JORNADA MATTE BLANCO

Palabras expresadas durante la Jornada

1.- Dra. Julia Lauzon , Psicoanalista y Presidente, Asociacion Psicoanalítica Chilena, APCh.

2.- Dr. Fernando Ivanovic-Zuvic R. , Profesor Titular Facultad de Medicina, Hospital Clínico Universidad de .

3.- Dr. Ramón Florenzano Urzúa, Profesor de Psiquiatría, Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Psicoanalista Asociación Psicoanalítica Chilena, APCh.

4.- Dra. Alejandra Ramírez Coronel, Psicoanalista Titular y Vicepresidente Asociación Psicoanalitica Chilena, APCh.Prof. Adjunto Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Norte, Universidad de Chile.

1 1.- Dra. Julia Lauzon

Psicoanalista y Presidente, Asociacion Psicoanalítica Chilena, APCh.

Jornada Matte Blanco, Aniversario Creación Sociedad Psicoanalitica, Clínica Psiquiatríca Universitaria, Universidad de Chile, 12 Julio 2019.

En nombre de todos los miembros y analistas en formación de la APCh, en el marco del Aniversario de los 70 años de la fundación de la Asociación Psicoanalítica Chilena en 1949, realizo la apertura de este encuentro para escuchar a los colegas que se presentarán en este homenaje.

Agradezco la invitación y la presencia de todos ustedes.

Desde que llegué a me acercaron a los méritos y visicitudes de un pionero como el Dr. Ignacio Matte Blanco, con respeto y consideración, el Dr. Hernán Davanzo, en su momento como presidente de la APCh y la Ps Ximena Artaza en reuniones científicas. Leyendo al Dr. Ramón Florenzano, tomé conocimiento de que logró hacer una difusión de las teorías de Freud entre grupos cultos y profesionales de su época, una visión avanzada y nuevos aportes a la docencia universitaria de psiquiatría. Me llamó la atención que después de formarse como fisiólogo en Inglaterra, devino su interés a la psiquiatría y el psicoanálisis en el Instituto Británico de Psicoanálisis, con destacados analistas como Ernest Jones, Susan Isaacs, , Edward Glover, Joan Riviere y . Además, estudió a Bertrand Russell, uno de los creadores de la moderna lógica matemática. Fue Profesor de Psiquiatría en la Universidad de Chile, donde promovió la construcción de la Clínica Psiquiátrica de esa Universidad, como seguramente nos contarán los colegas. Al poco tiempo de mi llegada a Santiago en 1982, mi primer contacto con su obra fue a través del Dr. Mario Gomberoff y su esposa Liliana Pualuan, que todos recordamos cálidamente, quienes me regalaron su libro "El Inconsciente como Conjuntos Infinitos”

Me interesó que al volver a Chile, Matte se dedicó a reformar la enseñanza de la psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, abogando por disminuir la docencia centrada en clases magistrales, aumentando la participación de los estudiantes, a través de actividades prácticas y ejercicios vivenciales. Señaló la necesidad de abrir la educación médica a perspectivas psicosociales, humanistas y espirituales, cruciales para comprender la naturaleza humana. Tambien tuvo que enfrentar la resistencia que provocaba una mirada innovadora en la psiquiatría clásica.

Junto a sus discípulos había fundado el Centro de Estudios Psicoanalíticos, que en 1949 se constituye en la Asociación Psicoanalítica Chilena. En el mismo año fue aceptada por la Asociación Psicoanalítica Internacional.

2 Fue director de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de la Universidad de Chile, bajo su dirección se construyó el edificio que hasta hoy la alberga, se renovó su espiritú y comenzaron a desarrollarse diversas líneas de investigación desde la neurofisiología, pasando por aspectos biológicos de la psiquiatría hasta la hipnosis y psicoterapia. Durante estos años no descuidó su labor en el Instituto de psicoanálisis, como analista didacta, profesor de seminarios y supervisor.

En una breve biografía el Dr. Javier Pinto Leiva actual tesorero, cuenta que jubila en 1966 y decide junto a su familia trasladarse a Roma, cumpliendo un viejo anhelo. En Italia a los 58 años de edad revalidó sus títulos y emprendió una reconocida carrera en la Universidad y también en la Sociedad de Psicoanálisis Italiana. Como reconocimiento de su contribución al pensamiento y las ciencias, en 1989 fue incorporado a la Universidad de Pisa como miembro Honoris Causa.

Es en Roma en 1989, durante el Congreso Internacional de Psicoanálisis, cuando un grupo de analistas chilenos liderado por el Dr. José Antonio Infante, quien ya no está entre nosotros, lo visita en su residencia.

Fallece en 1994, a los 86 años, en su casa de Monte Mario. Para muchos pilar fundamental del surgimiento psicoanalítico en Chile, y un adelantado para su tiempo... nuestro Centro lleva su nombre. Me siento muy afortunada de representar a la Asociación Psicoanalítica Chilena al realizar la apertura en este homenaje al Dr. Ignacio Matte Blanco, desde la Presidencia junto a mis colegas del Directorio aquí presentes, como Alejandra Ramírez en la Vicepresidencia, Milka Kaplan como Directora de Extensión y Difusión, Carmen Gloria Perales en Biblioteca y Revista.

Además Andrés Belmar en la Secretaría, Javier Pinto en Tesorería y Francisco Arteaga en Secretaría científica.

Muchas gracias.

3 2.- Homenaje al Dr. Ignacio Matte Blanco Dr. Fernando Ivanovic-Zuvic R.

Profesor Titular Facultad de Medicina, Hospital Clínico Universidad de Chile.

Jornada Matte Blanco: Aniversario Creación Sociedad Psicoanalítica Chilena, APCh.

En esta ocasión nos hemos reunido instituciones del ámbito universitario como es la Clínica Psiquiátrica Universitaria (CPU) de la Universidad de Chile junto a la Asociación Psicoanalítica Chilena para celebrar en conjunto a una de las figuras más importantes en el campo de la salud mental. del psicoanálisis y de la psiquiatría chilena. Ignacio Matte Blanco, a quien honramos su memoria al haber puesto su nombre a este auditorio principal, donde estamos presentes, que ha sido testigo del paso de muchos psiquiatras que se han formado en estas aulas, pues la Universidad de Chile ha sido y es en la actualidad el primer centro formador no solo de psiquiatras sino también de numerosos profesionales de la salud mental. De este modo, contamos con una verdadera tradición que nos llena de orgullo, pues nuestra universidad se encuentra en una muy buena posición en el ámbito nacional y también por que no decirlo en el internacional según los resultados de encuestas comparativas en Latinoamérica. Recientemente el Hospital Clínico de la Universidad de Chile a la cual pertenece la CPU, ha sido nombrada como el mejor hospital de Chile, destacando justamente en el ámbito formativo además del asistencial, de investigación y extensión.

