BREVE HISTORIA DE GENDARMERÍA

Qué duda cabe que el personal de Gendarmería, como los antiguos guardias de Prisiones, son entre el personal de la administración pública quienes tienen uno de los trabajos más complejos y difíciles de toda nuestra historia patria. Hoy, se sostiene que la crisis carcelaria que atraviesa nuestro país es una de las más graves de todos los tiempos. Se ha señalado que las cárceles no dan abasto para recibir a los reclusos y las malas condiciones en que viven los internos no entregan garantías mínimas de dignidad ni permiten la rehabilitación de los delincuentes.

“Nada nuevo bajo el sol” como señala el libro del Eclesiastés, en el Antiguo Testamento. Un acta del Cabildo de del 22 de agosto de 1550 ha sido el primer antecedente que hemos encontrado respecto a una cárcel en la capital del “reino de ” (nombre que recibía en aquel tiempo nuestro país). Allí se señala que se presentó ante el Cabildo metropolitano Francisco Moreno, alguacil menor, solicitando una casa para cárcel pública y un carcelero. Al respecto los regidores de dicha corporación textualmente respondieron: “que sus mercedes la compraran y que ahora al presente no ha lugar de comprar por no tener propios (dinero) la ciudad”. En tiempos coloniales en muchos pueblos no había cárceles o tenían para este objeto edificios de pobrísima construcción que no ofrecían ninguna seguridad para la detención de reos. La Serena, por ejemplo, aún a fines del siglo XVIII, no tenía cárcel y ni siquiera contaba con fondos para arreglar la pieza que hacía las veces de presidio, por lo que frecuentemente se escapaban los reos. En Santiago la situación no era mejor, las condiciones de los reos eran lamentables. Los crímenes en la época abundaban, los delitos eran asaltos y peleas a cuchillo, en la ciudad, y robo de ganado en los campos. En Santiago podían verse cada mañana en los portales de la cárcel pública, que quedaba frente a la actual Plaza de Armas, a un costado del edificio municipal, los cadáveres recogidos por la autoridad y puestos allí a la expectación del pueblo, para que fueran reconocidos antes de darle sepultura. Perros hambrientos los devoraban muchas veces. En cuanto a los borrachos, siempre abundantes, eran recogidos en un carretón y llevados a un depósito, desde los tiempos del Capitán General Agustín de Jaúregui (1773-1780). En el año 1752 se dictó en España una Real Provisión relativa a la construcción de cárceles en los territorios americanos. Así surgen las cárceles de Petorca e Illapel, en 1774; San Felipe en 1784; La Serena, Rancagua y Quirihue en 1789, Copiapó y Valparaíso en 1794 y Talca en 1800. Las cárceles estaban a cargo de las milicias y en 1777 se estableció que éstas tenían por objeto perseguir a los bandoleros rurales, por lo que estaban obligadas a tener sus armas y uniformes, costeadas por ellas mismas, debiendo estar preparadas para cualesquiera acción militar. Para las mujeres desvergonzadas, existió la “Casa de Recogidas”, situada en la actual plaza Vicuña Mackenna, en la Alameda y Miraflores, hasta allí llegaban las arrepentidas por su mala vida; aquellas enviadas por la justicia en su calidad de “mujeres públicas” o quienes remitidas por sus esposos y familiares, necesitaban corregir sus costumbres. Fue fundada oficialmente en 1723 e inicialmente sólo custodió a mujeres que se apartaban de sus maridos para pedir divorcio, controlando sus ansias de “vivir más libres”. Curiosamente, algunas de las mujeres que llegaban a la Casa de Recogidas tenían amores con los miembros de la Real Audiencia, así lo señala una Carta escrita el año 1671 por el Obispo de Santiago: “Es pues el mayor escándalo de esta ciudad de materia de deshonestidad el que dan los señores de la Real Audiencia (ahora serían los ministro de la Corte Suprema), el señor Dr. Don. Gaspar de Cuba con una señora principal, en agravio de un caballero noble y emparentado con quien está casada, y el escándalo es público en toda la ciudad y pienso que también todo el Reino…”. El Sr. Dr. Don Juan de la Peña Salazar, oidor de