Arqueología Aljaranda 72 (2009) 4-12

Imagen 1.- Plano excavación necrópolis sureste. (Paris et alii. 1926) Aproximación al paisaje funerario de la necrópolis oriental de Baelo Claudia

Fernando Prados Martínez1 / Iván García Jiménez2

a naturaleza de la cada vez más presti- dada, ex novo, a finales del siglo II a. C. A pesar de giosa revista ALJARANDA y su condi- esa fecha hay que tener en cuenta que la gran mayo- Lción de faro y noticiario histórico y ría de los restos monumentales visibles (puertas, cultural de la ciudad de y su comarca, foro, templos, termas, etc.) deben situarse en un mo- unido a una brillante política de publicaciones – mento avanzado de la historia del asentamiento, ya destacando la calidad y la inmediatez de las mis- en época claudia y posterior; y que muy probable- mas- han sido las razones por las que hemos mente la ciudad no recibió el estatuto de municipio querido presentar aquí los primeros avances de latino –Municipium Claudium Baelo- hasta enton- un estudio que se encuentra en desarrollo y que ces3. Las necrópolis asociadas pueden considerarse verá la luz, ya de forma completa, a lo largo del de manera general contemporáneas a ese momento presente año. En este estudio se están recupe- de monumentalización de la ciudad, pero, por otro rando y reinterpretando datos de las excavacio- lado, presentan ciertos elementos que pueden rela- nes antiguas realizadas en la llamada necrópolis cionarse con determinados aspectos de tradición pú- oriental de Baelo (necrópolis de la Puerta de Car- nica y que veremos con detalle más adelante. teia) cuyas primeras intervenciones arqueológicas Las intervenciones arqueológicas desarrolla- fueron realizadas hace ya cerca de un siglo. das en el yacimiento desde principios del s. XX han puesto al descubierto el que probablemente sea el Introducción conjunto urbano de época altoimperial mejor con- Baelo Claudia, en el extremo sur de la Bética y si- servado y documentado de la Península Ibérica. Se tuada frente a las costas de Mauritania Tingitana y trata de una ciudad de unas 13 hectáreas perfecta- de su capital administrativa, Tingis, hoy Tánger, es mente delimitada por una muralla jalonada por, al un ejemplo clave para el estudio de los fenómenos menos, 36 torres. Apreciado perfectamente el tra- de hibridismo asociados al contacto colonial entre zado ortogonal de la ciudad, las excavaciones se han población local indígena –de influencia púnica- y centrado fundamentalmente en el centro monumen- romana en el mediodía hispano. Como es bien sa- tal, donde puede apreciarse el foro, en un excelente bido, la ciudad, en la que aún hoy podemos observar estado de conservación, un área religiosa, compuesta algunos de los elementos más característicos fue fun- por al menos cuatro templos, una gran basílica con

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Imagen 2.- Levantamiento planimétrico necrópolis sureste. Área central. (Prados y García 2007) primer orden de columnas restaurado, un área co- la fase altoimperial ha quedado relativamente bien mercial compuesta por tabernae y macellum, ade- documentada a partir del registro funerario cono- más de otros edificios. Fuera de esta área céntrica ciéndose una gran variedad tipológica de enterra- destaca también al oeste de la ciudad un importante mientos. La fase tardorromana, por su parte, ha sido edificio termal. Al norte se erige el teatro, que junto documentada en Baelo Claudia de manera circuns- con la basílica se trataría del edificio de mayores di- tancial debido fundamentalmente a los hallazgos for- mensiones. Y como última gran área excavada en la tuitos sucedidos en varias campañas arqueológicas. No será hasta el año 2005 y en adelante, en el marco de un proyecto codirigido por el Conjunto Arqueo- La planimetría general elaborada lógico y la Universidad de Cádiz, cuando se co- en 2007 arrojó, desde el inicio, mience a estudiar en concreto esta parcela del mundo datos de gran interés funerario4. Gracias a la relectura de los antiguos informes y memorias de excavación, a la revisión de la antigua ciudad nos encontraríamos al sur, junto a la playa, documentación5 y al mantenimiento y limpieza de con un espectacular complejo industrial dedicado a las estructuras por parte del personal del Conjunto las salazones de pescado, que, como es bien cono- Arqueológico, hemos podido reconsiderar muchas cido, fue el motor económico de la ciudad a lo largo cuestiones vinculadas con aspectos sociales y, sobre de su existencia. todo, realizar un estudio de conjunto unificando El mundo funerario baelonense se ha encon- datos dispersos que no habían sido puestos en común trado, desde mediados del siglo XX, en un segundo hasta el momento. Bien es cierto que la necrópolis plano de la investigación. A excepción de algunas oriental de Baelo ha sido objeto de diversas publica- intervenciones puntuales no se han vuelto a realizar ciones (una buena aproximación en la magnífica campañas de excavación tan grandes como las que obra de conjunto sobre la ciudad en Sillières, 1997) efectuara G. Bonsor entre 1917 y 1921. No obstante, aunque muchas de ellas se centraron, únicamente, en

