La agricultura malagueña en el S.XVI

En estos años, la agricultura sufre un proceso de transformación desde la prioridad del cultivo de cereales panificables al de productos comercializables, proceso debido a la acción de la demanda del mercado americano y al aumento de la circulación monetaria. La agricultura del S.XVI se ha incorporado al sistema capitalismo comercial, ya que el auge urbano incrementa la demanda de productos agrarios a la vez que acentúa la concepción del cultivo como negocio . Este ritmo se mantiene hasta mediados de siglo, cuando las condiciones climatológicas determinan el descensos en la productividad. A este respecto se ha expresado que en esta centuria comenzó la “pequeña edad glaciar” anunciada tras el deterioro climático de fines de la Edad Media y que no se mostrará claramente hasta los siglos XVII y XVIII.

Los documentos malagueños confirman esta opinión . Hay constancia de la acumulación de excedentes en 1553, así como de que a este año le habían precedido seis o siete cosechas fértiles. Esta situación sólo comienza a deteriorarse a partir de 1560, sin que sea esta la fecha del gran viraje, y que en Andalucía hasta 1570-1580 no van a presentarse los primeros síntomas de la crisis. En 1557 hizo su aparición el hambre: el año anterior había sido seco, y la humedad de 1557 provocó la pérdida de cosechas. Málaga es un ejemplo temprano de la última interpretación . A mediados del mes de marzo de 1556 comienzan a ponerse de manifiesto los primeros síntomas de una crisis de cereales que se extenderá con distintas alternativas hasta 1558.

Desde sus inicios, la carestía tuvo connotaciones sociales, puesto que , tras las primeras medidas adoptadas para controlar sus efectos ( vigilar las salidas y obtener trigo de todos los pueblos de la jurisdicción ), surge una actitud de rechazo a los elementos exógenos . En este caso, los portugueses son acusados de provocar el alza de los precios. La dinámica de los precios y la política intervencionista municipal determinarían , igualmente , que aflorasen los intereses personales y que la falta de solidaridad, típica de los momentos críticos, fuera patente. Así , aparece o se incrementa el contrabando, concretamente en las ventas ilegales efectuadas por los arrieros a vecinos que salen a adquirir trigo a los caminos, impidiendo su reparto equitativo y coadyuvando al descontrol de los precios. Surgen fuertes tensiones, con agresiones , embargos e intervención de la justicia entre Málaga y los pueblos circundantes. Sobre todo Alora y se oponen quizás de forma poco ortodoxa a ser despojados de parte de sus reservas . Con la orden de abastecer las galeras reales.

Los efectos de la crisis sobre las distintas clases sociales son casi contrapuestos y van a manifestar claramente las consecuencias del modelo de distribución de la propiedad. Los menos afortunados la sufren intensamente entre ellos comienzan a determinarse el efecto del hambre con la aparición de “ la muerte y las dolencias”. Esta carencia tratará de paliarse dentro del concepto más tradicional de caridad moderna con el reparto de una limosna de cien ducados mensuales, hasta junio de 1557, más tarde , sin embargo, se optará por expulsar de la ciudad a todos los pobres y mendigos con el fin de aminorar el número de personas a las que había de abastecer el pósito y, sobre todo, para evitar desordenes. Por el contrario, en los propietarios de tierras el efecto de la crisis es notoriamente positivo, como se demostrará cuando con motivo de la fuerte subida de los precios de cereal y queriendo impedir el desabastecimiento de sus galeras, la Corona encargó a los capitulares realizar una investigación para conocer la situación real de los efectivos cerealeros. Sus primeros resultados, en diciembre de 1556, informan que el trigo esta en poder de “regatones”. Simultáneamente , otra encuesta que llevaría a cabo el corregidor, afirma que lo acaparan “personas poderosas”. La solución es la imposición de un precio de tasa. Los resultados que esta medida obtendrían son sorprendentes: con anterioridad a su imposición se produce un fuerte descenso de los precios que confirma la acumulación del grano, no obstante , cuando se comprueba que está en proceso de tramitación de permiso en la Corte ,los precios vuelven a subir.

