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TRABAJOS DE PREHISTORIA 62, n.o 1, 2005, pp. 65 a 83

EL ABRIGO DEL FILADOR (MARGALEF DE MONTSANT, TARRAGONA) Y SU CONTEXTUALIZACIÓN CULTURAL Y CRONOLÓGICA EN EL NORDESTE PENINSULAR (1)

THE FILADOR ROCK SHELTER (MARGALEF DE MONTSANT, TARRAGONA) AND ITS CULTURAL AND CHRONOLOGICAL CONTEXT IN NORTHEASTERN IBERIA

PILAR GARCÍA-ARGÜELLES ANDREU (*) JORDI NADAL I LORENZO JOSEP M.a FULLOLA I PERICOT

RESUMEN in the northeastern Iberia, based on the radiocabon dates known until now. En este articulo se pasa revista, de forma resumida, a 20 This is the first synthetic publication of this major site años de excavaciones en el abrigo del Filador y se dan a since professor Fortea reviewed the ancient excavations in conocer los resultados más importantes (sedimentología, 1973. The Filador rock shelter keeps on being one of the fauna, polen, industria, dataciones, etc..), obtenidos con la bases of the chronocultural structure of Epipalaeolithic in aplicación de nuevas técnicas de estudio desde 1979. Del norteastern Iberia. mismo modo replanteamos su ubicación cronocultural den- Palabras clave: Epipaleolítico. Evolución cronocultural. tro del marco geográfico del NE peninsular a partir de las Reconstrucción paleoambiental. dataciones radiocarbónicas conocidas hasta el momento. Se trata del primer trabajo de síntesis sobre el yacimiento Key words: Epipalaeolithic. Chronocultural evolution. realizado con posterioridad al estudio de J. Fortea (Fortea Paleoenvironmental reconstruction. 1973); el Filador sigue siendo un referente obligado del Epipaleolítico de la zona en tanto que muestra la mayoría de las facies cronoculturales que definen esta fase en el NE ibérico. 1. SITUACIÓN Y MARCO GEOLÓGICO El abrigo del Filador (Fig.1) se encuentra en ABSTRACT Cataluña, en concreto en el término municipal de Margalef de Montsant, al norte de la comarca del In this paper we review briefly our twenty-years of ex- Priorato, en la provincia de Tarragona, Se trata de cavation in the Filador rock shelter. We give the most im- un gran abrigo de unos 100 m. de longitud, aunque portant results in sedimentology, faunal remains, pollen, el yacimiento arqueológico se sitúa en la zona cen- lithic industries and radiocarbon dates that we have obtai- tral del mismo (Fig. 2). Se ubica a 15 metros por ned since 1979. We give also our opinion about the chro- encima del nivel actual del río Montsant, en su ori- nocultural situation of the site in the epipalaeolithic period lla izquierda y a unos 340 metros sobre el nivel del mar, justo enfrente del núcleo de Margalef de (1) Este trabajo ha sido realizado dentro del marco del gru- po de investigación de calidad del SERP, proyecto 2001SGR- Montsant. Sus coordenadas son: 41º 17’ 24” long 00007, de la Generalitat de Cataluña y del proyecto HUM2004- E y 0º 45’ 17,2” lat N. 600 del Ministerio de Educación y Ciencia. (*) S.E.R.P. (Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques). Esta zona constituye el extremo más septentrio- Dpto. de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología. Facultad de nal de la Sierra del Montsant, se trata de una forma- Geografía e Historia. Universidad de Barcelona. Calle Baldiri ción que forma parte de la sierra Prelitoral, que al- Reixac s/n. 08028- Barcelona. Correos electrónicos: garciaar- [email protected]; jordinadal@ub. edu; [email protected] canza en sus puntos más elevados los 1.115 metros Recibido: 15-VI-04; aceptado: 12-XI-04. de altura. Esta sierra se encuentra al SW de la De-

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En la zona de la sierra del Montsant encontra- mos una alternancia de capas de conglomerados del Oligoceno stampiense y capas de areniscas, ar- cillas rojas y capas de yeso del Oligoceno sannoi- siense. La dureza diferencial de estas formacio- nes ha facilitado la formación de numerosos abri- gos en la zona. La erosión de las capas más blan- das de las areniscas sannoisienses, realizada por la acción fluvial, ha permitido que los conglomera- dos, mucho más duros, sobresalieran formando estos abrigos, utilizados por el hombre hasta épo- ca histórica. Esta riqueza en abrigos que presenta la zona in- termedia del valle del río Montsant hace que en- contremos gran cantidad de asentamientos en un Fig. 1. Situación del yacimiento. corto trecho, situados en los meandros del río; en estas zonas la sedimentación fluvial fue depositan- presión Central Catalana, tiene una longitud de 19 do materiales de fracción muy fina, que constituyen Km. y dista 30 Km. de la costa. la matriz del sedimento de estos asentamientos hu- En la geología de la zona hay que destacar la manos. presencia de margas y calizas eocenas, originadas, Durante el Cuaternario la erosión fluvial tam- en gran parte, por depósitos marinos, junto con los bién propició la formación de diferentes niveles de aportes fluviales procedentes de los ríos que co- terrazas del río Montsant. (Bergadà et al. 1990; rrían, en esta época, desde los Pirineos hacia la García-Argüelles et al. 1993). De los estudios rea- Depresión Central Catalana. Como resultado de lizados por nosotros hemos podido identificar cua- esta interacción tenemos unas formaciones detríti- tro niveles de terrazas: la T3, situada a 36 metros so- cas de areniscas y arcillas que se transformaran en bre el nivel actual del río y en la que encontramos conglomerados y darán lugar a las sierras de Mont- un yacimiento de superficie con materiales muste- serrat, Sant Llorenç de Munt o el Montsant. rienses, el Planot (Fullola y García-Argüelles 1982-

Fig. 2. Planta del abrigo del Filador.

