Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina Titulo Quijano, Aníbal - Autor/a; Autor(es) En: Cuestiones y horizontes : de la dependencia histórico-estructural a la En: colonialidad/descolonialidad del poder. : CLACSO, 2014. ISBN 978-987-722-018-6 Buenos Aires Lugar CLACSO Editorial/Editor 2014 Fecha Colección Antologías Colección Dependencia; Capitalismo; Estado-nación; Modernidad; Raza; Eurocentrismo; Temas Colonialidad del poder; Poder; América Latina; Capítulo de Libro Tipo de documento

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a globalización en curso es, en primer una construcción mental que expresa la ex- L término, la culminación de un proceso periencia básica de la dominación colonial que comenzó con la constitución de América y que desde entonces permea las dimensio- y la del capitalismo colonial / moderno y eu- nes más importantes del poder mundial, in- rocentrado como un nuevo patrón de poder cluyendo su racionalidad específica, el eu- mundial. Uno de los ejes fundamentales de rocentrismo. Dicho eje tiene, pues, origen y ese patrón de poder es la clasificación social carácter colonial, pero ha probado ser más de la población mundial sobre la idea de raza, duradero y estable que el colonialismo en cuya matriz fue establecido. Implica, en con- secuencia, un elemento de colonialidad en el * El presente artículo fue publicado originalmente en: patrón de poder hoy mundialmente hegemó- Quijano, Aníbal 2000 “Colonialidad del poder, eurocen- trismo y América Latina” en Lander, Edgardo (comp.) nico. En lo que sigue, el propósito principal La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias es abrir algunas de las cuestiones teórica- sociales. Perspectivas latinoamericanas (Buenos Ai- mente necesarias acerca de las implicancias res: CLACSO) p. 246. En: . historia de América Latina1. ** Quiero agradecer, principalmente, a Edgardo Lan- der y a Walter Mignolo, por su ayuda en la revisión de este artículo. Y a un comentarista, cuyo nombre ignoro, por sus útiles críticas a una versión anterior. Ellos, por 1 Sobre el concepto de colonialidad del poder, véa- supuesto, no son responsables de los errores y limita- se: “Colonialidad y modernidad / racionalidad” (Quija- ciones del texto. no, 1991a). 778 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

I. América y el nuevo patrón Raza, una categoría mental de poder mundial de la modernidad

América se constituyó como el primer espacio La idea de raza, en su sentido moderno, no tie- / tiempo de un nuevo patrón de poder de voca- ne historia conocida antes de América3. Quizás ción mundial y, de ese modo y por eso, como la se originó como referencia a las diferencias fe- primera identidad de la modernidad. Dos proce- notípicas entre conquistadores y conquistados, sos históricos convergieron y se asociaron en la pero lo que importa es que muy pronto fue cons- producción de dicho espacio / tiempo y se esta- truida como referencia a supuestas estructuras blecieron como los dos ejes fundamentales del biológicas diferenciales entre esos grupos. nuevo patrón de poder. De una parte, la codifi- La formación de relaciones sociales funda- cación de las diferencias entre conquistadores y das en dicha idea produjo en América identida- conquistados en la idea de raza, es decir, una su- des sociales históricamente nuevas: indios, ne- puesta diferente estructura biológica que ubica- gros y mestizos, y redefinió otras. Así, términos ba a los unos en situación natural de inferioridad como español y portugués, y más tarde euro- respecto de los otros. Esa idea fue asumida por peo, que hasta entonces indicaban solamente los conquistadores como el principal elemento procedencia geográfica o país de origen, desde constitutivo, fundante, de las relaciones de do- entonces cobraron también, en referencia a las minación que la conquista imponía. Sobre esa nuevas identidades, una connotación racial. Y base, en consecuencia, fue clasificada la pobla- en la medida en que las relaciones sociales que ción de América, y del mundo después, en dicho nuevo patrón de poder. De otra parte, la articula- ción de todas las formas históricas de control del rica, el capitalismo y la modernidad nacieron el mismo trabajo, de sus recursos y de sus productos, en día” (ILLA, 1991). Sobre el concepto de espacio / tiem- torno del capital y del mercado mundial2. po, ver de Wallerstein (1997) “El espacio / tiempo como base del conocimiento”. 3 Sobre esta cuestión y sobre los posibles antece- 2 Ver “Americanity as a Concept or the Americas dentes de la idea de raza antes de América, remito a in the Modern World-System” (Quijano y Wallerstein, mi “‘Raza’, ‘etnia’ y ‘nación’ en Mariátegui: cuestiones 1992). También, la entrevista a Aníbal Quijano “Amé- abiertas” (Quijano, 1992a). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 779

estaban configurándose eran relaciones de do- En América, la idea de raza fue un modo de minación, tales identidades fueron asociadas a otorgar legitimidad a las relaciones de domina- las jerarquías, lugares y roles sociales corres- ción impuestas por la conquista. La posterior pondientes, como constitutivas de ellas y, en constitución de Europa como nueva id-entidad consecuencia, al patrón de dominación colo- después de América y la expansión del colo- nial que se imponía. En otros términos, raza nialismo europeo sobre el resto del mundo e identidad racial fueron establecidas como llevaron a la elaboración de la perspectiva eu- instrumentos de clasificación social básica de rocéntrica de conocimiento y con ella a la ela- la población. boración teórica de la idea de raza como natu- Con el tiempo, los colonizadores codifica- ralización de esas relaciones coloniales de do- ron como color los rasgos fenotípicos de los minación entre europeos y no-europeos. Histó- colonizados y lo asumieron como la caracte- ricamente, eso significó una nueva manera de rística emblemática de la categoría racial. Esa codificación fue inicialmente establecida, pro- no-americanos, ya que no hay huellas de esas catego- bablemente, en el área britano-americana. Los rías en las crónicas y otros documentos de los primeros negros eran allí no solamente los explotados cien años del colonialismo ibérico en América. Para el más importantes, pues la parte principal de la caso britano-americano existe una extensa bibliografía: economía reposaba en su trabajo. Eran, sobre Allen (1994); Jacobson (1998), entre los más importan- tes. El problema es que ésta ignora lo sucedido en la todo, la raza colonizada más importante, ya que América ibérica. Debido a eso, para esta región care- los indios no formaban parte de esa sociedad cemos aún de información suficiente sobre este aspec- colonial. En consecuencia, los dominantes se to específico. Por eso ésta sigue siendo una cuestión llamaron a sí mismos blancos4. abierta. Es muy interesante que a pesar de que quienes habrían de ser europeos en el futuro, conocían a los futuros africanos desde la época del imperio romano, inclusive los íberos que eran más o menos familiares 4 La invención de la categoría de color –primero con ellos mucho antes de la Conquista, nunca se pensó como la más visible indicación de raza, luego simple- en ellos en términos raciales antes de la aparición de mente como el equivalente de ella–, tanto como la in- América. De hecho, raza es una categoría aplicada por vención de la particular categoría de blanco, requieren primera vez a los “indios”, no a los “negros”. De este aún una investigación histórica más exhaustiva. En modo, raza apareció mucho antes que color en la histo- todo caso, muy probablemente fueron inventos brita- ria de la clasificación social de la población mundial. 780 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

legitimar las ya antiguas ideas y prácticas de El capitalismo: la nueva estructura relaciones de superioridad / inferioridad entre de control del trabajo dominados y dominantes. Desde entonces ha demostrado ser el más eficaz y perdurable ins- De otro lado, en el proceso de constitución his- trumento de dominación social universal, pues tórica de América, todas las formas de control de él pasó a depender inclusive otro igualmen- y de explotación del trabajo y de control de la te universal, pero más antiguo, el intersexual producción-apropiación-distribución de pro- o de género: los pueblos conquistados y domi- ductos fueron articuladas alrededor de la rela- nados fueron situados en una posición natural ción capital-salario (en adelante capital) y del de inferioridad y, en consecuencia, también sus mercado mundial. Quedaron incluidas: la escla- rasgos fenotípicos, así como sus descubrimien- vitud, la servidumbre, la pequeña producción tos mentales y culturales5. De ese modo, raza mercantil, la reciprocidad y el salario. En tal en- se convirtió en el primer criterio fundamental samblaje, cada una de dichas formas de control para la distribución de la población mundial en del trabajo no era una mera extensión de sus los rangos, lugares y roles en la estructura de antecedentes históricos. Todas eran histórica poder de la nueva sociedad. En otros términos, y sociológicamente nuevas. En primer lugar, en el modo básico de clasificación social uni- porque fueron deliberadamente establecidas y versal de la población mundial. organizadas para producir mercaderías para el mercado mundial. En segundo lugar, porque no existían sólo de manera simultánea en el mismo 5 La idea de raza es, literalmente, un invento. No tie- espacio / tiempo, sino todas y cada una articu- ne nada que ver con la estructura biológica de la espe- ladas al capital y a su mercado, y por ese medio cie humana. En cuanto a los rasgos fenotípicos, éstos se hallan obviamente en el código genético de los in- entre sí. Configuraron así un nuevo patrón glo- dividuos y grupos, y en ese sentido específico son bio- bal de control del trabajo, a su vez un elemento lógicos. Sin embargo, no tienen ninguna relación con fundamental de un nuevo patrón de poder, del ninguno de los subsistemas y procesos biológicos del cual eran de modo conjunto e individual depen- organismo humano, incluyendo por cierto aquellos im- dientes histórico-estructuralmente. Esto es, no plicados en los subsistemas neurológicos y mentales, y sus funciones. Véase: Mark (1994) y “¡Qué tal raza!” sólo por su lugar y función como partes subor- (Quijano, 1999a). dinadas de una totalidad, sino porque sin per- Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 781

der sus respectivas características específicas das a la naturaleza de los roles y lugares en la y sin perjuicio de las discontinuidades de sus nueva estructura global de control del trabajo. relaciones con el orden conjunto y entre ellas Así, ambos elementos, raza y división del tra- mismas, su movimiento histórico dependía en bajo, quedaron estructuralmente asociados y adelante de su pertenencia al patrón global de reforzándose mutuamente, a pesar de que nin- poder. En tercer lugar, y como consecuencia, guno de los dos era necesariamente dependien- para colmar las nuevas funciones cada una de te el uno del otro para existir o para cambiar. ellas desarrolló nuevos rasgos y nuevas confi- De ese modo se impuso una sistemática di- guraciones histórico-estructurales. visión racial del trabajo. En el área hispana, la En la medida en que aquella estructura de Corona de Castilla decidió temprano el cese control del trabajo, de recursos y de produc- de la esclavitud de los indios, para prevenir tos consistía en la articulación conjunta de su total exterminio. Entonces fueron confina- todas las respectivas formas históricamente dos a la servidumbre. A los que vivían en sus conocidas, se establecía, por primera vez en la comunidades, les fue permitida la práctica de historia conocida, un patrón global de control su antigua reciprocidad –por ejemplo, el in- del trabajo, de sus recursos y de sus produc- tercambio de fuerza de trabajo y de trabajo tos. Y en tanto que se constituía en torno a y sin mercado– como una manera de reprodu- en función del capital, su carácter de conjunto cir su fuerza de trabajo en tanto siervos. En se establecía también con carácter capitalista. algunos casos, la nobleza india, una reducida De ese modo se establecía una nueva, original minoría, fue eximida de la servidumbre y reci- y singular estructura de relaciones de produc- bió un trato especial, debido a sus roles como ción en la experiencia histórica del mundo: el intermediaria con la raza dominante y le fue capitalismo mundial. también permitido participar en algunos de los oficios en los cuales eran empleados los Colonialidad del poder y españoles que no pertenecían a la nobleza. capitalismo mundial En cambio, los negros fueron reducidos a la esclavitud. Los españoles y los portugueses, Las nuevas identidades históricas, producidas como raza dominante, podían recibir salario, sobre la base de la idea de raza, fueron asocia- ser comerciantes independientes, artesanos 782 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

independientes o agricultores independientes, nados (u oliváceos) fueron sumados a blancos, en suma, productores independientes de mer- indios, negros y mestizos. Dicha distribución cancías. No obstante, sólo los nobles podían racista de nuevas identidades sociales fue com- participar en los puestos altos y medios de la binada, tal como había sido tan exitosamente administración colonial, civil y militar. lograda en América, con una distribución racis- Desde el siglo XVIII, en la América hispánica ta del trabajo y de las formas de explotación muchos de los mestizos de españoles y muje- del capitalismo colonial. Esto se expresó, so- res indias, ya un estrato social extendido e im- bre todo, en una cuasi exclusiva asociación de portante en la sociedad colonial, comenzaron a la blanquitud social con el salario y por supues- participar en los mismos oficios y actividades to con los puestos de mando de la administra- que ejercían los ibéricos que no eran nobles. ción colonial. En menor medida y sobre todo en actividades Así, cada forma de control del trabajo estuvo de servicio o que requerían de talentos o habi- articulada con una raza particular. Consecuen- lidades especiales (música, por ejemplo), tam- temente, el control de una forma específica de bién los más “ablancados” entre los mestizos trabajo podía ser al mismo tiempo el control de mujeres negras e ibéricos (españoles o por- de un grupo específico de gente dominada. tugueses), pero tardaron en legitimar sus nue- Una nueva tecnología de dominación / explo- vos roles ya que sus madres eran esclavas. La tación, en este caso raza / trabajo, se articuló distribución racista del trabajo al interior del de manera que apareciera como naturalmente capitalismo colonial / moderno se mantuvo a lo asociada. Lo cual, hasta ahora, ha sido excep- largo de todo el período colonial. cionalmente exitoso. En el curso de la expansión mundial de la dominación colonial por parte de la misma Colonialidad y eurocentramiento raza dominante –los blancos (o a partir del si- del capitalismo mundial glo XVIII en adelante, los europeos)– fue im- puesto el mismo criterio de clasificación social La privilegiada posición ganada con América a toda la población mundial a escala global. En para el control del oro, la plata y otras mercan- consecuencia, nuevas identidades históricas y cías producidas por medio del trabajo gratui- sociales fueron producidas: amarillos y aceitu- to de indios, negros y mestizos, y su ventajo- Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 783

sa ubicación en la vertiente del Atlántico por Una región históricamente nueva se constituía donde, necesariamente, tenía que hacerse el como una nueva id-entidad geocultural: Eu- tráfico de esas mercancías para el mercado ropa y más específicamente Europa Occiden- mundial, otorgó a dichos blancos una ventaja tal6. Esa nueva identidad geocultural, emergía decisiva para disputar el control del tráfico co- como la sede central del control del mercado mercial mundial. La progresiva monetización mundial. En el mismo movimiento histórico se del mercado mundial que los metales preciosos producía también el desplazamiento de hege- de América estimulaban y permitían, así como monía desde las costas del Mediterráneo y des- el control de tan ingentes recursos, hizo que a de las costas ibéricas, hacia las del Atlántico tales blancos les fuera posible el control de la Noroccidental. vasta red preexistente de intercambio comer- Esa condición de sede central del nuevo cial que incluía, sobre todo, China, India, Ce- mercado mundial no permite explicar por sí ylán, Egipto, Siria, los futuros Lejano y Medio misma, o por sí sola, por qué Europa se convir- Oriente. Eso también les hizo posible concen- tió también, hasta el siglo XIX y virtualmente trar el control del capital comercial, del trabajo hasta la crisis mundial alrededor de 1870, en la y de los recursos de producción en el conjunto sede central del proceso de mercantilización del mercado mundial. Y todo ello fue, poste- de la fuerza de trabajo, es decir del desarrollo riormente, reforzado y consolidado a través de de la relación capital-salario como forma espe- la expansión de la dominación colonial blanca cífica de control del trabajo, de sus recursos y sobre la diversa población mundial. de sus productos. Mientras, en cambio, todo el Como es sabido, el control del tráfico co- resto de las regiones y poblaciones incorpora- mercial mundial por los grupos dominantes, das al nuevo mercado mundial y colonizadas o nuevos o no, en las zonas del Atlántico donde en curso de colonización bajo dominio euro- tenían sus sedes, impulsó un nuevo proceso de peo, permanecían básicamente bajo relaciones urbanización en esos lugares, la expansión del no-salariales de trabajo, aunque, desde luego tráfico comercial entre ellos, y de ese modo la formación de un mercado regional creciente- mente integrado y monetizado gracias al flujo 6 Fernando Coronil (1996) ha discutido la construc- ción de la categoría Occidente como parte de la forma- de metales preciosos procedentes de América. ción de un poder global. 784 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