La crisis conllevaría, además, otro tipo de manifestaciones sociolaborales cercanas a los mecanismos reivindicativos actuales. Pretendiendo abaratar los costes del cereal se determinó poner tasa en el salario percibido por los molineros en concepto de molienda y obligarles a realizar gratuitamente el “ despolvoreo” . Poco después , las autoridades son informadas de que los molineros, en protesta “ se han alzado”, negándose a realizar sus tareas y exigiendo el incremento de sus salarios. A pesar de que se imponen castigos a los implicados, los vecinos se ven obligados a hacer su harina en los molinos de Pimentel. Esta huelga sería confirmada por el fiel del peso de la harina, comunicando el cabildo que durante algunos días ningún molinero llevó trigo para pesar.

Simultáneamente, las autoridades pusieron en marcha todos los recursos municipales. Desde el cabildo, en una vertiginosa sucesión de deliberaciones , votaciones , acuerdos,… se desarrolla una política para paliar la crisis. Tomaron medidas tendentes al aprovisionamiento ( adquisición , transporte, precios y distribución ); otras buscando apoyo en distintas instituciones ( Corona y obispado), así como al mantenimiento del orden en la ciudad ( limosnas, fraudes, etc. ) , todas ellas muy limitadas en sus efectos prácticos. El radio de abastecimiento se ampliaría considerablemente con la consiguiente subida de precios por los costos añadidos. Llegó a importarse desde el reino de Murcia, el marquesado de Villena o la Mancha. Si el proveedor habitual era Antequera, en esta crisis sería Alora, incluyendo el trigo del obispo, la zona que proporcionó mayor cantidad de cereal. El incremento de los precios alcanzó el 1.500%, al pasar de dos reales en 1555 a treinta de enero de 1557 cada fanega. Su devolución sería la siguiente:

Fecha Precio rls. /fanega 29/12/1553 2 7/10/1556 17 14/10/1556 22 18/11/1556 24 22/1/1557 30 26/2/1557 12 (tasa) 11/2/1558 9 14/11/1558 6

Tres meses después de la imposición de la tasa, en mayo de 1557, parecen estar cubiertas las necesidades de cereal. Cuando los precios descienden , van a manifestarse las primeras consecuencias de la política de “miedo al hambre”. El pósito contaba con un “stock” de trigo , en cuya acumulación no habían tenido en cuenta dos factores básicos , quizás imprevisibles: las posibilidades de la nueva cosecha y las de conservar en buen estado el cereal. La cosecha fue abundante gracias a la humedad que, al mismo tiempo , aceleró el deterioro de trigo almacenado . Las medidas propuestas para proteger la inversión realizada parecen obedecer a distintas concepciones de la política económica . Una de ellas, consistente en fijar los precios teniendo en cuenta los costos reales, otra, venderla rápidamente antes de que la entrada de la nueva harina hiciera descender las importaciones; la tercera, dejar libertad de precios para que se igualen a los de fuera. Se decide poner tasa de 8,5 reales . Cuando quedan en el pósito 1800 arrobas de harina en mal estado, basándose en que se han dado casos de enfermedad por consumo de pan de cebada , obligaron a las panaderas a adquirir la harina, vigilando estrechamente la venta del pan.

En julio de 1558 se ha confirmado la abundancia de la nueva cosecha, está permitiría la flexibilización de los precios de acuerdo con las fluctuaciones de la demanda. Los restos de la “ política de carestía “ se saldan a costa del bizcocho para los presidios portugueses.

Esta crisis , basada en el descenso de la productividad de los cereales, más aguda en Málaga que en las zonas interiores circundantes , pone de manifiesto la debilidad del sistema de organización de los mercados regionales de granos, así como la fuerte incidencia de la oferta en el establecimiento del precio.

Oferta que se manipulaba mediante los mecanismos típicos del capitalismo, en un grado de operatividad tal , que hace ineficaz la política intervencionista municipal , desorganiza las vías oficiales de abastecimiento e incluso del sistema financiero de la institución, puesto que para acudir a los gastos de adquisición del trigo recurre a la obtención de prestamos y a la imposición de censos sobre los bienes de propios. Operaciones de las que los regidores y “ personas poderosas” son protagonistas , iniciando un proceso de endeudamiento de la hacienda local que sería irreversible , al menos, durante toda la centuria.

A pesar de esta crisis , la agricultura atraviesa un momento de expansión . Las usurpaciones de tierras, comunales o realengas , para sus dedicación al cultivo del viñedo ,así lo atestiguan . Los majuelos se extendieron por toda la jurisdicción , sobre todo por la Axarquía, la mayor parte de las veces de forma ilegal.