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83); la T2, entre 20 y 25 metros sobre el nivel actual el sector SE. El nivel II era el más rico, formado por del río, en la que se ubican los yacimientos de l’Hort raederas, raspadores y una gran cantidad de mues- de la Boquera (Fullola 1978), l’Hort d’en Marquet cas y denticulados. Aquí ya no se mencionan los (Fullola y García-Argüelles 1980) y el abrigo de Els geométricos. En este nivel apareció una pizarra Colls (Fullola 1993; Fullola y Soler 2004); la T1, grabada con motivos lineales, formas triangulares, situada a 13’1 metros, donde se encuentra el abri- oblicuas, etc. El nivel I era superficial, formado con go del Filador; y la T0, que es la terraza más moder- materiales procedentes de su utilización por parte na, con depósitos subactuales. de la gente del lugar. Desde el punto de vista climatológico, la zona Estas características generales del yacimiento del Montsant nos muestra dos grandes influencias: llevaron a S. Vilaseca a situar el abrigo del Filador la continental, de temperaturas extremas durante en “un Epipaleolítico en proceso de azilianización”, las estaciones de verano e invierno, procedente de de acuerdo con las corrientes imperantes en el mo- los llanos de Lérida, que se encuentra a muy pocos mento. kilómetros, y la mediterránea, que suaviza la pri- Con posterioridad, los materiales del yacimiento mera influencia, procedente del valle del Ebro. que formaban parte de la colección Vilaseca fueron Todo ello se conjuga con el hecho de que gran par- revisados por otros investigadores. El primero de te del valle del Montsant presenta inversiones tér- ellos fue F. Jordà, que también distinguió unos ni- micas que dan lugar a microclimas muy caracterís- veles intermedios epipaleolíticos / mesolíticos y un ticos. momento anterior, el nivel 6, que él atribuyó a lo que en aquel momento se conocía como Epigrave- tiense (Jordà 1954). 2. HISTORIA DE LAS INVESTIGACIONES Otro investigador que intervino fue J. Maluquer de Motes, que, a partir de la fauna del yacimiento, Las primeras noticias que tenemos de la existen- plantea la hipótesis de que podría tratarse de un cia de restos prehistóricos en el abrigo del Filador Neolítico sin cerámica o de un Neolítico precerámi- provienen de las prospecciones realizadas durante co (Maluquer de Motes 1963). los años 30 por Salvador Vilaseca (Fullola y Cebrià A mediados de los años 60, G.Laplace reestudia 1996). El material recogido formó parte de una ex- los materiales. En su obra reúne todos los niveles en posición celebrada en 1932 en la ciudad de . uno y los incluye en los complejos sauveterrienses Posteriormente estos hallazgos fueron recogidos en y tardenoisienses de su Epigravetiense final (Lapla- una publicación sobre la comarca del (Vila- ce 1966). seca 1936). Durante los primeros años de los 70, J. Fortea Las intervenciones, dirigidas por S. Vilaseca, vuelve a revisar los materiales que Vilaseca le comenzaron el año 1948 y se realizaron campañas muestra. A partir de ellos individualiza los dos intermitentes entre los años 1952, 1953, 1959 y grandes complejos tecnomorfológicos del Epipa- 1963. (Vilaseca 1953, 1968, 1973). leolítico: el nivel 6 pertenecía al complejo más an- Vilaseca centró sus excavaciones en el sector tiguo, el microlaminar, de connotaciones azilien- NW, que es donde aparece una estratigrafía hori- ses, y el conjunto 5-2 era una facies particular del zontal. Lo que quedó después de sus excavaciones complejo geométrico, que no tenía trapecios y que presentaba una planta irregular y había desapareci- en los momentos finales presentaba un componen- do todo el sector exterior del abrigo. A pesar de ello, te de grandes piezas. La singularidad del Filador hemos podido excavar 30 m2. radicaba en esta amplia secuencia geométrica de Durante sus trabajos Vilaseca distinguió 8 nive- triángulos y segmentos y, sobre todo, en la suce- les, los dos inferiores estériles. De base a techo, el sión microlaminar / geométrico, hecho único en primer nivel fértil era el VI, pobre en material ar- toda la vertiente mediterránea ibérica (Fortea queológico y que contenía industrias de tipo micro- 1973). laminar, sin elementos geométricos; los niveles V Después de más de quince años de permanecer a II contenían los geométricos; además de estos intacto, en el año 1979 nuestro equipo decidió rei- elementos existían microburiles, elementos de dor- niciar las excavaciones de dicho yacimiento, que so rebajado, raederas y raspadores. Vilaseca ya han durado, ininterrumpidamente, hasta el año apuntaba que, al no ocupar el nivel IV toda la super- 1997 (Fullola1985, Fullola y García-Argüelles ficie del yacimiento, los niveles III y V se unían en 1996).

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3. ESTRATIGRAFÍA Y SEDIMENTOLOGÍA

Cuando reiniciamos las excavaciones, el primer objetivo fue el de realizar un replanteamiento de la estratigrafía, puesto que descubrimos ligeras varia- ciones respecto a la propuesta por S. Vilaseca en el año 1953 (Vilaseca 1953). En un primer momento el sedimento se dividió en 9 niveles, y un gran aporte torrencial o nivel T. (Fullola et al. 1987). Podemos resumir este nuevo planteamiento de la siguiente manera (Figs. 3 y 4). Nivel 1: Presentaba una potencia de unos 15 cm y su composición era de tierra removida, con incor- poración de materiales modernos. De hecho, única- mente quedaban restos del mismo en la zona no- roeste. Nivel 2: Tenía un potencia de 25 cm y también estaba muy localizado en la zona noroeste, donde ocupaba 11 m2. El conjunto, gris ceniciento, pre- sentaba características de una fuerte combustión y, en consecuencia, una fuerte alteración en su composición. Corresponde al primer nivel arqueo- lógico. Nivel 3: Era muy delgado, unos 15 cm de poten- cia, y se localizaba en el sector N-W del abrigo, y Fig. 3. Estratigrafía comparada; a la izquierda, la realizada 2 ocupaba tan sólo 8 m . Este nivel era una de las por S. Vilaseca, y a la derecha, la realizada por nosotros. novedades respecto a la estratigrafía anterior. Nivel T: Este aporte torrencial se superponía al nivel 4 y abarcaba toda la superficie del yacimien- tan sólo 28 corresponden al nivel arqueológico, el to. Tenía su origen en el aporte torrencial proceden- resto estaba formado por arenas de inundación. te de un torrente situado al lado del abrigo. Su po- A finales de los años 80 se realizó un estudio tencia disminuía desde un metro, en el sector S-E sedimentológico y se identifican dos nuevos nive- hasta desaparecer en el lado opuesto. Además in- les, 10 y 11, estériles desde el punto de vista arqueo- corporaba materiales pertenecientes al nivel 4 en- lógico y que llegaban hasta la terraza subyacente tre su matriz de cantos y gravas. del río Montsant, la T1. Nivel 4: Este nivel ya aparecía en toda la exten- Este estudio sedimentológico fue realizado por sión del yacimiento, 20 m2, y en algunos sectores la Dra. Bergadà y, a continuación, expondremos un presentaba intercalaciones del aporte torrencial, resumen de los resultados (Bergadà 1998). principalmente en el sector S-E. Tenía una poten- El sedimento acumulado en el abrigo del Filador cia de unos 25 cm. proviene de aportes esencialmente fluviales, con Niveles 5-6: Son dos de los niveles que pudieron una importante intrusión torrencial. La acción flu- diferenciarse a partir del estudio sedimentológico, vial hace que la matriz aparezca muy bien clasifi- pero, desde el punto de vista arqueológico era im- cada, con un predominio de arenas finas y unos posible separarlos. Tenían una potencia entre 10 y estratos prácticamente horizontales; este aporte flu- 20 cm; ocupaban 8 m2 y también se concentraban vial se realiza mediante una inundación lenta y por en el sector N-W. decantación. Nivel 7: Es uno de los niveles más potentes con Las lutitas se mantienen estables a lo largo de 41 cm, y 27 m2 excavados. En la zona S-E se unía toda la secuencia, y la diferencia la estrablece el directamente con el nivel 4 y, dado que tenían la grosor de las arenas; éstas son finas en los niveles misma composición, era muy difícil diferenciarlos 5-6 y 8-9, y medianas / gruesas en los niveles 4 y 7. Niveles 8-9: Tenían las mismas características Las gravas de la terraza fluvial dominan en el nivel que los niveles 5-6 y una potencia de 76 cm, aunque más profundo, el 12.

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Fig. 4. Diagrama estratigráfico del abrigo del Filador y secciones transversales en los metros 4 y 10.

Especial mención merece el nivel T o torrencial. mismo, más de un metro, y se pierde hacia el no- Se trata de un aporte torrencial procedente del sec- roeste, a partir del metro 10, de tal manera que los tor sureste del abrigo, del barranco situado justo al cuadros más alejados permanecen intactos, con una lado, que en un momento muy concreto arrastró una secuencia arqueológica continua. gran cantidad de piedras y barro como consecuen- cia de unas fuertes precipitaciones. Estas gravas 4. EVOLUCIÓN CULTURAL afectaron el abrigo en la parte final del cono de de- yección que provocó el derrumbe. La potencia se- En este apartado abordaremos los datos cultura- dimentaria es muy fuerte en la zona más cercana al les extraídos durante el proceso de excavación del

