HISTORIA DKL FUTBOL URUGUAYO

Jueves 15 de enero de 1970

DIRECTOR Franklin Morales ASESOR DE LA DIRECCION Eduardo Gutiérrez Cortinas AYUDANTE DE LA DIRECCION- Rafael Bayce DIAGRAMADO Horacio Anón

EDITOR Julio Bayce Editores Reunidos Cerro Lorgo 949 Tel. 8.03.18 .

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LA DIRKClON NO COMPARTE NECESARIAMENTE LA O PIN IÓ N DE LOS AUTORES.

I xmi uruguayo* lian eirrito tal sez la* página* má* impre* •donante* en la* cancha» de fútbol del mundo. La obten* ríún del título de táuiipeone» Olímpico» en 1924 e» una

bazos para cualquier lado, cabecea­ CRUZADA ESPAÑOLA EL S U E Ñ O ban de coco, erraban el puntapié a la pelota cayendo de traste al suelo. En Vigo, puerto de desembarque ¡VINIERON DE TAN LEJOS! Una farra, que siguieron todos, sin de los aventureros del fútbol sud­ previo concierto. Al terminar la prác­ americano, antisolises en viaje de El lunes, 26 de mayo de 1924, a tica, uno de loa yugos se acercó y exploración de Europa, con la apren­ las cuatro de la tarde, el equipo les dijo: sión y la prevención de quien se uruguayo debutó en el estadio de —¡Qué pena muchachos, que nos adentra por tierras ignoradas, ha­ Colombes, en los exurbios de París. toque jugar con ustedes! ¡Vinieron bían tropezado con inesperada aco­ A pesar de su responsabilidad, es­ de tan lejos! gida. Era la ría de Vigo. revertida taban tranquilos. Sabían que era ne­ Compadecido por nuestra suerte. Nuestra Señora de la Candelaria, cesario ganar ese partido, por lo me­ Los ojos de Cea brillaban de picar­ pero el “Desirade” estaba rodeado nos ese partido: tal era el compro­ día, mirándose con Mazali. Héctor por vaporcitos empavesados, de los miso de los jugadores ante los dele­ Scarone, en cambio, estaba enojado: cuales descendían solemnes y ama­ gados y ante si mismos. No ser eli­ "¿Qué dice ese coso, ché? ¿qué se bles. el Gobernador y el Alcalde minados en el primer juego. De esa ha pensado?". Porque los nuestros, mayor y otros gallegos de pro, mien­ manera, ya quedarían clasificados a su vez, habían visto practicar a los tras subían de los muelles miles d< entre los 16 mejores del mundo; no yugos y se tenían confianza. Una entusiastas vítores. habrían venido desde el fondo del confianza grande, alimentada duran­ Cuando, al día siguiente, 8 de abril, mundo para hacer un papelón. te los nueve partidos ganados al hilo ganaron al Celta por 3 a 0, se repi­ Algunos días antes, los adversarios en España, y algunos, ¡vaya qué par­ tieron las aclamaciones del público yugoeslavos se presentaron a verlos tidos difíciles! Contra las piernas derrotado en su mejor cuadro, y practicar. Apenas supieron que allí bilbaínas, más duras que la misma uno de los periodistas auguró: “Por estaban los “espías", los muchachos cancha de tierra apisonada. O cuan­ el campo de Coya pasó ayer una decidieron hacer una exhibición co­ do la función épica de La Coruña, ráfaga olímpica”. Y a los cinco días, losal de patadurismo. Tiraban bom­ ¡qué 2 a 1! cuando vuelven a ganar por cuatro cuida la pelota, que yo te cuido a los gallegos”. Las defensas cercan al capitán, para impedirlo, llega el córner de Urdinarán y de nuevo ¡zas! cabeza de Scarone y gol. La hostilidad coruñesa hacia el cuadro que se retiraba victorioso, fue im­ placable. Dos días después, la revancha en­ contró malavenido al público con nosotros, y no se calmó ciertamente con la nueva victoria uruguaya, 2 a 1. Numerosos y agresivos especta­ dores invadieron la cancha, al tér­ mino del partido, y se armó una batalla general, en la cual cayeron, Atrás quedó el barrio, la angustia familiar por la aventura. Ahí delante se entre otros, Andrade volteado de un abre la ría de Vigo. garrotazo. Etchegoyhen, Uriarte que ligó un planchazo policial. De esa batalla, —al fin y al cabo, una a uno, —y éste por uno de los dos ruña, —que son cimbas ciudades ¿entre cuántas?— lo que mejor re­ penales que les cobraron, que el otro de azuzada rivalidad, algo así como cuerdan los testigos, es la guapeza lo atajó Mazali.— crece el entusias­ Salto y Paysandú,— y en lugar de de Minoli. Los dirigentes del Sporti­ mo del pueblo. la reiteración de vítores gallegos vo le habían solicitado que arbitrara, Entonces la Delegación, sorpren­ que los nuestros esperaban, se topa­ a manera de desagravio por la hos­ dida y feliz por aquel comienzo, de­ ron con general prevención y “furia tilidad de los espectadores durante cide agradecer a tan amable gente española” que el público acompañó el primer partido, y Minoli recogió con algún homenaje público, y, lue­ enardecido. Y, acaso por influencia selecta parte de los denuestos y de go de cavilarlo, se decide por una de la fecha en que se jugó el parti­ las iras de los coruñeses. Refiere placa en el mausoleo de entrada al do, 2 de mayo, decidieron actuar en Cea que “peleaba como un león, con cementerio de Vigo, que dedican, con grado heroico, daoices y velardes, ese cuerpo enorme que tenia. No cándida incongruencia, “a 'Concep­ todos. Ya uno de sus periodistas ha­ quiero viejos, gritaba, que vengan ción Arenal, los footballers urugua­ bía replicado que aquellos urugua­ jóvenes a pelear. Repartía cualquier yos”. íPor entonces, liceales, pregun­ yos serían “campeones con los de cantidad de trompadas, parecía un tamos quién era esta Concepción Are­ Vigo”, y cuando caminaba el se­ toro en la plaza”. "¡Indios, salva­ nal, y nos informaron que se trataba gundo tiempo y ellos seguían ganan­ jes!” les gritaban a los agredidos, de una socióloga y penalista del si­ do por dos a uno, se les hizo cierto pero a fin de cuentas, a los antiso- glo pasado, natural del Ferrol, cuya el desquite, a nuestra costa, contra lises les fue mejor que a su descu­ concomitancia con el fútbol o con los rivales vigueses. Pero sirvió San­ bridor, porque no fueron comidos el Uruguay nunca acabamos de com­ tos Urdinarán un córner, y ¡zas! sino que salieron ganando, y can­ prender, ni los de Vigo tampoco). cabeza de Héctor Scarone y gol. tando. Pero no es este nuestro tema, sino Llega en seguida un segundo córner Por lo demás, traían experiencia señalar que tanto agasajo vigués y Nasazzi se mete en, el área para de algo parecido, desde Bilbao, don­ puso de mal talante a los de la Co- recibirlo, diciéndole a*Héctor: “Vos de jugaron dos partidos, después de

atbut celeste en V.go reafirmó el abrazo apretado que la delegación recibió en el puerto. Esta fotografía pinta "r ambiente. A a atrás coronan el cerro medievales construcciones de piedra. En su ladera cuelgan las casas. * altura de las calles que rodean la cancha incitan a fisgonear. A pesar de que los previsores organizadores d ie ro n largas telas detrás del arco. Los uruguayos jugaron por la comida y el hotel para dormir. “ Per los campos fie Coya pasó ayer una ráfaga olímpica”, sentenció un vigués: tres a cero el día del debul, cuatro a uno a ios cinco días. Minoli, Andrés Mazali, José Vidal, José Leandro Andrade, José Nasazzi, Fermín Uriarte, Alfredo Ghierra, Ernesto Fígoli, Santos Urdina rán, Héctor Scarone, , Pedro Cea y Pas­ cual Somma.

