Y , SEÑORIO DE LOS XIMÉNEZ DE URREA, EN 1449

Encarnación Marin Padilla C.S.I.C. Madrid

Hace ya algunos arios que, en unas de mis visitas al Archivo de Proto- colos Notariales de La Almunia de Doña Godina l, encontré la documen- tación que ha set-vido de base a este trabajo y que está fechada en 1449; pero ha sido ahora, con ocasión de este homenaje, cuando me he decidido a estudiarla. Dicha documentación muestra la vida cotidiana, tanto de cristianos como de moros, residentes en la villa de Aranda y en el lugar de Jarque, con tal vivacidad y realismo, y describe sus problemas de fronte- ras, abusos de poder en los que se vieron implicados cargos oficiales, apre- samientos, robos, órdenes y contraórdenes, tan a lo vivo y tan sufrido, que no he podido resistirme a insertarlos en sus partes más expresivas. Pero antes de referirme a ellos, sepamos algo de los lugares donde acaecieron los hechos narrados. La villa aragonesa de Aranda, situada en frontera y, por tanto, con frecuentes incursiones de castellanos mientras duraron las contiendas entre éstos y los aragoneses en el siglo XV, se abría al exterior por tres puertas: la del Pozo, la de Cihuela y la de Albaneja; sus términos los rega- ba el río Aranda —afluente del Jalón— que se forma al pie de la , por la unión de varios arroyos que nacen en las estribaciones del Moncayo; de ahí que se la conozca hoy como Aranda del Moncayo. Cerca de esta villa, a unos 13 km., se encuentra Jarque, lugar situado en la misma sierra del Moncayo y al que baña también el río Aranda.

IL.A.APN., fondos de Epila, notario Martín de Marín, año 1449.

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Aranda y Jarque, con sus respectivos castillos, pertenecieron al serio- río de los Ximénez de Urrea y, en 1449, concretamente a don Lope Ximé- nez de Urrea, serior del vizcondado de Rueda, señor de Epila, luego virrey de Nápoles y de Sicilia, de cuyo matrimonio con doña Calatayuba de Cen- telles y de Urrea2, nacería su hijo Lope. Los moradores de Aranda y de Jarque, vasallos cristianos y moros, se vieron siempre mediatizados por la estratégica situación geográfica de sus lugares de residencia. Cuando don Lope, hijo de don Pedro Ximénez de Urrea y de María de Bardaxi, alcanzó la mayoría de edad, nombró procurador general suyo al escudero zaragozano don Francisco Murioz 3, cesando en su puesto el notario Antón Navarro, ŭltimo procurador general conocido, nombrado por sus tutores, el justicia de Aragón Berenguer de Bardaxi, don Ximeno de Urrea, serior de , y mosén Juan de Bardaxi. La posición del escudero zaragozano don Francisco Murioz, similar a la de los procurado- res generales de otros seriores, adquirió más relevancia con la ausencia de don Lope de su señorío. El procurador general tuvo que resolver por sí mismo los asuntos de la familia Ximénez de Urrea y decidir, antes de con- sultar al serior, tanto en la villa de Epila 4, como en los demás lugares del seriorío, entre los que se encontraban la villa de Aranda y el lugar de Jar- que, como he dicho. Los oficiales regidores de Aranda habían ocasionado serios proble- mas a finales de la primera mitad del siglo XV, concretamente en 1448, al procurador general don Francisco, que ordenó llevar presos al castillo de Mesones —también lugar de don Lope— al justicia, al alamin, a dos jurados cristianos y a dos jurados moros de Aranda5. Poco después, surgieron graves competencias sobre la gobernabilidad de Aranda entre los oficiales, que recibían órdenes de don Francisco, con las facultades inherentes a su cargo de procurador general, y el escudero Juan de Lirián, alias García de Vera, serior de Pomar, alcaide de Jarque y a quien don Lope nombró, además, capitán de Aranda6.

2A dicho sefior me referí más extensamente en mi estudio La villa aragonesa de Epila en el siglo XV: sus judíos, SEF L111 (1993), (en adelante La villa de Epila); en prensa. 3Actuaba como procurador de don Lope, al menos, desde 1430, pero el señor volvió a otorgarle poder en 1436, y el 1 de diciembre de 1438, ante el notario Bartolomé Crespo, vecino de Munébrega, aldea de . villa de Epila; en prensa. 5 El 26 de agosto en Mesones, el escudero Juan Sánchez de Sarriá, lugarteniente de alcaide del castillo de dicho lugar, que tenía presos a dichos oficiales por orden de don Francisco, entregó "a capleuta" al ala- min de Mesones, que se lo había pedido, al justicia y alamin de Aranda, solamente, con la condición de que no salieran del lugar "en sus piedes ni allenos, ius pena de cient florines a cada uno que el contrario excepto que les dio licencia solament pudiese fines al vergel del senyor e no a otra part ninguna"; con esa condición los recibió el alamin de Mesones (L.A.APN., Martín de Marín, 1448, fol. 60). 6Un Juan de Lifián, mayor, fue escudero de don Pedro Ximénez de Urrea, padre de don Lope. El 8 de noviembre de 1412, el escudero Juan renunció en favor de Ybrahim de Hazan, moro de Rueda, su

554 ARANDA Y JARQUE, SEÑORIO DE LOS XIMENEZ DE URREA, EN 1449

Este ŭltimo nombramiento lo había notificado el serior a la villa, en carta fechada el 22 de agosto de 1448 en Palermo, dirigida "A los amados nuestros, los amados los alcayde, jurados e honbres buenos de la mia villa de Aranda"7. La carta decía así: "Honbres buenos, certefico vos que yo confiando de la fe, lealdat e suficiencia de Garcia de Vera, scudero porta- dor de la present, lo he constituydo capitan de aquexa villa e tierra en tiempo de guerra; por que vos mando que al dito Garcia de Vera dereys toda favor, consello e ayuda, toda hora e quando necesario sera e por el requeridos ende sereys e obedecerlo en todas cosas como a la mia perso- na. Et de esto no metays dubdo ni dificultat alguna; dius scripta de mi mano"8. La llegada de García de Vera a Jarque, como alcaide, y a Aranda, como capitán, no gustó a todos los del lugar y la villa. Seg ŭn comunicaron al procurador general, y al parecer mintieron, el escudero García de Vera se presentó a todo el pueblo de Jarque y dijo: -"Honbres buenos, de aquesta hora en delant a ninguno de vosotros todos, asi popular como sin- glar, no vos cabe socorrer por ninguna cosa al procurador Francisco car yo traygo poder bastant del senyor don Lop a poder fazer vostros negocios todos". Algo similar había manifestado, segŭn decían, el nuevo capitán cuando se presentó en Aranda con su nombramiento y afirmó "que no cabia scrivir de res ninguna al procurador ni a ninguno otro, quel trahia poder de livrar los fechos todos de Aranda e de Exiarch". No era ajeno a la situación de rechazo, por parte de algunos, el proce- der de Sancho de Vera, a quien el escudero García había nombrado lugar- teniente de alcaide. Los informadores de don Francisco parece que falsea- ron también, cuando le comunicaron que Sancho había dicho que "no culliesen" al procurador don Francisco ni lo "dexasen entrar". Las noticias que de Aranda y Jarque llegaban al procurador general don Francisco eran inquietantes. Cuando vino a Jarque desde Villarroya, "con quatro de caballo", el zaragozano Juan de Valconchán —procurador también del serior don Lope y yerno del procurador general—, Sancho de Vera había dicho que "ipor el cuerpo de Dios!" ni él ni los suyos entrarían allí. Al parecer, la negativa surgió porque al preguntar Sancho: "—i,Qué gentes soz vosotros que querez entrar?" le respondieron: "—No lo podez saber quién somos". Entonces fue cuando el lugarteniente de alcaide dijo:

derecho en unas casas de la parroquia de San Pablo, en , en el barrio de "El Rayal" de la morería (L.A.APN., Remiro de Sádaba, 1412, fol. 11). 7Escrita en papel y con el sello de cera bermeja de las armas de los Urrea en el dorso. 8Dada la limitación de páginas de este homenaje, prescindiré de las notas de cada apartado a partir de aquí, ya que la documentación procede del protocolo del notario Martín de Marín, año 1449. Si no fuera así, lo haré constar.

