Advertencia üe los Editores

Los que solamente desean conocer modelos perfectos del arte poetice deben cscusarse el trabajo de leer este libro; pero los que tengan la dicha de poseer un corazón sensible y una alma pura y religiosa pueden dedicarle algunos momentos sin temor de desagrado, pues en el hallarán vir­ tuosas ideas y dulces sentimientos, que fueron siempre 13 inspiración y norma de su humilde cuan malogrado autor. .AI dar á la publicidad estos ensayos poéticos no es por considerarlos como trabajos de valor literario; sino eum­ pliendo un deseo manifestado repelidas veces en los últi­ 1110S días de su "ida por el inolvidable Luis Jacinto;

:1unqúe les falta la critica de una eminente autorldarl á quien él quería someter prevlamente sus composiciones, cumo Jo demuestra la carla que quedó escrita sin llegar ¡, su destino y se transcribe iL continuación, para atenuar en parte los defectos literarios de este libro é impetrar la in dulgencia de los que se dignen leerlo. -4-

Al ilustrado cate argentino,

SEKoR CARLOS GUIDO SPA:\O.

Los antiguos tenían sus oráculos á los cuales consulta­ ban en los·trances angustiosos de la vida para que les hi­ cieran vislumbrar un rayo de luz entre las tinieblas que envuelven lo futuro. V'os sois, señor, aquí el oráculo ante cuyo fallo inclinaré mi frente. El último, el más ignorado de los amantes de las bellas letras, desde un rincón de la provincia en donde abrí mis ojos á la luz del dia saludando al mundo con mi 11rinH-'I" Jlanto, desde mi querido Lobos donde están mis recuer­ dos más amados, mis dolores más cruentos y IBis esperan­ zas iuás venturosas, arrojo en vuestras manos esos versos, Una palabra vuestra acerca de ellos y estoy pronto á des­ t.ruir hista ver en cenizas esas hojas á las cuales he confia­ do sin ornato ni pieiensión alguna, tales COlllO me Josdictaba el sentimiento, esos ensueños y quimeras en que se mecen las mentes juveniles. Tendré ,-alor para consumar el sacrificio como lo hc tenido al ver disi(lada la primera ilusión que alimentó mi vida, que alumbró mi senda, que templó mi cítara, que per­ fumó mi alma',.. Una sola palabra vuestra de aprobación, dc aliento, de esperanza, y mis dehilés alas crecerán y volveré á cantar porque es inagotable el manantial de la poesia y volaré dc nuevo por los espacios en que se mecen las almas grandes que viven en la vida de la idea, y seguiré aunque de muy lejos el vuelo de los genios de la Literatura pátria que, como vos, se vr-n coronados con el laurel d'~ la gloria adquirida en el Inundo de la pnesia. ¡Feliz yo si alcanzara á brillar como estrella de últi ma magnitud entre los hermosos astros que pueblan ('1" cielo de las letras argentinas! " Perdonad tanta ambición, pero la ambición de gloria y th~ gloria pura, sin mancha, es uoo de los sentimientos nobles que infundió Dios al corazón humano al infundirle la vida con su djvino aliento. Sacerdote de las Musas, tended una mano al novicio que os invoca á 'los piés del sagrado 11100­ te, dadle una luz, enseñadlo el camino, enderezad su mar­ cha, prestadle aliento, y os bcndicirá comoa padre el que os admira corno á maestro.

LUIS J.\CI~T(i S.\NTAM.'IH:\.\.

Mal~ZO de 189\.

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.Ded.ioat.or-iu

.A. :t«[xs .A.~A:N"T;ES .P.A'D~S

~4 vosotros que en la estaciáu risueña de mi infancia arrojasteis en mi '(flnta (le niño, COhlO en tierra fértil, las primeras seiuiüas del bien, regándolas con el recio celestial de ruestra ter­ nura, {t cosotros consagro los primeras flore,; qUf hall brotado en la primacera de mi 'tilla. A vosotrospertenecen COJJIO la lu: al sol, ('O/NO la flor al árbol, como el aroma (i la flore Recibidias; SOJt la corona {le amor C01l fJ1lt! quise ceñir »uestras sienes teneraiulas.

LLtfS JACI:\TO •

A MI liADa.

¿~Porqué será que el pensamiento mio Cuando sus alas tiende y se pierde sin fin en el yacio, Ardiente en mi la inspiración enciende Cual si de In ancha esfera I'or In azulada cumbrc se meciera [11 ser cuya mirada Acordase mi cítara olvidada!

Porqué será que al despuntar el dia Por el rozado oriente Derramando en el mundo la alegria Perlas vertiendo de ~ hermosa frente, Se va mi pensamiento Sobre las alas del ligero viento y sueña madre mia, nná en la aurora Percibir tu mirada abrasndorat - 10-

Porqué será que al declinar la tarde Cuando el sol moribundo eón luz escasa en las montañas arde Cual si sintiera nbandona r el In uudo, Como un eco de dulce melodia De la tarde en los últimos rumores Escucha el alma mía Una voz del amor de los amores?

y en la callada noche, cuando apcnns Se oye el rumor del 'Tiento y á la tranquila soledad mis pellas Entristecido cuento, ¿Porque será que tierno palpitante Escucho con delicia un solo instante Corno llevado en alas del céfiro Un eco celestial y es.... un suspiro.

Un suspiro tan puro y delirante Corno la brisa que en ..Abril murmura, ~Es el suspiro tuyo madre arnuute Al hijo que idolatras con ternura? ¿O es. el suspiro ardiente Que una almu exhala por su bien ausente? 1\0 SÓ, madre, en el tiempo CIue te veia Si te he visto llorar rué de alcgriu. Llorabas de placer cuando en mi lecho Arrullabas mi sueño dulcemente y abrazado en el tuego de tu pecho Imprimías un beso en mi alba frente. - 1:- y' cumulo en tu r(\g~z", me estrcchab.,s Tumbieu reías con cariño tierno: ¡Oh qne cosas tan bellas me contabas! ¡Que .graude amor es el ~mor materuo! 'fu enderezando mis primeros pasos Por el sendero de las almas puras. ~Ic enseñaste entre cándidos abrazos A ulnbar al Señor de las alturas. ¡Que feliz era entonces: Xo pensaba Que pudiera Ilegnr el triste din (J,uc el destino á los dos nos seüalaba De vivir separados, madre mia! Por eso cuando el sol apareciendo Derramu sobre el mundo luces bellas y' se va por instantes extinguiendo l':l pálido lucir de las estrellas. Rccuer.lo aquella. triste despedida Cuando perdió mi corazón-la calma: Porque al venirme se quedó mi vida y la mitad más bella de mi alma. y ese suspiro delirante y triste Llevado en alas de Fabonio blando Es el postrer adiós que tú: me diste, i,Te acuerdast.... me lo.. diste suspirando! Buenos .~ires 1885. A la Natividad de Maria

¡Basta, mortales de tristeza y llanto Llegaos á lus puertas eternales y junto con los coros celestiales Entonad al Señor de amor un canto.

Huyan del mundo con temor y espanto Al abismo infernal todos los males Que una aurora feliz, á los mortales De luz extiende su purpúreo manto.

Huya Satán y su escuadran inmundo A sepultarse rápido este día Cual flamígero rayo en el profundo; y nosotros cantemos de alegría Que de Jesé para salud del mundo, Nació la bella flor, uncid María. Buenos Aires t 885 EL OMBÚ

En esu vasta 11311Ui·tl Que anchurosa se dilata Desde la márgen del Plata Rusta el Ande colosal, Siempre llena de verdura y balsámicos olores Siempre cubierta de flores Siempre hermosa y siempre igual; En esa Pompa grandiosa Joya de la patria mía Fuente inmensa de poesía 'roda encantos, toda amor, Donde exhalan dulcemente Con armónico sonido La tórtola su gemido y su trino el ruiseñor: Resistiendo valeroso Los embates del pempcro En sus luchas altanero Emblema de In virtud, -14-

Siempre verde, siempre hermoso Aparece en lontananza Como un faro de esperanza Un árbol; es el ombú! Cuando asoma en el Oriente El sol derramando vida, Desde la copa florida Del alto ombú secular, Se levantan como un himno Dulces, melodiosos, suaves, Los cánticos de las aves A la lumbre matinal, Desde 8U verde ramaje. Sube al cielo la arrconía Que entona al venir el día La natura al Creador; El céfiro perfumado Su lamento entre las hojas, Las tórtolas sus congojas y su trino el ruiseñor. Cuando en las tardes de estío Desde su empinada cumbre Derrama su ardiente lumbre Sobre los llanos el sol, Vuelan ligeras las aves Hacia el ombú solitario y á todas hospitalario Presta sombra con amor. y cuando al morir el díá, Desde el lejano Occidente - 15 .....

Lnuza de su hermosa frente Su postrera luz el sol, Viene á su copa florida Como al despuntar la aurora 'roda la turba canora ;\ darle el ultimo adios. Tiende entonces por los llanos La negra noche su imperio Con su sombra y su misterio y su triste soledad; Cesa el canto -de las aves, )T el fulgor de las estrellas Sobre la pampa destella Una lumbre funeral: Entonces, si abrumadora El alma del gaucho inquieta Alguna pena secreta, .Algun oculto pesar, Templa su dulce guitarra En una noche serena y canta su acerba pena Rajo el ombú secular, Perdiéndose en In llanura El eco de sus lamentos, Que llevan los mansos vientos Vagando por In estensi6n; Mientras en el árbol frondoso Acompañan sus congojas Con sus suspiros las flojos, Con su perfume In flor. - 16 -

y si acaso en la llanura Luchan con suña potente Las olas de la creciente, Y el furor del vendaval, El ombú dobla sus ramas A! empuje violento; ~Ias ni las olas, ni el viento, Lo consiguen derribar; y siempre verde y hermoso Mira las nubes vencidas Por las ráfagas barridas Descubrir de lluevo el sol, y repetir sus suspiros El céfiro entre las hojas, Las tórtolas sus congojas y su trino el ruiseñor. Todo es el ombú frondoso Joya de la pátria mía, Faro, amigo, sombra y guía y fuente dé inspiración; A todos guarda y abriga Bajo sus vástagos bellos, Sin olvidarse de aquellos Que fueron y que no son; Porque si acaso una tumba En las pampas solitarias Sin flores y sin plegarias Bajo sus ramas está; El ombú junta en sus hojas Las lágrimas de la aurora, - ,-,-.

Llama á los vientos y llora Sobre el despojo mortal. [Cuantos íntimos secretos Ha escuchado en tantos años, De terribles desengaños· a de promesas de amor! ¡Cuántos cantos, cuántos besos Cuánta mágica armonía; Cuánto acento de alegría, Cuántos ayes de dolor! y cuantas veces amante Al perdido pasajero Le habrá marcado el sendero Que lo llevaba á su hognr; En esa vasta llanura, Que anchurosa se dilata Desde la margen del Plata .Hasta el Ande colosal. Buenos Aires 1885. TRISTEZAS

¡Venid; recuerdos de la edad pasada, De amor y encantos y venturas llenos Regocijad mi 31n~3 acongojada y aunque ya nada sois, venid al méuos Regad con vuestro bálsamo divino Meced con vuestro aliento Mi pobre corozón entristecido Como en la selva el viento Mece las aves en su blando nido,

En vosotros .encuentra el pecho mío Para calmar su pena y sus dolores Refrigerantes gotas de rocío, Y 01 viuando sus rudos sinsabores ..:\1 impulso de gratas emociones, Abre su seno el corazón que llora. Como abren sus botones Las flores con el llanto de la aurora. - 19-

¡Venid á mí, memorias placenteras De aquella edad florida, De dulce amor y de esperanza henchida Cuando el primer amor sintió mi pecho Cuando 'vertí mis lágrimas primeras.

Dulces caricias del hogar paterno Nido de amor sagrado A cuyo arrullo tierno Mi corazón sensible ha palpitado; Dicha y encantos de In edad florida,

y hasta la imágen que formó mi mente La primera ilusión del pecho mío, 'l'cdas ¡ay! por los años impelidas Pasásteis velozmente Como las ondas en el claro río, V solo me dejásteís en el pecho El alma herida, el corazón deshecho!

Buenos Aires i885. (Á LA POES!A)

Cual tímida avecilla Que lanzada á los aires corre, gira, y con vuelo atrevido Desierto deja de su amor el nido,

Lánzome audaz, ¡oh! Musas, De vuestro seno do morar solía, y desciendo con triste, lento paso De las floridas cumbres del Parnaso!

Cada fuente que miro Tranquila descender al 'verde prado' Que fresca se desliza y su curso, de flores entapiza,

Me repite en sus plácidos murmurios Un eco celestial de vuestro acento O un canto que entonamos á porfía Cuando sonaba aún la lira mía. ~ zr -

(~ada tlor que su ('ú1il perfumado Levuutu en oéLil tallo Esparciendo, uncidos de su aliento .. Rices- aromas por el vago- viento;

Me dice eu su lenguaje misterioso (En el. lenguaje que las flores hablan) «¿l"Ull presto, Luis, rehusas «Los dulces brazos de las sacras Musast.

¡Oh, no, Musas divinas ftIi destino me Ilamu á otro horizonte, llera en mi alma vuestro UlTIOr anida, Xo es eterna mi triste despedido!

En vuestro seno derramé gozoso Las lágrimas primeras de mis ojos, '1 en vuestro seno verteré con calma ¡A..y, las últimas lágrimas de mi 31m3!

¡Adios, tornad mi lira Que gime humedecida COIl mi llanto; ¡Guárdela con amor vuestro regazo, Peregrinas deidades del Parnaso'! Buenos Aires, 1885 5TABAT MATER

Virgen Madre dolorosa Flor hermosa De los jardines de Dios, Pobre tórtola cuitada Que angustiada Exhalas tu triste voz;

Que se hizo, Virgen pura Tu hermosura y de tus ojos la luz'? ¿Porqué lloras afanosa, Madre hermosa, Junto al árbol de la cruz'?

Ay! es cierto que tu vida Ya perdida Bajo de esa losa está ¿Qué hallarán sin El tus ojos Sinó abrojos y amargura y soledadt - z3-

Mientras llega el dulce día De alegría En que vuelva tu Jesús, ~i alma en lágrimas se baña y te acompaña Junto al árbol de la cruz! LOS MART/RES

¡V en mi pobre laud, abandonad ') Al pié_del sacro monte Ven á mis manos triste y enlutado; No cantarás como otro tiempo hiciste Hifu*llOS dulces de amor y de ventura, Ven á mis manos enlutado y triste Hoy bañará tus cuerdas la amargura, Vns á cantar, cantando al heroisrno, Los mástires honor del Cristianismo.

Musa, dame tu aliento y arrebata ~Ii ardiente fantasía Donde más recio el huracan combata; Quiero en su vago horrísino bramido H.alIar un eco mngestuoso horrendo Que al débil eco de mi voz unido, Mientras va el hacha matadora hiriendo, La cervíz de los mártires cristianos, Cante á los del celeste Unsrido héroes • b Y Ianze un anatema á los tiranos! - ~5-

Llóvame donde el eco de 1)8 vientos Luchando con los mares Eu espantosa confusión resuene, y en su infernal concierto flnlIar6 una salvaje sinfonía !Jura increpar el bárbaro delirio La. pérfida alegría De déspotas crueles que al mart irio Millaresde cristianos entregaron Por que en la cruz de Cristo se gloriarou!

¿Ko le veis? .. con sarcástica sonrisa El orgulloso Emperador se ostenta Eu trono de marfil; es su divisa «Que muera el Cristianismo) 1ft' La ciega rábia de Luzbel le ostiga Le concitan las furias del abismo l\. que los hijos de Jesús persiga, Y todo en sangre de cristianos riega Para apagar la lumbre que Ie ciega.

A su Indo el verdugo De tétrico semblante Afilando el acero rutilante Espera la sentencia con anhelo' Para hundirlo en el pecho de un cristiano Que suspirando por volar al cielo «No tardes, dice, máta¡ne, tirano, «Hiere, no temas, cu:nple mi esperanza. «Donde JO vuelo tu poder no alcanza> - 26-

..\lIá sufre una virgen inocente Con sin igual tormento El látigo inclemente, El potro que sus miembros despedaza, El fuego en su costado; y tan voraz su corazón nbrasa I~l amor de Jesús crucificado Que bendiciendo con placer su suerte Se ríe del tirano y de la muerte! Y, paloma de nítida blancura Que nunca mancilló sus puras gulas, Libre de su prisión bate las alas y elévase á la altura; ,O' como el cisne que al doblar la frente Al lado de la tumba alegre canta, Ella, la pura virgen inocente Hácia el cielo su espíritu levanta Y próxima á morir, tierna suspira Alza Ull cauto de amor y luego... espira Allí una madre valerosa mira Padecer al infante Sobre las haces de inflamada pira; Desgárrase su corazón materno, Crece la llama DI soplo de la brisa y con ella del mártir el tormento, Sus miembros carboniza y al exhalar el postrimer aliento «Ya brilla, dice, el gozo verdadero, «Xo llores, madre mía, allá te espero.» - 27 -

Aquí un anciano en lecho de dolores Bendiciendo su suerte Increpa del tirano los furores; «Vano es tu anhelo, dice, «Xo aclararé á tus dioses, 'vengan penas, «Ruedas, ecúleos, anfiteatro, hogueras, «Cárceles y cadenas, «Dcscargn en mi cerviz el golpe récio, «Yo no adoro á tus dioses; los desprecio»

Relumbra el hucha matadora, horrible ene el golpe inhumano y la sangre del mártir invencible Corre á pedir perdón pura el tirano: Vuela á los aires: el tirano gime Mirándose humillado, Rábia infernal su corazón oprime, y- el mártir de esplendores circundado A la celeste Sion llega triunfante Yentre luceros mil brilla radiante Derruraaudo dulcísimo consuelo Un astro más en el azul del cielo!

Ríndete yo, tirano, no más sangre Derrames, cada gota Milesy miles de cristianos broto; ¿Quierestronchar la crust la cruz es fuerte - 28 -

"Ella venció en el Gólgota á la muerte, Ella sola es el arma del cristiano; Tremolando la enseña de la cruz Así se abate al déspota inhumano, ¡..Así mueren los hijos de Jesús!

Ellos fuertes con Cristo, tus furores Desprecian y tus iras, Enfrena tu rencor, ciego, deliras, Cristo siempre venció, Vierte la sangre sin piedad á mares Cristianos á millares Podrán caer, el Cristianismo no!

Contra la firme roca do se asienta Se estrellaron en vértigo iracundo El rabioso furor de la tormenta \P las olas del báratro profundo. Cristo siempre venció; cien y cien veces Miré su pecho paternal rasgado y en sangre de sus hijos circundado: El los furores de Luzbel quebranta, Oh déspota tirano Xo más su Iglesia santa Tu nécio orgullo derrocar espere, No la podrás matar, Cristo no muere!! Buenos Aires 1885. .LB tumba del .poeta

A la mem Jria-de I J ilustre P'J(J 'iss JCSJf/na Petti: 1 de Seqests

Sobre ella un sauce su ramaje umbroso Inclina macilento, y elfrecortnndo el lúgubre reposo Llora en las ramas con dolor el viento. Ese llanto que vierte condolido Al ptlsnr sobre tumba solitaria Cuando lleva en sus alas un gemido Mitad cauto de amor, mitad plegaria. Escúchense en las ramas plañideras N"otJS entrecortadas, Corno el eco que forman las palmeras 1)01' las alas del céfiro agitadas. Sobre la losa de su tumba fria Se alza la cruz, emblema de consuelo, Fuente de la más santa poesía, Alas de amor pura volar al cielo. - 3°-

De las ramas del sauce cuelga la lira Que acompañé su mal y su ventura; Ya no canta de amor, por que suspira Un adiós en su pobre sepultura.

O á veces una ráfaga perdida Del silencioso viento Arranca de sus cuerdas condolida Un postrimer tristísimo lamento. Cantando á la virtud y á la belleza Hiriola 'el dardo de la muerte impía: Cielos, cubríos de mortal tristeza, Flores, llorad sobre su tumba fria!

Vosotros que pasáis tened la planta, Murmurad por el yate una oración, y do su humilde fosa se levanta Colocad una flor.

Todo reposa en calma en torno de ella Al ténue rnyo de indecisa luz, Brilla el} los cielos la plateada estrella y en su tumba..., la cruz.

y cuando muere el sol en Occidente Y nada, el sueño de la noche, inquieta, Viene á velar un angel esplendente La solitaria tumba del poeta! Buenos Aires, t886. La primera flor de América.

Lanzó Colon su frágil carabela Sobre las aguas del turbado mar y en pos sentia de su blanca estela Lu tempestad horrísona bramar.

Por ignorados mares Dios lo empuja, Xo importa que ni furor del récio viento Su débil barca entre 1Ds olas cruja " amenace la D131' ni firmamento.

Ni que agitando sus horribles alas Lanzarse el ra.yo cou espanto ven Cual se luuzan mortíferas las balas En el triste fragor de la pelea.

i,Do va? ... ¿que busca con empeño tanto En los oscuros senos del Océano'? .. ¡Va á dividir el tenebroso manto. · Que nos oculta al mundo. aruerícano! - 32 -

¡~Iiradle! ~ a llegó; con firme planta I~L paso imprime en la movible arena, La sacra insig-nia de la cruz levanta Y con ella dos mundos encadena!

Plantó Colon la cruz, árbol fecundo, /\. cuya sombra germinar debía l~l florido vergel del Nuevo ~Iundo Lleno de luz, de aromas y armenia.

y CalDO suele en el pensil la rosa Al sentir una gota de rocío Abrir utana su corola hermosa En las mañanas bellas del estío,

Así Lima plantada en la colina De la cruz salvadora bajo el manto, Regóse con la sangre purpurina {Jnc destilaba el leño sacrssanto.. . y entonces de su suelo, encantadora Una fragante flor so vio brotar Pura cual los celajes de la aurora Bella como la espuma de la mur.

Era Rosa, la virgen inocente, Primera flor que América brotó Cuyo aroma, de Oriente al Occidente El mundo de Colon embalsamó. - 33 --

Era HIla rosa, sí, rosa divina Bella COILO el pensil donde nació, Era una rosa sin punzante espina, Solo aromas su cáliz exhalé

Era Rosa de Lima, humilde y bella Como la flor balsámica del llano., Del mundo de Colon diáfana estrella Primera flor del soo10 americano¡

Perdona, Rosa, si mi pobre lira Que solo triste llanto suele alzar, Quiso al sentir el fuego que la' inspira Tus virtudes angélicas cantar.

Yo peregrino por la tierra umbrosa De lágrimas cercado y de cong-ojas, Arder sentí la ,iPspiraci6n, oh llosa, Al percibir la esencia de tus hojas ..

No es un poeta el que su voz te envia Que In lira no vibra ya en mi mano; Es un canto de amor del alma mía, Primera flor del mundo americanql

Buenos Aires de 1886. ----.. . A la victoria de Lepanto

SOr\ETO

Kaves cristianas, de valor potente Cruzar se ven el anchuroso océano y el bélico estandarte mahometano Rápido avanza desplegado al viento. Llegan... se embisten ... con furor violento Combate por su Dios el Doble hispano, Brillantes armas lucen en su mano Su fé le da valor, su Dios aliento. Retumba con horrisino estampido Elronco bronce, aY la cercana sierra Redobla su tristísimo sonido, y cuando cesa la sangrienta ~uerra El cetro mulsurnán yace partido, y UIl himno de placer cauta la tierra! Buenos Aires 1886. ------~ ~~****r*T**T*T**T**T~T*T TTTTrI T I I l

Bajad del cielo, querubines bellos, Prestadme vuestras liras armoniosas, Vuestras alas donadme vagorosas, Celeste inspiración dad ú mi '''OZ; Inñarnadme de amor, mi árida mente Iluminad, mis débiles acentos Llevad en alas de los vagos vientos, y cantaré los glorias de mi Dios. • Fría es la noche, pavorosas sombras Roban su luz á In callada luua y á su reflejo pálido, la cuna La pobre cuna de Jesús, se vé, Vieja techumbre, carcomidos muros, Sílencio y soledad y noche oscura, Solo se oye una fuente que murmura De las ásperas rocas al caer. Las aves en los árboles callaron ¡" Cuando el astro del día reñilgente Se sumergid veloz en Occidente y la noche sus alas estendid; y á tal lugar y en tan oscura noche Viene á la tierra el Salvador ansiado Para librar al mundo del pecado; ¡Tanto á los hombres Jesucristo amó!

