MONOGRAFÍA

Editores: Julio Bobes García — Amador Calafat Far

Indice

PRESENTACIÓN. Robles, G...... 5

DE LA NEUROLOBIOLOGÍA A LA PSICOSOCIOLOGÍA DEL USO-ABUSO DEL CANNABIS. From neurobiology to psychosociology of cannabis use-misuse. Bobes, J. Calafat, A...... 7

USO DE LOS CANNABINOIDES A TRAVÉS DE LA HISTORIA. use through history. Ramos Atance, J.A.; Fernández Ruiz, J.J. (Madrid)...... 19

EPIDEMIOLOGÍA DEL USO/ABUSO CANNABIS. Epidemiology of cannabis use and misuse. Bobes, J.; Bascarán, M.T.; González, M.P.; Sáiz, P.A...... 31

CANNABINOIDES: PROPIEDADES QUÍMICAS Y ASPECTOS METABÓLICOS. Cannabinoids: chemical and metabolic characteristics. Ramos Atance, J.A.; Fernández Ruiz, J.J. (Madrid)...... 41

SISTEMA CANNABINOIDE ENDÓGENO: LIGANDOS Y RECEPTORES ACOPLADOS A MECA- NISMOS DE TRANSDUCCIÓN DE SEÑALES. Endogenous system: ligands and receptors matched to transduction signals mechanisms. Ramos Atance, J.A.; Fernández Ruiz, J.J. (Madrid)...... 59

ADICCIÓN Y SISTEMA CANNABINOIDE ENDÓGENO: PAPEL DEL PARA CANNABI- NOIDES CB1 EN LA FISIOLOGÍA DE LAS NEURONAS DOPAMINÉRGICAS MESOTELENCEFÁ- LICAS. Addiction and endogenous cannabinoid system: the role of CB1 in the mesotelencephalic dopaminergic neurones physiology. Rodriguez de Fonseca, F.; Navarro, M...... 83

CANNABINOIDES Y CONDUCTA ADICTIVA. Cannabinoids and addictive behavior. Navarro, M.; Rodriguez de Fonseca, F...... 97

EFECTOS FARMACOLÓGICOS DE LOS CANNABINOIDES. Pharmacological effects of cannabinoids. Leza, J.C.; Lorenzo, P. (Madrid)...... 109

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 3 CANNABIS: EFECTOS NOCIVOS SOBRE LA SALUD FÍSICA. Cannabis: harmful effects on health. Quiroga, M...... 117

CANNABIS: EFECTOS NOCIVOS SOBRE LA SALUD MENTAL. Cannabis: harmful effects on mental health. Quiroga, M...... 135

UTILIDAD TERAPÉUTICA DEL CANNABIS Y DERIVADOS. Therapeutic uses of cannabis. Lorenzo, P.; Leza, J.C...... 149

TOXICOLOGÍA DEL CANNABIS. Cannabis toxicology. Balcells, M...... 169

FACTORES DE RIESGO Y ESCALADA CANNABINOIDE. Risk factors and cannabis stepping –stone hypothesis. Vázquez, F.; Becoña, E...... 175

PERSONALIDAD Y USO-ABUSO DE CANNABIS. Personality and use-abuse of cannabis. González, M.P.; Sáiz, P.; Quirós, M.G.; López, J.L...... 185

CONSUMO Y CONSUMIDORES DE CANNABIS EN LA VIDA RECREATIVA. Use and users of cannabis in recreational life. Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A...... 197

ESTRATEGIAS Y ORGANIZACIÓN DE LA CULTURA PRO-CANNABIS. Strategies and organisation of pro-cannabis culture. Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J...... 231

VIEJA HISTORIA DEL CANNABIS Y RECIENTES PRÁCTICAS PREVENTIVAS EN EUROPA. Old history of cannabis and recent preventive practices. Merino, P.P. (Lisboa)...... 275

ENFOQUES PREVENTIVOS DEL USO Y ABUSO DE CANNABIS Y PROBLEMAS ASOCIADOS. Preventive approaches to use and misuse of cannabis and related problems. Amengual, M...... 281

TRATAMIENTO DEL PACIENTE CANNÁBICO. Cannabic patient treatment. Solé, J...... 301

EL CANNABIS Y SUS DERIVADOS EN EL DERECHO PENAL ESPAÑOL. Cannabis in the spanish criminal laws. Herrero, S...... 315

4 VOL. 12. SUPLEMENTO 2 Presentación

Sin duda alguna el cannabis es, después con el cannabis que constituyen el objeto de del tabaco y el alcohol, la droga cuyo uso está numerosos debates en nuestros días: la natu- más extendido en España y en la mayoría de raleza de sus efectos, la capacidad o no de los países occidentales. Las sucesivas generar dependencia, sus posibles cualida- encuestas que se realizan en nuestro país, des terapéuticas, su estatus legal, etc. Asi- tanto las dirigidas a la población general mismo, el papel del cannabis en la escalada como a los escolares, así lo demuestran. de consumos que hacen muchos jóvenes es Las prevalencias de consumo son cierta- uno de los puntos destacados de este estu- mente importantes. Así, según los últimos dio. datos disponibles en el Observatorio Español Todos estos temas son abordados con sobre Drogas, casi uno de cada cinco espa- gran rigor por los autores de esta monografía, ñoles lo ha probado alguna vez y un 4,2% en quienes dedican una parte especialmente el mes anterior a ser encuestados. Estos por- importante de la misma a centajes son aún mayores entre los más tratar de los aspectos químicos, farmacoló- jóvenes donde, los que declaran haberlo con- gicos y neurofisiológicos relacionados con el sumido en el último año, representan una cannabis, temas muy novedosos y segura- cuarta parte del total. A estos datos habría mente desconocidos para muchos profesio- que añadir la tolerancia social existente ante nales. esta sustancia, alimentada en parte por un Una cuestión de gran importancia es la discurso ambiguo e incluso justificativo pre- referida a la pretendida inocuidad del consu- sente en algunos sectores sociales. mo de esta sustancia que está siendo des- Frente a esta realidad, tal y como señalan mentida con investigaciones rigurosas que se los autores de esta obra, es todavía muy llevan a cabo desde hace tiempo. En ellas se escasa la literatura científica que trata los pro- han descrito diversas complicaciones en dife- blemas que plantea el uso del cannabis de rentes órganos y sistemas asociados a su forma rigurosa y objetiva, pese a los impor- uso regular. Especialmente significativa es la tantes descubrimientos que se han hecho en observación que se hace en el libro acerca de los últimos años en torno a esta sustancia. la trivialización que los adolescentes hacen Nos encontramos, pues, ante una droga del uso del cannabis, en un momento en que de consumo significativamente importante es en este sector de la población donde pre- en nuestra sociedad y especialmente entre cisamente se está experimentando una algunos sectores juveniles, por lo que su uso expansión del consumo. representa además una indudable vía de Por otra parte, un aspecto indirecto deriva- acceso para muchos adolescentes y, por lo do de este consumo es la accidentalidad en tanto, un factor de expansión de esta proble- la conducción de vehículos de motor. Es este mática. De ahí, la oportunidad y relevancia de un riesgo que se incrementa si se utiliza el este libro que me honro en prologar. cannabis junto con otras drogas. A lo largo de sus diferentes capítulos, el La prevención del uso de esta sustancia la lector encontrará una amplia puesta al día enmarcan los autores en un contexto social y sobre numerosas cuestiones relacionadas cultural, muy asociado a diversos estilos de

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 5 vida, que hace que deba actuarse sobre todo Para desarrollar programas de prevención un complejo existencial si se quieren obte- que sean eficaces, resulta indispensable ner resultados efectivos. mejorar nuestro conocimiento sobre las Precisamente la Estrategia Nacional sobre características particulares de cada droga y el Drogas, aprobada por el Gobierno el pasado contexto individual y social en que ésta es 17 de diciembre de 1999, establece como utilizada. De ahí, el interés de una obra como una de sus grandes metas la de: “Priorizar la ésta, que ha sido realizada por un destacado prevención como la estrategia más importan- grupo de expertos, y que ha contado con el te para enfrentarse al problema de la droga- apoyo y la financiación de la Delegación del dicción, teniendo en cuenta los consumos Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. emergentes de carácter recreativo, el alcohol y el tabaco”. Por todo ello, quisiera felicitar a los auto- res, a Socidrogalcohol y a la revista Adiccio- A partir de esa meta, la Estrategia se nes por el trabajo que han realizado con una marca una serie de objetivos concretos en diversos ámbitos de intervención, como son obra pionera en este campo en nuestro país el escolar, familiar, comunitario, etc., tenden- y reiterar el compromiso de la Delegación en tes en todos los casos a inculcar una serie de colaborar en estudios como éste, que supo- valores y de actitudes vitales en nuestros nen una ayuda inapreciable para planificar jóvenes que les preparen mejor a la hora de nuestra política de actuación frente a los con- enfrentarse a una posible oferta de drogas. sumos de drogas y sus consecuencias.

GONZALO ROBLES OROZCO Delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas

6 Presentación De la neurolobiología a la psicosociología del uso-abuso del cannabis

BOBES, J.*; CALAFAT, A.**

* Catedrático de Psiquiatría. Universidad de Oviedo. ** Director Revista Adicciones. Socidrogalcohol.

Dirigir correspondencia: Amador Calafat. Revista Adicciones. Rambla, 15, 2º, 3ª. 07003 Palma de Mallorca. [email protected]

Resumen Summary

Los autores muestran su preocupación por la The authors demonstrate their preoccupation with extensión creciente y la banalización del consumo y the increasingly widespread and commonplace use of por la falta de información contrastada que está circu- cannabis, and with the lack of contradictory informa- lando, que lleva a muchas personas especialmente tion in circulation, which leads many people, particu- jóvenes a conclusiones y decisiones erróneas sobre larly the young, to erroneous decisions on use. All the el consumo. Se valoran positivamente todas las nue- new research, neurobiological, psychiatric and socio- vas investigaciones tanto neurobiológicas, como psi- logical, that sheds light on this new use situation is quiátricas como sociológicas que aportan luz a esta positively evaluated. The neurobiological advances nueva situación de consumo. Los avances neurobioló- made in the last few years and the therapeutic pros- gicos habidos en los últimos años y las expectativas pects which they bring with them are evaluated in terapéuticas que conllevan, son evaluados en térmi- terms of the future. There is a critical look at the cul- nos de futuro. Se abre una visión crítica sobre la cul- ture that sustains cannabis, opening up the field to tura que sostiene el cannabis que abren el campo future studies. sobre futuros estudios . The co-ordinators of the work evaluate both the El impacto y los efectos, tanto deletéreos como deleterious and therapeutic impact and effects of can- terapéuticos de los derivados cannábicos son valora- nabis derivatives in terms of the effect on community dos por los coordinadores de la obra en términos de and personal health. In addition, there is a selection of afectación de la salud comunitaria y de las personas. the principal factors that contribute to basing the pre- Asimismo, se seleccionan los componentes principa- sent social debate on the diverse uses of cannabis les que contribuyen a fundamentar el actual debate (therapeutic, medical, etc.). social sobre los diversos usos del cannabis (terapéuti- Finally, prevention aspects are reviewed within cos, médicos, etc.). both the scholastic and social spheres, and the thera- Finalmente, se revisan los aspectos de prevención, peutic possibilities which have been developed in this tanto en el ámbito escolar como social y las posibili- field up to the present time. dades terapéuticas que para este campo han sido desarrolladas hasta el momento. Key words: Cannabis, epidemiology, neurobiology, prevention, treatment, sociology. Palabras clave: Cannabis, epidemiología, neurobiolo- gía, prevención, tratamiento, sociología.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 7 INTRODUCCIÓN ción sobre esta droga (Bobes et al. 2000). Se estima que entre un 7-10% de la población mundial podrían ser consumidores regulares l uso de la cannabis sativa tanto como de la sustancia, la mayoría de ellos en regio- sustancia psicotropa como con finalida- nes donde su uso es ilegal. La droga ilícita des industriales es muy antiguo (Ra- E más consumida en la Unión Europea es tam- mos, Fernández-Ruiz , 2000b). Desde hace ya bién el cannabis, estimándose en aproxima- años el cannabis se ha convertido en la droga damente más de 40 millones el número de ilegal más consumida con diferencia en nues- personas que lo han usado, y en al menos 12 tro y otros países, por lo que no deja de lla- millones el número de personas que lo han mar la atención la escasa literatura científica, usado en el último año. Es decir, aproximada- que aborda los problemas que se derivan del mente el 16% de la población de la Unión uso de dicha sustancia, a pesar de que se Europea de edades comprendidas entre los han hecho importantes progresos en los últi- 15 y los 64 años habrían consumido cannabis mos años como es el descubrimiento de un alguna vez en su vida, y cerca del 5% lo sistema cannabinoide endógeno. Mientras, habrían consumido en el último año. otras drogas como la heroína o la cocaína están recibiendo mucha mayor atención en la España es uno de los países lideres en literatura tanto profesional como en los este consumo. Según datos de la Encuesta medios de comunicación. Diversos fenóme- Domiciliaria sobre Consumo de Drogas de nos sociales han hecho que aminorase toda 1997, un 21.7% de los españoles de edad la alarma social vinculada al uso del cannabis, comprendida entre 15 y 65 años refieren consiguiendo una imagen social de droga que haber consumido la sustancia alguna vez en no causa problemas. Las cosas parecen estar la vida, un 7.5% en el último año, un 4% en el cambiando y, tal como dice , tras tres déca- mes previo y un 0.9% lo hacía diariamente das de un uso en expansión de esta sustan- (Plan Nacional sobre Drogas, 1998), aunque cia, estamos presenciando la maduración la encuesta del 99 indicaría un cierto descen- sobre la discusión en algunos temas relacio- so pasando a un 6,8% los que la habrían pro- nados con el cannabis. Estas discusiones bado durante el último año. están todavía la mayor parte de las veces lle- Cuando se comparan los datos de la nas de pasión, de connotaciones políticas o Encuesta de Población sobre el consumo de ideológicas, lo que lleva necesariamente a cannabis por los adultos de los Estados que las posturas están en muchas ocasiones miembros de la Unión Europea nos encontra- demasiado confrontadas. Con esta monogra- mos que España está a la cabeza del “ran- fía tratamos de aportar la mayor información king”, únicamente superada por Dinamarca y actual contrastada para poder avanzar por el Reino Unido. El 22% de todos los adultos este camino de una forma seria, rigurosa y españoles y el 32% del subgrupo de adultos responsable, separando, en la medida de lo jóvenes han consumido cannabis alguna vez posible los valores de las opiniones y postu- en su vida . ras de los datos científicos, lo cual, a día de Este amplio uso no es obviamente estático hoy, sigue siendo todavía una misión difícil. y ha sufrido amplias oscilaciones a lo largo de Sin embargo, los últimos años han sido los años, lo que hace pensar en la importan- fecundos en cuanto a aportación de nuevos cia de las cuestiones socioculturales tanto en datos contrastados. lo que supone incrementos como en lo que podrían ser descensos en su uso. En Europa durante la década de los 80 el consumo se EPIDEMIOLOGÍA. habría estabilizado y es en la década de los 90 en la que se vuelve a experimentar nueva- Es precisamente la extensión de su uso el mente un gran incremento (EMCDDA, 1998). hecho que más poderosamente llama la aten- Por tanto, y esto es importante desde el

8 De la neurolobiología a la psicosociología del uso-abuso del cannabis punto de las estrategias políticas y preventi- gando muchas otras funciones. Este receptor vas, no estamos ante un fenómeno estable, está presente a lo largo de toda la escala ver- sino ante un proceso sociocultural influencia- tebrada, con un patrón de distribución que se ble en uno u otro sentido. ha conservado a lo largo de la evolución. En Este amplio uso tiene por descontado humanos, su gen se encuentra en la región diversas causas. Pero sin lugar a dudas hay q14-q15 del cromosoma 6, presentando una que atribuir una importancia especial al exten- homología del 97,3% con el de rata. so y complejo entramado sociocultural que lo Los receptores cannabinoides cerebrales sostiene. Se trata de una cultura rica y en están situados próximos a otras neuronas plena evolución, que se está apropiando pau- pertenecientes a muchos circuitos cerebra- latinamente de una serie de valores pertene- les, incluido el sistema de recompensa cere- cientes hasta ahora a otras dinámicas cultura- bral. De acuerdo a ) la administración crónica les, generando una situación muy peculiar y de cannabinoides induce neuroadaptaciones cada vez más diversa en contenidos, que en el circuito de recompensa que son idénti- acaba sirviendo para justificar el consumo de cas a las inducidas por las principales drogas cannabis. No obstante esta sub-cultura parti- de abuso y que se pueden poner de mani- cular es de momento una cuestión más adop- fiesto mediante el cese de la administración tada por las consumidores de más edad, de estos compuestos. Los cannabinoides mientras que los más jóvenes son unos con- actúan sinérgicamente con el sistema opioi- sumidores más compulsivos e indiscrimina- de lo que les permite actuar como factores dos de drogas de fin de semana, sustentados de riesgo en el desarrollo de la conducta adic- por una ideología de consumo (de tiempo tiva. Según estos autores, la existencia de libre, de diversión, de sexualidad, etc...). una interacción opioide –cannabinoide permi- tirá abrir nuevas puertas terapéuticas para la adicción a la heroína y el alcohol. SISTEMA CANNABINOIDE ENDÓGENO.

Tres fechas marcan el conocimiento de los IMPACTO Y EFECTOS DEL CANNABIS. aspectos neurobiológicos del cannabis. Se trata de 1964 con el aislamiento del tetrahi- Son más de 400 las sustancias identifica- drocannabinol (THC), 1990 con el descubri- das en el cannabis de las que alrededor de 60 miento de los receptores cannabinoides en el son cannabinoides, entre los que se encuen- cerebro y 1994 con el descubrimiento del tra el más importante que es el THC. En un ligando endógeno natural, la anandamida. informe realizado por un grupo de expertos Junto con estos cannabinoides endógenos para la ) en 1995 se afirmaba que la repercu- del cerebro y los vegetales de la planta can- sión del cannabis sobre la salud en términos nabis sativa existen además los cannabinoi- cuantitativos era todavía difícil de establecer des sintéticos. Toda esta parte química, far- debido a la falta de estudios epidemiológicos macológica y neurofisiológica recibe un convincentes. Además los posibles proble- importante tratamiento dentro de esta mono- mas relacionados con el uso de cualquier grafía por ser la parte más novedosa y desco- droga están muy relacionados con el contexto nocida para muchos de los profesionales y cultural y social, el contexto económico y polí- donde se está investigando más en estos tico, la disponibilidad, las formas de presenta- momentos ;, , ) ción y su concentración, las formas de admi- La distribución cerebral de los endocanna- nistración, la frecuencia de uso y el estilo de binoides y de los receptores cerebrales hacen vida asociado. Otra dificultad adicional, según pensar en un papel de modulación del siste- dicho informe, para conocer los efectos del ma cannabinoide sobre el sistema dopaminér- cannabis residiría en que muchos consumido- gico, pero se le presumen y se están investi- res hacen un uso simultáneo de varias dro-

Bobes, J.; Calafat, A. 9 gas, y el riesgo de usar varias drogas a la vez to que el consumo de esta sustancia no está no tiene porque ser necesariamente la suma exento de problemas (Quiroga 2000a y de los riesgos individuales. En definitiva, no 2000b). Así, aunque el consumo ocasional de es posible todavía llegar a una comparación cannabis no acarrea consecuencias orgánicas definitiva entre los problemas derivados del graves y su empleo habitual lo hace en pocas uso del cannabis y los producidos por el taba- ocasiones, se han descrito diversas complica- co y el alcohol, por la insuficiencia de informa- ciones en diferentes órganos y sistemas ción y porque el número de consumidores (aparato respiratorio, sistema inmune, fun- regulares de cannabis es netamente inferior al ción gonadal y reproductora, efectos sobre el de los otros productos. Dicho informe acaba feto, etc.) asociadas a su uso regular. Por otra indicando la necesidad de profundizar en la parte, no hay que olvidar que en los servicios investigación en áreas como la clínica y la epi- de urgencias hospitalarios son frecuentes las demiológica, la química y la farmacología, los consultas por complicaciones psicopatológi- efectos terapéuticos y los efectos que tiene cas agudas (crisis de angustia, estados de sobre la salud el cannabis. ansiedad) derivadas de su utilización. De igual La falta de estudios y sobre todo el desco- modo, se han descrito y observado en la clí- nocimiento –interesado o no- de los estudios nica otros cuadros de índole psiquiátrica tales existentes ha facilitado la extensión de diver- como episodios de flashback, trastornos psi- sas ideas erróneas sobre el cannabis entre la cóticos y cuadros confusionales asociados al población general. No deja de sorprender la consumo de esta sustancia. La información fuerza con la que se ha introducido en el ima- referente a la asociación entre el consumo de ginario social durante los últimos años la idea cannabis y la aparición de trastornos psiquiá- de la falta de problemas ligados al consumo tricos es parcialmente controvertida. En el de marihuana. De la misma forma que exis- momento actual se da gran valor al papel que ten organismos e instituciones que trabajan a una predisposición (vulnerabilidad) previa favor de las restricciones en el uso del canna- pudiera tener en el desencadenamiento de bis, también existe un potente y organizado los diferentes cuadros psicopatológicos, fun- movimiento pro cultura del cannabis Calafat damentalmente en las psicosis, ya que exis- et al. (2000b) que ha conseguido que sus ten hallazgos que indican que la capacidad de mensajes calen profundamente en amplias generar cuadros psicóticos es muy superior capas de la población, incluidos amplios sec- en los que consumen derivados opiáceos, y, tores de profesionales, potenciándose la idea por tanto, se acepta en la literatura que el uso del cannabis cómo una droga recreativa que de estimulantes dopaminérgicos, como el “no” causa problemas y con posibles utilida- cannabis o las anfetaminas, facilitan la apari- des terapéuticas y que sólo el miedo y el des- ción de trastornos mentales y/o del compor- conocimiento pueden explicar su situación tamiento. No obstante, se desconoce hasta legal y social actual. En efecto los ciudadanos que punto el cannabis actúa como desenca- adultos de una sociedad determinada en su denante, es una consecuencia o simplemen- conjunto deben poder decidir sobre el estatu- te coincide con la psicopatología. to que tiene una determinada droga desde el Otro aspecto de interés relacionado con punto de vista legal o en su vida diaria. Pero efectos a medio y largo plazo del uso/abuso es importante también que exista informa- de cannabis, es el denominado síndrome ción pertinente y de calidad y que no se pro- amotivacional, caracterizado por apatía, desin- duzcan informaciones sesgadas por uno u terés, incapacidad para desarrollar planes futu- otro lado. ros, empobrecimiento afectivo, abandono del A pesar de la existencia de numerosos cuidado personal, inhibición sexual, etc., todo mensajes que hacen referencia a la inocuidad ello acompañado de una serie de alteraciones del consumo del cannabis, los datos existen- psicomotoras como: disminución de los refle- tes en el momento actual ponen de manifies- jos, parquedad de movimientos, lentitud de

10 De la neurolobiología a la psicosociología del uso-abuso del cannabis desplazamientos, etc. La consecuencia direc- ta de cualquier problema, cuando ya existe ta de dicho síndrome sería una falta de volun- bastante información contrastada y con base tad propia y las indirectas un descenso en el empírica sobre sus efectos sobre la salud físi- rendimiento académico o laboral, deterioro de ca y psíquica (Quiroga 2000a, b). Pero, las habilidades comunicativas y retraimiento ¿Cómo no vamos a preocuparnos acerca del social. La atribución causal de este síndrome cannabis cuando en una muestra de 2.617 sigue sin estar clara y se discute si es conse- jóvenes seleccionados en zonas de diversión cuencia del consumo de cannabis o más bien de fin de semana en 9 ciudades europeas se trata de una especial tendencia previa a la nos encontramos con un 10% de consumido- pasividad de los sujetos dependientes de esta res diarios y en otra muestra de 1.333 jóve- droga. Resultan necesarios estudios longitudi- nes de 5 ciudades españolas este porcentaje nales bien diseñados podrán establecer de se eleva hasta el 15,8%, cuando por otro lado una forma definitiva la aparición o no de este sólo encontramos dentro de esta muestra un trastorno en una población determinada. 8,3% y un 6,5% respectivamente de consu- Un daño indirecto derivado del consumo midores diarios de alcohol (Calafat et al. de cannabis es la accidentabilidad en carrete- 2000a). ra. Actualmente se dispone de suficiente Especialmente preocupante es la repercu- información que pone de manifiesto que el sión que tiene la banalización del uso del can- cannabis puede interferir con la destreza y nabis por los adolescentes, donde precisa- otras habilidades propias de la conducción de mente se está experimentando un mayor automóviles. Además, se ha constatado que incremento del uso y donde menos informa- una importante proporción de jóvenes reali- ción rigurosa existe sobre los efectos y zan desplazamientos en automóvil a altas donde existe una menor percepción del ries- horas de la madrugada, no sólo bajo los efec- go que asumen con su consumo. Conviene, tos de cannabis, sino también de otras dro- entendemos nosotros, diferenciar claramente gas como alcohol y psicoestimulantes, lo cuál el uso que hace del cannabis un adulto res- puede contribuir a las elevadas tasas de acci- ponsable, del uso indiscriminado frecuente- dentabilidad detectadas en nuestros jóvenes, mente junto a otras drogas, que hacen los ya que entre los 18 y 34 años de edad se adolescentes. concentra el 40% de los casi 5.000 muertos que cada año se cobra la carretera y los análi- En un estudio de Johnston LD y O’Malley sis toxicológicos revelan la presencia de dro- PM (1998), aprovechando el seguimiento gas en una proporción nada desdeñable de anual que se hace del consumo de diversas dichos jóvenes. En esta área no es conve- drogas desde 1976 a 1996 en USA, encontró niente pasar por alto el incremento de poten- que diversos factores estaban relacionados cial tóxico al utilizar los derivados cannábicos con la evolución anual en el consumo de can- juntamente con otras drogas, al igual que se nabis (y otras drogas) como podían ser el ha demostrado con el uso de derivados de la cumplimiento con los estudios, implicación cocaína y alcohol, dando lugar a otros produc- en actividades antisociales, etc., pero son la tos más tóxicos como la metil-ecgonina. percepción del riesgo o la desaprobación de una determinada droga lo que determina más exactamente año tras año los cambios en el EL DEBATE SOBRE FACILITACIÓN DEL consumo. Preocupa en este sentido el des- USO DEL CANNABIS. censo de la percepción del riesgo en general entre la población española, los jóvenes espa- Que duda cabe que el cannabis no debe ñoles en particular y sobre todo el descenso ser alineado por sus efectos con otras drogas en la percepción de riesgo detectada en la como la heroína o la cocaína, pero cosa muy Encuesta escolar de 1998 (Plan Nacional distinta es referirse a dicha droga como exen- sobre drogas, 2000) entre los adolescentes

Bobes, J.; Calafat, A. 11 de 14 y 15 años en relación con las encues- montaron la visión idealizada del consumidor tas anteriores. de éxtasis (no combinación con otras drogas, Estamos ante un debate vivo que afecta a preocupado por la prevención de proble- diversos aspectos del cannabis como son las mas,... ) (Calafat et al. 1998, 1999) e hicieron cuestiones legales, sus efectos, sus cualida- desaparecer la polémica. Actualmente, gra- des terapéuticas, la existencia de dependen- cias al mejor conocimiento de la situación, ha cia, .... Es un debate que va más allá de una desaparecido de los medios de comunicación cuestión periodística y de hecho ha entrado y de los debates profesionales esta defensa de lleno también en los medios profesiona- soterrada o abierta del éxtasis, ha aumentado les, aunque en este caso las posturas son la percepción del riesgo sobre el éxtasis y, bastante más matizadas. Son frecuentes las posiblemente como consecuencia de esta posturas maniqueas y esto está llevando a visión más negativa de la sustancia se ha fre- una dificultad para avanzar de forma racional nado su expansión imparable hasta hace y científica en dicho debate. Un debate simi- unos años en los países europeos, incluido lar (Calafat, 1997) se produjo a finales de los España. Pero, esta reconducción de los 80 y principios de los 90 alrededor del hechos no ha impedido a tiempo que el éxta- MDMA, conocido como éxtasis. Una posi- sis llegara a convertirse en su momento en ción mantenía la inocuidad casi absoluta de una droga de amplio consumo, lugar que dicha sustancia, defendiendo incluso que se todavía sigue ocupando. derivaban beneficios de su uso pues disminu- ¿Cuáles son los puntos calientes de este ía el uso de otras sustancias como el alcohol, debate actual sobre el cannabis? Básicamen- mientras que la otra postura –sustentada te la inocuidad del uso de la marihuana especialmente por la prensa amarilla inglesa- (dependencia, síndrome de abstinencia, psi- defendía que era una droga que mataba. cosis cannábica, síndrome amotivacional, Junto con estas cuestiones que giran alrede- efectos sobre la conducción,...), su importan- dor de la bondad o maldad de sus efectos, cia en la escalada hacia otras drogas, sus existía también todo un entramado cultural usos terapéuticos (en el cáncer, glaucoma,...) (que genéricamente podemos denominar y como consecuencia de todo ello la modifi- house, rave, techno o bacalao) que definía los cación del tratamiento legal. contenidos y el comportamiento de muchos La aparición de más información científica adolescentes y jóvenes de los 90 y de la está forzando –o debería forzar- a todas las actualidad y donde el consumo de ‘drogas de partes implicadas a moderar sus argumentos diseño’ se convertía en una cuestión central. y posiciones. Hay cuestiones que deben Fue curioso observar como un sector relativa- tenerse en cuenta ineludiblemente como son mente importante de profesionales de las la mayor concentración en producto activo de drogodependencias (especialmente en la marihuana actual (pudiendo llegar hasta al Holanda, Inglaterra, Alemania,...) se apuntaba 20% de su contenido en THC), las evidencias a defensa del éxtasis y de la cultura techno crecientes sobre su influencia por ejemplo (Fromberg, 1998), poniendo incluso en mar- sobre el aparato respiratorio, su papel en pre- cha una visión preventiva particular basada en cipitación o exacerbación de episodios psicó- el análisis del contenido de las pastillas, pues, ticos, la producción de dependencia (aunque según estos profesionales, el peligro estaría esta sea con un menor componente físico), no tanto en el consumo de la sustancia en si su relación con la conducción... Aunque siem- misma –que por aquellos tiempos, a falta de pre sacar conclusiones no será una cuestión estudios, se creía relativamente segura- sino fácil, pues, por poner un ejemplo, mientras en las posibles adulteraciones. El descubri- que es un hecho que en estudios controlados miento de sus efectos sobre el sistema ner- el cannabis afecta la conducción y no sólo en vioso, una mejor recogida de datos clínicos y los momentos de intoxicación (Chesher G, algunos estudios epidemiológicos que des- 1995; Quiroga M, 2000a), no es una extrapo-

12 De la neurolobiología a la psicosociología del uso-abuso del cannabis lación automática su influencia negativa se aborda expresamente en esta monografía, sobre la conducción en condiciones norma- aunque si que se abordan los aspectos lega- les, que necesita más investigación. les del cannabis en España (Herrero S, 2000) El papel del cannabis en la escalada de y las técnicas de laboratorio para su detec- consumos que hacen muchos jóvenes es ción (Balcells M, 2000) uno de los hitos de este debate (Vázquez F Becoña E, 2000). Es un hecho que el consu- mo de cannabis precede el uso de sustancias USO MÉDICO. más potentes y peligrosas, pero también es cierto que sólo una minoría de consumidores de cannabis terminan utilizando otras drogas Es este un campo todavía reciente pero más nocivas. Es el cannabis la puerta de sobre el que existe un gran interés y sobre el entrada según la hipótesis secuencial esta- que se está trabajando. El uso médico del blecida por (Kandel DB et al. 1992) o bien cannabis y de sus componentes activos dicho consumo de cannabis y luego de otras forma también parte del núcleo de la polémi- drogas es más bien la expresión de un “sín- ca que mantienen unos y otros respecto a drome común” (Jessor R et al. 1980) según esta sustancia. Aunque estrictamente hablan- el cual hay ciertas personalidades desviantes do la capacidad terapéutica de uno de los 60 que acaban generando una serie de activida- cannabinoides activos que contiene la mari- des antisociales y el que unas conductas pre- huana en una enfermedad o síntoma determi- cedan a otras es una cuestión básicamente nado no tiene porque implicar la bondad o de la edad. Muy posiblemente la realidad del maldad de su consumo a efectos recreativos. consumo sea una mezcla de los dos modelos De hecho existen cannabinoides sintéticos que interaccionan. que emulan los efectos de los cannabinoides naturales o que incluso su eficacia es mucho Las cuestiones políticas también son un mayor. Sin embargo dentro de la estrategia tema central en este debate. ¿Cuál ha sido la pro legalizacionista si que se ve como un influencia de modelos tolerantes o de mode- camino que puede favorecer esta meta. los con una mayor carga de represión sobre el incremento o el descenso del uso-abuso? En los últimos años se han presentado un ¿La mayor liberalización haría desaparecer el cierto número de evidencias científicas acerca mercado negro o por el contrario haría de las propiedades terapéuticas de los canna- aumentar el número de consumidores? No binoides como pueden ser analgesia, dis- hay demasiados estudios que aborden estas minución de la presión intraocular, efecto cuestiones con una metodología adecuada y antiemético en vómitos inducidos por quimio- ajenos, en lo posible, a posicionamientos ide- terapia antineoplásica, propiedades relajantes ológicos extremos. En líneas generales se musculares en diversas enfermedades como podría pensar que las políticas oficiales tienen esclerosis múltiple, traumatismos medulares y menos influencia de lo que se podría suponer alteraciones del movimiento. Además, algunas sobre los consumos, entre otras cosas por- aportaciones recientes indican otros posibles que a veces no es el espíritu de la ley el que usos de estas sustancias como neuroprotec- se aplica (Reuband, 1995). Posiblemente las tores (en modelos animales de enfermedades diferencias de consumo, como concluye un neurodegenerativas e isquemia cerebral), estudio que compara las variaciones regiona- antiasmáticos y anticonvulsivantes. Más re- les entre Holanda y Alemania en el consumo cientemente, algunos compuestos naturales y de cannabis y alcohol, se deban más a estilos agentes sintéticos agonistas de receptores CB de vida de los jóvenes, que varían dentro de han demostrado efectos antineoplásicos in un mismo país, más que a las políticas gene- vivo e in vitro. Se necesitan más estudios clíni- rales de cada país o región (Plomp et cos con el fin de establecer qué dosis, vías de al.1996). En todo caso toda esta cuestión no administración son las más adecuadas en cada

Bobes, J.; Calafat, A. 13 caso, así como el balance entre beneficio y cultura Techno o bacalao (Calafat, 2000). Aun- riesgo comparando los cannabinoides con que los consumidores de cannabis presentan otras estrategias terapéuticas (Lorenzo P, Leza características de personalidad diferenciales JC, 2000). En algunos países existen condicio- respecto a los no consumidores según diver- nes legales que permiten avanzar en estas sas pruebas como el Cuestionario de Perso- investigaciones y es de esperar que los próxi- nalidad de Eysenck para Adultos o la Escala mos años sean fecundos en este sentido. En de Búsqueda de Sensaciones de Zuckerman 1997 la British Medical Association publicó su (González MP et al. 2000), creemos que es informe “Therapeutic Uses of cannabis” ins- también la edad del consumidor y su estilo tando a la puesta en marcha de “investigacio- de vida determinan la forma de consumo de nes controladas para evaluar el potencial tera- cannabis, su consumo concomitante con péutico del uso del cannabis” al que sigue otra otras drogas incluido el alcohol, o las conse- publicación del Institute of Medicine america- cuencias sobre la conducta o el físico del no titulada “Medical Use of Marijuana”. En sín- consumo. tesis, podemos admitir que las relaciones de estos usos terapéuticos con su situación legal con vistas al consumo recreativo no son en LA PREVENCIÓN. principio directas –algunas de las investigacio- nes en marcha utilizan los cannabinoides sinté- El consumo de cannabis se ha convertido ticos- y desde un punto de vista estricto son en muchos países en un fenómeno social y dos situaciones totalmente diversas, pero que cultural relevante, muy asociado a diversos duda cabe que de consolidarse esta vertiente estilos de vida. La extensión de su uso en terapéutica del cannabis o de los cannabinoi- occidente depende justamente de esta aso- des, ello tendría una influencia sobre la visión ciación profunda a elementos socioculturales. social de este producto. Y en los años 60 fue su asociación a la cultu- ra hippie lo que ayudó a afianzar el consumo masivo que desde entonces han venido QUIENES SON LOS USUARIOS DEL haciendo los jóvenes. Aunque actualmente ya no se puede afirmar que el cannabis no pro- CANNABIS. duce dependencia, es cierto también que su extensión masiva depende menos de la crea- Al tratarse de una droga cuyo uso es tan ción de una dependencia física y más del extendido cabe esperar una gran variedad de papel sociocultural que desde hace unas gente que lo consume. En principio son los décadas soporta el cannabis. En este sentido más jóvenes quienes más lo utilizan en la la prevención del cannabis (Amengual M, actualidad, aunque un porcentaje relativa- 2000, ) presenta importante retos pues ima- mente notable de adultos lo ha fumado o lo ginar una política preventiva basada exclusiva- sigue utilizando en la actualidad. Esta cues- mente en la actuación en el ámbito escolar tión de la edad es clave a la hora de describir resultaría insuficiente. Conseguir cambios estereotipos de consumidores. No hacen el sociales profundos en la percepción de ries- mismo uso, ni consumen posiblemente por gos del uso y de los usuarios del cannabis es las mismas razones un adulto de 40 o 50 necesario. Es fundamental para lograr que años, mucho más identificado con la cultura disminuya el consumo de cannabis recorrer del cannabis (Calafat et al. 2000b), que un el camino inverso del que se ha recorrido joven o un adolescente que sale todos los hasta ahora, es decir disminuir la tolerancia fines de semana hasta altas horas de la social, aumentar la información sobre los noche, que al mismo tiempo abusa del alco- efectos negativos de esta droga, contrarres- hol y de otras drogas (especialmente éxtasis tar la presión de la cultura pro cannabis, des- y cocaína) y cuyo punto de referencia es la cubrir y luchar contra los intereses económi-

14 De la neurolobiología a la psicosociología del uso-abuso del cannabis cos importantes que sostienen el consu- cocainómanos que suponen para 1998 el mo,... Se trata de seguir los mismos pasos 11,3%, tenemos que el cannabis ocupa el que se han seguido y se siguen en la lucha tercer lugar con un 5,3%, porcentaje que contra el tabaco. La máxima dificultad reside está creciendo desde hace unos años. Si en cómo conseguir la complicidad de los consideramos que los consumidores de can- medios de comunicación que están siendo nabis no se identifican con el estereotipo de una de las piezas claves en desmontar la drogadicto, no se puede esperar de ellos que estrategia pro tabaco. acudan fácilmente a los centros de tratamien- Otro aspecto importante es cómo interve- to de tratamiento público. También no debe nir en el entramado sociocultural que sostie- ser menos cierto que un porcentaje indeter- ne el cannabis y las otras drogas recreativas. minado de estas demandas de tratamiento Lo recreativo se ha erigido en un valor positi- no son atribuibles a verdaderas peticiones, vo de primer orden resultando difícil introdu- sino que son personas que acuden manda- cir mensajes preventivos cuando todo el dos por la Autoridad Gubernativa que les ha mundo tiende a ver las actividades lúdicas impuesto una sanción administrativa por como exentas de peligro. Las drogas recreati- estar consumiendo dicha sustancia en un vas, entre las que el cannabis es la más lugar público. Sea cual sea la proporción real de consumidores de cannabis que acuden a importante junto con el alcohol, tienden a ser tratamiento de su dependencia o de altera- vistas en positivo, como una tecnología facili- ciones relacionadas con su uso, es un hecho tadora de los logros recreativos. Las polémi- constatable para todos los que hacemos clíni- cas alrededor de la prohibición o legalización ca que con una mayor o menor frecuencia del cannabis desvían energías y retrasan la este tipo de consumidores acuden a nuestras visión del uso del cannabis como un proble- consultas en busca de ayuda. ma de salud pública y la puesta en marcha de medidas preventivas. La dependencia física es débil, en compa- ración a otras drogas de abuso. La interrup- ción del consumo intenso y prolongado del cannabis puede producir síntomas intensos TRATAMIENTO. aunque relativamente inespecíficos como: desasosiego, irritabilidad, agitación y a veces Para muchas personas de la calle e incluso insomnio, temblores, anorexia, sudoración para la mayoría de usuarios de cannabis profusa y náuseas. Además se observa un puede parecer extraño que se hable de trata- aumento “rebote” de la duración de la fase miento en relación con el cannabis, ante la REM del sueño. Por tanto, puede decirse que idea extendida de que el cannabis no produce el cannabis induce una dependencia funda- problemas. Pero uno de los datos que nos mentalmente de tipo psicológico. Estos sín- llama la atención es la creciente frecuencia tomas desaparecen al volver a consumir can- con que los consumidores de cannabis acu- nabis. En general, los consumidores den a los centros de la red pública española exclusivos de dosis moderadas pueden aban- de tratamiento de toxicómanos. En el infor- donar el hábito de fumar cannabis con cierta me número 3 del Observatorio Español sobre facilidad, siendo aún raros los casos de Drogas (Plan Nacional sobre Drogas, 2000) demanda de ayuda en relación con el uso de se recogen los datos sobre tratamiento de cannabis, aunque como ya se ha comentado 1998 de 478 centros que admitieron a trata- ocupan la tercera posición (por detrás de miento un total de 54.338 personas. Junto a heroína y cocaína) en relación a este hecho. la constatación de un descenso en la admi- El abordaje terapéutico del abuso de can- sión de heroinómanos - aunque todavía supo- nabis (Solé, 2.000) ha sido objeto de una nen un 80,2 % - y de una subida rápida atención más bien escasa, no existiendo durante los últimos años de la atención a los estudios sistemáticos acerca del mismo. Se

Bobes, J.; Calafat, A. 15 ha descrito la posible utilidad de fármacos, Actas, pp. 39-61. Valencia: Generalitat Valencia- que incrementan la actividad noradrenérgica na. (cuya reducción se asocia al consumo cróni- Calafat, A., Bohrn, K., Juan M, Kokkevi A, Maalsté, co), como la desipramina, reboxetina y la tiro- N. et al (1999) Night life in Europe and recreati- sina podrían estar indicados para la interrup- ve drug use. Sonar 98., Palma de Mallorca: ción del consumo o la prevención de IREFREA. recaídas, si bien estos datos han sido insufi- Calafat, A., Stocco, P., Mendes, F., Simon, J., van cientemente confirmados. En lo que a inter- de Wijngaart, G., Sureda, P. et al (1998) Charac- venciones psicológicas se refiere, no existen teristics and Social Representation of Ecstasy estudios acerca de cuáles pueden resultar in Europe., Palma de Mallorca: IREFREA. más eficaces para el tratamiento de la depen- Chesher G (1995) Cannabis and road safety: an dencia a esta sustancia, si bien éstas deberí- outline of the research studies to examine the an ir dirigidas a concienciar al sujeto de los on driving skills and actual riesgos del consumo y proporcionarle objeti- driving performance. In: Anonymous The vos alcanzables que conlleven su disminución effects of drugs (other than alcohol) on road o cese. Un aspecto que consideramos de safety, pp. 67-96. Melbourne: Government gran relevancia son los cada vez más eleva- Printer. dos índices de policonsumo observados EMCDDA (1998) Annual report on the state of the entre los consumidores, especialmente entre drugs in the European Union, 1998 edn. Lis- las poblaciones más jóvenes. En este sentido boa: EMCDDA. creemos fundamental la realización de abor- Farrel, M. (1999) Cannabis dependence and with- dajes terapéuticos que tengan presentes los drawal. Addiction 94, 1277-1278. diferentes consumos concomitantes, a la Fromberg, E. (1998) Réduction des dommages et hora de emprender el tratamiento de pacien- ecstasy. Interventions 64, 26-37. tes que acuden solicitando ayuda por consu- González MP, Saiz PA, G-Quirós M López JL (2000) mo de otras drogas como heroína, cocaína u Personalidad y uso-abuso de cannabis. Adiccio- otros psicoestimulantes. nes 12. Herrero S (2000) El cannabis y sus derivados en el derecho penal español. Adicciones 12, supl 2. BIBLIOGRAFÍA Jessor R, Chase JA Donovan JE (1980) Psychoso- cial correlates of marijuana use and problem drinking in a national sample of adolescents. Amengual M (2000) Enfoque preventivo del uso y Am.J.of Public Health 70, 604-613. abuso de cannabis y problemas asociados. Adicciones 12, supl 2. Johnston LD O’Malley PM (1998) Explaining recent increases in student’ marijuana use: impact of Balcells M (2000) Toxicología del cannabis. Adiccio- perceived risks and disapproval, 1976 through nes 12, supl 2. 1996. American J.of Public Health 887-892. Bobes, J., Bascarán MT, González MP Saiz PA Kandel DB, Yamaguchi K Chen K (1992) Stages of (2000) Epidemiología del uso/abuso de canna- progression in drug involvement from adoles- bis. Adicciones 12. cence to adulthood: further evidence for the Calafat A, Fernández C, Becoña E, Gil E, Juan M Gateway Theory. J.of Studies on Alcohol 53, Torres MA (2000a) Consumo y consumidores 447-457. de cannabis en la vida recreativa. Adicciones 12. Leza JC Lorenzo P (2000) Efectos farmacológicos de los cannabinoides. Adicciones 12, supl 2. Calafat A, Juan M, Becoña E, Fernández C, Gil E Llopis JJ (2000b) Organización y estrategias de Lorenzo P Leza JC (2000) Utilidad terapéutica del la cultura pro cannabis. Adicciones 12. cannabis y derivados. Adicciones 12, supl 2. Calafat, A. (1997) La Representación Social de las Merino PP (2000) Vieja historia del cannabis y Drogas de Diseño en Europa. En: XXIV Jorna- recientes prácticas preventivas en Europa. das Nacionales Socidrogalcohol. Libro de Adicciones 12, supl 2.

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Bobes, J.; Calafat, A. 17

Uso de los cannabinoides a través de la historia

RAMOS ATANCE, J.A.; FERNÁNDEZ RUIZ, J.

Instituto Universitario de Drogodependencias, Departamento de Bioquímica y Biología Molecular, Facultad de Medicina, Universidad Complutense

Enviar correspondencia a: J.A. Ramos Atance. Departamento de Bioquímica, Facultad de Medicina. Universidad Complutense, 28040-Madrid. Tel.: 91-3941454 Fax: 91-3941691 e-mail: [email protected]

Resumen Summary

La Cannabis Sativa ha sido utilizada con fines indus- Cannabis sativa has been used for industrial, medi- triales, medicinales y/o recreativos desde la Anti- cal and/or recreational purposes since ancient times. güedad. Sin embargo, la investigación sobre sus prin- Nevertheless, research into its active beginnings is cipios activos es relativamente reciente. Su uso fue relatively recent. It was known in China some five conocido en China hace unos cinco mil años. Fue uti- thousand years ago when it was used to obtain fibre lizada para la obtención de fibra y de aceite. Sus pro- and oil. Its curative properties can be seen in various piedades curativas aparecen reflejadas en varios tra- medical treatises of great age. In India, it formed part tados médicos de una notable antigüedad. En la India, of certain religious rites, and was used for its curative formaba parte de algunos rituales religiosos y fue uti- properties, a practice which continued until very lizado por sus propiedades curativas, práctica que se recently. ha conservado hasta muy recientemente. It use by the Assyrians, the Scythians and the Per- También se ha descrito su utilización por los asi- sians has also been described. There is debate on rios, los escitas o los persas. Existe una controversia whether or not it was known to the Jews and the sobre si fue conocido por los judíos y los egipcios. Ancient Egyptians. Nor is it very clear if, apart from its Tampoco esta muy claro el que su uso, salvo con use for industrial purposes, it was very widespread fines industriales, estuviera muy extendido entre los among the Greeks and the Romans. At the beginning griegos y los romanos. Al principio de la era cristiana, of the Christian Era, Pliny the Elder, Discorides and Plinio “el viejo”, Discorides y Galeno describieron sus Galen described its possible medical applications. The posibles aplicaciones médicas. Los árabes lo utiliza- Arabs used it medicinally and recreationally although ron en medicina y a nivel recreativo. Sin embargo, su popularidad no fue la misma en cada uno de los paí- its popularity was not the same in each of the Islamic ses de cultura islámica, llegando incluso a estar prohi- countries, and it was even prohibited in certain speci- bido en situaciones históricas concretas. fic circumstances throughout history. Durante el siglo XIX, la presencia colonial inglesa During the 19th century, the British colonial pre- en la India y la expedición de Napoleón a Egipto, sir- sence in India and Napoleon’s expedition to Egypt led vió para la difusión por Europa, y posteriormente por to the spreading of its medical and therapeutical los Estados Unidos, de las aplicaciones médicas y applications in Europe and, subsequently, in the Uni- lúdicas del cannabis. Su uso en la practica medica fue ted States. Its use in medicine decreased over the declinando a lo largo del siglo XX, ante la aparición de 20th century in the face of the appearance of other otros compuestos con mayor eficacia terapéutica. compounds of greater therapeutic effectiveness.

Palabras clave: Cannabis sativa, usos medicinales, Key words: cannabis, marijuana, history, therapeutic marihuana, hachís, historia. use.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 19 1. APROXIMACIÓN HISTÓRICA DEL con los aspectos religiosos con los que convi- CANNABIS Y DERIVADOS vió en el pasado. Su principal aplicación es la recreacional, aunque a veces se trata de rela- cionar su uso con sus posibles propiedades s difícil precisar con exactitud el terapéuticas. Los datos existentes sobre las momento en que el hombre empezó a propiedades químicas de los cannabinoides y utilizar alguno de los preparados proce- E su mecanismo de actuación en el organismo dentes de la Cannabis sativa. El origen de hacen todavía aventurada la discusión de esta planta, de la que se extraen los cannabi- dicha hipótesis. El que en los últimos años noides es situado por algunos autores en el hayan aumentado los estudios sobre las apli- Asia Central. Los datos de los que dispone- caciones médicas de los cannabinoides, mos sobre cuando se inicio el consumo de están mas relacionadas con el reciente des- estos compuestos apuntan a que fue hace cubrimiento de la existencia de un sistema varios miles de años en las mismas regiones cannabinoides endógeno, que con las des- en las que fue detectada inicialmente la pre- cripciones realizadas por algunos consumido- sencia de la planta. Es previsible que el cono- res sobre dichas propiedades curativas. cimiento sobre los posibles usos de la planta se fueran extendiendo, inicialmente a las regiones vecinas y posteriormente a otros 1.1. Edad Antigua. lugares mas remotos. Sin embargo no hay 1.1.1. China e India. que descartar que este consumo tuviera La Cannabis sativa fue utilizada en China lugar, de forma espontánea en alguna de las hace unos cinco mil años. Su cultivo en este otras zonas de la Tierra en las que crecía la país estuvo generalmente relacionado con la planta . obtención de fibra así como del aceite de sus La utilización de estos compuestos a lo semillas (Camp, 1936). Existen diversos largo de la Historia, ha presentado aspectos libros, procedentes de aquella época, en los muy variables. Por un lado, desde la Antigüe- que se indica la relación que tuvo esta planta dad se han tratado de aprovechar las propie- con la Medicina en aquel país. Así, el empera- dades curativas, que han sido asociadas a su dor Huang Ti (2.600 a.C.) es considerado consumo, dentro del marco limitado por los como el autor de un libro de medicina titulado conocimientos médicos existentes en cada “Nei Ching”, algunas de cuyas recetas se han época. Por otro lado , los efectos que podía conservado hasta la actualidad en el que apa- producir sobre el cerebro del individuo, fue- rece la primera referencia documentada ron dirigidos, en algunas ocasiones hacia la sobre las aplicaciones médicas del cannabis practica religiosa, mientras que en otras lo Otro texto médico fue escrito poco tiempo han sido simplemente para la búsqueda de después por el emperador Shen Nung. En el placer. A veces, es difícil poder separar en los se describen unas trescientas medicinas inicios de su consumo los aspectos medici- entre las que se encuentra el cannabis, que nales de los religiosos o sociales, dado que en chino se expresa con la palabra “ma”. El en aquellas culturas en las que se utilizaron, término “Ma” tiene una connotación negati- ambos aspectos estaban muchas veces mez- va en este idioma, lo que podría indicar la clados. existía de un conocimiento acerca de las pro- A lo largo del tiempo, los cannabinoides ha piedades psicotrópicas indeseables de la pasado por etapas de uso generalizado o por planta (Li y Lin, 1974). En este libro, el canna- otras de un uso mas restringido o incluso de bis era recomendado para tratar la malaria, el prohibición en los países que podríamos con- beri-beri, el estreñimiento o las alteraciones siderar como sus consumidores tradiciona- menstruales. Sin embargo, también se indi- les. Actualmente, su consumo, que esta caba que la ingestión en exceso de los frutos ampliamente extendido por todo el mundo, del cáñamo podía producir “visiones diabóli- no parece tener ninguna relación importante cas” (Touw, 1981).

20 Uso de los cannabinoides a través de la historia Durante la dinastía Ming se escribió el Ben- vo religioso de los arios, tribu nómada que Tsao kang Mu (1578 a.C.) que era una Farma- invadió ese país hacia el año 2000 a.C.. Su copea que recogía todos los conocimientos nombre es mencionado en los Vedas sagra- de la medicina china, entre los que aparecen dos y aparece relacionado con el dios Siva, los anteriormente descritos. Los chinos cono- del que se dice “que trajo la planta para el cían la naturaleza dual del cannabis, pero posi- uso y la alegría de su pueblo”. En el Atharva- blemente fue muy poco usado como droga ilí- veda (cuarto libro de los vedas), escrito entre cita. Esto pudo deberse a la incompatibilidad el 1500 y el 1200 a.C., la planta es descrita de la droga con el temperamento chino, con como una hierba sagrada (Chopra y Chopra, su filosofía de la vida y con sus tradiciones. El 1957). El bhang, que es una bebida fabricada que cuando se tomaba en exceso pudiera pro- con semillas del cannabis y de otras espe- ducir alucinaciones y un andar tambaleante, cies, es mencionado como una hierba ansiolí- podía llevar a la realización de actos vergonzo- tica. No es de extrañar el que se extendiera sos, que chocaría con los valores transmitidos por toda la India su uso en ceremonias reli- por Confucio de moderación y rectitud.. Todo giosas y sociales. lo cual llenaría de oprobio tanto al consumidor La planta no solo fue utilizada en la realiza- como a su familia. ción de rituales religiosos, sino que también Algunas de estas aplicaciones médicas, se apreciaron sus propiedades medicinales, han encontrado una justificación en las inves- cuyo poder curativo se extendía a muy diver- tigaciones realizadas en la actualidad sobre sos tipos de enfermedades. Campbell, que los mecanismos de actuación de los cannabi- en 1893 participó en la elaboración de un noides. Así ocurre con la utilización de las pe- informe para la Corona Británica sobre las pitas (Kernel) del cáñamo, el aceite y el jugo drogas procedentes del cáñamo, destacó una de sus hojas: las propiedades antibióticas atri- serie de propiedades curativas. Estos efectos buidas a las aplicaciones tópicas de los can- beneficiosos de la planta eran atribuidos por nabinoides (Kabelic, Krejci y Santavy, 1960) los hindúes a la bondad de los dioses, por lo podrían justificar su uso en enfermedades de que la medicina aparecía estrechamente rela- la piel, como úlceras, heridas y erupciones. cionada con la religión, como se describe en Su uso como antihelmíntico podría relacio- el Ayurveda, que era un suplemento de los narse con la similitud existente entre la vedas (Campbell, 1893). estructura de los cannabinoides y la del Aunque el uso del bhang retuvo sus lazos hexilresorcinol, que es uno de los fármacos con la religión, no todas sus aplicaciones médi- actualmente utilizados como antihelmínticos. cas han tenido un origen mitológico. Este es el Parte de las propiedades quimicofísicas de caso del Susruta-samhita, un tratado médico los cannabinoides ácidos identificados en el que pudo tener su origen en el último siglo cannabis son parecidas a las de los ácidos de antes de Cristo y que alcanzó su forma defini- chaumogra presentes en el aceite del mismo tiva alrededor del siglo VII d.C., en el que tam- nombre, que ha sido utilizado en el tratamien- bién se describen algunos de los usos curati- to de la lepra. Entre estas propiedades se vos del cannabis. Las hojas de la Cannabis encuentran su elevada liposolubilidad debida a sativa eran recomendadas como un antiflemá- las largas cadenas alifáticas de sus moléculas tico, como un remedio para el catarro crónico y la existencia de regiones “aniónicas” en acompañado de diarrea y como una cura para ambos tipos de compuestos, y que son debi- la fiebre biliar. El termino “antiflemático” tenía das a los grupos carboxilos presentes en ellas. para los hindúes un sentido bastante más En esta similitud podría encontrarse la justifi- amplio que el actual. La “flema”, junto con el cación al uso del cannabis en el tratamiento de espíritu y la bilis eran las tres sustancias ele- esta enfermedad (Mechoulam, 1986). mentales del cuerpo (Chopra y Chopra, 1957). En cuanto a su presencia en la India, se Esta medicina “laica” tuvo un escaso desarro- sabe que el cannabis formaba parte del acer- llo, por lo que el sistema médico derivado del

Ramos Atance, J.A.; Fernández Ruiz, J. 21 Ayurveda siguió siendo el modelo a seguir mendara el uso del cannabis, si hay evidencias hasta los tiempos modernos. de que su utilización religiosa fue considera- El uso de los cannabinoides estuvo muy ble y de la importante contribución de la into- extendido para calmar el dolor y como febrí- xicación cannábica al éxtasis chamánico. Es fugo mediante una aplicación local u oral. Así, posible que el papel que tuvo el hachís en el se ponían cataplasmas en las zonas relacio- misticismo islámico fuera debido a la influen- nadas con el dolor. En algunas regiones de la cia iraní preislámica (Eliade, 1964). No parece India su uso se amplió a la mejora del estado que el uso terapéutico del cannabis en la anti- físico y mental. Se pensaba que servía para gua Persia fuera muy amplio, aunque es aumentar el apetito y como tónico general, mencionado varias veces en la “Historia de la para aliviar la fatiga, actuar como diurético, Farmacia” de Schulenz (Schulenz, 1965). reducir el delirium tremens, disminuir la hin- En Asiria era conocido como “quanabu” o chazón de los testículos o actuar como un “kanabas”. En varias tablas que se han con- afrodisiaco (Chopra y Chopra, 1957). servado desde el reinado de Asurbanipal (669 Es de destacar el grado de conocimiento a 626 a.C.) aparecen en escritura cuneiforme que alcanzaron los hindúes sobre de las pro- diversos nombres para el cannabis, principal- piedades curativas de los componentes de la mente asociados al término “azallu” (Camp- Cannabis sativa .. Su énfasis en su utilización bell-Thompson, 1949). Los sumerios, que en alteraciones relacionadas con el sistema fueron los pobladores más antiguos de nervioso está muy próximas al actual conoci- Mesopotamia, donde se instalaron unos miento de la actividad cannabimimética cere- 4.000 años a.C., usaban un nombre similar bral. Las drogas derivadas del cannabis fueron “azalla”, lo que indica un origen muy antiguo usadas en el tratamiento de los calambres, para este término. A finales del siglo VIII a.C., convulsiones infantiles, dolores de cabeza, es mencionado por primera vez el término “ entre los que se incluye la migraña, histeria, qunnabu”, en referencia a determinados ritos, neuralgia, ciática y tétanos. Como será indica- en los que se utilizaba junto con la mirra, que do mas adelante, a comienzos del siglo XIX, es una resina aromática relacionada con el O`Shaugnessy demostró experimentalmente incienso. el fundamento fisiológico de algunas de estas El cannabis también fue utilizado con fines aplicaciones (O`Shaugnessy, 1841). médicos formando parte de diversos tipos de En relación con el uso de los derivados del ungüentos o siendo añadido al agua en aque- cannabis en la disentería y en el cólera, hoy llos tratamientos en los que se utilizaba el se conoce que el ∆9-tetrahidrocannabinol baño con fines terapéuticos. Sus vapores fue- (THC) reduce la movilidad intestinal, lo que ron usados en una enfermedad que era cono- ayudaría a explicar su utilidad terapéutica. En cida como “envenenamiento de las piernas”, y el caso de las enfermedades relacionadas que posiblemente corresponda a la artritis. con el aparato respiratorio se utilizaba el can- Disuelto en la bebida o mezclado con los ali- nabis en la fiebre del heno, bronquitis, asma mentos fue prescrito para la “depresión del y para la tos. Los datos actuales indican que espíritu”, para la impotencia, para las piedras al menos en relación con el asma, la tradición renales y para ciertos tipos de hechicerías. india tenía una base real (Mechoulam, 1986). Un tipo de cerveza que contenía sus semi- llas, junto con menta y azafrán, era dado en cierta dolencia femenina, cuyos síntomas 1.1.2. Persia y Asiria. eran parecidos a lo que actualmente se deno- El uso del cannabis se extendió desde la mina amenorrea (Mechoulam, 1986). India a Persia y Asiria en la octava centuria Herodoto (485-425 a.C.), describió como el antes de Cristo. Aunque no hay pruebas de cáñamo crecía en Escitia en forma salvaje y que Zaratrusta (siglo VII a.C.), que fue el fun- cultivada y era utilizado por los escitas, tribu dador del pensamiento religioso persa, reco- guerrera que vivía en las proximidades de los

22 Uso de los cannabinoides a través de la historia mares Caspio y Aral. Estos pueblos “bárba- Se ha sugerido que “pannagh” era una de ros” se intoxicaban, durante sus ritos funera- las formas originales de la palabra cannabis rios, con los vapores obtenidos al poner las (en sánscrito bhanga y en persa bang), que semillas del cáñamo (o quizás sus brotes flo- fue posteriormente modificada en semítico recidos secos) sobre piedras enrojecidas por (qunnabu en asirio, qunnappa en sirio y kun- el calor (Nahas, 1973). La misma costumbre, nab en árabe) y que acabó como cannabis en aunque sin estar asociada a ceremonias fune- griego (Mechoulam, 1986). rarias, era realizada por los habitantes de Parece improbable que los antiguos judíos algunas islas situadas en el río Aras, en la no tuvieran noticias de la existencia de los Armenia turca (Brunner, 1973). cannabinoides y de sus propiedades médicas y hedonísticas, así como de sus usos rituales. 1.1.3. Egipto y Judea. Una primera fuente de conocimiento podría En relación con el Antiguo Egipto, pudiera haber sido el contacto mantenido con los ser que el jeroglífico representado como egipcios, en cuyo suelo permanecieron “smsm.t “ corresponda al termino cannabis muchos años hasta el 1220 a.C. En el caso (von Deines y Grapow, 1959). Aunque algu- de que los egipcios no hubieran utilizado nos autores consideran que el cannabis no estas sustancias, los escitas podrían haber fue conocido por los egipcios (Peters y sido los correos de esta información, dado Nahas, 1999), otros han indicado su utiliza- que en su marcha hasta Egipto atravesaron ción en el incienso y como medicina oral para Palestina entre el 630 y el 610 a.C. “beneficio de las madres y de sus hijos” con La influencia del imperio asirio sobre Judea un propósito que podría corresponder a la fue muy importante durante diversos perio- prevención de la hemorragia en el parto, tal y dos de tiempo, en los que la sometieron a su como era usado en otras culturas. También se utilizo en enemas donde aparecería mezclado dominación. Por lo que el cannabis, como con otras hierbas y con miel (Brockbank, medicina o como droga, debió ser usado, 1954), en la medicación de los ojos, en cuando menos por sus clases dirigentes. Tras ungüentos y en vendajes. La planta habría la muerte de Asurbanipal y la posterior deca- sido usada también como fibra. La referencia dencia de su Imperio, el rey judío Josías trató por algunos investigadores al uso religioso de erradicar todas las influencias paganas del “smsm.t” como incienso, costumbre que hubieran impregnado la vida de los judí- similar a la que ocurría en Asiria, esta a favor os. Si el hachís se encontraba entre los sím- de la idea de su conocimiento por parte de bolos de la laxitud moral asiria, no es de los egipcios y refuerza la asunción de que extrañar que esa palabra hubiera sido borrada esta palabra significa cannabis. de la Biblia, lo que explicaría la extraña ausen- No hay ninguna evidencia directa de que el cia de este símbolo en el libro sagrado para cannabis fuera conocido en la antigua Judea los judíos (Mechoulam, 1986). (Harrison, 1966). Benet (1975) ha indicado que la planta bíblica denominada en hebreo 1.1.4. Grecia y Roma. “kneh-bosem”, uno de los constituyentes del incienso en el Templo, podría corresponder al Tanto los griegos como los romanos culti- término cáñamo. Sin embargo, quizás sea la varon el cáñamo por su fibra, que era utilizada palabra “pannagh”, la que denominó realmen- para la fabricación de cuerdas y de velas. Los te al cannabis. Esta palabra, que fue mencio- médicos griegos conocieron algunas propie- nado por el profeta Ezequiel, servia para dades medicinales del cáñamo entre las que nombrar a un producto no identificado que se encontraba la producida por una mezcla bien era exportado desde Judea o que era de cannabis, cenizas y miel para el tratamien- transportado a través de esta región hasta to de algunas ulceraciones (Brunner, 1973). Tiro. Sin embargo los textos clásicos no contienen

Ramos Atance, J.A.; Fernández Ruiz, J. 23 ningún dato significativo sobre sus efectos gún avance significativo en el conocimiento y psicotrópicos. uso de las drogas. Plinio, Dioscórides y Galeno Sus usos medicinales son indicados al fueron durante siglos la principal fuente de principio de la Era Cristiana. Plinio “el viejo” conocimiento farmacológico para los médicos (23-79 d.C.), que era un naturalista romano, del Oriente Próximo y de Europa. Hildegard de describió su uso detalladamente en su obra Bingen (nacida en 1099) menciona en su “Phi- Nature historiarum Libri XXXVII: En este texto sica” que la semilla de cáñamo puede aliviar el se dice que “Sus semillas hacen a los genita- dolor (Hildegard de Bingen, 1977). Peter Schof- les impotentes. Su jugo expulsa de las orejas fer en su herbario “Der Gart der Gesundheit” cualquier gusano que haya entrado en ellas, publicado en Mainz en 1485 indicaba varias pero a costa de un dolor de cabeza. Tan aplicaciones médicas de la planta (Schoffer, potente es su naturaleza que cuando se vier- 1485). En Inglaterra, John Parkinson, que era te en agua, se dice que puede hacerla cuajar, el herbalista real, describió en 1640 diversas y al beber de estas aguas se regulan las tri- propiedades terapéuticas del cáñamo, citando pas de las bestias de carga. Su raíz, cocida en además de a Galeno y a Dioscórides, a diver- agua, alivia los calambres en las articulacio- sos herbolistas de los siglos precedentes al nes, así como la gota y otros dolores simila- suyo, como Matthiolus, Tragus, Ruellius, Fus- res” (Brunner, 1973). chius y Lugdunensis (Parkinson, 1640). Dioscórides, que murió el año 90 d.C., El cáñamo empezó a ser cultivado en Ingla- estudió las plantas de diversos países, mien- terra para la obtención de fibra hacia el año tras ejercía como cirujano del ejército roma- 500 d.C. (Godwin, 1967). En Francia, Rabelais no. Recopiló sus estudios en “De Materia describe en una de sus obras el crecimiento Médica”, obra considerada durante siglos de la planta y algunas de las características de como la más importante en botánica médica. su cultivo e indica que “su semilla es amada En ella describió dos tipos de cannabis. Uno por los pájaros y sus fibras temidas por los utilizado para hacer cuerdas de gran resisten- ladrones” Sin embargo este autor , pese a su cia, cuyo jugo era bueno para el dolor de fama de cantar las excelencias de la vida, no oídos. Las raíces del otro tipo servían para hace ninguna mención a las propiedades into- ablandar las inflamaciones, disolver los ede- xicantes del cannabis (Rabelais, 1944). mas y disipar lo que él denomino “materia En relación con el Islam, el profeta Maho- dura” de las articulaciones. ma, que había prohibido el vino, no dijo nada Galeno (131-200 d.C.), que fue el médico sobre los derivados del cannabis, lo que per- griego más famoso de la primera época cristia- mitió la expansión de su consumo en los na, utilizó diversos preparados vegetales como territorios conquistados hacia Persia por un medicamentos. Escribió dos libros “De anato- lado y hasta la Península Ibérica por el otro. micis administrationibus libri XV” y “De usu “Hashish”, que significa hierba en árabe, fue partium corporis humanis libri XVII”. En ellos, el nombre utilizado para designar al extracto indicó que las semillas de la Cannabis sativa del cannabis. eran “de digestión pesada y nociva para el Como aparece reflejado en la obra del estómago y la cabeza”. Indicó que su jugo era autor islámico Makhzan-el-Adwiya, la medici- un analgésico para los dolores causados por la na árabe pudo haber sido influida por la medi- obstrucción del oído y que aliviaba los múscu- cina india y por los dogmas médicos greco- los de las extremidades, aunque también podía rromanos de los siglos I y II d.C.. No hay que producir una conversación carente de sentido. olvidar que en la Edad Media los árabes fue- ron, por un lado, los “divulgadores de los clá- sicos grecolatinos” y, por otro mantuvieron 1.2. Edad Media. estrechos contactos con la India. Como ejem- Como en otras muchas áreas del saber plo de esto último, está entre otras eviden- humano, en la Edad Media no se produjo nin- cias, el que el gran califa Haroun-al-Rashid

24 Uso de los cannabinoides a través de la historia hiciera traer a sus dominios médicos hindúes tras ser conquistada esta por los árabes. Pero para que organizaran una escuela de medici- su presencia fue efímera, no alcanzando una na en Bagdad (Durant, 1942). presencia significativa, sobre todo en los rei- Durante el periodo del apogeo islámico, los nos cristianos (Nahas, 1982). Los datos sobre médicos árabes describieron otros usos medi- el consumo de los preparados de cannabis cinales para el cannabis, aparte de los indica- en Europa son escasos durante la Edad dos por Dioscórides y Galeno. Al-Razi (900 Moderna y han sido descritos junto a los de años d.C.) preconizaba su uso para el oído, la Edad Media. para la flatulencia y para curar la epilepsia. Al- En el siglo XIX es cuando aparecen los pri- Badri (1251 d.C.) recomendaba el hachís para meros datos contrastados sobre el cannabis. estimular el apetito y producir el deseo de Su uso se popularizó en Gran Bretaña en rela- tomar dulces. Mucho tiempo después, en una ción con sus propiedades curativas. El divul- farmacopea del siglo XVII era prescrito para gador de su aplicación terapéutica fue una amplia variedad de dolencias, siendo tam- O`Shaughnessy, que había residido en la bién mencionadas la euforia y la letargia pro- India como médico del ejercito colonial ducidas por la droga (Rosenthal, 1971). inglés. Allí, había observado la utilización que El hachís ha ocupado un papel importante se hacía de esta droga para el tratamiento de en la literatura árabe. Aunque su uso estuvo la rabia, el reumatismo, la epilepsia y el téta- muy extendido, especialmente entre los más nos (O`Shaughnessy, 1842, Nahas, 1973). pobres, ha estado prohibido en diversos A su vuelta a Inglaterra este doctor admi- periodos a lo largo de la historia (Nahas, nistró extractos de resina de cannabis disuel- 1985). Según Ebn-Beitar (muerto en 1248 ta en etanol, que era conocido como “tintura d.C.) “la gente que la usa habitualmente ha de cannabis” a pacientes con tétanos, reu- probado sus efectos perniciosos: debilita sus matismo, rabia, convulsiones infantiles, cóle- mentes, lo que les lleva a la manifestación de ra o delirium tremens. Las altas dosis utiliza- sentimientos maníacos, y les conduce en das en los primeros pacientes con algunos casos a la muerte” (Watson, 1938). Otros autores han indicado que las aplicacio- reumatismo que fueron tratados con este nes médicas no parecieron alcanzar una preparado produjeron en ellos efectos latera- importancia relevante, dada la reputación de les como catalepsia o un comportamiento la droga (Rosenthal, 1971). incontrolable. Tras la disminución de la dosis, se obtuvieron resultados positivos (alivio del Es posible, que dado el rechazo posterior dolor, aumento del apetito, afrodisia y una de los legisladores islámicos por el cannabis, gran alegría mental). Las dosis altas de tintu- su práctica médica tuviera lugar fuera de los ra de cannabis fueron mas útiles en otros canales oficiales y por tanto no aparezca tipos de dolencias y fueron capaces de con- recogida en los tratados médicos de la trolar las convulsiones y los espasmos aso- época. Así, Maimonides (muerto en 1204 ciados a la rabia y al tétanos. También se d.C.) filósofo y médico judío, que residió mucho tiempo en El Cairo, aunque lo mencio- obtuvieron resultados positivos en las convul- na en su “Glosario de nombres de drogas”, siones infantiles. En el tratamiento del cólera, no realiza ningún tipo de indicación terapéuti- los resultados eran más llamativos, que los ca (Maimonides, 1979). conseguidos en la India. La explicación a esta paradoja podría radicar en el consumo cróni- co de Bhang que se producía en este último 1.3. Edad Moderna y Contemporánea. país, lo que quizás daba lugar a un fenómeno de tolerancia, que disminuía los efectos posi- 1.3.1. Europa. tivos del cannabis en este caso.. los Estos El consumo del cannabis llegó hasta la estudios también permitieron comprobar sus Península Ibérica a través del norte de Africa, propiedades antivomitivas.

Ramos Atance, J.A.; Fernández Ruiz, J. 25 Los estudios de O`Shaughnessy facilitaron Además, la llegada de otros fármacos con la incorporación del cáñamo hindú a la farma- acción analgésica, como la aspirina y los bar- copea inglesa y posteriormente, aunque en bitúricos, llevó a un segundo plano el consu- menor extensión a la de otros países europe- mo de los cannabinoides (Notcutt, Price y os y a la de los Estados Unidos. Su utilización Chapman, 1997). en estos países sirvió para corroborar el En la Europa continental, el cultivo de can- poder analgésico de la tintura de cáñamo, en nabis tenía como fin la producción de fibra particular en la ciática y en los dolores reumá- para fabricar cuerdas, alpargatas y tejidos, ticos y dentales. También se describió la miti- alcanzando su máximo apogeo en la segunda gación de varios tipos de espasmos, el alivio mitad del siglo XIX. Durante este período de de los paroxismos asmáticos, los efectos hip- tiempo fue raramente utilizado como medica- nóticos y la facilitación del parto al aumentar mento, pese a conocerse sus propiedades la fuerza de las contracciones uterinas. curativas. Sin embargo, en Francia si hubo un Generalmente, los extractos de cannabis flujo importante de datos sobre el cannabis, utilizados no parecían ser lo bastante fuertes relacionado con la expedición de Napoleón a para producir efectos psicoactivos. Pero en Egipto. Sus soldados, tras el regreso a Fran- algunos casos y sobre todo a concentracio- cia, contaban historias sobre el “paraíso” nes altas se describió la aparición de psico- fácilmente alcanzable después de haberlo toxicidad. Además, la amplia variabilidad exis- fumado o de haber comido pasteles en los tente en la potencia de los diferentes que aparecía mezclado con miel. M. Rouyer, extractos obtenidos de la planta, dificultaba la que acompañaba como farmacéutico al ejér- obtención de resultados reproducibles (Rey- cito francés, redactó un informe sobre las nolds, 1890). plantas utilizadas por la medicina popular En la India, el que los médicos ingleses egipcia en el que se explicaba el uso de las dispusieran de un cannabis fresco y de alta flores y las hojas de la Cannabis sativa para calidad, les permitió añadir a los usos reco- su consumo recreacional (Rouyer, 1810). mendados en Inglaterra el tratamiento de la diarrea y de la adicción al opio y al cloral, diso- Estas historias contribuyeron en 1846 a la lución de cloro en etanol que era utilizada fundación en París del denominado “Club des como anestésico. hachichins”, cuyos miembros más conocidos fueron Teófilo Gautier y Carlos Baudelaire. En Desde 1971, el uso del cannabis fue con- este club, se practicaba el consumo de los trolado por la denominada “Acta de drogas de cannabinoides en su faceta psicoactiva, a la abuso”, que prohibía la utilización médica tanto de la hierba como de sus constituyen- búsqueda de las “emociones del espíritu”. Su tes activos, los cannabinoides. Su utilización influencia cultural fue considerable sobre ya había sido desterrada de la práctica médi- todo en literatura. ca hacia 1932, año en el que fue eliminada de Las propiedades intoxicantes del cannabis la Farmacopea Británica. Diez años después, fueron descritas en 1840 por Jacques-Joseph lo fue de la de los Estados Unidos y 34 des- Moreau. Este médico, que es considerado pués de la Farmacopea India. La controversia como el padre de la psicofarmacología, des- sobre sus acciones alucinógenas sobre el cribió en su libro “ Du Hashish et de l´aliéna- cerebro habían eclipsado sus posibles usos tion mentale” (Moreau, 1973) los síntomas y médicos (Evans, 1997). sentimientos que experimentó tras el consu- También es posible que su uso disminuye- mo de unos 30 gramos de una preparación ra al ir aumentando el de los opiáceos. El ais- de este compuesto, obtenida por la ebullición lamiento de la morfina en 1803, la síntesis de en agua con mantequilla de los brotes floreci- la heroína en 1874 y la introducción de la dos de la planta. El producto resultante era aguja hipodérmica en 1853 llevó a una aplica- posteriormente endulzado con azúcar y aro- ción más rápida y efectiva de los opiáceos. matizado con frutas.

26 Uso de los cannabinoides a través de la historia Moreau describió los ocho síntomas car- nombre que recibía, no fue adoptado ni por dinales observados tras la intoxicación con los amos portugueses ni por los indios. hachís: “Inexplicables sentimientos de felici- Durante el siglo XIX, pasó a Centroamérica y dad, disociación de ideas, errores en la a Méjico donde fue consumido por las pobla- apreciación del tiempo y del espacio, exacer- ciones agrarias indias (Peters y Nahas, 1999). bación del sentido del oído, ideas fijas, altera- Posteriormente, los emigrantes mejicanos ción de las emociones, impulsos irresistibles que se establecieron en Tejas y en Luisiana lo e ilusiones o alucinaciones. Este libro fue la pasaron a Estados Unidos. Alli, el uso del primera publicación sobre “Psiquiatría Experi- cannabis se extendió a otros sectores pobres mental”, proponiendo el autor que en algunos de la población. Cuando los negros populari- casos la intoxicación con hachís podía ser zaron el jazz en Nueva Orleans, la marihuana considerada como un modelo de enfermedad pasó a ser parte integrante de esta forma de psiquiátrica. expresión cultural y su uso se extendió por aquellos sitios donde se escuchaba este tipo También hay diversos datos sobre su utili- de música. zación médica: Michel (1880), aunque consi- deraba como excéntrica a la terapéutica britá- En Estados Unidos el tipo de cannabis pro- nica, utilizo el cannabis en diversas practicas ductor de fibra fue cultivado desde 1720 médicas, corroborado la importancia de su hasta finales del siglo XIX para la fabricación uso como oxitócico y el éxito de su aplicación de sogas, cordeles y lona para velas. El acei- a pacientes con hemorragias uterinas. Otros te de las semillas era utilizado para hacer médicos franceses describieron la utilidad del jabones y pinturas. Durante la segunda gue- cannabis como diurético y en el tratamiento rra mundial la gran necesidad de fibra para de los dolores de tipo reumático y ocular cuerdas y lonas hizo reanudar su cultivo. La (Mechoulam, 1986). posterior aparición de la fibra sintética volvió a eliminar su producción industrial. En Alemania hay referencias de su utiliza- ción en algunos casos. Así, en los desórde- Los médicos norteamericanos imitaron a sus colegas ingleses en la prescripción de nes gástricos, dosis bajas de un extracto, que cannabis en el tratamiento de diversas enfer- no producía efectos desagradables, aliviaba el medades como epilepsia, reumatismo, dolor y aumentaba el apetito. También mitiga- calambres menstruales, cólera, convulsiones, ba el vómito y los calambres del vientre (Sée, coreas, histeria, depresión, demencia, téta- 1890). Fröhmüller (1860) propuso su uso nos, gota, neuralgia y hemorragia uterina. como anestésico, en las enfermedades infla- Aulde (1890) narró los efectos antivomitivos matorias agudas y en las afecciones tifoide- del cannabis, indicando que cuando se admi- as. También indico su posible utilización como nistraba a pacientes con delirium tremens alternativa al opio en aquellos casos en que detenía el vómito y les hacía caer gradual- éste dejara de tener efectos positivos. mente en el sueño. En el Indice Merck de 1896 aparecían 6 1.3.2. América tipos de preparaciones diferentes que conte- El cannabis fue introducido en los Virreina- nían cannabis.. El descubrimiento de sus pro- tos de Perú y de Méjico por los conquistado- piedades intoxicantes llevo a que su uso por res españoles y en Canadá y Estados Unidos vía oral derivara en algunos casos a la bús- por los colonos franceses e ingleses. En queda de sus efectos recreativos. Este con- todos estos países la planta fue usada inicial- sumo fue favorecido por lo fácilmente que mente para la obtención de fibra. Sus propie- podían ser adquiridas estas medicinas en las dades intoxicantes fueron descubiertas pos- farmacias locales, así como por la posibilidad teriormente. En Brasil, los esclavos africanos de su adquisición por correo. empezaron a fumar marihuana en el siglo Preparaciones como la tintura y el extracto XVII. El consumo de “riamba” , que era el de cannabis estaban reconocidas como dro-

Ramos Atance, J.A.; Fernández Ruiz, J. 27 gas legales y aparecieron en la Farmacopea el principio activo presente en la planta, se de los Estados Unidos entre 1850 y 1942. sintetizaron una serie de compuestos con Aunque permanecieron en ella hasta 1942 y actividad cannabinomimética, que fueron in- en el índice Merck hasta 1950, su uso estaba vestigados en animales y en la clínica. El más prácticamente abolido desde 1937. En ese probado fue el ∆6α,10α-THC hexilo (pirahexil año, la “Marihuana Tax Act” puso el cannabis o sinhexil). Posteriormente se ha sabido que bajo control federal, lo que condujo a la prohi- este compuesto solo se diferencia del THC bición de su uso. Pese a ello, la marihuana se en un doble enlace entre 6a y 10a y en tener continuó consumiendo de forma clandestina, n-hexilo en la cadena lateral en vez de n-pen- pero limitada, hasta la gran eclosión de los tilo. Se observó que el pirahexil era beneficio- sesenta, coincidiendo con el movimiento so en el tratamiento de los síntomas de la hippy. En ese momento, se produjo un abstinencia al alcohol y aunque con menor aumento considerable de su consumo, princi- eficacia en el de los sintamos relacionados palmente entre los estudiantes universitarios, con el consumo de opiáceos (Thompson y que lo utilizaron por sus propiedades recreati- Proctor, 1953). En el campo de la Psicotera- vas y no por sus valores médicos. El consumo pia, su administración, tanto a sujetos norma- del cannabis ha seguido creciendo a ambos les como a pacientes deprimidos, indico que lados del Atlántico especialmente entre la este compuesto era un potente euforizante, población juvenil (Peters y Nahas, 1999). con mayor eficacia en la neurosis que en la psicosis (Stockings, 1947). Estos resultados no pudieron ser confirmados posteriormente 1.4. Situación actual. cuando se utilizaron dosis más bajas (Parker y Wrigley, 1950). Durante las primeras décadas del presente Las acciones antiepilépticas del ∆6α,10α- siglo, aunque comenzó a declinar su uso THC dimetilheptil (DMHP) fueron estudiadas médico, siguieron apareciendo artículos de en varios niños, obteniéndose resultados investigación sobre las propiedades curativas positivos en algunos casos. El DMHP se de los cannabinoides. La disminución de sus diferencia del sinhexil en que su cadena late- aplicaciones farmacológicas pudo deberse a ral es dimetilheptilo en vez de n-hexilo que, al no haberse conseguido el aislamiento (Davies y Ramsey, 1949). Estos datos fueron de los componentes del cannabis, había que cuestionados posteriormente por otros usar preparaciones de la planta cruda o de investigadores (Feeny, Spiker y Weiss, 1976). sus extractos. Una de las consecuencias de El abandono de la investigación en humanos la utilización de este tipo de preparados era el pudo deberse a estos resultados contradic- que no siempre se podían obtener resultados torios, así como a los significativos efectos clínicos reproducibles, dada la amplia variabi- indeseables producidos por ambos com- lidad de su composición química, así como a puestos (Hollister, Richards y Gillespie, 1968, su fácil deterioro. Además, en muchos países Sidell y col 1973). el cannabis ha sido asociado desde un punto El primer cannabinoide aislado de la Can- legal a los opiáceo, por lo que su uso ha sido nabis sativa fue el (CBN) (Wood, controlado. Esto ha dificultado su obtención Spivey y Easterfield, 1899). Pero su estructu- incluso para fines médicos. Todo ello llevó a la ra no fue correctamente caracterizada hasta desaparición paulatina de la utilización tera- varios años después (Adams, Baker y Wearn, péutica de los cannabinoides, pese a que los 1940a). El (CBD) fue aislado algu- opiáceos continuaron siendo ampliamente nos años mas tarde(Adams, Hunt y Clar, utilizados por sus aplicaciones médicas 1940b), y fue caracterizado posteriormente (Mechoulam, 1986). por Mechoulam y Shvo (1963). Los estudios El interés por los cannabinoides reapare- realizados con ambos compuestos indicaron ció entre 1940 y 1950. Aunque no se conocía que ninguno de ellos podía ser el responsa-

28 Uso de los cannabinoides a través de la historia ble principal de los efectos alucinógenos del cual aparece imprimido por Thomas Jefferson cannabis. Publishing. Silver Spring, Md. (1969). El ∆9-THC, que es el principal componente Campbell J.M., Thompson R. (1949) A dictionary of psicoactivo del cannabis fue caracterizado en Assyrian Botany. The British Academy, London. la década de los sesenta (Gaoni y Mechou- Chopra I.C., Chopra R.N. (1957) The use of canna- lam, 1964). Este descubrimiento abrió las bis drugs in India. Bull. Narc. 9:4-29. puertas a la investigación científica de las Davies J. P., Ramsey H.H. (1949) Antiepileptic propiedades biológicas y médicas de la mari- action of marihuana active substances. Fed. huana y sirvió para el desarrollo de derivados Proc. 8:284-5 con capacidad terapéutica, en los que se Durant W. (1942) The story of Civilization, Vol I, trato de separar las propiedades farmacológi- Simon and Schuster. New York. cas de los efectos psicoactivos . Eckler C.R., Miller F.A. (1912). A study of American En 1972, el Congreso de los Estados Uni- grown Cannabis in comparison with samples from various other sources. Am. J. Pharm. dos creó el “National Institute on Drug Abuse” 84:488-95. (NIDA) para la prevención y el tratamiento de las drogas de abuso. Uno de sus objetivos Eliade M. (1964) Shamanism. Archaic techniques of ecstasis. Routledge & Kegan Paul, London. fue el desarrollo de un programa de investiga- ción sobre las propiedades médicas y biológi- Evans F.J. (1997). The medicinal chemistry of can- nabis: O`Shaugnessy´s legacy. Pharmaceutical cas de la marihuana. Con ello, se abrió una Sciences 3:533-7. nueva etapa en el conocimiento de los canna- binoides. Feeny D.M., Spiker M., Weiss G.K. (1976). Marihua- na and epilepsy: Activation of symptoms by ∆9- THC. En The therapeutic potential of marihuana. Cohen S., Stillman R.C., eds.. New York. Ple- num, pgs. 343-367. BIBLIOGRAFIA Fröhmüller (1860) Cannabis indica J. Materia Medi- ca 2:474-482. Adams R., Baker B.R., Wearn R.B. (1940a). Structu- Gaoni Y, Mechoulam R. (1964) Isolation, structure, re of cannabinol III. Synthesis of cannabinol, 1- elucidation and partial synthesis of an active hydroxy-3-n-amyl-6,6,9-trimethyl-6-dibenzopy- constituent of hashish. J. Am. Chem. Soc. ran. J. Am. Chem Soc. 62:2204-2207. 86:1646-7. Adams R., Hunt M., Clar J.H. (1940b). Structure of Godwin H. (1967) Pollen analytic evidence for the cannabidiol, a product isolated from the mari- cultivation of cannabis in England. Rev. Plaeo- huana extract of Minnesota wikd hemp. J. Am. bot. Palynol. 4:71-80. Chem Soc. 62:196-200. Harrison R.H. (1966) Healing herbs of the Bible, Aulde J. (1890) Studies in therapeutics- Cannabis E.J. Brill. Leiden sativa. Ther. Gaz. 14:523-529. Herodoto. Libro IV Herodotus. Historiae IV. The Per- Benet S. (1975) Early diffusion and folk uses of sian Wars, traducido por G. Rawlison (1942) hemp, in Cannabis and Culture, Rubin V, Ed. Modern Library. New York. Mouton, The Hague. Hildegard de Bingen. (1533) Physica, J. Schott, Brockbank W. (1954) Ancient therapeutic Arts W. Strasburg, recogido de un manuscrito escrito Heinemann Medical Books, London. en 1150 y citado por Anderson F.J. (1977) His- Brunner T.F. (1973) Marijuana in ancient Greece and tory of the herbals, Columbia University Press, Rome?. The literary evidence. Bull. Hist. Med New York. 47:344-8 Hollister L.D., Richards R.K., Gillespie H.K. (1968) Camp W.H. (1936) The antiquity of hemp as an eco- Comparison of and nomic plant J. NY Bot. Gard 37:110-4. synhexil in man. Clin. Pharmacol. Ther. 9:783- Campbell J.M. (1893) en Report of the Indian 791. Hemp Drugs Commision, 1893-1894. Central Kabelic J., Krejci S., Santavy F. (1960) Cannabis as a Government Printing Office, Simia: parte del medicament. Bull. Narc. 12:5-14.

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30 Uso de los cannabinoides a través de la historia Epidemiología del uso/abuso de cannabis

BOBES, J.*; BASCARÁN, M.T**.; GONZÁLEZ, M.P.***; SÁIZ, P.A.****

* Catedrático de Psiquiatría. Area de Psiquiatría. Universidad de Oviedo. ** Colaboradora de Honor. Area de Psiquiatría. Universidad de Oviedo. *** Prof. Titular de Psicología Médica. Area de Psiquiatría. Universidad de Oviedo. **** Prof. Asociado de Psicología Médica. Area de Psiquiatría. Universidad de Oviedo.

Enviar correspondencia a: J. Bobes García. Universidad de Oviedo. Fac. Medicina - Area de Psiquiatría. Julián Clavería, 6. 33006 Oviedo. e-mail: [email protected]

Resumen Summary

En este capítulo se realiza una revisión y análisis A review and comparative analysis was made of comparativo de los datos obtenidos en los estudios data obtained from the most important epidemiologi- epidemiológicos realizados por los organismos nacio- cal studies carried out by the most prestigious natio- nales e internacionales de más prestigio (Plan Nacio- nal and international organizations in the last decade nal de Drogas, Observatorio Europeo de las Drogas y (Plan Nacional sobre Drogas, European Monitoring las Toxicomanías, y el Grupo de Trabajo Internacional Centre for Drugs and Drug Addiction, and the Interna- en la Epidemiología de las Drogas de Abuso del Insti- tional Epidemiology Work Group on Drug Abuse - tuto Nacional de la Salud Estadounidense). NIH). Por otra parte se aportan nuestros datos de consu- We also include our data obtained a from military mo en población recluta, en estudiantes de secunda- recruits, secondary school students, and university ria y en estudiantes universitarios de Ciencias de la undergraduate Helath Science students. Salud de Oviedo. Furthermore, we include information of the impact Asimismo, se facilitan datos que señalan la magni- of cannabis in the psychogenesis and comorbidity of tud e importancia de los derivados cannábicos como schizophrenic patients. desencadenantes de trastornos psicóticos y agravan- Finally, we summarize the results of a Spanish tes de los trastornos esquizofrénicos. general population study obtained by the Fundación Finalmente, se recogen los resultados más sobre- de Ayuda contra la Drogadicción about risk perception salientes del informe sobre la percepción de riesgos and the consequences of use and abuse of cannabis. relacionados con las drogas y su problemática, reali- zado por la Fundación de Ayuda contra la Drogode- Key words: epidemiology, cannabis, comorbidity, pendencia. social perceptions.

Palabras clave: epidemiología, cannabis, comorbili- dad, percepción social.

1.TENDENCIAS EN EL USO/ABUSO DE adecuado es seguir la información del Centro CANNABIS EN LA UNIÓN EUROPEA Europeo para la Monitorización de las Drogas y la Drogadicción (EMCDDA) (1). El EMCDDA ara describir y analizar la tendencia es una agencia de la Unión Europea que actual de uso/abuso del cannabis en el tiene como objetivo proporcionar una visión Pcontexto europeo creemos que lo más objetiva, fiable, y comparable sobre las dro-

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 31 gas, la adicción a las mismas, y las conse- geneización de las tasas de consumo entre cuencias de su abuso a nivel de la Unión los distntos países, de tal modo que en los Europea. países con tasas más elevadas el consumo La droga ilícita más consumida en la Unión se ha estabilizado o incluso disminuido, mien- Europea es el cannabis, estimándose en tras que éste ha aumentado en los países aproximadamente más de 40 millones el que tradicionalmente poseían tasas más número de personas que lo han usado, y en bajas. Sin embargo, el análisis global de la al menos 12 millones el número de personas situación en Europa indica que en estos últi- que lo han usado en el último año. Es decir, mos 10 años estamos asistiendo a un incre- aproximadamente el 16% de la población de mento neto en el uso de cannabis, y que la Unión Europea de edades comprendidas este incremento es el mayor del planeta (3). entre los 15 y los 64 años habrían consumido A pesar del fenómeno de la homogeneiza- cannabis alguna vez en su vida, y cerca del ción de las tasas en Europa, todavía existen 5% lo habrían consumido en el último año. diferencias sustanciales en cuanto a la magni- Las tasas de prevalencia de consumo varían tud del consumo entre los distintos países. Así de forma importante en función de la edad, por ejemplo, para los sujetos de edades com- aumentando considerablemente entre los prendidas entre los 15 y 35 años (adolescentes más jóvenes. Así, los datos del European y adultos jóvenes) la tasa de prevalencia vida School Survey on Alcohol and Others Drugs (2) oscila entre el 16 y el 43%, y la tasa de preva- realizado en el año 1995 en 25 países de Euro- lencia en el último año entre el 2 y el 21%. pa, indican que aproximadamente el 20% de los adolescentes entre 15 y 16 años han con- Cuando se comparan los datos de la sumido cannabis alguna vez en su vida, y se Encuesta de Población sobre el consumo de estima que cuando alcancen los 25 años el cannabis por los adultos de los Estados porcentaje alcanzará al menos al 30% de ellos. miembros de la Unión Europea (4) nos en- En los países de Europa central y oriental, con contramos que España está a la cabeza del cifras algo más bajas que las de la Europa occi- “ranking”, únicamente superada por Dinamar- dental (entre el 7 y el 13%), se está producien- ca y el Reino Unido. El 22% de todos los do un incremento constante en las tasas. adultos españoles y el 32% del subgrupo de Al igual que lo sucedido con el alcohol, adultos jóvenes han consumido cannabis estamos asistiendo a un fenómeno de homo- alguna vez en su vida (Figura 1).

Figura 1. Prevalencia vida del consumo de cannabis en los Estados miembros de la Unión Europea.

B. Bélgica; DK. Dinamarca; RFA. República Federal de Alemania; RDA. República Democrática de Alemania; G. Grecia; Es. España; F. Francia; UK. Reino Unido.

32 Epidemiología del uso/abuso de cannabis Además de estos datos sobre la extensión Con respecto al porcentaje de consumido- del uso, el EMCDDA ha detectado un incre- res se ha venido experimentando un incre- mento leve en la demanda de tratamiento mento tanto del consumo experimental debido al uso de cannabis en algunos países. como del consumo más regular, aunque es En la actualidad, aproximadamente el 10% de necesario señalar que el incremento de las las demandas de tratamiento tienen como tasas ha sido mucho mayor entre el año 94 y droga principal al cannabis, siendo este por- el 96 que entre el 96 y el 98. Así, la prevalen- centaje mayor en los nuevos pacientes que cia vida pasó del 20.8% en el año 94, al 26% demandan tratamiento por primera vez. Se en el año 96, y al 28.5% en el año 98. Com- desconocen las razones exactas de este paradas estas cifras con las de Europa occi- incremento, argumentando el EMCDDA que dental se demuestra claramente como nues- podría deberse en parte al aumento de uso, tro país se sitúa en los primeros puestos, por pero que también estarían implicados una encima de la media señalada en el epígrafe serie de factores ajenos como son cambios anterior. El porcentaje de consumidores en en el sistema judicial (sentencias de trata- los últimos 12 meses fue del 18.1% en el miento en vez de privación de libertad), etc. año 94, del 23.2% en el año 96, y del 25.1% Cuando analiza los decomisos de cannabis, en el año 98. La prevalencia del consumo en el EMCDDA observa que si bien el número/ los últimos 30 días fue del 15.7% en el año año está aumentando progresivamente la 96 y del 17.2% en el año 98. cantidad decomisada/año permanece esta- A medida que aumenta la edad se observa ble. La disponibilidad es elevada en la mayor un incremento en la proporción de adoles- parte de los países de la Unión Europea, y el centes que consumen cannabis (Figura 2). En precio permanece estable. esta figura también se puede observar como el incremento en el consumo en los últimos años se produce con más intensidad entre 2. TENDENCIAS EN EL USO/ABUSO DE los más jóvenes. Por sexos, los hombres pre- CANNABIS EN ESPAÑA. sentan tasas superiores a las mujeres tanto en la prevalencia vida como en los últimos 12 meses en las tres encuestas, sin que parezca Al igual que en el apartado anterior hare- que se estén produciendo cambios importan- mos especial referencia a los datos obtenidos tes en este sentido. por el Plan Nacional de Drogas a través de sus encuestas: La Encuesta sobre Drogas a la En cuanto a la edad media de inicio al con- Población Escolar (se realiza los años pares) y sumo del cannabis se observa una tendencia La Encuesta Domiciliaria sobre Consumo de al descenso de la misma, pasando de 15.1 Drogas (se realiza los años impares). Dadas años en el año 94, a 15 años en el 96, y a las diferencias metodológicas entre ambas 14.8 años en el 98. (algunas tan obvias como la edad) presentare- mos por separado los resultados de ambas. 2.2. Encuesta Domiciliaria sobre Consumo de Drogas (PND, 1995(8), 1997(9). 2.1. Encuesta sobre Drogas a la Población Escolar (PND, 1994(5), 1996(6), 1998(7). Esta encuesta al igual que la anterior se viene realizando de forma periódica cada dos Esta encuesta se viene realizando de años entre los residentes en el territorio forma periódica cada 2 años y en ella partici- nacional incluyendo Ceuta y Melilla. Existen pan los estudiantes de los centros públicos y algunas diferencias metodológicas importan- privados de enseñanza secundaria y forma- tes entre ambas. En primer lugar, el grupo de ción profesional, con edades comprendidas edad estudiado varía, no teniendo en el año entre los 14 y los 18 años. 95 límite superior (se incluyeron personas

Bobes, J.; Bascarán, M.T.; González, M.P.; Sáiz, P.A. 33 Figura 2.Tendencia del consumo en los últimos 12 meses en función de la edad (Datos de la Encuesta sobre Drogas a la Población Escolar, años 1994, 1996, y 1998).

mayores de 14 años) y sí en el año 97 (se consumo habitual (diario) (figura 3). Como incluyeron personas de edades comprendi- comentábamos anteriormente, las diferen- das entre los 15 y 65 años). En segundo cias metodológicas entre las dos encuestas lugar, el método de recoger la información hacen que esta comparación simple sea teni- sobre el consumo también cambió, utilizán- da en cuenta con ciertas limitaciones, ya que dose el método de entrevista en el 95 y de el hecho de incluir en la encuesta del 95 a autoinforme en el 97. Teniendo en cuenta personas de más de 65 años, entre las cua- estas diferencias que dificultan en cierta les las tasas de consumo son prácticamente medida las comparaciones directas pasamos inexistentes, haría descender las tasas tota- a resumir los principales resultados hallados. les de prevalencia en este año respecto al 97. Entre estos dos años se observa un Sin embargo, esta influencia de la edad cree- aumento en las tasas de consumos experi- mos que no explicaría todo el aumento, ya mentales u ocasionales y un descenso en el que en el caso de los consumos habituales la

Figura 3.Tendencias de los consumos de cannabis en población española. (Datos de la Domiciliaria sobre Consumo de Drogas, años 1995 y 1997).

34 Epidemiología del uso/abuso de cannabis variación entre los dos años se ha producido lencia del consumo de tabaco, alcohol, y en sentido inverso al que cabría esperar si las otras drogas entre los reclutas del Regimien- diferencias en las edades estudiadas fueran to Príncipe de Asturias de Noreña. Cada las responsables al ciento por ciento de los reemplazo rellenaba en los primeros días de cambios experimentados entre los dos años. su incorporación la Encuesta sobre Drogas En los datos del año 97, se puede apreciar de la OMS. Un total de 3.634 reclutas cumpli- como las mayores tasas de prevalencia vida mentaron la encuesta. Con esta misma se dan entre los adultos jóvenes; en concreto metodología hemos realizado un estudio el grupo de edad de 19 a 28 años es el que sobre los datos de consumo en los estudian- presenta prevalencias más altas (36.1%), tes de secundaria de una zona industrial de seguido del grupo de 29 a 38 años (31.3%). Asturias (Langreo) y hemos iniciado el curso pasado encuestas sobre el consumo entre la Con respecto a la edad de inicio también población estudiantil de secundaria de los ha habido ligeros cambios, y, sorprendente- Institutos de Oviedo, y con anterioridad a los mente, éstos son contrarios a la tendencia estudiantes universitarios de Ciencias de la general observada en la Encuesta a estudian- Salud. tes y en los estudios internacionales: se ha producido un ligero aumento en la edad 2.3.1. Población recluta. media de inicio al consumo pasando de 18.21 años en la encuesta del año 95 a 18.9 años Su edad media era de 20.28 años y el en la encuesta del 97 se observa como entre 100% eran varones. En conjunto, la prevalen- los grupos de edad más jóvenes la edad de cia vida de consumo de cannabis era del inicio es menor; así entre los adolescentes 40%, la prevalencia en los últimos 12 meses de 15 a 18 años la edad de inicio es de 15.6 del 25.9%, y en los últimos 30 días del años, entre los jóvenes de 19 a 28 años la 17.3%. Las tasas de prevalencia por año se edad de inicio es de 17.4 años, entre los jóve- expresan en la tabla 1. De los datos de esta nes de 29 a 38 años des de 18.7, entre los tabla se deduce como los consumos se han adultos de 39 a 48 años ese de 22 años, y venido mateniendo prácticamente estabiliza- finalmente entre los mayores de 48 años la dos a lo largo de los 5 años de estudio. edad media de inicio es de 28.1 años. Es decir, estos datos confirman la tendencia de La comparación de estos datos con los del que estamos asistiendo a un descenso pro- ámbito nacional resulta problemática por las gresivo de la edad en la que los adolescentes diferencias de edad y de sexo (en los reclutas inician el consumo de drogas. tan sólo hombres). Si los comparamos con los de las encuestas a población estudiantil, y den- 2.3. Datos de consumo en nuestra comuni- tro de éstas con el grupo de edad más pareci- dad (Principado de Asturias). do a la media de nuestros reclutas, es decir, los estudiantes de 18 años, obtenemos que en Desde el año 1995 hemos venido realizan- los mismos años las tasas de prevalencia en do repetidamente un estudio sobre la preva- los últimos 12 meses son menores entre los

Tabla 1.Tasas de prevalencia de consumo de cannabis entre los reclutas del regimiento Príncipe de Asturias (años 1995-1999).

1995 1996 1997 1998 1999 Total n = 759 n = 1128 n = 972 n = 548 n = 238 n = 3634 Prevalencia vida 42.7% 39.4% 36.3% 38.7% 44.1% 40.0% Últimos 12 meses 29.1% 25.5% 22.3% 24.6% 30.3% 25.9% Últimos 30 días 21.4% 16.8% 15.0% 16.7% 21.8% 17.3%

Bobes, J.; Bascarán, M.T.; González, M.P.; Sáiz, P.A. 35 reclutas que entre los estudiantes (año 1996: 96: 16.1; año 97: 16; año: 98: 16.2, y año 99: reclutas 25.5%, estudiantes 40.3%; año 1998: 16 años). reclutas 24.6%, estudiantes: 40.6%). Compa- Dada la abundancia de literatura que señala rados con los datos de la encuesta sobre al cannabis como droga de puerta de entrada población general del año 97 para el grupo de a otras drogas, nos pareció interesante calcu- edad 19-28 años, se observan como aunque lar el riesgo (razón de ventaja u odds ratio) las tasas de consumo experimental son igua- que poseían nuestros consumidores de can- les, los consumos habituales son más frecuen- nabis para consumir otras drogas ilegales. Tal tes entre la población recluta que entre la como puede observarse en la tabla 2, los población general (prevalencia vida: reclutas: reclutas que han consumido cannabis alguna 36.3%, población general 19-28 años: 36.1%; vez en su vida tienen un elevado riesgo de prevalencia últimos 30 días: reclutas: 15%, haber consumido otras drogas ilegales. La población general 19-28 años: 9.4%). droga con más probabilidades de haber con- La edad media de inicio al consumo se sumido son los alucinógenos (38 veces más sitúa entre la de los escolares españoles y la probabilidades) seguidos de la cocaína (36 de la población general, siendo para el con- veces más probabilidades), el éxtasis (33 junto de los reclutas de 16.04 años. Por años, veces más probabilidades), y las anfetaminas prácticamente no ha variado, si acaso se (19 veces más probabilidades). El riesgo para experimentó un ligero aumento entre el año estos reclutas de haber consumido cualquier 95 y 96 (edad inicio en el año 95: 15.6, año otra droga ilegal es 12 veces mayor.

Tabla 2. Estudiantes de secundaria: riesgo (odss ratio) de los consumidores de cannabis alguna vez en la vida de consumir cada una de las otras drogas alguna vez en la vida.

Odss ratio I.C. 95% Estudiantes Militares Estudiantes Militares Cocaína 30.729 36.736 16.593 - 56.909 24.184 - 55.800 Anfetaminas 19.309 19.677 12.648 - 29.477 14.342 - 26.998 Alucinógenos 24.737 38.361 16.611 - 36.840 25.836 - 56.957 Inhalantes 07.167 14.453 05.213 - 09.854 09.147 - 22.838 Tranquilizantes 04.240 03.914 03.293 - 05.460 03.082 - 04.970 Sedantes 07.792 08.361 04.011 - 15.136 04.707 - 14.855 Heroína 13.068 15.580 05.528 - 30.892 08.099 - 29.971 Éxtasis 09.321 33.362 05.643 - 15.396 21.565 - 51.613 Cualquier otra droga ilegal 08.522 12.677 06.918 - 10.497 10.495 - 15.313

2.3.2. Estudiantes de secundaria de Lan- años. No se hallaron diferencias estadística- greo (10). mente significativas en cuanto a las tasas de consumo ni en función del sexo ni del tipo de Cumplimentaron la encuesta 816 estudian- centro, privado o público. tes de secundaria de los colegios públicos y privados de Langreo. La edad media era de 2.3.3. Estudiantes de secundaria de Oviedo. 15.9 (1.37) años y el 50.9% eran hombres. La prevalencia vida de consumo fue del 29.3% Un total de 2.862 estudiantes cumplimen- en los últimos 12 meses, del 24.1% y en el taron la encuesta. Su edad media fue de 15.8 último mes del 9.3%. La edad media de ini- (1.4) años, y el 50.6% eran varones. El 28.4% cio al consumo de cannabis fue de 15 (1.6) cursaba 1º de bachiller, el 6.1% 2º de la ESO,

36 Epidemiología del uso/abuso de cannabis el 33.8% 3º de la ESO, el 28.9% 4º de la ESO, nabis alguna vez en su vida hayan consumido y el 2.8% módulos de formación profesional. cualquier otra droga ilegal. Salvo, en el caso La prevalencia vida fue del 35.6%, la preva- del éxtasis los riesgos son muy similares entre lencia en los 12 últimos meses del 28%, y en los reclutas y los estudiantes, y pensamos que los últimos 30 días del 21.2%. La edad media las diferencias son debidas, al menos parcial- de inicio al consumo era de 14.6 años. Unica- mente, a las diferencias de edad. Los riesgos mente se encontraron diferencias significati- que calculamos son para haber consumido vas en función del sexo en la prevalencia en alguna vez en la vida, y los reclutas al tener los últimos 30 días, de tal forma que en las una edad media mayor que los estudiantes mujeres ésta era significativamente más baja han tenido más tiempo de acercarse a las dis- que en los hombres (p.01) (Figura 4). La edad tintas drogas, por lo que parece lógico que los media de inicio al consumo fue de 14.6 años, riesgos sean algo mayores. sin diferencias en función del sexo (14.5 para los varones y 14.7 para las mujeres). 2.3.4. Estudiantes de Ciencias de la Salud Con respecto a la escalada de drogas, tal del distrito universitario de Oviedo. como puede observarse en la tabla 2, al igual que en el caso de los reclutas, entre los estu- Durante el curso académico 1996-97 un diantes de secundaria el hecho de haber con- total de 410 alumnos de la Facultad de Medi- sumido cannabis alguna vez en su vida supone cina y de las Escuelas Universitarias de Enfer- un riesgo de magnitud considerable para el mería y Fisioterapia completaron la encuesta consumo alguna vez en la vida de todas las sobre consumo de tabaco, alcohol, y otras demás drogas evaluadas. En concreto, un drogas. La edad media era de 21.5 años y el estudiante que haya consumido alguna vez en 80.5% eran mujeres. la vida cannabis tiene 30 veces más probabili- dades de haber consumido cocaína alguna vez La prevalencia vida fue de 29.8%, en los en la vida, casi 25 veces más probabilidades últimos 12 meses del 19%, y en el último de haber consumido alucinógenos alguna vez mes del 8.5%. Al igual que en el caso de los en la vida, 19 veces más probabilidades de estudiantes de secundaria únicamente se haber consumido heroína alguna vez en la encontraron diferencias estadísticamente sig- vida, etc. En resumen, es 8 veces más proba- nificativas en función del sexo en el consumo ble que los estudiantes que consumieron can- en el último mes, presentando las mujeres

Figura 4. Prevalencias de consumo entre los estudiantes de secundaria.

Diferencias significativas entre hombres y mujeres en la tasa de consumo en el último mes (p. 01).

Bobes, J.; Bascarán, M.T.; González, M.P.; Sáiz, P.A. 37 una tasa significativamente inferior a la de los ta para determinar la percepción social de los hombres (p. 01) (Figura 5). problemas de drogas en España (11). Los La edad media de inicio para el conjunto datos más destacados con respecto a la per- de los estudiantes era de 17.5 años, sin dife- cepción social de los problemas asociados al rencias en función del sexo (17.5 para los consumo de cannabis se refieren a continua- hombres y 17.4 para las mujeres). Tal como ción. cabía esperar, al ser mayor la edad media de La encuesta se realizó a una muestra este grupo, la edad media de inicio es supe- representativa de la población de 15 a 65 rior a la de los estudiantes de secundaria. años residente en el territorio español. El tamaño muestral fue de 1700 sujetos. 2.4. Datos de consumo en pacientes con Con respecto al cannabis el 75% de los trastornos esquizofrénicos. entrevistados conocían su nombre y lo refe- rían cuando se les preguntaba que citasen los La asociación entre los trastornos esquizo- nombres de drogas que les sonasen o cono- frénicos y el consumo de cannabis es un ciesen. Fue la droga citada por un mayor tema ampliamente debatido en la literatura número de entrevistados tras la cocaína (y científica. Por ello, nos ha parecido conve- crack) que fue citada por el 77.2% de la niente traer brevemente a colación los datos muestra. de consumo de cannabis de dos estudios El 64% de los entrevistados cree que el multicéntricos realizados en nuestro país en cannabis es la droga que más se consume en los que se estudiaron 377 y 353 pacientes nuestro país, le sigue en importancia el alco- esquizofrénicos (criterios CIE-10), obtenién- hol que es contestado por el 61.2% de los dose una frecuencia de consumo de canna- entrevistados. El 27.3% de los encuestados bis entre el 7 y el 13%. refirió haber consumido alguna vez cannabis y el 83.2% alcohol. Es decir, parece que exis- te una sobreestimación del consumo del can- 3. Percepción subjetiva de riesgos. nabis por parte de la población. Con respecto a la percepción y valoración En el año 1998 la Fundación de Ayuda con- de la peligrosidad de las drogas, la mayoría tra la Drogadicción (FAD) realizó una encues- de los encuestados opina que las drogas son

Figura 5. Prevalencias de consumo entre los estudiantes universitarios de Ciencias de la Salud.

Diferencias significativas entre hombres y mujeres en la tasa de consumo en el último mes (p. 01).

38 Epidemiología del uso/abuso de cannabis “sustancias muy peligrosas que no deben ni otras drogas ilegales si se consume canna- probarse” (74.9%), y tan sólo el 9.9% opina bis es muy elevado. que son “algo que es preciso conocer y pro- • La sociedad española “conoce” esta bar, al menos una vez”. Tras el tabaco (puntua- droga, y la percibe como poco peligrosa, y ción de 2.22) y el alcohol (puntuación de por tanto, con bajos riesgos. 2.37),el cannabis fue considerada la droga menos peligrosa (puntuación de 2.48 es una • Un importante porcentaje de la sociedad escala de 1 = poco o nada peligrosa a 3 = española considera que debería permitirse bastante o muy peligrosa). El 11.6% de los tanto el consumo como la venta de esta entrevistados opinaron que era poco o nada sustancia. peligrosa, el 27.3% que era regular de peligro- • Finalmente, en estos momentos en que las sa, y el 58.4% que era bastante o muy peli- instituciones de más prestigio en medicina grosa. Teniendo en cuenta los resultados de consideran muy necesaria la realización de un análisis factorial, los autores concluyen estudios que permitan conocer en profun- que la posición respecto a la peligrosidad de didad el valor terapéutico para uso médico cannabis es ambivalente ya que tendría apro- (12), creemos que estamos ante un grupo ximadamente el mismo peso en los dos fac- de drogas capaces de generar dependen- tores obtenidos; en el factor 1 de drogas más cia, alteraciones afectivas, cognitivas, y peligrosas (cocaína y crack, heroína y otros sensoperceptivas, y agravación del estado opiáceos, anfetaminas-alucinógenos y drogas mental de personas vulnerables y enfer- de síntesis, y tranquilizantes e hipnóticos: su mos psiquiátricos, por lo que no considera- peso es de .408, y en el factor 2 de drogas mos pertinente “banalizar” su uso-abuso. menos peligrosas (tabaco y alcohol) su peso es de .445. La actitud de los encuestados frente al cannabis es bastante permisiva, ya que el BIBLIOGRAFÍA 39% opina que se debería permitir su consu- mo, y el 37.6% que se debería permitir su (1) EMCDDA: Estimating the prevalence of pro- venta. blem drug use in Europe. EMCDDA Scientific Monograph Series, Nº 1. (2) Björn Hibell y cols.: The 1995 ESPAD report: alcohol and other drug use among students in 4. CONCLUSIONES 26 European countries. Estocolmo: Swedish Council for Information on Alcohol and Other • España se sitúa en la actualidad entre los Drugs (CAN) y el Pompidou Group. 1997. países europeos con mayores tasas de (3) National Institute on Drug Abuse: Epidemiologi- consumo (uso-abuso) de cannabis. cal trends in drug abuse. NIH Publication No. 00-4530. Maryland: NIH. 1999. • Las tasas de consumo de cannabis han ido incrementándose progresivamente en las (4) OEDT: Informe anual sobre el problema de la últimas décadas, si bien desde el año 1995 drogodependencia en la Unión Europea. Bélgi- ca: OEDT. 1999. puede considerarse que permanecen prác- ticamente estables en nuestro país. (5) Plan Nacional sobre Drogas: Encuesta sobre drogas a la población escolar, 1994. Madrid: • Se observa una tendencia a que el inicio al Delegación del Gobierno para el Plan Nacional consumo se realice a edades más tempra- sobre Drogas. 1995. nas. (6) Plan Nacional sobre Drogas: Encuesta sobre • Se confirma el calificativo de droga de drogas a la población escolar, 1996. Madrid: “acceso” o “puerta de entrada” al consu- Delegación del Gobierno para el Plan Nacional mo de otras drogas. El riesgo de consumir sobre Drogas. 1997.

Bobes, J.; Bascarán, M.T.; González, M.P.; Sáiz, P.A. 39 (7) Plan Nacional sobre Drogas: Encuesta sobre (10) Sáiz P.A., González M.P.; Jiménez L.; Delgado drogas a la población escolar, 1998. Y.; Liboreiro M.J., Granda B., Bobes J.: Consu- PNSD/Internet. 2000. mo de alcohol, tabaco y otras drogas y rasgos (8) Plan Nacional sobre Drogas: Encuesta domicilia- de personalidad en jóvenes de enseñanza ria sobre uso de drogas, 1995. Madrid: Delega- secundaria. Adicciones 1999; 11 (3): 209-220. ción del Gobierno para el Plan Nacional sobre (11) Megías E., Comas D., Elzo J., Navarro J., Drogas. 1996. Romaní O.: La percepción social de los proble- (9) Plan Nacional sobre Drogas: Encuesta domicilia- mas de drogas en España. Madrid: FAD. 2000. ria sobre uso de drogas, 1997. Madrid: Delega- (12) Watson S.J., Benson J.A., Joy J.E.: Marijuana ción del Gobierno para el Plan Nacional sobre and medicine: assessing the science base. Drogas. 1998. Arch Gen Psychiatry 2000; 57: 547-552.

40 Epidemiología del uso/abuso de cannabis Cannabinoides: propiedades químicas y aspectos metabólicos

RAMOS ATANCE, J.A.; FERNÁNDEZ RUIZ, J.

Instituto Universitario de Drogodependencias, Departamento de Bioquímica y Biología Molecular, Facultad de Medicina. Universidad Complutense

Enviar correspondencia a: J.A. Ramos Atance. Departamento de Bioquímica, Facultad de Medicina. Universidad Complutense, 28040-Madrid Tel.: 91-3941454 Fax: 91-3941691 e-mail: [email protected]

Resumen Summary Las variaciones ambientales modifican la proporción de Atmospherical variations modify the proportion of componentes psicoactivos presentes en la Cannabis psychoactive components present in Cannabis sativa, Sativa entre los que destaca el ∆9-tetrahidrocannabinol most notably ∆9-tetrahydrochannabinol (THC). In the (THC). En los últimos años, la investigación genética y el last few years, genetic research and the development desarrollo de técnicas de cultivo hidropónico en inverna- of hydroponic cultivation techniques under glass has dero ha permitido aumentar el contenido en THC de led to an increase in THC in some varieties of the plant. algunas variedades de la planta. More than four hundred chemical compounds have Se han identificado en la planta mas de cuatrocientos been identified in the plant, some seventy of which compuestos químicos, entre los que unos sesenta comprise the cannabinoides chemical group to which constituyen el grupo químico de los cannabinoides, al THC belongs. The characterisation of their chemical que pertenece el THC. La caracterización de su estruc- structure has led to the design of analogues in the tura química ha permitido el diseño en el laboratorio de laboratory, which have been of great use in the physio- análogos que han sido de gran utilidad en el estudio logical and pharmacological study of these com- fisiológico y farmacológico de estos compuestos. Las pounds. Successive modifications of their structure sucesivas modificaciones de su estructura han llevado a have led to the synthesis of derivatives associated with la síntesis de derivados relacionados con alguna de las some of the pharmacological actions attributed to the acciones farmacológicas atribuidas a los cannabinoides, cannabinoides, without their psychotropic effects. evitando sus efectos psicotrópicos. Cannabinoides can enter the organism in several Existen diversas vías para la entrada de los cannabi- ways and this influences the degree of absorption and noides al organismo, que influyen sobre el grado de absorción y la velocidad de difusión. Dado su marcado the speed of diffusion. Given their pronounced hydro- carácter hidrófobo, se almacenan en el tejido adiposo y phobic nature, they are stored in the adipose tissue solo una mínima proporción tiene acceso directo al and only a minute proportion has access to the brain. cerebro. Su lenta liberación desde este tejido prolonga Their slow liberation from this tissue prolongs their pre- su presencia en sangre y su actuación sobre el organis- sence in blood and their action on the organism for mo durante varios días. several days. La actuación de cada uno de los cannabinoides sobre Depending on the preparation of the Cannabis sati- el organismo puede modificarse por los otros compues- va, the action of each of the cannabinoides on the orga- tos que lo acompañan en dependencia del tipo de pre- nism may be modified by the other compounds parado de la Cannabis Sativa consumido. Las interaccio- accompanying it. The interactions between these com- nes entre estos compuestos pueden ser de tipo pounds maybe of a synergetic, addictive or antagonist sinérgico, aditivo o antagónico. type. Palabras clave: Cannabis, cannabinoides, ∆9-tetrahidro- Key words: cannabis, cannabinoids, marijuana, ∆9- cannabinol, marihuana, quinasa, metabolismo. tetrahidrocannabinol ,chemistry, metabolism.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 41 1. ASPECTOS BOTÁNICOS. ras en la India. En el clima caliente y seco del norte de Africa se produce tanta resina que, incluso bajo el sol de mediodía, la planta a Cannabis Sativa es una planta anual parece estar cubierta de rocío. La resina se perteneciente al genero de las moráce- forma desde que aparecen las primeras flo- as, pero que, en algunas ocasiones, L res hasta que las semillas alcanzan su madu- junto con el lúpulo se la ha considerado como rez. La producción de resina podría ser una de la familia de las cannabáceas. Está amplia- reacción adaptativa de la planta para proteger mente distribuida por las regiones templadas la semilla en maduración del calor y de la baja y tropicales del planeta. Se han descrito más humedad del aire (Paris y Nahas 1984). de cien variedades diferentes (Baily, 1949). La Cannabis Sativa ha sido cultivada desde la Algunas de sus subespecies reciben el antigüedad preclásica por la fibra procedente nombre de indica o americana, como identifi- de su tronco, que sirve para la fabricación de cación de la localización geográfica de su cre- cuerdas, velas, sacos, e incluso de papel de cimiento. Sin embargo, aunque en algunos fumar. Sus semillas contienen un aceite de trabajos este adjetivo aparece asociado al olor desagradable que ha sido usado para pin- mayor o menor contenido en sustancias psi- turas y barnices o para la fabricación de coactivas, en la realidad no describe ninguna jabón. Las semillas también han servido para de las características básicas de la planta alimentar al ganado. Pueden tostarse para el (Houghton y Hamilton, 1908). La planta, que consumo humano o como comida para pája- inicialmente se utilizó en su forma silvestre, ros domésticos (Malinovskij, 1927; Koehler, fue posteriormente cultivada para aumentar 1946). El conocimiento de las propiedades su producción. Actualmente se puede encon- intoxicantes de algunas de sus variantes con- trar en ambas formas. Donde mejor crece la firió a la planta, en determinadas culturas, un planta es en suelos húmedos, fácilmente papel religioso, siendo también utilizadas por desmenuzables y con alto contenido en nitró- sus efectos medicinales. geno. Crece peor en suelos arcillosos (Wilsie y Reddy, 1946). La Cannabis Sativa es una planta dioica, es decir con sexo separado. A veces, cuando se La Cannabis Sativa se ha adaptado a varios encuentra en condiciones desfavorables, la tipos de climas. La adaptación suele venir misma planta contiene flores masculinas y acompañada por variaciones morfológicas, femeninas y puede revertir su sexo después principalmente en las hojas (Eckler y Miller, de haber sido transplantada (Laskowska, 1912). Las principales modificaciones obser- 1961). La flor femenina no es polinizada por vadas en los diferentes tipos de plantas son los insectos sino por el viento. La planta mas- debidas a una cierta plasticidad genética, a culina muere poco después de haber esparci- las influencias del entorno (especialmente do el polen, mientras que la femenina sobre- temperatura y exposición a la luz) y a la mani- vive hasta la maduración de las semillas o pulación humana, pero no son específicas del hasta que sea víctima de las heladas. Estas país de origen (Dewey, 1928). semillas permanecen en el humus hasta que Así, una planta importada de la India mues- reaparecen las condiciones adecuadas para tra después de varias generaciones las mis- su desarrollo. Se trata de una planta muy mas propiedades que las europeas, y una de resistente que tolera bien los cambios climá- estas últimas, utilizada para la producción de ticos, excepto la congelación. Sus semillas fibra, tras ser plantada en áreas secas y pueden crecer en muy diferentes tipos de calientes de Egipto, tiende a producir des- suelos y de climas y requiere muy poco cui- pués de varias generaciones plantas con alto dado una vez que ha hundido su raíz en el contenido psicoactivo y sin apenas fibra (Bou- suelo. quet, 1951). Los brotes florecidos y las hojas de la plan- Las plantas cultivadas para la obtención de ta femenina secretan una resina, llamada cha- cáñamo pueden alcanzar alturas de hasta 6

42 Cannabinoides: propiedades químicas y aspectos metabólicos metros. Este tipo de planta tiene un tallo planta utilizada para su extracción, del modo hueco, cosa que no ocurre en las utilizadas de preparación de la droga para su consumo, para la obtención de componentes psicoacti- así como de las condiciones en que se haya vos. En la subespecie Cannabis indica, los producido su almacenamiento. Unos sesenta compuestos psicoactivos están contenidos de estos compuestos, presentan unas carac- en la resina. La mayor concentración de can- terísticas estructurales comunes y han sido nabinoides se localiza en los brotes florecidos identificados como pertenecientes al grupo seguidos por las hojas. Hay pequeñas canti- de los cannabinoides (Waller, 1971). dades en el tronco y en las raíces y no parece El término cannabinoide describe aquellas haber nada en las semillas. sustancias que tienen una estructura carbocí- Se han utilizado tres tipos de preparacio- clica con 21 carbonos y entre los que se nes de la planta, que corresponden a los incluyen sus análogos y los productos proce- nombres que recibían en la India. Bhang se dentes de su transformación. Están formados obtiene a partir de las hojas y los extremos generalmente por tres anillos, ciclohexeno, superiores secos de la planta no cultivada y tetrahidropirano y benceno. Algunos de ellos tiene un bajo contenido en resina. Ganja se son los responsables del poder psicoactivo obtiene de las hojas y los extremos superio- de los diversos preparados procedentes de la res de las plantas cultivadas y tiene un conte- planta (Mendelson, 1987). nido mayor en resina. Ambas preparaciones Los principales cannabinoides son el ∆9- se conocen como marihuana. Charas, tam- THC, el ∆8-THC y el CBD. El cannabicromeno bién conocido como hachís, se prepara a par- (CBC), que es un producto intermedio en la tir de la propia resina y tiene un contenido síntesis de THC, está presente en grandes psicoactivo entre 5 y 10 veces mayor que la cantidades en algunas variedades de la plan- marihuana. Los productos de la planta pue- ta. El CBN es un subproducto del THC que se den ser también masticados, fumados en forma cuando ha habido un almacenaje una pipa de agua o comidos en diversos pro- inapropiado de los brotes florecidos o de la ductos cocinados. En los últimos años, la resina, o durante su manipulación química. experimentación genética y el desarrollo de Las flores masculinas y las femeninas pre- técnicas de cultivo hidropónico en invernade- sentan la misma cantidad de cannabinoides ros ha aumentado el contenido en THC en las (Valle, Lapa y Barros, 1968). La concentración plantas de cannabis. Así, el cáñamo holandés de CBD es más alta en el cáñamo cultivado denominado “Netherweed” alcanza unas para la producción de fibra, donde el conteni- concentraciones medias del 20%, lo que do de THC es bajo. Lo contrario ocurre en las puede afectar a su patrón de consumo plantas cultivadas para el consumo recreativo (Adams y Martin, 1996). (Turner, Elsohly y Boeren, 1980). Desde un punto de vista químico se han definido 3 tipos de plantas, en dependencia 2. TIPOS DE COMPUESTOS PRESENTES de la concentración de los principales canna- EN LAS DIFERENTES VARIEDADES DE binoides: LA PLANTA. 1) Tipo droga pura con un alto contenido en THC (2-6%) y que carece de CBD: corres- Los compuestos químicos identificados en la ponde a las plantas que crecen en climas Cannabis Sativa son más de cuatrocientos. cálidos como Méjico o Suráfrica. Todos ellos varían en número y en cantidad 2) Tipo intermedio, en el que las concentra- en dependencia del clima, tipo de suelo, ciones de THC son más bajas y tiene ya variedad cultivada e incluso de la forma en algo de CBD: corresponde a plantas que que se haya realizado su cultivo. Estas varia- crecen en climas cálidos, alrededor del ciones también dependen de la parte de la Mediterráneo como Marruecos o Líbano.

