Jefe de Gobierno del Distrito Federal Marcelo Ebrard Casaubon

Secretaria de Cultura Elena Cepeda De León

Coordinadora de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural Guadalupe Lozada León

Archivo Histórico del Distrito Federal Carlos E. Ruiz Abreu

Fomento Editorial y Literatura Eduardo Clavé Almeida

Colección Iconografía y Documentos Serie Archivo Histórico Primera edición, 2008 D.R. Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal Hecho en México Memorias del primer Encuentro de Archivos del Distrito Federal

Organizar para conservar Colección Iconografía y Documentos

Serie Archivo Histórico Memorias del primer Encuentro de Archivos del Distrito Federal

Organizar para conservar MESA 1

Las leyes de transparencia y acceso a la información pública del país

Archivos y acceso a la información en el Distrito Federal Maestro Oscar Guerra Ford, Comisionado ciudadano presidente del info df

El resguardo y conservación de los archivos en el marco de la Ley de Transpa- rencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal Licenciada Areli Cano Guadiana, Comisionada ciudadana del info df

El acceso a la información pública en el Distrito Federal Mauro Miguel Lara Maldonado, Consejería Jurídica y de Servicios legales del df

Consideraciones acerca de las obligaciones de los archivos de los entes públicos del Distrito Federal Licenciado Carlos Ortiz Paniagua, info df

El sistema de archivos del DF, su viabilidad y su relación con el sistema nacional existente en el agn Licenciado Jaime Orozco Barbosa, Cronista de Archivos y acceso a la información en el Distrito Federal

Maestro Óscar Mauricio Guerra Ford Comisionado Ciudadano Presidente del Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal

Síntesis

Sin una adecuada organización de los documentos generados por el gobierno, difícilmente se podrá garantizar un efectivo acceso a la informacion pública. Por ello, en la presentación se hará un análisis del acceso a la información en el país y de la regulación existente en materia de archivos públicos; poste- riormente, se expondrá el caso del Distrito Federal, en el que se examinarán los retos y oportunidades que encara el Instituto de Acceso a la informa- ción pública del Distrito Federal para garantizar el acceso a la Información Pública, cuando se carece de una Ley de Archivos.

Introducción

El proceso de democratización del Estado mexicano, en sus tres ámbitos de gobierno, ha avanzado de manera considerable en la última década. En este proceso, la instauración de la transparencia en el sistema jurídico, nacional y local, ha sido considerada como un cambio trascendental, un parteaguas en el proceso de construcción de la democracia. Al permitir que cualquiera pueda acceder a la información que está en posesión de los órganos de gobierno, se rompe con un status quo, basado en la discrecionalidad, el uso del poder, la secrecía y la impunidad, actitudes, que sin lugar a dudas, son contrarias a las sociedades y estados democráticos. En este contexto, la ley de transparencia para el Distrito Federal, vigente desde el 2003, se enmarca en la exigencia democrática de transparentar lo público, optimizar el nivel de participación comunitaria en la toma de deci- 10 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. siones, favorecer la rendición de cuentas, de manera que se pueda valorar el desempeño de los sujetos obligados y contribuir a la plena vigencia del estado de derecho. Sin embargo, la transparencia requiere ciertas condiciones mínimas para afianzarse en el entramado social: un marco jurídico que garantice el acceso a la información gubernamental; la obligación de brindar información por parte de las autoridades e instituciones públicas, un órgano garante en la materia con autonomía de decisión, mecanismos para sancionar a los funcio- narios que oculten información y no rindan cuentas, un sistema que permita a los ciudadanos acceder a la información gubernamental mediante meca- nismos sencillos y de fácil uso, mecanismos que garanticen la tutela de los datos personales en posesión de los entes públicos, así como el derecho de los particulares para acceder, rectificar y cancelar sus datos personales; al igual que una adecuada infraestructura, procesos de organización y preservación de los archivos. A pesar de su importancia, los servicios documentales y archivísticos enfrentan diversos problemas que dificultan su óptimo funcionamiento. Aún con la reciente reforma al artículo sexto constitucional, éstos son el eslabón más débil en la cadena de las acciones emprendidas para fomentar la cul- tura de la transparencia. Esta situación, hasta cierto punto, es “natural”, en la medida en que nuestro país apenas inicia un complejo proceso de democrati- zación, transparencia y rendición de cuentas, proceso con el que los archivos, concebidos como bodegas de papeles viejos, aparentemente no tenían rela- ción alguna. En la actualidad, los servicios documentales deben concebirse como los cimientos sobre los que contruyen las arquitecturas de la información en los tiempos modernos. Debemos estar conscientes que sin estos servicios, el acceso efectivo a la información es, simplemente, impensable. Es preciso entender que los servicios documentales y archivísticos son ele- mentos esenciales en los proyectos de transparencia y acceso a la información pública gubernamental, ya que poseen tres características fundamentales de las que carecen otros servicios de información dentro de la administración pública. Primero, son un instrumento de gestión, con valor probatorio, de los sucesos y procesos que vinculan a sociedad y gobierno; segundo, son ele- mentos fundamentales en la construcción de la memoria de las instituciones públicas y, tercero, son clave en las acciones de transparencia gubernamental y su correcta operación contribuirá decididamente al fomento de una nueva cultura de la información y de la propia administración, a escala institu- cional, social y cultural. organizar para conservar 11 El acceso a la información y la regulación archivística en México

Difícilmente puede garantizarse el derecho a la información sin la existencia de un adecuado sistema archivístico y documental. Al respecto, segun la experiencia internacional, primero se ha reglamentado la cuestión archivís- tica y después el derecho de acceso a la información. Como ejemplo, véase los casos de Estados Unidos, Polonia, Australia, Canadá, Chile, España y el Reino Unido. Sin embargo, ésta no ha sido la experiencia de nuestro país. Primero se estableció una legislación en materia de acceso a la información, y se dejó prácticamente de lado el establecimiento de una ley que regule de manera integral la administración de los sistemas archivísticos. Como es del conocimiento general, actualmente las 32 entidades federa- tivas y el gobierno federal, cuentan con una regulación específica en materia de acceso a la información pública. De las 32 entidades: 10 cuentan con una Ley del Sistema Estatal de Archivos, 8 entidades cuentan con una Ley de Archivos, 5 con Leyes de Administración de Documentos, 2 con legislaciones de protección y conservación de documentos, mientras que 7 no cuentan con una ley específica en la materia, por lo que la regulación se encuentra dis- persa en distintos cuerpos normativos. Aún cuando la regulación existente, tanto en materia de acceso como en la archivística, tiene elementos dispares dependiendo de la entidad federa- tiva, se verá atemperada con la reciente modificación al artículo sexto consti- tucional en el que se introducen elementos mínimos con los que debe contar la legislación en sus tres ámbitos de gobierno. En esta reforma constitucional, llama la atención la decisión del legis- lador de establecer claramente en la fracción V del segundo párrafo del ar- tículo sexto que todos los sujetos obligados de las leyes de transparencia, deberán “preservar sus documentos en archivos administrativos actualizados y publicarán a través de los medios electrónicos disponibles, la información completa y actualizada sobre sus indicadores de gestión y el ejercicio de los recursos públicos”. Esta fracción, agregada al sexto constitucional, evidencía la relevancia política, jurídica y social que revisten los archivos públicos en un sistema general de rendición de cuentas. Esperemos que la fracción V del segundo párrafo del artículo sexto constitucional se constituya en la simiente para la creación de una ley nacional y las respectivas locales, en las que se generen las condiciones necesarias para la preservación de la memoria institucional de las autori- dades gubernamentales. 12 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. El acceso a la información pública en el Distrito Federal

Desde la entrada en vigor de la Ley de Transparencia el 15 de junio de 2007, en el Distrito Federal se han recibido 19,836 solicitudes de acceso, es decir, 120 solicitudes por cada 100 000 habitantes. El número de solicitudes se ha incrementado año con año, en 2004, se recibieron 2 665 solicitudes, en 2005 4 359, mientras que en 2006 se recibieron 6,621 requerimientos, cifra que prácticamente se igualó al 15 de junio de 2007, fecha en la que ya se habían recibido 6,191 solicitudes. El incremento en el número de solicitudes puede atribuirse a diversos factores entre los que destacan: la eliminación del requisito de identificación, en el 2005; la implementación del sistema electrónico infomex, que facilita la presentación de solicitudes ante todos los entes públicos mediante meca- nismos electrónicos y el efecto positivo de la campaña publicitaria del último trimestre del 2006. Tan sólo en el 2006, de las 6 089 solicitudes que fueron atendidas por los entes públicos, 235 fueron negadas porque la información era inexistente, es decir, fue negado el 3.9 % de las solicitudes por que el ente público no localizó la información solicitada. Por otra parte, el número de recursos que se ha presentado ante el Insti- tuto, se ha incrementado año con año. En 2004 se recibieron 21 recursos, en 2005 se interpusieron 68, en 2006 se presentaron 152, mientras que para el 20 de junio de 2007, ya se habían recurrido 269 respuestas. El aumento en el número de recursos no es sólo numérico, sino también en relación con el número de solicitudes tramitadas y atendidas, pues mien- tras en el 2004 se recurrió el 0.8% de las solicitudes, en el 2005, el 1.6 y en 2006, el 2.5%. Es posible atribuir este incremento en el número de recursos de revisión a la confianza que los ciudadanos tienen en que el Instituto garantizará, de manera eficaz, su derecho de acceso. En el 2006, el 64.9% de los solicitantes que presentó un recurso de revisión, recibió la información que deseaba. Ya sea porque el Instituto determinó ordenar la entrega de la información sin costo alguno para el recurrente, cuando hubo omisión de respuesta (6.9%), porque ordenó la entrega de información faltante cuando la respuesta fue incompleta (13%), revocó la respuesta del ente, al considerar que la clasifica- ción de la información era errónea (30.5 %); o bien, el ente público decidió reconsiderar su respuesta y entregar la información durante la sustanciación del recurso de revisión (14.5%). De los recursos de revisión que se han interpuesto ante el Instituto, en contra de las respuestas en las que se señaló que la información era inexis- organizar para conservar 13 tente, éste encontró que en todos los casos el ente público era competente para contar con la información, debido a que en algún momento, en cumpli- miento de sus atribuciones legales, debió generar, adquirir o administrar la información solicitada. La virtual inexistencia de la información es sólo parte del problema. Se emplea el término virtual cuando no existe la certeza jurídica para deter- minar si la información ya no existe en los archivos del ente público, o si aún se encuentra guardada en los almacenes de documentos y no puede locali- zarse debido a la carencia de instrumentos archivísticos adecuados. Además de los problemas que genera para los solicitantes la perdida de la información, los entes públicos enfrentan día a día dificultades para localizar rápidamente la documentación requerida por los solicitantes; deben invertir una mayor cantidad de recursos humanos para encontrar la información dentro de los 10 días hábiles que marca la ley. Uno de los retos futuros más importantes en materia de acceso es la oportuna localización de los documentos de interés particular o colectivo de los solicitantes. Para el Instituto de Acceso a la Información Pública, la generación de ins- trumentos archivísticos que den cuenta de la evolución de las instituciones, de los procesos de toma de decisiones relevantes, así como de los impactos de las políticas públicas implementados por los gobiernos, es un tema de alta prioridad. Conscientes de la importancia que revisten los servicios archivísticos para el acceso a la información pública en el Distrito Federal, el info df ha emprendido diversas acciones en materia archivística, entre las que se encuentran:

− La elaboración de un diagnóstico general para conocer el estado actual que guardan los sistemas archivísticos en los entes públicos del Dis- trito Federal.

− La emisión de los lineamientos generales en materia de archivos del Distrito Federal, los cuales son de observancia general para todos los entes públicos, y cuyas características serán analizadas por la comisionada Areli Cano.

− La capacitación de 511 servidores públicos en materia archivística, lo que permitirá que aquellos encargados de administrar los archivos públicos, tomen un mayor conocimiento y conciencia de la importancia de la función que desempeñan en el sistema general de rendición de cuentas. 14 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. − A partir de septiembre, se pondrá a disposición de los servidores públicos y del público en general, el manual de autoformación en materia de archivos.

− También, a partir de septiembre, los servidores públicos interesados en estudiar y acreditar el curso en línea sobre los lineamientos generales en materia de archivos, podrán ingresar al aula virtual del info df.

Los archivos y sus células, los documentos, constituyen, sin lugar a dudas, el eje central de la transparencia en el Distrito Federal. Cómo pensar en el acceso a la información, cuando no existe un sistema de organización adecuado para facilitar la localización, almacenamiento y preservación de los documentos que contienen las razones de las decisiones públicas, el impacto de las políticas, los costos del actuar gubernamental. Cómo pensar en una evaluación del desempeño o en una reconstrucción histórica de los hechos cuando no hay certeza jurídica del uso y destino de una parte tan importante del patrimonio del Distrito Federal: los documentos. Más aún, cómo tener la certeza de que no se están dando de baja documentos con un alto valor social, cuando no hay constancia fehaciente de los procesos de valoración documental y de los asuntos decisorios que llevaron a determinar que un documento o serie documental determinado debe darse de baja y, por ende, destruido. Por este motivo, por el legítimo interés de salvaguardar el efectivo acceso a la información pública y de contribuir a la consolidación de un Estado democrático, el Instituto de Acceso a la Información Pública traba- jará incesantemente para promover una mejor organización de los archivos del Distrito Federal. El resguardo y conservación de los archivos en el marco de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal

Areli Cano Guadiano Comisionada ciudadana del Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal.

Es innegable que durante los últimos años, la consolidación de la vida demo- crática en nuestro país y en la Ciudad de México, se ha extendido al plano de la transparencia y la rendición de cuentas como mecanismos que permiten a los gobernados involucrarse en las decisiones que afectan a la colectividad. La nueva institucionalidad democrática además de garantizar la trans- misión pacífica del poder, exige la construcción de un andamiaje normativo e institucional que posibilite el ejercicio del derecho de acceso a la información pública como palanca de la sociedad para encausar la evaluación permanente del desempeño de la función pública; es decir, en la actualidad no resulta suficiente saber que existen reglas claras para acceder al poder, sino también es necesario conocer la calidad con la que se ejerce la acción gubernamental. Así, todos los esfuerzos por avanzar en la cultura de la transparencia y la rendición de cuentas, deben ser producto de un compromiso indeclinable por construir relaciones políticas más sanas y más justas, en las que el respeto de las libertades ciudadanas y el cumplimiento de las obligaciones del Estado, se encuentran asociados al reconocimiento de derechos fundamentales como el acceso pronto y expedito a la información en posesión de los entes obli- gados, pero también, al desarrollo del binomio gestión documental y admi- nistración de archivos, entendido como un proceso que garantiza el control y conservación de la información como parte del testimonio y evolución de las instituciones. En esta ponencia, realizamos una breve reflexión respecto a la impor- tancia institucional y social que adquiere el resguardo y conservación de los archivos de los órganos de gobierno y autónomos del Distrito Federal en el 16 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. marco de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Local. Posteriormente abordamos los principales aspectos que integran los Linea- mientos Generales en Materia de Archivos, que en el ejercicio de sus atribu- ciones fueron emitidos por el Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal.

Consideraciones generales respecto de la importancia de los archivos

Durante años se han llevado a cabo diversos esfuerzos por mejorar la diná- mica de organización y conservación de los documentos que integran los archivos de todas las dependencias y entidades de la administración pública; sin embargo, las condiciones han sido adversas, no sólo por el desinterés que muestran quienes se encuentran al frente de las instituciones, sino porque adicionalmente persiste la falta de conocimiento técnico-especializado res- pecto del manejo y tratamiento de los documentos y expedientes como un bien de dominio público. Asimismo, la falta de recursos económicos, materiales y de infraestruc- tura, junto con la ausencia de políticas y procedimientos que regulen los mecanismos para el uso, conservación y preservación de los documentos, han propiciado el desarrollo de esquemas de organización y conformación de los archivos que dificultan la toma de decisiones sobre una base documental confiable y oportuna que, por lo mismo, impiden el acceso expedito de la ciudadanía a los registros e información en los entes públicos. Además de sensibilizar las instituciones respecto de la importancia que tienen los archivos como entidades dinámicas y activas, es necesario poner en práctica toda nuestra creatividad para desarrollar procedimientos y téc- nicas dentro de las organizaciones, a fin de manejar los documentos con arreglo a su utilidad administrativa, a sus características legales o fiscales y a su manejo como referencia o testimonio.1 Si bien, el Estado democrático debe caracterizarse por la transparencia de sus actos y por el adecuado uso de los recursos públicos, en un Estado de derecho el acceso a la información pública no puede ser visto como una abs- tracción ajena a los principios y métodos que caracterizan la técnica archi- vística. Por el contrario, la transparencia y la promoción de la cultura archi- vística responden a una misma intención: “la accesibilidad a la información”, ya sea como parte de nuestra memoria colectiva, o bien, como elemento dis- tintivo de la práctica democrática.

1 José Antonio Ramírez Deleón, Administración de documentos: elementos centrales para su discusión metodológica, JARD Corporativo S. C. organizar para conservar 17 De ahí que la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal (ltaipdf), se considere una de las legislaciones más avanzadas en la materia, pues debe subrayarse el significado de su espíritu y aplicación: contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas y mejorar el nivel de participación comunitaria en la toma de decisiones a través de un acceso libre a la información pública, pero también, coadyuvar desde un punto de vista normativo y cultural en la organización, clasificación y manejo de los documentos en posesión de los órganos de gobierno y autó- nomos del Distrito Federal. De acuerdo con la ltaipdf, los entes públicos están obligados a crear un sistema de archivos para localizar con prontitud y seguridad los datos que generen, procesen o reciban con motivo del desempeño de su función.2 Sin embargo, la Ley de Transparencia contiene algunas bondades que pueden ser consideradas como un acierto de los legisladores, pues al otor- garle al Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal, la facultad de emitir reglas generales para la generación de datos y archivos, así como para la conservación de los mismos, puntualizó que las disposiciones reglamentarias deberían favorecer la clasificación, identificación, restaura- ción y preservación de la información de acuerdo con su naturaleza; obe- decer a estándares mínimos en materia de archivonomía facilitar la consulta de los particulares y permitir la capacitación permanente de los funcionarios designados por los entes públicos en técnicas archivísticas.3 Este último aspecto es de suma relevancia, pues como lo ha expresado Georgina Flores Padilla,4 a pesar de los esfuerzos realizados, sigue siendo inci- piente el desarrollo de programas de capacitación y profesionalización para quienes, de forma improvisada, se ven ante la inminente tarea de organizar, seleccionar, depurar y resguardar los documentos de los entes públicos. Un ejemplo claro de ello es el número de egresados en archivonomía de la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía (enba), la única insti- tución educativa en nuestro país que ofrece estudios de licenciatura en dicha materia: su nivel de formación y titulación presenta un enorme rezago. En 1977, 32 años después de su fundación, el enba contaba apenas con los pri-

2 Artículo 51, Capítulo II del sistema de archivos del Distrito Federal, Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal, godf, publicada el 28 de octubre de 2005. 3 Artículo 53, op. cit. 4 Georgina Flores Padilla (cesu-Archivo Histórico de la unam), “Perspectivas de los archi- vos del gobierno mexicano con la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental”, en Razón y Palabra, primera revista en América Latina especializada en comunicación, núm. 44, abril-mayo de 2005, www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n44/ gflores.html 18 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. meros dos egresados con título profesional y, para el año 2004, de un total de 751 alumnos egresados, sólo 57 estaban titulados.5 Son cifras desalentadoras que ilustran tan sólo un aspecto de la realidad que enfrentan los archivos en la Ciudad de México y en nuestro país. La Ley de Transparencia es una ventana de oportunidad para conjuntar esfuerzos para la organización normalizada y homogénea de los archivos de las instituciones de la administración pública local, con miras a asegurar el uso correcto, conservación, integridad y preservación de los documentos que generan, administran o detentan como parte de su quehacer cotidiano.

Principales aspectos de la regulación de los archivos en el marco de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal

En este contexto, el Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal, como órgano autónomo encargado de dirigir y vigilar el cumpli- miento de la ley de la materia y de emitir la normatividad que resulte apli- cable para el adecuado cumplimiento de sus fines, impulsó la elaboración de los Lineamientos Generales en Materia de Archivos, los cuales fueron apro- bados por el pleno el pasado mes de abril y publicados en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 9 de mayo del 2007. Por su especialidad técnica, resultó fundamental la interacción con profesionales en la materia,6 al igual que con los representantes de los órganos de gobierno7 encargados de la administra-

5 Programa Integral de Fortalecimiento Institucional 2001-2006 (PIFI versión 3.3.), ENBA, ju- lio 2006,http://www.enba.sep.gob.mx/PIFI/proyectos/PYTO.%20TITULA.VFinternet%20 sr.pdf 6 Para la elaboración de los Lineamientos Generales en Materia de Archivos, el Instituto de Ac- ceso a la Información Pública del Distrito Federal, contó con la colaboración del maestro José Antonio Ramírez Deleón, en su calidad de consultor externo y con la opinión de destacados especialistas: profesor Nahúm Pérez Paz, director de la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía; doctora Patricia Galeana, coordinadora del área de Archivos Públicos de Libertad de Información México, AC; archivista María Teresa Dorantes Cacique, presidenta de Archiveros Sin Fronteras, Capítulo México; doctora Mercedes de Vega, directora general del Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores; licenciado Juan Manuel Herrera Huerta, director de la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada. 7 Por parte de los entes públicos participantes, se encuentran el Tribunal Superior de Justicia y Consejo de la Judicatura Federal, el Tribunal Electoral del Distrito Federal, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal, la Junta Local de Conciliación y Arbi- traje del Distrito Federal, el Instituto Electoral del Distrito Federal, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, el Instituto de Acceso a la Información Pública, la Oficialía Mayor del Distrito Federal, la Consejería Jurídica y de Servicios Legales del Distrito Federal y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. organizar para conservar 19 ción y manejo cotidiano de los respectivos archivos, quienes con su expe- riencia y conocimiento, coadyuvaron en la definición e integración de dichos lineamientos. En su aspecto formal y en su estructura, los Lineamientos Generales en Materia de Archivos emitidos por el info df, constituyen un piso mínimo exigible que permitirá continuar generando las condiciones para que las dependencias atiendan las peticiones ciudadanas de información, con apego a los principios de certeza, veracidad, celeridad, transparencia y publicidad y, al mismo tiempo, contribuir en el mejoramiento de la gestión documental y la organización de sus archivos institucionales; sin embargo, la consumación de tales objetivos en buena medida dependerá de la disposición y voluntad política que muestren todos los órganos de gobierno para llevar a cabo sus programas de desarrollo archivístico. Ocho capítulos integran dichos lineamientos, que para fines descriptivos, agruparemos en dos bloques: el primero de ellos corresponde a aspectos metodológicos para el desarrollo de mecanismos que regulen el ciclo vital de los documentos de cualquier institución de la administración pública local; es decir, establece la regulación de los Sistemas Institucionales de Archivos, los procesos e instrumentos esenciales de control archivístico y la gestión de documentos. El segundo, establece los criterios para que su instrumentación sea viable, por lo que sistematiza lo relativo a los recursos operativos de los archivos, el Programa Institucional de Desarrollo Archivístico y los meca- nismos de coordinación archivística. En general, se trata de instituir disposiciones que rebasen la visión tradi- cional donde “archivar” es sólo la tarea de “almacenamiento de documentos”, y reconozcan su origen institucional con arreglo a las funciones de las que deriva su creación y al uso que se les da a lo largo de su vida institucional.8 En relación con los aspectos metodológicos que buscan orientar la orga- nización, funcionamiento, acceso y preservación de los documentos, expe- dientes y archivos, los Lineamientos dan lugar a la formación de Sistemas Institucionales de Archivos, entendidos como estructuras orgánico-funcio- nales que optimizan la administración y servicio documental. Con dichos sistemas se busca el control material e intelectual de la información produ- cida y usada por los organismos, desde que se genera y hasta que se deposita en una unidad de Archivo Histórico.9 Dos tipos de componentes integran el Sistema Institucional de Archivos de los entes públicos: 1) normativos, destinados a coordinar y regular la operación del sistema y 2) operativos, los cuales se forman a partir de las

8 José Antonio Ramírez Deleón, op. cit. 9 Idem. 20 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. diversas unidades documentales y archivísticas de acuerdo con el ciclo vital de la información.10 Atendiendo los principios de austeridad, respeto y eficiencia en el manejo de los recursos públicos, la integración de los componentes que forman el Sistema Institucional de Archivos, no implica la creación de nuevas estruc- turas ocupacionales o de plazas adicionales, sino el despliegue de funciones que deberán ser asumidas por el personal que actualmente se encarga del manejo de los archivos de las dependencias y órganos de gobierno del Dis- trito Federal. En el caso de los componentes normativos, se dispone la creación de un órgano colegiado denominado Comité Técnico Institucional de Adminis- tración de Documentos (coteciad), encargado de la atención de consultas técnicas relacionadas con la valoración de los documentos que están resguar- dados en los archivos de los organismos, y de orientar la instrumentación de la normatividad aplicable en materia de archivos. Otra entidad normativa es la Unidad Coordinadora, instancia responsable de regular el Sistema Insti- tucional de Archivos, en este caso, los lineamientos preven que el servidor público designado como encargado de dicha función, deberá contar con experiencia y conocimientos en archivística y tener aptitudes para la inte- gración, coordinación y evaluación de planes y programas de trabajo en la materia.11 Por lo que hace a los componentes operativos, éstos son los responsables del manejo de la información de acuerdo con el ciclo vital de los documentos; están integrados por la Unidad Central de Correspondencia, conocida tam- bién como Oficialía de Partes, la cual se encarga de brindar servicios cen- tralizados de recepción y despacho de la correspondencia de los órganos de gobierno, las Unidades de Documentación o Archivo de Trámite, respon- sables de la administración de la información en gestión que corresponde al cumplimiento de las funciones de cada área administrativa, es decir, el manejo de los documentos en su fase “activa”. Por otra parte, está la Unidad General de Archivo de Concentración, que maneja la documentación en fase “semiactiva”, de manera precaucional, ésta deberá conservarse como refe- rencia para la toma de decisiones, o bien como documentación que posee algún valor legal o fiscal sobre el cumplimiento de obligaciones y derechos de la institución o de sus usuarios y, finalmente, la Unidad General de Archivo Histórico, encargada del manejo de la información en la última fase del ciclo

10Artículo 10, Lineamientos Generales en Materia de Archivos emitidos por el infodf, godf del 9 de mayo de 2007. 11 Ver artículos 13 y 14 de los Lineamientos Generales en Materia de Archivos emitidos por el infodf, godf del 9 de mayo de 2007. organizar para conservar 21 vital, conocida como “inactiva”, la cual debe confiarse a un área especializada encargada de la organización, conservación, preservación y divulgación de la memoria y testimonio de la institución que ha generado la información. Entre las funciones más importantes del sistema, se encuentran: elaborar planes, programas y proyectos de desarrollo archivístico, además de políticas y medidas técnicas que coadyuven a la regulación de los procesos archivísticos. Respecto a los instrumentos básicos del Sistema Institucional de Archivos que preven los lineamientos para el control técnico y administrativo de los procesos de trabajo relacionados con el ciclo vital de los documentos, se encuentran la elaboración de:

I. manuales de organización y procedimientos,

II. cuadro general de clasificación archivística,

III. tabla de determinantes de oficina,

IV. catálogo de series documentales,

V. carátulas estandarizadas de expedientes,

VI. catálogo de disposición documental,

VII. calendario de caducidades,

VIII. inventarios de descripción archivística,

IX. formatos estandarizados para transferencias y

X. la guía general de fondos.

Asociados a los instrumentos básicos de trabajo los procesos archivís- ticos permiten la integración de los documentos, por decirlo de alguna forma, como ejemplares individuales en expedientes básicos constituidos por uno o varios documentos de archivo, que a su vez permiten la formación de series documentales ordenadas lógica y cronológicamente hasta lograr colecciones de información de acuerdo con el tema o asunto del que se trate. Así, otros procesos archivísticos básicos que se encuentran establecidos en la normatividad emitida por el Instituto y que resultan esenciales en la tarea de organizar la información institucional, corresponden a la clasifica- 22 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. ción, descripción, valoración, disposición, baja o depuración documental, así como las transferencias primarias y secundarias, mismas que tienen como propósito general, permitir la localización y acceso inmediato a la informa- ción de cualquier archivo. Éstos son algunos de los instrumentos que deberán ser diseñados y utili- zados para regular los circuitos documentales de la institución, desde que se producen o ingresan por vía de correspondencia hasta que son depositados en el archivo histórico. Finalmente, dadas las condiciones de obsolescencia, escasez de recursos e informalidad en los servicios archivísticos y documentales característicos de la actual administración de la información en México y en el Distrito Federal, es necesario que especialistas y organismos públicos generemos sinergias para garantizar la adecuada instrumentación de los programas institucionales de desarrollo archivístico que habrán de instaurarse a partir del año venidero. Propiciar la colaboración de autoridades y especialistas para el manejo técnico de la función documental se justifica no sólo una debilidad histórica en la ejecución de los servicios archivísticos, sino también porque al impulsar el adecuado cumplimiento de los Lineamientos Generales en Materia de Archivo, los ciudadanos ejercerán su derecho de acceso a la informa- ción pública de manera eficiente y eficaz, posibilitando así, el conocimiento y análisis de la documentación que generan las dependencias y órganos de gobierno en el desempeño de sus funciones, esto redundará en la promoción de una cultura de la transparencia y la rendición de cuentas. La estructura y funcionamiento de la sociedad está determinada por los derechos de los ciudadanos y, en un Estado democrático, la construc- ción de estructuras jurídicas e institucionales que permitan a los individuos ejercer su derecho a la información, no puede reducirse sólo a la disposición de un marco normativo. Por el contrario, el derecho a la información debe comprender normas jurídicas y administrativas, función social de las ins- tituciones y responsabilidades de las mismas para construir un modelo de sociedad más y mejor informada. El acceso a la información pública en el Distrito Federal

Mauro Miguel Lara Maldonado Consejería jurídica y de servicios legales del DF

En primer lugar, agradezco la invitación a participar en este Primer Encuentro de Archivos del Distrito Federal, para exponer de manera general, mi expe- riencia en cuanto a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información del Distrito Federal. Dedicado al problema de la transparencia y el acceso a la información en el Distrito Federal, este ensayo plantea, entre otras cuestiones, que las leyes de transparencia no bastan para garantizar a los ciudadanos un acceso expe- dito y efectivo a la información, y más allá de procurar una protección de los Datos Personales, ha incidido en un debilitamiento de derechos individuales y de los derechos de terceros. Por principio de cuentas, la totalidad de los estados de la República cuentan, en este momento, con una ley de transparencia. Aun cuando pudiera pensarse que la primera ley en decretarse sería la Ley Federal de Acceso a la Información Pública Gubernamental, la pri- mera en salir a la luz pública fue la Ley de Acceso a la Información Pública del estado de Sinaloa, publicada el 23 de abril de 2002. Le seguirían la Ley Federal, la de Michoacán, Querétaro, Nuevo León, Durango, Colima, San Luis Potosí, el Estado de México y en noveno lugar se publicaría la del Dis- trito Federal, el 8 de mayo de 2003, siendo las más recientes las de los estados de Chiapas, Tlaxcala, Hidalgo, Tabasco y Veracruz, esta última publicada el 27 de febrero de 2007. Aunque las leyes estatales presentan algunas variantes en su articulado no carecen de una legislación coherente para el acceso a la información. Por citar algunos ejemplos: la del estado de Querétaro contiene sólo 40 artículos, Baja California 46, Nuevo León 50 y Colima 52. Las que presentan un corpus más amplio son las de Quintana Roo con 100, Jalisco 111, Hidalgo 118 y Morelos con 139. Todas contemplan un rubro para la información reservada o confidencial; 23 de las leyes estatales contemplan un capítulo para la pro- 24 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. tección de los datos personales o habeas data; tres refieren un sistema de archivos, excepto la del estado de Nuevo León que en su articulado no refiere un apartado para la información reservada o confidencial, para la protección de los datos personales, ni un sistema de archivos. Ahora bien, no basta que se decreten leyes para un mejor ejercicio de la transparencia, un ejemplo de ello son las propias páginas web de los estados, donde la búsqueda de información se vuelve infructuosa ya que no está acti- vada o se encuentra oculta. La localización del directorio, números telefó- nicos, correo electrónico, presupuestos, etcétera, es una tarea imposible. Un ejemplo de las páginas web que presentan este tipo de candados son las de los estados de Hidalgo, Jalisco, Quintana Roo y Tabasco. Según un estudio realizado por Axitia, un empresa de consultoría, los estados con leyes más transparentes, son Morelos, Querétaro y Coahuila, y las más oscuras Veracruz, Jalisco y Nuevo León.12 En cuanto a la ley de Transparencia y Acceso a la Información del Distrito Federal, publicada hasta mayo del 2003, dio como primer fruto, la creación, en un primero momento, del consi, transformándose posteriormente en el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información del Distrito Federal. El info encargado de dirigir y vigilar el cumplimiento de la ley, quedó conformado por cinco representantes de la sociedad civil, los comisionados ciudadanos, designados por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal con las siguientes atribuciones contempladas en el Artículo 63:

I. Emitir opiniones y recomendaciones sobre temas relacionados con la presente Ley, así como respecto a la información que están obligados a publicar y mante- ner actualizada en los términos de la presente ley;

II. Investigar, conocer y resolver los recursos de revisión que se interpongan contra los actos y resoluciones dictados por los entes públicos con relación a las solicitudes de acceso a la información;

III. Establecer políticas y lineamientos en materia de acceso a la información, así como opinar sobre la catalogación, resguardo y almacenamiento de todo tipo de datos, registros y archivos de los entes públicos;

IV. Proponer los medios para la creación de un acervo documental en materia de acceso a la información;

12 Disponible en http://axitia.com/html/estudio_comparativo_de_leyes_d.html. organizar para conservar 25 V. Organizar seminarios, cursos, talleres y demás actividades que promuevan el conocimiento de la presente ley;

VI. Elaborar y publicar estudios e investigaciones para su difusión;

VII. Emitir su reglamento interno, manuales y demás normas que faciliten su organización y funcionamiento;

VIII. Diseñar y aplicar indicadores para evaluar el desempeño de los entes públicos;

IX. Establecer un sistema interno de rendición de cuentas claras, transparentes y oportunas, así como garantizar el acceso a la información pública dentro del Instituto en los términos de la ley;

X. Establecer los lineamientos generales para la creación y operación de los archivos que contengan información pública de consulta directa;

XII. Solicitar y evaluar informes a los entes públicos respecto del Ejercicio del Derecho de Acceso a la Información Pública;

XIII. Recibir para su evaluación los informes anuales de los entes públicos res- pecto del Ejercicio del Derecho de Acceso a la Información Pública;

XVI. Diseñar y aprobar los formatos de solicitudes de acceso a la información pública, así como los relativos al acceso y corrección de datos personales;

XVII. Elaborar un compendio sobre los procedimientos de acceso a la infor- mación;

XIX. Establecer y revisar los criterios de custodia de la información reservada y confidencial; entre otras.

Sin embargo, aun cuando en su artículo 25 prevee que la información confidencial que sea parte de procesos jurisdiccionales o de procedimientos seguidos en forma de juicios se mantenga reservada y sólo sea de acceso para las partes involucradas, quejosos o terceros llamados a juicio, el Instituto exige a las autoridades que se proporcione la información. Pongamos por caso que a cualquiera de nosotros se nos expropia un inmueble. Realizamos los trámites para el pago correspondiente de indemni- 26 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. zación. Sin embargo, alguien, por medio de la Ley de Transparencia, solicita a las autoridades correspondientes un informe sobre los datos de la expropia- ción; es decir, nombre de la persona, dirección, número del juicio y hasta el monto que se pagó por la indemnización. La institución, en apego a la normatividad, responde que no es posible proporcionar dicha información por las siguientes circunstancias. Primero, porque dicha información es parte de un juicio, pues en su caso debe de acre- ditar el interés jurídico; segundo, porque contiene información reservada, y como tal, existe la posibilidad de protegerla, ya que la misma ley contempla la reserva de 5 años con la posibilidad de 7 años más por encontrarse en la pri- mera edad del ciclo vital del documento. Sin embargo, el Instituto manifiesta que la institución se encuentra obligada a proporcionar dicha información. ¿Estarían de acuerdo en que se proporcione la información? ¿Que se proporcione su nombre, dirección y el monto de las cantidades a quien así lo solicite? Se exponen a que dicha información violente sus derechos cons- titucionales de privacidad y a una extorsión al difundirse las cantidades proporcionadas. Este es otro ejemplo de acceso a la información. La solicitud de una copia certificada del acta de nacimiento y antecedentes de algún predio, al Registro Público de la Propiedad, es un trámite administrativo regulado por el Código Financiero del Distrito Federal: hay que pagar los derechos para la expedición de las copias. Sin embargo, a quien solicita, por medio de la oficina de infor- mación pública, la expedición de cualquiera de estos trámites se le canaliza a la oficina donde debe tramitarla con el pago correspondiente, en ocasiones se inconforma diciendo que se le negó la información y el Instituto exige a la Oficina de Información que se realice el trámite correspondiente sin impor- tarle los procedimientos administrativos y el pago de esos derechos. ¿Quiénes promueven las solicitudes de información ante las distintas ofi- cinas de información pública? En parte, personas mal intencionadas, pero la gran mayoría son periodistas que se quieren evitar la fatiga de realizar la investigación. Su solicitud, vía correo electrónico, concierne datos especí- ficos. Por ejemplo, estadísticas de infracciones especificando que se desglose por bimestre y por demarcación territorial. Al siguiente bimestre entra una nueva solicitud y así consecutivamente. La mínima parte son ciudadanos que solicitan información para acre- ditar ciertos derechos. Éstos son especiales. A diferencia de las personas mal intencionadas y de los periodistas que recurren a un seudónimo y a internet, éstas, suelen estar escritas a mano y refieren, además de sus datos personales, su peregrinar por los archivos. organizar para conservar 27 Soy fulanito de tal, vivo en tal dirección. Necesito que me apoyen para localizar un ejemplar del Diario Oficial de la Federación publicado en tal fecha, ya que con esa fecha me cedieron los derechos de mi vivienda y la nece- sito para poder heredarla a mis familiares por ser el único patrimonio que tengo. Ya he visitado en varias ocasiones el Archivo General de la Nación, he recorrido tales y cuales archivos y no me ha sido proporcionada dicha infor- mación. Con estos ejemplos, ¿existe un acceso efectivo a la información? Regresando al tema de la vulnerabilidad de la privacidad, y en particular de los datos personales, el Instituto está tratando de legislar al respecto. Me pregunto, ¿un instituto ciudadano puede legislar? o ¿es un ámbito que le compete en todo caso a la Asamblea Legislativa? Como decíamos, el Instituto está operando la aprobación de los Linea- mientos generales para la protección de los datos personales. Pero, ¿se prote- gerán los datos personales con los lineamientos que proponen? Veamos, en el capítulo segundo “De las modalidades de los datos per- sonales”. En su artículo 6° se pretende que los ficheros de datos personales contengan:

I) datos de identificación: nombre, dirección, pasaporte, Clave Única de Registro Poblacional (CURP), nombre de familiares dependientes y beneficiarios, firma electrónica. Me pregunto ¿para que querrán conocer nuestra firma electrónica?

II) datos laborales: filiación sindical, incapacidades médicas, etc. Si de por sí no hay fuentes de trabajo (y eso que estamos en el sexenio del empleo), ¿quién nos daría empleo si conocen nuestra filiación sindical o incapacidades médicas?

III) datos patrimoniales: los bienes muebles e inmuebles, historial credi- ticio, afore, etc. ¿Para qué necesitarán saber de nuestro patrimonio o si estamos boletinados, si ni los propios políticos transparentan sus bienes y luego les andan encontrando casas en París o en Estados Unidos?

IV) datos sobre procedimientos administrativos seguidos en forma de juicio y/o jurisdiccionales: es decir, si estamos sujetos o somos parte de un juicio en materia laboral, civil, penal, fiscal, etc. ¿Creen que sea correcto quese sepa nuestra situación jurídica?

V) datos académicos: trayectoria educativa, títulos, diplomas, cédula profesional. Aquí no hay mayor problema. Así muchos políticos o secre- 28 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. tarios de estado se evitarían la pena de que se ventilara que no han ter- minado sus estudios.

VI) datos de tránsito y movimientos migratorios: esto es relativo al trán- sito de las personas dentro y fuera del país. Seguramente es importantí- simo que conozcan cuántas veces al año viajo a las Canarias o a esquiar a Aspen, Colorado.

VII) datos sobre la salud de las personas: el expediente clínico, enferme- dades, vacunas, consumo de sustancias tóxicas, etc. ¿Están de acuerdo que cualquiera tenga acceso a esta información y descubra si hemos consumido drogas o padecemos de alguna enfermedad? Pero eso no es todo.

En el inciso VIII) datos ideológicos: creencia religiosa, ideología, afilia- ción política o sindical. ¿Cuántos de aquí somos católicos, mormones, protes- tantes? ¿quién de aquí es perredista, priísta, panista o elbista? Son cuestiones personales, y si queremos que la gente se entere, pues será decisión nuestra y no de un instituto ciudadano. Ahora bien, ¿qué se propiciaría con esta información? Primero, una dis- criminación en todos los sentidos. Te negarán empleo por padecer cierta enfermedad o pertenecer a determinada religión o partido político. Segundo, se puede dar la tentadora posibilidad de rasuramiento del padrón electoral, y tercero, que nuestros datos personales sean vendidos a otros países, como ya ha sucedido. Si el Instituto de Transparencia del Distrito Federal plantea la aprobación de estos lineamientos violentará, en primer lugar, los artículos 14 y 16 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos,13 tratados internacionales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificado por México, que en su artículo 17 refiere que nadie será objeto de injerencias arbi- trarias o ilegales en su vida privada, familia, domicilio o correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y reputación.14 Ahora bien, ¿qué acaso la privacidad no es un derecho irrenunciable? o ¿alguien puede renunciar a lo irrenunciable? Consideración final a este respecto, y sin ser abogado, la protección de los datos personales es una materia federal.

13Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o po- sesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. 14Disponible en http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/a_ccpr_sp.htm. organizar para conservar 29 El Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Dis- trito Federal debería ceñirse a las atribuciones propias que le marca la ley. Supervisar que las solicitudes de información sean contestadas a tiempo y en forma, ateniéndose a lo que marca la propia ley en cuanto el acceso restrin- gido a la información reservada. En resumen, la consideración de fondo de este trabajo, es plantear cómo el Instituto de Acceso a la Información en el Distrito Federal, en su afán de transparentar y gestionar el acceso de los ciudadanos a la información, ha transgredido las atribuciones en él depositadas y pretendido el acceso gene- ralizado a los datos personales.

Programas de trabajo del infodf con los archivos del Gobierno del Distrito Federal

Licenciado Carlos Ortiz Paniagua

Por todos es conocido que el Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal cuenta entre sus atribuciones, procurar el acceso a la información producida por los entes de gobierno del Distrito Federal, basado en los principios de legalidad, certeza jurídica, información, celeridad, vera- cidad, transparencia y publicidad de sus actos. Para dar cumplimiento, a esta obligación el infodf da seguimiento per- manente a los avances que en esta materia llevan a cabo las diferentes ins- tancias, revisando, evaluando, recomendando, pero también apoyando con asesorías, capacitación y procurando el desarrollo permanente del personal, al igual que componentes normativos y operativos en materia de archivos. En los archivos institucionales se deposita, resguarda, controla y admi- nistra la información producto de la actividad cotidiana y es en los docu- mentos en donde se soportan estos datos, así los archivos son una pieza clave para ofrecer un pleno acceso al sentido que toman las decisiones de gobierno. En este marco, el Instituto ha implementado diversas acciones para mejorar, optimizar y dignificar la labor archivística, basado siempre en los derechos y obligaciones que la Ley de Transparencia y Acceso a la Informa- ción Pública del Distrito Federal y sus Lineamientos nos imponen. Así, para el caso de la capacitación y desarrollo profesional, el artículo 60 de los Lineamientos Generales en Materia de Archivos instruye que el ente público, conforme a su disponibilidad presupuestal y normatividad aplicable, en el marco del sistema, establecerá medidas para la profesionalización, el crecimiento institucional y la capacitación permanente del personal dedi- cado a la función de archivos. En este sentido, el artículo 67 señala que el Instituto, con la participación de los entes públicos, propiciará la capacitación del personal archivístico, la organización de eventos académicos que vinculen a la comunidad archivís- tica del Distrito Federal y la cooperación con organismos tanto nacionales 32 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. como internacionales, para el fomento de una nueva cultura institucional y social de los archivos, buscando en todo momento mejorar la organización, conservación, transparencia y acceso a la información. Conscientes de que la problemática archivística se extiende en distintas vertientes, el artículo 62 indica que los entes públicos con la participación de las instancias competentes en la materia y dentro del sistema, propiciarán, en un marco de racionalidad y austeridad presupuestal, el establecimiento de proyectos ordenados para la adquisición de los recursos, locales, mobiliario, equipo técnico y de seguridad para la conservación preventiva y, en su caso, correctiva, así como la preservación de los documentos y archivos. La sola capacitación del personal no basta para optimizar los recursos archivísticos, también es necesario reformar, modificar, implantar o adquirir los insumos que incorporen los archivos al cuerpo de la administración pública, por ello la normatividad determina la necesidad de enriquecer estas áreas, de prestar atención a la memoria institucional. Una de las quejas frecuentes de la comunidad archivística, es la falta de atención a la problemática y las decisiones arbitrarias de las autoridades acerca de los procedimientos y destino de los documentos. Para ello, es obligación del infodf normar criterios, políticas y procedimientos que fortalezcan el accionar sin miedo, dudas ni preocupaciones sobre las tomas de decisión del presente y futuro de los documentos. Los Lineamientos en materia archivística, que están a su disposición en la página del Instituto, fijan, dan certeza jurídica y fortalecen el quehacer cotidiano de los archivos; eliminan las dudas, temores y falsas decisiones sobre qué hacer con los documentos.

Programa Institucional de Desarrollo Archivístico

Para poder llevar a cabo la transformación de las unidades de archivo, es menester atender al artículo 63, en el que los entes públicos del Distrito Federal deberán integrar anualmente un Programa Institucional de Desarrollo Archi- vístico que contemple los objetivos, estrategias, proyectos y actividades para dar cumplimiento a lo previsto por los artículos 60 y 62, de los presentes Linea- mientos. Dicho programa deberá incluir los siguientes aspectos.

I. Proyectos y acciones de desarrollo e instrumentación de normatividad técnica.

organizar para conservar 33 II. Proyectos de capacitación y desarrollo profesional del personal archi- vístico.

III.Proyectos para la adquisición, con base en las condiciones presupues- tales de cada ente público, de los recursos materiales de mayor urgencia que requieran los archivos de la institución.

IV. Estudios e investigaciones para la incorporación ordenada de tecno- logías de información en el campo de los archivos.

V. Acciones de difusión y divulgación archivística y para el fomento de una nueva cultura institucional en la materia.

VI. Proyectos para la conservación y preservación de la información archi- vística.

VII. Proyectos y planes preventivos que permitan enfrentar situaciones de emergencia, riesgo o catástrofes.

VIII. Proyectos de difusión de los archivos de trámite, concentración e his- tórico.

Y de manera específica, de acuerdo con el tercero transitorio, tam- bién se tendrá que elaborar lo siguiente: a. Programa anual de capacitación archivística del ente público. b. Desarrollo del manual para la organización y funcionamiento del Sis- tema Institucional de Archivos del ente público. c. Instalación de su comité institucional de administración de documen- tos y la formulación de su reglamento de operación y programa de tra- bajo específico. d. Desarrollo del cuadro de clasificación archivística del ente público. e. Desarrollo del catálogo de disposición documental de la institución. f. Inventarios de archivo de trámite y concentración del ente público. 34 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. g. Directorio de responsables de los archivos del ente público.

h. Cronograma de las actividades asociadas a los proyectos de trabajo.

Este programa, correspondiente a 2008, y los subsecuentes deberán publicarse junto con un informe anual sobre su cumplimiento en los portales de internet de cada ente público. La fecha límite para que los entes públicos presenten sus programas de desarrollo archivístico a partir de 2008, será el último día hábil del mes de enero de cada año. Asimismo, se deberán remitir al Instituto en la misma fecha, para su validación y registro. De igual manera, el calendario e informes de avance anual deberán remitirse al Instituto, a más tardar, el 31 de enero de cada año en formato impreso y electrónico para su registro. Como podemos notar, el trabajo para crear las herramientas tanto téc- nicas como normativas y operativas es arduo y los tiempos reducidos. Desde el Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal, se ofre- cerán los criterios necesarios para la conformación de las distintas obliga- ciones a cumplir, así como la asesoría para su perfeccionamiento. Quienes nos dedicamos a los archivos, expresamos una permanente queja sobre la falta de atención, de normatividad, de presupuestos y de cultura archivística para solventar la problemática del manejo, control, servicio y dis- posición final de los documentos. Ésta es la oportunidad de poner manos a la obra y cimentar instituciones de archivo coherentes, funcionales, respetadas y sobre todo, de otorgar el lugar que merece por su importancia a esta función dentro de la estructura administrativa del Gobierno del Distrito Federal. El sistema de archivos del Distrito Federal. Su viabilidad y su relación con el sistema nacional existente en el Archivo General de la Nación

Licenciado Jaime Orozco Barbosa Cronista de Tlalpan

He estado en contacto con los archivos gubernamentales desde hace muchos años, para ponerle fecha precisa, desde 1977. Había ingresado en 1976 a la secretaría de la presidencia y al iniciarse el sexenio de López Portillo (1977-1982), la unidad administrativa en que tra- bajaba, llamada Dirección General de Estudios Administrativos, se trans- formó en la Coordinación General de Estudios Administrativos (cgea) de la Presidencia de la República, destinada a ser el brazo operador del programa presidencial de la reforma administrativa. Este proyecto, con un largo alcance en toda la administración pública federal, partió de la reestructuración de la misma mediante la Ley Orgánica, que con múltiples reformas sigue siendo vigente a partir de diciembre de 1976. El programa de reforma administrativa había partido de varias premisas: la creación de unidades de organización y métodos, así como de unidades de programación en cada una de las secretarías y departamentos de Estado —incluido el Departamento del Distrito Federal, que aún era una dependencia federal con un funcionario de designación no electo como actualmente, así como en las más importantes entidades paraestatales que para entonces eran prácticamente novecientas. Otro de los ejes del programa desde los sexenios de Díaz Ordaz y sobre todo de Luis Echeverría, era el establecimiento de los llamados Comités Téc- nicos Consultivos, que reunían periódicamente a los distintos encargados de las diversas funciones operativas en cada dependencia o entidad. Entre ellos se constituyó el Comité Técnico Consultivo de Unidades de Correspondencia y Archivo, coordinado conjuntamente por la Presidencia de la República y por el Archivo General de la Nación, órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación. 36 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Diré que mi contacto con los archivos fue fortuito, porque me desig- naron enlace de la cgea, donde laboraba, con el cotecuca, que así se lla- maba un poco jocosamente, el Comité Técnico mencionado. Al asistir constantemente a las reuniones, me involucré más con los archivos y, a solicitud de la directora general del agn, doctora Alejandra Moreno Toscano, [un servidor] y [la licenciada Blanca Holguín Quiñones], en pocas semanas habíamos elaborado, con las opiniones de la doctora Moreno, el documento que se denomina conforme al título que le dio el propio Archivo al publicarlo, Organización y funcionamiento de los archivos administrativos e históricos de la nación y que nosotros designamos con un nombre más corto y descriptivo: El Sistema Nacional de Archivos. Cabe destacar, para llevar una línea de congruencia con otros estudios y proyectos, que para hacer el diagnóstico de los archivos nos servimos de un documento que la Administración Federal de los Archivos de Canadá había preparado y entregado al gobierno mexicano. Asimismo, y para tener una fuente jurídica que pudiera servir a la eventual publicación de una ley apropiada, me encomendaron la tarea de tra- ducir y revisar el proyecto tipo de Ley Nacional de Archivos, preparado años antes por la unesco. Fue valioso el documento canadiense, pero un tanto menos el de la unesco porque al tratarse de un proyecto tipo, no era fácil hacerlo compa- tible con el sistema federal mexicano, que debe respetar la soberanía de cada entidad federativa, al producir su legislación interna. Quizá algunos de los presentes conozcan el documento del Sistema Nacional de Archivos, por lo que no lo describiré exhaustivamente; sólo qui- siera acentuar algunas de sus líneas básicas. Imaginemos una caja negra, que así se le llama al procesador de un sistema complejo, veamos que al sistema se le ingresan insumos externos e internos, que se traducen básicamente en demandas de información desde distintos ámbitos; en el interior de la caja negra se realizan diversos procesos que ponen en funcionamiento a las estructuras, al subsistema de normalización, a los archivos administrativos e históricos, y a determinados procedimientos y recursos humanos. El resultado, es decir, los productos, puede ser:

•Conservación y restauración de documentos, •Registros •Servicios de préstamo y consulta •Reproducción de documentos •Certificación de algunos documentos oficiales •Información sobre localización de documentos organizar para conservar 37 •Publicación y difusión de acervos •Capacitación e investigación en materia de archivonomía

El sistema tiene también un proceso continuo de retroalimentación, es decir, que retorna a las demandas o insumos, el procesamiento y la salida de los productos. Debe decirse que las líneas de funcionamiento del sistema exigían desde luego un órgano regulador y normativo, por lo que se consideró que debía existir una centralización normativa y una descentralización operativa. Al considerar como integrantes del sistema a los archivos gubernamen- tales, tanto federales, como estatales y en éstos a los municipales, la dificultad que entrañaba era el respeto al sistema federal, porque pronto caímos en la cuenta de que no se podía legislar a nivel federal con una Ley Nacional de Archivos, porque se atentaría contra la soberanía legislativa de cada una de las 32 entidades federativas. Una de las vías para lograr los consensos y acuerdos respectivos, fue la organización de las reuniones nacionales de directores de archivos adminis- trativos e históricos, estatales y municipales, por la Presidencia y el Archivo General de la Nación. En lo personal, y por mi cercanía con la Dirección General del Archivo, todo el sexenio apoyé a la doctora Moreno en la organización y realización de las primeras seis reuniones nacionales, a saber: Puebla, 1977; Ixtapan de la Sal, México, 1978; San Miguel Regla, Hidalgo, 1979; Guanajuato, 1980; La Paz, Baja California Sur, 1981 y La Trinidad, Tlaxcala, 1982.

Consecuencias positivas en los archivos de estados y municipios

Deseo enumerar algunos cambios positivos logrados en esos años, a través del sistema nacional: Se otorgaron edificios adecuados a la instalación de algunos archivos generales de los Estados, incluido el archivo histórico; entre los que recuerdo, los de Nuevo León, Puebla y Querétaro. Por cierto, el licenciado Luis Manuel Orezza Vázquez, director de este último, llevó la reunión nacional a su estado y falleció poco después. A través del esposo de la doctora Stella González Cícero, Jorge Garibay, quien es además experto en archivos eclesiásticos, se reorganizaron “pei- nando” todos los municipios de varios estados, capacitándose en fumigación y donándose la estantería y catálogos, para lograr archivos históricos muni- 38 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. cipales. Tiempo después, Stella sería directora varios años de la Biblioteca Nacional de Antropología y hace poco tiempo fue a su vez directora del agn. En varios estados también se produjeron leyes estatales de archivos, como en el Estado de México, Tabasco y otros.

Aciertos y desaciertos para la coordinación del Sistema en la administra- ción pública federal

Los logros anteriores y otros que desconozco, no fueron del mismo orden en la administración federal, por diversas razones. El primer acierto fue que después de que se reuniera la Presidencia, el Archivo General de la Nación y la Dirección General de Asuntos Jurí- dicos de la Secretaría de Gobernación para elaborar un proyecto de ley que normara los archivos desde el ámbito federal, se consiguió al menos que se aceptara la propuesta de expedir un acuerdo administrativo, presidencial, que convirtiera al Archivo General de la Nación en la entidad normativa en la materia para todas las dependencias y entidades de la administración pública federal. En cambio, la coordinación que se requería para ubicar la documenta- ción en archivos de concentración y la consecuente constitución de archivos históricos, sufrió altibajos; tampoco fue fácil organizar comités de valuación para decidir el destino de la documentación y definir, con base en el criterio de diversos especialistas, la vida útil o el destino de determinados documentos y archivos historicos, y asumir con objetividad la destrucción de copias y documentos sin valor útil, que se amontonan en multitud de archivos de los tres poderes federales, “por si acaso se llegan a necesitar”. No olvidemos tampoco aquella máxima que me dio el archivista Vicente Rocha, quien decía en tono jocoso, “los archivos son la base de la administra- ción, por eso siempre están en el sótano”. Sabemos demasiado bien cuántos archivos se han perdido de esta manera en inundaciones, derrumbes, tomas de edificios como en Oaxaca recientemente, o por la acción de agentes quí- micos, roedores o incendios.

El Registro Nacional de Población y los archivos

En aquel entonces, también me encargué de coordinar las reuniones nacio- nales de directores del Registro Civil, que fueron cuatro en el sexenio de López Portillo; a saber: Aguascalientes 1978, Ensenada, Baja California, organizar para conservar 39 1979; Valle de Bravo, 1980, Tlaxcala, 1981. También asistí como invitado, a la de Monterrey, en 1983. Diré algunas palabras al respecto. En 1978, la ex directora del Registro Civil de Arcos de Belén, en la ciudad de México, se acercó para que le ayudara a diagnosticar la situación de ese servicio que todos los gobiernos llevan a cabo. Es paradójico, pero el registro civil se manejaba igual que en la época de Juárez: actas elaboradas a mano en libros, de los que se llevaban siete; múlti- ples errores en la transcripción de las copias certificadas, con el consecuente gasto para los usuarios de juicios para cambiar nombre o corregir errores ortográficos graves y otros. Al mismo tiempo, se tenía que dar cumplimiento a la Ley General de Población, para establecer un registro único de todos los mexicanos. Sin entrar en más detalles, señalaré que el cambio fue revolucionario. En 1980, se creó la dependencia específica, la Dirección General del Registro Nacional de Población e Identificación Personal dependiente de la Secretaría de Gobernación, cabeza de la modernización institucional requerida. Como en el caso de los archivos, los Códigos Civiles, uno para cada entidad, incluido el Distrito Federal, contenían disposiciones, en ocasiones contrarias o divergentes. Fue necesario homologar la legislación, ya que no era posible expedir un código único. Se diseñó y conformó un registro, al que se denomina por sus siglas, curp, para ello fue necesario reorganizar los registros civiles, con objeto de asignar la CURP. En lo operativo se suprimieron los libros para inscribir los actos en hojas sueltas, inicialmente con formatos más o menos uniformes y a máquina de escribir, en la actualidad se digitalizan las actas, con apoyo económico del gobierno federal. En lo personal, me tocó colaborar desde el exterior en la moderniza- ción del registro civil, y llegué a ser el representante de la Presidencia en el comité permanente del Registro Civil, que aún subsiste. En 1993, ingresé por primera vez al renapo y permanecí dos años. Recientemente, en 2001, fui director de coordinación con los Registros Civiles en el mismo renapo, por siete meses. Deseo relatar no sólo la colaboración personal, sino algunos de los pro- blemas que vislumbré en materia de archivos, para que se vea lo sui generis que puede resultar el manejo de los documentos. Para muestra dos botones: 1) Después de los terremotos del 85, se contrataron bodegas de andsa para resguardar algunos documentos de diversas dependencias. En el caso del renapo, la primera etapa de modernización concibió un acta con siete copias, para diversos efectos legales y de estadística. Se pagaban alrededor de 300,000 pesos mensuales por la renta de la bodega para las copias de las 40 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. actas, que eran inútiles, pues no tenían valor legal. El director general me autorizó requerir la opinión del Archivo General de la Nación; a través de su directora general, Leonor Ortiz Monasterio, se dictaminó que los docu- mentos no tenían valor histórico y se pudieron destruir. Al mismo tiempo, la dependencia dejó de gastar en la renta de la bodega referida. 2) En 2001, cuando visitaba a los directores estatales para efectos de nuestro programa conjunto, comprobé que en el Estado de México, en Toluca, existían los microfilmes de las actas del registro civil, proceso muy costoso y para el momento inútil, porque ya se estaba financiando la etapa de digitali- zación de las actas. Sugerí entonces a la directora, vislumbrar la posibilidad de digitalizar los microfilmes, para evitar la destrucción de los mismos y así evitar un gasto inútil y elevado. Deben saber que actualmente renapo apoya la digitalización de las actas del registro civil en todos los estados y en el Distrito Federal, desde las correspondientes al periodo de 1930 hasta la fecha. Sólo en el pequeño estado de Colima asumieron el reto de digitalizar las actas desde 1900, y ya concluyeron la labor.

La moda de la transparencia; su efecto en los archivos.

Dos aspectos administrativos apoyó la administración de en su sexenio: 1) La profesionalización del servidor público o establecimiento del servicio civil de carrera; y

2) La aplicación de una ley que creó el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública, ifai, y la generalización de uni- dades para realizar las actividades con base en la “transparencia” gubernamental, es decir, poner a la disposición de quien lo solicite la información sobre las acciones de gobierno, excepto aquellas que por su naturaleza deban mantenerse en confidencialidad.

Para referirme a la segunda, en algún momento me dí a la tarea de leer la ley del ifai, porque habiendo concluido mis funciones como director de operación en la Dirección General de Bibliotecas de conaculta, pretendí ingresar a esa institución. Archivos, Registro Civil y Bibliotecas, enfrentan el reto de no violentar los principios del federalismo vigente. Así también, el ifai debe operar los postulados de la ley de transparencia que le da origen, pero debe buscar organizar para conservar 41 que los estados y el Distrito Federal marchen en concordancia en materia de transparencia; por lo que se sabe, numerosas entidades y el Gobierno del Distrito Federal, han expedido leyes semejantes y establecido institutos locales o unidades administrativas encargadas de otorgar la información, lo que algunos municipios han emprendido por su cuenta. No me queda claro sin embargo, si el derecho a la información se cum- plimenta efectivamente, ya que la premisa fundamental es que las institu- ciones estén bien organizadas para que sus archivos también lo estén. Para proporcionar la información oportunamente, es necesario que los archivos funcionen de manera correcta. Si los archivos no reflejan una sana actividad administrativa, serán el cuello de botella y tampoco estarán debidamente provistos de la información. Hace un par de años me decidí a retribuirle a mi Facultad, Contaduría y Administración en la unam, lo que la institución me otorgó en mi forma- ción profesional, por lo que acepté dar materias relacionadas con la adminis- tración pública. Cuando solicité a mis alumnos que analizaran las leyes de transparencia para conocer sus postulados, se limitaron a bajar de internet las leyes, pero pocos fueron los que interpretaron debidamente lo que persi- guen esas disposiciones. Existen, publicados en el Diario Oficial de la Federación, el 20 de febrero de 2004, los Lineamientos Generales para la Organización y Conservación de los archivos de las dependencias y entidades de la administración pública y federal. Tengo la impresión de que este documento, sin restarle el valor propositivo que tiene de orientar hacia la buena marcha de los archivos, al definir los distintos tipos que debiera haber, su funcionamiento y su ade- cuada coordinación, debe promover una difusión, explicación y capacitación a todos los niveles, para que verdaderamente las dependencias y entidades de la administración pública federal tomen a la letra y pongan en práctica los citados lineamientos. Sólo se me ocurre una pequeña observación. ¿Hasta qué punto las repre- sentaciones o delegaciones de dependencias o entidades, que funcionan en los distintos estados de la República, marchan al unísono como para respetar los criterios centrales, en particular éstos, que se refieren a la administración como tal, llámese contabilidad, administración del personal, archivos, infor- mática y tantas otras áreas? Si en este terreno se pueden tener deficiencias, el nombre mismo de lineamientos no le da suficiente peso legal, a mi entender, a ciertas normas que están definidas para respetarse. Esperemos que estos aspectos se puedan tomar en cuenta, en una nueva administración federal, como la vigente. 42 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Retos y perspectivas para un Sistema de Archivos administrativos e histó- ricos, en el Gobierno del Distrito Federal

El Gobierno del Distrito Federal ha sufrido, desde hace algunos años, una transformación sustancial en su constitución y desempeño. Inicialmente se realizaron reformas para darle un gobierno encabezado no sólo por un fun- cionario de designación, sino electo por la población de la capital del país. En los años recientes, se transformó la Asamblea de Representantes, la tibia institución creada por Miguel de la Madrid, con algunas facultades reglamentarias, para elevarla a la categoría de un Poder Legislativo bien constituido, al que se denomina Asamblea Legislativa, y a sus legisladores, Diputados Locales. El Poder Judicial que ya existía en sus Tribunales, lo es plenamente, incluido su Consejo de la Judicatura. Los ejecutores de las políticas centrales, en el ámbito de las 16 demarca- ciones políticas, primero definidos en la “pasarela” de la Asamblea, ya son electos y se denominan Jefes Delegacionales. Se debate aún que el Estatuto de Gobierno se transforme en una Consti- tución para que la entidad, como los estados de la Unión, sea regulada por su constitución local. Toda esta reciente evolución hacia la soberanía de la mayor entidad en población y el centro neurálgico de la economía, educación, política y comu- nicaciones en el país, debiera traducirse, en el terreno de la administración pública, en un modelo a seguir. Creo sin embargo, por algunos ejemplos que he vivido, que la coordi- nación entre los ámbitos local y central de gobierno, dista mucho de ser la óptima, sobre todo tomando en cuenta que prácticamente todas las Dele- gaciones, la Jefatura de Gobierno y la mayoría en el Congreso Local, han surgido del mismo partido político. El ejemplo más reciente que conozco de esta poco eficiente coordinación, es el de las bibliotecas públicas, que viví en carne propia en 2002 y 2003. Como director de operación de bibliotecas, era la cabeza de la Red Nacional de Bibliotecas, así como de la que debiera existir en el Distrito Federal.En cada estado existe una biblioteca central estatal y redes municipales en los gobiernos locales. En el Distrito Federal no había una comunicación y relación con la biblioteca central delegacional y su red, porque no existía una coordinación desde el gobierno central. Desconozco si a la fecha la hay. Pienso que de manera semejante, la existencia de un sistema de archivos en el gobierno de la ciudad, requeriría de una voluntad política muy definida, así como de mecanismos de coordinación muy bien delimitados y funcio- nales, para que los archivos delegacionales, así como un archivo histórico organizar para conservar 43 de la ciudad, puedan formarse. Para concluir esta participación, deseo dar lectura a una propuesta que no llegó a debatirse en el Primer Encuentro- Debate sobre Centros Documentales y Archivos Históricos Delegacionales que organizaron por las delegaciones Coyoacán y Tlalpan, en marzo del año anterior y del que entiendo, seguramente hablará en detalle mi compañera cronista Ana María Castro, en este mismo foro. Como dije, el documento que leeré a continuación es una aportación per- sonal que no ha sido discutida con otros compañeros cronistas o archivistas interesados, por lo que pido su comprensión. Los asistentes al Primer Encuentro Debate sobre Archivos y Centros de Documentación, efectuado en Coyoacán del 8 al 10 de marzo 2006, manifes- tamos: Ser cronistas, investigadores e interesados en la existencia y desarrollo de centros de documentación y archivos históricos, como fuente de estudio y preservación de la memoria de la historia local en la ciudad de México. Denunciamos el abandono y deterioro en que se encuentra la documen- tación, archivos y otros repositorios de la historia. Pedimos a las autoridades presten la atención que conviene y doten de los recursos necesarios a los archivos existentes o provean a los que se puedan crear a partir del presente. Acaten lo que disponen la ley de acceso a la información, emitida por el gobierno federal, así como la correspondiente al Distrito Federal, en materia de organización, rescate y preservación de los archivos administrativos pro- ducto de su gestión. Se sugiera y promueva ante la Asamblea Legislativa del Gobierno del Distrito Federal, la pronta expedición de una ley normativa en materia de archivos, tanto administrativos como históricos, para el ámbito del gobierno de la ciudad, sus poderes y las 16 delegaciones políticas. En lo correspondiente a los archivos históricos, que se contemple la for- mación de comités de depuración para determinar el posible valor histórico de ciertos documentos. Que la legislación respectiva contemple las necesidades de capacitación y profesionalización de los archivistas. Asimismo, que se incluya un apartado que defina los lineamientos para la consulta por los investigadores y en su caso normas para el fotocopiado, fotografía o digitalización de determinados documentos con valor histórico. Que esa legislación contemple la normatividad para la celebración de convenios de coordinación para la subvención, adquisición o donación de archivos particulares, organizaciones de los sectores social y privado o de la sociedad civil, así como a través de la dependencia federal correspondiente, 44 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. con las asociaciones religiosas normadas por el artículo 130 constitucional y la ley respectiva. Una palabra final: A lo largo de este texto he hablado como ex funcionario público federal; considero ahora expresar un sentir como cronista de la mayor delegación del Distrito Federal, la que hace dos años cumplió 150 de haberse integrado al Distrito Federal, la antigua San Agustín de las Cuevas, hoy Tlalpan. Cuando se iba a realizar la Reunión Nacional de Archivos en 1981, en la ciudad de La Paz, Baja California Sur, mi amiga y ex jefa, Alejandra Moreno Toscano, tuvo la idea de invitar a diversos historiadores destacados, entre ellos, su esposo Enrique Florescano, al dilecto teórico de la crónica, que llamó microhistoria, el ya desaparecido don Luis González y González, así como al franco-mexicano Jean Meyer, para que elaborara cada uno un texto sobre la estrecha relación entre los archivos y la historia regional. Considero que los puntos de vista vertidos en la publicación que se hizo de los textos, son tan válidos para los historiadores como para nosotros los cronistas. Anexo a esta ponencia, copia de la publicación, que guardo como oro molido desde hace más de veinticinco años. MESA 2

Retos en la organización y valoración de los archivos

La gestión y la organización de los archivos. Licenciado Daniel Martínez Bonilla, Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía

Los archivos de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales del Distrito Federal: una experiencia en la organización científica y la solidaridad archivística. Archivista María Teresa Dorantes, Consejería Jurídica y de Servicios Legales del DF

Consideraciones sobre el Archivo de Catastro de la Secretaría de Finanzas de la Ciudad de México. Licenciada María del Carmen Suárez Rivera, Unidad Departamental de Archivos y Oficialía de Partes

Actualización del marco jurídico: Lineamientos generales de administración documental y transferencia de archivos administrativos al Archivo General Municipal de la ciudad de Puebla. Maestro Hugo Cortés Santiago, Licenciada Leticia López Gonzaga, Archivo General Municipal de Puebla La gestión y la organización de los archivos

Profesor Daniel Martínez Bonilla

El 20 de febrero de 1854, fue expedida la orden del Ministerio de Hacienda “sobre arreglo de archivos”. En ésta, se hacía énfasis en los problemas que aquejaban a las oficinas con sus acervos, del desorden que existía, además de la pérdida de los documentos. Como solución a los anteriores, se estableció un término de seis meses para que tuvieran el más perfecto arreglo, también la elaboración de un inventario minucioso de sus archivos. Serían sancionados y destituidos de su empleo aquellos Jefes de Oficina que no cumplieran o que extraviaran expedientes. Para saber si hacían caso a las indicaciones, se encomendó a los visitadores que revisaran los archivos. Han pasado 153 años de la orden y nuestros archivos públicos, en lugar de mejorar y erradicar los problemas comunes, son cada vez más difíciles de con- trolar y cada vez mayores los problemas que afectan a la Administración Pública en la aplicación directa o indirecta de recursos y resultados más pobres. En nuestros archivos, sean de trámite, concentración o históricos, encon- tramos que en todos existen conflictos, a los cuales se les dan solo pequeñas solu- ciones inmediatas sin llegar a la raíz; los dos grandes problemas que considero prioritarios son: 1. La gestión de archivos y 2. El personal profesional y técnico.

La gestión de archivos

La congruencia entre decir y hacer está ausente en la preservación de los archivos, no se puede decir a la ligera que se quiere tener un patrimonio his- tórico documental y que éste sea representativo de una entidad o de nuestro país, cuando no se asignan recursos necesarios y los archivos administra- tivos, que son la fuente de alimentación, presentan serias deficiencias. 48 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. La gestión debe entenderse como la administración de los archivos, con- forman un sistema, donde están vinculados los archivos de trámite con los de concentración y con el histórico, con el fin de dar soluciones compartidas y aunque debe funcionar como un todo integrado, sabemos no es así. Un problema frecuente en los archivos administrativos, deriva de la creación innecesaria de documentos de todo tipo, su duplicidad, la falta de control y la poca o nula aplicación de procesos archivísticos. Hoy en día, las instituciones públicas del Distrito Federal cuentan con los lineamientos generales en materia de archivos; son un buen inicio para la construcción de los archivos y su organización confiable y permanente, para dar solución a muchos problemas rezagados y desde luego, para cumplir con una transparencia del ejercicio público. Los archivos de la administración pública deben estar organizados para su acceso, sin embargo, en muchos casos, no hay una organización estruc- turada, sino una acumulación asistemática cada año, con un nombre o cla- sificación que identifica el conjunto de documentos con características simi- lares, pero que no refiere al mismo asunto como en el lenguaje técnico se le conoce a la serie documental, ya que estos se encuentran disgregados. De acuerdo con lo anterior, no sólo se reduce a la indefinición o a la nula existencia de las series documentales, sino que ésto va más allá; instituciones cambian de nombre y persisten sus funciones y, por lo tanto, la acumulación o integración en los archivos de concentración y en los históricos, por lo que resulta tardío dar una respuesta concreta al nuevo fondo, o bien, cerrar el fondo que concluyó la generación documental. La aplicación de procesos técnicos que apoyan el funcionamiento archi- vístico-administrativo tiende a ser cada vez más complicado. Como ejemplo tenemos lo que se planteó en la administración norteamericana ante el exceso de documentación y que dio pie a la valoración documental; aunque cono- cemos la respuesta y los caminos para hacerlo, tendemos a no eliminar porque puede ser importante, solicitarse para consulta, o simplemente se desconoce qué hacer y cómo tratar este problema. De esta misma forma, encontramos varios problemas en la clasificación y en la descripción.

El personal profesional y técnico

Siguiendo el punto anterior, falta una adecuada planeación y personal pro- fesional con conocimientos en la materia que pueda apoyar y hacer frente a los problemas. organizar para conservar 49 La Ley de Transparencia del Distrito Federal, en el artículo 53, fracción III menciona:

III. Que se permita la capacitación a funcionarios previamente designados por el ente público en técnicas de archivonomía.