La fecha que nos reúne hoy en conjunto con la Asociación Psicoanalítica Chilena se relaciona con el año 1949, momento en que el Centro de Estudios Psicoanalíticos que reúne a Matte Blanco con sus discípulos pasa a denominarse Asociación Psicoanalítica Chilena y es aceptada como componente de la Asociación Psicoanalítica Internacional. Ese mismo año el Dr. Matte Blanco es elegido profesor titular de psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile y director de esta clínica psiquiátrica.

Analicemos algunos hechos biográficos de Matte Blanco. Nació en Santiago en 1908, hizo sus estudios en el Liceo Alemán y luego en al Universidad de Chile, titulándose como médico cirujano en 1930. Entre 1927 y 1931 se desempeñó como ayudante de la Cátedra de Bioquímica del Profesor Eduardo Cruz Coke, quien lo estimuló en la investigación científica.

Luego de titulado, trabajó en la Cátedra de Fisiología de la Escuela de Medicina de la Universidad Católica de Chile, donde estuvo por tres años. Su interés por la Psiquiatría lo llevó a desempeñarse como médico ayudante de la Clínica Psiquiátrica Del Carmen entre 1930 y 1931 y luego se trasladó a Londres. Durante esa época comenzó su análisis con el Dr. Fernando Allende Navarro, psicoanálisis que continuó en Londres con el Dr. Walter Schmiedeberg.

Se incorporó como research fellow en Fisiología en el University College de Londres. Ingresó a la Sociedad Británica De Psicoanálisis entre 1934-1940 y tuvo como docentes a Ernest Jones, Melanie Klien, Susan Issacs, entre otros connotados psicoanalistas. Matte describe “el clima en esa sociedad era de buen sentido común, con plena libertad en la crítica, no había exageraciones”. No existían reglas rígidas

4 entre alumnos o maestros y pretendía asimilar la atmósfera que intentó plasmar Freud en Viena. Obtuvo el 1937 el título de psicoanalista y trabajó en la práctica privada como tal en Londres entre 1936-1940. En esa época también participó como asistente clínico en el Instituto Psicoanalítico de Londres y como médico en el Instituto Para el Tratamiento de la Delincuencia en Londres.

En 1935 se incorporó como estudiante de Psiquiatría en Northumberland House en Londres y en 1936 ingresa como ayudante clínico en el Moudsley Hospital de Londres. En lo personal fui testigo que durante su estadía en el Moudsley Hospital de Londres aún se recuerda su nombre. Sus libros y trabajos se mantienen con aplicado cuidado. Muchos investigadores y docentes del Moudsley coinciden en apreciar su obra, la que es muy valorada en este importante centro asistencial y de investigación de Londres junto al Instituto de Psiquiatría adosado al Moudsley Hospital.

En 1940 se traslada a EEUU donde trabajó en el Hospital John Hopkins de Baltimore, en la Universidad de Duke en Carolina del Norte, donde fue miembro del equipo docente del Departamento de Neuropsiquiatría de Universidad de Duke. Luego estuvo en el Instituto Neurológico de Nueva York y regresa a Chile en 1944.

Como se observa, su formación como analista es de las mejores, contactándose con figuras relevantes del pensar psicoanalítico y visitando centros de estudios universitarios de renombre para esa época, lo que pensamos lo marcará en su vida académica tanto en Chile como posteriormente en el extranjero.

Posterior a su regreso a Chile, trabaja como Profesor de Psicología Médica en la Escuela de Enfermeras de la Beneficencia de Santiago y durante esos mismos años imparte clases de psicoanálisis a médicos psiquiatras bajo la Cátedra del Profesor Vivado en la Universidad de Chile.

En 1944 comenzó a motivar a un grupo de jóvenes colegas hacia el psicoanálisis, entre los que se incluían Carlos Whitting, Ramón Ganzaraín, Carlos Nuñez, Sergio Rodríguez, Fernando Orrego, Juan Marconi, Arturo Prat.

En el año 1949 ocurre lo previamente mencionado, ya que junto a 13 discípulos forman el centro de Estudios de Psicoanálisis incluyendo al Dr. Fernando Allende Navarro formado en Suiza y este grupo se consolida como la Asociación Psicoanalítica Chilena, miembro de la asociación Psicoanalítica Internacional. En el mismo año falleció el profesor Vivado y luego de una disputada elección obtiene por solo un voto de ventaja el nombramiento de Profesor Titular de la Cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y asume como director de la CPU hasta su partida del país, lo que ocurre en el año 1966 para radicarse en Roma donde fallece en 1995.

En el año 1954, es decir un año antes de la inauguración de la CPU, publica uno de sus mejores libros “Lo psíquico y la Naturaleza Humana” donde reconoce a su maestro Cruz Coke y le dedica su obra.

5 En esta cátedra se incorporaron entre otros, Hernán Davanzo, Julio Dittborn, Otto Kemberg, María Rivera Adelaida, Enrique Rosemblatt que constituyeron una de las primeras generaciones de analistas formados en nuestro país.

Nombraremos a otros cuyos nombres nos son familiares en el día de hoy. Vicente Sanchez, Inés Marchesse, Andrés Bahamondes, Adriana Schnake, Max Letelier, Guido Solari, Aníbal Varela, Mario Gomberoff, Claude Lerclerc, Genoveva Valderrama, Sonia Abocich, Sergio Gaete que formaron parte del cuerpo decente de la CPU realizando formación de nuevos psiquiatras. Pido disculpas si no he logrado nombrar a todos los que participaron en este periodo.

Matte Blanco fue el gestor de la Construcción de este edificio de la CPU.

Me basaré en los escritos de Julio Pallavicini, profesor Titular que publicó un interesante artículo sobre la forma como se llegó a diseñar y construir este reciento donde lo estamos homenajeando.

En 1925 se impartía el curso “Enfermedades Nerviosas y Mentales”. Ese año se divide este curso y en psiquiatría nace la Cátedra de Enfermedades Mentales a cargo del Dr. Oscar Fontecilla. Se planteaba la necesidad de contar con un recinto propio para atender a los enfermos, ya que el curso se realizaba en la Casa de Orates actualmente Instituto José Horwitz, en condiciones precarias y que dependía de la buena voluntad de los directores de esta antigua casa de orates. Se requería de un lugar que contara con los elementos mínimos para la enseñanza de la Psiquiatría, hecho que ya era solicitado por el Dr. Arturo Vivado Orsini a cargo de dicha cátedra previamente.

