LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 17 - 29 Patria uallata asperitate moncium. Pelayo de , el archa de las reliquias y la creación de una topografía regia

Raquel Alonso Álvarez Universidad de Oviedo CORE [email protected] Metadata, citation and similar papers at core.ac.uk Provided by Diposit Digital de Documents de la UAB

Resumen

Tradicionalmente, se ha creído que las reliquias conservadas en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo se encontraban estrechamente vinculadas a la monarquía desde época de Alfonso II el Casto. Revisando las evidencias, sin embargo, se advierte que resulta imposible encontrar ni una sola prueba que demuestre una veneración al relicario ovetense anterior a los últimos años del siglo xi. Los obispos de esa época fueron, con toda seguridad, los responsables de la creación de un fenómeno que acabó por atraer a Oviedo a un cierto número de peregrinos. De entre los prelados que rigieron la sede, destaca, sin duda, la figura de Pelayo. Este personaje, partiendo del lujoso relicario conocido como Arca Santa —anterior a 1102, como se intenta demostrar en este artículo— y un relato de inventio, creó la tradición que vincula a las reliquias de Oviedo con la monarquía asturiana y la defensa del reino cristiano. Pero, además, la obra cronística de Pelayo se esforzó por estrechar las relaciones de la diócesis con los monarcas, ligándolos a un territorio que adquiere así carácter simbólico, puesto que se crea la imagen de una Asturias inexpugnable tras su protección montañosa.

Palabras clave: Arca Santa, obispo Pelayo, reliquias, enterramientos, monarquía, Asturias, San Salvador, Oviedo, peregrinaciones.

Abstract

Patria uallata asperitate moncium. Pelayo of Oviedo, the archa of relics and the creation of a royal topography Traditionally it has been believed that the relics conserved in the Cámara Santa of the Oviedo cathedral were closely linked to the monarchy from the time of Alfonso II el Casto. Reviewing the evidences, however, it is noticed that it is impossible to find a single evidence which demons- trates an adoration to the Oviedo reliquary previous to the final years of the xi century. The bishops of that time were certainly responsible of the creation of a phenomenon that ended up to attract to Oviedo a number of pilgrims. Among the prelates who governed the see, Pelayo outstands without any doubt. This personage, starting from the luxurious reliquary known as Arca Santa, previous to 1102, as this article tries to demonstrate, and an story from inventio, created the tradition that links the Oviedo relics with the Asturian monarchy and the defense of the Christian Kingdom. But also Pelayo’s chronicles made an effort to narrow the relationships of the diocese with the kings, linking them to a territory that acquires this way a symbolic cha- racter, creating the image of an unassailable Asturias behind its mountainous protection.

Key words: Arca Santa, bishop Pelayo, relics, burials, monarchy, asturias, San Salvador, Oviedo, pilgrimages. 18 LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 Raquel Alonso Álvarez