Velados por un ángel, á la gruta Ya los tiernos esposos se encaminan Por estrechos senderos que iluminan Las escasas estrellas con su luz. Penetra al fin en la cabaña; oh Vírgen Que en belleza á los cielos aventajas Esa g'ruta~ ese 'establo y esas pajas La cuna van á ser de tu Jesús!

[Pobre inocente niño! y es el mismo Que con un fiat de su voz potente Hizo nacer el sol que refulgente En los espacios alumbrando está; EL que sostiene con robusta mano Los vacilantes ejes de la tierra, Las aves en el viento y cuanto encierra Del éter la profunda inmensidad. y al nacer para vida del mundo Cual aurora tras noche sombría Que presagia feliz claro día Derramando torrentes de luz, A un establo y en noche nublosa Desde el seno del Padre te abajas Y por cuna las ásperas pajas Solo tienes divino Jesús! - 37 -

1.:1 que viste de flores el prado Y' esmalto el flnnumentn ue estrellas ¡Ay! no tiene DI nacer una de e~las Que ilumine su oscura mansión y á su choza los vientos helados Precipitáuse en son iracundo Cual osados"se lanzan ul mundo Del invierno en la cruda estación.

1" .. asi pudiste, Redentor divino, Tu magestad trocar y poderío y para libertar al hombre impio, Del cielo á una cabaña descender? Tu de Sión los muros diamantinos Habitas poderoso, el firmamento Vela tu faz, tus alas son el viento, bY en un establo tienes que nacer? Pero no importa, de tu pobre cuna Tiendes. la vista por el ancho mundo Todo lo inflamas en tu amor profundo Todo lo alegra tu divina faz; Doquier se escucha un célico concierto Repitiendo con .cítaras de oro Los hombres y los ángeles en coro iGlori~ in excelsis, et in terra paxl

Buenos Aires 1886. Primavera feliz, venir te siento De purpurinas flores coronada Esparciendo graciosa por el viento El vívico fulgor de tu mirada, y al sentirte venir con gorato acento El gozo que atesora tu lleg'ada Entre la yerba del mullido prado Celebro, primavera, entusinsmado.

El sol en pos de la rosada aurora flrato fulgor por la celeste esfera Esparce con su luz; hermosa Florn Destrenza su aromada cabellera Dondeinquieta con ala voladora Viene ájugar la brisa placentera Mientras cantan dulcísimos amores Los céfiros, las aves y las flores. 39 -

j\. tu llegada ríe la pradera Vístese de verdor el fresco prado, Sus purns aguas lleva á la ribera, El arroyuelo límpio y sosegado y eu su márgen, oh dulce primavera, Respirase un ambiente embalsamado y renace la dicha y bienandanza y en cada corazén una. esperanza!

J., ornas de Zamora 1888. A LA PÁTRIA

¿Porqué alzan hoy, oh dulce pátria una, Mas SUD.ve melodía Las aves querellando sus amores? ¿Porqué al nacer la sonrosada aurora El horizonte dora Repartiendo mas vivicos fulgores?

iPorqué la flor en el vergel ameno Abre su casto seno y exhala más aromas de su aliento? ¿Que dice el PInta murmurando á solas Cuando riza sus 0138 El céfiro con blando movimiento'?

¿Porqué hoy el sol desde el rosado Oriente Sube mas esplendente Dorando con sus rayos las alturas? ¿Porqué son hoy, oh dulce patria mia, Mas grata la armonía, El sol, las auras y la luz más puras? - 4r -

Es que á tu amor en melodías suaves Te envían hoy las uves Su dulce trino en armoniosos giros, El claro sol sus luces esplendentes Su murmurio 13s fuentes 1'" las almas amar'tes sus suspiros.

Es que lució con resplandor hermoso El día venturoso De honor y libertad, patria querida, En que al poder de tus robustas manos Cayeron tus tiranos y alzaste libre tu cervíz erguida!

Es que ha brillado por In vez primera El sal de tu bandera. Con luz de libertad sobre tu suelo, y en los fulgores de su luz divina ¡Oll pátria! te ilumina un astro más desde el azul del cielo!

Levanta tu cabeza coronada, Pátria mia adorada, Ostenta libre al mundo tu belleza, Circúndete el laurel de la victoria, Cante el mundo tu gloria . • y celebren los pueblos tu grandeza!

No es un poeta el que cantaros OS8, Es la voz amorosa - 4= -

De un hijo de tu suelo bendecido Que siente arder en lánguido desmayo Al recuerdo de Mayo De pátrio amor el corazón henchido.

Desde la tierra al cielo esplendoroso Con ritmo cadencioso Doquier resuene el himno de tus glorias, Celebren tu grandeza las naciones Tu amor los corazones, Las liras de los yates tus victorias.

¡Que el sol de Mayo que tu cielo alumbra Ko vea en la penumbra Anublarse su disco refulgente! ¡Que brillen siempre, oh pueblo venturoso, Tu porvenir hermoso, y hermosos los laureles de tu frente!

Ostenta hoy tu fúlgida diadema De tus glorias emblema Que el tiempo fiero marchitar no pudo; .Oh pueblo de los libres soberano Ensueño de Belgrano Patria mía, mi amor ¡yo te saludo!

Lomas d~ Zanlora t888. LA. FÉ

¡Bella es la aurora de la vida, cuando­ Risueño en lontananza, Por el rosado oriente va asomando El astro encantador de In esperanza!

¡Bellaes In vida cuando empieza apenas El mortal su carrera y sin dolor, sin lágrimas, sin penas Pasa los años de su ednd primera!

Entonces marcha su barquilla erguida Entre alegres canciones; En la feraz ribera de la vida No soplan los airados aquilones,

El seno de una madre cariñosa Ese es su amor, su anhelo: • No cuida si tormenta borrascosa Amaga oscurecer después su cielo. - 44-

Pero pasan en raudo torbellino Los años de la vida Y se .encuentra el mortal en su camino Léjos ya de la márgeu florecida.

Un cielo de doradas ilusiones Brillar lejano mira, Aunque lo velen negaros nubarrones Por ese cielo el corazón delira. y allá gozoso va; no oye que brama La tempestad bravía, La voz del corazon allá lo llama Solo arribar á él su pecho ansía.

Pero al tocar la playa apetecida ¡Dolorosa mudanza! Se oscurece, en el cielo de su vida El astro encantador de la esperanza!

Es de la hiel que nos ofrece el mundo Una gota, 'vertida Mientras cruzaba el báratro profundo, En el sabrosa cáliz de su vida.

Las flores que brotaban purpurinas En la feraz ribera Se trocaron en hórridas espinas Cuando huy" la florida primavera. - 4:,-

Yn DO sopla la brisa rumorosa De In márgen umbría; Al dejar la ribera deliciosa ~e ha convertido en tempestad bravia:

y 311 débil bajel gime azotado Por encontrados vientos, ¡.~).! ¡,quien entonces en el mar airado Escuchará !US lúgubres lamentos?

Tú, Señor, cuya diestra no vencida En el abismo impera, Tú al hundirlo en los mares dí! la vida. Dijiste al hombre con amor: «espera»: y al ver que su barquilla delirante Al abismo se lanza, Le señalas un faro rutilante, Le señalas ún astro de esperanza!

Ese faro es la Fé, luz esplendente Que al espíritu laliellta, Brillando entre las nieblas de la mente Como un rayo de sol en la tormenta.

¡Que brille siempre para mi esa guía De mi existencia ruda, No envuelva sin su luz, el alma mía La tenebrosa noche de In duda! Lomas de Zalnora 1888. Flores á la Virgen María

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ROSA - A~IOR

Para coronar tus sienes, Llena de amor, Madre mia, Te presenta mi ternura Una rosa purpurina. En el carmín de sus pétalos En su corola encendida y en su fragante perfume Mi puro amor simboliza. Sí, te amomos, Víl'gen bella, De los cielos bendicida, Madre de los pecadores y madre de Dios purísima, Esa fiar que te presento De mi corazon nacida Te dice en dulces palabras Solo de tí comprendidas, Que brota ardiente una llama - 47-

En el alma de tus hijas: Es tu amor fuego sagrado Que dentro del alma germina, ~rás puro que el Sol naciente Que los orbes ilumina. Virgen de las almas puras, Recibe esa flor propicia; Es una rosa- fragante Que en su corola encendida y en su místico perfume Mi puro amor simboliza, y haz que siempre en nuestras almas Broten rosas purpurinas Que te envíen sus perfumes Llenas de amor, Madre mía!!

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LIRIO - INOCEl'CIA

¿Es cierto Madre querida, Reina augusta de los cielos, Más hermosa que la luna, Más pura que los luceros, Es cierto que entre las flores Que adornan tu santo reino Cultivadas por las manos • Del divino Jardinero, Se alza fragante entre todas El lirio de encantos lleno Perfumando con su aroma La morada del Eterno'? Yo he elegido, Madre mía Esta flor para ofreceros, La más bella de las flores Que brotaron e11 mi pecho. 'Recibe, Madre querida La flor que amante te ofrezco Un lirio... y un corazón En sus perfumes envuelto. Es una flor que en su caliz Esconde un tesoro inmenso De pureza y de inocencia Como en el verjel ameno Guardan los lirios las gotas Del rocío de los cielos. Y para que pueda un día Ofrecértelo en' los cielos Haz que florezca constante Un lirio blanco en mi seno! - 4')-

AZUCEl'A PUHEZA

=Ir

En las verdps riberas Del arroyuelo ..Alzan las azucenas Su cáliz bella ·Crecen y cunden Iunundando el ambiente Con su perfume.

Éu las tardes de estío Se alzan galanas J.. uciendo todas juntas Sus hojas blancas y el fresco rio Les brinda cariñoso Grato rocío. y cuando derramando Dulce alegría Despunta en el Oriente La luz del día, Las azucenas Son las flores encanto De la pradera. - 5°-

Los pájaros cantando Cantan amores y el soplo de la brisa Mece las flores, Todas son bellas Pero el céfiro busca Las nZUCCD8S.

y es' que en su blanco cáliz Hay un tesoro De perfume y de gracia De perlas y oro Tesoro inmenso Que les da de sus ondas El arroyuelo.

Tambián Jesús cultiva Para su reino Flores blancas, rosadas, Color de cielo, Todas son bellas Pero entre todas ama Las azucenas.

Porque en su puro cáliz Hay una perla Mas preciada que el oro y es la inocencia Grato perfume Que del fondo del alma Hasta Dios sube - 5(-

Por eso yo he elegido ¡Oh Vírgen bella! Entre todas las flores lJnn azucena, Madre, regadIa Con el puro rocío D.e vuestra gracia.

De sus hojas de nieve Con la blancura Esa flor representa Las almas puras, Por eso, Vírgen bella Elegí entre las flores Una azucena!

VIOLETA HUrtIILDAD

IV

Si de las flores más lindas Que nacen en la pradera Una preciosa guirnalda Formar plJI'a tí pudiera, Recogiera por los valles: Rosas, Dardos y nzupenas Jazmines llenos de aroma y lirios llenos de perlas. - 52 -

Pero ¡,qué flor, Madre mía Ofrecerte yo pudiera Digna de tanta virtudes Digna de tantas grandeza? A tus pies está luna Y en tu frente las estrellas, Tu moras entre los ángeles )"0 me arrastro por la tierra; Más, no importa, tu lo sabes La mejor de las ofrendas Es la que exhala el perfume De la flor de la modestia, Por eso yo, Madre mía, Como puedo en mi pobreza, Deposito en tll regazo Solo una flor, la violeta, Hay en su cáliz perfume, De la hulmildad es emblema y cuando alnacer la aurora Todas las flores más bellas Muestran al campo sus galas, Pudorosa la violeta 'l'ierna y amante se oculta Sonrosada entre la yerba, Recíbela cariñosa, Oh Virgen de encantos llena, y haz que florezcan las almas Con la flor de la modestia. -53-

v.

.J ACI:\TO I)oLoR

'rus hijas, Virg·en Purísima, Llenas de santo cariño Je las flores más hermosas Una guirnalda han tej ido y á tus sienes candorosas Piadosas ban ofrecido Fuego de amor en la rOS3, Pureza en el blanco lirio, Querida Virgen Maria, Con acento compungido Permite que yo te ofrezca Mi dolor en el jacinto. Sí,"dolor, Madre querida, De las ofensas á tu Hijo, Dolor por nuestros pecados Que son su acerbo martirio, Esa flor guarda una gota De rocío cristalino, Es el llanto penitente De nuestros ojos. vertido, Llanto que siempre mitiga L3s iras del Juez Divino Llanto que abre al pecador Las puertas del cielo mismo, Si alguna vez inclementes - 54-

¡Ay! ofenderte pudimos Al terminar este mes Vírgen, perdón te pedimos, Por tu dolor, por tu gloria, Por el llanto de Dios niño Cuando en Belen dulcemente Loarrullabas con cariño, Recibe esas puras lágrimas De nuestro dolor sentido, Que los ángeles del cielo Las reciben complacidos Si nacen del corazon Como han nacido del mío!

SÚPLICA

iOiste, Ma'lre'? .. candorosas, puras, Al terminar tu bendecido mes, Te ofrecen estas pobres criaturas Las flores de sus almas á tus pies.

Un coro de sencillos corazones Rebosando de júbilo y de amor Te presenta el perfume de sus flores l'odas formando un solo corazón. - 55-

Son flores que levantan sus corolas Llevando sus aromas hasta Dios, Son flores que guardaron el rocío De vuestra dulce voz.

En el verde pensil do se recrea Cercado de los ángeles Dios-niño, Dicen que los infantes son las prendas. De su especial cariño;

y es que en el pecho de los niños arde Luz de iuocencia y de virtud serenas, Que forman el encanto del Dios puro Que pace entre azucenas.

Por eso, Madre, candorosas, puras Al terminar tu bendecido mes, Te ofreéen estas pobres criaturas Las flores de sus almas á tus piés,

Llévente sus perfumes los fulgores Del santo amor que en nuestros pechos arde Como llevan la esencia de las flores Loscéfiros ligeros de la tarde.

y de tu gracia el celestial tesoro ¡Ay! descienda en benéficos raudales, ~obre este pueblo tu piedad imploro, Esposa del cantar de los caatares'

Lobos, Diciembre 1889. Nacié como las flores, ["na mañana del florido Ma)~o, Y tenía en sus ojos brilladores Del sol en el oriente el primer rayo.

Las aves saludaron sn venida Con sus acentos en el,bosque umbroso, Tu misma recibiste nueva vida Con ese ángel hermoso.

Mercedes la llamaron; de la altura Sus hermanos los ángeles la vieron y en su cuerpo géutil y en su alma pura Un tesoro de gracias escondieron,

Yo vi cien veces en su hermosa frente Pintada la inocencia de la infancia Que dejaba, al pasar en el ambiente Como la flor, purísima fragancia. - 57 -

YO la he visto cien voces candorosa Con el encanto de las almas puras Grata como el perfume de una rosa Elevar su oración á las alturas.

¡Kunca lo olvido'... alegre y hechicera Su tierno corazón de amor deshecho, Yola ví recibir por vez primera Al divino Jesús dentro del pecho.

Aún recuerdo su traje y s~ divisa Blancos como su espíritu inocente, En sus labios jugaba una sonrisa y sus ojos lloraban... dulcemente:

Vivió como las flores Delramando doquiera su fragancia y lleg6 de su vida á los albores Pura como los días de la infancia.

Era una flor de virginal aroma Que codiciaba el cielo, Era una candidísima paloma

Que en busca de su nido dej6 el c. suelo.

y siendo un ángel de celestes galas Temi6 manchar sus blancas vestiduras, Le dijo al mundo adi6s~ batió las alas Y remonté su vuelo á las alturas. - 58 -

¡Pobre flor tan temprano separada Del árbol noble que le dió la vida! ¿Porqué quisiste muerte despiadada Tronchar una existencia tan querida?

¡A~y! ¿no bastaba á tu poder tirano Haber con mano fiera Cortado la existencia de su hermano De su vida en la alegre primavera'?

bEra preciso que también la hermosa Mercedes sucumbiera y anciando huir á la masion dichosa El ángel bello del hogar muriera'?

¡~urió!. .. si. .. no la llores porque vive y en alas, Isabel, del manso viento, 'rus plegarias y lágrimas recibe ~Iá8 allá del azul del firmamento!

¡Murió!... no era del mundo Donde todo es dolor, tristeza y duelo; La mansión de- M~rcedes Era la de los ángeles, el cielo.

No llores, Isabel, que de seguro No lloraron los ángeles al verla Sinó que en alas del amor más puro Presentaron á Dios aquella perla. - 59-

Yo la he visto entre sueños hechicera Siempre pura y hermosa y sonriente Velar tu cabecera y deponer un ósculo en tu frente.

y desde ~l seno del Eterno Padre Soñé que con amor te bendecía; Yo lo soñé, tu corazón de madre También lo soñaría.

En medio tll dolor y tu quebranto Mi alrnu te acompaña, y de Mercedes el recuerdo santo Mí corazón con lágrimas Jo baña.

¡Feliz yo, si mis lágrimas llegaran Como el rocío hasta la flor abierta y en tu afligido corazou sanaran La herid'! que dejó Mercedes I?uerta.

Pero calma de tu alma los dolores y piensa en tu aflicción que allí á tu lado Para sembrar en tu camino flores Otro ángel te ha quedado.

Es pura y esgéntil como éu el prado El cáliz de las blancas azucenas Bálsamo de tu pecho" atribulado y consuelo en tus penas. - 60-

Es estrella celeste y luminosa Del manto de los cielos desprendida, Será la luz que brillará radiosa En todo el horizonte de tú vida.

¡.~dios!. .. no llores, que Mercedes vive y en alas, Isabel del manso viento Tus plegarias y lágrimas recibe ~Iás allá del azul del firmamento.

y en calma, afan, pesares y desvelos Para encontrar á tu dolor abrigo, Bendice al ángel que subió á los cielos Bendice al ángel que quedó contigo!

Lomas de Zamora 1888. (A M 1 A M 1 G O N. A. R.)

Quisiera de las cuerdas de mi lira Dos notas hoy alzar Comose eleva suplicante al cielo La oración de dos almas, nada más.

Dos"notas sólo, como dos perfumes Que se consagran en el mismo altar, Dos notas, nada más, que formen juntas Un himno de amistad.

La una magestuosa como el fiero rugido de la mar, Cuando azotando los peñascos, quiere Sus lindes traspasar. ~

Como eco que Se eleva ae las selvas De]a tarde aL paer, Como fragor del río desbordado Sus diques al romper. - 62-

Como el rugir del viento de la pampa .~l azotar las ondas de la mar; Más grave que la voz de los volcanes, Más grande, mucho más.

Otra nota sensible, palpitante Como el aura fugaz Cuando mueve las copas de los álamos Remedando un suspiro ó un cantar;

Como ese arrullo tierno y misterioso Que repite en su nido la torcaz Al acercarse despertando al mundo El sol primaveral;

Como los ecos que murmura el río Cuando besa las fiares al pasnr, Como el gorgeo de las avecitas A la luz matinal.

Con ellas formaría de cariño Un melodioso canto, Nicolás, Que llegara rle mi alma hasta tu alma Lleno de amor, de bendicion de paz.

Nuestros dos corazones ha estrechado Un lazo indisoluble de amistad, Bendigo ese cariño que en mis penas Me ha. dado algunas horas de solaz. - 03 -

Corno las ondas del sereno arroyo Que corren entre flores hácia el mu: Así pasen las horas de tll vida, Sin lágrimas, sin penas, sin atan.

En las terribles luchas de la vida Cuando azote tu alma el vendabal, Confia en Dios, que con la fé en el 'peche Cesa la tempestad.

En las amargas horas de tristezas Ensaya tu laud ¡Felices los que arrancan á su lira Ecos del alma como lo haces tú!

Hoy de las bellas flores de la vida Dnq sola quisiera recoger Pocas brota la mía, una guirnalda No te puedo ofrecer.

're la presento llena de rocío; Una flor nada más, Del pecho enternecido de tu a migo Brot6, i,la aceptarás?

Lomas de Zalllor~i {888. LA·GRIMA

(Sobre la tumba del malogrado Sr. Estanislao Palacios)

Trémulo el Iábio, el corazón partido, Sobre la losa de tu tumba helada Permíteme que en nombre de tus hijos Venga á vertir una sentida lágrima.

Colmado de valor has preferido ...Antes morir que abandonar tu causa: Morirpor el deber como tu has hecho Es conquistar laureles para el alma!

Eras padre del pueblo, y por tus hijos Luchaste firme al pié de la muralla Haciendo, por salvarlos, complacido, Blanco tu pecho de enemigas balas.

Como cedro del Ltbano gigante Derribado al furor de la borrasca, Solo la muerte doblegó tu frente Al golpe trouchador de su guadaña, - 65-

Has muerto por tu pueblo, valeroso Como un héroe en el campo de batalla; Nunca es estéril para el bien, la tierra Con sangre de próceres regada.

¡Padre del pueblo! tus amantes hijos Te envian ea mis cánticos sus lágrimas, En tu sepulcro de dolor transidos · Colocan una fúnebre guirnalda:

y quisieran grabar á tu memoria Sobre la losa de tu tumba helada Como están en sus pechos esculpidas Con un buril de fuego estas palabras..

¡«Murió como los buenos, por su pueblo, «y halláronlo las enemigas balas «Defendiendo á sus hijos, como el ave «Que cubre sus polluelos con las alas »!

Lomas de Zamora, 1888

PrJma~erale8 s (A mi amigo Claudio M. Cuenca)

¡Que nunca empañe una nube El cielo azul de tu dicha, Que pasen tus dulces horas Entre goces y alegrías, Que mires brillar cercanas Las esperanzas que abrigas, Que nunca veas caer Tus ilusiones marchitas Como hojas secas del bosque Por los vientos sacudidas, (~ue luzcan en tu camino Claudio, las flores más lindas, Te desea con el alma 'fu amigo Santamarina. LOinas de Zamora i888. ~Si tú, alma mía, supieras cuanto Triste padezco 1ejos de tí Sin oir tu acento lleno de encanto Siu ver tu rostro de serafin!

Vivo en un valle de eterno duelo. Por •compañero tengo al dolor, . Tu imágen pura siempre en mi pecho y acá en el alma siempre tu amor,

Si entre celajes la blanca aurora Sale de un lecho de oro y rubí Yo la contemplo y en sus fulgores Creo, mi vida, mirarte á tí.

Si á la luz pura que vierte el alba Las avecillas cantan de amor, Yo oigo en sus notas sentimenjeles El eco triste de tu canción. . ~ 68- y si en la noche llena de estrellas La blanca luna flotar se vé, Yo veo en ella tu alma inocente Que al alma mía le dice: ¡ven!

Todo lo llena tu imájen pura Doquiera escucho tu dulce voz, En los susurros de la espesura y en los gorgeos del ruiseñor.

Es tu recuerdo solo el que alumbra La negra noche de mi dolor, Eres tu sola, niña querida, ~Ii alma, mí vida, mí bien, mí amor

Lanús, t888. Cuando despliega el alba sus colores Y en los espacios su fulgor derrama, Cuando cantan los dulces ruiseñores y el aura entre las flores se embalsama, Cuando sueñan amores la pradera, El arroyo, la selva, el río, el mar, Cuando viene la hermosa primavera, ¡Ay! que dulce es arnarl

En medio de los campos de mí pátria Escuchando el gemir de la torcaz, En la noche de estrellas coronada Oyendo de In brisa el susurrar, En las orillas del tranquilo arroyo Que corre á confundirse con el .mar, En el mar, en la tierra y en el cielo <, ¡Ay! que dulce es amar! - 70-

Cuando comienza el sol de una esperanza En el cielo del alma á despuntar Y abren á su calor los corazones Como la flor al sol primaveral, Cuando el primer amor de los amores Dentro del alma empieza á despertar En la feliz edad de los ensueños ¡Ay! que dulce es amar!

En el revuelto mar de la existencia Cuando turba los pechos el pesar, Para enjugar las lágrimas del alma y un bálsamo en las penas encontrar, Para huir las miserias de la tierra En las alas de un ángel celestial, Entónces ¡ay! entónces es dulcísimo Ser amado y amar!