ese trabajo, sus recursos y sus productos, se portaban, sino porque tales indios fueron usa- articulaban en una cadena de transferencia de dos como mano de obra desechable, forzados a valor y de beneficios cuyo control correspon- trabajar hasta morir. La eliminación de esa prác- día a Europa Occidental. En las regiones no- tica colonial no culmina, de hecho, sino con la europeas, el trabajo asalariado se concentraba derrota de los encomenderos, a mediados del cuasi exclusivamente entre los blancos. siglo XVI. La subsiguiente reorganización polí- No hay nada en la relación social misma del tica del colonialismo ibérico implicó una nueva capital, o en los mecanismos del mercado mun- política de reorganización poblacional de los in- dial, en general en el capitalismo, que implique dios y de sus relaciones con los colonizadores. la necesariedad histórica de la concentración, Pero no por eso los indios fueron en adelante no sólo, pero sobre todo en Europa, del trabajo trabajadores libres y asalariados. En adelante, asalariado y después, precisamente sobre esa fueron adscritos a la servidumbre no pagada. La base, de la concentración de la producción in- servidumbre de los indios en América no puede dustrial capitalista durante más de dos siglos. ser, por otro lado, simplemente equiparada a la Habría sido perfectamente factible, como lo de- servidumbre en el feudalismo europeo, puesto muestra el hecho de que así ocurriera en verdad que no incluía la supuesta protección de ningún después de 1870, el control europeo-occidental señor feudal, ni siempre, ni necesariamente, la del trabajo asalariado de cualquier sector de la tenencia de una porción de tierra para cultivar, población mundial. Y, probablemente, más bene- en lugar de salario. Sobre todo antes de la In- ficioso para los europeo-occidentales. La expli- dependencia, la reproducción de la fuerza de cación debe ser, pues, buscada en otra parte de trabajo del siervo indio se hacía en las comuni- la historia. El hecho es que ya desde el comienzo dades. Pero inclusive más de cien años después mismo de América, los futuros europeos asocia- de la Independencia, una parte amplia de la ron el trabajo no pagado o no-asalariado con las servidumbre india estaba obligada a reproducir razas dominadas, porque eran razas inferiores. su fuerza de trabajo por su propia cuenta7. Y la El vasto genocidio de los indios en las prime- ras décadas de la colonización no fue causado principalmente por la violencia de la conquista, 7 Eso fue lo que, según comunicación personal, en- contró Alfred Metraux, el conocido antropólogo fran- ni por las enfermedades que los conquistadores cés, a fines de los años cincuenta en el Sur del Perú; y Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 785

otra forma de trabajo no-asalariado, o no paga- sificación social racista de la población del do simplemente, el trabajo esclavo, fue adscrita, mundo. En otros términos, por separado de exclusivamente, a la población traída desde la la colonialidad del poder capitalista mundial. futura África y llamada negra. El control del trabajo en el nuevo patrón de La clasificación racial de la población, y la poder mundial se constituyó, así, articulan- temprana asociación de las nuevas identida- do todas las formas históricas de control del des raciales de los colonizados con las formas trabajo en torno de la relación capital-trabajo de control no pagado, no asalariado, del tra- asalariado, y de ese modo bajo el dominio de bajo, desarrolló entre los europeos o blancos ésta. Pero dicha articulación fue constitutiva- la específica percepción de que el trabajo pa- mente colonial, pues se fundó, primero, en la gado era privilegio de los blancos. La inferio- adscripción de todas las formas de trabajo no ridad racial de los colonizados implicaba que pagadas a las razas colonizadas, originalmen- no eran dignos del pago de salario. Estaban te indios, negros y de modo más complejo, los naturalmente obligados a trabajar en benefi- mestizos en América y, más tarde, a las demás cio de sus amos. No es muy difícil encontrar, razas colonizadas en el resto del mundo: olivá- hoy mismo, esa actitud extendida entre los ceos y amarillos. Y, segundo, en la adscripción terratenientes blancos de cualquier lugar del del trabajo pagado, asalariado, a la raza coloni- mundo. Y el menor salario de las razas infe- zadora, los blancos. riores por igual trabajo que el de los blancos, Esa colonialidad del control del trabajo de- en los actuales centros capitalistas, no podría terminó la distribución geográfica de cada una ser, tampoco, explicado al margen de la cla- de las formas integradas en el capitalismo mun- dial. En otros términos, decidió la geografía so- cial del capitalismo: el capital, en tanto que re- lo mismo que también encontré en 1963, en el Cusco: un peón indio obligado a viajar desde su aldea, en La lación social de control del trabajo asalariado, Convención, hasta la ciudad, para cumplir su turno de era el eje en torno del cual se articulaban todas servir durante una semana a sus patrones. Pero éstos las demás formas de control del trabajo, de sus no le proporcionaban vivienda, ni alimento, ni, desde recursos y de sus productos. Eso lo hacía do- luego, salario. Metraux proponía que esa situación es- minante sobre todas ellas y daba carácter capi- taba más cercana del colonato romano del siglo IV d.C., que del feudalismo europeo. talista al conjunto de dicha estructura de con- 786 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

trol del trabajo. Pero al mismo tiempo, dicha capitalismo mundial, no podría ser apropiada relación social específica fue geográficamente y plenamente entendido. concentrada en Europa, sobre todo, y social- mente entre los europeos en todo el mundo del Nuevo patrón de poder mundial capitalismo. Y en esa medida, y manera, Euro- y nueva intersubjetividad mundial pa y lo europeo se constituyeron en el centro del mundo capitalista. Ya en su condición de centro del capitalis- Cuando Raúl Prebisch8 acuñó la célebre mo mundial, Europa no solamente tenía el imagen de “centro-periferia”, para describir control del mercado mundial, sino que pudo la configuración mundial del capitalismo des- imponer su dominio colonial sobre todas las pués de la Segunda Guerra Mundial, apuntó, regiones y poblaciones del planeta, incorpo- sabiéndolo o sin saber, al núcleo principal del rándolas al “sistema-mundo” que así se cons- carácter histórico del patrón de control del tra- tituía y a su específico patrón de poder. Para bajo, de sus recursos y de sus productos, que tales regiones y poblaciones, eso implicó un formaba parte central del nuevo patrón mun- proceso de re-identificación histórica, pues dial de poder constituido a partir de América. desde Europa les fueron atribuidas nuevas El capitalismo mundial fue, desde la partida, identidades geoculturales. De ese modo, des- colonial / moderno y eurocentrado. Sin rela- pués de América y de Europa, fueron estable- ción clara con esas específicas características cidas África, Asia y eventualmente Oceanía. históricas del capitalismo, el propio concepto En la producción de esas nuevas identidades, de “moderno sistema-mundo” desarrollado, la colonialidad del nuevo patrón de poder fue, principalmente, por Immanuel Wallerstein9 a sin duda, una de las más activas determina- partir de Prebisch y del concepto marxiano de ciones. Pero las formas y el nivel de desarro- llo político y cultural, más específicamente intelectual, en cada caso, jugaron también un 8 Ver: “Commercial Policy in the Underdeveloped papel de primer plano. Sin esos factores, la Countries” (Prebisch, 1959); Prebisch (1960); “The Eco- nomics of Prebisch and ECLA” (Baer, 1962). categoría Oriente no habría sido elaborada como la única con la dignidad suficiente para 9 Ver, principalmente: Wallerstein (1989); Hopkins y Wallerstein (1982). ser el Otro –aunque, por definición, inferior– Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 787

de Occidente, sin que alguna equivalente fue- En el proceso que llevó a ese resultado, los ra acuñada para indios o negros10. Pero esta colonizadores ejercieron diversas operaciones misma omisión pone al descubierto que esos que dan cuenta de las condiciones que llevaron otros factores actuaron también dentro del a la configuración de un nuevo universo de re- patrón racista de clasificación social univer- laciones intersubjetivas de dominación entre sal de la población mundial. Europa y lo europeo y las demás regiones y po- La incorporación de tan diversas y hetero- blaciones del mundo, a las cuales les estaban géneas historias culturales a un único mundo siendo atribuidas, en el mismo proceso, nuevas dominado por Europa, significó para ese mun- identidades geoculturales. En primer lugar, ex- do una configuración cultural e intelectual, propiaron a las poblaciones colonizadas –entre en suma, intersubjetiva, equivalente a la ar- sus descubrimientos culturales– aquellos que ticulación de todas las formas de control del resultaban más aptos para el desarrollo del trabajo en torno del capital, para establecer capitalismo y en beneficio del centro europeo. el capitalismo mundial. En efecto, todas las En segundo lugar, reprimieron tanto como pu- experiencias, historias, recursos y productos dieron; es decir en variables medidas según culturales, terminaron también articulados los casos, las formas de producción de cono- en un sólo orden cultural global en torno de cimiento de los colonizados, sus patrones de la hegemonía europea u occidental. En otros producción de sentidos, su universo simbólico, términos, como parte del nuevo patrón de po- sus patrones de expresión y de objetivación de der mundial, Europa también concentró bajo la subjetividad. La represión en este campo fue su hegemonía el control de todas las formas de conocidamente más violenta, profunda y dura- control de la subjetividad, de la cultura, y en dera entre los indios de América ibérica, a los especial del conocimiento, de la producción que condenaron a ser una subcultura campesi- del conocimiento. na, iletrada, despojándolos de su herencia inte- lectual objetivada. Algo equivalente ocurrió en África. Sin duda mucho menor fue la represión 10 Sobre el proceso de producción de nuevas identida- en el caso de Asia, en donde, por lo tanto, una des histórico-geoculturales, véanse: O’Gorman (1954); parte importante de la historia y de la heren- Rabasa (1993); Dussel (1995); Mudimbe (1988); Tilly (1990); Said (1979); Coronil (1996). cia intelectual, escrita, pudo ser preservada. 788 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Y fue eso, precisamente, lo que dio origen a la periales de la historia, el etnocentrismo. Pero categoría de Oriente. En tercer lugar, forzaron en el caso europeo ese rasgo tenía un funda- –también en medidas variables en cada caso– mento y una justificación peculiar: la clasifica- a los colonizados a aprender parcialmente la ción racial de la población del mundo después cultura de los dominadores en todo lo que fue- de América. La asociación entre ambos fenó- ra útil para la reproducción de la dominación, menos, el etnocentrismo colonial y la clasifi- sea en el campo de la actividad material, tec- cación racial universal, ayuda a explicar por nológica, como de la subjetiva, especialmen- qué los europeos fueron llevados a sentirse te religiosa. Es este el caso de la religiosidad no sólo superiores a todos los demás pueblos judeocristiana. Todo ese accidentado proceso del mundo, sino, en particular, naturalmente implicó a largo plazo una colonización de las superiores. Esa instancia histórica se expresó perspectivas cognitivas, de los modos de pro- en una operación mental de fundamental im- ducir u otorgar sentido a los resultados de la portancia para todo el patrón de poder mun- experiencia material o intersubjetiva, del ima- dial, sobre todo respecto de las relaciones ginario, del universo de relaciones intersubjeti- intersubjetivas que le son hegemónicas y en vas del mundo, de la cultura en suma11. especial de su perspectiva de conocimiento: En fin, el éxito de Europa Occidental en los europeos generaron una nueva perspecti- convertirse en el centro del moderno sistema- va temporal de la historia y re-ubicaron a los mundo, según la apta formulación de Wallers- pueblos colonizados, y a sus respectivas his- tein, desarrolló en los europeos un rasgo co- torias y culturas, en el pasado de una trayec- mún a todos los dominadores coloniales e im- toria histórica cuya culminación era Europa12. Pero, notablemente, no en una misma línea de continuidad con los europeos, sino en otra 11 Acerca de esas cuestiones, ver: Stocking (1968); categoría naturalmente diferente. Los pueblos Young (1995). Ver, también, “Colonialidad y moder- colonizados eran razas inferiores y –por ello– nidad / racionalidad” (Quijano, 1991a); “Colonialidad anteriores a los europeos. del poder, cultura y conocimiento en América Latina” (Quijano, 1997); “Réflexions sur l’Interdisciplinarité, le Développement et les Relations Inter culturelles” (Qui- jano, 1992b); Gruzinski (1988). 12 Véase: Mignolo (1995); Blaut (1993); Lander (1997). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 789