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"—Pues en buenha fe, pues dezies que no querez decir quien soz, non higne entrarez". Don Francisco tuvo conocimiento, además, de un asunto de suma gravedad. Vasallos de don Lope habían sido apresados en la torre de Noviercas, por cuya causa Aranda y Jarque estaban indefensas y "despo- bladas". La culpa toda del suceso no podía achacarse al alcaide y a su lugarteniente, pues no obligaron a nadie "por contreyta, si quiere manda- miento" a ir "a la presa de la torre de Noviercas, do son stados presos", sino que fueron por su propia voluntad; pero era cierto que Sancho de Vera "anprava si querian hir a fazer cavalgada a Castiella". Una de las personas que tenía al corriente a don Francisco de lo que en Aranda y Jarque pasaba, era el alamin de este lugar, Avdalla de Ove- car, a quien le habían destrozado "los vasos ... de su abellar", por lo que se "congoxava ... del dapnage de sus colmenas, mas de los quales todo el pueblo lo havie por mal feyto". El alamín Avdalla atribuía todos sus males a la llegada de los nuevos oficiales, aunque no se sabía que hubiera nadie "faziendo enquesta" contra él ni que se le hubiera dicho "que ha él no havia poder a ninguna cosa e que ya hera fuera de todo regimiento, que bastarle devria haverlos regido mas de XXXX anyos", cuando fue a cobrar a uno de los vasallos parte de la pecha del serior. Lo que sí se le oyó decir a Sancho de Vera fue: "—A buenha fe, alamín, alamín, a buenha fe"; pero lo mismo le decía Avdalla al lugarteniente de alcaide. En Jarque se sabía que quien informaba en secreto al procurador general don Francisco era el alamín Avdalla, y que "como estava mal con él" el vicario, que era quien le escribía, tuvo que ir a , al "Donze- llon", o a , para hacerlo. Sin embargo, no parece que fuera cierto que Sancho de Vera le dijera en cierta ocasión: "—Yo sé que vos haveredes enbiado correu secretament al procurador a Caragoca"; y que al negarlo el alamín y preguntarle que quién se lo había dicho, el lugarteniente de alcaide afirmara: "—Yo tiengo un diablo que me lo dize todo; e sobre aque- llo le havia dito pro de malas palavras". Por si todo lo que se le comunicaba fuese poco, don Francisco supo que las órdenes que daba a los oficiales ni se respetaban ni se cumplían; señaladamente cuando se "penyoraron" al alamín de Aranda, Ali el Mallo, diez carneros injustamente, porque "todos los ganados de los vasa- llos" de don Lope Ximénez de Urrea podían pacer en todos los términos de los lugares del señor, "visto el tiempo de la guerra que de present hera de Castiella a d'". Uno de los jurados explicó que cuando se peño- raron, él estaba en Zaragoza, pero al volver había "tenido manera que los carneros se tornasen e sabia que se havian tornado". Luego, al regresar Sancho de Vera, de Aranda, mandó a los oficiales de Jarque o a "los mesageros" de este luga-r "que tornasen a penyorarlos". Fue entonces,

556 ARANDA Y JARQUE, SEÑORIO DE LOS XIMENEZ DE URREA, EN 1449 cuando el procurador don Francisco escribió que "le havia dado licencia al dito alamín e a qualquiere otro de Aranda pudiesen paxer, no alli en Exiarch, mas en todos los montes del senyor, guardando pan e vino e def- fensas, por causa de la guerra"; y ordenó que devolvieran al alamín Ali las péñoras. El justicia fue a comunicárselo a Sancho de Vera y éste le dijo que dichas péñoras las tenía por orden del alcaide García de Vera y que no las devolvería sin su permiso, aunque lo mandara el procurador. Siete personas fueron desde Jarque a Aranda a decir al alcaide que mandara a su lugarteniente devolverlas, pero García de Vera les dijo: "—Honbres buenos, de aqueste negocio todo vosotros nonde curez de ninguna cosa"; que hablaría en Zaragoza con el procurador general, de ésta y otras cosas, "e alla yo determinare aqueste feyto todo con el e vos sacare de todo aqueste fecho e nonde paseredes pasion ninguna". Ese fue el motivo, se justificaron los oficiales, de que las órdenes del procurador general no se cumplieran y hubieran optado por no escribirle. Pero de todo este asunto, lo que don Francisco supo fue que dos de aquellos carneros los tuvo San- cho de Vera a la puerta de la casa del justicia, "diziendo quien los queria degollar" y que, al pasar el jurado Mahoma Toledano, que venía de la herrería, le rogó que lo hiciera y él, como no sabía nada, los degolló. La grave situación creada y los posibles abusos de poder del capitán y alcaide y de su lugarteniente, obligaron al procurador general don Francis- co a personarse en Aranda, el 15 de junio de 1449, para pedir a los regido- res del concejo cristiano y aljama mora que le mostraran la carta de nom- bramiento de García de Vera, como capitán, "por tal quel queria veyer aquella e leyrla e veyer a quanto bastava el poder" que le confirió el señor don Lope Ximénez de Urrea. Al día siguiente de tener conocimiento del texto del nombramiento, don Francisco requirió a los oficiales de Aranda, cara a cara y en casa del alamin Ali el Mallo9, porque no cumplían sus órdenes'°, segŭn se estipula- ba en "todos los regimientos, si quiere hordinaciones hordenados" entre él, "asi como a persona del senyor", y los oficiales; "no usavan ni exercian en ninguna cosa en res" con "grant dapnaje al pro comun"; y no evitaban "distorbos", cosas todas que afectaban al serior y a la "destruccion" de la villa. Luego los intimó a cumplir sus funciones, seg ŭn estaba estipulado, o procedería contra ellos y se atendrían, además, a las penas acordadas por su incumplimiento. La respuesta de todos los oficiales fue que "entendian observar e cumplir", segŭn los capítulos de dichas ordenaciones, "en el pro e bien abenir del pro comun e de la villa de Aranda".

9Es muy posible que dicha casa fuera una de las mejores y más espaciosa de la villa. Don Francisco también recibié en "la canbra, si quiere scriptorio" de esta casa. i9Se ignora a qué órdenes se refería don Francisco y la importancia que tenfan para la villa.

