LAf I' V ISTA f f I) J LA M| U J E R INTE! I G E N T E

COLABORAN EN ESTE NUMERO

Carlota Gortari Carbajal Américo Ghioldi Elena Barberena Víctor J. Monoli Leonor Llach Juan A. Solari E. Barrandeguy E. Raúl Storai Noemi Salas Luis de Madariaga Carlos Rovetta Lucas Buenaire

SECCIONES FIJAS

Al correr de los días Nuestro hogar Cuento del 15 Poesías Notas varias

NUMERO SUELTO:

PASARON POR GUERNICA LOS INVASORES 0.20 ino V - BUENOS AIRES, JULIO 15 DE 1938 Núm. 60 Cuando usted, lectora amiga, ha manifestado su repudio o indiferencia por la iglesia, voces airadas le habrán replicado: —Toda mujer debe creer, debe ir a la iglesia. Conteste con argumentos sólidos a esta tonta aseveración. "LA INQUISICIÓN EN ESPAÑA EN EL SIGLO XVI" Colección de cuadros históricos del pintor flamenco FRANZ KASPER HUBERT VINCK

Y "ANALES DE LA INQUISICIÓN EN LIMA" Por RICARDO PALMA

Y sabrá que toda mujer debe despejar su mente, huyendo de las mentiras de una institución enemiga del pensamiento libre

SON PUBLICACIONES DE LA BIBLIOTECA RACIONALISTA

Ejemplar: $ 0.50 y $ 1 . — PÍDALOS A VIDA FEMENINA"

T J • J T? • Número suelto $ 0.20 vicia r ¿menina — suscripción«m,ai .. . „ 2.­

DIRECCION Y ADMINISTRACIÓN:* RIV ADA VIA 2130 Suscripciones y valores a la administradora: Celina E. LacrouXs

El Importe de la* tutcrlpcionea puede enviarse en efectivo o en estampillas LA REVISTA // DE LA MUJER I NTK L 1 GE N T El

Directora: MARÍA L. BERRONDO Dirección y Administración: Rivadavia 2150 Unión Telef. 47, Cuyo 8386

Año V Buenos Aires, Julio 15 de 1938 N.° 60 Un Lustro

Con este número VIDA FEMENINA cumple cinco años de existencia.

Diciendo sus anhelos —afán de superación intelectual y moral de las mujeres— ha llegado a los rincones apartados del país y a los centros de cultura de América y Europa.

En sus páginas han colaborado intelectuales destacados y modestos principiantes.

Sigue y seguirá siendo una tribuna abierta a todas las plumas que ilustran sobre asuntos de interés general, porque VIDA FEMENINA, que lucha por la incorporación de la mujer a la vida integral, aborda todos los problemas de interés humano. Cinco años de siembra honesta y constante, nos han producido intensa satisfacción. Es la satisfacción que sien­ ten todos los que ejercen periodismo para divulgar la verdad y esclarecer la conciencia humana.

Al igual que a los demás voceros de la prensa socia­ lista, una realidad nos conforta: la de saber que servimos sin desmayos a la obra hermosa de luchar por la dignificación del hombre. VIDA FE M K N, I NA UN DISCÍPULO A principios del siglo, ya en los ír.oir" y su profundo sentido so- POR últimos años de su vida, opO.rase cial, 'ha h&biido que 'aceptar el en Emilio Zola una honda trans- impresionismo emparentado con el formación: el combatiente ha ce- naturalismo literario. CARLOS dido el puesto al pensador. Quedan atrás •—aunque no muy Quedan muy atrás los años t'.e atrás— las luchas por la verdad y inepcias; ha restablecido el impe­ miseria e Incertidumbre. El es­ la justicia en el proceso Dreiffus. rio de la verdad. critor vive decentemente de lo que El militar digno, encerrado en la La vida literaria de Zola toma le producen sus libros, editados Isla del Diablo por los camarille­ ahora, llamada por nueva voca­ por millares de millares.. ros del ejército y de la iglesia ha ción, el camino del apostolado so­ Quedan muy atrás, también, las sido por fin traído a París. Es cial. De aquí ha de salir lo que luchas literarias. No ha habido. la solemne rehabilitación operada se ha llamado su "tetralogía mo­ más remedio que aceptarlo tal cual por la energía y el talento del ral y filosófica": Fecundidad, Ver­ es y si no ocupa un sillón en la gran escritor. dad y 'frabajo" Academia, Francia entera lo ad­ Transfiguración es lo que en­ Trabajo, novela' .que trasunta mira y el mundo lo lee en todos cuentra' Heinrich Mann en este pe­ amor y sabiduría, es una de las los idiomas. Es el más grande ríodo de la vida de Zola. columnas más sólidas de ese grupo. hombre de letras de su patria La batalla civil en defensa de Hemos querido resumir de nues­ y ningún Procurador del Estado Dreiffus y la paternidad inespera­ tras lecturas de esta obra lo que osaría visitarlo para expresar alar- da y vigorosa, acentúan esa trans­ hay en ella: la feliz realización ma por su obra. figuración que es aptitud centupli­ de las ideas de Carlos Fourier. Quedan atrás las batallas artís­ cada para el trabajo del pensador. Admiremos, en Trabajo la be­ ticas por el impresionismo. Del 1 Ha roto viejos moldes; ha de­ lla ficción que tiempos no lejano. -­ mismo modo que ha habido que verán transformada en realidad... tolerar las crudezas de "L'Assom- molido montañas de errores e

En la habitación modesta, am­ plia, limpia, del doctor Michon, Lucas Proment —de los Froment de alta frente, frente en torre, qne han dado al mundo con los Ma­ teos, los Marcos y los Lucas, una estirpe de hombres veraces, jus­ tos y enamorados de la vida— ha tratado en vano de dormir. Ya avanzada la noche, insomne, fetril, ha acabado por poseerlo una idea que ha de ser la obse­ sión de su larga vida. Encerrado en el amable rincón que perfuma­ ran las rosas y las ideas del doc­ tor Michon, devoto de Fourier. asiste al desfile de cosas y seres que ha venido viendo desde su llegada a Beauclair. Primero el paseo sin rumbo cierto por el camino de Brías, que ha de ser la calle de sus amar­ guras. Enseguida el encuentro con Josina y Nanet y más tarde con Ragú, tres actores del drama so­ cial cuyo intimo sentido ha em­ pezado a percibir. Josina, la hija del pueblo, buena, bella, seducid* y abandonada; Nanet, el huerfa­ njto, hijo del arroyo que ha de oscilar entre la dura vida del tra­ '/,ola y Baizav (Cari catura de 1878.) bajo deformador y el delito, y Ra­ JULIO D K 1 9 :¡ 8 DE FOUR gre de los Mazzelle y de los Gou­ trago y trago de cerveza para re­ rier, angustiados por el miedo de mojarse en el infierno de la fundi­ multitud hambrienta, contenida, ción. Mísero trabajo es el que en­ R O V E T T A pero siempre indomable. ¡Quince vilece a Ragú, el obrero angurrien­ cubierto» que no empuña gente to de una vida de holganza y d<­ muy alegre de vivir que digamos, gú, el obrero ya estigmatizado de­ satisfacciones materiales, esperan­ mientras la masa de los hambrien­ finitivamente por una vida de fa­ do de una ansiada transformación tos, insatisfecha también ella, pero tigas al final de las cuales se en­ social, el derecho a pasarla como no por el exceso de goces sino de cuentra el vicio y la degradación. los otros, ¡vivir la vida! Mísero una puerca y odiosa vida de tra­ trabajo deformador de la inteligen­ La mano mutilada de Josina es bajo duro y de eterna privación, cia y engendrador de apetitos lo­ la obsesión de Lucas que ha en­ ruge a la sordina. cos, es lo que descubre Lucas allí. trevisto a la pobre niña envuel­ ta en espesas tinieblas, amenaza­ En la noche ya entrada por Las figuras de esos hombres da por el derrumbre del carcomi­ sombras definitivas, dolorosas aso­ cuyos perfiles ha borrado el tra­ do edificio retemblando sobre su3 ciaciones de ideas siguen tortu bajo embrutecedor en el automa­ deleznables bases de iniquidad. rando a Lucas. ¡El trabajo! El tismo y la suciedad de jornadas Es la víctima simbólica en la trabajo que debiera ser fuente 13 cumplidas con asco, bailotean en cual se sintetiza todo el dolor del ingenuas satisfacciones y de amor la cabera de Lucas que se formula pueblo, sus debilidades y su ham­ es todavía dolorosa función expia­ el de eo intimo que va ganando su bre de pan y de ternura. toria. ¡Y qué expiación! "¡Oh mi­ alma de fundador: "El trabajo sero trabajo! —describe Zola— El —piensa él— quién lo haría levan­ Enfocada por el febril sueño de hombre convertido en lobo pnr la tarse, reorganizarse, según la leu Lucas, la inmensa cloaca que se faena abrumadora, por el ¡san tan natural de verdad y de equidad ha tragado a tantas y tantas, malo de ganar y disputado pnr a para devolverle su papel de omni­ amenaza ahora a esta Josina que hambre'' potencia noble y reguladora, en es­ ha de dar forma amorosa a sus te mundo, y para que las riqueza.* ideas de constructor de pueblos. Mísero trabajo es el que embru­ de la tierra fueren repartidas jvs­ Insistente, implacable, el insom­ tece a Fauchard, el obrero arran­ tamente, realizando al cabo la ven­ nio sigue (trayendo unas detrtás cador, abúlico de una faena mo­ tura de todos los homares" de otra las visiones de ese Beau- nótona, regular, sin tregua, repe­ clair que ha ofrecido al joven in­ tida durante toda una vida, entre Terrible insomnio poblado de geniero, imbuido de justicia y de amor, el cuadro de negra miseria y de odiosas contradicciones —pe­ dazo de realidad social, semejante al conjuntó de aquí y de allá, fie Francia y de todo el mundo. Porque hay resumidos, allí, en Beauclair, todos los elementos de la iniquidad social. El observa­ dor agudo los encuentra a prime­ ra vista en ese rincón del país. El comedor de los Boisgelin no es acaso el elemento contradictorio en esa acumulación de hechos que viene anotando Lucas en Beau- clair? Hasta el pan de lujo, traído de París, tierno, exquisito, el úni­ co que pueden aceptar Jas mandí­ bulas del ocioso, de ese bello ani­ mal gozador de la buena vida que hay en Boisgelin, le ha parecido una execraclfóni; Iservido al^í, a la amable y satisfecha reunión, en el mistto momento en que el ham­ bre encuentra vacías las" alacenas de los obreros del abismo. El almuerzo en el lindo come­ dor tapizado de brocatel rojo, es el festfn espléndido aunque no ale­ VIDA FEMENINA sombras de cosas y de seres, in­ tan profundamente. ¡En quó dispo­ II terrumpido por fugaces' adormeci­ sición de espíritu estaba, pues, en Lucas amanece con el apetito de mientos. Millones de seres agoni­ qw hora decisiva de su destino se la acción. Toda esa hermosa teo­ zando en medio del festín de Jos encontraba, ¡¡ara que su corazón ría amasada durante la noche en otros. Entre tanto el miedo de los y su cerebro se viesen asi poseí­ la obra de Fourier. seria imper­ de arriba es apenas olvidado por dos, entrando de un golpe en la donable diversión espiritual sino el goce de placeres que dejan va­ certidumbre! El librito se anima­ fuese capaz 'de injertarse en 1» cío el espíritu y estropean el ba, todo tomaba un sentido nue­ acción. cuerpo. vo e inmediato, como si surgiesen Todo ha de servir a Lucas pa­ Abismo de tedio y de rencores; hechos nuevos y se realizaran a su presencia" ra su gran empresa. Hasta el pasiones que roen la voluntad de amor que ha de convertir en lema vivir; adulterio y alcohol. Todas Es el genio de Fourier desarro­ de su vida y que lo une en estre­ las infinitas aberraciones de una llando toda la doctrina. Las pasio­ cho abrazo a Josina; hasta la In­ sociedad organizada a espaldas de nes esclavizadas como bestias teligencia abnegada de Jordán que toda lógica: lógica del amor, fie malditas por la Iglesia, deben ser ha de servir a l a empresa con sus la igualdad, de la justicia. utilizadas sabiamente en cambio admirables descubrimientos. Hasta Todo esto llama a gritos a la de una torpe tentativa de aniqui­ la adhesión de los Bonnaire y de obra al hombre con vocación de lación. ¿Se puede cegar una fuen­ los Lange. Hasta la ternura de apóstol. Poco a poco va viendo cla­ te de vida que viene de tan hon­ Soeurette y la actividad incansa­ ro Lucas, ya conquistado para la do, blandiendo un Dios ridicula­ ble de Susana. Hasta la lenta trans­ gran tarea que han de soportar mente despótico y ciego inventa­ formación de las conciencias que sus espaldas anchas y pensar su do por la inepcia y el fanatis­ han de acabar por comprender el ancha frente. mo? enorme sentido de esa obra titá­ Ya no es el insomnio el que po­ El trabajo reorganizado, obliga­ nica. see a Lucas. Se mantiene despier­ ción colectiva, ley ineludible, sus­ Aunque ruja en Beauclair todo to y en pie por la necesidad de se­ tituyendo al despotismo del sala­ el torpe egoísmo de los Boisgelin, guir aclarando sus ideas y com­ riado que manosea el esfuerzo de los Gourier, de los Jollivet, el pletando sus propósitos. (humano y multiplica la especie fundador ha de llevar adelante la de los abúlicos. Este es el otro A través de los tiempos, gene­ empresa. Ni la rechifla ni la pu­ rasgo de Fourier; el trabajo con­ rosos espíritus han ido edifican­ ñalada artera lo detendrán. vertido en esfuerzo agradable, do, apurados por la misma inquie­ El discípulo de Fourier se ha­ atractivo, elegido según los gustos tud que posee a Lucas, generosos lla todavía un poco lejos de las y temperamentos, realizado en jor­ sistemas de convivencia social. Los ideas colectivistas de Bonnaire; nadas breves y alternantes: el libros de la biblioteca del doctor encuentra insensatos los extre­ "mariposeo" en cambio de la ago­ Michon alinea/dos en los estantes mismos del anarquista Lange. Su biante repetición de un mismo atraen al neófito. Saint Simón, empresa es una simple asociación movimiento en las largas horas Pourier, Cabet, P. Leroux, todos del Capital, del Trabajo y del ta­ del taller que es sitio de castigo los grandes generosos espíritus de lento. ¡Pero cuánta serena convi­ en la sociedad capitalista. aquí y de allí, de ayer y de an­ vencia de los seres amantes y ama­ teayer, que han realizado la bue Lucas, es ya el discípulo con­ dos, que lo esperan todo de un fe­ na siembra de las ideas solidarias frontado por el genio de Four­ liz acercamiento de sus volunta­ ofrecen a Lucas en la noche ya nier. Bebe. Mañana realizará, des­ des y que han desterrado de sus serena de la biblioteca del doctor pojando a las teorías del maestro corazones el egoísmo como un Michon asidero a sus inquietudes de todas sus extravagancias y to­ vicio contra natura! de organizador. mando aquello que es sustancial Trabajo y alegría. En los ta­ en él. De página en página, de libro en lleres hombres y mujeres encuen­ libro, llega él al pequeño tomito El insomnio no es una enferme­ tran infinitas satisfacciones en la que con el título Solidaridad es­ dad en las naturalezas equilibra­ aplicación de sus energías. Hay cribiera un discípulo de Carlos das que buscan obstinadamente la allí individualidades que no han Fourier. El título impresiona a luz. Es un malestar de preñez: de ser deformadas por el trabajo Lucas. "JVo era aquello —escribe multiplicidad de ideas y de pro­ monótono, embrutecedor. Zola— lo que necesitaba, las po­ pósitos, golpeándose, amontonadas •'Pasaron tres a7ws. Lucaí creó cas paginan de Cuerea y de alien- en el campo mental. mi fábrica nueva que hizo nacer to que habla menester? Volvió a La idea madre que sale de allí, toda, una ciudad obrera". Historia acostarse, se puso a leer intere­ acabada y completa, apaga el ar­ Zola en el segundo libro ds traba­ sándose muy pronto, como por un dor de la piel y termina con el jo. Para realizar su propósito, drama conmovedor, en que la suer­ enfermo de la frente ardorosa. ¡cuánto erial no ha debido poblar te de la raza, era el nudo. TM doc­ Viene ,al fin, para Lucas, el de hombres y cosas el discípulo de trina acumulada así. reducida ai sueño reparador "La semilla — Fourier! ¡Cuánto prejuicio endu­ juego de verdades que formulaba, advierte Zola — estaba echada, el recido en la mentalidad de su pue­ adquiría una fuerza extraordina­ fruto nacería, el libro menudo ha­ blo no ha debido ir extirpando! ria. Sabía el toñas esas cosas, Zas­ bía, vivido en manos de un após­ ¡Cuánta amargura no ha debido ir había leído en los libros mismas tol y de un héroe; la misión se bebiendo a sorbos heroico y resuel­ del maestro, pero jamás le hablan cumpliría a la hora señalada por to, a pesar de la guerra de los conmovido tanto, conquistándole la evolución. (Sigue en la pág. 17) JULIO DE 1 i) 3 8 I'*»?- 7 PARA EL BRA VO PUEBLO ESPAÑOL