1. Utiliza los documentos de 972, a fama que llegaron a alcanzar las reliquias Francisco Javier Fernández Conde6, o las interpo- 1006 y 1044 (véase infra n. 3-5) 7 8 9 10 como prueba del origen altome- custodiadas en la Cámara Santa de la ladas de 817 , 976 , 1053 y 1058 . dieval de la veneración al relicario catedral de Oviedo no debería ocultar un No todas las piezas demostrativas, sin embar- de San Salvador. Juan Uría Ríu, L «La peregrinación a Oviedo en hecho indiscutible: ni una sola referencia docu- go, proceden de la siempre sospechosa recopi- relación con la compostelana», mental o cronística demuestra que se dispensara lación pelagiana. Una referencia a las «reliquia Luis Vázquez de Parga, José Mª Lacarra, Juan Uría Ríu, una veneración destacada al relicario ovetense altaria apostolorum» puede encontrarse ya en Las peregrinaciones a Santiago antes de los años finales del siglo xi. En este artí- el Testamentum regis Adefonsi11, una donación de Compostela, , 1992 (, 1948), tomo ii, p. 486, culo, se intentará aclarar el origen del culto y de supuestamente otorgada a la iglesia de Oviedo n. 69. Repite los mismos argu- qué modo fue éste utilizado para el engrandeci- por Alfonso II el Casto en 812, considerada refait mentos, añadiendo el documento de 975 (véase infra n. 2), Soledad miento de la sede. por Barrau-Dihigo12 y sobre la que su último Suárez Beltrán, «Los oríge- 13 nes y la expansión del culto a editor no acaba de manifestarse con decisión . las reliquias de San Salvador de Menos dudosa resulta la noticia proporcionada Oviedo», Juan Ignacio Ruiz de la Peña (coord.), Las peregrina- Las reliquias por la versión ad Sebastianum de la Adefonsi ter- ciones a tii chronica14 o el documento de 1045 que recuer- y San Salvador de Oviedo en la de San Salvador de Oviedo. Edad Media. Actas del Congreso da de nuevo las «reliquie» que «ibidem recondite Internacional celebrado en Ovie- Testimonios altomedievales sunt»15. do del 3 al 7 de diciembre de 1990, Oviedo, 1993, p. 41, n. 15. Detengámonos en este repertorio antes de En efecto, repasando las evidencias que suelen pasar adelante. Por lo que se refiere a la documen- 2. La cursiva es mía. Publ. Santos García Larragueta, Colección aducirse para demostrar la antigüedad de la devo- tación copiada en la oficina de Pelayo, ya se ha de documentos de la catedral de ción al relicario ovetense, advertiremos que éstas comentado su escasa credibilidad. Pero, ni siquie- Oviedo, Oviedo, 1962, nº 29, p. 112-114. La edición más reciente, son bien endebles. ra considerando las noticias relativas a las reliquias Mª Josefa Sanz Fuentes, «Trans- Varios documentos se refieren, entre los siglos restos de diplomas originales insertos en conjun- cripción», Liber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis, , ix y xi, a las reliquias que se custodiaban en tos falsificados o interpolados, podrían éstas adu- 1995, nº 24, p. 535-537. la iglesia del Salvador. Algunos se encuentran cirse como prueba de un culto especial. Lo único 3. «Quorum reliquie ibidem sunt recogidos en el Liber Testamentorum Ecclesiae que se afirma en todos estos documentos, pelagia- recondite». Colección, nº 28, p. Ovetensis1, recopilación promovida por el obispo nos o no, es que la iglesia de Oviedo guardaba un 109-110. «Transcripción», Liber, nº 25, p. 538-541. Pelayo de Oviedo en el siglo xii, con el objetivo conjunto de reliquias dentro de sus altares, hecho de asegurar determinados derechos a su sede. Así, en absoluto excepcional, como advirtió C. García 4. «Facimus kartulam testamenti 16 ecclesie Ouetensis sedis et sanc- en el año 975, Cromacio Mellíniz y su familia de Castro . Depósitos semejantes se encontraban torum reliquis que ibidem recon- otorgaron «kartulam testamenti tibi Saluatori en las iglesias de Tudela (864)17, San Miguel de dite sunt». Colección, nº 38, p. 18 19 132-133. «Transcripción», Liber, magno, cuius ecclesia fundata est sede Ouetense Negrello (870) , San Miguel de Quiloño (905) , nº 29, p. 546-549. cum bissenis altaribus apostolorum necnon, et San Martín de Salas (951)20, El Valle (951)21, San 22 23 5. «Quorum reliquie continentur Sancte Dei genitricis semperque uirginis Marie Miguel de Rodiles (951) , San Zaornín (968) , in predicto loco». Colección, nº cum bis titulis in honore Sancti Stephani et Sancti Baones (993)24, Trevías (1000)25, Deva (1000)26, 49, p. 162-165. «Transcripción», 27 28 29 Liber, nº 36, p. 570-572. Iulianii martirum et aliorum sanctorum, quorum Otur (1021) , Fuentes (1023) , Talezas (1033) , reliquie continentur in suprafata sede»2. San Salvador de Taule (1060)30, Santa Marina de 6. Francisco Javier Fernández Con de, El Libro de los Testamen- En términos semejantes se expresan las dona- Oviedo (1063)31, Obona (siglo xi)32 o Santa María tos de la catedral de Oviedo, Roma, 3 33 1971, p. 193-197, 197-199, 215-218, ciones otorgadas a la iglesia ovetense en 972 , de Carzana (siglo xi) . Por supuesto, abundan 235-238, respectivamente. 10064 y 10445, todas ellas consideradas falsas por igualmente los ejemplos fuera de España34 y, claro Patria uallata asperitate moncium. Pelayo de Oviedo, el archa de las reliquias y la creación de una topografía regia LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 19 está, de Asturias. Así, en Santa María de León 7. «Sanctorum reliquias que ibi- Principado de Asturias, 1994, p. requiescunt». Luciano Serrano, dem recondite sunt». Colección, 193. Becerro gótico de Cardeña, Valla- 35 36 37 (874) , Cardeña (952) , Covarrubias (978) , San nº 5, p. 18. «Transcripción», Liber, dolid, 1910, nº cccxxxiv, p. 341. Miguel de Escalada (siglo x)38, Oña (1011)39 o nº 13, p. 488. El Libro, p. 143. 20. «Epígrafe: «In (h)oc altare sunt reliqui(a)e recon/dit(a)e Sci. 37. «Reliquie namque residentis 40 Mutuba (1039) . 8. «Sanctorum quorum reliquie Salvatoris […]». Inscripciones, p. loci». Luciano Serrano, Cartu- La frecuencia con que aparecen referencias de ibidem sunt recondite». Colec- 163. lario del Infantado de Covarru- ción, nº 30, p. 115. «Transcrip- bias, , 1907, nº vii, p. este tipo en la documentación se comprende sin ción», Liber, nº 22, p. 530. El 21. Epígrafe fundacional: «[…] 13. Libro, p. 202. sunt in altare reliqui(a)e recon/ dificultades, teniendo en cuenta que la deposición dit(a)e […]». Inscripciones, p. 196. 38. «Hic sunt reliquie recondite de reliquias en el reconditorio del altar formaba 9. «Omnium Sanctorum quo- […]»; «Hoc in altare sunt reliquie rum reliquie ibi recondite sunt». 22. «Ecclesie sacte Migaelii Ar- […]». Vicente García Lobo, Las parte de la ceremonia de consagración de las Colección, nº 57, p. 181. «Trans- kangeli et sociis eius uel cetero- inscripciones de San Miguel de Es- iglesias. No conservamos ordines hispánicos que cripción», Liber, nº 40, p. 580. El rum aliis martirum et apostolo- calada. Estudio crítco, Barcelona, Libro, p. 246, considera auténtico rum qui ibidem reconditi sunt». 1982, nº 5, 6 y 7, p. 62-64. recojan estos episodios litúrgicos, aunque parece su contenido. Colección, nº 25, p. 100. razonable suponer que, en ese punto, no diferirían 39. «Innumerabilium sanctorum 10. «Sanctorum quorum reliquie 23. Epígrafe de consagración: quorum reliquie ibi sunt recon- notablemente de las prescripciones establecidas recondite sunt in sedis Oueto». «[…] sunt hic reliqui(a)e recon/ dite». Juan del Álamo, Colección por el rito romano41. De este modo se describe la Colección, nº 61, p. 191. «Trans- dit(a)e de Ligno Do(mi)ni […]». diplomática de San Salvador de cripción», Liber, nº 39, p. 578. El Inscripciones, p. 211-212. Fechada Oña (822-1284), tomo i (822- ceremonia en el Ordo XLI, fechado en la segunda Libro, p. 254. en el año 1018, según Arqueolo- 1214), Madrid, 1950, nº 8, p. 12. mitad del siglo viii: gía cristiana, p. 188. 11. Ed. Antonio C. Floriano, 40. «Reliquie qui ibidem sunt re- Diplomática española del periodo 24. Epígrafe de consagra- condite». Becerro, nº xlvii, p. 57. II. Ordo quomodo ecclesia debeat dedicari astur. Estudio de las fuentes do- ción: «[…] sunt ibi reliqui(a)e cumentales del Reino de Asturias recondit(a)e id est de Lig-[no 41. Para una explicación de este 28. Deinde vadunt ad locum in quo reliquiae (718-910). I. Cartulario crítico. Dni] […]». Inscripciones, p. 198. problema y las pertinentes re- praeterita nocte cum vigiliis fuerunt et elevant Primera parte (desde Pelayo a ferencias bibliográficas, Eduardo Ordoño I), Oviedo, 1949, nº 24, 25. Epígrafe de consagración: Carrero Santamaría, Gloria eas cum feretro cum honore et laudes decan- p. 123. La transcripción más re- «[…] in hoc altare sunt reliqui(a)e Fernández Somoza, «El con- tando cum crucibus et turibulis et luminibus ciente, María Josefa Sanz Fuen- recondit(a)e de Ligno Dni S. junto epigráfico de San Miguel tes, «Transcripción», Testamento Salvatoris […]». Inscripciones, p. de Neila (Burgos) y el ceremonial multis. de Alfonso II el Casto. Estudio 162. romano de consagración de igle- y comentario histórico, Granda- sias», Anuario de Estudios Me- 29. Venientes ante altare, extenso velo inter Siero, 2005, p. 87-94. 26. Epígrafe de consagración: dievales, 31/1 (2005), p. 385-399. eos et populum, recondit ipse pontifex manu «[...] reliqui(a)e qu(ae) hic sunt Sobre los orígenes de la depositio 12. L. Barrau-Dihigo, Étu- recondidit(a)e […]». Inscripcio- reliquarum en Hispania, Cristina sua ipsas reliquias in locum altaris, canen- de sur les actes des rois asturiens nes, p. 199. Godoy, Arqueología y liturgia. tes: «Exultabunt sancti in gloria», cum ipso (718-910), Vaduz, 1964, p. 60-61, Iglesias hispánicas (siglos iv al 42 115. (Revue Hispanique, XLVI 27. «In hoc altare sunt reliquie viii), Barcelona, 1995, p. 74-80. salmo . (1919)). recondite […]». Arqueología cris- tiana, p. 189. 42. Michel Andrieu, Les Ordi- 13. María Josefa Sanz Fuentes, nes Romani du Haut Moyen Age. De este modo se explica la abundancia de tes- «Estudio codicológico, paleográ- 28. Epígrafe: «[...] reliquiae s(unt) IV. Les textes (suite) (Ordines timonios incluidos en epígrafes de consagración y fico y diplomático», Testamento, recon[dit(a)e sci] Salvatoris […]». XXXV-XLIX), Lovaina, 1956, p. 43 p. 53-78. Sus dudas, expuestas de Inscripciones, p. 221. 346-347. La cursiva es mía. altares de iglesias , y también que, en ocasiones, modo un tanto vago, p. 76-78. los textos hispánicos se encuentren extraordina- 29. «Fortissimos patronos nostros 43. Véase supra. n. 19-21, 23-28, 14. «Miro construxit opere, unde Sancti Iohannis Baptiste et Sancte 31-32, 34 y 38. riamente próximos a la redacción del Ordo roma- et specialiter ecclesi sancti Salua- Tirse et de Ligno Domini quorum no. Por ejemplo, en la restauración de la iglesia toris nuncupatur, adiciens prin- reliquie sunt condide in loco pre- 44. Diplomática II, nº 142, p. cipali altari ex utroque latere bis dicto Talezas iusta flumen Aliere 178. de San Salvador de Eyres (889), «positi sunt sui senum numerum titulorum re- in locum predictum Illa Cortina». reliquiari per manus pontifices domini Sebastiani conditis reliquiis omnium apos- Colección, nº 44, p. 149. 45. Por ejemplo, en la donación tolorum». Juan Gil Fernández, otorgada a la iglesia de Oviedo 44 episcopi et domni Pantalei abbati» . José L. Moralejo, Juan I. Ruiz 30. «Ibidem reliquie resident». en 975. Véase supra, n. 2. Igual- Por la misma razón, las reliquias vinculadas de la Peña, Crónicas asturianas, Colección, nº 63, p. 198. mente en 1045: «[...] tibi Salvatori Oviedo, 1985, p. 139. magno cuius honore ecclesia fun- a la iglesia de Oviedo corresponden a los tituli 31. Epígrafe de consagración: data est in Oueto cum bissenis 15. «Omnium Sanctorum quo- «Hoc altare consecravit / Ioannes altaribus apostolorum nec non et de los altares de sus dos templos: San Salvador rum reliquie ibidem recondite ovetensis episcopis / in honore sancte dei Genitricis semperque y los Apóstoles, por un lado, y Santa María, San sunt». Colección, nº 56, p. 179. sanctae Marinae / in quo recon- uirginis Marie cum bis titulis in 45 dite sunt / hae reliquiae […]». honore Sancti Stephani et Sancti Esteban y San Julián , por otro. 16. César García de Castro Inscripciones, p. 114. Iuliani martirun et omnium sanc- Así pues, este primer conjunto de evidencias Valdés, Arqueología cristiana de torum quorum reliquie ibidem la Alta Edad Media en Asturias, 32. Inscripción en el ara: «[...] recondite sunt». Colección, nº 56, no hace más que reforzar la teoría que defiende la Oviedo, 1995, p. 364-365. H(a)ec s(unt ) reliq(u)i(a)e Sce / p. 179. Conocemos con seguridad semejanza entre las ceremonias de consagración Mari(a)e […]». Inscripciones, p. las dedicaciones de los altares de 17. «Eorum sanctorum reliquie 157. Oviedo desde su fundación gra- de las iglesias según los ritos hispánico y romano, commorantur in quo loco ba- cias a la versión ad Sebastianum al menos por lo que se refiere a la deposición de selica fundata est in locum que 33. «Multe alie reliquie sancto- de la Adefonsi tertii chronica: dicitur Tudela». Diplomática I, rum omnium qui in ipsis recon- «Basilicam quoque in nomine las reliquias. Hecho bien interesante, pero que en nº 82, p. 326. dite sunt». Colección, nº 118, p. Redemptoris nostri Saluatoris modo alguno demuestra una antigua ni especial 319. Ihesu X i miro construxit opere, 18. «Domnis inuictissimis ac unde et specialiter ecclesia sancti veneración al Arca Santa de Oviedo. triumphatoribus gloriosissi- 34. Algunos casos interesantes Saluatoris nuncupatur, adiciens El grupo siguiente está compuesto por una morum martirum uirginum et en Robert Favreau, «Les autels principali altari ex utroque late- confessorum […] et reliquias eo- portatifs et leurs inscriptions», re bis senum numerum titulo- colección de referencias a hospitales y peregrinos rum». Documento fundacional. Cahiers de Civilisation Médiéva- rum reconditis reliquiis omnium que igualmente se han puesto en relación con las Antonio C. Floriano, Diplo- le, 46 (2003), p. 327-352. apostolorum; edificabit etiam ec- mática española del periodo astur clesiam in honorem sancte Marie primeras manifestaciones de una incipiente pere- (718-910), tomo ii, Oviedo, 1951, 35. «Quorum reliquie sunt sub semper uirginis a septemtrionali grinación a Oviedo. nº 95, p. 93. aula Idem gloriosis martyribus parte aderentem ecclesie supra In ciuitate que uocitatur legio, dicte, in qua extra principale alta- Así, en una donación efectuada en 1012 por la 19. En un epígrafe: «[…] sunt hic territorio Gallicie». Diplomática re a dextro latere titulum in me- reliq(uia)e de cruore Dni. […]». II, nº 108, p. 92. moriam sancti Stephani, a sinistro condesa Mumadonna, figuran como testigos del Francisco Diego Santos, Ins- titulum in memoriam sancti Iu- acto un tal Andreas, obispo griego, junto con su cripciones medievales de Asturias, 36. «Quorum reliquie condite liani erexit». Crónicas, p. 139. 20 LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 Raquel Alonso Álvarez