esta Real Audiencia, casado, escandaliza con trato ilícito público y notorio, que tiene con una mozuela de mal vivir que se nombra la Aburta y antes de esto tuvo la misma ilícita comunicación y otras… El Sr. Don Joseph de Meneses tiene por manceba de asiento a una mujer casada con un soldado honrado y ausente, a quien no deja venir a esta ciudad, por estar la mujer preñada y hoy parida… El señor Don Manuel de León y Escobar, cuarto oidor de esta Real Audiencia, tiene trato ilícito con una mozuela. A todos estos señores he amonestado caritativamente y están tan lejos de enmendarse como de pensar que se han de morir”. En tiempos coloniales la cárcel de Santiago, que como señalábamos estaba situada en el actual edificio de la Municipalidad, frente a la Plaza de Armas, era un lugar repugnante. Por eso es destacable que en lo que se ha considerado nuestra Primera Constitución Política, el Reglamento Constitucional Provisorio de 1812, que en su artículo 21 (sólo tenía 27 artículos) señaló: “Las prisiones serán lugares cómodos y seguros para la detención de personas, contra quienes existan fundados motivos de recelo, y mientras duren éstos; y de ningún modo servirán para mortificar delincuentes”. Sin embargo, concluyó la Patria Vieja, vino la Reconquista española, que utilizó como presidio el archipiélago Juan Fernández, para relegar a los patriotas que no cruzaron la cordillera de los Andes. Con la Patria Nueva tras los triunfos patriotas en las batallas de Chacabuco y Maipú la situación de los presidios no varió. Por eso es reveladora la sesión de la Convención Preparatoria de 2 de septiembre de 1822, (nombre que recibió el Parlamento en tiempos del gobierno de Bernardo O`Higgins) que daba cuenta de: “La reprensible demora de las causas que hacen padecer a los reos tal vez una pena mayor de la merecida, mientras se sigue un largo juicio; la escasez, mala calidad y peor distribución de la comida, la pequeñez y poco número de habitaciones en razón al número de reos que frecuentemente hay en la cárcel y, sobre todo, las indecibles penurias que tiene que sufrir el sexo débil en el departamento de su prisión, para quien es poco expresivo el nombre de calabozo, excitaron los más tiernos sentimientos en los señores diputados. Exaltada su sensibilidad, discurrieron enérgicamente sobre el pronto remedio. Y se acordó que la Comisión de Legislación…propusiera una memoria que abrazando todos los males, provea de pronto remedio”. El “pronto remedio” no llegó, tras la abdicación de O’Higgins, el 29 de enero de 1823, comenzó una etapa caótica que ha sido denominada como de formación de la república o simplemente como anarquía. Los gobiernos cambiaban a los pocos meses, la delincuencia se imponía en muchos lugares del país y, por supuesto, el tema carcelario no fue una preocupación de las autoridades. En las primeras décadas de la República, la delincuencia y la inseguridad se imponían en el territorio nacional. Por ello el ministro Diego Portales ideó en la década de 1830 un nuevo sistema de castigo, consistente en carros de metal que llevaban a los presos a trabajar en las obras públicas, especialmente reparando el camino que unía Santiago con Valparaíso. El presidio ambulante, carros con jaulas de hierro, donde iban engrillados los delincuentes más peligrosos, tenía como elemento central la humillación de los condenados y de esta manera amedrentar a futuros delincuentes. Por este motivo el Presidente envío un mensaje a la Cámara de Diputados, que se leyó en sesión del día 26 de junio de 1843. Allí se refirió a “las grandes ventajas que resultan al país el establecimiento de una cárcel penitenciaria y los graves inconvenientes que ofrece cada día el presidio ambulante, donde expuestos a los presidarios a sufrimientos que los exasperan, lejos de encontrar algún estímulo que despierte en ellos el arrepentimiento, no podrán menos que acabar de corromperse con su acumulación continua, y la degradación fatal que producen en el alma de los trabajos públicos”. En su mensaje manifiesta las diversas opciones que