EL YACIMIENTO OSCENSE DE LA VISPESA: LA CERÁMICA DE BARNIZ NEGRO HELEN~STICO

La Vispesa, Cerámica, Barniz negro helenistico, Campaniense

Almudena Dominguez Elena Maestro Pedro Paracuellos'

An analysis of the black glaze ceramics of La Vispesa is presented for the first time. The results confirm the pro- posed hypotheses regarding the process of acculturation that occuned NI the lberian periodand during the Roman conquest in the portion of the ilergete territory located on the eastern edge of the province of (the region of La Litera). The presence of Attic cerarnics dating from the 4th century defines an initial milestone. Following this in the 2nd century are the hellenistic black glaze ceramics of type A with their distinctive palm leaves and rosettes, and of type B that reached the area in the first quarter of the following century La Vispesa, Attic Ceramics. Hellenistic Black Glaze Ceramics.

On présente ici la premiere étude sur la céramique a vernis noir du site de La Vispesa. Elle confirme les hypothe- ses qui avaient été avancees sur les phénoménes d'acculturation, pendant la période ibérique et la conquéte romaine, dans la partie du territoire ilergete, qui correspond aujourd'hui a k bande orientale de la province de Huesca. La présence de céramique attique du /Ve sikle constitue un élément chronologique initial. Viennent ensui- te au //e si&le, les céramiques campaniennes de type A aux palmettes et roseites caractéristiques. puis celles de type B qui conduisent jusqu'au premier quart du ler siecle. La Vispesa, céramique A vernis noir hellénistique, campanienne.

En el contexto arqueológico del noreste peninsular, La confirmarían las hipótesis propuestas acerca de los Vispesa destaca como referente fundamental en la procesos de aculturación desarrollados en el período bibliograíía ccintifica para el estudio de la iberizeción de ibérico y durante la conquista romana, no sólo en el este sector del valle medio del Ebro, sobre un sustrato yacimiento, sino también en el territorio ilergete que del Bronce Final-Hierro 1, y su posterior romanización. ocupa la franja oriental de la provincia de Huesca y que Ei presente articulo pone de relieve la importancia del en la actualidad constituye la comarca de La Litera estudio del material arqueológico para establecer la (Fig. 1). periodización del oppidum y las sucesivas fases de su Esta comarca2 se ubica en la margen izquierda del ocupación, que ahora centramos en el análisis de la Ebro y ocupa, junto con el somontano de . certimica de barniz negro helenistico'. Los resultados el piedemonte oriental del intetíluvio de los ríos

Universidad de Zaragoza. 1.- Obviamente tenemos en cuenta aquí los resultados del estudio del resto de matenaies. cuyo análisis pormenorizado es objeto de otros traba- jos en CUISO. 2.- El SiQnificadodel topdnimo tlene que ver con lacre > leche. en concreto con la planta "lleiterola" 'lechetrezna'. que pertenece a la familia de las Eublbiáceas, es una espscie que crece en tenenos bldios y se reproduce en la comarca de La Utera. Ver Corominas 1965-70. ALMUDENA DOMINGUU, ELENA MAESTRO. PEDRO PARACUELLOS EMPURIES 51.2W7 123 139

124 Figura 1. Situacion del yacimiento de La Vispesa.

Alcanadre y Segre. Su pecuiiaridad geomorfológica En relación a la ocupación del Bronce Final-Primera más destacada ia constituye el apuntalamiento de un Edad del Hierro existe un vacio en la comarca, por lo anticlinal de yesos oligocenos que la divide en dos que debemos recurrir a la información que tetiemos de sectores. cuyo limite coincide con las dos riberas del asentamentos de otras zonas más o menos cercanas: rio Ctnca. El clima continental mediterráneo con preci- del valle del Cinca (Punta Farisa, Tosal de los Alcanares pitaciones escasas e irregulares determina su vegeta- o La Codera) (Montón 1992, 87-132.): del interior de ción gypsophila, de atochales de albardín y sisallares Cataluña (Moli d'Espígol) (Maluquer 1986: CuraIPrincipal (tomillo. esparto, tamarix) que conforman un bosque 1993. 83-77): y del Bajo (San Cristobal de mediterráneo con un sotobosque rico en especies Mazaleón. Roquizal del Rullo, Las Escodinas Altas y perennifolias y escasa cobertura de plantas herbáceas. Escodinas Bajas, o los situados en el Matarraña, entre Paisaje que también caracterizaría a la comarca duran- otros) (Pellicer 1985. 121-1 29: Moret/Benavente/Gorgiies te el primer milenio a.c.. condicionando el carácter de 2006, 233-237). Todos. a pesar de la diversidad en su los asentamientos con una agricultura de secano. y ubicación. adaptándose al tipo de terreno: coiinas ais- aprovechamiento de los pastos y del bosque en aque- ladas de mediana altitud o puntas de proinoiitorios, llos sectores que lo permitian como lo demuestran los denotan un factor común como es la vertebracion a numerosos vestigios de ocupaciones de periodos través de los cursos fluviales y la ocupación de posicio- antiguosi. nes estratégicas.

3.- Datas verifica

Lm,Canleclte dspon~hleiin breve catalogo diundirlo por a instilucibn patrocinadora Eiitie estos liigares. a un kilometro escaso de rítp lii

Figura 2. Foto aerea tomada tras a camDana de consoldacoii y saneamiento de as estructuras durante el año 2002 IC PAI- SAJES ESPANOLES S.A.). 125

LA INVESTIGACION DEL YACIMIENTO De este lugar, antes de iniciar las excavaciones en 1984. teníamos sólo menciones sucintas4. desde entonces se La Vispesa corresponde al tipo de asentamiento han efectuado ocho campañas de excavación y varias emplazado sobre una pequeña colina de forma alarga- prospecciones". además de sondeos electromagnéticos da. con laderas pronunciadas a excepción de la meri- para documentar los niveles arqueológicos y restos cons- dional, aterrazada. situación que le otorga una posi- tructivos pertenecientes a los dos principales momentos ción estrategica de dominio respecto al vasto territorio de ocupación realizados en 1989 por el Grupo de circundante (MaestrolDominguez 1986, 135-167; Arqueofísica de la Rábida! también se ha avanzado Dominguez/ Maestro 1996. 31-58; Dominguezl notablemente en la documentación de los materiales Maestro/Monfotte 2004. 363-380). (DomínguezIMaestro e.p.: MaestrolDominguez 2008,