Al iniciarse 1553 el proceso de usurpaciones ,desmontes y cultivos ilegales, del que hay constancia a primeros de siglo , está ya en pleno desarrollo . La tendencia va a ir agudizándose progresivamente y adquiriendo proporciones que lo convertirán en un proceso irreversible, no sólo por la cantidad de las personas que lo ponen en práctica , sino también, y sobre todo en sus inicios , por la cantidad de alguna de ellas y por las enormes extensiones que ocupan.

Aunque en noviembre de 1553 se ha demostrado que “Gonzalo Hernández y otros regidores y personas tomadas tierras realengas” , el “status” de estas impediría que sean efectivas las medidas arbitradas en contra . Efectivamente, su posición privilegiada les permite obtener la propiedad legal de la tierra únicamente demorando su devolución y cuentan con los mecanismos para ellos .Las leyes de Toledo, respeto a las ocupaciones de realegos, determinarían que transcurridos treinta años desde que se pusieron en cultivo , las ciudades pierdan el derecho a reclamar la restitución de sus comunales.

En 1555 el problema es más significativo porque ya no se trataría de estos casos aislados, sino de una tendencia general, prácticamente incontrolable por su misma polarización.

En 1557 se va a demostrar que el cabildo es cómplice, más o menos conscientemente, de estas usurpaciones, puesto que concedía licencias para cultivar tierras a quienes lo solicitaran sin obligarles a demostrar previamente su propiedad, sistema que podía cubrir de cierto aire de legalidad las ocupaciones de comunales. Por otro lado, las penas que permiten imponer las legislación son muy moderadas, ya que las multas sólo podían ascender a seiscientos maravedíes.

El cohecho de las guardas, demostrado en muchas ocasiones, las concesiones de licencia y la moderación de la ley estaban favoreciendo la desorganización del sistema de cultivo. El jurado Diego Ordóñez, muy acertadamente, expone ante el cabildo el fenómeno tantas veces observado de que a una prohibición suceden prácticamente, los fraudes y situaciones de privilegio. En esta ocasión es la orden de la Corona de prohibir el cultivo de viñas para proteger los pastos lo que va a conducir a la ilegalidad y el abuso.

Este proceso de plantaciones sólo encontraría un freno , parcial y momentáneo , cuando el incremento de la producción vitivinícola amenaza con provocar una caída de precios, “ lo cual no se debe permitir porque aumentaran y las viñas y otras labores no tendrán precio” a esta denuncia sucedió la prohibición de plantar viñas incluso en tierras de propiedad privada. Tras ello los regidores, mucho de ellos los propietarios de viñedos proponen la elaboración de una normativa más rígida que la contenida en las leyes de Toledo. A partir de estos momentos procuraron agilizar los procesos contra usurpadores en la Chancillería y nombrar oficiales municipales , únicamente dedicados al control de las plantaciones.

La evolución del proceso de extensión ilegal de la viticultura en el período que tratamos se concreta en zonas determinadas, pero cada vez con mayor ámbito . Según los pleitos, las zonas de expansión del viñedo serían:

1553 1554 Comares, y Almogía 1555 Guaro 1556 Almáchar, Cútar, y 1557 Riogordo y Comares

La extensión de la viticultura está señalando que asistimos al tránsito desde un sistema socioeconómico basado en los principios comunales a otro fundamentado en los postulados capitalistas de la propiedad privada y la obtención de beneficios . Este proceso tiene presencia en Málaga a tener de la comercialización de los productos del viñedo, menoscabando , como es lógico , los cultivos extensivos y la ganadería.

Esta evolución va a demostrar sus efectos a corto plazo , activando la economía local que se vuelca en la producción de vino y pasa para los mercados internacionales.

Bibliografía

‐ VICENS VIVES, J., Historia Económica de España, Barcelona” 1965, pág. 312. ‐ VOLTES BOU, P., Historia de la economía española, págs. 205-207 ‐ DOMINGUEZ ORTIZ, A., El Antiguo Régimen . Los Reyes Católicos y los Austrias , Madrid, 1978 ‐ ARCHIVO MUNICIPAL DE MALAGA, Col. Actas Capitulares (Act. Cap.) libro 12