Y cerca de la tumba aterradora Nuestra breve carrera al terminar Cuando las flores estarán marchitas y los cabellos canos por la edad, Al borde del sepulcro que nos llama '0,\, En los umbrales de la eternidad, Todavía, mi bien, será dulcísimo Ser amado y amar!

LOinas de Zamora, 188M. LA VIDA

(SQ!'ETO)

Rien los cielos y la tierra, cuando Nace la aurora en el rosado oriente, Nace el arroyo y ríen dulcemente Las flores que en su curso va regando.

~acen las aves en su nido blando y de sus trinos llenan el ambiente, ¡Ay! pero nace el hombre, oh Dios clemente, y abre sus ojos á la luz... [lorando!

Gemir, llorar, sufrir, esa es la 'vida y mirar con dolor que se deshacen Mientras que la existencia se derrumba

Las tlores ¡ay! de la ilusion querida Que al borde mismo de la cuna nacen y caen, menos el alma, entre la tumba! • Lomas de Zamora, iR89. Pasagera golondrina Que en la region de las nubes Gozosa bajas y subes Por la esfera diamantiua; Avecita pasagera Que con tu voz deliciosa Alegras mi pobre choza Al venir la primavera, Tu puedes, tierna avecita De sencillísimas galas, Merced á tus leves alas 11· donde mi amor habita, Corre, vuela apresurada En las alas de los vientos Cuéntale mis sufrimientos Cuentáselos á mi amada. Sobre de una verde loma (Fíjate bien, avecita) Se levanta su casita Como un nido de paloma, - 73 -

Junto á 13 alcobu riente De mi bello serafín, Hay un hermoso jardin Yen. el jardin una fuente, _\llí sin penas pasé Xuestra dulce primavera y al .amor por vez primera Nuestro pecho palpitó. Mezclado con los rumores De esa fuente. cristalina 'fus hermanas. golondrina, Oyeron nuestros amores, Esa fuente murmurante Do irás á buscar frescura, Es la misma fuente pura Que refleja su semblante, Ya que tu pecho se afana , Un dulce asilo buscando, Fubrica tu nido blando Encima de su ventana, Allí forman un concierto De tiernísima dulzura, El céfiro que murmura Entre las flores del huerto; La clara fuente al rodar Sus puras aguas fugaces y las palomas torcaces Que lloran en el pinar. Si te agrada ver la aurora Abrillantando el oriente -7-l-

Como derrama el torrente De su lumbre bienhechora, Apenas su luz sonría, Avecita pasagera Tu podrás ser la primera Que anuncies el nuevo día; Si te agrada en el pensil Vel' las flores encendidas y blandamente mecidns Por las brisas del Abril, Allí hay florecitas bellas De corola perfumada, Que proclaman á mi amada, La reina de todas ellas. Pasa feliz tu existencia _.\. vecita afortunada, En esa dulce morada DeL amor iy la inocencia. ¡AJ! tambien en los mejores Dias de mi infancia pura Yo aspiraba en mi ventura El aroma de esas flores; y ora gimo en mi dolor Como el ave desolada Que al volver en la enramada No halla el nido de su amor. Lejos de su faz divina Ni tengo el triste contento De decirla mi tormento, Dícelo tú, golondrina. - 75-

Dile que en su alma adorada Guarde siempre el amor mio, Como gota de rocio Dentro una flor encerrada; Ya que en medio del d010r De su prolongada ausencia Solo jengo en mi existencia Una esperanza; su amor!

Lomas de Zalllora, t8R9. AMOR

(IMITACiÓN DE JOSÉ MÁRMOL)

Amor, amor, repite entre la selva La paloma gimiendo en su dolor, y amor, amor, repite en la espesura El eco triste de su triste voz.

Amor, amor" escúchanse en su nido Las aves pequeñitas repetir, y al ténue rayo de la luna pálida Canta de amor el ruiseñor gentil.

Amor, amor, los ecos del torrente Que despeña sus aguas sin cesar y hasta en sus ecos hórridos repite ...Amor, amor, la rauda tempestad.

Amor, amor, las olas del oceano Que vienen las arenas á besar, y amor, las aves del azul del cielo y amor, los peces del profundo mar. - 77 -

Amor, amor, murmura dulcemente La brisa voladora en el jardín Cuando vaga con giros caprichosos Columpiando la rosa y el jazmín

Amor, amor, escúchense en el río La8ondas susurrantes murmurar, y amor, repiten los llorosos sauces Mirándosedel agua en el cristal.

Amor, amor, las noches estrelladas Cuando todo es misterio y soledad, y á compás de los astros que circulan Repite amor, la misma inmensidad.

Amor, amor, la cándida paloma Llenando el aire con su triste voz y amor, repite en el desierto inmenso Con hórridos rugidos el león.

Amor, el sol que se alza de los mares y amor, el sol que brilla en el cenit, Yamor, el sol que muere en el ocaso Envuelto en nubes de colores mil. ~

y amor dicen los ojos de la virgen Que yo adoro con todo el corazón, y amor, refleja su serena'trente y amor, destila su armoniosa voz. -- 78-

y amor, amor, la cándida aureola Oue vaga en torno de tu casta sien, Y amor, amor, sus lábios purpurinos, y amor, amor, su corazon también.

J... omas de Zamora, 1889. Yo ví cien veces entre negras nubes Pálido y triste el luminar del dia Esconderse y dejar la tierra toda Sin luz, sin colores y sin vida; y luego desatándose los vientos Barrerlo todo en su veloz huida, Como si fueran azotando al mundo Minisjros de la cóleradivina; y yo impasible contemplé el estrago Todo ]0 vi sereno; pero un dia Se oscurecieron para mí tus ojos Única luz de mi azarosa vida, · y desde entonces se acabó en el mundo Para mi pobre corazón la dicha, Desde entonces, mi bien; une tan solo 1'80 solo una esperanza el alma abriga Romper los lazos y morir amándote... ~Parn qué quiero sin tu amor la vida? Lomas de Zalllora, 1889. S.I.I ••~.

Ven á mis manos lira que t~plndft .Lt\.l calor de mi pecho, Exhalastes en tus sones tantas veces Los dulces cantos de mi amor primero Prestando con tus ritrnicos sonidos A mi afligido corazón consuelo: Ven á mis manos pero no enlutada Como al cantar mi duelo ~ira ven á mis manos, adornada Con los colores mágicos del cielo, Pide su voz á las canoras aves Su dulce son á los callados vientos y á compas de mi canto Vibren tus cuerdas con sonoro acento Vas á cantar la pátria de Belgrano La pátria de los andes gigautescos Cubierta de laurelesy de gloria Palacio de lo grande y de lo bello; - 81 -

La pátria que regó la invicta sangre De los bravos guerreros Que grabaron en la alta cordillera «l'an solo á Dios la frente doblaremos.. 'l'u canto es el acento de victoria Que ayer lanzaba el argentino suelo Mirando en los lejanos horizontes De Libertad nacer el astro nuevo Para alumbrar radiante El venturoso porvenir de un pueblo. El eco del clarín que en las batallas Convocaba al guerrero A vencer por la patria valeroso Oá morir por la pátria con denuedo. ..Aquel eco que oyeron nuestros padres De libertad sedientos y á cuyo acento rápidos volaron A los campos de Maipo y San Lorenzo ..\ comprar con su sangre generosa La libertad del argentino suelo. Hoy he visto elevarse de los mares Raudal deluces en redor vertiendo y sonreír al mundo el sol de Mayo Más brillante) m's fúlgido, más bello: y he visto á San Yartin y sus legiones Los he visto entre sueños, Arrojarse á las huestes enemigas Como el viento impetuoso del desierto y caer como el-rayo Sobre los escuadrones del ibero, - 82- s.rrancar una joya á su diadema y quebrantar su cetro! y luego ví tu imágen, pátria mía, Descollar sobre el Ande gigantesco, Coronada de gloria y de laureles Que no ha podido marchitar el tiempo, Ondeando tu veste inmaculada Blanca y celeste de color de cielo Levemente agitada Por las potentes alas del pampero! ¡Qué bella estabas pátria idolatrada, Ciñendo tu cabeza un lauro fresco Empapado en la sangre De los valientes hijos de tu suelo! ¡Quéarrogante levantes la cabeza Oyendo al mundo entero Pue te proclama libre entre los libres Porque supiste quebrantar tus hierros y se arrastra el leon de las Castillas A tus plantas gimiendo! Luminar de las glorias de mi pátria Radiante Sol de Mayo, te venero; Al herir mis pupilas La luz de tus purísimos destellos He sentido ensancharse De pát.rio amor mi corazón deshecho, y quisieron los ecos de mi lira Como el humo asomando del incienso Llegar hasta la esfera dondebrillas Llevados en alas de los vientos; Pero al pulsarla con mi mano trémula Desus cuerdas brotó débil acento, Para cantar tus glorias son muy ténues Los vacilante ecos de mí plectro, ¡Oh sol que iluminaste las victorías De la pátria feliz de mis ensueños!

Lobos, 1889. Anoche tuve un sueño delicioso De dicha sin igual i,Quieres saberlo'? .. escucha amada mia, Te lo voy á contar.

Cuando se vive, como yo, penando y lejos de su amor y sangre ae recuerdos vá doquiera Manando el corazón;

Ya que no ven mis ojos, vida mia, Tu rostro encantador, Ki percibe mi oido la armonia De tu querida voz;

Dios mis pesares un momento calma y me siento feliz, Si dormido te veo con el alma

Mi bello serafín.J -~5-

J~;ru uua noche plácida, y la luna De pálido fulgor, Se miraba en los Jímpidos cristales De un lago gemidor.

Millares de luceros reflejando • Su poética luz, Brillaban como lámnaras divinos ~ En el, espacio azul.

De 10B sauces del márgen desprendíase Un plácido rumor, y" entre sus ramas' trémulas cantaba Oculto un ruiseñor.

Lloraba la torcaz entre las ramas Pero con dulce voz Que el mas tierno cantar lo forma el llanto Si se llora de amor.

Sus acentos peedíanse á lo léjos De· la· selva al través, Resonaban mas dulces, mas amantes Mas· lentos cada vez. ~ y al espirar por' fin' en la espesura Semejaba su voz Eco de una plegaria·alzando el vuelo Desde la tierra á Dios. - 86-

Siguiendo el movimiento de las olas Jurándonos amor, Nos llevaba una barca sobre el lago, Solitos á los dos.

¡Que noche tan hermosa, vida mia! Una brisa de Abril Balanceaba fugaz entre las ondas Nuestra barca gentil.

Los écos de las ondas que besaban La playa con rumor. Llegaban á nosotros como besos Castísimos de amor.

¡Que hermoso estaba el cristalino lago! ¡Que hermoso el cielo azúl! ¡Quehermoso estaba el astro de la noche! ¡Qué hermosa estabas tú!

Pura y gentil, divina y sonriente Cual nunca te soñé, En mi pecho amorosa reclinabas Tu candorosa sien.

En éxtasis dulcísimo mirabas La luna en el cenit, y bajabas tu vista de los astros Para fijarla en mil - 87-

En tus ojos divinos se miraban Mis ojos con amor Como la luna en el espejo diáfano Del lago gemidor.

y sintiendo anhelante junto al mIO Eatir tu corazón, Mis lábios palpitantes te decían Con amorosa voz:

«¿Ves. la luz melancólica que vierte «La luna en el cenit, « Rodando por la bóveda celeste «Entre luceros mil'?

«Es pálida su lumbre, comparada «Con la luz celestial, «Que brota aquí de tus pupilas negras «1 le Iánguid o mirar!

«iEsCuchas la celeste melodia «Del pardo ruiseñor «Que en el silencio de la noche entona «Sus canticos de amor!

«No tienen sus acentos la .armonía «Ni el cadencioso son «Que brotan á raudales, vida mía, «De tu querida voz! - 88-

«¿Sientes el soplo de la brisa errante «Que te besa al pasar «Por beber el aroma que destilan «Tus labios de coralt

«Es mas puro, mas ténue mas divino «El suspiro fugaz Que en ondas leves dulcemente agita Tu seno virginal

«Habla, mi bien, iDO ves que tus palabras «Como rayos de amor, «Penetran en mi espíritu ahuyentando «Las sombras del dolor¿

«¿No sabes que tu voz es á mi oido «Lo que al árbol la flor, «L9 queá la flor la gota de rocío «Lo que al rocío el sol?

«Este lago es la imágen de la vida «Que debemos cruzar, «Amándonos, mi vida, como ahora «Hasta la eternidad! y enmudecí; tus ojos me miraron Tu seno palpitó y tus lábios se unieron con los mios En un beso de amor... - 89-

\P saguian las ondas sus murmurios, Su canto el ruiseñor, )P la luna mirándose en las aguas Del lago gemidor.

Entonces despertéme; un rayo tíbio ne la lumbre del sol Llegaba hasta mi lecho como un· ray j Purísimo de amor.

«Y exclamé desolado» ¡oh dulce sueño! «Si fueras realidad! Cuando se sueñan como yo venturas ¡Que triste es_despertar!»

LOInas de Zanlora 1889. RIMAS

ASI.•••••

Como las ondas de la mar bravía Que corren á estrellarse en los peñascos, Así van á estrellarse nuestras vidas Contra el sepulcro helado!

?tIE~SAJE

Aves que váis á donde está mi amada Llevadle los suspiros de mi pecho, Céfiros que jugáis en su ventana Llevadle mis recuerdos!

EN U~ RKTRATO

De este pobre retrato El tiempo borrará la imágen mía, ¡Ay! pero nunca borrará de mi alma El amor celestial que tú me inspiras! - 91 -

A ••••••

L3S flores que me diste, amada mía, Se han secado al calor del corazón Pero guardan su aroma como mi alma Guarda siempre el perfume de tu amor!

Lobos, 1889. Como reliquias de mi amor primero (¡Ay! que ha de ser el último de mi alma Porque al poeta un solo amor inmenso Para su dicha 6 su dolor le basta) Guardo unas flores Inmaculadas Que entre mis manos con amor un día Colocaron las manos de mi amada.

No sé que mágia tienen esas flores Ka sé que encanto ejercen sobre el alma Que en mis instantes de placer tan cortos y en esas horas de dolor tan largas Cuando las miro Quiero besarlas y junto con mis besos deposito En sus marchitos pétalos mis lágrimas.

Ya perdieron sus hojas los colores Pero conservan toda la fragancia Queles dieron en días venturosos Sus purpurinos lábios al besarlas, - 93-

Como jYO guardo Dentro del alma (~nsta ¡hermosa su adorada imágen Pura y ardiente de su amor 18. llama.

Son margaritas rojas que en los cam Ir,~ Juntos los dos buscábamos con ansia, Ella para ofrecerlas á Maria Yo para orlar su frente inmaculada Como los Iírios Como las auras, En los días felices que han huido Llevándose las dichas de mi alma. ¿Recuerdas alma mía'? era la tarde El sol en el ocaso agonizaba, y allá entre las acacias repetían Sus amorosos trinos las calandrias, Todo era vida Todo era calma y el soplo de la brisa nos traía El olor de laR yerbas aromáticas.

Tú mirabas el sol que descendta Envuelto en nubes de color de grana; Su disco al descender engrandecía y su luz por instantes se" apagaba Pero e. lumbre' Yo no miraba . . Sin6 la luz de tus pupilas negras Que lLegaba hastael fondo de mi alma. - 94-

y juntos de la mano, recorríamos Esos campos vestidos de esmeralda y esmaltados á trechos por los rayos Del sol que en el ocaso agonizaba; Yo siempre tímido ~fi amor callaba Pero te hablaban con amor mis ojos Que es el mejor lenguaje de las almas.

Entonces pudorosa y vacilante (Aun en mi oido suenan tus palabras) Cortando con tu mano temblorosa Las margaritas que tu pié besaban, «Torna, dijiste, «Con tigo guárdalas «La esencia de las flores se evapora «Pero la esencia de mi amor no pasa»

\9 o conservo esas fiores vida mía Mirándolas recuerdo tus palabras y siento renacer dentro del pecho La purísima flor de la esperanza, Único asilo De mi desgracia Único bien de mi existencia triste Única luz del cielo de mi alma.

Ellas serán el lazo listerioso Que nuestras almas dnlcemente enlaza, Un tesoro de mi alma que te adora y un recuerdo de tu alma enamorada - 95-

Almas que deben Formando un alma Juntas cruzar el valle de la vida Juntas-volar á la celeste pátrial

Lomas de Zamora, t889. AYER Y HOY

Ayer infante en el hogar tranquilo Sin penas ni dolor, En mi cuna felice me adormía Con sus cantos la madre de mi amor.

¡Edad feliz! la barca de mi vida Navegaba en un lago encantador Sin sentir el estruendo de las olas Ni el hórrido bramar del aquilon.

¡Edad feliz de mi niñez bendita Que velozmente huyó, Como ráfaga llena de perfumes En las alas del tiempo volador;

Yo recuerdo tus horas de inocencia Agenas al pesar Como recuerda el que en cadenas gime Los días de su dulce libertad. - 97-

Como recuerda el ave prisionera Alejada del nido de su amor La verde selva en que por vez primera Sus alas ensayé.

Entonce era feliz, ni una lágrima ..Amarga de mis párpados brotó; Que las lágrimas puras delos niños Ni de pesar, ni de amargura s6n;

Son como el llanto que derrama el alba Sobre el abierto caliz de la flor; Lágrimas que se secan en los ojcs y no queman jamás el corazou.

Eutonce era feliz; por entre flores Mi vida dulcemente atravesó; ~i una sombra siquiera, ni una nube El cielo de mi espíritu empañó!

En mi pecho la fé de los creyentes En mi conciencia á Dios Eu el hogar la madre de mi alma Arrullando mis sueños con amor;

La esperanza en mi pecho vislumbrando Un cielo venturoso de ilusión, y ella, In luz de mis ensueños de oro ...... , 1\11 amor, rmmspiracion.

Prlmareralee - 98-

Ella que vive en los recuerdos míos Alumbrando mis días como el so], Ella luz de mis ojos, ella siempre, Siempre en mi corazonl

11

Hoy el tiempo en sus alas se ha llevndo Esa feliz encantadora edad; 1"a dejé la ribera de In vida; Estoy en alta mar.

El viento del dolor azota á veces .L>\ mi pobre bajel; Escucho el huracau sobre mi trente y el abismo del mar bajo mis piés,

Másde una espina en el sendero estrecho ~!i planta ensangrentó, Arrancando del alma estremecida Un ¡ny! desgarrador.

Mus de una véz una sentida lágrima Por mis mejillas trémula rodó, De esas umargus lágrimas que á sélas Derrama el corazón.

Corno padece léjos de su nido El ave temerosa en su prisión ASÍ, alejado de mi hogar tranquilo Asi padezco yo. - 99-

Pero conservo aun como en los días De mi primera edad, Porque el tiempo no puede Y3borrarlos, pOl'q~e la ausencia los imprime más.

En mi pecho la íé de los creyentes, En mi. conciencia á Dios, En el santuario de mi alma el ídolo Que adoro con pasión.

Lu esperanza en el pecho vislumbrando IIn cielo venturoso de ilusiéu, y ella, la luz de mis ensueños de oro Mi amor, mi inspiración.

Ella que viv'e en los recuerdos míos Alumbrando mis dias corno el sol, • Ella, luz de mis ojos, ella siempre, Siempre en mi corazón!'

LOinas de Zamora 1889. Pues, señor, ya que es fuerza que yo escriba Porque asi me lo exige un compromiso Do mi palabra estriba, Me vuelvo literato de improviso, y aunque las Musas contra mi voceen Mirándome escalar su asilo augusto, Como 'J'o tengo el corazon tranquilo Y sus enojos no me causan susto, Sin idea, sin ritmo, corno quiera, Con un supremo esfuerzo, Sin temer á la crítica severa, Voy á escribir, pel-o á escribir en verso. iEscribi»: en el siglo diez y nueve Cuando una turba inmeusa De literatos sin cesar nos llueve Que á fatigar se atreve - 101-

Con sus productos múltiples In prensa! ¿y he de escribir pnra que todos lean Cuando mis pobres lábios palpitantes Apenas balbucean La sonorosa lengua de Cervantes?

No importa; aunque los sones De mi modesta lira 1\0 tengan las sublimes pulsaciones Que el entusiasmo inspira; Ni la vaga y dulcísima armonía Del ruiseñor que canta sus amores En el silencio de enramada umbrío, ~i el plácido murmurio de la fuente Que besando las flores Desciende, hasta los valles lentamente: • Ni el son de los gemidos Con que en los sauces de las verdes lomas A las orillas de sus blandos nidos Suelen cantar llorando las palomas; Ni el estridente son de los clarines Que llaman ul guerrero De lejanos confines A defender la pátría con su acero: !\i el sonido de In ola murmurante Que leves huellas en la arena estampa, Xi el dulce acento de la brisa cJ:J:aate Ni el rugido del vicuto de In p~a" - 102 -

¡He de cantar; aunque sin ser poeta ~i contar con ardiente fantasía, Todo eso no me inquieta: Yo siento rebosando la poesía Acá dentro de mi alma, y esa planta de Drama inmaculado Con lágrimas regada, se ha criado En medio mi dolor, corno la palma En medio del desierto calcinado!

De mis años de estudio en que leía El Ars dicendi de un autor latino. Yo recuerdo un precepto qlle decía COIl muchísimo tino, Que DI querer escribir, de cualquier modo, (Se entiende escribir bien, [árduo problemu') Antes que la medida, ántes que tojo Hay qua pensar en elegir el temu.

Yo, ese sábio precepto descuidando, Me encuentro aqui al final de tanta frase En mi mente buscando Un argumento cómodo que enlace Mis ideas de lógica dudosa, Como el hombre que pierde su camilla Sin saber en. la senda tortuosa Adonde vá, ni desde donde viuo, - 1<:'3-

¡Hablar! ¿de qué"? ¿de amor? lago sereno 'frallquilo y traspurente, l~nyo de pura luz, nuncio de calma Que brilla inmaculado eternamente En el fondo recóndito de mi alma! l)e la g-entil creatura Angel de .amor que se forjó mi mente y allá en los días de tui infancia purn Apareció á mis ojos sonriente Como un celeste. nuncio de ventura? De aquella pura virgen candorosa Cuyo recuerdo en el dolor me alienta Brillando entre mi alma pesarosa, Como Ull rayo de sol en la tormenta? Pero, (pregunto yo) ¿.qué les importa A los lectores de estc semanario Si alegre canto y si afligido lloro, O si conservo corno en un suutuario El amor de la hermosa á quieu adoro? Ki que pase tranquilas sin estruend.. Las horas de mi pálida existencia, Entre dolor y lágrimas sufriendo Ese martirio del amor, la ausencia'?

Elln sabe que el tiempo Que destruye los muros oe granito No puede destruir dentro mí pecho La llama de mi amor c~si infinito; Ella comprende el cántico que entona Este pobre luud para canterla y que ansio de gloria una corona Para á sus piés benditos dsshojarla: y sabe que dos rayos esplendentes Me alumbran en mi vida dulcemente y me devuelven la perdida calma, El rayo de la fé, para mi mente y el rayo de su amor, pura mi alma!

¿Habl9ré de la guerra Que va como huracán en sus en conos Sembrando de cadáveres la tierra y derribando en su furor los tronos? Ka; que con ténues sones El eco blando de la lira mía Entre el h6rrido son de los cañones y el silbar de las balas, moriría. Además, qué se )·0 de las batallas Si en mi misión tranquila de poeta Jamás he mauejudo con soltura Otra arma que una lúcida escopeta Con que en días risueños y felices Yo solía vagar por la llanura Matando, batitues y perdices?

Otro argumento por demás fecundo Me viene á la memoria ea este instante, Es el Progreso que ílurniua al mundo Cuyo lema bendito es: ¡adelante! - 1°5 -

¡Que mágicos portentos Opera el genio humano! Domina los terribles elementos, En alas : del vapor recorre el llano y utiliza los vientos Para surcar las aguas del océano; y en su poder creador, siempre adelaute, Ya alza moles .de hierro hasta las nubes De donde entona al géuio sus cantares, Ya baja dominante A registrar triunfante El ignorado abismo de los mares! ~Iás mi pobre Iaud no puede tanto y abnndono este terna, Para que en vez de mi modesto canto Le entonen otras liras un poema.