4.- Agiinos eriidtns de finales de slglo XIXe inicios del XX hicleton notar la importancia de sii ubicaci0n y de los materiales qiie hallaban cn siiper- ficie. Para Eduatdo Saavedra su proximidad a a calzada romana le hizo suponer que se trataba de la mnnsi"o de Meiidici,l~in. cuya ub,cacion ha sido conliovenda. baralandose diferentes propuestas: Alcolea (Cortes y Lopez Madar). vrñggial. Tamarnc de Litera (Cebnl. o la más mr>di:rna en Las Piiet>lasiEspl~¡sI. En el Itineraño de Aritonino. en el umino ""mera 32 de a via IIerda~Osca,a 22 millas de la primera. 19 de Caum lKltllz3~Berbegal o llchel y 10 a Toloiis ten Ntra Sra. de a Alegna de Monron o Ariectolasl. A uno tres k~lometrosde esta rnansio. en inea recta. esta La V~spesaBento Coll. enidto binetbrense y estudoso del yacimiento advini6 su situacion estratcgica. y asi lo hzo constar en su manuscri- in iohre lo thistarin de lo localidad: SP recrea en describtr y dibujar algunos restos del denominado "loza1 de la cisterna" y materiales de graii iele~ vnncia como i~nopiis signinurn y anforas. En 1985. cuando tuvimos acceso a este escrito. estaba en propiedad de la famllia Coll. desconocemos si) o<:lual paradero. 5.- Lo5 resultados de las Sucesivas campanas pueden segulrce a Iraves de: Dominguez/Maestro 1986. i3-75: MaeslrolDaminguer 1986. 135- 167: Oomiinguer/Mñestro 1987. 113~115:1992. 195~196:MaestrolDominguer 1994. 83-86: Dominguer/Maestro 1996. 31-58. Los iiltimasavan-

GRS en OS informes ieiinidos en: Maestro1 Oominguez 2008. 321~329. 6.- Inteniinernn en la prospeccon S. Romero Sancher, F. Praf Hunado y A. Romero Sanchez, profesores de la Un!,iercidad de Huelva. En una ~~Icnsonde 91 2 m2 se aplicaron 1O 18 medldas de reslstivldad. El metodo eléctrico empleado fue el de cal~cataceleclricas en dispostim te trae^ lectronico Wenner can separacion entre electrodo de a=0.66. La prohindidad media estimada en funcon de las condiciones de hiimrdad. en el moinento de la nvestigacion es de -0.6 m a 1.10 m. Se emplearon iinidades modulares en mallas de 20x20 m titilizando perfiles de20 m en mate- rlill de ~lylony Iiiarcas de cada metro donde se tomaran meddas puntuales. 321-329; DomingueziMaestro/Pérez-AranteguilPara- (Domínguezi MaestrolMonforte 2005,368 y Domínguezl cuellos 2007, 47-57). La investigación de la arquitectura MaestrolPérez-ArantéguilParacuellos 2007, 45-57ja. de ambos periodos se ha completado en el año 2000, La tercera fase, situada entre finales del ill y el último con los trabajos de consolidación del sector mejor pre- cuarto del II a.C, corresponde al primer momento de servado (Domínguez/Maestro/Monforte 2004, 363- romanización. está documentada por la cerámica de 380). El principal objetivo de esta intervención fue facili- barniz negro helenistico del tipo A y las ánforas de tipo tar el acceso al yacimiento y procurar su exhibición per- grecoitálico y Dressel 1, junto a producciones caracte- manente quedando de esta manera contextualizado el rísticas de esta área como ia cerámica de barniz rojo conjunto en su espacio original, hecho que posibilita ilergete. Determinan la época de mayor apogeo del abordar desde distintos planteamientos su divulgación y poblado y en la que alcanzaria su máxima extensión musealización (Fig. 2). ampliándose por las zonas llanas cercanas a las lade- En este momento, la secuencia cronológica, que se ras (MaestrolDominguez2007a), posiblemente, se eri- infiere del estudio de parte de los materiales y las edifi- giría entonces la pilastra decoradag y coincidina con la caciones conservadas, y que supone un gran avance fase de mayor movilidad del pueblo ilergete en esta en la investigación es la siguiente: área de la cuenca media del Ebro. Una primera ocupación de la Primera Edad del Hierro La cuarta fase, coincidente con el segundo momento (siglos V-IV a.c.). De ella no hay edificaciones visibles de urbanización, es atestiguada por la incorporación de pero si materiales relativamente abundantes detecta- la cerámica de barniz negro helenistico tipo B y las dos en las prospecciones superficiales y recuperados ánforas Dressel 1, principalmente. A este segundo en los espacios ibéricos. La carencia de estructuras, momento corresponde un cambio en la planificación también. podría ser interpretada como la perduración urbana de parte del poblado ibérico con el consiguien- excepcional de producciones de esta etapa, en este te cambio de función del lugar, que acontece entre el caso cerámicas, cuando la cultura ibérica está plena- último cuarto del il a.c. y las "guerras sertorianas" y mente desarrollada en la zona (Dominguez/Maestro representa el avance y afianzamiento del proceso 2000, 43-45)', romanizador a través de la reorganización y control del A esta ocupación le sigue el primer asentamiento del territorio. periodo ibérico que ha dejado huellas de la ordenación La quinta y última etapa, se produce tras un período *26 urbana realizada entre el s. IV a.c. y finales del III a.c., de abandono con una población residual. probable- datación fijada por la presencia de fragmentos de cerá- mente entre el 49 y el 69 d.c., en la que se detecta de mica ática y una moneda hispanocartaginesa entre el forma muy minoritaria cerámica sigillata de tipo itálica conjunto de cerámicas indígenas. Esta antigüedad y sudgálica, y cerámica de paredes finas junto con para el inicio del asentamiento ibérico supone una una gran basa de columna de tipo toscano lo que nos novedad respecto a lo que hasta el momento sabíamos induce a pensar en otras funciones de la parte baja del

7.- Los resultados de recientes trabajos, tanto de prospección como de excavación, en hascercanas a La Litera plantean la necesidad de revi- sar el transito de ia Ptimeia a la Segunda Edad del Hierro en el tsiritorio iiergsts, a este iespecto ver: LAFRAGUEIA, 1, Contribución al estudio del Pobiamiento Ibérico en tpoca Preiromana en !as comarcas de le Hoya de Huesca y el Somontano de Barbastia (Huesca), Xlll Coiloqui lntemacionai d'Arq~ecloglade Puigceida. Hommafge a Josep Barberá iFanas, el Mon lbenc a!s Paises Calalans, 14-16 novembre Puigcsrdd.