46. Colección, nº 41, p. 136- discípulo Gregorio46, personajes que han sido con- de concluir que, si los monarcas lo hicieron, sus 137. siderados peregrinos atraídos a Oviedo por la fama acciones no han dejado absolutamente ningún 47. Francisco Javier Fernández de su relicario47. Puesto que la presencia de los rastro en las fuentes históricas. Situación que, Conde, La iglesia de Asturias en la Alta Edad Media, Oviedo, clérigos orientales no aparece explicada en el docu- como tendremos ocasión de apreciar, contrasta 1972, p. 51, n. 70. «Los oríge- mento, que su venida a Oviedo se debiera al deseo llamativamente tanto con la avalancha de noticias nes», p. 41, n. 14. de venerar las reliquias de la sede del Salvador posteriores referidas al relicario de Oviedo como 48. La iglesia, p. 152. «Los puede considerarse, cuando menos, dudoso. con su evidente instrumentalización. orígenes», p. 41, recuerdan los ejemplos relacionados a conti- Otras referencias al socorro de los peregrinos Este silencio convierte en especialmente elo- nuación y los consideran prue- se encuentran en la documentación de la época48. cuente la aparición de un protector del reino, que, bas de un temprano culto a las reliquias ovetenses. En 1033, el establecimiento de Cortina en el lugar éste sí, no deja de presentarse ante nuestros ojos en de Talezas, junto al río Aller, se dedicaba a aten- ese papel. Se trata, claro, de Santiago, «caput reful- 49. Colección, nº 44, p. 148- 49 150. derlos . Unos años después, en 1045, la misma gens aureum Ispanie» según el conocido himno O Mumadonna que protagonizaba el documento de dei uerbum, de autoría discutida pero atribuido a 50. Ibídem, nº 50, p. 165-168. 1012, otorgaba una donación para la asistencia del un clérigo al servicio del rey Mauregato (783-788)58. 51. Véase supra, n. 48. «peregrinus» y «pro substentatione pauperum»50. A Santiago se le veneraba como evangelizador de 52. Juan Uría Ríu, «La hospi- La casa allerana es tradicionalmente conside- Hispania desde fines del siglo vi o principios del talidad con los peregrinos y el rada una de las primeras fundaciones hospitalarias vii, y aparece en la composición anterior ya carac- hospedaje», Luis Vázquez de 51 Parga, José Mª Lacarra, Juan vinculadas a la peregrinación en Asturias . Una terizado como «patronus» y «tutor» de España. Uría Ríu. Las peregrinaciones lectura atenta del documento, sin embargo, indica Reinando en Oviedo Alfonso II, el culto jacobeo a Santiago de Compostela, Pam- plona, 1993 (Madrid, 1948), to- que se trataba en realidad de un centro monástico adquirió un definitivo soporte material, al produ- mo i, p. 282-283. dúplice que, como era preceptivo, estaba obligado cirse la inventio de la tumba en una antigua necró- 59 53. Mª Élida García García, a brindar protección a los viajeros. Como advir- polis de Compostela . Sin que se haya logrado «La hospitalidad y el hospe- tiera Juan Uría, la exigencia asistencial aparecía ya encontrar una explicación convincente, ha llamado daje: Fundaciones hospitalarias en Asturias», Ruiz de la Peña en la Regula Monachorum de Isidoro de Sevilla repetidas veces la atención el silencio con que las (coord.). Las peregrinaciones, p. y asoma frecuentemente en la documentación Crónicas Asturianas callan este importantísimo 211-217. altomedieval52. Referencias indiscutibles a fun- acontecimiento60, que aparece, sin embargo, en 54. La dificultad terminológica daciones hospitalarias prioritariamente dedicadas otras fuentes aproximadamente contemporáneas. fue ya advertida por Uría, «La hospitalidad», p. 286-287. Para al socorro del peregrino no son anteriores en Así, en una donación a la iglesia de Santiago efec- esta acepción del término pe- Asturias a los últimos años del siglo xi53, y debe tuada en 88561, Alfonso III y la reina Jimena invo- regrinus, en general, Henri Gi- lles, «Lex peregrinorum», Le tenerse en cuenta, además, la ambigüedad con que can al «Patroni nostro beatissimo Iacobo apostolo, pèlerinage. Cahiers de Fanjeaux, frecuentemente se utiliza el término peregrinus, cuius sancta et uenerabilis ecclesia sita est in locum 15 (1980), p. 162-163. muchas veces identificado con el significado de arcis marmoricis ubi corpus eius tumulatum esse 55. Eduardo Carrero Santa- extranjero o viajero54. dignoscitur territorio Gallecia». maría, El conjunto catedralicio de Oviedo durante la Edad Me- Esta pretendida veneración altomedieval al reli- Expresiones semejantes reaparecen con fre- dia, Oviedo, 2003, p. 43-77. cario depositado en la Cámara Santa se relaciona, cuencia en la documentación del monarca asturia- 62 56. Arqueología y liturgia, p. además, con el papel supuestamente desempeñado no , y si bien es cierto que, como notara Antonio 101. por los monarcas asturianos en su colección y difu- Floriano63, las fórmulas de este tipo resultan

57. Miguel Calleja Puerta, sión, y los consiguientes beneficios políticos obte- características de la producción compostelana, «Las reliquias de Oviedo en los nidos de él. No es objeto de este trabajo hacer una usándose por tanto para acrecentar el prestigio de siglos viii-x. Religión y poder», Ciclo de Conferencias. Jubileo revisión arquitectónica o funcional de la Cámara la sede apostólica, no lo es menos el hecho de que, 2000, Oviedo, 2004, p. 122-134. Santa de Oviedo, y para nuestros intereses actuales identificadas las mencionadas reliquias oveten-

58. Para una edición reciente, bastará con recordar que Eduardo Carrero, en el ses como las depuestas en la consagración, nada Manuel C. Díaz y Díaz, «Un análisis más convincente de este espacio realizado parecido podemos encontrar en las donaciones poema litúrgico en honor de 55 Santiago», Asturias en el siglo hasta la actualidad , y partiendo de una suges- otorgadas por los reyes a la iglesia del Salvador. viii. La cultura literaria, Ovie- tiva propuesta enunciada por Cristina Godoy56, Resultará interesante, a este propósito, un do, 2001, p. 83-93. lo considera el thesaurus de la iglesia ovetense. breve análisis de la conocida y discutida epístola 59. Para los orígenes del culto Miguel Calleja57, advirtiendo también la diferencia dirigida por Alfonso III a los canónigos de Tours, a Santiago en España, y su uso político, Vázquez de Parga y entre las reliquias de consagración y las pertene- que, recientemente y retomando argumentos en otros, Las peregrinaciones, i, p. cientes a un conjunto independiente, se esfuerza parte expuestos por Antonio Floriano64, ha vuel- 27-36; Jan van Herwaarden, 65 «The origins of the cult of St Ja- por demostrar la presencia en Oviedo desde anti- to a ser considerada sustancialmente auténtica . mes of Compostella», Journal of guo de las segundas, y su custodia en el thesaurus. Para el autor de la composición, sólo el culto a Medieval History, 6/1 (1980), p. 1-35; Fernando López Alsina, No veo inconveniente en aceptar ese hecho, pues Santiago, «cuius sepulchrum multis claret hacte- «Cabeza de oro refulgente de es razonable suponer que la iglesia ovetense habría nus mirabilius», merece equipararse al que se rinde España: los orígenes del patroci- nio jacobeo sobre el reino astur», ido adquiriendo santos despojos, algunos de ellos al «tumuli beati confessoris Christi Martini turo- en Ruiz de la Peña (coord.), Las regalados por los reyes, y que éstos se guardaran, nensis». Martín y Santiago obran prodigios desde peregrinaciones, p. 26-36; Tho- mas Deswarte, De la destruc- junto con los ornamenta ecclesiae y otros objetos sus tumbas, pero las reliquias de Oviedo no mere- tion à la restauration. L’idéologie preciados, en el tesoro. Pero lo que ahora interesa cen siquiera una mención en la extensa misiva. du royaume d’Oviedo-Léon (viiie-xie siècles), Turnhout, es si las reliquias fueron utilizadas ideológica o Para terminar ya con esta cuestión, y si deja- 2003, p. 97-110. políticamente por los reyes asturianos. Y hemos mos aparte la noticia proporcionada por Manuel Patria uallata asperitate moncium. Pelayo de Oviedo, el archa de las reliquias y la creación de una topografía regia LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 21

68. Para estas estrategias legiti- mistas, De la destruction, p. 175. Raquel Alonso Álvarez, «Los enterramientos de los reyes de León y Castilla hasta Sancho IV», e-Spania, 3 (junio de 2007), p. 1-15. URL: .

69. Francisco Javier Fernández Conde, «Orígenes del monas- terio de San Pelayo», Semana de Historia del monacato cán- tabro-astur-leonés, Monasterio Figura 2. de San Pelayo, 1982, p. 110-111. Reconstrucción de la tabula argentae de Compostela, según Serafín Moralejo. Es posible que, como sugiere Eduardo Carrero Santamaría («La “ciudad santa” de Oviedo, un conjunto para la memoria del rey», Hortus Artium Medieva- Figura 1. lium. Journal of the Internatio- Reconstrucción del altar románico de nal Research Center for Late Compostela, según Serafín Moralejo. Antiquity and Middle Ages, 13/2 (2007), p. 375-388), los restos de san Pelayo fueran trasladados a una arqueta que todavía vio Yepes sobre el altar mayor de la Risco, que presenta al rey Vermudo dirigiéndo- de peregrinos. Esta estimación, junto con algunos iglesia: «Y en esta ocasión se cree que le hicieron estos reyes [Fer- se a Oviedo en 1029 para «visitar las sagradas argumentos estilísticos e iconográficos, sustenta nando I y Sancha] la rica arca reliquias»66, no sabemos con qué fundamento, una sugerente propuesta de Julie A. Harris, según en que hoy en día se conserva el santo cuerpo; ahora está encima no puede dejar de advertirse de qué manera tan la cual el lujoso contenedor de las reliquias de del altar mayor […]». Justo Pé- evidente los monarcas leoneses ignoraron el reli- Oviedo, conocido como Arca Santa, se habría rez de Urbel (ed.), Fray Anto- nio de Yepes. Crónica general de cario ovetense. Veamos el caso de Fernando I. Se confeccionado por encargo del obispo Pelayo la orden de san Benito, Madrid, ha destacado la especial protección que, según la hacia 112072. Aunque nada convendría más al 1959, p. 120. llamada Historia Silense, dispensó el navarro a la objetivo de este artículo, la revisión cronológica 70. Colección, nº 72, p. 214- sede del Salvador. Como consecuencia, se dedujo tropieza con algunas dificultades que impiden su 219. que tal predilección se debería a las reliquias que aceptación. 71. Bernard F. Reilly, «The custodiaba la iglesia67. Puesto que esta devoción, En primer lugar, no debe descartarse apresu- Chancery of Alfonso VI of León-Castile (1065-1109)», en si existió, no aparece jamás en las fuentes, quizá radamente un argumento utilizado de antiguo Bernard F. Reilly (ed.), Santia- sea más razonable suponer que las donaciones y que relaciona el Arca Santa con una pequeña go, Saint-Denis, and Saint Peter: the reception of the Roman li- visitas a Oviedo formaron parte de un conjunto caja destinada a la reserva eucarística, conservada turgiy in León-Castile in 1080, de estrategias usadas para vincular al monarca, igualmente en la catedral de Oviedo y ejecutada Nueva York, 1985, p. 7, n. 40. Para conceptuar el diploma co- llegado al trono leonés gracias a su matrimonio con certeza en época del obispo Arianus (1073- mo falso, este autor se basa en con la infanta Sancha, con sus predecesores astu- 1094), según inscripción en la propia obra73. Jesús el sistema utilizado para la data- ción, que es el de la encarnación rianos, garantes junto con los visigodos de la legi- Hernández Perera advirtió las características que en lugar de la era hispánica y, en timidad dinástica68. Así se explicaría, igualmente, aproximan a estas piezas, ambas ornamentadas la fórmula de confirmación, uti- su asistencia en 1053 al solemne traslado de los con una inscripción pseudocúfica ilegible y otra lizada a partir del siglo xii. restos del mártir cordobés Pelayo, que había en caracteres latinos de módulo semejante74, 72. Julie A. Harris, «Redating the Arca Santa of Oviedo», The llegado a Oviedo desde León a finales del siglo ambas atribuidas por Serafín Moralejo al mismo Art Bulletin, LXXVII,/1 (1995), x huyendo de las devastaciones musulmanas y taller foráneo75. Claro que la utilización de epí- p. 84-93. La fecha propuesta, en la página 90. La autora avanzaba cuyo depósito fue dignificado, ignoramos de qué grafes ornamentales fingidamente árabes y el su interpretación, mucho más manera, en esta ocasión69. tipo de letra pueden no constituir argumentos resumidamente, en. «Arca Santa 76 of Oviedo», The art of medie- definitivos, según recuerda Julie A. Harris . val a.d. 500-1200, Nueva York, 1993, p. 259-260.

La apertura del Arca Santa 73. Inscripciones, p. 65.

