PALEOANTROPOLOGIA

®

23 , 1996

Bizkaiko Foru Aldundia * Diputación Foral de Bizkaia Bizkaiko Foru Aldundia Diputación Foral de Bizkaia

ARGITARAZLEA - EDITOR

Bizkaiko Foru Diputación Foral Aldundia de Bizkaia Kultura Saila Departamento de Cultura Kultur Zabalkunderako Dirección General de Zuzendari Nagusia Difusión Cultural Ondare Historikoaren Servicio de Patrimonio Zerbitzua Histórico

Fundatzailea - Fundador: Néstor de Goikoetxea y Gandiaga

Zuzendaria - Director: Ernesto Nolte y Aramburu (Rgto. Prof. Period. n.º 13.257)

CORRESPONDENCIA/INTERCAMBIO - EXCHANGE ADDRESS: P.O. Box 97. BILBAO ()

IDAZLARITZA KONTSEILUA - CONSEJO DE REDACCION - Juan M.ª Apellániz Castroviejo - Pedro M. ª Castaños U garte - lñaki García Camino - Néstor de Goikoetxea y Gandiaga - Ernesto Nolte y Ararnburu - Miguel Unzueta Portilla

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(La inclusión de un artículo en esta revista no implica que la Redacción esté de acuerdo con el con­ tenido de aquél. Las opiniones de los autores quedan de la exclusiva responsabilidad de los mis­ mos).

Ez aldizkako argitarapena. Revista de carácter no periódico.

Depósito Legal: BI-1340 - 1970 ISBN 0211 - 1942. Título clave: KOBIE ISSN 0214 - 7971 FOTOCOMPOSICION E IMPRESION: FLASH COMPOSIDON S.L. Alda. Rekalde 6 - 48009 - BILBAO Tf. 94/424 51 75 - 423 88 26. AURKIBIDEA SUMARIO

Orrialdea Página

ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA Las necrópolis interiores de Santo Tomás Apóstol (Arrázua), Santa María de Idibaltzaga (Errigoiti), Santa María de Unóarri (Durango), San Agustín de Etxeberría, San Martín de Arteaga (), Santa María (Güeñes), y San Pedro de Romaña (Trucíos). Por C. de la Rúa, M.D. del Monte y J. Orúe ...... 5

LAS NECROPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) Por Jacinto Campillo Cueva ...... 111

LA CIUDAD, DOCUMENTO HISTORICO: REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA DE LA ARQUEOLOGIA URBANA EN LA COMUNIDAD AUTONOMA DEL PAIS VASCO Por A. Azkarate Garai-Olaun e l. García Camino ...... ;...... 141

PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTAÑA EN RELACIONA SU ENTORNO NATURAL Por Femando Baseta ...... 163

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KOBIE (Serie Paleoantropología), Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º XXIII, pp. 5-110, 1996 ISBN 0214-7971

ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA Las necrópolis interiores de Santo Tomás Apóstol (Arrázua), Santa María de ldibaltzaga (Errigoiti), Santa María de Uríbarri (Durango ), San Agustín de , San Martín de Arteaga (Zamudio), Santa María (Güeñes), San Pedro de Romaña (Trucíos)

C. de la Rúa (*) M. D. del Monte (#) J. Orúe (*)

RESUMEN

Este trabajo surgió a partir de un proyecto encargado por la Dirección del Patrimonio Histórico de la Dipu­ tación Foral de Bizkaia, a fin de evaluar el interés antropológico de los cementerios contenidos en las iglesias, de cara a planificar futuras intervenciones que pudieran afectar a dichos espacios. Se eligieron siete templos representativos de la provincia de Bizkaia, realizándose dos sondeos en cada uno. En base a las evidencias arqueológicas y a los datos documentales se ha establecido la extensión y estructura de los espacios sepulcra­ les, la cronología de uso de los cementerios, las prácticas inhumatorias y otros aspectos asociados a los ente­ rramientos tales como rituales funerarios; asimismo se ha evaluado la información antropológica contenida en los restos óseos recuperados, con vistas a futuros estudios de las necrópolis interiores de las iglesias.

SUMMARY

This paper arose from a project commissioned by the Diputación Foral (Provincial Council) of Bizkaia's Historie Heritage Directorate, which was designed to evaluate the anthopological interest of church cemeteries, as an aid in planning future interventions affecting such areas. Seven representative churches in Bizkaia were chosen, with two soundings being performed in each. Archaeological evidence and documentary data were used to establish the size and structure of the cemeteries, time-scale of use, burial practices and other related featu­ res of burials such as funeral rites. Anthropological information supplied by the bones recovered was also eva­ luated with a view to further studies of inchurch necropolis.

(*) Universidad del País Vasco (UPV /EHU). Facultad de Ciencias. Dpto. Biología Animal y Genética. Apdo. 644. 48080 Bilbao. (#)Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Facultad de Bellas Artes. Dpto. de Historia del Arte. Apdo. 1797. 48080 Bilbao. 6 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

LABURPENA

Idazlan hau, Bizkaiko Foru Aldundiko Ondare Historikoko Zuzendaritzak enkargatu zuen proiektu batean oinarrituaz sortu zen, elizetan barrusartutako hilerrien antropologiazko interesa ebaluatzeko asmotan, aipatu espazioetan eragina izan ditzaketen geroagoko partehartzeak planifikatzeari begira. Bizkaiako lurraldearen era­ kusgarriak diren zazpi eliza hautatu ziren, bakoitzean bina sakonketa-lan eginaz. Arkeologiaren ikuspegitik nabaria dena eta agiri bidezko datuak oinarritzat hartuaz, hilobietako espazioen hedapen eta egitura, hilerriak erabiltzeko kronologia, lurperatzeko praktikak eta, hiletazko erritoak kasuko, lurperaketekin zerikusia duten beste arlo batzuk ezarri izan dira; halaber, berreskuratu diren hezurrezko hondakinetan barrusartzen den antro­ pologiazko argibidea ebaluatu izan da, elizetako barruko hilerrien geroagoko azterlanei begira. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA • 7

INDICE

1.- INTRODUCCIÓN

1.1. Presentación 1.2. Objetivos del estudio 1.3. Metodología: 1.3.1. Intervenciones arqueológicas 1.3.2. Investigación documental

2.- LOS DATOS RECUPERADOS

2.1. Iglesia de Santo Tomás Apóstol (Arrázua) 1. Introducción 2. Las sepulturas: estructura y disposición 3. Las inhumaciones: restos esqueléticos y ajuares 4. Las cronologías: evidencias arqueológicas y registro documental 5. Anexo documental

2.2. Iglesia de Santa María de Idibaltzaga (Errigoiti) l. Introducción 2. Las sepulturas: estructura y disposición 3. Las inhumaciones: restos esqueléticos, ajuares y registro documental 4. Anexo documental

2.3. Iglesia de Santa María de Un'barri (Durango) 1. Introducción 2. Estructura sepulcral 2.1. El sondeo 2 2.2. El sondeo 3: definición de la estructura sepulcral 3. Las inhumaciones: evidencias antropológicas y materiales 4. Las cronologías: evidencias arqueológicas y registro documental 5. Anexo documental

2.4. Iglesia de San Agustín de Etxebarria l. Introducción 2. El suelo interior del templo y localización de los sondeos 3. Estructura de las sepulturas 4. Las inhumaciones: evidencias arqueológicas y antropológicas 5. Las cronologías 6. Anexo documental

2.5. Iglesia de San Martín de Arteaga (Zamudio) 1. Introducción 2. Las sepulturas: estructura y disposición 2.1. El sondeo A y el enlosado delantero 2.2. El sondeo B: la definición de un espacio sepulcral 3. Las inhumaciones: restos esqueléticos y ajuares 4. Las cronologías: evidencias arqueológicas y registro documental 5. Anexo documental

2.6. Iglesia de Santa María (Güeñes) l. Introducción 2. La estructura sepulcral 3. Las inhumaciones: restos esqueléticos y ajuares C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

4. Las cronologías 5. Anexo documental

2.7. Iglesia de San Pedro de Romaña (Trucíos) l. Introducción 2. La estructura sepulcral 3. Las inhumaciones 4. Las cronologías 5. Anexo documental

3.- DISCUSION Y VALORACION GENERAL

3.1. El espacio sepulcral l. Localización de los sondeos 2. Configuración del espacio sepulcral 3. Estructura del cementerio: características constructivas y cronología 4. La utilización del cementerio interior 4.1. Cronología del uso de los cementerios en el interior de las iglesias 4.2. Disposiciones sobre enterramientos 5. Restos antropológicos y prácticas de inhumación 6. Los Osarios y los Camposantos

3.2. El ritual funerario l. Usos y costumbres en tomo a la muerte 2. El uso de las sepulturas: aspectos legales y etnológicos 3. Inhumaciones infantiles 4. Ajuares ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 9

1.- INTRODUCCIÓN te y la valoración antropológica de las distintas igle­ sias por C.de la Rúa y J. Orúe. El trabajo que aquí 1.1. Presentación presentamos es una reelaboración de aquéllos, habiéndose añadido nuevos datos y una discusión El trabajo que aquí se presenta surgió a partir de general de la que son responsables los firmantes. un proyecto encargado por el Servicio del Patrimonio Queremos agradecer la colaboración de los párro­ Histórico de la Diputación Foral de Bizkaia, que pre­ cos de todas las iglesias estudiadas, quienes han faci­ tendía inicialmente disponer de una valoración cien­ litado en todo momento la realización de los sondeos, tífica de los cementerios contenidos en las iglesias, de en algunos casos en difíciles condiciones, por desa­ cara a planificar futuras intervenciones (obras varias) rrollarse en los templos funciones de culto de forma que pudieran afectar a dichos espacios. La elección habitual. Asimismo destacar la ayuda prestada por el de los templos se realizó teniendo en cuenta la impor­ área de Urbanismo del Ayuntamiento de Durango en tancia histórica de los mismos y su localización geo­ la realización de los sondeos en la iglesia de Santa gráfica. María de Unoarri. El trabajo se inició con la búsqueda de datos docu­ mentales sobre enterramientos y noticias constructi­ 1.2. Objetivos del estudio vas, que permitieran planificar la realización de los sondeos de la manera más adecuada y productiva posi­ l.- Efectuar sondeos en diversos templos de la ble. Se realizaron dos sondeos en cada templo que en provincia de Bizkaia, tomados como representativos función de su interés, supusieron en ocasiones la inten­ de distintas zonas del territorio, a fin de: a) precisar la sificación de la investigación. Debido a ello, el trabajo extensión y configuración del espacio sepulcral exis­ acabó adquiriendo mayor complejidad de lo previsto, tente en su interior, b) determinar los tipos de sepul­ abriendo vías de investigación en aspectos no contem­ turas así como el contexto arquitectónico y arqueoló• plados en el proyecto inicial. Los resultados del traba­ gico asociados, c) determinar la cronología de utili­ jo realizado fueron recogidos en sendos informes zación de los cementerios en base al análisis de los entregados en el Servicio de Patrimonio de la Diputa­ datos históricos y arqueológicos y d) analizar los ción Foral de Bizkaia tras los años 1992 y 1993, fecha cambios experimentados por los espacios sepulcrales en que se realizaron los trabajos de campo. Posterior­ a lo largo del tiempo. mente, dicho Organismo consideró de interés proceder 2.- Valorar el estado de conservación de los a la publicación de los resultados, para lo que se ha lle­ cementerios contenidos en las iglesias y el grado de vado a cabo una ampliación y reelaboración de los perturbación experimentado a causa de construccio­ datos, con el fin de presentarlos de forma integrada, nes y obras sucesivas. En función de ello, determinar aún a riesgo de evidenciarse algunas lagunas interpre­ la conveniencia o no de excavar y conservar la totali­ tativas, ya que la problemática planteada requeriría en dad de las sepulturas y establecer los criterios y el algunos casos reunir datos que exceden el carácter interés científico en cada caso. prospectivo con que se abordó el estudio. 3.- Valoración antropológica sobre el estado de En el proyecto han participado antropólogos, preservación de los restos esqueléticos y la informa­ arqueólogos y una historiadora-documentalista. ción potencial contenida en estos materiales. Infor­ Como colaboradores en los sondeos arqueológicos mar sobre la conveniencia de efectuar análisis antro­ han intervenido Raquel Felstein, Javier Fernández pológicos sobre el terreno cuando los restos presenten Bordegarai, Txema Salgado, Gloria Vázquez y J. un deficiente estado de conservación. Diferenciación Domingo Villarroel; la dirección arqueológica ha de restos antropológicos pertenecientes a espacios corrido a cargo de Jase Luis !barra, la documentación sepulcrales de distinta cronología. histórica ha sido estudiada por Mª Dolores del Mon­ 4.- Analizar la representatividad .de la población te y el Proyecto en su conjunto ha sido dirigido por inhumada, a fin de valorar la posibilidad de efectuar los Dres. Concepción de la Rúa y Josu Orúe. Gran estudios familiares, demográficos y otros relativos al parte de los datos expuestos en esta publicación pro­ modo de vida, alimentación y estado de salud de la ceden de las Memorias de excavación. Estas se población en distintas épocas. Para ello se considera­ encuentran depositadas en el archivo Foral de Bizkaia rán tanto los datos documentales como las evidencias (sección arqueológica) con las siguientes signaturas: recuperadas en los sondeos. Arrázua, Etxebarria, Zamudio y Güeñes 28/1; Erri­ 5.- Reconstruir el ritual de inhumación mediante goiti, Durango y Trucíos 38/1. En las mismas, la la toma de algunos datos "in situ" tales como identi­ documentación arqueológica (descripción detallada ficación anatómica, posición de los restos óseos, des­ de UU.EE., periodización de la estratigrafía, registro plazamientos postmortem, reconocimiento de cone­ de materiales) fue redactada por J.L. !barra; la docu­ xiones anatómicas, mezcla de huesos de distintos mentación procedente de archivos por M.D. del Mon- individuos e identificación de posibles osarios. 10 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

6.- Ilustrar las interacciones existentes entre la cubierta y sepultura resultan constructivamente coe­ problemática histórica y la información antropológi• táneas. ca en el caso de inhumaciones realizadas en el inte­ Sin embargo, a medida que se efectuaban los son­ rior de los templos. Para ello se interrelacionan los deos nos encontrábamos con casuísticas propias que datos provenientes de tres fuentes, arqueológica, obligaban a la adopción de soluciones diversas y pun­ documental y antropológica. tuales. Lo que en unos casos se mostraba acertado, por lo general allí donde existía una delimitación 1.3 Metodología estructural de los espacios sepulcrales, y una ordena­ ción seriada de las inhumaciones, en otros casos reve­ 1.3.1. Intervenciones arqueológicas laba una cierta inadecuación, manifestada bien en el propio yacimiento, o bien durante el posterior proce­ Durante la planificación del presente trabajo, y en so de análisis de la información. función de los objetivos marcados inicialmente, se Para el registro de los datos se han utilizado dos optó por la aplicación de las directrices de análisis modelos diferentes de fichas, unas para los aspectos estratigráfico propuestas por Edward C. Harris en su arqueológicos y otras para los vinculados a la Antro­ obra "Principios de Estratigrafía Arqueológica", al pología Física. Ambas fueron cumplimentadas por tiempo que se tomaron también en consideración los especialistas de cada ámbito. planteamientos que el Departamento de Arqueología La intervención antropológica se desarrolló fun­ Urbana del Museo de Londres propone para la des­ damentalmente in situ, ya que es precisamente duran­ cripción y registro de los yacimientos, basado en un te la excavación cuando hay que soslayar diversos registro gráfico y escrito en fichas individuales de problemas planteados por las prácticas y condiciones contexto o unidad estratigráfica simple. inhumatorias. A excepción de los esqueletos integra­ Sin embargo problemas de tipo metodológico sur­ dos en ataúdes, el mayor problema lo han supuesto gidos durante el propio proceso de excavación, así los esqueletos depositados directamente sobre los como durante la fase posterior de interpretación, obli­ rellenos, ya que éstos contenían frecuentemente una garon a replantearse la aplicación sensu stricto de los elevada cantidad de restos óseos sin conexión anató• sistemas reseñados, a fin de alcanzar una mejor com­ mica, lo que dificultaba la individualización de los prensión de los procesos reflejados en los rellenos sujetos. Esta labor adquiría un nivel de complejidad arqueológicos de las sepulturas. En este sentido se superior en aquellos casos en que encontrábamos decidió no otorgar número de unidad estratigráfica a individuos desplazados y alterados a causa de inhu­ los esqueletos, y considerarlos por tanto como hallaz­ maciones posteriores. En estas condiciones hemos gos, aislándolos así de la secuencia estratigráfica. La hallado varios esqueletos infantiles, lo que unido a la razón que justificaba este proceder era obviar los pro­ fragilidad de estos restos, permite comprender la difi­ blemas que plantea el hallazgo de varios individuos, cultad de su recuperación íntegra. a idéntico o distinto nivel, dentro de una capa indife­ Las fichas antropológicas anteriormente reseña­ renciable. das se cumplimentaron para aquellos individuos cuyo Asimismo, y a fin de salvar la dificultad que supo­ esqueleto se hallaba más o menos completo o repre­ ne no detectar variaciones en unos rellenos que se sentado por un importante número de componentes, presumía cronológica y secuencialmente distintos, se anotando la posición de los restos, su estado de con­ tomó la decisión de establecer distinciones cuando se servación, alteraciones o desplazamientos y cuantas encontrara alguna evidencia que permitiera su carac­ incidencias se observaran en relación con los inhu­ terización. De este modo si una capa se diferenciaba mados. En el caso de los huesos dispersos y sin cone­ por la aparición de un límite o estructura (presencia xión anatómica, simplemente se tomó nota de su de ataúdes o restos de ellos, distintos modelos de importancia numérica y compositiva (proporción de prácticas inhumatorias ... ), se individualizaba en dos distintos elementos anatómicos). hechos distintos, aún y cuando compositivamente no En la presente publicación y en los apartados des­ se observara variación alguna. Así la superficie don­ criptivos de cada sondeo, se ha evitado hacer referen­ de yacía un esqueleto se utilizó como criterio de dife­ cias concretas de la secuencia estratigráfica, que si renciación estratigráfica. bien hubiesen ordenado seriadamente los hallazgos Otro aspecto al que hacer referencia en relación a referidos, no habrían ayudado en la interpretación de la secuencia estratigráfica, tiene que ver con las cada sepultura como un conjunto heterogéneo de ele­ cubiertas de las sepulturas, fundamentalmente en mentos interrelacionados, desviándose finalmente del aquellos casos en que se relacionan con estructuras de planteamiento y propósito que animan el presente tra­ muros configuradoras del espacio sepulcral. Este·ele~ bajo. En cualquier caso, tales precisiones de la mento se consideró como el de deposición más tardía secuencia estratigráfica, quedan recogidas en los de todo el conjunto, a pesar de que obviamente informes de cada excavación. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 11

1.3.2. Investigación documental gidas en las fuentes, cuya prolijidad ha determinado que transcribamos sólo las directamente relacionadas La documentación comenzó a vaciarse antes de con el espacio sepulcral. iniciarse los sondeos arqueológicos, con el fin de rea­ En todas las parroquias investigadas hemos omi­ lizar éstos en las áreas del templo más informadas. La tido mandatos sobre "cementerios", "pórticos" o investigación se ha centrado en la documentación de "atrios", por considerar que en la edad Moderna y en procedencia eclesiástica, especialmente libros de las parroquias objeto de sondeos se entierra en el Fábrica y de Finados. interior, y porque la intervención arqueológica iba a Primeramente se analizaron los libros de Fábrica, tener lugar dentro de los edificios. Asimismo sólo de las fechas más modernas a las más antiguas, pues hemos referenciado otras disposiciones como prohi­ el interés prioritario estaba en un primer momento en biciones de asistencia de clérigos a banquetes fúne­ documentar las transformaciones recientes del espa­ bres, etc. cio sepulcral. Interés que luego se amplió. Las noti­ En las parroquias de Durango, Errigoiti, y Zamu­ cias constructivas en época moderna se han indicado dio hemos localizado también información de interés somera y selectivamente, a fin de indicar intervencio­ en la documentación municipal (Libros de Actas y nes que pudieran haber incidido en el ámbito mortuo­ Cuentas), por ejemplo la referente al pago de la obra rio. de encajonado de sepulturas realizada en el siglo Después se vaciaron los libros de Finados, trans­ XVIII. En las Villas de Durango y Errigoiti, el Ayun­ cribiéndose sólo aquellas noticias que proporciona­ tamiento es promotor de dicha obra, explicable por­ ban información sobre el lugar de enterramiento o que el Concejo es en ellas patrono de las Iglesias, relaciones familiares. En algún caso se vació única­ corriendo a su cargo las obras más perentorias o cos­ mente el libro de Finados más antiguo (Arrázua, Tru­ tosas. En Zamudio, aún siendo Anteiglesia, el Ayun­ cíos ), por considerar que proporcionaba suficiente tamiento aparece asimismo como promotor de la información. obra, contratándola y costeándola, si bien percibien­ Asimismo, se han consultado otros documentos do en el mismo año cantidad similar por los dueños (Libros de Aniversarios y Capellanías, Libros de propietarios de las fuesas. Cofradías, Libros de Cabildo, Papeles Varios), que han proporcionado información escasa, y en su Siglas Archivos: mayor parte nula (en Arrázua, Trucíos, Errigoiti, Zamudio ), de tal modo que se han obviado en aque­ AFB: Archivo Foral de Bizkaia (en Bilbao) llas parroquias que contaban con suficientes datos de AHEB: Archivo Histórico Eclesiástico de Fábrica y de Finados (Güeñes, Durango). Bizkaia (en ) Un primer hecho a destacar es la desigualdad AHPB: Archivo Histórico Provincial Bizkaia informativa resultante según parroquias, la cual obe­ (en Bilbao) dece, en nuestra opinión, no tanto a falta de exhausti­ AGSB: Archivo General del Señorío de Bizkaia vidad en el vaciado, como al diferente celo o minu­ (en Gernika) ciosidad en la consignación de los haberes y deberes AMD: Archivo Municipal de Durango (en de las fábricas, y en el cumplimiento de los mandatos Museo de Arte e Historia de Durango) de los Visitadores por parte de los mayordomos, pro­ AME: Archivo Municipal de Errigoitia blema al que se enfrenta también la documentación de cualquier otra intervención en edificios religiosos. Glosario términos (documentación): Esta desigualdad es especialmente manifiesta en los Libros de Finados. Así, no se indica el lugar de ANIVERSARIO: celebración de misas conme­ enterramiento en Etxebarria, Güeñes, y Durango (si morando el día de la muerte del difunto. bien en Santa María de Unoarri disponemos del lis­ AÑAL: paño negro y ofrenda (candela de cera y tado de asignación de sepulturas en el S. XVIII pro­ torta de pan) que la mujer más allegada pone sobre la porcionado por la documentación municipal); sólo sepultura familiar de la Iglesia durante el año de due­ circunstancialmente en Zamudio, y en Trucíos. En lo ( 1º año) a partir de la muerte de un pariente o en cambio, en Errigoiti hay abundantes datos. En Arrá­ otras misas por el difunto. Parece que al principio los zua, el 1º libro de Finados proporciona información paños de sepulturas podían permanecer allí deposita­ exhaustiva de los lugares de enterramiento en el siglo dos de modo permanente durante el 1º año de duelo, XVI. y durante la celebración de oficios de difuntos. Con el Con todo hemos de destacar la riqueza de los paso del tiempo se va restringiendo la costumbre a su Libros de Fábrica de las dos parroquias perteneckn­ permanencia sólo cuando hay oficios de difuntos. Las tes a las Encartaciones, especialmente la información candelas sólo se permiten, ya desde el siglo XVI, que proporcionan las Visitas, exhaustivamente reco- durante la celebración de oficios por el difunto. 12 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

CAPELLANÍA: mantenimiento de uno o varios 2.- LOS DATOS RECUPERADOS sacerdotes a cambio de una celebración cotidiana o semanal a perpetuidad, para lo cual se lega cierta can­ 2.1. Iglesia de Santo Tomás Apóstol (Arrázua) tidad de dinero. CARIDADES O CHARIDADES: también llama­ l. Introducción dos Refrescos, el término aparece en la documenta­ ción de Trucíos y consiste en el reparto por parte de El templo ocupa un lugar dominante en el camino los testamentarios, a instancia de los clérigos, de pan Gemika-Lumo, alejado de la población de la Antei­ y vino y carne entre los asistentes al término del fune­ glesia de la que es parroquia. ral, novenario o cabo de año. En otros lugares, gene­ Su fundación parece ser medieval. Sin embargo el ralmente estos "asistentes" eran pobres, que recibían edificio actual es renacentista en sus muros perime­ tales viandas a la puerta de la iglesia o de la casa del trales (el año de 1530 se suele dar como fecha de finado, a cambio de contribuir con sus rezos a la sal­ construcción), con intervenciones posteriores .barro­ vación del difunto. cas, y sobre todo neoclásicas, que le han convertido CARNER o CARNERA: Osario en una Iglesia-salón o· columnaria. La torre es del CIRIO: Vela enrollada en tomo a un taco de siglo XVII, al menos en sus dos cuerpos bajos. madera. Se asienta sobre una terraza artificial elevada, con CUERPO MENOR: según las Constituciones muros de contención. Los paramentos están enluci­ Sinodales de Burgos de 1575, el varón menor de 14 dos salvo en esquinas y contrafuertes. años, y la mujer menor de 12. Dispone de tres naves de igual altura, y cuatro tra­ FUESA: Sepultura. mos, más capilla mayor rectangular coronando la HACHA: Vela gruesa. central. El abovedamiento es de comienzos del siglo HACHERO: soporte de madera en donde se colo­ XIX (1817), atribuible a la intervención neoclásica de caban velas y hachas. Juan Bautista Belaunzaran, elevando las paredes late­ MEMORIA: reducido número de misas anuales, rales (al menos metro y medio) y proyectando el abo­ generalmente conmemorativas de alguna fiesta del vedamiento actual en medio punto o baídas, en susti­ calendario litúrgico tución de anteriores bóvedas "artesonadas". El ábsi­ OBLADA: Pan de ofrenda que se lleva a la igle­ de, en cambio, se cubre con bóveda de crucería. Los sia por los difuntos. soportes interiores son columnas toscanas y pilares, RUMEN: sepultura. además de pilastras en los muros. Según L. Gómez, las ofrendas, caridades y añales Cuenta además, coro alto a los pies en donde deben ponerse en relación con la creencia de que "el consta la fecha de ejecución (1772), sustituyendo a muerto no estaba del todo muerto: un "doble" sobre­ otro anterior de madera, de sacristía en la cabecera, y vivía durante cierto tiempo, generalmente un año, torre-pórtico centralizada a los pies, que se concluye hasta que las ceremonias de los segundos funerales en 1797. -el añal abarca este período- consagraba la incorpo­ Rodea el edificio un pórtico cubierto sobre pies ración del difunto al mundo de los muertos". derechos y murete de mampuesto, y enlosado de are­ Las ofrendas y caridades son comunes a diversas nisca (1). zonas y hacen pensar en la pervivencia de ciertos Nuestra intervención se centró en dos puntos dis­ ritos paganos conservados por la tradición popular. tintos del espacio interior del templo, localizándose el La costumbre, afirma la misma autora, "se remonta a denominado sondeo A (2,32 x 1,46 m) en el segundo los primeros tiempos del cristianismo: en las prime­ tramo de la nave central, en una zona limitante con el ras sepulturas cristianas se preparaba a veces un con­ intercolumnio que comparte con la nave del Evange­ ducto por el cual se enviaba un poco de agua al difun­ lio, y el sondeo B (1,90 x 1,45 m) en el tramo poste­ to sediento, plasmándose también relieves de comi­ rior de la misma nave, desplazándonos ligeramente das sobre las tumbas, signos que mostraban la creen­ hasta alcanzar la nave de la Epístola (Fig. 1) Ambos cia de una muerte no concluida del todo. Los ban­ sondeos permitieron identificar un mismo tipo de evi­ quetes sobre las tumbas el día de los funerales, el dencias, correspondientes a un espacio destinado a noveno día o el día del aniversario de la muerte fue­ uso funerario. ron poco a poco prohibidos, pero las ofrendas ali­ menticias continuaron practicándose hasta el siglo XVIII .... " (GOMEZ NIETO, L. Ritos funerarios en el Madrid medieval, Madrid, A. C. Al-Mudayna, D. L. (!) OAR-ARTETA ARZANEGUI, S. y BARRIO LOZA, J. A. 1991, p. 69). "Iglesia de Sto Tomás de Arrazua. Gemika-Lumo",. en Monu­ ·meñtós0déBizkaia. Diputación Foral de Bizkaia, Bilbao 1987, T. 11. Uribe--Lea-Artibai, pp. 121-132. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 13

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Figura l. Iglesia de Santo Tomás Apóstol (Arrázua): Plano y planta de la iglesia indicando la localización de los sondeos (Dibujo de J.L. !barra sobre plano de J. Allende Landa, publicado en VV.AA.: Monumentos de Bizkaia, T.II. Uribe-Busturialdea-Lea-Artibai. Bilbao, 1987, p. 122.

2. Las sepulturas: Estructura y disposición sentaba sección en V y con mucha probabilidad era obra del mismo artesano. Los números 31 y 32 Se procedió a retirar el entarimado que constituye corresponden a las sepulturas exhumadas en el son­ el suelo actual de las naves, poniéndose al descubier­ deo A y los números 111 y 112 a las del sondeo B. to dos cubiertas completas de sepulturas en cada son­ Similares en su aspecto general, estas cubiertas deo (Figura 2). Estas presentan su eje mayor en muestran algunas peculiaridades de interés. Así, en el orientación este-oeste, y están integradas en un con­ sondeo A se observa la impronta donde se alojó una junto sepulcral más amplio ordenado en filas o ban­ argolla circular, presumiblemente metálica, destinada das norte-sur, que se suceden contiguas y paralelas a facilitar su apertura y levantamiento. Ésta se halla por el interior del templo. próxima al extremo oriental de la cubierta y sobre su Las cubiertas estaban realizadas en planchas de eje longitudinal central. madera de castaño, presentando formas perfectamen­ Tal elemento está ausente en las cubiertas del son­ te rectangulares en planta. Sobre su extremo oriental deo ·B que, además, se encuentran en general peor portaban una . indicf!t;:,ión pumérica seriada, que se conservadas que las del sondeo A. Ambas exhiben en ordena secuencialmente de norte a sur en la nave su extremo oriental un estrecho listón que se les aña­ (Figura 2). El número grabado sobre la madera, pre- de claveteado para completar su longitud total ( 1,985 14 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

m); además en la cubierta nº 112 se aprecian dos bazón. Cinco ladrillos superpuestos componen la úni­ tablas de desigual anchura. En este último caso, el ca cara vista del pilar del sondeo A, de 45 mm de conjunto se refuerza desde su cara inferior con tres espesor y 0,29 m de longitud (Figura 3). En los cua­ estrechos listones de madera, dispuestos transversal­ tro ladrillos que conforman el pilar del sondeo B, la mente a intervalos regulares, también claveteados a longitud es de 0,255 m (Figura 4). Los ladrillos se las tablas de la cubierta. encuentran recorridos por grietas y fracturas debidas Otro aspecto a señalar es la distinta anchura que seguramente al peso de la estructura sustentada y n la presentan estas cubiertas entre ambos sondeos, sien­ presión presumiblemente añadida del deambular de do las del B inferiores en 50 mm a las del sondeo A los feligreses. (0,60 m). b) el pilar del perfil oriental del sondeo A ha sido En su ordenación en bandas transversas a las realizado con piedras areniscas de diverso tamaño, naves, las cubiertas se van sucediendo contiguas sin ordenadas en dos «hiladas» a hueso. Este pilar per­ elementos interpuestos de separación. Éstos, sin mite pocas observaciones más ya que se localiza muy embargo, se hacen evidentes en sus límites oriental y esquinado al norte del sondeo y excede el límite del occidental, no tanto para individualizar bandas conti­ área excavada. guas, sino como elementos de apoyo para la sustenta­ Todos los pilares se alojan en el interior de una ción de las cubiertas por sus extremos cortos. «Zanja de cimentación» practicada en el relleno sub­ Tales apoyos aparecen formados por ristreles en yacente, caracterizada por: bordes lisos y rectos, la madera de castaño, y originalmente presentaban for­ inclinación gradual de sus lados hacia un fondo pla­ mas de paralelepípedo recto de sección prácticamen­ no, y su escasa profundidad. te cuadrangular (0,15 x 0,16 m), dos de cuyos vérti­ En ese mismo relleno, en el espacio comprendido ces fueron eliminados a fin de obtener un rebaje en entre los ristreles y justo bajo las cubiertas de made­ ángulo recto entrante, que sirviese para sustentar y ra, se hallan excavadas las fosas sepulcrales. Las afirmar las cubiertas (Figura 3). correspondientes al sondeo A presentan en planta for­ mas rectangulares de ángulos redon­ deados, con dimensiones bastante regularizadas (Figura 3). Por el con­ trario, en el sondeo B la fosa más meridional muestra una forma clara­ mente trapezoidal, en contraste con la marcada irregularidad de la sepul­ tura inmediata. Por otra parte, en este último sondeo parece eviden­ ciarse que la forma y dimensiones de una fosa sepulcral condicionan las de la contigua. Todos los ejem­ plares documentados muestran paredes verticales rectas y fondos planos (2). A diferencia de lo que se observa a nivel de las cubiertas -que no pre­ sentan solución de continuidad- las fosas sepulcrales se encuentran indi­ vidualizadas unas de otras por una Figura 2. Iglesia de Santo Tomás Apóstol (Arrázua), Sondeo A: sepulturas nº 31 y 32. En el delgada franja de tierra medianera extremo oriental de las cubiertas se aprecian los número grabados y la impronta de (Figura 3 y 4). una argolla circular. Quedaría por determinar el número de sepulturas que cubren el suelo de Los ristreles, por su parte, se apoyan en cortos las naves; a este respecto no hemos hallado ningún pilares (0,16-0,19 m de altura), habiéndose documen­ tado parcialmente dos de estos pilares en los perfiles (2) este y oeste del sondeo A (Figura 3), y un tercero en Nos encontramos con fosas abiertas en la tierra, sin asociación con lúnites estructurales y donde las inhumaciones de adultos se el cantil occidental del sondeo B (Figura 4), difirien­ practican sobre el mismo fondo de la fosa, lo que supone la do en sus materiales constructivos: excavación íntegra del relleno sepulcral cada vez que se utiliza a) aquellos que asoman en los perfiles occidenta­ una sepultura. En estas circunstancias, hay que cuestionarse el les, se aparejan en ladrillo sin elemento alguno de tra- valor de la forma de la sepultura como informador histórico. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 15

dato documental, y, ateniéndonos a las evidencias exhumadas, se puede indicar que existen al menos 112 sepulturas. El 1º Libro de Fábrica de la parroquia recoge en 1781, fecha en la que ya se encontraba en uso la estructura sepulcral que hemos des­ crito, la construcción de un enlosa­ do que afectaba a «los dos tramos que hay entre las sepulturas y las paredes de ambos costados de la iglesia, y bajo el coro, por cuanto estaban antes de empedrado o cal­ zada, que a menudo se saltaban las piedras» (3), sin que se pueda cono­ cer el área del templo cubierto por las sepulturas. No obstante, a tenor de la numeración existente en las Figura 3. Iglesia de Santo Tomás Apóstol (Arrázua), Sondeo A: se observan los ristreles ~e cubiertas del sondeo A (nº s 31 y apoyo de las cubiertas de las sepulturas, los pilares sobre los que se sustentan los ns­ 32), puede sugerirse que el primer treles y la franja de tierra medianera. tramo de la nave quedaba al margen 3. Las inhumaciones: restos esqueléticos y de la necrópolis, centrándose ésta en los dos tramos ajuares traseros. A este respecto habría que considerar la influencia que pudieron tener los dos pilares de sus­ Cada una de las sepulturas puestas al descubierto tentación localizados en el área señalada, a la hora del en el sondeo A (nº s 31 y 32) aparecen ocupadas por diseño del espacio sepulcral en el interior del templo. dos inhumaciones completas y articuladas, situadas en posición de decúbito supino, con la cabeza miran­ do al este. La sepultura 31 contenía un esqueleto adulto en la zona más baja del rell~no (esqueleto nº 3) (Figura 5). Este presenta los miembros superiores extendidos a lo largo del cuerpo, descansan­ do la mano derecha sobre la epí• fisis proximal del fémur. En la posición más alta del relleno se halló un esqueleto infantil (nº 1) (Figura 5) situado en la mitad occidental de la fosa sepulcral, con las extremidades extendidas y cuyo cráneo se hallaba ligera­ mente elevado respecto al nivel de deposición del cuerpo. La sepultura 32 contenía asimismo un esqueleto adulto ocupando la inhumación inferior (nº 4) y un infantil en la superior (nº 2) (Figura 6). El adulto presentaba las extremidades superiores extendidas, descansando las Figura 4. Iglesia de Santo Tomás Apóstol (Arrázua), Sondeo B, sepultura nº 112: se observan los manos sobre las epífisis proxima­ ristreles de apoyo de las cubiertas de las sepulturas, los pilares sobre los que se susten­ tan los ristreles y la franja de tierra medianera. les de ambos fémures. Los ele- mentos óseos de los pies y epífi• sis distales de las tibias, estaban muy deteriorados. El (3) AHEB, 12 Libro de Fábrica. cráneo, ladeado hacia el norte, presentaba una con- 16 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

Figura 5. Iglesia de Santo Tomás Apóstol (Arrázua), Sondeo A, sepultura nº 31: esqueleto adulto (nº 3) ocupando la inhumación inferior (izda.), y esqueleto infantil (nº 1) en la posición superior (dcha.). servación muy deficiente. El esqueleto infantil situa­ encontró en muy mal estado de conservación, care­ do sobre éste, se hallaba muy incompleto, careciendo ciendo de los elementos óseos de las porciones dista­ de cráneo y de la mayoría de los elementos óseos de les. La extremidad superior derecha estaba completa­ las extremidades, conservando fundamentalmente mente extendida mientras que la izquierda se presen­ ambos húmeros y fémures. Este infantil se encontró taba en flexión, con el codo hacia el extremo caudal situado en la parte media de la fosa sepulcral. del esqueleto. El cráneo estaba asimismo fragmenta­ En el sondeo B se detectaron dos sepulturas (nº s do (Figura 8). 111 y 112), excavándose únicamente la nº 112, dado En todas las sepulturas puestas al descubierto en que apenas aportaban información adicional a lo ya los sondeos A y B, las inhumaciones infantiles no detectado en el sondeo A. En esta sepultura se ha presentaban ninguna relación física con el adulto sub­ documentado la inhumación de dos esqueletos articu­ yacente, existiendo una tierra de relleno que contenía lados, situados en posición de decúbito supino y con un gran número de elementos óseos, dispersos y sin la cabeza mirando al este. Al igual que en el sondeo conexión anatómica. La deposición del individuo A, se detectó un infantil (esqueleto nº 3) en el nivel adulto, por la posición estratigráfica que ocupa, per­ más superior, y un adulto (esqueleto nº 2) en el fondo mite suponer que en cada nueva inhumación se pro­ de la sepultura (Figura 7). El esqueleto adulto apare­ ducía el vaciado de la fosa sepulcral, y en consecuen­ ce muy encájonado en los límites laterales de la cia, la exhumación de los ocupantes anteriores de este sepultura, presentando las extremidades superiores e espacio. Desconocemos cómo se efectuaba esta labor, inferiores extendidas, con los pies juntos y las manos esto es, si en la excavación del relleno se mostraba sobre las epífisis proximales de los fémures. El crá­ especial cuidado por extraer los restos de la inhuma­ neo se hallaba bastante deteriorado, sobre todo en la ción precedente o si ésta era vaciada junto con el región facial (Figura 8). El esqueleto infantil se relleno. Lo cierto es que se procedía a una limpieza ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 17

Figura 6. Iglesia de Santo Tomás Apóstol (Arrázua), Sondeo A, sepultura nº 32: esqueleto adulto (nº 4) ocupando la inhu­ mación inferior (dcha.), y esqueleto infantil (nº 2) en la posición superior (izda.). de las sepulturas ante la necesidad de una nueva inhu­ mación, retirándose selectivamente algunos elemen­ tos óseos, ya que por lo general los huesos largos y los restos craneales no aparecen como integrantes del relleno, frente a la elevada frecuencia que muestran los huesos cortos (vértebras, rótulas, huesos del carpo y tarso) (4). Los cadáveres debieron ser depositados directa­ mente sobre la tierra, al no haberse encontrado evi­ dencia alguna de ataúdes. Esta circunstancia motiva al menos para el común de los parroquianos. Aunque que los inhumados se encuentren en contacto directo también cabría la posibilidad de encontrarnos ante la con el relleno de las fosas sepulcrales y por tanto con coincidencia de ambos procesos. los restos de diverso tipo que éste contiene. Esto hace Todas las inhumaciones documentadas se hallan difícil, en muchos casos, aislar aquello relacionado asociadas directamente con diferentes elementos tex­ con las inhumaciones in situ de lo asociado a inhu­ tiles, también presentes como parte integrante del maciones precedentes alteradas. relleno sepulcral. Sin embargo, lo exiguo de lo con­ La inhumación de los infantiles parece regirse por servado impide cualquier reconstrucción de sus for­ otras pautas, que no podemos precisar por el momen­ mas originales ni relacionarlos con posibles sudarios, to. Se ha optado por enterrarlos en la parte media-alta entendidos en sentido amplio, es decir como prendas del relleno, sin que su deposición haya afectado de de vestir o hábitos que cubriesen el cadáver. alguna manera al adulto subyacente. Esta caracterís• f'.n este sentido, los únicos restos realmente signi­ tica no concurría en la inhumación del adulto, en la ficativos se corresponden con las dos inhumaciones que se procedía al vaciado íntegro de la sepultura. de la fosa septentrional del sondeo A (nº 31): el Este hecho podría suponer, bien una distinta conside­ esqueleto nº 1, el infantil, aparecía envuelto en un ración de la práctica funeraria para individuos infan­ paño negro y con la cabeza ceñida por una sencilla tiles, bien la utilización de una sepultura ya en desu­ corona confeccionada en cartón (Figura 9); el esque­ so por abandono de la necrópolis interior del templo, leto nº 3, el adulto, mostraba sobre una de sus vérte­ bras lumbares una hebilla metálica de cinturón, aso­ ciada a una estrecha tira de tela de color marrón, y (4) AHEB, 1ºLibro de Fábrica, la limpieza de las sepulturas parece portaba en su mano izquierda un rosario de cuentas ser una práctica habitual en esta parroquia En 1726 y 1731 se blancas (Figura 5). efectúan pagos por dos canastos y una carreta con su cesto, res­ pectivamente, para recoger los huesos de las sepulturas cuando Los demás restos textiles son de difícil identifica­ se abren y transportan a la osera. ción e interpretación por lo limitado de la muestra 18 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

(fragmentos de paño, lana o piel), aunque creemos pueden relacionarse con elementos de ajuares funera­ rios, en su mayoría de carácter religioso-cristiano (rosarios, escapularios).

4. Las cronologías: evidencias arqueológicas y re'gistro documental

El registro documental consultado ha puesto de relieve la existertcia de diversos pagos relacionados con obras relativas a la estructural sepulcral que veni­ mos comentando. Se trata de dos fechas (1736 y 1825) que nos van a permitir encuadrar en un contex­ to cronológico, la estructura sepulcral que actualmen­ te ocupa el suelo de esta iglesia. El Libro de Fábrica de la parroquia recoge que el 16 de julio de 1736 Juan de Ariategui, vecino de Ajánguiz, y sus oficiales iniciaron las obras para el entarimado de las sepulturas, empleando para ello madera de castaño que se hizo traer desde la villa viz­ caína de Rigoitia. En este mismo año también se ano­ ta la compra de una pala de hierro para la apertura de las fosas sepulcrales (5). En el año 1825, coincidiendo con la obra de abo­ vedamiento de la iglesia, se vuelven a consignar importantes pagos por tabla de castaño para sepultu­ ras, traída desde Gernika (6). Suponemos que dichos pagos van referidos a la reparación de los desperfec­ tos que, con motivo de las obras de abovedamiento, debieron ocasionarse en la estructura lígnea sepulcral de 1736, fecha de la que sin duda dataría el diseño y Figura 7. Iglesia de Santo Tomás Apóstol (Arrázua), Sondeo B, estructuración de esta necrópolis interior. sepultura n2 112: esqueleto infantil (nº 3) sobre esqueleto Desconocemos el alcance total de la superficie adulto (nº 2). sepulcral afectada y el número y tipo de elementos de la estructura dañados y restituidos; ello dificulta la más tarde con motivo de las obras de 1825, ya que en interpretación cronológica de algunas de las eviden­ ese momento se inicia el abandono del templo para cias documentadas. En este sentido, no podemos pre­ uso sepulcral. cisar si las diferencias en conservación y técnicas La construcción sepulcral de 1736, a partir de los constructivas apreciadas en las cubiertas de los dos pocos datos de que disponemos, parece suponer una sondeos, pueden atribuirse a su realización en dife­ reducción y readaptación de un espacio que ya venía rentes etapas cronológicas o a otros factores. Tampo­ siendo utilizado con fines sepulcrales. Respecto a lo co podemos conocer el momento en que se lleva a primero, un dato a valorar es la presumible clausura cabo el proceso de numeración de las sepulturas, ya de la huesa de las freylas en 1781, año en que se pro­ que en el año 1795 se consignan pagos por la compra cedió al enlosado del área bajo el coro. La existencia de sepulturas, pero su identificación no alude a una en 1560 de un lugar de enterramiento para las freylas referencia numérica sino que se recurre a describir su bajo el coro, consta en el 1º libro de Finados (8). Por localización geográfica en la estructura sepulcral: " ... otro lado, los datos de los enterramientos registrados es la sexta de la primera fila de parte del Evangelio" en el citado libro (1555-1589), nos hacen pensar en (7). Esto parece suponer que no existían referencias una readaptación del espacio sepulcral ya que en numéricas en las sepulturas. Sin embargo, no encon­ algunos casos se indica el lugar de enterramiento de tramos razones para que la numeración se efectúe los parroquianos según hileras. Así, por ejemplo, en

(5) AHEB, 1° Libro de Fábrica. (8) AHEB, 1ºLibro de Finados, "Mari Lopez de Sagargaste, frey la, (6) Ibídem. fallesi;:io a 23 de Octubre de 1560 años, enterróse en la huesa de [l) AHEB, 1ºLibro de Fábrica, cargo relativo al año 1795 las Freylas, debaxo del coro". ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 19

Figura 8. Iglesia de Santo Tomás Apóstol (Arrazua), Sondeo B, sepultura nº 112: esqueleto adulto (nº 2) ocupando la inhumación inferior (izda.), y esqueleto infantil (nQ 3) en la posición superior (dcha.). el año 1555 se registra el fallecimiento de Teresa de límite medianero de las fosas (9). Al mismo tiempo, Urqui<;a, sepultada en la hillera primera en la sepul­ esta constatación señalaría la utilización de un mismo tura de la casa de Urqui<;a; y de Marinachu de Agui­ nivel para practicar las inhumaciones en dos momen­ rre, enterrada en la sepultura de Aguirre en la hillera tos históricos distintos. más baxa junto a la escalera del coro. Un último dato que interesa destacar es la presen­ Sin embargo, desconocemos si estas inhumacio­ cia de cortes en la roca caliza natural del terreno. Si nes referenciadas en el 1ºlibro de Finados, se reali­ bien presentes en ambos sondeos, nos centraremos en zaron en sepulturas con una estructura semejante a la el documentado en el sondeo B. Éste surge del límite de 1736. Los únicos datos documentales que posee­ oriental de dicho sondeo, mostrando un desarrollo mos se refieren al primer libro de Fábrica conservado lineal recto con orientación este-oeste, punto en el (1725), en L""f cual no existen partidas de gastos relati­ que se curva para adoptar una dirección N-S. Presen­ vas a reparaciones en las sepulturas, aunque es cierto ta bordes regulares e inclinación gradual de sus lados. que son muy escasos los años que restan hasta 1736, El lado sur del corte es coincidente con el límite meri­ fecha de la renovación del espacio sepulcral. dional de la sepultura nº 112. Junto a todo esto, señalar por último que en las Los escasos datos recogidos sobre estos cortes, zonas aún intactas de la capa de tierra donde se prac­ ticaron las inhumaciones del XVIII, es posible obser­ var la existencia de diferentes huesos humanos apri­ (9) Esta circunstancia plantea dificultades a la hora de interpretar sionados en el relleno, provenientes de inhumaciones cronológicamente los restos antropológicos y arqueológicos documentados en esta intervención como parte integrante de los precedentes (anteriores a 1736); un ejemplo de ello es rellenos de las fosas sepulcrales. Debido a que no es factible ais­ un cráneo que se localiza bajo el pilar occidental de lar lo que pudiera pertenecer a inhumaciones anteriores y poste­ sustentación de cubiertas del sondeo A, a la altura del riores a la organización sepulcral que aquí nos ocupa. 20 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

sepulturas y tampoco hay una asignación numérica a cada pro­ pietario (11). En la documentación histórica consultada, existe un gran número de datos de interés antropológico, que incrementan la importancia de los restos esqueléticos recuperados en el interior de este templo. El 1º libro de Finados, cuyas partidas de defunción se han transcrito desde el año 1555 hasta el de 1567, en parte, indica la asociación sepultu­ ra-casería desde el año 1555. En la mayoría de las inhumaciones se hace referencia al nombre indivi­ dual de la sepultura, que se corres­ ponde con el de la casa y asimismo con el "apellido" de los feligreses; Figura 9. !glesi~ de Santo Tomás Apóstol (Arrázua), Sondeo A, sepultura nº 31: esqueleto infantil (nº 1) envuelto en un paño negro. en otros casos simplemente se indica que fueron enterrados "en su fuesa". Así, de los 160 finados p~ecen apuntar su. posible relación con una ocupa­ recogi~os en los años citados, en 83 de ellos (un 52%) c10n sepulcral antenor. Una observación interesante a se verifica documentalmente la inhumación en la este respecto, es que la tierra arenosa en la que se sepultura de l~ casería, en 20 casos (12%) no hay practicaron las inhumaciones que hemos documenta­ correspondencia entre la denominación de la huesa y d?, ~~tá su~erpuesta a un~ capa de tierra arcillosa que el apellido de la persona, y en el resto de los casos no srrv10 para igualar el desmvel que estos cortes ocasio­ se especifica este dato. naron en la roca natural. El carácter no natural de En relación a los apellidos, se observan en la estos cortes y los datos arriba apuntados, señalan su documentación algunas aparentes incongruencias a la relación con el momento inicial de la utilización de h~z del significado actual de los mismos, así, por este espacio con fines sepulcrales, que sería anterior a ejemplo, se describen apellidos diferentes entre los dos referenciados en la documentación existente. padres e hijos o entre hermanos. Sin embargo, hay Todas estas evidencias arqueológicas nos mues­ que tener en cuenta que en esta época, los apellidos tran la dificultad de encuadrar los datos de las inhu­ no tenían la fijeza que actualmente poseen, sino que maciones registradas en los libros de Finados, dentro el apellido hacía referencia al lugar de procedencia de un contexto de organización del espacio sepulcral. -pueblo o casa- de su portador (12). Esta asociación Aunque los registros documentales consultados en el presente tr~b~j? se refieren a los finados del siglo XVI, la posibilidad de acercarnos al conocimiento de 00 La numeración existente sobre Ja cubierta de las sepulturas (nºs la organización de las sepulturas, incrementaría el 31.' 32, 111, 11.2 de Jos sondeos A y B) podría corresponder a Ja interés antropológico de los restos inhumados. En las asignada también a las casas, por cuanto hay referencias de ello fechas tempranas a que se refiere el 1º libro de Fina­ en otros templos [Ritos Funerarios en Vasconia (Ritos de Pasa­ je, 2), Bilbao, Etniker Euskalerria, Eusko Jaularitza, Gobierno dos. (1555-1?~9), los datos existentes sobre el lugar de Navarra, 1995. (Atlas Etnográfico de Vasconia, Tomo X)]. de inhumac10n de los parroquianos difuntos, deja 02 entrever la existencia de una organización de las ) Existe documentación antigua sobre el origen y significado de los apellidos vascos. En el documento de donación del monas­ sepulturas en hileras. Si bien nos es desconocido el terio de Varrfa (San Agustm de Echevarrfa, en ) en el año número total de éstas y su extensión transversal en las 1053, encontramos ya los nombres seguidos de un patronímico naves, la partida de uno de los difuntos, Marinachu de y ~e ~n apellido qm~ indicaba la procedencia de sus portadores. Aguirre, fallecida en 1555, nos permite conocer su As1m1smo, en el Libro de Rubro o Libro de las Cuentas del Monaste~o de Iranzu, escrito en su mayor parte en el siglo XIII, límite inf~rior al hab~r sido enterrada "en la sepultu­ los apellidos señalaban la procedencia -pueblo o casa- de su ra de Agmrre en la hillera mas baxa junto a la escale­ p.ortador. El P. Omaechevarrfa ha reseñado cómo aún para el ra del coro" (10). Por tanto, al menos en estas fechas, siglo XVI los apellidos no tenían la fijeza actual, sino que "el no hay una identificación clara de la situación de las apellido toponímico sólo significaba que el individuo portador de! mismo era natural o vecino del solar o Jugar así llamado". Michelena, L., Apellidos vascos, Ed. Txertoa, San Sebastián (to) AHEB, F Libro de Finados. 1989 (4º edic.), pág. 20-23. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 21

sepultura-casería aparece también documentada en 5. Anexo documental. Iglesia de Santo Tomás los libros de Fábrica, en donde hay algunos pagos por Apóstol (Arrázua) compra de sepulturas que los propietarios adjudican a su "nueba casa" (13). La documentación de archivo consultada en esta parroquia es exclusivamente eclesiástica, depositada en el AHEB. Se han vaciado Sobre el modo de utilización de las sepulturas, se los Libros de Fábrica (de 1725 a 1973), parcialmente el 1º Libro de han recogido en la documentación algunos datos de Finados (1555-1589), y el Libro de Aniversarios y Capellanías del importancia a la hora del análisis antropológico de los Cabildo (1678-1833) que informa de algunas denominaciones de restos esqueléticos contenidos en las mismas. En los sepulturas, pero no de su localización. Existen además otros libros de Finados (de 1638 a 1905), Libros años recogidos en el 1º libro de Finados, se señala de Cofradías (Rosario, Vera Cruz) y Papeles Varios que no han sido para el siglo XVI que una misma sepultura se abre y consultados. se utiliza siempre que sea necesario, sin que entre dos inhumaciones consecutivas medie un plazo determi­ Relación documentación vaciada nado que permitiese la descomposición de los cadá­ - Libros de Fábrica: 1º Libro de Fábrica: 1725-1877 (sig. 07-03) veres, ya que no es hasta 1698, cuando las Constitu­ 2º Libro de Fábrica: 1878-1973 (sig. 08-01) ciones Sinodales del Obispado de Calahorra y la Cal­ - Libros de Finados zada, establecen la prohibición de utilización de la lº Libro de Finados: 1555-1589 (sig. 01-01) sepultura hasta después de transcurrido un año desde -Libro de Aniversarios y Capellanías: 1678-1833 (sig. 01-02) el último enterramiento (14). En la documentación 1º Libro de Fábrica: 1725-1877 (sig. 07-03) hay numerosos ejemplos de inhumaciones consecuti­ Descargo referido al año 1726 (dado en 1727-enero-12) vas en breves períodos de tiempo. Así: en la sepultu­ - 22,5 rs por dos canastos para llevar de las sepulturas los huesos ra de la casa de Urqui\:a, se registra un enterramiento a la osera. el 14 de febrero de 1555 [1] y otro enjulio del mismo Descargo referido al año 1729 - 4 rs al sacristán por componer y barrer la iglesia y las sepultu­ año [5]; en la huesa de Aguirre hay sendos enterra­ ras en Semana Santa. mientos en octubre y noviembre de 1557 [42 y 43]; Descargo referido al año 1730 en la de <;;abala, uno en setiembre de 1557 [40] y otro - Los beneficiados hacen oración y dicen responsos en las sepul­ en julio de 1558 [63], ... etc. Por otro lado, se docu­ turas antes de la misa conventual, como es práctica, uso y costumbre. - Todos los años cobra el sacristán por barrer la iglesia y a veces menta en algunos casos, el parentesco existente entre por componer los paños de las sepulturas. las personas inhumadas. De esta forma se indican Descargo referido al año 1731 enterramientos en la huesa arriba de los padres (Mari - El 9 de marzo se paga a Bartolomé de Urquiza una carreta con Iñiguez de Lauriz [10], Ana de Marmex Bengoechea un cesto para recoger los huesos de las sepulturas cuando se abren y [128]), arriba de la madre (Mari Loyola [107], transportan a la osera, 1 real y medio. - El 2 de abril se paga a Juan Ventura de Olalde 12 rs por el aza­ Ochanda de Aguirre [123]) y arriba del padre (Mari­ dón nuevo para romper y abrir las sepulturas en los entierros. na de Unoarri de Elorriaga y de Rementeria [101], - Antonio de Orbe hace unas andas torneadas al féretro para Domingo de Minteguia [134]) (15). difuntos párvulos. La llegada del siglo XIX viene a marcar el abando­ Visita 1736-marzo-17 Sepulturas. El Visitador del Obispado de Calahorra y la Calzada, no del interior del templo con fines sepulcrales, trans­ Felipe López de Salazar y Angulo, manda se compongan las sepultu­ firiéndose dichas funciones a un Campo Santo externo ras de esta iglesia por sus dueños y los que no lo hicieren se compon­ construido ya para 1824 (16). Desconocemos si dicho drán a costa de la fábrica. proceso se realiza de forma brusca o paulatina y si Cuenta referida al año 1736 afecta a todas las posibles inhumaciones a practicar o Cargo: la Fábrica cobra: - 36 rs "que Don Diego Antonio de Allende contribuió a la ygle­ se contemplan casos especiales, como el de los infan­ sia con dos tablas de las sepulturas de Mansa o Berreino-Ondo, tiles, que pueden continuar disfrutando del interior del Zubiaur y Solaurren". templo. La fecha de 1894 señalaría el momento final - "Mas otros 39 rs que Don Francisco Bruno de Urdaibai y Velen­ de utilización del suelo de la nave como cementerio, diz contribuió por tres tablas de las sepulturas de la Torre de Velendiz, de la de Ybinarriaga y Lejarza". ya que en tal año se procede a la colocación del enta­ - "Mas debe 26 rs que contribuió María de Lagandara y Urtubei rimado actual que ocultara a la vista la estructura por dos tablas de las sepulturas de Arrospide y Aramburuchu". sepulcral, haciéndola impracticable (17). - "Mas debe 8 rs por la tabla de la sepultura de Juan de Aruiate­ gui". - "Mas debe 13 rs por la tabla de la sepultura de Olea que contri­ buió Don Josef Francisco de Mezeta y la Rentería". 3 Ct J AHEB, 1º Libro de Fábrica, Cuenta relativa al año 1795. - "Mas debe 19 rs por la tabla de la sepultura de Loiola Echean­ 4 0 J Constituciones Synodales antiguas y modernas del Obispado de dia que contribuyeron los inquilinos". Calahorra y la Calzada ... por D. Pedro de Lepe ... en el año de Descargo: [Obra del entarimado de sepulturas y retejo de la Iglesia] mil y seiscientos y noventa y ocho, Madrid, por A.G. de Reyes, - El día 16 de julio empezó la obra Juan de Ariategui, con sus ofi­ 1700. Constitución X, Título IX. "De sepulturis". ciales, y éste tiene 25 días, los 22 de a 8 rs con su jornal y comidas, y 15 c J AHEB, 1º Libro de Finados. los 3 de a 4 rs, y por ellos [cobran] 188 rs . • (16) AHEB, l2 Libro de Fábrica. 7 - Para travesaños de encajonar la tabla de las sepulturas, el mis­ 0 J AHEB, 2º Libro de Fábrica. mo maestro Juan de Aruiategui, vecino del Concejo de Ajánguiz, y 22 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

feligrés de esta parroquia, ajustó 172 codos de castaño brabo, a real de Descargo referido al año 1803 plata codo, puestos en la arboleda de San Juan de desde - 210 rs dados a José de Arasoza, maestro ensamblador, por unas Rigoitia, que con dos acarreos que se hicieron desde dicha arboleda a andas para difuntos. esta iglesia, tuvieron de coste, el primer acarreo 14 rs y 3 cuartillos, y - 39 rs dados a D. Juan Diego de Arrospide de 17 codos de tabla el segundo 18 rs y 3 quartillos, que todo el principal de travesañas y para tres sepulturas con 2 rs de favor. sus partes para esta yglesia importan 356 rs. - 32 rs a Jose de Yzpizua y otros quatro oficiales que ocuparon un - 3 peones y medio se emplearon en limpiar la iglesia de la broza día y medio en componer las sepulturas de la iglesia. de tierra que se sacó de las sepulturas, 12 rs. - 49 rs dados a Agustín de Minteguia por la ocupación de siete - 3 rs y tres quartillos por una pala de hierro para abrir las sepul­ días en sacar fuera la tierra de las sepulturas, a 7 rs por día. turas. - 49 rs a Manuel de Pinaga que se ocupó otros siete días en lo - Más ocupó el mayordomo un día con sus bueyes y carro en aca­ mismo. rrear alguna broza o tierra de ferrerías para acomodar y ajustar las tra­ - 40 rs dados a Juan de Zarragoicoechea de 20 quintales de cal vesañas de las sepulturas, 4 rs de plata que hace gracia de los 2 rs de traída para las sepulturas. plata. Descargo referido al año 1811 Visita del año 1741 - Consta la relación detallada de materiales y obreros que inter­ Sepulturas. "Otrosí en atención a que el suelo desta yglesia se vienen en la construcción del Huerto Santo. halla muy indecente y no se consigue el fin del coste que ha tenido por Descargo referido al año 1812 el abuso que se practica de tener continuamente sobre casi todas las - Se anotan 7 60 rs que correspondían al año anterior por la traída sepulturas retazos de bayetas y de trapos, mandaba y mandó así bien de 190 quintales de cal de Cortezubi para el Huerto Santo, a 4 rs quin­ su Merced que todos se quiten, y que únicamente se cubran las sepul­ tal, y 36 rs de una cantara de vino para su traída. turas en que hubiere entierro, novena, onrras o cabo de año, y en este Cargo referido al año 1816 caso con la decencia que se corresponde a la yglesia, y así se cumpla - Se cobran 22 rs de una sepultura agregada a la casa de Urquiza. pena de 4 reales aplicados como se aplican a la luminaria del Santísi• Descargo referido al año 1819 mo Sacramento que se sacaran a cada uno de los que contravinieren". 1000 rs a Juan Bautista de Belaunzarán, vº de Lequeitio, arquitecto Descargo referido al año 1781 de San Femando, de dos diseños, uno para la bóveda y otro para el reta­ - Coste de la losadura de la Iglesia: Se enlosaron los dos tramos blo, por hallarse necesitado [el retablo] por circunstancias de la guerra. que hay entre las sepulturas y paredes de ambos costados de la iglesia, Descargo referido al año 1820 y bajo del coro, " ... por quanto estaban antes de empedrado o calzada, - Continúan los pagos en relación con obras realizadas en el que a menudo se saltaban las piedras, y a tiempo de barrer dicha igle­ Huerto Santo. Se incluye además el costo de la licencia para dichas sia se levantaba mucho polvo, y se ensuciaban las paredes de la igle­ obras. sia, por cuyo motivo pareció a ambos cabildos ser más necesario enlo­ Cuenta referida al año 1825 sar dichos parajes y ocurrir a otras obras vigentes con el importe que - "Razón de las obras executadas en la yglesia el año de 1825 por podía costar la lampara de plata, para la que se sacó licencia del escri­ dirección de Don Juan Bautista de Belaunzaran, arquitecto de San Fer­ bano; y poniendo en ejecución dicha losadura por los meses de mayo, nando, vº de la Villa de Bilbao, y su comisionado Don Juan Manuel de junio y octubre se ajustó por la saca y traída de 388, 5 baras de losa, Mendieta, sobreestante perito, vecino de Zornoza, con las licencias así para dichas obras como para reparar el vicio del arco maior del necesarias". Entre otros pagos, se consignan: coro, y extender el presbiterio, con Domingo de Y nchausti y Joseph de - 1.252 rs y 17 mrs de 417 y medio codos de tabla de castaño traí• Tellaecheondo, a 2,5 rs por bara, las que midió Juan de Pertica y das de Guernica para sepulturas, a 3 rs codo. Miriategui, e importan" 971, 5 rs. -408 rs pagados a los carpinteros de 51 días en colocar las sepul­ - Se trae cal de la calera de Lexarragana. turas, a 8 rs día. Visita 1793-junio-15 - 100 rs al herrero Manuel de Ceniga, de este pueblo, por un Entierro de pobres: "Y por quanto también se halla informado Su "cuenco de chirritas" para las sepulturas. Yllustrisima que los entierros de pobres, aunque asiste todo el Cabil­ Descargo referido al año 1836 do y canta el oficio de sepultura, se deja de celebrar misa de cuerpo - 36 rs a Juan Cruz de Uribarrena por cavar y extraer los huesos presente cuando no hay limosnas para ello ... mandó que en lo sucesi­ del Campo Santo a la osera. vo, antes de darse sepultura al cadáver de los que se entierren como Descargo referido al año 1844 pobres, se celebre presente el cuerpo, permitiéndola la hora del santo - 40 rs por una cruz nueva para traer los cadáveres. sacrificio de la misa y, si no pudiere hacerse por el entierro después de Descargo referido al año 1853 las doce del día, se dirá precisamente en el inmediato permitiéndose - 56 rs al perito Hilario de Basterrechea por medición del Campo como se permite al Cabildo que pueda valerse en algún sacerdote que Santo y su declaración. quiera por caudal y devoción decirla graciosamente por el alma del difunto, o demandar de los fieles la limosna, no omitiendo en caso 2º Libro de Fábrica: 1878-1973 (sig. 08-01) alguno, aun cuando nada se recoja, la celebración del santo oficio". Descargo referido al año 1894 Cuenta referido al año 1795 - 100 rs por la limpieza de la iglesia después de la nueva entabla­ - Se cobran 22 rs de una sepultura y es la sexta de la primera fila ción. de parte del Evangelio que Juan de Zabala, vecino desta, ha adjudica­ Descargo referido al año 1896 do a su nueba casa Ansotegui Aldaza. - 196 rs a Juan de Mochove por los cajones hechos en el Bautis­ - 22 rs de una sepultura de ánimas y es la séptima en la primera terio para guardar los enseres de las sepulturas. fila de parte del Evangelio, adjudicada por Francisco de Minteguia a Descargo referido al año 1900 su nueva casa de Larrazabal. - 60 rs por un ataúd nuevo para la conducción de cadáveres. - 22 rs de una sepultura de ánimas que Josef de Olavarrieta ha adjudicado a su casa torrecilla de Arragoetachu en el barrio de Loyo­ 1º Libro de Finados: 1555-1589 (sig. 01-01) (s.f.) la " ... y es la tercera de la quarta fila de la parte de la Epístola". El libro contiene partidas de Bautizados, Casados, Confirmados y Descargo referido al año 1797 [Obra de las bóvedas y tejados] Finados. En la última parte constan las partidas de defunción que - 12.200 rs a Francisco y Pedro de Justiniani en que se ajustó la hemos transcrito desde el año 1555 hasta parte del año 1567 (salvo los manufactura de las bóvedas artesonadas, pilares y blanqueo general. años 1561 y 1562 que faltan) por la información que proporcionan, y - Consta además pagos por las obras de la cornisa de la torre, teja­ por su antigüedad en comparación con la documentación archivística dos de la iglesia, y de la casa sacristía. de las otras parroquias vizcaínas objeto de investigación. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 23

La puntuación y numeración es nuestra, Cualquier letra, palabra, [21].-Juan de Baraz9aldo, falles9ió a 4 de junio de 1556 años, día o fecha encerrada entre corchetes no consta en el texto original y res­ de Corpus Cristi, enterróse en la su huesa de Baraz9aldo, fizieronse los ponde a nuestra interpretación. El libro ha sido restaurado, si bien de anibersarios luego y la nobena. forma que los folios (sin numeración original) han perdido la ordena­ [22].- Martín Ruiz de Ororoaga, cantero, falles9ió en San Sebas­ ción lógica, por lo que hemos reordenado cronológicamente el conte­ tián caydo de una obra. No hizo testamento, enterróse en Arra9ua 6 nido de los mismos. días del mes de junio de 1556 años. Fizieronse los anibersarios y nobe­ narios, y también el cabo de año. [Año 1555] [23].- Miguelecha de Gorrio, falles9ió a 23 días del mes de junio [l].- Primeramente Teresa de Urqui9a, mujer de Rodrigo López, de 1556 años, enterróse en la huesa de Gorrio, fizose su nobenario y falles9ió a 14 de febrero de 1555 años. Fue sepultada en Arrázua en la también el cabo de año. hillera primera en la sepultura de la casa de Urqui9a. Mandó una misa [24].- Juana Ochoa de Loyola, falles9ió en 8 de julio día de San­ cantada las semanas de un año. Fizo la novena y aniversarios y dizese tiago, enterróse en Arra9ua. Dejó su .... y saya. Fizose nobenario. la misa de Ntra. Señora. [25].-Diego de Ybinarriaga, cantero, falles9ió en Nabarrete, fizo­ [2].- Marinachu de Aguirre, hija de Rodrigo de Aguirre, falles9ió se su nobenario el día de Ntra Señora de agosto de 1556 años. a 5 de mayo de 1555, enterróse en Arra9ua en la sepultura de Aguirre [26].- Martín de ~ubiate y Rodrigo de ~ubiate, su hermano, en la hillera más baJla junto a la escalera del coro. falles9ieron en Calahor[ra] el día de Ntra Señora de agosto de 1556 [3].- Catalina de Maya, falles9ió a 8 de mayo de dicho año. Enterró• años. se en la sepultura de Obieta debaxo, no fixo testamento ni dexó bienes. [27].- María de Maguna, viuda, mujer que fue de Juan López de [4].- Juan López de Olabe, fijo de Martín López, falles9ió en la Solaurren, [falleció] a 6 de otubre de 1556 años, enterróse en la huesa Rioja súbitamente, no hizo testamento. Fizose su nobenario en 8 de ... [roto]mex Uriarte, fizose aniversario y treintenario y cabo de año. julio de 1555. [28].- San Juan de Echabarri, entallador, falles9ió en Burgos día [5].- Mari Pérez de Goenela, falles9ió a ... de julio de 1555 años. de San Judas del año 1556, fizose en esta yglesia de Arra9ua su nobe­ Enterróse en la hillera primera en la huesa de la casa de Urqui9a, fizo­ na a 13 de nobiembre de dicho año. se su novenario. [29].- Pedro de Monesterio, menor en días, falles9ió a 13 días del [6].- Y en 4 de setiembre del dicho año falles9ió Mari López de mes de diziembre de 1556 años, enterróse en la su huesa de Moneste­ Lexar9agana y se enterró en su huesa de Lexaf9a en hillera somera en rio, cumplióse el nobenario y anibersario. medio della. [30].- Martín Ybanez de Mutio, cuya era la casa y solar de ]7].- Marina de ~abala, mujer de Martín de ~abala, carpintero, ~ubiaur, falles9ió a 23 días de diziembre de 1556 años sin hacer tes­ falles9ió en 25 de setiembre de 1555 años, enterróse en la su huesa de tamento ni recibir sacramentos y se enterró en la Yglesia de Nabamiz ~abala, no hizo testamento porque no tuvo tiempo que murió supíta• con licencia de los beneficiados de Arra9ua. mente sin habla. [31].-Juan de Y9aguirre murió en Burgos que le mataron. [8].- Este día se enterró una niña de una criada de Lope de Men­ dieta en su huesa de Mendieta. [Año 1557] [9].- María Yñiguez de ~ubialdea falles9ió en 28 de setiembre del [32].- Martín Saez de Lexar9a, falles9io a 20 de marzo de 1557 dicho [año] y enterróse al día siguiente de señor San Miguel en esta años fue enterrado en Arra9ua en la sepultura de Lexar9a, fizose el yglesia de Señor Santo Thomas de Arra9ua. Fizose su novenario y ani­ nobenario y los quatro aniversarios luego cumplió las mandas pías en versario. vida. Al margen: Martín Saez de Binarriaga y de Lexar9a. [10].- Mari Yñiguez de Lauriz dicho [alias] Churdin, falles9ió a 4 [33].- Doña Mari López de Solaurren, falles9ió a 3 de abril de de otubre día de San Francisco, enterróse en la huesa de Lauriz de arriba 1557 años en la huesa de Solaurren en la hillera somera, fizose el sobre sus padres. No fizo testamento porque no tenía de que se le quemó nobenario y cabo de año. en la casa de Lauriz lo que tenía. Fizosele novenario y cabo de año. [34].-Mari Ortiz de Elordieta, falles9ió a 9 de abril de 1557, ente­ [11 ].- Martín de Goytisolo, falles9ió a 19 de diziembre de 1555, rróse en la huesa de Elordieta ... una misa cantada de Nuestra Señora y enterróse en la huesa de Rentería Varrena, fizose nobenario. un trentenario ... y .... dixosele la misa cantada de Nuestra Señora y el [ 12].- Martingo de Aranburu, fallesció a 29 de diziembre de 1555 trentenario por el dicho Sancho Abad. años, enterróse en la sepultura de Aranburu suya. Era pobre. No testó. [35].- Juan de Arguenabeytia, fallesció el martes de la Semana [ 13] .- Martín de Goytisolo de la Renteriavarrena. Falles9ió a 30 Santa ques 14 de abril de 1557, enterróse en la su huesa de Arguena­ de diciembre de 1555 años, enterróse en su sepultura de Rentería en la beytia. hillera ter9era. Fizose nobenario y cabo de año. [36].- Marina de Letomendi, falles9ió 27 de julio de 1557, ente­ [14].- Mari Miguel de Goro9ica, falles9ió día de los Bienabentu­ rróse en la su sepultura de Letomendi. rados Santos Mártires San Fabián y Sant Sebastián, enterróse en [37].- Marinachu de Goro9ica, falles9ió a 8 de agosto del año Arra9ua en la sepultura de Goro9ica. susodicho y enterróse en la huesa de Gorocica. [38].- Catalina de Durango, mujer de Martín de Olabarriaga, [Año 1556] falles9ió a 15 de agosto de susodicho año, enterróse en la huesa de [15].- Mari Saez de Arguenabeytia, falles9ió a ... de febrero de Olabarriaga, dejo testamento abierto. 1556 años, enterróse en Arra9ua, fizose nobenario y cabo de año. [39].-Andraxe de Olabarriaga, falles9ió en 30 de agosto de 1557, [16].- Domingo de Urtubey, falles9io a 5 de febrero de 1556 años, enterróse en la huesa de Olabarriaga. enterróse en Arra9ua, fizieronse los anibersarios. [40].- Andrés de ~abala, falles9io a 22 de setiembre de 1557 [17].- San Juan de ~ubiaur, fijo de Pedro Martínes de ~ubiaur, y anos, enterróse en la huesa de ~abala, en la hillera más arriba de azia de Doña Osan, su mujer, falles9ió en la mar veniendo de la Yndia e la grada. fizose su nobenario a 2 de marzo de 1556. [41].-Pedro de ~abala, falles9ió en Castilla. [18].- Doña Osana de ~ubiaur, falles9ió a 14 de marzo del dicho [42].- María Pérez de Aguirre, falles9ió a 18 de octubre de 1557 año y enterróse en la huesa de ~ubiaur, no testó. años, enterróse en la huesa de Aguirre, junto a la escalera del coro. [19].- .... [en blanco] hija de Domingo de Yzpi9ua y de su mujer, [43].- Rodrigo de Aguirre, falles9ió en 25 de noviembre de 1557 falles9ió el día de Señor San Marcos del año de 1556 en la edad de años, enterróse en la su huesa. doze años, enterróse en la huesa de Arguenabeytia, a la madre la lle­ [44].- Teresa de Durango, molinera, falles9ió a 21 de noviembre varon a Ybazter a enterrar, era natural de Vurdari y se llamaba Catali­ de 1557, enterróse en la huesa de su madre en la hillera segunda delan­ na [no murieron en jurisdicción de la parroquia]. te de la pila de batismo. [20].- Martín, fijo de Domingo de Elorrriaga y de Mari Martín, su [45].- Domingo, hijo de Domingo de Tellaechea, murió en Castilla. mujer, falles9ió a la edad de 3 años. [46].- Juan de Rentería Barena, falles9ió en Castilla. 24 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

[47].- Pedro de Altamira de Lasarte, fallesc;ió .... [en blanco] de [Año 1559] diciembre de 1557, enterróse en la huesa de Aguirre de Mendieta, [75].- Juan de Lexarc;a, cantero, fallesc;ió a 2 de enero de 1559, donde su padre. enterróse en la su huesa de Lexarza. Testó el mismo día ante Pero Mar­ [48].- María Pérez de Basagoitia, morador de Varea, fallesc;ió día tínez de Elorriaga. de San Nicolás del mes de diciembre del dicho año, hizo su testamen­ [76].- Ana de Olabe, fallesc;ió a 18 de mayo de 1559 años, ente­ to ante y en presencia de Juan Pérez de Marmex. rróse en la su huesa de Olabe, mandó una misa reszada de Nuestra Señora las semanas de un año con responso el domingo, testó ante Año 1558 Pero Martínes, los Aniversarios están cumplidos. [49].- Pedro, hijo de Pedro de Larrucea y de Agueda, su mujer, [77].- Pedro de Barroeta, zapatero, fallesc;ió a 11 de junio de 1559 fallesc;ió a ... de henero de 1558, enterróse en la huesa de Larrucea. años, enterróse en la su huesa de Barroeta, hizose nobena luego y cabo [50].- Mari Juanexco de Uriarte, fallesc;ió a 13 días de enero del de año. dicho año, enterróse en la huesa de Uriarte. [78].- Sancho de Olabarriaga, fallesc;ió a 12 de julio de 1559 [51].- Hemando Dochoa de Chertudia, fallesc;ió a 5 de febrero de años, fue enterrado en Arrac;ua en la su sepultura de Olabarriaga. 1558 años, enterróse en la huesa de Chertudia. [79].- Juan de Auriategui de Marmex, fallesc;ió a 27 de julio de [52].- Pedro de Minteguia, fallesc;ió en Sevilla. 1559, enterróse en la huesa de su casa de Auriategui, fizose ... [53].- Martingo de Ayz, fallesc;ió a 1 de marc;o de 1558, enterró• [80].- San Juan de Auriategui, morador de la Rentería, fallesció a se en la huesa de Gorrio, no tuvo bienes de testar. 31 de dicho mes y año, enterróse en la huesa de Auriategui de arriba, [54].- Mar Martín de Ceareche, fallesc;ió a 20 marc;o de 1558, fizose ... enterróse en su huesa a par de la de Monesterio. [81].- Juan de Ybinarriaga, fallesc;ió a 12 de setiembre de 1559 [55].- Mari Ochoa de Ororoaga, fallesc;ió a 7 de mayo de 1558, años, enterróse en la su huesa de Ybinarriaga, fizóse su testamento enterróse en la sepultura de Ororoaga a la parte de la pilla de baptis­ ante Pedro Martínez de Elorriaga, escribano, fizose su nobenario y mo. anibersarios. [56].- Marinaco de Miriategui, moradora de Ycaztegui, fallesc;ió [82].- Chazeco[?] de Lamyquiz, donzella, enterróse en . a 12 de mayo de 1558, fue enterrada en la huesa de Miriategui. [83].- Francisco de Olabe, fallesc;ió en Castilla. [57].- Juan de Aguirre de Mendieta, fallesc;ió a 15 de mayo de [84].- Francisco de Yzpic;ua, fallesc;ió en Ytallia. 1558, enterróse en huesa de Mendieta. [85].- Mari Ibañez de Obieta, fallesc;ió a 21 de setiembre de 1559, [58].-Teresa de Elordieta, moradora de Ycaztegui, fallesc;ió a 24 enterróse en la huesa de Minteguia. de mayo de 1558, enterróse en la huesa de Elordieta. [86].- Juan Pérez de Mochove, fallesc;ió a 25 de setiembre de [59].- Juan Ochoa de Ororoaga, fallesc;ió a 5 de junio de 1558, 1559, enterróse en la huesa de Minteguia. enterróse en la su huesa de Ororoaga. [87].-Mari López de Monesterio, donzella, fallesc;ió a 28 días del [60].- Catelina, hija de Juana de Mendieta, de hedad de 8 años, mes de setiembre del dicho año, enterróse en la huesa de Monesterio. fallesc;ió a 6 del dicho mes de una cayda de cerezo. [88].- Mari Ybañez de Arguenaechabarria a 10 días del mes de [61].- Juan de Sagargazte, undidor, fallesc;ió a 15 de junio de octubre de 1559, enterróse en la huesa de su casa de Arguena Echaba­ 1558, enterróse en la huesa de Caldivizcar. rria, no hizo testamento. [62].- Elena de Yzlanda, fallesc;ió a 7 de julio de 1558, enterróse [89].- María Ortiz de Vizcarra, mujer de Martín de Mendieta en Arrac;ua en la huesa de Mari Ybanez de <;abala , viuda, mujer que Goytia, fallesc;ió a 18 días del mes de otubre de 1559 años, enterróse fue" de Pero Lamiquiz. No tubo que hazer testamento por ser pobre y en la huesa de Mendietagoytia, fizo testamento. dexó una hija de siete años. [90].-Juana de Uriarte de Yzpic;ua, fallesc;ió a 6 de noviembre del [63].- Martín Ruiz de <;abala, fallesc;ió a 7 de julio de 1558, ente­ dicho año, enterróse en su huesa, fizo testamento. rróse en Arrac;ua, en la huesa de <;abala en la hillera somera. [91] .-Mari Ybañez de <;ubiate, fallesc;ió día de Santa Catalina del [64].-Mari López de Goycoechea, fallesc;ió a 12 de julio de 1558, dicho año, enterróse en la huesa de <;ubiate. enterróse en su huesa de Goycoechea. [92].- Pedro de Barroeta, hermano de Juan Saez, fallesc;ió día del [65].- Hurtuno, hijo de Juan Martínez de Dondiz, fallesc;ió a 2 de Señor Sant Andrés en el dicho año, enterróse en la huesa de Barroeta. agosto del dicho año, enterróse en la huesa de Goycoechea, era de [93].- María Ybañez de Yturriaga, partera, dicho [alias] Marixe, edad de 12 años. fallesc;ió en Guemica y se truxo a enterrar a esta yglesia y sepultóse en [66].- María Saez de Mendieta, donzella, fallesc;ió en Mochobe la huesa de Martín de <;abala. de Suso, enterróse en Arrac;ua a 27 de agosto de 1558 en la huesa de [94].- María de Maguna, hermana de Anton de Vidave, fallesc;ió su casa de Mendieta que es junto a la pilla de Bautismo. a 24 de diciembre de 1559 años, enterróse en la huesa de Vidabeeta. [67].- Mari Juanexco de Solauren, donzella, fallesc;ió 1 de setiem­ bre de 1558, enterróse en Arrac;ua en la huesa de Barroeta que es de [Año de 1560] Mari López de Barroeta. [95].- María Ortiz de <;ubialde, fallesc;ió a 7 de febrero de 1560 [68].- Juana de Monesterio, fallesc;ió a 6 de setiembre de 1558, años, enterróse en la huesa de Elordieta. enterróse en la huesa de Monesterio. [96].- Martingo de Basabe, doncella, fallesc;ió a 16 de marzo de [69].- Mariachu de Aguirre, hija de Marina de Uribarri, fallesc;ió 1560 años, enterróse en la huesa de Barazcaldo. en 16 de setiembre de 1558, enterróse en la huesa de Myriategui. [97].- Mari López de Ybarra, fallesc;ió a 5 de abril de 1560 años, [70].- Doña Mayora de Olabarraga, fallesc;ió a 4 de octubre día de fue enterrada en la huesa de Uriarte. San Francisco, enterróse en la hillera más baxa de todas, en el medio, [98].- Marta de Auriategui, donzella, 10 de abril de 1560 años, en el año 1558. enterróse en la huesa de Auriategui. [71].-Juan de Marmex Vengoechea, estudiante, fallesc;ió en Sevi­ [99].- Miguelecha de <;arrabeytia, fallesc;ió en Albiz, fue enterra­ lla, hizóse su novenario en Arrac;ua, en 21 de octubre de 1558. da en Arrac;ua a 25 de abril de 1560 años. [72].- Juan Ochoa de Lauriz, fallesc;ió a 19 de otubre de 1558 [100].- Yñigo de Lauriz, fallesc;ió a 23 ... [borrado] de 1560, ente­ años, enterróse en la huesa de Lauriz, fizose su novenario. rróse en la huesa de Lauriz, no testó. [73].- San Juan de Monesterio, fijo de Pedro de Monesterio y de [101].- Marina de Uribarri de Elorriaga y de Rementería, Marina de <;arra, de edad de 11 años, fallesc;ió en 18 de noviembre de fallesc;ió a 29 de agosto de 1560 años, enterróse en la huesa de Remen­ 1558. tería, sobre su padre. [74].- Mari Saez de <;abala sorda, fallesgió a 29 de octubre del [102].- Juan López de Marmez Vengoechea, fallesc;ió a 8 de dicho año, enterróse en la huesa suya en la hillera más baxa, no textó setiembre de 1560 años, enterróse en su huesa. porque no tenía de qué. Fizose su novena. [103].- Mari López de Sagargaste, freyla, fallesc;ió a 23 de octu- ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 25

bre de 1560 años, enterróse en la huesa de las Freylas, debaxo del [125].-A 23 de noviembre falles9ió Juan de ... , y se enterró en la coro. su huesa.

