Junio 23 de 2003 EL TIEMPO / CONFLICTO ARMADO Ofensiva paramilitar en Viotá (Cundinamarca) deja 18 asesinatos colectivos en los últimos 4 meses

Entre las víctimas se encuentran un concejal y el registrador. Otro concejal desapareció cuando, al parecer, iba a una cita con los "paras".

Aunque la Fiscalía ya inició una investigación para establecer la identidad de los responsables, extraoficialmente se ha informado que detrás de los asesinatos estaría la citada fracción de las Autodefensas Unidas del Casanare, que habría llegado a disputarle territorios al frente 42 de las Farc, que ha hecho presencia en esta región en la última década.

Igualmente, estarían adelantando una avanzada que incluye a los municipios de La Mesa, , Granada, Arbeláez, Girardot, Nilo, Agua de Dios, , Fusagasugá, Silvania y .

Muchos pobladores dicen que el comandante del grupo de autodefensas, que se identifica como "Albeiro", era un antiguo militante del frente 42 de las Farc, que conoce muy bien la zona.

La presencia de las autodefensas en Viotá se evidenció desde el 10 de marzo pasado, cuando desaparecieron los comerciantes José Salamanca Pinzón, José Ananías Mora, Nohelia García y Luis Alejandro Izquierdo.

Posteriormente, lo propio sucedió con los campesinos Hernando Micán y Wilson Duarte, que se dedicaban al comercio y al transporte público, quienes fueron secuestrados, entre el 29 y el 31 de mayo, y posteriormente asesinados.

Esos hechos causaron que el 30 de mayo, 2.800 personas de 15 veredas huyeran de sus viviendas y se refugiaran en el casco urbano de Viotá durante 10 días, en el desplazamiento masivo más grande que se ha registrado en Cundinamarca en toda su historia.

En adelante fueron asesinados Antolín Viracachá, el 11 de marzo, Édgar Rubio, el 14 de marzo, y Arturo Pedreros, el 19 de marzo. Y luego, entre abril y mayo, fueron asesinadas otras cinco personas: Gonzalo Peña, José Gómez, Arnulfo Rivera, José Ospacio Canceslado y el registrador del pueblo Jairo Humberto Ochoa, quien trabajaba en Viotá y vivía en Girardot.

Desaparecen a concejal

En extraños hechos desaparecieron el campesino Israel García, la concejal liberal Miriam Clavijo y su acompañante Ernesto García. Ellos habrían sido retenidos cuando iban a cumplir una cita con el grupo de autodefensas que hace presencia en un sector conocido como "Recovecos", cercano a una carretera variante que enlaza a Viotá con Apulo y donde los retenes de los "paras" son frecuentes.

Durante el mes de junio, el único concejal de la Unión Patriótica dentro de la corporación municipal sufrió un atentado y fueron asesinados José Ruiz León, Carlos Roncancio, María del Pilar Zárate y Arnulfo Álvarez, quien está sindicado de ser ex comandante del frente 22 de las Farc.

Las últimas víctimas fueron el concejal Adelino Sánchez; sus hermanos José Sánchez y Édgar Sánchez, y su suegro, Agustín Vargas, quienes habitaban en la vereda Bellavista. Los cuatro civiles recibieron disparos cuando caminaban hacia el casco urbano.

Autoridades departamentales indicaron que detrás de los crímenes del concejal Sánchez y sus hermanos estarían los guerrilleros del frente 42, quienes los habrían acusado de ser informantes de las autodefensas.

Habitantes de Viotá le dijeron a EL TIEMPO que a pesar de la presencia permanente de la Policía y el Ejército, la presión de los "paras" se acentúa diariamente, especialmente en las carreteras Iguá-Puente de Balas (vía a Mesitas de El Colegio) y en el tramo Viotá-Apulo, sector de Recovecos.

"Los "paramilitares" se pasean por el pueblo en carros suntuosos que no tienen placas. Siempre van armados y vestidos de civil", dijo un habitante que ocultó su identidad. Aparente normalidad

Los hechos parecen no haber cambiado la cotidianidad de Viotá, cuna del Partido Comunista Colombiano hace más de 50 años y refugio en la década de los 60, luego del ataque de Marquetalia, de Pedro Antonio Marín, más conocido como "Manuel Marulanda Vélez" o "Tirofijo".

El comercio se mantiene activo, los niños corretean por sus calles después de terminar la jornada escolar y los campesinos se notan concentrados en la cosecha de café, la cual ubica a esta población como una de las mayores productoras del grano en el país.

Incluso, el Concejo Municipal no ha cerrado sus puertas y sesiona con frecuencia a pesar de que dos de sus miembros están entre las víctimas, la liberal Miriam Clavijo, desaparecida desde los primeros días de mayo, y Édgar Sánchez, asesinado el pasado viernes 13 de junio.

Sin embargo, basta hablar con cualquier labriego o, incluso, con los pocos funcionarios de la Alcaldía que no han optado por el exilio en Bogotá, para comprobar que esas muertes frecuentes están haciendo mella en el ánimo de todos.

"Son hechos aislados"

El general Reynaldo Castellanos, comandante de la V División, dijo que para el Ejército asentado en Viotá es muy difícil controlar estos hechos aislados que son ejecutados por terroristas.

El oficial agregó que la seguridad del lugar fue reforzada por soldados del Batallón , que tienen el control de la zona rural, especialmente de 15 veredas.

El gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz, explicó que no desconoce la serie de asesinatos cometidos en Viotá, pero aclaró que su administración aún no tiene certeza sobre los culpables. Por eso explicó que prefiere esperar los resultados que arrojen las investigaciones de la Fiscalía.

Agregó que, sin embargo, su administración ha apoyado al municipio con la compra del comando de la Policía y con el acuerdo establecido con el Ejército para reforzar la seguridad de la zona rural, la cual aumentará con los patrullajes de los soldados campesinos que ya comenzaron a operar.