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a piezas retocadas, con 210 tipos primarios (208 mo- notipos y 1 pieza doble), 43 núcleos y 9 percutores. Este nivel tiene una talla exclusivamente lami- nar; las piezas se obtienen por percusión directa y con un percutor duro. Tenemos un predominio del retoque abrupto (73,2%) frente al retoque simple (24,8%) y un pe- queño porcentaje de buriles (2%). Los elementos de dorso son las piezas más abundantes (43% las lámi- nas y 14,4% las puntas). Estos porcentajes ratifican su adscripción al Epipaleolítico microlaminar me- diterráneo de la Península Ibérica (Fig. 5). También tenemos un grupo importante de piezas de fondo común, entre las que hay que destacar a los raspadores (16,7%) y los denticulados (5,2%) (Fig. 5). Aunque la composición sedimentológica del ni- vel nos hacía pensar que no encontraríamos estruc- turas, conseguimos distinguir unas áreas de acción preferencial. En el sector este de yacimiento se de- limitaron dos estructuras de combustión; se trata de dos grandes zonas rubefactadas, sin delimitación externa. En este nivel también aparecieron una serie de piedras de aportación antrópica; una de ellas presen- ta signos de rubefacción y otra tiene forma triangu- lar y se sostiene, en uno de sus extremos, gracias a otra más pequeña en posición vertical. Ésta nos re- cuerda la piedra-yunque localizada en el nivel 7 Fig. 5. Materiales del nivel, 8-9, microlaminar. (Bartrolí 1993). También hemos identificado dos zonas de talla, yacimiento. Un minucioso trabajo en extensión nos las dos en el sector NW de abrigo, que han permi- ha permitido identificar una serie de momentos de tido realizar un gran número de remontajes. ocupación a lo largo de un período de tiempo no A pesar de la poca cantidad de materia orgánica excesivamente largo, un milenio. hemos podido conseguir dataciones absolutas en el Dado que la estratigrafía sedimentológica es Laboratorio de la Universidad de Oxford. prácticamente coincidente con la arqueológica, La primera muestra, OxA-8659 dio una datación seguiremos las denominaciones ya utilizadas para convencional BP de 10880±60 que calibrada nos da estos niveles. una máxima probabilidad a 2 sigmas de 11180- 10864 cal BC (87,1%), probabilidades extremas Nivel 8-9: Como ya se ha indicado, este nivel, 11180-12653 corresponde a la primera utilización del abrigo y, La segunda fecha es OxA-8660: 11000±55 BP y pese a que únicamente los primeros 28 cm pertene- calibrada, con una máxima probabilidad a 2 sigmas, cían al nivel arqueológico, hemos realizado una da 11219-10914 cal BC (96,3%), probabilidades serie de estudios que presentamos a continuación. extremas 11219-12666. La industria lítica es el elemento más caracterís- tico de esta fase, puesto que prácticamente no tene- Nivel 7: Este nivel, junto con el 4 y el 3, forman mos otro tipo de restos como carbones, fauna, etc. el grueso del paquete del Epipaleolítico geométri- La extensión del mismo cubría todo el yacimien- co mediterráneo. to y fueron excavados 26 m2. Los resultados de la Este nivel se extiende por toda la superficie del misma proporcionaron 7.327 elementos, principal- yacimiento, aunque solamente hemos excavado 27 mente de sílex. De estas piezas, 209 corresponden m2. Es el más rico de todos, en cuanto a material lí-

T. P., 62, n.o 1, 2005 EL ABRIGO DEL FILADOR (MARGALEF DE MONTSANT, TARRAGONA)... 71 tico se refiere, puesto que se han coordenado 16.768 elementos arqueológicos, de los cuales 886 piezas están retocadas (un 5,28% del total); comprenden 894 tipos primarios (hay ocho piezas dobles), 96 núcleos y 10 percutores. El tipo de retoque predominante es el abrupto (82,6%), seguido del retoque simple (12%), una buena representación de los buriles (1,1%) y el res- to se lo reparten las piezas sobreelevadas y algún elemento plano. El componente geométrico es muy importante (11%); estos porcentajes se dan en re- ferencia al número de piezas retocadas. Dominan los triángulos, con un 7,8%, y los segmentos de círculo, que representan un 3,13% del total de pie- zas retocadas. Aparecen los microburiles, con un porcentaje del 29%, que, de hecho, son restos de la talla especializada para obtener los elementos geométricos. Aunque nos encontramos en un nivel geométrico, los elementos de dorso siempre son muy numerosos, con un 24% (Fig. 6). Entre el uti- llaje de fondo común destacan los raspadores (9,85%), los buriles (1,1%) y las truncaduras; ve- mos que los denticulados han descendido hasta el 1,7%, y seguirán disminuyendo hasta el nivel 2. Este hecho desmiente la creencia de muchos inves- tigadores de que en este yacimiento existe un im- portante componente de denticulados que aumenta Fig. 6. Materiales del nivel 7, geométrico. hasta los niveles superiores. Este nivel también tiene otro elemento desta- estos elementos, interpretados como pulidores de cable, el conjunto formado por cuatro pulidores los mangos de las flechas, hemos comprobado que de arenisca. Tres de los ejemplares están muy frag- las dimensiones de la ranura son las mismas durante mentados, por lo que es difícil precisar sus medi- el Paleolítico Superior, momento en que aparecen, das completas, pero el cuarto está prácticamente y en las fases de transición; disminuyen impercep- entero. tiblemente durante el Sauveterriense y de forma Este último ejemplar tiene 88 mm de longitud, importante en la etapa posterior, el Tardenoisiense. 38 de anchura máxima, 18 mm de anchura mínima, Este hecho nos hace pensar que a lo largo de estas 25 mm de grosor máximo y 9 mm de grosor míni- fases los mangos de las flechas conservan un tama- mo. Su sección es semicilíndrica, con una de las ño estándar y son las puntas las que se van perfec- caras totalmente redondeada y la otra plana. La cara cionando técnica y tipológicamente. (García-Ar- plana presenta una ranura, paralela a los lados de la güelles 1994a). pieza, excepto en la parte distal, puesto que estos Del mismo nivel provienen cuatro cantos roda- tienden a converger. Los otros ejemplares son dos dos con restos de pintura roja, todos aparecidos en fragmentos distales y uno medial. el mismo cuadro (9D). Uno de ellos, con unas me- Este tipo de pieza está poco representado en la didas de 60 mm de longitud, 55 de anchura y 31 de península; únicamente tenemos un ejemplar en la grosor, tiene una franja que rodea todo el períme- Balma del Gai (Moià, Barcelona) (García-Argüe- tro de la pieza; con posterioridad se utilizó como lles et al. 2001), uno en el abrigo de Forcas (Graus, percutor puesto que presenta huellas de piquetea- Huesca) (Utrilla y Mazo 1997) y alguno en Portu- do en sus dos extremos. Los otros tres ejemplares, gal (Araujo 1998). La mayoría se reparten por la más pequeños (61 × 35 × 23 mm; 53 × 46 × 17 mm; zona noroccidental de Europa. y 41 × 29 × 28 mm), están totalmente recubier- Después de haber realizado un trabajo bastante tos de ocre, como si se hubiesen sumergido en la profundo sobre las características de la mayoría de pintura.