[Año 1563] Año de 1566 [104].- A 6 días del mes de abril de 1563 murió Graci de Echa­ [126].-María Ybañez de Uriarte, falles9ió a 29 de enero de 1566, barri, y se enterró en la su huesa de Echabarri, fizosele luego la nobe­ enterróse en la huesa de Uriarte, fizose su novenario. naria de una misa de Nuestra Señora cantada. [127].- Martín de Barroeta, falles9ió a 24 de febrero de dicho año [105].- Catalina de Ororoaga, moradora de Loyola, murió a 15 de 1566, fue enterrado en la su huesa de Barroeta, fizose novenario. días del mes de abril del dicho año, enterróse en su huesa, fizosele su [128].- Ana de Marmex Bengoechea, falles9ió a 24 de mayo de nobena, mandó 6 misas, las 30 de la Cruz, y las otras 30 ... 1566 años, enterróse sobre sus padres en la huesa de Bengoechea de [106].- Marina Saez de Gorrio, falles9ió el 12 de mayo de dicho Marmex. año de 1563, enterróse en su huesa de Gorrio, fízosele un nobenario y [129].- Juan de Uriarte de Goro9ica, fallesció a 26 de marzo de luego mandó seis misas, una de la Cruz, cinco a la Abvocación de los dicho año de 1566 años. cinco altares y dos misas en San Cristobal de <;:arra. [130].- Juan Ochoa de Arranotegui, falles9ió en Viana, fizose su [107].- María de Loyola dicho [alias] Usoa, falles9ió a 3 de junio nobenario a 6 de abril de 1566 años. de 1563, fue enterrada en la huesa de Loyola, sobre su madre. Mandó [131].- Enecocha de Mecaur, falles9ió a .... [blanco] de abril de por su ánima nueve misas de las nueve fiestas de Nuestra Señora y 1566 años, enterróse en la huesa de la freyla. Trentenario. [132].- Domingo 19 de mayo de enterró Martín de Chertudia, [108].- Murió Domingo de Galar9a en la ciudad de Burgos, bíspera enterróse en la huesa de Chertudia. de Santiago del año de 1563 martes 19 de agosto y predicó su misa acos­ [133].- Miguelecha de Santa Marina, falles9ió postrero día de tumbrada el dicho día, hizose la nobena y cabo de año y anibersarios. junio de 1566, enterróse en la huesa de su casa. [l 09].- Murió Pedro de Izpi9ua a 29 de octubre de 1563, enterróse [134].- Domingo de Minteguia, falles9ió primero de octubre de en la huesa de su casa, fizosele nobenario y cabo de año y aniversario. 1566, enterróse en la huesa de su padre que hubo debaxo. [110].- Murió Martín Saez de Basagoytia, a 20 de noviembre de [135].-Mari Pérez de Erecacho, falles9ió a 17 de 1566, enterróse 1563, enterróse en su huesa. en la huesa de Lope Ybañez de Mendieta. [136].- Marina de Sarria dicho [alias] Charin, falles9ió a 30 de Año de 1564 octubre de dicho año, enterróse en la huesa de San Juan de Velendiz [111].-A 20 de enero de 1564 años falle9ió María Ibañez de Urtu­ [137].- María Ochoa de Ybinarraga, falles9ió a 8 días de diciem­ be y se enterró en la su huesa de Urtubey, fizose su nobeario y aniver­ bre de 1566 años, día de la Concepción de Nuestra Señora, enterróse sario y cabo de año. en la huesa de Ybinarriaga. [112].- Falles9ió María de Guivela, a 18 días del mes de diciem­ [138].- Y en 12 días del dicho mes falles9ió María de Chertudia, bre de 1564 años, enterróse en la su huesa, fizosele su nobenario y donzella, enterróse en la huesa de Chertudia. cabo de año. [139].- Este dicho día falles9ió Urticha de Uturbey, viuda, y se [113].- Falles9ió Perixa de Urrechaga a 24 de marzo de 1564 enterró en la huesa de Uturbey. años, enterróse en la huesa de Gorrín, hizosele la novena y cabo de año y misa cantada. Año de 1567 [114].-Murió María Martínez de Marmex Ucengoechea a 22 días [140].-Postrero día de diciembre año del nascimiento de Nuestro de abril de 1564, y enterróse al día siguiente en la su huesa de Mar­ Señor Jesucristo de 1567 años, falles9ió Teresa de Ybarra y fue ente­ mex, hizosele nobenarios y aniversario luego y cabo de año. rrada en la huesa de Ybarra. [115].- Martín de Olabarriaga, falles9ió en Agreda, fizirieronsele [ 141] .-A 20 de febrero de 1567 falles9ió Marina Lopez de <;:arra­ sus cumplimientos en dicha Y glesia, nobenario y cabo de año y los goicoechea en Alviz y enterróse en esta yglesia de Arra9ua. aniversarios. [142].- A 26 de febrero de 1567 falles9ió Marina de Monesterio [ 116] .- Martín de Barroeta, falles9ió en Agreda, fizieronse su y se enterró en la su huesa. nobenario en esta yglesia a 20 de septiembre. [143].- Marina de Lauriz, viuda, mujer que fue de Pedro de [117].- A 12 de mayo de 1564 años falles9ió Juan de Auriategui, Monesterio, falles9ió a 19 de marzo de 1567 años y se enterró en la morador de Urturbey, enterróse en Arra9ua en la huesa de Auriategui. huesa de Lauriz. [118].- A 10 de diciembre de 1564 falles9ió Mari Martín de [144].- Pedro de Maguna, morador de <;:arra, falles9ió a 15 de <;:arraveytia. mar90 de dicho año. Enterróse en Ybarruri porque falles9ió en Maguna. [145].- Mari Miguel de Vaquelu, falles9ió a 29 de mar90 del [Año 1565] dicho año de 1567, enterróse en la su huesa de Vaquelu. [119].- A 25 días del mes de abril de 1565 falles9ió Andraco de [146].-María de Ycaztegui, falles9ió a ... [en blanco] de mayo de Axtorondo en la villa de Guernica y se enterró en Arra9ua en la huesa 1567 años, enterróse en la huesa de Pedro de Ycaztegui, su hermano. de Axtorondo en la hillera más baxa, hizose su nobena. [147].- Juana, hija del licenciado Viezma, y de Mari Ybañez de [120].- A 8 de mayo de 1565 falles9ió Doña Marina de Chertu­ Chertudi, falles9ió a 5 de junio de 1567, enterróse en la sepultura de dia, madre de Martín de Chertudia, y se enterró en la huesa de Cher­ Chertudi. tudia, fizosele luego la nobena y los anibersarios. [148].- María Iniquiz de Lauriz, falles9ió a 8 de junio de 1567 [121].-A 29 de junio de dicho año y díade señor San Pedro y San años, fue enterrada en la huesa de Lauriz. Pedro, falles9ió Mari Lopez de <;:abala y se enterró en la huesa de Mar­ [149].- Mari Ochoa, donzella, fija de Rodrigo de Basagoitia y de tín de <;:abala. Ynesa de Velendiz, su mujer, falles9ió postrero día de junio de 1567, [122].-A 1 de setiembre de 1565 años falles9ió Rodrigo de Urre­ enterróse en la huesa de Basagoitia que hubieron de Vizcarra. chua y se enterró en la huesa de Urtubey. Fizosele la novena y mando [150].- Ochanda de Ybarra, falles9ió a 4 de 1567 años, enterróse 9 misas cantadas y 18 rezadas. en la huesa de Ybarra. [123].- A 8 de septiembre día de Nuestra Señora, falles9ió [151].- Francisco de Arguena y <;:abala, falles9ió a 13 de sep­ Ochanda de Aguirre y se enterró en la huesa de Aguirre estrada sobre tiembre de 1567, enterróse en San Miguel de Mendata. su madre y agüelos. [152].- Marina de Letomendi, falles9ió jueves 25 de setiembre de [124].- Martes a 25 de setiembre de 1565 años falles9ió Francis­ 1567 años, de parto, enterróse en la huesa de sus padres de Letomendi. ca de Marmex de Veengoechea, mujer de San Juan de Vengoechea, [153].- Juan Gon9alez de Monesterio, falles9ió primero de enterróse en la sepultura de su casa. noviembre de 1567, enterróse en la huesa de Monesterio. 26 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

[154].-Juan de Echachua o de Solaurren, falles9ió a 6 de noviem­ de la Epístola, es manierista, de la 2º mitad del siglo bre de 1567, enterróse en la huesa de Juan Arrasola. XVI, en tanto que en el lado del Evangelio se abre [155].- Mari Lopez de Olabe, falles9ió de parto en 26 de noviem­ bre de 1567 años, no testó. otro acceso, secundario y adintelado, junto al cual, en [157].- María Ruyz de Mynteguia, falles9ió a 9 de diziembre de el pórtico, existe un sepulcro altomedieval sin tapa. 1567, enterróse en la huesa de <;abala. Envuelve al edificio, salvo en la cabecera, un pór• [158].- María Ybañez de Goycoechea, falles9ió a 12 de diziem­ tico cubierto, con enlosado de piedra y murete sobre bre de 1567, enterróse en la huesa de la casa de Goycoechea. [159].- El día siguiente falles9ió María Saez de <;ubiate y fue el que apoyan pies derechos que sostienen la cubri­ enterrada en la huesa de <;ubiate. ción. La torre, barroca, se ubica a los pies del templo. [160].- En 23 de mayo de 1568 falles9ió Martyn de Gamecho y En la cabecera del edificio se adosa una construc­ se enterró en la huesa de Gamecho. ción posterior, cuyo piso superior y acceso indepen­ [continua, en el mismo año también] diente, servía de "cilla" o granero de la Iglesia, mien­ Libro de Aniversarios y Capellanías: 1678-1833 (sig. 01-02) tras que en el inferior se ubica la sacristía y la capilla Determinados parroquianos fundan Aniversarios para celebrar del Cuerpo Santo, a las que se accede desde el inte­ misas en la sepulturas en que son enterrados, o en otras en las que han rior del templo (1 ). sido enterradas personas con las que han tenido alguna relación, en los siglos XVII y XVIII, aportando la denominación de algunas sepultu­ ras, pero no su localización. Así se citan las siguientes sepulturas: 2. Las sepulturas: Estructura y disposición sepultura de Lexarza Goxeazcoa, de la Torre de Belendiz, de la casa de Miriategui, de Arguena Echavarría, de la casa de Letamendi, de la A diferencia de las iglesias estudiadas, en este casa de <;aldivizcar, de la casa de <;abalburua, de la casa de Larrucea, templo ha podido comprobarse de forma precisa la de la casa de Letomendi, de la casa y casería de Zavala, de la casa de extensión y distribución del espacio sepulcral, al no Ybinarriaga, de la casa de Ybarra Uberoa, sepultura de la casa de Oro­ roaga, de la casa de Aureategui, de Zarragoicoechea, de Ororoaga verse oculto por estructuras constructivas u ornamen­ Arcecoa, de la casa de Ybaquelua, de Aguirregoneazcoa, de Loiolena, tales. Se contabilizan un total de 107 sepulturas que en la sepultura de Obietaveazcoa, de Obietagoxeazcoa, de Aguirre ocupan al completo los tramos tercero y cuarto de la Elexbeitia, de la casa de Altamira, de la casa de Obieta y de la casa de nave central, adentrándose aproximadamente un Aguirre Elexbeti. metro hacia el quinto y último tramo, en tanto que el segundo tramo, por delante del presbiterio, se ve 2.2 Santa María de ldibaltzaga (Errigoiti) recubierto por un entarimado relativamente moderno. Lateralmente este espacio sepulcral sobrepasa los l. Introducción intercolumnios septentrional y meridional, ocupando aproximadamente metro y medio de ambas naves La iglesia parroquial de la Villa de Errigoiti se laterales (Fig. 1). asienta sobre una elevación en el barrio de Elexalde, Estas sepulturas componen una retícula no del todo a cierta distancia del núcleo poblacional. Su origen es regular, de modo que tanto el alineamiento longitudi­ antiguo, citándose ya su existencia en el Privilegio nal como el transversal se ven condicionados por las fundacional de la Villa de 1366, convirtiéndose en su columnas del templo. Así las tres primeras filas se parroquia poco después, sin cambios en la ubicación, someten a un mismo esquema, a pesar de que en esta según recoge la leyenda, a pesar del alejamiento geo­ última la presencia de dos columnas suponga reducir a gráfico. trece las diecinueve sepulturas que le hubieran corres­ El edificio actual, en su origen renacentista, ha pondido. En las cuatro filas restantes, de nueve sepul­ conocido varias ampliaciones y remodelaciones: turas cada una, se mantiene la alineación longitudinal torre, capilla del Cuerpo Santo, sacristía, etc, y en pero no la transversal, alterada por las dos filas, de cin­ especial es el resultado de la intervención neoclásica co sepulturas cada una, que se disponen sobre los (1816-1818), a instancias de la Diputación, para tra­ intercolumnios de ambas naves laterales. tar de paliar su ruina. En este contexto de las obras de Constructivamente la retícula se crea a partir de reedificio hubo una reordenación de espacio sepul­ listones de madera, dispuestos longitudinal y trans­ cral, ejecutando 107 sepulturas nuevas. versalmente, uniéndose mediante un machihembrado En la actualidad se muestra como un edificio del en cruz, a excepción de la última fila, bajo el coro, que tipo "Iglesia Salón", con tres naves a la misma altura, se ensambla con encajes sencillos. Las cubiertas de y cinco tramos. En el interior, la cubrición es en bóve• las sepulturas, de forma rectangular, están ejecutadas das vaídas sobre ocho columnas toscanas.Tal aspecto no es original sino resultado de la intervención de (!) BARRIO LOZA, J.A. (dir.) Bizkaia: arqueología, urbanismo y Martín de Echaburu, quien desde 1816 sustituye lo arquitectura histórica. Universidad de Deusto. Deiker / Diputa­ que eran pies derechos de madera, postes, por colum­ ción Foral de Bizkaia. Bilbao 1990-1991, T. II. Markina-Onda­ nas, y la tejavana por bóvedas de obra. rroa; Gernika-Berrneo; -, pp. 371-372. Los muros perimetrales son de mampostería enlu­ PEREZ GOIKOETXE, E. Errigóiti: monografías de pueblos de Bizkaia. Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia, 1993. cida. Dispone de dos accesos, el principal, en el lado ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 27

[iJ Sondeo

Figura l. Iglesia de Santa Maria de Idibalzaga (Errigoiti): localización de los sondeos en el conjunto sepulcral (Dibujo de J.L. !barra sobre pla­ no de Ander Etxebarria) en madera de castaño, encajando en los rebajes que números 11 y 50) y simple desorden en la colocación presentan las aristas superiores de dichos listones. (así a la nº 23 le sigue la nº 26, encontrándonos más Estas cubiertas presentan en su tercio oriental una adelante con la nº 25 y con otra nº 26; o el caso de la depresión circular, diseñada para contener la argolla nº 88 que sigue a la nº 44). Con todo, el cómputo total que serviría para alzarlas. En dicha porción aparece asciende a 107, correspondiéndose con la cifra más asimismo un registro numérico grabado. alta que hemos encontrado sobre las cubiertas. La observación de estas cubiertas revela una utili­ Entre la documentación obtenida para esta iglesia, zación intensiva del espacio sepulcral, reflejado no se constatan dos citas que hacen mención al pago por sólo en el deterioro de los elementos (tablas rajadas, la ejecución de las sepulturas. La primera de ellas parcheadas, diferentes grafías en la numeración, corresponde al año 1763, y se refiere al coste de las tablas sin la argolla metálica ... ), sino también en la sepulturas nuevas de la parroquial, sufragados parita­ alteración de la secuencia numérica original. De este riamente por la Iglesia y el Ayuntamiento de la Villa modo nos encontramos cubiertas sin número (la con­ (2). Esta construcción se realiza en madera. tigua a la nº 107), o bien con números repetidos (las La segunda cita correspondiente al año 1818, números 10 y 26). Asimismo se observan renumera­ refleja el pago a Manuel de Mendiola de 6.140 reales ciones, que en algunos casos suponen la alteración de por la ejecución de 107 sepulturas nuevas (3). Parece la grafía original (así la antigua 46 se ve transforma­ evidente que esta segunda cita se refiere a la estruc­ da en la 47 y viceversa, o la que porta el número 48 tura que cubre actualmente la trasera del templo. enmascarando al primitivo nº 30); en otros casos, sin embargo, persisten am~¡is numeraciones, (es el ~aso (2) AHEB, 4º Libro de Fábrica; y AME, 5º Libro de Cuentas del de la antigua nº 11 que porta, asimismo, el nº 26). Ayuntamiento Se constatan igualmente ausencias (faltan los (3) AHEB, 6º Libro de Fábrica. 28 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

Precisamente en las primeras décadas del siglo presenta la indicación numérica referida, realizada XIX se ejecutó la obra de reconstrucción de la iglesia mediante grabado y situada sobre el eje longitudinal de Santa María, consecuencia del estado de ruina en central. Ligeramente separada de ella, más hacia el que se declara estar. Con todo, desconocemos si la oeste, pero asimismo sobre el eje central, presenta obra de 1818 se limitó a sustituir a la estructura de una argolla metálica de 55 mm de diámetro, que se 1763, suponemos que deteriorada como el resto del sujeta a la tabla por un anclaje en U asimismo metá­ templo, o si, por el contrario, se procedió a una rees­ lico. Esta argolla se aloja en un rebaje circular en la tructuración del espacio sepulcral. madera, resaltando apenas sobre el plano superficial Nuestra intervención se ha centrado en las sepul­ de la cubierta. turas que portan los números 9 (Sondeo 2) y 44 (Son­ En la superficie inferior de la cubierta, la donante deo 1). Este último se ha localizado en la nave lateral, al interior de la sepultura, en ambos tercios oriental y en la fila de sepulturas situada tras la tercera columna occidental, y en sentido transversal, se disponen sen­ del lado de la Epístola, correspondiendo al confín dos maderos cortos y planos, de unos 30 mm de espe­ meridional del espacio sepulcral. Esta sepultura esta sor. Estos travesaños cumplen la función de refuerzos señalada con el número 44, lo que supone una traslo­ al tiempo que permiten el asiento de la cubierta sobre cación, debiéndole corresponder en principio, un el relleno inferior, trasmitiendo a éste la tensión pro­ lugar más adelantado y central. ducida por el tránsito sobre la superficie sepulcral. La cubierta de madera de forma rectangular tiene Esta cubierta se haya fijada a una estructura for­ 1,69 m de longitud, 30 mm de grosor y una anchura mada por cuatro listones de madera, de sección cua­ que oscila entre 0,485 m en su extremo oriental, y drangular (90 mm), dispuestos de forma paralela dos 0,50 m en el occidental. Se trata de un pieza única a dos, creando un espacio rectangular. Exceptuando con bordes rectos (Figura 2). En su tercio oriental aquel que marca el límite meridional del espacio sepulcral, los otros tres son compartidos por otras tantas sepulturas contiguas. Las aristas superiores de estos listones presentan un rebaje en ángulo recto, de 25 mm de base y 30 mm de lado, que permite encajar la cubierta de la sepultura, ajustando a un mismo nivel todas las superficies externas. A diferencia de otros templos estudiados, no se han documentado otras estructuras inferiores indivi­ dualizadoras del espacio sepulcral, por lo que éste queda conformado únicamente en superficie. En el interior de la sepultura únicamente se ha documentado un nivel de inhumación de escasa potencia (0,60 m), que se corresponde con una capa de tierra de textura arenosa, con elevada presencia de pequeñas partículas de cal, distribuidas homogénea­ mente, lo que presumiblemente evidencia una remo­ ción constante del relleno. En él aparecen igualmente fragmentos de tamaño medio de rocas areniscas y principalmente calizas, asimismo de forma esporádi­ ca se documentaron fragmentos de teja. La presencia en este relleno de restos óseos sin conexión anatómi• ca y fundamentalmente infantiles, pudiera tal vez indicar labores de remoción y limpieza al objeto de proceder a una nueva inhumación. Por debajo de este nivel se documentó un ataúd de madera, cuya deteriorada estructura superior se des­ plomó al iniciarse los trabajos. En él se distinguen dos elementos: la tapa y la caja. La tapa se compone de cinco piezas de madera. Dos de ellas se sitúan en pies y cabecera, presentando forma de trapecio isós• celes. La más occidental tiene 0,40 m de base y 0,11 m de alµira, en tanto quela ubicada a oriente presen­ Figura 2. Iglesia de Santa Maria de Idibalzaga (Errigoiti): Cubierta ta una basé de 0,24 'rii y t.iiia al.tura de 0,06 m; ambas de madera, portando numeración y Ja argolla de metal. poseen 30 mm de espesor. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 29

Uniendo los tres bordes laterales de ambas piezas, contigua. El número 9 se ha ejecutado mediante labra se disponían tres tablas de 1,65 m de longitud y for­ y con una grafía que se incluye entre aquellas que ma ligeramente trapezoidal, conformando así la tapa. suponemos originales y más antiguas. Estos diferentes elementos se unían entre sí por En el plano inferior de esta cubierta, en la zona medio de clavos de hierro de cabeza circular plana y media de los tercios occidental y oriental, se ubican vástago de sección cuadrangular. dos cortos travesaños planos de madera perpendicu­ En cuanto a la caja, lateralmente se compone de larmente al eje mayor. Como ya se ha comentado para cuatro tablas, dos cortas y dos largas, todas de unos el Sondeo 1, estos travesaños servirían de refuerzo y 30 mm de espesor. Las cortas, de forma rectangular, apoyo de la cubierta sobre los rellenos inferiores. se sitúan en los extremos, midiendo 0,24 x 0,20 m la Esta cubierta encaja en un espacio rectangular situada a oriente, y 0,22 x 0,40 m la de occidente. configurado por cuatro largos listones, paralelos dos Sobre los cantos verticales de éstas montan las otras a dos. Éstos se unen mediante machihembrado en dos piezas largas, de 1,65 m de longitud y forma lige­ cruz, siendo compartidos por los espacios sepulcrales ramente trapezoidal, consecuencia de la distinta altu­ contiguos. Sus bordes superiores se encuentran reba­ ra de las piezas cortas que unen. Estos elementos tam­ jados en ángulo recto, asentando sobre ellos la bién se encuentran unidos mediante clavos de hierro cubierta. El listón situado al este únicamente presen­ de cabeza plana, cuadrada y vástago cuya longitud ta este rebaje en su borde occidental, por constituir el varía entre 52 y 75 mm. límite perimetral anterior de la necrópolis. Respecto al fondo del ataúd, su estado de deterio­ Al ir vaciando los rellenos que colmataban esta ro parece indicar que estuvo compuesto por diversas sepultura se puso al descubierto un madero vertical, tablas cortas, dispuestas en sentido transversal al eje casi en el ángulo sureste y situado bajo el listón meri­ mayor, unidas por juntas en caja y espiga. dional (Figura 3). Esta pieza lígnea, de 0,77 m de lon- Todo el conjunto del ataúd aparecía ligeramente desplazado hacia occidente, más allá de los límites marcados por la estructura sepulcral suprayacente, entrando casi en contacto con la inhumación contigua. Bajo el ataúd se documentó una delgada capa de tierra, de características similares a la situada por encima; por debajo de ella se encontraba la roca cali­ za natural del terreno, constitutiva de la base de la sepultura. Esta última capa pudiera tal vez tener la misión de aislar el enterramiento de la roca subya­ cente, o bien podría tratarse de restos del relleno superior no eliminados en las tareas de limpieza y acondicionamiento, previos a cualquier inhumación. El Sondeo 2 se localizó en la primera hilera de sepulturas en la nave central, en el espacio en el que arranca el pasillo central formado por la distribución actual de los bancos, siendo la novena de norte a sur y portando precisamente este número. Sus caracterís• ticas coinciden en gran medida con lo documentado y expuesto para el Sondeo l. Así la cubierta de la sepultura es una pieza única de madera de castaño, de forma rectangular y 1,715 m de longitud, teniendo 0,54 m y 35 mm de anchura y espesor respectivamente en su extremo occidental, y 0,53 m y 25 mm en el oriental. Los bordes son rec­ tos a excepción del más oriental, que presenta un lige­ ro bisel hacia el interior. Una grieta la recorre longi­ tudinalmente en sentido ligeramente oblicuo. En el tercio oriental de su superficie se documen­ tó una argolla de hierro, de forma y sección circular y de 55 mm de diámetro. Se encontraba alojada en el Figura 3. Iglesia de Santa Maria de ldibalzaga (Errigoiti): Pieza de interior de una depresión grabada en la madera. Esta madera. vertical que actúa como soporte de la estructura, argolla está dispuesta en coincidencia con el eje lon­ situada en el límite oriental del Sondeo 2, precisamente el gitudinal central, al igual que la indicación numérica límite de la necrópolis. 30 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

gitud y 0,12 m de lado, actúa a modo de soporte de Un dato a destacar en relación a este ataúd es el los listones cimeros, apoyándose a su vez sobre el distinto tipo de madera utilizado para la ejecución de sustrato natural del terreno. En los límites de las áre­ ambas partes. Así, mientras que la tapa ha sido reali­ as excavadas no se han documentado otros elementos zada en madera de pino, la caja esta elaborada con de características o funciones similares. madera más noble, castaño. Esta circunstancia debe El relleno que colmata la sepultura se componía ser relacionada ineludiblemente con la doble inhuma­ de una tierra arcillosa, de color marrón amarillento, ción localizada en el interior, consecuencia de una con una compactación más acusada en los niveles reutilización de este elemento que no de una inhuma­ superiores. Presenta un alto contenido de pequeñas ción coetánea de carácter doble. De este modo la tapa partículas de cal homogéneamente distribuidas. de pino correspondería al último cuerpo enterrado, tal Como en el sondeo 1, aparecieron en este relleno pie­ vez como consecuencia de la ruina de la primitiva dras areniscas y sobre todo calizas de pequeño tama­ cubierta. ño (inferiores a 40 mm) y formas planas. Asimismo El mencionado ataúd se encuentra ligeramente se documentaron diversos huesos humanos en escaso desplazado hacia el oeste, introduciéndose por deba­ número y sin conexión anatómica, indicando un uso jo del límite occidental de la estructura sepulcral e más o menos continuado de la sepultura. invadiendo la sepultura contigua, de modo que prác­ En esta unidad se documentaron varias inhuma­ ticamente queda tocante al ataúd que la ocupa. ciones, la situada más superficialmente corresponde a El ataúd descrito descansa directamente sobre una un infantil, en tanto que las otras dos inhumaciones se capa de tierra arcillosa compacta que contiene abun­ localizaban en el interior de un ataúd de madera, dancia de piedras calizas de formas planas e irregula­ cuyas características son muy similares al descrito en res, cuyo tamaño se mantiene siempre por debajo de el sondeo 1, si bien su estado de conservación es 70 mm de dimensión mayor. En esta capa no se han mejor. documentado otras inhumaciones ni restos óseos dis­ En este ataúd se distinguen también dos partes, la persos. Su espesor aumenta progresivamente de este tapa y la caja. La tapa se compone de cinco elemen­ a oeste, adaptándose a la inclinación del sustrato tos. Los dos menores son pequeñas piezas planas de natural. unos 25 mm de espesor y forma de trapecio isósceles, Como se ha indicado anteriormente no se han disponiéndose en ambos extremos, esto es, en cabe­ documentado estructuras que trasladen en profundi­ cera ( 0,41 m de base y 0,17 m de altura) y pies ( 0,32 dad la distribución sepulcral visible en superficie. m de base y 0,13 m de altura). Sobre sus cantos asien­ Unicamente en la zona oriental se han detectado tal tan las otras tres piezas largas, de 1,69 m de longitud tipo de límites, dado su carácter perimetral del espa­ y 10 mm de espesor, resultando un conjunto con for­ cio sepulcral (Figura 3). En ese cantil se han docu­ ma trapezoidal (Figura 4), tanto en planta como en mentado tres elementos en superposición estratigráfi­ sección. Dichas piezas largas presentan a lo largo de ca, si bien el escaso campo de observación limita su sus bordes laterales un ligero bisel hacia el interior, lo interpretación. que permite el ajuste entre ellas. El primero de los elementos se corresponde con La caja presenta también forma de trapecio isós• una estructura erigida, de 0,40 m de altura, formada celes, con unas dimensiones internas de 1,62 m de por rocas areniscas de tamaño mediano-grande, orga­ longitud y 0,39 m y 0,29 m de anchura en cabecera y nizadas en dos hiladas más o menos regulares. Estas pies respectivamente. Lateralmente se compone de piedras no muestran signos de labra, aunque sí pare­ cuatro piezas rectangulares de 0,20 m de altura y 30 ce que han sufrido algún tipo de selección preferen­ mm de espesor. En la cabecera y pies se localizan las cial, ya que sus caras externas se muestran bastante más cortas, sobre cuyos bordes verticales se apoyan lisas, quedando todas a un mismo nivel. Este conjun­ las más largas, de 1,68 m de longitud. Estos elemen­ to está trabado por una argamasa arenosa, con inclu­ tos se unen con clavos de hierro de cabeza plana y siones de partículas de cal, teja o ladrillo y piedra. vástago de sección cuadrada. Estas hiladas de piedras asientan directamente El fondo de esta caja se halla formado por ocho sobre un fino lecho de arcillas, el segundo elemento, tablas cortas y planas, dispuestas transversalmente al que, a su vez, se dispone sobre la roca caliza natural. eje longitudinal del ataúd. Sus anchuras varían entre Esta presenta un corte lineal recto, de unos 0,45 m de 0,26 y 0,06 m, siendo su forma más trapezoidal que altura, en dirección norte-sur, que presenta una super­ rectangular. ficie bastante irregular hasta el fondo plano. Asimismo se han documentado tres tachuelas de Los tres elementos descritos, piedras areniscas, cobre, de cabeza circular y vástago de sección cua­ capa arcillosa y roca natural, presentan unas superfi­ drada , en relación con las paredes externas de este ,. cies exteriores perfectamente alineadas en relación a ataúd, que estarían indicando tal vez un tapizado un plano vertical. Las dos primeras quizás deban exterior de tela del mismo. ponerse más en relación con el suelo de la mitad ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 31

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-051 -o 67 A - - B

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Figura 4. Iglesia de Santa Maria de Idibalzaga (Errigoiti): Representación gráfica del ataúd encontrado en el sondeo 2, representando la tapa y las piezas de pies y cabecera. (Figura realizada por J.L.Ibarra, tomada de las Memorias de excavación 1992, Servicio de Patrimonio de la Diputación de Bizkaia) delantera de las naves, que carece de función sepul­ relleno de esta sepultura contiene restos óseos sin cral. conexión anatómica, perteneciendo la mayoría de Además sobre la roca caliza se observa un segun­ ellos a un infantil. La única inhumación completa se do corte lineal en el límite norte del área excavada, encontraba dentro del ataúd hallado. Este esqueleto que, recorriendo en sentido este-oeste los dos tercios se presentaba articulado y en posición de decúbito de ese límite, va adquiriendo una inclinación gradual. supino, con la cabeza mirando al este. Los brazos Su fondo se presenta plano y su mayor profundidad aparecen pegados al cuerpo y ligeramente doblados, corresponde a la parte occidental. El desnivel creado de modo que la parte distal de las extremidades supe­ por este corte se encontraba relleno por una capa de riores descansan juntas sobre la pelvis. piedras calizas planas y ladrillos dispuestos al mismo Este cuerpo corresponde a una mujer, cuyo cabe­ nivel sobre un delgado lecho de tierra arcillosa. llo formaba a la altura de la nuca un moño, recogido Se han documentado hasta tres ladrillos enteros, por un paño de color marrón oscuro. Sus pies estaban de dimensiones 0,29 x 0,14 x 0,03 m, ordenados de calzados con unos zapatos tipo botín, en cuero, con manera contigua en un ángulo recto. Se aprecia asi­ recubrimiento externo de tela en la zona del empeine, mismo una ordenación de los elementos calizos, atándose con cordones. No se hallaron otros indicios cuyas formas irregulares posibilitan la inclusión de de vestimenta. pequeños fragmentos de ladrillo entre ellos. Sobre este esqueleto se recogieron una nuez y unos recortes de papel impreso, tres fragmentos 3. Las inhumaciones: restos esqueléticos, ajuares superpuestos, posiblemente recortados a un mismo y registro documental tiempo y de forma tosca, que, por el tipo de papel y el de la letra impresa, pudieran corresponder a un texto Como ya se ha comentado en el sondeo 1, se ha piadoso. Este cuerpo conservaba abundantes restos de documentado solamente un nivel de inhumación. El tejido muscular adheridos a huesos y articulaciones. 32 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

La certeza en cuanto al sexo de este cadáver con­ esqueletos conservaban restos de tejido muscular trasta con los datos aportados por los Libros de Fina­ adheridos, que aconsejaron una rápida exhumación y dos. Según éstos en la sepultura 44, desde 1835 a traslado, realizándose un análisis somero de ellos. 1842, se registra la inhumación de dos adultos, ambos Como dato a considerar, diremos que en el relleno varones, así como de tres párvulos de corta edad. de esta sepultura aparecieron dispersas un número Todo ello induce a pensar en la no coincidencia entre considerable de suelas de zapato de cuero. Eviden­ la sepultura estudiada y la reseña numérica de su cias, probablemente, de una reutilización de este cubierta, toda vez que, como ya se ha indicado, dicha relleno en sucesivas inhumaciones. cubierta grabada con el número 44 aparece en dis­ En la documentación de esta parroquia en relación continuidad numérica, a continuación de la número a la sepultura que nos ocupa, aparecen sendos regis­ 88. Por tanto, resulta plausible suponer que dicha tros de enterramiento en la misma, así el 14 de julio cubierta hubiera sido desplazada hasta el lugar que de 1840 se constata el de una mujer de 18 años y en hoy ocupa, desde su localización original por razones diciembre de 1844 el de otra mujer, de la que no se que no llegamos a precisar. dice su edad. Deben ser probablemente las dos últi­ En el sondeo 2 se documentaron varias inhuma­ mas inhumaciones de adultos que se produjeran en la ciones, correspondiendo la que ocupa la posición sepultura 9, ya que a partir de febrero de 1846 se estratigráfica más alta a un infantil. Este esqueleto se entierra de modo definitivo en el Campo santo exte­ localizó en el límite meridional de la sepultura, se rior (4), cuya construcción se costea en las cuentas encontraba en posición de decúbito supino, mirando dadas el 25 de abril de 1812 (5), registrándose allí un hacia el este. Aparece completamente articulado, si primer enterramiento en enero del mismo año (6). bien carece de cráneo. La extremidad superior Desde 1820 hasta 1845, las inhumaciones se realizan izquierda aparece pegada al cuerpo y ligeramente fle­ tanto en el interior de la iglesia como en el exterior xionada, de forma que la mano descansa sobre la pel­ (7). vis. Por el contrario, la extremidad superior derecha A este respecto diremos que en los libros de Fina­ se encuentra estirada y separada del cuerpo. Con las dos, desde 1724 hasta 1818, se aprecia la relación extremidades inferiores ocurre algo parecido, así, entre el número de la sepultura y un determinado ape­ mientras la derecha aparece totalmente estirada, la llido. Esta asociación casa-sepultura queda confirma­ izquierda está ligeramente flexionada. da documentalmente al menos desde 1589, período En este sondeo el hallazgo más interesante corres­ en el que se alude al lugar de enterramiento como la ponde a un ataúd con dos inhumaciones no coetáneas fuesa o sepultura "de su casa" (8). Se cita asimismo en su interior. Ambos esqueletos se presentan en la existencia de una sepultura de los Beneficiados o posición de decúbito supino y miran hacia oriente. El sepultura presbiterial, en donde Joseph de Uribe esqueleto nº 2 es el más reciente, ocupando la posi­ esculpe "las armas de San Pedro" en 1744 (9), y otra ción superior. Se trata de un esqueleto completamen­ del Hospital o de Misericordia, "arrimada a la pila te articulado cuyas extremidades inferiores se bautismal", donde se entierra a pobres que fallecen en encuentran estiradas, en tanto que las superiores apa­ dicho Hospital (10). recen pegadas al cuerpo con una ligera flexión, de Sin embargo desde 1757 se registran algunos modo que las manos, separadas, descansan sobre la enterramientos "entre sepulturas" por estar las corres­ pelvis. Sus pies estaban calzados con zapatos de cue­ pondientes ocupadas por cuerpos recién enterrados ro. ( 11 ). O bien, por la misma razón, a veces se producen Este esqueleto se superpone sin solución de conti­ enterramientos en otras sepulturas distintas a las de su nuidad sobre el esqueleto nº 3, apoyado a su vez apellido. directamente sobre las tablas del fondo del ataúd. La Al igual que en otros templos, en Santa Maria de inhumación del segundo cuerpo produjo probable­ Rigoitia se constata documentalmente la reutilización mente el desplazamiento lateral de su cráneo, que del espacio sepulcral, desde finales del siglo XVI aparece junto a la clavícula derecha. Por lo demás se hasta mediados del XIX; además, la existencia de un encuentra completamente articulado. Los miembros osario, cuya primera noticia data de 1717 (12), reem- superiores aparecen pegados al cuerpo y flexionados, de modo que los antebrazos descansan sobre las últi­ (4) AHEB, 5º Libro de Finados. mas vértebras dorsales, al tiempo que las extremida­ (5) AHEB, 6º Libro de Fábrica. des inferiores se encuentran extendidas. Este cuerpo (6) AHEB, 4º Libro de Finados. (7) AHEB, 5º Libro de Finados. conservaba una especie de chaleco o prenda corta sin (8) AHEB, 1º Libro de Finados. mangas, cuello en pico y botonadura central, confec­ (9) AHEB, 2º Libro de Finados; y 4º Libro de Fábrica. 10 cionado con un tejido de color naranja. Alrededor de < > AHEB, 4º Libro de Finados. las tibias se documentó la presencia de unas cintas, no Oll AHEB, 4º Libro de Finados. 12 hallándose otras evidencias de vestimenta. Ambos < > AHEB, 3º Libro de Fábrica. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 33

plazado por otro en 1806 al edificarse la nueva sacris­ Relación documentación vaciada: tía en el emplazamiento del antiguo (13) y la presen­ - Libros de Fábrica: 1º Libro de Fábrica: 1613-1654 (sig. 02-03) cia de huesos cortos sin conexión anatómica en los 2º Libro de Fábrica: 1656-1694 (sig. 02-04) rellenos de las sepulturas, inducen nuevamente a pen­ 3º Libro de Fábrica: 1693-1723 (sig. 03-01) sar en tareas de limpieza y acondicionamiento de las 4º Libro de Fábrica: 1723-1771 (sig, 02-05) sepulturas previas a una nueva inhumación. 5º Libro de Fábrica: 1772-1805 (sig, 03-02) 6º Libro de Fábrica: 1806-1893 (sig. 09-01) La hipótesis anterior vendría corroborada en la - Libros de Finados: Visita al Libro de Finados de 30 de mayo de 1793 !ºLibro de Finados: 1576-1618 (sig, 01-02) (14), en la que el Obispo indica que para su uso se 2º Libro de Finados: 1620-1683 (sig. 01-03) vacíe la sepultura y se llene de tierra, por razones 4º Libro de Finados: 1724-1818 (sig. 08-02) higiénicas, en cumplimiento de la Sinodal del Obis­ 5º Libro de Finados: 1818-1892 (sig. 08-02) - Libros del Ayuntamiento: pado (15), recordando que no puede utilizarse una 5º Libro de Cuentas del Ayuntamiento: 1743-1776 sepultura hasta transcurrido un año desde la inhuma­ Libro de Actas del Ayuntamiento: 1893-1904 ción anterior, y previo vaciado de la tumba. Sin embargo esta norma se vulnera al menos para 12 Libro de Fábrica: 1613-1654 (sig. 02-03) (s.f.) la sepultura 44, en relación a la cual sendos registros Cuentas sin fecha (probablemente dada en 1616) - 6 rs a un oficial carpintero que adere9ó las andas y reparó las del 24 de agosto de 1838 y del 18 de octubre de ese puertas de alrededor del cimiterio de dcha yglesia. mismo año, dan cuenta de la inhumación de dos hom­ 1623-marzo-26 bres adultos. Lo mismo ocurre con la sepultura de - 6.800 mrs a Joan Ochoa de Landia, cantero, y a los demás ofi­ Anizgoitya, en la que se producen inhumaciones en ciales canteros por echar los ladrillos y suelo de la dicha yglesia y pon[er] ello en perfeción. marzo y junio de 1819 (16). - 12 rs por meter 9ierta cantidad de tierra dentro de la yglesia para Por ello no resulta extraño que en las postrimerías "ynchir y allanar el suelo della y echa la duladura". de la utilización del interior del templo para enterrar - 1O rs por cierta cantidad de ladrillo que faltaba para echar el sue­ fieles difuntos, y en contra de lo que era norma, se lo con su traída. - 15 rs y medio a Ynigo de Madalan por el estrado del altar y por reutilice un mismo ataúd. Como hipótesis para expli­ la goamición de la sepultura de los sacerdotes. car tal insólito hecho, señalamos el que tal vez el esta­ 1630-enero-17 do de conservación del primer cadáver no permitiera - A 6 oficiales canteros que trabajaron en hacer el "camer" y alla­ su traslado a la osera, obligando a su permanencia en nar la Iglesia y ciminterio. la sepultura. 22 Libro de Fábrica: 1656-1694 (sig. 02-04) 1671-febrero-27 - 350 rs y medio a Juan de Urle9aga por la obra de la Capilla del 4. Anexo documental. Parroquia de Santa María Cuerpo Santo. de Idibalzaga. Rigoitia 1684-marzo-13 - Se asienta el ladrillo de las gradas. La documentación examinada consta de: Documentación eclesiástica, depositada en el AHEB, obteniéndo­ 32 Libro de Fábrica: 1693-1723 (sig. 03-01) se información en los Libros de Fábrica (de 1613 a 1893), y Libros de 1717-febrero-6 Finados (de 1576 a 1892). - 9 rs a Roque y su hermano con bueyes y carro y su jornal de un Se han investigado además otros documentos, cuyo contenido no día a limpiar la osera. se detalla dada la escasa o nula información aportada a la problemáti­ 1719-enero-28 ca planteada. Esta documentación es: 3° Libro de Finados (1671- - 1 r de plata pagado a Francisco de Amezaga, vº de la Villa, por 1729), Papeles Varios, Libro de la Cofradía del Rosario, Libros de pasar los huesos de difuntos al osario. Capellanías, y Libros de la Capilla del Cuerpo Santo. Documentación municipal, depositada en el AME. En concreto 42 Libro de Fábrica: 1723-1771 (sig. 02-05) (s.f.) contienen noticias de interés para la investigación el 5º Libro de Cuen­ 1737 [!asadura del Presbiterio al coro] tas del Ayuntamiento (1743-1776) y el Libro de Actas (1893-1904). - 4 rs a Antonio de Arríen, por un día que ocupó en poner algu­ También se examinó en el AGSB, en la Sección Culto y Clero, el nas losas que estaban sueltas en la Iglesia. Reg. 33, Leg. 11, relativo al reconocimiento de la Iglesia por Martín - 100 rs que costó la !asadura de la Iglesia desde el Presbiterio al de Echaburu, por encargo de la Diputación, en 1816-febrero-20, pre­ coro en que se incluyen saca de losas, su acarreo, labranza y jornal de vio a las obras de reedificación de la misma, no conteniendo informa­ canteros. ción sobre sepulturas, por lo que no se relaciona en la vaciado de 1742 documentación. - 48 rs a 2 cantero por 12 días que se ocuparon en el enlosado de la pila bautismal a 4 rs por día. - Pagos en este año y el siguiente por piedra y cal para el enlosa­ 0 3) AHEB, 5º Libro de Fábrica. do de Presbiterio. 4 0 ) AHEB, 4º Libro de Finados. 1744 15 < ) Referencia a las Constituciones Synodales antiguas y modernas - Para la obra del enlosado del Presbiterio, 294 piedras menores del Obispado de Calahorra y La Calzada,. . ., por D. Pedro de de la Montaña, 661 rs y 17 mrs. Lepe ... en el año de mil y seiscientos y noventa y ocho, Madrid, - 6 rs a Joseph de Uribe, escultor, por día y medio que ocupó en A. G. de Reyes, 1700. Constitución X, Título IX. "De sepulturis" esculpir las armas de San Pedro en la sepultura presbiterial. 06) AHEB, 5º Libro de Fábrica. - Por sacar tierra de la Iglesia, y traer arena para la obra. 34 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

1763 (dada en 1764-mayo-8) [sepulturas] - Manuel de Mendiola y socios por la ejecución de 107 sepultu- - "Yten 2.232 rs y 21 mrs, mitad del coste de las sepulturas de la ras nuevas, 6. 140 rs. parroquial que se ejecutaron con licencia del Tribunal Eclesiástico y Suma total del coste: 232.986 cuia otra mitad costeó la Villa". Suma Total de lo pagado: 67.817 Alcance para la fabrica: 164.292 5º Libro de Fábrica: 1772-1805 (sig. 03-02) (s.f.) 1889 1778-mayo-9 - Se entabla el Presbiterio. - 32 rs por 10 codos de tabla que pago para una sepultura nueva - Miguel de Guarrochena y tres oficiales mas reparan el osario y a 2 rs y quartillo codo y con inclusión de su construcción. se trae piedra de la cantera. Visita 1793-junio-8. Visitador, Francisco Mateo Aguiriano y - 95 ,50 rs a Julian de Guerequiz empleado en la entarimación, Gómez, Obispo de Calahorra. enlosadura y limpieza de la Iglesia. Llantos. "Por cuanto se ha informado que al tiempo de conducirse los cadáveres desde la casa mortuoria a la yglesia al entrar en ella, y 1 ºLibro de finados: 1576-1618 (sig. 01-02) quando se les da sepultura, las viudas, madres, parientes y amigas de los Aunque hay enterramientos desde 1576, sólo se dice que son ente­ difuntos dan muchos gritos y hacen llantos excesivos lo qual es muy rrados en la Iglesia de Ntra Sra de Ydibal9aga, sin especificar el lugar reprehensible y nada conforme a los sentimientos de nra religión man­ hasta el año 1589 en que excepcionalmente se hace constar: daba y mandó que en adelante no permitan ni toleren los curas y cléri­ -Juan de Borica. Falles9ió en el mes de septiembre de 1589, man­ gos de dicha yglesia, que mujer alguna que asista a los entierros grite ni dóse enterrar en la fuesa de Borica (f. 50). haga llantos excesivos dentro, ni fuera de la yglesia en los actos de - Clara de Goicoechea. Fallesció el 7 de dezembre de 1589. Man­ levantamiento del cadáver, su conducción a ella ínterin el oficio, antes, dóse enterrar en la fuesa de a dicha casa (f. 50). al tiempo, ni después de darle sepultura eclesiástica, tomando a este fin - Miguel de Landia. Falles9ió a 20 de diziembre de 1589. Man­ las providencias que tuvieren por convenientes". dóse enterrar en la fuesa de la dicha casa (f. 50). Que no se desamparen los cadáveres. "Hallándose igualmente - María de Orcondonaga. Mandóse enterrar en la sepultura de informado S.I. de que los curas, y clérigos de dicha yglesia desampa­ <;:abala. rando el cadáver al tiempo de darle sepultura se retiran a la sacristía a desnudarse dejándolo solo al arvitrio de las personas destinadas para 2º Libro de finados: 1620-1683 (sig. 01-03) (s.f.) enterrarlo, siendo esto un manifiesto abuso opuesto a lo que dispone el Al principio del libro hay una serie de partidas posteriores a la Ritual Romano, mandaba y mand S.I. a los dichos curas y clérigos, que fecha de comienzo del mismo, es decir de 1642, 1643, 1644. Así: arreglándose en todo a lo que en él se previene se mantengan junto al - 8 marzo 1642. Murió Ortiz de Uribaster, esta enterrado en la sepulcro hasta que se haya cubierto con tierra el cadáver, cantando la sepultura de Uribaster [al margen, Uribazter]. Antífona, el Cántico Benedictus, las Preces y Oraciones que dicho - 27 abril 1642. Murió Marina de Pago ... Landia, está enterrada Ritual Romano advierte y que hecho esto al tiempo de ir a la sacristía, en la sepultura de Landia rezen la Antífona y Salmo Profundis como en él se ordena, pena de 20 - 8 de mayo de 1642. Murió Pablo Abad de Landa, cura y bene­ ds, y con apercivimiento que se procederá a lo demás que en derecho ficiado. Fue enterrado en la sepultura de los beneficiados. haya lugar". - 26 de febrero. Murió María de Uribe, Vda. Está enterrada en la 1806-mayo-20 sepultura de la casa de Uribe. - 25 rs dados a Domingo de Uribe por 5 días que se ocupó en el - 27 febrero 1643. Murió Catalina de Olaeta. Está enterrada en la paraje donde se ha hecho la sachristía a sacar del osario viejo al nue­ sepultura de Burgoa. vo los huesos de los difuntos. - 5 de marzo 1643. Murió Pruden9io de Borica y Catalinaga. Está - 197 rs y 19 mrs a Ygnacio de Ozollo, según el remate, por 7 enterrado en la sepultura de Catalinaga. estados y 87 pies cúbicos de paredes que contiene la osera, a 25 rs - 15 de julio 1644. Murió Marina de Baraia. Está enterrada en la estado incluso la manifactura de la piedra labrada del ángulo. sepultura de la dicha casa. - 128 rs dados al susodicho Antolin de Arríen por la manifactura - En las demás partidas del año 1644 no se indica lugar. de la escalera de dicho ciminterio para la osera y los asientos que exce­ cutó en dicho zementerio según remate. Al final del libro, partidas de defunción desde 1620 en las que no se indica en los primeros años el lugar de enterramiento, salvo en las 6º Libro de Fábrica: 1806-1893 (sig. 09-01): nueva Iglesia siguientes: 1812-abril-25 [Huerto Santo] Del año 1620: - 1.800 rs a Juan Bautista de Usparicha y Juan Bautista de Garro­ - María San Juan de Baraya el 25 de abril de 1620. Está enterra- chena por 50 estados de pared para el Huerto Santo según condiciones da en su sepultura. puestas por el perito. Del año 1622: - Bias de Zameza y Manuel de Arríen excavan el Campo Santo. - Juana de Gorocica. Está enterrada en su sepultura. - 50 rs a Jose de Echavarría, perito, por las condiciones y - Domingo de Landia. Murió en 12 de Junio de 1622, en La Bas- reconocimiento. tida en la Rioja. [En Rigoitia solo se hace el "cumplimiento"]. 1818-febrero-3 - Domingo de Aldonaga. Fue enterrado en la sepultura de su casa. - A continuación de las cuentas dadas en 1818-febrero-3, en un Del año 1623: folio escrito por ambas caras, a modo de esquema, consta la relación - Gerónimo de Madalan y Beitia. Fue enterrado en la huesa de de gastos y ejecutantes de la obra de la nueva iglesia que se empezó Madalan. en el año 1816 y se concluyó en 1818. Relación del coste total: A partir del año 1624 se dice en todos los casos donde son ente­ - Martín de Echaburu, mtro perito, reconocimiento de la Y glesia rrados. Así: vieja y tasación para la nueva, 640 rs. - María Perez de Madalan fue enterrada en su huesa. - Por la licencia del tribunal para la obra y gravar la fabrica con - Andres de Borica Ybaizaval. Fue enterrado en la sepultura de impuestos, 400 rs. Borica. - Antonio de Echaniz, por diseño y dirección de obra, 2.640 rs. - Martín de Baria9arra y Echabarría. Fue enterrado en la sepultu­ - l'homas de Gandiaga y socios, poqemate causado ante el escri- ra de Echabarría. bano Juan Silvestre de Guerequiz para ejecutar dicha obra, 140.294 rs. - María Pérez de Urigoen. Fue enterrada .en .la .sepultura de su - A dicho Gandiaga y socios ]J.or mejoras que resultaron de la casa. e11trega de la obra, 38.794 rs. · - Teresa de Arana Butrón. Enterrós.e en su sepultura, etc. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 35

4º Libro de finados: 1724-1818 (sig. 08-02) 5º Libro de finados: 1818-1892 (sig. 08-02) Obs. libro vaciado desde el f.83 - 8 de marzo de 1819, muere Josefa de Olazar, hija de Manuel de - El 29 de octubre de 1756 había muerto María de Basterrechea, Olazar y de Antonia de Ormaechea, de 56 años, y es enterrada en la natural de , de 36 años, mujer de Antonio de Astoreca, natural sepultura de Anizgoytia (f. 1vº ). El 1 de junio de 1819 muere su de la Villa y había sido enterrada en la sepultura de la casa de Aica madre de 80 años, y es enterrada en la misma sepultura. (f. 2). El 16 Uria (f. 88vº ). de diciembre de 1819 muere María Catalina de Olazar, de 34 años, - 2 de marzo de 1757. Muere Juan de Astoreca, de 63 años, fue hija de Josefa y es enterrada en la sepultura de Ubileche. enterrado su cuerpo entre sepulturas de las casas de Aicauria y Arria - En este libro, desde el 26 de noviembre de 1820 se entierra en por cuanto la suya de la insinuada de Aicauria estaba recientemente el Campo Santo (f. 3vº ) hasta el 22 de julio de 1822, en que se vuel­ ocupada por el cadáver de Santiago de Astoreca, su primo [en cuya ve a enterrar en la iglesia apareciendo a veces el nombre de la sepul­ partida de defunción anterior se dice que muere el 13 de noviembre de tura asociado a un numero, otras veces solo aparece el nº de la sepul­ 1756] (f. 89vº ). tura (así ocurre en las sepulturas nº 9 y 44 ). A continuación se recogen - 3-Abril-1757. Muere Marina de Olano, pobre de solemnidad, de la mayor parte de los casos en que el nombre de la sepultura aparece 80 años, natural de Mañaria. Fue enterrado su cuerpo entre las sepul­ asociado a un número: turas de las casas de Arriaga y Baraya de arriba pues aunque fue su - nº 13.- Sepultura de Arana de Medio voluntad que se enterrase su cuerpo en la sepultura de la casa de -nº 25.- de Erezuma Aicauria no pudo ser porque estaba ocupada de reciente cuerpo, como -nº 28.- de Aguirre también las inmediatas. - nº 29.- de Madalen Erdicoa - 5 de diciembre de 1762 muere María Jacinta de Altonaga, de 58 - nº 31.- de Arana delantera años poco más o menos, hija de Santiago de Altonaga y Catalina de - nº 61.- de Rotachu Arríen. Fue enterrado su cuerpo el día 6 entre las sepulturas de Uria - nº 66.- de Magdalen de Medio Ocordonaga y Achica Monesterio por estar ocupadas por cuerpos -nº 67.- de Larracoa recién enterrados (f. 94). -nº 69.- de Veytibeascoa - 25-mayo-1764. Martín de Baseneta Andicoechea y Achicoe­ -nº 80.- de Uribaster chea y Achica Allende, de 40 años más o menos, fue enterrado su -nº 82.- de Arriaga cuerpo en la sepultura que la casa de Borica Ormaechea tiene en la -nº 84.- de Aldecoa parroquial, por cuanto su sepultura de Achica estaba ocupada por -nº 85.- de Uribegoicoa cuerpo reciente. Era hijo de Juan de Baseneta Andicoechea y Achica - nº 95.- de Aniz-Echachua y de María San Juan de Aguirre. (f. 100). - nº 98.- de Ubilech Visita 1793-mayo-30 -n" 99.- de Uribebecoa El Obispo de Calahorra, Francisco Mateo Aguiriano y Gómez, -nº 102.- de Landia de Arriba visita este libro de difuntos, y manda se cumpla la Constitución Sino­ - nº 104.- de Arana trasera dal, según la cual no puede utilizarse una sepultura hasta transcurrido - nº 107.- de Misericordia un año desde el ultimo enterramiento, y cuando se haga, se vacíe la - La sepultura destinada a los clérigos está a la parte de la Epís- tumba y se llene de tierra: tola del Altar mayor. " ... y para evitar en lo posible el perjuicio que puede ocasionar en la salud de los fieles el abuso de abrirse con frecuencia las sepulturas Enterramientos en la sepultura nº 44: para entierros y el peligro consiguiente de percibirse de ellas algun - Leon de Uriarte y Uriene, párbulo. El día 1 de julio de 1835 murió edor, manda S.I. a los curas, beneficiados, mayordomos de fabrica, y un párbulo llamado León de edad de 4 días, hijo de fose de Uriarte y personas que tengan (o puedan) intervención en la apertura de dichas María Josefa de Uriene, vecinos y feligreses de esta Villa de Rigoitia, y sepulturas que en conformidad con lo dispuesto en la Constitución el día 2 del mismo fue enterrado en la sepultura numero 44 (f. 25 vº). Sinodal de este Obispado no permitan ni consientan el que con ningún - Susana de Uribe y Basterrechea, párbula. El día 14 de febrero pretexto se abra sepultura alguna bien sea propia de la Iglesia, o de de 1836 murió una párbula llamada Susana, de edad de 2 años, hija de persona particular para entierro, sin que primero haia pasado un año Domingo de Uribe y Francisca de Basterrechea, vecinos y parroquia­ desde que hubo otro, y que se excave, y profunde completamente la nos de la Villa de Rigoitia y el día 15 fue enterrada en la sepultura nº que en dicha conformidad se haia de abrir cuidando mucho de que se 44 (f. 26vº ). llene bien con tierra y celando el puntual cumplimiento de este tan - Domingo de Onaindia. El 24 de agosto de 1838 murió Domin­ importante mandato" (f. 145). go de Onaindia, cirujano titular de esta Villa, estuvo casado con Jose­ - Juan de Arríen. El día 24 de agosto de 1804 ... murió Juan de fa de Erezuma, de cuyo matrimonio dejó 5 hijas, y el día 26 fue ente­ Arrien, natural de la Villa de Rigoitia, de edad de 54 años, su enfer­ rrado en la sepultura nº 44 (f. 32). medad ictericia. Al día siguiente fue enterrado su cuerpo en la sepul­ - Gabriel de Urlezaga. El 18 de octubre de 1838 ... murió Gabriel tura correspondiente a la casa que a la sazón habitaba llamada de de Urlezaga, de edad de 60 años poco más o menos, natural y feligrés Echebarrieta, sita en el casco de esta Villa (f. 162vº ). de esta Villa, estuvo casado con María Josefa de Urrutia, de cuyo -[Sepultura del Hospital o de Misericordia]. Un pobre pedigüe• matrimonio dejó 3 hijas y el día 20 del mismo fue enterrado en la ño. El 5 de febrero de 1810, murió de repente en el Hospital de esta sepultura nº 44 (f. 33). Villa un pobre de edad de 50 años poco más o menos. Se enterró el día - Párbula, Ygnacia de Arribalzaga. El 6 de diciembre de 1842 inmediato en la sepultura del mismo hospital arrimada a la pila bau­ murió Y gnacia, párbula de 4 meses, hija legitima de Domingo de Arri­ tismal. Se ignora su nombre, apellido y pueblo (f. 169vº ). [La sepul­ balzaga y Josefa de Echavarrieta y al día siguiente fue enterrada en la tura del Hospital la tiene de misericordia. Por tanto, la sepultura de sepultura nº 44 (f. 40vº ). Misericordia era propiedad de la Fábrica]. - Se cita la existencia de una sepultura de Ánimas. Enterramientos en la sepultura nº 9: - Relación de sepulturas en las que indica su pertenencia a una - Antonia de Gallateveitia. El 14 de julio de 1840 ... murió Anto­ casa/casería: de Mozueta, de Artechea, de Larrangoicoa, de Landia nia de Gallate-veitia, natural de Lequeitio, de edad de 18 años, hija Echachua, de Catalinaga, de Zabaltorre, de Landia de arriba, de legítima de los finados Gil María de Gallateveitia y Ana Josefa de Orcondonaga, de Bolinaga, de Urlezagagoicoa, de Ayearan, de Lan­ Ozamiz, y el día mediato 15 fue enterrado su cadáver con las exequias deta, de Esquinacoechea, de Magdalengoitia, de Arrien, de Larragan, corréspotldierités en.la sepultura nº 9 (f. 35-35v0 -). -. etc. - Rita de Arrien. El día 4 de diciembre de 1844.'.. falleció de - En 28 de enero de 1812 hay un enterramiento en el Campo San- enfermedad natural Rita de Arrien, de edad de ... [no consta] aíi.os, to. esposa lexítima de Juan Pedro de Uribe, de cuyo matrimonio dejó 2 36 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

hijas y 2 hijos. El día 6 fue enterrada en esta yglesia en la sepultura nº Cuenta con dos accesos, ambos clasicistas; el más 9. No testó por no tener poder reciproco en su capitulado (f. 44). antiguo, a los pies del templo, es de comienzos del s. A partir del 22 de febrero de 1846 se entierra en el Campo Santo siempre (f. 46) (en donde hay un sitio destinado para enterrar a los pár­ XVII, y el otro, el del mediodía, abierto en el tercer vulos). En general se suele indicar la causa de la muerte: gastroenteri­ tramo, es de fines del s. XVII, y al mismo se accede tis, pulmonía, meningitis crónica, asma nervioso crónico, pulmonía desde un gran pórtico de carpintería sin apoyos (1) catarral, garrotillo, tifus, un cura el 28 de junio de 1880 muere de cán­ Se han efectuado dos sondeos en la superficie cer, etc. ocupada por la nave central. Las dimensiones de los 5º Libro de cuentas del Ayuntamiento: 1743-1776 mismos son mayores que las realizadas en otros tem­ Cuenta dada en 1765-Abril-25 (referida al año anterior) plos debido a que existía una capa de cemento bajo el - Se paga "por la mitad del coste de las sepulturas nuebas que se entarimado del suelo actual, que impedía visualizar hicieron en la Parroquial", 1.232 rs y 21 mrs (f. 113vº ). las estructuras sepulcrales subyacentes. Esta circuns­ - 75 rs y 10 mrs pagados "a Estevan de Guerequiz por el cuidado que tubo en apuntación del coste de las dichas sepulturas hasí en las tancia obligó a perforar una superficie lo suficiente­ medidas de tablas que vinieron en diferentes partidas como los jorna­ mente amplia, como para abarcar alguna de las sepul­ leros que entraban en ello". turas documentadas en los libros parroquiales. Esto ha supuesto iniciar las intervenciones sobre amplias Libro de actas del Ayuntamiento: 1893-1904 Se documenta la construcción del nuevo cementerio según pro­ áreas, que se han tenido que ir reduciendo en función yecto del arquitecto Juan M. Olazabal, costeado enteramente por el de las estructuras emergentes en cada caso. Ayuntamiento. Los dos sondeos realizados han sido numerados Así, en el Acta del 29 de noviembre de 1900, se empieza a tratar como 2 y 3 ya que se conocía la existencia de otro sobre la necesidad de un cementerio capaz para 1.172 almas en que se sondeo, efectuado en el año 1989, en el pórtico occi­ estima la población de Rigoitia en estas fechas, utilizable por más de 20 años sin necesidad de remover los restos mortales. Se alude a las dental de este templo (2). La excavación de ambos pésimas condiciones del cementerio actual, por su proximidad a la sondeos ha planteado una problemática diferente, lo población y reducida extensión que exige remoción de restos mortales que unido a las dificultades técnicas encontradas, ha incluso antes de los 5 años. supuesto el registro incompleto de algunas de las uni­ El 7 de Diciembre de 1902, se saca a subasta las obra, adjudicán­ dose el remate a Pablo Legarreta (f. 341 ). dades estratigráficas documentadas, que han tenido que ir abandonándose a medida que se reducía el área excavada. En el sondeo 3 esto venía motivado por la 2.3. Iglesia de Santa María de Uríbarri (Durango) necesidad de concentrar los trabajos en la estructura sepulcral emergente. Sin embargo, en el sondeo 2, la l. Introducción ausencia de tal estructura, aconsejó reducir el área excavada a la mitad septentrional, dado el carácter La iglesia parroquial de la Villa de Durango, con prospectivo que tiene el presente trabajo. la advocación de Santa María de Unoarri, se asienta en el núcleo urbano, en uno de los extremos del tra­ zado medieval. 2. La estructura sepulcral Algunas fuentes ubican su fundación en el siglo X, citándose su existencia en la confirmación del 2.1 El sondeo 2 Fuero de 1372 y en la Visita de Isabel La Católica a la villa en 1483. Sin embargo, el edificio acusaría Este sondeo presenta una forma casi cuadrangular pronto problemas de cimentación y se vería asimismo (2,40 x 2,30 m) y se localiza en el inicio del segundo afectado por los incendios de la Villa en 1554 y 1595. tramo de la nave central, cercano a la primera colum­ A comienzos del s. XVII, la iglesia se reconstruye na septentrional del templo (Figura 1). respetando el trazado del templo anterior. La ausencia de estructuras sepulcrales emergentes En la actualidad se trata de un edificio de tres aconsejó reducir la superficie excavada inicialmente naves a distinta altura, destacando la central por sus a sólo la mitad septentrional del citado sondeo, ya que dimensiones en anchura y en altura. Ésta dispone de en otras circunstancias éste se hubiera dilatado exce­ ábside ochavado en la cabecera; a los pies, coro alto sivamente. Por otro lado, las dificultades para elabo­ en arco escarzano, estilo RR.CC, cuyas dimensiones rar un registro arqueológico adecuadamente y algu­ coincidirían con las de la nave mayor del templo góti• nas imprecisiones de los datos recogidos en primera co preexistente. Al exterior muestra varios estilos: gótico en la (1) VV.AA. Monumentos Nacionales de Euskadi. Vizcaya, Gobier­ cabecera, renacentista en la torre, y barroco clasicista no Vasco, 1985, pp. 113-124. LOZA, J.A.; GONZALEZ, J.M.; SANTANA, A. El patrimonio de diversas épocas en el resto del edificio. En el inte­ monumental de la Villa de Durango, Durango, Museo de Arte e rior, la cubrición es en bóvedas de crucería sobre pila­ Historia, 1987. res cruciformes. La sacristía y otras dependencias (2) GIL ABAD, D. "Santa María de Un'barri (Durango)". Arkeoi­ están adosadas a la cabecera. kuska 1989, pp. 142-147. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 37

SONDEO

Figura l. Iglesia de Santa María de Uríbarri (Durango): Plano y planta de la iglesia indicando la localización de Jos sondeos (Dibujo de J.L. !ba­ rra sobre plano publicado en VV.AA. Monumentos Nacionales de Euskadi. Vizcaya, Gobierno Vasco, 1985) instancia, aconsejaron retomar los trabajos en una sondeo en dirección norte-sur. Esta pieza de madera segunda fase, a fin de completar la excavación de la se asentaba sobre un banco formado por piedras are­ mitad meridional de los rellenos. Estas circunstan­ niscas de formas irregulares, algunas de las cuales cias, junto con la complejidad que ha revelado el presentaban superficies lisas y trabajadas. espacio sepulcral en este área, han dificultado una A la altura del plano de apoyo de la pieza de interpretación estratigráfica total, que sólo podría madera, se ha documentado una superposición de efectuarse con una intervención más extensa. Los capas alternas de tierra y de argamasa arenosa de dis­ datos que iremos exponiendo a continuación permi­ tribución irregular, bajo la cual se ha registrado una ten comprender las dificultades mencionadas. alineación de cuatro piedras areniscas, localizadas en Los niveles arqueológicos aparecían cubiertos por el límite oriental del sondeo con orientación norte­ una capa de cemento que presenta embutidos unos sur. Desconocemos su posible relación con otros ele­ listones de madera de 60 mm de anchura y 30 mm de mentos de similares características más allá del área espesor, alineados en dirección este-oeste y dispues­ excavada. tos de forma paralela a intervalos regulares de 0,42- Las evidencias anteriores pueden relacionarse con 0,43 m. Bajo una capa de tierra "revuelta", utilizada la obra de entarimado de la iglesia, efectuada en probablemente como superficie niveladora para la 1866-1867 (3), que explicaremos más detalladamen- colocación del cemento, se localizó una pieza de madera de roble, de sección cuadrangular (0,21 m (3) AMD, Obras Públicas. Expediente de entarimado de la Iglesia, base x 0,16 m altura), que cubría la longitud total del Nº 38, Año 1866. 38 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

te al relatar el sondeo 3, donde aparece mejor docu­ mentada. Bajo estos elementos relacionados con el entarimado, aparece un potente nivel de tierra areno­ sa, escasamente compactada, que constituye un nivel de enterramientos. En este nivel se distinguen dos tipos de evidencias óseas: por un lado, restos óseos humanos sin conexión anatómica, imbricados y dis­ persos por todo el relleno; y por otro, partes esquelé­ ticas articuladas, principalmente cinturas pélvicas y extremidades inferiores, superpuestas unas sobre otras y mezcladas con otros restos óseos sin conexión anatómica. Hay que destacar la presencia de dos tipos de ele­ mentos lígneos, que presentan distinto grado de con­ servación. Por un lado se han encontrado tres tablas de sección plana, forma rectangular y en una pieza, que no aparecen asociadas a ningún otro elemento que pudiera interpretarse como parte integrante. Una de estas tablas se hallaba cubriendo los restos atribui­ bles a un esqueleto (nº 6), el cual es parcialmente identificable por su impronta sobre la tierra, y apare­ ce cubierto por ramas de árbol en la zona de sus extre­ midades inferiores, estando el conjunto muy deterio­ rado. Por otro lado, se ha encontrado un ataúd, del que hemos podido estimar su estructura y dimensio­ nes a pesar de su mal estado de conservación (Figura 2). Se presenta orientado con la cabecera al este del sondeo y los pies hacia la zona occidental. La caja, con forma de trapecio isósceles en planta, conserva únicamente de sus laterales verticales, la cabecera y los dos tercios superiores de los lados derecho e izquierdo. Su fondo presenta una longitud de 1,91 m y anchuras extremas de 0,51 m al este y 0,39 m al oeste. Se han documentado trozos de tablas que hemos relacionado con la cubrición de este ataúd, que debió consistir en una única tabla plana. A nivel del ataúd se ha documentado la existencia de tres individuos (esqueletos nº 2, 3 y 4); el primero de ellos, el más superficial, se separa de los otros dos por medio de una capa de tierra (Figura 2). El esque­ leto nº 4 se halla dispuesto directamente sobre la tabla del fondo del ataúd y presenta, superpuesto sobre sus extremidades inferiores, al esqueleto nº 3. Aunque es evidente el carácter sepulcral de estos rellenos, resulta difícil de explicar la existencia de inhumaciones removidas o incorporadas como inclu­ siones al relleno, y el predominio de huesos largos. Estas características difuminan la imagen de fosa común que a primera vista sugiere la gran intensidad de ocupación de estos rellenos. El relleno inferior, de tierra arcillosa y compacta­ ción media, presenta un menor nivel de ocupación sepulcral, una mejor ordenación de los enterramien­ tos y un descenso significativo de restos óseos en Figura 2. Iglesia de Santa María de Uríbarri (Durango): Ataúd halla­ forma de inclusiones. Las inhumaciones aparecen do en el sondeo 2 (arriba) y esqueleto n2 2, localizádó en el localizadas preferentemente hacia la mitad occiden- nivel más superficial del ataúd (abajo). ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 39

tal del sondeo y superpuestas en cuatro "niveles" de En la parte más inferior del sondeo se ha docu­ enterramientos muy contiguos, habiéndose docu­ mentado una estructura con orientación este-oeste, mentado hasta nueve esqueletos o porciones de los que viene a compartimentar el área excavada. Se mismos. compone de una alineación de piedras de superficies En algunos casos (esqueletos nº 11, 12 y 13), se ha lisas y redondeadas, de mediano a pequeño tamaño, podido poner en relación a estos sujetos con lo que sujetas entre sí y cubiertas por arcillas, que actúa pudieran ser los contornos de las fosas simples que como divisoria de dos áreas sepulcrales diferencia­ los contenían (Figura 3). Además existen otras evi­ das. Una al norte, en la que se describe el esqueleto nº dencias, asimismo inciertas, de cortes de fosas que no 5 y que constituye el punto de abandono de la exca­ se han hallado en relación con restos óseos en cone­ vación en esta zona ante lo reducido de la superficie xión anatómica. Algunas de estas evidencias se de actuación, y otra al sur, en la que se registraron tres encuentran alteradas por el nivel superior de enterra­ inhumaciones (esqueletos nº 16, 17 y 18). Estos mientos y por cortes posteriores. Llama la atención el esqueletos, dispuestos paralelamente a cortos interva­ hallazgo de un alto número de clavos de hierro que los, comparten el mismo plano de deposición y pre­ pueden relacionarse con los enterramientos, pero que sentan algunos elementos anatómicos bajo los relle­ no se corresponde con la escasez de elementos lígne• nos del cantil oeste. os conservados. En estos niveles inferiores se ha evidenciado la presencia en los rellenos de clavos de hierro y de escasos trozos de madera dispuestos directamente sobre los esqueletos. Este hecho, unido a la escasez de hallazgos de otros elementos lígneos relacionables con los anteriores, nos hace pensar en. la existencia de tablas de madera colocadas aisladamente sobre los cadáveres y no como parte de ataúdes, de los que no se evidencian sus cortes ni el resto de sus elementos; en este contexto resulta difícil de interpretar la exis­ tencia de clavos de hierro, ya que solamente en un caso, (esqueleto nº 5), se describe una asociación con un resto de madera. Las condiciones en que se realizó este sondeo y la complejidad de las estructuras documentadas, hacen difícil llegar a una interpretación concreta de las evi­ dencias registradas, para lo cual necesitaríamos más datos que los suministrados por un sondeo. No obs­ tante aparece como un resultado claro, la existencia de un espacio sepulcral intenso y prolongado en el tiempo, en el que se evidencian dos potentes niveles, de características y cronología diversos.

2.2 El sondeo 3: Definición de la estructura sepulcral Este sondeo se localizó en el cuarto tramo de la nave central, junto a la última columna del lado meri­ dional del templo. Fue abierto en forma de T a fin de intentar documentar los límites y extensión trasera de la necrópolis (Figura 1). Al igual que en el sondeo 2, se halló una capa de cemento bajo el entarimado que cubre actualmente el suelo del templo. Los rellenos arqueológicos subya­ centes se pueden describir en tres grandes grupos, referidos a hechos y momentos cronológicos diver­ sos. El 1º grupo, cronológicamente más reciente, se Figura 3, Iglesia de Santa María de Uríbarri (Durango), Sondeo 2: compone de largas piezas de madera alineadas para­ estructura de fosa simple asociada al esqueleto nº 13. lelamente en sentido norte-sur, con una separación de 40 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

2,50 m, que aparecen asentadas sobre piedras areniscas de forma y tamaño irregulares. Estas piezas, junto a las zanjas que las alojan, constituyen los testigos del entari­ mado con que se cubrió el suelo de la iglesia en 1866-67. Las evi­ dencias documentales existentes sobre esta obra (4), facilitan la interpretación de las evidencias arqueológicas halladas en este sondeo. La colocación de las soleras de madera supuso la destrucción superficial de una estructura sepulcral que desempeñaba una doble función: por un lado, lugar de enterramiento (en desuso desde 1821) (5), y por otro, suelo de losas del templo. Tuvo que reali­ zarse tal alteración ante la necesidad de mantener un determinado nivel en el suelo interior de la iglesia que no dificultase la apertura de las puertas del tem­ plo, previsible consecuencia derivada de haber dis­ puesto el entarimado sobre el enlosado existente. Una parte de los elementos retirados (losas y adoquines), fueron utilizados para calzar las soleras de madera y para rellenar los cortes del nuevo entarimado (6). También se han encontrado evidencias de esta obra en la capa de tierra superficial que cubre el área exca­ vada, tales como escorias de hierro y clavos de hierro de unos 0,15-0,17 m de longitud (7). Todo este primer grupo de evidencias se documenta a un nivel bastan­ te superficial, bajo el cual nos encontramos con una tierra, predominantemente arenosa, en la que destaca la alta frecuencia de partículas de cal y la presencia

(4) AMD, 6º Libro de Finados. (5) AHEB, Ibídem. (6) AMD, Obras Públicas. Expediente de entarimado de la Iglesia, N" 38, Año 1866, cláusulas IV a VII. La obra de entarimado de las sepulturas provoca el enfrenta­ miento entre los vecinos y el Ayuntamiento promotor de la obra. El problema radicaba en que el proyecto municipal implica remover los restos humanos enterrados en la iglesia, a lo que se oponen los vecinos, quienes solicitan que el entarimado se pon­ ga sobre el pavimento existente. Se llega, finalmente, a una solu­ ción favorable a los parroquianos, con intervención del arquitec­ to del Señorío, que consiste en la retirada del enlosado, y entari­ mar el suelo de madera, pero "dejando existente la crucería o adoquinado que constituyen las divisiones de las sepulturas", sobre las cuales se asentarán las hileras de soleras, "rebajando la parte superior y necesaria de los muros de las crucerías de las sepulturas'', lo cual no implicaba remoción de restos humanos, que se prohibe expresamente. (7) AMD, Ibídem Figura 4. Iglesia de Santa María de Uríbarri (Durango ), Sondeo 3: Condiciones para la colocación del entarimado, cláusula I.5: las detalles constructivos de los muros de la estructura sepul­ escorias de hierro constituían e1 relleno de los huecos entre éuar­ cral. tón y cuartón. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 41

de restos óseos humanos, sin conexión anatómica, fragmentados y enteros, de infantiles y adultos, perte­ necientes a distintas regiones anatómicas. El 2º elemento de interés lo constituyen las estruc­ turas que fueron individualizando a los rellenos ante­ riores. Se trata de muros aparejados en piedra arenis­ ca, de unos 0,20 m de anchura media, en dirección este-oeste y dispuestos paralelamente a intervalos más o menos regulares de unos 0,60 m aproximada­ mente. La compartimentación se completa con cortos muros en disposición transversa norte-sur, que confi­ guran un espacio reticularmente organizado. Sin embargo, ninguno de estos espacios fue abierto en su totalidad por las dificultades que supuso el levanta­ miento "a ciegas" de la capa de cemento superficial. Todas estas estructuras de muro que compartimentan el área excavada, se componen constructivamente de piedras areniscas y de argamasa como elemento de unión. Las características de su alzado, indican la existencia de dos muros en dirección este-oeste, com­ puestos por grandes losas planas de amplio desarrollo longitudinal dispuestas en dos hiladas de aproxima­ damente la misma altura (0,40-0,44 m). Los vacíos creados por las desigualdades de las zonas de contac­ to de las losas contiguas, se han rellenado con peque­ ñas piedras areniscas y con argamasa. El tercer muro, en dirección norte-sur, presenta como alzado una úni­ ca losa de 0,62 m de longitud y 0,50 m de anchura, dispuesta verticalmente sobre uno de los lados cortos, cuya superficie presenta una gran regularidad (Figura 4). Este muro, que es el de menor alzado, se une a los otros dos mediante pequeñas piedras y argamasa. El Figura 5. Iglesia de Santa María de Un'barri (Durango), Sondeo 3: límite meridional del sondeo está compuesto por un límite meridional del espacio sepulcral y posible suelo. acúmulo de cantos de río, de diferente forma, que se disponen desordenadamente, trabados en argamasa. Pensamos que ésta es, asimismo, la estructura meri­ cio para su apertura con palanca. Según los datos dional limitante de las sepulturas (Figura 5). recogidos en la documentación (9), el aspecto de las Todas estas estructuras han sufrido diversas alte­ losas de cubrición sería semejante al documentado en raciones que han reducido sensiblemente sus alzados otros templos prospectados (Santa Maria de Güeñes, originales, por lo que las evidencias arqueológicas San Martín de Arteaga en Zamudio o San Pedro de por sí mismas no son suficientes para desentrañar la Romaña en Trucíos). estructura del espacio sepulcral en su nivel superfi­ Aunque carecemos de una planimetría debida­ cial. Afortunadamente, contamos con una detallada m~nte acotada, la información archivística nos per­ documentación, que va a permitir completar la infor­ rmte establecer con cierta precisión la distribución del mación sobre la cubrición de las sepulturas. En las espacio sepulcral en el interior del templo de Santa condiciones para la ejecución de la obra de encajona­ María de Un'barri. do de 1734 (8), se prevé otorgar a las sepulturas una En 1734 se establece la construcción de 160 profundidad de cuatro pies y medio (1,26 m aproxi­ sepulturas "en la misma igualdad y número que tie­ madamente), lo que representaría una alteración del n~n ~as ~resentes para evitar alteraciones". Según la nivel superficial (aproximadamente de los 0,33 pri­ distnbuc1ón de sepulturas entre los solicitantes, resul­ meros metros), nivel en el que se desarrollaron las ta una estructuración en 10 hileras (este-oeste), cubriciones de las sepulturas. Cada una de ellas se num~radas a partir del lado del Evangelio, de las que componía de tres losas planas, provistas de un orifi- la pnmera se compone de 18 sepulturas, las siete

(9) AMD, Obras Públicas. Expediente de entarimado de la Iglesia, (8) AMD, Libro de Actas del Ayuntamiento 11. Nº 38, Año 1866. 42 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

siguientes cuentan con 16, la novena hilera se reduce ce relacionado con un corte lineal, ligeramente curvo, a 14 sepulturas, y la décima y última vuelve a tener que puede interpretarse como el límite del lado sep­ 16 (10). Según estos y otros datos documentales (11), tentrional de una fosa simple excavada en la tierra y y las evidencias registradas en los sondeos, conside­ que excede los límites señalados por la denominada ramos que las sepulturas ocuparon un espacio corres­ sepultura nº 2. pondiente a los dos tramos traseros de la nave central, sin extensión hacia los laterales y sin poder precisar la superficie que debió ocupar bajo el coro (11), ni el 3. Las inhumaciones: Evidencias antropológicas punto exacto en el que arrancaría la primera hilada, y materiales ya que el sondeo 2 no ha aportado ninguna evidencia al respecto. Las inhumaciones registradas en ambos sondeos Dentro de la estructura sepulcral puesta al descu­ ofrecen características muy diferentes, tanto en su bierto en el sondeo 3, se ha procedido a excavar la disposición como en su relación con la estructura zona occidental del sondeo, a la que se ha denomina­ sepulcral. Por ello describiremos separadamente los do sepultura 2. En esta sepultura se han documentado hallazgos evidenciados en los dos sondeos realizados. tres niveles de enterramientos, determinados por el En el sondeo 2 se detectó un primer nivel de ente­ plano de deposición de las inhumaciones, ya que los rramientos en un potente estrato de tierra arenosa rellenos presentan una composición , muy semejante existente bajo el entarimado del templo. Se encontró entre sí. El fondo de la sepultura se compone de una una alta frecuencia de restos óseos humanos sin cone­ tierra marronácea, de mayor compactación que la de xión anatómica, bien conservados, cuya presencia capas superiores, en la que se describe la presencia de excede la consideración de "inclusiones"; pertenecen restos óseos humanos sin conexión anatómica, con tanto a esqueletos infantiles como a adultos, imbrica­ carácter de inclusión de escasa frecuencia y asimismo dos y dispersos por todo el relleno, entre los que des­ una alta presencia de restos de argamasa arenosa tacan numéricamente los huesos largos y cráneos idéntica a la utilizada como trabazón de los muros. (Figura 6). Junto a ellos se observaron gran cantidad Este fondo de la sepultura enmascara elementos rela­ de restos esqueléticos articulados y en posición ana­ cionados con la construcción de la estructura sepul­ tómica, que correspondían básicamente a cinturas cral, como son el banco y la zanja de cimentación. pélvicas y extremidades inferiores completas, más En los rellenos arqueológicos del sondeo 3, se dis­ frecuentes éstas, no habiéndose detectado evidencias tingue un 3º elemento de interés que se corresponde de otras partes anatómicas relacionadas con las ante­ con una capa de tierra arcillosa, de color marrón-ama• riores (Figura 7). Estos restos óseos en conexión ana­ rillento, muy compactada, que se encuentra afectada tómica se localizan preferentemente en la mitad meri­ por la cimentación de la estructura de 1734. En esta dional del sondeo, repartidos por toda la superficie y capa se describe una alta frecuencia de pequeños estratigrafía; están superpuestos unos sobre otros (a fragmentos de teja curva y de piedras de formas pla­ excepción de unos casos aislados que presentaban nas y redondeadas, siendo muy raros los restos óseos capas de cal interpuestas) y mezclados con otros res­ humanos desconexionados. Constituye un nuevo tos óseos sin conexión anatómica. En este nivel, los nivel de enterramientos en el que se ha descrito la individuos completos son excepcionales, habiéndose presencia de cuatro inhumaciones parcialmente registrado solamente uno, un infantil. representadas, que pudieran estar compartiendo un En este nivel de enterramientos se han recuperado mismo espacio. Resulta de interés el hecho de que no una serie de elementos lígneos, que sólo en limitadas coincida la organización de sepulturas establecida en ocasiones han podido relacionarse con los esqueletos. el siglo XVIII con estas últimas inhumaciones, ya Por un lado, se trata de tablas rectangulares de sec­ que carecen de límites concretos. El esqueleto que ción plana, una de las cuales se encontró superpuesta descansa directamente sobre el suelo original, apare- a un esqueleto (nº 6), el cual era apenas identificable por su huella en la tierra, acentuada por unos restos

00 vegetales que cubrían probablemente su extremida­ > AMD, Libro de Actas del Ayuntamiento 11, y Libro de Cuentas des inferiores. Por otro lado, se han recuperado dis­ del Ayuntamiento 17. Clll AMD, 3º Libro de Fábrica, y 6º Libro de Fábrica. tintos elementos de un ataúd (Figura 2), en cuyo inte­ La necrópolis del interior de la Iglesia, es poco probable que se rior se han identificado un total de tres individuos extienda bajo el coro, dada la prohibición eclesiástica de realizar (esqueletos nº 2, 3 y 4), que se encuentran muy dete­ enterramientos en este lugar. Por otro lado, en diversos momen­ riorados, presentando superposición de algunas de tos, se informa en las visitas de pagos relativos a intervenciones realizadas bajo el coró: sus partes. El más superficial (esqueleto nº 2), con­ Visita 1663, ... se hace un agujero debajo del coro para enterrar serva únicamente la pelvis y extremidades inferiores los bultos de San Pablo y Sta. Bárbara. y se halla en posición de decúbito supino (Figura 2), Visita 1828,. .. se colocan varias losas bajo el coro ... separándose de los otros dos por medio de una capa ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 43

de tierra que constituye un relleno del ataúd. Los esqueletos nº 3 y 4 ocupan la posición más baja, estando el segun­ do depositado directamente sobre la tabla del fondo del ataúd. El esqueleto nº 3 se halla depuesto sobre las extre­ midades inferiores del esqueleto nº 4, lo que permite suponer que el ataúd no contuvo tierra inicialmente. Los restos conservados del esqueleto 3, articula­ dos y en situación anatómica, están en posición de decúbito supino y mirando al este, y consisten en parte de sus extremidades superiores e inferiores y columna vertebral. El esqueleto nº 4, ocupó originariamente el ataúd ya que presentaba una orientación coinciden­ te con éste, es decir hacia el oeste, en contraposición a la dirección oriental Figura 6. Iglesia de Santa María de Un'barri (Durango), Sondeo 2: aspecto general del nivel de los otros dos esqueletos. Esta orien- de inhumación más superficial, con aspecto de "osario" tación nos permite sugerir que el ente­ rrado fuera un sacerdote (12). De este esqueleto se conservan articulados y en posición anatómica, los restos óseos de la extremidad superior derecha y de ambas extremidades inferiores y del tórax. Las evidencias descritas anteriormente indican un evidente carácter sepulcral de este área del templo. Sin embargo, nos resulta difícil ofrecer una explica­ ción a las diferencias encontradas en los distintos sec­ tores (septentrional y meridional) del sondeo, así como la presencia diferencial de algunas regiones anatómicas (cinturas pelvianas y extremidades infe­ riores) y su relación con inhumaciones removidas e incorporadas como inclusiones al relleno. Además, los objetos materiales documentados son muy esca­ sos en relación a la ocupación estimada, correspon­ diendo en su mayoría a clavos de hierro y no a ele­ mentos de un ajuar funerario (figura 2). El relleno inferior sigue conservando una función sepulcral, pero presenta un menor índice de ocupa­ ción, una mejor ordenación de los enterramientos y una menor presencia de restos óseos en forma de inclusiones. Las inhumaciones aparecen localizadas preferentemente hacia la mitad occidental del sondeo y superpuestas en cuatro "niveles" de enterramientos muy contiguos, donde los superiores alteran a los inferiores. Se han documentado las porciones anató• micas correspondientes a nueve sujetos (esqueletos nº 7 al 15), en su mayoría extremidades inferiores y pel­ vis. Estas regiones se hallaban en relación, en casi todos los casos, con el resto de su esqueleto localiza-

121 Figura 7. I~lesia de Santa María de Unbarri (Durango), Sondeo 2: < • A partir del Concilio de Trento (1545-1563) los ritos funerarios ':riivel'de itil1úmaélóh mas superficial. Detalle de restos óse• establecen que los clérigos sean enterrados mirando al pueblo (al os humanos articulados, preferentemente cinturas pélvicas. oeste). 44 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

inferiores y pelvis, siendo el nº 16 el más escasamente representado. Los esqueletos nº 17 y 18 conser­ van, además, parte de la columna y de las extremidades superiores. En los tres casos se conservan restos de piezas de madera, superpuestas directamente sobre distintas partes de los esqueletos: columna, pelvis y rodillas. Además, hay que desta­ car que los esqueletos nº 12, 13 y 14 se superponen casi coincidentes sobre los nº 16, 17 y 18. También se han documentado un par de cráneos, dispuestos en el eje longitudinal teórico de los espa­ cios que separan a los anteriores esqueletos, y que podemos supo­ ner pertenecerían a sendos esque­ Figura 8. Iglesia de Santa María de Un'barri (Durango), Sondeo 2: Esqueletos nº 7 y 8 letos dispuestos en alineación con ble bajo los rellenos del límite occidental del sondeo. los anteriores. Estos cráneos seña­ Todas estas inhumaciones aparecen en posición de lan el nivel en el que se decidió finalizar definitiva­ decúbito supino, con la cabeza mirando al este. De mente este sondeo. los esqueletos nº 7 y 8 se han recuperado únicamente los huesos de ambas piernas y pies, dispuestos en posición anatómica; este último esqueleto parece pro­ longarse más allá del límite occidental del sondeo (Figura 8). Los esqueletos nº 9 y 10 se disponen de forma contigua y paralela y ambos se extienden bajo los límites del sondeo. Los esqueletos nº 11 y 12, úni­ camente están representados por ambas extremidades inferiores, sin embargo el esqueleto nº 13 conserva además algunos huesos de un extremidad superior y del cráneo, aunque con evidencias de haber sido alte­ rados (Figura 3). El esqueleto nº 14 está prácticamen­ te completo, a excepción del cráneo, que probable­ mente se halle bajo el límite occidental del sondeo (Figura 9); éste se superpone al esqueleto nº 15, al que alteró en gran parte. En todos los casos descritos anteriormente se tra­ ta de individuos adultos, excepto el nº 15 que es un niño de corta edad (menor de 4 años). En algunos casos, (esqueletos nº 11, 12 y 13), se ha podido poner en relación a estos sujetos con lo que pudieran ser los contornos de las fosas simples que los contenían (Figura 3). En la parte más inferior del sondeo se han docu­ mentado tres esqueletos articulados y en conexión anatómica (nº 16, 17 y 18) (Figura 10); se localizan en su mitad occidental, presentando algunos elemen­ tos anatómicos bajo los rellenos del cantil oeste. Se hallan en posición de decúbito supino, mirando al este y dispuestos paralelamente a cortos intervalos, compartiendo el mismo plano de deposición. Los tres esqueletos vienen representados por distintos ele­ Figura 9. Iglesia de Santa María de Uríbarri (Durangó), Sondeo 2: mentos óseos, en todos los casos las extremidades Esqueleto nº 14.

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que contiene gran cantidad de ele­ mentos, preferentemente óseos, y que proceden de inhumaciones anteriores practicadas en estos sedimentos. Además, se ha docu­ mentado un fragmento de tela aso­ ciado al esqueleto 1, que puede guardar relación con algún tipo de recogido del cabello; y una pieza recortada en cuero de difícil asig­ nación, relacionada con el esquele­ to 2. El segundo nivel de inhumación se halla separado del primero por una delgada capa de sedimento. En él se describen el esqueleto de un adulto (nº 3), en posición de decú­ bito supino y mirando al este. El Figura 10. Iglesia de Santa María de Un'barri (Durango), Sondeo 2: Esqueletos nº 16,17 y 18. esqueleto nº 3 ocupa preferente­ mente la mitad septentrional de la sepultura 2 y se halla en conexión El sondeo 3 ha puesto de relieve un espacio sepul­ cral en el que se ha procedido a excavar la tumba más oriental del sondeo, a la que hemos denominado sepultura nº 2. En ésta se han documentado tres nive­ les de enterramientos, en los cuales las inhumaciones no estaban siempre perfectamente delimitadas, obser­ vando a veces alteraciones de inhumaciones anterio­ res. El primer nivel mostró dos esqueletos (nº 1 y 2), qúe, aunque compartían un mismo nivel de deposi­ ción, no son contemporáneos, ya que la inhumación del esqueleto nº 1 supuso una alteración parcial del esqueleto n º 2, que ya estaba inhumado y en el que se observa la ausencia de los huesos de su mitad izquierda, en donde se depositó el primero (Figura 11). El esqueleto nº 1, articulado y en conexión ana­ tómica, presenta sus extremidades superiores exten­ didas a lo largo del cuerpo y las manos sobre el pubis; las extremidades inferiores, también extendidas, se documentaron sólo a nivel de los fémures, por hallar­ se el esqueleto correspondiente a las piernas y los pies más allá del límite oriental del área excavada. Este esqueleto, el último inhumado en la sepultura, ocupa los dos tercios septentrionales de la misma, muy ajustado a los límites norte y oeste, reposando sobre el lado izquierdo del esqueleto nº 2. En el ter­ cio meridional restante se localiza el esqueleto nº 2, que conserva únicamente el cráneo y parte de su mitad derecha, articulada y en conexión anatómica. La extremidad superior derecha está flexionada, reposando la mano a nivel del corazón; no se docu­ mentó la parte distal de la extremidad inferior por enc.ontrarse bajo lp~ ,i;ellenos del límite oriental del sondeo. Figura 11. Iglesia de Santa María de Un'barri (Durango), Sondeo 3: Estos esqueletos están envueltos por un relleno Esqueletos nº 1 y 2. 46 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

anatómica (Figura 12). Se han recuperado los huesos del tronco, extremidades superiores, pelvis y fémur derecho. La alteración y carencia de algunos elemen­ tos óseos del lado izquierdo y la ausencia del cráneo, pudieran relacionarse con la inhumación de los esqueletos descritos en el primer nivel de inhumación o incluso con otra anterior; asimismo, la parte distal de las extremidades inferiores puede que se hallen en los rellenos no excavados del límite oriental del son­ deo.

