La problemática del tiempo y la identidad en La muerte de Artemio Cruz

María Soledad Fernández Utrera, University of Southern California

La lucha del hombre contra el tiempo es una hombre se le ofrece, al menos en cierta constante en tomo a la que se organiza el medida, la responsabilidad de ser dueño de pensamiento filosófico y religioso de todas su destino y de la historia. En este aspecto, las épocas. Y es, así mismo, una obsesión en La muerte de Artemio Cruz se aparta del cualquiera de las expresiones del arte. La pensamiento de Nietzsche que, al aceptar la totalidad de la obra de Carlos Fuentes, al idea del eterno retorno hunde necesaria­ amparo del pensamiento de Friedrich mente toda posibilidad de novedad. Nietzsche —al menos en parte—, es un Ahora bien, si en este punto Carlos Fuentes ejemplo sobresaliente de la preocupación se aleja del filósofo alemán, no lo hace en lo del artista por la problemática de la referente a la teoría sobre la problemática de permanencia y del tiempo, y así lo hallamos la identidad del hombre (conectada en La expresado en obras como La región más muerte de Artemio Cruz, al tema del tiempo). transparente, Cambio de piel, Terra Nostra o La Vida y muerte de Artemio Cruz se tejen a la muerte de Artemio Cruz. En todas , al sobra del ideal del “superhombre.” La pre­ tiempo cronológico, irreversible, se opone sencia de este concepto se hace evidente si la presencia alternativa de un tiempo mítico se esclarece el entramado de significados o circular: el tiempo del eterno retomo, que simbólicos y funciones que configuran el se propone anular la fugacidad y caducidad personaje de Artemio Cruz. Su figura se de la existencia. En obras como Terra Nostra proyecta hacia una dimensión más profunda la tensión entre estas dos categorías y abstracta que la de ser el hombre mexicano, temporales se resuelve en favor de la miembro de una nueva clase burguesa reaparición de esquemas míticos que perfilan enriquecida a partir de la Revolución. el futuro y aseguran la continuidad de una Artemio es “el hombre,” el ser humano, y historia que ya no es irreversible (Williams). no sólo una individualidad psicológica y En La muerte de Artemio Cruz, sin embargo, espiritual, representante de una clase social el entre tiempo circular y tiempo específica, en un tiempo y un espacio cronológico se problematiza, y, en casi todo concretos. Artemio Cruz, como el hombre el relato, una bruma de ambigüedades de Nietzsche, es un continuo hacerse, un ser envuelve en dudas irresolubles tanto a en transformación. Su vida se define como Artemio como al lector. Finalmente la novela voluntad de poder, en el sentido de voluntad se decanta hacia un tono aparentemente de afirmación y realización de sí mismo, de fatalista al esbozar la imagen de un universo expansión. El móvil que genera la dinámica y hombre perecederos, insertos en el devenir de cada uno de sus actos es el de imponerse de una historia irreversible. Pero, tal a los otros, de sobrevivir — leitmotiv pesimismo sólo lo es en parte; el tiempo recurrente, obsesivo, en La muerte de Artemio lineal, al que se doblegan los seres y el Cruz: universo entero, abre, en contrapartida, la posibilidad de evasión del ciclo cósmico, del Tu sobrevivirás.... eterno retorno en el que los acontecimientos tú sabrás, discernirás, enjui­ se suceden inmodificables e idénticos. Al ciarás, calcularás, imaginarás, pre­