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Otro de los resultados de la excavación de este valores más probables. El abanico es muy amplio nivel es la identificación de una estructura polifun- y abarca desde la segunda mitad del décimo mile- cional. Esta estructura se distribuye en 7 m2. En nio hasta la primera del octavo milenio cal BC. En primer lugar tenemos una zona de talla bien defini- la zona oriental de la península existen fechas an- da, cuyas evidencias se plasman en numerosos re- teriores para el complejo geométrico, concretamen- montajes, entre los que cabe destacar un sílex ma- te en la Cova del Parco (Lleida), con fechas del rrón (Munsell Soil color Chart 10YR 5/&). Se décimo / undécimo milenio cal BC, (Fullola et al. recuperaron 61 elementos y se han podido remon- 1995 y 1998) y en la Balma de la Margineda, con tar 27 piezas. Algunas de esta piezas conservan res- una fecha del undécimo milenio y otra del noveno tos de ocre, principalmente en los talones y en la milenio cal BC (Guilaine et al. 1988). plataforma de percusión y las zonas laterales y an- Estos hechos rompen con el rígido esquema de terior del núcleo. Creemos que el tallador se prote- Fortea; no hay que concebir necesariamente los gería la mano con una piel previamente tratada con complejos microlaminar y geométrico como dos ocre. mundos separados, dos compartimentos estancos y La zona de talla está jerarquizada por tres estruc- de cronología diferente. Debemos, por lo tanto, turas, dos de las cuales son hogares; se trata de es- aceptar que en los yacimientos catalanes existe una tructuras circulares de grandes dimensiones, exca- superposición cronológica parcial entre ambos vadas en el sedimento y no presentan delimitación complejos. exterior. Existe una tercera estructura de combus- tión que no está asociada a esta estructura polifun- Nivel 5-6: Este nivel tenía una extensión bastan- cional. te reducida, 10 m2 y se localizaba en el sector NW La tercera de las estructuras está formada por dos del abrigo. Tiene una potencia que oscila entre los bloques de piedra colocados de forma intencional 10 y los 30 cm. para conseguir un pequeño yunque. Éste último tie- El hecho de que tenga una extensión muy peque- ne unas medidas muy superiores al ya descrito en ña nos indica que nos encontramos en un momen- el nivel 8-9; en este caso estaba formada por un gran to de inundación, lo que obliga a sus habitantes a bloque horizontal, de forma irregular, trabado con abandonar el asentamiento y a realizar ocupaciones otra piedra vertical más pequeña que servía para esporádicas, en momentos en que se reduce el área mantener el bloque en posición horizontal sobre la de inundación. cual se realizarían actividades relacionadas con el El material arqueológico es principalmente líti- proceso de talla. (Bartrolí 1993). co, con algunos restos óseos de difícil identifica- En el apartado de la cronología, tenemos dos ción. Muestra de ello es que únicamente se recupe- dataciones, que valoraremos a continuación. La raron 469 piezas, de las cuales 39 están retocadas primera es la UBAR-257, hecha sobre carbón que y engloban 40 tipos primarios (38 monotipos y 1 dio, en el análisis realizado por C14 convencional, pieza doble). No hay núcleos ni percutores. una cronología de 9830±160 BP. Su calibración El tipo de retoque predominante sigue siendo el dendrocronológica nos sitúa en un valor de máxi- abrupto con un 82%, seguido del simple, 15% y una ma probabilidad a 2 sigmas: 9735 - 8843 cal BC escasa representación de buriles. Entre los geomé- (81’1%), con probabilidades extremas de 9735 - tricos existe un predominio de los segmentos 8600 (Tab. 1). (12,5%) sobre los triángulos (7,5%); son numero- La segunda de las muestras, también de carbón, sos los microburiles,42,5% y los elementos de dor- se realizó en Portugal y fue la primera que se hizo so tienen un porcentaje apreciable, 15%. en el yacimiento, a mediados de los ochenta, la Entre el utillaje de fondo destacan los raspado- ICEN-495; el laboratorio ya nos indicaba la esca- res, 12,5%, mientras que los denticulados siguen sez de la muestra enviada para su análisis median- teniendo bajos porcentajes (2,5%). te el sistema convencional. Su resultado fue 9130 La fecha que tenemos para el nivel 5-6 se obtu- ± 230 BP. La calibración nos da un valor, con la vo en el Laboratorio de la Universidad de Tucson máxima probabilidad a 2 sigmas de 8667 - 7595 cal a partir del análisis por AMS. Es la muestra AA- BC (92’6%), con unas probabilidades extremas: 13412, obtenida sobre carbón y que dio una edad 8918 - 7595. convencional de 9988±97 BP. Su calibración nos Vemos que las dos fechas casi no se recortan en da un valor, con una máxima y única probabilidad sus probabilidades máximas a dos sigmas, en sus a 2 sigmas, de 9958 - 9042 cal BC (95’4%).

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Nivel 4: Este nivel tiene una potencia media de quetas de pizarra, recortadas intencionalmente para unos 25 cm y tiene la misma composición sedimen- evitar su exfoliación; presentan grabados muy fi- tológica que el nivel 7, de tal manera que en el sec- nos, en cuyo interior se observan restos de ocre. La tor sureste, donde no existe el nivel 5-6, éstos se plaqueta más compleja y de mayores dimensiones unen y su delimitación se hizo a partir de las cotas tiene forma trapezoidal y el perfil recortado en do- de inicio del mismo en el sector noroeste. ble bisel. Tiene una longitud de 364 mm, 200 mm Se han excavado 26 m2; el material es muy abun- de anchura máxima, 100 mm de anchura mínima y dante, en concreto 6.067 elementos líticos, entre los un grosor entre 9 y 10 mm. La cara superior o prin- que siempre predomina el sílex. De estas piezas, cipal presenta un gran número de trazos grabados, 388 están retocadas (6,39%) y engloban 392 tipos horizontales, verticales y en diagonal. Creemos que primarios (384 monotipos y 4 piezas dobles); tam- podría tratarse de un soporte para cortar materiales bién tenemos 37 núcleos y algún percutor. blandos como la piel, preparada con ocre, del cual Como es habitual en los demás niveles, predo- nos quedan sus restos (Fullola et al. 1986). mina el retoque abrupto con un 84,9%, seguido del La segunda plaqueta es de menores dimensio- simple, 10%, y del grupo de los buriles, 5%. En lo nes, 247 mm de longitud, una anchura máxima que que se refiere a los tipos primarios, el porcentaje oscila entre los 95 y los 100 mm, una anchura mí- más elevado se lo lleva el grupo de los microburi- nima de 50 mm y el grosor de 10 mm. Presenta lí- les(43,3%), porcentaje muy elevado que no corres- neas grabadas en las dos caras. La tercera es de for- ponde a los geométricos recuperados, 6,1% para los ma circular y los trazos apenas son visibles. segmentos y 2% para los triángulos; ello puede Estas piezas hay que ponerlas en relación con deberse a que muchos de los geométricos se perdie- otra encontrada por Salvador Vilaseca durante sus ron durante su utilización como elementos de pro- excavaciones; estaba fragmentada en dos y se recu- yectil (Fig. 6). peró en dos campañas diferentes. Tiene forma tra- Otro punto a destacar es que las proporciones pezoidal y unas medidas aproximadas 248 × 217 × segmentos / triángulos se han invertido respecto al 19 mm (Vilaseca 1973). nivel 7. Del estudio tecnológico se ha podido com- En el apartado de estructuras hay que hablar de probar que los geométricos se realizan sobre la par- dos grandes fuegos, denominados así puesto que se te proximal de los soportes pertenecientes a los gru- trata de grandes acumulaciones de cenizas, carbo- pos tipométricos A (18-15/5 mm), B (30-20/10-5 nes y pequeñas piedras quemadas y no presentan mm) y C (40-30/15-10 mm), en los cuales se esta- ninguna delimitación de piedra. Se trata de fuegos blece una relación entre longitud y anchura (Domè- planos simples (Gascó 1985). El primero mide unos nech 1998: 31). 180 cm de diámetro y, desgraciadamente, está in- Los elementos de dorso siguen siendo también completo al encontrarse en el corte exterior del muy numerosos (24,2%) y se utiliza la parte distal yacimiento. Presenta dos tipos de sedimento: la de los soportes mencionados anteriormente. parte superior es de tierra cenicienta, oscura, con Las piezas de fondo común también tienen por- sílex y piedras quemadas; por debajo aparece un centajes apreciables; hemos de destacar los buriles sedimento rojizo, fruto de una fuerte combustión. (5%), los raspadores (3,3%), las truncaduras (3,3%) El segundo es de menores dimensiones, con 80 y los denticulados, siempre con porcentajes bajos cm de diámetro, y también incompleto. Tiene for- (2,3%). ma troncocónica y una microestratigrafía propia: en Antes de abandonar la industria lítica, queremos los primeros 5 y 10 cm, según los sectores, el sedi- destacar la existencia de algunas piezas con restos mento es ceniciento, muy suelto y con abundante de ocre, posiblemente producto de su utilización; material quemado; siguen otros 10 cm de sedimento tenemos también una lasca, de unos 3 cm de longi- rojizo, muy afectado por el fuego y muy compacto. tud que tiene una serie de líneas, muy difuminadas, Estos fuegos estaban rellenos con restos de sílex, realizadas con un pincel. fragmentos de huesos y centenares de conchas de Una de las novedades que presenta este nivel es la especie Cepaea nemoralis. la presencia de industria ósea. Se trata de un único La parte superior del nivel 4 fue lavada por el ejemplar, un punzón de 87 × 12 × 5 mm, realizado aporte torrencial que hemos descrito. Este nivel sobre un metatarso de pequeño bóvido y de sección torrencial incorporó en su matriz diversos materia- ovalada. les que debían encontrarse en la parte superior: sí- También es destacable la presencia de tres pla- lex, huesos y un canto pintado con seis líneas rojas,