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Imagen 3.- Estado actual necrópolis sureste. Área central.

el análisis de los datos extraídos de determinadas función de la ubicación y caracterización de los en- campañas de excavación6 o en otros aspectos más terramientos dentro de ese paisaje funerario, la cro- concretos como la tipología de las urnas funerarias7 nología, la riqueza arquitectónica y la naturaleza o el controvertido tema de los betilos o cipos cono- tipológica del sepulcro. cidos como “muñecos”8 no relacionando en ningún caso las estructuras funerarias exhumadas con las Caracterización del paisaje funerario conservadas en el entorno a partir de un análisis mi- romano en la necrópolis oriental de croespacial. Baelo Claudia. Los más de mil enterramientos documentados En la ciudad han sido detectadas varias zonas de en- en las intervenciones arqueológicas del primer tercio terramiento principales. La llamada necrópolis oc- del s. XX unidos a los de la segunda mitad de éste cidental, situada junto a la vía de Gades, y la mismo han permitido un amplio conocimiento del necrópolis oriental, que se extendía a ambos lados mundo funerario de la ciudad acercándonos a la am- de la calzada que se dirigía hacia y que es plia y variada tipología de enterramientos y a los dis- objeto de nuestro estudio como ya hemos avanzado. tintos ritos practicados en estas áreas sacras (Fig.1). En la necrópolis oriental, varios grupos de sepulcros A partir de las mencionadas labores de limpieza y aparecen alineados en paralelo a la vía que sale de musealización de la necrópolis se han podido obser- la ciudad hacia el este, siguiendo una disposición tra- var en planta una serie de sepulcros que, hasta el mo- dicional dentro del mundo funerario romano. Sin mento, no se habían podido estudiar en conjunto. embargo, otras muchas -tanto las tumbas más senci- Aprovechando esta situación, los arriba firmantes llas como algunos mausoleos de cierta entidad- apa- elaboraron en febrero de 2007 una planimetría ge- recen desordenadas sobre un área de dimensiones neral que ya, desde el inicio, ofreció datos de gran reducida10 que quedaba en un segundo plano, sin una interés sobre un aspecto destacado y, podríamos aparente organización. Sobre esta importante cues- decir “de moda”, en el marco de los estudios que tión volveremos más adelante. sobre el mundo funerario se vienen efectuando en Con una superficie aún por delimitar, justo a los últimos años9 (Fig.2). escasos metros de la Puerta de Carteia comienzan a Este aspecto se apoya en un análisis no des- aparecer las primeras estructuras, tanto a un lado tructivo –pues no conlleva excavación ni movi- como a otro de la vía, siendo estas primeras las de miento de arena alguno- de cara a la determinación mayor tamaño documentado hasta ahora. Las estruc- de un “paisaje funerario”, es decir, la organización e turas son visibles hacia el este a más de 250 mts. Sin implantación de los sepulcros en un espacio periur- embargo es a unos 150 mts al este cerca de la playa bano concreto, preestablecido y diseñado a tal efecto donde se encuentra la mayor concentración de ente- y con una organización interna planificada y que rramientos debido fundamentalmente que es en esa muestra unos distintos niveles de jerarquización en zona donde se han centrado la mayoría de las inter-