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vendrás, acabarás por pensar lo sentido debe interpretarse la obsesión que no tendrá otra realidad que la simbólica de Artemio por rechazar el olor creada por tu cerebro, apren-derás del incienso, representativo de la doctrina y a dominar tu violencia para domi­ cosmovisiónjudeo-cristiana, que le condena nar la de tus enemigos: aprenderás no sólo a la muerte en vida —a un a frotar dos maderos hasta incen­ sentimiento de culpabilidad ineludible— diarlos porque nece-sitarás arrojar sino también a la pérdida de esperanza de la una tea a la entrada de tu cueva y eternidad. Porque la renovación que predica espantar a las bestias ... y tendrás el cristianismo no es para toda la colectividad; que... dominar mil pueblos, rom­ es regeneración sólo para unos cuantos, los per mil átomos para volver a arro­ escogidos, los que no traicionaron la fe, jar tu tea encendida a la entrada de como Artemio, en cada uno de aquellos la cueva.... momentos de elección en los que optó por descenderás con tus diez mil ponerse del lado de la vida. millones de células cerebrales ... a Ahora bien, ante el temor de la nada, en explorar, satisfacer tu curiosidad, un desesperado intento de salvación, de proponerte fines, realizarlos con acceso a lo eterno, Artemio se debate en la el menor esfuerzo, evitar las necesidad del perdón y en la añoranza de dificultades, preveer, aprender, ol- Dios. Sin embargo, Artemio ha perdido la fe vidar, recordar, unir ideas, porque ha afirmado la vida terrena, y la reconocer formas, sumar grados posibilidad de trascendencia dentro de los al margen dejado libre por la parámetros de la doctrina cristiana se hace necesidad, restar tu voluntad a las así imposible. Catalina — figura elaborada atracciones y rechazos del medio sobre una compleja pluralidad de funciones físico.... simbólicas como casi la totalidad de las eligirás, para sobrevivir protagonistas femeninas de Fuentes (Saldivar eligirás.... (206-09) 97-145)— es la voz acusadora, la mate­ rialización de la conciencia culpable a la que Artemio, como el ideal de Nietzsche, “no es Artemio aún sigue sujeto, y en la que busca más que el hombre que tiene el ‘sentido de el perdón que le abriría las puertas de la la tierra’, que es libre para la tierra” (Hidalgo eternidad. Pero Artemio es incapaz de hacerse 448). Ejerce su voluntad de poder, de ser perdonar porque afirma la vida terrena, capaz de crear nuevos ideales, de sobrevivir porque no puede someterse a un acto último apoyándose en su entendimiento, en su ta­ de perdón y arrepentirse simbólicamente de lento para valorar y elegir libremente su su pecado comunicándoselo a la mujer, destino, avanzando adelante e imponiéndose. Catalina (114-15). Fiel al riesgo que supone sobrevivir, niega En el rechazo de Artemio del cristianismo toda utopía espiritual, todo lo sobrehumano. se suma la conciencia intuitiva de que, aún Dios no es sino una ilusión del hombre. a pesar de la promesa de eternidad, en la Dios está muerto porque está olvidado (Hi­ concepciónjudeo-cristiana del tiempo lineal dalgo 448-49). Artemio Cruz niega a Dios, está implícita la idea de muerte. Como ha rechazando a sus representantes —el cura estudiado Mircea Eliade en Mito y realidad, Páez y el confesor que le asiste en su agonía— la doctrinajudeo-cristiana sobre el cosmos y , rehusando lo que para él, para su mundo el hombre se sustenta en el mito del Fin del voluntarioso, significan: la muerte. Los niega Mundo, que sostiene que el Universo está porque necesita afirmar su vida. En este sometido a un proceso continuo de degra-

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Presente de la inmortalidad. El recuerdo su destino, porque eligió mal. Cada opción evita la acción del fluir temporal, el proceso asumida es un “pecado” y, al mismo tiempo, de degradación (91-98). el sentimiento de culpa del cual sólo puede Artemio Cruz, al borde de la muerte, redimirse con la anamnesis en el momento recuerda episodios decisivos en su pasado, final de la muerte. Porque la memoria le momentos de su vida en los que debió abre las puertas del conocimiento. Artemio elegir, fraguar su destino en cada una de las recuerda y sabe — quiere pensar— que no elecciones. El orden narrativo en que se hubo opciones, que su elección de una ofrecen los hechos al lector no responden a moral egoísta estuvo determinada, que no una linealidad cronológica, sino temática, fue libre para escoger, que la única posibilidad pero el estar encabezados por una fecha era seguir el hilo de la vida, sobrevivir: permite recomponer la trayectoria vital de Artemio Cruz desde su nacimiento: infancia pensarás que no se puede y adolescencia en la hacienda de los escoger, que no se debe escoger, Mencheca, al lado de Lunero (esclavo de los que aquel día no escogiste: dejaste caciques y hermano de Isabel, madre de hacer, no fuiste responsable, no Artemio); la muerte del tío, y el asesinato creaste ninguna de las dos morales involuntario de don Pedrito a manos de que aquel día te solicitaron: no Artemio constituyen el segundo nacimiento pudiste ser responsable de las op­ del muchacho, su ceremonial de iniciación ciones que tú no creaste... porque en el que pierde la inocencia, y comienza a el mundo sólo te ofrecerá sus vivir; el consejo de su maestro que introduce tablas establecidas, sus códigos en a Artemio en la turbulencia de la Revolución. pugna, que tú no soñarás, que tú Tras la muerte de Regina, su amante, da no pensarás, que tú no vivirás ... comienzo el proceso de degradación, de vivir es traicionar a tu Dios; cada traición a su destino. La felonía se concreta acto de la vida, cada acto que nos en el abandono del soldado herido en el afirma como seres vivos, exige bosque, y en la deslealtad para con el indio que se violen los mandamientos yaqui y Bernal. A partir de ahora, su ascenso de tu Dios... tú rechazarás la culpa; económico y político, apoyado en el poder tú no serás culpable de la moral de la tierra, en la explotación del campesino, que no creaste, que te encontraste se continúa hasta el momento de su muerte. hecha: tú hubieras querido: Pero, elegir este destino, ha significado, en querido contrapartida, la renuncia al amor de querido Catalina, su mujer, de su hija Teresa y de querido ... tú inocente Laura, otra de sus amantes. Traicionó su tú querrás ser inocente, deseo —la libertad y el amor— por tú no escogiste, aquella noche. sobrevivir, doblegándose a los impulsos del (122-25) poder y del miedo. El retomo a los orígenes, además de Si vivir es una cadena de elecciones para remonar al iniciado al Tiempo sagrado del perpetuar la existencia, cada acto de decisión Principio, al Eterno Presente, posibilita, de es traicionar la moral cristiana. La salvación igual modo, comprender el pasado y quemar de Artemio, limpiar su culpa, sólo será los pecados: “la suma de actos colocados posible en el determinismo de una bajo el dominio de la ignorancia” (Eliade concepción mítica. La doctrina católica, su 92). Cada una de las elecciones de Artemio idea de la libre elección del hombre entre el es una infidelidad a lo que debiera haber sido bien y el mal, condena irremisiblemente a