Figura 13. Iglesia de Santa María de Un'barri (Durango), Sondeo 3: Esqueleto nº 4.

una delgada capa de tierra (unos 100 mm aproxima­ damente), diferenciable de la tierra marronácea docu­ mentada en la capa estratigráfica inferior. En esta del­ gada capa, considerada como fondo estructural de la sepultura 2 destaca la ausencia de inhumaciones, la moderada presencia de restos óseos humanos en for­ ma de inclusiones, y, asimismo, la alta presencia de restos de argamasa arenosa idéntica a la utilizada Figura 12. Iglesia de Santa María de Un'barri (Durango), Sondeo 3: Esqueleto nº 3. como trabazón de los muros. La estructura sepulcral descrita anteriormente El último nivel de enterramientos está representa­ (correspondiente a 1734), asienta sobre un sedimento do por un cuarto esqueleto adulto, que se encuentra que ocupa la posición estratigráfica más inferior, y asimismo en posición de decúbito supino y mirando que constituye un nuevo nivel de enterramientos, ya hacia el este. El esqueleto nº 4 conserva únicamente que en él se han documentado cuatro inhumaciones. restos óseos de su mitad superior (cráneo, extremida­ Estas inhumaciones están representadas parcialmente des superiores y tronco), no habiéndose recuperado la (esqueletos nº 5, 6, 7 y 8), debido a que en algunos pelvis ni las extremidades inferiores (Figura 13). casos fueron alteradas por enterramientos posteriores, Aunque este esqueleto ocupa la posición más baja en o bien debido a que su deposición excede los límites los rellenos, no aparece depositado sobre lo que inter­ del área excavada. Estos esqueletos están representa­ pretamos como fondo (suelo natural) de la sepultura, ~ dos por un escaso número de elementos óseos (fun­ ya que bajo su plano de deposición se documenta aún damentalmente extremidades inferiores), aunque en ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 47

conexión anatómica. Estos restos no se superponen localizarse bajo los rellenos que exceden el límite ordenadamente y se alteran parcialmente entre sí, oriental del sondeo, ya que este esqueleto reposa pudiendo compartir un mismo espacio. sobre las arcillas naturales del relleno y se relaciona En todos los casos se trata de sujetos adultos inhu­ con un corte curvado, que constituye el límite septen­ mados en posición de decúbito supino y mirando al trional de la fosa simple que lo contuvo. este. El esqueleto nº 5 está representado por ambas tibias, peronés y huesos de los pies; el resto del cuer­ po excedía el límite occidental de la denominada 4. Las cronologías: Evidencias arqueológicas y sepultura 2. Del esqueleto nº 6 se conservan los hue­ registro documental sos de ambas piernas y pies y el fémur derecho, y excede el límite occidental del sondeo, al igual que el La excavación de los sondeos 2 y 3 ha puesto de esqueleto nº 7, el cual está representado por los restos manifiesto la utilización del espacio interior del tem­ óseos de piernas y pies y las epífisis distales de plo con fines sepulcrales, en un período cronológico ambos fémures (Figura 14). El último esqueleto recu­ que podrían1os situar entre los siglos XV al XIX. Sin perado (nº 8), presenta restos de la pelvis, vértebras y embargo, tal uso se manifiesta con distintos plantea­ de ambas extremidades superiores (cúbitos y radios), mientos formales en un sondeo y otro, no siempre estando estos últimos desplazados de su posición ana­ coincidentes temporalmente. tómica, posiblemente por efecto de la deposición del El sondeo 2 ha proporcionado unas evidencias esqueleto nº 7. No se han hallado otras evidencias difíciles de encuadrar en un marco cronológico, dada relacionables con el esqueleto nº 8, bien por haber la complejidad manifestada en toda la descripción sido alteradas por inhumaciones posteriores, bien por anterior. Bajo el entarimado actual existe una capa de cemento que relacionamos con las labores de recons­ trucción realizadas en este templo, con motivo de los daños sufridos durante la guerra civil (1936-1939). Bajo esta capa de cemento, se han documentado un conjunto de evidencias que pueden relacionarse con la obra de entarimado de la iglesia, emprendida en 1866- 67 (2). Esta obra aparece descrita con bastante preci­ sión en la documentación consultada y se evidencia de manera más clara en el sondeo 3. En éste, los elemen­ tos superficiales existentes bajo la capa de cemento (piezas de madera, piedras areniscas, zanjas y escorias de hierro), son testigos de una obra que planteó algu­ nos problemas, ya que la colocación del entarimado supuso la destrucción superficial de la estructura sepulcral en uso hasta 1821, a fin de evitar una modi­ ficación del nivel del suelo de la iglesia, que dificul­ tase la apertura de las puertas del templo y sobre todo evitar la remoción de los restos humanos (6). Bajo las evidencias del entarimado de 1866-67, se puso de relieve, en el sondeo 2, un nivel sepulcral de difícil explicación y asignación cronológica. Aunque en él se han recuperado diversas monedas que podrí• an situarse en torno al siglo XVII, no se ha hallado ningún elemento asimilable a la estructura sepulcral realizada en este templo en el s. XVIII, que sin embargo si se ha puesto de relieve en el sondeo 3. Por tanto, poco se puede decir de la cronología de estos enterramientos, ya que la presencia de estas monedas pudiera deberse a la reutilización de los sedimentos, dado que en este relleno hay una elevada proporción de restos óseos humanos en forma de inclusiones. Esta suposición resulta verosímil si la relacionamos con las evidencias halladas en el sondeo 3. Sin Figura 14. Iglesia de Santa María de Un'barri (Durango), Sondeo 3: embargo, las diferencias detectadas entre ambos son­ Esqueleto n2 7. deos aconsejan no hacer uso de extrapolaciones. 48 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

El nivel más inferior del sondeo 2 ofrece una gran ochenta y siete años después de su construcción complejidad interpretativa. Contamos con muy pocos (1734), fecha coincidente con lo observado en otros elementos para establecer una atribución cronológi• templos vizcaínos. ca; éstos se reducen a sendas monedas, localizadas en En el sondeo 3 se ha detectado un relleno arqueo­ el relleno que separa el esqueleto nº 13 del nº 17, que lógico de gran interés, que se corresponde con una podrían relacionarse con el final de la Edad Media. capa de tierra arcillosa muy compactada, que se Las dificultades del sondeo 2 nos impiden aventu­ encuentra afectada por la cimentación de la estructu­ rar una interpretación de este espacio sepulcral más ra de 1734. Constituye un nuevo nivel de enterra­ allá de la constatación de su uso intenso y prolonga­ mientos en el que se han detectado cuatro inhumacio­ do en el tiempo, con la presencia de dos potentes nes representadas por un escaso número de elementos niveles, de características y cronología diferente. óseos, aunque en conexión anatómica. Estos esquele­ Por otro lado, en relación con el sondeo 3, las evi­ tos no se superponen ordenadamente y se alteran par­ dencias arqueológicas y documentales nos permiten cialmente entre sí, pudiendo compartir un mismo fundamentar más sólidamente la cronología de algu­ espacio. nos hechos relacionados con el uso del espacio sepul­ Resulta de interés el hecho de que no coincida la cral. organización de sepulturas establecida en el siglo La estructura sepulcral puesta de relieve en el son­ XVIII con estas primeras inhumaciones que carecen deo 3 data de 1734, siendo realizada por los maestros de límites concretos, de forma que la prolongación canteros durangueses Juan Bautista de !barra, Manuel vertical de la denominada sepultura nº 2, pone de de Sagarnaga y Martín de Larrea (13), coetánea a la manifiesto el desplazamiento de estos cuatro esquele­ realizada en la cercana iglesia de Santa Ana. En esta tos respecto a los límites establecidos por dicha sepul­ época se establece la construcción de 160 sepulturas tura, lo que provoca que sólo se visualicen algunas "en la misma igualdad y número que tienen las pre­ regiones anatómicas de los mismos. El esqueleto que sentes para evitar alteraciones" (14) descansa directamente sobre el suelo original, (esque­ De esta estructura sepulcral se ha procedido a leto nº 8), aparece relacionado con un corte lineal, excavar una de las tumbas (sepultura 2), que quedó al ligeramente curvo, que puede interpretarse como el descubierto casi en su totalidad en el sondeo 3. En lado septentrional de una fosa simple excavada en la dicha sepultura se han documentado tres niveles de tierra y que, asimismo, excede los límites señalados enterramientos, alguno de los cuales ofrece datos por la sepultura 2. Esta inhumación supone la última para establecer una adscripción cronológica. evidencia funeraria localizada, ya que descansa sobre A lo largo de los rellenos del primer nivel de la capa de arcillas que constituye el suelo natural. enterramientos (donde se hallaron los esqueletos n º 1 Carecemos de elementos para datar esta eviden­ y 2), se han localizado monedas atribuibles al reina­ cia, si bien nos inclinamos por una relativa antigüe• do de Felipe IV (1621-1665), no habiéndose encon­ dad, dada su ubicación bajo la estructura del siglo trado, sin embargo, ninguna pieza del siglo XVIII XVIII. (época a la que pertenece la estructura sepulcral); ello nos permite explicar la presencia de estas monedas por la existencia de reutilizaciones de los sedimentos. 5. Anexo documental. Parroquia de Santa María El segundo y tercer nivel de enterramientos de la de Durango sepultura 2 han puesto de relieve la presencia de otros dos esqueletos (nº 3 y 4), lo que supone la existencia Se ha consultado la documentación contenida en dos tipos de fuentes: de un total de cuatro inhumaciones en esta sepultura. Documentación eclesiástica: a) Libros de Fábrica originales, Desconocemos la cronología de estas inhumaciones, depositados en el AMD, de los que se dispone serie continuada desde al margen del carácter más o menos reciente de unas 1577 hasta 1851, y Papeles Varios (sig. A-714). b) Libros de Finados en relación a otras que marca la propia estratigrafía. originales, consultados en el AHEB. Los Finados de Santa María, que abarcan desde 1553 hasta 1854, con un vacío de 80 años en el siglo Tampoco tenemos datos para conocer si se trata de XVII, recogen también las partidas de la Magdalena y San Pedro de una seriación continuada de las cuatro últimas inhu­ Tabira, pues estas iglesias, que desaparecerán como parroquias a maciones o si se trata de un vaciado, a distinta pro­ comienzos del siglo XIX, no llevaron registros sacramentales aparte. fundidad, de los rellenos de la sepultura ante nuevas Documentación municipal: depositada en el AMD, se han consul­ deposiciones. No obstante podemos referir el final tado los Libros de Cuentas y de Actas del Ayuntamiento y Expedien­ tes de Obras Públicas, obteniéndose información pertinente en el del uso de este espacio sepulcral en el año 1821 (15), Libro de Actas 11 (1709-1738), Libro de Actas 25 (1876-1884); en el Libro de Cuentas 9 (1704-1738), Libro de Cuentas 17 (1754-1793) 13 sobre el encajonamiento de sepulturas, y Libro de Cuentas 12 (1770- < l AMD, Libro de Actas del Ayuntamiento 11, y Libro de Cuentas 1828) sobre la aparición de cadáveres de niños en la bóveda del coro. del Ayuntamiento 17. 4 Por último, perteneciente a Obras Públicas, se ha transcrito parcial­ 0 l AMD, Libro de Actas del Ayuntamiento 11. 5 mente el Expediente de Entarimado de la Iglesia de 1866. 0 l AMD, 6º Libro de Finados. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 49

Relación documentación vaciada: delante del altar mayor asta los bordes de los dos pillares del crucero - Libros de Fábrica: y allí pongan dos hileras de bancos donde se sienten los hombres, por Iº Libro de Fábrica: 1577-1636 quanto por estar estrecha Ja losadura ay poco espacio y está feo todo 2º Libro de Fábrica: 1613-1649 aquello por el ba9io que ay desde Ja grada de la losadura asta los pila­ 3º Libro de Fábrica: 1650-1711 res y de cuatro ds para la dicha fabrica". 4º Libro de Fábrica: 1711-1740 Visita 1593-febrero-14. Visitador, Santiago de Avendaño 5º Libro de Fábrica: 17 40-1827 Enterramientos. "Que el oficio de difuntos se haga con el Manual 6º Libro de Fábrica: 1827-1851: "Libro nuevo" nuevo". "Que todos los clérigos y que cada uno de ellos insolidum - Libros de Finados: hagan y celebren el oficio de difuntos como lo manda el manual nue­ lº Libro de Finados: 1553-1594 (sig. 06-01) vo toledano porque está res9ivido en todo el Reyno y en este Obispa­ 2º Libro de Finados: 1676-1732 (sig. 11-95) do, y que no incensen los clérigos de la suerte que hasta aquí incensa­ 3º Libro de Finados: 1732-1766 (sig. 12-01) ban entre la cruz y la tumba sino que se guarde en todo la orden del 4º Libro de Finados: 1766-1780 (sig- 12-02) dicho manual en lo menos en lo que toca al primer nocturno y res­ 5º Libro de Finados: 1781-1804 (sig. 12-02) ponsos y en todo como dicho es se guarde el orden de dicho manual" 6º Libro de Finados: 1804-1831 (sig. 21-02) (f. 182vº -183). 7º Libro de Finados: 1831-1854 (sig. 22-01) 1592 - Libros de Actas del Ayuntamiento: - 2 rs por adere9ar y aparejar las sepulturas de Ja Iglesia (f. Libro de Actas del Ayuntamiento 11: 1709-1738 189vº). Libro de Actas del Ayuntamiento 25: 1876-1884 Visita 1601-marzo-12. Visitador, Pero Ortiz de Salazar - Libros de Cuentas del Ayuntamiento: Sepulturas. "Otrosí halló que [debían] reparar la altura y descon­ Libro de Cuentas del Ayuntamiento 9: 1704-1738 formidad de las sepulturas de Ja yglesia estando más altas que las gra­ Libro de Cuentas del Ayuntamiento 17: 1754-1793 das y entre las gradas y las sepulturas un hoyo y bazío que no sirve Libro de Cuentas del Ayuntamiento 12: 1770-1828 sino para que los sacerdotes y gentes tropiecen y caigan y así por estas - Obras Públicas. Expediente de Entarimado de la Iglesia, nº 38, razones y también por todo el lugar conoce la necesidad que tiene todo año 1866 esto de reparo del suelo de haber ydo con el Sr Alcalde y Regimiento a hacer vista ocular y procurar el remedio más fácil y menos costoso 1º Libro Fábrica: 1577-1636 fueron todos del parescer que aquel ba9ío desde la esquina del púlpi­ Descargo relativo al año 1577 (de igual forma en años siguientes). to hasta el corazón de la coluna en frente se hiziese de piedra conti­ - Carta de pago de que otorga Juan de Solano, cantero, de las nuando con la de las gradas, y lo de allá abaxo se allanase y se sacase obras de cantería que ha hecho para la Iglesia. Durango 1578-Marzo- tierra hasta en conformidad de las dichas gradas; y mandó a los mayor­ 7 (f. lüvº 11). domos presentes y los que en adelante Jo cumplan so pena de exco­ 1579 munión mayor y 20 ds aplicados para la dicha obra" (f. 254). - 1O rs a Pero Y niguez de Traña por Ja cal que se gastó en el altar Enterramientos. "Otro sí atento que a su Md Je consta que muchas mayor y en sus gradas y comarca. personas que mueren, al tiempo de las enterrar las llevan con las caras - 23 ds a Juan de Solano y sus consortes por sus trabajos y piedra desabiertas siendo la verdad que hasta aquí solo se ha usado llevar Jos y arena que se gastó en el altar mayor y su comarca. cuerpos defuntos con las caras descubiertas de los clérigos y doncellas 1580 y no de otras personas y ahora se introduce mala costumbre en querer - 16 ds a Bernabé de Solano y a Juan de Solano, canteros, por la llevar a todas sin la dicha distinción y respeto que se debe y ... que­ obra de cal y canto que hicieron en el hueco que estaba debajo del altar riendo dar remedio en el caso mandaba y mandó so pena de excomu­ mayor de la Iglesia que fue igualada así de piedra como de cal y are­ nión que de aquí en adelante ninguna persona sea enterrada no siendo na (f. 33vº ). clérigo ni doncella con la cara descubierta llevándola fuera de las Visita 1583-noviembre-l andas y que los clérigos no las entierren ni consientan, so pena de sus­ Manda a todos Jos parroquianos de Ja Iglesia que para el día de la pensión, y para que tenga anotación de todos y nadie pueda pretender novena de difuntos traigan y entreguen a Jos curas las cláusulas de Jos ignorancia, el primer domingo o fiesta de guardar se publique" (f. testamentos de los difuntos para que cumplan las obras pías que man­ 254vº ). den. Visita 1615-junio-3. Visitador, Pedro González del Castillo Sepulturas. Otrosí mandó a todos los parroquianos de las dichas Enterramientos. Manda que en adelante " ninguna persona nom­ Iglesia de Ntra. Sra. y Santa Ana, so pena de excomunión y de cada un brada no consienta abrir sepultura a ninguna persona sin que los testa­ ducado para las dichas Iglesias, que conforme a Ja Constitución Sino­ mentarios o herederos del difunto hayan entregado declaración de las dal de este Obispado allanen la~ sepulturas de las dichas iglesias y cláusulas tocantes a mandas piadosas" (f. 256vº ). pongan en la decencia que es razón y conviene a Ja casa de Dios sin Visita 1615-junio-8. Visitador, Pedro González del Castillo diferencia e igualmente unas de otras (f. 52-52vº ). " ... que en los entierros y cumplimientos funerales donde hay Visita 1586-julio-22. Visitador, Santiago de Abendaño limosna y pitanzas no llame el Cabildo clérigos ni frailes de fuera sin Sepulturas. "Otro sí dixo que mda e mdo a los mayordomos de Ja haberlos pedido la parte a quien toca". dicha yglesia que dentro de beinte dias de la notificazión deste Auto " ... que cuando muera algún pobre de solemnidad lo entierre el midan con el marco del Obispado las sepulturas que ay en la dicha Cabildo de gracia y por caridad cristiana como están obligados, sin yglesia dando a cada una siete pies de largo y dos y medio de ancho aguardar a que pidan limosna para él" (f. 264-264vº ). · conforme a las Constituciones del Obispado, e que se den a los due­ ños de las sepulturas a cada uno Ja suya conforme a la dicha medida y 2º Libro Fábrica: 1613-1649 las que ubiere de más se bendan a quien diere más en candela por 1617 quanto se pueden sacar muchas sepulturas sobre dar a cada dueño Ja - Pagos en estos años por el azadón para abrir las sepulturas. suya conforme a Ja dicha medida por estar como están al presente las 1620 dichas sepulturas mucho mayores en largura y anchura de lo que man­ - A Joan de Bega, mtro cantero, por el parecer que dio para ree­ da el marco e rreduciendolas a la medida puede tener mucho ... la dificar la yglesia. dicha yglesia, lo cual agan y cunplan así so pena de Ja escomunión y - Joan de Ja Vega, maese cantero, arquitecto, viene a ver Ja obra de los daños que Ja dicha yglesia sobre ello se siguiese" (f. 97vº ). de la yglesia por mandado de los Srs del Regimiento. "Otrosí mandó a los dichos mayordomos que dentro de dos meses 1621 de la notificación de este Auto acaben la grada y losadura que está - 8 rs a Pedro de Aguirre, francés, por el trabajo que tuvo con otro 50 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

compañero en sacar la tierra que sobraba en la yglesia cuando abrie­ 1771 ron los '\:imientos" (f. ll7vº ). - 20 rs a Francisco de Urive por una carretada de cal para quitar 1622 la corrupción de las sepulturas (f. 195). - 85 rs y medio a Esteban de Solano, cantero, por allanar una losa - 15 rs a Pedro de Eguiluz por 2 losas de sepulturas y otro 5 rs por grande en donde se toma la ofrenda y asentar en la sacristía unos ladri­ el trabajo de un día en cerrar con argamasa los abujeros de las sepul­ llos. turas (f. 195). - A Esteban de Solano por asentar bien unas losas delante del 1779 altar mayor y en la entrada de la sacristía. - Se compone una losa de sepultura que se rompió al subir la caja 1623 del órgano. - A Esteban de Solano, por 6 fanegas y media de cal que dio para 1795 los cimientos que sacaron debajo del coro. - 12 rs a Diego de Alacano, oficial cantero, por una piedra nueva - Pedro de Aguirre, francés, por el trabajo de 8 obreros en abrir que puso en una de las sepulturas (f. 328). los cimientos debajo del coro. 1797 1626 - 7 rs a Vicente de Vildosola, cantero, por colocar una losa nueva - 2 rs que dio para sacar una misa al tiempo de echar los cimien­ de sepultura en la perteneciente a Fermín Antonio de Ortuoste. tos. 1628 6º Libro Fábrica: 1827-1851: "Libro Nuevo" - 4 rs "que dio al pregonero por enterrar unos cuerpos que esta­ 1828 van descubiertos quando sacian los cimientos" (f. 193). - 160 rs pagados a Antonio de Alloa, mtro cantero, por varias losas colocadas en el sementerio o pórtico viejo, bajo el coro, y algu­ 3º Libro Fábrica: 1650-1711 nas sepulturas. Visita 1662-junio-18. Visitador, Bernardo de Hontibero Enterramientos. " ... por evitar alavanzas ynpropias y disonantes 1º Libro de finados: 1553-1594 (sig. 06-01) que los predicadores suelen mezclar en los sermones de difuntos con No indica el lugar de enterramiento. poca edificación de los oyentes manda su Illma a los curas y a cuales­ quiera otros sacerdotes a quienes encargaran estos sermones que pre­ 2º Libro de finados: 1676-1732 (sig. 11-05) diquen de la muerte y de las demás postrimerías y de los sufragios de Enterramientos en Santa María y Santa Ana, Convento de San las almas, excusando las lisonjas de los difuntos" (f. 108vº -109). Agustín, San Pedro de Tavira, La Magdalena. 1662 Se dice el nombre e iglesia donde fue enterrado el difunto, sin espe­ - 44 rs a María Ochoa de Gastañaza, serora, por barrer la Iglesia cificar el lugar, en muchos se dice que no testó por no tener bienes; a y cuidado de las sepulturas. veces, circunstancias en las que falleció, otras el oficio y la vecindad. Visita 1675-julio-2. Visitador, Gabriel de Esparza En ocasiones se incluyen enterramientos en iglesias de fuera de la Villa, Enterramientos. El visitador manda que los cuerpos de las perso­ en San Miguel de Yurreta, San Juan de Garay, San Juan de , etc. nas que hubieren de ser enterradas con oficio mayor vayan cubiertos, y los que se hubieran de enterrar haciéndoles oficio de ángeles vayan 3º Libro de finados: 1732-1766 (sig. 12-01) descubiertos y no se diga ni cante responso en su sepultura por ser Las mismas características que el anterior, es decir sin localiza­ contra los sagrados ritos y ceremonias que ordena la Santa Madre ción dentro de la Iglesia, y ahora se informa de la edad Y glesia y lo cumplan así los beneficiados y capellanes de la Villa y demás personas de ellos a cuya cuenta estuviere la disposición y com­ 4º Libro de finados: 1766-1780 (sig.12-02) posición del cuerpo, pena de excomunión mayor (f. 204 vº ). Ibídem 1676 - En el cargo se ingresan 24 mrs de limosna recogida en los entie­ 5º Libro de finados: 1781-1804 (sig. 12-02) rros y honras durante el año. Ibídem - 30 rs a Francisco de Alai;:ano por tapiar 2 puertas, una de ellas en el "ciminterio viexo" y la otra en la casa de la fabrica donde vive 6º Libro de finados: 1804-1831 (sig. 21-02) Mariana de Axcorbeitia, por la peste (f. 221 vº ). Al menos desde 1814 se entierran en el Campo Santo, al tiempo 1693 que se sigue enterrando en Santa María y en otras Iglesias. En 1820 se - "Yten a los peones que hizieron oyos en la yglesia para enterrar entierra aun en Santa María. los guessos de los difuntos que fueron tres en frente de Colateral de Pero a partir de 1821 todos en el Campo Santo. San Juan Evangelista y asial lado del Altar Mayor y otro enfrente del Altar de Ánimas", 70 rs y medio (f. 367). 7º Libro de finados: 1831-1854 (sig. 22-01) Enterramientos en el Campo Santo. 4º Libro Fábrica: 1711-1740 Visita 1735-diciembre-10 8º Libro de finados: 1854-1873 (sig. 22-02) Enterramientos. "Que por ser contra ceremonia el andar por las Enterramientos en el Campo Santo de la Magdalena y en el Cam­ sepulturas diciendo responsos", se manda "a los beneficiados y demás po Santo de la Villa. sacerdotes desta villa que no lo hagan en adelante como no sea si al paso desde el altar a la sacristía estubiere la sepultura; y los que tienen Libro de actas del Ayuntamiento 11: 1709-1738 por obligación lo harán de manteos después de salir de la sacristía" (f. [Encajonamiento enlosado de sepulturas] 69). - 1732-marzo-4. Se decreta ejecutar las cajonaduras enlosadas de las sepulturas de las iglesias de Santa Ana y Santa María, haciendo un 5º Libro Fábrica: 1740-1827 osario en la de Santa María, y que hagan las trazas y condiciones nece­ Cuenta referida al año 1741 (lo mismo en años siguientes) sarias para tomar las providencias pertinentes (f. 252-252 vº ). - 8 rs a Joseph de Gardoy por unas losas que hizo para una de las - 1733-junio-14. Se acuerda que las sepulturas que se quieren sepulturas. encajonar en Santa María se hagan en la misma igualdad y número que 1748 tienen las presentes para evitar alteraciones, y que se encajen 19 sepul­ - 31 rs a Manuel de Zubiaga por 4 losas nuevas que se han pues­ turas en cada ilera (f. 275 vº ). to en las sepulturas. - 1733-septiembre-9. Manuel de Ynchausti, cantero, y consortes, ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 51

presentan un memorial mostrando lo que han aumentado el osario del 28.- Dn Gabriel de Arbaiza cementerio de la parroquial de la Santa María, habiendo nombrado 29.- Margarita de Arria, Mª Cruz de Saloa, Juan Bauptista de para su reconocimiento a Manuel de Sagamaga, maestro cantero, Ybarra, su hixo y de los hixos de éste quien declara que ha encontrado 35 varas de piedra labrada trinchera 30.- Dª Antonia Bauptista de de 3 rs de vellón cada una. Se acuerda pagarle los 105 rs que impor­ 31.- El Dr Zubia y asisten Juan Bauptista de Urruchurtu, Manuel tan las 35 varas (f. 279). de Sagamaga y los Arroitas -1734-abril-16 (f. 294 vº -295-196) 32.- Dn Joseph Valentín de Ortuzar "Otrosí dijeron sus Mrds que por lo yndecente que estaban las 33.- Dn Pedro Manuel de Arbaiza sepulturas y huesas de las parrochiales de Santa María y Santa Ana los 34.- Domingo de Lexazpi y sus hixos y axisten también los Lexa­ Señores del Regimiento del año pasado del 32, con comunicación de rragas los vecinos de ella, habían ordenado el que se encaxonen dchas sepul­ turas de piedra losa, y haviendo sacado a remate su ejecución se haví• 3ª FILA an rematado en Martín de Arizaga, vº de esta Villa, en esta forma, las 35.- Pedro de Ascarraga y la poseen María Martínez de Jáuregui de la parrochial de Santa María por 95 rs cada una y las de Santa Ana y María Thomasa de Arregui a 85 rs cada una, y que en effecto las havían ejecutado Juan Bautista 36.- Ana Mª de Y nibaso Echabarría de Ybarra, Manuel de Sagamaga y Martín de Larrea, mtros canteros, 37.- Dn Manuel de Abásolo y Dª Gabriela Eufemia de Arbaiza su vº s de la Villa, y que haviendolas ejecutado se habían hecho publicar muger en el púlpito para que las partes acudiesen a dichas yglesias el día asig­ 38.- Andres de Unsaulartu y Jossepha de Arbaiza muger de Die­ nado para que se les dieren sus sepulturas en las partes y parages que go de Gastelu Arriaga se pidiesen sin su perxuicio y en efecto se la hicieron sus consigna­ 39.- Fauste Ochoa de Orbezu y la poseen Martín de Goicouria y ciones en la forma siguiente, y para halla claridad de la pertenencia de Y sabela de Zavala cada uno ynperpetuum, sin embargo de haverse asentado escriptura en 40.- Dn Juan de Arriola y Bustinza su razón ante mi el presente escrivano [Pedro Antonio de Arriaga 41.- Dn Bartholomé de Maguna Onandia], se asientan en este libro sus adxudicaciones: 42.- Dn Juachin de Lexarza y Palacio y Dª Ysabel de Ybarguen su muger lªYLERA 43.- Dª María Jacinta de Abarrategui y Meceta Que enpieza en la parte del Evangelio y siguen las demás por la 44.- De el Br Dn Juan Bauptista de Maguna misma parte 45.- De Pedro de Ynchaurraga y su representacion y del dcho Dn 1.-Uriondo-Jullián de Larrea y Jossepha de Saloa muger de Fran­ Juan de Maguna cisco de Echeandía 46.- Dª Angela Ripa Palacio, y la posee Juan de Asua 2.- De Uretra que la posee Juan de Amarica, y Dª Josepha de U re­ 47.-De las caserías de Arandia Varrena, Juan de Arandia y Aran­ ta su muger dia Yturrioz y esta enterrado Dn Diego de Baquixano, Cura y Benefi­ 3.-Dª Josepha de Uribe y de el Capitán Echevarría y los Larrabes ciado que fue y Martín de Arandia y en su representación Juan de Arriola 48.- Dn Juan Santos de Castillo, Presvítero, y de sus hermanas 4.- Dn Miguel de Artteaga, y Dª Jacintta de Zandoica su muger 49.- De la familia de Aranguren 5.- Dn Martín Aurelio de Maguna y Dª Ana María de Eguía su 50.- Juan Ramos de Zubimosu y de Cathalina de Zuazu y asisten muger tambien Mariana de Yrarraga. 6.- Dn Thomás de Trañagoitia, y sus hixas 7.- Dr Dn Clemente y Dª María Francisca de Castillo Veitia her­ 4º FILA manos 51.- Juachin de Mugazábal y otros 8.- María García de Uribe, Dª Cathalina Gregoria y Dª Maíia 52.- Dn Francisco de Echezarreta y la poseen Dn Juan Alonso de Antonia de Arespacochaga Oquendo y Dª Nicolasa de Maguna su muger 9.- Dn Marttin Josseph de Esterripa 53.- Angela de Arizaga y sus hixos y Nicolas de Arzubia 10.- Dn Marttin Josseph de Abarrategui 54.- Josseph de Zengotita Ybarra y sus hixos 11.- Del dicho Dn Martín Josseph de Abarrategui 55.- Bicente de Ugarte y su muger e hixos 12.- De la casa de Unda 56.- Del lizdo Dn Femando de Y cabalzeta 13.- Dn Juan Asencio de Echavarría y la posee Dn Martín de 57.- Dn Juan Francisco de Eguía y Dª Mariana de Echavarría por Maguna zesión de Dn Martín de Maguna 14.- Latatua 58.- Dn Diego Alexandro de Arribi por Dº Mª de Arribi su thia 15.- Matheo Mauricio de Elorriaga 59.- Dn Diego Lorenzo de Urquizu por la torre de Galarraga 16.- Dn Juan de Uriarte y los Urquiettas 60.- Del dcho Dn Diego Lorenzo de Guisasa 17.-Agueda de Dueñaveitia muger de Martín de Alzibar y de los 61.- Dn Joseph de Reten por Dn Manuel de Lezamiz Ceverichas 62.- Antonia e Y sabe! de Abaitua hermanas 18.- Mendibe y en ella asisten Santorum de Ybarra Ysundegui y 63.- De Maria Perez de Barañao Reguera Magdalena de Mendibe su muger y otros 64.- Francisca de Guesala Betosolo y su familia por zesión de Dn Juan Bauptista de Maguna 2º FILA 65.- De Unsalurtu y Maria de Zavala 19.- Domingo de Uribarrena y Magdalena de Otalora su muger 66.- Domingo de Arauna 20.- Dn Agustín de Ocerin y sus hixos 21.- De la Torre de Marzana Sº FILA 22.- Dn Martín Josseph de Estterripa 67.- Dominga de Elexalde por Juan Ruiz de Zelaia, y Magdalena 23.- Dª María Francisca de la Quadra y Olano de Bilbatua 24.- De Dn Diego Alexandro de Arribi actual Alcalde de esta 68.- De Juan de Ybarrondo por Ripa Villa por el Rey nro. Señor 69.- Juan de Ynsausti 25.- Magdalena y Manuela de Ocerin hermanas 70.- De Juan de Amarica y su muger por Copegui 26.- Del Br Dn Manuel de Arria y sus Hermanos 71.- Marina de Uribe, los Urruchurtus y Jossepha de Arbaiza y 27.- Dª Inés de Ascuenaga y la posee Dª Theresa Ygnacia de sus hermanas Letona su heredera muger de D. Nicolás de Ezterripa 72.- Maria de Amézola 52 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

73.- Dn Bruno Mauricio de Zavala 121.- María de Olabarria 74.- De Dª Theresa de Atocha Hurttado de Mendoza 122.- Pedro de Zengotita Ybarra y en esta sepultura yaze María 75.- De la misma Mª Theresa de Atocha Martinez de Olabarría su muger 76.- De Dn Juan Bauptista de Arespe 123.-Anttonio de Masmela y Dª Josepha de Lariz Yturriaga 77.- Dn Juan Francisco de Landazuri por la Casa de Zuricarai 124.- Juan Baptista de Arrinda 78.- De la Capellanía de Muncharaz su capellan Dn Juan de 125.- Juana Bicenta de Reizábal Lexazi, Domingo de Galarza y Mª de Arana, su muger 126.- Dn Clemente y Dª Maria Francisca de Castillo hermanos 79.-Antonio Abad de Landeta, María de Landeta, y los hixos de 127.- Juachin de Gorostiza y Antonietta de Mendieta su muger Christobal de Arizaga 128.- Maria de Yraola, muger de Thomás de Aldecoechea 80.- Santiago de Zamalloa y otros 129.- María Joanes de Longa, Matheo de Loiola y sus hixos 81.- Maria de Jauregui, que asiste y es de la Casa Aldanatorre y 130.- Dn Juan Santos de Castillo la poseen Antonia e Y sabel de Abaitua 82.- Josseph de Eguía y su muger 9ª FILA 6ª FILA 131.- Joseph y Juan de Arribi, hermanos 83.- Juan de Zarandona y sus hixos 132.- Dn Santiago de Erdoiza y asiste con su permiso Maria de 84.- Jossepha de Galarza y María de Aldecoa, muger de Nicolás Garaita Orozqueta de Varaia 133.- Jossepha de Larrinaga Ysusorbe, por zesión de Dn Martín 85.- Margarita de Aguirre y Juan de Arechederreta su marido de Esterripa por la Casa de Lamiquiz 86.- Juan de Ochandategui y Agueda de Burguieta su muger 134.- Dn Juan Asencio de Beteluri, Vicario y Beneficiado de esta 87.- Josseph y Juan de Allende Echavarría por Zuazu Villa 88.- de Juan de Orozqueta por la cassería de su apellido 135.- Dn Francisco Josseph de Sanditegui, Marcoitia, Benefica- 89.- Maria de Gastañazatorre muger de Joseph de Momoitio do de esta dicha Villa 90.- Angela Maria de Goitia por cesion de ésta de Maria Samblas 136.- Josseph de Orne y Antonia de Bizcarra su muger de Echanobe 137.- El debo Dn Juan Asencio de Beteluri 91.- Dn Martín y Dn Pedro de Arzadun hermanos 138.- D. Domingo de Yribe, Presbítero difunto 92.-Agustín de Yrazábal por cesión de Dª Maria Francisca de la 139.- Juan Bauptista de Goicoechea y Nicolasa de Urquietta, su Quadra muger 93.- El dicho Josseph de Momoitio 140.- Lorenza de Elorrieta, Josseph y María Ochoa de Orovio 94.- Juan de Orbezu, Cathalina de Zavala su viuda y Magdalena Goitia de Ybarrondo 141.- Christobal de Requeta y Libaronas 95.- Ana de Eguiarte Viuda de Gaspar de Echavarría 142.- Antonio de Varañao 96.- La familia de Ascondo por Pedro de Ascárraga 143.- Joseph de Urrutia y Angela de Landáburu su muger 97 .-Del Dr Amasa y la posee Francisco de Mendibil y asiste San­ 144.- Joachin de Zavala, Manuela y Juan Bauptista de Gumucio ta de Obieta y Cathalina de Zugasti 98.- Michaela de Anchietta 10ª FILA 7ª FILA 145.-Aurelia de Melluegui, Theresa de Larrea y otros 99.- Dn Juan de Gogenola, Presvítero Beneficiado de esta Villa 146.- Josseph de Ercil Vengoa y sus hixos 100.- Juan Perez de Sanditegui 147.- Martín de Echeandia y Austoa, y Maria de Austoa su her- 101.- Mª de Arandia mana 102.- Pedro de Zavala y Mariana de Uriondo maior 148.- Maria Yniguez de Ynchaurraga 103.- Martín de Arizaga y Ygnacia de Arria su muger 149.- Juan Bauptista de Yturri y Theresa de Arria 104.- El mencionado Sr Dn Diego Alexandro de Arrivi y Olano, 150.- Dª Jacinta de Abarrategui por la casa de Zavalarra y asiste y asiste con su permiso Manuel de Arteabaro Bauptita de Palacios 105.- María Ramos, Francisca y Antonia de Arana, hermanas 151.- Conzepción de Ugarte, Margarita de Echegarai, por zesion 106.- Dn Gabriel de Castillo de Dª Mª Theresa de Atocha 107.- Dn Domingo y Francisco de Mendíbil padre e hixo 152.-Francisca de Echezarreta y asisten Thomás de Vasail y su 108.- Br. Dn Domingo de Olabarría, Presbítero Beneficiado de muger esta Villa 153.- Manuela de Urquizabaso, viuda de Juan Bauptista de 109.- Francisco de Echavarría y Josepha de Urrutia su muger Ynchaurraga 110.- Juachin Manuel de Zevericha y Dª Magdalena de Olazar su 154.- Juan Bauptista y Josseph de Mecola y otros viuda 155.- Fhelipe de Belaustegui Goitia y Y sabel de Zevericha su l ll.- María de Yragorri, María de Ynibaso y María Larrea San mujer por Saola. Roque 156.- Santorum de Ysundegui ll 2.- Bauptita de Berazaluce y sus hixos 157.- Dn Femando de Ycavalzeta, Beneficia! de esta dicha villa 113.- Juan de Oar Uriarte y Agueda de Zigaran su muger 158.- Antonia Yringo y oí de Antonia de Amasa y otros l14.- Manuel de Arguinzonis y Jossepha de Galarza, su muger, 159.- De María Andrés de Abasolo por zesión de Dn Juan Bauptista de Arezpe 160.- Juan de Olea difunto y de sus hixos" Este listado de sepulturas ha sido tambien recogido por LABAY­ 8ª FILA RU, J.E.: Historia General de Bizkaia, T. VI, Bilbao 1903, pp. 213-217, 115.- Martnm de Elexaburu y ottros y por LARRACOECHEA, J.M.: Notas Históricas de la Villa de Duran­ l16.- Manuela de Legorburu, Viuda de Juan de Yllara por Abel- go, Bilbao, 1989, T. IV, pp. 385-399. Sin embargo, por ciertas diferen­ darrain cias en la transcripción, hemos preferido hacer constar la nuestra. 117.- Dn Lorenzo y Geronima de Zubimendi 118.- Francisco de Asttarloa y Magdalena de Yturri, su muger Libro de actas del Ayuntamiento 25: 1876-1884 l19.- Cathalina de Miliqua, Viuda de Pedro de Gastañazatorre y - 1883-julio-20. Referencia a jornales de canteros, peones, y está enterrada Dª Petronilla de Asuaga carreteros "en la conducción de restos humanos del antiguo osario del 120.- Margarita de Echevarría y Pedro de Ybarrondo pórtico viejo de Santa María, al del cementerio" (f. 446). ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 53

Libro de cuentas del Ayuntamiento 9: 1704-1738 cascajillo de río que no esceda de dos pulgadas cubicas de lado, sin Descargo dado el 29-Septiembre-1734 rastro de arena ni tierra; y si el Ayuntamiento tuviese con [por] con­ - Por misas en la Iglesia de Santa Ana después de las misas con­ veniente en enlosar el pavimento de los canceles, deberá hacerlos ventuales [pues] en el tiempo de la obra de las sepulturas no hubo en según se ordene. la iglesia de Santa María. 3.- Que será obligación de colocar 6 hileras de soleras de buen - 250 rs y medio pagados al Sr Alcalde y al segundo escribano del material de roble, de 6 pulgadas de ancho y 9 de alto, bien labradas en Ayuntamiento y a Martín de Elexalde, mtro perito nombrado por la sus líneas sacándo sus correspondientes empalmes en sus juntas encon­ Villa para el reconocimiento y entrega de la obra de las sepulturas por tradas y clavado con clavo de hierro dulce de 7 pulgadas, teniendo buen las declaraciones judiciales, salarios y gastos de dicho perito. cuidado de que queden en línea recta. Así bien se colocaran en el resto - 42 rs gastados en el refresco que se les dio a los maestros ofi­ del cuerpo de la yglesia diferentes hileras de soleras, cuyos puntos se ciales la tarde que acabaron las sepulturas de Santa María, incluyendo marcaran a su tiempo sobre tierra firme, pero en los puntos de unión en esta partida 15 rs que se gastaron en sidra y panes con las mujeres sobre losetas, quedando sin cogera alguna sacando sus empalmes que asistieron a barrer la iglesia y ziminterio. corrientes y dejar clavados en forma: todas deberán ser de buen material Descargo dado el 29-Septiembre-1736 de roble, de las larguras que escojan sus tramos y cuadratura de cinco - 120 rs entregados en virtud de decreto de los Srs particulares a pulgadas a un lado y ocho a otro, guardando las exactas nivelaciones con Juan de Sarrionandia, Prior de la Audiencia eclesiástica de este Obis­ la advertencia de que deberá sacarse toda la tierra que resulte del nivel pado, para que el Sr Probisor no "inobe" la asignación de sepulturas de la parte inferior de las soleras a parage que designe el Ayuntamiento. de las parroquiales de Santa María y Santa Ana, echa por los Srs de 4.- Que tan luego que sean arregladas las referidas soleras y esta Villa y desestime las pretensiones de varias personas que han acu­ hecho la esportación de tierra, se procederá a encuartonar de modo que dido a dicho Tribunal quejosos de dicha asignación. en 8 pies de tramo entren 5 cuartones, de las larguras que exijan sus tramos y cuadratura de 5 pulgadas de ancho y 7 de alto, todos ellos Libro de cuentas del Ayuntamiento 17: 1754-1793 deberán ser de buen material de roble y que no participen de podridu­ Cuenta dada el 24-Diciembre-1744 (desde el 24 de diciembre de ras, nudos de mala calidad, albura, ni otro defecto perjudicial a la 1743) [Encajonado de las sepulturas de Santa María] duración, labradas en líneas recta y asentar bajo de un nivel clavando - 5.293 rs y 3 mrs a Juan Bautista de Ibarra, y compañeros por con clavos de fierro dulce de 6 pulgadas en sus puntos de apoyo; y tan resto que los habían devengado en la ejecución del encajonado de pie­ luego que se concluya la operación se hará el reconocimiento de las dra de las sepulturas (f. 6). soleras y cuartones y mereciendo la aprobación se hará la medición - Total coste de 160 sepulturas de la Iglesia parroquial de Santa María, exacta de todas ellas, pero si del reconocimiento resultase algún des­ 15.200 rs, que encajonaron de piedra labrada, a 95 rs cada una (f. 6). perfecto, así en la calidad de los materiales, como en su colocación, deberá ratificación del modo que ordenare el director. Libro de cuentas del Ayuntamiento 12: 1770-1828 5.- Que tan pronto que sea hecha la medición de las referidas Descargo dado el 3-Febrero-1796 soleras y solibas, se procederá al relleno de eséoria pura, u otra espe­ [Aparición de 10 cadáveres de niños en la bóveda del coro] cie que el Director designase, sin que resulte tierra sin otra mezcla has­ - 12 rs a Agustín de Bilbatua por enterrar varios cadáveres de ta la parte superior de los cuartones, dejando el intervalo que resulte niños exhumados que se encontraron en la coro de la Iglesia de Santa de cuartón a cuartón bien mazeado y sin hueco alguno. María (f. 239 vº ). 6.- Que se entregara al rematante por el Ayuntamiento toda la - 467 rs al Abogado Uriarte por cuatro autos asesorados que dio tabla necesaria para dicho entarimado, de cuya inversión deberá dar en la causa de oficio fenecida sobre el descubrimiento de diez cadá­ cuenta y razón, las que deberá labrarlas con arreglo al arte, observan­ veres en la bóveda del coro de la Iglesia de Santa María, extraídos al do estrictamente las advertencias que le diese el Director, aserrando parecer de las sepulturas, sin que se haya podido descubrir el autor por mitad en su ancho las que se numeran para clavar según estaba [pero se hace referencia a la guerra y ocupación de franceses]. De entera; deberán estar puestos en un grueso cuando menos en el parejo ellos, 60 rs a Jospeh de Larragan y Cristobal de Idigoras, cirujanos, de los cuartones, y bien machimbreadas del modo que no resulte nin­ por el reconocimiento y declaración que dieron; 12 rs a Francisco Luis guna rebarba en la junta de la unión, y antes de clavar se le deberá dar de Urrecha, perito, por el reconocimiento que hizo del sitio y sus una mano de galipot por su parte inferior a todas ellas, lo que facilita­ entradas y salidas y declaraciones que dio; 218 rs a Jorge Francisco de ra el Ayuntamiento a su cuenta, y clavar por las lengüetas con buena Ercilla, escribano; 129 rs a Bengoechea, escribano del Ayuntamiento, punta de alambre que tenga lo menos 3,5 pulgadas en largo y su por lo que trabajó en esta causa, etc. (f. 242). correspondiente espesor, advirtiendo que deberá tenerse mucho cuida­ do al tiempo de clavarle, colocando las guías necesarias para que no Obras públicas expediente entarimado de la Iglesia nº 38. Año 1866 resulte ninguna eminencia ni ondulación y aplicando un renglón que 1866-Diciembre-l 7 no baje de 20 pies ajuste perfectamente en todas las tablas, y todas las juntas encontradas deberán estar bien unidas de modo que todas las [I].- "Condiciones facultativas que se han de guardar y cumplir tablas figuren ser pieza entera. en el entarimado de la yglesia de Santa María dispuestas por Juan 7.- Que será obligación de dejar todas las entablaciones bien cepi­ Antonio de Eguren, maestro [de obras] de la Real Academia de San llados en todas sus partes sin que se conozcan contrabetas ni otros Femando [por encargo especial del Ayuntamiento]. defectos a su velleza bajo la aprobación del Director, como también el l.- Que será obligación de soltar con todo cuidado el enlosado del marcar todas las sepulturas con listones de material negro de nogal de pavimento, incluso la crucería o adoquines de las sepulturas sin que se una pulgada de ancho y media pulgada de grueso, embutiendo en la rompan, y trasladar como dos terceras partes de las que salen enteras a entablación. la parroquia de Tavira, y las restantes incluso las rotas a San Agustín, 8.- Que se deberán concluir todas las obras con arreglo a las con­ con la advertencia de que deberían dejarse bien plegadas y con separa­ diciones precedentes y demás que creyere conveniente el Director y ción cada clase de losa en medida. Así bien será obligación de trasladar bajo la aprobación del mismo, para el tiempo.en que se señale en tiem­ los huesos de las sepulturas al punto que se designe a su tiempo. po de remate, en cuyo tiempo se hará la medición exacta de las enta­ 2.- Que será obligación de colocar sobre puntos sólidos 18 poya­ blaciones y se le abonara al rematante lo que le cupiere a la mensura les labrados a desbasto que deberán tener en su base 20 pulgadas en con arreglo al precio en que cause el remate. cuadro disminuyendo en catorce a los tres pies que será su altura, don­ Presupuesto: de existen las sepulturas para apoyo de soleras que deban asentarse, - Por soltar todas las losas y extraer a los puntos designados, cuyos puntos se marcaran a su tiempo y enseguida que sean asentados dejando cada cual en su orden, y estraer los huesos y demás escom­ los referidos poyales se terraplenaran hasta su superficie superior de bros del Campo Santo y chopedal entre Magdalena y Yurreta, 2.800. 54 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

- Por una escoria o su equivalente de deberá ser cascajillo de río El 21 de octubre de 1867 el Ayuntamiento ordena continuar la que sea limpio y puro para los rellenos, 1.200. obra de entarimado según lo ordenado, si bien se incluyen en el expe­ - Por 18 poyales de piedra a 24 rs cada uno, 438 rs. diente algunas reclamaciones al rematante y otros oficiales por no - Por 120 pies lineales de soleras de 6,9 pulgadas de cuadratura a haber acudido a continuar la obra. 3,5 rs, 1.470 rs. - Por 940 pies lineales de soleras de 5 ,8 pulgadas de cuadratura a [VII].- Informe dirigido al Gobierno por el Arquitecto del Seño­ 2,5 rs pie, 2.355 rs. río, Luis de Arauna. 1867-octubre-15. - Por 5.800 pies lineales de solibas o quartones de 5,7 pulgadas Declara que "he visto el expediente formado sobre la mejor mane­ de grueso a 1, 5 rs el pie, 8. 700 rs. ra de llevar a cabo el entarimado de la yglesia y que vistas las condi­ - 246 estados superficiales de suelos entablados su manufactura ciones artísticas y económicas formadas por el Ayuntamiento para for­ incluso la clavazón y el dar la mano de galipot a 27 rs estado, 6.642 rs. mar el nuevo entarimado sustituyendo y retirando el enlosado actual - La demarcación de las 160 sepulturas con buen material de de su pavimento se encuentra bien dispuesto con arreglo a arte, soli­ nogal negro o cedro a elección del Ayuntamiento a cola y tirafondo y dez y comodidad si bien considera que se han de colocar los 18 poya­ numerar según se designe, 1.200 rs. les que servirán de apoyo o base para el asiento de las soleras, remo­ Total: 24.799 Durango, 7 de diciembre de 1866. Firma Juan Anto­ ver las tierras de las sepulturas y por consiguiente sus restos humanos, nio de Eguren. depositados en ella, operación que alarma a los vº s de una parte res­ petable del vecindario de la Villa. [11].- Condiciones económicas dispuestas por el Ayuntamiento El acuerdo del Ayuntamiento desestimando la solicitud de la par­ para la obra del entarimado de la Iglesia Santa María. 21 de diciembre te de los vº s que desean que el nuevo entarimado de la yglesia se pue­ de 1866. Firma el alcalde, Felipe de Orovio: da realizar sobre el ensolado actual, sin necesidad de remover las tie­ 1.- Que constará de 2 remates con el intervalo de 8 días, admi­ rras de las sepulturas, está fundado en vista del dictamen facultativo tiéndose en el segundo mejoras que bajen del 5 %. del perito el qual dice que ... se puede realizar colocando sobre el suelo 2.- Que cada puja sea de 2 % de baja de la cantidad que se saquen actual el nuevo entarimado sin tocarlas absolutamente sino tuviere los a remate. inconvenientes de no disminuir la altura del cuerpo del presbiterio 3.- Que el pago del remate se efectuara en 3 plazos, una tercera pues que suprimiendo la altura de la primera grada perderá el realce y parte a la otorgación del remate, otra tercera parte a la conclusión de embellecimiento dicho cuerpo, corno también contendrá mayor eleva­ la obra y su primera entrega, y otra tercera parte al año inmediato y su ción el pavimento del cuerpo de la yglesia respecto al de la sacristía, segunda entrega. resultando así diferente separaciones en puertas, cancel, bauptisterio, 4.- El rematante otorgará escritura de obligación con fiador ofi­ y altares, y la disminución de la altura en las pilastras del cuerpo prin­ ciándose a la aprobación del Ayuntamiento. cipal del templo por lo cual había de desmerecer el aspecto del orden de arquitectónico con se halla decorado el interior de dicho templo. [111].- Remate. 30 diciembre 1866, primer remate Las razones en que se funda el perito de la Villa serían de gran Que la soltura de las losas principiará después del cumplimiento consideración siempre que no admitiere modificación el método adop­ pascual del año próximo, y que concluirá toda la obra de entarimado tado en la condición 2º y 1ºhallar el firme a los puntos sólidos de apo­ a los 2 meses del referido cumplimiento pascual, bajo multa de 100 rs yo en que deberán asentarse las soleras que recibieren las entablacio­ por ida en defecto. nes. Esto, en concepto del que suscribe, podrá conseguirse con soltar y Además de que el coste de los materiales destinados a cuartones y retirar el enlosado actual dejando existente la crucería o adoquinado soleras deberá haberse hecho con 1 año de anticipación cuando menos. que constituyen las divisiones de las sepulturas sobre las cuales bien en Con 19 pujas quedó el remate a favor de Pedro Domingo de Bas­ dirección longitudinal como en el de su latitud, se podrán asentarse las terechea, de Abadiano, en 15.375 rs y 12 mrs, se constituyó en abona­ hileras de soleras que fuesen necesarias, de buen material de roble y de dor D. Manuel Fermin de Vidaurre, vº de Durango. las dimensiones que señala la condición 3ª y demás si conveniente fue­ Domingo, 6 enero 1867, Segundo remate para propuestas que re para resistir a las injurias del tiempo o variaciones atmosféricas y la bajen al menos el 5 % de la cantidad en que se remató en el lº en 3 mayor estabilidad del entarimado; tan solo con rebajar la parte superior pujas. Quedó el remate en Ambrosio de Urizar en 13.684 rs y 2 mrs y y necesaria de los muros que forman la crucería de las sepulturas, se constituyó en su abonador su convecino Lucas de Zubia. dejando a éstas sin remover sus tierras y los restos humanos que con­ tengan, consiguiendo de este modo tranquilizar los ánimos de la parte [IV].- Protestas de los vecinos y reanudación de la obra. respetable del vecindario e igualmente que el colocar el entarimado a Diversos vecinos, y en su representación Miguel de Azpitarte y la altura que actualmente tiene el pavimento del enlosado". Francisco de Sagastizabal, son contrarios al proyecto del Ayuntamien­ to pues éste consistía en sustituir y retirar el enlosado actual para lo 2.4. Iglesia de San Agustín de Etxebarria cual era indispensable, en opinión de Juan Antonio de Eguren, perito de la Villa, y responsable de las condiciones facultativas, colocar 18 poyales de apoyo o base para el asiento de las hileras, remover la tie­ l. Introducción rra de las sepulturas y por consiguiente los restos humanos. El templo, de larga tradición histórica, se asienta [V].- El Gobierno de la Provincia de Vizcaya ordena al Ayunta­ en la vega del río Zumelegi, en ligero talud, desta­ miento de la Villa de Durango suspender las obras a comienzos de 1867. cando por sus dimensiones, en especial la longitudi­ [VI].- El 16 de octubre de 1867 el Gobierno de la Provincia nal. Su fundación puede situarse en 1053, fecha de un acuerda aprobar el proyecto del Ayuntamiento de Durango con las discutido documento en el que los Condes de Duran­ modificaciones introducidas por el arquitecto del Señorío Luis de go mandan construir una iglesia dotándola con sus Arauna, teniendo en cuenta las reclamaciones de los vº s y el informe bienes, probablemente en el lugar de otra iglesia o emitido por la Comisión Provincial de Monumentos Histórico Artísti• cos, advirtiendo al cura párroco de Santa María "que evite la menor monasterio preexistente. remoción de los restos mortales que existen en las sepulturas dejándo­ El edificio actual debió reedificarse a finales del los cuidadosamente en los mismos sitios que siempre han ocupado ya siglo XV y principios del XVI, conservando restos que no es preciso tocarlas tan siquiera, ni se ha autorizado tampoco su románicos reutilizados de otro anterior. El templo pre­ remoción ni tratado". senta una única nave de cuatro tramos, más ábside ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 55

rectangular de menores dimensiones. La cubrición es guo espacio sepulcral, oculto actualmente a la feli­ en bóvedas de crucería y terceletes en la nave, y de gresía por el referido suelo de madera. medio cañón en el ábside. Los muros perimetrales son Se nos presenta un espacio organizado, que distri­ de sillería reforzados con contrafuertes. Este conjunto buye las sepulturas en dos grandes áreas, septentrio­ se completa con una torre-pórtico barroca (1742) ado­ nal y meridional, separadas por una amplia zona cen­ sada a la cabecera del edificio, en sustitución de otra tral (1,86 m de anchura) libre de sepulturas que, a anterior, y la sacristía (1666) ubicada junto al presbi­ modo de pasillo, recorre longitudinalmente el eje terio y al primer tramo del lado del Evangelio (1 ). central de la nave. Cada una de las áreas comprendi­ Rodea al edificio un pórtico parcialmente cubierto, da entre este pasillo y el correspondiente muro peri­ que dispone de columnas de diversa tipología apoyando metral del edificio, se compone de nueve filas con en antepecho de mampostería. La losadura del mismo se seis sepulturas cada una, que se van sucediendo sin remata en 1661 en Andrés de Elexalde (2), siendo seme­ solución de continuidad a lo largo del suelo del tem­ jante su pavimento al del primer tramo de la nave. plo, sin llegar a cubrirlo en su integridad. En el pórtico se aloja una capilla funeraria gótica Ambas zonas no se disponen completamente con la advocación de Santa Marina y San Martín, en simétricas en la nave, dado que sus líneas inicial y cuyo interior cobija dos sarcófagos de piedra que final no son coincidentes. En el lado septentrional, la contenían restos humanos. primera línea de sepulturas arranca justo en el punto El edificio dispone de dos accesos góticos en el más occidental de la puerta norte de ingreso, actual­ segundo tramo, el principal a un lado, y en el lado mente cegada, cubriendo una superficie que conclui­ opuesto otro cegado, datando ambos de hacia 1500. ría en la zona media de la última capilla del templo, El tercer acceso es de medio punto, de mediados del aquella donde se ubica la pila bautismal y se abre la siglo XVI, y se abre a los pies de la nave; este último escalera de acceso al coro (Figura 1). Esta zona cuen­ parece corresponder a la finalización de las obras del ta con 54 sepulturas. buque del templo. Por el contrario, en la zona meridional la primera En el interior, en el lado del Evangelio entre los hilera de sepulturas se sitúa algo más retrasada, coin­ contrafuertes del tercer tramo, se abre la Capilla de la cidiendo con la segunda hilera del área septentrional. Dolorosa, renacentista; a continuación, la Capilla de Tal distribución suponemos tendría como finalidad la Pila Bautismal, en donde se aloja la escalera para evitar el acceso directo de los fieles sobre las sepul­ subir al coro, éste en arco escarzano. turas a partir del ingreso sur del edificio, lo que hubiera acontecido de alinear simétricamente ambas 2. El suelo interior del templo y localización de los zonas sepulcrales. sondeos En consecuencia, todo el área meridional sufre el consiguiente desplazamiento, viniendo a disponerse El suelo actual de la nave nos muestra dos áreas su última hilera bajo el arco del coro. Esta ubicación distintas en base al tipo de material que lo conforma. implica una reducción en el número de sepulturas de Por una parte distinguimos la zona delantera del tem­ la última fila, de seis a cuatro, al tener que salvar el plo, donde se ha dispuesto un pavimento de pequeñas obstáculo que supone la pilastra sur del coro (Figura losas de arenisca, de forma rectangular, trabadas entre 1), sumando un total de 52 sepulturas. sí con argamasa. Este pavimento cubre aproximada­ Tomando como base la mencionada retícula, se mente el espacio existente desde las gradas del pres­ procedió a efectuar los sondeos en la primera y últi­ biterio hasta la jamba oriental del ingreso meridional ma fila de la trama. Se retiró la zona del entarimado del templo, al que no abarca. Por el contrario, la correspondiente al quinto espacio de la primera hile­ superficie restante de la nave se encuentra cubierta ra del área septentrional, contando los espacios a par­ por un suelo de madera de ejecución contemporánea. tir del muro norte. Este sería el sondeo A. Sobre una amplia zona de este entarimado se pue­ El segundo, denominado sondeo B, se centró de apreciar, allí donde está bien conservado, una retí• sobre la sepultura más septentrional de la última hile­ cula de espacios rectangulares, realizada con pintura ra del área meridional. A diferencia del sondeo A, se de tonalidad oscura. Tal representación supondría un procedió a abrir una superficie mayor que la corres­ intento de plasmar y recordar la distribución del anti- pondiente a una única sepultura, a fin de obtener un campo de observación adecuado para las zonas supuestamente no sepulcrales, con las que limitaba (1) SANTANA EXQUERRA, A "Iglesia de San Agustín de Etxe­ (Figura 1 y 4) barria. Elorrio". Monumentos de Bizkaia. Diputación Foral de Bizkaia, Bilbao, 1987, T. III. Duranguesado-Arratia, pp. 361- 376. 3. Estructura de las sepulturas (2) AHPB, Protocolos Notariales de Elorrio, OCHOA DE IZTE­ GUI, Pedro de, Leg. 731, (f.94-97). Casi coincidiendo con el perímetro marcado en el 56 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

o 2 4 l:::;:;:;:;j Supufi ci~ u cavada mt

Figura l. Iglesia de San Agustín de Etxebarria: Plano y planta de la iglesia indicando la localización de los sondeos (Dibujo de J.L. !barra sobre plano de M" A. Rodríguez Urrutia, publicado en VV.AA. Monumentos de Bizkaia, T. ID. Duranguesado-Arratia, Bilbao, 1987, pp. 162). entarimado, se pusieron al descubierto dos sepulturas de características morfológicas y técnicas muy simi­ lares. Sin embargo, la existencia de algunas diferen­ cias significativas que pudieran plantear dificultades en una descripción conjunta de las evidencias, ha lle­ vado a considerar el sondeo A como el modelo des­ criptivo básico y eje del análisis de las sepulturas. Este se verá completado únicamente con referencias puntuales a aquellos aspectos o rasgos peculiares documentados en el sondeo B. La sepultura presenta una planta de forma rectan­ gular y dimensiones regularizadas (1,78 x 0,66 m). Está creada a partir de cuatro estrechos muros que comparte con las fosas contiguas, y que cumplen por tanto la doble función de límites y medianerías (Figu­ ra 2). Aunque es idéntico el tipo de material utilizado en su construcción, piedra arenisca, los muros se com­ ponen constructivamente de dos partes diferenciables. El remate superior, parte del cual está destinado a ser visto superficialmente, está compuesto por piezas "sillares" con formas generales asimilables, en su ori­ gen, a paralelepípedos rectos. Presentan dimensiones variables en su longitud, entre 0,65 y 1,60 m para los elementos íntegramente conocidos, y alturas que oscilan entre 0,12 y 0,22 m, tanto si se comparan varias piezas entre sí como si se observa el desarrollo de una única pieza, lo que en este caso evidencia el acusado desnivel de su cara inferior. En los bordes longitudinales de la cara superior muestra un rebaje en ángulo recto entrante de 50 mm de altura y 50 mm de profundidad, como medida más generalizada, lo Figura 2. Iglesia de San Agustín de Etxebarria, Sondeo A: configu­ que confiere a estas piezas una sección con forma ración de las sepulturas; en primer término el muro del lado asimilable a una T invertida (Figura 2). este. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 57

La utilización con carácter exclusivo de piezas Bajo los elementos cimeros, en los lados norte, sur rectas como elementos cimeros de los muros, obliga y este, se desarrollan los muros propiamente dichos, a efectuar encajes ciegos en alguna de las piezas que aparejados en mampostería, con piedras areniscas de coinciden en zonas angulares, a fin de recibir y ajus­ formas irregulares y tamaños diversos, estando tar las que se les unen perpendicularmente. En los ausentes las piezas de gran tamaño (Figura 3). Todos ángulos nor y sureste, los encajes se realizan sobre las los distintos elementos se unen entre sí con argamasa piezas del muro oriental; en los opuestos, nor y suro­ que, para el adecuado asiento de los "sillares" cime­ este, aquéllos se efectúan sobre las piezas de los ros, se ve socorrida por pequeñas piedras planas que muros norte y sur, entre los que encaja el límite occi­ permiten salvar la acusada irregularidad de su cara dental de la sepultura (Figura 3). La entalladura prac­ inferior, al tiempo que nivelan superficialmente el ticada en la pieza muestra una profundidad similar a conjunto. Posteriormente, esta argamasa será también la exhibida en ese punto por la cara horizontal del utilizada para enfoscar la estructura de mampuesto. rebaje anteriormente mencionado. En su límite occidental, la sepultura no presentaba Todas estas piezas aparecen alisadas en su parte muro de cierre contando únicamente con la pieza are­ superior, esto es, en las dos caras de los rebajes y en nisca del remate encontrando su apoyo en los muros la estrecha franja superficial que delimitan. El resto de norte y sur (Figura 3). Esta circunstancia, cuya moti­ las superficies documentadas, si bien regularizadas, vación desconocemos, puso en contacto los rellenos muestran pequeñas improntas de las labores de talla. de esta sepultura con los de su contigua posterior.

Figura 3. Iglesia de San Agustfu de Etxebarria, Sondeo A: configuración de las sepulturas: muros norte (NW) (arriba izda.), sur (SE) (arriba dcha.), este (abajo izda.) y oeste (abajo dcha.) 58 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

plancha de madera con forma rectangular (1,77 x 0,65 x 0,03 m), en una de cuyas superficies mayores, posteriormente destinada a ir hacia el interior de la tumba, se efectúan a intervalos regulares tres encajes ciegos de 80 a 90 mm de anchura que ahondan 10 mm en el espesor de la plancha. Estas entalladuras, una vez vaciadas, alojan travesaños de unos 35-40 mm de espesor, sujetos tanto por la propia presión de la unión como por el refuerzo con clavos de hierro. Previamente, en sus extremos cortos, se han practica­ do sendas lengüetas de 10 mm de grosor y 60-75 mm de profundidad, que facilitarán la adecuada sujeción y ajuste de la cimera contra el rebaje practicado en la parte alta de los muros. Con este sistema se pretende conseguir una mejor sujeción de la cubierta. La cubierta se presenta, en su lado sur, atravesada por un pequeño orificio de forma rectangular (40 x 20 mm), con eje mayor este-oeste, que se dispone cen­ trado y cuyo fin no es otro que el de facilitar el levan­ tamiento de la cubierta. Su superficie exterior no por­ ta ninguna indicación y su estado de conservación es muy malo (Figura 4). La existencia de estas cubriciones de madera pue­ de explicar el hecho de que en la parte meridional de la nave las sepulturas no comiencen a la misma altu­ ra que en la septentrional, dado que, como ya hemos comentado anteriormente, de no haber sido así, los fieles que accedieran a la nave por el ingreso sur del templo hubieran tenido que discurrir sobre unos ele­ mentos que no parecen muy estables para soportar un tránsito continuado. Las evidencias del sondeo B añaden algunos datos Los muros tienen una anchura aproximada de 0,20 nuevos a lo descrito en el sondeo A. La primera dife- m y una altura en torno a 1,25 m. El muro este es el que se presenta más elevado (1,32 m) y en él apoyan los otros dos muros, norte y sur, que exceden longitudinalmente el lími• te occidental de la sepultura exca­ vada. En relación con la construc­ ción de este muro oriental, se ha detectado una estrecha zanja de cimentación que se abre en las arci­ llas naturales del terreno, en las que descansa toda la estructura. Dicha zanja se encontraba rellena por una capa arenosa de características similares a la argamasa presente en los muros, que se prolongaba con un espesor muy débil (10-20 mm) por todo el fondo de la sepultura. La sepultura se cierra mediante una cubierta realizada en madera que se coloca a nivel de la parte alta de los sillares que coronan los Figura 4. Iglesia de San Agustín de Etxebarria: cubiertas de las sepulturas del sondeo A (arri­ muros (Figura 4). Consta de una ba) y del sondeo B (abajo).

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rencia hace referencia a la presencia de piezas cime­ también en mampuesto (Figura 5). Este banco se ras, diseñadas para adaptarse a las zonas angulares encontraba totalmente cubierto por una capa arenosa, creadas por la intersección de los muros. Sin abando­ similar a la argamasa utilizada en los muros, que nar el modelo descrito, todavía presente, los ángulos alcanzaba también a cubrir el fondo de la sepultura, noroeste (NW) y sureste (SE) de la sepultura, mues­ con espesor decreciente cuanto mayor es el aleja­ tran piezas con formas de L y T respectivamente, miento de la estructura oriental. según se adapten a una única sepultura o sean ele­ mentos a compartir por tumbas contiguas. En este último caso no contribuyen directamente a marcar el límite angular de la sepultura que nos ocupa. Por otra parte se constatan algunas peculiaridades constructivas centradas en los muros sur y oriental (Figura 5). En el primero de ellos, y frente a lo que se documenta en las restantes estructuras de ambos son­ deos, se han utilizado piedras areniscas de grandes dimensiones, llegando a alcanzar una de las piezas 1,04 m de longitud. Alguno de los materiales exhibe huellas de procesos de labra y se hayan dispuestos ordenadamente en cuatro hiladas claramente defini­ das. El muro oriental presentaba su estructura inferior de mampuesto realizada con piedras muy irregulares en forma y tamaño y desordenadas en su disposición, lo que quizá explique la gruesa capa de enlucido exte­ rior que llevaba. En este muro se verifica la utiliza­ ción de una pieza cimera de menor anchura que la de otros ejemplares similares, sin mostrar, al interior de la sepultura excavada, rebaje para recibir la cubierta. Tal ausencia debió suplirse engrosando artificialmen­ te dicha pieza, mediante un pequeño murete de 0,17 m de altura, donde apoyar correctamente la cubrición. Este murete está formado por una primera hilada de ladrillos, sobre la que se superponen pequeñas pie­ dras areniscas planas con trabazón y enlucido externo de argamasa, hasta lograr el alzado necesario. Junto a esto, señalar que este muro asienta sobre un pequeño y bajo banco de cimentación, realizado

El sondeo B, además, ha permitido confirmar que la retícula sepulcral pintada en el suelo de la nave, ofrece una información fiable sobre la distri­ bución y organización del espacio sepulcral. En este sentido, la sepultura exhumada, en sus límites norte y oes­ te, aparece relacionada con superfi­ cies sin uso funerario directo, consti­ tuyéndose al propio tiempo en la últi­ ma hilera útil de la necrópolis. Dichas superficies aparecen pavimentadas con losas de piedra arenisca, de for­ mas rectangulares, y dimensiones Figura 5. Iglesia de San Agustín de Etxebarria, sondeo B: configuración de los muros sur (abajo) y este (arriba) de la sepul­ tura. 60 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

variables que presentan superficies lisas y perfecta­ mente niveladas con las áreas propiamente sepulcra­ les (Figura 4 y 7). A través de la visión que nos permitieron los ris­ treles de sustentación del entarimado, se aprecia la extensión de este enlosado en varias direcciones: hacia el oeste -suponemos que cubriendo todo el últi­ mo tramo de la nave bajo el coro-, hacia el muro nor­ te del templo y hacia el este, donde se transformaba en pasillo al entrar en contacto con las sepulturas más meridionales del área septentrional. Todo este conjunto responde, sin duda, a un pro­ yecto inicial como se pone de manifiesto en el hecho de que la estructura del pasillo se constituya al mis­ mo tiempo en uno de los límites de las sepulturas, con una perfecta integración de las piezas cimeras que únicamente exhiben una zona de rebaje al interior de la tumba.

4. Las inhumaciones: Evidencias arqueológicas y antropológicas

Las inhumaciones documentadas en ambos son­ deos se presentan en número acusadamente dispar, documentándose un único individuo en la sepultura del sondeo A y siete en la del B, un adulto y seis infantiles. Exceptuando esta diferencia, las restantes evidencias revelan un carácter marcadamente similar. En los rellenos que colmatan las sepulturas se han identificado dos capas, fundamentalmente diferencia­ bles por su grado de compactación. La más potente de las dos ocupa una posición estratigráfica superior. Es Figura 6. Iglesia de San Agustín de Etxebarria: esqueleto nº J de la en esta capa superior donde se hallan las inhumacio­ sepultura del sondeo A. nes que se conservan completamente articuladas, dis­ puestas en las zonas más bajas de la misma. En ambos casos se trata de individuos adultos, en posi­ La presencia de tales restos revela una utilización ción de decúbito supino y con la cabeza mirando al intensiva y continuada de este espacio y aporta infor­ este. La sepultura del sondeo A contenía el esqueleto mación sobre la práctica inhumatoria. Los datos recu­ de un sujeto adulto (nº 1) completamente articulado y perados parecen indicar que para la deposición de un en buen estado de conservación. Se presenta con los cadáver se vaciaba parte del relleno de la sepultura, al antebrazos flexionados en ángulo recto y las manos menos hasta una profundidad tal que permitiera reti­ entrelazadas sobre el hemicoxal derecho. Las extre­ rar los restos de la inhumación precedente, restos que midades inferiores, con los pies juntos, se hallan lige­ pasaban en ese momento, ya desconexionados, a for­ ramente desplazadas hacia la derecha. El esqueleto se mar parte del relleno que cubriría al nuevo ocupante dispone de forma encajonada en la sepultura, hallán­ de la sepultura. dose la extremidad superior y pelvis del lado izquier­ Las características del relleno en cuanto al eleva­ do pegando a las paredes de la tumba (Figura 6). do número de restos óseos humanos y su carácter El relleno que cubre el esqueleto se caracteriza imbricado, indican la ausencia de una limpieza siste­ por la alta frecuencia de restos óseos humanos desco­ mática del sedimento. Sin embargo, la localización en nexionados, revueltos, imbricados y pertenecientes a el sondeo A de tres cráneos humanos dispuestos orde­ distintas partes anatómicas. Estos restos óseos que nadamente junto al muro sur de la sepultura, supone aparecen como inclusiones en el relleno, se encuen­ un especial cuicl~do al tratar esta parte anatómica en tran en muchos casos en contacto directo con el indi­ el momento de volver a relle~ar la sepultura. Ignora­ viduo inhumado; así, por ejemplo, bajo la mandíbula mos si tal proceder se debe a que los cráneos estaban del esqueleto nº 1 se halló el peroné de otro sujeto. casi completos o bien si debe interpretarse en el con- ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 61

texto de un tratamiento diferencial frente a otros res­ tos óseos, comportamiento frecuentemente documen­ tado también en el caso de inhumaciones prehistóri• cas. La capa que ocupa la posición estratigráfica infe­ rior se caracteriza por un mayor grado de compacidad del sedimento, por la ausencia de esqueletos articula­ dos y por el acusado descenso de restos óseos huma­ nos, los cuales presentan las mismas características que los hallados en la capa superior en cuanto a des­ conexión anatómica y representación de partes del esqueleto. El hecho de que existan restos óseos humanos en ambas capas y que su espesor sea desigual en los dos sondeos, plantea interrogantes sobre la forma de rea­ lizar las inhumaciones, pudiendo haberse procedido, según momentos, a una deposición de los cadáveres a distintas alturas en el espesor del relleno. Esta cues­ tión podría dilucidarse con una información más detallada sobre la composición de los rellenos en un número suficiente de sepulturas. Un aspecto importante de estos sondeos lo consti­ tuyen los esqueletos infantiles, destacando la desigual representación de individuos de esa edad en ambos sondeos. Se ha documentado su presencia únicamen­ te en el B y además en alta proporción. Los seis esqueletos infantiles recuperados en el sondeo B se presentan en posición de decúbito supi­ no y mirando al este; ocupan todos ellos una posición estratigráfica alta en el relleno sepulcral (Figura 7), sin que su inhumación parezca haber afectado a la del adulto subyacente, con el que no guardan ninguna relación física y quién ya venía ocupando este espa­ Figura 7. Iglesia de San Agustín de Etxebarria, Sondeo B: esqueletos cio con anterioridad. infantiles en el nivel superior del relleno de la sepultura. El esqueleto infantil nº 1 está representado única­ mente por la cintura pélvica y extremidades inferio­ representado por unos fragmentos óseos. El esquele­ res. Apareció situado bajo las extremidades inferiores to nº 6 se encuentra representado por un escaso núme­ de otro esqueleto infantil (nº 2), el cual conserva par­ ro de elementos óseos, muy deteriorados y entremez­ te de la región torácica, pelvis, fémures y el húmero clados con los restos de los esqueletos 1 y 2, que apa­ izquierdo. El esqueleto nº 3 presenta buen estado de recen superpuestos a éste (Figura 8). conservación, habiéndose recuperado la totalidad de Si exceptuamos los esqueletos nº 1 y 2, y quizá el sus elementos óseos; sus extremidades superiores se nº 3 -situado en la única zona de la sepultura donde hallaban flexionadas y dirigidas hacia su lado dere­ los enterramientos parecen disputarse el espacio-, los cho; los antebrazos dispuestos en ángulo recto y con restantes infantiles parece que fueron depositados en las manos apoyadas en el costado derecho. El esque­ un mismo nivel del relleno, al tiempo que se localizan leto infantil nº 4 se halló completamente articulado y dispuestos junto a los límites perimetrales de la sepul­ en bastante buen estado de conservación; las piernas tura, convenientemente distanciados unos de otros. estaban arqueadas, cada una hacia su lado respectivo, Sin embargo, no podemos precisar si la inhumación y la extremidad superior izquierda -la única conser­ de los infantiles corresponde a un mismo o a distinto vada totalmente- se halló extendida a lo largo del momento cronológico. Asimismo, las características cuerpo, y de la derecha solamente se recuperó el del sedimento que los contiene no permite conocer la húmero. El cráneo estaba muy deteriorado, conser­ seriación del proceso de su inhumación, al no conser­ vándose fundamentalmente el occipital. El esquéleto var evidencias ni ajuar que facilitarían su reconstruc­ ñº 5, aunque completamente articulado, ptysenta un: ción. _,, defiCíenté' estado de 'corisérvación; las extremidades El individuo adulto, que ocupa la posición más superiores estaban incompletas y el cráneo apenas baja del relleno (esqueleto nº 7), presenta buen esta- 62 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

Figura 8. Iglesia de San Agustín de Etxebarria, Sondeo B, seis esqueletos infantiles: nº 1 y 2 (arriba izda.), nQ 3 (arri­ ba dcha.), nº 4 (abajo izda) y nº 5 (abajo dcha); el nº 6 está entremezclado con los dos primeros. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 63

do de conservación (Figura 9). Se halló completa­ con los escasos datos de que disponemos. Sin embar­ mente articulado, las extremidades inferiores extendi­ go, hay que tener en cuenta que nos hallamos en los das, y las superiores con una leve flexión entre el bra­ momentos finales de utilización de esta necrópolis, y zo y antebrazo.y con las manos reposando en la cabe la posibilidad de que esta práctica diferencial región pélvica. sólo responda al hecho de que las inhumaciones infantiles se realicen en un espacio ya sin uso funera­ rio, al menos para los adultos que se entierran en el Campo Santo externo. Aunque también es posible la concurrencia de ambas circunstancias, a saber, distin­ ta práctica de inhumación y uso exclusivo del interior del templo para los infantiles. Ninguna de las inhumaciones practicadas en las sepulturas de ambos sondeos han aportado evidencias significativas respecto a sus mortajas. Unicamente se hallaron hebillas de cinturón asociadas a los esquele­ tos adultos de ambos sondeos. En el esqueleto nº 1 del sondeo A se localizó una hebilla metálica con res­ tos de un estrecho cinturón en cuero (Fig. ). Elemen­ tos similares, también en hierro y con diseños forma­ les más sencillos, se han recuperado dentro de los rellenos. Su presencia puede relacionarse con prendas de amortajamiento, al menos en lo que respecta a los individuos adultos. Asimismo se han documentado como inclusiones en los rellenos distintos elementos que pueden considerarse de ajuar, aunque la interpre­ tación de alguno de ellos es discutible; se trata mayo­ ritariamente de elementos de carácter religioso (medallas metálicas y piezas de rosario), monedas y clavos de hierro. Estos últimos, dado su escaso núme­ ro, podrían relacionarse más con las cubiertas de las sepulturas que con ataúdes. Un último aspecto a destacar sobre los inhumados en la iglesia de San Agustín de Etxebarria, es la esca­ sez de datos documentales directos, ya que los Libros de Finados no proporcionan información sobre el lugar de enterramiento dentro del templo. Sin embar­ go se verifica la existencia de la asociación sepultura­ casería en otros documentos. Aunque los datos reco­ Figura 9. Iglesia de San Agustfu de Etxebarria, Sondeo B: esqueleto gidos son referidos al siglo XVII, se supone la pervi­ adulto nQ 7 subyacente a los infantiles de la figura 8. vencia de tal tradición hasta el final del uso del inte­ rior del templo como necrópolis. En el Listado de Los datos recogidos en el sondeo B permiten Misas cantadas se citan las siguientes sepulturas: sugerir la existencia de prácticas de inhumación dife­ sepultura de la casería de Lequerica Onandia (en rentes, dadas las diferencias que observadas entre el 1631), sepultura de la casería de Zenita Aldecoa, adulto y los infantiles. La inhumación de aquél, como sepultura de la casería de Yrure (en 1651) y sepultu­ hemos visto, supuso el vaciado de parte del relleno ra de la casería de Capelastegui (en 1632) (3). Asi­ sepulcral a fin de exhumar los restos del ocupante mismo los Estatutos del Cabildo Eclesiástico de la anterior y practicar el nuevo enterramiento. Por el Villa de Elorrio, establecen en 1764 "que todos los contrario, los infantiles no parecen verse sujetos a entierros en San Agustín, se sepulten en quanto a aso­ idéntico proceso, no sólo en relación con el adulto ciación del cadáver por de casería... " (4). En estos subyacente, sino también respecto a otros infantiles escasos datos documentales se verifica, por tanto, la que ya ocupasen la sepultura, cuyos restos aparecerán identificación de la sepultura con la casería y con el intactos mientras no se produzca coincidencia espa­ cial con nuevas inhumaciones de similares indivi­ duos. (3) AHEB, Papeles Varios (sig. 07-01) Estas observaciones son de difícil interpretación (4) AHEB, Ibídem 64 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

apellido de los propietarios. Además, en los Libros de templos es una práctica generalizada, al menos desde Fábrica (existentes desde 1502) se encuentran diver­ el siglo XVI, para la mayoría de los templos parro­ sas noticias referentes a difuntos y a la identificación quiales. En este sentido, un dato que nos parece muy de las sepulturas en función de su localización según interesante, es la reutilización hasta 1662 de las hileras (5). sepulturas medievales exhumadas en el pórtico meri­ dional el templo (8), fecha en que se procede al enlo­ sado del pórtico (2). Esta constatación se manifiesta 5. Las cronologías especialmente importante ya que abre nuevas vías a la investigación de aspectos tales como: utilización No puede establecerse una cronología precisa de distintos espacios del templo en momentos coinci­ para la estructura sepulcral puesta de relieve en esta dentes, su posible desigual consideración y de qué intervención, ya que no se han recuperado evidencias forma reasume la parroquia la desaparición de uno de arqueológicas informativas y tampoco existen datos estos espacios. documentales sobre la obra de encajonado de las sepulturas. A pesar de ello, podemos atribuirle una cronología en tomo a los años centrales del siglo 6. Anexo documental. Iglesia de San Agustín de XVIII, ya que en la iglesia de la Concepción de Elo­ Etxebarria rrio las sepulturas se encajonan en 1752, y por otro lado existe una similitud en diseño y construcción, Se ha vaciado la documentación parroquial depositada tanto en el entre las sepulturas de San Agustín de Etxebarria y AFB, fondo correspondiente al Archivo Municipal de Elorrio, como en el AHEB, obteniéndose información en los Libros de Fábrica las de otros templos parroquiales vizcaínos que, en (1503-1833), en la Sentencia de la Chancillería de Valladolid de 1544 dichas fechas, renuevan sus necrópolis interiores, contra el Cabildo eclesiástico, y en los nuevos capítulos de las Orde­ procediendo al "encajonado" de sus sepulturas. Las nanzas de Elorrio y San Agustín de 1544, así como en Papeles Varios estructuras de Santa María de Uribarri en Durango (sig. 07-01), Libros de Finados (1759-1828) y el Libro de la Herman­ dad de las Parroquias Unidas de Elorrio ( 1719-1892). (1734), de San Martín de Arteaga en Zamudio (1749) Los restantes Papeles Varios (sig. 07-02), los libros de las Cofra­ y de Santa Maria de Güeñes (1756-57), proporcionan días de Animas, San Agustín, y La Consolación (o de la Cinta), y los los datos que nos permiten centrar cronológicamente Libros del Cabildo (de 1559 a 1839), todos ellos depositados en el este proceso. AHEB, no han proporcionado información relevante, por lo que no se Con la llegada de la siguiente centuria, asistimos relacionan en el vaciado de documentación. Asimismo hemos localizado el protocolo notarial que contiene las al abandono del interior del templo como lugar de condiciones, remate y obligación de la losadura del pórtico, deposita­ enterramiento, transfiriéndose tales funciones a un do en el AHPB. Campo Santo externo, construido en 1811 (6). Este La documentación confirma en esta parroquia el uso del interior proceso parece realizarse con rapidez, considerando de la iglesia como espacio sepulcral, si bien, a diferencia de otras igle­ sias, no se ha documentado obra de encajonamiento de sepulturas (que la información que nos aporta un decreto de la Her­ en la Concepción de Elorrio se ha realizado para abril de 1752 (AFD, mandad de Sacerdotes de las parroquias unidas de doc. municipal de Elorrio, leg. 7803). En conjunto los datos sobre Elorrio de 1814 " ... mientras se continúe enterrando inhumaciones son pobres, a lo que contribuye el que los Libros de los cuerpos de los hermanos difuntos en los campos Finados consultados no comienzan hasta mediados del siglo XVIII. santos o cementerios no se permita que los blandones Más explícitas son, en cambio, las noticias sobre ritual funerario que debe observar el Cabildo, y otras que afectan a las mujeres familiares se pongan en las sepulturas que tienen en las iglesias de los difuntos, revelando algunos usos y costumbres. las casas de la feligresía, pero si en algún tiempo se La investigación de esta parroquia se vio obstaculizada por la ubi­ estableciese la costumbre de ser enterrados en las cación de parte de sus fondos (Libros de Fábrica más antiguos) depo­ iglesias se conceda el que se ponga en la sepultura en sitados primero en el AME, después en el antiguo Archivo de la Casa de Juntas de Gernika y finalmente en el AFB en Bilbao. También por­ se hubiesen enterrado" (7). que parte de la información sobre San Agustín se encuentra en la Poco más se puede avanzar en el conocimiento documentación de la parroquia de la Villa de Elorrio ya que las dispo­ histórico del uso interno del templo con fines funera­ siciones eclesiásticas se formulaban para ambas como "parroquias rios, sobre todo en lo referente a una fecha anterior al unidas de Elorrio". Este hecho, sin embargo nos ha permitido conocer siglo XVIII ya que los primeros libros de Finados de una de las iglesias de Vizcaya, la de Elorrio, que tiene muy bien docu­ mentada la organización de su espacio sepulcral, en origen y algunas San Agustín datan de 1759. Sin embargo tal función transformaciones posteriores: repartimiento de sepulturas en 1530, y se documenta de forma indirecta a través de diversas algunos cambios y ventas en el siglo XVII (Libro de Fábrica de la noticias referidas a difuntos, sepulturas y osarios, Iglesia de Ntra. Sra. de Elorrio. 1530-1622. leg 7743, Archivo Muni­ recogidas en los libros de Fábrica existentes desde cipal de Elorrio, AFB) 1502. Además la inhumación en el interior de los

(5) AHEB, Libro de Fábrica. (6) AHEB, Libro de Fábrica. (8) GARCIA CAMINO, I. "Iglesia y necrópolis de San Agustín de (7) AHEB, Libro de la Hermandad de Sacerdotes de Elorrio. Etxebarria (Elorrio)". Arkeoikuska 1991, pp. 155-157. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 65

Relación documentación vaciada de al presente están los dhos escanos ni en otra parte de la dha ygle­ Libros de Fábrica: sia, so pena de excomunión ... y de 100 rs aplicados la mitad para el lº Libro de Fábrica: 1503-1567 (leg. 7741) (AFB) socorro de las galeras de su Magestad y la otra mitad para la obra de 2º Libro de Fábrica: 1569-1597 (leg. 7750) (AFB) la dha yglesia". - Provisión del Visitador del Obispado de Calahorra y La Calza- da. 1586-noviembre-14 (leg. 7751) (AFB) 3º Libro de Fábrica: 1597-1619 (Leg. 7753) 3º Libro de Fábrica: 1597-1619 (leg. 7753) (AFB) Todas las noticias sobre "la calostra" deben referirse al claustro/os 4º Libro de Fábrica: 1661-1679 (leg. 7766) (AFB) o pórtico, por lo que no se han recogido (entre otras intervenciones en 5º Libro de Fábrica: 1722-1779 (leg. 7783) (AFB) la misma, en San Agustín "se retejan", lo cual no suele ocurrir en las 6º Libro de Fábrica: 1770-1833 (sig. 05-03) (AHEB) sepulturas) - Papeles Varios (sig. 07-01) (AHEB) Cuenta dada en 1600-marzo-6 - Libros de Finados: - "yten en poner en orden la osera y tornar a enterar los huesos de lº Libro de Finados: 1759-1822 (sig. 06-01) (AHEB) difuntos que avía en ella porque estaban muy yndecentes y reshazer la 2º Libro de Finados: 1817-1828 (sig. 02-03) (AHEB) pared que avía en el cercado della se gastaron 635 mrs con 4 rs que se - Sentencia de la Chancillería de Valladolid contra el Cabildo dieron a Pedro el enterrador por su jornal" (f. XXXV vº ). eclesiástico de Elorrio. 1544-abril-7 [Valladolid]. (leg. 7746) (AFB) Cuenta dada desde 1605-febrero-23 hasta 1608-octubre-16 - Ordenanzas del Cabildo eclesiástico de las Iglesias Unidas de - Cargo: "Primeramente me ago cargo de 6 ds aber recibido de Elorrio. 1544-octubre-25 [Elorrio]. (leg. 7748) (AFB) Juan de Aráubialde y Garay~abal por una huesa que le di en la prime­ - Libro de la Hermandad de Sacerdotes de Elorrio: 1719-1892 ra hilera de la parte del Ebangelio en medio de la huesa de Juan de (sig. 05-01) (AHEB) Aldeco mercader y la huesa de Martín de <;enita en el año de 1607" (f. - Condiciones, remate (1661-marzo-27) y obligación de la losa­ XLII). dura del cementerio de la parroquial de San Agustín de Echevarría. - Descargo: "Yten el adre~ar de las gradas junto a la guesa de (AHPB. Prt. Not. de Elorrio, Not. Ochoa de Iztegui, Pedro, Leg. 731, Martín de <;enita y azia la parte del Conbento", 102 mrs [en 1606] (f. f. 94-97) XLIII). - Se abren los cimientos de la iglesia y se paga cuando "princi­ 1º Libro de Fábrica: 1502-1567 (Leg. 7741) pióse el ochavo" el 17 de marzo de 1607 (f. XLVII) Visita 1549-septiembre-7 Más adelante se hace constar: Manda llevar libro de bautizados, confirmados y "finados y dón• - En 1615 "Yten se ocuparon en baxar parte de los andamios y de se enterraron y en qué sepultura y ante que escrivano testaron"(f. poner en orden las sepulturas e ynchir de tierra la cabe~era dellas 16 26). obreros pagué los jornales dellos", 48 rs (f. LXXXVIII vº ). Visita 1545-septiembre-3l(tachada) Auto al final de la Visita de 1617-noviembre-11 Manda que "acabada la misa mayor el que diga la dha misa mayor "Proveyendo lo necesario el dho Sr Visitador mandó que se guar­ eche agua bendita sobre los defunctos por toda la yglesia deziendo un de el horden que tiene dado el Comisionado Martín Abbad de Ares­ responso rezado" (f. 82). pacochaga [mayordomo de la fábrica] en ra~ón del enlosado de la Visita 1554-junio-3 l capilla mayor y baxa que a echo de las sepulturas por que así convie­ Mandamiento. Que los herederos o cabezaleros de testamentos no ne al serbicio de la yglesia y para que tengan entrada en el espacio que tomen posesión de los bienes heredados hasta en tanto no cumplan las queda de los asientos donde se asientan los hombres hasta las dhas mandas pías y paguen las deudas que en ellos se contienen. sepulturas para que entren y salgan a la dha yglesia con comodidad sin Mandamiento. Sobre las cláusulas de obras pías en los testamentos, atravesar por las sepulturas donde estan asentadas las mugeres y nin­ que los herederos las hagan cumplir dentro de 9 días del mes de la guna persona le ponga ynpedimento ni estorben a ha~er el dho losado muerte de los testadores. so pena de razón mayor... y de veynte mil mrs aplicados de pena a la Mandamiento: que el cura y beneficiado de cada iglesia lleve bue­ fábrica de la dha yglesia que desde luego aplicaba y aplica y que el na cuenta y memoria por escrito de las misas de difunctos que se le cura de la dha yglesia lea este auto el primero día de fiesta al tiempo encarguen, cómo se repartieron y dijeron. del ofertorio para que benga a noti~ia de todos y no pretendan igno­ ranzia y lo cunpla so pena de su suspensión" 2º Libro de Fábrica: 1569-1597 (Leg. 7750) "Y ansi mesmo su Md mandó que la piedra y lápida que quitaron Cuenta dada en 1572-septiembre-28 de dónde la puso el dho Martín Abbad, Comisionado, que confina con - Diversos pagos por la obra de la sacristía nueva, continuando una puerta de la dha yglesia, la buelba a poner en el sitio donde esta­ los pagos en años siguientes. va para que se guarde y haya igualdad en todas las sepulturas de la dha Cuenta dada desde 1582-noviembre-7 hasta 1585-mayo-10 yglesia lo qua! ansi mesmo se cunpla so pena de excomunión mayor - "Yten a XXIII de junio de dho año [1584] a Martín de Urquien en que incura ... el que ynpidiese el poner la dha lápida y de cinquenta de la Calle por adresar el escano de los defunctos que estaba todo que­ mil mrs aplicados para la obra de la dha yglesia" (f. XLV y vº ). brado que no se podía traer ningún defuncto", 4 rs (f. 124). - "En primero de enero de 1618 se principió la losadura y grada Cuenta dada en 1580-agosto-26 de la cabe~era de la dha yglesia y se acabó en postrero día de dho - "Más di a Nicolás de Aranguren 4 rs por a~adón para abrir las entraron 109 obreros y pagué los jornales dellos a maese Juan de sepulturas (f. 154). Rementeria y sus oficiales", 391 rs (f. XLVII vº ) Cuenta dada desde 1618-marzo-13 hasta 1620-septiembre-8 Provisión del visitador del Obispado de Calahorra y La Calzada. - "Yten pagué 60 mrs [por] una pala para abrir las sepulturas" (f. 1586-noviembre-14 (Leg. 7751) LV).

Ordena quitar dos escaños del lugar dónde están y poner el suelo 4º Libro de Fábrica: 1661-1679 (Leg. 7766) raso y llano: "quiten los dhos dos escanos de el lugar donde están e Noticias sobre la enlosado del cementerio desde el comienzo, pongan llano y rraso el dho lugar de manera que en las sepulturas don­ coincidiendo con el Protocolo notarial que reseñamos al final. de están los dhos escanos ni alrrededor no aya enbara~o ninguno aten­ Visita 1662-junio-12 to que a la dha yglesia y al servicio della se le aze mucho estorbo con Se manda hacer una sacristía tomando todo el espacio necesario los dhos escanos y bancos e que mandaba que ninguna persona de nin­ que ahora ocupa el ziminterio, la hace Juan Bautista de Burguia, can­ gun estado así eclesiástico como seglar sea osada de tornar a poner los tero (f. 6). dhos escanos ni otro banco ni estorbo ni enbara~o en el dho lugar don- Cuenta dada desde 1662- junio-12 a 1663-mayo-l 5 66 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

- 14 rs "por el despacho de la licencia de la losadura de la Igle­ mes y año) del difunto, su estado e hijos que deja, no expresando el sia" [se refiere a la del cementerio] (f. 11). lugar de enterramiento dentro de la iglesia. - 1.320 rs a Andres de Elexalde para cumplimiento de 3.630 rs Visita 1764-febrero-6 que montó la obra de la !asadura, dos escaleras de piedra labrada y Se manda que los curas anoten todas las partidas "con expresión otros remiendos (f. 11 vº). y formalidad, firmándolas, expresando el día en que murió, la persona que se enterrase en dicha yglesia, qué hedad tenía, su estado, si ecle­ 5º Libro de Fábrica: 1722-1779 (Leg. 7783) siástico, soltero, casado o viudo, si hizo testamento, ante qué escriba­ Sin interés no y su fecha, las misas y mandas pías que por él, o por la última dis­ posición dejó, y qué hijos, herederos y testamentarios". 6º Libro de Fábrica: 1770-1833 (sig. 05-03) Descargo referido al año 1811 [Campo Santo] 2º Libro de finados: 1817-1828 (sig. 02-02) - 400 rs a Patricio de Aresmendi por manufactura de 40 estados Sólo se hace constar: "su cadáver fue depositado en esta dha ygle- de paredes del Campo Santo. sia". - 30 rs a Pedro de Velar por 6 días ocupados de peón. - 40 rs a Miguel de Arroita por 8 días, a 5 rs día. Sentencia de la Chancillería de Valladolid contra el Cabildo ecle­ - 60 rs a Agustín de Ybargaray por la manufactura de la puerta de siástico de Elorrio. 1544-abril-7 [Valladolid]. (Ieg. 7746) dho Campo Santo. El documento contiene la publicación en Elorrio y San Agustín de - 62 rs a Francisco de Orbegoso por la ferretería. Echebarría de la sentencia de la Chancilleria de Valladolid contra el - 77 rs a Mariano de Marcoida por 11 días ocupado en dha obra Cabildo eclesiástico de la Villa de Elorrio, especialmente del capítulo como Comisionado, junto con el mayordomo (Francisco de Lasuen). referente a "que los dichos clérigos y sacristán que fuesen por los - 98 rs por 13 días ocupados por el mayordomo. difuntos que fallecieren assí en el cuerpo de la dicha villa como fuera - 528 rs y 18 mrs al tabernero Paulo de Mugoitio por porciones del hayan juntos con una cruz hasta las cassas del difunto y le hagan de pan y de vino que se ajustaron con los carreteros y piones que tra­ los oficios que se acostumbran ... evitando distinciones", por cuanto bajaron a tarea sin jornal la feligresía para dha obra. "el dcho cabildo curas y beneficiados hacen los dichos oficios de - 210 rs a Blas de Humaran por el vivero que tenía en el Campo difuntos con notable distincion de unos vecinos a otros por quanto a Santo. veces por su utilidad y provecho sacan las capas y la cruz mayor con Descargo referido al año 1821 su manga negra de terciopelo y ban a unas cassas con esta ostenta~ión - A Pedro de Miota, ferrero, por cerrajas que le puso a la arca de y distin~ión y de la misma suerte dentro del cuerpo de las dchas ygle­ la iglesia para guardar paños de las sepulturas. sias hacen los dichos oficios yendo dos o tres beneficiados con capas de terciopelo y con ~etros llevando tan bien el dho sacristán la dicha Papeles varios (sig; 07-01) cruz mayor con su manga y esto porque se les da veinte y quatro rre­ - Constituciones o Estatutos del Cabildo Eclesiástico de la ales cada vez que así sacan siendo assí que por la bondad de Dios Villa de Elorrio que contienen 64 artículos. Firma Bartolomé de todos los parroquianos de la dicha Villa como son siendo nobles e Calleja, Canónigo de la Santa Iglesia de Calahorra, Provisor General hijos dalgo sin prelación de uno a otro y mayormente haciendose del Obispado de Calahorra y La Calzada por el Obispo (Andrés de como se hacen las dichas capas cruz y todos los demás ornamentos Porrás). Dado en La Calzada, a 10 de mayo de 1764: necessarios a costa de las fábricas y limosnas particulares que los 31º .- Yten declaramos que todos los entierros en San Agustín se dichos parroquianos hacen de manera que no es rra~on que los dichos sepulten en quanto a asociación del cadáver por de casería, y si el ofi~ios se hagan con esta distin~ion entre los dichos parroquianos y es cadáver fuera de la calle los 14 panes se repartirán entre los que asis­ de enmedar y rreparar que el dicho cabildo curas y beneficiados no lle­ tieren a la función y estubieren legítimamente ocupados, y si antes de ven ningunos derechos particulares por yr con capas y ~etros y con llevar el cadáver a San Agustín pidieren se diga misa cantada en la cruz grande con su manga sino que la limosna que hasta aquí han lle­ Concepción, se dirá según costumbre y asistirán a ella todos, a excep­ vado sin caussa rrestituyan a las dichas fabricas y que de aquí adelan­ ción del que ha de decir la misa de entierro en San Agustín pena de te no lleven ningunos derechos y los de adelante se den para las dichas perder los derechos. fábricas para que con esto tengan con que hacer las dichas capas cruz 39º .- Que cuando ocurriere entierro de párvulo con 3 capas, se y demás ornamentos ... ". adelante la mayor como cuando hay entierro de cuerpo mayor. - Listado de Misas cantadas en las Iglesias Unidas de Elorrio. - Ordenanzas del Cabildo eclesiástico de las iglesias unidas de Se han recogido las noticias que contienen denominación de Elorrio. 1544-octubre-25 [Elorrio] (leg. 7748) sepultura. Así, Se trata de Nuevos capítulos a las Ordenanzas redactadas por el - Juan de Escriván y Urquizu dejó 20 rs de capital y uno de renta Regimiento y fieles de la Villa de Elorrio y de la Anteiglesia de San al año para que el Cabildo dijese perpetuamente en la parroquial de Agustín de Echebarría, para que ser observadas por los curas y bene­ San Agustín dos misas rezadas con responsos en la sepultura de la casa ficiados correspondientes. de Lequerica Onandía ( 1632). Que en el día de todos los Santos Santos y siguiente las candelas - Dñª Mariana de Zenita dejó 80 rs de capital y 4 de renta al año de ~era no sean quemadas sobre las sepulturas por las vecinas, sino para que el Cabildo dijese 2 misas cantadas todos los años en la igle­ que se pongan dos cirios en todos los altares y se quemen éstos, para sia parroquial de San Agustín: la una para su intención y de Miguel de lo cual se nombran a los bacineros correspondientes: Zenita, su marido, el día 29 de septiembre, y la otra por su intención "Primeramente dixeron que porque en las yglesias de Sant Agus­ el día 18 de diciembre con responsos cantados sobre la sepultura de la tín e de Nra Señora Santa M" de la villa delorrio así las mismas vezi­ casería de Zenita Aldecoa (1651). nas e perroquianas de las dhas yglesias por el día de todos santos de - María de Orbe Berrio, sobre la sepultura de la casería de Yurre, cada un año y el otro día siguiente santo otras que venían de fuera par­ según testamento de 19 de septiembre de 1651. te se ponían sobre las sepulturas e fuesas todas con sus candelas de - María Martínez de Aldecoa Capelastegui, sobre la sepultura de ~era y parques mas justo y honesto que las candelas sean quemadas en la casería de Capelastegui, desde 13 de agosto de 1631. los altares donde el santo sacramento se consagra e se administra y por - Ursola de Mendisur, sobre la sepultura de la casería de Joan su servi~io que no sobre las dhas sepulturas y por poner rremedio dello Ochoa de Yturbe Lequerica desde 7 de noviembre de 1652. y en lugar de las candelas que así las dhas mugeres sobre sus sepultu­ ras abrían de tener, que mandaban que en las dhas yglesias de Sant 1º Libro de finados: 1759-1822 (sig. 06-01) Agustin e Santa Maria en todos los altares que son y estan en las dhas En general sólo hacen constar el nombre, apellidos y fecha (día, yglesias sean puestos dos ~irios cres~idos de ~era en cada un altar de ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 67

quontos en las dhas dos yglesias son y que aquellos esten en los dhos lunes y martes siguientes por la mañana y tarde... de forma que el altares por el día de todos santos de cada un año y otro día siguiente y cofrade que faltare deberá pagar por cada acto que faltare 1/2 r." que ninguna persona sea osada de poner 9era ni candela en9endida - Decreto del 23 de septiembre de 1814: "que a ningún hermano sobre las dhas sepulturas so pena que aya perdido la tal 9era para la se le diga más de una misa de Agonía. fábrica e so pena de dos rreales castellanos de cada uno de por cada Ytem que mientras se continúe enterrando los cuerpos de los her­ bez el uno para la fábrica de la tal yglesia y el otro para el rregimien­ manos difuntos en los campos santos o cementerios no se permita que to que executor fuere y para que en este presente año tengan cargo de los blandones se pongan en las sepulturas que tienen en las yglesias las probeer de los dhos 9irios en los dhos altares ... " y se haga cargo de tra­ casas de la feligresía, pero que si en algún tiempo se estableciese la er los bacines para dicha cera, se nombra como bacinero de San Agus­ costumbre de ser enterrados en las yglesias, se conceda el que se pon­ tín a Anton Martines de Aravio por un año. "E lo mismo mandaban ga en la sepultura en que se hubiesen enterrado". que el día lunes por la mañana quando se dize la misa de las Ánimas - Decreto del 18 de febrero de 1868: "Que el sacristán lego tiene del Purgatorio se tenga e se guarde de la misma forma so la mesma obligación de vestir el cadáver del hermano con los dhos ornamentos pena desuso y que al tienpo de la procesion de la dha misa vayan sagrados": casulla, estola, y manípulo de color morado, cíngulo, alba, delante la cruz los 9irios y al tienpo del dar el rresponso sean puestos y amito con la ropa interior. los 9irios en el candelero delante la cruz y que ninguna muger sea poderosa de poner candela salvo quoando haze dezir misa". Condiciones, remate (1661-Marzo-27) y obligación de la losadura Que las mujeres no dejen los manteles o paños sobre las sepultu­ del cimenterio de la parroquial de San Agustín de Echevarría ras, pudiendo usarlos para llevar el pan o la oblada cuando vayan a (AHPB. Prt. Not. de Elorrio, Not. Ochoa de lztegui, Pedro, Leg. ofrecer, pero acabada la misa se los lleven a casa: 731, f. 94-97) "Yten dixeron que porque eso mesmo en las dhas yglesias sobre Entre las condiciones, se ha de hacer " ... enpe9ando desde el pilar las sepulturas ponían las vezinas e perroquianas cada una sobre su de la puerta baxera a9ia los man9anales asta el altar de Sancta Marina sepulturas manteles e los dexavan sobre las dhas sepulturas rendidos que está en el debo cimenterio" (8 condiciones). Plazo de entrega: un y porque aquello no les pares9ía honesto que mandaban que ninguna año, y al rematante se le dará casa y hogar para el tiempo que dure la persona sea hosada de dexar sobre Ja dha su sepultura despues de la obra. notifica9ión deste capitulo en adelante manteles algunos de lien90 ni En 1661-marzo-27 se adjudica el remate a Andres de Elexalde, vº de sirgo ni de algodón so pena que aya perdido los dhos manteles para de Abadiano, en 36 rs el estado, siendo a su cuenta los materiales. la dha fábrica y so pena de otros dos rreales el uno para la dha fábrica De 1661-abril-3 data la obligación del rematante. y el otro para los rregidores e oficiales que executaren, salvo que sean libres para llevar los manteles o otro paño blanco de lien90 linpio quo­ alquiera muger quoando fuere para la yglesia para enbolver o tener lin­ 2.5 Iglesia de San Martín de Arteaga (Zamudio) piamente el pan o la oblada que llevare para ofres9er con que dicha la misa quoando hubiere de yr para su casa no sea osado de dexar los dhos manteles sobre la dicha sepultura so la pena desuso declarada e l. Introducción se entienda que manteles en ningud tienpo sobre la sepultura puedan tender so la dha pena". La iglesia parroquial de Zamudio se alza en el Que no se hagan misas de réquiem con diáconos: "Yten dixieron que porque abía muchas personas unos por buena barrio de Elexalde, cercana a la Torre de Zamudio devo9ión y otros por banagloria hazían dezir las misas de réquien por cuyos señores eran patronos de la iglesia. sus defuntos con diácono e subdiácono y muchas personas por hazer Se trata de un edificio de tres naves a igual altura lo que su vezino hazía y ello mas por banagloria y honrra y por la (iglesia-salón) distribuidas en 4 tramos, con ábside dezienda de la gente como dicho es que por servicio de dios de que rectangular en la nave mayor, y coro alto a los pies. tanbién se .... por hazer lo mismo que otro hazían, de que les pares9ía que Dios no se servía, que hordenaban que ninguna persona de aquí Los paramentos son de sillería y remate en doble adelante fuese hosado de hazer dezir en las dhas yglesia misa alguna comisa de bolas. Dispone de dos accesos góticos tar­ de rréquien con diácono ni con subdiácono so pena de dozientos mrs díos, en el lado de la Epístola y a los pies, más otro en de cada uno por cada bez los 9iento para la fábrica de la yglesia do la el lado del Evangelio de medio punto, cegado, "que ·tal misa se fiziere e los otros 9iento por los oficiales que en executar de la dha pena fueren". daba acceso al antiguo cementerio" (1). En el interior, seis esbeltas columnas, posteriores Libro de la Hermandad de sacerdotes de Elorrio: 1719-1892 (sig. al perímetro mural, soportan la cubrición de bóvedas 05-01) de arista en la nave central y de medio cañón en las Contiene Actas, Cuentas y Ordenanzas de la Hermandad de laterales. Sacerdotes de las Parroquias Unidas de Elorrio, por lo que, como en los dos documentos precedentes, se recogen noticias referidas tanto a la Parroquial de Elorrio, como a San Agustín de Echebarría. Se informa de que las hachas se solían poner encendidas a los dos lados del cadáver "hasta el tiempo de la función de su entierro desde que se le separó el alma y solían enterrarse con el cáliz de cera". - Decreto del 4 de noviembre de 1769: se establece que fuese a cargo de la Hermandad la casulla, alva, caja y zapatos con que fueren enterrados cualquiera de sus constituyentes. (l) BARRIO LOZA, J.A. (dir.) Bizkaia: arqueología, urbanismo y - Decreto del 12 de abril de 1776: "que los individuos que actual­ arquitectura histórica, Universidad de Deusto. Deiker /Diputa­ mente somos y que nos sucedieren deben asistir con sus pelices no ción Foral de Bizkaia, Bilbao 1990-1991. T. III. Bilbao y su sólo a conducir el cadáver de cualquier hermano que aia sido de ella, entorno.Encartaciones, pp. 300-301. sino también por la tarde a traer y llevar el duelo; como también cuan­ VALVERDE PEÑA, J.R. y BARRIO LOZA, J.A.: "Iglesia de do se celebraren por esta dicha Cofradía las funciones de novenario y San Martín de Arteaga. Zamudio", en Monumentos de Bizkaia, anibersario en sufragio del alma del dho hermano difunto, así el Diputación Foral de Bizkaia, Bilbao 1987, T. ll Uribe-Busturial­ domingo por la tarde en que se empiezan dhas funciones, como el dea-Lea-Artibai, pp. 351-356. 68 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

El buque del templo es renacentista (la fecha de grandes losas planas de piedra arenisca, con formas 1545 en el coro, supone una clara referencia), el abo­ rectangulares perfectamente escuadradas. vedamiento del ábside de principios del siglo XVII Las losas se han dispuesto en bandas paralelas (1616), y el del resto de las naves de mediados del orientadas de acuerdo con el eje mayor del templo siglo XVIII ( 17 48/50) siendo su autor Gabriel de Elo­ este-oeste. Las dos bandas documentadas presentan rriaga. El suelo aparece entarimado. variedad dimensional en cuanto a las anchuras y lon­ La torre es neoclásica y se ubica en la cabecera, gitudes de las distintas piezas que las componen. En junto a la sacristía barroca del siglo XVIII. Un pórti• cambio, su espesor se muestra más uniforme, osci­ co cubierto, de la segunda mitad del siglo XVIII, lando en todos los casos entre los 0,14 y 0,16 metros. rodea parcialmente el edificio. Todas las losas presentan su cara superior alisada, frente a las restantes superficies que conservan 2. Las sepulturas: Estructura y disposición pequeñas improntas, oblicuamente alineadas, produc­ to de las labores de talla. El conjunto se traba entre sí 2.1. El sondeo A y el enlosado delantero con argamasa. El límite inferior de este sondeo viene determina­ La zona objeto de excavación (2,30 x 1,20 m) se do por la roca caliza natural (Figura 2); sobre ésta localiza en el segundo tramo de la nave central, junto asienta un relleno tendente a elevar, nivelar y susten­ a la primera columna del lado del evangelio (Figura 1). tar adecuadamente el enlosado superior. De tal relle-

o 2 4 Supe:rficie excavada k{H • - - mt

Figura l. Iglesia de San Martín de Arteaga (Zamudio). Plano y planta de la iglesia, indicando la localización de los sondeos. (Dibujo de J.L. de Ibarra sobre plano de Castor de Uriarte, publicado en Las iglesias salón vascas del último período del gótico, Vitoria, 1978, p. 41).

