06 Viernes 29·ene·2016 afros / feminismos / migrantes / sexualidades Las abuelas secretas Ritos y conocimientos afro-ancestrales femeninos

La mesa llena de comida, la sidra abierta, los vasos vacíos y el abuelo hablando de aquellas épocas. Rubén, mi abuelo de abuelo esclavo, mira al horizonte y excla- ma “¡mi abuela, qué mujer! Era una sabia, tenía eso que dicen ustedes, eso de la intuición”. Me sorprendió esa necesidad de contarme sobre su abuela. Cuan- do él relataba, la revivía a ella y, con ella, muchas historias que conozco de parientes, de amigos y de mi tra- bajo de campo. Me di cuenta de la importancia de esas fiestas inespe- radas de historias ancestrales.

Ritos, costumbres, saberes Me cayó la ficha del aporte de las abuelas y de todo lo callado, enmu- decido y tapado que nos rodea: las nanas de leche, un hilito rojo en la frente, las trenzas, la medicina na- tural, los lunares, la significación de la muerte. No era una cosa fácil criar y amamantar niños y niñas de otros. Esas nanas daban la leche de su cuerpos africanos e indios a los “niños puros” de sus explo- tadores, alimentando y cuidando a un alto porcentaje de los hijos de patricios orientales. El hilito rojo en la frente de los bebés cuando tienen hipo también Barrio Palermo. / IVÁN FRANCO tiene su raíz en las creencias popu- lares. El hipo es una contracción del y cuerpo; trenzas que 2.000 años tos holísticos era considerada una de la sierva, y la negra se entregaba, Hoy hay grandes tocadores diafragma y poco tiene que ver con antes de Cristo ya se hacían con el bruja, una hechicera, una loca, y esas poseida, al terrible llamado de la de candombe que conocieron su un hilo en la frente, pero según rela- objetivo de armonizar a las perso- concepciones terminaban muchas danza ancestral”*. toque gracias a sus abuelas que sa- tan las abuelas y madres, hay “algo” nas y que sólo podían hacer mujeres veces en episodios violentos sobre Las innombradas en estas his- bían hacerlo pero que no lo hacían más imperceptible. especialmente facultadas. . El silencio y el encubrimiento torias son muchas. Esta “sierva fiel” en público. Doña María es curandera y dice “Tu pelo no está allí por casua- de la realidad también son parte de seguramente fue quien le brindara a En el tejido de la memoria es- que el hilo debe ser de lana roja y lidad, sino que tiene un propósito cómo se ha transmitido la ancestra- Figari memorial. “El rega- tos afectos son clave. Estas muje- pegarse en la frente del bebé sólo definido”, asegura Laura Aguilar del lidad de las mujeres. lo negro” de imágenes que no pudo res merecen más que un recuerdo con la saliva de la madre. Y aquí el proyecto Trenzarte, que trenza gra- borrar y que marcaron su curiosi- pasajero, dado su aporte al patri- sincretismo, lo afectivo y lo científi- cias a la tradición oral y a su propia El blanco oculto dad y su mirada ideológica. monio vivo del país. co. Esa práctica energiza el vínculo historia. Fue la tía abuela quien les Parte de la obra de Pedro Figari es un Las abuelas conocedoras se entre la madre y el bebé y se calma enseñó sólo a Laura y a Valeria. Sólo ejemplo claro de cómo ciertos secre- “Secretos maléficos” han sorteado una generación, para el hipo, porque, además, el niño a dos mujeres de , la prác- tos ancestrales se canalizan a través Las expresiones “presa de un ma- contar secretos que ya no son “tan mira hacia arriba por la atracción tica, el ritual. Les contó el secreto de del arte. Seguramente el impresio- leficio” y “poseída al llamado de valiosos”. ¿O sí? del color rojo y así le entra más oxí- este arte que no sólo es estética; se- nismo del pintor excedió su cuerpo una danza ancestral” nos informan Los secretos consanguíneos geno por la boca: el diafragma deja gún sus culturas y creencias, otorga en esas fiestas negras a las que asistía bastante sobre por qué esos rituales son otro gran capítulo: en un país de contraerse. Una práctica muy lazos curativos dentro del alma de la gracias a su nana, aunque la historia fueron ocultos y sagrados. Quizás tan pequeño la novela dramática común en América. Como tantas mujer o el hombre a trenzar. no la nombre. En sus cuadernos de por esto el racismo patriarcal y el sobre los ocultamientos familia- otras: cuando las mujeres africa- Los ritos curativos son diver- jovencito había recuerdos de la ni- evangelismo han hecho estragos en res tiene un lugar especial entre nas llegaron al continente vinieron