GD

Todos estamos de acuerdo en confesar que ningún pueblo de la tierra hubiese sido capaz del sacrificio tremendo del pueblo español. España republicana es hoy, para el mundo entero, el crisol de las definiciones: espíritu luminoso, con ansias de progreso, a su lado; almas con resabios de caverna, frente a ella. Nadie discute la bravura de sus milicianos, ni el temple mara­ villoso de los habitantes de la retaguardia, cuyo estoicismo no se abate ante la barbarie coaligada del mundo entero. Mas, no son estos momentos propicios para la mera admira­ ción platónica. Concretemos nuestro entusiasmo. En el segundo aniversario de la lucha homérica, enviémosle nuestra ofrenda material. VIDA FEMENINA reclama de todas sus lectoras una contri- bución: Sábanas, vendas, ropas para bebés, fundas, etcétera. En nuestra redacción, Rivadavia 2150, un grupo de mujeres entusiastas, confecciona las fundas, sábanas y camisones, destinados a los hospitales de la España republicana. Amigos de la República Española, de Bartolomé Mitre 950, es el encargado de enviar a un puerto de España leal las contribuciones recibidas en VIDA FEMENINA. Contribuciones llegadas: Dinero en efectivo de Angela Monoli de Coira, $ 1; Víctor J. Monoli, $ 1; Reinaldo Selmo, $ 1; José Ares, $ 1; Enrique Scampini, $ 1. Elena Berrondo: 7 docenas de vendas, 1 par de zapatos de abri­ go, una pieza para sábanas, 1 pieza para fundas. María S. de Zugasti: 1 caja conteniendo 6 batitas, 3 pares de escarpines, 36 pares de medias, 5 camisetas, 6 vestidos, 2 sacos, 1 ba­ tón, 2 pull-overs, 2 saquitos, 6 bombachas y restos de género nuevo. N. N.: un paquete con ropa. Señora Hermitte: ropa de bebé. Páí 8 VID A K K M

Y unos puntos más alto. Son palabras que merecen nuestra fe más absoluta; habremos de creerlas, aunque tengan sabor de leyenda. Entrevistado po r "La 2 Vanguardia" de Buenos Aires, el señor embajador de España en la Argentina, Don Ángel Ossorio y Gallar­ do, hizo al diario Socialista declaraciones muy claras y terminantes. Al pedírsele informes sobre la actuación de la mujer republicana, contestó: —La mujer está en España tan magníficamente como los hombres , tan magnífi­ camente como los hombres y unos puntos más alto. La férrea y abnegada mujer del puebl'-, estará sublime en España. Siempre ha es­ tado a la altura de su misión. Pero unos puntos más alto! Vivimos con el ánimo suspenso; la gesta heroica del pueblo español ha colmado nues­ tra capacidad admirativa y frente a su viril decisión de sellar con su sangre su anhelo de libertad, nosotras, mujeres americanas que asistimos al recorte diario de nuestras libertades institucionales mirando con pasmo ¡tan tranquilos! a los hombres, sólo teníamos una frase de envidiosa admiración: ¡bravo pueblo! Nos dicen que en ese pueblo las mujeres están unos puntos más alto que los hom­ bres ¡mejor que mejor! ir * #

En la provincia de Buenos Aires todo huele a santidad. Se duplican los templos, en la escuela la religión hace prodigios: las maestras están tiernitas como mantequilla al sol. y en las aulas no suenan bofetones ni voces tronitonantes En fin, aquello es el Edén. 2 Todo el mundo cumple allí con su deber. ¿Cuál es el deber de la Po­ licía? Velar por la comodidad de los habitantes del lugar, asegurarles una vi­ da sin sobresaltos. ¡Y cómo cumplen! En algunoos pueblos las más altas autoridades policiales están deteni­ das por fomentar el juego, proteger a los traficantes de mujeres Pero esos detenidos, ¿pregonarían sus habilidades'a l son de alguna banda de música? ir * ir Nos falta capacidad y es inútil insistir en comprender al hombre. ¡Es tan superior, tan sutil y complicada su mente! No podremos nunca hacer otra cosa que lavar los platitos que usa su eminencia y zurcir calcetines ¡y muy felices si conseguimos hacerlo bien como para evi­ tar que nos gruña! 3 ¡Qué fenómeno es el hombre! Yo estoy tiritando de admiración ante una noticia cablegrafiada desde el otro confín de América. Dice más p menos así: Méjico le venderá petróleo al Reich. Eso es ayudar a que triunfe la justicia, a que la libertad se señoree en el mundo. ¡Qué lindo mundo este! Si dan ganas de comprar varias vidas de repuesto, para ofren­ darlas a todas en el altar de la Lógica. Mientras tanto, sigamos las mujeres fabricando hijos. .1 U L 1 O 1 9 :í s

Mr. Rooscvelt ha sido una vez más, cla­ rito como el agua. Nadie podrá decir, ¿de quién habló el rcr de señor presidente? En el mundo sólo hay una especie de fieras capaces de días retardar la civilización queman­ do bibliotecas, expulsando eruditos y aherro­ jando el arte y la literatura, y esas bestias tie­ nen nombre: fascistas y nazistas. El mundo está dividido entre los defensores de la vida y su dignidad, y los que ado- ran el privilegio. Entre los que fortalecen la razón con el estudio de la ciencia, y los que miman el concepto mesiánico de los pobres de espíritu. Las líneas están tendidas; la gra­ vedad del momento es enorme, pero la democracia salvará la libertad de la humanidad, co­ mo una vez más lo aseguró el gran presidente de EE. UU.

Ya estamos hartos de tanto perder tiempo en pamplinas. Señor presidente de la Re­ pública Argentina: ¡no se preocupe más del asunto! ¿Qué la vida está cara? Y ¿quién tiene la culpa? ¿No se ha dado cuenta S. E.? Pero, ¡vamos! la culpa la tienen los que siendo pobres usan estómago. ¿Quién les manda a sentir hambre? Los pobres no tienen derecho a fastidiar así. ¿Acaso a los ricos se les . importa que el pan esté por las nubes y la carne en la estratosfera? ¡Sería una vulgaridad ocuparse de eso! dice la niña bien que dirige su Roll Royce. No se moleste más. En este bello país donde una perfumería exhibe un frasco de extracto de $ 1420, no debe de afligirse un gobernante porque la vida está cara. Total, haciendo economías en el vestir y el pasear la clase necesitada puede comer polenta. La carestía de la vida vuelve frugales a los hombres, y la frugalidad, y el comer pan de ilusión y tallarines al suspiro, forja los pueblos viriles. ¡Lo dijo Mussolini!

Entre una de mis muchas debilidades, figura la de buscarle ocupación a la gente. Una amiga provinciana, muy dada a contemplar los viajes de las nubes con las manos quie­ tecitas, solía decírmelo. Y bien. Estoy rabiando por encontrar a varias damas desocupadas que quisieran formar una liga. "La liga de los pies libres", la titularíamos, y su misión, alta y nobilísima como la que más, sería la de vigilar los corralitos encerados donde se mueven las pobres chica s empaquetadoras de las grandes tiendas. ¡Como si el trabajo eternamente igual fuera poco desesperante, aún los señores je­ fes las obligan a moverse entre cientos de globos juguetones y atrevidos, que se encaraman por las pantorrillas, traban los pies y cosquillean los tobillos! Esos globos, regalados a las clientes, harán las delicias de sus pequeños, pero son un suplicio más para las pobres empleadas. ¡A formar "La liga de los pies libres"! Pág. 10 VIDA FEMENINA

ACE unos días ha fallecido manas, el pacifista alemán Kart Hel excelente eseritpr antifas­ MOTIVOS von Ossietzky. cista Carlos von Ossietzky. Na­ >Se acer'jcó a él y le preguntó: ció en Alemania en el año 1890, Y fue decidido luchador republi­ —¿Puedo dejarle algunos li­ cano. Los nazis no le perdona­ LITERARIOS bros '! ron que hubiese publicado nn —Pienso que sí. artículo en que denunciaba los 00 —¿Puede decirme qué li­ rearmes clandestinos del Reich, bros desearía? y por el cual fue condenado a sin sentir vergüenza e indig­ treinta y dos años de cárcel. nación por tantos crímenes co­ Ossietzky le miró y contestó: metidos por Ilitler, con el be­ Ossietzky, el gran escritor —Desearía libros que me neplácito de las naciones que dieran una idea de las formas y pacifista alemán que duran­ se llaman democráticas. te veinte años luchó incansa­ de tortura en los* calabozos de blemente por la paz de los pue­ Tenemos ante nuestros ojos la Edad Media. blos, se hallaba recluido desde iin libro extranjero de sumo Ossietzky estaba enfermo, hace muchos meses en un hos­ interés, editado por la casa ?n peligro de no salir con vida. pital de Berlín, según se decía, "Graphia", de Carlabad, Che­ Losmaltratamientos, las perse­ atacado de tuberculosis, enfer­ coeslovaquia, debido a la plu­ cuciones, las provocaciones han medad que contrajo en los cam­ ma de un socialista que estuvo rendido también a este hom­ , pos de concentración de la Ale- detenido en Soanenburg y Pa­ bre, cuyo espíritu era fuerte. mania nazi, de esa Alemania Estaba reducido a un harapo criminal que no reconoce de­ humano. Ya desde diciembre rechos de las1 naciones demo­ de 1933 Ossietzky era un es­ ,oráticas, que hoy odia el pro­ pectro tembloroso de frío y de letariado mundial. raiedo. Aun frente a los cama­

iiiiiuiiiiiimmmiiiiiiiiiimimiiiiMiii 11111111111111 e 11111 • 111111111111111 311111 Ha Muerto Ossietzky

niniíiiimiiiiiiiiiiiHiiHiiiiiiiiiiiiiiim iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiimiiiiiim

Por los méritos contraídos •-adas presos quedaba temblo­ por la causa de ]a Paz, el año roso y atemorizado, y nuestras 1936 le fue concedido el Premio palabras de consuelo y de alien- Nobel a Ossietzky. Esto produ­ to no podían disipar el senti­ jo viva indignación entre los miento de terror que siempre nazis y dio margen a que se penburg, en el mismo tiempo le tenía postrado." decretara la prohibición a todo que Ossietzky. Traducidos, re­ alemán de aceptar el Premio cogemos algunos pasajes de es­ Nobel. El escritor recibió la ta interesante obra, los que se noticia con azoramiento en su refieren a Carlos Von Ossietz­ "Tenemos diez minutos pa­ cama hospitalaria. En lugar de ky. ra arreglar nuestra cucheta. beneficiarle, sabía que la dis­ "Uno de los periodistas su­ "Si todo no está en orden — tinción agregaría un motivo po que entre nosotros se en­ amenaza el sargento — os acon­ más a la saña fascista. Ossietz­ contraba el ex director de la tecerá algo. Llenos de miedo y ky, como muchos otros, fue Welltbuhne, conocido mucho de nerviosidad, todos se apre­ una víctima más del nazismo más allá de las fronteras ale- suran a las tarimas para arre­ cobarde y sangriento. glarlo todo. En vano; los vigi­ Las gestiones y protestas de GD lantes tienen orden de no dar­ los círculos de cultura do todo se por satisfechos. Gritan: ¡ Su­ el mundo resultaron ineficaces ciedad ! ¡ Puercos! ¡ Abajo, en el para arrancar de las garras del patio! Nos empujan a "todos fascismo' alemán al hombr.1 Por Luis de por la. escalera de cincuenta bueno y brillante ment.iü'kid. peldaños, golpeándonos feroz­ La odisea de Carlos Von Os­ mente y blasfemando. Los po­ sietzky. no es1 fácil de explicar Madaria ga rrotes de caucho, los puños, to­ JULIO ,D K 1938 Pá#. 11 do sirve para machacar. Caen mente1, se apiadaron; en fin, le fiias" del paraíso fascista. í Co­ grupos uno sobre otro «ritan­ agregaron una. sopa, por la se­ mentarios? ¡Para qué! Los he­ do do dolor. Cada cual procura mana; pero se trataba de pe­ chos son elocuentes. salvarse y empuja a los otros dac.itos' de papa en agua, sucia. y aumenta, la confusión y las El almuerzo se tomaba en co­ K'l gobierno alemán trata caídas. Como caza perseguida. mún. Duran le todo el tiempo por todos los medios — quizá En el patio se oye un grito: que yo estuve en campos de cu IOK momentos actuales lo ¡Alinearse por dos. Si uno no concentración, nunca vi ni una haya conseguido — robar el encuentra inmediatamente su pizca de carne." lugar, ya está el carcelero tras importe del Premio Nobel. En él con el porrete levantado" ' "... Cuando un preso se de­ el mes de febrero del pasado • claraba enfermo y pedia una consulta, debía presentarse al año, una mujer alemana des­ lazareto. Uno de los estudian­ conocida se presentó al Kredit tes le recibía con estas pala­ Kasse noruego, institución ban­ Finalmente se forman filas. bras: caria en la cual el Comité del Por cuatro, por ocho. Perfilar­ —¿Qué crimen has cometido Premio Nobel depositó el im­ se, marchar, evolucionar. Un para que te manden aquí? porte del premio de la Paz, día entero bajo el sol que abra­ Si contestaba que estaba en­ otorgado al escritor Ossietzky, sa. Los trajes gotean sudor. fermo, el otro se ponía ner­ pidiendo mil kroners en efecti­ Flexiones sobre las piernas, pe­ vioso : vo y que el resto fuera trans­ cho en tierra. Los hombres se —•{ Enfermo ? "¡Fuera de ferido al Krommerz Bank de dejan caer como sacos. Hasta aquí! ¡ Puerco ! ¡ Fuera de aquí! Berlín. Se aseguraba que la que empiezan los desmayos. Y le echaba afuera a patadas." mujer llevaba plenos poderes Entonces los desmayados pasan en documentos firmados, aun­ al lazareto." que no se sabía si la mujer re­ "... Las celdas eran comple­ presentaba a Ossietzky o al go­ tamente vacías, sin cama, sin bierno alemán. "Y alguno preguntará: ¿Es tarima, sin muebles de ningu­ posible que los hombres aguan­ na especie. Había en Esterwe­ Por noticias posteriores reci­ ten un martirio tal sin lanzar­ gen 32 celdas y siempre eran bidas, el dinero llegó a Berlín. se al pescuezo de sus tortura­ ocupadas La policía a los de­ dores e intentar estrangular­ cuya suma ascendía a noventa tenidos — era y seguirá sien­ mil marcos. Según se decía, los? No se hace, el que no lo do — un ejercicio de brutali­ conoce, una idea de cómo el dad para ellos. Nos apaleaban "disposición de Ossietzky", e! régimen del campo de concen­ sin motivo, así, por capricho, cual debido a su trágica enfer­ tración debilita a los más fuer­ para calentarse las manos. Si medad no pudo hacerse cargo tes. Los hombres se tornan ha­ el apaleado caía medio desma­ de esta suma. El dinero en Ber­ rapos, desgraciadas criaturas yado, continuaban golpeándole sin alma ni voluntad. Sólo aho­ lín favorece indirectamente a hasta que se ponía en pie y las fábricas de municiones, ca­ ra se ha confesado que Ossietz. recomenzaba a trabajar." ky, por los maltratamientos de ñones, gases asfixiantes y toda Papenburg, se ha enfermado clase de material bélico. de tuberculosis. Antes se de- cía que era enfermo del cora­ No sabemos qué será del im­ zón. Papenburg está en un te­ "... El director de las Ba­ porte del Premio Nobel de la rreno pantanoso cerca de Ens. rracas de los castigados, con Paz. ¿Se lo han robado a Car­ Asimismo en verano el lugar arrestos de rigor, era un co­ los von Ossietzky? Creemos está siempre apagado por nie­ mandante de la Milicia llama- sinceramente que sí. Hitler, la blas miasmáticas. El sol res­ do Faust. Como martirizador máscara nazista, sin duda al­ plandece en Papenburg una era un genio. Cuando los pre­ guna lo ha robado para pagar hora por día, en verano: de sos dejaban las celdas estaban en parte los cañones que tanto las diez a las once de la ma­ tan doloridos, locos de miedo, daño están causandtr en un ñana." atolondrados que, por semanas pueblo que se llama España y y semanas, no podían hablar." que lucha por su independen­ Von Ossietzky ha aguantado cia con la esperanza firme de "...los detenidos reciben estos tratamientos por casi cua­ vengar a todos los antifascis­ siete libras de pan semanales, tro años. ¿Cómo extrañar que- tas que cayeron bajo la cruz un p^edaeito de margarina, un sea ahora tuberculoso y casi gamada del fascismo cruel. ¡ Ha poco de salchicha y un trozo demente?" muerto Ossietzky! ¡España es­ de mermelada .seca. Ración que tá en pie! podía bastar para dos días. Co. mo nos hacían trabajar dura­ He aquí, lectores, las "deli­ , mayo de 1938, l'ág. 12 VIDA FE ME NINA LA COOPERACIÓN LIBRE

Bl número extraordinario de la Cooperación Libre, de la vida económica de su pala. Por eso hemos dedicado al XVI Día Internacional de la Coopera­ elegido el tema para esta breve nota. ción, trae un hermoso material de lectura, de escri­ Los jóvenes y la Cooperación. — ROM'ULO BOG" tores argentinos y extranjeros. LIÓLO. De algunos trabajos, VIDA FiEMIENIWA inserta pensamientos notables por su vigor y claridad.

En todos loj países, los primeros cooperador^* fueron, en general, hombres impulsados más por el sentimiento de justicia económica que encie­ En el XVI Día de la Cooperación la Federación rra la doctrina cooperativista que por los benefi­ Argentina de Cooperativas de Consumos se pro­ cios materiales inmediatas qaio pueden reportar, nuncia : en sus comienzos, las sociedades cooperativas. Du­ Por una más pronta realización de l°s ideales ra fue la tarea de los fundadores. ¡Cuántos sacri­ cooperativos que significará un mayor orden e'i la ficios ipeirsonates han debido baoer los primeros: economía y la solución de los graves problemas socios para llevar el ideal a la práctica! que afectan al munido. A medida que las cooperativas van adquiriendo Por la ¡ az de los pueblos, condición indispensa­ desarrollo y, por lo tanto, mejorando sus servicios ble para el afianzamiento de la cooperación que ofrecen ciertos resultados aipreciabtes a los recién cobija en su bandera arco iris el símbolo de la paz. lleigados. Un regular número de socios nuevos in­ gresan, movidos más por un interés inmediato que por verdaderas convicciones cooperativistas. L/o mismo acontece con el personal empleado en las Apoyar la cooperación es defender la integridad cooperativas. Al aumentar su número hay que re­ del salario. — JOSÉ BOG-L/IODO. currir, n muchos casos, a personas que si bien suelen ofrecer aptitudes técnicas para el trabajo carecen por lo general de la necesaria conciencia cooperativista. ¡Educación Cooperativa. — BERNARDO DBL.ON 'La cooperación que es la solidaridad de los con­ sumidores pana la acción, exige paira que no fra­ casen las iniciativas que surgen en todas partes, el esfuerzo inteligente y serio de sus miembros, que no

Oh gloria, deidad vana...