Tras retirar el entarimado que constituye el suelo no proceden seis monedas que, a pesar de su mal esta­ actual de la nave, se documentaron un total de seis do de conservación, remiten en sus tipos a acuñacio­ unidades estratigráficas, de las que interesa destacar nes de los Reyes Católicos, Juana I y su hijo Carlos I. fundamentalmente la más superficial. Esta se corres­ Tales cronologías no se muestran en desacuerdo ponde con un enlosado o pavimento formado por con la que se otorga a la edificación del templo ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 69

dadas por el carpintero encargado de serrar la tabla­ zón del suelo de la iglesia y vecino de Zamudio, quién nos indicó que en su juventud únicamente el tercio delantero de la iglesia se encontraba ocupado por bancos para la feligresía masculina, quedando la parte trasera del templo reservada a las mujeres y a la colocación de luminarias y paños funerarios. Por otra parte, como carpintero se ocupó de la sustitución del entarimado dañado durante un incendio acaecido en el templo lo que le permitió observar la existencia de "losas con agujero" bajo el suelo de madera de este tercer tramo. En este sondeo se ha puesto de manifiesto la exis­ tencia de dos conjuntos sepulcrales estratigráfica y cronológicamente diferenciados. En inmediato contacto con el entarimado actual de las naves, al que sirven de apoyo, se documenta­ ron dos sepulturas (Figura 3), integrantes de un con­ junto funerario de mayores dimensiones y organizado en forma de retícula. De ambas únicamente se exca­ vó la ubicada en la mitad septentrional del sondeo.

Figura 2. Iglesia de San Martín de Arteaga (Zamudio), Sondeo A: Límite inferior del sondeo, en el que aflora la roca caliza natural. actual, 1545 y, en consecuencia, no parece muy aven­ turado suponer que nos hallamos ante el pavimento original del edificio. De modo indirecto, la inexisten­ cia de menciones a una obra de esta envergadura en fechas posteriores en los Libros de Fábrica, bien pue­ den avalar esta cronología temprana. De ser así y a tenor de los datos que posterior­ mente veremos para el sondeo B, el suelo original de la iglesia se estructuraría en dos zonas netamente diferenciadas: un tercio delantero cubierto por un enlosado y un espacio restante, hasta el coro, dedica­ do a funciones sepulcrales.

2.2. El sondeo B: La definición de un espacio sepulcral

Este sondeo, de 2,62 por 1,50 metros, se localizó Figura 3. Iglesia de San Martín de Arteaga (Zamudio), Sondeo B: en el tercer tramo de la nave central, próximo al inter­ Sepulturas portando los números 7 y 8. Se aprecian las pie­ columnio de la nave de la Epístola (Figura 1). zas sillares que coronan los muros perimetrales de las Su ubicación responde, en parte, a las noticias sepulturas. 70 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

Esta sepultura se nos presenta como una fosa o espacio con forma rectangular en planta, de dimen­ siones regulares (1,82 x 0,52 m), orientada en sentido este-oeste. Creada a partir de estructuras emergentes o muros que no le son exclusivas, pues las comparte en calidad de límites y medianías, con las fosas que se disponen contiguas en sus cuatro lados. Constructivamente podemos señalar dos zonas netamente diferenciadas en estos muros. En primer lugar su parte cimera está formada por piezas sillares realizadas en piedra arenisca y ajustadas a dos mode­ los (Figura 3), según ocupen las zonas angulares, tra­ tándose de cruces monolíticas, o los laterales, en los que se observan piezas rectas, que conectan entre sí las anteriores. En el primer caso, un mismo elemento sirve de pieza esquinera a cuatro sepulturas contiguas. Tales piezas exhiben una amplia variedad dimen­ sional, apreciable en la desigual longitud que se evi­ dencia tanto entre las distintas piezas rectas, como entre los cuatro brazos de una misma cruz, oscilando su altura entre los 0,14 y los 0,22 m. Por el contrario, su anchura muestra una gran regularidad, permane­ ciendo constante en 0,20 m. Las primitivas aristas superiores de estos sillares fueron eliminadas para obtener rebajes en ángulo rec­ to entrante de 60 mm de altura y 45-50 mm de pro­ fundidad, adquiriendo así un aspecto de T invertida. Los rebajes, como posteriormente veremos, tienen por objeto alojar las cubiertas de las sepulturas. Esta zona superior de los sillares, destinada a ser vista y a lograr un perfecto encaje y nivelación de las cubriciones, se muestra perfectamente alisada. En los laterales sin embargo se documentan pequeñas Figura 4. Iglesia de San Martín de Arteaga (Zamudio), Sondeo B: improntas de los procesos de labra. Los sillares supe­ muros norte y este construidos mediante ladrillo y argamasa. riores aparecen calzados sobre el muro subyacente por medio de pequeñas piedras planas, tanto calizas actualmente se presenta débil y friable, cualidades como areniscas. muy evidentes en la pieza que ocupa la posición cen­ Bajo estas piezas cimeras se desarrolla un estre­ tral, cuya cara inferior muestra profundas exfoliacio­ cho muro de 0,62-0,65 m de altura, realizado median­ nes. te la superposición alternante de hiladas de ladrillo de Sus superficies exterior y laterales se presentan 0,22-0,25 metros de longitud y 35-40 mm de alto y lisas, en cambio las inferiores evidencian las huellas capas de argamasa con un espesor similar al de los del trabajo de labra. Éstas se disponen en diversas ladrillos (Figura 4). Unicamente conocemos esta direcciones en la losa oriental y en una única en la estructura en su paramento visible al interior de la occidental, pero en ambos casos las pequeñas sepultura excavada, ya que, al no haber sido desmon­ improntas se alinean siempre en sentido oblicuo. En tado, desconocemos si su anchura total (0,20 m) está estas caras inferiores se ha practicado un tosco reba­ formada por un único ladrillo o bien por la yuxtapo­ je, que afecta a aquellos márgenes en contacto con los sición de dos o más. ya mencionados rebajes de la parte alta del muro, No se han detectado estructuras o cortes en rela­ encajando unos en otros. ción con el asiento de estos muros, los cuales descan­ En esta descripción de la cubierta, nos interesa san directamente sobre una delgada capa de argama­ destacar dos aspectos. En primer lugar, la presencia sa interpuesta entre éstos y la tierra arcillosa del nivel sobre la losa media de un orificio de forma rectangu­ inferior. lar (70 x 30 mm), con eje mayor norte-sur, practicado La sepultura se cubría y cerraba mediante tres en su zona central y que permite, mediante el auxilio losas planas de formas rectangulares, de tamaños de una palanca, desencajar las losas de cubrición y desiguales. Están labradas en piedra arenisca, que facilitar, por tanto, la apertura de la tumba. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 71

En segundo lugar, verificar la existencia de una sobre la roca caliza natural, se documenta una capa de identificación numérica correlativa para las sepultu­ tierra arcillosa en donde se han practicado inhuma­ ras. En la que nos ocupa, el número 7 figura centrado ciones. Éstas no aparecen relacionadas con estructura sobre el tercio superior de la losa oriental y se ha eje­ alguna, bien porque las características físicas del cutado mediante una técnica incisa. En la sepultura sedimento no permitan su detección, o tal vez por contigua a mediodía apreciamos el número 8, idénti­ encontrarse más allá del límite fijado para la excava­ co en posición y técnica, aunque en este caso figura ción de esta capa, impuesto por la prolongación ver­ sobre la losa de cubrición occidental (Figura 3). Esta tical del paramento interno de los muros descritos. circunstancia nos lleva a pensar que esta losa fue mal Sin embargo, es interesante anotar que dichas inhu­ colocada en un momento de su vida útil, correspon­ maciones se ajustan perfectamente al área delimitada diéndole cubrir la parte oriental de su sepultura, a en superficie por tales muros, guardando, respecto a imagen de lo que se observa en la contigua. Tal ubi­ ella, una posición relativamente centrada, sin exce­ cación es también común en espacios sepulcrales derla en ningún momento. numerados de otros templos parroquiales vizcaínos (según hemos podido verificar en Arrázua y Trucíos ). 3. Las inhumaciones: restos esqueléticos y ajuares Respecto a la organización del espacio funerario en el que se integran estas dos sepulturas, poco es lo En el sondeo B se han documentado tres esquele­ que sabemos salvo la ordenada distribución de unas tos completos, correspondiendo únicamente el esque­ tumbas dimensionalmente idénticas en filas y bandas, leto nº 1 a la estructura sepulcral definida superior­ creadas a partir de estructuras de muro que discurren mente. Se trata de un individuo adulto, completamen­ paralelas, en disposiciones perpendiculares norte-sur te articulado, en posición de decúbito supino con sus y este-oeste, a modo de cuadrícula. extremidades superiores e inferiores extendidas, El limitado campo de observación que nos permi­ haciendo descansar las manos sobre la parte alta de ten los ristreles del entarimado actual de las naves, los fémures. Su estado de conservación es bueno, pre­ nos impide determinar con exactitud la organización sentando el cráneo ligeramente ladeado con la mira­ de este espacio funerario. Si bien se documentan da orientada al este. Las extremidades inferiores y las otras sepulturas al norte, este y oeste del área excava­ cinturas pélvica y escapular se encuentran en perfec­ da, la necrópolis no se prolonga, por el contrario, ta posición anatómica, en tanto que el propio peso del hacia el sur. relleno que lo contiene, ha desplazado algunas unida­ Esta constatación, unida al enlosado evidenciado des esqueléticas del carpo y metacarpo. en el sondeo A, nos induce a pensar que esta necró• Estratigráficamente el esqueleto nº 1 ocupa curio­ polis se halla extendida sobre los dos tramos traseros samente una posición baja al haber sido inhumado en de la nave central, sin adentrarse hacia las naves late­ el fondo de la sepultura (Figura 5) y viene a repre­ rales, debido a los problemas que los pilares de sus­ sentar el último individuo enterrado en dicho espacio, tentación de la cubrición del templo pudieran provo­ cuya deposición supuso la casi completa alteración de car a la hora de ampliar lateralmente el diseño reticu­ una inhumación anterior (esqueleto nº 2), localizado lar. también sobre el fondo de la fosa y del que se con­ La anchura de las fosas sepulcrales y muros serva únicamente la tibia y peroné derechos, el pero­ medianeros, unido a la numeración representada en né izquierdo y los huesos de los pies. Todos estos res­ las cubiertas, nos lleva a sugerir la existencia de ban­ tos óseos estaban en correcta posición anatómica y se das norte-sur de ocho sepulturas cada una, ocupando localizaron casi en contacto con las correspondientes la totalidad de la anchura de la nave central, sin que extremidades del esqueleto nº l. aparentemente se haya dispuesto un pasillo central Una vez depositado en la fosa, el cuerpo fue longitudinal, puesto que la solidez de la estructura cubierto con una primera capa de tierra, sobre la que construida permitiría el libre tránsito de la feligresía se echó una delgada capa de cal antes de proceder a sobre las sepulturas. terminar de rellenar con tierra la sepultura, aunque sin La numeración de las cubiertas parece correspon­ llegar a colmatarla en su altura total. derse con la serie numérica del 1 al 8, para cada una Una de las características del relleno que cubre el de las bandas norte-sur de que se compone la estruc­ cadáver, es la alta frecuencia de restos óseos huma­ tura, en lugar de aplicarse una numeración correlati­ nos no articulados, imbricados y de distintas partes va a todo el conjunto, tal y como ocurre para las anatómicas (Figura 6). Su presencia se justificaría en necrópolis de otros templos estudiados. Esta hipótesis una práctica que conlleva la alteración de las deposi­ vendría avalada tanto por la numeración presente en ciones previas y su incorporación al relleno sepul­ las sepulturas excavadas, como por la existencia de cral, en el momento de utilizar la sepultura para nue­ una banda sepulcral delantera a oriente. vas inhumaciones. Todo ello supone que no se pro­ Bajo la estructura arriba descrita y reposando cedería al traslado sistemático de los restos exhuma- 72 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

Figura 5. Iglesia de San Martín de Arteaga (Zarnudio), Sondeo B: Figura 6. Iglesia de San Martín de Arteaga (Zarnudio), Sondeo B: esqueleto 1, situado a una relativa profundidad. Composición del relleno de la sepultura, apreciándose en él la alta presencia de restos óseos. dos a un osario, o a una limpieza periódica del sedi­ anatómica. Los huesos del tronco se presentan en mento. cambio algo alterados. El cráneo está dañado en la Asociado al esqueleto nº 1 no se ha encontrado región frontal y occipital, así como la zona condilo­ ningún elemento de ajuar, un tipo de evidencias que, mandibular. por otra parte, son ciertamente escasas en el relleno El esqueleto nº 4, al igual que el anterior, se sepulcral. Dos suelas de cuero con puntera recta, de encuentra ligeramente desplazado hacia la zona meri­ zapatos infantiles, son los únicos restos conservados dional de la tumba (Figura 7). Presenta un buen esta­ de los atuendos personales usados en el amortaja­ do de conservación, encontrándose la cintura escapu­ miento de los cadáveres. lar ligeramente desplazada. No se han detectado res­ Los esqueletos nº 3 y 4, subyacentes a la estructu­ tos del cráneo ni de la mandíbula, debido probable­ ra sepulcral descrita, se muestran superpuestos y sepa­ mente a la alteración ocasionada por la inhumación rados entre sí por una capa de tierra. Ambos están del esqueleto nº 3. completamente articulados, en posición de decúbito A diferencia de lo que se documenta en el nivel supino y con la cabeza mirando al este. Sus extremi­ superior, el relleno terroso que se encuentra en con­ dades inferiores se presentan extendidas, frente a la tacto directo cubriendo estos dos esqueletos, resulta flexión exhibida por las superiores, reposadas en la más compacto y no contiene otro tipo de elementos región abdominal superior (Esqueleto nº 3) y cruzadas óseos. Tampoco en este nivel se han registrado evi­ sobre el tórax (Esqueleto nº 4) (Figura 7). dencias claras de atuendos o ajuares personales, tan­ El esqueleto nº 3 se encuentra perfectamente arti­ to en relación directa c6n los esqueletos como inte­ culado, con las extremidades inferiores en posición grados en el relleno sepulcral. Unicamente se han ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 73

(3), haciéndose eco de las Reales Ordenes y Decretos promulgados en esta materia, será un primer dato a tener en cuenta. Por otra parte, a partir de 1841, en el Libro de Finados se cambia la fórmula que anota la defunción, señalando la inhumación en el Huerto Santo y no en "la Iglesia parroquial de Zamudio" como venía siendo costumbre (4) Esa misma imprecisión cronológica afecta tam­ bién a las inhumaciones más inferiores (esqueletos 3 y 4), fundamentalmente en lo que se refiere a la data­ ción concreta del momento de su deposición, puesto que la construcción de la estructura sepulcral diecio­ choesca marca un nuevo momento en la concepción del espacio sepulcral al que no pertenecen estas inhu­ maciones. En los inicios de la Edad Moderna ya es un hecho generalizado el uso del suelo interior de las iglesias con fines sepulcrales. El primer Libro de Finados de la Parroquia de Zamudio, de 1592, así lo señala al anotar el lugar de enterramiento de algunos parro­ quianos difuntos. En este mismo sentido, entre las diferentes capas sobre las que asienta el enlosado del sondeo A, se han documentado muy frecuentes restos óseos humanos, sin conexión anatómica entre ellos, que consideramos pueden interpretarse como fruto de la alteración de sepulturas durante las labores de abo­ vedamiento del templo. En el 1º Libro de Finados (1592-1755) se indica que los difuntos son enterrados en el interior de la iglesia, si bien en algunas ocasiones se hace referen­ cia a " ... en la sepultura de sus padres" o " ... en la sepultura de la casa de .. " y también " ... en la sepultu­ Figura 7. Iglesia de San Martfu de Arteaga (Zamudio), Sondeo B: esqueleto 4 subyacente a la estructura sepulcral del S. XVIII. ra de dicha casa'', en coincidencia con el apellido. A partir de 1700 se emplea regularmente la expresión " fue enterrado en la iglesia parroquial de Zamudio", recuperado dos clavos de hierro y una moneda de sin citar el lugar de enterramiento. No obstante los vellón para los que desgraciadamente carecemos de casos y documentos reseñados permiten constatar la claves interpretativas. propiedad y la asociación sepultura-casería. Esta aso­ ciación permanece con independencia del morador, obsevándose en los registros documentales diversos 4. Las cronologías: evidencias arqueológicas y ejemplos de ello, así en 1598 Johan de Loaga, dueño registro documental de la casa de Magallarrate, "mandó ser enterrado en la sepultura de su casa de Magallarrate". Por los Libros de Cuentas del Ayuntamiento de Por último indicar que, aunque no disponemos de Zamudio conocemos que la estructura sepulcral data datos muy precisos, parece que nos encontramos de hacia 1750, según diseño del maestro cantero Juan frente a dos momentos cronológicos distintos, aunque de Echevarría. El propio Ayuntamiento saca a remate consecutivos, en la utilización del interior del templo la obra de encajonado de las sepulturas, siendo coste­ con fines sepulcrales. La localización precisa del ada en parte por los "dueños propietarios" de las mis­ intervalo entre ambos momentos, parece sugerir que mas (2). la estructura del XVIII supone, ante todo, una reac­ Más problemas plantea situar el momento de su tualización de la concepción y distribución de la abandono y el carácter que éste reviste. La construc­ necrópolis anterior. ción de un Huerto Santo exterior al templo en 1815

(3) AHEB, 3Q Libro de Fábrica (2) AHEB, 3Q Libro de Cuentas del Ayuntamiento (4) AHEB, 3° Libro de Finados 74 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

5. Anexo documental. Iglesia de San Martín de - 10 rs pagados al cantero José Manuel de Laspita por la com­ Arteaga (Zamudio) postura de Josas que hizo en las sepulturas.

Toda la documentación examinada se encuentra depositada en el 1º Libro de Finados: 1592-1755 (sig. 04-02) AHEB. Se compone de: . Existe un índice y a continuación un listado de todos los que han sido enterrados en la Iglesia, pero sin especificar el lugar, salvo en los . Docum~ntación Parroquial: Libros de Fábrica (de 1671a1905), y Libros de Fmados (de 1592 a 1907). Así mismo se consultó el Libro casos que se indica a continuación, habiendose revisado en su totali­ de la Cofradía del Rosario (1663-1774), y Papeles Varios, pero no pro­ dad. La mayoría, en la forma siguiente: Domingo de Ybarra, escriba­ porcionaron noticias sobre enterramientos, por lo que no se reseñan en no, murió el 4 de junio de 1596, mandó ser enterrado en la Iglesia. la documentación vaciada. - Mari Martínez de Oribe y Gastanaga, mujer de Juan de Gasta­ Documentación Civil: en concreto, se ha encontrado información naga, murió el 18 de octubre de 1593. Fue enterrada en al altar del en los tres primeros Libros de Cuentas del Ayuntamiento (que abarcan Rosario. de 1647 a 1784). - Johan de Loaga, vº de esta anteiglesia y dueño de Ja casa de Se consultaron también Jos documentos de la Escribanía Horma­ Magallarrate, murió el día de Año Nuevo de 1596. Mandó ser ente­ eche (protocolos Notariales del escribano José de Hormaeche: 1759- rrado en la sepultura de su Casa de Magallarrete. 1761, sig. 06-04), que contienen el remate de Ja construcción del - Mari Pérez de Arratia, muere el 14 de diciembre de 1604. Man­ cementerio en 1775, sacado a pública subasta por el Ayuntamiento, da ser enterrada en la sepultura de la casa de Aramburu. pero. no se incluye en la relación del vaciado de documentación, por - Juan de Olagureta, muere en Sondica de mareo, en 1605. Man­ considerar que en este época el término "cementerio" continua refi­ dó ser enterrado en la Iglesia parroquial de Zamudio en la sepultura de riéndose al pórtico, atrio, etc. y en Zamudio no se entierra en los alre­ Ja casa de Olagureta. dedores de la Iglesia durante Ja Época Moderna, sino en su interior, - Pedro Abad de Pla9a, murió el 6 de enero de 1607. Mandó ser según se constata en los Libros de Finados. enterrado en la sepultura de los beneficiados. - Ana de Cadalso, mujer de Pedro de Cadalso. Murió el 6 de Relación documentación vaciada: septiembre de 1607. Mandó ser enterrada en el sepultura de dicha - Libros de Fábrica: casa. 1ºLibro de Fábrica: 1671-1773 (sig. 03-02) - María Saenz de Xaraveitia, viuda que fue de Pedro Ybañez de 2º Libro de Fábrica: 1773-1791 (sig. 03-03) Galbarriarto. Murió el 27 de abril de 1637. Mandó se enterrada en la 3º Libro de Fábrica: 1798-1905 (sig. 04-01) sepultura de Xaraveitia. - Libros de Finados: - Marina de Olagurreta, mujer de Martín de Aguirre Loaga, mue­ 1ºLibro de Finados: 1592-1755 (sig. 04-02) re el 4 de mayo de 1657. Mandó ser enterrada en la sepultura de sus 2º Libro de Finados: 1756-1837 (sig. 04-03) padres en la Iglesia de San Martín de Zamudio, aunque murió fuera. 3º Libro de Finados: 1837-1907 (sig. 08-02) A partir de 1700 se suele decir dónde murió (por ej. "en la casa de - Libros de Cuentas del Ayuntamiento: Abona"), la fecha, el nombre de difunto, y "entregó su alma a Dios y lº Libro de Cuentas del Ayuntamiento: 1647-1669 (sig. 05-03) fue enterrado en la Iglesia parroquial de Zamudio". En consecuencia, 2º Libro de Cuentas del Ayuntamiento: 1687-1741 (sig. 06-01) lo que aparecen son los nombres de las caserías en donde vivía el 3º Libro de Cuentas del Ayuntamiento: 1741-1784 (sig. 6-2) difunto, pero no el lugar en el que era enterrado en la iglesia, de ahí que no se halla tomado nota. 1º Libro de Fábrica: 1671-1773 (sig. 03-02) Visita 1736-mayo-24 2º Libro de Finados: 1756-1837 (sig. 04-03) "Y por la fealdad y embarazo que hacen los candeleros, candelas No se indica lugar de enterramiento. y paños de sepulturas", se manda "al cura que pasado el año de la defunción los haga apartar en cada día dispués de Jos divinos [oficios] 3º Libro de Finados: 1837-1907 (sig. 08-02) con pena a Jos que lo impidieren de excomunión maior". No se indica el lugar de inhumación. 1740-enero-5 A partir de la partida de defunción de Gorostiza, quien murió el 5 - 3 rs por la composición de una palanca que sirve para levantar de agosto de 1841, se dice en todos los casos que "su cuerpo fue ente­ las piedras de las sepulturas. rrado en el Huerto Santo", salvo, poco después, una persona de Ja que se dice "su cuerpo fue sepultado en esta parroquial". 2º Libro de Fábrica: 1773-1791 (sig. 03-03) 1780-enero-22 1º Libro de cuentas del Ayuntamiento: 1647-1669 (sig. 05-03) - 22 rs que costaron el labrar y poner 2 piedras de sepulturas. 1650-abril-3 - 19 rs que costaron otras dos piedras. - Más dieron por descargo haber gastado 8 rs cuando vinieron los maestros albañiles a ber la forma que se podía tomar para fundar las 3º Libro de Fábrica: 1798-1905 (sig. 04-01) capillas de la yglesia parroquial. 1804-enero-l 4 1663-mayo-20 - 20 rs de una pala y una azada que se compró para en casos nece- - "Más 68 rs que dice gastó en el pleyto que comen9ó sobre la sarios abrir las sepulturas de dicha yglesia. sepultura que los Srs del Cabildo pretendieron elexir de nuevo en la 1815-octubre-8 [Huerto Santo] dha yglesia como beneficiados y cura de ella". Cargo: - "Yten se hace cargo [ingresan] del monte titulado Daño-Onda 2º Libro de cuentas del Ayuntamiento: 1687-1741 (sig. 06-01) que fue propio de la fábrica y que para la construcción del Campo San­ 1702-enero-29 [osario] t~ erigido en virtud de repetidas ordenes se sacó a remate por testimo­ - 200 rs a los canteros que remataron la obra del nuebo osario que mo del escribano Fhelipe Antonio de Gondraondo que se verificó en se ase. la cantidad de 2.000 rs". - 12 rs por las escrituras que yso en razón de dicho prexio. Descargo: - Mas el recoger la piedra mampostería para el dicho osario dos - Diversos pagos por la obra del Huerto Santo. días con un carta y dos bueyes, 12 rs, y el hombre que asistió a cargar 1843-julio-14 el carr\t en los dos días 6 rs, que importan 18 rs. - 9 rs y 14 mrs por reposición de las losas de jaspe en las gradas. 1703 [no consta mes ni día] Cargo: 1843-julio-26 - Ingreso del impuesto del ochavo sobre el vino para la construc- ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 75

ción del nuevo osario: "Yten mas 153 rs que percibió el dicho impues­ que se avanzaba en la obra, de ahí el estilo gótico tar­ to del ochavo adelantado por la otra mitad que deverá por mayo su dío del ábside, 1 tramo y la portada principal. Estas arrendatario el resto, 518 rs". º Descargo: obras, que aprovechan materiales del templo viejo, se - 12 rs de la escritura de la sisa del ochavo que se le hecho al vino prolongan desde 1507 hasta 1515, cuando el Visitador para el nuevo osario. eclesiástico Francisco Antonio de Oca consagra - 30 rs por los mismos que se dio al maestro que de parte de esta durante una misa solemne lo ya construido, así como Anteiglesia vino a reconocer la obra cantería del osario. - 25 rs de gasto en la comida que se le dio al dicho maestro con el suelo por edificar. Después de la consagración se asistencia de los dos fieles. inician las obras del crucero (segundo tramo) y su - 2 rs que costo un tanto de las condiciones y calidades con que acceso, llamado "puerta del Sol". Según G.C., " ... se avía de obrar el osario. para hacerlo fue necesario invadir el cementerio del - 300 rs que page a los canteros que executaron la obra del osa­ anterior templo románico, desenterrando algunos rio. - 102 rs que pago a los dichos canteros que executaron la obra del cuerpos y trasladándolos a otra zona, lo que nos lleva osario Lucas de Goyri para los 160 de su alcance que se le cargan al a pensar que aquel sería de reducidas dimensiones y dicho Juan de Urizar, uno de los dos fieles de este año (el otro era muy posiblemente de una sola nave ... " (1). Gabriel de Capelastegui). Tras un replanteamiento de la obra, a mediados - 55,5 rs por 78 fanegas de cal, a 6 cuartos la fanega, para la obra del nuevo osario. del siglo XVI (1541) se contrata su continuación y la - 9 ,5 rs a los dichos canteros por el trabajo que tuvieron en abrir elevación de las naves laterales, convirtiéndola en los cimientos del dicho osario. una Iglesia-salón a lo moderno o "romano", prolon­ - Mas 77 rs, que pago a Diego de Echevarría, Martín de Artaza, gándose dicha obra más de 30 años. Lucas de Aurrecoechea y Bartolomé de Madariaga por los acarreos de El edificio actual consta de 4 tramos y 3 naves a toda la cal, arena y piedra mampostería que avía menester la obra de dicho osario. igual altura, salvo el 1º tramo de las naves laterales - 12 rs que pago por la ocupación que tuvo Gabriel de Gastetua­ que es más bajo. La nave central, más ancha, remata sa su compañero en 3 días a los acarreos de dicha cal y arena. en ábside poligonal en la cabecera, y coro a los pies - 12 rs que gasto el día que se hizo la escritura del advitrio del en arco escarzano. La cubrición interior es entera­ ochavo que se puso para el dicho osario. mente de bóvedas de crucería de diversa tipología 3º Libro de cuentas del Ayuntamiento: 1741-1784 (sig. 6-2) sobre columnas. Los muros perimetrales son de sille­ 1750-junio-14 (referida al año 1749) [encajonado de las sepultu­ ría; la iglesia cuenta, además, con sacristía en la cabe­ ras] cera (lado de la Epístola), y torre lateralizada a los - 5 rs gastó un hombre que se envió a poner editos a diferentes pies. lugares, quando se havía de hacer el remate del encajonado de esta Yglesia y 1 rs a un chico. Dispone de dos accesos, el principal, en el 2º tra­ - 45 rs que dieron a Juan de Echevarría, mtro. cantero, por la tra­ mo del lado de la Epístola, es de estilo RR.CC za o diseño que hizo para el encajonado de las sepulturas de la yglesia. (comienzos del siglo XVI); se trata de la llamada - 2.200 rs que se entregó para en quenta a los canteros que hicie­ "puerta del sol", de esmerada labra y reconocida cali­ ron el remate y obligación de hacer dichas sepulturas. 1753-enero-28 (referida al año 1750) Cargo: dad artística. El otro acceso es clasicista (principios - Yten se les hace cargo de 2.240 rs los mismos que percibieron del siglo XVII), y se abre a los pies del templo (2). de los dueños de las sepulturas erijidas el mismo año del cinquenta en esta misma yglesia parroquial por los dueños propietarios de esta 2. La estructura sepulcral anteiglesia (f. 37). Descargo: - 60 rs a Antonio de Bega por reconocer y disponer la traza de las Tras levantar el entarimado que cubre actualmen­ sepulturas (f. 37 vº ). te el suelo de esta iglesia (ejecutado en la presente - 6.700 rs dados a los canteros que erijieron dichas sepulturas (f. centuria) (3), se practicaron dos sondeos, ambos en la 38). nave central del templo (Figura 1). El primero se - 4 rs que tubieron de gasto al tiempo de la numeración de fogue­ ras de sepulturas hacen 8 rs (f. 39). localizó a partir de la mitad posterior de la primera columna del mediodía, a 4,37 m de la primera grada del presbiterio. El sondeo 2, por su parte, se realizó en 2.6. Iglesia de Santa María. Güeñes la parte trasera del tercer tramo de la nave, próximo al intercolumnio septentrional. l. Introducción En ambos casos se puso de manifiesto la existen­ cia de estructuras sepulcrales, dispuestas longitudinal Ubicada en una bifurcación de carreteras, su histo­ ria constructiva es compleja. El edificio actual susti­

tuye a otro anterior cuya fundación se atribuye a Mar­ (1) GONZALEZ CEMBELLIN, J.M., Güeñes : monografías de tín Sánchez de Santa María y otros caballeros salce­ pueblos de Bizkaia, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia. danos, en la segunda mitad del siglo XII. La iglesia se (2) VV.AA Monumentos Nacionales de Euskadi. Vizcaya, Gobierno reedifica a comienzos del siglo XVI comenzando por Vasco, 1985, pp. 207-214. (3) la cabecera y derribando la iglesia anterior a medida AHEB, 10º Libro de Fábrica. 76 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

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Figura l. Iglesia de Santa Maria de Güeñes: Plano interior y localización de los sondeos.(Dibujo de J. L. !barra sobre plano publicado en VV.AA Monumentos Nacionales de Euskadi. Vizcaya, Gobierno Vasco, 1985). y transversalmente, ofreciendo una imagen muy En su superficie tales muros están formados por regularizada de sepulturas contiguas y espacios idén­ grandes piezas de piedra arenisca, cuyas caras supe­ ticos y simétricos. riores y laterales se presentan trabajadas, en tanto que En cada sondeo se descubrió completamente una en las inferiores se aprecian acusadas irregularidades. sepultura. Éstas se nos presentan en ambos casos con Sus formas y dimensiones varían según el lugar que forma rectangular en planta y dimensiones regulares ocupan; aquéllos situados en las zonas angulares, (1,94 x 0,55 m), orientadas en sentido este-oeste. Se compartidos por otras tres sepulturas, adoptan formas crean a partir de estructuras emergentes o muros, que cruciformes, con brazos de igual longitud (sondeo 2) comparten con las fosas que se disponen contiguas en o desiguales (sondeo 1). Uniendo los anteriores ele­ tres de sus cuatro lados, ya que las sepulturas estu­ mentos se documentan otras piezas en forma de para­ diadas configuran precisamente el perímetro del lelepípedo recto y longitud variable entre 0,50 y 0,90 espacio sepulcral, así el sondeo 1 va. a supon~r J!l m. La unión entre estos elementos cimeros se produ­ límite meridional de dicho espacio, en tanto que el ce sin trabazón alguno y únicamente pareeen ajustar­ sondeo 2 conformará su límite occidental. se por el perfecto corte de sus superficies en contacto. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 77

Allí donde estos muros no son compartidos por tamente escuadradas que se disponen contiguamente otras sepulturas, al conformar los límites de la necró• en sentido este-oeste. Sus superficies superiores y polis, esas piezas cimeras presentan características laterales aparecen perfectamente alisadas, en tanto formales y dimensionales distintas a las que coronan que las inferiores se presentan toscas y con huellas de los restantes muros. Se trata de piezas más anchas, los procesos de labra. La losa que ocupa la posición que se prolongan en un enlosado extendido hacia los media exhibe en su parte central un orificio rectangu­ muros del templo (Figura 2). lar (75 x 35 mm) que se orienta transversalmente al eje de la sepultura y que serviría para facilitar su apertura. El espesor de estas piezas de la cubierta presenta amplia casuística, dependiendo de los rebajes docu­ mentados en sus bordes inferiores. Éstos varían entre 0,08 y 0,17 m y afectan a aquellos márgenes en con­ tacto con los rebajes descritos de la parte alta del muro, encajando unos en otros. En cuanto a los muros que conforman las sepultu­ ras, presentan características constructivas semejan­ tes para ambos sondeos. Tal es así que tres de los cua­ tro muros que componen cada sepultura se muestran constructivamente idénticos, en tanto que el cuarto (el occidental en el sondeo 2 y el meridional en el sondeo 1) difieren en algunos aspectos, al desempe­ ñar funciones perirnetrales de la necrópolis, y aso­ ciarse a estructuras de enlosado que cubren el restan­ te suelo de las naves. Dicha semejanza constructiva posibilitará la descripción conjunta de estas estructu­ ras para los sondeos 1 y 2. En los tres muros que son compartidos con las sepulturas adyacentes y por debajo de los bloques de arenisca descritos, se documentó un nivel inferior, de hasta 0,50 m de altura, que se dispone directamente sobre el sustrato natural formado por arcillas. Este nivel, constructivamente se compone de ladrillos pla­ nos alineados horizontalmente. Las diferentes hiladas de estos elementos se superponen y asientan por medio de una gruesa argamasa, que llega a alcanzar los 35 mm de espesor. En cambio, en cada hilada, las caras laterales de esos ladrillos están prácticamente en contacto unas con otras (Figura 3). Dicha argamasa presenta textura arenosa y alta Figura 2. Iglesia de Santa Maria de Güeñes, Sondeo 1: diferencia presencia de partículas de cal y fragmentos de ladri­ entre las piezas cimeras de las zonas septentrional (izda.) y meridio­ llo o teja de pequeño tamaño ( inferiores a 2 mm) nal (dcha.), límite de Ja necrópolis. Se observan Jos encajes en ángu­ muy bien distribuidos. lo recto donde se alojan las Josas de Ja éubierta. Los ladrillos presentan dimensiones muy diversas, comprendidas entre 0,32 m y 0,05 m de longitud, si Unas y otras piedras cimeras presentan en sus bor­ bien la mayor parte se encuentra entre los 0,22 y 0,24 des longitudinales superiores, aquéllos que dan al m, o bien O, 12 m. Su altura en cambio es mucho más interior de la sepultura, un encaje en ángulo recto de regular situándose en 44 mm. unos 70 mm de base y lado. Dichos encajes se hallan El que estas estructuras verticales fueran erigidas perfectamente alisados, así como la cara superior des­ de modo simultáneo, viene corroborado por el hecho tinada a ser vista, mientras que en las caras laterales de que muros contiguos compartan algunos ladrillos. se aprecian pequeñas improntas oblicuas, fruto de las Cosa que no ocurre cuando tales muros entran en labores de talla. contado con aquéllos que actúan al mismo tiempo Sobre el encaje descrito asienta la cubi,erta de la como perirnetrales de la necrópolis. sepúltüra. Se compone de tres 1osas de piedra arenis­ Sobre esos muros de ladrillo descansan las diver­ ca y forma cuadrangular, de 0,695 m de lado, perfec- sas piedras cimeras de arenisca, por intermedio de 78 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

lar y dar el alzado necesario a las piezas cimeras. En algunas zonas esta nivelación requiere el empleo de una segunda hilada de ladrillos. No se han encontrado eviden­ cias arqueológicas atribuibles a una estructuración sepulcral ante­ rior a la descrita, que debe situarse cronológicamente entre 1756 y 17 57, fecha en la que en los Libros de Fábrica figuran diversos pagos relacionados con esta obra (4). La construcción de estas sepulturas viene a coincidir morfológica (al menos en lo referido al aspecto superficial) y cronológicamente con las documentadas en otros templos estudiados, como pudie­ ran ser San Agustín de Etxebarria Figura 3. Iglesia de Santa Maria de Güeñes, Sondeo 2: detalle del muro noroeste, construido (Elorrio) y especialmente San mediante ladrillos planos. Martín de Arteaga (Zamudio) y San Pedro de Romaña (Trucíos), una capa de argamasa que permite nivelarlas, consi­ en los que también se documenta­ guiendo la acomodación de todas ellas a un mismo ron ladrillos aparejando la parte baja de los muros plano superior. medianeros entre sepulturas. En cuanto a los otros dos muros que completan y No obstante, un hecho diferencial en relación con cierran estas sepulturas (el situado a mediodía en el los templos citados, a excepción del de Trucíos, es la sondeo 1 y a poniente en el 2), además de las carac­ ausencia de cualquier tipo de indicación sobre las terísticas diferenciales de sus elementos cimeros que losas de la cubierta. Indicación numérica que, a partir ya se han comentado, se documenta la utilización de de lo observado en los registros de Libros de Finados piedras areniscas en su parte inferior, allí donde en de otras parroquias, permitiría llevar un control de la los demás se empleaban ladrillos. titularidad de las sepulturas. Si bien ambos muros exceden ampliamente el ámbito de la sepul­ tura que ayudan a delimitar, en el sondeo 1 la amplitud de muro excavado posibilita una aprecia­ ción suficiente de sus característi• cas constructivas (Figura 4). Se constata la utilización de piedras de tamaño muy variado, con pre­ dominio de elementos medianos y grandes, en tanto que los de menor tamaño se destinan a completar los huecos creados. Presentan formas con tendencia rectangular y la cara que da al interior de la sepultura resulta bastante plana, por lo que cabe pensar en una cierta selección de materiales. Éstos se ordenan en hiladas, más o menos conseguidas según las zonas y las característi- Figura 4. Iglesia de Santa Maria de Güeñes, Sondeo 1: muro sur de la sepultura, presentando cas de los elementos utilizados. características constructivas diferenciales, al configurar el límite de la necrópolis. Sobre este mampuesto se docu- , mentó una hilada de ladrillos, dispuestos horizontal­ (4) mente y trabados con argamasa, que sirven para nive- AHEB, 8° Libro de Fábrica: ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 79

La localización en ambos sondeos de estructuras definitorias de los límites sepulcrales, permite situar los confines meridional y occidental de la necrópolis. Según este esquema, el área sepulcral queda restrin­ gida a la nave central ocupando los tres primeros tra­ mos de la misma. Sin embargo, no hemos podido pre­ cisar la ubicación exacta de la primera fila de sepul­ turas y, en consecuencia, el límite oriental de la necrópolis, así como la existencia o no de pasillo cen­ tral en la misma. Como ya se ha comentado, las características estructurales de ambas sepulturas son prácticamente coincidentes, lo que ha posibilitado su descripción conjunta. Sin embargo, en lo referente a su contenido se aprecian notables diferencias que exigen su trata­ miento individualizado. Así en el relleno del sondeo 1 se documentó superficialmente una capa de tierra ligeramente arci­ llosa, con una compactación que se hacía más acusa­ da en superficie. Esta capa contiene abundantes par­ tículas de cal homogéneamente distribuidas, y una moderada presencia de fragmentos de piedras calizas y areniscas de pequeño tamaño (menores de 40 mm). Asimismo se documentaron algunos huesos huma­ nos, sin conexión anatómica, lo que viene a suponer la práctica de una remoción continuada del sedimen­ to y tareas de limpieza previas a una nueva inhuma­ ción. Este relleno cubría un ataúd de madera (Figura 5) que supone el último momento de utilización de esta sepultura. Este ataúd está compuesto por dos elemen­ tos: la tapa y la caja. Figura 5. Iglesia de Santa Maria de Güeñes, Sondeo 1: ataúd de La tapa esta formada por cinco piezas de madera, madera; zona de pies y tapa del mismo, sobre ésta se pue­ dos cortas y tres largas, y pre~enta forma trapezoidal den apreciar los restos de cinta que forman una cruz. tanto en planta como en sección. Las piezas cortas (Figura 6) se sitúan en cabecera y pies, y tienen for­ namente sobre los cantos de aquellas y de la pieza ma de triángulo isósceles, con alturas diferentes de que ocupa el fondo. 0,13 m para la pieza situada en cabecera y 0,09 m Los bordes longitudinales de las piezas largas de para la situada a oriente. Sobre los bordes laterales y la tapa, así como los superiores de las de la caja, pre­ la base menor de ambas, se apoyan las otras tres pie­ sentan un ligero bisel al interior. El resto de las piezas zas largas, de 1,77 m de longitud, asimismo con for­ muestran sus bordes rectos. ma trapezoidal, adaptándose sus anchuras mínima y Se han documentado restos textiles, de color par­ máxima a las de los bordes de ambas piezas cortas, a duzco, sobre las tablas longitudinales de la tapa y en las que unen. las piezas de cabecera, pies y lateral derecho de la La caja está constituida asimismo por cinco piezas caja. Su sujeción a la madera se realiza de dos formas de madera de forma trapezoidal. Lateralmente está distintas. En las zonas no vistas desde el exterior, a formada por dos pequeñas piezas rectangulares de saber, el borde inferior de las piezas largas de la tapa diferentes dimensiones en pies (0,30 x 0,11x0,03 m) y los bordes superiores de las piezas de la caja, se y cabecera (0,47 x 0,18 x 0,03 m). Sobre los bordes emplean vástagos de hierro de sección cuadrangular, laterales de ambas, montan dos piezas largas de 1,78 que aprisionan la tela contra los biseles internos o m de longitud y sección plana. Su forma es ligera­ contra los bordes laterales interiores allí donde los mente trapezoidal dada la diferente altura de las pie­ bordes no están biselados. Dichos vástagos se sitúan zas cortas que han de. unir. a intervalos regulares de 120 - 140 mm. Mientras que las piezas de cabecera y pies montan En cambio, en las partes destinadas a ser vistas, la directamente sobre la que compone el fondo de la sujeción se realiza con cortas tachuelas de cobre, de caja, las laterales se ven obligadas a acoplarse exter- cabeza circular plana y vástago de sección cuadran- 80 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

guiar, que se disponen alineadas a intervalos regula­ ambos. Es de reseñar que en el relleno de la sepultu­ res de 120 mm, en los bordes longitudinales de la ra se localizaron dos piezas terminales de ataúd que, tapa, allí donde se ha documentado una serie numéri­ por sus características, dimensiones y tipo de clavos, camente representativa. debieron pertenecer a este último ataúd, y que, tras su Sobre el tapizado de la tabla horizontal de la tapa desalojo, fueron reintroducidas en la sepultura, junto (Figura 5) y piezas de cabecera (Figura 6) y pies de la al extremo oriental del lateral izquierdo. caja, se pueden observar cruces latinas, dispuestas en De ser así, ambos ataúdes respon'derían a tipologí• coincidencia con el eje longitudinal central en el pri­ as diferenciadas, ya que estas dos últimas piezas mer caso, y verticalmente en los demás. Las cruces se mencionadas, que corresponderían a la cabecera y crean al superponer dos tiras de cinta blanca de 15 pies del ataúd, presentan idéntica forma de polígono mm de anchura, que se sujetan con el mismo tipo de hexagonal, unificando en una sola pieza lo que para tachuelas de cobre anteriormente descritas. Restos de el encontrado completo eran tapa y caja. La igualdad esta cinta se documentan asimismo en los laterales dimensional de ambas piezas otorgaría a este segun­ cortos e inferior del lateral derecho de la caja, apri­ do ataúd una forma rectangular en lugar de trapezoi­ sionada bajo las tachuelas que sujetan la tela del tapi­ dal. zado. Desconocemos si esta composición se extendía Los restos de este segundo ataúd apoyan casi sin a todas aquellas zonas periféricas donde se han loca­ solución de continuidad sobre el fondo de la sepultu­ lizado alineaciones de tales tachuelas. ra, siendo muy escasa la capa de tierra que los envuel­ ve, presentando características muy similares al relleno más superficial. En cuanto al sondeo 2, en su interior se localizaron dos niveles de inhumación, diferenciados por las características del relleno. La capa estratigráficamente superior se compone de una tierra arcillosa de compactación media, con alta presencia de partículas de cal muy bien distribuidas. Son asimismo frecuentes las inclusiones de pie­ dras areniscas y calizas, de tama­ ño generalmente inferior a 60 mm. Se aprecia una moderada presen­ cia de huesos pertenecientes a individuos infantiles y adultos, sin conexión anatómica, sino más Figura 6. Iglesia de Santa Maria de Güeñes, Sondeo 1: cabecera del ataúd, formada por dos pie­ bien revueltos e imbricados. zas. Sobre la más baja se observan restos de una cruz formada por cintas de tela suje­ El espesor de esta capa se man­ tas mediante chinchetas de cobre. tiene constante en la zona central, siendo más delgada hacia los Un último dato a destacar en relación al ataúd des­ extremos oriental y occidental. La posición más baja crito, es la colocación en la cara inferior de la tabla de esta unidad está ocupada por un esqueleto cuyo del fondo, de pequeños listones de madera, situados cráneo y pies se hallan forzados en una postura verti­ oblicuamente a los ángulos noroeste, suroeste y cal a fin de acomodarse al espacio liberado en el fon­ sureste, cuya misión sería probablemente el facilitar do de la sepultura (Figura 7). el descenso del ataúd a la sepultura, permitiendo el Por debajo de esta capa se documentó otra de tie­ deslizamiento y retirada de sogas bajo el mismo. rra muy arcillosa, de color más amarillento que la La colocación de este ataúd supuso la casi total superior y compactación media. El espesor de esta destrucción de una inhumación anterior, realizada capa decrece progresivamente del oeste hacia el este. también en ataúd de madera, del que únicamente se Contiene muy escasas piedras areniscas, planas y de documentaron parte de la tabla del fondo y un míni• pequeño tamaño. En este relleno se hallaron los hue­ mo resto del lateral derecho, piezas que en algunos sos del tronco y húmero derechqs de un esqueleto, del puntos estaban en contacto con el fondo del emplaza­ que no se documentaron otras evidencias, salvó una do superiormente. Junto a estos restos se halló una débil mancha de color marrón, interpretable como tibia, sin que se pueda establecer relación entre restos de la vestimenta. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 81

figura 7. Iglesia de Santa Maria de Güeñes, Sondeo 2: esqueleto nQ Figura 8. Iglesia de Santa Maria de Güeñes, Sondeo 1: esqueleto nQ 1, apreciándose la posición casi vertical de la cabeza en 1, correspondiente a una adulto amortajado con el hábito de relación al tronco. la orden de S. Francisco. La presencia de restos óseos de este segundo brazos flexionados, de modo que las manos entrela­ esqueleto y la irregularidad del lecho sobre el que zadas se apoyaban sobre la pelvis. Los miembros descansa el esqueleto superior, vendrían a corroborar inferiores se encontraban completamente extendidos una práctica inhumatoria que implica un vaciado par­ y juntos. cial de la sepultura, antes de proceder a una nueva Este esqueleto se encontraba vestido con un hábi­ inhumación. to de la orden franciscana, y presumiblemente des­ En el sondeo 2, es de destacar que en ningún caso calzo. Alrededor del cuello y descansando sobre el se han detectado ataúdes o restos relacionables con pecho, portaba lo que pudieran ser restos de un esca­ ellos, a diferencia de lo acontecido en el sondeo l. pulario, en tanto que entre las manos se halló un rosa­ rio. En el sondeo 2, por el contrario, se ha documenta­ 3. Las inhumaciones: restos esqueléticos y do una doble inhumación. La más superficial de ellas ajuares corresponde al esqueleto de un adulto, completo (esqueleto nº 1), en conexión anatómica, dispuesto en Como ya se ha comentado, en el sondeo 1 se ha decúbito supino y mirando hacia el este. Sus miem­ hallado un ataúd que representaría el último momen­ bros superiores se presentaban separados del cuerpo to de inhumación en esta sepultura. Dentro de él se y doblados, haciendo descansar las manos sobre el encontró el esqueleto de un adulto, completo y en tronco, a la altura del corazón. Las manos se encon­ conexión anatómica (Figura 8). Se hallaba en posi­ traban probablemente unidas por las palmas, en acti­ ción de decúbito supino y mirando hacia el este. Los tud orante. Sus extremidades inferiores aparecían miembros superiores aparecían extendidos y los ante- extendidas y juntas, siendo calzados los pies por unos 82 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

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Figura 9. Iglesia de Santa Maria de Gileñes, Sondeo 2: corte de la sepultura, mostrando el perfil del lecho en el que yacía el esqueleto 1, con zonas más elevadas tanto en pies como en cabeza de la sepultura. (Figura realizada por J.L.Tbarra, tomada de las Memorias de excava­ ción 1993, Servicio de Patrimonio de la Diputación de Bizkaia) sencillos zapatos de cuero sin cordones. Como ya se ha indicado, los pies y el cráneo de este esqueleto se disponían de una manera forzada, ajustándose a la forma que presenta el lecho en el que yace (Figura 9). Debajo de este esqueleto, en la capa de tierra más arcillosa se documentaron restos de otro individuo (esqueleto nº 2), concretamente los huesos del tronco y el húmero derecho de un individuo adulto, que poseen un deficiente estado de conservación. Se halla en posición de decúbito supino y mirando hacia oriente (Figura 10). Los restos antropológicos recuperados en ambos sondeos, ponen de relieve la ausencia de sujetos infantiles, a excepción de su presencia como inclu­ siones en el relleno. Aunque son escasos los datos que manejamos, estas evidencias deben valorarse junto a algunos datos documentales sobre el entierro de los niños; en 1663 se manda que se cumpla el cere­ monial romano, enterrando a los niños en la Iglesia matriz, pero separados de los adultos (5). Si bien la estructura sepulcral descrita debe situar­ se cronológicamente en el siglo XVIII y su utiliza­ ción debe abarcar hasta mediados del XIX, en el son­ deo 2 dentro del relleno U.E. 3, se documentó una moneda, datable en época de Felipe III (1598-1621). Aunque esta evidencia podría interpretarse en rela­ ción a la reutilización del relleno interior del templo una vez construidas las sepulturas, existen datos documentales que indican que tras la ejecución de las

Figura 10. Iglesia de Santa Maria de Gileñes, Sondeo 2: únicos restos (5) AHEB, 5º Libro de Fábrica. óseos conservados correspondientes al esqueleto nº 2. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 83

mismas, en 17 59, se procedió a trasladar la tierra abierta la sepultura que estuviese más desocupada y sacada de la iglesia a otro lugar (6). fuera más antigua, nos induce a pensar que buena par­ te de las sepulturas no tuviera titularidad privada a 4. Las cronologías perpetuidad en este siglo. En el siglo XVIII, sendas Visitas de octubre de 1740 y sobre todo la de mayo de Como ya se ha indicado, la construcción de la 1744, en relación con la orden de encajonar las sepul­ estructura sepulcral de la iglesia de Santa María de turas, acreditan la titularidad de particulares sobre Güeñes debe situarse en 1756 y 1757. Después de que muchas sepulturas (15), si bien por un período de en sucesivas ocasiones (1744, 1748 y 1753) (7), el tiempo que desconocemos. Visitador del Obispado insistiera en la necesidad de Estaríamos, pues, ante un modelo especial de pro­ encajonar el piso de la iglesia, en el 8º Libro de piedad, que se reactualizaría tras la obra de 1756- Fábrica aparecen recogido en el descargo dado en 17 57, toda vez que, ya concluida, se hace constar un julio de 1758, los pagos referidos a la "obra del ado­ descargo por el gasto del juez y notario que asistieron quinado" de la iglesia, ejecutada en los referidos al reparto de sepulturas (16). años. Para la misma se trajeron las losas desde la pro­ Por otra parte, los Libros de Finados no propor­ vincia de Asturias, por barco hasta Bilbao y en carros cionan información sobre lugar de enterramiento, ni hasta Güeñes (8). aparece denominación de sepulturas. La continuidad de todo el trabajo de sillería que hemos podido apreciar a través de los sondeos practi­ 5. Anexo documental: Iglesia de Santa María. cados, nos lleva a pensar que tales losas serían Güeñes empleadas tanto para la realización de las cubiertas y piedras cimeras, como para el enlosado exterior a la Santa María de Güeñes es una parroquia rica en documentación, por su antigüedad, en comparación con otras parroquias vizcaínas, y necrópolis, el cual no se había concluido en 1759 (9). su riqueza. Dispone de Libros de Fábrica desde 1503 y de Finados En estos sondeos no se han documentado eviden­ desde 1524. cias arqueológicas de estructuras sepulcrales anterio­ La documentación consultada se encuentra depositada en el res a la descrita. Sin embargo, en la documentación AHEB, siendo exclusivamente de carácter eclesiástico. Se han vacia­ do todos los Libros de Fábrica existentes, de 1503 a 1954, y los Libros de esta iglesia aparecen abundantes anotaciones en de Finados (de 1524 a 1855), si bien éstos presentan algunas lagunas los Libros de Fábrica sobre prácticas inhumatorias en importantes (del siglo XVI, sólo se dispone de partidas de defunción el interior del templo desde el año 1508. Asimismo, de 1524 a 1529; y del siglo XVII de 1603 a 1625). Así mismo se ha en 1512 se informa de la existencia de 34 sepulturas consultado el documento "Notas históricas varias", escrito con poste­ delante de la capilla mayor (10), y en 1556 se manda rioridad a los hechos a los que refiere y que viene a ser un resumen de noticias contenidas en otros documentos. allanar las sepulturas de la Iglesia (11). Por otra par­ Dada las numerosas Cajas de Papeles Varios (33, sigs. 21 a 53), te, desde 1644 hay noticias sobre la existencia de osa­ se han consultado aleatoriamente las cajas nº 21, 22-01, 28, 29, 38, 39, rio al que serían conducidos los restos tras las labores 49, y 50, no proporcionando información, por lo que no se incluyen en de limpieza de las sepulturas (12). la relación de documentación vaciada. Esta parroquia dispone además de Libros de Cofradías (La Pie­ Precisamente esta reutilización y los problemas dad, Rosario, Vera Cruz) y Libros del Cabildo desde el siglo XVI originados por la feligresía durante el siglo XVII, nos (Ordenanzas, Decretos, Cuentas, Fundaciones y Aniversarios, Rentas, hacen pensar en una situación peculiar en el régimen etc.). jurídico de titularidad de las sepulturas. Así la casa de Salcedo es propietaria de trece sepulturas desde al Relación documentación vaciada: - Libros de Fábrica: menos el 1ºcuarto del siglo XVI (13). El mandato del lºLibrodeFábrica: 1503-1527y lºLibrodeFinados: 1524-1529 Visitador a mediados del siglo XVII (14) para que sea (sig. 11-05) 2º Libro de Fábrica: 1526-1556 (sig. 12-01)

(6) 3º Libro de Fábrica: 1567-1606 (sig. 12-02) AHEB, 8º Libro de Fábrica. El 21 de junio de 1759 consta el 4º Libro de Fábrica: 1607-1638 (sig. 13-01) pago de 154 rs "por quitar la tierra que se sacó de la yglesia y 5º Libro de Fábrica: 1640-1672 (sig. 13-02) echarla en el campo". (7) 6º Libro de Fábrica: 1696-1717 (sig. 13-03) AHEB, 7º Libro de Fábrica, y 8º Libro de Fábrica. 7º Libro de Fábrica: 1718-1750 (sig. 14-01) (8) AHEB, 8º Libro de Fábrica. (9) 8º Libro de Fábrica: 1750-1804 (sig. 14-02) AHEB, Ibídem 9º Libro de Fábrica: 1804-1861 (sig. 14-03)

10º Libro de Fábrica: 1866-1954 (sig. 15-1) ras de las casas por su hordem como an ofrecido hasta aquí que es la - Libros de Finados: primera Ja señora de Ja casa de Salcedo y Ja segunda la señora de Ja 2º Libro de Finados: 1603-1625 (sig. 17-04) Casa de Aranguren y Ja tercera Ja señora de Ja casa de Montehermoso 3º Libro de Finados: 1711-1760 (sig. 17-05) ofrezcan al presente como suelen y las demás mugeres aunque sean 4º Libro de Finados: 1760-1780 (sig. 18-01) hijas de las dichas casas siendo casadas sino heredaren las dichas casas 5º Libro de Finados: 1780-1794 (sig.18-02) o se casaren con quién las herede vayan a ofrecer a Ja arca como las 6º Libro de Finados: 1794-1821 (sig. 18-03) otras vecinas del pueblo de manera que asta que herederen las dichas 7º Libro de Finados: 1821-1855 (sig. 18-04) mujeres casadas e sucedan en las dichas casas ofrezcan a Ja arca como - Notas históricas varias (sig. 22-03) dicho es e si sobre esto quisieren tener pleito no ofrezcan como Ja Constitución lo manda y mandóse a Jos curas y beneficiados so pena 1º Libro Fábrica: 1503-1527y12 Libro de Finados: 1524-1529 (sig. de excomunión e de cada 50 rs para pobres de este Obispado guarden 11-05) (s.f.) e cunplan Jo sobredicho y eviten de las oras al que Jo contrario hicie- - Según el libro "Notas históricas", en el año 1508 hay un man­ re". damiento del Obispo de "Doca" [de Oca] para que el mayordomo de Visita 1529-septiembre-21 Ja Iglesia "no venda dos sepulturas que están a Jos lados del altar de Ja "Ansímismo queda para Ja yglesia Ja sepultura que avía compra­ Piedad, de Ja capilla hornecina que está a Ja parte que se dice el Evan­ do Lope de Ja obra". gelio". No hemos visto este dato en el primer Libro de Fabrica, si bien Visita 1554-julio-25 tiene el aspecto de faltar hojas al comienzo. Por otra parte, las cuentas Manda a los curas llevar Jos libro sacramentales. En Jos de fina­ no siguen una sucesión ni ordenada ni cronológica, con anotaciones y dos manda asentar Jos que fallecen y dónde se sepultan, así como ante añadidos en letra diferente, y a partir de 1524 se mezclan con difun­ quién hacen Jos testamentos y qué mandas encargan. tos. - "A ocho días de junio de 1515 años dicho 5 sepulturas a Ja seño­ 3º Libro de Fábrica: 1567-1606 (sig 12-02) (s.f} ra Mari Torres de las 8 que tiene y dio por ellas en limosna 7.500 mrs Visita 1587-octubre-4 e salió por ellas Juan de la Puente e paso Ja escritura por ante Martín Responsos. "Mandó a Jos curas e clérigos de dicha yglesia que de Santa Marina escribano. Queda toda Ja capilla conviene a saber el ninguno ande diciendo responsos de sepultura en sepultura sino fuera altar e Ja tierra que está debajo de las paredes e dos sepulturas que a donde hubiere obladas dentro del añal y por las demás sepulturas están en los cantones del altar y entrada y salida para Ja procesión por digan un responso general por todas las ánimas e quando las mujeres de Ja iglesia excepto estas treze sepulturas llanas que son de Ja casa de de las dichas sepulturas que [den] tortas de ofrendas fuera de Jos aña­ Salzedo". les no quisieren levantarse a ofrecer vaya Ja freyla con las dichas tor­ - Cuenta del año 1512. "Yten más es a cargo el dicho Juan de Ja tas a las ofrendas e si la estorbaren e las llebaren e volvieren a sus Puente [mayordomo] todos Jos mrs que por limosna se han de dar a Ja casas los curas tengan quenta de ello para dar noticia a los Visitadores fabrica de treynta e quatro sepulturas que están señaladas delante de Ja quando viniesen a visitar para que sean castigados con todo rigor por capilla mayor que fueron apreciadas en ciertos precios de Jos quales y Jos provisores de este Obispado so pena de excomunión y de cada el pago de ellas ha de dar cuenta el dicho Juan de Ja Puente". 1.000 mrs para Ja fabrica de la Iglesia, atento Je consta por ynforma­ - "Recibo del mayordomo de 1524. El 19 de agosto de 1524 ción que ha habido muchos incovenientes en Ja yglesia". fallesc;:ió Diego Hurtado de Salzedo que santa gloria aya y está ente­ rrado en Ja Capilla de hazia donde se dize el Evangelio porque por 8 4º Libro de Fábrica: 1607-1638 (sig 13-01) sepulturas que están en ella dio en limosna a Ja Iglesia 24.000 mrs y Visita 1616-agosto-l 6 según dice mandó en su testamento que no se entierre en ella, salvo él Que no estorben enterrar los cuerpos ni hagan ruido y se pone Ja y su mujer Mari Torres Salzedo y en adelante susc;:esive Jos mayores forma. "Yten mandó su Md que el abrir de las sepulturas de Ja dicha de aquella casa" [el texto aparece tachado]. yglesia se guarde la Constitución sinodal que sobre ello trata y no se A partir de 1524 aparecen partidas de defunción en las que no se abran hasta ser cumplido el termino que ella manda y habiéndose indica ni el Jugar de enterramiento dentro de Ja Iglesia ni denomina­ cumplido ninguna persona pueda estorbar con decir que esta allí ente­ ción de Ja sepultura. rrado a su padre o madre, hijos o nietos, mujer o marido, o otros sub­ - "Gasto del año 1526. Pagué a Lope Femández de Santa Marina cesores ascendientes ni descendientes ni otros ningunos en manera 25 mrs por una obligación de sepultura que compro Hemando hijo de alguna e que se entierre Ja persona dissa que heredare en Ja sepultura Juan ... ". que Je quieren enterrar conforme Ja costumbre de Ja dicha yglesia y sus - "Gasto del año 1526". Se paga por otra sepultura. anejas ni sobre ello den voces ni alboroten Ja dicha yglesia en manera - "Gasto del año 1527". 4 rs se paga por una sepultura. alguna, antes dejen enterrar Jos tales cuerpos libremente en Ja forma dicha, en virtud de santa obediencia y so pena de excomunión y de 2º Libro de Fábrica: 1526-1556 (sig 12-01) (s.f} diez rnrs por cada vez a cualquier persona que Jo impidiere y diere rui­ Aunque no esta indicado en el inventario de Fondos del Archivo dos y alborotos en dicha yglesia en que dende luego Jos dio por con­ hay partidas de finados, pero sin indicar el Jugar de enterramiento denados para Ja lumbre del Santísimo Sacramento de dicha yglesia y Visita 1526-junio-29 da comisión en forma plenamente con poder de excomulgar y absol­ Sepulturas. "Que todas las sepulturas de Ja yglesia las allanen Jos ver al mayordomo eclesiástico de la dicha yglesia y al del Cabildo y a herederos de Jos que están enterrados en ellas de manera que estén cualquiera de ellos insolidum para que Jo haga cumplir y executar iguales dentro de 9 días después de leído este mandato e quiten qua­ como dicho es" (f. 83). lesquiera piedras que varac;:en en Ja dicha yglesia y si no Jo hicieren Visita 1631-agosto-10 dentro del dicho término el mayordomo de Ja yglesia lo haga a costa Sepulturas. "Yten mandó su Md que de aquí en adelante según Ja de los herederos e Jos quiten de las oras hasta que paguen al mayor­ Constitución sinodal de este Arzobispado en el modo de abrir las domo y quiten de las oras sino Jo hicieren". sepulturas donde están recién enterrados los difuntos en manera algu­ Ofrendas. "Yten que por quanto ubo ynformación que abía abido na, pena de excomunión y de 4 ds por cada vez, levanten ruido, pen­ e se esperaba aver diferencias y enojos y escándalos y otros males denciones ni quistiones ni alboroten ni inquieran a los sacerdotes sobre Ja manera del ofrecer y que Doña Mencia de Montehermoso, debajo de dichas penas ni censuras y si fueren rebeldes se da comisión mujer de Pedro de Ja Pressa, e Mari Torres y Salzedo, hija de Juan de al cura más antiguo para que aga información al Tribunal o de cuenta Torres y Salzedo y mujer de Juan Galindez de Salzedo, tenían dife­ a los Visitadores para que los castiguen". rencias sobre Ja manera del ofrecer e abida ynformación de Jo que se Visita 1633-mayo-23. Visitador, Juan de Estrada a usado de tiempo ymemorial a esta parte se mandó que sólo las seño- Sobre que Jos seglares no tengan banquetes en entierros. Y que Jos ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 85

curas no acudan a comer en casas de bauptismos, entierros, etc. Que los Visita 1672-octubre-23 vecinos no hagan concejo en la Iglesia, ermitas ni en sus cementerios. Arquilla. "Halló que el arca que está bajo del púlpito ocupa y cau­ sa indencia y aunque por otros visitadores está mandado quitar ver­ 5º Libro de Fábrica: 1640-1672 (sig 13-02) balmente no se ha cumplido, por lo cual mandó al mayordomo ecle­ Visita 1640-agosto-11 siástico de la fábrica, Pascual de Palazio, que dentro del 3º día de la Osario. "Halló su Md que el Osario de la dcha yglesia donde están publicación de esta Visita, pena de excomunión mayor haga quitar los huesos de los difuntos de ella está yndecente porque la red de él es dicha arquilla del puesto donde está y la ponga en la sacristía o en el muy baja, y está lleno de yerba y sin tejado y para que esté con decen­ coro en la parte de las dos que le pareciere a propósito" (f.l 95vº ). cia mandó su Md al Mayordomo que se ofreciere de la dcha yglesia en Sepultura de esta Fábrica. "Y por cuanto el sitio que ocupa dicha virtud de santa obediencia y so pena de excomunión mayor... , que arquilla es propio de la fabrica y lo bastante para una sepultura man­ haga levantar la pared del dicho Osario y limpiarlo de yerbas y hacer dó su Md que cuando hubiese ocasión se pida licencia para ello, que un tejado con sus pilares" (f. 9vº -10). su valor servirá para ayuda de dorar el retablo", mandado dorar en Sepulturas. "Fue su Md ynformado que cuando se abren las visitas anteriores. sepulturas en la yglesia para enterrar los difuntos en ella los vecinos y feligreses tienen diferencia sobre si es de unos o es de otros y leban­ 6º Libro de Fábrica: 1696-1717(sig13-03) tan ruydo y alborotos y pueden suceder escándalos y pendencias y 1708-junio-15 causar perturbación a los oficios divinos y para remediarlo dijo que - 26 rs a Joseph Antonio de San Cristóbal por 645 ladrillos que se mandaba y mandó a los vecinos y feligreses de dicha yglesia en virtud gastaron en enladrillar la Iglesia (f. 160). de santa obediencia y so pena de excomunión mayor y de 3.000 rs 1711-junio-16 aplicados para Obras Pías para que quando se abriesen las sepulturas - 27 rs y medio por 5 días que se ocupó un cantero en componer de dicha yglesia para enterrar los difuntos no hagan diferencias ni el osario y ziminterio (f. 185). lebanten ruido ni alboroto ni causen perturbación en los oficios divi­ Visita 1714-enero-28 nos estando en silencio. Para su cumplimiento se da facultad al bene­ Manda "que en el cuerpo de toda la yglesia se heche una cama de ficiado más antiguo para que al tiempo que se hallare presente evite en tierra de calidad que quede a nivel y en igualdad". los oficios divinos a las personas que hacen dicho ruido y alboroto y "Que entarimen de tabla la sacristía que siga en igualdad la altu­ tienen diferencias". Al margen: "Cumplióse" (f. 11-llvº ). ra de lo entablado con la ínfima grada, entrando en ella, pues no solo 1644-enero-l 1 se ha reconocido lo húmedo que está sino es que la bajada y salida de Osario: ella para celebrar está con grande inperfeción". - Pared. 50 rs a Pedro de Montesono por hazer las escaleras y 1714-junio-13 levantar la pared del osario. - 5 rs a un cantero por 1 día que se ocupó en componer el enla­ - Clavazón. 10 rs por el clavazón para el tejado del osario. drillado (f. 207 vº ) . - Levantar la madera del osario. 4 rs que pagó el día que se levan- - A los canteros que compusieron la grada del altar mayor 56 rs tó la madera de la dicha obra a los que ayudaron. (f. 208). - Texa. 38 rs que costaron 600 tejas para cubrir dicho osario 1715-junio-15 - Acarreo. 6 rs que costó el acarreo de dicha teja (f. 20vº ). - Replenar. 14 rs dados a 2 hombres por la tierra que han metido 1647-febrero- para replenar la Iglesia (f. 213). - 2 rs por una pala para abrir las sepulturas (f. 31 vº ). - 17 rs y medio que costó la tabla para las tarimas. 1651-febrero-l 6 - Escalera. 45 rs y medio que costó hacer la escalera para el osa­ 7º Libro de Fábrica: 1718-1750 (sig 14-01) (s.f.) rio con acarreo de piedra, cal y arena, oficiales y peones que se ocu­ Visita 1720-octubre-24 paron en ella (f. 56) "Y en atención a que dicha fabrica se halla con caudal bastante, y Visita 1661-julio-23 que no necesita ornamento por tenerlos decentes mandó su Mrd se Sepulturas. "Por cuanto su Md fue informado que sobre abrir las entarime el cuerpo de dicha yglesia, lo que no estuviere enladrillado sepulturas hay alborotos y ruidos donde se originan algunas disensio­ haciendo la división de sepulturas y si alguna fuere de algún particu­ nes por [lo] que mandó su Tilma que de aquí adelante se abra la sepul­ lar se entarimara a costa de[!] que se intitulase dueño, a que le obliga­ tura que estuviese más desocupada y que sea más antigua pena de rá el Vicario por zensuras y embargo de vienes para cuio efecto le da excomunión y de 4 ds aplicados para la luminaria del Stmo para cuyo su Mrd comisión en forma". efecto se da comisión en forma al cura más antiguo para que lo exe­ 1730-junio-27 cute" (f. 115vº ). - 5 rs que costó un madero para el osario y 5 rs y medio que pagó Visita 1663-octubre-23 por un día que se ocupó un carpintero en componerle y otros 4 rs de Entierro de niños. "Otrosí por cuanto fue informado haber algu­ un peón que estuvo con dicho carpintero. nas disensiones sobre los entierros de los niños y el ceremonial roma­ - 4 rs de un día que ocupó en retejar e igualar las sepulturas. no manda les separen de los cuerpos mayores, por tanto su Md mandó 1731-julio-2 que los curas y beneficiados de las yglesias parroquiales de este Con­ - 8 rs de ygualar y componer las sepulturas y limpiar la yglesia cejo pongan y elijan en esta yglesia matriz, no más, lugar sagrado a para la festividad de Ntra Sra. donde se entierren a los niños y lo cumplan so pena de excomunión 1733-junio-16 mayor y mandó a los vecinos de este Concejo no vayan contra esto, - 8 rs a 2 peones a ygualar las sepulturas. más antes ayuden a los dichos curas a executar este auto" (f. 134). 1738-junio-l 7 Visita 1669-diciembre-26 - 22 rs por 150 ladrillos que compró para enladrillar el suelo de la Losa. Al margen: "Está pendiente". "Otro sí su Md halló que jun­ dicha yglesia por el coro. to a la capilla mayor ay una sepultura con una losa levantada del sue­ - 22 rs por jornales de 4 días que se ocupó un cantero en asentar lo más de quatro dedos lo qua! es contra la ynmunidad de la yglesia a dichos referidos ladrillos y otros 6 rs a un peón que asistió a servir al donde todas las sepulturas han de estar iguales. Mandó su Md a los cantero. curas y beneficiados de dicha yglesia hagan allanar dicha losa que esté 1743-junio-19 rasa con la misma tierra.pues no es justo que en la yglesia haya pre­ - 5 rs y 17 mrs pagados "por unas tenazas para coxer los guesos heminencia sin haber título lexítimo y si los interesados le tuvieren de los cuerpos que se han enterrado en dicha yglesia". parezcan ante los Sts Provisores de Burgos a exhibirle, que se les oirá, Visita 1744-Mayo-25. Visitador, Thomas Antonio de Garro, canó• y guarden justicia" (f. 166vº ). nigo de Burgos 86 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

Encajonar la Iglesia. "Al tiempo de la visita de dicha yglesia A partir del diciembre de 1755 La Iglesia de Santa María de Gue­ reconoció su Mrd aliarse con prezisa necesidad de encajonarse todo el ñes pasa a depender del recién creado Obispado de Santander, y los piso y sepulturas de ella, y respecto no tener al presente su fábrica Visitadores proceden ya de allí y no de Burgos. efectos suficientes para ello, sólo una araña de plata que se alla de 1756-junio-19 prespectiba en el cuerpo de dicha yglesia, sin que la sirba de adorno ni - Después de la Revisión de cuentas, el Cabildo y Mayordomo lusimiento alguno por tener otras también de plata a el mismo fin que secular y eclesiástico acuerdan mandar al siguiente mayordomo de la la ermosean y que su valor es el de diez mili rs vellón poco más o fábrica que el alcance a favor de la misma de ese año (15.975 rs) se menos y suficiente para dicha obra, además de que muchas sepulturas, emplee en la obra del adoquinado de la Iglesia que está empezada (f. según se ha ynformado a su Mrd, son propias de particulares quienes 48vº -49). deberán contribuir con la parte que cada una correspondiere y según 1757-julio-5 su sitio regulado por el derecho que se paga o deviera pagar a la fábri­ - Cargo. Ingresos por entierro de 1O niños y 3 personas mayores ca de rompimiento y quedarla para su aumento y desempeños algún (en estos años muchos enterramientos de párvulos ). alibio, y para que se logre y ponga en execución conzedía y conzedió - El alcance a favor de la fabrica resulta ser de 18.445 rs y en su Mrd lizencia en forma a los mayordomos eclesiástico y secular de cumplimiento de lo ordenado por el Visitador, se manda que se apli­ ella para que con interbención del cura de dicha yglesia vendan dha que a la obra que se esta practicando en la Iglesia, y se continúe con alhaja de plata a donde les pareciere llebando quenta y razón de su ella, por ser de consideración (f. 52vº -53). ymporte, peso y a qué prezio se benefizió, hasiendose cargo en las 1758-julio-8 quentas que dieren de su producto con la devida justificazión y zitan­ - Quenta que se le toma a Juan Joseph de San Cristóbal, mayor­ do a los ynteresados en dichas sepulturas, echa traza y condiziones de domo que ha sido de la fábrica de Santa María desde San Pedro de dicho encajonao su endesquinao para que quede con todo luzimiento 1757 hasta tal día de 1758 (pero son gastos referidos a 1756 y 1757, y perfecta su obra, se fijaren los edictos necesarios en sitios y parajes cuando tiene lugar la obra) (f. 56 - 59vº) :"Obra del adoquinado de donde llegue a notizia de maestros que la ejecuten a toda satisfazión y dha Fábrica : vista de otros peritos en el arte [y] se sacará a público remate señalán­ - Primeramente de mil fanegas de cal que tome a Pedro de Eche­ dose día y hora y teniendo presente sea en el que con más asierto se bestet dándole cantera de mi quenta y hacienda a 36 mrs fanega, 1.058 considere la puede perfezionar aunque sea con algún costo más pues rs y 28 mrs. en ello dicha fábrica lo tendrá de alibio, y encargava y encargó su Mrd - 75 rs por recivir y pasar en el carro desde el calero al campo de al dicho cura y mayordomos la convenienzia en que rematada que sea la Iglesia. dha obra ... dha fábrica por lo respectibo a las sepulturas que constare - Pagué al citado Pedro 1.089 rs por 198 operarios que por sí y son de particulares con lexítima causa y que les pueda apremiar a la ellos se ocuparon en las canteras de Muneran. paga y contribución de lo que cada una debe satisfacer, se les ará saver - Más 632 rs y 17 mrs por otros 115 que ocupó al mismo jor­ con separación a sus ynteresados este Auto para que si bieren les con­ nal. viene se allen presentes por sí o por terzera persona a el remate de - Más al mismo 448 rs y 8 mrs y medio por otros 81 y medio que dicha obra y, estando perfecta o antes a liquidar, lo que cada una debe­ ocupó. rá contribuir arreglándose en esto a que sea por medida o por prezio - Más al mismo 192 rs y 17 mrs por otros 35 que ocupó en dis­ que contribuien otras por razón de rompimiento a la fábrica, y si algu­ tintos tiempos. no o algunos de sus yndibiduos no se conformaren y pagaren lo que - En el tiempo que se ocuparon estos operarios ... 62 rs y 17 mrs. así les cupiere en su repartimiento a el día y plazo que se señalare y - Entregué a Antonio de Bega, mtro cantero, por dos ocasiones quinze días después, se queden dichas sepulturas para desde dicho día que vino a reconocer la obra y dar sus instrucciones en lo que ocupó en adelante por de dicha fábrica y pierda el derecho que de ellas podía tres días, 75 rs y 10 mrs. tener y ... su Md ... concedió lizencia en forma para uno y otro a dicho - Por los mismos tres días que tube en mi casa al citado Bega, su cura y mayordomos con las facultades necesarias ... " criado y cavallería, su gasto 45 rs. 1745-junio-22 - Por dos marcos para hacer ladrillo pagué a un carpintero 5 rs y - 1 rs que dio por un zesto para sacar los huesos de dicha yglesia medio. de los difuntos y llevarlos al osario. - Más 46 rs que mi criado y cavallería gastaron en el mesón de Visita 17 48-agosto-8 Marzana en tres días que me fue preciso detenerme en la Villa de Bil­ Manda entarimar la yglesia o encajonarla con la mayor brevedad. bao para recibir las primeras losas que vinieron que fueron 512, inclui­ Que los días de entierros, exequias, honras, etc., no se tenga comidas dos en ellos los que di para refrescar a los marineros que las trajeron, en casa de los difuntos por los muchos gastos que causan. y otros gastos que ocurrieron. - 122 rs y 17 mrs en distintos tiempo he pagado por 24 libras y 82 Libro de Fábrica: 1750-1804 (sig 14-02) media de pólvora para las canteras. Visita 1753-enero-29. Visitador, Juan Francisco Guillen, Arzobis­ - Más por media arroba de pólbora que de Bilbao hize traer melad po de Burgos de una que Pedro de Echebestet y yo compramos, 50 rs. Entarimado."Por repetidas visitas está mandado se entarime o - 15 rs y tres quartillos por otras tres libras de pólvora. adoquine el pavimento desta dha yglesia, lo que asta ahora no ha - 44 rs que mi criado y cavallería gastaron en Bilbao quando tenido efecto, y para que se consiga manda al Cabildo y beneficiados, vinieron las últimas losas que fui a recibirlas y disponer el poner en que en el término de 15 días primeros siguientes, se congreguen en Ripa algunos carros de roza para que los carreteros las trajesen inclui­ el sitio de costumbre y resuelvan la prompta ejecución de la obra de dos algunos otros gastos que me ocasionaron. dicho entarimado o adoquinado del respecto de lo que mereze la her­ - Más 2 rs que di a Domingo de Garay porque fuese a Gordejue- mosura de dicha yglesia, y, en fuerza de la lizencia que les está con­ la y Llanteno a buscar canteros. zedida para hazer el terno de primera clase, le executaran posterior a - A Domingo del Campo, cantero, por lo mismo, 1 r. la referida obra nezesaria, supliendo el costo de uno y otro y lo demás - A un cestero por 6 pericachos, 15 rs. que se considere nezesario para la mayor dezencia del culto divino, - 10 rs que pague por 116 varas de cordel para cojer los niveles 0 de las rentas de la dicha fabrica" (f. 23-23v ). de la Y glesia y govierno de los adoquines. 1753-junio-1 - 84 rs de 14 libras de pólvora, a 6 rs cada una que últimamente - 40 rs se le dan a Miguel Diez por ir a la Villa de Munguia con se gastaron en la cantera del Juncal. un maestro de la de a reconocer dos partidas de tablas y - Por 5 engarillas, las quatro de tabla zerrada y la restante avier­ ver si eran a propósito para entarimar esta Iglesia (f.32). ta, incluidos los clavos que se gastaron, 20 rs. - 1 rs por un cesto para sacar los guesos (f. 36). - Pagué a la Viuda de Simón Gutiérrez, 37 rs y medio de una ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 87

esquadra de hierro, una pica, un martillo, y un trinchante que tasó el días, y gastos y solicitase su cobranza importaría mas de cien pesos, rementero todo necesario para dicha obra. de lo que haze gracia a la yglesia". - Más 15 rs por un madero de 30 pies de largo, del que se hicie­ - Se añade al final, con fecha 30-noviembre-1760, reconocimien­ ron 3 piezas para en el campanario que di de mi monte. to de las cuenta por Juan Antonio de la Plaza Lombera, Arcipreste de - Más 11 rs por dos carpinteros que se ocuparon en cortar y labrar Santander (f. 61 vº ): 411 rs de jornales de labrar y asentar las losas que citado madero y otro como él para nibelar dicha yglesia y éste le lleve últimamente se trajeron de la Villa de Bilbao y se pusieron debajo del a mi casa. coro. Resta deber 2.813 rs y medio salvo error que tendrá para la com­ - 15 rs que pagué a Joseph de Yandiola, ensamblador, para hacer posición del Presbiterio y resto de la enlosadura. el reglón, nivel para nivelar, plantillas para labrar la piedra .... esqua­ 1759-junio-21 dra y otros dos marcos para ladrillo pues los que van cargados no sir­ - 154 rs por quitar la tierra que se sacó de la Iglesia y echarla en vieron. el campo (f. 64vº ). - 22 rs que pagué al citado Yandiola por dos días que él y su cria­ El alcance a favor de la fábrica resulta ser de 1.966 rs y 7 mrs que do ocuparon en quitar y poner el canzel y el embalaustrado de la capi­ se ordena se entreguen al mayordomo siguiente, teniendo en cuenta lla de Santa Ana. que hay en poder del mayordomo de los años anteriores, Juan Jose de - 5.550 rs que pagué a mi cuñado Juan Mathias de Sarachaga por San Cristóbal, 3.547 rs y medio para concluir el enlosado y aprontar 1. ll O losas que de mi orden hizo traer de Asturias a 5 rs cada una. material para hacer nuevo Presbiterio (f. 65vº ). - 195 rs que pague a Bega por hazerlas sacar desde la lengueta del Visita 1763-julio-28 Campo de Ripa. Manda que no se hagan comidas en entierros, honras, novenarios - A Domingo de Zavalia 40 rs por roza que puso en citada Ripa y cabos de años de difuntos. para traerlos en los carros debajo de las losas. 1784-junio-14 - Por derechos al Consulado, 27 rs y 25 mrs. - 10 rs por sacar la tierra de debajo del coro. - En tres ocasiones he pagado al citado Zavalia, 120 rs también 1789-septiembre-24 por roza. - 14 rs jornal de 2 oficiales canteros que se ocuparon a componer - A él mismo en otra ocasión y por roza 22 rs. las sepulturas (f. 227vº ). - Por el porte de las mili de ellas a 2 rs cada una, 2.000 rs. Visita 1796-agosto-13 - Por el de 30 de ellas a medio real, 15 rs. Manda que se retire a paraje donde no ocupe la tumba que esta en - Por el de 70, a real, 70 rs. el altar de San Diego y solo de ponga cuando "haia oferta y días de - Más 1.200 rs por 24.000 ladrillos de la tejera de a 50 rs el ella y entonces una más pequeña". millar en el año del 56. 1802-julio-6 - 336 rs por otros 7.000 [ladrillos] que se trajeron en el año del 57 - 16 rs a un cantero por componer las sepulturas y pila de agua a 48 rs el millar, pues aunque se trajeron 8.000, los 1.000 restantes los bendita (f. 274 ). tomamos mi sobrino Bustamante y yo de los que quedaron en pedazos. - 152 rs y 24 mrs que se gastaron en pan y vino con los carrete­ 9º Libro de Fábrica: 1804-1861 (sig 14-03) ros que los trajeron de limosna en días de fiesta. 1805-agosto-6 - Por 44 parejas de bueyes que se han ocupado en toda la obra de - 417 rs que costo "componer la guesera con piedras de sillería y la yglesia a acarretear la piedra para los adoquines, arena, y ripios, 528 demás materiales competentes por estar caída e indecente" (f. 3 vº ). rs a 12 rs por día. 1814-mayo-30 - Relación de oficiales labrantes y peones para hacer el marte- - Un cantero se emplea un día en labrar una losa para el adoqui­ ro nado (f. 23vº ). - A Domingo de Garay , 22 rs y 12 mrs de 5 días que trabajó en De 1824-junio-29 a 1825-junio-29 hacer la cueba en Santana para los huesos a 4 rs y 16 mrs por días, - 60 rs por 10 operarios en romper el Campo Santo y estraher de montan 22 rs y 12 mrs. él los huesos del osario de 25 cadáveres a 6 rs (f. 59vº ). - Pagué al citado Garay 156 rs y 3 quartillos por 28 días y medio De 1826-junio-29 a 1827-junio-29 que abrir sepulturas ocupó a 5 rs y medio, montan 156 rs y 25 mrs y - Se ingresan 20 rs de las hojas de las puertas del Campo Santo. medio. - Por 5 entierros de párvulos, a 4 rs - Más pagué a Manuel ... por abrir las sepulturas 214 rs y medio 1840-junio-29 a 1841-junio-29 por 39 días a 5 rs y medio de jornal, montan 214 rs y medio. - Por limpiar el osario. - Más pagué a Joseph de Galindez por 28 días que abrir las sepul­ 1848-septiembre-1 l turas, travajó a 5 rs y medio de jornal, 154 rs. - 58 rs por el rompimiento del Campo Santo. - Más pague a Francisco de Amezaga 38 rs y medio por 7 días a 1845-junio-29 a 1846-junio-29 5 rs y medio cada uno [por] abrir sepulturas, etc. - 8.767 rs, según tasación y reconocimiento que hizo el arquitec­ Coste de herramientas: to Lorenzo Antonio Francisco Muñiz, vº de Bilbao, de las obras que - Primeramente pagué al rementero 47 rs por los cuños, martillos, ejecutó Domingo de Ysasi en la torre y Campo Santo, de cuya canti­ y picos nuevos que para las canteras hizo, 47 rs. dad se deducen 300 rs de derechos de dicho arquitecto que vino dos - De composición y rebocar barrenos, 30 rs. veces al expresado reconocimiento, se anotan 8.467 rs. - Por 3.200 puntas a los canteros labrantes 240 rs esto fue el año 1852-junio-29 a 1854-junio-29 pasado del 56. Construcción del Campo Santo detrás de la Iglesia (estará vigen­ - Por 5.000 puntas, 375 rs. te hasta 1900 en que se construye el nuevo cementerio) (f.127 y ss.). - Por barrenos y escodas, 30 rs y medio año del 57. - 100 rs a Francisco de Saracho por la limpieza y demás labores Total 29.468 rs y medio" del Campo Santo. - 150. rs que gasto con el juez y notario que asistieron al reparti­ - 80 rs pagados al tejero por 33 medidas de cal y despojos de miento de las sepulturas cuio costo se mandó por el Sr. Provisor fuese a ladrillos para cubrir las urnas del Campo Santo. costa de dicha yglesia. - 4 días se ocupa el cantero Jose de Y razabal por labrar y colocar - 253 rs a Eusevio de Llaguno, Prior de Santander, por las dili­ una losa para una sepultura. gencias que practicó para dicha obra. - 1.256 rs y 12 mrs al cantero Jose de Yrazabal por los días que - 300 rs que se le abonaron al Mayordomo por los muchos días se ocupó en la obra del Camposanto. que ha ocupado en dicha obra de adoquinado, gastos que ha tenido en - 840 rs y medio a Jose de Yrazabal por 129 varas y un pie de su casa y pérdidas de cobranza pues si tuviese apuntamiento de dichos sillería, a 6 rs y medio para dicha obra. 88 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

- 121 rs y medio al dicho Jase por hacer los osarios que ocupo 42 Libro de Finados: 1760-1780 (sig. 18-01) 13,5 días. - 64 rs a Urruela por 8 días que ocupo en dicha obra. 52 Libro de Finados: 1780-1794 (sig. 18-02) - 666 rs a Francisco de Saracho por 111 días ocupados en el nue- En todos estos libros no hay información del lugar de enterra­ vo Campo Santo y traslación del Osario viejo, a 6 rs. miento en la Iglesia, ni denominaciones de sepulturas. Sólo propor­ - A Sebastián de Ocharan, 50 días y medio en dichas obras, 303 cionan datos respecto al difunto: nombre, apellidos, parentesco inme­ rs. diato, si hizo testamento, a quién nombra por heredero, y cuándo deja - A Inocencia Hurtado, por 6 días, 36 rs. mandas para determinados altares, iglesias o ermitas. - A Manuel de Urruela, por 24 días, 144 rs. - A Jase de Galarraga 4 días, 24 rs. 6º Libro de Finados: 1794-1821(sig.18-03) - A Pedro Martínez, 87 días, 522 rs. Continúan los enterramientos en el interior de la Iglesia, sin indi­ - 2.115 rs por 211 días que ocuparon los albañiles Benito de San- car lugar. El 16 de noviembre de 1811 hay un enterramiento en el ta Marina y su hijo en construir las urnas del Campo Santo, a 1O rs día. Campo Santo; a partir de entonces unas veces se entierra en la Iglesia - Diversos pagos por materiales: ladrillos, baldosas, madera. y otras en el Campo Santo - Al dicho Benito por lo que ha obrado en la Capilla del Campo Santo. 72 Libro de Finados: 1821-1855 (sig. 18-04) - A los que se ocuparon en la traslación del osario. Enterramientos en la Iglesia hasta el 13-diciembre-1841, en que - Al carretero Pedro de Echebeste. por última vez se entierra en la misma (el cuerpo de María de Ameza­ - Se va a para venga el Visitador a bendecir el Campo ga, de 66 años) (f. 112). Santo. En la siguiente partida, del 16-Marzo-1842 (f. 112vº) se dice que - 699 rs y 23 mrs a Benito, el albañil, para el completo pago de la se dio tierra en el Campo Santo el cuerpo de Magdalena de la Torre, y obra del Campo Santo. en adelante siempre en el Campo Santo o cementerio. - 721 rs por 183 días empleados como sobrestante en la obra del osario y campo Santo. - Al final de libro: 1819-Enero. Carta de los mayordomos ecle­ 2.7. Iglesia de San Pedro de Romaña (Trucíos) siástico y secular al Obispo de la Diócesis de Santander, solicitando licencia para reparar varias cosas que destrozó la irrupción de los fran­ ceses en la Iglesia de Santa María del Concejo de Gueñes (tabernácu­ l. Introducción lo, robo de vasos sagrados y algunas alhajas, ornamentos). Entre las mas urgentes, "colocar las losas del pavimento en lugar de las que des­ El edificio actual debió iniciarse como gótico a pedazaron los franceses". Se concede. principios del siglo XVI, evolucionando hacia plante­ 10º Libro de Fábrica: 1866-1954 (sig. 15-1) (s.f.) amientos renacentistas mediado el siglo, cuando los 1865-junio-29 modelos constructivos eran ya otros (1). - 14 rs a 14 peones para sacar y quemar ataúdes del huesario. Se trata de un edificio de tres tramos y tres naves 1874-enero-2 desiguales, la central más ·ancha, y la del Evangelio - 37 rs a Francisco de Saracho por quemar los ataúdes y arreglar el Campo Santo. más estrecha que la de la Epístola. La nave central 1876-enero-2 remata en ábside ochavado de tres paños. La cubri­ - 126 rs por desenterrar y enterrar en otro sitio los huesos de la ción es enteramente en bóvedas de crucería de distin­ huesera a Urruela por 6 días, Aldama otros 6 y a Gregario de Usate­ to tipo, sobre columnas en el centro y pilastras en los gui otros 6, a razón de 7 rs día. - 21 rs a 3 obreros por quitar los escombros de la huesera. lados. Desde 1899-Mayo-3 a 1900 En alzado, las naves laterales son más bajas que la - Pagos relacionados con la construcción del nuevo cementerio. central en el -1 º tramo, mientras que en las dos restan­ Al margen del descargo consta la siguiente anotación: este año tes alcanzan la misma altura, ofreciendo, en este con licencia del Obispo y Gobernador se trasladaron al cementerio ámbito, el aspecto de Iglesia-Salón o columnaria. nuevo los restos humanos del cementerio viejo que estaba detrás de la iglesia, ocupando toda la parte trasera del presbiterio y del altar de los Cuenta con un coro alto a los pies de la nave central Dolores construido y administrado que fue por la Iglesia. en arco escarzano. - Descargo por la función religiosa cuando la traslación de restos. Dispone de dos accesos, el principal de tipo clasi­ Cuenta referida al año 1907 cista (1 º mitad del siglo XVII), centralizado a los - 3.300 pts al carpintero Ramón Larrea por.entarimar todo el inte­ rior del templo parroquial según las bases que contienen en el archivo. pies, bajo la torre, y un acceso secundario, gótico, Cuenta referida a 1928 localizado en el 2º tramo del lado de la Epístola. - 219 pts por unas lápidas de mármol nuevo con sus letras dora­ Además de la torre barroca, el templo dispone de das. sacristía en la cabecera, y de pórtico lateralizado y Cuenta referida al año 1935 enlosado. - 697 rs por materiales empleados en la entarimación de parte de la Iglesia Nuestra actuación arqueológica se desarrolló en Cuenta referida al año 1948 - 2.576 pts por la tabla para entarimación de parte de la Iglesia - 222 pts al carpintero (1) BARRIO LOZA, J.A. y ASPIAZU, R. Patrimonio monumental de Trucíos, Diputación Foral de Bizkaia /Ayuntamiento de Tru­ 2º Libro de Finados: 1603-1625 (sig.17-04) cíos / Sociedad Capelastegui, 1991. LOPEZ NOGUÉS, F.J. "Iglesia de San Pedro de Romaña. Tru­ 32 Libro de Finados: 1711-1760 (sig. 17-05) cíos", en Monumentos de Bizkaia, Diputación Foral de Bizkaia, 1987, T. IV, pp. 164-175. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 89

dos puntos cercanos del interior del templo. El deno­ En función tanto del material utilizado en su cons­ minado sondeo A se localizó en el primer tramo de la trucción como de la forma en que ha sido trabajado o nave central, desplazado hacia su límite septentrional no dicho material, en estos muros podemos diferen­ y en contacto con la primera grada de acceso al pres­ ciar tres zonas superpuestas, si bien a este respecto biterio. El sondeo B se abrió en el segundo tramo de conviene aclarar que no existe coincidencia morfoló• las naves, en el intercolumnio del lado de la Epístola gica absoluta entre las estructuras examinadas. y próximo al pilar oriental (Figura 1). Una primera zona, la superior, parte de la cual está

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o 2 4 1 J:i;1:\J Superficie excavada - -mt

Figura l. Iglesia de San Pedro de Romaña (Trucíos). Plano y planta de la iglesia, señalando la localización de los sondeos.(Dibujo de J. L. !ba­ rra sobre plano de Santiago J. Galaz, publicado en Monumentos de Vizcaya, T.IV. Encartaciones-Bilbao, Bilbao, 1987)

El tipo de evidencias documentadas, prácticamen­ destinada a ser vista y transitada, la componen piezas te idénticas en ambos sondeos, nos permiten conocer en piedra arenisca con formas que se ajustan a tres en cierta medida la última organización a que fue modelos en función de su localización: a) en las sometido el suelo interior del templo en su larga uti­ zonas angulares que son compartidas por cuatro lización como lugar de enterramiento. sepulturas, fruto de la contigüidad de dos bandas paralelas norte-sur de tumbas, se han colocado cruces monolíticas con brazos cortos de longitud desigual. 2. La estructura sepulcral En el caso de las dos tumbas que nos ocupan, estas estructuras se documentan en los ángulos de los lími• En ambos sondeos el levantamiento del entarima­ tes occidentales; b) en las zonas angulares opuestas, do que sirve de suelo a las naves, puso al descubierto donde no existe otra hilera de sepulturas adyacente, y dos tumbas perfectamente regularizadas y orientadas por tanto únicamente se establece contacto entre dos según el eje mayor del templo. Cada una de las tum­ fosas, la piezas cimeras muestran forma de T, con bas se describe como un espacio rectangular en plan­ dimensiones variables en la longitud de sus brazos; y ta (2 x 0,56 m), creado a partir de la intersección de c) el espacio que media entre las distintas piezas cuatro muros rectos (Figura 2). angulares lo ocupan elementos rectos con formas asi- 90 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

muros norte, oeste y sur de la sepultura del sondeo A (Figura 3), quedando reducido en el sondeo B al muro sur. En todos ellos se constata una importante casuís• tica en relación al número, dimensiones y regularidad de los niveles que componen estos ladrillos, con mar­ cada tendencia a lo homogéneo en el sondeo A y a un progresivo adelgazamiento en el sondeo B. Las capas de ladrillo se disponen directamente bajo las piezas cimeras del muro, complementándose esta transición con pequeñas piedras de formas irre­ gulares. Éstas sirven tanto de asiento de tales piezas, como de "relleno", allí donde sus caras inferiores se muestran marcadamente irregulares o se acusa la variación de su altura. Por último encontramos la parte propiamente de mampuesto, la más baja en el alzado de esta estructu­ ra, que se dispone a partir de piedras areniscas de for­ mas, dimensiones y regularidad de su superficie vista variables, tendiendo a ordenar los elementos en hila­ das horizontales (Figura 3).