sos, y la conversación es uno de los ñez pero no fue hasta ser un adulto los territorios de la fe y las creencias. las particularidades de los relajos con semillas en sus pelos, reales más potentes: las abuelas lo hacían que sintetizó, no muy profusamente, Simplemente lo que valía era lo im- locatarios que trajo la urbaniza- y de ideas. Entre sus cabellos tra- entre “las higueras” para resolver sus recuerdos, percepciones y expe- puesto. Pero el ingenio siempre apa- ción y el machismo forjador de un jeron semillas (voluntaria o invo- problemas. Durante la noche y casi riencias a través de sus pinturas. rece para seguir viviendo nuestras mismo padre proveedor con pie en luntariamente: entre las motas hay siempre descalzas, se cobijaban De hecho, el único documen- verdades aunque pasen a ser una varias casas. cosas que se prenden encarnizada- bajo una higuera para descifrar la to que habla de su infancia es uno cosa incontable, secreta. Desde hace mucho las abuelas mente), que se desperdigaron por que aquejaba a la prejuicioso y burlón que escribió Así es que nace el sincretismo, han sido las transmisoras ocultas varias partes de América del Sur: el consultante. Conversaban toda la uno de sus amigos encumbrados la necesidad de mantener una fe de secretos caseros en las coci- aloe, la marula, la sensiblera, a la noche y, cuando llegaba el alba, el de la época, titulado Obstinación original disfrazada de eso que me nas, en los fogones, en las curas que se le dice, nada menos, Espada oráculo de la naturaleza se iba a infantil: “Recordamos, entre tan- exigen que sea. El sincretismo fue de alma, mente y cuerpo. de San Jorge. También a través de dormir y la abuela también. Y así: tas, la historia de su cocinera, qui- una forma atrevida de seguir vivien- Esas mujeres en muchos casos los trenzados construían “mapas la luna y los lunares, que en esas tra- zas la sierva fiel que le brindara do, de no renunciar a ser personas debían disimular ser transmiso- de fugas”: algunas investigaciones diciones representan un canal que todo ese regalo negro de su ninez. portadoras de una cultura. Adiós a ras de conocimientos en conexión hechas al Sur de Brasil dan cuenta se abre cuando hay luna llena y que Nos contaba un dia, como de nino, su comida, a su cotidianidad, adiós con la naturaleza y con sí mismas. de territorios o geografías dibuja- puede conducir hacia el amor y el cuando estudiaba sobre la mesa al nombre y a sus familias en con- El recuerdo tiene aun más das principalmente en las cabezas placer. Algunas abuelas distinguen larga del comedor, se regocijaba tinente africano; ésa ha sido una sentido cuando aquel que re- de las niñas, con la ayuda de esas el significado según el lugar que ocu- torturando a la paciente famula. idea y una práctica persistente de cuerda además lo transmite, lo trenzas, que indicaban cómo huir pan los lunares en el cuerpo; si están Cuando entraba con la bandeja aculturación. Pero nunca adiós a la traslada. de la trata o el esclavismo. Muchos en el cuello, cerca de la boca o hasta cargada de copas y de platos, se memoria y sus necesidades rebel- Un buen desafío para nuestra escaparon y otros fueron rapados en las nalgas. Y la muerte, ese gran ponia a tamborilear los dedos con des de seguir vivas, de perdurar. La generación es que la historia no para que no se dibujara ninguna tabú occidental, ese gran episodio ritmos vivos de danza africana. Y la gestación del sincretismo despliega contada la deshilemos nosotros de idea de libertad. en los secretos de los patrimonios negra, como presa de un maleficio, refugios de creencias, une historias la mano de las abuelas secretas. ■ Y también el trenzado como femeninos afro: cuando en algunas empezaba, resistiendose, a con- de Orishas y Santos. portador de ideas o creencias. Cada familias alguien moría, las abuelas tornear su cuerpo. Y suplicante le La participación de los africa- *Herrera Mac Lean, Carlos. Pedro Figari, Edi- hebra de pelo tiene vida y para la abrían sus ventanas y puertas para li- pedia: “no, nino, por favor, no... no, nos de diversas naciones en el Cor- torial Losada, Buenos Aires, 1944. trenza se necesitan tres con sus res- berar al que debía irse. Pero cuando nino...”, hasta que la obstinacion in- pus Cristi selló también parte del pectivos significados: alma, mente una mujer demostraba conocimien- fantil, regocijada, vencia el respeto devenir del candombe en Uruguay. Leticia Rodríguez Taborda