6 venciones arqueológicas. pulcros sean visitados, por lo que no es necesaria una Muy probablemente, la superposición de en- red de calles para visitar las tumbas, justo al contra- terramientos de diversas épocas en esta área distor- rio que en época romana. Esa es la principal diferen- siona la imagen y ofrece un paisaje confuso si se cia entre los dos ámbitos, amén de que en el de observa en conjunto. Por eso la primera labor del ac- influencia púnica el volumen de betilos o cipos fu- tual estudio ha consistido en revisar la publicación nerarios es mayor, buen indicativo de esa punicidad, de las tumbas para identificarlas con los restos visi- así como se observan tipos de tumbas de carácter tu- bles hoy, analizar posteriormente los ajuares (escala rriforme y macizo, similares a los clásicos nefesh se- microespacial) de cara a determinar la fecha y corre- mitas (Prados Martínez, 2008) mientras que en el lacionarlas con los sepulcros contemporáneos que se ámbito “más romano”, la variedad es mayor, apare- pueden observar en el entorno más cercano (escala ciendo los característicos templos tumba y otros se- semi-microespacial) y con el conjunto de la necró- pulcros colectivos.

polis (escala macroespacial). En las últimas dos décadas se han experimen- Arqueología Aljaranda 72 (2009) 4-12 En la primera etapa del trabajo, de la que pre- tado numerosos avances en el estudio sobre el sentamos aquí este avance, adelantamos que nos mundo funerario, tanto en los aspectos conceptuales ocuparemos en concreto de los sepulcros que se pue- como en los metodológicos12. Además, hay que tener den fechar en época claudia, al ser los que ofrecen muy en cuenta que las necrópolis configuran en gran una mayor variedad tipológica y una mejor y más medida una de las mayores fuentes de conocimiento detallada publicación de los hallazgos correspon- de las culturas de la antigüedad. Las fechas en las dientes a cada sepultura (siendo los más abundantes, que la necrópolis oriental de la ciudad romana de como se observa en el gráfico). En esta ocupación Baelo Claudia fue excavada, como hemos visto, son del espacio funerario, que puede corresponder anteriores a la eclosión de dichos avances, por lo que grosso modo con una generación (fechada entre los no ha sido, hasta el momento, abordada aplicando años 40-68 d.C.) se pueden determinar dos paisajes las mencionadas novedades que, en el campo del funerarios coetáneos, uno caracterizado por su des- mundo funerario romano, han sido muy significati- organización, de corte más indígena y de influencia púnica y otro en el que se aprecia una red de vías se- cundarias o divertícula, mucho más afín a los crite- rios de tipo itálico, que responden a una organización previa del espacio funerario11. Por esta razón no puede descartarse por completo que la necrópolis oriental de Baelo estuviese regida por un concepto del espacio funerario más cercano al que se puede encontrar en el mundo púnico. Los datos disponibles sobre la necrópolis oc- cidental son mucho más escasos pero, según el men- cionado Mergelina, presentaba una distribución de los enterramientos muy similar. Las tumbas que hemos identificado como pertenecientes a un paisaje funerario “indígena” o “punicizante” aparecen ocu- pando una superficie menor, presentando los sepul- cros casi amontonados dentro de un espacio sagrado o temenos, propio de las necrópolis púnicas, donde el interés radica no tanto en permitir la circulación entre los sepulcros y sí más en que éstos se ubiquen dentro del espacio sagrado, como una forma más de asegurar la salvación, que es, en definitiva, la volun- tad de los allí enterrados. La naturaleza de las creencias púnicas pro- Imagen 4.- “Muñeco” o cipo funerario procedente de la ne- voca que no haya un especial interés en que los se- crópolis sureste (área 2a)

7 vas. Éstas, en caso alguno, tienen que ver con el como diversos elementos de tipo religioso-funerario campo metodológico, pues el presente estudio no se que han provocado diferentes interpretaciones. ha centrado, como así ha sido mencionado anterior- mente, en la puesta en desarrollo de ningún método Sustratos y adstratos. Lectura social novedoso de excavación y registro, pues nos hemos Con lo anteriormente comentado nos encontramos apoyado en la reinterpretación de los datos ya cono- en disposición de realizar un acercamiento, a partir cidos y en la elaboración de una nueva planimetría de los postulados de la arqueología social, al cono- propiciada por las labores de limpieza y musealiza- cimiento de la estructura de la necrópolis oriental de ción de las estructuras funerarias excavadas en esta la ciudad. Para esta cuestión, además de apoyarnos necrópolis en la década de los años veinte y en la de en los criterios organizativos de la propia necrópolis, los setenta del ya pasado siglo. o en la riqueza y tipología de los sepulcros, también Las novedades, por tanto, han venido deter- hemos de apoyarnos en los ajuares exhumados. Así,