existían en la época: establecer un presidio en la isla de la Mocha, en Chiloé o en otras islas, que presentaban el problema que estaban cerca del continente que las hacían una prisión poca segura y otras más alejadas que estaban lejos de estar bajo la inspección inmediata del jefe político de la provincia. En vista de estos inconvenientes se ha juzgado preferible la construcción de una casa penitenciaría en las inmediaciones de esta capital. Con este objeto se presentó un proyecto de ley con sólo cuatro artículos, que fueron aprobados rápidamente, pues antes de un mes del mensaje presidencial, el 19 de julio de 1843, se publicó la mencionada ley, (fue la primera relacionada con el sistema carcelario), que en su artículo 1º señaló: “Se construirá una cárcel penitenciaría a la inmediación de Santiago…”. El artículo 2° El sistema que en esta prisión deberá adoptarse ha de ser el de reclusión voluntaria, en las horas destinadas al sueño y el alimento, y reunión de los reos únicamente para la instrucción primaria religiosa y para el aprendizaje del oficio lucrativo a que uno manifieste más inclinación o aptitudes. Su artículo 3º no se podría aplicar en estos tiempos pues ordenaba que: “El edificio ocupará un espacio suficiente para contener hasta cuatrocientas celdas de la capacidad necesaria para la habitación de un hombre solo”. En su construcción se adoptó el modelo arquitectónico basado en el panóptico, es decir, varios patios distribuidos en forma circular en torno a una estructura central, desde donde se pudiera controlar a los reclusos. Este sistema arquitectónico fue creado por el filósofo británico Jeremy Bentham, al finalizar el siglo XVIII. Pero, quiénes cuidaban de los presos, en la época eran funcionarios del Ejército a cargo de las labores de vigilancia de este antiguo penal, hoy llamado Centro de Detención Preventiva Santiago Sur. La Colonia Penal de Magallanes se inicia en 1845, año que llega el primer reo a Fuerte Bulnes. Ellos constituyen la primera mano de obra que construyó , llegando a ser dos tercios de la población, produciendo diversos avances pero también los más horrorosos crímenes que se hayan cometido en la chilena, como el motín de Miguel José Cambiazo el 24 y 25 de diciembre de 1851. Una ley de 8 de septiembre de 1871 crea la Guardia Especial para la Penitenciaría de Santiago. Compuesta sólo de dos artículos, desliga al Ejército, de la custodia de ese recinto. En su artículo primero se indica que esta Guardia se compondrá de tres oficiales con un sueldo mensual de 50 pesos, tres cabos con 22 pesos de sueldo, 54 guardias con 15 de sueldo y una ordenanza con diez pesos de sueldo. Su distintivo era un botón plateado con una estrella al centro y la leyenda "Guardia de Cárcel". En aquel tiempo gobernaba el país el Presidente Federico Errazuriz. El 14de noviembre de ese mismo año, se dicta el Reglamento para la Guardia Especial de la Penitenciaría de Santiago, que indicaba que “Para ser admitido en la Guardia de la Penitenciaría se requieren aptitudes propias para desempeñar satisfactoriamente el cargo, honradez y buenas costumbres probadas”. Un hecho notable en la historia de Gendarmería es la participación de los miembros de la Guardia Especial para la Penitenciaría de Santiago, en la Guerra del Pacífico. Formaron junto a miembros del Ejército, de la Policía Municipal de Santiago, creando el Batallón Bulnes, también llamado Batallón Policial Bulnes, Batallón de Gendarmes, Batallón Celadores, formado por 50 hombres. Se fundó el 14 de abril de 1879. El 18 de abril de 1879 el Batallón Bulnes formó frente a la Municipalidad de Santiago para una misa de campaña, siendo bendecido el estandarte por fray Juan Capistrano Pacheco, capellán del Batallón, siendo abanderado el Subteniente Hilario Gómez. Su nombre proviene del General Manuel Bulnes Prieto, vencedor de Yungay y fundador de la Penitenciaría de Santiago en 1843. Previo a esto, el 28 de febrero de 1879 habían sido enviados al a la zona de conflicto 100 gendarmes junto a tropas del 3º y 4º de línea y cazadores a caballo.