¿I-Iablaré de la Patria? augusto nombre, Imágeu adorada Que de la cuna hasta la tumba el hombre Lleva en el alma con amor grabada! .Cuánto dulce cantar á su memoria Le entonaron lus Jiras de sus vates ~1 irando los laureles de la gloria Que ciñeron su frente en cien combates! Yo adoro t u recuerdo, pátria amada, y de tu amor en alas me levanto, Pero es mucha tu gloria inmaculada Para ser alabada En los estrechos límites de un canto! - 106-

En las alas del tiempo voladorns Mientras ,,'ay estos versos escribiendo Se han deslizado ya dos largas horas ¡Dos horas! ¡Sauto Dios! y cómo corre El tiempo, esa fantasma aborrecida Tronchando en el camino que recorre Las flores más hermosas de la vida! ¡_~j'! las horas son ondas fugitivas Que una á otra en la playa se suceden Y en aran incesante se revuelven, Las 0138 de la mar no retroceden, Las horas que rasuran ya DI) vuelven!

Es fuerza, pues, que mi cantar termine, El sol está, )pa próximo al ocaso, Y, á no ser que la luna 10 ilumine, Se va á quedar á oscuras el Parnaso, .\ los valles desciendo como vine Con mi pobre laud bajo del brazo Antes que al astro de la luz se oculte y la noche en tinieblas nos sepulte.

¡Que triste es para el alma del poeta Bajar de la region de la poesia y contemplar en esta mar inquieta 1.. 3 realidad de la existencia umbría! ¡Ay! al poner la planta en este suelo Las heridas de mi alma se han abierto, - 107-

~\ bandOllnl' el muudo de los sueños Es bajar á la tierra desde el cielo, Es pnsar del oásis al desierto!

Tú, sola flor que perfumó mi vida, Faro que brilla en mi existencia umbrosa Como estrella celeste y luminosa Del manto de los cielos desprendida! Si alguna dulce y plácida armonía Hay en mis pobres versos, no te asombre, Tu eres mi inspiración, (tu vida mia, Sabes quien eres aunque no te uombre.] Tuya es mi lira; deja que repita Eternamente con sentido arrullo, «Para tí sola COIl amor palpita «Este mi pobre corazón que es tuyo»

Y vosotros á quienes Duda importa Si alegre canto ó si uíligido lloro, 1\1 terminar vuestro perdón .imploro (Jue quizá fatigó vuestra paciencia Esta larga humorada, Donde quise probaros mi elocuencia Hablando mucho sin habla!' de nada.

Lomas de Zalllol'3, f ~~H. BECQUERIANA

Ha vuelto la risueña primavera De flores los pensiles á llenar y hu vuelto á juguetear entre las flores La brisa matinal.

Con el calor, la luz y la nI(\gría Que vierte nhora el sol primaveral, Volvieron en los árboles floridos Las aves á trinar,

Hnn vuelto las risueñas alboradas Llenas de aquel encanto celestial Que- arranca de In lira del poeta Dulcísimo cantar.

Volvieron :ya las tardes apacibles En que el disco del sol se va á ocultar Dorando con purísimos reflejos La tierra, el cielo, el mar. --- 1°9 ...

\rolvieron j'n en las noches estrelladus Luceros mil los cielos. á adornar, Y se escucha otra vez entre la seIV3 El ruiseñor cantar.

\Tuelven las bulliciosas g'oIondl'iuas Sus mitiguas moradas á buscar Llenando el aire de ,.ariados ·trinos y alegrando mi hogar.

Vol vid otra vez en los llorosos sauces A exhalar sus gemidos la tOl'C3Z Cuyo acento tristísimo y doliente Recuerdos mil me da.

Todo vuelve á la vida y la alegría , 'l'odo canta ventura sin igual Todo es amor á las primeras luces Del sol primaveral.

¡Ay! también en el alma del poeta Vuelve una flor purísima á brotar, La flor de los recuerdos de otras horas De venturanza y paz!

Era también en la estación florida Bajo ese mismo sol primaveral Sintiendo con placer entre esas ñcres Los vientos murmurar; - 110 -

Aspirando ese ambiente perfumado Que besaba tus Iábios al pasnr, Oyendo sollozar entre esos sauces La paloma torcaz;

Recogiendo esas flores que despiertan .L~ la primera luz matutinal, Cuando tú y ~yo ¡,recuerdas? por los llanos Solíamos vagar,

Ese sol contempló nuestra ventura 1" esas aves cantaron tu beldad, y esas flores sencillas adornaron Tu seno virginal.

Hoy que ha vuelto otra vez la primavcrn De perfumes los campos á llenar 1'" han vuelto entre los árboles floridos Las aves á trinar;

Esas lloras de plácida ventura Tan llenas de esperanza celestial Tan llenas de ilusión, amada mía, Dime, ¿no volverán'?

LOInas de Zamora 1889. LAMENTOS DEL POETA

Hay almas que han nacido para vivir cautaudo ~\ la virtud, ni arte, la pátria y el amor, Como hay aves que cantan desde su nido blando Las sonrosadas tintas del matinal albor.

Relámpago divino de inspiracidu ardiente Vistiendo cuanto alumbra de mágico color, Sed de cruzar volando eu alas do la mente 1.. 08 cielosinfinitos hasta llegur á Dios:

Obscuridad y luces, desdichas y venturas Horas de dulces goces y siglos de dolor, Recuerdos, esperanzas, delicias y amarguras Los glorias', las virtudes, la pátrip. y elamor,

Todo bulle en el alma del que nacid poeta Todo vibra en su lira de cadencioso son, Que á veces canta nlegl'e los salmos del proteta, A veces melaucólicu los himnos del dolor. - tI2 -

Ln8luces de la aurora, las sombras de la noche Los cánticos del ave, la claridad del sol, La esencia delas flores que al entreabrir su broche Reciben de las auras un ósculo de amor.

Los céfiros que juegan en la enramada verde, De rápidas cascadas el rumoroso son, La lumbre que se npag~A, la nube que se pierde, Las lágrimas que á solus derrama el corazon.

Los astros que en el cielo van proclamando á una Todo el saber, la gloria, la mugestad de Dios, La bóveda estrellada y eu el cenit la luna Rompiendo de las sombras ~l fúnebre crespón

La tempestad que brama, del iris los colores, En el desierto el hórrido rugido del lean, y en el vergel los castos arrullos gernidores Que exhalan las palomas de quejumbrosa voz.

Todo halla dulces ecos en su sonora lira, Todo es para el poeta fuente de inspiración, Con Iras sonrisas canta, con el dolor suspira y es de las almas puras amante trovador.

Hay almas si nacidas pura vivir cantando A la virtud, al arte, la pát-iu v el amor, Como hay aves que cantan desde su nido blando Las sonrosadas tintas del matinal albor. - 113-

Mas ¡ay! del ave triste que vive prisionera <.)yendo dolorida, quizas en su prisión, La voz con que le llama su dulce compañera Que en la euramada umbría .llnrundo se quedó!

La tierna cantinela que al sonreir la aurora Entre las verdes ramas amante moduló, Son ora tristes notas con que afligida llora Las indecibles pellas de su inocente amor.

Las brisas matinales, las brisas de la tarde (Jue vuelan impregnadas de aroma ernbriagndor, La claridad del astro, que en los espacios arde, El puro azul del cielo, la esencia de la flor,

¿Qué valen para el ave si ha de vivir sujeta Lejos del pátrio nido donde deJÓ su amor'? ¿(~ué valen para el alma del cIne nacid poeta Si vibran en su lira las cuerdas del dolorr

Si no brilla en su cielo de dulce puesin El astro venturoso que sus ensueños vé, ¡Qué queda al almn triste que en medio su agonía Ko tiene más que lágriruus, pura qpagár su sedl

Tambien en mi tristeza calmando mis enojos Suele exhalar á veces mi lira una caucion, Pero mi cauto es triste porque 110 ven mis ojcs El astro que me presta feliz iuspiracion. - Ii4-

Vosotros los felices que en calma placentera Vivís entre venturas agenos al dolor, Compadeced al ave que vive prisionera Lejos del pátrio nido donde dejó su amor!

Son pocos mis ufanes, son pocos.mis deseos, Modestos nlis anhelos, modesta mi ambicio n, Riquezas no me halagan, ni locos devaneos, Oro y placer no pueden llenar un corazou,

Le bastan á la-dicha de mi alma acongojada La pnzde la conciencia, los goces del hogar, Después ... un pobre asilo y en él mi dulce amada Que fué mi amor primero y el último será.

¡Cantnd bardos felices con dulce melodía Recuerdos, esperanzas, amores y beldad, y"o callo hasta que llegue la aurora de mi diu Alegren vuestros cantos mi corazón; cantad!

LOInas de Zamora t889. (IDILIO)

1

i\Tenturosos instantes, dulces horas, Apacibles auroras, Serenas tardes de envidiable calma, N" eches hermosas, inocentes gOC(\S, Que pasando veloces Quedasteis tan grabados en mi alma!

11

¡Venid á despertar en mi memoria La dulcísima historia Del tiempo de mi amor que aun vivo late, Sed brisa que refresque, .si es posible, Mi corazón sensible Que al duro peso del dolor se abatel - Ilb -

111

En mis recuerdos hulla el pecho mío Agradable rocío Para acallar el ¡ay! de sus dolores, En ellos te contemplo delirante Siempre bella y amante, Arcángel celestial de mis amores:

IV

A tí que entre mi pecho has despertado en amor acendrado Oculto siempre, pero siempre ardiente, ¡Angel de bendición, faro divino Que alumbras mi camino Con los albores de tu hermosa frente!

v

En los primeros años de mi vida Cruzando la florida y encantadora edad de la inocencia, Dentro del templo donde yo servía i,Te acuerdas alma mía? Eucontreme de pronto en tu presencia, - 1r7 -

Xiños los dos, con íntimo alborozo Rebozando de gozo Mirárnonps con sentimiento tierno Un instante no más, no hablamos Duda Pero aquella mirada Fué la promesa de un cariño eterno.

VII

'lo no se que sentí dentro del alma Que aniquiló la calma De mi, hasta entonces, inalterable vida, 1m ya un mar de esperanzas me engolfaba Ya triste suspiraba, como el que llora su ilusión perdida.

VIII

Lo mismo que hoy mi mente en su desvelo Levantaba su 'vuelo A encantadoras cólicas regiones, Donde soñaba con tenaz intento En dichoso mqmento Unir nuestros amantes corazones. - lIS -

IX

Doquiera que es su atan se dirigían Mis ojos ver creían La luz de tus pupilas placenteras, Eras tú mi esperanza bienhadada, Tu sola eras mi amada y el dulce objeto de mi sueño, eras.

x

¡Cuantas veces rezando de rodillas Las plegarias sencillas Al dulce esposo de las almas puras, Mis preces á tus súplicas se uníau y 'así juntas subíau Como aromado incienso á las alturas!

XI

,Cunntas ,reces sensible y palpitaute Con alegre semblante Contásteme mientras á tu lado estuve Los tiernos sentimientos de la infancia Flores cuya frnguucia Brota del alma y á los cielos sube! - 119 -

XII

En la hermosa ribera afortunada De nuestra vida, nadu Xada vjuo á turbar nuestra existencia, Lágrimas vierto á su recuerdo santo ¿(Juien recuerda sin llanto La venturosa edad de su inocencia?

XIII

En esa edad de paz y de ulegria La dulce poesía Derrama sus celestes resplandores, y abre al amor el corazón humano Como nbren ell el llano Con el rocío matiuul las flores,

XIV

En la risueña márgen florecida De nuestra breve vida No sopla el aquilon con sus horrores, y se escucha en eterna primavera La brisa placentera Entre el follaje murmurando amores. xv

Separado de ti, mi dulce dueño, Hoy con tenaz empeño Quiero traer á la memoria mía Como triste consuelo de mis penas Las plácidas escenas Que allí á tu lado disfrutara un día.

X\II y para hallar la apetecida cal ma Quiere volar mi alma A aquellos sitios donde estás, mi amada, Soñar que escucha tu divino acento Verte solo un momento y abrasarse en la luz de tu mirada.

XVII

Aquí veo los árboles frondosos Que en días venturosos Nos daban sombra en el ardiente estío Do radiante de amor y hermosura Oías mi lectura Fija tu vista en el semblante mío. - I.l1 -

X\'111

Esos los campos son que presuroso En mi afun amoroso .A. la primera luz del sol naciente lcecorría con ansias infinitas Juntando margaritas Para adornar tu inmaculada frente.

XIX

Allí está el jardín do recogías La flor que me ofrecías Todas las tardes con sernbloute tierno; Esa gruta plantada de azucenas Escuché nuestras penas y el juramento de mi amor eterno.

xx

Cuando llegó In amarga despedida Dejándote, mi vida, '·0 me perdía en el confin del llano, Y tú enjugando esa tu faz divina Desde aquella. colina Me mandabas tus besos con la mano. - 122 -

XXI

Recuerdo nquella tarde del estío Cuando al borde del rio Nuestras tiernas miradas se encontraron, Y tus ojos clavándose en mis ojos Con tímidos sonrojos Uu ¡te amo! tus lábios murmuraron.

XXII

Reclinaba ya el sol eu Occidente Su esplendorosa frente Los pájaros volvían á sus nidos Y nuestros corazones amorosos Confundían dichosos Anhelos esperanzas y latidos.

xxnr

En éxtasis de dulce poesia Del sol que ya muria y" lanzaba sus últimos destellos 'fu contemplabas los matices rojos, y yo tus claros ojos Mas que ese sol y que su lumbre, bellos. - 123 -

XXI\/

En esa hora de encanto y de .reposo Con ritmo cadencioso Sube ll!¡l himno de amor á las alturas; Cantan de amar los dulces ruiseñores, Hablan de amor las flores, y suspiran de amor las almas pllr:ls.

xxv y 138 nuestras con plácidos contentos Uuiun sus acentos · De ID tarde á In plácida arrnouiu Para exhalar en amorosos giros Su voz y sus suspiros Con los suspiros últimos del día.

XXVI

«[Tcn, dijiste cortando temblorosa Una eucendída rosa Que al soplo de la brisa se mecía, «Ámame mucho, COl! el alma entera, «Si 110 quieres que muera Como esn fL sa la esperanza rnía:» - I~4 -

XXVII

)"0 desde entonces con cariño tierno Corno recuerdo eterno Guardo esa flor de esencia inmaculada 1" parécerne ver en mis congojas Entre sus secas hojas De tu amor una lágrima encerrada.

XXVIII

¡Qué días de alegria y de ventura, ¡Qué atmósfera tan purn, ¡Qué cielo azul de transparencia incierta, ¡Qué dulce acento en las canoras aves ¡Qué céfiros tan suaves Columpiando los sauces de In huerta!

XAIX

Tú, como yo, para admirar nacida La belleza esparcida 1·:0 la rica y feraz naturaleza, Tú, corno yo sensible, dulcemente Rendías culto ardiente Al arte, á la virtud y á la belleza. - 125-

xxx y la luz COIl que el cielo se colora Cuando la blanca aurora Aparece en los bordes del Oriente y al soplo de los céfiros livianos Las flores de los llanos Se inclinan en sus tallos dulcemente;

XXXI y el sol envuelto en nubes de colores Despertando las flores Al romper de la noche el manto frío, " matizando en su lumbre pura La alfombra de verdura Salpicada de gotas de rocío;

XXXII y el murmurio de plácido arroyuelo {Jue retrutaudu el cielo Entre sauces tranquilo se desliza Escuchaudo las cántignssentidas Que en las r3p111s floridas Forma al pasar la matutina brisa¡ - 126 -

XXXIII v los arrullos tiernos y amorosos Que en los sauces añosos Exhalaba la tórtola, buscando En lo escondido del ramaje oscuro Algnn sitio seguro Para construir en él su nido blando;

XXXIV y los luces que el sol agouiznnte Del ocaso distante Como un adiós derrurnu por Jos llanos Antes de trasponer la última cumbre .Para llevar su lumbre A dorar horizontes mas lejanos;

xxxv y en el silencio de las noches bellas Los pálidas estrellas, y allá en lo alto del cenit la Iuua Que escuchó tantas veces nuestro acento y desde el firmamento Murmuró nuestras díchus uua á una. - J~7 -

XXX vr

Todo era un eco de amorosos sones Y en nuestros corazones Un idilio dulcísimo de amores, El arroyo corriendo en la pradera y" el alma primavera Despertando las aves y las flores;

XX.X \'11

lO en 3138 de celeste poesía l'u ulula pura y la mia 'l'o-nando un vuelo susurrante y vago, Para vivir la vida de los cielos Se alzaban de los suelos Corno dos cisnes del azul del Jugo.

XXXVIII

Mus ¡ay! que el cáliz del amor á veces Tiene tambieu sus heces Que es preciso apurar entre amarguras; i,{Jue dicha aunque parezca duradera Existe que no .muel'U Eu un valle de eternas desveuturast XXXIX

Rico en color y de esperanzas lleno Siempre estuvo sereno El cielo encantador de mi existencia, Pero después que venturosos fuimos ¡¡\yl que sufrir tuvimos Ese martirio del amor, la ausencia.

XL

Ya no veo tu rostro peregrino Ni tu acento divino Llega hasta mí cual tierna melodía; Esa 'voz tan amante y tan amada Que oía enajenada En éxtasis rle amor el alma mio.

XLI

Como queda sin luz toda la tierra Cuando la noche cierra Triste y envuelta en tenebroso manto, Cuando no tiene el cielo su armonía Ni en In arboleda umbría Las temerosas avecillas, canto; - 12 9 -

XLII

Así quedó sin tí, mi dulce amada Sombría y enlutada Mi ajrna entregada á sus secretas pellos, No hay ya para mi espíritu. sediento Ki descanso ni aliento, Ni poesía, ni .luz, ni vida apenas.

XLIII

¡Ay! como llora el ave pesar~sa Cuando el viento destroza Su nido fabricado entre las flores! ¡Ay! como llora el corazon amante Cuando en amargo instante Se separa del sol de sus amores!

XLIV

Las negras sombras y In luz del dia Hallan el alma mía ~ Sumergida en el mar de su quebranto, Sin encontrar en mi dolor profundo Ni consuelq en el mundo Ni aire en la tierra, ni en el cielo encanto. Primaverales - 13°-

XLV

Xo tiene el alba para mí fulgores Xi perfume las flores, Xi alagan cadenciosos mis oidos 1\. la primera luz, los trinos suaves Con que cantan las aves Posadas en los árboles floridos.

XLVI y mi lira que en dias venturosos Acordes armoniosos Arrancaba del alma con encanto, Como eco de la angustia que me oprime Hoy desolada gime Ateridas sus cuerdas como mi llanto.

XLVII

Ya á mis ojos el bosque y la llanura No ostentan su hermosura Ni el cielo azul sus esplendentes galas Donde solía en deliciosa calma Buscar á Dios mi alma y la imaginación batir sus alas. -- 131 -

XLVIII

¡Horizontes de fúlgidos colores, Aves, estrellas, flores, Aglias azules puras y tranquilas, Árboles, nubes de color de 'tuego, ¿De qué servís al ciego Si le falta la' luz de sus pupilas'?

XLIX

Mas tu carmo vive todavía Dentro del alma mía Fuente á la vez de llanto y de placeres Aún eres mi esperanza bienhadada, Aún eres tu mi amada y el dulce objeto de mis sueños, eres,

L

Con lágrimas amantes IJot rocío La flor del amor mío Conserva aun purísima fragancia; Que la ausencia Il}i bien, no causa olvido En un amor nacido En los risueños dias de la infancia! - 132 -

LI

YO te veo, amor mio, en los fulgores De brillantes colores Con que la aurora en el oriente arde, \"0 escucho con amor tu dulce acento En el gemir del viento y en los últimos ecos de la tarde.

LI1 l'odas las tardes cuando el sol descienda, y el crepúsculo estienda Hermoso tul de pálidos destellos, Mira al cielo y allí, mi dulce amada, Se unirá mi mirada Con la mirada de tus ojos bellos.

Y si entonces la brisa murmurante Llega á besar amante Tu casta frente en sus revueltos giros, Cándida flor de angelical poesía, Esa es el alma mía Que en el viento te manda sus suspiros. - 133 -

LI\l

Recibe COll cariño esta diadema De un puro amor emblema Que en, lo profundo de mi pecho anida, Formada está de inmaculadas fiares, La flor de los amores Con la flor delrecuerdo entretejida'

LOinas de Zamora, lH~H.

ACRÓSTICO

Jamás encontrarás niña querida, Un corazón que te ame como el mio; Siempre serás la estrella bendecida Trémula luz que en el desierto umbrío Alumbrará el sendero de mi vida.

-e-. LA NOCHE

Ya el sol desde los bordes de Occidente Lanzó á la tierra su postrer mirada Triste, como ese adios, lleno de encanto, Rayo de amor y gérmen de esperauzu, Que al separarlos La suerte ingrata Con solo una mirada enternecida Se dan dos corazones cuando se aman.

Cierra la flor, para dormir, sus pétalos, y ahuyentando las sombras enlutadas La blanca luna innunda los espacios Con los reflejos d'e su lumbre amada, Duerme la brisa, Las aves callan y buscan el albergue de sus nidos Volando con aran de rama en rama. - IjS -

Koche, ¿quien no te ama? en tu silencio, Tu augusta soledad y tu paz santa Hay escondido un balsamo divino Que cura las heridas de las almas; · Eres amiga De la desgracia Y en tu }'egazo el corazon humano Puede verter la fuente de sus lágrimas. Cuando tiendes, oh noche, sobre el mundo Tu veste de luceros tachonada, Cesa un instante el ruido de la vida y cesa de la gente la algazara, Sólo los ecos S610 las auras Responden á los écos doloridos De mi laud que con amor te canta . • Ya lóbrega, ya lucirla :1 serena, Tú, noche, encierras siempre una esperanza, La promesa del sol que al despedirse Dijo á la tierra: volveré mañana, y tras las sombras Llegará el alba Revistiendo de luz los horizontes Despertando las flores y las auras. En tu silencio el corazon amante Oye el sonido de la v~z amada, Mira brillar en medio Ias tinieblas La estrella celestial de la esperanza, - I3()-

Y á sus fulgores ¡()b. noche plácida! El espacio se llena de visiones La oscuridad, de luz, de amor el alma.

Mi pensamiento como el ave libre Por el espacio azul bate sus alas, Cruza con rapidez la edad dichosa De sus recuerdos, derramando lágrimas. y huyendo el álito Que el mundo exhala Por la extensa region de las ideas Hasta el alcázar de su Dios se lanza. Entonces, como un rayo de la aurora, Como un destello de la luna pálida, Corno la dulce realidad de un sueño, Como el ángel felíz de mi esperanza, La pura irnágen De mi adorada Viene á verter sobre mi frente flores Con ClIYO aroma el corazon se embriaga. Si, noche; cuando el sol agonizante Se oculta poco á poco en lontananza, Sin m3S testigos que la luna hermosa Las estrellas, las aves y las auras, Hasta la suya Vuela mi alma Para hablarla de amor, y en su regazo Derramar el tesoro de sus lágrimas. - I~7-

En la ligera nubecilla errante Que allá en el horizonte se levanta, En el susurro blando de los céfiros Que juegan en las verdes enramadas, y en tu silencio, . Kocbe callada, Oigo los.ecos de su voz amante Veo la luz de sus pupilas castas.

Los temblorosos rayos de la luna Que por los claros de las hojas pasan y vienen á besar las florecillas Que brotaron al pié de mi ventana. Son los reflejos De sus miradas Mas llenas, que esa luna, de dulzura, Mas llenas de fulgor que In alborada.

Nocbe, yo te bendigo; adios; la 3Ul'01'a Viste ya el horizonte de oro y grane, Vuela la brisa derramando aromas, Vierte doquier su claridad el alba, Se abren las flores, Las aves cantan; Vuelve otra vez el mundo á la alegría Vuelve otra vez á su tristeza el alma!

Lomas de Zanlora, {~89. EL PRIMER BESO

Tanto amor, tanta ternura Tuvo nuestro primer beso Que por mirarnos la luna Se paré en el alto cielo; Sé que cuando nuestros lábios Se separaron contentos, Ya la alondra enternecida Cantando alzaba su vuelo y en el oriente rosado El sol brillaba de lluevo, llera basta ahora, mi vida, Yo no he podido saberlo Si lleno de amor divino Tendría fin nuestro beso Recien cuando el sol naciente Rompió de In noche el velo, O si la luna sintiendo Tanto amor y tanto íuego Se convirtió en sol radiante Con el calor de aquel beso! Lobos, 1889. ASÍ ....