T. P., 62, n.o 1, 2005 74 Pilar García-Arguëlles Andreu, Jordi Nadal i Lorenzo y Josep M.a Fullola i Pericot cuatro en la cara superior, una en el borde y otra en 17,6% y los denticulados tienen el porcentaje más la cara inferior, fragmentada e incompleta. (Fullola alto de todos los niveles, 5,8%. y Adserias 1981-82; Fullola y Couraud 1984). Aunque la poca extensión del nivel 3 no nos Las dataciones que tenemos del nivel 4 son las permitió observar estructuras, si hemos podido ver siguientes: la primera fue realizada en el laborato- que existe una gran concentración de industria y rio de C14 de la Universidad de Barcelona, UBAR- escasos restos de fauna entre los 40-50 cm de pro- 284, hecha sobre carbón. Dio una fecha convencio- fundidad respecto al nivel 0. nal de 9460±190 BP, que calibrada ofrece los De este nivel no se han podido obtener datacio- siguientes resultados: para la máxima probabilidad nes absolutas. a 2 sigmas: 9015 - 8128 cal BC (94’5%), con unas probabilidades extremas de 9015 - 8102 Nivel 2: Finalmente tenemos el nivel 2, que se La segunda muestra fue procesada, mediante el localiza en la mitad NW del yacimiento, entre los sistema AMS, en el laboratorio de la Universidad metros 6 y 10. En total se excavaron 11 m2 y 25 cm de Arizona en Tucson, AA-8647, T461; se realizó de potencia, aunque seguramente el paquete se vio sobre un fragmento de hueso y dio una datación de afectado por los agentes erosivos y por el efecto 10020±80 BP. Su calibración es, con una máxima antrópico, puesto que se encontraba sin protección y única probabilidad a 2 sigmas: 9949 - 9052 cal BC superior cuando iniciamos las excavaciones. El (95’4%) sedimento era de color gris, producto de una com- Estas dataciones ya han sido publicadas (García- bustión. Argüelles y Nadal 1998) y también nos sitúan el Uno de los primeros hechos que nos llamaron la momento de ocupación del nivel 4 del Filador en el atención fue la existencia de dos grandes cubetas, mismo abanico entre el décimo y noveno milenio que serán descritas más adelante, y que alteraban la cal BC. Pensamos que el intenso proceso de habi- horizontalidad del yacimiento. tación de la fase geométrica del Filador se produ- El resultado de la excavación fueron 2.278 pie- jo entre estos dos milenios, el décimo y el noveno zas, de las que 147 están retocadas. Tenemos 150 cal BC. tipos primarios (144 monotipos y 3 piezas dobles), 12 núcleos y 3 percutores. Nivel 3: Este nivel es una de las novedades es- En este momento se ha producido la inflexión de tratigráficas importantes respecto a la que fue iden- los tipos de retoque, con un predominio del retoque tificada por S. Vilaseca; creemos que el investi- simple (74,6%) sobre el abrupto (3,9%). En este gador reusense lo incorporó en el nivel 4. Se trata nivel se observa una producción de lascas de gran de un nivel que únicamente se distingue en el tamaño con una forma predeterminada, similar a la sector NW y sólo pudimos excavar 8 m2, con una descrita para el método de talla Levallois. La talla potencia de 15 cm. En este nivel tenemos la transi- se hace por percusión directa con un percutor duro. ción desde las subyacentes industrias con geomé- Las lascas predominan sobre la talla laminar; tene- tricos hacia los elementos que caracterizarán en mos grandes lascas corticales, extraídas de bloques nivel 2. de sílex no conformados anteriormente y que con Durante la excavación del mismo se coordena- posterioridad se han retocado o utilizado directa- ron 1.360 piezas, prácticamente todas fabricadas en mente; otras tienen soportes anchos y cortos, pro- sílex y tan sólo unas pocas sobre pórfido. De este cedentes de superficies de talla ligeramente acon- conjunto, 64 estaban retocadas, lo que representa un dicionadas (Domènech 1998). 4,7% del total. Tenemos 68 tipos primarios (60 Si retomamos el tema de la industria, vemos que monotipos y 4 piezas dobles), así como 7 núcleos. predominan los denticulados, con un 36%, princi- Aunque el retoque abrupto sigue siendo el que palmente muescas y espinas, las raederas, 26,6% y predomina (70,6%), se observa un aumento del re- los raspadores, 13,3%. El retoque abrupto está muy toque simple (25%), un cambio morfológico en la diversificado y sorprende el alto porcentaje de los tipología de los geométricos y una fuerte bajada del buriles, 11,3%. grupo de los microburiles(26,4%). Entre otros elementos líticos tenemos un canto Dentro del grupo de lo abruptos, los geométricos rodado de cuarcita roja de forma y sección oval, de representan el 8,8% y únicamente tenemos triángu- 61 × 50 × 35 mm, que presentaba señales eviden- los isósceles. Los elementos de dorso siguen sien- tes de utilización en su cara ventral y distal. Fue es- do numerosos, 29,4%. Los raspadores tienen un tudiado por Mª Teresa Genís y pudo determinarse