El Batallón Bulnes no perteneciendo al ejército regular, estaba en condiciones de partir inmediatamente al frente, teniendo inclusive banda de músicos que adoptó como marcha distintiva el Himno de Yungay. La Plana Mayor y la dotación de oficiales que inició la Campaña fueron: Comandante: José Echeverría Sargento Mayor: José María Lira Ayudante: José R. Lira Sub Ayudante: Pedro N. Gamallo Capitanes: José Domingo Lazo; Manuel Alvarez; Ramón Coo y José Calixto Martínez. Tenientes: Juan Cáceres Martínez; José Chacón y Abel Silva. Subtenientes: José Santander; Gumercindo Rivera; Leonardo Aguayo; Manuel Francisco Bisquertt; Eugenio Bravo; Evaristo Sainz; Aurelio Castillo y Alejandro Arenas. Capellán: Fray Juan C. Pacheco. Cirujano: José Antonio Manríquez Practicante: Cirilo Quinteros Cantinera: Rosa Amelia Espinoza 40 clases 460 soldados El equipo normal de los soldados de este glorioso batallón consistía en una manta, una mochila con ropa, arreos de pólvora y balas, cantimplora de hojalata, un par de botas herradas y doble suela, un rifle comblain reformado y un sable corto o sable catanero, su uniforme era de color azul Prusia. El 15 de mayo de 1879 comenzaron las acciones bélicas del Batallón Bulnes en Antofagasta, Rio Grande, Machuca, Calama y otras localidades. Mientras los soldados-gendarmes se batían en las diversas acciones de la guerra, las cárceles, el Palacio Presidencial y la labor policial fue asumida por el Cuerpo de Bomberos teniendo destacada participación en estas funciones. El Batallón Bulnes actuó con disciplina, valentía y energía en Antofagasta, Calama, Moquegua, Pisagua, Tarapacá, Dolores, Los Ángeles, , Arica, Chorrillos, Miraflores y . Entre los personajes destacados del Batallón se destaca al Sargento 1º Lucas Valero que prestó funciones junto a muchos soldados en la Penitenciaría, habiendo sido el primer “alcaide” de ésta desde 1873 hasta el año 1879 siendo enviado con sus hombres al frente, como jefe de unidad y a posterior llego al grado de sargento mayor o actual mayor y segundo comandante del Bulnes y jefe de plaza del puerto del Callao en Perú, regresó a Chile en 1881 retirándose de las filas el año 1888 después de 37 años de servicio. El 26 de junio de 1880 después de las acciones de la quebrada de Tarapacá donde se inmoló el comandante Sr. Eleuterio Ramírez, quien como Subteniente ingresó al cuerpo de Gendarmes de línea, encargados de labores policiales y custodia de cárceles, para ascender a teniente y con el grado de ayudante mayor pasar a las filas del Ejército de Chile, muriendo en combate a los 43 años. En el Diario Oficial del día 12 de mayo de 1881 aparecen las bajas que tuvo el batallón Bulnes en los combates de Chorrillos, del 13 de enero de ese año, siete muertos y nueve heridos, y en Miraflores, el 15 de enero, con sólo dos heridos. El 20 de enero de 1881 el General y su estado mayor entran a Lima, previamente el día 17 lo había hecho el ejército al mando del General Sr. Cornelio Saavedra para imponer el orden, ocupándose de las labores policiales. Inmediatamente el Batallón Bulnes se encargó de liquidar los últimos focos de resistencia y se dedicaron a aplacar el bandolerismo, saqueos, robos e incendios de la soldadesca derrotada del diezmado Ejército peruano. A fines del año 1881 y después de templar su valor en varias acciones de guerra, el Batallón Bulnes hizo lo que nadie se había atrevido a hacer en el Ejército….”solicitar un aumento de sueldo”….por tanto el Comandante en Jefe del Ejército, estimó nuevamente movilizar al Bulnes y enviarlos al combate, asumiendo como segundo comandante el Sargento Mayor Lucas Valero. Al regresar al país, en noviembre del año 