En los Lineamientos Generales en Materia de Archivos del Distrito Federal, que propiamente son para integrar a los mismos: El artículo 9 dice que “los entes públicos del Distrito Federal deberán integrar y organizar un Sistema Institucional de Archivos que les permita la correcta administración.” El artículo 13 determina que “el responsable de la Unidad Coordinadora de Archivos deberá contar con experiencia y conocimientos en archivística y tener aptitudes para la integración, coordinación, control y evaluación de planes, programas y proyectos en la materia.” El artículo 45 determina la elaboración de instrumentos básicos de control archivístico, entre estos: manuales, cuadros, catálogos, inventarios, entre otros. En cuanto a capacitación, el artículo 57 señala que “los entes públicos deben mantener al personal archivístico capacitado y actualizado permanen- temente para la habilitación técnica y la adquisición de competencias labo- rales, relacionadas con la administración y conservación de los documentos de archivos electrónicos.” Para finalizar este bloque de artículos, el 60 dice: “El ente público, con- forme a su disponibilidad presupuestal y normatividad aplicable, en el marco del sistema establecerá medidas para la profesionalización, el crecimiento institucional y la capacitación permanente del personal dedicado a la función de los archivos.” No son congruentes los artículos, ya que si no se tienen los archivos físicos organizados, ni el personal con los conocimientos fundamentales para hacer la organización, desarrollo y aplicación de los instrumentos básicos de control archivístico, no es posible que funcionen sistemáticamente. Por ello es necesario contar con profesionistas en archivonomía y dar prioridad y permanencia a la capacitación en la materia; de esta manera se solucionarán los verdaderos problemas; esto debe hacerse en paralelo con los archivos electrónicos, de no ser así, sólo se seguirán haciendo trabajos que permitan justificar año con año, el poco presupuesto otorgado. Los lineamientos o en los programas que de estas disposiciones jurídicas se deriven deben contemplar la capacitación personal que lleva el trabajo más operativo. Así, el personal que hace el trabajo de planeación debe contar con 50 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. los conocimientos propios. Lo ideal sería incluir profesionistas de la archi- vonomía, lo cual, si no se contempló de momento, debería retomarse en una Ley de Archivos para el Distrito Federal. Por citar un ejemplo, la iniciativa de Ley Federal de Archivos, presentada por el grupo parlamentario del pri, ha contemplado la posibilidad de poner los archivos en el nivel que les corresponde de manera objetiva y el personal con conocimiento de causa. Los mecanismos para rescatar nuestros archivos no están sólo en la apli- cación de la teoría; tener personal con conocimientos al mando o ejercer pro- gramas de capacitación, parte de este titánico trabajo, se puede llevar a cabo con la simple respuesta de los empleados que ahí trabajan, ¿cómo hacerlo? Obligando a que el personal haga su trabajo. Me refiero a aquellas personas que están en un archivo determinado y que no quieren trabajar; por ellas, quienes si trabajan, no pueden hacerlo todo. Es justo que si perciben un salario, realicen un trabajo determinado. Quienes manejan los archivos de oficina, son las secretarias o auxiliares administrativos, a quienes se les imparten cursos que no les interesan y por lo tanto, el fruto es estéril. Es cierto que mucha de la capacitación no fun- ciona, ya que carece de material teórico y de una aplicación práctica que sea realmente útil para la institución sin hablar de la falta de continuidad; un ejemplo es la impartición de cursos con material de archivos históricos, para archivos administrativos. Otro problema que afecta a nuestras instituciones públicas, es el protec- cionismo sindical, uno de los factores más deteriorantes para los archivos y en general, para la Administración Pública. Los trabajadores de los archivos gozan de muchos privilegios a cambio de resultados poco satisfactorios; otras personas hacen el trabajo que les corres- ponde y además se les paga con nuestros impuestos; se generan pérdidas, horas/hombres tal vez incuantificables. También se desencadena la contratación indispensable de personal por honorarios, en ocasiones con el perfil adecuado pero con baja percepción económica, con contratos por tiempo definido, sujetos a un presupuesto raquítico y con una enorme carga administrativa y operativa, porque como ya mencioné una parte importante del personal de base o adscrito, no cumple con su trabajo, argumentando la falta de preparación, los bajos salarios, una excesiva carga de trabajo, o no poder cargar expedientes. Muchas personas no comparten este pensamiento y actitud, son com- prometidas, eficientes e incluso contribuyen a mejorar su entorno laboral sin esperar nada a cambio, pero un sistema contaminado en una de sus partes sustanciales, no puede sanearse en poco tiempo. organizar para conservar 51 En este siglo xxi, en la era del conocimiento y de la información, las economías nacionales y locales no pueden estar desligadas; aún cuando es un trabajo operativo, el archivo se basa en un trabajo intelectual previo, siempre y cuando se quiera construir una buena administración, con una adecuada aplicación de recursos y un archivo histórico como parte fundamental del patrimonio documental. Para llegar a una situación favorable y tener resultados paulatinos y per- manentes, planteo algunas premisas que con voluntad las administraciones, pueden aplicar:

1. La aplicación estricta y contundente de la legislación vigente en todos sus sentidos. Sí a los beneficios que da la administración pública, pero también, sí a la responsabilidad y a hacer lo que corresponde a cada uno de nosotros.

2. Que sean incluidos profesionistas de la archivonomía, no en un futuro lejano, sino este mismo año y de manera constante y permanente, para una adecuada administración del sistema y con un ingreso económico favorable.

3. Que se forme un cuerpo representativo de los poderes de gobierno con conocimientos en la materia, para que audite y revise permanente- mente los archivos y el trabajo que se está realizando, así como lo que se hará en determinado tiempo según lo establecido en los programas de tra- bajo que refiere el artículo 23 de los citados Lineamientos, lo cual signifi- cará mejoras constantes y permanentes.

4. Que se dé a conocer por distintos medios, como parte de la trans- parencia y como un derecho del ejercicio de los recursos, los resultados del grupo representativo, lo que se hace en los archivos, cómo se subsanan los problemas y cómo se sanciona a los que incumplen.

5. Que los programas y cursos de capacitación sean aplicables de forma inmediata y no se limiten a la teoría, que en muchas ocasiones poco entienden quienes carecen de bases.

6. Que los mandos superiores de los entes públicos se comprometan a solucionar los problemas a través de decisiones firmes, concretas y desde luego, con presupuestos favorables que apoyen esta labor tan necesaria para todas las instituciones. 52 memoria del primer encuentro de archivos del d. f.

7. Asimismo, que dentro de los programas establecidos, se con- sideren los tiempos de entrega bien definidos, ya que de lo contrario, se vuelven sólo buenas intenciones.

Para concluir, Peter Drucker, señala:

“La administración es la función central de la sociedad moderna. Todas las ins- tituciones tienen responsabilidad por la calidad de vida del ser humano. Existen técnicas de administración, pero administrar es también un sistema de valores y creencias, una cultura. La administración no responde al desarrollo social y econó- mico. Lo crea. No hay países subdesarrollados. Solo hay países subadministrados”. Los archivos de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales del Distrito Federal: una experienciaen la organización científica y la solidaridad archivística

Archivista María Teresa Dorantes Asesora en Materia de Archivos de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales del Distrito Federal

El trabajo que se presenta es una semblanza del desarrollo archivístico rea- lizado en la Consejería Jurídica y de Servicios Legales del Distrito Federal a través de seis años de ejercicio archivístico, basado en cinco ejes estraté- gicos que permitieron la planificación óptima de los recursos materiales y humanos, logrando las metas proyectadas en la ruta crítica correspondiente. Todo esto, enriquecido con la solidaridad que dieron los archivistas y las ins- tituciones nacionales e internacionales, sobre todo, las asociaciones profesio- nales de archiveros, entre otros anaid, sedca, inda e ica y todos los que han participado en él. La historia de este proyecto inició cuando se detonaron las situaciones políticas por las que el Distrito Federal pasó de 2001 a 2005. Iniciamos el pro- yecto de organización científica con la urgente necesidad de aplicar normas internacionales, lo que permitió hacer dinámicos los procesos archivísticos, garantizando el rigor científico y la localización de los documentos de Izta- palapa y el Encino, además de reconstruir, se han inventariado entre otras, las series Expropiaciones, Trámites funerarios, Marcas y Patentes, Registro de minas, Nacimientos, Matrimonios, Defunciones, cuyos fondos documentales están articulados con la historia de la institución jurídica del Distrito Federal, la historia archivística, consustancial con la juridicidad del documento y su matricidad registral. Todo esto, lo compartiremos con ustedes a través de la experiencia vivida en la organización de los archivos de la Consejería. La presencia de los archivos y de los archiveros como vemos, se remonta a la cuna de pretéritos tiempos. Con la memoria llegó la civilización y con ella el archivo y el archivero. Como testimonio de esto, recordaremos a uno de los primeros archiveros en 54 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. la historia de la humanidad que vivió hace aproximadamente 4,200 años, me refiero al famoso Han Kay, archivero de Egipto, cuyos restos fueron localizados el pasado febrero de 2007 en el templo de Tetis, este hallazgo representa el testimonio de la importancia de los archivos y de los archi- veros para la civilización. Asimismo, la 3ª dinastía de los pueblos de Siria aportó también las estructuras documentarias del registro, constatado en uno de los hallazgos más importantes del siglo xx, me refiero específicamente a los archivos de Ebla,15 bajo el poder de Ibbit-Lim, rey de los Eblaitas, quien mandó cons- truir ex profeso los repositorios donde resguardó sus archivos, en los que los documentos eran debidamente organizados (nótese organizados) por series documentales como: provisiones, tributos, seguros de mercancías, comercio, planos de rutas comerciales, asuntos diplomáticos y legales, además, una serie documental específica de apéndices que daban certidumbre a los actos realizados en esta ciudad-estado.16 Por sus archivos, podemos saber a qué se dedicaba este grupo humano, qué tipo de gobierno tenía, qué clase de textiles usaba, incluso, con qué regalos su rey había sido obsequiado por los faraones Khafra y Pepi I; se localizaron también entre otros, el registro de quiénes eran sus ebanistas, sus textos escolares, sus inventarios, etcétera. Como podemos observar, seguir el rastro de los archivos y los archiveros, puede llevarnos a los lugares más recónditos del planeta y al origen de la propia memoria. En la Grecia Clásica, Aristóteles de Estagira decía que la memoria es el alma de la cosas vivas, así, que hablar de archivos institucio- nales es hablar de memoria pública, pues los documentos desde la primer edad de su ciclo vital de acuerdo con la teoría de Schelemberg,17 representan la vida de las instituciones donde son generados o recibidos. Sin embargo, en el caso de la archivística mexicana, es fundamental que partamos de un análisis crítico del Estado y de su modelo jurídico, por que estos elementos determinarán las características de los archivos y serán una herra- mienta invaluable a la hora de determinar el rumbo de nuestros trabajos. Por lo tanto, hemos analizado los intereses que movieron la vida polí- tica del siglo xx, y que evidencian un proyecto claro para la cancelación de la memoria. En estas condiciones, los archivos fueron confinados a los lugares más sórdidos, por lo tanto, no era necesario regular su funciona- miento; en este escenario, se renunció a la promulgación de una Ley Federal de Archivos, lo que ha repercutido en entidades como el Distrito Federal, que anteriormente estuvo tutelado por el Ejecutivo de este país. Con una lectura

15 Dahodd, M., “ Ebla Ugarit and the Bible”, en The Archives of Ebla,Nueva York, 1981. 16 Cruz Mundet José Ramón, Manual de Archivística, 2a ed., Ruizperez, Madrid, 1997. 17Schelemberg, Teodoro R., Archivos Modernos, Secretaría de Gobernación, 1987. organizar para conservar 55 política de esta índole, también surgieron y medraron grupúsculos que han tratado de desvirtuar o aniquilar la memoria, tratando de detener el paso al desarrollo y buenas prácticas de la archivística científica. Pero las cosas han cambiado, las nuevas generaciones de archiveros tienen una nueva menta- lidad, pero también es evidente que ha sido elemento toral, el apoyo recibido durantes dos décadas, que nos han aportado los teóricos de diferentes países, como Antonia Heredia, José Ramón Cruz Mundet, Vicenta Cortés, Carol Couture, Martha Ferriol, Ramón Alberch i Fugueras, entre otros, también el apoyo del Consejo Internacional de Archivos y de las asociaciones profe- sionales, han cambiado el rumbo de la historia archivística de México, pues de esta manera, se está consolidando la metodología de la ciencia archivís- tica y la aplicación de normas internacionales que venimos trabajando desde febrero de 1994.18 Organizar un archivo, independientemente de su clase, tipo o tamaño de sus fondos, es una tarea de gran envergadura; el conocer los documentos no es verlos, sino, saber de dónde vienen y a dónde van, conocer perfectamente su naturaleza, para no desvirtuarla con “procesos documentarios” subjetivos, como se hizo o se hace en muchos archivos hasta el día de hoy. Reiteramos, el pasado de los archivos representa el pasado y el presente de las instituciones y las funciones que han ido realizando a través de su his- toria administrativa y sustantiva, estos elementos servirán para la correcta conducción de sus fondos documentales, serán determinantes para el cono- cimiento de las instituciones que dieron vida a las competencias y el ejercicio de ellas, con estos elementos cognoscitivos, conduciremos las series docu- mentales correctamente, sin inventar nombres que desarticulan y vulneran el Principio de Procedencia19 que en el Distrito Federal, está contemplado en el artículo 52 fracción II de la Ley de Transparencia y Acceso a la Informa- ción Pública del Distrito Federal. El presente de los archivos se determina por el grado de conocimiento del ejercicio de la Administración Pública, es decir, de los funcionarios en turno, que deben tener una conciencia ética.20

18 Dorantes Cacique, María Teresa, Inventario Cardinal. Fondo Fomento: Rescate de una Insti- tución Olvidada, acahem, Toluca, 1824-1965. 19Artículo 52, fracción II de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Públical del Distrito Federal. que determine el Instituto, “…la información contenida en el artículo 13 de la ley; de conformidad con la legislación en la materia; organizándolos de acuerdo con los principios archivísticos de procedencia y orden original, que establezca el Instituto;..” 20 Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Distrito Federal. 56 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Desde el punto de vista filosófico,21 todas las corrientes, desde los preso- cráticos hasta los posmodernistas, coinciden en la importancia de los archivos en relación con el “alma” de las instituciones, la esencia de su razón de ser, la naturaleza del todo; para la Administración Pública, sus archivos son la cons- tancia plena del ejercicio de sus atribuciones y en esta acción se resguardan los documentos que registran y constatan los derechos ciudadanos. Mirar la parte ulterior de la Administración Pública, es ver el ejercicio de las funciones, esto determina la clase de archivos que se generan; si sus funciones están correctamente definidas, sus series documentales serán homogéneas. En esta ocasión, sólo hablaremos de los archivos de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales del Gobierno del Distrito Federal. La institución tiene sus raigambres en el siglo xix, como oficina jurídica cuyo nombre perduró hasta después de 1929, cuando desaparece el municipio en el Distrito Federal, posteriormente para la década de los 50, se le da el nombre de Dirección General Jurídica y de Gobierno, y pasa despúes a ser la Coordinación Jurí- dica. En la última parte de este siglo es instituida como Subsecretaría de Asuntos Jurídicos. A la Llegada del siglo xxi se le da el nombre de Consejería Jurídica y de Servicios Legales. Este organismo está conformado por cuatro direcciones generales, dos direcciones ejecutivas y la propia Consejería Jurídica,22 entre sus competen- cias fundamentales se encuentran, la emisión, cuidado, protección y tutela de los actos del estado civil de las personas, la publicitación del bien raíz y del comercio, el ejercicio de la voluntad ante la fe pública, la atención a los ciudadanos que no cuentan con recursos para los gastos de su defensa legal en materias penal, civil, familiar y de arrendamiento inmobiliario; la defensa jurídica del Jefe de Gobierno, el Secretario de Gobierno y la Con- sejera Jurídica. También, atiende la asesoría en materia jurídica para las delegaciones y demás instituciones del Gobierno del Distrito Federal, tiene encomendado el favorecer la convivencia armónica entre los habitantes y la población flotante del Distrito Federal; el pago de indemnizaciones por expropiación, trámites funerarios, reversiones, publicaciones de la Gaceta Oficial; la emisión de la Apostilla, que es una obligación consustancial a nuestro derecho positivo, debido, a que el Estado mexicano, manifestó y

21 SOCRATES.- Libro Editorial Planeta. 1976. 22Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; La convención de la Haya de 1961, el Pacto de Derechos Civiles y Sociales 1966, la Ley del Servicio Exterior Mexicano, la ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Distrito Federal, el código Civil, la ley del Notariado, el Código de Procedimietos Civiles, el Código Penal, el Código Financiero, el Reglamento del Registro Civil. organizar para conservar 57 perfeccionó su consentimiento en obligarse a lo dispuesto por La Conven- ción de la Haya de 1961, donde se suprime el requerimiento de legalización de los documentos públicos extranjeros y desde ese momento se emitió la Apostilla en el Distrito Federal, encomendando esta función, a la Dirección General Jurídica y de Estudios Legislativos. Estos fondos se encuentran instalados en diferentes repositorios ubi- cados en diferentes espacios geográficos del Distrito Federal, por ejemplo, el Archivo Histórico de Notarías está ubicado en el ex convento de Corpus Cristi ubicado en avenida Juárez, en el centro de la ciudad de México; el Archivo Histórico del Registro Público de la Propiedad, aún se localiza en los acervos de segunda edad de este archivo registral, cuyas series documentes están publicitadas en la página web de la Consejería Jurídica, en cumplimiento con el artículo 12 y 13 de la ley de Transparencia del Distrito Federal. Los archivos del Registro Civil están ubicados en cada uno de los juz- gados, el Archivo General se localiza en Arcos de Belen, en este repositorio se encuentran instaladas las series documentales de 1861 a 2006. Los fondos documentales de esta institución están debidamente articu- lados con el ciclo vital del documento, como el Fondo notarial, el Registro Público de la Propiedad, el Registro Civil, los Servicios Legales con su Defensoría de Oficio y su área Contenciosa Administrativa y el Fondo de Justicia Cívica. Los fondos documentales de índole administrativo más los fondos de índole sustantivo, representan un universo aproximado de 170 mil metros lineales, los cuales iré describiendo. Las características de cada Fondo son sui generis, debido a la comple- jidad de sus funciones y ejercicio del derecho. Los fondos documentales de Consejería fueron localizados en condi- ciones deplorables, entre el polvo, la humedad y el olvido. Iniciamos los trabajos con un diagnóstico por cada una de las institu- ciones que conforman la Consejería Jurídica y de Servicios Legales. Después de haber entregado y evaluado los diagnósticos, se nos instruyó para la rea- lización del proyecto general de desarrollo archivístico y este se inició el día 14 de febrero de 2001. Para evaluar los 100 primeros días de la Administra- ción del licenciado Andrés López Obrador, se concluyó el inventario de la serie Asuntos Laborales de la subserie Juicios de fechas extremas del 24 de noviembre de 1952 al 14 de febrero de 2001. Para la realización de los inventarios se aplicó la Norma isad (g)23 con el fin de administrar la información y las estructuras del Habeas Data, todo esto,

23Norma isad (g), Consejo Intenacional de Archivos. Disponible en : www.ica.org. 58 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. para dar cuplimiento a los ordenamientos nacionales e internacionales, pues éstos corresponden al artículo 17 del Pacto de Derechos Civiles y Sociales de 1966 ratificado por México; debido a sus niveles de orden constitucional, han sido protegidos por ser información confidencial. Como la historia archivística es larga, referiremos que los fondos fueron procesados científicamente respetando sus principios fundamentales de pro- cedencia y de orden original, y éstos ahora presentan las constantes docu- mentales en los estadios que se refieren a continuación.

La Consejería está conformada por 8 fondos documentales administra- tivos y 6 sustantivos. 2322 series, fechas extremas 1525 a 2007. 8 Archivos de Gestión. 1 Archivo de Concentración. 3 Archivos Históricos. Con un total de 12 archivos.

Sin embargo, por la complejidad de la institución, los archivos se loca- lizan en 360 repositorios, cada uno cuenta con su Cuadro de Clasificación; estos avances los podrán consultar en la página web de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales del Distrito Federal. Para lograr el desarrollo archivístico, la calidad de la información y su administración, tanto en sus valores de información como los documentales, fue necesario aplicar normas internacionales contempladas en los ordena- mientos institucionales. Los logros en la organización científica han posibilitado que los servi- cios de información se realicen en décimas de segundo, lo que quiere decir que los trámites se han agilizado, permitiendo la emisión de los documentos del Estado Civil de las personas, en minutos, las consultas que solicitan los tribunales se realizan en el término de ley correspondiente y las solicitudes de información se llevan a cabo también en el término de ley y entre otros, las solicitudes de información para la defensa de los intereses del pueblo y Gobierno del Distrito Federal, se realizan en minutos. Todo esto ha permitido que los Archivos de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales participen en asuntos de la relevancia de Paraje San Juan o el Encino que como todos sabemos, provocaron el desafuero del licenciado Andrés López Obrador como Jefe de Gobierno. Sin embargo, todos los docu- mentos que acreditaron los asuntos atendidos en la Suprema Corte de Jus- ticia de la Nación, fueron entregados a tiempo y forma, a los tribunales rela- cionados con los asuntos. Cabe referir que recibimos apoyo de los archivos organizar para conservar 59 españoles, quienes nos enviaron las fuentes primarias relativas a la propiedad de la tierra en la épcoa virreinal, por lo tanto, estos documentos datan del siglo xvi, xvii y xviii y se encuentran debidamente certificados. Los archivos de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales han cami- nado por nuevos derroteros que nos han permitido transitar hacia las polí- ticas públicas que están marcando un nuevo orden de cosas, ahora el ciu- dadano está más enterado de los asuntos del Gobierno, ahora el ciudadano transita también hacia el conocimiento de las instituciones y esto le posi- bilitará el acceso a la información, lo cual representa, fundamentalmente, ir hacia una nueva cultura, emanada de los entresijos de la Administración Pública y cuya fuerza se la dará el ejercicio de la Ley de Transparencia y Acceso. Pero también, la consolidación del ejercicio de la archivística, forta- leciendo el rigor científico con el que se organicen los archivos, pues el ciu- dadano sabrá qué series documentales han existido a través del tiempo, por ejemplo, si un empleado que labora en la Secretaría de Cultura, pero que ingresó en la década de los 70, solicita los documentos para reclamar sus derechos laborales, en este caso, tendríamos que buscarlos en la oficina que los generó, como la Dirección General de Acción Cívica, Cultural y Turística del Departamento del Distrito Federal, que dio origen a la Secretarías de Cul- tura, Turismo y Desarrollo Social, etcétera. A estas series documentales se les conoce como series asociadas, pues están articuladas con las funciones del organismo productor, pero en caso de extinguirse, sus documentos pasan al organismo que lo sustituya como fue el caso de la Dirección General que estamos refiriendo. En el caso de no existir sucesor, será menester enviarlos al Archivo de Concentración y fijarsu retención, y cuando éste cumpla, se enviarán al Archivo de Tercera Edad o Histórico. Un caso específico de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales es la Dirección General de Servicios Legales que atendía todos los asuntos de migración para los extranjeros que eran contratados por el Departamento del Distrito Federal, en las áreas de deporte, arte y ciencias. Estas series fueron entregadas el pasado noviembre, a la Consejería por el Archivo Histórico y el Archivo de Concentración del Gobierno del Distrito Federal y se encuentran en proceso de organización científica, entre las series rescatadas se localizaron 56 volúmenes de la serie Amparos y la subserie Expropiaciones de fechas extremas de 1944 a 1990. En el ámbito de las relaciones interinstitucionales, la Consejería Jurí- dica y de Servicios Legales y la Oficialía Mayor, firmaron los covenios con la unam, especfificamente con el Dr. Axel Didricksson, el Consejo Interna- cional de Archivos, el Archivo Nacional de Cuba, el Archivo de Ginebra y 60 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. las Asociaciones Profesionales del Mundo y las Asociaciones Mexicanas que pertenecen al ica.

Conclusiones

Estos trabajos se están realizando con la aplicación de normas internacio- nales, desde los archivos de gestión hasta el histórico, con el fin de completar con pulcritud el ciclo vital como garante de los derechos ciudadanos del Distrito Federal o residentes en esta entidad y desde luego, la preservación de la memoria documental de una de las capitales más pobladas del planeta, el Distrito Federal. Colegas, la lucha está iniciando, defendamos la memoria de México, por lo pronto quiero cerrar este trabajo remembrando a Benedetti cuando dice que “no olvidemos que el olvido está lleno de memoria”. Consideraciones en torno al Archivo de Catastro de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Distrito Federal

María del Carmen Suárez Rivera Unidad Departamental de Archivo y Oficialía de Partes Dirección de Recursos Materiales-Dirección General de Administración

Síntesis

La propuesta comprende una breve retrospectiva acerca de la historia del catastro en México y de su creación como una necesidad básica del estable- cimiento de registros de la tierra; tanto por la necesidad de que el comprador obtenga información de la compra, así como por la necesidad del Estado de saber cuáles son las unidades territoriales posibles de tributar. El Archivo de Catastro es uno de los organismos responsables de manejar, mantener, asegurar y proteger información y documentación correspon- diente a la propiedad y al registro predial dentro de la circunscripción del Distrito Federal. Derivado de su importancia, se exponen datos acerca de la evolución histórica, estado actual y pertinencia del archivo catastral, en el contexto de su adscripción, la Secretaría de Finanzas. En este trabajo subyace el interés de identificar el valor de los archivos como herramienta vital para la gestión institucional cotidiana y para el pro- ceso de acceso a la información pública.

Introducción

¿Qué es o cómo se define el catastro? La definición tradicional indica que se trata de un inventario público de datos, metódicamente recopilados, relativos a las propiedades de un país o de un distrito, basado en la medición de sus contornos. Pero el término “catastro” ha sido empleado indistintamente con la significación de inventario, censo o registro. 62 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Históricamente, los primeros catastros fueron establecidos con fines exclusivamente fiscales, pero a partir de ciertas concepciones alemanas sobre movilización de valor de los inmuebles y su aprovechamiento como factor del crédito territorial, el concepto y los fines del catastro aumentaron. Entonces, a la noción original del catastro, como padrón de fincas sujetas a tributación, se agregó la demanda de la individualización física de los predios y de la titularidad de los derechos sobre los mismos (se incorporaron los elementos planigráficos y jurídicos). Antes de continuar, recordemos que la tierra es y ha sido uno de los recursos fundamentales de cualquier ciudad, por ello, desde la antigüedad se ha tratado de estudiar y de realizar las actividades conducentes a su clasifica- ción, registro y establecimiento de impuestos ligados a la propiedad. Derivado de lo anterior, los catastros se crearon como una necesidad básica del establecimiento de registros escritos de la tierra; tanto por la nece- sidad de que el comprador obtenga información de la compra, como por el requerimiento del Estado de saber cuáles son las unidades territoriales posi- bles de tributar. No hay que dejar de mencionar que una vez confeccionado, el catastro no es inamovible, puesto que es reflejo de la propiedad y ésta varía de propie- tarios y de dimensiones, por lo que se hace necesario conservarlo y revisarlo para mantenerlo actualizado.

Contexto histórico del catastro en México

El marco geográfico y económico en el que se desarrollaron las civilizaciones prehispánicas que habitaban las regiones de Mesoamérica, influyó en las formas de propiedad y usos del suelo, lo que motivó que las primeras disposi- ciones sobre distribución de la tierra, estuviera relacionadas con su organiza- ción política y cultural; por ejemplo, entre los aztecas, las tierras pertenecían a la comunidad y se dividían en calpullis o barrios. El jefe de cada barrio se encargaba del registro de las tierras y del reparto entre los jefes de familia, las obligaciones de los miembros del calpulli eran trabajar la tierra y pagar tributos, teniendo la posibilidad de disponer de ella y heredarla a sus descen- dientes, pero no venderla. Para este período, la información referente al catastro se identifica en los códices pictográficos, que especifican los procedimientos legales relacio- nados con la administración y uso de la tierra. organizar para conservar 63 Un ejemplo de documento catastral prehispánico es el códice Santa María Asunción, representativo del sistema catastral y estadístico sobre la población y las tierras de 12 localidades de Texcoco, en el valle de México.24 Ya en la época colonial, el origen de la propiedad territorial novohispana estuvo determinado por el soberano español, quien otorgaba la donación de derechos sobre la tierra entre los particulares a través de un título llamado merced, el cual constituía un premio a la gestión ejemplar de un vasallo des- tacado o como pago de un compromiso. De esa manera, las mercedes de tierra eran el medio de obtención de la propiedad rural. En el aspecto legal, los tipos de propiedad que se destacaron durante el período colonial fueron dos: a) La propiedad privada, conformada por enormes extensiones de tierra denominadas haciendas, cuya posesión pertenecía a particulares y al clero. b) La propiedad comunal, perteneciente a la población indígena, com- prendida por cortas extensiones de tierra en zonas agrestes, donde se refu- giaron los grupos de indígenas que no fueron sometidos por los españoles.

Siglo xix: antecedentes legales del catastro

Durante el siglo xix e iniciado el período independiente en 1821, se registran los antecedentes legales del catastro en México, al dictarse la protección de los grandes latifundios civiles y eclesiásticos, así como la promulgación de una Ley de Colonización que favorecía la política colonizadora y el expansio- nismo norteamericano. Casi a fines del xix, en 1883, con el fin de conocer la estructura econó- mica y política, el gobierno de la República decretó la creación de la Direc- ción General de Estadística. Cuya tarea sería compilar, clasificar y publicar periódicamente las cifras comparativas del ramo económico, realizando levantamientos censales tanto en el ámbito poblacional como en el ámbito de catastro de la propiedad urbana, rústica y minera, para conocer la riqueza

24El códice Santa María Asunción del siglo xvi, se fragmenta en tres partes: la primera es un censo por hogar que asocia a cada jefe de familia con sus descendientes; la segunda está forma- da por un listado de parcelas, relacionada con cada jefe de familia; la tercera incorpora de nue- va cuenta, a cada jefe de familia con una relación de predios. Pablo Noriega. “Un ejemplo del sistema catastral de origen prehispánico en el valle de México: el Códice de Sta. María Asunción”. Ibid. “Reflexiones Pragmáticas en torno al desciframiento del Códice de Santa María Asunción”. En Internet (junio, 2007) 64 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. del país. De tal manera, las bases legales de la medición catastral están com- prendidas en la Ley Especial de Catastro y su reglamento, que abarcaban el territorio nacional desde la propia medición hasta los planos municipales y la propiedad particular. A través de la evolución de Legislaciones en materia de catastro, se desarrollaron aspectos como la forma de integración, facultades y funcio- namiento de las juntas catastrales, así como las definiciones técnicas y los recursos administrativos de las instituciones y organismos catastrales. De tal forma, el siglo xix culminó con las primeras instituciones catastrales, con la promulgación de la Ley Federal sobre Ocupación y Enajenación de Terrenos Baldíos de los Estados Unidos Mexicanos, en 1894. En ese año, también se estableció el gran Registro Público de la Propiedad, que garan- tizó los derechos de propiedad. Ahora bien, el catastro en el Distrito Federal tiene su origen en el decreto promulgado por el entonces presidente de la República, Porfirio Díaz, el 22 de diciembre de 1896. Mediante este decreto quedó constituida la Ley de Catastro. Los objetivos de este catastro eran, primero, describir la propiedad del inmueble y hacer constar sus cambios, y segundo, repartir equitativa- mente el impuesto sobre la propiedad. De hecho, la primera generación de catastros mexicanos tiene su origen en el Distrito Federal, se trataba de un catastro de tipo fiscal, inspirado en modelos españoles (Málaga, Cádiz, Cór- doba, Granada). Este primer catastro de la Ciudad de México, fue el que sirvió de prototipo general a los estados. Más adelante, este modelo porfiriano fue experimentando modificaciones que permitieron perfeccionarlo y adaptarlo a las exigencias de cada época. Es en 1953, cuando se crea formalmente el Catastro del Distrito Federal, con doble finalidad: fiscal y estadística.Título ( II de la Ley de Hacienda, correspondiente al impuesto predial). A medida que el catastro de la Ciudad de México fue aumentando en tamaño y complejidad, institucionalmente sus funciones fueron elevadas al nivel de Dirección, la de Catastro e Impuesto Predial, dentro de la Tesorería del Distrito Federal. Posteriormente, a partir de 1977, dicha Dirección inició un proyecto de modernización y actualización del catastro, el cual planteaba concentrar la información en un banco de datos gráficos y digitales para ponerlo al servicio de la administración pública y de los organismos privados que lo solicitaran. De tal manera, se planeaba que los archivos “muertos”, el de trámite, el topográfico y el cartográfico, se beneficiarían con las técnicas que se iban a implementar, también se pensaba en compactarlos en un solo espacio, ya que en aquellos años los archivos ocupaban el equivalente a dos pisos del edificio organizar para conservar 65 de la Tesorería. Al paso del tiempo, esos proyectos enfocados en el perfeccio- namiento de los archivos, no se concretaron satisfactoriamente. Hasta aquí las referencias acerca de los antecedentes catastrales en México, sin embargo, queda mucha información que investigar, sistematizar y aportar. El siguiente apartado se enfoca en referencias acerca de uno de los archivos que resguarda documentos catastrales, y que mantiene un vínculo natural con el Archivo Histórico Cartográfico, adscrito a la Subdirección de Operación Cartográfica, de la Unidad Departamental de Control y Registro Cartográfico de la Secretaría de Finanzas.

Antecedentes históricos del Archivo de Catastro

La Unidad Departamental de Archivo y Oficialía de Partes (adscrita a la Dirección General de Administración de la mencionada Secretaría) tiene a su cargo el Archivo de Catastro, entre otros recintos. El archivo catastral, contiene y conserva documentos con datos personales importantes de orden confidencial, registrados en la citada Secretaría, a través de la Subtesorería de Administración Tributaria. De hecho, el origen de procedencia de la docu- mentación parte de las distintas administraciones tributarias. En ese sentido, el Archivo de Catastro es uno de los organismos respon- sables de manejar, mantener, asegurar y proteger información y documenta- ción correspondiente a la propiedad y al registro predial dentro del Distrito Federal, información que como ya se mencionó, es de orden confidencial porque contiene datos personales sensibles. Este archivo ha transitado por varias fases en cuanto a la ubicación de sus acervos. Antes del terremoto de 1985, se encontraba en el tercer piso de una torre de ocho pisos, que formaba parte de un conjunto de edificios inaugu- rados por etapas, desde octubre de 1963 a febrero de 1970. Dicha torre resultó severamente dañada en el siniestro. Posteriormente, el acervo fue trasladado al sitio donde actualmente se encuentra, un espacio que funcionó como esta- cionamiento exclusivo del personal directivo de la Secretaría de Finanzas. El sitio en cuestión fue adaptado para utilizarse como área de trabajo de los procesos técnicos. La adecuación física se fue realizando gradualmente con la instalación de paredes de tablaroca para separar el área de archiveros de la zona de actividades de procesos técnicos, de igual manera, se obtuvo la instalación de piso de loseta sobre la base de concreto del estacionamiento. En la actualidad, el Archivo de Catastro se encuentra ubicado en el espacio descrito (Doctor Lavista núm. 144, acceso 1, sótano, colonia Doctores, dele- gación Cuauhtémoc, México, D. F.), y lo mismo que otros recintos que son 66 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. utilizados como Archivos, no reúne las condiciones necesarias para albergar la documentación, ya que por ejemplo, el área de estantería es susceptible de inundarse en temporada de lluvias. Considerando que es depositario de una valiosa fuente de información documental, resulta urgente modificar el estado físico y material del inmueble.

Organización del acervo documental

El acervo de catastro comprende la documentación generada en 21 adminis- traciones tributarias. Dicho material se encuentra organizado físicamente en 271 regiones prediales. Es importante señalar que las fechas extremas se identifican a partir del año 1921 hasta el 2005 (cabe indicar que la documentación es abundante a partir de 1980). En general, el acervo de catastro guarda aproximadamente 10 millones de expedientes almacenados en gavetas, cada una puede contener desde seis hasta 500 expedientes, porque existen documentos voluminosos, como aquellos conformados por una o dos fojas, esto derivado del rezago de trabajo en cuanto a la integración de documentación “nueva” en su respec- tiva guarda. En adición a esto, es importante decir que un serio problema que afecta al Archivo es el de la saturación del espacio, ya que resulta insuficiente ante la considerable cantidad de documentación que se genera en las admi- nistraciones tributarias. A continuación, se relaciona la tipología documental que obra en los expedientes catastrales:

Tipología documental

Cabe señalar que un tipo documental es la expresión que sirve para con- densar las características esenciales, tanto formales como informativas de una unidad documental. De acuerdo a la definición que ofrece la Norma Internacional General de Descripción Archivística (isad-g), un tipo documental es la clase de docu- mento incluido en una unidad de descripción, que se distingue por la seme- janza de sus características, por ejemplo: testamentos, sentencias, cartas, dia- rios, actas, etc.

a) Movimiento al archivo catastral - Empadronamientos y actualiza- ción de registros para impuesto predial y derechos por servicio de agua Anexo fotográfico archivo de catastro

exterior

interior 68 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. (mac): Documento que comprende los datos del contribuyente y el tipo de ges- tión o servicio que presta la Tesorería del Distrito Federal. Se trata de un formato que tiene por objeto facilitar a los contribuyentes la identificación servicio que requiere.

b) Declaración para el pago del impuesto sobre adquisición de inmuebles (isai). Consigna los datos relativos a la cuenta catastral, los del adquirente del inmueble o predio y los datos del enajenante. Señala la ubicación del inmueble y los datos de la escritura pública: naturaleza del acto o concepto de la adqui- sición, compraventa, sucesión, adjudicación de bienes hereditarios, disolu- ción de copropiedad, transmisión de propiedad en ejecución de fideicomiso, adjudicación por remate judicial, etc. La declaración (isai) se acompaña de la copia del contrato de compraventa entre vendedor y comprador.

c) Avalúo: Consigna datos sobre la ubicación del inmueble, características urbanas, del terreno, datos de la construcción, claves de uso, rango y clase. Asienta el valor unitario, el valor resultante, valor físico y de capitalización, de mercado y el valor comercial. Informa sobre el método de valuación, la investigación de mercado inmobiliario, mercado de rentas.

f) Volante de aclaraciones: Indica la Administración Tributaria donde se gestiona el asunto, fecha y datos personales del contribuyente, precisando causa o motivo de la solicitud que se está tramitando.

g) Contrato de comodato: El Contrato de Comodato contiene tanto las declaraciones como las cláusulas del comodante y el comodatario. Consigna el número de clave catastral, el número de cuenta por los derechos de suministro de agua y el RFC del comodante.

h) Manifestación de construcción: Documento original que consigna datos relativos al número de cuenta del impuesto predial, del propietario del inmueble, la descripción de cons- trucción del inmueble y firma del poseedor del mismo, dando fe de que todos los datos son verídicos.

organizar para conservar 69 i) Croquis de localización: Señala linderos del predio, medidas de frente a frente y fondo, nombre de calles circundantes.

j) Contratos de arrendamiento: Documento que testimonia la celebra- ción de un contrato en el que las dos partes se obligan recíprocamente, la una a conceder el goce de una cosa, a ejecutar una obra o prestar un servicio, y la otra a pagar por este goce, obra o servicio un precio determinado. Este es el documento más constante en los expedientes catastrales. También es de los más solicitados por los particulares y autoridades administrativas y judiciales.

k) Manifestación de traslado de dominio: Es el documento que legitima el cambio de propietario.

Los servicios que presta el Archivo de Catastro

1.-El Archivo brinda servicios de asesoría y orientación al público, vía tele- fónica, en ventanilla y por correo electrónico, con el fin de facilitar el acceso ágil a los documentos, así como para la utilización del mismo. Los usuarios son fundamentalmente particulares, administradores tri- butarios e instancias judiciales (Procuraduría Fiscal, Ministerios Públicos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y Juzgados). 2.- El archivo brinda el servicio de búsqueda de expedientes. Los parti- culares que lo soliciten tienen posibilidad de consultar su expediente catas- tral, previa acreditación de propiedad. Actualmente se cuenta con una área de consulta dentro de la Unidad Departamental de Oficialía de Partes, la cual incluye el mobiliario básico para la revisión de los expedientes y docu- mentos que interesan a los usuarios, siempre bajo la vigilancia de personal designado para resguardar la seguridad física del documento. Se prestan 100 expedientes al mes, aproximadamente, Cabe mencionar que después del ingreso de una solicitud particular, y al término de 15 días hábiles, el acceso a los expedientes está condicionado a la previa acreditación de la propiedad, así como al pago de derechos por bús- queda en el archivo, y en caso necesario, por expedición de copias. 3.-Relacionado con lo anterior, otro servicio que se presta es el de expe- dición de fotocopias simples y /o certificadas, que consiste en el derecho del particular de solicitar la reproducción de material documental catastral. A estos se agrega el contar con un buzón para reportar cualquier anomalía, sugerencias y peticiones de parte de la ciudadanía. 70 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Conclusión

Actualmente ya no es suficiente con recibir, conservar, localizar y otorgar con rapidez la documentación solicitada. El incremento del volumen de la producción documental y la necesidad de garantizar, tanto la transparencia administrativa como el ejercicio del derecho público a la información, con- vierten al archivo en un órgano central, importante para la agilización y mejora del funcionamiento de la administración y el control de la documen- tación. En ese sentido, el Archivo de Catastro de la Secretaría de Finanzas, pese a la problemática por falta de espacio y la explotación documental que enfrenta, asociada a las condiciones poco aptas en las que funciona, es un archivo de concentración que destaca por la importancia de su acervo docu- mental y por los servicios que presta a los contribuyentes y autoridades que solicitan documentos.

Bibliografia

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Información en red

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Fernández Escorial, Manuela. (2005). Documentación catastral con- servada en el Archivo Histórico Provincial de Málaga: las transferencias del Catastro a los Archivos Históricos Provinciales. Catastro. Julio. En internet. organizar para conservar 71 (Junio, 2007) Noriega, Pablo. Reflexiones Pragmáticas en torno al desciframiento del Códice de Santa María Asunción. En internet. (Junio, 2007) Noriega, P. Un ejemplo del sistema catastral de origen prehispánico en el Valle de México: el Códice de Santa María Asunción. En internernet. (Junio, 2007) Marco Jurídico: Lineamientos generales para la administración documental y transferencia de archivos administrativos al Archivo General Municipal

Maestro Hugo Cortés Santiago Licenciada Leticia López Gonzaga Archivo General Municipal de Puebla

El Archivo General Municipal de la ciudad de Puebla, es uno de los repo- sitorios documentales más importantes del país debido al buen estado de conservación y secuencia cronológica de sus series documentales. Conserva testimonios de su historia, desde 1532, como La Puebla de los Ángeles, hasta nuestros días como Heroica Puebla de Zaragoza. Tiene como funciones prioritarias: impulsar el resguardo, preserva- ción, control, manejo, depuración y aprovechamiento institucional y social del patrimonio documental municipal, comprendido por los libros, docu- mentos y registros de información en los archivos administrativos, semiac- tivos e históricos. A partir de 1996, el Archivo General se convirtió en el mayor receptor documental al iniciarse las transferencias de archivos administrativos y en algunos casos semiactivos de las diferentes dependencias municipales, for- mando así el archivo de concentración. Lo que trajo como consecuencia que en tan pocos años se incrementara de manera considerable el volumen de documentos transferidos al Archivo, a pesar de contar con una normatividad que aparentemente regulaba su traslado, pero se carecía de normas que con- trolaran la organización bajo criterios homogéneos, en cada dependencia del Gobierno Municipal. Con la entrada en vigor de la Ley de Transparencia y Acceso a la Infor- mación Pública del estado de Puebla, en agosto de 2004, se obliga a transpa- rentar la gestión pública mediante la difusión de la información que generen los ayuntamientos. Esto trae como consecuencia que, para tener acceso a la información, es indispensable que los documentos estén organizados y con- 74 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. servados bajo criterios uniformes, de tal manera que permitan su localización expedita, disponibilidad e integridad. Es por ello que la función archivística cobra especial relevancia, pues ahora más que nunca deberá administrarse de manera profesional y consciente, la documentación que generen, reciban o conserven en el ejercicio de sus funciones, competencia o en el desarrollo de sus actividades, los servidores públicos del Gobierno Municipal. Actualmente la ciudad de Puebla vive un momento histórico, cuya diná- mica gubernamental exige pluralidad de expresiones ideológicas de género multicultural; pero, al mismo tiempo, ser incluyente y transparente con el acceso a la información pública municipal nos permitirá acelerar nuestro tránsito hacia un modelo de país desarrollado. Es por ello que el Archivo General Municipal de la ciudad de Puebla, para estar a la vanguardia en materia archivística, tuvo que actualizar su marco jurídico a través de su reglamento interno y emitir los Lineamientos Generales para la Administración Documental y Transferencia de Archivos Administrativos al Archivo General. En lo que respecta a su reglamento, fue necesario reformar el capítulo 25, relativo al Archivo General Municipal del Código Reglamentario para el Municipio de Puebla, reformas que fueron aprobadas por el Honorable Cabildo, el 14 de diciembre de 2005 y publicadas en el Periódico Oficial del Estado, el 15 de febrero de 2006. En él se establecen las bases de organiza- ción y funcionamiento a través de una Dirección y dos Jefaturas: Jefatura de Departamento de Archivo de Concentración y Jefatura de Departamento del Archivo Histórico. La Jefatura de departamento de Archivo de Concentración está confor- mada por los documentos cuyo trámite administrativo ya concluyó y fueron transferidos por las Dependencias y Organismos descentralizados. Actual- mente se resguarda la documentación semiactiva de cuatro administraciones generada en los últimos 12 años. La Jefatura de Archivo Histórico tiene a su cargo el resguardo del acervo histórico, el cual está organizado en 9 secciones y 61 series documentales, siendo las más representativas: actas de cabildo, expedientes, reales cédulas, consolidación, tesorería, legislación, publicaciones periódicas oficiales ( Diario Oficial de la Federación y Periódico Oficial del Estado), informes municipales, material gráfico y juntas auxiliares, entre otros. Ambas jefaturas tienen como funciones sustantivas, preservar el patri- monio documental a través de normas específicas que eviten la manipula- ción desmedida de los documentos, por ejemplo, el respaldo en medios elec- trónicos, así como la elaboración de instrumentos de descripción (catálogos, guías e inventarios). organizar para conservar 75 Asimismo, se enumeran las condiciones físicas apropiadas para la pre- servación del acervo, por ejemplo, la iluminación deberá ser con luz incan- descente fría, la temperatura de 18 a 22 grados y una humedad relativa, al igual que un determinado tipo de estantería, por mencionar algunos. En lo que refiere al servicio de consulta que ofrece el archivo, éste se da a usuarios internos y externos. Para ello se especifican los requisitos de con- sulta de la documentación semiactiva o histórica. Entre otros, hay un apartado relativo a la seguridad y emergencia, misma que está a cargo de la Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad Municipal, institución responsable de la seguridad en el interior y exterior del Archivo General Municipal, a través de un programa de seguridad y prevención del delito para el acervo documental. También se señala que la Dirección de Pro- tección Civil, mantendrá actualizado un plan para atender las contingencias que se presenten a través de un comité de protección civil que se nombró conjuntamente con la Dirección del Archivo General. Finalmente hay un apartado que refiere “la propiedad intelectual” y “pro- hibiciones y sanciones”. En materia de transparencia, se elaboró el artículo 1689 bis del Código Reglamentario para el municipio de Puebla, el cual establece “el Archivo General Municipal dictará los Lineamientos de Administración Documental, mismos que tendrán aplicación obligatoria en todas las dependencias y Organismos Des- centralizados, así como de sus Juntas Auxiliares del Honorable Ayuntamiento; los cuales serán formalmente expresados a través de los Lineamientos Generales para la Administración Documental y Transferencia de Archivos Administra- tivos al Archivo General Municipal de Puebla, mismos que fueron aprobados por el Honorable Cabildo el 14 de siembre de 2005 y publicados en el Periódico Oficial del Estado el 17 de Febrero de 2006.Para su elaboración fue necesario contar con la asesoría del Archivo General de la Nación y de esta manera homo- logar los criterios en materia de administración de documentos. La correcta organización archivística a través de los lineamientos, con- tribuirá a sentar las bases para la modernización y eficiencia de las activi- dades de la administración municipal, a través de la adecuada organización y conservación de los documentos generados o resguardados por el Gobierno Municipal en su quehacer cotidiano. Los lineamientos establecen los parámetros para homologar los crite- rios de organización de los archivos de trámite, así como para una adecuada transferencia de la documentación al archivo de concentración del Archivo General Municipal. A través de los lineamientos se establecen las herramientas técnicas refe- rentes a la administración documental, desde el control de su gestión en cada 76 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. una de las oficinas como archivos de trámite, pasando por la selección, valo- ración y clasificación, antes de que sea transferido al archivo de concentra- ción, tomando como parámetros obligatorios para su clasificación, el Cuadro General de Clasificación Archivística. Para ello, cada dependencia tuvo que identificar y delimitar perfectamente sus funciones sustantivas, a través del conocimiento y aplicación de su marco normativo como unidad orgánica, aunado al conocimiento de sus manuales de procedimientos, razón por la cual expresamos la necesidad de que la organización de nuestros documentos sea en estricto apego a nuestras funciones normativas y por ende, la organi- zación archivística sea bajo el principio de procedencia y orden original, que- dando estructurados de la siguiente forma: De la administración documental: establece que los sujetos obligados (presidente municipal, síndico, regidores, secretarios, directores, jefes de departamento, puestos análogos y presidentes de las Juntas Auxiliares), no son propietarios de los documentos que generen en el desempeño de sus fun- ciones, pues forman parte de patrimonio del Honorable Ayuntamiento de la ciudad de Puebla, asimismo son responsables de la custodia y buen estado de los documentos que se encuentren bajo su resguardo, evitando actos que propicien su daño o destrucción. (Capítulo primero). Del control de la gestión documental: establece los criterios bajo los cuales se debe hacer la recepción, seguimiento y control en cada unidad orgánica, siendo base fundamental, la conformación de expedientes según lo establecen las normas archivísticas, es decir, solicitud, seguimiento y res- puesta; asunto o materia, actividad sustantiva o tipo de documento. Para una correcta conformación de un expediente en las diferentes oficinas que con- forman el gobierno municipal, físicamente deben estar todos los documentos que lo integran, evitando la duplicidad o faltantes. En relación a la duplicidad, no sólo se presenta el caso de que físicamente estén dos o más documentos iguales, sino que dos unidades orgánicas conforman el mismo expediente, en original y copia en el mejor de los casos, pero también sucede que en oca- siones, ambas partes no cuentan con la totalidad de los documentos que lo deben conformar y caen en el error de dejarlo así. Por otra parte, cada expediente debe contener una carátula de identifi- cación, que permite clasificar en términos homogéneos e identificar todos los elementos componentes de la descripción del mismo: nombre de la unidad orgánica generadora, descripción del contenido, valor documental, código de clasificación y tiempo de vigencia en el archivo de trámite o de concentra- ción. Este código de clasificación se conforma de la siguiente manera:

—Año que inicia el trámite. organizar para conservar 77 —Siglas de la unidad orgánica generadora, respetando su nivel jerárquico dentro de la estructura del Ayuntamiento ( Secretaría, Dirección y Jefatura). —Número de la sección; número y nombre de la serie a que corresponde, aten- diendo al Cuadro General de Clasificación Archivística. —La carátula deberá ser colocada en la parte inferior de la portada del expe- diente de manera horizontal. Se deben foliar todos los documentos que integran el expediente. En el caso de los documentos generados directamente en soporte electromagnético (cintas de audio, fotografía, imágenes digitalizadas), la unidad generadora deberá contar con infraestructura para su conservación. (Capítulo segundo). De los archivos de trámite: en cada unidad orgánica habrá un archivo de trámite, el responsable será nombrado por el titular de cada unidad, que se encargará de coordinar la correcta integración de los expedientes, valorar y seleccionar los documentos que deban ser transferidos al archivo de con- centración, siempre y cuando sean expedientes cuyo trámite administrativo haya concluido y su consulta no sea frecuente. (Capítulo cuarto). Del Archivo de Concentración: será el encargado de recibir la documen- tación semiactiva que envíen las dependencias, organismos descentralizados y juntas auxiliares del Gobierno Municipal, así como de ordenarla y clasi- ficarla de acuerdo a la estructura orgánica para su ubicación topográfica y elaboración de herramientas de consulta (inventario documental, base de datos), con la finalidad de facilitar su localización, recuperación y servicio de consulta de manera oportuna y eficaz. (Capítulo quinto). De los instrumentos técnicos de consulta y control archivístico: este apartado señala que la clasificación de los expedientes debe ser en apego al Cuadro General de Clasificación Archivística que se elaboró de manera fun- cional de acuerdo a las actividades específicas de cada unidad orgánica del Honorable Ayuntamiento. La estructura del Cuadro se hizo de manera jerárquica, atendiendo a los niveles de fondo, sección y serie, quedando conformado en 15 secciones y 315 series documentales. Aunado a ello, se elaboró un catálogo de siglas, el cual nos permite identi- ficar la unidad generadora y su nivel jerárquico dentro de la estructura orgá- nica de cada dependencia. Con información de ambos se podrá establecer un código de clasificación, el cual formará parte de la información que llevará la carátula del expediente. (Capítulo séptimo). De la clasificación de la información: ésta quedará a cargo de los res- ponsables de las unidades orgánicas en los términos que establecen la Ley de Transparencia del Estado y los Lineamientos de Clasificación y Desclasifica- ción a nivel municipal. (Capítulo octavo). 78 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. De la transferencia de archivos administrativos: establece que debe hacerse en dos periodos por cada trienio que dura la gestión municipal, la primera a mitad del mismo y la segunda al finalizar, de acuerdo a un calen- dario establecido para tal efecto. (Transferencia ordinaria). Fuera del calen- dario se denominará transferencia extraordinaria, únicamente puede rea- lizarse por supresión administrativa o desastres naturales, que pongan en riesgo la integridad física de los documentos. (Capítulo noveno). Del procedimiento para la ordenación de archivos administrativos que van a ser transferidos: se especifican diversos criterios, entre otros, ser expe- dientes conformados y concluidos. (Capítulo décimo). De procedimiento para la elaboración de los inventarios de archivos administrativos: de manera detallada se especifica la forma de ordenación y tipificación que debe darse en los expedientes a transferir:

Anotar en la pestaña del fólder el código de identificación y nombre de la serie a la que pertenece.

Foliación de cada uno de los documentos que integran el expediente.

Asignación de un número consecutivo de cada uno de los expedientes única e irrepetible por casa unidad de instalación (caja)

Colación de la documentación en cajas AM70 (Capítulo décimo segun- do).

Del procedimiento para realizar la transferencia de archivos adminis- trativos: ésta es por dependencia a quien se le especifica las fechas asignadas de acuerdo al calendario, por lo tanto, todas las unidades orgánicas que la conforman deben de apegarse; para ello es necesario llenar un formato de inventario, en el cual de manera especifica detallan el contenido de cada uno de los expedientes a transferir (folios, fechas, código de clasificación, asunto y observaciones). Asimismo, llenan el formato denominado “identificación de series documentales”, en él cada unidad orgánica deberá señalar cuántos expe- dientes y a qué serie documental corresponde la documentación que está enviando. Una vez que el personal del archivo revisa y coteja el conte- nido de las cajas e inventarios, el coordinador administrativo o puesto análogo de cada dependencia, concentra todos los formatos con su respec- tivo soporte electrónico y se procede a elaborar una acta administrativa de transferencia. Estando presentes el titular de la Dependencia, conjun- organizar para conservar 79 tamente con el Director del Archivo General en presencia de un represen- tante de la contraloría municipal nombrado para tal efecto y dos testigos de asistencia, uno por parte de la dependencia y uno por el Archivo General. Posteriormente se procede a su traslado físico. (Capítulo décimo tercero). Finalmente, el monitoreo para la correcta aplicación de dichos Linea- mientos se realiza a través de un trabajo conjunto entre el Archivo General Municipal y un Comité Técnico de Archivos Administrativos y Semiactivos (Art. 1703 del Código Reglamentario para el Municipio de Puebla). A través de sesiones de trabajo realizadas mensualmente, cada uno de sus miembros expone la situación de los archivos de sus dependencias, organismos descen- tralizados y Juntas Auxiliares, con la finalidad de emitir medidas de solución, si es que existieran, a fin de que se cumpla en tiempo y forma lo establecido en los presentes lineamientos. De igual forma, el Archivo General inició una constante capacitación a las secretarias y responsables de archivos administrativos a través de cursos y asesorías en las áreas de trabajo. La actualización del marco normativo del Archivo General de la ciudad de Puebla y generación de instrumentos técnicos, lo hicieron merecedor al reconocimiento en el área de Marco Legal en el programa de Reconocimiento al Fortalecimiento Institucional Municipal (icmarefim). MESA 3

Los centros de documentación y los archivos delegacionales

Los archivos de concentración de las 16 delegaciones del Distrito Federal Maestra Hortensia Constanza Tercero Vega, Escuela Nacional de Biblioteco- nomía y Archivonomía

Centros documentales y archivos históricos delegacionales. Encuentro-debate Licenciada Ana María Castro, Cronista de Coyoacán, Asociación de Cro- nistas del Distrito Federal y Zonas Conurbanas, A. C.

Centro de Estudios Históricos de Tlalpan. Una experiencia de un espacio a punto de desaparecer. Baltazar Gómez Pérez, Delegación Coyoacán

Los archivos de concentración de las dieciséis delegaciones del Distrito Federal

Maestra Hortensia Constanza Tercero Vega Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía

Esta ponencia es el resultado de una inquietud personal por conocer la situa- ción que viven los Archivos de Concentración en las 16 delegaciones del Distrito Federal, y descubrir si se aplican las técnicas archivísticas para la guardia y custodia de los documentos. También tiene como propósito orientar y ofrecer algunos elementos de juicio para facilitar el buen funcionamiento de la administración documental en los Archivos de Concentración en el Distrito Federal. Me enfocaré en los Archivos de Concentración de las 16 delegaciones que conforman el Distrito Federal, y trataré de ubicar las carencias que hay en dichas instalaciones, así como el deterioro que están sufriendo los acervos documen- tales, para que, a partir de este análisis, se puedan hacer algunas recomenda- ciones que permitan mejorar las condiciones actuales de dichos archivos. Entre los aspectos a considerar, no hay que perder de vista que entre los responsables de dichos archivos de concentración, están diferentes profesio- nales, algunos de ellos con licenciatura en derecho u otras, y otros apenas con estudios de secundaria. Pero lo más significativo es conocer si han recibido o no algún tipo de capacitación archivística, para saber si tienen idea de cómo desarrollar correctamente sus funciones.

Archivo de Concentración

Es el que está formado por expedientes, cuya consulta es esporádica y que han sido transferidos para su conservación, y administración mientras vence su periodo de vida semiactiva y se decide su eliminación o su transfe- rencia al Archivo Histórico. Permite desahogar los Archivos de Trámite de 84 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. las diferentes oficinas. Tiene como función recibir, revisar, custodiar, dar servicio de consulta al usuario y depurar la documentación que le envíen para su guarda. A continuación, enumeraré las condiciones ideales para la guardia y custodia de los acervos documentales de los archivos de concentración de las 16 delegaciones.

Construcción de edificios y locales

Los edificios y locales de los Archivos de Concentración, deben tener las dimensiones adecuadas. La estructura debe ser resistente, lo que garantiza la óptima conservación de la documentación que se tenga o se vaya a recibir en el archivo de concentración. Las condiciones que se deben considerar deben ser básicas para la instalación del archivo de concentración: seguridad, faci- lidad en la recuperación de la documentación, ahorro de espacio, economía de instalación y servicio

Condiciones del local

Es conveniente que un archivo de concentración deba estar cerca de las dele- gaciones del Distrito Federal, para que puedan hacer uso de él, nunca despla- zarlos del área delegacional. En cuanto al espacio, lo ideal para su instalación sería: un local inde- pendiente y exclusivo, un local con personal que enlace a otras delegaciones y contar con muebles adecuados para la guardia y custodia del acervo docu- mental, colocados a lo largo del pasillo.

Iluminación

La luz natural es fundamental para el trabajo en el archivo, la luz artificial requiere de una serie de consideraciones, las más usuales son que sea directa, y supone la instalación de lámparas en el área; semi-indirecta, es la menos adecuada para los archivos; indirecta, es conveniente utilizar para el archivo, lámparas de 25 a 30 watts a razón de una por metro. organizar para conservar 85 Ventilación

El lugar para un archivo de concentración nunca debe ser cerrado, debido a que la documentación almacenada propicia la acumulación de polvo. La temperatura ambiente debe ser entre los 18o a 20o con una humedad de un 40 por 100, ya que un local mal ventilado y acondicionado, repercute negativamente en el rendimiento del personal y en acervo documental.

Aseo y limpieza

Es importante realizar el aseo y limpieza diariamente en los archivos de con- centración, debido a la acumulación de polvo que ahí se concentra, se debe aspirar en el interior de cada legajo, caja o documentación suelta, con el objeto de evitar el deterioro de la información que ahí se encuentra.

Tipo de suelo

Para el Archivo de Concentración, es recomendable el tipo de suelo llamado duro, la resistencia de un acervo documental se calcula en metros lineales y su equivalencia en toneladas por cada metro cuadrado de superficie, como regla un metro lineal, el cual debe soportar 100 kilogramos y un metro cúbico puede soportar de 8 a 16 metros lineales de estantería.

Estantería

La estantería abierta es más económica pero no ofrece la debida protección al acervo documental; el polvo o los insectos penetran con mayor facilidad. La estantería debe ser fuerte, inalterable, de cómodo manejo y de aprovecha- miento para su máxima capacidad.

Fumigación

Los insectos, roedores, arañas, cucarachas, alacranes, etc.; los insectos biblió- fagos, se alimentan, según su especie, de la celulosa del papel, unos se desarro- llan en sitios húmedos y otros en secos, es necesario vigilar los conductos de ventilación de toda clase de calefacción, agua o aire. Es conveniente fumigar 86 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. o contratar a especialistas para la exterminación de toda clase de animales dentro del archivo. Empecemos pues el análisis con la descripción de las condiciones en las que se encuentra cada uno de los archivos de concentración de las 16 delega- ciones que conforman el Distrito Federal.

Delegación Álvaro Obregón

La delegación cuenta en su estructura organizacional, con un Archivo de Concentración, el cual está ubicado a un costado del propio inmueble. Entre sus principales características encontramos: el archivo fue creado en el año 2000; el piso es de loseta; la ventilación no es la adecuada; el aseo se realiza constantemente; se realizan dos fumigaciones por año; las medidas con las que cuenta el archivo son de 100 m; el tipo de estantería es metálica; la docu- mentación se encuentra protegida en cajas; el personal que labora en este archivo ha padecido enfermedades respiratorias y sinusitis.

Delegación Azcapotzalco

La delegación cuenta en su estructura organizacional, con un Archivo de Concentración que se localiza a unas cuadras, dentro de un almacén, pro- piedad de la delegación. Entre sus principales características encontramos: el archivo fue creado en el año de 1982; las medidas con que cuenta el archivo son de 50 m; el piso es de loseta; sólo existe una ventana, por lo tanto la ven- tilación no es la más adecuada; la iluminación es insuficiente; la documenta- ción se encuentra estrictamente resguardada, debido a que constantemente sufría de robos de diversa índole; la documentación se encuentra amarrada y en legajos, a simple vista parece un depósito de papelería; el personal del archivo ha sufrido problemas de infecciones respiratorias y dermatitis porque la documentación está contaminada de hongos e insectos.

Delegación Benito Juárez

Dentro de su estructura organizacional existe un Archivo de Concentración, el cual está ubicado en el estacionamiento del propio inmueble. Entre sus principales características encontramos: su fundación data del año 1990; el piso es de concreto y está sucio, se nota la falta de aseo; el local se encuentra organizar para conservar 87 en general demasiado descuidado; no se han realizado fumigaciones desde hace dos años;los anaqueles son grandes pero no están distribuidos en forma correcta, motivo por el cual las cajas archivadoras se encuentran amontonadas y llenas de polvo;el personal que labora dentro de este archivo no cuenta con el equipo adecuado para sus labores, como son batas, cubre bocas, guantes, este factor propicia la falta de interés para la realización de su trabajo; han pade- cido enfermedades respiratorias, a consecuencia de que el local es muy frio; el archivo cuenta con una superficie de 120 m lineales aproximadamente; la documentación que integra el archivo está en cajas amontonadas.

Delegación Coyoacán

La Delegación Coyoacán, cuenta dentro de su estructura organizacional con un Archivo de Concentración, el cual está ubicado en el Deportivo Fran- cisco J. Mújica, debajo de las gradas . Entre sus características encontramos: fue creado en el año de 1975; el piso es de loseta vinílica; cuenta con una ventila pequeña que colinda con el desagüe, por consiguiente es el paso de roedores, los cuales se meten al archivo; fumigan cada cuatro meses; no se proporciona al personal los insumonecesarios para realizar sus actividades, los tienen que adquirir los mismos empleados; el personal realiza cursos de actualización en materia de archivística, en el Archivo Histórico del Dis- trito Federal; el archivo cuenta con una superficie de 150 metros cuadrados aproximadamente, y se observa que el espacio es reducido para el acervo documental; los anaqueles son cinco y una parte de cajas; el local está acon- dicionado en una área que fue utilizado como vestidores, y se colocaron algunos entrepaños para colocar la documentación.

Delegación Cuajimalpa de Morelos

La Delegación Cuajimalpa de Morelos, cuenta en su estructura organiza- cional con un Archivo de Concentración, el cual está ubicado en la explanada de dicho inmueble a un costado del Juzgado. Entre sus características encon- tramos: la fundación de este archivo fue en 1982; el lugar de este Archivo fue creado específicamente para el acervo documental; el piso es de loseta de granito; la ventilación es inadecuada; el personal ha tenido algunas enfer- medades, por ejemplo, infección en los ojos y vías respiratorias a consecuencia del polvo acumulado en el acervo documental; la fumigación se realiza cada dos a seis meses al año; por lo que respecta a la capacitación el personal, ha 88 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. asistido a cursos en la Unidad Central de Documentación del Distrito Federal; existen alacranes y hongos en la documentación; el archivo cuenta con 60 metros cuadrados aproximadamente.

Delegación Cuauhtémoc

Dentro de la estructura organizacional de la Delegación, existe el Archivo de Concentración, el cual tiene su ubicación en el sótano del propio inmueble. Sus principales características son: su fundación fue en el año de 1980; la ven- tilación es inadecuada; el piso es de concreto; el personal no utiliza el equipo adecuado para realizar sus labores; la fumigación se realiza cada seis meses; en lo que respecta a la capacitación el personal, ha tomado cursos en la Unidad Central de Documentación del Distrito Federal en materia Archivística; el personal ha sufrido diferentes enfermedades respiratorias; el local,cuenta con una superficie de 10 m. cuadrados que resultan insuficientes.

Delegación Gustavo A. Madero

La Delegación Gustavo A. Madero, en su estructura organizacional cuenta con un Archivo de Concentración, el cual está ubicado en el sótano del propio inmueble. Sus principales características son: su fundación es del año 2000; el piso del Archivo es de concreto; la ventilación del mismo es inadecuada porque tiene cuatro ventanas que se encuentran selladas; la fumigación se realiza una vez por mes; el personal se capacita en los cursos que realiza la Unidad Central de Documentación del Distrito Federal en materia Archi- vística; la superficie del archivo es de 40 m. cuadrados aproximadamente; se considera pequeño el espacio.

Delegación Iztacalco

Dentro de la estructura organizacional de la Delegación Iztacalco existe el Archivo de Concentración, el cual está ubicado en el sótano del propio inmueble. Sus principales características son: el Archivo de Concentración fue creado en el año de 1990; en él existe demasiada humedad debido a que la tubería pasa a un costado del Archivo, y constantemente se registran fugas de agua; el piso es de concreto; la ventilación no es la adecuada; sólo hay una ventanilla en donde se atiende a los ciudadanos que realizan un trámite; organizar para conservar 89 las fumigaciones se realizan cada seis meses; el personal asiste a cursos; el archivo es de 40 m. cuadrados.

Delegación

Dentro de la estructura organizacional de la Delegación Iztapalapa existe el Archivo de Concentración, el cual está ubicado a unas cuadras de un almacén propiedad de la Delegación. Entre sus principales características encontramos: la fundación de este archivo fue en el año de 1987; la ventilación no es la ade- cuada; el piso es metálico e inseguro; el tipo de iluminación no es la apro- piada; se realizan dos fumigaciones mensualmente; dentro de este archivo se localizan llantas, lubricantes de toda clase de vehículos, maquinaria pesada, despensas, equipo de seguridad personal, etc; la estantería es de acero y cuenta con un segundo piso, lo que la hace insegura, por el constante movimiento que se realiza al localizar la documentación; los empleados son capacitados.

Delegación Magdalena Contreras

La Delegación Magdalena Contreras, dentro de su estructura organizacional cuenta con un Archivo de Concentración, el cual se localiza dentro de un almacén propiedad de la Delegación. Entre sus principales características encontramos: el archivo fue creado en el año 2001; la ventilación es la ade- cuada; se realizan aspirados mensualmente; el piso es de estructura metá- lica, el cual no es seguro; se fumiga dos veces al año; se ha capacitado al personal en materia archivística; se cuenta con equipo de protección ade- cuada; el manejo constante de las cajas a causado en el personal dermatitis y cortaduras, porque el papel es filoso; el archivo tiene aproximadamente 180 m. cuadrados por lo que se cuenta con el espacio suficiente para trabajar y almacenar el acervo documental sin ningún problema; lo importante de este archivo es el gran empeño de todo el personal para dar un servicio de calidad a los usuarios que lo solicitan.

Delegación Miguel Hidalgo

La Delegación Miguel Hidalgo cuenta en su estructura organizacional con un Archivo de Concentración, que está ubicado dentro del interior del Pan- teón Civil Dolores del Distrito Federal. Entre sus principales características encontramos: fue fundado en el año 2000; la ventilación es inadecuada 90 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. porque las ventanas se encuentran selladas; el piso es de loseta vinílica en mal estado y sucio, ya que no se realiza el aseo; la fumigación se realiza una vez al mes; los empleados realizan su trabajo sin protección; considero que el archivo está ubicado en una zona de alto riesgo, ya que existen diferentes hongos, animales y roedores, los cuales afectan tanto al personal que labora en el mismo, como al acervo documental; la mala distribución de los ana- queles y el exceso de la documentación contenida en ellos, ha propiciado que se caigan; el archivo tiene una superficie de 274 metros cuadrados; la docu- mentación se encuentra en legajos y éstos están amontonados, lo que oca- siona que los anaqueles estén vencidos por el sobrepeso.

Delegación Milpa Alta

En la estructura organizacional de la Delegación Milpa Alta, existe un Archivo de Concentración, que se encuentra ubicado en el sótano del propio inmueble. Entre sus principales características encontramos: fue fundado en el año de 1995; la ventilación del inmueble no es la adecuada; el piso es de concreto; la limpieza se realiza periódicamente, pero no se aspira la docu- mentación; se realiza una vez por año la fumigación; la capacitación solo es para el encargado; el archivo tiene una superficie de 125 m. cuadrados.

Delegación Tláhuac

Dentro de la estructura organizacional de la Delegación Tláhuac se localiza el Archivo de Concentración, y está ubicado en el Campamento núm. 1, el cual es propiedad de la Delegación. Entre sus principales características encon- tramos: este archivo fue creado en año de 1985; el lugar donde se localiza fue improvisado para la concentración de la documentación; el piso es de con- creto; el lugar está completamente cerrado; la ventilación no es la adecuada; cada año se lleva a cabo la fumigación; para realizar las labores; el personal utiliza el equipo adecuado como batas, guantes, cubre bocas; la superficie del archivo es de 30 m. cuadrados aproximadamente; la estantería que utilizan es de 30 anaqueles metálicos y una parte de viguetas.

Delegación Tlalpan

Dentro del organigrama de la Delegación Tlalpan se localiza el Archivo de Concentración, que se encuentra ubicado en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores, en la planta baja del edificio. organizar para conservar 91 Entre sus características más sobresalientes están: fue fundado en el año de 1980; el tipo de iluminación es fluorescente; el piso es de loseta; se realizan fumigaciones cada año; el personal con que cuenta el archivo está capacitado en materia archivística; la superficie del archivo es aproximadamente de 120 metros cuadrados; los expedientes están guardados en cajas.

Delegación Venustiano Carranza

La Delegación Venustiano Carranza cuenta en su estructura organizacional con un Archivo de Concentración, el cual está ubicado en el sótano del propio inmueble. Entre sus principales características están: el archivo de concen- tración fue creado en el año de 1980; el tipo de iluminación es fluorescente; el piso es de concreto; la ventilación es inadecuada; no se realizan fumiga- ciones, debido a que el local es pequeño; la superficie aproximada del archivo es de 65 m. cuadrados.

Delegación Xochimilco

En la estructura organizacional de la Delegación Xochimilco, existe el Archivo de Concentración, el cual está ubicado a tres cuadras, en un almacén propiedad de la propia Delegación. Entre sus principales características están: el archivo fue creado en el año de 1985; el piso es de concreto; la ventilación no es la adecuada; se realizan dos veces por año las fumigaciones; el personal se capacita en materia Archivística; la superficie del archivo es de 25 m. cua- drados aproximadamente.

