LOS DERECHOS HUMANOS EN EL DEPARTAMENTO DE VAUPÉSVAUPÉS

VICEPRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA PROGRAMA PRESIDENCIAL DE DERECHOS HUMANOS Y DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO VICEPRESIDENCIA DE LA REPUBLICA

Director: Carlos Franco E. Coordinador Área de Políticas y Coordinación Interinstitucional: Tomas Concha Coordinadora Observatorio de Derechos Humanos: Ana Silvia Linder Diseño carátula: Patricia Lora Diagramación: Patricia Lora VAUPÉSVAUPÉS

El departamento de Vaupés tiene características geográficas, demográficas y económicas que, en el actual conflicto armado en , constituyen factores de riesgo para la seguridad de la población y el territorio.

Geográficamente, el hecho de ser una zona fronteriza, selvática y de difícil acceso, ha facilitado el asentamiento de grupos armados irregulares, en este caso de las FARC, y el establecimiento de corredores móviles para el tráfico de armas, municiones, personas y drogas, ya sea por vía terrestre, fluvial o aérea.

Demográficamente, el departamento de composición mayoritariamente indígena, facilita la tarea de intimidación, obtención de apoyo y reclutamiento forzado por parte de la guerrilla, ya que la población indígena, desagregada en grupos y con la mayoría de sus necesidades básicas insatisfechas, es altamente vulnerable a la imposición de actividades a través de la violencia ejercida por cualquier grupo armado.

Económicamente, el enclave de coca en el que se ha convertido el occidente del Vaupés, además de propiciar la colonización y con ella la destrucción de fauna y flora, plantea una amenaza para las culturas indígenas y le da sustento a la guerra financiada con los recursos provenientes de esta actividad ilegal. A este escenario de amenazas se agregan los cambios producidos por la zona de distensión y la ofensiva de la guerrilla contra la Fuerza Pública. Por un lado, la guerrilla y las Fuerza Pública han avanzado en posiciones y estrategias militares en el Vaupés, bien sea mediante el crecimiento del número de efectivos desplegados, una mayor presencia en la región o la implementación de normas y controles que configuran un escenario de agudización del conflicto en el Vaupés y, por ende, de mayores impactos sobre la población civil. Por otro lado, su capital Mitú es una zona de alta vulnerabilidad no sólo porque a finales de la década del noventa fue objeto de una toma guerrillera, sino porque con la actual presencia de la Fuerza Pública se ha convertido en zona de constantes enfrentamientos y hostigamientos.

El presente informe analiza la situación de derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario en el departamento de Vaupés con base en la información de bases de datos de distintos organismos estatales y no estatales. Estos fenómenos de violencia que afectan a la población civil se representan a través de mapas, cuadros y gráficas que dan cuenta de las regiones más afectadas por el accionar armado de los grupos armados irregulares, en este caso, específicamente de la guerrilla de las FARC. Es necesario aclarar que el análisis está sujeto a las fallas debido al subregistro de los eventos violentos en la región. Características del departamento de Vaupés

Vaupés está localizado en el sur oriente del país. Limita al norte con los departamentos de Guaviare y Guainía, al occidente con Brasil, al sur con Amazonas y al oeste con Amazonas, Caquetá y Guaviare. Se encuentra atravesado por dos importantes ríos: Vaupés que recorre todo el departamento de este a oeste y lo comunica con Miraflores en Guaviare y Taraqua en Brasil, y el Apaporis que le sirve de frontera natural con el departamento de Amazonas y se extiende hasta el Caquetá y Guaviare.

A su vez, estas condiciones geográficas le dan al departamento una importancia estratégica como vía de comunicación entre la frontera con Brasil y Guaviare.

Vaupés tiene una extensión de 65.268 km², que representa el 5,7% del territorio nacional. El terreno es plano y solo se destacan las mesas de Cubiyú y Carurú y los cerros de Camarao, Japin, Omudo y Tipiaca. El clima es cálido, las temperaturas anuales oscilan entre los 28°C y los 30°C en promedio.