1883 es desmovilizado definitivamente el Batallón Bulnes integrado por los guardianes de la actual Penitenciaria, Guardia Municipal de Santiago y Batallones del Ejército que se turnaban para cubrir la Guardia de la principal cárcel del país En 1892, bajo el Gobierno del Almirante , se crean las Guardias Especiales y se dictó su respectivo Reglamento que entre otras funciones, las hacía responsables del mantenimiento del orden interno y de la vigilancia exterior de la prisión, además le correspondía también la ejecución de la pena de muerte, (esta fue abolida por la Ley N° 19.734 del año 2002) también se incorporó la conducción de los reos a los tribunales y su traslado de uno a otro establecimiento penal dentro del departamento. Las Guardias Especiales se mantuvieron vigentes hasta 1911 fecha en la cual el 2 de febrero del mismo año, bajo el gobierno de Ramón Barros Luco, se promulga el Decreto N.º 2140 con el cual se crea el Cuerpo de la Gendarmería de Prisiones de la República de Chile que reunió a estas Guardias Especiales en una sola institución; entidad exclusivamente destinada al Servicio de Prisiones. Esta norma legal regulará la clasificación de los establecimientos penales, el cumplimiento de las penas, creará los inspectores de prisiones, regulará la administración y dirección de los establecimientos, los empleos, la conducción de éstos entre establecimientos carcelarios, y la custodia de los detenidos en las audiencias de los tribunales y juzgados, el uniforme, la alimentación tanto para el personal como para los reos, el régimen interno, el trabajo de los reos, los talleres, castigos e indultos, entre otros aspecto, complementando de esta forma las funciones de un organismo estructurado independiente y con presencia en todo el territorio de la República. El Reglamento General de Prisiones en su artículo 1° señalaba: “las prisiones de la República se clasifican en Penitenciarías, Cárceles, Casas de Corrección para Mujeres y Escuelas Correccionales para menores. En la época habían 101 unidades de reclusión, divididas en dos penitenciarías, 20 cárceles y presidios, 62 cárceles, 14 cárceles y casas correccionales de mujeres y tres casas correccionales de niños, según las estadísticas habían 7.241 personas privadas de libertad, entre hombres, mujeres y menores, fue una de las primeras instituciones republicanas organizadas funcional y territorialmente. No se puede olvidar que la administración de las casas correccionales dependía de la Congregación del Buen Pastor, que eran acompañados por gendarmes que se preocupaban del control, seguridad y traslado de reclusas o menores. Esta Congregación del Buen Pastor se fundó en Francia en el año 1835 con la misión de prevenir, reeducar y rehabilitar a niñas y mujeres que a causa del abandono tenían una existencia deshonesta. Veinte años después de su fundación llegaron al país las siete primeras religiosas, quienes se instalaron en la ciudad de San Felipe, ayudando a jóvenes pobres y mujeres arrepentidas. Una disposición del gobierno del Presidente José Joaquín Pérez, entregó la administración de las Casas Correccionales, a esta Congregación. Mediante decreto N° 353 del 12 de abril de 1864, que decía lo siguiente: "Hallándose en Santiago las Religiosas de Ntra. Señora de la Caridad del Buen Pastor, que el Gobierno hizo venir de Europa para confiarles la dirección y cuidado de la Casa Correccional de Mujeres, Se asignará a las Religiosas que deben dirigir el Establecimiento, para sus gastos y los que demande la administración de la Casa, la cantidad de dos mil pesos al año, que los Ministros de la Tesorería General pagarán por mensualidades anticipadas”.