Figura 2. Iglesia de San Pedro de Romaña (Trucíos): sepultura correspondiente al Sondeo B. Se observan los elementos cimeros del muro perimetral y las tres losas de cubrición. En primer término el límite oriental de la sepultura. milables a "paralelepípedos rectos", de longitud variable. Esta desigualdad en las longitudes también se aprecia en la altura de las distintas piezas, tanto comparando unas con otras como observando el total desarrollo de un mismo elemento. Por el contrario, comparten una anchura similar oscilante entre los 0,20 y 0,22 m. Las aristas superiores de estos sillares cimeros, aquellas que miran al interior de las sepulturas, exhi­ ben pequeños rebajes en ángulo recto entrante, d,e 50- 60 mm de altura y 40-50 mm de profundidad. Estos, así como la estrecha franja superior que delimitan, pre­ sentan un aspecto liso y un perfecto acabado, en con­ traste con las superficies laterales de las piezas donde se aprecian pequeñas improntas del proceso de talla. En segundo lugar bajo este primer nivel se desa­ rrolla, en lo sustancial, un muro de mampostería que puede completarse o no con zonas aparejadas en Figura 3. Iglesia de San Pedro de Romaña (Trucíos): Muro oeste de ladrillo como elemento interpuesto. Este tipo de la sepultura del Sondeo A. En él se pueden distinguir los material se encuentra sólidamente representado en los diferentes materiales utilizados en su construcción. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 91

Si comparamos el mampuesto de las estructuras labra. En estas mismas caras se han practicado toscos en los sondeos A y B, se constata un mayor esmero encajes de 80-90 mm de profundidad y 50-20 mm de constructivo en el primero, sobre todo en el muro altura, en aquellos de sus márgenes que descansan oriental, donde ese mayor cuidado se expresa tanto en directamente en contacto con el rebaje descrito en los la verticalidad constructiva lograda, como en la cui­ elementos cimeros de los muros. dada selección de piedras de cara plana. Por el con­ La losa que ocupa la posición media presenta en trario, en el sondeo B el mampuesto se presenta, en su punto central un orificio con forma rectangular (7 5 general, mucho más desordenado en su disposición y x 25 mm), con orientación este-oeste en su eje mayor, descuidado en la elección de materiales (Figura 4). como medio de facilitar el levantamiento de las cubiertas sepulcrales (Figura 2). La sepultura del sondeo B pre­ senta además sobre el primer tercio de la losa de cubrición oriental y en posición centrada, una indica­ ción numérica correspondiente al 77, realizado mediante una técnica incisa, con una sección en V muy abierta. Tal indicación está ausente de la cubierta del sondeo A. El área intervenida no permite evaluar claramente la amplitud total y organización de este con­ junto sepulcral. Las tumbas pare­ cen ordenarse de norte a sur de for­ ma contigua, creando hileras que se suceden paralelas por las naves, en el sentido transversal del tem­ plo. Los sondeos A y B nos permi­ ten constatar la existencia de al Figura 4. Iglesia de San Pedro de Romaña (Trucíos): muro SE del Sondeo B, apreciándose dife­ menos cuatro de estas hileras: rencias en cuanto a la calidad de su construcción en relación a los muros del Sondeo A (ver figura 3). aquellas dos en las que se ha actua- do arqueológicamente y otras dos más, dispuestas respectivamente Un último dato a señalar hace referencia a la zona junto al límite occidental de ambos espacios interve­ occidental de la hilada inferior del muro meridional nidos. Los límites orientales de ambos sondeos apa­ del sondeo A, que se encuentra desplazada hacia el recen como zonas ajenas al uso sepulcral, en concre­ exterior de manera tal que, en su nivel más bajo, la to el espacio reservado al presbiterio en el sondeo A cabecera de la tumba sufre un ligero estrechamiento. y una superficie enlosada en el B. Todos los distintos elementos que componen los Las fuentes documentales consultadas no parecen muros se unen por medio de argamasa, que también aludir a un número mayor de hileras que el señalado. aparece enfoscándolos. Si bien desde 1657 se hace referencia al lugar de Estas estructuras sepulcrales descansan directa­ enterramiento (2), es en 1675 cuando con motivo de mente sobre una capa formada por tierras de color hacer constar el coste de rompimiento de sepultura o marrón rojizo y escorias de hierro, a las que se aso­ inhumación, se indican expresamente cuatro lugares cian con frecuencia restos arcillosos parcialmente de enterramiento (3). Para mediados del siglo XVIII, calcinados. Desconocemos si tales materiales guar­ la época cronológica que más directamente nos inte­ dan relación con la estructura de tumbas a la que sir­ resa en este momento, las anotaciones en los libros ve de base o bien han de ser asociados a la construc­ parroquiales se refieren con preferencia a una prime­ ción general del templo. Este relleno se rebajó, pun­ ra, segunda y tercera grada o fila, al señalar el lugar tualmente, unos 0,20 m en un caso y 0,40 m en otro, donde será enterrado un feligrés difunto. Muy espo- sin llegarse a localizar el sustrato natural. Las tumbas aparecen cubiertas por tres losas pla­ Como lugáres de sepultura se citan: "bajo de las gradas", "gra­ nas de piedra arenisca, con formas de tendencia cua­ da de medio", "primera grada", "primera ylera", "ylera de drangular. Sus caras superiores se presentan alisadas, medió" (AHEB, 2° libro de Fábrica). frente a las inferiores, donde se aprecian pequeñas (l) "gradas arriberas", "segunda grada", "última grada" y "bajo las improntas como evidencias de los trabajos para su gradas". (AHEB, 4Q libro de Fábrica). 92 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

rádicamente se hacen anotaciones tales como: " ... se En el sondeo A se exhumaron restos pertenecien­ entierra a Manuel de Talledo en la última grada .. " que tes a dos individuos. El primero de ellos (Esqueleto nº consideramos debe interpretarse como correspon­ 1) se correspondía con un adulto y ocupaba una posi­ diente a la cuarta, habida cuenta de que tal mención ción estratigráfica alta dentro del relleno sepulcral, figura junto a referencias expresas a alguna o todas de siendo, por tanto, el de cronología más reciente y las otras tres hileras de sepulturas que siempre son representando lógicamente el momento final de utili­ citadas por su número de orden. zación de esta sepultura. De ser así, las cuatro hileras documentadas en los Dicho esqueleto se encontraba en posición anató• sondeos se organizarían por parejas, separadas entre mica (Figura 5), adoptaba la posición de decúbito sí por un espacio a modo de pasillo. Esta zona divi­ supino y miraba hacia el este. Sus brazos aparecían soria vendría a corresponderse con la superficie enlo­ flexionados haciendo descansar las manos, tal vez sada observada en el límite oriental del sondeo B entrelazadas, a la altura de la parte baja del abdomen. (Figura 2) y que se prolongaría hasta entrar en con­ Su estado de conservación era deficiente, a menos en tacto con la hilera de sepulturas inmediatamente ante­ lo que respecta a tronco y cintura pélvica, limitada a rior, a la sazón la segunda a partir del presbiterio. una débil huella adherida al terreno, que, sin embar­ Según los cálculos realizados sobre la distancia go, sigue conservando su morfología debido a la que media entre los límites oriental (sondeo B) y impronta, que por el propio peso, dejó el cadáver en occidental (sondeo A) de las hileras excavadas, dicho el terreno subyacente. En este frágil estado se docu­ pasillo tendría suficiente amplitud como para alber­ mentaron asimismo los huesos del carpo y el radio y gar una nueva hilera de sepulturas, que vendría a cúbito izquierdos. Por el contrario, las extremidades aumentar el cómputo total hasta un número de cinco, inferiores, en posición extendida, se mostraban con­ lo que no parece cuadrar con las fuentes documenta­ sistentes al tacto. Por último, en relación a la estruc­ les. tura craneal, faltaba la porción mandibular. Quedarían por tanto las sepulturas ceñidas a los dos tramos delanteros de las naves, correspondiendo a cada uno de los tramos un par de hileras, sin poder precisar la superficie que ocupan en las naves latera­ les. El tercio trasero del templo, bajo el coro, resulta­ ría ajeno a la necrópolis, presentándose como una superficie enlosada de ingreso al templo (4).

3. Las inhumaciones

En base a la documentación consultada, resulta interesante reseñar que en esta iglesia, a diferencia de lo que ocurre en la parte occidental del Señorío, las sepulturas carecen de denominación, y las inhuma­ ciones se producían, a menudo, en función de la dis­ ponibilidad en el recinto sacro. El 1º Libro de Fina­ dos (1624-1672) revela que hay enterramientos asi­ mismo en la Capilla de Ntra. Sra. (1629) y en la Capi­ lla de San Joan (1630). En este mismo documento además, se cita en dos ocasiones "mandó enterrarse en la sepultura que aya mejor disposición" (1631), a diferencia de otros mandatos comunes a las iglesias de la zona occidental tales como " .. en la sepultura de su apellido", o " .. en la de su casa". Las sepulturas excavadas aparecen ocupadas por inhumaciones individualizadas, si bien no resultan concordantes en cuanto al número total de ocupantes que se documentan.

"> En 1679 se anotan pagos por' el enlosado de la zdria' del bajo coro, en cumplimiento de las órdenes dadas por el Visitador en Figura 5. Iglesia de San Pedro de Romima (Tiucíos), Sondeó A: 1676 (AHEB, 4º Libro de Fábrica). esqueleto nº 1, correspondiente a un adulto.

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La segunda inhumación (Esqueleto n.º 2) pertene­ posición completa del cadáver, éste fue arrinconado y cía a un infantil y se encontraba depositado en el fon­ cubierto por una capa de cal, cuya extensión se limi­ do de la fosa sepulcral, ocupando su tercio oriental. ta prácticamente a lo que dichos restos infantiles ocu­ De su esqueleto sólo la cabeza, el tronco y las extre­ pan, procediéndose a depositar un nuevo individuo, midades superiores se presentaban en conexión ana­ tal vez el Esqueleto nº 1, en una posición más alta. tómica, indicando una posición de decúbito supino El sondeo B se encontraba ocupado por un único orientada hacia el este. En tanto sus extremidades individuo, de edad adulta, que fue depositado prácti­ inferiores, también deficientemente conservadas, se camente sobre el fondo de la fosa. Se presenta com­ localizaron ligeramente desplazadas hacia el límite pletamente articulado, en posición de decúbito supi­ septentrional de la sepultura y relacionadas con otros no y mirando hacia el este. Las extremidades inferio­ restos óseos infantiles sueltos y escasos en número. res aparecen extendidas y juntas mientras que las Todo este conjunto se hallaba cubierto por una capa superiores se doblan, separadas del cuerpo, haciendo de cal también limitada en su extensión (Figura 6). descansar las manos sobre el tórax. Su estado de con­ servación difería según partes anatómicas, siendo las más alteradas las correspondientes al tronco y pelvis. El cráneo se hallaba deteriorado fundamentalmente en la zona maxilofacial, faltando la mandíbula. Todos los cuerpos aparecen depositados en con­ tacto directo con el relleno terroso que los cubre, el cual presenta un alto contenido en escoria de hierro, repartida en fragmentos de pequeño y mediano tama­ ño, así como una alta presencia de pequeños frag­ mentos de teja o ladrillo. Si bien no se han conserva­ do restos textiles, se ha verificado sin embargo una alta frecuencia de piezas de zapatos de cuero. Se tra­ ta en todos los casos de partes completas de zapato o bien de algún elemento suelto, fundamentalmente suelas con la puntera redondeada o apuntada. La presencia de tales elementos no deja de ser un dato cuando menos curioso, en unos rellenos que se muestran ciertamente libres de restos óseos o ajuar. La frecuencia de restos óseos humanos desconexio­ nados, que sin duda informan sobre el uso continua­ do de un espacio sepulcral, es ciertamente baja en relación a lo apreciado en otros templos estudiados, y quizá algo menor en el sondeo B que en el A. Esta moderada presencia de fragmentos óseos, fundamentalmente huesos cortos en la tierra de relle­ no, debe relacionarse sin duda con una práctica de limpieza de los restos de la inhumación que viene ocupando una fosa, que ha de ser nuevamente utiliza­ da. Desde al menos 1640 está documentada la exis­ tencia de una osera donde se vacían los huesos de los difuntos (5). Esta labor de limpiéza debió afectar además a lo que interpretamos como ajuar funerario, ya que este Figura 6. Iglesia de San Pedro de Romaña (Trucfos), Sondeo A: tipo de evidencias se caracterizan también por su esqueleto infantil desplazado hacia Ja zona occidental de la escasez. Sin embargo, paradójicamente, las piezas de sepultura y cubierto con cal. calzado son muy frecuentes, componiendo numérica­ mente la parte más importante del total de restos cul­ El lugar ocupado por este esqueleto en la fosa y la turales exhumados. posición relativa de los restos óseos que conserva, nos induce a pensar que éste no es el lugar de su deposición original sino más bien el fruto de un des­ El 19 de abril de 1640 se paga a 10 oficiales de cantería por "acer plazamiento intencional. Tal vez obligados a utilizar la hosera a donde se echan los huezos de los difuntos", (AHEB, esta sepultura en un plazo anterior al de la descom- 2. 0 libro de Fábrica). 94 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

4. Las cronologías ra de las otras tres gradas citadas expresamente por su número de orden. Desconocemos la fecha exacta de construcción de En el templo parroquial de Trucíos, se establece la estructura sepulcral que hemos venido describien­ que por el rompimiento de sepultura se debía abonar do, aunque todos los indicios disponibles hasta el a la fábrica un pago determinado cuya cuantía varia­ momento nos permiten situarla en tomo a los años ba en función del sexo del inhumado y, fundamental­ centrales del siglo XVIII. mente, de la grada elegida para su entierro (8). Esta Entre los Libros de Fábrica parroquiales no se ha circunstancia nos permite situar las gTadas como conservado el que debió contener lo acontecido en transversas al eje mayor del templo, sucediéndose este templo entre 1741 y 1762. En los libros anterio­ contiguas desde el presbiterio hacia el coro, lo que res a la primera fecha citada no se recoge mención permite graduar su importancia social y económica alguna que permita concluir sobre la existencia de de acuerdo con su proximidad o lejanía del altar. una estructura como la documentada en los sondeos Los cargos resultan diferentes para hombres y A y B o donde se sugiera la necesidad de acometer su mujeres así como por su proximidad al altar. En la construcción a fin de "actualizar" el uso supulcral del grada arribera el precio es de 30 reales para las muje­ interior del templo. res y 16 para los varones, en tanto que en la segunda Esta última cuestión tampoco figura entre las ano­ grada lo es de 15 y 11 respectivamente. En la deno­ taciones realizadas a partir de 1762 (6). Sin embargo, minada última grada, el rompimiento de una sepultu­ una década más tarde, comienzan a registrarse parti­ ra en el caso de una mujer suponía 9 reales y 7 en el das esporádicas de gastos referidos a "losas que se caso de un varón; por último, bajo de las gradas o fue­ han puesto en las sepulturas", lo que nos lleva a pen­ ra de las gradas, en lo que sería la cuarta hilera, el pre­ sar que para las fechas en que se recupera la seriación cio era de 5 reales para una persona adulta, sin dife­ documental, ya está erigida y activa la estructura des­ renciar sexo, y de 2,5 reales en el caso de los párvu­ crita. los. Debemos también añadir que la estructura sepul­ La zona denominada "bajo de las gradas" figura cral de otros templos estudiados como son San Mar­ siempre como la de menor precio, lo que revela una tín de Arteaga en Zamudio o Santa María de Güeñes, localización final en la serie de hileras y en la trasera cuya construcción data de 1750 en el primer caso y de del templo. Un dato cuando menos curioso sobre esta 1756-57 en el segundo, y que presentan semejanzas grada última es el hecho de ser la única donde el sexo morfológicas con lo encontrado en San Pedro de del inhumado no lleva aparejado diferenciación en la Romaña, permitirían situar la fecha de ejecución de tasa por inhumación (4). esta necrópolis hacia la mitad del siglo XVIII. Esta ordenación de las sepulturas será el esquema En este sentido, la visita de 8 de octubre de 1655 que se perpetúe, renovado, en la construcción del pone de manifiesto la existencia de un suelo irregular, siglo XVIII. Durante este siglo las anotaciones en los consecuencia de que los enterramientos se producen libros parroquiales, se refieren con preferencia a una directamente en la tierra que conforma el suelo de las primera, segunda y tercera gTada o fila, al señalar el naves, obligando a arrasar éste de forma periódica lugar donde será enterrado un feligrés difunto. Muy (7). En este sentido, a nivel superficial, la construc­ esporádicamente se hacen anotaciones tales como: ción del XVIII dota al templo de un piso sólido, nive­ " ... se entierra a Manuel de Talledo en la última gra­ lado y regular que permite el fácil tránsito de los feli­ da .. ". El lº libro de Finados (1642-1672) revela que gTeses. hay enterramientos asimismo en la Capilla de Ntra. Como ya se ha comentado, las fuentes documen­ Sra. (1629) y en la Capilla de San Joan (1630). tales consultadas señalan, para el siglo XVII, una ordenación de las sepulturas en gradas o yleras con­ S. Anexo documental. Iglesia de San Pedro de tabilizándose un número total de cuatro (3). Las men­ Romaña (Trucíos) ciones se refieren siempre a una primera grada o arri­ bera, a una grada media y a una grada última o baje­ La documentación examinada en esta parroquia, de carácter ecle­ siástico, se encuentra depositada en el AHEB. ra. Junto a esto se señala también la posibilidad de ser Se han vaciado los Libros de Fábrica, de los que existe serie con­ enterrado " fuera de las gradas " o "bajo de la grada", tinuada desde 1611hasta1973, y el!º Libro de Finados (1624 a 1672). que cabe interpretar como la hilera número cuatro, Los Libros de Cofradías (Animas, Rosario y Vera Cruz) han sido habida cuenta de su consideración como un espacio individualizado con identidad equivalente a cualquie-

(S) En la Visita de 1695 se establece la reducción del derecho de rompimiento de sepultura en una tercera parte, debido a la pre­ (6) AHEB, 6º Libro de Fábrica. sión de los vecinos que consideraban el precio excesivo, por con­ (7) AHEB, 2º Libro de Fábrica. tar la fábrica con otras rentas (AHEB, 4º libro de Fábrica). ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 95

también consultados, pero no proporcionan noticias relevantes para la - 400 rs gasto de cavar un pedazo de la yglesia junto a las gradas investigación por lo que no han sido incluidos en la relación de vaciado con 2 obreros en un día. de Archivo. Los restantes Libros de Finados, de 1672 a 1890, no han sido 1635-diciembre-20 consultados, dado que existían noticias sobre inhumaciones en los Libros - 12 rs que costó ec.har la tierra para hacer el losado que hizo de Fábrica. El 9º Libro de Fábrica (1881-1973) no ofrecía noticias de Pedro de la Huerta, cantero, vecino de Trucíos. interés, por lo que no se reseña en el vaciado de la documentación - 6 rs [gasto] que hizo Fray Gordanes de tasar el pedestral y losa­ do que hizo Pedro de la Huerta, cantero, nombrado el primero por la Relación documentación vaciada: iglesia. - Libros de Fábrica: 1636-diciembre-21 1º Libro de Fábrica: 1611-1631(sig.08-02) - 18 rs de piedra, cal y arena para el pedrestal. 2º Libro de Fábrica: 1632-1665 (sig. 08-03) - Cantero. 50.320 mrs que el mayordomo anterior pagó a Pedro 3º Libro de Fábrica: 1666-1673 (sig. 09-03) de la Huerta, maestro cantero, de la obra que hizo en el pedrestal y 4º Libro de Fábrica: 1675-1713 (sig. 14-05) losado de que mostró carta de pago finiquito ante Pedro Pérez, escri­ 5º Libro de Fábrica: 1714-1740 (sig. 08-04) bano, su fecha 3 diciembre 1635. 6º Libro de Fábrica: 1762-1795 (sig. 08-05) 1640-abril-19 7º Libro de Fábrica: 1796-1824 (sig. 09-01) - Cantero. "A 1O oficiales de cantería que se ocuparon de acer la 8º Libro de Fábrica: 1824-1842 (sig. 07-04) hosera a donde se echan los huezos de los difuntos a 4 rs, por día cada - Libros de Finados: oficial, hasta 1.360 mrs". lº Libro de Finados: 1624-1672 (sig. 09-04) - Piedra. "Yten de allegar la piedra necesaria para dcha hosera y hacer el mortero, 12 rs". 1º Libro de Fábrica: 1611-1631 (sig. 08-02) - Escalera. "24 rs de 6 oficiales de cantería que hicieron las esca­ Visita 1612-julio-10 leras que están junto al osario ques donde baja la procesión". El visitador ordena que saquen dos piedras que hay en el interior Visita 1655-octubre-8 de la yglesia al exterior. "Yten alló su Md que en la yglesia ay dos pie­ Sepulturas. Que se allanen. "Y por quanto el suelo de la yglesia dras que solían estar .... y pilares de la yglesia biexa y están inde\:en­ está con muchos altos y bajos y la causa es porque las sepulturas cuan­ tes. Su Md mandó al mayordomo de la yglesia que dentro de 8 días las do entierran los difuntos las dejan con más tierra de la que es necesa­ aga echar fuera de la dicha yglesia". ria causando en esto disconformidad en cuya consideración mandava 1612-octubre-23 y mandó a los herederos y cavezaleros de los tales que sean enterrados Cargo. Sepulturas: Se cobra por derechos de enterramiento en el las arrasen y pongan igual con el suelo y dejen limpias y lo mismo aga interior de la iglesia, indicando el nombre del fallecido, pero no la ubi­ el mayordomo de la yglesia por lo que tocare a la fábrica allanándola cación de la inhumación, textualmente se dice "por la sepultura, man­ toda y cubriendo algunas calaveras que están descubiertas o sacándo­ da y ornamentos de ... " las y llevándolas al osario por la indecencia que lo dicho se causa y lo 1614-julio-2 cumplan los unos y los otros dentro de 15 días que corran de la publi­ - 2 ducados por la grada que hizo en la yglesia Lucas Terreros. cación de este Auto en birtud desta obendentia y de excomunión - 54 rs que costó sacar la tierrá de la yglesia para igualar el suelo mayor y de quatro ducados aplicados en la forma antes dicha". de ella. 1657-diciembre-20 1616-agosto-30 Cargo: - Cargo. Sepulturas: se cobra por derechos de enterramiento - De la sepultura, ornamentos y manto y manda de Madalena de como en cuentas anteriores. Collado, 13,5 rs porque se enterró "bajo de las gradas". 1625-noviembre-30 - Idem de María de Loredo 13,5 rs "porque se enterró debaxo de - Da por descargo 275 rs "que parece ha pagado a Pedro de la las gradas". Huerta, cantero, vecino deste valle, por el enlosado de la mitad de la 1661-febrero-16 yglesia y lo de la portalada principal y seis canes para el cimiterio Cargo: como de su carta de pago consta firmada de Juan de Pando y Esteban - "De la sepultura, homamento, manto y manda de Fhelipa de de Llaguno en la misma fecha". Pando 12 rs que se enterró bajo de las gradas que murió sin tes­ tar". 2º Libro de Fábrica: 1632-1665 (sig. 08-03) -De la sepultura de un niño de D. Antonio de Urrutia 16,5 rs "que En los cargos continúan apareciendo cobros por derechos de ente­ se enterró en la sepultura encimera". rramiento en el interior de la Iglesia, pero no consta en dónde son ente­ - Hasta el final del libro (1665) se continúa enterrando en las gra­ rrados, sólo el nombre del difunto. das. 1632-diciembre-21 Descargo: - [Al margen] Partición de sepulturas. 16 rs que costaron bajar las - Terraplenar. 18 rs "que costó terraplenar la iglesia y igualar el sepulturas para hacer las gradas nuebas del altar. cimiterio". - Gradas del altar mayor. 36 rs que costó llevar la tierra para lebantar las gradas del altar mayor. 3º Libro de Fábrica: 1666-1673 (09-03) - Cantero. 80 rs a Pedro de la Huerta, maestro cantero, 40 rs por 1667-junio-3 el pedrestal y los otros 40 por quenta de las gradas y altares que se Cargo. Sepulturas: hacen en la dicha yglesia, de que mostró carta de pago ante el escri­ - Y ten se le cargan de los derechos de la sepultura de Pedro Cale­ bano, su fecha en 21 de diciembre de 1631. ra de la Revilla "en la grada arribera", 1.037 mrs, "ornamentos, capa 1633-diciembre-20 al entierro y nobeno". - 12 rs por la visita que hizo Fray Loren\:o a ver el losado que se - De la sepultura de Pedro de Pando 1.513 mrs "en la ylera arri­ hizo en dicha yglesia. bera, ornamentos, capa al entierro". - Cantero. 80 rs que dio a Pedro de la Huerta, cantero, a quenta - De la mujer de Sancho de Angulo "bajo de las gradas con orna­ del losado y gradas del altar mayor. mentos", 476 mrs. 1635-enero-3 - 1.037 mrs de la sepultura de Issavel de Castañada, "en la grada - Cantero. 400 rs a Pedro de la Huerta, maestro cantero, que fue arribera". en quien se remató las gradas de la dcha yglesia del altar mayor, pero - De la sepultura de Felipe de Larrea "en la grada de mº ", 629 no se paga esta partida por no estar echa la obra. mrs. 96 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

- De la sepultura de Francisco de Carranza "en la grada de Cargo: medio", 1.037 mrs. - Ingresos en concepto de 10 sepulturas de niños; no consta dón• - De la de Simon García "en la grada de mº ", 663 mrs. de son enterrados, sí quienes eran sus padres. - De la sepultura de Sebastián Garsía "bajo de la grada con orna- Visita 1672-noviembre-19 mentos de entierro", 476 mrs. Charidades. "Por quanto su Md ha sido informado que quando - De los ornamentos del entierro de Tomas de Trusios que murió falleze qualquier pheligrés desta yglesia el día del hentierro noveno y en Castilla, 204 mrs. cavo de año al heredero o persona a cuyo cargo está el hacer los sufra­ - De Ja sepultura de Estevan de Llaguno "en la grada arribera", gios por su alma a las personas que veneran ellos se les da y rreparte 1.039 mrs. dentro de dichas yglesias pan vino y carne haciendo senttar así a los - De Jos derechos de ornamentos, manto y manda y 9 días de San­ hombres como a las mujeres en yleras desde Ja puerta de la yglesia has­ cho de Angulo "fuera de las gradas", 366 mrs. ta las gradas del altar mayor que llaman charidades lo qual causa ynde­ - De la sepultura de Diego López "en Ja grada de medio", 1.030 mrs. cencia y además de estar prohibido por Constituzión y para que aquí - De la sepultura de Domingo Machin "en la grada de medio", adelante se evite semejante abuso ... manda y mandó que de ninguna 1.240 mrs manera Jos dichos herederos y testamentarios den dichas charidades - De la sepultura de Pedro de Allende "en Ja grada de medio", ... dentro de Ja yglesia su zementerio ni en otra parte, sitio, ni lugar sagra­ - De la de Martín de Quintana "en Ja primera grada'', 789 mrs. do pena de excomunión mayor". - De Ja sepultura de Jeronimo de la Quintana, 789 mrs. Lápida. Cumplido. "Otrossí halló su Md que en la capilla mayor - De la sepultura "de niños fuera de Ja grada", a 85 mrs cada uno. de esta yglesia y pegante a la ínfima grada al lado de la Epístola haver - De la sepultura de un niño de Francisco de la Paliza, y otro de una bulto muy alto de el suelo y sobre unas piedras una lápida ancha Pedro de Llaguno, otro de Pedro de Urdiales, otro de Juan López, otra y larga que dicen ser hentierro de los sazerdotes que por estar tan niña de Mª Santos de Ja Huerta, otro de Pedro Calera de Ja Calera, otro levantada causa yndezencia y más estando en semejante sitio y ser de Pedro de Carranza, otro de Mateo Garsía, otra niña de Basilio de contra Jo dispuesto por la Constitución sinodal de este Arzobispado Capetillo, otro de Pedro Herrero, otro de Antonio de Somoqto., otro de para remedio de lo qual mandava y mandó al mayordomo lego de esta Felipe de la Paliza, otro de Felipe de Mirones, que importan todos a yglesia que dentro del tercero día de la publicación ... haga quitar y 85 mrs cada uno, 1.105 mrs. quite las dichas piedras que están devaxo de la dicha lápida y la embu­ - De Ja sepultura de un niño de Antonio de Urutia "en Ja grada ta en el superfi9ie de Ja tierra de manera que venga enybel con la pla­ arribera'', 255 mrs. · nicie del enlossado de junto a las gradas del altar mayor... , y asímes• 1669-septiembre 21 mo, debaxo de dichas penas y censuras que arriva le van ynpuestas y Cargo: dentro de dicho término, corte y sierre el banco largo y rasso que está - Por Ysabel de la Huerta "en la grada primera", 32 rs y medio. al lado de la Epístola junto al altar de Ntra Sra del Rosario que sobre­ - De un niño de D. Antonio de Urrutia, 8 rs. pone hasta Ja segunda grada del presviterio de forma que qualquier - De Catalina López "en la grada de abajo", 14 rs. seglar que se sentara en él ponía Jos pies en dicha grada y se hallava - De Madalena de Carran9a "en la primera ylera", 38 rs y medio. en lugar tan preheminente como el sacerdote quando empieza la mis­ - De Juan de Loredo "en Ja ylera de medio", llebáronse los orna- sa y causa yndecencia e yrreberencia de manera que ni con tres pies mentos a su casa, 3.833 mrs (24 rs y medio). no llegue a la dicha ynfima grada''. - De Fhelipe de la Palenque "en Ja grada primera" 20 rs y medio. - De Marta de Loredo "abajo de la grada", 14 rs. 4º Libro de Fábrica: 1675-1714 (sig. 14-05) - De María Sainz de la Huerta "debajo de Ja grada", 14 rs. Al comienzo de las cuentas consta: - De Catalina de Llano, "abajo de la grada", 14 rs. "El romper las sepulturas importa en las gradas arriberas para - De Madalena de Lugo "bajo de las gradas", 12 rs y medio. embra, 30 rs. Siendo para barón en la misma grada ymporta dicho - De Mari Flores de la Torre "en la grada bajera", 16 rs. rompimiento, 16 rs. - De Santiago de Loredo "en la grada bajera", 14 rs. En la segunda grada siendo embra a de pagar 15 rs. Siendo para - De Francisca de Ja Garma "en la primera ylera'', 38 rs y medio. hombre en Ja misma grada a de pagar 11 rs. - De Pasqual de la Tajada "en la grada primera", 44 rs y medio. En la última grada siendo embra a de pagar 9 rs y si fuere varón - De Catalina de Ja Garma "en la grada bajera", 12 rs y medio. 7 rs. - De Lucas de Cariga "en la grada bajera", 16 rs y medio. Por los ornamentos sacarlos de Ja yglesia se an de pagar 6 rs. - Por el entierros de 12 niños, 2 rs y medio cada uno. Por el manto, 1 rs; al Hospital real y medio. Visita 1669-diciembre-13 El rompimiento de sepultura bajo de las gradas siendo persona Que no den refrescos. "Otrossí su Md fue ynformado que en la mayor a de pagar 5 rs, y siendo niño 2 rs y medio". yglesia de este Valle hay de abuso que los entierros y honrras de los "Conforme a la moderación que hizo el Señor Visitador el año del difuntos los eclesiásticos y otros compelen a los herederos o testa­ 95 [1695] importan las sepulturas en las gradas arriveras siendo embra mentarios del dicho difunto además de los derechos funerales que den 20 rs. Siendo varón, 10 rs y 3/q. dos vezes refresco de pan y vino a los eclesiásticos y otros seglares En la segunda grada, siendo hembra 10 rs, siendo para hombre 8 que se juntan y lo que es más abominable que el dicho refresco de rs y 24 mrs. comer y vever lo hacen en el choro de la yglesia mezclados Jos ecle­ En la última grada siendo hembra 6 rs y siendo barón 4 rs y 4 mrs. siásticos y seglares que es en deservicio de Dios Ntro Señor y poca El rompimiento de las sepulturas bajo de las gradas siendo para reveren9ia de un templo y en perjuizio de los difuntos y sus herederos persona mayor 3 rs y medio, siendo niño 14 quartos. pues hera más justo gastarlo en sufraxios que no en semexante profa­ Sacar Jos ornamentos fuera de la yglesia 3 rs; dentro de Ja yglesia, nidad para cuyo remedio mandó su Md a los dichos sacerdotes y a real y medio. Manto, 1 r. Hospital, real y medio. otros de cualquier estado y condición que sean que de aquí adelante Con que la sepultura arrivera de una mujer con manto y besti­ los dichos sacerdotes estén contentos con el estipendio conforme de mentas a cassa importa 28 rs con su noveno, siendo barón en la mis­ costumbre tienen de llevar en los funerales de los difuntos que no ten­ ma forma de arriva 19 rs y 1/q. En la segunda grada siendo hembra con gan ni hagan tener semejantes comidas y vevidas que llaman refrescos Jo de arriva dicho 18 rs y medio, siendo hombre 17 rs y l/q. En Ja últi­ no solamente en el choro sino en otra ninguna parte y mandó a Jos ma grada siendo hembra 14 rs y medio y siendo barón 13 rs y 1/q". susodichos y otros cualesquiera seglares no den ni se junten en sitio Visita 1676-junio-16 alguno a tomar dichos refrescos, lo cual cumplan pena dexcomunión " ... y porque debajo del coro en el cuerpo de esta iglesia está niuy mayor y que sean castigados". (f. 12-19) malo con algunos oyos mandó se enlose en la mejor forma que sea 1670-agosto-21 posible componiéndolo de9entemente ... ". ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 97

1678-marzo-29 vos que los curas y beneficiados de esta iglesia llevan de los entierros Descargo: y funerales y para su aberiguazión se le indicó a dchos curas trajesen - 55 rs a los oficiales que se ocuparon en componer y asentar las memorial por menor de dchos derechos y abiendolo echo para que losas en el estrivo. constase se pone aquí a la letra que es como sigue: - 12 rs que se gastaron con los maestros que remataron el enlosa­ Memorial [al margen, Arancel]: primeramente de entierro y nobe­ do y en el concierto con los vidrieros. no de qualquier difunto que deja con que se cumplir, segun estilo así 1679-septiembre-23 digo sin ornamentos ni bigilia a la puerta del,51 rs; - 156 rs que costó el enlosado con orden y licencia del Visita­ el que lleba los ornamentos a casa y con ellos haconpañarse el dor que se hizo en dicha iglesia y que por declaración de maestros cuerpo, 6 rs; importó dicha cantidad. del nocturno cantado a la puerta, 3 rs; 1695-junio-18 del camero que antes se ponía en la sepoltura y depues se conzer­ - Osario: más 104 rs del coste del osario en los mismos en que se tó en 4 rs; remató. del haditamento de estipendio del nobenario de misas que anti­ Visita 1695-agosto-3 l guamente eran a real y medio y aora son todas conmunmente a 2 rs y Lápida. "Otro sí allá que en la capilla mayor y pejante a la ynfi­ medio, 9 rs. ma grada a el lado de la Epístola, ay una lápida ancha y larga que se A esto se suele hañadir que algunas personas acomodadas man­ dize ser entierro de los sazerdotes la qua! esta lebantada de la tierra dan poner capas para que se agan todos los ofizios más solemnes y hay zerca de media bara y es feo e indezente y contra lo dispuesto por estilo de llebar por cada capa 3 rs. Constituziones signodales deste Arzobispado y así se les manda a los [Al margen, Arancel] Cabo de año: curas y benefiziados que al presente son y en adelante fueren que den­ 21 rs que era de antiguo con sólo la una misa; tro de ocho días de la publicazión deste Auto pena de excomunión del camero a la sepoltura, 4 rs; mayor y de beinte ducados aplicados conforme a conzesiones apostó• de 2 misas que haora dizen más de 6 rs, aunque los foranos llevan licas undan dicha lápida devajo de la tierra de forma que este enibel de a 4 rs; ella y no sobreponga cosa alguna y no lo haziendo se da al mayordo­ despues las capas ut supra" [como arriba]. mo y feligreses de dicha yglesia para que sin incurrir en pena ni cablu­ Visita 1713-diciembre-29 nia alguna la echen fuera de dcha yglesia por conbenir así al servizio Manda que los oficios de difuntos que se hacen en el cuerpo de la de Dios y buena administración de justicia". yglesia, se hagan desde el coro Sepulturas. "Otro sí fue su Md ynformado que en tiempos anti­ guos a causa de no allarse la fábrica de dcha Y glesia con conbenien­ 52 Libro de Fábrica: 1714-1740 (sig. 08-04) zia y arbitrio para sus nezesidades se tomó la probidenzia y arbitrio de 1719-junio-14 que los que se enterrasen en dcha yglesia por razón del rompimiento Cargo: de las sepulturas en que se abían de sepulturar pagasen sus herederos - Se entierran este año niños en la primera grada. Así, 9 rs y 20 de cada uno por cada vez diferentes cantidades de mrs por cada rúmen mrs de la sepultura en que se enterró un niño de Juan de Urrutia en pri­ según el grado y lugar de cada uno y por razón de los hornamentos y mera grada. capas que sirben para dichos funerales del día del entierro, noveno y - 9 rs y cuartillo de la sepultura en que se enterró una niña de cavo de año se lleva quinze rs lo qual es prezio subido lo qual los bezi­ Manuel de Llaguno en segunda grada, y mas derechos de sepultura de nos y feligreses curas y beneficiados de dicha Y glesia an reconocido niños sin localización. ser excesivo y que dicho hestilo se introduxo en tiempo que dicha 1720-junio-20 yglesia se allava con más cortos medios que al presente tiene y sin la - Cargo. Por la sepultura de una hija de Lorenzo de Llaguno 11 quarta, dezimas y otras rentas que después acá se le an añadido y que rs, bajo de la grada. así se moderase alguna cantidad porque dichos vezinos se allan gra­ 1722- junio-15 bados y no lo pueden cumplir y así dicho visitador reconoziendo ser - Urna del monumento. 109 rs que costaron los materiales y ofi­ zierto todo lo referido en la mejor forma que puede y a lugar de dere­ ciales que se ocuparon para lebantar la urna de dicho monumento, cho moderava y moderó pagar por cada una de sus rúmenes y los dere­ escalera para dicho monumento y demás. 794 rs que importó la esca­ chos de los hornamentos en la metad y en adelante mandó al Arzi­ lera y enlosado que se hizo para dicho monumento y una pared para preste en las quentas que tomase no haga cargo a los mayordomos más poner con separación la cal biva para las sepulturas con su puerta de que a rrazón de lo que a cada uno correspondiere segun ba declarado". piedra labrada. Ofrendas. "Y por quanto según derecho la ofrenda que se acos­ - Yten de los gastos que se ocasionaron con el maestro que vino tumbra llevar por los difuntos que mueren se deve poner en la sepol­ a reconocer dicha obra y su estipendio, 7 rs. tura donde están enterrados y no en otra parte alguna y su Md a sido Visita 1723-septiembre-28 ynformado que se obserba lo contrario de forma de que el que está Oficios de Ánimas. "Ytem por quanto se ha experimentado que la enterrado en el últimen rúmen sus herederos ponen la ofrenda en el Providencia dada en visita del año de 1713 sobre que los oficios de primero de que se orijinan algunas inquietudes del y alborotos y per­ difuntos, aniversarios y funerales se dijesen y oficiasen en el coro turbazión de sus ofizios divinos y para ebitar semejantes ynconbinien­ como otras funciones festivas y no en el cuerpo de la yglesia, ha retra­ tes y estirpar abuso tan mal introduzidos conformandose con la dispo­ ído en algún modo a los seculares en la devoción de sufragios por sizión de derecho y Constituciones signodales deste Arzobispado difuntos, no haciendose, como antes se acostumbraba, a la vista y en mandó que de aqui e adelante ninguna persona ofrende sino que sea en el cuerpo de dcha iglesia, mandó su merced que la mencionada Provi­ la sepultura donde estubiere enterrado el difunto por quién llevare dencia sólo se observare en quanto a las misas populares, y otros ofi­ dicha ofrenda y sin embargo si persistiere en quererlo hazer contra cios de festividad, y no en los de difuntos, los quales permite se digan todo lo aquí mandado mandó a los curas y beneficiados de dicha ygle­ y cumplan en el sitio más cómodo y decente del pavimento de dcha sia no lo permitan y a los rebeldes y contumazes lo ebiten de las oras yglesia, poniendo vaneas portatiles que sirvan de coro para dichos ofi­ y ofizios divinos que para ello se les da comision en bastante forma". cios como antes de dicha Providencia se practicaba". 1702-marzo-l 7 Monumento. "se le informó a su Merced de que en el monumen­ - 36 rs de seis días que se ocupó un carretero en echar tierra para to que nuevamente se ha fabricado para subir a él se hizieron las gra­ igualar las sepolturas. das que tiene de piedra labrada para subir a él y un paredón de mam­ Visita 1702-abril-27 postería sin haver ajustado su coste con el maestro que le fabricó, una Derechos de los curas. "Otrosí en la presente bisita por parte del y otra obra, que la del paredón sirve para atajar el sitio en que guardan Conzejo y vº s de dcho Valle se formó queja de los derechos he rezi- las andas y otras alajas de la parroquia, y aunque han reconocido lo 98 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

obrado personas de intelixencia se duda que fue con cabal conoci­ 3.- DISCUSION Y VALORACION GENERAL miento ... " y para evitar que Ja iglesia se vea perjudicada, "manda su Mrd. se haga nuevo reconocimiento y tasazión de las referidas gradas y pared, nombrandose un maestro por cada parte o uno por anbas si se 3.1. El espacio sepulcral conbinieren que declare Jo que a dicho maestro se deve pagar, confor­ me a Ja calidad de Ja obra, y para que asista a las dilixencias de su esti­ l. Localización de los sondeos mación y apreciación ... " se da comisión a Antolín de Ja Puente, cura beneficiado, vecino de Villaverde. El lugar de realización de los sondeos ha sido 62 Libro de Fábrica: 1762-1795 (sig. 08-05) establecido en base tanto a la información documen­ 1770-junio-15 tal como a las características que presentaba el suelo - Cargo. 9 rs y 4 mrs por Ja sepultura de un niño de Manuel de Jos de las naves (visualización directa o no de las tumbas, Tueros en primera grada. disposición y conservación del entarimado actual). 1772-junio-J 6 - 66 rs por el costo de las Josas que se han metido nuevas y por En todos los templos se ha repetido el mismo su carreteo, libro y asiento. esquema, realizándose un sondeo en la zona delante­ 1779-julio-30 ra (en el lado del Evangelio) y el otro en la parte de - Por el trabajo de 7 Josas para las sepulturas a Francisco de Gam­ atrás (en el lado de la Epístola). Este esquema se ha boa. 1787-septiembre-12 invertido en el caso de Güeñes, dado el mal estado - 21 O rs de las Josas que se han puesto en las sepulturas, saca, con­ que presentaba la tarima en la parte trasera hacia el dución pagados a Roque y Francisco de Angulo. lado del Evangelio, lo que permitía la visión de la estructura subyacente. 72 Libro de Fábrica: 1796-1824 (sig. 09-01) Se pretendía poner al descubierto al menos una 1800-julio-7 - 112 rs que costaron las losas nuevas que se han puesto en la tumba en toda su amplitud, así como delimitar la yglesia. extensión de la necrópolis. En el caso de las iglesias 1812-mayo-9 de Rigoitia y Etxebarria, esto resultó fácil ya que en Cargo: a partir de esta cuenta se dice, 142 rs "por Jos derechos y la primera, las cubiertas de las sepulturas se hallan a sepulturas de Jos adultos y párvulos que han habido en su año", sin la vista y en la segunda hay una retícula pintada en el individualizarlas. 1812-marzo-11 entarimado actual que informa sobre la organización - 117 rs por 13 losas para las sepulturas que se hallan rotas que del espacio sepulcral. Por el contrario en Durango, la dice pago a Y gnacio de Garay y Roque de Angulo, pero aún no se han necrópolis se hallaba cubierta por una capa de conducido a Ja Y glesia. cemento existente bajo el entarimado actual. Esta Cuenta relativa a los años 1812 a 1814 Cargo: 22 rs con 8 mrs de Juan de Carranza que se enterró en pri­ circunstancia dificultó el registro de sepulturas com­ mera grada. pletas. Continua enterrándose en las gradas hasta al menos el 15 de julio Normalmente los sondeos se han realizado en la de 1823. nave central de los templos, puesto que en algunos 1816-junio-29 · casos se tenía evidencia documental sobre la existen­ - 48 rs a 3 carreteros por conducir las losas para las sepulturas de la iglesia. cia de pasillos laterales (por ejemplo en Arrázua), 1823-julio-15 evitando asimismo la zona bajo el coro dada la prohi­ - 19 rs y 26 mrs por reponer Ja osera. bición eclesiástica de realizar enterramientos en ese lugar. 82 Libro de Fábrica: 1824-1842 (sig. 07-04) 1826-junio-29 - Pado de 40 rs por la Jabra y colocación de cuatro losas de sepul­ 2. Configuración del espacio sepulcral turas. Las evidencias recuperadas en los sondeos junto a l2 Libro de Finados: 1624-1672 (sig. 09-04) - Murió María de la Garma, mujer de Esteban de la Puente, ente­ los datos documentales, han permitido delimitar con rróse en la Capilla de Ntra Sra Murió el 16 de julio de 1629. Mandó mayor o menor precisión la extensión de las necrópo• oblada y candela por un año y decir misas. Dejó por heredero y testa­ lis en el interior de los templos estudiados. General­ mentario a Martin de la Garma, su hermano. mente ocupan, bien los tramos delanteros (Trucíos y -En 20 de agosto de 1629 se enterro Agustín Machin, en la Capi­ Güeñes) o los traseros (Zamudio, Rigoitia, Durango, lla mayor. - El 18 de diciembre del dicho año se enterró María de Pando, Etxebarria y Arrázua) de la nave central, y raras veces mujer de Pedro de Aguirre. Enterróse en Ja Capilla mayor. se extienden a las naves laterales, por ejemplo en - En 6 de agosto de 1630 se enterró María de Seirralta en la Capi­ Etxebarria. En algunos casos parece que es importan­ lla de San Joan y dejó donativos al Hospital, San Roque, Santiago y te la cercanía al altar, ya que el precio por el rompi­ Ntra Sra de Ja Caridad. - El 24 de mayo de 1631 murió San Juan de la Garma, mandó miento de las sepulturas es más elevado para las enterrarse en Ja sepultura "que aya mejor dispusición". situadas en la primera grada (Güeñes y Trucíos). Sin - Murió Pedro Herrero, el mo90, igualmente mandó enterrarse en embargo en Zamudio, la existencia en la parte delan­ Ja sepultura "que aya mejor dispusición". tera de roca a poca profundidad, condiciona la situa­ ción de la necrópolis, que ocupa los tramos 2º y 3º, ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 99

siendo el 1ºun enlosado sin sepulturas. En Errigoiti y dra, perfectamente escuadradas, de dimensiones Etxebarria, su localización corresponde asimismo a la variables. La losa central posee un agujero para faci­ parte trasera de la nave. litar la apertura de la tumba, que presenta dirección En la iglesia de Santa María de Un'barri (Duran­ N/S (perpendicular al eje de la sepultura) en Zamudio go) se presenta una mayor dificultad a la hora de y Güeñes y dirección E/W en Trucíos. definir la extensión de la necrópolis, ya que se han En algunos templos se ha observado sobre las detectado dos espacios sepulcrales de características cubiertas, una numeración en el extremo oriental. diferentes. Según la documentación, en los siglos Ésta es correlativa en el caso de Errigoiti y Arrázua; XVI-XVII las sepulturas se inician a partir de los en Zamudio la numeración es de 1 a 8 para cada una pilares del crucero, existiendo una losadura delante de las filas y en Trucíos solamente en uno de los son­ del altar Mayor hasta los bordes de dichos pilares deos se encontró numeración. (AMD, 1º libro de Fábrica: 1577-1636, Visitas de En cuanto a la cronología de las estructuras sepul­ 1586 y 1601). En el siglo XVIII (1734) se encajonan crales puestas de relieve en este trabajo, todas ellas 160 sepulturas siguiendo la misma igualdad que las fueron ejecutadas en el siglo XVIII ( en la primera anteriores. Dado que en el sondeo realizado en el 2º mitad del siglo fundamentalmente). En la mayoría de tramo de la nave central, no se han detectado eviden­ los casos tenemos evidencias documentales que cias de esta estructura sepulcral y teniendo en cuenta informan de la fecha de realización del encajonado de las dimensiones de las sepulturas, consideramos que las sepulturas. En la iglesia de Santa Maria de Un'ba­ éstas ocupan los dos tramos traseros de la nave cen­ rri (Durango ), los registros documentales describen tral, sin extensión hacia los laterales (ya que se ha con precisión la ejecución en 1734 de 160 sepulturas delimitado el límite meridional del cementerio) ni distribuidas en 10 hileras (este-oeste), numeradas a bajo el coro. partir del lado del Evangelio, componiéndose la pri­ mera de 18 sepulturas, las siete siguientes de 16, la 3. Estructura de los cementerios: características novena hilera de 14 y la última de 16 sepulturas. En constructivas y cronología Arrázua se indica la fecha de 1736 como inicio de las obras para el entarimado de las sepulturas; en San La estructura de las tumbas detectadas en los tem­ Martín de Arteaga en Zamudio la estructura sepulcral plos estudiados, puede describirse en dos patrones data de 1750; en Santa Maria de Güeñes de 1756-57; generales. Por un lado, encontramos en Arrázua y en Errigoiti se alude a sepulturas nuevas en el templo Errigoiti tumbas que consisten en fosas abiertas en la en 1763, en Trucíos tal obra pudo realizarse entre tierra, carentes de límites estructurales verticales, 1741 y 1762 (falta el correspondiente libro de Fábri­ sobre las cuales se disponen cubiertas de madera de ca); en San Agustín de Etxebarria carecemos de datos forma contigua, que en Arrázua únicamente presen­ documentales y arqueológicos sobre la cronología de tan elementos de separación en sus extremos cortos la estructura sepulcral , sin embargo podemos atri­ (este y oeste). No se observa homogeneidad en la for­ buirle los años centrales del siglo XVIII, dado que las ma ni en las dimensiones de las fosas sepulcrales sepulturas de su aneja, la iglesia de la Concepción de (rectangular, trapezoidal), hallándose individualiza­ Elorrio, se encajonan en 1752 ("acordando los veci­ das unas de otras por una delgada franja de tierra nos desmontar y desembarazar las antiguas y acarre­ medianera. En Errigoti, la proximidad existente entre ar la piedra necesaria'', leg. 7803, Archivo Municipal las cubiertas (90 mm) condiciona la invasión de de Elorrio, AFB). En este sentido, sabemos que la sepulturas vecinas durante la inhumación. Por otro mayoría de los templos vizcaínos renuevan en distin­ lado, en Durango, Etxebarria, Zamudio, Güeñes y tas fechas a lo largo del siglo XVIII sus necrópolis Trucíos, las sepulturas se encuentran separadas por interiores, procediendo al "encajonado" de sepulturas estructuras de muros verticales construidas a base de (San Severino de ; Santa Maria de Otxan­ ladrillos y piedra y cuyas características se han des­ dio; San Juan de Bérriz, ... ), siendo más frecuente a crito detalladamente en cada caso. mediados de la centuria. En relación a las cubiertas de las sepulturas, se Las estructuras sepulcrales construidas a media­ han observado dos tipos diferentes según su estructu­ dos del siglo XVIII suponen una reestructuración de ra y composición. En unos casos (Arrázua, Etxebarria un espacio sepulcral anterior (al menos del siglo y Errigoiti) se describen cubiertas de madera de cas­ XVI), puesto que hemos encontrado referencias taño realizadas de una sola pieza, de forma rectangu­ documentales sobre enterramientos en el suelo de lar, que normalmente presentan una argolla circular estos templos desde mediados del siglo XVI. Para en su extremo oriental (aunque en Etxebarria poseen algunas iglesias, los datos documentales recogidos un pequeño orificio centrado, de forma rectangular). así como la información derivada de los sondeos, nos En el resto de los templos estudiados, las cubiertas de permiten establecer la relación existente entre ambas las sepulturas están compuestas por tres losas de pie- necrópolis. En Durango hay una organización sepul- 100 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

eral anterior a 1586, ya que en esa fecha se manda de en esta época, y hasta la reconstrucción del templo ajustar las medidas de las sepulturas a un marco (7 en 1733, se entierra en el exterior). pies largo x 2,5 pies ancho) porque las existentes son En términos generales podemos atestiguar la utili­ mayores. En 1734 se realiza el encajonado de sepul­ zación de las necrópolis interiores de las iglesias des­ turas siguiendo la misma igualdad y número que las de al menos el siglo XVI al XIX. Estas fechas se fun­ anteriores. El grado de coincidencia existente entre damentan bien en los datos documentales consulta­ ambas distribuciones sepulcrales, pudo valorarse en dos, bien en las evidencias recuperadas en los sonde­ uno de los sondeos (en el 4º tramo de la nave central), os o en ambas. Sin embargo, la investigación realiza­ en donde bajo la estructura de 1734 se hallaron inhu­ da no ha sido igualmente productiva en todos los tem­ maciones, carentes de estructuras limitantes, y que plos, por ausencia de datos arqueológicos y/o docu­ estaban desplazadas respecto a los muros estableci­ mentales. dos por la sepultura. En Zamudio también se han des­ La iglesia de Santa Maria de Durango es, de las crito algunos casos de esqueletos yacentes bajo la consultadas, la que ofrece una documentación más estructura de la necrópolis del siglo XVIII. abundante y antigua. Esto, junto a los datos de los En Arrázua, la construcción sepulcral de 1736 sondeos, nos ha permitido establecer el período de parece que supone una reducción y readaptación de uso de la necrópolis interior desde el siglo XV al un espacio anterior, ya que en 1560 existía una huesa XIX. Aunque la fecha más antigua viene sustentada bajo el coro para el enterramiento de las freylas, que solamente por las monedas halladas en uno de los fue anulada cuando se procedió al enlosado de este sondeos, podemos asegurar la existencia de enterra­ área (1781). Además los enterramientos registrados mientos desde al menos el siglo XVI ya que el primer en el l ºLibro de Finados (1555-1589) hacen referen­ libro de Finados es de 1553-1594 y por otro lado en cia a la localización de sepulturas según hileras y no 1586, fecha en que se establecen las medidas para las en base a la numeración que exhiben las tumbas del sepulturas, se hace referencia a una organización siglo XVIII. En San Agustín de Etxebarria también se sepulcral más antigua. En el resto de las iglesias estu­ referencian las sepulturas según hileras, a inicios del diadas también existen evidencias de una ocupación siglo XVII. (3º libro de Fábrica: 1597-1619). sepulcral anterior al siglo XVIII, fecha del encajona­ do de las tumbas actuales. 4. La utilización de los cementerios interiores Es sabido que en el siglo XVIII se libró una gran ofensiva de tipo higienista, en contra de los enterra­ 4.1. Cronología del uso de los cementerios en el mientos en el interior de los templos, a causa del interior de las iglesias incremento demográfico que empezaba a originar graves problemas de salubridad. De 1787 data una La realización de enterramientos en el entorno de Real Cédula de Carlos III sobre traslados de enterra­ los templos data de antiguo y es previa a los efectua­ mientos a los cementerios, ordenando que éstos se dos en el interior. En Bizkaia disponemos de nume­ levantaran alejados de las poblaciones. Carlos IV en rosas necrópolis de la Alta Edad Media situadas en una Circular de 28 de junio de 1804 recuerda las tomo a un templo (San Juan de Momoito en Garai, órdenes, por entonces incumplidas, de la Cédula de San Pedro de Mendraka en Elorrio por ejemplo). A su antecesor. partir del siglo XII comenzaron a realizarse enterra­ José de Bonaparte, en un decreto de 4 de marzo de mientos en el interior de las iglesias, sobre todo en las 1809, establece que para el día 1º de noviembre de pertenecientes a órdenes religiosas. Aunque en un ese año se arrestase a los miembros de la Clerecía y principio (Alta Edad Media) eran muy pocas las per­ las Municipalidades que no hubieran cumplido con su sonas que gozaban de tal privilegio, desde el pontifi­ obligación en cuanto a la construcción de cemente­ cado de Gregorio IX (1227-1241), se dio más libertad rios. A partir del 31 de octubre de 1814, la Diputación para enterrar legos, sin distinción, en las templos dispuso que no se enterrara cadáver alguno en las [Ritos Funerarios en Vasconia (Ritos de Pasaje 2), iglesias [Ritos Funerarios en Vasconia (Ritos de Bilbao, Etniker Euskalerria, Eusko Jaurlaritza, Pasaje 2)] (Ibídem). Por tanto, la llegada del siglo Gobierno de Navarra 1995. (Atlas Etnográfico de XIX viene a marcar el abandono del interior de los Vasconia, tomo X)]. templos con fines sepulcrales, trasfiriéndose dichas Parece que en el siglo XVI ya era general en el País funciones a los Camposantos externos, que están ya Vasco la costumbre de enterrar dentro de las iglesias, construidos en el primer cuarto del siglo XIX. En como lo atestiguan los datos contenidos en los libros algunos templos (Durango, Arrázua, Etxebarria, Erri­ de Finados existentes desde mediados del siglo, para la goiti) se ha registrado la existencia de enterramientos mayoría de las iglesias estudiadas (Güeñes, 1524; simultáneamente en el interior de la iglesia y en el Durango, 1553; Arrázua, 1555; Zamudio, 1592) (Hay camposanto, durante los primeros años tras su cons­ alguna excepción como Sta. María de en don- trucción. El evento que marca con seguridad el final ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 101

de utilización del suelo de la nave como cementerio, las al osario ... " [Trucíos, Visita 1640-abril-8, 2º Libro lo constituye la colocación del entarimado (1866-67 de Fábrica: 1632-1665 (sig. 08-03), AHEB]. en Durango, 1894 en Arrázua, 1907 en Güeñes), aun­ Para el Obispado de Calahorra y La Calzada exis­ que la práctica inhumatoria interior ya e~taba supri­ te desde 1539 hasta 1700 la disposición de Alonso de mida en fechas anteriores (1821 Durango, 1814 Etxe­ Castilla de 1539 ordenando que: barria). "las lápidas que se pusieren o estuvieren sobre las huesas de los difuntos esten parejas cono el suelo 4.2. Disposiciones sobre enterramientos comun de la Iglesia y no mas altas" [recogida en Constituciones Synodales del Obispado de De la documentación correspondiente de cada Calahorra y La Calzada ... por Pedro González de templo, se han extraído las disposiciones más impor­ Castillo ... Madrid, por la V da de Alonso Martin. tantes relacionadas con los enterramientos realizados 1621] en el interior de los mismos. En Durango en 1583 el Visitador manda, confor­ a) Allanar sepulturas.- Previamente a la ejecu­ me a las Constituciones Sinodales del Obispado, que ción de la obra de encajonado de las sepulturas "allanen las sepulturas de las dichas yglesias [Sta (mediados del siglo XVID), la superficie del espacio María y Sta Ana] y pongan en decencia que es ra<;on sepulcral en el interior de las iglesias era de tierra, y conviene a la casa de Dios, sin diferencia e igual­ siendo frecuentes los bultos, y aún algún hueso sobre­ mente unas de otras" [Durango, Visita 1583-noviem­ saliente. Ello dificultaba el tránsito y el desarrollo de bre-1, 1º Libro de Fábrica, 1577-1636, AMD]. las funciones eclesiásticas, así como problemas de b) Encajonar las sepulturas.- Solamente en la hedor y salubridad, de ahí que sean frecuentes los documentación de Güeñes y Zamudio, se registran mandatos ordenando allanar las sepulturas a cargo de visitas ordenando el encajonamiento de sepulturas. los propietarios de las mismas. En Zamudio en la visita de 1736 [Zamudio, 1º Libro Respecto a esta situación, la Constitución Sinodal de Fábrica: 1725-1877 (sig. 07-03) AHEB]; en Güe• del Cardenal Pacheco de 1575 establece para el Arzo­ ñes en las visitas de 1744, 1748 [Güeñes, 7º Libro de bispado de Burgos (al que pertenece Güeñes y Trucí• Fábrica: 1718-1750 (sig. 14-01) AHEB] y en la de os hasta mediados del siglo XVID) que: 1753 [Güeñes, 8º Libro de Fábrica: 1750-1804 (sig. "mandamos así mesmo que los enterramientos 14-02) AHEB]. que estuvieren levantados del suelo se abaxen, y c) Medidas de las sepulturas.- En Durango, en queden en igual a la tierra, y todas las sepulturas 1586, se informa que han de tener siete pies de largo que de aquí adelante se abrieren para sepulturar y dos y medio de ancho, conforme a las Constitucio­ algún defunto, queden iguales con la haz de la tie­ nes Sinodales del Obispado de Calahorra: "Otrosí ... rra, e que no queden hoyos en las dichas yglesias, lo mandó a los mayordomos de la dha yglesia ... que cual se haga a costa de los sepultados, y se abra un midan con el marco del Obispado las sepulturas que estado de hondo para sepulturar los defuntos, avien­ ay en la dicha yglesia dando a cada una siete pies de do disposición para ello ... " [Constituciones Syno­ largo y dos y medio de ancho conforme a la dicha dales de el Arzobispado de Burgos, hechas y medida y las que ubiere de más se hendan a quien ordenadas conforme al Santo Concilio de Tren­ diere mas en candela por quanto se pueden sacar to, por ... Francisco Pacheco de Toledo ... , Bur­ muchas sepulturas sobre dar a cada dueño la suya gos, Felipe de Junta, 1575]. conforme a la dicha medida por estar como están al Así en Güeñes se ordena ya en 1526 "que todas presente las dichas sepulturas mucho mayores en lar­ las sepulturas de la yglesia las allanen los herederos gura y anchura de lo que manda el marco ... " [Duran­ de los que están enterrados en ellas de manera que go, Visita 1586-julio-22, 1ºLibro de Fábrica: 1577- estén iguales.... e quiten cualesquiera piedras que 1636, AMD]. vara<;en en la dicha yglesia" [Güeñes, Visita 1526- A este respecto hemos de indicar que no es hasta junio-29, 2º Libro de Fábrica: 1526-1556 (sig. 12- 1600 cuando la Constitución Sinodal de Pedro Man­ 01), AHEB]. so para el Obispado de Calahorra y La Calzada, En Trucíos en la Visita de 1640 se denuncia que el publicada en 1601, establece "que ninguno tenga más suelo de la iglesia está "con muchos altos y bajos y la de dos sepulturas en la iglesia, que cada una de ellas causa es porque las sepulturas cuando entierran los tenga 7 pies de largo y 2 y medio de ancho: difuntos las dejan con más tierra de la que es necesa­ "Ordenamos y mandamos, ... que de aqui adelan­ ria ... ", ordenando " ... que los herederos y cavezaleros te en las Iglesias deste nuestro Obispado ninguna las arrasen y pongan igual con el suelo ... y lo mismo persona pueda tener en una Y glesia mas de dos aga el mayordomo de la yglesia por lo que tocare a la sepulturas, que cada una dellas tenga siete pies de Fábrica, allanándola toda y cubriendo algunas cala­ largo, y dos y medio de ancho, ora sean compradas, veras que están descubiertas y sacándolas y llevándo- dadas o heredadas: y si acaso alguno las heredasse o 102 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

huviesse por otro qualquier titulo, mandamos que la y el peligro consiguiente de percibirse de ellas algun Fábrica se las tome por su justo valor, que las de a edor, manda ... a los curas, beneficiados y mayordo­ otro" [Disposición recogida en Constituciones mos de Fábrica y personas que tengan (o puedan) Synodales antiguas y modernas del Obispado intervención en la apertura de dichas sepulturas que ... de Calahorra y La Calzada ... por D. Pedro de no permitan ni consientan el que con ningún pretexto Lepe .... en el año de mil seiscientos y noventa y se abra sepultura alguna bien sea propia de la iglesia ocho, Madrid, por A. G. de Reyes, 1700] o de persona particular para entierro, sin que primero d) Período de uso de las sepulturas: .- 1) La más aia pasado un año desde que hubo otro, y que se exca­ desocupada o más antigua para Güeñes desde 1661; ve y profunde completamente la que en dicha confor­ 2) en Trucíos los propios firiados establecen que "en midad se haia de abrir cuidando mucho de que se lle­ la que aia mejor dispusición" a mediados del s. XVII; ne bien con tierra y celando el puntual cumplimien­ y 3) un año según la Constitución de Lepe de 1700 to ... " [Errigoitia, Visita 1793-mayo-30, 4º Libro de para el Obispado de Calahorra. Finados: 1724-1818 (sig. 08-02), AHEB]. En Güeñes, debido a la utilización no a perpetui­ En la misma iglesia se observaba ya en 1757 el dad de las sepulturas, se ocasionan continuos alboro­ enterramiento entre sepulturas por estar las corres­ tos en la feligresía, de modo que en la Visita de 1661 pondientes ocupadas por cuerpos recientes. se establece que en adelante "se guarde la Constitu­ e) Coste rompimiento de sepultura.- En Trucíos ción Sinodal que sobre ello trata y no se abran hasta conocemos su establecimiento en la Visita de 1675 y ser cumplido el término que ella manda y habiendo la reducción de los precios en la de 1695 indicándo­ cumplido." ninguna persona estorbe alegando que es se, además, que el Visitador" ... tomó la probidenzia familiar; repitiéndose el mandato en 1631 [Güeñes, .. de que los que se enterrasen en dha yglesia por Visita 1616-agosto-l 6, y Visita 1631-agosto-10, 4º razón del rompimiento de las sepulturas en se abían Libro de Fábrica: 1607-1638 (sig. 13-01), AHEB]. de sepulturar pagasen sus herederos de cada uno por A ello vuelve a referirse en 1640 indicando que cada vez diferentes cantidades de mrs por cada rúmen "fue su Md ynformado que cuando se abren las sepul­ según el grado y lugar de cada uno ... " [Trucíos, 4º turas en la yglesia para enterrar los difuntos en ella Libro de Fábrica: 1675-1713 (sig. 14-05), AHEB]. El los vecinos y feligreses tienen diferencias sobre si es precio es diferentes dependiendo del sexo, cercanía al de uno o es de otros y lebantan ruydo y alboro­ altar mayor, y de la edad en el caso de los párvulos. to ... "[Güeñes, Visita 1640-agosto-ll, 5º Libro de f) Coste de los derechos de los funerales.- En Tru­ Fábrica: 1640-1672 (sig. 13-02), AHEB]. cíos se establecen en la Visita de 1702 [Trucíos, 4º Como contiriuasen los alborotos, en la Visita de Libro de Fábrica: 1675-1714 (sig. 14-05), AHEB]. 1661 manda "que de aquí adelante se abra la sepultu­ ra que estuviese más desocupada y que sea la más 5. Restos antropológicos y prácticas de inhuma­ antigua ... " [Güeñes, Visita 1661-junio-23, 5º Libro de ción Fábrica: 1640-1672 (sig. 13-02), AHEB]. Para el Obispado de Calahorra, la Constitución de Los restos esqueléticos recuperados en los sonde­ Lepe de 1700, establece que debe transcurrir un año os son heterogéneos en cuanto a representatividad y desde el último enterramiento: grado de conservación. No obstante existen unas " ... que cuando en alguna de ellas [sepulturas] características comunes a todos ellos, como son su fuere enterrado algun cadaver, sera reservada para disposición de decúbito supino y su orientación con no enterrar otro, hasta tanto no aya pasado el año ... " la cabeza mirando al este (con la excepción de un úni­ [Constituciones Synodales antiguas y modernas co esqueleto en Durango ). Por lo general presentan del Obispado de Calahorra y La Calzada ... por las extremidades extendidas, aunque en algunos D. Pedro de Lepe .... en el año de mil seiscientos casos, las superiores están flexionadas sobre la pelvis y noventa y ocho, Madrid, por A. G. de Reyes, o el tórax. 1700] La descripción de los restos óseos puede sistema­ En 1793 se hace constar en el Libro de Finados de tizarse como sigue: Errigoiti el mandato del Obispo de Calahorra que ha a) Esqueletos "completos" en conexión anatómi• visitado la iglesia, en el sentido de que se cumpla la ca. Los esqueletos completos, en mayor o menor gra­ Constitución Sinodal de este Obispado, según la cual do, pertenecen principalmente a sujetos adultos (raras no puede utilizarse una sepultura hasta en tanto no veces hay infantiles completos) y por lo común ocu­ halla transcurrido un año desde el último enterra­ pan el fondo de las sepulturas, siendo lo más fre­ miento, y cuando se haga, se vacíe la tumba y se lle­ cuente el hallazgo de uno o dos esqueletos en cada ne de tierra. " ... y para evitar en lo posible el perjuicio sepultura. que puede ocasionar en la salud de los fieles el abuso En Arrázua, en las tres sepulturas excavadas, se ha de abrirse con frecuencia las sepulturas para entierros descrito una práctica inhumatoria, encontrada tam- ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 103

bién en Errigoiti, consistente en la existencia de un cir que era práctica común el vaciado de la fosa sujeto adulto ocupando la zona más baja de la tumba sepulcral cada vez que se producía una nueva inhu­ y otro (en este caso un infantil) en la más alta. Los mación, procediéndose a la exhumación de los ente­ esqueletos infantiles, los últimos inhumados en la rrados anteriormente. Desconocemos con exactitud el sepultura, no presentaban ninguna relación física con procedimiento seguido para la limpieza del relleno. el adulto subyacente, existiendo entre ambos un relle­ En unos casos se ha hallado en éste, un alto conteni­ no de tierra con un alto contenido en restos óseos, dis­ do de elementos óseos , de composición heterogénea, persos y sin conexión anatómica. que permite pensar que los restos de la inhumación En San Agustín de Etxeberria se describe alguna precedente eran vaciados junto al relleno (por ejem­ variación respecto a lo anterior. En una de las tumbas plo en Etxebarria); en ocasiones parece que se proce­ excavadas, se halló un sólo sujeto adulto depuesto a día a retirar selectivamente algunos restos, general­ una profundidad media, y en una segunda sepultura, mente huesos largos y cráneos (Arrázua). En otros otro adulto en el nivel más inferior del relleno, y seis casos, esta labor de limpieza debía ser más sistemáti­ esqueletos infantiles en la parte superior. La deposi­ ca, encontrándose en el relleno únicamente huesos ción de los infantiles no afecta a la del adulto subya­ aislados, generalmente huesos cortos (del carpo y tar­ cente, quién había sido inhumado con anterioridad. so, rótulas, vértebras) y también de infantiles (Güe• En Trucíos, sin embargo, nos encontramos con ñes). que el esqueleto que ocupa la_.posición superior Según los datos recuperados podemos describir corresponde a un adulto, mientras que debajo de éste con cierta precisión el proceso inhumatorio. En unos se halló un infantil, que se encontraba cubierto por templos (Arrázua) consistía en el vaciado completo una capa de cal. Esta circunstancia, estaría tal vez de la sepultura previamente a la deposición de un señalando que el niño no pudo ser exhumado al no nuevo cadáver, y en otros (Etxebarria) en el vaciado haberse producido la descomposición del mismo, en de parte del relleno, al menos hasta una profundidad el momento en que fue enterrado el adulto. tal que permitiera retirar los restos de la inhumación En Santa María de Durango se ha documentado precedente. En la sepultura excavada en Durango, un comportamiento radicalmente diferente entre los donde había cuatro esqueletos depositados a distintos dos sondeos efectuados y a su vez distinto al descrito niveles, el procedimiento fue probablemente el mis­ en otros templos. En uno de los sondeos se ha puesto mo, aunque desconocemos si se trata de una seriación de relieve una sepultura que contenía los restos de continuada de las cuatro últimas inhumaciones o de ocho sujetos adultos. Aunque todos ellos estaban un vaciado a distinta profundidad de los rellenos de la incompletos y alterados, sin embargo los restos con­ sepultura ante nuevas deposiciones. Por otro lado, los servados se hallan en conexión anatómica. Los cuatro otros cuatro esqueletos hallados bajo esta estructura primeros esqueletos se hallaban en la estructura sepulcral, pertenecen a un período anterior a la cons­ sepulcral del siglo XVIII, y bajo ellos se describen trucción de las tumbas del dieciocho y resulta aven­ cuatro inhumaciones más, que corresponden también turado especular sobre el procedimiento seguido para a individuos adultos en conexión anatómica. Estos estas inhumaciones, aunque ciertamente no hay relle­ últimos esqueletos no se superponen ordenadamente, no de separación entre ellos y son muy raros los res­ alterándose parcialmente ya que parecen compartir tos óseos desconexionados. un mismo espacio. Podemos concluir por tanto, que lo más habitual El otro sondeo efectuado en Santa María de era el vaciado de la sepultura antes de proceder a una Durango ofrece unas características totalmente pro­ nueva inhumación, aunque es posible que esta prácti­ pias, puesto que no se ha hallado nada comparable en ca no ocurriera en todos los casos, principalmente si ninguno de los templos estudiados. Dentro de la no se había producido la descomposición completa ingente cantidad de huesos recuperados, son muy del cadáver. Tal situación es posible imaginar para el escasos los esqueletos completos, en mayor o menor inhumado en el nivel más inferior del sondeo A de grado. Se han encontrado tres individuos adultos aso­ Trucíos, un sujeto infantil que apareció cubierto de ciados a los restos de un ataúd, aunque solamente uno cal, y asimismo en Errigoiti dónde se documenta una de ellos lo ocuparía originariamente ya que descansa­ doble inhumación en un ataúd. ba directamente sobre el fondo del ataúd y presenta­ En Arrázua, Etxebarria, Zamudio y Trucíos no se ba una orientación coincidente con éste (hacia el oes­ han encontrado evidencias de la existencia de ataú­ te). A lo largo de todo este potente estrato, se han des, estando los inhumados en contacto directo con el detectado restos de 12 esqueletos más, que no pode­ relleno de las fosas sepulcrales. Esta circunstancia mos considerar como "completos", ya que gran parte dificulta en ocasiones, diferenciar los elementos de sus elementos óseos se hallaban bajo los límites esqueléticos relacionados con otras inhumaciones del sondeo. precedentes, principalmente cuando los sedimentos De los datos registrados en los sondeos cabe dedu- presentan una gran concentración de restos óseos; tal 104 C. DE LA RUA - M.D. DEL MONTE - J. ORUE

es el caso de Etxebarria. En Durango, Errigoiti y una tierra de relleno entre ambos, que contiene gran Güeñes se ha descrito la presencia de ataúdes, de número de restos óseos humanos, dispersos y sin manufactura diversa, en mejor o peor estado de con­ conexión anatómica, que viene a indicar la utilización servación, o simplemente evidencias relacionables intensiva y continuada de este espacio con fines con ellos (clavos). sepulcrales. En algunos casos, hay una representación b) Conjuntos de huesos en conexión anatómica. diferencial de las distintas regiones anatómicas. Así, En este apartado consideraremos aquellos casos en en Arrázua, los huesos largos y los restos craneales que aparecen porciones esqueléticas aisladas, com­ son muy escasos frente a la elevada proporción de puestas por diferentes huesos en conexión anatómica. huesos cortos. Sin embargo, en Etxebarria, los huesos Estos hallazgos destacan fundamentalmente en el del relleno pertenecen a cualquier parte anatómica. sondeo delantero de Durango, en donde se detectaron Estas diferencias pueden atribuirse a una limpieza gran cantidad de restos esqueléticos articulados menos sistemática en el segundo caso. No obstante, correspondientes a cinturas pélvicas y sobre todo a en Etxebarria, se han localizado en el sondeo A, tres extremidades inferiores, no existiendo evidencias de cráneos humanos dispuestos ordenadamente junto a otras partes anatómicas relacionadas con ellos. Estos uno de los muros de la sepultura, lo que indica un restos óseos se hallan superpuestos unos sobre otros especial cuidado con esta parte anatómica en el y mezclados con otros sin conexión anatómica. En el momento de volver a rellenar las sepulturas; desco­ nivel más inferior de este sondeo se han hallado asi­ nocemos si este proceder se debe a un tratamiento mismo, diversas porciones (principalmente pelvis y diferencial de los cráneos frente a otros restos óseos u extremidades inferiores) pertenecientes a doce suje­ a otro tipo de factores. Normalmente en el relleno tos, que presentan el resto de su esqueleto más allá de más inferior de las sepulturas, se observa un acusado los límites del sondeo. En todos los casos se trata de descenso de restos óseos humanos, lo cual puede rela­ individuos adultos (excepto un niño menor de cuatro cionarse con la deposición de los cadáveres, cada vez años), en posición de decúbito supino y mirando al más superficial, fruto de un vaciado menos intensivo. este. En Zamudio se verifica una alta presencia de hue­ Con los datos recuperados en este trabajo, no nos sos en el relleno que envuelve a los dos esqueletos resulta posible ofrecer una explicación certera a la localizados en la estructura sepulcral del XVIII, sin presencia de porciones esqueléticas aisladas y su rela­ embargo los esqueletos yacentes bajo la misma se ción con otras inhumaciones removidas que forman acompañan de un relleno libre de inclusiones óseas. parte del relleno. Podríamos especular con la posibi­ En Durango nuevamente tenemos que destacar la lidad de que este área del suelo de la nave se viera excepcionalidad de uno de sus sondeos respecto a lo afectada por las continuas reedificaciones y obras que detectado en otros templos. Por un lado, en el sondeo afectaron a este templo desde el siglo XVI. 3 se encontraron cuatro esqueletos envueltos por un En Zamudio, uno de los dos esqueletos de la relleno que contiene gran cantidad de elementos óse• sepultura, está representado únicamente por los hue­ os procedentes de inhumaciones anteriores, que en sos de la pierna, lo que guarda relación con la depo­ nada se diferencia del descrito en otros templos. Sin sición del otro y las tareas previas de acondiciona­ embargo, en el sondeo 2, encontramos un potente miento. estrato de tierra bajo el entarimado del templo, en En Güeñes, ocupando la posición inferior respec­ donde se detecta una alta frecuencia de restos óseos to a una inhumación completa, se documentaron los humanos sin conexión anatómica, cuya presencia huesos del tronco y húmero derecho de un segundo excede la consideración de "inclusiones". Estos res­ esqueleto, en un nivel claramente diferenciado del tos pertenecen tanto a sujetos adultos como a infanti­ superior por la naturaleza del relleno, lo que supone les, destacando numéricamente los huesos largos y necesariamente una práctica de vaciado parcial de los cráneos. En el nivel más inferior de este sondeo se esta sepultura. detecta una menor presencia de restos óseos en forma c) Porciones esqueléticas y huesos aislados, for­ de inclusiones; solamente merece destacarse la pre­ mando parte del material de relleno. En todos los sencia de un par de cráneos dispuestos entre los espa­ templos estudiados se han hallado restos óseos, en cios longitudinales que separan los esqueletos exis­ mayor o menor frecuencia, formando parte de los tentes en el fondo del sondeo. Todos estos datos jus­ rellenos que ocupan el espacio sepulcral. El conteni­ tifican la dificultad que supone reconstruir el ritual do y composición de estos sedimentos depende del funerario que ha regido en el templo de Santa María ritual inhumatorio y del grado de limpieza efectuado de Durango. en cada caso. En Trucíos, es de destacar que los rellenos obser­ En términos generales, en los casos en que existen vados en ambos sondeos, apenas contienen restos dos niveles de inhumación (por ejemplo en Arrázua, óseos y si por el contrario escorias de hierro en frag­ Etxebarria y Zamudio), se ha descrito la existencia de mentos de pequeño y mediano tamaño. ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 105