Arqueología Aljaranda 72 (2009) 4-12 minadas por la oportunidad, gracias a dichas labores con el estudio de los restos materiales exhumados de limpieza y puesta en valor, de poder estudiar la observamos que en las tumbas caracterizadas como necrópolis en su conjunto y poder determinar con de influencia púnica destaca la ausencia en los ajua- precisión aspectos vinculados con su paisaje funera- res de la cerámica de importación más común en los rio y con su organización y ubicación a ambos lados primeros decenios del Imperio: la terra sigillata.13 de la llamada “Vía de Carteia” (Fig. 3). Por eso, y ya como un punto de partida, podemos re- La tarea más importante que se ha podido des- lacionar las necrópolis romanas de Baelo Claudia arrollar ha sido la de la elaboración de una planime- con otros centros como Cástulo o la propia Carmona, tría de la necrópolis en la que se han señalado, por donde la perduración de la tradición púnica es evi- vez primera, los enterramientos aún visibles de las dente y así ha sido señalado por los especialistas.14 primeras campañas arqueológicas dirigidas por Bon- Otro aspecto destacado es el de los célebres sor y las más recientes de Remesal dentro de un “muñecos”, betilos o cipos funerarios que bien po- mismo conjunto, por lo que buena parte de las con- drían ayudar a caracterizar socialmente la necrópolis clusiones aquí referidas proceden de la lectura que (Fig.4). Remesal, uno de los excavadores, rechazó este nuevo material ha permitido realizar, al que sí la asimilación de los ‘betilos’ de Baelo porque, en su hemos tratado de aplicar esos avances conceptuales opinión, de ser así, todos ellos habrían tenido un ca- mencionados al inicio de este apartado. Entre estos rácter antropomorfo del que muchos ejemplares ca- avances están los de considerar el paisaje funerario recen. Por ello recupera la teoría de G. Bonsor que de la necrópolis así como tratar de determinar un vinculaba estas piezas -de tradición prerromana in- conjunto de espacios jerarquizados en los que se do- fluida por costumbres púnicas-, a genios protectores cumentan diferentes modelos de enterramiento así relacionados con divinidades de ultratumba y señala Necrópolis oriental paralelos, por ejemplo, en lugares como la necrópo- Cronología de las tumbas lis de Puerta Cesarea en Tipasa (Argelia), Volúbilis Sepulturas de época tiberiana: 14% (Marruecos) y Cádiz entre otras15. Vaquerizo, por su Sepulturas de época claudia: 66 % parte, ha defendido la hipótesis de que estas piezas Sepulturas de época neroniana “[...]pretenden evocar la imagen del fallecido, quizá y posterior: 19 % con un alto componente norteafricano en cuanto a su estilo y ejecución material, pero similares en con- cepto a las estelas y retratos documentados en algu- nas necrópolis del golfo de Nápoles[...]” sin descartar por ello que, en ocasiones, estas tallas “[...]sean realmente betilos, con un simbolismo reli- gioso que pretendía encomendar al difunto a una de- terminada divinidad.”16 Según un amplio estudio sobre los cultos be- tílicos en realizado recientemente, los cipos de Baelo tampoco pueden ser identificados como betilos en sentido estricto ya que el término