El 30 de noviembre de 1921 bajo la Ley N.º 3.815, se crea y se organiza jurídicamente el Cuerpo de Gendarmería de Prisiones, la inmensa mayoría de los primeros vigilantes de prisiones o gendarmes si se le prefiere llamar así, eran militares pertenecientes al Ejército. Por lo que el uniforme se asemejaba hasta el punto en que en algunas ocasiones durante varios años fue igual, posteriormente fue modificado un poco, aun así seguía siendo muy parecido al del Ejército a excepción del distintivo del vivo de color rojo para el Ejército y azul prusia para Gendarmería en sus tenidas de salida. El 28 de agosto de 1928, por el Decreto N.º 1650, se da origen a la Escuela de la Gendarmería de Prisiones de esta forma la institución se especializa y logra entrenar a los Oficiales y a los Suboficiales de forma separada, en ese tiempo los ascensos se obtenían de suboficiales a oficiales por capacidad y méritos. El 11 de abril de 1929 se fusionan junto con las fuerzas policiales del país el Cuerpo de Carabineros, por disposición del presidente Carlos Ibáñez del Campo, pasándose a denominar Carabineros de Prisiones, sin embargo tal fusión no funcionó. El 17 de junio de 1930, fue creada la Dirección General de Prisiones, y luego de la caída de Ibáñez se decretó que la Gendarmería de Prisiones se rigiera por las leyes y reglamentos de antes de 1929, es decir volvía a ser independiente, por lo que partir del año 1933 se denomina Servicio de Vigilancia de Prisiones, al que se le dio un marcado acento civil. El 1 de abril de 1944 posteriormente, y producto de una mayor comprensión de la importancia de la labor de selección y preparación del personal penitenciario, por el Decreto N.º 3.620, se crea la Escuela Penitenciaria de Chile. El 9 de febrero de 1954 según el Decreto N.º 775, la Escuela pasa a denominarse Escuela Técnica de los Servicios de Vigilancia de Prisiones. Gendarmería tenía el raro privilegio de castigar con azotes a quienes no tenían buena conducta. Estos se suprimieron por la Ley N° 9.347 de 21 de julio de 1949. El año 1960 el Presidente Rodríguez promulga la ley que lo denomina Servicio de Prisiones, en tanto que en 1975 el Decreto N° 842 de 6 de enero firmado por el general cambia la denominación a Gendarmería de Chile. Producido el golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973, el 6 de enero de 1975 bajo el régimen militar del General Augusto Pinochet Ugarte el Servicio de Prisiones cambia su nombre al actual de Gendarmería de Chile, por lo cual la Escuela Técnica cambia también de nombre por el de Escuela de Gendarmería de Chile del General Manuel Bulnes Prieto, de acuerdo con el Decreto N.º 842. Sumando esto a una serie de cambios que van desde la implementación de un nuevo uniforme hasta incluso una ley orgánica que define ciertos aspectos institucionales. Antes de que en el mandato de Augusto Pinochet se modificara el uniforme de la Gendarmería, el uniforme era casi igual al del Ejército, el uniforme original constaba de: blusa gris con botones dorados, pantalón gris con vivo rojo, gorra gris con el escudo nacional en color dorado, camisa gris y corbatín blanco, cabe mencionar que con el transcurrir del tiempo progresivamente el uniforme se fue modificando en algunos detalles como usar el vivo o raya del pantalón en color azul prusia en vez de rojo, la camisa cambió de gris a celeste, e incluso la guerrera o blusa del uniforme dejó de ser cerrada por lo que se comenzó a usar corbata gris en vez del típico corbatín que empleaba el Servicio de Prisiones, estos cambios se realizaron para diferenciarse del Ejército que no usa corbata. En otras ocasiones como galas la corbata se usaba en color negro en remplazo de la corbata gris, la camisa celeste era sustituida por una camisa blanca y la blusa cambiaba de color gris a blanco. El diseño actual del uniforme institucional el denominado verde boldo está inspirado en uniformes alemanes de las Wehrmacht de la Segunda Guerra Mundial. Desde el dictado de la Ley orgánica respectiva en 1979, se convierten en la institución encargada de las prisiones de Chile junto a otros cambios introducidos. El 16 de diciembre de 1997 se crea la Academia Superior de Estudios Penitenciarios que entre otras materias pretende formar por excelencia oficiales profesionales mejor preparados para entregar sus conocimientos y destrezas en lo referente a la abnegada labor que deben realizar día a día en las cárceles