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El martes 17, procedió don Francisco a informarse de los realmente sucedido en la villa y en Jarque, interrogando al justicia, a un jurado cris- tiano y a tres jurados moros de este lugar". Tres días después y por orden del procurador general, estaban todos presos en Aranda, por desobedecer, como oficiales, las órdenes que les mandó por escrito. El asunto terminó con la inhabilitación de todos los oficiales regidores y el nombramiento de nuevos oficiales para ocupar sus puestos. Era acuciante resolver la situación de la "villa de Aranda, si quiere lugar de Xarch", "despoblados" porque "pocos dias ha", vasallos de don Lope habían sido apresados en la torre de Noviercas. Don Francisco trajo de otros lugares del seriorío "cinquanta ballesteros, e ultra aquellos" don Pedro de Urrea, hermano de don Lope, y don Ximeno de Urrea le habían enviado quince ballesteros más, ya que Aranda y Jarque eran lugares que, "como sabez, stan muy periglos a poderse prender o furtar por los caste- Ilanos". El jueves día 19, el procurador general mandó "tres ballesteros a hir a roldar" durante la noche, "por de dentro de la villa al enderredor de manera que fuese millor guardada". Los ballesteros, dos de Almonacid y uno de Sestrica, estaban "plegados todos a la casa de las Penyellas", segŭn costumbre; allí se dirigió García de Vera con otros oficiales y dijo a dos de ellos: "—Vosotros que aqui soys venidos por roldar ytvos en buena hora a dormir y folgar, que quien a bellado e feyto la rolda sinse a hir, se la fara d'aqui avant"". Cuando se informó a don Francisco, volvió a enviarlos, como persona del serior, puesto que nadie podía ordenar lo con- trario". El enfrentamiento cada vez más patente con García de Vera y las contraórdenes a lo que mandaba, movió a don Francisco, como procura- dor general y persona del serior, a exigirle las llaves de las puertas del Pozo y Cihuela, aŭn en poder del capitán. El sábado 28 de junio, a través del justicia y dos jurados moros, se las pidió el procurador general; pero García de Vera se negó a entregarlas, a menos que se reuniera el concejo y pŭblicamente don Francisco lo revocara de la capitanía y poder en la villa, que le dio el serior don Lope. Dos días después, nuevamente en casa del alamin Ali, don Francisco tuvo noticia ante el justicia de la villa, seis jurados cristianos, cinco jurados moros y "otros asaz" que se encontraban allí, del sospechoso y permisivo

uPascual López, Antón Millán, Mahoma Toledano, Ybrahim el Molinero e Ybrahim Morisco, res- pectivamente. Ellos fueron los informadores de todos los hechos comentados con anterioridad. 12E1 final de la línea aparece borroso. 13E1 viernes 20 de junio en Aranda, en las casas del alamin Ali el Mallo, ante el escudero y alcaide Martín de Gotor y un clérigo, compareció don Francisco y les pidió su ratificación sobre todo lo sucedido con los ballesteros que trajo; ambos ratificaron, ante el notario, que las cosas sucedieron así efectivamente.

558 ARANDA Y JARQUE, SEÑORIO DE LOS XIMENEZ DE URREA, EN 1449

comportamiento de García de Vera con los castellanos; los hechos habían tenido lugar no hacía tres meses. Seg ŭn explicó el alamin Ali, él y todos los oficiales que ahora estaban presentes, y "de voluntat de grant partida otra del pueblo", acordaron ir a hablar con García de Vera, porque "havian por mal e por fuert greu que sciertos castellanos que de Castiella heran venidos a la dita villa, asi a favlar con él como con algunos otros sin- glares ... aquellos no quisiese consentir entrasen ..., attendido el debat, si quiere guerra ..., los quales eran muyt gelosos e de grant suspeccion a los de la dita villa, causa porque aquesta villa estava en frontera e era difficil a poder tomar qual que inconvinient, por do aquesta villa poria venir a dotal perdizion, o al menos ya que entravan aquellos, estasen secretament en una casa ... e de aquella ellos contractasen con aquellas personas que ellos devian contractar o fazer algunas cosas". Encontraron a García de Vera ante las puertas de la iglesia y los regidores pidieron al alamin que fuera él quien explicara lo que todo el pueblo pensaba. Aunque "fue asaz greu" para él hablar en nombre de los demás, "visto la voluntat de todos", el ala- min informó a García de lo que en el pueblo se pensaba. En el mismo ins- tante que terminó de hablar, le dijo el capitán "con grant furor": "—Ala- min, todas aquestas cosas e todas aquestas falsias vos las rebolvez e las ordiz e no otro ninguno et estó en punto de lancarvos preso e que de alli vos no salgaz daqui a quel senyor don Lop ... vienga, que vos todos tiem- pos scriviz falssias e malvestades al procurador Francisco ... e faziet entra- mos a dos quanto podaz de todo lo pior, car nuncha andaz en otro vos e él sino por destroyr aqueste pueblo e tal poder nuncha vos ni él avrez mien- tre yo sere capitan. Et por tanto que sé que vos nuncha feches sino scrivir al procurador de quantas malvestades vos podez e sé que vos avez mena- cado a Sancho de Vera e a mi, diziendo que vos farez con el procurador que saque a mi del alcaydiado de Exiarch, por tal que los havisava que vos non cobrariz vostros carneros aquellos que alli en Exiarch vos son stados penyorados e fazet havisadas entre vos et el procurador quanto el diablo vos puede ayudar e scrivir bien de aquesto todo entramos al senyor don Lop ... que yo no precio vostro scrivir ni el suyo mas que aquella palla que jaze en aquel suelo. Et pues yo so capitan de aquesta villa, yo so aquel que acollire a los que me querre e lexare entrar por la villa de Aranda a los que bien visto me sera, a desplazer de aquellos que mal les parecera e no mende stare por vos ni por ninguno; car bien yo sé que vos alamin havere- des dicho e scripto al procurador encara como yo abro las puertas de la villa de Aranda de noche a los que me quiero e encara que letreho con los castellanos; pensat alamin, que aquestas cosas yo las sé que vos las havere- des dicho e scripto e otras muytas de mi, de las quales no curo de present fazerne mencion et qui tales cosas faze e dize de mi, pensat que yo lo casti- gare en tal manera quel sera bien castigado." Asustado por todo lo que me dijo, continuó explicando el alamin a don Francisco, "yo le satisfazit en

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aquello que yo pudie e con justa razon, affirmandole no seyer aquello dicho ni fecho por mi, segunt el me opposava"; pues "nos acoso alli a todos, en tal manera, que no fue honbre ninguno de los que alli eramos ydos a él por part del pueblo, que le gosas dezir ninguna cosa en contrario de su oppinion; pero ellos son aqui present vos diganvos todos si pasaron todas aquestas palavras". Entonces los "jurados, si quiere regidores", tan- to moros como cristianos, manifestaron ante el procurador que esas fue- ron las palabras que el capitán profirió; y don Francisco pidió al notario que levantara acta de todo lo expuesto. Ante esta información de los oficiales de Aranda, parece que don Francisco decidió poner fin a la entrada de castellanos en la villa, sin su permiso; pero su postura no hizo más que aumentar las hostilidades y pro- ducir un nuevo motivo de enfrentamiento entre él y el capitán García de Vera, sobre quién mandaba en la villa realmente. El viernes 5 de julio el escudero Antón de Linares, lugarteniente de alcaide del castillo de Aran- da, compareció ante don Francisco y le habló así: "—Honorable procura- dor, ya sabez como yo asi como lugarteniente de alcayde e de mandamien- tro vostro, yo fue a prender a un castellano qui hera venido ensenble con un capellan vicario el qual castellano hera del lugar de Garray, lugar qui ys del regno de Castiella e aquesto por tanto qui el dito castellano hera venido a la villa de Aranda sinse haver guiatge e salconduyt de vos mon- senyor, attento la guerra qui de present ys Et como yo fue de manda- miento vostro a prender el sobre dito castellano, yo trobe aquel a la puer- ta de la villa, el qual stava por sallirsende e de hirsende (a) su lugar de Garray e como yo lo trobas ally yo lite mano e le dix quel se tenies pren- der preso de mandamiento vostro. Et como yo lo pres, his venido Garcia de Vera, scudero e capitan que se dize seyer de la villa de Aranda, e ame tirado aquel e presolo a mano suya, diziendo quel no consentiria que yo lo prendiez daqui avant; yo lo he aquesto por resistencia, notiffico a vos lo remediat higne en aquello que vos conocereys que de razon e de justicia se deve remediar". Una vez informado, don Francisco pidió al notario que levantara acta de lo que había oído. Llevaba el procurador general casi un mes en Aranda y el asunto de la desobediencia de los oficiales —después del requerimiento del 16 de junio—, pospuesto hasta recabar información más completa de lo sucedido, estaba pendiente. Por ello, una vez recibida la notificación del lugarte- niente de alcaide del castillo de la villa, sobre el preso castellano que se llevó el capitán García de Vera, mandó convocar al concejo cristiano y a la aljama mora de Aranda. El 8 de julio se reunieron ambos en casa del alamin Ali el Mallo, como era costumbre, con asistencia del justicia, cinco jurados cristianos, cuatro jurados moros, el alamin, trece cristianos y catorce moros. Allí