T. P., 62, n.o 1, 2005 EL ABRIGO DEL FILADOR (MARGALEF DE MONTSANT, TARRAGONA)... 75 que fue usado como percutor en su parte distal, al- El porcentaje de piezas utilizadas es mayor en la terando con las marcas de uso la forma primitiva del zona de talla (34%) que en la zona de cubetas mismo. También se apunta su utilización para ma- (11%). Aunque en este nivel existe un predominio chacar alguna cosa. Las marcas de la cara ventral de los fragmentos, se documenta una clara prefe- pueden haber sido consecuencia de una esporádi- rencia por las lascas (80%) para su uso. El 87% de ca utilización o resultado de su preparación para ser las piezas utilizadas son anchas. Esta preferencia enmangado. demuestra una cierta especialización del trabajo, Otros elementos singulares son una cuenta de que condiciona la técnica de talla. collar, de 6 mm de diámetro con perforación cen- En lo que se refiere a los filos, existe una prefe- tral, y algunos ejemplares de malacofauna marina rencia por utilizar la parte lateral derecha y la zona perforada, cuya función sería la de servir de ele- distal. Algunas piezas que no tienen retoque, pero mento de ornamento, como ocurre en los otros ni- que morfológicamente tenían un parecido con ras- veles (Nadal et al. 1993). padores y raederas, fueron utilizadas como tales. Como novedad tenemos la aparición de la cerá- Esto demuestra que las piezas usadas no retocadas mica. Se trata de 12 fragmentos recuperados en el no fueron elegidas al azar. fondo de una de las cubetas. Tienen como denomi- M. Adserias llega a la conclusión de que la zona nador común el tipo de pasta, basta y con desgrasan- más activa de los útiles es la de talla. Debió utilizar- te grueso, mal cocida y de color negro; en algún frag- se este sector de las piezas como zona de talla y mento se aprecia una coloración diferente en la parte área de trabajo. La preferencia por la utilización de inferior, rojiza, producida por una rápida cocción. un tipo determinado de pieza nos confirma que la Todos estos elementos cerámicos proceden de reci- talla estaba orientada según las necesidades funcio- pientes hechos a mano y no tienen decora- nales. ción, y algunas presentan un acabado espatulado. Para el nivel 2 tenemos dos dataciones: la prime- Únicamente dos fragmentos nos permiten aventurar ra fue realizada mediante el sistema AMS, en el alguna forma: el primero es un labio que parece per- laboratorio de la Universidad de Arizona en Tuc- tenecer a un bol hemisférico y el segundo es un frag- son, AA-13411; se realizó sobre un carbón y dio mento con varias perforaciones, cuya funcionalidad una datación de 8150±90 BP. Su calibración, para puede ser la de suspensión, aunque estas perforacio- la máxima probabilidad a 2 sigmas, es de 7424 - nes son demasiado pequeñas, la de grapar el reci- 6992 cal BC (83’9%), con unas probabilidades piente para subsanar su ruptura, o bien de colador. extremas de 7131 - 7047 (Tab. 1) En este nivel se pudo realizar una distribución La segunda muestra se obtuvo sobre un carbón espacial de las actividades antrópicas: una zona de y fue analizado en Oxford, también por AMS: talla, un hogar y dos zonas de cubetas. La primera OxA-8658 = 8515±50 BP. Su calibración es 7601- presentaba un mayor numero de restos de talla y 7518 (94’5%) unos porcentajes de córtex importantes. El hogar Estas dataciones, y la reinterpretación estratigrá- estaba junto a la segunda cubeta, delimitado por fica de la relación entre las cubetas y el propio ni- bloques de distinta procedencia, granito, conglome- vel 2, nos llevan a replantear la adscripción crono- rado y cantos rodados; éstos estaban dispuestos en cultural de este nivel. También nos conduce a esta círculo y en el fondo había dos bloques planos. El revisión la progresiva aparición, en otros yacimien- relleno estaba formado por microfragmentos de tos, de conjuntos industriales similares en las mis- sílex quemados y cenizas. (Cebrià et al. 1981; Fu- mas cronologías, caso de La Cativera (Vaquero llola et al. 1987; García-Argüelles 1990). 2004: 311). Por lo que se refiere a las cubetas, son troncocó- nicas, colmatadas de cenizas, de sílex y de peque- ños fragmentos de hueso. No hay que descartar la 5. ANÁLISIS PALEOBIOLÓGICOS posibilidad de que dichas cubetas fueran excavadas en momentos de cronología más reciente. A pesar de las dificultades que presenta el yaci- El material del nivel 2 es el único sobre el que miento en la conservación de la materia orgánica, hemos realizado estudios traceológicos (Adserias hemos aplicado gran cantidad de analíticas para 1990). Se estudiaron un 20% de las piezas del nivel conocer la evolución paleoecológica del yacimien- y los resultados se pueden resumir en los siguien- to. Ofrecemos, a continuación, un resumen de los tes puntos: resultados obtenidos.

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Antracología Polen

Se hicieron estudios antracológicos del nivel 2 En el abrigo del Filador se han realizado dos (A. Cebrià) y de los niveles geométricos (M. Ros). muestreos polínicos; el primero, en 1981, fue rea- Los pocos fragmentos de carbón recuperados en el lizado por I. Parra y A. Esteban. En este primer nivel 2 han permitido identificar una mayoría de muestreo se extrajeron 10 muestras de una colum- taxones pertenecientes a Pinus sylvestris y un pe- na en el corte exterior del sedimento (niveles 2 a 8- queño porcentaje de Populus. A. Cebrià llega a la 9) y 5 muestras de los niveles 4 y 7 de la excavación conclusión de que la vegetación de este momento en extensión. Únicamente ofrecieron resultados era bastante similar a la actual: un bosque de coní- positivos las muestras de los niveles 4 y 7. Se iden- feras que se situaría en las faldas de la montaña y tificaron 170 palinomorfos que contenían 35 taxo- por encima del abrigo; y en la zona baja, un bosque nes. de ribera, típico de las zonas con un curso de agua El segundo muestreo, hecho por S. Riera en permanente en la vertiente mediterránea. 1990, se centró en el nivel 7, en aquel momento en Los estudios de M. Ros se han centrado en los excavación. Aquí se identificaron 55 palinomorfos niveles 4 y 7. En el nivel 4 se han podido docu- y 14 taxones. mentar 8 taxones arbóreo-arbustivos: Acer sp, Ju- Los taxones del nivel 4 pertenecen a pino ( Pi- niperus sp, Pinus t. sylvestris, Pomoideae, Prunus nus sp. y Pinus sylvestris), roble (Quercus sp.), amygdalus, Prunus, Rhamnus cathartica saxatilis encina (Quercus t ilex), olivo (Olea europaea), y Salix sp. El taxón más representados es el pino con olmo (Ulmus sp.) tilo (Tilia sp.), castaño (Castanea más del 46%, seguido del Prunus amygdalus con sp.), abeto (Abies sp.), abedul (Betula sp.), avella- un 21%. no (Corylus sp.), y gran cantidad de especies no En el nivel 7 también se han identificado 8 taxo- arbóreas. nes: Acer sp, Betula sp., Juniperus sp, Pinus t. syl- En el nivel 7 también predomina el pino (Pinus vestris, Pomoideae, Prunus sp. Rhamnus catharti- sp.), roble (Quercus sp.), encina (Quercus t ilex), ca saxatilis y Salix sp. En este nivel el pino también enebro (Juniperus) y Ericaceae y Phillyrea. Tam- es predominante, con más del 70%, seguido de otra bién tenemos taxones de árboles que crecen en lu- conífera, Juniperus, con un 14%. El resto de los gares próximos a los cursos de agua (avellano y taxones son angiospermas arbóreo-arbustivas con sauce). bajos valores porcentuales. El polen no arbóreo, claramente dominante, está Las diferencias más notables entre los dos nive- representado por Poaceae y Asteraceae tiubi- les son los desiguales porcentajes de Pinus, la pre- florae. sencia de abedul en el nivel 7 y del almendro en el 4. Las diferencias que se aprecian entre los dos Los resultados antracológicos nos muestran que el niveles son principalmente una reducción de po- entorno vegetal de las ocupaciones de estos dos len arbóreo en el nivel 4. Se reducen los valores niveles tenía unas características muy similares. Nos de pino y aumentan las especies termófilas (Olea, reflejan la evolución de un paisaje en un momen- Phillyrea) y mesófilas (Ulmus, Tilia, Abies, Betu- to de transición entre los últimos fríos tardiglaciares la). Entre los taxones no arbóreos aumentan las y la entrada del Holoceno. Definen un paisaje do- Poaceae y se reduce Asteraceae tubiliflorae. minado por las formaciones abiertas, con zonas de Como en los otros análisis paleovegetales se nos pino y Juniperus y otras especies resistentes al frío muestra un paisaje abierto. y a la sequedad. En las hondonadas, más húmedas podría desarrollarse una vegetación más templada. El tipo de vegetación evidenciado se correspon- Fitolitos de con los paisajes de final de Tardiglaciar - inicios del Holoceno, cuando los bosques-estepas con pino Los resultados del análisis fitolitológico proce- albar, Juniperus y otras especies heliófilas caracte- den de las muestras tomadas en el yacimiento por rizaban una vegetación con predominio de espacios J. Juan durante diferentes campañas. Las primeras abiertos, con un clima semiárido frío. Más concre- son del año 1990, y corresponden a la misma co- tamente, se enmarcan en el tipo de flora definido lumna utilizada para el estudio polínico; otras co- por los análisis antracológicos de Cataluña y sudes- rresponden al año 1985 de los niveles 4, principal- te francés en el período 12.000-9.000 BP. mente de las estructuras de combustión, y 7;