74. Jesús Hernández Perera, El hasta ese momento ignoto relicario ovetense 60. Vázquez de Parga y otros, mento en Diplomática II, nº «Las artes industriales españolas salió a la luz pública el 13 de marzo de 1075. Ese Las peregrinaciones, i, p. 28. 185, p. 339-345. de la época románica», Goya, 43-45 (1961), p. 105. día, en presencia de Alfonso VI y su séquito, «the- 61. Diplomática II, nº 133, p. 65. Patrick Henriet, «La let- saurum magno honore uenerandum quod magna 158. tre d’Alphonse III, rex Hispa- 75. Serafín Moralejo, «Les arts niae, aux chanoines de Saint- somptuaires hispaniques aux en- antiquitate in eadem ecclesia manebat occultum 62. Por recordar sólo algunas Martin de Tours (906)», Retour virons de 1100», Les Cahiers Christo suo fidelissimo principi ad laudem et piezas indudablemente auténti- aux sources. Textes, études et de Saint-Michel de Cuxa, 13 cas: 866. Diplomática II, nº 136, documents d’histoire médiévale (1982), p. 289 (Ángela Franco gloriam nominis sui uoluit manifestare». p. 165. 893. Ídem, nº 144, p. 193. offerts à Michel Parisse, París, Mata (dir. y coord.), Patrimo- El documento, conservado en una copia del 895. Ídem, nº 151, p. 211. 899. 2004, p. 155-166. nio artístico de Galicia y otros 70 Ídem, nº 158, p. 240. 899. Ídem, estudios. Homenaje al prof. Dr. siglo xiii , ha sido considerado por Bernard F. nº 161, p. 260. 66. Manuel Risco, España Sa- Serafín Moralejo Álvarez, tomo Reilly71 una falsificación destinada a proporcio- grada, tomo xxxviii, Gijón, 1986 i, Santiago de Compostela, 2004, nar un soporte a la diócesis de Oviedo que le 63. Diplomática II, p. 160. (Madrid, mdccxciii), p. 41. p. 219-237). permitiera competir con Santiago en la captación 64. Publica y analiza el docu- 67. «Los orígenes», p. 39-40. 76. «Redating», p. 88. 22 LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 Raquel Alonso Álvarez

77. El argumento estilístico es Pero quizá la aparición de estas características en Fredenandi regis et Sancie regine». Se trata, sin utilizado en «Redating», p. 83. el mismo objeto, facturado además a instancias duda, del Arca Santa. 78. «Les arts», p. 288. del obispo probablemente contemporáneo a la Aunque todos conocemos la merecida fama 86 79. Serafín Moralejo, «Ars sa- apertura del relicario, sean ya demasiadas coin- del Fabulador , no por ello es preciso creer que cra et sculpture romane monu- cidencias. todas sus afirmaciones sean falsas. Una cosa es la mentale: le trésor et le chantier de Compostelle», Les Cahiers de El hecho es que datar el Arca Santa utilizando creación de fantásticas historias, difíciles de con- Saint-Michel de Cuxa, 11 (1980), criterios estilísticos resulta problemático, y es trastar, ocurridas en tiempos remotos, o la redac- p. 204-206 (Patrimonio I, p. 161- 188). muy cierta la sorprendente madurez estilística de ción de epígrafes ambiguos, y otra muy diferente sus relieves que se ha advertido77. Pero no lo es la falsificación dolosa de hechos contemporáneos 80. «Les arts», p. 288-289. menos que los paralelos más convincentes siguen que no podía dejar de ser rápidamente identifi- 81. «Redating», p. 87. siendo los localizados por Serafín Moralejo y cada. En este caso, los datos que ofrece merecen 82. Ambrosio de Morales, Viaje que éstos corresponden a los años finales del indiscutiblemente atención, y aseguran que el a los reinos de León, Galicia y siglo xi78, mientras que, hasta donde conozco, relicario enriquecido por Alfonso VI estaba Principado de Asturias, Oviedo, 1977 (Madrid, 1765), p. 71-72. nunca se ha mostrado un modelo fechado en instalado en la Cámara Santa de Oviedo en el

83. Manuel Gómez-Moreno, El torno a 1120 que pueda explicar la obra ove- año 1102. arte románico español. Esquema tense. Es muy posible que la desaparición de las Pero además, y aunque importantes, no son de un libro, Madrid, 1934, p. 28. Ídem, «El Arca Santa de Oviedo piezas contemporáneas próximas al Arca Santa, estos problemas los prioritarios en esta ocasión, documentada», Archivo Español la Tabula argentae de Santiago de Compostela pues ahora interesa especialmente identificar los de Arte, 69 (1945), p. 129. La transcripción más reciente, en (1105) (figuras 1 y 2) y el frontal de Sahagún, otro primeros indicios que manifiesten la veneración Inscripciones, p. 61-64. encargo de Alfonso VI79, sea el motivo de esta al relicario ovetense.

84. «Redating», p. 91. descontextualización que resulta tan desconcer- Volvamos sobre el acta de apertura tan dura- tante para los investigadores. Que el Arca Santa mente enjuiciada por Bernard F. Reilly87. Sin 85. Estos episodios forman parte de una larga interpolación incor- no se parezca a los encargos leoneses de los años discutir las razones que le llevaron a dudar de porada por el obispo a la Crónica sesenta puede deberse, en primer lugar, a su data- su autenticidad, también pueden aducirse otras de Alfonso III. Jan Prelog, Die Chronik Alfons’III. Untersu- ción posterior y también, como advirtiera Serafín algo más favorables a su contenido. La sencillez chung und kritische Edition der Moralejo, a su dependencia de un ambiente artís- del relato, especialmente en lo que se refiere a la vier Redaktionen, Frankfurt am 80 Main. . Cirencester/UK, tico diferente . recopilación y al transporte del conjunto, es su 1980, p. 89-90. La inscripción dispuesta sobre la tapa del Arca abogado más elocuente: huyendo de la invasión 86. El Libro, p. 50-69. R. A. Santa dificulta igualmente un retraso cronológico musulmana, una colección de reliquias reuni- Fletcher, The Episcopate in the tan notable. Aunque, como nota Julie A. Harris81, das en Toledo fue transportada «ibi se suosque Kingdom of León in the Twelf- th Century, Oxford, 1978, p. la fecha estaba perdida ya cuando Ambrosio de Domino comendarent», donde permanecieron 73. Peter Linehan, History and Morales82 vio la obra (figura 3), cuya datación largo tiempo olvidadas88. Comparándola con la the historians of medieval Spain, Oxford, 1993, p. 78. en 1075 se debe a una reconstrucción de M. fenomenal narración pelagiana que más adelan- Gómez-Moreno83 sugerida por el acta de apertu- te comentaré, la incluida en el acta de apertura 87. Véase supra n. 70 y 71. ra ya comentada, se conserva perfectamente, sin resulta casi seca. Se diría, por tanto, que esa 88. Colección, nº 72, p. 215. embargo, la parte de la inscripción que identifica llamativa falta de elementos exóticos indica una 89. Richard Fletcher, El Cid, indudablemente a su promotor como Alfonso VI composición anterior a la obra de Pelayo, a cuyo Madrid, 1989, p. 327-328 (The (m. 1109). Suponer el epígrafe «a commemorative tono literario resulta por supuesto completa- Quest for El Cid, Londres, 1989). rather than a descriptive notice» compuesta por mente ajena. Quizá sea más juicioso creer, con 90. La iglesia, p. 48-51. «Los orí- Pelayo84 parece algo alambicado. Siguiendo este Richard Fletcher, en una redacción falsa basada en genes», p. 38-39. razonamiento, si el acta de apertura de 1075 es informaciones veraces89. 91. Por ejemplo, oponiendo la falsa ¿qué hecho conmemora la inscripción? En En el acta de 1075 se insiste obsesivamente en pobreza de las construcciones de un monarca antiguo a la riqueza el caso de que la obra fuera pagada por la reina el olvido del cual fueron rescatadas las reliquias de las promovidas por otro con- Urraca o por Alfonso VII, ¿consentirían que se mediante la apertura del arca. «Incognitum», temporáneo al cronista. Serafín Moralejo, «La imagen arquitec- les ignorara? Si fue Pelayo el promotor, ¿ocultaría «absconditum», «occultum» son los términos tónica de la Catedral de Santiago voluntariamente su intervención? que se utilizan para describir el largo período de Compostela», Patrimonio, i, p. 237-238 (Atti del Convegno In- El argumento que, definitivamente, a mi jui- de oscuridad que parece prolongarse desde su ternazionale di Studi: Il Pellegri- cio, asegura la temprana cronología del Arca llegada a Oviedo hasta el momento del solemne naggio a Santiago di Compostella e la Letteratura Jacopea, Perugia Santa ha sido pasado por alto hasta este momen- acontecimiento. Probablemente no quiera indi- 23-24-25 settembre 1983, Perugia, to. Nos lo ofrece, paradójicamente, el propio carse aquí que la lipsanoteca estuviera escondida 1983, p. 37-61). Pelayo, al relatar la prodigiosa inventio de los físicamente, sino más bien que no se le había 92. La iglesia, p. 160-162 (publi- restos de santa Eulalia, encerrados en el tesoro prestado demasiada atención en el pasado. La cado por primera vez en D. de Bruyne, «Le plus ancien catalo- de la iglesia dentro de una capsella que se creía referencia al fallido intento de apertura efectuada gue des reliques d’Oviedo», Ana- 85 lecta Bollandiana, 45 (1927), p. vacía . El año 1102 (era MªCXL), el prelado pro- por el obispo Ponce de Tabernoles (ca. 1025- 93-95). cedió a su apertura, y encontró en su interior el 1035), que suele considerarse por esta razón el 90 93. «La peregrinación», p. 480- cuerpo santo y una escritura que lo identificaba primer promotor del relicario ovetense , puede 481. como la mártir emeritense. La cajita fue intro- muy bien haberse incorporado como un elemen-