La población del departamento es de 31.875 habitantes; es decir, un 0,1% del total nacional. La capital es la ciudad de Mitú y cuenta además con los municipios de Carurú, Villa Fátima, Taraira y . El territorio también está conformado por 3 corregimientos (Yavaraté, y ) y 5 grandes resguardos que albergan a 21.504 indígenas pertenecientes a 19 etnias. Entre éstas los Tucanos, Cubeos, Desanos y Guananos son las de mayor población asentada en la región.

Pue blos Pue blos

Barasana Piratapuyo Bara-Wa imasa Pisamira Cabiyar i Siriano Caravana Ta iwa no Cubeo Tar iano Curr ipac o Tatuyo Desano Tukano Gua na no Tuyuca Macuna Yuruti Ma ku Piratapuyo

Fuente: Ministerio de Gobierno. Dirección General de Asuntos Indígenas (1995) La ocupación del territorio está ligada a las bonanzas de caucho, de oro en la Serranía de Taraira y de coca en la jurisdicción del corregimiento de Carurú y Papanahua. Este ciclo de bonanzas hace que en el departamento exista una población flotante de cerca de 3.000 personas y se genere una economía de enclave con excepcionales condiciones de rentabilidad pero sin desarrollo al interior del territorio explotado, ni mejoría en los condiciones de vida de sus habitantes.

Además, dado que uno de los enclaves económicos del Vaupés corresponde al narcotráfico, se crean normas de justicia privada para garantizar la eficacia del negocio, que redundan en muertes a posibles informantes, personas que no cumplen con los pactos, que roban o engañan. A su vez, la economía de la coca es aprovechada por los grupos armados irregulares para fortalecerse financiera y militarmente, propiciando así su crecimiento acelerado y su expansión geográfica. EvoluciónEvolución deldel conflictoconflicto armadoarmado

Como resultado de las condiciones geográficas, de la economía de enclave y de la debilidad estatal en esta región, el Vaupés fue una zona importante en el asentamiento de la guerrilla de las FARC durante los cambios producidos a partir de su séptima conferencia celebrada en la década de los ochenta. Las incursiones de la guerrilla en el departamento empezaron en el año de 1982 por guerrilleros procedentes del Caquetá, quienes a lo largo del río Vaupés fueron creando su primera zona de operaciones y consolidando su presencia en las regiones de Calamar, Barranquillita, Miraflores en Guaviare y Carurú en Vaupés.

En el período de 1982 a 1986 la relación de la guerrilla de las FARC con la población se limitaba al trabajo político y a la cooperación en las actividades cotidianas de la región sin llegar a solicitar o imponer alguna retribución. A partir de 1986 las FARC empiezan a atacar militarmente a las poblaciones, eliminando a las personas no deseadas por ellos, mediante asesinatos selectivos, secuestros, desapariciones forzadas y hostigamientos. De hecho, en este año se dio el primer hostigamiento al Comando de Policía en Mitú.

Entre los años 1989 y 1992 se vivió un período de relativa calma, hasta que en 1993 comienza el problema del desplazamiento como consecuencia del accionar de la insurgencia. Ésta empieza a imponer sus normas sobre la población, a intervenir en la vida política local, a reclutar civiles y a cobrar impuesto al cultivo y venta de coca. Para 1997, la guerrilla de las FARC logra consolidar su dominio sobre la economía de los cultivos ilícitos y adelanta proyectos viales que permitan la comunicación desde San José del Guaviare hasta Brasil pasando por Miraflores y Mitú.

En noviembre de 1998 en medio de un contexto de inestabilidad política del Gobierno de Colombia, se produce la toma de Mitú por parte de la guerrilla. En este momento el Gobierno pasaba por una etapa de debilidad y deslegitimación que desestabilizó las instituciones estatales[1]. Esta situación fue aprovechada por los grupos armados irregulares quienes, a través de múltiples acciones armadas en todo el país, agudizaron el conflicto armado.

[1] La crisis política institucional estuvo relacionada con la descertificación de Estados Unidos a Colombia, y los presuntos vínculos de dineros del narcotráfico en la campaña presidencial de Ernesto Samper.