Vigo y antes de La Coruña. Habían de Etchegoyhen y Petrone, y Mazali hostilidad vizcaína, fue reemplazada llegado ya desacomodados a la capi­ atajó otro penal, el público concluyó por rebosante cordialidad guipuzcoa- tal vizcaína, luego de un penoso via­ aplaudiendo a los uruguayos. (Pero na, ganando nuestro equipo un único je en ferrocarril, —esos ferrocarri­ los críticos deportivos, no; al dia si­ partido en San Sebastián, por goales les españoles, ¡había que soportar­ guiente, seguían encontrando que de Etchegoyhen y de Scarone. Ju­ los por aquellos tiempos!—, y fueron eran unos pataduras. ¡Ah los críticos gadores, público y prensa, mostraron recibidos con frialdad. El field . de deportivos!). simpatía y ofrecieron nutridos aplau­ San Mamés era duro y pelado como En esto de atajar penales, Mazali sos. Curiosa, es esta diferencia radi­ cancha de taba. Cuando, en la vís­ aumentó su fama durante la gira cal de actitud entre pueblos simila­ pera del partido, lo visitaron, esta­ española, según él porque contaba res y en las mismas circunstancias. ban, regando con grandes mangueras, con la colaboración de Vidal, quien También una grata impresión se como para convertirlo en un lodazal, se acercaba al goleador contrario y llevó la Delegación de Madrid, don­ acostumbrados como estaban ellos a le decía, un segundo antes de patear: de se realizaron los dos últimos jue­ jugar en cancha de barro. Entonces, "Ese botija va invicto en penales”. gos de la cruzada preolimpica, ga­ Matucho Fígoli, con su mejor cara de Y el otro, nervioso, ensayaba el clá­ nando ambos contra equipos fuertes inocente, observó en alta voz: "Fe­ sico mirar a la izquierda y patear y aún reforzados con jugadores in­ nómeno! Con cancha embarrada, les a la derecha, para donde ya se ha­ ternacionales. El primero, 4 a 2, dos hacemos cinco”. bía tirado Mazali, engarfiando la de Petrone y dos de Scarone, contra - ¡Paren el agua! gritaron los de pelota. el Atletic, se realizó ante mucho pú­ las mangueras. La encontrada actitud de los pú­ blico y con asistencia de Alfonso El domingo de Ramos, 20 de abril, blicos gallegos, en Vigo y en la Co­ XIII, quien auguró brillante resul­ jugaron el primer partido contra el ruña, se repitió con los vascos: la tado en París. El segundo, contra el Atletic, que hizo una excelente de­ mostración de la "furia española”, llevándose a pechazos el primer tiem­ Este es el Celta de Vigo, obstáculo i superar en el desconocido sendero po, uno a cero. Pero en el segundo, que llevaba a París. Altos, fuertes, duros, aceptaron la derrota impuesta Petrone y Cea esfumaron la alboro­ por aquellos asombrosos americanos. zada esperanza vizcaína, y entonces jugadores y público allí no más se indignaron, especialmente contra Mi- noli, que arbitraba. Al otro dia, un diario anunció este resultado: "El árbitro uruguayo Minoli vence al Atletic por 2 a 1”. Y en cuanto a nuestro juego, según los críticos, no valla nada, ni el equipo tenia chance alguna. Lo curioso es que. al dia siguiente de jornada tan hostil, cuando se temían mayores desmanes, y se ganó de nuevo por dos a uno. con goles Pedro Petrone fusila al arquero del Atlético de Bilbao: fue el primer gol de aquel “domingo de Ramos” —20 de a b ril __en el estadio de San Mames, duro y pelado como una cancha de taba. La “furia española” llevó a pechazos a los celestes en el primer tiempo que terminaron ganando por 1 a 0. Este es el empate. Cea conseguiría el segundo. ftacing. vio a Petrone por dos veces Y comenta: “¡Si por entonces, cuan­ y Vidal cuando, viajando de Vigo a y a Scarone. hacerle tres goles do nos tocaba ir hasta Buenos Aires, Bilbao, contando con una anunciada nada menos que a Zamora, que re­ nos pasábamos tres días recorriendo detención de veinte minutos en Bur­ forzaba al equipo local. el barrio y visitando a la familia, gos, dicidieron largarse hasta la es­ Y allí terminó esa “ráfaga olím­ para despedirnos!” pléndida mole gótica de la catedral, pica'’ que dijera el cronista vigués, Se sentían embarcados hacia lo que parecía elevarse allí cerquita, y pues en la misma noche del jueves desconocido, lo incierto. ¿ Cómo no caminaron cuesta arriba, y cuando 1 de mayo, emprendieron el largo estar ansiosos? Pero, al mismo tiem­ quisieron acordar, aunque cuesta viaje ferroviario hacia París. po, ¡cuánto entusiasmo! ¡Cuánta dis­ abajo corrieron, llegaron después ciplina a bordo de aquel “Desirade” que el tren había partido. Sin una PARIS que les parecía el superlujo tran­ sola peseta, quisieron cambiar sus satlántico, aceptando las instruccio­ pesos —aquellos orgullosos pesos de Hacia París, no estaban soñando. nes de uno entre ellos que, por dar­ a uno el dólar— pero era papel des­ A participar en la olimpiada futbo­ le por el atletismo, —había sido cam­ conocido de país muy vagamente lística, después de haber hecho 25 peón sudamericano de 400 vallas,— identificado. Por fin, dieron en suer­ goles, para ganar nueve partidos, y por vagar durante el día ente 'o en te con un cambio que se inaugurabíi contra los más poderosos cuadros la plaza de Deportes, fue conside­ aquella misma mañana y que, por españoles. Con el ánimo alegre, con rado algo así como lo que hoy se recibirlos como los primeros clientes, ilusiones hechas realidad. ¡En Euro­ denomina un preparador físico. Y aceptó el trueque, suficiente para pa. hacia París; Ellos, muchachos hu­ entonces Mazali dirigía las sesiones proseguir el viaje, luego de un buen mildes, formados en las canchitas de de gimnasia, y saltos y corridas por susto. barrio de Montevideo, ¿ cuándo iban a la cubierta, para no perder la agili­ De nuevo, a media tarde, el tren suponer la posibilidad de este viaje? dad, mientras, singladura a singla­ de Hendaya a París, hasta que, al Los dirigentes les habían dicho que, dura, se iban acercando. Y se iban día siguiente, a las ocho de la ma­ si ganaban el sudamericano de 1923, alejando. ñana, desembarcaron en la estación irían a las Olimpiadas, pero no lo ¡Cómo recordaban esa etapa los habían tomado muy en serio. Y muchachos durante el interminable D’Orsay esperados por un pequeño ahora, allí estaban. viaje ferroviario! Toda la noche y núcleo de uruguayos que acabezaba Cuenta Cea que en el momento toda la mañana, desde Madrid hasta el encargado de negocios Luis Saa- de zarpar el “Desirade” de Monte­ Hendaya. Y no se animaban ni a ca­ vedra. En un “autocart”, como lla­ video, un hermano que había ido a minar por los andenes durante las maban a las “bañaderas” por en­ despedirle, le gritó de pronto, con largas paradas en las estaciones, por tonces, cruzaron París —la Concor­ angustia: “¡Bajate! ¡No te vayas!” temor a lo que les ocurrió a Mazali dia, los Campos Elíseos, el Arco de Triunfo,— directamente hasta la Vi­ lla Olímpica, con los ojos deslum­ En el círculo central de San Mames, antes de comenzar la batalla, posan brados y al mismo tiempo añorantes, uruguayos y españoles. “ Ustedes serán campeones con los de Vigo” piensan tratando de ocultar su emoción con ellos. “ Poco más y estamos en París” , los nuestros. cantos y jarana. El imposible era una realidad. Gracias a la voluntad y al espíritu optimista de un puñado de hombres. En primer término, Atilio Narancio y Numa Pesquera, activos dirigentes asociacionistas.

EL CISMA Esta es otra parte de la historia. El fútbol que emprendía la gran aventura no era más que la mitad dpi fútbol uruguayo. A fines de 1922 se había producido el “cisma”, dividiendo en dos bandos a clubes, jugadores, dirigentes, aficionados. Vi­ no todo por diversas culpas y muchas causas, como siempre ocurre, y no , s nuestra tarea esclarecer el caso. Desde años atrás, los porteños esta­ ban irreconciliablemente divididos en­ tre la Asociación Argentina de Foot- ball y la Asociación Argentina Ama­ teur. A los uruguayos se les plantea­ ba el problema de los partidos in­ ternacionales. ¿Podían jugarse par­ tidos contra los expulsados de la \ A.A., cuando la afiliación inter­ nacional pertenecía a la A.A.F. ? Pe- ñarol sostenía la "neutralidad acti­ va”, e inauguró su nueva cancha de pocitos, junto a la Estación de Tren- vía (Soca y Rivera de hoy), jugan­ do contra River Píate argentino el Ante el Atlético de Bilbao los celestes descubrieron el mundo de violencia f» de noviembre de 1921. Hasta Na­ cional se había descuidado, jugando del fútbol europeo. Scarone cabecea en esa trenza de cuatro. contra "Nobleza Argentina" de la A A.A. Pero la A.A.F., empeñada en cercar internacionalmente a su rival, de la conveniencia de ir a respirar gentino. Decenas de clubes de ba­ durante el campeonato sudamerica­ aires cerriles a una estancia remota. rrio consiguieron su aspiración de no de Río de Janeiro, logró el apoyo El delegado era el personaje clave. llegar a Primera División. El triunfo de nuestra Asociación. El ambiente Campeaba la viveza, y la Asociación de Colombes, hizo el resto. Se jugaba ya estaba tenso en Montevideo, y resultaba una palestra más impor­ con la pasión del título conquistado. Peñarol había negado sus jugadores tante que la de los propios estadios. El sudamericano de 1924 y la gira al combinado. Cuando solicitó auto­ Porque los partidos no quedaban, de Nacional en 1925, agregarían nue­ rización para jugar de nuevo contra como ahora, definitivamente resuel­ vos motivos de orgullo. Curiosamen­ River Píate y Racing argentinos, le tos sobre la gramilla. Podían protes­ te, el fúbol nuestro se dividió para fue negada. Jugó igual, y fue desca­ tarse los resultados y discutirse reinar en el mundo”. lificado, junto con Central, que lo ante los tribunales que fallaban en Por la mano de este buen éxito acompañara en la rebeldía. En res­ última instancia. Fatalmente, se vi­ vino, luego, la solución que, desde puesta. Peñarol, que presidía enton­ vía un clima de recelo, donde era Colombes, fue reclamada por la opi­ ces Julio María Sosa, organizó la convicción que la maña valía más nión pública, a tiempo que ya, créase Federación Uruguaya de Football, y que la fuerza. Por eso, el delegado o no, se encaraba con arrogancia la con ello, se partió al medio nuestro venía a jerarquizarse como la per­ olimpiada de 1928 en Amsterdam, a jugarse por "todo" el fútbol uru­ deporte. sona más importante de su club, sa­ Un sociólogo del fútbol uruguayo, biéndose que para establecer scores, guayo. Pero recién al año siguiente, Franklin Morales, explica que "visto él solo podía hacer tanto como una 1925, el laudo del presidente Serrato en perspectiva, el problema parece buena línea de forwards”. (Era en­ pondría término al cisma. nacido de una crisis de crecimiento: tonces Julio María Sosa, delegado la estructura asociacionista era in­ de Peñarol, y Rodolfo Bermúdez, de LA AVENTURA capaz de dar cabida a la cantidad Nacional). de instituciones que se desesperaban Sin embargo, como también anota Era pues con una mitad que la por llegar a Primera División. Basta Franklin Morales, "desde el punto Asociación se decidió a encarar la señalar que los archivos de la Aso­ de vista deportivo, el resquebraja­ Aventura. Inevitable fue la ironía ciación registran, en 1918, la inscrip­ miento del fútbol en dos organismos, con que el otro bando, el federacio- ción de 1.967 jugadores. Cincuenta dio óptimos resultados, consiguién­ nista, tomó la noticia, ridiculizando años después, ese número apenas dose una formidable difusión, y tal el propósito y desplegando la tesis llegaba a 1.181”. Además había otras vez se haya vivido el instante de de que no debía arriesgarse el pres­ causas para las querellas y aún las mayor pótencial humano. Ningún tigio del país, yendo a hacer pape­ tremendas luchas singulares, porque, país en el mundo, en ninguna época, lones. como explica José María Delgado, disputó tantos internacionales en un Más se empeñaban los dirigentes "se vivía la época feudal del fútbol. año, como el Uruguay en 1924: su­ de la Asociación en sus afanes, ma­ Quien más, quien menos, tenía el peran los cuarenta. Llegó un tiem­ dores eran los sarcasmos de los de puñal escondido bajo el poncho. No po en que, mientras una selección la Federación. Cuando, a fines de era insólito que se llegara a saber, disputaba la olimpíada de París, 1923, se encomendó a Casto Mar­ a la hora de la pitada del juez, lla­ otras dos jugaban la Copa Newton tínez Laguarda que viajara a Euro­ mando a los capitanes, que a uno o a simultáneamente, uno ante cada co­ pa para contratar partidos previos, varios cracks los habían convencido rrespondiente mitad del fútbol ar­ a fin de financiar la empresa, arre-

Mazali se queda con la pelota fuera del área chica: fue el precursor de "salir” del arco y jugar en el área, ría cubre la entrada de un delantero del Atlético: lleva una de las tradicionales gorras^ Nasazzi llega comen o y Andrade parece suspendido por invisibles hilos para conformar aquella estampa tan suya. escala anterior a París. El Rej asistió al partido y profetizó — después d e aquellos cuatro ético local— brillante actuació piada*. Terminaba la “ ráfaga olímpica” : de mayo, emprendieron el lari esa i'iiioiTta noche •ario hacia la capital de Francia.