2005. 313-323 GARdS. l. llergets i lacetans occidentals. Deu anys de recerques i algunes propostes de sintesi. Xlil Col.loqui lnternacionai d'Arqumlogla de Puigcerda, Homenaige a Joseph üarbeiá iFarras, elMon lb& als Paises Cafalans, 14-16 novembre Puigceidd, 2005,411-440 y JUNYENT, E., LAFUENTE. A Eis Vilars d'Aibeca en el contexi de ia iberització de la Calalunya accidental. 111 Reunid lniernacionald'Arquwlogia de Calafell, De comunifals iocals ais eslats arcaics: la formacid de les socielals comple>iesa la costa del Medilerrani occidenlal (Homenatge a ~tqueiCura), Calafell, del 25 al 27 de novembre de 2004, 2007. 8.- Cronologia revlsada tras la constatación de ceramica ática en el conjunto de cerámica de barniz negro, ya que en nuestros Primeros trabajos la habiamos fijado a mediados de la csnturia siguiente. por lo que tendremos que reexaminar cienas cuestiones en reiación con ia transición entre ia Primera y Segunda Edad del Hierro, tal como hemos dicho. 8.- Considerada unas veces Monumento y otras Estela. ha sido estudiada desde diferentes peispectnas en relación con la religiosidad de los pue- blos prerromanos: BELmN, A, 1970, La inscripción ibetica de Binefai en el Museo de Huesca. IXCongreso Nacionalde Arqueologia, Zaragoza. 518.522; MARCO, F., , V. 1976. Ei monumento lbético de Binéfar, erenae 12, Barceiona. 91-115; SOPENA. G. 1986, Dioses, etica y ritos, Zaragoza. Reaenternsnte. se han propuesto nuevas interpretaciones y cionologlas. F. Buriilo la interpreta como una Estela Funeraria slmi- la! a las del Bajo Aragón. aunque con caracteristzas singulares: J. Guitart i J. Pera también la inciuyen en el ambito funeraria ai establecer para. ietos entre 6sta y una haiiada en Guissana (Lleida): l. Gaices penca que el monumento original ss erigió al reves de como este expuesto en ia actualidad, io que resuelve la cuestión del sentido de lectura de la insctipclón central, e implica que las manos habnan sldo representadas con los dedos hacia abajo. igual que sucede en ia estala del Paiao (Aicañid, propone una datación de pnnclpiac del szglo 11 a.c. y la entiende como un monumento de ia expresión ideológica de ia aristocracia ileigete; por ultimo. S. Allayé. en !a misma Ihea, afirma que su iconoQrafía... respndea un programa ideoldgico coherente desftnado a exaltar la viclonb de !a dite guerrera.. Figura 3. Piano del barrio de la cumbre y ladera nor-occidental.donde se diferencian las estructuras correspondientes a las dos fases principales de ocupación.