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compareció don Francisco y les dijo: "—Justicia, alamin, jurados e honbres buenos, creho que ninguno de vosotros no ignoraredes ni poderedes igno- rar como por mi, asi como a procurador qui so por el senyor don Lop ..., senyor vostro, no vos aya scripto diversas letras faziendovos a saber por virtut de aquellas muytas e diversas cosas tocantes grandament en el regi- miento, governacion de aquesta villa e preffet e honor del senyor vostro e de todos vosotros, de las quales cosas los officiales qui son presents e encara todos vosotros en general veho nonde haveredes fecho ningunas de aquellas ni encara muyto menos havermende querido scrivir que hera la causa por que vosotros no las faziaredes por mi, attento asi como i a pro- curador vos heran mandadas fazer; porque aquesto visto yo la inhobedien- cia de todos vosotros e muyto mas la rebellion de los officiales aqui, todo el cargo de lo sobre dito hera remeso, soys dignos todos que yo en persona de senyor, partida de ves vosotros e de cada uno de vosotros, asi como a rebelles e crebantadores de los mandamientos mios, asi como a persona de vostro senyor, de punicion de vostras personas e de condepnacion de pecunia aquella que a mi sobre aquesto bien vista me sera, pero a present por algunos ignorantes ad aquesto fazer me turban, yo me retengo en mi aquesto fasta tanto et quanto a mi bien visto me sera a pronunciar higne jux et segunt los meritos razonables de los actos sobre ditos lo requieran, pero no obstant la deliberacion por mi a todo lo sobre dito reservada. Et por tanto que en aquesta part de todo en todo puede seyer atribuyda aquesta culpa mas a los christianos que no a los moros e sobre todo a Anthon Marco, justicia, e Domingo Uzenda, jurado, qui presents son, los quales son stados en causa principal, ellos solos por seyer officiales, a no complirse ni fazerse todo lo por mi mandado, por tanto agora pora la hora pronuncio e do por sentencia en presencia de todos vosotros que ellos sian removidos de los officios que cada uno dellos de present tienen, ys a saber ... del justiciado e ... de jurado, mandandovos a todos vosotros que soz presents e encara a los absentes qui a los sobre ditos ... rio ayaredes de aqui adelant por justicia ni ... por jurado ius pena, yra e indignacion del senyor e de cient florines por cada uno quel contrario fara de lo sobre dito por mi de present mandado, hit encara vos mando a todo el pueblo que a los sobre ditos justicia e jurados (sic) no siaredes osados ius virtut de las sobre ditas penas e de la yra e indignacion de vostro senyor de no meter- los en officio, benefficio ni reguimiento ni en consello del pueblo ninguno, como yo agora como de nuevo los remuevo de los sobre ditos officios e que en aquellos ellos no caban por tiempo de cinquo anyos primeros vinientes e continuament complidos de hoy data de la present". Al termi- nar de hablar, el procurador general requirió al notario para que levantara acta de lo expuesto, con el fin de que pudiera presentarla donde convinie- ra como las anteriores. A continuación, don Francisco nombró a dos veci- nos de Aranda, respectivamente, justicia y jurado, "visto que la villa ...

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estava mal sinse justicia, si quiere jurado, attendido el tiempo seyer a tal en el qual la sobre dita villa no stava bien menos de justicia ni de jurado". Los nombrados juraron, sobre la cruz y los cuatro evangelios, delante de todo el pueblo, el notario y testigos, "levarse bien e lealment cada uno dellos en sus officios". Mientras el procurador general iba guardando las actas notariales que justificarían y explicarían ante el serior don Lope las decisiones tomadas en tan desagradables cuestiones, los vecinos de la villa fueron compren- diendo que don Francisco procedía contra ellos por incumplir sus órdenes, aunque alguna culpa tuviera el capitán García de Vera, en abierto enfren- tamiento con él, y optaron por informarle de todo lo que pasaba en Aran- da. Al día siguiente del cese de los oficiales, en la casa del alamin Ali el Mallo, el procurador general don Francisco fue informado por un vecino, que con otros estuvo por la mariana "a las Penyellas", de que aparecieron "a la loma de la forca de devant de nosotros seys ginetarios", que dije- ron eran del capitán de la torre de Pomar, Juan Gontanllez, y de que, apartándose dos de ellos, les dijeron así: "—Dezit al procurador que salga daquia daqui, que queremos favlar con él por parte de Johan Gontánllez". Al no contestar ellos, ariadieron: "—Folgat, folgat, no curez, datvos plazer"; y se fueron. Como al oír estas palabras, les parecieron "mas en son de manacas que no de otra cosa", por eso él le informaba, terminó de explicar el vecino. Entonces el procurador general requirió al notario para que levantara acta, que presentaría donde conviniera, y se dispuso a espe- rar al capitán de la torre de Pomar. El jueves día 10, en la casa del alamin Ali en Mallo, ante el procura- dor general de don Lope, el notario, testigos y otros del pueblo que allí estaban, se personó el escudero Juan Gontánllez, capitán de dicha torre por el serior rey de Navarra, y le dijo: "—Procurador, segunt que a mi noti- cia ys proveido, que vos teneredes presos en vostro poder tres cavalleros de mi conpanyia, los quales son con mi ensenble en la guarda de la torre de Pomar e son criados del senyor Rey de Navarra e del senyor Maestre de Calatrava, su fillo, los quales yo no sé causa ninguna porque vos me los devaredes tener presos; porque vos requiero aquellos vos me queraredes dar de continent; sino en otra manera protesto contra vos e vostra persona de los dapnages que por la defalta dellos a mi, como a capitan e a la torre de qui yo so capitan, se poria subvinir por causa de vos no darme aque- llos"; luego requirió al notario para que levantara acta de su requerimien- to. Don Francisco le contestó que él tenía presos en la torre de Pomar a Pedro Ponz y a un castellano que se dirigían a Agreda con "guiatge e sal- conduyt" suyo, "et los havies preso contra toda justicia e toda razon, attento él haver aquellos guiados, asi como a procurador del noble senyor

562 ARANDA Y JARQUE, SEÑORIO DE LOS XIMENEZ DE URREA, EN 1449 don Lop Ximenez d'Urrea, senyor de la villa de Aranda. Et que como él havies crebantado las patricas e observancas del Regno de Aragon e del senyor de Aranda, la qual injuria reputaba en suma, si quiere numero de X florines, que lo requeria quel le das los sobre ditos hoc encara dos alquezes de vino vermello quel ensenble con los sobre ditos presos havian tomado de Johan de Aranda, vasallo de la villa de Aranda; en otra mane- ra él seyendo remiso a no darle los sobre ditos presos con el sobre dito vino, que protestava contra su persona e bienes e de la injuria, si quiere dapnages que sobre aquesta causa se porian subseguir al Regno de Ara- gon, asi como a crebantador de guiatges e al sobre dito don Lop de contra juntes e a la villa de Aranda"; luego requirió al notario para que levantara acta de su respuesta. Por si lo aducido por don Francisco fuera poco, al día siguiente y en dicha casa, el vecino moro Juce el Pastorm informó al procu- rador general, "si quiere judge que vos soys por mi senyor don Lop", de que hacía unos días le habían robado quince gallinas y unas ovejas de su corral "de fuera de la puerta d'Albanexa, alli en la cuesta"; y de que de estas ŭltimas se encontraron en Pomar cuatro blancas y dos morenas. Juce presentó luego a tres moros de la villa, como testigos de su información, quienes corroboraron lo manifestado, después de jurar decir la verdad, ya que conocían su hierro y "senyal de la orella". Finalmente se requirió al notario para que levantara acta de lo expuesto "a conservacion de su drey- to en su tiempo e lugar demostradero". La actividad del procurador general no cesó en Aranda, desde media- dos de julio" y los meses de agosto y septiembre: recibió quejas, mandó hacer emparas, ante él se dieron "voces de apellido", etc.; pero de todo ello hay que serialar, por atarier directamente al asunto que nos ocupa, que don Francisco tuvo que nombrar procuradores de algunos de los cau- tivos moros, presos en la torre de Noviercas, en Agreda y en Soria, en poder del noble don Juan de Luna —casa con la que frecuentemente estu- vo enfrentada la de los Ximénez de Urrea. Los procuradores nombrados pudieron así vender bienes inmuebles de los presos, aunque con "carta de gracia", y obtener los sesenta y cinco florines de oro que se exigía por el rescate de cada cautivo. Como mejor le pareció o pudo, fue resolviendo el procurador general don Francisco las diferentes cuestiones a las que tuvo que enfrentarse des-