ciaron las sornas. Pese a lo cual Claro que de este modo el proble­ Martínez Laguarda, desde enero en da, cuando se abrazaron, fue "¿Cuán­ ma no se solucionaba en Montevideo, do jugamos y cuánto cobramos?” Barcelona, se morió incansablemen­ donde no se contaba con los medios te, en busca de adversarios y de re­ —Acá, en Vigo, es sólo por el alo­ necesarios para el viaje, por lo que jamiento y la comida, fue la respues­ tribuciones; pero no se allanaban fe­ don Numa tuvo que aportar una chas libres para jugar con aquel equi­ ta. Porque, en su entusiasmo, Martí­ bontta cantidad y Narancio, hipote­ nez Laguarda había sido un poco ex­ po desconocido que se ofrecía o se cando un bien propio, adelantar el contraofertaban propuestas que no cesivo en su optimista telegrama. resto. Así eran aquellos dirigentes. Después, las cosas fueron mejo­ daban ni para los gastos. Mas no se Partió finalmente la Delegación, desanimó el delegado, escribiendo a seguida por la emoción esperanzada rando, a medida que los resultados todas partes y cruzando España, de de los creyentes pero también por deportivos y los comentarios de la Barcelona a Madrid, de Valencia a las risas de los escépticos, ya que prensa, acrecían el interés de los San Sebastián, de Bilbao a Vigo. públicos españoles. Pero, financiera­ Por fin, en esta ciudad, que había unos estaban con los papistas y otros mente, nunca dejó de ser mediocre con los hugonotes; y según los ban­ el balance. decidido como puerto de arribada dos movíanse los sentimientos. de la delegación, envió su telegrama: Lo primero que preguntó Asdrú- ¡Y los sobresaltos! Gira financiada. Embarquen". El Parlamento nunca votaba los bal Casas a Casto Martínez Laguar­ pocos miles de pesos proyectados; en algunos medios se hablaba de Zrt2£qUeí° ca* ,,l° de Argenteuil fue refugio de un músico famoso del obstrucción federacionista. Entonces, <“ como siempre, gobernantes y legisla­ en 1924. En una de su , pare d». se colocó « t a placa de m á rm o l. dores habían quedado segregados en Jos bandos, poniendo en el asunto igual pasión que entre blancos y co­ lorados. Llegó una ocasión en que esta sospecha de obstrucción causó ICI OKT HABI 1 E verdadera alarma cuando, en el mes de marzo, el comité olímpico nacio­ DURANT LA VI I |t O l y m p i a p í nal, por mayoría, se negó a firmar la inscripción del fútbol en la Olim­ LES JOOTBALLERS URUGUAYEN í piada, con el argumento de la im­ preparación, del costo y del papelón. Martínez Laguarda, prevenido por C h am pio n s ¡Monde telegrama, tuvo que viajar a París, para buscar el apoyo de Jules Rimet, presidente de la F IF A , quien así. uin 1924 • por primera vez, tomó contacto con el fútbol uruguayo. Afortunadamen-

1W ic. iu oposición en Montevideo pudo ser superada muy luego, y quedó resuelto el asunto, con lo que el de­ legado retornó a Galicia, justo a tiempo para recbir al “Desirade”

ARGENTEUIL Ya estaban en Colombes, final­ mente, y les llevaron á las instala­ ciones reservadas en la Villa Olím­ pica. Desde el primer montento, aquello les pareció muy malo; y al otro dia, inhabitable. Decepcionante. ••Un campo de concentración”, ex­ plica Cea cuarenta y cinco años des­ pués. Los delegados se echaron a buscar otro alojamiento, al igual que muchas otras representaciones extranjeras, que se negaban a per­ manecer en las casillas inconforta­ bles e inadecuadas que les habían destinado. Leónidas Chiappara, joven arqui­ tecto. corresponsal deportivo de “El Diario” y jugador de fútbol de pri­ mera división (lo habían inscripto en el team uruguayo, como reserva, En la “villa olímpica": un campo de concentración como la define Pedro Cea. al igual que Antonio Urdinarán quien por entonces vivía en Madrid, y allí quedó a la orden), fue quien descu­ "Lejos del movimiento de París, hospedado en el 70 al Estado Mayor brió en la vecina localidad de Argen- este pequeño castillo, tres veces glo­ alemán con von Moltke a la cabeza. teuil, el “chateau” de Mme. Pain, rioso, devuelve al espíritu la sereni­ El tercero, por último, es el de ha­ que se haría leyenda en nuestro dad olvidada. Tres veces glorioso ber acogido en 1924 a los jugadores fútbol. he dicho, y lo es. El primer hecho uruguayos, campeones :;limpicos. De También acababa de llegar a Pa­ que le abre las puertas de la inmor­ los tres hechos, sólo guardarán las rís un joven abogado que había ob­ talidad, es haber sido construido en piedras ya venerables, recuerdo de tenido la beca del Ministerio de Re­ 1865 sobre el emplazamiento de un uno solo. Nada que revele el paso laciones Exteriores por su brillante viejo bosque, por Clerget y por Al- de Thomas ha quedado, salvo las escolaridad, firmada por su profesor phand —éste último, el paisajista iniciales del músico, insertas en el de Economía Política y entonces mi­ que trazó la avenida de los Campos hueco superior de una de las puertas nistro, Pedro Manini RÍ0S4 Como todo Elíseos y el Bois de Boulogne— para de entrada. Nada queda tampoco del compatriota en aquellos días, anduvo refugio y descanso de Ambroise Tho- imperial estado mayor? pero, en cam­ muy cerca de la Delegación y escri­ mas, que compuso en medio de los bio, la estada de los jugadores ha bió una nota periodística a propó­ árboles centenarios del parque, la tenido ya la consagración del már­ sito de este castillo, algunos de cu­ ópera “Mignon”. El segundo hecho mol. Desde una de las paredes, una yos párrafos aqui reproducimos. De­ que da a Argenteuil un nuevo es­ placa dirá a los futuros visitantes: cía Carlos Quijano: plendor de inmortalidad, es el haber "Ici ont habité durant la VHIe. Olympiade les footballers urugua- yens, champions du monde. Juin Cambia el clima: almuerzan al aire libre en Argenteuil. 1924”. “El portón principal perteneció a la Bastilla. Ambroise Thomas era un admirador fervoroso de la época de Luis XIV. A ella pertenece la deco­ ración del castillo y en ella tuvieron papel principal los bustos que ador­ nan las paredes exteriores de la cons­ trucción: Moliere, el comediante; Racine y Comedle, los trágicos; Colbert, el financista; Vauban, el soldado; Boucher, el pintor. Ellos han presenciado, inmóviles y fríos, el turbulento bullir de esl -s mu­ chachos uruguayos. Riéndose un poco de sus recuerdos y glorias, han pa­ sado por el castillo —pequeño, ve­ tusto y con blasones— los mucha­ chos nuestros. La pequeña campana de hierro está llamando para el al­ muerzo. Es también del siglo del rey Sol y ostenta, cubierta de he­ rrumbre, la aristocrática flor de lys”.

153 1 El Estadio de Colombes fotografiado —cuando Italia y España jugaban el primer partido— desde un biplano, una de cuyas alas asoma a la derecha. Ha cambiado poco. En 1962 Peñarol rindió un homenaje en el histórico campo, colocando una ofrenda floral en el centro mismo del terreno.