T. P., 62, n.o 1, 2005 EL ABRIGO DEL FILADOR (MARGALEF DE MONTSANT, TARRAGONA)... 77 finalmente también se estudiaron sedimentos del catedrático de Biología animal de la Universidad nivel 2. Autónoma de Madrid confirmó la imposibilidad de En los análisis fitolitológicos se identificaron identificar animales domésticos, tal como se había cinco taxones arbóreo-arbustivos: pino (Pinus sp.), apuntado en trabajos anteriores (García-Argüelles enebro (Juniperus sp.), almendro (Prunus amygda- et al. 1992), hoy ya corregidos (García-Argüelles lus), endrino (Prunus spinosa) y boj (Buxus sem- et al. 1999, p.ej.). Solamente se ha podido confir- pervirens). También se identificaron fitolitos de mar la presencia de Capra pyrenaica y Oryctolagus procedencia no arbórea como Cyperaceae y cuniculus. Poaceae. Dentro de este grupo se distinguió moli- A partir del nivel 7 el estudio de los restos nia (Molinia caerulea), cañizo (Phragmites com- faunísticos fue asumido por uno de nosotros (J.N.). munis), y Agrostis sp. y Stipa sp. Se recuperaron 538 elementos, de los cuales tan Los resultados obtenidos en el estrato 7 nos do- sólo el 20,63% se ha podido determinar taxonómi- cumentan la presencia de Pinus sp. y Juniperus sp.. camente. La especies identificadas corresponden a Estos datos nos muestran una vegetación de tipo cabra salvaje (Capra pyrenaica ) con 57 restos, abierto. En el nivel 4 el pino sigue siendo dominan- conejo (Oryctolagus cuniculus ) con 41 restos, y te junto con Juniperus sp., Prunus amygdalus y ciervo (Cervus elaphus) con 13 restos. Prunus spinosa. Este resultado se puede interpre- Se ha realizado el cálculo del número mínimo de tar como un período de reforestación gradual que individuos; así tenemos 6 individuos de cabra sal- conllevaría la coexistencia de espacios abiertos y vaje, 1 de más de 13 meses, dos de 25 y dos de más bosques. En el nivel 2 disminuyen considerable- de 25 meses, mientras que el sexto tiene una edad mente las especies arbóreas, mientras que las comu- indeterminada. Estas edades nos muestran una ex- nidades poáceas son importantes, principalmente plotación de animales jóvenes, principalmente en- especies de agua dulce, propias de aguas tranquilas; tre los dos primeros años de vida. Si tenemos en entre ellas destaca el cañizo, que es un indicador de cuenta la época de parto de las cabras salvajes ac- aguas remansadas o de fluir lento, junto con la tuales, primavera, podemos inferir que los anima- molinia. les de esta especie se cazaron a finales de primavera En cuanto a los recursos vegetales, en el nivel 2 o en verano. se han detectado dos especies caracterizadas por De ciervo tenemos 2 individuos, uno adulto y tener rizomas comestibles: Phragmites communis otro joven, y del conejo tenemos representados 5 y Agrostis sp. (Juan 1994) individuos. Hemos realizado un estudio a partir de la distri- bución anatómica, la localización en el espacio y el Fauna número de piezas termoalteradas. La conclusión es que nos encontramos ante un hecho de origen esen- Mamíferos cialmente antrópico y que podemos explicar por dos tipos de comportamiento típico de ciertos gru- Los restos faunísticos del yacimiento son esca- pos de cazadores-recolectores. El primero sería la sos, excepto en el nivel 7. En el nivel 2 se recupe- llegada de los animales enteros al yacimiento; el raron 148 restos, entre los cuales, en su momento, segundo, la existencia de una zona, dentro del mis- M. Millán identificó la presencia de ovicaprinos, mo, dedicada a las funciones de descuartizamien- Bos taurus (toro), Oryctolagus cuniculus (conejo) to de aquéllos. y Sus scrofa (jabalí); también tenemos algún carní- El hecho de que los animales lleguen enteros al voro (Vulpes vulpes), aves (Pernis aviporus) y mi- yacimiento también puede indicarnos unas estra- crofauna. Tras la revisión de este nivel, posible- tegias de caza que se realizan en zonas próximas mente dicho listado faunístico pueda variar, como al yacimiento. La presencia de montañas y bos- ya sucedió en el reestudio de los materiales del ni- que hace posible que esta especie se encontrase vel 4. en las proximidades del asentamiento (2). El nivel 3 tiene una débil representación faunís- tica y del nivel 4 se han revisado los resultados publicados anteriormente. El número de restos es- Nadal, J. 1998: Les faunes del Plistocè final - Holocè a la Ca- talunya Meridional i de Ponent. Interpretacions tafonòmiques i tudiados asciende a más de 70, aunque los indivi- paleoculturals. Tésis doctoral inédita, Facultad de Geografía e duos identificados son muy pocos. A. Morales, Historia, Universidad de Barcelona. Barcelona.

T. P., 62, n.o 1, 2005 78 Pilar García-Arguëlles Andreu, Jordi Nadal i Lorenzo y Josep M.a Fullola i Pericot

Malacología terrestre Los restos de univalvos son los únicos que tie- nen trazas de manipulación antrópica (como ele- Este estudio se centra en los restos procedentes mentos de decoración, perforaciones), mientras que de los niveles 4 y 7. Tenemos dos grandes conjun- los bivalvos no presentan ninguna modificación tos; por un lado nos encontramos con una gran can- técnica. Podría tratarse de piezas que tienen una tidad de restos de aportación natural que contribu- función utilitaria o un valor per se. yen a reafirmar el tipo de paisaje que nos han Tanto Theodoxus fluviatilis como Dentalium desvelado los estudios paleoecológicos, es decir, vulgare aparecen manchados de colorante rojo. paisaje abierto, seco, herbáceo y calcáreo (J. Wat- son, com.pers.) Los taxones identificados más importantes son: 6. CONCLUSIONES Xeroplexa cf monistrolensis Xeroplexa (otras especies) A partir de todos los datos que hemos ido ofre- Jaminia quadridens ciendo podemos extraer una serie de conclusiones. Testacella cf haliotidea En primer lugar, el yacimiento del Filador es uno de Pomatias elegans los pocos asentamientos en los que pueden obser- Abida varse sucesivamente los complejos epipaleolíticos Cecilioides acicula descritos por J. Fortea: microlaminar y geométrico. Vallonia costata Dentro del contexto nororiental peninsular ello sólo Truncatellina vuelve a manifestarse en los yacimientos de la Cova Tenemos un segundo conjunto de aportación del Parco y de la Balma de la Margineda (García antrópica que corresponde mayoritariamente a Ce- Argüelles 1994b y García Argüelles et al. 1990). paea nemoralis. Éstas son muy abundantes en el Por lo tanto, es sobre este tipo de yacimientos, de nivel 4 y en el nivel 7. En el primer caso predomi- registro continuo, que debemos trabajar fundamen- nan los individuos con 5 bandas, con un diámetro talmente para entender los procesos de evolución máximo de 27,73 mm de media y una altura de del Epipaleolítico en esta zona. Los yacimientos 19,91 mm. En el nivel 7 también predominan los con un único nivel o con diferentes niveles corres- ejemplares con 5 bandas, aunque existe un mayor pondientes a un único tecnocomplejo no pueden polimorfismo en el conjunto y las medidas también sino corroborar o desmentir, con las dataciones que son muy similares a las anteriores: 25,97 mm de proporcionan, lo que deduzcamos del abrigo del diámetro y 20,19 mm de altura. Este sería el único Filador y de los otros dos yacimientos citados. En taxón que habría intervenido en la alimentación cualquier caso, la incorporación de las dataciones humana. radiocarbónicas ha permitido establecer una crono- Si tenemos en cuenta las interpretaciones sobre logía absoluta para el proceso de transformación el polimorfismo de Cepaea, nos encontraríamos tecnológico / cultural propuesto por Fortea. ante un paisaje boscoso o con una cierta cobertura Al respecto, la ordenación de las dataciones del vegetal. Epipaleolítico catalán según complejos culturales y cronología nos parece muy reveladora. En este sentido debemos decir que, para las interpretacio- Malacología acuática nes que seguidamente expondremos, hemos traba- jado con el número absoluto de dataciones obteni- Se trata principalmente de un conjunto, proce- das para cada momento, independientemente de su dente también de los niveles 4 y 7, estudiados por procedencia o del número de yacimientos que és- A. Estrada, que tiene funciones decorativas. Los tas representen y que se pueden ver en el cuadro taxones representados son: adjunto (Tab. 1 y 2). Theodoxus fluviatilis (2 restos) A partir de los datos que hemos expuesto para el Pecten jacobaeus (3 restos) Filador y de su contrastación con las dataciones Acanthocardia tuberculata (1 resto) absolutas proponemos: Dentalium vulgare (13 restos) – El final de la cultura magdaleniense se “fun- Los fragmentos de pecten se encontraron muy de” cronológicamente con el complejo microlami- próximos y es posible que se trate de un único ejem- nar y hace difícil distinguir a través del registro la plar. identidad tecnológica de algunos niveles o yaci-