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Artemio. Quiere creer que no fue libre, integran todos los elementos opuestos y pero la voz de la conciencia, de la duda (el diversos, el Principio, lo Eterno. Artemio nivel narrativo del “Tú”) niega tal persigue la conjunción, completar su destino, determinismo. Artemio fue libre para poder con el destino de Lorenzo, su hijo, porque escoger otro destino: no apartar a Catalina la unidad supondría la inmortalidad, la conti­ de su hijo Lorenzo, y no obligar a éste a nuidad en el Otro. Pero la verdadera iden­ completar la vida que él rechazó; no tidad de Universo y del Hombre no es la abandonar al soldado herido en el bosque, integración totalizadora de todas las morir con él, como él, víctima de la identidades, de todas las imágenes reflejadas Revolución; el amor de Laura, la última en los espejos; es la dialéctica irresoluble del oportunidad de salvarse, de escoger la libertad principios contrarios. La verdadera identidad y el amor, y no su imperio económico y es intentar superar la dualidad que se expresa político; mantenerse fiel a los ideales de la en todo lo creado: continuo enfrentamiento Revolución y no abandonar a al yaqui y a y continua salida al encuentro de lo opuesto Bemal a su destino; no visitar a don Gamaliel para asimilarlo. en Puebla; no forzar a Lilia, la joven La doctrina de los principios antitéticos prostituta; pedir perdón a Su esposa Catalina, está presente en numerosas culturas, incluida reconocer su culpa. la azteca. La materia prima del Universo dio Al elegir un destino Artemio asume una lugar a los dos principios opuestos: lo positivo identidad pero descarta, irreversiblemente, y lo negativo; lo masculino y lo femenino; una infinitud de otras posibles identidades: el sol y la tierra; la luz y las sombras. Lo que caracteriza a Artemio es su naturaeza dual: el eligirás, para sobrevivir eligirás, Yo y el Otro en continuo enfrentamiento eligirás entre los espejos infinitos que nunca es unidad sino tensión, búsqueda uno solo, uno solo te reflejará de integración que no termina de realizarse. irrevocablemente, que llenará de Artemio es el Yo que busca y rechaza una sombra negra los demás alternativamente al Otro, que quiere sentirse espejos, los matarás antes de completo con él, y al que traiciona: Artemio ofrecerte, una vez más, esos y Lorenzo, Artemio y el soldado herido en caminos infinitos para la elección. el bosque, su doble, su gemelo de los ojos decidirás, escogerás uno de los negros. Pero, sobre todo, la ambivalencia caminos, sacrificarás los demás: te del ser, la continua dialéctica no resuelta sacrificarás al escoger, dejarás de entre sus opuestos, la unión fugaz, se expresa ser todos los otros, hombres que en la relación de Artemio y la mujer — pudiste haber sido, querrás que Catalina, Regina— : Artemio y la Otra. otros hombres —otro— cumpla Si Artemio es el elemento poistivo, lo por ti la vida que mutilaste al masculino, el sol, la luz, Catalina es el otro elegir: al elegir sí, al elegir no, al eje de la polaridad: lo negativo, lo femenino, permitir que no tu deseo, idéntico la tierra, las sombras. Al igual que Artemio, a tu libertad, te señalará un Catalina es un ser escindido, sometido a la laberinto sino tu interés, tu miedo, tensión de fuerzas antagónicas que no puede tú orgullo. (209) superar, a las que duda sea necesario sobreponerse: el cuerpo y el espíritu. Los La integración de todos los destinos, de dos impulsos, alternativamente, la acercan y todos los hilos de su vida, es la aspiración de separar de Artemio, lo masculino, cuya Artemio: la totalidad, la unidad. Porque el integración la constituiría en un ser completo: Uno es el centro místico, la síntesis donde se “He dividido mi vida en noche y día, como