Terminada la zona de despeje y con el posterior fortalecimiento de la lucha contra la guerrilla y el narcotráfico en el actual gobierno, se redefinió la presencia de la guerrilla de las FARC no sólo en el Vaupés sino en toda la Amazonía. El resultado ha sido la creación de centros de entrenamiento y operaciones en el Alto Vaupés, reclutamiento forzado y voluntario, construcción y ampliación de carreteras, expansión a zonas indígenas que habían estado fuera del conflicto y restricción a la movilidad de la población civil.

Por otro lado, después de la toma de 1998 en Mitú, la Fuerza Pública ha incrementado su presencia en la zona fortaleciendo las bases militares y aumentando su pie de fuerza. Esta mayor presencia conduce a la implementación de mecanismos de control sobre la población civil, tales como la carnetización, el registro del ingreso de todas las personas que circulan en las cercanías del casco urbano de Mitú y la inspección de víveres y combustibles que circulan por el puerto. A su vez, se presentan frecuentes combates entre la Fuerza Pública y la insurgencia.

En el departamento de Vaupés predomina la presencia de la guerrilla de las FARC con el frente 1 “Armando Ríos“, perteneciente al bloque Oriental. Está ubicado principalmente en el occidente del departamento en la jurisdicción del municipio de Carurú, pero también se tienen registros de su presencia en inmediaciones de Mitú y Taraira.

Un factor fundamental en la consolidación de toda la organización de las FARC y de su impacto en el espacio local y nacional ha sido la obtención de recursos, ya no como en el pasado mediante asaltos bancarios, apoyos voluntarios de campesinos y vacunas o robos a ganaderos o campesinos ricos, sino a través de la extorsión, el secuestro y el narcotráfico. Así, tanto el tráfico de drogas como las bonanzas extraordinarias en zonas de frontera han contribuido a la intensificación y propagación del conflicto armado interno, ya que le dio y está dando sustento económico a los actores armados ilegales[1].

[1] MONTENEGRO, Armando; POSADA, Carlos y PIRAQUIVE, Miguel. Violencia Criminalidad y Justicia: otra mirada desde la economía. En: Coyuntura Económica. Vol. XXX No. 2 (Junio) Fedesarrollo. 2000. pp. 85-132 Por tal razón, el departamento del Vaupés resulta una zona de interés para la guerrilla dado que allí ha encontrado condiciones que favorecen el establecimiento de cultivos y laboratorios de coca, ante la precariedad estatal en la región; la influencia de redes de narcotráfico en las fronteras que aseguran la comercialización de las drogas ilícitas y las posibilidades que ofrece el territorio para el tráfico de insumos necesarios para el procesamiento de la coca.

Cultivos ilícitos en el departamento

Al censo de cultivos ilícitos de coca de diciembre de 2002 se detectaron en Vaupés cerca de 1.293 lotes cultivados que abarcan un área de 1.485 hectáreas. Los cultivos se encuentran ubicados principalmente en Carurú y Mitú y en menor proporción en las regiones de Papunahua, Pacoa y Yavarate.

En los últimos cinco años ha venido en aumento el número de cultivos ilícitos a pesar de que en 1998 en el municipio de Carurú se asperjaron cerca de 348 hectáreas de cultivos de coca. Dada la alta proporción de los cultivos con respecto a otros departamentos, es necesario considerar el grave impacto ambiental, social y de orden público que causa en la región.

CULTIVOS ILICITOS DE COCA DICIEMBRE DE 2002

1600 1400 1200 1000 800 600 400 200 0 Cantidad de lotes Area en hectáreas

CULTIVOS ILICITOS DE COCA DICIEMBRE DE 2002

1200

1000

800

600 Cantidad de Lotes Area en hectáreas 400

200

0 Caruru Mitú Pacoa Papunahua Yavarate En particular, hay que tener en cuenta que algunos cultivos de coca se ubican en el área de influencia de los territorios indígenas e incluso en su interior, afectando principalmente el territorio de los pueblos Cubeo, Desano y Siriano.