De allí surge la necesidad y la posterior construcción de este edificio a cargo del Dr. Matte Blanco que el mismo relata del siguiente modo” Imaginé un programa muy ambicioso de edificaciones, en varias naves, 6 pequeños edificios interconectados”. Fueron 5 pabellones con el policlínico adosado. Estas ideas provenían de Europa donde Matte Blanco había tomado nota de las construcciones de aquella época. En un comienzo se construyeron los pabellones A y B frente a Avenida La Paz y se destinaron a Policlínico. Los Pabellones F y I se destinaron a pabellones hospitalizados varones y mujeres respectivamente. El laboratorio de investigaciones se ubicó en el Pabellón G. Estos edificios estaban separados por un espacio y posteriormente se construyeron los módulos centrales correspondientes a la dirección, auditorium, casino y oficinas. Estas construcciones se interconectaban por un pasillo de modo funcional. En estas paredes pensamos que están plasmado el carácter y las ideas de Matte Blanco.

Los dineros para la construcción fueron gestionados por el mismo Matte Blanco hasta su inauguración en el año 1955, es decir hace 64 años.

Haremos como homenaje al Matte Blanco un resumen de una de sus contribuciones más importantes a la psicopatología y al psicoanálisis como es el tema de la Bilógica. Matte dice que Freud postuló un

6 inconsciente que se rige por el proceso primario de pensamiento cuya naturaleza difiere de la reflexión voluntaria acompañada de conciencia. Este se caracteriza por una ausencia de contradicción entre las distintas representaciones, provista de mecanismos tales como el desplazamiento, condensación. El inconsciente freudiano es atemporal, donde los procesos no establecen ninguna relación con el tiempo, no están ordenados cronológicamente, lo que permite que las dinámicas inconscientes sean siempre actuales. Los procesos del inconsciente están sometidos al principio del placer, la búsqueda de satisfacción inmediata sin considerar aspectos de la realidad externa.

En este inconsciente caracterizado por una pérdida de la lógica y regida por leyes diferentes de aquellas que gobierna el pensamiento consciente sujeta a categorías espacio temporales siguiendo las formulaciones ya propuesta por Aristóteles en el siglo IV antes de Cristo y que encontramos en su grandiosa metafísica, Matte Blanco realiza un fundamental giro que nos propone una nueva lógica del inconsciente que posee ciertas características especiales.

En el inconsciente no encontramos una lógica aristotélica que marcó nuestra cultura occidental por más de 20 siglos y que la mayoría de los filósofos aceptó como sustento para sus propias cosmovisiones. Matte dirá que el inconsciente a pesar que no mantiene una lógica clásica, posee un tipo particular de pensamiento caracterizado por dos principios, el de generalización y el de simetría.

Por el principio de generalización se refiere a que el sistema inconsciente trata lo individual como si fuera un miembro de un conjunto o clases que contienen otros miembros, como sub clases de algo más general y a su vez, ésta como parte de otra más general aún. El sistema inconsciente no conoce de individuos sino solo de clases en las cuales el individuo forma parte.

Por su parte el principio de simetría se refiere a que el sistema inconsciente trata al inverso de cualquier relación como idéntico con la relación. Es decir, trata las relaciones asimétricas como si fueran simétricas.

La oración: A es parte de B sería tratada en el inconsciente como simétrica, es decir, idéntica a su inverso, B es parte de A. Por ejemplo, al decir A es el padre de B, sería tratada como idéntica a su inverso, esto es B es el padre de A. Entonces al aplicar el principio de simetría todos los miembros de una clase son considerados idénticos entre sí y con respecto al todo, por lo que pueden ser intercambiados entre si y con el todo. Lo más relevante pensamos es que al aplicar el principio de simetría no se respeta el principio de contradicción, lo que impide que exista un sentido lógico tradicional, pues este requiere de diferenciación entre las partes y el todo. Esta diferenciación no existe, pues la asimetría permite que las cosas tengan espacialidad y temporalidad.

Proponemos el siguiente ejemplo para comprender mejor este problema y nos remitiremos a David Hume cuya idea de causalidad se puede resumir de la siguiente manera:

C causa e si

7

C este espacio temporalmente contiguo a e e sucede a C en el tiempo. Todos los eventos del tipo C están regularmente seguidos (o en conjunción constante) con elementos de tipo e.

Se requiere entonces de una presencia de regularidades. También se introduce una función de la mente que permite la unión de los elementos mediante las inferencias que se realizan para concluir a partir de los elementos iniciales los finales luego de aplicar la inferencia causal.

La causalidad para Hume es entonces un tema de relaciones entre eventos o sucesos. Con respeto a la necesidad, Hume plantea que la causalidad no es realmente prioritaria para una relación necesaria entre una causa y un efecto. Más bien sólo regularidades y contingencias ante las cuales se puede inferir causalidad. Se introduce una función de la mente que permite la unión de los elementos y ésta es la inferencia. El razonamiento causalista va más allá de lo inmediatamente dado por la experiencia. La mente es determinada por la observación de las semejanzas en un número suficiente de instancias que le permiten encontrar las conexiones entre objetos y por lo tanto poder plantear causalidad entre ellos. La causalidad de este modo, es una operación de la mente que implica finalmente necesidad entre las series de regularidades de la naturaleza, en la medida que hace inferencias sobre los objetos o eventos.

Llevaremos a cabo un análisis de los supuestos aportados por Hume.

I.- Hume considera fundamentales la espacialidad y la temporalidad. Para la temporalidad menciona sucesión temporal. Es decir, un antes y un después para que una causa sea posible

Es decir;

C------e pero C esta antes que e e sucede a C temporalmente.

Se desprende que es necesaria la presencia de temporalidad para que ocurra. No hay e sin C si no hay tiempo. Esta situación pensamos crea una asimetría entre C y e, pues no son iguales ontológicamente, existe un desnivel entre ambos que se debe mantener mientras las causas den origen a efectos. Sin causa no hay efecto. Podríamos tener efectos sin causa, pero esto llevaría el pensamiento al infinito, pues todo efecto es producto de una causa. Debería existir una causa primera que diera lugar al efecto si llevamos el pensamiento al extremo dado que ontológicamente esta asimetría entre ambas señala la supremacía de la causa. Para Hume la dirección causal está dada por la dirección del tiempo, descartando por definición la posibilidad de retrocausación.

II.- Todos los eventos del tipo C están regularmente seguidos (o en conjunción constante) con elementos de tipo e.

8 Se destaca la presencia de regularidades. Este último término también implica una sucesión, pues las regularidades deberían darse según continuidad espacial o temporal para que se aprecien como tal. Nuevamente la temporalidad ocupa un lugar central en la concepción humeana. Esto indica también que es posible encontrar regularidades en la naturaleza, pero también incluye que existen otras situaciones en que la regularidad no se cumple. Es decir, regularidad e irregularidad son parte de la realidad, algunas de las cuales pueden ser objeto de causas, las otras no.

