Apéndice 2: doblajes de

Si bien hemos localizado muchos doblajes españoles de la obra de Billy Wilder, no son todos de confección franquista, ni cubren todos los períodos del franquismo. He aquí los detalles de nuestro material:

—1946: sin doblaje de la época—

The Major and the Minor – El mayor y la menor Las dos versiones disponibles de El mayor y la menor se grabaron de un canal de televisión español, y ambas son traducciones exactas que no se olvidan nunca de guardar las indirectas sexuales. La primera cinta, que compramos de un coleccionista privado, es bastante reciente, e incluye las voces de Juan Miguel Cuesta (el mayor, ) y Roberto Cuenca, padre. La integración sonora de la banda no die- gética y las voces intradiegéticas es mala, en el sentido de que estas quedan muy ‘por encima’ del sonido no diegético. Tal falta de integración es típica de los doblajes televisivos baratos de mediados de los años 80. En la otra versión doblada de El ma- yor y la menor, guardada en el archivo de la Filmoteca Española, las pistas (tracks) están más integradas. Margarita Lobo, profesional de la Filmoteca, reconoció a ciencia cierta la voz de Jesús Puente, en el papel del mayor. Le pareció una pro- ducción democrática de finales de los setenta o principios de los ochenta.

—1946-1951: sin doblajes de la época postfascista—

Five Graves to Cairo – Cinco tumbas al Cairo En la versión de nuestra colección de doblajes, Rommel es doblado por Vicente Bañó, la sirvienta por una María Luisa Rubio todavía muy joven. Otras voces son las de Rafael de Penagos (el protagonista, Bramble), José Guardiola (el hotelero egipcio Farid), Joaquín Escola (il generale italiano) y Ángel María Baltanás (el oficial alemán Schwegler). Las bandas sonoras están bastante bien mezcladas e integradas y se per- cibe un ligero ruido de fondo que suele indicar un desgaste de los soportes analógicos. La copia debe de remontarse a la década de los sesenta, período en el que los actores mencionados trabajaban juntos en Madrid. Más en concreto, colaboraban a menudo en Fono-España, el estudio de doblaje usado por la empresa distribuidora Mercurio Films. Según se desprende de nuestra colección de doblajes, Mercurio tenía buenos contactos con la Paramount, el Estudio responsable de todas las películas de Wilder hasta Sabrina, en 1955. Bien es sabido que muchas cintas ‘antiguas’, o sea, de los cuarenta y principios de los cincuenta, fueron redobladas durante las dos décadas siguientes, para el mercado televisivo o alguna ‘reposición’ en las salas. (Televisión Española se fundó en 1956.) La información de la que disponemos no nos permite puntualizar si el corte de la escena con Rommel y la camarera (véase 3.2) vino con la copia antigua tal vez disponible y reciclada en el año 1965, o si hubo una nueva evaluación estatal, desaparecida.

342 Estados de Gracia

Double Indemnity – Perdición A pesar de contener algunos cortes y manipulaciones (3.2), resulta bastante fiel la traducción de que encontramos en dos sitios (la Filmoteca y una colección privada). Según Ortiz y Montalvo, informantes míos en materia de antiguos doblajes españoles, se conoce entre cinéfilos españoles amantes del doblaje como la versión doblada al español peninsular. Las pistas sonoras están bien mezcladas. Walter Neff es doblado por Ángel María Baltanás, la señora Dietrichson por María Ángeles Herranz y el jefe de Neff (Keyes) por Francisco Sánchez. La voz del señor Dietrichson se reconoce como la de Joaquín Vidriales, Selica Torcal interpreta el papel de la hija de los Dietrichson, y el novio de esta (Zachetti) es doblado por Jesús Nieto. Se trata de un equipo de actores que trabajaba regularmente en el Estudio Vallehermoso en Madrid, en la segunda mitad de los sesenta (según nuestros in- formantes). Esta conjetura en lo tocante a las condiciones materiales se corresponde bien con las características semánticas del doblaje. La traducción relativamente tolerante podría ser el producto del subrégimen aperturista de Fraga (1962-1969) y García Escudero (1962-1967).

The Lost Weekend – Días sin huella De las veintitrés películas, Días sin huella es una de las dos para las cuales nos ha resultado imposible hallar una versión doblada –siendo la otra Love in the afternoon (Ariane). La página web www.eldoblaje.com menciona la existencia de un doblaje de 1966, con Vicente Bañó, Celia Honrubia y José Guardiola, y doblada por Sevilla Films pero no hemos podido localizarlo.

The Emperor Waltz – El vals del emperador No tendrá la más mínima relevancia nuestra copia de El vals del emperador, un doblaje televisivo, rutinario y mal mezclado, de finales de los 70, o inicios de los 80. Se oye a Antolín García interpretando a Bing Crosby (cuando este no canta), a Ma- nolo García (en off) y a Rafael de Penagos. Debe de tratarse de un producto madri- leño. Nos hubiera resultado mucho más pertinente el primer doblaje de esta comedia musical, realizada por MGM (Metro Goldwyn Mayer), ya que la duración original de 106 minutos se redujo entonces a 90 (según Cine Asesor).

A Foreign Affair – Berlín Occidente Resulta muy curioso el caso de , de la que hemos examinado dos traducciones diferentes, una ligeramente censurada, la otra muy fiel al texto original. Esta es una producción de inicios o mediados de los años setenta, con un Antolín García aún muy joven, con María del Puy (Jean Arthur), Celia Honrubia (Marlene Dietrich), Vicente Bañó (Millard Mitchell) y Simón Ramírez (John Lund). Son actores que acostumbraban a trabajar para doblajes televisivos en estudios madrileños. De ciertas modificaciones semánticas se podría deducir erróneamente que la otra versión fuese franquista y anterior. Cuando Phoebe Frost compadece a Pringle (John Lund) por tener que celebrar su cumpleaños en Berlín, “lonely”, lejos de su novia, en un catre, “with a birthday cake on his knees”, el soldado travieso le contesta con picardía: “Oh, I won’t have the cake on my knees, I won’t be alone”. La (primera) versión de los setenta, con Simón Ramírez y María del Puy, respeta las indirectas (“Oh, yo no tendré la tarta en la rodillas ni tampoco estaré solo”), mientras que la otra traducción, aparentemente censurada, suprime toda alusión a mujeres alemanas que estuvieron sentadas en el regazo de un soldado de servicio: “Oh, no pienso sentarme sobre un catre ni celebrar mi cumpleaños solo”. Sin embargo, otros criterios no