El Proletariado Agrícola Andaluz Como Clase Social (1913-1920) Por Ramón Rodrípez
El proletariado agrícola andaluz como clase social (1913-1920) por Ramón Rodrípez En la Depresión del Guadalquivir (en las campiñas de Córdoba, Sevilla y Jerez), donde es muy intensa la concentración humana de las masas campesinas (que residen, sobre todo, en grandes pueblos dispersos y se desplazan a los cortijos y cortijadas, haciendas y caseríos aislados), durante el primer cuarto del siglo xx las distintas capas de trabajadores del campo, en torno al bracero asalariado, adquirieron una notable madurez como clase social. Madurez de clase que se entiende por la función práctica en el conjunto de la estructura social, al dotarse de una estructura organizativa propia, con capacidad de movilización y de eficacia reivindicativa, esto es, por constituirse en una fuerza social importante. Además de gozar de una autonomía ideológica y moral, extrañada de la clase dirigente, enfrentada a ella, y que perseguía, al menos subjetivamente, unos fines de transformación global. El criterio decisivo para cifrar esta madurez como clase social es la cons- titución de sindicatos agrícolas propios y sociedades obreras de implantación hegemónica en los momentos críticos de conflictividad social (desde y durante el año 1918) que, junto a los centros obreros y casas del pueblo que le vincu- laban al resto de la comunidad y, en especial, a las demás capas de trabajadores no agrícolas, hacían posible la aparición de auténticos sujetos de la acción colec- tiva, pese a la reticencia y la oposición patronal a su reconocimiento, y preci- samente gracias a ellas. Tales instrumentos -expresión de los propios intereses y de la culturii propia (que, por primera vez, se expresa de forma organizada y autoconsciente)- rompen el silencio de la marginación secular y cohesionan una acción común de clase, pese a la heterogeneidad de las capas que la integran.
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