14A él me referí en Los moros de- , lugar aragonés de señorío, en los siglos XIV y XV, Al- Qantara IX (1988), 290-292. día 26 de julio, de las treinta caballerías a las que don Lope Ximénez de Urrea tenía derecho, por gracia y concesión del rey don Alfonso, su procurador general don Francisco asignó una de las tres que había sobre la comunidad de aldeas de , vacantes por la muerte de un escudero —a quien don Lope se la había asignado— a otro escudero.

563 ENCARNACION MARIN PADILLA de su llegada a Aranda, incluidas las negociaciones con los oficiales de Agreda, en relación con los vasallos presos. Pero no estaba en sus manos poner fin a los continuos incumplimientos de los pactos de cese de hostili- dades y hermandades, firmados entre castellanos y aragoneses —que quizá la presencia de don Lope en tierras de su señorío hubiera aminorado—, ni conseguir la devolución de algunos de los presos. Consciente de esta inca- pacidad, don Francisco recurrió a don Juan, rey de Navarra y lugartenien- te general de Aragón, para que mediara en el asunto, pues por esos días confirmaba y daba licencia a los oficiales de Calatayud y de su comunidad de aldeas, elegidos para firmar hermandades con Soria, Gómara y sus tie- rras. El rey don Juan comunicaría al procurador general de don Lope su intención de escribir una carta a dichos oficiales, en la que les ordenaba lo que debían hacer al respecto. Como no era posible, tal como estaban las cosas, que don Francisco se ausentara de Aranda, el 22 de octubre nom- bró procurador para que lo sustituyera, como procurador de don Lope, al citado zaragozano Juan de Valconchán, con facultad de poder comparecer ante cualquier oficial de Calatayud y sus aldeas, y presentar cartas del rey de Navarra y lugarteniente general de Aragón, en relación a don Lope y sus vasallos. Al día siguiente de que se otorgara el poder, jueves 23, compareció en Calatayud el procurador sustituto ante el justicia, jurados y otros honora- bles hombres de dicha ciudad, como procurador de don Lope, y presentó una carta del rey de Navarra, dirigida "A los amados nuestros, los justi- cias, jurados, procurador, regidores, officiales e honbres buenos de la ciu- dat e comunidat de aldehas" de Calatayud 16. Los oficiales la recibieron con "umil e devida reverencia que de aquella se pertenescia" y se mostraron dispuestos a cumplir lo que se les mandara. El procurador sustituto pidió entonces al notario que levantara acta de su presentación. El martes 28 en la casa del concejo de Calatayud, llamada vulgarmente el Altar, donde se encontraban reunidos el justicia, los jurados y otros hombres del concejo, compareció de nuevo el procurador sustituto Juan de Valconchán y les intimó, cara a cara, a los oficiales la carta firmada por el rey don Juan, que decía así: "Don Johan, por la gracia de Dios, Rey de Navarra, inffant e gobernador general de Aragon A los amados nuestros, los justicia, jurados, procuradores, regidores, officiales e honbres buenos de la ciudat e de la comunidat de las aldehas de Calatayu e a las personas nombradas, diputadas e electas por la dicha ciudat e comunidat a contractar, fazer,

16Dicha carta estaba escrita en papel, "en la qual de la una part contenia lo que a prima faz se demos- trava con la registrata de sota el sobre scripto e de la otra part, en la clousura de aquella, se demostrava seyer closa con cera vermella e en aquella cera enpretadas las armas propias del sobre dito senyor Rey de Navarra".

564 ARANDA Y JARQUE, SEÑORIO DE LOS XIMENEZ DE URREA, EN 1449 conffirmar e de nuevo firmar ermandades, seguridades e sobreseymientos con la ciudat de Soria, villa de Gomara e sus tierras et a qualesquiere otros officiales, vezinos e habitantes de las dichas ciudat e comunidat e subditos del dito senyor Rey e nuestros, al qual o a los quales los presentes proven- dran e pertenesceran las cosas infra scriptas o a qualquiere de aquellos, salut e dileccion: Segunt somos seydo certefficados e havemos entendido por homil exposicion fecha a nos por part del amado nuestro Francisco Munyoz, scudero procurador del noble don Lop Ximenez d'Urrea de qui se dize seyer la villa de Aranda, de la dicha villa e de sus terminos, en dias pasados fueron presos algunos vezinos e habitantes e occupados algunos bienes por honbres de las dichas ciudat de Soria, villa de Gomara e sus tie- rras del Regno de Castiella, contra la seguridat e palavra que tenian dada a los officiales de la dita comunidat dius confianza de la qual seguridat e palavra stantes los officiales del dicho noble, vezinos e habitantes de la dicha villa de Aranda, vinieron a aquella e sus terminos los dichos honbres e gentes de Soria, Gomara e sus tierras e con mano armada mataron, robaron e appresionaron muchos de los vezinos e habitantes de la dicha villa de Aranda, los quales oy en dia en su poder tienen presos e deteni- dos, no solament en grandissimo prejudicio del dicho noble et de los que han recebido el danyo mas encara de todo el dicho Regno de Aragon, a lo qual si no hera devidament proveydo, seria dar occasion a diversos incon- venientes que se porian subseguir en violacion de las seguridades que se deven fazer e firmar e se son fechos e firmados entre las universidades e personas de los Regnos de Aragon e Castiella, nonbrados en los capitoles fechos et firmados por causa de las hermandades entre nos e la cort gene- ral del Regno de Aragon e en grandissimo deservicio del dicho senyor Rey e evident danyo del dicho Regno de Aragon e vuestro. E por tanto querientes a las sobre dichas cosas devidament proveyr como conviene a bosotros e a cada uno de vos, de scierta sciencia e expresa e tan serenha- ment como podemos, dezimos e mandamos dius incorrimiento de la ira e indignacion del dicho senyor Rey e nuestra e pena de mil florines de oro de los bienes de qualquiere contrafazient havederos e a los coffres del dicho senyor Rey e nuestros aplicadores, que no fagays ni prometays seyer fechas ningunas seguridades, sobreseymientos ni ermandades con las dichas ciudat de Soria, villa de Gomara ni sus tierras ni con alguna de aquellas e si fecholos avereys e firmado e contractado, no presentereys, demostreys ni restituyaes a aquellas ni alguna dellas la confirmacion por nos atorgada a la dicha ciudat o comunidat que dada fue en nuestra ciudat de Tudela a XVIIII dias del present-e dius scriptos mes e anyo, ni de nue- vo atorguereys o firmeys ermandades e seguredades en virtut de la licen- cia que de nos havereys, dada en la dicha Tudela a vint dias de los dichos mes e anyo, antes aquellas suspendareys segunt que nos las suspendemos e queremos sean suspensas fasta que las cosas occupadas a los de la dicha