Ramos, J.A.; Fernández, J. 43 3) Tipo fibra, en el que el contenido en THC b) una serie de derivados espiránicos como la es muy bajo (<0.25%) y el de CBD es cannabispirona, la cannabispiperona y el superior al 0,5%: corresponde a plantas cannabisperol; que crecen en climas templados como c) derivados del estilbeno como el amorfasti- Francia o Hungría, países donde se cultiva bol, que es parecido al y tam- con fines industriales (Paris y Nahas, 1984). bién aparece en otras plantas; El resto de los cannabinoides naturales d) diversos alcaloides derivados de la esper- pueden presentar características estructura- midina (cannabisativina y anhidro-cannabi- les comunes. Así, el ∆9-tetrahidrocannabivarol sativina); (∆9-THCV), cannabidivarol (CDBV) y cannabiva- e) esteroles (campesterol, ergosterol, b-sis- rol (CBNV), solo se diferencian del THC, CBD tosterol, estimagasterol); y CBN, respectivamente, en que tienen como cadena lateral propilo en vez de pentilo. f) terpenos (mono y sesquiterpenos como el Esta cadena puede ser también un n-butilo o epóxido cariofilina), o triterpenos (friedeli- un metilo. En el segundo caso tenemos la na, epifriedelanol); serie de los cannaborcinoles. g) glucósidos con flavonoides (vitexina, orien- tina). Otros cannabinoides presentes en la plan- ta son el cannabiciclol (CBL), el cannabigerol Algunas veces, las preparaciones de can- (CBG) y el monometileter del cannabigerol nabinoides están contaminadas lo que puede (CBGM), cannabielsoina (CBE), afectar a sus consumidores. Se han descrito (CBND), cannabitriol (CBT), dehidrocannabifu- casos en los que ha aparecido la bacteria sal- rano, cannabicitrano, cannabiripsol que apare- monella o el hongo aspergillus, que podrían cen en cantidades diferentes según la varie- producir salmonelosis o la alteración bronco- dad de Cannabis Sativa valorada (Turner, pulmonar denominada aspergilosis, respecti- Elsohly y Boeren, 1980). vamente. Otro tipo de contaminación está relacionado con herbicidas procedentes de la En la planta, los cannabinoides pueden fumigación de la planta como por ejemplo contener un grupo carboxilo, en posición 3´ o ocurrió en Méjico en 1978 cuando los cultivos 5´ del anillo de benceno. Estos compuestos de marihuana fueron rociados con paraquat, son muy inestables y sufren una descarboxi- compuesto que puede originar síntomas lación espontánea, transformándose en los parecidos a la enfermedad de Parkinson. A correspondientes cannabinoides neutros. El veces se utilizan en la fumigación de las plan- ácido cannabidiolico, que tiene actividad anti- tas compuestos organofosforilados que pue- biótica, es un constituyente importante del den conducir a trastornos mentales, al estar cáñamo del tipo fibra. Este compuesto apare- relacionados estos compuestos con la neuro- ce en las etapas iniciales del desarrollo de la transmisión colinérgica. planta y aumenta su presencia en las etapas finales de la maduración. La mayor parte de los componentes no cannábicos, hidrocarburos, terpenos, azúca- 3. PROPIEDADES DE LOS res y aminoácidos, son los constituyentes CANNABINOIDES. normales de una planta por lo que no es de esperar que contribuyan al perfil farmacológi- El ∆9-THC es el cannabinoide con mayor co específico de la droga. Sin embargo, hay potencia psicoactiva, por lo que estas propie- otros compuestos que si podrían contribuir a dades en una muestra de cannabis depende- este perfil (Turner, Elsohly y Boeren, 1980): rán de su contenido en este compuesto. El a) bases cuaternarias como la muscarina y la ∆9-THC presenta propiedades hidrófobas por N-(p-hidroxi-ß-feniletil)-p-hidroxi-trans-cinna- lo que es muy soluble en lípidos. Esto le con- mida; fiere unas características, en relación con su

44 Cannabinoides: propiedades químicas y aspectos metabólicos distribución en el organismo y con su elimina- receptor CB2 en esplenocitos y timocitos, ción, que le diferencian de otras drogas de al inhibir la adenilato ciclasa, reduce la acti- abuso. Es bastante inestable, pudiendo ser vidad de la proteína quinasa A y de los fac- degradado por el calor, la luz, los ácidos y el tores de transcripción ligados al AMPc oxígeno atmosférico, lo que podría explicar la (Herring, Koh y Kaminski, 1998). Esta perdida de potencia que se produce durante reducción, implica, a nivel genético, una su almacenamiento. Los otros cannabinoides disminución en la transcripción del gen presentes en la planta de los que más datos para la IL-2, proteína que participa en la se dispone son: regulación de la actividad del sistema 1) El ∆8-THC que tiene un perfil farmacológico inmune. La disminución de su liberación muy parecido al del ∆9-THC, aunque algo podría contribuir a explicar la capacidad de más bajo, por lo que se esta investigando inmunomodulación atribuida a los cannabi- para el diseño de fármacos sin efectos psi- noides (Condie y cols., 1996). coactivos. Sólo aparece en algunas varie- 3) El CBD es un compuesto bicíclico, al estar dades de la planta y su concentración es el anillo de tetrahidropirano escindido. Es muy pequeña en comparación con la del un cannabinoide prácticamente desprovis- ∆9-THC (Mechoulam, Devane y Glaser, to de propiedades psicoactivas. De hecho, 1992). El ∆8-THC podría estar implicado en el CBD no es capaz de desplazar del recep- el efecto cataléptico atribuido a los canna- tor CB1 ni a un agonista como el CP- binoides, ya que este compuesto, o alguno 55,940 ni a un antagonista como el de sus metabolitos, presenta en ratones SR141716A (Thomas y cols., 1998). Sin una buena correlación entre sus concentra- embargo, a concentraciones micromola- ciones y la aparición de catalepsia (Ohls- res, actúa como antagonista de los recep- son y cols., 1980a). tores cerebelares para cannabinoides, 2) El CBN también tiene propiedades psico- cuando se utiliza GTPgS como índice de activas, entre las que se encuentran las activación de este receptor (Petitet y cols., relacionadas con los estímulos discrimina- 1998). Al tratarse de una sustancia no-psi- tivos del THC (Järbe y Mathis, 1992). Esta coactiva, se ha profundizado en la explora- actividad es, en animales de experimenta- ción de sus posibles efectos clínicos. Se ción, aproximadamente una décima parte ha descrito un caso en el que el uso oral de la descrita para el THC. Sin embargo, del CBD (disuelto en aceite de maíz y los resultados obtenidos en humanos empaquetado en cápsulas de gelatina) ha fueron bastante contradictorios. Algunos sido efectivo en un tratamiento a largo autores han indicado que, tras su adminis- plazo de la psicosis (Zuardi y cols., 1995). tración intravenosa, el CBN produce efec- Cuando se utiliza una mezcla de cannabi- tos similares a los descritos para el THC noides o el producto natural, el efecto (Pérez-Reyes y cols., 1973a), mientras que antipsicótico podría estar enmascarado por otros no los han encontrado cuando la los efectos indeseados del THC. administración fue por vía oral (Hollister, Investigaciones realizadas con roedores, 1974). En comparación con el THC, el CBN han demostrado que el CBD, a dosis relativa- presenta mayor afinidad por el receptor mente bajas, produce efectos ansiolíticos en CB2 que por el CB1 (Munro y cols., 1993). estos animales (Onaivi, Green y Martin, Al ser el CB2 un receptor periférico, esto 1990). Los datos obtenidos en humanos son podría implicar a este compuesto en los contradictorios. Unos investigadores han efectos producidos por el cannabis fuera observado que el tratamiento con CBD ate- del sistema nervioso central. Así, el CBN núa las alteraciones psicológicas inducidas parece participar en la modulación del sis- por altas dosis de THC (0.5 mg/kg.), como por tema inmune atribuida desde hace tiempo ejemplo los sentimientos de ansiedad y de a los cannabinoides. Su actuación sobre el pánico (Zuardi y cols., 1982). Otros investiga-

Ramos, J.A.; Fernández, J. 45 dores, sin embargo, no habían apreciado pre- viamente ningún efecto modulador del CBD sobre la actividad psicótropa del THC (Hollis- ter y Gillespie, 1975). La única característica farmacológica del THC que parece compartir el CBD es la activi- dad anticonvulsivante, aunque posiblemente utilizando diferentes mecanismos de actua- ción. Por otro lado, al administrar CBD a pacientes epilépticos, disminuía el desacopla- miento comportamental relacionado con el THC (Izquierdo, Orsingher y Berardu, 1973). Esta propiedad del CBD abrió la posibilidad de su utilización en el tratamiento de la disto- nía, el corea de Huntington o el dolor neuro- pático (Consroe y Sandyk, 1992). Se ha atri- buido recientemente al CBD un papel neuroprotector al comprobar su actuación como antioxidante frente a los efectos oxida- tivos producidos en las neuronas por la libera- ción de glutamato (Hampson y cols., 1998). Aunque los resultados son preliminares, al tratarse de un estudio en cultivo de células de rata, apuntan a una posible actividad pro- tectora de este compuesto en el cerebro. El CBD ha sido relacionado desde hace tiempo con el sistema inmune. Suprime la producción de anticuerpos en cultivos celula- res de bazo de ratón, en presencia de células Figura 1. Cannabinoides naturales más importantes. T y de macrófagos activados (Baczynsky y Zimmerman, 1983). Recientemente, se ha importantes en su actividad. La disposición visto que en algunas líneas celulares del sis- de sus átomos en el espacio y la posible exis- tema inmune, el CBD inhibe la producción de tencia de enantiómeros también puede influir diversas citoquinas (IL-8, IL-10, TNF-α, IFN-γ). en las propiedades de la molécula. Diversos Estos resultados, que indican sus posibles estudios realizados desde la década de los efectos beneficiosos en enfermedades infla- sesenta han servido para caracterizar la matorias/autoinmunes, también advierten de estructura de estos compuestos. Además, la su peligrosidad en relación con el SIDA, cristalografía de rayos X y la resonancia mag- tumorogénesis e inflamación alérgica en pul- nética nuclear han permitido dilucidar la geo- mones (Srivastava, Srivastava y Brouhard, metría de los cannabinoides tanto en estado 1998). sólido como en disolución. Esto ha facilitado los estudios sobre las interacciones que se 3.1. Relación estructura-actividad. producen entre estos compuestos y su receptor. Las propiedades de estos cannabinoides Estas investigaciones han permitido esta- dependen de su estructura química. Variacio- blecer algunas de las “reglas” que debe cum- nes mínimas en los componentes de la molé- plir una molécula para poder presentar acti- cula del THC pueden provocar cambios vidad cannabimimética (Mechoulam, Devane

46 Cannabinoides: propiedades químicas y aspectos metabólicos y Glaser, 1992). Así, para que un cannabinoi- b) la reducción del ∆9-THC a hexahidrocanna- de sea psicoactivo: binol origina dos epímeros activos, aunque a) debe contener en su molécula la estructu- el ecuatorial es considerablemente más ra del dihidrobenzopirano: un ejemplo de activo que el axial. La misma relación se ello sería el CBD que carece del anillo de observa con los 11-hidroxi-hexahidrocanna- hidropirano y no posee psicoactividad; hay binoles, lo que junto con los datos obteni- excepciones como el y algu- dos con otros compuestos parece indicar no de sus derivados (que tienen un grupo que las sustituciones ecuatoriales confie- ceto alquilado en el hidroxilo del fenol y el ren mayor actividad que las axiales. La eli- CP-47497 que es un monofenol). minación de los dos metilos del carbono 6 la disminuye. b) el hidroxilo fenólico debe estar libre: la sus- c) Los isómeros (-) del ∆9-THC y del ∆8-THC titución de este hidroxilo por un amino, dis- presentan unas propiedades cannabimimé- minuye considerablemente esta actividad, ticas mucho más altas que las de las for- mientras que la sustitución por un tiol la mas (+), aunque persista en ellas algo de elimina. actividad (Dewey, Martin y May, 1984). El c) la hidroxilación en C-11 mantiene la activi- HU-211, que es el enantiomero (+) del HU- dad, pero su posterior oxidación a carboxi- 210, es prácticamente inactivo, lo que con- lo la elimina: El CBN, que al tener aromati- vierte a esta pareja de enantiómeros en la zado su anillo de ciclohexeno tiene menos más idónea para la caracterización de los actividad que el THC, puede aumentarla al receptores para cannabinoides. Otros dos hidroxilarse en C-11. El gran aumento de pares de enantiómeros sintetizados en el actividad que aparece en el 11-hidroxi-∆8- laboratorio son el el levonantradol y el THC-DMH (HU-210) está relacionado con CP55244 y sus isómeros (+) dextronantra- la presencia de un grupo hidroxilo en C11 y dol y CP55243. con la sustitución del pentilo por 1,1, dime- El conocimiento de las relaciones existen- tilheptilo en su cadena lateral. Sorprenden- tes entre la estructura y la actividad de los ∆9 temente el 11-hidroxi- -THC-DMH es cannabinoides ha permitido el diseño de aná- menos activo que el HU-210. La dihidroxila- logos que han sido de gran utilidad en el ción del anillo de terpeno conduce a la pér- estudio farmacológico y fisiológico de estos dida de la actividad. compuestos. En unos casos, se ha tratado de d) la posición del doble enlace en el anillo de modificar el marcado carácter hidrófobo de ciclohexeno parece variar la actividad, sien- los cannabinoides para aumentar su solubili- do la óptima para ∆9-THC y luego para ∆8- dad en agua. Otras veces, se ha buscado THC. La saturación del anillo produce los aumentar la capacidad de unión a su recep- hexahidrocannabinoles con una actividad tor, que en el caso del THC no es muy alta. más baja. Además, las sucesivas modificaciones de su e) el grupo metilo en C-9 no es un requeri- estructura han permitido la preparación de miento absoluto para el mantenimiento de derivados relacionados con alguna de las la actividad. acciones farmacológicas atribuidas a estos compuestos, evitando las relativas a sus f) la cadena lateral es de gran importancia efectos psicotrópicos. para la actividad cannabinomimética. Cuan- Así, se han estudiado los efectos analgési- do el resto alquílico n-pentilo se elonga y cos de los cannabinoides mediante la utiliza- ramifica aumenta la potencia. ción de análogos no clásicos como los tetra- Entre los requerimientos estereoquímicos cíclicos y los bicíclicos (Howlett y cols., 1988). se encuentran: El levonantradol es un ejemplo de cannabinoi- a) los anillos de ciclohexeno (A) y de dihidro- de sintético tetracíclico y el (-)-CP-55,940 lo pireno (B) se encuentran en trans. es de bicíclico. Este último compuesto produ-

Ramos, J.A.; Fernández, J. 47 ce unos efectos comportamentales muy parecidos a los de los cannabinoides vegeta- les, por lo que ha sido utilizado para la carac- terización del receptor de cannabinoides. Otros derivados sintéticos de los cannabi- noides que han demostrado poseer efectos terapéuticos son la nabilona y el naboctate. El primero de ellos posee, en el carbono nueve, un grupo cetónico en lugar de un metilo y ésto le confiere un apreciable efecto antie- mético. El segundo presenta un grupo dietil- etilamino esterificado en el hidroxilo fenólico lo que ha permitido su utilización para la reducción de la presión intraocular (Razdan, 1986). El 11-hidroxi-∆8-THC-DMH (HU-210) es el cannabinoide sintético más potente de los actualmente conocidos. Esta propiedad está relacionada con la presencia de un grupo hidroxilo en C11 y de 1,1- dimetilheptilo en su cadena lateral. Su elevada potencia fue la base de su utilización en la caracterización de la anandamida, que ha sido el primer cannabi- noide endógeno aislado de cerebro. Figura 2. Ejemplos de cannabinoides sintéticos. Otro tipo de compuestos sintetizados en el laboratorio son los aminoalquilindoles (AAI). Uno de ellos, el WIN-55,212-2 se une al receptor de cannabinoides, inhibiendo la acti- 4. ABSORCIÓN Y DISTRIBUCIÓN. vidad de la adenilato ciclasa, por lo que se ha utilizado en la caracterización de este recep- Los cannabinoides pueden ingresar en el tor (Bell y cols., 1991). Estos compuestos, organismo de varias formas: que presentan propiedades analgésicas, no 1) Por inhalación del humo procedente de están relacionados estructuralmente con los pipas de agua o de cigarrillos, lo que pro- cannabinoides, pero muestran un perfil far- duce una rápida absorción. macológico cannabimimético. 2) Por ingestión oral de bebidas o alimentos La anandamida y el 2-araquidonilglicerol, que son los dos cannabinoides endógenos, sólidos, con una absorción mas lenta, lo mejor caracterizados, presentan una estruc- que retrasa la manifestación de sus efec- tura química muy diferente de la de los can- tos. nabinoides vegetales y sintéticos, por lo que 3) Por medio de aerosoles o pulverizadores, sus efectos fisiológicos no tienen porque ser para evitar los efectos perjudiciales asocia- exactamente los mismos que los producidos dos al humo. por los cannabinoides naturales. En la actuali- 4) En forma de gotas para el tratamiento ocu- dad, se están diseñando compuestos a partir lar. de la estructura de los endocannabinoides que puedan tener una aplicación terapéutica 5) Por administración rectal, para evitar los y en los que no aparecerían los efectos perju- problemas de absorción y las primeras eta- diciales atribuidos a los cannabinoides de ori- pas de degradación asociadas a su ingesta gen vegetal. oral.

48 Cannabinoides: propiedades químicas y aspectos metabólicos Otra vía de administración es la intraveno- sustituidos. Estas alteraciones podrían expli- sa, que requiere la disolución del THC en car la pérdida de actividad del THC tras inges- alcohol y su mezcla con una infusión salina, lo tión oral, debido al pH ácido del estómago que la convierte en poco práctica para la (Garret, Gouyette y Roseboom, 1978). Por medicina general. Los preparados de la Can- tanto, hay que ingerir una cantidad mayor de nabis Sativa (hachís, marihuana), se consu- THC por esta vía para conseguir el mismo men principalmente en forma de cigarrillos, efecto fisiológico que por la vía aérea. Ade- por lo que son absorbidos por los pulmones, más, se ha visto que, tras la ingestión oral de acompañados por los otros componentes del THC, se produce un aumento gradual de su humo. El grado de absorción depende de concentración en sangre durante un periodo diversos factores: de tiempo que puede durar varias horas, lo que retarda la aparición de sus efectos psico- 1) del tipo de preparación utilizada, lo que activos (Cone y Huestis, 1993). implica la presencia en mayor o menor cantidad de diferentes tipos de cannabinoi- La administración del THC en supositorios des y de otros compuestos químicos; se ha realizado en forma de la prodroga hemi- succinato de THC. Tras la hidrólisis de este 2) de la combustión de la mezcla, como compuesto, se eleva rápidamente la presen- demuestra el hecho de que los cannabinoi- cia de THC en sangre. Estos niveles son des ácidos se descarboxilan con bastante dosis-dependientes y permanecen estables rapidez cuando están expuestos al calor; durante periodos prolongados de tiempo, que 3) del tiempo empleado en fumarlo ya que la pueden llegar a alcanzar las 24 horas, lo que duración de la inhalación y de la retención ampliaría el periodo entre tomas. Este tipo de del aliento tras la aspiración, dan lugar a administración parece la más idónea para diferentes tiempos de contacto entre las aquellos pacientes que tengan náuseas y sustancias presentes en el preparado y las vómitos. vías respiratorias del individuo que las con- La administración ocular tópica de los can- sume (Agurell y cols., 1986). nabinoides ha presentado algunos proble- Por ejemplo, en estudios realizados con mas, debido al carácter hidrófobo de estos fumadores de marihuana, se ha visto que el compuestos. Este problema ha sido solucio- volumen contenido en una “calada” produce nado con la reciente aparición de compues- cambios significativos en los niveles plasmá- tos, como las ciclodextrinas, que permiten la ticos de THC y en los efectos subjetivos psi- solubilización de los lípidos en disolventes cotrópicos, y que estos cambios están rela- polares (Green, 1999). cionados más con la dosis inhalada que con Los estudios sobre la biodisponibilidad del el tiempo que el humo permanece en los pul- THC muestran considerables diferencias mones (Azorlosa, Greenwald y Stitzer, 1995). entre la vía pulmonar y la oral. Fumar parece La ingestión de los cannabinoides por vía ser el método mas eficaz de administrar la oral da lugar a unos niveles plasmáticos de droga. La entrada del THC en sangre y la pos- THC inicialmente más bajos que cuando se terior distribución en tejidos son muy rápidas inhala. Por vía oral, su biodisponibilidad se ve y presentan una cinética muy similar a la reducida por su sensibilidad a la acidez del obtenida tras su administración intravenosa. jugo gástrico, por el metabolismo hepático e La administración oral conduce a unos nive- intestinal, así como por su acceso a la circula- les plasmáticos mucho mas erráticos que los ción enterohepática (Agurell y cols., 1986). Se observados después de fumar. ha visto que en condiciones ácidas, por enci- Solo un 3% del THC presente en sangre ma de un pH 4, el ∆9-THC se isomeriza a ∆8- esta en forma libre. Dadas sus propiedades THC o a 9-hidroxihexahidrocannabinol. A un hidrófobas, se une a diferentes componentes pH mas ácido se produce la rotura del anillo plasmáticos. Un 9% esta unido a las células de pirano y se forman varios cannabinoides sanguíneas. Otro 60% lo está a las lipoprotei-

Ramos, J.A.; Fernández, J. 49 nas plasmáticas y el resto a albúmina (Wid- THC en estas fracciones (Magour y cols., man y cols., 1974). En humanos, las LDL 1976). Estos dos compuestos son los que en parecen ser las lipoproteinas principalmente mayor proporción parecen acumularse en los implicadas, mientras que en ratas lo son las tejidos, aunque también se ha descrito la pre- VLDL y HDL. sencia en el tejido adiposo del 8,11-dihidroxi- En cuanto a su distribución en los tejidos THC. Una sustancial proporción de la droga corporales, el THC es captado del plasma en aparece conjugada con ácidos grasos, sobre un 70% por los tejidos y el resto es metabo- todo en la fase final del almacenamiento lizado (Hunt y Jones, 1980). Este reparto está (Leighty, Fentiman y Foltz, 1976). limitado por la baja concentración de su La paulatina liberación del THC, desde forma libre en sangre, por lo que depende del estos almacenes tisulares a la sangre, enlen- flujo sanguíneo. Dada su alta lipofilicidad tece la caída de los niveles plasmáticos de penetra rapidamente en los tejidos, encon- este compuesto, tras el cese de su adminis- trándose altas concentraciones en aquellos tración. Esto prolonga su presencia en sangre que están altamente vascularizados. Tras la y la posterior entrada al cerebro. Esta podría administración aguda de THC marcado con ser la explicación de la ausencia de un síndro- C14 se observa una acumulación apreciable de me de abstinencia, tras la suspensión de su radioactividad en pulmón, hígado, riñón, cora- ingesta, a diferencia de lo que ocurre en la zón, estómago, bazo, tejido adiposo marrón, adicción a opiáceos (Agurell y cols., 1986). placenta, corteza adrenal, tiroides, pituitaria y Los primeros estudios realizados para cono- glándula mamaria. El marcaje es más bajo en cer el tiempo de aclaramiento medio en los cerebro, tejido fetal y testículos (King, Teale y consumidores crónicos indicaban valores Marks, 1976; Harvey, 1999). Posteriormente entre 19 y 27 horas y era dos veces más rápi- se redistribuye al tejido adiposo, siendo este do que en las persona que no tenían expe- tejido junto con el bazo sus principales depó- riencia en su consumo (Lemberger y cols., sitos tres días después de su ingesta 1971). En otros estudios no se corroboraron (Rewich, Roher y Vandaris, 1979). La droga estas diferencias. Los trabajos realizados pos- puede tardar varias semanas en ser total- teriormente, utilizando técnicas de ensayo mente eliminada tras el cese de su adminis- más sensibles sugirieron que en un fumador tración (Kreuz y Axelrod, 1973). crónico la vida media del THC está entre 3 y 5 Como consecuencia de su retención en días (Johansson y cols., 1988). estos reservorios hidrófobos se enlentece la penetración del THC en el cerebro, donde su concentración y la de sus metabolitos es rela- tivamente baja (aproximadamente un 1% de 5. METABOLISMO Y EXCRECIÓN. la concentración plasmática máxima). En experimentos en los que se administra THC Los mecanismos de eliminación del ∆9-THC marcado con 14C, la radioactividad aparece son bastante conocidos tanto en animales de asociada principalmente a núcleo caudado, experimentación como en el ser humano. putamen, puente, tálamo, amígdala, hipo- Solo una mínima cantidad de este compues- campo, y corteza frontal y parietal. Esta distri- to es eliminada del cuerpo en su forma origi- 14 bución es similar a la obtenida usando C- nal, mientras que la mayor parte aparece en 14 CBN y C-CBD (McIsaac y cols., 1971; forma de metabolitos en heces (un 68%) o Agurell y cols., 1986). en orina (12%). La droga está también pre- A nivel subcelular, el ∆9-THC está muy con- sente en otros tejidos y fluidos biológicos centrado en fracciones particuladas como las como el pelo, la saliva y el sudor. La mayor mitocondrias y los sinaptosomas. No apare- parte del metabolismo ocurre en el hígado, cen diferencias significativas entre la afinidad aunque también puede producirse en otros del ∆9-THC o de su metabolito, el 11-hidroxi- órganos como el pulmón y el intestino.

50 Cannabinoides: propiedades químicas y aspectos metabólicos En los fumadores crónicos de marihuana También se puede producir la reducción del hay un aumento significativo en la cantidad doble enlace del THC, dando lugar al corres- secretada por orina (Agurell y cols., 1986). En pondiente hexahidrocannabinol, que general- la orina hay una apreciable presencia de 11- mente se oxidan en C-11. En algunos casos OH-THC y una elevada concentración de hay una epoxidación que produce 9α,10α- ácido THC-11-oico, ambos en forma libre o epoxihexahidrocannabinol. El que se haya conjugada (Willians y Moffat, 1980). La con- encontrado CBN y sus derivados en orina y centración de ácido THC-11-oico presente en bilis de animales a los que se les administró orina humana no muestra una correlación ∆9-THC, parece indicar que el CBN es un apreciable con la presente en sangre, aunque metabolito del ∆9-THC (Harvey, 1984). parece mejorar cuando se comparan los loga- Tras su administración por vía aérea, los ritmos de estas concentraciones (Huestis, niveles en sangre de THC aumentan rapida- Mitchell y Cone, 1996). mente, alcanzando su máxima concentración Respecto a las reacciones implicadas en su antes de que finalice el consumo del cigarro. ∆9 ∆8 catabolismo, -THC y -THC siguen un cami- La máxima concentración de 11-hidroxi-THC no de degradación muy parecido (Agurell y es más baja que la de THC y aparece cuando cols., 1981). La primera enzima que actúa es el se deja de fumar. El ácido ∆9-THC-11-oico se citocromo P-450 que oxida el correspondiente detecta algunos minutos después del consu- cannabinoide a derivados mono-, di- o trihidro- mo y su concentración crece lentamente ∆9 ∆8 xilados (Harvey, 1990). El -THC y el -THC hasta que alcanza una meseta durante un son rapidamente hidroxilados a 11-hidroxi-∆9- periodo prolongado de tiempo, pudiendo lle- THC y 11-hidroxi-∆8-THC, respectivamente, en gar a superar los niveles de THC hasta 5 el hígado (Matsunaga y cols., 1995). El patrón veces. El máximo nivel se alcanza entre 30 de hidroxilación refleja la distribución de isofor- minutos y una hora después de haberlo mas del citocromo P-450. Así, en humanos, la fumado (Wall y Pérez-Reyes, 1981; Huestis, isoforma P450 2C9 hidroxila el THC en 11, la Henningfield y Cone, 1992). P450 3A lo hidroxila en 8 y, en el mono, la P450 RM-A lo hidroxila en 11 y en 8, mientras Se ha descrito en algunas ocasiones un que la P450 JM-C lo hace en 3´. retraso de la aparición de los efectos psicoló- La hidroxilación puede producirse en más gicos y cardiacos (taquicardia) del THC con de ocho sitios diferentes (1’, 2’, 3’, 4’, 5’, 8α, respecto a la elevación de sus niveles en 8β y 11) cuya proporción relativa varia según plasma. Esta variación puede estar relaciona- especies, lo que puede estar relacionado con da con el retraso en la aparición en sangre de la diferencias existentes entre especies de la máxima concentración de 11-hidroxi-THC. los citocromo P-450. La hidroxilación en posi- Al tratarse de un compuesto psicoactivo, su ción 11 es la reacción más importante del presencia en cerebro potenciaría los efectos metabolismo del ∆9-THC en la mayoría de las iniciados por el THC (Pérez-Reyes y cols., especies incluido el ser humano. El 11-hidro- 1972). Tras su administración intravenosa, el xi-∆9-THC tiene una actividad farmacológica y máximo de psicoactividad se alcanza 15 una potencia parecidas al ∆9-THC. Este com- minutos después del máximo de THC en san- puesto puede oxidarse al ácido carboxílico gre. Este intervalo es más amplio tras la correspondiente (ácido ∆9-THC-11-oico) o vol- administración oral. Se produce 2 horas des- ver a hidroxilarse. En el segundo caso, se pués de la administración de la droga y una convierte en 8,11-dihidroxi-∆9-THC, que puede hora después del máximo plasmático de THC ser hidroxilado en la cadena lateral. Estos (Ohlsson y cols., 1980b). Se ha sugerido un compuestos hidroxilados son transformados, sustancial componente metabólico en el posteriormente, en otros metabolitos más Ahigh@ producido por la administración oral, polares, por rotura de la cadena lateral y oxi- ya que se ha descrito que la relación 11-hidro- dación al correspondiente ácido carboxílico. xi-THC/THC es mucho más alta tras la admi-

Ramos, J.A.; Fernández, J. 51 nistración oral que tras la subcutánea (Wall y conjugación implica la esterificación del 11- Pérez-Reyes, 1981). hidroxi-THC con ácidos grasos de cadena El metabolismo del CBD es bastante com- larga como el oleico, el palmítico y el esteári- plejo, habiéndose catalogado unos 83 meta- co (Leighty, Fentiman y Foltz, 1976; Yisak y bolitos (Harvey, 1991). Se forman derivados cols., 1978). mono-, di- y trihidroxilados, y se produce la También se ha podido demostrar en ratas oxidación a ácidos y la pérdida de cadena preñadas que los cannabinoides pueden lateral. Las proporciones de estos compues- pasar a través de la placenta desde la sangre tos también varían entre especies. En huma- materna a la fetal. Durante el embarazo, los nos, parece haber menos ß-oxidación que en niveles presentes en los fetos corresponden perros pero la excreción de hidroxiácidos es aproximadamente al 10% de los niveles plas- más pronunciada (Harvey y Mechoulam, máticos maternos. La exposición repetida a 1990). El metabolismo del CBN es menos múltiples dosis produce la acumulación de complejo que el de los otros cannabinoides. dichos compuestos en los fetos, ya que Predomina en la mayoría de las especies la éstos no parecen disponer todavía de los hidroxilación en 11, aunque también hay una mecanismos necesarios para su degradación. importante hidroxilación en la cadena lateral. Los cannabinoides también son excretados Los metabolitos excretados son principal- en la leche materna durante la lactancia, lo mente 11-hidroxi-CBN, el ácido CBN-11-oico y que implica la exposición de las crías a este sus análogos hidroxilados en la cadena lateral compuesto (Fernández-Ruiz y cols., 1992). (Brown y Harvey, 1990a). En relación con el metabolismo del canna- bigerol, sus dos cadenas alifáticas son hidro- xiladas en todas las especies investigadas, 6. INTERACCIONES ENTRE preferentemente en los grupos metil-alílicos CANNABINOIDES. (Harvey y Brown, 1990). El metabolismo del cannabicromeno parece ser similar, habién- La actuación de cada uno de los cannabinoi- dose detectado sus dihidroxiderivados en el des sobre el organismo puede depender del conejo, mientras que la ruta del epoxi-diol resto de los compuestos presentes en la parece ser la predominante en hamster, ger- marihuana o en cualquiera de los otros prepa- bil y gato (Brown y Harvey, 1990b). rados de la Cannabis Sativa. El escaso núme- Los metabolitos procedentes de la degra- ro de datos disponibles sobre las propieda- dación de los cannabinoides son eliminados des de la mayoría de estos compuestos hace en forma de ácidos libres o conjugados con muy difícil poder predecir como podrían inter- glucurónico o con ácidos grasos. Para poder ferir en la actuación del THC, dando lugar a un realizar esta reacción de condensación es efecto sinérgico, aditivo o incluso antagónico. necesario que se produzca una esterificación La modificación de la actuación de estos entre los grupos hidroxilo de los cannabinoi- compuestos también puede estar relaciona- des y los grupos carboxilo de los compuestos da con la forma de administración de la con los que se conjugan. Los glucuronatos muestra. Así, cuando la droga se fuma mez- así formados se almacenan en el cuerpo clada con tabaco, hay que tener en cuenta, durante períodos relativamente prolongados además de la existencia de compuestos pro- de tiempo y pueden llegar a ser detectados cedentes del tabaco, el que la pirólisis origina en la orina varias semanas después del con- nuevos compuestos químicos a partir de los sumo de los cannabinoides (Williams y Mof- procedentes de la planta, que también podrí- fat, 1980) an influir en los efectos de los cannabinoides La conjugación también puede producirse sobre el organismo. En relación con este en el grupo fenol, aunque esta ruta no se ha punto, se ha estudiado la acción del calor identificado en humanos. Un segundo tipo de sobre los cannabinoides cuando se consu-

52 Cannabinoides: propiedades químicas y aspectos metabólicos men en cigarrillos. Los cannabinoides ácidos ma del citocromo P450 afectada por el CBD, se descarboxilan rapidamente entre 1401C y se ha visto que la preincubación de microso- 2001C. La pirólisis produce varios derivados mas de hígado humano con este cannabinoi- de cannabinoides, principalmente un deriva- de disminuye en un 60% la formación de los do del 7 pentil- dibenzofurano y la cannabiel- metabolitos del THC catalizada por la P450 soina, sustancias de las que no se conoce su 3A, pero tiene menos efectos sobre los pro- efecto farmacológico. Cuando se compara la ducidos por la P450 2C9 (Jaeger, Benet y combustión del cannabis con la del tabaco, Bornheim, 1996). En microsomas de hígado se observa que la presencia del carcinógeno de ratón, CBD disminuye la producción de 11- benzopireno es superior en la primera. Tam- hidroxi-THC, metabolito producido por bién son más elevadas las concentraciones CPY2C9 (Yamamoto y cols., 1995). En cere- de benzoantraceno y de diversos naftalenos. bro de ratón, el CBD inhibe CPY3A y 2C9 Las cantidades producidas de monóxido de (Bornheim y cols., 1995). Este efecto parece carbono, cianhidrico, nitrosaminas y alquitra- invertirse a una activación tras una adminis- nes es similar en ambos casos (Lee, Novotny tración prolongada de CBD. En estas condi- y Bartle, 1976). ciones experimentales se ha descrito un Una vez producida su ingestión, las inter- aumento en la formación de las isoformas acciones entre los diferentes compuestos CPY2B, 3A y 2C (Bornheim y cols., 1994). presentes en un preparado de cannabis pue- Se ha observado que cuando se usan den tener lugar en alguna de las etapas de su extractos de cannabis conteniendo entre un paso por el organismo (absorción, distribu- 3% y un 5% de THC, tanto CBD como CBN ción, metabolismo o eliminación). Veamos a aumentan la permeabilidad de la barrera continuación los datos existentes acerca de hematoencefálica, lo que puede contribuir a la influencia que sobre la actividad del THC una mayor entrada de estos compuestos al pueden tener otros cannabinoides. Los pri- cerebro en grupo que por separado (Agrawal meros estudios farmacocinéticos realizados y cols., 1989). Este caso y el anterior son dos en humanos fueron incapaces de demostrar ejemplos de como la presencia de CBD en ninguna interacción significativa entre THC y los preparados obtenidos a partir de la Canna- CBD o CBN (Agurell y cols., 1981; Hunt y bis Sativa puede potenciar los efectos produ- cols., 1981). Este resultado era similar al cidos por el THC de dos maneras: inhibiendo obtenido previamente, cuando cada uno de su catabolismo o facilitando su entrada en el estos dos últimos compuestos habían sido cerebro. estudiados en combinación con THC (Hollis- También se ha visto en ratas macho que la ter y Gillespie, 1975). inhibición producida por THC sobre la libera- Estudios posteriores demostraron una ción de la hormona luteinizante (LH) es interacción farmacocinética entre el CBD y el potenciada por una mezcla en la que también THC y sus metabolitos en cerebro de ratón. estén presentes CBD y CBN (Murphy y cols., El CBD es un inhibidor de la actividad del cito- 1990). Dado que la LH activa la liberación de cromo P-450 hepático. Cuando se administra testosterona, otro de los efectos de la pre- este compuesto a ratones, disminuye la con- sencia conjunta de los tres cannabinoides es centración en sangre de 7-hidroxi-THC y de una disminución de los niveles de testostero- 6a-hidroxi-THC, que son los principales meta- na en plasma. bolitos de la oxidación del THC por este siste- En rata, el CBD potencia los efectos anal- ma enzimático. Este resultado implica un gésicos del THC y antagoniza los depresores. aumento de la permanencia del THC en el También parece bloquear los efectos excita- organismo. De esta forma CBD, que no tiene torios producidos por este compuesto. Esto actividad psicotrópica por si mismo, puede último ha sido comprobado en animales pri- potenciar la producida por el THC (Bornheim y vados de sueño, que se encuentran en la cols., 1995). En relación a cual es la isoenzi- fase REM, en los que se ha visto que el CBD

Ramos, J.A.; Fernández, J. 53 disminuye la agresividad causada por la admi- Otro posible tipo de interacción a tener en nistración de THC (Karniol y Carlini, 1973). El cuenta es el que puede producirse entre el CBD también reduce otros efectos atribuidos compuesto ingerido y alguno de los produc- al THC en ratas (magnitud y duración de los tos de su metabolismo. Como ya hemos indi- efectos hipotérmicos) y en conejos (frecuen- cado previamente, el ácido THC-11-oico se cia cardiaca, respiración y temperatura). obtiene en la degradación en el organismo En relación con los estímulos discriminati- del THC. Este compuesto que no presenta vos producidos por los cannabinoides, los psicoactividad, atenúa, sin embargo, los efec- estudios realizados con diversas combinacio- tos catalépticos del THC en ratón (Burstein y nes de THC, CBN y CBD, indican que los estí- cols., 1987). Una posible explicación de este hecho es que el ácido sea capaz de inhibir la mulos producidos por el THC son general- síntesis inducida por THC de prostaglandinas, mente de mayor intensidad o duración probablemente inhibiendo a la ciclooxigenasa cuando se administran en combinación con COX-2, que es una de las enzimas implicadas los otros dos compuestos (Järbe y Mathis, en dicha síntesis (Burstein y cols., 1986). El 1992). Por ejemplo, cuando THC se usó junto ácido THC-11-oico también parece inhibir la con CBD, se prolongó el tiempo de duración lipooxigenasa-5 (5-LOX). La inhibición de la de estos estímulos discriminativos. Esta actividad de ambas enzimas origina un interacción depende del animal estudiado, aumento de los niveles de ácido araquidóni- dado que se produjo en ratas, pero no en co, que podría derivar hacia otras rutas meta- palomas. bólicas que lo utilizan como sustrato. Una de Cuando se empleó THC y CBN, se observó ellas, conduciría al aumento de la síntesis de un aumento de la discriminación a los estímu- los ácidos 12-hidroperoxi-eicosatetraenoicos los producidos por el THC en ratas, aunque no (12-HPETE), lo que justificaría los efectos se logró que se prolongara el efecto. En palo- analgésicos atribuidos a estos compuestos. mas, el CBN solo fue capaz de producir un El metabolismo del THC habría eliminado, en ligero aumento en el efecto discriminativo. La este caso, las propiedades psicotrópicas, vía de administración también puede influir en conservando las analgésicas y las antiinflama- las diferencias obtenidas entre estos anima- torias. Estas dos últimas propiedades del les, dado que las ratas fueron inyectadas THC podrían ser incluso debidas en parte a intraperitonealmente mientras que las palo- su metabolito ácido, el cual además parece mas lo fueron intramuscularmente. carecer de la toxicidad gastrointestinal y renal También se han estudiado las interaccio- relacionada con las drogas antiinflamatorias nes entre CBD y CBN. Cuando se combinan no-esteroides (Burstein, 1999). ambos compuestos se observa que el prime- ro puede reducir los efectos estimulantes del segundo (Hiltunen y Härbe, 1986). BIBLIOGRAFIA. Por otro lado y en relación con el sistema cannabinoide endógeno, hay que indicar que, Adams I.B., Martin B.R. (1996) Cannabis: pharma- en microsomas procedentes de cerebro de cology and toxicology in animals and humans. ratón, se ha visto que la actividad de la anan- Addiction 91:1585-1614. damida amidasa es inhibida en orden decre- Agrawal A.K., Kumar P., Gulati A., Seth P.K. (1989) ciente por CBD, CBN y THC (Watanabe y Cannabis induced neurotoxicity in mice: effect cols., 1996). Dado que esta enzima inactiva a of cholinergic (muscarinic) receptors and blood la anandamida, que es un cannabinoide endó- barrier permeability. Res. Commun. Subst. geno, la ingesta de estos componentes de la Abuse 10:155-168. marihuana podría servir para prolongar la acti- Agurell S., Carlsson S., Lindgren J.E., Ohlsson A., vidad de este cannabinoide endógeno en el Gillespie H., Hollister L. (1981) Interactions of consumidor de cannabis. 1-tetrahydrocannabinol with cannabinol and

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58 Cannabinoides: propiedades químicas y aspectos metabólicos Sistema cannabinoide endógeno: ligandos y receptores acoplados a mecanismos de transducción de señales

RAMOS ATANCE, J.A.; FERNÁNDEZ RUIZ, J.

Instituto Universitario de Drogodependencias, Departamento de Bioquímica y Biología Molecular, acultad de Medicina, Universidad Complutense.

Enviar correspondencia a: J.A. Ramos Atance. Departamento de Bioquímica, Facultad de Medicina. Universidad Complutense, 28040-Madrid Tel.: 91-3941454 Fax: 91-3941691 e-mail: [email protected]

Resumen Summary

Numerosos estudios realizados en las dos últimas Numerous studies carried out in the last two deca- décadas han demostrado la existencia en el organis- des have shown the existence in the animal organism mo animal de un sistema cannabinoide endógeno, of an endogenous cannabinoide system comprising constituido por unos ligandos, los endocannabinoi- certain ligands, the endocannabinoides. Two types of des. Se han descrito dos tipos de receptores para receptors for cannabinoides have been described, cannabinoides: los denominados CB , localizados pre- 1 those known as CB1, located predominantly in the ferentemente en cerebro y los CB que están localiza- 2 brain, and the CB2 located in the immune system. dos en el sistema inmune. Los dos endocannabinoi- The two endocannabinoides on which there is more des de los que más datos se dispone son la available data are the arachidonylethanolamide or araquidoniletanolamida o anandamida y el 2-araquido- and the 2-arachidonylglycerol, their pos- nilglicerol, habiéndose postulado su posible actuación como neurotransmisores o neuromoduladores. sible action as neurotransmitters or neuromodulators La distribución cerebral de los endocannabinoides having been postulated. The cerebral distribution of the endocannabinoides y de los receptores CB1 ha permitido conocer las fun- ciones fisiológicas en las que está involucrado este and the CB1 receptors has led to knowledge of the sistema. Participa, a través de modular la actividad de physiological functions that involve this system. It par- los neurotransmisores, en la regulación del comporta- ticipates by modulating the action of the neurotrans- miento motor y de la secreción de hormonas adeno- mitters, in regulating motor behaviour and the secre- hipofisarias, interacciona con la dopamina y con el tion of adenohypophysary hormones, interacts with GABA, mientras que, en el caso de la memoria y el dopamine and the GABA and, in the case of memory aprendizaje, lo hace con el GABA y el glutamato. La and learning, it interacts with the GABA and the glu- dopamina y los péptidos opioides podrían estar impli- tamate. The dopamine and the opioid peptides may cados en la participación de los endocannabinoides be implicated in the participation of the endocannabi- en el sistema de recompensa y en el control de la noides in the drug reward system and in the control nocicepción. Por otro lado, la síntesis de anandamida, of nociception. At the same time, the synthesis of en condiciones de isquemia, podría jugar un papel anandamine in ischemia may play a protective role in protector en las regiones cerebrales afectadas. Se ha the cerebral regions affected. It has been seen that visto que este compuesto inhibe la captación mito- this compound inhibits the mitochondrial uptake of condrial de calcio y la liberación de glutamato, efectos ámbos que contribuyen a la citotoxicidad cerebral. calcium and the liberation of glutamate, both effects that contribute to cerebral cytoxicity. Palabras clave: Endocannabinoides, anandamida,

receptores CB1 y CB2, transducción de señales, Key words: cannabis, endocannabinoids, anandamide, neurotransmisores, cannabis. receptor, neurotransmitters, neuromodulators.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 59 1. INTRODUCCIÓN. genos hay en el organismo, que propiedades tienen y como actúan sobre los receptores de cannabinoides ya caracterizados. Tam- l primer paso importante en el conoci- bién se está empezando a describir sus miento de la actuación de los cannabi- interacciones con sistemas de neurotrans- noides sobre el cerebro se produjo en E misores concretos para así poder conocer su 1964 cuando se determinó la estructura del participación en la funcionalidad del cuerpo ∆9- tetrahidrocannabinol (THC), principal res- humano. ponsable de las propiedades psicoactivas de los cannabinoides (Gaoni y Mechoulam, 1964). Este conocimiento fue completado por la caracterización de los otros cannabinoi- 2. MECANISMOS DE ACTUACIÓN DE LOS des que en mayor proporción aparecían en la CANNABINOIDES. planta. La búsqueda de compuestos con capacidad terapéutica condujo al desarrollo de derivados de los cannabinoides naturales. Dadas las propiedades hidrófobas de los La síntesis de nuevas moléculas con caracte- cannabinoides, durante algún tiempo existió rísticas estructurales bien definidas, contribu- la idea de que su actuación sobre el organis- yo a la identificación de los mecanismos de mo podría estar relacionada con una interac- actuación de los cannabinoides. ción con los componentes lipídicos de la célula. Los efectos podrían ser similares a los Una vez conocida la estructura del THC, atribuidos en la década de los setenta a algu- había que identificar en que zonas del cere- nos anestésicos, como por ejemplo desorga- bro actuaba para producir sus efectos y a tra- nización de la fase lipídica con un aumento en vés de que mecanismos se producían estos la fluidez de la membrana plasmática. El efectos. En el caso de los cannabinoides, mejor conocimiento de la estructura de estos esta segunda etapa comenzó con la caracte- compuestos demostró posteriormente que rización farmacológica (Devane y cols., 1988) este tipo de actuación solo podía justificar y mediante técnicas de biología molecular una pequeña parte de los efectos producidos (Matsuda y cols., 1990) de un receptor cere- por estos compuestos. El descubrimiento de bral para cannabinoides que se denominó los receptores para cannabinoides permitió CB . Además, su distribución cerebral podía 1 comprobar que las acciones mejor conocidas explicar las propiedades farmacológicas atri- del THC sobre el organismo son mediadas buidas a los cannabinoides. por alguno de los dos tipos de receptores Posteriormente, se caracterizó un segundo actualmente conocidos y que han sido deno-

subtipo del receptor para cannabinoides minados CB1 y CB2.

denominado CB2, que parece estar relaciona- El receptor CB1 fue caracterizado farmaco- do principalmente con el sistema inmune logicamente utilizando el cannabinoide sinté- (Munro y cols., 1993). El conocimiento de la tico (-)-CP-55.940. Este receptor media los estructura de ambos subtipos permitió el efectos psicoactivos de los cannabinoides diseño de una serie de agonistas y de anta- (Devane y cols., 1988). La clonación de su gonistas que sirvieron para conocer mejor el gen en corteza cerebral de rata, permitió la mecanismo de actuación de estos receptores caracterización de un polipéptido de 476 ami- y las funciones en las que participaban los noácidos. Se trata de un miembro de la cannabinoides naturales. superfamilia de receptores acoplados a prote- En 1992, se caracterizó el primer agonista ínas G que se inserta en la membrana plas- endógeno para este receptor, que recibió el mática, donde se une tanto al THC como a nombre de anandamida (Devane y cols., los cannabinoides endógenos (Matsuda y 1992). Actualmente nos encontramos en la cols., 1990). Este receptor está presente a lo etapa de determinar cuantos agonistas endó- largo de toda la escala vertebrada, con un

60 Sistema cannabinoide endógeno patrón de distribución que se ha conservado cionadas con el sistema inmune. Algunos a lo largo de la evolución. En humanos, su autores han indicado su presencia en neuro- gen se encuentra en la región q14-q15 del nas y astrocitos (Skaper y cols., 1996a; Sagan cromosoma 6, presentando una homología y cols., 1999). Este receptor podría participar del 97,3% con el de rata (Hoehe y cols., en el mecanismo por el que los cannabinoi- 1991). des interaccionan con el sistema inmune, produciendo el efecto inmunosupresor que El receptor CB1 ha sido localizado en varias regiones del sistema nervioso central (hipo- los caracteriza. campo, corteza, ganglios basales, cerebelo, No se excluye la existencia de otros subti- hipotálamo...), en terminales nerviosas peri- pos de receptores para cannabinoides que féricas y en los testículos (Herkenham y pudieran explicar algunos de los efectos pro- cols., 1991). Su abundancia en los ganglios ducidos por estos compuestos y para los que basales, cerebelo e hipocampo, explica los todavía no se ha encontrado una explicación efectos de los cannabinoides sobre la activi- a nivel molecular (Pertwee, 1999). Por otro dad motora y la memoria. Otros efectos, lado, se ha aislado un ARNm para el receptor como los producidos sobre la regulación neu- CB1, que parece proceder del procesamiento roendocrina y el control nociceptivo tienen alternativo de su transcrito primario. El recep- que ver con receptores localizados en el hipo- tor resultante contiene 61 aminoácidos tálamo y en el tallo cerebral y médula espinal, menos que el CB1 y se ha denominado CB1A respectivamente. (Shire y cols., 1995).

El receptor CB2, aislado de bazo de rata y Los receptores CB1 y CB2 poseen una afini- de una línea leucémica humana (HL60), es un dad muy parecida por el THC y por el CP- polipéptido de 360 aminoácidos, que también 55,940, mientras que el WIN-55,212-2 posee es miembro de la superfamilia de receptores mayor afinidad por el CB2 que por el CB1 (Fel- acoplados a proteínas G (Munro y cols., der y Glass, 1998). El receptor CB1 puede 1993). Ha sido localizado en células mieloi- modificar la actuación de los canales iónicos des, macrófagos y monocitos de bazo, en para calcio y para potasio, mientras que el zonas externas del bazo y en otras zonas rela- CB2 no parece poder hacerlo (ver Tabla 1).

Tabla 1. Características mas importantes de los receptores CB1 y CB2

receptores CB1 receptores CB2 Localización sistema nervioso central células del sistema inmune terminales nerviosos periféricos testículos Ligandos endógenos araquidoniletanolamida (anandamida) 2-araquidonil-glicerol homo-—linoleniletanolamida 7,10,13,16-docosatatreniletanolamida 2-araquidonil-glicerol Otros agonistas Cannabinoides tricíclicos y bicíclicos: similares al CB1 pero algunas diferencias ∆9-tetrahidrocannabinol en la relación estructura-actividad cannabinol, cannabidiol CP-55,940, desacetil-levonantradol Aminoalquilindoles: WIN-55,212 Antagonistas SR141716 SR144528 AM630 AM251 LY320135 Mecanismo intracelular inhibición de adenilato ciclasa inhibición de adenilato ciclasa inhibición de canales de Ca++ tipo-N inducción de genes de transcripción temprana inducción de genes de transcripción temprana

Ramos, J.A.; Fernández, J.J. 61 Los receptores CB1 aparecen en etapas dios postmortem realizados con pacientes tempranas del desarrollo presentando en el afectados por la enfermedad de Alzheimer cerebro de rata una distribución transitoria, (Westlake y cols., 1994). que va variando durante el periodo de madu- La síntesis en 1994 de un antagonista para ración hasta alcanzar el perfil clásico del esta- el receptor CB1 y en 1998 para el CB2 abrió do adulto (Berrendero y cols., 1998). La natu- una nueva página en la investigación sobre raleza transitoria de este fenómeno podría estos receptores (ver Tabla 1). El SR141716A estar relacionada con eventos del desarrollo antagoniza algunos efectos producidos por como la proliferación y la migración celular, la los agonistas para el CB1, como la inhibición elongación axonal y la sinaptogénesis (Fer- de la adenilato ciclasa, la hipotermia, la inmo- nández-Ruiz y cols., 2000). vilidad en el test del anillo o la antinocicep- En el cerebro adulto, diversas circunstan- ción (Rinaldi-Carmona y cols., 1994). El cias fisiológicas pueden alterar la densidad de SR144528 antagoniza diversos efectos pro- estos receptores. Así, la exposición crónica a ducidos por el CP-55,940 sobre el receptor cannabinoides produce un fenómeno de des- CB2, entre los que se encuentra la inhibición ensibilización, lo que sugiere que la aparición de la producción de AMPc y la activación de la de tolerancia para alguno de los efectos pro- proteina-quinasa activada por mitógenos ducidos por estos compuestos puede deber- (MAPK) (Rinaldi-Carmona y cols., 1998). se a una disminución del número de recepto- Los estudios realizados con estos antago- res CB1 (Rodríguez y cols., 1994a; Romero y nistas han contribuido a una mejor caracteri- cols., 1997). El fenómeno de desensibiliza- zación farmacológica del correspondiente ción no es igual en todo el cerebro, existien- receptor y han servido para confirmar la parti- do regiones particularmente sensibles al tra- cipación de los cannabinoides en determina- tamiento crónico con cannabinoides, como el das actividades cerebrales, cuando éstas son hipocampo, y regiones más resistentes, suprimidas tras la administración del antago- como el hipotálamo y algunas estructuras de nista. El SR141716A, administrado tras un tra- los ganglios basales (Romero y cols., 1997). tamiento crónico con alguno de los agonistas

Los receptores CB1 también son afectados del receptor CB1, da lugar a la aparición de por la variación de las hormonas sexuales ciertos síntomas de abstinencia (Tsou, Patrick que se produce durante el ciclo ovárico y Walker, 1995; Aceto y cols., 1995). Estos (Rodríguez y cols., 1994b). Los glucocorticoi- trabajos abrieron la puerta a estudios poste- des también inhiben la expresión del receptor riores sobre la caracterización de los meca-

CB1 en cerebro de rata, lo que en situaciones nismos de dependencia física puestos de de estrés podría conducir a una alteración de manifiesto tras su retirada y que serán trata- la funcionalidad cannabimimética (Mailleux y dos en otro capitulo de este libro. Vanderhaegen, 1993). Tanto el receptor CB1 como el CB2 están La edad puede influir en la expresión de acoplados a la adenilato ciclasa por una prote- los genes que codifican estos receptores así ína Gi, por lo que la actuación de los cannabi- como sobre su funcionalidad. En el envejeci- noides suele conducir a una disminución de miento, se ha observado una disminución los niveles de AMPc (Devane y cols., 1988). tanto de los niveles de ARNm para el recep- En algunos casos, se ha visto que los agonis- tor CB1 como de la densidad y de la afinidad tas endógenos del receptor de cannabinoides de este receptor por sus agonistas en el estimulan la formación de AMPc, posiblemen- estriado de rata (Romero y cols., 1998). Es el te activando proteínas Gs. La explicación de envejecimiento cerebral y no el desarrollo de esta “paradoja” puede radicar en la existen- la patología, el responsable de la disminución cia de varios tipos diferentes de adenilato en el número de estos receptores en hipo- ciclasas. Se ha descrito que los receptores campo, caudado, sustancia negra y globo CB1 y CB2 inhiben la actividad de las adenilato pálido, tal y como ha sido descrito en estu- ciclasas I, V, VI y VIII y estimulan las II, IV y VII

62 Sistema cannabinoide endógeno (Rhee y cols., 1998). Las isoformas I y VIII sa-A (Calandra y cols., 1999). Además, se están por todo el cerebro, lo que explicaría la postula que la existencia de efectos activado- actividad inhibidora de los cannabinoides. Las res e inhibidores de la adenilato ciclasa podría isoformas II y VII aparecen en estriado y la II ser el ejemplo de un tipo de acoplamiento en globo pálido, lo que podría explicar algu- dual cuyo resultado final dependería del nos de los efectos activadores encontrados balance entre ambos tipos de estímulos. en ambas regiones (Maneuf y Brochie, 1997). Desde el punto de vista del consumo de En relación con el efecto inhibidor de la cannabinoides, la utilización por estos com- adenilato ciclasa, dado que una de las funcio- puestos de los mecanismos de transcripción nes del AMPc es activar algunas quinasas, la celular puede producir una modificación de la caída de sus niveles disminuirá la fosforila- expresión genética, que si persiste durante ción de los substratos de estas enzimas. un periodo prolongado de tiempo, puede con- Este es el caso de algunos canales de K+, en ducir a una “cronificación” de determinadas los que la pérdida de actividad de la proteína- actividades metabólicas no existentes previa- quinasa dependiente de AMPc, conduce a mente al consumo de estas sustancias. una disminución de su fosforilación y produce Los cannabinoides también actúan sobre un aumento de la conductancia (Deadwyler, los canales de Ca++ del tipo N (Mackie y Hille, Hampson y Childers, 1995). Esto disminuye la despolarización de la membrana y reduce la liberación del neurotransmisor presente en la terminal presináptica (Deadwyler, Hamp- son y Childers 1995).

Quinasas dependientes de AMPc también participan en la modificación de la expresión genética. En el caso de los cannabinoides algunos datos obtenidos en cerebro de rata indicaban su actuación sobre algunos facto- res de transcripción que regulan la expresión del ARNm para determinadas proteínas (c- Fos, Zip-268, c-Jun) (Mailleux y cols., 1994). Otros datos más recientes muestran en célu- las de bazo y en timocitos que la disminución de los niveles de AMPc producidos por la actuación de los cannabinoides inhibe la unión al ADN de tres tipos de familias de fac- tores de transcripción nucleares, CREB/ATF, AP-1 (fos-jun) y NF-kB/rel, los cuales están implicados en la regulación de varios genes, entre los que se encuentran los de algunas citoquinas (Kaminski, 1998). La reciente descripción de un efecto acti- vador de los cannabinoides sobre las adenila- Figura 1. Mecanismo de actuación del receptor CB to ciclasas tipo II, IV y VII sirve como justifica- 1 ción del efecto activador del CP-55,940 sobre el factor de transcripción CREB, lo que había 1992) y del tipo P/Q (Twichell, Brown y Mac- entrado en colisión con la idea previamente kie, 1997). El mecanismo de actuación pare- aceptada de que la activación del receptor ce implicar a los receptores CB1 y es inde-

c CB1 implicaba una inhibición de los factores pendiente del metabolismo del AMP . El de transcripción activados vía proteína quina- resultado es la inhibición de la entrada de cal-

Ramos, J.A.; Fernández, J.J. 63 cio a la neurona, lo que origina en el terminal También el receptor CB2 utiliza la vía de las presináptico una disminución de la liberación MAPKs, aunque para ello parece ser necesa- de neurotransmisores como la norepinefrina, ria también la activación de la proteína-quina- el glutamato o la acetilcolina. El receptor CB1 sa C (Bouaboula y cols., 1996). Se ha descrito puede inactivarse por fosforilación. Se ha que los cannabinoides producen, a través de visto que, cuando es fosforilado en su serina esta vía, un aumento de la expresión del gen 317 por la proteina-quinasa C, pierde su capa- relacionado con el crecimiento Krox-24. Este + cidad de activar los canales de K y de inhibir efecto se produce tanto con el receptor CB1 los de Ca++ (García y cols., 1998). Este meca- (Bouaboula y cols., 1995) como con el CB2 nismo de fosforilación podría ser utilizado por (Bouaboula y cols., 1996). las neuronas para revertir la inhibición produ- El que la activación de la vía de las MAPKs cida por los cannabinoides sobre la liberación por el receptor CB2 requiera de la activación de neurotransmisores. de la proteína-quinasa C, puede estar relacio- nado con la participación de los cannabinoi- Los cannabinoides pueden activar la fosfoli- des en la movilización del Ca++ intracelular. Su pasa A , cuya actuación conduce a la libera- 2 actuación, vía una proteína GP, activa la fosfo- ción de ácido araquidónico. Este ácido graso lipasa C. Esta enzima produce IP3, que con- puede ser utilizado para la formación de diver- duce a la liberación de Ca++ del retículo endo- sos eicosanoides, como las prostaglandinas y plásmico, y diacilglicerol, que activa la los leucotrienos. Los eicosanoides son sus- proteína-quinasa C. Los cannabinoides acti- tancias que producen diversos efectos sobre van esta última proteína por un mecanismo la función cerebral. Entre ellos se encuentra, que podría alterar la disposición normal de los la alteración en la percepción del tiempo, el lípidos de la membrana celular. El THC facili- aumento del ritmo cardíaco y el “high” subje- taría la inserción de la enzima en el dominio tivo que aparece en humanos tras el consumo hidrófobo de la membrana al disminuir la can- de cannabis (Pérez-Reyes y cols., 1991). Uno tidad de Ca++ necesario para promover su de los mecanismos implicados en la activa- asociación con ésta (Hillard y Aucharmpach, ción de la fosfolipasa A2 está relacionado con 1994). un aumento de la actividad de la denominada vía de las MAP quinasas (MAPKs) (Wartmann y cols., 1995). Estas proteínas son activadas por mitógenos y producen la fosforilación de 3. LIGANDOS ENDÓGENOS DEL RECEP- diversos substratos biológicos. Los cannabi- TOR DE CANNABINOIDES. noides activan las MAPKs por un mecanismo que requiere la actuación del receptor CB1, La existencia de receptores para cannabi- pero que es independiente de la adenilato noides en el organismo humano hacía sospe- ciclasa. Algunos mitógenos, como la insulina char la existencia de algún compuesto endó- y el factor de crecimiento similar a insulina I, geno que pudiera actuar sobre ellos. Las participan en esta vía, dado que el SR144528 investigaciones realizadas sobre el tema die- inhibe la activación de las MAPKs producida ron su fruto en 1992, año en que se publicó la por estos factores (Bouaboula y cols., 1997). caracterización, a partir de cerebro de cerdo, No se ha aclarado todavía como se produce la del primer cannabinoide endógeno conocido, conexión entre el receptor CB1 y las MAPKs, al que se dio el nombre de anandamida. Este aunque se ha indicado que la actuación de los compuesto está formado por ácido araquidó- cannabinoides sobre su receptor podría impli- nico unido por un enlace amida a etanolamina car la hidrólisis de esfingomielinas. La cerami- (Devane y cols., 1992). da producida en esta reacción podría activar la La anandamida ha sido identificada en vía de las MAPKs mediante la estimulación de cerebro y en tejidos periféricos humanos y las Raf-1 (Guzmán y Sánchez, 1999). de rata. En ambas especies se ha detectado

64 Sistema cannabinoide endógeno en hipocampo, estriado y cerebelo, regiones cerebro adulto presenta las máximas concen- ricas en receptores CB1, así como en tálamo, traciones en tronco cerebral, estriado e hipo- donde la expresión de este receptor es campo y las más bajas en corteza, diencéfalo mucho más baja. También esta presente en y cerebelo (Bisogno y cols., 1999). bazo, donde hay altos niveles del receptor Como puede verse en la tabla 2, los endo- CB . Hay pequeñas cantidades de anandami- 2 cannabinoides no siempre presentan el da en corazón humano y en piel de rata y mismo patrón de distribución en el cerebro aparece en trazas en suero, plasma y líquido que los receptores CB (Bisogno y cols., cefalorraquídeo humanos (Felder y Glass, 1 1999). Existen regiones como la médula espi- 1998). La anandamida aumenta su concentra- nal y el tallo cerebral, donde hay niveles rela- ción a lo largo del desarrollo en el cerebro de rata (Berrendero y cols., 1999). tivamente altos de endocannabinoides pero con una baja densidad de receptores CB1, o el cerebelo, donde la densidad de receptores es alta pero los niveles de endocannabinoi- des bajos. Estas diferencias podrían estar relacionadas con la existencia de algún endo- cannabinoide todavía no caracterizado o con diferencias en la eficacia de la activación de los receptores según regiones, como ha sido, por ejemplo, indicado para el hipotálamo (Breivogel y cols., 1997). Estos cuatro endocannabinoides producen en ratón los mismos efectos que el THC: anti- nocicepción, inmovilidad (e incluso catalep- sia), reducción de la actividad espontánea e hipotermia. Sin embargo, la intensidad es inferior a la producida por el THC, lo que indi- Figura 2. Cannabinoides endógenos y ca que podrían actuar como agonistas parcia- estructuras relacionadas. les del receptor. Previamente al aislamiento de la anandami- Posteriormente, se caracterizaron otros da ya se disponía de información sobre la pre- cannabinoides endógenos. Dos de ellos, la sencia en animales superiores de otras ami- homo-—linoleiletanolamida y la 7,10,13,16 das con estructuras parecidas. Este era el docosatetraeniletanolamida, también contie- caso de la palmitoiletanolamida, formada por nen etanolamina unida a los ácidos grasos la unión del ácido palmítico con etanolamina, insaturados homo-—linoleico y 7,10,13,16 cuya presencia fue descrita en cerebro, híga- docosatetraenoico, respectivamente (Hanus y do y músculo esquelético de ratas en ayunas cols., 1993). El tercero, el 2-araquidonilglicerol, (Bachur y cols., 1995). Posteriormente, se ha está formado por ácido araquidónico unido por un enlace ester a glicerol. El 2-araquidonilgli- visto su relación con la inflamación y con la cerol fue aislado inicialmente en intestino de actividad del sistema inmune (Facci y cols, perro y posteriormente en bazo y páncreas, lo 1995), con la analgesia (Calignano y cols., que hizo pensar que se trataba de un ligando 1998) y con la neuroprotección (Skaper y periférico (Mechoulam y cols., 1995; Martin y cols., 1996b). Dado que esta amida saturada cols., 1999). Más tarde fue identificado en no parece tener una afinidad apreciable por el cerebro, donde está presente a concentracio- receptor CB1 ni por el CB2 se la ha relacionado nes bastante más altas que las de anandami- con otro tipo de receptor aún no conocido da (Sugiura y cols., 1995). Su distribución en (Calignano y cols., 1998).

Ramos, J.A.; Fernández, J.J. 65 Tabla 2. Localización de los endocannabinoides y de los receptores CB1 en diversas regiones cerebrales.

Región cerebral Anandamida 2-araquidonil-glicerol receptores CB1 Médula espinal +++ ++++ ++ Tallo cerebral ++++ +++++ ++ Mesencéfalo ++ ++ ++ Cerebelo + ++ +++++ Diencéfalo + + +++ Hipocampo +++ +++++ ++++ Núcleos límbicos ++ ++++ ++ Cuerpo estriado +++ ++++ ++++ Corteza cerebral + ++ ++

anandamida (pmoles/g tejido): + (<20); ++ (20-40); +++ (40-60); ++++ (60-80); +++++ (>80) 2-AG (nmoles/g tejido): + (<3); ++ (3-6); +++ (6-9); ++++ (9-12); +++++ (>12) receptor CB1 (fmol/mg tejido): + (<250); ++ (250-500); +++ (500-750); ++++ (750-1000); +++++ (>1000)

Otras amidas presentes en animales supe- 4. MECANISMOS DE ACTUACIÓN DE LOS riores y en humanos son amidas primarias ENDOCANNABINOIDES. formadas por un ácido graso insaturado y amoniaco. Una de ellas es la erucamida (13- La unión de la anandamida a los recepto- cis-docosenamida), que fue aislada de me- res CB1 o CB2 inhibe la formación de AMPc y senterio bovino. Este compuesto, en el que activa la vía de transducción de señales de el ácido graso es el 13-cisdocosenoico, pare- las MAPKs. Unicamente su unión al receptor ce tener propiedades angiogénicas (Waka- ++ CB1 inhibe los canales de Ca tipo N (Pert- matsu y cols., 1990). Otra es la oleamida, en wee, 1997). También se ha indicado que la la que el ácido graso es el ácido oleico. Esta unión de la anandamida al receptor de canna- amida aparece en líquido cefalorraquídeo de binoides está acoplada a la liberación de gatos, ratas y humanos. Actúa potenciando la óxido nítrico en el sistema nervioso central acción de la serotonina sobre sus receptores de invertebrados y en las células del sistema 5HT2A y 5HT1C, lo que produce en ratas alguna inmune de invertebrados y de humanos (Ste- de las características del sueño como enlen- fano, Liu y Goligorsky, 1996). tecimiento motor, cierre de los ojos, La anandamida, al igual que ocurría con el comportamiento sedado y una respuesta THC, estimula la liberación intracelular de peculiar a diversos estímulos auditivos (Cra- ácido araquidónico a través de mecanismos vat y cols., 1996). La oleamida podría formar que implican un aumento de la actividad de las parte de un sistema cannabinoide endógeno MAPKs y de la fosforilación de una fosfolipasa relacionado con la regulación del ciclo A2 citoplasmática (Wartmann y cols., 1995). “sueño-vigilia”. Se sabe que la intoxicación Se ha visto que la anandamida aumenta en con marihuana produce modorra y somnolen- hipocampo y en cerebro anterior de rata la fos- cia. También se ha visto que el SR141716A forilación de la quinasa de adhesión focal aumenta el tiempo que se permanece des- pp125 (FAK+) (Derkinderen y cols., 1996). Esta pierto a costa tanto del sueño de “onda proteína está presente en los conos de creci- lenta” como del de “movimiento rápido de miento de neuronas jóvenes por lo que podría ojos”. La observación de que la oleamida inhi- ejercer efectos neurotróficos. También esta be la anandamida hidrolasa sería un dato a relacionada con la interacción entre las integri- favor de esta hipótesis, dado que se prolon- nas y el citoesqueleto asociado a actina, lo que garía la actuación de la anandamida. podría implicar a la anandamida en la modifica-

66 Sistema cannabinoide endógeno ción de la plasticidad sináptica. También se ha neuronas de la corteza cerebral, mediante un postulado un posible papel de la anandamida mecanismo activado por la entrada de Ca++ a como factor de crecimiento en las células la neurona. Una diacilglicerol lipasa o la fosfo- hematopoyéticas, en las que actuaría sinérgi- lipasa C actúan sobre diacilglicerol, liberando camente con IL3 (interleukina 3), GM-CSF (fac- una molécula de ácido graso de la posición sn tor estimulante de colonias granulocitos- 1 del glicerol. La enzima se activa al despolari- macrófagos), G-CSF (factor estimulante de zarse la membrana, vía canales de Ca++ colonias de granulocitos) y Epo (eritropoyetina) dependientes de voltaje. Una vez cumplida su (Valk y cols., 1997). función, el compuesto es degradado a ácido La exposición crónica a anandamida produ- araquidónico y glicerol por una monoacilglice- ce, igual que ocurría con los cannabinoides, la rol lipasa cuya presencia en los tejidos cere- desensibilización del receptor CB1. Se ha des- brales se conoce desde hace tiempo (Stella, crito la aparición de tolerancia para alguno de Schweitzer y Piomelli, 1997). los efectos producidos por esta amida, que El diacilglicerol puede proceder de la puede deberse a una disminución del núme- degradación de los fosfolípidos de membra- ro de receptores CB (Romero y cols., 1995). 1 na, tras la actuación de una fosfolipasa C. La El 2-araquidonilglicerol se une a los recep- síntesis del 2-araquidonilglicerol también tores CB1 y CB2 inhibiendo la actividad de la puede estar asociada a otros procesos meta- adenilato ciclasa. Durante su caracterización, bólicos como por ejemplo la síntesis de novo se identificaron otros dos monoacilgliceroles, de diacilglicerol o la remodelación de los fos- el 2-palmitoilglicerol y el 2-linoleilglicerol, nin- folípidos. guno de los cuales presenta afinidad por los El mecanismo más probable para la sínte- receptores CB o CB , ni actividad cannabimi- 1 2 sis de la anandamida es el inicialmente des- mética. Sin embargo, ambos compuestos crito en estriado y corteza de rata (Di Marzo y potencian algunos efectos producidos por el cols., 1994). La anandamida se sintetiza y 2-araquidonilglicerol, como la inhibición de la libera tras la entrada de Ca++ al interior de la adenilato ciclasa, la inhibición del comporta- miento motor, la inmovilidad y la hipotermia neurona. La síntesis de anandamida y de (Ben-Shabat y cols., 1998). Esta activación otras N-aciletanolaminas (NAEs) se produce podría deberse a su capacidad de inhibir la mediante la hidrólisis de un precursor fosfoli- hidrolasa que degrada el 2-araquidonilglicerol, pídico presente en la membrana celular, la N- lo que prolongaría la permanencia de este acil-fosfatidiletanolamina (NAPE), que puede compuesto en el organismo. estar N-acilada por diferentes ácidos grasos: araquidónico, g-linolénico, linoleico, oleico, En cuanto a las posibles funciones del 2-ara- palmítico o esteárico. La acción de la fosfoli- quidonilglicerol en el organismo, además de pasa D, libera ácido fosfatídico y los corres- los efectos sobre el comportamiento motor y pondientes tipos de NAEs. El que se formen la regulación de la temperatura corporal, inhibe y liberen unas u otras depende del ácido la potenciación a largo plazo en hipocampo de rata (Stella, Schweitzer y Piomelli, 1997). Tam- graso que forma parte de la NAPE presente bién parece participar en las respuestas proli- en la célula estimulada. ferativas de los linfocitos T a los mitógenos B y Respecto de la síntesis de este precursor, T (Lee, Yang y Kaminski, 1995). recientemente se ha caracterizado en corteza cerebral de rata una N-aciltransferasa (NAT), dependiente de Ca++ que produce NAPE 5. SÍNTESIS Y DEGRADACIÓN DE LOS EN- mediante la transferencia de un grupo acilo DOCANNABINOIDES. procedente de una fosfatidilcolina al grupo amino de la fosfatidiletanolamina. La reacción Se ha descrito recientemente como se pro- es estimulada por la actividad neuronal que duce la síntesis del 2-araquidonilglicerol en las conduce a la despolarización de la membrana.

Ramos, J.A.; Fernández, J.J. 67 Figura 3. Mecanismos de síntesis y degradación Figura 4. Posible mecanismo de liberación y recaptación de los endocannabinoides. de los endocannabinoides

Una vez cumplida su función, la anandami- secuencial que origina productos mono- y da o las otras NAEs son captadas selectiva- dihidroxilados así como epóxidos (Bornheim y mente tanto por neuronas como por células cols., 1995). gliales, donde son degradadas a etanolamina La existencia de NAPEs en la membrana y el correspondiente ácido graso. Este proce- celular había sido indicada anteriormente en so de captación es mediado por un transpor- diversos tipos de células y en diferentes cir- tador específico (Beltramo y cols., 1997). El cunstancias metabólicas. Así, en áreas infar- ácido araquidónico y parte de la etanolamina tadas de miocardio y en cerebro de perro en se suelen reincorporar a los fosfolípidos de condiciones isquémicas, se producen N-pal- membrana. La amidohidrolasa de ácidos gra- mitoil y N-esteariletanolamina. Se postula sos (FAAH) parece ser la enzima responsable que el exceso de calcio, producido en estas de la hidrólisis de las NAEs. Su distribución situaciones, activaría la síntesis de NAEs. en cerebro de rata es bastante parecida a la Estos compuestos inhibirían la captación del receptor CB1. La FAAH ha sido purificada, mitocondrial de calcio y su acción sobre el clonada y secuenciada (Cravatt y cols., 1996). transporte de electrones, lo que sería benefi- Su activación en cerebro humano podría cioso para el tejido isquémico. La biosíntesis, estar acoplada a la del transportador de anan- inducida por la lesión, serviría para la protec- damida. La unión de la anandamida al recep- ción del tejido en condiciones patológicas tor CB1 activaría la producción de óxido nítri- (Schmid, Schmid y Natarajan, 1990). co. Este compuesto podría activar el La síntesis de NAPEs y de NAEs puede transportador de anandamida, lo que aumen- estar relacionada con la citotoxicidad cerebral taría la presencia de sustrato para la FAAH inducida por un exceso de ácido glutámico, (Maccarrone y cols., 1998). La anandamida cuya actuación sobre los receptores NMDA también puede ser metabolizada por el cito- produce la entrada de calcio a la neurona. Al cromo P-450, mediante un metabolismo ser la N-acil transferasa y la fosfolipasa D dos

68 Sistema cannabinoide endógeno enzimas dependientes de calcio, el aumento crito en hepatocitos, donde el ácido araquidó- de su actividad elevaría la concentración de nico, una vez degradada la anandamida que lo NAPEs y de NAEs (Hansen y cols., 1997). En contiene, activa la producción de cuerpos relación con esta hipótesis, se ha visto que la cetónicos (Guzmán y cols., 1995). liberación de ácido glutámico es inhibida en neuronas hipocampales de rata por la anan- damida, vía receptor CB1, al impedir la entra- da de Ca++ en la terminal nerviosa (Shen y 6. CANNABINOIDES Y ACTIVIDAD DE DI- cols., 1996). VERSOS NEUROTRANSMISORES. Cuando se estudia si los endocannabinoi- des se comportan como neurotransmisores La localización cerebral de los elementos se observa que la concentración de ananda- del sistema cannabinoide endógeno (endocan- mida en cerebro es bastante más baja que la nabinoides y sus receptores) ha permitido de los neurotransmisores clásicos. En cam- conocer las funciones endógenas de los endo- bio la liberación es parecida, al ser estimulada cannabinoides así como explicar los efectos en ambos casos por la despolarización de la que producen los cannabinoides presentes en membrana y la entrada de calcio al interior de la Cannabis sativa. En la Tabla 3, aparecen algu- la neurona. Sin embargo, existen diferencias nos de los procesos cerebrales en los que en su almacenamiento, dado que los endo- están implicados los endocannabinoides. Su cannabinoides no han sido localizados en participación en estas funciones tiene que ver vesículas, quizás debido a su naturaleza con su capacidad de modular la actividad de hidrófoba. Su almacenamiento se produciría ciertos neurotransmisores clásicos que son en forma de un precursor (fosfolípidos de clave en estos procesos. Lógicamente, estos membrana) que se acila e hidroliza posterior- neurotransmisores serían también dianas far- mente. La síntesis del compuesto se produci- macológicas de los cannabinoides presentes rá cuando sea necesaria su actuación. en la marihuana o el hachís. Por lo tanto, para Las NAEs, entre las que se encuentra la poder conocer las funciones normales que anandamida, podrían ser liberadas al espacio este sistema desarrolla en el cerebro es intersináptico, por un mecanismo de difusión importante saber con que neurotransmisores facilitada bidireccional, realizado a favor de interacciona el sistema cannabinoide endóge- gradiente (Hillard y cols., 1997). Es curioso no y en que regiones se produce dicha interac- que entre los diferentes tipos de NAEs la que ción. contiene ácido araquidónico es una de las Se ha propuesto que los endocannabinoi- que aparecen en cantidades más bajas. No des podrían funcionar como neuromodula- se conoce aún el posible significado biológico dores que servirían para reducir la liberación de este hecho. de ciertos neurotransmisores durante perio- Los endocannabinoides podrían ser otro dos de estimulación intensa. La actuación tipo de intermediario metabólico lipídico, que de los endocannabinoides sobre receptores como los eicosanoides y el factor activador de presinápticos CB1 reduciría la actividad neu- plaquetas se sintetizan por la hidrólisis de un ronal a través de la inhibición de canales de fosfolípido, actuando cerca del sitio de pro- Ca++ sensibles a voltaje, cuya apertura es ducción, donde también se degradan rápida- necesaria para producir la liberación de neu- mente. Su solubilidad en lípidos les permitiría rotransmisor (Herkenham y cols, 1991b). difundir libremente a través de las membra- Alternativamente, la activación de los recep- + nas y actuar como moduladores de diversas tores CB1 podría incrementar la entrada de K , actividades biológicas (Felder y Glass, 1998). lo que reducía la intensidad de eventuales Algunos datos apuntan a que la anandamida despolarizaciones, la generación de potencia- podría ser un mero transportador de ácido ara- les de acción y, en definitiva, la propagación quidónico. Este tipo de actuación ha sido des- del impulso nervioso. Entre los neurotransmi-

Ramos, J.A.; Fernández, J.J. 69 Tabla 3. Procesos cerebrales en los que se ha propuesto una función para los endocannabinoides a través de sus receptores de membrana.

Proceso cerebral Función atribuida a los endocannabinoides control de la actividad motora los cannabinoides producen inhibición motora e incluso catalepsia.

control del dolor los cannabinoides tienen efectos analgésicos.

memoria y aprendizaje los cannabinoides producen alteraciones de la memoria a corto plazo.

motivación y emocionalidad los cannabinoides alteran los procesos cognitivos.

regulación neuroendocrina los cannabinoides modifican la secreción de hormonas adenohipofisarias.

procesos neurovegetativos los cannabinoides actuan, entre otros, a nivel de los centros nerviosos reguladores de la emesis, de la temperatura y del apetito.

desarrollo cerebral los cannabinoides, actuando como factores epigenéticos, podrían tener efectos sobre la proliferación de neuronas y/o células gliales, sobre la migra- ción y elongación axonal, sobre la sinaptogénesis y/o sobre la mielinogénesis. sores que interaccionan con los cannabinoi- nabinoides hasta el punto que se piensa que des se encuentran: alteraciones de la actividad de estas neuro- (i) dopamina (DA) y otras monoaminas (5HT, nas, sobre todo dopaminérgicas, del cerebro NE), que tiene que ver con el control de la medio, pueden subyacer en los efectos actividad motora, el control de la secreción motores, euforizantes y emocionales obser- de hormonas adenohipofisarias y con la vados tras la exposición a la marihuana. recompensa cerebral; (ii) aminoácidos neurotransmisores, relaciona- 6.1.1. Dopamina dos con el control de la actividad motora y Los cannabinoides actúan sobre las neuro- de la secreción de hormonas adenohipofi- nas dopaminérgicas mesocorticolímbicas sarias (GABA), y con la memoria y el (Gardner, 1992), que constituyen el principal aprendizaje (GABA y glutamato); componente del circuito de recompensa y (iii)péptidos opioides, implicados en el control sobre las neuronas dopaminérgicas nigroes- de la nocicepción y con el refuerzo. triatales y tuberoinfundibulares para producir inhibición motora y cambios de la secreción 6.1. Aminas biógenas de hormonas adenohipofisarias, respectiva- Entre los neurotransmisores afectados por mente. Sin embargo, los receptores CB1 no el consumo de marihuana en humanos o por se encuentran localizados en las neuronas la actividad de los endocannabinoides se dopaminérgicas, sino en neuronas vecinas encuentran la DA y la serotonina (5HT), cuyos (normalmente GABAérgicas) (Herkenham y cuerpos celulares se localizan en la formación cols., 1991b). La existencia de una relación reticular del cerebro medio y del tallo cere- funcional entre ellas explicaría los cambios bral. Estas neuronas inervan estructuras del que se producen en la actividad dopaminérgi- cerebro anterior compuestas por neuronas ca tras la activación de los receptores CB1. efectoras que se encargan de llevar a cabo Sin embargo, durante el desarrollo cerebral, los procesos de integración y ejecución de los receptores CB1 podrían expresarse de las respuestas comportamentales. Ambos forma transitoria en neuronas dopaminérgi- neurotransmisores son afectados por los can- cas (Hernández y cols., 1999), con una fun-

70 Sistema cannabinoide endógeno ción específica en procesos relacionados con el desarrollo del cerebro (Berrendero y cols., 1998). Aunque se ha descrito la presencia de endocannabinoides y de receptores CB1 en las áreas límbicas, no se conoce que papel juegan en la funcionalidad de las neuronas dopaminérgicas mesocorticolímbicas (Her- kenham y cols., 1991a; Bisogno y cols., 1999; ver Tabla 3). Los efectos euforizantes, motiva- cionales y cognitivos producidos por el ∆9- THC parecen estar relacionados con una acti- vación de estas neuronas. El ∆9-THC es capaz de potenciar la recompensa por estimulación cerebral en ratas (Gardner, 1992), incremen- tando la excitabilidad de las neuronas dopa- minérgicas mesocorticolímbicas (French y Figura 5. Efectos de los cannabinoides sobre la recaptación de GABA. cols., 1997), los contenidos de DA y sus metabolitos y la densidad de los receptores los cambios a nivel motor (Tabla 4). Así, la dopaminérgicos D en varias estructuras lím- 1 inhibición motora causada por la administra- bicas (Navarro y cols., 1993) y la liberación de ción de anandamida se corresponde con un DA, medida mediante microdiálisis in vivo, en descenso en la actividad de la tirosina hidroxi- el núcleo accumbens (Chen y cols., 1990). lasa (TH) en estriado. Sin embargo, la dismi- En relación con las neuronas dopaminérgi- nución de la actividad dopaminérgica nunca cas niogroestriatales, tanto los cannabinoides fué tan marcada como podía esperarse de la naturales o sintéticos, como los endocannabi- notable depresión motora producida (Romero noides, inhiben la actividad motora, lo que y cols., 1995a y 1995b). Esto puede deberse coincide con la alta densidad de receptores a que las neuronas dopaminérgicas nigroes- CB (Herkenham y cols., 1991a y 1991b), y 1 triatales no poseen receptores CB , los cua- los niveles altos de anandamida y 2-araquido- 1 les se localizan presinápticamente en los ter- nilglicerol (Bisogno y cols., 1999; ver Tabla 3) minales de las neuronas estriato-eferentes en los ganglios basales y en el cerebelo. En que contienen GABA (Herkenham y cols., ratones, se ha observado reducción de la 1991b). En estas neuronas, los cannabinoi- actividad espontánea y estereotipada, así como producción de catalepsia (Wickens y des inhiben la recaptación de GABA (Maneuf Pertwee, 1993). En ratas, se ha visto dismi- y cols., 1996; Romero y cols., 1998a). Los receptores CB están localizados con los nución de la actividad ambulatoria espontá- 1 nea, atenuación de la actividad estereotipada receptores dopaminérgicos, D1 y D2, (Herken- espontánea o inducida e incremento de la ham y cols., 1991b), por lo que se ha sugeri- inactividad (Romero y cols., 1995a, 1996a). do que ambos tipos de receptores (CB1 y No obstante, se han observado diferencias dopaminérgicos) podrían interaccionar a nivel en la magnitud y duración de los efectos de sus mecanismos intracelulares de trans- entre los cannabinoides clásicos, como el ∆9- ducción de señales. THC, y los endocannabinoides, como la anan- Mediante microdiálisis, se puede detectar damida (Romero y cols., 1995b), que pueden liberación de anandamida en el estriado de ser atribuibles a sus diferencias en potencia ratas cuando se estimulan los receptores farmacológica y estabilidad metabólica. dopaminérgicos D2 (Giuffrida y cols., 1999). Los cambios observados en la actividad Esta liberación puede conducir a una inhibi- dopaminérgica nigroestriatal van en paralelo a ción del comportamiento motor. El que el

Ramos, J.A.; Fernández, J.J. 71 SR141716A aumente la activación motora (Romero y cols., 1994). Sin embargo, no pare- producida por los agonistas D2 parece indicar ce que los receptores CB1 hipotalámicos que el bloqueo del receptor CB1 eliminaría la estén situados sobre las neuronas tuberoin- inhibición producida por el sistema cannabi- fundibulares dopaminérgicas. Los cuerpos noide endógeno sobre la activación dopami- celulares de las neuronas que contienen nérgica. receptores CB1 se localizan en el núcleo ven- El ∆9-THC, y la anandamida, actúan sobre tromedial hipotalámico (Mailleux y Vander- las neuronas dopaminérgicas tuberoinfundi- haeghen, 1992) y son intrínsecas al hipotála- bulares, disminuyendo la secreción de prolac- mo (Romero y cols., 1998b). tina (PRL) y modificando la de otras hormo- nas adenohipofisarias (para revisión, ver Fernández-Ruiz y cols., 1997). Estos efectos 6.1.2. Serotonina se producen en paralelo a un aumento, en el Algunos de los efectos neurocomporta- núcleo arcuado, de la actividad de la TH, enzi- mentales del ∆9-THC han sido relacionados ma que regula la velocidad de síntesis de DA con alteraciones de la neurotransmisión sero-

Tabla 4. Efectos de los endocannabinoides y de los cannabinoides derivados de la Cannabis sativa sobre la actividad de diversos neurotransmisores en el cerebro

Neurotransmisor Efectos de los cannabinoides sobre distintos indices neuroquímicos

Dopamina disminución de la densidad de los receptores D1 y D2 en el estriado disminución de la actividad de TH en el estriado disminución de la liberación in vitro de DA en el estriado

incremento de la producción de DOPAC y HVA en regiones límbicas incremento de la liberación de DA en el núcleo accumbens incremento de la densidad de receptores D1 en regiones límbicas

incremento de la actividad de la TH en el hipotálamo

Serotonina implicación serotoninérgica en los efectos de los cannabinoides sobre la secreción de PRL

GABA antagonistas GABA-B atenuan la inhibición motora provocada por cannabinoides antagonistas GABA-A son ineficaces los cannabinoides no alteran la liberación de GABA en la substancia nigra los cannabinoides inhiben la recaptación de GABA en la substancia nigra

incremento de los contenidos de GABA en el hipotálamo y en la adenohipófisis

cambios en la actividad GABAérgica en el hipocampo (relación con la memoria) Implicación de receptores GABA-B

Glutamato disminución de la liberación de glutamato en el hipocampo y en el cerebelo

Péptidos opioides los cannabinoides y los opioides comparten diversos efectos farmacológicos los receptores CB1 y los receptores opioides podrían interaccionar a nivel post-receptor los cannabinoides incrementan la síntesis y liberación de péptidos opioides

72 Sistema cannabinoide endógeno toninérgica (Mechoulam y cols., 1994; ver duce una inhibición de la recaptación del Tabla 4), aunque, el número de estudios GABA lo que aumenta el tono GABAérgico sobre las interacciones cannabinoides/5HT es en la sustancia nigra (Romero y cols., 1996b) escaso. Algunos se refieren a los efectos de (ver figura 4). El mismo proceso puede ocurrir los cannabinoides sobre la secreción de PRL, en otros núcleos receptores de la inervación que podría ser mediada por alteraciones de la estriatal, como el globo pálido, lo que estaría actividad serotoninérgica hipotalámica (Kra- relacionados, en este caso, con un aumento mer y Ben-David, 1978). Se ha visto que la de la actividad cataléptica (Maneuf y cols., anandamida puede interaccionar in vitro par- 1996). Otros estudios han sugerido que los cialmente con receptores serotoninérgicos cannabinoides actuarían a nivel de la substan- aunque a concentraciones suprafisiológicas cia nigra incrementando la actividad de las (Kimura y cols., 1998). En estudios neurofar- neuronas nigrales sin afectar la respuesta a macológicos realizados en modelos de expo- GABA (Tersigni y Rosenberg, 1996) o vía inhi- sición perinatal a cannabinoides en ratas, se bición presináptica de la influencia GABAérgi- han visto alteraciones en el desarrollo de la ca (a través de la inhibición de canales para neurotransmisión serotoninérgica (Molina- Ca++ presinápticos) (Chan y cols., 1998). Holgado y cols., 1997). Se ha descrito una En relación con las neuronas GABAérgicas interacción entre los cannabinoides y el hipotalámicas, la administración aguda de ∆9- receptor de serotonina 5HT3 (Fan, 1995). Aun- THC inhibe la secreción de PRL en paralelo a que hay indicios de la participación del recep- un incremento de las concentraciones de tor CB1 en dicha interacción, no se sabe de GABA en el hipotálamo medio-basal y en la que forma podría producirse esta participa- adenohipófisis, que es mediado por recepto- ción. res CB1 (de Miguel y cols., 1998). Sin embar- go, no hay datos suficientes para afirmar que 6.2. Aminoácidos neurotransmisores: exista una mediación de las neuronas GABA y glutamato GABAérgicas. Además, es poco probable que

los receptores CB1 estén localizados sobre las neuronas GABAérgicas tuberoinfundibula- 6.2.1. GABA res ya que sus cuerpos celulares están en el Se han descrito interacciones GABA-can- núcleo arcuado donde no existe señal de nabinoides en relación al control motor ARNm para el receptor CB1 (Mailleux y Van- (Romero y cols., 1998a), memoria (Hampson derhaeghen, 1992). y Deadwyler, 1999) y la regulación neuroen- La presencia de receptores CB1 en inter- docrina (de Miguel y cols., 1998). Hay recep- neuronas GABAérgicas hipocampales (Tsou y tores CB1 en neuronas GABAérgicas del hipo- cols., 1998a), puede estar relacionado con la campo (Tsou y cols., 1998a), y de los alteración de la memoria a corto plazo, que ganglios basales (Herkenham y cols., 1991b). se puede producir tras la administración de En el cerebelo, los receptores CB1 colocalizan cannabinoides (presentes en la Cannabis sati- con los receptores para GABA en neuronas va o sintéticos). La estratégica distribución de glutamatérgicas (Pacheco y cols., 1993). estos receptores explicaría los importantes Los endocannabinoides incrementan la efectos producidos por los cannabinoides acción GABAérgica en el circuito de retroali- sobre la memoria y sugiere que los endocan- mentación estriado-substancia nigra, produ- nabinoides podrían jugar un importante papel ciendo una disminución de la excitación de fisiológico en los procesos de la memoria a las neuronas dopaminérgicas nigroestriatales corto plazo. Se ha propuesto que los recepto-

(Gueudet y col., 1995). Su actuación se pro- res CB1 podrían reducir la capacidad de codifi- duce sobre los receptores CB1 presentes en car los estímulos de forma que resultaría más las neuronas GABAérgicas estriato-eferentes, difícil retener la información (Hampson y vía activación de receptores GABA-B. Se pro- Deadwyler, 1999). Para ello, los cannabinoi-

Ramos, J.A.; Fernández, J.J. 73 des actuarían modificando la actividad 6.3. Péptidos opioides GABAérgica que se produce vía activación de Los péptidos opioides endógenos interac- receptores GABA-B (Hampson y Deadwyler, cionan con los endocannabinoides, compar- 1999), como ocurre en el caso de los efectos tiendo efectos farmacológicos diversos: hipo- motores (Romero y cols., 1996b). La adminis- termia, sedación, hipotensión, inhibición de la tración de antagonistas del receptor GABA-B motilidad intestinal y de la actividad locomo- atenuó los efectos sobre la memoria causa- tora y, sobre todo, antinocicepción (Manzana- dos por cannabinoides sintéticos (Hampson y res y cols., 1999). Deadwyler, 1999). Los cannabinoides y los péptidos opioides podrían interaccionar a nivel de sus mecanis- 6.2.2. Glutamato mos de transducción de señales: inhibición de la adenilato ciclasa/reducción de la produc- Los cannabinoides sintéticos o naturales ción de AMPc a través de la activación de alteran la actividad glutamatérgica en neuro- proteínas Gi. Esto podría explicar la reducción nas hipocampales, inhibiendo a nivel presi- por cannabinoides de la intensidad del síndro- náptico la liberación de glutamato. Este efec- me de abstinencia a morfina provocado por to es mediado por receptores CB acoplados 1 naloxona en roedores (Vela y cols., 1995a), a proteínas Gi (Shen y cols., 1996) y parece así como la potenciación o tolerancia cruzada estar relacionado con la participación gluta- en relación con los efectos antinociceptivos matérgica en la regulación en el hipocampo de ambas sustancias (Thorat y Bhargava, de los procesos de memoria. También se ha 1994). Sin embargo, esta hipótesis no ha sido atribuido a los cannabinoides la capacidad de demostrada totalmente e, incluso, existen reducir la excitotoxicidad derivada de altos datos contradictorios (para revisión, ver Man- niveles de glutamato (Shen y Thayer, 1998), lo zanares y cols., 1999). Exigiría la existencia que podría ayudar a retrasar la progresión de de una colocalización de receptores para las enfermedades neurodegenerativas. En el µ, κ δ opioides ( o ) y para cannabinoides (CB1) cerebelo, los receptores CB están distribui- 1 en las mismas neuronas, un requisito que no dos ampliamente en la capa molecular de la siempre se cumple. corteza cerebelar (Herkenham y cols., 1991a). Por otro lado, los cannabinoides incremen- Se ha descrito que, en secciones de cerebe- tan la expresión de los genes para los tres lo de ratas, los cannabinoides inhiben la tipos de péptidos opioides, POMC, proence- transmisión sináptica excitatoria, disminuyen- falinas y prodinorfinas, en diversas regiones do la liberación de glutamato, efecto que fue del cerebro y de la médula espinal. Esto expli- antagonizado por SR141716A (Levenes y caría la capacidad de antagonistas opioides cols., 1998). de bloquear los efectos antinociceptivos de La anandamida puede inhibir la neurotrans- los cannabinoides (Reche y cols., 1996) e misión glutamatérgica a nivel del receptor inducir signos de abstinencia en ratas toleran- AMPA/kainato en neuronas hipocampales, tes a ∆9-THC (Vela y cols., 1995b). Podría tra- actuando a nivel presináptico (Shen y cols., tarse de un proceso mas general, dado que 1996). Se ha sugerido que la anandamida el incremento en la expresión de péptidos interferiría con la liberación de glutamato vía opioides no solo ocurre en áreas relacionadas procesos relacionados con la apertura de con la antinocicepción, sino también en otras canales de calcio. También se ha propuesto al que lo están con la recompensa cerebral, la 2-araquidonilglicerol como el endocannabinoi- regulación de la actividad motora y la regula- de activo en este proceso (Stella y cols., ción neuroendocrina (para revisión, ver Man- 1997). zanares y cols., 1999).

74 Sistema cannabinoide endógeno Tabla 5. Efectos de los endocannabinoides y de los cannabinoides derivados de la Cannabis sativa sobre la actividad de diversos neurotransmisores durante el desarrollo del cerebro

Neurotransmisor Efectos de los cannabinoides sobre distintos indices neuroquímicos

Dopamina diversos cambios en la expresión del gen de la TH disminución de la actividad de la TH y del recambio de DA disminución de la inmunorreactividad para TH aumento en la densidad de los receptores D1 y D2 aumento en la producción de DOPAC tendencia a reducirse la actividad motora cambios en la respuesta farmacológica a diversas drogas activas sobre la DA

Serotonina disminución de los contenidos de 5HT en diversas regiones aumento de los contenidos de 5HIAA en diversas regiones

GABA mayor respuesta farmacológica a baclofen pero no a muscimol sin cambios en la eficacia de la activación de los receptores GABA-B alteración del aprendizaje en algunos tests

Péptidos opioides aumento de las concentraciones de met-encefalina y b-endorfinas en el hipotálamo aumento en la densidad de receptores µ-opioides en las áreas relacionadas con el refuerzo disminución de la expresión de proencefalina incremento de la conducta de condicionamiento al sitio para morfina incremento de la conducta de autoadministración de morfina reducción de la sensibilidad al dolor signos de abstinencia inducidos por naloxona

7.ENDOCANNABINOIDES Y NEUROTRANS- natal a cannabinoides altera el desarrollo de MISORES DURANTE EL DESARROLLO la neurotransmisión dopaminérgica, así como CEREBRAL. de otros neurotransmisores, y de las funcio- nes asociadas a todos ellos (ver Tabla 5). Algunos neurotransmisores como la DA Estos efectos parecen ser la consecuencia de la activación de receptores CB , los cuales son especialmente sensibles a los cannabi- 1 noides durante el desarrollo cerebral. Proba- aparecen tempranamente en el cerebro en blemente, ésto tiene que ver, en primer lugar, desarrollo. Se ha demostrado la presencia de con el posible papel de los endocannabinoi- “endocannabinoides” y de sus receptores des en el desarrollo del cerebro sobre el que (ARNm, “binding” y activación de mecanis- podrían ejercer una acción epigenética, y, en mos de transducción de señales) en el cere- segundo lugar, con la función neurotrófica bro fetal y neonatal (Berrendero y cols., 1998 desarrollada por algunos neurotransmisores y 1999). Además, utilizando cultivos de célu- como la 5HT y, especialmente, la DA. Estos las neuronales o gliales obtenidas de cerebro neurotransmisores aparecen tempranamente fetal, se ha demostrado expresión de recep- en el cerebro en desarrollo e, incluso, a veces tores CB1, activación de proteínas G y efectos de forma transitoria para desarrollar un papel sobre la expresión de ciertos genes (Hernán- específico en la diferenciación neuronal. Exis- dez y cols., 1997 y 1999), que se suman a las te una larga lista de estudios neurofarmacoló- observaciones de otros autores sobre el gicos que demuestran que la exposición peri- metabolismo de la glucosa (Sánchez y cols.,

Ramos, J.A.; Fernández, J.J. 75 1998), movilización de ácido araquidónico ted liver and brain anandamide metabolism. (Shivachar y cols., 1996) o expresión de ge- Biochem. Pharmacology 50:667-686 . nes tempranos (Bouaboula y cols., 1995). Bouaboula M., Poinot-Chazel C., Bourrié B., Canat Todo esto permite sugerir que el sistema X., Calandra B., Rinaldi-Carmona M., Le Fur G., cannabinoide endógeno debe jugar un papel Casellas P. (1995) Activation of mitogen-activa- específico sobre el desarrollo cerebral (para ted protein kinases by stimulation of the cen- revisión ver Fernández-Ruiz y cols., 1999 y tral cannabinoid receptor CB1. Biochem. J. 2000). 312:637-641. Bouaboula M., Bourrie B., Rinaldi-Carmona M., Shire D., Le Fur G., Casellas P. (1995b) Stimula- tion of cannabinoid receptor CB1 induces Krox- BIBLIOGRAFÍA. 24 expression in human astrocytoma cells. J. Biol. Chem. 270:13973-13980. Bouaboula M., Poinot Chazel C., Marchand J., Aceto M.D., Scates S.M., Lowe J.A., Martin B.R. Canat X., Bourrie B., Rinaldi-Carmona M., (1995) Cannabinoid precipitated withdrawal by Calandra B., Le Fur G., Casellas P. (1996) Signa- the selective cannabinoid receptor antagonist, ling pathway associated with stimulation of SR 141716A. Eur. J. Pharmacol. 282:R1-R2. CB2 peripheral cannabinoid receptor. Involve- Bachur NR., Masek K., Melmon KL., Udenfriend S. ment of both mitogen-activated protein kinase (1995) Fatty acid amides of ethanolamine in and induction of Krox-24 expression. Eur. J. mammalian tissues J. Biol Chem 240:1019- Biochem 237:704-711. 1024. Bouaboula M., Perrachon S., Milligan L., Canat X., Beltramo M., Stella N., Calignano A., Lin S.Y., Rinaldi-Carmona M., Portier M., Barth F., Calan- Makriyannis A., Piomelli D. (1997) Functional dra B., Pecceu F., Lupker J., Maffrand J.P., Le role of high-affinity anandamide transport, as Fur G., Casellas P. (1997) A selective inverse revealed by selective inhibition. Science 277: agonist for central cannabinoid receptor inhibits 1094-1097. mitogen-activated protein kinase activation sti- Ben-Shabat S., Fride E., Sheskin T., Tamiri T., Rhee mulated by insulin or insulin-like growth factor. M.H., Vogel Z., Bisogno T., De Petrocellis L., Di 1. Evidence for a new model of receptor/ligand Marzo V., Mechoulam R. (1998) Eur. J. Pharma- interactions. J. Biol. Chem. 272:22330-22339. col. 353:23-31. Breivogel C.S., Sim C.J., Childers S.R. (1997) Berrendero F., García L., Hernández M.L., Romero Regional differences in cannabinoid receptor/G- J., Cebeira M., deMiguel R., Ramos J.A., Fer- protein coupling in rat brain. J. Pharmacol. Exp. nandez-Ruiz J.J., (1998) Localization of mRNA Ther. 282:1632-1642. expression and activation of signal transduction mechanisms for cannabinoid receptor in rat Calandra B., Portier M., Kerneis A., Delpech M., brain during fetal development. Development Carillon C., Le Fur G., Ferrara P., Shire D. (1999) 125:3179-3188. Dual intracellular signaling pathways mediated by the human cannabinoid CB1 receptor. Eur. Berrendero F., Sepe N., Ramos J.A., Di Marzo V., J. Pharmacol. 374:245-455. Fernandez-Ruiz J.J. (1999) Analysis of cannabi- noid receptor binding and mRNA expression Calignano A., LaRana G., Giuffrida A., Piomelli D. and endogenous cannabinoid contents in the (1998) Control of pain iniciation by endogenous developing rat brain during late gestation and cannabinoids. Nature 394:277-281. early postnatal period. Synapse 33:181-191. Chan P.K., Chan S.C., Yung W.H. (1998) Presynaptic Bisogno T., Berrendero F., Ambrosino G., Cebeira inhibition of GABAergic inputs to rat substantia M., Ramos J.A., Fernandez-Ruiz J.J., Di Marzo nigra pars reticulata neurones by a cannabinoid V. (1999) Brain regional distribution of endocan- agonist. Neuroreport 9:671-675. nabinoids: Implications for their biosynthesis Chen J., Paredes W., Li J., Smith D., Lowinson J., and biological function. Biochem. Biophys. Res. Gardner E.L. (1990) D9-Tetrahydrocannabinol Commun. 256:377-380. produces naloxone-blockable enhancement of Bornheim L.M., Kim K.Y., Chem B., Correia M.A. presynaptic basal dopamine efflux in nucleus (1995) Microsomal cytochrome P-450-media- accumbens of concious, freely-moving rats as

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Ramos, J.A.; Fernández, J.J. 81

Adicción y sistema cannabinoide endógeno: papel del receptor para cannabinoides CB1 en la fisiología de las neuronas dopaminérgicas mesotelencefálicas

RODRIGUEZ DE FONSECA, F.; NAVARRO, M.

Departamento de Psicobiología. Facultad de Psicología. Universidad Complutense.

Enviar correspondencia a: Prof. Fernando Rodríguez de Fonseca. Departamento de Psicobiología. Facultad de Psicología. Universidad Complutense. Campus de Somosaguas. Madrid. 28223. [email protected]

Resumen Summary

El sistema cannabinoide endogeno es un nuevo The endogenous cannabinoid transmission is a sistema de comunicación intercelular compuesto por new cell signalling system constituted by the cannabi- los receptores para cannabinoides CB-1 y CB-2 y noid CB-1 and CB2 receptors, as well as by several varios transmisores lipidicos, que incluyen a la anan- lipid transmitters including anandamide and 2-arachi- damida y el 2-araquidonilglicerol. Los receptores para donoylglycerol.The cannabinoid receptors are the cannabinoides CB1 y CB2 son la diana farmacológica pharmacological targets of the psychoactive consti- de los cannabinoides naturales, los compuestos psi- coactivos presentes en la preparaciones de Cannabis tuents of cannabis sativa preparations, commonly sativa. que se consumen como droga ilegal. La inves- used as illegal recreational drugs. Several lines of tigacion en modelos animales ha constatado que los research using animal models have established that cannabinoides inducen cambios en los sistemas cere- cannabinoids are drugs that modify the activity of the brales de recompensa, en especial sobre las neuro- brain reward system, specially the physiology of nas dopaminérgicas mesotelencefálicas, equiparables mesotelencephalic dopaminergic neurones, in a way a los que inducen otras drogas como los opiáceos y el that resemble the actions of ethanol or the opiates. etanol. El presente trabajo analiza las evidencias ana- The present work analyse the anatomical, biochemi- tómicas, bioquímicas y farmacológicas que apoyan el cal and pharmacological evidences that support the papel del sistema cannabinoide endógeno en la role of the endogenous cannabinoid system as a modulación de la transmisión dopaminérgica. El modulator of dopamine transmission in the brain. receptor CB1 no sólo se localiza en las neuronas que Cannabinoid CB-1 receptor are present in both, dopa- expresan receptores para dopamina, sino que se mine receptor-containing neurones and mesencepha- expresa también en células dopaminéricas del mesencéfalo y el hipotálamo. La estimulación de los lic and hypothalamic dopaminergic neurones. Moreo- receptores para dopamina D2 es, además, el estímu- ver, the pharmacological stimulation of striatal lo más potente capaz de liberar anandamida que se dopamine D-2 receptors is the most potent activator ha descrito hasta la fecha. La liberación de anandami- of anandamide release known to date. The released da bloquearía la hiperactividad comportamental aso- anandamide will act as an endogenous break to the ciada a un exceso de señal dopaminergica. Estos hyperactivity associated with a high dopaminergic hallazgos permiten esperar que fármacos capaces de output. These findings allow us to propose that drugs interferir con el sistema cannabinoide endógeno pue- which interfere with the endogenous cannabinoid dan ser útiles en la terapéutica de procesos con parti- system might be useful as a therapy in that problems cipación dopaminérgica como la adicción a drogas. where the dopamine system intervene as addictions. Palabras clave: cannabis, sistema cannabinoide, Key words: cannabis, cannabinoid system, cannabi- receptores cannabinoides, sistema dopaminérgi- co, adicción. noid receptors, dopaminergic system, addiction.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 83 1. INTRODUCCION. de los desafíos más importantes para la ade- cuada comprensión del sistema cannabinoi- de: la explicación del papel fisiológico de un l sistema cannabinoide endógeno cere- sistema densamente presente en áreas cere- bral está compuesto por el receptor brales de proyección dopaminérgica, con para cannabinoides, CB-1 (Devane et al., E unas características neurobiológicas altamen- 1988) y los ligandos endógenos anandamida te preservadas a lo largo de la evolución, pero (Devane et al., 1992) y 2-araquidonil glicerol con un bajo tono de actividad como se ha (Mechoulam et al., 1995; Stella et al., 1997). demostrado en estudios funcionales con Los efectos agudos y crónicos de los deriva- antagonistas (Howlett, 1995; Gueudet et al., dos del cannabis sativa se producen por la 1995; Navarro et al., 1997). En el presente acción del THC, su constituyente psicoactivo trabajo trataremos los aspectos bioquímicos, principal, sobre los receptores cerebrales anatómicos y comportamentales de la inter- específicos CB-1. Los efectos potencialmente acción entre los sistemas dopaminérgico y adversos del consumo de cannabis pueden cannabinoide. Propondremos un modelo con incluir entre otros, a los trastornos de ansie- el cual explorar la posible relevancia de estas dad (Halikas et al., 1985; Rodríguez de Fonse- interacciones para la comprensión y el trata- ca et al., 1997), el incremento en el riesgo de miento de la adicción, los trastornos neurode- inicio de síndromes psicóticos (Andreasson generativos tales como la enfermedad de et al., 1987; Núñez-Dominguez y Gurpegui- Parkinson y ciertos síndromes psiquiátricos Fernández, 1997) y la disminución de la efica- tales como la esquizofrenia. cia de los neurolépticos (Knudsen y Vilmar, 1984). Los rasgos psicopatológicos asociados a la exposición aguda y crónica al cannabis 2. DISTRIBUCIÓN NEUROANATOMICA DE indican una estrecha conexión entre los siste- LOS RECEPTORES PARA CANNABINOI- mas dopaminérgicos (neuronas liberadoras DES CB-1 EN LOS CIRCUITOS DOPAMI- de dopamina y neuronas que expresan recep- NERGICOS MESOTELENCEFÁLICOS. tores dopaminérgicos) y el sistema cannabi- noide endógeno. Las neuronas dopaminérgi- Los receptores CB-1 están presentes en el cas, principalmente las pertenecientes a los cerebro de los mamíferos a concentraciones sistemas nigroestriatal y mesolímbicocortical, más altas que cualquier otro receptor ligado a se consideran de especial importancia en los proteínas G (Herkenham et al., 1990; Maille- procesos de recompensa y estrés, en la adic- aux y Vanderhaegen, 1992; Matsuda et al ción a drogas y en los síntomas positivos de 1993). Se expresan en áreas del sistema ner- la esquizofrenia (Grace, 1991; Le Moal y vioso central que contribuyen al control del Simon, 1991). movimiento (caudado-putamen, globus palli- Existe un número creciente de trabajos dum, núcleo entopeduncular, sustancia negra que indican una posible implicación del siste- y cerebelo), cognición y memoria (formación ma cannabinoide endógeno en enfermeda- hipocampal, cortex cingulado), procesamien- des relacionadas con el sistema dopaminérgi- to de emociones y respuestas motivaciona- co tales como la adicción (Gardner y les (complejo amigdalar, núcleo accumbens, Lewinson 1991; Navarro et al., 1995), el cortex olfatorio), percepción dolorosa (sustan- estrés (Rodriguez de Fonseca et al., 1994), la cia gris central, asta dorsal de la médula espi- psicosis (Andreasson et al 1987; Knudsen y nal), e integración neuroendocrina (núcleos Vilmar, 1984; Núñez-Dominguez y Gurpegui- paraventricular, arcuato, supraóptico y ventro- Fernández, 1997) o síndromes extrapiramida- medial), (Mailleaux y Vanderhaeghen, 1992; les tales como la enfermedad de Parkinson o Matsuda et al 1993). Del análisis anatómico las distonías (Clifford, 1983; Glasset et al., resulta evidente que el perfil farmacológico 1997; Rodríguez de Fonseca et al 1994). Sin de los agonistas CB-1 se corresponde con la embargo, todavía necesitamos solventar uno distribución de los sitios de unión CB-1 y del

84 Adicción y sistema cannabinoide endógeno RNAm del CB-1. Para confirmar este perfil neuroanatómico específico se ha utilizado el SR141716A, antagonista selectivo del recep- tor CB-1, descrito recientemente (Rinaldi-Car- mona et al., 1994) que ha revelado la existen- cia de un tono endocannabinoide en el hipocampo, sustancia negra y sistema límbi- co que también se corresponde con la distri- bución neuroanatómica de los receptores CB- 1 (Gessa et al., 1997; Gueudet et al., 1995; Navarro et al., 1997: Rodríguez de Fonseca et al., 1997). Aunque se había descrito la presencia de receptores CB-1 en áreas cerebrales específi- cas relacionadas con los circuitos dopaminér- gicos, tales como los ganglios basales, la amígdala ampliada y el cortex límbico, parecía que no estaban presentes en las neuronas dopaminérgicas cerebrales (Herkenham et al., 1990; Matsuda et al., 1993). Sin embargo estudios más recientes (Ong y Mackie, 1999; Rodríguez de Fonseca et al., datos no publi- cados) han revelado diferencias específicas de especie en la distribución de los recepto- res CB-1 en las neuronas dopaminérgicas cerebrales. Observaciones recientes median- te microscopía confocal en ratas de la cepa Wistar (Figura 1) utilizando un anticuerpo poli- clonal contra el extremo amino-terminal del receptor CB1, han mostrado que las neuro- Figura 1. nas dopaminérgicas mesencefálicas expre- san una cantidad entre baja y moderada de Distribución neuroanatómica de los receptores CB- receptores CB-1, a diferencia de lo que se 1 en el área tegmental ventral del cerebro de la rata Wistar, como se aprecia con doble marcaje había descrito previamente en estudios utili- inmunocitoquímico y microscopía confocal. La zando ratas de la cepa Sprague-Dawley (Her- fluorescencia roja corresponde a las células inmu- kenham et al ., 1991; Matsuda et al 1993; nopositivas para tirosina hidroxilasa (TH), mientras Tsou et al., 1998). Se han publicado hallazgos que la fluorescencia verde revela la localización de similares en el cerebro de primates (Ong y los receptores cannabinoides CB-1. El doble mar- Mackie, 1999), que apoyan la posibilidad de caje aparece como una fluorescencia naranja. Los una acción directa de los agonistas del recep- detalles metodológicos se han descrito previamen- tor CB-1 en neuronas dopaminérgicas, como te (Rodriguez de Fonseca et al., 1999). Imagen superior: imagen de células del tegmento ventral se había sugerido en estudios electrofisiológi- que expresan receptor CB-1. Imagen Intermedia: cos previos con antagonistas de los recepto- imagen de células del tegmento ventral que expre- res CB-1 (French et al., 1997; Guedet et al., san tirosina hidroxilasa. Imagen Inferior: doble 1995). Sin embargo generalmente se acepta marcaje para TH y receptor CB-1. La célula marca- que que los receptores CB-1 se colocalizan da con la flecha blanca co-expresa ambos marca- con receptores dopaminérgicos en neuronas dores. La célula marcada con la flecha blanca co- de áreas de proyección dopaminérgica tales expresa ambos marcadores. La célula marcada como los ganglios basales y cortex límbico con la flecha amarilla sólo expresa TH.

Rodriguez de Fonseca, F.; Navarro, M. 85 (Herkenham et al., 1991; Mailleux y Vander- 3. INTERACCIONES SISTEMA ENDOCAN- haeghen, 1993), ya que ambos tipos de NABINOIDE-DOPAMINA. receptores están localizados sobre todo en neuronas de proyección, principalmente En las áreas cerebrales descritas anterior- gabaérgicas, aunque también glutamatérgi- mente, relevantes para la mayoría de enfer- cas del cortex y del núcleo subtalámico medades neuropsiquiátricas, la estimulación (Rodríguez de Fonseca et al., 1998; Sañudo- de los receptores CB-1 podría modular, bien Peña y Walker 1997). En el circuito de los directamente la actividad de las neuronas ganglios basales, las neuronas intrínsicas dopaminégicas (Afectando a la actividad eléc- estriatales gabaérgicas espinosas medianas, trica, la síntesis, la liberación o la recaptación que reciben aferentes desde las neuronas de dopamina) o bien interferir con la transmi- dopaminérgicas de la sustancia negra pars sión de la señal dopaminérgica en los recep- compacta, coexpresan receptores dopami- tores dopaminérgicos postsinápticos colocali- nérgicos D-1, D-2 y D-3 (Surmeier et al., zados con los receptores CB-1. Distintas 1996) y receptores CB-1. Sus terminales axó- aproximaciones experimentales han demos- nicos que inervan el globus pallidum, la sus- trado ambas posibilidades. La interacción tancia negra pars reticulata y el núcleo subta- entre receptores de dopamina y receptores lámico contienen grandes cantidades de CB-1, tiene un apoyo neurobiológico en la receptores CB-1 (Herkenham et al., 1991). La estructura similar de los dos tipos de recepto- Figura 2, ilustra la posición de los receptores res. Ambos tipos pertenecen a la familia de CB-1 en los ganglios basales, en los que par- receptores ligados a la proteína G (Matsuda ticiparía en el control de sinapsis relevantes et al., 1991; Howlett, 1995), y ambos tam- para el procesamiento estriatal de la informa- bién, están acoplados al mismo sistema de ción compleja procedente del cortex cerebral transducción de señales, incluyendo el con- motor, somatosensorial y límbico. trol de la síntesis de AMPc, y la regulación de los canales de Ca2+ y de K+ (Hampson et al., 1995; Howlett, 1995; Mackie y Hille, 1992).

Interacciones dopamina-cannabinoide en el sistema nigroestriatal.

El papel del sistema cannabinoide endóge- no parece ser diferente según el nivel de los diferentes circuitos dopaminérgicos. La mayoría de los efectos observados en el sis- tema nigroestriatal indican una regulación indirecta de la actividad dopaminérgica, mediante la estimulación de los receptores CB-1 que expresan las neuronas gabaérgicas de los núcleos eferentes de los ganglios basales (Maneuf et al., 1996; Navarro et al., 1993b; Pertwee y Greetree, 1998). No se han descrito alteraciónes marcadas del turnover de dopamina a nivel estriatal tras la exposi- ción aguda a THC, ni en Sprague-Dawley Figura 2. (Rodríguez de Fonseca et al., 1992) ni en Esquema de los circuitos de los ganglios basales y ratas Wistar (Navarro et al., 1993). Sin embar- de la ubicación del receptor para cannabinoides go, se encontró que la administración aguda CB-1 en neuronas específicas de estos circuitos. de agonistas del recetor cannabinoide produ-

86 Adicción y sistema cannabinoide endógeno cía un pequeño incremento de la actividad células nigroestriatales dopaminérgicas, pro- espontánea de las neuronas dopaminérgicas voca un gran aumento en la expresión de nigroestriatales medidas bien por registro RNAm del receptor CB-1 en el estriado dorsal. extracelular (French et al., 1997), o por volta- Por otro lado, la estimulación repetida de los metria in vivo en estriado (Ng Cheon et al., receptores dopaminérgicos D-1 y D-2 y la con- 1988). La naturaleza directa o indirecta de siguiente desensibilización de ambos siste- estos efectos permanece sin determinar de mas receptoriales da lugar a una potenciación forma concluyente. Sin embargo, un estudio de la acinesia y de la catalepsia inducidas por reciente ha clarificado en parte la relación al agonista cannabinoide HU-210 (Rodríguez entre el sistema cannabinoide endógeno y la de Fonseca et al., 1994b). El efecto opuesto transmisión dopaminérgica (Guiuffrida et al., se observa cuando se sensibilizan los recep- 1999). En este estudio, con la técnica de tores D1 mediante la administración repetida microdiálisis in vivo hemos demostrado que del neuroléptico SCH 23390, un bloqueante los niveles extracelulares de anandamida en selectivo del receptor D1 (Rodrìguez de Fon- estriado dorsal sufren un gran incremento seca et al., 1998). Estos datos sugieren la tras la estimulación de la familia de recepto- existencia de diferencias en las interacciones res dopaminérgicos D-2 (p.e. tras la infusión entre los sistemas dopminérgico y cannabi- de quinpirole mediante diálisis inversa), pero noide considerando los distintos receptores no tras la estimulación receptores dopami- nérgicos D-1 (p.e. tras la infusión con el ago- nista D-1 SKF 38393). La anandamida libera- da tras estimulación del receptor D-2 puede ser útil para limitar el aumento de conducta motora producida por la dopamina en el estriado. Como se muestra en las figuras 3 y 4 el pretratamiento con el antagonista CB-1 SR141716A potencia la estimulación de la conducta motora producida por la administra- ción sistémica de quinpirole. Este efecto no se observó cuando el efecto facilitatorio sobre el movimiento fue inducido con un agonista D-1, el SKF 81297. Otros laboratorios han descrito interacciones farmacológicas Figura 3. entre receptores dopaminérgicos D-2 y Modelo propuesto para las interacciones entre la receptores cannabinoides CB-1 que apoyan transmisión dopaminérgica y el sistema cannabi- esta hipótesis. El grupo de J. Michael Walker noide endógeno en el estriado dorsal. La dopamina ha descrito que la administración regional de liberada por los axones terminales de las neuronas agonistas de la familia D-2 reduce la respues- de la sustancia negra pars compacta facilita la con- ta conductual producida por la inyección de ducta motora mediante la activación de ambos receptores D-1 y D-2 localizados en las neuronas agonistas CB-1. gabaérgicas espinosas medianas del estriado dor- Aunque el aumento de la liberación de sal. Simultáneamente, la activación de los recepto- anandamida parece ser dependiente de la res D2 estimula la liberación de anandamida, a par- estimulación de los receptores D-2, los recep- tir de un precursor dela membrana plasmática, que al activar los receptores CB-1 limita el efecto facili- tores dopaminérgicos D-1 juegan también un tador del movimiento de la dopamina. Aunque se papel importante en esta interacción cannabi- representa un mecanismo postsináptico, la anan- noide-dopamina. Así, un estudio previo (Mai- damida se podría originar a través de la activación lleux y Vanderhaeghen, 1993) demostró que el de los receptores D-2 presinápticos, y eventual- bloqueo crónico de los receptores D-1, que mente puede actuar sobre los receptores CB-1 produce una hiperactividad compensatoria en presinápticos.

Rodriguez de Fonseca, F.; Navarro, M. 87 involucrados. La figura 2 representa una hipó- tesis de trabajo actual sobre la interacción entre receptores cannabinoides y dopaminér- gicos en estriado. Todavía está por determinar si estos efectos farmacológicos son selecti- vos del estriado dorsal o aparecen en otras áreas cerebrales. Se ha propuesto la existen- cia de diferencias regionales en el papel de los receptores CB-1 sobre el control de la acti- vidad de los ganglios basales desde el mesen- céfalo debido a la gran densidad de recepto- res dopaminérgicos en la sustancia negra (Glass et al., 1997a). Así, se ha descrito que los cannabinoides activan las neuronas de la sustancia negra pars reticulata, probablemen- te inhibiendo la liberación de GABA desde las proyecciones estriatonígricas mediante la esti- mulación de los receptores CB-1 presinápti- cos (Tersigni y Rosemberg, 1996). Este blo- queo de la liberación de GABA puede ser el responsable del aumento de la actividad de las neuronas dopaminérgicas nigroestriatales observado in vivo tras la exposición aguda a cannabinoides, ya que están bajo la influencia de la via striatonígrica (French et al., 1997; Gueudet et al., 1995; Ng Cheong el al., 1988). Una fuente adicional indirecta de aferentes reguladores sobre la sustancia negra, cuya actividad puede ser modulada por la estimula- ción CB-1, proviene del núcleo subtalámico (Sañudo-Peña y Walker, 1997). Por otro lado, los receptores cannabinoides en estriado parece que están acoplados negativamente a la liberación de dopamina estimulada por K+ Figura 4. Imagen superior: Efectos del pretratamiento (Navarro et al., 1993b) o evocada eléctrica- conel antagonista SR 141716A del receptor cannabinoi- mente (Cadogan et al., 1997) como se de CB-1 (1mg/kg, i.p.) sobre el efecto agudo del quinpi- role (0, 0.025, 0.025 y 1 mgr/kgr s.c.), agonista del recep- demostró por estudios in vitro. Un balance tor dopaminérgico D-2, en la actividad motora en ratas entre la actividad de las influencias conver- Wistar macho. Los datos fueron recogidos 60 minutos gentes en la sustancia negra y las actividades trás la inyección El bloqueo de los receptores con SR141716A potencia las alteraciones inducidas por el reguladoras locales establecerán la naturaleza quinpirole sobre la conducta, apoyando el papel del sis- de las acciones de los agonistas CB-1 sobre tema cannabinoide endógeno como regulador de la esti- mulación dopaminérgica de la conducta motora. la liberación de dopamina en estriado. Mani- *P<0.05, animales tratados con vehículo versus anima- pulaciones farmacológicas de la sensibilidad les tratdos con SR141716A. #P<0.05 versus animales tratados con vehículo (dosis 0) con el mismo pretrata- aguda a cannabinoides mediante la adminis- miento (Newman-Keuls). Imagen intermedia: el pretra- tración concurrente de drogas que actúan tamiento con SR141716A no modificó la respuesta al agonista dopaminérgico D-1 SKF 81297. Imagen infe- sobre los receptores GABA-A y GABA-B rior: sin embargo, el pretratamiento con el inhibidor de la (Pertwee y Greentree, 1988; Romero et al., recaptación de anandamida AM 404 redujo la respuesta 1995) apoyan la implicación de las neuronas de facilitación motora de los agonistas dopaminérgicos D-1 (SKF 81297) o D-2 (quinpirole). *P<0.05 versus ani- GABA en la mediación de los efectos canna- males tratados con suero salino, Newman-Keuls. binoides. Esta contribución se deduce tam-

88 Adicción y sistema cannabinoide endógeno bién del hecho de que el agonista del receptor Las primeras descripciones de las acciones CB-1, induce cambios en los receptores dopa- del THC en el cerebro indicaban una estimula- minérgicos estriatales (Navarro et al., 1993b; ción de la actividad dopaminérgica mesocorti- Rodríguez de Fonseca et al., 1992). Estos colímbica (Bowers y Hoffman, 1986; Chen et efectos se pueden poner de manifiesto com- al., 1990). Registros extracelulares directos portamentalmente 24 horas después de una mostraron que la administración sistémica de administración única de THC. (Figura 5). agonistas CB-1 incrementaban la actividad de neuronas dopaminérgicas del área tegmental ventral (French et al., 1997) asociadas a un Interacción dopamina-cannabinoide en los aumento de la liberación de dopamina en las circuitos mesolímbicos. terminales mesolímbicas (tabla 1; Gardner et al.,1988; Navarro et al., 1993a; Tanda et al., 1997). Según estudios preliminares del grupo El sistema dopaminérgico mesocorticolím- de Gardner (Gardner y Vorel, 1998), la libera- bico es más sensible que la vía nigroestriatal ción de dopamina inducida por cannabinoides a la administración aguda de cannabinoides. es aditiva a la producida por el bloqueo de receptores dopaminérgicos D-2, lo que sugie- re que el receptor CB-1 podría oponerse a la acción de los autorreceptores que controlan la liberación de esta monoamina. Sin embar- go, está por determinar de forma concluyen- te si este efecto es producido por la estimula- ción directa de los receptores CB-1 presentes en células dopaminérgicas, por estimulación transináptica.o por activación del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal. Los tra- bajos realizados hasta la fecha son contradic- torios a este respecto, y son necesarias investigaciones adicionales para establecer concluyentemente el papel de los receptores de dopamina D-1 y D-2 en la respuesta de las neuronas dopaminérgicas mesocorticolímbi- cas a la exposición aguda a cannabinoides. Por ejemplo, el bloqueo de los receptores CB-1 con el antagonista selectivo SR141617A no afecta la actividad del área tegmental ven- tral (Gueudet et al., 1995), mientras que los antagonistas de los receptores opioides-m (naloxona, naloxonazina) bloquean el aumen- to de la liberación de dopamina inducida por la administración de agonistas CB-1, actuan- do ambos probablemente sobre las neuronas del área tegmental ventral (Tanda et al 1997) y en sus extremos terminales en el núcleo Figura 5. El pretratamiento con el agonista del recep- tor para cannabinoides CB-1 THC (5 mg/kg) potencia accumbens (Chen et al., 1990; Gardner y los efectos activadores de la locomoción inducida por Lowinson , 1991). Una hipótesis adicional el agonista dopaminérgico D-2 quinpirole (dosis de 0.25 mg/kg), medida 24 horas después de la inyección interesante es que la activación mesolímbica del cannabinoide. inducida por los agonistas CB-1 sea glucocor- * P < 0.05 versus animales tratados con suero salino, ticoide-dependiente. Los cannabinoides son Newman-Keuls. estresores químicos que activan el eje hipofi-

Rodriguez de Fonseca, F.; Navarro, M. 89 so-adrenal mediante liberación de la ACTH 4. PAPEL DE LAS INTERACCIONES CAN- (Martín Calderón et al., 1998). También indu- NABINOIDE EN LA PATOGENIA Y TRA- cen respuestas de ansiedad (Rodriguez de TAMIENTO DE ENFERMEDADES NEU- Fonseca et al 1997). El estrés agudo se aso- ROPSIQUIÀTRICAS. cia con una activación rápida de la vía meso- límbica que puede estar mediada por los Como hemos descrito anteriormente, los receptores de glucocorticoides presentes en cannabinoides endógenos son mediadores neuronas dopaminérgicas mesolímbicas locales liberados para regular el procesado de (Kalivas y Stewart, 1991; Piazza et al., 1996). la información en las principales conexiones Está por determinar si la activación mesolím- de los núcleos de los ganglios basales, y posi- bica depende de la activación del eje hipofi- blemente en las vías del refuerzo. La posible so-adrenal, pero su demostración puede ser- actividad constitutiva de los receptores CB-1 y vir de soporte a las observaciones clínicas su acoplamiento bidireccional a la adenilato sobre el papel del consumo de cannabis ciclasa sugiere que esta función reguladora como factor de vulnerabilidad en el desenca- afecta a procesos de naturaleza opuesta den- denamiento de un brote psicótico o en la tro del estriado, indicando un posible papel drogadicción (Andreasson et al., 1987; Nava- para este sistema como un potencial regula- rro et al., 1995; Rodríguez de Fonseca et al., dor de la homeostasis local (Glass y Felder, 1997). La reciente descripción de la apari- 1997b; Maneuf y Brotchie, 1997; Rodríguez ción de sensibilización a psicoestimulantes de Fonseca et al., 1998). La inducción de un en animales tratados crónicamente con el bloqueo funcional del proceso de recaptación agonista CB-1 THC apoya esta hipótesis, y de neurotransmidores derivado de la estimu- lación CB-1 puede afectar a neurotransmiso- refuerza el papel relevante del sistema can- res de naturaleza opuesta, tales como gluta- nabinoide endógeno en los fenómenos que mato y GABA, apoyando nuevamente el papel conducen al establecimiento de la conducta amortiguador de la señal cannabinoide endó- adictiva. En cualquier caso, la administración gena en el estriado. Queda pendiente el iden- crónica de agonistas cannabinoides induce tificar las posibles variaciones regionales en cambios importantes en la funcionalidad de estos mecanismos, así como las condiciones las neuronas dopaminérgicas mesolímbicas patológicas en las cuales una clara contribu- y mesocorticales. Diana y colaboradores han ción del sistema cannabinoide endógeno demostrado que estas neuronas sufren puede contribuir a mejorar nuestro conoci- cambios adaptativos a resultas de la admi- miento de ciertos trastornos neurológicos. nistración crónica de cannabinoides que se Los hallazgos de investigación tratados en asemejan a los descritos tras la administra- este manuscrito sugieren que el sistema can- ción crónica de etanol u opiáceos. Estos nabinoide endógeno puede servir de objetivo cambios se manifiestan como una reducción para el desarrollo de nuevas estrategias para en la actividad eléctrica espontánea de estas el tratamiento de procesos relacionados con neuronas durante la instauración de absti- la transmisión dopaminérgica. En el campo de nencia a cannabinoides inducida farmacoló- la adicción a drogas, la utilización de agonistas gicamente (mediante la inyección del anta- parciales débiles del receptor CB-1 podría, gonista SR 141716 A) o de manera teóricamente, ayudar a reducir el consumo de espontànea (cese de administración de ago- psicoestimulantes, opiáceos o cannabinoides. nistas CB-1). Este declinar en la actividad Los antagonistas del receptor CB-1 podrían espontànea mesocorticolímbica se asocia al ayudar a reducir el deseo compulsivo de toma estado afectivo negativo, disfórico, que de drogas durante la abstinencia o tras la acompaña al cese de la toma de drogas de misma, especialmente en individuos con alta abuso, y que se considera un factor impor- tasa de consumo. Esta aproximación ya ha tante en el mantenimiento del consumo de sido ensayada con éxito en la dependencia a la droga y en las recaídas. opiáceos o a etanol (Ver Navarro et al., este

90 Adicción y sistema cannabinoide endógeno volumen o Rodríguez de Fonseca et al., 1999). servir para reducir la sintomatología negativa De entre los trastornos del movimiento , la asociada a la esquizofrenia, si ésta se debie- enfermedad de Parkinson, las discinesias tar- se a la reducción de la señal dopaminèrgica días y las distonías inducidas por neurolépti- en las áreas de proyección corticolímbicas. cos son firmes candidatos a beneficiarse de la Por último, el hecho de que la anandamida terapia basada en el sistema cannabinoide sea un agonista parcial puede evitar los efec- endógeno, junto al síndrome de Gilles de la tos colaterales indeseables producidos por Tourette y la corea de Huntington (Rodríguez los agonistas completos como la catalepsia o de Fonseca et al., 1998). Como una potencial las reacciones de estrés agudas Aunque de la utilidad práctica del modelo podemos propo- rata se ha descrito que el tratamiento crónico ner los agonistas cannabinoides para reducir con THC puede inducir pérdida neuronal en el los efectos indeseados de la L-dopa o agonis- hipocampo, de naturaleza glucocorticoide- tas dopaminérgicos en la enfermedad de Par- dependiente (Landfield et al., 1988), también kinson o en las discinesias tardías asociadas se han descrito acciones neuroprotectoras al uso de neurolépticos, así como antagonis- derivadas de la estimulación del receptor can- tas cannabinoides para reducir la dosis efecti- nabinoide CB-1 in vitro e in vivo (Nagayama et va de L-DOPA o agonistas dopaminérgicos al., 1999). Estos hallazgos indican que un uso necesarios para aliviar la acinesia característi- racional de estas drogas dirigidas al receptor ca de dicha enfermedad (Maneuf et al., 1997; CB-1, puede proteger a las neuronas de dife- Rodríguez de Fonseca et al., 1998). rentes tipos de agresiones. Continuando con Además de los trastornos motores, tam- este razonamiento, compuestos que activa- bién se podrían beneficiar distintas alteracio- sen el receptor CB-1 o incrementasen la libe- nes neuropsiquiátricas de la disponibilidad de ración de endocannabinoides podrían, ade- nuevos compuestos que actuasen sobre los más, tener propiedades preventivas del receptores cannábicos, tales como los nue- deterioro al actuar como neuroprotectores vos antagonistas selectivos, así como del (Por ejemplo, al disminuir la liberación de glu- esclarecimiento de nuevos mecanismos támico o disminuir la neurotoxicidad mediada moleculares y de la identificación de nuevas por los receptores NMDA). dianas farmacológicas, tales como el recien- temente descrito transportador de anandami- AGRADECIMIENTOS. da (Beltramo et al., 1997). Este último hallaz- go ha abierto múltiples posibilidades. Un ejemplo cardinal pueden ser los síntomas Este trabajo ha sido financiado por los Pro- agudos de la esquizofrenia, que actualmente yectos de la Comunidad de Madrid son atribuidos, entre otros mecanismos, a un (08.5/0013/98 y 05/0024/99), por el Hospital estado hiperdopaminérgico. Si la liberación Psiquiátrico de Ciempozuelos-Orden de San de anandamida también se dispara en áreas Juan de Dios, LA DGICYT, proyecto PM corticales tras la activación de los receptores 96/0047 y La Delegación del Gobierno para el D-2, un aumento de la biodisponibilidad de Plan Nacional Sobre Drogas. Los autores anandamida por medio del bloqueo de la agradecen especialmente la colaboración de recaptación de anandamida o de la hidrólisis los Doctores Luis Miguel García Segura y pueden actuar como terapia antipsicótica. Miguel Angel Gorriti, así como la asistencia Estudios experimentales (Beltramo et al., técnica de Concepción Bailón del Instituto 2000) en animales de laboratorio han demos- Cajal, CSIC, Madrid. trado esta hipótesis, así como la de la norma- lización de la hiperactividad infantil en un REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. modelo de ratas genéticamente hiperactivas. Del mismo modo, la administración crónica Anderson LA, Anderson JJ, Chase TN and Walters de un antagonista del receptor CB-1 podría JR (1995) The cannabinoid agonist WIN 55,212-

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Rodriguez de Fonseca, F.; Navarro, M. 95

Cannabinoides y conducta adictiva

NAVARRO, M.; RODRIGUEZ DE FONSECA, F.