127 yacimiento, quizás como villa rustica. Esta ocupación Otras actividades productivas están vinculadas a la ela- se prolonga de manera lánguida hasta el siglo II d.c., boración y conservación de productos alimenticios y la centuria en la que el yacimiento es abandonado, y del fabricación de tejidos. La arcilla fue de nuevo la princi- que desconocemos otro uso posterior hasta el aprove- pal materia prima destinada a la manufactura de los chamiento como zona de pasto y cultivo del período recipientes junto con otros utensilios y herramientas, ya contemporáneo (Maestro/Dominguez 1987, 135-167) que no faltan en el ajuar doméstico los útiles de metal, (Fig. 3). aunque de momento no hemos descubierto indicios de recursos minerales ni de trabajos relacionados con metalurgia. Sin embargo. sí se constataron indicios de ACTIVIDADES PRODUCTIVAS: LA FABRICACIÓN un posible horno cerámico localizado en la ladera CERÁMICA oriental, desaparecido en la actualidad debido a la construcción de una balsa de regadío en este lugar Las principales actividades productivas que se detec- (Maestro/ Domínguez 2007a). tan en el asentamiento se centran en los trabajos de Destaca sobre todo una alta producción de cerámica cantería para el aprovisionamiento de piedra arenisca hecha a mano y a torno para uso doméstico, además abundante en las proximidades destinada a la cons- de ánforas y grandes tinajas de almacenaje. Igualmente trucción de los cimientos de los diferentes espacios está presente ia cerámica gris monócroma de la costa ibéricos primero y del conjunto arquitectónico romano catalana: las formas abiertas se pueden asociar a pro- posterior Para la fabricación de útiles de trabajo como totipos del círculo de las producciones hetenisticas de molinos se usó igualmente la piedra, pero ésta de con- barniz negro equiparándose a las formas de cuencos glomerado y granítica de extracción externa al yaci- Lamb 25 y 27ab o de mayor diámetro como las fuen- miento, que en un uso secundario se reutilizaron en los tes Lamb 26, Su presencia se suele constatar entre los muros de sillarejo de la fase romana para encajar los siglos II y I a.c. Por otro lado, las escudiilas derivadas bloques principales. También la fabricación de adobe, claramente de a forma 1 en campaniense B son más principal elemento de construcción por sus ventajas, recientes, del siglo I a.c. en particular por la fácil obtención de la materia prima Los recipientes cerrados son jarras de forma bicóni- in situ, ya que el componente del suelo son margas y ca o bitrococónica. Se han localizado ejemplares que arcilla, y el uso de la madera para los refuerzos de se adscriben al área catalana (I'Emporda) y otros vanos de puertas y ventanas. diferentes por sus características que corresponden a producciones locales o regionales sin especificar. La pie es propio de formas evolucionadas del segundo vasta producción de estas piezas y su pewivencia hace cuarto del siglo IV a.c. Algunos muy similares aparecen que el espectro cronológico oscile entre finales del siglo en Ullastret (Picazo 1977, 112). En nuestro caso lo IV y el siglo 1 a.c. Una variante se relaciona con los cán- hemos adscrito a la forma 22. aunque podría pertene- taros y jarras. con una o dos asas, quizás de origen cer también a la 21, que de hecho suelen ser formas de colonial, cuyo uso es habitual desde finales del siglo 111 aparición conjunta. Por su tipología corresponde a la a comienzos de¡ I a.C, especie F211 y a la serie Ca5 (Morel 1981,482 y 4481, Esta cronología está confirmada por la cerámica de que pertenecen a producciones de mediados o finales barniz negro que va a centrar nuestros siguientes pun- del siglo IV, aunque se utiliza en formas producidas en tos. Por una parte, la presencia de cerámica de impor- el Taller de las páteras de tres palmetas radiales en tación anterior a las producciones itálicas, de finales del Roses, como derivación de la cerámica ática, forma 2 IV, aquí en número muy reducido, y por otra, la cerámi- de Sanmarií (Sanmartí 1978,595-596). En detinitiva, se ca de barniz negro del tipo A, muy numerosa, que con- trata de pies típicamente áticos y de sus imitaciones en cierne a otras importaciones del asentamiento. La exis- el Mediterráneo occidental. tencia de las producciones tipo B. o B-oide, y las imi- La decoración se compone de palmetas enlazadas por taciones, junto a las ánforas Dressel IA y IB, son testi- los tallos, a las que rodea un circulo de ovas elipsoida- go de las sucesivas remodelaciones, la más importan- les impresas. Por encima de esta banda o circulo se te la que se produjo entre finales del sigio 11 y el primer adivinan los enlaces de otro grupo de palmetas. cuarto del I a.c., ya apuntada. Estas ultimas produccio- Solamente se han conservado tres palmetas de nueve nes podrían haber llegado de otros talleres diferentes hojas con el tallo en forma de flecha y volutas en la a los de Cosa y Cales, posiblemente de Etruria o de base, que no están encerradas en un cartucho y que la Magna Grecia; aunque tal vez nos hallamos ante miden 11 mm.; en el fondo externo aparecen tres cír- cerámicas elaboradas en un taller peninsular, afincado culos oscuros formando zonas de resetva (Fig. 4). Los en el área ampuritana, hace tiempo apuntado por E. elementos decorativos son similares al tipo de palmeta Sanmarti. ática, con ejemplos en Alorda Park (Calafell). definido como tipo 2. aunque de tamaño mayor, que se fecha 128 en la primera mitad del siglo IV sobre fondos de la LA CERAMICA DE BARNIZ NEGRO HELEN~STICO forma 22 (Sanmarií 1996, 1281, y también sobre todo O CAMPANIENSE con el tipo 5 del pecio de El Sec, que decora algunos otros fondos hallados en este barco (Arribas et aiii CERÁMICA DE IMPORTACIÓN ANTERIOR 1987, 209, Iám. 11.5), aiguna semejanza con el tipo 8, A LAS PRODUCCIONES ITÁLICAS aunque en éste el tallo central es más triangular (Arribas et al!¡ 1987, 211-213, Iám. 111.8). ES interesante destacar la existencia en el conjunto que Estas formas, por otra parte, son frecuentes en yaci- estudiamos de una muestra de cerámica ática. Su mientos ibéricos del Levante y Murcia. existiendo ejem- imporiación constituye la más antigua localizada en el plos de sus habituales decoraciones en San Miguel de yacimiento, enlazando con el momento de penetración Liria(Mezquiriz 1954, 160-161 y 164-166) o La Bastida de la cultura material de influencia helénica en asenta- de Mogente (Lamboglia 1954. 110-118 y 120-122, Iám. mientos ibéricos, que se extenderia por la zona oriental WI; Álvarez Garcia et aiii 1997, 272). fechados hacia de la provincia oscense, como ha sido estudiado en mitad del siglo 1' otras comarcas aragonesas (Sanmarti 1975, 1976). Decoraciones similares se datan en El Cigarrelejo entre Corresponden a un borde de una fuente de labio cur- el primer y segundo cuarto del siglo IV (Cuadrado vado (incuiwng rim bowo (Fig. 4). que suelen tener 1963, 136-137). En el pecio de El Sec de Mallorca, fondos de tipo anular altos y en la parte interior de los cuyo hundimiento se fecha hacia el segundo cuarto, mismos una decoración de palmetas y ruedecilla; siwe aparecen abundantemente (Arribas et aiii 1987, 259- esta peculiaridad al fondo localizado en La Vispesa y 263). que puede pertenecer también e este grupo (Arribas et Ambas formas están en las fases 1E y 102, de Lattes aiii 1987,204-206). En el repertorio de More1 se corres- (Py et aiii 11990, 72 y 78), aunque se consideran resi- ponde con la forma F2771. que se data entre 350 y duales de los primeros momentos de contacto de la 275 a.c. (Morel 1981, 220-221). población local indígena con las importaciones griegas. La otra pieza es un fondo de pie alto y fino. de paredes Con las dataciones aplicadas a estas fases y el contex- cuwas, presentando la interior, en la unión con el fondo to en el que se mueven, junto a producciones de los exterior, una suave acanaladura; esta última zona está talleres occidentales, se presentan como elementos resewada de barniz y presenta en conjunto unas tona- aislados o amortizados de uso (hacia 300-275 a.c.). lidades rojizas formando dos circulos decorativos. La Otros ejemplares de estas producciones se pueden zona de apoyo se reduce casi a un ángulo. Este tipo de localizar en yacimientos del litoral catalán como Alorda EL YACIMIENrO OSCENSE DE LA VISPES: LA CERÁMICA DE EIARNIZ NEGRO HELENlSTiCO EMPURIES 552C07. 123-139

Figura 4. Cerámica de importación anterior a las producciones itálicas (1-20). AI~MIJOENA DOMNGUU. ELENA MAESTRO, PEDRO PARACUELLOS EMPURIES 55, 7Wi 123.139

o Producciones áticas m Talleres Occidentales s. III o Cam~anienseA 24.14 m Campaniense By derivados

Figura 5. Distribucon de la ceramica de imporfacion de barniz negro

iCuencos-escudllas

O Platos m Vasos con asas

Figura 6. Repenorio formal de a de tipo A

m Cuencos-escudillas Platos Vasos con asas Copas m Pixides

Figura 7. Repertorio formal de la de tipo B EL YAClMiENiO OSCENSE DE LP VISPECA: LA CERAMICA DE BARNIZ NEGRO HELENISIICO EMPVRIES 55. 2007. 123-139