565 ENCARNACION MARIN PADILLA villa de Aranda sean restituydas a de quien fueron occupadas e los preso- neros suso dichos deliverados o ayareys buenha, sufficient e bastant segu- redat que dentro scierto e expresado tiempo havran restituydo los dichos bienes occupados e las personas sin rescat alguno, guardandovos attenta- ment de fazer el contrario en alguna manera, si al dicho senyor Rey e a nos deserays servir e complazer e las dichas penas evitar, por las quales si comesas fuesen lo que no arbitramos, mandariamos fazer exsecucion rigo- rosa". Una vez presentada la carta, que estaba fechada el 26 de octubre de dicho ario, en Tudela, a los oficiales, la recibieron como convenía y pidie- ron copia para hacer lo que el rey les mandaba". Una hora después de la presentación, el procurador sustituto de don Lope entregó copia de la carta al justicia Juan çit, en su propia casa, como justicia y en nombre de todos los oficiales, quien como tal la recibió; el procurador pidió al notario que levantara acta de la entrega. A continua- ción, en las casas de los diputados de la comunidad de aldeas de Calata- yud, ante don Florent Melero, procurador de ésta, otros regidores de la misma, el notario y testigos, Juan de Valconchán, como procurador susti- tuto de don Lope, presentó a don Florent, cara a cara, una carta del rey de Navarra y lugarteniente general de Aragón 18. Después de recibirla y pedir copia de ella, Juan se la entregó al procurador de la comunidad, quien otorgó haberla recibido". No tardarían los oficiales de Calatayud y de su comunidad de aldeas en llevar a efecto las órdenes recibidas de don Juan, ante la amenaza de mil florines de multa y "exsecucion rigurosa", en caso de incumplimiento. El día 7 de noviembre se encontraban en Aranda cuatro relevantes ciudadanos bilbilitanos20, junto con el notario y procurador de la comuni- dad de aldeas de Calatayud, don Florent Melero, "mensageros diputados por la ciudat, si quiere aldehas de la sobre dita ciudat los quales venian de Castiella sobre la concordia de las hermandades de entre Aragon e Castiella, de los XV meses y del sacar los presos de Aranda qui de present heran en la villa de Gomara". No nos consta qué noticias trajeron sobre esta cuestión —aunque luego se verá que su mediación obtuvo frutos—, pero sí que pidieron a don Francisco que entregara a "capleuta" al desti-

17Tenga en cuenta el lector que el procurador sustituto presentó la carta del rey don Juan el día 23, que ésta se leyó el 28, pero que estaba firmada el día 26. IsEscrita en papel, sellada con cera bermeja de las armas de éste en el dorso y subsignada de su pro- pia mano. 19E1 notario no insertó en su protocolo esta carta de don Juan, que sería similar a la enviada a los ofi- ciales de Calatayud, si no era la misma. 20Don Pascual Ximénez de Calatayud, don Antón de Nueros, don Domingo de Santa Cruz y el meri- no don Diego Martínez.

566 ARANDA Y JARQUE, SEÑORIO DE LOS XIMENEZ DE URREA, EN 1449 tuido justicia de Jarque, preso en la cárcel del serior don Lope. Así lo hizo el procurador general don Francisco, pero con la condición de que no "fuese osado de sallir de la villa" y multa de quinientos florines si no se lo entregaban cuando fueran requeridos, ateniéndose, además, a la pena que él le impusiera. Al día siguiente de la petición de los mensajeros, don Francisco dio por cárcel al destituido la villa y sus términos, aunque man- tuvo la multa y pena; él aceptó y prometió cumplir lo que se le ordenara. El resultado de las negociaciones del procurador general don Francis- co con los oficiales de Agreda por un lado, y por otro, de los oficiales de Calatayud y sus aldeas con los de Soria y Gómara, no se hizo esperar. El 11 de noviembre, dos moros de Jarque recibieron del alcaide García de Vera sesenta y cuatro florines cada uno, que para el rescate de ambos, presos en Agreda, le había entregado el procurador general de don Lope. Al día siguiente, un cristiano de Aranda salió en "firmança" de un preso castellano, que se encontraba en poder del justicia de Aranda; el preso le otorgó "carta de indepnidat". El día 30 del mismo mes, un cristiano de Gómara se hizo "firmano" de un cristiano de Aranda, preso en poder del escudero y capitán de Gómara; dos cristianos de Aranda lo declararon indemne en relación con el preso, y se obligaron a pagar la fianza. Había transcurrido más de la mitad del mes de diciembre y todavía se encontraba en Aranda el procurador general de don Lope tratando de "concordar, si quiere firmar las hermandades feytas e concordadas entre la universidat e villa de Agreda, del Regno de Castiella, con sus aldehas e castiello de Veraton, con las tierras, juredicciones e senyorios del sobre dito senyor don Lop Ximenez d'Urrea", junto con el justicia, el alamin, jurados, oficiales y regidores cristianos y moros de Aranda. Con este obje- to se había enviado al notario Martín de Marín, para que comunicara al concejo, corregidor y regidores de Agreda, las efectivas diligencias que don Francisco ya había efectuado, y se esperaba la respuesta para ultimar- los. El sábado día 20 de diciembre, en la casa del alamin Ali el Mallo, se encontraban reunidos con don Francisco todos los oficiales dichos para acordar y firmar las estudiadas hermandades, cuando compareció ante ellos el notario de Agreda, Diego Alfonso, y presentó al procurador gene- ral una carta de los regidores y oficiales de esta villa 21. La carta dirigida a don Francisco, como procurador general del noble don Lope, era respues- ta a la que les mandó y decía así: "Muyt honorable senyor, recibida vues-

2IFechada el 18 de diciembre, en Agreda, escrita en papel y, en el dorso, el sello de cera verde con las armas de dicha villa, "e en la sota scripto dizia: prestos a vuestra honor el concexo, corregidor, regidores de la villa de Agreda".

567 ENCARNACION MARIN PADILLA tra letra e aquella vista e entendida la crehenca que de vuestra parte nos dixo Martin de Marin, vos respondemos que vos mucho agradecemos la buenha diligencia que mandarestes fazer cerqua del ganado de nuestros vezinos, preferimos nos en semexante o en mas offreciendolo el caso de vos, responder con obra; otro si, el dicho Martin de Marin vido fazer la fir- ma de los capitulos de la hermandat e el pregon que publicament se fizo dellos e lo heva todo signado en forma, por nobleza vos plega mandar otorgarlo e firmarlo e pregonarlo por aquella via et darlo a Diego Alffon- so, scrivano que sobrello e sobre otras cosas alla lo enbiamos; otro si, cer- qua del pastor que deziredes ques preso en Veraton, favlamos con Marthin Cinto que estava a la sazon aqui et entendemos de scrivir e rogar affectuosamente a Martin de Aliaga, el alcalde principal, e faremos todo nuestro poder porque se faga lo que rogareys; otro si, muyt honorable senyor, bien crehemos avrereys sabido como fueron presos Alfonso de Quiros e Johan de Otal e Albaro Lopez, vezinos nuestros, hiendo a la villa d'Alffaro a livrar sus negocios so el seguro del senyor Rey de Navarra, los quales prendieron Johan Gines et Goncalbo Rodriguez e Mangarres, habitantes en la casa de Pomar, los quales segunt parece troxieron a esa villa a los dichos nuestros vezinos, a poder de Garcia de Vera, crehemos a fin de los transportar e apartar que non sean havidos a manos del dito sen- yor Rey pora los de livrar e aun los dichos tomadores se han apartado e apartan que los non pueden fallar para les requerir con una carta del dicho senyor Rey que sobre la dicha razon les enbia; por ende muyt affectuosa- mente vos rogamos et so deudo de justicia et por vigor de los dichos capi- tulos de la dicha hermandat que fueron fechos antes de agora et otorgados por el dicho senyor Rey, los mandereys de livrar e enbiarlos sueltos e liv- ros o, a lo menos, los mandereys tomar a buestra mano e los tener de maniffiesto para que dellos se faga lo quel dicho senyor Rey inbiare man- dar, porque non sehan transportados nin levados nin scondidos en manera que se non puedan haver, lo qual vos mucho agradeceremos e usando de justicia nos echareredes mucho cargo pora todas las cosas a bos et a esa senyoria complideras; otro si, antanyo en los siete meses del sobresey- miento, fueron presos por honbres de essa villa de Aranda Johan Ruvio e Martin de Aranda, nuestros vezinos, en tiempo que Pero Cornel stava en essa villa e como quiere que los soltaron quedaron alla dos ballestas de azero con sus gintos e poleas e algavas, por ende de gracia vos pedimos que los manderez tornar pues que la razon e justicia lo quiere; si algunas cosas vos plazen que aqua fagamos, podereysnoslos scrivir con fehuza, nuestro senyor vos aya en su santa guarda ...; darereys crehenca a Diego Alfonso, nuestro vezino, de lo que de nuestra parte vos dira". Presentada la carta y leída, palabra por palabra, el notario de Agreda requirió al pro- curador general para que ejecutase lo que se le pedía, pues en caso de negligencia, "favlando con su honor", protestaría contra su persona y bie-