Conclusiones

Como se pudieron dar cuenta después de este recorrido por los archivos de las 16 delegaciones, es una tristeza que a la memoria del Distrito Federal no se le ponga el cuidado que sus acervos documentales merecen; no es posible que en la Delegación Miguel Hidalgo, la documentación se localice en el panteón, en la Delegación Iztapalapa se encuentra el acervo documental con equipaje y este montado en una plataforma metálica. Por otro lado, en todas las delegaciones el Archivo de Concentración dentro del organi- grama, se localiza en el departamento de Servicios Generales. Es impor- tante que los Archivos de Concentración tengan una mayor importancia para la Administración Pública Local. La situación en la que se encuentran 92 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. los Archivos de Concentración de las Delegaciones no es la más adecuada. En nuestro país, no se tiene la cultura archivística, la cual nos lleva a com- prender el valor de los documentos y la importancia de tener el acervo docu- mental organizado para la toma de decisiones.Las delegaciones del Distrito Federal son consideradas como enlace entre el Gobierno y la sociedad hacen, es por eso que se debe contar con una organización documental, para hacer más expedito el flujo de la información. Es importante buscar la profesiona- lización de las personas que trabajan en los archivos, ya que los encargados de los Archivos de Concentración de las 16 delegaciones no son licenciados en archivonomía. Ellos son los que custodian los acervos documentales de la Administración Pública local. Para un buen desempeño de las labores, es importante contar con medidas de seguridad, ya que estos archivos carecen de dichas medidas de seguridad para el personal, así como para el acervo documental. Los archivos de con- centración, en la actualidad son destinados a almacenes y están en áreas improvisadas para ello, considero que esto debe cambiar, para la conserva- ción de los acervos documentales. Los jefes de las 16 delegaciones no le dan la importancia que requieren estos archivos de concentración para la toma de decisiones y para preservar la memoria del Distrito Federal. Centros documentales y archivos históricos delegacionales Encuentro-Debate

Ana María Castro Cronista de Coyoacán

Pocas son las autoridades capitalinas que se han percatado de la enorme tras- cendencia que conlleva la creación — o consolidación, en su caso — de espa- cios que se encarguen de recopilar, sistematizar y difundir el quehacer histó- rico, cultural, patrimonial y tradicional de cada una de las 16 jurisdicciones que conforman el Distrito Federal. Es decir, de contribuir a fortalecer la identidad de nuestros pueblos, conocer nuestro pasado, reconstruir nuestro presente, planear y construir el futuro para, en conjunto, reconocernos en nuestras similitudes y respetarnos en nuestras diferencias. Se trata de centros documentales y archivos históricos cuya mística de trabajo se basa en el reconocimiento incuestionable de que un territorio que desconoce sus raíces tradicionales y el proceso histórico, social, político y cultural que lo llevó a convertirse en protagonista insoslayable, pierde forta- leza, sentido de pertenencia y cohesión social: no podemos valorar lo que no conocemos y, por tanto, tampoco podremos preservarlo, difundirlo y cerrar filas en torno a él. La problemática radica en que no todas las delegaciones cuentan con un espacio que incluye determinadas características, y los pocos que existen, enfrentan otro tipo de problemas no menos graves como el de existir “vir- tualmente”, es decir, no están incluidos en el organigrama oficial y, por ende, no se les asigna presupuesto, lo cual los mantiene en riesgo permanente de desaparecer tras cada cambio de administración. No cuentan con espacios físicos idóneos, ni con personal capacitado, mucho menos con un jefe o coor- dinador que cumpla con el perfil profesional mínimo requerido; no se tiene acceso a la información y a los archivos delegacionales y tampoco se realiza difusión alguna dentro fuera de la propia demarcación. Los puntos anteriores resumen las conclusiones a las que diferentes ins- tancias y dependencias llegaron después de tres días de participación en el 94 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Primer Encuentro-Debate de Centros Documentales y Archivos Históricos Delegacionales, que tuvo lugar en la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles, ubicada en el Barrio de Santa Catarina, Coyoacán. Celebrado en los primeros días de marzo del año pasado, el evento arrojó importantes temas de discusión y análisis, los cuales —de llevarse a cabo un seguimiento adecuado — podrían constituirse en la punta de lanza que impulse la institucionalización de este tipo de espacios, llamados a conver- tirse en la memoria histórica de cada delegación y ¿por qué no? la creación de un cuerpo jurídico que se encargue de normar su reconocimiento guber- namental y social. El que se haya llevado a cabo esta reunión por vez primera y en estos tiempos no es fortuito, responde al riesgo de desaparecer que han enfrentado en los últimos años, dos de los espacios delegacionales de este tipo, conside- rados los mejor “consolidados” del Distrito Federal: el Centro de Estudios Históricos de Tlalpan y el Centro de Investigación y Documentación Histó- rica y Cultural de Coyoacán, los cuales, además de los conflictos antes citados también han atravesado por situaciones como el cambio constante de sedes y la desaparición de parte de su acervo. Durante el desarrollo del encuentro-debate convocado por ambos centros documentales y en el que participaron funcionarios de las delega- ciones Álvaro Obregón, Tlalpan, Xochimilco y Coyoacán, especialistas del Archivo Histórico del Distrito Federal y del Archivo de Personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia y cronistas de las delegaciones Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Iztapalapa, Milpa Alta, Azcapotzalco, Tláhuac, Coyoacán, Magdalena Contreras, Gustavo A. Madero y Tlalpan, pudieron observar que esa problemática no era exclusiva de los espacios citados. Coi- cidieron en lo imperativo de unir esfuerzos y establecer vínculos para lograr el reconocimiento y el apoyo gubernamental y social que se requiere para su institucionalización y preservación, es decir, su sobrevivencia, no impor- tando incluso, qué partido político se encuentre gobernando. Otro de los puntos medulares que se discutió, fue el desconocimiento total por parte de las autoridades de las funciones reales de estos sitios y la confu- sión que existe acerca de las que corresponden a un archivo administrativo, a un archivo “muerto” y a un archivo histórico; de la incapacidad de separar el funcionamiento de una biblioteca y el de un centro de documentación especí- fica y de lo que es un trabajo de investigación y una labor de recopilación. Sobre todo, “tiene que ver con la falta de conciencia por parte de las autori- dades, al ser incapaces de entender que en los archivos y centros documentales se guarda la memoria de los pueblos; que no son bodegas de libros y docu- mentos muertos, sino espacios vivos que realizan una importantísima labor organizar para conservar 95 de organización, preservación, restauración y reproducción de documentos históricos y testimonios orales, lo cual constituye la memoria histórica de una jurisdicción”, tal y como lo asentó Silvia Zugarazo, cronista de Iztapalapa. En efecto, este tipo de áreas de trabajo se encargan, o se deberían encargar en caso de existir, de investigar, recopilar, enriquecer y difundir los mate- riales bibliográficos, fotográficos, videográficos, hemerográficos y de testi- monio oral que tienen que ver con la historia, la cultura, el patrimonio arqui- tectónico, las costumbres y las tradiciones; generar libros, folletos, artículos, reportajes, charlas, tertulias, exposiciones en donde los vecinos, incluso, sean protagonistas de su propia historia. También deben apoyar y retroalimentar la investigación, el conocimiento y la difusión sobre estos temas, a través de un servicio eficiente de consulta, asesoría e intercambio de información y materiales, dirigidos sobre todo a investigadores, estudiantes, historia- dores, cronistas populares y público en general. “El principal contratiempo que ha existido, y sobre lo cual se ha estado trabajando para que el Archivo de Personal del Instituto Nacional de Antro- pología e Historia pueda ser considerado como tal, es el respetar tanto las funciones del edificio que lo albergan, así como las necesidades y funciones del archivo”, ejemplificó el investigador Octavio Martínez, quien se encuentra al frente de la organización del archivo en cuestión. Ello implicaría la visión a mediano plazo de que, en un espacio físico de este tipo, las autoridades deben contemplar la propiedad de expansión que le es inherente y que abarcaría la creación de una fototeca, mapoteca, audioteca, un banco de datos, un área para impartir talleres, conferencias, seminarios, en fin, todo lo relacionado con el abanico temático que en él se trabaja y, por supuesto, “contar con un presupuesto propio que ayude a cubrir todos sus gastos, a través del Programa Operativo Anual”, tal y como lo expresó la cro- nista de la jurisdicción de Magdalena Contreras, Beatriz de La Torre.

Reflexiones y propuestas

Entre las reflexiones que surgieron, destaca la del cronista de Tláhuac, Carlos Mancilla, para quien “la irremediable globalización económica a la que nuestro país no es ajeno, conlleva a la anulación no sólo de la memoria histórica nacional sino también de la micro historia, por lo que es priori- tario generar una resistencia social que defienda los valores de convivencia humana que le son propios a cada grupo o comunidad porque en ello se juega la cohesión y la identidad, solamente así podremos evitar ser devorados por la deshumanizante vorágine tecnológica”. 96 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. En efecto, en nuestro país los regímenes contemporáneos han planteado modificaciones al plan de estudio en instituciones educativas de nivel medio superior en los que la historia, al parecer, resulta inútil en este proceso de inserción a un mundo globalizado que pondera la formación técnica por sobre las carreras humanísticas. María de Jesús Real, cronista de la delegación Benito Juárez, por ejemplo, la “gran laguna que existe en cuanto a la historia registrada de manera formal durante el siglo xx. Para preservar el patrimonio documental histórico, es importante contar con un archivo, podemos fomentar el interés de inves- tigadores, profesionistas, intelectuales y de la comunidad en general, con documentación inédita y de primera mano que contribuya a tener un mayor conocimiento de la historia contemporánea”. Al respecto y como solución viable, María Bustamante, cronista de la misma delegación, subrayó la importancia que reviste contar con “un centro con la micro historia de un sitio en especial, integrado con documentos de la comunidad, que le de valor a lo cotidiano, ya que estos documentos muchas veces han sido de gran ayuda en la narración y en la crónica histórica: los archivos personales, las fotografías de familia, las imágenes de la cotidia- neidad, las tomas casuales del río frente a nuestra casa, el cual jamás imagi- namos se convertiría en una avenida. Documentos que refuerzan las histo- rias, las crónicas y los decires y que le brindan una realidad y veracidad a los relatos que en otras circunstancias se transformarían en mitos urbanos”. Se puede concluir que la información histórica no tiene por qué ser exclusiva ni elitista, debe compartirse de tal manera que el cúmulo de cono- cimientos permita dar mayor cohesión a los grupos que interactúan en un país, estado, delegación, región o comunidad. Entre los resultados alentadores obtenidos de la celebración de este primer encuentro-debate, destaca el interés manifestado por demarcaciones como Álvaro Obregón, Benito Juárez y Tláhuac por conformar sus propios centros documentales; el compromiso de consolidar los ya existentes; la organización de otros eventos de este tipo en diversas delegacionales para promover su creación como figura institucional y la iniciativa para la elaboración de un cuerpo jurídico que norme, preserve y difunda su existencia. En lo que respecta al caso específico del Centro de Investigación y Docu- mentación Histórica y Cultural de Coyoacán, éste fue creado en el año de 1998. Su inicio fue tan vertiginoso que arrojó como primeros resultados, una incipiente relación con los vecinos interesados en el histórico devenir coyoa- canense, la cobertura de un cantidad considerable de fiestas patronales, el acopio de diversos materiales gráficos y documentales y la publicación de siete textos, entre los que destacan, la última edición —en el año 2000 — de organizar para conservar 97 la monografía delegacional, un libro sobre fiestas patronales y otro de reco- pilación de testimonios orales. Después siguió un período de dos años en el que más o menos se logró mantener un cierto interés, poco activo, por parte de la administración en turno; este ciclo desembocó en una temporada muy crítica que duró tres años y en la que el Centro de Investigación de Coyoacán estuvo varias veces en peligro de desaparecer por la incertidumbre de cuál sería su nueva sede y, vergonzosamente, la apatía, la arbitrariedad y la ignorancia total por parte de la gente que fue asignada para su coordinación. Pero como, afortunadamente, no hay gestión delegacional que dure cien años ni nadie que esté en posibilidades de apuntarla, hoy en día soplan nuevos vientos para esta área que, poco a poco, se ha ido convirtiendo en punta de lanza. Desde el inicio de esta administración, el coordinador asignado, apoyado incondicionalmente en el personal de base que en él labora, y que además no suma más de cinco integrantes, ha empeñado su afán en lograr la con- solidación y proyección tanto dentro de la propia jurisdicción como fuera. Humanista tenía que ser. Pero… tampoco hay bien que dure cien años y, por cuestiones ajenas a su eficiente accionar, o mejor dicho por esos vaivenes de la administración pública, la persona en cuestión se vio obligada a renunciar, interrumpiendo así una exitosa gestión que, hasta el momento, no sabemos si habrá de ser retomada por el funcionario que sea asignado; esperemos que sea de esta manera, porque de lo contrario, el avance sustancial alcanzado en los últimos meses, será nuevamente interrumpido y condenado a dormir “el sueño de los justos”. Gracias. Centro de Estudios Históricos de Tlalpan. La experiencia de un espacio a punto de desaparecer

Sociólogo Baltazar Gómez Pérez. Delegación Coyoacán

Para entender la problemática por la que pasa el Centro de Estudios Histó- ricos de Tlalpan, es necesario ubicarlo histórica y geográficamente a la Dele- gación Tlalpan, una de las demarcaciones más grandes de esta ciudad, con una población heterogénea y rica en historia. Debemos recordar que fue en esta zona donde se asentaría una de las culturas más antiguas de la ciudad, nos referimos a la cultura cuicuilca. En tierra firme, aún existen pueblos originarios ligados a sus actividades agrícolas, que han sobrevivido manteniendo su propia identidad cultural como pueblos prehispánicos, aún existen sus viejos barrios coloniales y obreros, sus casonas, sus leyendas, sus hechos heroicos, todo lo que conforma el orgullo de estar en tierra firme. La integración sistemática a la vida urbana, nos ha llevado a minimizar estos hechos y asumir otros valores más globalizados. Por ello, el 22 de enero de 1982, se creó el Centro de Investigaciones Históricas de Tlalpan, el cual contaba en un principio, con salones de investigación, mapoteca, foto- teca, biblioteca, auditorio y archivo, hoy día, a 24 años de su creación, es una humilde biblioteca de 4 por 3, que está ubicada en la calle de Congreso número 50, siendo sus principales impulsores el profesor Fernando Rodrí- guez y el señor Roberto Patiño. Este centro, desde su origen, ha mantenido como línea principal, rescatar y difundir todos aquellos materiales bibliográficos y de otra índole, referentes a la historia de la delegación Tlalpan. Actualmente, el ceniht cuenta con algunos expedientes interesantes y de valor histórico, leyendas y monografías, entre otros, que es necesario res- catar y clasificar adecuadamente, también son necesarias algunas acciones inmediatas para repuntar los objetivos generales de este centro, tales como: 100 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. a) Reubicar el ceniht a un lugar más amplio y céntrico, tomando en cuenta que no es una simple biblioteca, sino un espacio de investigación y recopilación de material histórico, al que acuden estudiantes o investi- gadores, buscando información específica sobre Tlalpan y no existen las condiciones propicias para este servicio.

Ante esto, es necesario mencionar que en un primer momento se pensó reubicarlo en el hoy llamado Museo de Historia de Tlalpan, cosa que no sucedió por diferentes razones; hoy día, se propone trasladarlo a la nueva biblioteca central que está en el parque Juana de Asbaje.

b) Recuperar el material perdido o buscar la forma de obtener otros con el mismo contenido: libros, mapas, fotos, periódicos, revistas, etcétera, tanto de particulares, como de instituciones públicas.

Hoy, este espacio está prácticamente olvidado, se ha convertido en la más pequeña y humilde bibliotequita de Tlalpan, donde se manda todo lo que no sirve en las áreas administrativas de esta delegación, por lo cual, no es de extrañar que algún día ésta desaparezca, con el poco o mucho material histórico que aún conserva. Por eso deben realizarse este tipo de actividades, reactivar aquellos espa- cios olvidados o desaparecidos, hacer ver a las autoridades delegacionales su importancia y valor. Por ello siempre ha sido una de las principales metas convertir al ceniht en un verdadero centro de estudios e investigación sobre la historia y cultura de tierra firme, teniendo como objetivo general que recopile, concentre, investigue y difunda toda la información gráfica y escrita sobre la historia de esta delegación. Asimismo, se reafirma que éste es un patrimonio de los tlalpenses y que independientemente de los funcionarios, el espacio debe existir y ser reto- mado por la sociedad civil, pero administrado por la delegación, debe tener un presupuesto propio y reconocimiento estructural. Por lo cual se propone que el resultado de este encuentro, sea una memoria del acontecimiento, se entregue a las autoridades correspondientes, Asamblea Legislativa, Cámara de Diputados, Gobierno del Distrito Federal y jefes delegacionales, entre otros. De igual forma, propongo que sea el Archivo Histórico del Gobierno del Dis- trito Federal, el centro coordinador de los centros de documentación y archivos históricos delegacionales y que marque los lineamientos de los mismos. Esperando que este encuentro sea el inicio de un trabajo a seguir y que dé resultados por el bien de nuestra ciudad. Gracias.

MESA 4

Experiencias de organización documental

El archivo del ingeniero Antonio García Rojas Maestra en ciencias Gabriela María Luisa Riquelme Alcantar, maestro en ciencias Antonio Guillermo A. Aullet Bribiesca, Ricardo Mendoza Palomino, Archivo Histórico de la esime

Rescate y ordenamiento del Archivo del Ing. Miguel Bernard Perales Licenciada Gabriela Uribe Aragón, licenciada Gabriela G. Escobedo Gue- rrero, Archivo Histórico de la esime

Archivo Histórico de Petróleos Mexicanos. Recuperación del acervo docu- mental 1998-2007 Maestra Mireya González Peñaloza, Archivo Histórico de Petróleos Mexi- canos

Ordenación Histórica en el Archivo de Salud Licenciado Rogelio Vargas Olvera, Archivo Histórico de la Secretaría de Salud

Algunos criterios para la organización del archivo hemerográfico de la Coordi- nación Nacional de Literatura del inba Licenciada María Angélica Piñón Rizo, Archivo hemerográfico de la Coordi- nación Nacional de Literatura del inba El archivo del ingeniero Antonio García Rojas25

Gabriela María Luisa Riquelme Alcantar26 Antonio Guillermo A. Aullet Bribiesca27 Ricardo Mendoza Palomino28 Archivo Histórico de la esime

Síntesis

“Hijo distinguido de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica esime”, el ingeniero Antonio García Rojas, se incorpora al egresar de esta escuela a la industria petrolera. Fue García Rojas, uno de los ingenieros, que al producirse la histórica expro- piación petrolera, se integró al equipo de técnicos mexicanos que logró consolidar e impulsar esta industria para el país, a la cual estuvo vinculado toda su vida. Al fallecer el ingeniero Antonio García Rojas, su viuda, la señora Alicia González, acordó en 1989 con quién fungía a la sazón como director del ipn, contador Óscar Joffre V., que el archivo del ingeniero se entregara para su orde- namiento y custodia al Archivo Histórico de la esime ubicado en Allende 38.

El archivo del ingeniero Antonio García Rojas

Antonio García Rojas nació el 19 de noviembre de 1910 en la ciudad de San Luis Potosí, México. Sus estudios elementales y bachillerato los realizó en su ciudad natal. Cuando tuvo la oportunidad de estudiar una carrera se tras-

25Resultado del proyecto de investigación sip-ipn 20070250 26Estudiante de doctorado en el die-cinvestavProfesora-investigadora con licencia del cie- cas-ipn; Becaria cofaa 27Profesor-investigador del ciecas-ipn. 28Estudiante de la carrera de economía de la ese-ipn. Becario pifi del proyecto de investiga- ción. 104 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. ladó a la ciudad de México donde ingresó a la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (esime), para cursar la carrera de ingeniero mecánico y electricista; realizó sus estudios en los años de 1926 a 1935. Se graduó con honores como ingeniero, sustentando su examen profesional el 7 de noviembre de 1935. Al mismo tiempo que el ingeniero García Rojas se dedicaba al estudio, también se preocupaba por otras cuestiones de importancia para la época en que vivía. Desde temprana edad, sumó a sus intereses, de manera autodi- dáctica, nuevas y complejas especialidades; en él, la práctica y el estudio eran vitales en su quehacer diario como estudiante y profesionista. La reflexión permanente, aplicación creativa y sus propias elaboraciones metodológicas, fueron rasgos propios que lo acompañaron a lo largo de su vida educativa y laboral. Los niveles de información tecno-científica que manejaba eran de excelencia, propios del tecnólogo de primera línea que fue. Su capacidad orga- nizativa como estudiante y después como profesional dedicado a la indus- tria petrolera, asombró no sólo a sus compañeros de trabajo; su nombre se proyectó internacionalmente al lado de especialistas del más alto nivel en la cuestión petrolera. Su primer contacto con trabajos de exploración fue en el año de 1934, cuando comenzó a trabajar como geofísico en el Departamento Geológico de la compañía petrolera El Águila en México y tiempo después, con su filial, la compañía Shell de Venezuela. En 1939, el ingeniero García Rojas regresa a México para trabajar en la empresa petrolera más importante de nuestro país: Petróleos Mexicanos (pemex) con el cargo de jefe de Departamento Geofísico. Sus funciones prin- cipales consistían en la organización del citado departamento, así como la puesta en marcha de la Gerencia de Exploración. En 1953, fue nombrado sub- gerente y dos años después se le designó Gerente de Exploración en pemex, puesto que ocupó durante doce años. De 1954 a 1956, simultáneamente con sus ocupaciones de gerente, fue pre- sidente del Comité Organizador de la xx Sesión del Congreso Geológico Inter- nacional. Poco tiempo después, se le designó presidente del citado congreso. Sus contribuciones científicas al campo de la exploración petrolera se pueden resumir de la siguiente manera: participación activa en el desarrollo de la pro- ducción de petróleo en la parte occidental y central de Tabasco, encontrando también producción de calizas jurásicas y producción en la Faja de Oro Marina. Cabe mencionar que otro de los intereses de García Rojas, era el estudio del aspecto energético de México, tema sobre el cual dictó múltiples confe- rencias nacionales a lo largo de su vida. En el desempeño de su trabajo profesional, escribió 26 artículos cientí- ficos escritos la temática es diversa, abarcando: estudios geofísicos, explo- organizar para conservar 105 ración petrolera, campos petroleros, problemas de la industria mecánica, aprovechamiento de recursos no renovables en México, Argelia y sus posibi- lidades petrolíferas, el barón Alejandro Von Humboldt y su influencia en el desarrollo científico y económico de México, entre otros. Muere a los setenta y nueve años en la ciudad de México.

La organización del Archivo de García Rojas

En 1989, el doctor Monteón trabajó en la organización del archivo particular del ingeniero García Rojas; se pudo constatar la importancia que para él tenía la información. Su archivo era el laboratorio de un trabajador de la ciencia, inquieto y siempre capaz de encontrarle aplicaciones prácticas a los más com- plejos planteamientos de orden teórico. En su archivo quedó la constancia de multitud de realizaciones que forman parte ya de la historia de México, pero también quedaron proyectos truncos, sueños que no alcanzó a realizar. Había además, documentos que consultó sobre una gran variedad de temas y sobre problemas en los que pen- saba trabajar cuando lo sorprendió la muerte. Un porcentaje muy alto de su obra no fue publicado; no tenía esa fina- lidad. Básicamente estamos ante la obra de un científico práctico vinculado a la industria y no ante un académico, aunque esta última fase tampoco le fue ajena y su nombre figura ya entre los impulsores de las ingenierías geológica y geofísica en México.

Aplicaciones del Archivo García Rojas

Para los estudiosos de la historia de la ciencia y la tecnología en México, el presente archivo tienen un gran interés; igualmente, para los interesados en los problemas de la metodología general, pues está llena de enseñanzas la manera como García Rojas hacía acopio, agrupaba, sistematizaba y trabajaba con sus fuentes. Su archivo privado ilumina aspecto clave para el desarrollo de la industria petrolera en México y otros países. Hasta 1989, el archivo contenía materiales de gran valía sobre las ciencias de la Tierra, geología y geofísica, particularmente. Con abundante documentación de primera mano, García Rojas con- centró información referente a la cuestión energética, minera, informática, ingeniería, junto a la problemática referente a la industrialización del país eran, entre otros, de los grandes temas representados en este archivo antes de 106 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. su desalojo de las áreas a que había sido destinado cuando llegó a Allende 38 en calidad de custodia.

Estado físico y ubicación del acervo cultural a su llegada a Allende 38, según inventario elaborado por el doctor Humberto Monteón.

En términos generales, cuando el archivo llegó a Allende 38 para su custodia, el estado de la documentación era bueno. Tiempo atrás se había localizado en tres lugares de su domicilio particular: la cochera, la biblioteca y su estudio. La documentación localizada en la cochera presentaba algunos problemas menores, ya que había estado expuesta al polvo y en un ambiente cuyos niveles de humedad superaban los recomendados para conservatorios documentales. Se encontró material roído; sin embargo, se descartó la presencia de roe- dores. Se pudo comprobar que algunas cajas estuvieron al alcance de unas perritas que fueron las que destruyeron la documentación.

- El acumular papeles en las cantidades que suelen hacerlo los intelec- tuales, obliga a observar una serie de reglas y medidas para su preserva- ción; con lo cual se logra, por otra parte, el saneamiento del ambiente de la casa-habitación.29

En el levantamiento del inventario se respetó el principio archivístico del ordenamiento original que el ingeniero le dio a sus papeles; éstos se agruparon sólo cuando fue evidente que se trataba de papeles sueltos o en desorden. Estas situaciones se resolvieron generalmente, vía agrupamiento temático. Algunos de los papeles generados por el propio García Rojas se regis- traron como trabajos sueltos; otros se agruparon y se les consignó en fichas de autor, anexándose las respectivas relaciones de los materiales. Cuando se encontraron relacionados temáticamente con otros documentos, se les dejó físicamente en ese orden y su recuperación es posible mediante la consulta en el índice onomástico. En los casos de observaciones y anotaciones de García Rojas, en docu- mentos de distinta índole pertenecientes a otros autores, se procedió a consignar el hecho en los renglones de “observaciones” de las fichas respectivas; el índice onomástico permite también, en este caso, recuperar toda esta información. Para facilitar el manejo de la información se elaboraron dos índices, uno onomástico y otro de materias. En el índice onomástico, aparte de

29 En el Archivo General de la Nación (agn) se pueden obtener folletos y manuales relaciona- dos con este tema. organizar para conservar 107 nombres de personas, se incluyen también de organismos e instituciones, cuando éstos fungieron como autores de la documentación. El índice de materias comprende, en parte, datos propios de un índice toponímico, para evitar que información relevante, sobre todo relacionada con una serie de países, pasara inadvertida. Por razones de tiempo no se eliminaron los soportes metálicos como grapas, clips o broches. En muchos casos, la capa de óxido que se forma alrededor de estos metales se encontraba muy avanzada y habia empezado a atacar al papel, por lo que, en ese momento, se recomendó su eliminación y/o sustitución por hilo de algodón. También se sugirió tomar medidas en los casos de la documentación deteriorada por el uso de cintas adhesivas. Aunque en el archivo se separaron documentos de carácter hemero- gráfico, se observa que ésta no fue una fuente que el ingeniero García Rojas siguiera de manera particular; el seguimiento a determinado tipo de noticias y problemas abordados en artículos de fondo por la prensa, fue más bien esporádico. Los temas estaban relacionados con su actividad: pemex, polé- micas sobre la rectoría del Estado en asuntos económicos, hechos y personajes históricos. En su mayor parte, estos materiales se encontraron dispersos, por tanto, en este primer inventario se agruparon por género documental. En esta ocasión se sugirió un tratamiento especial, pues la mayoría de los periódicos mostraba un grado avanzado de deterioro. Al final del primer inventario se contabilizaron cien cajas.

Estado actual del Archivo de García Rojas

En el año 2006, a petición de los actuales directores de las Unidades Profe- sionales de la esime, se formó un equipo de rescate encabezado por el doctor Humberto Monteón González, maestro decano del ciecas-ipn y conformado por profesores-investigadores también del ciecas como Gabriela Riquelme Alcantar y Guillermo Aullet Bribiesca; de la esime Allende participaron las licenciadas: Gabriela Uribe Aragón y Gabriela Escobedo Guerrero. El 31 de enero de 2007 se inició el rescate del archivo personal del inge- niero Antonio García Rojas, mismo que había sido retirado de su estantería original y ahora se encontraba entremezclado con cajas de documentos de distinta procedencia, en un local sombrío, con altos niveles de humedad y paredes con escurrimientos de agua. La documentación de García Rojas se rescató y trasladó a un local que previamente, el equipo de rescate preparó, iniciándose días después el tra- bajo de evaluación y cotejo con los borradores del inventario general de este 108 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. archivo; esto para saber, con toda precisión, de qué magnitud ha sido el daño ocasionado a este acervo que la familia García Rojas otorgó en custodia al Instituto Politécnico Nacional. Sin embargo, se puede adelantar que, las condiciones deplorables en que se encontraba el archivo, generaron la destrucción de multitud de documentos debido a las pésimas condiciones ambientales en las cuales proliferaron todo tipo de plagas, hongos, polillas, roedores, pescaditos de plata,30 entre otros. Gran cantidad de documentos se encontró inutilizada e invadida por hongos. Como es sabido, en la naturaleza la descomposición de la celulosa,31 se lleva a cabo principalmente por medio de hongos, que producen una enzima que degrada a la celulosa,32 también producida por bacterias yprotozoario.33 Entre los principales hongos encontrados en el Archivo García Rojas se pueden citar los del género aspergillus, moho de color verdoso obscuro, un tanto grisáceo, muy común también en los alimentos enlamados. Otros hongos descubiertos, favorecidos por las excretas de ratas o ratón, fueron los histoplasma capsulatum, los cuales producen enfermedades en pulmones, sistema nervioso y/o piel en el ser humano. Un tercer tipo de hongos reconocidos en el Archivo García Rojas, son los penicillium, fusarium y neurospora, hongos de color amarillento naranja muy vivo que producen enfermedades en el hombre como alergias manifestadas por rinitis, lagrimeo, conjuntivitis y asma. A la documentación dañada y que, como hemos visto, puede significar un peligro para el ser humano, se le trató con sumo cuidado. Con apoyo de equipo especial como batas, cubre bocas y guantes, el grupo de rescate intentó salvaguardar la información contenida en los documentos dañados, pues ésa era la prioridad para el equipo. Ésta se clasificó en dos paquetes; el primero, contenía aquellos papeles que por su naturaleza, podían copiarse; la segunda, aquellos totalmente inservibles. Los documentos del primer paquete se fotografiaron mediante cámara digital y después se regresaron a su lugar original. Al final, ambos paquetes se guardaron por separado en bolsas de polipropileno para aislarlos del resto del archivo. En total, se rescató el 40 por ciento del Archivo Antonio García Rojas.

30 También llamadas lepisina (Lepisma saceharina) o Thermobia doméstica, “piojos de libros”. 31 El papel está fundamentalmente constituido por celulosa, el principal constituyente de los tejidos y las fibras vegetales y sobre todo en los órganos leñosos que se conocen como madera. La mayor parte de la producción de papel se obtiene de la madera que, además de la celulosa, contiene hemicelulosa y lignina. 32 Sustancia polisacárida insoluble en agua 33 Estos organismos, generalmente microbianos digieren, si se les presenta la oportunidad, todo documento escrito.

Rescate y ordenamiento del Archivo del ingeniero Miguel Bernard Perales

Licenciada Gabriela Uribe Aragón34 Licenciada Gabriela G. Escobedo Guerrero35 Fabiola Tiempo Escobedo36 Archivo Histórico de la ESIME

Síntesis Ingeniero militar, revolucionario constitucionalista, el general Miguel Ber- nard Perales fue un destacado impulsor de la enseñanza técnica; ocupó puestos de alta responsabilidad en la sep, entre otros, fue jefe del Departa- mento de Enseñanza Técnica y la muerte le sorprendió siendo director del Instituto Politécnico Nacional, en 1939. En el Archivo Histórico de la esime (Allende 38, Centro Histórico), se encuentra en calidad de archivo incorporado, el archivo personal del inge- niero Miguel Bernard, el cual está integrado por un número importante de documentos con inestimable valor para la historia de la enseñanza técnica en México. La presente ponencia da cuenta de los contenidos y estrategias hasta hoy seguidas para su rescate y ordenamiento.

Rescate y ordenamiento del archivo del ingeniero Miguel Bernard Perales

En el caso del archivo del ingeniero Miguel Bernard Perales, nos encontramos ante un archivo en desorden, pero que al parecer, en algún momento de su

34 Responsable del Área de Administración del Archivo Histórico Allende 38. 35 Responsable del Área de Administración del Archivo Histórico Allende 38. 36 Prestadora de Servicio Social. 110 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. existencia tuvo un orden. Sin embargo, no tiene instrumentos que permitan la consulta o descripción de la documentación contenida. La organización de un archivo particular está ligada completamente con su propietario, con las actividades que desempeñaba, con las instituciones públicas o privadas donde colaboró, con otras actividades que realizó, o con las agrupaciones sociales a las que pertenecía, entre muchas otras cosas. La razón de ser de una colección particular e histórica como la del archivo del ingeniero Miguel Bernard Perales, radica en mantener, preservar y conservar información relativa al acontecer de una institución e, incluso, de toda una época en particular; el contexto histórico y característico de la misma, per- mite encontrar respuestas a preguntas sobre el acontecer nacional de ese momento en particular.

Antecedentes y definiciones de los archivos particulares e institucionales

Todas las organizaciones o instituciones de cualquier lugar del mundo generan y acumulan gran cantidad de documentos que formarán parte de un archivo institucional. Por otro lado, los archivos particulares representan de manera muy puntual las actividades de una persona y su labor durante una época, indisociable de sus intereses y de su entorno. Por un lado, los archivos guardan documentación relativa a una etapa en especial de su propia historia nacional, que puede ser generada por la misma institución o por otras instituciones con las que interactuó; pero por otro lado, “…otro grupo importante de documentos comprende papeles pri- vados de personalidades destacadas, fondos que han sido adquiridos por los archivos o donados por particulares…” (Schellenberg, 1987:30) “…Los manuscritos pueden agruparse en colecciones con relación a las personas, familias, instituciones, organizaciones, etcétera. Mientras que a dichas relaciones se les considere similares en su carácter a los grupos de archivos, les faltará la cohesión que derivan los archivos de sus relación con la actividad o propósito…” (Schellenberg, 1987:51); por esto es necesario conocer a fondo su estructura orgánica y la función de cada uno de sus órganos, es decir, emplear la concepción estructural-funcional. Los archivos institucionales pertenecen a una organización cuyos docu- mentos provienen y emanan del ejercicio de una función de la propia admi- nistración de la institución (Gallego, 1993:13), mientras que los archivos par- ticulares, surgen y provienen de personas o individuos que a lo largo de su vida tuvieron un valor que, en la mayoría de los casos, sólo el interesado comprendería. organizar para conservar 111 Olga Gallego considera que los archivos particulares pueden ser llamados también, archivos familiares; y asegura que “…los archivos familiares entran en todas partes dentro de la categoría de privados, salvo en lo referente a los archivos de los hombres de Estado. Algunos países, incluso, reservan la denominación de privados, exclusivamente para los familiares (Inglaterra)…” (Gallego, 1993:16). Independientemente de la denominación que se le otorgue al archivo de un particular, los documentos allí depositados tienen valores históricos cuando la persona que los generó o los gestionó es importante en cualquier ámbito de la vida de una institución e inclusive, de un país.

Método de organización y descripción

Hasta el momento no se ha definido un criterio común para organizar y cla- sificar archivos personales, ya que existen una diversidad de métodos como de archivos, pero es de particular importancia respetar la memoria de la persona que fue o es dueña de ese acervo, en consecuencia, los papeles de dicho archivo “…sólo se entienden en su orgánica trabazón, establecida por el ámbito…de los titulares, y sus fines de la persona…que los ha creado…” (Sastre, 1999:33). Es entonces, cuando el proceso de organizar un acervo representa un gran reto para quien debe hacerlo, incluso se puede decir que, en lugar de organizar, tal vez se debe reorganizar la documentación. En este momento, se puede encontrar con archivos que estuvieron organizados alguna vez, y que pudieran reorganizarse, o bien, “…archivos desorganizados, fragmen- tados o incoherentes, no susceptibles de rehacer su primitiva organización, y archivos que nunca poseyeron una organización….” (Gallego, 1993:49). Para los archivos que alguna vez tuvieron una organización y que pueden tener algún instrumento de consulta o descripción antiguos, serán reorgani- zados sólo siguiendo el principio fundamental de procedencia. El origen natural de la organización de un acervo tiene un enlace inque- brantable con el propietario del mismo; por lo que habrá que considerarse: quién lo envía, el asunto y si tiene nexo con las actividades en vida del indi- viduo. “…Respecto de su carácter orgánico, el documento tiene siempre una relación con otros documentos procedentes de la misma persona física o moral; por lo tanto debe registrarse en relación con otras piezas de igual procedencia, no debe de separase de aquellas…con las que guarda una iden- tidad de origen y contenido…” (Torre Villar, 2003:140), para conformar esto, es necesario tener instrumentos de descripción que se apoyen en lo que una persona ajena al acervo entienda, sin necesidad de obtenerlo físicamente. 112 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Miguel Bernard Perales

Al hablar del ingeniero Miguel Bernard Perales, es menester hablar de la edu- cación técnica en México, sus diversos inicios y su problemática en una nación que se reinventaba abriéndose camino bajo un criterio nacionalista y radical. Miguel Bernard Perales representa a la clase de hombres que se lanzan al ataque con aplomo y garbo; con rebeldía ante las injusticias y aplicando estrategias militares, las cuales le permitían llevar a un destino más cierto todas las empresas que se proponía. Nació un 16 de septiembre como proclamando la Independencia de México, que años después y durante toda su vida, defendió; una indepen- dencia propuesta en ofrecer, a los ciudadanos de nuestro país, herramientas de orden educativo enfocados a impulsar una enseñanza técnica acorde, tanto con el momento histórico de la época, como con el proyecto de nación que se buscaba. El ingeniero Miguel Bernard Perales fue un excelente profesor pero tam- bién fue revolucionario e inspirador de cambios, buscando siempre el beneficio de México; la aplicación de su experiencia militar en cualquier centro educa- tivo fructificaba en la disciplina y conocimientos de sus discípulos. Se rodeó siempre de personajes muy importantes en todos los niveles, trabajó a la par de Juan de Dios Bátiz, Carlos Vallejo Márques, Wilfrido Massieu Helguera, Luis Enrique Erro, entre muchas otras destacadas personalidades, además de estar completamente ligado a la esime y por supuesto a la creación del ipn.

Antecedentes y generalidades del archivo

En el Archivo Histórico del esime, ubicado en la calle de Allende núm. 38 en el centro histórico de la ciudad de México, se encuentran resguardados acervos documentales de las diferentes épocas de la institución, tales como la Escuela Nacional de Artes y Oficios para Hombres enaoh( ), Escuela Prác- tica de Ingenieros Mecánicos Electricistas (epime), Escuela de Ingenieros Mecánicos Electricistas (eime) y la esime; en ese mismo recinto se han depositado dos archivos incorporados; uno es del ingeniero Antonio García Rojas37 entregado en custodia al Instituto Politécnico Nacional (ipn) por la viuda de García Rojas37, y el segundo es el caso que nos ocupa, el del inge- niero Miguel Bernard Perales.

37El ingeniero Antonio García Rojas quedó ligado a la industria petrolera del país, de la cual es uno de los precursores más sobresalientes (Monteón, 1989). organizar para conservar 113 Se puede considerar al Archivo Particular del ingeniero Bernard como un archivo muerto, ya que en el momento de encontrar el acervo, no se tenía orden alguno en cuanto a los documentos, ni siquiera se sabía a ciencia cierta quién lo había recibido, de quién era y bajo qué condiciones se recibió. Inclu- sive, no existe registro de entrada del mismo. La procedencia del archivo particular de Miguel Bernard Perales, es desconocida, aunque se cuenta con diversos testimonios de trabajadores del Archivo Histórico de la esime, quienes han dicho que esas cajas abando- nadas, fueron enviadas por distintos funcionarios del ipn. Las cajas en las que se encontró la documentación estaban en calidad de abandono total, humedecidas y cubiertas con un plástico, sobre tres sillas oxidadas y en condiciones totalmente deplorables; cuando fueron halladas no se tenía conocimiento de a quién pertenecieron esos documentos, fue hasta que se limpió un poco el polvo, cuando se constató que pertenecieron al general ingeniero Miguel Bernard Perales.

Archivo particular del ingeniero Miguel Bernard Perales

El archivo particular del ingeniero Miguel Bernard Perales contiene docu- mentación en torno a la educación técnica de nuestro país; cuenta con más de 2000 documentos, entre ellos, algunas fotografías que nos hablan de la trayectoria de este personaje de importancia particular para el Instituto Poli- técnico Nacional. Se ha trabajado la documentación encontrada, que contiene información acerca de la vida y obra de Bernard; se elaboró un cuadro clasificador, el cual nos ha permitido ordenar este acervo; conforme se va adentrando más en la información de los documentos que componen el archivo, sorprende la infi- nidad de facetas poco conocidas del personaje, de tal suerte que dicho acervo permitirá exponerlas y aportar cuestiones nuevas a los estudiosos de asuntos relacionados con esto. La información que arrojan los documentos del archivo particular del personaje en cuestión es de un alto valor para los estudiosos de la historia de la educación Técnica en México; pero también nos habla de su calidad humana, sus altibajos y su espíritu altruista y bondadoso con quienes tuvieron el honor de conocerlo. 114 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Hallazgos históricos principales

El archivo particular de Miguel Bernard contiene documentos tan emocio- nantes como una parte del epistolario personal, apuntes de las asignaturas que impartió, discursos emotivos y agradecimientos varios; correspondencia e infinidad de folletos, generalmente relacionados con asuntos educativos, pero también podemos encontrar información relevante acerca de la organi- zación administrativa de instituciones en las que fue funcionario.

Así podemos decir que nos encontramos ante documentos tan impor- tantes como:

• Discursos y conferencias emotivas relacionadas con la edu- cación técnica en México.

• Documentos que evidencian reformas en distintas escuelas como es el caso de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, del ipn, la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad, el Centro Indus- trial Rafael Dondé, entre otras.

• Epistolario personal y oficial, que contiene información relativa a sus actividades dentro de instituciones como: la Secretaría de Educación Pública, concretamente del Departamento de Ense- ñanza Técnica Industrial y Comercial, en donde se reestructuraron los planes de estudio de acuerdo al proyecto de nación que requería México, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, entre muchas otras, y sobre todo, nos demuestran su espíritu emprendedor y que era un amigo incondicional.

• Documentación relacionada con la creación del Instituto Politécnico Nacional.

• Y documentos familiares, que en su momento serán entre- gados a los familiares del ingeniero.

En el mencionado acervo quedó constancia de que Miguel Bernard Perales era uno de aquellos personajes que forjaron una patria de los mexi- canos para los mexicanos, su instrucción militar dio como resultado que fuese una persona de exacerbada disciplina, ocupó una importante can- organizar para conservar 115 tidad de puestos públicos y su principal función siempre fue encaminada a la educación técnica del pueblo de México; patriota incansable y mexicano de corazón, escribiría máximas, discursos y críticas durante toda su vida, acerca de todo lo que consideraba injusto; indiscutible precursor del Instituto Politécnico Nacional y otras escuelas, su gran cultura le permitió allegarse de personajes importantes con quienes correspondió. Los archivistas encargados de una colección se enfocan en la concep- ción estructural-funcional, donde es obligado establecer datos e identificar momentos importantes, etapas relacionadas con el quehacer de la persona, con base en los papeles, testimonios, parientes, discípulos en general, todo lo que pueda decir algo acerca de la persona, de tal suerte que el acervo cuente con los instrumentos de consulta necesarios para que pueda ser útil en el desarrollo de investigaciones y otros trabajos. Para llevar a cabo el proceso de organización y ordenación de un archivo muerto, hay que considerar que “…Las colecciones particulares de docu- mentos plantean retos de orden metodológico y conceptual diferentes a los archivos institucionales, sin embargo, se les puede abordar desde una con- cepción estructural (orgánico-funcional)…”.38 Así, la manera en que se ha trabajado este acervo es la siguiente:

• Estudiar la vida y obra del personaje valiéndose de autobio- grafías, biografías, semblanzas, discursos y demás documentos per- sonales.

• Establecer una tipología documental para ordenar las fuentes.

• Entrevistar a informantes clave, como pueden ser familiares y expertos en los temas que pudieran entrelazarse con el personaje, lo que servirá como previsor de documentos que debiera contener este archivo.

• Conceptuar los términos de la archivística enfocados a crear instrumentos de consulta en un archivo particular.

• Mostrar cómo es la organización y ordenación de los archivos particulares.

38 Dr. Humberto Monteón González, Proyecto de Investigación 20031361. 116 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. • Describir el proceso metodológico del rescate, organiza- ción y catalogación del archivo particular del Ing. Miguel Bernard Perales. • Proponer un método para ordenar y organizar archivos par- ticulares.

Este último punto con apego a la trayectoria del personaje, lo que permi- tirá convertir los llamados archivos muertos39 en acervos documentales, para que sean útiles para los temas que contienen; siempre y cuando se cuente con los instrumentos de descripción indispensables para ello.

Bibliografía

Gallego Domínguez, Olga; 1993, Manual de archivos familiares (colec- ción Manuales), Madrid, anabad, 109 pp.

Sastre Santos, Eutimio; 1999, Manual de archivos El sistema archivístico diocesano: Archivos de la Curia y Archivos parroquiales, Madrid, anabad, 200 pp.

Shellenberg, T. R.; 1987, Archivos modernos, principios y técnicas, México, agn, 434 pp.

Torre Villar, Ernesto de la; 2003, La investigación bibliográfica, archivís- tica y documental. Su método, México, unam, 342 pp.

39Dr. Humberto Monteón González los ha descrito como bultos de papeles sin poder tener acceso alguno a ellos y que no sirven para nada. Archivo Histórico de Petróleos Mexicanos. Recuperación del acervo documental 1998-2007

Mireya González Peñaloza Archivo Histórico de Petróleos Mexicanos

La palabra recuperar, de acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, proviene del latín recuperare, que significa volver a encon- trar lo perdido, ponerlo en servicio, rescatar del olvido. Y es precisamente esta última acepción la que identifica de manera más clara, el trabajo archi- vístico. Rescatar del olvido los testimonios de la actividad del hombre, en otras palabras, hacer el pretérito presente. La manera o maneras para llevar a cabo esto son tan diversas como las soluciones que los involucrados en los archivos desarrollan para clasificar, organizar, sistematizar sus acervos, para que puedan ser consultados. Por lo tanto, el objetivo de esta ponencia es compartir en este espacio, propiciado por el Gobierno del Distrito Federal, la forma en que se recuperó y organizó el acervo de una de las industrias más importantes del país, Petróleos Mexicanos y un poco de la historia del desa- rrollo de esta industria.

Un sótano y un archivo, historia común

Dicen que todos tenemos algo de poetas y locos y agregaríamos que los que trabajamos en los archivos, también algo de mediums por nuestro constante preguntar y organizar los testimonios de los muertos, una compañera dice “mis mejores amigos son los muertos porque conozco todo sobre ellos”. Haremos un recuento de la aventura que significó recuperar este acervo; y de antemano una disculpa por todos aquellos que por la falta de tiempo, no mencionemos y que contribuyeron a su formación. El proyecto de formación integral del Archivo Histórico de Petróleos Mexicanos, en adelante ahp, nació en 1998 por la preocupación e interés del 118 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. doctor Adrián Lajous entonces director general de Pemex, por organizar el valioso patrimonio documental que se localizaba en el sótano del edificio B-2 del Centro Administrativo Pemex. Para ello, se buscó asesoría académica y fueron los doctores Carlos Marichal y Luis Aboites, investigadores de El Colegio de México, quiénes la proporcionaron con excelentes resultados. Se llevaron a cabo las reuniones en que se propuso como modelo para recuperar el acervo de Pemex, el entonces, Proyecto de Rescate del Archivo Histórico del Agua (aha), que era auspiciado por la Comisión Nacional del Agua (cna) y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (ciesas), bajo la dirección del doctor Luis Aboites. La propuesta fue aceptada y parte del equipo del Archivo Histórico del Agua, a cargo de la licenciada Rocío Gamiño Ochoa, autora de la metodología del aha, fue contratado para iniciar la aventura del rescate del acervo el 18 de noviembre de 1998. Conformaron el equipo historiadores, especialistas en cómputo y conserva- ción de documentos para realizar tan difícil tarea. El equipo se dividió en las siguientes áreas: conservación, catalogación de los documentos y cómputo. Difícil tarea por las condiciones en que se iniciaron las actividades en este acervo. El espacio destinado para llevarlas a cabo era bastante reducido, compartido y poco ventilado, un sótano en forma, donde se empezó a acu- mular el material catalogado. Ante estas circunstancias fue necesario, como siempre pasa con los archivos, de buscar un lugar adecuado para el ahp, por lo que se remodeló y se acondicionó especialmente para este fin una parte de las instalaciones de la ex refinería 18 de marzo en Azcapotzalco. La inauguración de las nuevas instala- ciones tuvo lugar el 19 de junio del 2000, con lo que se marcó un hito impor- tante en el rescate de archivos de empresas. Las subsecuentes administraciones continuaron y continúan el proyecto en la medida de sus posibilidades El objetivo principal del proyecto, en palabras de la licenciada Rocío Gamiño, fue implementar una metodología ágil basada en los cánones archi- vísticos del “principio de procedencia y orden original de los documentos”, así como en la Norma Internacional General de Descripción Archivística isad-g, avalada por el agn, para en el menor tiempo posible, preservar y describir el contenido de la riqueza temática, documental y gráfica de sus documentos, generar un banco de datos y ponerlo a disposición del investi- gador para su consulta.40 En este sentido, el ordenamiento de los documentos se realiza de forma minuciosa, lo que permite detallarlos desde las instancias que los generaron,

40 Gamiño Ochoa, Rocío, “Presentación del Proyecto”, en LEX PEMEX , Petróleos Mexicanos Dirección Corporativa de Administración, Gerencia Jurídica, Gerencia de Corporativa de Co- municación Social, 2000, p.13. organizar para conservar 119 los lugares que aparecen, la cronología que abarcan, las obras realizadas, la temática, los personajes que intervienen, una síntesis del contenido, los soportes y grafías y el estado de conservación, entre otros datos. Hasta ahora contamos con un único fondo denominado Expropiación, que cuenta con más de 110,000 expedientes. Al 15 de julio de 2007, se tenían catalogados y en banco de datos para su consulta, aproximadamente 88 000 expedientes. La documentación concentrada en este acervo fue generada principal- mente por las compañías petroleras que pertenecieron al grupo Doheny o al grupo Pearson, así como por las empresas paraestatales que fueron creadas por los gobiernos posrevolucionarios, como el Control de la Administración del Petróleo Nacional, Petróleos de México S.A. y la Administración General del Petróleo Nacional. Dicha información abarca de 1850 a 1960 aproxima- damente. Los estados de la República con mayor información son Veracruz, Tamaulipas, San Luis Potosí (que conformaban la llamada “faja de oro”) la zona petrolera más importante del país durante las dos primeras décadas del siglo xx. Asimismo, otros estados como Tabasco, el mismo Distrito Federal y Campeche, concentran gran cantidad de información. La riqueza temática del acervo es variada y se pueden observar tres rubros de trabajo, la exploración, la explotación y comercialización del petróleo. En las actividades de exploración se encuentran testimonios desde las concesiones federales otorgadas a las primeras compañías petroleras para la exploración y explotación del subsuelo, los contratos de arrendamiento o compra-venta de terrenos celebrados con particulares, las primeras obras construidas para la explotación de terrenos petrolíferos, perforación de pozos, construcción de caminos de acceso, oleoductos submarinos y terrestres, muelles, edificación de las primeras refinerías, es decir, la infraestructura petrolera necesaria para la explotación del crudo, además de los informes de producción, así como el tendido de vías férreas para transportar el petróleo desde las refinerías hacia el interior del país o hacia los barcos de las compañías navieras constituidas para la comercialización de los productos con los diferentes puertos del Golfo de México, o para su exportación. Además, se cuenta con información sobre las disposiciones gubernamen- tales concretadas en leyes para la regulación de la actividad de las empresas petroleras, los impuestos, los sueldos, auditorías y otras más. Por otra parte, están los testimonios de diversas huelgas y movimientos laborales que se dieron durante los años veinte, los procesos para termi- narlas, la formación de organizaciones obreras fuera de la influencia de la crom, las huelgas de marinos y obreros, los enfrentamientos, la presencia de bolcheviques agitadores de masas en los campamentos y zonas petro- 120 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. leras, así como las demandas y amparos promovidos ante la Junta de Con- ciliación y Arbitraje locales y federales. La vida social y cotidiana tiene una importante fuente documental en los informes sobre la creación de colonias de trabajadores extranjeros y nacio- nales, la construcción de escuelas para los hijos de los trabajadores, la vida en los campamentos petroleros, las cantinas, las tiendas, los robos y asesinatos dentro de los mismos, las crónicas de desastres como explosión de pozos, de tanques de almacenamiento, accidentes ocurridos como choque de buques- tanques, enfermedades, epidemias y política sanitaria. El desarrollo de la infraestructura petrolera se puede reconstruir a través de proyectos de construcción de tramos de ferrocarril y de caminos de acceso; memorias descriptivas y planos de obras que se realizaron para almacenar y transportar el petróleo y sus derivados (tanques, refinerías, muelles, oleo- ductos submarinos y terrestres, estaciones de bombas); planos de localiza- ción de los pozos de los mismos y la instalación de campos petroleros. Otro grupo documental interesante lo constituyen las actas de las sesiones del Consejo de Administración de la compañía El Águila, así como los informes que se tenían que entregar a las secretarías del ramo y la corres- pondencia entre funcionarios de las compañías y del gobierno. Hay también estados financieros que dan testimonio del desarrollo de las empresas en cuanto a la producción y sus mercados. Además de esos grupos documentales, el acervo cuenta con anexos grá- ficos como planos, croquis, fotografías, dibujos, diversos impresos, folletos, boletines, revistas, catálogos, periódicos y recortes hemerográficos. Es a través del Boletín del Archivo Histórico de Pemex que se realiza la difusión de los materiales del Histórico de Pemex, este se publica cuatrimes- tralmente. Actualmente está en prensa el núm. 11. Con el Colegio de México se han mantenido convenios de investigación que dieron como resultado la publicación de dos libros escritos por uno de sus investigadores, Joel Álvarez de la Borda, titulados Los orígenes de la industria petrolera en México, publicado en 2005 y Crónica del petróleo en México que salió a la luz en 2006. En el año 2000, el ahp recibió del Archivo General de la Nación, la Men- ción al Mérito Archivístico en reconocimiento al trabajo realizado. El acervo se puede consultar en las instalaciones del ahp en la exrefinería 18 de marzo, ubicada en la avenida 5 de Mayo, puertas 4 y 5, colonia Ángel Zimbrón, delegación Azcapotzalco. El horario de atención al público es de 9:00 a.m.a 14:00 p.m. organizar para conservar 121 La importancia del material documental

La historia del petróleo en nuestro país data desde la época precorte- siana, cuando los antiguos mexicanos daban distintos usos al chapopotli en ungüentos curativos, dentífricos, aromatizantes y pegamentos. A la llegada de los españoles, la utilización del petróleo no varió mucho; destaca su uso en el recubrimiento de barcos y aceites para alumbrar. Las Reformas Borbónicas promovidas por el rey español Carlos III, a mediados del siglo xviii, en la cuestión minera

Se apoyaron en los Comentarios a las Ordenanzas de Mina hechas por el jurisperito Francisco Xavier de Gamboa en 1761, en las Leyes de Indias y en los notables virreyes de México para expedir, el año de 1793 una legis- lación especial para las minas de la Nueva España que se conoce con el nombre de Ordenanzas de Minería de la Nueva España. Su título tiene por encabezado del dominio radical de las Minas: de su concesión a los particu- lares y del derecho que por éste deben pagar a la Corona española.41

De esta manera, la propiedad del subsuelo pasó a la Corona española, sentando las bases jurídicas para posteriores gobiernos. El presidente Benito Juárez y Maximiliano de Habsburgo continuaron este proyecto al estimular la explotación del subsuelo a través de la reglamen- tación de la propiedad nacional, al establecer que los yacimientos de carbón y petróleo podían explotarse mediante concesión del gobierno. Sin duda, el mérito del desarrollo de la industria petrolera tiene lugar durante el porfiriato, cuando el presidente Díaz otorgó toda clase de faci- lidades legales a los inversionistas extranjeros para llevar a cabo la extrac- ción, refinación y comercialización del petróleo en gran escala, aunque hubo algunos intentos en el país para llevar a cabo la explotación de petróleo como la del gobernador de Tabasco, Simón Sarlat Nova en 1883. Las primeras compañías petroleras extanjeras que se establecieron en el país fueron la Huasteca Petroleum Company, subsidiaria de la esta- dounidense Mexican Petroleum Company, a cargo del empresario petro- lero Edward L. Doheny, y la S. Pearson and Son, compañía inglesa a cargo del empresario favorito de Porfirio Díaz, Sir Weetman Dickinson Pearson, que en 1908 transfirió sus derechos a la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, que se convertiría en líder de las empresas petroleras en México. Durante el periodo revolucionario y posrevolucionario, los gobiernos crearon diversos organismos, destacando el Control de Administración del

41 Archivo Histórico de Petróleos Mexicanos, Expropiación, caja 2857, exp. 74388, 40 fjs. 122 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Petróleo Nacional, Petróleos de México (Petromex) y la Administración General del Petróleo Nacional, con los cuales la compañía El Águila tuvo enfrentamientos por el control del comercio del petróleo. Estos organismos nacionales, al igual que las empresas extranjeras, generaron todo tipo de documentos necesarios para llevar a cabo la explotación del recurso. Esta información pasó a Petróleos Mexicanos en el momento en que Lázaro Cár- denas decretó la expropiación de la industria petrolera en 1938. Mediante este decreto se expropió, por causa de utilidad pública y a favor de la nación: maquinaria, instalaciones, edificios, oleoductos, refinerías, tan- ques de almacenamiento, vías de comunicación, carros tanques, estaciones de distribución, embarcaciones y todos los demás bienes e inmuebles, inclu- yendo los archivos propiedad de las 17 compañías extranjeras y subsidiarias involucradas en la explotación del petróleo en México. Para el investigador norteamericano, Jonathan Brown, es indudable que los archivos de las compañías expropiadas forman colecciones únicas en el sentido de que no existe en ningún otro país, una colección de documenta- ción local de las subsidiarias de las grandes compañías petroleras, debido a que por lo general, cuando las subsidiarias salían de las zonas de operaciones, se llevaban mucha documentación y destruían la que no podían sacar. Sin embargo, la nacionalización petrolera tomó por sorpresa a los gerentes que, la mayoría de las veces, sólo pudieron llevarse consigo objetos personales. El gobierno actuó con toda rapidez y se apoderó de documentación sobre las operaciones de exploración y explotación, los convenios realizados con polí- ticos locales, la venta de tierras, los contratos de perforación de pozos, las rela- ciones laborales tanto con el personal nacional como con el extranjero. Documentos que hoy se pueden consultar en el Archivo Histórico de Pemex para reconstruir y comprender el impacto de la industria petrolera en la economía, la sociedad, en la tecnología y la política de nuestro país.

Ordenación histórica en el Archivo de la Secretaría de Salud

Licenciado Rogelio Vargas Olvera Archivo Histórico de la Secretaría de Salud

A manera de Introducción

Como consecuencia de la fusión de la Secretaría de la Asistencia Pública con el Departamento de Salubridad, fue creada en octubre de 1943 la Secretaría de Salubridad y Asistencia, cuyos precedentes se remontan a 1841 con la fun- dación del Consejo Superior de Salubridad por un lado, y por otro a 1861, año en que el presidente Juárez dio origen a la Dirección General de la Bene- ficencia Pública, entidad encargada de administrar los entonces recién nacio- nalizados bienes eclesiásticos, y sobre todo, los productos de rentas e hipo- tecas que solventaban el sostenimiento de hospitales y hospicios. Pudimos reconstruir la vida administrativa de estas instituciones apoyándonos en libros y otras publicaciones, tanto oficiales como de autor, que fueron de gran ayuda para establecer la ordenación cronológica, la separación por secciones y series documentales, cada una de ellas originada por oficinas internas y establecimientos periféricos de ambas instituciones mencionadas.

Fondos Coloniales

Refiriéndome al origen de los documentos coloniales conservados en el ahssa, llegaron a la Beneficencia Pública cuando esta se encargó de admi- nistrar los bienes económicos desamortizados que pertenecieron a las insti- tuciones eclesiásticas. La gran mayoría tienen carácter contable y provenían de agrupaciones gremiales (congregaciones y cofradías) ligadas a la Archico- fradía de la Santísima Trinidad, cuya sede fue la iglesia del mismo nombre y que hasta la actualidad, preside la plaza llamada igual, ubicada al fondo de la calle de Moneda, hacia el oriente. El templo se distingue por su torre campa- 124 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. nario coronada por una mitra papal. Por cierto, para su construcción aportó dinero mayoritariamente, la elitista Congregación de San Pedro, fundadora también de un Colegio Sacerdotal, y de un Hospital, con el nombre del mismo santo, para atender a sus componentes, inicialmente sólo sacerdotes, después también cofrades civiles, incluso mujeres, por supuesto peninsulares o crio- llos adinerados, quienes aportaban mensualmente una cantidad monetaria que en el futuro les permitiría gozar de auxilios espirituales oportunos, y de apoyo económico, en caso de caer en desgracia o en enfermedad. Por otra parte, estaban obligados a rendir culto al santo patrono, participar en fiestas y procesiones, asistir a sus hermanos enfermos y enterrar a los muertos. De esa manera funcionaban las agrupaciones de este tipo, y de ellas las que dejaron testimonio documental en el ahssa son las Congregaciones de San Pedro, del Santísimo Cristo de Burgos (de nacidos en Galicia) y la de San Andrés Ave- lino (para los que buscaban no tener una muerte repentina), la Archicofradía de la Santísima Trinidad, y la Cofradía de San Homobono (la anterior y ésta eran agrupaciones de sastres). Cada uno de estos grupos documentales compuestos por libros y documentos sueltos, una vez identificados, fueron ordenados cronológica- mente y por división natural; libros y documentos sueltos se convirtieron en secciones. En los casos de documentos sueltos, fueron agrupados en legajos de 5 cm aproximadamente, y posteriormente fueron descritos uno por uno (igualmente los libros) para formar guías descriptivas por cada grupo docu- mental. Ese fue el mismo caso del fondo Casa de Niños Expósitos y de dos pequeñas secciones: Hospitales y Hospicios, donde fueron agrupados docu- mentos en series de los hospitales coloniales del Amor de Dios, San Lázaro, San Andrés, San Hipólito, Divino Salvador y Terceros de San Francisco y del Hospicio de Pobres. Otro grupo documental muy rico es el convento de Jesús María y fue ordenado de la misma forma.

Fondo Beneficencia Pública

Este grupo documental fue integrado por documentos y libros generados por esa institución desde su fundación en 1861. Es uno de los acervos más abundantes del ahssa, y por lo tanto, uno de los que presentó mayores retos. Sus documentos, junto con los del fondo Salubridad Pública, formaban un presunto Ramo Civil (a diferencia del Ramo Eclesiástico, formado por la mayoría de documentos coloniales), según una clasificación concebida a finales de 1970, y no la inicial desde el sigloxix . Según esa ordenación, sólo se respetó el orden cronológico en cada ramo, en los que hubo también división organizar para conservar 125 en secciones, que podría decirse, eran misceláneas. En este caso fue necesario identificar, clasificar y ordenar los diferentes grupos a través de varias etapas. Primero efectuamos la separación de los materiales pertenecientes a Bene- ficencia Pública de los del Consejo de Salubridad. En esos momentos nos fueron muy útiles las obras de Juan de Dios Peza, La Beneficencia en México y el Informe sobre los Establecimientos de Beneficencia y Corrección, 1864, redactado por Joaquín García Icazbalceta para Maximiliano. Con eso nos percatamos que los hospitales fueron controlados por la beneficencia y eran varios, pero también había numerosas escuelas y hospicios. Para entonces mientras elaboramos un inventario de cada sección y de cada serie, sepa- rando en paquetes cada una de estas últimas, anotando en las portadas los tipos documentales y la cantidad de expedientes que contenían, identificá- bamos otros documentos, ahora pertenecientes a las oficinas de la benefi- cencia y así se prefiguró nuestro cuadro de clasificación:

Fondo Beneficencia Pública Sección Establecimientos Hospitalarios Sección Establecimientos Asistenciales Sección Establecimientos Educativos Sección Establecimientos Dependientes Sección Tesorería Sección Bienes y Capitales, etcétera.

Cada sección se dividió en multiplicidad de series, y hasta en sub- series. Sin embargo, la beneficencia operó como tal hasta 1937, por lo que fue aumentando la cantidad de secciones y series, incluso con recortes de periódico, planos y fotografías, incluidos en los expedientes, entre otros tipos documentales más. Ese mismo año se estableció —el 30 de junio de 1937— el Departamento de Asistencia Social Infantil, el cual sirvió como base para que, meses más tarde, se fundara la Secretaría de la Asistencia Pública, que a su vez, en 1943, se fusionó con el Departamento de Salubridad Pública y juntos dieron origen a la Secretaría de Salubridad y Asistencia. La documen- tación del Departamento y de la Secretaría de Asistencia, quedó repartida entre otras secciones, pero también se abrió la sección Asistencia en el fondo Beneficencia, puesto que se consideró inapropiado establecer un fondo inde- pendiente con sólo seis años de documentos. 126 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Fondo Salubridad Pública

Este grupo documental, al separarse del de Beneficencia Pública, esperó unos años para que se hiciera un proceso semejante al del fondo precedente, pero llegado el momento comenzamos la identificación de grupos documentales. Simultáneamente consultamos la obra Historia de la Salubridad y de la Asis- tencia en México, escrita por los médicos Miguel E. Bustamante, Francisco Fernández del Castillo y Antonio López Picazos, también por José Álvarez Amézquita, cuyo texto hace referencia a la fundación del Consejo Superior de Salubridad en 1841, y menciona que tuvo como antecedentes, al Real Tribunal del Protomedicato (durante el Virreinato), el cual perdió su título de real al consumarse la Independencia de México en 1821, y a la Facultad Médica del Distrito Federal, establecida en 1831. En el título mencionado se citan las funciones de vigilancia y aplicación de medidas sanitarias públicas en mercados, panteones y lugares públicos en tiempos normales, sobre todo durante las epidemias, en la inspección y aplicación permanente de la vacuna contra la viruela, así como la vigilancia del ejercicio de la medicina, la vigilancia en manufacturas de alimentos y bebidas, la inspección en boticas y en rastros, entre otras muchas actividades, y las fuimos corroborando en los documentos, entre los que resaltaban por su volumen, las Actas de Sesión. Supimos después que, en el primer número del Boletín del Consejo Superior de Salubridad (1880), quedaron establecidas las “secciones” que componían ese organismo, y que se ocupaban de cada una de las actividades mencionadas con anterioridad. Sin embargo, la documen- tación llegaba hasta 1943, por lo que recurrimos otra vez a la obra citada y nos enteramos que, por mandato de la Constitución de 1917, fue extinguido el Consejo Superior de Salubridad, en su lugar se establecía el Departamento de Salubridad Pública, como órgano ejecutor de las disposiciones del Consejo de Salubridad General, encabezado por el presidente de la República. Con esa información determinamos que el nombre del Fondo Documental, debería abarcar ambas instituciones, razón por la que se llama Salubridad Pública. Agrupamos los documentos en las “secciones” sugeridas por los textos ofi- ciales y aplicamos la ordenación cronológica interna en cada una de ellas. Algunas quedaron necesariamente divididas en series:

Fondo Salubridad Pública Sección Presidencia Serie Secretaría Serie Actas de Sesión Serie Acuerdos Presidenciales organizar para conservar 127 Sección Oficialía Mayor Sección Impresos Sección Diversos Sección Epidemiología Sección Congresos y Convenciones Sección Servicio Jurídico Sección Ejercicio de la Medicina Sección Inspección de Farmacias Sección Inspección de la Vacuna Sección Inspección Antivenérea Sección Medicina Legal Sección Patentes Sección Medicamentos Sección Higiene Pública Serie Inspección de Panteones Serie Establecimientos Públicos Serie Alimentos y Bebidas Serie Higiene Veterinaria Serie Higiene Industrial Sección Salubridad en Territorios, Puertos y Fronteras Sección Salubridad en el Distrito Federal Sección Higiene Infantil Sección Higiene Escolar Sección Ingeniería Sanitaria Sección Laboratorio Sección Establecimientos Dependientes Serie Hospital General Serie Instituto de Higiene Serie Dispensarios Serie Escuela de Enfermería del Hospital General Serie Escuela de Farmacéutica del Hospital General Serie Escuela de Salubridad Sección Servicio de Desinfección Serie Registros de Tarjetas de Salud Serie Copias de Correspondencia Serie-Registro de Desinfecciones Sección Tesorería Sección Administración Sección Expedientes de Personal 128 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Es importante señalar que estos documentos están conservados en cajas AG-10, y que en el proceso de ordenación, en muchos casos, se les agregaron nuevas carpetas, sin desechar las antiguas, ya que éstas contienen informa- ción importante.

Conclusión

En la conformación de todos los fondos a los que me referí en esta presenta- ción, tratamos de respetar el principio de orden original y el de procedencia para organizar los expedientes en sus respectivas secciones y series. Siempre aplicamos un orden cronológico, porque la continuidad de secciones y series y el tipo de documentación así lo permitió, ya que ninguno de los grupos es de colecciones formadas al azar. Los instrumentos de descripción y control interno que elaboramos, son guías que describen cada grupo documental expediente por expediente, con números progresivos, fechas inicial y ter- minal, descripción del asunto y número de fojas que lo componen. Por su parte, cada expediente tiene su cápsula de identificación que corresponde al cuadro de clasificación del fondo al que pertenece, lo que lo hace inconfundible por ejemplo:

F-BP S-EH Se-HG Lg-10 Exp-5

Por último, menciono que el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud (ahssa) tiene otros fondos documentales y sigue creciendo; en la actualidad, el sistema red de archivos de la ssa sigue funcionando y anualmente, el per- sonal del ahssa, hace una valoración histórica de nueva documentación en nuestro Archivo de Concentración. Algunos criterios para la organización del Archivo Hemerográfico de la Coordinación Nacional de Literatura delinba

Licenciada María Angélica Piñón Rizo Archivo Hemerográfico de la Coordinación Nacional de Literatura del inba

La Coordinación Nacional de Literatura (cnl) del inba, cuyas oficinas se encuentran ubicadas en la calle de Brasil núm. 37, col. Centro, además de realizar diversas actividades para promover y difundir la literatura mexi- cana, ha integrado un centro de documentación con los siguientes acervos: biblioteca, fonoteca, fototeca, videoteca y archivo hemerográfico, todos ellos especializados en la literatura contemporánea de nuestro país. Dichos fondos son indispensables para reconstruir la memoria literaria de México, pues contienen voces, imágenes, notas periodísticas y libros de (y sobre) los escritores, así como la relación de las actividades literarias emprendidas por esta coordinación en las últimas tres décadas. En este trabajo se describirá la problemática del Archivo Hemerográfico y algunas medidas aplicadas para lograr una mejor organización del mismo. Este Archivo fue fundado en 1977 por Josefina Lara Valdez, quien inició la conformación de expedientes con fichas biográficas, notas periodísticas (críticas, reseñas, entrevistas, ensayos), y algunos otros documentos de autores nacionales y extranjeros. También se ocupó del resguardo de noticias sobre premios, instituciones, encuentros y otras actividades relacionadas con el mundo literario. En 1979, la editorial Larousse de París solicitó a la Dirección de Litera- tura información acerca de los escritores mexicanos más reconocidos; dicha solicitud fue cubierta por la señora Josefina Lara, quien mediante la consulta de los expedientes del acervo, realizó un fichero de autores muy completo; su investigación culminó con la elaboración del Diccionario bio-bibliográfico de escritores de México 1920-1970, el cual fue editado en 1986. Posteriormente, se realizó una edición corregida y aumentada en colaboración con el investi- gador norteamericano Russell Cluff y la Brigham Young University. Aunque 130 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. hubo algunos intentos por actualizar y publicar este diccionario, fue a partir de 2004, cuando el Diccionario bio-bibliográfico de escritores de México se convirtió en un proyecto institucional, que se actualiza día a día y que puede consultarse en la página de la coordinación: www.literaturainba.com. Como ya se mencionó, el Archivo Hemerográfico de la cnl está consti- tuido por expedientes que contienen información sobre escritores mexicanos contemporáneos, aunque también incluye algunos autores de otras épocas y países. Dichos expedientes resguardan artículos de periódicos, suplementos y de algunas revistas, que son previamente seleccionados, clasificados, recor- tados y rotulados. También integra, en menor cantidad, otro tipo de documentos: ofi- cios, cartas, manuscritos, invitaciones, carteles, semblanzas, etc., en los que pueden encontrarse las firmas de destacados autores como: Salvador Eli- zondo, Andrés Henestrosa, Jorge Ibargüengoitia, Agustín Yáñez, Luis Car- doza y Aragón, Miguel Ángel Asturias, y otros. Dichos documentos se inte- gran en una lista de documentos reservados. Por las características y diversidad de materiales que integran este acervo, se ha tomado el criterio de organizarlo por temas, es decir, los expedientes se registran por nombre del autor, premio, actividad o materia. En 1996, inició una nueva etapa para el ordenamiento de este archivo. La primera tarea en este proceso fue la realización de un diagnóstico que permitiera determinar las condiciones del acervo. Dichas condiciones fueron las siguientes:

• Había una relación de escritores, con una nómina de aproximadamente 2 300 expedientes. Los documentos enlistados estaban organizados alfabética y cronológicamente, resguardados en archiveros.

• Había aproximadamente 500 carpetas con información sobre autores mexicanos y extranjeros, premios y diversas actividades realizadas por el área, tales como ciclos, encuentros, instituciones, etc. Cada carpeta incluía alrededor de 200 hojas. Se trataba de una gran cantidad de información hemerográfica dispersa, sin ningún orden temático, cronológico ni alfabético; tampoco había registro de los autores, premios o actividades contenidos en dichas carpetas.

El mayor problema que enfrentó el equipo de trabajo al organizar los documentos, fue la diversidad de temas que se manejaron desde la funda- ción del acervo, ya que no hubo restricción respecto a los temas que debían organizar para conservar 131 incluirse en un fondo que se suponía especializado en literatura mexicana, de tal manera que el archivo creció desmesuradamente. La siguiente tarea fue organizar por temas los documentos que no tenían ninguna clasificación. Una vez conformados los expedientes, se ordenaron alfabética y cronológicamente, y se obtuvieron los siguientes listados:

• Escritores mexicanos con expediente.

• Escritores extranjeros con expediente.

• Miscelánea de escritores mexicanos: donde se integran autores que tienen un solo libro publicado, cuya obra no ha sido suficiente- mente reconocida por la crítica, o con información muy atrasada que no se ha actualizado.

• Miscelánea de escritores extranjeros: con características similares al anterior pero para autores de otros países.

• Premios: conformado por expedientes sobre los Premios Bellas Artes de Literatura y otros galardones nacionales y extran- jeros.

• Actividades, instituciones y temas: listado que agrupa expe- dientes relacionados con las distintas acciones y ciclos realizados por la Coordinación, así como encuentros, ferias e instituciones encar- gadas del quehacer literario o cultural de nuestro país.

