Piedra, coyol, vivos y muertos Tradiciones del día de muertos en el Istmo de Tehuantepec

Durante la festividad del Día de Muertos se rescatan los recuerdos más antiguos. Los que no están de cuerpo presente lo están en pensamiento y espíritu. En las ofrendas se escucha la música y se aprecia la gastronomía dedicadas a recibir a los difuntos en su día.

Aquí te platicamos sobre dos tradiciones muy vivas en esta época del año en el Istmo de Tehuantepec.

Ante la muerte, la tradición queda entre los vivos.

Guendanabani es una canción tradicional del Istmo oaxaqueño. En específico de la región zapoteca del Istmo de Tehuantepec: Juchitán, Ixtepec y Santo Domingo Tehuantepec. Con la canción Guendanabani los familiares y amigos se despiden de sus difuntos, demuestran afecto y enfrentan la muerte como algo inevitable.

Son menos de cuatro minutos que representan no el final, sino el principio: la muerte es sólo el inicio. Y la vida, contrario al oro y los bienes materiales, se queda. Lo bailado nadie te lo quita.

Según la mediateca del Instituto de Antropología, en 1909, el compositor musical istmeño, Daniel C. Pineda, tocó su mandolina e interpretó “La última palabra”, cuya letra expresa el estilo poético de finales del siglo XIX. Luego, el también compositor istmeño, Juan Stubi, escribió la letra en zapoteco de esta tradicional canción.

Durante el Xandú, nombre que deriva de la festividad católica de Todos los Santos, se recibe a los muertos en casa, una ley no escrita que dice que entre los últimos días de octubre y los primeros de noviembre se tiende un camino entre vivos y muertos.

Un camino es la música, sin olvidar el humo de copal, las veladoras, los retratos, las flores y las frutas, los novenarios o el . En el Istmo de Tehuantepec los altares son una obra de arte, una imagen

creativa y protectora que dan continuidad a la vida social y a la cultura de la región.

¡Porque ante la muerte la tradición queda entre los vivos!

Se juntó piedra con coyol

Otro camino es la gastronomía. En el Día de Muertos se aprovecha para cocinar platillos típicos y tener qué ofrecer a los difuntos en su visita. Se prepara desde lo más elaborado como o , hasta lo más sencillo como agua y sal, pero también se convidan dulces, cigarros, café, cerveza, chocolate.

En esta ocasión hablaremos de una bebida típica mexicana elaborada con una fruta común de la región del istmo veracruzano: el de coyol.

En general, el atole se elabora de diversas maneras y por eso recibe una gran variedad de nombres alrededor del país. Existe el atole de amaranto, el atole blanco, atole de o de capulín, por mencionar algunos.

Los coyoles representan un símbolo ancestral, están ligados al sonido de la serpiente de cascabel por lo que denotan la presencia de la naturaleza en rituales como danzas y limpias espirituales. No es de extrañar que en la parte sur de Veracruz los coyoles ocupen un espacio en la ofrenda para la festividad de los muertos.

El atole de coyol es conocido como atole de coco en otras partes de la República Mexicana. De hecho, el coyol da la impresión de ser un coco en miniatura. Según la receta de Gregoria López, del municipio de Hueyapan de Ocampo, el atole de coyol se prepara con coyol, masa de maíz, azúcar o piloncillo, leche y agua.

Para extraer la almendra, o nuez del coyol, es necesario partirla con algo duro. La mayoría de las veces se utiliza una piedra. La frase popular: “se juntó piedra con coyol” hace alusión al carácter de dos o más personas

que chocan por muy tercas o por muy valientes. Antes de doblarse el coyol, dicen, se hace pedazos la piedra.

Tanto la música como la gastronomía llevan un sello distintivo de cada región. En este caso llevan un sello relacionado a la muerte. La cultura popular alrededor del Día de Muertos, en el Istmo de Tehuantepec, es muestra de la diversidad de sabores y sonidos, de dichos y refranes, de olores y colores para recibir de la mejor manera a nuestros seres queridos del más allá.

Palabras clave:

Zapoteco Bii yooxho, viento viejo del norte, acompaña a los muertos en su visita a los vivos. Biguié, ofrenda de flores y frutas para los muertos Guie’ bigaraagu’, flor de coyol Náhuatl Coyolli, cascabel Atolli, bebida hecha a base de maíz

Fuentes:

Mediateca, INAH https://mediateca.inah.gob.mx/islandora_74/islandora/object/musica%3A200

Recetario Regional de la Secretaría de Educación del Estado de Veracruz “Comiendo a lo Veracruz Sano” https://www.sev.gob.mx/educacion-basica/esvisa/wp- content/uploads/sites/11/2018/09/Nutrir-v4.pdf

Revista Arqueología Mexicana https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/palma-de-coyol-real-y-camote

Vocabulario zapoteco del Istmo, quinta edición, compilado por Velma Pickett y colaboradores. Instituto Lingüístico de Verano, A.C., México, D.F., 2013.

Diccionario del náhuatl en el español de México, Montemayor Carlos (coordinador), UNAM, México, 2017.