III.- Se introduce una función de la mente, que es capaz de captar estas regularidades provistas de temporalidad y a partir de ellas efectuar inferencias causales. La causalidad de este modo, es una operación de la mente que es capaz de efectuar comparaciones y razonamientos acerca de las regularidades de la naturaleza y establecer series de necesidades entre eventos y formular causalidades entre ellos. Esto es propio del sujeto y depende de las facultades mentales como tales.

La causación es una experiencia que se adquiere por costumbre o hábito que lleva a poseer una “idea” de un objeto o de un evento a través de la percepción que a su vez es una impresión en la mente. La mente percibe una impresión interna que se constituye como una “impresión de reflexión” mediante la costumbre o hábito involuntario adquirido por la experiencia y que promueve la inferencia a partir de la conjunción constante entre las series de elementos. De este modo, surge la “conexión necesaria” en las relaciones de ideas en la mente. Las conexiones necesarias de causalidad son de este modo determinadas psicológicamente.

Matte Blanco planteará que en el inconsciente se pierde el principio de asimetría, es decir, no solo es posible una lógica aristotélica, sino además tampoco es posible que se sigan con estos principios de Hume que hemos mencionado y que el siglo XVIII constituyeron los fundamentos del razonamiento de la naciente ciencia contemporánea, con el enorme avance durante los siglos posteriores. Al señalar que el inconsciente es simétrico no se siguen las reglas formuladas por Hume y particularmente la idea de causalidad que es central para comprender las leyes de la naturaleza y la ciencia contemporánea incluyendo al pensar médico tradicional que se sustenta en la etiología de las enfermedades, entre ellas también la denominada psiquiatría biológica.

De este modo, la idea de causalidad poseería connotaciones particulares, pues ya no están sometidas a una temporalidad, un antes y un después y no es posible encontrar una relación que pueda hacer diferencias entre causas y efectos.

Siguiendo los postulados de Hume

I.- El tiempo se observa en estos ejemplos como no formando parte de C------e

9

Puede ser C------igual a e

e preceder a C

C no estar presente

e no estar presente

II.- Presencia de regularidades

No están presentes al no existir temporalidad

No es necesario que estén presentes para asegurar afirmaciones sobre las causas de los eventos

III.- Ideas que permiten inferencias

No siguen un patrón habitual, no tienen regularidad tal como se observa en los eventos de la naturaleza. Las ideas a la manera humeana no son necesarias para establecer juicios de causalidad en la realidad.

Entonces para Matte Blanco en el inconsciente no están presentes los elementos que permiten causalidad según Hume.

Esta lógica del inconsciente no puede ser visualizada en un estado puro, en la medida que no puede ser pensada, pues el pensamiento racional requiere del uso de relaciones asimétricas. Es así como este componente del ser humano solo puede ser captado parcialmente al “revestirse” de una estructura de lógica aristotélica. Entonces esta nueva lógica, llamada lógica simétrica sería el resultado de la unión de la lógica clásica por un lado y de la disolución de toda lógica y toda distinción por el otro.

El ser humano está inmerso entonces en dos sistemas lógicos, la lógica Aristotélica y otra simétrica donde el razonamiento humano se desenvuelve entre ambos sistemas lógicos, es decir en procesos de razonamientos bilógicos y ambos están presentes en mayor o menor grado, aunque en la enfermedad mental esta otra lógica simétrica se manifiesta con mayor intensidad.

Mis escusas por tan simplificada descripción de la bilógica de Matte, que ciertamente posee un mayor grado de sofisticación y profundidad, pero la hemos querido mencionar pues estos pasamientos son

10 geniales y aun son objeto de debate y estudio no solo en el ámbito psicoanalítico sino también en el metafísico y ontológico en el campo de la filosofía. Sin duda que esta apasionante y creativa formulación de cómo se caracterizan los procesos inconscientes pueden ser una inspiración para su continuo estudio en las generaciones actuales y futuras.

Pero volvamos a su influencia y su legado en nuestra CPU.

Su atención estuvo dirigida a prácticamente todos los aspectos académicos y asistenciales de la CPU. Es así como se incrementaron bajo su dirección las horas de pre grado para los estudiantes de medicina y carreras afines, se ordenaron los planes de estudio, con mayor participación activa de los estudiantes. Trabajaban en la CPU docentes de las más diversas corrientes psiquiátricas, se incorporaron prácticamente todas las orientaciones psiquiátricas que existían en aquella época. El post grado fue reforzado con la enseñanza de Neurofisiología, Psicología, Estadística, estudios clínicos y se empleaban los más diversos métodos terapéuticos, lo que provocó que muchos médicos consideraron a la Psiquiatría como una interesante rama de la medicina para especializarse y de este modo, se incrementó el número de psiquiatras formados.

Como se observa, Matte promovió en la CPU no solo el psicoanálisis sino todas aquellas corrientes que imperaban en la Psiquiatría, creando una atmósfera de franco carácter universitario donde el saber y la tolerancia por las ideas llegó a un alto desarrollo. El clima que se respiraba en aquellos años era de gran armonía entre aquellos que tenían inclinaciones hacia la clínica, los que efectuaban investigación empírica, aplicaban psicoterapias de diversa índole entre las cuales estaba el psicoanálisis. Este es quizá uno de los mayores méritos de Matte, el dejar florecer todas las ramas de la especialidad en un ambiente propiamente universitario de respeto y apoyo a aquellos interesados en encontrar la verdad o bien avanzar en sus propios caminos acerca de cómo ejercer la profesión. Pensamos que Matte Blanco incentivó el auténtico espíritu universitario en nuestra clínica donde la Psiquiatría alcanzó un gran nivel reflejado no solo por las publicaciones, sino por la calidad de los docentes y en consecuencia de los alumnos que se formaban en este centro, que en el futuro serían aquellos que continuarán con la docencia y formación de psiquiatras en otras universidades. La CPU fue el semillero de lo que hoy es nuestra psiquiatría nacional y de los avances en las técnicas psicoterapéuticas y de investigación. Solo un hombre con una estatura intelectual privilegiada pudo haber realizado este grandioso esfuerzo con que nos regocijamos en el día de hoy.

Sin dudas que Matte Blanco fue un hombre universal que, imbuido en su cultura, y conocimiento como también en su visión a largo plazo que tienen los grandes gestores, permitió formar a personas que destacaron en esta especialidad. Solo nombraré algunos. Dr. Fernando Orrego Salas con su centro de Psiquiatría experimental, Dres. Juan Marconi que se interesó por el tema del alcoholismo, Dr. Guido Solari y Aníbal Varela, con estudios farmacológicos, Dr. Hernán Davanzo y Otto Kernberg en Psicoanálisis la Dra. Hoffman con terapias de relajación, la Dra. Adriana Shnake en terapia Gestáltica, Enrique Rosemblatt con

11 el análisis transaccional, Julio Dittborn en hipnosis, Guillermo Altamirano en Psiquiatría Infantil, Dr. Fernando Oyarzun en la Universidad Austral, Max Letelier, Ines Marchesse y Laura Moya en clínica, Claudio Naranjo, Brenio Onetto y muchos otros difíciles de enumerar y mis disculpas nuevamente si no los nombro a todos.