La ordenación de documentos contribuyó a integrar o localizar expe- dientes que estaban prácticamente perdidos en el acervo, pues no existía rela- ción alguna de ellos. Tal es el caso del expediente del Primer Certamen Con- tinental de Novela, que considero importante mencionar aquí, pues se trata del primer premio internacional convocado por la Institución en 1957, por el entonces llamado Departamento de Literatura. El premio consistía en 50 000, pesos y convocaba a participar a todos los escritores latinoamericanos con una novela, cuya extensión mínima debía ser de 200 páginas y máxima de 500. Se recibieron más de 100 trabajos. El jurado estuvo integrado por destacados escritores latinoamericanos: Ciro Alegría, Jorge Amado, Miguel Ángel Asturias, Martín Luis Guzmán, entre otros. Sin embargo, el concurso tuvo varios tropiezos desde el inicio, pues algunos de los textos participantes se extraviaron, ya que eran enviados 132 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. por correo al jurado. Por su parte, este último no logró un acuerdo respecto a la obra triunfadora, de tal manera que el certamen, que en su momento fue anunciado con gran ostentación y para el que se destinaron importantes recursos económicos, fue declarado desierto, lo cual provocó gran disgusto entre los participantes. Además de encontrar valiosa información, como la referida anterior- mente, y de elaborar los diferentes listados, se hizo una depuración que liberó al Archivo de documentos que no correspondían al área (expedientes de polí- ticos, filósofos, antropólogos, médicos y artistas plásticos; así como fotografías, periódicos, suplementos culturales, revistas, catálogos de publicaciones, etc.). Después de la organización y la depuración preliminares, fue indispen- sable aplicar otras medidas para tener un mayor control de los expedientes y evitar el crecimiento desmedido del Archivo, por lo que se considero perti- nente establecer los siguientes criterios:

1) Apertura de expedientes:

a) Abrir expediente sólo a aquellos autores mexicanos con dos libros publicados de creación literaria, o con un libro publicado y que hayan obtenido un premio literario nacional o internacional.

b) Que el autor haya merecido la atención de la prensa a través de reseñas, notas, entrevistas, críticas y ensayos en periódicos, suple- mentos, revistas o libros, y que se reúnan al menos 10 notas hemero- gráficas sobre su obra.

c) Abrir expediente a un autor extranjero, sólo si se reunen más de 20 artículos sobre su obra, cuenta con una bibliografía importante y reconocimientos internacionales.

d) Los dramaturgos sólo serán incluidos cuando se señale la publicación de su obra.

e) Abrir expediente sobre algún premio, actividad o tema lite- rario, sólo cuando se considere relevante para el estudio de la lite- ratura de nuestro país o para la institución y que existan más de 20 notas al respecto.

2) Selección de material hemerográfico. organizar para conservar 133 a) Seleccionar reseñas, entrevistas, artículos de opinión, columnas, ensayos que traten sobre el autor y su obra.

b) Rechazar fragmentos o adelantos de obra, al igual que columnas o artículos del autor que no contengan temas literarios.

c) Evitar reseñas muy breves.

d) Elegir sólo 2 notas informativas, cuando éstas provengan de agencias y aparezcan repetidas en la mayoría de los diarios.

e) Incluir toda la información sobre Premios Bellas Artes de Literatura. Con respecto a otros premios nacionales, otorgados por instituciones, editoriales o estados de la República, se evaluará la con- veniencia de abrirles expediente o incluirlos en una miscelánea de pre- mios organizada alfabéticamente según la institución que lo otorgue.

f) Integrar notas sobre actividades, corrientes, generaciones y temas literarios de un país en particular, mismas que se archivarán en el apartado de cada país denominado Anexo, y que posterior- mente podrán agregarse a la sección de temas.

Estos lineamientos sencillos han permitido que exista un control en la apertura de expedientes y en la selección de los documentos que se integran al acervo. Al mismo tiempo, dichos criterios dieron la pauta para elaborar un manual de procedimientos de nuestro archivo, lo que ha facilitado su orde- namiento, resguardo y conservación.

Inventario

Por otra parte, aunque existía una relación de expedientes, y más tarde se elaboraron los diferentes listados, no había un registro puntual de todos las expedientes del Archivo Hemerográfico, en el que se describieran datos esen- ciales como: número de expedientes, número de volúmenes de cada autor, fechas extremas, ubicación, y total de expedientes. En febrero de 2005, se inició la elaboración del inventario de expedientes de escritores mexicanos, mismo que al concluirse arrojó una nómina de 635 autores con 990 volúmenes. Actualmente se encuentra en proceso el inven- tario de escritores extranjeros con expediente 134 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. El paso siguiente será la preparación de los inventarios correspondientes a Misceláneas, Premios, y por último, Actividades y Temas. Dicho orden obedece a las necesidades propias de la Coordinación, pero también a la demanda de material solicitado. Nuestros usuarios son, principalmente, los propios trabajadores de la Coordinación, que ocupan la información para realizar semblanzas y actua- lizar fichas del diccionario antes mencionado. Los usuarios externos son, en su mayoría, estudiantes de licenciatura y posgrado de diferentes universi- dades de nuestro país y del extranjero, que se han apoyado en este acervo como fuente documental para la preparación de tesis y otros estudios sobre escritores mexicanos.

Catálogo de notas hemerográficas

Otro proyecto de esta gestión, ha sido la realización de un catálogo que des- criba cada una de las notas periodísticas que se encuentran en el Archivo. Al principio, la propuesta fue la creación de una ficha única, que funcionara para toda el área de acervos (fototeca, fonoteca, videoteca y archivo heme- rográfico). Sin embargo, finalmente se decidió que se elaborara una ficha de acuerdo a las necesidades de cada acervo. Esas fichas contemplan diversos campos establecidos en una base de datos (CDS/ISIS o WIN/ISIS)42 en la que se ingresa la información recopilada en nuestro archivo. En julio de 2006, iniciamos el registro de fichas en la base de datos, lo que permitirá conocer todos y cada unos de los documentos de nuestro acervo. El objetivo es que las fichas hemerográficas, y demás documentos, contenidos en los expedientes, anteriores a la fecha señalada, también se integren a este sistema. Aunque en el transcurso del proyecto se han reali- zado algunos ajustes en la ficha, hasta el momento se han registrado aproxi- madamente 6 400 entradas.

42“El software, desarrollado por launesco , también conocido como MicroISIS, es un sistema de almacenamiento y recuperación de información diseñado especialmente para el manejo computarizado de bases de datos constituidas principalmente por texto.” Información obteni- da de la página www.cnea.gov.ar, 07/09/2006. organizar para conservar 135 Conclusión

La utilidad de nuestro acervo radica en que los usuarios obtienen, en un sólo expediente, toda la información hemerográfica publicada sobre un autor o un tema de la literatura mexicana, sin tener que recurrir a distintos centros de documentación o hemerotecas. Sin embargo, el objetivo del área es facilitar aún más la consulta de la documentación, por lo que se espera concretar, en un futuro muy próximo, la propuesta de subir a la página de la Coordinación, los inventarios de nuestros acervos, el catálogo de fichas hemerográficas, así como algunos documentos digitalizados Desde 2004 a la fecha, las aportaciones más destacadas del Archivo Heme- rográfico han sido: la concreción de un Manual; la realización del Inventario de Escritores Mexicanos, y la base de datos en la que se ingresan las fichas hemerográficas, para lograr la conformación de un catálogo que contenga toda la información que puede consultarse en el archivo. A través de diversas exposiciones fotográficas y documentales realizadas en las propias instalaciones de la cnl, se ha implementado un programa de difusión, el cual permite dar a conocer al público la imagen de los autores, a la vez que se promueve el trabajo de organización, resguardo e investigación del área de archivos. El propósito de la cnl del inba es conformar un Centro de Documen- tación especializado que, a través de las nuevas tecnologías, proporcione información completa y organizada sobre los escritores, las actividades y los distintos movimientos literarios de nuestro país. El compromiso de quienes trabajamos en los acervos, será solicitar mayor capacitación del personal, exigir más apoyo presupuestal y buscar alternativas para dar continuidad a la organización y resguardo de nuestros acervos, pues se trata de fuentes documentales no sólo para la historia de la institución, sino también para la historia de la literatura mexicana. MESA 5

Problemáticas y soluciones de la conservación preventiva de los acervos documentales

Conservación preventiva de los acervos documentales Licenciada Yolanda Jardón Hernández, Archivo de Patentes y de Concentra- ción del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (impi)

Estabilización de documentos históricos de la ciudad de Puebla Licenciada Felicitas Ocampo López, licenciada María Aurelia Hernández Yahuitl, Archivo General Municipal de Puebla

La conservación de un acervo en desuso: La colección Antonio Alzate Laura Inés Milán Barros ,Acervo Histórico del Palacio de Minería Conservación preventiva de los acervos documentales

Licenciada Yolanda Jardón Hernández Archivo de Patentes y de Concentración del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (impi)

Introducción

La importancia del papel memorial de los archivos surge de la triple función social que ejercen. Primero, los archivos poseen un valor probatorio. Segundo, continen un valor de información general y, en este sentido, constituyen una fuente inagotable de datos sobre infinidad de temas. Tercero, poseen un valor testimonial, documentan las actitudes humanas, reflejan la intensidad y la complejidad de los debates y cuestionamientos por su carácter orgánico. Por su contenido describen la evolución de las organizaciones y el progreso de los individuos y traducen sus valores fundamentales. Por lo tanto, los archivos actúan como reveladores de una cultura, que da un sentido de identidad a los grupos humanos.

Definición de conservación

Es el conjunto de técnicas, tratamientos, procedimetos y actuaciones de cualquier naturaleza que tengan por objeto la durabilidad y permanencia de los soportes documentales, como la salvaguarda de la información en ellos contenida.

Objetivo de la conservación

Los archivistas deben conservar la documentación desde el momento en que nace hasta que termina su ciclo vital. Se puede conservar en las mejores condiciciones posibles, sin llegar a la restauración, dada la actitud de los integrantes de los acervos documentales. 140 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Marco legal

Los archivos de todo país conservan la huella de su pasado y de su progreso, aclaran al tiempo que comandan el presente. Quienes ejercen una responsa- bilidad, saben que orientarse no es cultivar la ignorancia del pasado. Para respaldar la conservación en los archivos, la normatividad toma en cuenta los documentos y los diferentes soportes de la información. La ley general de bienes nacionales (dof 20/05/2004). Nos dice en su ar- tículo 6°: Artículo 6. Están sujetos al régimen de dominio público de la federación:

XVIII. Los muebles de la federación que por su naturaleza no sean nor- malmente sustituibles, como los documentos y expedientes de las ofici- nas, los manuscritos, incunalbes, ediciones, libros, documentos, publica- ciones periódicas, mapas planos, folletos y grabados importantes o raros, así como las colecciones de estos bienes; las piezas etnológicas y paleon- tológicas; los especímenes tipo de la flora y de la fauna; las colecciones científicas o técnicas, de armas, numismáticas y filatelicas; los archivos, las fonograbaciones, películas, archivos fotograficos, magneticos o in- formáticos, cintas magnetofónicas y cualquier otro objeto que contenga imágenes y sonido, y las piezas artísticas o históricas de los museos.

Artículo 36. Por determinación de esta ley son monumentos históricos: Ii. Los documentos y expedientes que pertenezcan o hayan pertenecido a las oficinas y archivos de la federación, de los estados o de los municipios y de las casas curiales. Iii. Los documentos originales, manuscritos relacionados con la historia de México y los libros, folletos y otros impresos en México o en el extranjero, durante los siglos xvi al xix, que por su rareza e importancia para la historia mexicana, merezcan ser conservados en el país. La Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental (dof 11/06/2002), dice en el artículo 3 fracción iii y v. Artículo 3. Para los efectos de esta ley se entenderá por: Iii. Documentos: los expedientes, reportes, estudios, actas, resoluciones, oficios, correspondencia, acuerdos, directivas, directrices, circulares, con- tratos, convenios, instructivos, notas, memorandos, estadísticas o bien, cual- quier otro registro que documente el ejercicio de las facultades o la actividad de los sujetos obligados a sus servidores públicos, sin importar su fuente o fecha de elaboración. Los documentos podrán estar en cualquier medio, sea escrito, impreso, sonoro, visual electrónico, informático u holográfico. organizar para conservar 141 V. Información: la contenida en los documentos que los sujetos obligados generen, obtengan, adquieran, transformen o conserven por cualquier título. Y la Ley de fiscalización superior de la federación (dof 29/12/2000)

Artículo 12. La Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el ámbito de sus respectivas competencias, considerando las propuestas que formulen los poderes de la Unión y de los entes públicos federales, expedirán las bases y normas para la baja de docu- mentos justificatorios y comprobatorios para efecto de destrucción, guarda y custodia de los que deban conservarse, microfilmarse o procesarse electróni- camente, sujetándose a las disposiciones legales establecidas en la materia. En la Ley sobre monumentos y zonas arqueológicas, artísticas e histó- ricas (dof 06/05/81972) La conservación no es una tarea fácil, sin embargo le compete dentro de las actividades y responsabilidades al archivista. ¡Es verdad! Saber cómo debe proteger los documentos que están bajo su custodia, para lograr que éstos lleguen intactos a las generaciones futuras, es verdade- ramente un compromiso de ética profesional y moral. ¿Hacer conciencia? ¿Cómo? Creo que no hay nada más noble en esta vida que dedicarse a custodiar la historia de un país, sé que ustedes colegas archivistas deben estar muy orgu- llosos de su profesión, de lo que hacen, guardan y saben. Es imprescindible que todos dignifiquemos esta profesión, se habla de que la nueva tecnología hará desaparecer el mundo de los archivos. Sé que eso no es cierto, que dentro de muchos siglos seguirá habiendo archivistas, y continuaremos sintiendo la emoción del viejo expediente que se abre, que es nuestro y que encierra una parte de la historia de cada nación. Como conservadores, es nuestra misión proteger y preservar las colec- ciones a nuestro cargo, y lograr un equilibrio para satisfacer ciertas exigen- cias, como la necesidad de permitir el acceso a los acervos públicos. Debemos retrasar la tasa de deterioro al máximo, ya que no podemos detener el paso inexorable del tiempo. Todo se destruirá al final de la historia, pero hoy día sabemos cómo ocurren los procesos de deterioro, cuáles son los elementos o factores que ponen en riesgo las colecciones, cuáles son nocivos y cuales no, así como las condiciones óptimas para retrasar ese deterioro en la forma mas efectiva posible. Un programa que norme de las actividades de los archivos que llamamos de conservación preventiva beneficiará a un gran número de documentos, evitando el irreparable daño por el uso inadecuado, por un medio ambiente contaminado, por exceso de luz al ser exhibidas; no se debe permitir a los 142 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. usuarios que toquen los documentos en una exhibición, ni el acceso a per- sonas con problemas de vías respiratorias, actos vandálicos, instalaciones inadecuadas de los archivos e infraestructura no propia; esto provocaría desastres naturales y humanos para los documentos. Se debe implementar el uso de guantes de algodón, dedales de hule para los trabajadores y usuarios, al término de la jornada, utilizar antisépticos con alcacime para desinfectarlos, el personal que integra la estrategia preventiva debe dar aviso de gestación o infestación de plagas, deterioro de los docu- mentos, sensibilizar a funcionarios de la administración, en los diferentes niveles, sobre la importancia y necesidad de aplicar estrategias de conserva- ción, y otras emergencias para las cuales no estamos preparados. La conservación preventiva incluye no sólo el control ambiental, sino también los sistemas óptimos de exhibición y custodia de los documentos que constituyen una colección; la concientización sobre el tema de conser- vación, educación y formación de todo el personal de una institución, en el desarrollo de directrices, guías y procedimientos para proteger las colec- ciones en depósito o durante su uso; el desarrollo de proyectos cooperativos; las actividades de conservación preventivas deben llevarse a cabo en forma concentrada con las demás actividades de la insitución y con la participación de todo el personal. Se debe desarrollar un plan global de conservación basado en los obje- tivos reales de la institución, y cuando se valoren las necesidades del pasado, el presente y futuro se verán reflejados en la actitud de conservar el patri- monio documental de su entorno.

Conclusiones

Se observa que no existen estrategias para llevar a cabo un programa con- tinuo, la falta de capacitación, a través de cursos y talleres, para resolver los problemas que enfrentan los archivos lleva a formular y concertar políticas y planes de prevención. El equipo de trabajo debe involucrarse en las actividades, al igual que los visitantes y usuarios. Sabemos que es un esfuerzo titánico y que la eficacia del trabajo se reflejará en el objetivo de la conservación, la que comúnmente se ha denominado “restauración.” Este término no es el que se debe usar hoy día, ya que la conservación de un documento es mucho más que compensar un faltante. Es hacer un análisis detallado, entender el proceso por el cual se produjo el deterioro, sopesar cuidadosamente las diferentes alternativas de tratamiento, que puede incluir únicamente, la estabilización y no necesa- organizar para conservar 143 riamente compensar la pérdida. Es documentar exhaustivamente cada paso, utilizar métodos que son totalmente reversibles; situar el documento tratado en un lugar apropiado donde no se vuelva a deteriorar por condiciones de déposito o exhibición inadecuada, o bien, la utilización que hace el público en general. El éxito de la conservación es que todo el equipo sea capacitado fuera de las instalaciones, y visiten acervos documentales para que puedan com- parar y reunir nuevas ideas que ayuden a mejorar la conservación, y así cambie la actitud de la rutina de trabajo. “Ustedes favorecen la continuidad de la memoria de los pueblos. Sin una memoria viviente y bien informada, los pueblos perderían mucho de su cultura”. Juan Pablo II

Bibliografía

Romero Fernández Pacheco, Juan Ramón, Conservación y reproducción, Madrid, Ministerio de Cultura y Deporte, Dirección general del libro, archi- vos y bibliotecas, Subdirección General de los Archivos Estatales, 1999, 9 p.

Revista de la Asociacion Latinoamericana de Archivos, Colombia, enero- junio de 1998, número 21, 16.

Celso Rodríguez, Memoria xii Jornada para el desarrollo archivístico, la conservación documental y los diferentes soportes, San José, Costa Rica, 2001.

Estabilización de documentos históricos de la ciudad de Puebla

Licenciada María Aurelia Hernández Yahuitl Licenciada Felicitas Ocampo López, Archivo General Municipal de Puebla

El Archivo General Municipal de Puebla es considerado uno de los acervos municipales más completos del país, como custodio de la memoria de la ciudad, elabora políticas de administración documental que conllevan a su preservación. Dentro de este contexto, el lunes 4 de abril de 2005, se efectuó la entrega-recepción de la Real Cédula de marzo de 1532, expedida en Medina del Campo por la reina Isabel de Portugal, por la cual se concedió a la naciente Puebla el título de Ciudad de Los Ángeles, y la Real Provisión de Carlos I de España y V de Alemania, que le otorgó su Escudo de Armas, fechada el 20 de julio de 1538 en la villa de Valladolid.

Contexto histórico de los documentos estabilizados

La Puebla de los Ángeles fundada un 16 de abril de 1531, domingo de pascua de resurrección, en la zona del Alto de San Francisco, se estableció entre los seño- ríos indígenas de Cholula, Tlaxcala, Cuauhtinchan, Totimehuacan y Tepeaca, circundada por los ríos Almoloya (San Francisco), Atoyac y el Alseseca. La fundación respondió a un proyecto colonizador de la Corona espa- ñola. Fue un experimento para una puebla (población) donde se asentaran españoles que no tenían tierras y vagabundeaban por el nuevo territorio. La nueva Puebla alcanzó tal empuje y relevancia, que ya para finales del siglo XVI, estaba considerada como la segunda ciudad del virreinato de la Nueva España. La población y sus autoridades, pronto empezaron a buscar la obtención de títulos y privilegios. Es así que la reina Isabel de Portugal expidió una Real Cédula en Medina del Campo, por la cual concedió el título de ciudad de Los Ángeles, obteniendo así el privilegio de pasar de ser una puebla (pueblo) a ciudad. 146 memoria del primer encuentro de archivos del d. f.

Real Cédula de 1532

Este documento no está fechado, pero diversos autores apuntan que se emitió el 20 de marzo de 1532, el mismo día en que la reina dio respuesta a un informe de los oidores de la Real Audiencia, para aprobar lo hecho por la nueva población. Al parecer, en el Archivo de Indias existe una copia que probablemente sí cuenta con fecha. El oidor Juan de Salmerón, presentó solemnemente el 25 de febrero de 1533, la Real Cédula al cabildo de la naciente Puebla de los Ángeles.

Transcribimos fragmentos del documento:

La Reyna organizar para conservar 147 Por quanto los nuestros oidores... han poblado de cristianos españoles un pue- blo que se dize la puebla de los angeles que es entre cholula y tlaxcala. Por ende por la voluntad del emperador mi señor y yo tenemos quel dicho pueblo se ennoblezca y ugmente... es nuestra merced y voluntad que de aquia delante se llame e yntitule cibdad de los angeles y mandamos que los vecinos y perso- nas que al presente biven en la dicha cibdad... no paguen alcavala ni pecho por termino de treynta años primeros siguientes... yo la Reyna

Por mandado de su majestad Jhoan de Samanos

Este documento se guardó durante mucho tiempo en el llamado cofre de tres llaves. Se desconoce cuándo, pero el documento pasó a formar parte del volumen número tres de reales cédulas, ahí permaneció hasta la primera mitad del siglo xx cuando se desprendió del encuadernado, colocándose en un marco que se instaló en el salón de cabildo, en la parte inferior del escudo de armas de la ciudad.

Descripción

Documento de 1532, consta de una sola foja en formato vertical, escrito con tintas ferrogálicas y en castellano antiguo, haciendo uso de la letra manus- crita ligada, llamada procesal. El escrito consta de un párrafo de nueve líneas, mismo que está encabezado y firmado por la inscripción La Reyna. En el reverso de la cédula se encuentran cuatro firmas. Tiene 19 verjurados en 20 mm. y corondeles de 35 mm., evidencia de la técnica de la manufactura.

La real provisión de 1538

La expedición de este documento fue gestionada por Gonzalo Díaz de Vargas, vecino y alguacil mayor de la ciudad de los Ángeles. Se almacenó doblada en la arca de las tres llaves. Desconocemos cuánto tiempo estuvo entre los papeles sueltos de la ciudad; fue en 1911, a raíz de la propuesta de don Eduardo Gómez Haro, secretario general del Ayuntamiento, cuando se colocó en un marco de madera que se instaló en el salón de cabildo. 148 memoria del primer encuentro de archivos del d. f.

Real Provisión de 1538

Descripción

La real provisión de 1538, es un documento manuscrito e iluminado en una sola hoja de pergamino en formato vertical, mediante el cual la reina otorgó a la ciudad de los Ángeles de la Nueva España, su escudo de armas. El texto está escrito en castellano antiguo con letra gótica, en tinta ferrogálica negra con matices sepia sobre renglones finos marcados con esta misma tinta. El texto está enmarcado por una cenefa con motivos fitomorfos, zoomorfos y antropoformos; la paleta cromática empleada consta de ama- organizar para conservar 149

Sello de Placa con el escudo de la casa real.

rillo, azul, verde, rojo, dorado, rosa, violeta, blanco y negro. El manuscrito tiene como letra capitular una D lombarda o uncial, misma que tiene un águila bicéfala de color negro que a su vez porta un escudo en colores rojo y blanco. Algunas palabras del manuscrito tienen letras doradas. En la parte central se encuentra el escudo de armas de la ciudad, en el cual se representa un castillo dorado flanqueado por un par de ángeles y bordeado por agua en la parte frontal. Cuenta con orla en latín y en letras doradas. Está firmado en la parte inferior por la Reyna y posteriormente la vali- dación de Joan de Sámano, el escribano, sobre la cual, del lado derecho del documento, está el sello de placa, con el escudo de la casa real. El sello se une al pergamino por medio de un cordón delgado de color blanco. En la parte inferior se encuentra el brevete y en la zona superior del reverso de la obra se observan siete firmas en tinta ferrogálica negra. El soporte es pergamino. Los documentos descritos cambiaron de lugar de instalación en junio de 1999, cuando la ciudad de Puebla fue sacudida por un sismo de 6.9 grados en la escala Richter, que provocó severos daños al Palacio Municipal, especial- 150 memoria del primer encuentro de archivos del d. f.

Reproducciones de la Real Cédula y Real Provisión en el salón de cabildo. Los originales cambiaron de albergue en junio de 1999. mente en el salón de Cabildo. Ante esta situación, las autoridades municipales decidieron extraer los documentos de los marcos y dejar reproducciones; los originales se depositaron en una caja fuerte de la tesorería municipal, la cual no reunía condiciones de temperatura y humedad recomendables para la preservación.

Apoyo institucional en pro de la preservación del patrimonio histórico

En un marco de espíritu de apoyo institucional en materia de asesoría espe- cializada, el Centro inah-Puebla efectuó el 7 de abril de 2005, un diagnóstico organizar para conservar 151 del estado de conservación de la Real Cédula de 1532 y la Real Provisión de 1538, a cargo de la licenciada Lucía Torner Morales, restauradora comisio- nada de la citada institución, contándose también con la colaboración de técnicos restauradores del Archivo General del Estado de Puebla (agep). Dictaminaron que la Real Cédula de 1532, presentaba un grado mode- rado de deterioro al igual que la Real Provisión de 1538. La recomendación fue llevar a cabo una intervención de restauración y retirar los documentos de la caja fuerte de la tesorería municipal. La licenciada Torner presentó una propuesta de restauración, que fue revisada y aprobada por la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del inah. El Centro inah, Puebla, recomendó para este trabajo el área de taller de restauración del Archivo General del Estado de Puebla, contándose con todo el apoyo de la Dra. Pilar Paleta Zamudio, directora de la referida institución; fue así que se concertó que la intervención fuera en el agep.

13 de septiembre. Estudio de espectroscopía por fluorescencia de rayos x, Instituto de Física de la unam

Previo a la intervención se hizo un estudio a los documentos con la técnica de espectroscopía por fluorescencia de rayos X, por el doctor José Luis Ruval- caba Sil, investigador titular del Instituto de Física de la unam.

Traslado de los documentos de la Tesorería Municipal al agep

El 10 de octubre se trasladaron para su restauración la Real Cédula de 1532 y la Real Provisión de 1538 del edificio de la Tesorería Municipal a las instala- ciones del Archivo General del Estado de Puebla; movimiento hecho con un riguroso operativo de seguridad y con los documentos asegurados.

La intervención

Del 10 al 20 de octubre se efectuó la intervención de los documentos a cargo de la lic. Lucía Torner Morales, en el taller de restauración del agep, auxiliada por los restauradores del citado archivo.

Los procesos empleados fueron: Registro fotográfico antes de la intervención

- registro fotográfico antes de la intervención - pruebas de solubilidad - limpieza superficial en seco - eliminación de cintas adhesivas - limpieza química - vaporización - fijado de la capa pictórica - devolución del plano - reintegración formal - registro fotográfico después de la intervención

Eliminación de cinta adhesiva

Limpieza superficial en seco

Reintegración formal organizar para conservar 155

Restos de lacre y manchas de cola en el sello seco

El 21 de octubre, los documentos retornaron en una patrulla de Segu- ridad Municipal custodiada por elementos de Seguridad Pública Estatal y Municipal; de acuerdo a las recomendaciones hechas por los restauradores, fueron depositados en su lugar de origen: el archivo histórico municipal, ubi- cado en el Palacio Municipal. Fue así que este importante trabajo de preservación fue posible con el apoyo brindado por el Centro inah-Puebla, la Biblioteca Nacional de Antro- pología e Historia, el Archivo General del Estado de Puebla y el Instituto de Física de la unam; instituciones a las cuales el gobierno municipal reconoce su labor en la salvaguarda del patrimonio documental de Puebla. Continuando con esta política, actualmente el H. Ayuntamiento de Puebla y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, firmaron el 26 de septiembre de 2006 un convenio de colaboración para restaurar dos impor- tantes volúmenes del acervo municipal; son los siguientes: 156 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. 1) Suplemento del libro número primero, de la fundación y establecimiento de la muy noble y muy leal Ciudad de los Ángeles, 1532-1682 Encuadernado en pergamino, con manuscritos elaborados en papel de algodón que datan del siglo xvi al xvii. Los documentos que lo conforman se acumularon durante más de doscientos años dentro del arca de las tres llaves. Es en el siglo xviii cuando los llamados papeles de la ciudad, fueron compilados, ordenados y encuadernados por don Pedro López de Villaseñor, con este volumen se pretendió suplir al libro de cabildo número 1, extra- viado desde el siglo xvi. Contiene asuntos diversos concernientes a la admi- nistración municipal, como son: lista de los primeros vecinos de la ciudad, elecciones de alcaldes y regidores, reparto de tierras, servicios de indios, ges- tiones hechas en España por don Gonzalo Díaz de Vargas, jura al rey Felipe II, reales cédulas, mandamientos, etc. Este volumen actualmente presenta daños estructurales que requieren su pronta intervención.

El segundo volumen a restaurar es:

2) Suplemento del libro número dos del mismo establecimiento y dilata- ción de la Ciudad, 1532-1686

Encuadernado también en pergamino, con manuscritos del siglo xvi al xvii. Contiene información histórica relativa a repartimientos de tierras, el convento de San Francisco, hospital de San Pedro, el conflicto entre el obispo Juan de Palafox, Mendoza y los jesuitas, prácticas de médicos, cirujanos, boticarios, etc. Este volumen también fue compilado por don Pedro López de Villaseñor, quien pretendió suplir al libro de cabildo número 2. Obra en mal estado de conservación, presenta daño estructural.

Estos libros se trasladaron el 23 de enero del año en curso al Centro de Conservación y Restauración de Material Gráfico de la buap, en donde se hace la intervención, que está a cargo del químico Samuel Lozada Rodrí- guez, jefe del mencionado centro. Lo mostrado son ejemplos de cómo se pueden llevar a cabo trabajos de conservación a través de convenios de colaboración entre diversas institu- ciones, que de manera conjunta, emprenden acciones que conllevan a la sal- vaguarda de nuestros documentos históricos. La conservación de un acervo en desuso: la colección Antonio Alzate

Restauradora Laura Inés Milán Barros Acervo Histórico del Palacio de Minería

Antecedentes 43

En el año de 1884 se funda la Sociedad Científica Antonio Alzate en honor al científico mexiquense José Antonio Alzate y Ramírez (1783-1799), a manos de don Guillermo Beltrán y Puga y don Rafael Aguilar y Santillán, este último, hijo del militar Bruno Aguilar, quien estudió en escuelas de minería de Francia y Alemania con la finalidad de ocuparse de los negocios mineros de la familia. Rafael Aguilar y Guillermo Beltrán fundan la sociedad con la finalidad de reunir sabios de las ciencias naturales y sociales, y difundir la ciencia en medios escritos; es así como en 1888 comienza el tiraje de la publicación de las Memorias de la Sociedad Científica Antonio Alzate. Con dicha revista emprenden un intercambio con instituciones nacionales y extranjeras en todos los continentes; por citar un ejemplo, El Imparcial, en su edición del 11 de mayo de 1899, refiere el intercambio con el Instituto Bibliográfico Mexi- cano. Gracias al canje de revistas y publicaciones, se comenzó a conformar el acervo de la biblioteca de la Sociedad Científica.44 Con la misma finalidad se reúnen académicos, instituciones e investiga- dores afines a la causa científica, quienes incrementan la colección en forma de intercambio o donativos; en el mismo sentido, Aguilar y Beltrán nom- bran “Miembros Honorarios” a científicos extranjeros, tal es el caso de Ángel Gallardo, promotor de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la República Argentina.

43 Información proporcionada por la historiadora Rebeca Jiménez y el físico Omar Escamilla. 44 Castro, Miguel Ángel. Del Boletín de la Biblioteca Nacional de México al Boletín del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, El Colegio de México, México, 2001. pág. 656. 158 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Los miembros de la Sociedad acuden a reuniones en el extranjero y reciben a científicos del exterior, con lo que se crean vínculos con distintas universidades e instituciones, llegando a formar una biblioteca estimada en 300,000 volúmenes, ubicada en la Plaza del Volador de la Ciudad de México. En el año de 1930, cambian su nombre Sociedad por el de Academia Nacional de Ciencias Antonio Alzate. En 1940 muere don Rafael Aguilar y Santillán y su lugar al frente de la Academia es tomado por el secretario perpetuo: don Antonio Pompa y Pompa. Aunado a la muerte del fundador, comienzan los problemas económicos, los cuales se complican cuando en la ciudad se llevan a cabo modificaciones urbanas que resultan en la pérdida del inmueble en la Plaza del Volador; la Academia se reubicó en la calle de Justo Sierra 19 donde comparte el espacio con la Sociedad de Geografía y Estadística. Durante esta etapa, la Academia apenas se puede sustentar eco- nómicamente. Para 1959, se intenta desaparecer ambas instituciones: la Sociedad de Geografía y Estadística se mantiene, a diferencia de la Academia Nacional de Ciencias Antonio Alzate de la que sólo queda un registro nominal. En su lugar se funda la Academia Mexicana de Ciencias45 que la sustituye en las funciones de divulgación científica; sin embargo, Pompa y Pompa sigue publicando las Memorias Científicas hasta 1964.

La Colección de la Sociedad Científica Antonio Alzate

Depués de la desaparición de la Sociedad Científica Antonio Alzate, surgieron varias especulaciones sobre dónde se encontraría su colección bibliográfica, algunos mencionaban que se habría resguardado en la Escuela Nacional de Jurisprudencia (hoy Facultad de Derecho), o bien que se encontraba en el edificio de Mascarones o quizás en San Agustín. Después de la “desapari- ción” temporal, la colección fue llevada a Ciudad Universitaria y depositada en el Instituto de Investigaciones Históricas (iih-unam)46 donde se llevó a cabo una selección del material en mejor estado y el resto (cerca de 210,000 volúmenes) fue enviado al Acervo Histórico del Palacio de Minería. Fue así que en el año de 1992, la maestra Refugio González recibió de manos del maestro Roberto Moreno de los Arcos, la colección bibliográfica perteneciente a la Sociedad Científica “Antonio Alzate”. Las condiciones de

45 Tomado de Historia de la Física en México, www.fisica2005.unam.mx 46 Fernández de Zamora, Rosa María, Conservación del Patrimonio Bibliográfico Nacional, toma de conciencia, Noticiero ambac, México, 69, 1986, pág.1. organizar para conservar 159 entrega fueron precarias, el material se encontraba en muy mal estado, atado en paquetes, cajas de cartón o en bolsas de plástico, por lo que se procedió a fumigarlo, posteriormente se solicitó la compra de estantería y se habilitó el espacio donde se resguardaría la colección, el cual cabe señalar, fue insu- ficiente, por ello los volúmenes fueron colocados de manera horizontal, lle- gando la pila de piso a techo. ‘El material deteriorado (90,000 volúmenes aproximadamente) fue enviado al edificio de Guatemala 90 (sede del Real Seminario de Minería) donde se acumuló precariamente dentro de una habitación, apilándolo direc- tamente sobre el suelo, lo cual empeoró su deterioro. Desgraciadamente, este almacenamiento temporal se convirtió en abandono permanente por algunos años. En 1994, los volúmenes sobrevivientes fueron limpiados y res- guardados en 400 cajas de cartón al mismo tiempo que se realizó una lista del material contenido. En el mismo sentido, los volúmenes con ataque fúngico fueron separados para evitar una propagación de microorganismos. El material en mejor estado de conservación se mantuvo en el Palacio de Minería, la falta de espacio era inminente por lo que la Imprenta del Palacio donó parte de su espacio al Acervo Histórico para instalar el Fondo Alzate, sin embargo no fue suficiente. Tiempo después, la Facultad de Ingeniería envió su archivo muerto; para darle cabida fue necesario guardar en cajas de cartón parte de la colección Alzate. Estas cajas fueron colocadas en los pasi- llos con la estantería dispuesta en el espacio cedido por la imprenta. En estas condiciones se encuentra hasta el día de hoy. Cabe señalar que se desconoce el material existente, ya que no se cuenta con un inventario de los bienes res- guardados de la colección Alzate en el Palacio de Minería.

Problemas de conservación de la colección Alzate

El principal problema al que nos enfrentamos en la conservación de la Colec- ción Antonio Alzate es el tiempo transcurrido sin que ésta reciba tratamiento preventivo; estamos hablando de aproximadamente 50 años47 de abandono y peregrinaje que tuvieron que sufrir los volúmenes antes de llegar al Palacio; estos hechos se reflejan en sus tapas cubiertas de polvo, los cuerpos están deformados por la humedad, incluso hay volúmenes pegados entre sí, otros están atacados por hongos, las telas de las encuadernaciones se encuentran descoloridas, las pieles resecas, al no existir un acomodo real (por no decir ideal) los lomos, estructuras y costuras, han cedido al peso de los libros api-

47Años calculados tomando en cuenta que la colección bibliográfica dejó de ser consultada en los años 50 del siglo pasado, fecha en la cual la Academia Antonio Alzate cesó sus funciones. 160 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. lados, dando como resultado faltantes y roturas por mencionar los daños menores, y, en los casos más severos, al colapso total. En resumen, el pano- rama es desolador para los que profesamos amor al libro, es un mundo de “pacientes” haciendo fila en una sala de espera sin que tengan un turno asig- nado para recibir atención, la colección se encuentra en un abandono parcial, nos hemos acostumbrado a ver cotidianamente.48 Sumado al abandono, es necesario mencionar las condiciones del depó- sito donde se encuentran los volúmenes: lo primero que salta a la vista es la falta de espacio; en segundo lugar, las condiciones ambientales no son las adecuadas: no debemos olvidar la íntima relación entre la humedad relativa y la temperatura que dañan potencialmente las colecciones bibliográficas; en este caso, no hay un control micro climático, la circulación de aire está inducida por dos ventiladores colocados en la entrada del acervo, los cuales son insuficientes pues su fuerza no llega hasta el fondo del repositorio, lugar donde el aire se encuentra viciado y con una fuerte presencia de humedad en el ambiente; si bien la estructura de piedra con la que fue construido el Palacio de Minería brinda una temperatura estable,49 una sección del depó- sito cuenta con una ventana que recibe radiación solar, lo que aumenta la humedad relativa y la temperatura en la zona. Por otra parte, la falta de limpieza en el depósito es evidente. El espacio, además de albergar libros, ha funcionado como bodega donde se ha acumu- lado material inservible al paso de los años, por lo que es latente el riesgo de ataque de insectos como cucarachas, pececillos de plata, piojos del libro, incluso de roedores.

Acciones de conservación

Es prioritario tomar acciones de conservación preventiva para cumplir con la misión de proteger la Colección Alzate. La primera de ellas es la estabili- zación del acervo. El término estabilización hace referencia a todas las acciones que podemos emplear para detener el deterioro de una colección; si bien es cierto que algunos de los daños son inherentes al material mismo, forman parte de

48 Romero, Martha, El Abandono: causa del deterioro en acervos bibliográficos, pág. 34. 49 Cabe señalar que el Acervo Histórico del Palacio de Minería se encuentra en la planta baja del mismo, por lo que la temperatura del depósito donde se resguarda la colección Alzate es baja. organizar para conservar 161 la degradación natural del libro50 y difícilmente son reversibles, las causas externas como el mal almacenamiento, las condiciones ambientales defi- cientes, la falta de limpieza o el manejo inadecuado51 pueden ser solucionadas con la finalidad de salvaguardar el material el mayor tiempo posible y cum- plir así con la función básica de resguardo de una biblioteca. La primera medida de estabilización que se llevó a cabo en la Colec- ción Alzate es la eliminación de material ajeno a la colección; durante estas acciones se retiraron cajas de cartón y de madera, fragmentos de estantería en desuso, material de desecho como papeles, maderas, cubetas, pintura y diversos objetos acumulados durante el tiempo que la colección tuvo que compartir el espacio con una bodega. La segunda medida a aplicar será la limpieza de los libros y colocación de los mismos en posición horizontal en la estantería. En este punto comen- zaremos a enfrentarnos con la falta de espacio y mobiliario suficiente, pero confiamos en solucionarlo con apoyo de las autoridades de la Facultad de Ingeniería. La limpieza será superficial en primera instancia (utilizando aspi- radoras) y en segunda instancia se propone la realización de la limpieza pro- funda de los volúmenes (hoja por hoja); en forma paralela se podrá desarrollar el inventario y el catalogó de la colección. De no contar con la estantería será necesario resguardar los volúmenes estabilizados en cajas de polipropileno que los aísle del polvo ambiental. En el mismo sentido, durante la limpieza, se podrá determinar el estado de conservación de los libros, separando los que presenten ataque de microorganismos o bien requieran una intervención de restauración. Estas medidas deberán llevarse a cabo igualmente en los volúmenes resguardados en el edificio de Guatemala 90. En cuanto al espacio será necesario adecuarlo, instalando un control micro climático, aislando las ventanas y cambiando las luminarias, buscando con ello lograr las mejores condiciones posibles para conservar la colección.

Conclusiones

Actualmente contamos con una colección dividida en dos espacios con con- diciones totalmente adversas en ambos casos, sin la posibilidad de habilitar un depósito idóneo para reunir la colección. Por lo anterior, sólo podemos llevar a cabo medidas de conservación preventiva aunque la realidad es que

50No debemos olvidar que las colecciones bibliográficas están compuestas principalmente por materiales orgánicos (piel, papel, telas, adhesivos naturales, etc.), cuyos ciclos de degradación se rigen por leyes naturales de deterioro inherentes a cada material. 51Romero, op. cit., pág. 37. 162 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. la colección está abandonada. La problemática planteada por la Colección Científica Antonio Alzate nos lleva a cuestionar nuestra función como con- servadores-restauradores del patrimonio bibliográfico dentro de un espacio donde no contamos con los recursos materiales y humanos que puedan sal- vaguardar el material. Es cierto que la tarea es titánica, mas no imposible. Para llevar a cabo las acciones de estabilización podrían crearse programas de servicio social con la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía (enba), con alumnos de los Colegios de Ciencias y Humanidades (cch) e incluir a alumnos mismos de la Facultad de Ingeniería ya que después de todo custodiamos el Acervo Histórico de dicha Facultad. Con lo anterior estaríamos fomentando la inter- disciplinariedad en las labores de rescate de la colección, lo cual aumentaría las posibilidades de recuperar su funcionalidad como fuente de información. Además, al involucrar a la misma comunidad en el rescate del patrimonio universitario, estaremos cumpliendo con la importante misión de mantener viva la colección. MESA 6

Los acervos documentales en los archivos históricos ubicados en el Distrito Federal

Los archivos privados de la Ciudad de México: El del Colegio de las Viz- caínas. Doctora Ana Rita Valero de García Lascuráin, Archivo Histórico José María Basagoiti Noriega del Colegio de San Ignacio de Loyola-Vizcaínas

El Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México: balance y perspectivas Licenciado Gustavo Villanueva Bazán, Coordinador general del Archivo Histórico de la unam Los archivos privados de la Ciudad de México: El del Colegio de las Vizcaínas

Doctora Ana Rita Valero de García Lascuráin Archivo Histórico José María Basagoiti Noriega del Colegio de San Ignacio de Loyola-Vizcaínas

Antecedentes

Hay un verso de Juan de Dios Peza escrito probablemente a finales del siglo xix, en el que narra cómo una tarde de la primera mitad del siglo xviii, justo en el año de 1732, tres vascos residentes en la ciudad de México, paseaban por uno de los barrios del sur de la capital, el “de la Cruz Vidriada” y que a lo largo de ese paseo, encontraron un grupo de niñas de pésimo aspecto en un estado de pobreza extrema. La escena fue lo suficientemente fuerte como para impresionarlos, al grado de que allí mismo tomaron la decisión de hacer algo para remediar la situación, no sólo de aquellas niñas, sino de los grupos depauperados de la ciudad, entre los que se contaban numerosas mujeres que, por diferentes razones, necesitaban amparo. Es decir, existía un problema de fondo al que era necesario dar solución; urgía dar cobijo a estos grupos, rescatarlos del abandono en el que estaban y más aún si se trataba de niñas; en este caso era imprescindible recogerlas, educarlas y hacerlas mujeres de bien. Urgía pensar en un proyecto de acción social, bien organizado que se encaminara a paliar el sufrimiento de ese sector tan desvalido, el de la niñas huérfanas y también el de las mujeres solas, como las viudas pobres, que no tenían salida en la sociedad virreinal. La respuesta de estos señores, actuando desde la plataforma del sector privado, como ahora se le dice, fue construir y sostener una institución alta- mente especializada en atender los distintos matices del sufrimiento de la mujer, enfocándose a los dos momentos más frágiles de su vida, el de la niñez y el de la vejez. 166 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. A esta institución se le llamó el Colegio de San Ignacio de Loyola, mejor conocido como Colegio de las Vizcaínas, una organización que tiene hoy la particularidad o mejor dicho la honra de ser la única institución educativa que a pesar de las vicisitudes a las que se ha tenido que enfrentar, ha logrado sobrevivir desde que se fundó en la primera mitad del siglo xviii hasta el momento actual. Dentro de este marco, además de su sentido filantrópico, los fundadores, se preocuparon también por conservar sus documentos, con una visión muy pionera que hoy podríamos llamar “prospectiva”. Tan es así que desde el día de la inauguración de Vizcaínas en 1767, se giraron instrucciones para “abrir los libros del colegio”. Los responsables del proyecto querian tener un férreo control de la institución, de manera que los libros se abrieron para que allí quedaran minuciosamente asentados absolu- tamente todos los gastos que se hicieran y todos los pasos que se dieran y las decisiones que se tomaran. Estos libros no solo se han cuidado celosamente a lo largo de 250 años, sino que también se han multiplicado ya que el colegio ha seguido vivo y pro- duciendo documentos. Huelga decir lo que esto significa para la historia. Gracias a esa decisión de “abrir los libros del colegio”, hoy podemos tener una visión más amplia, más íntima y más precisa del pasado de México.Gracias a esa decisión, hoy conocemos algo más acerca de la sociedad civil novohis- pana y de los mexicanos de la época de la Independencia y de los que vivieron a lo largo del siglo xix e incluso los del siglo pasado, el intenso siglo xx que acaba de terminar; gracias a los libros del colegio hoy podemos vislumbrar su pensamiento, sus intereses y sus preocupaciones, lo que ya essuficientemente interesante, pero aún hay más. A través de los libros del colegio nos podemos hoy asomar a un pasado del que no se sabía mucho, me refiero concretamente a la problemática de la mujer a lo largo de la historia de México. Cabe recordar que en añadidura a los fondos propios del colegio se res- guardan en el archivo otros ajenos al colegio, que llegaron en el siglo xix, a resultas de la Reforma, cuando se recibieron en Vizcaínas los documentos de otras seis instituciones que habían sido suprimidas por el gobierno liberal. Es entonces cuando ingresan los fondos de la poderosísima Cofradía de Aránzazu y los de la no menos importante Archicofradía del Santísimo Sacramento, La Ilustrísima, como le decían en aquel entonces y los de la Congregación jesuítica del Divino Salvador del Mundo y Buena Muerte. Es a raíz de la Reforma cuando llegan también los archivos del Colegio de niñas de la Caridad, uno de los primeros en el continente y los del Reco- gimiento de San Miguel de Belén, ambos suprimidos por el presidente Juárez. organizar para conservar 167 Estas colecciones junto con las del propio Colegio de Vizcaínas forman una tetralogía única en la historia de la pedagogía y de la filantropía en México. Pero además, por la naturaleza de las instituciones que produjeron estos documentos, por su presencia tan fuerte en la vida de la sociedad novohis- pana, resulta que estas colecciones aportan un caudal de información en el campo de la historia de la economía, de las devociones, del arte, de las men- talidades, de la fiesta, así como también en el de la enfermedad, en el de la farmacopea o incluso en el de la muerte, por sólo mencionar algunas líneas de investigación. Dicha información tiene la particularidad añadida de que estos temas se abordan desde la plataforma de la sociedad civil, desde el sector privado. Por otro lado, es evidente que la llegada de los otros fondos ajenos al colegio, redimensionó al archivo, disparó su potencialidad, tanto que a partir de entonces adquirió un carácter polifacético que no había tenido antes. De no haber sido por la hospitalidad desplegada por Vizcaínas en aquel momento de crisis nacional, hoy tal vez esas colecciones se habrían vendido a los grandes coleccionistas o simplemente se habrían perdido. Sobresale la vocación de servicio que ha tenido Vizcaínas, no sólo en el campo de la filantropía, que es su razón de ser, sino también en la defensa del patrimonio documental de México, primero con la creación de sus fondos, luego con la conservación de los mismos, más adelante con la hospitalidad dada a otras colecciones ajenas y finalmente con la actualización de todo el acervo desde el punto de vista de la archivística contemporánea. Esta labor se ha hecho siempre con recursos propios, lo que no ha sido fácil, tomando en consideración que el colegio es una institución de benefi- cencia, con ingresos escasos.

Los fondos

La masa del Archivo Histórico del Colegio está organizada en torno a 8 grandes fondos con un total de 2 463 volúmenes; como ustedes pueden ver, no es un archivo muy grande en términos de cantidad, pero sí lo es cualita- tivamente hablando.

Fondo Real Colegio de San Ignacio de Loyola

Sobresale el Fondo del Real Colegio de San Ignacio de Loyola, el más nume- roso y el de mayor importancia, con un total de 5 076 registros que incluyen 168 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. una variedad importante de temas de la vida diaria de la institución por lo que, en este fondo, se pueden encontrar desde listas de calificaciones de las alumnas hasta papeles oficiales del Gobierno Federal, recetas de botica, tes- tamentos, recibos de albañiles y proyectos arquitectónicos que reflejan la concepción, la construcción, el desarrollo y la vida cotidiana de uno de los grandes colegios de niñas de México.

Fondo Colegio de Niñas de Nuestra Señora de la Caridad

El segundo corresponde al que fue el Archivo del Colegio de Donzellas de Nuestra Señora de la Caridad, mejor conocido como el Colegio de Niñas; es el que está en la calle de Bolívar, convertido hoy en el Club de Banqueros. Este Colegio se funda muy temprano, entre 1530 y 1535, cuando aún estaban vivas las heridas de la caída de Tenochtitlan y se funda para amparar a las niñas mestizas que nacían, producto de los amores de los conquista- dores con las indias; aunque debo señalar que con los años el espíritu original de apoyo a las mestizas se va a ir modificando hasta que se decide recibir solamente niñas criollas. De este colegio tenemos 405 registros, algunos de los cuales provienen del siglo xvi; tratan básicamente de la vida colegial que se desarrolló siempre bajo estricta clausura, tanto que cuando una colegiala entraba, sabía que posiblemente no podía volver a salir si no era para casarse o para entrar en un convento. Hubo colegialas que murieron sin haber vuelto a poner los pies en la calle. El Colegio de la Caridad, continuó invariable desde el siglo xvi cuando se funda hasta que el presidente Juárez lo suprimió en el siglo xix con lo que las niñas se refugiaron en el Colegio de las Vizcaínas.

Fondo Recogimiento de San Miguel de Belén

El tercer fondo es el del Recogimiento de Belén; éste fue el otro colegio importante de la época; estaba precisamente en lo que hoy es Arcos de Belén y se funda aproximadamente 100 años después del Colegio de Niñas con otro perfil un tanto cuanto diferente y otra trayectoria también distinta. A diferencia del de Vizcaínas o Colegio de Niñas, este Colegio de Belén empieza en unos cuartuchos de piso de tierra para albergar a las mujeres de la calle y mujeres delincuentes;52 hay informes fidedignos que indican que gra-

52 Idem., p. 101. organizar para conservar 169 cias al recogimiento, se logró abatir en algo la prostitución en la ciudad, lo que indica que Belén respondió a la problemática de su entorno, de su tiempo. Desgraciadamente, en la segunda mitad del siglo xix, con el movimiento reformista, el gobierno del presidente Juárez lo suprime y las niñas son tras- ladadas al colegio de las Vizcaínas. Lo interesante para nosotros es que Viz- caínas no sólo recibió a las niñas sino también a sus archivos, que allí tenemos el honor de resguardar; son 124 registros de la vida colegial de Belén.

Fondo Cofradía de Aránzazu

El cuarto fondo contiene los papeles de la poderosísima Cofradía de Nuestra Señora de Aránzazu, que agrupaba a los vascos novohispanos quienes para esa época habían adquirido una gran relevancia en el reino. Tenemos 734 registros de la vida diaria de uno de los cuerpos morales más poderosos de la Colonia.

Fondo Archicofradía del Santísimo Sacramento

El quinto fondo es el de la Archicofradía del Santísimo Sacramento. Esta Cofradía fue una de las más antiguas y prestigiadas de la capital; los cau- dales que manejó así como la nómina de cofrades que agrupó la hicieron tal vez la de mayor rango en el virreinato.53 Este fondo de 1850 registros nos enorgullece especialmente, ya que con- tiene documentos que van desde el siglo xvi hasta el xix, es decir, el fondo contempla un espectro de tres siglos de vida en México y tiene documentos especialmente relevantes, como el descubrimiento de Bartolomé de Medina para el beneficio de patio, con relación de lo que le pagaba a cada minero de derechos; está escrito de su puño y letra y fechado en 1555.

Fondo Congregación del Divino Salvador del Mundo Buena Muerte

El sexto fondo corresponde a la Congregación del Divino Salvador del Mundo y Buena Muerte, que aparte de ayudar a los agonizantes de la ciudad, también construyó el Hospital para Mujeres Dementes, una obra que sostuvieron y administraron los Jesuitas hasta su expulsión en el siglo xviii.

53 Título que le fue ratificado por una bula de Paulo III en 1544. 170 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Luego, con la salida de los Jesuitas del país, la Congregación y algunos otros bienes de los Jesuitas pasaron al Colegio de Niñas de la Caridad y cuando éste se suprimió por la Reforma, todo pasó al Colegio de las Vizcaínas, por eso está allí; contamos con 115 registros en este fondo.

Fondo Escuelas Rico

El séptimo fondo corresponde a las Escuelas Rico, fundadas por el gran bien- hechor mexicano don José María Rico en 1837 para educar niños y niñas pobres; cuando muere don José María, las Escuelas quedan en manos de sus albaceas y tras varios cambios de autoridades, el gobierno federal le pide a Vizcaínas que se haga cargo de su administración. Por eso tenemos allí este otro fondo que nos permite ver una interesante faceta de la educación asis- tencial en el México de los primeros años de la Independencia.

Fondo Real Sociedad Bascongada de Amigos del País

El octavo fondo es el de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, una entidad corporativa que se funda en el País Vasco hacia la última parte del siglo xviii, en plena Ilustración para promover la agricultura, la industria, el comercio, las ciencias y las bellas artes.

Sección Música

Y finalmente tenemos también la sección de música que está formada por partituras y métodos de enseñanza que se usaron en los tres colegios que he mencionado; tanto en Vizcaínas como en el de Niñas de la Caridad y espe- cialmente en el de Belén.

Biblioteca del antiguo Convento de San José de Gracia

Resguardamos asimismo varios fondos bibliográficos de los que sobresale por su riqueza y antigüedad, la Biblioteca del Antiguo Convento de San José de Gracia, fundado en 1610, a solo 90 años de la conquista y exclaustrado en 1861, a raíz de la Reforma. La virtud de esta colección es que se logró salvar a pesar de la crisis del siglo xix; hace alrededor de 15 años, las religiosas organizar para conservar 171 tomaron la decisión de vender sus libros. Es entonces cuando Vizcaínas adquiere la biblioteca que está completa a resguardo del archivo histórico.

Conclusiones

Desde luego el tema principal del acervo gira en torno al amparo de la mujer, contemplado a través de los tres grandes colegios del virreinato, el Colegio de Niñas de la Caridad en el siglo xvi, el Colegio de San Miguel de Belén en el xvii, el de las Vizcaínas en el xviii y las Escuelas Rico en el siglo xix. De manera que en este archivo podemos tener una visión universal del espíritu pedagógico de México: primero el que privó durante la Colonia, fuertemente centrado en la espiritualidad, después el del siglo xix, influido ya por las ideas del liberalismo reformista y finalmente el de la primera mitad del siglo xx. El otro gran tema gira en torno a esas entidades corporativas que contro- laron buena parte de la economía del Reino: las cofradías; diacrónicamente, arranca la del Santísimo Sacramento fundada por los franciscanos en el siglo xvi, luego la Congregación del Divino Salvador del Mundo y Buena Muerte que se inaugura en el xvii a instancia de los jesuitas y finalmente la Cofradía de Aranzazu, fundada por seglares vascos asentados en la ciudad de México en el siglo xviii. Para concluir, en el Archivo Histórico del Colegio de las Vizcaínas se puede ver cómo se educó en el México del virreinato, cómo se combatió la prostitución o la delincuencia en el siglo xvii, cómo generaban y cómo invertían sus capitales los ricos de la Ilustración. En suma, este archivo que tiene la particularidad de ser privado, nos pro- porciona hoy la posibilidad de romper con la privacía de nuestros antepa- sados y de esta manera tratar de entender el pasado de México con mayor claridad. El Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México: Balance y perspectivas

Licenciado Gustavo Villanueva Bazán Coordinador general del Archivo Histórico de la unam

Definición

El Archivo Histórico de la unam (ahunam), creado en 1964, forma parte del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (iisue) y es un elemento central en la identidad universitaria, al tener bajo su respon- sabilidad la conservación, organización y difusión de los documentos que testimonian el devenir histórico de la Universidad en la realización de sus funciones de docencia, investigación y extensión de la cultura. Los documentos que hoy resguarda son aquellos generados en las enti- dades y dependencias universitarias que, después de haber cumplido su periodo de vigencia administrativa, valorados y seleccionados para su con- servación permanente, fueron transferidos al espacio físico que actualmente ocupa el Archivo, en el edificio de la Unidad Bibliográfica. Conceptualmente, sin embargo, el ahunam comprende el total de los grupos documentales de carácter histórico producidos por todas y cada una de las entidades y depen- dencias que son y han sido parte, de las sucesivas estructuras organizativas que la Universidad se ha procurado para realizar sus funciones. Además, y cumpliendo con una de sus responsabilidades como institu- ción de educación y cultura de carácter nacional, la unam ha depositado en el iisue y por tanto en el ahunam, el compromiso de conservar, organizar, describir y difundir acervos documentales de particulares, de procedencia y temática distintas a las universitarias pero de interés para el conocimiento de nuestra sociedad a lo largo del tiempo. Si bien el ahunam se puede definir en el marco estricto de las funciones y atribuciones que tradicionalmente se le reconocen, resulta indispensable hoy, hacer referencia a la natural proyección que, en el desarrollo de esas fun- ciones y atribuciones, ha venido cobrando, particularmente en su carácter de 174 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. depositario de la memoria histórica de la Universidad Nacional Autónoma de México. Por la naturaleza de sus funciones y derivada de la necesidad de la reflexión disciplinaria que implica la ejecución de cada una de ellas, el Archivo Histórico de la unam ha incursionado gradualmente en la genera- ción de un conocimiento archivístico que está comprometido a profundizar y, al mismo tiempo, a socializar los frutos de esa reflexión.

Objetivos

El objetivo general del Archivo Histórico de la unam es conservar, organizar y difundir la memoria documental de la Universidad Nacional Autónoma de México, para contar con información precisa que apoye la investigación y facilite la toma de decisiones por parte de la administración universitaria. De este gran objetivo y del marco jurídico que proporciona el Acuerdo para la protección, uso y conservación del patrimonio histórico documental de la Universidad (1989), se pueden derivar los siguientes objetivos específicos:

1. Realizar los procesos de incremento, conservación, organización, descripción, reproducción y difusión de sus acervos con apego a los princi- pios y metodología que proporciona la disciplina archivística.

2. Difundir los acervos custodiados y las teorías y prácticas archi- vísticas para cumplir con el objetivo de proporcionar información para la investigación en general, y ayudar a la consolidación de una cultura archi- vística en nuestro país.

3. Determinar y actualizar las políticas y procedimientos archivís- ticos y aplicar las normas legales existentes para la custodia y difusión de los grupos documentales.

4. Promover en la unam los lineamientos y métodos archivísticos a fin de lograr la integración de sus archivos y la creación de un Sistema Archivístico en la institución.

La meta común que deberá guiar el cumplimiento de estos objetivos será, necesariamente, alcanzar en el Archivo los niveles de excelencia que toda comunidad académica universitaria debe plantearse, por lo que será opor- tuno diseñar mecanismos efectivos de verificación, sustentados en criterios tanto cualitativos como cuantitativos, para cada uno de los procesos que organizar para conservar 175 implican las distintas actividades. Todo esto permitirá además, impulsar la profesionalización de su personal académico y fortalecer la proyección del ahunam a nivel nacional e internacional.

El Acervo documental

El ahunam se compone de un total de 125 grupos documentales divididos en fondos universitarios, colecciones universitarias, fondos incorporados y colecciones incorporadas. Entendemos la diferencia entre fondo y colec- ción a partir de la forma natural de agrupamiento de los documentos en el caso de las primeras y la artificial reunión de los mismos en las segundas. El término incorporados se refiere a aquellos grupos documentales (fondos o colecciones) que sin haber surgido de la administración universitaria, se han agregado a los acervos de nuestro Archivo por diversas formas de ingreso, debido a la importancia de la información que resguardan, ya sea para la Universidad o para la sociedad en general. De esta manera tenemos: Los fondos universitarios, en total 38, son la razón de ser del Archivo Histó- rico de la unam pues contienen documentación de las diversas dependencias e instancias de la Universidad y de algunas instituciones y escuelas nacionales que la antecedieron. Son los testimonios documentales que surgen de nuestra ins- titución como parte de la actividad administrativa, desarrollada en aras de sus funciones de docencia, investigación y extensión de la cultura en nuestro país. De los fondos universitarios destacan el de la propia Universidad, con documentación emanada de la administración central (Rectoría, Secretaría General, Patronato Universitario, etc.), los de algunos colegios y escuelas nacionales que fueron el antecedente de la preparatoria y de las facultades y escuelas universitarias (Colegio de San Ildefonso, Escuela Nacional Prepa- ratoria, Escuela Nacional de Medicina, Escuela Nacional de Jurisprudencia, Escuela Nacional de Altos Estudios, por mencionar solo algunos). 28 Colecciones Universitarias que se han creado teniendo como interés la temática universitaria, con documentación reunida en diversos momentos a fin de atestiguar sucesos y procesos en los que la Universidad se ha visto involucrada (movimientos estudiantiles, principalmente el de 1968 y sindi- calismo universitario). Una de esas colecciones es la que denominamos Memoria Universitaria con las publicaciones periódicas de las diversas dependencias y entidades, que dan noticia del acontecer universitario en sus diversos aspectos. Contiene además esos documentos de apoyo emanados de la cotidiana administración universitaria y que se nos remite para su resguardo en el Archivo Histórico. 176 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. 33 Fondos Incorporados. Se trata de fondos provenientes de otras fuentes, distintas de las universitarias, que se han incorporados en razón de la con- fianza que la sociedad ha depositado en nuestra Universidad. Estos testimo- nios, sin ser de temática propiamente universitaria, resultan de interés para el conocimiento de alguna fracción de nuestra historia. Los fondos referidos ingresan por donación, (o compra en algunos casos) después de un dictamen sobre los valores suficientes que atestiguan acontecimientos y procesos de nuestra vida institucional y aún más, de la historia nacional; tal es el caso de los fondos con documentos de personajes que actuaron de manera relevante en la Revolución Mexicana (Gildardo Magaña, Blas Corral, Jacinto B. Treviño, etc.) en el Movimiento Cristero (Miguel Palomar y Vizcarra, Aurelio Ace- vedo), fondos particulares de profesores distinguidos (Ezequiel A. Chávez, Nabor Carrillo, Alfonso Cornejo Canalizo), de personajes que actuaron en movimientos sindicales (Pablo Sandoval, José Enrique Pérez Cruz), de per- sonajes relevantes para la cultura en nuestro país (Andrés Iduarte, Jaime Torres Bodet, Martín Luis Guzmán). Por supuesto que solamente mencio- namos algunos para dar un pequeño botón de muestra sobre lo relevantes y trascendentales que resultan estos fondos incorporados para el conocimiento histórico de nuestra sociedad. 26 Colecciones Incorporadas. Entendiendo, como hemos comentado, la diferencia entre fondos y colecciones documentales y otorgándole a los docu- mentos sueltos un valor informativo per se, hemos conservado las colecciones que a través del desarrollo histórico de nuestro archivo se han formado para ampliar el conocimiento de la sociedad y ofrecer una visión más amplia del quehacer universitario. Son recopilaciones de documentos de fuentes diversas que permiten conocer diversos aspectos de la historia nacional, mencionaré solamente algunas: Rafael Carrasco y Puente (con documentos sobre la Revo- lución Mexicana, el sindicalismo en México), Manuel Díaz de la Vega (docu- mentos del II Imperio en Tabasco y Oaxaca), Félix F. Palaviccini (guiones y mensajes radiofónicos transmitidos por él), etc. Estos 125 grupos documentales suman en conjunto, unos 3700.56 metros lineales de documentos que se resguardan en 22 776 unidades de instalación de diversas dimensiones y características. Como parte de nuestro acervo, hay que considerar además la cantidad de 6 126 libros que forman parte de nuestros fondos y colecciones particulares y de manera especial, las 552 187 imágenes que conforman un importante y significativo acervo gráfico sobre nuestra Institución y sobre algunos temas de interés histórico general. Cabe destacar las imágenes emanadas de la Gaceta de la UNAM, órgano oficial de nuestra Casa de Estudios y que, como es de suponerse, constituyen un completo testimonio gráfico de la vida institucional. Además muchos de los organizar para conservar 177 fondos cuentan con documentación gráfica (la correspondiente al Movi- miento Cristero es abundante en número y en información).

Los procesos archivísticos. Balance y perspectivas

Los procesos que se realizan en el Archivo Histórico de la unam, como en la mayor parte de los archivos históricos, son los siguientes:

Incremento e identificación Conservación y restauración Organización Descripción Automatización Reproducción Difusión

Para homogeneizar estos procesos, desde el año 2000 contamos con un manual que por supuesto pretendemos actualizar en un ejercicio de partici- pación colectiva de quienes laboramos en el Archivo. En lo que se refiere al procesamiento archivístico, el ahunam pretende “consolidar e impulsar, bajo criterios de alta exigencia académica, las labores de organización, descripción y conservación de los acervos que actualmente custodia”.54 Para llevar esto a buen término, el ahunam cuenta actualmente con una Coordinación y dos departamentos, uno de Procesos Archivísticos con las áreas de Organización y descripción, de Conservación y restauración y de Reprografía, el otro es el Departamento de Servicios.

Diagnóstico

Una parte fundamental de la planeación a cualquier nivel y en todas las acti- vidades humanas es el conocimiento real de la situación en la que nos encon- tramos y de las cuestiones a las que nos habremos de enfrentar, así el de las posibilidades reales en que nos encontramos frente a la administración. De esa manera, en el ahunam hemos realizado un diagnóstico que nos per- mite obtener información amplia sobre cada uno de los grupos documentales que conforman nuestro Archivo, datos tales como el volumen, las fechas y

54 Centro de Estudios sobre la Universidad, Plan de Desarrollo Institucional 1998-2005, unam, 1998, México, pp. 60 y 61. 178 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. la tradición documental, la forma de ingreso, la historia institucional y la historia archivística, contenido informativo, tipos y clases de documentos, datos sobre la clasificación, la ordenación y la descripción, reproducción y estado de conservación, etc. Información suficiente para tener una visión del estado que guarda nuestro archivo a partir de la suma de la documentación existente en cada uno de los fondos y colecciones documentales, y para poner énfasis en los procesos de organización y descripción. Este diagnóstico se inició en el mes de noviembre del año pasado. Con el diagnóstico habremos de reprogramar las actividades individuales que cada uno de los 18 técnicos académicos asignados a la sección de Clasi- ficación y Descripción viene realizando, esto a partir de las prioridades que se planteen, así como de los rezagos que se tienen en algunos de los fondos, la consulta de los documentos, las condiciones establecidas en los contratos de donación, su estado de conservación en fin, criterios diversos que en su conjunto nos darán las pautas para establecer las prioridades dentro de un programa de organización y descripción documental. Una primera prioridad, valga la expresión, es la de atender de manera inmediata las cuestiones internas del archivo es decir, la disposición de los documentos en las nueve salas de resguardo con que contamos, la consulta a partir de la elaboración y automatización de los instrumentos descriptivos y por supuesto, la organización de nuestros fondos con criterios archivísticos, es decir, a partir de una concepción como conjuntos orgánicos en donde cada una de sus partes ocupe el lugar que le corresponde de acuerdo con el contexto estructural tanto orgánico como funcional de la institución o de la persona que le da sentido a la agrupación de documentos. Nuestro objetivo, archivís- ticamente, es el de restablecer las relaciones que se dan entre los documentos a fin de integrar verdaderos conjuntos documentales entendidos, a la manera de Lodolini, no sólo como el conjunto orgánico de documentos, sino como el conjunto orgánico de las relaciones que se dan entre los mismos. Sin embargo, aun y cuando la prioridad sean los procesos internos que nos permitan tener en orden los conjuntos documentales que se resguardan para pre- servar la memoria institucional, no por eso vamos a abandonar la proyección del ahunam a fin de buscar su consolidación como uno de los centros de referencia archivística en el ámbito nacional y en algunas partes de Iberoamérica. Pretendemos actualizar la Guía General del Archivo Histórico de la unam con base en los datos que arroje el diagnóstico. La actual guía data de 1998 y esperamos para el 2008, hacer una nueva edición. Pensamos asimismo, reactivar los espacios de reflexión archivística y de difusión de las tareas que se vienen realizando en otros archivos y en el nuestro, a través de la publicación de Teoría y práctica archivística que se inte- organizar para conservar 179 rrumpió en el número cinco así como el Seminario Permanente de Archivís- tica y el Seminario Archivo-Historia a fin de publicar fuentes documentales relacionadas con la historia de la educación y documentos conservados en nuestro archivo.

Perspectivas

En cuanto a los procesos que se realizan en el ahunam, las perspectivas de tra- bajo a corto y mediano plazo, se refieren de manera general a lo siguiente:

Procesamiento archivístico de los fondos:

a) Dar atención inmediata a los grupos documentales en cuanto a su resguardo y organización en salas, para preservar la organicidad de los fondos y con ello brindar un servicio más eficiente al público.

b) Actualizar y automatizar el Registro Central de Grupos Documentales del ahunam para mejorar el control y resguardo de la documentación, así como el servicio de consulta.

c) Poner al día el Manual de procedimientos técnicos del ahunam y, en general, la normativa que se aplica a fondos y colecciones.

d) Instaurar el Seminario Interno sobre el procesamiento de los grupos documentales del ahunam.

e) Captar el apoyo de estudiantes en las disciplinas involucradas con las tareas del Archivo, a través de un programa continuo de ser- vicio social, estancias profesionales y titulación.

f) Plantear proyectos integrales para su financiamiento por ins- tancias adecuadas y hacer un seguimiento a la presentación de pro- puestas en tiempo y forma.

En materia de incremento y ante la evidente necesidad de preservar los acervos con valor histórico de la unam, de regular las transferencias siste- máticas y de incorporar grupos documentales por donación o compra que resulten importantes para la memoria histórica de nuestra institución o del país, se habrá de: 180 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. a) Precisar y actualizar las políticas de incremento, estable- ciendo calendarios de transferencias y los instrumentos ade- cuados para la donación y compra de archivos en general, así como para dictaminar la pertinencia de su admisión e ingreso.

b) Atender y requisitar debidamente el ingreso de grupos documentales universitarios, cuya valoración, selección y en su caso, depuración previas, deberán realizarse conjuntamente con las dependencias involucradas y/o con el Archivo General de la unam.

Sobre la automatización

Al momento de suspenderse el proyecto de automatización, se contaba con un aproximado de 30 000 fichas que ponían en consulta automatizada a 25 grupos documentales.55 En el desarrollo del Sistema Integral de Consulta Automatizada arhis- to-unam se lograron los objetivos que le dieron origen: el inicio de la con- sulta remota a través de la red, para lo cual se diseñó una base de datos y una interfase de consulta, la implementación de una ficha única para la captura y descripción de los instrumentos de consulta, la introducción de tareas de normalización, la definición de parámetros para la digitalización, pero sobre todo la definición de un sistema para la automatización, lo que significó un salto cualitativo en la automatización de la consulta de los acervos que cus- todia el ahunam. El proyecto, iniciado por el Archivo en 1997, tiene hoy una vigencia indiscutible y posibilidades de desarrollo acordes con las necesidades institu- cionales. Por otro lado, es también necesario aprovechar las posibilidades que brinda la digitalización pues con la infraestructura que se ha adquirido en la materia es posible, con una inversión mínima, implementarla para todos las clases y formatos documentales, texto, audio, video, etc. Habría que decir que es indispensable continuar con el desarrollo tecnológico del Archivo y se hace necesaria una evaluación y redefinición a fin de retomar el tema y el proyecto, con parámetros más eficaces. En materia de conservación y restauración:

55 Díaz Barriga, Ángel, Informe de la dirección 2003, 2003. organizar para conservar 181 a) Adecuar la instalación física de los acervos, previendo áreas suficientes para su crecimiento, y procurar condiciones ambien- tales en las salas de resguardo, que garanticen la preservación de los documentos, de acuerdo a los recursos con que se cuente.

b) Mantener actualizada la tecnología de monitoreo de con- diciones ambientales de las salas de resguardo.

c) Dar seguimiento a los diagnósticos de conservación de los grupos documentales y en su caso, corregir las anomalías que se detecten.

d) Continuar con la sustitución de guardas de distintos niveles para los documentos que conforman el acervo.

e) Continuar con el programa sistemático de restauración de los fondos y colecciones documentales del Archivo.

En cuanto a la reprografía será necesario :

a) Retomar el programa de microfilmación y digitalización sistemática de grupos documentales.

b) Iniciar la digitalización de documentos textuales a partir de los microfilmes.

Difusión y servicios

Las actividades de difusión y servicios en el Archivo Histórico deben abarcar: el mantenimiento y control de los acervos, la atención de los interesados en la consulta directa de documentos, el diseño de estrategias que coadyuven a la difusión de los acervos. Así mismo, se deben impulsar publicaciones de carácter general y especializado, en ediciones universitarias. En cuanto a difusión y servicio al público, las acciones serán:

a) Revisar y actualizar el Reglamento para el Servicio al Público del ahunam.

b) Difundir la Guía General del ahunam en archivos, biblio- 182 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. tecas, instituciones de investigación y universidades nacionales y extranjeras, para promover el conocimiento de nuestros acervos.

c) Reanimar los espacios editoriales con que cuenta el Archivo: Teoría y Práctica Archivística (del cual, a la fecha se han publicado cinco números) y Fuentes para la Historia (con cuatro números editados).

d) Promover la difusión del ahunam, tanto por lo que hace a su contenido como a su desarrollo archivístico, mediante eventos de intercambio y de extensión académica, seminarios, exposi- ciones, videos, visitas guiadas, etcétera, que permitan establecer pautas y normas para dependencias universitarias e instituciones afines.

e) Ampliar las vías alternas al servicio de consulta mediante sistemas y herramientas disponibles en la sociedad contempo- ránea (bases de datos, ediciones de instrumentos en DVD o en CD, Internet, etcétera).

f) Reanudar y fortalecer los programas de formación, exten- sión académica y asesoría profesional.

g) Analizar la posibilidad de abrir nuevas líneas editoriales.