Departamento de Psicobiología. Instituto Universitario de Drogodependencias

Dirigir correspondencia: Miguel Navarro. Departamento de Psicobiología. Instituto Universitario de Drogodependencias. Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid. 28223 Madrid.

Resumen Summary

Los cannabinoides son compuestos psicoactivos Cannabinoids are the psicoactive compounds presentes en el cannabis y que actúan en el sistema found in cannabis preparations. They act through the nervioso a través de receptores específicos de mem- activation of specific membrane receptors termed brana, los receptores CB-1. Estos receptores están cannabinoid CB-1 receptors. These receptors are loca- situados en neuronas de muchos circuitos encefáli- ted in neurons of multiple encephalic circuits, inclu- cos, incluyendo el sistema de recompensa cerebral. ding the reward system. This reward system is essen- Este sistema es clave para entender la conducta adic- tial for the outcome of the addictive behavior, and it is tiva, y de él forman parte las neuronas dopaminérgi- composed of several circuits including the mesote- cas mesotelencefálicas, así como algunas neuronas lencephalic dopaminergic system and telencephalic peptidérgicas de entre las que destacan las neuronas peptidergic neurons such as enkephalinergic cells encefalinérgicas. Los cannabinoides, al igual que el .Cannabinoids activate mesotelencephalic dopaminer- resto de las drogas de abuso, activan las neuronas gic neurons and lower intracranial self stimulation mesotelencefálicas y disminuyen el umbral de recom- thresholds, as do major abused drugs. Like cocaine, pensa cerebral. Del mismo modo que la cocaína, los ethanol or the opiates, cannabinoids induce conditio- opiáceos o el etanol, estos compuestos inducen con- ned place preference and are self-administered by ductas de autoadministración en animales de experi- laboratory rodents. Chronic administration of cannabi- mentación y provocan condicionamiento de lugar pre- noids results in tolerance and dependence, as well as ferencial. La administración crónica de cannabinoides in neuroadaptions in brain reward circuits that resem- provoca tolerancia y dependencia, e induce neuroa- ble those found for major drugs of abuse. A specific daptaciones en el circuito de la recompensa que son biochemical and behavioural withdrawal syndrome idénticas a las inducidas por la principales drogas de can be observed in cannabinoid-dependent animals. abuso y que se pueden poner de manifiesto median- Cannbinoids act sinergically with endogenous opioid te el cese de la administración de estos compuestos peptides, specially with the enkephalin-F-opioid (síndrome de abstinencia comportamental y bioquími- system. co específico). Los cannabinoides actúan sinérgica- This interaction could even help to open new the- mente con el sistema opioide endógeno, en especial rapeutic doors to heroin and alcohol addiction. con el sistema encefalinas-receptor-F -opioide, lo que les permite actuar como factores de vulnerabilidad en Key words: cannabis, cannabinoid system, addiction, el desarrollo de la conducta adictiva. La existencia de dopamine, reward system, animal models, una interacción opioide-cannabinoide permitirá abrir opiods, brain, dependence. nuevas puertas terapéuticas para la adicción a heroína y a etanol.

Palabras clave: cannabis, sistema cannabinoide, adic- ción, dopamina, sistema de recompensa, mode- los animales, opiaceos, cerebro, dependencia.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 97 a utilización médica de las preparaciones dos últimas décadas sobre la transmisión de la planta cannabis sativa (hashish, cannabinoide (Tabla 1). Lmarihuana y bhang) se ha podido consta- La característica farmacológica de los can- tar que data desde hace 4000 años en docu- nabinoides, a diferencia de otros fármacos, mentos de la medicina asiática, aunque su no viene definida por un efecto particular sino uso recreacional y hedonista sea probable- más bien por un perfil farmacológico que mente anterior. En este sentido, hay desde consta de la tétrada: analgesia, catalepsia, las descripciones realizadas por Heródoto del hipotermia y alteración de la actividad loco- uso ritual del cannabis por los escitas, pueblo motora. Sin embargo, todavía las propieda- asiático muy guerrero del s. VII a. de J.C., a des reforzadoras de los cannabinoides psico- las de aquellos caballeros medievales crea- dos por el viejo de la montaña (los hashas- activos permanecen sujetas a un intenso hins) o las imágenes de los conciertos de debate social y científico, hasta conocer con rock de los años 60, en las que siempre esta- mejor detalle qué propiedad reforzadora pro- ba presente el consumo masivo de esta pia poseen y qué mecanismo neurobiológico droga. comparten con el resto de las drogas de abuso. Desde las mil y una noches hasta los cuen- tos de Cornell Woolrich, la literatura tiene pre- Ese interés deriva de dos aspectos princi- sente los efectos distorsionantes del canna- pales: En primer lugar, porque las preparacio- bis sobre la percepción, la emoción, la nes de cannabis sativa siguen siendo las más memoria y el peculiar mito del estímulo consumidas en el mundo con respecto al sobre la creatividad artística. resto de drogas de abuso ilegales; y en A partir del aislamiento y síntesis en 1964 segundo lugar, porque actúan a través de un del ∆9-tetrahidrocannabinol (THC), constitu- sistema propio de señalización neuronal muy yente psicoactivo principal de la planta, reali- ubicuo en el SNC y fuera de él, con importan- zado por Gaoni y Mechoulam hasta finales de tes implicaciones neurobiológicas y psicobio- los ochenta, la base neurofarmacológica del lógicas; por lo que su mejor compresión arro- THC ha constituido un misterio y un desafío jará luz en la etiopatogenia de algunas para la ciencia y todavía en la actualidad no se enfermedades neuropsiquiátricas, entre las conoce qué dimensión neurocientífica pue- que una de ellas, bien puede ser la conducta den suponer los avances realizados en estas adictiva.

Tabla 1. PRINCIPALES AVANCES EN LA INVESTIGACIÓN RELACIONADA CON EL SISTEMA CANNÁBICO ENCEFÁLICO (referencias bibliográficas en el monográfico Neurobiology of Disease Experimental Neurology, 5(6), diciembre 1998).

EVENTO FECHA USO MÉDICO DEL CANNABIS 3000 años a J.C. en la medicina tradicional asiática AISLAMIENTO PRINCIPIOS PSICOACTIVOS 1964 CANNABINOIDES SINTÉTICOS 1980-1988

IDENTIFICACIÓN DEL RECEPTOR CB1 1988 CARTOGRAFÍA CEREBRAL CB1 1990 CLONAJE DEL RECEPTOR CB1 1990 NEUROFARMACOLOGÍA DEL CB1 1988-1995 AISLAMIENTO Y BIOQUÍMICA ANANDAMIDA 1992-1995 NEUROFARMACOLOGÍA ANANDAMIDA 1993-1997 SÍNTESIS ANTAGONISTA SR-141716A 1994 AISLAMIENTO Y FUNCIÓN DEL 2-Ara-G 1995-1997

NEUROANATOMÍA FUNCIONAL DEL CB1 1996-1997 SISTEMA DE RECAPTACIÓN ANANDAMIDA 1997

98 Cannabinoides y conducta adictiva REFUERZO Y RECOMPENSA tan el refuerzo negativo, que también aumen- ta la probabilidad de repetir la autoadministra- Todos los mamíferos necesitan conseguir ción, incrementando la expectativa de termi- una variedad de elementos situados en el nar o disminuir la condición desagradable. entorno para sobrevivir, de modo que a medi- Los refuerzos inducen estados emocionales da que se va conociendo el valor de cada subjetivos, que cuando son placenteros se estímulo (alimento, información, sexo, etc…) les denomina recompensa. como factor de supervivencia aumenta la Desde el trabajo pionero de Olds y Milner aproximación a él y su consumo (reforzado- en 1954 con el descubrimiento en primates res). Esa capacidad se ha ido adquirido evolu- de los circuitos cerebrales del refuerzo y la tivamente y explica porqué los reforzadores recompensa, hay una gran cantidad de inves- son factores motivacionales principales, que tigaciones relacionadas con estos fenómenos seleccionan e inician los actos voluntarios y sus implicaciones neurobiológicas y psico- orientando y gobernando la conducta para biológicas. La recompensa contribuye al alcanzar aquellos objetivos establecidos aprendizaje y mantenimiento de las conduc- voluntariamente. tas preparatoria (de acercamiento) y consu- La selección de un refuerzo se elabora a matoria, que sirven para seleccionar y conse- partir de opciones comportamentales, en vir- guir los componentes más importantes del tud a tres factores: el valor motivacional del entorno y contribuyen a que la supervivencia refuerzo, que depende de la cualidad, magni- y adaptación sean más eficientes. tud y probabilidad con la que el refuerzo vuel- Los efectos recreacionales y la predisposi- va a aparecer, del estado emocional o moti- ción al consumo abusivo de las drogas derivan vacional que posea el individuo y de la de las propiedades de aumentar la activación presencia de alternativas disponibles. En de los mecanismos reforzadores cerebrales y este caso, cuando existen varias opciones parece ser la propiedad común y esencial de que compiten entre sí, puede predecirse la todas ellas, produciendo efectos subjetivos opción elegida en función a las expectativas que constituyen, según la jerga, el high, rush o que genera cada una de ellas en el individuo subidón que deriva de la capacidad de las dro- (Schultz et al., 1997). gas de abuso de inducir refuerzo positivo y es El deseo de un refuerzo puede representar la consecuencia de actuar directa e indirecta- un indicador de afecto o preferencia (refuerzo mente sobre los citados circuitos, donde la positivo), que en el caso del consumo de dro- distribución de los receptores cannabinoides gas de abuso lo representa la búsqueda de (CB1) coincide en aquellas áreas directamente un sabor, de efectos euforizantes, o sensa- implicadas en el circuito de la recompensa ciones subjetivas agradables una vez consu- cerebral (Henkerham, 1992). mida. Los consumidores de cannabis reflejan un incremento de la sensación de bienestar, euforia moderada, relajación y alivio de la LOS CANNABINOIDES INTERACCIONAN ansiedad, pocas personas que fuman social- CON EL SUBSTRATO NEUROBIOLÓGICO mente marihuana buscan intensificar las DEL REFUERZO POSITIVO emociones, la distorsión sensorial, alucinacio- nes moderadas o la ansiedad, que son pro- Mediante numerosos estudios neurofar- pias del consumo de dosis elevadas (Abood y macológicos, se ha establecido la implicación Martin, 1992). del sistema dopaminérgico en los efectos También el consumo de haschish se hace reforzadores de las drogas de abuso. La mag- para evitar el estado aversivo por las conse- nitud de la recompensa muestra una relación cuencias del consumo prolongado o para estrecha con el grado de activación de la vía mitigar trastornos preexistentes de la perso- dopaminérgica ascendente mesolímbicacorti- nalidad o del temperamento, que represen- cal, originada en el área tegmental ventral, y

Navarro, M.; Rodriguez de Fonseca, F. 99 que proyecta a estructuras corticales anterio- accumbens, cuya división consta de la porción res y subcorticales del sistema límbico (Cor- central o core y la más ventromedial o shell. bett y Wise, 1980). El núcleo accumbens ofrece cambios pre- Existen múltiples evidencias que ponen de cisos en la transmisión dopaminérgica en la manifiesto que los mecanismos responsa- porción del shell y del core en respuesta a bles de la recompensa dependen de la inte- estímulos apetitivos o aversivos. De manera gridad funcional del citado sistema dopami- que aquellos estímulos apetitivos inusuales, nérgico y de sus conexiones (Fray et al., imprevistos o incondicionados provocan una 1983) y su activación está íntimamente aso- respuesta importante en el shell, mientras ciada con los efectos reforzadores positivos que la respuesta es muy pobre cuando el de las drogas de abuso, puesto de manifiesto estímulo es aversivo o si cualquiera de ellos mediante muchos paradigmas comportamen- es habitual o previsto. tales que evaluan las propiedades reforzado- Sin embargo, el core responde a estímulos ras positivas de las diferentes drogas de motivacionales genéricos o aversivos e incluso abuso (Gardner, 1997). la respuesta puede sensibilizarse si el estímu- Éste sistema esta compuesto por dos pro- lo aversivo se repite (Salamone et al., 1999). yecciones principales: La vía nigroestriatal, Estas diferencias funcionales del núcleo que desde la pars compacta de la substancia accumbens sugieren que la respuesta adap- nigra proyecta al núcleo caudado de los gan- tativa dopaminérgica del shell se produce glios basales y la vía mesolímbicacortical que esencialmente frente a la adquisición (apren- desde el área tegmental ventral proyecta al dizaje); mientras que, el core responde a la núcleo accumbens, el tubérculo olfatorio, el expresión de la motivación (respuesta). córtex frontal y amígdala. Este último circuito, es el que primariamente está implicado en A este respecto, no existe una idea con- las acciones reforzadoras positivas de las dro- creta del lugar donde los cannabinoides esti- gas de abuso (Corbett y Wise, 1980). mulan los receptores CB1 situados en las La vía mesolímbicacortical es la más sensi- neuronas dopaminérgicas, ni qué papel repre- ble a los efectos agudos de los cannabinoi- sentan los receptores D1 y D2 en la respues- des, como demostró el grupo de E. Gardner ta por la estimulación de la vía mesolímbica- por el aumento del flujo dopaminérgico en el cortical ejercidad por los cannabinoides; núcleo accumbens tras la administración de aunque se ha puesto de manifiesto que tras dosis bajas de THC, y también, mediante la administración intravenosa de cannabinoi- registros extracelulares directos se ha podido des existe un incremento notable de dopami- establecer que tras la administración de ago- na en ambas porciones del núcleo accum- nistas CB1 se incrementa la actividad de las bens, más intensamente en el shell al igual neuronas dopaminérgicas del área tegmental que sucede con otras drogas de abuso ventral (French, 1997), unido a un aumento (Tanda et al., 1997). de la liberación de dopamina en otras áreas Esta respuesta no se afecta bloqueando los de proyección mesolímbicas (Chen et al., receptores CB1 con el antagonista SR141716A 1990, Gardner y Vorel, 1998). Sabemos que en el área tegmental ventral (Gueudet et al., las drogas de abuso tienen propiedades refor- 1995), mientras que si lo hace con antagonis- zadoras o de recompensa, aunque se presta tas del receptor µ (naloxona, naloxonacina), evi- poca atención a los mecanismos psicobiológi- tándose la liberación de dopamina, muy proba- cos subyacentes a dichos efectos. blemente sea debido a través de las neuronas Las propiedades reguladoras de la transmi- del área tegmental ventral (Tanda et al., 1997), sión dopaminérgica frente a los reforzadores, aunque también pudiera ser en las terminales ya sean estímulos naturales (alimentos, estí- que proyecta al núcleo accumbens (Gardner y mulos sexuales, etc…) o drogas de abuso, Vorel, 1998), o también cabe la posibilidad que dependen de qué porción se active del núcleo actúe por estimulación transináptica.

100 Cannabinoides y conducta adictiva Por otra parte, resulta interesante destacar el refuerzo, la dependencia, el síndrome de la asociación entre las acciones de los canna- abstinencia y la recaída, y también facilitan la binoides y la respuesta al estrés. Como antes identificación de aquellos mecanismos neuro- hemos indicado, los agonistas cannabinoides biológicos que intervienen en los citados activan la vía mesolímbicacortical, y para ello fenómenos desde el nivel molecular al com- dependen de la respuesta adrenal liberando portamental. En este sentido, los cannabinoi- glucocorticoide. Dado que el estrés agudo se des, como el resto de las drogas de abuso, asocia con una activación mesolímbicacorti- comparten una serie de características comu- cal mediada por receptores glucocorticoideos nes, que analizaremos a continuación. presentes en neuronas dopaminérgicas de la Primero, aumentan la recompensa induci- citada vía (Piazza et al., 1996), puede enten- da bajo el paradigma conocido como autoes- derse que los canabinoides son equivalentes timulación eléctrica intracraneal (AEIC), a los a estresores químicos puesto que activan el animales entrenados a presionar una palanca eje adrenal a través de la liberación de ACTH en una caja operante, se les implanta electro- (Martín-Calderón, et al., 1998), induciendo dos en el haz prosencefálico medial y son una respuesta comportamental similar al capaces de autoestimularse pequeñas des- estrés (Rodríguez de Fonseca et al., 1996), ya cargas eléctricas al activar la palanca, de que el núcleo central de la amígdala y el modo que este paradigma permite conocer el núcleo paraventricular del hipotálamo, que umbral de recompensa cerebral que tiene un participan íntimamente en esta respuesta animal en cada situación experimental. emocional, presentan ambos receptores CB1 En 1988 el grupo de Elliot Gardner demos- (Navarro et al., 1997). traron con este paradigma, que las ratas Lewis Teniendo en cuenta que la actividad dopa- eran las más sensibles al efecto reforzador del minérgica mesoaccubal puede organizarse a THC a dosis bajas, de manera que la adminis- modo de una cadena fisiopatológica, y da tración intravenosa de 1,5 mg/Kg de peso de base a la vulnerabilidad a las drogas de abuso THC, disminuye el citado umbral, como ocurre (Piazza y Le Moal, 1996), y si la activación con otras drogas de abuso, como el etanol, mesolímbicacortical inducida por cannabinoi- heroína, cocaína y nicotina, que también dismi- des depende de la activación del eje adrenal, nuyen el citado umbral tanto más cuanto más puede dar pie al soporte epidemiológico de refuerzo positivo poseen (Gardner y Lowinson, que el consumo de cannabis es un factor de 1991); asímismo, y complementariamente, la vulnerabilidad a los efectos adictivos de las administración de 1.0 mg/Kg de THC, disminu- drogas de abuso o a la propensión de la for- ye la frecuencia de estimulación eléctrica intra- mación de hábitos tóxicos (Gardner y Vorel, craneal, que como el anterior, es otro índice 1997); así como el hecho de aquellas observa- adictivo (Lepore et al., 1996). ciones clínicas que establecen que el consu- En segundo lugar, está ampliamente cons- mo de cannabis provoca una predisposición al tatado por numerosos equipos de investiga- inicio de enfermedades neuropsiquiátricas, ción que la administración aguda de agonistas como la psicosis (Andreasson et al., 1987; del receptor CB1 aumenta la activación basal Emrich et al., 1997). de las neuronas dopaminérgicas de aquellos circuitos relacionados con el refuerzo y la CANNABINOIDES Y PARADIGMAS COM- recompensa, y también lo hace la síntesis, la PORTAMENTALES ADICTIVOS liberación basal o la inhibición de la recapta- ción dopaminérgicas (Poddar y Dewey, 1980; Los modelos animales evalúan las propie- Navarro et al., 1993 y Tanda et al., 1997). Parti- dades reforzadoras que tienen las drogas de cularmente aumenta la activación dopaminér- abuso y permiten comparar la capacidad adic- gica en la porción del shell del núcleo accum- tiva de las mismas, estableciendo grados bens, donde parece probable que esta ruta entre los posibles factores que contribuyen en neuroquímica actúe como un filtro de entrada

Navarro, M.; Rodriguez de Fonseca, F. 101 de las señales nerviosas generadas en el sis- Hasta hace poco no se había conseguido tema límbico, mediando los aspectos motiva- evaluar que los cannabinoides tuvieran esa cionales que conducirían a que los estímulos capacidad, sin embargo, parece que el THC asociados a su consumo cobren un significa- tiene efecto apetitivo pero muy dependiente do emocional especial del que antes carecían, de la dosis administrada, de modo que con 1 facilitando la formación de hábitos tóxicos mg/Kg produce un efecto CLP potente, mien- (Gardner y Vorel, 1998). Estos efectos son tras que por el contrario, entre las dosis 2 a 4 ampliamente reconocidos como lo más carac- mg/Kg induce aversión (Lepore et al., 1995); terístico de las acciones agudas de las princi- de manera similar, el efecto del THC es pales drogas adictivas (Koob et al., 1998). dependiente del tiempo que transcurre desde el emparejamiento con el entorno y el En tercer lugar, bajo el paradigma de auto- consumo de THC. En humanos sucede un administración intravenosa que es un paradig- fenómeno paralelo, en el que el tiempo y la ma clásico para la evaluación de la capacidad dosis son factores determinantes para que el adictiva de las drogas de abuso, el grupo de THC tenga efecto condicionante de lugar o Walter Fratta ha conseguido que ratones se aversivo (Noyes et al., 1975, Raft et al., 1977 autoadministren un potente agonista canna- y Laszlo et al, 1981). binoide, el de WIN-55,212-2 (0.1 mg/Kg), mientras que ratones transgénicos, que care- Desde una amplia variedad de datos y cen genéticamente del receptor CB1, bajo paradigmas, con independencia de los dife- rentes grupos de investigación, parece claro idénticas condiciones experimentales no son que los cannabinoides activan los circuitos capaces de autoadministrarse la droga y care- implicados en el refuerzo/recompensa de los cer de aquellos efectos farmacológicos rela- mamíferos bajo diferentes parámetros elec- cionados con el efecto adictivo de las accio- trofisiológicos, neuroquímicos o comporta- nes agudas o crónicas de la misma (Ledent mentales de modo no diferente al resto de et al., 1999). Esto supone una mediación de drogas de abuso, aunque durante un tiempo los efectos reforzadores de los cannabinoides se les ha considerado como drogas de abuso a través del receptor CB1. El hecho de que el atípicas por no haber podido demostrar hasta THC no haya podido generar este mismo el momento que el THC tiene propiedades paradigma en otras especies, como lo hacen similares al resto. Es probable que las dificul- la nicotina, etanol, heroína o cocaína; puede tades en la demostración del incumplimiento obedecer probablemente a razones farmaco- del THC de los mismos criterios adictivos que cinéticas entre el WIN-55,212-2 y otros can- otras drogas de abuso, sean debidas a varios nabinoides (Martellota, et al., 1998), más que factores, entre los que pueden estar los efec- a razones de tipo farmacodinámicas. tos motores depresores, los componentes En cuarto lugar, los cannabinoides pueden aversivos, las características farmacocinéti- inducir condicionamiento de lugar preferen- cas derivadas de su liposolubilidad y la falta cial (CLP), un modelo animal en el que el estí- de modelos experimentales. mulo que representa el entorno donde se le administra la droga, se asocia a los efectos de búsqueda o deseo de la misma. En nume- rosos estudios se ha demostrado que los CANNABINOIDES Y DEPENDENCIA estímulos neutros asociados a otros contin- gentes (autoadministración intracraneal o ¿Los cannabinoides son capaces de inducir intravenosa) o con los no contingentes (expe- efectos crónicos similares a los que provocan riencia de sensaciones subjetivas del medio el resto de las principales drogas de abuso? externo o interno) adquieren propiedades La investigación puede responder afirmativa- reforzadoras similares a las que tienen las tivamente si cumplen una serie de requisitos, drogas de abuso primariamente. entre los cuales tenemos los siguientes: En

102 Cannabinoides y conducta adictiva primer lugar, los cannabinoides son capaces mediante microdiálisis cerebral (Rodríguez de de inducir tolerancia a los principales efectos Fonseca et al., 1997) en el que participan farmacológicos en la mayoría de especies y también otras estructuras límbicas puesto de también en el humano. Aunque no se pre- manifiesto por el incremento de la inmunore- senta por igual a todos los efectos, existe actividad Fos en áreas corticales (hipocampo una tolerancia cruzada entre los distintos gru- y piriforme), tronco cerebral (ATV, locus coe- pos de cannabinoides, pero es mucho más ruleus, núcleo del tracto solitario, substancia prolongada que la observada frente a otras nigra, núcleos pericacueductales), hipotálamo drogas de abuso, como la inducida por los (núcleo paraventricular, supraquiasmático, opioides (Dewey, 1986). supraóptico), núcleo anterior paraventricular En segundo lugar, los cannabinoides indu- del tálamo y los ganglios basales; todas las cen dependencia, evidenciada por el grupo estructuras implicadas en los mecanismos dirigido por Michael Walker en 1995, manifes- neurobiológicos del estrés. Estas consecuen- tando un conjunto de síntomas similares a cias, son similares a las acontecidas durante los observados durante el síndrome de absti- el síndrome de abstinencia a etanol, cocaína nencia a opioides, como son: la sacudida cor- y opiáceos y explican, en parte, el estado poral (wet-dog shake) el autoacicalamiento emocional común de los efectos cerebrales (self-grooming) tras la administración de un de la dependencia (Koob, et al, 1998). antagonista cannabinoide, después de admi- Y en cuarto lugar, se ha podido implicar el nistración crónica de 15 mg/Kg i.p. de THC. El sistema dopaminérgico mesolímbicocortical síndrome de abstinencia, aparece como un en las consecuencias aversivas del síndrome conjunto de síntomas y signos, caracteriza- de abstinencia a cannabinoides en ratas, pro- dos por breves secuencias motoras frecuen- duciéndose cambios plásticos en las neuro- temente interrumpidas antes de alcanzar el final de las mismas en las que se incluyen nas dopaminérgicas situadas en el ATV que síntomas como frotamiento facial con las proyectan al núcleo accumbens, este fenó- patas delanteras y temblor de estas, secuen- meno, se ha podido poner de manifiesto cias de rascado, vocalizaciones, etc…; y otros mediante la reducción de la actividad electro- síntomas como ptosis palpebral, piloerección, fisiológica en las citadas neuronas (Diana et diarrea, hipertermia y postura corporal anó- al., 1998).Curiosamente, similares cambios mala, no observándose pérdida de peso ocurren en el síndrome de abstinencia al eta- (Tsou et al., 1995). nol (Diana et al., 1993) y a la morfina (Diana et al., 1999). Posteriormente, otros autores han podido ratificar esos resultados (Aceto et al., 1995) Es probable que el fenómeno de la absti- en otras especies (Fredericks & Benowitz, nencia no se haya observado hasta contar 1980, Beardlsley et al., 1986 y Hutcheson et con un antagonista específico del receptor al., 1998). CB1 y a la redistribución que sufren los can- En tercer lugar, a los síntomas comporta- nabinoides debido a su elevada hidrofobici- mentales específicos se asocia un conjunto dad que les hace depositarse en el tejido de fenómenos neuroquímicos y neuroendo- graso y tener una semivida muy prolonga, crinos similares a lo sucedido con otras dro- este detalle farmacocinético impide una caída gas de abuso, ya que tras la exposición cróni- brusca en los niveles plasmáticos (Dewey et ca con otros agonistas cannábico muy al., 1984), llegando a estar presente el THC selectivo del receptor CB1 una vez adminis- en el receptor durante un tiempo mayor inclu- trado el antagonista SR141716A se experi- so que al plasmático (Seth y Sinha, 1991) y menta la misma manifestación comporta- evita que espontáneamente aparezca un mental con un curso temporal similar al fenómeno abrupto y severo de abstinencia, a incremento de los niveles extracelulares del diferencia de lo que sucede con otras drogas CRF en la amígdala cerebral, medidos in vivo, de abuso de semivida mucho más corta.

Navarro, M.; Rodriguez de Fonseca, F. 103 En el humano, la manifestación de absti- les, como depresión, déficit atencional o nencia tras el consumo crónico, se pone de hiperactividad y dependencia (78%) y prece- manifiesto por insomnio, inquietud, anorexia e de al uso de otras de abuso (Crowley, et al., irritabilidad (Jones et al., 1976), estos sínto- 1998); y aunque, su consumo no sea necesa- mas no parecen lo suficientemente alarman- riamente un factor predictor de la progresión tes si se comparan a otras drogas de abuso y al consumo de otras drogas, los adolescen- en los últimos veinte años han recibido poca tes que consumen marihuana tienen 104 atención en la investigación experimental. Sin veces más probabilidad en consumir cocaína embargo, estudios epidemiológicos recientes frente a los que nunca la han consumido en los E.E.U.U. indican que el 5% de los estu- (Comité de la Academia Pediátrica America- diantes de institutos la fuman diariamente na, 1999), de manera que el consumo de has- (Johnston et al., 1997), con una prevalencia chish representa una conducta de riesgo y estimada de diagnóstico de dependencia que hay que tenerla muy en cuenta como droga supera al 4% de la población general que genera hábitos tóxicos, pudiendo repre- (Anthony et al., 1994), de la cual el 7,4% son sentar un fenómeno de puerta de entrada adultos y el 14,4% adolescentes, que cum- para algunos adolescentes. plen criterios diagnósticos de dependencia durante el año anterior al evaluado; de forma que, el 93% de los consumidores indican su incapacidad de dejar de fumarla y buscan tra- INTERACCION FUNCIONAL ENTRE EL tamientos para evitar la dependencia, espe- SISTEMA CANNABINOIDE Y OPIOIDE EN cialmente cuando se hace publicidad en los LA CONDUCTA ADICTIVA medios de comunicación (Haney, et al., 1999). Estudios recientes, señalan que la sinto- Cuando se compara la distribución cerebral matología de la abstinencia va dirigida al de los receptores CB1 se pone de manifiesto aumento de la conducta agresiva inespecífica un solapamiento con la distribución neuroa- (Kouri et al., 1999). Aunque, en general queda natómica de los receptores opioides µ. por estudiar la relevancia clínica del citado Ambos sistemas tienen una presencia muy fenómeno y las características temporales, abundante en los circuitos límbico y áreas los síntomas antes indicados, pueden ser motoras, especialmente en la vía mesolímbi- particularmente importantes dependiendo si cacortical donde la liberación de dopamina se asocian a signos de abstinencia a etanol, inducida por THC se realiza a través del opiáceos o cocaína pudiendo representar un receptor µ localizado en el área tegmental papel importante en la recaída, ya que se ventral (Tanda et al., 1997). Aunque todavía estima que entre un 20-30% de las recaídas, sea desconocido el posible papel que repre- pueden provenir por el aumento de la vulne- senta el receptor CB1 en la regulación de la rabilidad adictiva (Hall et al., 1994), o partici- conducta adictiva al cannabis o a otras drogas par en el desarrollo de trastornos neuropsi- de abuso, existen muchas propiedades far- quiátricos, como: esquizofrenia, manía o macológicas y bioquímicas comunes entre trastornos relacionados (Castle y Ames, los efectos de los cannabinoides y opioides 1996) o efectos neuropsicológicos residuales (Hine et al., 1975; Vela et al., 1995 y Manza- detectados en pruebas atencionales, verba- nares et al., 1999). les y de memoria visoespacial, que persisten Es interesante notar que la participación una vez abandonado su consumo durante un del receptor CB1 en los efectos farmacológi- tiempo prolongado (Pope et al., 1995). cos de los opioides, sea sobre todo en aque- El consumo de cannabinoides a largo plazo llos que son a largo plazo y no tanto en los es particularmente sensible en los adolescen- agudos, ya que en ratones transgénicos que tes durante la pubertad, porque su uso a carecen del citado receptor, se reduce espe- menudo provoca trastornos comportamenta- cialmente el síndrome de abstinencia opioide

104 Cannabinoides y conducta adictiva (Ledent et al., 1999). En este mismo sentido, estrategias terapéuticas para la dependencia pudimos comprobar la existencia de meca- opioide a través del receptor CB1; y la segun- nismos confluyentes entre ambos sistemas da , es que el receptor CB1 puede intervenir cannabinoide y opioide, puesto que al adic- en la vulnerabilidad adictiva de los opioides cionar animales con morfina o con HU-210 o (Fig 1). En este sentido, sabemos que anima- con ambos, aparecía un síndrome de absti- les expuestos a cannabinoides en etapas pre- nencia inducido por el antagonista cannábico coces del desarrollo, desarrollan una mayor SR141716A o naloxona respectivamente. vulnerabilidad a los efectos reforzadores de Demostrándose además la coexpresión de los opioides, tanto bajo los paradigmas que ambos receptores en áreas como el septum, hipocampo, amígdala y el complejo habenu- valoran el condicionamiento pavloviano, lar, que podrían participar en los efectos refor- como es el condicionamiento de lugar prefe- zadores negativos del citado síndrome (Nava- rencial (Rubio et al., 1995) donde resultan rro et al, 1998). De este posible efecto más reforzadoras las dosis bajas de THC (1 y cruzado entre la acción adictiva de ambas 5 mg/Kg) (Rubio et al., 1998), como también drogas puede desprenderse dos consecuen- bajo modelos animales que valoran el condi- cias, la primera está relacionada con nuevas cionamiento instrumental (Ambrosio, 1999).

250 ** 200 A Control (no manipulados)

150 B Morfina aguda i.p. C Pellet placebo

100 D S. de abstinencia (Pellet de morfina, 150 mg, s.c. + 1 mg/Kg naloxona i.p.)

50 Densitometría (unidades relativas/área)

0 Figura 1. Expresión de RNA mensajero del receptor CB1 en el estriado de rata por la administración aguda o crónica de morfina, tras la inducción del síndrome de abstinencia inducido por la administración intraperitoneal de naloxona. La diferencia significativa, para p< 0.05, se indica por un asterisco.

Navarro, M.; Rodriguez de Fonseca, F. 105 Estos datos, refuerzan la importancia clíni- Anthony J.C., Warner, L.A., Kessler, R.C. (1994) ca de tener en cuenta las consecuencias a Comparative epidemiology of dependence on largo plazo del consumo de haschish y abren tobacco, alcohol, controlled substances, and una ventana conceptual para la comprensión inhalant: basic findings from the national del fenómeno de la dependencia a las drogas comorbidity survey. Exp. Clin. Psychopharma- col., 2: 244-268. de abuso, que en el futuro probablemente proporcione un abordaje terapéutico. Beardsley, P.M., Balster, R.L. & Harris, L.S. (1986) Dependence on thtrahydrocannabinol in rhesus monkeys. J. Pharmacol. Exp. Ther., 239: 311- 319. AGRADECIMIENTOS Castle, D.J. & Ames, F.R. (1996) Cannabis and the brain. Austr. New Zeal.. J. Psych., 30: 179-183. Chen, J., Paredes, W., Lowinson, J.H. y Gardner, Este trabajo está financiado por los E.L. (1990) ∆9-Tetrahydrocannabinol enhances siguientes Organismos: Ministerio de Educa- presynaptic dopamine efflux in medial prefron- ción y Cultura DGICYT (PM 96/0047), La tal cortex. Eur. J. Pharmacol., 190: 259-262. Delegación del Gobierno para el Plan Nacio- Corbett, D. y Wise, R.A. (1980): Intracraneal self-sti- nal Sobre Drogas, La Comunidad Autónoma mulation in relation to the ascending dopami- de Madrid (05/0024/99) y el Hospital Psiquiá- nergic systems of the midbrain: a moveable trico de Ciempozuelos de la Orden de San electrode mapping study. Brain Res, 185:1. Juan de Dios. Los autores quieren agradecer Crowley, T.J., Macdonald, M.J., Whitmore, E.A. & el apoyo concedido por los citados Organis- Mikulich, S.K. (1998) Cannabis dependence, mos y también muy especialmente la colabo- withdrawal, and reinforcing effects among ado- ración de los Dres. Luis Miguel García Segura lescents with conduct symptoms and substan- y Julie Chowen del Instituto Cajal, CSIC, ce use disorders. Drug Alcohol Depend., 50(1): Madrid, por su valiosa asistencia técnica. 27-37. Dewey, W.L. (1986) Cannabinoid Pharmacology. Pharmacol. Rev., 38(2): 151-178. Diana, M., Melis, M., Muntoni, A.L. & Gessa, G.L. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (1998) Mesolimbic dopaminergic decline after cannabinoid withdrawal. Proc. Natl- Acad. Sci., Abood, M.E. y Martin, B.R. (1992) Neurobiology of 95: 10269-10273. Marijuana Abuse. T.I.P.S., 13: 201. Diana, M., Muntoni, A.L., Pistis, M., Melis, Miriam Aceto, M.D., Scates, S.M., Lowe, J.A. & Martin, & Gessa, G.L. (1999) Lasting reduction in B.R. (1995) Cannabinoid precipitated withdra- mesolimbic dopamine neuronal activity after wal by the selective cannabinoid receptor anta- morphine withdrawal. Proc. Natl- Acad. Sci.,11: gonist, SR 141716A. Eur. J. Pharmacol., 282: 1037-1041. R1-R2. Diana, M., Pistis, M., Carboni, S., Gessa, G.L. & Ambrosio, E., Martin, S., García-Lecumberri, C & Rossetti, Z.L. (1993) Profound decrement of Crespo, J.A. (1999) The neurobiology of canna- mesolimbic dopaminergic neuronal activity binoid dependence: Sex differences and poten- during ethanol withdrawal syndrome in rats: tial interactions between cannabinoid and Electrophysiological and biochemical evidence. opioid systems. Life Sci., 65(6-6): 687-94. Proc. Natl. Acad. Sci., U.S.A., 90: 7966-7969. American Academy of Pediatrics Committee on Emrich, H.M., Leweke, F.M. y Schneider, U. (1997) Substance Abuse (1999) Marijuana: A conti- Towards a Cannabinoid Hypothesis of Schi- nuing Continuing Concern for Pediatricians. zophrenia: Cognitive Impairments Due to Pediatrics, 104(4): 982-985. Dysregulation of the Endogenous Cannabinoid Andreàsson, S., Allebeck, P., Engström, A. y System. Pharmacol. Biochem. & Behav., 56(4): Rydberg, V. (1987) Cannabis and Schizophrenia: 803-807. A longitudinaal study of Swedish conscripts., Fray, P.J.; Dunnett, S.B.; Iversen, S.D.; Björklund, A. Lancet, ii: 1483-1486. y Stenevi, U. (1983): Nigral transplants reinner-

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108 Cannabinoides y conducta adictiva Efectos farmacológicos de los Cannabinoides

LEZA, J.C.; LORENZO, P.

Departamento de Farmacología. Facultad de Medicina. Universidad Complutense de Madrid.

Dirigir correspondencia: Prof. J.C. Leza. Dpto. de Farmacología. Facultad de Medicina. Universidad Complutense de Madrid. 28040 Madrid. Tel./fax 91 394 14 63.

Resumen Summary

Se resumen los efectos farmacológicos in vivo de It is summarised the current knowledge about the los cannabinoides. Aunque la mayor parte del conoci- in vivo pharmacological effects of cannabinoids. miento actual sobre los mecanismos de acción de los Although much of the recent progress in understan- cannabinoides se ha desarrollado en modelos anima- ding the mechanisms of action of cannabinoids has les, los efectos finales de estos compuestos en el derived from the animal models of addiction, the humano difieren de los efectos que pueden observar- effects of these drugs in humans differs from those in se en animales, en especial los conductuales y psico- animals, specially behavioural and psychotropic lógicos. Los cannabinoides presentes en el humo de effects. Cannabinoid components of marijuana smoke la marihuana provocan un amplio rango de efectos are known to exert a broad range of somatic effects in somáticos en el humano, en el aparato cardiovascular humans in cardiovascular system (supraventricular (taquicardias supraventriculares y alteraciones en el tachycardias and ECG changes), respiratory system ECG), aparato respiratorio (efectos irritativos, a pesar (irritative effects, in spite of the bronchodilatatory pro- de las propiedades broncodilatadoras de los cannabi- perties of cannabinoids), eye (irritative effects directly noides), y en el ojo (efectos irritativos debidos al due to the smoke and decrease in intraocular pressu- humo y disminución de la presión intraocular). La re). Chronic exposure leads to endocrine and metabo- exposición crónica produce además, alteraciones lic changes. The behavioral effects of these drugs in endocrinológicas y metabólicas. Los efectos conduc- humans differ upon the previous status and expecta- tuales de estas drogas en el humano varían en fun- tions of the smoker, ranging from euphoria and a fee- ción del estado previo del sujeto y de sus expectati- ling of well-being to psychiatric disorders. vas, y van desde la euforia y sensación de bienestar hasta el desarrollo de patologías psiquiátricas. Key words: animal, humans, cannabinoids, clinical effects. Palabras clave: animal, humano, cannabinoides, efec- tos clínicos.

INTRODUCCIÓN ahora de entender cuáles son los los meca- nismos por los que se producen los efectos s este uno de los capítulos de la Farma- farmacológicos conocidos desde hace tiem- cología que mayor atención han recibido po y explicar nuevos efectos, algunos de Een la última década (rev. en Gold, 1991; ellos con posible indicación terapéutica. Este Adams y Martin, 1996). Tras el descubrimien- esfuerzo está dirigido al diseño de moléculas to de los receptores CB y del mecanismo de que puedan separar los efectos psicoactivos acción de los ligandos endógenos, se trata de los posibles efectos beneficiosos.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 109 A la hora de exponer de manera clara los si asumiéramos que esto es lo que ocurre en efectos farmacológicos de los cannabinoides la especie humana, pero este dato puede nos encontramos ante un problema de difícil acercarnos más a la comprensión de los solución, por cuanto los experimentos en ani- complejos efectos conductuales de los can- males de experimentación no nos proporcio- nabinoides en humanos si nos preguntamos nan datos absolutamente extrapolables a la por qué en algunos sujetos el fumarse un especie humana, no sólo en lo que se refiere porro tiene efectos sedantes cuando se fuma a los efectos en el comportamiento, sino en soledad, y efectos contrarios cuando ese también a los efectos en diferentes órganos mismo sujeto está en un ambiente de hipe- y sistemas. Además, las preparaciones de restimulación acústica o luminosa. Cannabis utilizadas por el humano son mez- Este característico estado de hiperreflexia clas de muchos compuestos cuyos efectos a o hiperestimulación dentro de la fase depre- veces se contraponen. Al final de este capítu- sora de los cannabinoides es especial entre lo expondremos los efectos de los cannabi- todas las sustancias psicotropas utilizadas noides presentes en el cigarrillo de marihua- como drogas de abuso. na, la vía de administración más común en nuestro medio. 1.2. Efectos sobre la agresividad.

Los efectos de los cannabinoides sobre el 1. EFECTOS FARMACOLÓGICOS DE LOS comportamiento frente a otros individuos CANNABINOIDES: también muestran una dualidad agresivi- dad/apatía. Los estudios realizados en anima- les demuestran que los extractos de mari- 1.1. Efectos conductuales. huana o el propio ∆9-THC inducen un estado de agresividad. El estado de excitación y los Los efectos conductuales de la inhalación impulsos irrefrenables que se observan en el de humo del Cannabis en humanos son real- humano ocurren tras ingestión o inhalación mente complejos y dependen de muchas aguda de cannabinoides. Además, como se variables (la personalidad del consumidor, el describe posteriormente, la megalomanía es ambiente de consumo, las expectativas, un rasgo frecuente en la intoxicación leve. etc…). En general puede decirse que los Todo esto puede condicionar un “conflicto de efectos conductuales de estos compuestos a intereses” entre individuos consumidores o dosis bajas son de tipo depresor, pero que se entre estos y otros no consumidores. convierten en excitatorios tras estímulos Sin embargo, aunque esto no ha podido mínimos, y que a dosis altas, los efectos pre- ser comprobado en animales, se dispone de dominantes son claramente de tipo depresor. una considerable cantidad de información Los efectos conductuales de dosis bajas de acerca del síndrome amotivacional en huma- cannabinoides en roedores han sido denomi- nos consumidores crónicos de Cannabis nados eufemísticamente “en palomitas de (Quiroga, 2000), y resulta lógico pensar que maíz”: los animales se encuentran deprimi- esto pueda ocurrir bajo los efectos de sustan- dos, pero si alguno de ellos es estimulado cias depresoras del SNC. con un leve ruido o movimiento, se produce una hiperreflexia que hace que el ratón salte en su jaula. Curiosamente, si este animal al 1.3. Efectos sobre la actividad locomoto- caer, toca algún otro, éste saltará de nuevo, ra. provocando en la jaula de ratones algo pareci- do a lo que vemos cuando los granos de maíz Los cannabinoides pueden producir ciertas estallan al preparar palomitas (rev. en Pert- alteraciones de los movimientos tipo ataxia wee, 1997). Evidentemente, sería arriesgado en animales grandes como el perro. Incluso

110 Efectos farmacológicos de los Cannabinoides se ha comprobado que puede desarrollarse rrupción de la continuidad del discurso (lagu- catalepsia, además de potenciar la hipoquine- nas) y lenguaje monótono. sia inducida por reserpina en ratas. Efectos Sin embargo, de entre todos los ligandos similares se han observado en humanos. endógenos, hay uno en particular, el 2-araqui- Estos pueden ser resultado de la interacción donilglicerol, identificado al principio en intes- de los cannabinoides con receptores CB loca- tino, que se ha mostrado como un mediador lizados en cerebelo y en los ganglios basales, del fenómeno de la potenciación neuronal en particular en regiones que procesan com- perdurable (“long term potentiation, LTP”), portamientos motores y regulan información un mecanismo esencial en los procesos de sensorio-motora. memoria.

1.4. Efectos sobre la temperatura corpo- 1.6. Efectos sobre la conducta alimenti- ral. cia y la ingesta.

Como la mayoría de los depresores del Uno de los comentarios más frecuentes SNC, los THC inducen hipotermia en anima- es que los consumidores de Cannabis pre- les normotérmicos. Además, también redu- sentan un ansia por comer dulces. Aparte de cen la temperatura en animales sometidos a ciertas explicaciones desde el punto de vista hipertermia inducida por inyección de toxinas psicológico (involución de la personalidad, de microorganismos, aunque los THC son regresión a la personalidad infantil), realmen- más potentes en este último caso que en te esto no ha podido ser comprobado científi- animales normotérmicos. También está camente; de hecho, los datos más repetidos demostrado que los efectos sobre la tempe- en experimentos de laboratorio apuntan a ratura se alcanzan con dosis menores que las una disminución de la ingesta de comida en roedores. Por otra parte, el efecto antieméti- que producen efectos conductuales. Parece co pudiera contribuir en cierta medida al claro que interfieren en el centro hipotalámi- aumento de la ingestión de comida en algu- co regulador de la temperatura, aunque hasta nos pacientes con cierto grado de anorexia. el momento se desconoce el mecanismo ínti- mo de este efecto. Se desarrolla tolerancia a estos efectos. 1.7. Efecto analgésico.

1.5. Efectos sobre la memoria. Se trata de uno de los efectos mejor carac- terizados de los cannabinoides. Desde los pri- La presencia de receptores en áreas cere- meros estudios científicos sobre los THC se brales relacionadas con la memoria (funda- sabe que poseen actividad analgésica y, en mentalmente hipocampo) ha hecho que el general, que los metabolitos 11-OH son más estudio de las alteraciones en la memoria potentes que los compuestos iniciales. En inducida por cannabinoides sea un área de particular, 9-nor-9 β-OH-hexahidrocannabinol, máximo interés. levonantradol y su metabolito des-acetil-levo- El THC dificulta el aprendizaje en experi- nantradol son los más potentes. Además, se mentos llevados a cabo en roedores. En ha comprobado que los antagonistas de humanos pueden producir alteraciones cuan- receptores CB1 producen hiperalgesia. tificables en test psicológicos, y a la dosis a La acción antinociceptiva de los cannabi- que aparecen alteraciones en los tests de noides se establece a nivel espinal y supraes- conducta, se comprueba que se origina con- pinal (la sección quirúrgica de las aferentes fusión y dificultad de la memorización de nociceptivas espinales -“espinalización”- sólo tareas sencillas. Además, se produce inte- reduce en parte la acción analgésica), y no

Leza, J.C.; Lorenzo, P. 111 parece tener relación con mecanismos µ ó δ en tests de inyección de sustancias irritantes opioides, ya que ni naloxona (µ) ni ICI-174864 en pata de roedor. (δ) antagonizan este efecto, pero los antago- nistas k como norbinaltorfimina sí reducen la 1.11. Efectos en el sistema inmune. analgesia inducida por ∆9-THC. Sin embargo, se ha comprobado que dosis subefectivas de Los cannabinoides suprimen las respuestas ∆9-THC potencian la analgesia inducida por celulares y humorales in vivo e in vitro. Rato- morfina en algunos test de analgesia. nes tratados con THC muestran un aumento de la susceptibilidad a las bacterias gram 1.8. Efecto antiemético. negativas en relación con la supresión de la formación de anticuerpos, citoquinas y depre- En humanos, la administración de ∆9-THC y sión de la actividad de las células NK. El grado de otros agonistas CB (Lorenzo y Leza, 2000) de este efecto inmunosupresor varía con el previene las náuseas y vómitos en pacientes tejido examinado. Los animales jóvenes pare- en tratamiento con anticancerosos. Hasta cen afectarse más que los adultos. No obs- este momento no se dispone de datos con- tante, la experiencia clínica no ha demostrado cluyentes que expliquen el mecanismo de que los consumidores de marihuana sean acción antiemético. más susceptibles a las infecciones.

1.9. Efecto anticonvulsivante. 1.12. Efectos en el sistema endocrino.

Está bastante claro que los cannabinoides, Además de los efectos sobre la regulación en particular canabidiol (CBD) y ∆9-THC, son hipotalámica de prolactina y gonadotropinas, activos en varios modelos animales de activi- que se presentan en el siguiente punto, los dad anticonvulsivante. El principal metabolito THC producen una estimulación potente de del ∆9-THC, 11-OH-∆9-THC, y su análogo sinté- la liberación de ACTH y, secundariamente, de tico, dimetilheptilpirano, son más potentes corticosteroides. Además, reducen la TRH y que los compuestos de origen. Este efecto los niveles plasmáticos de T3 y T4, y disminu- parece ser debido a que los THC deprimen la yen los niveles plasmáticos de GH y de PRL. transmisión neuronal cortical entre los dos Se desarrolla tolerancia a todos estos efec- hemisferios. Además, potencian la actividad tos. anticonvulsivante de las benzodiacepinas. En realidad, CBD inhibe las convulsiones tónicas 1.13. Efectos sobre la reproducción. y clónicas inducidas por inhibidores GABA, ácido 3-mercaptopropiónico, picrotoxina, En general, es un hecho aceptado que el ácido isonicotínico y bicuculina, pero no blo- ∆9-THC produce una disminución de la secre- quea las convulsiones inducidas por estricnina ción de FSH, LH y prolactina. La capacidad (un antagonista de la glicina). Estos datos del ∆9-THC de disminuír la liberación de demuestran que la acción anticonvulsivante LHRH del hipotálamo es revertida por naloxo- de los THC está en relación más con una na, lo que indica que el sistema opioide endó- potenciación o facilitación de los mecanismos geno está implicado en este efecto. GABA que con mecanismos glicinérgicos. En animales macho, la administración cró- nica de ∆9-THC produce una disminución del 1.10. Efecto antiinflamatorio. peso corporal y del volumen de los testículos e involución de las células de Leydig en la Los datos sobre la capacidad antiinflamato- mayoría de las especies, efecto que puede ria de los THC son escasos, aunque se ha ser revertido por administración de andróge- descrito una cierta actividad antiinflamatoria nos.

112 Efectos farmacológicos de los Cannabinoides En cuanto al comportamiento sexual, los cardiaca parece ser de rebote: taquicardia por estudios llevados a cabo en animales sugie- disminución de la presión arterial. Incluso se ren que el ∆9-THC aumenta el tiempo de produce un aumento transitorio de la presión latencia hasta la cópula y hasta la eyacula- arterial que desaparece a los pocos minutos. ción, aunque no se disminuye el número total de cópulas. En humanos no se han podido 1.15. Efectos sobre el aparato respirato- demostrar estos efectos, más bien parece rio. que el aumento del interés sexual está en relación con los cambios psicológicos y la Aunque no se producen cambios constan- desinhibición. tes en la frecuencia respiratoria, durante Algunos estudios revelan que la descen- mucho tiempo se ha asociado el uso de mari- dencia masculina de ratas madres expuestas huana con bronquitis y asma, efecto que a THC durante la gestación tienen fertilidad puede deberse a la irritación del humo del reducida y anormalidades testiculares, aun- cigarrillo, ya que la respuesta aguda del THC que esto no ha podido ser comprobado en es broncodilatadora y relativamente duradera, humanos. Una posible explicación es que el tanto en animales de experimentación como ∆9-THC se comporta como un competidor en humanos sanos o asmáticos (Tashlin y leve de la unión de estradiol a sus receptores cols., 1980; Benson y Bentley, 1995). citoplasmáticos. De hecho, parece que el Por otra parte, el hecho de fumar marihua- ∆9 efecto de -THC es más el de un agonista na conlleva un aumento de la inhalación de parcial: dosis bajas producen efecto estrogé- sustancias cancerígenas (significativamente nico (aumenta el peso y la vascularización mayor que con tabaco, en el caso de benzopi- uterina en ratas ovariectomizadas). renos y benzantracenos) En mujeres, se ha comprobado que con- centraciones bajas de cannabinoides, como 1.16. Efecto sobre el ojo. las que se alcanzan con un cigarrillo de mari- huana, pueden disminuír el pico de LH plas- Aparte del efecto irritante del humo del mática. sujeto que está fumando o de la exposición cuando se está en ambientes cerrados, tanto 1.14. Efectos sobre el aparato cardiovas- los cannabinoides naturales como la ananda- cular. mida disminuyen la presión intraocular e indu- cen hiperemia conjuntival. Se han realizado Aunque los datos no son absolutamente algunos estudios para evaluar el posible uso concluyentes, parece que los efectos resul- clínico de estos compuestos como antiglau- tantes son bradicardia y disminución de la comatosos. presión arterial en sujetos normotensos y también en animales con hipertensión induci- 1.17. Efectos sobre el crecimiento y da por estímulos ambientales - esto ha dado degeneración celular. pie al ensayo de compuestos cannabinoides en el tratamiento de la hipertensión inducida Los numerosos trabajos que tratan de por estrés-. Se desarrolla tolerancia al efecto estudiar este punto no presentan resultados hipotensor. concluyentes hasta el momento (rev. en Mar- Los estudios llevados a cabo en animales selos y Karamanakos, 1999). La exposición no son consistentes; los datos más repetidos de cultivos celulares a concentraciones eleva- son bradicardia, disminución del volumen das de cannabinoides pueden provocar rotu- minuto y alteraciones en los parámetros ras de cromosomas, delecciones, transloca- ECG. Sin embargo, en monos y en humanos, ciones o hipoploidia, pero se trata de el efecto predominante sobre la frecuencia estudios muy heterogéneos en cuanto a pro-

Leza, J.C.; Lorenzo, P. 113 tocolos de tratamiento, animales utilizados o expectativa del sujeto, incluso su habilidad estirpes celulares empleadas. Por lo tanto, para inhalar. Desde hace tiempo se sabe que este extremo no ha podido ser absolutamen- los efectos psicológicos varían según el te confirmado. ambiente, siendo en general relajantes si el Recientemente se ha informado de que la sujeto inhala solo y euforizantes si se fuma anandamida posee características de co-esti- en grupo (Tennant y cols., 1971). Por otra mulador de la formación de células sanguíne- parte, recordemos que estas sustancias se as, juntamente con el factor de crecimiento ingieren en general junto con otras drogas hemopoyético. (tabaco, alcohol) que pueden interferir con sus efectos. Pueden diferenciarse manifestaciones agu- 1.18. Efectos en la descendencia. das y crónicas: Una de las líneas de investigación más interesantes en los últimos tiempos sobre los 2.1. Sintomatología aguda. efectos de los cannabinoides son los efectos sobre la descendencia. Se han identificado –Sistema cardiovascular: se han observado áreas de localización específica de receptores taquicardias sinusales (120 - 140 lpm), aun- CB en cerebros en desarrollo (cuerpo calloso, que a dosis elevadas pueden producir bradi- comisura anterior, estría terminal), algunas de cardia, hipotensión ortostática, alteraciones las cuales desaparecen en el periodo adulto. electrocardiográficas inespecíficas del seg- En ratas se han determinado ciertas altera- mento ST y la onda T y extrasístoles ventricu- ciones del desarrollo hipofiso-pituitario (dismi- lares. nución de los niveles de gonadotropina, LH y FSH) y de los procesos de memoria y apren- –Aparato respiratorio: los cannabinoides dizaje en la descendencia (Navarro y cols., producen broncodilatación, sobre todo en 1995). También se ha identificado que incre- personas con cierto grado de broncoconstric- mentan la embrioletalidad y producen retraso ción, aunque, por lo general, este efecto se en el crecimiento de las crías tras la exposi- ve enmascarado por el efecto irritante del ción perinatal a marihuana. humo: laringitis, traqueítis y bronquitis. Los efectos en la descendencia de muje- –Aparato digestivo: la administración de res que inhalaban humo de Cannabis durante THC puede producir diarrea, aunque se supo- en el embarazo no son concluyentes (García ne que es debido a la contaminación por E y Mur, 1991). coli o Salmonella. –Ojo: aunque la irritación de los ojos es el efecto característico, debido al humo, los cannabinoides producen dilatación de vasos 2. ACCIONES DE LOS CANNABINOIDES conjuntivales y enrojecimiento ocular caracte- EN EL HUMANO. rístico. En algunos casos puede evidenciarse ptosis y disminución de la presión intraocular. Hasta ahora se han descrito sistemática- –Efectos psicológicos: En cuanto a los mente los efectos farmacológicos de los can- efectos psíquicos subjetivos, estos se inician nabinoides en los distintos órganos y siste- a los pocos minutos de la inhalación y duran mas. Describiremos ahora cuál es la 1- 1.5 h (si la administración es oral, se inician resultante de todos estos efectos en el más tarde y duran más). En resumen, humano, es decir, cuál es la traducción clíni- comienzan con un periodo excitatorio, con ca, aunque es necesario recordar que los una sensación de euforia y bienestar. La per- efectos de los cannabinoides dependen de cepción temporal está alterada, lo mismo con muchos factores, el primero de ellos es la la percepción de la música y de los colores.

114 Efectos farmacológicos de los Cannabinoides En general no hay alteraciones importantes –Hormonas y reproducción: aunque en una de la conducta, aunque puede existir ideación primera fase estos compuestos aumentan el fija e impulsos irresistibles. No es rara una interés sexual, en fumadores crónicos se hilaridad, locuacidad y megalomanía, sobre demuestra una disminución de la libido. En todo si el consumo se hace en grupo. Es mujeres, ciclos anovulatorios, y en varones habitual que el episodio tóxico termine con anomalías estructurales y/o en la movilidad un acceso de bulimia. También se ha demos- de los espermatozoides y oligospermia. trado una alteración de la memoria inmediata. –Los efectos en el feto expuesto a canna- Tras la exposición aguda del compuesto binoides se exponen con más detalle en más aparece la segunda fase de la secuencia bifá- adelante. sica antes mencionada: un estado de relaja- –Efectos psicológicos y psiquiátricos: los ción. fumadores crónicos de estas sustancias pue- –Las funciones motoras complejas se ven den desarrollar cuadros de reacciones de también alteradas. Esto ha generado gran pánico, impresiones retrospectivas, reaccio- intranquilidad acerca del riesgo que implica nes psicóticas, ansiedad, depresión y trastor- conducir vehículos bajo los efectos de los nos de la memoria inmediata. El llamado sín- derivados Cannabis, y hay estudios que drome amotivacional se describe con más demuestran que hay una alteración en la per- detalle en Quiroga (2.000). cepción de las distancias y un aumento del tiempo de reacción. Sin embargo, otros estu- dios no llegan a datos tan concluyentes, por lo que hasta la fecha no se puede establecer CONCLUSIONES esta relación. –Efectos psiquiátricos: se han descrito Los efectos de la inhalación del humo del reacciones anormales en forma de crisis de ansiedad o ataques de pánico, de breve dura- Cannabis son complejos y dependen de ción, o de accesos depresivos. Estos casos muchas variables (personalidad del consumi- deben considerarse urgencias psiquiátricas y dor, ambiente del consumo, expectativas del tratarse como tales (Giannini, 1991; Millman consumidor…). Tras la inhalación del humo y cols., 1997). La intoxicación “normal” no del cigarrillo de marihuana se presenta una implica riesgos especiales en una persona constelación de signos y síntomas que afec- sana y no precisa tratamiento (ver también tan a los aparatos cardiovascular, respiratorio, Quiroga, 2000). digestivo, ocular, a las funciones motoras y en gran medida, se alteran las funciones psi- –Otros efectos: sequedad de boca, sed y cológicas. El consumo crónico puede afectar aumento del apetito (con una predilección a la descendencia y puede producir cuadros especial por los dulces, sin que esto se haya podido relacionar con alteraciones en el psiquiátricos. metabolismo de los hidratos de carbono).

2.2. Sintomatología crónica. BIBLIOGRAFIA

–Aparato respiratorio: los efectos más Adams IB, Martin BR. Cannabis: pharmacology and comunes de la inhalación del humo de mari- toxicology in animals and humans. Addiction huana son del desarrollo de bronquitis, larin- 1996; 91: 1585-1614. gitis y asma. También se ha demostrado una Benson MK, Bentley AM. Lung disease induced by alta incidencia de bronconeumopatías cróni- drug addiction. Thorax 1995; 50: 1125-1127. cas en individuos que fuman cannabinoides Brill H, Nahas, G.G. Cannabis intoxication and men- durante largos periodos de tiempo. tal ilness. En: G.G. Nahas (ed): Marijuana in

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116 Efectos farmacológicos de los Cannabinoides Cannabis: efectos nocivos sobre la salud física

QUIROGA, M.

Servicio de Psiquiatría. Hospital Militar “Pagés”. Melilla. España Teniente Coronel Médico Especialista en Psiquiatría, Jefe del Servicio de Psiquiatría

Enviar correspondencia a: Manuel Quiroga Gallego. Teniente Coronel Médico Psiquiatra. Servicio de Psiquiatría. Hospital Militar “Pagés”. C/ General Polavieja s/n, 52071 Melilla (España) Tfo: 952 67 11 45, Extensión 236 Correo electrónico: mquirogag.intersep.org

Resumen Summary

El cannabis es la droga ilegal más usada y la que Cannabis is the most widely used illicit drug and más tempranamente se empieza a consumir. De los one of those which to earlier age is begun to consu- efectos que ejerce sobre la salud, la Organización me. Of the effects on the health, the World Health Mundial de la Salud emitió un informe en 1981 que Organization issued a report in 1981, updated in 1997. actualizó en 1997. Se sabe que su uso tiene efectos Cannabis has acute and chronic harmful effects on perjudiciales agudos y crónicos. Entre los agudos, the health. Cannabis acutely impairs cognitive deve- alterar la cognición y la respuesta psicomotora, lo que lopment and psychomotor performance, which incre- aumenta el riesgo de accidentes de tráfico. Entre los ases the risk of motor vehicle accidents among who crónicos, afecta selectivamente el aprendizaje y la drive intoxicated by cannabis. Chronically, there are memoria tanto en adultos como en hijos de madres selective impairments of cognitive functioning, consumidoras, causa lesiones en el sistema respira- effects on the respiratory system and on various torio y altera la respuesta de algunas células inmuni- types of cells in the body’s immune system. tarias. Key words: cannabis; cognitive functioning; psycho- Palabras clave: Cannabis; cognición; psicomotor; res- motor performance; respiratory system; immune piratorio; embarazo; inmunidad. system; pregnancy.

INTRODUCCIÓN cuente que se encuentre en la orina de los jóvenes que mueren violentamente (3). En los países en desarrollo es difícil poder esta- l uso de cannabis, sustancia psicoactiva bajo control internacional, está generali- blecer conclusiones generales a cerca de su Ezado en todo el mundo y sus conse- consumo, principalmente por la escasa fiabili- cuencias sobre la salud han preocupado y dad en la recogida de los datos (2). preocupan a la Organización Mundial de la En el año 1992, el profesor Gabriel Nahas Salud (OMS) (1, 2). (Nahas 1976) resumía los efectos patofisioló- Se sabe por estudios epidemiológicos en gicos del cannabis. El humo de la marijuana los países desarrollados que la prevalencia es mutagénico en el test de Ames y en culti- del uso de cannabis en los jóvenes ha vos celulares e inhibe la biosíntesis de macro- aumentado en la última década (2), y es fre- moléculas. En animales, produce síntomas

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 117 de toxicidad neuroconductual, interfiere todas salud en la comunidad y para el desarrollo de las fases de la función reproductora gonadal y estrategias internacionales y nacionales en el es fetotóxico. En las personas, fumar marijua- control de drogas (2). na se asocia con síntomas de obstrucción respiratoria, metaplasia escamosa y cáncer Metodología de boca, lengua y pulmón entre los 19 a los 30 años; altera permanentemente la memo- Quedan expresamente excluidos del ámbi- ria y el rendimiento psicomotor; sextuplica la to de esta exposición los efectos psiquiátri- incidencia de esquizofrenia; puede causar cos, analizados en otro capítulo, y las posibili- fetotoxicidad; e inducir leucemia no linfoblás- dades terapéuticas del cannabis. tica en hijos de madres fumadoras (5). La sistemática del presente capítulo será, Se sabe que el uso de cannabis produce siguiendo el informe de 1997 de la OMS (2) efectos nocivos agudos y crónicos sobre la como guía, presentar separadamente los efec- salud (2, 6-8), incrementando la susceptibili- tos nocivos agudos y crónicos del cannabis dad a padecer enfermedades infecciosas, sobre los órganos, aparatos y sistemas biológi- cáncer y SIDA (9). cos más directamente afectados (cerebro, pul- El que los efectos nocivos del THC todavía mones, corazón, feto, inmunidad, sistema no sean bien conocidos y se debata perma- endocrino-metabólico, reproductor, ect.). nente sobre sus riesgos, junto con opiniones Finalmente, agrupados por sistemas bioló- encontradas en cuanto a su legalización, gicos, se presenta una tabla resumen con los tiene como consecuencia la falta de consen- efectos nocivos agudos y crónicos que so sobre la información que los profesionales actualmente se consideran suficientemente médicos deberían dar a los actuales y poten- probados. ciales consumidores de cannabis (10). La búsqueda de las referencias bibliográfi- cas se ha realizado mediante Evaluated ¿Qué es el cannabis? Medline® (http://www.biomednet.com/db/ medline). El principal componente psicoactivo del cannabis es el delta-9-tetrahidrocannabinol (d-9-THC), identificado desde 1964 (11). Se 1. SISTEMA NERVIOSO CENTRAL admite que la concentración típica de THC en un “porro” oscila entre 5 y 150 mg, cuya bio- 1.1. Efectos nocivos agudos disponibilidad (fracción de THC en el cigarrillo que pasa a sangre) está entre el 5 y el 24 por Los efectos agudos que el THC produce en ciento (entre 0,25 mg y 30 mg), considerán- el sistema nervioso central (SNC) humano, dose que para producir un breve efecto conocidos desde hace años son, entre otros, embriagante en consumidores ocasionales euforia, aumento de la percepción sensorial, son suficientes 2 a 3 mg (2). antinocicepción, incremento de la sociabili- dad, relajación (2), dificultades en la concen- Objetivos tración y deterioro de la memoria (12), con persistencia de los efectos cognitivos des- Exponer qué sabemos actualmente de los pués de cesar el consumo de THC (12), des- efectos nocivos que el cannabis produce personalización, cuya máxima intensidad se sobre la salud y qué líneas de investigación alcanza 30 minutos después de fumar (13). preconiza la OMS, ya que disponer de infor- mación fiable sobre las consecuencias reales 1.1.1. En el aprendizaje, atención y memoria. y potenciales que su consumo implica es Los efectos cognitivos agudos del canna- importante para el análisis del estado de bis afectan a todas las áreas del aprendizaje,

118 Cannabis: efectos nocivos sobre la salud física incluyendo los procesos asociativos y el ren- De aquí, cabría deducir que la influencia de dimiento psicomotor (14), con excepción de una pequeña cantidad de THC (20 mg) altera- la abstracción y el vocabulario (6). Este efecto ría durante 24 horas el manejo de maquina- aparece si el cannabis está presente tanto en rias complejas, con poca o nula conciencia de el aprendizaje, como en el recuerdo (2). Pero, tal alteración por parte del sujeto (33), persis- generalmente, el aprendizaje realizado en tencia ya encontrada en otros trabajos con ausencia de cannabis puede ser recordado diferente metodología (34). incluso con THC en sangre (2). 1.1.3. Efectos neurofisiológicos. 1.1.2. En la capacidad para manejar máquinas El consumo de THC, en fumadores experi- complejas. mentados, es seguido de un significativo Los efectos perjudiciales del cannabis incremento bilateral del flujo sanguíneo cere- sobre una gran variedad de tareas neuropsi- bral que correlacionaba significativamente cológicas (14, 15) junto a su frecuente pre- con el nivel plasmático de THC, grado de into- sencia en sangre/orina, casi siempre asociada xicación y frecuencia cardíaca (35). En un con alcohol y otras drogas, de víctimas de estudio posterior, se constata de nuevo el accidentes de tráfico (16-22) justifica el inte- incremento bilateral del flujo y velocidad de la rés de los investigadores sobre los efectos sangre en el cerebro, especialmente en del cannabis en la conducción. regiones frontales, que no pudo ser explicado Sobre los efectos de cannabis en la con- por los cambios generales en la circulación ni ducción de vehículos a motor, un reciente en la respiración, ni por los niveles plasmáti- estudio experimental en 60 voluntarios sanos cos de THC, y que correlacionaba significati- demuestra que consumir un cigarrillo conte- vamente con cambios en el humor y la con- niendo 290 microgramos de THC por kilogra- ducta (36). Flujo sanguíneo y funcionamiento mo de peso corporal altera, de forma inme- cerebral están íntimamente ligados, por tanto diata, la percepción de la velocidad y la es muy probable que los cambios en el flujo precisión (23). sanguíneo cerebral tras fumar THC correlacio- nen significativamente con los efectos del Pese a la frecuente asociación del THC con cannabis sobre el humor y la conducta (36), el alcohol sus efectos conjuntos no son bien especialmente el incremento bilateral del conocidos (24-27). Parece ser que dosis bajas flujo en las regiones del córtex frontal, la a moderadas de alcohol (0,3 a 0,6 g/kg) no ínsula y el giro cingular (37). influyen, salvo individualidades, en la cantidad y frecuencia del consumo de THC (28). Ade- El THC parece introducir breves y puntua- más, entre quienes conducen intoxicados, les modificaciones en la actividad electroen- tampoco ha sido posible establecer con pre- cefalográfica (EEG) durante la fase de euforia cisión cómo influyen conjuntamente (2), ya que inmediatamente sigue a la rápida eleva- que en algunos efectos son similares (dismi- ción del THC en sangre (38) . nución de la precisión en el alineamiento den- Los resultados de las investigaciones del tro del carril, aumento del tiempo de reacción efecto del THC sobre potenciales evocados a estímulos) y en otros difieren (patrones de auditivos (P300 y P50) no son concluyentes, búsqueda visual durante la conducción simu- con la posible excepción de la elevación de la lada) (2). amplitud en la P50 auditiva (39). En pilotos de aviones, se ha demostrado que después de fumar cannabis hay una dis- 1.1.4. Relación dosis-efecto. minución del rendimiento en la aptitud de La concentración plasmática de THC corre- vuelo (29-32) que ya es evidente desde el laciona significativamente con el número de cuarto de hora, y persiste a las cuatro, ocho y aspiraciones (“caladas”) que se hacen del veinticuatro horas tras del consumo (2, 33). “porro” y la cantidad de THC que contenga

Quiroga, M. 119 (40), sin que influya en los efectos el tiempo rado y prolongado en el tiempo del THC oca- que se retiene el humo inhalado (41), aunque siona sutiles y selectivas alteraciones del fun- sobre esto último hay investigaciones poste- cionamiento cognitivo (2). riores con resultados contradictorios (14, 42). La OMS considera que el consumo crónico Los efectos fisiológicos y conductuales se (reiterado y prolongado) de cannabis altera la manifiestan concurrentemente o dentro de capacidad de organización e integración de minutos después de la rápida aparición de información compleja implicando la atención, delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) en la san- memoria, aprendizaje verbal, ordenamiento gre durante el consumo de cannabis (43). de tarjetas /historietas, atención y discrimina- Esto ha permitido el desarrollo de modelos ción auditiva y filtración de información irrele- matemáticos, uno basado en las concentra- vante (2). ciones plasmáticas de THC y otro en la rela- En pruebas de respuesta a estímulos auditi- ción del metabolito inactivo 11-nor-9-carboxy - delta 9 -tetrahidrocannabinol (THCCOOH) al vos cuyo tono varía aleatoriamente en localiza- THC en la plasma que permiten predecir el ción, intensidad y duración, los consumidores lapso de tiempo entre el consumo del canna- crónicos de THC presentan rendimientos sig- bis y los efectos por él inducidos (44-45). nificativamente inferiores a los no consumi- Estudios posteriores han demostrado que dores en la atención focal y filtración de infor- estos efectos no aparecen hasta que el THC mación irrelevante (49). Esta disminución es alcanza un equilibrio en la concentración san- progresiva con la persistencia en el consumo, gre/tejidos, de forma tal que para que se pro- y si bien con la abstinencia de la droga se duzca un incremento de al menos un 50% en mejora algo (50) puede prolongarse durante los efectos subjetivos, se necesita que la unas seis semanas después de interrumpir el concentración plasmática de THC aumente consumo (51). en un rango de 7-29 ng/ml (46). También ha Frecuencia y tiempo de consumo del can- sido demostrado con modelos farmacodiná- nabis influyen de forma diferente en la cogni- micos que el intervalo dosificación-dosis es ción. La capacidad para mantener centrada la determinante para la duración de los efectos atención y para filtrar información irrelevante psicotrópicos de THC (47). Además, la actitud se deterioran progresivamente en relación de expectación positiva sobre los efectos con el número de años de consumo de THC influiría en una mayor concentración plasmá- pero sin relación con la frecuencia del mismo; tica de THC (48). en tanto que la velocidad para procesar la información disminuye tanto cuanto mayor es 1.2. Efectos nocivos crónicos la frecuencia del consumo sin influencia del tiempo que se lleve consumiendo (52). Este epígrafe se aborda en la triple pers- De lo expuesto en los párrafos preceden- pectiva neuropsicológica, neurofisiopatológi- tes sobre funciones cognitivas y cannbis exis- ca y neurotóxica. te una reciente monográfica publicación de obligada consulta (53). 1.2.1. Neuropsicológicos. En estudios con test neuropsicológicos, Durante los años 70 se realizaron en varios los fumadores crónicos (consumo repetido y países (Grecia, Costa Rica, Jamaica, entre prolongado) de THC muestran menores rendi- otros) estudios dirigidos a determinar qué mientos en expresión verbal y habilidades efectos tenía el consumo crónico de THC en matemáticas (54), en las funciones de aten- las funciones cognitivas de personas adultas, ción/ejecución (perseveración en el ordena- concluyendo que eran prácticamente inexis- miento de tarjetas/historietas, reducción del tentes (2). Sin embargo, actualmente hay aprendizaje de palabras) y en la memoria numerosas pruebas de que el consumo reite- visuoespacial específicamente las mujeres,

120 Cannabis: efectos nocivos sobre la salud física Tabla 1. CANNABIS: EFECTOS NOCIVOS AGUDOS PARA LA SALUD

SISTEMA BIOLÓGICO EFECTO AGUDO BASE FUNCIONAL BASE MORFOLÓGICA

CEREBRO - cognición - bilateral flujo sanguíneo - psicomotor > 24 horas (frontal, ínsula, giro cingular)

RESPIRATORIO -Broncodilatación Desconocida - Leve obstrucción Desconocida

CARDIOVASCULAR -Taquicardia - Vagal - Desmayo - velocidad sangre cerebral - Infarto miocardio Desconocida

ENDOCRINO - LH, testosterona, progesterona, prostaglandinas - conducta sexual Desconocidas - adrenalina y noradrenalina - corticosterona incluso 24 horas después de no consumir interhemisférica en regiones centrales y pos- (55-56). teriores también, cuando el consumo diario Recientemente se ha demostrado que de THC supera los 15 años (61). consumir THC repetidamente antes de los 16 Respecto a los estudios realizados con años, al interferir en el sistema cannabinoide potenciales auditivos evocados sobre los endógeno durante la etapa prepuberal del efectos del consumo prolongado de THC en desarrollo, causa déficit específicos en las el sistema nervioso central, el único dato funciones de la atención que persisten en la concluyente por ahora es la reducción de la vida adulta (57). respuesta de la onda P50 en consumidores crónicos de marijuana libres de trastorno 1.2.2. Neurofisiopatológicos. mental (62). Desde hace unos 10 años se sabe que el Mediante tomografía cerebral computariza- electroencefalograma (EEG) en pacientes psi- da por emisión de fotones (SPECT), que infor- quiátricos fumadores crónicos (consumo ma sobre el flujo sanguíneo y la función repetido y prolongado) de THC en relación metabólica cerebrales, se estudiaron las imá- con los consumidores se caracteriza por genes de 30 jóvenes consumidores crónicos incremento absoluto y relativo de la actividad (uso semanal durante un mínimo de un año) alfa (ondas cerebrales de 8-12 ciclos/segun- de THC diagnosticados de trastorno por défi- do) en áreas frontal y frontocentral de ambos cit de la atención con hiperactividad y las de hemisferios (coherencia interhemisférica) 10 jóvenes con igual diagnóstico no consumi- denominado “Alpha Hiperfrontality” (58, 59). dores, interpretadas sin conocer los datos clí- Esta peculiar actividad fue confirmada poste- nicos. Los consumidores de THC presentaron riormente en nuevas muestras de sujetos imágenes con disminución de la perfusión siguiendo idéntica metodología, descartando, del córtex prefrontal en proporción similar a además, por el análisis combinado de ambas los no consumidores, y, además, acusado muestras, que el diagnóstico psiquiátrico o el descenso en la actividad de ambos lóbulos tratamiento hubieran influido en los resulta- temporales que guardaba relación con la dos (60). Esta hiperfrontalidad alfa se trans- intensidad del consumo de THC pero no forma en theta (ondas cerebrales de 4-8 necesariamente con el tiempo que se llevaba ciclos/segundo), con marcada coherencia consumiendo (63).

Quiroga, M. 121 1.2.3. Neurotoxicidad. humo de cannabis se asocia con bronquitis La neurotoxicidad del cannabis ha sido obstructiva y aumenta el riesgo de invasión durante mucho tiempo subestimada, sin maligna (cáncer) en forma similar al tabaco (2). embargo, estudios reciente demuestran que En la población general, el seguimiento el THC induce la muerte celular con disminu- durante seis años de los efectos del humo ción del tamaño de las neuronas y fragmen- del cannabis sobre 1802 sujetos entre 15 y tación del ADN en el hipocampo (12). 60 años, después de ajustar las variables edad, consumo de tabaco y síntomas pre- vios, la probabilidad estimada (odds ratio, OR) del grupo fumador de THC para la tos crónica 2. SISTEMA RESPIRATORIO era de 1,73 y para los ahogos de 2,01 (p<0.05); además presentaban una significati- Después de tabaco, el cannabis es la sus- va reducción (p<0.05) de la función pulmonar tancia más fumada en todo el mundo (2). un año o más después y ambas, síntomas y Además, en los fumadores de las dos sustan- reducción de la función pulmonar, se encon- cias un tercio empieza con la “marijuana” traron incluso fumando menos de un cigarri- (cigarrillo sólo de cannabis muy difundido en llo al día (67). USA, también llamado “marihuana” o “tía”) En personas consumidoras habituales de antes que con el tabaco, y el 85 por ciento de cannabis, fumar “porros” conteniendo entre los que dejan el tabaco continúan sólo con el 13 a 27 mg de THC no tiene efectos agudos cannabis (64). sobre la respiración central ni periférica, ni Con la excepción de la nicotina en el tabaco induce cambios en el consumo de oxígeno, y de unos 60 cannabinoides en el cannabis, el ni en la concentración de CO2, conclusiones humo de estos dos de compuestos comparte que no pueden aplicarse a los consumidores muchos de los mismos carcinógenos e irritan- ocasionales sin más investigaciones (68). tes respiratorios. Incluso, la fase de brea del En un estudio realizado en Alemania se humo del cannabis tiene un 50 por ciento más encontró que el recuento de linfocitos-T era de carcinógenos que una cantidad equipara- menor en los fumadores crónicos de THC, ble de humo de tabaco no filtrado (2). además de tener disminuida la respuesta lin- Además, el humo del “porro”, sin conside- focitaria a la fitohemaglutinación y la fagocito- rar el contenido de THC, produce una consi- sis por granulocitos polinucleares, lo que derablemente mayor carga respiratoria de implica para los fumadores un mayor riesgo monóxido de carbono y brea que fumando de padecer cáncer de células escamosas en una cantidad similar de tabaco (65). boca y faringe (69). Además, THC y tabaco tienen efectos diferentes sobre los 2.1. Efectos nocivos agudos linfocitos-T tanto a nivel alveolar como en la sangre (70). Parece ser que el único efecto agudo que La broncoscopia en jóvenes sin síntomas el THC, tanto fumado como ingerido, tiene respiratorios demostró cambios histológicos sobre el sistema respiratorio es una rápida (hiperplasia celular, estratificación, metaplasia broncodilatación (2, 66) y leve obstrucción celular en racimo, engrosamiento de la mem- cuando es fumado un mínimo de 4 días a la brana basal) en las vías aéreas superiores en semana durante 6-8 semanas (66). los fumadores crónicos de THC (2) similares en frecuencia, tipo y magnitud a los que se 2.2. Efectos nocivos crónicos producen en fumadores crónicos de tabaco (71). Los estudios experimentales con animales No parece que exista efecto aditivo entre sugieren que la exposición prolongada al el tabaco y el THC sobre las lesiones histoló-

122 Cannabis: efectos nocivos sobre la salud física gicas, aunque hay estudios contradictorios, intensidad de la experiencia subjetiva (80) sino más bien las debidas al cannabis pare- tanto al fumar como al ingerir el cannabis cen más importantes por cigarrillo fumado (81), están implicados tanto mecanismos que las causadas por uno de tabaco (2). simpáticos como parasimpáticos (2, 82). Comparando el análisis citológico del La taquicardia inducida por el THC puede esputo de 25 sujetos sanos fumadores úni- ser modificada por diferentes sustancias. Por camente de cannabis (edad media 27.5 ejemplo, la cocaína la incrementa (83, 84), y años), con un grupo de edad similar de 25 la indometacina la disminuye (85). fumadores de tabaco y otro de 25 no fuma- Las sensaciones de vértigo y desmayo que dores, se encontró que los fumadores de suceden al consumo de una dosis alta de cannabis presentaban en el esputo un conte- THC parecen deberse a la disminución de la nido significativamente mayor de todos los velocidad sanguínea cerebral, medida en la componentes citopatológicos, con menos arteria cerebral media, y de la presión arterial neutrófilos y magrófagos pigmentados que (86). los fumadores de tabaco (72, 73). En adolescentes y adultos jóvenes, grupo Fumar diaria y regularmente cannabis pare- de mayor prevalencia de consumo, los efec- ce disminuir la respuesta inmunitaria pulmo- tos cardiovasculares agudos del THC son nar a la invasión de microorganismo, sobre poco frecuentes; sin embargo, algunas todo en pacientes inmunodeprimidos, inclui- comunicaciones de infarto de miocardio en dos los afectados de SIDA, sin que esté sufi- jóvenes fumadores de cannabis merecen cientemente esclarecida la causa de esta dis- especial atención (2) minución (2). La inhalación de cannabis (también de cocaína) se asocia repetidamente con neu- 3.2. Efectos nocivos crónicos momediastino espontáneo, enfermedad rela- tivamente infrecuente cuya incidencia varía En un estudio sobre seis varones sanos, en diferentes comunidades (74). voluntarios retribuidos, que durante 13 días consecutivos fumaron un cigarrillo diario de Respecto del cáncer pulmonar, fumar THC es un significativo factor de riesgo adicional marijuana (1.0 % de THC), seguido a los 15 (75) y recientemente se ha demostrado que minutos de infusión intravenosa de 52 micro- produce en el epitelio bronquial un incremen- gramos/minuto de THC atenuado durante 50 to (p < .05) en, al menos, cinco de los marca- minutos, el único efecto estadísticamente dores vinculados al riesgo de cáncer, princi- significativo fue el incremento de la frecuen- palmente (p ≤ .01) en los que indican cia cardíaca (87). anomalías moleculares (76). El consumo prolongado e intenso de can- Los efectos carcinógenos del THC siguen nabis puede originar daños poco aparentes siendo investigados (77-79). en el sistema cardiovascular, muy parecidos a la cardiotoxicidad del tabaquismo, pues THC y nicotina son similares en sus efectos car- 3. SISTEMA CARDIOVASCULAR diovasculares (2). En un estudio realizado sobre una muestra 3.1. Efectos nocivos agudos de 5115 sujetos (blancos, negros, hombres y mujeres) comprendidos entre 18 y 30 años La taquicardia, incremento de la frecuencia investigando la posible asociación entre hos- cardíaca reflejado en el pulso, es el principal, tilidad y riesgo de mortalidad por enfermedad y mejor estudiado, efecto agudo del THC coronaria, se demostró que las puntuaciones sobre el sistema cardiovascular (2). más altas en la escala de hostilidad de En este efecto, fácilmente reproducible, CooK-Medley se asociaban con fumar tabaco dosis dependiente y correlacionado con la y marijuana, elevado consumo de alcohol y

Quiroga, M. 123 Tabla 2. CANNABIS: EFECTOS NOCIVOS CRÓNICOS PARA LA SALUD

SISTEMA BIOLÓGICO EFECTO CRÓNICO BASE FUNCIONAL BASE MORFOLÓGICA

CEREBRO - selectiva funciones - Hiperfrontalidad alfa y theta - Destrucción neuronal y cognitivas,no desaparece - Alteración P50 auditiva fragmentación ADN en tras dejar el consumo - actividad ambos lóbulos hipocampo temporales

RESPIRATORIO - Cambios histológicos con - residuos cancerígenos - Hiperplasia, estratifica- ción, riesgo de malignización que tabaco metaplasia en racimo, engro- - capacidad inmunitaria pulmón - repuesta linfocitaria samiento membrana basal

CARDIOVASCULAR Angeítis obliterante Desconocida Lesiones evidentes en arte- riografía

INMUNITARIO y - macrófagos, IL-1, REPRODUCCIÓN CELULAR - interferón, células K, En estudio ADN, ARN - Altera división celular

INTRAUTERINO - desarrollo fetal - dopamina en sistema y POSTNATAL - capacidad cognitiva ejecutiva mesolímbico - atención selectiva - cáncer infantil mayor ingesta de calorías en todos los suje- respuesta terapéutica. El otro continuó tos, sin distinción de sexo ni raza. Especial- fumando THC con persistencia de la enferme- mente importante, tras el ajuste de las varia- dad. Los autores concluyen que la presenta- bles sexo y nivel educacional, se mostró la ción de endarteritis juvenil, remedando a una asociación hostilidad con fumar tabaco y tromboangeítis obliterante, podría ser un efec- marijuana que llegó a tener una prevalencia 5 to secundario tóxico del THC (89). veces mayor en el cuartil de máxima hostili- dad respecto del cuartil menos hostil (88). Fumar “porros” puede resultar peligroso 4. SISTEMA ENDOCRINO para quienes padezcan hipertensión, enfer- medades cerebrovasculares o ateroesceloro- Los efectos del cannabis sobre el sistema sis coronaria, por el aumento de frecuencia y endocrino se estudian desde una doble pers- gasto cardíaco producido por el THC (2). pectiva. De un lado, sobre las hormonas En Francia, muy recientemente, se han hipofisarias (luteinizante ó LH, folículo- esti- comunicado dos casos en jóvenes (varones, mulante ó FSH, prolactina ó PRL, somatotro- 18 y 20 años), ambos fumadores habituales, pina o GH) responsables de la síntesis peri- no excesivos, de tabaco y de cannabis, de férica de las hormonas sexuales (estrógenos isquemia distal aguda en extremidades, que y testosterona) y reguladoras del desarrollo y recordaban a la arteritis inducida por cannabis funcionamiento del sistema reproductor descrita en los años sesenta en fumadores de sobre las que parece tener una acción princi- Kif del Norte de África. Los hallazgos clínicos palmente inhibitoria (90). Y de otro, sobre el y arteriográficos eran sugerentes de enferme- eje hipotálamo-hipófisis-adrenal. dad de Winiwarter-Buerger, un tipo de trom- boangeítis obliterante de etiología desconoci- 4.1. Hormonas sexuales masculinas da pero en la que el tabaco es un importante mecanismo etiopatogénico. En un caso, dejar Si en los diseños experimentales sobre de fumar cannabis coincidió con una buena animales machos, los resultados indican

124 Cannabis: efectos nocivos sobre la salud física usualmente que el THC disminuye los niveles sas células, unas veces en el sentido de favo- plasmáticos de LH y testosterona (2), en los recerlas, otras al contrario, que parecen estudios humanos, varones consumidores deberse a factores experimentales (2, 100). crónicos de cannabis, se presentan resulta- Pero el mayor interés actual se centra en la dos tan contradictorios como ningún efecto relación entre el uso de drogas sociales y el (91, 92) frente a alteraciones selectivas del desarrollo de manifestaciones clínicas de control hipotalámico de LH (93). SIDA, por lo que es importante que los sero- positivos sanos que eviten el uso de “porros” y/o alcohol, aunque todavía sea pronto para 4.2. Hormonas sexuales femeninas estimar en qué medida esta advertencia impedirá el daño definitivo del sistema inmu- En modelos animales, el THC antagoniza el ne. (100, 101), tanto más cuando estudios efecto que sobre la hipófisis tiene el estradiol recientes formulan la hipótesis de que los (94), retrasa la aparición de la pubertad, dis- cannabinoides endógenos, principalmente a minuye el número de óvulos en el primer día través de los macrófagos, pueden participar de la ovulación (95). Tras la pubertad, los en el fracaso general del sistema inmune en ciclos menstruales son irregulares, disminu- personas seropositivas (102). yen los niveles séricos de LH, progesterona y prostagladinas, aumenta el tiempo de gesta- Recientemente se ha publicado que el THC ción, con incremento de nacidos muertos, y sus metabolitos disminuyen la producción aunque sin malformaciones (95). tumoral del factor alfa cuya consecuencia es la reducción de la apoptosis, inhibe la produc- ción de IL-1 y de gamma interferón, merma la 4.3. Gónadas y conducta sexual competencia inmunológica de los macrófa- gos alterando su esencial papel trófico en el Siguiendo con modelos animales, el THC sistema nervioso central y, asimismo, esti- tiene efectos tóxicos directos sobre los ovarios mula la producción de productos de degrada- y los testículos (96), suprime la elevación plas- ción del ácido araquidónico por inhibición de mática de LH y prolactina que siguen a la exci- la ciclo-oxigenesa (Masset 1999). Además, tación sexual e inhibe la conducta sexual (97). tiene efecto sinérgico con los retrovirus pro- vocando anergia en los linfocitos-T citotóxi- cos o células K (104). 4.4. Eje hipotálamo-hipofisiario-adrenal

Muchos estudios en modelos animales demuestran que el THC altera la secreción de 6. REPRODUCCIÓN CELULAR algunas hormonas relacionadas con el estrés (98). Se reconoce como efecto agudo del THC la disminución de la adrenalina y nor- El THC interacciona con el núcleo celular adrenalina en la médula adrenal, sin reduc- con efectos sobre la síntesis macromolecular, ción de la actividad tiroxina-hidroxilasa, que induce aberraciones cromosómicas, mutage- desaparece con la administración repetida de nicidad y carcinogénicidad (2). cannabis (98). Así mismo, eleva los niveles de El THC disminuye la síntesis de ADN, ARN corticosterona en suero (99). y proteínas, altera la formación de microtúbu- los, microfilamentos y los procesos de divi- sión celular, (2). Sobre las alteraciones cromosómicas (rup- 5. SISTEMA INMUNITARIO tura, delección, otros errores en la separa- ción) existe un acuerdo general sobre que El TCH tiene efectos sobre el sistema tanto el humo como ciertos constituyentes inmunitario, modificando la función de diver- de las preparaciones de cannabis pueden

Quiroga, M. 125 tener efectos mutágenos (2). Por otro lado, el sexual, entre otras. Algunos de estos resulta- THC puro no ha mostrado estos efectos (2). dos dependen del sexo de las crías y de las En un reciente estudio llevado a cabo dosis de THC administrado a la madre duran- sobre embarazadas fumadoras de sólo can- te la gestación y lactancia (108). nabis (17) y no fumadoras (17), en las que se De los modelos animales está resultando midió la tasa de linfocitos variantes (mutan- que la exposición intraútero al THC aumenta tes) en sangre y en 5 hijos de cada grupo en la autoadministración (reinforcing, que signifi- el cordón umbilical tras el parto, se obtuvo ca que la toma de una sustancia conduce a una mayor tasa de linfocitos variantes en el repetir el uso de la misma sustancia) de mor- grupo de fumadoras de cannabis (p<.001) y fina en relación con el sexo y dosis depen- en sus hijos (p<.05) que en las no fumadoras diente (108, 109, 12), que podría deberse a la y sus recién nacidos. Estos datos indican interacción de los sistemas cannabinoide y para los fumadores de cannabis mayor riesgo opioide endógenos (110). de padecer cáncer, y para los hijos de madres En el trabajo que desde 1978 viene des- fumadoras mayor frecuencia de malformacio- arrollando el “Ottawa Prenatal Porspective nes y cánceres infantiles (105). Study” (111) sobre los efectos de fumar THC durante el embarazo demuestran que los niños a los 48 meses tienen un bajo rendi- 7. DESARROLLO INTRAUTERINO Y POST- miento verbal y de la memoria (112) y con NATAL cuatro años o más presentan problemas de conducta y disminución del rendimiento en la percepción visual, la comprensión del lengua- En modelos animales prevalecen los estu- je, el mantenimiento de la atención y la dios con THC puro para medir la cantidad de memoria (111). Posteriormente, comprueban sustancia que desde la placenta pasa al feto. que a los 9 y 12 años el contacto prenatal con En contraste, en los estudios humanos se uti- el THC no se relaciona significativamente con liza el humo del cannabis, de indeterminado le lectura o el lenguaje, a diferencia del taba- contenido de THC puro, que conlleva que a la co (113). Tampoco a los 9 y 12 años existe unidad feto-placenta lleguen concentraciones relación entre el consumo materno de THC desconocidas de droga activa. Estas diferen- durante el embarazo y la capacidad intelec- cias metodológicas hacen difícil la interpreta- tual global, sin embargo, sí está negativamen- ción de los efectos del cannabis sobre el des- te afectada la función ejecutiva (114). Estas arrollo intrauterino y postnatal (2). alteraciones podrían deberse a que el consu- De los trabajos más recientes sobre los mo continuado de THC afectaría la función efectos del THC en modelos experimentales del lóbulo prefrontal (111, 114). con fetos animales vivos cabe destacar el Los efectos del consumo materno de can- enlentecimiento del trazado electroencefalo- nabis durante el embarazo sobre el riesgo en gráfico (106) y el incremento de los movimien- el parto, el peso, talla, perímetro craneal, test tos respiratorios fetales (107), desapareciendo de Apgar y malformaciones en el recién naci- en ambos casos con la exposición repetida do son contradictorios. Unos aseguran que no del animal al THC (106, 107). existe asociación entre THC y prematuridad ni En modelos animales (ratas) de exposición malformaciones congénitas (115, 116); ni con perinatal al THC, las crías muestran alteracio- el aborto espontáneo de cariotipo conocido nes en los patrones ontogénicos de motrici- (117); ni con el grado de desarrollo del niño a dad espontánea, y los adultos expuestos al los 6 años ni en la frecuencia de anomalías THC intraútero y durante la lactancia presen- morfológicas (118); ni la habilidad motora a los tan alteraciones persistentes en las conduc- 3 años (119); ni la talla ni el peso al nacimiento tas de respuesta a lo nuevo, interacciones (120). Otros encuentran asociación significati- sociales, orientación y comportamiento va entre el consumo al menos semanal de

126 Cannabis: efectos nocivos sobre la salud física THC durante el embarazo y el desprendimien- 7. La incidencia de la exposición intrauterina to de placenta (121); la disminución de la talla al THC sobre metabolismo fetal, nacimien- en el nacimiento (116, 122); el retraso en la to prematuro y cáncer infantil. maduración intrauterina y las malformaciones (123); el empobrecimiento del razonamiento abstracto/visual a los 3 años de edad (124); la CONCLUSIONES alteración de los potenciales visuales evoca- dos (P1) al mes y 18 meses del nacimiento El consumo de cannabis produce efectos cuando la madre consumió THC durante el nocivos agudos (Tabla 1) y crónicos (Tabla 2) tercer trimestre del embarazo (125), así como en la salud. mayor número de errores y menor número de omisiones en pruebas de rendimiento conti- Los efectos agudos sobre el CEREBRO, nuo a los 6 años (126). debidos a la reducción bilateral del flujo san- guíneo cerebral, principalmente en polos frontales, ínsula y giro cingular, se manifies- tan por retardo en la cognición y enlenteci- LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN miento psicomotor persistentes aún 24 horas después de haber realizado el consumo, Las líneas de investigación futura propues- efectos que inciden negativamente en la tas por la OMS sobre los aspectos de la habilidad para la conducción. salud que han ocupado el presente capítulo son (2) Sobre el sistema RESPIRATORIO los efec- tos nocivos agudos del consumo de canna- 1. Desarrollar test cognitivos y psicomotores bis, cuyo mecanismo aún no ha sido determi- que, reflejando la específica complejidad nado, son la broncodilatación a la que sigue de las tareas diarias permitan, determinar una leve obstrucción. mejor los efectos agudos y crónicos del THC sobre las mismas. El consumo de cannabis altera de forma aguda el sistema cardiovascular, principal- 2. Progresar en el establecimiento de la rela- mente el CORAZÓN, a través de un mecanis- ción entre concentración de THC en san- mo de predominio vagal causando taquicardia gre y otros fluidos corporales y la intensi- dosis dependiente, desmayos como conse- dad de las alteraciones en la conducta. cuencia de la disminución del flujo sanguíneo 3. Precisar clínica y epidemiológicamente los cerebral y de la presión arterial. También han efectos del THC sobre la función y enfer- ocurrido casos de infarto de miocardio en medades pulmonares, así como el riesgo jóvenes consumidores aparentemente sanos. de cáncer y a qué nivel de consumo puede ocurrir. En el sistema ENDOCRINO el consumo de cannabis altera tanto el eje hipotálamo-hipofi- 4. Posibles efectos crónicos del THC sobre el sario-adrenal como las hormonas responsa- sistema cardiovascular. bles del sistema reproductor y de la madura- 5. La incidencia del THC sobre la fertilidad ción sexual. En el primero, se observa una humana, debido a la cada vez mayor inci- reducción de secreción de adrenalina y nor- dencia de su consumo desde edades tem- adrenalina lo que podría alterar la respuesta al pranas. estrés. Sobre el segundo, hay una disminu- 6. Ahondar en los efectos del THC sobre la ción de todas las hormonas sexuales (luteini- función inmunológica. Tanto en la relación zante, folículo-estimulante, prolactina) con con la resistencia a infecciones, tumores, efectos inhibitorios sobre el deseo y la res- como en la regulación de síntesis de mole- puesta sexual, disminución de la fertilidad y cular, con particular atención sobre el en modelos animales aumento del número papel de los receptores cannabinoides. de nacidos muertos.

Quiroga, M. 127 Los efectos nocivos crónicos del cannabis vioural Consequences of Cannabis Use. sobre el CEREBRO reconocen una base mor- Addition Research Foundation, Toronto, 1981. fológica (destrucción neuronal y fragmenta- Division of mental health and prevention of subs- ción del ADN en el hipocampo) y funcional tance abuse. World Health Organization. Can- (hiperfrontalidad alfa y theta, alteración de la nabis: a health perspective and research P50 auditiva, disminución de la actividad bioe- agenda. WHO/MSA/PSA/97.4, English Only léctrica en ambos lóbulos temporales) que Distr.: General. Geneva, 1997. tiene como consecuencia la disminución Hansen AC, Kristensen IB, Dragsholt C. Prevalence selectiva de las funciones cognitivas, que no of cannabinoids in urine samples from forensic desaparece tras dejar de consumir. autopsies. Med Sci Law 1999 Jul;39(3):228- 32. En el sistema CARDIOVASCULAR el con- Nahas G. Haschis, cannabis et marijuana. Pre- sumo crónico de cannabis causa en sujetos mièr Edition, Vendôme (France), Presses Uni- jóvenes una angeítis obliterante de etiología versitaires de Fance, 1976. desconocida. Nahas G, Latour C. The human toxicity of marijua- En los fumadores crónicos de cannabis se na. Med J Aust 1992 Apr;156(7):495-7. han observado sobre el sistema RESPIRATO- Polen MR, Sidney S, Tekawa IS, Sadler M, Fried- RIO modificaciones histológicas de su epite- man GD. Health care use by frequent marijua- lio (hiperplasia, estratificación, metaplasia en na smokers who do not smoke tobacco. West racimo, engrosamiento de la membrana J Med 1993 Jun;158(6):596-601. basal), que junto con la disminución de la res- Thomas H. A community survey of adverse effects puesta linfocitaria local y el gran número de of cannabis use. Drug Alcohol Depend 1996 residuos cancerígenos (más que el tabaco) Nov;42(3):201-7. que transporta su humo, tienen un alto riesgo Robertson JR, Miller P, Anderson R. Cannabis use de malignización. in the community. Br J Gen Pract 1996 Este gran riesgo de cáncer orofaríngeo y Nov;46(412):671-4. pulmonar se ve agravado porque el uso cróni- Baldwin GC, Tashkin DP, Buckley DM, Park AN, co de cannabis reduce la actividad del sistema Dubinett SM, et al. Marijuana and cocaine INMUNITARIO y altera la REPRODUCCIÓN impair alveolar macrophage function and cyto- CELULAR tanto a nivel cromosómico como kine production. Am J Respir Crit Care Med mitocondrial. Estas alteraciones causan en 1997 Nov;156(5):1606-13. hijos de madres que siguieron fumando can- Hall W, Solowij N. Adverse effects of cannabis. nabis durante el embarazo un gran riesgo de Lancet 1998 Nov;352(9140):1611-16. nacer con malformaciones y de padecer cán- Gaoni Y, Mechoulam R. Isolation, structure and par- ceres infantiles. tial syntesis of an active component of has- Los hijos de mujeres fumadoras crónicas chish. Amer Chem Soc 1964; 86:1646-1647. de cannabis alcanzan un menor grado de des- Ameri A. The effects of cannabinoids on the brain. arrollo INTRAUTERINO y en la etapa POST- Prog Neurobiol 1999 Jul; 58(4):315-48. NATAL se comprueba una disminución de las Mathew RJ, Wilson WH, Humphreys D, Lowe JV, funciones cognitivas, persistiendo alteradas Weithe KE. Depersonalization after marijuana la cognición ejecutiva y la atención selectiva smoking. Biol Psychiatry 1993 Mar;33(6):431- incluso a los 12 años de edad. 41. Block RI, Farinpour R, Braverman K. Acute effects of marijuana on cognition: relationships to chro- nic effects and smoking techniques. Pharma- BIBLIOGRAFÍA col Biochem Behav 1992 Nov;43(3):907-17. Wilson WH, Ellinwood EH, Mathew RJ, Johnson K. Addiction Research Foundation/World Health Orga- Effects of marijuana on performance of a com- nization. Report of an ARF/WHO Scientific puterized cognitive-neuromotor test battery. Meeting on the Adverse Health and Beha- Psychiatry Res 1994 Feb;51(2):115-25.

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Quiroga, M. 133

Cannabis: efectos nocivos sobre la salud mental

QUIROGA, M.

Servicio de Psiquiatría. Hospital Militar “Pagés”. Melilla. España Teniente Coronel Médico Especialista en Psiquiatría, Jefe del Servicio de Psiquiatría

Enviar correspondencia a: Manuel Quiroga Gallego. Teniente Coronel Médico Psiquiatra. Servicio de Psiquiatría. Hospital Militar “Pagés”. C/ General Polavieja s/n, 52071 Melilla (España) Tf.: 952 67 11 45, Extensión 236 Correo electrónico: mquirogag.intersep.org

Resumen Summary

El consumo prolongado de THC puede producir un sín- The continuous THC consumption is related to a drome de dependencia donde los factores genéticos son dependency syndrome, where the genetic factors are más importantes que los ambientales. more important than the environmental. Some times we La interrupción del consumo continuado puede provocar find also a withdrawal syndrome characterized by un síndrome de abstinencia caracterizado por ansiedad, anxiety, tension, sleep and food disorders, mediated by tensión, desazón, alteraciones del sueño y cambios del endogenous cannabinoids agonist and its specific cere- apetito, mediado por agonistas endógenos y receptores bral receptor. There are acute psychotic episodes produ- cannabinoides cerebrales específicos. ced by cannabis, which must be differentiated from func- El THC puede causar episodios psicóticos agudos sin tional psychosis. It has not been possible to establish a alteración del nivel de conciencia que son diferenciables de las psicosis. No se ha podido establecer una psicosis per- persistent psychosis exclusively produced by cannabis, sistente por acción exclusiva del cannabis, pues sigue sin because its role is not still clear in relation to such determinarse si el THC es detonante, agravante, mero psychosis. acompañante o una forma de automedicación de un tras- The extended consumption of high dose of THC can torno mental primario. lead to a passiveness and nonchalance state (amotivatio- El consumo prolongado de dosis altas de THC puede nal syndrome), which begins to have neuropsychologi- conducir a un estado de pasividad e indiferencia (síndrome cals, morphologics and functionals evidences. amotivacional), del que empieza a haber evidencias neu- The early and repeated consumption of cannabis in ropsicológicas, morfológicas y funcionales. some subjects genetically predisposed, results in schi- El consumo precoz y repetido de cannabis en sujetos zophrenia whose first episode appears after smoking genéticamente predispuestos, puede estar relacionado con THC one year, with more positive psychotic symptoms, esquizofrenias cuyo primer episodio aparece tras un año de responding worse to the antipsychotic medication and fumar THC, presentan más síntomas positivos y menos with more relapses in the following 15 years than other negativos, responden peor a los antipsicóticos y tienen schizophrenics not using cannabis. This relation can be más recaídas en los siguientes 15 años que los esquizofré- due to the fact that the schizophrenia produces an alte- nicos no consumidores. Ello parece ser debido a que en los ration of the endogenous cannabinoid system similar to esquizofrénicos se produce una alteración del sistema can- the changes produced by cannabis intoxication in healthy nabinoide endógeno similar a la originada por la intoxicación subjects. cannábica en sujetos sanos. En los adolescentes, iniciarse precozmente en el consu- The cannabis early consumption in adolescents is mo de cannabis parece tener relación con agresividad, invo- related to aggressive behavior, to antisocial activities, to lucrarse en actividades delictivas, menospreciar el peligro undervalue the danger of using other drugs and to de utilizar otras drogas y descuidar la protección del SIDA. neglect the protection of AIDS.

Palabras clave: cannabis, trastorno mental orgánico, psico- Key words: cannabis, mental disorder, psychosis, schi- sis, síndrome amotivacional, esquizofrenia, dependen- zophrenia, amotivational syndrome, dependence, cia, síndrome de abstinencia withdrawal syndrome.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 135 INTRODUCCIÓN a 15 mg de THC fumado; 20 a 40 mg de THC ingerido), su consumo modificaba la presen- tación de los síntomas en algunas enferme- l responsable directo de los efectos psí- dades mentales (patoplastia), inducía reaccio- quicos del cannabis es el D9 Tetrahidro- nes ansioso-depresivas cuando el consumidor cannabinol (THC), cuya concentración E se encontraba en situaciones desfavorables y en las diferentes preparaciones usadas podía precipitar el inicio de una psicosis laten- (“porro”, “marihuana”, “kiffi”, “bhang”, “dagga”, te, en tanto que su uso intenso y prolongado “ganja”, “dawamesc”) varía según el tipo de (100 a 300 mg/día) producía en los adultos planta y la zona geográfica de cultivo (1). deterioro mental y físico y en los adolescen- La primera publicación científica en occi- tes impedía la adecuada maduración de la dente sobre los efectos psíquicos del THC, personalidad (2). “Du haschich et de l’aliénation mental” En las más recientes clasificaciones inter- (1845), se debe a Jacques-Joseph Moreau nacionales de los trastornos mentales (6,7) (1804-1884), médico francés del Hospital Psi- se recogen diversos cuadros psiquiátricos quiátrico de La Bicêtre (París), y es fruto de la inducidos por cannabis (intoxicación, deli- minuciosa observación del estado que él rium, alucinatorio), poco específicos pues mismo y sus colaboradores alcanzaban con la comparten criterios diagnósticos con otras ingestión de diferentes dosis de un prepara- drogas de naturaleza muy diferentes al THC. do de cannabis elaborado por el propio More- Desde el año 1997, la Organización Mun- au (2). En ella se refieren 8 síntomas que dial de la Salud (OMS) considera que el can- compartían la intoxicación cannábica y las nabis incide negativamente en la salud men- enfermedades mentales (alienación) de la tal porque parece ser capaz de ocasionar un época: euforia, excitación intelectual con síndrome de dependencia, similar al de otras disociación de las ideas, distorsión de la per- drogas, inducir psicosis propias, causar un cepción del espacio y del tiempo, hipersensi- síndrome amotivacional, y precipitar el inicio bilidad auditiva, ideas fijas y convicciones y exacerbar el curso de la esquizofrenia (8). delirantes, inestabilidad de las emociones, impulsos irresistibles, ilusiones y alucinacio- nes (2,3) que son dosis dependientes, sin menospreciar la susceptibilidad individual (3). OBJETIVOS Otro psiquiatra, Walter Bromberg, america- no, basado en su experiencia personal y en El presente capítulo se centra en los efec- multitud de observaciones, describe en 1934, tos nocivos indicados por la OMS, revisando ochenta y nueve años después que Moreau, el estado actual de conocimientos y buscan- los efectos psíquicos agudos de la marihuana do los acuerdos y divergencias que sobre (cigarrillo de cannabis), cifrando la persisten- ellos pueda haber. cia de la intoxicación en dos a cuatro horas Finalmente, se reflejarán las principales tras fumarla y en cinco a doce cuando es líneas sobre las que la OMS considera debe ingerida (4). Los síntomas descritos por proseguir la investigación de los efectos noci- Bromberg, en otro lenguaje, son superponi- vos del cannabis sobre la salud mental. bles a los referidos por Moreau y comparti- dos por la mayoría de los observadores, con la reserva de que pueden variar ampliamente y, generalmente, son menos intensos (5). METODOLOGÍA Hace 25 años, aproximadamente, los efec- tos inmediatos directos del THC sobre la Partiendo de los principales hitos históricos salud mental se podían resumir en que, ade- en el ámbito occidental sobre los efectos psi- más de los estados de intoxicación aguda (10 copatológicos del cannabis, se revisa la litera-

136 Cannabis: efectos nocivos sobre la salud mental tura profesional en torno a los cuatro efectos por adicción al cannabis, dos tercios presen- nocivos principales que para la OMS tiene el taron síndrome de abstinencia (11). cannabis sobre la salud mental. Una de las más actuales revisiones sobre la La exposición, en un intento de ser didácti- farmacología, posibilidades terapéuticas, efec- ca, los abordará por separado, aunque esta tos adversos, e implicaciones sociales del uso disección contradiga la realidad clínica. médico de la marihuana (THC) confirma que Por último, se sintetizan en sendas tablas tiene poder adictivo y produce síndrome de aquellos efectos que demuestren mayor evi- abstinencia, en menor grado que el alcohol, la dencia por consenso de los estudios realizados. cocaína, la heroína y la nicotina (12). La búsqueda de referencias bibliográficas Las sustancias endógenas de efectos simi- se ha realizado en MEDLINE® mediante Eva- lares al THC (anandamida) y los receptores luated Medline®[(http://www.biomednet. cannabinoides específicos (CB1) en el siste- com/db/medline) (http://www.research.bmn. ma nervioso central, al igual que sucede para com/medline)] la morfina y la nicotina, son las bases biológi- cas de la dependencia y la abstinencia del cannabis (13). ¿ PRODUCE SÍNDROME DE DEPENDENCIA Desde el punto de vista experimental, en EL CANNABIS? 1999 se publican dos trabajos (14,15) que demuestran que el consumo intermitente de Hasta no hace mucho tiempo, y aún hoy, la THC a dosis crecientes genera síntomas de gente y muchos profesionales sanitarios, cre- abstinencia que difieren según sea fumado o ían que el THC no producía dependencia físi- ingerido por vía oral. En los fumadores, los ca con su consecuente síndrome de absti- síntomas de abstinencia que se encontraron nencia, situación todavía reflejada en el fueron ansiedad, irritabilidad, gastralgia y dis- DSM-IV® (9). minución del apetito en relación con el que Sin embargo, hace ya 20 años, estudios en tenían antes del experimento (14). El síndro- animales y humanos demostraron efectos me de abstinencia debido al consumo de THC leves de tolerancia y que la supresión del ingerido, presentaba ansiedad, depresión, irri- consumo de THC se acompaña de un conjun- tabilidad, alteraciones en la calidad y cantidad to de síntomas característicos, de duración del sueño y disminución del apetito (15). media de 8 días (3). Por tanto, si hay toleran- De estos últimos trabajos se deduce que cia y abstinencia, el cannabis produce depen- una de las causas para seguir consumiendo dencia física. THC es evitar la aparición del síndrome de Más próximos a nuestros días, uno de los abstinencia. estudios más representativos de la existencia Estudios con parejas de gemelos de ambos de un síndrome de abstinencia debido al THC sexos, mono y dicigóticos, están demostrando es el realizado sobre 5611 hombres y muje- que en el desarrollo de la dependencia del can- res que fueron objeto de investigación entre nabis son más importantes los factores gené- 1991 y1995, y a los que se aplicaron los crite- ticos que los ambientales (16-18). rios diagnósticos estándar para el síndrome de dependencia, comprobándose que entre quienes habían consumido THC diariamente ¿INDUCE EL CANNABIS PSICOSIS PRO- durante 70 meses o más, presentaban un PIAS? síndrome de abstinencia característico: ansie- dad, tensión, desazón, alteraciones del sueño Lo primero que hay que determinar, poner- y cambios en el apetito (10). se de acuerdo, al afrontar este apartado es En adolescentes, 165 chicos y 64 chicas, qué entendemos por psicosis inducidas, cau- entre 13 a 19 años, admitidos a tratamiento sadas, debidas, al cannabis.

Quiroga, M. 137 Tabla 1. Cannabis: dependencia y abstinencia

Año Metodología Autor Ref.nº estudio

1996 entrevista semiestructurada, cara a cara, aplicando criterios diagnósticos estándares Wiesbeck et al. 10 en 5611 hombre y mujeres

1998 escalas de diagnóstico para dependencia de sustancias, trastornos mentales y p Crowley et al. 11 atrones de abuso de sustancias en adolescentes (165 _ y 64 _)

1998 revisión bibliográfica de la farmacología, terapéutica, efectos adversos e implicaciones Taylor 12 sociales del uso médico del THC

1999 revisión bibliográfica sobre los efectos neurotóxicos del THC, morfina y nicotina, y de Kobayashi et al. 13 sus respectivos agonistas endógenos y recep-tores específicos

1999 síntomas de abstinencia tras fumar THC en 12 sujetos Haney et al. 14

1999 síntomas de abstinencia tras consumo oral de THC en 6 _ y 6 _ Haney et al. 15

La interrupción del consumo de cannabis provoca un síndrome de dependencia característico.

Bajo tal término, podemos encontrar refe- (intoxicación, delirium, alucinatorio), más allá rencias a trastornos agudos debidos al consu- de los efectos que el consumidor busca mo de altas dosis de THC o como respuestas como propios de la embriaguez cannábica, idiosincrásicas patológicas a bajas dosis; tam- resultado directo de la concentración de la bién, trastornos mentales de varias semanas sustancia en el cerebro y de la sensibilidad de duración que se originaron consumiendo particular de éste hacia aquella. THC y han persistido después de dejar de Además, los síntomas asociados al consu- consumir; incluso, se han incluido alteracio- mo de cualquier sustancia psicotropa, legal o nes del humor y cognitivas que se atribuían a ilegal, y también el cannabis, pueden imitar haber consumido dosis muy altas de THC todas las formas de psicopatología primaria durante mucho tiempo. (20). Desde una perspectiva práctica, y con los 2) Aparición de episodios psicóticos sin alte- inconvenientes de las simplificaciones, en este capítulo nos referiremos a: 1) trastornos ración del nivel de conciencia. mentales orgánicos, esto es, alteraciones psi- Los trastornos psicóticos que aparecen copatológicas agudas debidas a la acción directamente relacionados con el consumo inmediata del THC; 2) aparición de episodios de cannabis, sin disminución del nivel de con- psicóticos sin alteración del nivel de concien- ciencia, presentan angustia, humor inestable cia con ocasión del consumo del THC; 3) de aspecto hipomaníaco, autolesiones, con- estados psicóticos persistentes tras inte- ducta desorganizada y hostilidad, suspicacia, rrumpir el consumo de THC (psicosis cannábi- ideación paranoide, aceleración del pensa- ca) que tengan una clínica y evolución que miento y fuga de ideas, sentimientos de permitan diferenciarlas de otras psicosis fun- grandiosidad, alucinaciones no verbales (21- cionales. 29). 1) Trastornos mentales orgánicos. Metodológicamente, algunos de los estu- Existe acuerdo universal (9, 16) en que el dios anteriores pueden ser discutidos pues THC causa trastornos mentales orgánicos no se basan en el estudio controlado de

138 Cannabis: efectos nocivos sobre la salud mental Tabla 2. Episodios psicóticos con conciencia lúcida

Año Metodología1 Autor Ref.nº estudio

1976 25 psicosis por cannabis vs 25 esquizofrénicos paranoides Thacore et al. 22

1982 20 psicóticos THC positivo en orina vs 20 psicóticos libres de cannabis Rottanburg et al. 23

1991 síntomas ingestión bhang en no psicóticos vs síntomas ingestión bhang en psicóticos Cahudry et al. 26

1992 psicóticos THC positivos en orina vs psicóticos sin THC, comparando síntomas a la Mathers et al. 27 semana, mes y seis meses

1999 20 casos de psicosis por cannabis vs 20 casos ‘episodio esquizofrénico agudo’ Basu et al. 30

1Sólo estudios con control de casos casos, esto es, comparar la psicopatología y intoxicación cannábica, está aún vigente (8, el curso del episodio entre sujetos con orinas 32-34). positivas a cannabinoides frente a negativas Estudios realizados en diferentes zonas (8). geoeconómicas y culturales, tales como Tai- En estudios realizados mediante control de landia (35), Jamaica (36), Inglaterra (37, 40), casos, los episodios psicóticos debidos al Sudáfrica (38), Nigeria (39), Dinamarca (41) cannabis en comparación con los controles concluyen que los estados psicóticos repeti- libres de THC en orina, presentaban más con- dos en consumidores crónicos de cannabis ductas desorganizadas y violentas con pánico se presentan principalmente como esquizo- y menos alteraciones formales del pensa- frénicos o maníacos y corresponden a una miento (22); la evolución era más breve y con exacerbación y/o modificación patoplástica manifiestos aspectos hipomaníacos (23); de la psicosis primaria, con tendencia a la recidiva si se persiste en el consumo de THC. revisten el aspecto de un desorden manifor- me con elementos paranoides y disfunción En un estudio, realizado en Inglaterra y cognitiva (26); las diferencias en síntomas al publicado en 1994, comparando 23 psicóticos ingreso desaparecían al cabo de una semana con THC positivo en orina frente a 46 psicóti- (27); tenían menos alteraciones formales del cos libres de droga, concluía que las psicosis pensamiento, al afectividad era reactiva y que se desarrollan o recurren en el contexto congruente, predomina el polimorfismo en del uso del cannabis no tienen características los síntomas clínicos, con corta duración y a psicopatológicas o forma de inicio, ni están restringidas a grupos étnicos, ni sociodemo- las recaídas les precedía siempre el consumo gráficos que las distingan de los controles de cannabis (30). (42). 3) Estados psicóticos persistentes (psicosis Recientemente, en Alemania, se han des- cannábica). crito dos casos de psicosis con intensas alte- La controversia (31), de si el consumo pro- raciones formales del pensamiento y de la longado de dosis elevadas THC (tasa en san- percepción, delirio y afectividad restringida gre mayor de 15 mg) origina psicosis típicas que se presentaron en ausencia de antece- (cannabis-induced psychosis) o se trata del dentes psicóticos, tras consumir continua- primer episodio de una psicosis funcional mente THC durante 8 y 18 meses, respecti- (esquizofrénica o afectiva) coincidente con la vamente (43).

Quiroga, M. 139 Tabla 3. Psicosis persistentes debidas al cannabis2

Año Metodología Autor Ref.nº publicac.

1994 23 psicóticos THC positivos orina vs 46 psicóticos libres THC, no existen diferencias McGuire et al. 42

1999 dos casos de psicosis graves tras consumir 8 y 18 meses THC, sin antecedentes Leweke et al 43 psicóticos

2No existen evidencias concluyentes

¿OCASIONA SÍNDROME AMOTIVACIO- Symptoms) (46). También se ha encontrado NAL? esta correlación entre la disfunción frontal identificada mediante examen neuropsicoló- gico y la hipoperfusión del córtex de los lóbu- Por ‘síndrome amotivacional’ se entiende los frontales especialmente en su zona un estado de pasividad e indiferencia, carac- medial (47). terizado por disfunción generalizada de las capacidades cognitivas, interpersonales y Respecto al cannabis, su consumo repeti- sociales (3) debido al consumo de cannabis do ha demostrado que reduce el flujo cere- durante años y que persistiría una vez inte- bral (SPECT) en ambos lóbulos temporales rrumpido dicho consumo. (48) y que altera el trazado del electroencefa- Para la OMS, sigue sin estar suficiente- lograma (EEG) de forma tal que en consumi- mente diferenciado este “síndrome amotiva- dores diarios de THC entre 15 a 24 años en cional” de los efectos directos de la intoxi- comparación con no consumidores y consu- cación crónica por THC (8). midores durante menos tiempo, se encontró que, además de la hiperfrontalidad alfa, la Comparando consumidores diarios durante actividad theta se alteraba bilateralmente en años (6 años de media) con otros que lo hacía la región fronto-central, al tiempo que incre- varias veces al mes durante menos tiempo mentaba su coherencia interhemisférica en (4.5 años de media), parece ser que los sínto- zonas centrales y posteriores (49), con mar- mas del síndrome amotivacional encontrados en el primer grupo corresponden a una cada reducción de la actividad alfa en aque- depresión (44). llos que habían estado consumiendo diaria- mente durante más años (50). Hay autores que consideran que el síndro- me amotivacional no sólo lo causa el consu- Quizás, continuar investigando correspon- mo prolongado de altas dosis de THC, sino dencias entre síntomas negativos y variacio- también, las anfetaminas, la cocaína y los sol- nes regionales del flujo sanguíneo cerebral y ventes volátiles orgánicos (45). en la actividad bioeléctrica cerebral, sea el camino para dilucidar si realmente existe un Y es precisamente en usuarios crónicos de síndrome amotivacional inducido por cannabis. solventes orgánicos volátiles, que se han descrito alteraciones del flujo cerebral, medi- do con tomografía computarizada por emi- sión única de fotones (SPECT), en el córtex CANNABIS Y ESQUIZOFRENIA frontal de ambos hemisferios cerebrales correlacionando la intensidad de la disminu- ción del flujo con el incremento de la puntua- La OMS admite que el consumo persistente ción en la escala “abolición-apatía” del SANS de THC en relación con la esquizofrenia (8) pre- (Scale for the Assessment of Negative cipita su inicio, sobre todo en quienes empe-

140 Cannabis: efectos nocivos sobre la salud mental Tabla 4. Síndrome amotivacional1

Año Metodología Autor Ref.nº publicac.

