- Ubicación de la Sierra de Santa Marta. guno de estos dos lugares se podía obtener buena cosecha de tapachol 1:

(siembra de invierno), iban a sembrar en unos terrenos cercanos al ac- tual pueblo de Tierra y Libertad, a 100 msnm IGURA F

15 y cerca de 30 kilómetros al sur de San Pedro. También sembraban café en las tierras que ahora pertenecen a San Fernando y Ocotal Chico, entre los 600 y 700 msnm y

entre 6 y 10 kilómetros al norte de San Pedro 16

(véase espacio 1 en figu- ra 2). Por su parte, don Dionisio Cruz, originario de San Fernando, se-

14 Entrevista de E.V. con Mauricio Sagrero, Soteapan, Ver., 30/05/97. 15 Los datos altitudinales son los registrados en la carta topográfica 1:250 000, hoja E15-1-4 delINEGI . 16 Entrevista de E.V. con Criscino Hernández, San Pedro Soteapan, Ver., 9/05/93.

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ñala que antes de que hubiera ejidos17 las tierras eran “comunales”, por lo que ningún poblado reconocía límites propios. Ocupaban el mismo terreno, “sin distinción”, campesinos de San Fernando, Ocotal Chico, Ocozotepec y San Pedro Soteapan. Por ejemplo, de San Fernando (600 a 700 msnm) iban a sembrar maíz en terrenos que hoy pertenecen a San Pedro (400 msnm), Mirador (200 msnm) y La (100 msnm), aunque en esa época estos dos últimos sitios no estaban habita- E dos: “íbamos a esos lugares porque allá se daba buen maíz, unas mazor- N S

Sierra de cas grandes”. Santa Marta O

Coatzacoalcos 18 Minatitlán Así, la gente se trasladaba de un lugar a otro, buscando un buen te- rreno para hacer milpa de temporal y tapachol, o para sembrar frijol. Desplazarse por diversos rumbos y recorrer distancias considerables San Juan Volador para sembrar era una práctica común, aceptada y disfrutada: “Sí, íba- mos lejos porque a los popolucas nos gusta caminar”. Pajapan 19

Luciano Cruz, campesino de San Fernando, recuerda que como en México Golfo de ecuanapa tahuicapan

T este lugar (600 a 700 msnm) sólo se puede sembrar frijol “venturero” y Chinameca Ta erra y libertad

Huazuntlán éste cuesta mucho trabajo “varearlo”, se iba a sembrar frijol de mata por Encino Amarillo Ti Kilómetro 10 (100 msnm). 20 Arnulfo Duarte, campesino de San Pedro Ocotal Grande Km. 10 Mecayapan Mexcalapa Ocotal Chico Soteapan, rememora sus andares de niño junto a su abuelo, quien sem- braba café adelante de San Fernando (cerca de los 700 msnm) y maíz por La Azufrera Acayucan Soteapan

Amamaloya el Kilómetro 14 (100 msnm).21 Comején Caminaban hasta este último lugar para Cuilonia Vieja San Fernando Buena Vista 20 0sembrar 20 km maíz porque ahí “hay buena tierra negra”, así que también cul- tivaban frijol, frutas y tubérculos (véase espacio 1 en figura 2).

Ocozotepec Pero no sólo se transitaba por las áreas propias para los cultivos, Coxcoapan El Tulín Los espacios del territorio de Soteapan, Ver. (1900-1960). Los espacios del territorio de Soteapan, Ver. Cuetzalapan

Col. B. Juárez sino que se iba a otras más alejadas, donde se encontraban los otros dos

2: espacios de que hacían uso. El espacio 2 se encontraba en la “montaña”, es decir, en las partes más altas del volcán Santa Marta, entre los 700 y Lago de Catemaco Cabeceras Municipales IGURA 1 500 msnm, las cuales estaban cubiertas con selva alta. Aquí se podía F Loma de Sogotegoyo recolectar chocho, tepejilote y frutas diversas, cortar bejucos que se utili- zaban para fabricar canastos, y cazar animales para alimentarse (véase Catemaco San Andrés Tuxtla Espacio 1:Tierras mancomunadas: agricultura, vivienda, fiestas religiosas, rituales de salud. Espacio 2: La Montaña: caza y recolección. Espacio 3: La Costa y ríos de Montaña: pesca Altitudes (msnm) 0 a 100 m 100 a 300 m300 a 700 m Ciudades 700 a 1000 m1000 a 1500 m Congregaciones Más de 1500 m Fondo cartográfico: Base Sotavento IRD-CIESAS

17 El reparto ejidal ocurrió a mediados de la década del sesentaXX del. siglo 18 Entrevista de E.V. con Dionisio Cruz, Santa Marta, 13/10/93. 19 Ibid. 20 Entrevista de E.V. con Luciano Cruz Albino. San Fernando, 14/04/94. 21 Entrevista de E.V. con Arnulfo Duarte, San Pedro Soteapan, 17/01/97.

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espacio 2 en figura 2). Trasponiendo este segundo espacio estaba el es- los hombres hacían un “ranchito” y se quedaban ahí a dormir, para poder pacio 3: en donde se encontraban el mar y algunos ríos especialmente comenzar a trabajar temprano al otro día. Las mujeres regresaban diario al