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Imagen 5.- Áreas de jerarquización. Necrópolis sureste. betilo alude a aquellas piedras no alteradas por la templo de Caelestis/Tinnit, ubicado a la derecha ob- mano del hombre o talladas en forma cónica, cua- servándolo desde la plaza del foro, y por el de otra drangular, ovoidea, troncocónica o estiliforme en las divinidad desconocida (quizás Eshmun) en el templo que se pensaba que residía la divinidad17. En otro de la izquierda, en virtud de la natural tendencia de análisis publicado muy recientemente, A. Jiménez las ciudades feniciopúnicas a esta clase de agrupa- defiende la dificultad para encontrar un término ciones cultuales, cuyas mejores pruebas fuera de aceptable para estas representaciones que caracteriza Baelo Claudia serían (la antigua Sufetula, en como un unicum en el panorama arqueológico his- Túnez) o los tres templos situados en la cabecera del pano. Para esta investigadora, los cipos de Baelo foro viejo de Leptis Magna (Libia). Esta se trata, sin Claudia, son “[...] el producto de una recreación muy duda, de una hipótesis a tener muy presente y tre- particular de tradiciones locales, romanas y púni- mendamente sugerente. cas[...]” en la que pudo confluir el culto a los ances- La realidad es que nos encontramos ante el tros entendidos como entes más o menos problema de definir etnias diferentes y su conviven- indiferenciados y “[...] la idea de la piedra como casa cia a través de datos eminentemente arqueológicos, del alma, a la que se ofrecen libaciones y a través de con todos los problemas que ese tipo de análisis aca- la cual se puede convocar a seres incorpóreos[...]”.18 rrea. Es evidente que el problema de la etnicidad es Es bastante probable que lo que muestran los muy complejo y no es éste el lugar donde tratarlo de “muñecos” de Baelo es el reflejo de una sociedad forma detallada, pero si debe señalarse que la aso- tremendamente heterogénea culturalmente, ya de- ciación entre cultura arqueológica y etnia, se encuen- muestran la existencia de rituales propios de una po- tra actualmente en revisión. blación abierta a recibir diferentes influencias de Aunque la cultura material se emplee para distinta intensidad, con un importante sustrato cul- simbolizar diferentes aspectos de la identidad social, tural propio, igual al que podemos apreciar en la la identidad étnica no puede defenderse. Las ‘cultu- misma necrópolis objeto de análisis. Sobre esa ras arqueológicas’ son resúmenes descriptivos de pa- misma influencia púnica M. Bendala ha defendido trones de variación espacial de materiales recientemente el importante valor de la punicidad y arqueológicos y nos pueden distorsionar la hora de de su perduración a través del análisis de otros as- definir grupos étnicos No se pueden emplear crite- pectos visibles en el yacimiento tarifeño19 tales como rios ‘objetivos’ para definir la etnicidad (como la la presencia de un posible culto a Melkart/Hercules raza, la lengua o la cultura), porque la etnicidad de- en el templo central del foro, con un fuerte contenido pende, en última instancia, de sentimientos subjeti- de culto imperial que quedaría flanqueado por el vos de pertenencia a un grupo y que pueden variar

9 con el paso del tiempo y a través del contacto con los restos en planta de varios de estos perfectamente otros grupos del mismo tipo. alineados en lo que parece ser una vía sepulcralis de la necrópolis. Aún en 1926 era posible apreciar los Niveles de jerarquización social casi 6 metros de altura conservados de uno de estos Las diferencias sociales y económicas de la sociedad monumentos, conocido como “Hornillo de Santa Ca- romana quedan perfectamente reflejadas en las ne- talina”. Actualmente se encuentra completamente crópolis y en sus distintos tipos de enterramientos. destruido conservando apenas un alzado de 1,5 me- El área sacra es la misma para todos pero su ubica- tros. ción dentro de ésta y el tipo de monumento a erigir En torno al cambio de Era, se empieza a ob- variarían notoriamente en función del poder adqui- servar, por primera vez, una articulación del espacio sitivo. funerario característicamente romana (en torno a las En el mundo romano, la elección del tipo de vías que abandonaban la ciudad y en recintos que