Con acuerdo a esa perspectiva, la moder- mente hegemónica en el mismo cauce de la nidad y la racionalidad fueron imaginadas expansión del dominio colonial de Europa como experiencias y productos exclusiva- sobre el mundo. No sería posible explicar de mente europeos. Desde ese punto de vista, otro modo, satisfactoriamente en todo caso, las relaciones intersubjetivas y culturales la elaboración del eurocentrismo como pers- entre Europa, es decir Europa Occidental, y pectiva hegemónica de conocimiento, de la el resto del mundo, fueron codificadas en un versión eurocéntrica de la modernidad y sus juego entero de nuevas categorías: Oriente- dos principales mitos fundantes: uno, la idea- Occidente, primitivo-civilizado, mágico / mí- imagen de la historia de la civilización huma- tico-científico, irracional-racional, tradicio- na como una trayectoria que parte de un esta- nal-moderno. En suma, Europa y no-Europa. do de naturaleza y culmina en Europa. Y dos, Incluso así, la única categoría con el debido otorgar sentido a las diferencias entre Europa honor de ser reconocida como el Otro de Eu- y no-Europa como diferencias de naturaleza ropa u “Occidente”, fue “Oriente”. No los “in- (racial) y no de historia del poder. Ambos mi- dios” de América, tampoco los “negros” del tos pueden ser reconocidos, inequívocamen- África. Estos eran simplemente “primitivos”. te, en el fundamento del evolucionismo y del Por debajo de esa codificación de las relacio- dualismo, dos de los elementos nucleares del nes entre europeo / no-europeo, raza es, sin eurocentrismo. duda, la categoría básica13. Esa perspectiva binaria, dualista, de conocimiento, peculiar La cuestión de la modernidad del eurocentrismo, se impuso como mundial- No me propongo aquí entrar en una discusión detenida de la cuestión de la modernidad y de 13 Acerca de las categorías producidas durante el dominio colonial europeo del mundo, existen un buen su versión eurocéntrica. Le he dedicado antes número de líneas de debate: “estudios de la subalter- otros estudios y volveré sobre ella después. nidad”, “estudios postcoloniales”, “estudios culturales”, En particular, no prolongaré este trabajo con “multiculturalismo”, entre los actuales. También una una discusión acerca del debate modernidad- floreciente bibliografía demasiado larga para ser aquí posmodernidad y su vasta bibliografía. Pero citada y con nombres famosos como Guha, Spivak, Said, Bhabha, Hall, entre ellos. es pertinente para los fines de este trabajo, en 790 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

especial de la parte siguiente, insistir en algu- nuevo universo intersubjetivo del patrón mun- nas cuestiones14. dial de poder. El hecho de que los europeos occidentales Desde luego, la resistencia intelectual a esa imaginaran ser la culminación de una trayec- perspectiva histórica no tardó en emerger. En toria civilizatoria desde un estado de natura- América Latina desde fines del siglo XIX, pero leza, les llevó también a pensarse como los se afirmó sobre todo durante el siglo XX y en es- modernos de la humanidad y de su historia, pecial después de la Segunda Guerra Mundial, esto es, como lo nuevo y al mismo tiempo lo en vinculación con el debate sobre la cuestión más avanzado de la especie. Pero puesto que al del desarrollo-subdesarrollo. Como ese debate mismo tiempo atribuían al resto de la especie fue dominado durante un buen tiempo por la la pertenencia a una categoría, por naturaleza, denominada teoría de la modernización15, en inferior y por eso anterior, esto es, el pasado en sus vertientes opuestas, para sostener que la el proceso de la especie, los europeos imagina- modernización no implica necesariamente la ron también ser no solamente los portadores occidentalización de las sociedades y de las exclusivos de tal modernidad, sino igualmente culturas no-europeas, uno de los argumentos sus exclusivos creadores y protagonistas. Lo más usados fue que la modernidad es un fenó- notable de eso no es que los europeos se ima- meno de todas las culturas, no sólo de la euro- ginaran y pensaran a sí mismos y al resto de la pea u occidental. especie de ese modo –eso no es un privilegio Si el concepto de modernidad es referido, de los europeos–, sino el hecho de que fueran sólo o fundamentalmente, a las ideas de nove- capaces de difundir y de establecer esa pers- dad, de lo avanzado, de lo racional-científico, pectiva histórica como hegemónica dentro del laico, secular, que son las ideas y experiencias normalmente asociadas a ese concepto, no cabe duda de que es necesario admitir que es 14 De mis anteriores estudios, ver, principalmente: un fenómeno posible en todas las culturas y “Modernidad, identidad y utopía en América Latina” (Quijano, 1988a); “Colonialidad y modernidad / racio- nalidad” (Quijano, 1991a); y “Estado-nación, ciuda- 15 Hay una vasta literatura en torno de ese debate. Un danía y democracia: cuestiones abiertas” (González y sumario puede ser encontrado en mi texto “El fantasma Schmidt, 1998). del desarrollo en América Latina” (Quijano, 2000a). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 791

en todas las épocas históricas. Con todas sus nes, con el papel hegemónico de Europa y, en respectivas particularidades y diferencias, to- general, de Occidente. das las llamadas altas culturas (China, India, Los defensores de la patente europea de la Egipto, Grecia, Maya-Azteca, Tawantinsuyo) modernidad suelen apelar a la historia cultural anteriores al actual sistema-mundo, muestran del antiguo mundo heleno-románico y al mun- inequívocamente las señales de esa moderni- do del Mediterráneo antes de América, para dad, incluido lo racional-científico, la secula- legitimar su reclamo a la exclusividad de esa rización del pensamiento, etc. En verdad, a patente. Lo que es curioso de ese argumento estas alturas de la investigación histórica sería es que escamotea, primero, el hecho de que la casi ridículo atribuir a las altas culturas no- parte realmente avanzada de ese mundo del europeas una mentalidad mítico-mágica como Mediterráneo, antes de América, área por área rasgo definitorio, por ejemplo, en oposición a de esa modernidad, era islamo-judaica. Segun- la racionalidad y a la ciencia como caracterís- do, que fue dentro de ese mundo que se mantu- ticas de Europa, pues aparte de los posibles vo la herencia cultural grecorromana, las ciu- o más bien conjeturados contenidos simbóli- dades, el comercio, la agricultura comercial, cos, las ciudades, los templos y palacios, las la minería, la textilería, la filosofía, la historia, pirámides, o las ciudades monumentales, sea cuando la futura Europa Occidental estaba Machu Pichu o Boro Budur, las irrigaciones, dominada por el feudalismo y su oscurantis- las grandes vías de trasporte, las tecnologías mo cultural. Tercero que, muy probablemente, metalíferas, agropecuarias, las matemáticas, la mercantilización de la fuerza de trabajo, la los calendarios, la escritura, la filosofía, las relación capital-salario, emergió, precisamen- historias, las armas y las guerras, dan cuenta te, en esa área y fue en su desarrollo que se del desarrollo científico y tecnológico en cada expandió posteriormente hacia el norte de la una de tales altas culturas, desde mucho antes futura Europa. Cuarto, que solamente a partir de la formación de Europa como nueva iden- de la derrota del Islam y del posterior despla- tidad. Lo más que realmente puede decirse es zamiento de la hegemonía sobre el mercado que, en el actual período, se ha ido más lejos mundial al centro-norte de la futura Europa, en el desarrollo científico-tecnológico y se han gracias a América, comienza también a despla- hecho mayores descubrimientos y realizacio- zarse el centro de la actividad cultural a esa 792 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

nueva región. Por eso, la nueva perspectiva Hay, sin embargo, un conjunto de elemen- geográfica de la historia y de la cultura, que tos demostrables que apuntan a un concepto allí es elaborada y que se impone como mun- de modernidad diferente, que da cuenta de un dialmente hegemónica, implica, por supuesto, proceso histórico específico al actual sistema- una nueva geografía del poder. La idea misma mundo. En ese concepto no están, obviamente, de Occidente-Oriente es tardía y parte desde la ausentes sus referencias y sus rasgos anterio- hegemonía británica. ¿O aún hace falta recor- res. Pero más bien en tanto y en cuanto forman dar que el meridiano de Greenwich atraviesa parte de un universo de relaciones sociales, Londres y no Sevilla o Venecia?16 materiales e intersubjetivas, cuya cuestión cen- En ese sentido, la pretensión eurocéntrica de tral es la liberación humana como interés histó- ser la exclusiva productora y protagonista de la rico de la sociedad y también, en consecuencia, modernidad, y de que toda modernización de su campo central de conflicto. En los límites de poblaciones no-europeas es, por lo tanto, una este trabajo, me restringiré solamente a ade- europeización, es una pretensión etnocentrista lantar, de modo breve y esquemático, algunas y a la postre provinciana. Pero, de otro lado, si proposiciones17. se admite que el concepto de modernidad se En primer término, el actual patrón de po- refiere solamente a la racionalidad, a la ciencia, der mundial es el primero efectivamente glo- a la tecnología, etc., la cuestión que le estaría- bal de la historia conocida. En varios sentidos mos planteando a la experiencia histórica no específicos. Uno, es el primero donde en cada sería diferente de la propuesta por el etnocen- uno de los ámbitos de la existencia social están trismo europeo, el debate consistiría apenas en articuladas todas las formas históricamente la disputa por la originalidad y la exclusividad conocidas de control de las relaciones socia- de la propiedad del fenómeno así llamado mo- les correspondientes, configurando en cada dernidad, y, en consecuencia, moviéndose en área una sola estructura con relaciones siste- el mismo terreno y según la misma perspectiva máticas entre sus componentes y del mismo del eurocentrismo. modo en su conjunto. Dos, es el primero donde

16 Sobre esto, sugiero consultar las agudas observa- 17 Un debate más detenido en “Modernidad y demo- ciones de Robert J. C. Young (1995). cracia: intereses y conflictos” (Quijano, 2000b). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 793

cada una de esas estructuras de cada ámbito tual en su conjunto constituye el primer siste- de existencia social está bajo la hegemonía de ma-mundo global históricamente conocido, no una institución producida dentro del proceso solamente un mundo como el que quizás fue- de formación y desarrollo de este mismo pa- ron el chino, el hindú, el egipcio, el helénico- trón de poder. Así, en el control del trabajo, de románico, el maya-azteca o el tawantinsuyano. sus recursos y de sus productos, está la em- Ninguno de esos posibles mundos tuvo en co- presa capitalista; en el control del sexo, de sus mún sino un dominador colonial / imperial y, recursos y productos, la familia burguesa; en aunque así se propone desde la visión colonial el control de la autoridad, sus recursos y pro- eurocéntrica, no es seguro que todos los pue- ductos, el Estado-nación; en el control de la in- blos incorporados a uno de aquellos mundos tersubjetividad, el eurocentrismo18. Tres, cada tuvieran también en común una perspectiva una de esas instituciones existe en relaciones básica respecto de las relaciones entre lo hu- de interdependencia con cada una de las otras. mano y el resto del universo. Los dominado- Por lo cual el patrón de poder está configurado res coloniales de cada uno de esos mundos, como un sistema19. Cuatro, en fin, este patrón no tenían las condiciones, ni probablemente de poder mundial es el primero que cubre a la el interés, de homogenizar las formas básicas totalidad de la población del planeta. de existencia social de todas las poblaciones En ese específico sentido, la humanidad ac- de sus dominios. En cambio, el actual, el que comenzó a formarse con América, tiene en co- mún tres elementos centrales que afectan la 18 Acerca de las proposiciones teóricas de esta con- vida cotidiana de la totalidad de la población cepción del poder, ver: “Coloniality of Power and its Institutions” (Quijano, 1999). mundial: la colonialidad del poder, el capitalis- mo y el eurocentrismo. Por supuesto que este 19 En el sentido de que las relaciones entre las par- tes y la totalidad no son arbitrarias y la última tiene patrón de poder, ni otro alguno, puede implicar hegemonía sobre las partes en la orientación del mo- que la heterogeneidad histórico-estructural vimiento del conjunto. No en el sentido sistémico, es haya sido erradicada dentro de sus dominios. decir en que las relaciones de las partes entre sí y con Lo que su globalidad implica es un piso bási- el conjunto son lógico-funcionales. Esto no ocurre sino co de prácticas sociales comunes para todo el en las máquinas y en los organismos. Nunca en las rela- ciones sociales. mundo, y una esfera intersubjetiva que existe 794 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y actúa como esfera central de orientación va- trón de poder mundial. Si hay que preservar lorativa del conjunto. Por lo cual, las institu- el nombre, debe tratarse, de todos modos, de ciones hegemónicas de cada ámbito de exis- otra modernidad. tencia social son universales a la población del La cuestión central que nos interesa aquí es mundo como modelos intersubjetivos. Así, el la siguiente: ¿qué es lo realmente nuevo respec- Estado-nación, la familia burguesa, la empre- to de la modernidad? ¿No solamente lo que de- sa, la racionalidad eurocéntrica. sarrolla y redefine experiencias, tendencias y Por lo tanto, sea lo que sea lo que el término procesos de otros mundos, sino lo que fue pro- modernidad mienta, hoy involucra al conjun- ducido en la historia propia del actual patrón to de la población mundial y a toda su historia de poder mundial? de los últimos 500 años, a todos los mundos Dussel ha propuesto la categoría de trans- o ex mundos articulados en el patrón global modernidad como alternativa a la pretensión de poder, a cada uno de sus segmentos dife- eurocéntrica de que Europa es la productora renciados o diferenciables, pues se constitu- original de la modernidad20. Según esa pro- yó junto con, como parte de, la redefinición o puesta, la constitución del ego individual dife- reconstitución histórica de cada uno de ellos renciado es lo nuevo que ocurre con América y por su incorporación al nuevo y común pa- es la marca de la modernidad, pero tiene lugar trón de poder mundial. Por lo tanto, también no sólo en Europa sino en todo el mundo que como articulación de muchas racionalidades. se configura a partir de América. Dussel da en En otros términos, puesto que se trata de una el blanco al recusar uno de los mitos predilec- historia nueva y diferente, con experiencias tos del eurocentrismo. Pero no es seguro que específicas, las cuestiones que esta historia el ego individual diferenciado sea un fenómeno permite y obliga a abrir no pueden ser in- exclusivamente perteneciente al período ini- dagadas, mucho menos contestadas, con el ciado con América. concepto eurocéntrico de modernidad. Por lo Hay, por supuesto, una relación umbilical mismo, decir que es un fenómeno puramente entre los procesos históricos que se generan europeo o que ocurre en todas las culturas, tendría hoy un imposible sentido. Se trata de algo nuevo y diferente, específico de este pa- 20 Enrique Dussel (1995). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 795

a partir de América y los cambios de la subje- histórico. Es ese elemento lo que desencadena tividad o, mejor dicho, de la intersubjetividad el proceso de constitución de una nueva pers- de todos los pueblos que se van integrando pectiva sobre el tiempo y sobre la historia. La en el nuevo patrón de poder mundial. Y esos percepción del cambio lleva a la idea del futu- cambios llevan a la constitución de una nueva ro, puesto que es el único territorio del tiempo subjetividad, no sólo individual, sino colectiva, donde pueden ocurrir los cambios. El futuro es de una nueva intersubjetividad. Ese es, por lo un territorio temporal abierto. El tiempo puede tanto, un fenómeno nuevo que ingresa a la his- ser nuevo, pues no es solamente la extensión toria con América y en ese sentido hace parte del pasado. Y, de esa manera, la historia puede de la modernidad. Pero cualesquiera que fue- ser percibida ya no sólo como algo que ocurre, sen, esos cambios no se constituyen desde la sea como algo natural o producido por decisio- subjetividad individual, ni colectiva, del mundo nes divinas o misteriosas como el destino, sino preexistente, vuelta sobre sí misma, o, para re- como algo que puede ser producido por la ac- petir la vieja imagen, esos cambios no nacen ción de las gentes, por sus cálculos, sus inten- como Minerva de la cabeza de Zeus, sino que ciones, sus decisiones, por lo tanto como algo son la expresión subjetiva o intersubjetiva de que puede ser proyectado, y, en consecuencia, lo que las gentes del mundo están haciendo en tener sentido21. ese momento. Con América se inicia, pues, un entero uni- Desde esa perspectiva, es necesario admitir verso de nuevas relaciones materiales e inter- que América y sus consecuencias inmediatas subjetivas. Es pertinente, por todo eso, admitir en el mercado mundial y en la formación de un que el concepto de modernidad no se refiere nuevo patrón de poder mundial, son un cam- solamente a lo que ocurre con la subjetividad, bio histórico verdaderamente enorme y que no no obstante toda la tremenda importancia de afecta solamente a Europa sino al conjunto del ese proceso, sea que se trate de la emergencia mundo. No se trata de cambios dentro del mun- del ego individual, o de un nuevo universo de do conocido, que no alteran sino algunos de sus relaciones intersubjetivas entre los individuos rasgos. Se trata del cambio del mundo como tal. Este es, sin duda, el elemento fundante de 21 Ver: “Modernidad, identidad y utopía en América la nueva subjetividad: la percepción del cambio Latina” (Quijano: 1988a). 796 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