Park (Sanmartí 1996, 120-124), o algún fragmento pro- Les Castels (Nages) aparece una pequeña base muy cedente de asentamientos del Bajo Aragón turolense similar, en este caso acompañando a producciones de (Sanmarti 1976). campaniense A de pleno siglo II (Py 1978, 49, fig. 4.77 La cronología oscila entre el 430 y el 310 a.c. En cual- y fig. 8). quier caso, el descenso de las importaciones áticas se manifiesta en el Mediterráneo occidental a partir del Tipologia de la cerámica de importación 325, momento en el que son sustituidas por las pro- Por el volumen de los hallazgos se analizan a continua- ducciones de los taileres protocampanienses de las ción más detenidamente las dos producciones mayori- Pequeñas Estampillas o de Roses. tarias del yacimiento y sus repertorios formales. De las producciones de los Talleres Occidentales se Ei repertorio de la campaniense del tipo A para las han localizado varios fondos decorados (Fig. 4). Esta variantes media-clásica y tardia se compondría princi- denominación intenta agrupar a las producciones de palmente de boles de pequeño tamaño con el 41,77% barniz negro que sustituyen a las importaciones grie- (formas 25lF2787-88, 27ablF2783-4 y 27c/F2825), a gas. Se trata de talleres que a partir de finales del siglo continuación los cuencos profundos (formas 31lF2950 iV ven a producir vasos que copian o imitan las diferen- y 33lF2973-4) y las escudillas (formas 27BlF2824-5 y tes importaciones que llegan al Mediterráneo Occidental. 28lF2646) que suponen el 30,38% y por último los pia- Estas producciones protocampanienses. según la termi- tos (formas 5lF2252-55, 6lF1443 y 36lF1312) con el nologia acuñada por Lamboglia (Lambogiia 1952, 165- 25.32%. Las copas o vasos con asas (Morel 68lF3131) 167; 1954, 108; Morel 1981,49),se pueden agrupar en solamente son un minoritario porcentaje del 2,53% el Taller de Roses, claramente identificado en la mono- (Fig. 4). Como se observa el servicio de mesa se com- grafía de Sanmartí (Sanmarti 1978, 551 y SS.). pondría de plato, cuenco o escudilla y bol, muy similar En La Vispesa están presentes las tipicas tres palmetas al de otros yacimientos del Mediterráneo. La variante radiales, rodeadas por vanos círculos de estrías a rue- tardia, en este caso, acogería la mayor parte de los pla- decilla de forma romboidal, En el centro del fondo inter- tos de las formas 5 y 6, boies de las 25 y 27c, escudi- no hay un círculo concéntrico irreguiar; atendiendo a la llas de la 278 y algunos cuencos de la 31 morfologia del pie, éste es grueso, de sección recta, En cuanto a la carnpaniense del tipo B (pasta clara) y rnuy alto, superficie de apoyo limitada a una pequeña sus derivados, el repertorio de la producción etrusca, 131 área y fondo externo abombado, se puede relacionar casi un lo%, se centraría en platos de las formas con el tipo 3 Sanmarti, aunque en nuestro caso no es 5lF2250-55 y 6lF1440 y pyxides de la forma 3lF7544; tan estilizado y tiene un aspecto, en general, más pesa- mientras que el otro subgrupo de pastas claras caicá- do (Sanmartí 1978, 555 y 596). Posiblemente podria reas de origen indeterminado tienen un mayor abanico pertenecer a una pátera profunda del tipo 26 (F2762), formal, encabezado por las escudilias (formas que fue la forma más extendida en el Taller de las Tres 1lF2320-23 y 8lF2654) y los cuencos (Sanmarti 166) Palmetas Radiales, como se atestiguan con similares que suponen el 42,86%, seguidos de los platos decoraciones en el Tossal de les Tenalles (Sidamunt) (37.14%), en tercer lugar las copas y vasos con asas (Barberá 1964-65, 158, fig. 9; Principal 1993, 95, 98 y (F4753, forma 10lF3451 y MP127lF3120) con el fig. 12) o en Margaief (Principal 1996, 145-146). 11.43%, los píxdes (F7510-7540)suponen ai 5,71% y, Otro fondo, que se adscribe sin duda a una forma de por último, las copas sin asas (F1532) el 2,86%. (fig. 8). pequeño tamaño o bol, presenta una roseta central En este caso el servicio de mesa pivota en dos fomas, muy desgastada, que podría haber albergado 8 ó 9 el plato (forma 5) y ia escudilla (forma 1). el resto de¡ pétalos o quizás trazos radiales en un número de 9 a repertorio es rnuy minoritario, quizás por el uso para 11. El pie tiene una cara exterior sinuosa, marcada, beber de otro tipo de recipientes importados, como las mientras que al interior esta pared continúa de forma paredes finas, o de producción local. curva para finalizar en el centro en un cono de tornea- El indice de concentración es predominante de la cam- do marcado, habitual en producciones de carácter paniense A sobre la 8, con porcentajes elevados de la artesanal. Qemplos parecidos podemos encontrar en variante media-ciásica con formas y decoraciones que cuencos del tipo Lamboglia 27 en Empúries y en Roces se pueden adscribir a pleno siglo ll; la existencia de pie- (Sanmartí 1978, 140, Iám. 25.332; 496, Iám. 81.1477; zas de la variante tardía y el peso específico que puede 519-520, Iám. 84-85.1542-1543; 528. lám. 87.1584 y ir teniendo la campaniense B nos indica un momento de 537, lám. 90.1622), mayoritariamente en producciones los primeros decenios de la siguiente centuria. Las del del Taller de Reses: en el Tossal de les Tenalles tipo B mantienen un repertorio también muy clásico y (Principal 1993, 96, fig. 3.23), donde se señalan otros habitual, resulta interesante la presencia de algunos eie- paralelos en Puig Castellar (Santa Coloma de mentos, aunque esporádicos, como las copas F4753, Gramanet). Otros ejemplos son de Lattes, en la fase Sanmartí 166 y MP127IF3120, que se están asociando 182, que se fecha a comienzos del siglo II (Py et alf a producciones calenas en fechas transicionales de los 1990, 93, fig.2-20.2); en ei estrato 4 del depósito J1 de siglos ll y I a.c. junto con producciones de otras áreas. ALMUDENA DOM~NGUEZ,ELENA MAESTRO, PEDRO PARACUELLOS EMPiJRlES 55, 2007. 123.139