DEL CUADERNO DE UN LICEAL Italia eltniinó a España, I a 0. \ o lu padre!" Me echaba de clase con debia importarme nada, pero me dejó frecuencia, pero el sábado, cuando al Hoy, domingo, se inauguró el campeo­ contento el resultado. Lo de "la furia" salir del liceo, voy a buscar a papá ul nato olímpico de jootball en París, con me irrita; y luego, las agresiones de La Circulo de Armas, para la hebdomada­ el partido entre Italia y España. Mañana Coruña, y las pretensiones que tenían. ria rueda del mediodía en la Confitería jugamos nosotros con los yugoeslaios. También me gustó que ganaran los ¡Cómo me gustaría estar allá! ¿Cuándo del Telégrafo, y lo encuentro en los checos, por pura simpatía con ese podré tolier a Europa? ¿cuándo termi­ vestuarios, el doctor Adolfo Pérez Oían­ país que, como quien dice, yo vi nacer ne los estudios? Falla tanto tiempo, por se muestra sonriente y afectuoso conmi­ hace cinco años, y además, los turcos lo menos ocho o nueve años. Tal vez an­ go, especialmente si ha ganado el par­ tes, cuando sea un poco mayor y termine ¡pobres turcos! qué han de saber de tido de pelota cada semana renovado: fútbol, como los lituanos: los suizos e l bachillerato, habrá una oportunidad. él y papá contra H illiman y Amézaga; Pero para eso tengo que estudiar un les hicieron ’f goles. Ahora, i eremos y nunca le dijo una palabra a papá poco más, concentrarme. Este año estos como nos va mañana con } ugoeslai ia, sobre mis desmanes en clase. Pero eso muy haragán, más bien disipado. Abro otro país de mi simpatía geográfica. era cuando yo era un niño aún, e un texto, decidido a estudiar, y a los Porque inevitablemente, cuando contem­ año pasado. pocos minutos me doy cuenta de que plo el Atlas, los países se me dividen Lo cierto es que hoy perdí el día. no me ha entrado nada de lo que esta­ en bienquistos y en antipáticos. Por Laura parece a veces tonta, entusiasma­ ba leyendo, que ditago por otros cam­ razones históricas, o por su posición da con Ramón Novarro, se aprieta (le pos. Hoy de mañana no estudié nada, durante la guerra, o por motil os no mi brazo, pero me fastidia y me lastima y pasé la tarde en el cine. Después, al bien descubiertos, que pueden depender esa especie de amor por una cara de volver por la noche, me sentí culpablt de su ubicación como escenario de algu­ porteño a la gomina. Mucho más actor y amargado. Amargado y culpa de los ci­ na nótela, o del nombre y hastu de lu es Lewis Stone. Yo quería ir al Rex, garrillos, jumados con falsa desenioltura. silueta y color que tengan en el Atlas, para ver “Su juulu dorada". ¿Cómo ¿Para que fumo’" Y encima el copetín el nueio Y idal-Lablache que reemplazó van a comparar a llar hura La Marr con la confitería, siempre por hacer pin­ al tedetco Stigler en que, desdi- que ten­ doria Swanson? ¡Qué mujer! Pero Luu ta; y cuando llego a casa, tengo que go memoria, papá mi- fue mostrando el ra insistió en el Capítol, seguro que andar esquí t undo el aliento, para que (D-sor rol lo de la guerra, y que ahora por su Novarro. Todas las mujeres son mu padres no me huelun alcohol y ta­ quedó con fronteras inserí ibles, las fron­ iguales. \o talen unu tarde de jootball. baco. f aslidiado con la perspectiva de teras de los finados imperios centrales, Hastu el año pasado, iba con papá al las clases de mañana, y con la jornada (¡que planillas perfectamente dibuja Parque Central, y, sí había muí ha gente de hoy, dilapidada. Hubieru ido al Par­ das, lus de ese Stigler, claro, minucioso, en el palco, entrábamos a la cancha, y que Central, para presenciar el partido com pleto!) El profesor de Geografía, el nos sentábamos en el borde, y papá por la copa teutón <2 a 0, Hondunza y año pasado, utilizaba el método de ha­ disfrutaba con las jugadas de Romano el Chueco), desquite contra los porte­ cer dibujur tos mapas en clase, de me­ y de Héctor Scarone, a quien siempre ños que ayer en Rueños Aires, le hi- moria, una vez por semana. Entonces, lo anima cuando pasa cerca. "¡Adelante cie-ron 4 a los de la Federación. ) hubie­ él se ponía a leer, saboreando su haba­ Rasquelita!", dice; y reniega con las ra : ,tundo acre, mientras charlaba con las no y ahorrándose la ríase, ron su bonda­ corridas desatinadas de Somrna, que ter­ I-.U hachas, en el mirador del Doctor dosa expresión de hombre satisfecho. minan en ninguna parte. I)e papá me 1 Un e r e y y de spués bailábamos un rulo El único que lo hacia en el grupo, i iene la afición ul jootball, fundador •n el pullo. Pero, ¿quien comencé u era yo, porque retengo en la memoria que fue de Nacional, en la casa de los I-aucu' hila quería ier ‘El prisionero los contornos, y los ríos y la ubicación Caprurio, hace más de veinte años. Des­ le Zendu”, asi que Unimos que u ul de las ciududes, y me salen realmente de que me acuerdo, me lletuba a los ' ote Hudto. 1 odai MI, m hubiera sido muy b ien ; lodos los demás representan partidos, a todas las canchas. Y hasta en el Concert, urnba y ul fondo, pero unos disparates, caricaturas desesperan­ en Rueños Aires, que una vez, yo ten i en el Hmito! ni eso. Fuera de duda, tes de los puises. El profesor subía que dría cinco o seis artos, me sacó en hom­ la noiui tiene sus irse ont ementes serios: ulli, en el sulón de dibujo, no tenia por bros porque le liubían prendido fuego ono m e amarrado, e s pe e nd mente los qué estarme i igilundo, torno los demás u las tribunas, pero no me asusté, por­ mbudos y domingos. para qué? Es dias, i uando no me perdonaba murmu­ que eslabu sentado sobre los hombros • itm>, el t igurrdlo, i orno el copetín, para llo ni risa. "Arpiule ul patio", y tenia demostrar. ¿Y que perdedero de tiempo! de papá, y veta con mucho interés que irme, truldndo de estonderme del cómo tba subiendo el humo y las lla­ Aunque hay sus compensncsones, y lou viejo, que tuando me pesia, arma una mas y la gente corría y se empujaba rn es ene untador a. de San Quintín, y “cení mañana con ion pánico. Pero ahora, casi nunca voy con papá, sino que (hasta que me arre­ talada en una pieza grande, en el sótano del mundo. Se acaba el pitorreo de los glé con Laura) voy a lo del doctor de esta casa, y mis padres me acondicio­ peñarolenses, que al final concluye por Oliveres, al mirador que tiene al fondo naron una ducha, en una esquina del fastidiar. ¿\ si siguiéramos ganando? de la quinta, desde donde se re toda la jardín, para bañarnos luego del football. Por lo menos, otro partido más, y lle­ cancha del Parque Central con la mayor Las prácticas y los punidos entre no­ gamos a los cuarto de final. ¡Cómo comodidad, y con los muchachos y sotros, los hacemos en frente, en el cam­ ibun a rabiur los federacionislas! Que muchachas que son amigos del barrio. po del Chivero, como llaman al parque serían además los culpables, porque un Aunque muchas veces, lo menos que Rosell y Rius, donde tenemos una espe­ poquito más de cuadro y ganábamos de lino hace es mirar el partido, sobre cie de canchila; pero los partidos en seguro el campeonato. Pero no hay que todo si empieza de dragoneos con al­ serio, contra otros grupos del Liceo, exagerar: semi finalistas, por ejemplo, guna de las chicas. los jugamos alternatii amente, en la can­ ya seria una hazaña extraordinaria. También fundamos un club en mi cha chica del Parque Central, que yo Por hoy, la verdad es que he perdido grupo del Liceo, y le pusimos Maratón, conseguí con don Numa Pesquera, y el día y ahoru buena parte de la noche, influidos por el año de Historia Griega. la cancha de Peñarol en Pocitos, que aqui escribiendo. Iba a empezar unos Todos seguían Malet pero papá me re­ consiguió Julio Néstor Sosa, que está versos para Laura y he terminado lle­ galó a Duruy, en dos tomos, que es en el otro grupo, por intermedio de su nando, sin ton ni son, estas páginas. Y sensacional, con ilustraciones excelentes padre. De modo que siempre tenemos pensar que papá, viendo luz a través a pluma, en todas sus páginas. Es un field, y yo integro el cuadro como half de las rendijas de mi puerta, se ha ido placer leerlo, más que una novela. Creo derecho. Me gustaría ser foruard, pero a ucostar muy satisfecho porque estaré estudiando concienzudamente mis leccio­ que lo preferí hasta sobre “Los Misera­ hay muchos mejores; en realidad, soy nes de mañana. ¡Qué no se les ocurra bles", pero no más que a Tolstoi, “Ana bastante patadura, y si juego, es por­ Karenina". Y “La sonata a Kreutzer" hacerme pasar! Apenas si podré leer un que tengo la sede en casa y conmigo que me prestó mi tío durante las vaca­ poco en el tranvía, porque en los recreos la cancha y las pelotas usadas de Na­ ciones, en la estancia. Pero sobre todo no lo dejan ni ojear el libro: “Traga, cional; eso sí, me gusta mucho jugar, la “Infancia", que leí el mes pasado: ¿que estás haciendo? ¡Siempre tragan­ y si se me escapa un contrario, me me parece, por momentos, que está ha­ do!" Y esa fama, porque me gusta leer, cubre Roberto Cetrángolo, que para las blando de mi mismo, que me está con­ especialmente Historia; aunque en ver­ cargas, de modo que mi responsabilidad tando. Quisiera escribir algún día como dad me interesa la química y la cos­ Tolstoi, ¡qué genio extraordinario! Ha­ no es tanta. Pero me gustaría ser un mografía y hasta matemáticas. La única bría que aprender ruso, para poder dis­ gran jugador, el mejor jugador de las que no soporto, es Idioma Castellano. frutarlo mejor. Esos libros sobre la inferiores de Nacional, y después, un La gramática me enferma: apenas si infancia y la adolescencia, como Poum, día, me pasan al primero, y hago un he logrado aprender, de memoria, las o Zette, de Margueritte (mamá se in­ gran partido, el mejor jugador de la preposiciones. Y eso lo sulfura al Dr. digna porque he leído a Margueritte, tarde, y luego al seleccionado, y con­ Musso, que me curte a Rd, hasta que aunque se trate de estos libros) me vierto el gol del triunfo; papá está or­ vienen los escritos y levanto un gancho, emocionan siempre. Debería ponerme a gulloso; voy a viajar con el selecciona­ y entonces le digo a papá para qué sir­ escribir todas las noches, como ahora, do; iré a las olimpiadas dentro de ven las reglas, si escribir es una cues­ y luego, dentro de tres o cuatro años, cuatro años, el más joven del equipo, tión de oido y de vista. Pero papá tendría una obra ya pronta, pura revi­ pero ya en Facultad. Fantasías. cree en la gramática, y discute la enor­ sar y publicar. Decididamente, es lo que El asunto es que ganemos mañana a me utilidad del latín, que en su tiempo tengo que hacer. los yugoeslavos. Entonces ya estamos tenía en el bachillerato. Puede ser que Pero ahora estaba ocupándome de clasificados, y en el peor de los casos, tenga razón, pero yo no la soporto. nuestro club Maratón. La sede está ins­ estamos dentro de los dieciséis mejores Ojalá que nos vaya bien mañana.

La delegación uruguaya saluda a la tribuna oficial en instantes que los representativos nacionales de veintidós países, desfilar, el día de inauguración de la competencia futbolística. Italia eliminó a España venciendo por 1 a 0. CAMPEONES OLIMPICOS DE 1924: José Nasazzi, Andrés Mazali, Pedro ArispP jogé Vidal, José Leandro Andrade, Alt AfSJO Scarone, Pedro Petrone, Pedro Cea y Angel Romano, entre delegados y el niaSílj,8tH. En honor a su hazaña el Comité Olím premio — la fc’Copa Olímpica y la Confederación Sudamericana instituyo el 9 je junio como el día continental del fútbol

V DESARROLLO DEL CAMPEONATO En el campeonato de fútbol de la Olimpiada de París. HOLANDA, IRLANDA, LETONIA, LUXEMBURGO, 1924, participaron 22 países: BELGICA, BULGARIA, RUMANIA y SUECIA. CHECOESLOVAQUIA, EGIPTO, ESPAÑA. ESTONIA, Disputados los partidos por los octavos de final, se ESTADOS UNIDOS, FRANCIA, HOLANDA, HUN­ clasificaron: GRLA, IRLANDA, ITALIA, LETONIA, LITUANIA, LUXEMBURGO, POLONIA, RUMANIA, SUECIA, SUI­ FRANCIA, que eliminó a LETONIA. ZA, TURQUIA, URUGUAY y YUGOESLAVIA. (Esto­ HOLANDA, que eliminó a RUMANIA. nia, Letonia, y Lituania, países bálticos, reconstruidos IRLANDA, que eliminó a BULGARIA. en 1919, fueron anexados por la URSS, a raía de la URUGUAY que eliminó a ESTADOS UNIDOS. última guerra). ITALIA, que eliminó a LUXEMBURGO. SUECIA, que eliminó a BELGICA. Seis competidores fueron eliminados en partidos pre­ EGIPTO, que eliminó a HUNGRIA. vios, establecidos por sorteo: SUIZA, que eliminó a CHECOESLOVAQUIA. URUGUAY eliminó a YUGOESLAVIA. En los cuartos de final, URUGUAY eliminó a FRAN­ ESTADOS UNIDOS, a ESTONLA. CIA; HOLANDA a IRLANDA; SUIZA a ITALIA; y SUIZA, a LITUANLA. SUECIA a EGIPTO. CHECOESLOVAQUIA, a TURQULA En las semifinales, URUGUAY venció a HOLANDA, ITALLA, a ESPAÑA. y SUIZA a SUECIA. HUNGRLA, a POLONIA. En la final se clasificó URUGUAY venciendo a SUIZA; A estos seis vencedores se sumaron los otro6 diez y tercero fue SUECIA, que ganó a HOLANDA. participantes que no tuvieron eliminatorias previas, He aquí los resultados de los 24 partidos (dos por a saber: BELGICA. BULGARIA, EGIPTO, FRANCIA, desempate):

