Caja estudió que adquiriera en vísperas de la pérdida de Aerolíneas

Foto: Europa Press M. Á. Gavira/A. Vigario | Madrid | 21/12/2013 Sánchez-Lozano aconsejó a Blesa dejar fuera el negocio aéreo argentino de Marsans en la operación. El 3 de marzo de 2008, Rafael Sánchez-Lozano, por entonces consejero en Iberia en representación de Caja Madrid, le mandaba un email a Miguel Blesa en el que le argumentaba los pros y contras de una posible adquisición de Air Comet por parte de Iberia.

En la operación, denominada Halley en un documento que también se incluía en el mismo email, Sánchez-Lozano aconsejaba a Blesa dejar fuera a Aerolíneas Argentinas por los problemas que podrían tener con el Gobierno de Cristina Fernández, algo que se confirmó cuatro meses después cuando La Casa Rosada anunció la nacionalización de Aerolíneas en julio de 2008.

El que fuera nombrado en julio de 2009 consejero delegado de Iberia explicaba un año antes al presidente de Caja Madrid que "Aerolíneas Argentinas sería muy problemática por la mala experiencia pasada de Iberia, la necesidad de fuentes inversiones para renovar la flota, la conflictividad laboral de AA y el interés del Estado argentino en ir recomprando la empresa. Creemos que debería estar fuera de un posible acuerdo".

Proceso de recompra En un power point que también se adjunta en el email, Sánchez-Lozano aseguraba que tanto Aerolíneas Argentinas como Austral estaban en proceso de recompra por el Gobierno argentino, por lo que no eran analizadas para una posible adquisición por parte de Iberia.

El análisis también concluye que su combinación con Iberia "supondría incrementar la flota de largo radio en un 23 por ciento y la flota de corto y medio radio en un 7 por ciento". No obstante, también se reconoce que la operación supondría un importante solape en muchas rutas (hasta 15 itinerarios).

Sánchez-Lozano hace incluso una valoración de Air Comet que, a su juicio, podría rondar los 105 millones de euros, y reconoce en el email que existe un interés de venta por parte de los dueños de Marsans (Gonzalo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual), ya que advierte a Blesa de esa valoración de Air Comet "posiblemente los vendedores lo vean insuficiente".

También se llamaba la atención sobre la fácil integración de la flota de la aerolínea del grupo Marsans en Iberia (aunque algunos aviones eran bastante antiguos) y destacaba que existían opciones sobre otros aparatos del fabricante europeo. En total, incluyendo Aerolíneas Argentinas, tenía una opción conjunta para adquirir

14 aviones de largo radio (en la imagen superior, el momento del acuerdo entre los dueños de Marsans y ).

En este pedido se incluían cuatro unidades del A380 (el avión comercial más grande del mundo con capacidad para 555 pasajeros), de los que dos se pretendían incluir en la flota de Air Comet y otros dos en aerolíneas argentinas. Cuando el Gobierno de Cristina Fernández nacionalizó Aerolíneas Argentinas no se hizo efectiva la opción de compra de aviones con Airbus.

Este cruce de emails entre Miguel Blesa y Rafael Sánchez-Lozano demuestra que el segundo tenía un gran conocimiento de Iberia desde hacía años -que no se limitaba solo a su presencia en el consejo- y parecía prepararse para el cargo de consejero delegado que adquirió en 2009.

Cuando Sánchez-Lozano fue nombrado ejecutivo de Iberia su elección fue criticada desde algunos ámbitos porque no se le consideraba con experiencia en el sector, ya que sólo había ejercido de consejero. Pero los correos electrónicos con Blesa demostraban lo contrario: puesto que participó, entre otras operaciones, en este intento de compra de Air Comet, que nunca llegó a fraguar.

Fusión con British, al día Entre los correos también existen varios en los que Sánchez-Lozano informa detalladamente a Miguel Blesa de la evolución de la negociación en la fusión entre Iberia y British Airways, que más tarde dio lugar a la creación de IAG. Dentro de los puntos más calientes destaca la exigencia por parte española de un consejo paritario y de intentar aumentar la ecuación de canje, que parte de un 60-40 por ciento a favor de British Airways.