Arqueología Aljaranda 72 (2009) 4-12 sepultura dependía, además de la tradición y de las parcelan el terreno dedicado a estos fines), la apari- creencias particulares, de la capacidad adquisitiva, ción de necesidades antes inexistentes como la iden- de la moda, así como de la destreza de los arquitec- tificación nominal de las sepulturas a través de los tos. La representación y el prestigio social derivado epígrafes de las lápidas funerarias o el empleo de de la construcción se podía conseguir a partir de la monumentos que presentan tipologías similares a los posición y superficie del terreno destinado para el que podemos encontrar en Italia. sepulcro, de los materiales empleados en la cons- El problema principal que esta cuestión, casi trucción del mismo (tanto en función de la cantidad una norma para el resto de las provincias del Impe- como de la riqueza de los mismos) de los ajuares y rio, no sirve en algunos lugares donde se detecta una de la magnificencia de los ritos que se celebrasen clara perduración cultural e ideológica púnica, caso tanto en el momento del enterramiento como durante de las necrópolis de Sabratha, en Libia, o, mucho las conmemoraciones posteriores. Según se ha más cerca, en Carmona o la propia Baelo Claudia. dicho, los romanos siempre hubiesen querido hacer Una vez analizados los monumentos funerarios, se destacar su tumba en altura, por encima de todas las puede observar la existencia de, al menos, tres nive- demás, razón ésta por la que se explica la amplia di- les de jerarquización en el paisaje funerario de la ne- fusión de los monumentos elevados sobre grandes crópolis, que pueden tener correspondencia con la podios.20 propia estructuración social, en función de la monu- La construcción de algunos monumentos fu- mentalización arquitectónica, de la riqueza de los nerarios fue encargada a ciertos arquitectos que, pro- ajuares exhumados y de su posición respecto a la vía bablemente, mostraban a los adquirientes varios principal de comunicación (Fig. 5): proyectos constructivos de entre los que éstos ele- gían los más apropiados o los que más se ajustaban Nivel 1: Se trata de los mausoleos ubicados a sus necesidades o a su poder adquisitivo. Las tum- junto a la puerta de Carteia, que son los que mayor bas monumentales romanas se ubicaron en las partes tamaño y complejidad arquitectónica tienen, que fá- más destacadas de las necrópolis, formando parte del cilmente se pueden vincular a la élite urbana. “paisaje funerario” o jalonando los caminos y vías de acceso a las principales ciudades; pero los mau- Nivel 2A: Sepulcros ubicados junto a la vía soleos de los que venimos hablando se ubicaron, de Carteia, en los que se observa un espacio funera- como los púnicos anteriores, en zonas aisladas, ele- rio no jerarquizado donde las tumbas de mayor y vadas, junto a las principales vías de comunicación menor riqueza se ubican unas junto a otras desorde- o en las cabeceras de cursos fluviales, por lo que no nadamente. Es en este nivel donde se observa el pa- formaron en caso alguno parte de “paisajes funera- trón púnico, siendo además donde aparecen los rios”. No cabe duda, pues, de que fueron hitos en el “muñecos”. Se trata de un conjunto de tumbas que paisaje empleados para el control ideológico y efec- se han fechado por Remesal en época Claudia. tivo del territorio manteniendo sus connotaciones fu- nerarias. Los monumentos de carácter turriforme Nivel 2B: Sepulcros ubicados junto a la playa, parece que fueron muy abundantes en la necrópolis ya en un segundo término. En la zona más alejada este de Baelo Claudia. Hoy en día pueden apreciarse de la vía de acceso, aparecen unos edificios que res-

10 ponden a patrones arquitectónicos de tipo itálico, po- comenzaron a ocupar paulatinamente las necrópolis. siblemente más tardíos (finales s. I- principios del II La presencia de estas élites se puede entender d.C.) Aquí sí se observa la existencia de una organi- por la importancia de la ciudad en el control de un zación y una jerarquización del espacio funerario, sector estratégico en la pujante economía del Impe- respondiendo a nuevos criterios, que muy posible- rio, el representado por la pesca y las industrias del mente, ya están instaurados en el marco de las rela- pescado. Quizá a partir de Augusto adquirió la ciu- ciones sociales de la ciudad. dad los privilegios del derecho latino, como oppidum Los nuevos edificios responden al modelo del latinum, y la plena ciudadanía, como municipium ci- templo funerario, generando espacios arquitectóni- vium romanorum, desde época de Claudio, según cos internos, y se encuantran organizados en diver- acreditan los pocos epígrafes hallados en la ciudad. ticula o calles, presentando, además, unas Pero es su carácter de ciudad púnica, progresiva- dimensiones in fronte e in agger similares (es decir, mente romanizada jurídica y culturalmente, el que