Clasificación ITALIA 1 — ESPAÑA 0 Mayo 25 CHECOESLOVAQUIA 5 — TURQUIA 0 CAMPEONATO OLIMPICO DE FUTBOL ESTADOS UNIDOS 1 — ESTONIA 0 SUIZA 9 — LITUANIA 0 (1924) URUGUAY 7 — YUGOESLAVIA 0 Mayo 26 Uruguay 7 HUNGRIA 5 — POLONIA 0 Yugoslov. 0 Uruguay 3 Octavos de final EE.UU. 0 FRANCIA 7 — LETONIA 0 EEUU. 1 Uruguay 5 Mayo 27 HOLANDA 6 — RUMANIA 0 Estonio 0 Francia 1 Francia 7 CHECOESLOVAQUIA 1 — SUIZA 1 Mayo 28 Letanía 0 IRLANDA 1 — BULGARIA 0 Uruguay 2 URUGUAY 3 — ESTADOS UNIDOS 0 Holanda 1 Egipto SUECIA 8 — BELGICA 1 3 Mayo 29 Hungría 5 Hungría 0 EGIPTO 3 — HUNGRIA 0 Pelante 0 Egipto 0 ITALIA 2 — LUXEMBURGO 0 Suecia 5 Mayo 30 SUIZA 1 — CHECOESLOVAQUIA 0 Soocie • - (desempate) Bélgica 1 Uruguay 3 Cvartos de final Suiza 0 URUGUAY 5 — FRANCIA 1 r» u ri q g 6 Junio 1 Rumania 0 SUECIA 5 — EGIPTO 0 Holanda 2 Junio 2 SUIZA 2 — ITALIA 1 Irlanda 1 HOLANDA 2 — IRLANDA 1 Irlanda 1 Bulgaria 0 Semifinales 2 SUIZA 2 — SUECIA 1 España 0 Suecia 1 Junio 5 URUGUAY 2 — HOLANDA 1 Halte 1 Italia . 2 Lux arad. 0 T ercer puesto Suiza ♦ Italia 1 Lituania 0 Junio 8 SUECIA 1 — HOLANDA 1 Suiza 2 ( desempate I Suiza 1 -1 Junio 9 SUECIA 3 — HOLANDA 1 Chaces 1-0 Vinal Ckocoslov . s Turquía 0 Junio 9 URUGUAY 3 — SUIZA 0 Posan nuestros jugadores a la sombra del pabellón nacional, antes del partido con Yugoslavia. Entre los delegados y el masajista, Scarone, Romano, Cea, Mazali, Andrade, Petrone, Vidal, Nasazzi, Urdinarán, Tomassina y Ghierra. El Comité Olímpico Internacional concedería a la representación la “ Copa Olímpica”, máxima distinción deportiva.

URUGUAY - YUGOESLAVIA propio sufrió, porque en el fondo nos sentíamos finalistas. Nos dio rabia. Cosas de muchachos; yo era de los Estadio de Colombes. Lunes 26 de mayo de 1924. más viejos, tenía 24 años”, comenta Cuadro uruguayo: Mazali. Nasazzi y Tomassina. Andrade, Vidal Cea. “Y la bandera estaba al revés”, y Ghierra. Urdinarán, Scarone, Petrone, Cea y Romano. agrega Ghierra. “Con el sol, para Juez: Vallat, francés. abajo. Pero pensamos: ya van a Resultado: Uruguay 7, Yugoeslavia 0. aprender a ponerla derecha. Ade­ más, cuando entramos a la cancha, Goles: 1er. tiempo: Vidal, Scarone, Petrone. en lugar del himno nuestro, tocaron 2o. tiempo: Cea, Romano, Scarone, Cea. una marchita brasileña”. Mejor jugador: Romano. “Yo seguí corriendo”, dice Cea; Más admirado: Andrade. “pero Nasazzi gritó que nos pará­ ramos, que los pocos extranjeros que Público: saca en andas a los jugadores uruguayos. había iban a creer que éramos indios Crítica: muy favorable, con augurios de brillantes resultados. de veras; que ni cuando tocaban nuestro himno, respetábamos, por­ que ellos no sabían. Así que nos Terminaban de atarse los zapatos nes”, acota Romano. cuadramos y escuchamos la musiqui- en los vestuarios, momentos antes Con ese ánimo, pero sin poder ta brasileña hasta el fin”. de enfrentar su primer partido, en desprenderse de alguna inquietud, Y empezó el partido. las eliminatorias. salieron a la cancha, y tuvieron la Cea. — Ahí está el hombre del ‘‘Yo estaba tranquilo, recuerda primera decepción. No llegaban ni primer gol olímpico. Mazali. El día anterior habíamos a dos mil los espectadores, aquel Vidal. — Me acuerdo clarito la ju­ presenciado el partido en que Ita­ lunes, mientras que el día anterior gada. La tocaron los cuatro delan­ lia eliminó a España. También ha­ el Estadio estaba repleto. Eran de­ teros y vino el centro de Urdinarán, bíamos visto uno de práctica entre primentes las gradas vacías. Se per­ abierto, porque teniamos viento en el seleccionado francés y un club in­ día en ellas el grupito de uruguayos contra. La pelota rebasó a Scarone glés. Me decía: ¿es que hay alguno que daban vivas y agitaban unas y a Petrone, y la patié como venía. que juegue más que Nasazzi? ¿o banderitas. Ni se movió el arquero. más que Scarone?” “Espérábamos cincuenta mil per­ Allí quedaron dominados los ner­ "Desde la gira en España, tuve sonas; en España habíamos tenido vios, y vinieron, fácilmente, los seis confianza en que saliamos campeo­ públicos hasta de 30.000. El amor goles más.

159 'i al menú.) subía quien ira Enrique ft . y yo le respondí que el rey de Eran-la. ) allí se desbordó su santa indignación. (¡ue yo contestaba cualquier dispárete, que era el peor alumno de lu < lase, mi haragán, un desorejudo, y que le dijera a mi padre que mañana quería hablar ron él. En eso estábamos, cuando sirio de nuevo la sirena, pero al viejo, que era carrerista, parecía importarle un ar­ ¡ dite el fútbol, como si no oyera. Suerte que pasó Romano por el patio, y nos hizo señas de que íbamos ganando dos a cero a los yugos, lo que corrió co.no un súbito norte por toda la clase, in­ clinando la cabeza de cada uno para pasar la información al vecino. H o m b r e bueno, este Romano, todos lo quei io­ nios. Parecía muy adusto, pero nunca nos delataba. Cuando, treinta años más tarde, propuso Felipe Ferreiro en el Senado, con encendida oración, que se rindiera homenaje a aquel funcionario ejemplar del Liceo Rodó que acababa de fallecer —Ferreiro era nuestro pio- profesor de Historia Americanu — /. ó- mo me acordé de este lejano episodio, José Vidal consiguió el primer gol uruguayo en torneos olímpicos y — obvia­ cuando Romano, estirando los dedos, mente— mundiales. "Me acuerdo clarito de la jugada. La tocaron los cuatro nos informaba de los goles contra los delanteros y vino el centro de Urdinarán, abierto, porque teníamos viento yugoeslavos, en las propias narices d»l en contra. La pelota rebasó a Scarone y a Petrone y la patié como venía. D irector! Ni se movió el arquero". Estos son los zapatos usados aquella tarde del Al instante de sonar lu campana, sa­ lunes 26 de mayo de 1924. limos en estampida. Ni la presencia de don Miguel en el pupitre podíu conte­ ner la atropellada, y nuestra carrera no Era un lunes de otoño. Encerrados en ya dos teces la sirena de "Diario del se detuvo hasta la pluzoleta del Solis, nuesto salón de clase, leíamos retroce­ Plata”. Una: Empezó el partido; pero bajo las balcones de "Diario del Plata”, der el rectángulo del sol que. entrando ¿la otra? En eso se le ocurre a don para escuchar las noticias que, momen­ ;u,r la puerta, llegaba hasta el pupitre .Miguel Lapeyre preguntarme la compli­ to a momento iba trasmitiendo Francisco (!> I profesor: cuando se saliera por com- cadísima historia del casorio de Fernan­ Corney por medio de parlantes, con i.n pl‘to. seria el tiempo de la terminación do con Isabel, de la cual no sabía ni dramatismo que era anticipación de los d< la clase, \uestro reloj de sol propio, palabra, sólo que "tanto monta, monta locutores deportivos de la actualidad. más útil que el de Trouville que nos tanto, Isabel como Fernando”, que nos La bocina seguía sonando cada pocos llei ó un día a mostrar Reyes 7 Aei eneí, divertía muchísimo por su segunda in­ minutos. Aquello era fabuloso, impensa­ ? fue un fraraso, porque cuando llega­ tención, de morir de risa, con las cinco ble. Daban ganas de llorar, pero uno mos se halda nublado el cielo. muchachas que hay en clase y que no tenía que contenerse porque estaban los Siempre estábamos impacientes por la entienden por qué se ríen los zopencos; otros, y había que presumir de duro, campana de salida, para irnos a la es­ o se hacen las que no entienden. Enton­ que ya no éramos unos chiquitines, quina de Contención y Colonia, a comer ces el viejo, muy severo, me preguntó teníamos pantulón largo. porciones de fuiná en lo de Dorsa, li­ bres de profesores y de bedeles. Y los lunes más que siempre, porque los lunes URUGUAY - ESTADOS UNIDOS eran de desastre, por causa del zanganeo dominical, que ni un libro habíamos abierto, y de pronto u éste se le ocurre Estadio de Berjes. Jueves 29 de mayo de 1924. ha'erme pasar, justamente hoy que no Cuadro uruguayo: Mazali. Nasazzi y Arispe. Andrade, Vidal y se de qué se truta. Tomassina. Naya, Scarone, Petrone, Cea y Romano. } mucho más impacientes éste lunes: la impaciencia era ya unsiedad. El par­ Juez: Barette, belga. tido d»bio haber comenzado en París, Resultado: Uruguay 3, Estados Unidos 0. nosotros estábamos allí, encerrados, Goles: 1er. tiempo: Según el informe oficial de la delegación •in noticia ulguna. ¿(juién podía pres­ tar atención al viejo? uruguaya, 3 goles de Petrone. En eso, entró Erutilla u pasar lista, Según algunos telegramas de la época, goles de Andrade, Sca­ ¡>c,rque el nejo era muy desconfiado, rone y Petrone. y hada pasar lista dos teces, en la pri­ Los recuerdos de los testigos no son decisivos. m e ra y en la última hora, por si se esca­ ldaba ulguno. > o me sentaba en primera 2o. tiempo: sin goles. fila, asi que le pregunté despacito u Mejor jugador: la línea de forwards, en el primer tiempo. E r útil la como iban (le Humábamos Fru­ Más admirado: Andrade, que empieza a ser la “merveille noiro”. tilla porque tenia la nariz hinchada y Público: entusiasmado con los uruguayos. llena de temías rojo rnorudo), pero él se hacia el que no me oía y continuaba Crítica: sigue muy favorable. implacuble ion su lista. Había tonudo Mazali. Los aniel ¡canos : os j'ugadóiVA estaban Convencidas grandes y fuertes, entrenados, pero de sus posibilidades como finalistas, ingenuos. Jugaban recio, y uno le y tomaron muy en serio su respon­ hizo un foul a Vidal, que le dejó sabilidad. En esto, habian recibido una rodilla suelta. días atrás, un inesperado toque de Vidal. - A mi se me escapó, pero atención: Nasazzi lo esperó y le aplicó un Después del partido con los yugo­ buen planchazo en la espalda. El eslavos, les dieron la noche libre. tipo se levantaba la camiseta y mos­ ¡Imagínense! De corrida, a Place traba la marca para las tribunas. Pigall y a Montmartre. Al “Garrón”, Cea. — Pero ese no era nuestro donde estaba Eduardo Arólas, cuya estilo, solamente jugábamos fuerte orquesta integraban Julio De Caro para defendemos. La rudeza venía y el taño Genaro. Era la época de de ellos, y la cuestión era no achi­ la conquista de París por el tango, carse. “Le tango”. Arólas tenia un extraor­ Ganaron tres a cero, los tres go­ dinario buen éxito con su música y les en el primer tiempo, comenzando con sus tangos, “Derecho Viejo”, con uno de Andrade, a los 9’. Ese “Rawson”, “Lágrimas”, “Rintintín”. tiempo fue extraordinario. Uno de ¡Pobre Arólas, ya marcado, que iba los comentaristas franceses se decla­ a morir pocos meses después, con­ ró deslumbrado por “el fuego de sumido por la tuberculosis que su artificio de los uruguayos”. “No tie­ perpetua vida nocturna descuidaba! nen rival” comentó Josué Quesada Al salir, alegrones, nuestros ju­ para “La Razón” de Buenos Aires, gadores se toparon con los españoles, “han producido estupefacción. Este eliminados desde el primer dia por match ha desterrado toda duda con los italianos. Al reconocerlos, les arrinconaron contra la pared, indig­ nados, y por poco querían pegarles. “Irresponsables, vayan a cuidarse. Ustedes son los campeones”, les reprochaban. Al otro dia, los dele­ gados les leyeron los diarios, que también los señalaban como campeo­ nes futuros. ¡Siete goles a los yu­ por eso que me enredé con Enrique II . goeslavos! Concluye Cea: “Compren­ ¡Qué barbaridad! dijo pupa, ¡si Enri­ dimos y nos encerramos. Venían las que de Navarra, fue un siglo después! muchachas hasta la entrada del cas­ y entonces nos refirió la historia de las tillo, para ver a las fieras y nosotros luchas de Juan II contra su hijo, el ni bolilla. Era un compromiso mo­ principe de Viana, y cómo la madrastra ral entre todos. ¿Sabe en qué nos lo hizo envenenar al príncipe, para que distraíamos? Ibamos a remar al reinara sin problemas su propio hijo Sena”. Fernundo; y cómo el infortunado En­ Después de la victoria sobre los rique IV, —que no era como el de americanos, estaban entre los ocho Francia, sino todo lo contrario, en su aspirantes al titulo en el mundo, con vida privada—, repudió a Blanca de Francia, Italia, Suecia, Suiza, Ho­ Navarra por esterilidad, y se casó con landa, Irlanda y Egipto.