568 ARANDA Y JARQUE, SEÑORIO DE LOS XIMENEZ DE URREA, EN 1449 nes por los "dapnages, menoscabos o violencias" que pudieran sobrevenir a él o a sus representados; luego pidió al notario que levantara acta, que presentaría donde conviniera. Estuvo dispuesto a hacerlo el notario, pero don Francisco, sin admitir las protestas, pidió copia del acta y rogó al nota- rio no cerrase ésta, sin haber él respondido en el tiempo que el fuero orde- naba. La reunión que el procurador general, el justicia, el alamin, los jura- dos y regidores cristianos y moros mantenían en casa de Ali el Mallo, inte- rrumpida al presentarse el notario de Agreda, Diego Alfonso, continuó. Pero de nuevo se personó en la casa dicho notario, esta vez con otra carta de los regidores y oficiales de Agreda n, dirigida "A los honorables et bue- nos amigos nuestros, el concexo, justicias, jurados de la villa de Aranda, de dentro de aquella contenia asi: Honorables e buenos amigos, recebida vuestra letra et entendida la crehenca que de vuestra parte nos dixo Mar- tin de Marin, el qual vido fazer la firma de los capitulos et la horden dellos, lo qual lieva signado, plegavos otorgarlos e enbiarnoslos signados por aquella forma. Otro si, alla enbiamos a Diego Alffonso, nuestro vezi- no, sobre lo suso dicho e sobre otras cosas q ŭe v5r1 fablara de nuestra par- te. Rogamosvos le queraredes dar crehenca et fe , 7aquellqŠ/ e fazer lo que vos requeriere et rogare de nuestra parte, a lo qua allende'que es de justi- cia vos lo mucho gradeceremos et si algunas cosas Vos plazierere que faga- mos con fihusa nos lo podereys scrivir; nuestro senyor sia en vuestra guar- da". La carta, fechada como la anterior el 18 de diciembre en Agreda, se leyó ante el justicia, jurados y oficiales, quienes dijeron que "aquella cre- henca toda a ellos todos fuese explicada por tal que ... pudiesen millor res- ponder a todo". Entonces el notario Diego Alfonso les habló así: "—Hono- rables senyores e honbres buenos, creo que bien saberedes como de muchos dias a esta parte la dicha villa de Agreda e su tierra tiene fecha paz et hermandat con el Reyno d'Aragon, segunt que mas largamente se contiene en sciertos capitulos de hermandat e con sta razon stan otorgados entre la dicha villa e el dicho Reyno de Aragon, en el qual dicho reyno es stada dicha villa de Aranda e que dentro del dicho tiempo de la dicha her- mandat e sobreseymiento por Johan Gines, Goncalbo Rodriguez et Man- garres e otros sus conpanyeros, habitantes en el castiello de Pomar, termi- no e jurediccion o senyorio desta dicha villa de Aranda, fueron presos Juhan de Otal e Alffonso de Quiros et Albaro Lopez, vezinos de la dicha villa de Agreda, con sus cavallos et armas e ropas e otras cosas que consi- go levavan, los quales asi presos por los suso dichos, por ellos e por cada uno dellos fueron traydos aqui a esta villa de Aranda et estan aqui en

22Dicha carta estaba cerrada, escrita en papel, sellada en el dorso "et el sota scripto contenia: prestos a buestra honor el concexo, corregidor et regidores de la villa de Agreda".

569 ENCARNACION MARIN PADILLA poder de Garcia de Vera, senyor de la dicha casa de Pomar, que presente sta; por ende et en la mexor manera que puedo e de drecho devo de parte de la dicha villa de Agreda et por la crehenca a mi dada por virtut de la dicha carta, digo e requiero por virtut de los dichos capitulos et hermandat a bos dicho justicia, jurados e regidores e concexo de la dita villa de Aran- da, que presentes soys, que luego de continente sin otro detenimiento nin- guno solteredes e fagaredes soltar de la dicha pression a los sobre ditos ... e que los fagaredes dar sus cavallos e armas et todas las otras cosas que les tomaron, con mas todas las cosas e danyos e menoscabos que los suso dichos e cada uno dellos o otros en su nombre han fecho fasta aqui; e si lo fazeredes, que fareredes bien e satisfareredes ad aquello que soys tenidos et obligados segunt el tenor et forma de los dichos capitulos e hermandat; en otra manera digo que protesto contra vuestras personas e buestros bie- nes de todo el danyo, costas e misiones que a todos los sobre ditos ... et a sus bienes sobre aquesto viniere de aqui adelante e que la dicha villa e los vezinos e los moradores de aquella e vuestros bienes siaredes tenidos a ello e si los querreredes veher occularmente faziendome vosotros llana e segura la casa del dicho Garcia de Vera, luego de continente so presto de demostrarvoslos; en otra manera vosotros seyendo remissos o negligentes a lo por mi a bosotros requerido, lo que non creho, protesto contra voso- tros e contra todos vuestros bienes e que por la dicha villa de Agreda e los vezinos e moradores della puedan fazer pendra o rehengan por los di- chos ... e por sus bienes en cosas de aquesta villa de Aranda o de otra qualquiere partes del dicho Reyno d'Aragon; et por tanto vos ne quiero abisar de presente a todos por tal que vosotros todos no ignoraredes aquesto en el tiempo advenidero e que no siaredes causa de no cayer en las penas que en los ditos capitulos son contenidas". Cuando terminó su exposición Diego Alfonso, pidió al notario que levantara acta "a conserva- cion del dreyto" suyo y de sus representados, para presentarla donde convi- niera; el notario Martín de Marín estuvo dispuesto a hacerlo, si se le pagaba. Por su parte, los requeridos justicia, jurados, oficiales y regidores de Aran- da, sin consentir en las protestas, pidieron al notario copia del acta y le roga- ron no la cerrase sin ellos haber respondido en el tiempo que el fuero deter- minaba. Nada se sefiala sobre la actitud de García de Vera, que se dijo esta- ba presente y que tenía a los prisioneros, puesto que a él no iba dirigido el requerimiento; parece que se le mantenía al margen de las negociaciones. Las palabras de amenaza que Diego Alfonso dirigió a los oficiales de Aranda, en caso de no llevar a cabo sus peticiones, no detuvieron los acuerdos de hermandad con la villa de Agreda, sus aldeas y el castillo de Beratón. El mismo sábado, se reunió el concejo cristiano, llamado por su corredor, y la aljama mora, avisada por el suyo, en casa del alamin Ali el Mallo. Dada la importancia de la reunión, pues atañía a otras tierras y