Como anhela 'volver el ave errante A la florida selva en que nació, y oir de nuevo los alegres trinos Que en su nido escuchó:

Como suspira el infeliz proscripto Por entrever el cielo encantador De su pátria adorada en donde habitan Las prendas de su amor;

Como anhelan las flores-el rocío Con que las' baña el matinal albor Corno desean lumbre las pupilas y amor el corazou;

Así tranq uilo hogar de mis ensueños, Donde la edad de mi niñez pas6 Santuario de mi amor, así deseaba Volver á verte'yol - 14°

Verdes praderas, arroyuelos claros Floridos campos de eterna! verdor, Uue recorrí en un tiempo, coronado De flores j~ de amor;

Frondosas arboledas que templasteis Los rayos ardentísimos del sol, '1'. á cuya fresca sombra me adormía En ensueños de amor;

Céfiros, fuentes, pájaros y rlores Testigos de mi dicha ó mi dolor Que me vísteis llorar enternecido Al deciros adios;

_t\.l fin os veo como vé el marino De la ruda tormenta. en el fragor, Brillar sereno en la deseada orilla El faro sal vador.

He vuelto á tu regazo, madre fila, A recojer tu santa bendicion ¡Ay! qué fuera del alma en esta vida ¡Oh madre sin tu amor!

y he vuelto á ver los ojos de mi amada Luceros de hermosísimo fulgor, CUJ·a lumbre disipa de mi espíritu Las nieblas del dolor. Vibren ora tus cuerdas, lira m13~ Tus lágrimas enjuga, corazón, Ha brillado la aurora de tu dia No es eterno el dolor!

Lobos, 1889. IN'"TI~A..

Cual brilla en los espacios La lumbre de la aurora Tras de la noche fría Tras de las negras sombras Vertiendo por el mundo Su luz esplendorosa y derramando vida Sobre la tierra toda; Como entre negras nubes l'ras la tormenta asoma El iris refulgente En la enlutada bóveda Llevando la esperanza .AI infeliz que boga y deja su barquilla Deshecha entre las olas; Así, mi dulce amada, Lució feliz la llora De contemplar de nuevo Tu faz encantadora - 143 -

y confesarte trémulo Que á tí, mi bien, tan sola Como antes te he querido Tambien te quiero ahora. ¡Qué lentas se deslizan Las horas melancólicas " Cuando el dolor sin tregua El alma nos devora! ¡Pero qué raudas pasnn Si el alma ya no llora Sinó qtie entre venturas Delira, y ama y goza! Yo oí tu acento tierno y" o ví tu faz hermosa Sentí de tus miradas La luz abrasadora Iluminar mi espíritu Con lumbre cariñosa Como la luz purísima De la naciente aurora Derrama sus fulgores Sobre la tierra toda Pero; ay! que tras el dia Llega la noche lóbrega, y tras esos momentos De dicha venturosa, lJeg6 la despedida Con su tristeza toda, Con las sentidas lágrimas Que derramé yo á solas, - 144- y ora de nuevo lejos ~Ii dulce amada hermosa, Para buscar alivio ...0\. mi al ma pesarosa Suelo vagar sin rumbo _\1 sonreír la aurora Cuando las avecillas Sus cánticos entonan Posadas en los árboles De estas floridas Lomas, y en todas partes hallo Tu imágen candorosa, En los celajes puros De la naciente aurora, En el tranquilo arroyo y en la arboleda umbrosa En el raudal de luces y en las calladas sombras.

Escucha: esta mañana (ton mi dolor á solas Paseaba entristecido Bajo el dosel que forman Las ramas enlazadas De una arboleda umbrosa, De las silvestres flores Que entre la yerba brotan _-\ veces desprendíase Un perfumado aroma Que en alas de la brisa - 145·-

Fugaz y juguetona, Llegaba hasta mi alma Trayendo á mi memoria Aquellos dulces dias Aquellas dulces horas Las únicas felices De mi existencia toda • Qlle presto se alejaron Con mi 'ventura hermosa Corno la luz se aleja Cuando la noche asoma. ¡Qué hermoso estaba el cielo Sin las nocturnas sombras Que ante la luz del alba Huían presurosas! Las flores de los llanos Abrían sus corolas Al recibir sus cálices El beso de la aurora, y en cada flor había Purísima una gota Del llanto de lo·s ciclos Del llanto de la aurora, Pura como eS3S lágrimas Q~eun dia temblorosas Correr ví con tristeza Por tu mejilla hermosa. Allí con raudo vuelo Las avecillas posan De los verdes aromos En las mecidas copas; Un cristalino arroyo Que en la colina brota Rodando en gratos giros Sus aguas rumorosas Exhala un eco dulce De tan sentidas Lotas Que á veces canta, á veces Desconsolado llora. ¡.:\y! todo respiraba Poesía melanc6lica, Las nubes de colores En torno de la aurora, Los trinos melodiosos De las aves canoras, La brisa matutina Jugando entre las hojas y plácido arroyuelo Besando con sus ondas Las purpurinas flores Que en su ribera brotan! Todo era vida, todo Poesía encantadora Menos el alma mía Que triste y pesarosa Volaba hasta tu lado Con alas de paloma y hablaba con la tuya En el divino idioma Que solo entender pueden - 147 -

Las almas que se adornn' ¿Qué cosas te decía'? Pregúntalo á las ondas. Al viento murmurante y á las aves canoras, Que todas aprendieron Alegres y armoniosas ._\ repetir tu nombre En sus sentidas notas, y oyeron de mis Iábios, Mi dulce amada hermosa, Que siempre tu recuerdo Dentro mi pecho mora, y que, con amor puro A tí mi bien, tan sola Si siempre te he querido,

'fe quiero más ahora. I

LOinas de Zalllora {ROO. . -- .. . -- - .• - --- -7 0. •

ASONANTES (A •MI AMIGO 1. R. A.)

Al separarnos con dolor un día Yo te pedí una flor, querido amigo, Y tu me contestaste: si al tenerla Le escribes unos versos, concedido.

)T como creo yo con toda el alma Que es un deber cumplir 10 prometido, y hace tiempo además que está mi lira Ateridas sus cuerdas sin sonido,

Allá van esos versos discordantes Sin 6rden, sin ideas y sin ritmo Para cantar la flor que tú me diste Símbolo fiel de tu amistad conmigo. 1

Ven, lira; cuyos cánticos Nacidos de mi espíritu Un tiempo melancólicos Lloraban mi dolor: Hoy con acentos diilcidos Hoy con cadencias rítmicas, Mipobre lira, alégrate, 'TOS á cantar mi amor.

•11 .1\ aquel lucero fúlgido Cuyo destello plácido Innunda en luz purísima Mi amante corazón: A aquel ángel bellísimo De mi existencia lóbrega, A aquella que en mis cánticos La llamo J"O mi amor. - I~O-

III A quella flor magnifica Cuyos fragantes pétalos Derraman en mí espíritu Su esencia virginal, Hermana de los ángeles Que amé en mi niñez cándida, A aquella que es la única (Jue yo he podido amar. IV Tu fuiste, niña angélica, Desde mi infancia el único, Primer amor purísimo Primer rayo de luz, y si he seguido tímido Mis penas ocultándote, Es ql;le me hallé indignísimo De que me amaras tú. V Hoy ya mi bien dulcísimo Llegó la aurora fúlgida Vertiendo entre mi espíritu De luces un raudal, Hoy soy feliz amándote, ¡Oh dichal y se que amándome Será tu amor el bálsamo De mi felicidad! - 151 -

VI ¡Que lentos melancólicos Oh niña, deslizáronse Dos años que entre lágrimas Viví léjos de tí, Sin ver la luz suavísima De tus pupilas candidas Que son el astro fúlgido Luz de mi porvenir! VII Fué tu recuerdo plácido El que alentó mi espíritu El que templó mi cítara Sostuvo mi virtud, Tú siempre fuiste el único Objeto de mis cánticos v el ideal purísimo De mis ensueños, tú, VIII ¡.\y! cuantas horas lánguidas En éxtasis dulcísimo De todos ocultábame Buscando soledad, Para verter mis lágrimas A solas sin 'que el hálito Que exhala el mundo excéptico Viniérame á turbar. IX Entonces pura angélica Tu imágen presentábase Ornando el cuadro mágicos De mi única ilusión, Más con la duda pérfida Mis sueños disipábanse Dejándome las lágrimas De un imposible amor! X Cuando la aurora cándida Vertía fulgentísima Por la celeste bóveda Purísimo fulgor, y allá cuando sus últimos Destellos melancólicos Lanzaba oscureciéndose Junto á su ocaso el sol; XI Unidos á la música Del viento entre los álamos Unidos á los céfiros Al ave y á la flor, Suspiros ¡ay! tristísimos Brotaban de mi espíritu Llevándote solícitos El beso de mi amor! - 153 -

XII Si con sonido armónico Las aves en los árboles Alzaban tiernos cánticos Llamándome á gozar; Volad COIl vuelo rápido Volad, aves, decíales; Vuestras candencias rítmicas A mi me hacen llorar; XIII Por la llanura expléudida En alas de los céfiros Volad más bien buscándome El ángel de mi amor, y en su morada límpidn Cantad, uves, diciéndola Que es ella el amor único Que arde en mi corazon,

Hoy tras la lucha rígida Lució el iris magnífico De bienadanza y júbilo De dicha y calma y paz, Hoy y·a mi bien dulcísimo, Me haces feliz amándome y he de s~guir amándote Hastn la eternidad. - 154-

X V' Mí espíritu y tu espíritu Con un estrecho vínculo Vun á cruzar unísonos Un lago encantador, y el valle de las lágrimas Será un idilio plácido; Vivir feliz amándote. Eso es vivir, mi amor. XVI Pasó la noche lóbrega De ausencia melancólica, Tu amor borra en mi espíritu Las huellas del pesur, y un día, oh dicha, oh júbilo! Seré feliz llamándote Mi compañera, el ídolo, El ángel de mi hogar!

Lobos i890. LA ESPERANZA

(SOXETO)

Dulce corriente que entre gayas flores Se desliza en la espesura Bello oasis cubierto de verdura Donde trinan amantes ruiseñores: Ensueño de castísimos amores Que inunda el alma en celestial ventura, Cielo sin nubes cuya lumbre pura Viste todo de mágicos fulgores Radiante primavera' que no alcanza, A nublar el dolor con su penumbra, Aurora de placer que se vislumbra, Sereno mar en eternal bonanza, Eso niña, es la vida si la alumbra El astro encantador de la esperanza!

Lomas de ZarllOr:l, iH~)O. ~~'m~ ~ T -1- TT T r T TTTTTTT T T T r

iAMAMEI

Sin dicha ni placer, triste afligido Viví lejos de tí, falto de calma, Pero al darme tu amor uiña, há nacido Un cielo de venturas en mi alma.

Yo era antes el cansado peregrino Que atraviesa el desierto calcinado Sin hallar una flor en su camino Que le brinde perfume inmaculado.

Yo era el ave rendida Que recorre el espacio silencioso Sin hallar en la senda de mi vida Un árbol verde de ramaje umbroso.

Yo era como la 1.. arca combatida Que boga entre las olas delirante En el revuelto océano de la 'vida Expuesta á zozobrar á cada instante - Ij7 -

Hoy tras la noche lóbrega y sombría Luci6 por fin la aurora de mi alma, Tras de las negras sombras vino el día Tras. de la tempestad reinó la calma,

Hoy comprendo el por qué de la existencia Hoysamo más que nunca la virtud y mi alma y mi vida y mi conciencia Mi eorazon, mi amor, eso eres tú.

El fuego que mi pecho consumia Ese también tu corazón inflama y tu alma y mi alma hermosa mía, Arden las dos en una misma Ilama.

¡Ay! si algun día tu cariño muere Si me falta tu amor, niña querida, (Jl1e en ese mismo instante Dios me )leye i,Para qtle quiero sin tu amor la vida?

Amame siempre así, por ti podría Llegar de la virtud al heroismo Si le falta tu amor, el alma mía Hecha pedazos rodará al abismo!

Lobos, lHUO. A TI

Tienes. un nombre, alma fila, Tan dulce y angelical Que á mi oido suena igual Que celeste melodía.

Ni los cánticos del ave, Ni el murmurio de la fuente Ni el susurro blando y suave Del agua de la corriente,

Ni los plácidos acentos En las noches estrelladas, Ni el gemido de los vientos En las verdes enramadas,

Ni el ruiseñor con su trino Es tan grato al alma mia Como la dulce armonía De tu nombre peregrino. - 159 --:

Pero es preciso te diga Con muchísima razou Que tu nombre dulce amiga Es una contradiccion.

y aunque tu nombre bendigo Si ello á tí no te disgusta, Té diré, querida Justa Que eres injusta conmigo.·

Tú no sabes mis zozobras, No sabes cuanto me daña Esa antítesis extraña Entre tu nombre y tus obras.

Si no es de tí conocida, Tras un momento de pausa Vns á ver esclarecida De aquel enigma la causa,

¿No oiste alguna ócasion Que se nombre á veces Clara Una mujer con la cara Mas oscura que el carbont

1,0 no escuchaste quizá Llamarse Angel un hombre Siendo el que peva tal nombre Mas malo que Satanas? - 160-

Tú lo sabes, yo he estudiado Algn de Filosofía y recuerdo todavía Todo..... lo que no he olvidado.

En el capítulo sesto (Si mi memoria no miente) Escrito está claramente Poco mas Ó menos esto:

«Justicia no es mas que dar «64 cada cual lo que es suyo.» Ponte pues á meditar y concluirás cual concluyo:

Que mientras te siga amando (Que será mientras yo viva) y tú prosigas esquiva Tu puro amor ocultando,

Mientras siga tu desvio Que tanto mi alma atormenta y no me des justa cuenta De ese corazon que es mio,

Con justísima razón Será preciso de diga Que tu nombre, dulce amiga, Es una contradicción. - 16r-

y no tienes que decir Que en el pedir disvario Si te pido lo que es mio ¿que menos puedo pedir?

Pero no debes creer Qye mi corazon te pido, 1'0; mientras tenga un latido Tuyo no mas á de ser.

Yo te lo dí sin dolencia En los dias de la infancia Respirando la fragancia De la flor de la inocencia.

Lo que quisiera de tí Es tu corazon hermoso Que en otro tiempo dichoso Dijiste ser p3ra mí.

Sabes mi bien en-verdad Que te quise y te querré, Entonces dime, ¡;yporqué No haces mi felicidad'?

Si Dios nos dió corazones Destinados para amarnos ¿Porqué mi bien ocultarnos Nuestras purss emociones'? Primaverales 6 - It2 -

Si del amor en las Ilamas Arde tu alma bendecida, ¿Porque no me dás la vida Diciéndome que me amas'?

Si podemos sin dolor Convertir, niña querida, L3S tristezas de la vida En un idilio de amor,

¿Porque vivir sin consuelo Separados con dolor Cuando nos ríe el amor Que es la sonrisa del cielo?

Esfuerza que esto concluya Con la mas dulce amnistía y pues te dí el alma mia Es justo me des la tuya

Asi veremos rodar Nuestros dias dulcemente Como una mansa corriente Que vá á perderse en el mar.

y ten por cierto, mi vida, Que- has de encontrar á mi lado El cielo siempre estrellado La tierra siempre florida. - IÓ3 -

Pero advierte que es preciso Para poder convertir Este misero vivir En un dulce paraiso,

Puesto que mi amor primero y mi amor último eres, ..~l preguntarte; i,me quieres'? 'fu me respondas: te quiero!

~inó con justa 1'8Z0n Será preciso te diga Que tu nombre, dulce amigu, Es una contradíccion.

LOinas de Zamcrn, t890. (EN UN ALDC~l)

Feliz la que como tú Encierre en un alma pura La aureola de la virtud Los albores de la ciencia Las gracias de la hermosura y la flor de la inocencia.

Lobos 1890. ~.M1illl~~~ r T TTTTT 1 TTT T T r TTT T

AL TRIUNFO DE LA UNION CIVICA

Como el sol refulgente Que esparce luz en In mitad del día, ..As! alumbró tu candorosa frente El sol de las victorias, pátria mine

Pedazo azul del cielo americano 'De la gloria de Dios puro destello, Pueblo argentino, pueblo soberano, Palacio de lo grande y de Jo bello;

Desde el soberbio y magestuoso Plata Hasta el Ande imponente, Tu suelo, pátria mía, se dilata Fértil, feraz, fecundo )" ñorecíente,

Bosques frondosos, elevados montes, Bóveda azul de estrellas coronada, Dilatados risueños ~orizontes, Verdes praderas de mi pátrin amada, Arroyuelos de plácida corriente, Flores hermosas, hijas de los llanos (~ue doblegan sus tallos dulcemente Al soplo de los céfiros livianos.

Selvas llanos: perfumes y armonías Céfiros, fuentes, pájaros y flores Tu suelo fué creado, pátria miu, Para Eden celestial de los amores!

Desde el glorioso instante En que lanzando de tu frente un rayo Cayó á tus piés el déspota arrogante y. alumbro tu bandera el sol de ~Ia~yo,

¡(Jue aurora, pátria 111 in, tan hermosa Divisabas entonces en lotananza Libre y feliz y fuerte y poderosa Coronada de gloria y de esperanza!

Madre de aquellos héroes que vertieron Su sangre por hacerte independiente y en la cumbre del Andes escribieron «Solo á Dios doblaremos nuestra frente.'

¡Cuanto dulce cantar á tu memoria Arrancaste á la lira de tus vates Mostrando los laureles de la gloria Que ciñeron tu frente en cien combates! - 167-

¡Que porvenir, el tuyo, t.an glorioso! ¡(Jue risueña la aurora de tu dín! ¿.Como pudo empañar tu cielo hermoso La nube odiosa de la tiranía'? ..

Como queda sin luz toda la tierra Sin el astro de amor que le dá encanto Cuando la noche cierra 'l'riste y envuelta en tenebroso manto,

Asi quedaste, pátria idolatrada, Amarrada de nuevo á tus cadenas Bajo el yugo de Juarez doblegada Sin libertad, sin ley, sin vida apenas.

La Democracia herida -Clamaba sus derechos, pero en vano, }·:1 derecho es la fuerza embrutecida No hay derecho ni ley para el tirano'

¡Que cuadro de dolor, pátria adorada! La libertad cual luz agonizante, La virtud de los pueblos ultrajada, y In ambicion reinante!

¡Ay! i,será que en el pecho generoso De tus hijos, en lánguido desmayo No alienta yá el reéuerdo venturoso De las glorias de Mayo? - 168 -

¿Será que el brazo fiero Que deshizo ell astillas y arrojó contra el rostro del Ibero El cetro del poder de ambas Castillas,

Haya perdido su pujanza fiera Contemplando indolente Oscurecerse el sol de tll bandera, Secarse los laureles de tu frente?

¡No!; que en silencio y con grandeza de alma El argentino al argentino se une; Jamás pensó mirar con fria calma A tí sufriendo y al tirano impune!

Corrió 'veloz al campo de batalla Anhelando la muerte Ó la victoria y entre el humo, el hierro y la metralla Luchó y muri6 por alcanzarte gloria.

y cae, oh Pátria el cívico sonriente Porque vé desde el borde de su tumba, Que alzas de nuevo tu abatida frente y el poder del tirano se derrumba...

Eres libre otra vez, pátria argentina, Cesó tu noche-de tristeza y duelo, y con fulgor hermoso t~ ilumina Un astro mas desde el azul de cielo! - IG~1

El triste llanto de tu fáz destierra Aunque en sangre argentina estés bañada, Nunca es esteril para el bien la tierra non sangre de próceres regada.

Las gotas de esa sangre purpurina Te inundan, pátria en resplandores vivicos ¡Honor á la República Argentina! ¡Gloria al Dr. Alem! ¡Gloria á los Cívicos!

Lobos de 1890. r» .f'(.'f!),-.Á.-ei.rnY,'""",,-A. ft~rXiÑ.y.*"w :X:1\IIe-V

Mas radiante que el sol de primavera Apenas nace en el rosado oriente Repartiendo su lumbre placentera y derramando perlas de su frente, Amnute, amada, venturosa y bella De una aureola de dicha circuududu Eres, María, una fulgente estrella Llevas algo del cielo en tu mirada. Porque eres buena, cando rosa y pura y en tu alma hermosa la virtud florece, Lucíl- verás el cielo de ventura Aurora que en tus sueños resplandece. Recuerdo siempre, que tu voz amiga Bañó mi.alma en dulce bienadanza Encendiendo en las nieblas de mi vida La purísima luz de una esperanza. Tus horas dulces y de encantos llenas Resbalen 'venturosas y tranquilas, Así te quiero ver, sin una pena

Ni una lágrima triste en tus pupilas! 1

Lobo~ 1891. ·¡Salve oh patria¡

nECI.A~fAnA POH EL ;..¡rÑo JlTA;"¡ MORALES EL 25 DE ~L\\'O DE 13:>1

En el alma candorosa Qu~ abrig-a el pecho de un niño Hay una flor deliciosa De ternura y de cariño.

Una flor cuya fragancia Lleva el aura hasta la altura y" que solo crece pura En el jardín de la infancia.

No turba su dulce- calma La tormenta bramadora y aparece ·encantadora Entre las flores del alma,

Sus blancas hojas eleva Llenas de magnificencia Y escrito en sp caliz lleva «Soy la flor de la inocencia». - 172-

Adornda pátria mia De laureles coronadn, Hoy que te veo colmada De celestial alegria.

Hoy que en su fúlgido raj' ) Te inunda, pátria, otra vez, }i~l 25 de Mayo De 1810,.

No desdeñes te lo pido Escucbnd oh pátria amante, Los acentos que han nacido Ire los lábios de un infante.

No me lo ha nicho In Historia Pero si la madre min Que es este, pátria, el girar. día Que conmemora tu gloria.

y por eso pátria amante Yo te ofrezco con cariño La flor mas pura y fragante De este corazón de niño.

y alzando al cielo las manos Pide mi ~lOZ inocente Que te ilumine esplendente En toda su brillantes, - 173 - El- so! que alumbró tus glorias Con su purísimo rayo El 25 de Mayo !le 1810!!

Lobos, t89t. .A LA PA.TRI:A.

Pátria inmortal, República Argeutiua Hoy con inmenso amor Para cantar tus glorias infinitas Elevo á tí mi voz, '·0 quisiera la lira con que el yate Canta su inspiración y con alas potentes se levanta Desde la tierra á Dios Exhalando en estrofas inmortales Ya gritos de dolor Himnos á la virtud, cantos al arte O suspiros de amor. Xo sé que encanto ejerce sobre el alma Hoy el puro fulgor En que te inunda, pátria idolatrada, Ese radiante sol. Lo he visto levantarse de los mares Como un astro de amor Quebrar su lumbre en las plateadas olas. Del Plata gemidor - 175 - l~odar despues por la azulada esfera, Sereno en su esplendor, E iuundarte de luz como si fuera La mirada de Dios!

JI y escuché como un grito de alegria Del Estrecho á Jujuy Una voz que corrió por las llanuras Con el viento sutil Y en las nevadas cumbres magestuosas Del Ande, fué á morir. Ese garito entusiasta todo un pueblo Lo vuelve á repetir Cada vez que apareces en las cielos Lanzando luces mil Sol de Mayo que anuncias á mi pátria Grandioso porvenir.

JII.

¡Pátria inmortal, República Argentina Tu gloria es inmr rtal, El lauro que ciñó tu frente un día No morirá jamás, Si una nube funesta se interpuso En instante fatal Para empaña!' .el astro refulgente Que v16.. tu despertar, - 176 -

Tus hijos fieles defender supieron Tu santa libertad y te alumbré mas fúlg-ido, mas bello El puro luminar Que iluminé tus glorias, pátria mi" Con dulce claridad. ¡Saltld, pueblo de Mayo! ¡de las glorias Siempre el altar serás, Tu libertad, tus lauros, tus victorias No morirán jamás!

Lotos, 1891. EN LA TUMBA DE UN NIÑO

(TRADUCCiÓN DEL FRANCÉS)

Boj') ese ciprés fúnebre descansa el pobre infante y el mismo que entre besos ayer su madre amante Mecia en su regazo con infinito amor, Ah! está, bajo la tierra que oprimo con mis pasos, La muerte deshaciendo tau amorosos lazos Llevóse las sonrisas y nos dejó el dolor!