Oh gloria, deidad vana cual todas las deidades Que en el orgullo humano tienen altar y asiento Jamás te rendí culto, jamás mi frente altiva Se inclinó de tu trono ante el dosel soberbio.

En el dintel oscuro de mi pobre morada No espero que detengas breve el alado pie, Porque jamás mi alma te persiguió en sus sueños, Ni de tu amor voluble quiso gustar la miel.

Cuántos te han alcanzado que no te merecían Y cuántos cuyo nombre debiste hacer eterno En brazos del olvido *más triste y más profundo Perdidos para siempre duermen el postrer sueño

DICEN QUE NO HABLAN LAS PLANTAS... Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros, Ni la onda con sus rumores, ni con su brillo los astros. Lo dicen; pero no es cierto, pues siempre, cuando yo paso, De mí murmuran y exclaman:

Ahí va la loca, soñando, Con la eterna primavera, de la vida y de los campos Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.

Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula Rosalía Con la eterna primavera de la vida que sé apaga Y la perenne frescura de los campos y las almas Aunque los unos se agosten y aunque los otros se abrasen. de

Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños, Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellosf Castro I'óg. 14 VIDA F M N I N ,A

Escritoras Mexicanas: Teresa Luna Vargas

Por LEONOR LLACH Para VIDA FEMENINA Teresa Luna Bargas

.Entre las buenas escritoras de México cu­ perdona al que triunfa y hay muchos que se vos nombres permanecen escondidos en la pro­ arrastran ya no para subir, sino simplemente vincia, se encuentra Teresa Luna Vargas. para no dejar pasar a los demás. Valiente revolucionaria y Poetisa delicada, su Teresa Luna Vargas es, además de mujer obra reúne las características de fuerza y fe­ inteligente y sensible, una luchadora entusias­ minidad que tanto satisface encontrar unidas ta que trabaja en su Estado natal por la or­ con talento, en la literatura hecha por mujeres. ganización de las mujeres y ha logrado diver­ Para los que amamos a Oaxaca por el valer sos triunfos en el terreno del feminismo. Sus de sus gentes, el encanto de SjU arte y el enor­ artículos llenos de sinceridad, sobre temas ac­ me tesoro de su tradición, los versos de Te­ tuales, tienen el valor de señalar lacras y erro­ resa Luna Vargas tienen un mérito más: estar res con esa decisión con que ahora casi sola­ empapados del espíritu de esa raza y recor­ mentJ lo hacen las mujeres para acometer darnos pasajes líricos de su historia. Ella, contra los sistemas viciosos que predominan, como nadie, estaba capacitada para compren­ El verso da a esta escritora más diversos der la tradición y transmitir el sentimiento matices que la prosa y, sin apartarse de su que le inspira, con esa perfección con que los mira, revolucionaria, tiene, entre la agresivi­ alfareros indígenas, maestros en la forma y dad de frases cortantes y de sentencias vio­ el color, ponen toda su inspiración en cada lentas, voces de ternura que se adelgazan eri detalle del trabajo que realizan. una caricia llena de amplitud y de dulzura, como en "La Madre" y "El niño" Suaviza con tus manos la arcilla, Su poema al árbol, que es un magnífico gri­ alfarero de tazas, to revolucionario, empieza bellamente: pulidor de tibores, y cambia la aspereza Clarines agraristas, enhiestos y copudos, con tersura de seda, con los brazos abiertos y los hombros desnudos; para que en ella grabes tus amores. con los puños en alto imprecando infinito en la sangre verdosa y en los ojos su grito. Canta alfarero, el anhelo eterno de (Sigue en la pág. 41.) la perpetuidad, y al calor de las manos y al calor de los hornos, el barro vocinglero pregonará a los siglos nuestra raza de acero.

Teresa Luna Varéis no ha actuado aún en la capital, en este medio nuestro "donde no se JULIO DE 19 3 8 'átf. 15 El Cincuentenario de la Muerte de Sarmiento

PROYECTO DE LEY dientes del Ministerio de Ins- , dores, es la Nación misma la i tracción Pública y Consejo N¡i­ favorecida, porque ilustra a sus El Senado y Cámara de Di­ cional de Educación y gremios hijos y prepáralos, bajo la ins­ putados, etc. obreros. piración de las grandes jorna­ Artículo 1° — Encomiénda­ Art. 4' — Destínase para la­ das de su existencia, a prose­ se al Instituto de Literatura ejecución de la presente ley-has­ guir en el camino de su propia Argentina, de la Facultad de ta la suma de cincuenta mil pe­ superación. Filosofía y Letras de la Uni­ sos moneda nacional, que se to­ Al proyectar, en 1933, la re­ versidad de Buenos Aires, la marán de rentas generales, con edición de los debates de nues­ preparación y publicación de imputación a la misma. tras Asambleas Constituyentes un volumen destinado a difun­ Art. 5. — Comuniqúese, etc. —ley en ejecución— y, el año dir el Ideario de DomingV) F. Juan Antonio Solari — En­ pasado, la del Dogma de la Sarmiento, sobre problemas de rique Dickmann — Américo '' Asociación de Mayo'',, y la or­ instrucción pública, escuela lai­ Ghioldi — Nicolás Eepetto — ganización de un concurso des­ ca, cultura popular, temas fi­ Silvio Ruggieri. losóficos, política democrática, tinado a esclarecer las proyec­ ciones sociales, políticas y eco­ inmigración y colonización, y Señor presidente: respecto a las iniciativas fun­ nómicas de ese movimiento, a Difundir lo sustancial del damentales del pensador, esta­ la vez que su influencia en la pensamiento y la enseñanza de dista y gobernante. evolución de las ideas e institu­ los eminentes constructores de ciones democráticas del país,' Art. 2» — La Comisión Pro­ la nacionalidad es siempre ta­ tuvimos en cuenta, principal- tectora de Bibliotecas Popula­ rea necesaria y fecunda, sobre mente, esa finalidad. res tendrá a su cargo la compi­ todo en pueblos nuevos como el lación y edición en un volumen nuestro. Ello ofrece, con la Hemos querido asignar a ta­ de los principales escritos del oportunidad de meditar sobre les homenajes un carácter afir­ mismo autor —éditos e inéditos la acción de vidas rectoras, un mativo y cultural no meramen­ —• relativos a bibliotecas popu­ estímulo para el cumplimiento te recordatorio. Valorizar y lares. de nuestros deberes actuales, y subrayar ante el pueblo y la ju­ Art. 3' — La edición, popu­ al establecerse en las ideas, sen­ ventud la prédica de libertad lar y económica, será gratuita­ timientos y hechos, la continui­ de nuestros ilustres antepasa­ mente distribuida a las biblio­ dad histórica guiada en nobles dos, y exaltar su ejemplo de tecas, colegios y escuelas depen­ afanes constructivos y renova­ consagración a Ja obra dercons-« tituir una nación republicana y civilizada, no sólo es honrar­ los : es también contraer el com­ promiso de ser dignos de osa prédica y ose ejemplo. En las hora» presentes, cargadas de incertidumbres y amenazas por el olvido de su misión en que incurren quienes tratan de abandonar la ruta trazada por los fundadores del país, no os. ciertamente, con discursos lau­ l'ág. 16 VIDA FE M ÍK N 1 .V A datorios ni el fácil enunciado ir a buscar en otros medios re­ recidas del trabajo y de la in­ de buenas intenciones, como ha­ cetas que, según los enemigos teligencia luchan en este sen­ remos honor ¡i la obra por ellos de la democracia, sirven para tido, y son ellas las herederas realizada. Es educando a la ciu­ curar todos los males. Hemos legítimas del glorioso mandato dadanía, manteniéndonos fieles de persistir en aprovechar la del pasado en su esforzado em­ a las directiva^ democráticas experiencia nuestra y ajena, peño de forjar el futuro. Bsr consagradas en la Constitución utilizando cuanto ella nos ofrez­ ante todo, una acción de cultu­ nacional después de largas y ca para acelerar el ritmo de ra de auténtico patriotismo. cruentas ludias, elevando al nuestro progreso y evolución, Porque —repitiendo palabras ( pueblo —por el respeto de sus pero sin renunciar jamás al de Avellaneda— para 'el pue­ derechos, por su capacitación y mandato de la república, que blo argentino, aleccionado por un constante mejoramiento de es decir, a la libertad, a la dig­ la jnás bárbara tiranía de los su nivel de vida y trabajo,— a nidad humana, a las bases de tiempos modernos, ello significa la dignidad integral dé su so­ nuestras instituciones represen­ ponerse a cubierto de nuevos beranía. tativas y democráticas. El pro­ déspotas que vengan a derra­ No es cierto que el pueblo greso material alcanzado con la mar sin misericordia su sangre, argentino reniegue de su tra­ colab'oración de millones de a hundirlo más y más en la yectoria de libertad y democra­ hombres de otras tierras radi­ barbarie, pues mientras se man­ cia; reniegan de ella quienes cados en el país, hasta darle la tenga en la ignorancia y en la no tienen fe en el pueblo y se característica vigorosa y pujan­ pobreza que de ella nace, siem­ sienten incapaces o teme n te que lo distingue de todas las pre tendrá levantado el pedes­ afrontar la tarea de su eman­ naciones de esta parte del mun­ tal sobre el que pueden venir a cipación política y económica, do, oblíganos a no descuidar la sentarse nuevos y más sangrien­ porque piensan mas en sus in­ conformación de su personali­ tos despotismos." tereses y planes banderizos que dad política y moral, que sólo A esa finalidad • cultural res­ en los • ideales y eonveniecias puede fundarse e,n la libertad, ponde el proyecto que presen­ de la colectividad. en la cultura, en la legalidad y tamos encomendando al Insti­ No es cierto que sólo en ma- la razón, haciendo posible nue­ tuto de Literatura Argentina, nos de ciertas afortunadas mi­ vas y cada v-ez más profundas de la Facultad de Filosofía y norías esté la solución de pro­ conquistas en el orden social y Letras, la preparación y publi­ económico. Ño ha de ser —ten­ blemas y conflictos inherentes cación de un volumen con el gamos de ello la certeza— por a las sociedades contemporáneas Ideario de Domingo F. Sar­ gobiernos de fuerza, ni por el y • lo es menos que por la miento, y a la Comisión de Bi­ arbitrariedad y el sojuzgamien­ desconocimiento de los derechos ciudadanos, ni por la proclama­ bliotecas Populares la edición to se logre resolverlos. La ley de otro, con los principales es­ democrática es la libertad y el ción de un patriotismo verbalis­ critos del mismo autor, relati­ orden, y sólo el despotismo pue­ ta destinado a cohonestar o di­ vos a bibliotecas populares. de asentarse allí donde la ley simular bajos cálculos de con­ es una mentira y se burla la cupiscencia. Acreditado por importantes Jrabajos de investigación y por voluntad del pueblo. Compren­ Necesitamos, sí, bregar sin diéronlo así, en hora solemne, descanso por el perfecciona­ sesudos estudios, el Instituto­ los Constituyentes de 1853 al miento de la obra legada por está en inmejorables condicio­ 'dirigir, una vez terminada su nuestros predecesores. Necesi­ nes para realizar la tarea seña­ misión, estas palabras al pue­ tamos no olvidar las lecciones lada. Lo dirige don Ricardo blo de la República: '' Los hom­ 'de nuestra historia. Necesita­ Rojas, cuyos prestigios de hom­ bres se dignifican postrándose mos nutrir la menta y la con­ bre de letras y de historiador­ ante la ley, porque así se li­ ciencia del pueblo con los prin­ todos reconocemos y que en an­ bran de arrodillarse ante los cipios defendidas e impuestos teriores trabajos, ha demostra­ tiranos" por los hombres de Mayo y por do conocer como pocos la obra No es tampoco cierto que de­ quienes los sucedieron epo. la del autor de Facundo. En: bamos abandonar nuestra ta­ empresa de organizar la nación. cuanto a la Comisión Protecto­ rea, cumplida con espíritu jus­ Necesitamos' afianzar esa obra ra de Bibliotecas Populares, ticiero y humanísta, a la luz de y completar esos principios, con nuestra iniciativa le ofrece la las exigencias y peculiaridades criterio de verdad política y ocasión de materializar una idea del continente y del país, para justicia social. Fuerzas escla­ (Sigue en la pág. 44).. JULIO DE 1 !) J'íiK 17 UN DISCÍPULO DE FOURIER

poderosos y de la ignorancia d" (Viene de lo pág. 6) une a los obreros de la Creeherie: los de abajo! "/ís que — advierte Zola — caria El plan del fundador realizase Al final de la misma espera la f«.fí/ habla acabado por compren­ punto por punto. Las casas alegres dulce, sublime consolación del amor der que era trabajar ¡lor su pro­ de la ciudad en las cuales la, de Josina. "En medio de los ma­ ¡tío contento, trabajar por el de familia obrera encuentra gusto a la yores tormentos — escribe Zola — lodos"- vida y halla un estímulo al es­ mi descanso de felicidad habla ve­ Unese a la vez la ciudad indus­ fuerzo, en él ocio ocupado en bue­ nido, y fuesen los

París, noviembre 19 de 1880.

Don Polidoro acaba de ser vomitado én Pa­ rís con toda su familia por el tren expreso de POR la estación del Norte. Don Polidoro tiene cin­ cuenta y cinco años, ha nacido en el año 25, lia sido un.excelente unitario, tiene diez leguas LUCIO V. LÓPEZ de campo en Juárez y cuatro casas en Buenos Aires, fuera de la que habita en la calle Buen Orden, provista de tres patios, de una huerta La señora de don Polidoro, desde que ha pi­ con higueras, y edificada en línea recta de tal sado la tierra francesa, vive completamente con­ manera, que desde las ventanas de la calle se denada a la abstinencia de toda conversación puede matar de un tiro de fursil al cocinero en con los extraños, pero en cambio, los dos niños la cocina. Don Polidoro habla el español, nada mayores dominan todo el repertorio dialogado más que el español. Del francés sabe tres o cua­ del Ollendorf. El resto de la familia compues­ tro palabras, poco extraordinarias por cierto: to de cuatro niños más, y de tres sirvientas, moHxiettr o mosiú, marfume, oui y no. lie a:im está obligado como don. Polidoro y su señora todo su capital. a comunicarse con el. mundo exterior por.me­ dio de los hermanos mayores. 1(1) ¡Es inútil que la malicia pretenda descubrir Don Polidoro se ha mareado desde el momen­ ana persona determinada en el protagonista de este to que se encontró en la canal exterior; la se­ cuadro. ñora ídem; el camarote ha sido una hecatom­ JULIO D K 1 9 3 S l'íiK. 1!» be durante los veintiocho días de. viaje. Pero es che de ignorar la cosa más notoria de l;i iierr.i. ueceaario llegar a Europa a todo trance, y pis- — Pero... en el Grande Hotel, mi amiguit", tar los ochocientos mil pesos moncdn corriente, en el Grande Hotel...: /dónde (pieria que me en que nuestro viajero ha calculado su presu­ alojara ¡ puesto, incluidos pasajes, regalitos y provisio­ En el Continental, señor don Polidoro. »n nes consiguientes de un regreso del viejo inun­ el Continental; hoy es el Continental el primer do. Don Polidoro trae también in prctore sus hotel de París. proyectos malévolos. Se cree un pequeño mons­ —¿De veras? ¡Ya me lo había yo pensado I truo cuando en los profundos arcanos de su Ya me lo había dicho Nicanor, la otra noche conciencia, acaricia la idea de sus próxima* cam­ al llegar...; pero como Blasito, vio queden la pañas de Mabü, como él escribe y llama a Ma­ guía tenía lugar de preferencia el Grande Hotel bille. Está dominado por la fiebre de verlo to- y una estrellita que quiere decir que es de lo do, y trae, además de las guías indispensables. mejor, nos fuimos a él. ¡Qué quiere, amiguito!. una lista en la memoria de lo que otros le han yo he querido de lo mejor. . . Para que después recomendado que vea. El idioma es el único no se diga... Pero me voy a mudar. ¡Si el punto opaco en la vida europea de don Polidoro. Continental e,s mejor, me voy a mudar! Con el francés, con sólo el francés, él daría —¡A propósito, le voy a dar mi tarjeta! —y vuelta al mundo. Pero el honorable compatrio­ diciendo y haciendo, clon Polidoro, con una ri­ ta que ha sido juez de paz y comandante mili­ sita de íntima «satisfacción" que le hace cosqui­ tar, que desde 1852 hasta la fecha ha tomado llas en toda la cara, me da su tarjeta y la de .su parte en todas las elecciones habidas y por ha­ señora ber, siempre del lado de la buena causa se en­ tiende, que por dos o tres veces ha sido dipu­ M(>Nsn;rit POIJDOR ROSALES tado provincial y casi senador, a no haber me­ Deputé et fermier a la Repitbliqiie Argentine diado un malaventurado empate, el honorable compatriota, repito, está obligado a permane­ lMADAME POLIDOR ROSALES cer con rostro de cretino, mientras Blasito, MI primogénito, oye y toma tiempo para digerí.­ —Eso dicen que »-, la moda de París. Yo \i • con dificultad lo que explican lais guías y lo diré amigo, francamente, que a mí no me gus­ que exigen los cocheros; y cuando Blasito vaci­ taba, pero Nicanor me aconsejó y me dijo que la, se equivoca o no inventa pronto su traduc­ si. uno no se pone aquí sus títulos, lo miran ción ¡qué indignación, qué mal humor, qué im­ por sobre el hombre; y ahí, me ha puesto que paciencia la de don Polidoro! Entonces el in­ soy diputado y estanciero. La que está furiosa tachable burgués, del Río de la Plata, se en­ es Petrona, mi mujer, porque le han quitado cara frente a frente con el interlocutor y apar­ en la tarjeta el nombre y el apellido. Ella se ta con desprecio a BJasito, fulminándolo con ! llama Petrona Bracamonte, pero desde que te­ este anatema: '¿Para qué me sirve lo que lie nemos las dichosas tarjetas nadie la conoce en gastado en tu educación?" y pretende ente.-i­ 'el hotel, sino por ¡Madama Pulidora! ¡Ja, der y hacerse entender. Blasito vuelve a inter­ ja, ja ! venir; nueva fulminación, y después de esfuer­ Y don Polidoro reía a pulmones llenos. zos milagrosos de lengua, de gestos y visajes de A la mañana, siguiente fui al Grand Hotil a todo género, don Polidoro acude al salvador y visitar al señor don Polidoro. ¡Pobre señor Ro­ primitivo idioma de las señas. Y cuando triun­ ígales! \'o sólo había desaparecido el nombre (!•> fa con el simple ademán, '¡oh! cómo ¡-e pavon-'a familia de la señora en las nuevas tarjetas, sino don Polidoro! ¡Cómo e,s de feliz! En diez días due el mismo don Polidoro no era conocido allí más, aprende el frunces m;is pronto que la je­ sino por el número 100. La flamante persona­ rigonza, mientras que Blasito queda confundi­ lidad del noble diputado y estanciero de la Re­ do de ignorancia y de ineptitud ! pública Argentina, había sido reducida a un;v —¿Dónde se lia alojado usted, ¡señor don Po­ cifra y a tres guarismos, que componían un nú­ lidoro? mero inconveniente en la designación de la¡s A esta pregunta hecha con toda la más sana puertas. intención del mundo, mi héroe, a quien acabo Ni en la eoncu njirii, ni en el hurtan, enten­ de encontrar en el houlivard todo veis!ido de dían nada de Monsieur Pulidor Nasales. El nú­ nuevo, me mira con una fisonomía desdeñosa y mero 100 está o no está en casa; un carruaje sorprendida, como si quisiera hacerme el repro- (Sigue en la pág. 37). \V,'. 20 VIDA F E 'M K NINA - SERMONES PERDIDOS— Buenaire