caudalosos. Don Dionisio Cruz recuerda que él y su cuñado Mauricio pueblo para hacer tortillas y llevar de 24comer. Rodríguez iban a caballo, de San Fernando, en la vertiente occidental Yo sembraba maíz por el campo dos; como este lugar estaba retirado del del volcán Santa Marta, hasta Zapoapan, y Tecuanapa, en la pueblo, tenía ahí un “ranchito” donde me quedaba con mi mujer y mis hijos vertiente oriental del mismo volcán (véase espacio 3 en figura 2), por dos o tres días para trabajar en la milpa.25 donde llegaban a la playa a buscar cangrejos, con los que llenaban algu- nas “costalillas”, que traían a lomo de caballo para consumirlos con sus familias y venderles a otras personas del mismo pueblo. También cruza- En cambio, la “montaña”, las playas y los ríos lejanos, eran espacios ban parte de la serranía Yohualtajapan-El Bastonal, para llegar a Cox- a los que sólo accedían los hombres adultos. Las razones prácticas para coapan, en el actual municipio de Catemaco, a buscar cangrejo azul en la exclusión de las mujeres de este espacio eran el esfuerzo físico que se el río. En busca de este molusco, considerado un manjar, iba también requería para llegar y transitar por el mismo, así como al tiempo (más gente de Colonia Benito Juárez, San Pedro Soteapan y . Otra de un día) que debían pasar fuera de los hogares, en donde la presencia sitio al que viajaban varias personas de San Fernando era al río Huazi- de las mujeres es indispensable para atender niños y cuidar animales napa, en la Azufrera, por los rumbos de El Bastonal; iban en los meses domésticos. Por la forma en que la gente se refiere a ellos, la importan- de marzo y abril, cuando se podía pescar “bobos” (nombre común de cia de cada uno de estos espacios estaba dada por su cercanía con la re- una especie de pez), que salaban y ahumaban para conservarlos duran- producción familiar y social. Así, el espacio 1 aparece como el de mayor te una o dos semanas. jerarquía, y en él se entremezclaban la casa, el pueblo y los campos de cultivo. Cada espacio de este vasto territorio popoluca se diferenciaba también por el tipo de seres sobrenaturales que habitaban en ellos, y por 22 la presencia de ciertos sitios de suma importancia para la supervivencia Así, el territorio popoluca estaba conformado por tres ámbitos espa- física y espiritual. La milpa, elemento central del espacio 1, era el reino ciales diferenciados que se utilizaban para la reproducción de las unida- de Homshuk, dios del maíz, al que había que dar atenciones especiales des domésticas: el área de cultivo, en donde se sembraba maíz de tem- para que éste, en retribución, propiciara una abundante cosecha que poral y tapachol, frijol, café y frutas, además de cazar animales en los permitiera la reproducción de las unidades doméstica. Estas atenciones acahuales. consistían en oraciones, quema de copal y dieta sexual 23 Era un espacio al que accedían todos los miembros de las unidades domésticas: los hombres adultos encargados de abastecer a sus unidades domésticas; los niños varones que acompañaban a padres 26 por parte de la o abuelos, comenzando así a conocer esta fracción del espacio territorial pareja que está al frente de la unidad doméstica en cuyo beneficio se y a aprender las técnicas agrícolas y los rituales para la siembra; las mu- siembra la milpa. En este espacio se encuentran también los arroyos y jeres que ayudaban en algunas labores agrícolas y proveían de comida saltos de agua necesarios para dar término a ciertas curaciones y al ri- preparada. tual de petición de lluvia por parte de los tso’okas o brujos, así como para ofrendar alimentos cuando finalizaban los siete días de velación y ayuno antes del carnaval. Alas cuatro de la mañana salíamos para la milpa, íbamos nueve personas 27 de la familia. Como caminábamos dos horas y media para llegar a la milpa, 24 Entrevista de E.V. con Arnulfo Duarte, San Pedro Soteapan, Ver., 14/12/95. 25 Entrevista de E.V. con Cirilo Hernández, San Pedro Soteapan, Ver., 11/01/96. 22 Entrevista de E. V. con Dionisio Cruz, Santa Marta, 19/04/93. 26 Este es el término local para referirse a la abstinencia sexual. 23 Areas que están en descanso después de haber sembrado maíz por cuatro o cinco 27 Este era un ritual político-religioso que tenía lugar en el mes de febrero, y que dejó años seguidos; una vez que recuperan la fertilidad perdida vuelven a ser cultivadas. de practicarse hacia finales de los años cincuenta o principios de los sesentaXX. del siglo