Con don Miguel Lapeyre no se juga­ Pedro Cea: “ Romano es un jugador ba. Si mandaba buscar al padre, había asombroso. Yo lo atestiguo”. que traerlo, porque si no era mucho peo>. Si alguna vez uno conseguía que fueru mamá, que después no decía nadu y la cosa pasaba mucho más fácil, el Héctor Scarone, el célebre “mago”, Director se ponía furioso y nos retaba en una caricatura de la época. a nosotros y a mamá también. Llegué a sospechar que, en esos dos anos, don Miguel exageraba con sus reclamos de respecto al triunfo final del team la presencia del padre, por cualquier sudamericano, considerándose que no motilo; debía de resultarle agradable tiene rival su juego científico y ele­ la visita del ministro de Relaciones Ex­ gante, insuperable”. teriores para oír, en su Dirección, las En el segundo tiempo, los vigoro­ quejas contra sus retoños, que siempre sos americanos lograron bloquear a son un poco, al fin y al cabo, para el la línea de forwards que, con la vic­ progenitor también. toria segura, se dejó estar, sin tanta Así que el lunes de Enrique IV , codicia. Pero cuando desde el públi­ tuve que confesarme con papá, pero co gritaban “Go ahead, boy”, desde beneficié de su buen estado de ánimo el núcleo rioplatenso se respondía (¿seria por el 7 a 0, él también?) y con “Metcle, viejo”. porque, además, hice el cuento a mi Al día siguiente, los delegados manera: que Lapeyre se había puesto yanquis fueron a Argenteuil, para fe­ furioso porque estábamos distraídos por licitar a los uruguayos y vaticinarles la sirena y con Romano, que desde el la victoria olímpica. También nues- patio nos hacia señas de los goles. Fue

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Holanda articuló un "cerrojo” para evitar perder frente a Uruguay: puso ocho hombres en su defensa pero tampoco le sirvió.

una portuguesa, hija de don Duarle, y y, a medida que corrían los minutos, ésta, para no correr el mismo riesgo de nos impacientábamos en la plazoleta. repudio, le presentó como infanta a Pero ¿qué están haciendo estos pata- una niña que tuviera de Beltrán de la duras, que no hay más goles? Que­ Cueva, por lo que fue llamada la Bel- ríamos un record contra los yanquis, traneja, y vivió mil desdichas, como para humillar a Calvin Coolidge, que las viviera el de í iana, por manera que estaba buscando su reelección en esos sobre las del uno y las de la otru. días: tan seco, tan duro, tan antipático, Femando e Isabel fundaron su reinado ¿no era?; de quien papá refería que, e hicieron su gloria. Todo lo cual a cuando fue propuesto el ajuste de las mamá que escuchaba en la mesa fa­ deudas de guerra de los aliados, respon­ miliar, no le hacia mucha gracia que dió :**They hired the money, didn’l nos contaran, porque suponía que histo­ they?", y que no quiso entrar en la La final: Europa contra América, rias de tan dudosa moraleja podrían Sociedad de las Naciones, que era un Ghierra marca al puntero. Al se­ tirar al piso la moral de un adolescente. organismo favorito de papá. gundo gol, de Cea, el público inva­ U cierto es que, desde entonces y para Pero de todos modos tres eian tres. dió la cancha festejando. siempre, nunca más enredé al Impotente de Castilla con el Fers Galant, ni con el ulemán de Canossa, ni con el otro URUGUAY FRANCIA de Shakespeare, volviéndome experto en Enriques IF, como paru un programa de 7 F por un millón. Estadio de Colombes. Domingo 1° de junio de 1924. A pesar de las quejas de Lapeyre, Cuadro uruguayo: Mazali. Nasazzi y Arispe. Andrade, Zibechi tomó papá con simpatía la distracción y Ghierra. Naya, Scarone, Petrone, Cea y Romano. de causa futbolística, de modo que el jueves admitió, —creo que él mismo Juez: Andersen, noruego. me lo propuso—, mandarme buscar a Resultado: Uruguay 5, Francia 1. la tercera hora al Liceo Bodó, para Goles: Según el informe oficial de la delegación uruguaya, que pudiera seguir el partido. “Fenile al Ministerio’*, me dijo, pero yo preferí 2 de Petrone, 2 de Scarone, 1 de Romano. irme n la plazoleta, donde podía expan­ Los telegramas los atribuyen a Scarone, Naya, Petrone, Cea dir mi i moción a gusto, en lugur d° y Romano. estarme fontenido, en uno de los pro­ fundos sillones de cuero de la Casa de Mejor jugador: Zibechi y Romano. G obio no. Más admirado: siempre Andrade. Pude paladear bien, así, los tres Público: asombrado, luego entusiasmado. goles a los americanos. Tan «unos es­ tábamos que esperábamos por lo me­ Critica: favoritos. nos otros tantos en el segundo tiempo.