y entre los pueblos integrados o que se integran rá un papel de primer orden en esa elaboración en el nuevo sistema-mundo y su específico pa- eurocéntrica de la modernidad. Esto último no trón de poder mundial. El concepto de moder- es muy difícil de percibir si se tiene en cuen- nidad da cuenta, igualmente, de los cambios en ta lo que ya ha sido mostrado antes, el modo la dimensión material de las relaciones socia- como la colonialidad del poder está vinculada les. Es decir, los cambios ocurren en todos los a la concentración en Europa del capital, del ámbitos de la existencia social de los pueblos salariado, del mercado del capital, en fin, de la y, por tanto de sus miembros individuales, lo sociedad y de la cultura asociadas a esas de- mismo en la dimensión material que en la di- terminaciones. En ese sentido, la modernidad mensión subjetiva de esas relaciones. Y puesto fue también colonial desde su punto de partida. que se trata de procesos que se inician con la Pero ayuda también a entender por qué fue en constitución de América, de un nuevo patrón Europa mucho más directo e inmediato el im- de poder mundial y de la integración de los pacto del proceso mundial de modernización. pueblos de todo el mundo en ese proceso, de En efecto, las nuevas prácticas sociales un entero y complejo sistema-mundo, es tam- implicadas en el patrón de poder mundial, bién imprescindible admitir que se trata de capitalista, la concentración del capital y del todo un período histórico. En otros términos, a salariado, el nuevo mercado del capital, todo partir de América un nuevo espacio / tiempo se ello asociado a la nueva perspectiva sobre el constituye, material y subjetivamente: eso es lo tiempo y sobre la historia, a la centralidad de que mienta el concepto de modernidad. la cuestión del cambio histórico en dicha pers- No obstante, fue decisivo para el proceso pectiva, como experiencia y como idea, requie- de modernidad que el centro hegemónico de ren, necesariamente, la des-sacralización de ese mundo estuviera localizado en las zonas las jerarquías y de las autoridades, tanto en la del centro y norte de Europa Occidental. Eso dimensión material de las relaciones sociales ayuda a explicar por qué el centro de elabora- como en su intersubjetividad; la des-sacraliza- ción intelectual de ese proceso se localizará ción, el cambio o el desmantelamiento de las también allí, y por qué esa versión fue la que correspondientes estructuras e instituciones. ganó hegemonía mundial. Ayuda igualmente a La individuación de las gentes sólo adquiere explicar por qué la colonialidad del poder juga- su sentido en ese contexto, la necesidad de Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 797

un foro propio para pensar, para dudar, para En ese sentido, todo concepto de modernidad decidir; la libertad individual, en suma, contra es necesariamente ambiguo y contradictorio22. las adscripciones sociales fijadas y en conse- Es allí, precisamente, donde la historia de cuencia la necesidad de igualdad social entre esos procesos diferencia tan claramente a Eu- los individuos. ropa Occidental y el resto del mundo, para el Las determinaciones capitalistas, sin em- caso, América Latina. En Europa Occidental, bargo, requerían también, y en el mismo mo- la concentración de la relación capital-salario vimiento histórico, que esos procesos sociales, es el eje principal de las tendencias de las re- materiales e intersubjetivos, no pudieran tener laciones de clasificación social y de la corres- lugar sino dentro de relaciones sociales de ex- pondiente estructura de poder. Eso subyace a plotación y de dominación. En consecuencia, los enfrentamientos con el antiguo orden, con como un campo de conflictos por la orienta- el Imperio, con el Papado, durante el período ción, es decir, los fines, los medios y los límites del llamado capital competitivo. Esos enfren- de esos procesos. Para los controladores del tamientos permiten, a los sectores no domi- poder, los controles del capital y del mercado nantes del capital y a los explotados, mejores eran, y son, los que deciden los fines, los me- condiciones de negociar su lugar en el poder y dios y los límites del proceso. El mercado es el la venta de su fuerza de trabajo. De otro lado, piso, pero también el límite de la posible igual- abre también condiciones para una seculariza- dad social entre las gentes. Para los explotados ción específicamente burguesa de la cultura y del capital y en general para los dominados del de la subjetividad. El liberalismo es una de las patrón de poder, la modernidad generó un ho- claras expresiones de ese contexto material y rizonte de liberación de las gentes de toda rela- subjetivo de la sociedad en Europa Occidental. ción, estructura o institución vinculada a la do- En cambio, en el resto del mundo, en Améri- minación y a la explotación, pero también las ca Latina en particular, las formas más exten- condiciones sociales para avanzar en dirección didas de control del trabajo son no-salariales, a ese horizonte. La modernidad es, pues, tam- bién una cuestión de conflicto de intereses so- ciales. Uno de ellos es la continuada democra- 22 Ver: “Estado-nación, ciudadanía y democracia: cuestiones abiertas” (Quijano, 1998). También “El fan- tización de la existencia social de las gentes. tasma del desarrollo” (Quijano, 2000a). 798 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

aunque en beneficio global del capital, lo que modo concreto de producir conocimiento se implica que las relaciones de explotación y de reconocen como eurocentrismo24. dominación tienen carácter colonial. La Inde- Eurocentrismo es, aquí, el nombre de una pendencia política, desde comienzos del siglo perspectiva de conocimiento cuya elaboración XIX, está acompañada en la mayoría de los sistemática comenzó en Europa Occidental an- nuevos países por el estancamiento y retroceso tes de mediados del siglo XVII, aunque algunas del capital y fortalece el carácter colonial de la de sus raíces son sin duda más viejas, incluso dominación social y política bajo Estados for- antiguas, y que en las centurias siguientes se malmente independientes. El eurocentramien- hizo mundialmente hegemónica recorriendo to del capitalismo colonial / moderno, fue en el mismo cauce del dominio de la Europa bur- ese sentido decisivo para el destino diferente guesa. Su constitución ocurrió asociada a la del proceso de la modernidad entre Europa y específica secularización burguesa del pensa- el resto del mundo23. miento europeo y a la experiencia y las necesi- dades del patrón mundial de poder capitalista, colonial / moderno, eurocentrado, establecido II. Colonialidad del poder a partir de América. y eurocentrismo No se trata, en consecuencia, de una catego- ría que implica a toda la historia cognoscitiva en La elaboración intelectual del proceso de mo- toda Europa, ni en Europa Occidental en parti- dernidad produjo una perspectiva de conoci- cular. En otros términos, no se refiere a todos miento y un modo de producir conocimiento los modos de conocer de todos los europeos y que dan muy ceñida cuenta del carácter del en todas las épocas, sino a una específica racio- patrón mundial de poder: colonial / moderno, nalidad o perspectiva de conocimiento que se capitalista y eurocentrado. Esa perspectiva y hace mundialmente hegemónica colonizando

23 Ver: “Modernidad, identidad y utopía en América 24 La literatura del debate sobre el eurocentrismo cre- Latina” (Quijano: 1988a); “Colonialité du Pouvoir, Dé- ce rápidamente. Una posición diferente de la que orien- mocratie et Citoyenneté en Amérique Latine” (Quija- ta este artículo, aunque emparentada, es la de Samir no, 1994). Amin (1989). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 799

y sobreponiéndose a todas las demás, previas secuencia histórica unilineal; ninguna de ellas o diferentes, y a sus respectivos saberes con- fue una mera extensión de antiguas formas pre- cretos, tanto en Europa como en el resto del capitalistas, ni fueron tampoco incompatibles mundo. En el marco de este trabajo lo que me con el capital. propongo es discutir algunas de sus cuestiones En América la esclavitud fue deliberada- más directamente vinculadas a la experiencia mente establecida y organizada como mercan- histórica de América Latina, pero que, obvia- cía para producir mercancías para el mercado mente, no se refieren solamente a ella. mundial y, de ese modo, para servir a los propó- sitos y necesidades del capitalismo. Así mismo, Capital y capitalismo la servidumbre fue impuesta sobre los indios, inclusive la redefinición de las instituciones de Primero que nada, la teoría de una secuencia la reciprocidad, para servir los mismos fines, histórica unilineal y universalmente válida en- por ejemplo, para producir mercancías para el tre las formas conocidas de trabajo y de con- mercado mundial. Y en fin, la producción mer- trol del trabajo, que fueran también conceptua- cantil independiente fue establecida y expandi- lizadas como relaciones o modos de produc- da para los mismos propósitos. ción, especialmente entre capital y pre capital, Eso significa que todas esas formas de traba- precisa ser, en todo caso respecto de América, jo y de control del trabajo en América no sólo abierta de nuevo como cuestión mayor del de- actuaban simultáneamente, sino que estuvie- bate científico-social contemporáneo. ron articuladas alrededor del eje del capital y Desde el punto de vista eurocéntrico, reci- del mercado mundial. Consecuentemente, fue- procidad, esclavitud, servidumbre y produc- ron parte de un nuevo patrón de organización y ción mercantil independiente son todas perci- de control del trabajo en todas sus formas his- bidas como una secuencia histórica previa a la tóricamente conocidas, juntas y alrededor del mercantilización de la fuerza de trabajo. Son capital. Juntas configuraron un nuevo sistema: pre capital. Y son consideradas no sólo como el capitalismo. diferentes sino como radicalmente incompati- El capital, como relación social basada en bles con el capital. El hecho es, sin embargo, la mercantilización de la fuerza de trabajo, na- que en América ellas no emergieron en una ció probablemente en algún momento circa 800 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

los siglos XI a XII, en algún lugar en la región predominante de otro modo, a escala mundial meridional de las penínsulas ibérica y/o itálica y global, y con toda probabilidad no habría po- y por consecuencia, y por conocidas razones, dido desarrollarse de otro modo. en el mundo islámico. Es pues bastante más antiguo que América. Pero antes de la emer- Evolucionismo y dualismo gencia de América, no está en ningún lugar estructuralmente articulado a todas las demás Como en el caso de las relaciones entre capi- formas de organización y control de la fuerza tal y pre capital, una línea similar de ideas fue de trabajo y del trabajo, ni tampoco era aún elaborada acerca de las relaciones entre Euro- predominante sobre ninguna de ellas. Sólo con pa y no-Europa. Como ya fue señalado, el mito América pudo el capital consolidarse y obte- fundacional de la versión eurocéntrica de la ner predominancia mundial, deviniendo pre- modernidad es la idea del estado de naturaleza cisamente en el eje alrededor del cual todas como punto de partida del curso civilizatorio las demás formas fueron articuladas para los cuya culminación es la civilización europea u fines del mercado mundial. Sólo de ese modo, occidental. De ese mito se origina la específica- el capital se convirtió en el modo de produc- mente eurocéntrica perspectiva evolucionista, ción dominante. Así, el capital existió mucho de movimiento y de cambio unilineal y unidi- tiempo antes que América. Sin embargo, el ca- reccional de la historia humana. Dicho mito pitalismo como sistema de relaciones de pro- fue asociado con la clasificación racial de la ducción, esto es, el heterogéneo engranaje de población del mundo. Esa asociación produjo todas las formas de control del trabajo y de sus una visión en la cual se amalgaman, paradóji- productos bajo el dominio del capital, en que camente, evolucionismo y dualismo. Esa visión de allí en adelante consistió la economía mun- sólo adquiere sentido como expresión del exa- dial y su mercado, se constituyó en la historia cerbado etnocentrismo de la recién constituida sólo con la emergencia de América. A partir de Europa, por su lugar central y dominante en el ese momento, el capital siempre ha existido y capitalismo mundial colonial / moderno, de la continúa existiendo hoy en día sólo como el vigencia nueva de las ideas mitificadas de hu- eje central del capitalismo, no de manera se- manidad y de progreso, entrañables productos parada, mucho menos aislada. Nunca ha sido de la Ilustración, y en la vigencia de la idea de Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 801

raza como criterio básico de clasificación so- de la producción cultural de la humanidad. cial universal de la población del mundo. En adelante no eran sino razas inferiores, La historia es, sin embargo, muy distinta. capaces sólo de producir culturas inferiores. Por un lado, en el momento en que los ibéri- Implicaba también su reubicación en el nue- cos conquistaron, nombraron y colonizaron vo tiempo histórico, constituido con América América (cuya región norte o Norte América, primero y con Europa después: en adelante colonizarán los británicos un siglo más tarde), eran el pasado. En otros términos, el patrón hallaron un gran número de diferentes pueblos, de poder fundado en la colonialidad impli- cada uno con su propia historia, lenguaje, des- caba también un patrón cognitivo, una nue- cubrimientos y productos culturales, memoria va perspectiva de conocimiento dentro de e identidad. Son conocidos los nombres de los la cual lo no-europeo era el pasado y de ese más desarrollados y sofisticados de ellos: azte- modo inferior, siempre primitivo. cas, mayas, chimús, aymaras, incas, chibchas, Por otro lado, la primera identidad geocul- etc. Trescientos años más tarde todos ellos tural moderna y mundial fue América. Eu- quedaban reunidos en una sola identidad: in- ropa fue la segunda y fue constituida como dios. Esta nueva identidad era racial, colonial consecuencia de América, no a la inversa. La y negativa. Así también sucedió con las gentes constitución de Europa como nueva entidad / traídas forzadamente desde la futura África identidad histórica se hizo posible, en primer como esclavas: ashantis, yorubas, zulús, con- lugar, con el trabajo gratuito de los indios, ne- gos, bacongos, etc. En el lapso de 300 años, to- gros y mestizos de América, con su avanzada dos ellos no eran ya sino negros. tecnología en la minería y en la agricultura, y Ese resultado de la historia del poder co- con sus respectivos productos, el oro, la pla- lonial tuvo dos implicaciones decisivas. La ta, la papa, el tomate, el tabaco, etcétera, et- primera es obvia: todos aquellos pueblos fue- cétera25. Porque fue sobre esa base que se ron despojados de sus propias y singulares configuró una región como sede del control identidades históricas. La segunda es, quizás, de las rutas atlánticas, a su vez convertidas, menos obvia, pero no es menos decisiva: su nueva identidad racial, colonial y negativa, implicaba el despojo de su lugar en la historia 25 Véase sobre este punto: Viola y Margolis (1991). 802 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

precisamente sobre esa misma base, en las su codificación con la idea de raza; y c) la dis- decisivas del mercado mundial. Esa región torsionada reubicación temporal de todas esas no tardó en emerger como Europa. América diferencias, de modo que todo lo no-europeo es y Europa se produjeron históricamente, así, percibido como pasado. Todas estas operacio- mutuamente, como las dos primeras nuevas nes intelectuales son claramente interdepen- identidades geoculturales del mundo moderno. dientes. Y no habrían podido ser cultivadas y Sin embargo, los europeos se persuadieron a desarrolladas sin la colonialidad del poder. sí mismos, desde mediados del siglo XVII, pero sobre todo durante el siglo XVIII, no sólo de Homogeneidad / continuidad que de algún modo se habían autoproducido a y heterogeneidad / discontinuidad sí mismos como civilización, al margen de la historia iniciada con América, culminando una Como es observable ahora, la perspectiva línea independiente que empezaba con Grecia eurocéntrica de conocimiento, debido a su como única fuente original. También concluye- radical crisis, es hoy un campo pletórico de ron que eran naturalmente (por ejemplo, racial- cuestiones. Aquí es pertinente aún dejar plan- mente) superiores a todos los demás, puesto teadas dos de ellas. Primero, una idea del cam- que habían conquistado a todos y les habían bio histórico como un proceso o un momento impuesto su dominio. en el cual una entidad o unidad se transforma La confrontación entre la experiencia histó- de manera continua, homogénea y completa rica y la perspectiva eurocéntrica de conoci- en otra cosa y abandona de manera absoluta miento permite señalar algunos de los elemen- la escena histórica. Esto le permite a otra en- tos más importantes del eurocentrismo: a) una tidad equivalente ocupar el lugar, y todo esto articulación peculiar entre un dualismo (pre continúa en una cadena secuencial. De otro capital-capital, no europeo-europeo, primitivo- modo no tendría sentido, ni lugar, la idea de civilizado, tradicional-moderno, etc.) y un evo- la historia como una evolución unidireccional lucionismo lineal, unidireccional, desde algún y unilineal. Segundo, de allí se desprende que estado de naturaleza a la sociedad moderna cada unidad diferenciada, por ejemplo una europea; b) la naturalización de las diferencias “economía / sociedad” o un “modo de produc- culturales entre grupos humanos por medio de ción” en el caso del control del trabajo (capital Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 803