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La “montaña”, por su parte, era el reino de los chaneques, aunque se visitaba con menos frecuencia30 y su grado de seguridad era menor, éstos también se encontraban en los ríos y saltos de agua. Los chaneques ya que ahí los traviesos chaneques podían hacer pasar un mal rato, a lo son seres sobrenaturales a quienes hay que pedirles permiso para entrar que se juntaba el riesgo de encontrarse con animales peligrosos. Y, final- a su espacio y tomar recursos de él (productos vegetales y los animales), mente, el espacio 3 era verdaderamente el límite del territorio, mucho para lo cual había que proporcionarle su propio alimento: el humo del menos conocido, aquel al que sólo unos pocos se aventuraban en algu- copal. nas temporadas del año. 28 El chaneco es dueño de todo animal del monte y del río, lo que obliga a los humanos a tener un trato especial hacia los animales que se cazan en el monte. Según la información recabada en San Fernando por U el lingüista Alejandro Rodríguez, cuando se caza un animal inmediata- NA ORGANIZACIÓN HORIZONTAL DEL ESPACIO mente se ahuma con copal blanco y, al momento de comerlo, debe de evitarse que en la casa ocurra llanto de niños o alguna disputa familiar pues, de lo contrario, el cazador será víctima de alguna mordedura de Cualquier tipo de organización social va aparejada a una determinada víbora; tampoco debe desperdiciarse el alimento obtenido en la caza. De manera de organización del espacio, la cual no es sólo el reflejo de aqué- la misma manera, debe cuidarse que los huesos de pescado no lo coman lla sino una parte constitutiva de la misma. En el caso al que aquí me he los perros o gatos, pues de ocurrir así el responsable de ello será jalado estado refiriendo, tenemos un territorio que era cruzado en muchas di- por el chaneco cuando vaya a bañarse al río. Una función importante recciones por campesinos establecidos en diferentes asentamientos, sin del chaneco es la de avisarle al cazador, a través del sueño, el momento importar si procedían de la cabecera municipal o de una localidad de propicio para que se interne en el monte. Si el chaneco habla en el sueño menor jerarquía (las congregaciones) según la división de la adminis- sobre una pata blanca de venado, esto quiere decir que el cazador popo- tración pública estatal y federal. Pero era también un territorio cuyo es- luca debe ofrendarle velas. En este caso, se entierran siete velas y siete pacio principal compartían con los del vecino municipio de Me- bolsitas de copal en el lugar que les indica el chaneco, que precisamente cayapan, es el sitio donde el cazador ha matado más animales, así “se le paga al 31 como indican los siguientes testimonios: chaneco”. Cuando se deja de soñar al chaneco queda claro que éste, por el momento, no desea que se vaya a cazar al monte. De aquí de Ocotal Chico íbamos a sembrar maíz a Mecayapan, porque ahí se da bien el maíz de tapachol.32 29 Había señores de San Pedro que iban a sembrar maíz a Mecayapan porque Cada uno de estos espacios representaba grados diferentes de inti- la mayoría de las tierras de los alrededores de San Pedro eran encinales, y midad y seguridad: el espacio 1 se conocía con mucho mayor detalle, pues por ahí se transitaba una y otra vez en las diferentes estaciones del año; era el espacio central para la reproducción material y espiritual, ya 30 “[...] van de vez en cuando á los bosques circunvecinos, armados del arco y la fle- que ahí se obtenía el principal alimento, dado por un dios propio, y se cha que manejan con admirable destreza; y si auxiliados de esta arma no se proporcio- recuperaba la salud físico-espiritual. Era un espacio de seguridad, por nan más suculenta comida, siempre consiguen variarla, porque llevan a sus casa en sufi- ciente cantidad” (Iglesias, 1973: 14). el que se movilizaban hombres, mujeres, ancianos y niños. El espacio 2 31 Según la tradición oral de Mecayapan, cuando los nahuas de este lugar llegaron a asentarse a la Sierra ya los popolucas habitaban ahí, pero éstos les permitieron asentarse en parte de su territorio. Lo cierto es que, cuando a finales del siglo XIXlos popolucas de 28 Sobre esta relación hombres-naturaleza mediada por los chaneques, entre los na- Soteapan trataron de dividir sus tierras comunales en condueñazgos, sólo ellos poseían huas de la Sierra, puede consultarse el libro de Lazos y Paré (2000). títulos de propiedad, pero manifestaron su decisión de incluir a los nahuas en el reparto de sus tierras comunales (Ramírez Lavoignet, 1971: 20). 29 Agradezco a Alejandro Rodríguez que me haya facilitado esta información, la cual le fue proporcionada por Esteban Márquez en San Fernando, 1/04/94. 32 Entrevista E.V. con Nemorio Matías, Ocotal Chico, Ver., 02/03/93.

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en estas tierras no se daba buena cosecha sino hasta el segundo año de ha- miento que debe seguirse para dotarlos de la tierra que pretenden [...] senci- berse empezado a sembrar; por eso rozaban un pedazo de terreno cerca de llamente [piden] se les señale una superficie que ellos mismos indiquen San Pedro y sembraban un poco los dos primeros años, y mientras se iban para posesionarse de ellas en un uso comunal con todas las congregaciones

a sembrar en algún acahual por Mecayapan.33 cercanas.36

Antes de que hubiera no había propietarios de las tierras […] Por eso aquí a la Florida venían a hacer milpa campesinos de San Pedro, San Fer- Fue el encuentro de dos formas distintas de concebir y organizar el nando, Santa Rita (Acayucan) y Mecayapan, aunque éstos milpeaban más espacio. Una de ellas, la de la administración pública, incluía una jerar- por Chamilpa. Venían hasta acá porque aquí se da más y mejor el maíz; ya quización entre cabecera municipal y congregaciones, y una definición después dejaron de venir. 34 precisa de límites entre municipios y, al interior de éstos, entre pobla- dos. La otra forma de pensar y organizar el espacio, la de la población Este uso de un mismo territorio por nahuas y popolucas quedó tam- nativa, era totalmente contrastante: un espacio con límites difusos y va- bién registrado en los expedientes de Mecayapan y Tatahuicapan para riables y escasa jerarquización interna. Sobre los límites variables y difu- la creación de ejidos. En el caso de Mecayapan, en 1958 el perito agrario sos he hablado en los párrafos anteriores. Ahora veamos cómo se je- encargado de llevar a cabo la medición de los futuros ejidos reportaba rarquizaba el espacio al interior del municipio, entre la cabecera y las la dificultad que esto entrañaba debido a que los campesinos popolucas congregaciones. La cabecera era la sede del ayuntamiento y del ínfimo de Ocotal Chico y Ocotal Grande, del municipio de Soteapan, ocupaban comercio fijo, pero esta jerarquización obligatoria (por ley debía haber el mismo terreno junto con campesinos nahuas de Mecayapan y Ocotal una cabecera del municipio donde estuviera establecido el ayuntamien- Texizapan, del municipio de Mecayapan. Unos años antes, cuando en to) se diluía en la manera de participar en esta forma de administración 1951 se estaban realizando las mediciones para deslindar la superficie pública. A diferencia de lo que ocurre actualmente en Soteapan, en que de dotación ejidal para Tatahuicapan, el presidente municipal de Sotea- el presidente municipal casi siempre es de la cabecera, hasta los años pan y los presidentes de los comités ejecutivos agrarios de Ocozotepec 1950 y 1960 el hombre elegido por un consejo de ancianos para ocupar y Col. Benito Juárez, también hicieron saber sobre el uso mancomunado la presidencia del municipio podía ser de la cabecera o de alguna de las de tierras entre campesinos de estas localidades y campesinos de Meca- congregaciones: yapan y Tatahuicapan.