Quienes Devuelven a la Vida aquí, una clase numerosa de hombres que dan a sus vidas un severo sentido de tarea y de su Severo Sentido verdad, de amor y de justicia. Estos hombres son los continuadores de aquellos que, a fina Hemos leído recientemente un libro bien aco­ riel siglo pasado, dieron en la fría temperatura gido por la crítica y que nos ha causado excelen­ social de entonces un instrumento de liberación te impresión por su_tono valiente y vehemente a los trabajadores del país y con él un elemento a la vez. Descúbrese allí con el escritor de ta­ ele progreso a la política argentina. lento al hombre veraz. Y esto tiene su impor­ En el país ele reciente organización con las tancia en una í\poca en que todavía existe la fuerzas que 'venían a impulsarlo materialmente íspecie de los talentos alquiladas. aparecían, así, las fuerzas impulsoras del pro­ "Historia de una pasión argentina", de greso social, el Partido ele los Trabajadores, rico E. Mollea" no dice nada nuevo. Lo que impre­ de un enorme contenido moral y doctrinario. siona allí es que sea un Mollea —Mollea de los Alrededor del joven médico, llegado a la mi­ ¡Sarmiento, Mollea de prosapia— el que se pro- litancia socialista por leo lógica de las ideas y n uncía contra la odiosa realidad argentina y el también por el sentimiento del dolor y de la~ mi­ acento dramático de sus páginas cuyo estilo per- seria colectivos, agrupóse un pequeño y decidi­ mite entrever honda tragedia interior. do grupo de trabajadores del músculo y de la Digamos amén a este libro. El país argenti­ inteligencia. Se dieron esos hombres, con la de­ no es país de ser y de parecer; la reedidad ar­ claración de principios, la brújula- capaz de gentina es odiosa y no la suaviza el brillo de mantener orientado el movimiento en medio de los que se ocupan de ella en las fechas patrias. las confusiones y el desorden propios del am­ Podríamos —claro es que con menos talento li­ biente político-social argentino y poco más tar­ terario— agregar hechos y cargar colores, ¡y el de un programa justiciero y realizable que 'ele­ cuadro se haría entonces más denso y sombrío! vaba al trabajador moral y materialmente. La realidad argentina exige ahora no sola- 1896, 1898, 1900, 1905, 1909, Ü910, 1912, 1914, 1 mente que se escriban libros sobre ella sino la 1916, 1938, en la sucesión de los años crecía con presencia de quienes sean capaces de transfor­ el progreso material del país la inepcia de sus marla y la hagan apta para esa función histó­ facciones tradicionales y sil incapacidad orgáni­ rica que desde el fondo de los tiempos señálase ca como un insignificante desarrollo político en a las jóvenes tierras de América. No están de­ un corpulento organismo: forma de idiosis fo­ más las denuncias literarias —actos de protes­ mentada, cuidadosamente por los doctores de lu ta que esperan al legislador y hombre de Es­ política criolla. tado dispuesto a recoger los hechos y abrir el Los trabajadores organizados nufrían entre- juicio— pero más urgente es que haya quienes tanto las filas del partido y alrededor del mé­ como lo quiere E. Mollea, devuelvan a la vida dico desviado ya definitivamente de su profesión su severo sentido haciendo por que la Argentina por la vocación política y el apostolado social, sea una cosa disfinta a esto que es: la tierra agrupábanse algo más que una docena de fervo­ di negreros y hombres de negocios apurados rosos espíritus. Eran ya miles de hombres que por hacerse ricos y pudridero de la raza que en. en distintos puntos del país se trabajaban a si fila habita. mismos, ilustrándose , y trabajaban, ardorosos, Nosotros conocemos horizontes que nos de­ el medio en que actuaban como una buena tierra vuelven la confianza acerca de la, transfor­ apta para las grandes siembras. mación del medio social argentino. Hay ya, En los gloriosos Primeros de Mayo i/ e>i la.i J U L I O 'DE 19 3 8 J'ái-'. 21 grandes jornadas electorales alrededor de, !

, CARMELOS. BOMBONES. DULCES. ETC. ulce CONSTITUCIÓN 3243/45 Pág. 22 VIDA FEMENINA

Ha Fallecido un Gran Educador: Maximio Victoria

Un gran maestro argentino, el profesor Maxi­ de escuelas de la Provincia de Buenos Aires, mio S. Vietorica, falleció, en esta capital, el 25 profesor en la Universidad ¡Nacional de La Plata. de junio ppdo. Miembro activo del Comité Positivista Argen­ Su figura era familiar en nuestra Biblioteca tino, tradujo a Conté y explicó en forma clara Obrera y en el salón de actos de la Casa del su concepción filosófica. Fue un publicista pro­ Pueblo, adonde concurría a menudo, con motivo fundo, serio, documentado; un defensor de la de las conferencias organizadas por la Escuela escuela laica a la que dio todos sus afanes.. Con de Estudios Sociales. Su larga trayectoria de motivo del cincuentenario de nuestra ley 1420, educador y de hombre de lucha, sus trabajos pronunció, en el teatro Cervantes de esta Capi­ enjundiosos y su actividad intelectual constante tal, un meditado discurso, lleno de antecedentes aun en estos últimos años, cuando la ceguera le y referencias valiosas para los maestros argen­ impedía las lecturas directas, le hacían acreedor tinos. al respeto de cuantos le conocían. Su libro "Los orígenes del Catolicismo y de Victoria era hombre de convicciones profun­ la Eucaristía", que en esencia adelantó en sus das y de voluntad férrea. Estudioso y trabaja­ conferencias, dadas en la Escuela de Estudios dor incansable, no reducía su actividad al ga­ Sociales Juan B. Justo, significa un trabajo binete propio. En el aula, en el cargo público, de investigación y dilucidación cuya lectura de- en la tribuna, en la reunión de amigos, donde be recomendarse con entusiasmo. fuere, se destacaba en seguida por la claridad de sus conceptos y por su decisión combativa.. Con la muerte de Maximio Victoria pierde la En el desempeño de sus tareas docentes tra­ escuela pública argentina otro de sus grandes bajó en Tucumán, en Santiago del Estero, en propulsores, y el pensamiento liberal uno de los Corrientes, en Santa Fe, en Catamarca, en La puntales firmes que con doctrina segura y clara Plata y en Paraná. Fue presidente del Consejo se oponían a la invasión dogmática y clerical. de Educación de Santiago del Estero y del de VIDA FEMENINA hace llegar a su digna Tucumán, fundador de la Escuela Normal Po­ compañera, de la que con tanta emoción habló pular de Curuzú-Cuatiá, director de la Normal Victoria en su autobiografía recordando cuán­ üe Catamarca y director de Ja histórica Escue­ to debía a su inteligencia y decisión, su palabra la de Profesores del Paraná, inspector general cálida de.afecto. JULIO DE 1933 Níñ os y Grandes Tota, Chicha y Nora están —No son las nubes las en casa. Nora tiene apenas dos .se mueven, es la tierra. años, Tota cerca de los'siete y No tarda en arrepentirse, ya sabe leer algo, y Chica está Por entre las dos. porque Ana. parada lo más Cuentan que a cada una les quieta que puede, después do ha regalado el papá unas mu­ Barrandeguy un ratito dice: ñecas. —No, tía; la tierra no se —Y Tota explica: mueve. —La de Nora se llama Ro­ —-Es porque vos no te sabes sita. Para VIDA estar bien firme. Si te paras —¿Y quién le puso ese nom­ bien quietita, vas n ver que se bre?, pregunta alguno de nos­ FEMENINA mueve. otros. Ana lo intenta en cincuenta —l/o traía escrito en la tapa Pregunta entonces a dos o tres lugares diferentes, siempre sin de la caja, contesta Tota. que no sé qué darían por no lograr una firmeza plena. Y no —'¿Y la tuya cómo se llama? estar allí, tímid'os paisanitos hay caso, no hay caso; ella no N— pregunta mi hermana Lucía. pobremente vestidos para quie­ logra saber si se mueve. Y Tota, muy ufaua de sus nes las cosas de la capilla son conocimientos en lectura, res­ hasta ahora una significación ponde muy seria: de fiesta y de colores. Ningu­ —Made iu Germany. no sabe. Memen me pregunta: Entonces, el "señor padre'' —¿Los cepillos están hechos impaciente ya, los ayuda: de canas, verdad? —Los ju... La gata de casa ha tenido Y todos los niños responden, cuatro gatitos. Han venido va­ ahora sí, en coro: rios pibes a verlos. —¡Los judíos!!... Mario, de siete años1, pregun­ Así fomentan el odio racial Pololo está sentado al piano. los mansos corderos de Cristo. Querría tocar y se afana en tó inmediatamente: hacerlo. En el atril hay una —¿Cómo nacen los gatitos? * pieza. Pololo, entusiasmado, Beatriz, de ocho, averiguó a lee: "Malagueña fácil". Y me su vez: Ana quiere saber yá muchas grita, contento de nabería des­ —¿Por qué los gatos y los cubierto, de haber descubierto perros no tienen papá? cosas. Enloquece a su madre y tía con preguntas. Ayer pre­ el secreto del piano: guntó adonde iba el sol cada —'¡Mira, "Malagueña fácil!"­ noche. H'oya por qué se mueven Y agrega, señalando las te­ Presencio una lección de ca­ las nubes. clas, apurado por empezar: tecismo católico en una capilla La tía no sabe cómo expli­ —Ahora, dime donde está de campaña. Los niños se sien­ carle, y dice sin pensar • la "M". tan en cajones de kerosene y atienden al "padre", que ca­ mina de un lado a otro. Habla sobre Cristo un rato y los niños le escuchan, ávidos y asusta­ dos, contar con sangriento de­ leite los episodios de Ja Pasión. Después que concluye comien­ za a interrogar. Y contra toda verdad y contra todo asomo de ternura, p r e g u n t a con voz enérgica: —¿Quiénes clavaron chivo* en las manos de Jesús, quiénes ](• pusieron una corona de es­ pinas, quiénes le pincharon el costado con una lanza?... Nadie levanta las manos. 24 VIDA FEMENINA LA LECCIÓN Nunca lo quise demasiado, ni lo encon­ día un férvido culto a la bandera bicolor, tró nunca bello, a pesar de habérseme ase­ nacida de un anhelo de libertad y demo­ gurado que, visto a la luz de la luna y en cracia. Y, por amarla tanto, le resultó in­ buena compañía, resultaba poético. soportable que a su pie se le rindiera ho­ En vida no lo estimé, pero al igual que menaje. algunos guiñapos que levantan su vida de­ sastrosa muriendo heroicamente, se ha re­ Otra Interpretación de la Tragedia dimido patentizando su anhelo de no ser, antes de ser una afrenta. Ya el pobrecito quedó muy afectado, al conocer la fuga de su progenitor. ¿Por qué me abandona en momentos tan malos, cuando me van a llamar feo y caro, cuan­ do van a reeditarse las críticas más terri­ bles? Como las desgracias nunca vienen solas, oyó decir también que para salvar a ]a comuna de una bancarrota inminente, le iban a achicar la avenida que fue su or­ gullo, su razón de ser, ¡la avenida más ancha del mundo! Cada risa entrevista se le antojaba una burla. Triste vida la suya, amenazada en todo momento. A pesar de todo, la existencia era lleva­ dera. Alto y hueco, ¿cómo no encontrar compensaciones para estas rozaduras1?. Pero el 20 de junio le dieron el golpe de gracia, porque él, el obelisco, era argen­ tino y, como tal, amaba a su tierra, buena tierra generosa que no consiguen volver antipática ni los reaccionarios más torpes con sus imitaciones simiescas de regíme­ nes brutales, ni con sus fraudes vergon- ¿De vevgiiert ZOSOS. Amaba a su vasta tierra generosa y ren­ J U L J O I) K 1 9 X OBELISCO Vio cientos de niños y miles de jóvenes juveniles, empapadas de fervor patrióti­ u sus plantas entonando el himno que dice co, lo despertaron a la realidad. tres veces libertad y el ova un trono a la Se vio i'odeado de porvenir, envuelto en noble igualdad. Y no pudo reprimir un cautos de esperanza y amor Banderas, estremecimiento de vergüenza. Las voces himnos, promesas a sus pies, v él. lm**­ co, atroz y tremendamente hueco. La vergüenza lo dominó. Bajó los ojos. DESPUÉS DE OÍR LOS DISCURSOS borracho de pudor, y vio. ¡mala suerte la suya!. Vio a las tristes, cansinas y domesticadas maestras de la provincia de Buenos Aires, con guardapolvo blanco, manos y mejillas amoratadas de frío, mar­ chando de doce en fondo a las órdenes d<* un moreno grandote. Vio eso, y la vergüenza se trocó en asco. Belgrano, el creador de la bandera, tu­ vo una preocupación nobilísima: dignifi­ car a la mujer. Quiso cultura v trabajo para las pobrecitas "chinas", cuya mise- ria física y moral hirió su alma grande Y ahora, ;,qué están haciendo con las maestras, mujeres que tienen entre manos la futura grandeza moral de una provin­ cia ? Y el obelisco, hueco v todo, se sintió» un monstruo y para no ser pretexto de otro homenaje tan dudoso, homenaje a la gran­ deza del pasado, a los pies de un monu­ mento hueco Q símbolo del presente '!) re­ solvió suicidarse. A las 24 horas comenzó a caerse en pe­ lazos. Noble gesto, ejecutado de modo poco a o de visa? (í.ii Viiiir/imrdln, junio 2'i.) legante. Noemí SALAS. L a Vioz del Campo