1,y trinan esas aves'? Ydesde que él reposa No cesan en sus cantos? 1,y en torno de su fosa Laflor ·derrama aromas y luz derrama el solt bY no gímen las Duras uu cántico de duelo? ¿Yen vez de verter lágrimas, la tierra, el mar y el cielo En eternal concierto sonríen con amor?

¡Oh cruel Naturaleza! l,llO ves tantos dolores? La muerte á los diez años ¿notiene acaso horrores? Cuando esa madre venga transida de dolor Sobre lel duro mármol á reclinar la frente, Naturaleza, entonces mostrarte indiferente Será amarga ironía, será una burla atroz! - 178- i,Porque no brilla apenas un sol de invierno frío Velado en sombras, pálido, desde un cielo sombrío Cual lámpara mortuoria, cual astro funeral? ¿Porque el fúnebre bubo no mescla sus clamores Al eco de los vientos y á todos los horrores De llúvia torrentosa, de horrible vendabais

Es que la muerte tiene tambien sus alegrías y es dulce, sí, morir en nuestros bellos días Dejando acá en la tierra cual surco celestial Perfumes de virtudes, y algun amante pecho Que bañe con sus lágrimas nuestro mortuorio lecho Y cierre nuestros párpados siquiera al espirar!

Lobos 1892. 1

Si al resonar; oh niña Quizá por vez postrera La lira tremulante Con que cante tu amor. En las fibras de tn alma Hay una tan siquiera Que vibre acompañando Mi nota plañidera Mis últimos lamentos Mi grito de dolor:

11

Escucha el triste acento Que de mi pecho parte y guarda eu tus recuerdos Los ecos de mi voz; Si alguna eculta espina .- rS.:-

Llegare á Iastimnrte. Contempla cuan herido Estaré yo al en viarte Mis últimos cantares Para decirte, adios.

JII

Tu sabes que del tiempo Felice de mi infancia Un solo amor sentía Mi amante corazon y con placer gozaha Su plácida fragancia, Creyendo en tus palabras Creyendo en tu constancia Creyendo que no fueras Capaz de una traición

IV

Hoy veo que en el fondo De tu alma indiferente Hay nieve, mucha nieve Que extinguen el amor, Así como en el fondo De arroyo transparente Ay cieno, mucho cieno Que enturbia la corriente y" mancha de sus aguas El brillo encantador. - PSI-

}. 'fe amé con toda el alma Todo mi pensamiento En alas del cariño Volaba siempre á ti; Tú nunca has comprendido Tan puro sentimiento, Quizá ni entender puedas El bárbaro tormento Que sufro en este instante Para expresarme así.

VI­ Jamás te dí una queja Por más que muchos días Tú provocaste en .mi alma Terrible tempestad, y ufana en tus conquistas Ingrata, no veías Las nubes que avanzaban Siniestras y sombrías Oscureciendo el cielc De mi felicidad. VII ¡Oh puro amor del alma Cuyo recuerdo invoco, Que en dulce arrobamiento Mi espíritu extasió! ¡Oh{uro amor del alma - 182 -

Hoy tu valor es pGCO Y con sarcasmo hiriente Lo denominan loco Alque ama mucho, mucho Como te amaba ~yo!

VIII

De amor una saeta Punzante enrojecida Partió de parte á parte Mi pecho, á tí tan fiel, y tú con mano aleve Cruel y endurecida El dardo ¡aj'! arrancaste De la profunda herida Sabiendo que la vida Me arrancarías con él.

IX Soy pobre y no me quieres Después que tantas veces Pala bras de amor llenas 'fe oía repetir; A tiempo he comprendido Tus pérfidas dobleces, Jamás me imaginara Por Dios, que poseyeses Con tanta perfecci6n El arte de mentir. x Soy pobre, lo confieso, Pero eso no me inquieta, y quien es ver quisiera ~lás rico de los.dos, Tú con las vanidades De la mujer coqueta y yo con nombre y fama, Mi aureola de poeta y el porvenir risueño Que me señala Dios. XI Creíste que á IOR ojos De mi alma enamorada En tí todo sería Virtud y perfecciéu: Másyo lancé á tu alma Proféticas miradas y \'Í muchas cenizas De hogueras apagadas" Un ataud de amores Era tu coraz6n. XII Pensé que si vela Mis ilusiones muertas 'í'an solo me restaba Con ~i dolor morir: Más hoy, feliz cual nunca, - IS~-

De p3r en par abiertas Contemplo de la gloria y del amor las puertas Al resplandor de hermoso Risueño porvenir.

XIII

Te dije muchas 'veces (y así yo lo sentía) Que para que me amaras Poco era mi valor; Pero el cariño es ciego y enton ces no veía Que con tus vanidades Quedabas cada día Indigna de mis cantos E indigna ele mi amor,

XIV

Yo tengo una alma ardiente Poética, apacible, Yo tengo fantasía Yo tengo inspiracion, y ser feliz contigo Seria un imposible, Contigo que ni tienes Espíritu sensible Ni tienes sentimiento Ni tienes COl'aZOD. - 1~5 -

XV Perdona estas lisonjas Tan poco lisonjeras Que son de mis amores El canto funeral; l\yer cantó mi lira Tus gracias placenteras y dediqué mis flores Poéticas primeras ...~ perfurmar con ellas 'fu frente virginal; X'VI Hoy de esa misma Jira Las cuerdas estallaron y el dulce acento de untes En otro se cambió, Los últimos destellos De amor, se disiparon, Y para tí en mi alma Apenas si ~uednroll ¡Ay!. compasión y lástima Pero cariño, nó. X\TII Yo busco un alma tierna Para el amor nacida Que goce en mis venturas Q\ce 14ol'e en mi dolor, Yo tengo el ideal puro - 186-

De la mujer querida, Qlle cruce PO mi pobreza La senda. florecida, Que aliente con mi aliento Que viva de mi amor!

XVIII Ya secas te devuelvo Tus aromadas flores Que fueron mi tesoro y hoy dia nada SOD, Tus cartas, tus recuerdos, Tus músicas de amores y siento que se queden Mis lábios por deudores De el beso que me diste Temblando de emocion! XIX Vive feliz por siempre Ningun rencor nefando Dentro mi noble pecho Te puedo yo guardar; Miamor ha sido un sueño y hoy soy feliz pensando Que el sueño si es de dicha Mejor seguir soñando Si se hace pesadilla Mejor es despertar! Lobos 1891. CANTO Á LA ESCUELA (l)

Siempre los ecos de una dulce lira Que entre 13s manos del cantal' se queja Grato solaz al corazón inspira y en mil recuerdos sumergido deja; Entonce el alma que de amor suspira De lo sensible y material se aleja Y ¡oh inesplicable potestad del canto! Escuchando llorar, seca sü llanto! Siempre á los ecos del clarín guerrero Convocando al combate fragoroso A defender la patria con su acero Ha volado el soldado presuroso Si le toen vencer, vence altanero Si le toen morir, muere con gozo, Y es que en los ecos del clariu oía El liante de ·la pátria que gemía. " (1 ).-Esta cornposicion, "Canto á la Escuela" obtuvo el premio de una pluma de oro y diploma correspondiente en él uPrimer Concurso Literario PedA~ógko Argentino" realizado bajo 108 auspicios de la "Educacionista Popular" el 12 de Octubre de I~. en conmemoracion dll 1V centenario del Descubrimiento de AID-~· rica; presentado con el lema "Una salus victis oullam sperare salu­ tem".- Virgtlio. - 18~ -

Yo sé que el alma en su afanoso anhelo Cuando la acosa una traidora pena Halla al momento celestial consuelo Cuando en la lira su cantar resuena, Olvida el mundo y con tranquilo vuelo .L\ esa regio n encumbrase serena Donde tienen sublime y firme asiento La vitud, la belleza, el sentimiento.

Yo he pasado mis horas de agonía En tus cuerdas lloré mis desventuras y tú endulzaste tanto, lira mia, Mis horas de tristeza y amargura Que lleno de cariño te ofrecia Una gloria inmortal, y en mi locura 1'0 pensé que tan solo era mi acento Un eco triste que se II~\'v el viento. En el dulce raudal de la poesía Las heridas del alma yo restaño No digan que tus cuerdas, lira mia, Ha tronchado el dolor de un desengaño, Y si al alzar tu voz con alegria 'rus cantares con lágrimas empaño ¡,~3-on menos bellas las humildes violas Porque brille el rocio en sus corolas?

¡Como á tu acento el COraZOD se espande: y como es cierto que si el alma gime Cuando se inspira en el amor, es grande Cuando se inspira en el dolor, sublime! - ISJ- Permíteme que tu favor demande (Ilvida, lira, el peso que me oprime Que hoy penetrar contigo el alma anhela En e~e templo que se llama Escuela.

y fuera entonces importuno el llanto y la paz y el contento turbaría De ese augusto recinto sacrosanto Donde reina la dicha y la alegria, ¡Como inspiran los niños dulce encanto! y como no inspirarlo, lira mia, Si hace Ilegal' al alma su presencia Perfumes de la flor de la" inocencia! Causándonos placer toda la historia De la edad mas dichosa de In vida, De la niñez fugaz y transitoria Que con tiernos recuerdos nos convida Clara y distinta acude á la memoria Cuando comtemplo al alma conmovida Al maestro entre juegos y cariños Formar los hombres etlucando niños! 'I'odo es humilde allí; In paz sonriente Con un beso de amor los lábios sella, Nada es soberbio altivo ni imponente Mas lo sublime en la humildad descuella, Que allí se esconde del saber la fuente y es para el alma la rnansiou mas bella Ese segundo hegar do su inocencia Siu perder su perfume, halla lo Ciencia. - 19°-

¡Benditas horas, venturosos dias Los que corrieron du'ces en In escuela Cuando todo es encanto y alegria Feliz el alma por que nada anhela Risueño el corazón sin agonias, ¿Porque esa edad tan presurosa vuela Que al voJver la mirada á sus reflejos La vemos ya, por nuestro mal tan lejos!

Sublime institucion, morada santa Que con amor las mentes ilumiuas ) .. mientras en la vida se adelanta De la infancia los pasos encamiuas, Lo primero eres tú que se levanta De la barbarie entre las rotas ruinas, Manantial del S~ ber dulce y fecundo Pedestal del Progreso y luz del mundo! Educar es la obra portentosa Que depara á los pueblos su ventura Disipando con luz esplendorosa La fatal ignorancia, noche oscura Entre cuyas tinieblas forja odiosa Llenando nuestra vida de amargura La maldad sus proyectos criminales El error sus sofismas infernales. Pátria mis, tan bella y arrogante Cuando recien tu libertad nacia, ¿Como pudo empañar tu sol radiante La nube odiosa de la tiranía! - IgI -

Donde nacieron en fatal instante Precursoras de borrar y de anarquía Esas turbas que á ti te ensangrentaron y con sangre de hermanos se mancnaronl

Ese era el pueblo sin Escuela; ese era El hombre obedeciendo á sus pasiones, Era el-pueblo sin ley, la montonera Sirviendo á las bastardas ambiciones Sin la conciencia del deber austera Que hace felices hombres y naciones; Dias aciagos; aunque ya pasaron ¡Cuanta lágrima y sangre en pos dejaron!

Las páginas mas negras y dolientes Que la historia del mundo nos revela Estan diciendo á las modernas' gentes Mirad lo que es el hombre sin la Escuela; • y las páginas bellas refulgentes Lo que conduce al bien, lo que consuela, Ese es el fruto dulce y bendecido Que l~ instruccion del pueblo ha producido,

y es el maestro, oscuro )r olvidado El factor principal de esa gran obra; Es del progreso el Ínclito soldado Pobre, que solo su pesar Je sobra, Ese de quien la Fama se ha olvidado Ese que vive siempre .eu la zozobra Ese que veis con juegos y cariños Formar los homb~es, educando niños. - 192 -

Cuando 13. flor del sentimiento se abra Al sentir las primeras impresiones Con el rayo de luz de su palabra Con su ejemplo y su vida y sus lecciones, Obrero infatigable, él es quien labra De la infancia los tiernos corazones, Para él no alcanza el lauro ni las palmas ¡Y le deben la vida tantas almas!

1\0 importa; él siembra el bien; muestra la ~ienci:l Dirige los destinos de la infancia Las flores que cultiva con paciencia Son flores de virtud cuya Iragancia Penetra en el hogar y en la conciencia; Combate el mal, disipa la ignorancia, La' ignorancia y el vicio los dos males Que acibaron la vida á los mortales!

Adelante soldado; si tu vida Es de dolores manantial fecundo Prosigue tu mision, sufre y olvida, La virtud no se nremia en este mundo; ~ Tanta será tu gloria esclarecida Cuando mas sea tu pesar profundo, Que del martirio merecer la palma Es conquistar laureles para el alma!!

Lobos, tR9~. HIMNO Á COLÓN [1)

CORO Desde el suelo americano Desde cada cornzon Hoy se elevan cantares de gloria Repitiendo tu nombre, Colon.

Gloria, gloria cantemos triunfantes A. Colon que con genio fecundo Divis6 entre los mares un mundo Dó resuena su nombre immortal. Hoy los pueblos, Colon te bendicen Celebrando tu excelsa memoria y repite la América, gloria, En un himno de amor celestial. Coro etc.

(1) Este Himno fué puesto en música por el profesor Emilio arini y cantado por los alumnos de las Escuelas Comunes de Lo. .os en la fiesta celebrada en este pueblo el día 12 de Octubre de 392 en celebridad del 1V centenario del descubrimiento de .rnérica. ,·lmavera1es 7 - 194 - Eres tú, quien rasgando las brurnas Descubriste con mano potente, Los misterios por fin de Occidente Que ocultaban las olas del mar. Cuatro siglos pasaron veloces Pero mientras exista un solo hombre, Hasta el fin de los siglos, tu nombre El orgullo del orbe será. Coro etc.

Lobos 1892 AUSENCIA

Ausente de" tu lado, dulce encanto Pulso de mi laud triste las cuerdas ¡Ay! siglos son las horas de quebranto; i,Dime, mi bien, te acuerdas Del pobre amigo que te quiere tanto?

Sabes que te amo y sabes que tristeza Hay en la ausencia del objeto amado; Por tí pregunto á todo lo creado Para eucoutr: r en mi dolor In calma y me muestra doquier naturaleza La imágen de tu cándida belleza Que llevo en 10 profundo de mi alma.

Cuando la blanca luna Tiende su 1uz por la azulada esfera y en la rizada faz de la laguna Con hermosos destellos reverbera; Tiendo los ojos, al tranquilo cielo y una doliente "lágrima furtiva Nubla mi vista con su ténue velo, - 196 -

y un suspiro de amor y de temura Vuela hácia tí con alas fugitivas Para que en tu alma pura y en tu amoroso pecho lo recib as,

No sabescuanto sufre el pobre espíritu Que con tu vida alienta; Oye, si ves que estalla la tormenta y se oscurece el cielo untes sereno y escuchas temerosa que revienta En ronco son desde la nube el trueno, ¡Oh dulce amiga, piensa Queotro huracán estalla entre mi seno Si á impulsos ¡ay! de mi pasión inmensa Lucha el temor con la esperanza incierta, El temor de mirar siempre desierta La mansión que creí nido de amores y la esperanza de entrever el día De mágicos fulgores En que te llame para siempre mía!

Monte t89~ DEDICADO ..\ LÁ «SOCIEDAn nl~ n"~XEFICEXCIA~ DE LOllO~

El ave que ha nacido Para batir sus alas por el viento y con vuelo atrevido Lanzarse hácia el azul del firmamento Vagur por la llanura dilatada Trasponer ]30 montaña y contemplar desde la enhista cumbre , La bóveda azulada Bañada en rayos de esplendente lumbre;

El magestuoso cóndor altanero De grandes alas y de vuelo grande El génio aventurero De las cimas altísimas del Ande, Habituado á mirar desde la altura Hasta la cima horrible del abismo El mar, el monte, el bosque y la llanura A sus plantas inerte, Si le cortan las alai es lo mismo Que entregarlo á la muerte. - Ig8 -

Las alas de la idea Que arrebatan sin fin la fantasía De lo terreno á la inmortal poesía Donde la luz del genio centellea, Son más potentes en su ráudo vuelo Que las alas del águila altanera, Porque dejando el suelo Llevan el alma á la celeste espera Donde tiene sublime y firme asiento Todo lo grande verdadero y puro Que cabe en el humano pensamiento.

Como las flores á la luz del dia Como los rios á la mar profunda Siento que el alma mía Tiende á esa estera y de placer se inunda Cuando en alas del canto se levanta, No como el c6ndor á la cima herguida Para mirar las nubes á su planta Sinó como la alondra Cuando el fulgor de la mañana asoma Para cantar con voz entristecida Las pocas flores que me dan aroma En la mañana hermosa de mi vida!

y el alma, ese misterio, Ese aliento, esa vida, esa existencia Que lanza á veces con terrible imperio Estremeciendo al corazón humano El grito atérrados, de la conciencia, - I~9 -

170 á veces nos convida Llenándonos de plácidos consuelos A Iibar en la copa de la vida El néctar de las flores de los cielos,

El alma que es la fuente de la dicha y el alma que es el mar de los dolores Mansión de la verdad serena y pura U oscuro antro de errores; El alma que es un cielo de ternura, Un oásis de amor, Ó es un desierto Donde yacen en negra sepultura Muerta la Fé y el sentimiento muerto;

El hábito vital que nunca muere Aunque perezca todo lo terreno, Quiere volar por los espacios, quiere Encumbrarse sereno A esa hermosa regicn donde no llega La voz de 13s pasiones Que en sus revueltas olas Agitan los humanos corazones, Sin6 la luz de la verdad querida Para. sondar á solas Los profundos arcanos de la vida. y desde aquella altura Donde llegan las alas del poeta, ¡Que cuadro tan diverso Ofrece á nuestra vista esteplaneta .Perdido en la estencién del Universo! - 20Ó ~

La Ciencia combatiendo los errores Para hacer mas feliz nuestra existencia y el Error combatiendo Por eclipsar los rayas de la Ciencia; El Progreso que abanza Como un rayo de luz, como una ola Fecundizando todo lo que alcanza, y llevando á su frente Como un signo de amor y de esperanza El lábaro inmortal del Cristianismo, y la barbarie indómita que inmola Sus hijos en el ara Del negro fanatismo.

El génio de la Guerra Que cruza por el mundo en sus enconos Sembrando de cadáveres la tierra y 'derribando con furor los tronos, y el ángel de la Paz y del consuelo Cargado de laures y de olivas Que cruzan por el mundo en raudo vuelo Cantando Hosannas y entonando vivas!

Cerca del Vicio la Virtud austera, Cerca de la Ignorancia, el pecho donde La pura luz del Génio reberbera, ¡Ay! y á la sombra de espinosa zarza Quizá la flor de la Inocencia esconde Sus pétalos de aroma inmaculado - 201 -

Que al eorazon embarga Como se esconde la preciosa perla En los abismos de la mar amarga!

Todo esto es triste al corazón sensible Que conserva un destello de clemencia y el alma se pregunta si es posible Que sea tan terrible Antítesis la ley de la existencia

Pero, venid, espíritus sublimes Que no teméis mostraros Donde la voz de la miseria gime... ¿,Escuchais esas notas palpitantes Que traen los mansos vientos! ¡Son notas de alegría Mezcladas con tristísimos lamentos! "Es el alegre canto, e~ la ironía Con que el fiero Egoismo en la opulencia Responde á la Indigencia, Es el sarcasmo hiriente De la conciencia de las almas muertas ~~l escuchar el ¡ay! del indigente Que llora ante sus puertas. ¡Doloroso contraste de la vida! Mientras que la Impiedad en fiesta impura Con oro y gozo y crímenes se sacia Con voz desfallecida Transido de dolor jy de amargura Al peso abrumador de su desgracia - 202 -

En lágrimas los ojos arrasados Un hombre está á sus piés, ¡pobre mendigo! Pidiendo una limosna Pura los seres de su pecho amados Que tienen hambre jY les falta abrigo!

~Donde estás Igualdad que en vano el hombre Busca como un ideal puro y hermoso'? Si no eres solo un nombre Ven, y que luzca el día venturoso En que estiendas tu reino paso á paso \ Sobre la faz del mundo y estreches, Igualdad, en un abrazo .De amor dulce y profundo Los hombres de la tierra y las naciones Almas y corazones, y verás como todo se concilia Todo el pesar que aflige á los humanos, El padre Dios, la Humanidad, familia, y los hombres, hermanos! Pero en tanto que brille La aurora esplendorosa de ese dia De mág-icos fulgores, Hay un ángel que va con alegría Sobre la tierra derramando flores! Eres tú, Caridad, árbol frondoso Que cubres con tu sombra bienhechora Las angustias del pobre, Tú qlle tornas en lágrimas de gozo El llanto de dolor del que te implora! - ~o3 -

Tú eres el puro bálsamo divino Que vertido en las llagas de la vida Alientas al mortal en su camino y cicatrizas su profunda herida.

Donde se escucha el ¡ay! del moribundo, Donde se.escucha el eco de las penas Donde resuena el tétrico ruido Delmísero que arrastra sus cadenas, Donde tiende el dolor su negro manto Donde se queja un corazón herido Donde se vierte llanto, Allí estás, Caridad, encantadora Como un ángel de luz y de consuelo, Para enseünr al infeliz que llora El camino del cielo, Pa-ra decirle al corazón que espere Para calmar del hombre los desvelos y cerrarle los párpados si mucre!

Fé, Y Esperanza y Caridad hermosas Deidades amorosas, . La humanidad atea En tinieblas de dudas sumergida La humanidad. pagana os ignoraba Caminando por áspero sendero y vuestra luz querida A iluminar el orbe comenzaba Cuando el Hijo de Dios en un madero En la cumbre del G6lgota espiraba! - 204 -

I.Ja Fé que alumbra la existencia ruda y nos señala la verdad triunfante Si el alma va arrojarse delirante EIl los negros abismos de la duda,

La Esperanza, á traves de cuyo prisma La vida es un hermoso panorama Que en ensueños de amor el alma abisma, y tú sublime Caridad, que al hombre En un abrazo fraternal confundes Tú que nos tiendes cariñosa mano Tú que sacas el llanto, tú que infundes Fé y Esperanza al corazón humano!

Fuego que purificas con tu llama Puro aran de los grandes corazones, Rocío celestial que se derrama Por todas las naciones, Caridad inefable Tú siempre vivirás mientra haya un hombre De un espíritu ardiente Que admire la bondad que en tí se encierra, Tú siempre vivirás, mientras aliente Un alma de mujer sobre la tierra!

Ella es amor, es corazón sensible, Ella es dulzura, insinuación, pureza, Nacida para amar, dulce, apacible Manantial de bondad y de belleza, Siempre en sus lábios amorosos vibra Una palabra de ternura llena Que seca el triste llanto y alivia las angustias de la pena. Angel de paz en la contienda ruda Angel de luz en medio de los pesares Con que nos brinda la traidora duda y. ángel puro de amor en los hogaresl

Prosigue, Caridad, en tu camino Derramando consuelo, y prosigue en tu lucha giguntea Combatiendo con celo Del mal y la miseria el fiero encono, y para bien de los mortales sea Tu reino el orbe entero y el corazon de la mujer tu tronol

J..obos 189~. Aorillas de un arroyo

Yo vengo á tí, raudal puro y tranquilo, A escuchar el murmurio de tus aguas, A reposar sentado en tu ribera 19" á adormecer con tu sonido ~l alma.

¿~fe conoces? Oh sí; soy un poeta y viven siempre en fraternal alianza El poeta, las aves, las estrellas Los arroyos, las flores y las auras.

Vengo hablar con tus ondas murmurantes De mis sueños y anhelos y esperanzas, Callaré mi dolor, porque no quiero Amargar tu corriente con mis Iágrimas

En tu florida márgen se percibe El eco dulce de tus aguas mansas, Los cánticos del ave entre su nido y el gemido del viento entre las ramas. - 207 ~

Todo es música y luces y armonías En tu risueña márgen solitaria, Solo cantos de amor y ventura, Turban, arroyo, tu serena calma.

Allá á lo lejos la pradera hermosa Cubierta con un manto de esmeralda, El sol que eu el cenit resplaudeciente, El cielo azul, la atmósfera callada.

En tu ribera macilentos sauces Que se mecen mirándose en tus aguas, Bajo los sauces, lirios levantando A los cielos su frente inmaculada.