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Esta particular organización del espacio causó un gran desconcierto Sí, el presidente podía ser de alguna congregación. De los que yo me acuer- en los enviados de la comisión agraria mixta que acudían a realizar las do eran Tomás Arias, de colonia Morelos; Teófilo Ramírez, de San Fernando; mediciones necesarias para deslindar las tierras que serían entregadas Roberto Hernández, de Amamaloya; y Martín Jiménez, de Buena37 Vista. como ejidos. Así, en el informe que un perito agrario dirigió a sus supe- riores se lee lo siguiente: En 1943 era presidente municipal Teófilo Ramírez, era de San Fernando. El tesorero se llamaba Lucio González, era de Ocotal38 Chico. tratándose de un grupo de aborígenes que no hablan el castellano, es difí- Cuando Salomón Sabás (década del cincuenta) era presidente municipal cil entenderse con ellos y […] además tienen una idea errónea del procedi- hubo un problema con el destacamento de policías que estaba aquí, por eso

33 Entrevista E.V. con Criscino Hernández, San Pedro Soteapan, 9/05/93. 34 Entrevista E.V. y Juan Rodríguez con Agustín Juárez, La Florida, 18/01/97. 36 Expediente 3195 delACAM , , Ver. 35 Expedientes 2299 y 2611 del archivo de la comisión agrariaACAM mixta) en ( 37 Entrevista E.V. con Catarino Rodríguez, Soteapan, Ver., 04/06/99. Xalapa, Ver. 38 Entrevista E.V. con Jesús Gutiérrez, Amamaloya, Ver., 04/11/97.

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se huyó el presidente. Entonces se tuvo que nombrar un concejo municipal, El presidente municipal y el síndico eran los responsables de organizar el [el presidente] se llamaba Lucio González, era de Ocotal39 Chico. carnaval. Mandaban a policías y cabos a avisar a todas las congregaciones [...] venía la gente de San Fernando, Ocotal Chico, Ocotal Grande, Buena Vista, Colonia Benito Juárez, Ocozotepec. Los [nahuas] de Mecayapan tam- Los presidentes que no eran de la cabecera permanecían en sus con- bién venían pero sólo a ver, los [popolucas] de las congregaciones sí ayuda- gregaciones toda la semana, ocupándose de sus actividades agrícolas, y ban a hacer la fiesta. el fin de semana se trasladaban a la cabecera para ejercer sus funciones 42 en el ayuntamiento. De las congregaciones también podían ser otros funcionarios o empleados municipales, como el tesorero, el síndico, o al- gún policía. La presencia de la gente de las congregaciones era impor- La relación entre nahuas y popolucas, y entre cabecera y congrega- tante también en la realización de ciertas actividades cívicas y religiosas. ciones, también tenía lugar mediante la procesión de santos católicos. Por lo que se refiere a fiestas cívicas, el desfile del 16 de septiembre era Hangert (1970) reporta que en 1966 la imagen de Santiago, santo de Me- encabezado por el presidente municipal, atrás del cual caminaban los cayapan, fue conducida a Soteapan, para lo cual los hombres que la car- niños de la escuela y más atrás, cerrando el desfile, iban señores de Oco- gaban tuvieron que caminar más de una hora y cruzar tres ríos. Antes tal, Ocozotepec y San Fernando, montados a caballo, con sus rifles cru- de que arribara la procesión, algunos ancianos y el sacristán de Sotea- zados al frente y jalando sus perros de cacería. pan hicieron en el patio de la iglesia de este lugar un nicho para san Pe- dro, su santo patrón. Cuando los visitantes llegaron con la imagen de 40 La participación de Santiago, la condujeron al interior de la iglesia y, más tarde, salieron con miembros de las congregaciones era también activa en la fiesta religiosa los dos santos, acompañados por cantores, tamboreros, flautistas y gen- más importante, que era la del carnaval, la cual: te del pueblo, para dirigirse a algunas congregaciones cercanas para rea- lizar una colecta, o como dijo el sacristán “para llevarlos a pasear” (: 89). Tenemos, entonces, un territorio “postulado” (Gatti, 1987: 4) en for- Era la fiesta del maíz y el frijol, la fiesta se hacía para que hubiera más maíz, ma de interacciones horizontales por la gente que lo vive, a partir de no era una fiesta que se hiciera nomás por hacerla. Mientras se preparaba prácticas productivas, religiosas, cívicas. Utilizo el término horizontal el carnaval las autoridades [municipales] velaban en una casa particular, para indicar dos cosas: a) no había predominancia relevante de un gru- ahí estaban encerrados. No comen, ni duermen, ni mojan sus manos, nomás po social, ni de un asentamiento de población sobre otro, con relación al están sentados. Siete noches sin dormir y ya después, a las doce del día, co- uso material y simbólico del espacio, es decir, se trataba de un uso in- men pollo y pescado. Una vez que se completaron los siete días comienzan cluyente del espacio; y, b) no había un centro definido con nitidez en di- a bailar la danza [del tigre]. Después una noche velan y otra duermen, y cho territorio, pues si bien San Pedro Soteapan era la sede física de las otra vuelven a velar. Esta vela terciaria duraba hasta que llegaba el carna- autoridades municipales y de la fiesta del carnaval, tanto los miembros val. A la casa donde estaban guardados nadie podía ir, ni tocar las sillas del cabildo como los participantes de la fiesta provenían indistintamen- donde se sentaban las autoridades, y comían poquito. Esa dieta la guarda- te de la cabecera y de las congregaciones. Por otro lado, parece ser que ban para asegurar que hubiera lluvia cuando la gente sembrara. También había otros “centros” aparte de la cabecera, relacionados con otros as- velaban los curanderos y el brujo. Venían a velar también curanderos y bru- pectos de la vida social. Así, en la historia que rememoran algunos vie- jos de otras comunidades. jos resalta Ocotal Grande como un lugar especial, ya que aquí se encon-

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39 Entrevista E.V. con Cirilo Hernández, San Pedro Soteapan, Ver., 11/01/96. 40 Entrevista E.V. con Estéfana Lanche, San Pedro Soteapan, Ver., 17/01/97. 41 Entrevista E.V. con Mauricio Sagrero y Amada Pascual, participantes en el carna- 42 Entrevista de E.V. con Cirilo Hernández, organizador del carnaval en dos ocasio- val, San Pedro Soteapan, 30/05/97. nes, San Pedro Soteapan, Ver., 11/01/96.