o esclavitud) o una “raza / civilización” en el capital monopólico, capital transnacional o caso de grupos humanos, es una entidad / iden- global, o pre fordista, fordista, de mano de obra tidad homogénea. Más aún, que son, cada una, intensiva, de capital intensivo, de información estructuras de elementos homogéneos relacio- intensiva, etc., etc.) están simultáneamente en nados de manera continua y sistémica (lo que actividad y trabajan juntos en una compleja es distinto de sistemática). malla de transferencia de valor y de plusvalor. La experiencia histórica demuestra sin em- Esto es igualmente cierto respecto de las razas, bargo que el capitalismo mundial está lejos de ya que tantos pueblos diversos y heterogéneos, ser una totalidad homogénea y continua. Al con heterogéneas historias y tendencias histó- contrario, como lo demuestra América, el pa- ricas de movimiento y de cambio fueron reuni- trón de poder mundial que se conoce como ca- dos bajo un solo membrete racial, por ejemplo pitalismo es, en lo fundamental, una estructura indio o negro. de elementos heterogéneos, tanto en términos Esta heterogeneidad no es simplemente es- de las formas de control del trabajo-recursos- tructural, basada en las relaciones entre ele- productos (o relaciones de producción) o en mentos coetáneos. Ya que historias diversas y términos de los pueblos e historias articulados heterogéneas de este tipo fueron articuladas en él. En consecuencia, tales elementos se re- en una sola estructura de poder, es pertinente lacionan entre sí y con el conjunto de manera admitir el carácter histórico-estructural de esa también heterogénea y discontinua, incluso heterogeneidad. conflictiva. Y son ellos mismos, cada uno, con- Consecuentemente, el proceso de cambio figurados del mismo modo. de dicha totalidad capitalista no puede, de Así, cada una de esas relaciones de produc- ningún modo, ser una transformación homo- ción es en sí misma una estructura heterogénea. génea y continua del sistema entero, ni tampo- Especialmente el capital, desde que todos los co de cada uno de sus componentes mayores. estadios y formas históricas de producción de Tampoco podría dicha totalidad desvanecerse valor y de apropiación de plusvalor (por ejem- completa y homogéneamente de la escena his- plo: acumulación primitiva, plusvalía absoluta tórica y ser reemplazada por otra equivalente. y relativa, extensiva o intensiva; o en otra no- El cambio histórico no puede ser unilineal, menclatura: manufactura, capital competitivo, unidireccional, secuencial o total. El sistema, 804 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

o el específico patrón de articulación estruc- manidad, común a todas las “culturas” o “civi- tural, podría ser desmantelado. Pero aún así lizaciones” históricamente conocidas. Pero es cada uno o algunos de sus elementos puede también común a todas –hasta la aparición del y habrá de rearticularse en algún otro patrón eurocentrismo– la permanente co-presencia de estructural, como ocurrió, obviamente, con los los dos elementos como dos dimensiones no componentes del patrón de poder pre colonial separables del ser humano, en cualquier aspec- en, digamos, el Tawantinsuyu26. to, instancia o comportamiento. El proceso de separación de estos elemen- El nuevo dualismo tos del ser humano es parte de una larga histo- ria del mundo cristiano sobre la base de la idea Finalmente, por el momento y para nuestros de la primacía del “alma” sobre el “cuerpo”. propósitos aquí, es pertinente abrir la cuestión Pero esta historia muestra también una larga e de las relaciones entre el cuerpo y el no-cuerpo irresuelta ambivalencia de la teología cristiana en la perspectiva eurocéntrica, tanto por su sobre este punto en particular. Ciertamente, es gravitación en el modo eurocéntrico de produ- el “alma” el objeto privilegiado de salvación. cir conocimiento, como debido a que en nues- Pero al final, es el “cuerpo” el resurrecto, como tra experiencia tiene una estrecha relación con culminación de la salvación. las de raza y género. Ciertamente, también, fue durante la cultu- La idea de la diferenciación entre el “cuer- ra represiva del cristianismo, como resultado po” y el “no-cuerpo” en la experiencia humana de los conflictos con musulmanes y judíos, es virtualmente universal a la historia de la hu- sobre todo entre los siglos XV y XVI en ple- na Inquisición, que la primacía del “alma” fue enfatizada, quizás exasperada. Y porque el 26 Sobre el origen de la categoría de heterogeneidad “cuerpo” fue el objeto básico de la represión, histórico-estructural véase: “Notas sobre el concepto el “alma” pudo aparecer casi separada de las de marginalidad social” (Quijano, 1966); incorporado relaciones intersubjetivas al interior del mun- después al volumen Imperialismo y marginalidad en do cristiano. Pero esto no fue teorizado, es América Latina (Quijano, 1977). Puede verse, también: decir, sistemáticamente discutido y elabora- “La nueva heterogeneidad estructural de América Lati- na” (Quijano, 1988). do, hasta Descartes, culminando el proceso Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 805

de la secularización burguesa del pensamien- ese punto de vista el ser humano es, por exce- to cristiano27. lencia, un ser dotado de “razón”, y ese don se Con Descartes28 lo que sucede es la mutación concibe como localizado exclusivamente en el del antiguo abordaje dualista sobre el “cuerpo” alma. Así el “cuerpo”, por definición incapaz y el “no-cuerpo”. Lo que era una co-presencia de razonar, no tiene nada que ver con la “ra- permanente de ambos elementos en cada eta- zón / sujeto”. Producida esa separación radical pa del ser humano, en Descartes se convierte entre “razón / sujeto” y “cuerpo”, las relacio- en una radical separación entre “razón / suje- nes entre ambos deben ser vistas únicamente to” y “cuerpo”. La razón no es solamente una como relaciones entre la “razón / sujeto” hu- secularización de la idea de “alma” en el senti- mana y el “cuerpo / naturaleza” humana, o en- do teológico, sino que es una mutación en una tre “espíritu” y “naturaleza”. De este modo, en nueva id-entidad, la “razón / sujeto”, la única la racionalidad eurocéntrica el “cuerpo” fue fi- entidad capaz de conocimiento “racional”, res- jado como “objeto” de conocimiento, fuera del pecto del cual el “cuerpo” es y no puede ser entorno del “sujeto / razón”. otra cosa que “objeto” de conocimiento. Desde Sin esa “objetivización” del “cuerpo” como “naturaleza”, de su expulsión del ámbito del “espíritu”, difícilmente hubiera sido posible 27 Siempre me he preguntado por el origen de una intentar la teorización “científica” del pro- de las más caras propuestas del Liberalismo: las ideas blema de la raza, como fue el caso del Con- deben ser respetadas. El cuerpo, en cambio, puede ser de de Gobineau durante el siglo XIX29. Desde torturado, triturado y muerto. Los latinoamericanos esa perspectiva eurocéntrica, ciertas razas solemos citar con admiración la desafiante frase de un mártir de las luchas anticoloniales, en el momento mis- son condenadas como “inferiores” por no ser mo de ser degollado: “¡Bárbaros, las ideas no se degüe- sujetos “racionales”. Son objetos de estudio, llan!”. Sugiero ahora que su origen debe buscarse en ese “cuerpo” en consecuencia, más próximos a la nuevo dualismo cartesiano, que convirtió al “cuerpo” “naturaleza”. En un sentido, esto los convier- en mera “naturaleza”. te en dominables y explotables. De acuerdo 28 Cf. Discours de la méthode (varias ediciones). Tam- bién “Méditations” y “Description du corps humain” (1967). Paul Bousquié (1994) acierta en este punto: el 29 Essais sur l’inégalité des races humaines (París: cartesianismo es un nuevo dualismo radical. s/d, 1853-1857). 806 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

al mito del estado de naturaleza y de la ca- de la naturaleza. Es probable, aunque la cues- dena del proceso civilizatorio que culmina en tión queda por indagar, que la idea de género la civilización europea, algunas razas –negros se haya elaborado después del nuevo y radical (o africanos), indios, oliváceos, amarillos dualismo como parte de la perspectiva cogniti- (o asiáticos) y en esa secuencia– están más va eurocentrista. próximas a la “naturaleza” que los blancos30. Durante el siglo XVIII, ese nuevo dualismo Sólo desde esa peculiar perspectiva fue po- radical fue amalgamado con las ideas mitifica- sible que los pueblos no-europeos fueran das de “progreso” y de un estado de naturaleza considerados, virtualmente hasta la Segunda en la trayectoria humana, los mitos fundacio- Guerra Mundial, ante todo como objeto de nales de la versión eurocentrista de la moder- conocimiento y de dominación / explotación nidad. Esto dio pie a la peculiar perspectiva por los europeos. histórica dualista / evolucionista. Así todos los Ese nuevo y radical dualismo no afectó so- no-europeos pudieron ser considerados, de un lamente a las relaciones raciales de domina- lado, como pre europeos y al mismo tiempo ción, sino también a las más antiguas, las re- dispuestos en cierta cadena histórica y con- laciones sexuales de dominación. En adelante, tinua desde lo primitivo a lo civilizado, de lo el lugar de las mujeres, muy en especial el de irracional a lo racional, de lo tradicional a lo las mujeres de las razas inferiores, quedó es- moderno, de lo mágico-mítico a lo científico. tereotipado junto con el resto de los cuerpos, En otras palabras, desde lo no-europeo / pre y tanto más inferiores fueran sus razas, tanto europeo a algo que en el tiempo se europeizará más cerca de la naturaleza o directamente, o “modernizará”. como en el caso de las esclavas negras, dentro Sin considerar la experiencia entera del co- lonialismo y de la colonialidad esa marca inte- lectual sería difícilmente explicable, así como 30 Acerca de esos procesos en la subjetividad euro- la duradera hegemonía mundial del eurocen- centrada, dice mucho el que la única categoría alterna trismo. Las solas necesidades del capital como a Occidente era, y aún lo es, Oriente, mientras que los tal, no agotan, no podrían agotar, la explicación negros (África) o los indios (América antes de los Esta- del carácter y de la trayectoria de esa perspec- dos Unidos) no tenían el honor de ser el Otro de Europa u Occidente. tiva de conocimiento. Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 807

III. Eurocentrismo y experiencia historia de la llamada cuestión nacional. Dicho histórica en América Latina de otro modo, del problema del moderno Esta- do-nación en América Latina. Aplicada de manera específica a la experiencia Naciones y Estados son un viejo fenómeno. histórica latinoamericana, la perspectiva euro- Sin embargo, aquello que llamamos el moderno céntrica de conocimiento opera como un espejo Estado-nación es una experiencia muy especí- que distorsiona lo que refleja. Es decir, la ima- fica. Se trata de una sociedad nacionalizada gen que encontramos en ese espejo no es del y por eso políticamente organizada como un todo quimérica, ya que poseemos tantos y tan Estado-nación. Implica a las instituciones mo- importantes rasgos históricos europeos en tan- dernas de ciudadanía y democracia política. Es tos aspectos, materiales e intersubjetivos. Pero, decir, implica una cierta democracia, dado que al mismo tiempo, somos tan profundamente cada proceso conocido de nacionalización so- distintos. De ahí que cuando miramos a nuestro cietal en los tiempos modernos ha ocurrido so- espejo eurocéntrico, la imagen que vemos sea lamente a través de una relativa (o sea, dentro necesariamente parcial y distorsionada. de los límites del capitalismo) pero importante Aquí la tragedia es que todos hemos sido con- y real democratización del control del trabajo, ducidos, sabiéndolo o no, queriéndolo o no, a ver de los recursos productivos y del control de la y aceptar aquella imagen como nuestra y como generación y gestión de las instituciones políti- perteneciente a nosotros solamente. De esa ma- cas. De este modo, la ciudadanía puede llegar a nera seguimos siendo lo que no somos. Y como servir como igualdad legal, civil y política para resultado no podemos nunca identificar nuestros gentes socialmente desiguales31. verdaderos problemas, mucho menos resolverlos, Un Estado-nación es una suerte de socie- a no ser de una manera parcial y distorsionada. dad individualizada entre las demás. Por eso, entre sus miembros puede ser sentida como El eurocentrismo y la “cuestión identidad. Sin embargo, toda sociedad es una nacional”: el Estado-nación estructura de poder. Es el poder aquello que