63 Lucero Vol. 3, Í992 para satisfacer a las dos razones. ¿Por qué no porque se negaron el uno al otro la palabra puedo escoger una sola, Dios mío?” (105). que comunica, que quebranta la soledad: Artemio es para Catalina esa parte masculina palabra ritual que posibilita la conjunción de — el Animus en términos de Jung— que no contrarios. puede integrar, que convierte su existencia La imagen que refleja el mar, el espejo en un proceso doloroso (Saldivar 102-03). que forma el agua inmóvil, delj oven Artemio Catalina, de idéntica forma, es para Artemio y su amante Regina es, sin embargo, la de la el Anima, la parte femenina indispensable totalidad, la unión que ha posibilitado la para su integridad y equilibrio. Las relaciones comunicación y el amor (66). Pero esa ima­ entre Catalina y Artemio no son de gen del espejo es una ilusión, una mentira conjunción sino relaciones de dolo rosa tejida en la imaginación de la mujer para imposición de uno u otro de los polos calmar el dolor del recuerdo de Artemio, de alternativamente: Catalina vence a Artemio su violación, de su pecado. La totalidad, la durante el día, éste a la mujer en la noche. Es integridad, que sería la vuelta al Uno de los la lucha dialéctica irresoluble, que concluye comienzos, a la intemporalidad, es un espe­ en el rechazo de Artemio agónico de la jismo. O es, quizás, un momento, tan fugaz, caricia de la esposa; es la pérdida de la última tan breve como el momento de unión física esperanza de alcanzar la totalidad, la unidad de los amantes en el Centro Sagrado del que asegure la permanencia. De nuevo, el Mundo, simbólicamente, en el sexo espejo —constante simbólica en la obra de femenino: Fuentes (Befumo 177-86)— se constituye en la imagen que expresa esta ambivalencia: cuando Regina se pierde y se deja vencer y contesta ... hasta darse Ella también pensará en su orgullo. cuenta de que todo ha sucedido al Allí nacerá la chispa. Allí la es­ mismo tiempo, sin que uno haya cucharás, en ese espejo común, podido contemplar al otro porque en ese estanque que reflejará los ambos eran la misma cosa y decían rostros de ambos, que los ahogará las mismas palabras: cuando traten de besarse, el uno “—Ahora soy feliz. al otro, en el reflejo líquido de sus “—Ahora soy feliz. (68) rostros: ¿Por qué no miras a un lado?; allí estará Catalina en su La verdadera identidad del individuo es carne; ¿Por qué tratas de besarla us naturaleza ambivalente y dual, el proceso en el frío reflejo del agua? ¿Por de disgregación a que está sometido. La qué no acerca ella su rostro al continua dialéctica de oposición y encuentro tuyo, por qué como tú, lo hunde fugaz de sus polos antitéticos, sin embargo, en las aguas estancadas. (92) posibilita el movimiento, genera vida. Existir implica, inevitablemente, fluir temporal y El espejo refleja una entidad escindida, que muerte. La naturaleza del hombre es la de ser es en sí presagio de la muerte; el espejo es el un ente incompleto, es decir, condenado a medio estancado en que se ahogan simbó­ la caducidad y a la soledad. Un hombre que, licamente Catalina y Artemio condenados como Catalina y Artemio, se obsesiona y perpetuamente a la separación, perpe­ angustia al contemplar su imagen reflejada tuamente separados, incompletos. Catalina en el espejo, la figura envejecida y solitaria y Artemio, solos porque eligieron el silencio, que amenaza y sombrea su existencia (168;