Figura 8. Tipologia de la ceramica de imporiacidn (1 -12). 132

Valoración y conclusiones los hallazgos de las producciones de los talleres occi- Se constata la presencia de cerámicas de importación dentales parecen testimoniar este hecho. posiblemen- desde fechas muy tempranas mediados-finales del te porque a los clientes a quienes se dirigen les gustan siglo IV, que marcan posiblemente ese contacto inicial estos modelos, o quizás porque cubren un momento con otras gentes precisamente en un momento evolu- de decadencia en las importaciones de las colonias cionado de los intercambios comerciales costeros, griegas. Hay que mantener los contactos e intercam- donde existen establecimientos estables a lo largo del bios con las elites locales y los pueblos del iitoral e inte- litoral levantino y catalán que ponen en contacto a pue- rior peninsular: podríamos utilizar el término de fidelizar blos y productos diferentes. a los clientes que se han creado en un periodo anterior En el siglo IV las cerámicas de importación han dejado El poblado de Margalef (Torregrossa, Pla dSUrgell)ofre- de ser un producto exclusivo de un grupo determinado, ce un panorama interesante, a este respecto, al cubrir jefes tribales o personajes destacados en su comuni- con sus hallazgos el siglo lll a.c., aunque la cronologia dad, para pasar a ser ya un tráfico comercial sistemáti- se concentre mejor desde la mitad del siglo o en su co de productos; el volumen de cerámicas importadas segunda mitad; son datos contextualizados con otros responde a una relación más global y a gran escala, se materiales como los kalathoi o el barniz rojo ilergete continua repartiendo las importaciones a un sector (Principal 1997, 160). En apoyo de esta datación se minoritario de la población, pero es más amplio que en encuentra la ausencia de importaciones propias del otras etapas, de esta forma se actúa sobre un grupo de siglo II como las producciones del tipo B o de origen presión social dentro de una comunidad. caleno, la vajilla común itálica o los contenedores anf6- Siendo evidente este modelo tan desarrollado en áreas ricos, e incluso la falta de ejemplares pertenecientes a murcianas, andaiuzas o ampuritanas, se trasladará al le facies media del tipo A, que se pudieran situar en el interior de la Península poco a poco y estos elementos segundo cuarto de esta centuria como las formas 5,6, importados formarán parte de la comunidad indígena 8b o las decoraciones en hojas de hiedra (Principal donde han ido llegando. Para estos intercambios 1997, 142), que, por otro lado, están presentes en La cobra importancia, aunque no lo notarán tanto lugares Vispesa. como La Vispesa, la caida del predominio de las poiis En este oppidum predomina la campaniense A antigua, originarias griegas frente a otros centros de redistribu- el repertorio que presenta se localiza en otros yacimien- ción y fabricación como Massalia. Rhode o Emporion, tos del occidente de Cataluna con niveles en torno al EL YACIMIENTO OSCENSE DE L4 VtSPESA: L4 CERAMICA OE BARNIZ NEGRO HELENiSTiCC EMPÚRIES 55, 2W7 123.139

LV tipo A Valentia Lattes A Lattes A Tossal de CC.NN. A Torre de ! Empúries (138a.C.) fase media fase tardía les Tenalies la Sal A silos 4350 l ..~.-~L . -. .. .. - .- y 4300

PlatoIFuente 25,32- - ---31,4 13,46 24,45 10,6 54.55 3387~ 3725

CuencosIEscudillas. 30.38 34.2 32.05 ~~45,33 56.6 9,09 ~ 20,97 25.49 Boles 41.77 33.6 50.96 28,85 , 22.1 31 $2 40,32 23,53 ~-~ ~-, / -- - _ - __ _ --. Vasos con asas 2,53 VI---'-~ 0.8 352 1 1,37 8,8 4,55 3.23 13.73 CopasNasos sin asa 1.7-- !

Figura 9. Barntz negro tipo A en diversos pobiados del Mediterráneo (elaboración propia).

PlatoiFuente

CuencosIEscudilIas .- -. - Boles i . - .. . . .- - Vasos con asas 11,43 -~~ CopasNasos sin asa - - -.3,33 - - .~.. - Pixides 13.24

Figura 10. Barniz negro tipo €3 en diversos poblados del Mediterráneo (elaboración propia)

l - ... < 1 ~ M.RO~~L-!O'O .-i'v~~~~~ PiatoiFuente 28,95.-1 58.06 46.3 22,7 59.2 4634 39,39 7"-34121 - . -. 25.81 32.1 43,1 133 Boles . -. .- 2835 7,53~-~~~..-~~~LP-- 272 40,6 15.3 72 3.66 5,26 Vasos con 526 4.3 4.2 asas- ~~ 6,l 9.1

-CopasNasos sin asa 0.88 -- 4c 1 Pixides 1.75 13.1 6.8 3,1 6.1

Figura 11. Conjunto vascular de cerámica imporlada de barniz negro (extraído de Beltrán Lloris ei al¡¡ 1998, 769 y elaboración propia).