del país. Si bien es cierto, la Gendarmería es una institución jerarquizada, uniformada, disciplinada, obediente y armada tiene la particularidad de que sus funcionarios tienen derecho a huelga y poseer dirigentes, ya que durante el gobierno de Azócar se implementaron políticas de sindicalización en varias instituciones, incluyendo a Gendarmería que orgánicamente depende del Ministerio de Justicia. En el Senado de la República el 8 de octubre de 2012 se presentó un proyecto de ley patrocinado por los senadores de todas las bancadas parlamentarias, ellos fueron Pedro Muñoz, Carlos Cantero, Hosain Sabag, Antonio Horvath, Baldo Prokurica, Camilo Escalona, Carlos Bianchi, Francisco Chahuán y Ximena Rincón, declarando el 30 de noviembre de cada año como Día Nacional de Gendarmería de Chile. La moción parlamentaria decía así: “El día 30 de noviembre del año 1921, la Ley N°3.815 crea el Cuerpo de Gendarmería de Prisiones, institución que a través de los años ha tenido diversas modificaciones en su organización y funcionamiento, pero que constituye el origen de la actual Escuela de Gendarmería de Chile del General Manuel Bulnes Prieto. La actual Ley Orgánica Constitucional de Gendarmería de Chile, contenida en el Decreto Ley número 2.859, establece que Gendarmería de Chile es un Servicio Público dependiente del Ministerio de Justicia, que tiene por finalidad atender, vigilar y rehabilitar a las personas que por resolución de autoridades competentes, fueren detenidas o privadas de libertad y cumplir las demás funciones que le señale la ley. El presente año fue presentado por el Poder Ejecutivo un proyecto de ley, en actual tramitación, que "ajusta normas del Estatuto del Personal de Gendarmería de Chile, en materias de requisitos de ingreso y de promoción de cargos en las Plantas de Oficiales Penitenciarios y de Suboficiales y Gendarmes", boletín N°8.563-07. El mensaje de dicho proyecto señala que "el Gobierno ha decidido impulsar una política penitenciaria, destinada a establecer las condiciones y los medios necesarios para reorientar el cumplimiento de las penas hacia la reinserción social de los condenados". Este profundo cambio que se pretende efectuar, se enmarca en la elaboración de la denominada "nueva política penitenciaria". Sin perjuicio de valorar dicha voluntad de establecer una nueva política penitenciaria – sobre todo en lo que dice relación con el mejoramiento de la gestión de personal de Gendarmería de Chile- estimamos que deben establecerse medidas que otorguen un mejoramiento sustancial de las condiciones bajo las cuales el personal de Gendarmería de Chile desarrolla su insustituible y sacrificada labor. Por esto es que creemos que a la positiva medida contenida en el proyecto de ley -que consiste en la redistribución de los tiempos mínimos en el grado, a fin de favorecer la permanencia en grados superiores, de manera que ya no sólo sea posible alcanzar el mayor grado de Coronel o el de Suboficial Mayor, luego de 30 años de servicio en la Institución- deben sumarse otro tipo de medidas que den estímulo y reconocimiento al personal de Gendarmería. De esta manera crear las condiciones mínimas que sostengan una modificación sustancial en el ambiente de los centros penitenciarios del país. Por esto es que en forma simbólica, y a modo de primer reconocimiento hacia el personal de Gendarmería, es que mediante este proyecto de ley proponemos que el día 30 de Noviembre de cada año sea declarado en forma oficial como el "Día Nacional de Gendarmería de Chile", fecha que coincide con la dictación de la ley que creó a la actual institución a la cual el país tanto debe”. El Proyecto de Ley se aprobó por unanimidad en ambas ramas del Congreso Nacional, tal como lo señaló en la ocasión el diputado informante Germán Becker, en la Cámara de Diputados: “este proyecto representa un pequeño, pero importante, avance en la dirección de hacer justicia y dignificar el trabajo penitenciario, así como de honrar el compromiso de todo el personal de Gendarmería de Chile, quienes día a día afrontan grandes riesgos en las cárceles del país”. El trámite legislativo concluyó el día 7 de octubre de 2014, al publicarse en el Diario Oficial la Ley que estableció el 30 de noviembre como el “Día Nacional de Gendarmería de Chile”. Este es, sin duda, el mayor reconocimiento que el Congreso Nacional a través de su historia ha tenido con Gendarmería de Chile. Muchas gracias….