No obstante tanto los grupos indígenas como los no indígenas que quedan en medio de los cultivos ilícitos se exponen al aumento de los índices de violencia y a la contaminación ambiental. El primer riesgo se da como consecuencia de la presencia de grupos armados y el segundo, por el alto grado de contaminación que genera el procesamiento de la hoja de coca, situación que a futuro tendrá impactos sobre el ecosistema de la Amazonía. AccionesAcciones armadasarmadas

Acciones de los grupos armados irregulares

Desde 1998 a octubre de 2003 se han presentado 16 acciones armadas de la guerrilla de las FARC. El año de mayor intensidad de estas acciones de la insurgencia fue el 2000, con 8 acciones registradas. Posterior a este período no se han detectado nuevas acciones de iniciativa por parte de este grupo armado.

En noviembre de 1998 se produjo una toma de la capital del departamento por parte de las FARC y un año después se dio un nuevo intento. Este panorama del año 1998 en el Vaupés respondía a un cambio de táctica en la acción armada de las FARC, en la que intentaron pasar de una fase de la guerra insurgente de movimientos a otra de posiciones.

Fuente: Boletín diario del DAS. Procesado: Observatorio Programa Presidencial de DDHH y DIH Vicepresidencia de la República Los golpes de la guerrilla tienen un efecto devastador en la región, a tal punto que una sola acción puede llegar a producir graves violaciones de derechos humanos como el secuestro de 68 personas o el asesinato de 30, ocurridos en el año de la toma a Mitú. Los mayores riesgos para población civil en estas tomas guerrilleras se dan por el uso de armas no convencionales como cilindros de gas, el uso de bienes de la población civil no combatiente para protegerse de la Fuerza Pública, el secuestro y asesinato indiscriminado cometido por la guerrilla.

Por otro lado, la continua presencia de la insurgencia genera presiones sobre la población, ya que limitan su movilidad y la realización de las actividades cotidianas de los civiles, bien sea por la amenaza de enfrentamiento u hostigamiento, por las medidas de control de los grupos armados o el riesgo generado por la instalación de minas antipersonales.

Se observa que las regiones más vulnerables del departamento son Mitú y Carurú, la primera porque es la capital y centro administrativo, político y militar del departamento y la segunda, porque es una región de amplias zonas de cultivo de coca y se encuentra habitualmente ocupado por la guerrilla de las FARC.

Presencia de la Fuerza Pública

Actualmente en Vaupés hace presencia el Ejército Nacional con el Batallón de Comandos en Mitú y el Batallón Fuerzas Especiales Rurales No. 4. Los efectivos de Policía Nacional son los mismos del departamento de Guaviare por contar a Vaupés como distrito del Departamento de Policía Guaviare. Cabe mencionar la creación de la Brigada 26 de Selva ubicado en La Pedrera, Amazonas, en los límites con el Vaupés.

En la frontera, Brasil cuenta con diez bases militares que están a lo largo de los 1.644 kilómetros que van de La Piedra del Cocuy a Leticia. El Comando Militar Amazónico, con centro en Manaos, tiene cuatro brigadas de infantería de selva, un grupo de ingenieros, un comando naval y dos aéreos, además de la Policía Federal.

La colaboración en materia de seguridad entre Brasil y Colombia es estrecha. De hecho, los Ministros de Defensa de ambos países suscribieron un convenio de cooperación entre fuerzas armadas, que comprende investigación, entrenamiento y apoyo logístico, informaciones operacionales así como intercambio de información e inteligencia militar.

Si bien existen municipios como Carurú y Taraira que nunca han tenido policía, con la actual política de Seguridad Democrática se espera una pronta instalación de puestos de Policía en regiones que no cuentan con este servicio.

Desde el aumento de la Fuerza Pública en Mitú en 1998, los contactos armados empezaron a predominar en el escenario del conflicto armado, produciéndose 14 entre 1998 y 2003. Los años 2000 y 2002 fueron los de mayor intensidad con 4 contactos cada año y a octubre de 2003 ya se habían presentado 3 contactos. En estos dos últimos años, mientras aumentan los contactos armados no se registran hostigamientos.