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traba la piedra donde se iba a aprender “misterios”, como la de conver- Había un tal Sixto Pascual, un tal don Diego Gutiérrez, y no me acuerdo tirse en animales.43 También resulta ser, en la historia de la hija de un po- quiénes otros más. Eran los que manejaban todo, eran como ocho o diez poluca que participó en el levantamiento de 1906 y en la revolución de personas que se juntaban siempre para hacer esos cambios (de presidentes

1910 (Donaciano Pérez), el lugar donde unos señores de San Pedro So- municipales).47 teapan llevaron a enterrar los títulos virreinales que amparaban la pro- Un señor de aquí, Sixto Pascual, era como el abogado del pueblo; después piedad legal de las tierras comunales de Soteapan y que el revoluciona- del conflicto él mandó un escrito a Xalapa pidiendo que vinieran a solucio- rio había recuperado. 44 Es decir, un lugar que no era la cabecera (el centro nar el conflicto, luego él fue el que dijo que yo estaba bien para concejo (mu- nicipal). señalado por la administración pública) era la sede de la clave de una 48 sabiduría que dotaba de poder al que la adquiría45 y de unos papeles que demostraban la posesión legal del territorio, en cuya defensa los po- Por lo que se refiere a los conflictos, éstos se desarrollaban en torno polucas de Soteapan se incorporaron a dos luchas armadas: la de 1906 a interacciones personales, manifestándose frecuentemente en forma de y la 1910. envidia y celos, y resolviéndose mediante brujería o por enfrentamien- Es necesario aclarar que la horizontalidad no significa homogenei- to violento: dad ni inexistencia de conflictos. Los miembros de la comunidad popo- luca estaban socialmente diferenciados, aunque a partir de elementos distintos a los que actualmente los diferencian, como la posesión de tie- El presidente municipal de Soteapan pidió a todos los popolucas decir una rra, la adquisición de un título de profesor, la propiedad de una tienda, oración para asegurar una buena cosecha de maíz. Todos los habitantes de etcétera. Había gente que, por las habilidades que había desarrollado o Buena Vista, salvo el padre (del informante), ignoraron esta petición, y en los servicios que había prestado a la colectividad, tenía un status mayor; correspondencia a esta obediencia el presidente le demostró atenciones es- era el caso de los ancianos, peciales. Esto irritó al nahual, quien tomó su venganza en esta forma (cau- sándole una enfermedad por introducción de animal al cuerpo) (Foster, 46 los brujos, los curanderos y los hechiceros. 1940: 23-24). Aveces no es bueno tener amigos. Yo tenía un amigo, éramos jóvenes los dos. El tenía una tiendita donde ahora está Arcadio. Todos los días llegaba 43 Entrevista E.V. con Mauricio Sagrero, San Pedro Soteapan, 4/06/99. yo ahí a platicar y chancear con ese amigo y su esposa; le decían la china. 44 Entrevista E.V. con Carmen Pérez, San Pedro Soteapan, 21/05/99. Un día mataron a ese amigo. Después de eso yo seguí visitando a su esposa 45 “Un hechicero (witch doctor) es llamado “nawat” o “nawal”, y tiene poderes que le pero sólo como amigo. Luego el que era presidente municipal empezó a te- permiten causar o curar enfermedades, comer cuerpos exhumados, chupar la sangre de ner interés en ella y como me veía llegar todos los días creyó que yo tenía las personas que duermen, y transformarse en diversos animales […] La habilidad pro- viene no de un poder revelado sobrenaturalmente, sino de largos años de estudio y apli- algo que ver con ella, así que buscó quien me matara. Me dieron de balazos cación intensos. En Ocotal Grande están tres piedras, toscamente grabadas, que son con- cuando iba a mi milpa. sideradas como escuelas para el entrenamiento de nahuales. Los novicios iban a estas rocas, recitaban las inscripciones, cuyos significados esotéricos eran explicados por na- 49 huales más viejos […] Los novicios tomaban clases en cada roca durante cuatro años, ha- ciendo doce en total” (Foster, 1940: 22). Otro tipo de conflictos ocurría con relación a desacuerdos por la par- 46 Según se desprende del trabajo de Waltraud Hangert (1970) sobre las mayordo- ticipación en luchas sociales de alcance regional o nacional: mías en Soteapan, el consejo de ancianos estaba integrado por los hombres que habían prestado a la comunidad el servicio de organizar la fiesta patronal. Actualmente perma- nece la costumbre de que cuando un mayordomo muere le tocan el tambor en su casa 47 Entrevista E.V. con Arcadio Salazar, San Pedro Soteapan, 05/11/97. durante el velorio y lo llevan a enterrar con música de tambor, “esto sólo se hace con los 48 mayordomos no con cualquier gente” (Estéfana Lanché, San Pedro Soteapan, 17/01/97). Entrevista E.V. con Cirilo Hernández, San Pedro Sotepana, 11/01/96. 49 Entrevista E.V. con M. S., San Pedro Soteapan, 21/05/99.

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Cuando hay revolución no hay amigos ni nada. La gente le tenía miedo a Esa que dices fue otra lucha, yo era chiquillo cuando mataron a Santanón los rebeldes de aquí. No todos participamos [en la lucha armada de 1921], Rodríguez [en 1910]. Me acuerdo que mi mamá lloraba mucho porque ha- y a los que no participamos no nos querían como amigos. Entre los rebel- bían matado a mi padrastro. El era lugarteniente de Santanón, le cargaba des estaba Chano Pérez, que era el jefe popoluca, usaba calzoncillo de la escopeta y se la preparaba para que disparara. Los mataron a los dos manta. juntos. 50 52