6. Los Osarios y los Camposantos deja de utilizarse definitivamente la necrópolis del templo. En Zamudio, a partir de 1841 se entierra en La limpieza de las sepulturas y traslado de los el Huerto Santo. En Arrázua, desconocemos si las huesos al osario, es una práctica habitual en todos los funciones del Camposanto fueron asumidas desde su templos. A lo largo del período de uso de las necró• construcción (en 1824), si se realizó de forma paula­ polis interiores, los osarios se construyen, reconstru­ tina o si se contemplaron casos especiales, como el de yen y trasladan varias veces, por distintas causas. La los infantiles, que quizá pudieron seguir enterrándose presencia de osarios localizados en el interior del en el interior durante algún tiempo más. El año de templo, adosados a alguno de sus muros exteriores o 1894 marca con seguridad el final de la utilización de incluso un poco alejados de la iglesia, queda corro­ la necrópolis interior ya que entonces se procedió a la borada en todos los libros de Fábrica consultados, en colocación del entarimado actual. los que se registran descargos por tareas de limpieza o por la construcción de nuevos osarios, cuando las 3.2. El ritual funerario obras de ampliación de las iglesias así lo requieren. Aunque las primeras noticias documentales que l. Usos y costumbres en torno a la muerte hacen referencia expresa a la construcción de los osa­ rios, datan del siglo XVII, sin embargo éstos están De la documentación de cada parroquia se han siendo utilizados desde los primeros años de uso del extraído aquellas disposiciones eclesiásticas más des­ interior de la iglesia como necrópolis, siendo fre­ tacadas o reiterativas, contenidas en las Visitas, por cuentes los pagos que aluden directa o indirectamen­ cuanto ofrecen información sobre usos y costumbres te, a la exhumación y traslado de huesos de las sepul­ en torno a la muerte en la Bizkaia de la época moder­ turas. Los primeros datos sobre la construcción de na, y otras ponen en evidencia ciertos abusos cometi­ osarios ofrecen fechas en torno a los siglos XVII y dos por los eclesiásticos, especialmente empeñados XVIII: Trucíos, en 1640; Güeñes, 1644; Errigoiti, en la obtención de viandas y pecunia extralaborales. 1707 y otro posterior en 1806; Durango, 1733. En Todas ellas responden a directrices contenidas en las Durango existe un osario en el pórtico de Santa sucesivas Constituciones Sinodales de una y otra cir­ María, en uso desde 1733 a 1833, fecha esta última en cunscripción eclesiástica. que se traslada al cementerio exterior. En Arrázua, en a) Disposiciones sobre ofrendas.- En Güeñes en 1726 y 1731 se describen pagos relacionados con la 1526 se establece "que por quanto ubo ynformación recogida de huesos de las sepulturas y traslado al osa­ que abía abido e se esperaba aver diferencias y eno­ rio. jos y escándalos y otros males sobre la manera del La llegada del siglo XIX viene a marcar el aban­ ofrecer... e abida ynformación de lo que se a usado de dono del interior de los templos con fines sepulcrales, tiempo ymemorial a esta parte, se mandó que sólo las transfiriéndose dichas funciones a los Camposantos señoras de las casas por su hordem con an ofrecido (Cementerios o Huertos Santos) construidos en el hasta aquí que es la primera la señora de la casa de exterior de las iglesias. En cumplimiento de la nor­ Salcedo y la segunda la señora de la casa de Arangu­ mativa establecida al respecto, los Camposantos ren y la tercera la señora de la casa de Montehermo­ comienzan a utilizarse a comienzos del siglo XIX: so ofrezcan al presente como suelen y las demás 1811 en Güeñes y Etxebarria, 1812 en Errigoiti, 1814 mugeres, aunque sean hijas de las dichas casas sien­ en Durango, 1815 en Zamudio y 1824 en Arrázua. En do casadas si no heredaren las dichas casas o se casa­ algunos templos, los enterramientos en el Camposan­ ren con quien las herede, vayan a ofrecer a la arca to, se inician años después de su construcción, y en la como las otras vecinas ... " [Güeñes, Visita 1526- mayoría hay un período en que se simultanean los junio-9, 2º Libro de Fábrica: 1526-1556 (sig, 12-01), enterramientos en el interior y en el exterior de los AHEB] templos. En Güeñes, se concluye el Camposanto con En Trucíos en 1695 se manda "que ninguna per­ la colocación de las puertas en 1826 y a partir de sona ofrende sino ... en la sepultura donde estubiere diciembre de 1841 se entierra definitivamente en el enterrado el difunto por quién llevare dicha ofrenda", Cementerio exterior. En San Agustín de Etxebarria, cumpliendose así la Constitución Sinodal de este parece que los enterramientos en el Camposanto se Arzobispado, ya que ha sido informado de que "el inician poco después de su construcción (en 1811) ya que está enterrado en el último rúmen sus herederos que hay referencias de ello en 1814. En Errigoiti, ponen la ofrenda en el primero de que se orijinan entre 1820 y 1845 se entierra tanto dentro como fue­ algunas inquietudes ... y alborotos y perturbarzión de ra de la iglesia, y a partir de 1846 se entierra definiti­ los ofizios divinos ... "[Trucíos, Visita 1695-agosto- vamente en el Camposanto. En Durango, el Campo­ 31, 4º Libro de Fábrica: 1675-1713 (sig. 14-05), santo se usa al menos desde 1814, pero en 1820 aún AHEB] se sigue enterrando en Santa María, y en el año 1821 b) Disposiciones prohibiendo refrescos y carida- 106 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

des.- En Trucíos en 1669 se prohiben los refrescos, mujeres dejen manteles o paños sobre las sepulturas, denunciando que eclesiásticos y otros en los entierros pudiendo usarlos sólo para llevar el pan o la oblada y honras de difuntos reclaman a los herederos que, cuando vayan a ofrecer, pero acabada la misa los lle­ además de los derechos funerales, den dos veces ven a casa [Etxebarría. Ordenanzas del Cabildo ecle­ refresco de pan y vino a los propios esclesiásticos y a siástico de las Iglesias Unidas de Elorrio, 1544-octu­ otros seglares que se juntan y los toman en "choro" bre-25 (leg. 7748), Archivo Municipal de Elorrio, mezclados unos con otros, lo cual " ... es en deservis;io AFB]. de Dios ... y poca reverens;ia de un templo y en per­ En Arrázua, en 17 41, tras la obra del entarimado juizio de los difuntos y sus herederos pues hera más de las sepulturas, se manda retirar las "bayetas y tra­ justo gastarlo en sugraxios que no en semexante pro­ pos" sobre las mismas, por lo que el suelo de la igle­ fanidad .... mandó .... a los dichos sacerdotes ... que en sia se hallaba "muy indecente" y sólo se tengan cuan­ adelante están contentos con el estipendio conforme do se celebra oficio de difuntos (entierro, novenas, de costumbre tienen de llevar en los funerales de honras o cabo de año) y con la decencia que corres­ difuntos que no tengan ni hagan semejantes comidas ponde a la iglesia [Arrázua, 1º Libro de Fábrica: y vevidas que llaman refrescos no solamente en el 1725-1877 (sig. 07-03), AHEB]. choro sino en otra ninguna parte" [Trucíos, Visita e) Sobre la colocación de candelas encima de las 1669-diciembre-13, 3º Libro de Fábrica: 1666-1673 sepulturas.- Para evitar dificultades de tránsito por la (09-03) , AHEB). iglesia, desde 1539 hasta comienzos del s. XVIII las En 1672 se vuelven a prohibir en la citada iglesia Constituciones Sinodales de Calahorra prohiben la las "charidades" que dan los herederos el día del colocación de "paveses" (candelas) sobre las sepultu­ entierro, noveno y cabo de año a las personas que ras, y en caso de ponerse sólo pueden estar sobre la asisten repartiendo pan, vino y carne y haciendo sen­ sepultura del difunto los días de novena y honras por tar a los hombres y mujeres en hileras desde las puer­ tal difunto, y el día de cabo de año y aniversario, sal­ ta de la iglesia hasta las gradas del altar mayor [Tru­ vo cuando se pusieren en capillas edificadas a expen­ cíos, Visita 1672-noviembre-19, 3º Libro de Fábrica: sas de sus propietarios [Disposición de Alonso del 1666-1673 (09-03), AHEB] Castillo recogida en Constituciones Synodales del c) Disposiciones prohibiendo los llantos excesivos Obispado de Calahorra y La Calzada hechas y orde­ en los entierros.- Debía ser una práctica bastante nadas por... Pedro Gonzalez del Castillo ... , Madrid, corriente y antigua (en el Arzobispado de Burgos des­ Por la Vda de Alonso Martín, 1621] de 1441-42 data una disposición de Juan Cabeza de También las Constituciones Sinodales de Burgos Vaca), prohibida reiteradamente por los Visitadores. recogen esta disposición desde comienzos del s. XVI Así a fines del S. XVIII se ordena en Errigoitia: "Por (Disposición de Fray Pascual de Ampudia recogida cuanto se ha informado que al tiempo de conducirse en Constituciones Synodales de el Arzobispado de los cadáveres desde la casa mortuoria a la yglesia al Burgos, hechas y ordenadas conforme al Santo Con­ entrar en ella, y quando se les da sepultura, las viudas, cilio de Trento, por ... Francisco Pacheco de Tole­ madres, parientes y amigas de los difuntos dan do ... , Burgos, Felipe de Junta, 1575]. muchos gritos y hacen llantos excesivos lo cual es Para San Agustín de Etxebarría existe una Orde­ muy reprehensible y nada conforme a los sentimien­ nanza estableciendo que el día de Todos los Santos y tos de ntra religión ... mandó que en adelante no per­ siguientes la mujeres eviten quemar candelas de cera mitan ni toleren los curas y clérigos ... que mujer algu­ sobre las sepulturas, y en su sustitución se quemen na que asista a los entierros grite ni haga llantos exce­ dos cirios de cera en cada altar, para cuya provisión sivos dentro ni fuera de la iglesia en los actos de se nombra a una persona con el cargo de bacinero. levantamiento del cadáver, su conducción a ella inte­ Las mujeres sólo podrán poner candela en la forma en rin el oficio, antes, al tiempo, ni después de darle que se denuncia cuando manden decir misa por el sepultura eclesiástica .. "[Errigoitia, Visita 1793-junio- difunto [Etxebarría. Ordenanzas del Cabildo eclesiás­ 8, 5º Libro de Fábrica: 1772-1805 (sig. 03-02), tico de las Iglesias Unidas de Elorrio, 1544-octubre- AHEB]. 25 (leg. 7748), Archivo Municipal de Elorrio, AFB] Noticia ya recogida por A. Trueba, quien las f) Disposiciones en orden a evitar distinciones en denomina "plañideras", también conocidas como los entierros.- En las "parroquias unidas de Elorrio" "endechaderas". Se trataría de mujeres, contratadas o se establece desde 1544 que los clérigos y sacristán no, encargadas de llorar en la funciones fúnebres vayan juntos con una cruz hasta la casa del difunto y [TRUEBA, A. "Curiosidades históricas de Vizcaya. hagan los oficios que acostumbran, denunciando que Lloriqueos", en Euskal-Herria, LIX; 1908]. hasta ahora los hacen "con notable distinción de unos d) Disposiciones sobre paños en la sepultwas.­ vecinos a otros ... ", llevando a casa del difunto capas En relación con este asunto, en San Agustín de Etxe­ y cruz mayor con manga de terciopelo, y también ofic barría conocemos una Ordenanza prohibiendo que las ciando en el cuerpo de la iglesia dos o tres beneficia- ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 107

dos con capas de terciopelo y cetros, ya que a cambio ser enterradas de oficio mayor vayan cubiertas, "y los reciben cierta cantidad de dinero, cuando en realidad, que hubieren de enterrar de oficio de ángeles vayan se denuncia, estos ornamentos se hacen a costa de las descubiertos y no se diga ni cante responso en su fábricas y de las limosnas de particulares [Etxebarría, sepultura ... " [Durango, Visita 1675-julio-2, 3º Libro Sentencia de la Chancillería de Valladolid contra el de Fábrica: 1650-1711, AMD] Cabildo eclesiástico de la Villa de Elorrio, 1544- k) Disposiciones sobre la forma de enterrar a los abril-7 (leg. 7746), Archivo Municipal de Elorrio, curas y beneficiados.- En las "parroquias unidas de AFB]. Elorrio" se solían enterrar con el cáliz de cera. La Para las mismas parroquias se establece también casulla, alba, caja y zapatos, era a cargo de la Her­ en el citado año que no se hagan misas de réquiem mandad en 1769; en 1868 los ornamentos sagrados con diáconos ni subdiáconos, denunciando que con los que se viste al difunto eclesiástico son: casu­ muchas personas lo hacen "por hazer lo que su vezi­ lla, estola, manípulo de color morado, cíngulo, alba y no hazía ... por banagloria ... y por la dezienda de la amito con ropa interior [Etxebarría, Libro de la Her­ gente" [Etxebarría, Ordenanzas del Cabildo eclesiás­ mandad de Sacerdotes de Elorrio: 1719-1892 (sig. tico de las Iglesias Unidas de Elorrio, 1544-octubre- 05-01), AHEB] 25 (leg. 7748), Archivo Municipal de Elorrio, AFB] 1) Otros mandatos que son reiterativos en diversas g) Disposiciones sobre entierros de pobres.- En parroquias.- Para los herederos y cabezaleros de tes­ Arrázua en 1793 se ordena que en los entierros de tamentos, en 1554 que no tomen posesión de los bie­ pobres se celebre también misa de cuerpo presente, nes heredados hasta en tanto no cumplan las mandas aún cuando no halla limosna para ello (Arrázua, Visi­ pías y paguen las deudas que en ellos se contienen ta 1793-junio-15, 1º Libro de Fábrica: 1725-1877 [Etxebarría, 1º Libro de Fábrica: 1502-1567 (leg. (sig. 07-03), AHEB]. 7741), Archivo Municipal de Elorrio, AFB]. En Durango, en 1615 se manda que " ... cuando Y que no se abra ninguna sepultura sin que los muera algun pobre de solemnidad lo entierre el Cabil­ herederos del difunto hayan entregado declaración de do de gracia y por caridad cristiana ... sin aguardar a las claúsulas tocantes a mandas piadosas (Durango, que pidan limosna para él" [Durango, Visita 1615- Visita 1615-junio-2, 1º Libro de Fábrica: 1577-1636, junio-8, 1º Libro de Fábrica: 1577-1636, AMD] AMD] h) Disposiciones sobre sermones en entierros.­ m) Reseñar, por último, cómo la mujer es objeto Esta costumbre ha sido recogida en Durango en 1622 de varias prohibiciones en las Visitas. Ello viene a cuando se establece que "por evitar alavanzas ynpro­ corroborar el protagonismo de la misma en la liturgia pias y disonantes que los predicadores suelen mezclar asociada a la muerte, al ser exclusivas de las mujeres en los sermones de difuntos con poca edificación de varias tareas mortuorias (ofrendas, colocación de los oyentes, manda ... a quienes encargaran estos ser­ paños de sepulturas y candelas, acompañamiento del mones que prediquen de la muerte y de las demás difunto, funerales, además de preparación del cadá­ postrimerías y de los sufragios de las almas, excusan­ ver, vigilias, etc. ). En este sentido, afirma L. Gómez do las lisonjas de los difuntos" [Durango, Visita que estas funciones son "precisamente las prácticas 1662-junio-18, 3º Libro de Fábrica: 1650-1711, que revelan la permanencia de viejos ritos de tránsi­ AMD] to, que la liturgia cristiana no hace sino acompañar y i) Disposiciones prohibiendo responsos en las no enmarca verdaderamente" (GOMEZ NIETO, L. sepulturas.- En Güeñes en 1587 se prohibe que los Ritos funerarios en el Madrid medieval, Madrid, A. curas anden diciendo responsos de sepultura en C. Al-Mudayna, D. L. 1991,p. 101). sepultura "sino fuere a donde hubiere obladas dentro del año y por las demás sepulturas digan un responso 2. El uso de las sepulturas: aspectos legales y etno­ general por todas las ánimas" [Güeñes, Visita 1587- lógicos octubre-4, 3º Libro de Fábrica: 1567-1606 (sig. 12- 02), AHEB] Acabada la construcción o ampliación de una También en Durango en 1735 se ordena que los iglesia, el uso de la mayoría de las sepulturas se ven­ beneficiados y demás sacerdotes que no anden por las den a particulares, reservándose la fábrica algunas sepulturas diciendo responsos [Durango, Visita 1735- (para obras, enterramiento de curas, etc.) que suele diciembre-10, 4º Libro de Fábrica: 1711-1740, AMD] ceder más tarde en parte. La propiedad de las sepul­ j) Disposiciones sobre entierros de clérigos y don­ turas continúa siendo de la Iglesia, pero su uso se cellas.- En Durango en 1601 se establece que sólo los vende a particulares a cambio de "limosnas". El dere­ clérigos y doncellas se entierren "con las caras desa­ cho a una sepultura puede adquirirse a perpetuidad, biertas", es decir, descubiertas. [Durango, ViSita sin menoscabo de que se pague cierta cantidad cada 1601~marzo-12, 1º Libro de Fábrica: 1577-1636, vez que se entierre a alguien, o bien temporalmente. AMD]; y en 1675, que las personas que hubiesen de La "adquisición" de una sepultura perpetua debe ser 108 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

aprobada por el Obispo correspondiente, y a veces común, y b) sepulturas de particulares, las cuales si consta por escrito ante notario o en los libros parro­ dejan de serlo, pasen a ser propiedad de la fábrica, y quiales, indicándose en estos casos expresamente que que en adelante a ninguno se conceda las que pegaren la adquieren "para que por agora y sienpre jamas, a las gradas del Altar Mayor por el estorbo que cau­ ellos y sus subcessores puedan gozar y enterrarse" en san: la misma, y se señala el lugar dónde está ubicada, y "Considerano quan grandes, y pesados distur­ que sepulturas son lindantes [Elorrio, venta de una bios, y pleytos se originan cada dia, por ocasion de sepultura en 1616 a Martin de Anguioc;ar y Hursola las sepulturas, tomando la fragilidad humana motivo C::arraga, Libro de Cuentas de Ntra. Sra.: 1530-1622, para la sobervia de aquello mismo, que es el princi­ AFB]. Son numerosos los traspasos, ventas y dona­ pal fundamento para la humildad ... : Ordenamos y ciones de sepulturas perpetuas, que los protocolos mandamos S.S.A. que en quanto a las sepulturas, en notariales documentan ampliamente. cada iglesia se guarde aquella costumbre, que hasta En las parroquias estudiadas, la mayoría de las aora se ha observado, en donde la ay, de que las sepulturas se asignan a casas y caserías, reciben sepulturas no se enagenen, se guarde y cumpla como numeración de fogueras en algunos casos, y adquie­ hasta aquí, no enagenandolas, ni dexandolas apro­ ren la denominación del edificio al que pertenecen, piar a familia alguna, con cualquier titulo que sea: junto al cual se traspasan por herencia y cuando hay por ser estilo muy conforme a derecho, y segun la ventas, donaciones, etc. Este derecho está recogido caridad y comunion cristiana. Y quando en alguna de jurídicamente en el Fuero Viejo de 1452 (Cap. CXV. ellas fuere enterrado algun cadaver, sea reserbada "De las sepulturas", reconocimiento del derecho de para no enterrar a otro hasta en tanto aya pasado un todos los de la casa a ser enterrados en la fuesa que el año. Y en este tiempo la persona que haze el duelo solar tuviera en la iglesia, respetándose al heredero la por el difunto la pueda ofrendar y asistir en ella, cabecera), y en el Fuero Nuevo de 1526 (Tít. XX, Ley segun el comun uso y costumbre de la tierra. Y aca­ XIX. "De las sepulturas") en donde se mantiene para bado este tiempo vuelva a ser comun, como antes, la las fuesas y asentamientos en las iglesias la califica­ sepultura. ción de bienes raíces. De ahí la asociación casería• Las que son de particulares, se conserven en su sepultura que hemos documentado a menudo. En posesión, como antes: y si por algun accidente vaca­ Errigoiti, en los libros de Finados de 1724 a 1818 ren, y se incorporen a la fábrica de la iglesia, sean aparece claramente esta asociación; con anterioridad, comunes en adelante y no se enagenen en manera desde 1589 se emplean fórmulas como " ... en la alguna a ninguna persona de cualquier estado, y sepultura de su casa". En Zamudio, desde 1592 condiciones que sea, ni se de desde oy en adelante encontramos expresiones como " ... de su casa", "en la sepultura pegada, y unida con las gradas de el altar de sus padres", y a partir de 1700 se indica simple­ mayor: porque notoriamente impiden a los Sacerdo­ mente "en la parroquia de Zamudio". En Arrázua, tes el oficiar en el Presbiterio, y assistir decentemen­ desde 1555 se hace referencia a "la sepultura de la te en el Altar, y son ocasion de muchos enfados, y dis­ casa de ... ". En San Agustín de Etxebarría, aunque los turbios. y las que al presente están, y se hallan en la libros de Finados no proporcionan información sobre forma expressada: mandamos que se usen de modo el lugar de enterramiento dentro del templo, sin que no estorben ni impidan a los Ministros del Altar, embargo la asociación sepultura-casería se verifica en el hazer desembarazadamente y con toda decencia otra documentación eclesiástica (desde 1632), indi­ todos sus ministerios y de ninguna otra forma las cándose " ... la sepultura de la casería de .... ". En permitimos. Y en caso de contumacia, se procedera Durango, aunque hay libros de Finados desde 1553, en la manera que convenga, segun derecho, contra tampoco hacen referencia al lugar de enterramiento; los que hizieren lo contrario" [Constituciones sin embargo la documentación municipal informa de Synodales antiguas y modernas del Obispado la asignación de sepulturas una vez efectuado el enca­ de Calahorra y La Calzada ... por D. Pedro de jonado de las mismas (en 1734) y las personas que las Lepe .... en el año de mil seiscientos y noventa y reciben. ocho, Madrid, por A. G. de Reyes, 1700]. A este respecto la jerarquía eclesiástica acata la En este sentido, los datos que existen en algunas tradición jurídica y los usos y costumbres, y así la iglesias sobre los finados del siglo XVI (Arrázua), Constitución Sinodal de Pedro de Lepe de 1698, para señalan la existencia de inhumaciones consecutivas el Obispado de Calahorra y La Calzada, establece a en breves períodos de tiempo, sin que medie un pla­ cerca del uso de las sepulturas, que se respete la cos­ zo determinado necesario para la descomposición de tumbre de cada parroquia, diferenciando entre: a) los cadáveres. sepulturas que son propiedad de la iglesia, las cµajes Por lo que se refiere a las parroquías de Trucíos y no pueden enajenarse ni usarse hasta pasado un año Güeñes, pertenecientes al Obispado de Burgos hasta del último enterramieno, volviendo entonces a ser del mediados del siglo XVIII, la Constitución Sinodal del ENTERRAMIENTOS EN IGLESIAS DE BIZKAIA 109

Cardenal Pacheco de 1575 establece que los clérigos menos frecuentes (lo que no contradice que puntual­ y mayordomos no pueden señalar cierto lugar ni sitio mente la mayoría sean de particulares como señala la para sepulturas perpetuas sin licencia del Obispo, sal­ documentación), y al hecho de que las casas de vo en los casos señalados y donde hubiere costumbre; labranza no tienen por lo general nombre propio en la pero no siendo perpetuas, permite que se observe la zona encartada. costumbre de cada iglesia y se dé la limosna confor­ me al lugar donde tal difunto se sepultare: 3. Inhumaciones infantiles "Aunque la propiedad de las sepulturas en las Yglesias y cementerios, como cosa sagrada y religio­ En todas las iglesias estudiadas, excepto en Güe• sa, no se puede comprar ni vender segun derecho: y ñes, se han recuperado restos esqueléticos pertene­ ansi es justo que se trate con mucha consideracion cientes a niños de diversas edades. Sin embargo para dello. Pero la tolerancia, uso y aprovechamiento los siglos XVI y XVII no se han encontrado apenas dellas bien se permite a los fieles christianos que dan noticias documentales referentes a los enterramientos sus lymosnas y hazen otras buenas obras a las ygle­ infantiles, ya que solamente en el caso de Güeñes se sias, considerada la qualidad del lugar que piden dice que el entierro de niños se realice en la matriz de para se sepultar y la limosna, ello se da. Y porque Santa María, separados de los adultos (Güeñes, 5º esto mayormente en lo perpetuo no se puede hazer sin libro de Fábrica: 1640-1672 (sig.13-02), Visita de nuestra licencia, ordenamos y mandamos que de aqui 1663, AHEB). adelante los mayordomos legos, ni los clerigos de Una circunstancia bastante común ha consistido este nuestro Arr;obispado, no den ni puedan dar en el hallazgo de uno o varios niños en el nivel supe­ sepultura alguna perpetua, sin la dicha nuestra licen­ rior de la sepultura, separados de un adulto localiza­ cia, o de nuestros Provisores salvo en la nuestra Y gle­ do en el nivel medio o inferior de lá misma. La depo­ sia catedral y metropolitana y en las demas collegia­ sición de los infantiles se realiza sin necesidad de les donde huviere dello legitima costumbre para que alterar o exhumar al adulto subyacente. Al menos en teniendo atencion a las tales limosnas y buenas Arrázua, Errigoiti y Etxebarria, sabemos que los obras, se les sea señalado el lugar que convenga do niños son los últimos inhumados en la sepultura, aun­ se puedan sepultar. Pero no siendo perpetuas, quere­ que desconocemos si ello se debe a un ritual diferen­ mos y permitimos que este caso se guarde la costum­ cial para los enterramientos infantiles o al hecho de bre antigua y loable de cada yglesia y se de la limos­ que los niños fueran los únicos inhumados en el inte­ na conforme a el lugar do el tal defunto se sepultare, rior de la iglesia, en el momento final de uso de la y que esto lo puedan hazer y hagan los curas y mayor­ necrópolis, coincidiendo esta fecha con los primeros domos de las tales yglesias juntos, y no los unos sin enterramientos realizados en el Campo Santo (inicios los otros, y que puedan pedir los que ansi se diere de del s. XIX). Esto último explicaría la localización limosna, ante la justicia, sino lo pudieren cobrar de superficial de los esqueletos infantiles localizados en otra manera: lo qua! mandamos ansi se haga guarde, dichas iglesias. y cumpla so pena de 1O ducados para la fabrica de la Aparte de la posibilidad de que los niños fueran Yglesia, donde lo susodicho sucediere, en la qua! los únicos inhumados en los templos en el momento incurran los curas, y mayordomos de mas y allende en que los cementerios exteriores estaban ya en uso, que pagaran todos los daños que la Y glesia y fabrica hay que valorar una práctica inhumatoria diferente recibieren por no hazer y guardar lo susodicho segun para adultos e infantiles, ya que mientras el enterra­ que por nosotros esta establecido y ordenado" miento de un adulto supone, en la mayoría de los [Constituciones Synodales de el Arzobispado de casos, el vaciado de los ocupantes anteriores, para los Burgos, hechas y ordenadas conforme al Santo infantiles no es preciso tal proceder. Todo ello expli­ Concilio de Trento, por Francisco Pacheco de caría el hallazgo en Etxebarria de restos de seis niños Toledo ... , Burgos, Felipe de Junta, 1575]. en la parte más superficial de una sepultura, deposi­ Por consiguiente, en las Encartaciones se diferen­ tados, la mayoría, en un mismo nivel del relleno, jun­ cian asimismo sepulturas perpetuas y no perpetuas to a los límites perimetrales de la sepultura. como en la zona oriental de la provincia de Bizkaia. Por otro lado, en Trucíos se ha hallado un esque­ En este sentido, es de destacar un comportamiento leto infantil articulado ocupando la posición inferior diferencial en las Encartaciones respecto al resto de de una sepultura, lo que indica que este cuerpo no fue Bizkaia. Así, ni en Güeñes ni en Trucíos hemos loca­ exhumado durante las tareas de acondicionamiento lizado datos en la documentación consultada de aso­ de la sepultura previas a la inhumación del adulto. ciación casa/casería-sepultura, salvo las sepulturas Este hecho creemos puede deberse a que el infantil se pertenecientes a la Torre ,de Salcedo en Güeñes, pero encontrara en ese momento todavía en fase descom­ se trata de una casá y linaje importante. Ello pudiera posición ya que aparece cubierto por una capa de cal. ser debido a que las sepulturas perpetuas fueran Aunque en términos generales se ha registrado 110 C. DE LA RUA - M.O. DEL MONTE - J. ORUE

una menor frecuencia de restos óseos infantiles que En algunas iglesias se han hallado restos clara­ de adultos, también se han hallado restos esqueléticos mente relacionados con ataúdes. Así por ejemplo en de niños en forma de inclusiones en la mayoría de los Errigoiti se encontró una doble inhumación en un sondeos efectuados, lo que indica que éstos fueron sólo ataúd; en Güeñes, en uno de los sondeos, apare­ enterrados junto a los adultos en el interior de las ció un ataúd tapizado con tela, que presenta sobre su iglesias desde épocas antiguas, aunque es sólo a par­ cabecera restos de una cruz formada por cintas de tela tir del siglo XVIII cuando se comienzan a registrar sujetas mediante chinchetas de cobre. Por otro lado, documentalmente las defunciones y enterramientos existen evidencias de más difícil interpretación, tal es de infantiles de forma generalizada. Testimonio de el caso de las tablas que se encontraron en uno de los esta práctica inhumatoria lo constituyen los restos sondeos de Durango, las cuales se hallaban clara­ infantiles hallados en uno de los sondeos de Durango, mente relacionadas con los esqueletos, estando super­ los cuales se encontraban en forma de inclusiones en puestas a los mismos; su mal estado de conservación todo el espesor de un relleno de gran potencia, a lo y la ausencia de otros elementos constructivos rela­ que hay que añadir dos esqueletos articulados más. cionables con ataúdes (clavos impactados en la made­ ra, laterales), no nos permiten establecer conclusiones 4. Ajuares certeras sobre el significado de estas tablas, pudiendo especularse sobre una función de protección de los En los sondeos realizados se ha recogido un cadáveres del contacto directo de la tierra de relleno. número significativo de evidencias que en sentido Otro elemento de interés lo constituyen los restos amplio, pueden considerarse como ajuares asociados de prendas de amortajamiento. En general éstos son a los inhumados. Bajo este concepto incluimos ele­ escasos y se hallan tanto asociados a las inhumacio­ mentos relacionados con prendas de amortajamiento nes como formando parte del relleno sepulcral. Des­ (restos de hebillas de cinturón; fragmentos textiles: tacan, por su abundancia, los restos de calzado con­ tela de vestido y tocados del cabello, cintas; zapatos), sistentes fundamentalmente en suelas de zapatos restos de ataúdes (tablas, clavos de hierro, adornos), (muy abundantes en Errigoiti; en Zamudio las halla­ elementos de carácter religioso (medallas metálicas, das pertenecen a infantiles). En Güeñes uno de los cuentas de rosario y eslabones metálicos) y otros de esqueletos se halló calzado y otro portaba un hábito uso en la vida diaria (monedas, fragmentos de cerá­ de la orden franciscana como mortaja. En Errigoiti, mica, cañones de pipa y restos de cristales). Etxebarria y Arrázua se han recuperado restos de Aunque el análisis e interpretación de estos obje­ prendas de amortajamiento que ofrecen información tos excede la finalidad del presente estudio, existe interesante sobre usos y costumbres de la época. una relación exhaustiva de los mismos en las Memo­ Se han encontrado con relativa frecuencia mone­ rias de excavación correspondientes (1992, 1993), das integradas en los rellenos o estructuras, la mayo­ que se hallan depositadas en el Servicio de Patrimo­ ría de las veces en muy mal estado de conservación. nio Histórico de la Diputación Foral de Bizkaia. De Aunque en algunos casos se determinó su cronología, todas las evidencias recuperadas, vamos a destacar nos hemos abstraído de la problemática que puede brevemente las de mayor interés, bien por la proble­ plantear la discordancia entre la datación de las mis­ mática interpretativa que plantean, bien por la infor­ mas y la cronología de las estructuras sepulcrales. mación que ofrecen sobre usos y costumbres. KOBIE (Serie Paleoantropología), Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º XXIII, pp. 111-139, 1996 ISSN 0214-7971

LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS)

Jacinto Campillo Cueva (*)

RESUMEN

El presente artículo analiza un conjunto de 65 necrópolis medievales descubiertas en la comarca próxima a Miranda de Ebro (Burgos). A través de esta manifestación sepulcral queda patente la importancia de esta zona durante el proceso de repoblación y asentamiento definitivo de los cristianos, circunstancia apenas tratada en las fuentes escritas.

RESUME Le travail analyse les 65 nécropoles médiévales cataloguées dans la contrée de Miranda de Ebro (Burgos). Au moyen de ces manifestations sépulcrales il rend évident l'importance de cette zone géographique pendant la repopulation et le definitif établissement des chrétiens, aspect peu connu par le moyen des sources écrites.

LABURPENA

Artikulu honek, Miranda de Ebro-tik (Burgos) gertu dagoen eskualdean aurkitu diren erdi aroko 65 nekro­ polien multzoa aztertzen du. Hilobi bidezko aurkitze honen bidez nabari geratzen da berbiztanlegotze eta kris­ tauen behin betiko kokatzearen prozesuan zehar alde honek izan zuen garrantzia, zertzelada hau ia agertzen ez delarik idatzitako iturrietan.

(*) Petronila Casado, 22. 09.005 BURGOS. 112 JACINTO CAMPILLO CUEVA

l. INTRODUCCIÓN enfrentamientos con estos pueblos montañeses deter­ minó la consolidación de una fuerte línea defensiva Antes de abordar el estudio que nos proponemos, para controlar los pasos estratégicos de la cuenca del es conveniente realizar varias aclaraciones en aras a Ebro y, como consecuencia, la creación del ducado de una mejor comprensión del mismo. En principio, Cantabria, al cual se agregaron estas tierras mirande­ nuestro propósito es investigar todas las manifesta­ sas. ciones sepulcrales conocidas hasta la actualidad, bien La invasión musulmana conllevó la desaparición aparezcan de forma aislada bien constituyan un con­ de la monarquía visigótica aun cuando su asenta­ junto cementerial. En consecuencia, se incluye cual­ miento en la zona se realizó de forma esporádica, quier tipo de sepulcro que, presumiblemente, fuera apoyándose en fortalezas para contener el empuje de utilizado durante la Edad Media por los cristianos cántabros y vascones o para devastar la comarca. En asentados en la comarca de Miranda de Ebro. Esto cambio, en las montañas septentrionales, la ocupa­ implica la exclusión de todo vestigio funerario ante­ ción sarracena favoreció el nacimiento del reino rior, coetáneo de carácter marginal o posterior al siglo astur, refugio del cristianismo reacio al invasor. La XV. Sin embargo, se exceptúan los cementerios de las rebelión de los bereberes durante el reinado de Alfon­ parroquias, incluso cuando hayan deparado huesos so 1 permitió a los astures acometer numerosas incur­ sueltos o hueseras, ya que todas ellas contaron con siones en territorio enemigo con el propósito de fre­ uno a su alrededor. A esta norma general escapan los nar el avance del Islam y de trasladar una parte de la cementerios propios de iglesias desaparecidas hace población cristiana, que aún vivía en esta zona, hacia varios siglos, como es el caso de las pertenecientes a el reino astur. despoblados medievales. La situación comenzó a variar a partir de la segun­ Por tanto, la secuencia cronológica es muy amplia da mitad del siglo VIII, pero especialmente a lo largo dado que abarca todo el medievo: desde el siglo V al del IX, a raíz de la repoblación de la comarca por par­ XV, ambos inclusive. La introducción del cristianis­ te de los reyes asturleoneses con gente procedente del mo en la comarca mirandesa debió producirse duran­ norte. Según la documentación conservada, este sis­ te el Bajo Imperio Romano, aun cuando por entonces tema de colonización se realizó mediante el procedi­ no llegase a desplazar completamente a los cultos miento de la "pressura" y fue dirigido, fundamental­ paganos. Según CANTERA y ANDRÍO (1991), a mente, por autoridades eclesiásticas. Fruto de estos partir de la V centuria la zona próxima a Miranda progresos cristianos fue la fundación del obispado de debió experimentar un notable desarrollo de la vida Valpuesta, en sustitución de la sede episcopal de eremítica al difundirse el ejemplo dado por San Auca, dentro de cuyos límites permanecerían estas Millán, y luego con la fundación de la sede de Auca. tierras hasta 1087, que se unió a la de Burgos. Sin embargo, la generalización de la nueva religión Durante los siglos VIII y IX las incursiones aga­ no se produjo hasta el siglo VIII a raíz del estableci­ renas en el alto Ebro fueron frecuentes, aun cuando miento de los foramontanos en la zona (AZKÁRATE, no llegaran a obstaculizar la formación del condado 1988). A pesar de estas afirmaciones teóricas, las pri­ de Castilla que extendió su influencia hasta Miranda meras evidencias sepulcrales cristianas actualmente bajo el conde Rodrigo. En época de Alfonso III, los conocidas en el área mirandesa no deben situarse más cristianos fortificaron los castillos de Lantarón, Tér­ allá de las centurias VIII y IX, coincidiendo con la mino y Pancorbo de manera que se consolidó el avan­ llegada de los repobladores. ce de la frontera asturleonesa. Cuando, un siglo des­ Además del catálogo de tumbas, se han incorpo­ pués, desapareció el peligro musulmán de estas rado otros vestigios arqueológicos estrechamente zonas, surgió un enfrentamiento entre Castilla y vinculados con ellas, como es el caso de las estelas. Navarra que, a la postre, otorgaría a Miranda un No obstante, se ha omitido de forma deliberada cual­ carácter fronterizo de índole diferente hasta que final­ quier otro tipo de hallazgo (eremitorios, despoblados, mente quedó bajo la órbita del primero. etc.) por no reflejar directamente el fenómeno fune­ La consolidación política castellana, unida a la rario. desaparición del peligro musulmán, propició el esta­ Durante la época bajoimperial, estas tierras miran­ blecimiento de la primera división administrativa del desas pertenecieron a la Tarraconense, si bien muy condado, vigente durante los siglos X al XII. La uni­ pronto se individualizaron del resto por la vecindad dad fundamental de esta nueva organización radicó de los levantiscos cántabros y vascones. Ante estas en el alfoz o pequeño territorio compuesto por varias circunstancias, Roma estableció destacamentos mili­ aldeas sujetas a la autoridad de un señor o tenente tares con el fin de proteger sus dominios de las incur­ nombrado por el conde castellano correspondiente y siones enemigas. La llegada de los visigodos no sig­ residente en el castillo de la localidad que daba nom­ nificó una alteración sustancial de esta situación bre a su demarcación. El área objeto de nuestro estu­ administrativa y militar. Sin embargo, los constantes dio estuvo compartida fundamentalmente por los LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 113

alfoces de Término, Pancorbo y Miranda. Con poste­ dad su disposición periférica entre Castilla, País Vas­ rioridad surgieron entidades de rango algo mayor, co y La Rioja, le confiere una envidiable posibilidad denominadas merindades menores, que comprendían estratégica a la hora de explicar sus acontecimientos varios alfoces. En este sentido, la comarca pasó a históricos. depender de las merindades menores de Castilla Vie­ Dentro de la investigación arqueológica general, ja y Bureba. Estas, a su vez, se integraban en una la etapa medieval no ha ejercido una atracción espe­ demarcación superior llamada Merindad Mayor de cial hasta fechas relativamente recientes, de ahí su Castilla. desarrollo tardío en comparación con otras manifes­ Desde el punto de vista de la administración reli­ taciones prehistóricas o de la Antigüedad. Una de las giosa, Miranda perteneció al obispado de Burgos has­ causas explicativas ha sido, sin duda, la escasa rele­ ta 1137 en que el obispo calagurritano se apropió de vancia artística de sus vestigios. En consecuencia, ella. A partir de esta fecha se multiplicaron los plei­ nos adentramos en un mundo apenas estudiado y tos entre ambas sedes episcopales cuyo final se alcan­ estructurado y, por ende, lleno de hipótesis, inexacti­ zó mediante un acuerdo firmado en 1229. En virtud tudes, etc. del mismo, las iglesias situadas en la margen izquier­ Paradójicamente, la cronología del proceso inves­ da del Ebro quedarían bajo la jurisdicción de Calaho­ tigador desarrollado en la comarca resulta muy rra mientras que las de la derecha habrían de pertene­ amplia ya que hunde sus raíces en el siglo XIX o, cer alternativamente a ésta y a la de Burgos. Las igle­ incluso, en el XVII, si bien estas noticias carecen de sias comprendidas dentro de nuestro estudio depen­ una intencionalidad arqueológica. Este prolongado dieron de los arcedianatos de Briviesca y Valpuesta. espacio temporal se puede subdividir en tres grandes Los límites geográficos de la comarca obedecen a etapas: razones de tipo político-administrativo y judicial. Por 1ª. La fase inicial (1832-1969). A pesar de ser la ello, su perímetro resulta convencional toda vez que época más larga, dentro de ella no existe un criterio se ha tomado como referencia la divisoria del partido de uniformidad debido a la falta de conexión entre las judicial de Miranda de Ebro, con exclusión del Con­ diferentes noticias. No obstante, el número de necró• dado de Treviño. Esta porción del solar burgalés está polis catalogadas durante la misma fue escaso: San situada al NE de la provincia, en los confines de Ala­ Juan de Ameyugo, Nuestra Señora de Arce, San Llo­ va y de La Rioja y no lejos de Orduña, y adopta una rente de Bayas, El Espino de Santa Gadea, La Virgen forma irregular que se halla comprendida entre los de Valverde y Santa Lucía de Miranda. Todos estos 42º 32'30" y los 42º 46'00" de latitud norte y los Oº casos corresponden a descubrimientos casuales, en su 27'56" y los Oº 49'55" de longitud este, medidas mayoría realizados por estudiosos o eruditos locales. todas ellas referidas al meridiano de Madrid. Su terri­ Su publicación está unida a obras de índole histórica torio está constituido por dos cuencas sedimentarias, o artística como algo meramente complementario y, a abiertas fundamentalmente por el Ebro y su afluente veces, ni tan siquiera eso. Lógicamente, estos prime­ el Oroncillo. Por ello, se trata de tierras relativamen­ ros aportes ofrecen muchas deficiencias por reducir­ te bajas ya que una buena parte de ellas se sitúa entre se a una simple cita o por suponerles, en ciertos los 600 y 450 metros de altitud. Es precisamente en momentos, una cronología romana. Aún más peregri­ las zonas deprimidas donde se han establecido los no resulta la utilización, por parte de algunos autores, principales núcleos de población, casi siempre del término "dólmenes" para referirse a un tipo de huyendo de humedales y buscando lugares más salu­ tumbas excavadas en la roca o, mejor, a aquellas bres, elevados y al abrigo de los vientos dominantes. construidas a base de grandes losas, tal como permi­ Las cuencas del Ebro y del Oroncillo están separadas ten afirmar algunas publicaciones de Ruidobro, Ibe­ por los montes Obarenes cuyas alturas menores se ro, etc. Incluso, en ocasiones (RUIDOBRO, 1916; dan en las Conchas de Raro (en tomo a 800 m.) y cre­ MÉLIDA, 1942 y GARCÍA RÁMILA, 1964), la cita cen hacia el NO hasta alcanzar los 1.356 m. de alti­ no ofrece concreción alguna respecto a un yacimien­ tud. to determinado. Asimismo, hay autores (PÉREZ DE En virtud de esta disposición orográfica, la cone­ URBEL, 1945 y 1969; ANDRES, 1963 y 1964; RUI­ xión entre ambas partes no ha resultado nada fácil a DOBRO, 1922, etc.) que se limitan a transcribir noti­ lo largo de la historia, de ahí que la red viaria se cias anteriores sin que ello suponga novedad alguna. estructure en sentido paralelo. Sin embargo, la exis­ 2ª. La fase intermedia (1970-1980 ). Durante esta tencia de pasos transversales a la cordillera ha permi­ década, la arqueología medieval de la zona mirande­ tido su intercomunicación a través, sobre todo, del sa alcanzó su madurez, de suerte que servirá de base desfiladero de Pancorbo, pero también por el boque­ a estudios ulteriores. Sin embargo, el número de nue­ te de Encío, Sobrón, La Morcuera, Foncea o las Con­ vos yacimientos incorporados al conjunto preexisten­ chas de Raro. Esta situación, de obligado paso entre te no rebasó. la cifra conocida ya que solamente se la Meseta y el norte del Ebro, así como en la actuali- añadieron el Cristo de Barrio y San Mamés de Pan- 114 JACINTO CAMPILLO CUEVA

corbo, Santa María de Tejuela de Villanueva-Soporti­ 3ª. La fase reciente (1981-1996). Últimamente ha lla, Santa Cruz y La Quintanilla de Bujedo, La Puen­ tenido lugar una proliferación de autores que citan o tecilla de Encía y La Picota de Ameyugo. Por este abordan con cierta profundidad facetas relacionadas motivo, fue más importante la realización de un tra­ con vestigios sepulcrales de la Edad Media. Este bajo de campo con la correspondiente comprobación afianzamiento de los estudios arqueológicos se mani­ "in situ". Esta tarea permitió el hallazgo de nuevas fiesta, ante todo, durante la década de 1980, si bien necrópolis y el complemento de los datos de los yaci­ con posterioridad decaerá en una atonía que ha per­ mientos publicados. Como consecuencia de ello, se durado hasta nuestros días. produjo un enriquecimiento considerable del fenóme• Desde el punto de vista cuantitativo, esta fase no no sepulcral de la Edad Media. No obstante, ello no se presenta especialmente rica ya que el número de presupone que durante esta etapa se olviden posturas yacimientos inéditos queda reducido a tres: San Mar­ precedentes basadas en la utilización de citas escue­ tín de La Nave, Nuestra Señora de las Eras de Santa tas, reiteraciones carentes de innovaciones, etc. Sin Gadea y Santa María Magdalena de Suzana. Por tan­ embargo, aparecen por primera vez nuevos enfoques to, ha de predominar la reiteración de datos, casi interpretativos referentes a la cronología, tipología, siempre sintetizados en el topónimo donde se han momento cultural, etc., gracias a la introducción de hallado las sepulturas. Una excepción a esto son los las corrientes más recientes aplicadas al campo de la estudios de los eremitorios con necrópolis ya que tan­ investigación de la arqueología medieval que, en to Rubio como Monreal abordan el aspecto sepulcral nuestra provincia, encabezó A. del Castillo. de forma más amplia. Otro hito importante que se produjo durante la Esta trayectoria, marcada por una cierta languidez etapa fue el acometimiento de las primeras excava­ y estancamiento, se rompe definitivamente con la ciones, pioneras en su género dentro del ámbito pro­ publicación del presente artículo. vincial. En primer término, Valdizán realizó varios sondeos de comprobación en Santa María de Tejuela de Villanueva-Soportilla, San Mamés de Pancorbo, 2. METODOLOGÍA Santa Cruz de Bujedo y La Virgen de Valverde, si bien ninguno de ellos fue acompañado de la publica­ Desde el punto de vista arqueológico, la comarca ción de su correspondiente memoria de excavación. mirandesa no es de las más ricas y variadas de la pro­ Poco después, A. del Castillo excavó, de forma cien­ vincia, pues, aunque existen yacimientos importantes tífica, la necrópolis de Santa María de Tejuela (Villa­ (necrópolis de Miraveche y Villanueva de Teba, cas­ nueva-Soportilla) cuyos resultados fueron publicados tros de Pancorbo o poblados romanos de Silanes y a continuación por su excavador y completados con Arce Mirapérez), carece de manifestaciones megalíti• posterioridad por miembros de su equipo. Mención cas, celtibéricas, etc. Sin embargo, la zona ofrece especial merece la confección de la carta arqueológi• ciertas condiciones físicas favorables como son la ca del partido judicial de Miranda de Ebro, obra que disponibilidad de tierras de laboreo, existencia de corrió a cargo de ABÁSOLO (1974). Su gran nove­ pasos estratégicos ... No obstante, la abundancia de dad estriba en la recopilación de todas las necrópolis lugares pantanosos ("paúles") ha contribuido al conocidas hasta entonces así como de la bibliografía rechazo de la población y de los asentamientos huma­ existente sobre las mismas. Sin embargo, el número nos hacia parajes más idóneos, sitos en alturas o lade­ de yacimientos nuevos es escaso ya que sólo incor­ ras y protegidos de los vientos dominantes. pora dos: La Puentecilla de Encía y La Picota de La colonización de estas tierras por los repoblado­ Ameyugo. Las necrópolis ya publicadas son simple­ res cristianos en la Alta Edad Media supuso un autén­ mente enumeradas, a veces con algunas omisiones tico renacimiento ya que bajo el amparo de castillos bibliográficas. La inclusión de los descubrimientos y monasterios fueron apareciendo infinidad de peque­ medievales dentro de la carta en un apartado especial ños núcleos rurales. Este fenómeno implicó una demuestra el escaso valor concedido a las manifesta­ mayor proliferación de manifestaciones sepulcrales, ciones arqueológicas más recientes. Ello no obsta si bien los trabajos de investigación publicados no lo para que la obra tenga una gran significación por traslucían, dado que hasta 1996 sólo se habían cata­ cuanto servirá de base a la inmensa mayoría de auto­ logado 20 yacimientos sepulcrales distintos. En parte, res posteriores que aborden aspectos históricos, artís• esta particularidad se explica porque los trabajos ticos o arqueológicos de la zona de Miranda. arqueológicos realizados en esta demarcación se han A un mismo tiempo, las investigaciones arqueoló• realizado tradicionalmente desde la capital provincial gicas que se centran en el medievo experimentaron un y, al estar Miranda de Ebro a 82 km. de ella (más pró• amplio desarrollo y luego su consolidación gracias a la xima y mejor comunicada con Vitoria), ha experi­ tarea acometida por Loyola y Andrío desde Miranda mentado un cierto abandono.. a. pesar de la meritoria de Ebro en los años .~entrales de la década de 1970. labor acometida por Andrío y Loyola. LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 115

Conscientes de este panorama, nuestra primera centración parcelaria, etc. bien pudieran contribuir a meta fue la recopilación de toda la bibliografía exis­ su descubrimiento. tente sobre el tema. Esta tarea estaba realizada, en A través de estas líneas hemos pretendido esbozar gran medida, hasta 1974, año en que apareció la car­ el estado de la cuestión; queda para el futuro, más que ta arqueológica de los partidos judiciales de Belorado la tarea de incrementar el catálogo con nuevas apor­ y Miranda de Ebro. Esta publicación reunió la inmen­ taciones, la realización de trabajos científicos, bien sa mayoría de las referencias anteriores, a la vez que mediante estudios monográficos bien mediante exca­ actualizaba antiguos yacimientos e incorporaba otros vaciones arqueológicas. Como meta postrimera se nuevos. Ello, indudablemente, supuso un hito impor­ impone la defensa y conservación de este patrimonio tantísimo en el campo arqueológico comarcal, si bien que sistemática e impunemente se expolia y se des­ hoy debe considerarse superado pues desde entonces truye. ha transcurrido casi un cuarto de siglo y el número de yacimientos contabilizados se ha incrementado sobremanera hasta alcanzar los 65. 3. CATÁLOGO DE YACIMIENTOS Sin embargo, con objeto de ser totalmente exhaus­ tivos, a esta primera recopilación bibliográfica agre­ Altable gamos los artículos y noticias divulgados con poste­ rioridad a 1974, así como las referencias anteriores 1. En lo alto del caserío está la iglesia de San no incluidas en la carta. Sebastián, cuyas coordenadas coinciden con los 42º En segundo lugar, se procedió a la consulta de 36' 08" de latitud norte y los Oº 36'34" de longitud fuentes documentales manuscritas, especialmente el este. Catastro del Marqués de la Ensenada (ADPB) y los No hace muchos años, al realizar labores de acon­ apeos de los bienes fabricales y beneficiales de estos dicionamiento de una calle inmediata al templo, se pueblos (ADB) con el objeto de encontrar y docu­ descubrió una tumba. Probablemente fuese un sarcó• mentar los cementerios de las ermitas o iglesias ya fago antropomórfico, cubierto con una gran losa de desaparecidas. No obstante, esta vía, que en la Honor arenisca que cobijaba un esqueleto. En otra ocasión, de Sedano (CAMPILLO, 1995) dio excelentes resul­ se exhumaron huesos humanos bajo el suelo de la tados, apenas ha aportado novedades. Únicamente casa consistorial al efectuarse unas obras. Tanto estos nos orientó acerca de los hagiotopónimos, muy valio­ restos arqueológicos como otros similares encontra­ sos para precisar las advocaciones de los templos de dos en los alrededores corresponden al cementerio de aquellos lugares donde se han descubierto tumbas y la parroquial. que, en la actualidad, no hay otra constancia de su existencia. Ameyugo El último paso ha consistido en una labor de cam­ po a fin de comprobar la totalidad de los datos prece­ 2. A 1.600 m. al NE del pueblo se halla el térmi­ dentes, acopiar una documentación gráfica y fotográ­ no de Los Tobares, asiento de una villa romana y de fica sobre el tema y realizar una encuesta arqueológi• un despoblado medieval. Sus coordenadas coinciden ca en cada uno de los pueblos mirandeses. Estos cues­ con los 42º 39'30" de latitud norte y los Oº 38'45" de tionarios responden a un interés por allegar el mayor longitud este. número de datos posible, sobre todo en este campo, Según algunas referencias orales, en este pago se dado que la aparición de tumbas es el fenómeno más han descubierto losas de piedra caliza y huesos huma­ espectacular entre la gente del campo. Se ha encues­ nos correspondientes a tumbas. Sin embargo, en la tado a varias personas de cada localidad con el fin de prospección del lugar no se ha detectado nada en este contrastar, precisar, detallar e incorporar más infor­ sentido debido a que una gran parte del yacimiento ha mación. Después de acometer esta tarea, se procedió sido ocupado por la autopista. Con todo, la documen­ a la visita de los yacimientos con el propósito de rea­ tación parroquial cita la existencia de una iglesia, lizar una comprobación sobre el terreno que permi­ posteriormente convertida en ermita, en Valcorta, tér­ tiera confirmar las citas publicadas, completarlas con mino inmediato, de advocación desconocida. Por datos de localización y descripciones o rectificarlas. todo esto, bien podría tratarse del cementerio de la A veces, estas prospecciones han permitido descubrir misma. nuevos yacimientos, casi siempre en función del azar. 3. A 100 m. al NE del caserío, no lejos del cruce Somos conscientes que estos tres procedimientos de Ameyugo con la Nacional I, se halla el término de descritos no agotan el abanico de posibilidades ya La Magdalena. Sus coordenadas coinciden con los que seguramente bajo el suelo yacen otras tantas 42º 39'30" latitud norte y los Oº 38'20" de longitud necrópolis que, de' momento, désconocenibs, 'pero este; " que futuros desmontes, aperturas de caminos de con- Según comunicaciones vérbales, al construirse la 116 JACINTO CAMPILLO CUEVA

carretera se descubrieron huesos humanos, especial­ tos humanos. El hallazgo de este tipo de restos es mente calaveras, dentro de tumbas de lajas. Actual­ antiguo ya que tanto AMADOR DE LOS RÍOS mente no queda nada porque luego se volvió a tapar. (1888) como SÁEZ (1892) citan la existencia de Estos restos corresponden al cementerio de una sepulcros. Este último autor los atribuye a los roma­ ermita, ya desaparecida, dedicada a Santa María nos ya que éstos enterraban a sus muertos a lo largo Magdalena. de las vías de comunicación como se constataba en 4. A 150 m. al SO del pueblo se ubica el término Arce, donde muchas veces se habían hallado a dere­ de San Juan o El Cementerio. Sus coordenadas coin­ cha e izquierda de uno de sus caminos restos sepul­ ciden con los 42º 39'07" latitud norte y los Oº 37'33,, crales y aún entonces se podían ver algunos sepulcros de longitud este. a la entrada de la iglesia. Posteriormente, VÉLEZ En este lugar apareció un número de tumbas inde­ (1984) siguiendo a Amador de los Ríos, referirá la terminado cuando se construyó la carretera local. Es existencia de sepulturas romanas. Sin duda, estos res­ muy probable que a este yacimiento arqueológico tos deben responder a sepulcros medievales cristianos puedan corresponder los más de treinta sepulcros pertenecientes al cementerio de la parroquial. cubiertos atribuidos por CEÁN-BERMÚDEZ (1832) a época romana y que, posteriormente, refirió PÉREZ Ayuelas DE URBEL (1945 y 1969) y ABÁSOLO (1974). En opinión de este último autor, tal vez habría que rela­ 8. En la parte más elevada del barrio de Arriba cionarlos con el yacimiento de El Castro. está la iglesia de San Andrés. Sus coordenadas coin­ En este sitio estuvieron fundados la ermita de San ciden con los 42º 41'49" latitud norte y los Oº 37'02" Juan, que en lo antiguo fue iglesia parroquial, y el pri­ longitud este. mer camposanto del pueblo. Estos vestigios sepulcra­ Hace algunos años, con ocasión de la construc­ les corresponden a la necrópolis de dicho templo. ción de los escalones de acceso al templo se descu­ 5. A 600 m. al S de Ameyugo se sitúa el término brieron infinidad de sepulcros de lajas con sus corres­ de Santa Ana. Sus coordenadas coinciden con los 42º pondientes esqueletos. Actualmente, no se conserva 39'05" de latitud norte y los Oº 37'15" de longitud ningún vestigio ya que todo se volvió a cubrir. este. Estos restos inéditos pertenecen al cementerio de Según una encuesta realizada en el pueblo, hace la parroquial. bastantes años aparecieron tumbas en sus inmedia­ 9. A 1.000 m. al NO del pueblo está el término de ciones. Actualmente, la vegetación y los desmontes La Crucijada. Sus coordenadas coinciden con los 42º impiden toda comprobación. Estas evidencias sepul­ 41 '54" latitud norte y los Oº 38'10" longitud este. crales corresponderían al cementerio de la ermita de Según referencias obtenidas en Santa Gadea, al Santa Ana, cuyas ruinas aún pueden contemplarse. lado del antiguo camino que unía esta población con 6. A 1.200 m. al N-NO del pueblo se halla La Ayuelas, existía una tumba de lajas, actualmente Picota, La Peñota o La Muela de Napoleón, como desaparecida. también se la denomina. Sus coordenadas coinciden Este hallazgo hay que relacionarlo con la existen­ con los 42º 39'40" latitud norte y los Oº 36'32" de cia de una ermita cuya ubicación en la zona es segu­ longitud este. ra, según informaciones recabadas en Ayuelas, pero En la peña y sus proximidades existieron bastan­ cuya advocación se desconoce. Debió estar dedicada tes tumbas excavadas en la roca arenisca que desapa­ a San Pedro, dado que este topónimo se ha conserva­ recieron en la década de 1960 al construir el restau­ do para denominar un término inmediato. rante y el monumento al Pastor. Fue publicado por 10. A 300 m. al SE de Ayuelas, en el barrio de ABÁSOLO (1974) quien refiere el hallazgo de tum­ Abajo está la ermita de Nuestra Señora de Gorejo. bas antropomorfas, noticia, al parecer, reproducida Sus coordenadas coinciden con los 42º 41'32" de por VÉLEZ (1984). Estos vestigios arqueológicos no latitud norte y los Oº 39 '03,, de longitud este. han podido ser relacionados con ninguna construc­ En las inmediaciones del templo se han descu­ ción cristiana. bierto varias sepulturas de lajas, con sus correspon­ dientes esqueletos, especialmente al este de la misma, Arce a raíz del desmonte de un ribazo para realizar la con­ centración parcelaria. En la actualidad, sólo se ven 7. En el centro de este barrio mirandés está la igle­ algunos restos óseos humanos y dos grandes losas de sia de Nuestra Señora. Sus coordenadas coinciden cubierta semienterradas. con los 42º 40'35" latitud norte y los Oº 47'15" lon­ Estos vestigios se corresponden con el cementerio gitud este. de la ermita, antiguamente iglesia, citado en 1334 Al parecer, en la década de 1930 se descubrieron, (CANTERA y ANDRÍO, i991)~ , junto a la parroquia, unas cuatro tumbas con esquele- 11. A unos 200 m. al O del barrio de Abajo está el LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 117

término de Fuente de Gorejo o Casares, como tam­ la ermita de San Lorenzo emplazada en este mismo bién se le conoce. Sus coordenadas coinciden con los paraje. 42º 41 '19" de latitud norte y los Oº 38'40" de longi­ tud este. Bozoo Según referencias orales, en este lugar se han des­ cubierto piedras labradas a modo de losas, corres­ 15. En el centro del caserío está la iglesia de San pondientes a sepulturas, así como otros materiales Julián y Santa Basilisa. Sus coordenadas coinciden arqueológicos. La prospección del yacimiento no ha con los 42º 43'27" de latitud norte y los Oº 36'00" de deparado ningún vestigio claro, pero no resultaría longitud este. extraño que apareciese dado que la tradición popular Alrededor del templo, pero especialmente al ubica en este sitio una ermita, probablemente dedica­ mediodía, se descubrieron, hacia 1980, tumbas de da a Santiago. Se trataría, pues, del cementerio de la lajas, hoy tapadas. Otros restos afines fueron hallados misma. en las eras y debajo de una casa del pueblo, todos ellos asociados con esta necrópolis de la parroquial. Bardauri 16. A 2.650 m. al SO de Bozoo se encuentra el tér­ mino de Busto Redondo o La Dehesa de la Oberuela. 12. En el centro de este barrio mirandés está la Sus coordenadas coinciden con los 42º 43 '10" latitud iglesia de Santa Marina. Sus coordenadas coinciden norte y los Oº 34'20" de longitud este. con los 42º 40'15" de latitud norte y los Oº 44 '13" de Según referencias orales, en este sitio se han des­ longitud este. cubierto varios sepulcros con sus correspondientes Hace algunos años, al abrir unas zanjas para la esqueletos. Actualmente no puede detectarse nada en conducción de agua y al construirse una casa, apare­ este sentido porque todo ello ha sido invadido por la cieron, alrededor de la parroquia, numerosas tumbas maleza. de lajas, cubiertas con una gran losa de caliza, con sus Estos restos hay que asociarlos con la iglesia del correspondientes vestigios antropológicos. Sin duda despoblado de Loberuela, sito en esta dehesa. alguna, estos restos sepulcrales corresponden al cementerio de la iglesia parroquial. Bujedo de Candepajares 13. A 1.000 m. al SE de Bardauri se encuentra el término de Reduela, Herreruela o Camino Blanco. 17. Al N del caserío se halla la iglesia de La Asun­ Sus coordenadas coinciden con los 42º 39'55" latitud ción de Nuestra Señora, pegante a otra románica norte y los Oº 44'20" longitud este. dedicada a San Juan. Sus coordenadas coinciden con Según un apeo de los bienes fabricales, en la subi­ los 42º 38'58" latitud norte y los Oº 40'11" longitud da de Herreruela o Camino Blanco, más arriba del este. arroyo, la iglesia de Santa Marina tenía una pieza, en Hace unos 15 años, a raíz de la realización de unas una de cuyas lindes había una piedra grande que zanjas para la conducción de agua, aparecieron delan­ parecía cementerio. Este vestigio, hoy no localizado, te de la entrada del templo varias tumbas de lajas debe corresponder al cementerio de la ermita de San cubiertas con grandes losas calizas y cobijando hue­ Martín sita en el despoblado llamado Herreruela, pró• sos humanos. Similares restos se reiteraron en el ximo a Los Corrales. lugar que ocupa hoy la báscula y en unas antiguas eras contiguas a la carretera, donde, al parecer, tam­ Bayas bién se descubrieron sarcófagos. Hoy nada de esto es visible. Estos vestigios sepul­ 14. A 200 m. al S de este barrio mirandés se ubi­ crales corresponden al cementerio parroquial. ca el término de San Llorente. Sus coordenadas coin­ 18. A 700 m. al NO de Bujedo se localiza el cerro ciden con los 42º 41 '01" latitud norte y los Oº 45'43" de Santa Cruz. Sus coordenadas coinciden con los longitud este. 42º 39'10" latitud norte y los Oº 39'42" longitud Al construirse la urbanización cercana a la carre­ este. tera de Logroño se descubrieron varias tumbas de VALDIZÁN (1970) realizó algunos sondeos en la lajas, hoy desaparecidas. Con este mismo lugar hay superficie del altozano cuyo resultado fue el hallazgo que relacionar el hallazgo de algunos sepulcros de de dos sarcófagos. El primero contenía un esqueleto época romana (SÁEZ, 1892) y la necrópolis de completo. El segundo cobijaba dos cuerpos coloca­ pequeñas cistas formadas a base de lajas de arenisca dos uno al lado de otro y a los pies se descubrió otra que cobijaban esqueletos en cuclillas (JÁUREGUI, calavera más. Este hecho hizo pensar a su descubri­ 1981) orientádos hacia el este y, según su autora, per­ dor que se trataba de una sepultura familiar. Actual­ tenecientes al Neolítico tardío o Edad de Bronce. mente, se evidencian en el otero cuatro hoyos, restos Tales vestigios deben pertenecer a la necrópolis de de aquellas excavaciones, y una tapa sarcofágica de 118 JACINTO CAMPILLO CUEVA

arenisca de perfil curvilíneo (192 x 47 cm.) provista Estos restos sepulcrales pertenecen al monasterio de un rebaje para encajar en la caja. Como sugiere de monjas premostratenses fundado en este lugar Valdizán, es muy probable que existan más vestigios durante el siglo XII. similares por descubrir. Esta necrópolis es citada por ABÁSOLO (1974) y GARCÍA FERNÁNDEZ Encío (1989). Estas evidencias sepulcrales corresponden al 21. A 700 m. al E-NE del caserío está el término cementerio de la desaparecida ermita de Santa Cruz, de Las Cuevas. Sus coordenadas coinciden con los ubicada sobre este cerro. 42º 39'55" latitud norte y los Oº 36'30" de longitud 19. A 500 m. al SO del pueblo se emplaza el este. monasterio de San Norberto. Sus coordenadas coin­ Se trata de un afloramiento provisto de dos entra­ ciden con los 42º 38'47" de latitud norte y los Oº das artificiales que dan paso a un eremitorio. El espa­ 39'52" de longitud este. cio más occidental tiene una tumba de tipo bañera En el recinto ajardinado del mismo se conservan excavada en la roca que, al decir de MONREAL dos estelas altomedievales cuya procedencia no es (1989), lleva un rebaje para la tapa y está orientada al segura, pero que, según referencias fidedignas, pro­ SE. El mismo autor supone la existencia de otras dos ceden de La Rioja. sepulturas más dentro de este recinto aunque apenas La primera es una losa rectangular (44 x 38 X 11 existan huellas. Lo cierto es que dispone de una cm.) cuyo anverso lleva una cruz rehundida de brazos pequeña oquedad al fondo y una exigua hornacina al iguales con sus extremos ensanchados. El reverso norte. En el segundo ámbito, Monreal cita, al menos, porta una especie de arco de herradura, delimitado dos sepulcros orientados al este, en la parte baja y por sendas incisiones, cuya rosca lleva un dibujo zig­ otro más en un nivel superior, ambos del tipo de zagueante, también grabado. El interior comparti­ bañera. menta el espacio en cuatro sectores por una especie Su descubrimiento se debe a RUBIO (1981) en de sencilla cruz incisa (Fot. 1 y 2). quien se basó MONREAL (1989), GARCÍA La segunda es una estela discoidal de 33 cm. de FERNÁNDEZ (1989) y AA.VV. (1987). De momen­ diámetro y 9,5 de grosor, rota por dos partes, y des­ to no hemos identificado la advocación cristiana con provista de vástago. Sus caras presentan una mala quien relacionarlo. conservación, con todo permiten vislumbrar, tanto en 22. En la parte baja del antiguo pueblo, ya aban­ el anverso como en el reverso, una gran cruz griega donado, de Encía, está la ermita de San Juan de Acre, incisa con los extremos de los brazos ensanchados hoy convertida en vivienda. Sus coordenadas coinci­ (Fot. 3). den con los 42º 40'08,, de latitud norte y los Oº La primera de estas estelas fue dada a conocer 35 '58,, de longitud este. escuetamente por nosotros (CAMPILLO, 1992-93). Hace unos años aparecieron huesos y tumbas en el 20. A 1.850 m. al O-SO de Bujedo se encuentra el interior del recinto sagrado así como a 10 m. más aba­ pago de La Quintanilla. Sus coordenadas coinciden jo. En este caso, se trató de una sepultura de lajas con con los 42º 38 '03,, de latitud norte y los Oº 38 '50" de su correspondiente esqueleto. Nada de ello es actual­ longitud este. mente visible. En este paraje existe un yacimiento medieval Los restos sepulcrales corresponden al cementerio excavado en 1977-78 por Andrío y Lo yola. Además de la ermita de San Juan, antiguamente iglesia de la de los vestigios de un despoblado, se descubrieron encomienda de Medina, orden de San Juan (RUIZ también algunos restos óseos humanos y una estela DE LOIZAGA, 1991). discoidal, depositada actualmente en los jardines del 23. A unos 900 m. al N-NO de Encía está el tér­ monasterio. El hallazgo ha sido publicado por mino de La Fuentecilla o San Millán. Sus coordena­ LOYOLA (1977) y ANDRÍO (1987 a y b.) y por das coinciden con los 42º 40' 25,, de latitud norte y CANTERA y ANDRÍO (1991). Tal vez a esta necró• los Oº 35 '50" de longitud este. polis se refiera GARCÍA FERNÁNDEZ (1989). Hacia 1930 aparecieron, al realizar las labores de El disco de la estela está bastante deteriorado y arada, numerosas tumbas, especialmente sarcófagos, mide 35 cm. de diámetro. Tanto el anverso como el alguno de ellos con decoración, se~n informes ora­ reverso llevan una decoración incisa a base de tres les. Fueron dados a conocer por ABÁSOLO (1974) y diámetros que convergen en el centro para dar lugar a luego recogidos por GARCÍA FERNÁNDEZ (1989), seis triángulos. El canto, de 10 cm. de grosor, porta pero no se conserva nada. una serie ininterrumpida de dientes de lobo incisos. Estos restos corresponden al cementerio de la El vástago es de la misma anchura y se individualiza ermita de San Millán que, en lo antiguo, fue monas­ del disco por un estrangulamiento. Su altura frisa los terio. La tradición popular afirma que aquí existió un 55 cm. (Fot. 4 y 5). "convento". LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 119

Guinicio no ha deparado descubrimiento sepulcral alguno. Se trataría de la necrópolis propia de esta parroquia. 24. En la parte alta del pueblo se encuentra la igle­ sia de Santa María de la Asunción. Sus coordenadas 28. Al NO de la ciudad se halla la calle de Santa coinciden con los 42º 43'56" de latitud norte y los Oº Lucía. Sus coordenadas coinciden con los 42º 41 '07" 39'45" de longitud este. de latitud norte y los Oº 44'10" de longitud este. Alrededor del templo, pero sobre todo al norte y CANTERA (1945), basado en el fuero de Miran­ este del mismo, se han descubierto infinidad de tum­ da, refiere la existencia de la iglesia de Santa Lucía, bas de lajas con sus correspondientes esqueletos. Los luego transformada en ermita. En este paraje se hallazgos se produjeron al arar una tierra, al hacer un encontró abundante número de sepulcros, sin restos camino y al sanear la iglesia. Actualmente, sólo per­ arqueológicos de interés, que bien pudieran corres­ dura, en el borde de un camino rural, una laja de una ponder al cementerio cristiano de dicho templo, aun­ tumba con orientación O-E. El resto de las losas fue­ que el autor no se pronuncia en tal sentido. Es proba­ ron reutilizadas en las paredes inmediatas. ble, aunque no seguro, que sea este yacimiento el des­ Estos vestigios pertenecieron al cementerio de la cubierto por HUIDOBRO (1916) en Miranda de Ebro iglesia, antiguo monasterio dependiente de San y al que se refiere GARCÍA RÁMILA (1964). Millán de la Cogolla. En la actualidad no aparece superficialmente ves­ tigio alguno. Ircio Montañana 25. Al norte del caserío se emplaza la iglesia de San Pedro. Sus coordenadas coinciden con los 42º 29. Presidiendo el caserío se encuentra la iglesia 39'17" de latitud norte y los Oº 47'29" de longitud de San Andrés. Sus coordenadas coinciden con los este. 42º 43'36" de latitud norte y los Oº 40'12" de longi­ Al este del templo, frente a la antigua portada, se tud este. descubrieron hace algunos años restos humanos y Según referencias verbales, al realizar ciertas losas pertenecientes a tumbas que actualmente están labores de acondicionamiento en la parte trasera de la ocultas. parroquial, salieron a la luz huesos humanos y algu­ Estos vestigios sepulcrales corresponden al nas sepulturas de lajas, actualmente cubiertas. cementerio de la parroquial. Estos restos sepulcrales corresponden al cemente­ 26. A 500 m. al O del pueblo se ubica el pago de rio de la parroquia. Las Ánimas o Santa María. Sus coordenadas coinci­ den con los 42º 39'24" de latitud norte y los Oº Moriana 47'10" de longitud este. En 1992, al desmontar un ribazo con motivo de la 30. A 500 m. al SE del pueblo se localiza el pago realización de la concentración parcelaria, se descu­ de Las Ermitas. Sus coordenadas coinciden con los brieron varias tumbas de lajas y un sarcófago peque­ 42º 41 '10" de latitud norte y los Oº 37'10" de longi­ ño, al parecer correspondiente a un entierro infantil. tud este. Además aparecieron abundantes restos óseos. Actual­ Hace más de media centuria se descubrió en este mente, se evidencian algunas losas rotas, huesos paraje una tumba de lajas con su correspondiente humanos, cerámica torneada y teja curva de época esqueleto. La prospección de la loma donde se asien­ medieval. ta el yacimiento ha deparado la localización de nume­ Los vestigios sepulcrales corresponden al cemen­ rosos huesos humanos, teja curva y cerámica tornea­ terio de la ermita de Santa María que antiguamente da. tuvo categoría de monasterio. Estos restos corresponden a la necrópolis de la ermita, tal vez dedicada a San Martín, advocación Miranda de Ebro conservada en un término inmediato. 31. A 1.300 m. al SO de Mariana se halla el sitio 27. Al S de la ciudad se eleva un espigón fluvial de El Roble. Sus coordenadas coinciden con los 42º conocido por el nombre de La Picota. Sus coordena­ 40'50" de latitud norte y los Oº 36'40" de longitud das coinciden con los 42º 40'57" de latitud norte y este. los Oº 43'58" de longitud este. Según referencias verbales, aquí se descubrió a Un documento fechado en 1399 cita el cementerio principios de siglo un sarcófago de piedra, con su de San Martín de Miranda (CANTERA y ANDRÍO, correspondiente esqueleto, que fue llevado posterior­ 1991), iglesia situada por RUIZ DE LOIZAGA mente al pueblo. La prospección del paraje ha resul­ (1991) en La Picota. La prospección de su superficie tado estéril. Sin embargo, es probable que estos ves- 120 JACINTO CAMPILLO CUEVA

tigios sepulcrales correspondan al cementerio de San­ próxima al pueblo de Obarenes, de ahí su atribución ta Cruz, monasterio emplazado entre Mariana y errónea a éste, se encuentra el paraje conocido como Encía. San Mamés. Sus coordenadas coinciden con los 42º 40'10" de latitud norte y los Oº 34'35" de longitud La Nave este. Sobre una altura, cuya superficie ronda los 30 x 32. En este caserío agregado a Miranda existe el 10 m., se halla una importante necrópolis de tumbas término denominado San Martín. Sus coordenadas excavadas en la toba. En la actualidad pueden verse coinciden con los 42º 41 '37" de latitud norte y los Oº 15, 9 de ellas completas. La totalidad de las mismas 42'55" de longitud este. responde al tipo de bañera con un rebaje periférico Según referencias de SÁENZ (1991), en el siglo para ajustar el encaje de la tapa ( Fot. 9). Solamente XVIII el monasterio de San Millán de la Cogolla existe una, en solitario, que es antropomorfa (Fot. tenía en este lugar un terreno inculto y varios sepul­ 10). Sin embargo, todas ellas se orientan de oeste a cros. En la actualidad no hay prueba alguna de su este. Es probable que toda la superficie del cerro esté existencia. Debían corresponder al cementerio de la cubierta de restos similares aun cuando la maleza y el ermita de San Martín de La Nave, anteriormente arbolado los oculten. Quizá por esto los grupos de monasterio medieval. tumbas descubiertos por los frailes de Bujedo aparez­ can formando conjuntos. Pancorbo VALDIZÁN (1970) fue el primero en dar noticia de su existencia apoyado en IZARRA (1943) y 33. A 1.500 m. al NE de la villa, en pleno desfila­ ANDRÉS (1963 y 1964). Luego lo citarán de forma dero, se halla la ermita del Cristo de Barrio. Sus escueta OSABA (1972) y ABÁSOLO (1974). coordenadas coinciden con los 42º 38'32" de latitud Siguiendo la misma fuente, ALBAINA (s.a., 1985 y norte y los Oº 35 '28,, de longitud este. 1986) reabundará en lo mismo sin aportar nada nue­ En 1970, al realizar unas obras de acondicionado vo. Lo mismo sucederá con GARCÍA FERNÁNDEZ del muro meridional, salieron a la luz diversas tum­ (1989), VÉLEZ (1984), LOYOLA y ANDRÍO bas de lajas y, sobre todo, sarcófagos. Aparecieron (1975), CANTERA y ANDRÍO (1991) y ANDRÍO bajo un nivel, compuesto de piedra menuda, de 50 (1987 a y b). En este último artículo especifica que cm. de potencia. El número de hallazgos debió supe­ son once tumbas de bañera oval pertenecientes al rar la media docena, todos con sus consabidos restos siglo X. Mayores aportes hicieron RUBIO (1981) y óseos. Existen también pruebas gráficas del descubri­ MONREAL (1989 y 1991) al precisar su descripción, miento de cuatro tapas sarcofágicas con inscripciones medidas, etc. Según estos autores en la base norocci­ muy deterioradas realizadas sobre una franja superior dental del roquedo existen varias cavidades, algunas en resalte. Además, dentro de la ermita, se conserva artificiales (eremitorios), en cuyo suelo se han detec­ un sarcófago de caliza liso con su tapa, labrado a tado varias sepulturas. En una, concretamente, hay hacha (Fot. 6). Aquí existen también dos lápidas restos de dos tumbas, una de bañera y otra antropo­ medievales cuya función funeraria no está nada clara morfa, en parte cubiertas por la tierra. Esta posibili­ (Fot. 7). dad también se apunta para otra cueva. La noticia fue comunicada por OSABA (1970) y Estos restos sepulcrales corresponden al cemente­ recogida por ABÁSOLO (1974) y ALBAINA (s.a y rio de la ermita de San Mamés que, desde los prime­ 1986). ros días de la repoblación, fue monasterio, florecien­ Los restos sepulcrales corresponden al cementerio te en los siglos IX y X. Sin embargo, Monreal no se de este templo y no deben relacionarse con enterra­ inclina por ello sino que lo vincula a un poblado pró• mientos más recientes, acaso napoleónicos, como ximo o a eremitas aislados que tuvieron este lugar apunta Albaina. como cementerio. 34. A 1.000 m. al N-NE del pueblo se encuentra el 36. En el extremo N de la localidad se encuentra pago de San Miguel. Sus coordenadas coinciden con el castillo de La Sala. Sus coordenadas coinciden con los 42º 38 '22" de latitud norte y los Oº 35 '05" de los 42º 38'08" de latitud norte y los Oº 34'28" de longitud este. longitud este. En las labores de prospección realizadas en este Algunas referencias recabadas entre el vecindario término, hemos descubierto varias vértebras y costi­ sostienen que debajo de La Sala han aparecido algu­ llas humanas formando un sólo cuerpo así como losas nas tumbas. Desconocemos otro tipo de precisión ya lisas de caliza que bien pudieron pertenecer a algún que nada se ha conservado. De todos modos, estos enterramiento depositado alrededor de la antigua restos podrían vincularse con el cementerio de la ermita de San Miguel Arcángel situada en este lugar. ermita de los santos Cosme y Darnián dado que exis­ 35. A 800 m. al SE de la tenada de Los Paúles, tió una calleja y un barrio con este apelativo. LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 121

37. En la periferia oriental de la villa se encuentra descubierto varias tumbas de lajas con sus consabidos el Ladrero de San Nicolás, en las inmediaciones de la restos antropológicos, hoy totalmente destruidos. nacional I. Sus coordenadas coinciden con los 42º Estos vestigios deben corresponder al cementerio 38'05" de latitud norte y los Oº 34'38" de longitud de una ermita dedicada a Santa Inés, enclavada en este. esta zona, que, según algunas informaciones, debió Según referencias orales, en este lugar han apare­ pertenecer al antiguo despoblado de Montañana la cido tumbas cuya tipología y demás circunstancias Yerma. ignoramos. Actualmente, no se observa ningún vesti­ 42. A 1.500 m. al NE de la villa se halla un riba­ gio. Es probable que tales muestras correspondan al zo conocido por el nombre de El Hoyo. Sus coorde­ cementerio de la ermita de Santa Eulalia asentada en nadas coinciden con los 42º 43'22" de latitud norte y estas laderas del cerro. los Oº 38'40" de longitud este. 38. A 1.000 m. al S-SO de Pancorbo se encuentra En un afloramiento rocoso situado al oeste existen el término de Entresanjuán. Sus coordenadas coinci­ dos tumbas excavadas en la roca. La una es del tipo den con los 42º 37'47" de latitud norte y los Oº bañera y por sus dimensiones debemos atribuirla a un 34'22" de longitud este. enterramiento infantil. La segunda, algo rota, es Según un documento fechado en 1046 la iglesia antropomorfa y corresponde a un adulto (Fot. 11). monasterial de San Juan de Pancorbo fue donada al Además se conserva una pequeña oquedad de una ter­ monasterio de San Salvador de Oña con su cemente­ cera. rio. La prospección del lugar no ha permitido descu­ Estos vestigios sepulcrales deben pertenecer al brir ningún vestigio dado que su superficie esta ocu­ cementerio de alguna ermita, tal vez dedicada a San pada por el silo, carreteras y autopista. Martín, dado que es topónimo próximo. Estos restos sepulcrales corresponderían a la 43. A 1.200 m. al NE de Santa Gadea se encuen­ necrópolis del monasterio, luego iglesia de San Juan. tra el monasterio de Nuestra Señora del Espino. Sus 39. A 2.500 m. al SE del pueblo se halla el térmi­ coordenadas coinciden con los 42º 43 '35" de latitud no de Villanueva Judíos. Sus coordenadas coinciden norte y los Oº 38'22" de longitud este. con los 42º 37'02" de latitud norte y los Oº 35'40" de En el roquedo sobre el que se asienta la iglesia, longitud este. entre dos contrafuertes del ábside, se conserva una Según referencias verbales, en este pago han apa­ sepultura antropomorfa excavada en la roca, con recido algunas tumbas. La prospección de su superfi­ rebaje para ajustar la tapa (Fot. 12) y restos de una cie ha deparado el hallazgo de huesos humanos y segunda. Otras desaparecieron al hacer una rampa de losas de piedra caliza pertenecientes a sepulcros. Hay acceso por este mismo sector. que destacar sobre todo una pieza, parcialmente El primero en publicar su existencia fue HUIDO­ decorada en una de sus caras con una red de rombos BRO (1916 y 1922) quien refiere el descubrimiento incisos (Fot. 8). de varias otras de forma antropoide, a raíz de efectuar Estos vestigios corresponden al cementerio de la unos trabajos cerca de la iglesia. Este autor las sitúa ermita de San Martín, propia de este antiguo despo­ en los siglos XI y XII y las relaciona con cristianos blado llamado Villanueva de Judíos. fugitivos martirizados por Tariq en el lugar, hoy des­ poblado de Montañana la Yerma, donde luego se Portilla levantaría el monasterio e iglesia de San Millán que cita el documento testimonial de la aparición de la 40. A 200 m. al S del pueblo se halla el término de Virgen en dicho paraje. Parece que estas noticias Santa Coloma. Sus coordenadas coinciden con los están tomadas de ARGÁIZ (167 5) quien supone l~ 42º 44'12" de latitud norte y los Oº 36'25" de longi­ existencia sobre este mismo emplazamiento de una tud este. iglesia visigótica dedicada a Santa María con su Según información del Catastro del Marqués de la cementerio anejo. Posteriormente, GOY (1940) se Ensenada en este pago, asiento de una ermita dedica­ hizo eco de todo ello precisando que muchos de estos da a Santa Coloma, existía un cementerio. La despo­ sepulcros antropoides se hallaban aún enterrados y blación del lugar ha impedido su localización. otros habían desaparecido en 1879 y 1886 a conse­ cuencia de las diversas obras de restauración realiza­ Santa Gadea del Cid das por los redentoristas. Las publicaciones posterio­ res de VALDIZÁN (1970), ABÁSOLO (1974), 41. A 1.750 m. al NE de Santa Gadea se encuen­ GARCÍA FERNÁNDEZ (1989), VÉLEZ (1984) y tra el término de Santa Inés. Sus coordenadas coinci­ ECHEVERRÍA (1991) no aportan nada nuevo y se den con los 42º 43'32" de latitud norte y los Oº limitan a refundir lo anterior. 38 '52" de longitud este. Estos restos sepulcrales corresponden al cemente­ A raíz de unos trabajos agrícolas, el tractor puso al rio de la iglesia de San Millán, donde luego se erigi- 122 JACINTO CAMPILLO CUEVA

rá el convento de Nuestra Señora del Espino. 48. A 4.500 m. al O de Santa Gadea se localiza el 44. A 1.000 m. al N del pueblo existe un alto pago de San Felices o Santo/ices dentro del paraje denominado San Pantaleón. Sus coordenadas coinci­ denominado Fuentelateja y a veces Los Tobares o den con los 42º 43 '32" de latitud norte y los Oº Carrasquillo. Sus coordenadas coinciden con los 42º 37'20" de longitud este. 42'03" de latitud norte y los Oº 34'58" de longitud En la parte alomada del cerro que mira a occiden­ este. te, próximas al camino, se descubrieron hace algunos En 1978 Andrío y Loyola llevaron a término una años siete u ocho tumbas de lajas con sus correspon­ excavación de urgencia después de que el tractor des­ dientes restos óseos. Actualmente no se aprecia nada cubriera algunos vestigios sepulcrales. Fruto de estos dado que el tractor lo ha destruido. trabajos fue el estudio de cinco sarcófagos de piedra Estos restos sepulcrales deben corresponder al caliza y arenisca, bastante deteriorados, con losas de cementerio de la ermita de San Pantaleón, ubicada en cubierta y huesos humanos removidos. Su forma inte­ este paraje. rior es ovalada, salvo uno que adopta un vaciado tra­ 45. En el extremo NO del pueblo, sobre una emi­ pezoidal. Todos ellos se orientaban de oeste a este y nencia, se asienta la ermita románica de Nuestra oscilaban entre 200 y 180 cm. de largo. Uno de los Señora de las Eras. Sus coordenadas coinciden con sepulcros disponía de dos esqueletos tal vez como los 42º 42'57" de latitud norte y los Oº 37'30" de consecuencia de una reutilización. En ocasiones el longitud este. cadáver aparecía en posición decúbito supino, con los En el muro septentrional del templo se ubica el brazos cruzados sobre la cintura y con las extremida­ actual cementerio donde hemos descubierto un sarcó• des inferiores paralelas o superpuestas. No se halla­ fago de piedra cubierto por una gran losa monolítica, ron materiales arqueológicos de ningún tipo a excep­ hoy desplazada, que permite ver los restos humanos ción de un anillo de cobre provisto de un recuadro de su interior. La única noticia existente la proporcio­ central con dos arcos que portan rayas incisas que fue na CADIÑANOS (1993, b) al citar el descubrimien­ atribuido provisionalmente por sus excavadores a una to de sepulcros en Término, nombre antiguo de San­ comunidad judía del siglo XIV, de lo cual se hace ta Gadea, cuya iglesia sería la actual ermita de Nues­ también eco REYES (1990). tra Señora de las Eras. Las noticias al respecto de esta excavación nos la Estos restos sepulcrales hay que asociarlos con la proporciona ANDRÍO (1987 a y b) y CANTERA y necrópolis de dicho templo. ANDRÍO (1991). 46. A 300 m. al NO de la localidad se encuentra el Según todos los indicios, estos restos sepulcrales término de Santibáñez o Trasquintana. Sus coordena­ hay que relacionarlos con el cementerio de la ermita das coinciden con los 42º 43 '08,, de latitud norte y de San Felices, desaparecida hace siglos y ubicada en los Oº 37'15" de longitud.este. este paraje. Recientemente, el arado ha puesto al descubierto 49. A 2.750 m. al E de la localidad se encuentra el varias tumbas de lajas con sus correspondientes hue­ término de Cabezas, también conocido por Santotor­ sos humanos. La prospección del lugar no ha permi­ nín y Sanzadornil. Sus coordenadas coinciden con los tido vislumbrar otro particular ya que el tractor ha 42º 42'25" de latitud norte y los Oº 39'42" de longi­ destruido el conjunto. tud este. Estos vestigios deben corresponder al cementerio En este ribazo alargado, próximo a la divisoria de alguna de las ermitas, ubicadas en estos contornos, con Ayuelas se han hallado varias tumbas, tanto en el dedicadas a San Esteban, San Miguel o San Pedro. camino carretero que lo cruza longitudinalmente 47. A 200 m. al SO del caserío se localiza el pago como en unas tierras próximas y en la zona rocosa del de "Las Ermitas". Sus coordenadas coinciden con cerro. Se conservan restos de dos tumbas de lajas de los 42º 42'40" de latitud norte y los Oº 37'30"de lon­ caliza, orientadas de O a E y una sepultura antropo­ gitud este. morfa excavada en la roca arenisca provista de reba­ A través de este alto, existió antaño un camino je periférico y dos signos grabado e idéntica orienta­ rehundido en cuyo corte se apreciaban varias tumbas ción (Fot.13). Los demás vestigios han desaparecido de lajas que fueron destruidas a raíz de realizarse la debido a la acción del tractor o bien son apenas per­ concentración parcelaria. En la actualidad, sólo apa­ ceptibles por estar cubiertos por la maleza. recen en superficie teja y cerámica atípica torneada. Estos hallazgos corresponden al cementerio de la Los restos sepulcrales corresponden al cementerio ermita de San Saturnino, ya arruinada en 1723, sita en de una de las ermitas, de advocación desconocida, este punto, otrora parroquia del despoblado de Cabezas. que los apeos citan como La Primera Ermita y otras con su correspondiente advocación, aunque ninguna Santa María Ribarredonda de ellas ha podido ubicarse en este paraje de forma irrefutable. 50. En la parte alta del pueblo se eleva la iglesia LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 123

de Nuestra Señora de la Asunción. Sus coordenadas con losas calizas. El hallazgo se produjo al construir­ coinciden con los 42º 38'29" de latitud norte y los Oº se los desagües de una casa cueva, a 2 y 3 m. de pro­ 30'30" de longitud este. fundidad por un recorrido de 7 m .. Actualmente no se Hace algunos años se descubrieron dos tumbas de conserva nada. lajas con sus correspondientes esqueletos al NE del Estos vestigios, dada su separación con respecto a templo, junto a una casa. Idénticos hallazgos se pro­ la iglesia, no deben relacionarse con el yacimiento dujeron hacia el SO, todos fuera del área ocupada por anterior y bien podrían corresponder al cementerio de la barbacana del cementerio. una ermita, aún no identificada y que, según la topo­ Estos vestigios deben asociarse con la necrópolis nimia, podría tratarse de San Esteban o Santa Cruz. de la parroquial. 55. En el extremo NO del caserío, ya en pleno 51. Dentro del caserío, en el suelo de un pajar sito descampado, se descubrieron hace algunos años seis a unos 50 metros al sur de la iglesia, pegante a la sepulturas de lajas con sus consabidos restos huma­ carretera, se descubrió, hace bastante tiempo, un nos. Como en el caso precedente, somos de la opinión esqueleto asociado a un sable que se juzgó como per­ que esta nueva necrópolis hay que relacionarla, según teneciente a la carlistada. la toponimia, con otra ermita todavía por identificar, Somos de la opinión que esta evidencia sepulcral tal vez dedicada a San Miguel. debe relacionarse con el cementerio de alguna ermita situada en esta zona, recordada por la toponimia ya Valverde de Miranda sea el caso del barrio de San Andrés ya el próximo de Santaolín o San Antolín. 56. A 1.100 m. al NE del pueblo se encuentra el término de San Antón. Sus coordenadas coinciden Silanes con los 42º 38'55" de latitud norte y los Oº 42'10" de longitud este. 52. En la parte más elevada del pueblo está la Según referencias verbales, en este paraje, donde iglesia de San Román. Sus coordenadas coinciden actualmente está el depósito del agua, han aparecido con los 42º 40'20" de latitud norte y los Oº 30'35" de tumbas de lajas y huesos humanos. Sin embargo, la longitud este. transformación del lugar en prado impide su consta­ Según referencias orales, hace muchos años se tación. descubrieron algunas tumbas de lajas, con sus corres­ Estos vestigios corresponden al cementerio de la pondientes huesos humanos, al pie del cerro donde ermita de San Antonio Abad, donde, según MADOZ está situado el templo, en dirección a la casa del (1849), estuvo el primitivo camposanto de Valverde, maestro. Nada de esto es visible en la actualidad. hoy desaparecido. Los vestigios sepulcrales deben asociarse con el 57. A 1.000 m. al NE de la localidad se halla el cementerio de la parroquial. término de Motiturri. Sus coordenadas coinciden con los 42º 38'56" de latitud norte y los Oº 42'09" de Suzana longitud este. En 1990 apareció en una finca un fragmento de 53. En el centro del caserío está la iglesia de San­ sarcófago de arenisca correspondiente al hueco circu­ ta María Magdalena. Sus coordenadas coinciden con lar de la cabecera (Fot. 14). Se trata de la tapa y pre­ los 42º 42'33" de latitud norte y los Oº 42'05" de senta un rebaje lateral para encajar con la caja. longitud este. Actualmente se ha fragmentado de tal forma que su Alrededor del templo, pero especialmente en la estado es irreconocible. zona de la cabecera y en la plaza de la Magdalena, se Esta pieza sepulcral aislada no la podemos rela­ descubrieron tumbas de lajas hace unos 15 años a raíz cionar, de momento, con ningún cementerio o ermita del acometimiento de unas reformas en los cimientos aunque sin duda lo esté. del templo y al levantar la fuente. También se han 58. A 300 m. al NE del pueblo se halla el término localizado otras tumbas semejantes en el suelo de una de La Virgen o Los Canónigos. Sus coordenadas casa próxima. En la actualidad no queda nada en coinciden con los 42º 38'54" de latitud norte y los Oº superficie. 41 '52" de longitud este. A este hallazgo debe aludir ANDRÍO (1987 a) y En 1931, al construirse la actual carretera local, se CANTERA y ANDRÍO (1991). Como es lógico, descubrieron multitud de sarcófagos con sus corres­ estos vestigios corresponden al cementerio de la pondientes tapas y restos óseos, de los cuales sólo parroquial. pudieron salvarse dos que se aprovecharon como 54. En el extremo NE del pueblo, a la parte dere­ abrevaderos. Según referencias, tanto respondían a cha de la carretera, aparecieron tres tumbas de lajas enterramientos infantiles como de adultos. También, con sus correspondientes huesos humanos, tapados debieron exhumarse tumbas de lajas aunque, debido 124 JACINTO CAMPILLO CUEVA

a su menor vistosidad, nada se dijo. Actualmente Poco antes de llegar a la Cueva de la Virgen, jun­ todavía son perceptibles algunos vestigios bajo una to a un corral que hay a la derecha del camino, están capa de tierra de hasta 2 y 3 m. de potencia. Se trata las ruinas de una ermita. Antiguamente existían tum­ sobre todo de tumbas de lajas orientadas de O a E, bas de lajas alrededor del recinto, pero en la actuali­ una de las cuales conserva en el corte un esqueleto dad no se aprecia nada por estar todo invadido de humano completo. En el pueblo aún existe un sarcó• hierba. fago que sirve de abrevadero cuyas medidas son 222 Estos restos corresponden al cementerio de la x 46 x 25 cm. (Fot. 15). ermita de Santa María del Valle desaparecida recien­ La necrópolis fue publicada por CANTERA temente. (1943) aunque pasó de~apercibida. Según este autor, el cementerio, constituido por grandes sepulcros de Villanueva de Teba piedra, correspondería al despoblado de Pontánzuri o Pontanzre. Luego, VALDIZAN (1970) volverá a tra­ 62. En la parte norte del pueblo se halla la iglesia tar del yacimiento más prolijamente, sirviendo poste­ de San Pedro. Sus coordenadas coinciden con los 42º riormente de base a OSABA (1972), ABÁSOLO 38 '57" de latitud norte y los Oº 31 '28,, de longitud (1974) y GARCÍA FERNÁNDEZ (1986, 1989). este. Estos restos sepulcrales corresponden al cemente­ A unos 15 m. al SO del templo se han descubier­ rio de la ermita de Nuestra Señora la Antigua, antaño to algunas tumbas de lajas con sus correspondientes monasterio e iglesia de Pontánzuri (GARCÍA-SOTO huesos humanos. Actualmente nada de esto es visi­ y CANTERA, 1971). ble. Estos restos sepulcrales hay que relacionarlos con Valluércanes el cementerio de la parroquial.