Uno de los ejemplos más claros de esta trage- 31 Sobre este punto véase mi “Estado-nación, ciudada- dia de equivocaciones en América Latina es la nía y democracia: cuestiones abiertas” (Quijano, 1998). 808 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

articula formas de existencia social dispersas homogeneización de la gente en un Estado- y diversas en una totalidad única, una socie- nación moderno. Toda homogeneización de dad. Toda estructura de poder es siempre, la población de un Estado-nación moderno, parcial o totalmente, la imposición de algu- es desde luego parcial y temporal y consiste nos, a menudo cierto grupo, sobre los demás. en la común participación democrática en Consecuentemente, todo Estado-nación po- el control de la generación y de la gestión sible es una estructura de poder, del mismo de las instituciones de autoridad pública y modo en que es producto del poder. En otros de sus específicos mecanismos de violen- términos, del modo en que han quedado con- cia. Esto es, se ejerce, en lo fundamental, en figuradas las disputas por el control del tra- todo el ámbito de la existencia social vincu- bajo, sus recursos y productos; del sexo, sus lado al Estado y que por ello se asume como recursos y productos; de la autoridad y de su lo explícitamente político. Pero dicho ámbi- específica violencia; de la intersubjetividad y to no podría ser democrático, esto es, impli- del conocimiento. car ciudadanía como igualdad jurídica y civil No obstante, si un Estado-nación moder- de gentes desigualmente ubicadas en las re- no puede expresarse en sus miembros como laciones de poder, si las relaciones sociales una identidad, no es solamente debido a que en todos los otros ámbitos de la existencia puede ser imaginado como una comunidad32. social fueran radicalmente no democráticas Los miembros precisan tener en común algo o antidemocráticas33. real, no sólo imaginado, algo que compartir. Puesto que todo Estado-nación es una es- Y eso, en todos los reales Estados-nación tructura de poder, eso implica que se trata de modernos, es una participación más o menos un poder que se configura en ese sentido. El democrática en la distribución del control del poder. Esta es la manera específica de 33 Una discusión más amplia sobre los límites y las condiciones de la democracia en una estructura de 32 Como sugiere Benedict Anderson (1991) en Imagi- poder capitalista, en mi “El fantasma del desarrollo en ned Communities. Una discusión más extensa sobre América Latina” (Quijano, 2000a) y en “Estado-nación, este punto en mi “Estado-nación, ciudadanía y demo- ciudadanía y democracia: cuestiones abiertas” (Quija- cracia: cuestiones abiertas” (Quijano, 1998). no, 1998). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 809

proceso empieza siempre con un poder políti- esa peculiar institución llamada “certificado de co central sobre un territorio y su población, limpieza de sangre”34. porque cualquier proceso de nacionalización Por otro lado, el proceso de centralización posible sólo puede ocurrir en un espacio dado, estatal que antecedió en Europa Occidental a lo largo de un prolongado período de tiempo. a la formación de Estados-nación, fue parale- Dicho espacio precisa ser más o menos esta- lo a la imposición de la dominación colonial ble por un largo período. En consecuencia, se que comenzó con América. Es decir, simultá- precisa de un poder político estable y centrali- neamente con la formación de los imperios zado. Este espacio es, en ese sentido, necesa- coloniales de esos primeros Estados centrales riamente un espacio de dominación disputado europeos. El proceso tiene, pues, un doble mo- y ganado frente a otros rivales. vimiento histórico. Comenzó como una coloni- En Europa, el proceso que llevó a la for- zación interna de pueblos con identidades di- mación de estructuras de poder configuradas ferentes, pero que habitaban los mismos terri- como Estados-nación, empezó con la emer- torios convertidos en espacios de dominación gencia de algunos pocos núcleos políticos que interna, es decir, en los mismos territorios de conquistaron su espacio de dominación y se los futuros Estados-nación. Y siguió paralela- impusieron sobre los diversos y heterogéneos mente a la colonización imperial o externa de pueblos e identidades que lo habitaban. De este pueblos que no sólo tenían identidades dife- modo el Estado-nación empezó como un pro- rentes a las de los colonizadores, sino que ha- ceso de colonización de algunos pueblos sobre bitaban territorios que no eran considerados otros que, en ese sentido, eran pueblos extran- como los espacios de dominación interna de jeros. En algunos casos particulares, como en los colonizadores, es decir no eran los mismos la España que se constituía sobre la base de territorios de los futuros Estados-nación de América y sus ingentes y gratuitos recursos, el los colonizadores. proceso incluyó la expulsión de algunos gru- pos, como los musulmanes y judíos, conside- rados como extranjeros indeseables. Esta fue 34 Probablemente el antecedente más cercano de la la primera experiencia de limpieza étnica en el idea de raza producida por los castellanos en América. Véase mi “’Raza’, ‘etnia’ y ‘nación’ en Mariátegui: cues- período moderno, seguida por la imposición de tiones abiertas” (Quijano, 1992a). 810 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Si indagamos desde nuestra actual perspec- su poder señorial en Europa, en lugar de una tiva histórica aquello que sucedió con los pri- hegemonía sobre el mercado mundial y el capi- meros Estados centrales europeos, sus espa- tal comercial y financiero, como hicieran luego cios de dominación (poblaciones y territorios) Inglaterra o Francia. Todas las luchas por for- y sus respectivos procesos de nacionalización, zar a los controladores del poder a admitir o ne- se observa que las diferencias son muy visibles. gociar alguna democratización de la sociedad y La existencia de un fuerte Estado central no es del Estado fueron derrotadas, notablemente la suficiente para producir un proceso de relativa Revolución liberal de 1810-12. De este modo, el homogeneización de una población previamen- colonialismo interno y los patrones señoriales te diversa y heterogénea, para producir, así, de poder político y social, combinados, demos- una identidad común y una fuerte y duradera traron ser fatales para la nacionalización de la lealtad a dicha identidad. Entre esos casos, sociedad y el Estado españoles, en la medida Francia es probablemente la más lograda expe- en que ese tipo de poder no sólo probó ser inca- riencia, así como España es la menos exitosa. paz de sostener cualquier ventaja proveniente ¿Por qué Francia sí y España no? España era de ese rico y vasto colonialismo imperial o ex- en sus inicios mucho más rica y poderosa que terno: probó igualmente que era muy poderosa sus pares. Sin embargo, luego de la expulsión valla a todo proceso democratizador de las re- de los musulmanes y judíos dejó de ser pro- laciones sociales y políticas, y no sólo dentro ductiva y próspera para convertirse en correa del espacio propio de dominación. de trasmisión de los recursos de América a los Por el contrario, en Francia, a través de la centros emergentes del capital financiero mer- democratización radical de las relaciones so- cantil. Al mismo tiempo, luego del violento y ciales y políticas con la Revolución francesa, el exitoso ataque en contra de la autonomía de las previo colonialismo interno evolucionó hacia comunidades campesinas y de las ciudades y una “francesización” efectivo, aunque no total, burgos, quedó atrapada en una estructura se- de los pueblos que habitaban el territorio de ñorial de poder, y bajo la autoridad de una mo- Francia, originalmente tan diversos e históri- narquía y de una iglesia represivas y corruptas. co-estructuralmente heterogéneos como en el La monarquía de España se dedicó, además, a espacio de dominación que se llamaría España. una política bélica en busca de la expansión de Los vascos franceses, por ejemplo son, en pri- Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 811

mer lugar, franceses, como los occitanos o los inter-naciones, inclusive se formaron alianzas navarros. No así en España. militares en las guerras entre colonialistas in- En cada uno de los casos de exitosa nacio- gleses y franceses, sobre todo. Los indios no nalización de sociedades y Estados en Euro- eran parte de la población incorporada al espa- pa, la experiencia es la misma: un importante cio de dominación colonial britano-americana. proceso de democratización de la sociedad es Por eso mismo, cuando se inicia la historia del la condición básica para la nacionalización de nuevo Estado-nación llamado Estados Unidos esa sociedad y de su organización política en de América del Norte, los indios fueron exclui- un Estado-nación moderno. No hay, en verdad, dos de esa nueva sociedad. Fueron considera- excepción conocida a esa trayectoria histórica dos extranjeros. Pero, más adelante, sus tierras del proceso que conduce a la formación del fueron conquistadas y ellos casi exterminados. Estado-nación. Sólo entonces los sobrevivientes fueron ence- rrados en la sociedad norteamericana como El Estado-nación en América: raza colonizada. En el comienzo, pues, relacio- Estados Unidos nes colonial / raciales existieron solamente en- tre blancos y negros. Este último grupo era fun- Si examinamos la experiencia de América, damental para la economía de la sociedad co- sea en sus áreas hispánica o británica, pode- lonial, como durante un primer largo momento mos reconocer diferencias y factores básicos para la economía de la nueva nación. Sin em- equivalentes. En el área britano-americana, la bargo, demográficamente los negros eran una ocupación del territorio fue desde el comien- relativamente reducida minoría, mientras que zo violenta. Pero antes de la Independencia, los blancos componían la gran mayoría. conocida en Estados Unidos como la Revolu- Al fundarse Estados Unidos como país inde- ción americana, el territorio ocupado era muy pendiente, el proceso de constitución del nue- pequeño. Por eso los indios no fueron habitan- vo patrón de poder llevó desde el comienzo a tes del territorio ocupado, no estaban coloniza- la configuración de un Estado-nación. En pri- dos. Por eso, los diversos pueblos indios fue- mer término, a pesar de la relación colonial de ron formalmente reconocidos como naciones dominación entre blancos y negros y del exter- y con ellos se practicó relaciones comerciales minio colonialista de la población india, dada 812 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

la condición abrumadoramente mayoritaria Hacia mediados del siglo XIX, Tocqueville35 de los blancos, es inevitable admitir que dicho observó que en Estados Unidos de América, nuevo Estado-nación era genuinamente repre- gente de orígenes tan diversos cultural, étnica sentativo de la mayoría de la población. Esa e incluso nacionalmente eran incorporados to- blanquitud social de la sociedad norteamerica- dos en algo parecido a una máquina de re-iden- na fue incluso más lejos con la inmigración de tificación nacional: rápidamente se convertían millones de europeos durante el siglo XIX. En en ciudadanos estadounidenses y adquirían una segundo término, la conquista de los territorios nueva identidad nacional, incluso preservando indios resultó en la abundancia de la oferta de por algún tiempo sus identidades originales. To- un recurso básico de producción, la tierra. Este cqueville encontró que el mecanismo básico de pudo ser, por consecuencia, apropiado y distri- ese proceso de nacionalización era la apertura buido de manera no únicamente concentrada de la participación democrática en la vida polí- bajo el control de muy pocas gentes, sino por tica para todos los recién llegados. Todos ellos el contrario pudo ser, al mismo tiempo, parcial- eran atraídos hacia una intensa participación mente concentrado en grandes latifundios y política y con la libertad de decisión de parti- también apropiado o distribuido en una vasta cipar o no. Pero vio también que dos grupos proporción de mediana y pequeña propiedad. específicos no estaban autorizados a participar Equivalente, pues, a una distribución democrá- en la vida política. Estos eran, evidentemente, tica del recurso. Eso fundó para los blancos negros e indios. Esa discriminación era, pues, una participación notablemente democrática el límite de ese impresionante y masivo proceso en el control de la generación y la gestión de de formación del Estado-nación moderno en la la autoridad pública. La colonialidad del nuevo joven república de Estados Unidos de América. patrón de poder no fue anulada, sin embargo, Tocqueville no dejó de advertir que a menos ya que negros e indios no podían tener lugar, en que esa discriminación social y política fuera absoluto, en el control de los recursos de pro- eliminada, el proceso de construcción nacional ducción, ni de las instituciones y mecanismos se vería limitado. Un siglo más tarde, otro eu- de la autoridad pública. 35 Democracy in America (ediciones varias, 1835: Vol. 1, Caps., XVI y XVII). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 813

ropeo, Gunnar Myrdall36, observó esas mismas América Latina: Cono Sur limitaciones en el proceso nacional de Estados y mayoría blanca Unidos. Vio también que debido a que los nue- vos inmigrantes eran no-blancos (provenían de A primera vista, la situación en los países del América Latina y de Asia, en su mayoría), las llamado Cono Sur de América Latina (Argen- relaciones coloniales de los blancos con esos tina, Chile y Uruguay) fue similar a la ocurrida otros pueblos podrían ser un serio riesgo para en Estados Unidos. Los indios, en su mayoría, la reproducción de esa nación. Sin duda esos tampoco fueron integrados a la sociedad colo- riesgos van en aumento hoy en día, a medida en nial, en la medida en que eran pueblos de más que el viejo mito del melting pot ha sido aban- o menos la misma estructura que aquellos de donado forzosamente y el racismo tiende a ser Norteamérica, sin disponibilidad para conver- de nuevo agudo y violento. tirse en trabajadores explotados, no condena- En suma, la colonialidad de las relaciones bles a trabajar forzosamente y de manera dis- de dominación / explotación / conflicto entre ciplinada para los colonos. En esos tres países, blancos y no-blancos, no obstante su intensa también la población negra fue una minoría vigencia, dada la condición vastamente mayo- durante el período colonial, en comparación ritaria de los primeros no fue tan fuerte como con otras regiones dominadas por españoles o para impedir la relativa, pero real e importan- portugueses. Y los dominantes de los nuevos te, democratización del control de recursos países del Cono Sur consideraron, como en el de producción y del Estado, entre blancos, es caso de los Estados Unidos, necesaria la con- verdad, pero con el vigor necesario para que quista del territorio que los indios poblaban y pudiera ser reclamada más tarde también por el exterminio de éstos como forma expeditiva los no-blancos. El poder pudo ser configurado de homogenizar la población nacional y de ese en la trayectoria y la orientación de un Estado- modo facilitar el proceso de constitución de nación. Es a eso que se refiere, sin duda, la idea un Estado-nación moderno, a la europea. En de la Revolución americana. Argentina y Uruguay eso fue hecho en el siglo XIX. Y en Chile durante las tres primeras dé- cadas del siglo XX. Estos países atrajeron tam- 36 American Dilemma (Myrdall, 1944). bién millones de inmigrantes europeos, con- 814 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

solidando en apariencia la blanquitud de las y por eso su reconocimiento como sede de un sociedades de Argentina, Chile y Uruguay. En Virreinato fue tardío (segunda mitad del siglo un sentido, esto también consolidó en aparien- XVIII). Su emergencia como una de las áreas cia el proceso de homogeneización en dichos prósperas del mercado mundial fue rápida países. desde el último cuarto del siglo XVIII, lo que Un elemento crucial introdujo, sin embargo, impulsó en el siglo siguiente una masiva mi- una diferencia básica en esos países en com- gración desde Europa del Sur, del Centro y del paración con el caso norteamericano, muy en Este. Pero esa vasta población migratoria no especial en Argentina. Mientras en Estados encontró una sociedad con estructura, historia Unidos la distribución de la tierra se produjo e identidad suficientemente densas y estables, de una manera menos concentrada durante un para incorporarse a ella e identificarse con ella, importante período, en Argentina la apropia- como ocurrió en el caso de Estados Unidos y, ción de la tierra ocurrió de una manera com- sin duda, en Chile y Uruguay. A fines del XIX pletamente distinta. La extrema concentración la población de Buenos Aires estaba formada de la tenencia de la tierra, en particular de las en más de un 80% por migrantes de origen eu- tierras conquistadas a los indios, hizo imposi- ropeo. Tardaron, por eso probablemente, en ble cualquier tipo de relaciones sociales demo- considerarse con identidad nacional y cultural cráticas entre los propios blancos y, en conse- propias diferentes de la europea, mientras re- cuencia, de toda relación política democrática. chazaban explícitamente la identidad asociada Sobre esa base, en lugar de una sociedad de- a la herencia histórica latinoamericana y, en mocrática, capaz de representarse y organizar- particular, cualquier parentesco con la pobla- se políticamente en un Estado democrático, lo ción india37. que se constituyó fue una sociedad y un Estado oligárquicos, sólo parcialmente desmantelados desde la Segunda Guerra Mundial. Sin duda, 37 Todavía en los años veinte en pleno siglo XX, H. esas determinaciones se asociaron al hecho de Murena, un miembro importante de la inteligencia ar- que la sociedad colonial en ese territorio, so- gentina, no dudaba en proclamar: “somos europeos exi- bre todo en la costa atlántica que devino he- lados en estas salvajes pampas”. Ver Nosotros mañana (Imaz, 1964). Y tan tarde como en los años sesenta, en gemónica sobre el resto, fue poco desarrollada las luchas sociales, culturales y políticas de Argentina, Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 815