Mira, te voy a contar, ese año, no nomás ese año sino más antes, hubo una Mi papá peleó junto a Hilario C. Salas (líder magonista) pero lo agarraron organización que se llamaba agrarista y tenía fuerza agrarista cuando fue preso y lo llevaron a San Juan de Ulúa. Cuando salió de la cárcel se dio de Lázaro Cárdenas […] Entonces estaba la organización fuerte de agraristas y alta como soldado. Después dejó al ejército y se unió al general Miguel Ale- aquí en Amamaloya venían a hacer convención, había una asamblea gran- mán (quien) le mandó armas para que peleara. Tenía mucha gente mi papá, de, venían de todas partes, de todas las congregaciones, de Jáltipan; pero de aquí y de las congregaciones. 53 había gente de Soteapan que se oponía, se decían epenerristas, eran del rico. Ycomo en la planta uno (hidroeléctrica) estaba el licenciado Trejo, pues te- De esa organización (agrarista) eran Manuel Bibiano, José Hernández, Be- nía bien organizada a la gente de Soteapan, que no deben meterse en esa or- nigno Mendoza, allí llegaban, allí donde está la escuela, vinieron bastante ganización […] Un sobrino de mi abuela, que se llamaba Francisco Gonzá- gente, vino una delegada de México, y nombraron un presidente municipal lez, un hombre gordo, güero, ahí enfrente, en donde ahora es planta uno, nuestro. Era grande la organización, de Ocotal Grande, de todo lo que co- rresponde a Soteapan, todas las congregaciones. ahí lo mataron. 54

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Desde la vida diaria en este territorio, con el uso diferenciado de sus FRAGMENTACIÓN DE UN TERRITORIO Y FORTALECIMIENTO espacios, su forma particular de reproducir su vida social y sus estilos DE LA CENTRALIZACIÓN propios de resolución de conflictos, los popolucas de Soteapan partici- paban de la dinámica comercial de una región cuyos centros rectores Numerosos cambios se vivieron en Soteapan durante la segunda mitad eran, por orden de importancia, Acayucan, Minatitlán y Chinameca, a del siglo cuyos comerciantes vendían sus excedentes de maíz y frijol, los cerdos XX. A mediados de la década del sesenta, después de numero- que engordaban, y su cosecha de café. Este cultivo fue introducido en el sos enfrentamientos y negociaciones internas entre campesinos que de- sur de Veracruz en la segunda mitad del siglo seaban que les restituyeran sus tierras comunales para seguir haciendo uso de ellas en forma mancomunada, y campesinos que consideraban XIXpor algunos hacenda- que era mejor luchar por la dotación de ejidos individuales, y entre difi- dos; de hecho, los campesinos de Soteapan aprendieron a sembrar y cui- cultades de entendimiento entre los representantes de los campesinos dar el café trabajando como peones en la hacienda Los Andes. A la vez que solicitaban tierras y los técnicos enviados por la comisión agraria de integrarse a estos circuitos económicos regionales, entraban en con- mixta, se dotó de terrenos ejidales a los campesinos de Soteapan. De tacto con líderes de organizaciones y movimientos políticos que opera- esta manera, la superficie que formaba parte del espacio 1 al que me re- ban en los niveles regional y nacional: los anarquistas de 1906, los ma- ferí en el primer apartado de este texto fue fraccionada, estableciéndose deristas de 1910, los agraristas de los años treinta, los cenecistas de los límites muy precisos entre las tierras de los nuevos ejidos, aunque no al cuarenta.

52 Entrevista E.V. con Mauricio Sagrero, San Pedro Soteapan, 21/05/99. 50 Entrevista E.V. con Mauricio Sagrero, 30/05/97. 53 Entrevista E.V. con Carmen Pérez, San Pedro Soteapan, 21/05/99. 51 Entrevista E.V. con Jesús Gutiérrez, Amamaloya, 4/11/97. 54 Entrevista E.V. con Jesús Gutiérrez, Amamaloya, 4/11/97.

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interior de éstos, en los que se mantuvo el uso mancomunado de la tier- eran: 1) elección del presidente municipal en una asamblea en la que ra mediante una creación local: los “ejidos comunales”. Con el reparto participaban los hombres de la cabecera y las congregaciones. Asamblea agrario el cultivo del café se convirtió en una posibilidad accesible sólo en la que tenía un peso definitivo la opinión de un grupo de notables: el a los campesinos de los ejidos ubicados arriba de los 600 msnm, consejo de ancianos, cuyos integrantes proponían al candidato a la pre- 55 a quie- sidencia municipal e intervenían en todos los asuntos de importancia nes les quedaron las fincas de café que habían sembrado otros campesi- para los habitantes del municipio. 2) Obligación del presidente munici- nos. Así, los campesinos de San Pedro y de congregaciones ubicadas a pal y el síndico de organizar la fiesta del carnaval y cumplir con todos alturas menores a los 500 msnm quedaron excluidos de la cafeticultura: los requerimientos asociados a la misma (abstinencia sexual, ayuno, ve- laciones, ejecución de la danza del tigre), que de no cumplirse se paga- ba con la muerte por enfermedad. En su lugar se fue desarrollando el Sembraba yo café en la montaña, por San Fernando y Ocozotepec, también control priísta del ayuntamiento, cuyos rasgos principales fueron: 1) tenía una finquita por Ocotal Chico pero cuando repartieron los ejidos per- elección del presidente municipal en elecciones controladas por la dí mis fincas y nadie me pagó nada.56 Unión Regional Ganadera del Sur de Veracruz, que entre 1950 y 1970 Tenía yo una finca en San Fernando pero cuando vino lo del reparto (agra- adquirió un fuerte dominio político en el istmo veracruzano, a la par rio) mi cafetal quedó adentro del San Fernando, tenía yo como cinco que la ganadería se extendía considerablemente en toda la región de mil matas. Al principio me dejaron seguir cortando mi café, aunque tuve Acayucan, incluidas partes de la Sierra de Santa Marta (Velázquez, que pagar una cuota, pero ya después mi finca se le quedó a un señor de 2000). Obligación del presidente municipal de garantizar votos para el San Fernando. 57

De igual manera, las buenas cosechas de maíz y frijol que se obte- PRIen las elecciones estatales y federales. nían en las “tierras negras” de las partes bajas quedaron únicamente a La importancia que en los niveles regional y estatal adquirió el con- disposición de los campesinos que habitaban los ejidos de las planicies trol político de los ayuntamientos, así como la fragmentación del terri-