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Por ELENA BARBERENA

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Una ijentil amiga de la ciudad ha hecho lle­ ces... Les confieso, sencillamente, que% de chi­ gar hasta mis manos un diario de su pueblo: quilla, me causaba horror ver a mis hermanitos pueblo vecino, junto a una interesante carta entregados a semejante deporte, que' solían suya. Me dice -. particar muy a menudo, con manifiesta sa­ "Usted habla del Desecho del campo en VIDA tisfacción; se entiende, a espaldas de sus ma­ FEMENINA y nos va a hablar del Desecho yores. A pesar de esto les voy a transcribir lo que les llega de la ciudad. Bien; antes quiero que el referido diario dice, para ver si uste­ yo hablarle del Desecho de otras ciudades que des, amigas de la ciudad, se sienten tentadas de llega a la nuestra." ejercitar la puntería... Dice así: Bastante divertida con la pintoresca caf.ta "Un agravio para la nacionalidad y nuestras de mi amiga, sigo su lectura; en ella me ad­ tradiciones. — El acto fascista realizado el do­ vierte : mingo en esta ciudad produjo escenas que el "Usted, Elena, dice no ser exaltada, lo sé; pueblo recibió con desagrado. Desarrollado den­ pero le aseguro que si usted, como yo hubiera tro del más absoluto divorcio con las simpatías presenciado, el domingo 15 de mayo, desde la del vecindario, el acto pudo tener algo de núme­ plaza, lo que relata el diario que le envío, le animación a un acto que, en otra forma, hu­ se izaba, la bandera, que ninguno de los presen­ biera tenido el más ruidoso de los fracasos, de tes había traficado con lo indigno o con lo in­ los vivas a la Revolución, y a Fraileo, pronun­ justo. ¿Habrá, el obelisco, también, sentido de­ ciados en pleno recinto del templo parroquial, seos de cascotear?. . . Esto no podrá ser aclara­ de la colocación de banderas swásticas que se do. ¡Qué lástima! tuvo la bastante cautela de recoger antes que una reacción popular hubiera arrasado con ellas, DESECHO DE LA CIUDAD QUE XOS de. los saludos fascistas y el Himno Nacional, LLEGA AL CAMPO cantado con el brazo en alto, afrenta que por fort.una se consumó de espaldas cd Libertador, Los desechos de la ciudad, sin uniforme, los porque en otra forma hasta su estatua se hubiera conocemos en el campo, muy bien. Si causa pe­ deido vuelta, pusieron notas que el pueblo pre­ na comprobar la falta de dignidad y hombría senció con evidente desagrado, aunque, repeti­ del Desecho de estancia grande, os aseguro que mos, sin darle al acto mayor trascendencia, por­ no es menor la que se experimenta en presencia que ello hubiera significado tomar en serio un del Desecho que no,s llega de la ciudad. Estos ipisodio sainetesto, desarrollado dentro del más buenos señores creen encarnar la sabiduría. absoluto divorcio con las simpatías del vecin­ ¡ Que no vengan, por casualidad, adornados de dario." un título y en cumplimiento de alguna ley! Por­ Continúan, luego, consideraciones sobre ex­ que os aseguro, amigas, que todo lo que pueda cursiones realizadas con anterioridad. Pero lo contarles de sus procederes es un pálido reflejo que enardece a mi amiguita ciudadana es lo de la realidad. Valiéndose de la ignorancia que, anotado. por desgracia, existe mucha en el campo, quie­ Dejando los cascotes en su lugar, comprenda ren imponerse por la' grosería o el miedo. la justa indignación de mi amiga, como la del Contraria, como soy, a las determinaciones ex­ referido diario. Las que amamos realmente la tremas, que a ningún buen fin conducen, sé, sin libertad de nuestra 'patria no podemos admitir embargo, que se necesitan campesinos más pre­ esas manifestaciones, tan carentes de nobleza y parados que los que abundan en mi país, para valentía. ¡Vasallos y... uniformados! ¡Pi­ enfrentarse con seres tan repugnantes, sin lle­ sando el suelo de un pueblo que derramó tantr gar a medios violentos. •sangre para vencer a un tirano! ¿Lo sabe, o Hace tiempo ya, llegaron a estos pagos al­ lo ha olvidado nuestro gobernador, que honró gunos desechos de ciudad, a efectuar un desalo­ con su presencia el acto? La historia se repite. jo. Todos, .sin excepción, muy caballeros, suma­ ¡Cuidado con pisar la cola del león! mente vivaces y grandes admiradores de Raeo. Así es el Desecho humano; todo los días nos a juzgar por el culto que rendían a las bebi­ ofrece pequeñas escenas ridiculas, nn apartadas das... Representaban a la justicia, por medio del dolor. de una institución seria: el Raneo; sus m-tos, Hoy rinden homenaje a un gobernante frau­ que les referiré, lo demostraron. dulento. El pueblo se habitúa a ello. . . Mañana Vendido un campo de la zona, M> hizo firmar vimos claudicar a un político, de sus ideales el desalojo. Una vez que todos los arrendatarios por un puesto para él o para un familiar. Si firmaron, apareció, con su familia, el nuevo h reprochan el proceder, halla en seguida para dueño del campo al hogar de uno de los anviula­ su,conciencia toilurada un ej'ica: paüatiro: ;.\o iHi'ios. ; A qué.' I'or lo que más tarde aeonte­ hizo lo mismo el señor X.' (Sigue en la pág. 31). El Magallanes de Stefan Sweig ===== POR ===== AMERICO GHIOLDI

Stefan Zweig nos pone frente a otro mo­ mento estelar de la humanidad, narrando en prosa cálida la aventura más audaz que conocen los hombres y que él descubrió subjetivamente cuando, en viaje hacia Buenos Aires, rodeado de todas las comodidades imaginables, dio en me­ ditar sobre el sentido de la grandiosa empresa de las navegantes que hace cinco siglos circun­ daron el mundo en esfuerzos epopéyieos. Nos habla de Magallanes, poniendo en movimiento la idea concebida por la inteligencia, pero con un calor y emoción de humanidad tales, que espíritu y sentimiento, fusionados en sus pá ginas vibrantes, sacuden profundamente la per­ sonalidad del lector. El estilo de Stefan Zweig es, sin duda, admi­ rable ; pero estamos seguros que é.ste as un gran e.-scritor más que por el dominio del estilo, por­ sentes — es la gran productora de grandezas que agita y maneja con destreza singular ideas materiales y morales, de aventuras audaces, de modernas y profundas, esas que ganan el cere­ caracteres y temperamentos, a la cual los escri­ bro de los hombres ávidos de pensamientos en­ tores pueden y deben recurrir para idealizar la jundiosos y de puntos de vista fundamentales. realidad pretérita o actual, aleccionando a los La atracción del artista tímido 'que conocimos e.-pírrivLs inquietos que buscan en las emociones en las reuniones del P. E. N. Club de Buenos superiores el cultivo de su individualidad moral. Airéis consiste en que en sus obras — Erasmo, En tiempos lejanos, los hombres no tenían pa­ Fouchc, Una conciencia contra la tiranía... —mu­ ra alimentar sus inquietudes espirituales más re­ neja grandes principios positivos de la huma­ cursos que los de la imaginación incontrolable. nidad, incesantemente creadora, o defiende con La mentalidad antigua crea una mitología exu­ razón y emoción la causa eterna de la justicia, berante que satisface las apetencia.^ espiritua­ de la libertad y de la dignidad de la conciencia. les. A falta de historia de navegantes reales, la Pone alas coloreadas al pensamiento; reviste de mitología griega inventa viajeros codiciados del belleza y sentimiento las ideas lógicas, aumen­ vellocino de oro, argonautas legendarios que po­ tando, si no su potencia de razón, ¡su poder de blarán el alma de .sus contemporáneos. Mas cuan­ sugestión. do la humanidad engendra la osadía de Colón Slefan Zweig cs un gran escritor moderno, y Vasco de Gama y crea la suprema audacia de porque descubrió y comprende que la humaui-' Magallanes, sus escritores, representativos de la dad —- conjunto de los seres de todas las razas vida moderna, buscarán en la realidad los mate­ e idiomas, y de lodos los tiempos, pasados y pre­ riales para alimentar la imaginación viva/.. La J V U I O ,D 'E 19 3 8 1'áK.

literatura queda laicizada. La realidad nutre y Luchan contra pimías. Príncipes <|P| privilegio. modera la imaginación. Lo maravilloso no e,stá Derechos aduaneros. Hay que buscar, pue.s, una en el mundo y sus infinitas manifestaciones de nueva ruta, ya que Jas Cruzadas, empresa co­ grandeza y hermosura; lo maravilloso es que el mercial, no consiguieron arrebatar el privilegio hombre descubre el mundo, lo recorre, lo mide, de los detentadores de lo.s pasos obligados en la lo interpreta, lo transforma; en fin, se lo apro­ ruta 'hacia las Indias. Kl deterninismo econó­ pia como ingente realidad .subjetiva. En tales mico y social organiza las más grandes aventu­ ciruunstaneias un escritor que ponga empeño en ras por mares ignotos; son instrumentos de esa movilizar ficciones teológicas, aparte de conde­ ley'humana Colón, Vasco de Gama, Magallanes... 1 nar.* en un trabajo retrógrado, no hallará eco "Hay en todo invento y descubrimiento deci­ nítido en el alma de los hombres actuales. sivos un impulso espiritual, moral, que obra co­ Stefun Zweig nos habla de Magallanes, po­ mo la verdadera fuerza alada, pero por lo co­ niendo en juego ideas positivas, sentimientos te­ mún son impulsos materiales los que conducen rrestres y la fuerza de la humanidad que siem­ a su realización práctica". Respaldaban a los pre se interpone entre yo y el mundo. Es una héroes de aquella era de descubrimientos, como explicación natural de la aventura más audaz fuerzas motrices, los mercaderes, y el primer de la humanidad. No hay místicos iluminados impulso partió de fuerzas muy terrenales. Al en su narración emocionante. Son hombres de principio fueron las especias". carne, movidos por pasiones; el determinismo Y en el dramático relato Stefan Zweig descu­ social los produce, los dirige, en un momento bre la providencia humana — esto es, la huma­ que no en ni ha podido ser hijo del azar. nidad — modelando el destino grandioso del Al principio fueron las especias. En busca de hombre representativo de la más grande aven­ th canela, de la especie india, de la nuez mor­ tura que conocen los siglos. El mérito extraor­ cada, de los productos vegetales con que se con­ dinario de este narrador que, desde las colum­ dimenta la comida sosa se organiza a través nas de "La Nación", nos conmueve, es poner de los mares; un tráfico lento, difícil y costeo ¡a gran vida de Magallanes en el pentagrama Doscientos sesenta y cinco hombres que inician l;i del determinismo histórico y de la moral hu­ peregrinación; vuelven sólo .sesenta y mana.

STEFAN ZWEIG VIDA K 1C M K N I X A El Mar eri el Teatro de O'Neill

O'Neill inició su labor de dramaturgo con Para VIDA FEMENINA tímidos tanteos. Fueron piezas generalmente en un acto, en las cuales ya vislumbraba su genio creador. Más tarde, bajo el título do océanos. Esa es la tragedia de sus hombres de "La luna de los Caribes y otras piezas del mar; tragedia enjundiosamente sintetizada en mar" escribe algunos bocetos. Son éstos, dra­ "Ana Christie", donde Ana, Chris y Mat Bur­ mas llenos de angustia en los que la muerte .ke, son simples juguetes de las olas. El mar aletea tétricamente. Sus personajes tienen sa­ los une y los separa caprichosamente, pero bor a mar y conservan todos una gran simili­ ellos, atraídos por esa fuerza indómita, por tud espiritual. Son hombres que llevan en sí esa profundidad cósmica de las aguas en eter­ no balbucear, más se aferran a él. Es que el toda la fiereza del mar revuelto y las bon­ mar significa para ellos la liberación. Al dejar dades de las calmas chichas en caprichoso con­ a sus espaldas la tierra, va en busca de su traste. Son sentimientos en bruto que estallar: propia personalidad. "Me embarco de nuevo... freuéticamente. Figuras 'obscuras, ¡recortadas Creo que es la mejor solución... Es inútil lu­ sobre el fondo verdoso de las aguas, que se char con el mar!..." Y de nuevo la esperanza diluyen unas veces en ellas o bien encuentran iluminará el"corazón del viejo lobo de mar. Y ese algo que Ana Christie había perdido y de nuevo el mar le reservará alguna "tras­ "buscaba... buscaba..." tada" "El mar que conoció el O'Neill trashumante: Algunas piezas ,de aquella primera época está allí, en esas obras, breves pero plenas de ("La Cuerda", ''El largo regreso", ete.) se des­ fuerza expresiva. Conocedor de los secretos de arrollan en tierra, pero aun así tienen-ellas ei ese "viejo endiablado", como le llama Chris, y sabor del mar. Es que ese "viejo demonio" se de su influencia ambiente, lo coloca como te­ ha metido tan hondo en el espíritu Sel autor, lón de fondo, como substratum, de todas las que cuesta a éste desasirse de su influencia. E! pasiones que agitan a sus personajes, los que mar azotó su cuerpo con el latigazo de la­ vienen a ser meros muñecos agitados por Ja^ 1 olas y puso en su alma el angustioso sosiego olas, obscurecidos por la niebla. Ya lo dirá e de la soledad. El mar será, luego, el laboratorio viejo Chris: "Niebla, niebla y niebla!... No inicial do su especulación dramática. Laborato­ podemos ver dónde vamos. Sólo el mar, ese rio adonde las verdosas aguas marinas arroja­ viejo demonio, lo sabe!..." rán los primeros personajes, criaturas oliendo Vida en suspenso, alma en atormentada ex­ a yodo, (Je almas sencillas, sin mayores compli­ pectativa, pensamiento en constante interroga­ caciones psíquicas, ron sólo un enorme bagaje ción ; eso fue su vida a través de mares y de infinita fe. E . R A Ú L S T O R N I JULIO DE 1938

—Bueno; yo hayo lo i/ue me inunda la leii; LA VOZ DEL CAMPO para mañana deben desalojar. En todas formas <|iiiso sacar el sí a a'|iiel|;i (Viene de la pái señor trajo tranquilidad al hogar. Había un en- bueno.. fermo grave, y en esos momentos no se hubiera Cuando se retiraron, dejaron a la campesina sumida en honda meditación. ¡ El nuevo dueño podido desalojar. Al tiempo, llegaron a dicha 1 morada los ex dueños, el nuevo dueño y el abo- del campo era un alienado Nadie, sin embargo, gado, a levantar inventario. Las promesas se había reparado en»ello. ¿O será, quizás, distin­ repitieron. guido hacerse el loco? Cuanto más cavilaba la campesina, sobre las graves molestias que aca- Es de imaginarse la extrañeza que causaría rrearía el trato con un loco bueno, vino a su la nueva presencia del abogado y el alguacil a memoria lo leído, hacía tiempo, en Fontamara intimar el desalojo, rápidamente. Por hallarse de Silone, que hace decir a un personaje suyo: ausente del hogar el elemento masculino, debió No hay que discutir con los de la cuidad. La atenderlos una mujer de la casa. Enterada de ley es hecha "por los de la ciudad"; es aplicada la consigna .que traían, la campesina mostróse por jueefis de la ciudad; interpretada por abo­ sorprendida. Expuso las razones de la perma gados que son de la ciudad. ¿Cómo podía tener nencia en el campo. ¡Nada! Allí no valieron razón un campesino f" razones. Por último, visiblemente molesto, ma- (Continuará)-. nifestó el abogado: Lezama, junio 1938.

VMil

¡Ay amor, ay, amor!, ¡AY, ¿para quién da su aroma la flor? ¡Ay amor, ay, amor AMOR! ¿para quién da la rosa el color? ¡Ay amor, ay, amor ¿para quién cantará el ruiseñor?

(De HORA ¡Ay amor, ay, amor!, DE ESPAÑA) ¿para quién lleva el aire el olor? ¡Ay amor, ay, amor!, ¿dice alguien que existe el dolor? ¡Ay amor, FERNANDO ay, amor ¿para quién se ha creado el amor GONZÁLEZ si en el mundo no hay más que tú y yo? 32 VIDA F 10 M K N I N A La Mujer y la Revolución

Por María L. BERRONDO

E,s de lectura muy útil el folleto La mujer y la revolu­ ción, de la Dra. Mathilde Ro­ dríguez Cabo, de México. A través de sus 30 paginan bien documentadas se filtra mucha amargura, pero a quie­ nes luchamos (¡y en hispano América!) por la elevación de la mujer, eso no puede mellar­ nos el filo. Las primeras palabras do La patria espera que las mujeres de Guanajuaco concurran con su Mathilde Rodríguez Cabo, son cooperación al Pago de la Deuda Petrolera. — ("El Nacional", México). ya una advertencia. Invitada por el Frente Socialista di' cios vertidos por eminentes nor salario que a los hombres, Abogados para dar una Con­ pensadores acerca de la mujer y jamás, ni en empresas par­ ferencia sobre un lema de su y su puesto en la sociedad; y ticulares, ni en oficinas guber­ eiección, en un ciclo prepara­ entra luego de lleno a consi­ namentales, se les permite es­ do para 1937, supo los nom­ derar la situación de la mu­ calar sino puestos secundarios bres de los conferencistas y co­ jer en México: sin darles nunca oportunidad noció los asuntos que desarro­ También entre nosotros s^ de desarrollar íntegramenti llarían, entre los cuales no fi­ manifiesta con tintes de tru­ sus aptitudes. En situación de fiuraba ninguno que se reft­ gíala la situación de inferio­ inferioridad más acentuada se ,(i ni a los problemas tic ln mu­ ridad social de la mujer y aún 'encuentran, aún aquellas mu­ .I"'­ aquellas económicamente eman­ ji'i'es que atadas al hogar por Se habrán dicho ION aboga­ cipadas, cuyo número es to­ los prejuicios o por su condi­ dos socialistas -mexicanos, a; davía muí/ reducido, no lo es ción de madres, tienen que su­ iiíiinl una los autores de las táu en los mismos términos jetarse al salario miserable deí novelas románticas: ¿ prob!< que el hombre, pues en Méxi­ marido, viendo morir de ham­ mas de la mujer? ¡ líah! en­ co, al igual que en muchos bre a sus hijos. coiili'ar marido. otros países, a las mujeres a Pero compañera Rodríguez lírvuerda la autora los jui- igual trabajo, se ley paga ?nr­ Cabo: no advierte usted que si JULIO I) gentes. Fue la primera mujer clusive a su esposo y a sus hi­ Como una llaga, duele a las agrarista mexicana y escribió jos, que perecieron luchando mujeres mexicanas el olvido Proemio al Plan de Ayala. por la causa, vive pobre y ol­ en que se perdieron las abne­ vidada, sin tener siquiera pa­ gadas precursoras de la liber­ ra subvenir a sus necesidades tad de su patria. Muchos años después murió más urgentes. Son muchas las hermanas que pobre y olvidada-• sufrieron persecuciones, cár­ Y así para todas las cultas cel y vejámenes del porfiris PAULINA UARAVER. — y esforzadas combatientes me­ mo. Muchas lucharon con las De Puebla, profesora poblana, xicanas de la primera hora, armas al lado de sus hombres, de amplia cultura, de gran va­ llegó el olvido, la indiferencia. con la pluma o la palabra en lor y generoso corazón. Ingresó Mathilde Rodríguez Cabo la tremenda lid que dio cu a las filas de la evolución en analiza finalmente la realidad tierra con el dictador y para el año 1909. de la vida mexicana en lo to­ todas, el premio único: olvi­ cante a la mujer que trabaja, do. y la verdad es desoladora. Actualmente vive pobre y Hay una referencia suge­ olvidada porque ante la hosti­ La Revolución ha sido in- rente a un estudio de Espe­ lidad constante de las autori­ grata con la mujer, es el pen­ ranza Balmaceda, que no co­ dades de su Estado tuvo que samiento que se desprende de nocemos y muy sentidas bio­ clausurar la, Escuela que diri­ la lectura de este folleto, lle­ grafías sintéticas de 10 lucha­ gía y abandonar las aulas pa­ gado a nuestras manos recien­ doras que cobraron en mone­ ra dedicarse al comercio, que temente, gracias a la gentile­ das de ingratitud, sus dolores apenas si le da para vivir con za de un buen amigo de Vida v desvelos: grandes privaciones. Femenina. CONDE & Cía. OBRAS SANITARIAS GAS - INCENDIO PERÚ 84 - U. T. 33, Av. 9907 Pan- M VIDA F K "M K \ I N A