Hoy nos enorgullecemos de haber contado con el espíritu de Matte Blanco y podemos decir que la CPU sigue siendo un lugar de relevancia en nuestro ámbito nacional. Hoy la CPU es el principal centro formador de psiquiatras en nuestro país, entre los 15 centros formadores que existen en la actualidad en Chile. Muchos de los docentes de estos centros han sido formados en nuestras aulas.

En el día de hoy la CPU cuenta con la participación de 44 psiquiatras, 6 enfermeros, 8 psicólogos, 4 terapeutas ocupacionales, una bibliotecaria además del personal de enfermería y administrativo, Contamos con dos programas de formación de especialistas en adultos e infantil con el egreso de más de 13 alumnos por año, con un total de 40 alumnos médicos en formación. Se incluyen cuatro programas de doctorado, tres magister de diversos programas de post grado y se reciben alumnos internacionales tanto en el pre como en el post grado. Contamos con 4 profesores titulares 11 asociados y 18 asistentes. Contamos con dos revistas propias, la tradicional Revista de Psiquiatría Clínica y la Revista Trastornos del ánimo. Esto da cuenta que nuestro servicio es uno de los más productivos de la facultad de medicina y del hospital clínico de la U de Chile. Incorporamos varias unidades de especialidad de la psiquiatría como trastornos de la personalidad, trastornos bipolares, adicciones, psicosis, enlace, hospitalizados, adolescencia, ambulatorios, psiquiatría Infantil, comunitaria y con grupos de estudio como la iniciativa para estudios biopsicosociales y el de Filosofía y Humanidades. Contamos con formación en psicoterapia en forma regular para los futuros psiquiatras que incluyen psicoanálisis, conductual y sistémico.

No deseo extenderme en los logros de nuestro servicio, solo señalar con alegría porque mediante estos hechos en concreto creemos que continuamos con el legado que nos ha dejado Matte Blanco, pues hoy observamos a una clínica que mantiene una buena formación académica y también en forma relevante con la participación de nuevos jóvenes docentes, la mayoría de ellos provenientes de nuestros programas de doctorado que nos aseguran que en el futuro nos darán satisfacciones.

Mantener la tradición que inicio Matte Blanco significa además que como institución debemos adaptarnos a los nuevos tiempos, lo que solo se logrará si nuestros fundamentos son sólidos, coherentes y las personas que la conforman sean representantes de esta amplitud de mente y creatividad que heredamos y que nos favorece estar a la vanguardia frente a los cambios que siempre aparecen. Es probable que nuevos acontecimientos nos desafíen en el futuro. Pensamos que si respetamos nuestra tradición y la valoramos podremos superar estos desafíos que implican los nuevos conocimientos en psiquiatría, las modificaciones administrativas, docentes y asistenciales necesarias de modo tal que alcancemos el antiguo ideal de los griegos, responder con sabiduría frente a ellos, recordando a Hipócrates, quien postulaba que el ideal del médico era ser un hombre sabio, lo que es una virtud que todos debemos cultivar y alcanzar para ajustarnos a los nuevos tiempos.

12 De este modo, queremos festejar y agradecer los aportes de nuestro fundador, además de hacerlo en forma conjunta con otra gran institución que ayudó a crear, la Asociación Psicoanalítica Chilena, con quienes en conjunto hemos realizado este homenaje a la gran obra de este gran hombre

Referencias

Aristóteles. Metafísica. Barcelona, Diamante, 1971

Hume D. Investigación sobre el entendimiento humano. Buenos Aires, Losada, 2010

Matte Blanco I. Estudios de Psicología Dinámica. Santiago, Ed. Universitaria, U de Chile, 1955

Matte Blanco I. The Unconscious as Infinite Sets. An Essay in Bi-logic. London, Compton Printing Ltd, 1975.

Parada LM. Introducción al pensamiento de Ignacio Matte Blanco. En: Casaula E, Coloma J, Jordan JF (Eds.). Mente y conjuntos infinitos. Santiago, Ananke, 1993.

13 3.- El Profesor Ignacio Matte Blanco y su influencia en la Psiquiatría y Psicoanálisis chilenos

Dr. Ramón Florenzano Urzúa

Profesor de Psiquiatría, Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Psicoanalista Asociación Psicoanalítica Chilena, APCh.

Jornada Matte Blanco, Aniversario Creación Sociedad Psicoanalítica, 70 años. 12 de Julio 2019.

Resumen

Este trabajo resume los desarrollos y tensiones de la psiquiatría clínica y el psicoanálisis freudiano a través del siglo pasado, alrededor de un punto de inflexión temporal (el año 1949) y de un médico chileno, un psiquiatra y psicoanalista que influenció profundamente al autor en su formación universitaria y en su ejercicio profesional. El Dr. Ignacio Matte Blanco fue formador de médicos no sólo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, sino que tuvo un peso nacional e internacional, dejando su sello hasta la actualidad. Desde las bases filosóficas de su actuar, el artículo recorre la historia de esa Facultad y de la Clínica Psiquiátrica Universitaria, cuyo primer Director fue el Prof. Matte. Este fue también el promotor de la Asociación Psicoanalítica Chilena, que fue admitida en el mes de agosto de 1949 como sociedad componente de la Asociación Psicoanalítica Internacional. Al cumplirse setenta años de ese evento, se revisan los antecedentes históricos del psicoanálisis freudiano y de la medicina psicosomática hasta la mitad del siglo XX, para luego analizar los desarrollos posteriores tanto de la psiquiatría clínica, del psicoanálisis post-freudiano y de la salud mental chilenas. Se concluye subrayando como las personalidades, sus vinculaciones familiares y el contexto socio-cultural marcan los avances y las dificultades de los avances en salud.

Introducción: Medicina y Filosofía

La medicina, entendida como un arte que aplica conocimientos científicos pero que requiere una particular destreza que se adquiere a través del tiempo, y la psiquiatría, como una rama de la medicina que se preocupa de las afecciones mentales, comparten una raíz filosófica: ambas comenzaron como ramas del conocimiento en la península helénica, y muchos médicos fueron filósofos. Ignacio Matte fundamentó muchas de sus ideas psiquiátricas y psicoanalíticas en su formación filosófica.

La Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile

Durante el periodo fundacional de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile en el siglo XIX, la influencia francesa fue importante: Lorenzo Sazié (nacido en Francia) fue su primer decano y su hijo chileno, Carlos Sazié Heredia, fue uno de los organizadores de la docencia de pregrado. Otro personaje

14 central fue Augusto Orrego Luco, ligado por el lado paterno a una de las grandes fortunas de la época, y por el materno a una familia de médicos, que se prolonga hasta nuestros días. Orrego Luco, formado en neurología y psiquiatría en Europa, dirigió la primera cátedra de enfermedades nerviosas y mentales,

2 que en el siglo XX se separaría en dos: las actuales especialidades de Neurología y Psiquiatría. En sus “Recuerdos de la Escuela” (1), Orrego Luco describe, además de las antedichas tensiones entre profesores chilenos e inmigrantes, las pugnas entre santiaguinos y provincianos: los médicos provenientes de Concepción, especialmente, llegan a tener roles relevantes en la docencia universitaria. Ya en el siglo XX, el edificio construido especialmente para la Facultad de Medicina, desaparece en un gran incendio, comenzando durante la década de 1950 la construcción del actual edificio en Independencia. A lo largo del tiempo surgen las nuevas Facultades de Medicina, primero en la Universidad Católica, luego en Concepción y Valdivia. Las más antiguas, tienen sus hospitales propios, las más nuevas adoptan la tendencia anglosajona a tener hospitales- escuela, lo que en el caso chileno, después de la creación del Servicio Nacional de Salud en 1952, implica la relación docente-asistencial con hospitales públicos. Después de 1990, aparecen las universidades privadas y nuevas escuelas de medicina que aumentan su número en forma exponencial en décadas recientes.

El rol de los mentores y maestros

Los modelos a seguir pueden ser teóricos y abstractos, o prácticos y personales. En la formación médica, se ha discutido si existe una teoría de la medicina o esta es solamente una praxis al lado de la cama del enfermo. En el caso de la especialidad psiquiátrica, la tensión se ha dado entre el idealismo alemán, representado por autores como Kraepelin o Schneider que describieron síndromes o enfermedades, independientes de los individuos, o aproximaciones como la de Freud, que mostró cómo en las vidas individuales surge la enfermedad, y que ésta tiene un sentido. En la segunda mitad del siglo XX, hubo dos grandes maestros: uno en psiquiatría psicoanalítica, el Dr. Ignacio Matte, el otro en neuropsiquiatría fenomenológica, el Dr. Armando Roa. En lo que sigue resumiremos en algunas pinceladas la vida y obras, del primero, para elaborar después como difundió sus puntos de vista en nuestro medio.

3

Ignacio Matte Blanco (1908-1995)

Nacido en Santiago, de dos familias tradicionales chilenas provenientes de España y Argentina. Por el lado paterno, los Matte Pérez fueron educadores por generaciones, así como por el lado materno, Manuel Blanco Encalada fue el primer presidente de Chile. Ignacio Matte era sobrino nieto de Manuel Blanco Encalada, a través de su abuelo, Ventura Blanco Viel. Estudió Medicina en la Universidad Católica, y al egresar en 1936 fue enviado a especializarse en fisiología en el Reino Unido, pero allí viró hacia la

15 psiquiatría y el psicoanálisis, en el Hospital Maudsley y en la Asociación Psicoanalítica Británica, donde se analizó con Walter Schmideberg, yerno de Melanie Klein.

Al estallar la II Guerra, se fue en 1940 a los Estados Unidos, donde estudió primero en la Universidad de Duke en Carolina del Norte y luego en el Hospital de la Universidad Johns

4

Hopkins. Allí conoció la psicobiología americana. En ambos países se interesó por las matemáticas y dentro de ellas en la lógica matemática de Bertrand Russell.

Al volver a Chile forma el Grupo de Estudios Psicoanalíticos en su casa de la calle Bernarda Morín en Providencia, y ejerce en el Hospital Psiquiátrico. Consigue un terreno frente a la Morgue y construye la Clínica Psiquiátrica Universitaria. Compite con el Profesor Manuel Francisco Beca, y gana la cátedra titular de psiquiatría, y en 1949 forma la Asociación Psicoanalítica Chilena (APCH). De personalidad carismática, compleja y contradictoria, con rasgos obsesivos de carácter, forma un primer grupo de ayudantes que luego se distancian de él y van a sus consultorios particulares. Se aleja también de su jefe de clínica, el Dr. Arturo Prat Echaurren, y termina yéndose a vivir a Italia en 1966. Allí se dedica a escribir sobre sus temas favoritos y desarrolla sus teorías sobre Bilógica, Psiquiatría y Psicoanálisis. Estos temas lo hicieron conocido no sólo en Chile e Italia, sino internacionalmente. Jacques Lacan comentó sus escritos, y en Inglaterra Eric Rayner y otros analistas profundizaron en sus puntos de vista.

Tuvo dos matrimonios, con Jane Baker primero y luego con Luciana Bon, que lo acompañó hasta su muerte en Roma en 1995. De Jane tiene una hija (Andrea), que vivió en Canadá, y de Luciana seis, que han vivido en Italia (Luciana, Marcia, Ignacio, Paula, Francisco, Juan Sebastián) toda su vida.

Desarrollo de la Psiquiatría en Chile.

La cátedra original de Enfermedades Nerviosas y Mentales fue creada por el Dr. Carlos Sazié. Este fue sucedido en 1891 por el Dr. Augusto Orrego Luco, y luego por el Dr. Joaquín Luco Arriagada. En el año 1927 fue transformada en dos cátedras diferentes, una de Neurología y otra de Psiquiatría, siendo el primer Profesor de Psiquiatría el Dr. Oscar Fontecilla Espinoza en 1927. Dentro de la re-organización del Hospital Psiquiátrico en aquellos años, se formó una sección docente, la Clínica Psiquiátrica Universitaria, en uno de los Servicios, el del Prof.

5

Agustín Téllez. El primer profesor de Neurología fue el Dr. Hugo Lea Plaza, y de Psiquiatría el Dr. Augusto Orrego Luco, quien enseñó desde el Hospital Psiquiátrico de Santiago.

16 Instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz Barak

Este establecimiento ha sido el principal hospital psiquiátrico de Chile, ubicado hoy en la comuna de Recoleta. Fue fundado en 1852 como “Casa de Orates de Nuestra Señora de los Angeles”, y ubicado en el barrio Yungay. Fue renombrado en 1926 “Manicomio Nacional”, en su nueva construcción en la calle Olivos. El edificio original fue destruido por un incendio en 1946, para ser reconstruido como “Hospital Psiquiátrico” en 1955. Su nombre actual viene de uno de sus más importantes directores durante el siglo XX, el Dr. José Horwitz Barak.

La psiquiatría en la Clínica Psiquiátrica Universitaria.

Desde la perspectiva de la Universidad de Chile, los Profesores Titulares fueron primero el Dr. Arturo Vivado Orsini, y luego el Dr. Ignacio Matte Blanco. Al emigrar éste a Italia, fue subrogado por el Dr. Hernán Davanzo Corte hasta el concurso que ganó el Prof. Armando Roa Rebolledo. Durante el ejercicio del Profesor Matte, se obtuvieron fondos para la construcción del nuevo edificio que aún hoy ocupa la Clínica, que fue transferido a la Universidad de Chile en 1959.