Los suizos de aquel día instantes antes de salir a la cancha, frente a la El sorteo decidió que jugáramos puerta de su vestuario: sufrieron un rotundo 3 a 0. contra Francia, en los cuartos de final, con evidente disgusto de los franceses, que nos estimaban como los adversarios más peligrosos, y porque, además, en caso de ganar­ nos, quedaba eliminada la atracciór. más lucida del torneo. ¡Lo que ha­ bía ocurrido en una semana, el cua- drito desconocido era el favorito de la Olimpíada! Como la camiseta francesa era azul, se decidió tirar suertes para saber quiénes cambiarían la suya. Para el caso de tener que hacerlo, fc. - M los uruguayos optaron por la cami- íP. • seta argentina, en actitud rioplaten- se. y lo hicieron saber, con grata repercusión en la colonia argentina de París, harto nutrida por aquellos años. Tocó sin embargo a los fran­ ceses vestir camiseta roja, con lo que los nuestros retuvieron la ce­ leste y se ganaron mayor simpatía de los porteños. Es que se habían puesto muy finos en todos los detalles. Entraban a la cancha llevando la bandera propia y la del país del adversario, actitud inusual en Europa, lo que admiró a un cronista español, que les calificó de muy hábiles diplomáticos. Cea. — Fíjese, ¡de indios a diplo­ Alfredo Ghierra corta un pase al puntero y entrega de cabeza al vasco Cea, máticos! el “empatador olímpico”. Naya. — Recuerdo que en esa crónica afirmaban que habíamos de­ Bien sé que Laura no podrá compren­ cia porque estoy de novio y con una cidido que a los dueños de casa no tan bonita como Laura, y que todos les ganaríamos más que por un gol. der que en este domingo, yo no tuya a pasear con ella por la rambla de conocen. Y después, cuando nos senta­ lx> hizo Scarone al minuto de juego. mos en un banco y nos tomamos de Pero luego empataron los franceses, Podios. La manía del foolball le resulta injustificable. Que en tez de ir al cine las manos, y ella me dice frases cari­ y yo desempaté, terminando el pri­ ñosas, me invade una ternura inmensa, mer tiempo dos a uno. Al comenzar Concert, arriba y al fondo, prefiera en algunas ocasiones el Parque Central, le como una felicidad que llega en olas, el segundo, a raíz de un foul de y pienso qué más puedo pretender, si Andrade, el público lo silbó, se eno­ resulta traición y motivo de atufamien- to por torios días. Si ahora le fuera con me va bien en el Liceo, y tengo tantos jó el negro, cortó una pelota y em­ amigos, y una casa tan cómoda donde que, en lugar de la rambla con ella, pezó a pasar gente, cimbrándose mis padres me han dejado instalur nues­ voy a ir a la plazoleta del teatro Solís, como él solo sabía hacerlo, llegó tro club, y además esta novia, de la hasta la línea del córner, se la colo­ para seguir el partido por los parlantes, cual ellos no saben nada porque me daría tremenda cortedad decírselo, ya que no lo tomarían en serio, y a la que escribo versos en secreto, que me parecen muy buenos, y a ella también, extraordinarios, dignos de Kuben Darío que me gusta a mi, y de Amado Ñervo, que le gusta a ella. Lo que Laura no entiende, es que su poeta se sienta atraído por las pata­ das, como ella se empeña en decir. En­ tonces lo mejor es no adelantarle nada. De pronto llueve más tarde, parece que se está por descomponer el tiempo, es la época; y si no llueve, le hablo por teléfono que estoy enfermo, y chao. Los cinco goles fueron compensación suficiente a la contrariedad de tener que escabullirme de Laura esta mañana. Ni llovió ni pude avisarle por teléfono, de modo que simplemente desaparecí, y ella me habrá estado esperando, pri­ mero inquieta, luego furiosa cuando se haya dado cuenta, de pronto, de la Mazali detiene, Nasazzi cuida, Andrade observa, el estadio respira. razón de mi ausencia; por lo cual, fi­ nalmente, decidí no aparecer tampoco có a Petrone, y gol. Mueven, y el le parecerá el colmo de la estupidez y por la tardecita, con ese impulso futa- negro repite la jugada, para colocar­ desconsideración. "¿Para qué si igual lista y diabólico que empuja a darle la esta vez para Cea, y gol. Y lue­ podés saber después el resultado?” me cada vez mayor dimensión al desagui­ go un quinto, de Romano. La con­ reprochó cuando le conté de los dias sado que uno está cometiendo, nada clusión del periodista español fue anteriores, "eso es cosa de fanáticos, más que por rabia de haberse embarca­ que, por haber enojado a Andrade, estarse ahí con la boca abierta, espe­ do en él. Ya que se va a armar, que se se había quebrado la consigna, y les rando que le lean un telegrama”. arme bien grande. Tres dias, o una había hecho cinco a los dueños de Nunca tuve tantos deseos de que ama­ semana, puede costarme ganar la indul­ casa. neciera con una tormenta desencadenada, gencia de Laura, pero el festejo de los Con el agregado de que cada uno lo que me hubiera traído la solución cinco goales ha sido memorable. de los forwards colocó el suyo, lo pacífica. Por supuesto que me gusta A esta altura de los sucesos, estábamos que fue atribuido a la científica y caminar con Laura toda la rambla, des­ infatuados a más no poder, todos los metódica distribución de juego por de Trouville hasta la avenida Brasil, y uruguayos. Cinco a uno a los dueños de Zibechi. en el único partido que ju­ volver mientras los demás muchachos casa, no era para menos. Nada nos de­ gó en París, en reemplazo de Vidal, me miran con envidia y yo hago pinta tenia, ¿qué iban a poder esos holan­ que se hallaba lesionado. ante las chiquitínas, dándome importan­ deses?

163 URUGUAY - HOLANDA

Estadio de Colombes. Viernes, 6 de i nio de 1924. Equipo uruguayo: Mazali. Nasazzi y Arispe. Andrade, Vidal y Ghierra. Urdinarán, Scarone, Petrone, Cea y Romano. Juez: Vallat, francés. Resultado: Uruguay 2, Holanda 1 Goles: 1er. tiempo. GroofjoHan, holandés. 2o. tiempo: Cea, Scarone. Mejor jugador: Nasazzi. Más entusiasta: Petrone. Público: sofocado. Crítica: deconcertada, pero todavía favoritos.

Semif inalistas. El público, muy numeroso, se que­ En Argenteuil el ambiente ya era da frío. ¿Es la caída de los favori­ de fiesta, aunque la disciplina se tos? El primer tiempo, terminan mrntenia, más que por severos con­ en desventaja. troles de los delegados, por firme Mazali. — "En el descanso, Mar­ voluntad de todos los jugadores. En tínez Laguarda nos habló de los que la semana, nadie salió, ni de día ni estaban en Montevideo, ansiosos por El arquero Pulver detiene ante Pe­ de noche. La colonia uruguaya ro­ el resultado. Salimos pronto a la trone que cae dea oa en forma permanente a la cancha, para el segundo tiempo, y delegación, con entusiastas muestras cuando aparecieron los holandeses, de aliento y de afecto. Desde Mon­ estábamos esperándolos desde hacía tevideo llovían decenas y decenas cinco minutos, formados, con los holandés habia colocado junto a un de mensajes de estímulo. De gober­ brazos cruzados en el pecho. Los poste un conejo embalsamado, la nantes, de deportistas, de personas de holandeses se impresionaron de nues¿ mascota o amuleto. Perucho Pe­ todos los medios. Por supuesto que tro aspecto decidido”. trone, en una de sus entradas se también de la Federación, y de Pe- Los nuestros se esforzaban por en­ lo pateó lejos. El arquero furioso, ñarol. trar, sin conseguir sobrepasar la ce­ lo volvió a su lugar, y Perucho lJegó el viernes, 6 de junio. Toca­ rrada defensa hodandesa, que aleja­ lo volvió a patear. Fue entonces ba enfrentar al fuerte equipo de ba para todos lados, hasta que Cea que vino ti penal, por foul en el Holanda, que se habia trazado un consigue convertir un centro de Urdi­ área. Cuanuo Vallat lo cobró, Aris- plan de "cerrojo”, poniendo a ocho narán. Los holandeses protestan off- pe se dió vuelta y le gritó a Mazali: hombres atrás. Los uruguayos do­ side de Urdinarán, pero el juez fran­ "La foto, Mazali, la foto”. minaban, pero no lograban entiar. cés Vallat, valida el tanto. Empate. Mazali. — Cuando jugamos contra De pronto, cerca de la media hora, Poco después Romano convierte los yugoeslavos, habíamos tenido ese se corre un delantero holandés y otro, pero... ayudado disimulada­ juez. Jugamos tan bien que, cada vez arr aga tirar al arco. Mazali le sale, mente con la mano, y el juez no lo que pasaba cerca mío, me decía: y entonces hace un pase a su ala otorga. La lucha se hace cada vez "Mazali, champions” (Mazali es de de-echa, quien convierte el tanto. más dificil, más dura. El arquero ascendencia francesa, aunque aqui le

Er ¡a Plaza Independencia, el lunes 9 de junio, el pueblo de M ontevideo on banderas patria escucha noticias del partido.

1M italianizan el apellido). Al terminar En el estrecho corredor, el espantado Cuando minutos después se supo que el nari ido, me pidió una fotografía } éreguy se tropezó con Alvaro Saraleguy el gol del triunfo había sido convertido dedicada del cuadro, pero yo me ol­ que venía a congratularse con el minis­ vidé. Viene el partido con Holanda, de penal, el ministro se sintió un poco tro, seguido por Enrique Sampognaro, defraudado, porque los tantos de penal y me veo entrar, como juez, al fran­ Teófilo Piñeyro Chain y José Mora Ote­ nunca le conformaban del todo,' aunque cés de la fotografía. En e, intervalo, ro que formaban el joven, talentoso y no de apuro, conseguí una, la hice fir­ muy disciplinado equipo de colabora­ fueran indiscutiblemente bien cobrados. mar por todo el cuadro, y se la en­ dores del ministro, en entusiasta tropel. A Pedro Manini Ríos le gustaban las tregué antes de comenzar el segun­ —Están todos locos, murmuró don Fer­ goles de cancha, y especialmente los do tiempo, cuando íbamos perdiendo mín. Esto no tiene ni pies ni cabeza, de Héctor Scarone y los de Angel Ro­ uno a cero. Por eso Arispe, que sa­ trastornar a Pe/aciones Exteriores por mano, a habilidad y colocación, más bia el asunto me * citaba feliz: ’Ma- un asunto de patadas a una pelota. que los de Petrone a feroz pelotazo. zalí, la foto!’ Cea. — ¿Por .»ué tiró el penal Scarone? La agar ó Petrone, por­ que quería patea: Je él. Yo se la sa­ qué y se la di a Héctor, preguntán­ dole: ¿lo metés? “Lo meto”, me aseguró. Si sería grande Perucho que, como no pudo hacerle ningún gol a los holandeses, aunque ga­ namos, salió llorando de la cancha. Pero ¿quién iba a arriesgar ese penal si estaba Héctor para patear­ lo? Los holandeses protestaron ante el tribunal del campeonato, pero su re­ clamo fue desestimado al día siguien­ te. Los uruguayos cantaron: “Me iré a quejar, me iré a quejar, al gran rey de Borgoña”, mientras Arispe seguía guiñando, con su expresión de indio noble: “Mazali, la foto”.

Aquel final del primer tiempo con un gol en contra, fue la desolación en todos los rostros, áridos, frente a las redacciones de los diarios. Pasaban los Urdinarán a la carga por la punta, con el “cerrojo” suizo funcionando: minutos, y no llegaban nuevas noticias. van dos a marcar,, el tercero ya quedó atrás. Por fin, al cuarto de hora el empate de Cea reverdece las esperanzas, pero se­ guimos esperando, esperando, contando URUGUAY - SUIZA los minutos. } a debe haber terminado el partido, ¿habrá alargue? Nada. Sin saber nada. De pronto, la sirena, vibran­ Estadio de Colombes. Lunes 9 de junio de 1924. te, extendida, alegre, hizo temblar los Cuadro uruguayo: Mazali. Nasazzi y Arispe. Andrade, Vidal vidrios. Por entonces el despacho del ministro y Ghierra. Urdinarán, Scarone, Petrone, Cea y Romano. estaba instalado en la pequeña pieza Juez: Slawich, francés. de la esquina de Ciudadela y la Plaza, Resultado: Uruguay 3, Suiza 0. y desde allí se oía con relativa claridad Goles: 1er. tiempo. Petrone 9’. el parlante de "Diario del Plata". Y 2o. tiempo: Cea, 25’, Romano, 40’. por supuesto, el ministro también esta­ ba en suspenso, mientras redactaba un Mejor jugador: Romano, Nasazzi. borrador con su escritura fuerte y abier­ Más aplaudido: Andrade. ta, en letras que se desdoblaban porque Público: fervorosamente con el Uruguay. la presión de la mano abría la puntu Crítica: Excelente. de la pluma. Escuchó a Corney gritando ¡goooool! j gooool des-carone! en el mismo momento en que don Fermín (.arlos de Yéreguy entraba a su despacho Finalistas. Ya es incontenible la bía preparado su dedicada huésped con una carpetu en las manos. ambición, desbordada la decisión de de Argenteuil, madame Pain. — ¡Pasquetitu! le gritó el ministro al ganar. No se puede aceptar otra cosa. Nunca había habido tanta gente asombrudo Introductor de Embajadores, Los suizos venían de eliminar a los en Colombes. agotadas todas las lo­ que no atinuba a comprender uquellu suecos, y antes a los italianos, y a calidades. Impresionante Y muchas entusiasta explosión. los checos. Pero los uruguayos no banderitas uruguayas, no solamente —JPasquetita! ¡Col de Pusquetita! in­ se sentían achicados. de los compatriotas y demás sud­ sistía el ministro. Fieles a una política de cortesía americanos, sino también de los fran­ ¿Quién es Pasquetitu , señor Minis­ para el público, el día antes, con la ceses, porque la Casa Exprinter, vin­ tro? mayor publicidad posible, llevaron culada a nuestro país, las había dis­ Plegó lu respuesta tu junte: al Arco de Triunfo, para depositar tribuido con generosidad. Si no sabe quien es Pasquetitu. en la tumba del Soldado Desconoci­ Minutos nerviosos, de cautela. A retírese del despat ho. do, una corona de rosas que les .ha­ los 9’ Romano le coloca un pase a