(200 y 100 msnm).58 torio a causa de Agraria y, más tarde, de los procesos de colonización que dieron lugar a la creación de nuevos poblados en por- ciones de lo que habían sido los espacios 2 y 3 del territorio popoluca, Mi abuelo hacía milpa adelante de Kilómetro 10, salíamos de Soteapan dieron lugar a nuevas formas de organización del espacio. Se aceptó y como a las tres de la mañana. Después de que se repartieron los ejidos ya asumió la delimitación entre los ejidos, aunque al interior de éstos se no pudimos ir para allá, empezamos a sembrar aquí dentro del ejido de So- mantuvo el uso mancomunado de las tierras, permitiendo el acceso a las

teapan, hicimos dos milpas.59 mismas tanto a ejidatarios como a hijos de ejidatarios y avecindados. Si- tuación que cambió en los años noventa con la aplicación del Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares ( Por otro lado, entre las décadas del cincuenta y sesenta fue desapa- reciendo una forma particular de gobierno local, cuyas características PROCEDE) (Velázquez, 1999). Por otro lado, la cabecera municipal se convirtió en el 55 Estos ejidos son San Fernando, Ocotal Chico, Ocotal Grande, Ocozotepec, Col. Be- centro indiscutible de la política y la economía municipal: los comercios nito Juárez, El Tulín, Buena Vista y Santa Marta. se multiplicaron gracias en gran parte al auge de la cafeticultura, con- 56 Entrevista E.V. con Catarino Rodríguez, San Pedro Soteapan, 4/06/99. centrándose en la cabecera; el beneficio particular de café se construyó 57 Entrevista E.V. con Cirilo Hernández, San Pedro Soteapan, 11/01/96. aquí, pese a que en la cabecera casi no se cultiva café; los elegidos a ocu- 58 Estos ejidos son Amamaloya, Mirador Saltillo, San Juan Chamilpa, La Florida, La par la presidencia municipal empezaron a ser siempre de San Pedro So- Estribera, Kilómetro 10, Cuilonia, Tierra y Libertad. teapan; los profesores originarios de la cabecera o asentados en ésta se 59 Entrevista E.V. con Arnulfo Duarte, San Pedro Soteapan, 17/01/97.

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fueron convirtiendo en importantes actores políticos. Así fue surgiendo congregaciones a la cabecera, y de aquí a las congregaciones, en busca un centro relevante, una especie de “lugar central” que antes no existía. del curandero que se considere mejor.62 Por otra parte, el auge del café en los sesenta y setenta marcó de Ypor lo que respecta a la religión católica, si bien los santos están en manera importante a algunos lugares: aquellos donde había una mayor la iglesia de la cabecera, las imágenes principales van en peregrinación producción de este grano. San Fernando, Ocozotepec y Ocotal Chico se a las congregaciones para obtener dinero y maíz para sus fiestas. Las convirtieron en los puntos clave de acopio de café tanto por parte de los imágenes son conducidas por el mayordomo y en cada lugar al que lle- compradores privados como del gan se quedan a velar dos o tres noches, para después regresar a la ca- INMECAFE. Los créditos de los setenta y becera; en las velaciones se reza y se come. Sólo peregrinan las imágenes las mejores condiciones para la comercialización del grano, transforma- de San Pedro y San Salvador, las llevan a Morelos, Buena Vista, Tulín, ron la fisonomía de estos pueblos con la construcción de casas de con- Ocozotepec, Amamaloya, Aguacate, Lomas de Sogotegoyo y Sabaneta. creto, o de tablas y láminas, radios y televisores en el interior de algunas Los santos se llevan a cualquier congregación donde alguien los pida, casas, camionetas propiedad de los campesinos que lograron acumular para lo cual el peticionario turna un acta al presidente de la parroquia cierto capital en los años de buenas cosechas y precios altos en el mer- en la que manifiesta que se hace responsable del santo. Cuando un san- cado internacional. to es llevado a velación, la gente del lugar donde lo solicitaron le regala Sin embargo, esta organización vertical del espacio no ha sido abso- dinero, maíz, frijol y pollos, “cuando van a Morelos y Buena Vista traen luta pues en otros ámbitos de la vida social se recrean con la práctica mucho maíz”. usos anteriores del espacio. Así, Dionisio Cruz enseñó a sus hijos Lucia-

no y Tomás el camino a la Azufrera, por lo que éstos todavía en 1990 63 iban al río Huazinapa a pescar “bobos”; otras personas de San Pedro So- teapan y de San Fernando también siguen yendo a la Azufrera a buscar estos peces (véase espacio 3 de figura 2). Y si bien la mayor actividad política se concentra en San Pedro (la “grilla” se hace en la cabecera), REFLEXIONES FINALES igual que el comercio, otras cuestiones importantes no han cedido a esta centralización. Así por ejemplo, los tso’okas (brujos que controlan la llu- En este último apartado quisiera poner atención en los siguientes aspec- via) se encuentran en la cabecera pero también en otras comunidades, tos. Uno de ellos es el de que los espacios son dibujados “por las referen- por lo que los campesinos que no viven en San Pedro no dependen de cias de las gentes y por los anclajes históricos de la memoria colectiva” este lugar para saber cuándo empezará a llover y planear sus siembras, (Gatti, 1987: 3-4). En el primer apartado de esta ponencia hablé de un te- o para lograr que lleguen las lluvias, o que cese el exceso de éstas. rritorio que a primera vista no existe más; así, en el espacio 1 los límites entre municipios y, al interior de éstos, entre ejidos, han sido aceptados y asumidos y, más recientemente, al interior de los ejidos se están deli- 60 Tam- neando límites infranqueables entre las parcelas, mediante un proceso bién hay curanderos tanto en la cabecera como en las comunidades,61 de parcelamiento amparado en el

por lo que hay un constante ir y venir de una congregación a otra, de las PROCEDE(Velázquez, 1999). Al mismo tiempo, el espacio 2 se ha acotado por la deforestación y la creación de