El Sistema Integral de Archivos de la unam (siaunam)

Este proyecto deberá retomarse a partir del conocimiento pleno del impacto de los sistemas archivísticos y su posibilidad de operación. Por lo que res- pecta a la integración sistemática de los archivos de la Universidad, debemos dar sentido al concepto de “Archivo Histórico de la unam” como la totalidad de los documentos con valor cultural producidos por nuestra institución, a través de las siguientes acciones:

a) Analizar la situación de los archivos universitarios y reac- tivar el proyecto para la implantación del Sistema Integral de Archivos de la unam.

b)Avanzar en la definición de criterios para regular las trans- organizar para conservar 183 ferencias y el incremento, restablecer un cuadro único de clasifi- cación archivística para la unam, así como para elaborar calen- darios de vigencia, catálogos de disposición documental y demás instrumentos que contribuyan con la operatividad del Sistema y al cumplimiento del Acuerdo para la Transparencia y Acceso a la Información en la unam, de 2003.

c) Promover la III Reunión de Archivos de la unam, con el objetivo expreso de iniciar los trabajos del Sistema Integral y con- seguir la aprobación de un documento de normas mínimas apli- cables a todos los archivos.

d) Restablecer los servicios de capacitación para el personal responsable de archivos y de asesoría a las diferentes dependen- cias y entidades de la institución.

e) Llevar a cabo eventos convocados por las diversas instan- cias que cuentan con archivo histórico en nuestra institución.

Vinculación a nivel nacional e internacional

Podría decirse que si bien desde su origen el Archivo Histórico de la unam ha gozado del prestigio que le otorga ser la memoria histórica de la mayor insti- tución educativa a nivel superior en la historia de nuestro país, es a partir de los años ochenta cuando se plantea la necesidad de establecer relaciones con otros archivos y con ciertas personalidades reconocidas en el ámbito archi- vístico a nivel nacional e internacional. En febrero de 1999, en el marco del I Encuentro Iberoamericano de Archivos Universitarios. Tradición, presente y futuro, celebrado en la ciudad de México bajo el auspicio de la unam, representada por su Archivo Histórico, y con la convocatoria de otras instancias internacionales, representantes de nuestro Archivo, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, propusieron la creación de una organiza- ción de archivos universitarios y de instituciones de educación superior. Para el 2000, en la Universidad Nacional Autónoma de México, represen- tantes de 12 instituciones de educación superior de la ciudad de México y de algunos estados de la República se reunieron para formar la Red Nacional de Archivos de Instituciones de Educación Superior (renaies) con la finalidad de compartir experiencias y realizar acciones comunes en beneficio de las 184 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. tareas archivísticas institucionales.56 A partir de ese año, se han realizado las Jornadas Archivísticas de la renaies.57 Se creó además, conjuntamente con la buap, la serie editorial Formación Archivística que a la fecha ha publicado seis números. Se creó e impartió el Diplomado “Los Archivos de las Insti- tuciones Públicas y la Transparencia”. Se organizó en el 2006 con la buap, la anuies, el cesu y otras instituciones, el III Congreso/Encuentro Ibero- americano de Archivos Universitarios, y se propuso la creación de una Red Iberoamericana de Archivos Universitarios, con el ahunam encabezando una comisión para elaborar el proyecto y darle sentido a esa organización. La Comisión está formada por miembros de 10 instituciones de educación superior en Iberoamérica. Por lo anterior, se puede concluir que el ahunam es un referente a nivel nacional en materia de archivística. Lidera en ese aspecto a las instituciones de educación superior en México y ha participado activamente en las orga- nizaciones a nivel iberoamericano y en otros países, por lo que cuenta ya con un prestigio y reconocimiento a nivel internacional. Consideramos que hoy se tienen los elementos para establecer las relaciones suficientes con otras instancias archivísticas; habrá que desarrollarlas de manera sistemática y de acuerdo con un programa en el cual se contemplen las acciones pertinentes.

Conclusiones

Ante las nuevas perspectivas que la legislación archivística ofrece en nuestro país y el impacto de la misma en las instituciones y en la sociedad en general, es necesario adecuar nuestras actividades y la propia visión sobre la impor- tancia, el conocimiento y el uso de los archivos sin descuidar por supuesto,

56Las instituciones que acordaron formar la renaies fueron: La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Instituto Politécnico Nacional, Universidad Autónoma del Estado de México, Universidad Autónoma de Querétaro, Universidad Autónoma Metropolitana, Uni- versidad de Aguascalientes, Universidad de Guanajuato, Universidad de Sonora, Universidad Iberoamericana, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Panamericana. 57Las instituciones que han sido sede de las Jornadas son las siguientes: Instituto Politécnico Nacional (2000), Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (2002), Universidad Michoa- cana de San Nicolás de Hidalgo (2003), Universidad de Sonora (2004), Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (2005), Universidad Autónoma Agra- ria Antonio Narro de Saltillo (2006) y la Universidad de Colima (2007). organizar para conservar 185 los principios y los conceptos que hacen de la archivística una ciencia en expansión como la denomina Ramón Cruz Mundet. Es urgente que las ins- tituciones retomen esos conceptos para que finalmente la actividad de los archivos no se diluya entre múltiples conocimientos y técnicas que en muchos casos se relacionan con otras disciplinas pero que tienen en común la nece- saria relación con el aspecto informativo, tema ineludible en las sociedades contemporáneas. MESA 7

Desafíos de la administración de los archivos históricos

Especificidades del Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro Maestro José Francisco Coello Ugalde, Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro

Corpus Christi. Un proyecto de modernización para el acervo histórico de notarías del Distrito Federal Licenciada María Guadalupe Flores Carapia, Archivo Histórico del Archivo General de Notarías

El Archivo Gregorio y Marta Selser en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México Maestra Bettina Teresa Gómez Oliver, maestra Ana María Sacristán Universidad Autónoma de la Ciudad de México

Fundación, recuperación y perspectiva del Archivo Histórico de Xochimilco Etnóloga Anáhuac González González, Directora del Archivo Histórico y Hemeroteca de la Delegación Xochimilco Especificidades del Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro

Maestro José Francisco Coello Ugalde58 Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro

El Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro (en adelante, ah-lyfc) surgió hace poco más de dos años como acuerdo59 entre Luz y Fuerza del Centro (en adelante lyfc) y el Sindicato Mexicano de Electricistas (en adelante sme). El sustento no puede ser más claro:

Con objeto de difundir y fomentar los conocimientos de los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro y público en general, en cuanto a la historia de la Institución y para dar cumplimiento a lo establecido en la Cláusula Única del Acuerdo Pa- ralelo del 15 de marzo de 2002, que a la letra dice: “Las partes se comprometen, dentro de los 90 días siguientes a la terminación de la Revisión del Contrato Colectivo de Trabajo 2002-2004, a determinar lo necesario para constituir de acuerdo con sus posibilidades y de conformidad con la normatividad de la ma- teria, un archivo histórico sobre la electricidad en la región [central] del país”, por lo que se hace necesario asignar algunos recursos humanos para la creación de dicho Archivo (…)”

Sin embargo, su labor ha contado con diversos elementos que han ido fortaleciendo los criterios más adecuados para involucrarse de lleno en los ideales de lo que es y significa un archivo histórico en cuanto tal.

58Trabajador de Luz y Fuerza del Centro desde 1987, ingeniero mecánico electricista en la misma empresa que aplicó sus conocimientos en trabajos de campo de 1989 a 2005. Tiene una maestría en historia de México y es doctorante en Historia por la unam. Actualmente, combina sus dos formaciones profesionales en el Archivo Histórico. 59 Acuerdo núm. 1411 que celebran Luz y Fuerza del Centro y el Sindicato Mexicano de Elec- tricistas el 3 de enero de 2005. 190 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Esta sección depende del departamento de Archivo y Correspondencia, muchos de cuyos procesos de funcionamiento se sustentan en la archivo- nomía, la archivística así como por todos aquellos lineamientos marcados tanto por el Archivo General de la Nación (en adelante agn) como por el Instituto Federal de Acceso a la Información (en adelante, ifai). A los ocho integrantes del ah-lyfc, los cuales provienen de Archivo y Correspondencia, se une un elemento más cuya formación profesional combina la ingeniería (licenciatura) y la historia (maestría y como docto- rante), lo que ha permitido identificar parte de la documentación, con lo que se cumple una más de las especificidades de una empresa (que debe considerarse como industria de suministro eléctrico) cuyo perfil comienza a mostrar las múltiples características bajo las cuales se ha formado esta paraestatal, de la que se han identificado algunas de sus características prin- cipales, a saber:

Cinco son las edades que ha acumulado nuestra empresa, desde 1903 a la fecha:

1903 – 1960 The Mexican Light & Power Company, concepto puesto en marcha desde 1898 por la empresa trasnacional, que el 10 de septiembre de 1902 se consti- tuye de acuerdo a las leyes canadienses. Se le concesiona el 24 de marzo de 1903 la explotación de las caídas de los ríos Tenango, Necaxa y Xaltepuxtla en el estado de Puebla, iniciando sus operaciones el 6 de diciembre de 1905. Según el diagrama MIS-Z-93, de mayo de 1927, que aparece más adelante, se puede observar la integración de The Mexican Light and Power Company Limited and Subsidiary Companies en un bloque articulado de 16 compañías, lo que permite entender cuáles eran los alcances de una industria eléctrica cada vez más involucrada con el crecimiento demográfico y la expansión empresarial. Sin embargo, el radio de influencia de The Mexican Light and Power Company no quedaba reducido a ese horizonte. Laboraba conjunta- mente con The Mexican Trainway Company cuyos servicios llegaban a una población cautiva, acostumbrada a una eficiencia inigualable del servicio de transporte en el que intervenían ambas empresas.

1960 – 1963 Nacionalización de la industria eléctrica, el 27 de septiembre de 1960. De The Mexican Light & Power Company pasa a Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz, S.A. organizar para conservar 191 1963 – 1974 Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A.

1974 – 1994 Se autoriza a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A. los actos necesarios y procedentes para su disolución y liquidación. Por tanto, adquiere desde ese momento la figura de Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S.A. (En liqui- dación) con asociados tales como: Compañía de Luz y Fuerza de Pachuca, S.A., Compañía de Fuerza del Sureste Mexicano, S.A., Compañía Mexicana Meridicional de Fuerza, S.A. y Compañía de Luz y Fuerza de Toluca, S.A.

1994 – a la fecha A partir del 9 de febrero de 1994, se crea el organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro, con personalidad jurídica y patrimonio propio. Por efectos y criterios del Archivo Histórico, éste es el más apropiado.

Desde sus inicios, y en coordinación con la jefatura del departamento,60 que ha tenido una experiencia laboral y profesional en otras instituciones como Ferrocarriles Nacionales de México, donde realizó un levantamiento que se tradujo en el inventario de dicho patrimonio, ha entablado un diálogo permanente que se debe al lenguaje más apropiado para su aplicación en bien de las ideas y criterios que han permitido establecer varias líneas de trabajo. Del mismo modo, sus integrantes han realizado visitas permanentes a otras instituciones, han acudido a congresos, seminarios, cursos y también han conseguido integrarse a la capacitación cuyos avisos son conocidos a través, entre otros, del enlace que se tiene por medio de su correo electrónico con portales como “H-México”. Al interior del ah-lyfc se han llevado a cabo sesiones de trabajo donde ha sido posible conocer elementos de historia de México en lo general, particula- rizándose en lo relacionado con períodos como el Porfiriato, la Revolución y tras todos los gobiernos postrevolucionarios, en uno de los cuales, el sexenio de Adolfo López Mateos se llevó a cabo la nacionalización de la industria eléctrica (esto, el 27 de septiembre de 1960), considerando elementos de la etapa conocida como “el milagro mexicano”.

60 Me refiero a la arquitecta Emma Luz López Juárez, quien se desempeñó en el Centro Regional del Estado de México y directamente en la Dirección de Monumentos Históricos del inah entre 1992 y 1993. Del mismo modo, trabajó para Ferrocarriles Nacionales de México (en adelante fnm) en la elaboración del censo general de estaciones, así como en el pronare (Proyecto Nacional de Rescate) de bienes históricos (muebles e inmuebles) de fnm. 192 memoria del primer encuentro de archivos del d. f.

Ha puesto en marcha diversas actividades que se corresponden con el principio de recuperación del patrimonio documental de la empresa. Se ha realizado un amplio trabajo de escaneo de imágenes que van de 1903 a la fecha, destacando entre otros, el material dedicado a los procesos construc- tivos de varias de sus instalaciones más emblemáticas. Existe un álbum que consideramos como la joya del ah-lyfc, presenta un panorama general sobre el daño a la infraestructura de la Mexican Light & Power Company en febrero de 1913, durante el dramático episodio de la Decena Trágica. Y como este compendio de información, existen otras colecciones de imagen que nos per- miten identificar usos y costumbres, empleo de maquinaria, condiciones de trabajo en otras épocas y otros tantos discursos siempre presentes en la inter- pretación y valoración de la fotografía. Del mismo modo se han realizado labores de rescate no sólo de carácter documental. También fotográfico, de filmoteca, planos y algunas piezas de organizar para conservar 193 bulto61 que, en conjunto, forman parte del soporte fundamental en organi- zaciones; más tarde, en la elaboración de la base de datos, etapa en la que nos encontramos trabajando intensamente. Hoy día se ha logrado integrar una parte considerable del patrimonio documental para conocer qué es y qué ha sido lyfc a su paso por esos poco más de cien años de existencia. De hecho, al convertirse en un archivo público, han acudido varios usua- rios a solicitar información relacionada con el acervo; se les presta el apoyo pertinente en función de lo que hasta ahora se tiene catalogado y está en condiciones de ponerse a disposición de investigadores e interesados sobre los asuntos de esta empresa peculiar. En su constante acercamiento con el agn, institución de la que hemos recibido una importante asesoría, obtuvo su alta en el Registro Nacional de Archivos con el código MX09016AHLFC, con fecha del 23 de febrero de 2007. En febrero de 2006 el ah-lyfc solicitó a la Filmoteca de la unam la cus- todia de una importante colección de materiales fílmicos en diversos for- matos (8, 16 y 35 mm); una pulgada así como en Beta y VHS para su revisión, diagnóstico62 y almacenaje, dentro de las condiciones óptimas requeridas por material en su mayoría de acetato de celulosa. El material cinematográfico propiedad del ah-lyfc cuenta con las imágenes más antiguas, filmadas en 1928, y hasta nuestros días. Como resultado de su apertura a la consulta, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (en adelante, inah) se acercó al ah-lyfc. Al revisar su fototeca, quedaron sumamente sorprendidos y propusieron al propio Archivo Histórico la publicación de la revista de divulgación académica Libro de campo, cuyo número 80, editado en mayo de 2006, sirvió además para celebrar el octavo año de sus ediciones ininterrumpidas. Incluye dos ar- tículos de fondo: “La industria eléctrica en México”, de Saúl Escobar Toledo,

61Mismas que estamos rescatando para integrarlas al proyecto del Museo institucional. 62Dicho material fue sometido a varias pruebas, entre otras: medición del grado de acidez, de acuerdo con los parámetros establecidos por el IPI (Image Permanence Institute, de Rochester, N.Y.), en el que se gradúan del cero al tres los estadios en los que se encuentran los materiales de acetato de celulosa. Algunos materiales han sufrido un gran encogimiento longitudinal que impide su transferencia a un nuevo soporte de video, por lo que también se recomienda obtener un nuevo material cinematográfico que garantice su permanencia en virtud de que el encogimiento será progresivo. Todas las cintas que no tienen encogimiento, son susceptibles de ser trasladadas a un nuevo soporte videomagnético para la inspección de imágenes en movimiento y sonido, cuando lo hay, para evaluar la importancia histórica y posiblemente estética para la compañía de Luz y Fuerza del Centro y su traslado a un nuevo material cinematográfico de seguridad. 194 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. investigador de la Dirección de Estudios Históricos del inah, y “Archivo His- tórico de Luz y Fuerza del Centro”, de José Francisco Coello Ugalde, asesor adjunto del ah-lyfc. Respuesta favorable ante la aparición de la mencionada revista, el Insti- tuto Mexicano de la Radio invitó a los dos investigadores arriba mencionados al programa “Problemas de hoy y siempre”, imer, frecuencia 660 a.m., trans- mitido en junio de 2006. El Consejo de la Crónica del Distrito Federal tuvo a bien acercarse al ah-lyfc indicando su interés por publicar en la revista A pie. Crónicas de la Ciudad de México, en el ejemplar dedicado a “Fabricantes de sueños: cultura popular en la ciudad de México”, del año 4, núm. 11 (enero / marzo, 2006) material fotográfico de relevante interés. La mayoría de las imágenes con que hoy cuenta el ah-lyfc son inéditas. En agosto de 2006, el ah-lyfc orga ni zó u n homenaje a l señor Ag ust í n A r t igas Aguilar, quien prestó sus servicios de 1959 a 1984. El aula que se encuentra en el departamento de Archivo y Correspondencia hoy lleva su nombre pues se le considera punta de lanza ejemplar en la organización y separación de las dis- tintas áreas respecto de lo que es este departamento para el ámbito de lyfc. El ah-lyfc participó en diciembre de 2006 en el Seminario de digitali- zación del Patrimonio con la conferencia “El proyecto del Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro” en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Otras áreas de lyfc han solicitado el apoyo del ah-lyfc para identificar con precisión las fechas de origen de ciertos departamentos o secciones. Tal es el caso de Cobranzas, Almacenes, Talleres. Incluso el propio departamento de Archivo y Correspondencia ha podido reconocer su origen, por lo que este año de 2007 celebrará su cincuentenario. El ah-lyfc ha manifestado diversas inquietudes por integrarse a las redes de archivos y bibliotecas del centro histórico y del Distrito Federal en lo particular, así como del país en lo general. De ahí que un acontecimiento como el presente adquiera un significado que afirma tal situación. Respecto al significado que tiene el patrimonio de lyfc en tanto docu- mentos, piezas y otros elementos de valor histórico, el ah-lyfc trabaja inten- samente en crear una conciencia clara que radica en establecer la dimensión y el significado de todos esos elementos de alto contenido testimonial. Por tanto, es preciso decir que era necesaria la creación de un Archivo Histórico para “provocar” un ambiente benéfico y positivo capaz de tocar fibras sen- sibles y con ello generar el sentido de pertenencia así como ideas más claras sobre lo que significa un documento separándolo del concepto que se tiene del simple y llano papel. organizar para conservar 195 Por otro lado, cuenta con un proyecto integral cuyo propósito es lograr la expansión de la cultura en la entidad. Dicho proyecto abarca una biblioteca especializada, el Museo Institucional y, desde luego, el Archivo Histórico.

II

El siglo XXI, con su infinita variedad de situaciones, ofrece al ser humano retos y necesidades de todo tipo. Esto significa, como ya lo dijo Carlos Fuentes,63 el triunfo de la siguiente etapa de la revolución que tiene que ver con el progreso de la humanidad. Servidos de ese instrumento, contamos entonces con la capacidad de dis- cernir, digerir y asimilar de forma acelerada todo acontecer humano, mismo que implica convivir con infinidad de valores, uno de los cuales, el conoci- miento se convierte en herramienta eficaz. Hace poco más de un siglo, un corrido popular era reflejaba el escandali- zado e inquieto comportamiento social, justo cuando comenzaron a circular por diversas arterias de la ciudad de México los tranvías eléctricos. Dice así una de sus cuartetas:

Ya vesté, la luz eléctrica, el telégrafo, el fonógrafo otras mil cosas también, que asustan a casi todos.64

El 24 de marzo pasado lyfc cumplió 104 años de edad. Tras haber acu- mulado tal cantidad de tiempo y seguir siendo si no la primera, sí la pionera

63 Carlos Fuentes, “Juan Ramón de la Fuente en la Cátedra Julio Cortázar”, en Revista de la Universidad de México, nueva época, núm. 26, abril de 2006, p. 82. Dice el autor de Terra nostra: “(…) Me refiero a la transformación técnico-informativa que impulsa y refleja lo que podemos considerar una tercera revolución de la modernidad. La primera fue la revolución de la tierra (Magallanes) y de los cielos (Copérnico). La segunda, la revolución industrial de los siglos XIX y XX. Y la tercera, la creciente globalización de la información, la ciencia y la tecnología como motores del desarrollo. “Sujetos de la primera revolución (descubrimiento, conquista y colonización), objetos de la segunda (reserva de materias primas y mano de obra barata), debemos ahora prepararnos para ser actores, partícipes plenos y no ya ancilares, de esta nueva y tercera revolución”. 64 Electra. El magazine de luz y fuerza y tranvías. Año VII. Enero y febrero de 1933, Nº 75, p. 11. “El corrido de “los eléctricos”. 196 memoria del primer encuentro de archivos del d. f.

Sr. Agustín Artigas Aguilar. activa de la industria eléctrica en México, merece un espacio idóneo para concentrar la memoria histórica de su paso por varias épocas en las que se consolidó no sin antes enfrentar difíciles batallas. Hoy día, cuenta con una Biblioteca y con un Archivo Histórico surgido hace dos años. A lo anterior, sólo falta agregar la creación de un Museo Institucional. Sin embargo, es pre- ciso integrar este proyecto tridimensional en un solo espacio que permita dar a conocer la acumulación del conocimiento sobre la electricidad y el uso que el hombre y las distintas sociedades han dado a este invento maravilloso. La biblioteca del organismo requiere una actualización a fondo, ade- cuándose a recursos tan indispensables como la computación y la Internet. Por lo tanto, es preciso mejorar las condiciones en el acervo, poner al día sus instalaciones y prestar un servicio inmejorable con salas de consulta confor- tables en donde se encuentren conectadas a la red varias computadoras, entre otros servicios de calidad. Por lo que respecta al Museo Institucional, esta idea se ha planteado directamente a partir de la puesta en marcha del Museo de sitio en la planta Necaxa, inaugurado en marzo de 2003, celebrando así el centenario de Luz y Fuerza del Centro. Con el tiempo, otras tantas piezas han venido integrando lo que será el capítulo del Museo Institucional. Por lo tanto, ¿debe o no Luz y Fuerza del Centro contar con un espacio para divulgar tanto conocimiento como el que es resultado de sus 104 años de vida? La respuesta no puede ser más contundente: ¡¡Sí!! Requiere para su consolidación la suma de voluntades, tanto de la organizar para conservar 197 empresa Luz y Fuerza del Centro y sus funcionarios como del Sindicato Mexicano de Electricistas y sus trabajadores, de un cúmulo de sensibilidades extraordinarias que lleven a buen puerto este proyecto que pueda estar a la altura del esfuerzo conseguido por otras instituciones que no han tenido más espíritu que fijar su atención en la necesidad de divulgar la cultura y el conocimiento, sin más. Esas tres esferas y luces del saber deben contar con un espacio específico en el que coincidan de manera orgullosa lo que es, ha sido y deberá seguir siendo Luz y Fuerza del Centro, sobre todo en el corazón de nuestro país, área geográfica y neurálgica también en donde tiene auténtica presencia. Los espacios pueden ser muchos, pero también muy estudiados, para pre- servar debidamente ese patrimonio que requiere de instalaciones, lo mismo en un edificio emblemático que en un conjunto de construcción moderna, con áreas proyectadas ex profeso, ofreciendo el debido confort, y los mejores recursos como cualquier museo, biblioteca o archivo histórico que se pre- cien para dar servicio a sus usuarios o visitantes. Quienes hoy integramos el Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro nos sentimos obligados a lanzar un proyecto rico en particularidades que merece toda la atención, dirigido a los más altos funcionarios de Luz y Fuerza del Centro, así como a los dirigentes fundamentales del Sindicato Mexicano de Electricistas con objeto de sensibilizarlos. Ignorarlo sería un auténtico riesgo, si no se plantea el sentido de conservación de un patrimonio, por ahora intangible pero que necesita más que nunca la unidad, sin que se perjudique su esencia ori- ginal, dejando a un lado posibles diferencias. El Archivo Histórico de Luz y Fuerza del Centro ha logrado recientemente integrarse al Registro Nacional de Archivos que coordina el Archivo General de la Nación, instancia que depende directamente de la Secretaría de Gobernación. Ha entendido tam- bién que al sumarse al cumplimiento irrestricto de un marco jurídico, busca conservar celosamente un patrimonio histórico que merece ser divulgado entre sus propios trabajadores –activos y jubilados-, así como entre la comu- nidad de estudiosos y público en general. Si a tal proyecto se suma la Biblio- teca y el Museo Institucional, habremos logrado materializar uno de los pro- yectos más acariciados, que serán auténtica manifestación de orgullo no sólo entre quienes integran la comunidad de Luz y Fuerza del Centro, sino del país en su conjunto. Si nuestra labor implica convencer, los motivos expuestos en el presente proyecto son claros y evidentes, por lo que estamos seguros de que conta- remos con el apoyo incondicional de todas las partes a quienes va dirigida la propuesta. Después de todo esto, ¿qué sigue? 198 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. El título que da nombre a la presente ponencia habla de una caracte- rística especial de lyfc: sus especificidades. En tanto industria dedicada a la generación, transmisión, distribución y comercialización de la energía eléctrica es posible enfrentarnos a una serie de situaciones muy particulares repartidas entre las diversas edades por la que ha transitado de 1903 a la fecha. Por otro lado, una herramienta que nos ha ayudado positivamente a conseguir los enlaces y vínculos pertinentes es el Cuadro General de Clasifi- cación (puesto en vigor en 2003 a partir de la aplicación de la Ley Federal de Transparencia que instituyó el ifai) del que emanan fondos, series, subseries y secciones. Estamos valorando considerar algunos fondos como reservados en virtud de los documentos que lo integran. Un ejemplo claro es el departa- mento Jurídico, en el que se encuentran archivados expedientes con asuntos como pensiones alimenticias,65 derechos de vía66 y juicios de toda índole. Del mismo modo, otra área como la Platoneca cumple ese mismo propósito en función de que contiene documentos cuya información es estratégica y por ende de manejo restringido. Consideramos de la mayor relevancia el hecho de que con la proximidad del año 2010, en que se celebrará a nivel nacional el bicentenario de la Inde- pendencia (1810-2010) y el primer centenario de la Revolución Mexicana (1910-2010), podamos presentar avances muy significativos de nuestro tra- bajo, traducido principalmente en los siguientes elementos: -Exposición fotográfica dividida en las cinco edades o etapas por las que se ha constituido esta empresa: 1903-1960; 1960-1963, 1963-1974, 1974-1994 y de 1994 a nuestros días; -Publicación de un libro conmemorativo que se ocupe de la historia de lyfc, de 1903 a la fecha, así como otras tantas ediciones en su modalidad de “Boletín” o revista; -Participación en ciclos de conferencias; -Puesta en marcha de un museo de sitio y un museo itinerante; -Exhibición de diversos materiales de la filmoteca del ah-lyfc, y -Generación de spots publicitarios, campañas, concursos, entre otros.

65 Son órdenes del Tribunal Superior de Justicia del D.F. y otros estados de la república para que aplique el descuento de pensión alimenticia en caso de demanda de divorcio cuando existe uno o más hijos menores de edad. 66Son las fracciones de terreno por donde pasan líneas y torres de transmisión, ya sea por compra, expropiación del gobierno o “servidumbre legal de paso” (esto último referido al permiso que se otorga al espacio de terreno donde pasa la línea). Por lo tanto, debajo de las líneas de transmisión está prohibida toda construcción, salvo aquellos permisos para jardinar, para espacios deportivos y vialidades. En zonas rurales, se permite cosechar. organizar para conservar 199 Por lo tanto, nuestro acercamiento a diversas instituciones, que a con- tinuación se citan, ha tenido como objeto involucrarnos en un movimiento cultural sin precedentes, sin descuidar que dentro de los muchos propósitos que se buscan para el mejor conocimiento y difusión de nuestro Archivo Histórico necesitamos disponer de instalaciones y contar con la base de datos más actualizada posible con objeto de atraer a los interesados para su cono- cimiento e investigación. Respecto a los desafíos de la administración en tanto Archivo His- tórico, estamos convencidos de que enfrentamos retos muy difíciles. Los tiempos que corren muestran una dura realidad que se refleja desde las con- diciones económicas, políticas y sociales de una nación como la nuestra. Cómo no evocar el amargo capítulo de la asignación presupuestaria y su reducido apoyo a la cultura.67 El presupuesto de la federación se ha ocupado en el terreno de la cultura apenas en lo mínimo indispensable, lo que deja ver las limitadas posibilidades que se tienen para un crecimiento concreto ya no sólo en la educación, también en la academia y por consecuencia en las instituciones que deben reducir su radio de influencia sólo a los menesteres prioritarios más elementales. Recordemos cómo en su momento, el rector de la Universidad Nacional, mencionaba el hecho de que con el presupuesto asignado a tan estimada insti- tución, el 80% quedaba automáticamente asignado a la nómina, en tanto que el 20% restante se ocuparía en proyectos y otros aspectos que también signi- fican atender asuntos de vital relevancia. Del mismo modo, Luz y Fuerza del

67 El Universal, Domingo 24 de diciembre de 2006. Aunque hasta el final de la sesión de ayer la cultura se mantuvo en la discusión, el sector resultó uno de los menos beneficiados con el Presupuesto 2007. La Cámara de Diputados aprobó para el próximo año un presupuesto de 7 mil 725 millones 400 mil pesos para este sector. El presupuesto para cultura en 2006 fue de 7 mil 669 millones de pesos (el ejercido), por lo que los recursos para ejercer el próximo año apenas serán 56 millones 400 mil pesos superio- res a los del último año del ex presidente Vicente Fox. La propuesta del presidente Felipe Calderón fue de 5 mil 600 millones 400 mil pesos; sin embargo, la comisión de Cultura que preside el perredista Emilio Ulloa buscó una reasigna- ción de más de 4 mil millones, pero sólo logró una reasignación de recursos por 2 mil 125 millones de pesos adicionales (aunque aquí se incluyeron el Instituto Mexicano de la Juventud y el Fórum de Monterrey, que no son de este sector). Con estas modificaciones, el gran total fue repartido en una bolsa general de 7 mil 725 millo- nes de pesos. Integrantes de la Comisión de Cultura pugnaron las horas previas a la aprobación del dicta- men la bolsa de reasignaciones de 4 mil millones de pesos adicionales, pero no les alcanzó. 200 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Centro enfrenta una realidad así de significativa. No puede dejar de atender el entorno principal que se basa en la filosofía fundamental de su espíritu: la continuidad del servicio, y lo hace enfrentando el crecimiento desmedido de las necesidades tanto en consumidores domésticos como industriales. Pero también en el permanente mantenimiento de sus instalaciones, por lo que atender un rubro como el de la cultura, queda al margen de las priori- dades, pero no por ello es un rubro que se arriesga a ser desatendido y menos ahora que se ha incorporado a sus esquemas un proyecto de la naturaleza del Archivo Histórico. En nuestra constante necesidad y urgencia de compartir, de establecer el contacto con otras instituciones que han venido apoyándonos con su expe- riencia y con las cuales ya hemos establecido un enlace permanente, cito aquí a todas aquellas cuya presencia reafirma nuestra experiencia:

Archivo General de la Nación (AGN). Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones Mexicanas (INEHRM). Comisión Federal de Electricidad (CFE). El actual Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educa- ción. Instituto Politécnico Nacional (IPN). Adabi, A.C. Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM. Facultad de Filosofía y Letras, Colegio de Bibliotecología. Escuela Nacional de Bibliotecología y Archivonomía (ENBA). Filmoteca de la UNAM. Archivo Histórico del Distrito Federal (AHDF). Biblioteca “Miguel Lerdo de Tejada”, dependiente de la Secretaría de Ha- cienda y Crédito Público. Archivo Histórico de PEMEX. Archivo Histórico del Banco de México. Archivo Histórico BANAMEX. Sistema Nacional de Fototecas (SINAFO). Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH. Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico In- mueble (INBA). Museo del Templo Mayor – coordinación de Arqueología Urbana y Res- cate (INAH). Archivo Histórico del Agua. organizar para conservar 201 Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIE- SAS) y el Museo Nacional de Arte (MUNAL).

La puesta en marcha de un proyecto de tales dimensiones nos ha obli- gado a ponernos en el camino correcto. Pretendemos alcanzar la altura e importancia de aquellos archivos y acervos que ya conocemos y que han servido de modelo, para ofrecer un servicio de calidad al usuario que se acerque con nosotros. Queremos decirles que nos encontramos ubicados en el edificio cen- tral de Luz y Fuerza del Centro, sito en avenida Melchor Ocampo núm. 181, colonia Tlaxpana, quinto piso, oficina núm. 525, teléfono: 5128-7484. Del mismo modo, quien quiera tener un acercamiento vía correo electrónico, proporcionamos nuestra dirección: [email protected] Atendiendo el llamado que ha hecho el Archivo Histórico del Distrito Federal para integrarnos en un frente común en este Primer Encuentro de Archivos del Distrito Federal: Organizar para Conservar, cuya principal preocupación se deriva de la carencia de información para la organización, valoración y difusión de la memoria de nuestra ciudad, lo cual genera la necesidad de discutir la teoría y la práctica aplicadas en la clasificación y con- servación de los archivos de concentración e históricos, estamos acudiendo a dicho llamado, participando en esta mesa: “Los archivos históricos en la Ciudad de México: Desafíos de la Administración de Archivos Históricos” en espera de que nuestras preocupaciones y tribulaciones, que son comunes a las de muchos otros archivos, tengan un mejor destino, partiendo del reparto presupuestal asignado por el gobierno federal para la conservación más apro- piada, que traiga consigo una catalogación expedita y coherente con el patri- monio del que nos consideramos sus vigilantes más celosos, pero también congruentes con la realidad misma. Corpus Christi. Un proyecto de modernización para el acervo histórico de notarías del Distrito Federal

Licenciada María Guadalupe Flores Carapia Archivo Histórico del Archivo General de Notarías

Introducción

El término modernización en materia de archivos se ha usado en diferentes épocas para referirse a la adopción de las nuevas técnicas y metodologías que, con base en la normatividad vigente, han sido introducidas en las unidades archivísticas, tanto públicas como privadas, propiciando con ello una nueva y adecuada organización, tanto a través de la correcta ordenación y clasifica- ción de sus fondos, como del oportuno diseño de sus tareas y actividades que al ser correctamente programadas, han podido coadyuvar a un mejor cono- cimiento del propio archivo, contribuyendo a la difusión de la información que resguarda. El Acervo Histórico del Archivo General de Notarías del Distrito Federal inició una nueva etapa en la que le fueron proporcionados diversos recursos tanto económicos como técnicos, con la finalidad de contribuir a su actua- lización y por ende a su modernización, como se advierte en las páginas siguientes.

Antecedentes a) La documentación notarial y su resguardo.

El hombre busca ávidamente la verdad y la necesita como elemento sustan- cial e imprescindible para la convivencia humana; sin ella no podría vivir. Por eso, para dar testimonio público y fehaciente de esta verdad, es preciso que haya una clase de hombres que sean depositarios y custodios suyos, a quienes la sociedad, por mano del gobernante, encomiende su guarda y ejer- 204 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. cicio y sirva de defensa y mantenimiento del Orden Jurídico Privado. Este fundamento filosófico del Notariado explica la antigüedad de su función y su carácter de universalidad en todos los tiempos y en casi todos los pueblos.68 De acuerdo con este principio, la documentación notarial en América tiene su origen en dos grandes acontecimientos, el Descubrimiento y la Conquista. En sus expediciones siempre existió la figura del escribano quien se encargó de llevar un registro diario de los hechos sobresalientes tomando posesión en nombre del Rey y celebrando otros actos. Durante la Colonia, los escribanos desempeñaron un papel preponde- rante en la historia de México, porque fueron ellos quienes dejaron cons- tancia escrita en los protocolos, de fundación de ciudades, creación de insti- tuciones, así como de la evolución y desarrollo de la vida económica, política, social y artística de la época. Los escribanos, reglamentados por las leyes de Indias, para poder ejercer tenían que ser autorizados por el Rey mediante la Provisión Real, que se enviaba desde España; en ella se incluían el tipo de escribano y el signo de autorización que debería ponerse al pie de la escritura y antes de su firma. Ese oficio era vendible y renunciable por lo que los escribanos conservaban los protocolos como de su propiedad. Se reconocían tres tipos de escribanos: el real, el de número y el público. 69 En la Nueva España, se crearon las instituciones que también regla- mentaron a los escribanos como, en 1577, la Organización de Escribanos de la Nueva España con sede en el Convento de San Agustín y en 1796, por cédula real de Carlos III, se instituye el Real Colegio de Escribanos a seme- janza del de Madrid. Al triunfo de la Independencia no hubo cambios en la reglamentación, fue con la Constitución de 1824, cuando se dispuso que tendrían que obtener el título de escribano ante su colegio. Más tarde, con la Constitución de 1834, los escribanos tuvieron que aprobar un examen teórico-práctico, los honora- rios serían mediante el arancel que se aprobara y sólo tendrían la denomina- ción de escribanos nacionales y públicos. Durante 1841 por primera vez se dictan medidas sobre la conservación y seguridad de los protocolos y es en 1846, cuando se decreta que se sancionará con la privación del oficio a los escribanos que no tuvieran ordenado sus pro-

68Amezua y Mayo, Agustín G., De la vida privada española en el protocolo notarial, II Con- greso Internacional del Notariado Latino, Estudio Preliminar, Colegio Notarial de Madrid, 1950. 69Arias González Francisco S, Las fuentes de la historia del Derecho Notarial Mexicano, XVII Congreso Internacional del Notariado Latino, Asociación Nacional del Notariado Mexicano, A.C. 1984, p. 133. organizar para conservar 205 tocolos en forma legal y a los que no estuvieran matriculados en el Colegio de Escribanos. Durante el Imperio de Maximiliano se promulgó la Ley Orgánica del Notariado y del Oficio del Escribano, que suprime el signo por el sello con la inscripción de Notario Público del Imperio Mexicano; las notarías dejaron de ser vendibles y se determinó que el cierre de los protocolos debería ser cada semestre y sólo se podía ejercer el oficio en la Ciudad de México. En 1867, Benito Juárez expide la Ley Orgánica de Notarios y Actuarios y en su artículo 21 dispone que los notarios usarán sellos uniformes y de tinta y al centro llevarán República Mexicana. En 1875, por primera vez Lerdo de Tejada mencina la creación de un Archivo General a donde se lleven todos los protocolos, al fallecimiento del notario.70 Finalmente, en 1901 se estructura y organiza en forma definitiva la acti- vidad notarial con la Ley del Notariado para la Ciudad de México. b) Fundación del archivo general de notarías

Aunque la función notarial está presente en México desde la Conquista, sólo el 19 de diciembre de 1901, siendo presidente Porfirio Díaz, se promulga la Ley del Notariado para el Distrito y Territorios Federales; con base en esta Ley, se funda el Archivo General de Notarías cuya función principal es la guarda y custodia de los protocolos con más de seis años. Con la Ley de 1932 y hasta la fecha se reduce a cinco años. En sus inicios el Archivo dependió administrativamente de la Secre- taría de Justicia; a su extinción en 1917 pasó al Gobierno del Distrito Federal y en 1928, al Departamento del Distrito Federal y en 1997, nuevamente al Gobierno del Distrito Federal. A partir de 1902, el Archivo inicia la formación de su acervo; se comu- nica a los notarios que tienen un plazo de 20 días para entregar los protocolos que conservaban tanto de los escribanos como de los notarios, así mismo se recopilan los que se encontraban en el Ayuntamiento y en el Archivo General de la Nación. Por sus atribuciones y obligaciones, el Archivo tiene que expedir testimo- nios de las escrituras registradas en los protocolos, comunicar a las autori- dades de su dependencia cualquier irregularidad de los protocolos y anexos, llevar un registro de los notarios, de las fechas de nombramiento y de cuando dejan el cargo, así como de los sellos y firmas.

70 Pérez Fernández del Castillo, Bernardo, El arte Notarial en México, XXIV Congreso Inter- nacional del Notariado Latino, Asociación Nacional del Notariado Mexicano, 2004, p. 87 206 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Se determinó que es obligación del titular del Archivo llevar el control de las llaves del acervo, asignar el estante que tendrá cada Notaría en orden cronológico, además de registrar los diversos notarios que estuvieron a su cargo.71 La ley de 1946 establece por primera vez el examen de oposición para ser notario. La ley de 1980 contempla modificaciones importantes para el Archivo, entre las principales está la del Articulo 148 que establece que el Archivo General de Notarías es público respecto a todos los documentos que lo integran con más de 70 años de antigüedad y de ellos se expedirán copias certificadas a las personas que lo soliciten, y con los documento que no tengan esa antigüedad, solo podrán mostrarse y expedir copia certificada a las personas que acrediten tener interés jurídico, a los notarios o a la auto- ridad judicial.72 c) El archivo histórico de notarias

Con base en la Ley del Notariado de 1980, se crea el Archivo Histórico, mismo que se conforma y está integrado con toda la documentación de carácter público, es decir, la que tenga más de 70 años como lo establece el Artículo 148 de la citada Ley. Partiendo de esta disposición, el Archivo está organizado en dos fondos, además de otros cuatro más pequeños que no constituyen protocolos nota- riales sino documentación cuyo principio de procedencia es diverso y que debió llegar al Archivo con fines probatorios o quizá confundidas con la documentación notarial suelta. Para la interpretación del Acervo Notarial, en 1983 se integraron al Archivo un equipo de historiadores, con el objeto principal de identificar y ordenar archivísticamente los fondos documentales, con sus secciones y series, así como de implementar medidas de conservación y poner al servicio de los investigadores estas fuentes documentales para que sean utilizadas y difundidas a través de sus investigaciones y publicaciones. Partiendo de la ordenación que se les dio a los protocolos cuando lle- garon al Archivo, se procedió a clasificarlos en fondos y secciones:

71 Ley del Notariado para el Distrito Federal, México, Gaceta Oficial del Distrito Federal, Tí- tulo III, Art. 96 Frac. VI y Art. 98, 20 de diciembre de 1901, p.11. 72 Ley del Notariado para el Distrito Federal, Capítulo VIII Art. 148, Porrúa, México, 1983, p. 68. organizar para conservar 207 1. Fondo Antiguo: abarca los años de 1525 a 1901, con documen- tación generada hasta antes de la Ley del Notariado de 1901, en él se encuentran 752 Notarías con una ordenación alfabética-cronológica, de acuerdo al apellido del escribano o notario y de acuerdo a los años que contiene la Notaría, así mismo tiene un numero progresivo del volumen. Esta ordenación se expedita y sirve de control e inventario en el Acervo. Incluidas en este fondo se hayan tres pequeñas sec- ciones: de Hacienda, Ayuntamiento y Juzgados de Primera Instancia (Coyoacán, San Ángel, Tlalpan, Tacubaya, Xochimilco, Ixtapalapa y Tacuba).

2. Fondo Contemporáneo: comprende los años de 1878-1935, con documentación generada después de la Ley del Notariado de 1901, hasta ahora está integrado por 15 Notarías y conserva la orde- nación natural del número de Notaría y del volumen, señalando si es libro o apéndice.

Cabe resaltar que además de la organización archivística que se realizó en el Acervo, el personal de investigación del Archivo, desarrolló otras acti- vidades de vital importancia para el correcto cumplimiento de las funciones del mismo, como son:73

• Organización: se elaboraron inventarios del material grá- fico, se incorporó el fondo Contemporáneo al servicio de consulta, se formó el Acervo Bibliográfico con base en donaciones, se revisó, se estructuró y se puso al servicio de los investigadores la guía de los fondos y secciones del Acervo.

• Conservación: se llevó un registro diario de la humedad y temperatura del Acervo, se implementaron actividades de conserva- ción de los protocolos, se creó un taller de restauración en 1993 y se restauraron documentos importantes, se dictaminó el estado de con- servación por libro de 100 Notarías; se inició el resguardo de fotogra- fías solicitadas por investigadores con el fin de formar una fototeca.

• Investigación: se creó un Reglamento Interno del Archivo para los investigadores externos, se realizaron investigaciones temá- ticas de documentación de diferentes siglos, así como bibliográficas para las exposiciones, se elaboraron catálogos del material gráfico. 73 Informes anuales y Proyectos de Trabajo, Archivos Histórico de Notarías, 1983- 2005. 208 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. • Servicios: se llevó un registro por año, desde 1983 a 2005, de las cartas de presentación; se proporcionaron visitas guiadas de los Acervos y exposiciones, se llevaron las actividades de calificación y certificación. • Difusión: se publicaron catálogos de las exposiciones, se publicó una muestra iconográfica, montaje de exposiciones, partici- pación en congresos, simposios y conferencias.

Para el año del 2005, el Archivo contó con los siguientes instrumentos de consulta: Guía general de los fondos y secciones del Archivo Histórico de Notarias del Distrito Federal, Catálogos de las Notarías 1 al 41 del fondo Contemporáneo y los Índices de los Fondos Antiguo y Contemporáneo.

El proyecto de modernización a) La adaptación del ex templo de CorpusChristi para la instalación del acervo histórico de notarías.

Como parte del Programa de Rehabilitación del Centro Histórico, el 30 de enero de 2003 se suscribió el Convenio de Colaboración para la Consolida- ción, Restauración, Aprovechamiento y Uso del Ex Templo de Corpus Christi entre el Gobierno del Distrito Federal y otras instituciones como el Colegio de Notarios, la Asociación Nacional del Notariado Mexicano y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. El proceso de construcción y fundación del Templo y Convento de Corpus Christi para indias cacicas tuvo lugar de 1720 a 1724, bajo el patronato del Virrey Don Baltasar de Zúñiga y Guzmán Sotomayor y Mendoza, Marqués de Valero, permaneciendo como tal hasta 1867 en que fue desocupado el convento a causa de la exclaustración religiosa. Posteriormente el edificio tuvo diversos usos y se modificó su estructura original;74 en la década de los 50 del siglo pasado, el arquitecto José Villagrán García llevó a cabo la construcción de un edificio anexo al oriente y sur, demoliendo lo que quedaba del convento75. Finalmente, a causa de los sismos de septiembre de 1985 fue desocupado y cerrado, hasta que se propuso y fue aprobado el proyecto que ahora nos ocupa.

74Martínez Ortigoza, Carlos, “El Convento y Templo de Corpus Christi, su restauración y salvaguarda en el siglo XXI”, Corpus Christi, Sede del Acervo Histórico del Archivo General de Notarías, México, Gobierno del Distrito Federal, Fideicomiso del Centro Histórico, 2006, pp. 229-249. 75 Ibidem, p. 239. organizar para conservar 209 En general, el proyecto contemplaba además del rescate, la reestructura- ción y el acondicionamiento del inmueble, la restauración del mismo, la dis- posición de las instalaciones hidrosanitarias, eléctricas, los sistemas contra incendios y aire acondicionado, así como la reestructuración y acabados del edificio Villagrán, adosado a la construcción antigua del templo.76 El rescate del ex templo se inició con la estabilización del mismo y la nivelación de los hundimientos, así como con la consolidación, mediante la inyección de agua al subsuelo y la colocación de micropilotes de acero y concreto, mientras que la cimentación se llevó a cabo colocando contratrabes de concreto armado.77 Todas estas acciones fueron muy importantes no sólo para dar estabilidad a este monumento histórico, sino para su nuevo uso como repositorio de libros y documentos. Por ello, el proyecto arquitectónico de adecuación de espacios a los nuevos usos que en adelante tendría el Acervo Histórico en el Ex Templo de Corpus Christi quedó dispuesto de la siguiente manera: En la planta baja se instalaría una sala polivalente en la parte correspon- diente a la nave principal, para llevar a cabo diversos eventos, afines a las funciones de difusión del Acervo Histórico. En la crujía ubicada al poniente, fueron dispuestas dos salas continuas para exposiciones, un área para el sis- tema computarizado y otra para la cabina de transmisión. El archivo móvil se instaló en el edificio Villagrán, así como un control y cuarto de máquinas. En el primer nivel se instalaron los servicios administrativos, los cubículos de la jefatura, una sala de referencias para la consulta de guías, catálogos y otros libros y una escalera nueva que comunica con el coro, donde se encuentra un mural de la autoría de Miguel Covarrubias. En el edificio Villagrán fueron ubicados dos cubículos para el área de investigación encargada a las histo- riadoras, así como otra para el taller de restauración. En esa misma área, fue dispuesto el espacio donde se instalaría el equipo de catalogación, coordi- nado por el inah. En el segundo nivel, en la parte oriente del edificio Villagrán, se instaló el área de consulta de protocolos para investigadores externos. En ese mismo

76 Perea Garza Sergio, “Un corazón que se regenera”, Corpus Christi, Sede del Acervo Históri- co del Archivo General de Notarías, México, Gobierno del Distrito Federal, Fideicomiso del Centro Histórico, 2006, pp. 111-114. 77 Pérez de Salazar, Francisco, “Proyecto de Restauración y adecuación del antiguo templo de Corpus Christi”, Corpus Christi, Sede del Acervo Histórico del Archivo General de Nota- rías, México, Gobierno del Distrito Federal, Fideicomiso del Centro Histórico, 2006, p.p. 117-131. 210 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. nivel, se cuenta con una zona de archivo con estantes fijos, así como un área de resguardo para documentos especiales o en custodia.78 b) La organización archivista del acervo histórico

Según el principio archivístico de procedencia, la organización de la docu- mentación notarial que resguarda este acervo se retomó de la que ya existía en el momento en que fue elaborado el nuevo proyecto, ya que para entonces, como quedó señalado, se había actualizado la organización archivística con la identificación de los fondos, secciones y series, todo ello en estricto apego no sólo a la norma archivística ya señalada, sino también a la legislación notarial que se promulgo en 1901. De acuerdo con lo anterior, la documentación notarial que resguarda del Acervo Histórico de Notarías está organizada, como ya se dijo, en dos grandes fondos: el antiguo y el contemporáneo. Básicamente, influyó en esta organización la Ley del Notariado, promulgada en 1901, ya que determinó cambios fundamentales tanto en el notariado como en la estructura interna y externa del protocolo, por ello, se advierten características diferentes en la documentación generada antes y despues de la Ley; se aplicó pues un carácter predominantemente legal. La organización del archivo no está cerrada aún, ya que anualmente ingresan a este acervo los protocolos que van cumpliendo los 70 años de anti- guedad que marca la citada Ley del Notariado.79

Ordenación y clasificación. El Acervo Histórico de Notarías tiene en resguardo aproximadamente 25 668 libros y apéndices que se encuentran ordenados en el archivo móvil, ubicado en la planta baja del inmueble, lugar en el que fueron instalados anaqueles móviles para disponer de un mayor espacio y para que quedaran cubiertos los libros. Los protocolos que integran el fondo Antiguo tienen un orden alfabético - cronológico, de acuerdo a los apellidos de los escribanos o notarios y en segundo término a los años que comprende su notaría. A cada escribano o notario se le dio un número, con el fin de ordenar los protocolos; así mismo, a cada uno de los volúmenes se les dio un número progresivo, con fines de inventario y con-

78 Ibidem, p.129. 79 Ley del Notariado para el Distrito Federal, México, Gaceta Oficial del Distrito Federal, 28 de Marzo del 2000, 10a época, núm. 52, Tít. 4°., Capit. 1°., Art. 238, Frac. 4ª., p.38. organizar para conservar 211 trol, quedando registrados ambos grupos numéricos en el lomo del libro, así como los años que contiene, el nombre del escribano o notario y su cargo. En tanto, el fondo Contemporáneo conserva su ordenación natural, identificándose por los elementos que aparecen registrados en el lomo del libro y que son los siguientes: número de notario, número de volumen, nombre del notario y la denominación de protocolo o apéndice, lo que constituye también su clasificación.80 c) Medidas de conservación

La conservación de los documentos es una de las grandes responsabilidades de cualquier archivo histórico; se encuentra plasmada en la Ley del Notariado vigente, acerca de las facultades del titular del Archivo General de Notarías, como: “Estudiar y proponer métodos de conservación y respaldo de la docu- mentación e información que tenga relación con la función notarial...”,81 para llevar a cabo una conservación adecuada, era necesario establecer, en primer lugar, las medidas de seguridad recomendadas por los especialistas para el res- guardo de la documentación, por ello fueron instaladas en las áreas de acervo y en la de consulta, las siguientes: sistema contra incendios, sistema de aire acondicionado, extinguidores, circuito cerrado de TV y vigilancia policíaca. Posteriormente fueron instalados en la bóveda, aparatos deshumidificadores al advertirse un aumento en los niveles de humedad. Así mismo, para llevar a cabo las tareas de conservación, se le dio continuidad al taller de restauración que ya existía, con nuevas instalaciones y contratación de personal calificado, el cual al iniciarse las actividades en la nueva sede, se dedicó a vigilar el manejo adecuado de los protocolos que se colocan en los nuevos anaqueles, así como los niveles de temperatura y humedad, a elaborar fichas clínicas y diagnósticos del estado de conservación de los libros y a aplicar técnicas de restauración. d) La catalogación documental Una de las partes más ambiciosas del proyecto fue la catalogación documental de los protocolos notariales, para lo cual se integró una Comisión asesora, enca- bezada por el doctor César Moheno, director de la Biblioteca del inah, e inte- grada por especialistas en investigación histórica, bibliotecarios y notarios, entre

80 Cortés Hernández, Alejandra y Ma. Guadalupe Flores Carapia, El Archivo General de No- tarías del Distrito Federal, apuntes para su divulgación didáctica, México, Archivo General de Notarías, 1999, 13 p., ils., pp. 4 y 5. 81 Aguilar Molina Víctor Rafael, Ley del Notariado para el Distrito Federal, correlacionada, 2ª ed., 2003, 176 p., p. 150. 212 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. otros, que determinó el proyecto a seguir, así como los recursos en computación y la convocatoria y selección de un grupo de estudiantes universitarios a quienes se capacitó como paleógrafos y catalogadores con el fin de que los usuarios inte- resados conocieran la información obtenida y procesada. El Instituto Nacional de Antropología e Historia ha tenido a su cargo la labor de coordinación de la actividad antes señalada, que ha recaído en el personal de la biblioteca de esa institución. Inicialmente, el proyecto contemplaba la catalogación de los proto- colos del fondo Antiguo correspondientes a los siglos xvii a xix; sin embargo se acordó concentrar las tareas en el siglo xviii. Para ello, se tomó la opinión de especialistas de instituciones como la unam, El Colegio de México, la Univer- sidad Iberoamericana y del Archivo General de la Nación, quienes aportaron ideas para la elaboración de la ficha catalográfica. Se elaboró además un manual tipológico y una plantilla de captura, sobre el modelo de la Biblioteca de Antro- pología e Historia para crear la base de datos del Acervo Histórico.

Avances del Proyecto a) La catalogación

El proyecto de catalogación del Acervo Histórico, coordinado por el inah, en torno a los protocolos del siglo xviii, tuvo algunos avances importantes en cuanto a la elaboración, captura y revisión de las fichas documentales, a partir de septiembre de 2004, logrando hasta junio de 2007 la catalogación de 81 escribanías, cuya información fue puesta a la consulta de los investi- gadores en la base de datos instalada en la sala de referencias. Sin embargo, por problemas presupuestales, desde enero del presente año, fue reducida la nómina de catalogación, con la consiguiente disminución en el trabajo. Es importante señalar que además del trabajo ya citado, ha sido adaptado al sis- tema de cómputo con el que se trabaja el catálogo que realizó el Seminario de Documentación e Historia Novohispana, de la Facultad de Filosofía y Letras de la unam, con documentos del siglo xvi.82 b) Los servicios

Una de las funciones del Acervo Histórico de Notarías es proporcionar a los siguientes servicios:

82Mijares Ramírez, Ivonne (ed.), Catálogo, resumen e índices de protocolos del Archivo Gene- ral de Notarías de la Ciudad de México. 1554-1581 (Gaspar Calderón y Antonio Alonso), 2 t., México, UNAM- Instituto de Investigaciones Históricas, 1997. organizar para conservar 213 Préstamo de protocolos para la consulta. Se presta este servicio a todos los investigadores debidamente acreditados con una solicitud dirigida al titular del Archivo General de Notarías del Distrito Federal, o bien, a la Jefatura del Acervo Histórico. Debe respaldar dicha solicitud una institución cultural o académica a la que pertenezca el investigador. Las características de la con- sulta quedan sujetas a los lineamientos derivados de lo que establece la Ley del Notariado vigente. Consulta de Instrumentos notariales. Se proporciona a notarios, autori- dades judiciales y administrativas, así como a particulares. Este servicio se rige por lo establecido en el Artículo 240 de la Ley del Notariado para el Dis- trito Federal, con base en el carácter público que adquieren los libros nota- riales al cumplir 70 años. Servicio de reproducción documental. Se refiere a la reproducción docu- mentos por medio de fotografías o videos, siempre y cuando se cumplan los requisitos indicados en los Lineamientos ya referidos; cuando los documentos tienen más de 150 años, el solicitante debe contar con la autorización de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales, o de la Dirección General Jurídica y de Estudios Legislativos. Consulta electrónica. El Acervo Histórico cuenta con un catálogo corres- pondiente a los siglos xvi y xviii cuya base de datos da acceso a diversas vías de recuperación de la información. Consulta de libros, guías y catálogos. Existe una pequeña biblioteca para la consulta de los investigadores externos y para el personal de este Acervo. Cuenta con libros de tema notarial, archivístico, artístico y otros, relacionados con la documentación notarial, así como las guías y catálogos de los propios fondos de este Acervo. En la etapa de instalación en la sede de Corpus Christi se estableció un sistema de clasificación con la finalidad de organizar los libros y localizarlos con mayor rapidez, elaborando un inventario de los mismos. Visitas guiadas. Se proporcionan a los particulares, a autoridades o ins- tituciones que lo soliciten y consiste en una descripción arquitectónica e histórica del inmueble, del mural de Miguel Covarrubias y de las áreas que conforman al Acervo Histórico. c) La investigación

Además de la guarda, custodia, conservación, catalogación y difusión, es la investigación de sus fondos documentales, para conocer el origen, recopila- ción, estructura, legislación y de todo lo relacionado con ella, a fin de esta- blecer correctamente su organización. y así proporcionar a los fondos, sec- ciones y series ya identificadas, una ordenación y clasificación adecuadas. 214 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. A esa tarea se han dedicado quienes forman parte del área de investiga- ción, en esta etapa, continuando la labor iniciada en años anteriores, respecto a la preparación de investigaciones documentales con apoyo bibliográfico, como la que se hizo para conmemorar el Bicentenario del natalicio de don Benito Juárez, en 2006; o las que se preparan para la celebración del Cen- tenario de la Revolución Mexicana y el Bicentenario de la Independencia; además de la que está por concluirse relativa a un estudio histórico docu- mental de lo que fue el Templo y Convento de Corpus Christi. Se cumple así con el análisis y estudio de piezas documentales sobresalientes, encontradas como fruto de la investigación, en los propios fondos de este acervo. d) La difusión

Es una grata obligación dar a conocer los resultados de las tareas que se llevan a cabo en un archivo histórico para cumplir con el objetivo de proporcionar a los usuarios la información adecuada a sus intereses. En esta etapa se planeó dar una amplia difusión al Acervo Histórico a través de la presentación de exposiciones documentales, publicaciones, participación en encuentros, congresos, etc., y el contacto con otras instituciones académicas y culturales, afines a los objetivos que distinguen a este acervo. Evidentemente, la difusión se incrementó cuando el Acervo Histórico se instaló en su nueva sede, y contó con el apoyo del Fideicomiso del Centro His- tórico, el Colegio de Notarios, el Consejo de la Crónica y otros organismos de la sociedad civil, lo que obliga a reflexionar acerca del respaldo que requieren las entidades archivísticas para que puedan cumplir con sus fines.

Conclusiones

La modernización de los archivos es parte de un proceso continuo: que deben separarse los logros obtenidos en otras etapas de las actuales, ya que la acti- vidad archivística, es parte de un proceso más amplio en donde se conjuntan esfuerzos para obtener resultados satisfactorios. Para que los archivos se modernicen, se requieren los recursos necesarios para adaptarse a las nuevas tecnologías; sin embargo, no debe desplazarse el propósito original. Es decir, la relevancia de establecer bases de datos, catálogos electrónicos, digitalización, etc, no debe suplantar la conservación ni de la restauración de los documentos, ya que son la memoria histórica, en este caso de la ciudad de México y es una obligación de los archivos resguar- darlos en las mejores condiciones. El Archivo Gregorio y Marta Selser en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (uacm)

Maestra Bettina Teresa Gómez Oliver, maestra Ana María Sacristán Universidad Autónoma de la Ciudad de México

Selser se transformó en uno de los escritores más prolíficos de su tiempo, sin equiva- lentes en América. Durante décadas dedicó —con la ayuda de su esposa Marta Ventura— casi dieciséis horas diarias a la recolección de la más variada información histórico-política y a la redacción de artículos que publicaba en diarios, revistas y agencias de noticias, además de la preparación de numerosos libros, clases universitarias y conferencias en México, América Central, los Estados Unidos y Europa. Roberto Bardini

Gregorio Selser fue un periodista argentino que, desde 1976, vivió y trabajó exiliado en México. La relevancia internacional de su trabajo es tal que recien- temente la Biblioteca Nacional de Argentina inauguró una sala de archivo histórico con su nombre.83 Es ilustrativo del impacto de la labor informativa de Selser la publicación de Sandino, general de hombres libres en 1955. Este libro no sólo fue de singular importancia para su propio trabajo (constituyó su picaporte de entrada a Latinoamérica), sino que es un gran ejemplo del efecto que la información puede tener en la realidad social y política. Al des- enterrar la figura de Sandino, el texto de Selser catalizó la generación de una conciencia histórica y social que finalmente derivó, entre otras cosas, en la consolidación de un movimiento político y un gobierno en Nicaragua (el Frente Sandinista de Liberación Nacional). Es decir, que además de narrarlos, Selser en cierta medida —no lo suficientemente reconocida— contribuyó a los cambios sociales de América Latina.

83 El archivo histórico Gregorio Selser de la Biblioteca Nacional de Argentina concentra los fondos documentales del ex presidente Arturo Frondizi, del crítico literario Luis Emilio Soto y del poeta César Tiempo. 218 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. El trabajo de Gregorio Selser puede ser caracterizado a partir de tres ele- mentos: a) su formación y esencia humanista, b) la temática de sus trabajos y c) la metodología particular con que desarrolló su periodismo de investi- gación. Todas estas características moldean de una u otra forma lo que hoy constituye el Archivo Gregorio y Marta Selser en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México; es por ello que, antes de entrar de lleno en el acervo documental que aquí nos compete, queremos ahondar más en el propio tra- bajo, en el legado, documental y humano de Gregorio Selser. Él siempre hablaba de la influencia que en su vida habían tenido las obras de los humanistas alemanes y Los miserables de Víctor Hugo. De formación autodidacta, Selser durante mucho tiempo vivió (literalmente) bajo la tutela de Alfredo Palacios, personaje clave en la consolidación del pensamiento latinoamericano argentino y primer diputado socialista de América Latina. Más que remitirnos aquí a una filiación partidista, queremos llamar la aten- ción hacia el compromiso que Selser tenía con la búsqueda de la verdad y la necesidad de divulgar la información no como un fin en sí mismo, sino como la herramienta para la construcción de mundos posibles. Él conside- raba que uno de los mayores males de la juventud latinoamericana era la ignorancia de su historia. Además, creía que el deber de un periodista pro- fesional, especialmente uno de militancia socialista, era estar ampliamente informado y documentado, de allí que se abocara cuasi-compulsivamente a recolectar enormes cantidades de información histórico-política de muy variados cortes ideológicos. Este carácter humanista se observa también en la gran diversidad de sus intereses; aunque pocos lo saben, también escribía poesía y llegó a hacer crí- tica literaria y de cine. Su vasta biblioteca personal de casi 20 000 volúmenes actualmente se encuentra divida entre la Facultad Latinoamericana de Cien- cias Sociales (flacso), sede México, y la Secretaría de Relaciones Exteriores de nuestro país. Pero el foco central de atención del trabajo de Selser, lo que más claramente lo caracteriza, es la historia latinoamericana del siglo xx. Se preocupó particularmente por lo que fueron las políticas intervencionistas de los Estados Unidos en los países de Latinoamérica. Tanto sus libros como sus artículos periodísticos y el material documental que conservaba para poste- riormente argumentar y sustentar sus trabajos tratan temas como: interven- cionismo imperialista, militarismo y dictaduras militares, historia general, movimientos sociales, armamentismo, corrupción, conflictos sociales, orga- nismos internacionales, manejo de la información en agencias y periódicos, narcotráfico, cia, Iglesia, derechos humanos… El acervo se organiza asi- mismo por países, incluyendo todos los de Latinoamérica y el Caribe (es de particular importancia el acervo en torno a Centroamérica). organizar para conservar 219 Desde una perspectiva histórico-crítica, debe reconocerse que el periodo y espacio que a Selser le tocó vivir y relatar constituye un capítulo tan amplio como complejo en la historia, no sólo latinoamericana sino universal, pues coincide justo con la Guerra Fría (una de sus temáticas recurrentes), el ascenso y derrocamiento de regímenes dictatoriales y democráticos, las guerrillas en Centroamérica, la efervescencia de los ideales políticos y movi- mientos sociales, el tema de la violación de los derechos humanos, la carrera armamentista y otros temas que tal vez hoy no se perfilan de una manera tan absoluta, aunque definitivamente siguen siendo relevantes. En cuanto a la metodología, es de destacarse que aunque inicialmente definimos a Selser como un periodista, también puede caracterizársele como un historiador, un científico social y/o un académico. El rigor con la que tra- taba la información y las fuentes documentales no sólo sirvió para darle cre- dibilidad y consistencia a sus trabajos periodísticos, sino que lo hizo entrar en un terreno liminal, sui géneris: en el cruce entre periodismo e historia. El seguimiento de los acontecimientos de actualidad le exigió mirar al pasado con el objeto de sustentarlos y explicarlos de una manera profunda y cabal. El trabajo en el filo de la historia reciente implicó, a su vez, recolectar la información de manera personal. Sus fuentes eran los periódicos. Diaria- mente llegaban hasta la puerta de su casa cuando menos cinco diarios (de México recibía Excélsior, La Jornada, Unomásuno, El financiero y a veces el Universal; de Argentina, El Clarín, La Prensa y la Nación, y durante el Sandi- nismo recibía también dos diarios nicaragüenses: Nuevo Diario y La Prensa), además de las publicaciones semanales y/o quincenales (Proceso, New York Times, Time, Newsweek). Estos insumos los recibía ya fuera por suscripción o porque le pedía a algún amigo que le enviara información desde países lejanos; incluso conseguía materiales a través de las diversas embajadas, y en cada viaje Gregorio volvía cargado de revistas y periódicos locales. Además, dos veces por semana acudía directamente a las agencias noticiosas para recoger cables que ofrecieran los recuentos de forma más directa. Acto seguido, comenzaba la labor escrutadora, seleccionadora: la mirada y tijera de Selser seleccionaban la información de su interés y el recorte era integrado al acervo cada día más voluminoso que cohabitaba con los Selser en su departamento. Lo que durante tantos años fue un quehacer diario, coti- diano, un medio para llegar a un fin (la fundamentación de los escritos), hoy en día constituye un acervo no sólo histórico, sino que es historia en sí. Una característica peculiar del archivo histórico de Gregorio Selser es que no se construye con fuentes y documentos de primera mano, sino que se constituye principalmente a partir de notas y/o artículos periodísticos, es decir la mirada ya específica y subjetiva que el periodista o redactor tuvo del 220 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. acontecimiento histórico. A esto hay que sumarle un segundo filtro inten- cional: la tijera selectiva de Selser que recortaba y archivaba sólo lo que era de su interés particular. Ahora bien, esa mirada no era cualquier mirada, era la de un estudioso profundamente informado, que poseía una intuición y criterio privilegiados para hacer la reconstrucción y recuento histórico de América Latina en el siglo xx. De allí que más que un prejuicio o un índice de error, los recortes o filtros presentes en el archivo Selser constituyan una posibilidad de discernimiento, tanto de la lógica de Gregorio como de la historia del perio- dismo en Latinoamérica durante la segunda mitad del siglo pasado. Cabe señalar que en toda esta faena Gregorio no estuvo solo. A su lado siempre estuvo Marta Ventura, su compañera en la vida y el trabajo. Era Marta quien lo ayudaba a recortar y organizar los miles de documentos y artículos periodísticos que literalmente inundaban su hogar. Fue ella quien a la muerte de su marido se abocó a la monumental tarea de continuar y completar la organización del acervo; quien organizó la Fundación Latinoa- mericana Gregorio Selser (flags); quien guió, a veces de la mano, a múltiples investigadores que trabajaron con y en el archivo, y fue ella quien finalmente tomó la decisión de encontrarle un nuevo hogar a ese acervo tan especial. En marzo de 2005, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México adquirió la primera parte del legado documental de Gregorio Selser. Esta pri- mera compra incluía todo lo que se consideraba el “archivo documental”, es decir, el material a partir del cual Selser hacía sus investigaciones y funda- mentaba sus escritos —recortes de periódicos (hemeroteca), revistas, libros, trabajos de investigación y tesis. Más tarde, ya en 2007, se hizo la adquisi- ción del llamado “archivo personal” de Selser que comprende, entre otros documentos, los originales de todos sus artículos periodísticos así como de muchos de sus libros (entre ellos Sandino, general de hombres libres), mate- riales inéditos, toda su correspondencia, cintas de audio con entrevistas y conferencias. Con esto se logró concentrar prácticamente todo el legado documental de Gregorio Selser en una sola institución, y a su vez se consti- tuyó el primer archivo histórico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México: el Archivo Gregorio y Marta Selser. El paso de un archivo personal a un archivo institucional ha represen- tado diversos retos. En primer lugar, hubo que reconsiderar los fondos del propio Archivo, pues una vez que se hizo una valoración más detallada de los materiales del acervo pudo apreciarse que no eran dos fondos (documental y personal) como originalmente se había planteado—y según lo cual se había organizado la adquisición—, sino que en realidad el Archivo contiene cuatro fondos que son: a) Colección documental, b) Archivo personal (consistente de los manuscritos originales, correspondencia, entrevistas, cintas de audio, organizar para conservar 221 ponencias…), c) Colección hemerográfica (que incluye series completas de revistas especializadas, periódicos enteros de diferentes naciones, boletines de diversas características) y d) Colección Bibliográfica (libros diversos, tanto escritos por el propio Gregorio Selser como otros que formaban parte de su biblioteca personal, además de múltiples tesis relacionadas con las temáticas del Archivo). Por otra parte, se está trabajando en la reclasificación del orden original que contemplaba dos ejes —países y temas—, se ha establecido un cuadro que hasta ahora incluye 19 secciones84 y 30 series.85 Además del trabajo natural de reordenamiento de un archivo, el caso del Archivo Selser ha implicado consideraciones particulares. Si bien partimos de la idea internacionalmente aceptada de respetar el orden original —pues estamos más que concientes del valor histórico que éste posee, en tanto ventana a la lógica de los Selser—, existen muchos ejemplos en los cuales este “orden” obedecía a cuestiones pragmáticas y circunstanciales, más que lógicas. En esos momentos, frente a ese documento que aunque trata de Armamentismo se encuentra dentro de un expediente acerca de Derechos Humanos, y donde ni siquiera Marta Ventura de Selser puede darnos un argumento de orden más allá del de “Gregorio me decía que ahí lo pusiera”, el sistema y deseo de preservación se ponen a prueba. Existe asimismo la intención y deseo de continuar con el esfuerzo de registrar la historia política de América Latina, actualizando y enrique- ciendo el acervo para que la información no se detenga en 1991 (fecha en que murió Selser). Sin embargo, esto nuevamente constituye un reto y una res- ponsabilidad particular, pues ya sin las tijeras de los Selser, sin esa mirada tan minuciosa y selectiva, ¿cómo y hasta dónde continuamos su labor para que la identidad del archivo no se pierda, disolviéndose en una colección arbitraria? La selección de las líneas temáticas que serán continuadas y de los docu- mentos específicos que se sumarán al acervo no sólo representa un problema de espacio físico –ése puede resolverse gracias a herramientas como la digita- lización–, implica reconstruir y mantener una “mirada selseriana”; encarnar

84 Armamentismo, Derechos humanos, Economía, Elecciones y Partidos Políticos, Estados Unidos, Histórica-cronológica, Iglesia, Militarismo, Movimientos sociales, Narcotráfico, Orga- nismos internacionales, Partidos políticos y elecciones, Periodismo, Problemas sociales, Pro- cesos de paz y transición a la democracia, Recursos naturales, Régimen político, Relaciones internacionales, Servicios de Inteligencia. 85 Amazonia, América Latina, Antártica, Argentina, Bolivia, Caribe, Centroamérica y el Ca- ribe, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Haití, Honduras, Malvinas, Macarthysmo, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Reagan, República Dominicana, Social Democracia, Transnacionales, Uruguay, Venezuela. 222 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. la idiosincrasia de una persona en una institución: la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. El lema de la uacm es “Nada humano me es ajeno”; en este sentido, la Universidad comparte con Gregorio Selser ese carácter humanista que men- cionamos al principio, de allí que sea una institución natural para asumir su legado. Además de las coincidencias filosófico-políticas, debe considerarse que la uacm es una institución universitaria que asume de lleno el compro- miso de educar: no sólo de difundir, sino de construir conocimiento. El Archivo Gregorio y Marta Selser forma parte del Colegio de Huma- nidades y Ciencias Sociales, y se constituye como todo un proyecto acadé- mico que contempla la memoria desde tres vertientes: resguardo, difusión y producción. Bajo el concepto de Memoria abierta; Archivo vivo…, se ha construido un plan de trabajo que implica llevar a cabo, de manera paralela y cuasi-simultánea, las labores de reordenamiento, descripción, conservación y difusión. En este sentido, el equipo del Archivo trabaja a la par en el cuadro de clasificación, la foliación, la producción de programas de radio,86 la orga- nización de seminarios,87 el desarrollo de bases de datos88 y la proyección de un programa editorial.89

86El archivo ganó un concurso convocado por el Instituto Mexicano de la Radio (imer) para la producción de una serie de programas de quince minutos de duración. El proyecto, que ya está en curso, plantea la estructura de miniserie para ir abordando diversos temas relaciona- dos con el Archivo. Los títulos y temáticas abordados son: ¿Qué es el Archivo Selser? ¿Quién es Gregorio Selser? Sandino, Centroamérica (éstas cuatro ya se han transmitido), Periodismo de investigación y antiperiodismo, Los otros militares; Militares democráticos en América Latina y México en el contexto latinoamericano. Se están fraguando convenios internaciona- les para la retransmisión de los programas a través de Radio Nederland de Holanda y Radio Primerísisma de Nicaragua. 87 Se está programando llevar a cabo, en el mes de noviembre, las Primeras Jornadas Gregorio Selser, que centrarán su atención en los cruces entre periodismo e historia. 88 Se está elaborando una antología interactiva con los artículos periodísticos que Selser publicó entre 1975 y 1991. 89 La Universidad estableció un acuerdo sobre los derechos de autor de los textos de Gregorio Selser y contempla un plan editorial integral que considere tanto re-ediciones de los libros previamente publicados, edición de los originales inéditos y también la publicación de textos que, aunque no fueron escritos por Selser, por su temática y/o metodología están relaciona- dos con el Archivo. organizar para conservar 223 El Archivo Gregorio y Marta Selser representa el legado documental de los Selser; es la herencia del trabajo de un hombre cuya firme convicción de que la información histórica no sólo era útil, sino necesaria, lo llevó a generar un acervo singular y único. Para la Universidad Autónoma de la Ciudad de México este acervo constituye no un punto de llegada, sino uno de partida. Lo que fue el fruto ahora se vuelve la semilla desde donde se gestará y conti- nuará el trabajo. Ya no es Selser quien selecciona y escribe, pero el Archivo, cual ente vivo, continúa produciendo. Fundación, recuperación y perspectiva del Archivo Histórico de Xochimilco

Etnóloga Anáhuac González González Directora del archivo histórico y hemeroteca de la Delegación Xochimilco

Antecedentes

Xochimilco es una delegación de gran riqueza cultural e histórica que guarda innumerables tesoros de la época prehispánica y colonial. Sobresale el uso del sistema agrícola chinampero que es una muestra del ingenio humano por sobrevivir en condiciones adversas, ganando tierra al agua, pues recordemos que los primeros asentamientos xochimilcas se desarrollaron en el antiguo lago de México hacia el siglo x. Con la llegada de los españoles se construye la ciudad sobre la traza de canales y calzadas indígenas. Conformando una fisonomía propia, en la que hoy se observan importantes monumentos que datan del siglo xvi, xvii, xviii y xix, riqueza que le valió ser considerado por la unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1987. De ahí la necesidad de conservar y difundir el patrimonio documental de Xochimilco. En el interior del Ex Convento de San Bernardino de Siena se encuentra un importante archivo parroquial con un acervo que data del siglo xvi. En cuanto a los Archivos administrativos de Xochimilco, éstos se encontraban en el antiguo palacio municipal de 1871 y fueron destruidos en la época de la Revolución. Existe un vacio documental en las siguientes décadas, pues los archivos referentes a Xochimilco y otras delegaciones se echaron a perder en la bodega de Pantaco en 1985. ( Hernández; 2004) Afortunadamente en el Archivo Histórico del Distrito Federal se con- servan importantes documentos de las distintas delegaciones. El Archivo de concentración local este se encuentra actualmente en avenida México núm. 2080, colonia Huichapan en una bodega conocida como “el rastro”, mismo que cuenta con un acervo desde 1987. 226 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. En 1983, surge el Archivo Histórico dependiente de la Delegación, como una biblioteca especializada sobre la región, debido a la existencia de abun- dantes trabajos de investigación realizados por ambientalistas, urbanistas, antropólogos e historiadores. A esto se suman diversos documentos gene- rados por la administración, tanto informes delegacionales, como materiales del área de Comunicación Social. El acervo se integra con fuentes bibliográ- ficas, hemerográficas, audiográficas, videográficas y fotográficas. Debido a la participación de los habitantes en la conformación del acervo, el Archivo tiene características comunitarias, como se observará durante las distintas etapas por las que ha transitado. Su formación tiene sus antecedentes en el interés del profesor José Farías Galindo (1921-2004) por difundir la historia de la región. Siendo originario de Zumpango (Estado de México), llega a vivir a Xochimilco en 1937. Con deseos de progresar, estudia la carrera de maestro, además de periodismo, música, teatro y cine. Muy joven comienza a destacar como periodista, al colaborar en diversos diarios de circulación nacional y en periódicos locales, escribe poemas, canciones y cuentos. También realiza estudios de arqueología motivado por el cariño a la tierra que lo cobijo, y dedica buena parte de su tiempo al estudio de las tradiciones e historia de Xochimilco. Conjunta un amplio conocimiento sobre la región: por lo que en 1983 es nombrado cronista oficial de Xochimilco, su labor fue ampliamente reconocida por la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas A.C., de la cual fue presidente en su sección regional D.F., en 1989. Autor de varias obras entre las que destaca la Monografía de Xochimilco (1984) editada por el Departamento del Distrito Federal y miembro de numerosas agrupaciones y patronatos culturales. Siendo el profesor Farías un personaje distinguido e influyente de la comunidad, propone al delegado licenciado Nicolás Reynes Berezaluce (cuya administración fue de 1982-1985) la formación de un Archivo Histórico espe- cífico, en conjunto con el escritor Horacio Labastida quien era funcionario en la Delegación, se convierte entonces en un proyecto oficial: por lo que se ini- cian varias reuniones de trabajo en los meses de mayo, junio y julio de 1983. El Archivo ocupó el edificio ubicado en Pino número 36, actualmente la Dirección de Turismo, que en aquel tiempo era utilizado como oficina de la Junta de Vecinos, que se reubicó en el Barrio San Cristóbal. Ya instalado el naciente Archivo se le provee de escritorios, libreros, máquinas de escribir y se le asigna personal de base. De manera provisional inicia con libros, mapas, folletos y fotografías propiedad del profesor Farías, quien, en calidad de prés- tamo, lo facilita para su consulta. Su inauguración fue el 11 de agosto de 1983 por el delegado Nicolás Reynés Berezaluce y el regente Ramón Aguirre Velázquez, en compañía de su organizar para conservar 227

Primer edificio que albergó al Archivo Histórico de Xochimilco ubicado en la calle de Pino número 36. esposa durante una gira de trabajo en Xochimilco, ese día también se inaugu- raron las oficinas de la Subdirección de turismo en el edificio contiguo y una exposición de artesanías de Puebla y Oaxaca. Aunque fue el 1 de septiembre que se ofreció el servicio de consulta de periódicos, debido a que el delegado dispuso que dentro del archivo funcionara una hemeroteca. Toma el cargo de director el profesor Farías y como subdirector el doctor Sergio Cordero Espinoza; con el objetivo de conformar el acervo documental convocan a la comunidad a la donación de libros, fotografías, mapas y perió- dicos. Comenta el profesor Farías: “Muchos materiales que tiene el Archivo pertenecen a mi colección particular, pero estamos buscando acrecentar el acervo con donaciones, con una búsqueda permanente en el Archivo General de la Nación y en instituciones como la unam y la Fototeca Nacional de Pachuca”.( Metrópoli, 25 de septiembre de 1984). Con buenos resultados pues durante los primeros meses, se presentan tres exposiciones de manuscritos. 228 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Huetzalin

A un año del nacimiento del Archivo Histórico, se edita un boletín infor- mativo mensual con el nombre de Huetzalin (guía físico y espiritual de los xochimilcas desde Aquilazco, sitio relacionado con la peregrinación xochi- milca desde Nayarit) el primer ejemplar sale en el mes de marzo de 1984, y concluye en el mes de marzo de 1988 con el número 50, también bajo la dirección del profesor Farías y el doctor Sergio Cordero. La naturaleza de este boletín, que tiene primero 16 páginas y luego 20, se divide en varias secciones: adquisiciones, donaciones, biográfica con hom- bres ilustres, acontecimientos importantes, conferencias, historia del lugar, canales, leyendas, tradiciones, comentarios, efemérides, entre otras activi- dades culturales y acontecimientos importantes de la jurisdicción.