1995 THC diario 6 años vs 4,5 años: síntomas primer grupo es una depresión Musty et al 44

1999 THC reduce flujo sanguíneo cerebral en ambos lóbulos temporales Okada et al. 48

1999 THC consumo crónico altera EEG: hiperfontalidad alfa, hipersincronía theta bilateral, Struve et al 50 reducción frecuencia alfa

1Comienzan a establecerse las bases morfofuncionales del síndrome zaron con el cannabis antes de los 18 años, res cannabinoides cerebrales y sus activado- aumenta el número de recaídas en los siguien- res endógenos se encuentran alterados en tes 15 años y la gravedad de las mismas (51- esquizofrénicos no consumidores de THC. 53) reconociendo que ello es más factible En este sentido, se ha demostrado que la cuando el THC se consume sobre una predis- intoxicación cannábica en voluntarios sanos posición, vulnerabilidad, esquizofrénica (35, produce alteraciones similares a las observa- 54-57) y, quizás también, por la falta de trata- das en pacientes esquizofrénicos no consu- miento adecuado para sus dos patología, la de midores de THC en pruebas de visión estere- su dependencia y la de su esquizofrenia (53). oscópica (60, 61). Actualmente, la predisposición o vulnerabi- Más recientemente, comparando la con- lidad se está considerando, como el resulta- centración de cannabinoides endógenos do de la interacción de la organización genéti- (anandamida y plamitiletanolamida) en líquido ca personal con factores de riesgo ambiental, cefalorraquídeo de 10 pacientes con esquizo- entre los que se incluye el cannabis (58, 59). frenia con 11 no esquizofrénicos (controles), El mecanismo por el que se produce en se encontraron niveles significativamente consumidores de THC el inicio precoz y mayores en el grupo de esquizofrénicos que mayor número de recaídas en las psicosis en los controles, sin que estos resultados esquizofrénicas comienza a ser explicado estuvieran condicionados ni por el sexo, ni por sobre la base de que el sistema de recepto- la edad ni por la medicación antipsicótica (62).

Tabla 5. Cannabis y esquizofrenia

Año Metodología Autor Ref.nº publicac.

1999 27/39 esquizofrénicos con historia de abuso de THC actual vs 26/39 grupo control no Caspari et al. 52 usuario THC, fueron seguidos 68.7+28.3 meses

1998 en pruebas visión estereoscópica, intoxicación THC en voluntarios sanos causa altera- Schneider et al 61 ciones similares a las observadas en esquizofrénicos no consumidores THC

1999 Cannabinoides endógenos en LCR en 10 esquizofrénicos libres drogas concentración Leweke et al. 62 mayor que 11 no esquizofrénicos controles

El consumo de THC precipita el inicio a edad temprana de la esquizofrenia y agrava su curso. La acción del cannabis parece mediada por el sistema cannabinoide endógeno.

Quiroga, M. 141 OTROS TRASTORNOS ción con los niveles pre-abstinencia, la agresi- vidad aumentaba desde el día 3 al 28 tras la supresión del THC (69). Para la OMS, el trastorno amnésico está suficientemente demostrado, en tanto que la En la práctica forense, tres aspectos son despersonalización y los flash-back (revivir importantes: 1) determinar la concentración una intoxicación sin haber consumido THC) de THC en sangre capaz de producir efectos se sustentan en algunas descripciones de psicofísicos subjetivos; 2) dilucidar hasta qué casos, sin poder afirmar que el cannabis, y no punto el THC es el factor más importante en otras drogas, sea el único responsable de la aparición de una conducta; y, 3) las reper- estos dos cuadros(8). cusiones médicolegales de la inhalación pasi- Se han descrito casos de intoxicación con va del humo del cannabis. síntomas gastrointestinales y psicológicos Hoy en día existen modelos farmacodiná- tras comer ensalada aliñada con aceite de micos (70) y de predicción de exposición al semillas de cáñamo (63). THC (71) que han permitido concluir que para El seguimiento de consumidores de THC experimentar un 50% de los efectos subjeti- desde el inicio de la adolescencia demostró vos más intensos se precisan concentracio- que 5 años después abandonaban los estu- nes plasmáticas de THC entre 7 y 29 ng/ml dios, no percibían peligro en otras drogas, (72). A título de ejemplo, el Departamento de menospreciaban el uso de preservativos en Defensa americano ha fijado el límite de 15 las relaciones sexuales, con el consiguiente ng/ml de 11-nor-delta-tetrahidrocannabinol-9- incremento del riesgo para el SIDA y se invo- carboxílico (THCA) en orina como la concen- lucraban en actividades delictivas (64). tración que se considera no punible militar- mente (73). Un problema particular lo plantea la rela- ción entre cannabis y la agresividad, estre- Sigue siendo un tema controvertido el dilu- chamente vinculados antiguamente (años cidar hasta qué punto es el cannabis el res- 1090 al 1260) hasta el punto de que de esa ponsable, principal o exclusivo, de una con- creencia se hace proceder la palabra asesino ducta ilícita durante un episodio psicótico (74, (65). 75), así como su importancia en las muertes En un experimento en el que los sujetos violentas en jóvenes (76-78). fumaban placebo o cigarrillos de THC con tres La inhalación pasiva de humo de cannabis, diferentes concentraciones, se evidenció que que supondría la involuntaria intoxicación del las respuestas agresivas incrementaban en la sujeto y, por tanto, su falta de responsabili- primera hora después de fumar THC y no dad penal, ha planteado la necesidad de descendían al nivel del placebo hasta un día investigar modelos que permitan relacionar después (66). su presencia en el aire en el interior de loca- Inversamente, la agresividad preadoles- les con la concentración urinaria del THCA cente es un factor de riesgo para el consumo (73). de cannabis, alcohol, otras drogas y conduc- tas delictivas en la adolescencia (67), que hace que los chicos se decanten por el THC y las drogas mucho más que las chicas, dife- LINEAS PARA PROSEGUIR LA INVESTIGA- rencia que no se observa para el alcohol (68). CION En el año 1999 se publica un estudio sobre la conducta agresiva durante el síndrome de Delimitar mediante técnicas neurorradioló- abstinencia en sujetos que habían fumado gicas y electroencefalográficas el daño cere- cannabis en al menos 5.000 ocasiones (el bral que pueda causar el consumo crónico, y, equivalente a un “porro” diario durante casi con ello, las características morfofuncionales 14 años), encontrándose que, en compara- y clínicas del síndrome amotivacional.

142 Cannabis: efectos nocivos sobre la salud mental Delimitar con estudios controlados de Se presentan episodios psicóticos agudos casos los síntomas de la dependencia y de la sin alteración del nivel de conciencia que se abstinencia, incluyendo medidas de trata- distinguen de las psicosis funcionales porque miento y reinserción. tienen menos alteraciones formales del pen- Diseños experimentales bien controlados y samiento, la afectividad suele reactiva, con- estudios de casos-control para identificar clí- gruente y tomar un aspecto maniforme, la nica y evolutivamente las psicosis agudas y/o conducta es a menudo hostil, la duración es crónicas debidas al cannabis. breve y su reaparición siempre va precedida del consumo de THC. Estudios de seguimiento prolongado de casos de esquizofrenia que se iniciaron con- Sin embargo, no se ha podido establecer sumiendo cannabis para ver cómo la supre- todavía una psicosis persistente por acción sión del THC condiciona la evolución. exclusiva del cannabis, pues sigue sin deter- Profundizar en las alteraciones del sistema minarse si el cannabis es el detonante, un cannabinoide endógeno tanto en estados de agravante, mero acompañante o una forma intoxicación en voluntarios sanos, como en de automedicación de un trastorno mental esquizofrénicos consumidores y no consumi- primario. (53, 79). dores de cannabis. El consumo de dosis altas de THC durante mucho tiempo conduce a un estado de pasi- vidad e indiferencia caracterizado por disfun- ción generalizada de las capacidades cogniti- CONCLUSIONES vas, interpersonales y sociales (llamado síndrome amotivacional) del que empieza a El cannabis, la droga ilegal más utilizada haber evidencias neuropsicológicas, morfoló- por la población joven y la que más precoz- gicas y funcionales. mente se empieza a consumir, causa efectos El consumo repetido y precoz de cannabis nocivos agudos y crónicos sobre la salud en sujetos genéticamente predispuestos, mental. sobre todo cuando coinciden la predisposi- El consumo prolongado de THC produce ción para depender de la droga y para la un síndrome de dependencia (tolerancia, con esquizofrenia, resulta en esquizofrenias cuyo necesidad de proseguir el consumo para evi- primer episodio aparece tras un año de con- tar la abstinencia), en el que los factores sumo de THC, generalmente antes de los 18 genéticos son más importantes que los años, que presentan más síntomas positivos ambientales. y menos negativos, con peor respuesta a los antipsicóticos, y más recaídas en los siguien- La interrupción del consumo continuado de cannabis provoca un síndrome de absti- tes 15 años que los esquizofrénicos no con- nencia caracterizado por ansiedad, tensión, sumidores. desazón, alteraciones del sueño y cambios La razón de esta particular influencia del del apetito, con discretas diferencias en la THC en la esquizofrenia parece ser debida a intensidad y duración de los síntomas según que en los esquizofrénicos se produce una que el THC se haya fumado o ingerido, alteración del sistema cannabinoide endóge- mediado por agonistas endógenos (ananda- no similar a la originada por la intoxicación mida) y receptores cannabinoides cerebrales cannábica en sujetos sanos. específicos (CB1). En los adolescentes, iniciar precozmente El THC produce trastornos mentales orgá- el consumo de cannabis tiene como efectos nicos, esto es, estados de inicio brusco y nocivos peculiares a corto plazo menospre- duración de horas, no necesariamente dosis ciar el peligro de utilizar otras drogas, descui- dependientes, que exceden de los efectos dar la protección del SIDA, la agresividad e buscados por el consumidor. involucrarse en actividades delictivas.

Quiroga, M. 143 En los jóvenes, el consumo de cannabis Division of mental health and prevention of subs- complica mucho la valoración psiquiátrico tance abuse. World Health Organization. Can- forense en aquellas conductas psicóticas que nabis: a health perspective and research agen- suceden en el marco de un uso reiterado, y, da. WHO/MSA/PSA/97.4 Distr.: General. Geneva 1997. además es un factor de riesgo de muerte vio- lenta. Frances RJ, Franklin JE. Trastornos por uso del alco- hol y otras sustancias psicoactivas. En Hales Un aspecto novedoso es la creciente RE, Yudofsky SC, Talbot JA, Directores de Trata- importancia medicolegal de la inhalación pasi- do de Psiquiatría, Segunda Edición, Ancora va del humo del THC. S.A., Barcelona, 1996;11:373-434. Wiesbeck GA, Schuckit MA, Kalmijn JA, Tipp JE, Bucholz KK, Smith TL. An Evaluation of the His- tory of a Marijuana Withdrawal Syndrome in a BIBLIOGRAFÍA Large Population. Addiction 1996;91(10):1469- 1478. Crowley TJ, Macdonald MJ, Whitmore EA, Miku- Beneit Montesinos JV, Portoles Pérez A, Lizasoain lich, SK. Cannabis dependence, withdrawal, Hernández I. Características químicas y farma- and reinforcing effects among adolescents cocinéticas de los cannabinoides. En Beneit with conduct symptoms and substance use Montesinos JV, López Corral JC, editores de disorders. Drug Alcohol Depend 1998;50(1):27- Drogodependencias. Aspectos famacológicos 37. y clínicos, Escuela Universitaria de Enfermería, Fisioterapia y Podología, Universidad Complu- Taylor HG. Analysis of the medical use of marijuana tense de Madrid, 1990:167-81. and its societal implications. J Am Pharm Assoc (Wash) 1998;38(2):220-7. Nahas G. Haschis, cannabis et marijuana. Premièr Edition, Vendôme (France), Presses Universitai- Kobayashi H, Suzuki T, Kamata R, Saito S, Sato I, res de Fance, 1976:243-95. Tsuda S, Matsusaka N. Recent progress in the neurotoxicology of natural drugs associated Gold MS. Marihuana Ediciones en neurociencias, with dependence or addiction, their endoge- Primera Edición, Barcelona, 1991:91-101. nous agonists and receptors. J Toxicol Sci Grinspoon L. Dependencia de las drogas: agentes 1999;24(1):1-16. no narcóticos. En Freedman AM, Kaplan HI, Haney M, Ward AS, Comer SD, Foltin RW, Fis- Sadock BJ, editores de Tratado de psiquiatría, chman MW. Abstinence symptoms following Salvat Editores S.A., Barcelona 1982;II (23.2): smoked marijuana in humans. Psychopharma- 1467—81. cology (Berl) 1999;141(4):395-404. Grinspoon L, Bakalar JB. Drogodependencia: agen- Haney M, Ward AS, Comer SD, Foltin RW, Fis- tes no narcóticos. En Kaplan HI, Sadock BJ, chman MW. Abstinence symptoms following Cancro R, directores de Tratado de Psiquiatría, oral THC administration to humans. Psycho- Segunda Edición. Salvat Editores S.A., Barcelo- pharmacology (Berl) 1999;141(4):385-94. na 1989:II(22.2):995-1007. Organización Mundial de la Salud. Libro de casos Organización Mundial de la Salud. F10-F19 “Tras- de la CIE-10: Las diversas caras de los trastor- tornos mentales y del comportamiento debi- nos mentales: Historias clínicas de casos de dos al consumo de sustancias psicotropas”. En trastornos mentales y del comportamiento en Décima revisión de la Clasificación Internacio- personas adultas, comentadas según las des- nal de Enfermedades. Trastornos mentales y cripciones de la CIE-10. Editorial Médica Pan- del comportamiento. Descripciones clínicas y americana S.A., Madrid 1999:62-3. pautas para el diagnóstico. Meditor y JJ López van den Bree MB, Johnson EO, Neale MC, Pickens Ibor, Madrid 1992:97-112. RW. Genetic and environmental influences on American Psychiatric Association. Trastornos rela- drug use and abuse/dependence in male and cionados con Cannabis. En DSM-V. Manual female twins. Drug Alcohol Depend 1998;52 diagnóstico y estadístico de los trastornos (3):231-41. mentales. Cuarta Revisión. Edición española Kendler KS, Prescott CA. Cannabis use, abuse, and Salvat Editores S.A. Barcelona 1995:227-33. dependence in a population-based sample of

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Quiroga, M. 147

Utilidad terapéutica del Cannabis y derivados

LORENZO, P.; LEZA, J.C.

Departamento de Farmacología. Facultad de Medicina. Universidad Complutense de Madrid.

Dirigir correspondencia: P. Lorenzo. Dpto. de Farmacología -Fac. de Medicina-. Univ. Complutense. 28040 Madrid. Tel./fax 91 394 1463. e-mail: [email protected]

Resumen Summary

En este capítulo se expone el estado actual del This chapter aims to present the current knowled- conocimiento sobre las propiedades terapéuticas del ge of the therapeutic properties of cannabinoids Cannabis (marihuana y derivados sintéticos). En los (marijuana and its synthetic derivatives). A growing últimos años se han presentado un gran número de body of evidence has been presented over the last evidencias científicas sobre las propiedades terapéu- years about the therapeutic properties of cannabi- ticas de los cannabinoides, en especial analgesia, dis- noids including analgesia, ocular hypotension, antie- minución de la presión intraocular, efecto antiemético mesis in cancer chemotherapy, muscle-relaxing pro- en vómitos inducidos por quimioterapia antineoplási- perties in multiple sclerosis, medullar traumatisms ca, propiedades relajantes musculares en esclerosis and movement disorders. Furthermore, recent múltiple, traumatismos medulares y alteraciones del reports indicates other potential therapeutic roles for movimiento. Además, algunas aportaciones recientes cannabinoids as neuroprotectants (in animal models indican otros posibles usos de estas sustancias como of neurodegenerative diseases and brain ischaemia), neuroprotectores (en modelos animales de enferme- antiathsmatic or anticonvulsivants. More recently dades neurodegenerativas e isquemia cerebral), some naturally occurring compounds as well as seve- antiasmáticos y anticonvulsivantes. Más reciente- ral others CB agonists receptor have demonstrated mente, algunos compuestos naturales y agentes sin- antineoplastic effects both in vitro and in vivo. A large téticos agonistas de receptores CB han demostrado international debate is currently carry on scientific evi- efectos antineoplásicos in vivo e in vitro. En la actuali- dences versus legal restrictions about the possible dad se está llevando a cabo un amplio debate interna- use of these compounds. More clinical studies are cional sobre las evidencias científicas versus las res- needed to establish a rationale for dosage regimen, tricciones de tipo legal sobre el posible uso de estos routes of administration, and a complete risk - benefit compuestos. Se necesitan más estudios clínicos cpn balance comparing cannabinoids and other therapeu- el fin de establecer qué dosis, vías de administración tic approaches. son las más adecuadas en cada caso, así como el balance entre beneficio y riesgo comparando los can- Key words: cannabinoids, cannabis, marihuana, nabinoides con otras estrategias terapéuticas. medical uses, therapeutic uses, legal problems.

Palabras clave: cannabinoides, marihuana, usos médicos, usos terapéuticos, problemas legales.

INTRODUCCIÓN sino también como aditivo alimentario. Muy pronto sus preparaciones fueron incorpora- a planta Cannabis sativa ha sido utilizada das como remedio para el alivio de ciertas desde la antigüedad, no sólo como fuen- enfermedades. En este Capítulo se detalla la Lte de fibra para la confección de tejidos, evolución histórica y los conocimientos actua-

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 149 les sobre las propiedades terapéuticas de los tas listas de los Convenios Internacionales cannabinoides. que regulan el control de estas sustancias, también ha sido polémica y cambiante en los distintos países. 2.a.- En el Reino Unido, el Cannabis y algu- 1. HISTORIA DEL USO DEL CANNABIS nos cannabinoides psicoactivos y derivados CON FINES MEDICINALES (cannabinol y sus derivados tetrahidrocanabi- nol y los homólogos 3-alquil de cannabinol así Las propiedades medicinales del Cannabis como el derivado tetrahidro) clasificados en la ya fueron reconocidas en China hace más de Lista I del Acta de 1971 de “Drogas de 4.000 años. Desde allí, el cultivo de la planta Abuso” dentro de las sustancias que no tie- se extendió por India y el sudeste asiático, nen efecto terapéutico, no pueden ser pres- donde fue ampliamente utilizado como medi- critas por el médico ni dispensadas por los cina durante varios siglos. El Cannabis llegó farmacéuticos, según un informe de la British desde Oriente hasta la civilización romana, Medical Association de 1997. Sólo pueden quienes introdujeron la planta en toda Europa ser utilizadas con fines de investigación con como un remedio efectivo. El uso del canna- un permiso oficial de las autoridades sanita- bis como medicina y como droga de abuso rias. Si la investigación incluye ensayos clíni- persistió en el lejano y medio oriente durante cos, se requiere un permiso adicional de la toda la Edad Media, pero su uso fue desva- Agencia de Control de Medicamentos. neciéndose en el Norte de Europa al final de Otros dos cannabinoides no psicoactivos, esta era. La planta de cannabis fue reintrodu- cannabidiol y cannabicromeno, a pesar de su cida como remedio medicinal en el Reino analogía estructural con el cannabinol, no Unido en 1842 por un cirujano irlandés, O’S- están e las listas de drogas controladas, y si haughnessy, que la había utilizado durante su bien no están autorizados como medicinas, estancia en la India. Este cirujano recomen- tampoco están prohibidos y nada impide al daba el cannabis para el tratamiento del reu- médico poder recetarlos. Sin embargo, sí matismo, asma, espasmos y convulsiones está autorizada la prescripción médica de dos musculares y dolor (Goodwin, 1985). Sin cannabinoides: nabilona y (∆9- embargo, su uso medicinal no fue muy dura- tetrahidrocannabinol, ∆9–THC, en aceite de dero, ya que a comienzos del siglo XX fue sésamo). retirado de la práctica médica y considerada La nabilona, un análogo sintético del una sustancia ilegal debido a sus efectos ∆9–THC, está autorizada para su prescripción nocivos sobre el sistema nervioso central a pacientes con náuseas o vómitos provoca- (Evans, 1997). dos por quimioterapia anticancerosa y que no respondan a otros fármacos antieméticos. Por otra parte, un cambio en la legislación 2. SITUACIÓN ACTUAL EN DISTINTOS PAÍ- internacional permitió la prescripción del dro- SES nabinol en la misma indicación terapéutica, siguiendo el informe de la OMS a la Comisión de Narcóticos de las Naciones Unidas, según En los últimos años se ha acrecentado la el cual el dronabinol ha demostrado utilidad polémica acerca de la posible utilidad tera- médica en el tratamiento de las náuseas y péutica del cannabis y sus derivados y la con- vómitos producidos por la quimioterapia anti- veniencia de su prescripción médica en cancerosa. Según este cambio legislativo, la determinados procesos patológicos. La legis- Comisión de Narcóticos de las Naciones Uni- lación referida al control de sustancias psico- das reclasificó el dronabinol en las Listas del tropas, en cuanto a la clasificación de éstas, Convenio sobre sustancias psicotropas de incluido el cannabis y derivados, en las distin- 1971, pasándole de la Lista I a la Lista II (utili-

150 Utilidad terapéutica del cannabis y derivados dad terapéutica limitada) lo que llevó al personas que cultivasen o utilizasen peque- gobierno del Reino Unido a pasarlo también ñas cantidades de Cannabis con fines médi- de la Lista I a la Lista II del Acta de Drogas de cos si podían demostrar que lo hacían por Abuso. recomendación médica. La asociación de Sin embargo, el dronabinol no está autori- estas personas dio lugar al denominado Club zado en el Reino Unido y debe ser especial- de Cannabis. Sin embargo, según la legisla- mente importado para su prescripción, con ción federal en USA, el Cannabis sigue sien- un control personal del paciente en la citada do considerado una sustancia narcótica ilegal indicación. y los médicos que recomiendan su uso a los pacientes pueden ser procesados y perder La Marihuana (Cannabis) sin embargo, está sus prerrogativas para prescribir medicamen- considerada potencialmente adictiva y sin uti- tos según las normas de la DEA. lidad médica, a pesar de que inhalada es más fácil de dosificar que el dronabinol, ya que 2.c.- En Italia, los pacientes que necesiten este se absorbe muy lentamente, incremen- Cannabis con fines terapéuticos están autori- tándose los niveles plasmáticos muy lenta- zados a cultivar la planta según sus necesida- mente durante 4-6 horas, causando un retra- des una vez que hayan conseguido una certi- so en la aparición de los efectos beneficiosos. ficación de la correspondiente autoridad local. El informe de la Asociación Médica Británi- 2.d.- En Alemania, la nabilona no tiene ca (British Medical Association, 1997) conclu- licencia autorizada, pero puede ser importada ye que el cannabis no es adecuado para el para su prescripción. uso médico por riesgo de carcinogénesis y 2.e.- En Holanda, hasta agosto de 1997 los por la complejidad de su composición quími- médicos podían, aunque de manera no ofi- ca, lo que hace difícil controlar la dosis; pero cial, prescribir Cannabis que era dispensado que algunos cannabinoides individuales tie- por los farmacéuticos. Sin embargo, y de nen un potencial terapéutico en determina- acuerdo con un informe posterior del Conse- das condiciones, que puede ser superior a jo Holandés de la Salud que consideraba que otros tratamientos conocidos. no había pruebas suficientes de sus benefi- Esta Asociación recomienda al gobierno cios médicos, las Autoridades de Servicios modificar la ley para permitir que los médicos de Inspección Sanitaria prohibieron la pres- puedan prescribir los cannabinoides, insta la cripción del Cannabis. El cáñamo aún está realización de ensayos clínicos controlados y disponible en los “brown coffee shops”, pero sugiere la investigación de nuevos análogos sin que haya pasado ningún control de cali- del cannabis para ampliar las posibilidades dad. terapéuticas. 2.f.- En la mayoría de los demás países de Además de la situación en el Reino Unido, Europa (incluyendo España) el Cannabis y los otros países no están exentos de polémica cannabinoides no están legalizados para su en cuanto a la posible utilización terapéutica uso terapéutico. del cannabis y sus derivados (Pertwee, 1997). 2.b.- En USA en 1966 el estado de Arizona aprobó una ley que permitía a los médicos 3. INDICACIONES TERAPÉUTICAS prescribir algunas drogas de las que figuran en la Lista I, del Convenio de Sustancias Psi- cotropas de 1971, incluyendo el Cannabis, Los principales procesos patológicos en pero esta ley fue revocada por la FDA al año los que bien el Cannabis o los cannabinoides siguiente. parecen haber demostrado en grado variable En el mismo año, el estado de California alguna eficacia terapéutica son: votó en un referéndum la aprobación de una –Náuseas y vómitos asociados a la quimio- ley que suprimía las penas legales a aquellas terapia anticancerosa.

Lorenzo, P.; Leza, J.C. 151 –Espasticidad muscular. Metoclopramida: es también un antagonis- • Esclerosis múltiple. ta de receptores dopaminérgicos. Su meca- nismo de acción y reacciones adversas son • Lesiones de médula espinal. análogas a las de fenotiacinas, pudiendo oca- • Trastornos del movimiento. sionar también diarrea y cuadros depresivos. –Dolor. Domperidona: actúa igual que los anterio- –Anorexia. res, bloqueando receptores dopaminérgicos –Epilepsia. en el centro emético, pero al no atravesar la –Glaucoma. barrera hematoencefálica, apenas origina efectos en sistema nervioso central, aunque –Asma bronquial. ocasionalmente puede dar lugar a reacciones –Otras posibles indicaciones. distónicas agudas. Antagonistas selectivos de los receptores

3.1. Náuseas y vómitos por quimiotera- serotoninérgicos 5HT3 (ondansetrón, granise- pia anticancerosa. trón, tropisetrón). Son los más modernos y eficaces y están especialmente indicados en Uno de los procesos más angustiosos en pacientes en los que fracasaron o no fueron medicina son las náuseas y vómitos prolon- tolerados los antieméticos anteriores. Los gados que regularmente acompañan al trata- principales efectos adversos producidos por miento con muchos quimioterápicos antican- estos fármacos son: estreñimiento, cefaleas cerosos. Este cuadro puede ser tan intenso y alteraciones hepáticas en grado variable. Se que los pacientes llegan a temer el tratamien- administran por vía oral, pero puede ser to y algunos consideran estos efectos colate- necesaria la vía endovenosa en caso de vómi- rales peores que la propia enfermedad. Otros tos intensos. consideran estos síntomas tan intolerables Cannabis y cannabinoides. De toda la que rechazan seguir el tratamiento a pesar de información disponible sobre el posible uso ser conscientes de que tienen una enferme- terapéutico de los cannabinoides, la más con- dad maligna. trastada es la relativa a su eficacia en las náu- Con algunos agentes anticancerosos seas y vómitos por la quimioterapia antican- (dacarbacina, cisplatino, ciclofosfamida, doxo- cerosa. rubicina y metrotexato (dosis altas)) las náu- seas y los vómitos son tan frecuentes que es Existen numerosos ensayos clínicos rando- obligado administrar fármacos antieméticos mizados y por método doble ciego con drona- ∆9 antes y después del tratamiento. binol y con nabilona. El dronabinol ( THC en aceite de sésamo) está autorizado en USA, Los principales fármacos antieméticos úti- prescrito con control personal del paciente y les en el tratamiento de las náuseas y vómi- la nabilona es el único cannabinoide autoriza- tos por la quimioterapia anticancerosa son: do para uso terapéutico en el Reino Unido. Fenotiacinas (haloperidol, procloperacina, La conclusión de todos estos ensayos clíni- etc.). Son antagonistas de receptores dopa- cos es que tanto el dronabinol como la minérgios, bloqueando estos receptores en nabilona pueden ser eficaces antieméticos la zona de disparo quimioreceptora en el cen- tro emético. A pesar de su eficacia, ocasio- en pacientes tratados con quimioterapia anti- nan numerosos efectos colaterales: parkinso- cancerosa (Nagy et al. 1978; Formukon et al. nismo y otras distonías especialmente en 1989). niños, ancianos y pacientes debilitados, som- Algunos estudios sugieren que los canna- nolencia y síntomas anticolinérgicos: visión binoides son más efectivos que los antiemé- borrosa, sequedad de boca, retención urina- ticos convencionales, mientras que otros los ria, hipotensión y reacciones alérgicas. equiparan en eficacia terapéutica.

152 Utilidad terapéutica del cannabis y derivados También existe algún ensayo clínico que mejorarse administrándolo en aerosol nasal demuestra que el dronabinol es menos eficaz (Schwartz y Voth, 1995). que los fármacos antieméticos estándar o el Los cannabinoides son, sin duda, eficaces placebo, mientras que la asociación del dro- como agentes antieméticos en pacientes nabinol con fenotiacinas (proclorperacina) es cancerosos tratados con quimioterápicos más eficaz que ambos fármacos administra- inductores de vómitos y su eficacia es com- dos por separado; asimismo la nabilona aso- parable a la de algunos agentes antieméticos ciada a proclorperacina es más eficaz que la convencionales. Sin embargo, se plantean asociación metoclopramida-dexametasona. varias interrogantes que sólo la investigación Parece que las fenotiacinas asociadas a can- futura podrá contestar: nabinoides pueden contrarrestar los efectos –Así, no existen resultados de ensayos clí- disfóricos producidos por éstos (Vincent et al. nicos comparativos de los cannabinoides con 1983; Plasse et al. 1991). los antagonistas de los receptores serotonér- La mayoría de los ensayos clínicos han gicos 5HT3 (ondansetrón, granisetron, tropi- demostrado también que los efectos colate- setrón, etc.), que puedan demostrar la efica- rales producidos por el dronabinol y la nabilo- cia relativa de los cannabinoides o la posible na son más importantes que los ocasionados potenciación de efectos al asociar los canna- por los fármacos antieméticos, siendo los binoides con otros agentes antieméticos. más frecuentes: somnolencia, sequedad de –Tampoco se ha establecido un régimen boca, ataxia, alteraciones visuales y reaccio- óptimo de administración de cannabinoides nes disfóricas. Los efectos adversos del dro- respecto a posología, frecuencia de adminis- nabinol han sido descritos por algunos tración e interacciones con otros fármacos. pacientes como intolerables, mientras que Las conocidas reacciones adversas: somno- otros, incluidos algunos niños, prefieren los lencia y disforia que limitan su uso clínico, cannabinoides a otros antieméticos, a pesar quizá se redujesen al combinar los cannabi- de sus efectos colaterales más intensos (Bri- noides en dosis bajas con otros antieméticos, tish Med.Ass. 1997). manteniéndose o incluso incrementándose También existen datos sobre ensayos clíni- su eficacia terapéutica. cos con el cannabinoide sintético levonantra- –Asimismo, tampoco existen resultados dol; los resultados son equívocos y aunque contrastados sobre qué cannabinoides son en algunos casos ha demostrado eficacia los más adecuados para cada tipo de pacien- antiemética, los efectos colaterales adversos te y para cada tipo de quimioterapia antican- son importantes, especialmente intensa cerosa. Parece, según algunos datos, que los somnolencia y reacciones disfóricas (Lewit, cannabinoides no son eficaces sobre los 1986; Johnson y Melvin, 1986). Parece espe- vómitos causados por la administración de ranzado un ensayo clínico que demuestra que adriamicina y ciclofosfamida, mientras que sí el ∆8 THC produce intensos efectos antiemé- lo son sobre los vómitos causados por la ticos, desprovisto de efectos psicotropos, en administración de cisplatino y doxorubicina. niños sometidos a quimioterapia anticancero- –Por otra parte, tampoco ha sido estableci- sa (Abrahamov et al. 1995). da la eficacia terapéutica relativa, ni se ha Algunas investigaciones han demostrado evaluado la gravedad de las reacciones adver- que fumar Marihuana es más eficaz que dro- sas, incluida una posible acción inmunosupre- nabinol administrado por vía oral, quizá debi- sora, en pacientes por otra parte ya inmuno- do por una parte a que la absorción por vía deprimidos, de los diferentes cannabinoides. inhalatoria es más rápida que por vía oral y, También sería interesante investigar la posi- por otra, a que la Marihuana contiene otras ble eficacia de los cannabinoides sobre las sustancias que pueden reforzar el efecto del náuseas y vómitos producidos por otras cau- dronabinol. La absorción de dronabinol puede sas distintas a la quimioterapia anticancerosa.

Lorenzo, P.; Leza, J.C. 153 Podemos concluir, que si bien está demos- mono y polisináptica de las motoneuronas e trada la eficacia antiemética de algunos can- interneuronas, reduciendo la espasticidad nabinoides en las náuseas y vómitos desen- muscular, principalmente la de origen espinal, cadenados por el tratamiento con fármacos pudiendo desarrollar tolerancia al efecto rela- anticancerosos, es necesaria una investiga- jante muscular y al suspender su administra- ción más completa que permita establecer ción, producirse un efecto rebote, con un claro perfil farmacológico-clínico y toxico- aumento de la espasticidad muscular. Sus lógico de estos compuestos, en orden a su principales reacciones adversas incluyen: utilidad terapéutica (British Med.Ass. 1997). sedación, somnolencia y náuseas como más frecuentes; también puede ocasionar hipoto- 3.2. Espasticidad muscular. nía muscular, debilidad, vértigo, confusión, cefaleas e insomnio. La espasticidad muscular con dolor y El Dantroleno es un inhibidor de la libera- calambres musculares así como otras altera- ción de calcio del retículo sarcoplásmico en el ciones neuromusculares tales como debili- músculo por lo que reduce la espasticidad dad muscular, temblor, distonía, movimientos muscular. Sus reacciones adversas más anormales, ataxia o alteraciones neurovege- importantes son diarrea, náuseas, somnolen- tativas como pérdida del control de la vejiga cia y debilidad muscular que puede llegar a urinaria o del intestino, tienen lugar en incapacitar al paciente para caminar. Se han muchas enfermedades neurológicas, tales descrito reacciones idiosincráticas de toxici- como esclerosis múltipe, parálisis cerebral, dad hepática en mujeres mayores de 35 años lesiones de la médula espinal, etc. y, si bien que toman estrógenos, que aparecen unos existen terapéuticas farmacológicas paliati- 45 días después de iniciado el tratamiento. vas, no hay resultados satisfactorios en la Es necesario monitorizar la función hepática mayoría de los casos. durante el tratamiento y debe administrarse Los principales fármacos eficaces sobre con precaución en pacientes que tienen alte- los procesos de espasticidad muscular son: rada la función cardíaca o pulmonar. Diacepam y otras benzodiacepinas (clonace- En cuanto a las alteraciones neurovegetati- pam, etc.) que por su mecanismo de acción vas que acompañan a estos procesos, como gabamimético, al aumentar la acción del la disfunción de la vejiga urinaria, son útiles GABA, neurotransmisor inhibidor, sobre los fármacos anticolinérgicos (propantelina, diversas estructuras del sistema nervioso flavoxato, etc.) para reducir la frecuencia de central, producen relajación muscular a nivel la micción, aumentando la capacidad de la supraespinal. Las reacciones adversas por vejiga y disminuyendo las contracciones del benzodiacepinas son frecuentes, pudiendo músculo detrusor; sus reacciones adversas aparecer somnolencia, confusión, ataxia, son las típicas del bloqueo de los receptores amnesia y, en ocasiones y especialmente en muscarínicos: sequedad de boca, visión ancianos, reacciones paradójicas de excita- borrosa, estreñimiento y dificultad para la ción nerviosa. Asimismo y en tratamientos micción. largos (más de 4 meses) puede manifestarse una dependencia con síndrome de abstinen- Cuando existe hipotonía vesical y se trata cia al suspender el tratamiento, especialmen- de mejorar el vaciamiento de la vejiga aumen- te si se trata de benzodiacepinas de acción tando las contracciones del músculo detrusor corta. El Baclofén, derivado del GABA, ade- están indicados los fármacos colinérgicos más de acciones gabamiméticas por estímu- (carbacol, betanecol, prostigmina, etc.) sien- lo de receptores GABA-B, disminuye la libera- do sus reacciones adversas las típicas de un ción de neurotransmisores excitadores estímulo colinérgico generalizado: salivación, (glutamato, aspartato), en las terminaciones náuseas, vómitos, visión borrosa, cólicos presinápticas, deprimiendo la excitación intestinales y bradicardia.

154 Utilidad terapéutica del cannabis y derivados La disfunción de la vejiga existe casi siem- del Reino Unido y de USA, el 50% de los pre en la esclerosis múltiple de larga evolu- encuestados (112) manifestaron que consu- ción y en las lesiones de la médula espinal. mían cannabis para mejorar el dolor y los La terapéutica farmacológica actuall no es espasmos musculares especialmente noctur- muy eficaz, por lo que resulta de gran interés nos, el temblor, la depresión, la ansiedad, las el estudio de nuevos fármacos. parestesias, la debilidad muscular, el equili- Para el alivio de los síndromes dolorosos brio, la constipación y la pérdida de memoria que acompañan frecuentemente a los proce- (Consroe et al. 1996). sos espásticos se han utilizado carbamacepi- 2b) Lesiones de la médula espinal. na, fenitoína, clonacepan, antidepresivos tricí- En las lesiones de la médula espinal los clicos, AINEs y también analgésicos síntomas son con frecuencia análogos a los opiáceos, aunque los resultados no siempre observados en la esclerosis múltiple: dolores son satisfactorios, especialmente en el dolor musculares espásticos, espasticidad muscu- crónico y nocturno de las lesiones medulares lar y alteraciones del control de la vejiga uri- y de la esclerosis múltiple (Consroe y naria. Sandyk, 1992). Existen datos que sugieren una mejoría de los síntomas en estos pacientes, tales como Cannabis y cannabinoides. espasticidad y dolor muscular, cefaleas, dolor 2a) Esclerosis múltiple. de miembro fantasma, etc., cuando son trata- dos con Cannabis o el cannabinoide dronabi- Existen muchos informes, algunos de nol. divulgación científica y otros basados en ensayos clínicos controlados, que sugieren En algún ensayo clínico controlado el dro- que el Cannabis bien por inhalación (fumado) nabinol se mostró igual de eficaz que la code- o con la administración oral de dronabinol ína como analgésico y ambos fármacos más puede aliviar los síntomas en pacientes con eficaces que el placebo (Maurer et al. 1990). esclerosis múltiple, en los que otros fárma- 2c) Trastornos del movimiento. cos habían fracasado, si bien los resultados Existen, resultados de algunos ensayos clí- de los ensayos clínicos no siempre son con- nicos con el cannabinoide no psicoactivo can- cluyentes, siendo además reducido el núme- nabidiol en enfermos de Parkinson que ro de pacientes utilizado. En la mayoría de los demuestran una mejoría (20-50% de los casos se manifestó una mejoría subjetiva, casos) de la distonía, pero no del temblor o la aunque los signos objetivos de la enferme- acinesia, que incluso se agravan en algunos dad: debilidad muscular, espasticidad, coordi- casos. Según otras investigaciones el canna- nación, temblor, ataxia, reflejos, etc. no siem- bidiol tampoco se muestra eficaz en los tras- pre experimentan una mejoría. En algunos tornos del movimiento de la enfermedad de ensayos con Cannabis fumado se obtuvo Huntington (Consroe y Snider, 1986; Consroe mejoría objetiva del control postural y el equi- et al. 1991). librio (Grinspoon y Bakalar, 1993; James, En pacientes con Síndrome de la Tourette, 1993; Ferriman, 1993). se observó mejoría de los tics, al fumar Can- En un ensayo clínico con nabilona (1 mg nabis, aunque quizá debido a un efecto ansio- cada dos días) en dos periodos de cuatro lítico más que a un efecto antidiscinético semanas, ésta produjo en un caso una signi- (Sandyk y Awerbuch, 1988). ficativa mejoría del estado general, de los Tampoco fumar Marihuana demostró efec- espasmos musculares y de la frecuencia de tos beneficiosos en pacientes con síndromes la nicturia, respecto al grupo placebo (Martyn extrapiramidales (Parkinson y discinesia tar- et al. 1995). día) ocasionados por neurolépticos en enfer- Una encuesta llevada a cabo por Gonsroe mos esquizofrénicos; asimismo, se ha en 1996 en pacientes de esclerosis múltiple demostrado en enfermos esquizofrénicos

Lorenzo, P.; Leza, J.C. 155 fumadores de marihuana un agravamiento de bis) es rechazable debido a los numerosos los síntomas psicóticos con recaídas más compuestos tóxicos del humo, mientras que precoces y frecuentes (Biezanek, 1994; Cant- la administración oral da lugar en muchos well y Harrison, 1996). preparados a una absorción lenta e irregular, Por otra parte, hay que señalar que el Can- por lo que se hace necesaria la investigación nabis y los cannabinoides son capaces de de nuevas formulaciones galénicas de los dis- desencadenar por sí mismos los trastornos tintos cannabinoides en orden a conseguir neurológicos que se pretenden aliviar con su una biodisponibilidad adecuada, bien conside- administración. Así, la administración de Can- rada globalmente o de manera individualiza- nabis, dronabinol, nabilona y otros cannabi- da. Con estas condiciones se podría afrontar noides en sujetos normales producen fre- el estudio de la posible utilidad terapéutica de cuentemente ataxia, incoordinación motora, los cannabinoides en aquellas enfermedades temblor y debilidad muscular y, a dosis eleva- neurológicas, no satisfactoriamente controla- das, espasmos mioclónicos. Igualmente oca- das con la terapéutica farmacológica conven- sionan retardo en el tiempo de reacción, alte- cional. raciones de la función psicomotora y de los reflejos extensores (Consroe y Snider, 1986; 3.3. Dolor. Consroe y Sandyk, 1992). En resumen, los pretendidos efectos El dolor es quizás el más frecuente de beneficiosos del Cannabis o los cannabinoi- todos los síntomas en numerosos procesos des sobre los trastornos neurológicos de la patológicos que requiere tratamiento farma- esclerosis múltiple, las lesiones medulares o cológico. los trastornos del movimiento se basan en los resultados obtenidos en un reducido Los muchos analgésicos disponibles, unos número de pacientes, cuando no en uno antiguos y otros de más reciente introduc- sólo. ción en terapéutica, son eficaces en la mayo- ría de los casos; sin embargo, aún existen La investigación correcta requiere ensayos muchos pacientes en los que el control del clínicos controlados con gran número de pacientes con una evaluación precisa de los dolor no es todavía satisfactorio, bien sea el resultados, teniendo en cuenta que si bien dolor nociceptivo de tipo inflamatorio, bien el algunos cannabinoides pueden producir efec- dolor de tipo neuropático o el dolor con tos beneficiosos en algunos pacientes, tam- ambos componentes como el dolor cancero- bién pueden agravarlos en otros. so. Otro problema a considerar en los trata- El arsenal de fármacos analgésicos es muy mientos crónicos con cannabinoides es el numeroso y puede resumirse en los siguien- desarrollo de tolerancia farmacológica. Es por tes grupos: ello necesario investigar los efectos a largo Fármacos antiinflamatorios no esteroideos plazo, en distintos regímenes de dosis, así (AINEs): aspirina, , metamizol, como los efectos adversos por el uso cróni- derivados de fenilpirazolona, fenamatos, ibu- co. Los ensayos clínicos controlados llevados profeno, naproxeno, ketoprofeno, piroxicam, a cabo hasta ahora son en su mayoría estu- etc. Están indicados en dolores de leve a dios a corto plazo, de poco valor cuando se moderada intensidad; son fármacos seguros trata de enfermedades crónicas progresivas, pero no están exentos de posibles reaccio- como la esclerosis múltiple, que requieren un nes adversas: irritación gástrica y hemorragia tratamiento de por vida. (aspirina), alteraciones hepáticas en dosis ele- Es de gran importancia tener en cuenta la vadas (paracetamol) y reacciones adversas vía de administración de los cannabinoides. variadas (hematológicas, renales, neurológi- En principio, la vía inhalatoria (fumar Canna- cas, etc.) con otros grupos farmacológicos.

156 Utilidad terapéutica del cannabis y derivados Analgésicos opiáceos: codeína, dextropro- noides, no psicoactivos, que tienen propieda- poxifeno, morfina, petidina, metadona, fenta- des analgésicas. Así, el cannabidiol, cannabi- nilo, etc.. La mayoría son potentes analgési- noide no psicoactivo, tiene un potente efecto cos (excepto codeína y dextropropoxifeno), analgésico, aunque limitado por un efecto estando indicados en el dolor intenso espe- techo (Evans, 1991). Dos cannabinoides sin- cialmente el dolor visceral y el dolor cancero- téticos en fase de investigación animal, el ∆8 so. Sus principales efectos adversos son: THC-11oico y el (-)-HU-210 parecen tener náuseas, vómitos, estreñimiento, estados de disociados el efecto analgésico y el psicomi- euforia y disforia; dosis elevadas producen mético (Consroe y Sandyk, 1992; British depresión respiratoria e hipotensión y pre- Med.Assoc. 1997). sentan tolerancia farmacológica a los efectos Existen pocos datos de ensayos clínicos analgésicos, siendo necesario ajustar las controlados con cannabinoides como analgé- dosis. Sin un adecuado control médico pue- sicos, siendo de interés los llevados a cabo den ocasionar dependencia por su elevado con ∆9 THC (THC) en pacientes con dolor can- potencial de abuso. ceroso, en los que el alivio del dolor fue signi- En los dolores de tipo neurálgico (neuralgia ficativo (Noyes et al. 1975a,b). Las reacciones del trigémino, dolores postherpéticos) y otros adversas más frecuentes fueron somnolencia síndromes dolorosos de origen central pue- y obnubilación mental y en algunos casos den ser útiles la carbamacepina y los antide- euforia como efecto psicoactivo. En otros presivos tricíclicos, bien solos o en combina- ensayos el THC mostró un efecto analgésico ción con otros analgésicos. en el dolor canceroso y en el dolor por lesión de la médula espinal semejante al producido En el dolor de la migraña están indicados, por codeína y otros analgésicos menores, además de los AINEs (aspirina, ibuprofeno, pero de mayor duración (Maurer et al. 1990). etc.) la ergotamina y el sumatriptán (nunca Asimismo, ensayos clínicos en pacientes con asociados). Los principales efectos colatera- dolor postoperatorio, con el levonantrodol, les de la ergotamina son: náuseas, vómitos, demostraron un alivio significativo del dolor dolor abdominal y calambres musculares. con este cannabinoide sintético frente a pla- Como efectos adversos del sumatriptán se cebo (Jain et al. 1981). han descrito: efecto rebote con aumento de la frecuencia de ataques migrañosos y dolor Sin embargo, en otros ensayos con THC en en distintas zonas del cuerpo, incluido el pacientes con dolor por cirugía dental o con pecho, que simula un dolor de cardiopatía cannabidiol en pacientes con dolor neuropáti- isquémica, hipertensión, taquicardia y arrit- co crónico (causalgia, neuralgia postherpética) mias cardíacas y otros trastornos gastrointes- no se observaron efectos analgésicos signifi- tinales y neurológicos (convulsiones). cativos (Raft et al. 1977; Lindstron et al. 1992). El dolor en enfermos terminales requiere Ensayos clínicos llevados a cabo con Nabilo- analgésicos opiáceos solos o asociados a na, han demostrado cierta eficacia analgésica otros fármacos (AINEs, neurolépticos, antide- en distintos tipos de dolor crónico, neuropáti- presivos, anticonvulsivantes) además de co, espástico, canceroso, etc.; potenciándose otras técnicas analgésicas no farmacológicas. asimismo el alivio del dolor, cuando se asoció a otros analgésicos convencionales (Notcutt et al. 1997). Cannabis y cannabinoides. En general, la respuesta analgésica de los Muchos cannabinoides tienen propiedades cannabinoides es irregular, existiendo varia- analgésicas y antiinflamatorias demostradas ciones importantes según el tipo de dolor y en modelos animales y en la observación clí- según la receptividad del paciente. Por otra nica. El efecto analgésico se ha considerado parte, en los escasos ensayos clínicos contro- inseparable del efecto psicomimético; sin lados con distinto régimen de dosis, no exis- embargo, existen datos de algunos cannabi- te una clara relación dosis-respuesta.

Lorenzo, P.; Leza, J.C. 157 Es necesaria una investigación más profun- administración de Cannabis en sujetos nor- da sobre el efecto analgésico de los cannabi- males se produce aumento del apetito, retar- noides en el dolor crónico y en el postopera- do de la saciedad e incremento del gusto por torio, llevando a cabo ensayos clínicos los alimentos, especialmente por los alimen- controlados con un elevado número de tos dulces; sin embargo, la administración pacientes, así como la búsqueda de nuevos crónica o dosis elevadas suprimen el apetito compuestos desprovistos de efectos psico- (Mattes et al. 1994). miméticos, si bien este extremo carece de Los ensayos clínicos llevados a cabo en importancia cuando se trata de dolor en pacientes con anorexia de distinta etiología enfermos terminales. ofrecen resultados contradictorios. Los cannabinoides podrían ser útiles aso- El THC no se mostró eficaz en pacientes ciados a otros fármacos analgésicos en dis- con anorexia nerviosa, además de causar gra- tintos tipos de dolor (dolor crónico, dolor en ves reacciones disfóricas en algunos casos enfermos terminales, etc.). En este sentido, (Gross, 1983); no obstante, hay que tener en también son necesarios ensayos clínicos en cuenta que la anorexia nerviosa no es un centros hospitalarios o clínicas del dolor que buen modelo de anorexia por falta de apetito, comparen la eficacia analgésica de estas aso- ya que el problema de estos enfermos no es ciaciones farmacológicas frente a los fárma- la falta de apetito sino un rechazo compulsivo cos individualmente considerados (British a la ingestión de alimentos, aunque tengan Med.Ass. 1997; Holdcroft et al. 1997). sensación de hambre. Se ha sugerido que las Ultimamente se están evaluando algunos reacciones disfóricas pudieran deberse a que cannabinoides sintéticos como agentes el THC aumentase el apetito, colocando al antiinflamatorios (Burstein, 1999), en concre- paciente en una situación de conflicto mental to el ácido DMH-THC-11-oico, que posee al tener que elegir entre saciar el hambre y acción inhibidora de la enzima ciclooxigenasa- rechazar el alimento. Se piensa que aunque 2 (Zurier et al. 1998). los cannabinoides, THC u otros, no sean efi- caces como antianoréxicos, pueden evitar la pérdida de peso por su efecto antiemético en 3.4. Anorexia. pacientes con vómitos asociados a quimiote- rapia anticancerosa, o en pacientes con SIDA La disponibilidad de fármacos convencio- que reciben tratamiento con fármacos antivi- nales útiles en el tratamiento de la anorexia rales (Zidovudina), que ocasionen como reac- es muy limitada. Tiene cierta utilidad terapéu- ción adversa náuseas y vómitos (Bruera y tica la ciproheptadina con acciones antihista- Neumann, 1998). mínica y antiserotonínica, su acción antisero- Existen algunos ensayos clínicos controla- tonínica es la responsable de su acción dos con dronabinol en pacientes con SIDA o estimulante del apetito al activar neuronas enfermedades relacionadas, tratados con del hipotálamo lateral e inhibir neuronas glu- terapia antiviral. En uno de estos ensayos cosensibles del hipotálamo ventromedial. (Plasse et al. 1991), con escaso número de Sus principales reacciones adversas son: pacientes (10), éstos recibieron dronabinol somnolencia, efectos anticolinérgicos (seque- (2,5 mg) 3 veces al día durante 5 meses. dad de boca, retención urinaria, alteraciones Estos pacientes, antes del tratamiento perdí- de la acomodación visual, etc.). Dosis eleva- an una media de casi 1 kg cada mes, mien- das pueden llegar a producir alucinaciones. tras que durante el tratamiento recuperaban cada mes más de 0,5 kg. Cannabis y cannabinoides. En otro ensayo clínico con 72 pacientes El Cannabis aumenta el apetito por un con enfermedades relacionadas con el SIDA mecanismo no bien conocido; se ha podido en fase avanzada, el dronabinol (2,5 mg 2 demostrar que después de tres horas de la veces/día) redujo de manera significativa las

158 Utilidad terapéutica del cannabis y derivados náuseas y vómitos, incrementó el apetito y coadyuvantes en el tratamiento de los mis- detuvo la pérdida de peso y el deterioro men- mos procesos convulsivos. El clobazan y el tal, no observándose mejoría en el grupo pla- clonacepan, del grupo de las benzodiazepinas, cebo (Beal et al. 1995). Debido a los resulta- tienen utilidad terapéutica administrados de dos de este estudio, la FDA aprobó el manera intermitente para evitar el desarrollo dronabinol para su uso en la anorexia asocia- de tolerancia. La etosuximida, indicada en el da a SIDA y enfermedades relacionadas. tratamiento de la ausencia y las convulsiones La nabilona, a pesar de su eficacia como atípicas de la infancia, no es útil en el trata- antiemético no resultó útil como estimulate miento de las convulsiones tónico-clónicas del apetito. generalizadas. Existen algunos otros datos del efecto Todos estos fármacos son capaces de des- beneficioso de fumar Cannabis en pacientes encadenar numerosas reacciones adversas: con SIDA que no toleraban la Zidovudina aumento de peso, temblores, alopecia, tras- (Grinspoon y Bakalar, 1993). tornos gastrointestinales (dispepsia, náuseas, vómitos, anorexia, hepatotoxicidad y trombo- A pesar de los resultados favorables de citopenia (raras)) (valproato sódico); vértigo, algunos estudios sobre el efecto estimulante del apetito del Cannabis y algunos cannabi- cefaleas, mareos, vómitos, somnolencia, noides, son necesarios más ensayos clínicos exantemas cutáneos ocasionales (carbama- para confirmar este efecto y, por otra parte, cepina); insomnio, confusión mental, cefale- ensayos selectivos que discriminen el efecto as, ataxia, acné, hirsutismo, incoordinación antianoréxico con ganancia de peso y el efec- motora, hiperplasia gingival, (fenitoína); to antiemético. depresión del SNC (fenobarbital); somnolen- cia, fatiga, irritabilidad, aumento de peso, psi- Por otra parte, parece demostrado que el cosis (vigabatrina); diplopia, mareos, ataxia, uso crónico de los cannabinoides en pacien- cefalea, somnolencia, dermatitis exfoliativa, tes con SIDA o que reciben quimioterapia síndrome de Stevens Johnson (lamotrigina); anticancerosa ocasiona efectos inmunosu- somnolencia, fatiga, temblor, displopia, vérti- presores, lo que supone un efecto adverso go, dispesia (gabapentina); astenia, vértigo, añadido en individuos que ya tienen el siste- diarrea, parestesias (topiramato); sedación y ma inmune comprometido (Hall et al., 1994). convulsiones por retirada del fármaco (cloba- zan, clonazepan); dispesia, anorexia, náuseas, 3.5. Epilepsia. vómitos, somnolencia, depresión de la médu- la ósea (etoxusimida). Esta enfermedad afecta aproximadamente Si bien el tratamiento de la epilepsia ha al 1% de la población mundial. Los fármacos conseguido mejores resultados en los últimos antiepilépticos disponibles protegen contra años con la introducción de nuevos fármacos, las convulsiones sólo en dos tercios de los las reacciones adversas y las interacciones paciente; además deben ser tomados duran- farmacológicas con otros antiepilépticos pue- te largos periodos de tiempo, a veces duran- den limitar su utilidad clínica. te toda la vida, pudiendo producir reacciones adversas de gravedad variable. Cannabis y cannabinoides. Los principales fármacos antiepilépticos de utilidad clínica son: Valproato sódico, carbama- Los cannabinoides tienen acciones com- cepina, fenitoína, primidiona, fenobarbital, úti- plejas sobre la actividad convulsiva pudiendo les en el tratamiento de cuadros convulsivos ejercer efectos anticonvulsivantes y procon- parciales o generalizados. Otros fármacos vulsivantes (Consroe y Sandyk, 1992). antiepilépticos de introducción en terapéutica Según datos de investigación animal en más reciente: vigabatrina, lamotrigina, gaba- epilepsias experimentales, el cannabidiol pentina, topiramato, etc., son útiles como parece ser el más prometedor como antiepi-

Lorenzo, P.; Leza, J.C. 159 léptico pues tiene un espectro de propieda- sus principales reacciones adversas por des anticonvulsivantes más amplio que el absorción sistémica, son: visión borrosa, dronabinol y el de otros antiepilépticos con- cefaleas, salivación excesiva, bradicardia, vencionales, además de ser un cannabinoide dolores cólicos intestinales y broncoespas- sin efectos psicoactivos. mo. En epilepsia humana apenas existen datos –Simpaticomiméticos (adrenalina, guaneti- sobre efectos terapéuticos de los cannabinoi- dina, etc.), reducen la presión introcular, tam- des. Sólo existen algunos informes, la mayo- bién por aumento del flujo del humor acuoso; ría observaciones breves no contrastadas o producen irritación conjuntival. estudios e uno o unos pocos pacientes con –Beta-bloqueantes (timolol), reducen la resultados contradictorios. En algunos casos presión intraocular por disminución de la for- fumar cáñamo desencadenó cuadros convul- mación del humor acuoso; no deben adminis- sivos, mientras que en otros mitigó las con- trarse en pacientes con asma, bradicardia o vulsiones en pacientes epilépticos (Grispoon bloqueo cardíaco. y Bakalar, 1993). En administración oral son útiles los inhibi- Existen ensayos clínicos controlados con dores de la anhidrasa carbónica (azetazolami- cannabidiol que demuestran que este canna- da) ya que disminuyen la formación de humor binoide asociado a la terapéutica antiepilépti- acuoso; pueden ocasionar hipokalemia, pares- ca convencional durante varios meses, mejo- tesias, anorexia, somnolencia y depresión. ra el cuadro convulsivo de algunos pacientes, La mayoría de estos fármacos son eficaces mientras que en otros ensayos clínicos el como antiglaucomatosos y con baja inciden- cannabidiol no demostró eficacia alguna cia de reacciones adversas, aunque suelen (Cunha et al. 1986; Ames y Gridland, 1986; desarrollar tolerancia farmacológica. El trata- Tsembly et al. 1990). miento farmacológico racional del glaucoma El cannabidiol parece el compuesto de solo será posible cuando se conozca de mayor utilidad clínica potencial asociado a manera más precisa su mecanismo de pro- otras medicaciones que por sí solas no son ducción. capaces de controlar satisfactoriamente la situación clínica del paciente. Además, posee Cannabis y cannabinoides. mínimos efectos secundarios, incluso a dosis elevadas. La observación de Hepler y Frank (1971) de que en los fumadores de Cannabis se produ- cía un descenso de la presión intraocular, dió 3.6. Glaucoma. lugar a numerosos estudios sobre este efecto de los cannabinoides, administrados por dis- Es la causa más común de ceguera en el tintas vías tanto en experimentación animal mundo occidental. Su mecanismo de produc- como en ensayos humanos. Sólo los cannabi- ción no es bien conocido, aunque se supo- noides con efectos psicoactivos (∆8 THC, ∆9 nen involucrados factores vasculares y dege- THC (dronabinol) y 11OH THC) resultaron efi- nerativos, además del aumento de la presión caces, mientras que el cannabinol, cannabidiol intraocular. La forma más común de glauco- y beta-OH-THC, sólo producían mínimas ma es el de ángulo abierto, caracterizado por reducciones de la presión intraocular (Pérez un incremento gradual de la presión intraocu- Reyes et al. 1976; Adler y Geller, 1986). lar por obstrucción al flujo del humor acuoso. Por otra parte, la información disponible La terapéutica farmacológica convencional sobre si los cannabinoides pueden ser útiles del glaucoma incluye en forma de colirios: para reducir la presión intraocular en pacien- mióticos (parasimpaticomiméticos) pilocarpi- tes con glaucoma es muy escasa. No se han na, carbacol, etc., reducen la presión intrao- llevado a cabo estudios a largo plazo, aunque cular facilitando el flujo del humor acuoso; existen varios informes con escaso número

160 Utilidad terapéutica del cannabis y derivados de pacientes con glaucoma en los que se pero en investigación animal sólo fueron efi- refieren mejorías después de fumar o ingerir caces administrados por vía venosa (Green, cannabis y descenso de la presión intraocular, 1982). después de que la terapéutica farmacológica 3º) De los estudios llevados a cabo en la convencional hubiese fracasado (Grispoon y especie humana con los cannabinoides, pare- Bakalar, 1993). ce deducirse que el descenso de la presión Merece citarse un ensayo piloto abierto de intraocular producido por los más eficaces se Hepler et al. (1976), con 11 pacientes con debe a efectos sistémicos con el inconve- glaucoma a los que se administró THC fuma- niente de que, también ocasionan efectos do o por vía oral; en 7 pacientes hubo un sig- psicoactivos y cardiovasculares. nificativo descenso de la presión intraocular, 4º) Además, los cannabinoides ocasionan mientras que en los otros 4 no se produjo reacciones adversas oculares: fotofobia, con- ningún efecto. Asimismo, existen dos ensa- juntivitis, disminución de la secreción lacri- yos clínicos controlados doble ciego en mal, queratitis y úlceras corneales y alteracio- pacientes con glaucoma (Merritt et al. 1980). nes del tamaño de la pupila. En uno de ellos se administró dronabinol al Por otra parte, dada la breve duración de 2% fumado a 18 pacientes, observándose un sus efectos como reductores de la presión significativo descenso de la presión intraocu- intraocular, sería necesario administrarlos lar, acompañado de hipotensión arterial, palpi- varias veces al día, controlando sus efectos taciones y efectos psicotropos. En el otro adversos oculares, cardiovasculares y centra- estudio con 8 pacientes con glaucoma, se les (Adler y Geller, 1986). administró THC en un ojo en gotas (0,01%) en 2 pacientes y en los otros 6 con concen- En resumen, si bien los cannabinoides traciones de 0,05% (en 3) y 0,1% (en otros reducen la presión intraocular en sujetos nor- 3). En los pacientes a los que se aplicaron las males, no hay evidencia clara de su utilidad soluciones de THC más concentradas, des- clínica en pacientes con glaucoma. Son cendió significativamente la presión arterial, pocos los ensayos clínicos realizados y con habiéndose observado este efecto en los dos escaso número de pacientes; no existen ojos, lo que sugiere un mecanismo de acción ensayos a largo plazo y además no se han sistémico, a pesar de la aplicación tópica. hecho estudios comparativos entre los canna- Aunque estos estudios sugieren una efica- binoides y los fármacos antiglaucomatosos cia clínica de los cannabinoides en el trata- convencionales, ni se ha ensayado la posible miento del glaucoma, sin embargo no están utilidad de la asociación de ambos. exentos de inconvenientes que limitan su uti- La teórica utilidad clínica de algunos canna- lidad clínica, tales como: binoides en la terapéutica del glaucoma debe 1º) Tolerancia farmacológica que se mani- ser contrastada con más investigaciones fiesta en los 10 primeros días de tratamiento básicas y clínicas, siendo necesario, a su vez, con la administración oral de dronabinol y con el desarrollo de nuevos fármacos que reduz- aparición de efecto rebote al suspender su can la presión intraocular, preferiblemente administración (Jones et al. 1976). con aplicación local, evitando los efectos colaterales sistémicos (Green, 1998). 2º) La aplicación tópica, la más útil para evi- tar efectos sistémicos, presenta la dificultad de que los cannabinoides son muy liposolu- 3.7.Asma bronquial. bles e insolubles en agua y su aplicación en soluciones oleosas les resta eficacia. Se han La prevención y el tratamiento del asma ensayado compuestos hidrosolubles extraí- bronquial está bien establecido y consensua- dos de la planta bruta del cañamo, que des- do por sociedades médicas de distintos paí- cienden la presión intraocular y pudieran ses. El tratamiento farmacológico incluye los suponer una alternativa a los cannabinoides, fármacos broncodilatadores: estimulantes β-

Lorenzo, P.; Leza, J.C. 161 adrenérgicos: salbutamol, terbutalina; antico- te la función respiratoria (Williams et al. linérgicos: ipatropio; xantinas: teofilina y 1976). otros; siendo eficaces como preventivos los En algunos casos el THC, en aerosol, tam- corticoides y el cromoglicato de sodio. Estos bién produce broncoconstricción, tos y fármacos, aunque no están desprovistos de malestar torácico, lo que limita su utilidad efectos secundarios, ejercen un buen control terapéutica (Graham, 1986). de la enfermedad, si bien en algunos casos el El cannabinol, cannabidiol y nabilona se tratamiento profiláctico de los ataques agu- mostraron ineficaces como broncodilatado- dos de asma, puede crear graves problemas res. en pacientes resistentes a los corticoesteroi- des (British National Formulary 1996). Si bien parece demostrada la eficacia far- macológica del Cannabis y algunos cannabi- noides como broncodilatadores, es necesario Cannabis y cannabinoides. para establecer su posible utilidad clínica, lle- Es conocido que dosis elevadas de Canna- var a cabo ensayos con resultados a largo bis y dronabinol ejercen un efecto broncodila- plazo, evaluar la posible aparición de toleran- tador sobre los bronquiolos pulmonares, si cia, así como su eficacia asociados a otros bien su mecanismo de acción no conocido, broncodilatadores, y orientar la investigación parece ser distinto al de los β-estimulantes y al desarrollo de nuevos compuestos con demás fármacos antiasmáticos convenciona- efectos broncodilatadores selectivos y des- les. El peligro que puede suponer el uso cró- provistos de efectos psicoactivos y cardiovas- nico de β-estimulantes, ha planteado la posi- culares. ble utilidad terapéutica de los cannabinoides en el asma bronquial (Hollister, 1986; Gra- 3.8. Otras posibles indicaciones. ham, 1986). Existen varios estudios sobre el efecto Alteraciones mentales. broncodilatador de los cannabinoides en Se han atribuido al Cannabis y cannabinoi- pacientes asmáticos. des efectos antidepresivos, ansiolíticos, Según uno de estos estudios en 14 volun- sedantes, hipnóticos y eficacia en el trata- tarios asmáticos el Cannabis fumado o admi- miento del Síndrome de abstinencia al alco- nistrado por vía oral produjo una significativa hol y a los opiáceos. Existe algún ensayo clí- broncodilatación de unas 2 horas de duración nico controlado que parece demostrar un siendo este efecto equivalente al producido efecto ansiolítico con nabilona (Fabe y por una dosis clínica de isoprenalina (Tashkin McLendon, 1981), efectos hipnóticos con et al. 1976). cannabidiol (Carlini y Cunha, 1981), efectos Fumar Cannabis también consiguió revertir antidepresivos en pacientes cancerosos con broncoespasmos inducidos experimental- dronabinol (Regelson et al. 1976) y efectos mente, aunque esta no sea una opción tera- beneficiosos en pacientes con enfermedad péutica correcta por los componentes tóxicos bipolar (Grinspoon y Bakalar, 1998). del humo. El THC por vía oral presenta el No obstante, no hay evidencia de que inconveniente de una absorción muy irregular estos efectos sean de utilidad clínica igual o lo que le resta utilidad terapéutica como superior a la de los fármacos convencionales broncodilatador; dosis elevadas, que asegura- disponibles para el tratamiento de estos pro- rían una mejor biodisponibilidad, causarían cesos. En todo caso, existe algún informe alteraciones psicológicas y cardiovasculares. que sugiere la utilidad del THC y el cannabi- En otro estudio en el que se comparó el nol, en el tratamiento de los síntomas del efecto del dronabinol y el salbutamol, ambos Síndrome de abstinencia a opiáceos, pero se administrados en aerosol en 10 sujetos requieren más estudios que apoyen esta asmáticos, éstos mejoraron significativamen- sugerencia (Chesher y Jackson, 1985).

162 Utilidad terapéutica del cannabis y derivados Neuroprotección. La Marihuana es conocida desde hace El ∆9 –THC y algunos análogos psicoacti- unos 5.000 años y no fue considerada como vos, así como otros análogos sintéticos dex- medicina según los criterios de la medicina canabinol (HU-211) han demostrado poseer científica. Dentro de un contexto sanitario de efectos neuroprotectores en estudios realiza- lucha contra el consumo de alcohol y de taba- dos in vitro. Concretamente, resultan efica- co, sería un contrasentido incitar al consumo ces en la prevención de la neurotoxicidad de marihuana, aunque fuese con pretendidos inducida por glutamato (Skaper et al. 1996). fines terapéuticos (Bennetts, 1995). Los mecanismos implicados en este efecto La investigación farmacológica debe estar son: antagonismo de receptores NMDA, inhi- orientada a conseguir compuestos químicos bición de la entrada de Ca2+ a la célula, y efec- con efectos específicos en situaciones pato- to antioxidante (Hampson et al. 1998). lógicas específicas, y con una posología con- En la actualidad hay varias investigaciones trolada y estable, condiciones que no se dan en curso para evaluar la capacidad neuropro- con la inhalación de marihuana. tectora del cannabidiol y otros agonistas CB La imagen de fumar marihuana, aunque en modelos animales de enfermedad cerebro- sea con fines medicinales, está inevitable- vascular. Además los efectos neuroprotecto- mente ligada en nuestra cultura a la imagen res de los cannabinoides, junto con su acción de uso de drogas ilícitas y podría interpretar- inmunomoduladora podrían ser de utilidad en se como un mensaje de que el uso de la el control de enfermedades neurológicas aso- marihuana es bueno, con el peligro de que el ciadas con un exceso de actividad inflamato- consumo de esta droga constituyese una ria. Sin embargo, no se dispone de resultados puerta de entrada a formas más graves de en humanos que confirmen este efecto. adicción (Kanof, 1997). Sería temerario permitir que los médicos pudieran prescribir marihuana, debido, por una parte a la presión a que se verían someti- 4. ¿QUÉ DECISIÓN TOMAR? CRITERIOS dos por parte de determinados ambientes PARA EL DEBATE relacionados con el tráfico ilegal de drogas y, por otra parte, por el peligro de que el propio El debate científico acerca del uso de la médico se viese inmerso en situaciones Marihuana (Cannabis) como agente terapéuti- incompatibles con la ética y la deontología co gira fundamentalmente alrededor de tres médica (Taub, 1997). criterios (Ortíz Lobo, 1998): Desde el punto de vista de las reacciones –Mantener la prohibición de la marihuana adversas, la marihuana tiene sustancias can- como sustancia terapéutica. cerígenas, como el tabaco; su consumo deprime el sistema inmune y no parece acon- –Permitir su uso como sustancia terapéuti- sejable su utilización por pacientes inmuno- ca sólo como tratamiento paliativo. deprimidos (SIDA) o portadores de otras –Permitir su uso médico en todas las enfermedades (Tashkin et al. 1997; Ortíz enfermedades que respondan a sus efec- Lobo, 1998). tos terapéuticos. 4.2. Permitir su uso como sustancia 4.1. Mantener la prohibición de Mari- terapéutica sólo como tratamiento huana como sustancia terapéutica. paliativo.

Esta postura se basa en argumentos histó- Teniendo en cuenta que una parte impor- ricos, antropológicos, culturales y médicos, tante de la praxis médica es de tipo paliativo que se pueden resumir en los siguientes: en situaciones irreversibles para el paciente,

Lorenzo, P.; Leza, J.C. 163 la administración de marihuana en estos efectos, dada la investigación exhaustiva que casos puede contribuir a sedar al enfermo y a se ha llevado a cabo tratando de demostrar atenuar su sufrimiento. Si además les produ- sus efectos nocivos y dependígenos; estos ce un cierto grado de euforia, estamos contri- datos aportan conocimientos sobre la mari- buyendo a mitigar una situación desesperada, huana mayores que los obtenidos en los siendo perfectamente legítima esta conducta ensayos clínicos para fármacos de prescrip- médica (Kassirer, 1997). Muchos oncólogos ción médica. permiten a sus pacientes fumar marihuana La prescripción médica controlada de la para aliviar las náuseas inducidas por la qui- marihuana no tiene por qué caer en el abuso. mioterapia y contribuir indirectamente a El abuso de drogas depende de su disponibi- mejorar su estado emocional y a paliar el lidad incontrolada en la calle, y no cuando sufrimiento de su enfermedad terminal e irre- éstas se utilizan por prescripción médica. versible. Por otra parte, la marihuana ofrece venta- jas sobre los cannabinoides aislados. Por 4.3. Permitir su uso médico en todas las ejemplo, el dronabinol utilizado como antie- enfermedades que respondan a sus mético es difícil de dosificar y sus efectos efectos terapéuticos. son tardíos por sus características farmacoci- néticas (absorción lenta y gran latencia en la Es la conducta más permisiva para el uso respuesta) siendo además inadecuada la vía médico de la Marihuana y sus defensores se oral ante un cuadro de vómitos intensos y rei- basan en los siguientes argumentos: terados. La Marihuana, sin embargo resulta La Marihuana puede considerarse una más útil en cuanto a la vía de administración medicina segura ya que produce pocos efec- (inhalación), dosificación y eficacia, siendo tos adversos sobre las principales funciones incluso su precio más barato al de otros fisiológicas y no se han registrado casos de antieméticos. muerte por sobredosis. En cuanto a los efectos secundarios, si se Es mucho menos creadora de dependen- hace una valoración beneficio/riesgo, compa- cia que muchos medicamentos de uso médi- rándola con otros fármacos, el beneficio de la co y de prescripción legal (hipnóticos, analgé- marihuana es mayor que el de otros muchos sicos, opiáceos, etc.). fármacos que tienen un margen terapéutico Aunque fumar Cannabis ocasione efectos muy estrecho con grave peligro de sobredosi- nocivos sobre el aparato respiratorio iguales o ficación (morfina, meperidina, etc.) (Grinspon peores que el tabaco por su contenido en y Bakalar, 1995). alquitranes y otros agentes tóxicos, la canti- A veces el debate sobre la prohibición/ dad que se necesita fumar con fines terapéu- legalización del cannabis se ha simplificado ticos es muy pequeña, estando prácticamen- en exceso dividiéndose la opinión entre los te exenta de peligrosidad. que consideran que se trata de una sustancia Los datos que ponen de manifiesto la evi- segura, hasta los que creen que se trata de dencia científica de los efectos terapéuticos una droga peligrosa, negando además su de Cannabis han sido ocultados muchas valor terapéutico e impidiendo las investiga- veces por legislaciones y normas burocráti- ciones para demostrarlo (Hall, 1997). cas interesadas, restringiendo el uso de los Por otro lado, resulta difícil acumular mayor cannabinoides a una sola indicación clínica, evidencia científica de sus propiedades tera- como antieméticos en la quimioterapia anti- péuticas ya que la legislación actual en la cancerosa (Warden, 1998). mayoría de los países pone muchos obstácu- Si bien no hay estudios clínicos controla- los a la investigación en este campo. dos con la Marihuana según los estándares De esta manera se hace prácticamente de la FDA, sí existen muchos datos sobre sus imposible un planteamiento racional del uso

164 Utilidad terapéutica del cannabis y derivados médico del Cannabis, ya que el debate se los receptores cannabinoides hará posible el deriva, casi siempre, hacia el consumo recre- desarrollo de agonistas y antagonistas selec- ativo como droga de abuso. tivos con vistas a un racional uso terapéutico No se puede decir que el Cannabis sea o y a su utilización como herramientas experi- una medicina o una droga de abuso. Es las mentales que ayuden a establecer el papel dos cosas, siendo lo importante y fundamen- fisiológico de estos receptores y de sus ligan- tal diferenciar el debate de la prescripción dos endógenos, las anandamidas. Esta inves- médica del debate del uso recreativo. Si esto tigación puede llevar a la síntesis de nuevos se consigue, quizás el Cannabis podría ocu- fármacos más selectivos que el Cannabis y par un lugar en la farmacopea como lo ocu- los cannabinoides actuales y que estén des- pan otros muchos fármacos de prescripción provistos de las acciones adversas que éstos médica legal (Ortíz Lobo, 1998). poseen. Las Anandamidas aún no se han ensayado en humanos, por su rápida degra- dación metabólica, pero es posible la utilidad de algunos derivados que tengan acciones 5. CONCLUSIONES específicas sobre algunos receptores canna- binoides, y no solo en SNC, sino también en tejidos periféricos, sobre los que también A pesar de los efectos favorables del Can- podrían actuar cannabinoides que no atrave- nabis y los Cannabinoides, sobre algunos pro- sasen la barrera hematoencefálica y estuvie- cesos patológicos, demostrados en algún caso con ensayos clínicos controlados, aun- sen desprovistos de efectos centrales. que en la mayoría de los casos basados en No obstante, la información disponible con informes anecdóticos, no podemos conside- evidencia científica sobre la utilidad terapéuti- rar estas sustancias como integradas dentro ca del Cannabis y los distintos cannabinoides del arsenal terapéutico con utilidad clínica. naturales o sintéticos, es aún muy escasa, Por una parte es necesario establecer el siendo necesarias investigaciones básicas y balance beneficio/riesgo en cada caso y con clínicas más amplias. los distintos cannabinoides, pues si bien la toxicidad aguda de la mayoría de ellos es extremadamente baja, son muy frecuentes BIBLIOGRAFIA los efectos adversos sobre distintos órganos y sistemas con el uso crónico, tales como alteraciones psíquicas y neurológicas, endo- ABRAHAMOV A, ABRAHAMOV A, MECHOULAM crinológicas, ginecológicas y obstétricas con R. “An efficient new cannabinoid in afectación fetal, efectos inmunosupresores, pediatric oncology”. Life Sci (1995) 56: 2097- alteraciones cardiovasculares, pulmonares 2102. (bronquitis, enfisema), carcinoma (fumar can- ADAMS IB, MARTIN BR. “Cannabis: pharmacology nabis), enfermedades infecciosas, etc. and toxicology in animals and humans”. Addic- tion (1996) 91: 1585-1614. Asimismo, sería necesario establecer las ADLER MW, GELLER EB. “Ocular effects of canna- dosis y vías de administración más adecua- binoids”. In: Cannabinoids as therapeutic das, resolver problemas galénicos con impor- agents (ed R Mechoulam) pp 51-70. Boca tante repercusión sobre la farmacocinética de Raton: CRC Pess (1986). los distintos compuestos así como determi- AMES FR, CRIDLAND S. “Anticonvulsant effect of nar las posibles interacciones medicamento- cannabidiol”. South Afr Med J (1986) 69: 14. sas y contraindicaciones aún no bien estable- BEAL JA, OLSON R, LAUBENSTEIN L, MORALES cidas. JO, BELLMAN P, YANGCO B, LEFKOWITZ L, Finalmente, es necesaria una investigación PLASSE TF, SHEPARD KV. “Dronabinol as a tre- básica más profunda. El descubrimiento de atment for anorexia associated with weight

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168 Utilidad terapéutica del cannabis y derivados Toxicología del cannabis

BALCELLS OLIVERÓ, M.

Doctor en Medicina. Unidad de Alcohología de la Generalitat de Cataluña. Hospital Clínico de Barcelona

Enviar correspondencia a: Mercè Balcells Oliveró. Unitat d’Alcohologia esc. 6b soterrani. Hospital Clínic de Barcelona c/ Villarroel 170 Barcelona 08036. Tel: 93 227 5548 Fax: 93 227 5454. Email. [email protected]

Resumen Summary

Se resume de forma estructurada y comprensible There are different existing ways to monitor canna- las múltiples informaciones existentes sobre de la bis and the major cannabinoid metabolites in human detección del cannabis y sus metabolitos en el orga- body. These subject included information about pha- nismo. Para ello se repasan de forma concisa varios macokinetics and metabolism of tetrahydrodannabi- aspectos farmacocinéticos de la marihuana que per- nol and other cannabionoids to allow comprehension miten comprender e interpretar los resultados analíti- and interpretation of analytical results. Detection of cos. En la detección del THC del organismo se pue- marijuana can be done in the laboratory with several den utilizar principalmente tres técnicas de laboratorio methodology like chromatography, immunoassay and que son la cromatografía , el inmunoensayo y la cro- Gas chromatography with mass spectrometer in diffe- matrogafía de gases con o sin espectrometría de rent body fluids. The different methodology for drug masas. Los diversos métodos de laboratorio se dife- test used will differed on sensitivity, specificity, diffi- rencian en su sensibilidad, especificidad, complejidad culty and cost. The choice for one or another will y coste. La elección de un método de laboratorio depend on the different aim of the test. dependerá de los objetivos de la prueba. Aunque no Although no new data have emerged regarding the hayan aparecido en los últimos años nuevas informa- metabolic profile of ∆9-Tetrahydrocannabinol in ciones sobre el perfil metabólico del ∆9-Tetrahydro- humans in the past few years, interest in the mea- cannabinol en humanos, sí podemos decir que el inte- surement of urinary metabolites for forensic and rés por detectar y medir metabolitos del THC en orina medical purpose has increased. u otros fluidos biológicos para determinaciones foren- ses o médicas ha ido incrementando. Key words: cannabis, detection, urine, blood, control.

Palabras clave: cannabis, detección, orina, sangre, control.

INTRODUCCIÓN prender el significado de los resultados obte- nidos con los distintos métodos analíticos existentes. Hay que tener en cuenta que la ste capítulo aborda las características farmacocinética de este producto dependerá de la investigación y de la detección del de la vía de administración y de la forma de E cannabis y sus metabolitos en el orga- consumo. Además, se revisan las distintas nismo. Para ello empezaremos describiendo opciones existentes para detectar el cannabis las características farmacocinéticas del can- en los fluidos corporales y se apuntan algu- nabis. Estas características permiten com- nas consideraciones médico-legales.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 169 FARMACOCINÉTICA al torrente circulatorio. De estas consideracio- nes se desprende que la dosis de THC que se absorbe con un cigarrillo está entre 0,2 mg y Los preparados del cannabis proceden en 4,4 mg. Cuando se fuma, la dosis mínima de gran medida de la planta Cannabis sativa. El THC necesaria para producir efectos farmaco- principal componente psicoactivo del cannabis lógicos está entre 2 mg y 22 mg. La dosis que es el ∆9-Tetrahydrocannabinol (∆9-THC) y, en induce la aparición de efectos psicoactivos menor cantidad y ligeramente menos potente, depende de la frecuencia del consumo (Mar- el ∆8-THC, aunque la planta del cannabis con- tin, 1986). Los fumadores ocasionales pueden tiene al menos 60 cannabinoides distintos obtener efectos psicoactivos con una dosis de entre los 400 compuestos químicos identifica- 2-3 mg (aproximadamente un cigarrillo). Los dos (Dewey, 1986). Hay diversas variedades fumadores habituales pueden necesitar 5 o de Cannabis sativa, su contenido en THC varia más cigarrillos para desarrollar manifestacio- y puede llegar a ser superior al 20%. La parte nes psicoactivas. Precisamente, debido a la de la planta que contiene mayor cantidad de incertidumbre sobre el contenido de THC y THC son los brotes florecientes de la parte por tanto la cantidad real que se absorbe, el superior y en menor cantidad las hojas, tallos y consumo excesivo de cannabis se define en semillas. La marihuana, con un contenido de función del patrón de consumo (diario o casi THC del 0,5 al 5%, se prepara a partir de las diario) y no de la dosis que teóricamente se flores, hojas y tallos de pequeño tamaño dese- consume (Adams and Martin, 1996). cados y triturados. El hachís consiste en un preparado de resina exudada y flores prensa- Tras inhalar el humo de un cigarrillo, las das. El hachís puede contener del 2 al 20% de concentraciones plasmáticas de THC alcan- THC. La resina o aceite de cannabis, que zan su máximo (alrededor de 100 ng/ml) en puede llegar a contener del 15% al 50% de poco minutos y desaparecen rápidamente, THC, se recoge de la secreción de las brácte- gracias a un importante proceso de redistri- as y de las terminaciones de los tallos, esta bución. Los efectos psicotrópicos del THC secreción también cubre las flores. son tempranos. Las concentraciones plasmá- Las concentraciones de THC en plasma o ticas máximas se alcanzan en 20-30 minutos en otros fluidos biológicos dependerán en y pueden durar de 2 a 3 horas. La dosis oral gran medida de la procedencia de la planta, tiene menos efectos que la dosis inhalada y de la forma de preparar la droga y de la vía de en general debe ser 3 a 5 veces mayor para administración. La forma más frecuente de que aparezcan las mismas manifestaciones. consumir el cannabis es fumado en cigarrillos (Hall, W. And Solowij N., 1998). (“porros”) o pipas, mezclándolo con tabaco. Una vez el THC entra en el torrente circula- Habitualmente los consumidores realizan torio es redistribuido por el organismo. La inhalaciones profundas para incrementar la mayor parte del THC circula unido a protei- absorción de THC a través de los pulmones. nas, preferentemente a lipoproteinas (LDL). La marihuana y el hachís también se pueden Una parte del THC que se une a proteinas se consumir a través de la vía oral, pero esta es encuentra acoplado a las células sanguíneas. una vía de administración menos usada por- Sólo el 3% del THC circula libre en el plasma, que retrasa y disminuye los efectos psicoacti- lo que explica que sólo una pequeña propor- vos de la droga. ción penetre en el sistema nervioso central Un cigarrillo suele contener entre 0,5 y 1 (alrededor del 1%). Una vez entra en el siste- gramo de cannabis, cuyo contenido en THC ma nervioso central, el THC se concentra dependerá del preparado. En función del sobretodo en tálamo, núcleo estriado, amíg- número de inhalaciones y de su intensidad la dala, hipocampo, septum y cortex. (Harris cantidad de THC que suministra el “porro” S.L. and Martin W. D. ,1991). varía entre el 20% y el 70% de su contenido. Los cannabinoides actúan en un receptor Del THC inhalado, sólo del 10% al 25 % pasa cerebral específico, que esta ampliamente

170 Toxicología del cannabis distribuido en regiones cerebrales implicadas centraciones plasmáticas de algunos fárma- en la cognición, memoria, percepción del cos (Huestis et. Al., 1992). dolor y en la coordinación motora. Estos Los metabolitos del THC tienen un elevado receptores se activan mediante un ligando periodo de eliminación debido a la alta liposo- endógeno, la anandamida, que tiene menor lubilidad de estos compuestos y por su eleva- potencia y menor duración que el THC. La do volumen de distribución. La semivida de identificación de antagonistas específicos las concentraciones plasmáticas de los can- para los cannabinoides puede mejorar en un nabinoides, tras la inhalación del humo del futuro próximo nuestra comprensión sobre las cigarrillo, es de 56 horas en individuos no acciones de los cannabinoides en el funciona- consumidores y 28 horas en consumidores miento cerebral. En estudios experimentales crónicos. Sin embargo es posible detectar en animales, se ha observado que los niveles metabolitos de THC en orina o heces des- cerebrales de THC son muy bajos, llegando al pués de transcurrido un mes desde el consu- cerebro únicamente un 1 % de la dosis dispo- mo. Se ha calculado que al cabo de una nible en el pico plasmático (Agurell et al., semana se ha excretado un 50-70% de la 1986). Si inferimos una distribución similar en sustancia absorbida. El THC y sus metaboli- humanos, solo de 2 a 44 µg de THC traspasa- tos se concentran en los tejidos con alto con- rían la barrera hemato-encefálica. tenido lipídico, como el tejido adiposo, pul- El THC experimenta una primera metaboli- mones, riñones, hígado, corazón, bazo y zación a nivel pulmonar y hepático, transfor- glándula mamaria, que se comportan como mándose en 11-hidroxi-THC (11-OH-THC). Este reservorios de THC y justifican la elevada metabolito es activo y posee una potencia duración de estos compuestos en el organis- ligeramente superior al ∆9-THC. Además, el mo. Se ha implicado a la acumulación de THC 11-OH-THC atraviesa más fácilmente la barre- en tejidos grasos en el fenómeno de la tole- ra hemato-encefálica. Después de una segun- rancia inversa, que se asocia al consumo cró- da metabolización hepática el 11-OH-THC se nico de cannabinoides. Este fenómeno con- convierte en varios metabolitos inactivos siste en el desarrollo de una intoxicación como el 11-nor-carboxi-∆9-THC (THC-COOH), aguda por cannabinoides en sujetos consumi- que es el metabolito más abundante en plas- dores habituales en periodos de abstinencia ma y en orina. Exiten otras rutas metabólicas tras la inhalación de dosis mínimas o tras alternativas; se han identificados más de 80 periodos de ayuno prolongado por liberación metabolitos distintos del THC. Estos metabo- de sustancias activas a la sangre desde los litos sufren diversos procesos de metaboliza- reservorios en tejidos grasos. ción que incluyen la conjugación con ácidos Aunque al igual que en el caso del tabaco, grasos de cadena larga (oléico y esteárico). existe la posibilidad de sufrir una exposición Los metabolitos del THC se excretan principal- pasiva al humo del cannabis, se considera muy mente por la bilis y las heces (65-70%); el difícil que esta fuente de exposición produzca resto se elimina por la orina. La eliminación concentraciones plasmáticas o urinarias lo urinaria tiene mayor importancia en consumi- suficientemente elevadas como las que se dores crónicos, siendo los metabolitos urina- detectan en los fumadores activos de canna- rios fundamentalmente ácidos como el THC- bis. Este es un aspecto muy controvertido, COOH (Adams and Martin, 1996). Esta que tiene importantes consecuencias médico- sustancia se utiliza habitualmente como mar- legales (Perez-Reyes et al 83; Cone et al 87). cador biológico de consumo. Los cannabinoi- des pueden interferir con el metabolismo de otros medicamentos, porque tienen efectos ANÁLISIS DE LABORATORIO inhibidores sobre enzimas del grupo citocro- mo P450. La inhibición de estos enzimas por Es posible detectar el consumo de canna- parte de THC produce un aumento de las con- bis analizando diversas muestras corporales.

Balcells, M. 171 La detección de cannabinoides han de inter- Es un método sensible que se puede emplear pretarse en función de las circunstancias en en forma de enzimo inmunoensayo (ELISA) o que se realizó el consumo, el análisis y la radio inmunoensayo (RIA). El principal inconve- recogida de la muestra. Un resultado positi- niente de este método es la presencia de reac- vo, una vez excluida una reacción falsa, indi- ciones cruzadas con otras sustancias, por lo can que ha habido exposición a cannabis. Sin que puede dar lugar a resultados que son fal- embargo, como se deduce de las característi- sos positivos. Así mismo, diversas sustancias cas farmacocinéticas del THC, en muy raras adulterantes, como por ejemplo cloro, cloruro ocasiones será posible estimar la intensidad de sodio o vinagre, pueden dar lugar a falsos de la exposición. Por estos motivos un resul- negativos. Algunas compañías, que se anun- tado positivo en una prueba de detección, cian en internet, ofrecen productos para nega- únicamente indica la existencia de consumo tivizar los resultados. La prueba de inmunoen- o exposición previa. Existen diversos méto- sayo más empleada es el EMIT (enzyme dos de laboratorio para demostrar la presen- multiple immunoassay technique) y el EMIT- cia de cannabinoides. Los diversos métodos d.a.u.. Esta prueba detecta concentraciones de de laboratorio se diferencian en su sensibili- 200 ng/ml. La fiabilidad del EMIT es del 95%. dad, especificidad, complejidad y coste. La (Gold et al., 1987). elección de un método de laboratorio depen- de de los objetivos de la prueba: control de Cromatografía de gases. un tratamiento deshabituador, selección de Espectrometría de masas personal laboral, diagnóstico clínico, determi- nación en accidentes de tráfico o determina- La cromatografía de gases se basa en ción en accidentes laborales. calentar la muestra orgánica hasta la ebulli- ción y analizar de mediante una columna de cromatografía que separa los componentes Cromatografía en función de sus características fisicoquími- La cromatografía consiste en la separación cas. Esta técnica se puede complementar del componente sólido y del contenido líqui- con la espectrometría de masas que consi- do del fluido que se examina. El sedimento gue una precisión del 100% y detecta canti- sólido es tratado químicamente para extraer dades muy pequeñas de cannabinoides. los compuestos que contiene. Tras exposi- (Gold et al., 1987). El elevado coste de esta ción a diversos preparados, la presencia de prueba, hace que se limite la realización de una droga determinada produce un cambio esta prueba a casos seleccionados en los de color. Este cambio de coloración se inter- que se precise confirmar el resultado. preta como un resultado positivo. La croma- tografía es un método sencillo y de bajo Detección de THC en sangre coste, que por estos motivos se emplea con mucha frecuencia para la detección de diver- A diferencia de otras intoxicaciones, como sas drogas en orina. Sin embargo, esta técni- la intoxicación etílica, no existe una buena ca es poco sensible para la detección de can- correlación entre las concentraciones plasmá- nabinoides. Para la identificación de una ticas de cannabinoides en sangre y los efec- muestra positiva se requieren concentracio- tos psicoactivos. Además, los niveles de THC nes de 1000-2000 ng/ml, mientras que con el son muy bajos y desaparecen rápidamente inmunoensayo bastan concentraciones de 20 tras el consumo. Por estos motivos no se ng/ml. (Gold et al., 1987) suele utilizar la sangre para determinar la pre- sencia cannabinoides. Este método puede emplearse para el diagnóstico de la intoxica- Inmunoensayo ción aguda y en caso de accidentes en los Este método se fundamenta en el uso de un que sólo se dispone muestras de sangre. Las anticuerpo dirigido contra los cannabinoides. concentraciones suelen ser indetectables

172 Toxicología del cannabis después de 22 horas de haberse producido la sangre y orina tras exposición pasiva, las con- inhalación. (Hall, W. And Solowij N., 1998). centraciones que se alcanzan en esta cir- cunstancia (<10 ng/ml) están por debajo de los niveles que se consideran positivos en las Detección de THC en orina pruebas de detección estándar. La orina es el fluido biológico que se Es difícil determinar la responsabilidad atri- emplea con mayor frecuencia para el diag- buible a los efectos del cannabis, porque a nóstico de consumo de THC. Las concentra- diferencia de otras drogas, no existe una ciones de THC en orina son bajas. Sin embar- buena correlación entre las concentraciones go es posible detectar diversos metabolitos, plasmáticas y los efectos psicoactivos. El como el 11-OH-THC, que se encuentra en cannabis produce alteraciones cognitivas y concentraciones elevadas. En el consumidor motoras que se relación con la dosis, pero esporádico, la detección de cannabinoides en hay una gran variabilidad interindividual. Estas muestras de orina se puede detectar hasta 6 alteraciones pueden interferir en la capacidad días después del consumo. En el consumidor de conducir un vehículo o manejar maquina- crónico la presencia de cannabinoides en ria pesada. Los trastornos más importantes orina se mantiene hasta 25 días después del se observan en los que dependen del mante- último consumo. nimiento de la atención. Las consecuencias más graves son los accidentes de tráfico des- Detección de THC en otras muestras pués del consumo agudo de cannabis. Se han estudiado los efectos del cannabis en la Aunque el THC no se secreta en saliva, su capacidad de conducir en situaciones de labo- presencia puede detectarse porque durante ratorio, con resultados dispares. Algunos el consumo puede adherirse a la mucosa investigadores consideran que los efectos del oral. Por lo tanto la detección de THC en sali- cannabis en la conducción son similares a va puede ser útil para detectar que se ha niveles sanguíneos de alcohol de 0,07% a fumado un cigarrillo que contiene cannabis 10%. Otros estudios consideran que los efec- durante las últimas 12 horas. También es tos sobre la conducción son menores (Perez- posible la detección de THC en muestras de Reyes et al., 1988). Los estudios epidemioló- sudor, cabellos y uñas (Lemos et al, 1999). gicos en accidentes de tráfico son de difícil interpretación por la presencia asociada de Aspectos médico-legales alcohol u otras drogas. Es probable que en estos casos el cannabis actúe potenciando Los dos motivos más frecuentes por los los efectos del alcohol. que se solicita la detección de cannabinoides en muestras orgánicas son para el esclareci- miento de la existencia de consumo de can- BIBLIOGRAFÍA nabis y para determinar la imputabilidad legal en un caso de accidente o agresión. En el pri- mer caso una de las consideraciones a tener Adams BI. And Martin RB. Cannabis: pharmacology and toxicology in animals and humans. Addic- en cuenta es la posibilidad de un resultado tion (1996) 91(11) 1585-1614. falso positivo. En estos casos se puede utili- zare la técnica de cromatografía de gases/ Agurell S., Halldin M., Lindgren J. E . Phamacokine- tics and metabolism of tetrahydrodannabinol and espectrometría de masas para confirmar los other cannabionoids with emphasis on man. resultados. Otra posibilidad es que mediante Pharmacological Reviews (1986), 38, 21-43. el uso de técnicas de elevada sensibilidad se Cone EJ., Johnson RE., Darwin WD., Youseffnejad detecten concentraciones de cannabinoides D Mell LD Paul BD and Mitchell J. Passive inha- que sean secundarias a una exposición pasi- lation of marijuana smoke: Urinoanalysis and va. Aunque se ha demostrado en diversos room air levels of delta-9-tetrahydrocannabinol. estudios, la posibilidad de detectar THC en J Anal Toxicol (1987)11: 89.

Balcells, M. 173 Dewey WL. Cannabinoid pharmacology. Pharma- Martin BR. Cellular effects of cannabinoids. Phar- col Rev (1986) 38:151-178. macol Rev (1986) 38:45-74. Gold MS., Bensinger PB. The Complete Guide to Lemos NP., Anderson RA. And Robertson JR. Nail Drug Testing (1987), Random House (NY) analysis for drug of abuse: extraction and Hall W. And Solowij N. Adverse effects of cannabis. determination of cannabis in fingernails by RIA The Lancet (1998); 352: 1611-16. and GC-MS. Journal of Analytical Toxicology. (1999) 23(3): 147-52. Harris S.L. and Martin W.D. Marijuana and the Can- nabinoids. In Drug abuse and drug abuse Perez-Reyes M., Guiseppi SD., Mason AP. and research (1991) DHHS Publication No. (ADM) Davis KH. Passive Inhalation of Marihuana 91-1704 pp131-144. Smoke and Urinary excretion of Cannabinoids. Clin Pharmacol Ther (1983) 34: 36-41. Huestis M.A., Hennindfield J.E and Cone E.J. Blood cannabinoids: I. Absorption of THC and Perez-Reyes M Hicks RE Blumberry J Jeffcoat AR formation of 11-OH-THC and THCCOOH during and Cook CE. Interactions between Marihuana and after smoking marijuana. Journal of and Ethanol: Effects on Psychomotor Perfor- analytical Toxicology (1992), 16, 276-282. mance. Alcoholism (NY) (1988) 12: 268-276.

174 Toxicología del cannabis Factores de riesgo y escalada cannabinoide

VAZQUEZ, F.; BECOÑA, E.

Universidad de Santiago de Compostela

Enviar correspondencia a: F.L. Vázquez. Universidad de Santiago de Compostela. Facultad de Psicología. Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología. Campus Universitario Sur. 15702 Santiago de Compotela.

Resumen Abstract

El objetivo de esta revisión es analizar los predicto- The purpose of this review is to analyse cannabis res de uso y abandono del consumo de cannabis, la consumption and cessation predictors, the stepping- hipótesis de la escalada, los conceptos de causalidad stone hypothesis, the concepts of causality and pro- y probabilidad y, especialmente, los factores de ries- bability, and, particularly, the risk factors related to go relacionados con la escalada cannabinoide. Estu- cannabis escalation. The studies carried out in various dios realizados en distintos países han confirmado countries confirm the existence of a significant rela- que existe una relación significativa entre el consumo tionship between the consumption of legal substan- de sustancias legales, alcohol y tabaco, en consumi- ces (alcohol and tobacco) and cannabis consumption. dores de cannabis respecto a los que no consumen. There is also evidence of the role of cannabis in facili- También hay evidencia del papel del cannabis como tating the escalation towards the abuse of other una sustancia que facilita la escalada para el abuso de drugs like heroine of cocaine. Other factors intervene drogas como la heroína o la cocaína. En el proceso in the process of escalation such as personality, lifes- de escalada intervienen también otros factores tales tyle, and other environmental factors. The initiating of como la personalidad, el estilo de vida y distintos fac- cannabis consumption, besides being related with a tores ambientales. La iniciación al consumo de can- prior consumption of alcohol and cigarettes, is mainly nabis, además de estar relacionado con el consumo related to the young person’s age, being male, low previo de alcohol y cigarrillos, está relacionado princi- school satisfaction, low academic achievement, fee- palmente con la edad del joven, ser varón, baja satis- ling unloved by family, mental health problems, lack of facción escolar, bajo rendimiento académico, sentirse popularity, and belonging to a peer group that consu- no querido por la familia, problemas de salud mental, mes drugs. no ser popular y formar parte de un grupo de compa- Key words: cannabis, risk factors, stepping-stone ñeros que consumen drogas. hypothesis. Palabras clave: cannabis, factor de riesgo, escalada.

INTRODUCCIÓN 13.7 para el alcohol, 14.9 para el éxtasis, 15.0 para el cannabis, 15.4 para los alucinó- genos, 15.5 para las anfetaminas y 15.7 para n la última encuesta nacional que se ha la cocaína. Aunque de menor importancia hecho sobre el consumo de drogas en cuantitativa, el inicio al consumo de las sus- Euna muestra representativa de la tancias volátiles es más temprano, a los población escolar de 14 a 18 años (Plan 13.1 años. Además, hay un incremento del Nacional sobre Drogas, 1997), se encontró consumo de tabaco, alcohol y otras sustan- que las edades de inicio de las distintas sus- cias en función de la edad, especialmente a tancias son de 13.3 años para el tabaco, partir de los 13 años.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 175 En los jóvenes europeos que “salen de parte de un continuo que incluye el consumo marcha”, la edad media de inicio para las dis- experimental, ocasional, diario y crónico tintas drogas es de 14.6 años para el alcohol, (Gold y Tullis, 1999). Dicha sustancia es gene- 14.8 para el tabaco, 16.0 para el cannabis, ralmente la primera droga ilegal consumida 17.7 para las anfetaminas y el LSD, 18.4 para por la gente joven (Millman y Beeder, 1997). el éxtasis y 19.3 para la cocaína (Calafat et al., El objetivo de esta revisión es analizar los 1999). predictores de uso y de abandono del consu- Los datos de estos dos estudios retrospec- mo de cannabis, la hipótesis de la escalada, tivos, así como los encontrados en otros del los conceptos de causalidad y probabilidad y mismo tipo (ej., O’Malley et al., 1999), indican distintos factores de riesgo relacionados con que la experiencia inicial con las sustancias la escalada y el consumo de cannabis. ocurre de modo típico a la edad de 13 años, aunque no se debería olvidar que una parte comienzan antes de dicha edad. En la adoles- PREDICTORES DE USO, ABUSO Y ABAN- cencia tardía, la prevalencia de vida de algunas DONO DEL CANNABIS sustancias es importante, mientras que el con- sumo excesivo es considerablemente más Existen distintos patrones de uso y abuso bajo. De ello se infiere que un subgrupo de asociados con el cannabis. El nivel de abuso adolescentes se implica en un consumo inten- parece depender del país al que pertenece el so de sustancias, mientras que otros sólo se individuo, aunque hay algunas variables que implican en una mínima experimentación. se deberían considerar (Gold y Tullis, 1999): 1) El término “escalada” se utilizó como un demográficas (edad, sexo, localización geo- símil del montañismo, que se aplicó al proce- gráfica); 2) factores sociales (factores multi- so por el cual quien se iniciaba en el consumo culturales, estatus socioeconómico, influen- de drogas (en referencia, generalmente, a los cia de los padres, nivel cultural); y, 3) factores derivados del cannabis) progresaba secuen- individuales (estado psicológico, emocional y cialmente hasta la heroína. El cada vez mayor fisiológico). conocimiento de la realidad de las drogas per- Se han estudiado numerosas variables para mitió ir matizando esta generalización. Hoy se explicar el consumo del cannabis en la adoles- sabe que no existe un encadenamiento bio- cencia. Por ejemplo, los estudiantes de bachi- químico por el que de unas sustancias se llerato que obtienen buenos resultados acadé- deba ir pasando necesariamente a otras de micos, que están implicados en actividades mayor capacidad adictiva. Parece más razona- atléticas o de la escuela, que tienen importan- ble hablar de una relación de probabilidad tes creencias religiosas, trabajan pocas horas entre los distintos consumos (Becoña, 1999). fuera de la escuela y salen poco por las tardes Así, aquellos adolescentes que tengan un durante la semana tienen menos probabilida- consumo más intenso y precoz de alcohol y des de llegar a consumir cannabis (Gold y tabaco, tienen más probabilidades de iniciarse Tullis, 1999). El consumo de cannabis está en el consumo de cannabis. Así mismo, aque- relacionado con frecuencia con el contexto llas personas que, siguiendo este proceso, se social y la aceptación de esta sustancia por inicien precozmente en el consumo de canna- parte de los compañeros. Las interacciones bis, es más probable que se impliquen en el con drogas y usuarios de drogas también son uso de otras drogas ilegales. un factor de riesgo importante. Actualmente los estudios longitudinales Datos recientes sugieren que el uso del sugieren que un subgrupo de adolescentes cannabis y alcohol en los adolescentes se es vulnerable al consumo de sustancias de asocia con conductas de control de peso forma escalada, siendo el cannabis la “puerta inadecuadas (Neumark-Sztainer et al., 1998). de entrada” a otras drogas ilegales (ej., hero- Aunque los factores genéticos parecen tener ína, cocaína). El consumo de cannabis forma un mínimo efecto en la probabilidad de usar

176 Factores de riesgo y escalada cannabinoide cannabis, afectan a la probabilidad de abuso y dad, depresión y baja autoestima son menos dependencia (Gold y Tullis, 1999). Otra posi- probables que aparezcan en la adultez. Pare- ble razón para el consumo podría estar rela- ce ser que hay una relativa incompatibilidad cionada con la función del tetrahidrocannabi- entre el uso de drogas ilegales y la participa- nol (THC) en modificar la función cerebral y la ción en los roles convencionales de la adultez de distintas hormonas (Díaz, 1997; Martin, (Chen y Kandel, 1998). 1999). El contenido en THC de la marihuana En el estudio reciente de Chen y Kandel continúa cambiando y también puede jugar (1998) encontraron que los dos predictores un papel en el incremento del consumo de más importantes para dejar de fumar mari- dicha sustancia en los adolescentes. A princi- huana fueron la frecuencia de uso y la edad. pios de los años 70, un cigarrillo de marihua- Los usuarios de poca frecuencia y aquellos na tenía aproximadamente una concentración que pasaban de los 20 años era más proba- del 1 al 3% de THC, o lo que es lo mismo, de ble que dejaran de consumir marihuana. Los 5 a 30 mg. En la actualidad, y debido a las usuarios frecuentes eran más persistentes mejoras en el tipo de planta cultivada, la en su uso y muchos llegaban a ser depen- riqueza en cannabinoides puede llegar a dientes. El consumir por razones sociales alcanzar hasta los 150 mg por cigarrillo, inclu- aceleraba el abandono, mientras que el con- so el doble si lo que se fuma es la resina sumir para intensificar los sentimientos posi- (Cabrera y Torrecilla, 1998). En estudios con- tivos y para reducir los negativos se asoció trolados se ha demostrado que a mayor con- con la persistencia del consumo. Muchos de tenido en THC más usuarios lo prefieren y lo esos fumadores perdieron su costumbre de autoadministran (Kelly et al., 1994). H a y fumar como resultado de la madurez, formar otros factores que también pueden tener una familia, la educación y el empleo. relación con el consumo de cannabis tales como una disminución en el coste, escasa desaprobación del consumo por parte de los LA HIPÓTESIS DE LA ESCALADA compañeros y baja percepción de riesgo (Bachman et al., 1997). Las experiencias posi- Uno de los modelos más conocidos en el tivas con una sustancia psicoactiva, o el reco- campo de las drogodependencias es el de nocimiento de que la experiencia no es tan Denise Kandel. Este modelo se basa en que peligrosa como han indicado los medios de en el consumo de drogas hay unos pasos comunicación o los padres, puede alentar la secuenciales, siendo el comienzo por las dro- experimentación con otro tipo de drogas. gas legales, las cuales facilitarían el posterior Puesto que el consumo de cannabis es ilegal consumo de marihuana, que a su vez, sería la e implica un comportamiento desviado, cabe “puerta de entrada” para el consumo de que se reduzcan las barreras para utilizar otras drogas ilegales. Para Kandel (1975) hay otras sustancias ilegales, que están más des- al menos cuatro estadios de desarrollo en el aprovadas por la autoridad convencional (Mill- uso de las drogas: 1) consumo de cerveza o man y Beeder, 1997). vino; 2) cigarrillos o licores; 3) marihuana; y, 4) En cuanto a los factores relacionados con otras drogas ilegales (ej., heroína, cocaína). el abandono, la edad es uno de los predicto- Por tanto, el consumo de drogas legales es el res más importantes. La madurez se asocia a elemento intermedio entre el no consumo de intereses, necesidades y actitudes diferen- ninguna sustancia y el consumo de marihua- tes, incluyendo la disminución de la implica- na, y éste, conduce o es la “puerta de entra- ción en conductas de riesgo y en un incre- da”, para un porcentaje significativo de sus mento en la conformidad. Las características consumidores de heroína o cocaína. de la adolescencia relacionadas con el uso de La mayoría de la evidencia de este modelo sustancias tales como realizar conductas de deriva del trabajo que ha llevado a cabo por el riesgo, actividades delictivas, baja religiosi- equipo de investigación de la doctora Kandel

Vázquez, F.; Becoña, E. 177 en las dos últimas décadas y, en particular, las drogas legales, mayor probabilidad había del seguimiento longitudinal que se ha hecho de que el joven también experimentase con a una cohorte de adolescentes durante 19 drogas ilegales y progresase a una implica- años (hasta la cuarta década de la vida), el ción mayor con estas sustancias. En concre- “New York State Cohort”. En 1971-72 se to, las proporciones de varones entre 34-35 reclutó una muestra representativa de 1.222 años que habían experimentado con la mari- jóvenes estudiantes de 101 y 111 grado (equi- huana oscilaron entre el 85% de los que valente al 41 curso de la ESO y al 11 curso de informaron que habían probado el alcohol o bachillerato impartido en España actualmen- los cigarrillos por primera vez a los 14 años o te) en las escuelas públicas de Nueva York. antes, al 46% de los que habían probado el Los participantes fueron muestreados dos alcohol a los 18 años de edad. De modo simi- veces en el Instituto y se les volvió a entre- lar, cuanto más temprano era el consumo de vistar en 1980, en 1984 y en 1990. Los suje- marihuana, había una mayor implicación y tos fueron reclutados cuando tenían 15-16 una mayor probabilidad de progresar a otras años y se les siguió hasta los 34-35 años. En drogas ilegales. Casi todos los hombres jóve- cada momento de la evaluación se llevaron a nes (96%) que se iniciaron en el consumo de cabo entrevistas personales estructuradas de la marihuana a los 14 años o a edades más aproximadamente dos horas de duración. En tempranas habían usado otra droga ilegal ellas evaluaron siete aspectos principales: diferente a los 29 años. La proporción declinó variables demográficas, historia familiar de al 66% entre los que habían probado por pri- trastornos psiquiátricos y problemas con el mera vez la marihuana a los 18 años de edad alcohol, relaciones y actitudes de los padres, y al 33% entre los que la probaron por prime- relación con los compañeros, participación en ra vez a los 20 años; solamente el 6% habían actividades delictivas, síntomas psicológicos consumido alguna droga ilegal distinta de la y variables relacionadas con las drogas. En marihuana sin haber usado ésta nunca. Las cada informe se recogió información sobre la proporciones entre las mujeres fueron 84%, historia de consumo de 12 drogas o clases 46%, 43% y 9%, respectivamente. de drogas: dos legales (cigarrillos y alcohol), También se encontró que la progresión a cuatro ilegales (marihuana, psicodélicas, una droga superior en la jerarquía estaba rela- cocaína y heroína) y seis clases de drogas cionada con la intensidad del uso de una psicotrópicas de uso y no uso médico: meta- droga inferior en la jerarquía (Kandel y Yamu- dona, tranquilizantes menores y mayores, chi, 1985). De modo más específico, el 82% sedantes, estimulantes, antidepresivos y de los hombres y el 60% de las mujeres que otros opiáceos diferentes de la heroína. habían consumido marihuana 1.000 o más Los datos de este estudio permitieron ais- veces a las edades de 24-25 años comenza- lar dos tipos de predictores de la progresión ron a usar otras drogas ilegales en los en la secuencia de implicación con las dro- siguientes cuatro años comparado con el gas: 1) características conductuales de la his- 18% y el 17%, respectivamente, de los que toria individual con la droga; y, 2) predictores la habían consumido de 10 a 99 veces. psicológico-sociales. En el primer grupo se En cuanto a los predictores psicológico- encontró que las variables más predictivas sociales, se examinaron cuatro grupos de fueron la edad de comienzo de consumo de ellos (Kandel y Davies, 1992): 1) las influencias las drogas legales y el grado de implicación de los padres; 2) las influencias de los compa- con el consumo de la misma. El comienzo ñeros; 3) la implicación de los adolescentes temprano del consumo de alguna droga esta- en varias conductas; y, 4) las creencias y los ba asociado con una mayor implicación en el valores. La influencia de los compañeros pare- uso de todas las otras drogas (Kandel y Yama- ce ser más importante en ciertos puntos en el guchi, 1985; Yu y Williford, 1992). Cuanto más proceso de implicación con la cadena adictiva; temprano se producía la experimentación con en ciertas edades, la conducta de los compa-

178 Factores de riesgo y escalada cannabinoide ñeros es especialmente importante en prede- siendo adictos a drogas ilegales han seguido cir el consumo de la marihuana y menos secuencialmente los pasos previos de la importante para predecir el consumo de alco- cadena. Este razonamiento es erróneo, se hol u otras drogas ilegales diferentes de la están infiriendo relaciones de causalidad en marihuana. La influencia de los padres es más las variables de este modelo. Más de una vez importante para la progresión a otras drogas se ha cometido el error de interpretar los ilegales diferentes de la marihuana. La gente resultados de un análisis de asociación entre joven en riesgo de iniciar el consumo de mari- variables, dándole un significado que no huana realizan más conductas desviadas que tiene. Una cosa es la existencia de una fuerte sus compañeros. Por último, el uso de la mari- asociación o correlación entre dos o más huana es más probable cuando la persona variables, y otra muy diferente, es la existen- acepta una serie de creencias y valores favo- cia de una relación causal entre las mismas. rables al uso de la misma. En el campo de la prevención de las drogode- Es más, en un estudio (Golub y Johnson, pendencias se ha demostrado la existencia 1994) se encontró que el alcohol está per- de asociación entre muchas variables, pero diendo importancia como condición previa pocas que tengan una relación causal. Sola- para la progresión a la marihuana, pero el mente se puede demostrar causalidad a tra- papel de la marihuana como “puerta de vés de una situación experimental (Hulley y entrada” a otro tipo de drogas ilegales parece Cummings, 1988; Moore y McCabe, 1997). El que se está incrementando, y el consumo de tipo de diseños que se pueden utilizar para marihuana casi siempre precede al uso de probar la hipótesis de la escalada sólo sirven sustancias relacionadas con actitudes menos para conocer si hay asociación o correlación normativas (ej., heroína). entre el consumo de drogas legales e ilega- Se debería hacer énfasis en que, aunque les en los jóvenes, pero no para concluir que se ha identificado una secuencia clara en el hay causalidad. Aun así, aunque no se pueda desarrollo de la implicación con las drogas, el llevar a cabo un experimento, en algunas cir- consumo de una droga es un estadio particu- cunstancias se podría llegar a inferir una rela- lar en la secuencia, que no conduce siempre ción causal de una asociación entre dos o al uso de otras drogas que se encuentran en más variables (Hulley y Cummings, 1988): 1) una posición superior en la jerarquía de esa secuencia (Kandel, Yamaguchi y Chen, 1992). cuando los resultados son consistentes entre Muchos jóvenes se quedan en un determina- estudios que han utilizado diseños diferentes do estadio y no progresan a otros. La noción (ej., longitudinales, transversales). En este de estadios en la conducta de consumir dro- caso es poco probable que el azar o algún gas no implica que estos estadios sean obli- tipo de sesgos sean los que expliquen la aso- gatorios o universales (Kandel y Yamaguchi, ciación entre las variables; 2) cuando se 1999). El uso de una droga en un estadio infe- encuentra una fuerte asociación entre las rior es necesario pero no suficiente para pro- variables, pues una fuerte asociación da más gresar a un estadio superior en la jerarquía en valores p significativos, haciendo que el azar el que se consuman otro tipo de drogas sea una explicación poco probable para la (O´Donnell y Clayton, 1982). relación de las variables; 3) cuando la odds ratio es mayor que 2.5 es poco probable que variables de confusión puedan explicar la aso- ciación; 4) la relación dosis-respuesta tam- CAUSALIDAD Y PROBABILIDAD bién proporciona evidencia de una posible causalidad; y, 5) se puede hacer una inferen- A menudo el fenómeno de la escalada se ha cia causal cuando hay una causa biológica interpretado inadecuadamente. Se ha partido verosímil que pueda producir un efecto deter- de que todos los adolescentes que terminan minado.

Vázquez, F.; Becoña, E. 179 Por otro lado, cuando hablamos de una FACTORES DE RIESGO RELACIONADOS relación de asociación o de causalidad tene- CON LA ESCALADA EN EL CONSUMO DE mos que hablar en términos de probabilidad. SUSTANCIAS: PAPEL DEL CANNABIS Los valores de la probabilidad oscilan entre 1 y 0 (Moore y McCabe, 1997). Un valor de 1 Estudios realizados en distintos países, entre equivale a certeza absoluta, y el 0 indica que ellos en España (ej., Recio, 1995) han confir- no hay posibilidad de que ocurra el suceso. mado que existe una relación significativa Existen muy pocas cuestiones en prevención entre el consumo de sustancias legales, alco- de drogas, al igual que en la mayoría de los hol y tabaco, en consumidores de cannabis campos del conocimiento, de las que poda- respecto a los que no consumen. También mos estar completamente seguros, es decir, hay evidencia del papel del cannabis como asumir una probabilidad del 100%. Por lo una sustancia que facilita la escalada para el tanto, la mayoría de lo que se estudia en pre- abuso de drogas como la heroína o la cocaí- vención o en relación con el tratamiento, tie- na. Si se previene el consumo de tabaco y alcohol se reduce la probabilidad de consumo nen valores de probabilidad de que ocurran, de cannabis y, viceversa, la prevención del en algún punto entre 1 y 0. Si nosotros, por consumo de cannabis previene el consumo ejemplo, llevamos a cabo un estudio sobre la de otras drogas ilegales (Becoña, 1999). conducta de consumo de drogas de un ado- lescente, se pueden plantear dos opciones: En el proceso de escalada intervienen 1) que pueda consumir droga; y, 2) que no la otros factores además del propio consumo consuma. La probabilidad teórica de la prime- de la sustancia. El consumo de una droga ra opción es de 0.5. También es cierto que la específica no sólo está relacionado con el consumo previo de otras drogas, en función probabilidad de que se dé la segunda opción de la jerarquía propuesta por Denise Kandel, es 0.5 (no nos interesa el caso en que haya sino que hay otros factores que intervienen factores de protección o de riesgo que alte- en esa relación tales como la personalidad, el ren estas probabilidades). Obsérvese que la estilo de vida y distintos factores ambienta- suma de las dos probabilidades es igual a 1. les. La iniciación al consumo de cannabis, La probabilidad de que ocurra la primer además de estar relacionada con el consumo opción vamos a denominarla p y la probabili- previo de alcohol y cigarrillos, también está dad de que no ocurra vamos a llamarle q. La relacionada con la edad del joven, ser varón, suma de p + q es siempre igual a 1. )Cuál es baja satisfacción escolar, bajo rendimiento la probabilidad a la que nos estamos refirien- académico, sentirse no querido por la familia, do? De acuerdo a las concepciones probabi- no ser popular y formar parte de un grupo de lísticas de causalidad, las causas incrementan compañeros que consumen drogas (Yamagu- las probabilidades de sus efectos. Esto es, chi y Kandel, 1985; Werch y Anzalone, 1995). significa que p (o la presencia del factor X) Hay varios estudios relevantes que ejem- incrementa la probabilidad de Y (o la presen- plifican la importancia de estas otras varia- cia del factor Y). Por lo tanto, esto aplicado a bles en el consumo del cannabis. Kandel y la hipótesis de la escalada significa que el uso Davies (1992) hicieron un seguimiento de una de una droga previa no implica inevitable- muestra de estudiantes de secundaria hasta mente pasar a ser consumidor de la siguien- la adultez para comprobar la evolución en el te. Más específicamente, en lo que se refiere consumo de marihuana. Las variables más al papel de la marihuana en el proceso de influyentes para llevar a cabo esta conducta escalada, aquellos que consumen marihuana fueron el inicio temprano al consumo, tener es probable que hayan utilizado tabaco y alco- compañeros con conductas desviadas, baja hol, y aquellos que consuman otras drogas participación religiosa, bajas expectativas ilegales, es probable que hayan usado previa- educativas y tener padres consumidores de mente marihuana. sustancias.

180 Factores de riesgo y escalada cannabinoide Recio (1995) encuentra en su estudio que también drogas por vía intravenosas. Se las actitudes de los padres hacia el hachís es encontró que el consumo de sustancias el mejor predictor de la iniciación al uso del como el alcohol, el tabaco y solventes incre- tabaco de sus hijos, así como una actitud per- mentaba la probabilidad de consumo de mari- cibida como más tolerante por parte de los huana y de drogas inyectadas. Se halló una padres. Sin embargo, para la iniciación del notable relación entre el cannabis y el abuso uso del cannabis, las variables más predicti- de drogas por vía intravenosa. Aquellos que vas son el uso del cannabis por parte de los habían utilizado el cannabis más de 5 veces amigos y el rendimiento académico. presentaron una odds ratio de 15.9 en el aná- Hammer y Vaglum (1990) llevaron a cabo lisis univariado, mientras que para los que lo un estudio en Noruega con jóvenes entre 17 y usaron entre 1 y 4 veces fue de 1.0. 20 años. Encontraron un mayor consumo de Por otra parte, en aquellos que habían utili- cannabis en los sujetos que vivían en la capi- zado drogas ilegales se detectó una alta pro- tal de Oslo, en los varones, en aquellos cuyos porción de desajuste social, bajo control emo- padres estaban divorciados o vivían con un cional, abandono del hogar, uso de solventes solo padre o sin sus padres biológicos, dejar esnifados y problemas con la policía. Los fac- tempranamente la escuela, no tener empleo, tores de riesgo para el cannabis, por orden de hacer menos actividades en el tiempo de significación, fueron el abuso de solventes, el ocio, hacer menos ejercicio, tener menos con- haber abandonado el hogar, el fumar más de tactos sociales con sus amigos y estar menos cinco cigarrillos diarios, problemas con la poli- integrados en el grupo y tener más problemas cía o con las autoridades judiciales, hábito de de salud (somáticos o psicológicos). De consumo de alcohol del padre, embriagarse, todos estos factores, se encontró que los que bajo control emocional y el tener una econo- tenían una mayor relación con el consumo de mía familiar muy mala. Los factores de riesgo cannabis, por orden de significación, fueron el para el abuso de sustancias por vía intraveno- tener problemas de salud mental, tener sa fueron semejantes, destacando por el padres divorciados, abandonar tempranamen- tamaño de la odds ratio, el abandono del te la escuela y no tener empleo. hogar y tener problemas con la policía. Stenbacka et al. (1993) analizaron en una El estudio de Stenbacka et al. (1992) con muestra de varones la relación que existía una muestra de 8.168 jóvenes suecos mos- entre el ofrecimiento de drogas, el consumo tró, respecto al consumo de cannabis, que el de cannabis y la progresión de esta sustancia abuso del mismo en el pasado se asoció con al abuso de drogas por vía intravenosa. El un mayor riesgo de consumo de drogas estudio se llevó a cabo en Suecia, en los actual (odds ratio = 3.6). años 1969-70, sobre una cohorte de 50.462 Wills et al. (1997) analizaron el fenómeno jóvenes aptos para realizar el servicio militar, de la escalada en una muestra de adolescen- de los que se incluyeron en el estudio 23.482 tes a los que siguieron durante tres años. A jóvenes. Se evaluaron variables demográfi- lo largo de este período llevaron a cabo tres cas, familiares, adaptación escolar, relaciones evaluaciones (en la primera evaluación la con los amigos, consumo de alcohol, tabaco, edad media de la muestra fue de 12.4 años), narcóticos y solventes esnifados; igualmente, en base a las cuales pudieron identificar si utilizaban drogas de modo intravenoso. varios grupos, utilizando el análisis estadístico También se evaluaron variables psicológicas “cluster”: 1) no consumidores estables, que de control emocional, madurez social y fun- eran los que no habían consumido ninguna ciones psíquicas. sustancia a lo largo del tiempo; 2) experimen- Del total de la muestra, al 42% les habían tadores mínimos, aquellos que habían tenido ofrecido drogas ilegales y el 10.7% las probó. un consumo mínimo; 3) comienzo tardío, que La droga más probada fue el cannabis, en el eran los que experimentaban con las sustan- 84% de los casos. De éstos, el 8% usaba cias en los grados 7º y 8º, pero lo incremen-

Vázquez, F.; Becoña, E. 181 tan en el grado 9º (1º, 2º y 3º de la ESO en mido previamente alcohol o tabaco o ambas España, respectivamente); 4) escalador 1, y, el consumo de drogas ilegales, que no sea que eran aquellos que ya tenían un consumo el cannabis, es raro en ausencia de una expe- elevado de sustancias cuando estaban cur- rimentación previa con el mismo. sando el grado 71 y lo seguían incrementan- Actualmente se considera que hay algunos do a lo largo del tiempo; y, 5) escalador 2, factores de riesgo que pueden intervenir en aquellos que se habían iniciado muy tempra- el fenómeno de la escalada, tal como hemos namente al consumo y que lo habían incre- analizado anteriormente. Como comentan mentado de modo acusado a lo largo del Hammer y Vaglun (1991), concretamente tiempo. Las sustancias que consumían eran sobre el cannabis, la investigación debe diri- tabaco, alcohol y marihuana. Se encontró que girse a analizar los factores de personalidad y los escaladores tenían un gran número de los procesos sociales que llevan a los jóvenes factores de riesgo y escasos factores de pro- que viven en un contexto de alto riesgo a ser tección. Los más significativos fueron el capaces de no llegar a consumir sustancias experimentar un mayor estrés vital, el bajo como el cannabis u otras. De las palabras de apoyo parental, el mayor uso de sustancias estos autores se infiere claramente que tene- por parte de los padres, tener actitudes des- mos un conjunto clave de factores de riesgo viadas y habilidades de afrontamiento des- que se asocian con el uso del cannabis. Algu- adaptativas, bajas habilidades de autocontrol nas de ellos los propusieron dichos autores: y mayor afiliación con iguales que consumían “Los factores principales que discriminan sustancias, especialmente la marihuana. entre los adultos jóvenes que han consumido Otro importante factor de riesgo del con- cannabis respecto a los que nunca lo han sumo de cannabis se asocia con la vida recre- hecho son residir en zona urbana, sexo ativa actual y la normalización de los consu- (varón), tener padres divorciados, problemas mos de las llamadas drogas “recreativas” con la educación, desempleo, problemas de (Calafat et al., 1999), no viendo a estas como integración social y problemas de salud. un problema o que puedan causarles proble- Encontramos, sin embargo, que entre aque- mas, sino más bien como una ayuda eficaz llos que sólo han experimentado con el can- para aguantar “la marcha”. El policonsumo se nabis, los problemas psicológicos no discrimi- hace así un elemento más de “la marcha”, nan entre los que lo usan y los que no” donde junto al tabaco y el alcohol están el (Hammer y Vauglum, 1991, pp. 905-906). cannabis, las drogas de síntesis y la cocaína. Otros factores encontrados en diferentes El entretenimiento se asocia con frecuencia estudios son el inicio temprano al consumo, al uso de drogas, especialmente cuando hay tener compañeros con conductas desviadas, que cambiar los horarios habituales y hay que tener padres consumidores de sustancias, trasnochar muchas horas, sobre todo cuando salir frecuentemente de diversión, etc. la diversión dura hasta la mañana del día El gran objetivo de la prevención es retra- siguiente. sar la iniciación del uso de sustancias que son la “puerta de entrada” a otras drogas (Kaminer y Tarter, 1999). Si se previene el CONCLUSIÓN consumo de tabaco y alcohol incrementamos la probabilidad de un menor consumo de can- Las personas implicadas en el consumo de nabis y, al tiempo, la prevención del consumo drogas siguen una secuencia bien definida de cannabis previene el consumo de heroína (Kandel y Yamaguchi, 1999). El alcohol y/o el o cocaína (Pentz, 1999). Sin embargo, tam- tabaco, drogas que son legales para los adul- bién hay que tener en cuenta otras variables tos de nuestra sociedad, son las sustancias además del propio consumo o la “sustancia” que primero se consumen. El consumo del en sí. Por ello, se puede concluir que: 1) exis- cannabis rara vez tiene lugar sin haber consu- te una relación significativa entre el consumo

182 Factores de riesgo y escalada cannabinoide de drogas legales (tabaco y alcohol) y el pos- estudios. Esto facilita poder diseñar progra- terior consumo de cannabis, y entre el consu- mas preventivos para esta sustancia con una mo de cannabis y el consumo posterior de adecuada base empírica; esto es, basados en heroína o cocaína; 2) aunque exista una rela- aquellos factores de riesgo y de protección ción no se deben confundir los términos de que se han ido encontrando en los estudios asociación y causalidad; 3) existen otras varia- existentes en la literatura científica. bles relacionadas con el consumo de canna- bis y con el consumo de la heroína o cocaí- na, que en muchos casos pueden estar relacionadas con el consumo previo de estas REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS sustancias, y que también pueden estar aso- ciadas con el fenómeno de la escalada; 4) Bachman, J.G., Wadsworth, K.N., O’Malley, P.M. et aun así, desde una perspectiva preventiva y al. (1997). Smoking, drinking, and drug use de salud pública, hay que intervenir tanto in young adulthood:The impacts of new fre- sobre el cannabis, como sobre las otras varia- edoms and new responsibilities. Mahwah, NJ: Lawrence Earlbaum Associates. bles que se relacionan con el consumo, tanto las sustancias previas en la cadena del con- Becoña, E. (1999). Bases teóricas que sustentan sumo (ej., alcohol, tabaco), como en variables los programas de prevención de drogas. Madrid: Plan Nacional sobre Drogas. de tipo social (aceptación, disponibilidad), bio- lógicas (predisposición) y psicológicas (ej., Cabrera, R. y Torrecilla, J.M. (Coords.) (1998). rasgos de personalidad, aprendizaje); 5) la Manual de drogodependencias. Madrid: Cauce Editorial. prevención debe, por tanto, centrarse tanto en poner en marcha acciones para frenar el Calafat, A., Bohrn, K., Juan, M. et al. (1999). Night consumo de esas sustancias como para life in Europe and recreative drugs use. SONAR 98. Palma de Mallorca: Irefrea, España. modificar aquellas variables que se relacionen con el inicio, la progresión y el mantenimien- Chen, K. y Kandel, D.B. (1998). Predictors of cessa- to del consumo de las distintas sustancias tion of marihuana use: An event history analy- centrándose en las variables del individuo (ej., sis. Drug and Alcohol Dependence, 50, 109- 121. dotarlo de estrategias de afrontamiento) y del sistema social (ej., que tenga oportunidades Díaz, J. (1997). How drugs influence behavior. educativas, laborales, etc.), así como en otras New Jersey: Prentice Hall. conductas relacionadas con el consumo de Gold, M.S. y Tullis, M. (1999). Cannabis. En Galan- drogas (predisposición, conductas delictivas, ter, M. y Kleber, H.D. (Eds.), Textbook of subs- baja autoestima, etc.). tance abuse treatment (2nd ed., pp. 165-181). Washington, DC: American Psychiatric Press. Finalmente, hay que reconocer que se Golub, A. y Johnson, B.D. (1994). The shifting aprecia una importante laguna en la realiza- importance of alcohol and marijuana as gate- ción de estudios que tienen por objetivo ana- way substances among serious drug abusers. lizar los factores de riesgo sobre el consumo Journal of Studies on Alcohol, 55, 607-614. de cannabis, a pesar de la clara importancia Hammer, T. y Vaglum, P. (1991). Users and nonu- que ello tiene para la posterior predicción del sers within a high risk milieu of cannabis use. A consumo de otras drogas como la cocaína, general population study. International Jour- las drogas de síntesis o la heroína. Quizás la nal of Addictions, 26, 595-604. causa de ello es la necesidad de tener que Hulley, S. y Cummings, S.R. (1988). Designing cli- hacer estudios longitudinales de larga dura- nical research. Baltimore: Williams & Wilkins. ción. No obstante, los resultados de las Kaminer, Y. y Tarter, R.E. (1999). Adolescent subs- pocas investigaciones existentes, que con tance abuse. En M. Galanter y H.D. Kleber frecuencia han utilizado distintos tipos de (Eds.), Textbook of substance abuse treat- diseños, son todos coincidentes entre sí, lo ment (2nd. ed., pp. 465-474). Washington, DC: cual da robustez a los hallazgos de dichos American Psychiatric Press.