60 “Que yo sepa, hay tso’okas aquí en San Pedro, en Buena Vista y en Col. Benito Juá- rez”; “sí hay tso’oka aquí (Ocozotepec)”, entrevistas E.V. con Hermenegilda Mateo y San- 62 La bióloga Lourdes Godínez, quien trabaja con grupos de mujeres en San Fernan- tana Márquez, 14/02/97 y 7/06/99. do, Ocotal Chico Ocozotepec, me hizo notar que por lo regular se acostumbra visitar a 61 “Hay curanderos en San Pedro, Reforma Agraria, Buena Vista, Col. Benito Juárez, curanderos que no son del mismo lugar de origen que los enfermos. San Fernando y Ocozotepec”, entrevista E.V. con Ricardo Rodríguez, San Pedro Sotea- 63 Entrevista E.V. con María Hernández, esposa del presidente de la parroquia de pan, 9/01/96. Soteapan, 29/05/97.

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nuevos ejidos en los setenta y ochenta (Velázquez, 1995b). Mientras que BIBLIOGRAFÍA el espacio 3 se ha vuelto poco visitado, tanto porque se ha convertido en el espacio cercano de otros grupos de población que llegaron a esta- AZAOLA, Elena, Rebelión y derrota del magonismo agrario, México,SEP/FCE, 1982. blecerse cerca de la costa en diferentes momentos de la colonización de C ALDERÓN, Alfredo, “Algo de historia”, en Ramón Roca (coord.), Acayucan en ci- la selva en las décadas del cincuenta y sesenta (ibid.), como por la extin- fras: 1997, Acayucan, H. Ayuntamiento de Acayucan, 1997, pp. 167-191. ción de los recursos que de ahí se obtenían. Sin embargo, el territorio an- C terior permanece como parte de la memoria viva de ancianos y gente de RUZ, Florentino, Pajapan: el litigio por sus tierras, ,COBAEV, 1990. edad mediana, quienes refieren hasta dónde eran los límites del territo- D ELAPEÑA,Guillermo, “Los estudios regionales y la antropología social en Mé- rio que fue suyo, y detallan cómo se movilizaban por los distintos rum- xico”, en Relaciones núm. 8, vol.II, 1981, pp. 43-93. bos de los tres espacios que conformaban ese territorio. Permanecen en F OSTER, George, Notes on the Popoluca of Veracruz, México, Instituto Panamerica- su memoria puntos precisos de referencia: las tierras negras de la plani- no de Geografía e Historia, Publicación núm. 51, 1940. cie adecuadas para la obtención de buenas cosechas de maíz y frijol; las G tierras altas, “de montaña”, propias para el café, un cultivo que apren- ARCÍA DE LEÓN, Antonio, Pajapan, un dialecto mexicano del Golfo, INAHMéxico, dieron a conocer cuando pudieron acceder a tales tierras; las travesías (Colec. Científica), 1976. para llegar a los ríos y a las playas a pescar aquello que les gustaba co- G ATTI, Luis María, DeliaUELLO C y Graciela LCALÁA ,“Historia y ‘espacios so- mer, o que se debía comer en algunos rituales. ciales’. Ensayo de una regionalización de ‘clases’ de la plantación agrícola El aspecto que quiero retomar es el de que los espacios son organiza- de Nuevo León”, en Boletín Bibliográfico de Antropología Americana, vol. XLI, dos y estructurados a partir de las prácticas de aquellos que los viven núm. 50, 1979, pp. 23-37. (Gatti, Cuello y Alcalá, 1979; Hoffmann, 1992). En relación con ello pue- G de pensarse la información narrada en el apartado dos, en la que se evi- ATTI, Luis María, “La Totonaca (u ‘otra vez la cuestión regional’) en dencia cómo una organización del espacio (con una jerarquía y unos Luis María Gatti y Victoria Chenaut, La costa totonaca: cuestionesII ,regionales límites claros y precisos) dictada para fines de administración y control México, CIESAS, Cuadernos de la Casa Chata núm. 158, 1987, pp. 3-24. político, en la práctica fue dejada de lado por otra organización propia, G IMENEZ, Gilberto, “Territorio y cultura”, en Estudios sobre las Culturas Con- que se sobrepuso a la primera haciendo un uso diferente de las reglas temporáneas, épocaII, vol.II , núm. 4, 1996, pp. 9-30. de ésta. En un sentido semejante Gatti (1987: 4) llama la atención sobre G el hecho de que las regiones se transforman en política al hacerse evi- ONZÁLEZ, Luis, “Terruño, microhistoria y ciencias sociales”, en Pedro Pérez dente que no obstante que el poder central regionaliza y planifica según Herrero (comp.), Región e historia en México (1700-1850), México, Instituto Mora/ sus concepciones e intereses, “las gentes viven un espacio distinto por- UAM, 1991, pp. 23-36. que recuerdan otro espacio y porque están postulando su espacio”. Esta H ANGERT, Waltraud, “Fiestas de merecimiento entre los popolucas de Sotea- postulación de una forma propia de organizar el espacio no desaparece pan”, en Boletín de Antropología, IIIvol., núm. 12, Medellín, Colombia, 1970, del todo pese a la ocurrencia de cambios fuertes en la organización pp. 83-102. política, en la división administrativa y en la actividad económica, sino H que, como se muestra en el apartado tres, aspectos importantes de esa OFFMANN, Odile, Tierras y territorio en Xico, Ver., Xalapa, Gobierno del Estado organización espacial (que he llamado horizontal) permanecen y se en- de Veracruz, ColecciónV Centenario, núm. 16, 1992. tremezclan con formas nuevas de organización espacial (que he deno- ––––, “Lugares y extensión, red y territorio: percepción diferencial de un territo- minado vertical). rio indio a partir de la Conquista en el México oriental”, en Sotavento, año 2, núm. 3, 1998, pp. 89-105. I GLESIAS, Andrés, Soteapan en 1856, Xalapa, Gobierno del Estado de Veracruz, Colección, Suma Veracruzana, serie antropología, 1973.

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