Durante el Decanato del Dr. Alfredo Jadresic, la Cátedra Titular de la Clínica se dividió en cuatro Departamentos, uno en cada una de las sedes de la Facultad. En la Clínica se mantuvo el Departamento Norte, siguiendo bajo la Dirección del Profesor Roa; Al Departamento Oriente emigró el Profesor Hernán Davanzo Corte con un grupo de ayudantes; al Departamento Sur emigró el Profesor Juan Marconi Tassara, y al Departamento Occidente emigró el Profesor Mario Varella Guzmán. La relación de la Clínica con los demás Departamentos fue de igualdad pero reconociendo su mayor antigüedad y siendo considerada desde entonces como la primus inter pares entre los diversos departamentos.

6

Las orientaciones y marcos referenciales fueron también las de sus directores: El Dr. Matte tuvo una mirada amplia, de la psiquiatría, pero enseñó centralmente psicoanálisis, y fundó en la Clínica, la Asociación Psicoanalítica Chilena. La psiquiatría oficial que había sido de orientación alemana inicialmente, pasó con Matte a interesarse progresivamente en el psicoanálisis. Otras cátedras universitarias en Santiago fueron también de orientación psicoanalítica: la del Dr. Arturo Prat en la Escuela de Psicología de la Universidad de Chile y la del Dr. Carlos Nuñez Saavedra en la Facultad de Medicina de la Universidad Católica. Después de la ida del Dr. Matte a Italia en 1966, y de un corto interregno del Dr. Hernan Davanzo, el Prof. Armando Roa Rebolledo, al asumir como Profesor Titular, le dio a su enseñanza una orientación neuro-psiquiátrica y fenomenológica.

Los grupos psicoanalíticos pasaron a desarrollarse en el Hospital del Salvador y en la Escuela de Psicología de la Universidad Católica, cuyo primer director fue un sacerdote jesuita, el padre Hernán Larraín y en la Escuela de Psicología de la Universidad de Chile posteriormente al Dr. Prat, con un grupo de psicólogos de

17 orientación Lacaniana. En la sede Norte, en 1974, los grupos psicoanalíticos volvieron al Instituto Horwitz, con los hermanos Mario y Luis Gomberoff, y después del retorno a la democracia, a la Clínica Psiquiátrica, en grupos interesados en psicoterapia dinámica.

El psicoanálisis y sus desarrollos en Chile.

El psicoanálisis llegó a Chile con German Greve Schlegel, neuro-psiquiatra chileno entrenado en Suiza, que leyó en un Congreso de Medicina y Salud Mental, en Buenos Aires en 1910, su trabajo titulado “Sobre Psicología y Psicoterapia de algunos estados angustiosos”, y que fue mencionado por en su Autobiografía.

Posteriormente el Dr. Fernando Allende Navarro, que volvió a Chile en 1925, publica su tesis doctoral “El valor del psicoanálisis en la policlínica”. El Dr. Allende Navarro fue el primer psicoanalista formado oficialmente como tal, durante sus años de entrenamiento en Suiza, Francia y Alemania.

7

La influencia cultural del psicoanálisis se desarrolló en distintos ámbitos, no solamente en la práctica clínica de los neuro-psiquiatras anteriores. En su revisión al respecto, Mariano Ruperthuz Honorato (2) señala como influyó en los ámbitos de la Medicina Social, de la Judicatura y de la práctica forense y criminológica, de la pedagogía, de las religiones, del arte, de la pediatría y la puericultura, etc.

La formación de un instituto de formación de psicoanalistas se hizo centralmente desde la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, con la vuelta al país del Profesor Matte Blanco. Si bien existió una línea anterior, que contó con la participación inicial de Fernando Allende Navarro y la formación del Dr. Carlos Nuñez Saavedra como psicoanalista. Este último fue el primer profesor de Psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad Católica, pero fue en la Clínica Psiquiátrica Universitaria donde se formó la mayor cohorte de psiquiatras y otros psicoanalistas sistemáticamente formados.

Los años del Dr. Matte en la Clínica fueron muy marcados por su poderosa personalidad, surgiendo desde allí los líderes de grupos que se diferenciarían posteriormente. La Asociación Psicoanalítica Chilena se formó en 1949 y fue prontamente reconocida por la IPA en el Congreso de Zürich, en Agosto de 1949. Los primeros analistas fueron al mismo tiempo ayudantes del Profesor Matte en la Cátedra Universitaria. Muchos fueron analizados por él y algunos tomaron caminos divergentes, como su primer Jefe de Clínica, el Dr. Arturo Prat Echaurren, gastroenterólogo, formado en Francia y Suiza en psicoanálisis de orientación junguiana.

Además de sus numerosas conferencias, el profesor Matte se dio tiempo para publicar dos libros que difundieron el punto de vista psicoanalítico, en la Editorial de la Universidad de Chile: Lo Psíquico y la Naturaleza Humana (3) y Estudios de Psicología Dinámica (4).

18 En la Universidad Católica de Chile, diversos sacerdotes tuvieron marcado interés en el psicoanálisis, como don Abdón Cifuentes, y dos jesuitas: el padre Alberto Hurtado Cruchaga, primero, y el padre Hernán Larraín Acuña después. Los dos últimos,

8 durante su formación pastoral en Bélgica en la Universidad de Lovaina, desarrollaron actitudes divergentes con respecto al psicoanálisis: más negativa el padre Hurtado, y más interesada el padre Larraín, quien formó más adelante la Escuela de Psicología de esa Universidad.

Escritos Italianos

Uno de los aportes más duraderos de Ignacio Mate Blanco es su teoría sobre la Bi- lógica (5). El nombre que le dio parece un juego de palabras, ya que puede entenderse como una lógica doble, que es lo que la relaciona con el psicoanálisis freudiano, y la distinción entre proceso secundario (regido por la asimetría y la lógica aristotélica), y el proceso primario (comandado por la simetría y dirigido a la satisfacción del deseo). Puede entenderse también como una teoría Bi(o)lógica, subrayando su conexión con la biología: para Freud el psicoanálisis siempre fue una Psicobiología. Su obra final al respecto fue publicada recientemente en castellano, traducida por Antonia Grimalt con la colaboración de Mabel Silva, y un prólogo de Marcela Fuentes (6).

Comentarios finales

Este artículo describe el aporte de Ignacio Matte al pensamiento no sólo psiquiátrico y psicoanalítico, sino su largo periplo personal, en el cual siguiendo a Freud, repitió en el tiempo y espacio santiaguinos, la historia del pensamiento filosófico, psiquiátrico y psicoanalítico a lo largo de muchas centurias. Los grandes temas de la humanidad, la unión o disyunción entre el alma y el cuerpo, los mitos griegos y su elaboración posterior religiosa y científica, fueron re-encontrados durante su formación médica en el pre y postgrado.