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233). El hombre, como el Universo, está retorno. Pero la fugacidad irreversible de la sometido a un proceso continuo de degra­ existencia se impone a Artemio, al hombre, dación, de escisión, que concluye en la que termina por confesarse, dolorosamente, muerte, el caos, la disgregación absoluta. que “no habrá más tiempo que ése, el Artemio será en su agonía sólo una mueca vivido...” (259). El hombre, como el cosmos fracturada en mil espejos que reflejan su es perecedero; tuvo un principio y tendrá imagen rota (9). Esta mueca deforme, tan un fin único, porque su naturaleza es la grotesca como la muerte, es la imagen que dualidad, la escisión que muestra el espejo el autor mexicano nos ofrece del hombre en en el que se mira para saber quién es. El La muerte de Artemio Cruz. cosmos, como el hombre se reflejan en el Carlos Fuentes sigue así los pasos de otros espejo fracturado que es la novela de Fuentes, escritores preocupados también por la misma que ya no es más ese espejo integrador de la problemática de la identidad. Esta ha sido narrativa decimonónica que, paseado a lo una constante en la literatura mexicana a largo del camino, ofrecía la imagen de un partir de la novela de la Revolución y, como mundo y un hombre completo y totalizador. han analizado, entre otros, Luis Harssjoseph Es imposible retornar al Gran Uno Absoluto, Sommers y Maña Stoopen, es tam-bién una al Tiempo sagrado y eterno de los comienzos. constante en toda la obra de Carlos Fuentes. El cosmos, un día, como las tres dimensiones En los cincuenta, El laberinto de la soledad de de Artemio, “Yo,” “Tú” y “El,” terminará Octavio Paz, es un paso decisivo en la por desaparecer en la Nada: reevaluación de lo que es el ser y la nación mexicana, y su imbricación dentro del Todo existirá, se moverá, se contexto occidental. A partir de los sesenta, separará, en un río de cambio que dice Harss, con la obra de Fuentes comienza en ese instante lo disolverá, a percibirse que la verdadera identidad del enovejecerá y corromperá todo, mexicano se establece desde la base de no ser sin que se levante una voz de sino un contemporáneo de su generación. alarma... empezar a vivir, llenar el Su verdadera identidad está en ser un tiempo, ejecutar los pasos y “hombre” (342-43). A medida que avanza ademanes de un juego macabro la obra de Fuentes, la preocupación por en el que la vida avanzará al mismo analizar la identidad del hombre se va tiempo que la vida muera; de una convirtiendo en foco de atención central, al danza de locura en la que el tiempo tiempo que el problema de la mexicanidad, devorará al tiempo y nadie podrá muy importante aún en La región más detener, vivo, el curso irreversible transparente, pierde relieve. de la desaparición.... El niño, la Sin embargo, en La muerte de Artemio tierra, el universo: en los tres, Cruz, com señala Sommers, el problema algún día no habrá ni luz, ni calor, fundamental es una percepción universalista ni vida.... Habrá sólo la unidad de la identidad del hombre mexicano, un total, olv.idada, sin nombre y sin análisis del “hombre,” de lo que le define hombre que la nombre: fundidos como ser humano. El ser que siente la an­ espacio y tiempo, materia y gustia de la muerte, la nada acechándole al energía.... Y todas las cosas tendrán final del camino, que intenta oponer el msimo nombre.... Ninguno.... resistencia dentro de los parámetros del Pero todavía no.... Todavía nacen tiempo mítico, circular: el tiempo del eterno hombres.... (312-13)

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Saldivar, Samuel G. Evoluáón del personajefemenino Obras citadas en la novela mexicana. Lanham: University Press of America, 1985. Sommers, Joseph. Yañez, Rulfo, Fuentes: La Eliade, Mircea. Mito y realidad. 5* ed. Barcelona: novela mexicana moderna. Trans. Ariel Gryner. Editorial Labor, 1983. Caracas: Monte Avila Editores, 1969. Fuentes, Carlos. La muerte de Artemio Cruz. Stoopen, María. La muerte de Artemio Cruz: México: Fondo de Cultura Económica, una novela de denuncia y traición. México: 1985. Universidad Autónoma de México, 1982. Harss, Luis y Bárbara Dohman. Los nuestros. Williams, Shirley A. “Mito e Historia en Terra Trans. Luis Harss. México: Hermes/ Nostra de Carlos Fuentes.” De la crónica a la Sudamérica, 1984. nueva narrativa mexicana. Coloquio sobre Hidalgo, A., Iglesias y Sánchez. Historia de la literatura mexicana. Ed. Merlín H. Forster y filosofía. Madrid: Anaya, 1978. Julio Ortega. México: Oasis, 1986.

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