94. «Transcripción», Liber, p. ducida «in aliam capsam maiorem argenteam, to de oposición retórica destinado a destacar la 456-461. que ibi dederat rex dominus Adefonsus, filius piedad de los actores a los que sí fue concedido Patria uallata asperitate moncium. Pelayo de Oviedo, el archa de las reliquias y la creación de una topografía regia LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 23 el privilegio de examinar el contenido del arcón, recurso frecuentemente usado en la cronística medieval91. Mucho más sospechosa resulta la rela- ción incluida en el manuscrito llamado de Valenciennes92, tradicionalmente fechado a finales del siglo xi, pero en el que ya Juan Uría93 sospe- chó una intervención pelagiana que parece más que probable, a juzgar por las coincidencias que presenta con la versión del traslado incluida en el Liber Testamentorum94. En ambos casos, el arca habría sido confeccionada en Jerusalén por los Apóstoles, de ahí pasó a África y, más tarde, a Toledo —con el intermedio de Cartagena en la versión de Valenciennes— para terminar por fin su recorrido en Oviedo. En el manuscrito fran- cés, además, se mencionan algunas piezas «extra arcam», de entre las que destaca el «corpus Regis Casti, qui ecclesiam Sancti Salvatoris fundavit»95, de esta manera se asocia el sepulcro regio a las reliquias ovetenses, un recurso que, como vere- mos en el último apartado de este trabajo, el obis- po Pelayo utiliza más de una vez. Figura 3. La tapa del Arca Santa de la catedral de Oviedo en Monumentos Arquitectónicos de España (1877). En el inventario de Valenciennes, además, se menciona una «crux ibi monstratur opere angeli- co fabricata»96 que se describe también en el Liber Testamentorum con una fórmula prácticamente idéntica97. ción a las dudas planteadas acerca de la fecha de 95. La iglesia, p. 161. 106 La leyenda de la Cruz de los Ángeles apa- redacción del Corpus pelagianum . 96. Ibídem, loc. cit. rece por primera vez desarrollada en la llamada A pesar de lo problemático de todos estos ele- 97. «Crux ibi monstratur opere an- 98 Historia Silense , texto en el que se inserta igual- mentos, algunas otras noticias manifiestan que, en gelico fabricata spectabile modo». mente una versión, algo diferente de la ovetense, los años finales del siglo xi, el relicario de Oviedo «Transcripción», Liber, p. 461. 99 de la traslación del Arca Santa . La crónica se empezaba a adquirir cierto relieve. 98. Justo Pérez de Urbel; Atila- cree compuesta hacia 1110-1118 por un monje En una donación otorgada a la iglesia del no González Ruiz-Zorrilla (ed., crítica e introducción), Histo- íntimamente relacionado con Alfonso VI y la Salvador en 1097, se altera por fin la rutina que ria Silense, Burgos, 1959, p. 139. infanta Urraca, más adelante reina de León, y caracteriza a la documentación precedente. Al 99. Ibídem, p. 138. buen conocedor del monasterio de Sahagún100. lado de las reliquias de consagración, aparecen A pesar de que al obispo Pelayo se le suponen otras «qui sunt in ipsius tensauro magno»107. 100. Ibídem, p. 68-71 y 80. 101 también vínculos con el cenobio del Cea , se Por los mismos años, en una carta dirigida entre 101. Emiliano Fernández Valli- desenvolvía cómodamente en los mismos cír- 1082 y 1096 por el obispo de Astorga a Ida de na, «El obispo Pelayo de Oviedo. Su vida y su obra», Liber, p. 257. culos regios y parece contemporáneo al autor Boulogne, se manifiesta un conocimiento general de la Silense102, suele considerarse que los dos del Arca Santa108. De la epístola, utilizada para 102. El Libro, p. 47-49. 103 autores no se conocían , lo cual resulta algo demostrar la fama del relicario en Europa por 103. Historia, p. 60. díficil de creer. Es cierto, sin embargo, que, en esas fechas109, se ha pasado por alto un aspecto a 104. Ídem, p. 138-139. ocasiones, sus relatos parecen proceder de tra- mi juicio más interesante: revisando la respuesta diciones independientes. Así, el Silense propone del prelado asturicense, se deduce que la condesa 105. Para las diferentes cronolo- gías atribuídas a la Historia Si- un recorrido para el arca de las reliquias que, suponía a las reliquias del Arca Santa depositadas lense, Mario Huete Fundio, La después de partir de Jerusalén, pasa por Sevilla, en Astorga, no en Oviedo. Sin desengañarla com- historiografía latina medieval en la Península Ibérica (siglos viii- Toledo y el misterioso puerto de «Subsalas», pletamente, Osmundus confiesa que ambas dió- xii), Madrid, 1997, p. 56. 110 cerca de Gijón, para terminar su peripecia en cesis comparten el valioso tesoro . Desaparecida 106. Véase infra, n. 118. Oviedo104. La aceptación de la propuesta que casi por completo la documentación asturicense, retrasa la composición de la crónica a los años resulta difícil establecer si se aprovecha aquí la 107. Colección, nº 110, p. 298. 1140-1158105 solucionaría este problema, con lo confusión de la dama o si, por aquella época, 108. Baudoin de Gaiffier, «Sain- te Ide de Boulogne et l’Espagne. cual se convertirían las noticias del Silense en circulaba algún relato según el cual el depósito À propos de reliques mariales», recreaciones de las pelagianas y se adjudicaría se había dividido en su huida hacia el norte. En Analecta Bollandiana, 86 (1968), además a Pelayo la prioridad en la atribución a todo caso, el texto manifiesta una indefinición p. 67-82. manos angélicas de la cruz donada a la iglesia del geográfica quizá motivada por una tradición aún 109. «Redating», p. 92.

Salvador por Alfonso II. Nada más me atrevo no completamente fijada, posiblemente a causa 110. «Cunque iterum gens Sara- a decir, y ya quizás ha sido demasiado en aten- de su novedad. En 1096, por último, Alfonso VI cenorum Hispaniam perurgeret, 24 LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 Raquel Alonso Álvarez episcopi et omnis viri religiosi episcopal que la muerte de éste había dejado libre. ad nostras Alpes videlicet Has- toricenses, quae ab Astorica Especialmente conocido como autor del Corpus habent nomen, confugerunt et pelagianum, sólo parcialmente publicado por des- quicquid praeccipuum duce- 114 bant, asportaverunt et in civitate dicha , su regencia coincide con unos momentos nostra Hastorica atque Oveto especialmente delicados para la diócesis de Oviedo, omnia reconderunt», «Sainte Ide», p. 72. cuya independencia se veía amenazada por las pre- tensiones anexionistas toledanas. A la defensa de la 111. Juan Ignacio Ruiz De La Peña Solar, Soledad Suá- exención de su sede y a la promoción del relicario rez Beltrán, Mª Josefa Sanz ovetense como meta de peregrinación, está dedica- Fuentes, Élida García Gar- 115 cía, Etelvina Fernández Gon- da buena parte de su producción literaria . zález, Las peregrinaciones Los relatos relacionados con las reliquias de a San Salvador de Oviedo en la Edad Media, Oviedo, 1990, Oviedo se explican, por tanto, en este contex- nº i, p. 199-201. «Redating», to defensivo y tienen sin duda la pretensión de p. 92, supone que esta primera fundación hospitalaria ovetense aumentar el prestigio de la iglesia de Oviedo, la estuvo dedicada a la atención de los peregrinos que llegaban a la sucesora de Toledo y antaño capital de un reino, ciudad para venerar los restos de desplazada, a causa de la ampliación territorial san Pelayo. Puesto que ninguna referencia anterior o posterior a producida por la Reconquista, a un papel secun- ese fenómeno puede encontrarse dario y periférico. Todo esto resulta sobradamente en la documentación, conviene descartar la propuesta. conocido, pero, para la confección de este discurso, no era necesario que Pelayo inventara todos los 112. Ya España Sagrada, p. 99- 138 ofrece una reseña detallada materiales utilizados. El notable relicario conocido de su vida y obra. Para el primer como Arca Santa se encontraba instalado en su estudio moderno, El Libro, p. 36-49. Una revisión reciente en lugar definitivo, como se acaba de explicar, antes «El obispo», p. 233-401. de 1102, y quizá pueda considerarse efectivamente

113. Según información del pro- fabricado en época de Arianus. Además, y a pesar pio Pelayo en el Corpus Pelagia- de las objeciones de Bernard F. Reilly116, es posible num. Publ. España Sagrada, p. 371. Se ha propuesto una identi- que el acta de 1075 sólo sea una falsificación parcial ficación de nuestro obispo con el Figura 4. que conserve, entre diversos elementos postizos, Pelagius, diaconus, que aparece Liber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis. Donación de Alfonso II. en una donación otorgada a la Fotografía: Lorenzo Arias Páramo. un relato fidedigno del gran acontecimiento. Las iglesia de Oviedo en 1096. Mª gestiones realizadas para la defensa de la exen- Josefa Sanz Fuentes, «Estudio paleográfico», Liber, p. 1040. ción ovetense fueron, además, iniciadas no por el propio Pelayo, sino por su predecesor y probable 114. De este conjunto se han 117 publicado, hasta el momento, la entregaba a la iglesia del Salvador el «palatio fran- mentor Martín , de modo que, ya en su época, versión pelagiana de la Crónica de cisco», con la condición de que éste fuera dedicado resultaría conveniente que se emprendieran opera- Alfonso III (ed. cit. n. 85); ídem 111 de la de Sampiro (Justo Pérez De a «albergaria» . ciones de prestigio. Como se ha propuesto, quizá Urbel, Sampiro y su crónica de la Podemos concluir, así pues, que entre 1075, en ese mismo momento se estaba ya procediendo a monarquía leonesa en el siglo x, Madrid, 1952), la crónica original si aceptamos la autenticidad, siquiera parcial, del la compilación documental más tarde reelaborada del obispo (B. Sánchez Alon- acta de apertura, y los años noventa del siglo xi, y completada118. Aunque sea difícil asegurarlo uti- so (ed.), Crónica del obispo don Pelayo, Madrid, 1924) y algunos el relicario ovetense empieza a manifestarse en las lizando estos volátiles materiales históricos, parece pasajes sueltos en España Sagrada fuentes históricas. Asímismo, puede asegurarse razonable presentar a Pelayo de Oviedo como un (p. 366-376). Para la composición y localización del Corpus pela- que el Arca Santa, embellecida con el revestimiento continuador de prelados anteriores que, eso sí, gianum, El Libro, p. 50-67; «El regalado por Alfonso VI, se encontraba instalada aprovechó con especial habilidad e inteligencia obispo», p. 335-400. en la Cámara Santa desde antes de 1102. En qué los elementos relativamente sencillos puestos a 115. El Libro, p. 72-80, espe- momento llegaron los elementos de la colección a su disposición: un clásico relato de inventio y un cialmente. Oviedo y dónde se encontraban antes de su pro- relicario excepcional. 116. Véase supra n. 71. digioso descubrimiento, es un problema que este El traslado del Arca Santa more pelagiano se 117. «Estudio paleográfico», estudio no pretende resolver. presenta en dos versiones coincidentes en unas Liber, p. 139. ocasiones y complementarias en otras. La más 119 118. El Libro, p. 87-88 manifestó conocida figura en el Liber Testamentorum . la dificultad de establecer con Pelayo de Oviedo y la creación Según ella, un arca llena de reliquias fabricada certeza la fecha de composición del Liber Testamentorum, si- de una topografía regia en Jerusalén por los discípulos de los apóstoles tuándola en torno a 1118. Pos- fue trasladada, huyendo de diferentes episodios teriormente, se ha propuesto un adelanto cronológico, a partir de Desconocemos el origen y la trayectoria anterior bélicos, a África y, de allí, a Toledo. Venerada en 1109 (Elena E. Rodríguez Díaz, a la aparición en Oviedo de Pelayo, aunque se han la ciudad en época del obispo Ildefonso y hasta «Estudio codicológico», Liber, p. 84) o diferentes fases para la propuesto algunas posibilidades y se ha sugerido su la muerte del rey Rodrigo, una vez destruido el redacción, desde finales del siglo 112 xi o principios del xii, hasta 1143 relación con el monasterio de Sahagún . En todo reino visigodo, el relicario se llevó a Asturias. El («El obispo», p. 379-380). Por lo caso, el prelado se encuentra en la ciudad, colabo- lugar fue elegido «quia patria ipsa uallata asperitate que se refiere al locpus pelagia- num, su redacción se ha situado rando con su predecesor Martín, desde al menos moncium facile nulli hostium promittebat acce- entre 1130 y 1153. Francisco Ja- 1098113, y posteriormente, en 1101, accede a la silla sum». Recién llegado, el sagrado cajón permaneció Patria uallata asperitate moncium. Pelayo de Oviedo, el archa de las reliquias y la creación de una topografía regia LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 25