570 ARANDA Y JARQUE, SEÑORIO DE LOS XIMENEZ DE URREA, EN 1449 jurisdicciones del señorío de don Lope Ximénez de Urrea, asistieron, ade- más del procurador general del señor, el escudero y alcaide de Aranda, el escudero y alcaide de Jarque, García de Vera, el escudero y alcaide del castillo de , el escudero y alcaide del de , el justicia de Aranda, cuatro jurados cristianos, el alamin, siete jurados moros, todos los oficiales y regidores, además de otros tantos moros y cristianos de Aranda. Todos los presentes hicieron y otorgaron "hermandat juxta e segunt los capitoles ... con la villa de Agreda e sus aldehas e con el castiello de Vera- ton e con toda la senyoria e juridiccion suyos e sus tierras, declarados, con- tenidos e expecifficados en los ditos capitoles". Tenían "permiso e licencia e mandamiento" para hacer dicha hermandad, del rey de Navarra y lugar- teniente general de Aragón, y los reunidos, después de firmada, quisieron que el corredor la pregonara pŭblicamente por las plazas y lugares acos- tumbrados de la villa, "por tal que aquello todo viniese a noticia de todos e que ninguno aquello no pudiese ignorar de ninguna cosa de lo sobre dito". Una vez leídos los capítulos ante todos los presentes, los firmaron "por tiempo de XV meses", a partir del anterior miércoles día 17; y se comprometieron a guardarlos y observarlos y a no proceder contra ellos, ateniéndose a las penas estipuladas, obligando el procurador de don Lope los bienes y rentas del serior, y los oficiales de Aranda, los bienes y rentas de la villa; finalmente, se pidió al notario que levantara acta, para presen- tarla donde conviniera. A continuación, el corredor pŭblico cristiano de la villa leyó, en alta voz y por los lugares acostumbrados, la "hermandat et concordia agora nuevament fecha de los sobre ditos XV meses"; y pidió al notario que levantara acta de haber hecho "la dita crida", para que en el futuro no pudiesen alegar ignorancia los oficiales. Dos días después de la firma de los capítulos de hermandad y su lec- tura en los lugares pŭblicos de Aranda, el 22 de diciembre, el procurador general de don Lope respondía al requerimiento que le hizo Diego Alfon- so, así: "quanto a los presos que dize que ... traxieron ad aquesta villa d'Aranda ..., que tales hombres no conoce ni sabe que fuesen presos ni por qui ni que ad aquesta villa fuesen venidos ni son en poder del ...; quan- to a las ballestas ..., que tal cosa no sabe ni siente e que Pero Cornel ... no es en el regno de Aragon ... e que aquesto ignora todo, pero que en aques- tas cosas haviendo part legitima ... es presto e parellado fazer todo aquello que de justicia, fuero e razon trobara seyer fazedero". Luego don Francis- co pidió al notario que cerrase el acta de requerimiento que se le hizo, con su respuesta. Se ignora si el procurador general preguntó al capitán García de Vera y si era verdad que éste los tenía presos23.

23Pues no se trataba de seis castellanos que García de Vera tuvo presos; uno de ellos fue a buscar el rescate de todos los demás, comprometiéndose éstos a pagar cuarenta florines de oro por el del ausente si no volvía.

571 ENCARNACION MARIN PADILLA

Dos días después de responder al requerimiento, el 24 de diciembre, el procurador general de don Lope compareció para otorgar los ŭltimos instrumentos pŭblicos, en Aranda 24, de los que se tiene noticia: absolvió a los caplevadores del justicia destituido de Jarque y a éste, "exceptado en aquella part del rescat que le venia a la oppresion de Gomara, que si en aquella el no pagava, las pudiese exsecutar o fazer esecutar", y le permitió salir de la villa donde quisiera; vendió, con "carta de gracia", a García de Vera —por ser quien más ofreció— dos campos, un huerto y una viria de un moro de la villa que estuvo preso en Noviercas y lo rescató por ciento sesenta sueldos; y dio a "capleuta" a un moro preso, a ruegos de algunas personas, con la condición de que no saliera de la villa, pues si lo hacía, se le consideraría culpable del delito del que se le acusó. Estaŝ comparecencias del procurador general de don Lope Ximénez de Urrea para otorgar instrumentos pŭblicos, son las ŭltimas referencias la estancia de don Francisco en Aranda. En febrero de 1450, el procurador general lyãbía vuelto a Epila, donde también surgieron problemas de deso- bediencial en relación a la defensa de la vi11a 25, y donde un mes antes se habían celebrado "alegrias" por el nacimiento del hijo de los seriores don Lope y doña Calatayuba. El 10 de septiembre de 1451, en Palermo, don Lope nombró procurador general suyo al escudero Ochona de Ortubia, de Epila. El señor don Lope Ximénez de Urrea, su mujer doña Calatayuba y su hijo Lope volvieron a su señorío en septiembre de 1459. Por lo que se refiere al escudero señor de Pomar, alcaide de Jarque y capitán de Aranda, García de Vera, no nos consta que fuera destituido de sus cargos; es más, en 1473, don Lope lo nombró "merino de la aljama" judía de Epila, con facultad de poder nombrar a su lugarteniente —potes- tad esta ŭltima que siempre había sido de la aljama—; el cargo lo desempe- ñaría mientras viviera, segŭn se hizo constar26. En cuanto a lArapda y Jarque, que tantos problemas acarrearon a don Francisco Muñoz —aunque los pleitos de signo rural y señorial fueron pro- blemas endémicos y una constante en Aragón—, es de suponer que sus

24Se ignora la causa por la que, el dia 24 de diciembre de este mismo año, el concejo cristiano de la villa, convocado y luego reunido en casa del alamin Ali el Mallo, reconoci6 tener en comanda del concejo cristiano y aljama mora de Jarque tres mil sueldos. También en 1449, el concejo cristiano y aljama mora de Aranda vendieron un censo de trescientos sueldos al judío bilbilitano Abraham Alpastan, hijo de Juce Alpastan, por tres mil sueldos; la venta se efectuó el 15 ó 16 de diciembre, ante el notario bilbilitano Mar- tfnez de la Justicia. El 21 de septiembre de 1455, el virrey don Lope Ximénez de Urrea pagó los tres mil sueldos del censo que el judío tenía sobre dicho concejo y aljama de su lugar de Aranda (L.A.APN., Mar- tin de Marin, 1455, fols. 141-141v). 25La villa de Epila; en prensa. 26La vjlla de Epila; en prensa. En 1483 y 1484, el escudero Diego de Vera fue alcaide de Jarque, y en 1491, el escudero Juan de Vera, señor de Pomar, vivfa en Aranda.

572 ARANDA Y JARQUE, SEÑORIO DE LOS XIMENEZ DE URREA, EN 1449 moradores vivirían días más tranquilos. Así debió de ocurrir, al menos, durante la primera parte de la segunda mitad del siglo XV, pues los proto- colos notariales consultados no destacan hechos de relevancia o de tal magnitud como los estudiados. Habrían de transcurrir más de treinta arios, a partir de 1449, para que de nuevo se viera alterada la vida en la villa de Aranda y los vasallos, entonces, del hijo del virrey, fueran testigos de la punible conducta del entonces alamin Mahoma de Ovecar; el hecho al que me he referido en otra ocasión", no afectó, esta vez, a los vecinos de Jar- que.

27 Investigación sobre la conducta del alamin de Aranda, Mahoma de Ovecar, en 1489, Al-Qantara XIII (1993); en prensa.

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