En síntesis, se puede decir que en el departamento se presentaron 30 acciones armadas. De 1998 hasta el 2000 predominaron los ataques de la guerrilla de las FARC, pero en adelante han sido predominantes las acciones de la Fuerza Pública contra la insurgencia. Este panorama responde al intento de la guerrilla de pasar a una segunda fase de la guerra, en la que dejan de golpear a poblaciones y a la Fuerza Pública para después huir a una en la que buscan dominar territorios; no obstante, a partir del 2000 el Estado reaccionó e hizo devolver a la guerrilla a una táctica de movimientos, en la que golpean y huyen.

Fuente: Boletín Diario DAS. Procesado: Observatorio Programa Presidencial de DDHH y DIH Vicepresidencia de la República ViolacionesViolaciones aa loslos DDHHDDHH ee infraccionesinfracciones alal DIHDIH

Homicidios

El comportamiento del homicidio en Vaupés no es estable, ni presenta una tendencia clara. Se observan unas tasas de homicidio iguales a la nacional para los períodos de 1990 a 1995 y de 1996 a 1998. Sin embargo, para el período de 1999 a 2003, la tasa de homicidios resulta significativamente inferior a la nacional como resultado de la ausencia de homicidios en los años 1999 y 2000 y a los pocos casos presentados en los años siguientes. Por otro lado, grupos vulnerables se han visto afectados por el conflicto armado teniendo como resultado un maestro y un sindicalista asesinados por el grupo de las FARC.

De nuevo es necesario destacar que en el departamento el año de 1998 es un año crítico en lo referente al conflicto armado, dado que es a partir de este momento en el que se desatan ataques y contraataques entre la Fuerza Pública, concentrada en Mitú, y la insurgencia ubicada en zonas rurales del departamento.

De otra parte, se debe tener en cuenta que a pesar de que se presentan casos de homicidios contra población indígena, no se cuenta con las denuncias apropiadas dado que existe subregistro de las cifras relativas a violaciones de derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario.

Fuente: Policía Nacional Procesado: Observatorio Programa Presidencial de DDHH y DIH Vicepresidencia de la República

Fuente: Boletín Diario DAS. y Policía Nacional

En el comparativo de las acciones armadas y los homicidios en el departamento de Vaupés no se encuentran coincidencias entre estas dos variables en los años de 1998 a 2000., aunque se observa una correlación en los años 2001, 2002 y 2003 que tiene una tendencia estable por debajo de las condiciones nacionales del conflicto armado. Así, mientras las acciones armadas fueron en promedio 5, los homicidios no pasaron de 4 a excepción de 1998 en el que se presentó un pico con 30 homicidios. Esta tendencia evidencia que las acciones armadas contra la vida llevadas a cabo en la región no están directamente dirigidas contra la población civil.

Toma de rehenes: secuestros

El departamento del Vaupés no presenta casos de secuestros masivos en forma continua y en comparación con el resto del país el porcentaje es reducido. No obstante, situaciones excepcionales como la toma de Mitú en 1998 provocaron el secuestro de 68 personas de las cuales aún no se tiene información. Desde 1999 hasta el 2002 no se presentó ningún caso de secuestro y sólo hasta el 2003 vuelve a presentarse el caso de 2 personas. Fuente: Fondelibertad Procesado: Observatorio Programa Presidencial de DDHH y DIH, Vicepresidencia de la República

Desplazamiento forzado

En el departamento del Vaupés el número de desplazados se incrementa en el año de 2000. Ya en los dos años anteriores se había presentado el desplazamiento de cerca de cien personas, pero para el 2000 el número asciende a 249. Este fenómeno coincide con el incremento de los contactos armados y los hostigamientos.