Vázquez, F.; Becoña, E. 183 Kandel, D. (1975). Stages in adolescent involve- O’Malley, P.M., Johnston, L.D. y Bachman, J.G. ment in drug use. Science, 190, 912-914. (1999). Epidemiology of substance abuse in Kandel, D.B. y Davies, M. (1992). Progresión to adolescence. En P.J. Ott, R.E. Tarter y R.T. regular marijuana involvement: Phenomeno- Ammerman (Eds.), Sourcebook on substance logy and risk factors for near-daily use. En M. abuse. Etiology, epidemiology, assessment, Glantz y R. Pickens (Eds.), Vulnerability to and treatment (2nd. ed., pp. 15-31). Boston: drug abuse (pp. 211-253). Washington, D.C.: Allyn and Bacon. American Psychological Association. Pentz, M.A. (1999). Prevention. En M. Galanter y Kandel, D.B. y Yamaguchi, K. (1985). Developmental H.D. Kleber (Eds.), Textbook of substance patterns of the use of legal, illegal, and prescri- abuse treatment (2nd. ed., pp. 535-544). Was- bed drugs. En C.L. Jones y R.J. Battjes (Eds.), hington, DC: American Psychiatric Press. Etiology of drug abuse (pp. 193-235). Rockvi- Plan Nacional sobre Drogas (1997). Encuesta lle, MD: National Institute on Drug Abuse. sobre drogas a la población escolar. Madrid: Kandel, D. y Yamaguchi, K. (1999). Developmental Delegación del Gobierno para el Plan Nacional stages of involvement in substance use. En P.J. sobre Drogas. Ott, R.E. Tarter y R.T. Ammerman (Eds.), Sour- Recio, J.L. (1995). The influence of family, school cebook on substance abuse. Etiology, epi- and peers on adolescent drug misuse. Interna- demiology, assessment, and treatment (pp. tional Journal of Addictions, 30, 1407-1423. 50-74). Nueva York: Allyn & Bacon. Stenbacka, M., Allebeck, P., Brandt, L. y Romelsjö, Kandel, D.B., Yamaguchi, K. y Chen, K. (1992). Sta- A. (1992). Intravenous drug abuse in young ges of progresión in drug involvement from men: Risk factors assessed in a longitudinal adolescent to adulthood: Further evidence for perspective. Scandinavian Journal of Social the gateway theory. Journal of Studies on Alcohol, 53, 447-457. Medicine, 20, 94-101. Kelly, TH., Foltin, R.W., Emurian, C.S. y Fischman, Stenbacka, M., Allenbeck, P. y Romelsjö, A. (1993). M.W. (1994). Effects of delta-9-THC on marijua- Initiation to drug abuse: The pathway from na smoking, drug choice and verbal reports of being offered drugs to trying cannabis and pro- drug liking. Journal of Experimental Analysis gression to intravenous drug abuse. Scandina- of Behavior, 61, 203-211. vian Journal of Social Medicine, 21, 31-39. Martin, B.R. (1999). Neurobiology of marihuana. En Werch, C.E. y Anzalone, D. (1995). Stage theory and M. Galanter y H.D. Kleber (Eds.), Textbook of research on tobacco, alcohol, and other drug substance abuse treatment (2nd. ed., pp. 39- use. Journal of Drug Education, 25, 81-98. 46). Washington, DC: American Psychiatric Wills, T. A., McNamara, G., Vaccaro, D. y Hirky, E. Press. (1997). Escalated substance use: A longitudinal Millman, R.B. y Beeder, A.B. (1997). Cannabis. En grouping analysis from early to middle adoles- M. Galanter y H.D. Kleber (Eds.), El tratamien- cence. En G.A. Marlatt y G.R. VandenBos to de los trastornos por abuso de sustan- (Eds.), Addictive behaviors: Readings on cias (pp. 91-109). Barcelona: Masson. etiology, prevention, and treatment (pp. 97- Moore, D.S. y McCabe, G.P. (1997). Introduction 128). Washington, DC: American Psychological to the practice of statistics (2nd. ed.). Nueva Association. York: W.H. Freeman and Company. Yamaguchi, K. y Kandel, D. (1985). On the resolu- Neumark-Sztainer, D., Story, M., Dixon, L.B. y Murray, D.M. tion of role incompatibility. A life event history (1998). Adolescents engaging in unhealthy weight con- of analysis of family roles and marihuana use. trol behaviors: Are they at risk for other health-compro- American Journal of Sociology, 90, 1284- mising behaviors? American Journal of Public 1325. Health, 88, 952-955. Yu, J. y Williford, W. (1992). The analysis of drug O’Donnell, J.A. y Clayton, R. (1982). The stepping- use progression of young adults in New York stone hypothesis- Marijuana, heroin and causa- State. The International Journal of the lity. Chemical Dependence, 4, 229-241. Addictions, 27, 1313-1323.

184 Factores de riesgo y escalada cannabinoide Personalidad y uso-abuso de cannabis

GONZÁLEZ, M.P.*; SÁIZ, P.A.**; QUIRÓS, M.***; LÓPEZ, J.L.****

* Prof. Titular Area de Psiquiatría – Universidad de Oviedo ** Prof. Asociado Prof. Titular Area de Psiquiatría – Universidad de Oviedo *** Colaboradora de Honor Area de Psiquiatría – Universidad de Oviedo ***** Prof. Asociado Area de Enfermería – Universidad de Oviedo

Enviar correspondencia a: MP González G-Portilla. Universidad de Oviedo Fac. Medicina - Area Psiquiatría. Julián Clavería, 6. 33006 Oviedo

Resumen Summary

Objetivos: determinar los rasgos de personalidad Objective: to determine the personality traits asso- asociados al consumo de cannabis. Método: 3634 ciated to cannabis consumption. Methods: 3634 mili- reclutas y 2841estudiantes de secundaria cumpli- tary conscripts and 2847 secondary students filled- mentaron el EPQ-A y la Escala de Búsqueda de Sen- up the EPQ-A and the Sensation Seeking Scale. Each saciones. Cada muestra fue dividida en 3 grupos; G1: sample was divided into three groups: G1: no con- no consumidores de sustancias ilegales, G2: consu- sumption of illegal substances; G2: consumption of midores de cannabis, G3: consumidores de cannabis cannabis; G3: consumption of cannabis plus other más otras sustancias ilegales. Resultados: Neuroticis- illegal substances. Results: Neuroticism: conscripts: mo: reclutas: G3 puntuó significativamente más alto G3 scored significantly higher than the other two que los otros dos grupos; estudiantes mujeres: G1 groups; female students: G1 scored significantly puntuó significativamente más bajo que los otros dos lower than the other two groups; male students: no grupos; estudiantes varones: sin diferencias entre significant differences across groups. Intro-extrover- grupos. Intro-extroversión: en las tres muestras G1 puntuó significativamente más bajo que los otros dos sion: in all samples G1 scored significantly lower grupos. Psicoticismo: estudiantes: diferencias signifi- than the other two groups. Psychoticism: students: cativas entre los 3 grupos, G3 obtuvo las puntuacio- significant differences among the three groups, G3 nes más altas; reclutas: G3 puntuó significativamente obtained the highest score; conscripts: G3 scored más alto que los otros dos grupos. Búsqueda de sen- significanly higher than the other two groups. Sensa- saciones: las tres muestras obtienen los mismos tion seeking: the three samples obtained the same resultados que los estudiantes en psicoticismo. Con- results as students did in pscyhoticism. Conclusions: clusiones: existen diferencias de personalidad en fun- consumption of cannabis is associated with specific ción del consumo de cannabis. personality traits.

Palabras clave: neuroticismo, intro-extroversión, psi- Key words: neuroticism, intro-extroversion, psychoti- coticismo, búsqueda de sensaciones, cannabis. cism, sensation seeking, cannabis, adolescents.

INTRODUCCIÓN tabaco y la personalidad han sido muchos los investigadores que han dedicado sus esfuer- l interés por la personalidad y el uso- zos a arrojar alguna luz sobre el respecto. abuso de sustancias es ya antiguo. Aunque se acepta que no existe una perso- E Desde los primeros estudios de Eysenck nalidad prototípica del consumidor de sustan- buscando una relación entre el consumo de cias ilegales, existe un elevado interés por

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 185 conocer el papel que juega la personalidad en timas y estafados. Serían, en definitiva, ado- el desarrollo de la adicción, especialmente de lescentes aislados emocionalemente, infeli- cara a la intervencióni. ces, que expresan sus problemas adaptativos Uno de los factores de personalidad que mediante conductas abiertamente antisocia- ha sido relacionado con la conducta de uso- les. Por el contrario, los “abstinentes” (no abuso de cannabis es la “búsqueda de sensa- habían utilizado drogas ilegales) a los 7 años ciones”2,3,4. Este rasgo, definido por Zucker- fueron descritos como inhibidos, convencio- man2,5 se caracteriza por la búsqueda de nales, obedientes, y poco creativos. A los 11 experiencias y sensaciones intensas, novedo- años eran tímidos, limpios y ordenados, y fáci- sas, variadas y complejas, y por la voluntad les de contentar pero sin gracia, ni expresivi- de experimentar y participar en experiencias dad. A los 18 años eran supercontrolados, que comporten riesgos de diversos tipos (físi- moralistas, ansiosos, y poco afectuosos. El co, social, legal, ...). En un estudio posterior, “estado ideal” correspondía al grupo de los Zuckerman6 amplia este rasgo de la persona- “experimentadores” (habían utilizado canna- lidad pasándolo a denominar “impulsividad bis no más de una vez al mes y habían proba- no socializada/búsqueda de sensaciones” y do al menos otra droga). Estos ya desde los 7 considerándolo integrador de los aspectos años eran afectuosos, entusiastas, curiosos, básicos de la impulsividad de Gray y del psi- abiertos, activos y alegres. Para estos autores coticismo de Eysenck. Además, diferencia en el mecanismo de la adicción al cannabis no él 4 subdimensiones: búsqueda de emocio- sería tanto función de las propiedades psico- nes (aventuras, riesgos); búsqueda de excita- farmacológicas intrínsecas del cannabis como ción (experiencias); desinhibición; y suscepti- de la psicopatología subyacente. bilidad al aburrimiento. Diversos autores7, 8 , 4 , La relación entre la personalidad y el can- han demostrado la especificidad de estas nabis ha sido estudiada también desde la otra subdimensiones en cuanto al tipo de droga vertiente, no como causa de consumo sino consumida; el uso de cannabis se asociaba como consecuencia del mismo. Los efectos fuertemente a puntuaciones elevadas en la sobre la salud del uso prolongado del canna- escala de búsqueda de excitación y modera- bis no son del todo claros. Ello se debe a la damente a puntuaciones elevadas en la esca- escasez de estudios epidemiológicos y a las la de desinhibición. interpretaciones encontradas de las escasas En un estudio prospectivo sobre personali- evidencias existentes, tanto epidemiológicas 10 dad y uso de cannabis, Shedler y Blocki9 como de laboratorio . En este sentido, algu- encontraron que ya desde la infancia, los chi- nos autores han descrito el “síndrome amoti- 11 cos que a los 18 años consumían cannabis al vacional” como el resultado del consumo menos una vez a la semana y que habían prolongolado de esta sustancia, que se mani- usado al menos otra drogas (“consumidores festaría especialmente en individuos con tra- 12 frecuentes”) se diferenciaban del resto. A los bajo de carácter intelectual Los sujetos afec- 7 años de edad los consumidores frecuentes tos de este síndrome pasarían a ser pasivos, se caracterizaban por presentar dificultades sin objetivos en la vida, apáticos, poco comu- para planear, poca confianza en sí mismos, nicativos, y sin ambiciones. Desde un punto eran informales y se mostraban indiferentes a de vista fisiopatológico, los síntomas se expli- las cuestiones morales. A los 11 años eran carían por cambios hormonales, daño cere- distraídos, poco cooperadores, y vulnerables bral, sedación y depresión. Sin embargo, en al estrés. A los 18 se caracterizaban por ser la actualidad todavía no está claro que se inseguros, impulsivos, poco formales, poco deba a las propiedades inherentes de la sus- considerados, autoindulgentes, e impredeci- tancia en vez de a mecanismos de adapta- bles en su humor y comportamiento. Ante la ción sociocultural de los consumidores. frustración reaccionan de forma exagerada, y Un hallazgo consistente en cuanto a los se sienten inadecuados como personas, y víc- efectos sobre la salud es la existencia de una

186 Personalidad y uso-abuso de cannabis secuencia en la iniciación en el uso de dro- La muestra de los reclutas está constituida gas, en la cual el cannabis típicamente prece- por todos los que se incorporaron al Regi- de a las drogas consideradas como “más miento Príncipe de Asturias (Noreña) en los duras” como opiáceos y estimulantes13,14. Las reemplazos habidos desde el año 1995 al explicaciones más plausibles10 apuntan a que 1999 (n= 3634). La muestra de los estudian- o bien se engancharían al cannabis los ado- tes la forman los alumnos de enseñanza lescentes inconformistas con propensión a secundaria de los centros públicos de Oviedo utilizar otras drogas ilícitas, o bien que, una que asistieron a clase el día de la encuesta vez enganchados al cannabis, la interacción –primavera de 1999– (n= 2841). social con pares usuarios de drogas y el La edad media de los reclutas era de 20.28 mayor acceso al mercado de drogas ilegales (2.56) años y el 100% eran varones. En el aumentarían la probabilidad de usar otras dro- caso de los estudiantes, la edad media era de gas ilícitas. 15.87 (1.47), sin que existiesen diferencias Con el objeto de aclarar la relación entre la estadísticamente significativas en función del personalidad y el uso-abuso de sustancias ile- sexo (15.85 los hombres frente a 15.89 las gales, entre ellas el cannabis, en el Area de mujeres). El 50.9% eran hombres. En cuanto Psiquiatría de la Universidad de Oviedo veni- al nivel de estudios que estaban realizando, el mos realizando, desde el año 1995, un segui- 28.4% estaba cursando 1º de bachiller, el miento del consumo de sustancias en los 6.1% 2º de la ESO, el 33.8% 3º de la ESO, el jóvenes asturianos. 28.9% 4º de la ESO, y el 2.8% módulos de FP. MATERIAL Y MÉTODOS Procedimiento e instrumentos de evaluación Sujetos En el caso de los reclutas, los cuestiona- Los datos del presente estudio se han rios se administraron, sin previo aviso y de obtenido de dos poblaciones complementa- acuerdo con los servicios médicos del regi- rias, por un lado los jóvenes que se incorpo- miento, un día de la 1ª semana de su incorpo- ran al Servicio Militar y, por otro, jóvenes ración. Tras una breve explicación de los obje- estudiantes. tivos del estudio para los que solicitábamos

Tabla 1. Relación entre uso-abuso de sustancias ilegales alguna vez en la vida y pun- tuaciones medias (desviaciones estándar) en el EPQ-A

GRUPO 1 GRUPO 2 GRUPO 3 (ninguna sustancia) (sólo cannabis) (cannabis + otras) p Grupos distintos Neuroticismo - reclutas 11.05 (5.69) 10.73 (5.80) 12.05 (5.91) .000 3 vs. 2,1 - estudiantes varones 12.84 (4.73) 13.01 (5.21) 12.69 (5.22) n.s. - estudiantes mujeres 15.18 (4.88) 16.07 (4.95) 16.85 (4.74) .000 1 vs. 2,3

Intro-extroversión - reclutas 13.63 (3.74) 14.34 (3.68) 14.04 (3.83) .000 1 vs. 2,3 - estudiantes varones 14.51 (3.55) 15.45 (2.97) 15.72 (2.81) .000 1 vs. 2,3 - estudiantes mujeres 14.31 (3.56) 15.13 (3.24) 15.58 (3.17) .000 1 vs. 2,3

Psicoticismo - reclutas 3.64 (2.81) 3.94 (2.93) 6.16 (4.07) .000 3 vs. 2,1 - estudiantes varones 4.65 (2.86) 5.26 (2.94) 7.38 (3.69) .000 3 vs. 2 vs. 1 - estudiantes mujeres 3.33 (2.25) 3.95 (2.52) 5.45 (3.11) .000 3 vs. 2 vs. 1

ANOVA (prueba post hoc: Duncan)

González, M.P.; Sáiz, P.; Quirós, M.; López, J.L. 187 Tabla 2. Relación entre uso-abuso de sustancias ilegales alguna vez en la vida y puntuaciones medias (desviaciones estándar) en la escala de Búsqueda de Sensaciones (Forma V) de Zuckerman

GRUPO 1 GRUPO 2 GRUPO 3 P GRUPOS DISTINTOS (ninguna sustancia) (sólo cannabis) (cannabis + otras)

Búsqueda emociones (BEM) - reclutas 6.09 (2.83) 7.03 (2.47) 7.02 (2.51) .000 1 vs. 2,3 - estudiantes varones 7.49 (2.43) 7.84 (2.05) 7.84 (2.08) .04 - estudiantes mujeres 6.99 (2.47) 7.58 (2.05) 7.32 (2.32) .002 1 vs. 2

Búsqueda excitación (BEX) - reclutas 4.32 (1.59) 5.50 (1.73) 6.26 (1.69) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes varones 4.51 (1.50) 5.81 (1.76) 6.65 (1.72) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes mujeres 5.12 (1.49) 6.58 (1.48) 7.17 (1.51) .000 1 vs. 2 vs. 3

Desinhibición (DES) - reclutas 5.83 (2.02) 7.06 (1.87) 7.80 (1.76) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes varones 6.05 (1.98) 7.75 (1.57) 8.38 (1.50) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes mujeres 5.00 (2.10) 6.66 (1.96) 7.41 (1.64) .000 1 vs. 2 vs. 3

Susceptibilidad aburrimiento (SAB) - reclutas 4.45 (2.10) 5.02 (2.19) 5.46 (2.00) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes varones 5.28 (1.93) 5.56 (1.99) 6.28 (1.86) .000 3 vs. 1,2 - estudiantes mujeres 4.92 (1.89) 5.48 (1.83) 6.01 (1.67) .000 1 vs. 2 vs. 3

Tot al - reclutas 20.70 (5.92) 24.60 (5.51) 26.48 (5.34) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes varones 23.35 (5.07) 26.97 (4.54) 29.13 (4.33) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes mujeres 22.07 (5.05) 26.30 (4.30) 27.93 (4.49) .000 1 vs. 2 vs. 3

ANOVA (prueba post hoc: Duncan) su cooperación y de cómo habían de rellenar • La Escala de Búsqueda de Sensaciones las hojas de respuesta, se leían las preguntas (Forma V) de Zuckerman en voz alta. Cada recluta contestaba de forma Se trata de un cuestionario originariamente anónima en su hoja de respuestas. Se eligió desarrollado en inglés y adaptado a numero- esta forma de administración (lectura en voz sos idiomas, entre ellos el español, diseñado alta) dada la magnitud de los reemplazos, para evaluar la dimensión de la personalidad especialmente en los primeros años. descrita por Zuckerman como “búsqueda de Con los estudiantes se siguió el mismo sensaciones”. procedimiento, aunque al ser las clases muy Consta de un total de 40 items de res- reducidas no se leyeron las preguntas sino puesta dicotómica sí-no que se agrupan en 4 que a cada estudiante se le proporcionó el escalas que corresponden a las 4 subdimen- cuadernillo de preguntas y la hoja de res- siones de este rasgo de personalidad: bús- puesta en la que debían contestar. queda de emociones (BEM), búsqueda de La encuesta incluía unos mínimos datos excitación (BEX), desinhibición (DES), y sus- sociodemográficos (edad, sexo, estado civil, ceptibilidad al aburrimiento (SAB). Además, curso, y situación laboral) y las versiones de puntuaciones en estas 4 subdimensiones españolas del Cuestionario de Consumo de se obtiene una puntuación global de la Drogas de la OMS15, del Cuestionario de Per- dimensión general de búsqueda de sensacio- sonalidad de Eysenck para Adultos (EPQ-A)16, nes. Obtienen puntuaciones elevadas en esta y de la Escala de Búsqueda de Sensaciones escala las siguientes poblaciones: deportistas (Forma V) de Zuckerman17. de riesgo, policías, guardaespaldas, delin-

188 Personalidad y uso-abuso de cannabis Tabla 3. Diferencias, expresadas en desviaciones estándar, entre las puntuaciones obtenidas por las tres muestras en la escala de Búsqueda de Sensaciones (Forma V) de Zuckerman y la población estudiantil española de referencia

GRUPO 1 GRUPO 2 GRUPO 3 TOTAL (ninguna sustancia) (sólo cannabis) (cannabis + otras)

Búsqueda emociones (BEM) - reclutas -.2 0 0 -.1 - estudiantes varones .2 .4 .4 .3 - estudiantes mujeres .3 .6 .5 .4

Búsqueda excitación (BEX) - reclutas -.6 0 .2 -.3 - estudiantes varones -.5 0 .4 -.2 - estudiantes mujeres -.1 .6 .9 .1

Desinhibición (DES) - reclutas .2 .7 1 .5 - estudiantes varones .3 1 1.3 .6 - estudiantes mujeres 1 1.9 2.3 1.4

Susceptibilidad aburrimiento (SAB) - reclutas .3 .6 .8 .5 - estudiantes varones .7 .8 1.2 .8 - estudiantes mujeres 1 1.3 1.5 1.1

Tot al - reclutas 0.5.8.2 - estudiantes varones .3 .8 1.2 .5 - estudiantes mujeres .8 1.6 1.9 1.1 cuentes, consumidores de drogas, y sujetos Análisis estadístico a los que les gusta poner a prueba sus recur- En la muestra de estudiantes, los datos se sos personales, entre otros. analizaron de forma independiente en función del sexo dadas las diferencias en cuanto a • El Cuestionario de Personalidad de personalidad. Por lo tanto, en este estudio se Eysenck para Adultos van a presentar los resultados de personali- dad y uso-abuso de cannabis de tres mues- Al igual que el anterior, se trata de un cues- tras: reclutas, estudiantes varones, y estu- tionario origanariamente desarrollado en diantes mujeres. A su vez, cada muestra se inglés que ha sido adaptado y validado en varios idiomas. El EPQ-A fue desarrollado dividió en tres grupos en función del consu- como fruto del trabajo sobre otros cuestiona- mo: grupo 1 que no había consumido ningu- rios previos. Evalúa las siguientes tres dimen- na sustancia ilegal; el grupo 2 que sólo había siones básicas de la personalidad: Neuroticis- consumido cannabis como sustancia ilegal; y mo, Intro-extroversión, y Psicoticismo o el grupo 3 que había consumido cannabis Dureza. Además, posee una escala de since- más otras sustancias ilegales. Se presentan ridad que intenta medir la tendecia al disimu- los datos de las tres muestras y los tres gru- lo de algunos sujetos para presentar un pos dentro de cada muestra para únicamente “buen aspecto”16. Consta de un total de 94 una de las tres referencias temporales de ítems de respuesta dicotómica sí-no; 24 consumo que explora el cuestionario de la ítems evalúan la dimensión de neuroticismo, OMS: alguna vez en la vida. 20 la de extro-introversión, 24 la de dureza, y Además se analizó si existía alguna diferen- 25 ítems evalúan la sinceridad. cia en cuanto a personalidad entre los sujetes

González, M.P.; Sáiz, P.; Quirós, M.; López, J.L. 189 Tabla 4. Diferencias en el perfil EPQ-A entre los que nunca consumieron (abstinentes), los que probaron pero no continuaron (experimentadores), y los que habiendo probado continuaron consumiendo (reincidentes)

ABSTINENTES (1) EXPERIMENTADORES (2) REINCIDENTES (3) p GRUPOS DISTINTOS

Neuroticismo - reclutas 11.33 (5.71) 11.04 (5.92) 12.13 (5.73) .001 3 vs. 2,1 - estudiantes varones 12.38 (4.82) 13.64 (5.15) 12.57 (5.13) .01 2 vs. 1,3 - estudiantes mujeres 15.46 (4.87) 16.25 (4.90) 16.75 (4.72) .000 1 vs. 2,3

Intro-extroversión - reclutas 13.63 (3.73) 14.19 (3.74) 14.13 (3.74) .000 1 vs. 2,3 - estudiantes varones 14.60 (3.53) 14.92 (3.35) 15.89 (2.61) .000 3 vs. 1,2 - estudiantes mujeres 14.34 (3.56) 15.40 (3.38) 15.22 (3.21) .000 1 vs. 2,3

Psicoticismo - reclutas 3.79 (2.93) 4.39 (3.36) 6.22 (4.03) .000 3 vs. 2 vs. 1 - estudiantes varones 4.92 (3.01) 5.85 (3.36) 6.75 (3.49) .000 3 vs. 2 vs. 1 - estudiantes mujeres 3.43 (2.33) 4.34 (2.70) 4.82 (2.85) .000 3 vs. 2 vs. 1

ANOVA (prueba post hoc: Duncan) que tras haber consumido alguna vez en su huana, hierba, haschisch o kif)? el 40.4% de vida siguieron consumiendo (presentaban con- los reclutas frente al 35.3% de los estudian- sumo también en el último mes) y los que ya tes (p .000) y al 36.6% de las estudiantes (p. no consumían (no había consumos en el último 01). Entre los estudiantes no había diferen- mes). Para ello creamos una nueva variable, cias en el consumo en función del sexo. suma de consumo alguna vez en la vida y con- Al dividir cada una de las muestras en los sumo en el último mes, en la que los sujetos tres grupos de consumo anteriormente des- se clasificaban en tres grupos: “abstinentes” critos obtuvimos los siguientes resultados: (nunca consumo, ni alguna vez ni en el último grupo 1 (ninguna sustancia ilegal) el 58.6% mes); “experimentadores” (consumo alguna de los reclutas, el 63.3% de los estudiantes, vez pero no en el último mes); y “reincidentes” y el 62.6% de las estudiantes; grupo 2 (sólo (consumo alguna vez y en el último mes). cannabis): el 18.8% de los reclutas, el 17.1% Para determinar la significación estadística de los estudiantes, y el 21.7% de las estu- de las diferencias en las puntuaciones en los diantes; y grupo 3 (cannabis más otras sus- cuestionarios de personalidad utilizamos el tancias ilegales) el 22.6%, el 19.6%, y el ANOVA con la prueba Duncan de compara- 15.7% de los reclutas, estudiantes varones, y ciones múltiples post hoc, la prueba t de Stu- estudiantes mujeres respectivamente. dent, o el cálculo de desviaciones estándar respecto a la norma según fuese necesario. • Persistencia del consumo (consumo de Para el contraste de proporciones se utiliza- cannabis alguna vez y en el último mes) ron las pruebas Chi cuadrado o Z. Eran “abstinentes”, es decir, no habían con- sumido cannabis ni alguna vez ni en el último mes, el 60.7% de los reclutas, el 64.9% de RESULTADOS los estudiantes, y el 64.3% de las estudian- tes. Contestaron como “experimentadores”, Características de consumo de cannabis consumo alguno vez pero no en el último • Consumo de cannabis alguna vez mes, el 21.6% de los reclutas, el 11.7% de los Contestaron afirmativamente a la pregunta estudiantes, y el 16% de las estudiantes. ¿Has consumido alguna vez cannabis (mari- Finalmente, fueron considerados “reinciden-

190 Personalidad y uso-abuso de cannabis Tabla 5. Diferencias en la búsqueda de sensaciones entre los que nunca consumieron (abstinentes), los que probaron pero no continuaron (experimentadores), y los que habiendo probado continuaron consumiendo (reincidentes).

ABSTINENTES EXPERIMENTADORES REINCIDENTES p GRUPOS (1) (2) (3) DISTINTOS

Búsqueda emociones (BEM) - reclutas 6.09 (2.81) 6.98 (2.45) 7.05 (2.52) .000 1 vs. 2,3 - estudiantes varones 7.48 (2.44) 8.00 (1.82) 7.80 (2.11) .007 1 vs. 2 - estudiantes mujeres 6.93 (2.49) 7.35 (2.15) 7.55 (2.18) .000 1 vs. 2,3

Búsqueda excitación (BEX) - reclutas 4.35 (1.61) 5.66 (1.79) 6.16 (1.67) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes varones 4.56 (1.52) 5.80 (1.85) 6.57 (1.67) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes mujeres 5.17 (1.52) 6.63 (1.53) 7.04 (1.53) .000 1 vs. 2 vs. 3 Desinhibición (DES) - reclutas 5.93 (2.06) 7.16 (1.90) 7.86 (1.69) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes varones 6.17 (1.98) 7.59 (1.67) 8.39 (1.42) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes mujeres 5.12 (2.11) 6.69 (2.06) 7.27 (1.66) .000 1 vs. 2 vs. 3 Susceptibilidad aburrimiento (SAB) - reclutas 4.54 (2.11) 5.14 (2.18) 5.41 (1.99) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes varones 5.32 (1.96) 5.84 (2.03) 6.06 (1.92) .000 1 vs. 2,3 - estudiantes mujeres 4.96 (1.90) 5.69 (1.77) 5.78 (1.75) .000 1 vs. 2,3 Tot al - reclutas 20.92 (5.97) 24.92 (5.50) 26.43 (5.38) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes varones 23.53 (5.15) 27.35 (4.74) 28.76 (4.38) .000 1 vs. 2 vs. 3 - estudiantes mujeres 22.22 (5.11) 26.39 (4.65) 27.63 (4.13) .000 1 vs. 2 vs. 3

ANOVA (prueba post hoc: Duncan) tes” (consumos alguna vez y en el último res estudiantes obtuvieron las siguientes mes) el 17.7% de los reclutas, el 23.3% de los puntuaciones: 15.63 (4.91) en neuroticismo, estudiantes, y el 19.7% de las estudiantes. 14.69 (3.47) en extroversión, y 3.79 (2.58) en psicoticismo. Clínicamente, en las tres dimensiones se sitúan en el rango de la nor- Características de personalidad malidad. • Cuestionario de Personalidad de Eysenck (EPQ-A) • Escala de Búsqueda de Sensaciones La puntuación media obtenida por los (Forma V) de Zuckerman reclutas en las 3 dimensiones del EPQ-A fue- ron 11.22 (5.77) en neuroticismo, 13.85 (3.76) En la escala de búsqueda de sensaciones en extroversión, y 4.26 (3.32) en psicoticis- de Zuckerman los reclutas obtuvieron las mo. En el caso de los estudiantes varones las siguientes puntuaciones: 6.47 (2.73) en bús- puntuaciones fueron: 12.49 (4.91) en neuroti- queda de emociones, 4.98 (1.84) en búsque- cismo, 14.90 (3.36) en extroversión, y 5.29 da de excitación, 6.51 (2.11) en desinhibición, (3.23) en psicoticismo. Los estudiantes pun- 4.79 (2.13) en susceptibilidad al aburrimiento, tuaron significativamente (p .0000) más alto y 22.74 (6.24) en total. Las puntuaciones de que los reclutas en las tres dimensiones. los estudiantes varones fueron: BEM 7.62 Estas diferencias estadísticas, sin embargo, (2.31), BEX 5.15 (1.82), DES 6.80 (2.08), SAB sólo tienen trascendencia clínica en el caso 5.52 (1.96) y total 25.10 (5.40). Los estudian- del psicoticismo. Los estudiantes se sitúan tes varones puntuaron significativamente en el rango de elevado psicoticismo (percen- más alto que los reclutas en las 4 escalas y, til 85) mientras que los reclutas lo hacen en consecuentemente, en la puntuación total. Al el de normalidad-alto (percentil 80). Las muje- comparar las puntuaciones de estas dos

González, M.P.; Sáiz, P.; Quirós, M.; López, J.L. 191 Tabla 6. Diferencias, expresadas en desviaciones estándar, entre las puntuaciones obtenidas por los “abstinentes”, “experimentadores”, y “reincidentes” de las tres muestras en la escala de Búsqueda de Sensaciones (Forma V) de Zuckerman y la población estudiantil española de referencia.

ABSTINENTES EXPERIMENTADORES REINCIDENTES

Búsqueda emociones (BEM) - reclutas -.2 0 0 - estudiantes varones .2 .4 .3 - estudiantes mujeres .3 .5 .6

Búsqueda excitación (BEX) - reclutas -.6 0 .2 - estudiantes varones -.5 0 .4 - estudiantes mujeres -.1 .6 .8

Desinhibición (DES) - reclutas .3 .8 1.1 - estudiantes varones .4 .9 1.3 - estudiantes mujeres 1. 1 1. 9 2 . 2

Susceptibilidad aburrimiento (SAB) - reclutas .4 .7 .8 - estudiantes varones .7 1 1.1 - estudiantes mujeres 11.41.4

Tot al - reclutas 0.5.8 - estudiantes varones .3 .9 1.1 - estudiantes mujeres .8 1.6 1.8 muestras con las de los valores de la pobla- de la norma; en la escala SAB se encuantran ción de estudiantes varones españoles de 1.16 d.e. por encima; y en la puntuación total referencia17 encontramos diferencias estadís- en la escala 1.17 d.e. por encima. ticamente significativas en todas las escalas, excepto en la escala BEM en el caso de los Consumo de cannabis alguna vez en la vida y reclutas. Cuando calculamos las diferencias personalidad en términos de desviación estándar, la des- viación máxima fue de +0.87 en la escala La tabla 1 muestra los resultados obteni- dos en el análisis de la la asociación entre SAB en la muestra de estudiantes. uso-abuso de sustancias alguna vez en la Las puntuaciones que obtuvieron las muje- vida y el EPQ-A. Los resultados obtenidos en res estudiantes fueron: 7.17 (2.37) en la esca- la dimensión de neuroticismo varían de una la BEM, 5.75 (1.71) en la BEX, 5.74 (2.24) en la muestra a otra: en la muestra de los reclutas DES, 5.21 (1.89) en la SAB, y 23.91 (5.39) el grupo 3 (e.d., consumidores alguna vez de como puntuación total. Comparadas con las cannabis y otras sustancias ilegales) obtuvo puntuaciones de las estudiantes españolas de puntuaciones significativamente más eleva- referencia17, puntuaron significativamente más das que los otros dos grupos; en la muestra alto en todas las escalas y en la puntuación de estudiantes varones no se encontraron total. Cuando traducimos estas diferencias diferencias estadísticamente significativas estadísticas en desviaciones con respecto a la entre los tres grupos; y, finalmente, en la norma encontramos que en tres escalas las muestra de estudiantes mujeres el grupo 1 desviaciones fueron superiores a 1. En la (no consumo de sustancias ilegales) obtuvo escala DES nuestras estudiantes se encuen- puntuaciones significativamente inferiores a tran 1.44 desviaciones estándar por encima las de los otros dos grupos.

192 Personalidad y uso-abuso de cannabis En la dimensión de intro-extroversión los dos grupos; en los estudiantes varones no resultados fueron unánimes: en las tres hay diferencias estadísticamente significati- muestras los sujetos que nunca consumieron vas entre los tres grupos; y en las estudian- sustancias ilegales obtuvieron puntuaciones tes el grupo 1 puntúa significativamente significativamente inferiores a las de los otros menos que el grupo 2. dos grupos. Desde el punto de vista clínico, este instru- Finalmente, en la dimensión de psicoticis- mento se comporta de igual modo que el mo en las dos muestras de estudiantes (hom- anterior, mayor desviación respecto a la bres y mujeres) los 3 grupos son significativa- norma en función de la importancia del con- mente distintos entre sí, de tal manera que se sumo (tabla 3). No obstante, la trascendencia puede hablar de un gradiente de psicoticismo clínica es escasa: únicamente en la escala de en función del consumo: a más sustancias desinhibición el grupo 3 de la muestra de mayor puntuación en psicoticismo. En la estudiantes mujeres se diferencia de su muestra de los reclutas los grupos 1 y 2 eran población de referencia (estudiantes mujeres iguales, mientras que el grupo 3 puntuaba sig- españolas) 2 ó más desviaciones estándar nificativamente más alto que los otros dos. En (2.3 d.e.). cualquier caso, el grupo 3 obtuvo puntuacio- Persistencia en el consumo: Diferencias de nes significativamente más altas que los otros personalidad entre los abstinentes, los expe- dos grupos en las tres muestras. rimentadores, y los reincidentes Desde un punto de vista clínico, los resulta- En la tabla 4 se presentan las puntuaciones dos en el EPQ-A sugieren que el hecho de no obtenidas en el EPQ-A por las tres muestras consumir sustancias ilegales, consumir tan estudiadas en función de la frecuencia del sólo cannabis, o consumir cannabis más otras consumo de cannabis. Los resultados obteni- sustancias ilegales se asocia a diferencias de dos son casi una réplica de los mostrados en personalidad, de tal manera que a medida que la tabla 1 referentes a la asociación entre per- el consumo es más importante aumentan los sonalidad y sustancias ilegales consumidas. niveles de neuroticismo, extroversión, y psico- En la dimensión de neuroticismo aunque no ticismo. Sin embargo, es necesario señalar, hay unanimidad en cuanto a qué grupos difie- que tan sólo la dimensión de psicoticismo ren de qué otros entre las tres muestras, lo adquiere trascendencia clínica, ya que es en la que se observa es una tendencia a que los única en la que tanto los consumidores de sujetos reincidentes obtengan puntuaciones sólo cannabis como los que además consu- superiores. En la dimensión de intro-extrover- men otras sustancias se sitúan en rangos sión en las muestras de reclutas y de estu- iguales o superiores al percentil 85. diantes mujeres el grupo 1 (abstinentes) es La relación entre el uso-abuso de sustan- significativamente más introvertido que los cias ilegales alguna vez en la vida y la escala otros dos grupos, mientras que en la de estu- de búsqueda de sensaciones de Zuckerman diantes varones el grupo de reincidentes es se reflejan en la tabla 2. En conjunto, se significativamente más extrovertido que los puede decir que en las tres muestras las pun- otro dos grupos. Finalmente, existe unanimi- tuaciones aumentan significativamente en dad en los resultados en la dimensión de psi- función del consumo, de tal forma que son coticismo; en las tres muestras se observa un más bajas en el grupo que no consume sus- gradiente de tal modo que las puntuaciones tancias ilegales y más altas en el grupo 3 que aumentan significtivamente de un grupo a consume cannabis más otras sustancias ile- otro, siendo los abstinentes los que significati- gales. Estas diferencias no se dan en la esca- vamente puntúan más bajo y los reincidentes la de búsqueda de emociones. Esta escala los que significativamente puntúan más alto. BEM se comporta de distinta forma en las Nuevamente, estas diferencias estadísticas tres muestras: en los reclutas el grupo 1 pun- tan sólo tienen significado clínico en la dimen- túa significativamente menos que los otros sión de psicoticismo; en las tres muestras los

González, M.P.; Sáiz, P.; Quirós, M.; López, J.L. 193 abstinentes se encuentran en percentiles de parte, a que los sujetos del grupo reincidente normalidad, los experimentadores en percen- son los que consumen más sustancias. tiles límite, y los reincidentes en percentiles clínicamente significativos (superiores a P85). DISCUSIÓN Los resultados de la asociación entre la búsqueda de sensaciones y el seguir consu- Los resultados obtenidos en el presente miendo cannabis se muestran en la tabla 5. estudio indican la existencia de una asociación Las tres muestras, en las escalas búsqueda entre rasgos de personalidad y consumo de de excitación, desinhibición, y puntuación cannabis en los adolescentes. Así, encontra- total, presentan de nuevo un gradiente en las mos que, a medida que se agrava cualitativa y puntuaciones de tal modo que a mayor persis- cuantitativamente el consumo de sustancias tencia del consumo mayores puntuaciones. ilegales progresivamente se acentúan los ras- En las otras dos escalas, con la excepción de gos de personalidad, llegando incluso a alcan- los reclutas en la escala de susceptibilidad al zar niveles clínicamente significativos, como aburrimiento, en las tres muestras el grupo de en el caso de la dimensión de psicoticismo. abstinente obtuvo puntuaciones significativa- mente menores que los otros dos grupos, En el EPQ-A, los resultados varían en cada entre los cuales no existían diferencias signifi- dimensión. En el neuroticismo es donde los cativas. resultados son menos claros. Así, mientras que en los reclutas los consumidores de can- Desde el punto de vista clínico (tabla 6), nabis más otras sustancias son más neuróti- otra vez son las escalas de desinhibición y cos que los otros dos grupos que no se dife- susceptibilidad al aburrimiento las que mayo- rencian entre sí, en las estudiantes los que res desviaciones presentan respecto a la no consumen sustancias ilegales son menos norma, llegando a estar las estudiantes rein- neuróticos que los dos grupos que consu- cidentes 2.24 desviaciones estándar por enci- men sustancias ilegales, y, finalmente, en los ma de la norma en la escala DES. estudiantes no existen diferencias entre los Sin embargo, en estos datos de personali- tres grupos. En la dimensión de intro-extro- dad y persistencia en el consumo del canna- versión existe unanimidad absoluta, los no bis es necesario tener en cuenta la presencia consumidores son más introvertidos que los de una variable confusora: el consumo de otros dos grupos que no se diferencian entre otras sustancias. En los análisis anteriores sí. Por último, en el psicoticismo, en los estu- sobre consumo de sustancias alguna vez en diantes (hombres y mujeres) los tres grupos la vida y personalidad, habíamos visto cómo difieren entre sí: los no consumidores pre- los rasgos de personalidad se iban acentuan- sentan puntuaciones más bajas que los con- do en función de lo que consumían; nada, sumidores de cannabis, y éstos a su vez sólo cannabis, y cannabis más otras sustan- obtienen puntuaciones más bajas que los cias ilegales. Al tener en cuenta esta variable, consumidores de cannabis más otras sustan- hemos observado que, en las tres muestras, cias. En los reclutas los consumidores de el grupo de reincidentes había consumido cannabis más otras sustancias son los que se alguna vez cannabis más otras sustancias ile- diferencian de los otros dos grupos que son gales significativamente en mayor proporción iguales entre sí. que el grupo de los experimentadores (reclu- En la Escala de Búsqueda de Sensaciones tas: 75.4% vs 38.3%; estudiantes varones: podríamos decir que a mayor gravedad de 59.1% vs 42.9%; estudiantes mujeres: consumo mayor acentuación de este rasgo, 48.5% vs 34.2%, p .000). Luego, puede que resultado que cabría esperar ya que este las diferencias de personalidad que en princi- rasgo de la personalidad está incorporado en pio hemos encontrado asociadas a la persis- la dimensión de psicoticismo de Eysenck18. tencia del consumo se deban, al menos en Sin embargo, con respecto a estos resulta-

194 Personalidad y uso-abuso de cannabis dos, consideramos necesario hacer la ble que mediaría el consumo a través de la siguiente consideración. Los datos de la fuerte necesidad que tienen estos sujetos de población de referencia utilizados, claves para excitación. Sin embargo, el rasgo que parece determinar la acentuación del rasgo ya que ser el predictor más potente de consumo de ésta es expresión de la desviación respecto a sustancias ilegales es la búsqueda de sensa- la norma, fueron publicados en el año 1985. ciones24,25, siendo mejor predictor que la Creemos que los cambios sociales ocurridos ansiedad, el humor depresivo, que el MMPI o en el transcurso de al menos 14 años (desde que el MCMI a la hora de identificar a los no que fueron publicados hasta que administra- consumidores, los consumidores experimen- mos los cuestionarios a nuestros alumnos) tales, y los consumidores de todo tipo de podrían influir de algún modo en magnitud de drogas. las desviaciones con respecto a la norma. Los estudios específicos sobre rasgos de Incluso los estudiantes que nunca en su vida personalidad y consumo de cannabis son han consumido ninguna sustancia ilegal pre- escasos, y los existentes se centran más en sentan desviaciones con respecto a la norma el rasgo de búsqueda de sensaciones e considerables, especialmente en el caso de impulsividad, que como ya hemos comenta- las mujeres. Por ejemplo, las estudiantes que do anteriormente estarían representados por nunca han consumido sustancias ilegales la dimensión de psicoticismo de Eysenck. presentan una desviación de +.8 en la pun- Los estudios sobre este rasgo ponen de tuación total en esta escala. Claro está, por manifiesto una elevación de las subdimensio- otra parte, que las estudiantes que han con- nes de búsqueda de excitación y desinhibi- sumido cannabis más otras sustancias dupli- ción8,7,4, así como un aumento de la impulsivi- can esta desviación con respecto a la norma, dad9. En nuestro caso, las escalas que más ya que obtienen puntuacionese que repre- diferencia presentan respecto a la norma son sentan +1.9 desviaciones estándar. En con- las de desinhibición y la de susceptibilidad al clusión, pensamos que sí existe una acentua- aburrimiento. Sin embargo, volvemos a enfa- ción del rasgo en función del consumo pero tizar en lo dicho al principio de este apartado. no de magnitud tan grande como los datos Si nos fijamos en la tabla 3, aunque los datos sugieren. indiquen que la escala SAB está más alejada La relación entre los rasgos de personali- de la norma que la escala BEX, si hallamos dad del modelo PEN de Eysenk y el uso de las diferencias que existen en cada una de las sustancias legales (tabaco) ha sido evidencia- dos escalas entre los tres grupos vemos que da en distintos estudios apuntando a mayo- existe una mayor acentuación de la subdi- res niveles de neuroticismo y extroversión en mensión BEX que de la subdimensión SAB los fumadores19,20,21,22. Los sujetos con eleva- en función del consumo. En la escala BEX el dos niveles de neuroticismo utilizarían el pertenecer al grupo 2 (sólo consumidores de tabaco como un mecanismo para reducir su cannabis) implica un aumento de 0.6 desvia- ansiedad, especialmente en los sujetos intro- ciones estándar en la muestra de los reclu- vertidos. Si además, este rasgo está presen- tas, de 0.5 d.e. en la muestra de los estudian- te en el contexto ambiental del consumo de tes, y de 0.7 en la de las estudiantes. Por el sustancias ilegales la evitación de estas con- contrario, en la escala SAP los incrementos ductas antinormativas sería pasiva, siendo son menores; 0.3 en los reclutas, 0.1 en los por tanto un factor modulador del consumo estudiantes, y 0.3 en las estudiantes. En el de drogas22. Pensamos que estos mismos paso entre el grupo 2 y el grupo 3 (consumir mecanismos podrían estar implicados la rela- cannabis más otras sustancias ilegales) las ción entre los elevados niveles de neuroticis- dos escalas únicamente difieren en la mues- mo y el consumo de cannabis encontrados tra de las estudiantes, incrementándose la en este estudio y en un estudio previo23. Del diferencia con respecto a la norma en 0.3 d.e. mismo modo, la extroversión sería otra varia- en la escala BEX y en 0.2 en la escala SAB.

González, M.P.; Sáiz, P.; Quirós, M.; López, J.L. 195 BIBLIOGRAFÍA risk factors for near daily use. En: Gantz M, Pic- kens R, eds. Vulnerability to Drug Abuse. Washington, DC: American Psychological Asso- (1) Calafat Far A, Amengual Munar M, Farres Snel- ciation. 1992. ders C, Palmer Pol A: Estilo de vida y hábitos (14) Yamaguchi K, Kandel DB: Patterns of drug use de consumo de drogas entre estudiantes de from adolescence to adulthood: II-sequences enseñanza media. Boletín de Estupefacientes of progression. Am J Public Health 1984; 74: 1985; XXXVII(2-3): 121-131. 668-72. (2) Zuckerman M: Sensation seeking: beyond (15) Smart RG, Hughes PH, Johnston LD, Anumon- the optimal level of arousal. Hillsdale: NJ Erl- ye A, Khant U, Medina ME, Navaratnam V, Pos- baum. 1979. hyachinda V, Varma VK, Wadud K: Méthodolo- (3) Brill NW, Crumpton E, Grayson HM: Persona- gie pour des enquêtes sur l’usage des lity factors in marijuana use: a preliminary drogues chez les étudiants. Publication off- report. Arch Gen Psychiatry 191; 24: 163-165. set, nº 50. Genève: OMS. 1980. (4) Pedersen W, Clausen SE, Lavik NJ: Patterns of (16) Eysenck HJ, Eysenck SBG: EPQ. Cuestionario drug use and sensation-seeking among adoles- de personalidad para niños (EPQ-J) y adul- cents in Norway. Acta Psychiatr Scand 1989; tos (EPQ-A). Manual. (7ª edi.). Madrid: TEA. 79: 386-390. 1995. (5) Zuckerman M: Biologiacal expressions and (17) Pérez J, Torrubia R: Fiabilidad y validez de la biosocial bases of sensation seeking. Nueva versión española de la Escala de Búsqueda de York: Cambridge Univ. Press. 1994. Sensaciones (Forma V). Revista Latinoameri- (6) Zuckerman M, Kuhlman DM, Joireman J, Teta cana de Psicología 1986; 18(1): 7-22. P: A comparison of three structural models for (18) Andrés Pueyo, A: Manual de Psicología Dife- personality: the big three, the big five, and the rencial. Madrid: McGraw-Hill. 1997. alternative five. J Pers Soc Psychol 1993; (19)Eysenck HJ, Tarrant M, Woolf M, England L: 65(4): 757-768. Smoking and personality. Brit Med J 1960; 1: (7) Huba GJ, Newcomb MD, Bentler PM: Compa- 1456-1460. rison of canonical correlation and interbattery (20)Frith CD: Smoking behaviour and its relations factor analysis on sensation seeking and drug to the smokers’ immediate experience. Brit J use domain. Appl Psychol Measure 1981; 5: Soc Clin Psychol 1971; 10: 73-78. 291-306. (21)Parkes KR: Smoking and the Eysenck persona- (8) Mabry EA, Khavari KA: Attitude and personality lity dimensions: an interactive model. Psychol correlates of hallucinogenic drug use. Int J Medicine 1984; 14: 825-834. Addict 1986; 21: 691-699. (22)Pérez J, García-Sevilla L: Neuroticismo, extra- (9) Shedler J, Block J: Adolescent drug use and versión y consumo de tabaco. Psiquis 1986; psychological health: a longitudinal inquiry. Am VII: 122-128. Psychologist 1990; 45: 612-630. (23)Sáiz PA, González MP, Jiménez L, Delgado Y, (10) Hall W, Solowij N: Adverse effects of cannabis. Liboreiro MJ, Granda B, Bobes J: Consumo de The Lancet 1998; 352: 1611-16. alcohol, tabaco, y otras drogas y rasgos de per- (11) McGlothlin WH, West LJ: The marijuana pro- sonalidad en jóvenes de enseñanza secunda- blem: an overview. Am J Psychiatry 1968; ria. Adicciones 1999; 11(3): 209/220. 125: 370-378. (24)Jaffe LT, Archer RP: The prediction of drug use (12)Grinspoon L, Bakalar JB: Marihuana. En: among college students from MMPI, MCMI, Lowinson JH, Ruiz P, Millman RB, Langrod JG, and sensation seeking scales. J Pers Assess eds. Substance Abuse. A Comprehensive 1987; 51: 243-253. Textbook (3rd edi.) Baltimore: Williams & Wil- (25)Teichman M, Barnea Z, Rahav G: Sensation kins. 1997. seeking, state and trait anxiety, and depressed (13) Kandel DB, Davies M: Progression to regular mood in adolescent substance users. Int J marijuana involvement: phenomenology and Addict 1989, 24(2): 87-99.

196 Personalidad y uso-abuso de cannabis Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa*

CALAFAT, A.; FERNÁNDEZ, C.; BECOÑA, E.; GIL, E.; JUAN, M.; TORRES, M.A.

IREFREA (Instituto y Red Europeo para el Estado de los Factores de Riesgo).

Dirigir correspondencia a: Amador Calafat. Irefrea. Rambla, 15,2º,3ª 07003 Palma de Mallorca. [email protected]

Resumen Summary Presentamos un estudio descriptivo de 1341 jóve- We are presenting a descriptive study of 1341 nes encuestados a finales del año 1998 en los escena- young people interviewed at the end of 1998 in the rios más representativos de la vida recreativa nocturna most representative settings of the recreational nigh- de cinco ciudades españolas: Bilbao, Madrid, Palma de tlife in five Spanish cities -Bilbao, Madrid, Palma de Mallorca, Valencia y Vigo. Diferenciamos cinco grupos Mallorca, Valencia and Vigo. We differentiate five según la frecuencia actual del consumo de cannabis, groups on the basis of the actual use of cannabis, desde los que no lo han probado hasta los que lo con- from who have not tried it to those who use it daily or sumen diariamente o de forma habitual, entre los que in a habitual way, and among whom we identify those identificamos los que consumen además otras drogas who use other illegal drugs (polyconsumers) and ilegales (policonsumidores) y los que no. Observamos those who do not. We observe that the use of canna- que el consumo de cannabis en estos jóvenes usua- bis among these young people participating in recrea- rios de la vida recreativa es alta, y que una parte impor- tional life is high and that a significant number of tante de ellos (más del 30%) consumen habitualmen- them (more than 30%) habitually use cannabis, sug- te cannabis, sugiriendo una asociación entre consumo gesting an association between cannabis use and de cannabis y participación en la “vida recreativa noc- participation in the “recreational nightlife”. The greater turna”. A más consumo de cannabis mayor consumo the use of cannabis, the greater the use of other legal de otras drogas legales o ilegales, mayor policonsumo and illegal drugs and the polyconsume, and also a y mayor participación en la vida nocturna greater participation in night life. Normally, initiation Normalmente el inicio del cannabis viene precedido into the use of cannabis is proceeded by initiation into por el de alcohol y tabaco pero para un grupo este ini- alcohol and tobacco but for one group this initiation is cio es prácticamente simultáneo, y ello da lugar a uno practically simultaneous and this produces users with consumidores con unas características determinadas. determined characteristics. Diverse data in the study Diversos datos del estudio apuntan a que el consumo point to the use of cannabis generating dependency de cannabis genera dependencia en algunos consumi- in some users, although its origin and nature cannot dores, aunque no se puede establecer su origen y be established. The specific characteristics of the dif- naturaleza. Se estudian las características específicas ferent groups are studied in accordance with diverse de los distintos grupos de acuerdo a diversas variables: variables - certain sociodemographic characteristics, algunas características sociodemográficas, patrones initiation patterns and involvement in the use of other de iniciación e implicación en el consumo de drogas legal and illegal drugs, participation in the recreational legales e ilegales, participación en la vida recreativa nightlife, determined risk behaviours and perception nocturna, determinadas conductas de riesgo y percep- of risk associated with substance use, and in Sensa- ción del riesgo asociado al consumo de sustancias, y tion Seeking and Social Deviance. en Búsqueda de Sensaciones y Desviación Social.

Palabras clave: Cannabis, marihuana, consumo Key words: cannabis, marijuana, recreative use of recreativo, dependencia, policonsumo, búsqueda drugs, dependence, polyconsume, sensation de sensaciones, conductas de riesgo. seeking, risk behaviors.

* Estudio financiado a Irefrea por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 197 INTRODUCCIÓN de un 7,5% que habrían probado el cannabis durante el último año en 1.997 se pasaría a 6,8% en 1.999. Estaríamos evidentemente esde que inició su expansión durante ante un dato positivo, que en parte también los años 60, el cannabis se ha conver- vendría avalado por la Encuesta sobre drogas tido en la droga ilegal más consumida D a la población escolar de 1998, publicada en en los países occidentales. De acuerdo con el el Informe número 3 del Observatorio Espa- último informe del Observatorio Europeo ñol sobre Drogas del Plan Nacional sobre sobre las Drogas y las Toxicomanías (EMCD- Drogas (2000). En esta última encuesta a la DA, 1998) parecería que en Europa, tras el población escolar 1998 se detecta respecto a primer incremento de los 60 y principios de la misma encuesta de 1996 un estancamien- los 70, se habría estabilizado su uso e incluso to en alcohol, una ligera reducción del taba- habría disminuido en algunos países, pero quismo y un descenso notable en el uso oca- nuevamente se habría vuelto a presentar un sional y habitual de éxtasis, alucinógenos y incremento importante a finales de los 80 y anfetaminas, sin embargo aumenta el por- principios de los 90. Actualmente, en líneas centaje de consumidores de cocaína, deriva- generales, asistiríamos a una cierta estabiliza- dos del cannabis y sustancias volátiles, fun- ción del consumo a nivel europeo en aquellos damentalmente como resultado de su países donde ya su uso es más elevado, expansión entre los escolares más jóvenes mientras que todavía seguiría creciendo en (14 y 15 años). Entre la muestra de 20.918 aquellos donde este uso es menor. Datos alumnos de 14 a 18 años que han intervenido actualizados de este uso a nivel europeo los en el estudio, un 28,5% lo ha probado alguna encontramos en la página web de dicha insti- vez en su vida, un 25,1% lo ha probado tución. Según ellos, si se realiza una extrapo- durante el último año y un 17,2% lo ha consu- lación conservadora de encuestas recientes mido el último mes. Estos porcentajes son habría posiblemente más de 40 millones de evidentemente altos como prueba de la personas que han probado el cannabis en amplia extensión de estos usos. Por otro lado Europa, o sea, alrededor del 16% de la pobla- suponen un crecimiento respecto a 1996, y lo ción de entre 15 y 64 años, y al menos 12 que es más llamativo es que es precisamen- millones, o sea un 5%, lo habrían consumido te entre los estudiantes más jóvenes donde durante los últimos 12 meses. Obviamente se ha producido más incremento. Si a ellos estos porcentajes son más elevados si nos añadimos que el nivel de rechazo y de riesgo referimos a los jóvenes. Alrededor de uno de percibido asociado al consumo de las distin- cada cinco adolescentes de entre 15 y 16 tas drogas desciende en casi todas las sus- años afirma haber consumido cannabis, pro- tancias a excepción del tabaco –que es preci- porción que se eleva a uno de cada tres cuan- samente la única sustancia que ha registrado do nos referimos a jóvenes de alrededor de un uso menor-, podemos pensar que esta- 25 años. En una comparación del consumo mos a la puerta de mayores crecimientos en entre escolares de 15-16 años España ocupa- el consumo de cannabis si no se interviene ría el 4º lugar dentro de los países de la Unión adecuadamente. Para el propósito del pre- Europea, tras el Reino Unido, Irlanda y los sente artículo estos datos permiten dibujar el Países Bajos. ambiente general de consumo existente Los últimos datos sobre las tendencias del entre la juventud española. Una proporción consumo de cannabis en España están reco- importante de los jóvenes que salen de mar- gidos en sendos estudios del Plan Nacional cha de nuestro estudio son todavía estudian- de Drogas. Unos de los estudios se refiere a tes de primaria o de secundaria, o bien hace la encuesta domiciliaria de 1999 (El País, poco que han abandonado estos estudios 2000) recientemente presentada donde se para incorporarse a estudios superiores o al evidencia un cierto descenso en la muestra trabajo. La gente que sale de marcha no es representativa de la población general donde de ningún modo una población marginal, sino

198 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa que más bien pertenece a estratos sociales comportamientos de los jóvenes. Esta cultu- medio-altos. ra recreativa se ha asociado con un importan- También es interesante comentar que hay te consumo de lo que podemos llamar dro- un 5,3% de personas que han sido admitidas gas recreativas, que es una amalgama de a tratamiento por consumo de drogas ilega- drogas legales, como alcohol y tabaco, algu- les durante 1998 por consumo de cannabis nas drogas ilegales antiguas como la cocaína como principal sustancia (Plan Nacional sobre y principalmente el cannabis, y otras ‘nuevas’ Drogas, 2000), existiendo una progresión drogas como el éxtasis. Irefrea, que es una anual en este porcentaje. Ello indicaría, aún red europea para la investigación de los facto- cuando seguramente muchos consumidores res de riesgo y la prevención, viene desarro- de cannabis utilizan otros recursos terapéuti- llando durante los últimos años estudios des- cos menos estigmatizados que los de esta criptivos y de análisis para explorar el red donde acuden muchos heroinómanos, consumo de sustancias y su relación con el que es una realidad que la gente puede tener mundo recreativo rsas sustancias, a veces problemas por el uso de esta sustancia, con- simultáneamente y a veces dependiendo de traviniendo el estereotipo informativo de que la hora de la noche y la actividad que se viene estamos ante una droga inocua. Según los realizando. informes anuales del EMCDDA menciona- El presente estudio tiene por objetivo des- dos, basados en diversas estadísticas nacio- cribir las características del consumo de can- nales –que muchas veces utilizan distintas nabis dentro de los usuarios del contexto de metodologías y formas de medida- los usua- ocio del fin de semana. El estudio establece rios actuales o recientes de cannabis serían una clasificación entre los consumidores de sobre todo ocasionales o intermitentes, aun- cannabis según su frecuencia de consumo e que habría una minoría de ‘grandes’ usuarios implicación con esta sustancia. Finalmente, que incluso solicitarían ayuda a los servicios se presenta una descripción funcional de sociosanitarios, suponiendo entre el 2 y el estos diferentes grupos de consumidores de 10% de las solicitudes de tratamiento, que cannabis atendiendo a los patrones de inicia- en algunos países llegaría hasta el 16%. Se ción en el consumo de cannabis y sustancias termina diciendo que en gran parte de la legales, frecuencia actual de consumo de Unión Europea el consumo de cannabis está sustancias, su implicación con el contexto de vinculado a muy diversos contextos. ocio del fin de semana, y otras variables com- En este estudio vamos a abordar uno de portamentales y subjetivas relativas a deter- los contextos que sin lugar a duda es clave minadas conductas de riesgo y la búsqueda para entender la dinámica del uso del canna- de sensaciones y la desviación social. bis, que es el contexto recreativo. Durante los últimas dos décadas todo lo recreativo ha experimentado un auge inusitado en toda MATERIAL Y MÉTODO Europa, que en el caso de los jóvenes pode- mos concretarlo en las salidas durante el fin Diseño. de semana. Ha aumentado la cantidad y la El estudio que proporciona los datos para diversidad de la oferta recreativa en manos este informe se desarrolló simultáneamente de la industria del tiempo libre, apoyada por el en cinco ciudades españolas (Bilbao, Madrid, auge de la industria turística, la mayor dispo- Palma, Valencia y Vigo) durante los meses de nibilidad económica de los jóvenes, horarios Octubre a Diciembre de 1998. El objetivo de apertura, por lo menos en la práctica, más general consistía en investigar el consumo de amplios, menor control de la familia sobre las las diversas sustancias recreativas y su rela- salidas de los jóvenes y, todo ello junto con ción con las diferentes culturas juveniles en una importante cultura juvenil fundamental a cada ciudad y con la dinámica de salir de la hora de entender la redefinición de los noche.

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 199 Instrumento. mente representativa, pero creemos que la La recogida de datos se realizó mediante amplitud de la muestra y el cuidado que se un cuestionario compuesto de cincuenta pre- ha tenido en su selección, nos permite trazar guntas cerradas, algunas de una sola res- con bastante exactitud el panorama del con- puesta y otras de respuestas múltiples. Este sumo de cannabis asociado a la vida recreati- instrumento incluye información relativa a las va. características sociodemográficas del entre- Los sujetos participantes en el estudio no vistado, cuestiones relativas a los hábitos de han sido seleccionados aplicando un mues- salir de noche, patrones de consumo e impli- treo aleatorio sino incidental, aunque se han cación con diferentes sustancias legales e ile- utilizado procedimientos para aumentar la gales. Adicionalmente, se incluyen cuestio- aleatorización. Se acudió directamente a los nes relativas a algunas conductas de riesgo, locales frecuentados por los grupos identifi- percepción del riesgo implícito en el consu- cados durante una fase cualitativa previa en mo de sustancias y dos escalas breves: una la que se entrevistaron una serie de personas de Búsqueda de Sensaciones y otra de Des- clave en cada ciudad, y se utilizó un método viación Social. aleatorio de selección de los individuos. Se seleccionaron varios locales nocturnos rela- cionados con cada uno de los ambientes o Procedimiento de análisis. grupos identificados en cada ciudad. El tama- El apartado de análisis incluye resultados ño muestral utilizado tampoco responde a cri- descriptivos de los diferentes grupos defini- terios de representatividad estadística. Por dos según la frecuencia del consumo de can- tanto, no se trata evidentemente de una nabis (frecuencias, porcentajes y estadísticos muestra representativa de los jóvenes que descriptivos básicos). Los análisis comparati- salen de marcha, aunque si de una muestra vos de estos diferentes grupos se basan en que aporta datos relevantes para un estudio los estadísticos de contraste de la Chi cua- exploratorio sobre el consumo de cannabis drado de Pearson, con el nivel de confianza entre los usuarios de diversos contextos bilateral para las variables nominales (cualita- recreativos en estas ciudades españolas. tivas). Para la comparación de estos grupos en variables cuantitativas se utilizó el análisis En la fase cualitativa previa del estudio se univariado de varianza con las pruebas de han identificado cuatro tipologías de jóvenes mínimas diferencias significativas para los que no se excluyen unas de otras pero que contrastes post-hoc. Finalmente se utilizó un responden a espacios sociales en parte dis- análisis Cluster para agrupar a los consumido- tintos. Estos cuatro grupos no serían repre- res habituales de cannabis en dos grupos, en sentativos de todos los grupos que salen de función de que fuesen o no policonsumido- noche, pero si creemos que representarían res de otras sustancias ilegales además del una mayoría sociológica importante. Para cannabis. Los análisis estadísticos han sido identificar estos cuatro subgrupos se tuvo en realizados con el paquete estadístico SPSS cuenta criterios como edad, estilos musicales (v. 7.5.). y formas de divertirse. Uno de los subgrupos se diferencia de los demás claramente por el criterio de la edad. Se trataría de los más Muestra. jóvenes, es decir los adolescentes, que com- La población diana del estudio está forma- parten espacios hasta cierto punto diferencia- da por aquellos individuos que participan de dos en cada ciudad. Otro subgrupo es el de la vida de noche de las cinco ciudades men- los jóvenes, que se refiere a un grupo de cionadas. Es decir, todos los usuarios de loca- mayor edad que el anterior, sin distintivos les nocturnos y lugares de ocio relacionados sociales o sociológicos remarcables, y que con la noche y la diversión de estas 5 ciuda- por tanto habrían sido reclutados para la des. No se trata de una muestra estadística- encuesta en los espacios donde participan la

200 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa mayoría de jóvenes ‘normalizados’ que salen nivel medio. La tabla siguiente (tabla 1) de marcha por la noche. Otro subgrupo esco- muestra las características sociodemográfi- gido es el de los alternativos, aquellos grupos cas de la muestra. que adoptan un discurso crítico o radical, lo La media de edad de la muestra son 22,6 que les lleva a asociarse de alguna manera y años, con una desviación estándar de 5 años. a actuar en pro de alguna causa, ya sea eco- Los valores máximo y mínimo del rango de lógica, social o cultural. En el trabajo de edades son de 13 y 40 años respectivamente. observación participante también se ha detectado que es entre los alternativos donde también se promueve y se elabora la cultura del cannabis. Un cuarto grupo es el de RESULTADOS los ‘afters’, es decir jóvenes reclutados en los locales denominados ‘after’, es decir, los que La primera característica a destacar de la siguen de marcha después de altas horas de muestra es que se trata de un grupo com- la madrugada, cuando una buena parte de los puesto por niveles relativamente altos en jóvenes se han retirado ya a descansar. cuanto al nivel de estudios y estatus socioe- En total, la muestra está formada por 1341 conómico familiar, si se compara con mues- sujetos. De estos, 360 fueron entrevistados tras representativas de la población general en Palma de Mallorca, 256 en Valencia, 245 juvenil. Aunque se podría tratar de un sesgo en Vigo y. 240 en Madrid y Bilbao. muestral, el hecho de que las mismas carac- El prototipo de entrevistado es un varón de terísticas las encontramos en los otros estu- 23 años, soltero, que cursa o ha completado dios de Irefrea realizados en otras ciudades estudios en la universidad, que vive con sus europeas, donde los subgrupos se han elegi- familiares de estatus socioeconómico de do siguiendo otros criterios, así como la infor-

Tabla 1: Características sociodemográficas de la muestra

VARIABLE GRUPO FRECUENCIA n PORCENTAJE %

SEXO Hombres 816 61 Mujeres 524 39

ESTADO CIVIL Soltero(a) 1231 92 Casado(a) / pareja 81 6 Separado(a) Divorciado(a) Viudo(a) 28 2

ESTUDIOS Primarios 179 13 Secundarios 579 43 Superiores 582 44

OCUPACIÓN Estudia 551 41 Estudia y Trabaja 251 19 Trabaja 462 35 Parado 37 3 Otros (S. Militar, ..) 40 3

CONVIVENCIA Familia de origen 1028 77 Pareja 87 7 Amigos 85 6 Solo 111 8 Otros 29 2

ESTATUS FAMILIAR Medio - Alto / Alto 451 34 Medio 731 55 Medio - Bajo / Bajo 159 12

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 201 mación recogida en la parte cualitativa del sustancia más de un día por semana o diaria- estudio, nos llevan a pensar que el salir con mente. Este grupo lo componen 428 indivi- frecuencia los fines de semana exige un duos (32,1%). buen nivel económico. Clasificación de los consumidores habi- 1. Clasificación y definición de los grupos tuales de cannabis en “Puros” y “Policon- de consumidores de cannabis. sumidores”. Procedemos a describir diversos grupos de Como vemos el porcentaje de consumido- consumidores de cannabis en los ambientes res habituales de cannabis (personas que recreativos en función de su frecuencia de consumen más de una vez por semana o consumo, pues es lógico pensar que existi- incluso que hacen un consumo diario), es rán características diferenciales en función bastante elevado entre las personas de nues- del tipo de consumo. tra muestra que suelen salir de marcha los fines de semana. Consideramos importante introducir una clasificación basada en si dicho Las frecuencias de consumo de cannabis. consumo habitual de cannabis formaba parte Un individuo que no ha probado el canna- de un policonsumo junto con otras drogas ile- bis será considerado en adelante como gales o, por el contrario, podíamos considerar miembro del grupo denominado “Nunca que dicho consumo de cannabis era más consumidor” de cannabis. Hay 281 sujetos exclusivo. Podríamos haber incluido para pro- en que afirman no haber probado nunca el ceder a dicha clasificación a introducir otras cannabis (el 21,1%). variables como por ejemplo si el cannabis era De los que han consumido cannabis algu- su droga preferida, pero optamos por unos na vez, algunos ya no lo consumen actual- criterios más amplios para respetar esta mente. Estos pueden ser consumidores implantación tan general del consumo entre experimentales de cannabis (que consumie- los jóvenes que salen los fines de semana. ron puntualmente una o varias veces) que Se ha aplicado un procedimiento de agru- probaron la sustancia pero no siguieron con- pación (análisis Cluster) para formar dos gru- sumiendo, o bien se trata de ex-consumido- pos dentro de los consumidores habituales res (personas que llegaron a hacer un cierto de cannabis. Las variables utilizadas en ese uso y que actualmente no consumen canna- análisis Cluster han sido la frecuencia de con- bis). Por tanto, éste es un grupo mixto en el sumo de las siguientes sustancias ilegales: que caben tanto consumidores experimenta- anfetaminas, cocaína, éxtasis y LSD. El resul- les como verdaderos ex-consumidores y que tado del análisis de agrupación, después de será denominado en el informe como “Absti- eliminar unos pocos sujetos sin información nente”. Este grupo mixto está formado por en alguna variable, es el siguiente: 240 sujetos en total (18%). 1. El primer grupo, denominado ‘puro’, está Consumidor “Ocasional” de cannabis es formado por 289 sujetos y se agrupa en aquel que consume esta sustancia desde torno a un “centro” definido por un indivi- menos de 12 veces al año hasta una vez al duo que consume cannabis habitualmente mes. En la muestra hay 179 individuos que y que no consume anfetaminas, cocaína, pertenecen a esta categoría (13,4%). éxtasis ni LSD. El grupo “Recreativo” esta formado por 2. El segundo grupo, que denominamos ‘poli- los que consumen cannabis desde más de consumidor’, está formado por los 133 una vez al mes hasta una vez por semana, y sujetos restantes, y son individuos que, son 205 individuos (15,4%). además de consumir cannabis habitual- Finalmente, denominamos consumidor mente consume al menos esporádicamen- “Habitual” de cannabis a quien consume la te anfetaminas, cocaína, éxtasis y LSD.

202 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa Como veremos más adelante se trata de con sus familias de origen, de nivel medio, dos grupos que, aún siendo ambos consu- que han controlado poco o nada sus hábitos midores habituales de cannabis, presentan recreativos. Se iniciaron en el cannabis en características propias y diferenciadas en promedio casi a los 16 años. algunos aspectos. Consumidores habituales de cannabis Son mayoritariamente varones con una Características sociodemográficas de los edad promedio cercana a los 24 años, solte- diferentes grupos de consumidores de can- ros y conviven con sus familiares. La ocupa- nabis. ción está distribuida de modo similar entre Grupo “nunca consumidor”. las actividades de formación, laborales o mix- El prototipo de sujeto que no ha llegado a tas, aunque es más frecuente que trabajen probar el cannabis es una mujer de 21 años, de modo temporal o permanente. Se consi- soltera, que actualmente cursa estudios supe- deran estudiantes “regulares”, y proceden de riores y se considera una buena estudiante. familias de nivel medio que han ejercido un Vive con su familia, que tiene un estatus control escaso o nulo sobre sus hábitos socioeconómico medio y ha ejercido general- recreativos. Se iniciaron en el cannabis a los mente un control moderado (entre escaso y 15,2 años como edad promedio, es decir, notable) sobre sus hábitos recreativos. antes que todos los demás grupos. Grupo “abstinente” (consumidores experi- No hay diferencias significativas entre los mentales y algunos ex - consumidores). consumidores habituales que hemos denomi- Este grupo está representado típicamente nado “puros” y los “policonsumidores” en por un varón de 23 años, soltero, con estu- cuanto al género, estado civil, ocupación, con- dios superiores que actualmente cursa y se vivencia, estatus socioeconómico familiar o considera un estudiante “regular” o medio. control familiar percibido sobre los hábitos Vive con la familia de origen, de nivel medio y recreativos. No obstante los consumidores que ha ejercido un control moderado (entre habituales “puros” tienen un nivel de estudios escaso y notable) sobre sus hábitos recreati- significativamente más elevado, con mayor vos. Se iniciaron en el uso del cannabis a los porcentaje de estudios superiores, y se consi- 16,6 años como edad promedio. deran también con una frecuencia significati- Consumidores ocasionales de cannabis vamente mayor como estudiantes regulares o buenos que los policonsumidores. Tampoco El prototipo es también un varón de edad hay diferencias entre estos grupos en cuanto cercana a los 22 años, soltero, que cursa estudios superiores en los que se considera a la edad, sin embargo los “policonsumido- un estudiante “regular”. Vive con su familia de res” se iniciaron en promedio en el consumo estatus medio que también ha ejercido un de cannabis a edades significativamente más control moderado (entre escaso y notable) tempranas que los “puros” (14,8 años versus sobre sus hábitos recreativos. Este grupo se 15,5 años respectivamente). inició en el consumo de cannabis a los 16,5 La tabla 2 resume la distribución de estas años como promedio. variables sociodemográficas e históricas en el Consumidores recreativos de cannabis. total de la muestra y en los grupos por sepa- rado. Son mayoritariamente varones con un pro- medio de 22 años de edad y solteros. El nivel Algunas de estas variables descriptivas educativo más frecuente son los estudios presentan distribuciones diferentes en los secundarios, y son más los que actualmente grupos específicos (ver tabla 3). El análisis de siguen estudiando, actividad en la cual se las tablas de contingencia (Crosstabs) con los consideran más frecuentemente como estu- estadísticos de contraste basados en la Ji diantes “regulares”. Viven mayoritariamente cuadrado muestra los siguientes efectos:

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 203 Tabla nº 2: Características sociodemográficas e históricas de la muestra y de los diferentes grupos definidos según el consumo de cannabis

VARIABLE NC A CO CR CH TOTAL EDAD: Media 21,3 23,1 21,6 22 23,8 22,6 D.E. 4,3 5,1 4,5 4,9 5,4 5

SEXO: Hombres 47% 57,5% 56,4% 66,2% 71,3% 60,9% Mujeres 53% 42,5% 43,6% 33,8% 28,7% 39,1%

E. CIVIL: Solteros/as 95,4% 91,3% 95% 93,1% 88% 91,9% Otros 4,6% 8,7% 5% 6,9% 12% 8,1%

ESTUDIOS: Primarios 7,5% 15% 8,4% 11,7% 18,7% 13,4% Secundarios 42,7% 39,2% 43,6% 49,8% 43,1% 43,2% Superiores 49,8% 45,8% 48% 38,5% 28,3% 43,4%

ESTUDIOS (Autovaloración) Bueno/a 53,4% 42,5% 36,9% 33,3% 29,9% 38,6% Regular 35,6% 43,3% 48,6% 48% 43,2% 43,1% Malo/a 11% 14,2% 14,5% 18,6% 26,9% 18,4%

OCUPACIÓN Estudios 55,2% 37,9% 50,3% 43,9% 27,6% 41,1% Trabajo 26,3% 40,1% 20,7% 32,7% 43,7% 34,5% Mixta 15,7% 16,3% 25,7% 18,5% 19,6% 18,7% Otras 2,9% 5,9% 3,4% 4,9% 9,1% 5,7%

CONVIVENCIA Familia 86,8% 78,8% 84,8% 77,6% 65% 76,7% Pareja 3,2% 9,2% 4,5% 5,4% 8,6% 6,5% Otros 10% 12,1% 10,7% 16,1% 23,9% 16,8%

STATUS FAMILIAR Medio - Alto / Alto 36,3% 28,8% 40,2% 37,1% 30,4% 33,6% Medio 58,4% 61,7% 48,6% 51,7% 51,6% 54,5% Medio - Bajo / Bajo 5,3% 9,6% 11,2% 11,2% 18% 11,9%

CONTROL FAMILIAR Nulo 17,8% 24,7% 21,5% 23,9% 31,6% 24,9% Bajo 43,8% 38,9% 47,5% 51,2% 46,4% 45,3% Notable 32,4% 31,8% 26% 21,5% 18,5% 25,2% Excesivo 6% 4,6% 5,1% 3,4% 3,5% 4,5% Sujetos (N) 281 240 179 205 428 1341

NC = “Nunca Consumidor”; A= Abstinentes (Antiguos consumidores experimentales y ex - consumidores); CO = Consumidores Ocasionales; CR = Consumidores Recreativos; CH = Consumidores Habituales; D.E. = Desviación Estándar.

Todas las variables descriptivas “cualitati- que los ahora Abstinentes (los que hicieron vas” se distribuyen de modo estadísticamen- en el pasado algún consumo experimental o te diferente entre los grupos específicos, con mayor frecuencia) y los Consumidores como se observa en la tabla siguiente. habituales (diferencias mínimas significativas Asimismo, la edad también se distribuye al nivel .05). de modo diferente entre estos grupos: F = Finalmente, la edad de inicio en el consumo 14,8 (4 g.l.; p = .001). Los No consumidores, de cannabis también es significativamente Ocasionales y Recreativos son más jóvenes diferente en los diferentes grupos de consumi-

204 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa Tabla nº 3: Características sociodemográficas y diferentes niveles de consumo de cannabis: indicadores de contraste

VARIABLE JI CUADRADO g.l. P (CONTRASTE BILATERAL)

SEXO 47,2 4 .001 E. CIVIL 16,6 4 .002 ESTUDIOS Nivel 35,6 8 .001 Autovaloración 61,8 8 .001 OCUPACIÓN100,912.001 CONVIVENCIA 63,4 8 .001 STATUS FAMILIAR 36,6 8 .001 CONTROL FAMILIAR 40,3 12 .001 dores (F = 23,6; 3 g.l.; p = .001). Los Abstinen- forma muy amplia y suponemos que con un tes (consumidores experimentales y ex - con- cierto solapamiento entre ellos. Pensamos sumidores) y los consumidores ocasionales se que a través de ellos se refleja con cierta pre- iniciaron en el cannabis a edades significativa- cisión la realidad de los jóvenes que salen de mente más tardías que los consumidores marcha. recreativos y habituales. Asimismo, los consu- Alguna de las conclusiones son: midores recreativos se iniciaron más significa- 1. Los nunca consumidores de cannabis son tivamente más tarde que los consumidores principalmente jóvenes ‘normalizados’ o ocasionales. En resumen, la edad de inicio se ‘adolescentes’ (42% y 40% respectivamen- encuentra negativa y significativamente corre- te). lacionada con la frecuencia del consumo de 2. Los sujetos abstinentes (consumidores cannabis: a edad más temprana de inicio con experimentales y ex consumidores) son el cannabis corresponde mayor frecuencia más frecuentemente jóvenes ‘normaliza- actual de consumo de esta sustancia. dos’ o ‘adolescentes’ (25% y 40% respec- Vamos a completar esta información tivamente). haciendo referencia a la relación entre el 3. Lo mismo ocurre con los consumidores grupo de procedencia la muestra y cada uno ocasionales, que son ‘normalizados’ (36%) de los grupos de consumo de cannabis exis- o muy jóvenes (32%). tentes (ver tabla nº 4). Recordemos que se 4. Los consumidores recreativos de cannabis eligieron cuatro subgrupos en cada ciudad son más frecuentemente ‘adolescentes’ que denominamos ‘adolescentes’, ‘jóvenes’, (33%) y de modo semejante y relativamen- ‘after’ y ‘alternativos’. Son, como hemos te equilibrado ‘normalizados’ (24%), comentado, grandes grupos definidos de una ‘afters’ (21%) y ‘alternativos’ (22%).

Tabla nº 4: Relación entre la frecuencia de consumo de cannabis y la procedencia de la muestra

GRUPO (% dentro de cada grupo en los diferentes niveles de consumo)

CONSUMO CANNABIS ADOLESCENTES NORMATIVO AFTER ALTERNATIVO TOTAL

Nunca consumidor 118; (31,5%) 113; (29%) 27; (8,8%) 23; (8,8%) 281 (21,1%) Abstinente 59 (15,7%) 95 (24,4%) 45 (16,6%) 41 (15,8%) 240 (18%) Consumidor ocasional 57; (15,2%) 64; (16,4%) 31; (10,1%) 27; (10,4%) 179 (13,4%) Consumidor recreativo 68; (18,1%) 50; (12,8%) 43; (14%) 44; (16,9%) 205 (15,4%) Consumidor habitual 73; (19,5%) 68; (17,4%) 162; (48,1%) 125; (32,1%) 428 (32,1%)

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 205 5. Los que consumen habitualmente cannabis está significativamente relacionada con la son con mayor probabilidad ‘afters’ (38%), percepción del control parental sobre los o ‘alternativos’ (29%). Los ‘adolescentes’ y hábitos de “salir de marcha”. ‘normalizados’ son más raros en este grupo • Finalmente, la edad de inicio está significa- (17,1% y 15,9% respectivamente). tivamente relacionada con la frecuencia actual del consumo de cannabis: los que 2. Iniciación, mantenimiento, dependencia han consumido pero ya no lo hacen o que y abandono del uso del cannabis. fueron consumidores experimentales son los que se iniciaron más tarde (16,6 años), La edad de inicio en el uso de las diferentes con diferencias significativas respecto a los sustancias nos proporciona información sobre consumidores recreativos (16 años) y habi- los procesos de iniciación en el consumo, tuales (15,2 años). Las diferencias entre los indicando cómo el uso de algunas sustancias consumidores ocasionales (16,5 años) y antecede o sigue al uso de otras. Si incluimos los consumidores recreativos o habituales la información relativa al inicio en el cannabis también son estadísticamente significati- dentro de la iniciación al uso de otras drogas, vas, así como también lo son las diferen- esto proporciona una visión histórica del uso cias entre los consumidores recreativos y del cannabis en la historia de consumo de habituales. drogas en diferentes individuos y grupos. La iniciación es en términos generales más temprana en el alcohol y tabaco, producién- Iniciación en el cannabis y las drogas lega- dose en promedio antes de los 15 años. A los les (alcohol y tabaco): 16 (en promedio, en general entre los 13,5 y El gráfico nº 1 ilustra mediante un diagra- 18,5 años) se han iniciado en el cannabis ma de árbol las vías y edades (en valor quienes lo hayan hecho. Los que se inician en medio) de iniciación en el uso del cannabis, y el uso de otras sustancias ilegales lo hacen su relación con la iniciación con las drogas (en términos de valor promedio) casi a los 18 legales (alcohol y tabaco). Existen tres posibi- años (LSD y anfetaminas), o bien posterior- lidades principales (donde se sitúan la mayo- mente (en otras sustancias ilegales: éxtasis, ría de los sujetos). opiáceos, hongos, tranquilizantes). 1. La mayoría de los individuos de la muestra La edad de inicio en el consumo de canna- que han consumido alguna vez cannabis, bis muestra asociación con determinadas ya habían consumido alcohol y/o tabaco variables sociodemográficas e históricas del antes de iniciarse en esta sustancia. Esto individuo: demuestra que el consumo de cannabis se • Se inician en el uso de cannabis a edades inicia muy frecuentemente en una fase ligera y significativamente más tempranas posterior al uso de alcohol y tabaco, y que los varones: (15,8 vs. 16,1 años). a menudo existe cierto “lapso temporal” • Los individuos que se autovaloran como entre uno y otro. malos estudiantes se inician en el uso del 2. La segunda posibilidad la representa un cannabis a edades significativamente más grupo significativo de individuos que han tempranas (15 años) que los regulares (16 empezado a consumir cannabis a la misma años) o buenos (16,2). Las diferencias edad a la que se iniciaron con el alcohol o entre estos últimos no son significativas. el tabaco, por lo que no podemos determi- • También se inician más temprano en el uso nar qué sustancia precedió a la otra. del cannabis los que proceden de familias 3. En la parte derecha del gráfico también se de estatus económico bajo o medio - bajo observa un grupo significativo de individuos (15,2 años) que los que proceden de fami- que han consumido alcohol y/o tabaco y lias con estatus medio (16 años) o alto o que no han llegado a consumir cannabis. medio - alto (16 años). La edad de inicio no Esto indica también la existencia de un cier-

206 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa as hacia el cannabis. í fico 1. Alcohol y tabaco en las v á Gr

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 207 to “escalón” entre los procesos del inicio inician antes en el cannabis que en el tabaco en el uso de sustancias legales y cannabis. se inician en ambas sustancias a edades pro- 4. Finalmente, se observa que son muy pocos medio más tardías que los otros dos grupos. los sujetos que se iniciaron en el uso del Sin embargo, el hecho de iniciarse antes con cannabis sin haber probado previamente ni el tabaco o el cannabis no muestra asocia- a la misma edad alcohol ni tabaco. Se ción estadística alguna con la frecuencia observa también que son también muy actual del consumo de cannabis, al contrario pocos quienes consumen más temprana- de lo que ocurría con el alcohol. mente cannabis que alcohol o tabaco. Finalmente, en el gráfico también se obser- El gráfico muestra que los diferentes pro- va que los que han consumido alcohol pero cesos o vías para iniciarse en el uso de can- no cannabis se iniciaron con el alcohol a eda- nabis también muestran algunas peculiarida- des más tardías que los que si consumieron des en la edad de inicio en esta sustancia. Es alguna vez cannabis. Lo mismo ocurre con el decir, parecen existir dos grupos o patrones tabaco salvo en un pequeño grupo: los que importantes en la iniciación en el alcohol y han consumido tabaco pero no cannabis se cannabis: iniciaron con el tabaco a edades más tardías que los que si han consumido cannabis, salvo 1. Los que se inician antes en el alcohol que si han consumido antes cannabis que tabaco. en el cannabis lo hacen en promedio casi dos años y medio antes en el alcohol que en el cannabis. Iniciación en otras drogas ilegales, el 2. Quienes se inician a la vez en ambas ini- cannabis y las drogas legales (alcohol cian el consumo de cannabis a edades y tabaco): más tempranas que los anteriores, mien- A continuación se muestra la relación tras que se inician algo más tarde con el entre la iniciación en el uso de drogas legales alcohol. (alcohol y tabaco) y el cannabis con la inicia- Los que se iniciaron en el cannabis a la ción en el uso de otras drogas ilegales. Se misma edad que con el alcohol tienen más considera que un individuo ha llegado a con- probabilidad de llegar a consumir habitual- sumir alguna otra sustancia ilegal cuando ha mente cannabis que los que se iniciaron antes consumido alguna vez una o más de las con el alcohol (50% vs. 38%). Esta diferencia siguientes sustancias: anfetaminas, éxtasis, es aún mayor respecto a los que se iniciaron LSD, cocaína, hongos o heroína / opiáceos. El con el cannabis antes que con el alcohol, que gráfico nº 2 ilustra mediante un diagrama las llegan a ser consumidores habituales de can- vías de iniciación en el uso otras drogas ilega- nabis en un 57% de los casos). La asociación les diferentes del cannabis. entre la secuencia de iniciación alcohol - can- Como en el caso anterior, el diagrama nabis y frecuencia actual de consumo de can- muestra que haber probado alguna sustancia nabis es estadísticamente significativa (p = ilegal diferente del cannabis implica casi siem- ,001). A una coincidencia o anticipación del pre haber consumido anteriormente o a la cannabis respecto al alcohol corresponde misma edad otra sustancia, bien una sustan- mayor consumo actual de esta sustancia. cia legal (alcohol o tabaco), cannabis o ambas. Algo semejante ocurre con el tabaco y el La parte derecha del diagrama también cannabis: quienes se inician antes con el muestra que el hecho de haber llegado a con- tabaco que con el cannabis se inician con el sumir una sustancia legal o cannabis no impli- cannabis dos años más tarde en promedio ca necesariamente llegar a probar otra sus- que en el tabaco. Los que se inician en el tancia ilegal. De nuevo se observa un “salto” mismo año con el tabaco y cannabis se ini- cualitativo o escalada desde el uso del tabaco cian en el cannabis a edades más tempranas o alcohol y cannabis hacia el uso de estas que los anteriores, mientras que los que se otras sustancias ilegales diferentes.

208 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa as hacia otras sustancias ilegales. í fico 2. V á Gr

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 209 El gráfico también representa a los diferen- Variables sociodemográficas asociadas a tes sectores de la muestra que han llegado a la “iniciación” en el uso del cannabis. consumir alcohol y tabaco, cannabis y otras A continuación se estudian algunos facto- drogas ilegales. Generalmente el uso de estos res históricos y sociodemográficos asociados tres tipos de sustancias se inicia en edades a la iniciación o no iniciación en el consumo diferentes en estos grupos específicos: del cannabis. Se compara la distribución de 1. Los que no consumieron ninguna droga ile- estas variables entre los que no han llegado a gal y han consumido alguna vez alcohol o probar el cannabis y los demás que sí lo han tabaco se iniciaron en estas sustancias a probado alguna vez. Las variables sociodemo- edades más tardías que los que si han lle- gráficas e históricas estudiadas (ver tabla 5) gado a probar alguna droga ilegal diferente como factores asociados a la iniciación en el del cannabis. consumo de cannabis son: sexo, nivel de 2. Los que no han consumido nunca drogas estudios alcanzado, autovaloración como ilegales y han consumido alguna vez canna- estudiante, estatus socioeconómico de la bis y drogas legales se iniciaron en estas familia de origen y control percibido de los tres sustancias a edades más tardías que lo padres sobre los hábitos recreativos durante hallado en el total de la muestra y a edades la adolescencia. más tempranas que los que han probado La tabla 5 muestra la distribución de las alguna otra ilegal y que solamente habían variables estudiadas entre los que han proba- consumido alguna vez drogas legales, aun- do y los que no han llegado a probar el canna- que a edades más tardías que los que si bis, y los estadísticos de contraste basados en habían consumido alguna droga ilegal. la ji cuadrado. La tabla muestra que, en nues- 3. Los que llegaron a probar alguna droga ile- tra muestra, el hecho de haber probado el can- gal se iniciaron en el cannabis a edades nabis es más bien la norma que una excep- más tempranas que los que no han llegado ción. Este hecho se observa en los diferentes a hacerlo. grupos definidos en función del género, nivel

Tabla nº 5: Iniciación en el cannabis y variables sociodemográficas

VARIABLE HAN PROBADO NO HAN PROBADO CONTRASTE

SEXO χ2 = 29,8 (1 g.l.) Hombres (811; 61%) 679 (83,7%) 132 (16,3%) p= ,000 (bilateral) Mujeres (521; 39%) 371 (71,2%) 150 (28,8%)

ESTUDIOS χ2 = 12,7 (1 g.l.) Primarios (176; 13,2%) 155 (88%) 21 (12%) p= ,002 (bilateral) Secundarios (578; 43,4%) 458 (79%) 120 (21%) Superiores (578; 43,4%) 437 (75,6%) 141 (24,4%)

AUTOVALORACIÓN χ2 = 36 (2 g.l.) Buen estudiante (514; 38,6%) 363 (70,6%) 151 (29,4%) p= ,000 (bilateral) Estudiante regular (574; 43%) 474 (82,6%) 100 (17,4%) Mal estudiante (244; 18,3%) 213 (87,3%) 31 (12,7%)

STATUS FAMILIAR χ2 = 14,6 (2 g.l.) Medio-alto / Alto: 449 (33,7%) 347 (77%) 102 (23%) p= ,001 (bilateral) Medio: 726 (54,5%) 561 (77%) 165 (23%) Medio-bajo / Bajo: 158 (11,9%) 143 (90,5%) 15 (9,5%)

CONTROL FAMILIAR χ2 = 16,5 (3 g.l.) Nulo (331; 25%) 281 (85%) 50 (15,1%) p= ,001 (bilateral) Escaso (603; 45,4%) 479 (79%) 124 (21%) Bastante (336; 25,3%) 245 (73%) 91 (27%) Excesivo (59; 4,4%) 42 (71%) 17 (29%)

210 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa de estudios, la valoración que el sujeto hace El porcentaje de sujetos que han abandona- de su propio rendimiento como estudiante, el do el consumo de cannabis es significativa- estatus económico de la familia de origen y el mente más bajo que el porcentaje de sujetos grado de control percibido procedente de los que han cesado de consumir otras drogas ile- padres sobre los hábitos recreativos de los gales como las anfetaminas y el LSD, y tam- sujetos durante los fines de semana. bién menor que el porcentaje de sujetos que Dentro de la norma de probar el cannabis, han cesado de consumir cocaína y éxtasis. Por se observa que la frecuencia de esta conduc- tanto, parece que en nuestra muestra el con- ta está significativamente relacionada con sumo de cannabis es el que más perdura una todas las variables representadas en la tabla. vez que se ha iniciado, entre las principales dro- El hecho de haber llegado a probar el canna- gas ilegales. Así pues, parece que el hecho de bis es estadísticamente más frecuente en los probar el cannabis implica una elevada probabi- varones, entre los que tienen niveles educati- lidad de seguir consumiendo esta sustancia. vos más bajos, los que consideran que han La tabla 7 muestra la distribución de las sido peores estudiante, entre quienes proce- variables sociodemográficas e históricas den de familias con estatus económico estudiadas entre los que han dejado de con- medio - bajo o bajo, y en quienes proceden sumir cannabis tras haberlo probado o consu- de familias que no han ejercido ningún con- mido y los que siguen consumiendo canna- trol en los hábitos de “salir de marcha”. bis, y los estadísticos de contraste basados en la ji cuadrado. Mantenimiento y abandono del consumo Como puede observarse, aunque dejar de de cannabis. consumir cannabis una vez probado resulta relativamente poco frecuente en todos los Una vez iniciado el consumo de cannabis, grupos definidos según estas variables, resul- algunos sujetos dejaron de consumir esta ta ligera y significativamente más frecuente sustancia, tras un grado variable de implica- entre las mujeres, quienes se perciben como ción con este consumo (consumidores buenos estudiantes, que proceden de fami- “experimentales” y algunos verdaderos ex - lias de clase media que han ejercido mayor consumidores). control sobre los hábitos recreativos de sus La tabla 6 muestra los porcentajes de suje- hijos. tos que han dejado de consumir las sustan- cias más frecuentemente consumidas, tras haberlas consumido alguna vez. Se observa Indicadores de abuso o dependencia del que el cannabis se encuentra situado entre cannabis las drogas legales (alcohol y tabaco) y otras “La dificultad de rebajar o eliminar el con- drogas ilegales. Aproximadamente uno de sumo de cannabis es un fenómeno real que cada cuatro sujetos que han probado el can- sin embargo ha recibido sorprendentemente nabis actualmente ha dejado de consumirlo. poca atención hasta hace poco” (Farrel,

Tabla nº 6: Porcentaje de sujetos que han dejado de consumir las diferentes sustancias tras haberlas probado

SUSTANCIA PROBARON DEJARON DE CONSUMIR % DE INTERRUPCIÓN

ALCOHOL 1318 45 3 TABACO 1143 155 14 CANNABIS 1052 240 23 COCAÍNA 595 201 34 LSD 541 322 60 ÉXTASIS 521 200 38 ANFETAMINAS 410 244 60

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 211 Tabla nº 7: Dejar de consumir cannabis y variables sociodemográficas

VARIABLE HAN DEJADO NO HAN DEJADO CONTRASTE DE CONSUMIR (%) DE CONSUMIR (%)

SEXO χ2 = 6,9 (1 g.l.) Hombres 20 80 p= ,009 (bilateral) Mujeres 27 73

ESTUDIOS χ2 = 2,7 (1 g.l.) Primarios 23 77 p= ,26 (bilateral) Secundarios 21 79 Superiores 25 75

AUTOVALORACIÓN χ2 = 11,5 (2 g.l.) Buen estudiante 28 72 p= ,003 (bilateral) Estudiante regular 22 78 Mal estudiante 16 84

ESTATUS FAMILIAR χ2 = 9,3 (2 g.l.) Medio - alto / Alto 20 80 p= ,009 (bilateral) Medio 26 74 Medio - bajo / Bajo 16 84

CONTROL FAMILIAR χ2 = 13,4 (3 g.l.) Nulo 21 79 p= ,004 (bilateral) Escaso 19 81 Bastante 31 69 Excesivo 26 74

1999). Esto forma parte de un gran debate Dificultad en poder dejar de tomar canna- acerca de si el cannabis es una droga adictiva bis. y existen muchos intereses creados en un La sustancia señalada como la que resulta sentido y en el otro, pues de ello se cree que más difícil dejar de tomar en nuestra muestra puede depender su situación legal. No es el es el alcohol (45% de los sujetos), seguida del objetivo del presente estudio si existe un cua- tabaco (31%). Tras estas dos sustancias lega- dro de abstinencia derivado del cese en el les se sitúa el cannabis (la sustancia más difícil uso del cannabis o bien una discusión sobre de dejar de tomar para un 16% de los entre- el tipo de dependencia que crea esta droga. vistados). Muy por debajo se sitúan otras sus- Pero, si se puede constatar con los datos dis- tancias ilegales como la cocaína (3,5%), éxta- ponibles en el presente estudio que el consu- sis (2,1%) o LSD (1,3%). Otros entrevistados mo habitual o diario es muy frecuente entre señalan el cannabis como la segunda sustan- los usuarios de cannabis, hecho que sólo se cia que les costaría dejar de tomar, y de estos, suele dar con pocas drogas recreativas a casi en su totalidad (96%) señalaban el alcohol excepción del tabaco, pues encontramos o el tabaco como las sustancias que les resul- cada vez menos consumidores diarios de taban más difíciles de dejar de tomar que el alcohol. En el caso del tabaco nos explicamos cannabis. Finalmente, otros señalan el canna- estos consumos diarios por su elevada capa- bis como la tercera en dificultad, casi todos cidad adictiva, que no es el caso del tetrahi- ellos (cerca del 90%) señala el alcohol y taba- drocannbinol, pero alguna explicación habrá co como más difíciles de dejar en primer y que encontrar sobre este consumo tan fre- segundo lugar. Así pues, el cannabis resulta cuentemente habitual. A continuación siguen ser claramente la sustancia ilegal más difícil de otros datos que apuntan en esta misma dejar de tomar para los entrevistados. dirección, es decir, dificultades para abando- En resumen, tenemos 259 sujetos sin nar el uso de cannabis. información en esta variable, 661 sujetos

212 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa (61,1%) que no muestran dificultad por dejar sustancias ilegales. Para ello se compara la de consumir cannabis (independientemente “dificultad relativa” informada por los entre- de que hayan sido o sean o no sean consumi- vistados que consumen al menos ocasional- dores de esta sustancia), 75 sujetos (6,9%) mente las dos sustancias (por ejemplo canna- con un grado de dificultad mínimo par aban- bis y cocaína; cannabis y tabaco). La donar su consumo (es decir, en tercer lugar siguiente tabla muestra, en cada fila, el por- tras otras sustancias generalmente legales), centaje de sujetos que señala mayor dificul- 176 sujetos (16,3%) con una dependencia o tad relativa para dejar de tomar cannabis o la grado de dificultad en abandonar el consumo otra sustancia incluida en cada fila, teniendo de esta sustancia por detrás de otras, gene- en cuenta que consumen al menos ocasio- ralmente legales, y 170 sujetos (15,7%) con nalmente las dos sustancias. la máxima dificultad para dejar el cannabis. En la tabla 8 se observa que, cuando un Debemos interpretar estos resultados sujeto consume cannabis y otra sustancia teniendo en cuenta que se trata de una orde- legal (alcohol o tabaco), ésta última resulta nación relativa de dificultad según la subjetivi- más difícil de dejar de tomar que el cannabis. dad del sujeto, esto significa, entre otras Sin embargo, cuando se trata de sujetos poli- consumidores de cannabis y otra sustancia cosas, que: (a) una sustancia ordenada en ter- ilegal (cocaína, anfetaminas, etc.), el cannabis cer orden puede ser muy difícil de dejar para no solamente resulta más difícil de dejar que el sujeto, eso solo significa que las otras dos esta otra sustancia ilegal, sino que también son aún más difíciles, no que la tercera no lo resulta casi tan difícil de dejar como el alco- sea en absoluto; (b) al contrario, una sustancia hol y el tabaco, y en ocasiones más difícil puede aparecer como la primera en dificultad incluso de abandonar que el tabaco. Sola- y al mismo tiempo el grado de dificultad sub- mente la heroína / opiáceos presenta un jetivo para dejar de tomar puede ser bajo. Por patrón donde éstos y el alcohol son conside- tanto, tenemos un indicador “relativo” de difi- rados claramente como más difíciles de dejar cultad, no un indicador cuantitativo de dificul- que el cannabis. En resumen, estos datos tad para dejar de tomar cannabis. sugieren que el cannabis puede ser una sus- A continuación se compara la dificultad tancia generadora de cierto grado de “depen- relativa de dejar de consumir cannabis y otras dencia” para los consumidores.

Tabla nº8: dificultad relativa para dejar de consumir cannabis en comparación con otras sustancias, en sujetos que consumen ambas

SUSTANCIAS COMPARADAS % DEL CANNABIS % OTRA SUSTANCIA

Cannabis – Alcohol 18 40 Cannabis – Tabaco 18 38 Cannabis – Cocaína 22 (1) 10 Cannabis – Anfetaminas 27 (2) 3 Cannabis – Éxtasis 22 (3) 7 Cannabis – LSD 24 (4) 6 Cannabis – Opiáceos 10 (5) 25

1 El 32% señalan el alcohol, el 29% el tabaco, sustancias también consumidas. 4 El 28% señalan el alcohol, el 26% el tabaco, sustancias también consumidas. 2 El 33% señalan el alcohol, el 23% el tabaco, sustancias también consumidas. 5 El 45% señalan el alcohol, el 20% el tabaco, sustancias también consumidas. 3 El 34% señalan el alcohol, el 23% el tabaco, sustancias también consumidas.

La tabla siguiente describe la sustancia o en primer lugar o en segundo, y ello de acuer- sustancias que los sujetos consideran más difí- do a su pertenencia a los diferentes grupos cil dejar de tomar, contemplándose si se elige definidos en cuanto al consumo de cannabis.

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 213 Tabla nº 9: Dificultad relativa en abandonar el uso de una droga según la frecuencia del consumo de cannabis

NUNCA CONSUMIDOR ABSTINENTE OCASIONAL RECREATIVO HABITUAL

L C Ot. Ile. L C Ot. ile. L C Ot. ile. L C Ot. ile. L C Ot. ile. 1ª sustancia (%) 97 03 91 09 90 19 80 13 8 55 35 12 2ª sustancia (%) 88,6 011 73 720 53 29 19 42 46 12 38 44 18

L = legales (alcohol / tabaco): C = Cannabis; Ot. ile. = Otras ilegales.

La tabla muestra que: 2. No hay asociación entre el grado de dificul- 1. Nunca consumidores, Abstinentes (consu- tad relativa para dejar de consumir canna- midores experimentales y ex - consumido- bis y el nivel de estudios alcanzado, ni con res) y consumidores ocasionales de canna- la autovaloración como estudiante. bis encuentran que las sustancias más 3. Se observa una asociación significativa difíciles de dejar de consumir son siempre entre la dificultad relativa para dejar de drogas legales (alcohol / tabaco) y ello de consumir cannabis y el nivel económico de una forma muy marcada. Casi la mitad de la familia de origen: la dificultad nula es los consumidores ocasionales encuentran más frecuente entre los del máximo nivel que la segunda sustancia más difícil de (64%) y los del nivel medio (62%) que dejar de consumir es el cannabis u otra entre las dos categorías inferiores agrupa- droga ilegal. das (50%). Como es de esperar, la dificul- tad máxima para dejar el cannabis es más 2. También los consumidores recreativos y frecuente entre los de nivel más bajo habituales de cannabis consideran al alco- (28%) que entre los de nivel medio hol o el tabaco como la sustancia más difí- (16,6%) o superior (10%). cil de dejar de tomar, no obstante una parte importante de los últimos el cannabis 4. También hay una asociación significativa también parece serlo. En ambos grupos, el entre la variable estudiada y el grado de cannabis resulta ser la segunda sustancia control parental percibido, en lo relativo a más difícil de abandonar. los hábitos de “salir de marcha”. Se obser- va que la dificultad máxima para dejar de Los consumidores habituales de cannabis consumir cannabis es mucho más frecuen- que son ‘policonsumidores’ consideran de un te entre los que perciben “nulo control” modo significativamente más frecuente que (32%) o “bajo control” (44%) que entre los los ‘puros’ que la droga más difícil de dejar de que perciben “bastante control” (20%) o tomar es otra ilegal (22% frente al 5%). Los control excesivo sobre sus hábitos de sali- consumidores habituales de cannabis ‘puros’ da (4%). ven más difícil que estos últimos el dejar de 5. Existe asociación significativa entre el consumir drogas legales y cannabis que los grado de dificultad para dejar el cannabis y policonsumidores. la edad de inicio en el consumo de esta Si analizamos la asociación entre las difi- sustancia: los que no señalan ningún grado cultades para dejar de tomar cannabis y las de dificultar relativa para dejar de consumir variables sociodemográficas e históricas se cannabis se iniciaron en el consumo de observa que: esa sustancia a edad más tardía (16 años) 1. Hay una asociación significativa con el que los que señalan que el cannabis es la género: es más frecuente entre las muje- sustancia más difícil de abandonar (15,4 res (69%) poder dejar de fumar marihuana años). sin ninguna dificultad que entre los hom- También se observa una asociación signifi- bres (57%). cativa entre esta dificultad y la antigüedad en

214 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa el consumo de cannabis: los que señalan una jes de sujetos en los diferentes grupos que: dificultad nula para dejar el cannabis son con- a) no han tenido problemas o no han seguido sumidores menos antiguos que los que dicen consumiendo sustancia alguna tras haber que el cannabis es la segunda o primera sus- tenido problemas asociados; b) han continua- tancia más difícil de dejar de consumir (6,7 do consumiendo cannabis tras problemas años, 7,7 años y 8 años respectivamente). asociados a su consumo, y c) han continuado consumiendo otras sustancias tras dichos Consumir cannabis a pesar de haber teni- problemas asociados. Son en total 98 (7,7% do problemas relacionados con su uso. del total de la muestra) los sujetos que mani- Tenemos 425 sujetos (33% del total de la fiestan haber tenido problemas con el consu- muestra) que informan de que han continua- mo de cannabis y que a pesar de ello no han do consumiendo alguna sustancia tras haber interrumpido su consumo. Desconocemos a tenido problemas derivados de dicho consu- que tipo de problemas se refieren pues la mo. La tabla siguiente describe los porcenta- encuesta no recogía tal información.

Tabla nº 10: Persistir en el consumo de una droga a pesar de haber tenido problemas con ella, según la frecuencia del consumo de cannabis

VARIABLE NC A CO CR CH

Sin consumo “problemático” 78,2% 76,6% 72,4% 69,9% 50,4% Consumo “problemático” de cannabis 0% 2,6% 5,7% 7,1% 16,6% Consumo “problemático” de otra sustancia 21,8% 20,8% 21,8% 23% 33

NC = “Nunca Consumidor”; A= Abstinentes (Antiguos consumidores experimentales y ex - consumidores); CO = Consumidores Ocasionales; CR = Consumidores Recreativos; CH = Consumidores Habituales;

En resumen, a medida que aumenta la fre- rencias en la prevalencia de problemas aso- cuencia de consumo actual de cannabis ciados al uso del cannabis ya que ambos gru- aumenta también la probabilidad de haber pos consumen habitualmente esta sustancia, mantenido algún consumo problemático de pero si asociados a otras sustancias de con- alguna sustancia, bien sea el cannabis u otra. sumo más frecuente entre los “policonsumi- La mitad de los consumidores habituales de dores”. cannabis y uno de cada tres consumidores Esta variable indicadora de abuso está sig- recreativos han mantenido algún consumo nificativamente asociada con la edad de inicio “problemático” de sustancias. Esta variable en el consumo de cannabis y con la antigüe- está asociada significativamente a la frecuen- dad de inicio en el consumo de esta sustan- cia del consumo de cannabis (Chi cuadrado = cia: los que no informan de ese consumo pro- 112,4; 8 g.l.; p bilateral = .001). blemático se iniciaron en el cannabis más El consumo problemático de alguna sus- tarde (16,2 años) que los que informan de tancia es estadísticamente más frecuente consumo problemático de alguna sustancia entre los consumidores habituales de canna- (15,4 años) o consumo problemático de can- bis que son ‘policonsumidores’ que en los nabis (15,1 años), sin diferencias entre estos ‘puros’, (46% versus 27%). También es esta- dos últimos grupos. Del mismo modo, los dísticamente más frecuente el consumo pro- que no informan de consumo problemático blemático de otras drogas diferentes del can- de ninguna sustancia son consumidores nabis (29% vs. 10% respectivamente), menos antiguos de cannabis (6,7 años) que aunque no el consumo problemático de esta los que informan de consumo problemático sustancia (en torno al 17% en ambos casos). de alguna sustancia en general (7,9 años), Es decir, tal como es de esperar, no hay dife- aunque no específicamente con el cannabis.

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 215 Recibir aviso de familiares o amigos acer- ten haber recibido algún aviso de familiares o ca de un uso abusivo de cannabis. amigos acerca del consumo abusivo o proble- mático de alguna sustancia. Aproximadamen- De modo similar, algunos sujetos informan te una cuarta parte de ellos, 123 sujetos, indi- de que personas cercanas (familiares o ami- can que la droga en cuestión es el cannabis. gos) les han advertido de que estaban abu- En la tabla siguiente se describen los porcen- sando de alguna sustancia. No cabe duda tajes de sujetos de acuerdo a las diferentes que éste es un indicador totalmente subjeti- frecuencias de consumo de cannabis: a) no vo y la alarma que puede generar en un padre han recibido avisos de este tipo; b) han recibi- o madre el consumo de cannabis de un hijo do avisos relativos al abuso de cannabis, y c) depende claramente de muchas cuestiones han recibido avisos por abusar de otras sus- aleatorias. En total 489 sujetos (36,9%) admi- tancias diferentes del cannabis.

Tabla nº 11: Recibir advertencias de familiares o amigos relativos al abuso de sustancias, según la frecuencia del consumo de cannabis

VARIABLE NC A CO CR CH

Sin avisos por abuso de sustancia alguna 86% 62% 68,2% 61,8% 47,4% Recibieron avisos por abusar del cannabis 0% 5,9% 1,7% 7,8% 21% Recibieron avisos por abusar de otra sustancia 14% 32,1% 30,2% 30,4% 31,5%

NC = “Nunca Consumidor”; A= Abstinentes (Antiguos consumidores experimentales y ex - consumidores); CO = Consumidores Ocasionales; CR = Consumidores Recreativos; CH = Consumidores Habituales.

Al igual que en el caso anterior, esta varia- malos estudiantes. No hay relación con el ble está asociada significativamente a la fre- estatus económico familiar ni con el control cuencia del consumo de cannabis (Chi cua- parental percibido sobre los hábitos de “salir drado = 166,6; 8 g.l.; p bilateral = .001). de marcha”. La gran mayoría de los que no consumen Finalmente, el recibir avisos de abuso de cannabis no han recibido aviso alguno por drogas en general o de cannabis en particular abusar de ninguna sustancia. Inversamente, también está significativamente asociado a la más de la mitad de los consumidores habi- edad de inicio y a la antigüedad en el consumo tuales sí han recibido algún aviso de esta de cannabis: Los que no informan de ningún naturaleza. aviso de abuso de sustancias se iniciaron en el Los avisos de abuso de sustancias en cannabis a edades más tardías que los que general no son más frecuentes entre los con- han recibido avisos por abuso de cualquier sumidores habituales de cannabis ‘policonsu- droga y que los que han recibido avisos espe- midores’ que entre los ‘puros’. Sin embargo, cíficos por abuso de cannabis en particular. entre los últimos son más frecuentes los avi- sos relativos al cannabis que entre los ‘poli- 3. Preferencia y popularidad del cannabis consumidores’, mientras que en estos últi- frente a otras drogas mos son más frecuentes que en aquellos los avisos relativos a otras sustancias ilegales. Droga preferida según forma de usar el El recibir avisos de abuso de cannabis o de cannabis. drogas en general es estadísticamente (aun- La siguiente tabla describe las preferencias que ligeramente) más frecuente entre los por las diferentes sustancias según los gru- varones, entre los que han alcanzado niveles pos definidos en relación con la frecuencia de primarios o secundarios más frecuentemente uso del cannabis. En total, son 261 sujetos que entre los que han alcanzado estudios que eligen en primera opción el cannabis superiores, entre los que se valoran como como la sustancia preferida.

216 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa Tabla nº12: sustancia preferida en los diferentes niveles de consumo del cannabis

NUNCA CONSUMIDOR ABSTINENTE OCASIONAL RECREATIVO HABITUAL

L C Ot. Ile. L C Ot. ile. L C Ot. ile. L C Ot. ile. L C Ot. ile.

1ª elección 96% 0% 4% 76% 5% 18% 60% 17% 23% 38% 30% 32% 17% 38% 45%

L = legales (alcohol / tabaco): C = Cannabis; Ot. ile. = Otras ilegales.

Se observa que: van diferencias muy ligeras entre estos tres 1. A medida que aumenta la frecuencia del grupos (21,6%, 23,8% y 18,9% respectiva- uso de cannabis disminuye la preferencia mente). Las otras ilegales son más valoradas por las drogas legales y aumenta la prefe- como primera sustancia más por los de nivel rencia por el cannabis y por otras drogas primario (44,9%) que por los de estudios ilegales. medios (28,8%) y por estos más que por los de estudios superiores (22,3%). Estas dife- 2. En los consumidores recreativos las dro- rencias también se observan en lo referido a gas de primera elección son casi por igual la segunda sustancia preferida. las legales, el cannabis y otras ilegales. Las sustancias legales son más elegidas 3. En los consumidores habituales de canna- como preferidas por los que se autocalifican bis, en cambio, las drogas de primera elec- como estudiantes buenos (58,4%) y regulares ción suelen ser otras drogas ilegales y en (49%) que por los malos estudiantes (37,6%). segundo lugar el cannabis, mientras que En el cannabis hay muy pocas diferencias y las drogas legales son raramente las prefe- en las otras ilegales ocurre a la inversa. ridas por este grupo. Las sustancias legales son elegidas como Hay diferencias claras y estadísticamente sustancias de primera elección más frecuen- significativas entre los consumidores habitua- temente por los que proceden de familias les de cannabis que son relativamente ‘puros’ con nivel económico medio-alto o alto y los policonsumidores en cuanto a la sustan- (53,2%) o de nivel medio (50,5%) que por los cia de elección. Los primeros eligen el canna- sujetos que proceden de familias con nivel bis más frecuentemente como sustancia pre- medio-bajo o bajo (42%). El cannabis aumen- ferida que los segundos (44% frente al 24%), ta como primera sustancia desde un 17,6% mientras que los últimos eligen otras drogas en las de mayor nivel hasta el 23% en los de ilegales generalmente (67% frente al 36%). nivel intermedio y 25,3% en los de nivel más Las mujeres tienden a elegir las drogas lega- bajo. Las otras ilegales son primera elección les como primera elección mas frecuentemen- casi por igual en los de mayor nivel económi- te que los hombres (11 puntos de % de dife- co familiar (29,3%), intermedio (26,7%) e rencia), pero no hay apenas diferencias en lo inferior (32,7%). que se refiere al cannabis como primera elec- Las sustancias legales son más elegidas ción, mientras que los varones eligen otras ile- como primera sustancia por quienes afirman gales como primera sustancia más frecuente- haber sido muy o excesivamente controlados mente que las mujeres (31,6% vs. 23%). en sus “salidas de marcha” por sus padres Las drogas legales son menos valoradas (59%) que por los poco (49%) o nada contro- como primera elección por los sujetos con lados (44%). Con el cannabis ocurre lo con- estudios primarios que por los de estudios trario (14%, 18%, 23% y 23% respectiva- medios, y por estos menos que por los suje- mente). Las otras ilegales tienden a ser más tos con estudios superiores (33,5%, 47,3% y elegidas por los de “nulo control” (34%) más 58,7% respectivamente). En la valoración del que por los de escaso y excesivo (28%) o cannabis como primera sustancia se obser- bastante control (24%).

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 217 Droga “de moda” en el ambiente recreati- con menor importancia relativa las otras sus- vo del sujeto. tancias ilegales. Tenemos información de 1251 sujetos La tabla 13 describe las sustancias que acerca de cual es la droga más de moda en están más de moda en los ambientes recrea- su ambiente. Como primera sustancia, 305 tivos de los sujetos, en función de los grupos señalan el alcohol, 37 el tabaco, 427 señalan definidos en relación con el consumo de can- el cannabis, 242 la cocaína, 156 el éxtasis y nabis.

Tabla nº 13: sustancia más de moda en los diferentes niveles de consumo del cannabis

NUNCA CONSUMIDOR ABSTINENTE OCASIONAL RECREATIVO HABITUAL

L C Ot. Ile. L C Ot. ile. L C Ot. ile. L C Ot. ile. L C Ot. ile.

Moda (%) 49,6 28,6 21,8 32,6 26,7 40,7 30,4 33,3 36,3 20,6 41,2 38,2 14,2 38,3 47,5

L = legales (alcohol / tabaco): C = Cannabis; Ot. ile. = Otras ilegales.

En total, las drogas legales son las más de Droga de moda y droga preferida según el moda para un 27% de los entrevistados, el subgrupo de la muestra. cannabis es la sustancia de moda en el Recordamos que los individuos de la ambiente del 34% y otra ilegal (anfetaminas, muestra fueron encuestados en cuatro cocaína, éxtasis o LSD) en el 39% restante ambientes distintos, aunque seguramente de los casos. En resumen, el cannabis por si hay un importante solapamiento entre ellos. solo resulta ser la sustancia de moda en el Está el ambiente de los ‘adolescentes’, el de ambiente recreativo de uno de cada tres los jóvenes ‘normativos’, el de los alternativos entrevistados, casi tan popular como todas y el de los jóvenes reclutados en los ‘after’. las demás ilegales conjuntamente y más que Consideramos que puede tener interés ver las drogas legales también conjuntamente. que lugar ocupa el cannabis entre las prefe- Las drogas legales son las que están más rencias de los asiduos a cada uno de estos de moda únicamente en los ambientes que ambientes y al mismo tiempo cual es la frecuentan los “Nunca consumidores” de droga que ellos consideran que está más de cannabis. El cannabis es únicamente la droga moda en dicho ambiente. Los resultados son más de moda en el ambiente de los consumi- los siguientes: dores recreativos de cannabis, mientras que 1. Los ‘adolescentes’ prefieren las drogas las demás sustancia ilegales son las que legales, aunque la droga más de moda en están más de moda en los ambientes fre- su ambiente es, según ellos, el cannabis. cuentados por los actualmente “Abstinentes” 2. Los ‘jóvenes normativos’ prefieren las dro- y consumidores habituales de cannabis. gas legales, que también resultan ser las Los consumidores habituales “puros” de más de moda en su ambiente. cannabis se identifican de un modo significati- 3. Entre los ‘after’ el cannabis resulta ser la vamente más frecuente que los que son poli- droga menos preferida de las tres posibili- consumidores con un ambiente donde la sus- dades de respuesta existentes y está tancia de moda es el cannabis (46% frente al mucho menos de moda que otras ilegales. 21%), mientras que estos últimos se identifi- 4. Entre los ‘alternativos’ el cannabis es la can más frecuentemente que aquellos con droga de moda, aunque las drogas de elec- ambientes donde las sustancias de moda son ción resultan ser preferentemente las lega- otras drogas ilegales (71% frente al 37%). les (básicamente el alcohol).

218 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa 4. Policonsumo. también adultos que salen para divertirse los fines de semana tienden a consumir diversas Patrones de consumo de otras sustancias drogas al mismo tiempo o correlativamente. en los diferentes grupos de consumidores La tabla 14 muestra las frecuencias de con- de cannabis. sumo actual de otras sustancias entre los Es un hecho claramente establecido que diferentes grupos del presente estudio defini- los jóvenes, adolescentes y seguramente dos según el consumo de cannabis.

Tabla nº 14: Consumo de otras sustancias en los diferentes grupos definidos según el consumo de cannabis

SUSTANCIA NC A CO CR CH

ALCOHOL No consume 10,8% 6,7% 0% 2% 2,6% Esporádico 28,3% 11,3% 12,3% 11,2% 8,2% Frecuente o Diario 60,9% 82,1% 87,7% 86,9% 89,2% TABACO No consume 58,4% 31,1% 14,6% 14,6% 9,9% Esporádico 6,1% 2,9% 10,1% 4,4% 1,9% Frecuente o Diario 35,5% 66% 75,3% 81% 88,2% ANFETAMINAS No consume 99,3% 94,6% 94,4% 85,2% 74% Esporádico 0,7% 5% 5,6% 14,3% 24,4% Frecuente o Diario 0% 0,4% 0% 0,5% 1,6% LSD No consume 97,5% 90,3% 94,4% 82,9% 65,8% Esporádico 2,5% 8% 5,6% 16,6% 31,4% Frecuente o Diario 0% 1,7% 0% 0,5% 2,8% COCAÍNA No consume 97,9% 82,4% 80,4% 72,7% 39,9% Esporádico 1,8% 15,5% 18,4% 26,8% 54,9% Frecuente o Diario 0,4% 2,1% 1,1% 0,5% 5,2% ÉXTASIS No consume 97,2% 83,7% 89,4% 74% 52,2% Esporádico 2,5% 15,5% 8,9% 25% 43,3% Frecuente o Diario 0,4% 0,8% 1,7% 1% 4,4%

NC = “Nunca Consumidor”; A= Abstinentes (Antiguos consumidores experimentales y ex - consumidores); CO = Consumidores Oca- sionales; CR = Consumidores Recreativos; CH = Consumidores Habituales;

Como muestra la siguiente tabla, el consu- Como es de esperar debido al criterio apli- mo de alcohol, tabaco, anfetaminas, LSD, cado para la formación de los subgrupos cocaína y éxtasis se distribuye de modo esta- entre los consumidores habituales, el consu- dísticamente diferente entre los grupos de mo de anfetaminas, cocaína, éxtasis y LSD consumidores de cannabis: es mucho más frecuente (y significativo esta-

Tabla nº 15: Diferentes niveles de consumo de cannabis y consumo de otras sustancias: indicadores de contraste

SUSTANCIA JI CUADRADO G.L. P (CONTRASTE BILATERAL)

ALCOHOL 151,2 12 .001 TABACO 304,8 12 .001 ANFETAMINAS 127,5 8 .001 COCAÍNA 319,8 8 .001 LSD 162,9 8 .001 ÉXTASIS 228,1 8 .001

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 219 dísticamente al nivel .001) en el grupo de A la pregunta de si consumen más de una consumidores habituales de cannabis que sustancia en la misma noche, 811 (61,3% del son también policonsumidores que entre los total de la muestra) sujetos responden afirma- “puros”. No hay diferencias significativas tivamente, de los que 803 informan además entre estos dos grupos en cuanto a la fre- de la naturaleza de al menos una combinación cuencia del consumo de tabaco. Si hay dife- de sustancias. Se ha procedido a codificar las rencias significativas en la frecuencia del con- diferentes combinaciones de sustancias en 5 sumo de alcohol: el consumo “frecuente” se tipos de combinaciones: (a) solo sustancias observa con mayor frecuencia en los ‘puros’, legales (alcohol y tabaco); (b) sustancias lega- mientras el consumo diario de alcohol es les + cannabis; (c) sustancias legales y otras más frecuente en los consumidores habitua- ilegales sin incluir cannabis; (d) legales, canna- les de cannabis que tienden a ser también bis y otras ilegales, (e) cannabis y otras ilega- “policonsumidores”. les. En total, tenemos información sobre 1.242 combinaciones de sustancias que nues- Policonsumo - Uso combinado de sustan- tros 803 informantes afirman combinar en cias. ocasiones en una misma noche.

Tabla nº 16: Tipos de combinaciones observadas y combinaciones en las que entra el cannabis, según el número de combinaciones informadas y en la muestra total

COMBINACIÓN DE SUSTANCIAS 1 COMBINACIÓN 2 COMBINACIONES 3 COMBINACIONES TOTAL

Sustancias legales (alcohol y tabaco) 69 (13,9%) 15 (4,2%) 5 (1,3%) 89 (7,2%) Legales + cannabis 278 (56,2) 103 (29,1%) 72 (18,3%) 453 (36,5%) Legales + otras ilegales (no cannabis) 54 (10,9%) 107 (30,2%) 119 (30,3%) 280 (22,5%) Legales + cannabis + otras ilegales. 83 (16,8%) 110 (31,1%) 165 (42%) 358 (28,8%) Cannabis + otras ilegales 8 (1,6%) 15 (4,2%) 22 (5,6%) 45 (3,6%) Otras ilegales 3 (0,6) 4 (1,1%) 10 (2,5%) 17 (1,4%) Porcentaje de combinaciones con cannabis 369/495; (74,5%) 228/354 (64,4%) 259/393 (65,9%) 856/1242 (68,9%)

Se observa que, tanto en los que informan cambio, aumentan las frecuencias de combi- sobre una, dos o tres combinaciones habitua- naciones donde entran otras drogas ilegales les de sustancias, el cannabis entra a formar (con o sin cannabis). parte de la mayoría de las combinaciones Otros resultados relevantes, no represen- existentes. Otras conclusiones son: tados en la tabla son: En el grupo total (incluyendo los que infor- 1. La conducta de consumir de modo combi- man de 1, 2 o 3 combinaciones habituales de nado dos o más sustancias habitualmente sustancias), el cannabis participa en la mayo- en una misma noche aumenta linealmente ría de las combinaciones habituales de sus- tancias (68,9%). De hecho, los dos tipos de al aumentar la frecuencia del consumo de combinaciones más frecuentes son (a) el cannabis. Ambas variables están asociadas cannabis + drogas legales, y (b) cannabis + estadísticamente (Chi cuadrado = 608,4: 4 drogas legales + otras drogas ilegales. g.l.; p bilateral = .001). Las combinaciones simples de sustancias 2. Los consumidores habituales de cannabis legales disminuyen drásticamente a medida informan de un mayor número de combi- que el sujeto realiza más combinaciones de naciones habituales de dos o más sustan- sustancias. Esto también ocurre con las com- cias en una misma noche que los otros binaciones de cannabis + drogas legales. En grupos.