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Tab. 1. Dataciones de C14 del Abrigo del Filador.

Tab. 2. Dataciones C14 del Epipaleolítico Catalán. mientos. Algunos asentamientos son atribuidos al – Por otra parte, e insistiendo en la idea que los Magdaleniense o al Epipaleolítico Microlaminar yacimientos microlaminares más antiguos difícil- según sean los criterios subjetivos de los investiga- mente pueden distinguirse de los del Paleolítico dores, debido a la poca definición de las industrias Superior final, el tecnocomplejo microlaminar se recuperadas y a la vaguedad de su cronología. Ello, desarrollaría plenamente (con posibles enraiza- en principio, no afecta al registro del Filador en sí mientos anteriores) en el XII milenio BP y llegaría mismo, pero necesariamente deberá tratarse en un a su floruit en el XI milenio BP (según el número de futuro para establecer la relación de este yacimiento dataciones absolutas, insistimos) para languidecer con otros geográficamente muy próximos y con a lo largo del X milenio BP, fase en la que ya se si- cronologías inmediatamente anteriores o incluso túan pocas dataciones. contemporáneas (el abrigo de Els Colls o el de – El paso del complejo microlaminar al geomé- l’Hort de la Boquera, por ejemplo). trico no debe entenderse como una ruptura, puesto

T. P., 62, n.o 1, 2005 80 Pilar García-Arguëlles Andreu, Jordi Nadal i Lorenzo y Josep M.a Fullola i Pericot que la aparición de los elementos geométricos no Ebro (Pontet, Botiquería, Forcas..) y posiblemen- significa la desaparición del componente microla- te por la Balma de la Margineda (nivel 4); en este minar. Al contrario, vemos que los elementos de último caso parecen encontrarse asociadas indus- dorso siguen siendo muy importantes ( 24% en el trias tardenoides a otras de tipo macrolítico (Martz- nivel 7 y 24,2% en el nivel 4). Y es que, de hecho, luff 1995, vol.3: 249-251), que pueden ponerse en según el cuadro de dataciones, el complejo geomé- relación con el grupo que trataremos a continua- trico nace en el mismo momento de máxima expan- ción. La adscripción cronológica de esta facies, sión del microlaminar, en el XI milenio BP. Podría- según las dataciones ,se centraría en el VIII mile- mos pensar que la innovación tecnológica que nio (Utrilla y Rodanés 2004: 100). supone la aparición del geometrismo epipaleolíti- – Por el contrario, ante la escasez de datos para co se utilizaría al principio en ciertas ocasiones, en la facies de trapecios en Cataluña, se consolida la ciertas circunstancias o para realizar funciones con- presencia de unos tecnocomplejos que no habían cretas, mientras que para otras se preferiría seguir podido ser adscritos a la tipología establecida por con los elementos de dorso del microlaminar. Final- Fortea, por lo que, sin otro tipo de connotación, al- mente, la presencia del componente geométrico gunas veces han sido citados como yacimientos con acaba superponiéndose, y por lo tanto substitu- industrias “atípicas”. En todo caso, y con un regis- yendo, a los yacimientos microlaminares sin ele- tro cada vez más numeroso, este grupo se consoli- mentos geométricos, en el momento de máxima ex- da como el modelo cultural para el IX milenio BP, pansión de la facies Filador –tecnológicamente lo que podría explicar la falta de yacimientos con sauveterroide–, en el X milenio BP. Ésta, a su vez, trapecios. Dichos yacimientos alargan, en muy se presenta en algunos yacimientos, con una fre- pocas ocasiones, su cronología hasta el VIII mile- cuencia mucho menor, hasta el IX milenio BP. nio BP. En cualquier caso, por el momento, no pa- – Dentro del mundo sauveterriense, por lo que rece que se reproduzca la evolución detectada en respecta a la ocupación de Filador y de los datos de Aragón y el alto Valle del Ebro: Epipaleolítico nuestras nuevas intervenciones, debemos rebatir la microlaminar, Mesolítico de muescas y denticula- afirmación realizada por otros autores sobre el alto dos y Mesolítico geométrico con trapecios (Utrilla porcentaje de denticulados en todos los niveles. 2002). Sin embargo, otros autores vienen a confir- Esta aseveración únicamente se cumple en el nivel mar, en publicaciones recientes, nuestra propues- 2, mientras que en los niveles geométricos no se ta (Vaquero 2004: 312-313). mantiene en absoluto. Aunque ya las hemos men- Por desgracia, en el Filador falta, como queda cionado, queremos recalcar las cifras: en el nivel 8- muy claro en lo expuesto hasta aquí, la última facies 9 tenemos 10 elementos; en el nivel 7, 16; en el ni- que podría aclarar la transición hacia el Neolítico. vel 5-6, 1; en el nivel 4, 9 y en el 3, 4. No creemos La zona meridional catalana sigue teniendo un va- que estas cifras sirvan para hablar de un alto porcen- cío, hecho que remarcan Juan-Cabanilles y Martí taje de denticulados. Por lo tanto, el yacimiento del (2002), a pesar de que en las zonas pirenaicas ya Filador, en sus niveles sauveterroides, no se puede tenemos novedades importantes ( Petit et al. 1996; utilizar para referirse a la nueva facies de muescas Pallarès et al. 1997). y denticulados, situada entre el microlaminar y el El modelo tecnológico y económico que obser- geométrico, que otros investigadores han localiza- vamos en el Filador tuvo éxito en la zona durante do en la cuenca del Ebro, en yacimientos como poco más de tres milenios. Después, tenemos un Forcas (Utrilla y Mazo 1997), Los Baños (Utrilla y hiatus cronológico y cultural hasta la llegada del Rodanés 2004) o Mendandia, Atxose, Peña 14, El Neolítico. Otros yacimientos de la zona como el Ángel y otros (Alday 2002). Auferí (Adserias et al. 1996) o l’Hort de la Boquera – Finalmente, el yacimiento del Filador no corroboran este desarrollo coherente y una ocu- cuenta con la última facies del epipaleolítico pación del territorio, del valle del Montsant, que geométrico de la clasificación de Fortea (facies conduce a una explotación racional de los recur- Cocina), caracterizada por la presencia de trapecios sos bióticos y abióticos en una de las pocas zonas y la desaparición de la técnica del microburil. De to- donde se han podido realizar estos estudios de dis- dos modos, esta facies solo estaría representada en tribución espacial en un área limitada geográfica- el NE peninsular por los yacimientos del valle del mente.

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