)"0 se que naces de una fuente 'pura Que brota rumorosa en la montaña, , y te veo correr onda tras onda Mientras el cielo en tu seno se retrata.

Sombra te dan con su verdor los sauces Música el viento entre las verdes ramas, Cantos de amor las aves en su nido, Lecho de flores la mullida grama;

¿Por qué correr entonces afanoso Si esta selva es espléndida morada'? ¡,Qué buscas, arroyuelo, deslizando En gratas confusión tus ondas mansas' - 208-

¿Por qué no te detienes en la selva? i,~\.donde vás? ¿Qué vértigo te arrastra! Besas apenas las hermosas flores Que te brindan suevísima fragancia. y luego, arroyo, corres delirante A. perderte por fiu en lotananza, Sin que detengan tu veloz carrera La llanura y el bosque y la montaña.

¡.-\h! te comprendo, arroyo fugitivo, 'fu eres imágen de la vida humana Que vá con rapidez hora tras hora Corriendo hácia la tumba que nos llama.

El mar inmenso es tu sepulcro helado La tierra es nuestra tumba solitaria, ...Allí acaban los ecos de la vida Gloria, amores, placeres, risas, lágrimas.

Lo mismo que tus ondas van los días Que miden tristes la existencia humana, Fuego fátuo que brilla en las tinieblas Un instante no más, luego se apaga.

Como llevas al mar las hojas secas Que el vientos de los árboles arranca, Así se llevan los hombres á la tumba Las hojas de sus muertas esperanzas. - ~og-

Al par de tu corriente mi existencia Tnmbien al mar de lo infinito a vanza; Tú mueres al entrar en el océano y en lo infinito se eterniza mi alma.

¡~\y! si al cruzar el valle °de la villa No abrigara mi pecho una esperanza De vida eterna, de inmortal sosiego Mas allá de la tumba solitaria,

¡Que triste mi existencia pasaría, Yo que al llorar he de ocultar mis lágrimas, Yo que llevo un tesoro de ternura Escondido en el fondo de mi alma. y'o que guardo la flor del sentimiento Vertiendo aun purísima fragancia, Yo que tengo una mente soñadora Que hácia un mundo de amor tiende sus alas¡

Tú á lo menos, arroyo, si atraviesas Tristes desiertos, soJedades vastas, Hallas tambien en tu camino flores Hermosas de corola perfumada;

¡.~y! pero en la corriente' de la vida Las flores que encontramos son escasas; y en cambio, arroyo.... pero, no, no quiero Amargar tu corriente con mis lágrim,as. - 210 -

Sigue tu curso entre la verde selva, Me deleita el murmurio de tus aguas, y al respirar la brisa en tus orillas Soñando amores se adormece el alma.

Saladillo t893 Ala memoria de Celia M. Serrano

, Cuando á la luz de tedas las venturas El cielo de tu alma sonreía Libre volaste, Célia, á las alturas I huyendo aqueste valle de amarguras ¡Ay! te adormiste en una tumba fría! Morir tranquila sin temer la muerte Sonriendo como tú sería mi anhelo, El alma del que muere de esa suerte Rauda se va desde la tumba al cielo! Remontate con alas de inocencia Alondra, afortunada, ante tu fosa No sabe el alma si llorar tu ausencia O bendecir tu suerte venturosa!

Lobos, i893. Es una noche de Julio Nublada triste sombría Sin una estrella en el cielo Que oculta densa neblina; El viento sopla iracundo y las ramas sacudidas Exhalan un eco lúgubre Que en las tinieblas espira. Yo no sé porqué el invierno Con su gran melancolía y sus tardes tan brumosas y sus mañanas tan frías y sus días tan nublados y sus lluvias y sus brisas, Convida 31 alma á pensar A concentrarse en sí misma A volar por las regiones Donde;va la fantasía A recordar el plisado Con sus memorias queridas -° 2 13 -- A contemplar el presente Con sus dolores ó dichas y á formar con esperanzas Un mundo de poesía Donde soñando las almas De sus pesares se olvidan. ¡EsperarL.. bendita sea La esperanza, sí, bendita Porque al que llora consuela y al corazon regocija y aunque no cumple, promete Dicha y ventura infinitas. Esperanza, me perdonas Si dudé de tí en la vida, He visto ya tantas veces Mis esperanzas marchitas, Que á las esperanzas yo Las llamo flores de un día. Jamás abrigué ambiciones Jamás la fortuna esquiva Acarició mis afanes Con una de sus sonrisas En mi sendero he pisado Muchas ocultas espinas Arrancándome un gemido Que resonaba en mi lira, El desengaño cruel Comotina nube sombría Oscureció por momentos El-cielo azul de mi dicha; - 21 4 - El huracán ha azotado Con violentas secudidas El árbol de mi existencia Cuyas hojas amarillas Rodaron sobre la tumba De las ilusiones mías. Pero no importa, es preciso Que las esperanzas vivan Sin ella nuestra existencia Que insoportable seria! Nada es estable en el mundo Todo cámbia ó se derriba Tras la tempestad el sol Mas puro en el cielo brilla, Tras de la noche nublada Asoma radiante el día y hasta elllánto más amargo -Suele tornarse en sonrisa; ~Ko' es lógico suponer Que pueden tambien un día Pues todo cámbia, cambiarse Mis penas en alegria? Cesen pues las amarguras, Afuera nubes sombrías Del pesar; tengo en mi alma Una conciencia tranquila, Para amar un corazon Para cantar un lira Un tesoro de esperanzas Para los futuros días - 21.5 -

Pocos años, muchos sueños, [Corazón, vuelve á la vida! Piensa en objetos sublimes Que el espíritu reaniman y en cuya contemplacion El pensamiento se abisma Olvidando de los hombres .La ingratitud y la envidia. Piensa en tu Dios 9uya glona Ves en la noche sombria En la aurora que despunta y en el sol de mediodía En la tempestad que brama y en la murmurante brisa En las flores de los campos En las esferas que, giran y en los regueros de luz De esas lumbreras magnificas Desde las cuales tal vez En rayos de luz te envía DIl ósculo de ternura Alguna sombra querida: y aunque bajes á lá tierra Hallas corazon la dicha En los brazos de mi madre y en los ojos d.e mi ninfa, En esa beldad queadoras Tan angélica tan linda Que las vírgenes del cielo La han de mirar con envidia - 216 - y el ángel de los amores Ante su encanto se humilla. Hay en en su rostro moreno Una ternura infinita, El fulgor de la alborada Cuando entre celajes brilla y el encanto de las sombras Cuando la tarde declina. Es el sol de mis ensueños El talisman de mi vida Arca de mis esperanzas Iluminar de mis días. Recordándola mi pecho Con nuevo aliento palpita, Su fé sostiene mi fé Su virtud, virtud me inspira, y presta su amor divino Alas á mi fantasía Consuelo á mis aflicciones y bálsamo á mis heridas! Huid de mi mente inquieta Del pesar nubes sombrías Oscuros presentimientos Tristezas indefinidas. Otra vez vuelvo á cantar Resuena otra vez mi lira Encierra el pecho esperanzas Ensueños la fantasía y amor el alma, animando Mi corazón que dormía Como renace otra vez El Fénix de sus cenizas! Con la esperanza en el alma Teniendo la Fé por guía Yo quiero seguir tranquilo Por esa senda escondida Que 11e'7a á beber 13s aguas En la fuente de la dicha. La Pé, el amor, la. esperanza Me alientan'en !a partida Cuando sus rayos fulgentes Nuestro sendero iluminan Se convierte en un oásis El desierto dé la vida!'

Saladillo, tR9:l. Quisiera ser el ave de los campos Que cruza rauda la extensión inmensa Para 'volar á tí, dulce amor mío, Corno las aves vuelan. Quisiera ser la brisa murmurante Que entre las flores de los valles juega y llevarte perfumes y armonias Suspiros y cadencias Quisier'a ser un rayo de la luna Cuando tu fijas la mirada en ella Por beber en tus ojos la luz pura De tus pupilas negras, Quisiera ser un eco melodioso De infinita dulzura y de terneza Para hablarte de amor y en tu regazo Depositar mis penas Quisiera confesarte que te adoro Con toda la efusion'de un alma tierna, y llego á tí, Y te adoro mas que nunca y enmudece mi lengua. -;- 21 9 -

Es que el fulgor bendito de tus ojos Donde la luz del alma se refleja Te convierte á los míos en un ángel De amor y de pureza. y siendo tu cariño inmaculado ¡i\Y! de mi pecho la ilusinn postrera, Vivo entre dudas .. que es vivir muriendo Por temor de perderla... Pero allá en lo recóndito de tu alma Dime, ino sientes una voz aviesat Una doliente voz que te habla amante En son de blanda quejat Esa es el alma mía que te dice Los pesares amargos de la ausencia, Los delirios, los sueños imposibles Que agitan mi existencia. Es el eco feliz de mis suspiros Que entre las alas de la brisa llegan, y acarician tu frente inmaculada y con tu rizos juegan. Es el idioma eterno de las almas Que en lo profundo de tu ser resuena, y arranca de mi citara olvidada Dulcísimas endechas, ¿Qué importa la distancia, si en· sMencio Mi espíritu á tu espíritu se acerca, y en el rayo -íe luz de las estrellas Nuestras almas se besant ¡,Que importan los dolores de la vida y el íngfato sufrir de la existencia - 220 -

Si en la jornada tu cariño hermoso Dulce aliento me presta'? I,y qué importa el morir? Morir, bien mio, Es llegar á otras playas más risueñas, Si el amor es la vida aquí debajo', Arriba es vida eterna! Torna otra vez con sus hermosas galas Los campos á vestir, Naturaleza, y entonan la cancion de los amores Unidos cielo y tierra. Entre las verdes ramas suspendidos Los nidos otra vez se balancean, y se desliza plácido el arroyo Regando la floresta. Tus ojos son el sol cuyos fulgores Disipan de mi espíritu las nieblas, y han trocado 138 sombras del otoño En dulce primavera. y al sentir en el alma tus miradas Abrid la flor de mí esperanza bella Como se abren al sol de la mañana Las blancas azucenas!

Saladillo, 1893. ~m~rai_iJj r TTT T r r T r T r r r T T T T r

(A VJCE~TA G. DE LAJOK y CELESTI~O LAJO~)

Si 108 flores del alma con su encanto Embellecen galanas nuestra vida Trayéndonos cuando vertemos llanto El consuelo y la calma apetecida;

¡Oh felices vosotros cuyo pecho Amor, Fé, Caridad y Paz encierra Viviendo en la humildad más satisfechos Que en su alcázar los grandes de la tierra. . Corazones sencillos que ha enlazado Del amor las dulcísimas cadenas: ¡,Verdad que vuestras horas han pasado De dicha y paz y venturanza Ileuast •

Verdad que así la vida se desliza Con suave placidez, como las ondas. Que en la corriente azul forma la brisa Jugando con- el agua y con las frondasY - 222 -

Con sentimiento artístico habéis dado Un aspecto de dicha á vuestra choza, Las rejas los jazmines han trepado Esparciendo su aroma deliciosa, y mesclando sus bojas y sus flores, Más primorosas cuanto más sencillas, Se entrelazan mostrando sus colores En grata confusion las campanillas.

Vuela de flor en flor la mariposa, y acrecienta el dulcísimo concierto Alguna ave canora que se posa A cantar en los árboles del huerto.

Cuando contemplo con creciente anhelo Vuestro hogar apasible me imagino Que hay un ángel que vela desde el cielo Por vosotros, Vicenta y Celestino. y envidio vuestra dicha, lo confieso, y os la anhelo más grande todavia, Pues por veros felices con exceso Mi propia dicha con placer daría.

¡Mi dicha! ¿donde está'? fantasma hermoso Que vislumbré entre célicos reflejos y al correr hacia ella, vaporosa Como una nube se perdi6 á lo léjos. - 223 -

Hoy mi dicha la cifro solamente En Dios eterno que adoré de niño En la ciencia que alumbra nuestra mente y en la amistad sincera y el cariño;

En la contemplación de encantos llena De la rica y feraz Naturaleza, .Eu tener la conciencia muy serena y amar á la verdad y la belleza.

En ver flotar los sueños de mi mente Que forman la verdad de nuestra.-¡ y en un amor purísimo y ardiente" Que en lo profundo de mi pecho anida.

¡Un año mas que entre sus alas Ileva Ensueños y esperanzas á la muerte; ¡DIl año más! una esperanza nueva Que suave aroma en nuestras almas vierte. ~

Que lluevan las celestes bendiciones En vuestro hogar anhela el pecho mio, y que jamas de vuestros .corazones Se apodere la sierpe del hastío.

Gozad la primavera de la vida Sin temer de In suerte los rigores, Que con virtud el alma dolorida

Vé sus espinas: convertirse en flores!

Saladillo, 1Bit EPITALAMIO

A MI QUERIDC) HERlV.IANO EZEQUI~L

Si mi lira exhalara los sonidos Con que espresa el amor sus sentimientos Himnos te enviara el alma, parecidos Al grato son de los fugaces vientos;

Himnos que remedaran de las aves La primera dulcísima armonía Cuando modulan sus acentos suaves .~l despertar la luz del claro día;

Gratos como las noches estrelladas El susurrar sonoro de las fuentes SoIemue cual la voz de las cascadas Cuando se lanzan al abismo hirvientes.

Para cantar tu dicha y contemplarte Cual anhelo colmado de ventura, Con fraternal amor felicitarte, Y'cantar de tu novia la hermosura. - 225 -

Cumpliéronse tus dulces ilusiones Brilló hermosa la aurora de tu día, y Dios ha unido ya los corazones Que el dulce lazo del amor unía.

¡Ohescena sin igual! dos corazones Luidos y dos manos enlazadas, El ministro de Dios, sus bendiciones, Lágrimas á los ojos asom-adas,

La emocíou en el alma los azahares Coronando una frente ala bastrina, y á lo lejos dulcísimos cantares Preludiando una música divina!

Hoy la vida á tus ojos 'se presenta Como hermoso risueño panorama y halla un eden aquí tu alma sedíeuta. Todo sonríe al coraz6n que ama-

La familia, el hogar, nido sagrado Donde encuentra el espíritu la calma En el mar de la "vida puerto amado Para calmar la tempestad del alma!

Empiezas una senda florecida y para ver cumplido tu destino Te ha dado Dios'para endulzar tu vida Un ángel qse te ayude en el camino. Primaverales - 226-

No temas los azahares del mañana Aunque soplen airados aquilones, Contra el escudo de la fé cristiana Se estrellan impotentes las pasiones.

Reinen cual sol radiante er, tu presencia La virtud y el amor en santo abrazo, La vida sin amor, flor sin esencia El amor sin virtud terrible lazo.

No desmaye tu espíritu sereno El dia del pesar, porque en la vida Despues del huracan de horrores lleno Vuelve otra vez la calma apetecida.

Nunca el eco del mundo y su locura Venga á turbar la calma de tus lares, Que ella sea tu gloria, tu ventura y el ángel que consuele tus pesares.

Querido hermano; desde el fondo triste De mi alma, busqué una flor galana Para tu sien, pero esa flor no existe, Tal vez, tal vez florecerá mañana.

Acepta estas estrofas, te lo pido, Que mi amor fraternal tierno te envía, Del fondo de mi espíritu han nacido Como lágrimas dulces de alegría!

Lobos, t89~. Disertación en la Conferencia Pedagógica del perlonal docent.e de las Escuelas del Distrito de Lobos

No con la severa critica del pedagogo, ni con las hermosas lecciones del arte de educar sino con la dulce insinuáci6n del amigo qne persuade y conmueve sin herir, yo quiero di­ rijiros dos palabras, sobre la Educacion moral en las Escuelas, colegas míos en el profesorado, en cuyas manos está la llave mágica capaz de abrir un porvenir .para la pátria, tan bello y tan radiante, como borrascoso y triste fuá su reciente pasado. Educar; palabra sublime que sintetiza la obra más grande, más hermosa, más bienhechora del hombre por sus semejantes. Educar, es crear, es iluminar, es purificar, es redimir el alma de las cadenas de' la ignorancia, es preparar al hombre, á la .mujer de mañana para el viaje de la vida por entre los múltiples escollos y es- - 213 -- pinas que ensangrentarán quizá su planta al atravesnr el 'valle de las lágrimas, es arrancur de los ojos que impide ver la luz de la verdad, es poner en el camino de la felici­ dad las generaciones que se levantan, es servil' á Dios, es honrar la Pátria. ...Así lo han comprendido los pueblos de la autigüedad apenas ha brillado para ellos uu destello de civilizacion y sobre las ruinas de ID barbarie la Escuela es el primer monumento que se levanta. Pero desde la Escuela primitiva hasta la mo­ derna, cuanto se ha adelantado en la ciencia de la Pedagogía, en los sistemas, en los métodos de Educación; qué nuevos caminos se han abierto á la vista del Maestro para llegar á la mente y al corazon del educando; qué reformas se han efectuado en la organizacion escolar pnra pro­ (lucir' el mayor fruto en el menor tiempo! La teoría de la Educacion IIOY es espléndida; si no se ha llegado á la suma perfeccion es porque una ley eterna condena á las cosas humanas á ser perfectibles indefinidamente sin verse n un­ ca perfectas. Pero confesemos que en la práctica 110 se llega siempre, llor desgracia, á alcanzar ese bello ideal á que IIU de aspirar el educador digno de In mision sublime que se le ha confiado. La falta de debida preparacion en unos, y el eSGtlSO conocimiento de los principios íuudumeutul es de la Pedog·ogía, la indolencia en otros y la poca meditación de los deberes estrictos que nos im­ pone el cargo de educador de la niñez, son otros tantos escollos donde se pierde mucho del fruto que debe recojer la sociedad, de la Escuela per­ fecta. El hombre, sugeto de la EducaeioD, eap:l7. "1~ pesfeccionarso en sus facultades físicas, inte­ lectuales y morales, el sel'.libre por naturaleza, en los albores de su vida, sin comprenderlo em­ pieza á cumplir su destiuo de ser sociableaco­ giéndose y buscando el regazo maternal á cuyo calor se despiertan las primeras ideas en su débil mente, aumentan sus fuerzas físicas y asoman los primeros indicios de los. sentimieu­ tos morales. • y cuando no es bastante In enseñanza del hogar á satisfacer su sel de ciencia, ese niño llama á las puertas de In Escu~la, llevando Y3 en su cuerpo el principio de la fuerza, del vi­ gor, de la destreza, de la salud, de In belleza, en su mente los primeros re.spIandores 'de los ciencias y en su corazón los preciosos gérme­ nes de las virtudes. ¡tJué campo vastísimo para el educador encargndo de proporcionar .ejerci­ cios á ese cuerpo 'plll'a que .se desarrolle, luz á esa mente para penetrar los secretos del sa­ ber, y benéfico rocío á esa alma para que fío• rescau allí las flores do la virtud! No creo equivocarme si afirmo que en muchas - 230- de las Escuelas de nuestra Provincia se des­ cuida mucho ese principal trabajo del ~faestro, formar el corazón del niño segun los preceptos de la moral. La importancia de esa enseñanza y de la edu­ cación moral no exige demostraciones porque los axiomas y grandes verdades en que se fun­ dan las ciencias, son evidentes por si mismos, La mision paternal y bienhechora del maes­ tro en la dirección de la niñez, exige de el dos cosas bien distintas, pero que reunidas forman un todo encantador. Exige una inteligencia más 6 menos provista de conocimientos en 13s cien­ cias ·para comunicarlas á la inteligencia tierna de sus discípulos; presentar la luz ante sus ojos, desarrollar el gérmen divino escondido en sus mentes, satisfacer ese deseo innato de saber que se manifiesta en ellos, y cuando el niño con un' caudal de conocimiento sea capaz de bas­ tarse á si mismo para la adquisicion de la ver­ dad, mostrarle el camino más recto pal-a ir á ella; he aquí la misión del maestro como Ins­ tructor de la niñez, Pero hay ot.ro deber mas sagrado y puede decir­ se más dulce, porque coloca al maestro en medio de sus discípulos como al .. padre en medio de sus hijos, como la Providencia en medio de sus criaturas. La perfectibilidad en la educaci6n es el fin (!ue debe proponerse el que se siente llamado á ejer- - 231 -

cer ese sacerdocio que tiene por templo la Es­ cuela y por altar el eorazon de los niños. Pero educar no es solo, á fuerza de desvelos encender en la mente del niño la luz del saber; no es tanto formar .inteligeucias perspicaces, como corazones buenos, no es tanto desarrollar entendimientos, como sembrar virtudes. ~Ias perfecto hombre es el rudo jornalero que con mezquino talento pero con el alma llena de probidad vive ganando con el sudor de su ros­ tro el pan cotidiano, que el sábio imbuido en los secretos de las ciencias pero con un corazon ageno á las nociones del bien y de la moral. Consideremos el cuadro desolador que pre­ sentaría una sociedad en que la moral, el bien, la probidad, la honradez y el deber fueran solo palabras vanas y sin sentido. ¡,Sabeis lo que seríat La Roma pagana, antes que la luz del Evangelio la regenerara de sus viciosl Quitemos de los ~pncios el sol que nos alum­ bra y les da vida, y quedaría el cáos; quitemos de la sociedad la moral y le habremos arrebata­ do la luz que la conducía por las sendas del d~­ ber hácia la felicidad, y el freno que le Ifmped¡a que se lanzara al abismo. Pues bien, esos niños que pisan diariamente los umbrales de la Escuela, confiados por 8US padres durautp una gran pa~e del .día " la 80­ licitud del Maestro, esos nmos de hoy serán - 232 - mañana los hombres que compondrán la socie­ dad, y sí SU" corazones no salen preparados pnra resistir las adversidades, para g obernm sus acciones segun el dictárnen de la razon v no segun los impulsos de la pasión, para escu"clwl' la voz del deber y de la conciencia, y para arrostrar impávidos el huracan de la corrupcion que troncha en la primavera del alma las flores de los sent.imientos Dobles, en una palabra si no se moraliza en la Escuela con la palabra y con el ejemplo, por mas que se cultive la inte­ ligencia, no se cumple con el alto fin de la Educación. Ilabremos formado ingenios claros, habremos desarrollado facultades intelectuales, habremos encendido un foco de luz en cada mente, y al dar el adolescente el último adios á la I~s~~uela primaria, veremos con dolor que esa misma luz con que alumbramos su mentepueda conducirlo al mal porque omitimos encender al par la luz de los buenos principios en su corazón. Por eso el gran Rivadavia exclamaba: «la E~­ cuela es el secreto de la felicidad de los pueblos» la Escuela si, pero fa Escuela donde la niñez al par que atesora ideas, receje también pora su alma las semillas fecundas del bien. Yo considero á los niños como un plantel riquísimo en cuyo seno duerme el gérmen precioso de los buenos sentimientos que necesita para dar su fruto, del riego benéfico de la palabra del Maes- - 233 -