Traslado

Durante los años siguientes, el área se fortalece con las donaciones constantes de los habitantes, la adquisición de periódicos y libros e importantes activi- dades culturales como exposiciones y conferencias. Para entonces el espacio se vuelve insuficiente, por lo que en mayo de 1990, se traslada a la Casa del Arte, antiguo edificio colonial construido en el sigloxvi , lugar que ocupa a la fecha, donde cuenta con dos salas de lectura y la hemeroteca. En ese mismo año, precisamente en la Casa del Arte, es donde se va a conformar el Centro de Información y Documentación de Xochimilco, bajo la dirección de la licenciada Rocío Baca Millán, dependiente de la Subdirec- ción de Cultura. Alrededor de este centro se congregaban el Archivo Histó- rico y Hemeroteca, el Museo Arqueológico y el Archivo de la Memoria Oral de Xochimilco (amox). Este último es resultado de convenios realizados con la Escuela Nacional de Antropología e Historia que tenía por objetivo recu- perar a través de entrevistas a ancianos testimonios de la vida de los antiguos habitantes: el proyecto estuvo a cargo del antropólogo Francisco Andía Pérez: lamentablemente en 1994 con el cambio de administración, se interrumpió.

Penosas consecuencias

En los siguientes años el Archivo Histórico pasa por una etapa difícil, debido al desinterés de las autoridades delegacionales y pugnas políticas, como manifestaron diversos medios periodísticos: organizar para conservar 229 “… como asiduo visitante del sencillo pero impresionante Archivo Histórico, he observado con dolor y tristeza el abandono en que lo tienen las autoridades locales, que insensibles a la importancia real de dicho archivo, no mueven un solo dedo para ofrecerle apoyo.” ( El Ahuejote, 17 de diciembre, 5 de enero 1997.)

Ante las circunstancias adversas el profesor Farías, decide retirar el acervo de su propiedad.90 Y en las condiciones en que se encontraba el área, poco a poco se “pierden” importantes documentos, libros y fotografías. Pues hasta ese momento el Archivo:

“…subsiste gracias al apoyo del profesor José Farías Galindo, pero mucho material desapareció y otro está por perderse, ¿dónde quedó este material? (El Ahuejote, 28 de junio, 1997.)

Se suma a esta situación de penosas consecuencias, la jubilación del pro- fesor Farías en abril de 1998, 91 por lo que el área queda a la deriva ante la falta de un director. A cargo de un responsable y sin los apoyos necesarios, se colocan en bodega distintos materiales para resguardarlos, las condiciones de almacenaje son inadecuadas debido a la humedad del lugar. También el mobiliario y las instalaciones comienzan a deteriorarse con el paso de los años por falta de mantenimiento.

Cómo se encontraba en 2001

Cuando para el año 2001, la que suscribe fue nombrada directora del Archivo Histórico, encontró la hemeroteca dentro de lo que cabe con un buen servicio al usuario, contrariamente al Archivo que sólo se abría cuando llegaba algún usuario, pues éste era atendido por una sola persona que desempeñaba fun- ciones tanto de secretaria como de intendencia. El abundante acervo de la hemeroteca se observaba en mal estado debido a la humedad de las paredes. En el archivo, hallé los libreros prácticamente vacíos —como evidencia del saqueo del que fue objeto—; de los pocos libros existentes sólo algunos valían la pena. Conformaban el archivo básicamente carpetas informativas que consis- tían en notas periodística alusivas a Xochimilco, guardadas celosamente en

90 El profesor Farías retira los materiales de su propiedad en distintas fechas, encontramos el oficio número 105/88 en el que informa de estos libros. 91 El profesor se jubila como docente en 1979 y como personal de base del GDF en 1998. 230 memoria del primer encuentro de archivos del d. f.

Condiciones en que se encontraba el acervo documental dos archiveros: hechas con folders, papel reciclado y broches metálicos, por lo que el deterioro del material era evidente. También el acervo fotográfico se encontraba en álbumes maltratados y los mapas de igual manera rotos. Debido a las condiciones de abandono en que se encontraba el acervo, no existían catálogos, ni ficheros actualizados y ante la falta de un presupuesto asignado al área (POA) el panorama era difícil. Fue una sorpresa encontrar guardados en bodega, cajas de síntesis infor- mativas, un sin fin de fotografías y otros materiales: se encontró información muy valiosa de las décadas de los 60, 70, 80 y 90. El acervo presentaba man- chas por filtraciones de agua, oxidación, mutilaciones por roedores e insectos y contaminación por hongos, afectando el estado de conservación de varias cajas, para colmo, dicho material fue arrojado a las inclemencias del tiempo, pues se consideró un “montón de basura”:

Acontecimientos que nos hacen recordar a Zumárraga cuando en el siglo xvi quemó los códices por no comprender la cultura de los indígenas. Hoy parece que retrocedimos en el tiempo... (El Ahuejote, 16 al 31 de Julio del 2002.) Afortunadamente se lograron rescatar dichas cajas. organizar para conservar 231

Trabajo de recuperación del acervo: limpieza, depuración, restauración y catalogación

Inicia la labor

Mediante acciones concretas se inicia la recuperación del Archivo Histó- rico. Como primera medida de resguardo, los documentos se limpian del polvo acumulado y excremento de roedores, también se separa el material contaminado por hongos, se quitan grapas, broches y clips para evitar la oxidación, para después restaurar “hoja por hoja”: trabajo muy meticuloso y delicado realizado por el personal que labora en el archivo. Para conti- nuar con la depuración de la infomación y finalmente integrar memorias hemerográficas. Se organizan volúmenes de diarios locales, como El azotador (2005-2006), El ahuejote ( 1993-2006), El informador (1972-1992), Al sur de la ciudad (1995- 2000), Noti Xochimilco ( 1992-2003) Índice ( 1974-1990): y revistas como Res- cate ( 1983-1996), Xochimilco (1964-1966), Anales y Letras (1973), Nosotros ( 2002-2006 ) y Xochimilco ayer y hoy ( 2003-2006) entre otras. También se conforman mecanismos para incrementar el acervo a través de búsqueda de tesis y libros alusivos a Xochimilco en otras bibliotecas y archivos (unam, enah, uam, etc.) para integrarlos al acervo, además de incorporar publicaciones delegacionales (informes, libros de divulgación, folletos). 232 memoria del primer encuentro de archivos del d. f.

Señor Francisco Rodríguez Silva, principal donante de la Hemeroteca

Y con el objetivo de proteger los materiales recuperados se gestiona la asignación de recursos para empastar, de esta manera a la fecha el Archivo cuenta con mil títulos aproximadamente. Además se inicia la catalogación de los mismos por orden alfabético y temático. Se establece un contacto permanente con la licenciada Donají Olivera, responsable del área de comunicación social, que aporta síntesis informativas y demás materiales del acontecer en la región. Y nuevamente dan muestra de su generosidad los miembros de la comunidad al donar libros y revistas, tal es el caso de Esteban Gómez Belmont, Erwin Stephan Otto Parrodi (Patronato del Parque Ecológico de Xochimilco), Enrique Urrutia Méndez ( Consejo de Fomento Cultural de Xochimilco), Ana María Sánchez Lujano (Revista Xochimilco ayer y hoy), entre otros. Fundamental ha sido el apoyo desinteresado del Señor Francisco Rodrí- guez Silva, expendedor de periódicos de la calle Madero y 16 de Septiembre, quien durante varios años ha sido el donador más importante de la heme- roteca pues aporta tres diarios de circulación nacional, sin haber fallado un solo día; no se cuenta con presupuesto asignado para el pago de suscripciones de diarios y revistas. organizar para conservar 233

Recuperación del archivo fotográfico (Niñas del pueblo de Santa cruz Acal- pixca, década de los 40)

Otro importante rescate fue la creación de alrededor de 70 carpetas foto- gráficas, pues en bodega se hallaban varias cajas con materiales muy intere- santes en blanco y negro y a color: muchas de ellas invadidas por hongos, otras mutiladas y sin referencias, por lo que se procedió en un primer momento a separar el material contaminado: las fotografías que se encontraban en mejores condiciones se limpiaron “una por una”, para después clasificarlas por tema. Algunas sólo se limpiaron debido a que no fue posible darle otra presentación. Del mismo modo se integraron 52 carpetas de mapas y croquis, algunos en fotocopias y otros originales: a las que se suman cerca de 500 videos que aportó comunicación social, en los que se muestran entrevistas a funcionarios, docu- mentales, notas periodísticas, eventos políticos y culturales de la delegación. También localizamos una caja que contenía 44 cassettes de tradición oral, mismos que se digitalizaron para evitar su deterioro, gracias al trabajo des- interesado del actor y director de teatro Víctor Rodríguez Reynoso. A esto se suman las aportaciones de vecinos que donaron cedes de cuentos y leyendas, así como cantos tradicionales en lengua náhuatl. 234 memoria del primer encuentro de archivos del d. f.

Otro aspecto importante fueron las obras de mantenimiento del edificio, que consistieron en cambio de pisos, aplanados, electricidad, colocación de plafón, pintura general, impermeabilización, entre otros. Con ello se revita- lizó la imagen del área y se lograron mejores condiciones para el servicio al usuario. Con el objetivo de contar con materiales de exposición se enmarcaron car- teles y fotografías históricas, y se montó una exposición permanente sobre la “flor más bella del ejido”, que se exhibe en la sala de lectura. Para difundir los servicios que presta el archivo se han instalado stands en diversas ferias regio- nales y se ha convocado a concursos de fotografía histórica y tradición oral. La recuperación del acervo, no ha terminado pues se ha continuado de manera permanente con la limpieza, restauración, depuración y empastados de los documentos, fotografías y mapas, debido a la cantidad de material que se encuentra en bodega. El acervo crece —afortunadamente— todos los días, con nuevos aportes de vecinos y autoridades. Aunque se iniciaron estos trabajos con recursos mínimos, poco a poco ha ido mejorando la situación, a pesar de carencias importantes: que espe- ramos se puedan resolver . Queda mucho por hacer, como proseguir con las tareas de equipamiento y mobiliario, así también generar publicaciones e investigaciones y sobre todo digitalizar el acervo fotográfico, mapas, videos, etc.

Materiales de exposición ( cartel Gran kermes de la amapola, 1957.) organizar para conservar 235 El historiador Héctor Cuauhtémoc Hernández Silva señala con tristeza que “es muy probable que la historia documental de la Delegación Xochi- milco en el siglo xx, y de gran parte de las otras del Distrito Federal, esté perdida de manera inexorable por la falta de interés de las autoridades para la preservación de la información histórica..”, y agrega, “en el año 2003 se propuso la creación de un centro de Documentación Histórica sobre Xochi- milco, ya que la preservación de la memoria histórica, (…) es igual de impor- tante que el rescate de sus canales. El ordenamiento de informes hemero- gráficos que se lleva a cabo en el Archivo Histórico de Xochimilco puede ser un buen comienzo de una labor que debe realizarse. (…) Ahora, con la tecnología digital, ya no hay el pretexto del espacio para la preservación de la información. Tan solo se necesita un poco de atención e inversión sobre este rubro.” ( 2004: 52)

Contenido del archivo y la hemeroteca

El acervo consta de alrededor de mil títulos, en los que se aborda tanto la historia prehispánica y colonial, como tradiciones, leyendas, monumentos, ecología, chinampas, ejidos, arqueología, además de un archivo de historia oral, mapas delegacionales y periódicos locales, así como videos de eventos culturales, económicos y sociales. Materiales que se pueden consultar en

Casa del Arte, edifico del Siglo XVI, que alberga al Archivo Histórico y hemeroteca de Xochimilco 236 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. la sala de lectura. La hemeroteca cuenta con tres diarios de circulación nacional. Hoy día el Archivo Histórico de Xochimilco representa una fuente de información indispensable para la investigación histórica y antropológica de la región: debido a su labor de resguardo del acervo documental.

Servicios al público

Exposición permanente de fotografía histórica sobre la fiesta de la “Flor más bella del ejido” Préstamo en sala Archivo Histórico: 8:00 a 15:30 hrs. Hemeroteca: 8:00 a 16:00 hrs. Requisitos: presentar credencial actualizada. Dirección: Morelos núm. 7 Barrio el Rosario, Centro Histórico de Xochi- milco Telefono: 5676 48 69

Fuentes documentales

“Archivo Histórico de Xochimilco, servicio primordial para estudiantes de todos grados” en Metrópoli, 25 de Septiembre 1984. Cordero, Rodolfo, “Golpe a memoria Histórica de Xochimilco”, El ahue- jote, 16 al 31 de Julio del 2002. “En la basura la memoria histórica de Xochimilco”, El ahuejote, 16 al 31 de Julio del 2002. Chavez, B. Roberto Gabriel, “Archivo Histórico de Xochimilco”, El Ahue- jote, 17 de diciembre al 5 de enero del 1997. Hernández Silva, Héctor Cuauhtémoc, “ Historia política de la Delega- ción Xochimilco 1929-2004” en A la orilla del agua, Instituto Mora /Delega- ción Xochimilco 2004. Soto Canchola Melchor, Xochimilco ¿Quién sabe tu historia?, El Ahue- jote, 28 de Junio de 1997. MESA 8

Las fuentes documentales para la historia de la Ciudad de México.

El Archivo Histórico de la Facultad de Medicina: contribuciones a la historia de la Ciudad de México Maestra Xóchitl Martínez Barbosa, Jorge Zacarías Prieto, Archivo Histórico de la Facultad de Medicina, unam

El hospicio de niños de la Ciudad de México, una muestra del acervo histórico de la Secretaría de Salud José Luis Nájera Juárez, Archivo Histórico de la Secretaría de Salud

Fuentes documentales del Archivo Histórico del Arzobispado de México: espa- cios sociales y prácticas religiosas en la parroquia de Iztacalco Maestro Marco Antonio Pérez Iturbe, maestra Berenise Bravo Rubio Archivo Histórico del Arzobispado de México

La ciudad y sus imágenes: la investigación social y las experiencias de acceso a la información pública Alejandra Padilla Pola, becaria del Instituto de Investigaciones doctor José María Luis Mora.

Propuesta metodológica para el estudio de las fuentes documentales primarias con características estadísticas. Felipe de Jesús Calderón Flores, Estudios Latinoamericanos, Facultad de Filosofía y Letras, unam El Archivo Histórico de la Facultad de Medicina: contribuciones a la historia de la ciudad de México

Xochitl Martínez Barbosa Jorge Zacarías Prieto Archivo Histórico de la Facultad de Medicina, unam

Introducción

El Archivo Histórico de la Facultad de Medicina (ahfm) de la Universidad Nacional Autónoma de México salvaguarda documentación relacionada con el desarrollo de la ciencia médica, desde el punto de vista de la enseñanza y de la práctica médica, temas que se ven reflejados a través de la administración institucional del Establecimiento de Ciencias Médicas, conocido después como Escuela, Colegio y Facultad de Medicina. Los archivos históricos son repositorios donde se organizan y conservan los documentos por medio de la metodología archivística con el fin de servir como fuentes para la historia institucional, regional o del país entero. Dadas las características del acervo documental que salvaguarda el ahfm, éste constituye una fuente útil para el estudio de la ciencia médica en la ciudad de México y en el ámbito nacional. En lo que respecta al contenido del citado Archivo, el período que abarcan los documentos se extiende desde fines del siglo xviii hasta el último tercio del siglo xx, razón por la cual ofrece una rica posibilidad para la investiga- ción de la historia de la medicina, de las políticas sanitarias, de la profesiona- lización de la medicina y de la cirugía, así como de la farmacia y la odonto- logía; de la modernización de la medicina, y de los diferentes personajes que han forjado la ciencia médica y han pasado por nuestra Universidad desde la creación del Establecimiento de Ciencias Médicas en 1833 hasta los años ochenta del siglo xx, entre otras muchas posibilidades de estudio. Considerando lo anterior, a lo largo de este trabajo se realiza primero una breve reseña del ahfm, y se describe su acervo, con el fin de dar a conocer las características del mismo. Posteriormente, con la intención de exponer lo 240 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. que puede aportar para el estudio de la historia de la medicina en la ciudad de México, se analiza su contenido tomando en cuenta el papel relevante que tuvo la capital del país en la formación de profesionales de diversos ramos, entre ellos el de las ciencias médicas, que es el que hoy nos ocupa.

El Archivo Histórico de la Facultad de Medicina

La documentación resguardada en este archivo fue integrada en los años cincuenta del siglo pasado por el doctor Francisco Fernández del Castillo, médico historiador que se ocupó de la conformación y dirección del Depar- tamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. El doctor Fernández del Castillo tuvo la idea de conformar el citado Departamento de Historia de la Medicina desde el año de 1933 cuando el doctor Ignacio Chávez —director en ese momento de la Escuela— le encarga una investigación sobre las biografías de los médicos fundadores del Esta- blecimiento de Ciencias Médicas, con motivo de la celebración del primer Centenario de la Escuela Nacional de Medicina. Sin embargo, se pudo realizar 20 años después el proyecto para formar un área con estas características dentro de la Facultad de Medicina, gracias a la proyección del que fuera entonces su director, el doctor Raoul Fournier, médico reconocido por siempre como un hombre culto, interesado en el arte, la cultura y la historia; en suma, como un médico humanista. Dicho Departamento se constituyó con el propósito de iniciar la enseñanza, la investigación y la difu- sión de la historia médica, entre los futuros médicos y los ya consolidados. Para hacer realidad las intenciones expresadas, el doctor Francisco Fer- nández del Castillo proyectó integrar un acervo documental con el mate- rial que rescata de la vieja escuela y así logra constituir el Archivo Histórico. Fuentes que fueron consultadas esporádicamente por personajes como Fran- cisco de Asís Flores y Troncoso (1888), el doctor Víctor Lucio (1896), el doctor Enrique Herrera Moreno (1925). De igual manera, el doctor Fernández del Castillo forma y organiza una biblioteca y un museo dedicado a la medicina mexicana, que subsisten hasta la fecha. El Archivo está ubicado en lo que fuera el edificio de la Inquisición que después sería ocupado por la escuela médica a partir de la segunda mitad del siglo xix, y durante cien años hasta su traslado al nuevo campus en Ciudad Universitaria en el año de 1956. Sede del Departamento de Historia y Filo- sofía de la Medicina, dicho edificio, conocido como Palacio de la Antigua Escuela de Medicina, es el que alberga el Archivo Histórico. organizar para conservar 241 Un recorrido por el acervo

Analicemos sucintamente su contenido. Por tal motivo, a continuación nos referiremos a éste de manera sucinta y las características de la documenta- ción que resguarda. No hay que perder de vista que se trata de un archivo administrativo y académico, cuya mayor riqueza documental reside en la información proveniente, precisamente de la administración escolar. Como todos los archivos, el ahfm está en permanente crecimiento gra- cias a donaciones de particulares, a incorporación de archivos o a transferen- cias documentales de la Facultad de Medicina, desafortunadamente, la parte más descuidada por ahora. Sin embargo, desde su origen, el ahfm quedó integrado por los siguientes grupos documentales:

Protomedicato. El acervo contiene documentos del Real Tribunal del Pro- tomedicato, organismo que se crea en el siglo xvii y se suprime en 1831 en México, con el fin de vigilar el ejercicio profesional de médicos, cirujanos y boticarios, así como de la práctica sanitaria en general incluyendo bar- beros, flebotomianos y parteras, la venta de medicamentos y la disposición de medidas en caso de calamidades y epidemias. El grupo documental que conservamos se extiende de 1744 a 1831. (17 volúmenes, 368 expedientes)

Facultad Médica del Distrito Federal. Esta institución se constituye en el México independiente para suplir al viejo y caduco Tribunal, que se conoció como Facultad Médica del Distrito Federal (Junta Superior de Salubridad en los estados), y funcionó poco menos de 10 años. De ella contamos con docu- mentación, que se extiende de 1831 a 1841. (5 volúmenes, 198 expedientes.)

Consejo Superior de Salubridad. Este organismo se forma posteriormente a la Facultad Médica. Constituido en 1841, se convirtió en la máxima autoridad sanitaria, funcionando durante todo el siglo, en la última década promulga el primer Código Sanitario. En 1917, la reforma constitucional lo transforma en un Consejo Consultivo que sigue activo hasta la fecha. Sin embargo, la información contenida en el ahfm abarca únicamente una primera etapa, de 1841 a 1868. (20 volúmenes, 555 expedientes.)

Escuela de Medicina y Alumnos. Este grupo documental recibe su nombre de origen; contiene los expedientes de los primeros alumnos de la institución, conservados de manera muy completa. Corresponde fundamentalmente a la documentación generada por el Establecimiento de Ciencias Médicas, insti- tución de enseñanza de la medicina que funda el gobierno liberal en 1833, al 242 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. suprimirse la vieja universidad colonial. Establecimiento, Colegio, Escuela o Facultad se le denominará a esta institución a lo largo del siglo, hasta que en 1910 se suma a la conformación de la Universidad Nacional. La escuela moderna de enseñanza de la medicina fundada en 1833 adopta el modelo anatomoclínico de acuerdo con el ejemplo de la Escuela francesa; a fines del siglo se perfila una influencia de la Escuela alemana, pero al mismo tiempo se empieza a ver la necesidad de construir una institución médica propiamente mexicana. Este proceso, escuetamente señalado, se puede apre- ciar a través de la documentación del Fondo Escuela de Medicina y Alumnos (femya) que representa la mayor riqueza y extensión de nuestro acervo. (1833- 1946; 645 volúmenes.) Finalmente, el fondo de origen de nuestro Archivo contiene una impor- tante colección: Colección de Bandos e Impresos. Está integrada por documentos emitidos por diferentes instituciones tales como Ayuntamientos, Virreinato de la Nueva España, Juntas municipales de Sanidad, Universidad Real y Pontificia, etc. Son documentos de gran formato que están salvaguardados en dos carpetas especiales para su conservación y abarcan el período de 1787 a 1913.

Otros grupos documentales

De acuerdo con lo que hemos apuntado líneas arriba, los archivos históricos no deben considerarse como repositorios muertos, en virtud de que se van enriqueciendo por diferentes vías. En el caso del ahfm, éste se ha incremen- tado mediante las transferencias de la misma institución, o bien a través de la donación de particulares. Considerando lo anterior, vale la pena apuntar los siguientes grupos documentales que se incorporaron posteriormente al acervo de referencia:

Facultad de Medicina. Personal Académico. Esta serie documental está inte- grada por expedientes de profesores que fueron enviados a nuestro archivo en fechas muy posteriores a su integración como Archivo Histórico y repre- sentan una rica y útil información para quienes se interesen en los protago- nistas de nuestra historia médica contemporánea.

Colecciones. Las donaciones de particulares constituyen otra ruta para el incremento del acervo. Por lo general provienen de familiares de médicos que desean preservar su documentación, con el fin de que sea aprovechada para la investigación. Respecto a este grupo documental, vale la pena destacar: organizar para conservar 243 Colección doctor José Joaquín Izquierdo. Contiene documentación del doctor Izquierdo (1893-1974) reunida a lo largo de su vida familiar, social y profe- sional. El doctor Izquierdo fue un distinguido fisiólogo e historiador de la medicina que se dedicó a la investigación y enseñanza de la fisiología, razones por las cuales es considerado pionero en esta materia.

Colección Enrique Santoyo Rodríguez. Está formada por documentos del primer gastroenterólogo endoscopista del Instituto Mexicano del Seguro Social (imss) que ejerció de los años 40 a los 70 del siglo pasado. (1935-1987; 6 cajas, 74 expedientes.)

Colección Salvador González Herrejón. Documentos del dermatólogo michoacano. Escribe sobre el “mal del pinto”; fundó la Oficina Técnica de la Campaña contra el Paludismo de la Secretaría de Salubridad y, entre otros cargos, a mas de ser director de la Facultad de Medicina de la unam, fue rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. (1931-1965; 2 cajas, 8 expedientes.)

Colección doctor Ramón Pérez Cirera. Médico español de origen granadino, con estudios de Farmacología en Berlín que llega a México como refugiado en los años 30 del siglo xx. Fue fundador del Departamento de Farmacología de la unam y profesor de la materia, así como autor de muchas publicaciones respecto a la misma y pionero en lo que toca a los laboratorios farmacéuticos en México. (1937-1979; 7 cajas, 139 expedientes.)

Contribuciones a la historia de la ciudad de México

Como es de todos conocido, la centralización administrativa en la ciudad de México desde tiempos novohispanos incidió en las características que tuvo dicha ciudad durante el siglo xix. A lo largo de esta centuria, no solo se erigió como capital de la nueva nación independiente, sino que concentró una serie de actividades, entre las que se cuenta la de la enseñanza superior y por ende la formación de profesionales de diferentes disciplinas (Escuela de Medicina), así como la concerniente a la regulación de la práctica médica y sanitaria (Protomedicato, Facultad Médica, Consejo). Durante la primera mitad del siglo xix, el funcionamiento de las institu- ciones educativas fue muy atropellado a causa de la inestabilidad sociopolí- tica y económica. 244 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Es en el mes de octubre de 1833, cuando el vicepresidente Valentín Gómez Farías, en funciones de presidente, suprime la Nacional y Pontificia Universidad de México, creando a su vez la Dirección General de Instrucción Pública, encargada de dirigir seis establecimientos de estudios superiores que fueron: el Establecimiento de Ciencias Jurídicas, de Ciencias Exactas, de Artes y Oficios, de Estudios Preparatorios, de Ciencias Eclesiásticas y el Establecimiento de Ciencias Médicas, el cual comenzó sus lecciones en los primeros días de diciembre del mismo año. Sin embargo, y dada la inesta- bilidad política a la que nos referimos, ocho meses después, el presidente de la República, Antonio López de Santa Anna, deroga la Ley que creó la Dirección General y con ello cinco de sus establecimientos, exceptuando el de Ciencias Médicas, gracias a que un grupo de catedráticos del claustro de la reinstaurada Universidad dan su visto bueno y ensalzan la labor que se venía desarrollando en dicha institución educativa. Instalado en un principio en el edificio del ex convento de Betlemitas (hoy museo de Economía), el Establecimiento de Ciencias Médicas peregrina durante 20 años a partir de 1834, hasta que se establece definitivamente en una parte del edificio que ocupó la Inquisición (1854), que los profesores compran al Seminario Conciliar con sus sueldos devengados de la ya para entonces Escuela de Medicina. Cabe mencionar que desde su creación, el Establecimiento de Ciencias Médicas, se convierte en una institución hegemónica para la enseñanza de la medicina y de la cirugía, gracias a las innovaciones de su plan de estudios, enriquecido con las ideas modernas de la Escuela francesa. Lo anterior no descarta la importancia que tuvieron las entidades del interior del país en este aspecto, particularmente las del centro de la repú- blica. Ciudades como Morelia, Puebla y Guadalajara pronto implantaron en sus instituciones educativas las reformas a los planes de estudio de la educa- ción superior, que respondían a las innovaciones de la época. Sin embargo, cabe decir que aunque estas instituciones destacaron, estuvieron supeditadas a la Escuela Nacional de Medicina de la ciudad de México. Hasta la década de los sesenta se tiene conocimiento de que los jóvenes médicos foráneos debían examinarse en esta última para poder ejercer en cualquier entidad del país (por ejemplo, un médico michoacano no podía ejercer en Zacatecas o en Veracruz si no estaba certificado por la Escuela Nacional). Sin embargo, cabe señalar que, independientemente de que estos médicos tuvieran que acudir a la ciudad de México a certificarse, hubo gran cantidad de estudiantes del interior de la República que venía ex profeso a estudiar toda la carrera, destacando los alumnos provenientes de los estados del centro del país como Puebla, Guanajuato, y Michoacán, o de los lejanos Nuevo León, organizar para conservar 245 Yucatán, Campeche, y Chihuahua, entre otros, quienes, según el Fondo de Escuela de Medicina y Alumnos (femya), debían cubrir una serie de requi- sitos para ser admitidos en el Establecimientos de Ciencias Médicas (Escuela de Medicina). Dichos requisitos consistían en tener aprobadas sus materias preparatorias como filosofía, aritmética, botánica, ética o moral, latinidad, francés; a más de ser personas de conducta intachable. En algunos casos, dichos estudiantes solamente venían a la capital del país a completar sus estudios profesionales, dado que por circunstancias políticas sus escuelas fueron cerradas por disposiciones de gobierno. Tal fue el caso de la Escuela de Medicina de Puebla (1855, 1864) o como la de Michoacán, clausurada en 1863. La ciudad de México jugó un papel relevante en la formación de profesio- nales de diferentes áreas, la Escuela Nacional de Medicina es, por excelencia, ejemplo de ello: fue una institución formadora de médicos de todo el país. Otro de los aspectos a desarrollar como contribuciones del acervo para la historia de la ciudad de México, es el relativo a las regulaciones y certi- ficaciones de la práctica médica y regulación sanitaria, observadas por las instituciones existentes durante el siglo xix. De nuestro acervo histórico, los fondos documentales del Protomedicato, Facultad Médica y Consejo Supe- rior de Salubridad, así como la Colección de Bandos y Edictos, son funda- mentales para el estudio de este tema. Durante los primeros treinta años del siglo xix, se viene arrastrando una tradición colonial con respecto a la regulación sanitaria que perdura durante el periodo de la guerra de independencia, y hasta 10 años después de la con- sumación de dicha Independencia. El Protomedicato fue suprimido el 29 de noviembre de 1831, dando paso a la creación de la efímera Facultad Médica del Distrito Federal, la cual se conformó con miembros del extinto Protomedicato y de la Facultad de Medi- cina de la Nacional y Pontificia Universidad. La Facultad Médica fue efímera: duró 10 años, sin embargo en este lapso se analizan y se sientan las bases para la creación de una institución de corte nacionalista e independiente que vendría a normar lo relativo a la salud pública. Retoma las funciones del Pro- tomedicato pero con ideas modernas, dando lugar al Consejo Superior de Salubridad: la Facultad Médica es un eslabón entre estas dos grandes institu- ciones: el Protomedicato y el Consejo Superior. El Consejo Superior de Salubridad se crea en el año de 1841 y lo con- forman en su mayoría los médicos profesores de la Escuela de Medicina de México, entre los que destacan el doctor Leopoldo Río de la Loza, Manuel Carpio y Miguel F. Jiménez entre otros. 246 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Las funciones que destacan dentro de las actividades del Consejo son normar, regular, vigilar y sancionar todo lo relativo a la salud pública en el país, visitar las boticas, además de reglamentar la preparación y venta de los medicamentos; verificar el buen funcionamiento de los expendios de carnes como los rastros, las tocinerías y las carnicerías; reglamentar el estableci- miento de cementerios en la ciudad de México, y finalmente, certificar a los médicos cirujanos, parteras, flebotomianos y dentistas. Estos últimos repre- sentan una innovación dado que antes los barberos desempeñaron sus acti- vidades, los cuales ni eran dentistas ni eran flebotomianos, sino simplemente empíricos, adiestrados en el arte de cortar el pelo, sacar o arrancar las muelas además de hacer sangrías. El Consejo Superior de Salubridad funcionó durante todo el siglo xix, y a partir de la Constitución de 1917 se transformó en el Consejo de Salubridad General, institución que persiste hasta la fecha, como un órgano consultivo del gobierno federal. Para finalizar, la Colección de Bandos e Impresos de nuestro Acervo His- tórico cuenta con una serie de decretos emitidos por las autoridades locales, en particular por los diversos gobernadores del Distrito Federal, destacando entre ellos los bandos relativos a la salubridad y la higiene de la población en tiempos de epidemias. como las de cólera de 1833 y 1850, de viruela en los años treinta o de fiebre amarilla en 1883. De igual forma, esta Colección nos ilustra acerca de disposiciones de orden particular sobre la práctica médica. Ejemplo de ello, es la cédula real del virrey José de Azanza de fines del siglo xviii expedida en contra de un charlatán de nombre Narciso Alemán, por considerarse “curandero intruso”, o bien la disposición relativa a las penas establecidas contra los médicos de la capital que se negaban a asistir a los enfermos en horas extraordinarias; dicha disposición fue emitida por el virrey Félix María Calleja en 1815. A través de este recorrido hemos querido destacar la importancia del acervo documental del ahfm como una muestra de la riqueza con la que cuenta nuestra ciudad para el estudio de su historia, pasada y reciente, y en el caso que nos ha ocupado, desde la óptica de la administración y la práctica médica.

Bibliografía

Fernández del Castillo, Francisco y Hermilo Castañeda, Del Palacio de la Inquisición al Palacio de Medicina, México, unam, 1986. Flores y Troncoso, Francisco de Asís, Historia de la Medicina en México, desde la época de los indios hasta el presente, prólogo de Porfirio Parra, México, ed. organizar para conservar 247 facsimilar, imss, 1982. 3 Tomos. Ocaranza, Fernando, Historia de la medicina en México, México, Laborato- rios Midy, 1934.

Acervos del AHFM-UNAM, Consultados: Fondo Protomedicato. Fondo Consejo Superior de Salubridad. Fondo Escuela de Medicina y Alumnos. Colección Bandos e Impresos. El Hospicio de Niños de la Ciudad de México. Una muestra del acervo histórico de la Secretaría de Salud

José Luis Nájera Juárez Archivo Histórico de la Secretaría de Salud

Introducción

Mediante la investigación en fondos documentales podemos estudiar los cambios de una sociedad, las formas en que sus gobiernos establecen insti- tuciones para solventar las necesidades de la población. Esas instancias, en el desempeño de sus facultades, generan registros que son testimonio de su función institucional; a los especialistas en archivos, nos corresponde inter- pretar los datos contenidos en la documentación para estudiar la historia de las instituciones y aplicar criterios adecuados de organización documental. Este texto contiene una interpretación de documentos generados por el Hospicio de Pobres, fundado en la Nueva España en el siglo xviii y mante- nido hasta el siglo xx como Hospicio de Niños. La serie documental que produjo el Hospicio está incluida en la sección que corresponde a Establecimientos Asistenciales del fondo Beneficencia Pública, conservado en el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud. Comprende 1238 expedientes organizados en 54 legajos que ocupan aproximadamente tres metros lineales. La documentación abarca de 1859 a 1943. El mayor volumen de información corresponde al periodo 1910 a 1935; el instrumento para consultar ese fondo es la Guía Documental de Establecimientos Asisten- ciales del Fondo Beneficencia Pública en el Distrito Federal.

Antecedentes del Hospicio de Niños

Época Colonial El Hospicio de Pobres fue promovido y dirigido por clérigos, quienes lo sus- tentaron en el precepto de ayuda al prójimo, como solución parcial al pro- 250 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. blema de la pobreza, y para contribuir a la preservación de la seguridad y la tranquilidad públicas; así se conformó como institución de castigo y repre- sión en contra de la ociosidad. El encierro fue el recurso que adoptó y puede decirse que también constituyó la condición para proporcionar asistencia o para corregir al individuo apartado de las normas sociales. Inicialmente el Hospicio fue establecido como albergue para pobres.92 En interpretación de la maestra Xochitl Martínez Barbosa, el concepto de pobre que predominaba en esa época era, “...quien carece de casa, vestido, alimento y trabajo; que padece minusvalías físicas: ceguera, cojera, etcétera, o minusvalías psicoso- ciales: carencia del padre, de la madre o del marido, de la libertad, o ser un desterrado”. 93 En su primera etapa ayudó a mitigar la creciente indigencia y los pro- blemas consecuentes. Al parecer fue el único establecimiento en la capital con esa finalidad, por eso obtuvo el apoyo de los reyes españoles y de varios sectores de la sociedad novohispana.94 En él, se adaptaron conceptos más racionalistas, como enseñar oficios a los asilados, para que su trabajo sirviera a los demás y a ellos los beneficiara.

La Reforma Liberal El concepto de beneficencia pública fue desplazando el término tradicional de caridad y en el año 1861, ya establecida la soberanía política del Estado mexicano con las Leyes de Reforma, cuando se nacionalizan los bienes de la Iglesia y consecuentemente las instituciones derivadas de ella, éstas quedaron a cargo del gobierno quien sustituyó al personal religioso por personal civil —en algunos casos— y reglamentó la beneficencia, suprimiendo caracterís- ticas de la administración religiosa.95 Hubo un cambio gradual en la visión tradicional de la pobreza. No todo el que mendigaba, se advirtió, era un impedido, anciano, enfermo o huér- fano; consecuentemente, a quienes no padecían esas limitaciones, se les dio el calificativo de vagos. Surgió así la propuesta de que los mendigos capaces de buscar nuevas alternativas de vida trabajaran.96 En el Hospicio de Pobres

92 Martínez Barbosa, Xóchitl, “El Hospicio de Pobres en la Ciudad de México, origen y desa- rrollo, (1774-1806)”, Universidad Iberoamericana, México, 1994, pp. 131-134. 93 Ibid., p.134. 94 Ibid., p.135. 95 López Figueroa, Felipe, “Pobreza, caridad y beneficencia, un ejemplo: El Hospicio de Pobres de la Ciudad de México, 1857-1876”, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, 1993, p.113. 96 Ibid., p.114. organizar para conservar 251 se aplicaron las medidas consecuentes, y se pensó que mejoraría en parte la sociedad porque en lugar de los vagos entrarían niños abandonados por sus padres. Los menores depositados quedaban obligados a permanecer en la institución hasta que las autoridades consideraran que eran aptos para valerse por sí mismos, y por ello incluían los medios educativos para incor- porarlos a la sociedad; éstos consistían en proporcionarles estudios básicos y entrenamiento en talleres que les permitieran desarrollarse en un oficio para poder mantenerse.97

El Porfiriato Durante el gobierno del general Porfirio Díaz se empezó a considerar la con- veniencia y la necesidad de construir un asilo especial para niños, a fin de separarlos de los asilados adultos y proporcionarles la educación y atención correspondientes a los ideales de beneficencia de principios del siglo xx; fue así como el Hospicio de Pobres fue convertido en Hospicio de Niños en 1905. La documentación conservada en el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud revela las características de esa institución.

Reseña histórica del Hospicio de Niños según análisis de la documenta- ción contenida en el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud

En los terrenos adjuntos al antiguo camino de la Ciudad de México a Xochi- milco se erigió el Hospicio de Niños conforme al estilo francés de arquitec- tura (común a los edificios públicos construidos en el régimen porfiriano); fue pensado para cumplir varias funciones, por ello comprendía edificios especí- ficos para las diferentes actividades: administrativas, médicas y de servicios generales; y otros, donde residían los asilados; en departamentos para niños y para niñas, sus dormitorios, los comedores, las escuelas y los talleres,98 el con- junto ocupó 43 378 m2. El proyecto y la construcción del inmueble estuvieron a cargo de los ingenieros Roberto Gayol y Mateo Plowes. El establecimiento recibía niños mayores de seis años provenientes de la Casa de Cuna y otros hospicios, enviados por la Direcciòn General de la

97 López Figueroa… op. cit., p.115, 98 Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, fondo Beneficencia Pública, sección Estableci- mientos Asistenciales, serie Hospicio de Pobres, Legajo 31, Expediente29, 1906. (en adelante AHSSA, F-BP, S-EA, Se-HP, Lg., Exp., año). 252 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Beneficiencia Pública o remitidos por las Demarcaciones de Policía, cuando se trataba de niños extraviados o abandonados. Objetivos primordiales del establecimiento eran “la educación y soste- nimiento de la niñez desvalida”. Su reglamento indicaba los deberes y obli- gaciones del personal que ahí laboraba, así como los correspondientes a los asilados; éstos podían profesar cualquier religión; no obstante, la educación que recibían era laica, y se impartió, principalmente, en el nivel primario, aunque originalmente fue concebido para albergar mil asilados, los datos estadísticos muestran que en el año 1922 se encontraban inscritos 719 niños y 612 niñas.99 En cuanto a la salud, encontramos que los hospicianos que sufrían alguna afección menor eran atendidos en las enfermerías del mismo establecimiento y los enfermos que requerían tratamiento especializado eran trasladados al Hospital General; algunas de las enfermedades más frecuentes fueron las de índole cutáneo como la sarna y la tiña. En los establecimientos asistenciales de la Beneficencia Pública, también fue un objetivo instruir en actividades laborales a los asilados que estuvieran en condiciones de trabajar, con el fin de formar individuos capaces de integrarse a la sociedad. Así, al llegar a los trece o catorce años, tanto los varones como las mujeres debían continuar su instrucción fuera del Hospicio; los jóvenes eran externados y enviados a la Escuela Industrial de Huérfanos, mientras que las jóvenes, aunque podían seguir viviendo en la institución, tenían permi- tido asistir diariamente a los distintos planteles para mujeres en la Ciudad de México, como escuelas de agricultura, industriales y comerciales; sin embargo algunos profesores recomendaban la construcción de una escuela industrial adjunta al hospicio destinada exclusivamente para mujeres. Los alumnos con destacado desempeño escolar quedaban bajo la tutela del Hospicio hasta concluir sus estudios superiores. Algunas veces, los fun- cionarios llegaron a solicitar alumnas con conocimientos en taquigrafía y mecanografía para emplearlas en las oficinas de la Dirección General de la Beneficencia Pública y se llegaron a dar casos de que algunos asilados traba- jaran en el mismo Hospicio, como vigilantes o profesores de los talleres. El Hospicio de Niños, como los demás establecimientos de la Benefi- cencia Pública, dependía de la Dirección General, que a su vez estaba supe- ditada al Ministerio de Gobernación y de éste recibía los recursos necesarios; además algunos sectores de la población hacían donativos. En fechas espe- ciales regalaban juguetes y también organizaban funciones cinematográficas que servían como entretenimiento a los infantes.

99 Para más información ver AHSSA, F-BP, S-EA, Se-HP, Lg.43, Exp. 10; Lg. 45, Exp. 4. organizar para conservar 253 Cuando un asilado mostraba mala conducta se le castigaba privándole de la salida el día domingo, de la visita de familiares, de asistir a paseos, fiestas y espectáculos y, según la gravedad de la falta, era remitido a la Escuela Correc- cional o se le expulsaba. Existían denuncias de maltrato hacia los menores, presentadas por familiares de los internos. El maltrato físico se aplicaba con el consentimiento de las autoridades del Hospicio, quienes se justificaban decla- rando que sólo cumplían lo señalado en el “oficio de azotes”, él cual indicaba el número de golpes que correspondía a cada travesura. En este aspecto se encontró que en 1931 un profesor golpeó a un alumno, lo que motivó que la Junta Directiva de la Beneficencia Pública lo suspendiera y además emitiera una circular a los directores de establecimientos educativos, donde quedaban prohibidos “todos los castigos en penas corporales, en quitar o disminuir a los niños su alimentaciòn, en prohibirles o disminuirles el [tiempo de] recreo y el descanso a que tienen derecho, en impedirles que salgan a la calle y a los patios, en encerrarlos en cualquier lugar, en suprimirles las diversiones, tales como el cine y en general todos los castigos similares a estos”. Las sanciones permitidas consistian en: “procurar [y] obtener la obediencia y la subordi- nación de los alumnos por medio del convencimiento moral, de represiones verbales, de consejos o de aquellos castigos que no rebajen ni ofendan el espí- ritu del educando”.100 Quien se mostrara interesado en adoptar a un menor debía solicitarlo por escrito al Gobierno del Distrito Federal, éste ordenaba a la demarcación de policía correspondiente que se investigaran las solvencias económica y moral del solicitante para determinar si autorizaba la adopción. Por el análisis de la documentación, se encontró que era mayor el número de niños asilados que el de niñas; que prevalecía la misma tendencia en los ingresos; que las bajas obedecían a la petición de los familiares, a las adopciones, y a que los asilados llegaban a los catorce años. En otros casos hubo bajas por fugas, porque el interno solicitó licencia y excedió el tiempo que le concedieron para regresar, y el menor número de bajas fue debido a fallecimientos; aun así los ingresos de niños al Hospicio eran superiores a las bajas.101 Como hemos podido apreciar, el Hospicio de Niños tuvo como tarea des- empeñar los objetivos para los cuales fue instituido. La breve enumeración que se ha hecho de las actividades del establecimiento sirve para tener idea de su organización y saber cuáles áreas generaron los documentos que ahora forman parte de este acervo, todo ello permite comprender la evolución del Hospicio y da indicios para entender cómo funcionan los organismos

100 F-BP, S-Impreos, Se-Hemeroteca, Lb. 1, 1931. 101 Para mas información ver AHSSA, F-BP, S-EA, Se-HP, Lg. 35, exp. 6, Lg. 36, exp. 8, Lg. 39, exp. 16, Lg. 43, exp. 6, Lg. 46, exp. 11, Lg. 47, exp. 1. 254 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. actuales encargados de atender niños, como la Casa de Cuna y la Casa Hogar, que se ocupan de los huérfanos, dependen del Sistema Nacional para el Desa- rrollo Integral de la Familia (dif) y cuya acción complementan las labores de centros especializados en atención médica, como el Instituto Nacional de Pediatría y el Hospital Infantil.

Organización de la serie documental Hospicio de Pobres del Archivo His- tórico de la Secretaría de Salud

Terminada la semblanza, me refiero a la documentación del Hospicio de Niños, que se encuentra organizada en la sección de Establecimientos Asis- tenciales, en la cual, aparte del hospicio, encontramos las series documentales pertenecientes a los siguientes establecimientos: Casa de Niños Expósitos, Asilo de Mendigos, Casa Hogar, Dormitorios Públicos, Comedores Públicos, Baños y Lavaderos Públicos entre otros que corresponden a establecimientos dedicados a la asistencia de la sociedad a los necesitados. La descripción de contenido brinda información abundante sobre docu- mentos referentes a los servicios de asistencia médica, social y educativa que se impartió en el Hospicio. Entre los expedientes relevantes cabe men- cionar: el acta de inauguración, álbum fotográfico del edificio, reglamentos, programas de trabajo, planos, recortes periodísticos, informes de visitas de inspección al establecimiento, partes diarios y mensuales del movimiento de asilados y empleados, estadísticas médicas y escolares, solicitudes de adop- ción y becas, registros de defunciones, cuadros de alimentación, quejas de asilados, ayudas y donativos. La serie documental Hospicio de Pobres se relaciona con otros acervos conservados en el mismo archivo como Casa de Niños Expósitos y Hospi- tales y Hospicios, con otros archivos como el Ramo Beneficencia, el Ramo Hospicio de Pobres y el Ramo Hospitales del Archivo Histórico del Distrito Federal y los Ramos de Beneficencia Pública, Gobernación y Secretaría de Salubridad y Asistencia del Archivo General de la Nación.

Conclusiones

Por medio del análisis y la interpretación de los datos contenidos en los documentos podemos inferir la organización de un establecimiento, lo cual permite la aplicación de los métodos apropiados para la clasificación del patrimonio documental. La aproximación al Hospicio de Niños fue posible organizar para conservar 255 gracias a la adecuada clasificación que se dio a esta serie documental y en consecuencia pudimos conocer parte del acervo histórico de la la Secretaría de Salud.

Bibliografía

López Figueroa, Felipe Valentin, Pobreza, caridad y beneficencia, un ejemplo: El Hospicio de Pobres de la Ciudad de México. 1857-1876, tesis, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, 1993. Martínez Barbosa, María Xóchitl, El Hospicio de Pobres de la Ciudad de México, origen y desarrollo. (1774-1806), tesis, Universidad Iberoamericana, México, 1994. Guía de los Establecimientos Asistenciales del Fondo Beneficencia Pública en el Distrito Federal, Secretaría de Salud, México, 1988.

Fuentes Primarias

Archivo Histórico de la Secretaría de Salud Fondo: Beneficencia Pública Sección: Establecimientos Asistenciales Serie: Hospicio de Pobres Leg. 31, exp. 29; leg. 36, exp. 8; leg. 39, exp. 16; leg. 43, exp. 10; leg. 45, exp. 4; leg. 46, exp. 11; leg. 47. exp. 1 Sección: Impresos Serie: Hemeroteca Libro 1 Sección: Dirección Serie: Dirección General Leg. 47, exp. 22 Fuentes documentales del Archivo Histórico del Arzobispado de México: espacios sociales y prácticas religiosas en la parroquia de Ixtacalco.

Maestro Marco Antonio Pérez Iturbe, maestra Berenise Bravo Rubio Archivo Histórico del Arzobispado de México

La historia social y religiosa de las poblaciones de la cuenca de México cuenta con la información de los archivos eclesiásticos como fuente complemen- taria a aquella que se resguarda en los acervos civiles de las antiguas muni- cipalidades, que después fueron sustituidas por las delegaciones políticas y el gobierno central del Departamento del Distrito Federal. De esta manera funcionan el Archivo Histórico de la Basílica de Guadalupe, el Archivo del Cabildo Metropolitano de México y el del Arzobispado de México. Es impor- tante señalar que las fuentes parroquiales tan interesantes para la historia demográfica se pueden localizar dentro de los ricos repositorios del Archivo General de la Nación en forma de microfilmes. Entre las fuentes podemos destacar los libros de visitas pastorales que los arzobispos realizaron desde la época colonial por las diferentes parro- quias de la ciudad (14 para el periodo novohispano y 36 hacia 1921), ubicadas en el casco de lo que ahora conocemos como centro histórico.102 En estos

102 Dos visitas, una para el periodo novohispano y otra para el siglo xx, son: Testimonio que de todo lo actuado en la Santa visita de esta ciudad de México, hecha en el año de 1808 por el señor licenciado don Isidro Saénz de Alfaro y Beaumont, del consejo de su majestad caballero de la real y distinguida orden española de Carlos III, inquisidor de México prebendado de esta santa Iglesia metropolitana, gobernador y visitador general de este arzobispado, por el ilustrísimo señor doctor don Francisco Xavier de Lizana y Beaumont, arzobispo de esta diócesis del consejo de su majestad, mandó formar el señor don Pedro Ocon y Abad, secretario de la santa visita y prosecretario de cámara y gobierno de dicho arzobispo CL 32; Libro de visita del arzobispo Pascual Díaz Barreto a las parroquias del Sagrario, San Miguel Arcángel, Santa Veracruz, San José, Santa Cruz y Soledad, San Sebastián, San Pablo Apóstol, Regina Coeli, Santa María la Redonda, Santa Cruz Acatlán, Santa Ana, Santo Tomás “la palma”, San Cosme, Inmaculado corazón de María (en Martínez de la Torre), San Antonio de las Huertas, Concepción Tequipehuca, San Antonio Tomatlán, San Francisco , Nuestra Señora de los Dolores, Campo Florido, Sagrado Corazón de Jesús, Espíritu Santo, Verbo Encarnado y Sagrada Familia, Purismo Corazón de María en la Colonia del Valle, Coronación de Santa María de Guadalupe, Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora de Lourdes, Cole- gio de Niñas (como parroquia para la colonia francesa) en los años de 1933 y 1934, CL. 258 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. libros poseemos un testimonio escrito de la fábrica material de aquellos espa- cios sagrados como capillas, iglesias, cementerios y santuarios, espacios que como menciona el historiador Cesare Marchi, nacieron como el fruto de dos milagros, el religioso y el económico,103 en tanto que fueron construidos y sostenidos por piadosos y diligentes contribuyentes. Esta fuente también comprende la denominada “visita de los hombres”, la cual registra conductas sociales y prácticas religiosas. Se relata por ejemplo el número de feligreses sujeto a cada parroquia, la lengua que hablaban, el número de individuos que participaban en cofradías y asociaciones pías. En tanto que la visita es un medio para mantener la disciplina de eclesiás- ticos y feligreses, podemos obtener noticias de aquellos males que aquejaban a ciertas feligresías como la embriaguez, el analfabetismo, las condiciones materiales de vida, las enfermedades, etc. Otro tipo de documentos son aquellos informes que los párrocos enviaban al arzobispo y que son útiles para reconstruir aquellas prácticas religiosas que hoy conforman y son parte esencial de las comunidades de esta ciudad. Por ejemplo, en 1901 el cura de Ixtapalapa manifestó al arzobispo su preocupación porque los feligreses le habían solicitado sacar y representar con insignias vivas “los grandes misterios de la Semana Santa”.104 Aunque en aquella ocasión el prelado ordenó a su cura que no permitiera estas represen- taciones, pero bien conocemos el desenlace, ni las mismas prohibiciones de la Iglesia pudieron limitar esta “incontrolable” costumbre y sólo quedó un camino el acuerdo. Como en años anteriores se autorizó que las personas que representaran a un personaje fueran “ancianos confesados”, que fue el caso de Churubusco.105 Además de libros de visita e informes de curas, existen diarios o directo- rios de costumbres. Uno de ellos fue escrito por Manuel Espinosa de los Mon- teros, cura de Ixtacalco en 1831, del cual compartiremos las siguientes repre- sentaciones. El manuscrito se titula Miscelánea Tomo I de varias doctrinas morales, costumbres, observaciones y otras noticias pertenecientes al curato de Ixtacalco.106 Este texto nos permite dar algunas perspectivas acerca de las rela- ciones entre curas, feligresías y autoridades civiles que muestran la compleja vida en el México republicano a tan solo 10 años de su independencia.

103 Grandes pecadores, grandes catedrales, Barcelona, Seix Barral, 1988, p. 38. 104 Varios vecinos de Ixtapalapa con relación a la semana santa, 1901, Secretaría arzobispal, aham, C101, exp. 40. 105 Churubusco, el párroco sobre los abusos que cometen algunos vecinos en la Semana Mayor, 1884, aham, Secretaría arzobispal, C159, exp. 11. 106 aham, Secretaría arzobispal, Libro 1 y Libro 2, CL 51. organizar para conservar 259 Del autor sabemos que tomo posesión del curato el 30 de noviembre de 1830 y dos años después recibió una prebenda de idioma mexicano en el san- tuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Ixtacalco fue fundada por los regu- lares franciscanos y gobernada como anexo al curato de San José de México. En 1770, se secularizó y fue agregada a la Parroquia de Santa Cruz Acatlán. En 1790, esboza Espinoza de los Monteros, la feligresía estaba conformada por un total de 1853 almas, de las cuales 1702 eran indios y 151 mestizos y españoles “que respecto de los indios son como 1 respecto 11”. Como datos reveladores, hemos seleccionado las fuertes impresiones que nos deja el cura Espinoza de los Monteros sobre la embriaguez entre sus feligreses. Para el párroco, la embriaguez provocaba tres daños, uno al crecimiento de la población, otro explicaba la miseria en el comer y vestir y finalmente el tercero era estupidez. Acerca del daño a la población escuchemos esta dura descripción:

Frecuentan demasiado estos vecinos el aguardiente de caña que produce des- gano o inapetencia de comer, y de ahí viene la debilidad incompatible con la fecundidad. Estando ebrias las mujeres preñadas, perdiendo el tino se caen y golpean, esto y los golpes que ellas entre sí cuando riñen, y los que les dan sus maridos ebrios como ellas, deben producir abortos. Después de paridas acos- tándose con sus hijos y estando ebrias echándose dormidas sobre ellos. Es muy antiguo entre los indios decir que las brujas entran de noche a chupar la sangre de las criaturas para encubrir los homicidios que las madres cometen por su embriaguez. Cargando sus criaturas, y descompuestas las cabezas, al caer es preciso que los niños queden lastimados, y mueren de tierna edad. Las criaturas de más de dos años están ya capaces de conocer el disgusto y la ira de sus ma- dres cuando se pelean con sus maridos u otras personas, y se afligen y lloran al oír gritos descompasados; que si son entre marido y mujer, y duran sus pleitos todo el día, o toda una noche, y si estos disgustos son frecuentes, estando los niños en este continuo estado de aflicción, deben morir prontamente. Sin in- ternarme por el pueblo, desde mis ventanas oigo el llanto de los niños de pecho y aun de otros mayorcitos cuando sus madres pelean. Durante la embriaguez no cuidan de alimentarse los ebrios, por lo que la leche será poca, y también de mala calidad como formada en un estado de cólera.

Las reflexiones de Espinoza de los Monteros no eran sólo opiniones sino que la realidad que expresaba se sustentaba en datos de los libros parro- quiales, método muy conforme a formas de pensar de raíz ilustrada, es decir, sosteniendo afirmaciones en registros: 260 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. En el año de 1830 nacieron 117 y murieron 129: con que en lugar de aumentarse la población en un año bueno cual fue el dicho, quedó disminuido en 22 perso- nas, siendo el de párvulos el mayor número de los muertos.

Otra de las observaciones del párroco fue que había poca gente septua- genaria. Manifestaba además la responsabilidad que tocaba tanto al gobierno del Distrito como al municipal, al cual criticaba con dureza:

Es menester en lo sucesivo mucha puntualidad en apuntar partidas para poder hacer cálculos y observaciones en un quinquenio y comunicarlas al gobierno por ver si acaso se dicta una severa providencia que refrene este vicio detestable. Esta no debe esperarse de ningún ayuntamiento en esta feligresía. Los que com- ponen el actual han nacido y se han criado mirando diariamente este exceso, o en sus padres mismos, o en sus vecinos, y nada les choca. A las puertas del alcalde don Cristóbal se pelean, se gritan y se golpean los ebrios y jamás le he visto tomar una providencia severa. Esta apatía y la de otros que pudieran reme- diar tal desorden nace de que están acostumbrados a verlo a nativitate y creen que seto no es cosa que merezca reparo y que debe despreciarse como bagatela. Entran diariamente a la cárcel pocos o muchos (cuando los domingos, lunes y martes debía entrar la mitad del pueblo); pero esto se hace cuando ha habido sangre de por medio o cuando el alboroto de los ebrios a atronado la vecindad con descompasados gritos.

Acerca del daño de la miseria en el comer y vestir el cura de Ixtacalco apuntó que:

en la embriaguez se disipan los jornales de las semanas o los productos de la verdura y no alcanza mas que para maíz, frijoles y legumbres. No son más que andrajos las vestiduras del mayor número de vecinos. No estoy todavía bien impuesto, pero me parece que los monopolistas de la tierra o de chinampas las han adquirido empeñándoselas o vendiéndoselas los que gustan de una vida holgazana y de embriagarse con frecuencia. En otros pueblos los individuos que llaman de razón así se han hecho dueños de tierras de indios. Es menester observar bien esto en Ixtacalco. En esta feligresía un pulquero, tendero o aguar- dientero puede dentro de pocos años hacerse de chinampas; porque los viciosos y holgazanas por no tener que gastar y beber son capaces de empeñar y vender (y mal vender) cuanto tienen. Piden fiado y sobre sus tierras, ahora un peso, ma- ñana dos, que gastan breve y a pocos meses se queda sin tierras cediendo las que poseía al pulquero en satisfacción de la deuda. Así el pulquero saca la ventaja de vender su efecto y la de hacerse lentamente de una casa o de una tierra. organizar para conservar 261 Las deudas por el consumo de alcohol en este temprano año de 1830 manifiestan la problemática novohispana, que durante el Porfiriato sería muy pronunciada debido al fenómeno de peonaje por deudas y el acapara- miento de tierras en detrimento, primero de los indígenas, antes protegidos por el sistema misional aprobado por la Corona del común de tierras, y luego de los mestizos pobres. Sobre la acumulación de tierras se apunta el número de chinampas que tenía cada vecino de Santa Anita el año de 1824:

Felipe Flores tenía ciento, y este ciertamente no es indio. Me dicen que en Ixta- calco hay quien tiene 500 y alguno hasta mil, y hay quien no tiene nada. Estos monopolios son ilegales. Los indios han poseído sus tierras sin poder de nin- guna manera enajenarlas, y para hacerlo ha sido precisa licencia del superior gobierno, precediendo información de utilidad. Sin este freno, no tuvieran ya los indios donde sembrar un grano. Han poseído la tierra en calidad de comu- nes, de que solo el común ha tenido el dominio y ese restringido como dije desde arriba. Por consiguiente ninguno ha podido disponer de ellas por testamento, porque no se puede testar de aquello que es común a todo el pueblo. Indios eran los antiguos poseedores de estas tierras, y teniendo tales trabas, no sé cómo hayan podido acumularse en algunos individuos un tan considerable número de chinampas. Los indios sus antecesores no han podido transmitirles a los pre- sentes un derecho que ellos no tenían. Si no se pone remedio a ese ilegal modo de poseer, dentro de pocos años las tierras de Ixtacalco se convertirán en dos haciendas, la una se llamará de los Vázquez y la otra de los Rosas, quedando el resto de los vecinos para sus terrazgueros, o sus jornaleros y peones porque sus padres se quedaron sin chinampas cambiándolas por pulque o aguardiente.

El alcoholismo provocaba indirectamente otro prejuicio al endeble y novedoso sistema democrático mexicano, según este cura:

Ojo pulque para los electores. Treinta o cuarenta de estos fácilmente se congre- gan alrededor de una tina de pulque, o de un frasco de aguardiente, y se com- binan para formar un partido dominante, o una demagogia que se apodere de las empleos municipales para dirigir a su provecho los asuntos del común. Con tres o cuatro votos que se asegure cada uno adquieren la mayoría y la manejan como les parece mejor. El resto de los vecinos no asiste a las elecciones, o porque ve pujante el partido opuesto, o porque nada se le da de que sean electos Pedro, Sancho o Martín. No han sido solo los yorkinos los que han sabido intrigar para dirigir las elecciones que fueron favorables a su partido como lo vieron cuantos tuvieron ojos. En los pueblos cortos son frecuentísimas y son más fáciles de ha- cer como lo he observado varias veces. Al que no se le obliga con el miedo, con 262 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. el interés o con un cajete de pulque, se le aturde con la verbosidad y petulancia. Pan y toros quería en cierto tiempo el pueblo de Madrid. Maíz y pulque piden los populachos de América, y respecto de las cosas públicas se portan como máquinas dejándose mover al antojo y provecho del más osado que se apodere de ellos.

Finalmente Espinoza de los Monteros expresó que las bebidas causaban estupidez:

El suelo fangoso en que estos vecinos nacen, viven y mueren, y la embriaguez les da una complexión tosca, de que resultan personas estúpidas, gentes desca- radas, impúdicas, sin el menor sentimiento de pudor y vergüenza, que ya en su juicio, ya ebrias hacen en público acciones indecentísimas, y dicen desenvuel- tamente palabras abominables, que he oído repetir a niños de cinco años. Nada de esto remedian los mandarines ni querrán remediar porque acostumbrados desde que nacen a ver y oír diariamente lo que he dicho tanto en sus casas como fuera de ellas, no tienen ideas delicadas de vergüenza, de recato y de fina edu- cación. El más pintado de ellos se sentará a hacer sus necesidades en cualquier calle de éstas con tanto descanso como si estuviera en el desierto. Exceptuanse algunos y algunas que no son capaces de esto.

Sobre este daño es necesario hacer la siguiente acotación: el aguardiente que se bebía “se mixtura con alumbre para darle fortaleza”. El alumbre era una sal que resultaba de la combinación de ácido sulfúrico con la alúmina u óxido de aluminio, por lo que podemos imaginar los altos grados tóxicos de estas bebidas. Lo que podría calificarse como un juicio moral de un eclesiás- tico era en verdad la descripción cruda de una práctica social muy extendida como el alcoholismo. Como se puede ver en este manuscrito la representación religiosa católica no queda sólo en los rituales y ceremonias, sino que trasciende el orden moral y por tanto afecta espacios públicos. Es por eso que en estas líneas quisimos destacar la concepción del cura de Ixtacalco por proteger a su feligresía, súb- ditos antes y ciudadanos del recién independizado México, al establecer res- ponsabilidades a los nuevos actores políticos frente a situaciones inéditas. Conocemos bien el lamentable colapso del sistema republicano democrático en el siglo xix, este diario, como otras fuentes del archivo, nos proporciona datos a nivel microhistórico de las tensiones sociales, políticas y religiosas de aquellos años. Ahora sólo necesitamos a nuevos historiadores con investiga- ciones que dejen los marcos de la historia de bronce. La ciudad y sus imágenes. La investigación social y las experiencias de acceso a la información pública

Alejandra Padilla Pola* Becaria del Instituto de Investigaciones doctor José María Luis Mora

Síntesis Este trabajo es una reflexión teórico-metodológica acerca de las relaciones que se establecen entre las prácticas archivísticas para poner en acceso imá- genes fotográficas y su incidencia en la investigación social, especialmente la investigación histórica sobre la ciudad de México; así como en torno a la incidencia de estas prácticas tanto en la construcción de conocimiento nuevo como en la preservación y difusión del patrimonio cultural. Asimismo, busca generar un espacio de reflexión que atienda los diversos problemas y necesi- dades de trabajo con las imágenes cuando éstas se construyen como fuentes de investigación para las ciencias sociales históricas. Líneas de investigación: La fotografía como fuente para la historia de la ciudad de México, patrimonio fotográfico y preservación; acceso a los bienes patrimoniales y su uso en la investigación social.