59. En la parte alta del caserío, en la ladera de El Villanueva-Soportilla Castillar, se emplazan las ruinas de la antigua iglesia parroquial de Santa María del Valle. Sus coordenadas 63. A 1.250 m. al N-NE de la localidad se locali­ coinciden con los 42º 34'20" de latitud norte y los Oº za el pago de Santa María de Tejuela. Sus coordena­ 34'01" de longitud este. das coinciden con los 42º 45'24" de latitud norte y Aprovechando parte del recinto sagrado se cons­ los Oº 37'18" de longitud este. truyó el actual camposanto de la localidad. En el mis­ Desde tiempo inmemorial se han venido descu­ mo se han descubierto, en diferentes ocasiones, hue­ briendo tumbas en este paraje. Antes de que A. del sos humanos y losas pertenecientes a sepulturas de Castillo emprendiera su excavación científica en lajas. 1970, eran visibles una treintena de sepulturas exca­ Estos vestigios están relacionados con el cemente­ vadas en la roca arenisca. A raíz de los trabajos rio de la iglesia dedicada a la Virgen. arqueológicos se detectaron 279 tumbas distribuidas 60. A 100 m. al O del pueblo se encuentra el pago por todo el alomamiento. La mayoría están excavadas de San Martín. Sus coordenadas coinciden con los en la roca, pero también se pudieron estudiar otras 42º 34'30" de latitud norte y los Oº 33'46" de longi­ realizadas a base de lajas de caliza o mixtas (Fot. 16 tud este. y 17). Todas ellas adoptan la típica orientación de O En una finca situada al otro lado del arroyo, el ara­ a E. Según su excavador, existe una gran variedad do ha puesto al descubierto tumbas de lajas y sarcó• tipológica y cronológica. Las más antiguas se dispon­ fagos lisos, dos de ellos se han reutilizado como abre­ drían en tomo al edículo rupestre y corresponderían vaderos en Fuente del Pesebre y Fuente de la Magda­ al tipo de bañera. En un segundo término, aparecerí• lena. Al parecer, la mayoría tenía vaciado ovalado, an aquellas que empiezan a tallarse la parte de la salvo uno que era antropomorfo. Poco más adelante, cabecera y los hombros para culminar, luego, en las en Barrequintanilla, también han aparecido restos denominadas biformes, es decir las que presentan un sepulcrales, especialmente sepulcros de lajas y hue­ exterior de bañera y un interior antropomorfo. En sos humanos. cuarto lugar aparecerían las tumbas propiamente Todos estos vestigios hay que relacionarlos con el antropomorfas, a continuación las de lajas, espacial­ cementerio de la ermita de San Martín, situada en un mente más alejadas del edículo, para concluir con los pequeño alto, antaño iglesia del despoblado de Quin­ sarcófagos. De estos últimos se han hallado dos, tanilla de Judíos. ambos carentes de decoración y con el esqueleto en 61. A 1.500 m. al O de Valluércanes se encuentra posición decúbito supino. Uno de ellos se encontró en el término de La Virgen. Sus coord~nadas coipciden el interior de la iglesia descubierta en lo más alto del con los 42º 34'42" de latitud norte y los Oº 33'00" de montículo. Al parecer las tumbas se distribuían for­ longitud este. mando grupos familiares, a veces individualizadas LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 125

por estelas funerarias en las cabeceras. La disposición una moldura lisa periférica de 6,5 cm. de anchura. Su del cadáver resulta muy variada debido probablemen­ interior está ocupado por una cruz inscrita de brazos te a la amplia cronología o vigencia de la necrópolis iguales en resalte con los extremos ensanchados y (siglo XI-XII), aunque algunos autores incluso la decorados con una incisión triangular, salvo en la retrotraen a época visigoda, sobre todo en función del base que es biselada. El vástago tiene 45 cm. de hallazgo de algunos tipos cerámicos. ancho por 13 cm. de lar_go (Fot. 18). Su publicación El estudio antropológico ha permitido descubrir corrió a cargo de CADINANOS (1993 a). las edades de los enterrados. De ellos, 180 individuos corresponden a adultos, en su mayoría descubiertos en sepulcros antropomorfos; 62 a enterramientos 4. ESTUDIO DE LAS NECRÓPOLIS infantiles y 37 a adolescentes, siendo estos dos casos más frecuentes en el tipo de bañera y menos en antro­ En este reducido ámbito geográfico están atesti­ pomorfos. guadas varios tipos de sepulturas medievales cristia­ Los materiales descubiertos son escasos, desta­ nas. Entre ellas se destacan las tumbas de lajas, los cando únicamente un anillo de bronce encontrado sepulcros excavados en la roca y los sarcófagos, ade­ dentro de un sarcófago y otro de plata en una tumba. más de aquellos otros de tipología dudosa o imposi­ La primera referencia escrit31 sobre este yacimien­ ble de precisar. to resulta algo vaga ya que MELIDA (1942) alude a Desde el punto de vista cuantitativo, predominan tumbas próximas a Sobrón, aunque bien pudiera tra­ las primeras, de manera que representan casi la mitad tarse de éstas. En el mismo sentido parecen manifes­ de las catalogadas, exactamente 33. Con todo, es tarse BARANDIARÁN (1974) cuando en 1935 lo seguro que varios de los casos considerados como de visitó con D. Femández Medrano. Sin embargo, será tipología dudosa haya que englobarlos dentro de este VALDIZÁN (1970) el que aborde su estudio más apartado. Por ello, no resulta extraño que su difusión pormenorizadamente. En él se basarán autores poste­ sea general a toda la comarca. riores como OSABA (1972), DE LA CRUZ (1973), Este tipo de tumbas adopta la forma de una caja ABÁSOLO (1974) y GARCÍA GRINDA Y pétrea realizada a base de losas. Sus lados longitudi­ MARTÍN (1984). El gran avance lo dio DEL CAS­ nales disponen de un número de lajas variable, pero TILLO (1972) al acometer su excavación. Su publi­ siempre colocadas en disposición apaisada. Los flan­ cación sirvió de referencia obligada para otros inves­ cos transversales se cierran con una sola lastra. La tigadores de la región como GARCÍA FERNÁNDEZ cubierta es siempre plana ya sea monolítica ya sea de (1986 y 1989), VÉLEZ (1984), RUBIO (1981), varias lanchas. El material utilizado en su construc­ MONREAL (1989 y 1991) y ANDRÍO (1987 a y b). ción es la piedra caliza del país, salvo excepcional­ Más recientemente CANTERA y ANDRÍO (1991) mente que se emplea la arenisca. Por norma general, han completado las publicaciones anteriores con un los bloques disponen de un ligero desbastado sin que estudio más circunstanciado. éste culmine en un acabado cuidado. Sin embargo, 64. A 1.750 m. al N del pueblo se encuentra el tér­ también se atestigua el empleo de losas toscas, sin mino de La Raicilla, próximo al molino de Camajón. ningún tipo de trabajo. Sus coordenadas coinciden con los 42º 45'33" de Las medidas de los bloques utilizados dependen latitud norte y los Oº 36 'Z2,, de longitud este. de numerosos factores (litológicos, humanos, econó• Una referencia oral permite situar en este punto micos, tecnológicos ... ). De todas formas, los conser­ una nueva necrópolis formada por tumbas de lajas. vados corresponden a dimensiones más bien modes­ Sin embargo, todo esfuerzo por localizarla ha sido tas. En cambio, su grosor suele frisar los 15 cm .. inútil. En el actual estado de la cuestión, es muy aventu­ Su identificación con alguna de las ermitas que rado fijar las proporciones de este tipo de tumbas antaño existieron en el pueblo es problemática si bien debido a la destrucción de las mismas o a la conser­ la toponimia se inclina hacia San Andrés. vación de una parte mínima de ellas como sucede en 65. En la parte alta del pueblo se halla la iglesia de la necrópolis de Cabezas (Santa Gadea). No obstante, San Esteban. Sus coordenadas coinciden con los 42º es lógico pensar que sus dimensiones sean similares a 44'45" de latitud norte y los Oº 36'47" de longitud las observadas en otros lugares (DE LA CASA, 1992; este. ANDRÍO, 1987 b; CAMPILLO, 1995). Así parecen A pocos metros de la actual portada del templo se confirmarlo las descubiertas en Santa María de Tejue­ han hallado tumbas de lajas con sus correspondientes la (Villanueva-Soportilla). Las circunstancias expues­ huesos humanos. Tal vez de este lugar proceda una tas impiden el establecimiento de una clasificación de estela, actualmente empotrada en una de las paredes las tumbas en función de su tamaño por cuanto es de la sacristía. Se trata de una pieza discoidal de pie­ imposible determinar si responden a sepulturas gran­ dra rosada. El disco mide 4 7 cm. de diámetro y lleva des, medianas o pequeñas. Esto último dificulta rela- 126 JACINTO CAMPILLO CUEVA

cionar sus proporciones con enterramientos adultos, Según los especialistas en arqueología medieval, jóvenes o infantiles (BOLOS y PAGÉS, 1992 y la cronología de este tipo de tumbas es muy amplia. ANDRÍO, 1987 b). Ello no obsta, como sucede en Las más antiguas podría remontarse al siglo VIII, Villanueva-Soportilla, que puedan conocerse estos pero el grueso de las mismas habría que situarlo a pormenores acudiendo a análisis antropológicos. partir de la XI centuria y en la XII ya que muchas Dentro de las necrópolis, la disposición adoptada necrópolis se encuentran junto a edificios románicos. por las tumbas responde a una ordenación en gran Ello no obsta para que algunas tengan una cronología medida preconcebida, de modo que las sepulturas se posterior, incluso dentro del siglo XV. van colocando de forma paralela, unas al lado de La modalidad de tumbas excavadas en la roca se otras, como se pudo atestiguar en el Cristo de Barrio da en 7 ocasiones por lo que debe considerarse como (Pancorbo). Este hecho conlleva que apenas quede algo esporádico y asociado a zonas montañosas o separación entre ellas. ribazos rocosos de las cuencas sedimentarias. Por norma general, todas las tumbas respetan la Es probable que el hueco sepulcral se tallara de típica orientación de los enterramientos cristianos del forma individualizada en la roca arenisca, caliza o medievo. Los pies se colocan al saliente y la cabeza toba, de tal manera que sus paredes fuesen conver­ al poniente, mirando hacia la salida del sol, hacia giendo hacia el fondo, aun cuando a veces sean verti­ Jerusalén. A esta regla escapan algunos casos, fácil­ cales. En la mayoría de los casos las cubiertas no se mente explicables en función del espacio disponi- han conservado "in situ". No obstante, en la necrópo• ble... · lis de Santa María de Tejuela (Villanueva-Soportilla) La extensión superficial de las necrópolis de tum­ se han constatado tapas monolíticas junto con el bas de lajas es muy difícil de determinar ya sea por el empleo de varias losas, especialmente para cubrir elevado grado de destrucción ya sea porque gran parte grandes sepulcros. Mejor conservación se observa en de ellas permanecen aún desconocidas bajo tierra. De los rebajes periféricos, a propósito para encajar el cie­ todas formas, la mayoría de los conjuntos cementeria­ rre. les estudiados deben responder a dimensiones modes­ Las dimensiones de las tumbas catalogadas son tas, a veces impuestas por características físicas, por su muy variadas. El conocimiento de este pormenor es disposición en tomo a templos, etc. Solamente Santa posible gracias a que la mayoría de los ejemplares se María de Tejuela (Villanueva-Soportilla) podría cata­ han conservado enteros. Junto a las sepulturas infan­ logarse entre las grandes, si bien haciendo constar que tiles de pequeñas proporciones, abundan las que en ella coexiste una gran diversidad tipológica. Esta miden en tomo a 170 cm. de longitud, 40 cm. de mayor extensión estaría relacionada con la relevancia anchura máxima y 30 cm. de profundidad. Estos demográfica del poblado al que pertenece o bien con datos permiten deducir que la mayoría de los enterra­ una utilización más dilatada en el tiempo. mientos detectados corresponden a adultos. En ellos, A tenor de los datos disponibles, los cadáveres la disposición del cadáver sólo es conocida a través inhumados adoptan la posición decúbito supino, con de la necrópolis de Santa María de Tejuela que en las extremidades inferiores extendidas y las superio­ nada difiere del resto. res recogidas sobre el pecho o el vientre. La extensión superficial de este tipo de yacimien­ Dentro de esta clase de tumbas resulta muy difícil tos está supeditada a las dimensiones del afloramien­ establecer diferencias tipológicas dado que la inmen­ to rocoso. Pero no siempre su ocupación fue comple­ sa mayoría de las catalogadas son conocidas a través ta ya que se relaciona con el número de defunciones de referencias orales y las que se conservan se hallan o la amplia utilización cronológica. A tenor de las bastante destruidas. Sin embargo, en Cabezas (Santa evidencias, las sepulturas se disponen unas junto a Gadea) y Santa María de Tejuela (Villanueva-Sopor­ otras, con escaso margen de separación y respetando tilla) hay evidencias de formas rectangulares, si bien un cierto paralelismo. Al igual que las tumbas de son más frecuentes las variantes trapezoidales (La lajas, la cabecera se encuentra al oeste y los pies al Virgen de Valverde, Santa María de Tejuela de Villa­ este. No obstante, esta orientación general ofrece nueva-Soportilla ... ). ligeras variaciones casi siempre en función del grado El emplazamiento de esta modalidad sepulcral de dureza de la roca o de la superficie sepulcral dis­ está relacionado con la ocupación humana del territo­ ponible. Igualmente, este tipo de sepulturas se rela­ rio. Por esta razón, aparecen sobre todo alrededor de ciona con cementerios de ermitas o iglesias salvo en los núcleos rurales mayores. En concreto, su ubica­ La Picota (Ameyugo) y Las Cuevas (Encío) que que­ ción se efectúa alrededor de espacios considerados dan pendientes de nuevos datos. sagrados por los cristianos. Este es el caso de los anti­ La variedad tipológica predominante entre las guos cementerios situados en tomo a iglesias y ermi­ tumbas excavadas en la roca es la de bañera con tas tanto de lugares actualmente poblados como de vaciado ovalado si bien con la particularidad de dis­ despoblados. poner de una mayor amplitud en la zona de la cabe- LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 127

cera. Sin embargo, también existen algunos ejempla­ Actualmente, se tienen noticias de 4 estelas fune­ res antropomórficos, siempre coexistentes dentro de rarias pertenecientes al medievo, lo que supone una la misma necrópolis. cierta escasez incluso con respecto a los ejemplares De momento, faltan datos cronológicos precisos de Sedano (CAMPILLO, 1995). El rasgo común a para este tipo de tumbas. En ocasiones, como sucede todas ellas es su aparición fuera de contexto arqueo­ con San Mamés de Pancorbo, su establecimiento en lógico, máxime cuando la procedencia de dos de ellas las proximidades de un templo románico permite es ajena a nuestra jurisdicción. situarlas en tomo al siglo XII. Sin embargo, los espe­ El material empleado para su factura es la piedra cialistas defienden que esta modalidad sepulcral de la caliza, salvo en el ejemplar de Villanueva-Soportilla Edad Media corresponde a los modelos más antiguos, que utiliza la arenisca. de modo que llega a su máximo apogeo en la X cen­ Desde el punto de vista tipológico predominan las turia. estelas discoidales y solamente hay constancia de una Dentro de los yacimientos sepulcrales catalogados pieza trapezoidal. El vástago es liso, pero el disco existen catorce con sarcófagos. Esto supone que su porta siempre una decoración que se dispone en importancia es mayor que la de las tumbas excavadas ambas caras y de forma esporádica en el canto. El en la roca. repertorio ornamental es similar en el anverso y en el En estos casos, el sepulcro se realiza en una pie­ reverso, con excepción de pequeñas variaciones com­ dra monolítica de caliza o arenisca con la finalidad de positivas. Sin embargo, en una ocasión es totalmente quedar exento. Casi siempre, se desconocen sus distinto ya sea debido a una diferente concepción ya dimensiones por hallarse destruidos. No obstante, los sea a causa de una diversidad cronológica. Lo cierto conservados responden a unos parámetros normales y es que en todo momento se reproducen símbolos cris­ próximos a los 2 m. de longitud. Sólo en Las Animas tianos, especialmente cruces, o fácilmente asociables de Ircio hay constancia del hallazgo de un sarcófago con la religión como sucede con las composiciones infantil. circulares radiadas u otros elementos geométricos. Dentro de esta variedad sepulcral coexisten los de De momento, resulta muy difícil asociar las este­ vaciado ovalado junto con otros trapezoidales y las mirandesas con necrópolis en que hayan apareci­ antropomórficos, si bien estos últimos resultan más do sarcófagos como sucede en la zona de Sedano, esporádicos. Las pocas cubiertas conocidas respon­ aunque tampoco es descartable. Es probable que los den a perfiles curvilíneos o semicirculares y están modelos más antiguos se remonten al siglo XI; pero provistas de un rebaje para ajustar en la caja. Es sin­ la mayoría se situaría en las dos centurias siguientes. tomático que ninguno de los conservados disponga de decoración, tan frecuente en los ejemplares honorie­ gos (CAMPILLO, 1995). 5. CONCLUSIONES La localización de las necrópolis con sarcófagos es muy similar a las anteriores. De hecho, en muchas Dentro del ámbito burgalés, la comarca situada en ocasiones coexisten con tumbas de lajas o, más rara­ tomo a Miranda de Ebro ha sido una zona relegada mente, con sepulturas excavadas en la roca. desde el punto de vista arqueológico, seguramente Los datos disponibles acerca de la orientación de debido a su lejanía con respecto a la capital y a la pro­ los enterramientos sarcofágicos proceden exclusiva­ ximidad con las provincias limítrofes. Sin embargo, mente de excavaciones realizadas, sobre todo en San­ las primeras noticias publicadas sobre necrópolis ta María de Tejuela y San Felices. Según éstas, no se medievales fueron muy tempranas. Con todo, no fue desvían de lo observado en el resto de tumbas. Sin hasta la década de 1970 cuando las investigaciones se embargo, su cronología, en principio, no parece tan fueron afianzando en este campo hasta culminar en la antigua. En general, deben considerarse posteriores a actualidad merced a una labor de prospección metó• los sarcófagos ornamentados en la zona de Sedano dica y continuada. El resultado de ello es la cataloga­ (CAMPILLO, 1995). No obstante, su vinculación a ción de un cuantioso número de necrópolis, en total templos románicos permite situarlos a partir del siglo 65, lo que supone triplicar los yacimientos conocidos XII y Xill, sin descartar dataciones posteriores como hasta 1996. No obstante, el catálogo no está agotado sería el caso de San Felices (Santa Gadea). ya que bajo tierra quedarán sepultadas bastantes más. Además de los tres tipos de enterramiento arriba La importancia del presente trabajo se patentiza analizados, hay catalogados 21 yacimientos con tum­ no sólo a través del incremento cuantitativo sino tam­ bas de tipología momentáneamente desconocida. bién por la exhaustividad demostrada mediante la Esta contingencia se fundamenta en los informes ora­ recopilación bibliográfica, el manejo de fuentes les, imposibles de comprobación, en la ambigüedad manuscritas y la realización de encuestas detalladas. de las fuentes manuscritas o en la imprecisión de cier­ De esta manera, la comarca mirandesa se incorpora tas publicaciones. de lleno al mundo de la arqueología medieval con 128 JACINTO CAMPILLO CUEVA

esta primera sistematización. Ello ha exigido la reco­ En todo caso, el cadáver se colocaba en posición gida de una gran variedad de noticias sobre yaci­ decúbito supino con las piernas extendidas y los bra­ mientos ya conocidos desde antiguo o más recientes. zos flexionados sobre el vientre o el pecho. En virtud Esta tarea se ha desarrollado plenamente gracias a la de los datos disponibles, predominan los enterra­ colaboración de muchos alumnos y numerosos ancia­ mientos de adultos, con una estatura media no supe­ nos. rior a 1, 70 m. Esta práctica funeraria no conllevaba el No obstante, la elaboración del trabajo no ha sido acompañamiento de ajuar funerario alguno, salvo fácil, sino que ha presentado varias dificultades. Una algunas excepciones un tanto tardías como son los de ellas fue la falta de estudios específicos sobre el anillos de Santa María de Tejuela y San Felices fenómeno sepulcral de la comarca. La segunda vino La documentación de una variedad tipológica no impuesta por el desconocimiento de las circunstan­ es suficiente para establecer secuencias cronológicas cias en que se produjeron los hallazgos. El hecho de precisas dado que la mayoría corresponde a informa­ no comunicarse estos descubrimientos a las autorida­ ciones orales y las excavaciones científicas son esca­ des competentes ha contribuido a la pérdida de innu­ sas. Con todo, entre las tumbas de lajas abundan merables datos así como de los restos exhumados. A aquellas de formas rectangulares y trapezoidales. Por estos inconvenientes hay que agregar la ausencia de su parte, las excavadas en la roca pertenecen mayori­ ajuares funerarios susceptibles de aportaciones cro­ tariamente al tipo de bañera ovalada, siendo excep­ nológicas más precisas. cionales las antropomorfas. En los sarcófagos, por el En principio, según los datos manejados, tanto las contrario, se documentan en parecida proporción los tumbas de lajas como las excavadas en la roca o los de vaciado trapezoidal, ovalado y antropomórfico. sarcófagos se asientan en emplazamientos muy simi­ La orientación de todos ellos es la típica de las lares. Esta elección pudo realizarse en función de la sepulturas cristianas medievales, es decir: de oeste a proximidad a los núcleos habitados existentes. De ahí este. Sin embargo, existen pequeñas variaciones en que se observen fuertes concentraciones en tomo a virtud de la estación en que se labró la tumba, de la Pancorbo y Santa Gadea. Para concretar, las necrópo• dureza de la roca o del espacio disponible. lis se establecen en aquellos lugares donde hay o ha Desde el punto de vista cronológico, los datos que habido templos cristianos antiguos, sean iglesias proporcionan las necrópolis mirandesas no son sufi­ parroquiales, monasteriales o ermitas, situados dentro cientes para establecer fechaciones seguras ni tampo­ del caserío o en su periferia, sí bien tampoco es co secuencias precisas. Tampoco ayudan a ello las excepcional su ubicación en despoblado. En todo fuentes escritas ni los vestigios artísticos. La docu­ caso, los cementerios se disponen alrededor del san­ mentación diplomática se inicia, a finales del siglo tuario, distanciándose de él a medida que es necesa­ IX, con referencias esporádicas a fundaciones monás­ rio ampliar el espacio sepulcral. Al margen quedan ticas. Será a partir de la XI centuria cuando empiecen únicamente contados ejemplos, de momento no aso­ a surgir más alusiones, lo que permite sospechar que ciables a templos cristianos conocidos, aunque en ori­ una gran mayoría de las necrópolis habría que datar­ gen lo estuvieran. las con posterioridad a esta fecha. Según esto, su Salvo raras excepciones, estas necrópolis son de momento de apogeo debe situarse en tomo a los pequeñas o medianas dimensiones en cuanto a exten­ siglos XII y XIII, al tiempo que se consolida la repo­ sión superficial. Sus límites vienen dados en función blación de la zona y se desarrolla el pleno románico de accidentes geográficos como ribazos, escarpes, y los inicios del gótico. etc., en función del escaso número de habitantes del Tradicionalmente, los especialistas han otorgado poblado o en función de su mayor o menos vigencia una mayor antigüedad al nacimiento de las tumbas como lugar cementerial. No obstante, algunas necró• olerdolanas, aunque su prolongada perduración tem­ polis, como la de Santa María de Tejuela, deben cata­ poral ha determinado su contemporaneidad con res­ logarse dentro de las extensas. pecto a las tumbas de lajas e incluso a los sarcófagos En el conjunto de manifestaciones sepulcrales que se consideran los de utilización más reciente. catalogadas predominan las tumbas de lajas de tal A juzgar por los resultados obtenidos, se deduce forma que suponen más de la mitad de las conocidas. que la importancia del proceso repoblador en la Le siguen en importancia numérica los yacimientos comarca mirandesa fue mayor que el que esbozan las con sarcófagos y finalmente las sepulturas excavadas fuentes escritas. Sin embargo, este fenómeno no lle­ en la roca. De todas maneras, quedan 21 manifesta­ garía a consolidarse hasta la implantación del romá­ ciones más cuya tipología es dudosa o desconocida. nico. La población se distribuyó en pequeños núcleos No obstante, es de destacar que, por regla general, las rurales, próximos entre sí y dedicados preferente­ necrópolis no presentan un único tipo de tumba sino mente a actividades agropecuarias. Muchos de estos que coexisten dos o incluso tres como demuestra el lugares se dividieron en barrios, cada uno provisto de caso de Santa María de Tejuela. un pequeño templo con su correspondiente cemente- LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 129

rio. Luego, la profunda religiosidad del hombre provincia de Burgos, BIFG, 207, Burgos, p. medieval favoreció la construcción de ermitas en des­ 264-265. campado, en tomo a las cuales también se practica­ - 1993 b: Santa Gadea del Cid, Burgos, p. 13. ron, a veces, enterramientos. Este extremo viene con­ CAMPILLO, J., 1992-1993: Hallazgos altomedieva­ firmado por la íntima relación existente entre los san­ les en la ermita de Tablada del Rudrón tuarios y las necrópolis. Entonces, los templos se eri­ (Burgos), Kobie, XX, p. 191. gen con materiales más duraderos y se embellecen - 1995: Las necrópolis medievales cristianas de la con esculturas. Asimismo, los cementerios originan Honor de Sedano (Burgos), Kobie, XXII, p. el nacimiento de las primeras muestras artísticas de 153-195. carácter funerario a través de estelas decoradas con CANTERA, F., 1943: En torno al documento funda­ motivos y símbolos cristianos. cional de Va/puesta (Notas de geografía his­ tórica), Hispania, IX, Madrid, p. 11-12. - 1945: Fuero de Miranda de Ebro, CSIC, Madrid, BIBLIOGRAFÍA p. 87. CANTERA, F. y ANDRÍO, J., 1991: Historia medie­ AA.VV., 1987: Arqueología del Norte de Burgos, val de Miranda de Ebro, Miranda de Ebro, Villarcayo, p.168. 602p. ABÁSOLO, J.A., 1974: Carta arqueológica de la CASA, C. DE LA, 1992: Las necrópolis medievales provincia de Burgos I. Partidos judiciales en la provincia de Soria, Valladolid, p. 87- de Be/orado y Miranda de Ebro, Studia 362. Archaeologica, 33, Burgos, p. 35-69. CASTILLO, A. DEL, 1970: Cronología de las tum­ ALBAINA, J. (s.a): Tierra y alma de Pancorbo, p. bas llamadas olerdolitanas, Actas del XI 51-54 y 100. CNA, Zaragoza, p. 835-845. - 1985: Páginas de Montañismo e Historia. Pancor­ - 1972: Excavaciones altomedievales en las provin­ bo, Miranda de Ebro, p. 24-32. cias de Soria, Logroño y Burgos, EAE, 74, - 1986: Pancorbo, vigía y guardián de Castilla, Bur­ Madrid, p. 25. gos, p. 153 y 155. CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA, AMADOR DE LOS RÍOS, R., 1888: España, sus Portilla, nº 1.403 y Santa Gadea, nº 1.854. monumentos y artes. Su naturaleza e histo­ CEÁN-BERMÚDEZ, J.A., 1832: Sumario d§ las ria. Burgos, Barcelona, p. 1053. Antigüedades romanas que hay en Espmía, ANDRÉS, S., 1963 y 1964: El monasterio de Santa en especial las pertenecientes a las Bellas María de Obarenes, BIFG, XLII, Burgos, p. Artes, Madrid, p.180. 415-434 y XLIII, p. 20-37. CRUZ, V. DE LA, 1973: Burgos. Guía completa de ANDRÍO, J., 1987 a: La Edad Media a través de los las tierras del Cid, Burgos, p. 203. estudios arqueológicos, en Historia de Bur­ ECHEVERRÍA, J.C., 1991: Monasterio-Santuario gos, II, Edad Media (2), Burgos, 1987, p. Ntra. Sra. del Espino. Historia, arte y actua­ 195-216. lidad, p. 4, 16 y 24. - 1987 b: El despoblado de La Quintanilla, EM, VII, GARCÍA FERNÁNDEZ, J.M., 1986: El poblamiento Miranda de Ebro, p. 31-38. primitivo mirandés: Problemas étnicos y de - 1987 c: Formas de enterramientos medievales en lenguaje, E M, VI, Miranda de Ebro, p. 5-26. los valles del Ebro y Duero, II, CAME, - 1989: La religión y el poblamiento primitivo Madrid, p. 273-286. mirandés, E M, IX, Miranda de Ebro, p. 24. ARGÁIZ, R., 1675: La Soledad Laureada por San GARCÍA GRINDA, J.L. y MARTÍN, C., 1984: Bur­ Benito y sus hijos en las Iglesias de España, gos edificado, Madrid, p. 72, 73 y 320. Madrid, p. 643. GARCÍA RÁMILA, T., 1964: Jirones gloriosos: AZKÁRATE, A., 1988: Arqueología cristiana de la Miranda de Ebro y sus tierras, paradigma Antigüedad Tardía en Alava, Guipúzcoa y de empresas memorables, Burgos, p. 16. Vizcaya, Vitoria, p. 26-53. GARCÍA-SOTO, E. y CANTERA, F., 1971: El BARANDIARÁN, J.M., 1974: D. Domingo Fernán­ Camino de Santiago y Miranda de Ebro, dez Medrana. Remembranzas, EAA, 6, Madrid, p. 47. Vitoria, p. 9 GOY, A., 1940: El Espino y su comarca, Madrid, p. BOLOS, J. y PAGÉS, M., 1982: Les sepultures exca­ 26, 27, 31 y 51. vades a la roca, Necropolis i sepultures HUIDOBRO, L., 1916: Ibérica, p. 371. medievals de Catalunya, Barcelona, p. 69- - 1922: Nuestra Señora del Espino en Santa Gadea 80. del Cid (Burgos), Lérida, p. 8-23. CADIÑANOS, I., 1993 a: Estelas discoideas en la IZARRA, T. DE, 1943: El Conde D. Rodrigo. Orba- 130 JACINTO CAMPILLO CUEVA

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Fig. l. Distribución de las necrópolis medievales en la comarca de Miranda de Ebro (Escala 1:250.000). 132 JACINTO CAMPILLO CUEVA

Fot. l. Bujedo de Candepajares. Estela depositada en el jardm del monasterio. Anverso.

Fot. 2. Bujedo de Candepajares. Estela depositada en el jardm del monasterio. Reverso. LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 133

Fot. 3. Bujedo de Candepajares. Estela discoidal deposi­ tada en el monasterio.

Fot. 4. Bujedo de Candepajares. Estela dis­ coidal de La Quintanilla. Anverso. 134 JACINTO CAMPILLO CUEVA

Fot. 5. Bujedo de Candepajares. Estela discoidal de La Quintani­ lla. Reverso.

Fot. 6. Pancorbo. Sarcófago l~------~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-~-:_~_:_~~~-~i~_º_·d_e_l_C_n_·s--~~~~~~ LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 135

Fot. 7. Pancorbo. Lápida empotrada en la ermita del Cristo de Barrio.

Fot. 8. Pancorbo. Losa sepulcral de Vtllanueva Judíos.

Fot. 9. Pancorbo. Necrópolis de San Mamés. 136 JACINTO CAMPILLO CUEVA

Fot. 10. Pancorbo. Sepulcro antropomorfo de San Mamés.

Fot. 11. Santa Gadea del Cid. Necrópolis de El Hoyo.

Fot. 12. Santa Gadea del Cid. Tumba antropomorfa de El Espino. LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 137

Fot. 13. Santa Gadea del Cid. Tumba excavada en la roca de Cabezas.

Fot. 14. Valverde de Miranda. Fragmento de sarcófago de Motiturri. 138 JACINTO CAMPILLO CUEVA

Fot. 15. Valverde de Miranda. Sarcófago de La Vrrgen.

Fot. 16. Villanueva-Soportilla. Necrópolis de Santa María de Tejuela. LAS NECRÓPOLIS MEDIEVALES CRISTIANAS EN LA COMARCA MIRANDESA (BURGOS) 139

Fot. 17. Villanueva-Soportilla. Tumbas excavadas en la roca de Santa María de Tejuela.

Fot. 18. Villanueva-Soportilla. Estela discoidal empotrada en los muros de la iglesia.

KOBIE (Serie Paleoantropología), Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º XXIII, pp. 141-161, 1996 ISSN 0214-7971

LA CIUDAD, DOCUMENTO HISTÓRICO: REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA DE LA ARQUEOLOGÍA URBANA EN LA COMUNIDAD AUTONOMA DEL PAÍS VASCO

A. Azkarate Garai-Olaun (1) I. García Camino (2)

RESUMEN

Partiendo de las principales experiencias europeas (británicas, francesas o italianas) en "arqueología urba­ na", se efectúa en este artículo un balance de la práctica desarrollada en los últimos 10 años en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Tras analizar las características específicas del urbanismo de Alava, Bizkaia y Gipuz­ koa, se valoran los denominados "documentos de evaluación" del Patrimonio contenido en un núcleo habitado puesto que, al posibilitar estos la elaboración de estrategias de intervención, contribuyen a desarrollar tanto la investigación histórica como la propia planificación urbana. Como se verá, los resultados obtenidos soportan dignamente cualquier comparación que se quiera efectuar con experiencias similares de ámbito estatal, pero no hay que olvidar que es bastante todavía lo que falta para llegar al nivel alcanzado en otros países y superar así el error que supone identificar la intervención puntual en un solar de una ciudad con la "arqueología urbana".

SUMMARY

Based on major European experience (i.e., British, French or Italian) in the field of "urban archaeology'', the article reviews the practica! work done in the last 10 years in the Autonomous Community of the Basque Country. Beginning with an analysis of the specific features of urban development in Alava, Bizkaia and Gipuz­ koa, what are known as the "documents of evaluation" of the Patrimonio, or Heritage, for a particular inhabi­ ted area are then assessed. These docúments are particularly valuable because, by making intervention strate­ gies possible, they also facilitate historical research as well as urban planning. As is clear, the results obtained bear comparison perfectly well with similar experiences throughout Spain, although there is of course still a long way to go if we are to catch up with the most advanced countries and eradicate the tendency to identify one-off interventions ata specific plot of city land with "urban archaeology".

(1) Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. (2) Diputación Foral de Bizkaia/Bizkaiko Foru Aldundia. 142 A. AZKARATE GARAI-OLAUN - I. GARCIA CAMINO

LABURPENA

"Hiri arkeologian" europar (britaniar, frantziar edo italiar) esperientzirik garrantzizkoenetan oinarrituaz, arti­ kulu honetan, Euskal Herriko Autonomi Elkartean azken 1O urteotan garatu den praktikaren balantze bat egiten da. Araba, Bizkaia eta Gipuzkoako hirigintzaren berarizko ezaugarriak aztertuaz gero, biztanleduna den gune batetan barrusartzen den Ondarearen "ebaluatzeko agiriak" izenekoak baliotzen dira zeren eta, hauek, parte­ hartzeko jokabideak gauzatzea ahalbidetzen dutenez gero, bai historiazko ikerlaritza zein hiri-plangintza bera ere garatzeko laguntzen baitute. Ikusiko denez, lortu diren emaitzek, estatuaren esparruko pareko esperientzie­ kin egin nahi dadineko edozein konparaketa duintasunez jasatzen dute, baina ez da ahaztu behar aski dela bes­ te lurraldeetan lortu den mailara iritsi eta, horretara, hiri bateko orube batetan burutzen den puntuzko interben­ tzioa "hiri arkeologia"-rekin berdintzeak suposatzen duen hutsa gainditzeko falta dena. LA CIUDAD, DOCUMENTO HISTORICO: REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA DE LA ARQUEOLOGIA URBANA 143

l. LAS EXPERIENCIAS PREVIAS COMO PUN­ rencia a intervenciones o publicaciones españolas en TO DE PARTIDA este campo. Todavía se confunde entre nosotros la arqueolo­ La "arqueología urbana" posee una rancia tradi­ gía urbana con la práctica arqueológica ocasional en ción en los países europeos, fundamentalmente en los un contexto urbano, potenciando un grave error con­ anglosajones. En el nuestro, en cambio, constituye ceptual de consecuencias nefastas. La ocasionalidad a una disciplina joven y con cuestiones pendientes la que nos referimos suele estar generada bien por el todavía de definición, tal y como se desprende de la interés del arqueólogo en algún resto monumental bibliografía más reciente. Se comprenderá, por tanto, significativo -generalmente de período clásico-, bien que comencemos esta exposición recordando algunas por la necesidad de documentar los testimonios mate­ experiencias de las que nos sentimos conceptualmen­ riales condenados a desaparecer en una operación de te deudores. De los británicos -verdaderos pioneros carácter inmobiliario. en el tema- nos fijaremos en la conceptualización Tanto en un caso como en otro, este tipo de expe­ misma de lo que debe entenderse por arqueología riencias se encuentran en las antípodas de lo que se urbana, cuestión ésta todavía nada clara entre noso­ entiende por arqueología urbana, al menos entre los tros. De los franceses, en sus documentos de evalua­ principales representantes de esta modalidad arqueo­ ción. De los italianos, finalmente, en la aplicación lógica (M. Biddle, M.H.O. Carver, H. Galinié, etc.). que del método estratigráfico han sabido hacer para la Como apuntaba certeramente M. Biddle -a quien documentación y análisis del patrimonio edificado, _ seguiremos en este punto- "ceci est de l'archéologie fundamentalmente de período post-clásico. en ville, pas de l'archéologie urbaine", porque esta A.- Finalizada ya la Segunda Guerra Mundial, última no trata tanto de satisfacer una curiosidad inte­ ciudades que habían sido bombardeadas como Lon­ lectual o de atenuar los efectos de la destrucción de dres, Canterbury, Exeter, Southampton o Winchester un legado material más o menos significativo, cuanto fueron objeto de las primeras excavaciones de carác­ de concebir la arqueología de la ciudad como la com­ ter arqueológico. A pesar de que los propios británi­ prensión integral del fenómeno urbano. Se trataría, cos hayan criticado la falta de coordinación y las defi­ en palabras de quien dirigiera la importante experien­ ciencias de aquellas primeras intervenciones (H. Cle­ cia de Winchester, de un proyecto que abarca -sin ere, 1982; B. Hobley, 1985), lo cierto es que consti­ distinción de períodos- desde los orígenes de una ciu­ tuyeron la base de la futura arqueología urbana euro­ dad hasta su historia más reciente; que se ocupa de pea, fundamentalmente por la continuidad que supie­ los testimonios de todas las escalas sociales, desde las ron dar a aquellos primeros intentos. estructuras más suntuosas promovidas por el Poder Martín Biddle -con su ejemplar intervención en hasta la más humilde de las viviendas urbanas; que Winchester- no fue ajeno a la progresiva toma de trata, finalmente, de aprehender la totalidad del fenó• conciencia del colectivo británico de arqueólogos meno urbano 1 en sus aspectos cronológicos, geográfi­ que, ya para finales de la década de los sesenta, cos, económicos y sociales. (M. Biddle, 1982). Como comenzaba a articular los primeros programas siste­ señala en otro punto del mismo estudio, describir los máticos sobre la práctica arqueológica en contextos elementos patrimoniales de una ciudad tal y como se urbanos. La constitución de Department of Urban han conservado, es una cosa. Comprender, en cam­ Archaelogy (D.UA.) del Museo de Londres en 1973 bio, las interrelaciones de estos elementos, saber cap­ supuso un hito en la arqueología urbana europea y un tar la manera en la que el palimpsesto urbano ha lle­ modelo, sin duda, tanto para las ciudades británicas gado a convertirse en lo que contemplarnos actual­ como para muchas continentales. mente, es otra cosa muy distinta, mucho más impor­ Hoy en día no hos queda sino sonrojamos cuando, tante y compleja. Esta investigación de la herencia al consultar algunas publicaciones británicas que tie­ urbana es el campo real de la arqueología que veni­ nen ya casi veinte años -o más en algún caso-, pode­ mos comentando. Una empresa de esta naturaleza, mos apercibirnos de la enorme distancia que nos cuya ejecución exigió veinte largos años en Winches­ separa todavía no ya de la praxis diaria sino, incluso, ter, requiere obviamente de un proyecto integral en el de la propia conceptualización que reflejan aquellos que la distinción maniquea entre "arqueología de trabajos sobre lo que ha venido a denominarse investigación" y "arqueología de gestión" -tan en "arqueología urbana". No deja de ser significativo, a boga por desgracia entre nosotros- carece de sentido. este respecto, que en el estado de la cuestión que en Necesita también una estrategia precisa, un equipo 1988 efectuara M.O.H. Carver sobre la arqueología humano de sólida formación en diversas especialida- europea, con un amplio e interesante anexo de biblio­ grafía crítica en la que se recogen ejemplos británi­ cos, escandinavos, alemanes e incluso americanos, el Referido no únicamente a la ciudad, sino también a su territorio autor no considerase necesario recoger una sola refe- (M.O.H. Carver, 1988). 144 A. AZKARATE GARAI-OLAUN - I. GARCIA CAMINO

des, una financiación inteligentemente resuelta, gran­ primer orden que hay que saber transcribir primero y des dosis de pragmatismo y diplomacia para moverse leer correctamente más tarde. en el complejo mundo de los intereses urbanísticos. Como indicara R. Parenti (1995), "el patrimonio B.- Tomando como punto de partida el movi­ arquitectónico, ya sea un monumento o la vivienda miento británico, el año 1973 nacía en Tours, bajo la más modesta, es como un enorme registro que recoge dirección de H. Galinié, una importante experiencia en su estructura una gran cantidad de datos. Datos que -voluntariosa en origen (H. Galinié, 1982) y renom­ la mayor parte de los investigadores deben poder des­ brada en la actualidad (Centre National d' Archéolo­ codificar con criterios uniformes y transmisibles, si gie Urbaine)- que ha marcado también una impor­ queremos que no se pierda la gran masa de observa­ tante línea a seguir. Una de sus aportaciones más inte­ ciones y que se conviertan en las informaciones nece­ resantes son, sin duda, sus Documents d' évaluation sarias para que avancen nuestros conocimientos". du patrimoine archéologique urbain, realizados de Este proceso de descodificación se lleva a cabo acuerdo a un programa previo (Guide pour l' élabora­ mediante el "análisis estratigráfico de construcciones tion des documents d' evaluation ... ). Su publicación históricas" o "arqueología de la arquitectura", méto­ sistemática, a partir de 1990 -Angers, Douai, Besan­ do de trabajo que parte, como es sabido, de los mis­ con, Grenoble, Arles, etc.- ha constituido un ejemplo mos principios teóricos de Harris. Su origen común, para iniciativas similares llevadas a cabo en la Comu­ sin embargo, no debe hacemos olvidar que los testi­ nidad Autónoma Vasca que más adelante menciona­ monios edificados no se ajustan estrictamente a las remos. leyes fundamentales que rigen las relaciones estrati­ Estos "Documentos de Evaluación" tratan de ata­ gráficas de un depósito arqueológico (G.P. Brogiolo, jar uno de los mayores riesgos de la práctica arqueo­ 1995), circunstancia ésta que ha motivado la creación lógica en contextos urbanos --el intervencionismo de una metodología de carácter específico. Su objeti­ individualista, descoordinado, sujeto a las más diver­ vo fundamental es el de identificar y analizar las sas circunstancias de carácter inmobiliario o políti• diversas unidades constructivas que componen un co-, constituyéndose en verdaderas cartas arqueoló• edificio (también una manzana o un sector urbano) gicas que coadyuven a la planificación urbanística de para -una vez establecidas sus relaciones estratigráfi­ una ciudad. cas recíprocas- descubrir las claves que posibiliten la C.- Durante los últimos años es de Italia -y parti­ lectura de una secuencia diacrónica no siempre fácil cularmente de la Universidad de Siena- de donde de aprehender como consecuencia de los diversos proceden los avances metodológicos más significati­ avatares sufridos a lo largo de los siglos. vos, al abrirse nuevas líneas de investigación de gran La arqueología de la arquitectura se ha revelado utilidad para la arqueología urbana. Esta nueva meto­ como un poderoso instrumento relacionado con dología a la que pronto nos referiremos, comenzó uti­ diversos campos, todos ellos aplicables también en lizándose para la documentación y análisis de las arqueología urbana: construcciones históricas y ha acabado usándose tam­ - Historia de la arquitectura. Determinadas con­ bién para descubrir y expresar la evolución en el cepciones de la Historia de la Arquitectura y de la tiempo del propio tejido urbano. Historia del Arte que tienden a valorar el patrimonio Frente a quienes suponen que el objeto de la edificado en función, básicamente, de criterios de arqueología se encuentra únicamente -incluso funda­ carácter estético, han conducido a la creación de mentalmente- bajo la cota cero, se defiende la nece­ "modelos" constructivos, analizando las estructuras sidad de tratar de forma unitaria tanto la estructura como si hubieran quedado "congeladas" en el 2 edificada como el contenido de su subsuelo • El patri­ momento mismo de su edificación y calificándolas monio edificado no es visto sólo como perteneciente globalmente dentro de tal o cual estilo artístico. Se a tal o cual período, como algo construido según este olvida, de esta manera, que las edificaciones que con­ o aquél estilo, sino como el producto final mixtifica­ templamos actualmente no son, en la mayoría de los do por las múltiples huellas que, inevitablemente, va casos, sino el resultado de sucesivas mixtificaciones dejando el paso del tiempo. Estas huellas del tiempo de carácter constructivo que sólo un detallado análi­ -demoliciones, reconstrucciones, ampliaciones, repa­ sis estratigráfico de su fábrica puede identificar, indi­ raciones, etc.- quedan recogidas en la fábrica de un vidualizar y articular cronológicamente hasta permi­ 3 edificio, convirtiéndolo en un documento histórico de tir la comprensión de su historia real •

"La lectura del edificio y la lectura del substrato arqueológico La aplicación, por ejemplo, de esta metodología al prerrománico deben efectuarse a la vez, de modo que se consiga una lectura ha producido ya la revisión de algunos presupuestos tradicional­ unitaria, considerando que las relaciones entre estratos, objetos mente consensuados entre los historiadores de la arquitectura, y restos o elementos constructivos forman, de hecho, un solo generando un debate sumamente positivo (L. Caballero et alii, contexto" (L. Caballero, 1987). 1991/1992; L. Caballero, 1994; A. Azkarate, 1995) LA CIUDAD, DOCUMENTO HISTORICO: REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA DE LA ARQUEOLOGIA URBANA 145

- Análisis diacrónico del tejido urbano. Desde monios exhumados en la Plaza de Oriente de hace algunos años, esta metodología ha venido sien­ Madrid- sino en otro no menos importante y frecuen­ do aplicada con éxito al análisis diacrónico del propio temente olvidado. tejido urbano. Las experiencias son prometedoras por Existen, en relación con este tema, actitudes cuanto subrayan las posibilidades de la lectura estra­ maximalistas que defienden a ultranza la conserva­ tigráfica para aprehender la evolución de un centro ción de cualquier resto más o menos monumental. habitado y representar gráficamente su secuencia Hemos sido testigos de actitudes de esta índole que, temporal. "Por esta vía -señalaba recientemente R. en su afán conservacionista, han intervenido en un Parenti (1995)- nos parece posible reconstruir plani­ determinado monumento, "restaurándolo", embalsa­ metrías que pongan en relieve la diacronía de los edi­ mándolo, sin efectuar previamente ningún estudio de ficios con el fin de llegar a comprender el crecimien­ documentación. Como resultado, hemos ganado un to y las transformaciones de un centro urbano a través objeto-fetiche, pero hemos perdido -definitiva e irre­ de la historia de sus componentes materiales". versiblemente- un documento histórico. Como indi­ - Adquisición de nuevos instrumentos de estudio. caba, hace ya bastantes años, J. Oriol Granados "és La individualización de las unidades constructivas de també important destacar que conservació no és sem­ un edificio y su articulación en una secuencia diacró• pre mantenir unes estructures. Moltes vegades pot ser nica (diagrama), permite tanto la caracterización de una conservació documental, mitjancant un estudi de las técnicas constructivas como la identificación de l'objecte, de l'edifici o de les restes antigues" modelos constructivos de las distintas épocas históri• (AA.VV., 1985). En esta misma línea, el "análisis cas (R. Parenti, 1995). Las posibilidades -todavía no estratigráfico de las construcciones históricas" se exploradas suficientemente entre nosotros- son ver­ convierte -tras un exhaustivo vaciado de las fuentes daderamente grandes, como lo vienen demostrando escritas y una restitución fotogramétrica en 3D, por arqueólogos y arquitectos italianos. Los Atlas de téc­ ejemplo- en un instrumento para la conservación nicas constructivas -regionales o subregionales- (R. documental absolutamente clave. Parenti, 1988), los estudios de mensiocronología (T. D.- La práctica arqueológica en centros urbanos a Mannoni; M. Milanese, 1988) y las tablas tipocrono­ nivel estatal ha sido impulsada, en sus fases iniciales, lógicas que vienen elaborando (l. Ferrando; T. Man­ por la necesidad de recuperar y registrar aquellos ele­ noni; R. Pagella, 1989) constituyen un instrumental mentos de interés arqueológico que pudieran surgir de primer orden en la documentación arqueológica. en el transcurso de las labores de rehabilitación de los - Restauración. Como señalábamos en otra oca­ principales centros históricos. Esta modalidad ar­ sión, sin embargo, sospechamos que haríamos un fla­ queológica estuvo marcada desde sus orígenes por la co favor a este método, si lo defendiéramos única­ improvisación administrativa, el voluntarismo de mente como un instrumento para el conocimiento his­ algunos arqueólogos y la total inhibición -por utilizar tórico de un edificio o de una ciudad. Siempre habrá un término elegante- de la arqueología "oficial" vin­ mentes pragmáticas a las que esto del conocimiento culada a universidades o museos. A nadie debe extra­ histórico les parezca un entretenimiento intelectual ñar, por tanto, que pronto recibiera algunas adjetiva­ propio de ociosos y difícilmente asumible por moti­ ciones4 que, pese a no poseer connotaciones negativas vos tan razonables como el aumento de presupuesto, intrínsecas, acabaron utilizándose eufemística y dis­ la ralentización de las obras, las urgencias de plazos, plicentemente para diferenciarla de la "arqueología etc. Pensamos, en cambio, que la arqueología de la de investigación". arquitectura tendrá futuro en la medida en la que Esta jerarquización maniquea de la arqueología, y resulte rentable para los proyectos y objetivos de los pese a las reiteradas protestas que salpican la recien­ propios arquitectos. Cuando estos se aperciban, por te bibliografía española, ha sido asumida por las dis­ ejemplo, de que determinadas patologías estructura­ tintas administraciones autonómicas y por muchos les puedan ser explicadas -y corregidas, por lo tanto­ arqueólogos. Si hacemos, por ejemplo, un breve repa­ por el descubrimiento de patologías históricas, o so de los anuarios que publican las distintas comuni­ cuando al término de un proyecto de documentación dades autónomas recogiendo los informes de las bien ejecutado, el arquitecto reciba un informe serio intervenciones realizadas en los territorios de su y preciso que facilite sus decisiones finales, tan deli­ ámbito competencial, puede observarse que todos los cadas y comprometidas muchas veces (A. Azkarate, estudios referentes a contextos urbanos aparecen et alii 1995). recogidos bajo el epígrafe "programas de conserva­ - Conservación. Constituye uno de los capítulos ción o protección del patrimonio", en un lugar clara- fundamentales en el ámbito de la arqueología urbana. No vamos a abordarlo, sin embargo, en su sentido más habitual -al modo, por ejemplo, como se ha Arqueología de "salvamento", de "intervención", de "urgencia", planteado en la recentísima polémica sobre los testi- de "gestión", etc. 146 A. AZKARATE GARAI-OLAUN - l. GARCIA CAMINO

mente diferenciado del capítulo relativo a los "pro­ Las ciudades medievales -situadas en la costa, en gramas de investigación" que ocupan las primeras ámbitos fronterizos, en las riberas de los cursos flu­ páginas. viales navegables o en las encrucijadas de caminos­ Resulta sorprendente, a este respecto, que los se organizan respondiendo a un modelo homogéneo y debates llevados a cabo hace veinte años en algunos regular -irtdependientemente de la forma que pueda países europeos apenas hayan tenido repercusión en adquirir su perímetro condicionado por la topografía la arqueología urbana española, presa de graves defi­ del asentamiento-. La existencia de un proyecto urba­ ciencias, no ya operativas, sino puramente epistemo­ no, definido físicamente por una cerca o muralla y lógicas o conceptuales. Existen, por fortuna, expe­ caracterizado por la existencia de una o varias calles riencias sumamente interesantes -llevadas a cabo paralelas atravesadas ortogonalmente por otras vías sobre todo en los territorios de la fachada mediterrá­ más estrechas denominadas cantones, dio origen a nea (AA.VV, 1985)- que, junto al tono crítico que manzanas compactas subdivididas en solares que, sir­ reflejan algunas publicaciones recientes (AA.VV. viendo de asiento a las casas de villa, eran propiedad l 994a; AA. VV. l 994b ), permiten albergar esperanzas de las distintas familias de pobladores. La escasa sobre un aggiornamento a todas luces necesario y superficie de los recintos, la ausencia de espacios urgente. públicos abiertos y amplios, el dominio de una o La situación de la Comunidad Autónoma del País varias iglesias en el paisaje construido, la presencia Vasco participa, en términos generales, de lo dicho de huertos en el interior de las villas y la integración para ámbito estatal. Junto a algunas iniciativas de de éstas en su territorio a través de las principales vías indudable interés -que las hay, como veremos-, de comunicación completan los rasgos distintivos de arrastramos todavía algunas deficiencias que habrán la urbanística medieval, observables todavía en la de ser corregidas a breve plazo. Todo ello será objeto actualidad. (B. Arizaga, 1990; Deiker [J.A. Barrio de comentario en las líneas que siguen. dir], 1989/90/91). Estos núcleos raramente fueron ampliados en la Edad Media, salvo en casos excepcionales como 2. LA EXPERIENCIA EN LA COMUNIDAD Vitoria, Orduña o . Fue el crecimiento eco­ AUTÓNOMA DEL PAÍS VASCO (C.A.P.V.) nómico y demográfico posterior el que provocó las primeras expansiones fuera de los recintos amuralla­ 2.1 Características históricas del urbanismo vasco dos, materializadas en la aparición de nuevos espa­ cios de creación espontánea y de apariencia heterogé­ La mayor parte de las ciudades de la C.A.P.V., y nea -contrastando así con la regularidad de los encla­ sin lugar a dudas los grandes espacios metropolita­ ves primitivos- pero estructurados formalmente en nos, tienen su origen en la Baja Edad Media. En poco torno a los caminos preexistentes que determinaron más de doscientos años -entre el 12 de Enero de 1140 su configuración esencialmente lineal. Estos ensan­ y el 3 de Octubre de 1383- los territorios de Alava, ches sirvieron de asiento a fundaciones monásticas, Bizkaia y Gipuzkoa asistieron a la creación de una primero, y a vecinos acomodados, más tarde, que densa red constituida por 69 núcleos urbanos -deno­ buscaron extramuros espacios amplios donde cons­ minados villas y dotados de un estatuto jurídico pro­ truir viviendas palaciegas acordes con su rango eco­ pio- que provocaron un cambio radical en la organi­ nómico y social. El crecimiento, sin embargo, fue zación del espacio, en la distribución del poblamien­ limitado en extensión. Algunas villas, incluso -sobre to, en los emplazamientos preferentemente elegidos todo las vizcaínas-, tuvieron serios obstáculos jurídi• para tal fin, en la morfología de los mismos e, inclu­ cos para rebasar el recinto originario (A. De Andrés, so, en la concepción de territorialidad (J.A. García de 1990), optando, ante la presión demográfica, por Cortázar, 1978). Estos enclaves, especialmente los de otras soluciones como el crecimiento vertical de las la vertiente cantábrica del País Vasco, estimularon el edificaciones, la fragmentación de los solares y la desarrollo económico de la Edad Moderna, determi­ ocupación del suelo público, especialmente de los nando, -al triunfar decisivamente como centros habi­ pasos de ronda. Pese a todo, la morfología del plano tados, comerciales e industriales- la conformación urbano no experimentó transformaciones significati­ del poblamiento contemporáneo. Tanto su peculiar vas (J.I. Linazasoro, 1978) y la villa continúo siendo nacimiento, impulsado por decisión señorial o real y la entidad organizadora del espacio circundante. Sólo motivado por circunstancias socio-económicas y en algún caso como Hondarribia y Donostia -por su políticas diversas, como su desarrollo posterior han situación estratégica y fronteriza-, cercaron estos condicionado los planos urbanos y, en consecuencia, arrabales con un nuevo cinturón defensivo, interrum­ la tipología de éstos como documentos históricos en pido por cubos terminados en puntas de diamante, los que ha quedado reflejada su evolución. Analice­ acordes con las nuevas necesidades militares del mos brevemente ambas circunstancias. renacimiento. LA CIUDAD, DOCUMENTO HISTORICO: REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA DE LA ARQUEOLOGIA URBANA 147

A fines del siglo XVIII se inició una nueva fase en Al conjunto de transformaciones descrito -que no el desarrollo urbanístico de las villas vascas: el racio­ fue ni homogéneo ni sincrónico- se superpuso el cre­ nalismo ilustrado pretendió organizar, al menos en cimiento descontrolado que, afectando fundamental­ apariencia, la trama urbana, regularizando alturas e mente a la periferia de los municipios, caracterizó el imponiendo criterios estéticos que trataban de unifi­ caótico desarrollismo de los años sesenta. car la imagen de la ciudad. Se intervino, en conse­ Esta larga evolución histórica culmina, a comien­ cuencia, tanto en el interior del recinto medieval zos de la década de los ochenta, con la toma de con­ como en los ensanches modernos, demoliendo "teja­ ciencia general sobre el grave deterioro que presenta­ vanas", "casillas" y "mugas", ocupando huertas, ban los cascos históricos y con la puesta en marcha, construyendo edificios públicos de carácter cívico y por parte de las instituciones, de diversos programas creando, finalmente, servicios e infraestructuras orientados a la restauración, rehabilitación y recupe­ reclamados por una burguesía ascendente que vio en ración de los mismos. La redacción de los diversos estas operaciones urbanísticas una fuente de riqueza Planes Especiales, sin embargo, descubrió pronto la de la que hasta entonces sólo se beneficiaba la noble­ aparente contradicción existente entre el manteni­ za rural. La regularidad que todavía puede observar­ miento de las tipologías históricas de estos viejos se en el Casco Viejo de Bilbao al fundirse los ensan­ enclaves y las nuevas estrategias propuestas para ches renacentistas y barrocos con el núcleo medieval, dinamizarlos económica y socialmente. empeño de la actividad desarrollada por arquitectos Con ánimo de superar esta dificultad, han venido municipales como Agustín Humaran y Juan de Zaba­ articulándose diversas iniciativas -con la colabora­ la (A. Santana, 1990), la reconstrucción de Donostia ción entre las administraciones y profesionales-, y se según proyecto de U gartemendia tras el incendio ha procedido a efectuar algunas actuaciones arqueo­ efectuado por los franceses en 1813 (J.I. Linazasoro, lógicas que describiremos en la última parte del artí• 1978) y las reformas planificadas en Vitoria por Jus­ culo y que han permitido identificar algunos marca­ to Antonio de Olaguíbel (S. Arechaga, 1990), son dores significativos sobre la permanencia o ausencia algunos de los testimonios más significativos de este de los elementos del pasado en la trama urbana proceso. El centro histórico se ordena: se destruyen actual. Como punto de partida, en efecto, era funda­ las viejas murallas, se sustituyen algunas casas de mental que conociéramos las especificidades de nues­ escasa calidad -especialmente las situadas en los tros viejos solares históricos. Se hacía necesario lugares más soleados de las villas-, se abren nuevos determinar -en expresiones usadas por M.O.H. Car­ espacios públicos, pero en lo fundamental la huella ver- tanto el origen en el tiempo y la densidad de los del pasado permanece en la trama urbana. En este contextos estratigráficos, como el grado de conserva­ periodo, no obstante, se observan los primeros sínto• ción de los mismos. mas de una pérdida de protagonismo económico y El urbanismo histórico europeo se caracterizaba, social por parte de los centros históricos que, en ade­ en gran medida, por la reutilización constante de los lante, será asumido progresivamente por unos ensan­ espacios y por el origen antiguo -frecuentemente ches que asoman ya al horizonte como alternativa a la romano- del trazado urbano (J. Chapelot, 1990). ciudad primitiva. Pronto iba a advertirse, sin embargo, que la situación En la primera mitad del siglo actual, y tras la con­ de las villas y ciudades vascas resultaba muy distinta. solidación del proceso industrializador en amplias La larga presión demográfica durante más de seis­ zonas de la C.A.P.V., la tendencia apenas emergente en cientos años sobre núcleos que raramente superan las 5 la centuria anterior, se generaliza y triunfa, aunque 4 Ha. de superficie , alteró profundamente la calidad afecte en diverso grado a los diversos núcleos urbanos. de los estratos desde antiguo. No son raras, por ejem­ Los centros históricos de las grandes ciudades se plo, las referencias documentales a nuevas edifica­ abandonan socialmente y reducen su actividad, des­ ciones proyectadas en el Bilbao del siglo XVI en las plazándose las funciones urbanas a los nuevos ensan­ que se recoge la necesidad de limpiar los escombros ches -más amplios, cómodos y adecuados para su de un solar hasta los cimientos antes de proceder a la desarrollo- en los que acabarán instalándose también nueva construcción, por lo que difícilmente encontra­ las clases altas de la población. remos una larga y continuada sucesión de estratos Los de las ciudades medianas -cabezas comarca­ históricos. En algunas villas vascas se prefirió -y la les- se trasformaron sustituyendo manzanas de casas enteras e incluso variando los antiguos trazados que Vitoria -la fundación más extensa de la C.A.P. V.- dispuso de 20 permanecían desde la Baja Edad Media. Ha, de superficie intramuros, seguida de y Laguardia Las villas de pequeño tamaño -que sólo en el que apenas superan las 7 Ha. Si estas cifras se comparan con las momento de su fundación pudieron considerarse 480 Ha. que tenía Florencia en la misma época o con las 360 de Brujas, ciudad con la que Bilbao tuvo continuas relaciones urbanas- reforzaron su carácter rural, permaneciendo comerciales se comprenderá el alcance cuantitativo del fenóme• integradas en el campo. no urbano vasco. (B. Arizaga, 1990). 148 A. AZKARATE GARAI-OLAUN - l. GARCIA CAMINO

arqueología lo está demostrando- la sustitución a la do en la C.A.P.V. algunos instrumentos que están reutilización. Es cierto que los "ordenadores urba­ contribuyendo a la definición del proyecto de arque­ nos" -trazados de los viales, manzanas, perímetro de ología urbana entendido como la planificación del la muralla, etc.- se mantienen, pero las modificacio­ estudio histórico de la ciudad y concebido tanto para nes afectaron incluso a las viejas parcelaciones origi­ revalorizar restos olvidados de especial contenido nales. Resulta significativo a este respecto, por ejem­ simbólico, como para comprender el diálogo que his­ plo, que la hipótesis sobre la pervivencia del denomi­ tóricamente ha entablado la ciudad con el campo y, en nado "solar gótico" en el entramado urbano haya sido definitiva, descodificar la compleja lectura de los 6 puesta en cuestión desde diversos frentes • núcleos habitados. Son tres los instrumentos puestos Muchas de las villas vizcaínas y guipuzcoanas en práctica: los dos primeros, inventarios y estudios parecen de nueva planta y su origen raramente histórico-arqueológicos, conforman un ambicioso 7 remonta a época romana , lo que, junto a las circuns­ proyecto de evaluación del patrimonio, a ejecutar a tancias de conservación ya descritas, hace que la acti­ medio plazo. El tercero, los proyectos puntuales de vidad arqueológica en contextos urbanos pueda pare­ intervenciones arqueológicas, tratan de constituir una cer -a algunos arqueólogos- escasamente gratifican­ respuesta controlada a la ineludible necesidad de te. Considerando que los marcadores arriba expuestos documentar las partes del entramado urbano que van -alto nivel de destrucciones físicas y escasa densidad a ser alteradas por circunstancias derivadas de la pre­ de contextos estratigráficos- tienen, además, su refle­ sión inmobiliaria o de un planeamiento deficiente de jo en la calidad y conservación del registro arqueoló• los usos del suelo. Los resultados obtenidos en este gico, se comprenderá claramente que las técnicas tra­ tercer tipo de intervenciones están sirviendo, además, dicionales de la arqueología -basadas esencialmente para completar una información que revierte en los en la excavación- no generen demasiadas expectati­ documentos de evaluación en curso. vas respecto a la comprensión y valoración del fenó• meno urbano. Es por ello por lo que, tras los resulta­ A.- Los Inventarios: Nivel básico de evaluación dos de las primeras intervenciones, se creyó necesa­ Los trabajos se iniciaron a fines de la década pasa­ 9 rio potenciar la elaboración de otros instrumentos de da ante la confluencia de dos tipos de intereses : por análisis arqueológico. una parte, la obligación de la administración -en este caso la del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco- de disponer de un instrumento de gestión del 2.2. INSTRUMENTOS de planificación: La elabo­ patrimonio cultural; y por otra, la necesidad de dotar ración progresiva de los documentos de evalua­ a los arqueólogos de un marco que diera sentido a ción del Patrimonio Urbano en la Comunidad unas actuaciones que, de otro modo, quedaban des­ Autónoma Vasca contextualizadas y estériles 1º. Se trataba, en suma, de

A lo largo de los últimos diez años -y al amparo 8 del marco legal vigente - se han venido desarrollan- !izar el análisis y diagnóstico de los cascos históricos, de su edi­ ficación, de su infraestructura, de sus recursos culturales y de sus interrelaciones funcionales, morfológicas y estructurales con el B. Arizaga, 1990; l. García Camino, 1992/93. Los resultados de territorio, al objeto de establecer un programa de actuaciones a algunas intervenciones arqueológicas realizadas en Bilbao y la corto y medio plazo. observación del parcelario actual muestran las continuas varia­ Debido a esta dualidad de intereses, ha habido quienes han pre­ ciones en las dimensiones de los solares. Este fenómeno se apre­ tendido distinguir entre inventarios de gestión y de investigación cia especialmente en aquellos núcleos que no llegaron a prospe­ o cartas arqueológicas (M. A. Querol, 1992). Desde su inicio se rar como centros de dominio, control y organización del entorno, rechazó esta posibilidad puesto que no comprendíamos la forma quedando reducidos a entidades de población inmersas en el de otorgar un grado de protección a una ciudad, a un sector de la mundo rural. El caso vizcaíno de Rigoitia es, en este sentido, misma o a un monumento sin evaluar su importancia histórica o paradigmático (DEIKER [J.A. Barrio dir], 1990) su aportación al conocimiento de la evolución urbana del territo­ La ocupación antigua de Lekeitio -uno de los pocos lugares rio. Por ello, creímos más conveniente plantear el inventario a urbanos donde se han documentado niveles de época romana­ diversos niveles que, sucediéndose en el tiempo van acumulando concluye en el siglo V (B. Bengoetxea, S. Cajigas, l. Pereda, e interpretando la información disponible a medida que las inves­ 1995), y ese espacio no vuelve a reutilizarse hasta los siglos XII tigaciones se desarrollan en profundidad. Bajo esta óptica el o XIII, cuando en el entorno se dieron las condiciones precisas inventario se presenta como un producto en continúa renovación para el desarrollo de la vida urbana, lo que supone la existencia y ampliación. 10 previa de un territorio organizado y productor de excedentes eco­ En otras ocasiones (l. García Camino, 1988; 1992-93) indicába­ nómicos generados por la explotación agropecuaria. mos cómo los resultados de las primeras intervenciones urbanas La ley de Patrimonio Cultural Vasco, la ley del Suelo, la ley de que realizamos en Bilbao en 1985, nos parecieron frustrantes y no la Reserva de la Biosfera del Urdaibai, los planes rectores de uso tanto por la calidad de los materiales exhumados -escasamente y gestión de parques naturales, los decretos por los que se califi­ espectaculares, por cierto- o por las dificultades a las que tuvimos can o inventarian los bienes culturales y las Directrices de orde­ que enfrentamos al abordar por vez primera la excavación de un nación del territorio ordenan o recomiendan, según su rango, rea- núcleo habitado, sino porque nuestros resultados carecieron de LA CIUDAD, DOCUMENTO HISTORICO: REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA DE LA ARQUEOLOGIA URBANA 149

definir los principales elementos que configuraron el problemas planteados por la presión urbana, como se tejido urbano del núcleo habitado, recogiendo tam­ verá en el último apartado de este artículo. bién aquellos otros que fueron organizando su territo­ rio. B. Los estudios histórico-arqueológicos de las Para realizar este primer documento básico de villas: Segundo nivel de evaluación evaluación del patrimonio urbano, se procedió a la Al objeto de integrar en los Planes de Ordenación revisión exhaustiva de la bibliografía sobre la evolu­ Urbana (Planes Especiales de Rehabilitación Integra­ ción de la villa, cotejando luego los datos obtenidos da, Normas Subsidiarias de Planeamiento, Planes con la planimetría actual. Los resultados se materiali­ Generales ... ) el régimen de protección de los Bienes zaron en un plano escala 1/1000, definiendo, por una Culturales, el Departamento de Cultura del Gobierno parte, el área susceptible de ser analizada con meto­ Vasco ha iniciado un segundo nivel de profundiza­ dología arqueológica; por otra, el trazado de la mura­ ción en el inventario mediante "estudios histórico• lla, indicando los lienzos conservados y los lugares arqueológicos" de las 69 villas de fundación medie­ por donde hipotéticamente debía discurrir; en tercer val. lugar, los elementos que destacaban en el entramado El nivel básico al que nos referíamos en el capítu• urbano por ser centros de poder religioso, civil o eco­ lo anterior era útil como primer instrumento de plani­ nómico -torres, palacios, iglesias, fraguas, talleres ficación, pero resultaba insuficiente para su incorpo­ artesanales, alhóndigas, etc.- haciendo especial refe­ ración a los Planes de Ordenación Urbana, más exi­ rencia a su cronología, dado que su presencia ha con­ gentes y exhaustivos en la información que requieren dicionado la configuración urbanística actual; y, sobre la evolución histórica de la villa y su realidad finalmente, aquellas zonas de la ciudad que -pese a arqueológica. Los objetivos, por tanto, de este segun­ haber estado ocupada en épocas históricas- carecían do nivel de evaluación son mucho más precisos y actualmente de interés al haber sido vaciadas de con­ específicos: ya no se trata de recoger los principales 11 tenido por circunstancias diversas • elementos de un núcleo habitado, sino de determinar Los elementos identificados fueron valorados en -al modo de los Documents d' évaluation franceses­ una ficha escrita, incidiendo en las posibilidades de las variaciones en el tiempo de su tejido urbano, esto investigación arqueológica que ofrecen y en su apor­ es su evolución diacrónica; analizar en detalle los ele­ tación al conocimiento del urbanismo histórico en mentos pertenecientes a cada período y diagnosticar función de los datos disponibles, de su conservación, la calidad de los elementos patrimoniales conserva­ de su interrelación con otros elementos significativos dos. Se trata, en definitiva, de confrontar las previ­ y de su contextualización en la formación del tejido siones científicas, es decir, las expectativas que gene­ urbano. En definitiva, aunque someramente, se pre­ ran los análisis bibliográfico, archivístico, arqueoló• tendía conocer los elementos básicos de un núcleo gico, topográfico, cartográfico o de cualquier otro habitado para proceder a su protección. Pero, además, tipo, con el registro real de destrucciones en un y puesto que el nacimiento urbano no pudo materiali­ núcleo urbano concreto. En otras palabras, de definir zarse -ni puede concebirse- sin la existencia previa la calidad de su registro arqueológico. Para ello de un territorio cuya formación histórica remonta a resultan sumamente provechosos los datos proceden­ épocas antiguas se procuró también caracterizar el tes de observaciones de tipo puntual --ejecución de entorno registrando las huellas de los asentamientos cualquier obra, sondeos y prospecciones geofísicas preurbanos e incluso la de aquellos vinculados, pos­ efectuadas con fines distintos a los arqueológicos, teriormente, a la villa. informes de antiguas excavaciones-. Pero es la actua­ Concluido el Inventario se dispone en la actuali­ ción programada la que mayores resultados ofrece. dad de un primer diagnóstico de los casi 300 munici­ Una actuación que pasa por el reconocimiento siste­ pios de C.A.P.V., incluidos los 69 cascos fundados en mático del patrimonio edificado -con la incorpora­ la Edad Media, lo que nos permite reconocer algunas ción metodológica del análisis estratigráfico al que de sus características relevantes a través de sus signos nos referíamos en la primera parte del artículo- y por externos y responder, al menos parcialmente, a los la ejecución de sondeos estratigráficos distribuidos estratégicamente en función de los problemas históri• cos que previamente se han planteado. Estas intervenciones programadas constituyen el repercusión al no estar integrados en un proyecto de investiga­ punto fundamental de todo el proceso, puesto que ción urbana. permiten registrar tanto la densidad del patrimonio En la elaboración del inventario -realizado entre los años 1989 y arqueológico como su estado real de conservación. 1995- participó un amplio equipo compuesto, en algunos territo­ rios, por casi 20 personas, entre las que se encontraban arqueólo• Todo ello posibilitará la planificación de futuras gos con experiencia en el análisis de períodos diferentes, histo­ investigaciones, evitará la ejecución de excavaciones riadores de arte, documentalistas y delineantes. innecesarias y contribuirá a la protección de nuestros 150 A. AZKARATE GARAI-OLAUN - I. GARCIA CAMINO

centros históricos, mediante su incorporación al Pla­ impresión de que el avance con respecto al nivel bási­ 12 neamiento Urbano • Este proceso, pese al avance de co de inventariado no ha sido el esperado, al no refle­ los últimos años, no ha hecho más que comenzar. De jarse nítidamente en las conclusiones el carácter dia­ los sesenta y nueve centros históricos, diez y ocho crónico del fenómeno urbano. Como consecuencia se están siendo objeto de este tipo de estudios 13 y la ha otorgado la misma valoración y el mismo grado de 14 labor realizada ha sido ciertamente intensa • Se han protección a los distintos elementos patrimoniales y a observado, sin embargo, algunas deficiencias en el los distintos depósitos arqueológicos, proponiendo su tratamiento, presentación e interpretación de la infor­ conservación en el estado actual y condicionando mación que, evidentemente, han condicionado los cualquier otra utilización del suelo que ocupan a una resultados globales y la utilidad de los estudios, y que excavación previa que libere de contenido arqueoló• habrán de ser corregidas de inmediato al objeto de gico el lugar de referencia. alcanzar un nivel óptimo de rendimiento. Resulta evidente que planteamientos como los Hay que reconocer, en primer lugar, que la calidad descritos poco aportan a cualquier intento de ordena­ de las investigaciones ha sido muy desigual. Frente a ción urbana, por lo que alguno de estos documentos trabajos exhaustivos, totalmente implicados en la pla­ de evaluación no terminan siendo sino simples ane­ nificación urbana y en la protección y valoración del xos yuxtapuestos a las directrices del Planeamiento, Patrimonio, otros se han limitado a recopilar textos, sin incidencia alguna en las mismas. Se produce, en materiales y datos de diversa procedencia, reprodu­ consecuencia, una fisura en la transmisión de la infor­ ciendo mecánicamente las directrices de la adminis­ mación entre los arqueólogos y los agentes implica­ tración que no eran más que un índice orientativo de dos en la planificación; fisura que se amplia por la las labores técnicas a realizar. incomprensión que, en ocasiones, muestran estos últi­ En otras ocasiones la diversa formación de los mos para captar la complejidad y riqueza del fenó• equipos ha generado desequilibrios en la recopilación meno urbano. de los datos al recibir prioridad en ciertos trabajos Para superar este problema se está estudiando la algunas cuestiones que, sin embargo, fueron relega­ necesidad de establecer, como guía para la redacción 15 das en otros • En algún caso se obtiene incluso la de estos trabajos, unos criterios mucho más rigurosos que ayuden a homogeneizar los resultados tanto en lo que respecta a sus contenidos como a la presentación 12 La programación sistemática de sondeos en Bermeo (D. Gil, A. de los mismos. Sería también sumamente deseable Llamosas, 1996, inédito.), por ejemplo, permitieron definir la que la coordinación de los estudios no recayera escasa calidad de los depósitos arqueológicos, pese a que en la exclusivamente en los arqueólogos de la administra­ Edad Media fuera el centro urbano más importante de Bizkaia y a que existieran algunos indicios sobre su pasado romano. Tam­ ción, sino en un consejo asesor compuesto tanto por bién mediante un programa de sondeos se ha podido documentar estos como por otros interlocutores ya sean arqueólo• que es en la zona baja de Bilbao -en tomo a Barrenkale- donde gos, arquitectos, urbanistas o gestores. mejor está representada la secuencia del Casco Viejo. En Lekei­ tio confirmaron que las nivelaciones de la Edad Moderna habían arrasado prácticamente los depósitos estratigráficos medievales, C. Los proyectos puntuales de intervenciones aunque conserve todavía algunos lienzos de muralla necesitados arqueológicas de una lectura estratigráfica. Los centros históricos de nuestras ciudades, sin 13 Bien acogiéndose a los Planes de Ayudas del Gobierno Vasco embargo, siguen su curso y no pueden esperar a que para la redacción y modificación del Planeamiento Urbanístico un proyecto como el descrito finalice en un plazo que afecta a los Bienes Culturales (Salvatierra, Antoñana, Santa Cruz de Campezo y Labastida en Alava; Durango, Lekeitio, Ber­ todavía no determinado. Ante la necesidad de res­ meo, Elorrio y Bilbao en Bizkaia y Hondarribia, Donostia y ponder a los problemas planteados en el quehacer Elgoibar en Gipuzkoa) o bien impulsados a instancias de los cotidiano y regular las intervenciones arqueológicas Ayuntamientos, de las Diputaciones afectadas o de las Socieda­ que, inevitablemente, van a tener que efectuarse des Urbanísticas de Rehabilitación de los cascos históricos (Sali­ nas de Leniz, Mondragón, Bergara, Elgeta e Irún en Gipuzkoa y entretanto, se está proponiendo la necesidad de exigir Alegría-Dulantzi en Alava). en cada actuación un proyecto arqueológico que se 14 La información recopilada se cartografió en diversos planos que, ajuste, al menos, a los siguientes criterios: a) Contex­ a modo de síntesis, muestran la fisonomía de la ciudad en sus tualización bistórica del sector urbano en el que se va principales fases de desarrollo histórico, los sectores que han a intervenir, al considerar que la arqueología consti­ sido objeto de intervenciones arqueológicas o que conservan ele­ mentos significativos para su comprensión, las áreas que carecen tuye siempre un método de investigación del pasado. de interés al haber estado sometidas a una fuerte presión y, final­ b) Diagnóstico de su secuencia diacrónica y de su mente, las propuestas de actuación reflejadas en el parcelario potencial arqueológico. c) Estrategia de intervención actual. 15 Algunos grupos, por ejemplo, han centrado sus documentos de evaluación en el análisis estratigráfico de las murallas medieva­ les, otros han preferido profundizar en la información que se des­ quienes han orientado sus esfuerzos básicamente al estudio del prende de la documentación escrita y ha habido, finalmente, contenido arqueológico de los recintos. LA CIUDAD, DOCUMENTO HISTORICO: REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA DE LA ARQUEOLOGIA URBANA 151

derivada de la evaluación efectuada en el punto ante­ cuestión de ese contenido arqueológico a veces tan rior y basada en el registro estratigráfico referido tan­ molesto. to al subsuelo como al patrimonio edificado. d) Aná­ Es por ello por lo que, desde la administración, se lisis de los resultados y contextualización de los datos están tomando algunas medidas que corrijan el pano­ arqueológicos en una propuesta de carácter histórico. rama expuesto. Bizkaia, por ejemplo, dispone de una e) Difusión de los mismos a través de publicaciones Normativa Foral en la que se establecen los criterios y propuesta de integración de los restos en su contex­ para el desarrollo, ejecución y promoción de las acti­ to urbano. vidades arqueológicas. En ella se regulan las caracte­ Estos proyectos -como hemos señalado más arri­ rísticas de los proyectos, la experiencia que debe ba- han permitido ampliar, por una parte, el conoci­ acreditar la dirección de los trabajos, la presentación 16 miento disponible sobre el urbanismo histórico , de los resultados y la constitución de un Archivo cuestionar, por otra, algunas hipótesis que parecían Arqueológico concebido como centro de documenta­ sólidamente asentadas en la historiografía17 y desarro­ ción público. Se pretende, con ello, que cada informe llar, finalmente, experiencias metodológicas de indu­ se convierta en un documento para la elaboración his­ 18 dable interés • tórica y no en un mero trámite administrativo. El éxi­ to del archivo y la utilidad de todas estas intervencio­ La realidad, sin embargo, no siempre es así y, en nes exige evidentemente un cambio de mentalidad, ocasiones, la contextualización histórica debe hacer­ un cambio por el que la investigación arqueológica se en poco tiempo y con escasos instrumentos; la eva­ deje de ser un bien privado, una experiencia particu­ luación preceptiva resulta de difícil ejecución por la lar y se convierta en un bien colectivo cuyo disfrute y ausencia de estudios previos; los análisis efectuados aprovechamiento revierta en todos. no siempre son homogéneos, priorizando los de tipo estratigráfico y olvidando el estudio pormenorizado de los materiales exhumados; los resultados no se REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS difunden, acentuando la "privatización" de unas intervenciones en las que domina un individualismo AA.VV. (1979). 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Instituto Andaluz 18 El País Vasco, y más en concreto el territorio alavés, está en lo del Patrimonio Histórico, Córdoba. relativo a la arqueología de la arquitectura a la cabeza de las AA.VV. (1995). "Leer el documento construido", experiencias estatales. Tras su aplicación en iglesias como San Informes de la Construcción, Instituto Pedro de Quilchano, San Román de Tabillas o Andra Mari de Ulibarri-Ganboa y en puentes como Bitorika, Katuja, Gardea o Eduardo Torroja, vol. 46, nº 435, Madrid. Berguenda, se está utilizando también en ámbitos urbanos. En ARECHAGA, S. (1990); "La arquitectura neoclási­ este sentido, puede mencionarse, a modo de éjemplo, el análisis ca en Alava". Arquitectura neoclásica en el estratigráfico (A. Fdez. de Jáuregui, 1996, inédito), integrado en País Vasco, Bilbao, págs. 39-75. el proyecto de restauración de las murallas de Laguardia llevado a cabo por la arquitecta Mª Paz Larrumbide o el importante Plan ARIZAGA, B. (1990). 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Bilbao:Elementos de Interés Arqueológico. Programa de Arqueología de Intervención Fecha: 18/6/91.

D Sotanas • Solares vacíos D Solares excavados 8jj Solares sin interés arqueológico -- Restos de muralla ---- Trazado hipotético de la muralla CD Elemento de interés arqueológico

FIGURA l. Bilbao, [6,07 Ha.]. Fue fundado en 1300 por D. Diego López de Haro, con el objeto de fortalecer las actividades económicas que se desarrollaran en la ría. Organi­ za su trazado en siete calles paralelas atravesadas por estrechos cantones que responden a un único proyecto urbanístico definido por una mura­ lla de piedra. La regularidad del espacio intramuros sólo se ve rota por la iglesia de Santiago en cuya plazuela se celebraba el mercado semanal, antes de su traslado a la Ribera, aprovechando las ventajas que proporcionaba el puerto interior. La documentación arqueológica disponible pare­ ce indicar que, a diferencia de otras villas vizcaínas, existió una división de funciones en los distintos espacios urbanos (I. García Camino, 1992/93), según se desprende de la aparición de diversas fraguas y hornos bajos en las excavaciones realizadas en las manzanas definidas por las calles Artekale y Somera. LA CIUDAD, DOCUMENTO HISTORICO: REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA DE LA ARQUEOLOGIA URBANA 155

Durango: Elementos de Interés Arqueológico Programa de Arqueologia de Intervención Fecha: 08/06/91

Area de interés primario (núcleo medieval) ~Edificios de nueva construcción • Solares vacíos CD Elemento de interés arqueológico

FIGURA 2. Durango, [5,01 Ha.]. Fue fundado hacia 1276, a fin de fortalecer un nudo comercial. Se articulaba en tres calles que confluyen en sendas iglesias (Santa María y Santa Ana). Con anterioridad a 1483 el recinto original se quedó pequeño produciéndose un ensanche consistente en la apertura de una nueva calle (Kale­ barria) que, a su vez, se integró dentro del espacio intramuros al ser rodeada por una nueva muralla. La presión demográfica del siglo XVI propi­ ció la creación de otros ensanches organizados entorno a las principales vías de comunicación y asiento de fundaciones monásticas e instalaciones industriales. El bombardeo de la Guerra Civil y el desarrollismo de los años 60 ha alterado en profundidad amplias zonas de la villa. (B. Bengoe­ txea; S. Cajigas, 1995). 156 A. AZKARATE GARAI-OLAUN - I. GARCIA CAMINO

Salinas de Leniz: Elementos de Interés Arqueológico Programa de Arqueología de Intervención Fecha: 30/04/95

O Solares de reciente construcción • • • • • Trazado hipotético de manzanas de casas desaparecidas lll Solares vacios --- -- Trazado hipotético de la muralla. CD Elemento de interés arqueológico

FIGURA 3. Salinas de Leniz, [l Ha.]. Villa de realengo fundada en 1331 por Alfonso XI, en una zona montañosa de compleja orografía, en la cabecera del valle del Deba. Su funda­ ción atrajo a la población del entorno asentada en un cerro cercano presidido por un pequeño templo que más tarde se convertiría en el actual San­ tuario de Nuestra Señora de Dorleta. La existencia de salinas, utilizadas al menos desde el siglo IV, y de una importante ruta que comunicaba la Llanada alavesa y los puertos del Cantábrico fueron los motores de su crecimiento. El plano urbano se organiza en tres calles paralelas que han sufrido diversas alteraciones históricas, entre las que el cambio de posición de la iglesia y la desaparición de la.5 manzanas orientales por corri­ mientos de tierra, son las más significativas (M. Urteaga, 1994.). LA CIUDAD, DOCUMENTO lllSTORICO: REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA DE LA ARQUEOLOGIA URBANA 157

Donostia-San Sebastian: Elementos de Interés Arqueológico Programa de Arqueología de Intervención. Fecha: 19/10/95

Trazado hipotético de la muralla medieval -- Trazado de la muralla moderna según datos arqueológicos Trazado ae la muralla moderna según documentación. ~ Parcelación anterior al siglo XIX. CD Elemento de ineterés arqueológico

FIGURA 4. San Sebastián, [6,4 Ha]. Fundada hacia ll80 por el rey navarro Sancho el Sabio es una de las villas más trasformadas de la C.A.P.V. Su trazado medieval no debió pre­ sentar la regularidad que adquirió tras el incendio de 1489, pese a lo que el espacio construido --envuelto por una cerca de piedra desde el siglo XIII- no se amplia hasta el siglo XVI, en el que una muralla compleja, adaptada a las necesidades militares del renacimiento, fortifica un nuevo recinto. Este esquema urbanístico se mantiene hasta el siglo XIX, cuando el arquitecto ilµstrado P.M. Ugartemendia proyecta íntegramente una nueva ciudad conformando el trazado que hoy en día puede verse. (M.M. López Colom, 1994) 158 A. AZKARATE GARAI-OLAUN - l. GARCIA CAMINO

Vitoria-Gasteiz: Elementos de Interés Arqueológico Programa de Arqueología de Intervención. Fecha: 23/07/93

Solares vacíos O Edificios sin interés arqueológico Trazado hipotético de la muralla Restos de muralla Delimitación del área de la judería CD Elemento de interés arqueológico

FIGURA 5. Vitoria, [20,7 Ha.]. Fue fundada en 1181 por el rey navarro Sancho el Sabio, sobre la aldea de Gasteiz -de la que apenas quedan testimonios- al objeto de defender la frontera del viejo reino. En la zona más alta de la colina se trazaron tres calles que confluyen en las iglesias de Santa María y San Vicente. El conjunto fue rodeado por una cerca abierta al exterior a través de seis portales que enlazan con las principales vías de comunicación. En 1200 la villa dejó de ser dominio navarro incorporándose a la corona de Castilla. Alfonso VIII inicio, entonces, una nueva fase expansiva que afectó a la ladera oriental del cabezo, trazando tres nuevas calles paralelas a las primitivas. Más tarde, en 1256, Alfonso X propiciara el ensanche definitivo por el costado Este, siguiendo un esquema idéntico al anterior. Quedó así configurado el plano de Vitoria que no se vio alterado hasta finales del siglo XVIII en el que se emprenden las reformas ilustradas tendentes a conectar la ciudad medieval con la nueva. En sus iglesias, conventos, pala­ cios y casas todavía se observan lienzos y estructuras de edificaciones históricas que requieren ser documentadas arqueológicamente. LA CIUDAD, DOCUMENTO HISTORICO: REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA DE LA ARQUEOLOGIA URBANA 159

Laguardia: Elementos de Interés Arqueológico Programa de Arqueología de Intervención. Fecha: 23/07/93 • Solares vacíos O Edificios sin interés arqueológico Trazado de la muralla conservada Trazado hipotético de la muralla

FIGURA 6. Laguardia, [7,4 Ha.]. El 25 de Mayo de 1164 Sancho VI el Sabio otorgó Carta Puebla a un pequeño núcleo habitado --organizado alrededor de un castillo- elevándole a la categoría jurídica de villa y concediéndole privilegios comerciales. Algunos años más tarde Sancho VII el Fuerte fortifica la puebla rodeán­ dola de una muralla coronada de almenas y protegida por torreones cuadrangulares. El recinto creado siguió un plan urbano regular que se ha con­ servado hasta la actualidad. La presión demográfica y la dedicación económica de sus habitantes. basada en el cultivo de la vid y en la elabora­ ción del vino, impulsó a efectuar continuas reutilizaciones de la edificación -lo que se detecta especialmente en la muralla y en la apertura de bodegas en el subsuelo- (F. Martínez de Salinas, 1991). Circunstancias estas que están determinando la calidad del patrimonio arqueológico y, en consecuencia, la estrategia de las intervenciones. 160 A. AZKARATE GARAl-OLAUN - l. GARClA CAMINO

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FIGURA 7. Aplicación del análisis estratigráfico en las construcciones históricas: Iglesia de San RomlÍn de Tobilla.s (Alava). Considerada románica, tras un análisis pormenoritado desveló la existencia de dos importantes fases prerrománicus que habí:in pasado desaper­ cibidas (A. Azkarate, 1995). En la figura se observan de fonna sintética las tres fases fundamentales del trabajo. 11 Fase: Documentación exhaustiva de la fábrica del templo mediante la fotogrametrla analítica informatizada y el vaciado sistemático de todas las referencias bibliográficas y documentales. (altomedievales, Libros de fábrica. Libros de mayormeria, etc ... ) 21 fase: Análisis estratigráfico del edificio, con la identificación e individualización de las distintas Unidades Constructivas presentes en su fábri­ ca (cada una de ellas con su numeración correspondiente y ficha analítica,) y establecimiento de h1s relaciones estratigráficas existentes entre ellas. 3° fase: Presentación de los resulllldos a través de un diagrama final periodizado en el que la diacronía del edificio queda perfectamente refleja­ da. (A.Azkarate, A. Fdez de Jáuregui, J. Núñez, 1995). I..A CIUDAD. DOCUMENTO HISTORICO: REFLEXlONES SOBRE LA PRACTICA DE I..A ARQUEOLOGIA URBANA 161

MURALLA LAGUARDIA ZONA FRONTON ESCALA 1:50

FIGURA 8. Murallas de Laguardia (Alava). El último estudio en el que se está aplicnndo el método estrotígr.í.fico en Ja lectura de \ns construc­ ciones históricas esul siendo realizado en la muraUa de Laguardia (A. Femández de Jáuregui, 1996), constituyendo la fase documental y previa del proyecto de restauración del monumento dirigido por M" Paz Larrambide. La intervención está pcnnitiendo identificur las distintas fábricas y la evolución diacrónica de este elemento de origen medieval.

KOBIE (Serie Paleoantropología), Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia N.º XXIII, pp. 163-188, 1996 ISSN 0214-7971

PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTANA EN RELACIONA SU ENTORNO NATURAL

Femando Baseta (*)

RESUMEN

El presente artículo trata sobre la aplicación de la conservación sobre un tipo de monumento megalítico conocido como dolmen de montaña dentro del marco territorial de Bizkaia. La investigación se realizó sobre una muestra de 13 piezas seleccionadas por sus diferentes entornos. Las características que definen este tipo de monumento son su situación en lomas, collados y cimas, su pequeño tamaño y su lamentable estado de dete­ rioro. De las cien piezas catalogadas en Bizkaia muy pocas presentan una situación estable, habiendo incluso desaparecido algunas de ellas, como la G-2 en las laderas del Gorbea. La solución que se propone radica en la aplicación de un tipo de conservación preventiva a través de la inter­ vención en el conglomerado vegetal de su entorno inmediato. Los pasos a seguir se basan en las siguientes inter­ venciones: valorativa, análisis y diagnóstico de los usos y de los elementos constituyentes, operativa, rehabili­ tación, eliminación de elementos ajenos, limpieza y reconstitución analógica, documental, registro gráfico de cada intervención y político-cultural, es decir, asignación de usos postconservación que revitalicen la pieza dol­ ménica.

SUMMARY

The present article speaks about the application of the conservation of megalithic remains which are the dol­ mens of mountain at Bizkaia (Basque Country). The investigation was made on a selection of thirteen pieces selectionated by their differents environs. The characteristics of this kind of remains are their situation on hillocks, mountainpass and tops, their small size, and their regreatable condition of decay. There are a hundred pieces in Bizkaia, a few pieces are in a good con­ dition, sorne of them are not complete and the others are completely missing, like one called G-2 in the hillocks of the Gorbea mountain. The solution that we propase is founded on the application of a kind of preventive conservation through environmental intervention in the nearer growth environs. There are the acctions to make this: analysis and diag­ nostic of their uses and constituents elements, reinstatement, elemination of inappropiate elements, cleaning and application of anastylosis. On the other hand it's necessary to do a documental registration of each intervention and asignation post­ intervention uses to asegurate the future of the pieces.