La concentración de la tierra fue igualmente parte importante de la burguesía señorial. Fue- fuerte en Chile y algo menor en Uruguay. De ron esas condiciones las que hicieron posible todos modos, a diferencia de Argentina, los que los trabajadores y las capas medias pudie- migrantes europeos encontraron en esos paí- ran negociar con algún éxito, desde 1930-35, las ses una sociedad, un Estado, una identidad, condiciones de la dominación / explotación / ya suficientemente densos y constituidos, a conflicto. Esto es, de la democracia en las con- los cuales incorporarse y con los cuales iden- diciones del capitalismo. De ese modo, pudo tificarse más pronto y más completamente que ser establecido un poder configurado como Es- en el otro caso. En el caso de Chile, por otra tado-nación de blancos, por supuesto. Los in- parte, la expansión territorial a costa de Boli- dios, exigua minoría de sobrevivientes habitan- via y de Perú, permitió a la burguesía chilena el do las tierras más pobres e inhóspitas del país, control de recursos cuya importancia ha mar- fueron excluidos de ese Estado-nación. Hasta cado desde entonces la historia del país: salitre hace poco eran sociológicamente invisibles. primero, y cobre poco después. En las pampas Ahora no lo son tanto, comienzan a movilizarse salitreras se formó el primer gran contingente en defensa de esas mismas tierras que también de asalariados obreros de América Latina, des- arriesgan perder frente al capital global. de mediados del siglo XIX, y más tarde fue en el El proceso de homogeneización de los cobre que se formó la columna vertebral de las miembros de la sociedad imaginada desde una organizaciones sociales y políticas de los obre- perspectiva eurocéntrica, como característica ros chilenos de la vieja república. Los benefi- y condición de los Estados-nación modernos, cios, distribuidos entre la burguesía británica y fue llevado a cabo en los países del Cono Sur la chilena, permitieron el impulso de la agricul- latinoamericano no por medio de la descoloni- tura comercial y de la economía comercial ur- zación de las relaciones sociales y políticas en- bana. Se formaron nuevas capas de asalariados tre los diversos componentes de la población, urbanos y nuevas capas medias relativamente sino por la eliminación masiva de unos de ellos amplias, junto con la modernización de una (indios, negros y mestizos). Es decir, no por medio de la democratización fundamental de las relaciones sociales y políticas, sino por la “cabecita negra” era el despectivo mote de la discrimi- nación específicamente racial. exclusión de una parte de la población. Dadas 816 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

esas condiciones originales, la democracia al- se ha demostrado hasta ahora imposible de canzada y el Estado-nación constituido, no po- culminar. Tras la derrota de Tupac Amaru y de dían ser afirmados y estables. La historia políti- Haití, sólo en los casos de México y de Bolivia ca de esos países, muy especial desde fines de se llegó tan lejos como se pudo en el camino de los sesenta hasta hoy, no podría ser explicada la descolonización social, a través de un pro- al margen de esas determinaciones38. ceso revolucionario más o menos radical, du- rante el cual la descolonización del poder pudo Mayoría india, negra y mestiza: el recorrer un trecho importante antes de ser con- imposible “moderno Estado-nación” tenida y derrotada. En esos países, al comenzar la Independencia, principalmente aquellos que En el resto de países latinoamericanos, esa tra- fueron demográfica y territorialmente exten- yectoria eurocéntrica hacia el Estado-nación sos a principios del siglo XIX, aproximadamen- te poco más del 90% del total de la población estaba compuesta de negros, indios y mestizos. 38 La homogeneización es un elemento básico de la Sin embargo, en todos estos países, durante el perspectiva eurocentrista de la nacionalización. Si así proceso de organización de los nuevos Esta- no fuera, no se podría explicar, ni entender, los con- dos, a dichas razas les fue negada toda posible flictos nacionales en los países europeos cada vez que participación en las decisiones sobre la orga- se plantea el problema de las diferencias racial-étnicas dentro de la población. No se podría entender tampoco, nización social y política. La pequeña minoría de otro modo, la política eurocéntrica de poblamiento blanca que asumió el control de esos Estados favorecida por los liberales del Cono Sur de América se encontró inclusive con la ventaja de estar Latina, ni el origen y el sentido del así llamado “proble- libre de las restricciones de la legislación de la ma indígena” en toda América Latina. Si los hacenda- Corona española, que se dirigían formalmente dos peruanos del siglo XIX importaron culíes chinos, fue, precisamente, porque la cuestión nacional no es- a la protección de las razas colonizadas. A par- taba en juego para ellos, sino el desnudo interés social. tir de ahí llegaron inclusive a imponer nuevos Ha sido por esa perspectiva eurocentrista, fundada en tributos coloniales sobre los indios, sin perjui- la colonialidad del poder, que la burguesía señorial la- cio de mantener la esclavitud de los negros por tinoamericana ha sido enemiga de la democratización muchas décadas. Por supuesto, esta minoría social y política, como condición de nacionalización de la sociedad y del Estado. dominante se hallaba ahora en libertad para Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 817

expandir su propiedad de la tierra a expensas das nacionales, y ciertamente mucho menos, de los territorios reservados para los indios por democráticas. Esto presenta una situación en la reglamentación de la Corona española. En el apariencia paradójica: Estados independientes caso del Brasil, los negros no eran sino escla- y sociedades coloniales39. La paradoja es sólo vos y la mayoría de indios estaba constituida parcial o superficial; sin embargo, cuando ob- por pueblos de la Amazonía, siendo de esta ma- servamos con más cuidado los intereses socia- nera extranjeros para el nuevo Estado. les de los grupos dominantes de aquellas socie- Haití fue un caso excepcional donde se pro- dades coloniales y sus Estados independientes. dujo, en el mismo movimiento histórico, una En la sociedad colonial britano-americana, revolución nacional, social y racial. Es decir, ya que los indios constituían un pueblo ex- una descolonización real y global del poder. tranjero, viviendo más allá de los confines de Su derrota se produjo por las repetidas inter- la sociedad colonial, la servidumbre no estuvo venciones militares por parte de los Estados tan extendida como en la sociedad colonial de Unidos. El otro proceso nacional en América la América ibérica. Los sirvientes (indentured Latina, en el Virreinato del Perú, liderado por servants) traídos de la Gran Bretaña no eran Tupac Amaru II en 1780, fue tempranamente legalmente siervos, y luego de la Independen- derrotado. Desde entonces, en todas las demás colonias ibéricas los grupos dominantes tuvie- ron éxito en tratar precisamente de evitar la 39 En los sesenta y setenta muchos científicos socia- descolonización de la sociedad mientras pelea- les dentro y fuera de América Latina, entre los que me ban por tener Estados independientes. incluyo, usamos el concepto de “colonialismo interno” Tales nuevos Estados no podrían ser con- para caracterizar la aparente relación paradójica de los siderados en modo alguno como nacionales, Estados independientes respecto de sus poblaciones colonizadas. En América Latina: “Internal colonialism salvo que se admita que esa exigua minoría de and national development” (González Casanova, 1965) colonizadores en el control fuera genuinamen- y “Classes, colonialism and acculturation” (Stavenha- te representante del conjunto de la población gen, 1965); fueron seguramente los más importantes colonizada. Las respectivas sociedades, funda- entre quienes trataron de teorizar el problema de mane- das en la dominación colonial de indios, negros ra sistemática. Ahora sabemos que esos son problemas acerca de la colonialidad que van mucho más allá de la y mestizos, no podrían tampoco ser considera- trama institucional del Estado-nación. 818 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

cia no lo fueron por mucho tiempo. Los escla- asalariados, los productores independientes vos negros fueron de importancia básica para y la burguesía local. Esto, en consecuencia, la economía, pero demográficamente fueron con las limitaciones derivadas de la exclusión una minoría. Y desde el comienzo, después de negros y mestizos, era un interés nacional de la Independencia, la producción fue hecha para la gran mayoría de la población del nue- en gran medida por trabajadores asalariados vo Estado-nación. y productores independientes. En Chile, du- rante el período colonial, la servidumbre india Estado independiente y sociedad fue restringida, ya que los sirvientes indios lo- colonial: dependencia histórico- cales eran una pequeña minoría. Y los escla- estructural vos negros, a pesar de ser más importantes para la economía, eran también una pequeña En cambio, en las otras sociedades iberoameri- minoría. De este modo, esas razas no eran una canas, la pequeña minoría blanca en el control gran fuente de trabajo gratuito como en el de los Estados independientes y las sociedades caso de los demás países ibéricos. Consecuen- coloniales no podía haber tenido, ni sentido, temente, desde el inicio de la Independencia ningún interés social en común con los indios una creciente proporción de la producción y negros y mestizos. Al contrario, sus intereses local hubo de estar basada en el salario y el sociales eran explícitamente antagónicos res- capital, y por esa razón el mercado interno fue pecto de los siervos indios y los esclavos ne- vital para la burguesía pre monopólica. Así, gros, dado que sus privilegios estuvieron, pre- para las clases dominantes de ambos países cisamente, hechos del dominio / explotación –toutes distances gardées– el trabajo asalaria- de dichas gentes. De modo que no había ningún do local, la producción y el mercado interno terreno de intereses comunes entre blancos y fueron preservados y protegidos de la compe- no blancos y, en consecuencia, ningún interés tencia externa como la única y la más impor- nacional común a todos ellos. Por eso, desde tante fuente de beneficio capitalista. Aún más, el punto de vista de los dominadores, sus inte- el mercado interno tuvo que ser expandido y reses sociales estuvieron mucho más cerca de protegido. En ese sentido, había algunas áreas los intereses de sus pares europeos y en con- de intereses comunes entre los trabajadores secuencia estuvieron siempre inclinados a se- Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 819

guir los intereses de la burguesía europea. Eran riada, precisamente porque eso iba en contra pues, dependientes. de la reproducción de su señorío. Y destinaban Eran dependientes de esa manera específi- esos beneficios comerciales al consumo osten- ca, no porque estuvieran subordinados por un toso de las mercancías producidas, sobre todo, mayor poder económico o político. ¿De quién? en Europa. España o Portugal eran entonces demasiado La dependencia de los capitalistas seño- débiles, se subdesarrollaban, no podían ejercer riales de esos países tenía, en consecuencia, ningún neocolonialismo como ingleses o fran- una fuente inescapable: la colonialidad de su ceses en ciertos países de África después de la poder los llevaba a percibir sus intereses so- independencia política de esos países. Estados ciales como iguales a los de los otros blancos Unidos estaba absorbido en la conquista de las dominantes, en Europa y en Estados Unidos. tierras de los indios y en el exterminio de esa Esa misma colonialidad del poder les impedía, población, iniciando su expansión imperial so- sin embargo, desarrollar realmente sus intere- bre parte del Caribe, sin capacidad aún de ex- ses sociales en la misma dirección que los de pandir su dominio económico o político más sus pares europeos, esto es, convertir capital allá. Inglaterra intentó la ocupación de Buenos comercial (beneficio producido lo mismo en la Aires y fue derrotada. esclavitud, en la servidumbre, o en la recipro- Los señores blancos latinoamericanos, cidad) en capital industrial, puesto que eso im- dueños del poder político y de siervos y de plicaba liberar indios siervos y esclavos negros esclavos, no tenían intereses comunes, sino y convertirlos en trabajadores asalariados. Por exactamente antagónicos a los de esos traba- obvias razones, los dominadores coloniales jadores, que eran la abrumadora mayoría de la de los nuevos Estados independientes, en es- población de los nuevos Estados. Y mientras pecial en América del Sur después de la crisis en Europa y Estados Unidos la burguesía blan- de fines del siglo XVIII, no podían ser en esa ca expandía la relación social llamada capital configuración sino socios menores de la bur- como eje de articulación de la economía y de guesía europea. Cuando mucho más tarde fue la sociedad, los señores latinoamericanos no preciso liberar a los esclavos, no fue para asa- podían acumular sus cuantiosos beneficios co- lariarlos, sino para reemplazarlos por trabaja- merciales comprando fuerza de trabajo asala- dores inmigrantes de otros países, europeos y 820 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

asiáticos. La eliminación de la servidumbre de latinoamericano de industrialización depen- los indios es reciente. No había ningún interés diente: la sustitución de los bienes importados social común, ningún mercado propio que de- para el consumo ostentoso de los señores y de fender, lo que habría incluido el salariado, ya sus pequeños grupos medios asociados, por que ningún mercado local era de interés de los productos locales destinados a ese consumo. dominadores. No había, simplemente, ningún Para esa finalidad no era necesario reorganizar interés nacional. globalmente las economías locales, asalariar La dependencia de los señores capitalistas masivamente a siervos, ni producir tecnología no provenía de la subordinación nacional. Esta propia. La industrialización a través de la susti- fue, por el contrario, la consecuencia de la co- tución de importaciones es, en América Latina, munidad de intereses raciales. Estamos tra- un caso diáfano de las implicaciones de la co- tando aquí con el concepto de la dependencia lonialidad del poder41. histórico-estructural, que es muy diferente de En este sentido, el proceso de independencia las propuestas nacionalistas de la dependencia de los Estados en América Latina sin la desco- externa o estructural40. La subordinación vino lonización de la sociedad no pudo ser, no fue, más adelante, precisamente debido a la depen- un proceso hacia el desarrollo de los Estados- dencia y no a la inversa: durante la crisis eco- nación modernos, sino una rearticulación de la nómica mundial de los treinta, la burguesía con colonialidad del poder sobre nuevas bases ins- más capital comercial de América Latina (Ar- titucionales. Desde entonces, durante casi 200 gentina, Brasil, México, Chile, Uruguay y, has- años, hemos estado ocupados en el intento de ta cierto punto, Colombia) fue forzada a pro- avanzar en el camino de la nacionalización de ducir localmente los bienes que servían para nuestras sociedades y nuestros Estados. Toda- su consumo ostentoso y que antes tenían que vía, en ningún país latinoamericano es posible importar. Este fue el inicio del peculiar camino encontrar una sociedad plenamente naciona- lizada ni tampoco un genuino Estado-nación.