De VÍCTOR J. MONOLI I';ira VIDA FKMI'JNINA Un Libro - Una Mujer Un Carácter - Un Ejemplo

UN LIBRO y por la emotividad y la emoción que despierta. En este libro de Eva Curie, la vida de la lau­ Siguiendo las huellas de los celebrados escri­ reada por dos veces con el premio Nobel está tores Emil Ludwig y Stefan Zweig —maestros reflejada con verdad por los relatos fidedignos reconocidos e indiseutidos eu el género biográ­ de sus familiares, por documentos legados y por fico—, Eva Curie ha dado a la estampa "La lo que ella misma ha visto u oído en el contacto vida heroica de Mme. Curie" obligado de todos los días con su madre, la ilus­ No es este un libro más. Es un libro de cuya tre profesora de la Sorbona. bondad puede decirse —valga la metáfora por Para ponernos frente a e«a mujer excepcio­ demasiada repetida y sabida— que es un buen nal, la autora ha trabajado con materiales al compañero de cabecera y un excelente amig-o. alcance de su mano, reales y vividas, y no con documentos de dudosa procedencia histórica, mu­ chas veces de tiempos pretéritos o de crónicas de sucesos remotos. Este volumen, hermoso por todo lo que dice o sugiere, azuza en nosotros nuestro voluntad para el trabajo, la curiosidad por la investiga­ ción, la fe y la esperanza en el triunfo

LA MUJER

Bi encanto, la suavidad, la delicadeza y la gracia femenina de Mme. Curie, están brillan­ temente patentizadas en el libro que liemos cita­ do- Surge de sus páginas y está ahí presente, como si nos hablara, la niña, la adolescente, la joveu, la mujer madura y la anciana. Desfila ante nuestros ojos la niña y la vemos jugar, primero, con sus hermanas y el herma­ no; la adolescente y la joven, después, estudiar con ahinco; la mujer madura trabajar con em­ peño, más tarde ¡ y a la anciana, por fin, en­ tinar y recordar. Y en todas las etapas de su Escrito con pulcritud, en estilo claro y llano, vida azarosa, plena de privaciones y grávida de tiene la virtud de ser bello, de una belleza pu­ sacrificios, vemos siempre a la mujer fuerte, ra, por lo mismo que está exento de toda car­ voluntariosa, empeñosa, comprensiva e inteli­ gazón chillona, de rebuscamientos y artificios. gente. Sin afectación alguna, pleno de seneilles y de La celebrada descubridora del radium, en ternura, sus capítulos se van escalonando en cualquier circunstancia muestra ser la mujer forma simple y encomiable. uespri'juiciada que abre caminos nuevos, que A medida que volvemos las páginas arrece más marca rumbos a sus iguales, señalándoles la ruta y más nuestro interés, y deseamos leerlo de un jjara su emancipación y su felicidad. solo tirón hasta el final, por todo lo que suscita En todos los actos de su vida. Mme. Curie J Ü L 1 O 1) 19 3 8 muestra su tierna femenidad sin fingimientos hi­ Los til ulos honorífico!-,, las condecoraciones y pócritas. No tiene necesidad de engañar nunca. los halados, niño los despreciaba ni rechazaba., Procede con naturalidad, espontáneamente y los recibía con indiferencia, con frialdad, sin con sencillez encantadora. entusiasmo. Muestra ser en todo momento la compañera Las injusticias y las envidias que iban dirigi­ leal, la esposa amorosa y fiel y la madre cari­ das a sus persona, n:> mellaban la reciedumbre ñosa, dulce, consejera y amiga ideal. do su carácter. Las pasiones humanas no logra­ Cuando está en la casa, es la dueña y el ángel ron nunca debilitarlo y se estrellaron contra él tutelar del hogar; cuando en el laboratorio, la como las olas del mar se estrellan contra la.s obrera esforzada, consciente de su labor y de rocas sin conmoverlas. su misión; cuando va por la calle vive ausente Mme. Curie tenía un fin, perseguía un pro­ del tumulto, despreocupada, como agena a lo pósito, y a ese fin y a ese propósito hizo servir que ve, siguiendo el dictado de su inquietud su indomable voluntad de triunfar. interior. ¡Y triunfó! Es modesta, de una modestia excesiva, y nada inclinada a la coquetería ni a las modas. No le EL EJEMPLO preocupa su ajuar, sus peinados o sus manos. Con el éxito llegó, para ella, la fama, la glo­ No tiene orgullo ni vanidad. Es simple como ria, la popularidad. Y con la popularidad la una mujer de pueblo. Es una mujer, por últi­ intranquilidad. mo, digna de su sexo, que puede y debe servir Desde ese momento, Mme. Curie, ya no tuvo de guía ejemplarizadora. descanso. Su vida ya no de pertenece. Es de to- EL CARÁCTER dos menos de ella. Desde todos los rincones de Francia y del ex­ Pocas veces una mujer nos ha mostrado un tranjero le llegan invitaciones para visitas, carácter tan firme e inflexible. inauguraciones y se le ofrecen distinciones. La historia registra algunos nombres de mu­ A diario recibe comisiones de damas encope­ jeres de fuerte temperamento, extremadamente tadas y señores graves que van a solicitar su pre­ ambiciosas o sensuales; pero nunca con verda­ sencia en fiestas que ee realizan en su honor; dero carácter, propiamente dicho. la van a saludar o a homenajear. Su casa es la Mme. Curie pertenece a éstas últimas y debe meta de todos los peregrinos ansiosos de re­ figurar en esta categoría como una mujer enér­ nombre que quieren figurar y no encuentran, gica y de acción, luchadora incansable y traba­ por su incapacidad otro expediente que adornar­ jadora esforzada. se con el ingenio, el trabajo y la inteligencia de El libro que comentamos la presenta así y •los que llegan. Cada correo le trae miles y miles así creemos que era efectivamente. de cartas y telegramas de toda índole, que ella El carácter de esta notable física es de acero. no tiene tiempo de leer ni de contestar. Se le De su fortaleza inquebrantable saca continua- solicita para todo: para grandes empresas y pa­ mente valor para enfrentar con entereza sin ra cosas ridiculas. La imbecilidad de mucha gen­ igual todas las adversidades y contratiempos de te, "de cierta clase de gente", no le da reposo. la vida. Le fabrica un infierno y este infierno le hace ¡ Y vaya si la vida la sometió a pruebas duras poco menos que imposible su existencia. y difíciles! En ese maremágnum de visitas y papeles, su Aprisionada por los tentáculos de la miseria, físico desmejora, su salud se quebranta, su mo­ sufrió, sin inmutarse, la embestida cruel y des­ ral se reciente. Ya no sabe qué hacer: tsi hun­ piadada de toda la secuela de agentes portadores de París o quedarse. Al final cede y triunfan del hambre, el frío y la enfermedad. Jamás se los otros, los que la acosan. Transitoriamente sintió desilusionada y abatida por eso. se somete a los convencionalismos sociales, ere­ La desgracia propia o la agena, deprimió mo­ yendo sinceramente que con KU actitud ayuda­ mentáneamente su ánimo, la doblegó; pero pron­ rá también a la sufrida humanidad. to se rehacía, era dueña de sí misma y dominaba Para no aparecer como un troglodita concu­ las situaciones a su antojo. rre a. fiestas, saraos y banquetes donde campea Batalladora tenaz, perseverante, no se arredró el orgullo, la vanidad y la envidia. En « c ante ningún obstáculo, ni se detuvo en lamenta­ medio, tan ageno a su modalidad, se siente tor­ ciones estériles. Ella era valiente, de carácter pe, inadaptable, molesta. Le fastidia el esti­ recio y firme y no podía detenerse en minucias. rado empaque de los inútiles y la arrogancia de l'áp. 36 V .'I D A K B M K N I N A los necios que no hablan más que de vanalida­ LÁPIZ LABIAL PERMANENTE des y le hacen preguntas tontas sobre cosa*) que ignoran. Como la trivialidad le achata el espíritu y se lo vuelve opaco, el ruido y la SALUTARIS bambolla la exasperan. En .cinco magistrales supertonos luminosos y radiantes. Uno para cada color de rostro, $ 1.20 Ahí, en esos lugares, se encuentra incómoda; su pensamiento está ausente y vuela lejos. De- Pida y exija la insuperable CREMA DE BELLEZA sea estar sola o en compañía de su esposo y colaborador, Pierre Curie, y hablar de matemá­ ÁGUILA ROJA ticas, de física, de química. Anhela la soledad (día y noche) del laboratorio; tocar las retortas, los filtros, Pote de loza , $ 0.70 mezclar líquidos, realizar ecuaciones. Ese es su Pote de bakelita „ 1-00 medio, su ambiente; ahí está el clima ideal que quiere, que ama. El trabajo es BU alegría y en él encuentra las verdaderas satisfacciones, sus goces, sus expansiones. La tarea que se ha im­ puesto voluntariamente es la de arrancar los tesoros que guardan escondidos los elementos de la naturaleza, y sólo esa tarea la cumple CÍMI agrado y con gusto, consciente de impul­ sar el progreso y favorecer al género humano. Por la felicidad de los otros, Mme. Curie, es eapaz de olvidarse hasta de comer y descansar. Ignora, incluso,' que su vida atormentada y dura —que a ella se le antoja normal—, sería insufrible para la inmensa generalidad de las personas. ¡Como Pasteur, como Edison y como tantos otros que no citamos, cree ingenuamente que sus días transcurren tranquilos y serenos como los de todos los mortales. Está lejos de supo­ ner que sus semejantes son débiles criaturas ganadas por la frivolidad, la inercia y la haraganería. Quien quiera que lea el libro de su hija, Eva Curie, se sentirá avergonzado ante esta mujer extraordinaria que fue Mme. Curie, al compro­ bar su indolencia frente a tan alto ejemplo de energía, tesón y voluntad. Estoy cierto que no faltará quien se diga: —¡ Cuánto sufren los sabios y qué poco sa­ bemos de ellos y de su penosa vida! Pero convengamos que no bastan las pala­ bras bonitas, dichas en forma admirativa. Fal­ ta hacer algo más: hay que tratar de ser como ella, emularla con el trabajo y con la acción. LUIUIS GÓMEZ ALVAREZ Seguir sus pasos, abandonando un poco nues­ tero*t£a 2485 -ux 50-2013-B*. A* tra comodidad y sacrificando otro poco nues­ PRODUCTO RECOMENDADO: tros gustos. Cada detalle del vivir cotidiano de esta sabia LOCIÓN COPACABANA lamosa, es una enseñanza aleccionadora. Su vi­ En venta en todas partes y en las da, toda es un ejemplo ilustrativo, digno de "PERFUMERÍAS OASIS" imitarle. Av. San Martín 2625 Cabildo 1984 Prometámosnos hacerlo así y esforeémosnos Boedo 919 Rivadavia 3085, 7083 y 8825 l>or cumplirlo. Nazca 2369 JULIO DE 193 8 1'á.g. :¡7

do don Polidoro supo por boca de todos SIUI», llon Politlón» amigos que KO hallaba alojado en el primer ho*. para el número 100, el número 100 llama, el nú­ tel de París, que era el número uno, que era mero 100 debe..., el número 100 paga. inútil buscar otro que se le pudiera comparar,, Encontré a don Polidoro indignado contra entonces fue feliz, profundamente feliz, y co­ semejante apodo aritmético y resuelto a mudar­ menzó a pensar en la ímproba tarea de las ex­ le al Hotel Continental. La noche anterior se pediciones a los museos, a los monumentos y ¡i había encontrado con varios compatriotas, y co­ los paseos públicos. mo no hay extranjero en viaje que no tenga Es de verse la salida de don Polidoro con su las más altas pretensiones de conocer a fondo familia en dos fiacres amarillos entre 11 y 12 PI suelo que pisa, y de creerse en condiciones del día. En el primero la pareja matrimonial de administrar consejos y opiniones llenos de empaquetada en el asiento principal. BIa«ito en experiencia, los amigos de don Polidoro le ha­ el siento delantero, en cuenta de ealepino par­ bían puesto la cabeza como una fragua, y el lante, con una cara de ingenuo que desarman.-) Grand Hotel aconsejado por el simple de Bla­ al más osado contra el aburrimiento. En el otro sito, había caído en el mayor descrédito ante vehículo, una sirvienta con dos vástalos más los ojos del buen porteño de la fecunda familia Rosales. El re/sto perma­ Mover !a comitivo doméstica de don Polidoro nece en el hotel con derecho a recorrer la plaza demandaba fuerza. El matrimonio es poco ágil. de la Concordia, porque don Polidoro es hom­ Los cuatro niños menores y las tres sirvientas, bre práctico; le gusta moverse con poca gente. son un apéndice engorroso para París. La cuen­ El primer día del Louvre, don Polidoro vol­ ta diaria de don Polidoro ha llegado a tres­ vió al hotel con un visible semblante de derro­ cientos y cuatrocientos francos sólo en habita­ tado. Pero el amor propio da fuerzas al más ciones y municiones de boca, como él dice; pero flaco de los mortales y don Polidoro simuló el es necesario mantener la pompa que correspon­ encanto inexplicable que le había producido el de a su rango., y don Polidoro se entrega iner­ examen de doscientos sarcófagos egipcios y las me a la explotación! colecciones interminables del museo etnográfico. Don Polidoro y familia abandonaron el Oran Blasito regresó sumido en un sopor alarman­ Hotel, y mientras que el transporte de los baú­ te. Don Polidoro se indignaba de la indiferen­ les monumentales marcados rumbosamente Po- cia que su hijo mayor demostraba por cosas LIDOEO ROSALES, despertaba la curiosidad de los tan importantes En cuanto a misia Petrona el sirvientes a la caza de propinas, se oían voces abatimiento era profundo. Parecía que camina­ que decían: le numero 100 qui déménage. Bla­ ba bajo el peso de un peñasco; los párpados lf sito se permitió una última tentativa de traduc­ caían sobre los ojos como si fueran de plomo. ción y fue fulminado por don Polidoro que ya La señora había trabajado aquel día y volvía no podía verse eternamente confundido con ose al descanso reparador. Las bravatas de don Po­ número. lidoro, sus exclamaciones de entusiasmo, su^ arengas para animar aquel hogar refractario a Por fin salió la familia Rosales de aquel ho­ las maravillas europeas, todo era inútil. Aque­ tel, en el que su jefe no se encontraba tratado lla noche el número 77 cerró su puerta a las 0. según sus aspiraciones. Pero, el infortunio per­ sigue a este hogar ambulante, a este cuadro de —¡ Qué temprano se ha retirado la familia del familia supinamente criolla, que no sabe dónde señor Rosales! •—observa al portero una visita <-«tá, ni a qué ha venido, ni lo que quiere, ni lo de don Polidoro la noche de la primer campaña que hace. En el Hotel Continental, al día si­ al Louvre. guiente de instalado don Polidoro, se llamaba —¡ Oh, sí señor —contestó el interrogado con el número 77. No había sido suficiente la epi­ esa zafaduría canalla que distingue a los laca­ gramática casualidad de su primer asilo en el yos de París—, el señor y la señora se ocupan ' ce días ha acometido con denuedo medio París, la espada la B de la mansión de los Borgia le lia trepado jipando, pero ha trepado al domo quedaba a don Polidoro para salvar de las nu­ del Panteón, a la columna Vendóme, al arco meraciones sospechosas bajo las cuales parece de Triunfo, y lia regresado rebosante de orgu­ destinado a vivir en Europa! llo, con aquella satisfacción del hombre que ha No hubo más remedio que consolarse. Cuan­ estado ubicado donde sólo es dado llegar a los Pág. 38 V i D A F ffl M B N IN A que tienen dos pie.s y el espíritu envuelto en dando, esa retórica bajo la cual un faisán máss una masa densa de grasa como el señor don picado que el virrey de La Perichole pasa por Polidoro. un pomo de opoponazJ En el Ollendorf no hay Ha estado con Blasito a ver la Femme a Papá nada de eso! El Ollendorf es deficiente. A Bla­ en Varietés. l>la¡sito ha ensayado una versión sito lo toma la lista sin perros. El máitre d'hotel bastante pasable a medida que la pieza se re­ espera, con lamáis impertinente impaciencia desde presenta, pero un caballero del asiento vecino la altura de dos patillas rubias en una cara com­ impone silencio a la pareja descifradora. Am­ pletamente afeitada y empolvada. Don Polidoro bos decidan no llevar la familia a ver la pieza, lo ha amagado con una mirada de humilde con­ sultación, pero el insolente lo ha seguido mi­ porque es un espectáculo inmoral En los pasa­ rando con cara de esfinge, y don Polidoro no se jes grotescos don Polidoro que se encuentra im­ atreve ya a una segunda tentativa. Blasito se pedido de interrogar a Blasito, ojo atento al quema las pestañas. Ha encontrado algo que ha público, estalla en carcajadas cuando la hilari­ entendido; al menos que ha podido traducir. dad es general. Si Blasito no se ríe porque no Perdreaux demi deuil —perdices de medio lu­ ha entendido, don Polidoro vuelve sobre sus to—-. Lo comunica en Voz baja a la mamá Pero pasos y se pone serio; lo consulta con la mira­ la mamá hace un gesto de duda, vacila y se con­ da; Blasito, que es un poco imbécil, no se ex- funde. Don Polidoro tiene un arranque; coloca plica lo que quiere preguntarle su padre, y en el índice sobre el plato descubierto por Blasito esta escena muda, la elocuencia del ridículo al­ y se lo indica al mozo. ¡ Está indignado! canza a la humanidad! —Et le potage? ¡ Oh! don Polidoro Rosales ha sido transpor­ (Don Polidoro) : — Ehhh.. . ? tado a París, es cierto, porque los cuerpos se (Blasito después de vacilar) : — Pregunta, si palpan y su ubicuidad es incontestable, pero su no tomamos sopa, papá. ser, su yo, ese. está en la calle de Buen Orden —Ah! sí! sopa... sopa. ¿Qué sopa? y estará siempre aunque él esté aquí. Esto no es La insolencia del sirviente crece por grados. una paradoja; es la esencia misma de la verdad. —Voulez vous velours? Don Polidoro desde que se encuentra en Pa­ —Sopa de terciopelo, papá! rís tiene la vista y el oído de las gamas. Cuanto —Traduces mal, Blas ¡no puede haber seme­ ve quiere recorrer, conocer, escudriñar. Cnan­ jante sopa! to oye le sugiere el deseo de una explicación. —'Sí, papá, velours, es terciopelo. Abruma con las preguntas y se le han apare­ La familia se consulta y viene el potage ve­ cido tales pretensiones, que no es fácil darse lours, después de las agitaciones que han experi­ cuenta de su límite. Averiguó cuáles eran los mentado los estómagos ante la perspectiva de mejores restaurants de la ciudad y ha comido beber los depojos de algún vestido de esa tela. seis días seguidos con toda la familia en el Las perdices de medio luto son rechazadas por Café de la Paix, en el Café de París, en Big- unanimidad. Don Polidoro y su señora quieren non, en la Maison Dorée, en el Café Biche y en separar todo elemento triste en el momento fe­ el Café Anglais. ¡ Oh! qué escenas tan apetito­ liz de la mesa. Los dos esposos no encuentran tas las que han pasado en aquellas mesas, ser­ en aquel menú intrincado algo que los satisfa­ vidas por los mozos más pillos y burlones de ga, y la ineptitud de Blasito es cada vez más todo París y concurridas por gente que sabe lo alarmante. El mozo propone turbot, homard, que nuestro honorable vecino de Juárez no ba­ raie, éperland. Don Polidoro se lanza audaz­ rrunta. ¡Ver instalarse en su mesa la familia mente en la senda de lo desconocido y pesca de don Polidoro y presenciar la atadura de la en la rápida recitación del gargon, el único so­ servilleta de los chicos! ¿Qué cuadro flamenco nido que ha conservado: ¡hoviard! Pide homard puede competir con aquel menage primitivo al y espera con denuedo el momento del peligro. natural ? En cinco minutos el mozo ha puesto delante El maitre d'hotel presenta la carta. Misia Pe­ de la familia que no gana para sustos y apuros, trona la arroja con indiferencia y.. . ¡desgra­ una enorme langosta de Dieppe, colorada y ape­ ciada señora! en ese papel está escrita la me­ titosa. dida de su apetito. Don Polidoro se acuerda de I Qué espanto y qué ascos los de misia Petro­ que por allá, hay también lista, y se la. pasa a na! Los niños menores sienten miedo en el es­ Blasito. ¡Al pobre Blasito! ¡Qué hará Blasito tómago. Blasito consulta a don Polidoro. Don para entender esos títulos presuntuosos del me­ Polidoro pasa por un momento de vacilación, nú, esa erudición culinaria que alimenta agra- arriesga con una sonrisa llena de complacencia JULIO 'DE 1938 1'áJÍ. Vi