con unas medidas tanto de fachada como de fondo ha de tenerse en cuenta para estudiar su centro cívico Arqueología Aljaranda 72 (2009) 4-12 casi idénticas). y religioso, como ha señalado muy recientemente el profesor Bendala, de igual forma que sus necrópolis, Conclusiones buena muestra de ese mismo carácter inicial. Es fundamental tener en cuenta la importancia del También hemos de tener en cuenta el gran registro arqueológico funerario como fuente de in- desconocimiento, en general, del mundo funerario vestigación histórica si bien hay que tener presentes de época republicana que, sin lugar a dudas, daría los problemas metodológicos (tales como la falta de luz sobre el discutido tema de las perduraciones publicación, de estudio de materiales o de pérdida púnicas en el marco del mundo funerario romano de datos necesarios tras las excavaciones antiguas) del mediodía peninsular. Sí se han detectado ma- así como los cronológicos (no hay rastro de los en- nifestaciones relacionadas con la matriz púnica en terramientos republicanos que podrían dar la solu- contextos funerarios béticos como los de Carissa ción al tema de la probable influencia púnica). Hay Aurelia, Carmo, quizás Corduba y, por supuesto, que partir de un hecho tan obvio como a menudo Baelo Claudia.23 Si bien se trata éste de un aspecto soslayado: se trata de las necrópolis de una ciudad que se encuentra en el centro de una interesante inicialmente no romana, sino púnica, aunque su ro- discusión científica.24 Se trata de una manifesta- manización es evidente. ción de etnicidad la aparición de estos elementos Experimentó un proceso urbanístico bastante en periodos en los que muchos de estos centros ur- repetido, según el cual el núcleo urbano originario, banos están desarrollando programas de monu- situado con bastante probabilidad en un lugar alto mentalización en los que las élites locales parecen del interior, puede que en el oppidum de “la Silla del tener un papel preponderante, con tanta intensidad Papa”, objeto actual de estudio por un equipo cien- como las que llegaron de fuera, incluso de la tífico internacional del que también formamos misma Italia. parte,21 se trasladó a la costa para convertir en centro Evidentemente no contamos con los datos urbano principal lo que en principio debió de ser un suficientes aún como para poder establecer una re- pequeño asentamiento costero y portuario dedicado lación directa entre los distintos niveles de jerar- a la pesca y las salazones estructurado según las pau- quización de la necrópolis y el carácter étnico de tas urbanísticas romanas.22 El cambio urbanístico no la población de Baelo, si bien tampoco nos parece significó, sin embargo, que la ciudad dejara de ser, una hipótesis descabellada. cultural y jurídicamente, una ciudad púnica, que se En cualquier caso, no se trata de un hecho perpetuaba como tal en el nombre púnico que man- aislado: la perduración púnica también es visible tenía -Baelo-, y se expresaba de manera clara aspec- en otras necrópolis romanas ubicadas en lugares tos fundamentales como sus propias monedas, de de gran tradición púnica y que no hemos citado patrón e iconografía púnicas y con la indicación en hasta ahora como Baria (Villaricos, Almería) o la púnico, junto a la versión latinizada, del nombre de propia ciudad de Cádiz. La continuación de nues- la ciudad. Como ciudad quedó englobada en el seno tros trabajos en los próximos meses nos pondrá en del Imperio romano e inmersa en un proceso de pro- disposición -así lo esperamos- de dar una respuesta gresiva intervención de élites itálicas o romanas, que a esta trascendental cuestión.■