40 Véase, sobre este aspecto, mi “Urbanización, cam- bio social y dependencia” (Quijano, 1967), publicado en 41 Sobre estas cuestiones he adelantado algunas pro- el libro de Cardoso y Weffort América Latina. Ensa- puestas de debate en “América Latina en la economía yos de interpretación sociológica. mundial” (Quijano, 1993). Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 821

La homogeneización nacional de la población, Tupac Amaru. En México, el proceso de des- según el modelo eurocéntrico de nación, sólo colonización del poder empezó a verse pau- hubiera podido ser alcanzada a través de un latinamente limitado desde los sesenta hasta proceso radical y global de democratización entrar finalmente en un período de crisis al de la sociedad y del Estado. Primero que nada, final de los setenta. En Bolivia la revolución esa democratización hubiera implicado, y aún fue derrotada en 1965. debe implicar, el proceso de la descolonización 2. Un limitado pero real proceso de homoge- de las relaciones sociales, políticas y culturales neización colonial (racial), como en el Cono entre las razas, o más propiamente entre gru- Sur (Chile, Uruguay, Argentina), por medio pos y elementos de existencia social europeos de un genocidio masivo de la población abo- y no europeos. No obstante, la estructura de rigen. Una variante de esa línea es Colombia, poder fue y aún sigue estando organizada sobre en donde la población original fue cuasi ex- y alrededor del eje colonial. La construcción de terminada durante la colonia y reemplazada la nación y sobre todo del Estado-nación han con los negros. sido conceptualizadas y trabajadas en contra 3. Un siempre frustrado intento de homogenei- de la mayoría de la población, en este caso, de zación cultural a través del genocidio cultu- los indios, negros y mestizos. La colonialidad ral de los indios, negros y mestizos, como en del poder aún ejerce su dominio, en la mayor México, Perú, Ecuador, Guatemala-Centro parte de América Latina, en contra de la de- América y Bolivia. mocracia, la ciudadanía, la nación y el Estado- 4. La imposición de una ideología de “demo- nación moderno. cracia racial” que enmascara la verdadera Actualmente se puede distinguir cuatro tra- discriminación y la dominación colonial de yectorias históricas y líneas ideológicas acerca los negros, como en Brasil, Colombia y Vene- del problema del Estado-nación: zuela. Difícilmente alguien puede reconocer con seriedad una verdadera ciudadanía de la 1. Un limitado pero real proceso de descolo- población de origen africano en esos países, nización / democratización a través de re- aunque las tensiones y conflictos raciales no voluciones radicales como en México y en son tan violentos y explícitos como en Sudá- Bolivia, después de las derrotas de Haití y de frica o en el sur de los Estados Unidos. 822 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

Lo que estas comprobaciones indican es que las limitaciones sabidas, en todo el mundo de hay, sin duda, un elemento que impide radi- identidad europea (Canadá, EE.UU., Australia, calmente el desarrollo y culminación de la na- Nueva Zelandia, por ejemplo)? ¿Por qué no ha cionalización de la sociedad y del Estado, en sido posible, hasta hoy sino de modo parcial y la misma medida en que impide su democra- precario, en América Latina? tización, puesto que no se encuentra ningún Para empezar, ¿hubiera sido posible en Fran- ejemplo histórico de modernos Estado-nación cia, el caso clásico de Estado-nación moderno, que no sean el resultado de dicha democrati- esa democratización social y radical si el factor zación social y política. ¿Cuál es o puede ser racial hubiera estado incluido? Es muy poco ese elemento? probable. Hoy en día es fácil observar en Fran- En el mundo europeo, y por eso en la pers- cia el problema nacional y el debate producido pectiva eurocéntrica, la formación de Estados- por la presencia de población no-blanca, origi- nación ha sido teorizada, imaginada en verdad, naria de las ex colonias francesas. Obviamente, como expresión de la homogeneización de la no es un asunto de etnicidad ni creencias reli- población en términos de experiencias his- giosas. Nuevamente basta con recordar que un tóricas comunes. Y a primera vista, los casos siglo atrás el caso Dreyfus demostró la capa- exitosos de nacionalización de sociedades y cidad de discriminación de los franceses, pero Estados en Europa parecen darle la razón a su final también demostró que para muchos ese enfoque. Lo que encontramos en la histo- de ellos la identidad de origen no era requisito ria conocida es, desde luego, que esa homo- determinante para ser miembro de la nación geneización consiste en la formación de un francesa, hasta tanto el color fuera francés. Los espacio común de identidad y de sentido para judíos franceses son hoy más franceses que los la población de un espacio de dominación. hijos de africanos, árabes y latinoamericanos Y eso, en todos los casos, es el resultado de nacidos en Francia. Esto, para no mencionar lo la democratización de la sociedad, la cual de sucedido con los inmigrantes rusos y españo- ese modo puede organizarse y expresarse en les cuyos hijos, por haber nacido en Francia, un Estado democrático. La pregunta pertinen- son franceses. te, a estas alturas del debate, es ¿por qué eso Esto quiere decir que la colonialidad del ha sido posible en Europa Occidental, y con poder, basada en la imposición de la idea de Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 823

raza como instrumento de dominación, ha sido va de conocimiento es el debate y la práctica siempre un factor limitante de estos procesos de proyectos revolucionarios. En el siglo XX la de construcción del Estado-nación basados en abrumadora mayoría de la izquierda latinoame- el modelo eurocéntrico, sea en menor medida ricana, adherida al materialismo histórico, ha como en el caso norteamericano o de modo de- debatido básicamente en torno a dos tipos de cisivo como en América Latina. El grado actual revoluciones: democrático-burguesa o socialis- de limitación depende, como ha sido mostrado, ta. Rivalizando con esa izquierda, el movimien- de la proporción de las razas colonizadas den- to denominado aprista –el APRA (Alianza Popu- tro de la población total y de la densidad de sus lar Revolucionaria Antiimperialista) en el Perú; instituciones sociales y culturales. AD (Acción Democrática en Venezuela); MNR Por todo eso, la colonialidad del poder esta- (Movimiento Nacionalista Revolucionario) en blecida sobre la idea de raza debe ser admitida Bolivia; MLN (Movimiento de Liberación Na- como un factor básico en la cuestión nacional cional) en Costa Rica; Movimiento Revolucio- y del Estado-nación. El problema es, sin em- nario Auténtico y los Ortodoxos en Cuba, entre bargo, que en América Latina la perspectiva los más importantes– por boca de su mayor eurocéntrica fue adoptada por los grupos do- teórico, el peruano Haya de la Torre, propuso minantes como propia, y los llevó a imponer originalmente, entre 1925-1935, la llamada Re- el modelo europeo de formación del Estado- volución antiimperialista, como un proceso de nación para estructuras de poder organizadas depuración del carácter capitalista de la econo- alrededor de relaciones coloniales. Así aún mía y de la sociedad latinoamericanas, sobre la nos encontramos hoy en un laberinto donde base del control nacional-estatal de los princi- el Minotauro es siempre visible, pero ningu- pales recursos de producción, como una tran- na Ariadna para mostrarnos la ansiada salida. sición hacia una revolución socialista. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, ese proyecto Eurocentrismo y revolución transitó definitivamente a una suerte de social- en América Latina liberalismo42, y se va agotando de ese modo.

Otro caso claro de ese trágico desencuentro 42 La miopía eurocéntrica, no sólo de estudiosos de entre nuestra experiencia y nuestra perspecti- Europa o de Estados Unidos sino también de los de 824 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

De manera breve y esquemática, pero no ar- que la economía, y por lo tanto, la sociedad y el bitraria, se puede presentar el debate latinoa- Estado en América Latina son básicamente ca- mericano sobre la revolución democrático-bur- pitalistas. En su lenguaje, eso implica que el ca- guesa como un proyecto en el cual la burguesía pital como relación social de producción es ya organiza a la clase obrera, a los campesinos y a dominante y que, en consecuencia, lo burgués otros grupos dominados para arrancar al seño- es también dominante en la sociedad y en el río feudal del control del Estado, y para reorga- Estado. Admite que hay rezagos feudales y en nizar la sociedad y el Estado en los términos del consecuencia tareas democrático-burguesas capital y de la burguesía. El supuesto central de en el trayecto de la revolución socialista. ese proyecto es que la sociedad en América La- De hecho, el debate político del último me- tina es, en lo fundamental, feudal, o a lo sumo dio siglo en América Latina ha estado anclado semifeudal, ya que el capitalismo es aún inci- en si la economía, la sociedad y el Estado eran piente, marginal y subordinado. La revolución feudales / semifeudales o capitalistas. La ma- socialista, en cambio, se concibe como la erra- yor parte de la izquierda latinoamericana, hasta dicación de la burguesía del control del Esta- hace pocos años, adhería a la propuesta demo- do por la clase obrera, la clase trabajadora por crático-burguesa; siguiendo ante todo los linea- excelencia, a la cabeza de una coalición de las mientos centrales del socialismo real o campo clases explotadas y dominadas, para imponer socialista, sea con sede en Moscú o en Pekín. el control estatal de los medios de producción, Para creer que en América Latina una re- y construir desde el Estado la nueva sociedad. volución democrático-burguesa basada en el El supuesto de esa propuesta es, obviamente, modelo europeo es no sólo posible, sino nece- saria, primero es preciso admitir en América, y más precisamente en América Latina: 1) la América Latina, ha difundido y cuasi impuesto univer- salmente el nombre de populismo para esos movimien- relación secuencial entre feudalismo y capita- tos y proyectos que, sin embargo, tienen poco en co- lismo; 2) la existencia histórica del feudalismo mún con el movimiento de los narodnikis rusos del si- y en consecuencia el conflicto histórico an- glo XIX o del populismo norteamericano posterior. Una tagónico entre la aristocracia feudal y la bur- discusión de estas cuestiones en mi texto “Fujimorismo guesía; 3) una burguesía interesada en llevar a y populismo” (Quijano, 1998a), publicado en el libro de De Lara El fantasma del populismo. cabo semejante empresa revolucionaria. Sabe- Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 825

mos que en China a inicios de los treinta, Mao te de este continente (EE.UU., todo el Caribe, propuso la idea de la revolución democrática incluyendo Venezuela, Colombia, las costas de de nuevo tipo, porque la burguesía ya no está Ecuador y Perú, Brasil), el esclavismo ha sido interesada en, y tampoco es capaz de llevar a más extendido y más poderoso. Pero, claro, la cabo, esa, su misión histórica. En este caso, esclavitud terminó antes del siglo XX. Y fueron una coalición de clases explotadas / domina- los señores feudales los que heredaron el po- das, bajo el liderazgo de la clase trabajadora, der. ¿No es verdad? debe sustituir a la burguesía y emprender la Una revolución antifeudal, ergo democrá- nueva revolución democrática. tico-burguesa, en el sentido eurocéntrico ha En América, sin embargo, como en esca- sido, pues, siempre, una imposibilidad histó- la mundial desde hace 500 años, el capital ha rica. Las únicas revoluciones democráticas existido sólo como el eje dominante de la ar- realmente ocurridas en América (aparte de la ticulación conjunta de todas las formas histó- Revolución americana) han sido las de Méxi- ricamente conocidas de control y explotación co y de Bolivia, como revoluciones populares, del trabajo, configurando así un único patrón nacionalistas-antiimperialistas, anticoloniales, de poder, histórico-estructuralmente heterogé- esto es contra la colonialidad del poder, y anti- neo, con relaciones discontinuas y conflictivas oligárquicas, esto es contra el control del Esta- entre sus componentes. Ninguna secuencia do por la burguesía señorial bajo la protección evolucionista entre los modos de producción, de la burguesía imperial. En la mayoría de los ningún feudalismo anterior, separado y anta- otros países, el proceso ha sido un proceso de gónico del capital, ningún señorío feudal en el depuración gradual y desigual del carácter so- control del Estado, al cual una burguesía urgi- cial, capitalista, de la sociedad y el Estado. En da de poder tuviera que desalojar por medios consecuencia, el proceso ha sido siempre muy revolucionarios. Si secuencia hubiera, es sin lento, irregular y parcial. duda sorprendente que el movimiento seguidor ¿Podría haber sido de otra manera? Toda de- del materialismo histórico no haya luchado mocratización posible de la sociedad en Amé- por una revolución antiesclavista, previa a la rica Latina debe ocurrir en la mayoría de estos revolución antifeudal, previa a su vez a la revo- países, al mismo tiempo y en el mismo movi- lución anticapitalista. Porque en la mayor par- miento histórico como una descolonización y 826 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

como una redistribución del poder. En otras la idea de una sociedad capitalista homogénea, palabras, como una redistribución radical del en el sentido de que sólo el capital como re- poder. Esto es debido, primero, a que las “cla- lación social existe y en consecuencia la clase ses sociales”, en América Latina, tienen “co- obrera industrial asalariada es la parte mayori- lor”, cualquier “color” que pueda encontrarse taria de la población. Pero ya hemos visto que en cualquier país, en cualquier momento. Eso así no ha sido nunca, ni en América Latina, ni quiere decir, definitivamente, que la clasifica- en el resto del mundo, y que casi seguramente ción de las gentes no se realiza solamente en así no ocurrirá nunca. Segundo, la idea de que un ámbito del poder, la economía, por ejemplo, el socialismo consiste en la estatización de to- sino en todos y en cada uno de los ámbitos. La dos y cada uno de los ámbitos del poder y de dominación es el requisito de la explotación, y la existencia social, comenzando con el control la raza es el más eficaz instrumento de domina- del trabajo, porque desde el Estado se puede ción que, asociado a la explotación, sirve como construir la nueva sociedad. Ese supuesto co- el clasificador universal en el actual patrón loca toda la historia, de nuevo, sobre su cabeza. mundial de poder capitalista. En términos de la Inclusive en los toscos términos del materia- cuestión nacional, sólo a través de ese proceso lismo histórico, hace de una superestructura, de democratización de la sociedad puede ser el Estado, la base de la sociedad. Y escamotea posible y finalmente exitosa la construcción de el hecho de una total reconcentración del con- un Estado-nación moderno, con todas sus im- trol del poder, lo que lleva necesariamente al plicancias, incluyendo la ciudadanía y la repre- total despotismo de los controladores, hacién- sentación política. dola aparecer como si fuera una socialización del poder, esto es la redistribución radical del En cuanto al espejismo eurocéntrico acerca control del poder. Pero, precisamente, el socia- de las revoluciones “socialistas”, como control lismo no puede ser otra cosa que la trayectoria del Estado y como estatización del control del de una radical devolución del control sobre el trabajo / recursos / productos, de la subjetivi- trabajo / recursos / productos, sobre el sexo / dad / recursos / productos, del sexo / recursos / recursos / productos, sobre la autoridad / ins- productos, esa perspectiva se funda en dos su- tituciones / violencia, y sobre la intersubjetivi- puestos teóricos radicalmente falsos. Primero, dad / conocimiento / comunicación, a la vida Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina 827

cotidiana de las gentes. Eso es lo que propon- será retomado en América Latina sino a partir go, desde 1972, como socialización del poder43. de los años sesenta del siglo que recién termi- Solitariamente, en 1928, José Carlos Mariá- nó, y en el resto del mundo a partir de la derro- tegui fue sin duda el primero en vislumbrar, no ta mundial del campo socialista. sólo en América Latina, que en este espacio / En realidad, cada categoría usada para ca- tiempo las relaciones sociales de poder, cual- racterizar el proceso político latinoamericano quiera que fuera su carácter previo, existían y ha sido siempre un modo parcial y distorsio- actuaban simultánea y articuladamente, en una nado de mirar esta realidad. Esa es una conse- única y conjunta estructura de poder; que ésta cuencia inevitable de la perspectiva eurocéntri- no podía ser una unidad homogénea, con rela- ca, en la cual un evolucionismo unilineal y uni- ciones continuas entre sus elementos, movién- direccional se amalgama contradictoriamente dose en la historia continua y sistémicamente. con la visión dualista de la historia; un dualis- Por lo tanto, que la idea de una revolución so- mo nuevo y radical que separa la naturaleza de cialista tenía que ser, por necesidad histórica, la sociedad, el cuerpo de la razón; que no sabe dirigida contra el conjunto de ese poder y que qué hacer con la cuestión de la totalidad, ne- lejos de consistir en una nueva reconcentra- gándola simplemente, como el viejo empirismo ción burocrática del poder, sólo podía tener o el nuevo posmodernismo, o entendiéndola sentido como redistribución entre las gentes, sólo de modo organicista o sistémico, convir- en su vida cotidiana, del control sobre las con- tiéndola así en una perspectiva distorsionante, diciones de su existencia social44. El debate no imposible de ser usada salvo para el error. No es, pues, un accidente que hayamos sido, por el momento, derrotados en ambos 43 Véanse: “¿Qué es y qué no es el socialismo?” (Qui- jano, 1972); “Poder y democracia en el socialismo” (Quijano, 1981). (Mariátegui, 1928; numerosas ediciones); “Punto de 44 Ese descubrimiento es, sin duda, lo que otorga a vista Antiimperialista” (Mariátegui, 1974), presentado Mariátegui su mayor valor y su continuada vigencia, en la Primera Conferencia Comunista Latinoameri- derrotados los socialismos y su materialismo históri- cana, Buenos Aires, junio de 1929; y el célebre editorial co. Véase, sobre todo, el tramo final del primero de sus de la revista Amauta “Aniversario y balance” (Mariáte- 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana gui, 1928). 828 Aníbal Quijano - Cuestiones y Horizontes

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