220 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa Los consumidores ocasionales de canna- cannabis. Son muy poco frecuentes (39 suje- bis: tos, 9%) ya en este grupo las combinaciones De los 179 consumidores ocasionales de de cannabis con otras drogas ilegales (sin cannabis, 103 nos informan de una combina- alcohol o tabaco) y casi inexistentes las com- ción habitual de sustancias, 24 nos informan binaciones de otras drogas ilegales solamen- de dos combinaciones habituales y 10 nos te o drogas legales solamente. describen 3 combinaciones de sustancias Los consumidores habituales de cannabis, que suelen tomar cada noche de marcha. En sean “puros” o “policonsumidores combinan total, 137 combinaciones habituales de sus- casi siempre dos o más sustancias en una tancias. misma noche. La combinación de sustancias Algo más de uno de cada tres de estos (66 principal si es estadísticamente diferente en sujetos) combinan el cannabis con alcohol o esos grupos. Mientras que los ‘puros’ combi- alcohol y tabaco en una misma noche, siendo nan de un modo más frecuente el cannabis esta la combinación de sustancias más habi- con drogas legales que los ‘policonsumido- tual. Algo más de una quinta parte (38, 21%) res’ (62% frente al 28%), estos últimos aña- combinan las drogas legales con otras drogas den de modo más frecuente otras drogas ile- ilegales diferentes del cannabis en una gales que los ‘puros’ (53% frente al 30%). misma noche. La décima parte aproximada- Finalmente, los consumidores habituales mente realiza combinaciones simples de dro- ‘puros’ de cannabis informan más frecuente- gas legales, un 6% aproximadamente combi- mente de una única combinación habitual na en una misma noche cannabis + drogas (61% de los casos frente al 33% de los poli- legales + otras ilegales y son muy poco fre- consumidores), mientras que muchos de cuentes las combinaciones de cannabis + estos últimos informan de hasta tres combi- otras ilegales o combinaciones de otras ilega- naciones diferentes de sustancias en una les sin cannabis ni drogas legales. misma noche (43% frente al 15% de los pri- meros). Los consumidores recreativos de cannabis: Más de la mitad (133 sujetos; 65%) de los consumidores recreativos de cannabis com- 5. Consumo de cannabis y variables de binan en una misma noche cannabis con dro- personalidad y comportamentales aso- gas legales (principalmente alcohol). Otro ciadas al riesgo. porcentaje importante (58 sujetos; 28%) combina con cierta frecuencia también dro- gas legales y otras ilegales en una misma Muchos estudios muestran que el consu- noche recreativa, o bien una combinación mo de una droga no sólo está frecuentemen- múltiple de drogas legales + cannabis + otras te asociado al uso de otras sustancias, sino drogas ilegales (41 sujetos; 20%). que también lo encontramos frecuentemente asociado a otras conductas de riesgo. A con- tinuación exploramos algunas de estas con- Los consumidores habituales de cannabis: ductas de riesgo más frecuentes, así como La mayoría de los consumidores habituales también exploraremos algunas variables de de cannabis (299; casi el 70%) suelen combi- personalidad que con bastante frecuencia nar en una misma noche recreativa sustan- también están en conexión con el consumo cias legales, cannabis y otras ilegales. La de drogas y otras conductas desviantes como segunda combinación más frecuente es el son la búsqueda de sensaciones o la conduc- consumo combinado de cannabis y drogas ta antisocial. Diversas revisiones sobre los legales (239 sujetos; casi el 56%). La cuarta factores de riesgo (Hawkins 1992, Petraitis J parte también combina en ocasiones las dro- et al. 1998) encuentran una amplia base gas legales con otras ilegales diferentes del empírica sobre que la posesión de valores

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 221 socialmente poco convencionales están rela- más consumo de cannabis mayor frecuencia cionados con el consumo. Se refieren a la de embriagueces durante el mes anterior a la rebeldía, alienación de los valores dominantes encuesta. Los consumidores habituales de de la sociedad, poca religiosidad, alta toleran- cannabis son los que con más frecuencia se cia hacia la desviación, pérdida de autoridad emborracharon más de una vez por semana. de los padres, una fuerte necesidad de inde- Los consumidores ocasionales y recreativos pendencia, conducta antisocial, búsqueda de de cannabis son los que con más frecuencia sensaciones,...En otros estudios anteriores se han emborrachado más de una vez al mes hemos podido ya verificar la existencia de y menos de varias veces por semana durante estas conexiones en consumidores de el mes anterior. Los que no han probado el ambientes recreativos (Calafat, 1998, 1999). cannabis y los que ya no lo consumen son los Una conducta de riesgo es evidentemente que con mayor probabilidad no se han embo- la embriaguez. En efecto encontramos que a rrachado nunca durante el mes anterior.

Tabla nº 17: Frecuencia de embriagueces durante el mes anterior según frecuencia de consumo de cannabis

Frecuencia del consumo excesivo de alcohol en el mes anterior NC A CO CR CH

No 46,4% 37,9% 24,6% 17,6% 24,3% Una vez 14,3% 13,3% 13,4% 10,7% 11% Alguna vez 23,6% 24,2% 27,4% 33,7% 18,2% Una vez por semana 10,4% 14,2% 21,2% 22% 19,6% Alguna vez por semana / diariamente 5,4% 10,4% 12,8% 16,1% 26,8%

Habituales “puros” de cannabis Habituales y “policonsumidores” No 27% 19% Una vez 13% 7% Alguna vez 21% 14% Una vez por semana 20% 19% Alguna vez por semana / diariamente 19% 41%

NC = “Nunca Consumidor”; A= Abstinentes (Antiguos consumidores experimentales y ex - consumidores); CO = Consumidores Oca- sionales; CR = Consumidores Recreativos; CH = Consumidores Habituales.

La frecuencia del uso de cannabis está sig- efectos del alcohol. Exploraremos a continua- nificativamente asociada a la frecuencia de ción la asociación que se puede establecer las embriagueces durante el mes anterior entre este comportamiento de riesgo y la (Chi cuadrado = 140,4; 20 g.l., p. bilateral = mayor o menor frecuencia de consumo de .001). También la embriaguez es estadística- cannabis (ver tabla 18). También explorare- mente más frecuente entre los habituales del mos el haber conducido bajo la influencia de cannabis que son también policonsumidores otras drogas, así como el haber tenido acci- que entre los que solo consumen cannabis dentes, o haber sido multado o detenido por como droga ilegal (Chi cuadrado = 30,3; 5 conducir bajo los efectos del alcohol. Todas g.l.; p = .001). estas variables asociadas al riesgo en la con- ducción de vehículos están significativamen- Conductas de riesgo asociadas a la con- te asociadas a la frecuencia del consumo de ducción de vehículos cannabis. La segunda columna de la tabla Una de las conductas más frecuentemen- muestra el nivel de probabilidad para el con- te asociadas al riesgo entre los jóvenes los traste bilateral, basado en los estadísticos de fines de semana es la conducción bajo los la Chi cuadrado.

222 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa Tabla nº 18: Conductas de riesgo asociadas a la conducción de vehículos según frecuencia de consumo de cannabis

VARIABLE P. NC A CO CR CH

Ha conducido bajo los efectos del alcohol .001 31,5% 54,2% 49,7% 48,8% 63,3% Ha conducido bajo los efectos de otras drogas .001 4,7% 21,3% 27,8% 42,4% 67,8% Ha sido multado por conducir bajo el alcohol .001 1,8% 9,4% 7,9% 7,6% 12,9% Ha sido detenido por conducir bajo el alcohol .024 2,3% 6,1% 4% 2,3% 7,3% Ha tenido accidentes por conducir bajo el alcohol .001 4,5% 8,5% 9,3% 6,9% 14,3%

VARIABLE HABITUALES ‘PUROS’ HABITUALES ‘POLICONSUMIDORES’

Ha conducido bajo los efectos del alcohol 61% 71% Ha conducido bajo los efectos de otras drogas 66% 74% Ha sido multado por conducir bajo el alcohol 11,6% 15,4% Ha sido detenido por conducir bajo el alcohol 5,6% 11% Ha tenido accidentes por conducir bajo el alcohol 13% 17%

NC = “Nunca Consumidor”; A= Abstinentes (Antiguos consumidores experimentales y ex - consumidores); CO = Consumidores Ocasionales; CR = Consumidores Recreativos; CH = Consumidores Habituales.

El conducir bajo los efectos del alcohol es cepción del riesgo asociado al consumo de significativamente más frecuente entre los diferentes sustancias. La tabla siguiente consumidores habituales que hemos denomi- (tabla 19) muestra el grado de asociación nado ‘policonsumidores’ que entre los consu- entre dichas percepciones de riesgo y los midores habituales ‘puros’ de cannabis, pero niveles de consumo de cannabis. La segunda no hay diferencias significativas entre ambos columna muestra el nivel de probabilidad para grupos en las otras 4 conductas. el contraste de la asociación entre la percep- ción del riesgo asociado a la conducta y la fre- cuencia de consumo de cannabis, indicando Percepción del riesgo asociado al consumo el nivel de probabilidad para las diferencias de sustancias entre grupos, basada en los estadísticos de la En general, a mayor frecuencia de consu- Chi cuadrado. La tabla muestra los porcenta- mo de cannabis corresponde una menor per- jes dentro de cada grupo de sujetos que con-

Tabla nº 19: Percepción del riesgo asociado al consumo de algunas sustancias según frecuencia de consumo de cannabis

VARIABLE P. NC A CO CR CH Un paquete de cigarrillos diario ,17 35% 33% 37% 42% 40% Fumar marihuana regularmente ,000 24% 46% 47% 72% 78% Consumir éxtasis cada fin de semana ,000 7% 8% 9% 13% 21% Consumir LSD mensualmente ,000 13% 11% 15% 25% 32% Tomar 2 bebidas alcohólicas diariamente ,000 48% 53% 54% 71% 67% Tomar 4 bebidas alcohólicas en una ocasión ,000 47% 63% 64% 77% 69%

VARIABLE HABITUALES ‘PUROS’‘POLICONSUMIDORES’ Un paquete de cigarrillos diario ,056 37% 47% Fumar marihuana regularmente ,073 76% 84% Consumir éxtasis cada fin de semana ,000 13% 37% Consumir LSD mensualmente ,000 25% 47% Tomar 2 bebidas alcohólicas diariamente ,14 65% 72% Tomar 4 bebidas alcohólicas en una ocasión ,047 66% 75%

NC = “Nunca Consumidor”; A= Abstinentes (Antiguos consumidores experimentales y ex - consumidores); CO = Consumidores Ocasionales; CR = Consumidores Recreativos; CH = Consumidores Habituales.

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 223 sideran que la conducta en cuestión es “nada 1. E l a n álisis univariado de la varianza mues- o poco peligrosa”. tra que la puntuación en Búsqueda de Sen- Todas las conductas de consumo salvo un saciones está significativamente asociada paquete de cigarrillos diario son percibidas a la frecuencia del uso del cannabis (F = con diferentes grados de peligrosidad por los 31,4; 4 grados de libertad; p = ,000). diferentes grupos de consumidores de can- 2. Los que no han consumido nunca cannabis nabis. Los consumidores recreativos y habi- y los que actualmente lo han dejado puntú- tuales de cannabis perciben menos peligros an significativamente más bajo que los que en estas conductas de consumo. consumen ocasional, recreativa o habitual- Los consumidores habituales de cannabis mente esta sustancia. Los que consumen ‘policonsumidores’ muestran una percepción ocasionalmente cannabis puntúan significa- del riesgo ligeramente menor que los ‘puros’ tivamente más bajo que “ocasionales” y en lo referido al consumo de un paquete dia- “habituales”; y los “recreativos” significati- rio de tabaco, y significativamente menor en vamente menos que los “habituales”, (dife- lo relativo al consumo de éxtasis cada fin de rencias todas significativas al nivel ,05). semana, consumo de LSD cada mes y con- 3. Los consumidores habituales “puros” de sumo de cuatro bebidas alcohólicas en una cannabis puntúan en Búsqueda de Sensa- misma ocasión. No hay diferencias en lo rela- ciones significativamente más bajo que los tivo a la percepción del riesgo asociado al consumidores habituales de esta sustancia consumo regular de marihuana o al consumo que son también “policonsumidores” (F = de dos bebidas alcohólicas al día. 20,1; p = ,000).

Búsqueda de sensaciones Escala de Desviación Social (Conductas Los tres ítems de Búsqueda de Sensacio- antisociales y delictivas) nes1 utilizados forman una escala, pertene- Finalmente, una serie de conductas antiso- cen a un cuestionario más amplio (Arthur M, ciales y delictivas (Conducir vehículos sin Hawkins JD y Catalano R, 1997). Resulta que licencia, Vandalismo, Hurtos e Implicación en esta escala está significativamente asociada peleas) también resultan ser significativa- a la frecuencia del consumo de cannabis, de mente más frecuentes en los consumidores modo que los consumidores habituales y de cannabis que en los no consumidores, y recreativos de cannabis informan de una en los consumidores habituales de cannabis mayor frecuencia de estas conductas que los más que en los demás. no consumidores de cannabis. Los tres ítems El vandalismo y la implicación en peleas son de búsqueda de sensaciones también mues- significativamente más frecuentes entre los tran respuestas afirmativas significativamen- consumidores habituales de cannabis que son te más frecuentes entre los consumidores policonsumidores que entre los “puros”. No habituales de cannabis que son también poli- hay diferencias estadísticamente significativas consumidores que entre los consumidores en el conducir sin licencia ni en los hurtos. habituales de cannabis que tienden a ser Considerando una puntuación global en “puros”. una escala que sume las respuestas a los Considerando la puntuación global en la ítems de Desviación Social, los resultados escala que agrupa las respuestas a estos tres relativos a su asociación con el consumo de ítems, los resultados son los siguientes: cannabis son los siguientes:

1 La escala está constituida por las tres preguntas 1) Hago lo que me da la gana no importa el que, 2) He hecho algo peligroso porque alguien me desafió a hacerlo y 3) Hago cosas locas incluso aunque sean un poco peligrosas

224 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa 1. E l a n álisis univariado de la varianza mues- En cuanto a la comparación entre consumi- tra que la puntuación en Desviación Social dores habituales de cannabis que son más o está significativamente asociada a la fre- menos “puros” o policonsumidores de otras cuencia del uso del cannabis (F = 30,2; 4 sustancias ilegales, la comparación en estas grados de libertad; p = ,000). variables muestra que no hay diferencias sig- 2. Los que no han consumido nunca cannabis nificativas en la frecuencia de ir de bares, puntúan significativamente más bajo que cafés o clubes. Los policonsumidores van todos los demás grupos. Los que actual- con más frecuencia a discotecas que los mente lo han dejado puntúan significativa- otros (51; 3 g.l.; p = .001), y lo mismo ocurre mente más bajo que los que consumen con los Pubs; (17,4; 3 g.l.; p = .001), locales “afters”; (56; 3 g.l.; p = .001), y con las raves habitualmente esta sustancia. Los que (53; 3 g.l.; p = .001). consumen ocasionalmente o recreativa- mente cannabis puntúan significativamen- te más bajo que “habituales”; sin Fines de semana “de marcha” al mes. diferencias entre sí, (diferencias todas La mayoría de los sujetos salen 3-4 fines significativas al nivel ,05). de semana al mes. No hay diferencias signifi- 3. Los consumidores habituales “puros” de cativas entre los grupos de consumidores de cannabis puntúan en Desviación Social sig- cannabis. Tampoco hay diferencias significati- nificativamente más bajo que los consumi- vas entre los consumidores habituales de dores habituales de esta sustancia que son cannabis puros y los policonsumidores en también “policonsumidores” (F = 7,6; p = esta variable. ,000). Número de noches por fin de semana. Los consumidores habituales de cannabis 6. Participación en la vida recreativa noc- salen tres noches cada fin de semana más turna frecuentemente que los demás (36; 8 g.l.; p = .001). Los consumidores habituales de cannabis La frecuencia con que los jóvenes salen que son también policonsumidores de otras los fines de semana es alta en España. A drogas ilegales salen con mayor frecuencia continuación exploraremos la relación que tres noches por fin de semana que los consu- existe entre el consumo de cannabis y la midores habituales “puros”, es decir los que “amplitud” de la vida recreativa del sujeto y no suelen consumir al mismo tiempo otras los “motivos” o impulsos que acompañan drogas ilegales (38% versus 9% respectiva- dicha vida recreativa. mente); mientras éstos salen más frecuente- mente dos noches que aquellos (62% versus Vida recreativa. 39%); (53,5; 2 grados de libertad; p = .001). Frecuencia de visita a los diferentes luga- res de diversión. Durante la semana. A mayor frecuencia de consumo de canna- El porcentaje de sujetos que salen durante bis mayor frecuencia de bares (49,4; 12 g.l.; p la semana en los diferentes grupos es del = .001), clubes (46; 12 g.l.; p = .001), locales 19%, 23%, 24%, 32% y 52% respectiva- “after hours” (152; 12 g.l.; p = .001) y fiestas mente (de menor a mayor consumo de can- “raves” ((119; 12 g.l.; p = .001). No hay dife- nabis). Las diferencias son estadísticamente rencias estadísticamente significativas en significativas (108; 4 grados de libertad, .001). cuanto a la frecuencia de visitas a discos, Los que salen más veces durante la semana pubs o cafés. son los habituales, seguidos por los nunca

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 225 consumidores y abstinentes (consumidores lugares cuando salen que los “puros” (F = experimentales y ex - consumidores). Las 7,9; 1 g.l.; .005). diferencias son estadísticamente significati- vas entre los habituales y todos los demás Número de amigos que salen. excepto los nunca consumidores. Los nunca consumidores de cannabis y Los consumidores habituales de cannabis ocasionales tienen algo menos frecuente- policonsumidores también salen durante la mente a todos sus amigos “marchosos” que semana con mayor probabilidad que los los recreativos, habituales y abstinentes. “puros” (61% versus 47%; Chi = 6,6, 1 g.l.; .01). El número medio de noches durante la Los habituales del cannabis que son poli- semana también es estadísticamente supe- consumidores también tienen más frecuen- rior en aquellos (F = 7; 1 grado de libertad; p temente a todos o casi todos sus amigos que = .008). salen de marcha que los que no lo son (16; 3 g.l.; .001).

Duración de la “marcha”. Largas distancias en una noche de mar- La duración de una noche “de marcha” cha. también está asociada significativamente al nivel del consumo de cannabis (F = 20,5; 4 El porcentaje de sujetos que recorren lar- g.l.; .001). La “noche” es más larga para los gas distancias durante una noche de marcha consumidores habituales de cannabis (9,8 en los diferentes grupos es del 20%, 20%, horas en promedio), seguidos de los recreati- 26%, 32% y 39% respectivamente (de vos (8,6 horas), ocasionales, abstinentes menor a mayor consumo de cannabis). Las (experimentales y ex - consumidores con unas diferencias son estadísticamente significati- 7,7 horas) y nunca consumidores (6,9 horas). vas (42; 4 grados de libertad, .001). Las diferencias son significativas entre los Los habituales del cannabis y policonsumi- nunca consumidores y todos los demás gru- dores también recorren largas distancias pos. Otras diferencias significativas se durante una noche de marcha con mayor pro- encuentran entre los abstinentes frente a babilidad que los “puros” (52% versus 32% recreativos y habituales; entre los ocasiona- respectivamente; 14,3; 1 g.l.; .001). les y habituales y entre recreativos y habitua- les (estos últimos les ganan a todos). Factores motivadores de la vida recreativa. Las diferencias también son muy claras Importancia de diferentes razones para entre los habituales del cannabis puros y poli- salir de marcha. consumidores, en “favor” de estos últimos (8,5 horas versus 12,6 horas; F = 49; 1 g.l.; Los diferentes grupos definidos según el .001). consumo de cannabis muestran entre si algu- nas diferencias relativas a la importancia de algunos motivos para “salir de marcha”. La Número de lugares. búsqueda de “sexo” y la posibilidad de tomar El número de lugares visitados durante drogas son razones que aumentan significati- una noche “de marcha” también está asocia- vamente su importancia relativa en los con- da significativamente al nivel del consumo de sumidores “recreativos” y “habituales” de cannabis (F = 3,2; 4 g.l.; .014). Los que más cannabis respecto a los que no han consumi- lugares visitan son los recreativos, seguidos do nunca, quienes han dejado de consumir o de abstinentes, habituales, ocasionales y quienes consumen ocasionalmente. nunca consumidores. No hay diferencias importantes en la También los habituales del cannabis “poli- importancia relativa otorgada por estos gru- consumidores” visitan un mayor número de pos a razones para salir tales como bailar,

226 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa encontrarse con amigos, buscar pareja, escu- ascenso para algunos a otras drogas ilegales char música o desconectar de la rutina diaria. como éxtasis, cocaína, etc (Kandel DB et al Los consumidores habituales de cannabis 1992; Kandel DB, Yamaguchi K, 1993). ndrían que son a la vez policonsumidores de otras más propensión a beber, fumar, iniciarse en sustancias ilegales otorgan una importancia el sexo antes, interesarse menos por la significativamente mayor que los consumido- escuela, llevarse peor con sus padres y con- res habituales más o menos “puros” de can- sumir drogas ilegales. Es lo que se denomina nabis a razones como bailar, buscar sexo, ‘teoría del síndrome común’ o ‘teoría del pro- buscar pareja y tomar drogas. blema comportamental’ (Jessor R et al, 1980) por la que existiría un factor único en estos adolescentes que explicaría porque se meten en diversos problemas. La secuencia vendría CONCLUSIONES dada porque a medida que crecen aumentan las oportunidades, pero no porque un com- Aunque nuestro estudio no ha aplicado un portamiento ‘lleve’ al otro. Se trata de dos muestreo aleatorio, entendemos que la hipótesis que no son excluyentes entre sí y, muestra estudiada puede ser bastante útil nuestra posición es precisamente que ambas tanto por su amplitud como por la forma en posibilidades deben ser tenidas en la prácti- que ha sido seleccionada, para avanzar algu- ca. Al no tratarse esta investigación de un nas características del consumo de cannabis estudio longitudinal no podemos aportar entre los usuarios de la vida recreativa noc- datos de primer orden sobre esta polémica. turna de algunas ciudades españolas. Sin Podemos observar sin embargo dos tipos de lugar a dudas hay colectivos de usuarios de situaciones: la iniciación en el consumo de cannabis que no están representados dentro cannabis está precedida históricamente con de la muestra estudiada, como puede ser el el consumo de drogas legales, o bien, coinci- colectivo de más edad que sale menos los den en el mismo año la iniciación en las dro- fines de semana. Lo primero que llama la gas legales y el cannabis. Una iniciación atención entre los datos es la amplitud del simultánea en el cannabis y alcohol, suele consumo dentro de la muestra estudiada, suponer por un lado una iniciación más tem- sobre todo en lo que se refiere a consumo prana en el uso del cannabis, pero además va habitual. Solo uno de cada cinco entrevista- asociada a mayor probabilidad de consumo dos aproximadamente no ha llegado a probar habitual de cannabis en la actualidad. Son el cannabis, y entre los consumidores recrea- datos por tanto que apuntan a que hay un tivos y habituales de cannabis suman casi la grupo de jóvenes que presentan una mayor mitad de la muestra. Entre estos consumido- necesidad o urgencia de pasar al consumo de res habituales de cannabis, uno de cada tres diversas drogas. Ello, como decíamos, no es aproximadamente es también policonsumi- sin embargo seguramente contrario a que dor de otras drogas ilegales. Estos resultados para muchos la suma de diversos comporta- sugieren que el uso de cannabis y derivados mientos facilita el paso a consumos más ele- está significativamente presente entre los vados o prepare el terreno a consumo de usuarios de la vida recreativa nocturna en las otras drogas. No estamos hablando de un cuatro ciudades incluidas en el estudio. determinismo, sino de un posibilismo y no La estrecha relación del consumo de mari- cabe duda que para muchos consumidores huana con otras drogas y con otras conduc- existe la capacidad de gestionar sus consu- tas desviantes, ha hecho pensar a diversos mos. investigadores que existe en algunos jóvenes El inicio en el consumo del cannabis es una progresiva implicación en el consumo de como media en esta muestra alrededor de drogas comenzando por las legales, siguien- los 16 años, y como más temprano haya sido do luego con el cannabis y con un posible este inicio más posibilidades hay de que se

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 227 consuma en la actualidad con una mayor fre- tienen un mayor nivel de estudios, son tam- cuencia, lo cual es coherente con que el ini- bién mejores estudiantes, se iniciaron en el cio temprano es uno de los factores de ries- consumo más tardíamente, tienen obviamen- go que mejor predicen un futuro uso y abuso te menos problemas en el consumo de sus- de dicha droga (Hawkins et al, 1992). Aunque tancias, así como conducen con menos fre- la prevalencia del uso del cannabis es alto en cuencia bajo los efectos del alcohol. Se todos los grupos sociodemográficos, la pro- constata por otra parte que significativamen- babilidad de inicio y mantenimiento del uso te los consumidores habituales de cannabis del cannabis es superior entre los varones, sean más o menos puros o policonsumidores con un nivel de estudios más bajo, que se tienen características diferenciales con los autovaloran como peores estudiantes, proce- que consumen menos o no consumen. Es dentes de familias con menor estatus socioe- muy posible que algunos grupos de consumi- conómico que ejercen menor control sobre dores habituales de cannabis puros salgan los hábitos recreativos nocturnos. Creemos menos de marcha y por tanto no hayan podi- que alguno de estos hallazgos puede tener do ser captados por este estudio. No obstan- posibilidades preventivas. En todo caso no te si creemos que los policonsumidores si debemos olvidar que en líneas generales la estarán bien representados. población que sale de marcha tiene un status Sin que sea el propósito de esta investiga- social medio alto y muchos de ellos son bue- ción estudiar los aspectos problemáticos del nos estudiantes. Es decir que aunque es uso del cannabis, sin embargo si queremos estadísticamente significativo que los peores destacar que aparecen claramente o se insi- estudiantes y los niveles sociales menos núan alguno de ellos. A mayor frecuencia de altos se inician y consumen más, ello no consumo de cannabis se asocia también una debe impedir ver que existe un gran porcen- mayor probabilidad de uso problemático y taje de buenos estudiantes de familia bien abuso de sustancias en general y cannabis entre los que usan y abusan del cannabis y en particular, y una mayor dificultad subjetiva de otras drogas. para dejar de consumir cannabis. A una El consumo de alcohol, tabaco, anfetami- mayor frecuencia de consumo de cannabis va nas, éxtasis y LSD es más frecuente a medi- a asociada también una mayor probabilidad da que el consumo de cannabis se hace más de abuso del alcohol, realizar diversas con- frecuente, así como también el policonsumo ductas de riesgo asociadas a la conducción (representado por la frecuencia de consumo de vehículos y una menor percepción subjeti- combinado de diversas sustancias en una va del riesgo asociado al uso de algunas sus- misma noche). Con el aumento en la frecuen- tancias ilegales. Asimismo, también se cia del consumo de cannabis también encuentra una asociación positiva entre la fre- aumenta la probabilidad de preferencia perso- cuencia del consumo de cannabis y la fre- nal por otras drogas ilegales diferentes del cuencia de conductas desviadas socialmente cannabis y la pertenencia a ambientes recre- y rasgos asociados a la búsqueda de sensa- ativos donde otras drogas ilegales están más ciones. “de moda”. Si bien es evidente que a mayor Hay diversas informaciones recogidas en implicación con una droga, en este caso el este estudio que apuntan hacia que se gene- cannabis, hay una mayor implicación en el ra una cierta dependencia alrededor del uso uso de otras drogas, en este estudio hemos del cannabis. Puede que esta dependencia encontrado dos tipos de consumidores habi- sea más psicológica o cultural que biológica. tuales, los que preferentemente sólo utilizan No lo sabemos. Pero si podemos comprobar cannabis y los que son más policonsumido- que el uso diario de cannabis (15,8%) más res. Existen una serie de características dife- que dobla el uso diario de alcohol (6,5%). renciales entre ambos grupos que en el caso Una proporción nada desdeñable (16,6%) de de los no policonsumidores podemos ver que los consumidores habituales de cannabis

228 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa admite seguir consumiendo dicha sustancia nunca ha hecho daño a nadie y que cuando a pesar de haber tenido problemas con ella. menos debería ser despenalizada (en Francia Es frecuente que hayan recibido comentarios el consumo está prohibido). Datos similar- de advertencia sobre un uso excesivo por mente preocupantes sobre la estabilidad en parte de familiares o amigos. Un 16% de el consumo del cannabis a lo largo del tiem- toda la muestra indica que el cannabis les po vienen dadas también en un estudio (Per- sería la sustancia más difícil de dejar de konigg et al 1999) longitudinal reciente con tomar. Los medios de comunicación o algu- una muestra de 1228 jóvenes alemanes nos grupos muchas veces transmiten acerca representativa de la ciudad de Munich, que de la inocuidad o falta de dependencia hacia son entrevistados por primera vez entre los esta sustancia. Más allá de cuestiones ideo- 14 y 17 años. Sorprende a los autores que en lógicas siempre presentes en estas afirma- contra de la visión del consumo del cannabis ciones tanto en un sentido como en otro, como algo ‘experimental típico de la adoles- creemos que falta la visión estadística y clíni- cencia’ se encuentran con un alto grado de ca para aclarar estos aspectos. La experien- estabilidad en el consumo a lo largo del tiem- cia inmediata de mucha gente es que han po. Sólo un 26% de los consumidores que visto fumadores en situaciones normales y consumieron repetidamente dejaron de con- aparentemente sin problemas, pero cuando sumir completamente, mientras que la se maneja más cantidad de información y se mayoría progresaron hacia un uso ‘regular’, tiene la ocasión de preguntar a mucha gente un 19% hacia un uso ‘considerable’ y un las cosas son a veces algo distintas. En un 15% hacia un uso ‘heavy’. Los datos del estudio (Ingold R, Toussirt M, 1998) realizado estudio van en contra de la idea corriente de en Francia durante 1996 con una muestra de que el consumo de cannabis es sobre todo 1.087 usuarios de cannabis localizados a tra- de tipo experimental y transitorio. Segura- vés del sistema de bola de nieve nos encon- mente en estos momentos el grado de dis- tramos con que un 77% de los sujetos admi- torsión de las informaciones y el nivel de ten haber sido dependientes a alguna desinformación sobre el cannabis es muy sustancia en algún momento de su vida y un importante, por lo que consideramos que se 61% consideran que todavía lo son actual- debería actuar sobre ello, para que la gente mente. El producto más citado del cual ellos tome sus decisiones con conocimiento de han sentido dependencia en el pasado es el causa. tabaco (86%), seguido del cannabis (26%), del alcohol (15%) y de la heroína (9%). Si Finalmente, a una mayor frecuencia del pasamos a sus dependencias actuales estas consumo de cannabis va asociado un patrón en general han disminuido excepto para el específico de implicación en la vida recreativa cannabis que pasa del 26% ya citado a un nocturna. Este patrón se caracteriza por una 23%, mientras que para el alcohol habría mayor participación en la “marcha”. Segura- bajado hasta el 9% y para la heroína al 0%. mente hay diversos elementos culturales que Los autores señalan que existe una gran sub- apoyan y soportan el uso del cannabis. En jetividad en esta autodefinición de sentirse o este estudio podemos observar la importan- no dependientes, pues personas con consu- cia de la cultura recreativa, y el lugar central mos similares pueden considerarse a si mis- que ocupa el cannabis dentro de esta cultura, mos dependientes o no. Interesante también mucho más importante que el éxtasis, aun- es la paradoja de que si bien muchos consu- que menos que el alcohol y tabaco. Existe midores admiten la dependencia y que el otra cultura del cannabis más ligada a cues- consumo del producto puede dar lugar a con- tiones alternativas, heredera del legado del secuencias negativas, sin embargo al mismo 68 y que tiene en la actualidad un notable tiempo participan de la representación social auge. Sin lugar a dudas se establecen contraria frecuente en la sociedad de droga muchos puntos de conexión entre ambas cul- sin problemas que todo el mundo fuma, que turas.

Calafat, A.; Fernández, C.; Becoña, E.; Gil, E.; Juan, M.; Torres, M.A. 229 BIBLIOGRAFÍA Problems in Adolescence and Early Adulthood: Implications for Substance Abuse Prevention. Psychological Bulletin 112, 64-105. Arthur M, Hawkins JD, Catalano R (1997) Student Ingold, R., Toussirt M (1998) Le cannabis en France, Survey of Risk and Protective Factors and Preva- Paris: Anthropos. lence of Alcohol, Tobacco and Other Drugs Use. Questionnaire. (copia cedida por los autores). Jessor R, Chase JA, Donovan JE (1980) Psychoso- cial correlates of marijuana use and problem Calafat, A., Becoña Iglesias, E., Fernández C, Gil E drinking in a national sample of adolescents. et al (2000) Salir de Marcha y consumo de dro- Am.J.of Public Health 70, 604-613. gas, Madrid: Plan Nacional sobre Drogas. Kandel DB , Yamaguchi K (1993) From beer to Calafat, A., Bohrn, K., Juan M, Kokkevi A, Maalsté, crack: development patterns of drug involve- N. et al (1999) Night life in Europe and recreati- ment. Am.J.of Public Health 83, 851-855. ve drug use. Sonar 98., Palma de Mallorca: IREFREA. Kandel DB, Yamaguchi K, Chen K (1992) Stages of progression in drug involvement from adoles- Calafat, A., Stocco, P., Mendes, F., Simon, J., van cence to adulthood: further evidence for the de Wijngaart, G., Sureda, P, et al (1998) Charac- Gateway Theory. J.of Studies on Alcohol 53, teristics and Social Representation of Ecstasy 447-457. in Europe., Palma de Mallorca: IREFREA. Perkonigg A, Lieb R, Höfler M, Schuster P et al El Pais (2000) El consumo de drogas disminuye (1999) Patterns of cannabis use, abuse and desde 1997, pero crece el hábito de mezclar dependence over time: incidence, progression sustancias Madrid. El País. 5 de febrero de and stability in a sample of 1228 adolescents 2000. p. 30. Addiction 94, 1663-1678. EMCDDA (1998) Annual report on the state of the Petraitis J, Flay B R, Miller T D, Torpy E J, Greiner B drugs in the European Union, 1998 edn. Lis- (1998) Illicit Substance Use among Adoles- boa: EMCDDA. cents: A matrix of prospective predictors. Farrel, M. (1999) Cannabis dependence and with- Substance Use & Misuse 33, 2561-2604. drawal. Addiction 94, 1277-1278. Plan Nacional sobre Drogas (2000) Informe nº 3. Hawkins J, Catalano R F, Miller J Y (1992) Risk and Observatorio Español sobre Drogas. Madrid. Protective Factors for Alcohol and Other Drug Plan Nacional sobre Drogas.

230 Consumo y consumidores de cannabis en la vida recreativa Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis*

CALAFAT, A.; JUAN, M.; BECOÑA, E.; FERNÁNDEZ C.; GIL, E.; LLOPIS, J.J.

IREFREA (Instituto y Red Europea para el Estudio de los Factores de Riesgo).

Dirigir correspondencia a: Amador Calafat. Irefrea. Rambla, 15,2º,3ª 07003 Palma de Mallorca. [email protected]

Resumen Summary

En España se ha desarrollado un movimiento social Throughout the nineties, a social movement deve- en defensa del cannabis, a lo largo de la década de loped in defence of cannabis in Spain and other wes- los noventa, que está logrando ser influyente como tern countries, and it is now becoming influential as a colectivo que participa en la definición social de esta collective that participates in the social definition of sustancia. El movimiento lo forman asociaciones, pro- this substance. The movement comprises associa- fesionales y medios de comunicación que se encar- tions, professionals and the media and they are res- gan de dar a conocer los argumentos y las estrategias ponsible for raising awareness of the arguments and en pro de legalizar y legitimar socialmente su consu- the strategies in support of legalising and socially legi- mo. En este artículo se presentan los diferentes acto- timising its use. This article presents the different res del movimiento, clasificados según el papel que juegan en el proceso: profetas, sacerdotes, técnicos, actors in the movement, classified according to the asociaciones y consumidores, así como los discursos role they play in the process – prophets, high priests, que elaboran, sus acciones y los principales argumen- experts, associations, and users- as well as their rea- tos en que basan la defensa del cannabis. El colectivo soning, their actions and the principle arguments on pro cannabis está logrando crear un entramado cultu- which they base their defence of cannabis. The pro- ral estructurado desde distintas disciplinas, que defi- cannabis collective is achieving the creation of a cul- nen esta droga como una sustancia buena y positiva, tural network, structured by different disciplines, defi- apropiándose simbólicamente de ideales como el ning this drugs as a good and positive substance, ecologismo, la salud, la lucha por la tolerancia, la justi- appropriating symbolically ideals of other movements cia, la interculturalidad, así como de la religión. Al ana- as ecologism, health, the battle for tolerance, justice, lizar las estrategias, han surgido también las contra- cultural exchange or even religion. In setting out their dicciones, mostrando que se trata de una dinámica strategies, they have also demonstrated its contradic- cultural promovida y ligada a los valores de un sector tions. Basically the problem is that it fits basically with concreto de la población de mediana edad, alejado de a cultural dynamic promoted by a sector of the middle las condiciones culturales y motivaciones del consu- age population, faraway from the cultural conditions mo de cannabis de los más jóvenes. Esta estrategia that support the young people cannabis use. This stra- sirve además para abrir nuevos espacios comerciales, tegy is also used with the intention to open new com- profesionales y de poder. mercial, professional and even political spaces.

Palabras clave: cannabis, cultura, etnografía, política, Key words: cannabis, culture, ethnography, policies, asociaciones, control social. social control, associations.

*Estudio subvencionado por el Plan Nacional de Drogas.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 231 “Se atribuye tal carácter benéfico a la acción de los estupefacientes en la lucha en pro de la felicidad y de la prevención de la miseria, que tanto los individuos como los pueblos les han reservado un lugar permanente en su economía libidinal” FREUD

“La cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar, porque no tiene, porque le falta marihuana pa fumar”.

INTRODUCCIÓN un ritual propio y específico de su grupo, que les da cohesión como grupo y se convierte en un elemento de identidad (González Duro l cannabis, como sustancia psicoactiva, 1979, Romaní 1986).2 Pero los nuevos prota- ha sido consumido y utilizado de diver- gonistas de esta historia van a ser los jóve- sas formas a lo largo de la historia (Jun- E nes españoles que, al igual que los del resto quera 1992, Herer 1999). Sin embargo, lo de Europa y Norteamérica, inician un movi- cierto es que ha pasado bastante desaperci- miento crítico hacia una sociedad definida en bido para la mayoría de la población como términos de consumismo, competencia y sustancia de interés especial y protagonista tecnocracia, además de carente de valores de controversias. Incluso cuando a principios éticos y utópicos. Las drogas, al igual que del siglo XX se inicia una política prohibicio- ocurre con los jóvenes norteamericanos, nista a escala internacional, en España el can- pasan a convertirse en las ‘aliadas’ de esos nabis es una sustancia marginal con poco sig- inconformistas procedentes en gran medida nificado social, a diferencia de otras drogas de las clases medias. En esta rebelión contra 1 como el opio y la cocaína (Usó 1996). A los valores sociales dominantes, la búsqueda pesar de la prohibición, la presencia social del de cambios internos (un mejor conocimiento cannabis es mínima y poco conflictiva, y con- de sí mismos, experimentación de nuevas tinúa siendo una sustancia fácil de adquirir sensaciones...), ocupa también un importan- para los escasos colectivos que la consumen. te lugar en el que las drogas constituyen un Esa situación se mantiene a lo largo del siglo elemento relevante. Sin embargo, los jóve- XX, hasta que en los años sesenta empieza a nes descubren con estas sustancias algo adquirir un protagonismo cada vez mayor, y más que una tecnología muy eficaz que les termina convirtiéndose a finales de los permite transformar fácilmente su estado de noventa en la sustancia más polémica y que ánimo: logran una mayor cohesión de grupo, más se consume de toda la lista de drogas una seña de identidad que les vincula a otros ilegales, así como en bandera y estandarte individuos con quienes comparten intereses indiscutible de un complejo movimiento sociales. Las drogas se convierten para ellos social. en un primer estadio de transgresión, al igual Con anterioridad a estas fechas, el canna- que la indumentaria y otros elementos esté- bis sólo tiene prácticamente presencia entre ticos. Este fenómeno surge en los años el colectivo de legionarios (González Duro sesenta y va acompañado de políticas guber- 1979, Romaní 1986, Usó 1996). Para ellos namentales algo más activas, aunque excep- fumar cannabis en forma de grifa es parte de cionales, de persecución del cannabis3. El

1 J. C. Usó en Drogas y cultura de masas analiza el proceso histórico en el que se regulan las drogas desde mediados hasta finales del siglo XX. Según su estudio, la política prohibicionista se inicia en España al firmar en 1912 el tratado de la Haya, en el que el cannabis no está inclui- do; más adelante, a partir del Convenio Internacional de Ginebra de 1925, el cannabis será considerado ilegal por influencia de los intereses colonialistas ingleses. 2 Para los legionarios lo que ahora se llama porro lo llamaban petardo. En la biografía del ‘Botas’ de Oriol Romaní puede leerse cómo ha ido cambiando el significado, la denominación y las formas de fumar cannabis (Romaní 1986) 3 El bar Tokio fue el primer local público cerrado en España a causa de las drogas, hecho ocurrido en 1967. El público de ese bar pertenecía a clases sociales muy diferentes; uno de los grupos importantes eran los grifotas (Usó 1996: 200).

232 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis nuevo tipo de consumidor ha sido descrito más alternativa de los años setenta se empa- por el historiador J. C. Usó: pa de las ideas renovadoras procedentes de Europa y América, mira hacia la cultura hippy “En el amplio espectro sociológico que confor- y hacia las revueltas de mayo del 68, viaja y maban los nuevos jóvenes drogados del desarro- contempla con envidia otros modelos de llo encontramos de todo: desde universitarios Estado, y algunos de sus integrantes apren- descontentos e izquierdistas agotados o desen- den a consumir drogas. De esa juventud sur- cantados, hasta clientes habituales del Tokio y los gen muchos de los protagonistas de la transi- primeros roqueros y melenudos, pasando por ción, protagonistas victoriosos de un proceso algún que otro extranjero peregrinante e hijos de histórico que les llevará a ocupar posiciones papá engolfados” (Usó 1996: 201). de poder después de la transición democráti- ca. Sin embargo, tras esos años de rápida Durante algún tiempo, dos colectivos casi ascensión, el interés por el cannabis parece opuestos coinciden en su interés por el can- decaer tanto en España como en otros paí- nabis: los legionarios y los estudiantes rebel- ses. La crisis del movimiento hippy, que en des al régimen. Los primeros son de origen su momento se atribuyó en gran medida al humilde, forman parte de la imagen represiva consumo de heroína, además de otras preo- del Gobierno de aquel momento y se hallan cupaciones de la sociedad, hicieron que que- muy vinculados al lado oscuro del régimen dasen aparcados muchos de los referentes franquista. Los segundos son jóvenes de que sostenían aquel movimiento juvenil, clase media que tratan de elaborar un nuevo incluido el consumo de cannabis. proyecto social alternativo al de la dictadura. Es a finales de los ochenta y a lo largo de A pesar de sus diferencias, ambos colectivos los noventa cuando vuelve a surgir con fuerza comparten el cannabis durante un corto perí- el interés de los jóvenes, tanto españoles odo de tiempo, mientras va produciéndose como extranjeros, por la cultura del cannabis. Y una especie de traspase de cambio de signi- se unen a ellos un cierto número de adultos ficado, los nuevos “progres” le confieren una para los que el cannabis mantiene esa carga nueva carga simbólica relacionada con los simbólica de ilusión y de cambio que formaba intentos de cambio social y político de los parte de sus rituales de juventud; esa carga de que se sienten protagonistas. transgresión con la que de jóvenes se iniciaron en la rebeldía, no solo en el sentido ‘guerrero’ “Cuando empecé a tomar drogas yo ya esta- de la lucha política, sino también descubriendo ba en la transgresión. Con la misma gente que y explorando nuevas formas de diversión - me drogaba lo que hacíamos en realidad era como una apertura hacia la promiscuidad terrorismo contra Franco. Era la rebelión, en el sexual sin precedentes hasta entonces-, y que sentido de no aceptar las normas; puesto que les hizo sentir que eran un grupo activo que las drogas eran algo prohibido, formaban parte inventaba o descubría nuevas formas de hacer de algo con lo que había que estar, de igual cosas. Y todo ese simbolismo se traspasa a las modo que el anarquismo siempre ha apoyado la nuevas generaciones actuales. delincuencia, contemplando al delincuente como a un rebelde social. El consumir drogas es El cannabis empieza a ser definido con la una no aceptación, una forma de protesta” (con- etiqueta de sustancia antisistema, muy refor- sumidor de 60 años) zada por su estatus de ilegalidad, a la que se otorga simbólicamente el poder de ser aliada Esta afirmación es de un fumador de can- en la lucha política. Cuando los jóvenes del nabis de la generación del 68. Su legitimación año 2000 consumen cannabis son ya parte del consumo de drogas y, en concreto, del de otro fenómeno, pero han conseguido ree- cannabis es política. Para él, consumir drogas laborar o recuperar muchos de los antiguos es una forma de actuar contra un sistema simbolismos y adaptarlos a su realidad, a sus que desea cambiar. La juventud española necesidades y a su experiencia.

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 233 2. OBJETIVOS Y MÉTODO DEL ESTUDIO legalización. La pregunta crucial aquí sería: ¿Qué está ocurriendo para que los más jóve- nes transformen el significado que dan al Estamos asistiendo desde los años 60 a cannabis? ¿Por qué se ha convertido en una una importancia cada vez mayor del consumo droga buena y positiva? ¿Con qué nuevo dis- de cannabis. Aunque esta progresión no ha curso y bagaje simbólico se está elaborando sido lineal, e incluso ha habido momentos de una nueva representación social del canna- recesión, actualmente se ha convertido en la bis? sustancia ilegal más consumida, sin que nada indique que su crecimiento esté contenido Todo ello nos lleva al objetivo de este estu- (Plan Nacional sobre Drogas, 2000). Además, dio que consistirá en aportar información esta situación de elevado consumo viene acerca de cómo se está gestando en la acompañada de un movimiento social que actualidad la construcción social de la cultura denominamos cultura del cannabis que apoya del cannabis. El análisis se delimita a los que y legitima su consumo y que está calando participan con sus esfuerzos y conocimientos en definir y presentar al cannabis con una hondamente en la población española, fenó- imagen social positiva; cómo lo hacen, qué meno que también ocurre en otros países. estrategias utilizan, cuáles son las principales Un reciente estudio sobre las representa- controversias en qué se implican y, en defini- ciones sociales de las drogas en España diri- tiva, con qué elementos se está elaborando gido por Eusebio Megías (1999) -en el que una nueva mitología. también han participado reconocidos investi- La intención es analizar la ‘cultura del can- gadores en el terreno de las drogas como nabis’ en especial en lo que concierne a la son D. Comas, J. Navarro, O. Romaní y J. posible promoción que hace dicha cultura de Elzo- concluye diciendo que el cannabis ha esa sustancia. Ello parte del interés en com- dejado de ser una sustancia temida y etique- prender el aumento del consumo que se está tada muy negativamente para convertirse en experimentando entre los jóvenes así como una de las drogas más toleradas por la opi- su creciente popularidad, lo que creemos que nión pública e incluso valorada como benefi- está en relación con la consolidación de una ciosa.4 El nivel de peligrosidad que la pobla- buena imagen elaborada por distintos colecti- ción otorga al cannabis es el más bajo de vos dentro de esta ‘cultura del cannabis’. Es todas las drogas ilegales y está muy cercano evidente asimismo que existen grupos orga- al alcohol y al tabaco. Dicho estudio se centra nizados opuestos al consumo de cannabis en la importancia de las representaciones que actúan como detractores de la imagen según cohortes socializadas de forma dife- social de la sustancia. De hecho, el cannabis rencial con respecto a las drogas, y trata de es una sustancia que formalmente es ilegal mostrar que los grupos de más edad han ela- aunque bastante tolerada. Esos grupos con- borado una imagen negativa del cannabis trarios también actúan, que duda cabe, como como consecuencia de un discurso social un grupo de presión interesado en mantener negativo que ha sido asimilado, lo que explica el cannabis en una situación de ilegalidad. su reacción contraria a esa sustancia. Unos y otros contribuyen a definir una cultura Pero lo que a nosotros más nos llama la del cannabis con imágenes distintas y enfren- atención no es ese grupo social de adultos tadas. Sin embargo, el aumento en el consu- sino las condiciones culturales que han lleva- mo entre los jóvenes, su expansión a distin- do al colectivo de 15 a 34 años a ser más per- tos colectivos, así como la tolerancia general misivos con las drogas y a apostar por su que se está otorgando a esa sustancia es lo

4 El 53,1% se muestra a favor de la prohibición del consumo de cannabis y el 55,2% de la penalización de su venta. Ello significa que un grupo importante, aunque minoritario -el 39% en relación con el consumo y el 37,6%, con la venta-, está a favor de la legalización de dicha sustan- cia.

234 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis que consideramos de interés crucial para ser felicidad, en qué confían para obtenerla. Nada analizado como un fenómeno muy actual en atrae más que aquello de lo que se espera nuestra sociedad. Por ello, el análisis se va a mucho” (Funes 2000: 145). Y del consumo de centrar en las estrategias y discursos de quie- cannabis se están creando grandes expecta- nes promocionan el cannabis, para desgranar tivas. la lógica que le está otorgando una posición Una hipótesis importante de este estudio prestigiosa en la sociedad española, así como es que se están creando las condiciones para convirtiendose en bandera de lucha y trans- que importantes elementos de la cultura y de formación para muchos jóvenes. la defensa del cannabis estén en proceso de La cultura del cannabis es un fenómeno convertirse en parte de los valores dominan- social de tal riqueza en el seno de muchas tes en la España actual, dejando de ser la sociedades occidentales, que consigue aglu- acción marginal de un grupo aislado o de una tinar diversos colectivos, cuyos mensajes van subcultura para transformarse en parte de la siendo conocidos e incluso adoptados por cultura de masas y de la acción de amplios amplias capas de la sociedad, todo lo cual va colectivos sociales. Ello se demostrará evidentemente más allá del simple consumo tomando en consideración diferentes facto- de una sustancia. Al indagar en esa cultura res, tales como el aumento del número de para comprender un poco mejor sus diferen- consumidores, el apoyo de grupos profesio- tes dimensiones. Puede verse en qué medi- nales y científicos que con su beneplácito da el colectivo pro-cannabis trata de respon- están contribuyendo a crear los argumentos der a algunas de las carencias que se están legitimadores necesarios, la promoción del produciendo en una sociedad altamente tec- cannabis a través de la música y de conoci- nificada y muy compleja. Otro de nuestros das firmas comerciales, la acción de sólidas propósitos es mostrar la capacidad de convi- organizaciones que actúan exclusivamente vencia de grupos con practicas diversas en defensa del cannabis y, finalmente, aun- como son los consumidores y los no consu- que su importancia no sea menor, los víncu- midores de cannabis; ambos grupos, diferen- los que se están creando con valores positi- ciados por su relación con el cannabis, no vos -la salud, la ecología, la diversión, la solo conviven entre sí sino que contribuyen a libertad...- y las alianzas con otros grupos elaborar un discurso entretejido con argu- sociales -grupos de activistas (ecologistas, mentos opuestos, dando lugar a un diálogo okupas, insumisos...) o partidos políticos. que se va construyendo y que nos permite El comprender las razones por las que se indagar en los valores y también en las con- consumen drogas es uno de los retos de las tradicciones con los cuales construimos investigaciones actuales. Según algunos nuestra sociedad. autores, “hasta hace siglo y medio, aproxima- De hecho lo que adquiere un significado damente, las drogas eran utilizadas con fines central en el análisis es el contexto sociocul- mágicos, religiosos o médicos; es a partir de tural como definidor del significado de la sus- ese momento cuando empieza el consumo, tancia, y creador de representaciones socia- la toma de drogas sin utilidad práctica...” les. Por tanto, la sustancia: el cannabis, el (Rodríguez y Paíno 1997:129). El comentario porro o la marihuana tiene un interés parcial, es significativo por lo que tiene de erróneo; solo como objeto sobre el que se plasma la no es cierto que el consumo actual no tenga dinámica social que lo define. Siguiendo el utilidad práctica, puesto que sí la tiene, y ade- discurso de Funes (2.000) el consumo de más continúa siendo un elemento ritual con drogas entre los adolescentes tiene más que componentes mágicos. Sin embargo, resulta ver con las expectativas de efectos que con evidente que se han producido cambios tanto los efectos en sí. Por ello “con frecuencia la en el significado como en las pautas de con- prevención comienza por descubrir qué les sumo. Las drogas actuales son un producto atrae, en qué esán depositando sus ansias de que adquiere su lógica en la sociedad de

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 235 nuestros días, están integradas en el merca- Mirar lo que ocurre en otros países o en do y una parte importante de la población las otras épocas de la historia ayuda a compren- necesita para satisfacer algunas necesidades, der la complejidad de una situación, y ello ya sea para divertirse, para relacionarse, para puede ser un buen rodeo para analizar la rea- relajarse, para estar más activos, etc... Así, lidad actual de la cual somos protagonistas y pues, nuestra sociedad ha creado y está cre- sobre la que debemos elaborar un discurso ando la necesidad de consumir drogas. Éstas crítico rompiendo con los dogmas y los este- son un producto (una tecnología) que se reotipos. En ese sentido Howell (1998), al inserta en la sociedad por vía del mercado y analizar la polémica ante el cannabis en Esta- del consumo, aunque tengan un estatuto ile- dos Unidos, se sorprende por el acuerdo gal, por lo que entran en competencia con alcanzado entre distintos grupos de izquierda otras opciones y otros artículos como la y de derecha para terminar con la prohibición; mejor solución para satisfacer algunas de si bien unos y otros tienen argumentos dife- esas necesidades. rentes, terminan llegando a idénticas conclu- siones. Lo que interesa destacar aquí es qué personajes y qué grupos de la derecha esta- La neutralidad científica. Derecha o izquierda. dounidense invierten importantes medios Resulta difícil crear un discurso neutral y económicos en defensa de la legalización. La objetivo ante las drogas por ser un tema polé- prestigiosa revista inglesa The Economist de mico que ha dado lugar a posiciones dogmá- tendencia económica liberal también tiene ticas en dos bandos. Todo parece indicar que una línea defensora de la liberalización del las cosas tampoco serán simples en un futu- cannabis. Desde la izquierda, la legalización ro. Suponemos que por un lado, se seguirá se presenta como una forma de terminar con manteniendo la confrontación, más agudiza- el narcotráfico y con la criminalidad que éste da si cabe, mientras que por otro, se amplia- genera. Desde la derecha ultraliberal, las razo- rá esa complicidad entre posturas que ya se nes son en parte ideológicas, y les llevan a ha iniciado. Es, por ello, fundamental desarro- adoptar una posición contraria a un gobierno llar elementos críticos desde fuera del campo paternalista que controle la conducta de los de batalla, alejándose de los dogmas; y esa ciudadanos. Los ultraliberales consideran que es la posición desde donde pretendemos rea- “cada uno tiene derecho a ir al infierno con lizar este estudio, lo que significa tomar dis- los medios que elija, siempre y cuando pague tancia cultural, en la medida de lo posible, por ellos” (Howell 1998). Según Howell, la para arrojar luz y fortalecer los vínculos del izquierda teme que ese interés que muestran diálogo y los elementos de la controversia algunos grupos de derecha por legalizar las Tal como se ha mencionado, la posición drogas y que cada uno haga lo que le parez- ante el cannabis divide a la sociedad en dos ca, sea el caballo de Troya para más tarde reti- posturas encontradas. Esas dos actitudes rar el soporte económico que se da a los pro- han creado estereotipos que como suele gramas de atención social o médica a los ocurrir al confrontarlos con la realidad no drogadictos. Vemos así que abogar por la siempre responden a la etiqueta. A los defen- legalización de las drogas no es una patente sores del cannabis se les identifica normal- exclusiva de un partido u orientación política. mente con la izquierda o el ‘progresismo’, Para defender cualquier causa, es impor- mientras que a los críticos con ese consumo tante encontrar compañeros de camino que se les suele alinear en el bando de los con- nos sirvan de ayuda en las diversas vicisitu- servadores. Este simplismo reduccionista es des. Y esas alianzas, aunque puedan parecer distorsionador para quienes intentan com- extrañas y contradictorias, con el paso del prender mejor cómo se construye la imagen tiempo dan lugar a coyunturas políticas más del cannabis, así como el uso que se hace del eficaces. Recordemos, en este sentido, las mismo. suspicacias que hace unos años levantaba

236 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis entre la izquierda española el ecologismo, vos: captar información cualitativa, social y considerado un movimiento sospechosamen- cultural mediante la realización de entrevistas te de derechas, cuando actualmente se ha a personas clave, y analizar los discursos convertido en uno de sus principales aliados recogidos en revistas, folletos, prensa, etc. estratégicos en el espacio político. Esos cam- Se ha entrevistado a distintos tipos de infor- bios, que en principio son dinámicas de una mantes: 1) Consumidores de cannabis de sociedad que se renueva y madura, deben diversas ciudades españolas (Barcelona, Bil- asimismo mostrar que es necesaria la pers- bao, Madrid, Palma de Mallorca y Vigo), de pectiva histórica y la mirada transcultural, ambos sexos, en plena juventud o madurez. pues ello contribuye a dar la relatividad nece- 2) Personas implicadas en la promoción de la saria a los discursos y es el mejor antídoto cultura pro-cannabis, es decir representantes contra las posturas dogmáticas, que única- de algunas de las casi cincuenta asociaciones mente conducen a la manipulación. pro-cannabis que existen en nuestro país. 3) El vínculo entre el consumo de cannabis y Profesionales de centros relacionados con una actitud rebelde y transformadora debe drogodependencias. Asimismo, hemos teni- presentarse como una de esas manipulacio- do en cuenta la difusión y comunicación que nes y engaños que se han generado, dando los partidarios del cannabis realizan a través origen a un entramado ideológico que, al ser de internet; sin olvidar la abundante literatura contemplado con una cierta perspectiva his- que existe sobre esta sustancia, no sólo por tórica y cultural y contrastado con la realidad, la importante información histórica que apor- se resquebraja. De igual modo que es una ta y que permite valorar la historia social del manipulación satanizar las drogas y hacerlas cannabis, sino también por constituir un dato culpables de todos los desajustes personales significativo en sí mismo, como un hecho o sociales, como ocurrió hace unos años en que muestra el creciente protagonismo de la ‘guerra contra las drogas’ del Gobierno esta droga, activado por todo un colectivo de americano, también lo es beatificarlas y defi- profesionales capaces de investigar, publicar nirlas como salvadoras de la humanidad. y fomentar el debate acerca de la pertinencia Actualmente, existen suficientes elementos o no de su consumo. para analizar el consumo de drogas desde coordenadas sociales. Sabemos que, hoy en día, consumir drogas es parte de una necesi- dad consumista. En nuestra sociedad, las 3. LA NORMATIVIDAD SOCIAL Y LA NOR- drogas son un producto más entre los logros MATIVA LEGAL. de la tecnociencia que ayuda a adaptarse a las premisas del sistema de manera más efi- Normatividad social. caz, rápida y moderna (Hottois 1991). Desde la comprensión científica no hay que demoni- Tanto en España como en el resto de Euro- zar ni santificar los productos sociales sino pa, el cannabis continúa siendo una sustancia desnudarlos de sus etiquetas, separarlos de ilegal en el año 2000. A pesar de ello, su con- los grupos de interés que se forman alrede- sumo es considerable. El Observatorio Euro- dor y contribuir con ello al debate social. Ante peo sobre Drogas confirma que “más de 40 las drogas es cada vez más necesario un millones de personas de la UE han consumi- debate social desde todas las dimensiones. do cannabis en alguna ocasión”. Por lo que Con esa perspectiva e ilusión se orienta el respecta a nuestro país, y según la Encuesta presente trabajo. Domiciliaria, sólo el 6,8% de la población ha consumido cannabis en el último año (PNSD 2000), pero entre la población más joven el Recogida de información. Muestras utilizadas. porcentaje es mayor. Según la última Encues- Hemos utilizado para nuestro análisis la ta Escolar realizada en 1998 a jóvenes escola- metodología habitual en los estudios cualitati- rizados de entre 14 y 18 años, el 28,5% ha

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 237 probado en alguna ocasión cannabis y el “Antes de empezar a trabajar, mientras aún 17,2% lo ha consumido en los últimos 30 estaba en el instituto, la siguiente cosa que días. La edad media de inicio ha descendido probé [tras los porros], y a eso le di a saco, fue- a los 14,8 años (PNSD 2000). En los estudios ron los tripis. Entonces sabía que los porros y que hemos venido realizando desde IRE- los tripis eran ilegales, pero yo estaba de puta FREA (Calafat 1999, 2000) vemos que el can- madre; de hecho cuando mejor me sentía era nabis es una droga muy extendida en la esce- cuando consumía esto, porque estaba con los na recreativa del fin de semana, y que su amigos, de marcha, y me sentía muy bien. Pasé popularidad no ha sufrido menoscabo con la dos años bastante metido con los tripis, luego aparición de las llamadas nuevas drogas o pasé a las pastillas y me gustaron mucho tam- drogas de diseño. bién, tenía 18 años (...). Al dejar eso, probé la coca en una fiesta en la que alguien me ofreció Además de todo ello, la práctica de consu- una raya; pero con la coca nunca me he metido mir cannabis no es independiente de la utili- a fondo porque ya sé lo que es engancharse y zación de otras drogas. En nuestro país, el pasarlo mal...La heroína la probé una vez fuma- policonsumo de sustancias psicoactivas es da, fue asqueroso. Lo peor que me ha pasado una realidad indiscutible. “Entre los consumi- en mi vida. Ahora solo consumo porros, pero dores actuales de cannabis, un 89% bebe eso sí, todos los días, aunque depende del dine- también alcohol, un 85% fuma tabaco, un ro que tenga. Creo que me fumo una media de 15,3% consume cocaína, un 5% alucinóge- seis, pero los fines de semana más. A veces me nos, un 4,8% éxtasis y un 2,1 heroína” entran ganas de comerme un tripi otra vez, pero (PNSD 1998: 28). Cuánto mayor es la implica- no es algo que me desespere, y ahora estoy ale- ción en el consumo de cannabis, mayores jado de ese mundillo. Yo con mis porros estoy son las posibilidades de consumir otras dro- tranquilo y me va muy bien. De todas formas lo gas (Calafat, 2000), lo que evidencia la gran que más me gusta es la coca. Yo puedo vivir interconexión existente entre todas estas tranquilamente con los porros, pero la coca es la sustancias. Ello tiene una relación directa con reina” (consumidor de 21 años). el significado del consumo global de drogas, que ha ido evolucionando y adaptándose a Es bastante frecuente que los consumido- una nueva demanda social. Para los más res entrevistados de más larga evolución en jóvenes, el policonsumo es parte del proceso el consumo de drogas acaben desechando experimental con el que se inician en el con- otras sustancias, casi siempre por una cues- sumo de drogas: tión de autoprotección. Perciben cómo les afectan las demás drogas, no sólo a ellos “Mi madre sabe que fumo, pero en casa mismos sino también a sus amigos, y consi- fumo pocas veces; a ella no le gusta. Ahora ya lo deran que el cannabis no es una sustancia acepta más, porque sabe que no tengo necesi- peligrosa o, por lo menos, les hace sentir que dad de los petas, que los fumo porque quiero; pueden controlar su consumo. El cannabis se aunque yo consuma otras drogas, que eso mi madre no lo sabe. He probado las pastillas, el convierte así en la sustancia preferida y con- LSD, la cocaína, el tabaco y el alcohol, pero sólo sumida por una amplia gama de personas, en de vez en cuando” (consumidora de 18 años) distintas edades y circunstancias

La entrada en el mundo de las drogas ile- “Creo que los porros son una droga de ado- gales anima a ir probando las diferentes sus- lescente, porque su consumo empieza en la tancias durante una época de experimenta- adolescencia... pero el hábito se mantiene cuan- ción en la que se mezclan, dependiendo del do nos hacemos mayores. Otras drogas como estado de ánimo que se pretenda buscar y, los tripis o las pastillas son más del momento, sobre todo, de las ocasiones que se presen- de cierta edad, un signo de rebeldía, pero se tan. Puede afirmarse que los jóvenes siguen acaban dejando; los porros, sin embargo, es un una carrera de consumo con unas pautas hábito que se mantiene” (consumidor de 25 más o menos establecidas: años).

238 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis Normativa legal. posturas, y que no tiene una posición clara- Sabemos que en muchos países no hay mente definida ante la prohibición. una correspondencia entre las normas legales En España nunca ha estado penalizado el y su aplicación, de tal forma que aunque una consumo de drogas y la ley de 25 de junio de sustancia como el cannabis esté prohibida ofi- 1983 despenaliza la tenencia de drogas para cialmente, sus consumidores pueden funcio- el propio consumo adelantándose con ello nar como si en la práctica no fuese así. Sin legalmente a muchos países de nuestro embargo, a pesar de ello, no cabe duda de entorno. Incluso en Holanda, muchos de los que la prohibición legal funciona como un avances que se han hecho en sentido liberali- impedimento sobre todo en lo que se refiere zador, más que cuestiones refrendadas legal- al tráfico. A principios del siglo XX, el cannabis mente, son acuerdos sociales más o menos se convirtió en una sustancia prohibida en explícitos, como el de que la policía no consi- Estados Unidos y, posteriormente, en Europa. dere una ‘prioridad’ proceder a la persecución En 1968 la OMS la define como una sustancia de un determinado delito. No obstante, esta que induce a la fármacodependencia. Sin situación de privilegio para el consumidor embargo, en algunos países como Holanda se español sufrió un importante revés en Espa- ha permitido desde 1978 su venta en peque- ña con la Ley 1/1992 sobre Protección de la ñas dosis y su consumo de manera controla- Seguridad Ciudadana, conocida como la ‘Ley da, lo que ha convertido a ese país en un Corcuera’, que pasa a ser el marco legal que emblema para los consumidores de cannabis regula tanto la tenencia y el consumo de dro- y en un oasis donde poder adquirir libremente gas en lugares públicos. Según esta Ley, mercancía de calidad controlada, además de cuando el consumo o la tenencia es en el las semillas y el aparataje necesario para el ámbito público se puede aplicar una sanción cultivo de distintos tipos de marihuana. administrativa por considerarse una infrac- La polémica sobre la legalización del can- ción grave, siempre que la cantidad no levan- nabis adquiere verdadera fuerza en esta últi- te la sospecha de que se está traficando, en ma década. En 1992 llegó al Parlamento cuyo caso ya se entraría en una cuestión Europeo, que se pronunció a favor de mante- penal. La multa puede oscilar entre 50.001 y ner su ilegalidad, cuestionando el hecho de 5 millones de pesetas, dependiendo de la que Holanda se posicionara al margen de la cantidad requisada. Tan solo se sanciona a los prohibición. Hace algunos años se inició un mayores de 16 años; en caso de que sean proceso de despenalización muy limitado a menores el procedimiento que se sigue es usos médicos en algunos estados norteame- informar a los padres, sin abrirles expediente ricanos, como Nueva York y California. En el ni multarles. Esta Ley tiene un efecto real ámbito científico, el cannabis se ha converti- sobre los consumidores de cannabis y de do en una sustancia a investigar, así como en otras drogas, pues en el año 1998 hubo en el centro de grandes controversias entre gru- España un total de 47.877 sanciones. Las pos opuestos. Todo ello ha abierto un debate mayores tasas de sanción por cada 10.000 en los países europeos acerca de la situación habitantes corresponden a Canarias, Balea- de ilegalidad del consumo de cannabis res, La Comunidad Valenciana y La Rioja. (Cabrera 1999). Los avances científicos son Entre 1992 y 1998 se han iniciado un total de rápidamente asimilados y coaptados a sus 232.762 sanciones a personas por posesión intereses por uno de los dos frentes: los pro- de drogas, y 3.173 sanciones a locales públi- 5 hibicionistas o los legalizadores. La presenta- cos por tolerar el consumo. ción de los grupos activos en dos bandos El Real Decreto 1079/93 (BOE 172 de 20 hace invisible el trabajo y la intervención de de julio de 1993) establece una alternativa a un grupo importante situado entre ambas la multa: ponerse en tratamiento en un cen-

5 Datos elaborados por J.C. Usó, procedentes de la Subdirección General de Política Interior y Protección Electoral. Se adjuntan a un documen- to que la asociación ARSEC presenta al Sindic de Greuges en 1999.

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 239 tro de rehabilitación acreditado. Existen cen- reclamaciones no conduce de momento a nada, tros terapéuticos en todas las Comunidades pero a mí ése me parece un camino para actuar Autónomas, tanto públicos como privados. porque si la ley no está clara hay que cambiarla. Según algunos profesionales de los mismos, Si los servicios hemos de adaptarnos bajo mano esa alternativa resulta un tanto ambigua en la a lo que dice la ley para que ésta quede justifica- práctica, además de impracticable en el caso da, las cosas van a seguir igual” (profesional de del cannabis. Las personas sancionadas se un centro de tratamiento). encuentran con la posibilidad de seguir un Muy pocos centros han creado un progra- tratamiento largo en uno de esos centros que ma específico y a medida para los sanciona- se han ido desarrollando para hacer frente a dos por tenencia y consumo de cannabis. situaciones de adicción a la heroína, al alcohol Uno de ellos es el Programa Municipal de y, en menor medida, a otras drogas. Los jóve- Drogas del Ayuntamiento de Majadahonda en nes sancionados por tenencia de cannabis no 6 suelen responder a esos criterios, ni se sien- Madrid . El objetivo general del programa no ten adictos, ni siquiera creen haber cometido está orientado a la desintoxicación sino a un acto ilegal. acciones educativas que impliquen la toma de conciencia sobre lo que significa el uso y De ese modo, los sancionados se sienten abuso de esa sustancia. Las acciones consis- víctimas de una injusticia, aunque la mayoría ten en realizar entrevistas individuales y gru- tiende a pagar la multa para quitarse de enci- pales, aportar información sobre las drogas e ma el problema lo antes posible. Pero esa minoría que tiene problemas para pagar y se implicar a la familia en aspectos de preven- dirige a un centro de tratamiento no suele ción. La aceptación y el seguimiento del pro- encontrar una respuesta fácil. Algunos profe- grama parecen ser altos desde su creación sionales de esos centros encuentran injusta en 1996. la sanción y animan a los sancionados a A pesar de los indudables inconvenientes actuar y a manifiestar su oposición a la Ley, que presenta dicha Ley, especialmente para poniendo en contacto a los sancionados con los que ya han sido sancionados, en la prácti- las asociaciones pro-cannabis, donde suele ca los fumadores de cannabis, no tienen haber asesoría jurídica. La explicación que da grandes dificultades para encontrar espacios la psicóloga de uno de los centros de trata- públicos y privados donde consumir. Diver- miento es la siguiente: sos colectivos han criticado la mencionada Ley, y es probable que el manifiesto elabora- “Cuando los jóvenes llegan aquí están deses- do por un grupo de juristas de primer orden perados porque no quieren pagar las cincuenta sea el ejemplo más importante de ello.7 El mil pesetas. Hay centros que les hacen una sesión grupal y les dan información, haciéndolo punto principal de su propuesta es que las constar como tratamiento. Nosotros les deci- drogas actualmente ilícitas pasen a estar mos que si quieren someterse a tratamiento reguladas por la Ley del medicamento, lo deben seguir el que está estipulado, porque la que significaría que su venta y producción Delegación del Gobierno pide cada equis tiempo seguiría la misma normativa que los medica- un informe. Si consideran que la sanción admi- mentos y los adultos podrían comprarlas nistrativa y la ley es injusta, que hagan una recla- libremente en las farmacias, en dosis únicas. mación legal; les envío a la asociación de canna- bis y también a un centro de asistencia jurídica Con respecto al cannabis, se prevé una difu- donde les ayudan a hacer los papeles. (...) Sabe- sión por el sistema estanco -como el tabaco- mos por la asociación que hacer alegaciones o o algo similar.

6 Idea Prevención nº 16 7 El manifiesto está firmado por un centenar de magistrados, profesores y catedráticos de derecho Penal. Está reproducido como apéndice en el libro de Escohotado La cuestión del Cáñamo.

240 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis 4. LOS ACTORES DEL MOVIMIENTO PRO- cada una de las problemáticas que surgen - CANNABIS. como la médica o judicial-, y a los activistas, que muchas veces son los encargados de difundir y de realizar acciones de promoción y El movimiento pro-cannabis se inició de presión política. En las asociaciones también manera más organizada en España hace apro- hay técnicos, que con su habilidad de exper- ximadamente una década, cuando un colecti- tos abren o desarrollan distintos campos (jurí- vo de consumidores deciden organizarse y dico, ecológico, botánico, filosófico, religioso, actuar en defensa de la sustancia y su consu- médico, político, etc.) donde actuar mo8. Los precursores han sido, además de consumidores de cannabis, profesionales dotados de habilidades sociales suficientes Los profetas como para consolidar y expandir una organiza- Los/las profetas están en la cúspide de la ción, elaborar un discurso sólido y complejo, y jerarquía, cumpliendo una misión básicamen- buscar aliados prestigiosos en distintos ámbi- te simbólica, y sirven de punto de referencia tos sociales. En pocos años, el movimiento del movimiento. Son aquéllos que anunciaron pro-cannabis ha crecido de forma espectacu- con anterioridad la buena nueva. Son algunos lar y es muy probable que actualmente Espa- de nuestros ancestros que tuvieron la virtud ña sea uno de los países donde ha cobrado de triunfar en alguna faceta de la actividad mayor fuerza y se muestra más activo. humana, de consumir cannabis y de hablar Como toda actividad que afecta a muchas sin miedo de ello. Ahora han sido rescatados personas, puede hablarse de una ‘jerarquía’ y para engrosar las filas de un movimiento que de un distinto nivel de participación en el jamás pudieron imaginar llegaría a existir. movimiento. Se trata de una red de apariencia Otros son personajes vivos aún, ya ancianos, informal que, sin embargo, en la práctica que se han convertido en ídolos, en popes de supone una organización que está logrando ese movimiento, con la ayuda de sus canas, una buena cohesión de individuos y de gru- de su éxito profesional y de su jovialidad. La pos que participan en la definición y promo- reciente y pujante actividad editorial del movi- ción de la cultura del cannabis. Puede identifi- miento pro-cannabis permite reconocer, ver, carse una gama de actores que cumplen leer y admirar a esos profetas. diversas funciones en la creación y difusión Uno de los elementos claves de todo de esa cultura. Existe un núcleo más activo movimiento es su capacidad de coaptación que crea los elementos discursivos que utili- de distintas disciplinas a su engranaje y la zan y asimilan los consumidores de cannabis difusión de sus materiales, lo que ayuda a e incluso la población no consumidora que se conformar un andamio cultural y político, a define favorable a su legalidad. En esa red darle cohesión y a proporcionar solidez al dis- podemos identificar, al igual que en otros curso. Las publicaciones recientes son un movimientos sociales, a los profetas, perso- ejemplo que permiten dar a conocer persona- najes de renombre que actúan como perso- jes célebres descubriendo sus facetas canná- nas de referencia, a los sacerdotes creadores bicas. Es el caso de Walter Benjamin9, quien del discurso, a los técnicos que con su trabajo en su obra autobiográfica narra sus experien- cotidiano crean una acción más aplicada ante cias con el cannabis y cita a muchos otros

8 En Sociología se ha desarrollado un amplio campo de estudio para aplicarlo a los nuevos movimientos sociales (Laraña y Gusfield 1994). Los analistas diferencian entre los movimientos formales y organizados típicos de la primera mitad del siglo XX y los movimientos actuales entre los que pueden considerarse los movimientos relacionados con la música, la fiesta y la defensa de nuevos espacios de diversión, donde las drogas juegan un papel importante. Gusfield propone un marco conceptual en el que integrar ese tipo de acción, lo llama ‘movimiento fluido’ para diferenciarlo del movimiento lineal, organizado, con objetivos bien determinados y orientado racionalmente hacia el logro de sus metas (1994). En esos nuevos movimientos los aspectos de la vida íntima y personal adquieren centralidad convirtiendo lo privado en colectivo y lo colectivo adquiere carácter político. Puede decirse que el movimiento pro-cannabis que aquí se analiza está a caballo entre esas dos formas, es aun parte de un movimiento social fluido que tiende a convertirse en lineal y formar una organización compleja. 9 Walter Benjamin (1995) Haschish (Madrid: Miraguano)

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 241 personajes, uno de ellos el historiador Ernst Ernst Jünger, el psiquiatra Thomas Tsasz, el Bloch, como compañero en la aventura. Los escritor Burroughs y unas cuantas celebrida- dos amigos fueron víctimas del nazismo ale- des más. Queda claro, pues, que una baza mán, lo que los convierte en símbolos pode- importante de la estrategia del movimiento rosos de la antirrepresión. La coaptación de pro-cannabis consiste en ganar credibilidad esos personajes al movimiento pro-cáñamo construyendo una galería de celebridades es interesado puesto que se desconoce la que, de una forma u otra, avalan aparente- importancia que adquirió el cannabis en sus mente el uso del cannabis y el resto de prin- vidas; sólo se sabe que en un período de cipios defendidos por el movimiento. tiempo más bien corto experimentaron con él. Y aún se sabe menos de la influencia del Los sacerdotes cannabis en sus aportaciones filosóficas e históricas, lo que no impide crear una cone- Los sacerdotes surgen, básicamente, de xión que redunda en beneficio del consumo ámbitos académicos y científicos. La mayoría de esta sustancia que será difícil de desen- formaron parte de la generación del 68 y trañar para muchos lectores. siguen identificándose y defendiendo activa- Otra publicación, El club del hachís, pre- mente los valores sociales e ideales de aque- senta el contacto que tuvieron con el canna- llos tiempos en los que el consumo de dro- bis algunos de nuestros míticos ancestros gas ocupaba evidentemente un lugar como Herodoto, Marco Polo, Gautier, Baude- idealizado. Muchos de ellos han logrado cre- laire, Nerval, Dumas, Rimbaud.10 Las mujeres arse un espacio profesional y público gracias también han participado en la cultura de las al estudio de las drogas y a la defensa de su drogas, lo que queda de manifiesto en la consumo, y participan activamente en la difu- recopilación de escritos y testimonios realiza- sión de estas ideas a través de sus escritos y dos por destacadas mujeres a lo largo de la de sus conferencias en foros públicos; ello historia (Palmer y Horowitz, 1999). La lista de les ha hecho convertirse en importantes pun- consumidores famosos del cannabis se ve tos de referencia para la población cannábica. continuamente engrosada por nuevos perso- Uno de los sacerdotes más conocidos es najes del presente y del pasado, convertidos Jack Herer, un californiano que ha dedicado así en aliados de la cultura del cannabis. su vida al cultivo y al conocimiento de la mari- En esta labor genealógica de búsqueda de huana, además de luchar contra su prohibi- antepasados que avalen el movimiento resul- ción a través de su organización HEMP (Help ta de gran ayuda encontrar aliados redefinien- End Marijuana Prohibition). Su libro traducido do nuestro campo de acción. Éste es el sen- recientemente al español El emperador está tido de calificar la marihuana como droga desnudo (Herer 1999) es un compendio his- enteógena 11 (Ferigcla 1999, 2000), lo que tórico de la marihuana, su uso y la lógica que lleva a heredar automáticamente un nuevo mantiene la prohibición, explicada a través de colectivo de profetas, de hombres sabios, la metáfora del emperador desnudo como que conocen los secretos del conjunto de símbolo del despotismo, de la hipocresía y de sustancias mágicas o divinas. La lista es la ignorancia con que actúa el poder en estas 12 larga; la encabezan científicos y artístas como cuestiones . Ginsberg, Alexandre Shulguin y Albert Hof- En España, la persona quizás más recono- mann (el descubridor del LSD), el filósofo cida en estas funciones es Antonio Escohota-

10 José J. Fuente del pilar (1999) El club del Hachís (Madrid: Miraguano ediciones) 11 J. M. Ferigla, tiene dos artículos en los cuales puede leerse la definición de “droga enteógena” así cómo la historia de ese concepto y de otros que van apareciendo dentro de la creación de un nuevo espectáculo o disciplina: el de la modificación de la conciencia. Esos artículos se encuentran en las revistas Ajoblanco especial marihuana (1999) y Cáñamo especial 2000. 12 Jack Herer, el cáñamo y la conspiración de la marihuana. El emperador está desnudo (Cádiz: Castellarte 1999) La edición española incluye un prólogo de Antonio Escohotado y un anexo de Alfonso de la Figuera: La situación actual del cáñamo en nuestra sociedad”

242 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis do, autor de distintas publicaciones en las en nuestro país su solidaridad con la defensa que presenta su visión filosófica y social del del cambio de estatus legal de las drogas en papel que juegan las drogas, además de criti- el manifiesto “Propuestas alternativas a la car abiertamente su prohibición. Uno de sus actual política criminal sobre drogas, y decla- últimos escritos, La cuestión del cáñamo. ración programática del Grupo de Estudios de Una propuesta constructiva sobre hachís y Política Criminal”, firmada en 1991 por un cen- marihuana (1997), es un compendio crítico de tenar de juristas. Jueces para la Democracia la dinámica socio política que mantiene esa es otro ejemplo de organización profesional sustancia en situación de ilegalidad. Otros que apoya activamente la causa. En algunos muchos autores se han convertido también países hay médicos implicados en el movi- en sacerdotes para los feligreses defensores miento a través del estudio del potencial tera- del cannabis como son el antropólogo Oriol péutico del cannabis. Asimismo, en España, Romaní y el historiador Juan Carlos Usó. una serie de profesionales orientan en ese sentido sus aportaciones; un ejemplo de ello es la reciente publicación de la Universidad Los técnicos. de Deusto.13 En el terreno de la psicoterapia Los técnicos (o mediadores) ocupan el también surgen nuevas áreas de tratamiento plano inmediatamente inferior en la jerarquía, y colectivos como el que se forma alrededor aunque su labor es fundamental en la estruc- de la psicología transpersonal. En el terreno tura de apoyo. Se trata básicamente de profe- político, según Escohotado (1998), unos 160 sionales en áreas cercanas al consumo de eurodiputados de la anterior legislatura apos- drogas: psicólogos, biólogos, médicos, juris- taban a favor de un cambio legislativo que tas, sociólogos, antropólogos, etc... Dentro otorgara al cannabis el estatus de fármaco. de esos colectivos, algunos profesionales Otros profesionales y personajes públicos aportan los elementos técnicos y el conoci- prestan su apoyo moral apareciendo en los miento que permite engrosar la definición de medios de comunicación como defensores la sustancia cannabis, así como su efecto en de la causa. En el número 7 de la revista los individuos. No hay duda de que son quie- Cáñamo dos psiquiatras, un escritor y un psi- nes más participan dentro de las instituciones cólogo dan su apoyo a la legalización de la y de los colectivos sociales a la hora de crear marihuana y critican la condena que impone las condiciones para la integración social de el Tribunal Constitucional a ARSEC (asociación esa sustancia, quienes crean el discurso y los pro-cannabis catalana) por haber organizado espacios de difusión. Es obvio que también una plantación. ocurre algo similar en el bando opuesto, entre los detractores del cannabis, quienes también se amparan en conocimientos técni- Los activistas. Las asociaciones. cos para mantener la imagen negativa de la Las asociaciones son las entidades y los sustancia. Ello no es más que un reflejo del colectivos que asimilan los mensajes elabora- peso fundamental de los colectivos profesio- dos por los grupos anteriores (profetas, nales en la tarea de integrar o legitimar una sacerdotes y técnicos), los difunden y los ree- sustancia o una actividad en nuestra socie- laboran en sus actividades. Las asociaciones dad. La implicación favorable de estos grupos son entes difusores y educadores dentro de puede servir de barómetro para medir la tole- la cultura del cannabis, y no sólo son los cen- rancia y la aceptación social del cannabis, tros de encuentro de las personas que for- más allá de su consumo (Derber 1992). man parte del movimiento, sino también los Los juristas son el colectivo que probable- lugares donde se informa a las personas des- mente ha expresado con más contundencia vinculadas y con curiosidad. En el seno de las

13 Derivados del cannabis: ¿Drogas o medicamentos? (1998) Edición a cargo de J.J. Meana y L. Pantoja, Bilbao: Universidad de Deusto

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 243 asociaciones se hacen debates, se difunden sonas que se inspiraron en la figura de publicaciones; es allí donde surgen iniciativas Ramón Santos, un abogado defensor de la de acciones de promoción, donde acuden los marihuana. consumidores a informarse o a pedir consejo “Ramón Santos era un abogado amigo nues- jurídico, donde se enseña a cultivar la mari- tro, mucho mayor que nosotros, que venía todos huana en las casas. Son las entidades más los días a comer con nosotros cuando acababa cercanas a la población. Los miembros que en los juzgados. En la sobremesa nos contaba forman las asociaciones son, básicamente, todos los casos. Nos decía que los consumidores consumidores de cannabis que han decidido estamos dentro de la Ley, que somos legales, adoptar una posición activa en la defensa de que somos ciudadanos y debemos ser tratados algo en lo que creen. Hay grandes diferencias como tales, con todos los derechos, porque el entre unas y otras en cuanto a su número de consumo no es delito” (responsable de una aso- ciación). integrantes y a su actividad. “Hay socios de todas las edades, desde los 18 “Un político catalán muy conocido fue quien a los 70. La gente más activa tiene entre 20 y 45 nos explicó la fórmula, el camino político, para años. En cuanto a estudios y profesiones, tam- legalizar la marihuana. Nos dijo que debíamos bién hay de todo. Cuando hacemos reuniones hacer un lobby, una especie de organización para nos juntamos una fauna de lo más variopinta: unificar la masa de los seguidores. Luego, hacer algún empresario, algún médico, algún profesor la coordinadora de todas las asociaciones, y con de universidad, una administrativa, algún ocupa esa base formada debíamos ir a ver a los políticos que hace artesanía, estudiantes, algún albañil, para que nos incluyeran en sus programas, al tenemos hasta un carpintero checo. Hasta hace Plan nacional y al Parlamento” (responsable de poco venía uno con cresta pero vestido con cor- una asociación). bata. No hay un perfil único; hay gente que vive sola, otros son casados y con hijos, las situacio- Las asociaciones idean distintas actuacio- nes son muy variadas... La mayoría son heterose- nes para provocar la intervención de las auto- xuales, pero también acuden homosexuales. Lo ridades, con el fin de llamar la atención públi- que sí tenemos todos en común es la preocupa- ca y mostrar las contradicciones del sistema ción por la situación del cannabis (responsable de legal, lo que les permite reclamar cambios una asociación). legislativos. La acción más popular de las Las asociaciones son muy importantes asociaciones, la que les ha llevado a aparecer dentro de toda la estrategia, pues proporcio- en los medios de comunicación, lograr nue- nan la estabilidad y los medios para la acción. vos contactos con grupos e individuos intere- Abren espacios para la actuación de los sados y, por tanto, ampliar el movimiento, ha sacerdotes, técnicos y profesionales; tradu- sido su lucha por las plantaciones de mari- cen los argumentos e ideas académicas en huana. En 1993, cuatro miembros de ARSEC un lenguaje y con unos criterios más concre- son llevados a juicio por plantar marihuana en tos y comprensibles. En el seno de las aso- Tarragona. ciaciones se encuentra un colectivo muy “Los partidos políticos pasaban de nosotros; diverso con un objetivo común: transmitir al por otro lado, los médicos estaban también en resto del mundo su verdad sobre el cannabis contra. Entonces no había los libros y los estudios para contribuir a su expansión y obtener que hay ahora, que nos dan la razón, entonces lo apoyo social. teníamos todo en contra y solo nos quedaba el En 1991 nace en Barcelona la primera aso- diálogo con la administración de justicia...que sólo ciación, ARSEC (Asociación Ramón Santos sabe dialogar con sentencias..., así que teníamos que cometer un delito para que nos juzgaran y de Estudios sobre el Cannabis), que termina con la sentencia nos aclararan si estábamos den- convirtiéndose en líder y consejera de todas tro o fuera de la ley por actividades de consumo. las que surgen posteriormente, y que cuenta El fiscal nos dijo que si hacíamos una plantación en la actualidad con unos 3.600 asociados. para consumo propio no sería delito. Con esa Se creó por iniciativa de un colectivo de per- carta hicimos una plantación en un pueblecito de

244 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis Tarragona en 1993, pero vinieron la Guardia civil, Todo ello forma parte de los argumentos que los Mossos d’Escuadra y salimos en la prensa. A refuerzan a las asociaciones. raíz de eso se empezaron a crear las otras asocia- Éstas no son homogéneas. Algunas cen- ciones en toda España (responsable de la asocia- tran su defensa en la legalización de la mari- ción) huana y otras en las drogas en general. Algu- En 1997 la asociación madrileña AMEC nas de esas asociaciones establecen vínculos organizó un concurso de cata de marihuana de colaboración con partidos políticos gene- entre cultivadores para decidir cuál era la ralmente de izquierda, a favor de la legaliza- mejor; en aquella ocasión detuvieron a su ción, mientras que otras se mantienen apar- vicepresidente14. Otra acción similar de apoyo tadas de la vía política convencional debido a se llevó a cabo en el País Vasco, promovida su espíritu más anarquista. por Kalamudia con el lema: “Contra la prohibi- Junto con las asociaciones pro-cannabis ción, me planto”. surgen otros colectivos con un objetivo anti- “Kalamudia empezó con la campaña de plan- prohibicionista más amplio: el de legalizar tación pública reivindicando el autoconsumo. La todas las drogas. En 1991 se crea una plata- campaña se llamaba “Contra la prohibición me forma en el País Vasco, en 1994 surge la Aso- planto”. Era para apoyar una iniciativa de la asocia- ciación Libre Antiprohibicionista en Cataluña ción catalana. En nuestro caso cuidamos algunos y, finalmente, en 1998 nace la Federación detalles de tipo legal. (...) En la plantación partici- Ibérica Antiprohibicionista. pó un parlamentario de IU, concejales de varios partidos, gente de organizaciones juveniles, pro- “Hace unos tres años, en contacto con otros fesores de la Universidad, algún actor, sindicalis- colectivos de mayor índole cannábico como tas, cantantes y gente corriente, hubo de todo un ARSEC en Barcelona, pensamos hacer más poco. Al final se archivó, la fiscalía no recurrió, cosas con las personas consumidoras y centrar- nos en el tema del cannabis por ser la sustancia recogimos la cosecha, nos la repartimos y un día más consumida, la que tiene menos estigma hicimos otro acto público de reparto. Había que social, el eslabón más débil de la cadena, allí acudir con el DNI, dar el nombre y una persona donde las contradicciones se ponen más de que cortaba la plantita daba el lote que tocaba y manifiesto”. (responsable de una asociación). ya está”. (responsable de una asociación) Para algunas de estas organizaciones, la En un período de tiempo relativamente defensa del cannabis es sólo un primer esla- escaso se han creado un total de al menos bón. Las asociaciones, en su conjunto, crean cuarenta y cinco asociaciones, en todas las un complejo entramado nacional e internacio- autonomías españolas a excepción de Extre- nal que colabora para intervenir en la toma de madura. Muchas de ellas se encuentran vin- decisiones políticas sobre el tema de las dro- culadas a otros grupos, y el número de gas. En 1996 se creó una Coordinadora Esta- miembros activos suele ser bastante peque- tal de Organizaciones para la normalización ño. del cannabis que reúne al conjunto de asocia- El asesoramiento profesional y político es ciones de todas las comunidades. Más esencial en la formación de las asociaciones recientemente aparece la Coordinadora Euro- como grupo de presión. Ese vínculo no solo pea Ecco (European Consumer Cannabis se mantendrá sino que irá en aumento a Organization) con sede en Amsterdam. La medida que la defensa del cannabis se vaya plataforma ENCOD es una Coalición Interna- consolidando. El incremento del número de cional de ONG’s para una política justa y efi- consumidores de cannabis es otro de los caz de drogas. El manifiesto presentado a las motivos que legitima su defensa y convierte Naciones Unidas por ENCOD en 1998 está esa práctica en un hecho social cotidiano. firmado por diversos tipos de asociaciones,

14 Diario 16, 26 de octubre de 1997

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 245 todas ellas con una voluntad antiprohibicio- acontecimiento relacionado con el cannabis y nista ante cualquier clase de droga. En total otras drogas, así como de una amplia gama son 86 organizaciones, siendo España el país de productos elaborados con cáñamo o eti- más representado con un total de 19, segui- quetados como ecológicos y naturales. da de Alemania con 14, Holanda con 7 e Otras publicaciones se han hecho eco del Inglaterra con 6. Esos niveles macro de la creciente interés que despierta el cannabis, organización sirven para realizar una interven- convirtiéndose en precursoras de su causa. ción política más incisiva a nivel mundial. En España la revista Ajoblanco ha dedicado varios monográficos al tema. También Archi- Las estrategias de comunicación. piélago ha consagrado un número a las dro- gas, y recientemente ha hecho su aparición Las asociaciones realizan otras actividades Ulíses, una revista de viajes interiores. Las además de las reivindicativas. Una de las más publicaciones cuentan siempre con la colabo- importantes es la informativa. Por lo general, ración de los profetas y de los sacerdotes de crean un punto de encuentro de las personas la causa Hofmann, Ott, Shulgin, Escohotado, que se sienten vinculadas al consumo de Usó...-, pero también hay nuevos personajes cannabis y a su defensa, participan en sesio- que proceden de colectivos de profesionales nes informativas en escuelas, organizan char- —médicos, juristas, músicos...-. Entre todos las y tertulias, etc... generan una amplia gama de productos cultu- “Cada mes vamos a dar charlas o conferencias rales en forma de imágenes, palabras, ele- allí donde nos llaman, normalmente institutos y mentos decorativos, etc... El discurso gira colegios. Suele ir un abogado que les explica qué alrededor de la legitimación del consumo de ocurre con la ley, un médico que les dice qué cannabis, elaborando una doctrina de apoyo pasa con la salud y un botánico que les describe bien estructurada con la que se hace frente a cómo se puede cultivar el cannabis. Las madres la prohibición. El movimiento ha logrado acre- lo entienden enseguida porque saben que sus hijos dejan de gastarse dos mil pesetas a la centar la controversia sobre el significado que semana si ellos se cultivan la maría”. (responsable debe otorgarse al cannabis en sus distintas de una asociación) funciones, como droga, como medicamento, como alimento y, en definitiva, como un pro- La red de internet, en clara expansión, es ducto social más. uno de los medios de difusión más utilizados; las revistas son otro de los sistemas que más se está consolidando. En España, y siguiendo Los consumidores y simpatizantes los pasos de la revista High Times estadouni- El movimiento pro-cannabis ha logrado vin- dense, surgen Cáñamo y otras publicaciones. cular a un grupo importante de consumidores Cáñamo, que actualmente tiene una periodi- y no consumidores que simpatizan con la cidad mensual, adopta una clara vocación causa. La asesoría jurídica y la botánica son organizadora del movimiento pro cannabis los dos servicios que probablemente hayan desde que aparece en 1997. En su declara- atraído más público al interior de las asocia- ción de principios deja bien patente que ciones. Sin embargo, la mayoría de los consu- “Cáñamo pretende dar voz a todo el movi- midores ni están vinculados a las asociacio- miento antiprohibicionista representado en nes ni participan en dicho movimiento, se España por la Coordinadora de Organizacio- limitan a ser consumidores de cannabis; algu- nes por la Normalización del Cannabis”. La nos de ellos desconocen la existencia de revista Cáñamo es moderna, está bien edita- estas asociaciones y ni siquiera se han plan- da y cuenta con diversas colaboraciones de teado la menor reivindicación. Otros son profesionales entusiastas y vinculados a dife- receptores del discurso porque se informan, rentes facetas de la amplia cultura juvenil, leen las revistas y captan los mensajes que como la música, el cine, los espectáculos, se elaboran en las asociaciones. Así, pues, etc... Además, es la difusora de cualquier algunos consumidores son activos en el

246 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis movimiento, pero la mayoría de ellos están al nos, que no son sus padres, sus ídolos y márgen; unos son receptores del discurso y compañeros de transgresión. La posibilidad otros, la mayoría, simplemente consumido- de compartir porros puede crear nexos de res. unión entre generaciones o puede abrir bre- Este apartado se ha elaborado a partir de chas que cuestionan la autoridad de los las entrevistas realizadas a un grupo de con- padres y sus valores. La conexión de los sumidores de cannabis, jóvenes y adultos - mayores con los jóvenes no sólo es simbóli- entre 15 y 60 años-, de ambos sexos. Entre ca, también tiene un componente práctico. ellos hay, al menos, dos generaciones que Algunos de estos mayores necesitan de los forman dos colectivos bien diferenciados, por jóvenes para conseguir comprar cannabis en la edad, por las condiciones de vida, por el el mercado negro: significado que dan al cannabis, pero sobre “(Gracias a la asociación) he podido aprender a todo por las distintas consecuencias que ese cultivar plantas, lo cual es importante para mí, consumo tiene en sus vidas. pues antes tenía que pedirles a mis hijos que me lo comprasen, y eso era un rollo, pues no es su Dos generaciones. problema” (consumidora de 52 años). Para los adultos, que tienen la vida organi- “Algunos dejan de consumir porque no están zada, una posición y un recorrido vital más dispuestos a hacer lo que hay que hacer para pro- largo, fumar cannabis puede ser un sibaritis- curarse el hachís, y no porque lo quieran dejar verdaderamente. Hay gente a la que le cuesta mo más con el que logran hacer la vida coti- mucho ir a buscar la droga, pues ello supone diana más relajada e interesante. El porro lo implicarse a fondo. Los consumidores crónicos definen como un antídoto para escapar de necesitamos un sistema para conseguirlo, lo fun- “estar todo el día escopeteado” y lograr más damental es estar en contacto con jóvenes; si no fácilmente unos momentos de calma. Para sabes dónde encontrar hachís y tienes un sobrino ellos, el hecho de fumar porros es también de 17 o 18 años, pregúntale a él” (consumidor de un punto de enlace con los más jóvenes, un 60 años). nexo que les crea complicidad y les hace revi- vir su juventud. Los jóvenes viven dentro de unos ambien- tes más tolerantes, han sido socializados en Es entre el colectivo de adultos donde se una cultura donde el consumo de drogas es mantiene una batalla más dura a favor o en un elemento más, están más cercanos al trá- contra de las drogas, especialmente del can- fico, se mueven en lugares donde el consu- nabis. El siguiente ejemplo resulta muy gráfi- mo está normalizado, no tienen que disimular co: ante sus compañeros, crean relaciones de “Yo he trabajado en varias compañías teatra- solidaridad si surgen problemas, etc... Para les, y en ese ambiente puedo decir que hay una los adultos, el porro continúa siendo un tabú minoría que no se droga y una mayoría que sí lo superado sólo a medias, que los aleja de hace. En una de las compañías, el padre, que era el director de orquesta, perseguía con ensaña- estar plenamente cómodos dentro de los miento al hijo, que era utillero. El padre estaba diversos ambientes que frecuentan. El paranoico contra los que nos drogábamos, por- siguiente comentario es de un adulto que que estaba convencido de que éramos los más está a medio camino entre dos culturas: viejos los que pervertíamos a su hijo, cuando en “Habitualmente no me relaciono con gente realidad su hijo era el que nos hacía de camello. que no fuma. Mi mujer tiene amigos que no lo Si eres aficionado a las drogas y quieres estar bien provisto tienes que estar cerca de los jóve- hacen y cuando salimos con ellos, lo que intento nes” (consumidor de 54 años). hacer lo menos posible, me escapo a fumar un porro y llega un punto en el que estoy todo relaja- Ocurre a veces que los jóvenes que se han do, mientras los otros dan botes como locos” iniciado encuentran en otros adultos cerca- (consumidor de 35 años).

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 247 La relación de convivencia y exclusión sea considerado una cuestión no demasiado entre consumidores y no consumidores es transgresora y pueda ser vivido o interpreta- un hecho; en la vida cotidiana se combinan do como una especie de continuidad de todo las dos situaciones: al tiempo que se convive, un proceso de reivindicación de las libertades hay momentos en los que los consumidores del individuo iniciado unas décadas atrás. se excluyen, “se escapan” y forman un grupo Para muchos padres resulta sin embargo cho- aparte. cante que este proceso de conquista de liber- Una constante entre los jóvenes es la edu- tades individuales y colectivas haya podido cación liberal que han recibido, ya sea por los llevar a un sector de jóvenes a consumir dro- padres o por el contexto. Algunos jóvenes gas como parte de las actividades cotidianas. consumidores de cannabis definen así la rela- “Yo supe que existía el cannabis desde que ción con su madre y con su padre: nací, mi madre fuma. Lo que pasa es que fuma uno cada mil años y siempre de una manera muy [Refiriéndose a la madre] “Yo creo que me dio una educación que te cagas, lo que pasa es que discreta, en casa, vamos que yo sabía que existía, ella no se da cuenta de lo bien que lo ha hecho. pero a mi madre no le gusta que fume. En ese Ella me ha dado libertad de salir... y en cuanto a sentido tiene una visión un poco hipócrita. Ella a pensar, sobre todo en cuanto a pensar; me ha lo mejor cree que no me entero cuando va a pillar dicho toda la vida que tengo que tener mi propia costo a mis amigos y luego a mí no me deja filosofía, pero ahora que la tengo no le gusta fumar. En ese sentido mi madre es muy hipocriti- nada” (consumidora de 17 años) lla” (consumidora de 17 años). [En relación a los padres] “En mi vida siempre “Conseguir hachís es super fácil. A mí me lle- he tomado yo las decisiones, mis padres consi- varon un día y .... yo sabía que mi madre tenía un deraban que era yo quien debía hacerlo... ni carácter abierto, había visto en mi casa, en comi- siquiera me bautizaron para que yo eligiera mi das familiares, unas piedrecitas marrones y propia religión. Así que lo de no estudiar fue por- comentarios como: “Mira que piedrecita me han que yo quise, claro que mi padre me presionó regalado”. Yo no sabía qué era, pero veía que se para no abandonara mis estudios. Yo he sido su reían mucho y pensaba: “Joder, ¿por qué no lo frustración...” (consumidor de 21años) paso tan bien como los demás?”. Así que yo ya sabía que mi madre lo toleraba” (consumidor de “Mi madre me advierte, me dice que vaya con 21 años). cuidado y que controle, y de vez en cuando me pregunta si fumo mucho. Ella tiene tres herma- La procedencia social de los jóvenes fuma- nos que fuman... y amigos... y ha visto que no les dores de cannabis es muy diversa; sin embar- pasa nada. Ellos nos respetan y confían en nos- go, un número muy elevado de ellos son de otros” (consumidora de 22 años) clase media y media-alta. Según el último La transmisión de criterios, de valores y de informe del PNSD, entre las personas admiti- pautas de conducta a los jóvenes ha de das a tratamiento por consumo de cannabis ponerse en relación con los cambios más glo- en 1998 en España, 2.879 en total, el 30,2% bales que están aconteciendo en nuestra tienen estudios de BUP y superiores, y el sociedad. Los jóvenes son herederos de los 40,6% están trabajando, se hallan insertados valores e ideales de los adultos y, al mismo en el mundo laboral (PNSD 2000). Esos datos tiempo, transformadores de éstos. Ello signi- confirman una vez más que el fumar porros fica que son herederos activos, no pasivos. implica también a jóvenes bien integrados, o Se apropian de lo que consideran valioso, por lo menos dotados de capital social para pero lo adaptan y lo utilizan en función de su poder elegir; incluso podríamos decir que realidad y de su experiencia de la realidad. muchos fumadores son de “buena familia”. Las ideas liberales que los adultos han crea- Yo creo que fuman todos, lo que pasa es que, do como mecanismo de cambio social en la entre los adultos, cuanto más alto es el estatus época de la transición, y que ya forman parte más tratan de esconderlo. Tengo un amigo que de los valores dominantes, hacen posible- vende y sus clientes son de mucho dinero. En el mente que el hecho de consumir cannabis mundo del arte, del cine, el periodismo, todos

248 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis fuman. Yo creo que hay más hachís entre la gente vidas, lo que les permite hacer un uso contro- de izquierdas, pero eso ya ha trascendido, ahora lado y sibarita de él. Y eso es lo que más se fuman todos. El clásico pijo sevillano medio facha acerca a ese uso inteligente que proponen también fuma (consumidor de 30 años). los defensores del cannabis, consistente en Y, por supuesto, también se fuma porros fumar en ciertas ocasiones, en ciertos en grupos marginales, de clase baja, e inclu- momentos del día o circunstancias, algo so entre colectivos radicales o profesionales semejante al ritual de beber un buen vino o que por ideología podrían estar en contra. De de disfrutar de un programa de televisión. Sin eso se queja un miembro de una asociación: embargo, no es ése el uso que hacen del cannabis la mayoría de los jóvenes, sino otro “Los skins, por ejemplo, también fuman mucho más compulsivo. Entre los jóvenes porros como nosotros y se drogan, también la policía y los médicos, de hecho el consumo está hay un hambre voraz de símbolos, de encon- normalizado” (miembro de una asociación) trar significados a la realidad, de abrirse a nuevas experiencias, de comunicación... y no Esa normalización es un logro de los más hay duda de que el porro -al igual que otras jóvenes. Para los adultos el fumar porros era drogas- se está convirtiendo en un instru- y es una cosa de una cierta ‘elite’ o de mento eficaz como amuleto y/o fetiche momentos muy especiales. Para algunos el mediador en la satisfacción de esas necesi- fumar es cosa de una minoría de iniciados, dades. para otros es parte de momentos especiales compartidos con amigos como para reforzar un guiño de complicidad o rememorar los Motivos de los adolescentes para el consu- momentos jóvenes. Sin embargo, el colectivo mo. de adultos que se apropió del cannabis de los La edad de inicio en el consumo de canna- legionarios en los años 70 no ha llegado a bis está descendiendo. En la última Encuesta normalizar el consumo, eso está siendo obra Escolar de 1998 se sitúa en los 14,8 años de los jóvenes actuales. Para ellos el porro es (PNSD 2000). A esa edad, el grupo de ami- una sustancia cotidiana, visible y próxima. gos cobra una importancia vital y es en su No es nada fácil hacer de padre o madre de núcleo donde suele iniciarse el consumo. Los los adolescentes actuales en lo que se refiere espacios de ocio son importantes, pero es al consumo de drogas propias de esta edad. sorprendente ver hasta qué punto los centros El papel de los adultos, y en especial de los educativos, donde los jóvenes pasan la padres, a estas edades ha cedido mucho mayor parte de su tiempo, resultan lugares peso a la socialización a través de los pares.15 privilegiados para tener una primera experien- En este sentido, la actitud ambigua, positiva o cia con las drogas: negativa de algunos padres y madres ante el “A los dieciséis años me cambiaron de colegio porro, aunque influyente, puede ser neutrali- y allí hice nuevos amigos que ya fumaban. Empe- zada por otras influencias, la del grupo de cé COU y lo que hacíamos era sentarnos por ahí pares, la de otros adultos cercanos, la de los y hacer unos porros... a esa edad buscábamos medios de comunicación, etc... algo diferente, hablábamos del día a día, de músi- ca, de lo que nos gustaba, a uno le encantaba el El conflicto entre generaciones es sustan- surf y hablábamos horas y horas de surf; también cial en el debate del cannabis y su análisis no planeábamos las cosas que nos gustaría hacer... va a quedar saturado en este artículo, pero sí siempre planeábamos cosas, que si una salida, es importante subrayar en qué consiste su una excursión, un sitio donde ir de marcha, etc... importancia: para la mayoría de los adultos, el Entre todos juntábamos algo de dinero e íbamos cannabis es una sustancia controlable en sus a buscar costo. De todas formas yo nunca he ido

15 Hay un buen análisis de cómo ha ido cambiando la socialización de las nuevas generaciones en el estudio Jóvenes Españoles 99, realizado por Juan González-Anleo (1999: 144-151).

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 249 a comprar, siempre lo han hecho los amigos, yo una cierta especialización. Hay uno que se encar- ponía el dinero y otro se encargaba de comprar” ga de conseguir, otro que lo paga, pero no tiene (consumidora de 21 años) siempre que ser el mismo. Surge el derecho de “Tenía un compañero de clase que ya estaba que el que lo compra no paga su parte, es decir metido en ese rollo de fumar porros pero no que entre los amigos se roban. Es una cosa muy sabía liarlos, entonces yo me hice el guay y le sutil que no puede reducirse a un modelo. Hay dije: yo controlo que te cagas, yo fumo desde gente a quien le encanta que le invites, que les hace mogollón. La verdad es que nunca había compren y les den” (consumidor de 60 años). fumado antes, pero me dio el material y me hice un porro...,claro que no el mejor que me he Esas diferentes posiciones tienen que ver hecho en mi vida, porque no tenía práctica, pero con el papel social que cada uno acepta jugar. me salió bastante bien para ser la primera vez. Allí Entre los jóvenes varones puede significar nos lo fumamos, en el instituto a las diez y media una forma de demostrar su valor, pero tam- de la mañana, y cogimos un pedo que no sabía ni bién es una forma de ahorrar en la compra. dónde estaba. Tuve una bajada de tensión radical, Las relaciones de solidaridad no están nada me quedé agilipollao, me reía de todo, no recuer- claras en ese trámite, en ninguna de las dos do muy bien la sensación” (consumidor de 21 posiciones, ni en el que compra y cobra más años). a sus amigos de lo que ha pagado, ni en los “... yo tenía 13 años y me preguntó [una amiga] que consumen aceptando que sean otros los si lo había probado, ella tenía 17 o 18 años, éra- mos tres y me gustó la sensación. Yo tenía prejui- que corran el riesgo de ir a buscar la mercan- cios en cuanto a las drogas, creía que te aliena- cía. ban, pero ahora estoy totalmente en contra de Las mujeres no se sienten motivadas por eso, ahora sé que sigues siendo tú mismo, lo que el acto de comprar la sustancia, y por norma pasa es que son partes de ti que no conocías. general suelen encargárselo a un amigo o (...)Después de la primera vez no volví a fumar buscar un mecanismo más seguro de aprovi- hasta al cabo de un mes. Las tres primeras veces siempre te invitan. Luego se lo dije a un amigo, le sionarse. Quizá ésa sea la explicación de que pedí que me pillara un talego porque me iba de más del 90% de las sanciones administrati- excursión con los de mi clase. Les inicié a todos, vas y de las detenciones se realicen a varo- y no por ello me sentí mal, ni corrupta, ni nada, nes. La relación de las mujeres con el porro me sentí muy bien.” (consumidora de 16 años). está menos vinculada a la demostración Para el varón, empezar a fumar porros es pública de habilidades y valentía, lo que les muchas veces una cuestión de orgullo y de permite expresar sus temores y adoptar con- virilidad, muy parecido a lo que pueda signifi- ductas protectoras. Ello también explica el car iniciarse en las relaciones sexuales. No se diferente significado que se otorga al porro. puede decir a un colega que aún se es vir- Las mujeres enfatizan más la sociabilidad y la gen. Su hombría pasa por demostrar conoci- búsqueda de sensaciones, el porro les refuer- miento y dominio de la situación. Para las za y potencia esas habilidades. En los varo- mujeres, por el contrario, se trata más de una nes, el porro más que un potenciador es un cuestión experimental, más vinculada al com- generador, les abre la puerta de la sociabili- pañerismo: hay una transmisión de conoci- dad y las sensaciones, habilidades que, sin mientos y de afecto que se consolida a través un estímulo, muchos mantienen reprimidas. del porro. Hay una cultura del porro que defi- Los varones amplían el espacio en que fuman ne posiciones en el grupo y, dentro de ella, el al conjunto de situaciones en las que necesi- conseguir el hachís tiene un significado espe- tan ser sociables y receptivos, las mujeres cial. Uno de los consumidores ya experimen- seleccionan más esos momentos. Los varo- tado lo describe de forma muy gráfica: nes, más que las mujeres, necesitan exhibir “Algunos de los consumidores nunca han que son fumadores como una demostración dado el paso transgresor de ir a buscar la droga. de valentía. Algunos ejemplos pueden verse Ocurre que en los grupos o en las parejas hay en los siguientes testimonios, donde se pre-

250 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis sentan las razones y las circunstancias en las mos a continuación, tienen poco que ver con que apetece fumarse un porro: la línea argumental oficial del movimiento “El hachís es una droga que se adapta a todas pro-cannabis. las situaciones de la vida, aunque normalmente empiezas en los bares. Después te preguntas qué puede pasar si te lo fumas sola, y me di cuenta que fumar en el balcón de mi casa oyendo 5. EL DISCURSO LEGITIMADOR Y SUS música era muy gratificante ... pero en general CONTRADICCIONES sólo fumo cuando salgo en plan tranquilo. Si salgo a bailar no, porque no aguanto. Es muy inte- lectual lo de los petas, te apetece conversar, reír- La defensa del cannabis se sustenta en un te, hablar de algo transcendental” (consumidora entramado de argumentos que tienen como de 16 años) función principal presentar los beneficios “Cuando tenía tiempo libre y no tenía nada sociales de esta sustancia y las incoherencias que hacer era cuando fumaba, de hecho, para mí del sistema que la mantiene prohibida. La fumar porros ha estado siempre vinculado al ocio elaboración de un discurso legitimador ha y al tiempo libre. No se me ocurriría nunca fumar- me un porro por la mañana antes de ir a trabajar, acompañado también la inserción social de pero sí un sábado que no tengo nada que hacer. las llamadas ‘nuevas drogas’ o ‘drogas de Yo ahora fumo a diario, pero cuando estoy con diseño’ como el éxtasis (Kokoreff y Mignon amigos. Suelo fumar entre dos y seis al día com- 1994, Calafat 1998). Los argumentos que se partidos con otra gente, los fines de semana es elaboran son una construcción cultural basa- cuando más fumo. A veces estoy relajada y sola, da, en principio, en algunas de las cualidades, y me apetece fumarme un porro... entonces me lo hago, pero con medio que fume ya tengo bas- científicas o no, con que se etiquetan las sus- tante. Para mí fumar porros tiene que ver con tancias. Estas estrategias que legitiman el relajarse, estar a gusto”. (consumidora de 21 consumo se nos presentan como símbolos años) que dan identidad a las sustancias, en este “Para mí el mejor momento para fumar un caso al cannabis, identidad que se transfiere porro es cuando me apetece. A mí me sienta a sus consumidores en el acto mismo del muy bien después de comer, en vez de hacer un consumo y de su defensa. Pero también cigarro, hacer un porro. También me gusta para esos argumentos tienen suma importancia irme de marcha, cuando no tengo ninguna obliga- ción, ni he de estar presentable, ni quedar bien en el plano de lo social, pues hacen referen- con nadie... entonces es cuando me gusta. Tam- cia a dogmas y a valores actuales que nues- bién me encanta fumarme un porro para tocar la tra sociedad defiende y sin los cuales ese guitarra, no ponerme ciego sino con un toque, si discurso legitimador de las drogas no sería me paso, como cualquier exceso, es malo, y si no funcional, y exigiría la construcción de otro me paso disfruto más. Con un porro me suelto muy diferente. más, normalmente soy bastante parado, más bien tímido y con un porro me vuelvo más atrevi- El análisis que viene a continuación se ha do y estoy más sensible. (consumidor, 21 años) efectuado a partir de diversas fuentes: de la información escrita que aparece en revistas, En esos comentarios están casi todas las folletos, postales e Internet, y de las entrevis- razones que alegan los consumidores para fumar porros: se fuma para ser más sensible tas realizadas a diferentes miembros de las a la música, para estar en ‘plan tranquilo’, en asociaciones españolas en defensa del can- los momentos de ocio, con los amigos, para nabis, y a otros consumidores. Es un análisis relajarse, o simplemente porque apetece. de discursos en el que se han tratado de cap- Hay otras razones que se irán viendo en los tar los criterios que definen el consumo de testimonios de los consumidores, pero éstas cannabis y la sustancia misma, con la inten- son, por decirlo de alguna forma, las más típi- ción de analizar la construcción de todo el cas y las más tópicas, aunque, como vere- entramado y sus contradicciones.

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 251 Cáñamo y cannabis como experiencia eco- es la que tiene intereses industriales. En este lógica. sentido, el cáñamo que se cultiva en Europa Esta estrategia contiene diversos argu- para fines industriales tiene mucha fibra y mentos. Uno de ellos es buscar la asociación carece prácticamente de efectos psicoacti- entre el cannabis y la planta cáñamo, que ha vos. Por ese motivo, aunque hablamos gené- sido, al parecer, injustamente perseguida por ricamente de la misma planta, tanto al referir- intereses comerciales; otro, reivindicar el nos a la que se utiliza con fines industriales cannabis por ser un producto natural, un como a la que se utiliza para obtener mari- regalo de la naturaleza a los seres humanos. huana o hachís, en la práctica no tienen nada Una línea estratégica es la promoción del que ver, puesto que o sirve para la industria autocultivo, una forma de tener un producto en cuyo caso no tiene efectos psicotropos o controlado y de luchar contra el narcotráfico y viceversa. Así, pues, ¿por qué meterlo todo la adulteración. en el mismo saco? ¿De dónde surge ese interés repentino de algunos consumidores El cáñamo (Cannabis sativa) es el nombre de marihuana por defender una planta utiliza- que recibe una planta muy utilizada desde la da en la industria? antigüedad. Sus granos tienen propiedades alimenticias y sirve de materia prima en la Podría pensarse que defendiendo los fabricación de productos muy variados: papel, aspectos ecológicos del cáñamo, una planta materia textil, objetos diversos... Últimamen- tan injustamente perseguida -aunque no en te se utiliza para producir isocáñamo, un Europa- como el cannabis, del que se obtiene material para la construcción 16. Las numero- la marihuana y el hachís, se lograría que este sas posibilidades que ofrece el cáñamo lo último fuera visto con los mismos ojos. Esa han convertido en una sustancia muy defen- defensa del cannabis a través de la defensa dible desde criterios ecológicos, por la facili- del cáñamo da a la reivindicación un tono dad de su cultivo en diversos tipos de paisa- más genérico y amplio, lo que permite situar jes, por ser un cultivo no contaminante que la problemática a un nivel de intereses eco- no requiere insecticidas y crece con facilidad nómicos internacionales y monopolísticos. -lo que permite la biodiversidad- y por ser una Uno de los argumentos es que los intereses materia prima que ha ido perdiendo espacio a creados en la producción de fibras sintéticas favor de otras como los tejidos sintéticos o la y de algodón (producto cultivado mediante un madera. El cultivo del cáñamo se mantiene sistema muy poco ecológico) impiden que se en casi toda Europa, siendo Francia y España produzca cáñamo porque éste resultaría los principales productores 17. La Unión Euro- competitivo en el mercado (Herer 1998). De pea promociona actualmente su cultivo otor- esa manera, los productos de cáñamo simbo- gando subvenciones, lo que viene a demos- lizados por la hoja de marihuana se reprodu- trar que el argumento de sustancia cen como símbolos de grupos alternativos, perseguida no funciona, al menos en Europa, de personas críticas al sistema, de grupos de donde su cultivo está en fase de expansión. “izquierda”, ecológicos, etc... El mensaje que Dependiendo de la variedad de cáñamo o, se acaba creando es que defender el cáña- fundamentalmente, del clima en el que se mo, un producto ecológico injustamente per- cultiva se obtienen plantas con mayor (del 2 seguido, y fumarse un porro y luchar por su al 6%) o menor (< de 0,25%) contenido de legalización son distintas vertientes de una tetrahidrocannabinol (THC), que es el compo- misma contienda. nente con efectos psicoactivos, que además “El cannabis es una forma de vida. Cada vez se produce en relación inversa a la fibra que es más una forma de vida, hay ropa de cáñamo,

16 La obra de Jack Herer recientemente traducida al español El cáñamo y la conspiración de la marihuana. El emperador está desnudo es un buen compendio de los diferentes usos que se han hecho del cáñamo a lo largo de la historia. 17 Cáñamo, enero del 2000: 70-72

252 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis comidas de cáñamo, papel de cáñamo y hasta la El simbolismo de la ‘naturaleza’ siempre ha propia Adidas tiene unas playeras de cáñamo que tenido una gran fuerza. En un pasaje de la te cuestan doce mil pelas y son preciosas. Hay declaración de principios de la revista Cáña- una cultura total. En la asociación hay gente que mo se afirma: vive para el hachís, venden su ropa, son especia- listas en el tema hidropónico, cosas del cultivo de “Hay cosas que cabe recordar y aclarar de interior y exterior, y eso es una forma de vida. Si buen principio aunque parezcan obvias. Por lo el cannabis se legalizara, a mí me encantaría tanto, aclaremos: las leyes son pasajeras, pero el montar un coffe-shop con zumos maravillosos y cannabis sativa es, ha sido y será. La marihuana marihuana” (consumidor de 30 años). ha sobrevivido la represión arbitraria de las cultu- ras humanas durante milenios, como sobrevivirá Una vez conseguida esta etiqueta ecológi- a la ‘guerra contra las drogas’” 18 ca resulta fácil para la marihuana encontrarle alianzas, que funcionan mejor cuando hay el significado que se otorga a la planta, además intereses comerciales. En una mani- como parte de la naturaleza, es el de un festación organizada en Londres en 1998 por poder existencial mayor que las normas crea- el periódico The Independent on Sunday das por los seres humanos, que no dejan de pudieron verse las alianzas entre el ecologis- ser transitorias. No es una idea original: está mo y las multinacionales, haciendo propio el impresa en las raíces de nuestro sistema cul- interés antiprohibicionista y aliándose con los tural desde hace siglos. Ya el dogma central defensores de la marihuana. Al hablar de la de la Iglesia Cristiana se basó en el poder noticia, el periodista afirmaba: omnipotente de Dios, expresado en las leyes inmutables de la naturaleza. Según la Iglesia, “Este mismo diario organizó el pasado 28 de la naturaleza es inmutable, y sólo Dios puede marzo una gran manifestación antiprohibicionista alterar sus condiciones mediante los mila- en Londres, a la que asistieron el grupo Virgin, cuyo presidente, Richard Branson, declaró hace gros. Siguiendo esta premisa, la Iglesia ha tiempo que comercializaría porros si fueran lega- puesto barreras al desarrollo de la ciencia en les, así como The Body Shop, que se dio a cono- distintos ámbitos, pues ello supondría trans- cer por sus cosméticos no testados sobre anima- gredir la Ley divina. Vemos así como el ecolo- les, y que ha lanzado una línea de productos de gismo se convierte en un nuevo aliado del cáñamo” (Cáñamo 7: 18) paradigma católico más tradicional. Asimismo, los que trabajan con el cáñamo Asimismo, la defensa del cannabis como se benefician de todo este movimiento pro- producto de la naturaleza, y por tanto legiti- cannabis y sus productos llevan como distin- mado, se ampara en esa creencia, en la tivo las hojas de marihuana que simbolizan la supremacía de lo natural y en lo nefasto de cultura del cannabis. Lo simbólico cobra una cualquier intervención humana. Como ha importancia enorme en todo ese marketing demostrado Bruno Latour el recurrir a la natu- que adorna los productos de cáñamo. Así, raleza como argumentación última invalida el resulta sumamente atractivo el ideal de sus- argumento desde premisas científicas tancia “natural”, sinónimo de una sustancia (Latour 1992). Mas esa visión interesada de buena y positiva que nos regala la madre la naturaleza niega una de las aportaciones naturaleza. La etiqueta de ecológico vende y más audaces y críticas que han impregnado es una seña de distinción para un grupo el mundo científico en el siglo XX: la mirada social de importante capacidad adquisitiva. humana de la naturaleza siempre es subjeti- Pero ese ecologismo mercantilizado no está va, lo material existe interpretado desde exento de contradicciones, pues, a pesar de nuestro bagaje cultural (woolgar). No existe la su etiqueta, no es ajeno al principal problema naturaleza fuera de la cultura que la define, o ecológico del planeta: el exceso de consumo. en palabra de Hawkins, un físico reconocido,

18 Recogido por internet en la página de cáñamo: www.canamo.net

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 253 el principio antrópico afirma que “vemos el dades ecológicas puede empezar por esa rela- universo en la forma que es porque nosotros ción con la plantita” (miembro de una asociación). existimos”. Por tanto, el hachís, la marihuana La marihuana se convierte, así, en un for- o los porros son elementos definidos desde mato más defendible que el hachís; su cultivo la subjetividad que por supuesto es cultural, es una alternativa a participar en el narcotráfi- tienen un uso social y son artefactos a los co y permite crear nuevos criterios positivos que se da una finalidad determinada por el en su defensa. Además, con la marihuana se contexto. puede controlar lo que se toma, lo cual nos lleva a una crítica del hachís como producto El cultivo en casa. susceptible de adulteración. La promoción El cultivo casero del cannabis es una de las del cultivo casero está empezando, la mari- estrategias más importantes en esta alianza huana continúa siendo un bien escaso y se con el ecologismo. La planta es símbolo y considera un privilegio poderla consumir. metáfora de la naturaleza. ¿A quién se le ocu- Como alternativa tenemos el hachís, que pro- rriría pensar que algo que crece en una mace- cede básicamente de Marruecos. Todo lleva a ta del balcón de casa o del jardín puede ser crear una cierta mística alrededor de la mari- una droga? Es mucho más fácil establecer huana. Así describen los consumidores las una conexión con el cultivo de tomates u hor- diferencias entre marihuana y hachís: talizas para el autoconsumo. Además, de esa “El hachís es más accesible y lo fumas con forma también se consigue aumentar el com- más regularidad, tiene otro tipo de sabor, produce promiso del individuo con la causa (Ingold y una sensación totalmente diferente. El hachís es Toussirt 1998). más tranquilo y menos creativo, también te abre un poco la mente y da mucha hambre. La mari- En el entramado ecológico, la promoción huana lo que tiene mejor es que es más creativa. del cultivo casero de la marihuana se ha con- A mí me gusta mucho actuar y con la marihuana vertido en una nueva moda que está creando se me ocurren muchísimas más cosas. Si ahora un espacio muy dinámico dedicado al apren- hubiera fumado marihuana estaría dando saltos, dizaje del cultivo y la botánica dentro de las pegando gritos, haciendo alguna representa- asociaciones: ción... con el hachís te lo tomas de otra manera. Con la marihuana te sientes obligado a sacar todo “Los jóvenes vienen porque se aficionan a cul- lo que llevas dentro” (consumidora de 17 años) tivar la planta, eso les llena, crean una relación con la planta del día a día, que si regar, podar, Algunas asociaciones tienen un espacio de espulgar... y vienen aquí a ver al biólogo, para que venta de productos y libros relacionados con les explique qué deben hacer para matar algún esa afición botánica. A través de Internet es insecto o plaga, cómo sacar los machos, y en ese posible comprar todo lo necesario para reali- proceso sí que van viniendo y se implican con zar un cultivo casero eficaz y científicamente nosotros. Cada vez hay más jóvenes aficionados porque cuando prueban la marihuana se dan controlado, e incluso lograr semillas manipu- cuenta de que no tiene nada que ver con el ladas genéticamente que garantizan una hachís que venden en la calle. Además es gratis cosecha “de calidad”. La revista Cáñamo dedi- porque ellos la han creado. El Mendiluce dice que ca en cada uno de sus números un espacio puede utilizarse como tratamiento de desintoxi- importante al cultivo. La idea que trasmite es cación, como terapia ocupacional, por lo de cuidar que conseguir así “buena” marihuana es una tus plantas, porque es muy compensatorio, son tarea muy compleja, difícil y propia de exper- seis meses de ocupación y al final llega la cose- tos. cha. Hay un americano que dice que la marihuana no crea adicción, lo que sí crea adicción es su cul- “La genética de la semilla es el principal factor tivo. Eso lleva a una relación con la planta que se que influye en la potencia de la marihuana. Si la amplía a otras plantas, al mundo vegetal, a la eco- genética no es buena, la maría no será potente logía, a la naturaleza, a la vida... El paso de llegar a (...) ¿Qué tienen las semillas de los bancos holan- una visión del mundo más acorde con las necesi- deses? -se preguntan muchos cultivadores. Prin-

254 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis cipalmente, estabilidad y potencia. Los bancos de cursos en la época de la cosecha. El más semillas llevan a cabo una labor de selección de famoso es el “Cannabis cup”, organizado por las mejores plantas. Estabilizan las variedades y la revista estadounidense High Times. En las hibridan. Las semillas de variedades holande- España, los concursos tienen un carácter sas suelen dar lugar a plantas semejantes entre más simbólico y se hacen con cautela para sí. Maduran más o menos a la vez y prácticamen- guardar las formas legales. Ello no impide te todas las semillas dan lugar a buenas plantas” (Cáñamo 20: 56) que se anuncien de forma pública y que cau- sen una cierta expectación entre los jóvenes, El cultivo casero de marihuana, según aunque en general no exista un gran rechazo advierten los conocedores del tema, no es institucional. tarea fácil ni puede hacerse de manera autó- noma sin el consejo de algún experto, y sin “Este año [1999] hemos organizado un con- curso en el que sólo podían participar socios. Se tener materiales básicos o acceso a semillas han presentado treinta y seis cultivadores. En de calidad. Es difícil no ver en ello un nuevo Madrid llevan tres ediciones y en Andalucía, dos. tipo de mercado, tanto de profesionales Este año hemos empezado aquí (País Vasco) y en como de productos, que ya está abierto en Valencia. Para ser la primera experiencia fue muy Holanda y que se encuentra en vías de bien, hubo normalidad absoluta. Lo hicimos públi- expansión.19 En ese discurso de selección de co, sacamos carteles con el titular: “Primer con- las semillas puede observarse otra de las curso de marihuana de Euskalerria”, donde expli- contradicciones. Cultivar marihuana se con- cábamos el programa en el que el concurso era vierte en un acto natural que, además, conec- una parte de los actos. El premio fue una chapela ta con la tradición idealizada del mundo rural. con una hoja de maría bordada” (Miembro de una asociación) Sin embargo, para obtener marihuana de cali- dad hay que recurrir a complejos mecanis- mos de selección genética (o bien simplificar La salud, la adicción y el uso médico. la operación comprándola por internet a los En los últimos años, se ha hecho pública la holandeses, quienes se han encargado de existencia de serios debates científicos sobre conseguir semillas de todo el mundo, selec- las cualidades del cannabis. La polémica se cionarlas y hacer un bonito catálogo). Por ha centrado en dos aspectos: tanto, cultivar marihuana no significa sólo “poner una planta en tu vida”, sino también 1. Si el cannabis puede ser considerado un entrar en un complejo sistema especializado medicamento. en lograr plantas de calidad. La manipulación 2. Si el consumo de cannabis es perjudicial de las semillas tiene como finalidad lograr para la salud y crea adicción. que éstas produzcan más THC, con el fin de El debate acerca del cannabis como medi- obtener mayor efecto psicotrópico. Todo ese camento salió a la luz cuando en 1995 la montaje queda lejos del ideal de dejar hacer a publicación científica The Lancet resaltó los la “madre naturaleza” y parece más bien apli- posibles usos terapéuticos del THC, abriendo car la tecnociencia más actual. La dialéctica nuevas vías de investigación sobre esta entre tradición y modernidad entra en el dis- droga. Desde entonces, unos estudios han curso en defensa de la marihuana y es muy mantenido la línea terapéutica (Meana y Pan- efectiva en el marketing de promoción de las toja 1998, Grinspoon 1998), mientras otros se semillas holandesas. han posicionado claramente en contra (Farrell El cultivo casero de marihuana requiere 1999, Pertwee 1999). El debate se mantiene dedicación y estímulos. Por ese motivo, las abierto; entretanto, la afirmación de que el asociaciones han empezado a organizar con- cannabis puede ser un medicamento resulta

19 La revista Cáñamo hace publicidad de toda una gran gama de productos elaborados con cáñamo, así como de las direcciones donde pueden conseguirse. La mayoría son empresas holandesas, aunque también hay algunas españolas.