Hoy día resulta imposible negar que nuestra vida social se despliega en el marco de una cultura mediatizada y masivamente visual. El cuadro general de nuestra vida actual se presenta como un mundo donde el volumen total de la producción, circulación y reproducción de una gran diversidad de imá- genes está en aumento, donde nuestra exposición a éstas es incesante y donde el protagonismo del lenguaje visual y audiovisual (en sus diversas formas) es innegable;107 incluso, muchos críticos e intelectuales han afirmado que la experiencia humana está más visualizada que nunca y que el mundo como

107 En las grandes urbes, más de 94% de la información se percibe por el oído y la vista; y de ese porcentaje, más del 80% específicamente por la vista. Dato tomado de Lourdes Roca, “Historias de vida e imagen: reflexiones a partir de dos experiencias” en Garay, Graciela de (coord.), Cuéntame tu vida: historia oral, historia de vida, México, Instituto Mora-CONA- CYT, 1997 (Col. Perfiles). 264 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. texto ha sido sustituido por el mundo como imagen.108 Los drásticos cambios suscitados en los últimos años (tanto sociales como en el terreno del desarrollo tecnológico) nos han demostrado que lo visual ha llegado a desempeñar un papel primordial en la vida moderna no sólo por la fuerza de la publicidad y la mercadotecnia de la peculiar sociedad de consumo, simulación y espectáculo en la que estamos inmersos, sino también por su importancia como medios de adquisición de conocimientos en el marco de una sociedad que cada vez lee menos y, en cambio, está más habituada a los medios audiovisuales y las nuevas tecnologías (ordenadores, medios digitales, cibernética, Internet, etc.). Ante estos cambios, el ámbito de la investigación social ha tenido que revisar y replantear viejos problemas, reconsiderando su papel en torno a la propia labor de investigación, la docencia y la divulgación a la luz de nuevas reflexiones y planteamientos teórico-metodológicos.109 Sin embargo, a pesar del protagonismo de las imágenes en nuestra vida cotidiana y de la cada vez menor resistencia en la esfera académica, la investigación social no las ha tomado demasiado en serio (aunque cabe mencionar que se han realizado trabajos en los que se demuestra la versatilidad de los usos y la variedad de metodologías con las que puede abordarse el estudio de las mismas).110 Si bien existen diversos problemas de corte teórico-metodológico en torno al aná- lisis de las imágenes como un medio para conocer e interpretar la sociedad, tal

108 Figuras como Nadine Gordimer, José Saramago, Carlos Fuentes o Gabriel García Márquez (por mencionar algunos nombres) han elevado sus voces para advertirnos sobre los peligros derivados del uso arbitrario y hegemónico de las imágenes que acechan a la palabra escrita y la práctica de la lectura, especialmente en lo concerniente al estímulo de la imaginación. No obstante, sus proclamas resultan parciales y limitadas pues consideran que son las imágenes herramientas de las palabras y no al revés. Estas declaraciones han dejando entrever una opi- nión generalizada (por cierto bastante discriminadora y elitista) entre los académicos e inte- lectuales sobre la lectura como un proceso intelectual complejo y lo visual como un “simple” problema de física óptica y de percepción. Véase La Jornada, 25 de noviembre de 2006, p. 4a, o su edición electrónica: www.jornada.unam.mx/2006/11/25/index.php?section=cultura&article=a04n1cul. 109 Fernando Aguayo y Lourdes Roca, “Estudio introductorio” en Aguayo Fernando y Lourdes Roca (coords.), Imágenes e investigación social, México: Instituto Mora, 2005 (Colección His- toria social y cultural), pp. 9-28. 1 10 Una muestra de estos trabajos, que más que estudiar las imágenes per se son un estudio de lo social a través de las imágenes, resultó de un esfuerzo interdisciplinario alrededor del Pri- mer Congreso Internacional sobre Imágenes e Investigación Social, organizado por el Instituto Mora a través del Laboratorio Audiovisual de Investigación Social (proyecto CONACYT), ce- lebrado en la ciudad de México los días 28 al 31 de octubre de 2002 en el mismo Instituto. Una selección de estos trabajos puede encontrarse en Aguayo, Fernado y Lourdes Roca, Imágenes e investigación social, México, Instituto Mora, 2005 (col. Historia social y cultural). organizar para conservar 265 vez la mayor dificultad resida en la recuperación de estos objetos como poten- ciales fuentes de conocimiento. Lamentablemente, en este sentido es necesario reconocer que dicha recuperación, y su posterior incorporación a las investi- gaciones, generalmente se llevan a cabo de forma inadecuada. Desde esta pers- pectiva, la problemática se vuelve mucho más compleja, pues ya no se trata sólo de resolver cuestiones relativas a la metodología o a las fuentes; sino que incluye una reflexión sobre cómo accedemos al conocimiento, cómo hallamos estos objetos. Esta problemática nos conduce al núcleo del presente trabajo: las rela- ciones establecidas entre las prácticas archivísticas y las prácticas de investiga- ción en torno a la recuperación de las imágenes fotográficas como objetos con un innegable valor epistémico, como fuentes para la historia de la ciudad de México y, en consecuencia, como objetos patrimoniales que deben ser conser- vados y difundidos. Cabría comenzar, entonces, con una breve discusión sobre la incorporación de estos objetos como fuentes para la investigación histórica.

La fotografía como fuente para la historia. Actualmente, nadie (o casi nadie) se atrevería a negar la utilidad de la fotografía como una herramienta en la investigación histórica, sobre todo en la investigación sobre la ciudad de México. No obstante, el uso que se le ha dado ha sido mera- mente ilustrativo, llegando incluso a un grado tautológico en el que la imagen describe lo mismo que describen las palabras. Esta situación me empuja a afirmar que si bien no se le ha objetado un valor documental a la fotografía, tampoco se le ha apreciado en su justa dimensión. Es decir, pareciera que los historiadores se niegan a ver más allá de lo que la imagen constata y olvidan que las fotografías, como objetos materiales resultantes de un complejo proceso social y de creación cultural, no son ventanas o espejos que reflejen el mundo social visible “tal cual es”, aunque manifiesten modos de ver la sociedad y modos en los que ésta desea ser vista; son una representación, una interpretación sobre ese mundo, y por tanto, son una construcción social sobre lo social. Además, las fotografías son objetos complejos y densos, y la imagen es tan sólo uno de sus componentes.111

111 En lo concerniente a la fotografía como un objeto complejo, Fernando Aguayo ha puesto las cartas sobre la mesa respecto al poco (o nulo, la mayor parte de las veces) interés que los inves- tigadores de lo social, y los historiadores en particular, han mostrado a propósito de la mate- rialidad de la fotografía y de su problemática (autoría, datación, composición, técnica, forma- tos, estructura, comercialización, etc.), disociando el objeto en dos entidades independientes: imagen y “datos técnicos”. Esta separación ha tenido consecuencias graves al momento de la recuperación documental de las fotografías y de su organización en los acervos, pero también continúa fomentado una visión desde la que se entiende el objeto fotográfico como si la imagen y los procesos fotográficos fueran dos campos aislados, súper especializados y disociados entre sí. Véase Aguayo, Fernando, Imagen, fotografía y productores, próximo a publicarse. 266 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Actualmente la fotografía se ve de diversas maneras: es un género artís- tico, una técnica, un sistema de representación, un medio híbrido, un docu- mento social, una evidencia, etc. La fotografía es un artefacto social resul- tante de una aplicación tecnológica mediada por el sujeto que registra desde una cultura, desde una praxis social y desde una época, y es también una manifestación de la actividad intelectual y de los procesos sociales donde ha sido engendrada. Por ello, además de comunicar y expresar emociones al igual que otros medios que no son visuales, la fotografía nos aporta un sin fin de informaciones de distinta índole. Y es efectivamente su calidad de medio denso portador de múltiples contenidos (social, político, cultural, estético, ideológico, etc.) lo que hace de ella un documento social y cultural de invaluables posibilidades epistémicas, y lo que la transforma en una valiosa fuente potencial para la reconstrucción histórica y el análisis social. Ahora bien, para usar estos objetos como fuente en la investigación histórica resulta necesario abordar un paso esencial en la misma: la construcción de fuentes. Tradicionalmente, el término “fuentes de la historia” ha designado a aquellos objetos que han sido fabricados por el hombre, de antigüedad y pro- cedencia diversas y que son testimonio del paso de la humanidad y de su actividad. Sin embargo, es patente la existencia de una confusión entre el tér- mino, muy utilizado en la investigación para referirse al material mediante el cual el historiador adquiere conocimiento sobre ciertos problemas o pro- cesos sociales del pasado, y los vestigios, término que designa la existencia de dichos objetos. La historiografía tradicionalista utiliza el término “fuente” para referirse únicamente a los documentos escritos; pero en estricto sen- tido, las fuentes, entendidas como el origen o la procedencia de informa- ción y conocimiento, incluyen todo lo que pueda informarnos sobre los seres humanos y su actividad en el mundo. No obstante, de estos vestigios o huellas112 no emana información alguna; en realidad, son testigos mudos del devenir humano, por lo que hay que hacerlos “hablar”. Es decir, de ellos se obtendrá algún conocimiento en la medida en que se establezca una relación entre el objeto-testimonio y el saber del historiador, y en la medida en que sus contenidos sean elaborados como tales por el historiador para después hacer

112 El concepto de huellas podría parecer muy vago, como su propia ontología lo demuestra, pero para aclararlo me remito a una cita de Marc Bloch: “El conocimiento de todos los hechos humanos en el pasado y de la mayoría de ellos en el presente, tiene que ser un conocimiento por huellas, […] ¿qué entendemos, en efecto por documentos sino una ‘huella’, es decir la marca de un fenómeno que nuestros sentidos pueden percibir, pero imposible de captar en sí mismo?” Ver Bloch, Marc, Apología para la historia o el oficio de historiador, México, INAH- FCE, 1996 (Historia), p.164. organizar para conservar 267 uso de los mismos en un continuo diálogo temporal. En este sentido, si bien las fotografías son portadoras de un valor epistémico intrínseco, ¿cómo acce- demos al conocimiento del pasado a través de ellas? Marc Bloch señala que el conocimiento del pasado es forzosamente indirecto, pues es una observación que parte de una recolección de cosas vistas por otros.113 Desde esta perspec- tiva, la fotografía puede funcionar como testimonio de algo porque lo “da a ver”; y si bien es cierto que los acontecimientos del pasado son más accesibles a través de su mediación, esto no significa que sea imparcial u objetiva, pues la fotografía está sujeta a muchas formas de manipulación y puede falsear lo que da a ver. Para recuperar en su totalidad la multiplicidad de testimonios contenidos en ella, es necesario captarla en todos sus aspectos (y no sólo en aquellos que nos interesan), y reconocerla como un vestigio que tuvo usos y propósitos específicos en el marco de su producción. Pero aún no hemos dado respuesta en cuanto a las formas en que podemos hacer “hablar” las fotografías sobre los mundos sociales, presentes y pasados, en sus pronunciamientos y en sus silencios, cuando son irremediablemente “mudas”. Como todo vestigio humano, debemos construirlas primero como fuentes, y en la investigación con imágenes se considera como primer paso la documentación. La documentación atañe a problemas relativos a la localiza- ción y acceso de las imágenes, así como a una decodificación y análisis más precisos para construir conocimiento con ellas; comenzaremos por describir la función de la documentación en el segundo rubro. Las fotografías son objetos polisémicos, pues sus significados son direc- tamente proporcionales a cuantos lectores haya, por ello, la primera conside- ración para recuperar sus contenidos es reconstruyendo el contexto especí- fico de las mismas, por lo que cualquier análisis, sin importar la metodología que se escoja para ello, tendrá que estudiar y establecer las relaciones entre el documento y su contexto documental. El análisis también debe considerar tres momentos del documento: el de su creación (en el que intervienen con- dicionantes técnicos, individuales, sociales, de “reproducción” y de carácter editorial); el de su tratamiento documental (el análisis connotativo y deno- tativo de la imagen); y el de su reutilización (reproducción, recuperación o reapropiación).114 El análisis documental atiende la imagen como una tota- lidad, fijando su atención en los diversos componentes o atributos (técnicos, biográficos, temáticos y relacionales) característicos de la imagen y del objeto

113 Marc Bloch, op. cit., p. 159. 114 Félix del Valle Gastaminza, “La fotografía como objeto desde la perspectiva del análisis documental” en Aguayo, Fernando y Lourdes Roca (coords.), Imágenes e investigación social, México, Instituto Mora, 2005 (Historia social y cultural), pp. 219-242. 268 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. mediante el análisis morfológico (características técnicas, formales y de composición: soporte, formato, óptica, tiempo de pose, luz, calidad técnica, enfoque del tema y estructura formal) y el análisis de contenido (quién apa- rece en la imagen; qué situación o qué objetos están representados por la imagen; dónde se ha hecho la imagen, qué lugar representa; cuándo se ha hecho y cómo se ha hecho).115 Entonces, la investigación con imágenes debe considerar tanto factores formales como de contenido y de contexto. El reto es aprender qué puede ser comprendido a partir de la propia foto y qué debe ser obtenido a partir de materiales documentales relacionados. Es cierto que la imagen puede ilustrar o corroborar nuestras conclu- siones, puede apoyar y fortalecer nuestras hipótesis, pero también puede plantear nuevas interrogantes. Se trata de que el historiador utilice las foto- grafías y las aproveche, pero que no recurra a ellas sólo para ilustrar sus eruditas investigaciones, sino que incluso se valga de ellas como punto de partida para las mismas, para conocer y explicar la historia de la ciudad de México en su complejidad y totalidad. Como hemos mencionado ya, los tes- timonios visuales han sido ignorados e incluso negados por la historia y las diversas ciencias sociales, reduciendo su uso al de mera ilustración, y en gran parte se debe a que resulta difícil traducir el testimonio de las imágenes a palabras (una muestra de esto es lo que sucede con la normalización de los lenguajes documentales en los archivos visuales). Sin embargo, otra causa de esta marginación se debe a problemas de localización y acceso (dispersión del material, pérdida de piezas, problemas de catalogación, etc.), y frecuente- mente a la carencia de una adecuada documentación en los archivos, lo que nos conduce al punto central de este trabajo.

Las prácticas archivísticas y la investigación social: documentación, acceso y patrimonio. Con mucha frecuencia se escuchan proclamas que justifican la empresa de la investigación social como una extensión de la conservación, el estudio y la difusión del patrimonio cultural. Sin embargo, con la misma frecuencia, los investigadores de lo social no se inmiscuyen en el ámbito que atañe directa- mente el resguardo de los bienes considerados patrimoniales: los archivos. Los investigadores constantemente se quejan del suplicio que implica la bús- queda de materiales en los diversos archivos y de la deficiente documenta- ción de los acervos. Es cierto, no existe una visión integral sobre los archivos visuales y audiovisuales que contemple no sólo la conservación, restauración y divulgación de sus acervos, sino también la documentación, clave funda-

115 Idem. organizar para conservar 269 mental para el funcionamiento de lo demás que a menudo no se considera- prioritaria.116 Pero este problema no le atañe únicamente a los archivos. La mayoría de las veces, los investigadores tampoco contribuyen a corregir esta situación. Usuarios y beneficiarios de tales materiales, tendrían que retribuir a estos archivos con su investigación y participar en las labores de cataloga- ción y clasificación (lo cual no sucede con frecuencia), y en cambio, muchas veces, el investigador de lo social que recurre a las imágenes omite el valioso y necesario paso de la documentación, fomentando con ello visiones erróneas sobre los materiales. En realidad, el problema que afecta a los archivos y sus acervos, es un problema mucho más extenso que el concerniente a la orga- nización, documentación e investigación, es un problema social, relacionado con estas prácticas, con las políticas públicas y con las prácticas para designar lo patrimonial.117 Con el fin de preservar el patrimonio e incidir en la transformación de las prácticas de investigación, las labores realizadas en el Laboratorio Audio- visual de Investigación Social (lais)118 del Instituto Mora se han enfocado en la construcción de un Sistema de Información para Archivos de Imágenes (siari) que incluye propuestas sobre la creación de archivos que atiendan los diversos problemas y necesidades de trabajo con las imágenes desde la inves- tigación social para facilitar la localización de los documentos fotográficos, mejorar el manejo de las colecciones y con ello, mejorar la preservación y difusión de las mismas. Este sistema también incluye la construcción de una

116 Fernando Aguayo y Lourdes Roca, op. cit., p. 11. 117 Lourdes Roca y Fernando Aguayo han analizado acertadamente esta situación y han conve- nido que no se trata de un problema que sólo ataña a los archivos, sino de un problema social: “La retroalimentación permanente entre academia y sociedad es cada vez más necesaria, y ésta no se dará si no transformamos la propia concepción de la investigación social como práctica de eruditos, y mientras no desarrollemos mecanismos de interacción mucho más activos y per- manentes entre investigación, archivos y sociedad” (2005:20). A pesar de que algunos colegas –los que se han sentido aludidos- califiquen de exagerada y radical esta observación, es nece- sario concebir la investigación no como práctica erudita sino como práctica social y colectiva de gran impacto en todos los niveles y dinámicas de la sociedad. Véase Fernando Aguayo y Lourdes Roca, op. cit., p. 20. 118 El lais, creado en 2002, es un espacio dedicado a la historia gráfica, la formación de re- cursos humanos, la vinculación interdisciplinaria, la producción audiovisual, documental y multimedia de investigación, y la asesoría y consulta especializadas en el área de la divulgación audiovisual de la investigación social. 270 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. herramienta informática para la creación y difusión de fondos digitales en línea (denominada Pescador),119 y la generación de conocimiento a través de la investigación que permita una mejor comprensión sobre las colecciones y, simultáneamente, asegure su preservación y difusión mediante el reconoci- miento explícito de su valor patrimonial. Este sistema (aun en construcción) es uno de los resultados del proyecto “Preservación patrimonial de imágenes y sistemas de información, acceso e investigación”, que es un proyecto de investigación unificado entre diversas disciplinas (como la archivología, la informática y las ciencias sociales) que busca fomentar la transparencia y la horizontalidad en las prácticas archivísticas y de investigación, garantizar la preservación de las colecciones fotográficas mediante su rescate, su conser- vación física y la implementación de la documentación en distintos niveles para lograr una correcta catalogación, así como a través de la creación de fondos y del diseño de guías e instrumentos de consulta que hagan eficiente la recuperación de los materiales y garanticen el acceso permanente y libre a los bienes patrimoniales. En efecto, la razón de fondo que subyace en este proyecto es la trans- formación de las prácticas de investigación y la generación de conocimiento como medios para la transformación social y como medios para acceder al patrimonio. En consecuencia, resulta necesario realizar una evaluación rigu- rosa sobre el concepto de patrimonio y sobre las formas mediante las cuales se decide qué es patrimonio y qué no lo es. Desde esta perspectiva, las foto- grafías son vestigios sociales resultado de procesos sociales complejos en el término de un espacio, un tiempo y una duración determinados. Habiendo cumplido la función específica para la cual fueron creadas en su momento, ¿qué sigue? ¿Desecharlas, conservarlas, venderlas? ¿Qué utilidad darles? Por supuesto que no se sugiere desecharlas como si de basura se tratase, pero tampoco se sugiere dar por hecho los valores históricos, estéticos, culturales, etc., que puedan tener para denominarlas patrimoniales y conservarlas; entonces ¿qué criterios utilizar? En la definición que la unesco realiza sobre

119 Una muestra de este trabajo de colaboración interdisiciplinaria, “Fototeca digital fotógrafos y editores franceses en México. Siglo XIX”, acaba de ser presentada el 5 de julio de 2007 en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, en el que se puso en línea la colección Julio Michaud del Archivo Fotográfico Manuel Toussaint del mismo instituto. Este fondo puede ser consultado en el sitio: http://132.248.234.160:3000/web/ui. Sobre el funcionamiento del software Pescador puede consultarse Green, Andrew R., “Metadatos transformados. Archivos digitales, la web semántica y el nuevo paradigma de la catalogación” en Quintas Jornadas Ima- gen, Cultura y Tecnología, Madrid, Universidad Carlos III de Madrid, 2007, pp. 11-22. organizar para conservar 271 el patrimonio cultural no es explícito el lugar que ocupa este tipo de materia- les.120 Ciertamente, forman parte de aquello que se ha denominado “memoria del mundo”, y aunque existen recomendaciones para su designación y gestión, está regulado por las normas nacionales; es decir, cada nación define qué de entre estos materiales se designará como patrimonio cultural y cómo gestio- narlo. En este sentido, más que encontrar definiciones claras y precisas sobre el patrimonio, nos hallamos ante enfoques o criterios que se han utilizado para darles un lugar a estos materiales y una justificación para su conservación. De entre estos criterios, lamentablemente, predominan el “utilitarista” o instrumental y el “monumental”. El primero designa lo patrimonial con rela- ción a las ganancias que el objeto pueda generar (¿Frida Kahlo, Chichén Itzá?), mientras que el segundo lo otorga a aquellos objetos investidos de un carácter único e insuperable. Ambos criterios han promovido la noción de lo patri- monial como lo bello, lo único, lo irrepetible y lo inalcanzable, y repercutido tanto en las prácticas archivísticas y de investigación (a través de la selección, conservación, estudio y difusión acrítica del patrimonio, fomentando con ello visiones oficialistas) como en el restringido acceso a estos bienes. A estos cri- terios se opone, y propone, un enfoque epistémico y de apropiación social que plantea la designación de lo patrimonial con relación a la construcción de conocimiento y la valoración de los objetos en función de la información que contienen. Desde esta perspectiva, los criterios de conservación estarían dados en términos del potencial de los vestigios para generar conocimiento sobre la sociedad que los produjo; y los criterios de definición estarían dados en términos del uso y de la apropiación social de los vestigios reconocidos como bienes colectivos y de la actualización de sus significados.121 Es decir, desde este enfoque es la sociedad incluyente la que tiene un papel protagó- nico, proponiendo las formas de acceso, estudio e interacción con su patri- monio y superando la esfera de las autoridades que generalmente toman tales decisiones (gobiernos, académicos y directivos de los archivos). Este enfoque nos recuerda —de ahí su importancia— que los vestigios contienen muchas y variadas vivencias que nos muestran la diversidad y complejidad del devenir humano y que, entonces, la importancia de la designación patrimonial radi- caría en el rescate de esas irrepetibles y singulares existencias de seres humanos concretos. Este punto nos conduce a otro frente que se debate en los archivos y en la investigación social, y que está en estrecha relación con nuestras concep- ciones sobre el patrimonio: la catalogación y la documentación.

120 Cf. UNESCO, Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural 1972, http://portal.unesco.org 121 Andrew R. Green, “Rescate de la memoria” en Ciencia y desarrollo, septiembre de 2006. 272 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Una de las dificultades que con frecuencia enfrentan tanto los archivos que resguardan acervos fotográficos como los investigadores es la carencia de una catalogación adecuada que facilite el uso de los materiales y recupere en su totalidad y complejidad cada uno de los documentos que conforman los acervos. La catalogación, como una serie de operaciones de identificación, análisis y documentación para elaborar sistemas de ordenación, clasificación, sistematización y acceso a la información o catálogos, no escapa de un cues- tionamiento ontológico, valorativo y epistemológico. Es decir, para construir estos sistemas de información, recuperación y acceso es necesario definir una política de catalogación que precise de manera explícita qué vamos a cata- logar, cómo lo vamos a hacer, qué criterios vamos a utilizar, para qué vamos a hacer accesible esta información y a quiénes va dirigida, completamente aso- ciada a nuestra concepción sobre el patrimonio y sobre su acceso o apropia- ción. Entonces, el diseño del sistema de catalogación tendrá que estar acorde con la política de catalogación y con el tipo de acervo documental. En este caso, la catalogación de imágenes fotográficas se presenta como una serie de operaciones de identificación, análisis y documentación que conducen a la representación de forma única y singular de los objetos fotográficos, de las imágenes que contienen y de los datos relacionados con ambos por medio de un documento secundario (texto) o descripción que sirve como un ins- trumento para personificar las piezas, para organizarlas y recuperarlas en el marco de un conjunto documental mucho más vasto. Además, cabe añadir que, especialmente en este tipo de documentos susceptibles de deteriorarse con facilidad, es necesario crear catálogos precisos que representen apropia- damente todos sus atributos tanto en su contenido como en su contexto y pro- ceso de producción, que puedan ser consultados fácilmente, que nos ayuden a preservar los documentos patrimoniales originales (mas no a sustituirlos) y que estén abiertos y regulados mediante la normalización de criterios y con- troles de revisión, corrección y/o actualización. En este sentido, es necesario generar espacios de reflexión permanente que al tiempo que se discuta sobre el libre acceso a la información, al conocimiento y al patrimonio, se desarrollen propuestas de investigación que le den sentido a los bienes patrimoniales y que busquen interlocutores más allá del ámbito académico. Para ello, es necesario conocer y describir de manera adecuada los contenidos de los documentos, lo cual sólo es posible mediante procesos cotidianos de investigación y docu- mentación. Es decir, vista desde este enfoque, la catalogación no es una labor puramente técnica que se concentre en llenar fichas y campos; la catalogación es, ante todo, una labor de investigación y generación de conocimiento sobre los documentos, fundamentada en una reflexión crítica y metodológica sobre la epistemología en general y sobre la generación de archivos. organizar para conservar 273 La documentación es un aspecto al que se le ha puesto mayor atención en los proyectos del lais, pues se parte de la idea de que al conocer los atri- butos tanto morfológicos como de contenido de los objetos fotográficos y de las imágenes en ellos representadas, podemos generar no sólo una cataloga- ción más eficiente sino también investigaciones que los utilicen como fuentes documentales para conocer y explicar determinados aspectos de la realidad social. Ahora bien, sobre las formas en que podemos lograr representaciones adecuadas y efectivas de los documentos, debemos tener en cuenta dos aspectos: primero, nunca un texto va a representar con suficiencia lo que la imagen traslada,122, y segundo, el proceso de investigación de y con las imá- genes, tiene que ser un proceso exhaustivo e intensivo que recupere, repre- sente y normalice cada uno de los atributos y contenidos de los objetos y de las imágenes123 en el marco de una permanente reflexión teórico-metodológica entre investigadores, estudiantes y archivos. Para llevar a cabo la documen- tación hemos recurrido a la sistematización y descripción de conjuntos de imágenes en fondos, colecciones o series con criterios adoptados de la Norma General de Descripción Archivística, isad (g), que si bien no es un instru- mento específico para realizar descripciones de documentos visuales, resulta una herramienta muy útil para la normalización del contenido de este tipo de documentos. La ventaja que ofrece isad (g) es su propuesta metodológica de trabajar con grupos extensos de documentos y describirlos en niveles jerár- quicos que van de lo general a lo particular, respetando el principio de proce- dencia. En el caso de las fotografía, realizar descripciones generales y jerar- quizadas facilita en gran medida la descripción de las unidades documentales simples (o foto por foto), además de que permite establecer relaciones entre las unidades documentales. Asimismo, el principio de procedencia resulta una clave muy importante en la documentación, pues funciona como indicio para conocer tanto el contenido de los fondos o colecciones como para acer- carnos a los contextos de producción de las imágenes; cabe añadir que el aca- tamiento de este principio, por demás, arremete contra la práctica frecuente de desmembrar colecciones. También, se han agregado campos adecuados al tipo de documento (tipo de material, formato, tono, inscripciones y marcas, estructura formal, estado de conservación, etc.) y otros están en discusión (como ubicación de originales y existencia de copias, pues aunque son objetos

122 Félix del Valle Gastaminza, op. cit., p. 228. 123 Sobre este proceso ya se expusieron algunas ideas en el apartado anterior, “La fotografía como fuente para la historia”. 274 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. patrimoniales únicos, con frecuencia éstos guardan relaciones diversas con fotografías e imágenes preservadas en otros acervos).124 Ahora bien, en lo relacionado con la preservación de diversas colecciones fotográficas a través de la generación de investigaciones desde las ciencias sociales sobre dichas colecciones (repercutiendo en la ordenación y sistemati- zación de las mismas), el lais ha llevado a cabo una continuada labor y la ha extendido hacia la construcción de conocimiento en un campo más general: los proyectos sobre la ciudad utilizando las imágenes como fuente para acer- carse a la diversidad de problemáticas sociales y culturales que aluden a tan vasto tema. Si bien, en un principio, la investigación de y con imágenes en el Instituto Mora inició sin considerar las peculiaridades de las colecciones y de las instituciones que las albergaban, tiempo después tuvo que hacer frente a estas situaciones “propias” de los archivistas. Uno de estos casos fue el de la ordenación y descripción de las colecciones sobre dos espacios urbanos de la ciudad de México: Mixcoac y San Pedro de los Pinos. Las imágenes que sobre estos espacios resguarda el Instituto fueron resultado de dos investigaciones sobre “historia oral de la gente común”, proyectos que recopilaron imágenes tanto de archivos públicos como de colecciones privadas para objetivos muy específicos. En el caso de Mixcoac, las imágenes se recopilaron con el fin de montar una exposición que mostrara a los habitantes de Mixcoac los resul- tados de las pesquisas, y después una selección fue utilizada para ilustrarlos en una publicación.125 En el caso de San Pedro de los Pinos, la recopilación de imágenes fue resultado de un cambio en las formas de hacer historia e inau- guró una serie de reflexiones sobre la construcción de fuentes, la utilización de recursos metodológicos distintos a los tradicionales y el uso de imágenes para la investigación. No obstante, a pesar de este gran salto en cuanto a la reflexión teórico-metodológica y a la diversificación de fuentes, los resultados del uso de las imágenes en la investigación no pasaron de ser una mera ilustración.126

124 Un ejemplo de este trabajo también puede consultarse la descripción y catalogación de la colección Julio Michaud del Archivo Fotográfico Manuel Toussaint del Instituto de Investi- gaciones Estéticas de la unam, y sistematizada en la Fototeca Digital “Fotógrafos y editores franceses en México. Siglo XIX”: http://132.248.234.160:3000/web/ui 125 Pensado Leglise, Patricia y Leonor Correa Etchegaray, Mixcoac: un barrio en la memoria, México, Instituto Mora, 1996. 126 Pensado Leglise, Patricia y María de Jesús Real García Figueroa (coords.), Historia oral de San Pedro de los Pinos: conformación y transformación del espacio urbano en el siglo XX, Méxi- co, Instituto Mora /Delegación Benito Juárez / Consejo de la Crónica de la Ciudad de México, 2003. organizar para conservar 275 Al crearse el lais, en el año de 2002, comenzaron las labores de cataloga- ción de éstas y otras colecciones generadas por los proyectos del Área de His- toria Oral. Entre 2002 y 2003 se catalogaron y describieron las colecciones de San Pedro y de Mixcoac, pero los criterios para hacerlo (sobre todo en la des- cripción) fueron diversos. Para el año de 2006, en que se retomó esta labor, se encontró un acervo bastante desordenado, descrito arbitrariamente y sin una clara relación entre las fotografías, que, sin embargo, compartían temáticas similares (imágenes sobre la arquitectura urbana, los espacios laborales, la vida cotidiana, el transporte, retratos, fotografías aéreas, planos y mapas), estaban relacionadas con otros fondos y colecciones del Instituto, y tenían la clara intención de describir el cambio urbano en tales espacios. Mediante el proceso de documentación, el análisis formal y de contenido nos ayudó a identificar objetos representados en las imágenes, logrando trazar posibles líneas de investigación que partían de las propias imágenes, al tiempo que la catalogación y la descripción conducidas por la aplicación de la norma isad (g), ayudaron a construirlas como colecciones unitarias y unificadas. De esta manera, la importancia que adquieren las imágenes rebasa su uso como una simple ilustración de la transformación urbana de la ciudad de México. Al ser registros históricos sobre esta transformación, y más específicamente, sobre la proyección urbana realizada por planificadores y entidades gubernamen- tales (y sobre lo que éstos pensaban debía ser el espacio urbano y la ciudad, y sobre la manera en que éste debía ser visto y vivido); y al ser, asimismo, registros de la memoria familiar y colectiva en lo cotidiano y en los aconteci- mientos representativos y extraordinarios, y registros sobre las formas en que el espacio es percibido y vivido por sus habitantes, a través de ellos se pueden explorar cuestiones relativas a la conformación del espacio social y del pro- ceso de urbanización de la ciudad de México en periodos muy específicos. Como resultado de este trabajo surgió una investigación que usó las imá- genes como fuente, las que nos proporcionaron visiones sobre la concepción del espacio así como proyectos y experiencias sociales en torno a sus usos, a menudo contradictorios. En esta tónica, el análisis visual de la transforma- ción arquitectónica y urbana del espacio nos proporcionó pistas de su cons- trucción y su apropiación, de la heterogeneidad de la dinámica urbana en la ciudad de México y el Distrito Federal, y de la pérdida de espacios laborales y de producción, sustituidos por el avasallador advenimiento de espacios habi- tacionales y administrativos, lo que sin duda repercutió en la transformación no sólo de la ciudad como un espacio completamente urbano, habitacional y administrativo, sino también en la transformación paulatina de las relaciones sociales. De esta forma, se contribuyó al enriquecimiento del conocimiento histórico sobre el proceso de urbanización de la ciudad de México desde una 276 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. escala de observación distinta y con fuentes diferentes, demostrando el valor epistémico y patrimonial de las imágenes, y demostrando también cómo éstas pueden ayudarnos tanto a formular interrogaciones sobre lo social como a resolver nuestros planteamientos de investigación.127

Conclusiones

Como hemos observado, las relaciones entre las prácticas archivísticas y de investigación son muy variadas, y los trabajos que el Instituto Mora, a través del lais, está llevando a cabo al respecto, aun son propuestas parciales e inaca- badas. Resaltemos que en el trabajo de rescate, conservación y acceso de los bienes patrimoniales, estas prácticas no están divorciadas como comúnmente se cree, y que el investigador social tiene aún mucho que aportar al archivista y viceversa. Por otra parte, es necesario generar y mantener un espacio amplio y permanente de reflexión teórica, metodológica y archivística en torno al libre acceso al patrimonio, y en consecuencia, es urgente reflexionar sobre sus definiciones y sobre las políticas patrimoniales. Como parte del aspecto concerniente al acceso, resulta indispensable reflexionar sobre las diversas formas de socialización del patrimonio y buscar mecanismos de difusión que superen los tradicionales medios: libros, exposiciones y reprografías. En este sentido, si bien es cierto que cualquier implementación tecnológica implica costos, competencias de acceso y alcances limitados, la informática puede ser una herramienta útil y eficiente al servicio de la investigación y de la pre- servación patrimonial. La introducción de tecnologías digitales en las prác- ticas de archivísticas y de investigación no busca ser solo un relampagueante adorno de modernidad que refleje el grado de actualización y acoplamiento a los tiempos modernos; la introducción de estas tecnologías es un medio eficiente para el acceso a la información y para la conservación y custodia de los objetos originales. Ciertamente, la introducción de estas herramientas genera costos que los archivos y las instituciones públicas no pueden (o no quieren) cubrir, pues de todos es conocido que lo que aflige despiadadamente a estas instituciones es precisamente la carencia de recursos. No obstante, habrá que buscar alternativas tanto en la digitalización de los acervos como en su divulgación. En este proceso de construcción de contenidos digitales

127 Padilla Pola, Alejandra, A través de la mirada. La fotografía como fuente para la investigación social: Mixcoac y San Pedro de los Pinos, 1920-1994, México, 2007. (Tesis para obtener el grado de licenciado en Historia, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM). organizar para conservar 277 que favorezcan la transmisión de los valores patrimoniales de los objetos fotográficos, el lais ha propuesto la construcción de una Fototeca Digital en línea a través de la cual se tendrá acceso a las imágenes y se vincularan las aportaciones en el campo de los sistemas de intercambio de información, reconociendo a las instituciones que participen en la digitalización de los acervos y otorgándoles un beneficio directo para que puedan continuar con la administración y preservación de sus colecciones. Asimismo, la Fototeca Digital fomentará un mejor apoyo a la docencia y la investigación, y pro- moverá un mejoramiento en las prácticas de catalogación, documentación y difusión a partir de una visión integral sobre el trabajo con imágenes. Por otra parte, es necesario comenzar a plantear las bases para el desarrollo de una formación profesional integral en el campo tanto en las ciencias sociales como en la informática y archivonomía. Finalmente, el proyecto aún no está terminado ni cerrado a nuevas aportaciones, sobre todo en el campo de la descripción y normalización de contenidos, pues sigue siendo el más problemático. Asimismo, aun nos falta resolver las cuestiones relativas a las formas en que podemos integrar las pro- puestas sobre divulgación y disfrute social del patrimonio en una sociedad que aún sufre de graves problemas de desigualdad y exclusión social. No obs- tante, y aunque tales afirmaciones puedan parecer pesimistas, aún nos queda un largo trecho por recorrer y por explorar en busca de soluciones creativas desde los diversos derroteros sociales.

Bibliografía Aguayo, Fernando y Lourdes Roca (coords.), Imágenes e investigación social, México, Instituto Mora, 2005 (col. Historia social y cultural). ------, Imagen, fotografía y productores, en prensa. Benjamin, Walter, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, México, Itaca, 2003. Bloch, Marc, Apología para la historia o el oficio de historiador, México, inah/ fce, 1996 (Historia). Burke, Peter, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico, Barcelona, Crítica, 2001 (Letras de Humanidad). Camarena Ocampo, Mario y Lourdes Villafuerte García (coords.), Los anda- mios del historiador. Construcción y tratamiento de fuentes, México, agn/ inah/ conaculta, 2001. Dubois, Philippe, El acto fotográfico. De la representación a la recepción, Bar- celona, Paidós, 1986 (Paidós Comunicación, núm. 20). Emmison, Michael and Philip Smith, Researching the visual. Images, objects, 278 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. contexts and cultural inquiry, Londres, Thousand Oaks & Nueva Delhi, Sage Publications, 2000 (Introducing Qualitative Methods). Freixa, Mireia, “La historia del arte como historia. Las técnicas de investiga- ción y el problema de las fuentes”, en Freixa, Mireia, et. al., Introducción a la historia del arte, Barcelona, Barxa, 1990, pp. 61-87. Fuentes de Cía, Ángel, “Preservación del patrimonio fotográfico: problemas y necesidades”, en II Jornadas sobre Imagen, Cultura y Tecnología, Madrid, Universidad Carlos III de Madrid/Instituto de Cultura y Tecnología Miguel de Unamuno/Instituto Agustín Millares de Documentación y Gestión de la Información, 2004, pp. 15-21. Green, Andrew R., “Metadatos transformados. Archivos digitales, la web semántica y el nuevo paradigma de la catalogación”, en V Jornadas sobre Imagen, Cultura y Tecnología, Madrid, Universidad Carlos III de Madrid, 2007, pp. 11-22. ------, “Rescate de la memoria” en Ciencia y desarrollo, septiembre de 2006. Mraz, John, “La fotografía histórica: particularidad y nostalgia” en Nexos, 91, julio de 1985, pp. 37-49. Roca y Ortíz, María Lourdes, “La imagen como fuente: una construcción de la investigación social” en Razón y palabra, (publicación electrónica), no. 37, febrero-marzo de 2004: www.cem.itesm.mx/dacs/publicaciones/logos/anteriores/n37/lroca.html Valle Gastaminza, Félix del, “La fotografía como objeto desde la perspectiva del análisis documental”, en Aguayo, Fernando y Lourdes Roca (coords.), Imágenes e investigación social, México, Instituto Mora, 2005 (Historia social y cultural), pp.219-242. Propuesta metodológica para el estudio de las fuentes documentales primarias con características estadísticas

Felipe de Jesús Calderón Flores Estudios Latinoamericanos, Facultad de Filosofía y Letras, unam

Introducción

Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la investigación (histórica, antropológica, social, cultural, geográfica, estadística, etc.) apoyada en datos de fuentes documentales primarias con características geo-estadísticas, es la relativa abundancia de datos cualitativos y cuantitativos cuyo manejo no es del todo tan fácil. El investigador en su afán de conocer todos los datos para su posterior manejo, crea bases de datos tomándose un largo tiempo para la captura, y su posterior análisis, teniendo como resultado el 20% de estudio o de análisis de dicha fuente. Existe un proyecto llamado Proyecto de los Censos de Guadalajara, un esfuerzo cooperativo internacional para ampliar el acceso público a una colección especial de recursos históricos. El proyecto pretende facilitar al público el acceso bilingüe a los recursos estadísticos que existen sobre Guadalajara de los años 1821 y 1822. Pero al fin y al cabo, este proyecto suma meramente bases de datos. Es por ello que es importante que, para conseguir resultados con un acercamiento más interdisciplinario del momento en que se crea la fuente en la que se apoya nuestra investigación, estas bases de datos se incorporen a un programa de sistematización que una la base de datos estadística con datos geo referenciales a una base gráfica y de superficie terrestre y para así ubicar los datos cualitativos y cuantitativos en la cartografía de nuestra investigación. Cabe recordar que los mapas son una herramienta indispensable en la investigación. Los elementos contenidos en los mapas permiten elaborar un registro de localización e identificación de los rasgos del fenómeno estudiado, hacer una comparación visual de patrones y su subsecuente comparación analítica, también nos permite ver la distribución espacial de los elementos que componen el registro del padrón, que es de vital importancia para la descripción, estudio y explicación de sis- 280 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. temas culturales del pasado. De acuerdo al nivel en que estemos trabajando podremos derivar distintos tipos de información. Así, en el nivel de área de actividad, obtendremos pistas sobre patrones de conducta. En el ámbito de sitio, podremos derivar patrones sociales. En el ámbito regional, podremos establecer modelos geográficos y económicos. El componente espacial es de importancia central, ya que involucra a todos los niveles de la investigación; así mismo la recolección, análisis, interpretación y la presentación deben tomar en cuenta este componente espacial. La adopción de la Tecnología de Información Geográfica git( ) es de vital importancia, ya que nos permite: el almacenamiento de la información colectada, su manipulación matemática, la creación de nueva información a partir de los datos proporcionados, el despliegue gráfico y su impresión en forma de mapa o reportes.

¿Qué son los sistemas de información geográfica sig( )?

Los sig son un conjunto de conocimientos que se utilizan para recolectar, almacenar, operar, analizar y representar información que nos da referencias geográficas, en este caso de la fuente documental, Padrones. Su aplicación se basa particularmente en la informática que permite su uso rápido, eficiente y ágil de grandes cantidades de datos, así como una sofisticación de los métodos cuantitativos de análisis espacial. Los sig surgen desde los años 60 en Canadá y los Estados Unidos, porque muchos de los usuarios de datos estadísticos encontraban difícil interpretar las tabulaciones censales a su completa satisfacción y también por el tiempo y esfuerzo requeridos para identificar y analizar tendencias demográficas rela- cionadas con acontecimientos sociales importantes entre el gran volumen de datos presentados en las publicaciones censales. Es así que, la oficina del Censo de los Estados Unidos buscó la manera de comprimir sus estadísticas referentes a grandes áreas, por lo que para satisfacer esta necesidad se desa- rrolló una técnica mediante computadoras, usada para la elaboración de informes analíticos individuales referente a áreas pequeñas, especialmente de la ciudad de Nueva Haven, Connecticut; ya en 1970 se enviaron resultados impresos, producidos por computadora, a los medios informativos de todos los condados de los Estados Unidos, resumiendo hechos importantes acerca de las características de población y vivienda del censo de 1970 para cada uno de los 3 130 condados. Ese mismo año, llega a México esta técnica, pero es hasta A mediados de los 90 que tiene su mayor impulso. Instituciones que hicieron uso inmediatamente de ella fueron el Instituto Nacional de Estadís- tica Geografía e Informática (inegi), el Instituto Federal Electoral (ife), el organizar para conservar 281 Departamento del Distrito Federal (ddf), el Consejo Nacional de Población (conapo), y Petróleos Mexicanos (pemex). En 1990, se creó la Asociación Mexicana en Sistemas de Información Geográfica y Estadística amesige( ) con la finalidad de aglutinar a los usuarios, desarrolladores y proveedores vinculados con este tipo de herramientas, instituciones que han tenido una mayor consolidación en esta técnica. Actualmente, trabajo en un proyecto de sistematización del padrón de la municipalidad de México en 1842, en el que propongo hacer uso de las bases de datos y de los sig para el estudio de las transformaciones de la estructura urbana de la ciudad de México. El ArcView contiene: vistas, que son la parte gráfica de los mapas; tablas, datos asociados a los mapas; gráficas, se realizan a partir de los datos; layouts, el embellecimiento del mapa con todas sus propiedades (escala, rosa de los vientos, gráficos, etc.); scripts, programas hechos para automatizar tareas.

El padrón ¿Candidato al sig? Aún hoy día, en las investigaciones sobre población para los siglos xviii y xix, las fuentes documentales como, en este caso, los padrones de población, resultan muy difíciles de manejar por la gran cantidad de información cuan- titativa que se obtiene de su captura para tener resultados que puedan ser graficados para su interpretación. Actualmente la tecnología en informática permite la sistematización de este mar de datos lo que, en cierta forma, ahorra tiempo y admite la combi- nación de variables que enriquecen el trabajo de la investigación. En este sentido, para una mayor optimización del trabajo de investigación es necesario incorporar como herramienta de trabajo el uso de programas de cómputo acorde a las necesidades del usuario. En este trabajo expondré la aplicación de algunos programas que fueron usados para la sistematización de padrones, un ejemplo es el de la Municipalidad de México en 1842. Los objetivos planteados en este proyecto fueron:

1) creación de una base de datos con el orden de las variables que pre- senta la fuente original usando un programa de excel.

2) la digitalización de mapas a partir de los datos geográficos arrojados por los padrones.

3) vincular la base de datos y el mapa digitalizado en un programa de Arc- View con el fin de optimizar los datos estadísticos con los gráficos en el mapa. 282 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Estos tres incisos permitirán tener un panorama más cercano a la rea- lidad urbana, tanto social como espacial, de la ciudad de México. Actual- mente este trabajo sigue en proceso de análisis. En los padrones se encuentran variables como son: división de la ciudad en cuarteles mayores, menores y manzanas, nombres de las calles, tipo de construcción habitacional, nombre y apellidos del empadronado, sexo, edad, estado social, origen y ocupación. El trabajo de sistematización se llevó a cabo en un programa de Excell tratando de respetar las variables originales para su posterior exportación al programa de Arc View en el que podemos manipular las variables para su manejo. Por ejemplo, si cruzamos la variable cuartel mayor con la variable sexo, el resultado será el número de habitantes discriminado en hombres y mujeres. Si requerimos de información más detalla, podemos agregar la variable origen y ocupación, como resultado tendremos el número total de habi- tantes por cuartel discriminado en hombres y mujeres por origen y oficio. Y así sucesivamente es posible combinar las diferentes variables con el fin de conocer características cualitativas y cuantitativas de la población y de la propia ciudad. Lo anterior nos demuestra que las características de los padrones son viables para su vinculación con planos o mapas a partir de variables que lo permiten, como fue la geo referenciación de la variable “manzana”. Es posible que otras fuentes documentales con aspectos semejantes puedan ser geo referenciados en un plano digital, la propuesta esta abierta a discusión y su utilidad a prueba.

Conclusiones

Para concluir diré que los SIG, en este caso ArcView, cumple ampliamente con las expectativas del usuario, además de ser un programa de fácil uso y que permite la importación de datos generados en programas como Excel, que genera el archivo de base de datos en formato dbf, y en AutoCad, que genera mapas digitalizados en formato dxf y que la inclusión de Sistemas de Información Geográfica en la investigación histórica permite tener una visión gráfica del tema en cuestión.

Bibliografía Amador, P. Informática y enseñanza de la historia, en II Master de Informá- tica Educativa, UNED, Madrid, 1998, pp. 38-39 organizar para conservar 283 Brown, George M., Conferencia sobre el papel de las computadoras en la investigación económica y social en América latina, Análisis de Datos censales en Áreas Pequeñas Mediante Computadoras, una nueva y prometedora Téc- nica en los Setentas, Estados Unidos, Departament of Comerce Bureau of the Census, 1970. De Pablos, J., Tecnología y Educación, CEDES, Barcelona 1996. Usandivaras, J. C., R. Rodríguez y C. Brunini, GPS: un nuevo enfoque para los levantamientos, Observatorio Astronómico de la Plata, 1993. ------, Georreferenciación con GPS para el catastro del siglo XXI, Observatorio Astronómico de la Plata. Trimble Navegation Limited, Mapping System, General Reference, marzo de 1994. Trimble Navegation Limited, GeoExplorer, Operation Manual, Abril de 1994. Trimble Navegation Limited, Geo-PC, Software User Guide, Febrero de 1994. MESA 9

Los temas de ayer, hoy y mañana en la investigación histó- rica de la ciudad de México

Identidad, historia y sociedad de los barrios a través de sus memorias Omar Agustín Flores Rodríguez

La dinámica comercial del entorno urbano de la ciudad de México en el siglo XIX a través de las fuentes fiscales: la villa de Tacubaya Maestro J. Jesús López Martínez, Instituto Mora

La investigación en el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud Licenciada Patricia Olguín Alvarado, Archivo Histórico de la Secretaría de Salud Identidad, historia y sociedad de los barrios a través de sus memorias

Omar Agustín Flores Rodríguez

Identidad: igualdad- equivalencia Historia: ciencia- crónica- epopeya- memoria- suceso- arte. Sociedad: colectividad- comunidad- grupo. Barrio: sector- zona Memoria: recuerdo- expresión- evocación.

La importancia de un gobierno con sus ciudadanos es impulsar la participación ciudadana, por medio de programas y actividades que permitan una correlación entre gobierno y sociedad. De ahí surge la necesidad de crear proyectos de evoca- ción de las memorias sociales de los barrios. Para que los ciudadanos puedan entrar a una dinámica participativa y tengan un poder de decisión en algunas acciones, es necesario que se iden- tifiquen con el gobierno promotor de estas actividades. La identidad de un barrio resulta de un sentido de pertenencia; éste se adquiere al familiarizarnos con una zona; y ese sector transmite a la colecti- vidad sueños, recuerdos, reacciones psicológicas, sentimentales y emotivas, que vividas en grupo se vuelven un fenómeno de equivalencia social. Para poder lograr este fenómeno se necesitan programas, procesos y acciones para fomentar las raíces históricas. La historia como ciencia, en un estudio del ¿Qué? ¿Por qué? y ¿Para qué? Una historia como crónica vecinal, en un conocimiento propio del barrio, la historia como una epo- peya, una batalla que se irá dando día tras día en la defensa de nuestras tra- diciones y en la búsqueda de nuestros orígenes. La historia como memoria, una nostalgia personal, tener presente que el instante que vivimos pasará a la remembranza social. La historia como suceso y el pleno conocimiento de las fuentes documentales como consecuencias de sus acciones. La historia como arte, teniendo en cuenta que los individuos somos artistas solitarios 288 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. en pensamientos y sentimientos, pero solidarios en la expresión y represen- tación de éstos. El trabajo territorial en las comunidades para fomentar los programas de memoria histórica necesita la completa colaboración de los vecinos, que no sean vistos, ni utilizados para que presten fotografías o cuenten sucesos relacionados con el barrio; Ellos son la parte principal del proyecto, son los actores y fuentes documentales primordiales de la Historia; Es fundamental que en los planes de trabajo haya dinámicas vecinales y que los proyectos de memoria histórica sean ejes modulares de talento ciudadano y de convi- vencia vecinal, así como generadores de participación ciudadana. El trabajo colectivo de los programas de memoria histórica definirá y organizará a los vecinos de un sector o localidad por grupos de ideas, mani- festaciones, costumbres, y aportará en la zona una experiencia generacional y una riqueza de conocimiento colectivo. En este punto se logra una identidad con el espacio territorial, una defensa por ese lugar, una búsqueda de origen y una igualdad en el trabajo colectivo. Los factores que influyen en la memoria histórica de los barrios, en el desarrollo histórico y en el conocimiento de este, son las fuentes documen- tales y los asuntos de trascendencia del momento histórico.

Las fuentes históricas

Las fuentes documentales son la herramienta de la sociedad para conocer el largo andar de su comunidad a través del tiempo, esto si tomamos en cuenta que la historia es la ciencia que estudia las acciones realizadas por el hombre a través de los años y sus testimonios son las huellas marcadas en cada momento histórico. La Ciudad de México es un largo canal histórico, compuesto de varias calzadas de testimonios y una larga vía de paso social. Es en este punto donde los historiadores introducen y analizan las fuentes históricas como objeto de estudio; ejemplo de estas clasificaciones son las siguientes. Las fuentes directas: son aquellos testimonios que son elaborados con la intención de dar una información a la posteridad acerca de determinados hechos (las crónicas, las memorias, las inscripciones conmemorativas en documentos y datos similares). Las fuentes indirectas: no provienen de una intención de dar informa- ción y son producto de la actividad humana (osamentas, utensilios, armas, vestimentas, habitaciones y sepulcros, documentos impresos hechos a mano, registros de propiedad, leyes, actas, informes, mapas, ideas religiosas y con- ceptos filosóficos) (Juan Brom). organizar para conservar 289 Otra forma de estudiar las fuentes histórica son: escritos de toda clase; relatos transmitidos en forma oral; figuras como mapas, dibujos, pin- turas, estatuas, monumentos; restos humanos; objetos muebles diversos. (Carlos Alvear Acevedo). La clasificación de las fuentes históricas: los documentos escritos (inscrip- ciones sobre piedra, madera, ladrillo, telas y manuscritos de carácter público y privado; las tradiciones orales (relatos, cuentos, mitos, leyendas, cantos, fábulas); las tradiciones figuradas (pinturas, mapas, itinerarios de carácter narrativo); restos humanos; restos de monumentos (villas, tumbas, palacios, casas, objetos múltiples, vasijas, indumentarias, muebles; instrumentos de labranza y científicos. (Ida Appendini y Silvio Zavala). Para la recuperación de las memorias sociales de la Ciudad de México encontramos una clasificación de las diferentes fuentes testimoniales que ayudarán a documentar a los ciudadanos, si tomamos en cuenta que la fun- ción de documentar es la de probar, justificar, evidenciar e informar mediante documentos o registros el paso del hombre y sus actividades, en este caso, en la capital mexicana. Las fuentes documentales para la historia de la Ciudad de México, se pueden clasificar en artísticas, sociales, culturales, geográficas y deportivas. Estos testimonios han sido guardados y acumulados a través del tiempo y espacio; sus consecuencias son un gran movimiento social e incandescente que termina por explotar y originar un universo en expansión; a ese fenó- meno podemos llamarle “el big-bang social”. La historia de un lugar se mide y se describe a través de su arte; México es un enorme jarrón cuyos adornos son variadas piedras preciosas y su con- tenido es una flora de 31 flores artísticas, y la Ciudad de México es la raíz que alimentan y que a la vez nutre a todas.

Fuentes documentales artísticas:

Arquitectónicas: la creación de la composición del espacio y del aspecto exterior de los centros sociales y de culto. El edificio de la Biblioteca Central en Ciudad Universitaria, la Torre de Humanidades, la Torre de Rectoría, la Torre latinoamericana, la pirámide de Cuicuilco, el Templo Mayor, la zona arqueológica de Tlatelolco, el Estadio Azteca, el estadio olímpico, la casa de Cortés, la Catedral, la Villa, el Teatro de la Ciudad, el palacio de Bellas Artes, el Auditorio Nacional, el Monumento de la Revolución, el edificio de gobierno capitalino, el Castillo de Chapultepec, el Palacio Nacional y otros monumentos encontrados en cada rincón de la ciudad de México. 290 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Pintura: El carácter de la ciudad en sus matices y tonos es representado por medio de los murales y mosaicos al aire libre de los grandes maestros de la plástica moderna y prehispánica; los códices y relieves dejados por las siete tribus nahuatlecas, los murales de Siqueiros, Orozco, Tamayo, Diego Rivera.

Escultura: El movimiento y el equilibrio citadino de la capital son repre- sentados en el móvil perfecto e imperfecto de los cuerpos en un espacio determinado; la artesanía prehispánica y sus relieves y grabados, la carto- nería mexicana y sus “judas” y piñatas con personajes cotidianos, el barroco impreso en las iglesias capitalinas, el monumento a la Madre, el Ángel de la Independencia, símbolo de victoria de un pueblo.

Danza: La elocuencia de la coreografía urbana y doméstica se muestra con las danzas prehispánicas y los bailes populares como el danzón.

Literatura: Surtidora de imágenes y de comunicación; se manifiesta en la ciudad como un enamorado y ve en la capital a su principal musa inspiradora; surge la literatura de onda, no olvidar el relato urbano (José Emilio Pacheco y Las batallas en el desierto), obras de teatro, poesías, novelas, ensayos, docu- mentos escritos, reportajes de gran elocuencia.

Fotografía: Los retratos del tiempo, la ciudad detenida en instantes, el juego del tiempo aparece en las colonias, sociedades, personalidades, arte, y geografía en su paso por la historia.

Cine: Imagen y movimiento de las clases sociales, de las calles, de los lugares, de las tradiciones, de la historia e incluso de la personalidad del capi- talino (Luis Buñuel, Los olvidados); son puestOs en evidencia a través de una lente que finge ser el ojo social.

Teatro: La realidad de una sociedad se ve reflejada en su teatro (Héctor Azar), el teatro como un espejo de la autenticidad comunitaria; por eso hace presencia en la capital con las carpas, el teatro comunitario, el teatro ritual, el teatro de barrio, el teatro de la identidad cuyo principal exponente es Hugo Argüelles.

Música: El ambiente de la ciudad lo encontramos en sus ritmos, tonos, melodías y su atmósfera se percibe en su música de rito prehispánico, la trova urbana, el rock urbano, la música eclesiástica, el coro juvenil de las iglesias, el danzón. organizar para conservar 291 Dibujo: “El trazo de la ciudad, los ejes, sus avenidas, sus lugares, su gente, su arte, sus tradiciones, marcan forman lineales, espirales, círculos, que hacen de la ciudad misma el dibujo perfecto”.

Estos testimonios valuados y aplicados de una forma correcta, nos per- mitirán observar que han sido generados por una necesidad social, por una necesidad de identidad, por una necesidad de educación, por una necesidad de búsqueda. Surge la necesidad de movilización, ya que en el lugar donde se realizó la obra se tendrá que cuidar, conservar, conocerla, informarse y educarse; surge también la búsqueda de encontrarse y relacionarse con otras personas de un mismo entorno.

Fuentes Sociales:

Los testimonios generados por el entorno local, comunitario, ideológico, eco- nómico, artístico, político y folklórico. La ciudad de México es un reactor generador de estos elementos por su importancia pública en la vida de México.

Tradiciones: las fiestas patronales y la organización de éstas, los rituales que indirectamente adoptamos los capitalinos e influyen en la vida personal y social de la ciudad: “los tráficos mañaneros”, “fin de semana futbolero”, “fin de semana pachanguero”, “los domingos de paseo”.

Economía: la situación económica del país es un testimonio invaluable, por medio de ésta existen explosiones culturales. La tradición de las dife- rentes clases sociales y de las diversas formas de ganarse la vida influyen en la dinámica de la capital. Las costumbres y formas de vestir interviene en esta diversidad social y la división territorial que existe en la capital, en donde en unas zonas “se van los niños rubiecitos y con otros rubiecitos se van juntos al colegio Hall” (Las casitas del barrio alto, Víctor Jara), la reforma que hubo en la capital del oriente para los ricos y al poniente van los pobres, las colonias famosas, la Condesa, las Lomas, la Roma, para los ricos, y Santo Domingo, Tepito, la Bondojito para los barrios populares; la nostalgia de la antigua posición social donde los habitantes eran los consentidos del gobierno como la Alianza Popular Revolucionaria; 30 años después la situación ha cambiado y el desgaste de la zona habitacional es evidente.

Política: esta fuente histórica permite visualizar la organización política de la ciudad; las tribus nahuatlecas, pasan a ser barrios, pueblos, el reino, el 292 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. imperio azteca, la jefatura, el gobernante, el virrey, el ayuntamiento, la monar- quía, la república, el regente, la Asamblea de Representantes, el delegado, el jefe de gobierno del Distrito Federal, el jefe de enmarcación, la Asamblea Legislativa, el jefe de manzana, el presidente de colonia, el comité vecinal, y ahora el comité ciudadano, el comisario ejidal, asociación de vecinos, la orga- nización condominal. Estas fuentes históricas captan la necesidad de organización y de relación social comunitaria para construir y avanzar hacia el desarrollo humano. El ejemplo lo vemos en Santo Domingo, en la delegación Coyoacán; ellos mismos construyeron su colonia, en un esfuerzo colectivo, edificando sus iglesias y su organización interna, para establecer viviendas, gestionar medios de trans- porte y escuelas. En estos momentos Santo Domingo es una colonia con una dinámica participativa y con tradiciones culturales establecidas.

Fuentes culturales:

La Ciudad de México es un sol magno en un universo de estrellas. Estos testi- monios reflejan la historia popular y la importancia individual del capitalino en su relación con la colectividad ciudadana.

Personajes: el sereno, el catrín, el pachuco, el naco, el padrote, la prosti- tuta, el microbusero, el taxista, el Juan penas, el pitufo, el tamarindo, el buró- crata, el merolico, el mimo, el raterillo, el paisanito, la verdulera.

Personalidades: la ciudad de México ha tenido una gama de individuos que han sobresalido dentro de una zona del Distrito Federal; parte de su fama entre la gente ha sido su carisma, su obra, su lenguaje, tienen cierta iden- tidad con algunos grupos sociales, sobre todo por la huella impresa. Artistas, deportistas, políticos, y del medio del espectáculo televisivo.

Lugares: bares, cantinas, iglesias, circo, cines, estadios de fútbol, plaza de toros, Chapultepec, plazas, kioscos, tianguis, mercados, Ciudad Univer- sitaria.

Crónicas y leyendas: el mito, la leyenda y la narración oral simples estarán marcados por las creencias populares, por el manejo del lenguaje, las frases populares, el albur; las leyendas populares de la Llorona, las mulas del virrey, la calle de Donceles, el mito del Popocatepetl e Iztaccihuatl, el mito del águila parada sobre un nopal; las crónicas de sucesos, la narración oral de los pueblos y barrios, las notas informativas, la entrevista popular. organizar para conservar 293 Utensilios: objetos y herramientas prehispánicas y de los oficios actuales, medios de transporte; las trajineras, el tranvía, las chinampas, el metro, el tren ligero, el ruta 100, el microbús; tecnológicos; entretenimiento; comunicación. Estas fuentes históricas son documentos vivos. Sus aplicaciones popu- lares se introducen en un ámbito personal y de relación barrial.

Fuentes geográficas:

Estas fuentes influyen en el entorno social, cultural, artístico y económico de la Ciudad. Se mantienen como huella cuando son aprovechados por el hombre.

Zonas montañosas: Ajusco. Zonas rurales: Xochimilco, Tlalpan, Milpa Alta. Zonas ambientales: bosques, parques, lagos, ríos. Canales: canal de la Viga, canal Nacional, canal de xochimilco.

Fuentes deportivas:

Estas fuentes históricas profundizan en la personalidad del capitalino, se interna en sus gustos, se introduce en la pasión humana.

La lucha libre: si bien no es un deporte completo, cumple con algunos principios atléticos y gimnásticos. La pasión que se desborda en la arena cuando ven sujetos que se avientan, que dan maromas, que se golpean, que hay los rudos y los técnicos, como si los rudos fueran los malos y los técnicos los buenos; y la adquisición del pueblo, las máscaras, los muñecos, el cuadri- látero de madera, los comics, las películas.

El boxeo: las noches en la ciudad de México, la gente acude a ver la téc- nica del golpeo y defensa. Un pueblo que demuestra su bravura cuando acude a ver a su boxeador favorito, ya sea porque es de su barrio, o porque es de su calle, o porque es su gallo, va a echarle porras y a abuchearlo cuando recibe la cuenta del número 10.

El toreo: los domingos a las cuatro de la tarde, los capitalinos tienen una cita en la Plaza de Toros, para ver cómo el hombre puede manejar a la bestia.

El fútbol: el fútbol es el ritual del capitalino, acude a su templo o aguarda en su casa como si fuera una capilla. Ve en sus equipos de fútbol parte de su 294 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. personalidad y sentido de vida. Desde el mítico Atlante, el equipo del pueblo, los rayos del Necaxa, el América, el equipo de la burguesía y que tiene su templo en una zona proletaria como el Azteca, pero intenta dar a conocer que su poderío llega a todo sector económico; su rival el Cruz Azul, representa a los trabajadores, su poderío consiste en la fuerza grupal cooperativa; cuando se enfrentan, están en conflicto la idea de monopolio contra cooperativa: surge el antagónico los Pumas de la unam; el equipo con la mística, la filo- sofía de formación y capacitación de los jugadores, el equipo de los jóvenes, el equipo de las ideas, el equipo de la fuerza y de la garra. Cuando se enfrenta Pumas contra América, están en choque espíritu contra dinero, cuando se enfrenta Pumas contra Cruz Azul se enfrentan idea contra negocio.

La aplicación de las fuentes históricas en los temas ayer, hoy y mañana:

Las fuentes documentales, han dejado la marca del paso del hombre en el tiempo, espacio y lugar. Los temas de ayer radican en busca el origen social de los pueblos y de la búsqueda en nuestras raíces individuales. El tema principal del ayer es la ciudad como recepción de los procesos históricos de México. El México prehispánico, la llegada de las siete tribus nahuatlecas, la llegada de la tribu de Aztlán, fundación de Tenochtitlan, el imperio azteca, la llegada de los españoles a la Ciudad de México, la Conquista de México, la conquista espiritual, el Virreinato, la búsqueda de intendencia, la guerra de Indepen- dencia, el México independiente, La guerra de Reforma, la monarquía, la república, el Porfiriato, la Revolución mexicana, el México pos- revolucio- nario y el México moderno. Relacionar las fuentes históricas y los sucesos pasados. Los temas de hoy; los movimientos políticos en la capital, las crisis eco- nómicas, la participación ciudadana, el urbanismo. El tema de mañana, es la influencia del urbanismo en los barrios. La migración, la falta de espacios, la falta de empleo, el comercio informal. Debemos tomar en cuenta como ejemplo que entre 1980 y 1990 Coyoacán terminó con el 90% de sus reservas ecológicas; esto se debió al crecimiento urbano, y a la necesidad de crear nuevas viviendas y nuevos caminos de comunicación. En la parte de Culhuacanes circulaba el Canal Nacional y existían ejidos cuya importancia económica era agrícola; cuando se expro- pian esos terrenos y se deseca el Canal Nacional, la actividad económica de los habitantes cambió radicalmente. De agricultor tiene que pasar a buscar un oficio que le permita vivir. Del campo a la ciudad en un corto lapso. Los jóvenes actualmente no tienen memoria de la función del Canal Nacional, organizar para conservar 295 han crecido en un ambiente diferente que el de sus abuelos; la Ciudad de México seguirá creciendo, la mancha urbana avanzará, continuarán los pro- blemas de empleo, de ecología e influirán en la vida social de los habitantes y en sus costumbres. Debemos estar preparados para esos momentos; el gobierno y la sociedad deben trabajar juntos en la solución de estos problemas, y lo harán partiendo de las necesidades sociales de los capitalinos. Debemos tomar en cuenta las fuentes históricas y trabajar con ellas, para la promoción de la memoria social de la ciudad; porque si no lo hacemos podemos perder tradiciones, costumbres, identidad, relaciones humanas, creaciones artísticas; y el paso del tiempo irá borrando lo que no hace mucho tiempo existió un lugar com- puesto de grandes calzadas, vías y canales que comunicaban al centro de la gran capital mexicana. La dinámica comercial del entorno urbano de la ciudad de México en el siglo XIX a través de las fuentes fiscales: la villa de Tacubaya

Maestro J. Jesús López Martínez Instituto Mora

La villa de Tacubaya

Por decreto del 18 de noviembre de 1824, se designó a la ciudad de México como sede de los supremos poderes de la federación y su Distrito compren- dería un radio de dos leguas128 teniendo como centro la plaza mayor. Este cír- culo abarcaba una superficie de 12.5 leguas cuadradas y comprendía terrenos del Estado de México que se interrumpía por los cerros de Guadalupe al norte y al suroeste por las lomas de Tacubaya.129 Por la ley del 18 de abril de 1826, el Distrito Federal quedó integrado por doce municipalidades: 1) México, 2) Guadalupe, 3) Tacubaya, 4) Azca- potzalco, 5) Tacuba, 6) Ixtacalco, 7) Mixcoac, 8) Iztapalapa, 9) Popotla, 10) Ladrillera, 11) Nativitas y 12) Mexicalcingo. Al interior se compuso de dos ciudades (México y Guadalupe Hidalgo), dos villas (Tacubaya y Tacuba), 29 pueblos, 89 barrios, 16 haciendas, 22 ranchos, ocho huertas, dos molinos (de la pólvora y el Conde) y el fuerte de Chapultepec.130 La municipalidad de Tacubaya se integró por la villa del mismo nombre, los pueblos de Nonoalco, San Lorenzo y La Piedad; los barrios de la Santísima, San Juan, San Pedro, Santo Domingo, Santiago y San Miguel; las haciendas

128 Una legua equivale en el antiguo sistema español a 5 572.7 m, por lo que el radio del Distrito Federal era de 11 145.4 m, es decir poco más de 11 km. 129 Diccionario Universal de Historia y Geografía, tipografía de Rafael y librería de Andrade, México, 1853, t. III, p. 84, en Gortari y Hernández, op. cit., p. 122. 130 Ibíd., p. 123. 298 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. de La Condesa, Becerra, El Olivar del Conde y Narvarte; y los ranchos de Nápoles y Sola o Xola.131 Según los itinerarios y derroteros de la primera mitad del siglo XIX,132 la villa de Tacubaya distó de la ciudad de México por dos leguas (8 km. 380 metros) y estuvo comunicada por caminos de arriería y carreteros y hacia finales de siglo por ferrocarril.

El espacio fiscal.

Para fines fiscales, el territorio se dividió en suelos alcabalatorios como parte del sistema que prevaleció durante el régimen colonial por lo que se mantuvo la demarcación establecida el 25 de septiembre de 1792 y ratificada el 16 de enero de 1818, confirmándose de nueva cuenta en 1830. Así la República Federal se dividió en 275 suelos alcabalatorios repartidos como sigue: ocho integraron la aduana de México, cinco la aduana de Veracruz y 262 el resto del territorio.133 Cuando se instauró el régimen centralista en 1836, se pensó en fortalecer el sistema alcabalatorio para un mejor control de la recaudación y adminis- tración impositiva. Para llevar a cabo lo dicho, por decreto del 17 de abril de 1837, el territorio se dividió en: 1) administraciones principales, 2) recepto- rías y 3) sub–receptorías.134 Bajo este ordenamiento se trazó la siguiente división territorial: 239 admi- nistraciones, 597 receptorías y 291 sub-receptorías, que sumaron un total de 1 127 oficinas fiscales localizadas en los 25 departamentos que integraban el país durante el primer periodo de régimen centralista (1836-1846).135

131 Almonte, Juan Nepomuceno, Guía de forasteros y repertorio de conocimientos útiles, Im- prenta de Ignacio Cumplido, México, 1852, pp. 306 y 307. 132 Hermosa, Jesús, Manual de Geografía y Estadística de la República Mejicana, Librería de Rosa Bouret y Cía., París, 1857, facsímil, Instituto de Investigaciones Dr. José Ma. Luis Mora, México, 1991, p. 195. 133Archivo General de la Nacion (en adelante AGN), Dirección General de Rentas (en adelan- te DGR), c. 11, exp. 440, Reglas que se observaban en la recaudación del derecho de alcabala antes del establecimiento del sistema federal, 1830. 134 AGN, DGR, c. 35, exp. 870, Decreto del supremo gobierno sobre la organización de la Hacienda Pública, 1837. 135 Arrillaga, José Basilio, Recopilación de leyes y decretos... vol. del año de 1838, imprenta de José M. Lara, México, 1842. organizar para conservar 299 Las administraciones principales se establecieron en las capitales de los estados y estuvieron sujetas en lo directivo y económico a la Dirección General de Rentas. Su territorio se subdividió en receptorías y sub–recepto- rías, su número y demarcación se sujetó a la decisión del administrador prin- cipal con la anuencia de la Dirección General. La creación y permanencia de cada una de estos espacios fiscales dependió de la importancia económica del territorio y para su mejor aprovechamiento se reglamentó su funcionamiento el cual quedó establecido por decreto del 17 de abril de 1837. 136 La raíz del reglamento fue el recuento y reorganización que se hizo de los espacios fiscales existentes al año de instaurarse el régimen centralista con el fin de conocer y estimar los recursos económicos posibles para cubrir los gastos del gobierno. En este documento se señalan las obligaciones administrativas que deberían seguirse en las oficinas fiscales, según su categoría, para agilizar el trabajo burocrático de la recaudación y administración de la alcabala. Por ejemplo, respecto de las administraciones principales, se estipula en el artículo 18 lo siguiente:

Primera. Recaudar las rentas, contribuciones y productos de bienes nacionales de su demarcación particular, y llevar con el día la cuenta de sus ingresos y egresos, en los libros que a este fin se les pasen anualmente por el jefe superior de hacienda, con total arreglo a los reglamentos y disposiciones vigentes y a las que en lo sucesivo se dieren. Segunda. Cuidar de que las administraciones y demás oficinas subalternas de sus demarcaciones hagan la recaudación que les corresponda, y de que lleven sus cuentas bajo las mismas reglas, en los libros que los administradores principales les remitan con el propio objeto. Decimocuarta. Proponer a la mayor brevedad al mismo jefe para que este lo haga al Gobierno por conducto de la dirección general de rentas, el número de adminis- traciones subalternas, receptorías y sub-receptorías que deben subsistir, establecerse o suprimirse en el Departamento, señalar sus demarcaciones, empleados que deben servirlas y sueldo u honorario con que deban dotarse, exponiendo siempre los fun- damentos que tengan para todo, en especial respecto de cualquiera alteración que propongan del estado en que actualmente se hallen, y cuidando de que la división que se haga sea conforme en lo posible con la política que previene el art. 3º de la sexta ley constitucional; y proporcionar al erario la posible economía en los gastos, sin que por esto queden indotados los destinos, o se perjudique el servicio por falta de los que sean necesarios.

136 Ibíd., vol. del año de 1837, pp. 308 y 311. 300 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Mientras que el gobierno federal confirmó el sistema alcabalatorio del régimen colonial para proveerse de recursos en forma inmediata, hasta no ser factible su abolición y ser sustituido por un sistema de impuestos directos; durante el gobierno centralista se actualizó, fortaleció y reformó con el fin de acrecentar los ingresos por este rubro. Para este objetivo se redefinieron los espacios fiscales y se renovó la planta de empleados y funcionarios; se refor- maron los reglamentos sobre el funcionamiento de las administraciones, receptorías y sub-receptorías y la forma de contabilizar la alcabala.