200 a.c. Este servicio se compone, en primer lugar, de precipitado, que romperian la dinámica de funciona- vasos para el consumo de alimentos (o para otros miento de sus habitantes, llegando a provocar una usos). donde se encuadran la gran escudilla 278, el bol fuerte recesión socioeconómica ante el nuevo panora- 27ab y otra escudilla menor como la forma 28ab. y. por ma politico-militar romano, que se va a desarrollar a otro iado, una copa para el consumo de líquidos: Morel partir de este momento. Estas señales de cambio se 68 (F3131) (Principal 1997, 159-160), estando ausen- observan en poblados como el Castellet de Banyoles tes otras formas más habituales en la facies antigua en Tivissa, Molí d'Espigol, Gebut, Margalef o el Tossal como la 23 o la 33a. quizás sustituidas por formas de de les Tenalles (Principal 1998). los Talleres Occidentales o Etrusco-laciales, que tienen Puede resultar, en cierta medida, estimulante pensar en estos ejemplares representados en el poblado. esa ausencia o escasez de elementos de la facies anti- Los acontecimientos de la segunda Guerra Púnica gua del tipo A, cuando se constata la existencia de (218-206 a.c.) debieron de afectar no sólo a los gran- poblados desde finales del siglo IV, que deberían des núcleos de interés estratégico en el iitoral, sino haberlos recibido, como consecuencia del abandono también a buena parte del área en que se encuentra La de oppida durante un periodo de tiempo comprendido Vispesa, habida cuenta de las posteriores rebeliones entre el finai del siglo lll y comienzos del II, aunque se de los ilergetes que recogen las fuentes, acaecidas matice por el hecho de que en asentamientos interiores inmediatamente resuelto el conflicto con Cartago. la variedad de formas que llegan disminuye respecto a las Buena parte de los asentamientos del occidente de que se pueden localizar en poblados más importantes, Catalunya o de ia región valenciana (Arasa 2001, 193 sobre todo del litoral, que actuarían como redistribuidores SS) muestran estos signos o niveles de abandono o intermediarios. La existencia de esta mezcla de producciones de dife- concreto (Taula Rodona 2000, 97-98). En otro yaci- rentes momentos implica tanto la resistencia a abando- miento levantino Torre de la Sal (Castellón) aumenta un nar el uso de algunos recipientes por una población poco más el grupo B (27,6%frente al 71,3% del tipo A), que poco a poco se romaniza, que irá adoptando las en este poblado la cronología se enmarca en pleno maneras itálicas de consumo, con la llegada de pro- siglo II, no pudiendo alejarse más allá del 100-90 a.c., ductos y alimentos novedosos, como también la con- por la presencia de ánforas DrlC y Lamb2 y la escasez centración en dos o tres formas que formarán el servi- de la campaniense B calena del tipo tardío (Arasa cio básico: pátera Lamb. 5, escudilla Lamb. 1 (Lamb. 2001, 92-101). 8) y copas-cuencos Lamb. 31 o vasos de paredes Los datos del anfiteatro de Cartagena detallan esta finas. substitución paulatina de una producción por otra Como se ha podido observar la proporción entre la desde la fase 27 fechada en la primera mitad del siglo producción del tipo A y las producciones en pasta II, donde el tipo A supone de nuevo las tres cuartas clara del tipo B as favorable para la primera en el con- partes de la vajilla, hasta la fase 3a con un terminun junto vascular de la cerámica de mesa importada de La ante quem del 80170 a.c. donde casi se equilibran los Vispesa. Nos vamos a apoyar en el análisis y compa- porcentajes (55,3% para la A y 42,3% para la 8) (Taula rativa de los hallazgos en conjunto en otros yacimien- Rodona 2000, 130, 133-134). Esta referencia de tos peninsulares que nos pueden ayudar a encajar la Cartagena puede asimilarse al material de ios silos del cronología de las cerámicas de barniz negro de La Campo Laia (Empúries),con idénticas proporciones en Vispesa, y el peso especifico que determinadas formas el primer cuarto del siglo 1, predominio claro de la pro- tienen sobre otras (fig. 9-1 1). ducción tardia de lschia sobre otras del tipo B. incluso En Tarraco es interesante destacar el estrato tardorre- con la revisión integrai de estos materiales en el conjun- publicano del solar del Colegio de Arquitectos excava- to general del área del foro ampuritano y dentro de un do por Aquilué (Aquilu6 1993a, 594; 1993b, 72-73), contexto ceramológico similar al nivel de destrucción donde la proporción es mayor en los fragmentos de de Valentia (Sanmarti 1978, 450-451; Taula Rodona campaniense A (72.23%) frente a la campaniense B y 2000. 35-36). similares (27,77%),lo significativo son las formas loca- Ya en el valle medio del Ebro debemos acudir a los 134 lizadas habituales en entornos de pleno siglo II, poste- datos de Azaila, donde esta proporción es, por el con- rior al 150 a.c. (Lamb. 27, 55, 31, 33, 28, 36, 6 y Morel trario, favorable a las producciones del tipo 8, el tipo 68) junto a piezas calenas como Lamb. 5/7,6 o el pyxis A representa solamente el 12% del material estudiado, F7510, que lleva el conjunto hasta los dos últimos cuar- en los primeros decenios dei siglo I a.c. (Beltrán 1984, tos de ese siglo, en un momento de inestabilidad mili- 132). tar en la península con el reforzamiento de la segunda En primer lugar, se comparan las formas del tipo A por linea defensiva de Tarraco, base de las operaciones su posible uso o contenido vascular con el nivel funda- militares en las guerras contra los pueblos celtibáricos. cional de Valentia (136 a.c.), las fases media y tardía Estos datos se ven reforzados con el resto del material de Lattes, los hallazgos de los campamentos numan- importado: paredes finas y ánforas (150.133 a.c.). A tinos, los del yacimiento de Torre de la Sal y de los silos excepción de la Lamb 55 ei resto de formas de Tarraco 4350 y 4300 de Empúries (Bats 1990, 353-355; se localizan en el repertorio de La Vispesa. Principal 1993; Sanmartí/Principal 1997; Taula Rodona En Empúries el estrato Vil de la Muralla Robert, sola- 2000, 32). mente con elementos del tipo A y alguna imitación local El peso específico de los cuencos es evidente, supo- (tipo O), cuyas formas están presentes en el grupo 2 de nen la mitad del conjunto en ia fase media de Lattes Hipona (Morel 1968, 59) al igual que en varios de los (175-150 a.c.), en La Vispesa y Torre de la Sal están depósitos de Cosa o en pecio de Grand Congloué 1, muy cerca, quizás por tratarse de lugares que están en que junto a las decoraciones, la ausencia de las formas proceso de romanización; mientras que en el Tossal de 5 y 6 y los perfiles de las bases apuntan a un momen- Les Tenalles que tiene una datación antigua este peso to entre el primer y el segundo cuarto dei siglo II se decanta hacia las escudillas y cuencos (principal- (Sanmartí 1976,293-296),predominando las escudillas mente formas, 26 y 28 de Lamboglia),donde los platos y cuencos (formas31. 33b y 26), pero con una presen- tienen poca presencia, iguai que sucede en Lattes cia significativa de los platos (formas 55 y 36), que medio. suponen el 35,09%. Los silos ampuritanos (en el ala este del criptopórtico La proporción que aporta el nivel fundacional de del foro) fechados a mediados y tercer cuarto del siglo Valentia es también favorable para la campaniense A, el II a.c. tienen un porcentaje elevado de platos (Lamb. 74,85% frente al 25,20% de las producciones del tipo 36), los cuencos y escudillas (Lamb. 31, 28), junto con 8, es decir tres de cada cuatro piezas pertenece a los los boles de la forma 27 y las copas Morel 68 (F3131) talleres ischianos, en un momento cronológico muy conforman este servicio de mesa; mientras que en la EL YACIMIENTO OSCENSE DE iA VISPESA: L4 CERAMICA DE BARNIZ NEGRO HELENISTICO EMPORIES 55, 2037. 123-139