«in tabernaculis», igual que el «archa Domini ante hedificationem templi», hasta que Alfonso II, como un «alter Salomon», construyó una iglesia dedicada a san Miguel para su depósito. Atraídos por tan venerables restos, «concurrunt ad pia sanc- torum suffragia Hispaniae fideles uota cum deuo- cione ferentes et, accepta benedictione a pontifice in ibi presidente, leti reuisant loca patrie». Termina la narración con un inventario de las reliquias reco- gidas en el Arca Santa, al que se añaden dos piezas fuera de ella: una hidria de las Bodas de Caná y la «crux opere angelico fabricata spectabili modo». Sin otorgarle la categoría de sagrado, como prác- ticamente hacía el manuscrito de Valenciennes, se refiere también especialmente al sepulcro del «rex gloriosus» Alfonso II en la iglesia de Santa María. La segunda versión, menos explotada por los investigadores, se desarrolla en varios pasajes inter- polados a la Crónica de Alfonso III. Aquí el relato ya no se concibe como una narración completa, Figura 5. sino a la manera de una peripecia prolongada Arca Santa de la catedral de Oviedo. Parte frontal. Monumentos Arquitectónicos de España (1877). durante un largo período histórico en la que cada estación queda incorporada al reinado del monarca correspondiente. Así, la llegada del arca a Asturias se hace coincidir con la elección de Pelayo como de su catedral como centro atractivo para los pere- vier Fernández Conde, "locpus pelagianum", Orígenes. Arte y 120 caudillo , para presentarla inmediatamente como grinos y el prestigio de la sede necesario para la cultura en Asturias. Siglos VII - protectora de España121. Sigue, a continuación, el defensa de su independencia. XV. Barcelona, 1993, p. 357-358. 122 viaje de Jerusalén a Oviedo en términos aproxi- Todo este discurso, bien conocido, adquiere, 119. «Hec scriptura docet quali- mados al Liber Testamentorum. Si dejamos aparte en mi opinión, su verdadero relieve si se analiza ter archa cum multorum pignori- bus sanctorum Oueto ab Ieru- la mención del Arca Santa, casi circunstancial, dentro de la producción histórica pelagiana de la salem sit translata». «Transcrip- con ocasión del descubrimiento de las reliquias que forma parte. ción», Liber, nº 4, p. 456-461. de santa Eulalia, ya comentada123, el relicario no En las interpolaciones a la Crónica de Alfonso 120. «Tunc Pelagium sibi, filium quondam Fafilani ducis ex se mi ne reaparece hasta que se nos muestra «in antris, dein- III, se acaba de explicar, aparecía un interesante regio, principem legerunt et ar- de in tabernaculis» antes de la disposición defini- elemento ausente del Liber Testamentorum: las cham cum sanctorum pignoribus, quam in Asturiis insimul translu te- tiva ordenada por Alfonso II y el inventario de su reliquias llegaban a Asturias coincidiendo con la runt, ei precipue ad defensionem contenido que sigue a este episodio, incluyendo la insurrección pelagiana y se convertían inmedia- tradiderunt». Die Chronik, p. 76. 124 hidria y la cruz «opere angelico fabricata» . tamente en protectoras de España. Puesto que 121. «Ubi preciosissima sanc- Las dos versiones coinciden en la utilización desde Mauregato era Santiago el patronus y tutor torum tenetur suffragia tocius Hyspanie presidio et saluti adsi- de temas veterotestamentarios para la descripción del rebelde reino asturiano, parece evidente que el tencia». Ídem, p. 77. del aspecto y las vicisitudes del Arca Santa. Como pasaje reivindica un patrocinio alternativo bene- advirtiera por primera vez Serafín Moralejo, la ficioso para la sede de Oviedo y su gancho pia- 122. Ídem, p. 78-79. relación se explica en un contexto acostumbrado doso. Pero, además, aparece ya en este momento 123. Véase supra n. 85. a identificar a los cristianos, inmersos en el pro- una asociación entre monarquía y reliquias que 124. Die Chronik, p. 92-98. ceso reconquistador, con el pueblo elegido y a los veremos extenderse tentacularmente por la obra 125. Todo este desarrollo sim- musulmanes con los enemigos de Israel. Por eso, pelagiana. bólico en Serafín Moralejo, «Le la renovada Arca de la Alianza quedó depositada Por supuesto, en esta presentación de los hechos, origini del programma icono- grafico dei portali nel Romanico «in tabernaculis» hasta que el «alter Salomon» los reyes desempeñan un papel fundamental en la spagnolo», Patrimonio, ii, p. 126 construyó un edificio para acogerla. Oviedo, la colección y dignificación de los restos santos. El (Atti de Convegno: Wiligelmo e Lanfranco nell’Europa romanica, nueva Jerusalén, estaba además protegida por las caso paradigmático es el de Alfonso II, al que Modena 24-27 ott. 1985, Móde- altas montañas asturianas, de modo que tanto el se atribuye, en Pelayo por primera vez, la cons- na, 1989, p. 35-51). Del mismo autor, «On the road: the Camino territorio como sus ocupantes garantizaban la trucción de la Cámara Santa, la «Sancti Michaelis de Santiago», The art, p. 178 inviolabilidad de los sagrados despojos125. Fue archangeli ecclesiam», como depósito del relicario. (Patrimonio, ii, p. 293-297). la característicamente medieval asimilación entre Para reforzar esta asociación, el vínculo reaparece 126. «Ars», p. 216. relicario, altar y Arca de la Alianza126 la que inspi- con frecuencia: recordando el lugar de la tumba 127. Joaquín Yarza Luaces, ró probablemente a Pelayo su erudita elaboración real o a través del poderoso influjo de la imagen. «El obispo Pelayo de Oviedo tipológica, muy en consonancia además, como Así, en la miniatura que el Liber Testamentorum y el “Liber Testamentorum”», Actum Luce. Rivista di studi luc- se acaba de ver, con el ambiente intelectual del dedica al rey (figura 4), la Maiestas ante la que chesi, xviii/1-2 (1989), p. 67-68. Del mismo autor, «Las miniatu- momento. Mediante este recurso, el historiador se humilla es, como advirtió Joaquín Yarza, un ras del Libro de los Testamen- servía a dos intereses fundamentales: la promoción trasunto del Arca Santa127 (figura 5). El protago- tos», Liber, p. 167. 26 LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 Raquel Alonso Álvarez

128. Esta sugerente propuesta nismo que alcanzó en la producción pelagiana el para la construcción de su complejo edificio ideo- en «La ciudad», p. 375-388. casto monarca se explica, probablemente, porque lógico. Por una parte, la sobria relación cronística 129. Se advierten los vínculos inicialmente el complejo religioso ovetense se se enriquece con una descripción complementaria entre estas representaciones y las advocaciones preferidas en épo- consagró al entierro y a la conmemoración del de la iglesia funeraria «ubi in latere occidentali ca del rey, en «Las miniaturas», fundador cuya memoria, conservada seguramente edem ad regum corpora condenda posuit, ibi p. 162-170. a través de Pelayo, todavía se celebraba en el siglo etiam ipse rex gloriosius summa ueneratione 130. Estos episodios en Die xvi128. Por eso, Alfonso II aparece en el Liber tumulatus armis tumulo appositis regalibus quies- Chronik, p. 89-90. Testamentorum en compañía de los titulares, cit»140, un pasaje para el que Emiliano Fernández 131. Repara en ello Arqueolo- según Pelayo, de las iglesias por él promovidas: el Vallina ofrece la siguiente traducción: «en la cual, gía cristiana, p. 403. Estos pro- blemas, más detalladamente, en Salvador y los Apóstoles, en primer lugar, Santa en el costado oeste, hizo poner una cámara para Raquel Alonso Álvarez, «El María, por la iglesia funeraria, y San Miguel, a guardar los cuerpos de los reyes, en donde tam- panteón de los reyes de Asturias. 129 Modelos ideológicos», XV Con- causa de la advocación del relicario . bién descansa el propio rey glorioso, sepultado greso Nacional de Historia del La iglesia de Oviedo debía otra reliquia a con la más alta de las veneraciones, con sus armas Arte (CEHA). Modelos, inter- 141 cambios y recepción artística (de la munificencia regia, pues los restos de santa reales a un lado del sepulcro» . las rutas marítimas a la navega- Eulalia, extraídos por Silo de su sepulcro eme- La costumbre de disponer el armamento y los ción en red), , 2008, vol. I, p. 37-47. ritense —para ello organizó una expedición escudos del difunto al lado de la tumba tiene su militar—, quedaron depositados, dentro de una origen en el mortuarium, una ofrenda funeraria 132. «Sepultus cum uxore sua, regina Gaudiosa, territorio Can- arqueta de plata, en San Juan de Pravia. De allí que solía estar compuesta, en el caso de los caba- gas in ecclesia sancte Eolalie de fueron llevados a Oviedo por Alfonso II y, largo lleros, por la montura, las armas y, más adelante, Velampnio fuit». Die Chronik, p. 84. tiempo olvidados, salieron nuevamente a la luz el paño, frecuentemente lujoso, con que se cubría por la acción del obispo130, una inventio evidente- el ataúd, y que se entregaba a la iglesia en la que el 133. «Et sepultus cum uxore 142 sua, regina Froieva, territorio mente inspirada por la apertura del Arca Santa, si donante había recibido sepultura . Al principio, Cangas in ecclesia sancte cru- admitimos la autenticidad del acta de 1075. se depositaba el escudo utilizado en la batalla, una cis, quam ipse construxit, fuit». Ídem, p. 84. Pero, además, para Pelayo no sólo son impor- costumbre documentada en ambientes franceses tantes las reliquias conseguidas o dignificadas desde el siglo xii143, más adelante estas piezas se 134. «Sepultusque cum uxore sua, regina Ermesinda, territo- por los monarcas, sino que también adquieren fabricaron ad hoc. En la península Ibérica, el caso rio Cangas in monasterio sancte valor los propios cuerpos reales. Frecuentemente más antiguo conocido corresponde a 1302 y se Marie». Ídem, p. 86. se olvida que, hasta las noticias proporcionadas encuentra en el testamento de Alonso Martínez 135. «Sepultus cum uxore sua, por el obispo, ni una sola mención sitúa el lugar de Olivera, donde se ordena que «nos fagan dos regina Munnia, Oueto fuit». Ídem, p. 87-88. de inhumación de un rey asturiano anterior a sepolturas altas et pongan sobrellas los escudos Alfonso II131. En los añadidos interpolados en las e un pendón de nuestras armas»144. Resultaría 136. «Sepultus in ecclesia sancti Martini episcopi in valle Lag- Crónicas Asturianas, se remedian generosamente muy tentador atribuir a Pelayo de Oviedo la neio fuit». Ídem, p. 89. las omisiones: Pelayo en Abamia132, Favila en composición de un conjunto de exaltación regia, 133 137. «Sepultus cum uxore sua, Santa Cruz de Cangas , Alfonso I en Santa María pionero en el reino de León, inspirado en estas regina Adosinda, in predicto mo- de Cangas134, Fruela en Oviedo135, Aurelio en San efectistas disposiciones. Sin embargo, esto no pa- nasterio sancti Iohannis in Pravia 136 137 fuit». Ídem, p. 89. En una dona- Martín de Langreo , Silo en San Juan de Pravia , rece demasiado probable, especialmente en razón ción otorgada por Alfonso III y al igual que su sucesor Mauregato138, componen de la tardía implantación en este territorio de los Jimena incluida en el Liber Testa- mentorum, vuelve a recordarse el un mapa funerario no necesariamente falso, pero, sistemas de representación heráldica, que debían monasterio de «Sancti Iohannis en todo caso, obviado hasta este momento. de estar incorporándose al aparato regio en tor- Euangeliste, ubi iacet Silus rex et 145 uxor eius Adosinda regina», «in Del sepulcro más importante, el correspon- no a 1130 . Carvallo, al suponer que las armas territorio Prauie». «Transcrip- diente a Alfonso II, tenemos noticias anteriores, reales que aparecen en el pasaje pelagiano eran ción», Liber, nº 15, p. 496. pues ya aparece en la Adefonsi tertii chronica «con las que peleava»146, pensaba sin duda en las 138. «Sepultus in ecclesia sanc- localizado en el extremo occidental de la iglesia composiciones nobiliarias que todavía en su época ti Iohannis apostoli in Pravia». Die Chronik, p. 90-91. ovetense de Santa María, lugar en el que se había invadían las iglesias. Quizá en este caso sea más organizado, según el mismo informante, un pan- apropiado traducir el verbo appono por «poner 139. Versión ad Sebastianum: 139 «ad recondenda regum adstruxit teón real . Como acostumbra, Pelayo aprovecha encima» y no «junto a». De este modo, las armas corpora». Crónicas, p. 139. este dato, indudablemente cierto en este caso, del rey no estarían anacrónicamente colocadas