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 255 una línea argumental muy poderosa. La salud Estrategias similares en las que se busca es una de las mejores etiquetas legitimado- legitimar una droga a partir de sus posibilida- ras; por esa razón, es la más utilizada por la des terapéuticas las siguen los grupos de propia medicina cuando se abren nuevos interés económico que hay detrás del alcohol campos que crean algún tipo de controversia y del tabaco. Con esta última sustancia se ha social. La salud está de moda y resulta un querido demostrar que prevenía la demencia argumento infalible para legitimar nuevas for- senil -cuestión que últimamente se ha des- mas de intervención médica. Si se logra rea- echado con un amplio estudio con médicos firmar la marihuana como una sustancia que varones - y la enfermedad de Parkinson, pero tiene una función curativa y que contribuye a se ha demostrado que los posibles benefi- la mejora de la calidad de vida, su legitima- cios en este caso vendrían anulados porque ción está asegurada. Por ello, los defensores la gente se moriría antes de cáncer de pul- del cannabis se acogen con fuerza a esa món (Fagerström, 1994). posibilidad, potenciando todas las publicacio- nes orientadas a presentar el cannabis como medicamento. El cannabis no perjudica ni crea adicción. Nuevamente la estrategia de la cultura pro- La otra batalla a favor del cannabis está en cannabis es considerar que las posibilidades convencer que el consumo de cannabis es terapéuticas del cannabis son postergadas inocuo para la salud. Escohotado dedica unas debido a la combinación de los intereses polí- páginas en su último libro a explicar los bene- ticos y económicos de la industria farmacéu- ficios de consumir marihuana si se hace tica, para los cuales el cannabis aparece correctamente, e incluso argumenta que si como un competidor. La industria farmacéuti- no se hace correctamente no tiene ningún ca es considerada como uno de los grandes riesgo, ni crea adicción ni toxicidad (1997: 50- opositores a la legalidad de la marihuana. La 67). De hecho, Escohotado propone un con- denuncia se orienta a que soborna indirecta- sumo inteligente e idílico que no tiene en mente a médicos e instituciones. Ello puede cuenta las condiciones reales de consumo de ser o no cierto, pero se ampara en el hecho la mayoría de los consumidores de cannabis real de que la industria farmacéutica es pode- actuales, especialmente los jóvenes. Existe rosa y tiene verdadera capacidad de influen- bastante literatura, por el contrario, que apor- cia política (Navarro 1978). Sin embargo, tam- ta datos que nos alejan de esa visión tan idíli- bién es cierto que el recurso del consumo de ca (Quiroga, 2000), al igual que ocurre si marihuana como medicamento es un subter- escuchamos a los propios consumidores, fugio para lograr el consumo legal de esta cuya forma de uso nos recuerda en ocasio- sustancia por la puerta de atrás. El concepto nes a la automedicación de las amas de casa de salud es tan amplio y flexible que una vez y de los ejecutivos. que la marihuana esté legitimada como medi- camento, lo estará para cualquier otro fin que “Como otra persona se puede tomar un café o una valeriana yo me fumo un porrito. Es un poqui- se desee. El punto débil de la argumentación tín para cortar un mal estado de ánimo o para un es que, nuevamente, hay una confusión inte- fin de semana comunicarte mejor. Si un día estoy resada entre marihuana o cannabis y uno de enloquecida o me sobrepasa un problema de tra- sus productos activos, el THC, y que dentro bajo me tomo uno, me calma y me ayuda mucho. de las posibilidades terapéuticas muchas Igual me lo tomo para cosas aburridas que me veces no es suficiente o necesario fumar fastidian mucho, para sobrellevarlos. Si, por ejem- marihuana para conseguir los efectos 20. plo, tengo que estar dos horas en el ordenador,

20 Como dice Manuel Guzmán del Departamento de Biología Molecular a raíz de sus investigaciones sobre el tratamiento del glioblstoma con THC: “Cuando la marihuana se fuma, el THC y otros 60 compuestos que hay en la planta tienen que llegar a la sangre, una parte muy peque- ña del THC llegaría al cerebro y dentro del tejido cerebral la proporción de cannabinoides que se insertaría en las células tumorales sería ínfi- ma” Revista Interviu nº 1.245, pág.40 (2.000)

256 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis me ayuda y tomo distancia” (consumidora de 52 “Yo he tardado en sacarme una carrera el años). doble de tiempo. Yo sabía que podía aprobar una “La única cosa que consumo regularmente es carrera y fumar al mismo tiempo, que era lo que marihuana. Con eso no me siento en peligro, es me gustaba. Si hubiera tenido que elegir entre la droga más tranquila del mundo. Como todas una cosa u otra, a los veinte años, igual me las drogas es corrosiva, el único peligro que veo hubiera quedado con los porros y hubiera dejado es la memoria, llevo un despiste encima que no los estudios. A esa edad te engaña cualquiera” me aclaro, se me olvida todo. Yo ya soy despista- (consumidor varón de 35 años). da de nacimiento pero con los porros se me Aunque en los mensajes difundidos desde acentúa más. Normalmente fumo poco porque la cultura pro-cannabis suele haber una ten- enseguida me afecta. Además soy una persona dencia a defender la inocuidad de esta sus- con ansiedad física, eso es porque soy muy ner- viosa. Los porros no es que me den ansiedad tancia, en cualquier contexto de discusión pero me la acentúan. Eso es lo único que les medianamente serio, existe un consenso a la encuentro de negativo.” (consumidora de 17 hora de reconocer algunos de los efectos años). negativos del cannabis: esa información puede encontrarse en los materiales de difu- Quizá el efecto más apremiante del canna- sión, en el material preventivo, o incluso en bis haya que verlo en el uso que hace de él la páginas web defensoras del cannabis 21. El población más joven, que se enfrenta a una consumo que hacen los jóvenes está muy serie de cambios en su proceso de creci- alejado del planteamiento idealista elaborado miento. La comodidad de colocarse con por las asociaciones pro-cannabis. El consu- porros, evadirse de sus ansiedades y creer mo inteligente y selecto es propio de élites y que el mundo les es adverso no es precisa- de individuos que tienen una buena capaci- mente la actitud más saludable para estimu- dad de gestión de sus riesgos. Pero eso no lar a los jóvenes a que potencien todas sus ocurre con la mayoría de la población, y capacidades, habilidades sociales y autono- menos aún con los jóvenes o los adolescen- mía personal. El comentario siguiente no es tes, que están en proceso de formación, aislado y se está haciendo muy común entre madurando como individuos y sujetos socia- los consumidores de cannabis: les. “Siento que el instituto no me aporta nada, me aburro, odio el latín. No tengo la sensación de La adicción. que me aporte nada. Aun la biología me mola algo, yo necesito que las asignaturas tengan sen- La adicción es otro efecto en discusión tido. Necesito aprender a estudiar. Si apruebo es ante el cannabis. Al no haber un cuadro de porque tengo suerte, porque yo no estudio. Los abstinencia como el producido por los opiáce- profesores no me gustan, aunque pueda intere- os, existe un amplio debate sobre el tema. sarme la asignatura, los profesores son unos En un estudio reciente (Calafat 2000), realiza- nazis y unos imbéciles, así que falto mucho a do entre 2.662 jóvenes europeos y 1.340 clase. Además cuando voy a clase me duermo, españoles entrevistados en sus zonas de siempre tengo sueño” (consumidor de 18 años). diversión durante el fin de semana, resultó Buena parte de los consumidores son ado- que un 13% admitían haber tenido problemas lescentes, están en plena formación acadé- con la marihuana y afirmaban que, a pesar de mica y social, y en ese proceso el consumo ello, la seguían utilizando. También se aporta- de cannabis les crea una relación negativa ban otros datos, que sin aclarar la naturaleza con el aprendizaje y les hace sentir apatía por de la dependencia, hacían pensar que el con- el mundo externo. sumo de cannabis era un hábito arraigado y

21 Existen varias direcciones web donde puede encontrarse información sobre el cannabis. En algunas de ellas se presentan sus efectos. En Herer (1998) viene un listado de las direcciones web. En la página www.erowid.org puede encontrarse amplia información sobre los efectos positivos y negativos del cannabis.

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 257 difícil de abandonar para muchos jóvenes. A un consumidor que conoce bien por expe- diferencia de otras sustancias, los síntomas riencia los efectos de la dependencia. por dejar de consumir cannabis pueden pro- “Llevo más de quince años haciendo consu- ducirse a más largo plazo y en un formato mo abusivo. El hachís engancha bastante, pero menos reconocible (Lundqvist 1998). El testi- es una droga que la puedes dejar. Hay épocas en monio de un consumidor lo explica: las que sólo fumo chocolate, sin tabaco; si algún “Te explico como funciona el mono de hachís: día no fumo ya lo creo que se nota, doy vueltas Para mí el segundo día de dejar de fumar te sien- en la cama, sudo como un cosaco, me entra una tes más aliviado de cabeza, los otros tres o cuatro ansiedad que te cagas, pero es llevadera. Eres días restantes también. Por la noche cuesta un consciente de por qué pasa, te encuentras mal y poco dormir, pero bueno. Después de una sema- notas que te falta algo, pero sabes por qué es” na el cuerpo vuelve a pedir. Yo soy nervioso cuan- (consumidor de 30 años) do no fumo y pienso más, por eso el fumar me En definitiva, sí hay problemas ligados al sienta genial, me relaja. Cuando llevo una sema- consumo de cannabis. No es misión de este na sin fumar el cuerpo me lo pide, tengo la estudio debatir si los problemas producidos mente demasiado clara. La primera vez que dejé de fumar a pelo me fui al monte sin llevarme por el cannabis son menores que los del alco- nada, fueron cuarenta días y el último día tenía hol, o si justifican o no su prohibición. Pero sí una pelota de ansiedad y aun me dolía la cabeza. creemos importante destacar que la falta de Claro que fumaba unas cantidades...” (consumi- información veraz lleva a muchos adolescen- dor de 35 años) tes a no tener la menor percepción de riesgo La adicción causada por la marihuana respecto al consumo de cannabis; en un forma parte del debate científico, a pesar de estudio nuestro anteriormente mencionado, que hasta los propios consumidores la reco- el riesgo que percibían los jóvenes que salían nocen. En un interesante estudio realizado en de marcha en relación con el consumo habi- Francia con una muestra de 1.087 consumi- tual de cannabis era idéntico al del tabaco dores de cannabis (considerándose como (Calafat, 1999), lo cual los hace proclives al tales aquellos que hacían un consumo actual consumo, tal como está ocurriendo en nues- sin prejuzgar la frecuencia), reclutados por el tro país donde la edad de inicio es cada vez sistema de ‘bola de nieve’, se recoge la enor- más baja. me importancia de la dependencia dentro de ese colectivo. El 86% se ha considerado a sí Cannabis, la droga de la tolerancia y de la mismo dependiente del tabaco, el 26% al diversidad. cannabis, el 15% al alcohol y el 9% a la hero- En la construcción social de la cultura del ína. En lo que concierne a las dependencias cannabis se crea un cierto parentesco con el actuales, el 89% cita el tabaco, el 23% el LSD y el éxtasis. Todas ellas son sustancias cannabis y el 9% el alcohol, habiendo des- que forman parte de movimientos musicales aparecido la heroína. Como vemos, a excep- y culturales, que se hayan vinculadas a situa- ción del tabaco, ha existido una evolución ciones íntimas de experiencia grupal, de mínima en lo que se refiere a la dependencia transmisión de afecto, de búsqueda mística y del cannabis, que ha pasado de un 26% a un de acto creador (Kokoref y Mignon 1994). La 23% (Ingold y Toussirt, 1998). revista Cáñamo dedica un espacio importan- El problema, sobre todo para los más jóve- te a la música, en especial a aquellos grupos nes, está en que no es fácil reconocer la adic- o estilos que tienen cierta relación con el can- ción ni admitirla si no está descrita ni legiti- nabis. Ésta puede ser muy diversa: desde mada. Para algunos, confesar que tienen letras de canciones que defiendan abierta- problemas con el cannabis y buscar ayuda mente la causa de esta droga hasta posibles puede significar una traición a la causa, lo que afinidades entre el estilo musical y la cultura también puede dificultarles el tomar concien- del cannabis. El número 20 de la revista cia y actuar. El siguiente testimonio es el de Cáñamo habla de todos y cada uno de los

258 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis intérpretes y líderes del festival SONAR cele- formas flamencas y las sonoridades del rock” brado en Barcelona, así como de su apoyo a (Cáñamo 20: 46) la marihuana. En el festival se concentran los Según la interpretación que se hace de la líderes musicales más actuales, alternativos y historia, los gitanos aportaron su arte y los novedosos. La imagen que se transmite es la hippies, la marihuana y el rock. Esa conexión de un espacio en el que la diversidad cultural idealista, en la que la marihuana era el nexo y racial se fusionan con la ayuda de un catali- de unión intercultural, podría convertirse en zador que se llama cannabis, y que da lugar a un bonito cuento de hadas si no fuera porque la aparición de nuevos estilos musicales y su final resultó bastante menos idílico. En la valores. Es difícil no ver en ello una nueva actualidad, los jóvenes hippies de los años forma de apropiación folklórica, estética y cul- setenta forman parte de los grupos de poder: tural de grupos exóticos y del tercer mundo, son profesionales, políticos o ejecutivos que, siguiendo las mismas estrategias de siem- después de unos años de experimentación pre, separando los elementos culturales de la fuera de las normas dominantes en su grupo realidad de los pueblos donde se originan. social, lucharon por ocupar posiciones cómo- Esa apropiación que se repite una vez más en das tanto en la escala de poder como en la la historia adopta la máscara de la solidaridad económica. Por el contrario, los gitanos a través de la música. siguen, en su mayoría, formando parte de la En la construcción de la realidad se pueden escala social más baja, continúan viviendo en crear vínculos abstractos muy elaborados y condiciones paupérrimas, muchos de sus coherentes mientras no se decide contrastar- artistas han sido víctimas mortales de las los con la realidad. Un ejemplo de esas cons- drogas y sus valores ancestrales son aun trucciones es la pretendida asociación entre considerados verdaderos lastres que les el flamenco y la música árabe con el canna- impiden adaptarse a la modernidad. bis. Esa asociación es defendida por la revis- Al igual que ocurre con los gitanos en ta Cáñamo en un homenaje especial al fla- España, la apropiación por parte de los gru- menco, presentado como un estilo enraizado pos dominantes de elementos culturales pro- en el consumo de marihuana: pios de otros grupos menos poderosos es “aunque no son exactamente lo mismo, tanto una constante; mas ello no debe ser interpre- en el flamenco como en la música árabe parece tado como un intercambio cultural sino como que está claro que el kif ayuda a reencontrarse una apropiación (Bonfil Batalla 1987, Guzmán con uno mismo y exacerba aquella sensación que Bökler 1986). Las culturas africanas y ameri- Baudelaire definió como ‘spleen’, una jondura canas han sido fuente constante de inspira- nostálgica, una especie de melancolía placentera, unas ganas de no hacer nada, una pereza creati- ción en el arte y en la música europeos, pero va...” (Cáñamo 20:44) ello poco o nada ha beneficiado a sus pobla- ciones. Sólo en ocasiones, una élite local se La maniobra llega a su cenit cuando se des- ha visto beneficiada. Los músicos famosos cribe cómo en la decada de los setenta se dio de jazz entre la población negra norteameri- una simbiosis entre unos cuantos hippies y cana son un ejemplo, pero resulta evidente unos cuantos gitanos de Triana, hermanados que ello no ha repercutido en mejorar el esta- por su conexión con unos valores ancestrales, tus de la población negra en USA. Quizás por y que dio lugar a una eclosión artística: esa razón Louis Armstrong, “el rey de los De ese hermanamiento hippy-gitano, surgió fumetas”, necesitaba fumar, para poder tocar la introducción en ambientes jóvenes y no tan y olvidarse de quienes se aprovechaban de jóvenes de la marihuana y de sus allegados. su arte 22. Es una lectura de la realidad muy También surgió una música a caballo entre las distinta a la que hace el artículo de Cáñamo

22 Así lo define en la publicación Cáñamo, especial 2000: 52 al utilizarlo como ejemplo de persona sabía y artista fumador de porros.

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 259 que presenta a Armstrong como otro ejem- “Cuando estoy con mis amigos que sí fuman plo defensor de la causa. es perfecto. Hablamos de todo. Además es gente preparada, el uno tiene una librería, el otro es pro- fesor... Si tienes que elegir entre dos, eliges a los Potenciador de la solidaridad. que sí fuman. Los fumadores sí formamos un Otro mito, otra etiqueta, en la promoción grupo más compacto. En un grupo donde hay de todo, ves que los fumadores hablan menos y por del cannabis es el convertirlo en nexo entre eso mismo meten menos la pata, no dicen tantas culturas y potenciador de la solidaridad. tonterías. A los que no fuman y beben se les va la Como afirma un consumidor de 22 años, “lo lengua. Todo es más tranquilo entre gente fuma- mejor de fumar cannabis es compartir”; y da, por eso me gusta” (consumidor de 35 años). eso que sin duda es cierto para buena parte La relación de vínculo y exclusión son dos de los consumidores (aunque no para su tota- efectos entre los que sí comparten. En la lidad) trasciende en la defensa del cannabis jerga cotidiana el cannabis ha logrado reafir- como garantía de actitud solidaria a gran marse como una droga social que ayuda al escala. Quizás se debería ser más cauto y individuo a exteriorizar sensaciones amisto- responsable a la hora de promover esa clase sas y cordiales. Por eso es considerada una de vínculos. Cuando Mendiluce, líder de la sustancia positiva que ayuda a sentir emocio- solidaridad, afirma en el prólogo de un libro nes positivas de forma más intensa. Pero la que el cannabis es la droga de la tolerancia etiqueta que incorpora Mendiluce al canna- no hay duda de que está abusando del sím- bis, “es un antídoto contra la intolerancia”, le 23 bolo. viene grande. La apología de la tolerancia en “Si he encontrado una constante lúdica, alre- la promoción del cannabis es un oportunismo dedor de la cual se socializa y comunica, se ríe, que se ampara en una de las escenas más se hacen amigos, a pesar de las distintas lenguas dramáticas del mundo actual, un problema y de las distancias sociales, en torno a una que requiere soluciones muy complejas de hoguera o una chimenea, caminando por la playa ingeniería sociocultural, de herramientas que o sentados en una hamaca, ha sido la marihuana: no son tan simplistas como fumar unos cuan- antídoto de la intolerancia “. tos porros. Mendiluce da una trascendencia al canna- bis que no se corresponde con la realidad. Defensa del consumo como derecho del Esta sustancia, por desgracia, no es la pipa individuo. de la paz ni la solución mágica al gran proble- “Nosotros, los marihuaneros luchamos porque ma de la intolerancia. Los países árabes, queremos fumar gratis y queremos fumar libre- donde la producción y el consumo de canna- mente” (consumidor de 30 años) bis es alto, son ejemplos de hasta dónde “El argumento es muy sencillo: nos apetece puede llegar la intolerancia. Posiblemente, la consumir cannabis y es nuestro problema el marihuana ayuda a Mendiluce a soñar con un hacerlo o no, en tanto que personas adultas y ciu- mundo mejor y más solidario, y lo cierto es dadanos con derechos. Creemos que tenemos que desconocemos en qué medida facilita todo el derecho del mundo a decidir, conociendo sus actuaciones. Pero sí podemos afirmar las consecuencias positivas y negativas de nues- que el consumo cotidiano que hacen tantos tra conducta. Eso es lo que no nos dejan. (Miem- jóvenes en nuestro medio no está amparado bro de una asociación) en esos sueños solidarios. En todo caso, el Ésa es una afirmación ética que parece, de compartir la china o un estado de ánimo entrada, difícilmente rebatible. “Que cada puede crear vínculos y complicidades, de la adulto haga lo que quiera sin imponer nada a misma forma que crea criterios de exclusión: nadie; que las autoridades sanitarias infor-

23 El párrafo está extraido del prólogo al libro de Grinspoon y Bakalar (1997) Marihuana, la medicina prohibida.

260 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis men objetivamente y sin coacción y que el repercusiones de esa política. En España se acceso al cannabis se regule del mismo considera un importante logro social que el modo que el alcohol y el tabaco” (Cáñamo Estado asuma la protección de sus ciudada- 20: 23). Este argumento liberal, que surge de nos en algunas cuestiones como la salud, los postulados teóricos de autores como Tho- mediante un sistema público gratuito y otras mas Szasz, es propio de una sociedad utópi- regulaciones. Desde ese punto de vista, la ca gobernada por el liberalismo extremo, que salud es un bien colectivo, lo que permite al sienta como premisa que el individuo es el Estado regular el consumo de tabaco en único responsable de su conducta, de su vida lugares públicos o prohibir la venta de tabaco y de su salud. En ese tipo de sociedad, las y alcohol a menores. Es lógico pensar, pues, formas colectivas de protección y de solución que las cuestiones relacionadas con la salud, de las necesidades deberían ser mínimas, sin dejar a un lado al individuo, deberían dado que cualquier entidad que proteja tam- someterse a un consenso colectivo, ya que bién ejerce control. Según Szasz, el Estado se trata de un bien común que, además, se debería permitir prácticas como el consumo subvenciona con dinero público. de drogas o la tenencia de armas, siendo res- La premisa de que “cada ciudadano adulto ponsabilidad de cada uno su acción y finan- haga lo que quiera” niega la esencia del hom- ciación, tanto del hecho en sí como de las bre como especie social y daría lugar a un consecuencias: “las personas deben crecer y retroceso importante en políticas sociales. La aprender a protegerse a sí mismas, o sufrir responsabilidad individual como argumento las consecuencias” (Szasz 1980: 222). Cree- ante la toma de decisiones tiene como contra- mos que el tipo de sociedad que defienden partida la búsqueda también individual de las Szasz o los liberales no ha sido comprendida soluciones a los problemas. En este sentido en profundidad por la mayoría de los defenso- las drogas son sustancias con efectos sobre la res del cannabis que adoptan esos plantea- salud, en el amplio margen en el que la OMS mientos. En ese tipo de sociedad, el indivi- la define, con dimensiones físicas, psíquicas y duo es la medida de todas las cosas y el sociales. Por ese motivo, la sociedad delega Estado apenas interviene en las decisiones en el Estado y en sus expertos la decisión de que toma. Pero se trata de un Estado incom- legitimar, definir y regular el uso que debe patible con las políticas de salud pública pro- hacerse de dichas sustancias. La legalidad de movidas por el estado del bienestar, tan las drogas requiere un debate colectivo en el característico de los países europeos. Es un que se midan verdaderamente todas sus con- Estado que permite la tenencia de armas, secuencias. Si de forma colectiva se apuesta puesto que la autodefensa es un derecho por la legalización, hemos de asumir que la inalienable del individuo. Es un Estado donde sociedad deberá hacer frente a los problemas cada individuo debe solucionar todas y cada que de ello devengan. Lo contrario es un dis- una de sus necesidades: educación, salud o parate, un retroceso en los derechos de la atención en la vejez. Y como ya sabemos por mayoría y un paso adelante hacia un individua- experiencia histórica, en ese tipo de Estado lismo darwinista o willsoniano. el dinero y el poder es el que ofrece la posibi- lidad de comprar las soluciones. Esa doctrina Consumo de cannabis como acción políti- liberal es característica de la derecha más ca. radical en países como Estados Unidos (Howell 1998) y también en Europa, lo que “Durante los últimos diez años han tenido hace difícilmente comprensible que grupos lugar cambios revolucionarios en los valores de izquierda se apropien de elementos típi- morales de la juventud. El materialismo vacío de los años 50 y el idealismo liberal de los 60 han cos de un pensamiento ultra liberal. sido arrinconados por una revaluación pragmática Si se toma como contexto la sociedad del estilo de vida y de la estructura política. Esto española actual, no resulta fácil imaginar las resulta en gran parte debido al extenso uso de las

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 261 hierbas y las drogas psicoactivas que aparecieron ni los gobiernos temen que eso ocurra. Sin en 1967. (....) La marihuana, la más popular de las embargo, el mito es bonito, idílico y atractivo hiervas psicoactivas, ha ayudado a miles de per- como una de esas imágenes de marketing sonas a comprenderse mejor. Es precisamente para vender mejor. por esta razón que los gobiernos de todas partes del mundo la consideran una droga peligrosa. El papel del cannabis en el terreno político ¿Cómo se puede gobernar a un pueblo si éste se se fundamentan en tres premisas a conside- da cuenta de las hipocresía e intereses de las rar: 1. El cannabis se presenta como una sus- acciones de sus líderes?....” (Ed Rosenthal 1978)24 tancia-víctima de fuerzas malignas que domi- El carácter revolucionario y transformador nan nuestra sociedad. 2. La población no que los activistas otorgan a la marihuana piensa, se deja engañar y está dominada por queda bien dibujado en la cita previa de los valores que imponen las mafias y otros Rosenthal, otro de los profetas del movimien- poderes fácticos, y 3. Consumiendo cannabis to. El argumento clave es que la marihuana se lucha contra la injusticia, la hipocresía ayuda a la población a comprenderse mejor social, las prohibiciones contraproducentes, por lo que resulta un peligro para el poder. las mafias y la corrupción. Con ese discurso Rosenthal se apropia del mito bíblico de la se potencia, en primer lugar, la construcción Torre de Babel para coaptarlo a su causa. Los del cannabis como sustancia perseguida pueblos del mundo se unieron para construir injustamente debido a los intereses de las la Torre de Babel y alcanzar el cielo. Esa unión mafias. La corrupción imperante en las insti- fue posible gracias a que todos los pueblos tuciones crea de nuevo un discurso victimista hablaban una sola lengua. Por esa osadía que se aleja del núcleo del problema señalan- Dios castiga a los humanos a estar divididos do enemigos externos. Es así como los y a hablar diferentes lenguas. Rosenthal pre- defensores de la causa pro-cannabis explican senta la marihuana como la nueva vía de el mantenimiento de la prohibición: comunicación que puede unir a la humanidad “El problema que se ha generado alrededor de y alcanzar el cielo, pero de nuevo los gobier- las drogas es debido a que hay intereses econó- nos (representantes terrenales de Dios) no micos gigantescos, hay gente que recibe dinero pueden permitir tal osadía a su poder. El len- del mercado negro, hay una enorme corrupción guaje mitológico es muy didáctico y por ello institucional, hay intereses militares geoestratégi- atractivo, pero sabemos que los mitos no cos unidos al tema de las drogas, es una fuente reflejan la realidad sino que la interpretan y de ingresos sin justificar para operaciones como como siempre ocurre son interpretaciones pagar confidentes y esas cosas, es una moneda de cambio muy buena.” (miembro de una asocia- interesadas, encaminada hacía algún fin. El ción). mito de la torre de Babel es una forma de legitimar la omnipotencia divina y su capaci- Sin embargo, en esa visión hay un olvido dad de castigar a la humanidad. Sin embargo, significativo: quienes alimentan las mafias la ciencia tiene muchas otras formas de expli- son también los compradores de hachís ¿Por car la diferenciación lingüística y cultural de qué a ellos se les libera de responsabilidad en los seres humanos, así como de interpretar la cadena del narcotráfico, se les exculpa y ese hecho como una de las riquezas de la convierte en víctimas? Por otro lado, el hecho humanidad. El mito de Rosenthal tampoco es de que la mayoría de la población continúe un reflejo de la realidad puesto que ni los oponiéndose a la legalización es interpretado jóvenes de los años setenta han mejorado el como un fenómeno de manipulación política mundo, ni los pueblos se comprenden mejor, y mediática 25. Según los defensores del can-

24 Este párrafo está extraído del prólogo con que Rosenthal presenta su Manual para el cultivo de Marihuana. Rosenthal junto con Jack Herer han sido reconocidos líderes en el activismo a favor de la legalización de la marihuana. 25 Si nos atenemos a las encuestas oficiales que existen hasta el momento, sólo el 25,9% de los españoles entre 15 y 65 años dan su apoyo a la legalización del hachís y de la marihuana (PNSD 1998: 28). Ello indica que la mayoría de la población es contraria a que estas sustancias se inserten en nuestra sociedad en condiciones de legalidad, tal como ocurre con el alcohol y con el tabaco.

262 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis nabis, muchas personas son favorables a la está creando dos frentes: todos aquellos que prohibición debido a la carencia de conoci- forman parte del movimiento pro-cannabis mientos “reales” sobre sus propiedades y consideran que el consumo de cannabis -o efectos, y a la insistente publicidad negativa y de cualquier otra droga- debe ser una acción engañosa creada por los detractores sobre libre y de responsabilidad individual; en el esa sustancia,de esa sustancia; dicen así: bando contrario se alinean los que creen que su venta debe estar prohibida. Los que están “...siendo objeto de satanización por parte de una opinión pública tergiversada, mediatizada y en el espacio pro-liberalización se consideran burlada por unos medios de comunicación que, a sí mismos como un grupo marginal que lejos de haber digerido la caída de históricos padece una cierta persecución: muros, siguen necesitando enemigos, reales o “...Vivimos tiempos de control y sospecha en 26 imaginarios, sobre los que volcar tinteros”. que el cannabis es una de tantas víctimas de este Sin embargo, no se consideran como mal que nos corroe. Se prohibió –y sigue prohibi- ‘publicidad negativa y engañosa’ los impor- do- por razones que apenas tienen que ver con la planta en sí, sino con el control sobre ciertos sec- tantes artilugios que actualmente moviliza la tores de la sociedad que la usan”27 cultura pro-cannabis. En nuestros días, la prensa de más audiencia, representantes del Esa división maniquea del mundo entre panorama musical juvenil, además de las buenos y malos no es obra exclusiva de los revistas que han nacido expresamente con defensores del cannabis, sino parte integrada este objetivo, defienden abiertamente la de los discursos proselitistas y demagógicos legalización del cannabis, empleando con fre- utilizados por muchos sectores. Lo sorpren- cuencia estrategias y argumentos poco o dente o, al menos, cuestionable es que los nada éticos. El discurso pro-cananbis se man- defensores del cannabis que se presentan tiene dentro de las claves de la demagogia, como críticos al sistema utilicen idénticas utilizan discursos manipuladores e interesa- estrategia para los mismos propósitos. Así, dos, tanto como lo han hecho los detractores fortalecen la idea ya presentada de que las del cannabis. Por ello, defender el cannabis acciones a favor del cannabis van a mejorar el viene a significar mantenerse en la misma mundo y a curarle de sus graves problemas. órbita del sistema de control. Una de las can- Para ello, tal como se ha visto con anteriori- ciones más conocidas del grupo Ska-p lleva dad, se recurre a una serie de manidos slo- por título “Cannabis”, y es uno de esos temas gans publicitarios, como el del dicho rastafari que provocan el entusiasmo del público con de que el cannabis es “la salud de las nacio- mensajes oportunistas sobre la realidad nes” o el eslogan de “¡necesitamos cultivar social y los problemas que viven los jóvenes. cáñamo para limpiar y salvar el mundo!” (de la casa de Cibercáñamo), y otras afirmacio- “Ver un concierto de SKA-P significa, también, estar escuchando que la policía te maltrata en nes afines. una mani, que el curro está chungo... Pero lo La imagen maléfica y asesina del cannabis estás escuchando con música, de buen rollo con de hace una década ha sido prácticamente los amigos, estás en una fiesta. Eso sí, sales de sustituida en la mente de los jóvenes actua- allí pensando: ¡Joder, qué razón tiene esta letra!” les por otra en la que el cannabis es benefi- (así define el grupo musical madrileño SKA-P el cioso para los instintos, refuerza las relacio- efecto de su letra entre sus seguidores, Cáñamo nes, es eficaz como medicamento y una 7: 32) forma de lucha política contra el Estado con- Como ya se ha mencionado, la discusión trolador. Los jóvenes reciben mensajes posi- ante el estatus social y legal del cannabis tivos de esta sustancia, ya sea por transmi-

26 Ese comentario está extraído del primer párrafo de un folleto de presentación de ARSEC, una de las asociaciones más activas a favor de la legalización del cannabis. 27 Segundo párrafo de la Declaración de Principios de Cáñamo, la revista de la cultura del cannabis.

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 263 sión oral dentro de su contexto o por lo que una tarea cada vez más difícil, debido en les llega a través de las campañas pro-canna- parte a la rápida y creciente expansión de bis. El cannabis está dejando de ser hoy un mensajes en el ambiente que promueve el fetiche del mal para convertirse en un fetiche uso de estas sustancias. Advierte que el artí- del bien. Ello conduce al alejamiento de los culo 3 del Convenio de las Naciones Unidas parámetros de protección y a la no preven- de 1988 hace referencia a la “incitación públi- ción de las situaciones de riesgo. La nueva ca o inducción a otros por cualquier medio... definición social del cannabis da lugar a a la utilización ilícita de drogas”, solicitando a comentarios tan ingenuos como el siguiente: los partidos políticos que luchen por conse- “Los porros son la única droga que me hace guir que dicha conducta sea considerada cri- sentir bien, la que más se acerca a ti; si eres un minal bajo sus leyes nacionales. Asimismo, trozo de pan, aún lo eres más, no aumenta tu señala que incluso candidatos al parlamento ego, sólo intensifica tus cualidades” (consumidor europeo defienden la legalización de las dro- de 24 años) gas, mencionando otras líneas estratégicas Creemos firmemente que la legalización o empleadas en la defensa del cannabis. Con- no del cannabis es una decisión que deben cluye diciendo que “estas campañas políticas tomar los ciudadanos, a la vista de sus pro- deben ser contrastadas con argumentos pias creencias y de los datos aportados de racionales y con un lenguaje sin ambigüeda- distinta índole por los técnicos. No obstante, des que evidencie los múltiples problemas es competencia de estos últimos alertar que pueden surgir de la descriminalización y sobre las influencias que tiene en el consu- legalización de las drogas”. Contra este tipo mo, especialmente entre los más jóvenes, de afirmaciones se alza lógicamente el colec- así como insistir en la baja percepción de tivo pro-cannabis. En la revista Cáñamo (20) riesgo que en la actualidad se asocia al con- aparece un artículo titulado “Los guardianes sumo de esta sustancia, a lo que seguramen- de la prohibición” que repasa la biografía de te contribuyen estas polémicas siempre que cinco miembros de la Junta Internacional de no exista un elemento corrector educativo. Fiscalización de Estupefacientes (JIFE). El Parece lógico pensar que si se crea un clima delito que han cometido estos individuos es favorable al consumo del cannabis, el consu- pertenecer al ámbito policial o al ejército, per- mo de esta sustancia aumente al igual que tenecer a países de mala reputación y colabo- ha ocurrido con el tabaco en décadas anterio- rar o haberse formado en alguna organización res. Y viceversa, si se quiere de alguna forma estadounidense. Tal como se indica en el contener el ascenso que ha experimentado el texto en mayúsculas: “Ninguno de sus consumo de cannabis durante la última déca- miembros proviene de ámbitos técnicos o da habría que pensar en fórmulas que cam- académicos fuera de las fuerzas políticas”. El bien esta percepción positiva del fenómeno y País (10 marzo 1998) también reacciona con- que actúen sobre el ambiente de tolerancia tra este informe en un artículo “La ONU des- social. Según lo que se crea o desee, se afina”, utilizando información de los grupos puede hacer presión en uno u otro sentido, y rockeros españoles cuyas letras son defenso- justamente ése parece ser uno de los objeti- ras del uso de drogas. vos de la cultura pro-cannabis. Todos esos argumentos reproducen este- En la oposición estarían, por ejemplo, la reotipos devaluadores que tienen que ver con Junta Internacional de Fiscalización de Estu- el país o la profesión de pertenencia. Seguir pefacientes (JIFE) o el ‘International Narcotic viendo a la policía como “los malos” y a los Control Board’, grupos encargados de redac- técnicos-científicos como los “buenos” no tar documentos para las Naciones Unidas. En sólo es absurdo sino irreal. En nuestros paí- un informe (www.undcp.org.at/incb/) de este ses no existe en la actualidad una frontera níti- último grupo de trabajo, se advierte que la da que divida esas dos, digamos, formas de prevención de las drogas se está volviendo actuar en la sociedad. La policía también está

264 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis formada por técnicos y científicos, que junto cobrar cada vez mayor fuerza ese discurso en con profesionales de otros ámbitos (juristas, el que la prohibición es parte de las estrate- sanitarios, académicos, ...) actúan en mante- gias de las multinacionales o de las mafias, de ner y reproducir el control del Estado sobre la la corrupción y de los intereses económicos población, tanto y más eficazmente de lo que capitalistas. También se crean vínculos con lo hace los agentes de policía. Pero lo más otras organizaciones sociales por ese etique- importante es que la policía y el ejercito de un taje de solidaridad con el tercer mundo; y lo país democrático responde a órdenes de mismo ocurre con determinados grupos quienes ostenta cargos políticos, quienes nacionalistas, debido a la posición antisistema suelen ser profesionales que nada tienen que y antiestado que se desprende del discurso ver con la institución militar. Todo ello muestra liberalista para legitimar la responsabilidad que ese discurso en que se empareja lo poli- individual ante el consumo de drogas y para cial con la represión, aislando la responsabili- criticar el control que ejerce el Estado sobre dad del contexto político y social es simplista, los individuos. Todos esos nexos crean un demagógico, interesado y obsoleto. entramado de redes de solidaridad que forta- Sería necesario revisar cada una de esas lece la defensa del cannabis, aunque, al premisas en el discurso pro-cannabis, si el mismo tiempo, la banaliza y corrompe. objetivo es un diálogo constructivo libre de demagogia. Ni existen fuerzas malignas, ni la La dimensión religiosa del cannabis. población es tan estúpida, ni fumando porros En una sociedad moderna eminentemente se arreglan los graves problemas de nuestro materialista, en la que los valores éticos son mundo. Es cierto que existen grupos de inte- poco sólidos y en la que el catolicismo oficial rés que presionan, pero existen en los dos ha perdido gran parte de su influencia, existe bandos; es cierto que la población es influen- un caldo de cultivo inmejorable para la bús- ciable, pero también es capaz de pensar, eva- queda y el encuentro de nuevas dimensiones luar y tomar decisiones; además, hay un dato espirituales y de nuevos dioses. Esa situación fundamental que no debemos olvidar: tanto anómica, ese vacío espiritual, es resuelto por los consumidores de cannabis como los trafi- cada individuo de forma diferente, pero no cantes participan y alimentan las mafias y la cabe duda que ocupan un lugar importante corrupción. La criminalidad no sólo existe por- en esta solución cuestiones como el deporte, que hay prohibición, existe sobre todo por que y en especial entre nosotros el fútbol, el hay consumo y ese se hace a cualquier precio. nacionalismo, el esoterismo y las religiones El potencial del movimiento pro-cáñamo lejanas. Dentro de esa misma dinámica tam- entre los jóvenes está empezando a ser coap- bién debemos considerar las drogas, pues tado por algunos partidos políticos que hasta sin duda resultan un camino fácil para nume- hace muy poco estaban alejados de esa rosas personas a la hora de buscar una solu- causa. El partido radical italiano es un ejem- ción tanto a situaciones internas como exter- plo, cuyos líderes a menudo han hecho cam- nas. Algunos han querido plantear ese paña directamente a favor de la legalización camino en positivo. Para ellos, tomar drogas del cannabis. El vínculo con los partidos ver- no es alienarse ni buscar caminos artificiales, des o ecologistas resulta hasta cierto punto sino que, dando la vuelta al asunto, plantean lógico por ese espacio de solapamiento crea- justamente la necesidad de utilizar drogas do por el etiquetaje del cannabis como sus- para encontrar lo que anhelan. Así, pasan a tancia natural y como parte de la defensa del hablar de drogas enteógenas 28, psicodélicas, cáñamo. En los partidos de izquierda parece psicotrópicas.... Se trata de plantas y de hon-

28 Para ser exactos, el término enteógeno se utiliza para definir un tipo de sustancias con ciertos poderes. El término lo proponen Hofmann, Ott y Ruck en 1976 para referirse a plantas que “despiertan a dios dentro de uno”. Así lo explica Fericgla, como precursor de este tipo de movi- miento en España (Cáñamo 2000: 110).

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 265 gos que pueden transformar el estado de la enteógenas como terapia. Ya existe un grupo consciencia. Son sustancias como el peyote, de ‘psiconautas` 29, expertos en ‘excursiones la ayahuasca, el beleño, algunos hongos, o psíquicas’, que reclaman esas sustancias sustancias de laboratorio como el LSD. Todas como una forma de sobrevivir en una socie- ellas se han convertido en aliadas de nuevos dad que en muchos aspectos les repele. Apa- grupos en la búsqueda de verdades cósmi- recen nuevos términos que se alejan de con- cas, de nuevas formas de conocimiento. La ceptos tradicionales como el de religión, marihuana forma parte de esa familia, aunque creencia o fe. Eufemismos como “terapia sea considerada la más humilde por su débil transpersonal”, ‘excursión psíquica’ ‘sustan- poder psicotrópico. cias enteógenas’ ‘psiquedelia’, ‘psiconautas’, Ingold y Toussirt (1998) atribuyen el descu- etc... son la muestra de una nueva dimensión brimiento de la experiencia alucinógena por en la que se está legitimando una religión parte de jóvenes europeos y norteamerica- desconocida hasta ahora, una forma de cha- nos al LSD, que se vinculó a un movimiento manismo que incorpora el consumo de dro- cultural hippie y pop, en el que el viaje (trip) gas. Dentro de esa nueva faceta de estética interior era un ingrediente importante. La ‘new age’ se busca, además, una dimensión forma en que algunos pueblos primitivos utili- avalada por el interés académico y científico zaban esas plantas en sus rituales ha reforza- de sus actores, así como el vínculo con otros do el misticismo y el componente mágico campos profesionales ya consolidados, como que las rodea. Los antropólogos estudiosos el de las medicinas alternativas. Ello queda de las religiones y, en especial, la obra de reflejado en unas cuantas publicaciones de Carlos Castaneda han despertado un enorme reciente aparición.30 entusiasmo en la búsqueda de esas dimen- siones espirituales que algunos sabios como “Hay drogas que atontan y otras que espabi- “Don Juan” eran capaces de alcanzar. De lan, que te abren los ojos, y cuando lo haces ya es para siempre, ves la realidad de otra manera, igual modo que para algunos funciona el ideal te preguntas qué hay fuera de ti y qué hay den- de ser rico, de tener mucho dinero, de poder tro. Hay técnicas antiguas como el yoga o la consumir y poseer cosas, para otros, encon- meditación trascendental que son una forma de trar sentido a la existencia más allá de lo introspección; ahora tenemos estas herramientas material es una búsqueda muy perseguida y a las que llamamos drogas, y que en una socie- codiciada. Nos encontramos ante deseos y dad ideal serían herramientas para el autoconoci- necesidades profundas, fácilmente manipula- miento y de cohesión social. Si todo un grupo lo bles por personas o grupos. La fusión de practica en colectivo y lo hace bien, da fuerza al esos dos intereses puede dar lugar a nuevas grupo. Es el caso de los jíbaros con la ayahuasca, formas de poder y a espacios lucrativos. allí en la selva; ante los peligros de diseminación del grupo, lo que les da fuerza y unidad es el ritual La posesión de las sustancias totémicas colectivo con la ayahuasca desde que son niños que fomentan la dimensión espiritual es un hasta que son ancianos. Los jíbaros incluso creen potente instrumento de control que puede que el mundo de los sueños provocados por la ampliar (y de hecho ya lo está haciendo) nue- ayahuasca es la realidad y cuando están en este vos espacios profesionales. De momento mundo es una pesadilla. Ellos buscan en su reali- dentro de las medicinas alternativas, de la dad que se cumpla el futuro, poder cuidar a los psicología y de la antropología, disciplinas enfermos, solucionar los problemas y así son feli- donde se promueve el uso de sustancias ces” (representante de una asociación)

29 Existen muchos neologismos relacionados con los efectos y usos de las drogas, lo que es un indicativo más de la rapidez con que se está cre- ando esa cultura y su popularidad. El término psiconauta parece proceder de Jünger. 30 La publicación Ulises, revista de viajes interiores, es un ejemplo. En ella hay un artículo de M. Solé (1999) que relaciona la función de las sus- tancias enteógenas con la terapia. Otro ejemplo son las Jornadas Internacionales sobre Enteógenes que se celebra en Barcelona, organizadas por la Sociedad de Etnopsicología Aplicada, y que han alcanzado ya la IV edición; en ellas participan profesionales de distintas disciplinas, especialmente antropólogos, psicólogos y psiquiatras, además de músicos, pintores y expertos en el mundo del arte.

266 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis Las drogas enteógenas son presentadas tienen en mente una visión idealizada de cier- como sustancias que permiten alcanzar la tas culturas indígenas que utilizan sustancias sabiduría y la felicidad robadas por una socie- de forma puntual dentro de rituales muy defi- dad materialista y consumista orientada hacia nidos? De nuevo hay que plantearse esta la competencia. La cultura pro-cannabis tam- cuestión como una forma diferente de apro- bién asume que la marihuana es una sustan- piación de las riquezas de otras culturas, en cia redentora que ayuda a recuperar la tradi- este caso de sus sustancias sagradas, cre- ción soñada, un pasado idílico con el cual yendo que así nos adueñamos de valores construir el presente trascendentes mucho más complejos. Entre- “No se trata tanto de una religión porque tanto, los pueblos que han dado un significa- sabemos que dios es una proyección de nuestra do social y ritual al peyote o a la ayahuasca se espiritualidad y desde Nietzsche sabemos que mantienen alejados de nuestro interés solida- dios no existe, somos nosotros y lo que andamos rio real. buscando. La religión es provocada, nosotros lo que hacemos es quitar la careta a la Iglesia por- Yo t a m b i én me pregunto por qué ahora se que ellos lo que dan es un placebo, la hostia con- fuma más cannabis, intento analizarlo y aunque sagrada no coloca, pero en origen, en ese ritual, parezca chorra creo que ahora están resurgiendo sí que se daba algo que colocaba, y eso es lo que cosas, la música, la moda, los gays. Yo creo que se perdió. Cada cultura tenía un ritual, una liturgia, hay tal falta de futuro que se crea una necesidad con un sacramento enteógeno. Cuando intervino de vivir lo que hay ahora porque no sabes lo que la Iglesia cambió el sacramento auténtico por un te viene encima. La política está caduca y solo placebo que es un acto de fe, y ya no funciona queda lo creativo, el arte. (...) Hay un resurgir con nada. La hostia consagrada sustituye a un enteó- el tema ese de la nueva era (new age), lo del geno que sí colocaba” (representante de una 2000, cosas alternativas que van contra la reli- asociación) gión. La religión no convence, la política no con- vence, de repente eso del chamanismo es un En esa promoción de las sustancias enteó- nuevo camino que viene desde Castaneda pero genas, entre las que sitúan al cannabis, volve- que se ha renovado. Para ellos no hay ni bien ni mos a encontrar la misma maniobra de apro- mal. A mí me sirvió de mucho. Es como una piación de los valores de otras culturas, hay renovación, porque occidente se ha quedado de nuevo un uso, en provecho propio, de sus- caduco. (consumidor de 30 años) tancias ajenas. Al igual que ocurre con la Debe valorarse positivamente la búsqueda música, con la artesanía o con la indumenta- ria, se incorporan las sustancias mágicas vin- honesta de nuevas dimensiones personales, culadas a la religión. El peyote, la ayahuasca, así como los esfuerzos por explorar otras cul- etc... poseen un significado ritual y religioso turas y analizar la sabiduría que contienen, para los pueblos indígenas de otros continen- pero ¿es lícito incluir el cannabis dentro de tes que tiene que ver con el conjunto de su ese esfuerzo transcultural? El hecho de que cultura, de sus creencias y de sus relaciones algunas personas piensen que esta sustancia sociales; alejados de ese contexto, pierden les ayuda en el viaje interno, al igual que ocu- ese significado y adquieren otro muy distinto. rre con otras drogas en otras culturas, no ¿Acaso los miles de jóvenes que un fin de debería impedirles ver el modo alienante en semana toman LSD, psilocibina o cannabis que los jóvenes utilizan normalmente el can- intentan un proceso de búsqueda interna? nabis dentro de su policonsumo de fin de ¿No estaremos más bien ante una sustancia semana. Negarse a ver así las cosas, meter más de consumo que permite alucinar como todas las formas de consumo dentro del una forma de diversión? Cuando desde la cul- mismo saco -o al menos no denunciar explíci- tura actual del cannabis se habla de aumentar tamente el uso alienante y consumista que el conocimiento interno a través de las dro- se hace normalmente de esta droga- y querer gas, ¿están pensando en los miles de jóve- dotar urbis et orbi a la marihuana de un papel nes que utilizan drogas los fines de semana o cultural transcendental como sustancia ente-

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 267 ógena, no es sino el reflejo, en nuestra opi- surgen algunas de las propuestas del ecolo- nión, de una manipulación interesada. gismo, del mundo de la estética y del arte, de la política social y también de las drogas. Puede decirse que esos adultos han vuelto a Conclusiones y discusión. poner de moda la contracultura, logrando La reciente divulgación mediática y propa- abrir un amplio mercado de productos alter- gandística del cannabis tiene un marcado nativos. acento liberalizador y está ganando aliados y Ese vínculo del cannabis con una contra- simpatizantes en todos los ámbitos sociales, cultura fabricada, integrada en el mercado y especialmente entre los jóvenes y los colecti- en el espacio social dominante es, posible- vos profesionales, que se encargan de abrir nuevos espacios. El discurso legitimador del mente, lo que le permite ser una sustancia consumo de cannabis va acompañado de un bastante tolerada y aceptada en la sociedad, discurso global sobre la sociedad. Hay una a pesar, insistimos, de su ilegalidad. Cabe reelaboración del pasado, del presente y del pensar que tanto la tolerancia social como la futuro, configurados para explicar los efectos legitimación que se está dando a su uso han positivos del cannabis, las razones perversas hecho disminuir la percepción del riesgo aso- por las que se ha prohibido y la utopía de una ciado a su consumo, lo cual explicaría, en sociedad en la que el consumo de cannabis parte, el hecho de que éste aumente sin sería lícito. En esa sociedad utópica, cada cesar, y de que se haya convertido en símbo- individuo decide su propia suerte, la ecología lo de juventud y sana rebeldía para una élite es un producto más del mercado, la salud y adulta que lo ha transformado en una sustan- el bienestar es alcanzable gracias al uso de la cia muy apetecible y llena de prestigio entre tecnología, la medicación y las drogas. En la los jóvenes. El cannabis está cargado de ele- utopía, las drogas son un medicamento más mentos simbólicos que crean en el imagina- que controla el estado de ánimo y la concien- rio del consumidor la ilusión de que fumando cia, y acerca al individuo al Dios de la felici- porros se convierte en un agente de cambio dad. El movimiento en el que se elabora la social, en alguien con una actitud alternativa cultura del cannabis está creando una espe- que actúa a favor de una sociedad más justa. cie de doctrina que cada vez tiene más segui- Se trata de un fenómeno similar al ocurrido dores, y está en vías de convertirse en un en la transición con el consumo de tabaco importante fenómeno con capacidad de rede- entre la población femenina joven. finir el discurso del papel social de las drogas. En la construcción de un nuevo imaginario En las últimas décadas en España, el con- sobre el cannabis participan distintos actores sumo de cannabis ha estado asociado a gru- sociales, la mayoría de ellos vinculados a las pos contraculturales, alternativos y contesta- asociaciones como centro neurálgico. En las tarios, enfrentados a los valores de una asociaciones es donde se elaboran el discur- sociedad tradicional y conservadora. Esos so, los mensajes y las acciones de presión. grupos etiquetados en su momento como Se trata de grupos constituidos alrededor de hippies, bohemios, ecologistas, progres, tri- organizaciones nacionales e internacionales bus urbanas, etc... nacieron y actuaron hace en las que colaboran profesionales y exper- más de dos décadas y han terminado convir- tos. El movimiento asociativo pro-cannabis ha tiéndose en líderes y mitos de muchos jóve- pasado de ser muy minoritario y marginal en nes actuales. Algunos de esos integrantes de los primeros años de los 90 a convertirse en la contracultura de hace veinte años ocupan un colectivo con una importante presencia ahora posiciones influyentes en la estructura social. Ello ha ocurrido en muy pocos años, lo de nuestra sociedad, son profesionales y que demuestra hasta qué punto la defensa hacen cuanto está en sus manos por lograr del cannabis convoca y hace participar a una que sus ideales formen parte de los valores parte significativa de la sociedad,significativa dominantes, como sondominantes; de ahí no sólo por la cantidad de gente que moviliza

268 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis sino también por la importancia de la posición tiene sus profetas y sus sacerdotes, hom- social que ocupan sus seguidores, como pro- bres con apariencia de sabios que predican la fesionales y políticos. No debemos olvidar verdad con un marcado espíritu misionero, que los colectivos profesionales son muy como si trataran de salvar a la humanidad. poderosos en la sociedad española actual Por todo ello, consumir cannabis significa (Rodríguez 1999), y son ellos quienes hacen mucho más que consumir una simple sustan- adquirir a la defensa del cannabis un poten- cia psicoactiva para aquellos colectivos que cial social y cultural que permite su creci- actúan en su defensa: es ante todo una miento y abre nuevos espacios tanto en el acción política. El cannabis está vinculado mercado como en el campo profesional. Al simbólicamente a discursos, reivindicaciones presentar los intereses existentes y los y valores que giran en torno a la organización colectivos que persiguen la legitimación del social, a las relaciones de poder, a los valores cannabis hemos tratado de mostrar la dinámi- éticos; su consumo, especialmente, puede ca que lleva a la hipótesis central de este aná- estar ligado a una añoranza, a una búsqueda lisis: la cultura del cannabis está en vías de de comunicación y de sociabilidad que pare- ocupar una posición dominante en el sistema cen difíciles de alcanzar en una sociedad de valores de la sociedad española. como la española en los albores del siglo XXI. La nueva representación social del canna- La defensa del cannabis cobra cada vez bis le otorga propiedades casi milagrosas. El mayor fuerza debido a la capacidad de sus cannabis es presentado como una droga activistas de elaborar una utopía, lo que no segura, con efectos positivos tanto para el hace sino reflejar una de las grandes caren- individuo como para la sociedad, sin hacer cias y debilidades de nuestra sociedad: la nunca referencia a problemas que han sido necesidad de utopías, de proyectos de futu- en mayor o menor medida demostrados. Con ro, de ilusión y de nuevos caminos para arre- esta sustancia se recupera una tradición per- glar el mundo. En la utopía de la marihuana dida -y muy valiosa- de relación con la natura- aparecen algunos de los principales puntos leza, de ritual y de alimento del espíritu; ella débiles que preocupan a la sociedad: el eco- nos permite contribuir a la solución de los logismo, la interculturalidad, la corrupción problemas ecológicos, mejorar las relaciones política, la relación entre el individuo y el interculturales entre los pueblos de la tierra, Estado, la justicia, la salud, la espiritualidad, terminar con los problemas del narcotráfico, etc... Todos ellos son problemas o carencias de la corrupción y de las mafias. Sin embar- reales que afectan la vida cotidiana, y respec- go, la mejor etiqueta que se ha colocado al to a los cuales es necesario elaborar criterios. cannabis es su cualidad de sustancia enteó- Los defensores del cannabis hacen una gran gena, propiedad que permite la recuperación labor social al sacarlos a la luz y analizarlos, de un nuevo dios adaptado a los valores lai- pero eso se pervierte cuando el discurso se cos, un dios de la felicidad que, además de banaliza y presenta como solución mágica aportar sabiduría, hace que sus creyentes se plantar marihuana, consumirla y colocarse. sientan parte del cosmos. En otra dimensión están los consumido- El nuevo discurso sobre el cannabis está res. Se trata de un grupo muy heterogéneo y creando una especie de doctrina que se disperso, cuyo consumo responde a razones transmite a través de publicaciones, revistas, muy diferentes, siendo las más frecuentes internet, charlas dentro y fuera de las asocia- las puramente recreativas, dentro de un poli- ciones. Como toda doctrina tiene un símbolo, consumo de otras drogas. Pero la cultura del la hoja de marihuana, que sirve de etiqueta a cannabis parece que no presta atención a numerosos productos que se venden en el realidad de jóvenes que se emborrachan con mercado. Ello supone una banalización del frecuencia los fines de semana, que además producto, pero también un incremento de son grandes fumadores de tabaco y de can- simpatizantes. Asimismo, como toda doctrina nabis, y cuyo consumo simultanean a menu-

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 269 do con otras drogas como el éxtasis o la se sientan más próximos a sus colegas, cocaína... Para la cultura pro-cannabis existe mejoren la calidad de su vida sexual, tengan una visión interesadamente idealizada de los más apetito, o logren desconectar de sus consumidores como personas que forman problemas, pero no vemos por qué regla de vínculos compactos a través del cannabis, tres pueden conseguir, además, participar de que se sienten parte de un colectivo iniciado, todas las bonanzas que predica la cultura del que tienen la confianza que otorga el sentir cannabis. Por el simple hecho de fumar no que ellos tienen la verdad, que se atreven a van a entablar unas relaciones más solidarias saltarse las prohibiciones, que conocen los con el tercer mundo, ni van a convertirse en secretos del conocimiento prohibido, factor creadores o artistas, ni están participando en que une, que crea unos lazos muy especia- ninguna acción ecológica, ni van a estar más les. sanos, ni van a descubrir a nuevos dioses o Fumar porros es parte de la vida cotidiana. ideales. Todo eso se logra con otras estrate- El cannabis, como cualquier producto social, gias y requiere un esfuerzo mayor que limi- está muy relacionado con la necesidad que de tarse a fumar porros. Ni siquiera los propios él se genere, y esa necesidad es también consumidores pretenden eso cuando fuman, socialmente construida. En los años sesenta, aunque cada vez utilicen más esos argumen- prácticamente nadie fumaba porros en Espa- tos para legitimarse. ña, al igual que pocas familias tenían teléfono Un sentimiento unánime en la cultura pro- o televisión en sus casas. Ello no significa que cannabis es la protesta contra la prohibición. la población se socializara menos o peor, sim- La sociedad, según afirman, utiliza esa prohi- plemente que sus mecanismos pasaban por bición como un instrumento de control social, otras vías. Actualmente, fumar porros es lo cual, sin duda alguna, es cierto. Podríamos parte de la vida social de muchos jóvenes, de discutir si limitar el acceso al consumo de los la comunicación con uno mismo, de los menores es una acción lícita dentro de una momentos elegidos por algunos para relajar- sociedad y hasta qué punto se puede coartar se; también es un elemento de prestigio para que un adulto adquiera drogas. Pero jamás se jóvenes que quieren demostrar a sus iguales menciona el hecho de que consumir drogas su atrevimiento al comprar costo a algún trafi- es también un elemento de control social, al cante; es parte de la vida escolar de los ado- igual que lo es el consumo excesivo que lescentes, del alejamiento de la vida académi- hace nuestra sociedad de benzodiacepinas o ca, de la desvinculación de responsabilidades; de alcohol. El cannabis es una poderosa es útil para mantener controladas las frustra- herramienta de control social, lo que se vis- ciones en lugar de enfrentarse a ellas y supe- lumbra con toda claridad en las entrevistas a rarlas, es parte de un sinfín de situaciones. Y los usuarios de esta sustancia. Como bien ello hace que nos planteemos: ¿Cómo se ha explican los propios consumidores, los porre- logrado convertir en una necesidad el fumar tas no causan problemas, son pacíficos, porros? ¿Qué nuevas dependencias crea ese están fuera de la realidad, no se enfrentan a hábito? ¿Quiénes salen beneficiados? los problemas. La defensa que hace un con- La deconstrucción de la cultura del canna- sumidor del cannabis frente a las demás dro- bis permite analizar los valores simbólicos gas resulta de lo más esclarecedora para con los que se define un producto, relación comprender una de las funciones sociales del sin duda muy cuestionable. Consumir canna- cannabis: bis es consumir una mercadería más, aunque “Cuando sales a la calle a mí me da más tran- su objetivo sea lograr un cambio en las per- quilidad estar rodeado de porreros que de gente cepciones. Con ello, los consumidores parti- borracha, yo nunca he visto a un porrero agresivo, cipan del mercado, legal o ilegal. Es posible pero sí a borrachos, el alcohol siempre trae pro- que cuando los porretas fuman cannabis blemas. Entras en un bar donde todos están logren un estado de ánimo más placentero, fumados y el ambiente es de encefalograma

270 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis plano, no ves un detalle de agresividad. Yo prefie- que otros productos más extendidos, no con- ro ese ambiente que el del alcohol, pastillas o vierte automáticamente al que fuma marihua- cocaína que están desencajados (consumidor na en ecologista. De igual modo, que el THC varón de 35 años). tenga propiedades curativas sobre algunas El efecto “encefalograma plano” es muy enfermedades tampoco comporta la bondad gráfico. El comentario es de un consumidor de fumar marihuana. Pero la cultura del can- de cannabis que no hace uso de ninguna otra nabis explota interesadamente estas confu- droga. Cada sustancia tiene sus efectos, que siones. ocupan un lugar determinado en el entrama- Lo más curioso es que nadie parece que- do de las necesidades que satisfacen. El can- rer plantearse qué tiene de ecológico crear nabis es la sustancia de la paz, del relax y del nuevas necesidades y tomar sustancias para control de la conciencia. cambiar el estado de ánimo. ¿Qué tiene de Todo ello adquiere una importancia rele- ecológico fumarse un porro para estar mejor vante al analizar el efecto diferencial del porro con los amigos, o para salir de marcha por la entre adultos y adolescentes (entre los que el noche y pasarlo mejor, o antes del acto consumo de porros se está expandiendo). La sexual para acrecentar (¿ecológicamente?) capacidad de gestión del consumo también las sensaciones, o antes de dormir para caer es diferente: los adultos tienen una mayor más apaciblemente en brazos de Morfeo? La capacidad de control que los adolescentes o crítica a la expansión de la medicalización a la los jóvenes, quienes tienen menos habilida- que está sometida la sociedad planteada por des de gestión y entran en una dinámica más autores como Foucault (1990) y Menéndez compulsiva. Consideramos especialmente (1990) adquiere una nueva dimensión con las preocupante el consumo de cannabis entre drogas, pero quizás ya no sea el Estado la los adolescentes y los jóvenes. Los defenso- entidad que ejerce el control sino, en todo res del cannabis harían una gran contribución caso, nuevas vías del mercado y grupos pro- social si ayudaran a crear los criterios de pre- fesionales que presionan para abrir nuevos vención que nuestra sociedad necesita, con espacios de intervención. el fin de impedir el aumento del consumo de El discurso que se está creando alrededor cannabis entre individuos que aún están en del porro, cada vez tiene que ver menos con proceso de formación. el porro en sí o con las condiciones y los inte- La cultura pro-cannabis juega a menudo reses reales de la mayoría de fumadores. Se con la confusión existente entre cáñamo está originando una ‘construcción social’ muy (planta que tiene diversos usos industriales) / compleja con argumentos ‘prestados’ de cannabis (marihuana y hachís) / THC (tetrahi- otros colectivos. Pero ¿cuáles son esos pro- drocannabinol, principio activo del cannabis pósitos? ¿Fumar porros, quizás? ¿Fumar con efectos psíquicos entre los consumido- porros en libertad? Parece demasiado esfuer- res de cannabis y que ha sido utilizado como zo para conseguir algo que, después de todo, medicamento). En la relación que se estable- la mayoría de los fumadores consiguen hacer ce entre cannabis y ecología hay que cuestio- sin demasiados problemas y con bastante narse qué conexión puede haber entre comodidad: fumarse un porro y la ecología. Ese vínculo se ha establecido asociando el cáñamo, cuyo “El otro día me di cuenta de lo hipócrita de la uso industrial es conocido desde la antigüe- situación. En un garito de Madrid, ponen música muy buena y la gente va puesta, o se toman sus dad, con aquellas plantas de cáñamo utiliza- éxtasis o se fuman sus porritos en el chillout. das por los consumidores de marihuana o Ahora se puede fumar en cualquier garito. A diez hachís por su alto contenido en THC. Que metros, en la misma acera, está la comisaria de deba defenderse el cáñamo como un produc- policía. Me quedé pasmado viendo a la gente del to natural, que su cultivo y su uso resulten garito, que no había ni uno que estuviera bien, a más coherentes con una dinámica ecológica todos se les veía colocados, al mismo tiempo

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 271 veías a la policía pasando por delante” (consumi- Calafat, A. et al., (2.000) Salir de marcha y consu- dor de 30 años). mo de drogas. Madrid: Plan Nacional sobre Drogas. La mayoría de los consumidores de canna- Cañamo (1999) Declaración de principios (docu- bis lo único que persiguen es pasarlo bien mento obtenido de la página web de cáñamo). fumando un porro. Sin embargo, los que se toman el tema en serio y dedican muchas Derber, Ch., Schwartz, A. (1992) “Nuevos mandari- nes o nuevo proletariado? Poder profesional en energías a la causa parecen defender a través el trabajo. En Revista Española de Investiga- del porro una concepción determinada de la ción Sociológica 59: 57-87. cultura, de la sociedad... Pero ¿cuál es exac- Diario 16 (26 de octubre de 1997) “Un detenido en tamente? Hay algunos elementos que nos la I Copa Marihuana”, Diario 16, Madrid. sirven de pista: podría pensarse que al apoyar el porro se defiende ese espíritu idealizado Cohen, P, Sas, A. (1999) “El uso del cannabis en Amsterdam” reseña del estudio en Centro de del 68, y, de hecho, los principales actores se Documentación y Drogodependencias 57: 10. adscriben a él. Hay quizás una añoranza en esa defensa, un deseo de renovar viejos Conrad, C. (1998) Cannabis para la salud, Barcelo- na: Martínez Roca. tiempos, de recuperar lo perdido. Los ingre- dientes básicos se concretan en una visión EFE (23 de noviembre,1999) más de 40 millones alternativa de la vida, en un cierto inconfor- de personas de la UE han consumido cannabis alguna vez. Ultima Hora 11. mismo frente a los valores generales de la sociedad, en una especie de antimodernis- ENCOD. Documento de lobby hacia el parlamento. Documento obtenido de la página web: icn-dro- mo, en la defensa de un tipo de relación más [email protected] . espontánea entre las personas, etc... Pero la pregunta vuelve a surgir en nuestra mente: y Fagerström K.O., Pomerleau, O. et al., (1994) “Nicotine may relieve symptoms of Parkinson’s en todo ello, ¿qué pinta el porro? ¿Por qué es disease” en Psichopharmacology 116:117-119 el símbolo de una nueva utopía? ¿Se trata del nexo de unión entre generaciones? ¿Es una Farrel, M. (1999) Cannabis dependence and with- drawal. Addiction 94: 1277-1278. propuesta realmente alternativa o más bien reaccionaria, al estilo de Lampedusa cuando Fericgla, J.M. (1994) De las drogas de diseño a los afirmaba “es necesario que todo cambie para ritos de siempre. Integral 8 (173): 58-62. que todo siga igual”? Fericgla, J.M. (1999) “Para llenar el vacío”. Ajoblan- co 8. Fericgla, J.M. (2000) “El árduo problema de la ter- minología” en Cáñamo especial 2000 BIBLIOGRAFÍA Fraga, G. (1998a) Fernanda de la Higuera. Cáñamo (8): 58-61. Antúnez, A. (1999) La marihuana, yerbabuena para Fraga, G. (1998b) Martín Barriuso. Cáñamo (10). el cante. Cáñamo Agosto: 20. Foucault, M. (1990) La vida de los hombres infa- Benjamin, W. (1995) haschisch, Madrid: Taurus. mes. Madrid: La Piqueta. Cabrera, J. (1999) Cannabis ¡Hasta donde! Iª Jorna- Funes, J. (2000) “drogas y adolescencia. Dos ini- das de Expertos en Cannabis de la Comunidad ciaciones simultáneas” en Grup IGIA, Contex- de Madrid, Madrid: Agencia Antidroga, Comu- tos, sujetos y drogas: un manual sobre drogo- nidad de Madrid. dependencias. Barcelona: Pla d’acció sobre Calafat, A., Bohrn, K., Juan M, Kokkevi A, Maalsté, Drogues de Barcelona, Institud Municipal de N. et al (1999) Night life in Europe y recreative Salud Pública y Ajuntament de Barcelona. drug use. Sonar 98., Palma de Mallorca: IRE- Gamella, J.F., Rovira, J., Comas, R., Palmerin, A., FREA. Lligoña, E., Moncada, S., Merlo, P., Costa-Pau, Calafat, A., Stocco, P., Mendes, F., Simon, J., van R., Ureña, M.M., Serra, F., González, S., García, de Wijngaart, G., Sureda, P. et al (1998) Cha- L., Rodríguez, M.D., Llópis Llácer, J.J. (1996) racteristics y Social Representation of Ecstasy Drogas de Sintesis, elementos para el análisis in Europe., Palma de Mallorca: IREFREA. social, la prevención y la asistencia., Madrid:

272 Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis Coordinadora de ONG’s que Intervienen en farmacología de drogodependencia, Bilbao: Drogodependencias. Instituto Deusto de Drogodependencia. Univer- García, D. (1999a) Alaska, la nuestra fue una gene- sidad de Deusto. ración de descartes. Cáñamo febrero (14). Megías, E. (1999) Las representaciones sociales García, D. (1999b) Marihuana y nuevas músicas. sobre drogas en España. En VI encuentro Cáñamo Agosto (20): 24-26. Nacional sobre Drogodependencias y su enfo- que comunitario,. Cádiz: Centro Provincial de Gonzalez-Anleo, J. (1999) “Familia y escuela en la Drogodependencias de Cádiz: 481-499. socialización de los jóvenes españoles” en Elzo, J. Et al., Jovenes Españoles 99. Madrid: Menéndez, E. (1990) Morir de alcohol. Saber y Fundación Santa María: 121-182. hegemonía médica, México: Alianza Editorial y Grinspoon, L. (1999) Opinion piece:Medical mari- Fonca. huana reconsidered. Addiction Research 6, Michaux, H., Hofmann, A., Szasz, T., Usó, J.C. 395-394. Escohotado, A. (1997) Drogas:sustancia y acci- Grinspoon, L., Bakalar, J. (1997) Marihuana, la dente. Archipiélago. Cuadernos de crítica de la medicina prohibida. Prólogo de J.M. Mendilu- cultura 28. ce, Barcelona: Paidós. Navarro, V. (1979) La medicina bajo el capitalismo, Hawkins, S.W. (1990) Historia del tiempo. Barcelo- Barcelona: crítica. na: Crítica. Observatorio Español sobre Drogas (1998) Informe Herer, J. (1999) El cáñamo y la conspiración de la 1, Madrid: Ministerio del Interior, PNSD. marihuana, Cádiz: Castellarte. Observatorio Español sobre Drogas (1999) Informe Heródoto, Marco Polo, Gautier, Baudelaire, Nerval, 2, Madrid: Ministerio del Interior, PNSD. Dumas, Escohotado, A. (1999) El club del Palmer, C. Horowitz, M. (1999) Mujeres Chamán, hachís, Madrid: Mirahuano ediciones. damas iniciáticas. Escritos de mujeres en la Hofmann, A. (1997) “química y destello vital” en experiencia con drogas, Cadiz: Castellarte. Archipiélago 28. Pertwee, R.G. (1999) Medical uses of cannabi- Howell, W. (1998) The politic of pot. The journal of noids: the way forward. Addiction 94, 317-320. addiction and mental health 1, pag.18. Quiroga, M. (2000) “Cannabis: efectos nocivos Hottois, Gilbert (1991), El paradigma bioético. Una sobre la salud” en Adicciones 12, supl. 2 . ética para la tecnociencia (Barcelona: Antho- Rodríguez (1999) Nuevas formas de política y poder pos). en Oltra, B. Sociedad, civilización y culturas Ingold, R, Toussirt, M. (1998) Le cannabis en France mediterraneas. Madrid: Taurus. París: Anthropos. Romaní, O. (1999) Las drogas. Sueños y razones, Junquera, C. (1992) El cannabis: un fenómeno cul- Barcelona: Ariel. tural e imaginario del ayer vigente en la socie- Rosental, E. (1978) Manual para el cultivo de la dad de hoy. Cuadernos de realidades sociales marihuana. Barcelona: Pastanaga ed. 53-72. Ruidíaz, A. (1998) Universidad y drogas, Madrid: Kalamudia, (1999) Kanabiko 2 (boletín informativo). Agencia Antidroga, Comunidad de Madrid. Kokoreff, M. Mignon, P. (1994) La production d’un Shulgin, A. (1997) “Química y destello vital” en problème social: drogues et conduites d’excès. Archipiélago 28. La France et l’Angleterre face aux usagers d’ecstasy et de cannabis. p.-173 Paris: DGLDT/ Solé, M. (1999) “Psicología Transpersonal y terapia Min.Rech.et Ens.Sup. Toxibase. transpersonal” en Ulises Revista de viajes inte- riores 2. Labrousse, A. (1999) El mercado europeo de las drogas y su fuente de abastecimiento. Revista Szasz, T. (1981) La teología de la medicina, Barcelo- análisis.Geopolítica de las drogas 2 (1): 38-44. na: Tusquets. Latour, B. (1992) Ciencia en Acción. Barcelona: Usó, J.C. (1996) Drogas y cultura de masas, Labor. Madrid: Santillana. Meana, J.J. Pantoja, L. (1998) Derivados del can- Woolgar, S. (1988) Ciencia: abriendo la caja negra. nabis: ¿drogas o medicamentos? Avances en Barcelona: Anthropos.

Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; Gil, E.; Llopis, J.J. 273

Vieja historia del cannabis y recientes prácticas preventivas en Europa

MERINO, P.P.

European Monitoring Centre for drugs and drug addiction Administradora científica.

Correspondencia a: Petra Paula Merino EMCDDA. Rua Cruz de Santa Apolonia, 23. 1100 Lisboa (Portugal) e-mail: [email protected]

Abstract Resumen The paper analyses the information provided to the Se analiza las informaciones facilitadas por los pun- EMCDDA by Reitox Focal Points. The information rela- tos focales del European Monitoring Centre for drugs tes to recent developments in drugs prevention pro- and drug addiction (EMCDDA) en cada uno de los esta- grammes for cannabis consumption. It also includes dos miembros de la UE. La información hace referen- an historical perspective on the use of the substance. cia a los desarrollos recientes en los programas de pre- The text points out that in the cannabis arena preven- vención del uso de cannabis. Incluye también una tion is not the principal debate in Europe. This is also reflexión histórica acerca de los usos de esta substan- the case for the treatment of cannabis consumption. cia. El texto señala que en el ámbito del cannabis la The paper highlights a common trend in the context prevención no es el debate principal en Europa. Este of the criminal justice systems. This trend is an incre- es también el caso para el tratamiento del consumo de ase in alternative measures to prison for cannabis cannabis. Llama la atención sobre el impulso que las consumers in the EU Member states. medidas alternativas a la prisión para los consumidores y poseedores de cannabis están tomando en los esta- Key words: Prevention, treatment, cannabis, delta9- dos miembros de la Unión Europea. tetrahydro cannabinol, Europe.

Palabras clave: Prevención, tratamiento, cannabis, delta9-tetrahydro cannabinol, Europa.

1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA droga tiene sentido hablar de la perspectiva histórica esta es sin duda el cannabis. No solo las utilidades remotas que se le atribu- as modas pueden hacer refrescar afini- yen, sino la variedad de ellas, y su populari- dades estéticas que se manifiestan en dad a lo ancho y largo del Planeta, hacen de L diferentes consumos, por supuesto que él un objeto cuanto menos “ curioso ”. no hablo solo del de drogas, todos ellos giran- do en torno a un deseable y mutante estilo Los usos textiles, médicos y eufóricos del de vida. Los gustos por viejas usanzas se cannabis se remontan a la era anterior a la hacen eco generalmente de modas con las nuestra. Planta usada en la antigüedad, los que las recientes generaciones ya han convi- expertos antropólogos le calculan una edad vido, así que a los padres les resulta familiar de 6000 años, pasó a formar parte del reper- lo que sus hijos comienzan a descubrir. Unos torio de remedios de los ya muy avanzados y otros puede que desconozcan lo viejas, médicos chinos, quienes la usaban en el ali- pero viejas, que las modas son. Si en alguna vio de enfermedades tan comunes como la

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 275 malaria o el reumatismo. La memoria musi- abiertos, el interés se sitúa en su estatuto cal, tan relevante en la reciente historia de las legal y en los usos terapéuticos que se le atri- drogas, y me refiero a la historia de las gene- buyen. Hablar de prevención en relación al raciones con las que nos ha tocado convivir, cannabis no es hablar de los aspectos más nos trae a la memoria el uso que del cannabis debatidos. El más manido es sin duda el tra- se hacia en los años 50 en la escena de jazz tamiento legal de esta substancia. Este da europea. En los años 60 y 70, el uso del can- lugar a un colorido mapa Europeo del canna- nabis como substancia euforizante se des- bis. En efecto, se da una amplia gradación en arrolla paralelamente a la cultura hippie. Su el tratamiento legal de la posesión y consu- consumo pasó a estabilizarse en algunos paí- mo y cannabis, desde la tolerancia, hasta la ses hasta su resurgimiento en los finales de aplicación de sanciones administrativas o los 80 en un amplio espectro geográfico y penales más o menos severas. social. En Europa el uso del cannabis se En cuanto a los usos médicos en la Unión extiende como nunca anteriormente. Europea, Alemania es el único país que ha Esta extensión en el uso responde al efec- avanzado en la dirección de permitir el uso de to acumulativo de poblaciones de individuos cannabis para tales fines. Efectivamente, en que iniciaron hace varios años su consumo, 1988 un cambio en la ley de narcóticos dió dónde parece que su evolución se caracteriza paso a el permiso de usar THC con fines tera- por largos períodos de abstinencia total, ace- péuticos. En Holanda se considera la posibili- leraciones y enlentecimientos. Este grupo de dad por parte del gobierno de crear una agen- “viejos” consumidores sería heterogéneo. cia que controle el cultivo y el procesamiento No obstante del incremento reciente en su del cannabis con fines científicos. En UK un consumo podríamos aproximarnos a un fenó- subcomité de la Cámara de los Lores lanzó meno de subcultura perteneciente a las cultu- una investigación en 1997 acerca del uso del ras jóvenes. Las subculturas, estando en los cannabis con fines médicos y reacreaciona- márgenes de la industria cultural al otro extre- les. El sucomité lanzo su informe en noviem- mo de la denominada industria del ocio, bre de 1998 concluyendo que existía suficien- generarían la creación de oportunidades de te evidencia clínica y anecdótica acerca del trabajo, como parte de un sector de la econo- valor médico del cannabis y recomendó que mía marginal, indocumentada por definición. los médicos podrían recetarlo a fin de aliviar La compra, venta y producción de cannabis el dolor y los síntomas de la esclerosis múlti- en este contexto no tendrían lugar en el ple. En los que se refiere al uso recreacional, vacío, sino que estarían íntimamente conec- el subcomité no se mostró favorable a repri- tadas a un estilo de vida. Este es pues otro mir su uso. El gobierno rechazó las recomen- de los aspectos a tener en cuenta en las polí- daciones basándose en la falta de ensayos ticas preventivas. clínicos. Un nuevo estudio clínico comenzó en 1999, los resultados se esperan para 2004.

2. DEBATE SOBRE EL CANNABIS EN LA UE

3. CARACTERÍSTICAS DE LOS CONSUMI- El Observatorio Europea de las Drogode- DORES EUROPEOS pendencias (EMCDDA) ha dedicado este año un capítulo especial al cannabis. La actualidad del tema no está en relación con el hecho de Se tiene constancia de varios tipos de uso que el cannabis sea la droga ilícita mas diferenciado, no obstante el mas común se común en Europa (1), que es cierto, tampoco aproximaría a este patrón: consumo rutinario con la novedad de la substancia, que como resultado de un cierto aprendizaje del produc- ha quedado claro no lo es. En los debates to y de sus efectos. Dentro de la categoría

276 Vieja historia del cannabis y recientes prácticas preventivas en Europa general de consumidores de substancias ilíci- El sujeto se concentraría sobre actividades tas, el grupo de consumidores de cannabis que giran obsesivamente en torno al canna- se caracteriza diferencialmente de aquel que bis, consumo frecuente, rodearse sólo de constituido por los que solicitan asistencia o otros consumidores, reventa. Estos consu- de los que entran en prisión. La norma es la mos dejan de ser recreativos y pasan a ser integración social, diversificada eso sí, carac- de ser un objeto de investimiento total, el terizada por la ausencia de estigmas severos único lugar social que une al individuo a los de carácter médico - legal y la rareza de situa- otros. ciones adictivas. Esta descripción nos sitúa En relación a la asociación, causal o no, frente al hecho de que en la mayor parte de entre cannabis y patologías mentales existirí- la Union Europea el cannabis no se asocie a an según Hall (3) dos hipótesis centrales. La un contexto social o recreacional exclusiva- primera sería que un uso repetitivo de canna- mente. Las percepción más generalizada en bis puede causar la denominada “psicosis de la población tiende a considerar el consumo del cannabis como una acto mundano y no cannabis” – psicosis que nunca aparecería desviado. El cannabis no ha despertado lo sin el uso de la substancia, los síntomas esta- que la autora británica Angela Mcrobbie rían precedidos por un intenso uso del canna- denomina “pánico moral”, como lo habría pro- bis y remitirían cuando se produce la absti- vocado el éxtasis a través de los medios de nencia. La segunda hipótesis es que el uso comunicación social. El consumo de cannabis de cannabis puede precipitar la esquizofrenia, se sitúa en la esfera privada, lo que hace que o exacerbar sus síntomas. Parece existir no sean el vínculo que podría hacer aproxi- algún apoyo clínico en relación a la primera marse a grupos muy diferenciados social- hipótesis. Si bien estos desórdenes existen mente, como es le caso de la heroína, por parecen ser no habituales, pues requieren ejemplo, en el que el consumo callejero. En altas dosis de THC, el uso prolongado de for- Holanda, Cohen y Sas (1997), el cannabis mas de cannabis altamente potente, o una generalmente se encuentra en la historia de cierta vulnerabilidad. Existe mayor apoyo a la consumo precediendo el uso de otras dro- segunda hipótesis. Un amplio estudio pros- gas. No obstante, la gran mayoría de perso- pectivo ha mostrado una relación linear entre nas que han usado alguna vez cannabis la frecuencia con que el cannabis ha sido nunca han experimentado con otras drogas. usado por jóvenes de 18 anos y los riesgos que a lo largo de los 15 anos siguientes una esquizofrenia pueda ser diagnosticada. Sigue siendo poco claro en que momento esto sig- 4. RIESGOS DEL CONSUMO DE CANNA- nifica que el uso de cannabis precipitaría la BIS esquizofrenia o es una forma de auto-medica- cion, o si la asociación se debe al uso de El consumo de cannabis ha sido escasa- otras drogas, tales como las anfetaminas, mente descrito como aquel que dará lugar a que con frecuencia son consumidas por con- problemas de salud. Cuando tales conse- sumidores intensos de cannabis. Existe una cuencias son evocadas, se trata generalmen- evidencia más clara de que el cannabis pueda te de problemas que siguen inmediatamente exacerbar los síntomas de la esquizofrenia. a un consumo preciso. Una implicación clara para los servicios de Según Ingold y Toussirt (6), como riesgos prevención que puede desprenderse de las se han señalado la posibilidad de descom- anteriores constataciones es que los servi- pensación de enfermedades psiquiátricas y la cios de salud mental deberían ser capaces de existencia de conductas de dependencia. Las identificar pacientes con esquizofrenia que segundas afectarían sobre todo a jóvenes en usan alcohol, cannabis y otras drogas y recor- situación de sufrimiento social o psicológico. darles que se abstengan o que reduzcan con-

Merino, P.P. 277 Comparación de los efectos adversos sobre la salud en los usuarios habituales de las sustancias más frecuentes

MARIHUANA ALCOHOL TABACO HEROÍNA

Accidentes de trafico y otros X XX X Violencia y suicidio XX Muerte por sobredosis X XX HIV X XX Cirrosis XX Infarto X XX Enfermedades respiratorias X XX Cánceres X X XX Enfermedades mentales X XX Dependencia/adiciónXXXXXXXX Efectos en el feto X XX X X

(fuente: Wayne Hall, Robin Room y Susan Bondy, Comparing the health and psychological risk of alcohol, cannabis, nicotine and opiate use) siderablemente su uso de substancias psico que viene a enmascarar, o poner en eviden- activas. cia, una patología mental o el consumo de De acuerdo con Hall y otros (5 ), desde la otros productos. En general los usuarios de perspectiva del individuo los problemas mas cannabis no desarrollan problemas relevantes intensos de salud se asociarían al uso diario y que les hagan acudir a los servicios. No obs- continuado a lo largo de los años. La preva- tante en los últimos anos se ha producido un lencia de tales problemas correspondería a la aumento en el numero de clientes que acu- secuencia decreciente siguiente: desarrollo den a tales servicios. La mayoría son jóve- de síndrome de dependencia, desarrollo de nes, algunos de ellos con múltiples consu- bronquitis crónica, implicación en un acciden- mos, generalmente éxtasis y otras drogas, y te de trafico bajo los efectos de las substan- cuya droga primaria referida es el cannabis. cia. En cualquiera de estos casos el riesgo se No obstante el cannabis es registrado de vería aumentado si el cannabis se combina manera mas común como droga secundaria con alcohol o tabaco, o ambos. El riesgo mas en aquellas personas que entran en trata- probable para un usuario ocasional sería el de miento. un accidente de carretera, especialmente si El OEDT no dispone de información deta- su ingestión se combina con el alcohol. llada acerca de las características de los usua- rios de los servicios de apoyo a jóvenes o de aquellos enmarcados en la asistencia sanita- ria primaria. En su mayoría los datos corres- 5. DEMANDAS DE ASISTENCIA Y SUS IM- ponden a los centros de tratamiento especia- PLICACIONES PARA LA PREVENCIÓN lizados. A fin de diseñar medidas preventivas adecuadas sería aconsejable una mejor com- El recurso a los servicios de salud ligados a prensión acerca de la extensión y característi- al consumo de cannabis en la mayoría de los cas de los problemas relacionados con el países de la UE son raros. Se produce gene- cannabis y de un dibujo más claro acerca de ralmente en el cuadro de intervenciones la demanda de tratamiento. En relación a familiares o en aquellas ligadas al medio esto, estas serían algunas de las preguntas escolástico. Pueden asimismo tener lugar en que el OEDT propone para el desarrollo de el marco de una decisión judicial, a través de medidas de prevención en el ámbito de la las medidas de asistencia terapéutica ordena- UE: ¿Los problemas son causados principal- das por un juez. Otra circunstancia que se mente por el cannabis, o existen otras drogas encuentra es la de un consumo de cannabis implicadas incluyendo el alcohol?, ¿es el can-

278 Vieja historia del cannabis y recientes prácticas preventivas en Europa nabis una etiqueta aconsejable para englobar través de medidas legales y represivas, si un conjunto de patologías de salud mental, bien la introducción de medidas alternativas a incluyendo los suicidios, que están creciendo la represión es una práctica que se ha venido entre adolescentes y jóvenes?, ¿hasta que desarrollando en los últimos tiempos. En punto el aumento de la demanda de trata- efecto, las medidas alternativas a la prisión miento refleja un aumento en la prevalencia, en casos de posesión y consumo de canna- frecuencia de uso y la potencia de la substan- bis, es una de las tendencias comunes más cia?, ¿se han producido cambios en los servi- claramente marcadas en los estados miem- cios orientados a la prevención secundaria bros de la Unión Europea. Este hecho se pro- que puedan acoger este tipo de fenómenos? duce paralelamente al incremento de arres- ¿ha afectado a los usuarios de cannabis la tos policiales en relación a la posesión y aplicación de medidas terapéuticas o medi- consumo de cannabis. En este contexto con- das alternativas a la prosecución y a la pri- viene citar que el cannabis puede ser detec- sión? tado en la orina dos semanas después de su uso, incluso durante un periodo mas largo en el caso de consumidores crónicos. Este periodo es considerablemente mayor para el 6. CARACTERÍSTICAS DE LAS PRÁCTICAS PREVENTIVAS EN RELACIÓN AL CAN- cannabis que para otras drogas, dónde gene- NABIS EN LA UE ralmente el tiempo de detección en orina es de uno a tres días. El Observatorio Europeo aún no ha analizado suficientemente como la Las prácticas preventivas no reflejan un política de drogas se aplica en la práctica en tratamiento especial para el cannabis. En relación al cannabis, para ello se necesitarían efecto, de los programas de prevención iden- llevar a cabo estudios que analizaran datos tificados por el Observatorio Europeo tan referidos a la policía y al sistema judicial más sólo una escasa minoría van dirigidos exclusi- en detalle. Teniendo en cuenta que la entrada vamente a la prevención del uso del canna- por vez primera en la prisión aumenta para un bis. En su mayoría se dirigen a prevenir el uso individuo considerablemente las posibilidades excesivo y sólo en última instancia persiguen de iniciar el circulo prisión-libertad-prisión, la abstinencia total. Los materiales informati- estas medidas pueden considerarse benéfi- vos que se editan incluyendo las drogas más cas en términos preventivos globales y con usadas suelen incluir el cannabis. La modali- un impacto positivo en la salud pública. dad informativa que constituyen las líneas de apoyo telefónico también ofrecen asistencia en relación al cannabis. No se ha encontrado, no obstante, ninguna de tales líneas que se 7. ALGUNOS PROGRAMAS DE PREVEN- dedique en exclusiva a los usuarios del can- CIÓN DEL CONSUMO DE CANNABIS Y nabis. Los profesionales debaten la pertinen- RIESGOS ASOCIADOS EN LA UE cia o no de crear programas específicos, la misma cuestión se plantea en los servicios de tratamiento donde se considera la posibili- El informe annual del OEDT de 1999 hace dad de ofrecer asistencia en el marco de referencia a varios programas de prevención. otras intervenciones no específicas. Los citamos aquí de manera yuxtapuesta por En general, la política de drogas en la la utilidad que para algún lector pueda supo- Unión Europea puede considerarse un balan- ner la identificación de prácticas sobre el ce entre la represión y la tolerancia. Por un terreno. lado se intentan controlar los efectos dañinos En la Comunidad flamenca de Bélgica fue del consumo de drogas, y por otro se trata de creado en 1997 un grupo de autayuda para controlar la oferta y disponibilidad de drogas a consumidores de cannabis.

Merino, P.P. 279 En 1997 en Dinamarca se editó material ONGs y otros grupos profesionales a fin de escolar para jóvenes escolarizados entre 13 y poder trabajar en el campo del cannabis. 16 anos. Dicho material incluye folletos infor- Durante algunos años, en Suecia se ha mativos, libros, casetes de vídeo para quie- venido publicando el Libro del hashish, que nes desean conocer más acerca de la droga ha siso distribuido a los padres de adolescen- o para aquellos que experimentan problemas tes. En 1998, fue reemplazado por el libro The con ella. Uno de los folletos informativos está book of drugs, que cubre todas las drogas destinado a los padres y resuelve dudas acer- incluyendo alcohol y tabaco. ca de las características de esta substancia. En Luxemburgo se han organizado una serie de actividades formativas, entre las que BIBLIOGRAFIA se encuentra un seminario sobre el cannabis destinado trabajadores sociales y otros agen- 1. Amador Calafat, Karl Bohrn, Montserrat Juan et tes en el campo de las drogas. al. Night life in Europe and recreative drug use. En Holanda, las actividades de prevención SONAR 98. Irefrea & European Commission. se han dirigido a grupos específicos a riesgo Palma de Mallorca 1999. y se han centrado en el cannabis. Dos cam- 2. Extended annual report on the state of the drugs pañas mas media fueron lanzadas en 1996 y problem in the European Union. EMCDDA. Lis- 1997, una dirigida a los padres y la otra a los bon. 1999. jóvenes. El mensaje central en la campaña a 3. Wayne Hall. Cannabis Use and Psychosis.Natio- los padres fue infórmese usted mismo, y fue nal Drug and Alcohol Research Centre. Sydney diseminada en un amplio sector de medios peper presented at: Problematic Alcohol & Drug Use & Mental Illness Melbourne, de comunicación. La campaña fue reestructu- February 1998.ISBN: 0947229884 Copyright rada para los jóvenes al año siguiente y se NDARC 1988 conectó con otras actividades a nivel local y 4. Angela Mcrobbie. Postmodernism and popular regional. culture. Routledge. London. 1998. En España se han lanzado programas de 5. Harold Kalant, Willian A Corrigal, Wayne Hall et prevención en escuelas dirigidos a jóvenes al. The Health effect of cannabis. The addiction de 12 a 16 anos, implicando, ONGs y comple- resaerch foundation. Toronto. 1999 mentadas con campañas a nivel nacional en 6. Rodolphe Ingold, Mohamed Toussirt. Le canna- las que se usaron folletos, anuncios televisa- bis en France. Paris. Anthropos. 1998. dos y carteles. Los programas de formación 7. Kleanthis Grivas. Cannabis: marihuana – hashish. fueron ofrecidos a profesores, voluntarios de Minerva press. London. 1997.

280 Vieja historia del cannabis y recientes prácticas preventivas en Europa Enfoques preventivos del uso y abuso de cannabis y problemas asociados

AMENGUAL MUNAR, M.

Cap dels Serveis de Joventut. Conselleria de Benestar Social. Govern de les Illes Balears

Correspondencia: Miquel Amengual Munar. Pl. Obispo Berenguer de Palou, 10. 07003 Palma de Mallorca Tel. 971 17 74 40 Fax 971 17 64 67 E-mail: [email protected]

Resumen Summary

Del análisis de los datos disponibles se desprende Analysis of the data leads to the following preventi- que, como criterios generales preventivos: 1) la pre- ve propositions: 1) the prevention of cannabis use vención del consumo de cannabis no puede plantear- cannot be approached normally isolated from other se de manera aislada a la del consumo de otras dro- drugs prevention; 2) a reduction in the level of alcohol gas; 2) la prevención debe incluir como primer and tobacco consumption must be included as a pri- objetivo la reducción del nivel de consumo de alcohol mary objective of cannabis prevention; 3) it could be y tabaco; 3) es necesaria la reducción de la disponibi- useful a reduction in cannabis availability, combating lidad de cannabis, combatir la tolerancia social y fami- social and family tolerance and counteracting the cul- liar hacia su consumo, y contrarrestar la presión cultu- tural and economical pressures that sustain and sti- ral y económica que sostiene y estimula el consumo; mulate its use; 4) at the level of people and groups its 4) en el nivel de las personas y grupos es necesario important reinforcing abilities and skills to face up to reforzar las competencias y habilidades para hacer the pressures, changing the social perception that frente a las presiones a favor del consumo, cambiar la facilitates its use. percepción normativa y la percepción del riesgo res- The most effective ‘universal’ prevention program- pecto del consumo de cannabis. mes are those that do not focus exclusively on canna- Se analizan diversos programas e intervenciones, y bis and which, in addition, are aimed at diverse com- revisiones de programas, con los siguientes resulta- ponents of behaviour whereas those that are based dos: a) los programas universales más eficaces son exclusively on the provision of information do not los que no se centran de manera exclusiva en el can- reduce use or harmful practices; there are few ‘selec- nabis y que, además, apuntan a diversos componen- tive’ programmes directed at groups at risk that con- tes de la conducta, mientras que aquellos que se centrate specifically on cannabis and, in addition, they basan exclusivamente en la transmisión de informa- do not focus on the drug itself but on the modification ción no reducen el consumo ni las prácticas de ries- of a number of risk factors. In general terms all this go; b) no existen prácticamente programas selecti- prevention programmes lack the necessary planning vos, o dirigidos a grupos de riesgo, específicos sobre and evaluation. cannabis. En general, los programas existentes adole- cen de la necesaria planificación, aparecen como res- Key words: prevention, cannabis, programmes, eva- puesta inmediata a necesidades puntuales y no luation, review. siguen ningún procedimiento de evaluación fiable

Palabras clave: Prevención, cannabis, programas pre- ventivos, evaluación, revisión.

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 281 INTRODUCCIÓN siones a tratamiento más elevada sigue sien- do la correspondiente a los opiáceos, está disminuyendo al tiempo que aumenta en l cánnabis es la sustancia ilegal más algunos países la demanda de tratamiento frecuentemente utilizada en los países por cánnabis, que es la principal droga de occidentales. En Estados Unidos, se- E consumo del 2-10 % de pacientes, sobre gún los datos de 1997 (NIDA, 1999), el 80 % todo en los consumidores más jóvenes. aproximadamente de los consumidores de drogas ilegales usan derivados del cánnabis, En España, las últimas encuestas de ámbi- siendo los varones de entre 18 y 25 años los to estatal disponibles indican que el cánnabis que tienen mayores tasas de consumo. En sigue siendo la droga ilegal de consumo más aquel país, entre 1996 y 1997, la tasa de extendido. Según la Encuesta Domiciliaria de incremento del consumo fue considerable- 1997 aproximadamente uno de cada cinco mente menor que la que se observó en años españoles ha probado estas sustancias anteriores. Además, por primera vez en la (21,7%). Se observa un incremento respecto década se registró un incremento en el grado de 1995 y, aunque esto no signifique necesa- de desaprobación de la marihuana entre los riamente que asistimos a un aumento del jóvenes, pese a que no disminuyó su nivel de consumo en la población general, parece que disponibilidad y facilidad de obtención. Sin se confirma la expansión en la población juve- embargo, hay datos que obligan a moderar el nil y adolescente que evidenció la Encuesta optimismo: aumentaron las intervenciones Escolar de 1996. En esta población se incre- de urgencia relacionadas con los efectos mentan todos los indicadores de consumo adversos del uso de los derivados del cánna- que alcanzan un 15% en el último año y un bis, creció el porcentaje de inicios de trata- 7% en el último mes. Un 2,6% de los espa- miento por uso de cánnabis, y esta sustancia ñoles de 15-65 años puede considerarse que ya supera a la cocaína como droga más son consumidores habituales de cánnabis detectada en orina entre los detenidos por (Observatorio Español sobre Drogas, 1999). cualquier causa. En una línea concordante son los datos del En Europa la situación es parecida. El infor- estudio comparativo de la vida nocturna y uso me de 1999 del Observatorio Europeo de las recreativo de drogas en diversas ciudades Drogas y las Toxicomanías indica que el cán- europeas (Calafat y otros, 1999). Según este nabis es la sustancia ilegal más frecuente- estudio, el 11,3% de los jóvenes utilizan cán- mente utilizada en todos los países (EMCD- nabis varias veces a la semana, y un 10% lo DA, 1999). Pese a las diferencias entre consumen cada día. Cuando se consume países, se observa una tendencia a la conver- más de una sustancia tóxica, en el 88,1% de gencia: en los países de prevalencia más ele- las combinaciones está presente el cánnabis, vada, el consumo tiende a estabilizarse o a y la mitad de los policonsumos incluyen alco- descender, mientras que en los de prevalen- hol y cánnabis. Además, el 24,2% de los cia más baja, el nivel de consumo está cre- usuarios de cánnabis creen que les sería muy ciendo. Por otra parte, el consumo de cánna- difícil renunciar a su consumo. bis no está vinculado a ningún contexto La situación descrita no apunta ninguna específico social o de ocio, ni a ningún grupo señal de cambio significativo, por lo menos en concreto, lo que da idea del carácter de nor- el sentido de que a medio plazo se produzca malidad de esta práctica y de su nivel de una reducción sensible del consumo. Sin penetración en nuestra sociedad. Según los duda, las drogas satisfacen una necesidad diferentes países, alcanza porcentajes de uti- social para la que nuestra sociedad no dispone lización del 10-30 % entre los adultos, del 5- ningún otro producto ni actividad alternativos. 40 % entre los jóvenes de 15 a 16 años, y del Sólo cabe plantearse su reducción en la medi- 16-40% entre los jóvenes de alrededor de 25 da en que seamos capaces de generar un años. Además, aunque la proporción de admi- cambio importante en las formas de satisfacer

282 Enfoques preventivos del uso y abuso de cannabis y problemas asociados las necesidades personales y sociales de una que podrían incitar al consumo. Tales mani- parte cada vez mayor de la población, lo que festaciones denotan un manejo del concepto nos introduce de lleno en la prevención. de prevención totalmente ajeno al discurso Esta es una tarea tanto más urgente por preventivo, y un asombroso desconocimiento cuanto de cada vez más se confirman las de los avances hechos en este campo duran- sospechas de los efectos del THC sobre te los últimos veinte años. diversas estructuras cerebrales, sobre el sis- Porque también puede haber un discurso tema endocrino y sobre el sistema inmunoló- científico de la prevención. Para ese discurso, gico, con las consiguientes repercusiones la prevención es un concepto que va más allá sobre las funciones cognitivas, de memoria, del significado común de esta palabra o, por manejo de emociones y afectos, sistema lo menos, no se limita a su concepción pura- motivacional y de conducta en general, y su mente informativa. inevitable impacto en el nivel de desempeño Ya en 1981 el grupo de expertos reunidos en diversos aspectos de la vida individual, por el Comité Europeo de Salud Pública se familiar, comunitaria y social. afirmaba en su informe final: “una acción de prevención primaria tanto en lo que concierne a la educación para la salud como a la inter- 2. REQUISITOS GENERALES DE LA vención en el ecosistema, necesita un cono- PREVENCIÓN cimiento apropiado de los elementos etiológi- cos: es decir, los factores de riesgo y los factores para la defensa y protección. Exige 2.1. La prevención como tarea sistemati- igualmente un conocimiento y una verifica- zada. ción experimental de la metodología en pre- vención primaria. En tercer lugar, toda inter- El significado corriente de la palabra pre- vención implica igualmente un procedimiento vención es bastante claro. Se trata de una de evaluación permanente” (Comité Europé- opinión, generalmente desfavorable, acerca en de Santé Publique, 1981). de alguien o algo. En consecuencia, prevenir Cuando hablamos de prevención nos refe- es informar o avisar de un riesgo, con la rimos, por tanto, a un conjunto sistemático y intención de influir o predisponer a una per- organizado de actuaciones tendentes a evitar sona contra algo. o reducir la manifestación de un problema o Esta palabra, trasladada sin más al discur- de sus consecuencias. so político, técnico e incluso científico, cuan- Esta sistematización requiere: do se refiere al consumo de drogas, se con- vierte en uno de los comodines y recursos a) Una definición del problema que se quiere más ambiguos que se conocen. En su aplica- prevenir, de su dimensión y de las perso- ción práctica, eso que se llama hacer preven- nas que están expuestas a padecerlo. De ción, puede llegar a significar casi cualquier esta manera podrán establecerse las cosa. Demasiado a menudo se conserva su metas, es decir, los objetivos generales o significación popular y se identifican preven- efectos (outputs) genéricos de la preven- ción e información, a pesar de que hay sobra- ción que se va a emprender, los recursos y das evidencias de que la información, siendo servicios que se deberán movilizar o imple- un componente importante de la prevención, mentar, las poblaciones destinatarias y los no agota todo su significado. Por eso no es indicadores para la evaluación. extraño que, incluso en reuniones de exper- b) Un marco teórico que dé cuenta de los fac- tos sobre drogas, se puedan escuchar mani- tores que contribuyen o evitan la aparición festaciones de desconfianza hacia la preven- del problema definido, y de los mecanis- ción u opiniones como que la prevención no mos que favorecen o que disminuyen el debe hacerse a edades muy tempranas por- riesgo. De esta manera se podrán definir

Amengual, M. 283 los cambios específicos que se van a per- La falta de planificación en lo que concierne seguir y en qué grupos determinados de la a la prevención lleva a confundir los niveles, a población, y mediante qué organización de perseguir objetivos poco realistas, al fracaso y servicios. al descrédito general de la prevención. c) Una estrategia de intervención, es decir, No hay una prevención única y general. un conjunto de acciones que modifiquen Aunque puede haber una finalidad última aquellos factores, lo que también implica para la prevención que pueda ser compartida un conocimiento de los procedimientos a por los distintos enfoques, como es la pro- través de los cuales es posible producir moción de estilos de vida y comportamientos algún cambio favorable en los comporta- saludables, lo que esto signifique también mientos individuales y sociales determi- puede ser muy variable. No es lo mismo pre- nantes del problema. De esta manera venir el inicio que intentar un uso razonable o podremos determinar quienes van a inter- evitar consecuencias adversas del consumo venir, la secuencia de actividades que han de drogas. Cada uno de estos objetivos se de llevar a cabo y los objetivos operativos o dirige a individuos diferentes, en contextos resultados (outcomes) concretos que se distintos y con métodos diferentes. han de producir con cada una de ellas. En un segundo nivel, también es importan- d) Finalmente, la evaluación. Porque, al hablar te distinguir, por ejemplo, entre comporta- de prevención hablamos de tentativas más mientos de inicio o que pueden llevar al inicio o menos logradas, ya que la intencionali- del consumo, uso ocasional de drogas, uso dad preventiva no se verifica en todos los regular o frecuente y abuso de drogas. Cada casos. La eficacia preventiva de un progra- una de estas conductas se establece a través ma sólo puede establecerse con posterio- de distintos caminos, genera dinámicas parti- ridad, a través de una cuidadosa evalua- culares en el sujeto y en su entorno, puede ción. Esta evaluación permitirá, en primer tener consecuencias diferentes y requiere lugar, comprobar si se han conseguido los estrategias de intervención específicas, por resultados esperados; en segundo lugar, lo que es necesario adoptar unos objetivos comprobar si la estrategia diseñada, las claros que orienten nuestra intervención. técnicas utilizadas, los mediadores implica- La prevención no significará nada si no se dos, etc. son útiles para la prevención; define qué es lo que se quiere prevenir. Pero finalmente, comprobar si la teoría que ello requiere una gradación de objetivos. Por habíamos elaborado, y en la que se basaba eso es importante establecer unas metas el programa, tiene algún valor. que orientarán la tarea. Pero estas grandes metas no pueden ser los objetivos de los pro- 2.2. La necesidad de planificación. gramas ni de la intervención.

Los cuatro pasos que se acaban de señalar, recogen los rudimentos de la planificación. 2.3. Metas generales. La planificación no es sólo una quimera de mentes cuadriculadas y personalidades obse- La mayoría de los programas preventivos sivas, cuya finalidad es acabar con lo que asumen al menos una de las cinco concep- tiene de vivo la experiencia. Es cierto que en ciones clásicas de lo que debe perseguirse algunos casos la planificación puede limitar y con la prevención (Hawkins, Lishner y Catala- anular la capacidad de intervención y la creati- no, 1985): vidad, y que a veces substituye la interven- 1. Lo que se debe prevenir es el abuso de ción o la retrasa, y se convierte en una excusa drogas, entendido como patrón de uso para no hacer nada. Pero cualquier actividad patológico. La definición de uso patológico requiere un mínimo de planificación, ya sea se basa en distintos criterios, como, por consciente o inconsciente. ejemplo, los que establece el DSM-IV.

284 Enfoques preventivos del uso y abuso de cannabis y problemas asociados 2. Un segundo tipo de conducta que se no del consumo de una droga es uno de podría prevenir es el uso regular de drogas, los mejores predictores del abuso poste- independientemente de si este uso es o rior de esta y de otras drogas. Existe abun- no causa de otros problemas en las distin- dante información sobre este punto a par- tas áreas de desempeño del sujeto. Este tir de los estudios clásicos de Kandel planteamiento se justifica por las conse- (1978, 1982). De hecho, hay acuerdo en cuencias desfavorables para la salud que considerar que cuanto antes se inicie el se ha podido comprobar que tiene el uso consumo será más difícil mantenerlo den- de determinadas drogas. De ello también tro de unos márgenes razonables. Por otra se deriva que la intervención preventiva parte, la mayor implicación en el consumo sólo estará justificada en la medida en que de una droga se convierte en un factor de el tipo de uso que se quiere evitar es una riesgo para el uso de otras drogas, lo que causa conocida de un problema de salud. nos lleva al quinto tipo de objetivos. 3. Desde otro punto de vista, podemos inten- 5. Un grupo interesante de objetivos es el que tar prevenir cualquier uso de drogas en la considera prioritaria la prevención de dro- adolescencia, y cualquiera que sea su fre- gas específicas y, de manera más concreta, cuencia e independientemente de los pro- plantea centrarse en algunas drogas como blemas que ocasione. Es un objetivo razo- el tabaco, el alcohol y los derivados del cán- nable si entendemos que el uso de drogas nabis, unánimemente consideradas subs- en la adolescencia puede tener un impacto tancias de inicio al consumo de otras dro- negativo en los procesos de cambio que gas. Se ha comprobado que el uso de una caracterizan este período. Además, el ries- droga habitualmente se establece a partir go de uso de drogas parece incrementarse de un determinado consumo previo de otra durante la adolescencia y no se puede des- substancia. Así, el consumo de alcohol o de cartar que para muchos adolescentes la tabaco precede al consumo de derivados experimentación con drogas cumpla algún de cánnabis, los cuales a su vez preceden papel, en unos casos favoreciendo y en el consumo de otras drogas ilegales (Kan- otros estorbando su tarea de separación del, 1978). Además, cuanto mayor sea el del adulto y formación de su identidad. Sin consumo de alcohol o de tabaco, mayor embargo, la meta de prevenir el uso ado- será la probabilidad de consumo de cánna- lescente de drogas es demasiado ambigua bis; de la misma manera, cuanto mayor sea y puede llevar a planteamientos bastante el consumo de cánnabis, también será opuestos, por lo que debe matizarse mayor la probabilidad de consumo de otra mediante otras consideraciones que per- droga del siguiente nivel, etc. (Calafat, mitan determinar los objetivos y las estra- Amengual, Farrés y Monserrat, 1983; Cala- tegias. Por ejemplo, según el tipo de droga fat, Amengual, Mejías y Borrás, 1989; y las consecuencias que se le atribuyan, Amengual, Calafat y Palmer, 1993). En cual- sería posible preconizar tanto el uso res- quier caso, es importante elegir cuál será la ponsable como la abstinencia de drogas. droga (o drogas) sobre la que se centrarán los esfuerzos preventivos, y decidir si el 4. Otra finalidad posible es retrasar la edad de objetivo será retrasar su inicio, la experi- inicio. Parece una meta limitada que, ade- mentación, el uso regular o el abuso. más, da por supuesto que el uso de dro- gas es inevitable. Sin embargo, es un plan- Posteriormente Hawkins y colaboradores1 teamiento realista y de gran importancia han añadido dos nuevos objetivos posibles. preventiva. Según se desprende de los 6. Los esfuerzos preventivos deberían dirigir- estudios epidemiológicos, el inicio tempra- se a controlar las circunstancias que impli-

1 Citado por Gilchrist (1991).

Amengual, M. 285 can un riesgo personal o de terceras per- es necesario modificar para alcanzar las sonas como consecuencia del consumo metas señaladas. de drogas. Se citan, como ejemplo, condu- La elección del origen de los datos de cir o mantener relaciones sexuales bajo los observación no es indiferente. La clínica, efectos del alcohol. Se trata, en definitiva, puesto que extrae sus datos a partir de las de evitar las conductas dañinas que se personas que aparecen con el problema, pueden producir bajo los efectos de las plantea la dificultad de establecer si las carac- drogas, o de minimizar algunos de los posi- terísticas observadas son antecedentes o bles efectos adversos del consumo. realmente una consecuencia del consumo y 7. Finalmente, otra de las metas será comen- de la dinámica que genera. Por eso mismo, zar la prevención cuanto antes, en la pri- los datos de la clínica nos proporcionan infor- mera infancia, para neutralizar los precur- mación sobre consecuencias evitables del sores del consumo. No obstante, los consumo, y de las secuencias con que se objetivos específicos que se desprenden manifiestan. de este enfoque todavía no se sustentan En cuanto a los estudios sociales y epide- en evidencias empíricas, sino más bien en miológicos, muchas veces se limitan a descri- modelos teóricos que establecen relacio- bir cantidades consumidas y frecuencias, y nes entre determinadas situaciones psico- sus relaciones con variables sociodemográfi- lógicas o sociales, algunos comportamien- cas. Aunque su contribución al conocimiento tos inadaptados y el consumo de drogas. del problema es interesante, su interés pre- Parece evidente que la adopción de unas u ventivo es más bien limitado. Muchas de otras de estas metas guiará tanto el tipo de estas variables no son modificables, y sólo estudios etiológicos que se emprendan para permiten afinar en la selección de los desti- definir los objetivos específicos, como para la natarios (por ejemplo, sexo y grupos de selección de los destinatarios y de las estra- edad). Mayor interés tienen los estudios que tegias de la prevención. describen características del comportamien- to, relaciones o actitudes de consumidores y no consumidores y su entorno. Cuando los 2.4. Para definir los objetivos. estudios son longitudinales, el análisis de estos componentes permite determinar Establecidas las metas, es necesario defi- secuencias en la progresión, factores antece- nir unos objetivos precisos. dentes, etc. Estos factores se suelen deno- Mientras que las metas pueden entender- minar de riesgo y de protección. se como objetivos generales o efectos gené- El interés por los factores de riesgo proce- ricos que debe perseguir la prevención, los de de una de las últimas evoluciones de la objetivos específicos son aquellos efectos epidemiología, que extendió su objeto de que deben alcanzarse como resultado de un estudio desde la descripción de la enferme- proceso planificado de intervenciones, en dad a los factores que influyen en la misma. unas situaciones concretas de necesidad que El análisis de estos factores y de su evolución se particularizan en unos colectivos y constituye hoy uno de los objetos de estudio momentos bien definidos. A su vez, cada más importantes para el control de las enfer- intervención deberá alcanzar unos resultados medades, y su metodología ha trascendido el inmediatos, acordes con los objetivos especí- campo puramente sanitario para alcanzar al ficos. conjunto de los comportamientos humanos. Los objetivos se suelen definir a partir de Por lo que concierne al consumo de dro- observaciones de la clínica y de los estudios gas, se han identificado numerosos factores epidemiológicos. Unas y otros nos informan de riesgo. Algunos de ellos aparecen de de factores antecedentes, características del manera insistente en la mayor parte de los consumo y riesgos asociados al mismo que estudios y parecen bien establecidos. Otros

286 Enfoques preventivos del uso y abuso de cannabis y problemas asociados de esos factores no parecen tan consisten- evidencia es modificada según los intereses tes, en los diferentes estudios tienen com- de los promotores de los programas. portamientos distintos, o incluso contradicto- Tal vez no hace falta llevar la crítica tan rios, y quizá están sujetos a la influencia de lejos. Es evidente que la teoría no puede otras variables (como la edad o el sexo) o estar al margen de los datos y proponer obje- están condicionados por otros factores que tivos inútiles. Pero, como se ha visto, el pro- actúan antes. El lector interesado puede blema no es este. La dificultad no está en encontrar excelentes resúmenes de esos fac- que los objetivos sean irrelevantes, sino en tores, ordenados por áreas de influencia que sólo alimentan un proceso que no (Hawkins, Catalano y Miller, 1992; Peterson, encuentra continuidad y coherencia con Hawkins y Catalano 1992; Moncada, 1997). fases posteriores (Martín, 1995). De ahí el papel que todavía corresponde a 2.5. Cómo integrar los objetivos: el la teoría, entendida como conjunto de postu- papel de la teoría. lados coherentes entre sí, que describen las relaciones entre variables y explican las cau- Los programas con expectativas muy con- sas de estas relaciones. cretas y de alcance limitado, pese a un evi- dente potencial preventivo, debido a la falta Los datos de observación sólo adquieren de una teoría integradora, se detienen en un sentido a través de su interpretación. Es la abordaje demasiado parcial del problema. De teoría lo que confiere ese sentido, por lo que esta manera, el impacto que tienen como también es a partir de la teoría que podemos conjunto es más bien escaso. Secuenciar los discriminar qué datos son pertinentes y cuá- objetivos en una teoría integradora permitiría les no, y la teoría orienta de esta manera la introducir en el programa otros componentes observación. También es la teoría lo que nos que abordarían cada uno unos objetivos permite arriesgar hipótesis sobre el compor- desde distintos ámbitos y a través de múlti- tamiento futuro de algún aspecto de la reali- ples intervenciones. dad. Sin embargo, en su visión de la historia de Por eso, la teoría debería tener un papel la prevención, Hansen (1996) distingue tres más central en el campo de las drogodepen- períodos según el tipo de factores la han diri- dencias y guiar tanto la observación como las gido: intuición, teoría y datos. El período intervenciones preventivas y terapéuticas. orientado por la intuición ha dado lugar a pro- Que muchos programas preventivos carez- gramas del tipo DARE que han tenido escaso can de base teórica no es por falta de teorías. o nulo efecto. El período de los programas En una reciente revisión (Becoña, 1999 a) basados en la teoría ha sido más fructífero, aparecen descritas veintiuna teorías y mode- pero, desde su perspectiva, el desarrollo de los de complejidad diversa, seleccionadas por la ciencia de la prevención requiere el aban- su actualidad, relevancia y apoyo empírico. dono de la orientación teórica y basarse sólo Disponer de programas basados en la teo- en la evidencia empírica sobre las variables ría comporta ventajas tanto para el propio relacionadas con el uso de drogas. Concluye programa como para su evaluación (Becoña, que la prevención ya debería abandonar los 1999 b). métodos que pretenden modificar variables que tienen una débil relación estadística con el uso de drogas. 2.6. El diseño de las intervenciones. Una posición semejante podemos encon- trar en Gorman (1998), para quien la mayor Un elemento fundamental en el diseño de parte de programas y sus evaluaciones no se las intervenciones preventivas es la elección basan en la evidencia empírica, e incluso esta de sus destinatarios.

Amengual, M. 287 En el contexto de la prevención primaria se la droga que aparece con mayor frecuencia han ensayado taxonomías diversas. Catalano en el policonsumo (ver tabla 1). y Dooley (1982) distinguen entre prevención primaria proactiva y reactiva. Tabla 1. Frecuencias de policonsumo de • Proactiva: estrategias de acción que inten- cánnabis con otras substancias tan prevenir la ocurrencia de factores de Combinaciones % riesgo. Con alcohol 50.6 Con alcohol y éxtasis 8.4 • Reactiva: estrategias de acción que inten- Con alcohol, éxtasis y cocaína 7,8 tan preparar al sujeto para reaccionar de Con alcohol y cocaína 2.0 forma efectiva en las situaciones de riesgo. Cowen (1985) distingue entre: (Calafat y otros, 1999) • Prevención primaria en el ámbito de los sistemas: se dirige a reducir las fuentes o Llama la atención el 8,4% que lo consume factores de riesgo, e incrementar las opor- con éxtasis, combinación que parece extraña tunidades para vivir de forma adecuada en y de la que no se habla mucho. un contexto social dado. Los datos indican que no parece justificado • Prevención primaria centrada en la perso- emprender programas de prevención especí- na: un objetivo es aumentar la capacidad fica del consumo de cánnabis, aislados de las de las personas para afrontar eventos y otras drogas. Los consumidores de cánnabis situaciones de riesgo. Esta prevención no poseen características que les diferencien puede estar: de los consumidores de otras drogas, al - Focalizada en la situación: centrada en menos en las primeras etapas del consumo. las personas que sufren situaciones No parece que exista un riesgo específico conflictivas y de riesgo, para reducir la que predisponga al consumo de cánnabis. probabilidad de que tengan consecuen- Mientras no dispongamos de otras eviden- cias negativas. cias, hay que pensar que existe un riesgo general de consumo de drogas que se orien- - Focalizada en el fortalecimiento de las ta hacia una u otra droga en función de la dis- competencias: intenta dotar a grupos ponibilidad de cada substancia y de la expe- todavía no afectados de las competen- riencia previa con otras substancias. cias y habilidades que refuerzan sus pro- pias capacidades adaptativas. En cualquier caso, lo que sí parece que sería importante es incidir en los riesgos del Un programa preventivo debería incluir policonsumo. estrategias complementarias para modificar el conjunto de factores implicados y alcanzar 2) El primer objetivo es la reducción del con- a la totalidad de la población según sus ries- sumo de alcohol y tabaco. gos respectivos. El inicio del consumo generalmente se establece con el alcohol o el tabaco. Cuanto antes se empieza con estas drogas, el riesgo de uso de otras substancias es mayor y, ade- 3. OBJETIVOS RESPECTO DEL CONSUMO más, se incrementa la probabilidad de alcan- DE CÁNNABIS Y SUS CONSECUENCIAS zar niveles elevados de adicción. Según muestran los datos, la siguiente La prevención del consumo de drogas no droga que hace su aparición es el cánnabis, y puede plantearse de forma aislada. bastante más tarde las diversas derivadas de El cánnabis es la substancia ilegal usada las anfetaminas y de las que se denominan, con más frecuencia. Su consumo se ha esta- más propia o impropiamente, drogas de dise- bilizado en las frecuencias altas. Es también ño.

288 Enfoques preventivos del uso y abuso de cannabis y problemas asociados Tabla 2. Edades de inicio de consumo go percibido (como son las drogas legales) aumenta la probabilidad de recibir incitacio- MÍNIMO MÁXIMO MEDIA nes para usar drogas del siguiente nivel; la Alcohol 13,3 15,9 14,6 repetición de estas incitaciones aumenta la Tabaco 14,1 16,0 14,8 probabilidad de que se acepte, etc. (Calafat, Cánnabis 15,2 17,1 16,0 Amengual, Monserrat y Farrés, 1983; Calafat, Anfetaminas 16,2 19,2 17,7 LSD 16,3 20,6 17,7 Amengual, Mejías y Borrás, 1989; Amengual, Éxtasis 16,5 19,9 18,4 Calafat y Palmer, 1993). Cocaína 17,7 20,7 19,3 Una primera conclusión útil para la preven- Heroína 17,8 21,1 19,4 ción, es que la prevención debe empezar por las drogas legales o, por lo menos, por aque- (Calafat y otros, 1999) llas que los destinatarios del programa estén En un seguimiento de adolescentes a un más próximos a consumir. año y a cuatro años se ha visto que el nivel Pero, además, estos datos merecen otras de uso de tabaco puede predecir el uso de reflexiones. alcohol un año después, y que aquellos que Es notorio que el consumo de drogas incrementan su consumo de tabaco también empieza con el alcohol y tabaco, que son dro- aumentan el de alcohol durante los siguien- gas legales e institucionalizadas, a unas eda- tes cuatro años. Pero el uso de tabaco es des en que está prohibida su venta a los jóve- mejor predictor del uso de cánnabis que de nes. No es, por tanto, el caso de un comercio alcohol; los mayores fumadores de tabaco no ilegal y clandestino, sino una práctica que lle- sólo se manifiestan más fácilmente como van a cabo ciudadanos a los que no se les consumidores de cánnabis al cabo de un año, conoce ningún interés en producir perjuicio a sino que también aumentan más rápidamen- los jóvenes. te su consumo de cánnabis en los siguientes Lo que esto pone de manifiesto es que cuatro años (Duncan, Duncan y Hops, 1998). existe un determinado grado de tolerancia Estos hallazgos son coherentes con la teo- familiar y social cuya modificación puede ría secuencial que sostenemos, basada en el constituir un importante objetivo preventivo, modelo de carreras de desviación de Becker ya sea mediante medidas de refuerzo de la (1963): las conductas desviadas se desarro- normativa y de vigilancia de un cumplimiento, llan en una secuencia de etapas que se cons- de apoyo a la función de control familiar, o de tituyen como itinerarios o carreras de desvia- fomento de alternativas de uso de tiempo ción progresiva. libre y de consumo por parte de los jóvenes. Para la mayor parte de adolescentes, la dis- Por otra parte, un somero análisis de las ponibilidad de una droga aumenta la probabili- estrategias publicitarias para incitar al consu- dad del primer consumo; la probabilidad de mo de alcohol y de tabaco nos puede ense- repetir el consumo de una droga determinada ñar el papel simbólico que representan en el es más elevada después de un primer consu- imaginario colectivo, y el tipo de necesidades mo experimental: el uso frecuente de una que supuestamente están destinadas a droga de bajo nivel de riesgo percibido (como cubrir. De esta manera podríamos definir un las drogas legales) aumenta la probabilidad tercer grupo de objetivos relacionados con de recibir incitaciones para usar drogas del los déficits personales que afectan en mayor o menor medida a todas las personas. siguiente nivel y la repetición de incitaciones aumenta la probabilidad del primer consumo; la probabilidad de repetir el consumo de una 3) También conviene explorar el contexto del droga determinada es más elevada después consumo. A partir de los datos sobre lugares de un primer consumo experimental; el uso de reunión de los jóvenes, se observa que frecuente de una droga de bajo nivel de ries- los usuarios de cánnabis (como los de alco-

Amengual, M. 289 hol) tienden a reunirse significativamente Ya Béjerot (1981) definió la probabilidad de más a menudo en bares, mientras que los contagio de la conducta como la suma de los consumidores de éxtasis prefieren las disco- factores de susceptibilidad personal y de tecas. exposición ambiental. Cuando la exposición De esta manera, los programas de reduc- es elevada (disponibilidad, ambiente, presión ción de riesgos tienen mayor probabilidad de grupal), no es necesario ser demasiado sus- alcanzar a su público si se despliegan en ceptible. Cuando una conducta es adoptada estos lugares. por un número suficiente de personas (o se cree que es así), pasa a ser la conducta Por otra parte, la motivación principal de vigente. los jóvenes para salir de su casa es para La disponibilidad de una droga, por su encontrarse con los amigos o para escuchar parte, ejerce un importante papel: conside- música. rando sólo a los que han usado alguna droga, Se deduce, en primer lugar, la importancia entre la primera oportunidad u ofrecimiento primordial del grupo como lugar de intercam- de consumo y la primera vez que probaron bio, de socialización, de incorporación de esa droga, transcurrió menos de una año valores y de hábitos diversos. Y esto tiene (Van Etten y Anthony, 1999). una importancia tanto para los objetivos Esto nos lleva, por otro camino, el cambio como para las estrategias. de la percepción normativa como objetivo No puede esperarse de un programa pre- para la prevención ventivo apartar al joven de lo que es un También cabe destacar, en este apartado, medio para la formación de su identidad. Los el papel de la música como lazo de unión programas que pretenden hacer del joven un entre los jóvenes, al tiempo que cada estilo individuo al margen de las tendencias de un musical permite una identificación particular grupo de referencia están condenados al fra- con un grupo y diferenciarse del resto. caso. De lo que se trata, tal vez, es de inten- No se ha explorado la posible eficacia de tar cambiar la referencia normativa del grupo. los mensajes musicales. Tal vez el recuerdo Y siempre, aprovechar las fuerzas que pone de la ñoñería de los curas, frailes y monjas en funcionamiento la dinámica grupal, a favor cantores que proliferó en los años sesenta, de los objetivos preventivos. nos espanta. No obstante, sin caer en ese Téngase en cuenta, además, que en el ran- espectáculo lamentable, parece que una king de drogas preferidas el cánnabis es la música comprometida con los valores actua- segunda (21,2%), por detrás del alcohol les, podría hacer algo más que promover el (38,2%) y muy por encima del éxtasis consumo de cánnabis y otras drogas. (11,0%) y las otras drogas, y según su per- Como se recoge en un artículo aquí mismo cepción, es la droga de moda en Europa (Calafat y Juan, 2000), alrededor del cánnabis (Calafat y otros, 1999).. existe una cultura pretendidamente alternati- El atractivo del cánnabis es importante. va, que se basa en un conjunto de plantea- Pero también sabemos de qué manera arras- mientos ideológicos y místicos de la más tra el deseo percibido. El valor que conferi- variada procedencia. Este cultura sistemática- mos a un objeto aumenta cuando creemos mente reinterpreta de manera interesada la que los demás lo valoran. Este efecto es bien historia y los datos científicos acerca de la conocido tanto en economía como en psico- planta, sus derivados y su consumo. Es difícil logía social (el fenómeno de la universaliza- calcular el potencial económico que la sostie- ción). El riesgo del consumo no depende sólo ne a través del comercio y la publicidad de de las características de la substancia. Tam- grandes empresas. Pero resulta evidente que bién depende de la significación psíquica y nos enfrentamos a hechos muy parecidos a social que se le atribuya. los que mantienen el consumo de alcohol y

290 Enfoques preventivos del uso y abuso de cannabis y problemas asociados de tabaco en los niveles actuales. Cualquier mos. La evidencia procede tanto de los estu- programa preventivo debería tener entre sus dios longitudinales, como del seguimiento principales objetivos contrarrestar los efectos del uso comunitario de drogas. No tener de esta presión al consumo. miedo a las consecuencias del uso de una substancia es un buen predictor del uso pos- terior de la misma (Petraitis y otros, 1998). 4) Las conductas de riesgo también pueden También se ha podido encontrar una clara constituir una base para la definición de obje- relación entre la percepción de consecuen- tivos. cias dañinas y de desaprobación social del Ya se ha mencionado el policonsumo (par- consumo de cánnabis, y la disminución de ticularmente con alcohol y éxtasis) de los todas sus frecuencias de uso (Bukoski, consumidores de cánnabis. Pero hay más. La 1991). probabilidad de conducir un vehículo bajo influencia de las bebidas alcohólicas no afec- ta sólo a los consumidores de alcohol. Tam- 5) El consumo de cánnabis, como el de otras bién es significativamente mayor entre los drogas, está relacionado con determinadas usuarios de cánnabis. Riesgo que se añade al disposiciones personales cuya modificación propio de conducir después del consumo de puede constituir un importante objetivo pre- esa substancia. ventivo. La prevención orientada a evitar el uso de Los consumidores de frecuencias más vehículos bajo los efectos del alcohol o de altas tienen también una puntuación significa- drogas es un objetivo prioritario. Máxime tivamente mayor en la Escala de Búsqueda cuando sabemos que el uso de drogas está de Sensaciones de Zuckerman y una mayor asociado al ocio y que a menudo el disfrute probabilidad de tener comportamientos aso- del ocio significa el desplazamiento de un ciales (Calafat y otros, 1999). lugar a otro. Una evidencia de este riesgo es En una revisión de estudios longitudinales que la mayoría (65%), se desplazan a dos o aparece una estrecha relación entre uso de tres sitios durante la noche, y el 14% acude a substancias ilegales y la vinculación con com- más de cuatro. Los desplazamientos se reali- pañeros que tienen conductas desviadas y, zan en el propio vehículo (35,9%) o en el de en menor grado, desvinculación o rebelión un amigo (28,8%), siendo minoritario el uso contra las instituciones encargadas de la de transporte público (Calafat y otros, 1999), socialización, como pueden ser la religión, la que, además, en muchos lugares no está dis- escuela y la familia (Petraitis y otros, 1998). ponible de noche. Esta frecuencia de despla- En este orden de cosas, también se sabe zamientos combinada con el uso de alcohol y que la adolescencia representa el proyecto drogas tiene un resultado: los accidentes de de hacerse adulto. Este proceso no siempre tráfico son la primera causa de muerte entre es fácil, y está marcado por diversos intentos 15 y 24 años, y la segunda, después del o ensayos en el área de la construcción de la SIDA, entre los 25 y 34 años (Martínez y Llá- identidad, del establecimiento de relaciones y cer, 1998). del ejercicio de los distintos roles. La llamada La percepción del riesgo que implican crisis adolescente y muchas de sus manifes- determinadas conductas disminuye significa- taciones deben situarse en este contexto. tivamente a medida que el consumo se hace Pero hay factores que pueden entorpecer el más frecuente. Sin embargo, pese al descré- proceso. El uso de cánnabis, y posiblemente dito de las estrategias basadas en el miedo, el uso de todas las drogas, incrementa el se ha podido comprobar que la percepción riesgo de adoptar roles marginales o, por lo del riesgo puede ser determinante para redu- menos, poco convencionales, como aplaza- cir la frecuencia de determinados comporta- miento o inestabilidad de las relaciones de mientos, y la aceptación social de los mis- pareja, tener hijos antes de asegurar las con-

Amengual, M. 291 diciones para su sostenimiento y paro, te estructurados. No hace falta tampoco un subempleo o trabajo marginal. De esta mane- personal especial. En las escuelas lo apren- ra, el uso precoz de cánnabis influye negati- den a hacer los propios profesores. vamente en la capacidad para asumir los Su coste por participante es relativamente roles adultos y prolonga, así la duración de la bajo, porque no requieren ninguna paraferna- adolescencia (Brook y otros, 1999). lia extra. Por eso se han convertido en el Según este último estudio, aquellos que recurso más utilizado, sobre todo en las asumen más temprano los roles adultos dis- escuelas. Además, suelen tener una buena minuyen el riesgo de uso posterior de cánna- relación coste-eficacia. bis. Sin embargo, parece que tampoco es Uno de los principales problemas es que, conveniente adelantar demasiado el proceso. en la escuela, aumentan la carga de trabajo Implicarse en responsabilidades adultas a del profesorado. Sin embargo, el profesorado una temprana edad en la adolescencia inter- puede percibir estos programas como una fiere en la adquisición de las habilidades psi- ayuda para mejorar un trabajo y para que la cosociales necesarias para el éxito posterior escuela alcance sus objetivos preventivos. en esos roles (Newcomb, 1996). Otro de sus inconvenientes es que sus resultados son temporales e insuficientes para los jóvenes de algo riesgo y sus familias. 4. PROGRAMAS E INTERVENCIONES En general, aunque tienen resultados positi- vos, no están a la altura de las expectativas que general, y de ninguna manera hay que Para esta revisión se utiliza la nomenclatu- pensar que este tipo de oferta cubra todas ra propuesta de Gordon (1987), adoptada por las necesidades preventivas. 2 el Instituto de Medicina (1994) y el NIDA Como se ha mencionado antes, habitual- estadounidenses, según la cual podemos mente se utilizan estrategias de este tipo en desarrollar un continuo de actuaciones que los programas escolares y comunitarios, llamaremos universales, selectivas e indica- incluyendo las familias. das o prescritas según el riesgo relativo de los participantes. Algunos programas sólo pretenden mejo- rar el nivel de conocimientos de sus destina- tarios. Tal es, por ejemplo, uno de los esca- 4.1. Universales. sos proyectos específicos sobre cánnabis que se ha desarrollado en nuestro país, y que Las intervenciones de tipo universal están ha mejorado significativamente la informa- destinadas a prevenir los precursores del uso ción de los participantes (Hazkunde, 1999). de drogas o la iniciación del uso en poblacio- Lo habitual, sin embargo, es que los pro- nes generales, como jóvenes y familias. gramas aspiren a evitar, reducir, detener o Incluyen campañas en los medios de modificar de alguna manera el consumo. comunicación y otras técnicas de educación Pero no todos son igualmente aptos para pública. Cuando se aplican en escuelas, se ello. La evidencia que se desprende de la destinan a todos los estudiantes de los cur- revisión de las evaluaciones muestra de una sos a los que van dirigidos. Se basan general- manera muy consistente que los abordajes mente en intervenciones cortas o poco inten- que se centran de manera exclusiva, o priori- sivas (de 6 a 18 horas). Para su aplicación no taria, en la transmisión de información, no suele ser necesario un entrenamiento especí- logran prevenir, reducir o disuadir del consu- fico porque se apoyan en materiales altamen- mo de drogas (Botvin, Botvin y Ruchlin,

2 Ver, por ejemplo, el monográfico editado por Leukefeld y Bukoski (1991) en el que diversos capítulos ya utilizaban esta clasificación.