fase tardía de Lattes (c 125 a.c.)disminuyen los boies Los repertorios clásicos de las producciones A y B se aumentando las escudillas y los platos, indicando cam- quedan sin un fundamento claro cuando irrumpen en ei bios de costumbres culinarias y gastronómicas, con el panorama de las importaciones las producciones cale- incremento de uso de los platos, que se manifiesta más nas. que primero adoptan los modeios campanos de eievado entre los usuarios itálicos de los campamentos tradición ática, básicamente la campaniense A, junto a del cerco numantino, más de ia mitad de su vajilla, o de otros propiamente itálicos, que se habrían distribuido los habitantes iniciales de Valentia (fundación ex novo), hasta el momento en grupos y áreas reducidas -pro- decayendo los vasos con asas en beneficio de las pro- ducciones locales o regionales para Morel-. para que ducciones de paredes finas. en unos 50 6 70 años se adopten los modelos más Los vasos con asas como F3131 y otros similares toreuticos que tienen las formas del tipo B provenien- comienzan a tener una buena acogida en estos poblados tes, tal vez mayoritariamente. de la llamada Etruria que se están romanizando como en los que se localizan marítima, en el sistema ibérico centrai: Los Castellares de Herrera Determinadas formas de La Vispesa como Sanmarii de los Navarros o Segeda caragoza) (Bunllo 2001 -2002, 166, F4750. F3120, etc., suelen adscribirse a produc- 221,225), por el contrario esta forma no tuvo buena aco- ciones calenas en otros yacimientos, apareciendo junto gida en Itaiia, siendo más abundante en Cataluña o en con otros ejemplares del área etrusca, y en las formas África. Será en las provincias donde se utilicen fornas habituales del repertorio B: 1, 5, 2. 3, 8, etc., junto a pertenecientes a repertorios arcaicos, exigiendo a los piezas retrógradas (Lamb. 33, F2820, Lamb. 55, ...) en centros de producción que los mantengan, los copien o su fase media. En nuestro caso, tras los análisis quími- imiten provocando una brecha entre el repertorio que se cos realizados sobre una muestra del tipo 8, que incluía exporta y el que se consume en el interior Un caso simi- alguna de estas formas, no hemos encontrado parale- lar sucede con la F3121 en el Languedoc, que pervive en lismos con las producciones calenas. sospechando uso hasta mediados del siglo l a.c.. cuando su periodo que se trata de productos de otra área itálica o de pro- de vida había finaiizado en la segunda mitad del siglo II; o ducciones propias de la Península Ibérica (Dominguez se mantiene un catálogo conse~vadorno cambiando for- el alii 2007, 47-54). mas que se siguen produciendo hasta el siglo I a.c. Estas vajillas son las que aparecen en la mayor parte de como la jarrita F3450 (Morel 1981. 506-507). los oppida y asentamientos hispánicos. concentrándo- En segundo lugar, los datos que aportan las produccio- se en dos o tres momentos: nes de¡ tipo B en Torre de la Sal, Torre dSOnday los -Los primeros decenios del siglo ll se mantiene el pre- campamentos numantinos (Arasa 2001. 92-101; dominio de los vasos multifuncionales (polivalentes): ArasaIMesado 1997; SanmartiIPrincipal 1997). cuencos, escudillas y boles, que sirven tanto para ser- Los platos importados mantienen un nivei bajo en La vir como para beber A la postre. que la introducción Vispesa, aunque hayan desaparecido los boies, se han paulatina de la cerámica de barniz negro en el interior substituido por las escudillas y cuencos de las formes peninsular viene acompañada de la fidelización de unas 1, 8 y Sanmarti 166, o por otro tipo de vajilla, volumen formas sobre otras por la mejor acogida que pudieron muy superior al resto de yacimientos. En los campa- tener entre los clientes receptores, como es el caso del mentos numantinos está claro que el servicio de mesa bol Lamboglia 27 de ampiia difusión, desde el Golfo de estaba compuesto por platos y escudillas en barniz León hacia el interior. negro y luego copitas de paredes finas, estando ausen- -A partir del 140/120 a.c. aumenta el uso de platos y te la forma 3, de cronologia más tardía (transición de fuentes amplias de diversos tipos con ejemplos muy los siglos ll y 1). lo mismo parece suceder en el reperto- claros en las tropas acampadas en el cerco de rio de Torre de la Sal. Numancia. pero también en la pérdida de protagonis- Los hallazgos de Torre d'Onda tienen una proporción mo de los boles. Esta función se diversifica entre otros más próxima de las escudillas y los platos, en unas vasos de barniz negro y de otras producciones tanto fachas en torno al segundo cuarto del siglo I a.c. importadas es el caso de los vasos de paredes finas (ArasajMesado 1997), la campaniense A de este yaci- como autóctonas: la cerámica gris costa catalana o las miento es testimonial. manufacturas de las vajillas ibéricas y celtibéricas. Como se ha Observado, el repertorio del tipo A se apro- -Si quisiéramos seguir los esquemas el uso -de xima a yacimientos cuya población no sigue todavía los Pedroni o del grupo de Valencia- se debe incluir un ter- gustos propiamente itálicos, y que se está adaptando a cer momento que se enmarca en la transición del siglo una vajilla más concreta para cada alimento o guiso. II al i (h. 80/70 a.c.), que confonna en muchos yaci- donde podemos intuir un sustrato altamente indígena. mientos el ilamado horizonte sertoriano (sería el caso Todo esto contrasta con los yacimientos de base itáli- de Azaila) y donde aparece la producción calena más ca como los campamentos numantinos, Valentia y qui- tardía o moderna, de elementos B-oides. por cuanto se zás Empúries en fechas próximas: 153-133, 138 y trata de vasos de¡ tipo 8, pero fuera de su ámbito de 150-125 a.c. origen. todavía junto a elementos del tipo A.

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