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12 Aljaranda 72 (2009) 4-12 pp. 137-158. pania alaluzdearqueologíafuneraria.Notasparaunadiscusión”. nadas Arqueológicas sobreColonizacionesOrientales, la ProvinciaHispaniaUlteriorBaetica”. 480; R de fouillesàBelo-Bolonia(provinceCadix)en1969”. Asociación Españoladeamigosla Arqueología Los ciposfunerariosdelanecrópolisBaeloClaudia”. mana deBaelo”, y subuenadisposición. a losDres.DanielBaloupyPierreMoret,directoresdeestudiosestainstitución(AntiquitéetMoyenÂge)sucolaboración Baelo Claudia” Doctoral inédita.Universidad Autónoma deMadrid.2003; Tome II.LaNècropole les de Arqueología Cordobesa las intervencionesarqueológicasdel2005enlamurallaoriental”.“EspaciosyusosfunerariosCiudadHistórica”, 24 23 22 21 20 19 18 17 16 15 14 13 12 11 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 Referencias ynotas tigüedades romanasenlacostadegaditana”. de Belon,provinceCádiz(Espagne)” de laCasaVelázquez V drid. antiguo. HomenajealaprofesoraPilarLeón mundo funerariohispano-béticodeépocaplenoimperial.Unarevisióncrítica”. lázquez, XVIII/1 Aljaranda Mem. LIV; Córdoba. 2002. ARÉVALO Buena parteconservadaenlosarchivosdelaCasaVelázquez deMadrid.Porello,desdeaquí,queremosagradecer VAQUERIZO SILLIÉRES Junta de Andalucía-Conjunto Arqueológico deBaeloClaudia.E-mail: Área de Arqueología.. Universidadde Alicante. E-mail: EOSERRA SECO PARÍS LAR GORBEA ALMAGRO RDSMARTÍNEZ PRADOS MORET Remitimos aFig.2 VAQUERIZO BELLIDO Y GARCÍA BENDALA HESBERG VON BENDALA JIMÉNEZ SECO REMESAL BENDALA MERGELINA BENDALA VAQUERIZO enlace quelellevaala páginadelarevista. Cultuea, obiendescargarlo desdeelsitiowebdel Ayuntamiento de Tarifa accediendoal Existe adisposiciónde losautoresunLibrodeEstiloquepuedepedir alaConcejalíade mos gratuitamente. mero 52de Aljaranda. Sileinteresa,solicíteloalaConcejalía deCulturayseloenviare- El ServiciodePublicacionestieneeditadoun CDdondesepuedeconsultarhastaelnú- , P; EMESAL S , P; ERRA , A. , , Pierre: D , M:2007. , M:“ , M: , M:“Laperduraciónpúnicaenlostiemposromanos:elcasodeCarmo” , J:1979. BONSOR 68 ACAYBELLIDO Y GARCÍA , D:(Ed.): ÍEZ MUÑOZ , D:2006. , C:1927.P. 5. , D:“Sobrelatradiciónpúnica,olosinflujosnorteafricanos,enalgunasmanifestacionesarqueológicasdel , I: BERNAL , (2008)pp.2-8. , , I:2003. , A: 2007 , A: La necrópolisromanadeCarmona(Sevilla). J Hispania , H: Vida yMuerteenlaHistoriadeCádiz : , Madrid.1982.Pp.419-426; Piedras con Alma. ElBetilismoenelMundo Antiguo ysusmanifestacionesenlaPenínsulaIbérica La necrópolissurestedeBaelo «Actas yMemorias»delaSociedadEspañola Antropología EtnografíayPrehistoria, ., F: , G; , M:“NotasobrelaseriacióndelasurnasnecrópolisS.E.Baelo”. , F; , M Baelo Claudia.UnaciudadromanadelaBética Monumenta. Isepolcriromanielaloroarchitettura , D. . Bibliotèquedel´ècoledeshauteséstudeshispaniques.FasciculeVI Espacios yusosfunerariosenelOccidenteRomano. Actas delCongresoInternacional, GARCÍA Arquitectura Púnica.Losmonumentosfunerarios BLÁZQUEZ Y LAUMONIER P MUÑOZ /España: unOrienteenOccidente”. 319. , A; . Madrid.1969.Pp.465-478; , I , A. PRADOS Y NONY . , A; 17 J. M:2001. GARCÍA , D:“LesfouillesdelaCasaVelázquez àBelo-Bolonia(Cádiz)en1968”, vol. II.(2006)61-84; RICARD Espacios yusosfunerariosenelOccidenteRomano, F: “El Annales delaSociètè Archèologique deBruxelles,XXI. I. , R; MACÍAS CD de Aljaranda , Córdoba.2006.Pp.317-363ynota97. RODRÍGUEZ oppidum Libro deEstilo Razón yFe, EMERGELINA DE . Excavaciones Arqueológicas enEspaña104, , M:“ElmundofunerariotardorromanoenBaeloClaudia.Novedadesde , Madrid.2007. . Coord.Científica:F. JGuzmányV. Castañeda.(2008)pp.103-124. de laSilladelPapa(Tarifa, Cádiz)ylosorígenesde Huelva. 1982.Pp.193-203;“PerduracionesyromanizaciónenHis- O BOURGEAUX [email protected] Archivo Españolde Arqueología, Mélanges delaCasaVelázquez ACAJIMÉNEZ GARCÍA LIVA XXI, 2,pp.205-217. 2 Vol. Sevilla.1976. , C. Homenaje alaProfesoraM.R.LucasPellicer, Boletíndela , M:“Talleres localesdeurnascinerariasysarcófagosen Fouilles deBelo(Bolonia,provinceCadix)1917-1921. IÉE DÍEZ JIMÉNEZ , Juntade Andalucía yCasadeVelázquez. 1997.Ma- , A . Anejos de AEspA, XLIV, Madrid.2008. , Milano.1994. Archivo Españolde Arqueología, 75 DEL Y [email protected] , Iván:“Unaaproximaciónalmundofunerariode A , A: “Cultoalosancestrosenépocaromana. MO MERGELINA :“Chronique.Laquatrièmecampagne , M: El conceptodeloprovincialenelmundo Huelva Arqueológica, bis , C:“LanecrópolisHispano-Ro- 80 . 1926;F Mélanges delaCasaVe- . Madrid.2007.pp.75-106. Córdoba. 2002. , VI.Madrid.1970.pp.465- Madrid. 1979. 97 Pp.149-160;“An- 1907. URGUS 6 Baelo Claudia , Madrid.2002. . PrimerasJor- tomo VI,1927, , J:“Lesruines 2 Vols. Mélanges . Tesis Ana- ”.