140. «Transcripción», Liber, nº al lado de la tumba, sino sobre ella. Es decir, el 4, p. 459. La cursiva es mía. sepulcro de Alfonso II, según lo describe Pelayo,

141. Emiliano Fernández Va- estaba, en el siglo xii, decorado con el emblema llina, «Traducciones», Liber, p. lixtinus referido al legendario neraria en Castilla», Hidalguía, regio, probablemente una cruz anicónica, señal de 412. La cursiva es mía. sepulcro de Roldán, a cuya cabe- 169 (1965), p. 139. Cit., «Los cera habría colgado Carlomagno indumentos», p. 88, n. 93. identidad de los monarcas cristianos altomedieva- 142. Para toda esta cuestión, se la espada y el olifante del héroe. les ya en trance de desaparición por esos años147. Si ha seguido a Francesca Español También parece que diversos 145. Faustino Menéndez Pi- Bertrán, «Los indumentos del objetos bélicos se encontraban dal de Navascués, Heráldica unimos esta información a la parcial transcripción cuerpo a la espera del Juicio depositados en la capilla de los medieval española. I. La casa del epitafio del monarca que nos ofrece la Chro- Final», Vestiduras ricas. El mo- templarios en Jerusalén. Cit. real de León y Castilla, Madrid, 148 nasterio de Las Huelgas y su «Los indumentos», p. 87, n. 80 1982, p. 28; Serafín Morale- nica Albendensia , podremos hacernos una idea, época 1170-1340, Madrid, 2005, y p. 88, n. 94. jo, «La iconografía en el reino siquiera general, del aspecto que presentaba el sar- p. 81-85. de León (1157-1230)», II curso 144. Faustino Menéndez Pidal de cultura medieval. Aguilar de cófago en la edad media. Las confusas informacio- 143. Se recoge en el Codex Ca- de Navascués, «Heráldica fu- Campoo. 1-6 de octubre de 1990. nes posteriores no permiten ninguna certeza, sin Patria uallata asperitate moncium. Pelayo de Oviedo, el archa de las reliquias y la creación de una topografía regia LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 27 embargo. Ambrosio de Morales atribuye al Rey En todos estos ejemplos, los vínculos entre pace quieuit / […] bis sena qui- bus hec altaria sancta / Fundatis- Casto, siguiendo tradiciones locales, una tumba monarquía y reliquias se establecen de manera que uigent, hic tumulatus iacet». de piedra colocada en el centro del panteón, sin directa, por motivos históricos o topográficos. Crónicas, p. 175. decoración ni epitafio que «si tuvo alguna labor En otras ocasiones, encontraremos ciertos desli- 149. Tilo Ulbert, Sabine ó letra, ya está gastada». El llamado sarcófago de zamientos producidos por una voluntaria ambi- Noack-Haley, «Lid for the sarcophagus of Ithacius», The Itacio, en realidad una pieza reaprovechada de la güedad, mediante la que se pretende explotar el art, p. 45. primera mitad del siglo vi149, queda adjudicado a la prestigio de los restos santos a favor de los reyes 150. Viaje, p. 89. reina Jimena, al confundir el crismón que adorna y, a través de ellos, de la diócesis asturiana. la tapa con la insignia de Pelayo y Alfonso III150. El caso más evidente se encuentra en el ma- 151. Tirso de Avilés, Armas y 157 linajes de Asturias y Antigüe- Tirso de Avilés, que conoció sin duda el panteón nuscrito de Valenciennes , posiblemente relacio- dades del Principado, Oviedo, real perfectamente, pues fue canónigo de la cate- nado con la oficina pelagiana. Tras el listado de 1991, p. 183. dral de Oviedo antes de la destrucción de la iglesia las reliquias incluidas en la lipsanoteca, se enu- 152. Crónica, p. 67-68. de Santa María, describe la tumba de Alfonso III mera un curioso y variado conjunto extra arcam. 153. «In prima techa, que est decorada con «la misma señal de la cruz […], y en- Repartidos por las iglesias ovetenses, merecen in medio, conciderunt corpora cima de ella la letra Introire Angelum percutiens». una especial mención los «corpora Sanctorum Adefonsi regis et eius uxoris Xe- mene Regine. In secunda theca, Con buen criterio, el erudito asturiano recuerda martirum Eulogii et Lucrecie, et beate Eulalie que est ad dexteram partem, po- la utilización del mismo emblema en la fortaleza Emeritensis, et Sancti Pelagii martiris, et Sancti suerunt corpora Ordonii Regis filii Adefonsi et Xemene, cum promovida por el Rey Magno, y en esa coinci- Vincenti martiris adque abbatis, et Sancti Serani uxoribus eius Mummadomna et dencia basa la adscripción de la tumba al tercer episcopi et Sancti Iuliani Pomerii [¡!], qui arcam Sancia. In tercia uero theca sepe- 151 lierunt corpora Ranimiri Regis Alfonso . La descripción, sin embargo, coincide ipsam a Toleto Ovetum transtulit». Además, filii Ordonii et Mummadomne, con la pieza atribuida en época de Pelayo al segun- «crux ibi monstratur opere angelico fabricata, cum filiis eorum: Ordonio Rege et euis uxore Geloira, Sancio do monarca de ese nombre. A no ser, claro, que el sporte apostolorum Petri et Andree» y, al lado de Rege et eius uxore Tarasia. Ad mismo tema apareciera en los dos sarcófagos. todos estos objetos de indudable valor religioso, leuam autem in secula theca condiderunt corpora Froilani El mismo Pelayo ofrece alguna información el «corpus Regis Casti, qui ecclesiam Sancti Sal- Regis filii Adefonsi et Xemene, complementaria en su crónica152 al relatar el tras- vatoris fundavit». una cum uxore sua Mumma- donna Regina; et secus isti in lado de los restos reales de León a Oviedo en el En la crónica escrita por Pelayo, estas rela- tercia theca sepelierunt Regi- año 997. Del confuso recorrido topográfico153, la ciones se establecen de manera más compleja e nam Geloiran, dictam Castam, 158 filiam Ranimiri et Tarasie. Et más antigua descripción conservada del panteón in tencionada. Durante el reinado de Vermudo II , in quarta theca, que est excelsa, de Santa María, nos resultarán útiles algunas infor- las devastadoras incursiones de Almanzor amena- sepelierunt Reginam Tarasiam uxorem predicti Regis Ranimiri maciones. En primer lugar, el texto indica que Al- zaban los territorios meridionales del reino. Por ad caput, et ad latus Mausolei fonso III no tenía sepulcro propio y que su cuerpo eso, como se comentó hace unas líneas, se deci- Adefonsi Regis Casti condierunt ossa filiorum filiarumque ex pre- fue introducido «in prima techa que est in medio». dió, en el año 997, llevar a Oviedo las reliquias dictus Regibus Era MXXXV». Gracias a Sampiro, sabemos que el monarca murió de san Pelayo y los restos de los reyes enterrados Ídem, loc. cit. 154 159 en Zamora y fue más adelante llevado a Oviedo . en León y Astorga . Las primeras quedaron de- 154. «Cuius corporis menbra La crónica invita también a imaginar una jerar- positadas en la iglesia de San Juan Bautista, que, primo Astorice, deinde tran- suecta Oueti, retinet vrna». quización de las sepulturas. La correspondiente a partir de ese momento, pasó a colocarse bajo la Sampiro, p. 152. a Alfonso II, la única de la que se especifica su protección del mártir cordobés. Por lo que se re- 155. Vidal de la Madrid Ál- antiguo ocupante, recibe el ampuloso nombre de fiere al segundo lote, la falta de corroboración en varez, «La construcción de la mausoleus, mientras que la cuarta techa es excelsa. otras fuentes ha provocado dudas acerca de la ve- capilla de Nuestra Señora del 160 Rey Casto y Panteón Real de la De las otras tres, llamadas también techae, no se racidad de la transferencia . Puesto que sabemos Catedral de Oviedo», Liño , 9 destaca ninguna característica especial. Quizá la que parte de la noticia, la que se refiere al traslado (1990), p. 77-107. tumba del Rey Casto recibió una denominación de san Pelayo, es cierta, y Sampiro nos informa 156. Véase supra n. 128. inusual en atención a su decoración emblemática, acerca de la llegada del cuerpo de Alfonso III a y es posible hacer corresponder la excelsa techa Oviedo161, no veo razón para dudar de ella. De 157. Véase supra n. 92. con el sarcófago de Itacio. En todo caso, del texto todos modos, lo que interesa especialmente es 158. Estos episodios en Cróni- se desprende la impresión de que, en el panteón de esta nueva consideración de los cadáveres regios, ca, p. 65-68. Oviedo, únicamente destacaban dos tumbas. De salvaguardados en época de peligro al igual que 159. «Ceperunt ossa regum que erant sepulta in Legione et As- ellas, sólo de una se recuerda o se cree necesario torica, una cum corpore Sanc- mencionar quién fue su ocupante original. Se trata, ti Pelagii Martiris, intrauerunt Asturias, et in Oueto in ecclesia por supuesto, de la de Alfonso II. Sancte Marie dignissime sepe- Desmantelado, en el siglo xviii, el venerable Seminario: Alfonso VIII y su des ixe-xie siècles», en Thomas lierunt ea. Corpus autem Sancti época, s/l, s/d, p. 139-152 (Patri- Deswarte y Phillippe Sénac Pelagii posuerunt super altare conjunto, del que sólo se conservó el sarcófago de monio, ii, p. 161-172). (dir.), Guerre, pouvoirs et idéo- Beati Iohannis Babtiste». Cró- Itacio, para construir la capilla del Rey Casto155, logies dans l’Espagne chrétienne nica, p. 65-66. Para un análisis 146. Luis Alfonso de Carvallo, aux alentours de l’an mil. Actes de esta actuación, «Los enterra- todas estas posibilidades resultan actualmente Antigüedades y cosas memora- du Colloque international or- mientos», p. 13-14. incomprobables. Las informaciones, sin embargo, bles del Principado de Asturias, ganisé par le Centre d’Études Gijón, 1988 (Madrid, 1695), p. Supérieures de Civilisation Mé- 160. Xavier Dectot, «Tom- bastan para asegurar que, en el siglo xii, la función 199-200. diévale Poitiers-Angoulême sep- beaux et pouvoir royal dans le memorial adjudicada a la iglesia de Santa María tembre 2002, Turnhout, 2005, León autour de l’an mil», Gue- 156 147. Patrick Henriet, «Mille p. 163-181. rre, p. 86. posiblemente desde su fundación se encontraba formis daemon. Usages et fonc- perfectamente vigente. tions de la croix dans l’Hispania 148. «Qui cuncta pace egit, in 161. Véase supra, n. 152. 28 LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 Raquel Alonso Álvarez