una última consulta al mozo, «pero éste le da —Adorable don Polidoro! Es usted un hombre­ la espalda y mi héroe permanece solo y cara a feliz! cara con el homard. Pero don Polidoro es va­ —Que le parece, amigo! ,Si este l'arús me lia liente. El será parisiense a todo trance. Iíaco sacado de mis casillas! el gesto de un desgraciado en momentos de apu­ —Pero y mieia Petrona, don Polidoro? y rni­ rar una droga y acomete el hbmard. No sabe sia Peí roña? qué se come y qué no se come de aquel animal, —Durmiendo, amigo. Hoy lia visitado cuatro y en presencia de la duda, come todo, carne, museos y todavía nos queda una «emana de tra­ huevos, hueso y ¡horror! hasta el esófago del bajo para ver lo que no hemos visto.. Y cam­ monstruo. Blasito ante la mirada furibunda de biando la conversación: don Polidoro lo acompaña en aquel duro deber. —Iláblele amigo, usted que sabe hablar fran­ La señora, como si hubiera comido, pasa por los cés! Verá qué bien habla! amargos momentos del asco. —No, don Polidoro. Yo hablaría por mi cuen­ . ¡ Oh París! ¡ Qué hermoso es París para la ta, pero no por la suya. ¡ Adió¡s! familia de don Polidoro! Y don Polidoro sigue la rueda del baile con Pero no todas son desgracias y aventuras en su linda compañera que le ha dado vuelta la aquellas comidas. Don Polidoro, siempre entre­ cabeza como un niñito que recién comienza a gado a lo desconocido pide un Chateaubriand y vivir. ¡ Pobre misia Petrona! en vez de una araña, con la que soñaba resuel­ Al fin del baile, encuentro a Blasito acompa­ to a comerla resignadamente, se encuentra con ñado también de una señora de cara satinada y un beefstakc. ¡Un beefstake en Panís! ojeras al carbón. ¿Qué les parece a ustedes? A La familia pide Chateaubriand y el hambre se Blasito, el inocente Blasito, haciendo su gasto sacia; y desde aquel día puede don Polidoro re­ de Ollendorf concienzudamente! petir con orgullo que ha comido y come diaria­ Salgo del baile y en el Café Anglais don Po­ mente en los principales restaurants de París... lidoro cena en menage, pero sin misia Petrona; pero Chateaubriand y nada más que Chateau­ y Lolotte —se llama Lolotte, la sustituía de la briand. mamá de Blasito— llama a don Polidoro, mon Habían pasado muchos días sin ver a don Po­ petit Polidor! mon Lidor! mon bombón glacá, lidoro. La otra noche en Laborde me paseaba mon Loló sucre. con varios amigos. El baile estaba en todo su ¡ Y otras dulces golosinas de este género! esplendor. Era aquella una feria de mujeres, de diamantes y perlas, de telas y encajes. ¡ Cuán­ Cuando nos encontremos en Buenos Aires, de ta gracia lasciva en esos cuerpos delgados y es­ vuelta, con don Polidoro Rosales, ya verán us­ culturales ! ¡ Qué cabezas adorables, si no fueran tedes si nadie le mata el punto en cuanto a vacías como las amapolas! La música excita y práctica de la vida parisiense! Será un oráculo la lu£ eléctrica da a aquella escena un fulgor para sus congéneres —que son muchos—, y especial. Todo hay allí menos franceses. Lo digo tendrá ochocientos mil pesos menos, como ellos. por honor de Francia. Rusos, ingleses, alema­ Ustedes conocen ya uno de los tipos de nues­ nes, italianos y españoles. tros viajeros. Pertenece a la gente de edad. Les —Perdone usted, y americanos; allí viene el he de presentar pronto el specimen del joven, señor don Polidoro! para que hagan la comparación. Me doy vuelta, y en efecto, me veo a don Po­ Los franceses, siempre espirituales, represen­ lidoro Rosales, al mismo don Polidoro, restable­ taron el año pasado una pieza en el Palais Bo­ cido de la insurrección que intentó en su estó­ yal en que explotaban bajo el apodo del rasta­ mago la langosta del Café Biche, del brazo de quouére estos tipos de la América del Sud. Un una damiselaade carita chiffonnée, con una toi­ specimen del rastaquouére de legítima índole es lette deslumbrante, tierna como una alondra, don Polidoro Rosales! Pero falta el rastaquoiure maligna como una viborita, entregada a su com­ de la juventud. pañero como una novia en la primer cuadrilla Esta página no ha tenido por objeto hacer de las nupcias. una pintura para reir. Es un ataque franco a los Don Polidoro al divisarme quiso hacer una que, viejos o jóvenes, sin idea fija ni propósilo evolución como un general que se encuentra con. preconcebido, caen un buen día en Europa y el enemigo a retaguardia, pero, en vano. Me pretenden conocer las grandes capitales porque adelanté y llegué a su lado más pronto de lo han rodado al acaso por ellas, como una bola, que, él había presumido. por un cierto espacio de tiempo. VIDA F K M iK X I N A La Campaña Pro Paz

"¡Si las mujeres no luchan con la mayor energía contra el azote que se acerca, que la sangre de sus hijos caiga sobre sus ca­ bezas! | Ellas habrán sido cómplices de la muerte que no habrán sabido evitar!" Mundial

ROM'AIN ROLLAND.

La honda tragedia que envuelve a España, Por la Profesora Carlota de nos da un ejemplo magnífico de la heroicidad GORTARI CARBAJAL del pueblo hispano en la lucha valerosa por la libertad; es algo que conmueve por la fe y la seguridad con que los leales esperan el triun fo de su causa, que es la de todos los pueblos mi,-mo, de la tranquilidad espiritual, que n¡> demócratas que aspiran a su mejoramiento so pueden realmente tomar forma cuando se es­ eial.. . tán viviendo horas de locura, instantes de tra­ Lo que indigna verdaderamente es que los gedia intenta. Comprendemos que son inmen­ malos patriotas de la tierra del Cid, la hayan sos los espíritus que en el momento del dolor entregado en manos de unos cuantos ambicio­ supremo pueden sobreponerse, que no se arre­ sos para que hagan de ella lo que más les plaz­ dran ante el peligro más inexpugnable, pero ca, sin que se preocupen un ápice del dolor que han aprendido estoicamente a apurar el ací­ que causan a la humanidad. bar de la vida y saben recibir a la muerte con En esta guerra, como en todas las guerras, una sonrisa luminosa; pero adivinamos que parece que todos los cerebros desearan preci­ dentro de todo ese ficticio ropaje hay una te­ pitar la desaparición del hombre de la super­ rrible protesta contra la humanidad que por ficie de :1a tierra. Nosotros ante esa masacre ambición o por indiferencia no quiso detem-r nos preguntamos: ¿para qué tanta carnieeria la guerra, y que nada hace para que termine. humana? ¿Por qué tanta ambición si al final Es una protesta que debiera despertar las con­ de cuentas y antes de cien años de existencia ciencias, sobre todo a las conciencias femenina^ humana se llega a la nada? ¿Hasta cuándo el •que son las eneauzadoras de la energía vital hombre dejará de ser el verdugo del hombre? Asistimos todas las naciones al espectáculo bé­ Las víctimas de las diarias contiendas son in­ lico con una indiferencia absoluta .v culpable; numerables. En la contienda hispana han muer­ nos dejamos arrastrar en la ola guerrera y im to millares de hombres de todas las nacionali­ hacemos el menor intento para salvarnos

EL CUENTO DEL 15 A - R-E- N• A

No le había visto en un año isas doradas criadillas, rega­ —¿Me permites evocar un y me lo encontré de manos a das con el zumo fresco y agrio recuerdo de viaje? Este vera- boca al salir del café donde al­ del limón, entró en detalles; no estuve en el monte de San muerzo cuando vengo a Ma­ una muchacha encantadora, Miguel... 4 Sabes tú cómo hay drid por pocos días desde mi de la mejor familia, de un ca­ que hacer para llegar? Por habitual residencia de El Par- rácter delicioso.-. . tres caminos se puede empren­ do. —¿Sin defectos? der la expedición: Avranehes, Pontaubault o G e n ó t s. En Apenas fijé en él los ojos, —¡ Ba'h!. .. Un poco ine cualquiera de ellos hace falta, comprendí que algo grave le consistente en' las impresio­ ante todo, proyistarse de un pasaba. Su mirar tenía un bri nes. .. No toma en serio na guía. Los coches de línea lle­ lio exaltado, y una especie de da. .. ansia febril animaba su sem­ van delante un explorador o —¿ Arenisca ? — pregunté. blante, de ordinario grave y batidor, que, con larga pérti­ tranquilo. •—E!s la definición exjacta: ga, reconoce los arenales an­ —Tú estás enamorado, Brau­ arenisca —• contestó él, súbi­ tes que el carruaje se aventu­ lio — le dije. tamente plegado de preocupa­ re ; porque no son raros Ion —-Y tanto, que voy a casar­ ción el negro ceño —-. Le di­ casos de haberse hundido la me — respondió, con ese ge­ ces hoy una cosa, parece ha­ diligencia con todos sus viaje­ nero de violencia que desple­ cerle impresión, y al otro día ros, como sorbida por invisi­ gamos al anunciar a los de comprendes que todo se ha ba­ más resoluciones que acaso no rrado. ¡Por más que quu:­ ro fijarla no lo consigo! En nos satisfacen a nosotros mis­ fin, eso, ¿qué importa? mos. —Sí importa, Braulio. Minutos después, sentad* ambos ante la mesita, y empo­ Y viéndole silencioso, agrc- zando a despachar las apetito­ ÍÍU¿ : Pag. -42 VIDA F K M 45 N I N A ble boca, y haber sido dificilí­ peligro atractivo mislcriosy, para prestar cierto atractivo simo el salvamento, cuando no que nos fascina y nos hace ol­ dramático a la estancia en el imposible.... vidar .la más elemental pru­ monte. Este elemento ee culti­ ¡ Pide a Dios — añadí, ha­ dencia. . . va cuidadosamente también en ciendo una digresión intencio­ Me interrumpió Braulio, de­ Suiza: forma parte del recla­ nada •— que tus pies se apo­ jando de chupar la cabeza ro­ mo. ¡ Bah! A mí no me asus­ yen en dura roca, o pisen el ja de un langostino. tan ... ardiente polvo del desierto —Te entiendo —• murmuró Llegó un momento en que africano, o la lava volcánica —. La alusión es . transparen­ la viajera, fijándole con sus del Vesubio, o aquel suelo sem­ te .. En las arenas • movedi­ grandes ojos negros tropicales, brado de guijarros tan cortan­ zas del alma de una mujer, dijo, entre desdeñosa y riente: tes y agudos, que nuestros algunos nos atrevemos a arries­ Soldados, desgarrándose los garnos cuando estamos real- —Sí, sí... Una cosa es ha­ pies, le llamaron sierra de las mente enamorados; pero en bla, otra hasé... ¡Yo creo que Navajas! ¡ Todo, todo, excep­ esas otras arenas que me estás las tale arenita le dan a todo to la arena! La arena es ho­ describiendo, me figuro que el mundo su miga de respe­ rrible .. . pocos se aventurarán. to!... Y notando que Braulio ape­ —Te engañas. .. Lo que Hernández se encontraba nas podía tragar las colitas ele voy a referirte ocurrió encon­ en ese período en que un hom­ los langostinos y se ayudaba trándome yo allí. Y el que se bre, exaltado por la vehemen­ con frecuentes, libaciones — él arriesgó a desafiar las arenas cia pasional, quisiera-' realizar tan sobrio —, continué: fue un viajero que conocía "-osas tales, que asombrasen al mundo y demostrasen el tem­ —A primera vista, la arena perfectamente los peligros de ! ple extraordinario de su espí­ movediza es sencillamente una la aventara. Y la qu e le inci­ ritu. Acaso también hubo un extensión gris, en ¿jk cual tó, una mujer... • momento en que no fue dueño creeríamos poder aventurar­ Siguiendo la estela de cier­ de su lengua, y anunció más nos sin recelo. Hay arenas, ta viajera muy guapa, ya de lo que a sangre fría debie­ sin embargo, más pérfidas que viuda, que le traía al retorte­ se anunciar. Lo cierto es que, otras. Algunas parecen líqui­ ro, un muchacho sudamerica­ embriagado con sus propias das: absorben inmediatamente no, aficionado al deporte, algo palabras, y viendo lucir una lo que se les arroja. Siguien­ jactancioso, a quien yo cono­ chispa de interés en aquellas do las indicaciones de mi guía, cía dé París, se encontraba en pupilas de infierno dulce, ju­ hice el experimento. Nos lle­ la hospedería. Suele decirse ró que cruzaría las arenas por vamos un carnero vivo y lo que los valientes no son nun­ la parte afueía del dique y lanzamos a vuelo a la arena, ca fanfarrones; pero esta sen­ por ellas regresaría a la Aba­ como lo hubiéramos lanzado tencia, como todas las que a día sano y salvo. al mar. Y en realidad fue lo la psicología se refieren, no mismo. Le vimos desaparecer: es infalible. Aquel muchacho, A pesar nuestro nos habían ni aun la cabeza surgía. En Sotero Hernández, fanfarro­ persuadido un poco sus gra­ pocos segundos no quedó se­ neaba, sin Carecer de un va­ ciosas rodomontades, y no sé ñal alguna del pobre animal: lor temerario. Bien lo probó por qué imaginamos el peli­ ni siquiera depresión en la la aventura. gro otíenor. Tampoco creímos árida superficie. Cuando nos reuníamos a la quizá que aquel mala cabeza Al preguntar yo .si era fre­ hora del té o de sobremesa — realizase su plan con tan ful­ cuente que ocurriesen desgra­ yo formaba parte del corro, o, minante rapidez. cias en los arenales que ro­ mejor dicho, corte, de la viu­ No medió entre el alarde y dean al monte, me contestaron da — se hablaba de las are­ el 'hecho más de media hora. que ahora pocas veces, desde nas, de sus peligros, de lo que Salió Sotero muy ceñido de la construcción del dique ex­ pudiera acontecer, caso de einturón y polainas, llevando tendido entre la tierra firme atravesarlas sin guía. »Sot?ro por todo bagaje unos gemelos y la Abadía. No obstante, siem­ había tomado el estribillo de de turistas, y ni más ni me- pre existen insensatos que se reírse de tales historias. nos que si se tratase de cruzar juegan la vida, sea por curio­ —Son — repetía — cuentos los Alpes, un largo palo de he­ sidad, sea porque hay en el y leyendas que fraguan aquí rrada punta. JULIO DE 1938 PAg. 43