292 Enfoques preventivos del uso y abuso de cannabis y problemas asociados 1998). De ahí que, sin olvidar que la informa- Los programas interactivos suelen tener ción tiene un papel importante, haya que un enfoque sobre la competencia personal, ensayar otros enfoques. en vez de sobre los conocimientos. El des- Existe una gran diversidad: cognitivo y arrollo de la competencia personal es una de afectivo, de influencias sociales, de entrena- las tareas que debe realizar el adolescente, y miento de habilidades personales y sociales, habitualmente realiza el aprendizaje a través de acompañamiento, de cambio en el clima de la interacción con los demás, en el seno escolar, de participación comunitaria, y de de uno o varios grupos. Las metodologías implicación de padres. que utilizan las técnicas grupales, en la medi- da que aprovechan los mecanismos que La mayoría de los programas escolares genera el grupo y que favorecen los aprendi- que se utilizan en nuestro país pueden zajes, muestran resultados superiores. encuadrarse en alguna de estas categorías. Así, entre los más utilizados tenemos el pro- Además, los adolescentes suelen tener grama A tu salud (Programa de Prevención de una percepción exagerada del consumo de Drogodependencias, 1994) que se centra en los demás. Los programas interactivos corri- los riesgos de la adolescencia relacionados gen esta percepción mediante la confronta- con la socialización secundaria; Plan Integral ción entre iguales, y al desarrollar una per- de Prevención Escolar (FAD, 1996), que adap- cepción más realista, sus ansiedades, la ta los objetivos y las intervenciones a los que presión a la uniformidad, etc. pueden mode- corresponden a cada ciclo y etapa educativa; rarse. De esta manera también se modifica la Entrenamiento en habilidades de vida, definición de la norma, en el doble sentido de ampliación y adaptación del programa de Bot- norma estadística y de norma de conducta. vin (Luengo y otros, 1998); Tú decides (Cala- Los programas no interactivos no utilizan fat y otros, 1999), cuyo objetivo final es el este potencial y se limitan a una enseñanza aprendizaje de la toma de decisiones en el que es recibida pasivamente y no tiene capa- contexto psicosocial del grupo y de la dinámi- cidad para modificar ni las creencias, ni las ca adolescente. actitudes, ni los comportamientos. Según han mostrado repetidamente Tobler Algunos programas han intentado superar y su equipo (1986, 1992, 1997), el tamaño del esta limitación mediante el uso de técnicas efecto de los programas escolares está audiovisuales. No es el momento de discutir determinado en primer lugar por la metodolo- la eficacia educativa de estas tecnologías. En gía utilizada. La mayor diferencia aparece lo que concierne a la prevención de drogas, entre programas interactivos y no interacti- un estudio reciente ha mostrado que las téc- vos. Los primeros muestra una eficacia nicas en vivo son significativamente más mucho mayor que los segundos. atractivas que el vídeo, y sugiere que para la Cabe recordar que los programas interacti- enseñanza secundaria sería más efectiva la vos incluyen actividades de grupo entre las interacción en vivo que la utilización de víde- técnicas para promover la adquisición de os (Miller, Hecht y Stiff, 1998). habilidades. En ellos, los participantes ponen Por otra parte, los programas de contenido en juego sus creencias, actitudes y habilida- más amplio son más eficaces que los progra- des, y reciben un feed-back adecuado en una mas limitados. Los programas que incluyen atmósfera de colaboración. más de un componente son significativamen- Los programas no interactivos, que mues- te más eficaces. tran escaso o nulo efecto, tienen la forma de Esta multiplicidad de componentes incluye enseñanza tradicional, donde el profesor desde una diversidad de destinatarios: imparte sus lecciones de manera unidireccio- (padres y profesores y entorno comunitario nal, y sólo eventualmente los alumnos partici- próximo, más que jóvenes solos) a una gra- pan en discusiones organizadas. dación de objetivos interrelacionados (conoci-

Amengual, M. 293 mientos, influencias sociales, habilidades hacer un uso más eficiente de los escasos sociales de rechazo y genéricas, y cambio o recursos especializados en prevención. refuerzo de normas). Comparativamente, esta clase de progra- mas tiene efectos superiores a los programas Tabla 3. Efecto relativo de los distintos universales, pero debido a su alcance más programas reducido no pueden llegar a ser la elección POSITIVO NEUTRO NEGATIVO única de una política preventiva.

Información/clarificación También estos programas tienen sus difi- de valores 30% 40% 30% cultades. Por ejemplo, identificar, reclutar y Educación afectiva 42% 25% 33% mantener a los jóvenes en el programa es Influencia social (Por ej.: habilidades de resistencia, mucho más difícil que en los programas uni- establecimiento de normas, habilidades sociales o de vida) 63% 26% 11% versales. Además, los criterios de selección Multicomponentes 72% 28% 0% pueden derivar en el etiquetado de los partici- pantes, lo que puede tener un efecto negati- (Hansen, 1992) vo en los mismos y en su entorno. En estos programas también se utilizan Finalmente, es conveniente saber que los técnicas de entrenamiento de habilidades programas genéricos suelen ser más efica- sociales. Véase, por ejemplo, el programa ces que los que toman una sola droga como Discover, recientemente adaptado en nues- objeto, con la excepción de los programas tro país (Díez y otros, 1998). Según un análi- sobre tabaco que se realizan en grupos sis de 75 programas de este tipo realizado en pequeños. Los programas genéricos incluyen Estados Unidos (Office of Substance Abuse alcohol, tabaco, cánnabis y otras drogas, y su Prevention, 1992), el 84% ofrecen entrena- eficacia para cualquiera de ellas es muy supe- miento en habilidades de vida, 81% habilida- rior con los programas interactivos. des de comunicación, y el 69% ofrecen entrenamiento en habilidades de resistencia a la influencia social y de los compañeros. 4.2. Selectivos. Sin embargo, mientras que los programas universales se basan en principios bien esta- Los programas selectivos están dirigidos blecidos experimentalmente, los programas sólo a los grupos de riesgo, lo que incluye selectivos todavía carecen de la suficiente tanto a los jóvenes como a sus familias. base teórica. Aún así, parece que hay alguna Podrían ser, por ejemplo, los hijos de alcohó- evidencia de que estos programas deben licos o de dependientes de drogas; los niños incluir: de ambientes con importantes carencias eco- nómicas o culturales, muchas veces minorías - Educación especial, apoyo y entrenamien- e inmigrantes; o también los alumnos que to de habilidades sociales y de la resiliencia han debido cambiar de escuela, a causa de la (palabra que hemos incorporado innecesa- movilidad de sus familias; e incluso se puede riamente a nuestro idioma, cuando podría- contemplar el uso de anabolizantes entre los mos llamarlo simplemente plasticidad) atletas. para los jóvenes sometidos a situaciones personales y sociales más vulnerables. Para ser eficaces, estos programas deben ser más largos e intensivos, y han de incluir - Ofrecimiento de actividades alternativas actividades específicamente dirigidos a redu- para que aquellos que tienen un uso pobre cir los riesgos identificados y a reforzar los de su tiempo libre o están desocupados. factores de protección que pudieran estar - Implicación y participación en proyectos presentes. comunitarios y cooperativos. Puesto que sólo participan aquellos que lo - Tutorías y refuerzo escolar para los que necesitan, esta clase de programas puede corren riesgo o han sufrido fracaso escolar.

294 Enfoques preventivos del uso y abuso de cannabis y problemas asociados - Actividades de refuerzo de las culturas según la etapa de desarrollo del sujeto. Por minoritarias, y de intercambio multicultural ejemplo, la relación con compañeros que tie- para inmigrantes y sus entornos de acogi- nen conductas antisociales es un factor de da. riesgo en la etapa de transición de la infancia - Programas de rituales de paso, de apoyo a la adolescencia, pero no durante la adoles- entre iguales o de asesoramiento de jóve- cencia misma. Al mismo tiempo, el rechazo nes para incrementar la responsabilidad y de los compañeros, las conductas agresivas el control interno. y un bajo control familiar en la infancia aumenta la probabilidad de que en la puber- - Entrenamiento en habilidades parentales para familias con baja implicación y super- tad se elijan compañeros con conductas des- visión, o desbordadas por las dificultades viadas (Dishion, 1990). de sus hijos. Según este ejemplo, la prevención de la Desgraciadamente, hay poco que decir conducta antisocial en la adolescencia reque- sobre la eficacia de estos programas. En rirá actuar sobre un tipo de objetivos en la parte, por su historia reciente, y en parte por- infancia, y sobre otros en la pubertad. Ade- que la mayoría de los mismos se desarrollan más, no todos los objetivos de modificación mediante diseños no experimentales y como de los factores de riesgo implicados pueden respuesta inmediata y no programada a las alcanzarse con intervenciones aisladas o necesidades que aparecen. Pero, dado el desde un solo sector o en un solo ámbito. interés que despiertan entre los profesiona- Los factores de riesgo o de protección indi- les y entre los responsables locales de las viduales, familiares, escolares, de relaciones políticas sociales, es de prever un incremen- sociales y del entorno comunitario son inter- to notable. Hay que desear lo que en su dise- dependientes. Por eso la estrategia preventi- ño incorporen los necesarios enfoques teóri- va sólo se puede plantear como una multipli- cos que justifiquen los objetivos que se cidad de intervenciones sobre cada factor persigan, y las previsiones necesarias para su detectado, y desde una perspectiva multisec- evaluación, sin lo cual poco avanzaremos. torial de integración (o por lo menos coordi- nación) de servicios. 4.3. Indicados. Catalano y colaboradores (1998) plantean dos cuestiones que hay que considerar antes Los programas indicados o prescritos (en de intervenir con poblaciones de alto riesgo. el sentido de recetados) están destinados a La primera es cómo llegar a los individuos las personas que manifiestan determinados en riesgo. Una manera es tomar poblaciones factores de riesgo identificados: malos resul- enteras, en las que convivirán personas con tados escolares, abandono de la escuela, bajo y alto riesgo en proporciones variables asociación con compañeros que tienen con- (como en las intervenciones de tipo univer- ductas antisociales, o agresividad y trastor- sal). Otra manera es seleccionar a los indivi- nos de la conducta. duos que tienen ese riesgo particular, lo que En general, podemos considerar de alto entraña un posible etiquetado de esas perso- riesgo a las personas expuestas a muchos nas que les resulte perjudicial a medio o largo riesgos, o que manifiestan un elevado nivel plazo. Este peligro queda minimizado cuando en un solo riesgo. el riesgo constituye un problema en sí mismo Estos programas no están destinados sólo que requiere tratamiento: fracaso escolar, a adolescentes y jóvenes. También pueden familias conflictivas, abusos o negligencias ser convenientes para determinados alumnos familiares, etc. de la escuela primaria, según el factor de También pueden seleccionarse zonas geo- riesgo que consideremos. Se sabe que un gráficas definidas como de alto riesgo, y utili- mismo factor puede tener distintos efectos zar en ellas procedimientos del tipo universal.

Amengual, M. 295 En estos casos se pueden beneficiar de la drogas, pretenden minimizar algunas de las intervención tanto los sujetos de bajo como consecuencias adversas del consumo de dro- de alto riesgo (Hawkins y otros, 1992). Sin gas: policonsumo, conducción de vehículos, embargo, hay evidencias contradictorias que sobredosis, reacciones negativas, etc. invitan a tomar precauciones. Algunos tienen como destinatarios a los En una intervención con adolescentes usuarios de discotecas y centros de diver- delincuentes3 se comparó la eficacia del sión, a grupos informales que se reúnen en la grupo de delincuentes solos con la de un calle, absentistas escolares, etc. Su objetivo grupo mixto. El grupo de delincuentes y no es claramente informativo y no persiguen en delincuentes juntos resultó ser más eficaz absoluto otras modificaciones de actitudes y para prevenir reincidencias que el grupo de comportamientos más difíciles de alcanzar en delincuentes solos. Además, los no delin- estos grupos. cuentes no se viero a penas afectados por su La dificultad mayor estriba en que el men- exposición a modelos delincuentes. saje llegue a sus destinatarios. Se han ensa- Como contrapartida, Dishion y Andrews yado los procedimientos más variopintos, (1995) informan de que en los grupos mixtos, desde folletos, a la acción directa de compa- si el conductor del grupo carece de entrena- ñeros informadores. Casi siempre se incluye miento suficiente en el manejo de las normas un teléfono de información o de emergencia. y conductas grupales, se da un efecto de Últimamente, además, se ofrece información contagio, es decir, se provocan efectos con- o intercambios a través de internet. traproducentes o se reduce la eficacia de la intervención. Por eso es necesario que los Puesto que el objetivo es persuadir a los profesionales que deban enfrentarse a gru- destinatarios de que adopten determinadas pos mixtos, de bajo y alto riesgo, tengan una precauciones, lógicamente deben utilizarse amplia formación y experiencia en el trabajo técnicas de marketing social, donde los grupal, y cuenten además con una buena medios, la brevedad y claridad del mensaje, y supervisión. el atractivo estético son esenciales. La segunda consideración es que los facto- Tampoco en este tipo de programas hay res de riesgo se pueden usar sólo para selec- evaluaciones de eficacia, si exceptuamos cionar a los sujetos de alto riesgo, o también medidas indirectas como la evolución de las como objetivo de la intervención. Usarlos cifras de accidentes que queremos evitar. Es sólo como criterio de selección de los sujetos más frecuente el recuento de material distri- incrementa la probabilidad de ocasionar nue- buido y el feed-back que se recoge a través vos problemas al grupo a causa del etiqueta- de los contactos y las llamadas a los teléfo- do. Por eso es aconsejable que los factores nos de información. de riesgo constituyan también un objetivo de la intervención, es decir, sólo se deberían constituir grupos formados a partir de unos factores de riesgo determinados cuando 5. A MODO DE CONCLUSIÓN. ALGO MÁS estos factores requieran una intervención SOBRE LA EFICACIA específica. Dentro de este tipo de programas pode- A lo largo de este artículo se ha pretendido mos encuadrar las intervenciones que tienen mostrar un esbozo de lo que debería consti- como objetivo la reducción del daño. Estas tuir un programa preventivo y de los objetivos intervenciones, dirigidas a los usuarios de que debería perseguir.

3 Feldman, R.A. y Caplinger, T.E. “The St.Louis Experiment: Treatment of antisocial youths in prosocial peer groups”. Ponencia presentada a la Ame- rican Society of Criminology, Toronto, 6 de noviembre de 1982 (citado por Catalano y otros, 1998).

296 Enfoques preventivos del uso y abuso de cannabis y problemas asociados Debemos reconocer que hoy por hoy los Quizá ya ha pasado el tiempo de diseñar resultados generales de la prevención son, intervenciones aisladas y limitadas. Sería en su conjunto, bastante decepcionantes. Si más fructífero que cada nueva actividad, des- exceptuamos algunos años a finales de la pués de la pertinente evaluación, se pudiese década de los ochenta y principios de los integrar en un discurso teórico compartido, y noventa, el consumo de drogas, y especial- formar parte del conjunto de actividades e mente de cánnabis, no ha dejado de aumen- intervenciones que constituyen los progra- tar. Eso ha ocurrido, paradójicamente, cuando mas más amplios. se destinan a la prevención más recursos que Para ello es necesaria una información nunca. abierta y accesible, y promover un debate Se puede argumentar que los recursos amplio sobre los principios generales de la todavía no son suficientes y que se deberían prevención y de su aplicación concreta. Que aumentar. También podemos creer que la cada uno pueda saber en qué están los prevención debe redoblarse, porque cada día demás, y ofrecerles a su vez los propios se añaden nuevos factores que incitan al con- hallazgos. Quizá de esta manera se lograría sumo. una mejora sustancial de la calidad de los programas, se rentabilizarían los recursos y Todo eso es, posiblemente, cierto. Pero se alcanzarían mejores resultados. también es preciso admitir que algunas veces los programas preventivos no se basan en ninguna evidencia empírica, tampoco pro- ceden de ninguna reflexión teórica, ni tienen BIBLIOGRAFÍA una planificación adecuada. Los programas que funcionan no son Amengual, M.; Calafat, A. y Palmer, A. (1993). Alco- necesariamente los más aceptados. Como hol, tabaco y drogas en enseñanza media. se ha pretendido mostrar en estas páginas, 1981-1988-1992. Adicciones 5 (2), pp. 141-161. los mejores programas suelen ser aquellos Becoña, E. (1999 a). Bases teóricas que sustentan que se basan en una metodología experimen- los programas de prevención de drogas. Plan tal, que seleccionan un conjunto amplio y Nacional sobre Drogas. Madrid. coherente de objetivos, y que movilizan diver- Becoña, E. (1999 b). Teorías y modelos explicativos sos recursos en un plan de intervención que en la prevención de las drogodependencias. se mantiene en el tiempo. Esto significa inte- Idea-Prevención, 19, pp. 62-80. grar actuaciones y servicios en la escuela, en Becker, H. (1963). Outsiders. MacMillan. New York. la familia y necesariamente también en todos Botvin, G.J.; Botvin, E.M. y Ruchlin, H. (1998). los ámbitos comunitarios (asociacionismo, School-based approaches to drug abuse pre- tiempo libre, servicios personales, etc.). Sólo vention: evidence for effectiveness and sug- de esta manera se puede conseguir que la gestions for determining cost-effectiveness. intervención alcance a la mayor parte de los En: Bukoski, W.J y Evans, R.I. (eds.). Cost- factores de riesgo y de protección. benefit/cost-effectiveness research of drug abuse prevention: implications for program- Pero eso no se puede lograr de manera ming and policy. National Institute on Drug aislada. Los que trabajamos en prevención Abuse. Rockville. pp. 59-82. deberíamos asumir que nuestro trabajo Brook, J.; Richter, L.; Whiteman, M. y Cohen, P. forma parte de un esfuerzo conjunto y en un (1999). Consequences of adolescent marihua- marco teórico determinado. Aunque es nece- na use: incompatibility with the assumption of sario que cualquier programa se adapte a adult roles. Genet Soc Gen Psychol Monogr, cada contexto en que se vaya a aplicar, tam- 125 (2), pp. 193-207. bién se puede advertir que la actual disper- Bukoski, W.J. (1991). A framework for drug abuse sión no se corresponde siempre con esta prevention research. En: Leukefeld, C.G. y necesidad. Bukoski, W.J. (eds.). Drug abuse prevention

Amengual, M. 297 intervention research: methodological issues. toxicomanie. Rapport Final. Conseil de l’Euro- National Institute on Drug Abuse. Rockville. pp. pe. Estrasburgo. 7-28. (Traducción española: Estudios sobre Cowen, E.L. (1985). Person.centered approaches to intervenciones en prevención del abuso de dro- primary prevention in mental health: situation- gas: aspectos metodológicos. CEPS, Madrid, focused and competence enhancement. Ame- 1995. pp. 11-31). rican Journal of Community Psychology, 13, Calafat, A. (1995). Los factores de riesgo como fun- pp. 31-48. damentos de programas preventivos. En: Díez, F.; Varlea, B.; Salinas, F.; Fuentes, P.; Cortés, I.; Becoña, E.; Rodríguez, A. y Salazar, I. (coords.). Domínguez, A. y Rodríguez, M. (1998). Deva. Drogodependencias. IV. Prevención. Servicio Desarrollo de valores y autoestima. IPE. Caritas de Publicaciones de la Universidad de Santiago Española. Bilbao. de Compostela. pp. 75-103. Dishion, T.J. (1990). The peer context of troubleso- Calafat, A.; Amengual, M.; Farrés, C. y Monserrat, me behavior in children and adolescents. En: M. (1983): Características del consumo de Leone, P. (ed.): Understanding troubled and alcohol, tabaco y otras drogas entre alumnos troublesome youth. Sage. Beverly Hills. pp. de Enseñanza Media de Mallorca. Drogalcohol 128-153. VIII (4), pp. 155-174. Dishion, T.J. y Andrews, D.W. (1995). Prevention Calafat, A.; Amengual, M.; Mejías, G. y Borrás, M. escalation in problem behaviors with high-risk (1989): Consumo de drogas en enseñanza young adolescents: immediate and 1-year out- media. Comparación entre 1981 y 1988. Revis- comes. Journal of consulting and Clinical ta Española de Drogodependencias 14 (1), pp. Psychology, 63, pp. 538-548. 9-28. Duncan, S.C., Duncan, T.E. y Hops, H. (1998). Pro- Calafat, A.; Amengual, M.; Farrés, C. Mejías, G. y gressions of alcohol, cigarette and marijuana Borrás, M. (1999). Tú decides. Programa de use in adolescence. Journal of Behavioral educación sobre drogas. Consell Insular de Medicine, 21, pp. 375-388. Mallorca. Equip d’Atenció y Prevenció Comuni- European Monitoring Centre for Drugs and Drug tària. Promoció de la Salut. Palma de Mallorca Addiction (1999). 1999 Extended annual report (4ª edición revisada y actualizada). on the state of drugs problem in the European Calafat, A.; Bohrn, K.; Juan, M.; Kokkevi, A.; Maals- Union. Office for Offficial Publications of the té, N.; Mendes, F.; Palmer, A.; Sherlock, K.; European Communities. Luxemburg. Simon, J.; Stocco, P.; Sureda, M.P.; Tossmann, Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (1996). P.; Wijngaart, G. y Zavatti, P. (1999). Night life in Plan Integral de Prevención Escolar (PIPES). Europe and recreative drug use. Sonar 98. IRE- FAD. Madrid. FREA. Palma de Mallorca. Gilchrist, L.D. (1991). Defining the intervention and Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández, C.; the target population. En: Leukefeld, C.G. y Gil, E.; Llopis, J.J. En este volumen pp.225-267. Bukoski, W.J. (eds.). Drug abuse prevention Catalano, R.A. y Dooley, D. (1982). Economic chan- intervention research: methodological issues. ge in primary prevention. En: Price, R.H.; Kette- National Institute on Drug Abuse. Rockville. pp. rer, R.F.; Bader, B.C. y Monahan, J. (comps.). 110-122. (Traducción española: Estudios sobre Prevention in mental health. Research, policy intervenciones en prevención del abuso de and practice. Sage. Beverly Hills. drogas: aspectos metodológicos. CEPS, Catalano, R.F.; Haggerty, K.P.; Gainey, R.R.; Hoppe, Madrid, 1995. pp. 109-120). M.J. y Brewer, D.D. (1998). Effectiveness of Gordon, R. (1987). An operational classification of prevention interventions with youth at high risk disease prevention. En: Steinberg, J.A. y Silver- of drug abuse. En: Bukoski, W.J y Evans, R.I. man, M.M. (eds.). Preventing mental disorder. (eds.). Cost-benefit/cost-effectiveness research Department of Health and Human Services. of drug abuse prevention: implications for pro- Rockville. pp. 20-26. gramming and policy. National Institute on Gorman, D.M. (1998). The irrelevance of evidence Drug Abuse. Rockville. pp. 83-110. in the development of school-based drug pre- Comité Européen de Santé Publique (1981). Comi- vention policy, 1986-1996. Evaluation Review, té restreint d’experts sur la prévention dela 22 (1), pp. 118-146.

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300 Enfoques preventivos del uso y abuso de cannabis y problemas asociados Tratamiento del paciente cannábico

SOLÉ PUIG, J.

Psiquiatra, Cruz Roja, Universidad de Barcelona.

Correspondencia: Dr. Josep Solé. Creu Roja Toxicomanies. c/ Junta de Comerç 10. 08034 Barcelona tel. 933181218 8956 [email protected]

Resumen Summary

Se ofrece el tratamiento sintomático de las conse- The symptomatic psychiatric treatment of cannabis cuencias psiquiátricas del consumo de cannabis, el abuse, the cessation treatment of the habit, and the tratamiento de cesación del hábito, y la significación significance of urinalysis are described. The respecti- de los controles de orina. Sobre el tratamiento sinto- ve elimination half-lifes of both cannabinoids and mático se compara la semivida de eliminación de los some antipsychotics are compared. At least in Spa- cannabinoides y la de algunos antipsicóticos. Por vez nish, this is the first time when the cessation treat- primera, al menos en español, se sistematiza la tera- ment of the cannabis habit is proposed and systema- pia de cesación del hábito cannábico, teniendo como tised. The reference is clearly its homologous in referencia su homóloga del hábito tabáquico. Se tobaccoism. Context factors as recreative use, rele- alude al contexto de uso recreativo, a la importancia vance of the setting in which cannabis use takes del ambiente de consumo, y a las interacciones far- place, and the desired drug interactions of polyusers macológicas deseadas por los policonsumidores. Se are considered. Cannabis habit cessation treatment is define la cesación del hábito cannábico como terapia defined as psychological outpatient therapy techni- psicológica ambulatoria basada en el counselling. cally based on counselling. Individual, group and Comprende los abordajes individual, grupal y familiar. family approaches are described. The latter includes En este último se distingue entre intervención infor- information and/or therapy interventions. The signifi- mativa e intervención terapéutica. Por último, se con- cance of urinalysis in the treatment process is consi- sidera la significación de los controles de orina en el dered. Conclusions are: besides psychiatric treatment proceso terapéutico. Las conclusiones son: que ade- of the symptoms caused by cannabis abuse, cessa- más de ofrecer tratamiento psiquiátrico sintomático tion treatment of the cannabis habit must be offered. hay que ofrecer tratamiento de cesación del hábito. The latter requires as well specific professional com- Que este último requiere competencias profesionales petence, to be defined as counselling or even psycho- de tipo counselling e incluso psicoterapia, y que los therapy. Urinalysis controls are useful as a comple- controles de orina son válidos como complemento mentary treatment instrument, but given the slow con fines terapéuticos, pero nunca fiscalizadores por elimination of cannabionids they are not indicated for la lenta eliminación de los cannabinoides. surveillance purposes.

Palabras clave: cannabis, tratamiento, interrupción, Key words: cannabis, treatment, cessation, urinalysis controles de orina. control.

INTRODUCCIÓN co y el cannabis (Solé Puig, 2000a). La prohi- bición estadounidense está acabando allí con l alba del tercer milenio, el debate el hábito nicotínico y se lo está poniendo sobre las drogas parece centrarse en cada vez más difícil al fumador europeo. Tam- A dos productos que se fuman: el taba- bién en España, y pese a la alta prevalencia

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 301 de tabaquismo, la sensibilidad antitabaco va treinta gramos de cannabis para uso perso- abriéndose camino. En contraste, el cannabis nal. Hay allí unas dos mil coffe-shops donde es objeto de una campaña permanente de se vende y se consume marihuana. En Espa- promoción social en ambas riberas del Atlán- ña, fumar porros goza de una tolerancia tico. Desde la óptica de la droga, los cigarri- social indiscutible. Es notoria, también, la llos de tabaco siguen siendo, con diferencia, militancia antiprohibicionista del lingüista la sustancia de abuso más consumida del Noam Chomsky y del Premio Nobel Milton mundo, y los cigarrillos o porros de marihua- Friedman, fundador de la Drug Policy Foun- na o de hachís siguen representando lo dation y para el cual las únicas leyes a las mismo en el campo ilegal. En términos de que debieran someterse todo tipo de drogas mercado, los primeros parece que irán a son las del mercado. menos en el futuro, y los segundos quizá Hay, por tanto, sobrados ejemplos en sean más tolerados socialmente, por lo Europa y Estados Unidos de la masiva coe- menos en Europa. Estamos, pues, ante dos xistencia de fumar tabaco y fumar cannabis. consumos que se fuman, que son masivos, Desde esta perspectiva sorprende que dis- pandémicos, y cuyo status social-legal se pongamos de un amplio caudal de informa- diría que está en trance de aproximarse para ción técnica para ayudar al nicotindepen- quizá acabar convergiendo. diente a que deje de fumar y que no suceda Cannabis y tabaco se hallan, por tanto, en lo mismo para el caso del hábito cannábico. un campo de fuerzas marcado por el antago- Más allá del debate sobre si consumir can- nismo existente –lo cual es típico en drogas- nabis genera dependencia física o no, hay entre la legalidad o la tolerancia y la prohibi- consumidores de porros necesitados de ción. La prohibición como método de pre- ayuda para abandonar su hábito; es evidente vención por contención legal frente a los psi- que este tipo de ayuda técnica sólo está dis- cotropos potencialmente peligrosos tiene su ponible para quienes desean abandonar el paradigma, concretado en el alcohol, en la tabaquismo. En este trabajo, que pretende prohibición estadounidense entre los años ser consecuentemente holista, revisamos el 1919 y 1934. Quince años de prohibición del tratamiento sintomático que suelen recibir alcohol supusieron menor tasa de falleci- las secuelas psiquiátricas por abuso de can- mientos por cirrosis hepática y mayor alarma social ante el gangsterismo. Tres años des- nabis y nos centramos en la propuesta de pués, en 1937, los americanos pusieron en tratamiento de cesación del hábito cannábi- vigor la Marijuana Tax Act, que transfería la co. Esto último es novedoso y la idea es que prohibición al cannabis. Desde entonces, los debería ser ofertado en los ambientes asis- países occidentales asumieron esta prohibi- tenciales especializados en drogodependen- ción, aunque con matices. Así, en los propios cias. Finalmente, intentamos situar el papel Estados Unidos hay once estados, California que tienen los controles de detección de y Nueva York entre ellos, en donde desde cannabinoides en orina a lo largo del proce- 1976 el consumo se halla despenalizado. so terapéutico y desaconsejamos dichos Europa, desde la posguerra, hizo suya la pro- análisis de orina cuando se hacen con fines hibición americana. En 1992, el Parlamento fiscalizadores, y ello en razón de la lenta Europeo se pronunció contra la legalización cinética de los cannabinoides. La discusión de psicotropos distintos del tabaco, el alco- incide en la naturaleza ambivalente del can- hol y los psicofármacos adictivos (barbitúri- nabis y de todas las sustancias de abuso, un cos, benzodiacepinas). De los Países Bajos conocimiento que es básico y que todo tera- se denunció su carácter de oasis de la droga, peuta debería tener siempre presente y se les instó a alinearse con en la política durante el proceso de ayuda al consumidor. general prohibicionista. En Holanda y desde Las conclusiones recapitulan las aportacio- 1978 está permitida la posesión de hasta nes del trabajo.

302 Tratamiento del paciente cannábico 1.TRATAMIENTO SINTOMÁTICO consumo cannábico, para cuya evaluación nos valdremos de los libros de referencia diagnósticos DSM-IV (cuadro 1 y 2) o la CIE- En los países de nuestro entorno se consi- 10 (cuadro 3 y 4). dera que el consumo de cannabis, por si mismo, no requiere ningún tratamiento espe- En caso de psicosis deben prescribirse cífico. La razón estriba en que el síndrome de neurolépticos. De primera intención quizá abstinencia, si existe, no interfiere significati- optemos por los de última generación como vamente la vida cotidiana del usuario. La la risperidona, la olanzapina o el flupentixol, dependencia física, si existe, no da proble- por el plus de tolerabilidad de que puedan mas. Por ello no suele haber necesidad de gozar. Sin embargo, también recomendamos prescribir medicamentos de tolerancia cruza- la clorpormacina en dosis alrededor de 75 da con el THC. Incluso se considera desacon- mg/dia, pues presenta una semivida de elimi- sejable si deseamos que el paciente aprenda nación (t1/2) lenta, unas 30 horas, siendo a afrontar las consecuencias de sus actos sin todavía el patrón de referencia de los antipsi- tener que refugiarse en soluciones farmaco- cóticos. Se obtienen también excelentes lógicas. resultados con tioridazina (t1/2 también de En cambio, sí que debe conocerse el trata- unas 30 horas) y levomepromazina (t1/2 entre miento de los cuadros psicopatológicos por 16 y 77 horas). Ello es extensible también al

Cuadro 1. Criterios diagnósticos del DSM-IV para F12.00: Intoxicación cannábica

A) CONSUMO RECIENTE DE CANNABIS B) IMPORTANTES CAMBIOS DESADAPTIVOS CONDUCTUALES O PSICOLÓGICOS (por ej. coordinación motora alterada, euforia, ansiedad, sensación de tiempo enlentecido, juicio alterado, retraimiento social) DESARROLLADOS DURANTE EL, O TRAS POCO TIEMPO DE, CONSUMO DE CANNABIS. C) DOS (O MÁS) DE LOS SIGNOS SIGUIENTES, desarrollados dentro de las2 horas posteriores al uso de cannabis: 1. INYECCIÓN CONJUNTIVAL 2. APETITO AUMENTADO 3. BOCA SECA 4. TAQUICARDIA D) LOS SÍNTOMAS NO SE DEBEN A UNA CONDICIÓN MÉDICA GENERAL NI PUEDEN EXPLICARSE MEJOR MEDIANTE OTRO TRANSTORNO MENTAL.

*especificar si: F12.04 con alteraciones perceptivas

Cuadro 2. Criterios diagnósticos del DSM-IV. Trastornos relacionados con cannabis

TRASTORNOS POR CONSUMO DE CANNABIS

F12.2X Dependencia de cannabis F12.1 Abuso de cannabis

TRASTORNOS POR CONSUMO DE CANNABIS

F12.00 Intoxicación por cannabis F12.04 intoxicación por cannabis, con alteraciones perceptivas F12.03 delirium por intoxicación con cannabis F12.XX Trastorno psicótico inducido por cannabis .51 con ideas delirantes, de inocio durante la intoxicación .52 con alucinaciones, de inicio durante la intoxicación F12.8 trastorno de ansiedad inducido por cannabis F12.9 trastorno relacionado con cannabis no especificado

Solé, J. 303 Cuadro 3. Criterios diagnósticos CIE-10 de investigación para la intoxicación cannábica

A)SATISFACER LOS CRITERIOS GENERALES DE INTOXICACIÓN AGUDA B) PARA QUE EXISTA INTOXICACIÓN CANNÁBICA, DEBE HABER COMPORTAMIENTO ALTERADO O ANORMALIDADES PERCEPTIVAS, INCLUYÉNDOSE ALGUNO DE LOS SIGUIENTES SÍNTOMAS: 11. EUFORIA Y DESHINIBICIÓN 12. ANSIEDAD O AGITACIÓN 13. SUSPICACIA O IDEACIÓN PARANOIDE 14. ENLENTECIMIENTO TEMPORAL, ES DECIR, SENSACIÓN DE QUE EL TIEMPO PASA MUY DESPACIO 111. Y7O EXPERIENCIA DE UN RÁPIDO FLUJO DE IDEAS 15. JUICIO ALTERADO 16. DETERIORO DE LA ATENCIÓN 17. DETERIORO DEL TIEMPO DE REACCIÓN 18. ILUSIONES AUDITIVAS, VISUALES O TÁCTILES 19. ALUCINACIONES CON LA ORIENTACIÓN CONSERVADA 10. DESPERSONALIZACIÓN 11. DESREALIZACIÓN 12. INTERFERENCIA EN EL FUNCIONAMIENTO PERSONAL C)AL MENOS UNO DE LOS SIGUIENTES SIGNOS DEBE ESTAR PRESENTE: 1. Apetito aumentado 2. sequedad de boca 3. Congestión conjuntival 4. Taquicardia

Cuadro 4. CIE-10 versus DSM-IV

F.12.03 INTOXICACIÓN CANNÁBICA CON DELIRIUM

El DSM-IV INCLUYE EL DELIRIUM POR INTOXICACIÓN CANNÁBICA CON CRITERIOS GENÉRICOS PARA TODAS LAS SUSTANCIAS

F. 1 2 . 3 S ÍNDROME DE ABSTINENCIA (SÓLO CIE-10)

EL DSM-IV INCLUYE EL SÍNDROME DE ABSTINENCIA CANNÁBICO haloperidol, con una t1/2 algo menor, de unas tralizar el efecto psicotomimético de los can- 18 horas. La t1/2 de la 9-hidroxi-risperidona, nabinoides. En la tabla 1 comparamos la el metabolito activo de la risperidona, es de semivida de los cannabinoides y la de tres unas 24 horas, suficiente también para neu- neurolépticos.

Tabla 1. Ejemplos de semivida (t1/2) de eliminación en horas

Cannabinoides Clorpromazina Tioridacina Haloperidol 14 a 40 30 (+/- 7) 26-35 18 (+/- 6)

Dada la lenta semivida de eliminación de rolépticos de vida media más breve, como la los cannabinoides parece preferible decantar- perfenacina, loxapina, y clozapina, con t1/2 se por neurolépticos de farmacocinética simi- que no rebasan las 12 horas, se adapten bien lar, que además son los más utilizados. No al periodo a cubrir y den una buena respuesta obstante, la psicotomímesis cannábica se antipsicótica. En la práctica todos los neuro- manifiesta durante las primeras horas lépticos pueden ser indicados. Lo importante siguientes a la inhalación o ingesta. Luego la es que el médico prescriba el neuroléptico persistencia prolongada de cannabinoides en con el que se halle más familiarizado. En el sangre deja de tener significación comporta- momento de salir a la luz esta monografía mental o subjetiva. De ahí que también neu- son de primera elección los antipsicóticos

304 Tratamiento del paciente cannábico olanzapina, risperidona y flupentixol, por un 2. CESACIÓN DEL HÁBITO CANNÁBICO perfil de toleranacia acorde con los estánda- res actuales. La adicción a la marihuana y al hachís con- El diagnóstico de delírium cannábico, raro lleva alteraciones en las esferas cognitiva, o quizá inexistente, aconsejaría la monitoriza- emocional (estado de ánimo) y psicosocial ción hidroelectrolítica del enfermo, si bien el (Solowij, 1998) beneficiarias de diagnóstico y riesgo en este sentido sería claramente tratamiento y con una evolución clínica pre- menor que en caso de un delírium tremens. decible. También con el cannabis, y tal como El tratamiento de urgencia puede ser la admi- siempre ocurre en caso de problemas por nistración intramuscular de 25-50 mg de clor- consumo de sustancias, la conceptualización promacina o de 5-10 mg de haloperidol, aun- de enfermedad puede conducir a malpraxis si que también de 10 mg de diacepán o 50 de no se abordan las condiciones psicosociales, clorazepato si se juzga que la pronta y simple interpersonales y de rol, que contextualizan el ansiolisis ha de bastar. consumo, abuso, o dependencia de dicha Puede estar indicado administrar también sustancia. antipsicóticos en el discutido síndrome de El cannabis se asocia comúnmente al uso abstinencia por cannabinoides, pues hay recreativo (cuadro 5 ). Se ha demostrado que veces que aparecen síntomas de la serie psi- el ambiente (setting) en que el consumo cótica y entonces vale la pena prevenir com- tiene lugar va a determinar en gran manera plicaciones en este sentido. De primera sus posibles efectos. Existe escasa literatura intención no suele emplearse antidepresi- acerca de los efectos del cannabis en la con- vos, aunque se ha descrito el uso de tricícli- ducta social, lo que se explicaría por las difi- cos como la desipramina (Tennant, 1986) tri- cultades metodológicas que comporta dicho cíclico inhibidor de la recaptación de análisis. Para ello sería necesario recrear in noradrenalina. La desipramina no se halla vitro el entorno en que se desarrolla el uso, comercializada en España, pero al ser un con sujetos voluntarios que consumieran metabolito de la imipramina, puede utilizarse cannabis y en dosis estrictamente controla- ésta a todos los efectos. De todos modos, das. En la práctica, dichos estudios se han actualmente es recomendable prescribir de basado en cuestionarios o entrevistas primera intención inhibidores selectivos de la semiestructuradas, con sujetos que en el recaptación de serotonina como fluoxetina, momento de la evaluación estaban, o parecí- paroxetina, fluvoxamina, sertralina y citalo- an estar, abstinentes. No había, por tanto, un pram, por su mayor tolerancia. Aunque ape- entorno similar al del consumo y tampoco nas se dispone de experiencia con venlafaxi- había un grupo control. Dichas deficiencias na, nefazodona y mirtazapina, su uso en técnicas hacen que sea muy difícil la extrapo- medicina de la adicción también parece pro- lación de los resultados obtenidos. metedor. Cuando se han creado las condiciones ade- En cuanto a las reacciones adversas, cuadas controlándose las distintas variables ansiosas, por intoxicación cannábica aguda, que intervienen, se ha observado que los o sea los “malos viajes” (bad trips), sigue efectos farmacológicos de las preparaciones siendo válido el consejo de Smith (1968) en cannábicas dependen en gran medida de su trabajo ya clásico, cuando proponía admi- variaciones situacionales, que los efectos de nistrar una pequeña dosis de tranquilizante dosis relevantes de la droga no siguen un via oral y simultáneamente seguir el método patrón lineal ,y que una misma cantidad de la de la charla (talk down) relajada con el sustancia puede presentar efectos muy dife- paciente, sin otro propósito que calmarle la rentes, en función de si se toma en un lugar angustia. Sólo en algún caso habrá de recu- familiar o extraño, en compañía de amigos o rrirse a la administración de benzodiacepi- desconocidos, y si se asocia o no a consumos nas. de alcohol y demás psicotropos (cuadro 6 ).

Solé, J. 305 Cuadro 5. Terapia de cesación del hábito cannábico

Cannabismo

1) CONCEPTUALIZACIÓN COMO ENFERMEDAD 2) USO RECREATIVO • Escasos estudios sobre los efectos del cannabis en la conducta social • Importancia SETTING de consumo • Expectativa del sujeto

* Dosis relevantes no siguen un patrón lineal

Cuadro 6. Contexto del consumo cannábico

Status de prohibición/minimización

INTERACCIONES FARMACOLÓGICAS DESEADAS 2) USO RECREATIVO • PARA NEUTRALIZAR EFECTOS: cannabinoides, heroína, alcohol o benzodiacepinas tras consumo de coca- ína o anfetaminas. • PARA PROLONGAR LOS EFECTOS: cannabinoides después de heroína. • PARA POTENCIAR LA SENSACIÓN DE EMBRIAGUEZ: cannabinoides y alcohol.

Al margen de estas consideraciones pre- de cannabis decrece con la edad (cuadro 7). vias, que nos ayudan a resituar el tema desde Esto parece cumplirse menos en los casos una perspectiva más amplia, aquí nos centra- en que el consumo cannábico haya supuesto remos en los aspectos terapéuticos de este el primer peldaño en la toma de contacto con tipo de consumo. En primer lugar, cabe decir otras sustancias ilegales. En efecto, nos esta- que una cosa es tratar las secuelas próximas mos refiriendo al clásico, aunque siempre o remotas del cannabismo, y otra es tratar el polémico, concepto de escalada en el consu- hábito de fumar porros de hachís o marihua- mo de drogas, en la que de forma clara inter- na. Esto último es precisamente la terapia de viene una presión grupal tendente a menos- cesación anticannábica, que presenta una preciar el riesgo de posibles dependencias notable dificultad psicológica, perfectamente posteriores. parangonable a la propia de la terapia antita- Además de estos dos factores reforzantes báquica. En este sentido, son de sobras del consumo de cannabis, es decir, la sustan- conocidos los obstáculos motivacionales que cia en si misma (refuerzo primario) y el clima un dependiente de nicotina debe salvar, tanto grupal inductor (refuerzo secundario), en el si decide cesar de fumar con asistencia técni- caso del hábito cannábico hay que añadir un ca o por si solo. obstáculo más, quizá el principal: que quien Las estadísticas acerca de los hábitos de fuma cigarrillos cannábicos o porros no suele consumo de la población general nos mues- sentir la necesidad de dejar de hacerlo. Aun tran que, en su historia natural, el consumo en el caso de que el fumador de cannabis

Cuadro 7. Tratamiento del cannabismo (1)

• Secuelas del cannabis. • Hábito de fumar cannabis: TERAPIA DE CESACIÓN CANNÁBICA

A)CONSIDERACIONES PREVIAS: • El consumo decrece con la edad • La mayoría abandona el hábito sin someterse a ningún tratamiento

306 Tratamiento del paciente cannábico aqueje molestias y refiera síntomas, normal- conllevar adversidades. La negación de las mente no lo relacionará con su consumo. Ello mismas por parte de quien las sufre es sim- sucede porque, en un contexto de uso múlti- plemente un ejemplo más de la distorsión ple de psicotropos, los cannabinoides casi atributiva que típicamente muestra cualquier nunca se incluyen entre las principales drogas consumidor de sustancias de abuso: nicotina, nocivas. Pero el consumo cannábico puede alcohol, heroína, cocaína, etc. (cuadro 8).

Cuadro 8. Tratamiento del cannabismo (2)

B) DIFICULTADES • REFUERZO PRIMARIO (SUSTANCIA) • REFUERZO SECUNDARIO (SETTING GRUPAL INDUCTOR) • OBSTÁCULOS MOTIVACIONALES: DISTORSIÓN ATRIBUTIVA C)CARACTERÍSTICAS DE LA INTERVENCIÓN 1. TERAPIA PSICOLÓGICA EN RÉGIMEN AMBULATORIO 2. POBLACIÓN DIANA: ADOLESCENTES Y ADULTOS JÓVENES PREVENCIÓN SECUNDARIA 3. ESTILO TERAPÉUTICO NO DIRECTIVO: MÉTODOS INDIRECTOS, ACTITUD DE TOLERANTE ESPERA

¿Es entonces posible la terapia de cesa- al cambio debería partir de las siguiente pre- ción de fumar cannabinoides? Sí, a condición misas: de dotar de suficiente contenido psicopeda- 1) El abandono del hábito cannábico proven- gógico a la intervención terapéutica, conside- drá de una terapia principalmente psicoso- rando a priori que la mayoría de los consumi- cial, en régimen ambulatorio, similar a la dores pueden abandonar el hábito sin terapia de cesación del hábito tabáquico. someterse a ningún tipo de tratamiento. Sólo 2) Se centrará en pacientes adolescentes y aquéllos que han decidido abandonar la sus- adultos jóvenes, los principales afectados, tancia y no lo han conseguido por sus propios como forma de prevención secundaria. medios serán los que realizarán algún tipo de Aunque es evidente que tendrá en cuenta demanda, normalmente en centros públicos cualquier franja de edad. especializados o bien en gabinetes privados. En general, si la implicación con la droga 3) Los terapeutas deberán evitar dar pie a que no es muy profunda y se cuenta con un míni- los pacientes adolescentes les identifiquen mo de recursos personales, lo más aconseja- automáticamente con los padres. Si éstos ble es optar, de entrada, por modalidades desean intervenir o necesitan ayuda, es poco intrusivas como el tratamiento ambula- mejor derivarlos a otro equipo terapéutico. torio o bien la participación en grupos de 4) Los terapeutas han de ser concretos en autoayuda para cesación de cannabismo, si los contenidos. La interacción gestual, éstos existen. Sólo en caso de consumos complementaria de la verbal, es importan- paralelos de otro tipo de drogas, o bien si te. El estilo de interacción terapeuta aparece sintomatología psiquiátrica, habría de /paciente no debe ser sólo vertical, pero plantearse otro tipo de intervención. La tampoco falsamente horizontal. Si es facti- opción preferible en estos supestos sería la ble, cabe echar mano de juego de roles, de la asistencia en régimen cerrado, esto es, manualidades, instrumentos musicales, un recurso de tipo residencial que dotara de dibujos, collages, etc. Cuanta mejor forma- mayores garantías al proceso de deshabitua- ción psicoterapéutica tenga el profesional ción, por lo menos en sus inicios (USDHHS, concernido, tanto más beneficiado resulta- 1998). rá el paciente (Solé Puig, 1995). Existen diferentes abordajes terapeúticos 5) El objetivo es, también aquí, la responsabi- para tratar este tipo de drogodependencia, lización del fumador de cannabis en rela- pero cualquier tipo de intervención orientada ción a sí mismo y a los demás. Es meta de

Solé, J. 307 la terapia psicosocial desactivar prejuicios y terapeuta del hábito cannábico una actitud falsas atribuciones, así como clarificar el receptiva y de tolerancia, sin plazos previos ni campo motivacional de cada paciente para fases formalizadas. que sus intenciones de salud se conviertan La terapia de cesación anticannábica que en realizaciones concretas. juzgamos posible, en la práctica únicamente 6) El aquí y ahora del paciente importa más indicada si hay fuerte consumo diario durante que su pasado. Siempre es meta de la años y que de hecho sólo implementamos en terapia despertar expectativas de futuro en las escasas ocasiones que se solicita, puede el paciente, tratando de activar sus propios esquematizarse como sigue. recursos personales. El programa comienza con la desintoxica- La terapia de cesación del hábito cannábi- ción ambulatoria del paciente, cosa que signi- co, como la del tabaquismo, requiere un esti- fica abstinencia de preparaciones cannábicas lo terapéutico no directivo. Al principio, el y eventual administración de ansiolíticos . Se terapeuta opta por una pasividad aparente, aprovecha así la tolerancia cruzada entre can- omitiendo hacer preguntas y planes. Quien nabinoides y benzodiacepinas para fines tera- consume cannabis no suele expresar quejas péuticos. Aunque en cesación antitabáquica al respecto o no es consciente de ellas. De también pueden prescribirse benzodiacepinas ahí que no suela haber demanda de ayuda a pequeñas dosis, ahí el efecto beneficioso no para dejar de fumar porros. Esta realidad, tan descansa en la tolerancia cruzada, sino en la distinta de la del heroinómano que urge neutralización en sistema nervioso central del vehementemente la asistencia, le impone al efecto estimulante de la nicotina (cuadro 9).

Cuadro 9. Tratamiento del cannabismo (3)

D)FASES DEL PROGRAMA:

1ª.DESINTOXICACIÓN AMBULATORIA: • ANTICIPACIÓN ACONTECIMIENTOS • POSIBLE USO DE BENZODIACEPINAS 2ª.DESHABITUACIÓN: (1)

A. TERAPIA INDIVIDUAL:

OBJETIVOS: - aumento conciencia de problema - desactivar prejuicios y falsas creencias - generar expectativas de futuro

TÉCNICAS: - counseling - entrenamiento en habilidades sociales - prevención de recaídas - refuerzo cts., alternativas: sist. incentivos

Llegados a este punto hay que recordar rrupción o disminución de la conducta proble- que en algunos casos es posible la utilización ma y no la instauración de nuevas formas inicial de técnicas aversivas, para apoyar los alternativas de conducta. Por eso, con el fin primeros momentos de la interrupción del de lograr buenos resultados tales técnicas cannabis. Entre las más conocidas menciona- aversivas deberían asociarse a otro tipo de remos la técnica de fumar de forma rápida, intervenciones, de tipo individual o grupal, también utilizada en el tratamiento del taba- que desde una vertiente positiva de activa- quismo. Entre los inconvenientes de esta téc- ción de los propios recursos personales de nica se señalan las dificultades de manteni- cada paciente, modificara las atribuciones del miento de sus resultados. Ello se debe a que sujeto a los efectos de la sustancia. En la el objetivo inicial es meramente el de la inte- práctica, una vez más, rigen los mismos prin-

308 Tratamiento del paciente cannábico cipios que en cesación del tabaquismo, por lo cinética del THC y demás metabolitos canna- que las técnicas aversivas serán una indica- bionides. ción secundaria o incluso desechada. Si hay Superada esta primera etapa de la desinto- demanda del paciente en dicho sentido debe- xicación, la monitorización debe prolongarse rá valorarse su idoneidad en cada caso. todo el tiempo necesario. Como referencia Durante las dos o tres primeras semanas sugerimos un año, tiempo durante el cual se de desintoxicación, el cliente deberá acudir, a aplicarán técnicas de carácter psicológico, de diario si es posible, o cuanto más frecuente- cara a poder favorecer el proceso de deshabi- mente mejor. Es obvio que la ansiolisis far- tuación. macológica sólo tiene sentido mientras haya ansiedad . El médico no debe dilatar el perio- do de prescripción de benzodiacepinas por el 2.1. Abordaje individual conocido problema de la dependencia, poten- cialmente grave. Sin embargo, tampoco Es probablemente la parte más importante deberá acortarlo por exceso de alarma ante dentro del abordaje destinado a la deshabi- dicha yatrogenia, pues entonces podría que- tuación, debiéndose considerar los aspectos dar comprometido ya de entrada el éxito del generales anteriormente comentados. Den- tratamiento. tro de las diferentes escuelas psicológicas existentes, nos centraremos en las cognitivo- En cada sesión, si ello es factible, se toma- conductuales, las interpersonales, y las psico- rá muestra de orina para detección de THC y dinámicas. Según sea la formación del psi- otros metabolitos, con el doble propósito de comprobar si efectivamente hay abstinencia quiatra o del psicólogo clínico que hace la y, más que nada, alentar (refuerzo social ) al terapia, las técnicas de dichas escuelas se paciente. Como los cannabinoides se meta- aplicarán de forma separada o integrada. La bolizan de forma lenta , el paciente puede tendencia actual es a integrar las psicotera- comprobar que tras muchos días de haber pias. La psicoterapia se orientará hacia el cesado de fumar porros su organismo todavía aumento de la conciencia de problema, nor- es portador de metabolitos cannabinoides. malmente baja, así como a incrementar la En realidad el THC carboxílico será detectable motivación, usualmente también escasa, por hasta transcurrido tres semanas e incluso abandonar definitivamente el consumo. Los más de un mes. Este hecho suele impresio- tratamientos eficaces incluyen aconsejamien- nar desagradablemente al fumador, animán- to y orientación, enseñanza de habilidades dole a que prosiga en la dirección de mante- adecuadas, y refuerzo de la conducta alterna- ner estable la abstinencia . tiva apropiada (USDHHS, 1997). El terapeuta, además, puede anticipar El psicoterapeuta puede organizar un siste- acontecimientos al paciente, diciéndole por ma de incentivos: pagar deudas, que los ejemplo que tras la interrupción del hábito padres asignen algún dinero en pago de pres- cannábico es normal sufrir insomnio. Es un taciones, etc. De esta manera se intenta neu- tipo de información que conviene dar para tralizar la inercia de pasividad que todavía que el paciente reciba un mensaje de domi- muestra el paciente, llevándole a avanzar en nio técnico que le tranquilice, y que se afian- el programa de rehabilitación . En esta planifi- ce así su sentido de seguridad en una absti- cación de incentivos ocuparán un lugar clave nencia sólo muy recientemente adquirida. los allegados. Si éstos no existen, es el equi- Más tarde, llegado el momento en que se po terapéutico quien se erige en familia suce- comprueba que la orina está limpia (drug dánea, y los mensajes de aprobación/des- free) de cannabinoides, incluso hay muestras aprobación logran tener alguna fuerza de alborozo en el grupo terapéutico, por la moduladora en la manera de conducirse el expectación generada ante la lenta farmaco- paciente.

Solé, J. 309 Dentro de este marco psicoterapéutico no como para no reiniciar el consumo, sobre puede omitirse hablar del llamado síndrome todo cuanto menor es su edad de inicio. El amotivacional que clásicamente se ha asocia- cannabis normalmente dificulta el proceso de do a los consumidores crónicos de cannabis maduración del individuo, sobre todo cuando pero que probablemente es inespecífico. Sus el consumo ha comenzado en la adolescen- características pueden resumirse en las cia, que es la etapa vital en la que el individuo siguientes: pasividad, disminución de las aprende a adoptar una conducta activa ante motivaciones cotidianas, y desinterés gene- los problemas. Desde esta perspectiva se ral. A pesar de que la práctica clínica corrobo- explica el hecho de que los consumidores raría su existencia, hay que señalar que la habituales puedan presentar dificultades para relación de causa-efecto entre dicho consu- plantearse objetivos, quizá por menor autoes- mo y estos patrones de conducta está lejos tima que la de los no consumidores. de haberse clarificado. Hay que tener presen- Para concluir, cuando la asistencia del te que algo tan vago como la sintomatología paciente se vuelve intermitente y con escasa amotivacional podría estar mediatizado por motivación para proseguir con el tratamiento, múltiples variables intermedias. Además, la se aconseja una actitud de aceptación del propia definición DSM-IV o CIE-10 de depen- hecho. Dicha aceptación implica mostrarse dencia se fundamenta en la priorización del disponible para recuperar la relación si el consumo por encima de todo lo demás. Esto usuario decide su reinicio. Aunque la inmensa equivale a decir que el drogodependiente mayoría de los pacientes deshabituados vuel- está casi exclusivamente motivado por per- ven a fumar cannabis -en nuestra experiencia petuar su hábito y, por tanto, desmotivado/ prácticamente todos-, se espera de ellos que amotivado para el resto de los intereses coti- no lo hagan con tanta intensidad, es decir, dianos. En esta línea, el síndrome amotivacio- que pasen a ser consumidores sobrios . nal no sería otra cosa que un sinónimo de dependencia cannábica. Es más, los cambios generales de compor- 2.2. Abordaje grupal tamiento o actitudinales podrían deberse a factores distintos del consumo de cannabis, El consumo de marihuana o de hachís, como la propia adolescencia, que conlleva como el de tabaco, suele iniciarse dentro del manifestaciones de indolencia (se ha hablado propio grupo de pares, en edades tempranas de letargo puberal), o bien los rasgos de per- y con un escaso conocimiento de las posi- sonalidad ya existentes, los diversos factores bles consecuencias negativas que puede socioculturales que puedan favorecer la pasi- entrañar a medio o largo plazo. Cabría hablar, vidad, así como el consumo concomitante de por tanto, de un típico ejemplo de presión otros psicofármacos. A su vez, podría plante- grupal, que suele acentuarse cuando el grupo arse la hipótesis de que los consumidores es un referente más importante para el joven amotivados presentan una mayor tendencia a que la propia familia (cuadro 10). recurrir al uso de la marihuana precisamente Las sesiones terapéuticas grupales ofre- porque se sienten apáticos y fracasados, cen un marco muy adecuado para el entrena- hecho que explicaría que diferentes estudios miento en técnicas de relajación así como no hayan encontrado diferencias significativas para la prevención de otras posibles drogode- entre los adolescentes universitarios que pendencias y la prevención de recaídas, consumen cannabis y los que no lo hacen. puesto que rentabilizan las intervenciones y Al margen de la posible etiología de este favorecen la adquisición de habilidades socia- síndrome amotivacional, si es que existe, la les que después se extrapolarán a otro tipo realidad clínica nos presenta a un grupo de de situaciones (Liddle, 1998). personas con gran dificultad para desarrollar Las intervenciones grupales deberían par- una vida diaria lo suficientemente gratificante tir, en teoría, de una adecuada selección de

310 Tratamiento del paciente cannábico Cuadro 10. Tratamiento del cannabismo (4)

B) TERAPIA GRUPAL VENTAJAS

- EN LA ADOLESCENCIA EL GRUPO DE PARES PUEDE SER UN REFERENTE MÁS ADECUADO QUE LA PRO- PIA FAMILIA. - RENTABILIZACIÓN DE LAS INTERVENCIONES.

CRITERIOS DE SELECCIÓN

- EDADES HOMOGÉNEAS - NO CONSUMO DE OTRAS DROGAS - EXCLUSIÓN PSICOPATOLÓGICa INCAPACITANTE

PROBLEMAS

- FALTA DE SUJETOS, EN UN NÚMERO SUFICIENTE Y ESTABLE, QUE PRESENTEN ESTE TIPO DE DEMANDA

*Grupos de autoayuda (Experiencia en países anglosajones) sus participantes, adoptando los criterios arrollado a partir de las experiencias de los ya más adecuados en función de los objetivos clásicos grupos de Alcohólicos Anónimos. Se perseguidos. He aquí tres criterios de selec- basan en el principio del apoyo mutuo entre ción exigentes: personas con un mismo problema, e inciden 1) Exclusión de psicopatologías incapacitan- mucho en los aspectos emocionales de la tes. En caso de diagnósticos duales (abuso relación persona-sustancia. de sustancias junto con trastornos psíqui- cos) se prioriza el seguimiento individuali- 2.3. Abordaje familiar zado. El equipo terapéutico siempre hará una valoración personal de cada caso. Cuando un profesional de la salud sospe- 2) Edades homogéneas: sujetos con un alto cha que un menor de edad está utilizando historial de consumo no deberían coincidir marihuana o hachís, debería confirmar el con adolescentes recién iniciados, puesto diagnóstico y valorar los resultados tanto con que las problemáticas asociadas tienen el posible consumidor como con sus padres. pocos puntos en común y por posible ries- Debería utilizar un discurso firme, de apoyo, y go de resultados contraterapéuticos. por supuesto de índole no judicial. La inter- 3) Ausencia de consumos asociados de otras vención debería aportar referentes apropia- drogas ilegales, pero no de tabaco y alco- dos para la rehabilitación, así como propiciar hol. un seguimiento posterior del caso (cuadro En la práctica, como sucede en los grupos 11). terapéuticos con pacientes alcohólicos o La educación global a la familia acerca de tabaquistas, hay autoselección, tanto espon- lo que representa el consumo de tóxicos y tánea del paciente como orientada por el sus riesgos, y la monitorización clínica del terapeuta que lleva el grupo. paciente en aras de la consecución de la abs- Al margen de los grupos terapéuticos de tinencia cannábica son los primeros pasos carácter estructurado y que suelen estar diri- para poder concluir con éxito el proceso de gidos por un profesional, también existen rehabilitación. Gran parte de las reglas del grupos de autoayuda para consumidores de sistema familiar especifican la manera en que cannabis en los países anglosajones. En el joven y allegados deben actuar, puesto que nuestro entorno no tenemos noticia de nin- la familia modela, canaliza y delimita la con- guno. Los grupos de autoayuda se han des- ducta del joven (CSAT, 1998).

Solé, J. 311 Cuadro 11. tratamiento del cannabismo (5)

C) INTERVENCIÓN FAMILIAR 1. ASESORAMIENTO-INFORMACIÓN • ELEVADO NÚMERO DE DEMANDAS EN LOS SERVICIOS DE INFORMACIÓN • OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN: • contextualización y desdramatización del hecho • análisis cambios comportamentales • evitar actitudes pseudo-detectivas • evitar exceso de información • si elevado nivel de ansiedad; 2ª intervención • orientación del caso 2. INTERVENCIÓN FAMILIAR Familia. red de apoyo social básica PAUTAS ESPECÍFICAS DE INTERACCIÓN FAMILIAR: 1. Normas coherentes entre distintos miembros 2. Entrenamiento habilidades comunicación 3. Contrato contingencias entre las partes afectadas Posible utilización de las analíticas de orina como: • forma objetiva de control • medio restablecer la confianza

Dentro del amplio espectro de intervencio- cambios de la imagen externa y del carácter, nes con o para la familia que se desarrollan cambio en los horarios, etc. en un servicio para drogodependientes, en En caso afirmativo en uno o varios de los casos de fuerte consumo de cannabis estos ítems, las sospechas iniciales deberán hay, como mínimo, dos niveles diferentes de indagarse con mayor profundidad. Sin embar- actuación: por un lado, el asesoramiento a la go, hay que insistir en el hecho de que los familia, y por otro, mucho más complejo, la padres deben actuar como tales y no como integración de la familia dentro del tratamien- pseudodetectives, partiendo de que una posi- to del consumidor. Veamos cada uno de ellos: ción excesivamente represiva o inquisidora puede producir el efecto contrario al desea- do. En muchas ocasiones es conveniente 2.3.1. Intervención informativa: reconducir a los padres a otras posibles vías No son pocas las demandas generadas por de exploración, dirigiéndolos a los profesores padres u otros familiares en relación a la posi- o a los amigos del hijo, los cuales tienden a ble sospecha o falta de información sobre un presentar una visión más objetiva de la situa- posible consumo de porros por parte del ción por no llevar la carga emocional propia hijo/a, normalmente adolescente. La consulta de los progenitores. suele iniciarse con los siguientes términos: En el primer contacto, si la familia lo solici- “encontré una barrita envuelta en papel de ta, habrán de abordarse las posibles conse- plata en el bolsillo del pantalón”, “llegó a casa cuencias, a corto y medio plazo, del consumo con los ojos enrojecidos”, “va con amigos que de cannabinoides, ofreciendo una alternativa fuman porros”, etc. de tratamiento para el afectado, en caso de En esta situación, el primer objetivo es el que sea necesario. En este punto hay que de lograr, en la medida de lo posible, una des- valorar los pros y los contras de la interven- dramatización del hecho, valorando si se han ción o no en un servicio de drogodependen- producido o no cambios relevantes en la con- cias. Por supuesto, hay que descartar previa- ducta del paciente potencial. Areas importan- mente que el consumo sólo haya sido un tes a analizar son: nuevas amistades, rendi- hecho esporádico en la vida del sujeto, sin miento escolar y/o laboral, actitudes con la otras consecuencias asociadas, ya que enton- familia, incrementos en el gasto de dinero, ces es ridículo intervenir.

312 Tratamiento del paciente cannábico Lo que nunca debe hacerse es sobrecargar En efecto, que un sujeto dé positivo a can- a los allegados con una cantidad mayor de nabinoides nada nos dice sobre si el consu- información de la que éstos puedan asimilar. mo tuvo lugar recientemente o hace varios Queda claro que en circunstancias como días e incluso semanas. Por lo tanto, es bas- éstas no es bueno ofrecer clases magistra- tante discutible plantear la necesidad de una les. En un primer contacto siempre será pre- estrategia de control en términos preventivos ferible programar una segunda intervención a o de disuasión. Esto ha sido propuesto en el dejarse llevar por la ansiedad de los padres, puesto de trabajo, en tareas de riesgo como que tienden a querer arreglarlo todo milagro- pilotar aviones, conducción de trenes y auto- samente de una sola vez. El profesional de la buses, etc. Dicha necesidad quedaría doble- terapia no debe correr el riesgo de hablar en mente refutada. En primer lugar porque un exceso y proferir juicios precipitados. positivo de cannabis puede corresponder a un uso pretérito, tal como se ha visto. En segundo lugar, porque un resultado negativo 2.2.3. Intervención terapéutica: de cannabinoides en orina no es ninguna La familia juega un papel importante en el garantía de que no se produzca un flashback desarrollo de la motivación del paciente: o episodio de reviviscencia en pleno trabajo, constituye su red de apoyo social básica. Por con el eventual riesgo, por muy improbable ello, será preciso establecer de forma conjun- que esto sea. Por tanto, monitorizar cannabi- ta pautas específicas de interacción familiar noides con repetidos urinálisis constituye una que favorezcan la buena marcha del proceso indicación racional solamente si los fines son de recuperación. Entre ellas destacan: terapéuticos. 1) normas de actuación familiar, que deben En la práctica, pues, nunca debemos olvi- ser coherentes entre los distintos miem- dar que un único consumo puede causar can- bros de la familia; nabinolemia persistente incluso tras más de 2) entrenamiento en habilidades de comuni- dos semanas de dicha autoadministración aguda, y que el usuario crónico puede dar cación, que suelen distorsionarse durante positivo pasado un mes o incluso más des- el tiempo de dependencia; y pués de haber interrumpido el consumo. Hay 3) contrato de contingencias o acuerdos que poner en duda, pues, la utilidad de cier- entre las partes afectadas, para lo cual tos protocolos de control como los preconiza- pueden utilizarse las analíticas de orina dos por algunas aerolíneas con sus trabajado- como forma objetiva de control y de ir res- res: test al alta laboral, en la visita anual, tras tableciendo la confianza de la familia en el accidentes laborales, tras ausencias no bre- paciente (NIDA, 1998). ves -más de 21 días, por ejemplo-, y después de ausencias repetidas. Al margen del debatido status jurídico de la 3. CONTROLES DE ORINA imposición de un control, es evidente que los urinálisis no se adaptan bien al cannabis, pues la detección no se circunscribe al con- En el organismo, la lenta farmacocinética sumo inmediato. La detección queda innece- de los cannabinoides nos lleva a una impor- sariamente ampliada a un consumo remoto tante conclusión: que los controles de orina o que no hay porqué juzgar en relación a lo que urinálisis para detectar estos metabolitos motiva el control (a menos que haya habido ofrecen una significación muy relativa. Si un compromiso previo en dicho sentido). En antes veíamos que podemos adaptarnos a cambio, para otras drogas como alcohol, ben- ella con fines terapéuticos, con fines fiscaliza- zodiacepinas, heroína, o cocaína, hay mayor dores los controles de orina para detección adecuación farmacocinética entre estos con- de cannabinoides apenas sirven. troles y las sustancias a detectar.

Solé, J. 313 Por último, es evidente que en los centros BIBLIOGRAFÍA de nuestro país especializados en toxicoma- nías, tanto ambulatorios como hospitalarios, CIE-10 (1992) Clasificación Internacional de las la detección sistemática de cannabinoides y Enfermedades, Organización Mundial de la otras drogas de abuso ha de ser rutinaria. En Salud, 10ª revisión, Meditor, Madrid. un marco clínico general, este screening o CSAT (1998) Center for Substance Abuse Treat- cribado sólo tendría sentido, como máximo, ment: Adolescent substance abuse. Assess- en drogodependientes, demás enfermos psi- ment and treatment, Treatment Improvement quiátricos, y pacientes de difícil diagnóstico, Protocol Series (TIPS), National Institute on en especial entre adolescentes y adultos Drug Abuse, Rockville (Md). jóvenes. DSM-IV (1995) Diagnostic and Statistical Manual of A efectos prácticos, la monitorización del Mental Disorders, forth edition, American paciente cannábico suele realizarse con tec- Psychiatric Association, 1994. Manual diagnós- nología aceptablemente sensible, pero no tico y estadístico de los trastornos mentales, 4ª todo lo específica que quisiéramos, pues edición, Masson, Barcelona. habitualmente no se distingue entre cannabi- Becoña, E (1998) Tratamiento del tabaquismo, en noides de distinta farmacocinética. Caballo VE (dir.) Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicoló- gicos vol. 2, Siglo XXI, Madrid. CONCLUSIONES Liddle HA (1998) Multidimensional family therapy treatment manual, Center for Treatment Rese- El tratamiento del paciente consumidor de arch on Adolescent Drug Abuse, University of cannabis no se circunscribe al tratamiento de Miami School of Medicine las secuelas psiquiátricas (ansiedad, psicosis) NIDA (1998) National Institute on Drug Abuse: The- que ya se viene haciendo, sino que debería rapy Manual for Drug Addiction, Rockville (Md). incluir el tratamiento de cesación del hábito. Smith DE (1968) Acute and chronic toxicity in mari- Las técnicas de cesación del hábito tabáquico juana, Journal for Psychedelic Drugs 2. han de ser convenientemente adaptadas y Solé Puig, J (2000 a) Drogas, leyes y Platón (I), son de elección en quienes demandan esta Jano 4-10 febrero vol 53, núm 1330 ayuda concreta; hallan cabida en este trabajo. Solé Puig, J (2000 b) Drogas, leyes y Platón (II), Se justifica porque: nicotina y cannabinoides Jano 11-17 febrero vol 53, núm 1331 son sustancias de abuso masivamente fuma- Solowij N (1998): Cannabis and cognitive functio- das, su respectivo status social va aproximán- ning, Cambridge University Press, Cambridge dose, están sujetas a la misma ambivalencia (Ma). atractiva-aversiva de todo fármaco/droga y al Tennant FS (1986) The clinical syndrome of marijua- correspondiente antagonismo social prohibi- na dependence, Psychiatric Annals 16, 225- ción-tolerancia, y sobre todo porque la depen- 232. dencia que potencialmente generan requiere USDHHS, U.S. Department of Health and Human una oferta asistencial completa y continuada Services (1997) Marijuana, información para los como proceso terapéutico que incluya el tra- adolescentes. NIH publication number 95-4037, tamiento psicosocial del hábito. Los controles Rockville (Md). de orina tienen indicación terapéutica en USDHHS, U.S. Department of Health and Human dicho proceso, pero no fiscalizadora por la Services (1998) La marijuana: lo que los padres lenta cinética de los cannabinoides. deben saber.

314 Tratamiento del paciente cannábico El cannabis y sus derivados en el derecho penal español

HERRERO ALVAREZ, S.

Abogado

Dirigir correspondencia: Sergio Herrero Alvarez . c/Pintor Mariano Moré 22, 3º A. 33206 Gijón

Resumen Summary

Este artículo examina la regulación de las drogas en A review of the regulations of the use and abuse of el derecho español, para lo cual estudia el Código cannabis under Spanish Penal Code from 1995 and Penal de 1995, actualmente vigente, y las sentencias the sentences given by the Supreme Court. Cannabis del Tribunal Supremo sobre esta materia. Éstas últi- and its derivatives are catalogued and considered to mas resultan muy importantes ante la falta de preci- be illicit drugs as in the majority of other European sión legal en algunos aspectos. España considera countries. como drogas ilícitas las sustancias catalogadas en los Consumption and possession of cannabis is per- tratados internacionales existentes, entre las que se mitted by law. Trafficking and dissemination, on the incluyen el cannabis y todos sus derivados. El consu- other hand, are not permitted. Punishment of traffic- mo de drogas ilegales es sancionable administrativa- king and dissemination depends on the risk to gene- mente con multas, pero no constituye delito. Tampoco ral health status, toxicity, the addictive power and es delito la tenencia de drogas para el consumo pro- severity of the delinquent behaviour. pio. El tráfico de drogas es delito penado con prisión, The Spanish Penal Code (1995) distinguishes cle- cuya duración depende, en parte, de la nocividad de la sustancia y, en parte, de la gravedad de la conducta arly between “soft” and “hard” drugs, based on the delictiva. El Código Penal distingue entre drogas risk of these substances for the health of the consu- “duras” y “blandas”, en función del peligro que la sus- mer. tancia suponga para la salud de sus consumidores. El Cannabis and its derivatives are included in the cannabis y sus derivados se incluyen en la categoría category of less serious drug-related crimes and the legal menos grave, y su tráfico se sanciona con pena trafficking of such is punishable with a minimum of mínima de un año de prisión y pena máxima que one year and the maximum of 6 years and 9 months puede llegar a seis años y nueve meses de prisión. in prison.

Palabras clave: Código penal, cannabis, jurispruden- Key words: Cannabis, Penal Code, Jurisprudence, cia, penas, trafico de drogas, autoconsumo, punishment, illicit traffic, self-consumption, España. Spain.

1. INTRODUCCIÓN cias que englobamos en ese concepto legal de “droga”. Una vez acotado el mismo, el a regulación que cualquier ordenamien- Estado ha de decidir la legalidad o ilegalidad to jurídico adopte sobre las drogas ha de la distribución de esas sustancias. De L de incluir, en primer lugar, la propia defi- optarse por la ilegalidad, el tráfico o suminis- nición y delimitación precisa de las sustan- tro de esos productos puede ser sancionado

VOL. 12. SUPLEMENTO 2 315 administrativamente o mediante la aplicación decir, cuando la droga de que se trate no sea de penas. En cualquiera de los casos, puede gravemente dañina. Además, en todos los establecerse una sanción o pena única para supuestos, la pena privativa de libertad irá cualquier conducta de tráfico ilegal de drogas acompañada de otra pena de multa, cuya o castigarse más gravemente ciertas actua- cuantía dependerá del valor de la droga, ciones. A su vez, esa diferente gravedad de suponiendo entre el tanto y el triplo de dicho algunas acciones puede relacionarse con el valor, si se trata de sustancias gravemente tipo de drogas objeto del tráfico, si se consi- dañinas, y entre el tanto y el duplo cuando se deran algunas de ellas como más nocivas trafique con otras sustancias. que otras, en cuyo caso habrá que distinguir Por otra parte, el artículo 369 del Código legalmente dos o más categorías de drogas. Penal tipifica nueve supuestos distintos en La solución de las cuestiones expuestas los que las penas de prisión que han de impo- en el ordenamiento jurídico español, en lo nerse serán las superiores en un grado a las relativo al cannabis y sus derivados, constitu- establecidas en el artículo 368. Finalmente, el ye el objeto del presente capítulo, en el cual artículo 370 crea unos tipos delictivos supera- analizaremos el tratamiento de las sustancias gravados, en los que las penas de prisión a que se consideran como drogas en nuestro imponer son las superiores en dos grados a derecho, las sanciones penales correspon- las penas básicas del primer artículo citado. A dientes y los criterios de graduación de la todo ello ha de añadirse la existencia, junto gravedad de las mismas, así como los princi- con las penas de prisión indicadas y las mul- pales problemas interpretativos y probatorios tas correspondientes en cada caso, de diver- surgidos en la práxis de los tribunales. sas penas de inhabilitación detalladas en el Como veremos, España, en cumplimiento artículo 372. de los tratados internacionales suscritos, cas- Del conjunto de preceptos mencionados, y tiga penalmente el tráfico ilícito de drogas, de los demás relativos al tráfico ilícito de dro- entre las que se encuentran todos los deriva- gas, nacen las cuestiones que a continua- dos cannábicos con efectos psicoactivos, si ción vamos a estudiar. Es de advertir que, por bien la ley española diferencia dos tipos de encima del interés que pudieran presentar drogas, “duras” y “blandas”, en función del algunas tesis doctrinales, lo relevante, objeti- peligro que la sustancia suponga para la salud va y prácticamente, tanto para el jurista como de sus consumidores. para los profesionales del ámbito de la salud, La regulación de los delitos relativos al trá- es conocer en cada extremo cual sea la juris- fico ilícito de drogas se encuentra, en la legis- prudencia al respecto, dado que, ante la inde- lación española, en los artículos 368 y finición legal en algunos aspectos, ha sido el siguientes del Código Penal de 1995, en vigor Tribunal Supremo quien ha tenido la última y desde el día 25 de mayo de 1996. decisiva palabra. El artículo 368 del Código, eje de toda la regulación examinada, sanciona a quienes “ejecuten actos de cultivo, elaboración o tráfi- 2. CONCEPTO DE DROGA ILEGAL co, o de otro modo promuevan, favorezcan o faciliten el consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, o La mera lectura del artículo 368 del Código las posean con aquellos fines”. La pena Penal (en adelante CP) permite comprobar correspondiente a los responsables de esos que este cuerpo legal no define el objeto delitos oscilará entre tres y nueve años de material del delito descrito. La ley penal no prisión, cuando la droga objeto de tráfico sea ofrece un concepto de droga ilegal, limitándo- una sustancia o producto “que causen grave se a considerar como tales, las sustancias daño a la salud”, y se mantendrá entre uno y tóxicas, estupefacientes y psicotrópicas, mas tres años de prisión en los demás casos, es sin enumerarlas ni definir sus características.

316 El cannanis y sus derivados en el derecho penal español CUADRO 1. ARTÍCULO 368 CÓDIGO PENAL

Los que ejecuten actos de cultivo, elaboración o tráfico, o de otro modo promuevan, favorezcan o faciliten el consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, o las posean con aquellos fines, serán castigados con las penas de prisión de tres a nueve años y multa del tanto al triplo del valor de la droga objeto del delito si se tratare de sustancias o productos que causen grave daño a la salud, y de prisión de uno a tres años y multa del tanto al duplo en los demás casos.

Se trata de lo que se denomina una ley que España es parte, de forma que la inclu- penal en blanco, es decir, una norma penal sión o no de una sustancia determinada en incompleta en la que la conducta sancionable esos listas internacionales, periódicamente no se encuentra totalmente descrita en ella, actualizadas, lo que determine su considera- debiendo acudirse, para su integración a otra ción legal como droga a efectos penales en norma distinta, de naturaleza extrapenal, con nuestro ordenamiento jurídico, y la conse- cuyo indispensable complemento resulta sufi- cuente persecución de su posible tráfico. cientemente precisada cual es la actuación El llamado Convenio Único sobre estupefa- punible. La constitucionalidad de este tipo de cientes, de 30 de setiembre de 1961, ratifica- construcciones normativas ha sido admitida do por España el 3 de setiembre de 1.966, es por el Tribunal Constitucional español, funda- el primero de los tratados internacionales que mentalmente en sus sentencias (en adelante complementan y concretan la ley española. STC) 62/1982, 122/1987 y 127/1990. Su texto engloba como anexos cuatro listas El Tribunal Supremo ha mantenido reitera- de sustancias. La lista I comprende, entre damente la consideración como norma penal otros productos, el opio, la heroína, la morfina, en blanco del anterior artículo 344 del Código la metadona, la cocaína y el cannabis. La lista Penal de 1973, derogado por el actualmente II incluye la codeína y el dextropropoxifeno. La vigente pero textualmente coincidente en lista III se refiere a preparados que no se este aspecto con el nuevo artículo 368 CP. En prestan a uso indebido y, finalmente, la lista tal dirección se pronuncia, entre muchas IV se dedica a las mezclas o preparados, sóli- otras, en sus sentencias (STS, en adelante) dos o líquidos, que contengan las sustancias de 11 de octubre de 1974, 22 de junio de de las dos primeras listas. La citada Ley espa- 1981, 25 de octubre de 1982, 4 de febrero de ñola de 8 de abril de 1.967 dispone, en su artí- 1984, 7 de mayo de 1984, 15 de noviembre culo 2, que se consideran estupefacientes las de 1984, 19 de enero de 1985, 15 de julio de sustancias incluidas en las listas I, II y IV del 1985, 4 de marzo de 1988, 12 de julio de Convenio Único, así como también, en lo 1990, 24 de diciembre de 1992, 28 de abril sucesivo, aquellas otras que se incorporen al de 1994, 25 de mayo 1994, 27 de setiembre Convenio en el ámbito internacional, o en el de 1995, 5 de febrero de 1996, 18 de marzo ámbito nacional por el procedimiento regla- de 1996 y 11 de setiembre de 1996). En ese mentario que se establece, que se ha ido eje- mismo sentido se inclina la doctrina penal cutando posteriormente y hasta el momento mayoritaria. a través de diversas órdenes ministeriales. El artículo 368 del Código, considerado El otro texto internacional relativo a estas pues como ley penal en blanco, deberá ser materias, que merece siquiera una sucinta completado con la legislación administrativa mención, es el Convenio de Viena sobre sus- relativa a las drogas ilegales. La Ley de 8 de tancias psicotrópicas de 21 de febrero de abril de 1967 sobre estupefacientes remite a 1971, que cuenta con dos anexos, el primero su vez a los listados de sustancias conteni- con cuatro listas de sustancias psicotrópicas, dos en los Convenios internacionales de los referidas respectivamente a alucinógenos

Herrero, S. 317 (LSD, THC, DMT, STP, DOM y otros), anfeta- entiende la resina separada del fruto o purifi- minas, barbitúricos y otras sustancias (tales cada. La lista I contiene entre los estupefa- como la anfepramona, el meprobamato y la cientes “la cannabis y sus resinas y los metacualona). Por su parte el segundo anexo extractos o tintura de la cannabis”, también del Convenio comprende y relaciona sustan- incluido en la lista IV “cannabis y sus resi- cias que, no siendo propiamente psicotrópi- nas”. Por ello pudieron decir, con perfecta cas, se consideran asimilables a ellas: entre razón y adecuación a esta normativa, las sen- otras sustancias, las benzodiazepinas, el fen- tencias de 27 de enero, 9 y 13 de junio y 6 de proporex y la etilanfetamina. Al igual que ocu- julio de 1983, que tanto la propia planta natu- rre con el Convenio sobre estupefacientes, ral, mientras no se haya extraído sus sustan- también éste sobre psicotrópicos contiene cias y resinas, como éstas y sus preparados, un mecanismo de actualización periódica de constituyen el objeto del tráfico ilícito como las sustancias incluidas en sus listas anexas. estupefacientes, que el Convenio pretende Recopilando la clara doctrina jurispruden- combatir, añadiendo que entre las denomina- cial existente, es especialmente ilustrativa la ciones vulgares de la cannabis, distintas en STS de 8 de noviembre de 1995 que afirma, cada región o nación, es también conocida refiriéndose al anterior artículo 344 del Códi- como hachís.” go Penal de 1973, lo que sigue: A la vista de todo lo anterior, resulta indis- “Si bien nuestro art. 344 no define que cutible la consideración del cannabis y todos debe entenderse por sustancia estupefacien- sus derivados, en cualquiera de sus formas te, ello se encuentra en la propia normativa, de preparación o presentación, como drogas en el Convenio Único de las Naciones Unidas de tráfico ilícito en el derecho penal español. de 30 de marzo de 1961, que fue ratificado por España, mediante instrumento de 3 de febrero de 1966, prescribiendo este en su 3. CATEGORÍAS LEGALES EN FUNCIÓN DE apartado J de su art. 1º que se reputan estu- LA NOCIVIDAD DE LA DROGA pefacientes a cualquiera de las sustancias que se insertan en las listas 1 y 2 del Anexo, añadiendo el art. 2º que asimismo las demás La ley penal española divide las drogas ile- que adquieran tal consideración en el ámbito gales en dos categorías, atendiendo a la internacional con relación a dicho Convenio y mayor o menor nocividad de las sustancias. en el nacional por la reglamentación que se La distinción fue introducida en la reforma del establezca y también se reputan las incluidas Código Penal del año 1983 y aplaudida por la en la lista 4 - sentencia de 18 de diciembre mayoría de la doctrina penal. Se sanciona de 1981 -. Pero la Convención Única de 1961 más gravemente el delito cuando tiene por fue enmendada por el Protocolo de la Modifi- objeto “sustancias que causan grave daño a cación de tal Convención de 25 de marzo de la salud”, siendo menores las penas cuando el 1972, cuyo texto de 8 de agosto de 1975 fue tráfico se produce con otras drogas “blan- acogido por España y publicado en el BOE de das” no tan nocivas. Sin embargo, el Código 4 de noviembre de 1981, que en su art. 1º no específica ni detalla cuales son las sustan- contiene las distintas definiciones de los con- cias concretas consideradas legalmente ceptos usadas en el Tratado, en su apartado como especialmente dañinas. Ha tenido que b) dice que por cannabis se entienden las ser pues la jurisprudencia la que clasificara en sumiedades (las partes más altas) florales o una u otra categoría cada una de las drogas con frutos de la planta de la cannabis, a ilegales contenidas en los tratados internacio- excepción de las semillas y las hojas, en su nales ya mencionados. apartado c) dice que por planta cannabis se La sustancia objeto de esta obra ha sido entiende toda planta de genero cannabis, en siempre calificada por el Tribunal Supremo su apartado d) que por resina de cannabis se como droga que no causa grave daño a la

318 El cannanis y sus derivados en el derecho penal español salud, con independencia de su forma de pre- prudencia ha advertido que la inclusión de la sentación o grado de concentración en THC. sustancia en una u otra categoría legal debe Hachis, marihuana, grifa y aceite de hachis ser alegada y justificada en cada proceso han sido siempre catalogados jurisprudencial- penal por la parte acusadora. Por ello, si la mente como drogas blandas, entre cientos acusación se formula únicamente por delito más de resoluciones, en las STS de 4 de de tráfico de drogas blandas, no puede el tri- setiembre de 1983, 20 de febrero de 1984, 3 bunal sentenciador condenar por tráfico de de diciembre de 1984, 24 de julio de 1991, 15 sustancias gravemente dañosas, dado que se de octubre de 1991, 24 de setiembre de vulneraría el denominado técnicamente prin- 1993 y 8 de noviembre de 1995 y 17 de octu- cipio acusatorio (STS de 28 de junio de 1999). bre de 1996. En la misma categoría de drogas escasa- mente dañosas se sitúan por la jurisprudencia 4.TENENCIA Y CONSUMO DE HACHIS la metacualona (STS de 28 de abril de 1994), el dextropropoxifeno (STS de 11 de febrero de 1991 y 29 de noviembre de 1993), el alpra- El artículo 368 CP considera autores del zolam (STS de 21 de diciembre de 1995, 5 de delito de tráfico de drogas a quienes “ejecu- julio de 1997 y 1 de febrero de 1999) y, ten actos de cultivo, elaboración o tráfico, o recientemente, el flunitrazepam (STS de 18 de otro modo promuevan, favorezcan o facili- de mayo de 1998, 20 de julio de 1998). ten el consumo ilegal de drogas tóxicas, estu- Como drogas causantes de grave daño a la pefacientes o sustancias psicotrópicas o las salud se consideran la heroína (STS de 17 de posean con aquellos fines”. Ello supone una febrero de 1984, 23 de febrero de 1984, 12 extraordinaria amplitud de la conducta típica de diciembre de 1984, 10 de julio de 1987, 18 sancionable. Prácticamente cualquier actua- de enero de 1991 y 23 de enero de 1992), la ción que propicie o permita el consumo de cocaína (STS de 25 de octubre de 1983, 8 de otra persona va a reputarse delictiva. Tan sólo febrero de 1984, 29 de abril de 1985, 18 de quedan fuera del tipo penal el autoconsumo noviembre de 1987 y 12 de julio de 1990), el individual o colectivo de la sustancia y la LSD (STS de 5 de octubre de 1983, 8 de tenencia previa necesaria para ese consumo febrero de 1984, 11 de mayo de 1984, 1 de propio. junio de 1984, 15 de febrero de 1988, 31 de El consumo de droga ni es actualmente ni marzo de 1990 y 28 de setiembre de 1992), ha sido nunca objeto de sanción penal en las anfetaminas (STS de 20 de abril de 1996, España, y lo mismo puede afirmarse de la 19 de octubre de 1996, 16 de abril de 1997, 1 tenencia previa al consumo. La redacción del de julio de 1997 y 3 de febrero de 1998) y las artículo 344 CP dada por la Ley 44/1971 de 15 sustancias de diseño, MDMA (STS de 11 de de noviembre, que estuvo vigente hasta la octubre de 1993, 24 de enero de 1994, 31 de reforma operada por la Ley Orgánica 8/1983 enero de 1994, 1 de junio de 1994, 25 de de 25 de junio, incluía en la descripción de las junio de 1994, 15 de noviembre de 1994, 12 acciones típicas delictivas la ejecución “ilegí- de diciembre de 1994, 10 de enero de 1995, timamente” de actos de tenencia de drogas, 15 de febrero de 1995, 3 de marzo de 1995, 6 pero tal expresión siempre fue interpretada de marzo de 1995, 17 de abril de 1995, 18 de jurisprudencialmente en el sentido de restrin- mayo de 1995, 27 de setiembre de 1995, 14 girla a la tenencia preordenada a la distribu- de febrero de 1996 y 11 de setiembre de ción posterior de la sustancia ilícita (STS de 6 1996), MDA (STS de 5 de febrero de 1996 y de abril de 1973, 5 de mayo de 1975 y 24 de 25 de abril de 1996) y MDEA (STS de 27 de noviembre de 1975, entre otras), advirtiendo setiembre de 1994 y 1 de abril de 1996). nuestro Tribunal Supremo que “como el con- En relación con la distinción entre drogas sumo de drogas o estupefacientes es atípico, más y menos nocivas, recientemente la juris- para que la mera tenencia se repute delictiva,

Herrero, S. 319 es menester que quede acreditado que la de pruebas disponibles para inferir el destino poseída no se hallaba destinada al propio final de la droga poseída. Y en esa labor valo- consumo” (STS 20 de marzo de 1980). A par- rativa el Tribunal Supremo viene señalando tir de la reforma del Código de 1983, desapa- como indicios fundamentales a examinar los reció cualquier posible duda interpretativa, al siguientes: eliminarse del texto del artículo la referencia a a) condición o no de consumidor del portador la “tenencia” de droga. de la droga y la acreditación de la cantidad Conviene aquí precisar que la atipicidad habitualmente consumida por el mismo penal de una conducta, tal como el autocon- b) cantidad de droga poseída sumo y la tenencia de droga para ello, no c) distribución de la droga en dosis listas para obsta para que sea castigada en el ámbito su posible venta y presentadas en la forma administrativo, con multas y otras posibles habitual en el mercado ilegal sanciones no privativas de libertad. La Ley Orgánica 1/1992 de 21 de febrero, sobre Pro- d) tenencia de productos utilizados habitual- tección de la Seguridad Ciudadana, conocida mente para adulterar la droga popularmente como “Ley Corcuera”, califica e) tenencia de instrumentos utilizados habi- como infracciones administrativas, sin rango tualmente para dividir la droga en dosis, delictivo, las conductas que describe su artí- tales como balanzas de precisión, cuchillos culo 25-1º, consistentes en “el consumo en con señales de haber sido calentados para lugares, vías, establecimientos o transportes cortar mejor hachis, pajitas de plástico para públicos, así como la tenencia ilícita, aunque contener cocaína, pequeños recortes de no estuviera destinada al tráfico, de drogas plástico para confeccionar bolsitas termo- tóxicas, estupefacientes o sustancias psico- selladas con heroína, speed o cocaína, trópicas, siempre que no constituya infrac- etcétera ción penal, así como el abandono en los sitios f) circunstancias del hallazgo policial de la mencionados de útiles o instrumentos utiliza- sustancia, lugar de aprehensión y razones dos para su consumo”. Esas conductas se del poseedor de la droga para encontrarse califican como infracciones graves a la seguri- allí dad ciudadana y se sancionan administrativa- g) incautación de cantidades notables de mente con multa de importe comprendido dinero sin procedencia lícita justificable entre cincuenta mil una pesetas y cinco millo- nes de pesetas, además de con otras sancio- h) existencia en poder del poseedor de la droga o en su domicilio de notas o contabi- nes no pecuniarias, según establece el artícu- lidades manuscritas indicativas de ventas lo 28 de la Ley, cuyo análisis detallado se de drogas apartaría de la presente revisión de la legisla- ción penal española sobre el cannabis y sus i) grabaciones, con autorización judicial, de derivados. conversaciones telefónicas de esa persona relativas a operaciones de compraventa de Si la tenencia de droga resulta impune drogas cuando está destinada únicamente al auto- consumo, y delictiva cuando, al contrario, se j) trasiego continuo de consumidores de dro- preordena a fines de distribución de la sus- gas en el domicilio de la persona a la que tancia a otras personas, determinar cual de se le ocupa la sustancia, con visitas muy esas dos intenciones animaba en cada caso breves, como indicio de posibles operacio- al poseedor de la droga va a resultar crucial nes de venta al menudeo en múltiples procesos penales, en los que se Del examen detenido de todo el material encuentra probada la tenencia de la sustancia probatorio existente en cada caso ha de sur- pero sin acreditación directa de ningún acto gir, motivadamente, la convicción y decisión de tráfico de la misma. Ha de realizarse judicial sobre el destino o no al tráfico ilegal entonces una valoración judicial del conjunto de la droga poseída.

320 El cannanis y sus derivados en el derecho penal español La alegación por la persona en posesión hasta 50 gramos de esta droga (STS de 17 de de la misma sobre su destino exclusivo al enero de 1986, 4 de diciembre de 1987, 9 de consumo propio habrá de ir acompañada de julio de 1988, 10 de noviembre de 1993, 19 la demostración de su condición de consu- de enero de 1995 y 20 de junio de 1997), si midor de esa sustancia (STS de 2 de febrero bien no faltan algunas resoluciones que de 1994 y 24 de mayo de 1996, entre absolvieron a personas acusadas tenedoras muchas otras), mediante las oportunas prue- de cantidades superiores. En concreto, la bas documentales (historia clínica, enferme- STS de 8 de noviembre de 1991 consideró dades o padecimientos concomitantes o como destinados al autoconsumo 133 gra- derivados de la drogodependencia, atención mos de hachis, la STS de 26 de junio de 1993 recibida en unidades o centros especializa- absolvió al poseedor de 98 gramos de la dos de deshabituación, etc) y periciales droga y la STS de 12 de abril de 1996 lo hizo (informe del médico forense u otros especia- con un acusado en posesión de 241 gramos listas). A ser posible, convendrá también la de la misma sustancia. Obviamente, se trata- acreditación, al menos de forma aproximada, ba de tres casos en los que no existía indicio de la cantidad habitualmente consumida por ninguno complementario, de los antes el sujeto. expuestos, de posible destino al tráfico del Existencia del consumo y cantidad objeto hachis incautado. del mismo serán, pues, dos extremos a pro- Aunque con valor meramente anecdótico, bar para poder mostrar el destino de una sus- merece cita la reciente sentencia de 27 de tancia al autoconsumo penalmente no san- diciembre de 1999 dictada por el Juzgado de cionable, variando enormemente, en cada lo Penal 17 de Barcelona que decretó la abso- caso, la cantidad que cada persona pueda lución de un ciudadano austriaco, detenido tener almacenada con esa finalidad. Sin por la policía en el aeropuerto de la ciudad, embargo, el Tribunal Supremo ha establecido cuando embarcaba en un vuelo con destino a un límite cuantitativo, a partir del cual, como su patria, en posesión de 1.927 gramos de criterio general, se considera que la cantidad hachís, distribuido en ocho tabletas. Este acu- de la droga indica ya su destino al tráfico, por sado había sufrido cinco años antes la extir- exceder de lo que un consumidor medio pación quirúrgica de un melanóma en la puede razonablemente tener en su poder en región umbilical, y al año siguiente una previsión de futuros consumos por su parte. segunda operación para intervenirle un cán- Se afirma por la jurisprudencia que “hay cer de estómago, siguiendo desde entonces ánimo de traficar si se trata de una cantidad un tratamiento con quimioterapia. La senten- que excede de la que razonablemente está cia dictada consideró acreditado que el sujeto destinada al propio consumo, y que está tomaba habitualmente 50 gramos semanales objetivamente preordenada al tráfico, por de hachís con el objeto “terapéutico” de ali- exceder de las previsiones de consumo de viar el malestar sufrido a consecuencia de la un drogadicto” (STS de 2 de enero de 1998), quimioterapia, y entiende que no existe nin- y una corriente jurisprudencial viene mante- gún indicio de que la droga, pese a la elevada niendo que ha de atenderse a la cantidad que cantidad poseída, estuviese dirigida al tráfico pueda consumirse en cinco días como máxi- ilegal. Admite pues que se encontraba desti- ma admisible para el autoconsumo atípico, nada únicamente al consumo propio de su aplicando para cada día la dosis media ordina- poseedor y absuelve al mismo de la acusa- ria, según la droga concreta de que se trate ción formulada. La resolución está, en el en cada caso (STS de 5 de junio de 1997 y 16 momento de concluir estas líneas, en enero de setiembre de 1997). de 2000, recurrida en apelación por el minis- Con referencia al hachis la jurisprudencia terio fiscal ante la Audiencia Provincial de Bar- considera como posiblemente dedicadas, en celona, que habrá de dictar la sentencia defi- principio, al propio consumo tenencias de nitiva sobre el caso.

Herrero, S. 321 5. CULTIVO DE CANNABIS ción típica del autor de la conducta, error que sería siempre irrelevante a los efectos del dolo. Concluye el Tribunal Supremo que “es El artículo 368 CP describe con extraordi- claro que los acusados sabían lo que hacían y naria amplitud el ámbito de conductas típicas por lo tanto conocían los elementos del tipo, en el delito de tráfico de drogas. La promo- pues en su memoria explicativa de las activi- ción, el favorecimiento o la facilitación, de dades de la asociación expusieron su activi- cualquier modo, del consumo ilegal de dro- dad de plantación de cáñamo índico en la gas por otra persona, resulta, en principio, finca de Riudecoms, como consta en los suficiente para subsumir esa conducta en el hechos probados. Quienes saben que culti- tipo penal. Quedan pues incluidos dentro del van cáñamo índico saben todo lo necesario tipo penal, inicialmente, todos los actos que para obrar con dolo en relación al art. 344 CP, supongan cultivo, fabricación, venta, transmi- a pesar de que puedan haber pensado que sión o donación de alguna sustancia conside- esta conducta no era la definida en el tipo rada como droga, así como el transporte y la penal como prohibida” (STS de 17 de no- mera tenencia de esa droga si se realizan con viembre de 1997). finalidad ulterior de trafico. El cultivo de la planta de cannabis es típico penalmente cuando se realiza con la inten- ción de destinar posteriormente el producto 6. ACTOS DE TRAFICO obtenido a su difusión, venta o entrega a otras personas, de forma que el cultivo dirigi- do exclusivamente a proveer de droga para Tras el cultivo y recogida del producto del su consumo al propio cultivador resulta no cannabis, son actos de tráfico de la droga punible (STS de 12 de diciembre de 1990 y 17 cualesquiera que supongan entrega de la de enero de 1994). sustancia a otras personas. Examinaremos a continuación algunas cuestiones problemáti- Un caso peculiar tuvo lugar en Tarragona, cas. donde una asociación partidaria de la legaliza- ción del cannabis, organizó en el año 1993 la Sobre el concepto de tráfico afirma la STS plantación colectiva de cáñamo para su pos- de 16 de junio de 1987 que “tráfico equivale a terior recolección y consumo de la droga por transmisión de una cosa a otra u otras perso- los noventa y siete socios que participaban nas, es decir, a traslación de la propiedad o en la acción. Esta se ejecutó de forma públi- posesión de las mismas, gratuita u onerosa- ca por el grupo, legalmente constituido bajo mente, total o parcialmente, directa o indirec- la denominación Asociación Ramón Santos tamente, siempre y cuando, claro está, la para el Estudio del Cannabis, y fue incluso transferencia implique promoción o favoreci- objeto de información periodística. Seguido el miento del consumo de drogas tóxicas, estu- procedimiento penal por el hecho, el mismo pefacientes o psicotrópicas”. mereció sentencia absolutoria de la Audiencia El mero transporte de la droga, incluso sin Provincial de Tarragona. Recurrida por el interés económico por el transportista, cons- ministerio fiscal en casación ante el Tribunal tituye también acto típico penalmente, dado Supremo, este la revocó y condenó a los que contribuye a propiciar el consumo ilegal directivos de la asociación como organizado- de la droga transportada por sus destinatarios res de la plantación de la droga, con una fun- finales. En tal sentido, afirma la STS de 30 de damentación estrictamente técnico-jurídica, setiembre de 1997, que “asumir el encargo resaltando la naturaleza del tráfico de drogas de transportar una cantidad de droga hasta como delito de peligro abstracto, que no una discoteca es poner una condición nece- exige ni la lesión efectiva ni, siquiera, el ries- saria para cerrar el círculo de distribución de go concreto del bien jurídico tutelado. Resul- tal mercancía, y en su acto de tráfico del que ta pues irrelevante el posible error de subsun- se responde como autor”. En el mismo senti-

322 El cannanis y sus derivados en el derecho penal español do, STS de 21 de enero de 1998 y 21 de propio grupo (STS 18 de diciembre de 1992, 4 febrero de 1998. de febrero de 1993, 18 de octubre de 1993 y Los delitos de tráfico de drogas no requie- 3 de junio de 1994). ren, en ningún supuesto, el ánimo de lucro Conviene destacar que, dentro de la pro- en su autor. Por ello, la donación de droga ha blemática probatoria al respecto, se plantea sido considerada siempre como delictiva por con frecuencia la valoración penal de la actua- la jurisprudencia (STS de 6 de abril de 1989, ción de quien convive en el mismo domicilio 19 de mayo de 1989, 22 de octubre de 1990, con el autor directo de los actos de tráfico de 4 de febrero de 1991, 3 de mayo de 1991, 25 drogas. La jurisprudencia es, en este punto, de enero de 1992, 14 de octubre de 1993, 26 especialmente clara: la mera convivencia de noviembre de 1994 y 6 de junio de 1997). domiciliaria ni es, en si misma, un acto de Sin embargo, hay casos especiales de entre- cooperación con el traficante ni sirve de prue- ga de drogas que el Tribunal Supremo ha con- ba de participación en los actos de tráfico. siderado no sancionables penalmente. En La STS de 26 de julio de 1993 ya proclama- general, se trata de la transmisión de dosis ba que “el hecho de la unión matrimonial y el mínimas y gratuitamente a una persona que dato de viajar juntos no pueden ser, por sí ya es previamente adicta a la sustancia, por solos determinantes de la inferencia de la parte de un familiar o persona allegada a participación de la esposa” en el tráfico ilícito dicho consumidor y con la intención de evitar- llevado a cabo por el varón, sorprendido con le los sufrimientos del síndrome de abstinen- la droga en el automóvil donde se hallaban cia o de ayudarle a intentar una paulatina des- ambos. intoxicaciòn mediante el consumo de dosis decrecientes (STS 2 de noviembre de 1992, La STS de 30 de diciembre de 1993 afirma 18 de diciembre de 1992, 29 de mayo de que “bajo la fuerza de los principios constitu- 1993, 15 de julio de 1993, 16 de setiembre de cionales, no puede admitirse ningún tipo de 1993, 6 de octubre de 1993, 16 de marzo de presunciones de participación. No es correc- 1994, 8 de abril de 1994, 27 de mayo de to ni ortodoxo en forma alguna atribuir al 1994, 11 de junio de 1997, 14 de julio de 1997 hombre el tráfico por el hecho de llevarlo a y 22 de enero de 1998). Hay que advertir que cabo la mujer o viceversa, por la circunstancia en la casi totalidad de los casos examinados de la convivencia de ambos en el mismo piso por la jurisprudencia, lo entregado habían sido o vivienda y el mayor o menor conocimiento cantidades muy pequeñas de heroína o coca- que uno de ellos tenga del tráfico que realiza ína, y no de hachís. el otro. No se puede, por ello, atribuir la pose- sión de la droga para su venta o el tráfico de El consumo compartido de una droga entre usuarios habituales de la misma viene la misma indiscriminadamente a los dos. Hay siendo también considerado no delictivo (STS que probar, fehacientemente y por medios de 12 julio de 1984, 6 de abril de 1989, 23 de plenos de aptitud incriminatoria o de cargo, marzo de 1991, 2 de noviembre de 1992, 25 que uno y otro llevaron a cabo actos que el de marzo de 1993, 27 de setiembre de 1993, legislador incorpora al núcleo de cada uno de 7 de febrero de 1994, 18 de setiembre de los tipos en alguna de las modalidades de 1997 y 3 de noviembre de 1997). El Tribunal participación”. Supremo reputa igualmente atípicos los En el mismo sentido se ha pronunciado en actos de compra colectiva de droga destina- bastantes más ocasiones la jurisprudencia. da al consumo de los que la adquieren (STS Incluso conociendo uno de los convivientes 25 de mayo de 1981, 11 de noviembre de el tráfico desarrollado por otro en el domicilio, 1992 y 27 de enero de 1995), e incluso, la ello no le convierte en partícipe si no se compra por encargo de un grupo, del cual demuestra una contribución concreta al forma parte el encargado adquirente de la hecho delictivo (STS de 13 de octubre de droga y destinando ésta al consumo de ese 1994, 14 de octubre de 1994, 20 de setiem-

Herrero, S. 323 bre de 1995, 28 de noviembre de 1997 y 6 • Grifa comprada por kilos: 185.000 pese- de octubre de 1998). tas/kilogramo • Hachís comprado por gramos: 640 pese- tas/gramo • Hachís comprado por kilos: 250.000 pese- 7. PENAS APLICABLES tas/kilogramo • Aceite de hachís comprado por gramos: El delito de tráfico de drogas que no cau- 2.000 pesetas/gramo san grave daño a la salud, entre ellas todos • Aceite de hachís comprado por kilos: los derivados cannábicos, se castiga en el 475.000 pesetas/kilogramo artículo 368 CP con pena de prisión de dura- A las penas de prisión y multa que se ción comprendida entre uno y tres años y, impongan en cada caso, ha de añadirse otra además, con pena de multa, cuyo importe pena cuando el delito haya sido cometido por dependerá del valor de la droga objeto del empresario, intermediario en el sector finan- delito: una vez calculado, se impondrá una ciero, facultativo, funcionario público, trabaja- multa de cuantía comprendida entre esa cifra dor social, docente o educador, en el ejercicio y el doble de la misma. Ahora bien, el artículo de sus respectivos cargos o profesiones. En 377 CP indica que a estos efectos ese valor estos casos, el artículo 372 CP, ordena impo- de la droga “será el precio final del producto ner, además de las penas correspondientes o, en su caso, la recompensa o ganancia ordinariamente al delito, la de “inhabilitación obtenida por el reo, o que hubiera podido especial para empleo o cargo público, profe- obtener”. sión u oficio, industria o comercio, de tres a En la práctica judicial son tenidos en cuen- diez años”. A los efectos de este precepto, se ta, como medio probatorio fundamental, los consideran facultativos a los médicos, psicó- informes que elabora semestralmente la Ofi- logos, personas en posesión de título sanita- cina Central Nacional de Estupefacientes, rio, veterinarios, farmacéuticos y sus depen- dependiente del Ministerio del Interior, relati- dientes. vos al precio medio de las drogas en el mer- Como supuesto todavía más grave, se cado ilícito. El último informe hasta la fecha impondrá, junto con la pena de prisión y la de de esta obra es el referido al segundo semes- multa, la pena de inhabilitación absoluta de tre de 1999 y en el mismo se indican, como diez a veinte años cuando el delito fuere reali- precios medios en el mercado ilegal español zado por una autoridad, o un agente de la los siguientes: autoridad, en el ejercicio de su cargo. • Grifa comprada por gramos: 420 pese- La condena por delito de tráfico de drogas tas/gramo. conllevará, a tenor de lo dispuesto en el artí-

CUADRO 2. PENAS APLICABLES EN EL DELITO DE TRAFICO DE CANNABIS

Penas TIPO BASICO TIPOS AGRAVADOS TIPOS ULTRAGRAVES ART. 368 CP ART. 369 CP ART. 370 CP

PRISION mínimo: 1 año o mín.: 3 años mín.: 4 años y 6 meses máximo: 3 años máx.: 4 años y 6 meses máx.: 6 años y 9 meses

MULTA tanto al duplo tanto al cuádruplo tanto al séxtuplo valor droga valor droga valor droga

INHABILITACION ESPECIAL (para empleo o cargo público, profesión o comercio) 3 a 10 años

INHABILITACION ABSOLUTA (si el hecho lo comete la autoridad en ejercicio de su cargo) 10 a 20 años

324 El cannanis y sus derivados en el derecho penal español culo 374 CP, además de las penas señaladas, sados todos los bienes provenientes del tráfi- el comiso de las sustancias ilícitas, que serán co y las ganancias obtenidas con ellos, cua- posteriormente destruidas con arreglo al pro- lesquiera que sean las transformaciones que cedimiento reglamentariamente establecido. hayan podido experimentar. También serán objeto de decomiso los equi- Se exceptúan del comiso los bienes e ins- pos y materiales utilizados para la elaboración trumentos de lícita posesión que pertenezcan de la droga y, en general, los vehículos, a un tercero de buena fe no responsable del buques, aeronaves y otros posibles bienes y delito, por ejemplo, el titular del vehículo que efectos de cualquier naturaleza que hayan lo cede o alquila al autor del tráfico sin cono- servido de instrumento para la comisión del cer que va a ser utilizado para la comisión del delito. Por último, serán igualmente decomi- mismo.

CUADRO 3. ARTÍCULO 369 CÓDIGO PENAL ESPAÑOL

Se impondrán las penas privativas de libertad superiores en grado a las respectivamente señaladas en el artículo anterior y multa del tanto al cuádruplo cuando: 1º.Las drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas se faciliten a menores de dieciocho años o disminuidos psíquicos, o se introduzcan o difundan en centros docentes, en centros, establecimientos y unidades militares, en establecimientos penitenciarios o en centros asistenciales. 2º.Los hechos fueren realizados en establecimientos abiertos al público por los responsables o empleados de los mismos. 3º.Fueren de notoria importancia la cantidad de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas objeto de las conductas a que se refiere el artículo anterior. 4º.Las citadas sustancias o productos que faciliten a personas sometidas a tratamiento de deshabituación o rehabilitación. 5º.Las referidas sustancias o productos se adulteren, manipulen o mezclen entre si o con otros, incrementando el posible daño a la salud. 6º.El culpable perteneciere a una organización o asociación, incluso de carácter transitorio, que tuviere como finalidad difundir tales sustancias o productos aun de modo ocasional. 7º.El culpable participare en otras actividades delictivas organizadas o cuya ejecución se vea facilitada por la comisión del delito. 8º.El culpable fuere autoridad, facultativo, funcionario público, trabajador social, docente o educador y obrase con abuso de profesión, oficio o cargo. 9º.Se utilice a menores de dieciséis años para cometer estos delitos.

Dispone también el Código Penal la posibi- 8. TIPOS AGRAVADOS DE TRAFICO DE lidad de que los bienes, efectos e instrumen- DROGAS tos objeto del comiso puedan ser aprehendi- dos y puestos en depósito desde el primer Además de la distinción que efectúa el artí- momento del proceso penal por la autoridad culo 368 CP entre drogas “duras” y “blan- judicial, con el fin de garantizar la efectividad das”, el artículo 369 CP establece otra impor- del comiso. Incluso puede acordar el juez que tante diferencia entre conductas básicas de durante la tramitación del procedimiento esos tráfico de drogas y actuaciones especialmen- bienes puedan ser utilizados provisionalmente te graves. Al tipo básico de tráfico ilícito de por la policía, con las debidas garantías para cannabis le corresponden las penas ya exami- su conservación. Una vez sea definitivo el nadas. En los supuestos de tráfico especial- comiso, alcanzada la firmeza de la sentencia mente grave las penas a imponer serán la de condenatoria en que se haya acordado, los prisión con duración comprendida entre tres bienes quedan adjudicados al Estado. años y cuatro años y seis meses, y además la

Herrero, S. 325 de multa de cuantía entre el valor de la droga comprobar si se ha superado el tope jurispru- y el cuádruplo del mismo. dencial de la notoria importancia no es el Existen en el Código Penal nueve supues- peso total de la sustancia incautada sino la tos distintos de tráfico especialmente grave, parte de ese peso correspondiente a droga recogidos en el citado artículo 369, de los pura, descontando la parte que corresponda cuales el que mayor problema interpretativo a adulterantes o excipientes. De esa forma, suscita es el de su apartado 3º, relativo a los de un alijo, por ejemplo, de 200 gramos de casos en que “fuere de notoria importancia cocaína, con una pureza del 55%, se compu- la cantidad de drogas tóxicas, estupefacien- tarán sólo los 110 gramos de sustancia pura, tes o sustancias psicotrópicas objeto de las con lo que no se aplicará el tipo agravado, ya conductas a que se refiere el artículo ante- que este se inicia con los 120 gramos de esa rior”. Nos detendremos en su análisis. droga, según reiterada jurisprudencia. El texto legal no se pronuncia sobre la can- En el caso de los derivados cannábicos “el tidad de droga a partir de la cual se pueda principio activo tetrahidrocannabinol (THC) es considerar de notoria importancia, dejando relevante en referencia a la notoria importan- pues su concreción a la labor jurisprudencial, cia de la droga, porque según sea el porcen- que la ha situado en la cantidad que supondrí- taje de dicho principio, será mayor o menor el an 200 dosis medias de cada tipo de droga. peso de la sustancia aprehendida a partir del Con ese criterio, ha afirmado que la cantidad cual pesará la agravación de notoria importan- de notoria importancia sería la superior a cia, pero siempre referido al peso bruto de la 1.000 gramos de hachís (STS 8 de junio de sustancia, y por tanto no es el porcentaje de 1984, 6 de noviembre de 1986, 23 de febrero THC el que hay que tomar como base para de 1989, 28 de diciembre de 1990, 8 de octu- determinar el peso neto y a partir de esa bre de 1991, 22 de setiembre de 1992, 28 de reducción aplicar a dicho peso el subtipo setiembre de 1995, 21 de octubre de 1996, agravado” (STS de 3 de marzo de 1999). 23 de julio de 1997). La STS de 20 de noviembre de 1997 ponía El límite señalado jurisprudencialmente de relieve que “a diferencia de lo que ocurre para el hachís varía para otros derivados can- con la cocaína y la heroína, que son sustan- nábicos, ya que, como resume la STS de 12 cias que se consiguen en estado de pureza de setiembre de 1997 “para la apreciación de por procedimientos químicos, los derivados la agravación específica de notoria importan- del cáñamo índico o cannabis sativa, son pro- cia en las sustancias derivadas de la cannabis ductos vegetales que se obtienen de la pro- sativa ha de atenderse a la modalidad de la pia planta sin proceso químico alguno, por lo droga de que se trate, cifrándose aproxima- que la sustancia activa tetrahidrocannabinol damente en cinco kilogramos para la griffa o en estado puro nunca se contiene en su marihuana, un kilo para el hachís y 200 gra- totalidad en las plantas o derivados. La con- mos para el aceite de hachís, ponderando las centración es diversa en cada una de las circunstancias de cada caso”. En igual sentido modalidades de presentación (marihuana, se pronunciaron las STS de 17 de setiembre hachís y aceite) y por ello esta Sala ha opta- de 1993, 28 de abril de 1995, 8 de noviembre do por establecer el límite mínimo para la de 1995, 1 de marzo de 1996 y 17 de octubre apreciación de la agravante específica, no en de 1996. consideración a la sustancia activa, sino en La cuestión anterior se conecta con la relación con las diversas modalidades ya posibilidad de tener en cuenta el grado de mencionadas. En cualquier caso no es el por- concentración o presencia de THC en la sus- centaje de THC el que hay que tomar como tancia de que se trate para aplicar o no la base para determinar si el hachís alcanza o no agravación por la notoria importancia. Hay el kilogramos que marca la línea divisoria, que recordar que en drogas como la heroína sino el peso bruto de la sustancia aprehendi- o la cocaína, lo que se tiene en cuenta para da, cualquiera que fuese su grado de concen-

326 El cannanis y sus derivados en el derecho penal español tración”. En igual sentido se habían pronun- nueve meses, además de multa con cuantía ciado las STS de 30 de octubre de 1995 y 6 comprendida entre el valor de la droga y su de noviembre de 1995. séxtuplo. Este tipo especialmente grave se A modo de resumen, la STS de 12 de julio aplica en dos supuestos: cuando las conduc- de 1999 concluye que “con relación a la mari- tas de tráfico de drogas, además de encajar huana, y a sus equivalentes la griffa o el kiffi en algún tipo agravado del artículo 369 CP, marroquí, el principio activo THC se encuen- revistan extrema gravedad, y cuando los reos tra alrededor del 0,5 y el 2%, y es en aten- hayan actuado como jefes de organizaciones ción a esta escasa concentración que juris- delictivas dedicadas al tráfico. prudencialmente se estima que el subtipo de Hay que advertir que el texto legal no ofre- notoria importancia operará a partir de canti- ce ningún detalle sobre el concepto jurídico dades superiores a 5 kilos por estimarse que, indeterminado “conductas de tráfico de por lo general, el componente activo es cinco extrema gravedad”, en otra laguna más que veces inferior al hachís; con relación al hachís, ha debido cubrir la jurisprudencia. En algunas cuya concentración en principio activo suele ocasiones, el Tribunal Supremo ha señalado estar entre el 4% y el 12%, la aplicación del que para considerar la conducta de extrema subtipo agravado será operativa de ordinario gravedad ha de existir una cantidad elevadísi- a partir de cantidades superiores al kilo y tra- ma de droga, que sea al menos 100 veces el tándose de aceite de hachís, cuya concentra- límite de la notoria importancia. Aunque en ción de principio activo es superior al 12%, la tales ocasiones la droga en cuestión era cantidad para la notoria importancia será cocaína o heroína, la generalización del inversamente proporcional”. mismo criterio permite establecer que, en el La doctrina jurisprudencial sobre la frontera caso del hachís, se requeriría, en todo caso, cuantitativa de la notoria importancia fue con- al menos 100 kilos de la droga. Sin embargo, figurándose durante la vigencia del Código ese único dato cuantitativo no permite apre- Penal de 1973, en cuyo antiguo artículo 344 ciar el tipo ultra-agravado si no va unido a bis a) 3º se establecía el tipo agravado a que otros datos, tales como la existencia de una nos venimos refiriendo. Al producirse la organización criminal bien estructurada y la entrada en vigor del nuevo Código de 1995, utilización de medios o métodos especial- que elevó, en general, las penas imponibles mente sofisticados o aptos para ejecutar en los delitos de tráfico de drogas, se planteó impunemente el delito, entre ellos, como la posibilidad de elevar, correlativamente, los ejemplo más característico, “el uso de gran- límites jurisprudenciales de la notoria impor- des elementos de transporte especialmente tancia. Sin embargo, el Tribunal Supremo ha preparados para el tráfico ilícito, como fletaje optado, desde el mes de febrero de 1999, de barcos, camiones de un cierto tonelaje, por mantener el criterio ya asentado sobre etc” (STS de 20 de marzo de 1999). los topes de cada sustancia a partir de los Afirma la STS de 30 de mayo de 1997 que cuales ha de aplicarse el tipo delictivo agrava- “a partir de la cantidad de notoria importancia do (STS de 18 de febrero de 1999, 17 de se ha de agregar alguna otra circunstancia marzo de 1999 y 12 de mayo de 1999). objetiva y subjetiva que, según la experiencia, permita deducir un especial merecimiento de pena superior a la imponible por la simple aplicación de la notoria importancia”. En este 9.TIPOS ULTRA AGRAVADOS DE TRAFICO caso se trataba del transporte por barco de cuatro toneladas de hachís y se aplicó el tipo Existe un tipo ultraagravado de tráfico, con- ultra agravado. templado en el artículo 370 CP, castigado con La STS de 6 de junio de 1997 aplicó este pena de prisión de duración mínima de cuatro tipo ultra grave en un caso de transporte de años y seis meses, y máxima de seis años y 900 kilos de hachís, señalando que “la extre-

Herrero, S. 327 CUADRO 4. ARTÍCULO 370 CÓDIGO PENAL

Los Jueces o Tribunales impondrán las penas privativas de libertad superiores en grado a las señaladas en el artículo anterior y multa del tanto al séxtuplo cuando las cuando las conductas en él definidas sean de extrema gravedad, o cuando se trate de los jefes, administradores o encargados de las organizaciones o asociaciones mencionadas en su número 6.º. En este último caso, así como cuando concurra el supuesto previsto en el número 2.º del mencionado artículo, la autoridad judicial podrá decretar, además, algu- na de las medidas siguientes: Disolución de la organización o asociación o clausura definitiva de sus locales o de los establecimientos abiertos al público. Suspensión de las actividades de la organización o asociación, o clausura de los estable- cimientos abiertos al público por tiempo no superior a cinco años. Prohibición a las mismas de realizar aquellas actividades, operaciones mercantiles o negocios, en cuyo ejercicio se haya facilitado o encubierto el delito, por tiempo no supe- rior a cinco años. ma gravedad por la notoria importancia debe- apreciar repetidamente la agravación ya cita- ría apoyarse en otros fundamentos distintos da de notoria importancia, aunque, claro es, del puramente cuantitativo, aunque indirecta- que una cantidad que rebasara en mucho la mente siempre estén relacionados con el simple notoriedad de la cantidad de droga concepto cantidad. Tales pueden ser a) la pueda ser una base correcta para apreciar la concurrencia de alguno de los supuestos del extrema gravedad, siempre que, además, el artículo 344 bis-a antiguo o art. 369 nuevo; b) volumen de la sustancia objeto de ilícito tráfi- la utilización de especiales métodos previa- co sobre el mercado pudiera alterar o altere, mente preparados para el ilícito tráfico, como desbordándolo, lo que pudiera considerarse en el caso de ahora pudiera ser la sofisticada un abastecimiento normal agravando hasta manera con la que los fardos fueron arrojados extremos extraordinarios la gravedad para la al mar desde la patera, con un motor fuera salud pública, y cuando se acompañara, ade- borda de 40 cm. cúbicos, que los acusados más, de elementos de transporte relevantes llevaban; c) la posibilidad de que la cantidad y especialmente dispuestos para este tráfico intervenida afecte a un número muy alto de que facilitaran una mayor eficacia del tráfico consumidores, como ahora acontece, aun que se realice”. Después de sentar esos crite- cuando no se oculte que tal dato irá siempre rios generales, en términos a nuestro juicio indefectiblemente unido a la cantidad, lo que no muy precisos, descarta la aplicación de la igualmente acontece ante la posibilidad de agravación en el supuesto concreto, porque que el género estuviere destinado a constituir la cantidad de hachís aprehendida, aunque una fuente de suministro de larga duración”. elevada, no lo fue tanto como en los casos Últimamente, la STS de 10 de mayo de de otras sentencias “sin que pueda afirmarse 1999 excluyó la aplicación de este subtipo con certeza que pudiera haber determinado ultra agravado en un caso en que lo poseído de forma excepcional al mercado ilícito de eran 1.550 kilos de hachís. Señala, con carác- una droga de consumo bastante extendido ter general, esta resolución, refiriéndose a la socialmente como es el hachís y, de otro extrema gravedad, que “tal concepto jurídico lado, aunque se utilizaron para transportarla indeterminado exige una aplicación restrictiva pateras dotadas de potentes motores fuera- y una minuciosa observación de las circuns- borda de 60 y 75 caballos de fuerza, al final tancias del caso. Desde luego no es bastante de la operación toda la droga se llevaba por sólo el criterio de la cantidad de droga objeto un solo tripulante en una sola de ellas aunque del ilícito tráfico, porque se corre el riesgo de fuera la de motor más potente”.

328 El cannanis y sus derivados en el derecho penal español 10. CONCLUSIONES tráfico de drogas se califica como delito y se castiga con penas de prisión y multas, cuya severidad depende, en parte, de la El examen efectuado de la regulación en el nocividad de la sustancia y, en parte, de la derecho penal español y de la producción gravedad de la conducta delictiva. El Códi- jurisprudencial sobre el cannabis y sus deriva- go Penal distingue entre drogas “duras” dos nos permite alcanzar las siguientes con- gravemente dañosas para la salud y drogas clusiones: “blandas” que no causan ese grave daño. a) El derecho español considera como drogas Por otro lado, diferencia las conductas bási- ilícitas las sustancias definidas como tales cas de tráfico de drogas de otras actuacio- en los Convenios internacionales sobre la nes más graves. materia, entre las que se incluyen el canna- d) El cannabis y sus derivados se incluyen en bis y todos sus derivados y preparaciones la categoría legal de sustancia no causante con efectos psicoactivos. de grave daño a la salud, y su tráfico se b) El consumo de las drogas mencionadas es sanciona con penas de prisión de duración ilegal en España, por lo que puede ser san- comprendida, en principio, entre uno y tres cionado administrativamente con multas, años, además de multa y otras posibles sin embargo, no constituye delito. Tampo- penas accesorias de menor entidad. co es delito la tenencia de dichas sustan- e) Los delitos de tráfico de cannabis se san- cias destinada al autoconsumo de su pose- cionan más gravemente cuando la canti- edor y sin ánimo de transmisión a otras dad de sustancia objeto del tráfico excede personas, pero esa intención de tráfico de de un kilogramo de hachís, en cuyo caso la la sustancia se presume cuando se trata pena a imponer va desde tres años hasta de más de 50 gramos de hachís. cuatro años y medio de prisión. En casos c) Se entiende por tráfico de drogas cualquier excepcionales de tráfico a gran escala por acción de difusión, distribución o entrega parte de bandas organizadas, la pena máxi- de la sustancia a otras personas, o de favo- ma que puede aplicarse llega a los seis recimiento del consumo ilegal por ellas. El años y nueve meses de prisión.

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