las reliquias, a las que parecen equipararse en «se rezaba por el Cid, no se rezaba al Cid»168. La cierto sentido. Pero una cosa es la explotación de reverencia con que se le recordaba se comprende estos paralelismos y otra diferente la creencia en mejor entendiéndola como uno de los recursos la santidad de los reyes. No es posible ocuparse procastellanos puestos en el siglo xiii a disposi- aquí de la polémica que enfrenta a defensores y ción de la propaganda regia169. detractores del carácter sagrado de la monarquía Por lo que se refiere a los reyes candidatos a castellanoleonesa162 más que en algún aspecto la santidad según Amancio Isla170, posiblemente concreto. Recientemente, Amancio Isla ha vuelto sea más atinado, como propone Ariel Guiance, sobre la idea de la santidad aplicable a algunos estudiar sus comportamientos según los presen- reyes163, ignorando observaciones realizadas por tan las crónicas como paradigmas ritualizados al Adeline Rucquoi164 y Ariel Guiance165 que no servicio de intereses políticos171. Los monarcas deberían pasarse por alto. comparten algunas cualidades con los santos, no Efectivamente, es habitual que las crónicas sus acciones. destaquen a determinados monarcas a causa de Algo parecido puede advertirse en la propa- sus virtudes, algunas de ellas inspiradas en las de ganda pelagiana, siempre dispuesta a utilizar las los santos. Estos deslizamientos, propiciados por asociaciones ambiguas en su provecho, pero sin el prestigio que proporcionan, no deben hacernos llegar a una identificación absoluta entre realeza olvidar, sin embargo, que ni un solo monarca y santidad. castellanoleonés fue canonizado en la Edad Media En realidad, al obispo le interesaba, más que rei- ni recibió tampoco culto alguno, siquiera local. vindicar la beatitud de un monarca u otro, asociar la Al fin y al cabo, «ce qu’on attendait d’un saint, memoria de los reyes al territorio asturiano, con lo c’étaient des miracles»166, y la capacidad para cual anudaba varios elementos imprescindibles para producirlos no parece haberse contado entre las sus fines. En su topografía simbólica, se establece habilidades de nuestros reyes. un punto central, la Cámara Santa de Oviedo, la Aunque algo posterior a la época que nos ocu- ciudad sucesora de Toledo y Jerusalén, ligada a un pa, resultará útil recordar el pretendido culto que antepasado fundador, Alfonso II, el nuevo Salo- se le tributaba al Cid en San Pedro de Cardeña, món. Este punto de referencia central se rodea de problema estudiado por P. Henriet167. Hasta el una red funeraria dispersa, creada, o revalorizada intento de canonización emprendido en el siglo al menos, por Pelayo. Una vez diseñada esta trama xvi, la figura cidiana, inserta desde por lo menos que recuerda el glorioso pasado asturiano, era pre- el siglo xiii en una trama legendaria, era objeto ciso actualizarla para que siguiera activa. Este obje- de recuerdo y veneración en la mejor tradición tivo se consigue introduciendo una idea presente a hispánica del género biográfico dedicado a los lo largo de toda su obra: la seguridad proporciona- hombres ilustres. Pero, ni se le rendía culto, ni da por las características del territorio. realizaba milagros, ni se consideraba innecesario En este discurso pelagiano, Asturias, a pesar rogar por la salvación de su alma. En Cardeña, de su empobrecimiento y su progresiva excentri-

162. Para un panorama con y monarquía hispánica entre los tification du souverain dans tin (ed.), El Cid: de la materia exhaustiva bibliografía, Ariel siglos x y xii, Jaen, 2007, p. 30- l’ centrale des xe et xie épica a las crónicas caballerescas, Guiance, Los discursos sobre la 35, 54 y 63, especialmente. siècles», Hagiographie: cultures Universidad de Alcalá, 2002, p. muerte en la Castilla medieval et sociétés: ive-xiie siècles: actes 99-119. (siglos vii-xv), Valladolid, 1998, p. 164. Adeline Rucquoi, «De los du colloque organisé à Nanterre 269-324, 388-404, especialmente. reyes que no son taumaturgos. et à : 2-5 mai, París, 1981, 168. Ídem, p. 104. Los fundamentos de la realeza p. 565. 163. Amancio Isla Frez, «Buil- en España», Temas medievales, 169. Raquel Alonso Álvarez, ding kingship on words. Magni 5 (1995), p. 163-186. 167. Patrick Henriet, «¿Santo «De Carlomagno al Cid: la me- reges and sanctus rex in the As- u hombre ilustre? En torno al moria de Fernando III en la ca- turleonese kingdom», Journal of 165. Véase supra n. 162. «culto» del Cid en Cardeña», pilla real de Sevilla», Fernando Medieval History, 28 (2002), p. Carlos Alvar, Fernando Gó- III y su tiempo (1201-1252). VIII 249-261. Ídem, Memoria, culto 166. František Graus, «La san- mez Redondo, Georges mar- Congreso de Estudios Medie- Patria uallata asperitate moncium. Pelayo de Oviedo, el archa de las reliquias y la creación de una topografía regia LOCVS AMŒNVS 9, 2007-2008 29 cidad, no debía de ser relegada por varias razones. para conseguirlo, falsificaron, interpolaron y des- Por supuesto, ya que en ella se encontraba la an- truyeron documentos antiguos177. Pelayo no fue, tigua sede del reino, pero también, y sobre todo, en consecuencia, una excepción. Sus actividades porque, en caso de peligro, había ofrecido tra- podrían comprenderse en el contexto de las lu- dicionalmente un refugio seguro a los cristianos chas emprendidas por las diócesis para conservar perseguidos, las reliquias acosadas y la monarquía o aumentar su poder y sus privilegios. Frente a amenazada. Toledo, consiguió conservar la exención de su Patria uallata asperitate moncium. Es muy iglesia. Para alcanzarla, no estuvo de más recordar posible que el obispo se haya inspirado en una que la gloriosa capital del reino visigodo, recién pasaje de la Adefonsi tertii chronica para con- reconquistada por aquel entonces, había sido per- feccionar esta imagen de extraordinaria potencia dida a causa de los pecados de un pueblo inicuo, y visual. Según la versión Rotense, Pelayo, después como las reliquias tuvieron entonces que acogerse de rebelarse contra Munuza, huyó a las monta- a la protección de las infranqueables montañas as- ñas para refugiarse en ellas acompañado de su turianas. A la vez que aseguraba la independencia gente172. El cronista del siglo xii fue capaz de de la sede ovetense, lograba, además, crear una convertir el vibrante relato de la marcha cristiana asociación íntima entre Asturias y la monarquía, a las tierras altas en una pieza de topografía sim- vigente aún en la actualidad. bólica que sigue formando parte del imaginario Desde el punto de vista práctico, sin embargo, colectivo de los asturianos actuales. El orográfico poco más que la exención logró el obispo con su cordón protector aparece insistentemente en la esforzada creación ideológica: los reyes, cada vez producción pelagiana: en el ya citado pasaje de más lejanos, no olvidaron completamente en sus la traslación del Arca Santa según el Liber Testa- donaciones a la sede de sus antepasados y algún mentorum173 y las interpolaciones a la Adefonsi peregrino de los que se dirigían a la tumba del tertii chronica174, en el falso reconocimiento de la Apóstol se desvió de su itinerario para venerar las dignidad metropolitana a la sede del Salvador175 y reliquias de Oviedo. también, implícitamente, al convertir a las iglesias Bien mirado, quizá más de lo que podía ra- «infra Pirineos montes» en refugio seguro para zonablemente esperarse, sobre todo recordando los restos de los mártires y los reyes huidos de a aquel viajero italiano que, tras una espantosa Almanzor176. noche de tormenta, consiguió por fin traspasar las ¿Qué otra cosa más que un intento desespe- montañas que, según Pelayo, sirven a Asturias de rado de evitar el olvido regio puede verse en este protección. Al amanecer, el sol iluminó las altas complejísimo discurso? cumbres, y el viajero, sobrecogido por la crudeza Adeline Rucquoi nos ha mostrado de qué del clima y la belleza del territorio, exclamó: manera, coincidiendo con la implantación de los usos franceses, transformaron los cabildos his- O Asturia, bella Asturia, pánicos su memoria durante el siglo xii y cómo, Tu sei pur bella e sei pur dura178.

vales, León, 2003, p. 471-488. cumque ad concilium properantes 175. «Subditi sunt ecclesie 176. Crónica, p. 65. inuenit, secum adiuncxit adque ad Ouetensi Saluatoris nostri Ihe- 170. Véase supra n. 163. mentem magnum, cui nomen est su Christi qui pacificauit om- 177. Adeline Rucquoi, «La in- Asuua, ascendit et in latere montis nia, ex Patre genitus secula qui vención de una memoria: los 171. Los discursos, p. 308. antrum quod sciebat tutissimum ipsum locum muro firmissimo cabildos peninsulares del si- se contulit». Crónicas, p. 124. moncium uideicet munimine ua- glo xii», Temas Medievales, 2 172. «Que foris litus plenum llauit, et ante secula ad fidelium (1992), p. 67-80. inuenit, sed natandi adminiculum 173. Véase supra n. 119. saluationem preciuit quos per super equum quod sedebat ad serllauit, et ante secula ad fide- 178. Tomado de Juan Ignacio aliam ripam se trantulit et mon- 174. En términos muy seme- lium saluationem presciuit quos Ruiz de la Peña Solar, Ovie- tem ascendit. Quem Sarrazeni jantes a la versión contenida en per seruum suum Pelagium libe- do ciudad santuario: las peregri- persequere cessaberunt. Ille qui- el Liber Testamentorum. Die rauit». «Transcripción», Liber, naciones a San Salvador, Ovie- dem montana petens, quantos- Chronik, p. 80. nº 5, p. 463. do, 2004, p. 64.