Con aquel palo empezó ¡i broma, y, por supuesto, ella I)u repente las risas se tro­ wconooer el arenal, donde se se reía. Sólo yo, presa de an­ caron en chillidos de horror. enfrascó desde luego. Hay en gustia inmensa, que me había O Hernández había perdido las arenas movedizas zonas só­ acometido de repente, notaba la ruta «egura, o, como era lidas, y en conocerlas y se­ un sudor frío sumedíeciéndo­ más probable, la zona firme guirlas sin desviarse a derecha me la raíz del cabello. cesaba y empezaba el terreno ni a izquierda están la difi­ No podían ser puras inven­ flojo. Ello es que le vimos cultad y el triunfo. Tentando ciones los relatos de hombres hundirse, como por escotillón •hábilmente, siguió Hernán­ sorbidos por la arena, de co­ de teatro, suavemente, sin ha­ dez una de estas vetas, demos­ cheArundidos con su caballo, cer movimiento alguno. Des­ trando gran sangre fría y se de rebaños de doscientas ca­ pués supimos que, sereno, y guridad de movimientos. Sa­ bezas desaparecidos. Y era lo sabedor de qu'e toda contor­ bia que desde la terraza que más aterrador recordar que, sión precipita el naufragio en domina las dunas le observá­ ÍU^'ÚH se afirmaba, nadie co­ las arenas, se limitó — al no- bamos, y de. vez en cuando .se noce la profundidad de las tar la atroz sensación de per- paraba, sacaba suis gemelos, los arenas. Una bala de cañón lan­ der pie — a ejecutar lo único dirigía haoi'a nosotros, que 1" zada al abismo arrastra toda que en tal caso puede ser útil: asestábamos los nuestros, y la cantidad de soga que se le abrir los brazos, sosteniendo nos haeía con la diestra, antes quiera poner, hasta el suelo de ¡horizontal en ellos la pértiga, de proseguir, gentil saludo. .. la bahía: en tragón, como las y cortar por este medio el re­ Al verle caminar con paso fauces de la eternidad. Los molino .que se lo tragaba.. . elástico, avanzando hacia el buques que en ella se pierden Lfc viciamos perfectamente, y extremo de los arenales, m,:s no quedan en el fondo visible; nos veía él, y nos miraba, se­ allá del cual el piso se conso­ la arena los chupa en un san­ rio ya. y yo grité desesperada­ lida y la roca aflora la tie­ tiamén. No ha.\ sondas que al­ mente : rra, todos los del corro empe­ cancen a explorar ese terrible —¡'Un guía! ¡Gente! ¡Un zaban a tomar la hr.zaña a suelo. viajero se ahoga en la arena!

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Tal voz el caso no era nue- sición era ya más difícil... Y El Cincuentenario de la vo: ello fue que en un momen- así, nadando, o reptando, an- Muerte de Sarmiento to se organizó el envío de so- tes de que 'llegasen los que (Vietie de la pág. 16) corros, y dos prácticos vola- 1 iban a auxiliarle, alcanzó el expuesta por su presidente, vemente, de un modo casi im- resista! — contesté desprecia- bibliotecas populares, sean, en perceptible, hacia la parte só- tivo. 1938, oficialmente editados", lida del arenal. Todo movi- Luego supe que Braulio no como homenaje al gran argenti­ miento debcompiiesto' podría se ha casado... Sin duda te- no con motivo de cumplirse el provocar la formación de otro me a la arena. 11 de septiembre prórimo el me­ vórtice, aunque en aquella po- EMILIA PARDO BAZÁN. dio siglo de su muerte

ESCRITORAS MEXICANAS LA CAMPAÑA PRO PAZ MUNDIAL (Viene de la pág. 14) (Viene de la pág. 40) Y dejo para terminar estas líneas sobre la tes preguntas que dieron lugar y motivo pañi interesante escritora oazaqueña, su poema "Re- el presente escrito: ¿Hasta cuándo dejarán de beldía", que condensa un doloroso anhelo de nacer verdugos? ¿Hasta cuándo dejará de ser mujer capaz de arrancarle a la vida lo que la guerra el azote más fuerte de la humanidad ? pasando a su lado se le niega: Nosotros creemos que hasta que el hombre se eduque deoda pequeña en el amor a sus seme- No me siento agotada, ni me llamo vencida, jantes, en el amor a la humanidad, en el res- de esta necia mentira que ha venido a sangrar; peto de" sus derechos y de los ajenos, y soste­ lá comedia incipiente que se llama la vida, nemos firmemente que la educadora más indi­ para abrirme una herida que no quiere cerrar. cada debe< ser la madre. Entonces, pues, se h¡i- Estoy harta de verme con el mismo vestido, cc indispensable educar al corazón femenino pa- ya me cansa esta lucha de egoísmo y dolor; ra que pueda transmitir sus enseñanzas a los la apariencia mundana con su velo fingido, hombres del futuro y puedan evitarse las gue­ y la insidia que mata con su negro rigor. rras. Claro está que este ensueño quizá no M> realice tan pronto porque nosotros estamos *'> ¡ Qh, la, nota rebelde de mi canto altanero! bresaturados de beliquismo y nuestra enferme­ i Oh, el instinto felino de mi yo prisionero, dad psíquica se agrava con los días; pero, ¿poi­ el sarcasmo y la risa de mis labios de hiél! qué no hacer un esfuerzo para que en los hom­ ¡ Corazón!, no te hundas en la falsa agonía, bres del mañana la psicosis bélica se canalice tú sabrás de la gracia y el encanto de un día, hacia la fraternidad universal". en que mane la vida sus dulzores de miel. México, 11. V., mayo ,1,- 1938. F. ORTLIEB e Hijo C^H A L E T S

Olleros 3938 U. T. 54 -1393 ZINGUERIA ÍNDICE POR AUTORES AÑO V N? N» Albertl (María Luisa) — Impresiones recibi­ De Mesa (E.) — 'La voz del agua. — Pág. V.i 5K das en la Escuela Gabriel Carrasco. — Pá­ Del Valle Inclán (Ramón) — Romance de lo­ ginas 4 y 6 62 bos. — Págs. 30 y 31 66 — Id. Id. id. — Págs. 22 y 23 &3 Dunsany (Lord) — CuenteciHo moral. — Pág. 17 5M — W. id id. — Págs. 16 y 17 54 Dickmann (Enrique) — El incendio de la tri­ — Homenaje a Fenia Chertkoíf. — Páginas lladora (De mi vida de campo). -- Pági­ rH 24 y 25 69 nas 34, 36 y 36 - Alvarez (José 3.) — Una bolada como hay mu­ Etoheverry (Delia 8.) — Nuestra desamparada chas. — Pág. 21 61 niñez argentina. — Págs. 10 y 11 4» Alvarez Quintero — Buen Programa. — Pág. 7 55 — Id. id. id. — Págs. 6 y 7 60 Alguilar Ferreira (Melecio) — "La Manda" —• ¿Conocemos a los niños? — Pág. 19 52 (cuento). — Pág. 37 63 Filer (Clara J. de). —Carta abierta. — Pág. 27 VI Avenchenko (Arkady) — Un paseo caro. — Pá­ Frugoni (lEimilio) — Oración ingenua (Poesía). ginas 34 y 36 56 Página 14 •» Afeustíni (Delmira) — Lo ineífable (poesía).— — Chimenea de Usina ((Poesía) — Pág. 11 .. 58 Página 12 49 Flores (Ilda) — La mujer rusa.—Págs. 13 y 42 66 AgHda (Enrique) — Teatro Infantil "Juan B. Ghioldi (Américo) — Calendario Educativo.— Justo". — Págs. 24 y 25 &8 Páginas 12 y 13 51 Aires (María) — Mujeres modernas. — Pág. 27 60 - El Magallanes de Stefan Sweit.—Pág. 28.. 60 Asen (Señalan-,) — El rostro de su mujer Gostarj Carbajal (Carlota) — La escuela pri­ (cuento). — Págs. 40 y 41 59 maria (Méjico). — Págs. 32 y 33 49 Ballesteros (Montiel) — El casamiento. — Pá­ — Id. id. id. — Págs. 44 y 45 60 gina 32 49 — Id. id. id. — Página 19 64 —• pEl tordo - Los ñandúes (cuento). — Pági­ — (El dolor en la obra de la paz.—Pág. 39 . . 57 nas 26 y 27 ... i 62 — Lo que son y lo que deben ser. — Pági­ Berrando (María L.) — Al pan, pan. — Pág. 21 50 nas 20 y 21 58 — 1492 -1937. — Págs. 14 y 15 51 —• La campaña pro paz mundial. — Pág. 40.. 60 — En mi pueblo se ha cometido un crimen.— García Lorca (Federico) — Canción tonta (Poe­ Página 14 52 sia). — Página 34 61 — Joya auténtica. — Págs. 24 y 26 53 — Balada de la Placeta (Poesía). — Pág. 25. 52 — Alejandro Castiñeiras (Cultura y cordiali­ — España. — Página 45 &3 dad). — Págs. 6 y 7 64 García (Amelia)—Cosas veredes.—Págs. ?,1 y 32 50 — 'Oro de Don Quijote. — Pág. 16 55 Garín (N.)—El salvamento del perro—Pág. 36 56 — Tres feas. — Págs. 27, 28 y 29 56 Giménez (Juan Ramón) — Voz del niño (Poe­ — 'Id. Id. — Págs. 17, 18 y 26 57 sía). — Página 39 '. .. 50 — A Vieja Maña. — iPágs. 118 y 19 68 Gorki (Máximo; — Ante la vida. — Pág. 13 .. 13 — Alejandro Castiñeiras (Cultura y cordiali­ González (Fernando) — ¡Ay, amor!.—Pág. 31.. 60 dad). — Págs. 29, 30 y 31 69 Gómez Massla (R°mán) — El señor Dios no — ÍLa mujer y la revolución. — Pág. 32 ... . 60 está en casa. — Págs. 16 y 17 *'> Barberena (Eilena) — La voz del campo (Ha- Giménez (Ángel M.) — La cultura femenina cia el paraíso). — Pág. 21 54 del coloniaje a nuestros días. — Pági­ — Id., id. (Desecho de Estancia Grande).—Pá­ nas 4, 5 y 6 • W> gina 20 55 Giménez Labora (Carmen) — La Miniatura. — — Id. id. - Id. id. — Págs. 19, 20, '21 y 38 56 Páginas 15, 16, 17 y 19 &S — Id. id. - Desecho de la ciudad que nos llega Gómez (Matilde de) — La mu'jer como escri­ al campo. — Pág. 36 60 tora. — Págs. 84, 36 y 3'3 57 Barrionuevo (Ramón) — Los pobladores de Grau (J.) — Dilia y Delmas. — Págs. 14 y 15 50 Sgo. del Estero. — Pág. 10 51 Gabriel y Gallan (José María) — El Barbecho.— Bruma na (Herminia) — Cartas. — Pág. 13 ... 6'3 Páginas 24 y 26 5K Buena i re (Lucas) — Sermones Perdidos. — Pá­ Hernández Cata (Alfonso) — Por nada. — Pá ginas 20 y 21 59 ginas 22 y 23 í'l — Id. id. — Pág. 20 60 Herrera (lAve'lino) — Dr. J. Alfredo Ferreira.— Páginas 10 y 11 &1) Benavente (J.) — Carta de mujer. — Pág. 41 54 Havaux (Arturo) — La lección de España. — — Ganarse la vida (¡Lecturas para niños).— Página 11 • 63 Págs. 38, 44, 45 y 46 57 Ibarpa (Teresa) — La primavera del niño po­ — Id. id. id. id. — Págs. 32, 33 y 39 58 bre. — Págs. 24 y 25 50 Barrandegui (tmma) — Anita Romano. — Pá­ — La primavera de la niña feliz.— Págs. 24 y 25 61 ginas 23 y 37 57 .— Ternura. — Pág. 17 62 — Niños Grandes. — Págs. 16 y 29 58 — Sello de amor. — Pág. 16 6fi — Id. id. — Pág. 23 60 — Pasan los reyes magos. — Págs. 30 y 31.. 54 Blanco (María) — Duelos. — Págs. 27, 28 y 29 5S — Por la culpa de un Príncipe. — Pág. 28.. 66. Cassagnes Serres (Blanca) — Hace falta una — La empanada nacional. — Pág. lo 68 institución de ayuda al necesitado. — Pá­ — Ampliar las fronteras. — Pág. 26 GU gina 20 49 James (Benjamín) — Los dioses riñen. — Pá­ C. H. — Página del diario de un modesto cam­ gina 46 ifit» pesino. — Pág. 15 49 0 J. (Á.) — La bandera negra. — Págs. 38, y 39. 56 Cé«ar (Jul¡ ) — Por las madres del mundo. — Ibarbourou (Juana de) — Una lección de eco­ Página 42 -">» nomía. — Pág. 39 i>¡ Comité Positivista Argentino — D&claración. — Kuprin (Alejandro) — Vanka (cuento). — Pá­ Página 7 . 49 ginas 37 y 3S 60 Corbella (Juan E.) — Las madres solteras ten­ Lynch ('B.) — 'La vaca empantanada. — Pág. 10 57 drán refugio. — Páginas 13 y 46 55 Lubo de Torres (Ventura) — ¿Lo has pensado Cendrara (Blaise) — Por qué nadie toma al cai­ mujer? — Págs. 33 y 45 f>í mán para meterlo en el agua (cuento). — L'iach (Leonor) — Maternidad. — Pág. 3o y 34 50 Página 3S r>!) — La señorita 2 — Pl límite de la lealtad. — Pág. 16 y 17.. . R! Darío (Rubén) — El fardo (cuento). — Pági­ Un acto heroico. — Págs. 22 y 23 6«i nas 40 y 41 '51 — Escritoras mexicanas (Teresa I.una Var­ De Castro (Rosalía) - - Poemas. - Pág. 13 .. lio gas) — Pág. 14 > «o De la Torre (Matilde) — Estampas de la trai­ Lope de Vega — Puente Ovejuna ('Pn ción. Páíí. 35 •>:'. t. . . ,67 Taboada (Luis) — El convite de D. Celestino. — Ha muerto Ossietzky. — Pág. 10 '60 Páginas 10 y 11 65 Menéndez Pidal — Amor más poderoso que la Torres (Uiises) — Bucos -de la caridad y de muerte (poesía). — Pág. 7 56 la solidaridad. — Pág. 26 Ü0 ÍWann (ThOmas) — Noche de Walpurgis. — Pá- Troitlño Líber — El 27 de marzo votaron por ginas 30 y 31 58 primera vez las mujeres uruguayas. — Pá­ —• El trueno. — Pág — ginas 11 y 1!2 .' 67 Navarro Luna (Manuel) — Un canto a las ma- Tolstoi (León) — El hijo sabio. — Pág. 43 54 dres de América. — Págs. 22 y 23 58 Treviño (José) — Notas de andar y ver. Ha- Navas (Miguel) — La obra municipal de Pre- bla una mujer. — Págs. 10 y 11 50 visión Social. — Págs. 18 y 19 49 — Siento que me llama el río. — Págs. 1!8 y 19 51 —• La acción social del mun'cipio. — Pági- — La obra del pintor andaluz Romero de nas 18 y 19 50 Torres. — Págs. 24, 26, 26, 27 y 34 65 Neck (Mónico) — Amor. — Pág. 6 49 — Humo. — Págs. 27 y 28 69 Ñervo (Amado) — Poeta, tú no cantes la gue- Una obrera textil — Las obreras del tejido. rra (poesía). — Pág. 37 57 Página 6 61 Neruna (Pablo) — Almería (Poesía). — Pág. 21 49 VUlanrea1! (Concha de) — Cohetes y música Nigro (Juan) — Guijarros. — Pág. 29 51 para los angelitos. — Pág. 33 61 Nuestro hogar. — La higiene del adolescente. Valle (Antonio Manuel) — Historia de una pa- Págs. 38 y 39 51 sión argentina. — Págs. 42 y 43 53 — Id. id. id. — Pág. 39 62 Vighi (Francisco) — Parada. — Pág. 10 51 —• E'l ejercicio en los adolescentes. — Pág. 37 68 Wll'de (Eduardo) — Tini. — Págs. 19, 20, 21, O'Flaherty (L.)—Amantes (cuento). — Pág. 37 52 22, 32 y 33 57 Olberg (Olga) — Velia 'Matteotti. — Páginas Yanzon (H. E.) — Que no nos vean. — Pág. 27 57 22, 23 y 46 59 Zasadimsky (V.) — La hija del carbonero. Palacios (Alfredo L.) — Derechos políticas de (Cuento). — Págs. 28 y 29 49 la mujer (Proyecto d© ley). — Pág. 13 59 — Id. id. id. — Págs. 28 y 29 50 palma (Ricardo) — Pico con p'co y ala con — Id. id. Id. — Págs. 30, 31, 32 y 43 '51 ala. — Pág. 23 54 ZourOff (Vera) — Hay que crear una nueva Pardo Bazán (E.) —Arena (cuento). — Pág. 41 60 mentalidad para las generaciones del por- Plácido — El novio soñado. — Pág. 32 50 venir. — Página 44 56 Plaferca (S.) — Pildoras de salud. — Pág. 32 49 Zozaya (Antonio) — Una mujer adorable y mi­ —• Proverbios originales. — Pág. 46 62 mosa. —. Página 41 50 Pcmbo (R.) — La nariz y los ojos. — Pág. 40 56 — La niña pendida. — Págs. 28 y 29 54 Ramos (Jorge Abelardo) — Romancillo de un — Terra Cotta. — Págs. 118 y 19 58 poeta muerto. — Pág. 34 50 Zola (E.)—Las fresas (cuento).—Págs. 40 y 41 58