(*) Departamento de Conservación y Restauración. Facultad de Bellas Artes. Universidad del País Vasco. Apartado 644. Bilbao. 164 FERNANDO BASETA

LABURPENA

Bizkaian dagozen mendiko trikuharrien kontserbazioaren prozesuei buruz datza artikulu hau. Ikertu genituen hamairu trikuharriak heuren inguru desberdinagaitik aukeratuak izan ziren. Halan eta guztiz ere monumentu mota hauek badituzte hurrengo ezaugarriak: lepo eta tontorretan kokatu izanak, heuren neurri txikiak eta negargarrizko narriadura. Bizkaian badagoz ehun pieza, hauetarik gitxienak osoak dagoz, gehienak ba dauke harlosa batzuen falta eta besteek guztiz desagertu egin

INTRODUCCION turales fuera de ambas categorías, casi en un vacío teórico. Existen ciertos elementos culturales que El presente artículo es el resumen forzosamente están situados en espacios abiertos, que no alcanzan condensado de una tesis doctoral realizada bajo la las medidas a escala macro-humana de la arquitec­ dirección de Carlos Venegas García en la sección de tura y que son más aproximadamente percibidos Restauración y Conservación de la Facultad de Bellas como objetos escultóricos. Dentro de este grupo es Artes de la U.P.V. durante los años de 1991 a 1995. donde el dolmen de montaña encuentra un claro Dentro de la disciplina designada con el nombre acomodo. de Conservación y Restauración se encuentran una Es desde este vacío de donde surge el objetivo de serie de condicionantes históricos y actuales, unos extender la disciplina conservadora con particulari­ determinados objetivos y unos sistemas de actuación dad a estos elementos culturales de espacios abiertos, que son los que en definitiva la definen formalmente. y en este caso específico a la monumentaria dolméni­ Presentar, razonar y analizar la relación y necesidad ca de montaña en Bizkaia. de la intervención de la conservación sobre los Bie­ nes Culturales conocidos como dólmenes de monta­ ña en espacios abiertos es el objetivo del presente Razones de selección artículo. Para su consecución se ha elaborado un patrón de intervención específico para la monumen­ El elemento cultural escogido como objeto de taria dolménica de montaña en relación a su entorno estudio, el dolmen de montaña posee unas caracterís• natural. Por último se realiza un análisis estadístico ticas especiales que le hacen especialmente atractivo con los datos obtenidos en la investigación para para la conservación. El dolmen de montaña de Biz­ extraer las conclusiones finales. kaia se nos presenta como una pieza funeraria, recep­ tora y exponente del mundo cultural de una lejana sociedad que los construyó y usó hace aproximada­ 1.- LA CONSERVACION SOBRE EL DOLMEN mente de 4.500 a 5.000. Su estructura se define mor­ DE MONTAÑA fológicamente como un sepulcro que consta de una cámara formada por tres, cuatro o más losas hincadas Hoy la conservación es una sólida disciplina, per­ verticalmente y que generalmente tienen otra u otras 2 fectamente estructurada, con un claro concepto de si por cubierta, siendo su tamaño muy pequeño • Nor­ misma y engarzada en un contexto social y cultural malmente se encuentran rodeados de una acumula­ que cada vez necesita más apoyo y atención de ella. ción de piedras y tierra conocida como túmulo. Las La sociedad y sus necesidades, punto final de refe­ proporciones de este último varían en gran medida de rencia, han variado en igual medida que el desarrollo una pieza a otra, existiendo dólmenes sin túmulo apa­ expansivo de la conservación. rente como el Usengantzu, en el cordón montañoso Por otra parte, se ha de tener muy en cuenta que la de Oderiaga, junto al Gorbea, y túmulos donde ape­ velocidad en la sucesión de los cambios que ha sufri­ nas si se aprecia la existencia de cámara en sus depre­ do la sociedad en la última mitad de siglo ha puesto siones centrales. en peligro la estabilidad de todo un patrimonio cultu­ Las razones para la elección del tan singular, a pri­ ral, entendido este como el conjunto de objetos físi• mera vista, objeto cultural, se centran en los siguien­ cos artísticos, históricos, documentales o paisajísticos tes aspectos a abordar. y del conjunto de conceptos culturales como tradicio­ - En primer lugar, se ha de hacer una obligada nes, ritos y un amplio abanico de recursos religiosos, referencia a su pésimo estado de conservación. Casi lingüísticos o sociales. ninguno de ellos se encuentra en un estado óptimo. El La división de los elementos susceptibles de ser pésimo estado de conservación, su nulo tratamiento o considerados como objetos culturales se divide en cuidado y la nefasta consecuencia de la antigua cos­ dos tipos básicos: los denominados como muebles o tumbre de expoliar estos pequeños monumentos los 1 como inmuebles • Los Bienes inmuebles pueden ser ha sumido en un continuo proceso de deterioro que de tratados por la rama de la restauración arquitectóni• no atajarse rápidamente llevara de seguro en los pró• ca y los muebles por la conservación. Sin embargo, ximos años a su extinción como monumentos detec­ esta clasificación deja a una parte de los Bienes Cul- tables y en algunos casos a su total desaparición físi• ca. - En segundo lugar, las propias características de Buces Aguado, Jase Antonio "La Conservación como única Alternativa Capaz de Preservar el Patrimonio Mobiliario" en AAVV Eduardo Porta IV Congreso de Conservación de Bienes Culturales, Madrid, Comite Español del Instituto de Conserva­ Altuna, Jesús, "Prehistoria del País Vasco" en AAVV Cultura ción y Restauración de Obras de Arte, 1982. Vasca, Tomo I. Zarauz, Erein, 1977. 166 FERNANDO BASETA

la monumentaria dolménica de montaña la convierten adecuada y correcta del mantenimiento y recupera­ en un objeto muy apropiado para la intervención con­ ción del dolmen de montaña de Bizkaia. servadora. Su tamaño es en general muy pequeño (salvo algunas excepciones). De hecho, cada una de las cámaras de estos objetos dolménicos selecciona­ Asequibilidad del dolmen de montaña por la con­ dos en el presente estudio entraría sin dificultad en un servación metro cúbico. Por lo tanto, su carácter no se define como arquitectónico, sino como escultórico. En todo objeto que posea la capacidad de ser con­ - En tercer lugar, encontramos una ausencia de siderado por la conservación como objeto de su labor interés en determinadas disciplinas "recuperadoras" se hallan una serie de características que definen en por el dolmen de montaña. Para la restauración arqui­ gran parte la naturaleza de la intervención. Estos fac­ tectónica el dolmen no presenta ni las dimensiones ni tores o aspectos también se hallan presentes en la dol­ el concepto que debe de tener para ser intervenido. ménica de montaña. Procederemos ahora a su expli­ No goza de relaciones a escala macro-humana, con cación y razonamiento. aspectos relativos a complejas estructuras de arqui­ 1.- La unidad potencial. Radica en que es com­ trabe y paramento o con leyes y normativas relacio­ prendido como un "todo" en vínculo a su valor cuali­ nadas a un uso humano que realice sus funciones en tativo. Es decir, el objeto cultural no es una recopila­ su interior. Es evidente que el dolmen de montaña se ción o adición de diversas partes combinables sino escapa por lo tanto al ámbito de influencia estableci­ una obra única y unitaria. do por la restauración arquitectónica. La monumenta­ 2.- El factor histórico. La historicidad, entendida lidad de los dólmenes de Valle es en si una fuente de como la valoración de causas y sucesos asociados a recursos apreciable que es utilizada por las exigencias un objeto cultural se observa perfectamente en la sociales en cuanto a su valoración como objeto visi­ naturaleza del dolmen de montaña. Este elemento table o turístico. Este efecto no se produce en el dol­ dolménico es el resto, en primer lugar de una motiva­ men de montaña. No es monumental, se haya muy ción "religiosa" y en segundo lugar, y por extensión, deteriorado y no se encuentra en rutas o lugares de de un tipo de cultura social. Son el recuerdo, el resor­ fácil acceso. te de una memoria material que subyace en los para­ - En último y cuarto lugar se halla la relación que jes habitados por las culturas del Neolítico y Eneolí• mantiene con la arqueología. La arqueología es y ha tico. Dentro de este mismo factor encontramos otro sido la única disciplina del conocimiento humano valor, que es el de la pieza como "dato" a estudiar, a que ha investigado lo dolménico con metodología. analizar, como un recurso actual del que todavía, Los únicos objetos, dentro de los seleccionados que según los casos, es posible extraer información. han recibido alguna atención son aquellos que han 3.- El factor estético. Es la valoración estética que sido precisamente excavados y otros que han sido recibe el dolmen de montaña. Frente a usos ausentes analizados. Sin embargo la actuación de la arqueolo­ de contenido sensible se muestran valoraciones que gía no tiene por objetivo ninguno de los que habi­ hacen de los elementos megalíticos receptores de 3 tualmente conciernen a la conservación, aunque interpretaciones estéticas • Otro dato que lo corrobo­ ambas trabajen puntualmente con los mismos obje­ ra son las publicaciones sobre arte vasco que introdu­ tos. Para la arqueología el trato con el objeto mate­ cen en sus capítulos dedicados a la Prehistoria la ima­ rial se presenta como un paso intermedio que sirve gen de los dólmenes como aportación artística. Se para extraer datos con los que formar conceptos his­ puede afirmar por lo tanto que en su presencia no solo tóricos. Su objetivo final encaja más con la elabora­ se encuentra el factor histórico sino que además se ción de frisos históricos en base a los análisis reali­ halla de forma clara el factor estético. zados sobre los objetos hallados. Por el contrario, el 4.- El factor tiempo. El tiempo se necesita enten­ objetivo de la conservación empieza y acaba en el der dentro del objeto cultural y específicamente den­ objeto, valiéndose para su consecución de todo un tro del dolmen de montaña como en la conjunción de bagaje de conocimientos que le permita realizarlo 4 "momentos" o tiempos principales. El primer tiem­ con seguridad y certeza. El fin que se establece es el po es el resultado de la duración de su construcción. mantenimiento y preservación material del objeto Es el tiempo origen como causa y consecuencia de la para su transmisión al futuro. Tarea importante y pre­ creación material. El segundo tiempo es el de uso cisa si pensamos en el objeto material como reci­ activo, siendo en el que el dolmen es utilizado con sus piente de conceptos culturales, históricos, documen­ usos de recepción funeraria. El tercer tiempo como tales o estéticos que perviven para el conocimiento humano a través de su presencia física. En este esta­ Jorge Oteiza valora en sus obras algunas muestras del megalítis• do de cosas parece que solo la intervención puntual mo vasco como puntos cumbre en la evolución cultural de Eus­ de la conservación es capaz de encargarse de forma kal Herria. PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTAÑA 167

intervalo de uso perdido; se elimina su utilidad origi­ 1.- El primer momento de la intervención, con o nal, pudiendo acoger otras actividades diferentes. El sin excavación, viene marcado por la obtención o cuarto tiempo es el tiempo de reactivación. Comien­ descubrimiento de la pieza. En esta fase inicial de la za en el instante en el que el intelecto sensible reco­ interrelación la prioridad disciplinar pivota en el eje noce los valores originales. de la arqueología debido a su mayor y específico gra­ Todos estos momentos se han de valorar en el dol­ do de preparación para afrontar la interpretación in men a la hora de definir la intervención teniendo en situ de los hallazgos. Aquí la conservación se enfoca cuenta que han de respetarse las marcas de las inci­ desde la perspectiva de ayuda complementaria nece­ dencias que ha sufrido en su evolución pues son las saria. que le confieren el valor de testigo de la Historia, 2.- La segunda fase se plantea como la del estudio siempre y cuando respeten su imagen potencial y no de los objetos recuperados. En este momento tan deterioren su estabilidad y equilibrio. importante como analizar y estudiar los objetos es asegurar su estabilidad y salvaguardia. 3.- En la tercera fase, una vez extraído todo posi­ Filosofías y políticas de la intervención ble dato o referencia, se debe de asistir a la necesidad de asegurar el objeto de forma que pueda recuperar Partimos para la elaboración del patrón de inter­ un grado de equilibrio suficiente para mantener su vención de la filosofía emanada de diferentes encuen­ permanencia estable en el futuro. En esta tarea la tros y congresos de restauradores. Por un lado se ha prioridad la establece la conservación condicionada de hacer una obligada referencia a La Carta del Res­ por la ayuda de la arqueología. tauro y la Carta de Venecia que propugnan la viabili­ dad de la intervención del conservador en aquellos ámbitos donde sea requerida su experiencia y una ESTADO ACTUAL DEL DOLMEN DE MONTAÑA política de naturalidad y respeto hacia el estado en ENBIZKAIA que el devenir de la historia ha dejado los objetos de nuestra intervención. Estos aspectos básicos se com­ Este es el momento de describir cual es la realidad plementan con otros estudios y prácticas recientes actual de la monumentaria dolménica de Bizkaia en como los realizados por Miguel Angel Corzo, Jhon sus rasgos más generales. Existen una serie de rasgos Asburst, Francis G. Dines y N. P. Stanley Price sobre por los que su estado puede definirse de un modo cla­ 6 la aplicación de la Conservación en ámbitos y cam­ ro y directo • pos relacionados con lo arqueológico. A) El tamaño de las piezas es muy pequeño. La Ateniéndonos al discurso marcado por N. P. Stan­ mayoría de las cámaras de los dólmenes no llegan a ley Price4 se puede afirmar que la Arqueología y la ocupar un cubo de un metro de lado y en algunos conservación se mueven en un campo propicio para casos no se alzan sobre el suelo mas de 50 cm. Los una perfecta relación simbiótica. Cuando ambas dis­ túmulos son más variables. ciplinas coinciden en la intervención de un mismo B) Es un elemento cultural sito y propio en luga­ elemento y actúan correctamente el provecho es glo­ res naturales. Su ubicación la encontramos siempre bal. Se beneficia cada una de ellas en su mutua inte­ en zonas montañosas, pudiendo variar entre los 172 rrelación, se facilita el trabajo y sobre todo se benefi­ y 1.107 metros de altura. Se hallan normalmente en cia la sociedad. collados, laderas o en suaves colinas, pero muy Kate Foley5 por su parte complementa esta pocas veces ocupan picos o vértices de montaña. secuencia de intervención con un sistema que adecúa Nunca se encuentran aislados sino que aparecen en en cada momento de la investigación la primacía de un número pequeño y agrupados en una zona con­ una disciplina sobre la otra. creta. De aquí se extrae un programa de actuación sus­ C) De las 100 piezas dolménicas catalogadas has­ ceptible de ser utilizado en futuras intervenciones, ta el año 1984 en Bizkaia solo una mínima parte se tanto sobre monumentaria dolménica de montaña halla en un estado correcto mientras que el resto ha como sobre otros cuerpos o elementos de caracterís• sido expoliado y violentado en la mayoría de los ticas parecidas. Se basa en tres fases. casos. De alguna pieza incluso no quedan mas que exiguos restos completamente camuflados por la naturaleza. Sólo conservan alguna losa perteneciente N.P. Stanley Price, "Excavation and Conservation" en AAVV N. a la cámara 39, tanto colocada en su sitio como des- P. Stanley Price Conservation on Archaeological Excavations, Roma, I.C.C.R.O.M., 1984. Foley, Kate, "The Role of the Objects Conservator in Field Archaelogy" en AAVV N. P. Stanley Price Conservation on Gorrochategui, Javier y Yarritu, Maria Jase, Carta Arqueológica Archaeological Excavations, Roma, I.C.C.R.O.M., 1984. de Vizcaya, Bilbao, Universidad de Deusto, 1984. 168 FERNANDO BASETA

plazada en las inmediaciones y los restantes se pre­ zadoras se llevaron a cabo en los otoños de 1991 y sentan como túmulos con un rebaje central en forma 1992. de embudo. Este patrón se aplica sobre una muestra represen­ No es este el primer intento de intervención con tativa de los aproximadamente 100 monumentos 8 alguna intención conservadora sobre materiales dol­ catalogados • Se han elegido para ello una docena de ménicos; ha habido un reducido número de interven­ piezas que reúnen en sí características y cualidades ciones que han abarcado desde cercados mediante comunes a la mayoría. vallas del perímetro circundante a la pieza dolménica El plan de trabajo se circunscribe a 3 zonas inser­ (lo que ha propiciado un intenso crecimiento de la tas en los montes de Bizkaia. La selección de las tres capa vegetal que ha terminado por tapar por comple­ zonas se ha llevado a cabo en razón de su cercanía a to la pieza), hasta verdaderas reconstrucciones (tota­ lugares poblados y del grado de humanización de la les, no parciales ni analógicas) que han creado, o zona con el objetivo complementario de poder esta­ mejor dicho recreado copias virtuales de los perdi­ blecer comparaciones entre los deterioros y procesos dos originales. Otros casos son los que, por ejemplo, de neutralización entre zonas adyacentes a núcleos han utilizado por protección una cobertura construida humanos y zonas totalmente rurales. Las zonas elegi­ mediante sacos llenos de material de escombro y tie­ das son las siguientes: rra con el fin de evitar nuevas y supuestas expolia­ 1.-MUNARRIKOLANDA. Es la alineación mon­ ciones. tañosa que separa los valles de Txoriherri y Mungia a En el ámbito concreto de Bizkaia se han llevado pocos kilómetros de Umbe. En sus lomas se hallan 5 a cabo dos intervenciones por parte de arqueólogos de las piezas de estudio, Munarriko Landa 1, 11 y III y con un fin protector y con la intención de preservar en Saierrikolanda 1 y 11. Se ha seleccionado como máxi­ parte la estructura lítica del conjunto. De uno de estos mo exponente de grado de humanización; por sus casos, situado en el monte Ganguren en el cordón laderas se han sucedido las explotaciones ganaderas y montañoso que rodea Bilbao apenas quedan restos forestales, construcción de pistas, senderos y casas de visibles. La disposición pétrea ha sido arrasada y ha campo aparte de estar todavía cruzada de trincheras desaparecido del lugar. El túmulo, tras ser sometido a (fue parte integrante del cinturón de acero y aún con­ una acción de restauración fue desmontado y trans­ serva un bunker de cemento) y haber sufrido varios portado a otro sitio donde hoy sus piedras parece que incendios. Otro punto a favor de su elección reside en forman parte de un muro o pared, propiedad de un soportar una población cercana dividida en diferentes particular. El otro ejemplo es el la Boheriza 2. Des­ núcleos de un millón de personas. pués de ser excavado en su parte central se procedió 2.- ERETZA. Alineación montañosa que discurre a rellenar el hueco creado con los mismos materiales paralela a la ría de Bilbao. De esta zona se han elegi­ extraídos, recuperando morfológicamente su estruc­ do tres piezas en la zona de montes cercana a la Arbo­ tura exterior. Un último ejemplo del que se tiene noti­ leda, dolmen de Eskatxabel y de Pico Mayor y túmu­ cia es el del dolmen de Campas de la Choza en las lo de Ganeran. Las razones de su elección se basan en cercanías de Orduña. En este caso fue totalmente el pasado fuertemente industrial y minero que comen­ arrasado en las labores de replantación forestal de zó a modificar la estructura de la zona desde comien­ resinosas. Conocido este hecho y en base a una serie zos de siglo. de protestas, fue " ... reconstruido por los mismos ope­ 3.- GORBEA. Localizado al sur de la provincia 7 rarios que lo arrasaron" • Actualmente la pieza dol­ siendo la altura más grande de Bizkaia. De aquí se ménica posee unas medidas muy amplias. ángulos han elegido 4 piezas situadas en una zona poco cono­ perfectamente rectos y una disposición inequívoca• cida y por tanto escasamente concurrida llamada mente "moderna". Odoriaga o Amo, G - 2, G - 4, Usengantzu y Erreka­ txuetako Atxa. Las razones de la elección estriban en la lejanía de cualquier centro importante de población Plan de actuación y por tanto de su bajo grado de humanización.

El primer paso para su análisis es su localización, cosa la más de las veces extremadamente difícil, dado Objetivos generales y específicos el grado de mimetismo y ocultación de la vegetación infestante que los rodea y también de la perdida de su El objetivo principal de la investigación es pre- reducida estructura original. Las expediciones locali-

Javier Gorrochategui y Maria Jose Yarritu, Carta Arqueológica Comunicación oral de un vecino de Orduña que participó en los de Vizcaya. Materiales de superficie, Universidad de Deusto, acontecimientos. Bilbao 1984. PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTAÑA 169

sentar desde la Conservación un programa especifico siguiente es la aplicación real de los procesos opera­ para la recuperación y aprovechamiento de una parte tivos sobre las piezas seleccionadas en un principio. de la riqueza cultural material de Bizkaia no ubicada lugares asequibles comúnmente como museos o gale­ rías. Las estructuras dolménicas, tienen la caracterís• Líneas generales de intervención tica especial de hallarse en entornos naturales monta­ ñosos y no pueden aceptar las mismas técnicas La metodología basada en la elaboración de un empleadas en Conservación de taller o laboratorio. patrón flexible de intervención requiere el apoyo de - Objetivo general. una política o modo general de intervención. Esta - El objetivo general se centra en la creación razo- política se constituye como la columna vertebral de la nada de un patrón de conservación basado en la inter­ que salen enraizados los procesos específicos com­ vención sobre la monumentaria dolménica de monta­ puestos por mecanismos de detección de los deterio­ ña en directa relación a su entorno natural inmediato. ros generales y específicos, relación exhaustiva de La directriz política que direcciona la aplicación de todo posible tratamiento para atajar y neutralizar su los procesos se basa en la intervención mínima sobre efecto, valoraciones de la interrelación pieza-entorno el objeto dolménico para reintegrar su estabilidad a en todos y cada uno de sus aspectos fundamentales y través de la actuación sobre su entorno natural las labores de documentación gráfica. siguiendo tres principios básicos: naturalidad, afini­ El patrón de intervención emana de unas disposi­ dad y respeto. ciones generales que dotan de un sentido determina­ - Objetivos Específicos. do a las intervenciones meramente operativas. De - Selección de las intervenciones especialmente acuerdo con las ideas sobre conservación en entornos elegidas por su afinidad con el particular entorno. naturales aplicadas en Europa por reconocidos con­ - Estudio y observación de la anastilosis como servadores como James A. Tuck, Jhon M. Cole, Bar­ herramienta adecuada de trabajo en recomposiciones clay G. Jones o N.P. Stanley Price se perfila en el pre­ del entorno y en casos graves de deterioro del dolmen sente trabajo un modelo de actuación que intenta de montaña. mediante la mínima intervención en la morfología - Consideración de la alternativa de crear aplica­ estructural de los elementos líticos y a través de la ciones del "musseum on site", es decir de la conside­ intervención protectora y correctora en el entorno ración del conjunto de pieza y entorno como un lugar vegetal inmediato la recuperación global del con­ de importancia y de carácter cultural. junto pieza-entorno. La integración del entorno dentro del concepto de "conjunto" es esencial para la determinación en 2.- ELABORACION DEL PATRON DE INTER­ cuanto a la acepción de políticas y filosofías a seguir VENCION en la elaboración del trabajo. Se ha de comprender que la situación de un objeto cultural en un determi­ Se trata de elaborar un programa determinado de nado paraje no es fruto de la casualidad. La construc­ actuación sobre la monumentaria dolménica de mon­ ción de un dolmen en un lugar específico correspon­ taña y comprobar si su adecuación a tal elemento cul­ de ante todo a un acto de voluntad propio y legítimo tural es correcta y adecuada. de sus creadores. La visión y percepción de él viene, Algunas técnicas y métodos se ponen a prueba en por lo tanto, definida por esa particular situación y la investigación con un sentido crítico, eficaz y espe­ emanada por las relaciones que establece la pieza con cífico. Dentro del grupo de métodos empleados para su entorno. Un cambio de lugar, que en el fondo comprobar el desarrollo de la investigación nos supondría una reconstrucción de él mismo, o un cam­ hemos valido de la verificación previa de la asequibi­ bio radical y brusco de su entorno natural no pueden lidad de estos objetos culturales, los monumentos ser valorados sino como un error; tales operaciones dolménicos de montaña por la disciplina conservado­ no cierran un estado de deterioro, por el contrario ini­ ra, de un análisis continuo de las técnicas a emplear y cian un cambio imposible de aceptar que trae como de la comprobación operativa del funcionamiento de consecuencia la perdida de su naturaleza y dimensión las piezas y su entorno inmediato bajo la acepción de originales. "paraje de interés cultural" o "musseum on site". En base a este respeto hacia la elección del lugar El ámbito de la investigación doctoral se circuns­ de levantamiento de la pieza cultural y al manteni­ cribe a la construcción de un modelo de operaciones miento de sus características enmarcadas por unas en su primera fase. De hecho, la presente tesis es la coordenadas naturales se suman otro principio a tener necesaria y previa recogida de datos y teorización de en cuenta. lo que se pretende en el futuro. Una vez homologado Se define operativamente este principio colateral el contenido y aportación del presente trabajo, el paso como el intento de dotar a los conjuntos dolménicos 170 FERNANDO BASETA

de montaña de nueva vida. En palabras de Jaime Lit­ Procesos específicos de conservación sobre monu­ va King9 no hay mejor objeto conservado que el que mentaria dolménica puede mantener algún uso, por que en ese uso se pro­ ducen utilidades y beneficios, no solo para el compo­ El tipo base de patrón de análisis parte de la nente social, sino también para el mismo objeto. La secuenciación de la intervención en tres fases: inda­ 11 revitalización, como la define Salvador Díaz-Berrio gación, diagnóstico e intervención • Sin embargo es un saludable ejercicio que mientras no deteriore o esta básica división se puede completar según perjudique al objeto cultural, debe ser aplicada. D'Ossat12 con las valoraciones del monumento como Mediante su conocimiento o su visión o su percep­ si se tratase de un todo completo, con la valoración ción se pueden apoyar visualmente otro tipo de lectu­ sobre todas y cada una de sus partes y sobre su valo­ ras didácticas o pedagógicas; es susceptible de com­ ración como parte de un entorno. plementar diversas aptitudes del conocimiento gene­ En un estadio inferior y dependiendo de los planes ral. directrices arriba mencionados se encuentra el conjun­ Junto a estas lineas generales de actuación se ins­ to de operaciones y procesos directos que actúan sobre criben otras pautas que marcan y concretan la reali­ la misma materia del objeto cultural. Estos procesos dad de la conservación a la realidad de lo dolménico. se dividen en cuatro grupos principales, intervención Estas son: valorativa, compositiva, documental y política. A) NATURALIDAD; es el caso de los espacios dolménicos o ubicaciones donde la pieza y el entorno 1.- Intervención valorativa se hallen estrechamente interrelacionados. Se pro­ pugnan procesos que en todos sus presupuestos ten­ Es el primer acercamiento al artefacto dolménico. gan como punto de referencia el mantenimiento del Se valoran todos los aspectos concernientes a la pie­ ámbito natural de las piezas. za que deban ser conocidos previamente a los proce­ B) AFINIDAD; las nuevas reestructuraciones o sos directos. Se valoran en un primer plano los aspec­ adiciones para completar la unidad potencial deben tos relativos a los usos que habitan real o potencial­ estar sujetas a las características de la pieza, introdu­ mente y que pueden ser recuperados para el plan de ciendo el mínimo posible de elementos extraños y "revitalización" o "reanimación". El siguiente aspec­ ajenos. Aún cuando sea necesario se debe velar para to entra ya a valorar los elementos constituyentes de que su materialidad constitutiva sea homogénea con la pieza, tanto líticos como vegetales del entorno la original. inmediato, junto con el suelo y el clima. La última y C) RESPETO; no se trata de hacer copias nuevas más importante valoración se centra directamente de un original sino de detener su deterioro y eliminar sobre el deterioro en todos sus aspectos. o reducir sus parámetros de riesgo teniendo como punto de referencia lo conocido. La intervención A) Evaluaciones previas de uso debe acabar allí donde empieza la especulación sobre ella y sobre su forma original. El primer interrogante que se plantea en la valora­ D) PRACTICO; la recuperación debe ir precedi­ ción de un monumento dolménico es el reconoci­ da por un estudio de sus posibles usos culturales, miento de los usos que hayan existido o aún existan didácticos o pedagógicos cuando los hubiera para sobre él. Estas evaluaciones se definen como acaba­ desarrollar los procesos de Conservación es esa das, cuando ya no subsisten en él, latentes, cuando dirección. pueden ser regeneradas, y presentes, cuando son Junto a esto se debe mantener claro en todo fácilmente detectables. Se dividen en tres tipos o momento que cada pieza, dejando a un lado las gene­ principios fundamentales. ralidades que la sitúan genéricamente dentro de un grupo más o menos articulado, representa un caso a) El principio emocional único, con problemas particulares y que en sí mismo Recalan bajo este principio aspectos relacionados es una unidad individual que requerirá unas solucio­ con la continuidad sobre la identidad de grupos 10 nes específicas • humanos que a través de determinados objetos con­ solidan su pertenencia e identificación a determina-

Litva King, Jaime, "Conservación: un punto de vista" en AAVV Encuentro Nacional de Conservadores, México, I.N.A.H. S.E.P., Caleca, Luigi - De Vecchi, Antonio, Tecnologie Di Consolida­ 1984, 25 pp. mento Delle Strutture Murarie, Roma, Dario Flacovio Editare, 10 G. Janes, Barclay, "Experiencing Loss", en AAVV G. Janes, Segunda Edición revisada y ampliada, 1978, 8 y 1O pp. Barclay, Protecteing Historie Architecture and Musseum from 12 De Angelis D'Ossat, Gugliemo, Guide to the Methodological Natural Disasters, USA, Butterworth Publishers Stoneham, Study of Monuments and Causes of their Deterioration, Roma, 1986, 3 - 15 pp. ICCROM, Multigrafica Editrice, 1872, 3 - 6 pp. PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTAÑA 171

das unidades culturales, étnicas o sociales. El simbo­ B) Estudio de los materiales constitutivos lismo espiritual es otro aspecto que relaciona al obje­ to dolménico con determinadas creencias o con prác­ Una vez que se han valorado los aspectos no ticas religiosas. materiales del concepto del dolmen, pero que de alguna forma asisten a éste en su existencia llega el b) El principio cultural momento de analizar la materia de la que están Bajo este título se encuentran variadas y diversas hechos. No solo se estudian los elementos líticos que funciones. Entre ellas destacan, por ser más cercanas componen el dolmen sino también todos aquellos ele­ al objeto dolménico de montaña, los usos estéticos, mentos, en especial, los vegetales que se encuentran en este caso en estado latente o presente, los usos his­ en su entorno inmediato, para terminar después con tóricos, entendidos éstos como el conjunto de sucesos factores como el suelo u otros diversos. que forman la intrahistoria del objeto y los usos arqueológicos, clara y puntualmente presentes en lo a) La articulación lítica dolménico. Colateralmente existen otros usos detec­ Es el principal elemento constituyente de la tables como el uso paisajístico, que circunscribe un monumentaria dolménica de montaña. Su caracterís• elemento cultural, el dolmen de montaña, a un deter­ tica principal recae en el hecho de no estar trabajada, minado entorno o paisaje. Sobre esta acepción se ni sometida a talla, ni pulida, ni alejada excesivamen­ puede recurrir a Miguel Angulo 13 que opina que el te de su lugar de extracción. Es por lo tanto una pie­ nombre genérico en euskera que reciben algunas pie­ dra que se puede definir como natural. Las variacio­ zas dolménicas, "baratza" (Huerta, jardín) engloba la nes concernientes al factor lítico se resumen en los interpretación del monumento dolménico como un siguientes aspectos morfológicos: conjunto paisajístico, fusión de elementos líticos y - Características configuradoras vegetales. El uso documental se haya perfectamente Analizan el aspecto general del objeto, con espe­ identificable en el dolmen de montaña; la existencia cial atención en la apariencia que emana, en la sensa­ de la instancia o factor histórico en dolmen de mon­ ción visual de estabilidad o de seguridad que da, si su taña lt:< confiere automáticamente este uso. estado le permite ser reconocido como tal y si se halla ordenado o no. Otros factores de estudio que no c) Principio de uso activo deben faltar son sus dimensiones totales y parciales y Por principio de uso activo se entiende una opera­ el número de losas, aún de forma aproximada. tividad que repercute directamente en alguna de las - Características innatas esferas del actual comportamiento social. Así, el uso Se construye este apartado desde el punto de vista económico junto al turístico subyacen de forma laten­ de un aproximado estudio geológico de las piedras o te en los dólmenes, que después de una adecuación a losas constituyentes. Se analiza aquí el color, teniendo las necesidades culturales y etnográficas pueden en cuenta que este factor ha de entenderse dentro de hacerse valer como objetos "visitables" por el públi­ un entorno vegetal. Una misma losa es susceptible de co. La posibilidad de la creación y definición de este acoger diversos tipos de coloración en su superficie uso, ahora inexistente, en el dolmen de montaña apa­ debido a los elementos orgánicos que se posan sobre rece como una forma seria y real de reanimar su exis­ ella y también en parte, como cita Asburst15 debido a tencia, introduciéndolos a la vez como elementos la distribución y composición de los minerales. Estos reconocibles de un pasado prehistórico vasco dentro poseen un diferente tipo de refracción y por lo tanto de recorridos de interés cultural o turístico - etnográ­ envían un tipo distinto de vibración que es percibida 14 ficos, como recoge Ignacio Barandiarán • Otro uso, por el ojo humano y procesada como diferencias tona­ el social, aparece cuando se haya inequívocamente les. Otros elementos de análisis son la textura, la unido a algún tipo de rito. Algunos dólmenes son par­ porosidad, fenómeno presente en todo tipo de piedras, te integrante del espacio de romerías, fiestas y otros la capilaridad, o capacidad de la piedra de ser pene­ 16 actos de ámbito rural. El último uso es puramente trada por un fluido, ya sea líquido o gaseoso , la con­ funcional. Una variación de este uso se presenta en ductividad térmica y la dureza. las piezas que han servido, por ejemplo de división Otros aspectos confluyentes dentro de este apar­ interprovincial, como el de Saierriko Landa I, (antes tado lo forman, en parte como dato colateral, la com­ II). posición y la tipología pétrea. En este último caso la

13 Angulo, Migel, La Montaña Vasca, Donostia, Elkar, 1988, 15, 16 15 Asburst, Jhon, G. Dimes, Francis, Conservation of Building and y 17 pp. Decorative Stone, Gran Bretaña, Butterworth-Heinemann, 1985, 14 Barandiaran Maeztu, Ignacio, Historia General de Euskalherria, 32 pp. San Sebastian, Ediciones Auñarnendi Estomes Lasa Hermanos, Lazarini, Lorenzo y Laurenzi Tabasso, Marissa, /1 Restauro de la 1984, 115 pp. Pietra, Padova, Invicta SA, 1972, 12 y 13 pp. 172 FERNANDO BASETA

tipología se reduce a piedras de tipo sedimentaria más del 90% de las piezas en Bizkaia. En estas fran­ arenisca de grano medio y a unas pocas calizas. La jas encontramos los paisajes más representativos, importancia de la composición química o mineral de conformados por las huertas, y setos y prados que van determinada losa o piedra constituyente de dolmen desapareciendo para convertirse en prados de altura, no es gTande ya que no se trata de realizar estudios en bosques y en landas según se gana en altura. El microanalíticos sino de estudiar conceptos y relacio­ estado en el que la intervención humana se manifies­ nes más bien macroanalíticos; se observan en este ta en los cíngulos puede ser primario, si las alteracio­ trabajo las relaciones e interpretaciones entre ele­ nes son mínimas, secundario, cuando el hombre cam­ mentos mayores, y de ningún modo a nivel micros­ bia los tipos naturales y dispone del elemento vegetal cópico. en casi toda la extensión y por último, terciario, cuan­ do después del abandono de la explotación por el b) El entorno vegetal hombre el lugar evoluciona hacia un estado equili­ La singular ubicación del dolmen de montaña en brado de nuevo. El principal problema que surge de un paraje natural obliga, en base a obtener una per­ la explotación del medio natural por el hombre radi­ fecta noción de su correcta dimensión, al análisis y ca en que el cambio que produce en el elemento vege­ estudio de su entorno vegetal. De hecho, cualquier tal afecta directamente la estabilidad del dolmen. El imagen obtenida de ellos los asocia y relaciona inevi­ más claro ejemplo viene de la mano de las explota­ tablemente con el aspecto vegetal. La extensión sobre ciones forestales de resinosas. Las obras de planta­ la que el dolmen ejerce cierto tipo de influencia y la ción y extracción de madera, extensivas en este terri­ parte de la naturaleza que irremisiblemente aparece torio18, ya han arrasado algunos de los dólmenes de asociada a él en la percepción visual es considerada Bizkaia. como su entorno inmediato. La zona más extensa con - Tipos de Vegetación. unas características orográficas definidas y con una El tipo de vegetación del entorno incide directa­ tipología vegetal común recibe el nombre de entorno mente en el gTado de estabilidad del dolmen. La lejano y es dentro de él donde se ubica la pequeña abundancia de una determinada planta sobre otra da parcela del inmediato. Comenzaremos el análisis por lugar a ocultaciones o infestaciones de la pieza. Las el entorno lejano. piezas de la estación de Munarriko Landa presentan un peculiar panorama. Por un lado la aportación con­ - El entorno lejano tinua de material orgánico muerto sobre ellos proce­ La labor de análisis del entorno lejano se basa en dente de los eucaliptos de alrededor ha creado una el estudio de los aspectos que sitúan ese espacio en capa o substrato muscinal que los envuelve y camu­ unas determinadas coordenadas generales. La inter­ fla, por otro lado la extremada cercanía de los troncos pretación de las características del lugar pasa por el al túmulo y cámara de las pieza distorsiona su correc­ conocimiento del mismo en función de los aspectos ta percepción, ocultando y deformando sus límites. que se muestran a continuación. - La ubicación general. Trata de encajar la. zona - El grado de actividad humana. definida dentro de un ámbito mayor, que puede ser De todos los factores que pueden intervenir en la definido por un lugar orográfico como monte, maci­ evolución de un entorno lejano, es éste, sin duda el zo, ladera, etc ... que juega un papel más determinante en su configu­ - Los cíngulos. Son los diferentes niveles de ración y aspecto general. Chocan frontalmente dos vegetación que se establecen en función de la tipolo­ formas de valorar el espacio natural, la tendencia a gía y distribución de las colectividades vegetales y en mantener un resto cultural del pasado en su ubicación base a la altitud o hiposometría. Las variaciones cli­ original con la necesidad económica de explotar máticas, vegetales y de composición varían según la dicho espacio. La búsqueda de un equilibrio entre altura creando los cíngulos o cinturones de vegeta­ ambas radica en la preservación del objeto cultural ción17. Los diversos cíngulos se dividen en costas, sin frente a la explotación mediante la consecución del fenómeno dolménico, niveles bajos, que ascienden reconocimiento de la pieza como parte del patrimonio desde la costa hasta los 500 m de altura o en el inte­ rior hasta los 700 m, niveles medios, que ocupan una 18 Gomez Pinedo, Feo. Javier, Ochoa Lopez, E. Mikel, Gandarillas franja entre los 500 y los 1.000 m y niveles altos por Perez, M. Antonia y Villanueva Senosaian, M. Dolores, Geogra­ encima de los 1.000 m. fía de Euskal Herria, Vizcaya, Donostia, Luis Armaburu, 1979, Tan sólo en los niveles bajos y medios se sitúan 84 y 159 pp. Coníferas. Pino Pinaster 5.424 Ha. Pino Radiata 86.742 " 17 Guinea, Emilio, "El Paisaje Vegetal de Vizcaya", Colección Sin clasificar 9.216 " Temas Vizcainos, año 1963, Núm. 63 de Marzo de 1980, Caja de Frondosas 16.754 " Ahorros Vizcaína, 13 y 14 pp. Floresta mixta 8.092 " PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTAÑA 173

cultural de Bizkaia. El caso del dolmen G 2 en las 4 m. son especies leñosas de escasa altura y de estruc­ estribaciones del Garbea muestra la triste realidad tura muy diferente. En el entorno inmediato tienden a que nos asiste. Esta pieza fue seleccionada, localiza­ ocultar el dolmen. Por otra parte su disposición en un da y analizada como parte practica de la tesis en perímetro alejado tiende a crear una barrera natural a 1992. A últimos de 1994 fue totalmente arrasada en modo de protección. Los vientos son atenuados por las labores de tala y extracción de la madera de los ella y también filtra la aportación material que traen pinos radiata que la rodeaban. las brisas y dificulta el paso a animales. Estrato herbáceo.- Esta prácticamente presente, - El entorno inmediato en sus variadas especies, en todo tipo de cíngulos. Dentro del estudio del entorno inmediato cabe Este nivel presenta valores de equilibrio en su desa­ destacar dos aspectos fundamentales, la detección de rrollo y en su evolución cíclica que aportan estabili­ la parte o partes del entorno vegetal que actúan como dad al dolmen. En primer lugar, raramente las hierbas agentes deteriorantes y de las especies infestantes con o ranunculáceas alcanzan suficiente envergadura y en capacidad camufladora o mimetizadora, y la utiliza­ segundo lugar su crecimiento cíclico es anual o bia­ ción de aquella parte o partes que puedan ser suscep­ nual. La planta alcanza su máximo desarrollo en un tibles de ser utilizadas como potenciadores de la ima­ corto lapso de tiempo, luego muere. La inocuidad del gen verdadera de la pieza y otras que puedan funcio­ elemento herbáceo frente al dolmen queda suficiente­ nar como barrera ante agresiones o como elemento mente patente y se muestra como un elemento pro­ protector continuo. La dualidad del elemento vegetal tector y estabilizador. es un hecho reconocible; un manto de hierba com­ Estrato muscinal.- Esta formado por musgos y puesto por ranunculáceas de talla corta logra destacar hepáticas, entre los que se pueden hallar ocasional­ la figura del dolmen, y lo protege al diferenciarlo del mente algunas poblaciones micológicas. Es el estrato entorno. Los arbustos, y otras plantas como las zar­ del suelo sobre el que se desarrollan las funciones de zas, jaros, argomas y brezos tienden a crecer en los fermentación y putrefacción. Se halla en todos los intersticios que dejan las losas del dolmen, tapándolo lugares donde la erosión no ha hecho efecto. y desfigurando sus límites. - Relación de especies. Para un reconocimiento del potencial de cada ele­ Este análisis sirve en cierta medida para obtener mento vegetal del entorno inmediato del dolmen una idea real de cual es la relación de las plantas más debemos analizar algunos aspecto como: comunes en el entorno. Una vez conocida la clase de - Ubicación específica. planta se puede establecer la relación que mantiene Consiste en situar el pequeño espacio del entorno con el monumento y si actúa negativa o positivamen­ inmediato dentro del entorno lejano, especificando si te o si es inerte. es un rellano, una parte de la cima, una parte de colla­ Como apunte final para este apartado y en base a do etc ... la catalogación realizada por Bayer, Buttler, y otros 19 - Niveles vegetativos. se ha de añadir que el conjunto de plantas que se ha De la misma forma que en el entorno lejano se encontrado corresponden en su mayoría a asociacio­ desarrollan diferentes cíngulos o cinturones de vege­ nes comunes a unos lugares específicos definidos tación en relación a la altitud en la que se hallan, en desde la Botánica como "plantas de los brezales y el entorno inmediato sucede un fenómeno parecido. calveros cubiertos de brezos en los bosques" o como Dentro del concepto floresta hallamos diferentes "plantas de pradera y monte bajo gredoso y/o cali­ niveles vegetativos. Estos son: zo" o por último como "plantas de los bosques y de Estrato arbóreo.- Su altura varia según el tipo de los setos sombreados y setos hundidos". Por lo tanto árbol, abarcando desde los 4 ó 5 metros hasta los 50 en el análisis y catalogación del elemento vegetal se ha casos excepcionales. La búsqueda de una relación llevado a cabo en base a usar estas acepciones técni­ equilibrada entre las grandes masas arbóreas de creci­ cas como herramienta correcta de estudio. Junto a miento vertical en relación a un monumento lítico que estas consideraciones de ha de tener en cuenta otros tiende a extenderse por el suelo viene configurada por aspectos relacionados con los ciclos de desarrollo de la consecución de un estado en que ninguno de los dos las plantas o con sus tipos de reproducción. elementos incida negativamente sobre la existencia del - Uso Humano. otro. No es permisible, por lo tanto, la existencia de De la misma forma que se analiza la actividad árboles demasiado cerca del mismo dolmen, ya que humana en el entorno lejano, en el caso del cercano aparte de la aportación de residuos vegetales sobre él, y que sus raíces pueden provocar movimientos basales en su estructura, en términos visuales tiende a minimi­ 19 Bayer, Buttler, Finkenzeller y Grau, "Guías de la Naturaleza Blu­ me, Plantas del Mediterráneo, Barcelona, Blume, 1989, y Rose, zarlo y a extraerlo de su adecuada dimensión. Francis, Clave de las Plantas Silvestres, Barcelona, Ediciones Estrato arbustivo.- Sus alturas nunca superan los Omega SA. 1989. 174 FERNANDO BASETA

se opera de igual manera, ciñéndose tan solo a ese las características que inciden en la diferenciación de pequeño espacio. De este conocimiento del uso del un microclima son varias: la altitud, la orientación terreno se obtienen datos exactos que explican las respecto a la luz solar y la orientación respecto a los posibles incidencias por las que haya podido pasar el vientos. Estas características junto con el nivel 'de dolmen. El tipo de actividad humana más común ha precipitaciones, la temperatura y las presiones for­ sido el de la explotación forestal en sus diversas fases man el conjunto de aspectos a analizar y a tener en y grados de intensidad. Como un ejemplo de perfecta cuenta que se entrelazan con la existencia del dolmen simbiosis se puede citar el caso del dolmen de Sorgi­ de montaña. netxe, situado al pie de sierra de Entzia. El dolmen se sitúa en la extensa planicie que se extiende desde e) Análisis global interactivo Opakua hasta casi llegar a Gazteiz. El tipo de explo­ Funciona este apartado como un resumen de los tación predominante en estos terrenos consiste en rasgos más característicos y sobresalientes entre grandes "piezas" o campos de cultivo donde se plan­ todos los anteriores. La interrelación entre los diver­ ta trigo, remolacha azucarera o patata de consumo. sos factores se pone de manifiesto en este punto. Por lo tanto la idea de paisaje que se advierte es la de grandes espacios abiertos, con ligeras separaciones C) Valoración de deterioro de setos y matorral bajo. En este entorno se halla el dolmen; las plantaciones llegan a escasos 1O m de él, Una vez realizado un estudio completo sobre pero sin interferir y manteniendo en todo momento su todos los posibles factores del entorno del dolmen se adecuada percepción. De la aplicación del conoci­ empieza con la rigurosa observación de cualquier tipo miento producido por ejemplos a seguir se obtienen de deterioro o daño, entendido éste como aquel factor las soluciones y sentido de cada particular caso de físico o no que interviene negativamente en la estabi­ intervención. lidad del artefacto, alterando su equilibrio o acortan­ do el tiempo de su vida útil o distorsionando su ver­ c) El suelo dadero sentido. Una tipología general del efecto del La importancia del estudio del suelo radica en que deterioro se basa en su consecuencia gradual, en la éste determina en gran parte la flora del entorno. velocidad e intensidad de la actuación y en si es natu­ Dependiendo de la naturaleza del suelo se encuentran ral o inducido por causas ajenas. plantas específicas o más propias a un señalado tipo. El estudio general del deterioro de divide en dos De los tipos de suelos, calizos, arenosos, esqueléticos grandes bloques: intrínseco y extrínsecos. o arcillosos, es en este último donde más dólmenes se ubican. El tipo específico de suelo es el llamado sue­ a) Deterioros intrínsecos lo pardo de bosque o tierras pardas, con gran hume­ Están directamente conectados con la naturaleza y dad y ricos en humus pero bastante lavados y podzo­ el origen del elemento o pieza de estudio y sobre su lizados2º. posición en un marco geográfico. Se dividen a su vez en: d) El clima - Agentes intrínsecos geo-topográficos. Se basan El clima se aprecia como el último de los elemen­ en la posición del objeto en unas determinadas coor­ tos circundantes que se relacionan con el factor vege­ denadas geográficas y topográficas. tal y que por extensión alcanza a la estructura lítica. - Agentes intrínsecos estructurales. Provienen Junto con el suelo determina el tipo de vegetación del del mismo origen en que fueron creados y por lo tan­ entorno. El término clima, según Paul Coremans21 to pueden ser asumidos como fallas taras o fallos aparte de aplicarse a grandes extensiones, se aplica constructivos. Algunos de éstos tienen que ver con también a determinadas zonas que presentan varia­ desgastes arquitectónicos propios estructurales, con ciones respecto al esquema general. La cercanía a deficiencias en el modelo estático, con desgastes masas de agua, las diferentes altitudes, los grados de materiales, con movimientos basales, con disunifor­ desforestación delimitan pequeñas zonas donde las midades, con variaciones de niveles freáticos o con características comunes sufren variaciones; de estas la supresión de características específicas del terre­ zonas se dice que gozan de microclima. En Bizkaia no.

b) Deterioros extrínsecos Guinea, Emilio, "El Paisaje Vegetal en Vizcaya", Colección Es aquel que alcanza al dolmen desde el exterior Temas Vizcaínos, Año 1963, Núm. 63 de Marzo de 1980, Caja del mismo, viene producido por cualquier contingen­ de Ahorros Vizcaína, 10 pp. . cia que, en su desarrollo afecte de alguna manera a la 21 Coremans, Paul, "Climate and Microclimate" en AAVV The conservation of cultural Property, Bélgica, UNESCO, 1968, 13 estabilidad y equilibrio de la pieza. Para su correcta y 14 pp. investigación se dividen en dos grandes grupos, agen- PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTAÑA 175

tes extrínsecos naturales de origen atmosférico y no se valoran aquí en la verdadera dimensión en que agentes extrínsecos biológicos. pueden ser tomados como nocivos. Los problemas - Agentes extrínsecos naturales atmosféricos. Se comunes a los estratos vegetativos son la ocultación, evalúan estos agentes en base a su valoración como cuando el conjunto vegetal tapa y desfigura el dol­ potenciales agentes destructivos de los Bienes Cultu­ men, la mimetización cuando además lo confunde rales. Se debe tener en cuenta una característica prin­ con el entorno y deja de ser apreciable y la infesta­ cipal para entender adecuadamente el rasgo de "dete­ ción, producida por crecimientos abusivos de ciertas rioro potencial" en dolmen de montaña. El dolmen de plantas. Dentro del estrato muscinal se ha detectado montaña desde su construcción hace aproximada­ casos como el del desaparecido G - 2, en el que este mente de 5.000 a 4.500 años se ha visto ubicado en nivel tapaba todas las losas del dolmen con un grosor parajes abiertos. Esto significa que durante ese lapso aproximado de 5 cm. El estrato herbáceo, en casos de de tiempo ha convivido con los agentes atmosféricos crecimiento excesivo en altura de algunos tipos de sin que estos hayan afectado visiblemente su estabili­ hierba ranunculácea puede ser considerado como dad; baste recordar que las mayores y más graves infestante. Sin embargo la mayor nocividad proviene destrucciones se han realizado en el último siglo y del estrato arbustivo que ha llegado a camuflar com­ provenientes del marco humano. La significación de pletamente algunas piezas, como las de Ganeran y esto es clara: la efectividad del agente atmosférico es algunas de Munarriko Landa. Los arbustos más fre­ nula o muy escasa en unas construcciones líticas bási­ cuentes son la argoma, el brezo bajo y en escasos cas, los dólmenes, sin piedra tallada susceptible de lugares también el alto, las zarzas y en menor medida perder imágenes y sin trabajos de encaje o talla. Estos el espino albar, el endrino y el aligustre. Respecto al agentes potencialmente activadores de la meteoriza­ estrato arbóreo cabe apuntar que la excesiva cercanía 22 ción son el frío, la gelivación , las diferentes cristali­ aparte de distorsionar la imagen ofrece el peligro de zaciones de agua y aire, la humedad con sus excesos movimientos basales por el crecimiento de las raíces y ausencias bruscas, el viento, los cambios bruscos de y la ocultación por la aportación de hojas, ramas y temperatura y las precipitaciones. cortezas. Pero el principal problema, como se ha - Agentes extrínsecos naturales biológicos. Estos observado antes, proviene del conjunto de trabajos de agentes reciben también el nombre de bio-degradan­ explotación forestal. tes ya provengan del mundo vegetal o animal. Algu­ - Agentes extrínsecos animales. Como tales, los nos de los anteriores agentes intrínsecos, como por daños producidos por los animales típicos de las esta­ ejemplo la humedad para el desarrollo de hongos, ciones dolménicas no han sido detectados. Esto se musgos o hepáticas o las excesivas precipitaciones explica en parte por la inocuidad que representan para el crecimiento de la ranunculáceas, se hayan frente a una estructura lítica dolménica. El único ras­ fuertemente inten:elacionados con los presentes, tro que puede considerarse como nocivo es el hallaz­ dependiendo en muchos casos los unos de los otros go de excrementos de herbívoros, como vacas, caba­ para subsistir o para convertirse en un grave agente llos y cabras dentro del entorno inmediato. Sin em­ deteriorante. bargo estos restos desaparecían rápidamente a la vez Un primer grupo de agentes extrínsecos biológi• que la cercanía animal permitía mantener el creci­ cos lo componen el grupo de los microorganismos, miento de la hierba y de algunos arbustos estable y como los hongos, sobre todo como parte esencial del equilibrada, evitando así el riesgo de infestación u sustrato muscinal, el liquen23 detectable por su dife­ ocultamiento. rente coloración sobre la superficie de las losas y la - Agentes extrínsecos de origen humano. Son bacteria. todos aquellos que provienen del ámbito humano y El segundo grupo lo forman los macroorganis­ que en potencia son capaces de producir desequili­ mos, es decir los agentes biológicos vegetales. Los brios y daños en el dolmen. El conjunto de ellos de aspectos analizados como· parte integrante del entor- por si forma el núcleo de los deterioros más comunes y letales encontrados en el estudio. Son varios y sus causas son bastante diferentes, pero casi todos sur­ Sneyers, R.V. y de Henau, P. J., "The Conservation of Stone, en gen del roce entre el mantenimiento de un Bien Cul­ AAVV Conservation of Cultural Property, Bélgica, UNESCO, tural y la explotación del recurso natural. Entre todo 1968, 43 pp. 21 Según Winkler, E.M., en "Decay of Stone" en AAVV Conser­ un extenso campo de deterioros se citan los siguien­ vation of Stone, Londres, Intemational Institute for Conservation tes: of Historie and Artistic Works, 1971, 1 - 15 pp, el actual efecto Expoliaciones. El 100% de los dólmenes estudia­ de los líquenes sobre la piedra es muy discutible y mientras bajo do se encuentra violentado en época reciente o muy condiciones favorecedoras de su multiplicación abusiva si pue­ reciente en algunos casos. Es muy difícil encontrar un den comportarse como deteriorantes, otras opiniones aseguran que pueden, en condiciones estables, ser considerados como pro­ dolmen que no haya sufrido esta expoliación original. tectores de la integridad lítica. A esta expoliación original se le suman otras veces 176 FERNANDO BASETA

nuevas y radicales expoliaciones actuales.(caso del objetivo facilitar la adopción de medidas y técnicas dolmen de Errekatxuetako Atxa, "excavado" por par­ necesarias y afines a los elementos tratados. El pri­ ticulares para extraer "souvenirs"). mer criterio establecido para formar una escala o Obras. Principalmente las obras de explotación baremo se enfoca desde el principio de su integridad, forestal han mermado la importancia de lo dolménico el segundo parte de su grado de reconocibilidad ante en Bizkaia. La circulación de vehículos pesados uni­ infestaciones y/o mimetizaciones. Las fases son en el da a una rapidez en busca de un mayor rendimiento caso del dolmen con o sin túmulo. económico hace peligrar la estabilidad de los dólme• 1. Mantiene cámara y túmulo completos y la nes de montaña. Por otra parte la consecuente crea­ mayoría de sus elementos constitutivos en alto gra­ ción de pistas acerca peligrosamente algunos usos do. urbanos a zonas hasta ahora situadas en un equilibrio 2. Conserva una losa o más losas de la cámara en rural y natural muy estable. su ubicación original o desplazadas ligeramente. Otras intervenciones. Este título hace referencia a 3. No conserva ninguna losa de la cámara ni en las otros trabajos que han causado daños, incluso cuan­ inmediaciones. do el objetivo era "recuperador". El caso del dolmen 4. Cubierto parcialmente de vegetación. Recono­ de Orduña, reconstruido por sus mismos destructores cible con cierto grado de dificultad. es en ejemplo sintomático de estos casos. El crom­ 5. Cubierto totalmente por la vegetación y muy lech de Mendiluze, ya en Araba, reconstruido con difícil de reconocer, completamente mimetizado o partes de cemento muestra la intrusión de elementos infestado. extraños, no afines, a la naturaleza dolménica. El Para los túmulos sin rastro de cámara el baremo es vallado o la colocación de sacos de escombro encima otro: tampoco aportan soluciones estables, y tan solo pue­ 1. El conjunto de losas se halla agrupado y visible, den ser valoradas como medidas puntuales de urgen­ es detectable. cia. 2. El conjunto se halla desagrupado pero visible, Otros usos, como el de la instalación de un buzón pero sin total nitidez. de montaña en el interior de la depresión central del 3. El conjunto de halla rebajado por pérdida de dolmen de Pico Mayor, junto con la destrucción o volumen, con parte de losas desaparecidas. desaparición de losas constituyentes o la construcción 4. El conjunto se halla rebajado y parcialmente ocasional de elementos ajenos al entorno ponen en cubierto por vegetación. Difícil reconocibilidad. verdadero peligro la persistencia del dolmen de mon­ 5. El conjunto esta rebajado y totalmente cubierto taña en Bizkaia. También se ha de hacer mención al por la vegetación. No es reconocible como tal. uso funcional que recibe el dolmen de Saierrikolanda I, ejerciendo la función de "mojón" o marca de sepa­ D) Valoraciones de riesgo ración entre municipios. Esperemos que ninguno de Se aplica este análisis en los casos en los que el los municipios que separa, y , quieran agente esta localizado pero sin surtir efecto. Se halla remarcar de alguna otra forma destructiva para el dol­ en un estado potencial o "durmiente". Se divide el men sus límites. apartado en dos aspectos, el factor peligro y el factor Polución. La cantidad de industrias de combustión vulnerabilidad. ubicadas en Bizkaia crean nubes de polución que, Factores de peligro. Son los que se encuentran en aunque detectables en su poder deteriorante en los el entorno del dolmen, proviniendo en su mayoría del entornos urbanos, pierden su su potencial nocivo en ámbito humano. Se agrupan aquí aquellos agentes de los lejanos parajes rurales. Como tales, los deterioros deterioro que por ahora son inocuos, como pistas producidos por la polución no han sido por ahora forestales próximas, nuevos usos agrícolas, nuevas detectados en las zonas dolménicas estudiadas. Con roturaciones, nuevas construcciones. etc ... el fin de crear un patrón completo de intervención se Factores de vulnerabilidad. Coinciden en gran introducen algunos deterioros susceptibles de ser medida con los agentes de deterioro intrínsecos, hallados en un futuro. Estos son: la cristalización e hallándose en este caso en estado "letárgico". sales solubles o insolubles, la sulfatación, producida La designación de parámetros de riesgo se expre­ por el azufre de las combustiones, la clorhidración, sa mediante la aplicación de una regla simple que 24 propia de zonas cercanas al mar y la alveolización o maneja tres factores : formación de alvéolos o pequeñas concavidades. Este conjunto lo completan la oxidación, cuando existe hierro en los componentes de la roca, la hidratación, 24 Del Cid, Donald, "Emergency Protection to Damaged Structu­ y la hidrólisis. res", en AAVV G. Janes, Barclay, Protecting Historis Architec­ - Articulación gradual de deterioros. tures and Musseum Collections from Natural Dissaters, USA, El tipo de graduación de deterioros tiene como Butterworths, 1986, 297 - 303 pp. PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTAÑA 177

p tas o manuales que se realizan sobre la materia del D=--- elemento cultural dolménico. Provienen de un análi­ A sis de los actuales patrones de intervención puestos en marcha en las numerosas experiencias mexica­ Siendo: D, la tensión que ha soportado o puede nas26, y europeas, entre otras. soportar un elemento o la totalidad de la estructura dolménica, P, representa las cargas e interacciones Procesos operativos directos peligrosas que sufre el elemento o la estructura. Son Son los siguientes: daños causados por el irremisible envejecimiento de 1.- Rehabilitación o limpieza. consiste básica­ los materiales, A, es la influencia que se ejerce sobre mente en a eliminación de vegetación nociva que los materiales constitutivos a través de la zona de oculta o mimetiza. Se debe llevar a cabo como una influencia en la que se hallan insertos, proviniendo consolidación del entorno en función de anular los del marco humano. Esta relación define que la ten­ deterioros provenientes de él. También cubre la lim­ sión o exposición al riesgo de un elemento o de la pieza de posibles manchas dañinas sobre la superficie estructura es directamente proporcional a la presión de la losa. de los elementos materiales y a la influencia del gra­ 2.- Liberación de añadidos no afines a la unidad do de humanización de área. También define que a potencial del conjunto. La adición a lo largo del tiem­ mayor grado de presión medio ambiental e influencia po de añadidos como formas o restos vegetales o la humana, más alto es el riesgo al que se ve expuesto el intrusión de elementos extraños y ajenos a su verda­ dolmen. dera dimensión es un problema habitual en este tipo de casos. El criterio para su eliminación responde siempre al objetivo de recuperación de la potenciali­ Intervención compositiva dad perdida y a la seguridad de la pieza. 3.- Restitución de componentes estructurales. Las ideas directrices que marcan la pauta en la Tiene como objetivo recomponer en la medida de lo selección de los procesos operativos vienen remarca­ posible la estructura e imagen de la pieza, estabili­ das por el intento de recuperación mediante la crea­ zando y evitando nuevas caídas o desplazamientos de ción de "lugares culturales" donde efectuar los proce­ las losas Puede ser esta la operación más delicada de sos de conservación "in situ". Para ello, la modifica­ todo el grupo de intervenciones. La anastilosis como ción y adecuación del entorno natural a las exigencias tal se entiende como una construcción o re-construc­ de estabilidad, equilibrio y correcta percepción del ción basada siempre en la afinidad o certeza de que 25 dolmen se utiliza aquí como el principal recurso • La los materiales empleados son consustanciales u origi­ definición de los "lugares culturales" o lo que es lo nales de la obra. La forma final de la reconstrucción mismo "musseun on site" se ve apoyada por la ilegi­ analógica debe de cumplir los mismos requisitos que timidad de la proposición de creación de nuevas ubi­ los materiales. caciones y por la absoluta degradación de "recompo­ 4.- Reintegración de otros elementos concurren­ siciones" o falsas replicas de lo que fue en su época tes. Suele ser necesario y correcto para la compren­ un dolmen. forzosamente hemos de diferenciar el sión de la pieza completar su imagen potencial con la proceso de reconstrucción razonado y completamen­ integración de otros elementos. Pueden ser vegetales, te documentado que desde la conservación se aplica como en el caso de la plantación de hierbas ranuncu­ en aquellos casos en los que ninguna otra operación láceas (Agrostis, codolina, dicondra, eragostris, es efectiva y que recibe el nombre de anastilosis de fetusca, grama, heno, poa y sagina subulata) adecua­ las reconstrucciones no justificadas. Las tres reglas das al lugar, que protejan la pieza y eviten infestacio­ directrices por las que se rige la proposición de los nes de otras plantas. La colocación de setos o arbus­ procesos de intervención viene definida por la reco­ tos en los límites del entorno también realiza la fun­ nocibilidad de las reintegraciones, por la insustituibi­ ción de barrera protectora. lidad de los elementos originales y por la permisivi­ 5.- Demarcación. Se diferencia de todo el paisaje dad, es decir que las actuaciones actuales permitan una zona especialmente acotada, el entorno inmedia­ otras en el futuro. to, como espacio vital del dolmen. Se ha diseñado Los procesos específicos de intervención sobre el para estos casos un "mojón" de madera, hincado en el dolmen de montaña son todas las operaciones direc- suelo del entorno inmediato. En su parte superior se

25 Coles, Jhon. M, "The Preservation of archaeological Sites by (5) Ramón Carrero "La consolidación como Perspectiva en la enviromental Intervention" en AAVV In Situ Archaeological Conservación del Patrimonio Cultural: Restauración en Hochob, Conservation, California, INAH y Getty Institute, 1987, 32 - 56 Dzibilnocac y Chiccana, Campeche", Cuadernos de Arquitectura pp. Mesoamericana, Núm. 3, Diciembre de 1984, pp 69 a 78 pp. 178 FERNANDO BASETA

inserta una placa metálica con los datos sobre el dol­ men. 6.- Planes de emergencia. En el caso de hallarnos 3.- ANALISIS ESTADISTICO ante una pieza en verdadero trance de desaparición se la considera como "necesitada de intervención inme­ Una vez que la rejilla de análisis se ha aplicado a diata" las muestras de monumentaria dolménica selecciona­ das empieza la tarea de su examen con el fin de extra­ Procesos preventivos post-intervención er los datos necesarios que ayuden a componer y defi­ Analizando los usos y actividades realizadas en su nir los aspectos inherentes de su problemática. Por de entorno se obtienen respuestas sobre la continuidad pronto, su estudio muestra hechos evidentes que se de loa peligros a los que puede seguir sometido el localizan a simple vista, como su mal estado de con­ dolmen. Estos son: servación, o la relación directa que tal estado guarda 1. Intervención operativa preventiva. Se trata de con la dinámica de explotación del entorno por parte estabilizar el umbral de riesgo mediante su atenua­ del hombre. Sin embargo, cuando estas evidentes ción como por ejemplo con procesos de eliminación observaciones finalizan es necesario profundizar aún de pistas demasiado próximas. Una correcta interven­ más en su problemática ayudados por los análisis ción no puede acabar sino con la realización de un estadísticos. estudio que tienda a mitigar las cualidades negativas por las que el monumento ha perdido su integridad y se ha deteriorado. Primeramente se han de detectar Análisis estadístico sobre el estado de conserva­ cuales son estos rasgos negativos y en segundo lugar ción respecto a sus causas y orígenes intentar eliminarlos o reducirlos hasta unos paráme­ tros que ofrezcan una relativa seguridad al manteni­ Como observación general se demuestra que el miento de la pieza. Por último se lleva a cabo la pésimo estado en el que actualmente se encuentra la reducción del grado de vulnerabilidad para conseguir monumentaria dolménica de montaña en Bizkaia ha su propia reconocibilidad. Otros procesos de este gru­ sido fehacientemente comprobado en la presente po se basan en operaciones de control y revisión, en investigación. un principio, semestrales. De las doce piezas estudiadas, tres se encuentran 2. Asignación de usos posteriores como didácticos con un grado quinto de articulación de deterioro, es o pedagógicos. Enmarcado dentro de los planes de decir, totalmente cubierto el objeto dolménico por la recuperación cultural material un buen plan de acti­ vegetación y con perdida o falta de materiales consti­ vación de usos de la monumentaria dolménica de tutivos, otras 5 piezas se hallan en un grado cuarto, montaña funcionaría a su vez como razón de peso cubierto parcialmente por vegetación y con cierta para establecer procesos de intervención y de cuida­ perdida de volumen, y por último, otros cuatro se dos temporales y así ofrecer al público interesado una hallan en un grado 2, tan sólo con ligeras pérdidas de muestra con su valor potencial completo. Las activa­ material. ciones de uso posterior funcionan como una justifica­ ción de las anteriores intervenciones y dotan al con­ junto dolménico de una nueva vida al pasar a ser objetos o ejemplos de estudios didácticos y pedagó• gicos engarzados en recorridos culturales.

Intervención documental Cualquier operación debe justificarse mediante una exhaustiva labor de catalogación y documenta­ ción. Se divide en la documentación previa, que sirve de apoyo a las actuaciones y en la propia documenta­ ción de la intervención donde se han de recoger todas las fases e incidencias de ésta.

Intervención política Como refuerzo a las intervenciones sobre dolmen de montaña en Bizkaia sería conveniente que desde la administración se completase esta labor con la agili­ zación de trámites que aseguren su existencia y per­ manencia en el futuro. PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTAÑA 179

TABLANUM.1

NOMBRE DE LA PIEZA GRADO DE DETERIORO

Zona próxima a núcleo urbano. Túmulo Munarriko Landa 1. 4. Túmulo con depresión central Munarriko Landa 2. 5. Túmulo con depresión central M 2. 5. Dolmen de Saiherriko Landa l. 4. Túmulo con depresión central Saiherriko landa 2. 5. Zona de con actividad minera e industrial. Túmulo con depresión central Pico mayor. 4. Dolmen con cromlech Eskatxabel. 4. Túmulo Ganeran. 4. Zona rural. Dolmen G 2. 2. DolmenG4. 2. Dolmen U sengantzu. 2. Dolmen Errekatxuetako Atxa. 2. Códigos. - l. = Con cámara y/o túmulo. - 2. = Con losas de cámara pero incompleta o con túmulo incompleto. - 3. = Sin losas de cámara o con túmulo rebajado por falta de materiales líticos. - 4. = Cubierto parcialmente por vegetación. - 5. = Totalmente cubierto por vegetación.

De estos datos se extrae la conclusión que justifi­ meno. Las consecuencias son claras, se abandona la ca que el estado de las piezas seleccionadas respecto actividad agrícola y el uso del terreno para edificar a los núcleos habitados, y por lo tanto, respecto a la urbanizaciones oprime con más fuerza las zonas natu­ presión que el conjunto de sus actividades ejercen rales donde se halla el original asentamiento dolmé­ sobre la monumentaria dolménica de montaña se nico. acerca a un estado óptimo de conservación cuanto La zona rural, que comprende el municipio de más se aleja de los citados núcleos urbanos. Se obser­ , es por el contrario una de las más extensas de va fácilmente que los 4 objetos dolménico situados en Bizkaia y con menor densidad de población. Aquí, la la zona rural del macizo Garbea difieren notablemen­ presión humana es menor, y también menor el grado te en su estado de conservación, con un grado 2, de de deterioro. Por su parte las cuatro piezas situadas en los situados en proximidad al núcleo urbano del Gran una zona de fuerte arraigo minero en el pasado y del Bilbao, a Berango y a Sopela. que apenas queda actividad se mantienen en un esta­ Estos dos últimos son los municipios sobre los do 4 de conservación. Siendo en este lugar la presión que la estación dolménica se asienta. Son dos muni­ humana menor, no se puede afirmar que su estado sea cipios típicos donde el aumento de población en los óptimo, con cierta perdida de volumen y ligeramente últimos 1O años ha sido continuo y progresivo. La cubiertas por vegetación. tendencia actual a alejarse del centro urbano para Las tendencias sobre el estado de conservación establecer la vivienda en zonas próximas no tan respecto al grado de actividad humana del propio degradadas o saturadas es la responsable de este fenó- terreno ofrecen la siguiente tabla. 180 FERNANDO BASETA

TABLANUM.2

NOMBRE DE LA PIEZA ESTADO PRODUCTIVO DEL TERRENO

Zona próxima a núcleo urbano. Munarriko Landa. Túmulo Munarriko Landa 1. 3 Inicial Túmulo con depresión central Munarriko Landa 2. 3 Inicial Túmulo con depresión central M 2. 3 Inicial Dolmen de Saiherriko Landa l. 3 Inicial Túmulo con depresión central Saiherriko landa 2. 3 Inicial Zona de con actividad minera e industrial. Eretza. Túmulo con depresión central Pico mayor. 2 Pleno Dolmen con cromlech Eskatxabel. 2 Pleno Túmulo Ganeran. 2 Pleno Zona rural. Gorbea. Dolmen G 2. 2 Inicial Dolmen G 4. 2 Inicial Dolmen U sengantzu. 1 primario Dolmen Errekatxuetao Atxa. 1 primario Códigos. Primario. La zona no ha sufrido cambios radicales y mantiene un equilibrio ecológico. Secundario inicial. Comienzo de cambios, con explotaciones agrícolas o forestales. Secundario pleno. Intenso grado de explotación. Terciario inicial. = Inicio del descenso de explotaciones en cuanto a intensidad y superficie. Terciario pleno. = Nueva fase de equilibrio natural en búsqueda de un nuevo clímax.

TABLANUM. 3

NOMBRE DE LA PIEZA GRADO DE ACTIVIDAD HUMANA DE LA ZONA

Zona próxima a núcleo urbano. Munarriko Landa. Túmulo Munarriko Landa l. Escasa. Túmulo con depresión central Munarriko Landa 2. Escasa. Túmulo con depresión central M 2. Escasa. Dolmen de Saiherriko Landa 1. Escasa. Túmulo con depresión central Saiherriko landa 2. Escasa. Zona de con actividad minera e industrial. Eretza. Túmulo con depresión central Pico mayor. Medio-alto. Dolmen con cromlech Eskatxabel. Medio. Túmulo Ganeran. Medio. Zona rural. Gorbea. Dolmen G 2. Medio. DolmenG4. Escaso-medio Dolmen Usengantzu. Muy escaso. Dolmen Errekatxuetako Atxa. Muy escaso.

También respecto a este aspecto se articula una la actividad humana se ha desarrollado más. La con­ idéntica conclusión a la anterior. Las zonas que clusión final a la vista del análisis anterior se suma a actualmente soportan actividades humanas, bien de la ya apuntada: allí donde se desarrolla un actividad esparcimiento o de explotación, o las que las han humana medianamente intensa, el estado de conser­ soportado indican, que esa actuación respecto a la vación de la monumentaria dolménica de montaña se integridad de la monumentaria dolménica de monta­ vuelve inestable e inseguro en base a las perdidas o ña es ciertamente negativa. Los peores estados de mermas que haya sufrido y en base al crecimiento y mantenimiento se encuentran precisamente allí donde tipo de vegetación. PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTAÑA 181

Efectivamente, es la vegetación, en primer lugar ocultamiento o cubrimiento. Mientras que el primero la base solidaria sobre la que el objeto dolménico afecta seriamente a la misma estructura del dolmen o encuentra su asentamiento y con la cual esta obliga­ túmulo, por crecer sobre él, el segundo tipo de dete­ do a relacionarse. En segundo término se puede apre­ rioro, el del ocultamiento afecta más bien a su entor­ ciar que del tipo de relación con el elemento vegetal no inmediato. Los resultados obtenidos son los que a surgen determinados y característicos problemas continuación se presentan. como son el de infestación por mimetización y el de

TABLANUM.4

NOMBRE DE LA PIEZA TIPO DE DETERIORO VEGETAL

Zona próxima a núcleo urbano. Munarriko Landa. Túmulo Munarriko Landa 1. Inf, Mim. Túmulo con depresión central Munarriko Landa 2. Inf, Mim. Túmulo con depresión central M 2. Inf, min. Dolmen de Saiherriko Landa 1. Inf, mim. Túmulo con depresión central Saiherriko landa 2. Inf, Mim y Ocu Zona de con actividad minera e industrial. Eretza. Túmulo con depresión central Pico mayor. Inf sin Mim. Dolmen con cromlech Eskatxabel. Inf, Mim. Túmulo Ganeran. Inf, Min. Zona rural. Garbea. Dolmen G 2. Inf sin Mim. Dolmen G 4. Nula. Dolmen U sengantzu. Nula. Dolmen Errekatxuetako Atxa. Nula. Códigos. Inf. = Infestación. Mim. Mimetización. Inf sin Mim. Infestación pero sin mimetización. Ocu. = Ocultamiento.

Se produce una clara división sobre el global de trar uno de estos objetos es el de su no reconocibili­ las piezas seleccionadas en dos grupos. dad por mimetización u ocultamiento. El grado de El primero abarca las estaciones de Munarriko crecimiento de la vegetación depende de varias cau­ Landa y de Eretza. En este grupo abundan de manera sas como son el estado del terreno o el clima de la evidente los deterioros producidos por infestación y zona, aparte de la altura. Estando todas las piezas en mimetización; el fuerte desarrollo vegetal crece por un marco geográfico normalizado, como es Bizkaia, encima de la pieza disolviendo sus contornos en un con unos terrenos con poca diferencia en cuanto a paisaje continuo que confunde pieza y entorno en un composición de un a lugar a otro, y con un clima mismo bloque. El segundo grupo esta formado por general para todo el territorio con pocos cambios nos las piezas del Macizo de Garbea, donde tan solo se da encontramos que el principal factor que asiste al cre­ un caso de infestación parcial, pero sin mimetización. cimiento de la vegetación es la altitud. Y es que en Las otras tres piezas no se encuentran especialmente base a la altitud, cambia el clima, que tiende a ser más amenazadas por la vegetación. frío, y la composición del suelo, que se restringe a De estos hechos se deduce que la vegetación jue­ una capa muy pobre en humus. ga un papel primordial en la conservación y recono­ Veamos como se articula el grado de deterioro res­ cibilidad de las piezas dolménicas. De hecho, el pecto a la altitud. mayor peligro potencial con el que se puede encon- 182 FERNANDO BASETA

TABLANUM.5

NOMBRE DE LA PIEZA ALTITUD

Zona próxima a núcleo urbano. Munarriko Landa. Túmulo Munarriko Landa 1. 242m. Túmulo con depresión central Munarriko Landa 2. 252 m. Túmulo con depresión central M 2. 217 m. Dolmen de Saiherriko Landa l. 212m. Túmulo con depresión central Saiherriko landa 2. 213 m. Zona de con actividad minera e industrial. Eretza. Túmulo con depresión central Pico mayor. 745 m. Dolmen con cromlech Eskatxabel. 673 m. Túmulo Ganeran. 820m. Zona rural. Gorbea. Dolmen G 2. 520m. Dolmen G 4. 917 m. Dolmen Usengantzu. 992m. Dolmen Errekatxuetako Atxa. 922.m.

Nuevamente se produce en el análisis de la tabla lugares de ubicación y que también es valorable un hecho característico. Las zonas con piezas que tie­ como indicador de lejanía a núcleos habitados. Los nen un grado alto de deterioro se sitúan por debajo o recursos naturales susceptibles de ser explotados des­ alrededor de los 800 metros de altura. Una excepción cienden en volumen cuanto mayor es la altura del es el dolmen G 2, (ya desaparecido) que estando ubi­ terreno. Las grandes extensiones de landas de altura cado en una cota de 500 metros de altura mantiene un de los montes Odoriaga o Gorbea no favorecen otras buen estado de conservación, con tan solo una ligera explotaciones que aquellas que se dedican al pasto­ infestación y movimientos de sus componentes. El reo. A estas alturas tampoco se pueden realizar repo­ ejemplo más clarificador viene de la mano del caso blaciones forestales, ya que éstas encuentran su techo de Munarriko Landa, con unas alturas que no sobre­ máximo (en altura y rentabilidad) por debajo de los pasan los 250 m, su estado de conservación es, entre 800 metros. La misma dificultad y tardanza en el todos los seleccionados, con mucho, el peor. La esca­ desarrollo que encuentran las resinosas la sufren las sa altitud favorece la penetración en el cordón de vías plantas que componen las landas de altura. Las de comunicación y la construcción de viviendas. Un ranunculaceas y los brezos y argoma crecen en estas caso un tanto atípico se encuentra en la estación de altura lenta y progresivamente, sin alcanzar grandes Eretza. Aquí, las alturas son importantes, ya que ron­ tallas, de tal modo que no pueden configurarse como dan los 800 m. Sin embargo, las piezas sufren los plantas capaces de infestar, mimetizar u ocultar las mismos deterioros y con un idéntico grado e intensi­ piezas dolménicas. dad que la zona de Munarriko Landa. Todas presen­ tan infestación, hallándose en un terreno con un gra­ do medio de actividad humana. Los dólmenes del Análisis estadístico sobre el estado de conserva­ Macizo Gorbea rebasan la altura de los 900 m, excep­ ción respecto a sus deterioros to el G 2 que se haya a 520 m se encuentran en un estado de conservación mucho mejor que todos los Tal como indicaba la tabla Núm. 1, el grado de demás, casi sin infestación y con poca perdida mor­ deterioro es en general, para todas las piezas selec­ fológica o de material. cionadas, bastante alto. Este alto índice de deterioro Estos datos indican la conclusión de que aunque la afecta de forma particular a la morfología de la altitud es un factor importante en relación al estado estructura dolménica y a la globalidad de sus compo­ de conservación de la monumentaria dolménica, no nentes, es decir, sufren perdidas o faltas de material. se conforma como un aspecto vital y directo. De Estos dos aspectos se aunan para permitir la recono­ hecho la altitud funciona como un complemento que cibilidad e identificación de la pieza como lo que ver­ asegura por una parte cierta inaccesibilidad a los daderamente es, un objeto cultural dolménico. PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTAÑA 183

TABLANUM.6

NOMBRE DE LA PIEZA GRADO DE RECONOCIBILIDAD

Zona próxima a núcleo urbano. Munarriko Landa. Túmulo Munarriko Landa 1. Nula. Túmulo con depresión central Munarriko Landa 2. Nula. Túmulo con depresión central M 2. Nula. Dolmen de Saiherriko Landa l. Escasa. Túmulo con depresión central Saiherriko landa 2. Nula. Zona de con actividad minera e industrial. Eretza. Túmulo con depresión central Pico mayor. Escasa. Dolmen con cromlech Eskatxabel. Escasa. Túmulo Ganeran. Escasa. Zona rural. Gorbea. Dolmen G 2. Escasa. Dolmen G 4. Escasa. Dolmen Usengantzu. Total. Dolmen Errekatxuetako Atxa. Total.

La tabla indica que el grado de mínima reconoci­ Esta tabla refuta y apoya los resultados y conclu­ bilidad vuelve otra vez a situarse entre las piezas de siones anteriores: la vegetación sin control como fac­ la estación de Eretza y Munarriko Landa. En ambos tor negativo procedente de los cambios introducidos lugares el grado de reconocibilidad baja hasta colo­ por el hombre en los parajes naturales y la deforma­ carse en unos niveles que varían desde nula a escasa ción morfológica o perdida constituyente se confor­ identificación. Por el contrario, en la zona del macizo man como los principales causantes de la no recono­ Gorbea son solo dos piezas a las que se les asigna cibilidad de la pieza, lo que trae como consecuencia escaso reconocimiento; las otros son totalmente reco­ añadida directa el aumento del peligro potencial y de nocibles e identificables. su vulnerabilidad intrínseca.

TABLANUM. 7

NOMBRE DE LA PIEZA TIPO DE DETERIORO

Zona próxima a núcleo urbano. Munarriko Landa. Túmulo Munarriko Landa 1. I.N.P. D. Túmulo con depresión central Munarriko Landa 2. I.N.P. D. Túmulo con depresión central M 2. I.N.P. D. Dolmen de Saiherriko Landa l. I.N.P. D. Túmulo con depresión central Saiherriko landa 2. I.N.P. D. Zona de con actividad minera e industrial. Eretza. Túmulo con depresión central Pico mayor. I.N.P. D. Dolmen con cromlech Eskatxabel. I.N.P. D. Túmulo Ganeran. I.N.P. D. Zona rural. Gorbea. Dolmen G2. I.N.P. D. Dolmen G4. D. Dolmen U sengantzu. D. Dolmen Errekatxuetako Atxa. D. Códigos. I. = Deterioro inducido por cualquier clase de actividad humana. N. Deterioro proveniente del desarrollo descontrolado del elemento vegetal. P. Deterioro progresivo y continuo durante espacios extensos de tiempo. D. = Desarticulación de la morfología de la estructura dolménica. 184 FERNANDO BASETA

Respecto al tipo de deterioro observamos que los mentas constituyentes o su morfología. Este es el más comunes son el inducido por cualquier forma de caso del uso de la pieza como corral para ganado o actividad humana y el crecimiento incontrolado vege­ como asentamiento de chabolas. También en esta tal. Junto con las otras dos clases de deterioro se pue­ casuística entran las expoliaciones originales, las más de formar una dicotomía que agrega unas formas de recientes, las intervenciones defectuosas y un grupo deterioro a unos causantes específicos. heterogéneo de diversas actuaciones. La característi• Así, se descubre que los deterioros producidos por ca principal del grupo es que no son en absoluto con­ factores vegetales son en todos los casos continuos y tinuas o progresivas, sino que actúan puntualmente progresivos, si bien pueden variar en su intensidad de en un breve espacio de tiempo. Por contra, su intensi­ ataque. En este caso la máxima observada propone dad de actuación es en general elevada, produciendo que a mayor volumen vegetal, tanto mayor es el cre­ graves desperfectos en breve tiempo. cimiento global de éste, aumentando con él, la infes­ En esta sexta tabla de aprecia claramente que la tación, ocultación o mimetización y por lo tanto tipología en cuanto a deterioros ocupa 4 tipos de mayor es su grado de actividad. En la mayoría de los defecto en 9 de las 12 pieza seleccionadas. Como casos se ha de tener en cuenta que el crecimiento des­ ocurre en los casos anteriores, es en las zonas de Eret­ mesurado de la vegetación tiene como causa original za y Munarriko Landa y en la pieza G 2 del macizo el cambio introducido por el hombre con su explota­ Garbea donde se acumulan los deterioros más comu­ ción de los recursos dentro de un paraje o paisaje nes. natural determinado. Una vez extraídas una serie de conclusiones sobre El otro tipo de deterioro es el producido por la la tipología del deterioro queda por estudiar dentro de acción del hombre no a través de segundos elemen­ este apartado la relación de los parámetros de riesgo. tos, como el vegetal, sino directamente sobre sus ele-

TABLANUM. 8

NOMBRE DE LA PIEZA DESIGNACION DE PARAMETRO DE RIESGO

Zona próxima a núcleo urbano. Munarriko Landa. Túmulo Munarriko Landa 1. Muy alto. Túmulo con depresión central Munarriko Landa 2. Muy alto. Túmulo con depresión central M 2. Muy alto. Dolmen de Saiherriko Landa l. Alto. Túmulo con depresión central Saiherriko landa 2. Muy alto. Zona de con actividad minera e industrial. Eretza. Túmulo con depresión central Pico mayor. Alto. Dolmen con cromlech Eskatxabel. Alto. Túmulo Ganeran. Moderado. Zona rural. Garbea. Dolmen G 2. Alto. Dolmen G 4. Moderado. Dolmen Usengantzu. Bajo. Dolmen Errekatxuetako Atxa. Bajo.

La tendencia general que transciende de los valo­ En el resto, diversos factores han sido encontra­ res aplicados en la tabla habla bien a las claras de una dos y valorados como elementos potenciales de ries­ situación general en la que el peligro potencial, bien go para el equilibrio y estabilidad de la monumenta­ en cuanto a factores de riesgo o en cuanto a grado de ria dolménica de montaña. Entre éstos destacan, la vulnerabilidad de las piezas dolménicas se sitúa en excesiva abundancia de pistas, sendas y caminos que niveles muy altos. pasan tangentes o que incluso cruzan las piezas y los De todo el grupo, tan solo dos piezas, las de más peligros consecuentes de los trabajos de explotación alta ubicación y de mayor lejanía a núcleo poblado, forestal. Otros variados e inclasificables peligros pro­ disponen de un parámetro de riesgo que se puede vienen en gran medida de la vulnerabilidad de la pie­ considerar como bajo. za por su nulo grado de reconocimiento. Dentro de PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTAÑA 185

este último aspecto se concentra una heterogénea Análisis estadístico sobre los procesos de interven­ gama de circunstancias variadas, como la sustracción ción propuestos de materiales constituyentes, el aprovechamiento de la estructura lítica para encender hogueras y fogatas o El bloque de procesos seleccionados especialmen­ su uso para establecer buzones de cima de montaña. te para su aplicación sobre monumentaria dolménica En general como ya se ha apuntado, sus mayores forma un grupo variado de intervenciones cuya máxi­ parámetros de peligro se centran en el problema que ma finalidad es adaptarse en la medida de lo posible supone la innata vulnerabilidad de un elemento cultu­ a la naturaleza y dimensión de la dolménica de mon­ ral dolménico no identificable ni reconocible como taña en Bizkaia. Se ha elaborado para su confronta­ tal por la gama de deterioros mostrados y descritos. ción una tabla en la que figuran los principales pro­ cesos y la confirmación de su aplicación.

TABLANUM. 9

NOMBRE DE LA PIEZA PROCESOS DE INTERVENCION

Zona próxima a núcleo urbano. Munarriko Landa. 1 2 3 4 5 6. Túmulo Munarriko Landa 1. S S S S S N Túmulo con depresión central Munarriko Landa 2. s s s s s s Túmulo con depresión central M 2. S S S S S N Dolmen de Saiherriko Landa 1. S N S S S S Túmulo con depresión central Saiherriko landa 2. s s s s s s Zona de con actividad minera e industrial. Eretza. Túmulo con depresión central Pico mayor. SSSNSN Dolmen con cromlech Eskatxabel. SSSNSN Túmulo Ganeran. SSSNSN Zona rural. Gorbea. Dolmen G 2. S S S S S N Dolmen G 4. SNNSSN Dolmen Usengantzu. SNSNSN Dolmen Errekatxuetako Atxa. SNSNSN Códigos. 1 Rehabilitación y limpieza. 2 = Liberación de añadidos. 3 = Restitución de componentes estructurales. 4 = Reintegración de otros elementos. 5 = Demarcación/señalización. 6 = Situación de emergencia. s = El proceso ha sido aplicado. N = No era necesaria la aplicación del proceso.

Mediante el estudio de la tabla se aprecia que la donadas. Lo mismo sucede con las propuestas de mayoría de las propuestas realizadas encuentra su demarcación y señalización. Le sigue en frecuencia aplicación en uno u otro caso, dependiendo del grado el proceso de liberación de añadidos, propuesto para y tipo de deterioro. No se ha dado el caso de la no 10 de las 12 piezas. Tan solo la pieza denominada G hipotética aplicación de un proceso propuesto, lo que 4 se encuentra libre de toda adición negativa. En indica en parte que en líneas generales las propuestas cuanto a las restituciones de componentes estructura­ realizadas y la realidad de la monumentaria dolméni­ les se propone su aplicación en 11 de las 12 piezas, lo ca se han articulado entre si de forma correcta. que indica en parte el grado de desarticulación lítica El primer proceso propuesto, consistente en la de la dolménica de montaña en general. Por su parte, rehabilitación y limpieza se ha demostrado como la proposición de reintegración de otros elementos necesario en la totalidad del conjunto de piezas selec- sólo se aplicaría en 8 piezas. En parte se debe a que 186 FERNANDO BASETA

la intervención sobre el entorno dentro de las opera­ un ligero descenso en la propuesta de aplicación de ciones preventivas tiende a evitar la introducción de procesos; la monumentaria de esta zona, aún no elementos potencialmente extraños. El estado de gozando de un estado óptimo, si se encuentra en un emergencia se verifica en dos piezas, ambas ubicadas estado más completo que la anterior. Por último, es la en Munarriko Landa. zona de Gorbea donde menor es el número de pro­ Respecto a la frecuencia global de propuestas de puestas. Coinciden estos datos con las afirmaciones intervención se aprecia que en la zona de Munarriko anteriores, a mayor cercanía a núcleo urbano, mayor Landa es donde mayor profusión de confirmación en incidencia en el grado de deterioro. la aplicación de procesos se da. Según nos alejamos Observemos ahora la tabla de propuestas de inter­ de núcleos urbanos, se observa en la zona de Eretza vención preventiva.

TABLA NUM. 10

NOMBRE DE LA PIEZA PROCESOS DE INTERVENCION PREVENTIVA

Zona próxima a núcleo urbano. Munarriko Landa. 1 2 Túmulo Munarriko Landa 1. S S Túmulo con depresión central Munarriko Landa 2. S S Túmulo con depresión central M 2. S S Dolmen de Saiherriko Landa l. S S Túmulo con depresión central Saiherriko landa 2. S S Zona de con actividad minera e industrial. Eretza. Túmulo con depresión central Pico mayor. S S Dolmen con cromlech Eskatxabel. S S Túmulo Ganeran. S S Zona rural. Gorbea. Dolmen G 2. S S Dolmen G 4. S S Dolmen Usengantzu. S N Dolmen Errekatxuetako Atxa. S S Códigos. 1 = Propuesta de aplicación preventiva. 2 = Propuesta de revisión y control temporal. s = El proceso ha sido aplicado. N = No era necesaria la aplicación del proceso.

La necesidad de la aplicación de las proposicio­ 4.- CONCLUSIONES FINALES nes sobre prevención encuentran acogida en todos los casos, excepto en la pieza del Gorbea denomina­ Respecto al primero de los objetivos perseguidos da Dolmen de Usengantzu. Las características espe­ en el presente trabajo de investigación, la selección ciales de la zona, altura y situación -y únicas en el de procesos e intervenciones especialmente elegidos ámbito del presente estudio- intervienen de forma para su aplicación en la monumentaria dolménica de preventiva y aseguradora de su equilibrio y estabili­ montaña, se puede afirmar que la elección realizada dad. se muestra como correcta y adecuada. Se ha obser­ El tipo base de tratamiento preventivo se basa en vado en los datos sobre las propuestas de aplicación muchos casos en el alejamiento cautelar de elemen­ que todas ellas han sido extensamente reconocidas tos potencialmente peligrosos desde el entorno cer­ como necesarias en la absoluta mayoría de las piezas cano hacia su contorno exterior. Entre estos elemen­ seleccionadas. Se han definido estas operaciones tos a menudo figuran caminos, sendas o pistas fores­ como afines y adecuadas a los objetivos perseguidos tales, pero también elementos boscosos o incluso y a los objetos intervenidos. En base a ellas se ha estructuras de buzones de cima de monte. logrado detectar todo el espectro de deterioros reales, PROCESOS DE CONSERVACION SOBRE MONUMENTARIA DOLMENICA DE MONTAÑA 187

los peligros potenciales y las medidas de corrección de materiales ha obligado a la pieza a funcionar a operativas. En general se puede afirmar que la pro­ modo de cantera de donde recoger losas y piedras, sin puesta de los procesos de intervención elegidos se ha el trabajo añadido de la extracción, para su empleo en adecuado perfectamente a los objetos de estudio, lo otras construcciones, como han podido ser casetas y que demuestra, en definitiva la asequibilidad éstos chabolas en los alrededores. por la conservación extendida a parajes abiertos. - Desaparición por obras. La creación de pistas forestales o el ensanchamiento de sendas ya existen­ tes ha eliminado algunas partes de la pieza, como bor­ Conclusiones específicas des de contención de los túmulos, que son tangentes a los caminos o sendas que discurren en excesiva pro­ El uso de la estadística se ha mostrado como una ximidad. herramienta totalmente adecuada y muy necesaria en - Deformación morfológica por adiciones ajenas. los casos, en los que como en éste, entran en juego No ha sido muy frecuente este. caso, tan solo obser­ muy variados aspectos sobre una gama más o menos vado en la pieza de Pico Mayor. Consiste en la adi­ extensa de objetos. ción de elementos no afines a la naturaleza de la pie­ Conclusiones respecto al deterioro. za o en la inclusión de objetos extraños dentro del En primer lugar se debe precisar que el factor cli­ mismo objeto o en las proximidades del entorno mático, con sus elementos potencialmente deterioran­ inmediato. tes como la lluvia, el frío o el viento apenas se mues­ b) Deterioros indirectos. Provienen en su origen tran capaces de provocar daños. En las losas de las de algún tipo de actividad humana y tienen como piezas no se perciben señales de erosión por vientos punto común la intervención del elemento vegetal. Es o resquebrajamiento por la acción del hielo. La cons­ tan grande la importancia del factor natural que tam­ tante climática con sus atemperados cambios de tem­ bién han sido considerados como deterioros vegeta­ peratura y sus pasos graduales y lentos de las épocas les. Los cambios de uso de un terreno determinado a frías a las más cálidas no se materializan en un factor menudo son los que han ocasionado este deterioro. deteriorante que pueda suponerse como preocupante Han sido hallados en dos fases. y dañino. - Fase secundaria. El terreno ha pasado de hallar­ Como ya se ha apuntado, los tipos de deterioro se con una vegetación original a estar regido por los más extendidos en base a la frecuencia con que han ciclos de crecimiento, desarrollo y explotación de sido hallados sobre la selección de las 12 piezas pro­ especies impuestas por el hombre. En este cambio el vienen en su última y lejana causa desde el ámbito de entorno inmediato o la misma pieza han sufrido con­ actuación humana. Una división básica de ellos con­ secuencias negativas para su estabilidad. El caso más cluye con su agrupamiento dentro de dos clases: extendido de los observados se constituido como el a) deterioros directos; entran en el grupo todos de la explotación forestal de resinosas. aquellos deterioros que se han producido de forma - Fase terciaria. Cuando por diversas causas el directa por algún tipo de actuación humana sobre los régimen de explotación de terreno ha cambiado, y los propios elementos constituyentes de las piezas. Algu­ usos agrícolas o forestales controlados por el factor nos de los más extensamente hallados consisten en humano desaparecen, se ha iniciado un nuevo proce­ las perdidas de volumen, que se confirma con la desa­ so de crecimiento en el ambiente vegetal tendente a la parición de losas y piedras de túmulo o cámara, o en creación de un nuevo climax. En esta evolución, el la dislocación o desarticulación morfológica, es decir elemento vegetal crece de forma natural y esponta­ en la perdida de la forma original. Los casos especí• nea. Este crecimiento ha ocultado, mimetizado e ficos son: infestado 9 de las 12 piezas seleccionadas con graves - Desarticulación por expoliaciones. Se han abati­ consecuencias para su identificabilidad y reconocibi­ do las cámaras, quedando éstas desmontadas, y se lidad. han rebajado los túmulos, esto es, el volumen y altu­ Estas descripciones vienen a demostrar con clari­ ra iniciales se ha visto alterado con una notable mer­ dad la opinión ya apuntada anteriormente. Es un ma. hecho demostrado que la mayor parte de los deterio­ - Desarticulación por construcciones nuevas. La ros sufridos y de los parámetros de riesgo han ema­ actividad pastoril de la zona ha marcado en ocasiones nado, y actualmente siguen proviniendo, de las acti­ la necesidad de los pastores o ganaderos de levantar vidades humanas. No se pretende globalizar los pequeños refugios donde almacenar aperos o dormir. daños y la responsabilidad de la actual situación en la También se han utilizado sus materiales constituyen­ inculpación de la actividad humana, evidentemente el tes para levantar cercados de piedra sobre la misma factor vegetal y su crecimiento natural ha podido ata­ superficie de la pieza. car en diversas formas las piezas dolménicas hasta - Desaparición por sustracción. La acumulación camuflarlas o desarticularlas. Sin embargo, y en base 188 FERNANDO BASETA

a los casos aquí estudiados se afirma que en el 99% Como complemento a la idea propuesta de crea­ por ciento de los casos el deterioro procede de la esfe­ ción de "lugares culturales" o "musseum on site", el ra humana. conjunto pieza-entorno ha adquirido un carácter más completo que el caso de la potenciación de tan solo el elemento lítico. La valoración conjunta ha conferido Conclusiones respecto a los procesos mayor entidad a la idea de dotar al lugar dolménico de una de potenciación de sus factores culturales, his­ El análisis valorativo del objeto de estudio, enten­ tóricos y estéticos. dido éste como un conjunto entre pieza lítica y entor­ La propuesta del uso de la anastilosis ha sido mol­ no inmediato vegetal se ha demostrado muy adecua­ deada con el objeto de integrarse dentro del concepto do y apropiado a la hora de entender la relación que de "mínima restauración". Para ello su capacidad cre­ mantienen ambos. A través del estudio completivo se ativa o "recreativa" se ha reducido al proceso deno­ han descubierto factores en juego que han posibilita­ minado "restitución de componentes estructurales". do una adopción y adecuación más acertada en cuan­ Por estas razones, la propuesta de anastilosis a to a la selección de propuestas de procesos posterio­ aplicar se ha reducido conscientemente en su campo res. de actuación a la restitución de los elementos consti­ Se demuestra como conclusión que en los especí• tuyentes hallados en el mismo ámbito de la pieza ficos casos en los que la conservación halla de reali­ dolménica. La propuestas de restituciones se han zarse sobre un elemento situado en una paraje natu­ basado sobre todo en la recolocación de las losas ral, y por extensión se sobrentiende que rodeado en sueltas o esparcidas por el entorno en los lugares en cierto grado de vegetación, el más completo análisis los que la falta de materia pétrea era evidente. En la debe de realizarse forzosamente de manera conjunta. idea de su nueva colocación se ha tenido muy pre­ La inclusión del entorno vegetal natural dentro de un sente la búsqueda de un equilibrio y estabilidad que estudio global ha ofrecido a posteriori otras ventajas impidiera nuezas caídas o esparcimientos, prefirien­ que configuran los tratamientos propuestos. La pro­ do las posiciones horizontales, más estables. Tampo­ puesta de intervención sobre el entorno inmediato ha co se ha olvidado tener muy en cuenta a la hora de la servido para valorar este entorno como una zona de aplicación de la anastilosis que la estructura tumular seguridad. Se ha intentado dotar a este espacio que asemeja a una pequeña forma cónica de muy ancha rodea íntimamente a la pieza dolménica con un obje­ base y de escasa altura. El objetivo primordial de la tivo preventivo. El entorno inmediato ha cumplido la anastilosis es ante todo, y especialmente para estos función de barrera protectora ante el peligro exterior. casos, la recuperación morfológica de la articulación Su función profiláctica se ha dividido en dos aspec­ lítica. tos. Todo lo escrito hasta ahora confirma la oportuni­ a) Mediante las intervenciones en el entorno dad actual de reacción. Por un lado, se ha elaborado inmediato se ha anulado el potencial degenerativo un patrón específico de intervención sobre monu­ hacia el elemento lítico al obtener un espacio neutro mentaria dolménica, por otro, se ha demostrado que con una vegetación de nulo impacto negativo visual. la situación de dichos objetos y piezas es pésima, Se ha propuesto conseguir esta neutralización estando varias de las piezas seleccionadas y estudia­ mediante la plantación de especies de ranunculaceas das a punto de desaparecer como tales. La investiga­ de escaso crecimiento en altura. ción desarrollada en valoraciones reales sobre el esta­ b) El entorno inmediato ha funcionado como do de conservación y en la elaboración razonada de barrera a los crecimientos incontrolados de vegeta­ propuestas y medidas de conservación acaba en estas ción infestante. Los matorrales de brezo, argoma, zar­ líneas; pero la intención última del presente trabajo za, espino u otras especies infestantes se han alejado no puede ser otra que la de buscar su aplicación real, hacia el contorno exterior del entorno inmediato. allí donde el estado de la monumentaria dolménica La conclusión es bien clara, la asistencia del necesite de la colaboración de la rama especializada entorno inmediato en las medidas propuestas sobre la en la aplicación de la conservación en entornos natu­ protección y prevención hacia el objeto dolménico se rales. Como nota final al presente artículo hemos de han mostrado como un elemento de ayuda, que citar el caso del dolmen G - 2, del que como ya se ha obviando la introducción de prótesis o elementos mencionado, ha dejado de existir. El G - 2, aparte de extraños no afines a su dimensión natural (construc­ ser el primer dolmen que se analizó en el inicio de la ciones protectoras, techados, tejavanas, etc ... ) logra tesis, entre los años 1992 y 1993, era recuperable en adecuar la prevención y seguridad a una correcta per­ gran medida con una sencilla operación de anastilo­ cepción visual. sis.