165 l**s pies de Petronc, y gol. Lo que años más tarde, es inocultable la ramos ido a ver al "Ahuyemador de »"ás impresionó a los nuestros, fue húmeda emoción que aquel enorme fantasmas", con ff alinee Revi y Lila ' ' ovación del público. Parecia que recuerdo aún les produce. Lee, pero alegó Laura que te> en la «laban en Montevideo. Se jugaba Después, se quedaron un mes en pantalla a actores difuntos como si es­ bien por ambas partes, muy rá­ París. Eran la “coqueluche” de la tuvieran vivos, le resulta insoportable. pido. con alguna rudeza. Andrade, ciudad. Nada debían pagar en nin­ Menos mal que por la noche papá me a raiz de un golpe cae desvanecido, gún cabaret, porque desde todas convidó a acompañarle al teatro lfí de P"ro se recupera. Los suizos presio­ las mesas competían por enviarles Julio, donde reprisaban una favorita su­ nan, y Mazali se luce en alguna bri­ botellas. Los telegramas llegaban ya, La casa de la I'roya", con actuación llante atajada. Termina el primer por brazadas, no había tiempo de de una faioritu mía, Hora Serrador, de tiempo 1 a 0. En el segundo, se acen­ leerlos. Comenzando por el presiden­ quien estaba profundamente enamora­ túa el dominio uruguayo, pero recién te Serrato, hasta la más modesta do, de manera que cuando entraba Car- barra le café. Y el desquite de la miña a escena, me saltaba la emoción a los 25’ Cea consigue el segundo clausvcchez madame Pain, fue fe­ gol. De nuevo como si fuera en ante quien se me antojaba paradigmu nomenal. Cada uno en su estilo. Por de dulzura y de gracia femenina. La Montevideo, el publico invade la supuesto que la espigada y atlética cancha, para festejar a los que ya cuarta impresión me llegó cuando, al 'igura de “la Merveille Noire” ha­ salir al frío cortante del Bulevar Ar­ tiene por campeones olímpicos. An­ cia furor. Era cabeza de fila en los drade se luce en un juego espec tigas, recordé que dentro de cuatro ho­ "boudoirs”, al punto de que, estan­ ras, jugábamos la final con los suizos, tacular, conteniendo todos los ata­ do otro de los muchachos en íntimo por lo que en seguida comencé a maqui­ ques suizos por su ala, impecable. coloquio con una dama, cuando en­ nar la idea de alborotar un “¡no entra­ Faltan cinco minutos. Romano hace tró la mucama con el desayuno, ella mos! salvador para mis perezas, lo que el tercer gol. de cabeza, recogiendo le dijo: “C’est un des champions fui planeando durante los dieciocho un córner. uruguayens". “C’est pas possible ma­ minutos de tranvía. Los últimos minutos transcurren dame”. respodió la muchacha, “ils Esa misma mañana papá leyó prim ero en medio de indescriptible algazara. sont tous des noirs, les uruguayens”. los telegramas, muy interesado como es­ taba en la crisis francesa, que enfrentaba al presidente Millerand con la mayoría parlamentaria, y cavilando sobre los erro­ res que este hombre de talento había acumulado para perderse. Después vol­ vió a la página editorial, que era enton­ ces la primera plana, y leyó una infor­ mación sobre el proyecto de ley elec­ toral del diputado Alvaro Vázquez y un artículo de Antonio Bachini sobre Camoens, en ocasión de su segundo centenario. Fue entonces que recordó que ese día, en el "Alsina" llegaban los restos de don Domingo Mendilaharsu, fallecido en Niza, y que él diría el dis­ curso, en nombre del Poder Ejecutivo, al día siguiente, por lo que mejor seriu ir pensando desde ahora alguna cosa sobre ese periodista fino y de talento, que fuera brillante parlamentario, minis­ tro de Relaciones Exteriores de Cuestas, y retirado desde hacía veinte años de la vida pública; un discurso reparador de los injustos desconocimientos que la pasión política derrama, lo que se puso a hilvanar mientras caminaba tomando el final: el público comienza a movilizarse alrededor de la Plaz unos mates. En cuarto lugar, recordó ndependencia desplegando el laureado emblema de las nueve franjas. que al mediodía se jugaba la final en Colombes, y que él atendería el primer tiempo desde su despacho del Ministe­ Banderitas francesas, uruguayas y rio. En ese momento, salía el hijo a lu El lunes y de junio de 1924, amaneció vereda, camino del Rodó, y le golpeó argentinas, festejan la consagración. despejado y frío. Cuando me despertó- Cea. — Nos parecía mentira. Pen­ el vidrio de la ventana, para saludarle sábamos en Montevideo, en los fa­ ron, la primera imagen que se me re­ con la mano. presento, fue la de Carmina, encanta­ Los dos estaban sintiendo lo mismo • miliares, en los amigos. Cuando vi­ dora \ora. La segunda impresión, fue mos izar aquella bandera nuestra, ¡Si ganáramos hoy! ¡Campeones mun­ enorme, entre la Suiza y la Holan­ ni frío del mosaico en mis pies. La ler- diales! desa, y subirla, subirla, hasta que­ w u yue lema yue apresurarme pai La maniobra “¡no entramos!" por dar más arriba que todas, sentimos ir al Liceo y que, como cada lunes, n causa de la final, fracasó aunque hu­ que algo grande habíamos hecho. hab'ui preparado ninguna lección, yé, bo varios colaboradores agitantes. Don Nosotros, humildes muchachos; yo ni día, por la mañana en la ramb, Miguel Lapeyre había madrugado y, tenia apenas tercer año de escuela, de Podios con Laura; por la tarde en desde su despacho, distribuyó su briga­ era repartidor de hielo en Monte­ cine / abala haciendo manilo con Luur da de vigilancia. Romano y Pereira, que video mientras ella se emocionaba con Eli desde lu puerta controlaban ambas es­ En los ojos de los odio campeo­ Friu*co en lai cié guita de la Avenú quinas frondistas, mientras se usomabun nes que en este anochecer de prima­ lear , que si no fuera porque e rudu pocos instantes C alli y Poggi m e­ vera nos rodean, cuarenta y cinco emoción propiciaba la ternura, me t tiendo miedo a los timoratos. D e m odo sultana insufrible, por lo menos hubi que, al sonar lu campuna, yu aflojaron enfermaba de indignación si perdía su cuadro, alguna rez había corrido por la cancha, revólver en muño, a algún adi ersario. Era pues un "federalista" de encendida pasión, y al verle, en un incontrolado y abrió do impulso, grité agí esii ámente: ¡Campeones! ¡Sufran! F.l me miró.. Temprano, había pensado que era extraordinario que la murguita asociacionista hubiera alcanzado a la fi­ nal; a media mañana había pensado que, de todus maneras, para el fútbol uraguayo seria sensacional que se gana­ ra el campeonato; al acercarse el medio­ día, estaba impaciente por enterarse del cuadro que presentarían, pues él hubic- ru dispuesto un par de cambios para darle mayor -ficienria, pero esos no van a saber hacerlo; a la hora del partido, se fue a la redacción de "El Diario”, El “Valdivia' entra al puerto con la gloriosa delegación en su vientre. Se para seguir de cerca la lucha. Cuando convino la hora con su capitán para coordinar los festejos. se supo el gol de Petrone, lo festejó; es decir: pegó un enorme gruñido de satisfacción. ¡Por un gol de Perucho! hasta lo s más díscolos. Sin embargo, el nudio real. El presidente llevar había Américo, el ordenanza, lo veía y no ambiente era inquieto y, si se verifican enviado una conceptuosa felicitación al podía creerlo. Al término del partido, las libretas de clase de ese día, lunes () presidente Serrato. Los jefes de mi­ era un uruguayo entusiasmado más, y ya de junio de 1924 se comprobará que el sión comenzaron a llegar a la Casa de meditaba algún camino para la fusión promedio

Ricardo Lombardo rastrea profundamente en la psicología de ese personaje codiciado, mima­ do reverenciado, buscado a través de selvas y montañas, ciudades y aldeas con igual empeño: e! goleador. Y de toda una frondoso historia extrae siete nombres que sostiene sin apelaciones lo estadística. El goleador se mide por una infalible escala numérica: Piendibene, Petrone, Young Afilio García, Hohberg, Spencer y Artime.

PLAN DE LA COLECCION LOS CAMPEONATOS. 1 . LOS ALBORES DEL FÚTBOL SUDAMERICANOS. URUGUAYO. EL FÚTBOL DEL INTERIOR. Fronklin Morales. EL NACIONAL DEL 40. 2 LOS CAUDILLOS. Carlos Soto. LA COPA URUGUAYA. 3 EL FÚTBOL DEL 12. 1950: MARACANA. César L. Gallardo. LA EVOLUCIÓN DE LAS TÁCTICAS. 4 HISTORIA DEL CLUB NACIONAL PEÑAROL CAMPEÓN DEL MUNDO. DE FOOTBAU. Dionisio A. Vera. LOS JUGADORES INTERNACIONALES. URUGUAYOS Y ARGENTINOS. Eduardo Gutiérrez Cortinas EL MUNDO DEL FÚTBOL. LOS ARQUEROS. HISTORIA DE LOS ‘ CLÁSICOS” Eduardo Gutiérrez Cortinas. LA GARRA CELESTE. 1924: COLOMBES EL CUADRO IDEAL DE TODOS Carlos Monini Ríos. LOS TiEMPOS GOLES Y GOLEADORES. LA COPA DEL MUNDO. Ricordo Lombardo. MEXICO 70. HISTORIA DEL CLUB ATLETICO PEÑAROL LA IOITOIIAL PODBÁ MODIFICA! ESTOS TITULO Ulisos Boda no. O SU OBDEN 10 LOS MAESTROS Cesar L. Gallardo II 192B AMSTERDAM Julio Box ce LOS NEGROS EN EL FUTBOL TODOS LOS JUEVES URUGUAYO. I CAPITULO DEL FUTBOL MAS GLORIOSO Gutiérrez Cortinas C O N 1 LAMINA CENTRAL EN COLORES EL MUNDIAL DEL 30. Corle» Mert nei Mer<*nc ejemplar EL REGIMEN PROFESIONAL DE