9

Bibliografía

1Orrego Luco A (1953). Recuerdos de la Escuela. Santiago: Editorial del Pacífico. 2 Ruperthuz Honorato M (2015). Freud y los chilenos. Un Viaje Transnacional: 1910-1949.

Santiago de Chile: Pólvora Ediciones

19 3 Matte Blanco I (1954). Lo Psíquico y la Naturaleza Humana. Santiago: Ediciones de la Universidad de Chile.

4 Matte Blanco I (1955). Estudios de Psicología Dinámica. Santiago: Ediciones de la Universidad de Chile.

5Matte Blanco I (1975). The Unconscious as Infinite Sets: An Essay in Bi-Logic. Londres: Duckworth.

6Matte Blanco (1988). Pensar, sentir y Ser: Reflexiones clínicas sobre la antinomia fundamental de los seres humanos y el mundo. Barcelona: MPPSM, 2018.

10

20 4.- Palabras de Cierre, “Realidad, Virtualidad y Simulacro”

Dra. Alejandra Ramírez Coronel

Psicoanalista Titular y Vicepresidente Asociación Psicoanalitica Chilena, APCh. Prof. Adjunto Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Norte, Universidad de Chile. Jornada Matte Blanco, Clínica Psiquiátrica de Santiago, Universidad de Chile, 12 de Julio 2019.

Llegamos al término en la Clínica Psiquiátrica Universitaria de esta Jornada de homenaje al Prof. Dr. Ignacio Matte Blanco fundador de dos instituciones que, desde mi punto de vista, fueron cimientos en el pasado y en el presente son pilares del desarrollo de la psiquiatría y el psicoanálisis en Chile.

Esta mañana tuvimos la oportunidad de escuchar las conferencias de los Profesores Doctores Fernando Ivanovic y Ramón Florenzano. La primera nos entregó una detallada biografía que nos permitió conocer el desarrollo profesional del Dr. Matte Blanco en el contexto social de esa época y la segunda nos hizo conocer aspectos más personales por su conocimiento directo del profesor. Además de disfrutar de la filmación hecha por el psiquiatra psicoanalista León Cohen reeditada por el psicólogo Manuel Ugalde y el fructífero intercambio de ideas entre los asistentes.

Cuando el Dr. Jonathan Veliz me participó que yo sería la encargada de cerrar esta actividad fue inevitable preguntarme en silencio, cómo lo hacemos los psicoanalistas mientras trabajamos, ¿Por qué yo? La respuesta que me di fue “Es porque soy híbrida en lo profesional, pertenezco a las dos instituciones antes mencionadas, soy discípula en lo académico tanto de profesores y profesoras expertos en psiquiatría biológica de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, como de psicoanalistas didactas de la Asociación Psicoanalítica Chilena, ambas instituciones fundadas por el Prof. Matte Blanco”.

La dualidad inherente al ser humano es enriquecedora; pero también conflictiva como nos enseña el profesor Matte Blanco al proponer en su teoría de la mente que en la estructura de los seres humanos existe una incompatibilidad fundamental, debido a la coexistencia de dos modos de ser que son incompatibles entre sí pero coexisten, aparecen juntos en el mismo sujeto y nunca se fusionan. Esto determinaría que una misma realidad sea tratada

simultáneamente de dos modos por la persona (explicando en términos simples su concepto de bi-lógica). A partir de mi experiencia, me parece que hoy en día, en el campo de la salud mental sucede algo similar, me podría aventurar a decir que también existe una bi-lógica en nuestro medio. El origen de la psicopatología de un individuo puede ser explicado desde el cerebro por la así llamada Psiquiatría Biológica basada en la neurociencia o desde la mente por el Psicoanálisis u otras corrientes

21 psicoterapéuticas existentes. Un paciente puede tener tratamientos muy diferentes según el lugar donde consulte. Esta situación ha inspirado ideas que intentan explicarla.

En la Sociedad Psicoanalítica Británica, donde se formó Ignacio Matte Blanco antes de traer el psicoanálisis a Chile y fundar nuestra Asociación Psicoanalítica Chilena en 1949, en la actualidad, el psiquiatra y psicoanalista Ronald Britton postula que si se acepta la perspectiva monista de James que dice que habría una sustancia común de la cual materia y mente serían modificaciones fenomenológicas, se puede formar un eje teórico con los conceptos de función cerebral en un extremo y de función mental en el otro. Estas funciones convergerían en el medio de una manera que no ha sido descubierta aún y considera que sólo se puede aspirar a juntarlas mediante un trabajo detallado en cada extremo; ambos esfuerzos necesitarían tener en cuenta lo que ocurre en el otro extremo; pero evitar mezclarse. De modo similar a cómo se dividen otras disciplinas científicas, por ejemplo la química y la física subatómica: una estudia el comportamiento de las moléculas y la otra las complejas partículas subatómicas y las fuerzas descritas por la mecánica cuántica, o como la ingeniería mecánica que para poder realizar su trabajo acepta como absolutas ciertas propiedades de los materiales que la física moderna enseña que no son lo que parecen sino el resultado de fenómenos subatómicos muy distintos. Ronald Britton propone que en el futuro la neurociencia logrará un entendimiento de cómo funciona el cerebro a nivel atómico y los resultados serán analizados con los principios matemáticos de la mecánica cuántica lo que aumentará la distancia con nuestro sentido común y nuestros modelos cotidianos de pensamiento. Se hará más evidente la discrepancia entre nuestro sistema de creencias natural y los modelos matemáticos de mecánica cuántica. Entonces al igual que en el presente en el futuro tendremos que seguir aceptando “para todo propósito práctico” que el cerebro produce una mente aunque el entendimiento matemático de cómo lo hace no coincidirá con nuestra manera de pensar. Es destacable que las dos instituciones fundadas por el Profesor Ignacio Matte Blanco son ambientes en los que se desarrollan los extremos teóricos planteados por un psiquiatra psicoanalista de la Sociedad Psicoanalítica Británica. Acá en la Clínica Psiquiátrica Universitaria ya hay entre sus miembros psiquiatras doctores en Neurociencias y allá en la Asociación Psicoanalítica Chilena se destacan el modelo de la mente postulado por Ignacio Matte Blanco y el modelo de los trastornos de personalidad de Otto Kernberg, además nos mantenemos estudiando y aplicando las actualizaciones de las teorías y técnica psicoanalíticas.

Propongo que hoy día nos despidamos con un “Hasta pronto”, que nos reencontremos en una próxima jornada a dialogar sobre algunos conocimientos de psiquiatría y psicoanálisis acá en la Clínica Psiquiátrica Universitaria.

22

23