tro, del estímulo del buen ejemplo, y (aunque se sonreiria si me escuchara algun escéptico) de 13s ideas consoladoras de la Religiou, El corazón del niño es como blanda cera dispuesta á recibir y conservar indelebles las impresio­ nes primeras que tarde ó nunca se borran. En poder del Maestro ese corazon puede convertir­ se- en un Eden de virtudes ó en un autro de vicios, como en manos gel escultor puede el trozo de mármol convertirse en la figura de un áugel ó en -Ia representación del demonio. Los medios que podemos emplear para conse­ guir frutos tan opimos, son tan múltiples corno múltiples son las mauitestacioues del espíritu humano en sus relaciones con el mundo exte­ rior. La obra moralizadora -del Maestro DO durl¡ el espacio insiguifícante de tiempo asignado por los Horarios para la «Enseñanza de la Moral;» ella debe ocupar todo tiempo de las tareas es­ colares y aun fuera del recinto de las aulas puede hacer sentir .su influencia moralizadora. ~Iuchos confunden á este respecto dos cosa~ que difieren entre si coma el todo de In parte; .esras dos cosas son: la «Educación .Moral» y la En­ señanza de la Moral.« Esta se da en días., horas determinadas j enseña preceptos morales y ": glas de Urbanidad; es la enseñanza de una CIen­ cia y por lo tanto. va dirigida á la razon del niño. Aquella es el trabajo asiduo del Maestro en - 234- todas las horas de tarea, de vigilar las acciones del niño para repartir palabras de aliento y de aprobación al deber cumplido; consejos pater­ nales, insinuaciones de amigo, reconvenciones cariñosas, convirtiéndose en juez para enseñar­ les justicia, en superior para infundirles respe­ to, en protector para infundirles confianza y en padre para infundirles amor. Este trabajo va directamente dirigido al cora­ zon del niño y en todas las circunstancias que ocurran en las horas de labor el Maestro encon­ trará medios para inculcar algun sentimiento moral en el ánimo de sus educandos. Hasta las asignaturas más áridas pueden ofrecer estas oca­ siones, y en ellas al par que se graban en la mente las ideas objeto de la lección, puede in­ sensiblemente el eorazon estar interesándose por nlgun episodio moral narrado de paso al dictar una disertación. Pero para arrojar estos preciosos gérmenes es menester que el terreno esté de antemano pre­ parado, como el labrador que arranca las male­ zas antes de encomendar á la tierra la buena cimiente. Observando las acciones del alumno en sus relaciones con el Maestro y con sus compañeros y estudiando el móvil de las mis­ mas y su fin, llegará el Maestro á notal' la parte oscura, las sombras de aquella alma si por des­ gracia las hay, 6 la faz completamente lúcida; si lo primero para hacerle notar aquellas som- a- 235 - hras y despertar un sentimiento de horror en su ánimo, tocando con delicadeza las fibras deli­ cadas del alma é ínfundiénd.Ie esperanza; el niño que sabe que su Maestro le tiene en buen concepto, su mismo amor propio le hace anhe­ lar el DO perderlo y evita las faltasy se va amol, dando hasta poderse colocar al nivel de los buenos, Si las acciones del niña denotan rectitud de intencion no dejemos de prodigarle una palabra de aprobación que sea el prémio más anhelado por él y estímulo mas poderoso para continuar en la práctica del bien. ¡Es tan dulce cuando se cumple el deber, escuchar una frase de enco­ mio de lábios de los encargados de juzgar nuestras obras!... • Hay que cuidar con especial cuidado que los móviles de las acciones del niño no sean ras­ treros ó egoistas; hay que acostumbrarlos á dirijirse por espíritu de deber y para esto ense­ ñarles á escuchar qesde temprano la poderosa voz de la conciencia; esa voz que es la más grata recompensa por las obras buenas, esa \'OZ que nos llena de interior consuelo cuando se practica el bien, y esa voz que ruje amenaza­ dora cuando un acto indigno la oscurece con una mancha; esa voz que, como dice bellísima• mente un escritor contemporáneo, «es el dela­ tor que nos acusa, es el juez que DOS juzga, ,. el verdugo qu~ nos martiriza.» Si el hombre es un «haz de hábitos,» como lo ha Ilarnado el psicólogo y si en la Educación tanto a.y udan al perfeccio­ namiento del individuo, que el habito de dirijir sus acciones según la voz de la conciencia, sea el primero que implantemos en el corazon O(-} niño. Asi le habremos dado una luz. un mues­ tro infalible que le muestre el bien y el mal: ya podrá abandonar la Escuela con la esperauzu de que en el mar de la vida no se estrellará contra los escollos de la perdicion p')rquc He-­ va un piloto que dirije su marcha, un faro qU6 alumbre su camino. ¡A la labor, pues, con ahinco; con fé, que si es árdua la tarea, el fruto es dulcísimo y la satistaccíou es inmensa, educaciouistas todos, y especialmente los encargados de la niñez en este pedazo hermoso de tierra arg-entina donde nací! La época en que vivimos ocupará una im­ portante página en la Historia pátria, Epoca eu que el pueblo pide sus derechos sediento de li­ bertad y 'Té cada vez DH1S su libertad escarne­ cida, necesita la pátria hombres de entera probidad que sepan volver al país al camino a del progreso "j. de la dicha del cual lo aparta­ ron la ambicien y la ineptitud. Nosotros po­ demos formar esa sociedad regeneradora, y la Educacion es la encargada de engendrar en el ánimo de los hombres del mañana, el respeto por las leyes, el espíritu patriótico, el conoci- - 237-

mieuto de los deberes cívicos y p} nmor á In libertad que siempre ha distinguido al pueblo argentino. Iluminar inteligencias; disipar la ignorancia, combatir el error en todas sus formas, abrir ho­ rizontes á la mente, desarraigar los vicios 1 sobre todo plantar virtudes, tal es nuestra ttl- • rea, educaciouistas: si en tan noble empresa sucumbimos, nos restará exclamar: bonum certa­ men certavi; que trabajar por Dios y por In Pátria es conquistar laureles para el alma.

Lobos, 189i.

­.

CORONA FÚNEBRE

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LUI~ JAlJlNTO ~A~TAlllRIXA

1 EL HIA 11. • DE J eLlO HE l~H-l

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CORONA FÚNEBRE - -~ ~ I..UIS JACINTO SANTAMARINA

+EL 1.° DE JeLIO DE 1894

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j)E DCELO

~ll colabol'adol'·intelig·ente y querido dejn hoy vacío su puesto en las columnas de «La Re­ vista», y la tristeza y et dolor en el alma de Jos que aun quedamos con la pluma en la mano y 110S toca trazar este recuerdo. • Luis Jacinto Sautamarina desaparece tem­ prano del campo de lucha de la verdad y del bien, de In escena donde se representa al mundo lo verdadero, 10 bello, lo bueno; precisamente cuando se acerca la hora de pasear esa bandera triunfante, y cuaado mucho esperábamos del temple de su bien cortada pluma. Distinguir el talento, y reconocer el mérito real que se oculta tras el velo de 1a modestia es condicion requerida en la díreccíon de un pe­ riódico. ) .. oja~á siempre no~ fuera ello tan fácil, como ha sido en el caso de nuestro colaborador Sautamartna, á pesar de su íueliuacíon á enCll- brir su mérito verdadero. Sus primeras colabo­ raciones llamaron nuestra atencion: le continua­ mos observando en las siguientes, y le vimos complacidos crecer y lucir. Joven él, parecíanos tener ancho campo de­ lante de sí; aunque el acento de tristeza que, como vaga resonancia, se desprendia de sus ver­ sos; juntamente con su salud qüebrantada, oscu­ recieron más de una vez nuestra pensamiento con inquietud y temores de perderlo. ¡Ellos tienen hoy su confirrnaeion fatal! Nuestro joven amigo, el poeta de los 'Tersos melancólicos, sentidos; de los conceptos senci­ llos y .delícados expresados en castizo lenguaje, que sabia sorprender las armonías del habla castellana, y conocia los secretos de sus caden­ cias, (caminos ocultos por donde el poeta 'va á la gloria): 'Tersos, armonías, y cadencias que eran reflejo de su alma noble, sincera y cristiana, nos ha dejado, para volar en brazos de la Reli­ gión que amó, á recibir el prémio. trás un breve y penoso camino por la tierra. Ilustrado y modesto, caballero, virtuoso, no desdecía de su pluma el ejemplo. ¡De tales cola­ boradores quisiéramos poder ofrecer siempre escritos, poesías y artículos, á los lectores de «La Revista» que hoy con tanto motivo está de luto! I.JA DIRECCIÓN. - 243 - Luis Jacinto Santamarina

El domingo pasado por la tarde falleció en ,Lobos, su pueblo. natal, el apreciadoj6ven con cuyo nombre encabezamos estas líneas. Los lectores de ,,«La Revista. han podido apre­ ·ciar más de una vez si era merecido el nombre de poeta con que cariñosamente lo llamaban sus amigos, pues las columnas de nuestra seccion "literaria, se veisn engalanadas con frecuencias con sus delicadas composiciones, en cuyos ver­ sos siempre suaves y correctos expresaba los sentimientos de su alma bella. Santamarina pertenecia á la geueracion-de los malogrados jóvenes Ramón Gonzalez y 'Pascual Echagüe y era, como ellos, una esperanza ~ara las letras argentinas. Ha muerto en sus mejores años, en el pleno uso de sus facultades .iutelectusles, confortado con los auxilios de la religion y resignado como un santo. · En los últimos dias de su penosa enférmedad, viendo la muerte ya cercana, decía á uu sacer­ dote amigo que con oportunas reflflc~ione8 lo alentaba: «¡qué desgraciado sería yo, SI .conde­ nado á morir tan jéven, DO tuviese en el corazon las 'virtudes de. la fé y la esperanza» r Sobre la. losa del sepulcro que guarda lJUS mortales despojos, podían grabarse como el me- - 244- jor epitafio, para consuelo rle sus amigos que le lloran y de su digna familia á cuyo dolor HOS asociamos, estas palabras escriturales: «...Amado de Dios y de los hombres, su memoria permaneco en bendicion.» R. l. P.

¡ADIOSI (ú la memoria delpoeta Luis Jacinto Santamurina)

Morir en la risueña juventud, es morir como los lirios que no han desplegado del todo sus broches de nieve pura exhalar sus perfumes; asi murió Santamarina, amado de todos los que han leido sus sencillas estrofas ..... Poeta, que gozas ya de In eterna Bondad, per­ dona si mis palabras son profanas; á tu memoria dedico este humilde Adios, junto con una ple­ garia de mi alma.... que siempre te amará! Los sueños de la divina Esperanza con sus ali­ tas de rosas te acariciaron, como las hijas gayas del aire que volfigean en torno de las rosas y entre gracias y donaires les hablan de sus purí• simos amores; ¡cuántas veces, esos mismos sue­ ños con delicados y .ténuea aleteos rosaron tu Jira y á su contacto, exhalaron armonías sus cuer­ das de oro; armonias eolias, notas celestes, refle­ jos de tu alma pura, ávida de luz, de dicha eterna! - ~45 -

jIi; ~ ¿.. Qué deseaste en tus ensueños castos que no Jo poseas por siempret Feliz de tíl.... tu alma ~que fué agradable :11 Señor», flotará "entre los radiantes coros, allí, donde nunca reina la soberana de 13s tinieblas. ¡Poeta dichoso! Ojalá el ángel bello que recogió tus últimos acentos me inspirará, quisiera imitar sus trovas y elevarte una caución digna de tu memoria: entonces me sentiría dichoso porque soñarla sonriente corno tú esa pátrin feliz de las almas' ¡Que dulces los sueños que se realiznnl....

...*~ No tuve la ventura de conocerte, pero conocí tu alma, porque conozco tus versos." ellos'te retratan CalDO eras, sencillo.. amable, virtuoso; sí, tus canciones reflejnn tu" espíritu puro, como la sonrisa anuncia la dicha, como el tiernoarru­ 110 de la t6rtola su casto amor. Por eso, tal vez pr~s·intiendo tu llorada muerte ha dicho un vate coetáneo tuyo, hablando de los poetas: ~«Dejan al morir como las4ore~ Un perfume inmortal; sus p.O~S18S.~ • .... Si te ,hubiera conocidc quizás tuviese. )3 dicha (perdona mi ambiciónl) de llamarte amlgo~ pero ~onozco tus versosy por eso te llamo mi poeta! *** Tú, aborreciste la tendencia moderna, ese lujo bombástico, esas cadencias huecas en que se uculta la vaciedad de los pseudo-poetas que prostituyen el culto de Apolo y deliran por ce­ ñirse una- corona: tú no fuiste je esos. Amabas In sencillez porque sencilla era tu alma y querias reflejarla en tus rimas. Te extasiabas en los rumores del alba, en los encantos arrebolados de la aurora, en la variedad mágica del pénsil, donde viste tantas veces los suspiros del céfiro que embalsama sus aéreas alas con el perfume de las violetas. y en las no­ ches plácidas de la primavera sorprendiste á las hadas en sus coloquios entre las sombras que se embellecen con los hilos de la luz argentada de la reina pálida. ¡Oh Santamarina, segundo cantor del ombú! Tú oiste entre sus ramas siempre verdes y sus flores siempre balsámicas los arrullos de la tór• tola y los trinos del cantor de la noche; y en las arrugas del añoso titán de la Pampa leiste como Dominguez la leyenda de esa raza de gigantes cuyos últimos recuerdos "los evoca el gaucho en sentidas endechas que acompaña con su gui­ tarra! La Fé, la Esperanza, fueron tus grandes idea­ les, porque comprendiste que los descreidos fueron los padres de la decadencia: de las belle- - ~47-

z~s pobres de l~ tierra tendías tu vuelo' lo infí• nito y la fugacidad de la vida la hallaste retra­ tada en una rosa marchita, á quien dijiste con ternura: -«¡Cuánto se parece; oh flor, tu vida á las ilusiones que pasaron; nacieron soñando amor y llorando decepciones se alejaron!»

. Tus últimas palabras son el compendio de tu vida, el aliento de tu inspiracion; ellas han lle­ h~n gndo á mi humilde estancia y me hecho de- • sear la muerte y entrever una eterna.dicha. Quién me diera tu lira ebúrnea para cantarte mi adios! • Mas, ¿qué valen loores de humanos lábios si tu alma goza en los eternas vergeles donde DO se marchitarán las flores de tus sueños? .•.. Poeta! tus sueños se realizaron! Otros habrán adornado tu tumba con coronas y pomposas ño­ res y habrán mojado con sus"lágrimas la fria los~ los que te llamaron con los dulces nombres de hermanos ó de amigo; mas yo que t~ llamo mi poeta no quiero hacerlo con esas flores, cu~ • JOs emblemas han sido profanados por la vana- dad. De los valles de mi lejano suelo quisiera enviarte con una blanca paloma una corona de laurel ornada de violetas :l flor del aire: la pa­ loma, que simbolice tu alma, las humildes flores, la modestia y el amor casto de tus ensueüos.c• y en las hojas de laurel pondría este epitafio á tu memoria: Como poeta fuiste anligo de las flores, y como hombre amante de la oirtudl,... ¡Adios! Cornelio {le la Cruz. - 249-

1:\ )1 E ~I O R 1:\ ~I i\ Ll·IS J:\CIXT() :S.\~T.\'L\RJ~.\

En la edad de la luz y de las flores Lirio, que al cierzo dobleg6 su trente, · En la breve maüana, de tu oriente No has sufrido la vida y sus dolores. Dulce cantor de edénicos amores, Su miel libaste, con afau ardiente. y al r3JTo de tu amor broto,explendeute 1.. 3 flora de tus ritmos soñadores. Has cuido tranquilo en la jornada y JTu vuela tu alma enamorada Sobre alfombra de estrellas J' albostules; y en el sepulcro, que tu polvo encierra ..Abren, pálidas bijas de la tierra, Las violetas sus pétalos azules . Jos! ..lfuI'la Riui.

]jE EL PENS.~MIENrrOtl..~ nOI.. oIlES La sentida p~esía que precede y qne leí en PoI último número de In Revistn «Artes y Letras» i~rresión S~bía prod'1i 0 en mi ánimo dolorosa ... que mi joven amigo SantaJllDrma estaba mma- - 150 - do por la implacable tísis; pero, creía que la muerte no se atrevería á hacer presa de tan be­ lla existencia. ¡Cuán penoso es ver desaparecer del escenario de la 'vida jóvenes tan bien cin­ celados por la sábia mano de la naturaleza, tan llenos de talento, tan colmados por relevantes cualidades y tan virtuosos! Hijo predilecto de las musas nos lega un tesoro: ahi están, dise­ minadas, cual otras tantas hojas de laurel en ho­ menaje á su memoria, las inspiradas y célicas producciones de su pluma, notas cadenciosas y plañideras de su huérfana lira, que hoy vierten, hermosas cual perlas y záfiros, los carrninados labios de los deliciosos niños que pueblan las aulas de nuestras escuelas.

Debido á una fina atención de su desconsolado padre, el señor Luis Santamarina, hemos obte­ nido la sentimental poesía «La Tumba del Poeta.» Es una de sus primeras producciones que ob­ tuvo el premio de honor en un concurso litera­ rio celebrado en Buenos Aires en 1886 por poe­ tas de la talla de nuestro eximio vate Guido Spano. ¡Cuán digna y aparente para orlar, grabada con indelebles caractéres, su humilde sarcéfago en Lobos. Job. - 251 -

DE L.\. BRISA. DE LOMAS DE ZA~IORA

LlJIS JACI~TO S:\XT.·\~IARIX.-\

El fatídico dedo del destino ha señalado una llueva víctima y la Parca inexorable y cruel ha cortado los hilos de oro de su existencia mun­ danal.

Joyen aun rindid ·su tributo á la tierra, mien­ tras. que su alma. tierna y sencilla elevase hácia las etéreas regiones, en el esplenderoso Paraíso de las huries de Mahoma, para prosternarse ante el trono resplandeciente del Dios de la crea­ cion, Dotado de una sensibilidad exquisita, re­ vel6se poeta en su dorada juventud, cantando al son de tiernas endechas, en las que cada es­ trofa era la esencia de su alma tierna y npa- sionada. Buscó en In vida la lucha y en la lucha .su- cumbió su transitoria existencia. La culta sociedad de Lobos está de duelo, con su prematura muerte, y en los magnificos tune· rales que se le preparH, asistirá toda lajuventud de ese aristocrático pueblo, que expresaré C~D su presencia el pésame de sus "migos y ndmi- radores. • . ~ Paz en la tumba del malogradojoven LUIS Ja- I • cinto Santamnrina! • - 252 -

PERDID.\ L:\:\·[E~T.:\B!.E

Víctima de esa terrible enfermedad que con tanto encarnizamiento persigue en todas partes á la juventud, falleció en Lobos el l° del ac­ tual. el inteligente joven don Luis .J. :Santa­ marina. Contaba 25 años de edad y había dado dife- rentes pruebas de sus excelentes condiciones iu­ telectuales, en los puestos de Director de la Escuela número 1 en Lobos y Sub-inspector de escuelas del Saladillo, que desempeñé á satisfa­ ccíon de sus superiores y con las simpatías de sus subalternos. 'I'enía gran afición por la poesía, demostrando sus excelentes aptitudes y gran facilidad, en las numerosas composiciones que deja, las cuales serán publicadas por la familia, en un libro que sin duda alguna será saboreado con placer por los aficionados á la buena literatura. Era hermano de nuestros amigos y conveci­ nos señores José 1". y Ezequiel A. Snutamarina,

á los cuales así como á toda la familia le envia­ rnos nuestra condolencia por la terrible pérdida que acubau de sufrir. - 253 -

LCIS .1.-\CIXTü S.\XT.\:\J.\RIX:\

Víctima de una. larga )" penosa enfermedad, dejó de existir ayer en Lobos el joven Luis J. Santamarina. El extinto era muy conocido tanto aqui como eu la campaña, por haber pertenecido al Partido Radical en diferentes puntos de la provincia de Buenos ...Aires, y por haber colaborado con gran éxito en la parte poética de varias importantes revistas que apareceu en esta capital. ~ Damos á su familia el mis sentido pésame.

DE REVIS'r.-\. DE ENSEi"A.NZ..\. DE LA JlL.o\TA

LCIS JACI~T() SA:\T.·\:\IARJ:\A

Este distinguido joven que desempeñóel cnr~o de Preceptor de Lobos, y el de Suu-Inspector Secreturio en el Distrito del Sal.ndillo hasta fi­ nes del :lÜO próximo pasado, fall"coió el 1.° de Julio último ti los 25 años de .edad cuando el porvenir se le presentaba rlsueüo y halagador. suurumeriua p~rtcnecí8 á uua familia de maes­ tros. Hijo de Ull veterano eu la cnseñ~~za, ~ue lleva prestados muchos y buenos servICIOS a la educacjóu comuu en Lobos, Y hermano de otros - 254- maestros, se dedicó desde sus primeros años á enseñar y á prepararse para rendir exárnen.­ Obtuvo su diploma mereciendo altas clasifica­ ciones y trabajó despues con empeñoso afan para merecer el aplauso de .sus superiores. Ha muerto en el comienzo de la vida, casi niño, dejando la consternacion en los suyos y el sentimiento en los que le conocieron, dedicando los momentos de calma que le dejaba su enfer­ medad, á improvisar sus composiciones poéti­ cas, algunas de las cuales ban leido y aplaudi- do nuestros lectores. I ¡Paz en In temprana tu~a abierta y resig­ nación f para los suyos! --c.. _ e •

LA TC~fB.\ D~:L rOET:\

El señor Luis J. Santamariua, nuestro distin­ guido y generoso ex-colaborador, tan prema­ turamente arrebatado á la vida, es el ~ autor de la siguiente hettR 12oesí~, laureada en 1886 y que parec~ hubiera 'escrito el vírtuoso joven ¡nra.su propia tumba de poeta y de creyen~ recten cerrada sobre sus mortales despojos. La trans­ eribimos como un homenaje ~ su memoria. NOT..~ - La precitada poesía está inclusa en las «Primaverales». Es muy sensible no poder incluir en esta pu­ blicación la «Oración Fúnebre. pronunciada por el señor cura Vicario de Cañuelas don M3nuel Gonzalez Diaz en el funeral que por el alma del extinto celebraron en la parroquia de Lobos al­ gunos de sus ex-condiscípulos del Seminario Conciliar de Buenos Aires, siendo la causa de ello,. la expresada en el escrito siguiente:

~IA~{jEL tiO~ZALEZ -"DIAZ Cura Vicario de Cañuelas . ~ . ... . Cañuelas, Julio !6 de 189\. Mi querido Enrique: el pedido qué por su me­ dio me "buce la afligida famalia Santamarina, me disgusta, porque me" pone en la necesidad de negarles.. lo que desean: no 'poJ'que no ten~·yo sobrada voluntad para acceder gustosísimo¡ lo que piden, sino por serme completamente im­ posible recomponer ahora por escrito, lo que en el púlpito no rué sino natural desborde deI.efec­ to que.mi afligido corazón cODser~¡ba al malo- grado amigo. • Créame, caro amige, lhwa~ pór toda prepa- raeión, el crecido dolor que me causó la noticia de su m_te; y_por todo aliento, la vista dela manifestacién de aprecio y 'estima que le hacia el pueblo' entero llorando su perdida en sus fu- ne;'Je•. Pídc\Ie, pues, quiera disculparme del mejor modo que le sea posible, con tan buena fami­ lia exponiéndoles, en mi nombre, la imposibi­ lidad de hacerlo; que á no- existir tal imposibi­ lidad, creame, lo baria con el mayor gusto porque ello llevaría una gota de consuelo al mar d~ disgustos de la dolorida familia. INDICE

Dedicatoria (á mis amantes padres) . pág. 7 A mi madre . ( 9 A la Natividad de María (soneto) li El ombú 13 Tristezas 18 Adios (á la Poesia) !O Stabat Mater !! Los Mártires . !\ La tumba del Poeta (á la memoria de Josetlna P. de Sagasta) • i9 La primera Jlor de América > :ll A la vieto~Ja \~e Lepanto (soneto) » :\\ Belén » :15 A la primavera ., 38 A la pátria » W La Fé ». ~ Flores á la Virgen Maria » \ti Lágrimas i6 Mis deseos (á mi amigo Nieolas A. Redondo) 61 Lágrima (sobre la tumba del malogrado Sr. E. Pa· lacios) . t» 66 Amistad (á mi amigo Claudio M. Cuenca) 6i Soledad 69 Ay... 71 I.Ja vida (soneto) 7i A una golondrina 76 Amor (Imitaeion de José Márulol) · i9 Spes única NO Sol de M:LYO » H4 Sodando » 90 Rimas _ 9! 1'U8 tlores • 96 Ayer y hoy » 100 Sin titulo Becqueriana .pá g. tos Lamentos del poeta. » ttt Recuerdos (idilio) • tts Acróstico » t33 La. noche » 13~ El primer beso » 138 Asi... » {39 Intima {&~ Asonantes (á mi amigo l. R. A.) {fl8 Flores de alma 1~9 La Esperanza (soneto) {55 Ámame l56 A ti t58 A ... (en un album) 16\ Al triunfo de la Union Cívica » 165 .At,rÓstico » l~O Salve oh Patria » 17t A la.Pátria » 17~ En la tumba de un niño » 177 Desengaño • 179 Canto á la Escuela » 18' Himno á Colón » t93 Ausencia. » t95 Caridad (dedicado á la Sociedad de Beneticencia de Lobos) 197 A orillas de un arroyo iOO A la memoria di Célia M. serrano ~ll Esperanzas ~ti 'Primaveral it8 Feliz año nuevo (á Vicenta G, de Lajon y Celestino Lajon) » ~il Epitalamio (á mi querido hermano Ezequiél) » ~i~ La.educación y la moral (disertación) » ~j7 Corona fúnebre » ~i