La receptoría de rentas de Tacubaya

Conforme a la estructura fiscal establecida en 1837, Tacubaya figuró como receptoría y como sub–receptorías, la villa de Tacuba y el pueblo de Azca- potzalco, además dependió de la administración principal de rentas de la ciudad de México. Sus límites territoriales fueron definidos por la resolución del 17 de julio de 1826, y comprendió “desde la calzada de Vallejo, tomando la vuelta por el poniente hasta Tacubaya, con todos los pueblos, haciendas, ranchos y molinos contenidos en su territorio, y la calzada de Chapultepec hasta la garita de México”.137 Por otro lado, el área territorial de las sub-receptorías del pueblo de Azca- potzalco y la villa de Tacuba, estuvieron demarcados por haciendas, ranchos y pueblos, además de su zona urbana, como sigue:138 Azcapotzalco: por las haciendas de Los Ahuehuetes, Careaga, Azpeitia y San Antonio; los ranchos de Acalotengo, Camarones, San Marcos, el Rosario, San Rafael, Pantaco, San Isidro, San Lucas y Amelco. Tacuba: por los pueblos de San Joaquín o Santorum y Popotla; las haciendas de Legaria, La Ascensión, Clavería, Los Morales y La Teja; los ran- chos de San Juan Nepomuceno (á) la Cabeza y Tenanteteche.139

137 agn, dgr, c. 361, exp. 99, Instrucciones que debe seguir el receptor de Tacubaya, 1842. 138 agn, dgr, c. 359, exp. 5, Cuaderno de igualas de tiendas, 1829-1830. 139 Los barrios de Azcapotzalco fueron: la Concepción, San Simón, San Martín, Santo Domin- go, Los Reyes, Santa Catarina, Santa Bárbara, San Andrés, San Marcos, San Juan Mexicanos, San Juan Thilhuaca, Xocoyahualco, Santa Cruz del Monte, San Mateo, San Pedro, San Bar- tolomé, San Francisco, Santa Apolonia, Santa Lucía, Santiago, San Miguel Ahuixotla, Santa Cruz Acayuca, Nextengo, San Lucas, San Bernabé, Santa María, San Sebastián, Santo Tomás y San Antonio. Los barrios de Tacuba fueron: San Francisco Tellencote, Santa Cruz Atenco, San Pedro Xala, San Diego Coyoacac, San Miguel Acosac, Santa María Atlalmeo, Santiago Huima- huac, Santa Ana Zapotla, Santa Cruz Acalco, San Gabriel Molonco, San Juan Amantla, Santa María Magdalena Tolman, en Gortari y Hernández , op. cit., p. 123. organizar para conservar 301 Administración de la receptoría

Estuvieron a cargo de la receptoría un receptor, un guarda y un escribiente. Se le asignó al receptor un sueldo fijo anual por el ramo de alcabalas de 99 pesos, tres reales, seis granos; más un premio del 10% sobre el total de lo recaudado por el ramo de pulques, de donde también se pagó el sueldo del guarda o guardas necesarios para la recaudación. Se destinaron 240 pesos para pagar el sueldo de un guarda; 100 pesos para el sueldo de un escribiente; 12 pesos para gastos de escritorio. Al igual que otras oficinas fiscales, la receptoría de Tacubaya estuvo instalada en una casa que se rentó para dicha función, asignándose para el pago de la renta, 144 pesos anuales.140 Las principales atribuciones del receptor fueron: 1) la recaudación de los derechos por alcabalas y pulques en toda su demarcación; 2) concertar igualas anualmente por las introducciones y ventas de mercancías y pulques realizados en comercios, haciendas y ranchos localizados en su territorio; 3) expedir la documentación necesaria (guías, pases y constancias de envío) para la conducción de efectos a un punto distinto y las tornaguías por los derechos cobrados a los artículos introducidos con guía de otra plaza dife- rente, aún cuando estuvieran exentos de derechos.141 Además de lo anterior, tuvo la obligación de vigilar los caminos y calzadas y estar al pendiente de la conducta de los guardas recaudadores. Al parecer, la poca cortesía de los funcionarios y empleados fiscales, encargados del cobro de la alcabala, provocaba el disgusto de los comerciantes y su renuencia al pago del impuesto, por lo que en un cuaderno de tarifas del viento de 1845, se hacen las siguientes observaciones:

7a. Por último, los Administradores y demás empleados, deben conforme lo tienen prevenido diversas disposiciones, tratar a los causantes con atención, dulzura y suavidad, gobernándoles antes que un indiscreto celo, una moderada templanza, evitando de este modo en lo posible, hacer odiosas las alcabalas, enseñándoles a los contribuyentes que lo exijan, las disposiciones en que se funda el adeudo, y procu- rando convencerles de que sin contribuciones no puede existir nación alguna.142

Todas las prevenciones dictadas tuvieron como finalidad el aumento de las rentas de la Hacienda Pública, para lo cual el receptor debía ejecutar las

140 agn, dgr, c. 361, exp. 99, Instrucciones que debe seguir el receptor de Tacubaya, 1842. 141 agn, dgr, c. 361, exp. 99, Instrucciones que debe seguir el receptor de Tacubaya, 1842. 142 agn, dgr, c. 61, exp. 1480, tarifa o arancel para la exacción del derecho de alcabala de los artículos del ramo del viento, 1845. 302 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. leyes, decretos, circulares y órdenes de la Administración de Rentas referentes al cobro y administración de los impuestos en forma precisa y clara. El despacho de los asuntos de la receptoría de rentas de Tacubaya se llevó a cabo con base en una serie de instrucciones de carácter operativo, que en parte fue semejante en su forma a las seguidas por otras oficinas fiscales, sin embargo, en la práctica pudieron diferir. Las instrucciones establecidas para el mejor funcionamiento de la oficina receptora de Tacubaya tuvieron como finalidad un mayor control y vigilancia del territorio para incrementar los ingresos por alcabala y disminuir su evasión. Para ello se acentuó la concer- tación de igualas y una mayor vigilancia en los caminos y parajes.

Mecanismos de recaudación

El sistema alcabalatorio se valió de una serie de instrumentos legislativos y documentales para el registro del cobro y adeudo de la alcabala, a través de los cuales obligó al administrador o receptor del ramo a llevar en forma pormenorizada todas las entradas y salidas de mercancías que circulaban por su territorio. Para llevar a cabo este trabajo, se valieron de guardias que patrullaban los parajes y caminos de arriería y ganado, por donde, a lomo de mula o de hombros, se introducían o sacaban mercancías de todo tipo para su consumo o venta en la misma plaza o en otra distinta. Además de las rondas, en algunos lugares existieron garitas o puestos de vigilancia fiscal que custodiaban las diferentes entradas a una ciudad, pueblo o villa con el fin de evitar el contrabando y la evasión del pago de la alcabala. A falta de garita en Tacubaya, fue obligatorio para los guardias y el receptor, hacer rondas continuas por su territorio. La oficina receptora de rentas ubicada en la villa fue el lugar donde lle- gaban los arrieros, viandantes, tratantes, traficantes y todo aquel comerciante formal o informal a registrar sus cargas y pagar el impuesto correspondiente o exigir la guía que amparaba a las mismas para su conducción a otro lugar. Hubo dos formas de pagar la alcabala por el causante: al momento de manifestar las mercaderías ante el receptor, que fue una de las prácticas más comunes; por el método de igualas, que era el monto del impuesto a pagar durante un año, a partir del promedio calculado sobre las mercancías colo- cadas para su venta o consumo en las tiendas, ranchos o haciendas locali- zados en Tacubaya. El concierto de igualas por alcabalas y pulques se hacía anualmente. Se abría un cuaderno auxiliar donde se anotaba el nombre del igualado, el comercio o giro que tenía establecido o si era por finca rústica, la cantidad a pagar y su periodicidad, semanal, mensual o trimestral, los ramos organizar para conservar 303 que pagaba o si sólo era por las introducciones que hacía, por las ventas o por ambas. Al final del asiento firmaban el receptor y el causante.143 Por la falta de garitas en el territorio fiscal que comprendía Tacubaya, era fácil la introducción clandestina de ganados para su consumo en este suelo, escapando al pago de la alcabala. Para evitar este fraude, se obligó al receptor a hacer visitas semanales a los tajones para conocer con certeza el número de reses, carneros y cerdos que se mataban diariamente, exigiendo el docu- mento con el cual se hizo la introducción. Fue obligación del receptor y los guardias exigir la guía que amparaba el ganado introducido o que transitara por su demarcación. Para la expedición de la tornaguía fue necesaria la pre- sentación de la guía. Con estas medidas, el rigor en la aplicación de las leyes fiscales fue patente. Otras tareas que concernieron a este funcionario fueron la expedición y registro de guías y tornaguías libradas, observando las reglas ya previstas; acudir cada 15 días a las vistas de la Administración principal para que le facilitaran las noticias necesarias sobre los aforos y su aplicación para el cobro del impuesto correspondiente; en lo administrativo, llevó diferentes tipos de libros para el registro de las operaciones mercantiles, a saber: cuaderno de efectos de escala, en el se anotaba el número de la guía o pase con que se conducía las mercaderías, su clase, la aduana de su procedencia, nombre del consignatario, fecha de su introducción y de salida a su destino final; a partir de 1842 se manejaron el libro común de ramos, donde se asentó el pago de derechos por alcabala del viento, efectos aforados, derecho de consumo, alcabala eventual por fincas e igualas; y el libro manual donde se registraron en forma resumida y en orden lo recaudado por cada uno de los diferentes ramos asentados en el común de ramos. A partir de esta información se faci- litó la elaboración de la cuenta general del año. La guía figuró entre los principales instrumentos de control a la circula- ción de mercaderías y ganados, su falta o extravío ocasionó que se decomisara las mercancías o ganados en conducción, calificándolos de ilegales. Su expedi- ción y presentación sirvió al causante para evidenciar el valor, calidad, origen y destino de los efectos manifestados físicamente en presencia del recaudador y asentado también, en ocasiones en la factura que amparaba las mercancías. En la guía se registraba el nombre del remitente, del conductor y del con- signatario; el destino final o de escala y los derechos pagados por el tipo de mercaderías (nacionales o extranjeras). Su expedición quedó registrada en el cuaderno correspondiente.

143 Garavaglia, Juan Carlos y Juan Carlos Grosso, Las alcabalas novohispanas (1776-1821), Archivo General de la Nación/Banca Cremi, 1987, pp. 36 y 37. 304 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Toda esta diversidad documental que formó parte de la maquinaria fiscal puesta en marcha a partir del establecimiento de la alcabala en Nueva España en 1574 y que siguió funcionando hasta finales del sigloxix , que se centró en el control de la circulación mercantil, que fue parte de la fuente de ingresos del gobierno durante el virreinato y el siglo xix, nos aporta valiosa informa- ción sobre la dinámica comercial y social del México decimonónico a nivel regional y local como el caso que aquí se aborda, Tacubaya.

El quehacer del comercio

Como ejemplo de la importancia que nos proporciona las fuentes fiscales para acercarnos a la vida económica y social del entorno de la ciudad de México en la primera mitad del siglo xix usaremos como información base los datos registrados en el libro de patentes del año de 1837 de la receptoría de Tacubaya que era el instrumento de control de los comercios asentados en su territorio, lo que servía a su vez de censo comercial, pues se registraba el nombre del propietario, el giro y su ubicación lo que a su vez servía como complemento al libro de igualas para un mejor control del impuesto que debían pagar los comerciantes establecidos.

Comercios y comerciantes

A partir del Libro de derecho de patentes sobre las casas de comercio del año de 1837 se analizará la dinámica comercial de Tacubaya. De acuerdo con los registros de ese año se contabilizaron 54 comercios que estuvieron distribuidos en la villa y las haciendas del lugar, 15 tuvieron el giro de tendajón, 25 fueron casillas de pulque, cuatro operaron como casillas de carnes, uno como casilla de panadería, otro se declaró tienda mestiza, dos trabajaron como molinos de trigo, otros dos como molinos de aceite, dos más funcionaron como mesones, hubo una fonda y una mesa de billar. (Véase cuadros del núm. 1 al 7) Como se puede advertir, la mayor parte de los negocios se concentraron a lo largo de la calle principal de la villa. Sin embargo, existió una distribución de los diversos giros comerciales por diferentes rumbos de Tacubaya que en su conjunto, nos da una idea de su vida cotidiana. Todos estos comercios, identificados en doce diferentes actividades, pueden agruparse bajo tres categorías: 1) expendios de alimentos y bebidas, 2) lugares de diversión y descanso y 3) de transformación y elaboración de productos alimenticios. organizar para conservar 305 En el primero estarían los tendajones, la tienda mestiza, las casillas de carne, pan y pulque. En el segundo, el mesón, la fonda, la mesa de billar y también la casilla de pulque. Y en el tercero, los molinos de aceite y de trigo. En cada uno de estos espacios las relaciones sociales, comerciales y de trabajo se desenvolvieron, entre otros factores, bajo la dinámica del comercio. Pues en este “juego de los intercambios” unos cumplieron su papel de pro- ductores (agrícolas, artículos semielaborados o terminados) y otros su papel de intermediarios entre el productor y el consumidor final. En la vida cotidiana, las casillas de pulque, las mesas de billar, las fondas y los mesones fueron los lugares propios para la reunión de los vecinos y visi- tantes, y sobre todo de los viandantes y arrieros que llegaban con sus recuas cargadas de mercaderías. La presencia de este tipo de lugares nos dibuja a Tacu- baya no como una villa netamente para el descanso y el recreo, por el contrario, sino como un lugar con mucha actividad comercial. Sobre todo, fue lugar de paso obligado para el comercio proveniente del occidente del territorio nacional que entraba por el camino de Santa Fe. Por ello, las fondas y los mesones fueron concurridos principalmente por arrieros y viandantes que llegaban a esta villa como destino final o de escala antes de continuar su camino. Mientras tanto, estuvieron obligados a registrar sus mercaderías en la oficina receptora de rentas y pagar los derechos correspondientes cuando era el caso. En los doce diferentes giros comerciales identificados estuvieron involu- crados 44 individuos, de los cuales 37 tuvieron participación en un sólo tipo de negocio y los siete restantes diversificaron sus actividades comerciales; sus establecimientos se localizaron en el mismo lugar o en otro diferente lo que nos indica quiénes fueron los principales comerciantes del lugar y posiblemente los que vincularon comercialmente a Tacubaya con diferentes centros productivos. De los 37 sujetos, 19 tuvieron una casilla de pulque, diez un tendejón y los otros siete estuvieron repartidos en los siguientes comercios: molino de trigo, molino de aceite, casilla de carne, casilla de panadería, mesón, fonda y mesa de billar, respectivamente. La participación de las mujeres en la actividad comercial, de acuerdo con nuestros registros, fue mínima, aunque destacan por su categoría de propietarias. El principal giro de sus comercios fue la venta de pulque, según se observa en el cuadro sobre casillas de pulque. Sólo una de estas cinco mujeres, llamada doña Guadalupe Flores tuvo un tendejón en el Barrio de la Santísima y una casilla de pulque en el Barrio de Santiago. Las casillas de pulque de las otras cuatro, se encontraron en la Loma del Rey, de doña Gertrudis Escobar; Barrio de San Lorenzo, de doña María de los Santos; Callejón anterior a la plaza de Tacubaya, de doña Guadalupe Olid; y Tacu- baya, de doña María de la Paz. 306 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Estas cinco mujeres representan el 11.36% de los 44 propietarios ano- tados en el libro de patentes, esto, no obstante, no quiere decir que fueran las únicas dedicadas al comercio, pero sí las que aparecen bajo la categoría de propietarias. Su relación con la venta de pulque, administración de una tienda o tendejón, fue caracterizada como “propias” a su condición feme- nina. Como observa y señala Silvia Arrom, en las guías de forasteros, no se anotan el total de los comercios de la ciudad de México, pues quedan fuera los que se consideraron demasiado pobres. Y de los registrados, un mínimo pertenecieron a mujeres, que en el conjunto “parecen ser menos prósperos que los de los hombres”.144 Cinco años atrás, en 1832 aparecen registradas cuatro mujeres en el libro de igualas, y que pagaron este derecho por las ventas ejecutadas en sus comer- cios: doña Gertrudis González por una tienda y un tendejón en Chapultepec; doña Feliciana Lozano por dos tiendas; doña Dolores Mendoza por un ten- dejón en el barrio de San Lorenzo; y doña Ana Gómez por un tendejoncito y una tienda.145 Ninguna de estas mujeres aparece de nueva cuenta en el libro de patentes, como fue el caso de algunos hombres como Mariano Bocanegra, Manuel Estañol, Joaquín Martínez, Florencio Sánchez, Antonio Zaragoza y José Ma. Zaragoza. Ahora bien, si nos preguntamos ¿donde vivieron estos comerciantes? res- ponder no es fácil, sin embargo podemos tener una idea sobre el particular al identificar algunos de estos personajes y relacionarlos con el valor de su finca urbana, lo que nos revela parte del escenario en que vivieron. Al relacionar nuestros datos sobre comercios y los resúmenes sobre fincas urbanas, los resultados fueron los siguientes: Rafael Gómez, dueño de una casilla de carne, tuvo dos fincas, una en la calle Nacional y la plazuela de Cartagena con valor de 1 200 pesos, y otra en el barrio de la Santísima con un valor más bajo, 120 pesos. Guadalupe Flores quien manejó dos establecimientos, un tendejón en el barrio de la Santísima y una casilla de pulque en el Barrio de Santiago, tuvo su finca en el Callejón de Flores con un valor de 1 659 pesos 5 reales. En la misma dirección la finca de Juan Ambris, tuvo un valor de 520 pesos, inferior al de la señora Flores, a pesar de sus dos comercios, una casilla de pulque y un molino de aceite localizados en la calle Nacional. En el barrio de la Santísima se afincaron Lucas Velázquez, dueño de una casilla de pulque en la Calle Nacional, y cuya propiedad tuvo un valor de

144 Arrom, Silvia Marina, Las mujeres de la ciudad de México, 1790-1857, Siglo XXI, México, 1988, pp. 206-209. 145 agn, dgr, c.359, exp. 14, cuaderno de igualas, Tacubaya, 1832. organizar para conservar 307 310 pesos; y Joaquín Martínez, negociante de dos tendejones, una casilla de pulque y otra de carne, y sin embargo su finca se valuó en 300 pesos. Posi- blemente dentro de la misma propiedad estuvieron el tendejón y la casilla de pulque, pues los otros dos estuvieron en la calle Nacional. Ambos tuvieron otra propiedad, el señor Velázquez en la calle de la Ermita, con valor de 140 pesos y el señor Martínez en el barrio de San Juan con un valor de 200 pesos. Los comerciantes José Gándara, José Ma. Santacruz, José Ma. Calderón y Ángel Villarroel, tuvieron cada uno una finca, el primero en el camino de Santa Fe con valor de 160 pesos y dueño de una casilla de pulque en el barrio de San Juan. El segundo en la calle y plaza del curato con valor de 500 pesos y su tendejón por la misma dirección. La propiedad del tercero fue la única registrada para el barrio de San Lorenzo y tuvo un valor de 300 pesos, en el mismo sitio se encontraba su tendejón. La finca del señor Villarroel se loca- lizó en el barrio de San Miguel y Santiago con un valor de 2 000 pesos, allí mismo se ubicó su tendejón. En la calle de Ermita fue donde se registraron seis de nuestros perso- najes. El valor de la casa de José Lozano, dueño de una casilla de pulque en la calle Nacional, no se registró por estar en obra. Mientras que el del señor Mariano Bocanegra fue de 250 pesos y fue dueño de un tendejón, una casilla de pulque y otra de carne, los tres establecidos en la calle Nacional. La finca de José Ma. Zaragoza se valuó en 500 pesos y fue dueño de una casilla de pulque en la calle Nacional. Mientras que el valor de la propiedad de Antonio Zaragoza fue de 800 pesos siendo poseedor de una casilla de pulque en la calle Nacional. Por su parte, Manuel Sánchez con un tendejón en la calle Nacional, tuvo una casa con un valor de 2 500 pesos, la de mayor valía en el vecindario. Finalmente Nicolás Sandoval, propietario de una casilla de pulque en Tacubaya, poseía una finca valuada en 263 pesos siete reales seis granos. Posiblemente algunos de estos sujetos, tuvieron su negocio en su propia casa y otros en un lugar diferente. Aunque no hay una relación entre el valor de la finca con el número de comercios del que fueron dueños, se advierte que sólo unos cuantos tuvieron algún inmueble con un valor superior a los 1 000 pesos. Lo que nos muestra, de alguna forma, los posibles beneficios que adquirieron en mayor o menor grado, estos individuos del comercio. A través de los informes sobre reconocimiento y avalúo de propiedades, rústicas y urbanas, es posible conocer la arquitectura, distribución y función de los espacios existentes en una construcción, trátese de la destinada para vivienda, para el comercio o la actividad fabril. En Tacubaya, como en otros sitios, la venta, traspaso y arrendamiento de inmuebles formó parte de la dinámica comercial. Estas transacciones estaban 308 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. sujetas al pago de la alcabala. Algunas de estas operaciones quedaron proto- colizadas ante notario público.130 Los contratos por arrendamiento fueron los mas recurrentes, seguidos por los de venta y finalmente los de traspaso. Son notorios los de arrendamiento de los molinos de trigo de las lomas de Tacu- baya, cuya duración oscilaba entre los tres y los siete años.131 También destaca el uso de estos inmuebles como garantía sobre préstamos hipotecarios.132 La movilidad de bienes inmuebles a través de contratos de compra-venta, arrendamiento o traspaso, fue otro tipo de transacciones que formaron parte de la vida de la villa de Tacubaya. Estas transacciones mercantiles requieren de otro análisis y no es la intención de este trabajo tratarlo, por lo que sola- mente se ha señalado como otro elemento que entró en el escenario de los intercambios mercantiles.

Bibliografía

Almonte, Juan Nepomuceno, Guía de forasteros y repertorio de conocimientos útiles, imprenta de Ignacio Cumplido, México, 1852.

Arrillaga, José Basilio, Recopilación de leyes y decretos... vol. del año de 1838, imprenta de José M. Lara, México, 1842.

Arrom, Silvia Marina, Las mujeres de la ciudad de México, 1790-1857, S. XXI, México, 1988. Hermosa, Jesús, Manual de Geografía y Estadística de la República Mejicana, Librería de Rosa Bouret y Cía., París, 1857, facsímil, Instituto de Investiga- ciones Dr. José Ma. Luis Mora, México, 1991, p. 195.

Garavaglia, Juan Carlos y Juan Carlos Grosso, Las alcabalas novohispanas (1776-1821), Archivo General de la Nación/Banca Cremi, 1987, pp. 36 y 37.

Gortari Rabiela, Hira de y Regina Hernández Franyuti, Memoria y encuen- tros: La ciudad de México y el Distrito Federal (1824-1928), t. I, Departamento del Distrito Federal/Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, México, 1988. organizar para conservar 309 Cuadro 1 tendejones, 1837

Ubicación Propietario

Calle Nacional Vicente de Con Joaquín Martínez José Ma. Zaragoza Miguel Aguilar Mariano Bocanegra Manuel Sánchez

Calle anterior a la Plaza José Ma Santacruz

Barrio de San Lorenzo José Ma. Calderón Vicente Negrete José Ma. Calderón

Barrio de La Santisima Joaquín Martínez Bernardo Crespo Guadalupe Flores Barrio de Santiago Angel Villarroel

Hacienda de La Condesa José Rodríguez

Tacubaya Luis Cortés

FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de comercio, Tacubaya, 1837. 310 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Cuadro 2 Casillas de pulque, 1837

Ubicación Propietario Calle Nacional Juan Esteban Velázquez Antonio Zaragoza José Lozano Lucas Velázquez Mariano Bocanegra Juan Ambris Florencio Sánchez Salvador Batres Felipe Díaz

Barrio de La Santísima Juan Bonilla Pablo González Nicolás Iturrieta José Ma. Elguea Juan Pablo Elguea Joaquín Martínez

Barrio de Santiago Joaquín Guerra Guadalupe Flores

Barrio de San Juan José Gándara Pablo Salazar Barrio de San Lorenzo María de los Santos Callejón anterior a la Plaza Guadalupe Olid Loma del rey Gertrudis Escobar

Tacubaya Ma. de la Paz Nicolás Sandoval Camilo Avelar FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de comercio, Tacubaya, 1837. organizar para conservar 311 cuadro 3 casillas de carne, 1837 Ubicación Propietario

Calle Nacional Rafael Gómez Joaquín Martíne Mariano Bocanegra Florencio Sánchez

FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de comercio, Tacubaya, 1837.

cuadro 4 molinos, 1837 especialidad ubicación propietario Molino de Trigo Tacubaya Licenciado Ignacio González Nicolás Becerra

Molino de Aceite Calle Nacional Juan Ambris Arzobispado Atanasio Vargas

FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de comercio, Tacubaya, 1837. 312 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. cuadro 5 tienda, pan, mesones y billar, 1937

ubicación giro propietario Esquina de la Plazuela de Tienda mestiza Bernardo Crespo Cartagena

Calle Nacional Casilla de panadería José Herrera Mesón Manuel Estaño Barrio de Santiago Mesón Juan Esteban

Plazuela de Cartagena Fonda Agustín Maison Mesa de billar José Bustamante

FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de comercio, Tacubaya, 1837.

cuadro 6 localizacion de los diferentes comercios de tacubaya, 1837. ubicacion giro núm. Calle Nacional Tendejón 6 Casilla de pulque 9 Casilla de carne 4 1 Casilla de pan 1 M o l i n o 1 de aceite Mesón

Barrio de La Santísima Tendejón 3 Casilla de pulque 6 organizar para conservar 313 Barrio de Santiago Tendejón 1 Casilla de pulque 2 Mesón 1

Barrio de San Lorenzo Tendejón 2 Casilla de pulque 1 Barrio de San Juan Casilla de pulque 2 Calle anterior a la Plaza de Casilla de pulque 1 Tacubaya Tendajón 1

Plazuela de Cartagena Fonda 1 Mesa de billar 1 Esquina de la Plazuela de Tienda mestiza 1 Cartagena Loma del rey Casilla de pulque 1 Hacienda de la Condesa Tendejón 1 Arzobispado Molino de aceite 1 Tacubaya Tendejón 1 Casilla de pulque 3 Molinos de trigo 2

FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de comercio, Tacubaya, 1837. 314 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. cuadro 7 comerciantes y comercios localizados en tacubaya, 1837

PROPIETARIO GIRO UBICACION

Juan Ambris Casilla de pulque Calle Nacional Molino de aceite

Mariano Bocanegra Tendejón Calle Nacional Casilla de pulque Casilla de carnes

Bernardo Crespo Tendejón Barrio de la Tienda mestiza Santísima Esquina de la plazuela de Cartagena

Joaquín Martínez Tendejón Barrio de la Casilla de pulque Santísima Tendejón Barrio de la Casilla de carnes Santísima Calle Nacional Calle Nacional

Florencio Sánchez Casilla de pulque Calle Nacional Casilla de carnes

Juan Esteban Velázquez Casilla de pulque Calle Nacional Mesón Barrio de Santiago

Guadalupe Flores Tendejón Barrio de la Casilla de pulque Santísima Barrio de Santiago

FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 57, Libro de derecho de patentes sobre las casas de comercio, Tacubaya, 1837. organizar para conservar 315

cuadro no. 8 fincas urbanas, 1839-1840 ubicación n ú m . d e valor propiedades en pesos

Calle Nacional y Plazuela 14 Entre 500 y 12, 000 de Cartagena

Callejón de Flores 2 “ 520 y 1,659

Callejón de Torres Torija 2 “ 2,000 y 6,000

Calle del Convento y 5 “ 1,500 y 9,000 Plazuela del Convento Barrio de la Santísima 13 “ 68 y 660 Callejón de las Hormigas 1 70

Barrio de San Juan 8 “ 90 y 1,000

Camino de Santa Fe 7 “ 1,500 y 9,000

Calle y Plaza del Curato 9 “ 500 y 3,500

Callejón de las Ánimas 3 “ 550 y 1,100

Calle del Calvario 5 “ 68 y 8,000

Barrio de San Lorenzo 1 300

Calle de la Ermita 11 “ 140 y 2,500

Barrio de San Miguel y 15 “ 62 y 2,000 Santiago

FUENTE: AGN, DGR, c. 360, exp. 60. Relación de las fincas rústicas y urbanas pertenecientes a la municipalidad de Tacubaya, 1839-1840. La investigación en el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud

Licenciada Patricia Olguín Alvarado Archivo Histórico de la Secretaría de Salud

La función primordial de un archivo histórico es el aprovechamiento social, científico y académico de la memoria documental que contiene, lo cual sólo se puede llevar a cabo a través de la investigación, actividad primordial para la difusión de los acervos históricos. En este sentido el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud no ha sido la excepción, puesto que aunque fue instituido por acuerdo presidencial el 13 de octubre de 1945, los trabajos de investigación se venían realizando desde dos décadas atrás, utilizando para ello lo que entonces era llamado Archivo General de la Beneficencia Pública, que resguardaba “viejos legajos sin cla- sificar, dispersos y mutilados” y pese a que se hallaba totalmente desorgani- zado, su consulta sirvió para dar a conocer aspectos relevantes de las institu- ciones encargadas de asistir a los necesitados. Precisamente los trabajos iniciales de investigación fueron realizados por el periodista y escritor Rómulo Velasco Ceballos, quien posteriormente fue nombrado primer director del entonces Archivo Histórico de la Secretaría de Salubridad y Asistencia. Afortunadamente dichos trabajos contaron con el apoyo de las autoridades de la Beneficencia Pública, quienes conscientes de su importancia, destinaron fondos monetarios suficientes para su edición y difusión. Esas primeras investigaciones, cristalizadas en libros, ahora forman parte del acervo del Archivo Histórico de la Secretaría de Salud y son las siguientes: Rafael Dondé, 1933; El Hospital Juárez. Antes Hospital de San Pablo, 1934; Las Loterías. Historia de estas instituciones, desde la Real, fundada en 1771, hasta la Nacional para la Beneficencia Pública, 1934; El niño mexicano ante la caridad y el Estado, 1935; La Asistencia Pública. Un año bajo la administración del presidente Cárdenas, 1938; La Asistencia Social en México. Sexenio 1934- 1940, 1940; y Fichas Bibliográficas sobre asistencia social en México, 1943. 318 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. La estancia de Rómulo Velasco Ceballos al frente del Archivo Histórico de Salud fue muy corta, apenas de tres años, sin embargo continuó con la labor de reunir, coordinar e interpretar los elementos históricos de la dependencia, sobre todo se abocó a interpretar por que para él lo fundamental era “juzgar al pasado con criterio sereno y justo; conocer sus aciertos y sus errores, sus triunfos y sus caídas, sus bellezas y sus lacras; esto es, sentirlo íntimamente, vivirlo con plenitud”. En esos tres años salieron a la luz pública otras tantas publicaciones que reflejaban las labores realizadas sobre asistencia pública cuyos títulos son: Visita y reforma de los hospitales de San Juan de Dios de la Nueva España en 1772-1774, 2 t., 1945; La cirugía mexicana en el siglo XVIII, 1946; Hospital de Crónicos en Tepexpan, 1946; y El Hospital Juárez antes Hospital Municipal de San Pablo, segunda edición, 1947. A la muerte de Rómulo Velasco Ceballos, en 1948, el Archivo fue cerrado y la investigación sólo se permitió a un número limitado de personas hasta su reapertura en 1982, fecha en que comenzó formalmente su organización. De 1982 a 1993, las actividades del Archivo Histórico se centraron en la organización del patrimonio histórico documental de la Secretaría, con el fin de volverlo útil y provechoso. No obstante los trabajos de investigación siguieron realizándose como parte de las actividades del Archivo, ya sea para conferencias o colabora- ciones en revistas como Salud Pública de México; incluso se tenía una par- ticipación y presencia constante en el Boletín oficial de la Secretaría de Salu- bridad y Asistencia con una hoja informativa de los fondos documentales del acervo. Mención aparte merece la publicación La atención materno infantil, apuntes para su historia, elaborada como parte de las acciones conmemo- rativas del cincuenta aniversario de la Secretaría de Salud, que presenta una panorámica acerca de cómo fueron proporcionados cuidados y atención al niño y a la madre en épocas y por organismos diversos, que atendieron a unos y a otras, bajo diferentes doctrinas como: la caridad, la filantropía, la beneficencia y la asistencia. En 1993, con las tareas de organización y descripción del acervo ya avan- zadas, 27 guías editadas (hasta esos momentos) y un eficiente servicio a usua- rios, se hizo necesario que se diseñara un programa de investigación sobre temas específicos de historia de la salud en México, sustentado principal- mente en la documentación del propio Archivo, que permitiera conocer y comunicar los orígenes, así como el desarrollo de las políticas y las acciones que en materia de salubridad y asistencia han realizado las instituciones gubernamentales desde el periodo virreinal hasta nuestros días. organizar para conservar 319 Lo anterior dio como resultado la aparición de Cuadernos para la his- toria de la salud, primer órgano de difusión propio del Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, cuyo objetivo es publicar trabajos breves de investiga- ción, artículos, ensayos y documentos importantes que amplíen y comple- menten el conocimiento de dos fenómenos sociales tan significativos en la historia de nuestro país como son la salud y la asistencia. El Archivo Histórico de la Secretaría de Salud constituye una de las fuentes de información más importantes en lo relativo a los servicios para la salud en México, por lo que dar a conocer los testimonios conservados en él, mediante la producción de Cuadernos, ha contribuido a incrementar el interés de los investigadores en el estudio de los servicios sanitarios, médicos y asistenciales proporcionados por las instituciones públicas, así como en los acontecimientos sociales, culturales y científicos que han coadyuvado a la salud de los habitantes de nuestro país. Cuadernos es una publicación bianual y aunque por el momento se encuentra suspendida, no sólo ha servido de apoyo y estímulo a los trabajos de investigación llevados a cabo por el personal del Archivo de Salud, sino que ha resultado ser un excelente medio de difusión de los acervos resguar- dados en él, pues gracias a ella varios investigadores han retomado los temas ahí desarrollados completado sus escritos o han profundizado en su estudio para abordarlos con enfoques diferentes. Los autores que han colaborado en la realización de los textos de esta publicación han alternado labores de selección, ordenación, clasificación y descripción de documentos con la investigación. Los trabajos tienen, como base principal, documentos y libros resguardados en el propio Archivo Histó- rico y la variedad de temas evidencia los intereses e inquietudes de cada uno de los colaboradores, así como parte de la amplia gama de materias acerca de las cuales resulta ilustrativo y útil escudriñar en éste y otros archivos histó- ricos de México. Es importante mencionar que en el tercer número, editado en 1997, se abrieron las puertas de Cuadernos a otros investigadores interesados en publicar sus trabajos, con el propósito de que, además de ser medio de divul- gación de los historiadores del Archivo de Salud, se pudiera convertir en foro de la historia de la salud en México. Los autores de los 25 artículos elaborados son Javier Morales Meneses, Margarito Crispín Castellanos, Teresa Hernández Elizalde y Hugo Eduardo López Aceves, personal que laboró en el Archivo; Rogelio Vargas Olvera, Patricia Olguín Alvarado, Irma Betanzos Cervantes, José Luis Nájera Juárez, Patricia Guadalupe Alfaro Guerra y Rosalba Tena Villena, quienes hasta la fecha siguen trabajando en la Secretaría de Salud, además de las colabo- 320 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. radoras invitadas: Elsa Malvido y Ana María Carrillo Farga, del Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Escuela de Medicina de la unam, respectivamente. Debido a la diversidad de tópicos analizados en los artículos, me permití agruparlos en cinco rubros:

Condiciones sanitarias y enfermedades:

· Cloacas y letrinas en la Ciudad de México. El problema de las excretas humanas (1769-1900), Margarito Crispín Castellanos. El autor refiere que a mediados del siglo xviii y a pesar de los bellos edificios y los bosques que circundaban la Ciudad de México, ésta se había convertido en una enorme cloaca, debido a que no se habían cumplido las normas sanitarias necesarias. Nos relata la causa de que el lago de Texcoco se desecara y lo que hizo que se convirtiera en un inmenso pantano y foco de muerte. El problema principal era cómo deshacerse de los excrementos humanos, ya que en ese tiempo se acostumbraba sacar las excretas revueltas con estiércol en sacos de petate (porque además, las personas tenían animales que también generaban inmundicias), los enterraban en el patio o simplemente abrían el portón de sus casas y echaban a la calle los desechos. Debido a todos esos problemas sanitarios y a lo que acarreaban consigo, las autoridades y la población misma pusieron más atención en la limpieza. No obstante, la atmósfera de la Ciudad de México se encontraba viciada por las emanaciones de más de 200 000 habitantes y de un número conside- rable de animales domésticos, zahúrdas, casas de matanza y, sobre todo, de inmundicias en putrefacción que se encontraban represadas en las atarjeas. Variadas fueron las propuestas para solucionar este problema como la expe- dición de bandos, sin embargo ninguna fructificó.

· Panorama de las epidemias en la Ciudad de México durante el siglo XIX. Rogelio Vargas Olvera. Ofrece un panorama general de las epidemias ocurridas a lo largo del siglo xix en la Ciudad de México. El autor señala que una vez establecido el régimen colonial novohispano, ocurrieron varios fenómenos epidémicos que mermaron considerablemente a la población de varias regiones, sobre todo en zonas urbanas, cuyas grandes colectividades crearon un ambiente propicio para el contagio de la peste, la viruela, el tifo, el sarampión y para la extensión de otras enfermedades que se fomentaban con la promiscuidad en organizar para conservar 321 las viviendas, el clima mismo y la insalubridad generalizada, sobre todo en la Ciudad de México, por sus características lacustres. Nos habla de las epidemias de fiebres pestilentes o manchadas (que según los especialistas pudo tratarse de fiebre amarilla o tifo, principalmente) de 1813, de viruela (recurrente a lo largo del siglo xix), de cólera en 1833, 1849- 1850 y 1854, todas ellas célebres por su alto índice de mortandad y causadas por la insalubridad general de la ciudad. Gracias a la imposición de cuarentenas severas a las embarcaciones y las fumigaciones respectivas, y —ya en1911— a la vacuna, se evitó la extensión de otra epidemia en México, no obstante lo breve de la inmunidad y lo rela- tivo de su efectividad

· La fiebre amarilla durante el Porfiriato. Capitalismo, sociedad y enfer- medad en la Costa del Golfo de México, Margarito Crispín Castellanos. Analiza algunas manifestaciones sociales ocurridas durante las epide- mias de fiebre amarilla (mejor conocida como vómito prieto o negro, peste occidental y enfermedad del Siam), a finales del sigloxix , principalmente las de 1883 y 1889 en esa zona. Explica que mediante el ferrocarril y las embarca- ciones marítimas, que movilizaban a un gran número de personas y diversos productos comerciales, se propagó esta enfermedad y pudo afectar a ciudades alejadas del Golfo, además de ser factor determinante las condiciones insalu- bres en que se encontraban las personas que se trasladaban para ir a trabajar a las grandes haciendas. La fiebre amarilla afectó la producción agrícola (café, azúcar, algodón y henequén) de diversas maneras: reduciendo la oferta de mano de obra y también el comercio, de manera que los hacendados vieron reducidos sus ingresos, por lo que las medidas tomadas por el gobierno porfiriano estu- vieron encaminadas a hacer a un lado lo que entorpecía la modernización del país (aprovechamiento de los recursos naturales y de la fuerza de trabajo).

· El consumo del pulque en la Ciudad de México durante el Porfiriato (1880-1910), Margarito Crispín Castellanos. Ofrece su punto de vista y análisis de los factores que inciden en el incre- mento del alcoholismo por el consumo de pulque en la Ciudad de México.

Cuestiones asistenciales:

· Mortalidad infantil y abandono en años de crisis, en la casa del desamor, 1767-1790, Elsa Malvido. 322 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Analiza la relación entre los niños abandonados a la caridad cristiana en la Casa de Niños Expósitos y las epidemias de la Nueva España.

· Beneficencia y Salubridad durante el imperio de Maximiliano, Irma Betanzos Cervantes. Hace un recuento de las instituciones, que durante el periodo del lla- mado segundo imperio, proporcionaban servicios asistenciales a las clases económicamente débiles, así como las medidas tomadas en cuestión de salud pública. Nos habla de las leyes y decretos expedidos en esa materia y sobre varios proyectos elaborados por la administración republicana que fueron punto de partida para las acciones del imperio. En concordancia algunas ins- tituciones del imperio fueron conservadas por la administración republicana como el caso del Hospital de San Carlos que siguió funcionando durante la República Restaurada bajo el nombre de Casa de Maternidad e Infancia.

· Los consultorios de la Beneficencia Pública. Una respuesta a la demanda colectiva de atención médica, 1881-1940. Patricia Olguín Alvarado. En 1880, debido a los cambios económicos sufridos en el país, al deterioro de las condiciones de salud pública causado por la guerra de liberación y las guerras civiles, además del aumento de la población, resultaban insuficientes los recursos y los establecimientos dedicados a impartir atención médica, por lo que se puso a consideración de la Junta Directiva de la Beneficencia Pública (que era la encargada de atender a los enfermos; sostener a los ciegos, ancianos e impedidos; ayudar a los huérfanos y capacitarlos para el trabajo; y auxiliar a los mutilados durante las guerras civiles) el proyecto de lo que más tarde sería el primer servicio de consultas diarias y gratuitas para los pobres. Los objetivos de los Consultorios fueron beneficiar a la clase meneste- rosa brindándoles atención a enfermos que no ameritaran hospitalización, además de otorgarles las medicinas y colaborar con la Universidad Nacional, permitiendo a los alumnos la práctica de la terapéutica. Aunque desde que iniciaron sus servicios carecieron de instalaciones adecuadas, se encontraban desaseados y faltaban medicamentos y personal, a partir de 1925 el personal técnico desarrollaba trabajos de investigación, sobre tuberculosis, reuma- tismo, asma y sífilis. Resulta relevante que esos consultorios fueron impulsados por médicos destacados de ese tiempo, como Eduardo Liceaga y Manuel Carmona y Valle. Su institución, multiplicación y transformación son manifestaciones de cómo el Estado procuró auxilio a la población más necesitada para devolverle la posibilidad de reintegrarse a la vida productiva. En total fueron instalados seis Consultorios gratuitos. organizar para conservar 323 · Beneficencia Pública y Asistencia dental gratuita (1882-1905), Patricia Guadalupe Alfaro Guerra y Rogelio Vargas Olvera. Orientan su estudio a la Beneficencia Pública en lo que a asistencia dental se refiere. Ellos destacan la importancia del consultorio dental que se instaló en el Hospital de Maternidad e Infancia para atender a personas de escasos recursos.

Ejercicio de la medicina y reglamentación:

· Médicos y Boticarios de la Congregación de San Pedro, Javier Morales Meneses. La Congregación de San Pedro tuvo como finalidad principal ayudar a los sacerdotes necesitados mediante un hospital, una hospedería y un colegio, por lo que resultaban indispensables los médicos y boticarios para propor- cionar atención médica a los demás miembros de la Congregación. Desde que se fundó la Congregación, comenzó a impartirse asistencia médica a sus miembros, y ya, en 1689, con la fundación del hospital, aunque fue instituido con el fin de que los congregantes clérigos pobres pudieran recibir atención médica, la Congregación, al encontrarse afectada por pro- blemas económicos se vio en la necesidad de aceptar seglares, pues tenían posibilidades económicas suficientes para poder pagar lo que se les pedía. Describe de qué manera eran elegidos, cuántos eran y qué actividades desarrollaron desde la fundación de la Congregación hasta que fue cerrada con la aplicación de la Ley de desamortización de los bienes eclesiásticos, incluye una lista de los médicos y los boticarios que se desempeñaron como tales.

· Las boticas y la vigilancia del Consejo Superior de Salubridad, Teresa Hernández Elizalde. Nos habla de las diferentes instancias que se encargaron de autorizar y regular el establecimiento de las boticas en México, desde el siglo xvi hasta el establecimiento del Consejo Superior de Salubridad en 1841. Hace referencia desde el arte boticario y empírico de principios del siglo xix hasta la actividad farmacéutica de finales del mismo, que tiene ya carac- terísticas acentuadamente racionalistas, experimentales, científicas e indus- triales.

· Antecedentes e inicio del servicio de higiene industrial en México, 1867- 1934, Patricia Olguín Alvarado y José Luis Nájera Juárez. 324 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Realizan un estudio sobre los antecedentes y desarrollo de lo que ahora se llama medicina del trabajo, circunscriben su estudio al periodo 1867-1934 y hacen una revisión de la reglamentación de la higiene en el trabajo.

· El control de las drogas en la Ciudad de México (1890-1931), Patricia Olguín Alvarado. Revisa la legislación y normatividad que las instituciones públicas esta- blecieron para prevenir y controlar el uso y abuso de las drogas, de finales del siglo xix hasta 1930.

· La homeopatía mexicana durante el Porfiriato. Antecedentes y contexto (1893-1916), Hugo Eduardo López Aceves. Presenta los sucesos que dieron lugar a la institucionalización de la medi- cina homeopática en México a finales del siglo xix y principios del XX.

· La radioterapia anticancerosa en México (1904-1940), Irma Betanzos Cervantes. Lleva a cabo una revisión de las circunstancias que dieron origen al uso y suspensión del radio como factor de terapia anticancerosa en los albores del siglo xx.

· La reglamentación sanitaria de la muerte, Ana María Carrillo Farga. Nos ofrece un recuento de las disposiciones sanitarias acerca del trans- porte de cadáveres y la construcción de cementerios, también nos habla sobre el concepto de muerte y del surgimiento e importancia de las estadísticas de mortalidad durante el Porfiriato.

Psiquiatría y Manicomio General:

Apuntes para la historia de la Psiquiatría en la Ciudad de México. Siglo XIX y principios del XX, Teresa Hernández Elizalde. Relata la transformación de los tratamientos aplicados a los enfermos mentales, de cómo se fue eliminando la utilización de cadenas, chalecos, camisas de fuerza, el látigo, la fustigación, los bofetones, las duchas y los cubos de agua fría. El concepto de psiquiatría no estaba definido, pero la locura se conside- raba propia del hombre, a quien despojaba de sus características distintivas: la inteligencia y la razón, por lo que se consideraba un reto que el mismo organizar para conservar 325 hombre debía vencer. Refiere la sustitución de los conceptos: manía aguda, excitación maniaca, locura intermitente, maníacos, epilépticos, dementes o imbéciles. La visión generada por los hospitales para dementes en la mayoría de la población de principios del siglo xix era de temor, leyendas y misterios, muy alejada de las explicaciones científicas. Señala que en los últimos treinta años del mismo siglo comenzó la formación de especialistas en esa área, por lo que los hospitales se convirtieron en centros de observación clínica de la con- ducta y el interés en ella tomó forma como disciplina científica moderna.

· Los niños en el Manicomio General de México, 1910-1935, Patricia Olguín Alvarado y Rosalba Tena Villena. Explica las condiciones en que vivían los niños internos en la Castañeda. Citan las causas de ingreso, los cuidados, educación y alimentación que éstos recibieron. Refieren la necesidad de que dispusieran de espacios apropiados para el desenvolvimiento de sus habilidades, lo que derivó en establecer un Pabellón Infantil, donde se les proporcionó educación integral, tomando en cuenta los puntos de vista médico y pedagógico.

· Terapias ocupacionales a los alienados internos en el Manicomio General de México, 1910-1940, Patricia Guadalupe Alfaro Guerra y José Luis Nájera Juárez. Señalan que se aplicaban diversas terapias con el propósito de reintegrar al enfermo a la sociedad, a través del aprendizaje y la práctica de ocupaciones agrícolas, artesanales e industriales.

· El tratamiento médico a los alienados con sífilis en el Manicomio General, 1910-1958, Patricia Guadalupe Alfaro Guerra. Indica cómo los enfermos de sífilis fueron atendidos de manera especial; describe diversas situaciones médicas y materiales en que vivieron, así como errores y aciertos de los tratamientos aplicados.

· Escuela para niños anormales, anexa al pabellón de psiquiatría infantil del Manicomio General, 1930-1940, Patricia Olguín Alvarado. Expone que debido al frecuente ingreso de infantes con afecciones neu- rológicas a esa institución, fue necesario integrar al pabellón de psiquiatría infantil, la escuela para anormales, la cual mediante educación de los sentidos y el lenguaje, complementada con gimnasia, trabajos manuales y, sobre todo, con vigilancia médica especializada, buscaba que los pequeños se bastaran a sí mismos, mediante el desarrollo de sus aptitudes y aprendizaje de oficios. 326 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. · Alimentación en el Manicomio General, 1930-1940, Rogelio Vargas Olvera. Refiere irregularidades en la elaboración, reparto y consumo de alimentos entre enfermos y empleados, así como la falta de higiene imperante que con- tribuía a su contaminación y propiciaba enfermedades gastrointestinales.

Historia institucional:

· Los “hospitales de sangre” de la Ciudad de México y la invasión Norte- americana de 1847, Rogelio Vargas Olvera. Lugares donde eran atendidos los heridos civiles durante enfrentamientos armados entre nacionales partidarios de diversos grupos económico-políticos o por invasores extranjeros, que se caracterizaron por la escasez de recursos, y a pesar de ello, trataron de proporcionar una buena atención a los heridos.

· Apuntes acerca de la construcción del edificio para el Departamento de Salubridad Pública (hoy Secretaría de Salud), Irma Betanzos Cervantes. Nos habla de los acuerdos que dieron origen a la construcción del edi- ficio de la Secretaría de Salud que anteriormente era denominado Depar- tamento de Salubridad Pública, describe su distribución arquitectónica, la cual se logró gracias al arquitecto Carlos Obregón Santacilia, que comparte las líneas rectas, la angularidad, los cortes ochavados y la verticalidad propia del Art Decó, que además es una integración plástica, pues incluye elementos artísticos como esculturas, bustos y vitrales. Describe los murales realizados por Diego Rivera. Los vitrales que iluminan las escaleras fueron elaborados por Enrique Villaseñor con diseños también de Diego Rivera. Las esculturas llevadas a cabo por Hans Pilling y Manuel Centurión y los bustos de médicos destacados son creación del escultor Antonio Castellanos Basich.

· Aproximación a la historia del Hospital de Toxicómanos, Patricia Olguín Alvarado. Hace un recuento de cómo las autoridades combatieron los efectos cau- sados por el consumo de las drogas, mediante tratamiento terapéutico y edu- cación higiénica, hasta el establecimiento de un lugar especial para la aten- ción de toxicómanos, cuya finalidad era, además de “curarlos”, lograr que fuesen útiles a la sociedad y a los suyos, (1920-1950).

· Historia del Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, o la historia de la salud pública en México, Elsa Malvido. organizar para conservar 327 Habla del tratamiento proporcionado a los documentos en un Archivo Histórico y nos invita a mantener nuestro compromiso por el rescate y cus- todia de los acervos históricos de la Secretaría de Salud. Después del breve recorrido a través del ámbito de la salubridad y la asis- tencia en México, por distintas épocas, lugares y circunstancias, nos podemos dar cuenta de la gama de opciones que atesora el acervo del Archivo Histó- rico de la Secretaría de Salud, el cual se encuentra a disposición de aquellos interesados en su análisis y profundización. Los artículos aquí reseñados son el resultado de un esfuerzo conjunto de quienes laboramos en este Archivo y sólo una muestra de lo que se puede lograr mediante el trabajo comprometido para aprovechar y difundir su con- tenido, haciendo uso de la investigación como herramienta. Así como la Secretaría de Salud se encarga de proteger, conservar y res- taurar la salud de los individuos, el personal del Archivo Histórico revisa el pasado para extraer de él las enseñanzas que pueda proporcionarle el análisis de sus antecedentes, evolución, sucesos, doctrinas y costumbres que influyen en la salud de la población mexicana. Cabe señalar que las abundantes referencias bibliográficas que hacen mención al Archivo Histórico de la Secretaría de Salud en otras publica- ciones, nos confirman que el interés por consultar nuestros acervos es cada vez mayor. Y aunque para algunas de nuestras autoridades, la investigación como parte de las actividades del Archivo no es relevante, para nosotros como historiadores-archivistas o archivistas-historiadores resulta de suma impor- tancia seguir ejerciéndola, para de esta manera contribuir a la construcción de nuestra historia. MESA 10 Relación de los archivos históricos con la historia nacional

Los archivos de Allende 38 Doctor Humberto Monteón González, Alma Belem Martínez Lara, José Gerardo Perdomo Quintero, Archivo Histórico de la esime

El decano como figura relevante en la integración de la memoria institucional Licenciada Norma Patricia Rodríguez Gasca, Archivo Histórico del ipn Los archivos de Allende 38146

Doctor Humberto Monteón González Alma Belem Martínez lara José Gerardo perdomo Quintero Archivo Histórico de la ESIME

síntesis En el ex convento de San Lorenzo (esquina I. Allende y B. Domínguez, Centro Histórico), inmueble del Instituto Politécnico Nacional a través de una de las escuelas que, en 1936, lo fundaron: la Escuela Superior de Ingeniería Mecá- nica y Eléctrica, se albergan los fondos documentales de esta Escuela y los de las escuelas que le antecedieron en línea directa; así como algunos archivos incorporados. La documentación que aquí se conserva (1868-1959), y actualmente se organiza, es clave para la historia de la enseñanza técnica del país, y parti- cularmente de las cuatro unidades profesionales de la esime: Azcapotzalco, Culhuacán, Ticomán y Zacatenco, que tienen un origen en común: una modesta Escuela de Artes y Oficios creada en 1867 en Allende 38.

Los Archivos de Allende 38

La Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (esime) del Instituto Politécnico Nacional (ipn), cuenta hoy con cuatro unidades profesionales, las cuales se localizan en Azcapotzalco, Culhuacán, Ticomán y Zacatenco; la población estudiantil que alberga en su conjunto seguramente supera los trece mil estudiantes. En cada una de estas unidades, según lo establece la Ley Orgánica y regla- mentos internos de la institución, existen o se están organizando archivos his- tóricos bajo la responsabilidad de los maestros decanos de estas unidades.

146 Resultado del Proyecto de Investigación SIP 20070250 332 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Estas cuatro unidades tienen un pasado común, su origen se remonta a la Escuela Nacional de Artes y Oficios para Hombres que crea la Ley de Instruc- ción Pública para el Distrito Federal y Territorios, emitida por el presidente Benito Juárez el 2 de diciembre de 1867. El plan de estudios que se aprueba quedó estructurado en cuatro años e incluía clases en los siguientes talleres: artes cerámicas, alfarería en barros comunes, porcelana, vidrio, esmaltes y dorados, carpintería aplicada a la construcción de instrumentos de música y ebanistería, cerrajería en todos sus ramos, tornería en sólidos, huesos, cuernos, etc. botonería en metales para adornos, estatuas y toda clase de vaciados, tenería en todos lo ramos, tintorería para pieles, textiles y plumas y los talleres de objetos de goma elás- tica en todas sus aplicaciones. La Ley del 2 de diciembre le destinó a la flamante Escuela de Artes y Ofi- cios el exconvento de San Lorenzo: Allende 38 esquina con Belisario Domín- guez (Centro Histórico). Durante los primeros años, por falta de mobiliario y de talleres, los cursos y la asistencia fueron muy irregulares; en ello influyó de manera determi- nante que los alumnos que ingresaban no sabían leer y escribir. Para subsanar estas anomalías se reformó el reglamento, se exigió que los alumnos tuvieran catorce años como mínimo para los externos y quince para los pensionados, que supieran leer y escribir, que conocieran las cuatro primeras reglas mate- máticas y tuvieran nociones de gramática española. En 1872, se inauguró el primer taller de la escuela: el de herrería, le siguió el de carpintería en 1875, y luego vendrían los de tornería, cerrajería, ebanis- tería, cantería, galvanoplastia, tipografía, litografía, fotolitografía, fotografía, alfarería, fundición, ajuste, pintura, escultura decorativa y electricidad, entre otros. Conforme se fueron creando talleres, los horarios se adecuaron a sus prácticas y a la disposición de los alumnos para el estudio. Como puede verse, esta escuela se fundó como respuesta a una vieja demanda de los gremios que agrupaban a artesanos y trabajadores de muy variados y diversos oficios. Era una escuela con el propósito de capacitar para el trabajo. En enero de 1877, asume el cargo de director el ingeniero Manuel Francisco Álvarez Valiente, quien estará al frente de la escuela durante 28 años; Álvarez se propuso que en materia de formación de cuadros la Escuela transitara de un sistema artesanal a uno industrial y fue su convicción y práctica la difusión de conocimientos científicos, artísticos e industriales para que el país fuera progresando. Esta modesta escuela fue evolucionando y adecuándose a las necesidades del país; varias reformas curriculares propiciaron el tránsito de una Escuela formadora de artesanos en sus orígenes a otra que prepara obreros, mecá- organizar para conservar 333 nicos, electricistas y jefes de talleres, tal como lo demanda el México de los últimos lustros del siglo xix con la irrupción de la industria eléctrica y el gran impulso que el régimen porfirista le confiere a las comunicaciones. Esta escuela, bajo la denominación de Artes y Oficios tuvo una duración de 48 años; en 1915, Félix Palaviccini, al frente del Ministerio de Instruc- ción Pública y Bellas Artes impulsa un cambio trascendental en la vida del plantel; una reforma curricular que impacta no sólo los perfiles, los planes y programas de estudio, sino que modifica el nombre mismo del plantel; a partir de marzo de 1915 la denominación será Escuela Práctica de Ingenieros Mecánicos, Electricistas y Mecánicos-Electricistas (epime). Básicamente se mantienen los mismos jefes de talleres y se fortalecen las plantas docente y administrativa. Así, la Esuela comienza a formar ingenieros aunque mantiene los cursos nocturnos para obreros. En 1921, con la creación la Secretaria de Educación Pública, tiene lugar una nueva reforma que afecta a la denominación del plantel; a partir de este año será conocida como Escuela de Ingeniería Mecá- nica y Eléctrica (eime). Con esta denominación existirá hasta el año de 1932 cuando tiene lugar una gran reforma en el Departamento de Enseñanza Técnica, Industrial y Comercial, la eime adquiere la denominación que hasta nuestros días ostenta: Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (esime). La esime será una de las escuelas fundamentales en la creación del Insti- tuto Politécnico Nacional en 1937. Cabe destacar que esta escuela, que en sus orígenes era formadora de artesanos y después de obreros especializados, para ser después una de las influencias de la Revolución en el ámbito educativo y luego formadora de ingenieros, en el cruce de las décadas de los treinta y cua- renta contaba ya con una planta docente de primer nivel que impulsaba estu- dios y experimentos pioneros, como sería el caso de lo realizado en el campo de la física nuclear, que le fue reconocido a la esime a nivel internacional. La Escuela se mantuvo en Allende 38 hasta 1959. Hacia estas fechas los espacios y en general la infraestructura del plantel eran insuficientes y obsoletos. La Escuela había crecido, su población estudiantil y profesorado requerían de nuevos y mejores espacios. En respuesta a esta problemática que presentaba la esime y otros planteles del Instituto Politécnico se construyen nuevas instalaciones en Zacatenco hacia donde se traslada la esime y otras escuelas, y además se instalan los órganos de gobierno del Instituto. De esta manera quedaron en Allende 38 (exconvento de San Lorenzo) 92 años de vida estudiantil; los archivos de esta Escuela con sus distintas deno- minaciones originalmente fueron enviados a Zacatenco, sin embargo como hemos podido esclarecer, el 21 de junio de 1979 este acervo documental 334 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. regresó de esime Zacatenco a Allende 38, debe señalarse que el traslado se efectuó sin inventario alguno y sin relaciones que pusieran en detalle la docu- mentación que “causaba baja”, ésta se depositó en una bodega de cuatro por cinco metros contigua al centro de mantenimiento del inmueble por la parte que linda a la calle de Belisario Domínguez. Evidentemente, prevaleció un criterio pragmático y nada previsor en esta decisión; no se reparó ni valoró en sus justos términos la riqueza espiritual e histórica desechada; es evidente que la concepción dominante en materia de archivos era la que concibe a los archivos como arsenales de la administración. La documentación se depositó en cajas, la mayor parte se encontró atada en archiveros de madera y cartón. Este acervo literalmente arrumbado en la mencionada bodega compartió espacio con latas de pintura, toda clase de desechos y enseres inservibles. No se tomaron las más elementales medidas de protección ni se tuvieron los mínimos cuidados cuando menos de limpieza superficial, permaneció así, caóticamente amontonado, durante varios años. A esto sumemos que la documentación fue severamente maltratada al efectuarse el traslado de Zacatenco a Allende 38, pues en lugar de depositarse en cajas de cartón aseguradas con fleje, los volúmenes encuadernados, archi- veros y documentación suelta se ataron directamente, con lo cual se maltra- taron ocasionando la perdida irreparable de algunos de ellos. Los archiveros de madera (de importación) en su mayor parte quedaron desvencijados por la presión de los atados y en algunos casos totalmente destruidos. Por sus características, el lugar asignado fue completamente inadecuado, sombrío, con instalaciones electricas en pésimo estado. Diariamente durante años las filtraciones de polvo fueron alarmantes, al grado de conformar una capa de espesor considerable sobre la documentación.

Rescate inicial

El 27 de noviembre de 1986 atendimos por primera ocasión la solicitud de los directivos de la esime de resolver la problemática de los archivos de esta escuela. El primer paso fue liberar el área e iniciar la limpieza integral del local y de la documentación. Se instaló estantería metálica que se obtuvo de la unidad Xocongo de la esime colapsada durante el terremoto de 1985. Cabe mencionar que Allende 38, también a consecuencia de estos terremotos, sufrió grandes daños. Cuando nos incorporamos había áreas por donde era prácticamente imposible transitar. organizar para conservar 335 Debo reconocer que mi encuentro con este archivo me marcó; siendo historiador de formación y acostumbrado a trabajar con fuentes primarias en todo tipo de archivos, carecía de la experiencia para enfrentar un reto como el que representaba el archivo del la esime. Busqué entonces asesoría con colegas, historiadores, bibliotecarios, archivistas, recibiendo como es fácil imaginar todo tipo de información y recomendaciones de lo más diversas y contradictorias. Acudí al Archivo General de la Nación y ahí planteé el problema de cómo rescatar y organizar un archivo muerto. No recuerdo el nombre de la persona que me atendió, pero sí sé que se trataba de un experto en materia de archivos. Al escucharme decir “archivo muerto” me respondió displicente: “Los archivos muertos, amigo, no existen”, a lo cual respondí con una nueva pregunta y mostrándole fotografías del caótico hallazgo: “¿Y a esto, cómo se le puede llamar?” La respuesta fue admirable y contundente: “Pues… bodega o depósito de papeles desordenados”. En lo que hace a recursos de orden teórico, metodológicos y técnicas para resolver este enigma, regresé con las manos vacías, así que puse manos a la obra siendo este “depósito de papeles desordenados” mi primer maestro en materia de archivos. Como es recomendable en estos casos, se tomaron algunas medidas: se adquirieron mascarillas contra polvo, brochas finas, guantes de algodón y látex. Los trabajos de limpieza concluyeron durante el mes de febrero de 1987. En la medida en que íbamos avanzando en el ordenamiento del archivo, fuimos descubriendo que la esime había tenido antes de 1916, fecha que erró- neamente la historiografía de la escuela considera como fecha fundacional oficial, las otras denominaciones a las cuales ya hemos aludido, pero que en el momento de ir ordenando los papeles nos crearon una gran confusión pues pensamos inicialmente que se trataba de planteles diferentes sin conexión alguna. Fue después que la lectura atenta y el estudio de los papeles nos deve- laron el enigma, la esime en línea directa proviene de la modesta Escuela de Artes y Oficios que por órdenes de Juárez se instaló en el exconvento de San Lorenzo e inició labores allá por junio de 1868 con unas cuantas docenas de educandos y en condiciones caóticas difíciles de imaginar. Por otra parte hubo que trabajar a marchas forzadas en el ordenamiento del archivo pues los directivos del ipn decidieron que el inmueble debería ser rescatado y restaurado hasta donde fuera posible, para ello el archivo propor- cionó oportunamente a los encargados de estos trabajos y de las negociaciones con el inah la documentación (planos, fotografías, informes, documenta- ción diversa) acerca del inmueble, empezando por los planos que levantó el ingeniero Manuel Álvarez en 1877 al no encontrar y declarar inexistentes los planos originales del ex convento. 336 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Así el archivo jugó un papel de gran importancia pues le permitió al ipn, y a la esime en particular, recuperar un espacio que históricamente le pertenece. Este es un archivo que contiene documentación de gran valor histórico. Se puede asegurar que la historia de la esime y de las escuelas que en línea directa le antecedieron: enao, epime y eime no podrá reconstruirse sin el concurso de los fondos que contiene este archivo. Sin embargo debo decir con toda claridad lo siguiente, en 1996 me retiré de mi responsabilidad como encargado de este archivo para dedicarme a otro tipo de labores docentes y de investigación dentro del propio ipn. En noviembre del 2006, los cuatro directores de las unidades profesionales de la esime nos solicitaron que nuevamente nos encargamos de este archivo. Con mis colaboradoras las licenciadas Gabriela Uribe y Gabriela Esco- bedo, con los profesores participantes en este proyecto M. en C. Gabriela Riquelme y M. en C. Guillermo Aullet , así como con el viejo personal del archivo, con estudiantes de servicio social y estudiantes pifi estamos ini- ciando una nueva edición de esta aventura que representan los archivos. Debo destacar que en la primera etapa el trabajo fundamental de ordena- miento y explotación del archivo se llevó a cabo con el trabajo de estudiantes de licenciatura y sobre todo de maestría, se elaboraron alrededor de 10 tesis de licenciatura y posgrado con base en la documentación de este archivo. Se escribieron libros, folletos y se organizaron exposiciones documentales tanto generales como temáticas. Allende 38 fue el punto de partida para iniciar un largo viaje por el camino del rescate de “depósitos de papeles desordenados” y su conversión en archivos históricos, de archivos institucionales, municipales, de colec- ciones particulares. Hoy regresamos a este archivo encontrándolo más desordenado, más deteriorado y más olvidado, a pesar de los grandes servicios que le ha dado al Politécnico y a la esime; tengo confianza que la sensibilidad sea de las auto- ridades, sea auténtica y podamos culminar un trabajo que iniciamos allá por el lejano diciembre de 1986. El decano como figura relevante en la integración de la memoria institucional

Licenciada Norma Patricia Rodríguez Gasca Archivo Histórico del ipn

Introducción

El objetivo de esta presentación es dar a conocer la misión del Decano en el Instituto Politécnico Nacional (ipn), misión que cumple por medio de diversas acciones, una de ellas es la de ser el cronista de la institución. El decano es quien representa el conocimiento y la experiencia unidos para lograr el respeto y la confianza de su comunidad, imprime en sus acciones los principios éticos, en la búsqueda de la consolidación de los valores y la identidad politécnica, además conserva el equilibrio y la conti- nuidad. El Diccionario de la Real Academia Española define decano como “el miembro más antiguo de una comunidad. Persona que, con título de tal, es nombrado para presidir una corporación o una facultad”. En la mayoría de las instituciones de educación superior de México, el decano es nombrado simplemente por ser el maestro de mayor antigüedad. En el Politécnico no es así, ya que el decano tiene características únicas. En el Glosario de Términos del Archivo Histórico del IPN, se define como uno de los maestros de mayor antigüedad en su plantel, pero es “electo por su respectivo consejo técnico consultivo escolar o el colegio de profesores, en su caso, por cada una de las escuelas, centros y unidades de enseñanza y de investiga- ción”, tomando en cuenta sus características relevantes, tanto académicas, éticas y profesionales. Representa la autoridad moral de su escuela, centro o unidad (ecu) y conserva el equilibrio y continuidad en la misma. Otro rasgo distintivo del Decano politécnico es que su misión es res- catar el patrimonio histórico y cultural de la institución, y participar como factor de apoyo, estabilidad y continuidad en las ecu del Instituto Politécnico Nacional, para consolidar los valores y la identidad politécnica. 338 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Las especialidades del conocimiento que manejan los decanos del ipn son diversas al igual que la experiencia adquirida por cada uno de ellos; esto es una de sus mayores riquezas y fortalezas.

Labor del decano

El decano rescata, organiza, valora y conserva el acervo documental, acervo que cuenta con información del origen, desarrollo y evolución del Instituto Politécnico Nacional y de la enseñanza técnica en México; la documentación es resguardada en el Archivo Histórico del Politécnico Nacional. Además, asume el compromiso de historiar la institución, actividad que actualmente realiza con bases normativas y con fundamento en la Ley Orgánica y los regla- mentos interno, orgánico, del Decanato y el del Archivo Histórico del ipn. Vale la pena aclarar que no deja de realizar actividades de docencia, investigación, labores administrativas ya sea como funcionario o como res- ponsable de alguna actividad, asesor, orientador. El total de decanos encargados de cumplir tan ambiciosas metas está dis- tribuido como se muestra en el siguiente cuadro:

ECU Número. de decanos Centros de enseñanza media superior 16 Escuelas, centros y unidades de enseñanza superior 24 Centro y unidades de investigación 17 TOTAL 57

Integración y estructura del decanato

Están integrados en un cuerpo colegiado llamado decanato, del cual se elige de entre ellos a un Presidente quien tendrá la responsabilidad de dirigirlos y coordinarlos para cumplir con las responsabilidades que por Ley Orgánica le son conferidas.

• Fracción I: presidir las reuniones de los decanos, quienes lo auxiliarán en el ejercicio de sus funciones previstas en esta ley y otros ordenamientos aplicables. organizar para conservar 339 • Fracción II: promover y realizar estudios históricos que con- tribuyan a difundir el pensamiento, la filosofía y objetivos del Insti- tuto. • Fracción III: formar y conservar el archivo histórico del Ins- tituto. Por tanto, el decanato tiene como función principal aprovechar en bene- ficio del ipn, la experiencia académica, de investigación y profesional aco- piadas por los decanos en su calidad de docentes e investigadores, la cual, para junio del 2007, ascendía a más de 1900 años de conocimiento y habili- dades acumulados de todas las áreas del conocimiento en las ecu del IPN en las que laboran. Además, busca fortalecer con principios éticos la educación técnica en la formación de recursos humanos para proyectar la mejor imagen del Instituto Politécnico Nacional. La estructura básica del Decanato:

Presidencia del Decanato

Secretaria de Acuerdos

Coordinación de Decanos Archi vo Histórico Investigación Histórica Recinto Histórico Servicios Administrati vos

Coordinación de Decanos. Archivo Histórico. Investigación Histórica. Recinto Histórico. Servicios Administrativos

El ámbito de competencia del decano

Para ubicarnos en el contexto de la institución y contar con un marco de referencia que permita ilustrar el término relevante, usado en el título de esta presentación, veremos algunos datos estadísticos del Instituto Politécnico Nacional, para ello, nos apoyaremos en las siguientes láminas: 340 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. Actualmente, el Politécnico cuenta con: 16 escuelas de nivel medio supe- rior que imparten 52 carreras técnicas; 24 de nivel superior que imparten 61 licenciaturas; 103 programas de posgrado (maestrías y doctorados), y 17 centros de investigación distribuidos en la república mexicana que, además de hacer investigación aplicada a la región donde se ubican, ofrecen pro- gramas de maestría y doctorado; también 10 centros de educación continua y a distancia, y 2 centros de lenguas extranjeras, lo que da por resultado una población estudiantil de 230 mil alumnos, este dato no incluye el Centro de Investigación y Estudios Avanzados —Cinvestav—ipn. En 1936, el ipn inició labores con siete escuelas de nivel superior, cuatro de medio superior (vocacionales), 17 de nivel prevocacional (equivalente a nivel secundaria), seis de ellas en el Distrito Federal; además de 11 escuelas prevocacionales e industriales en diversas entidades, con una población estu- diantil de 13 mil alumnos. El Instituto Politécnico Nacional, en sus 70 años de labor, considera que una de sus fortalezas es su identidad. El trabajo para que la comunidad poli- técnica se sienta comprometida, con el rescate y consolidación de sus prin- cipios y valores, es arduo. Los valores que han sido motor de su desarrollo y evolución están basados en los principios que lo crearon, lo que en los hechos lo coloca como la institución rectora de la educación tecnológica en México. Como se puede observar estos números reflejan el crecimiento que ha tenido la institución en 70 años, y como resultado de ese desarrollo, la riqueza de su historia. Sin embargo, es importante recordar que algunas de las escuelas que fueron consideradas para integrarse a este modelo educativo cuentan con antecedentes desde el siglo xix (1845), por lo que hablar del Ins- tituto Politécnico Nacional, es hacer referencia al desarrollo de la educación técnica en nuestro país; y por ende a la historia de México. Al profundizar en sus orígenes, se rescata la fuerza y perspectiva de su historia y con ello, la capacidad de prever y planificar su presente y futuro con mayor claridad.

Surgimiento del decanato

El decanato se creó en enero de 1980, con la finalidad de contar con un órgano que se encargara del estudio de la evolución histórica del Instituto; de rescatar su patrimonio histórico-cultural y participar como factor de apoyo, estabilidad y continuidad en las escuelas, centros y unidades de enseñanza y de investigación del ipn. Bajo la responsabilidad del decanato se organiza, rescata y conserva un importante acervo acerca de la memoria histórica del ipn, que sirve de tes- organizar para conservar 341 timonio, evidencia e información institucional. Es el lugar donde acuden los investigadores interesados en temas relativos al desarrollo histórico y al conocimiento de las raíces de esta gran institución. Parte de esa memoria institucional es resguardada en el Archivo Histó- rico del Instituto Politécnico Nacional, el cual fue inaugurado el 17 de octubre del año 2000. Sus principales actividades son establecer sistemas y procedi- mientos que permitan seleccionar y clasificar los diferentes materiales docu- mentales para su consulta y conservación, así como recopilar, sistematizar, analizar y difundir información de valor histórico relevante para el IPN. Cuenta con un grupo de especialistas que participan mediante la Comi- sión Especial del Consejo General Consultivo del Archivo Histórico para asesorar, dictaminar y dar respaldo a los diferentes trabajos que se realizan en materia de archivos históricos, de los que sobresalen los instrumentos de apoyo para realización de actividades en esta materia, tales como: glosario, directrices, catálogo de conservación documental, cuadro clasificador, catá- logo de unidades responsables, y el reglamento. Como parte de las responsabilidades del decano, y de todo archivo histó- rico, difunde los hechos de mayor relevancia en la Gaceta Politécnica, la página web, Hechos históricos (publicación mensual), y en El cronista politécnico. Constotuyen el Archivo Histórico del Instituto Politécnico Nacional, el Archivo Histórico Central, que se encuentra bajo resguardo de la Presidencia del Decanato, más los archivos de las ecu, así como los que se integran en los organismos auxiliares del propio instituto. Estos elementos permiten a cada uno de los decanos realizar sus fun- ciones y dar cumplimiento a sus responsabilidades con las herramientas indispensables y la base y el respaldo teórico y normativo para que pueda enfrentar los retos que se presenten en el proceso de investigación.

Conclusiones

El Politécnico Nacional durante sus 70 años de vida ha sido parte del que- hacer cotidiano de México, es la máxima casa de estudios tecnológicos de México. Es una institución que ha transformado a la sociedad, ha crecido con ella, es un organismo vivo como las personas que la integran, que ha estado presente en los momentos cruciales del país, fundamental para la formación de recursos humanos y el desarrollo tecnológico y científico de la nación.

1. La misión encomendada al Decano es relevante para inte- grar un acervo documental que respalde las vivencias y el testimonio 342 memoria del primer encuentro de archivos del d. f. del acontecer de cada paso, de cada tropiezo, de cada logro, que pro- mueva la investigación histórica y que coadyuve a un mejor cono- cimiento del desarrollo de la institución, que permita contar con la información necesaria para el logro de una administración más eficaz. 2. El Decanato es, en el Politécnico Nacional, el historiador colectivo, ya que al historiar rescata, documenta, organiza y difunde el origen y desarrollo de la institución. 3. Además, al integrar el acervo en un espacio digno, denomi- nado Archivo Histórico, responde a las exigencias de la comunidad politécnica, así como de investigadores nacionales e internacionales, y de las necesidades del país.

Por lo que a más 25 años de haberse reconocido oficialmente en la Ley Orgánica, la figura del decano, éstas son las razones primor- diales por las que consideramos al decanato como un joven de vasta experiencia y con un cúmulo de conocimientos, tanto académicos como históricos, que dan fuerza y estatura a este pequeño gigante que es el Instituto Politécnico Nacional, y que permiten con esto cumplir con el lema de la institución “La técnica al servicio de la Patria”. Memorias del Primer Encuentro de Archivos del Distrito Federal Organizar para conservar —con un tiraje de 250 ejemplares en CD— se terminó de imprimir en el mes de julio de 2008 en Corporación Mexicana de Impresión, S. A. de C.V. Formación: Miguel Ángel Leal Nodal. Cuidado de la edición: Lucía Segovia