Fuente: Red de Solidaridad Social (Registro Único) Procesado: Observatorio Programa Presidencial de DDHH y DIH Vicepresidencia de la República El desplazamiento se produce principalmente desde el municipio de Mitú, aunque a partir del 2002 también se viene presentando este fenómeno en los municipios de Caruru, Pacoa y Taraira. La mayoría de la población no se desplaza dentro del departamento sino que lo hace hacia los departamentos vecinos o hacia la frontera con Brasil, ya que por lo general, tienen vínculos familiares o étnicos con los habitantes de esas regiones. Tan sólo 18 personas de las 541 que se encuentran en situación de desplazamiento en el territorio, durante el período de 1998 a 2003 han migrado al interior del departamento.

El patrón de desplazamiento en el Vaupés es básicamente individual y familiar. Se da como resultado de los hostigamientos de la guerrilla, el temor por los combates entre las FARC y Ejército y como una manifestación de resistencia civil y rechazo a las prácticas de reclutamiento e intimidación de parte de la insurgencia.

Minas Antipersonal

El desarrollo de la guerra en el Vaupés no ha estado exento de la tendencia nacional creciente al uso de minas antipersonal. En el departamento se han presentado 7 accidentes y 9 incidentes para un total de 16 eventos por minas antipersonal y municiones abandonadas sin explotar. Fueron detectados 7 campos minados, se presentaron 4 desminados militares y la incautación de 5 minas.

En el período de 1990 a noviembre de 2003 se tiene registro de 10 víctimas de minas antipersonal, encontrando 3 civiles y 3 militares heridos y la muerte de 3 civiles y 1 militar. Entre los civiles afectados se encuentran una niña, una mujer y tres hombres.

El incremento de los eventos por minas antipersonales se viene presentando con una tendencia ascendente: en 1999 un evento, en el 2000 también, pero para el año 2002 8 y en el 2003 6.

Fuentes: Observatorio de Minas Antipersonal del Programa Presidencial. Basado en información de Gobernaciones, Alcaldías, Personería, Defensor ConclusionesConclusiones

En conclusión, la violencia producida en el departamento de Vaupés responde al entorno de una zona de refugio de la guerrilla en donde predomina el cultivo, procesamiento y comercialización de drogas ilícitas; sin embargo, las condiciones del conflicto muestran un cambio como consecuencia de la acción de la Fuerza Pública que empieza a confrontar a los actores insurgentes presentes en el territorio.

Entre las principales amenazas a la integridad cultural y física de las poblaciones de Vaupés se encuentran la expansión de los cultivos ilícitos, los crecientes combates que a diario se realizan en las inmediaciones de Mitú y los hostigamientos por parte de la guerrilla. El reclutamiento forzado es otro aspecto importante que ocasiona severos impactos sobre la población civil.

Es así como las violaciones más visibles sobre la población son el hostigamiento y cercamiento militar a las comunidades, los contactos armados en medio de territorios habitados por población civil, la pérdida de autonomía y control social interno, las amenazas por “estar involucrados o ser auxiliares” con uno u otro actor armado, el reclutamiento de jóvenes indígenas, el desplazamiento forzado de población y la siembra de minas antipersonal o abandono de artefactos explosivos en territorios indígenas.

Hasta el momento no se ha reportado presencia de las autodefensas en Vaupés, sin embargo, no se puede dejar de considerar que en el futuro podrían formarse como respuesta a las acciones guerrilleras y con el objeto de cortar los corredores de abastecimiento de las FARC. Por último, es de gran importancia reconocer que las zonas más afectadas, por el conflicto armado en el departamento, son los municipios de Carurú y Mitú. Uno de los graves problemas a los que se enfrenta la acción para afrontar las violaciones de derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario está en la falta de información sobre lo que acontece en la zona con respecto a estas variables; por ello, se recomienda iniciar la recolección y registro sistemático de los eventos relacionados con el conflicto armado, al mismo tiempo que una difusión oportuna de tales eventos entre los organismos estatales nacionales.

Teniendo en cuenta que es una zona de frontera y de población mayoritariamente indígena, se invita a establecer acuerdos con las autoridades vecinas y con las organizaciones indígenas para registrar la información y actuar en forma conjunta, ya sea para formular recomendaciones a las autoridades nacionales en busca de su acción o para adelantar actividades de prevención a violaciones de derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario.