vallirana / 1669 VALLIRANA

Vallirana se encuentra al Este del Baix , limita al Sur con y el Penedès, al Norte con Cervelló y al Oeste con . Posee un relieve montañoso merced a la proximidad de la Sierra del Ordal, con algunas cimas destacadas como el Puig Bernat, de 606 m de altitud, o el Pla de la Pinetella, de 612 m. Toda la Vall d’Arús, próxima al municipio, es rica en manantiales, aunque el relieve fluvial está condicionado por el nacimiento de la riera de Vallirana, que corre paralela al municipio, y se convierte en la de Cervelló aguas abajo. El municipio alza junto a la carretera N-340. El topónimo de Vallirana ha sido identificado como la propiedad de Valerius, tal vez el propietario del latifundio en época tardorromana. El lugar está documentado desde 949, aunque sobre la capilla de San Silvestre hay noticia des- de 904. El monasterio de Sant Cugat poseía propiedades en el lugar. Posteriormente, la quadra de Vallirana pasaría a depender del Hospital de Cervelló, que estuvo instalado en y fue administrado en un primer momento por el prior de Sant Pau del Camp, revirtiendo más tarde al obispo de . El núcleo de población se formó a partir de la segunda mitad del siglo xviii, cuando Carlos III autorizó la reforma de la carretera entre Barcelona y Tarragona, que resultó ser la nueva espina dorsal de la villa. Su parroquia, dedicada a san Mateo, fue construida a partir de fines del siglo xviii y dependió de la de Cervelló hasta mediados del siglo xix.

Ermita de Sant Silvestre

a ermita de Sant Silvestre se alza en una pequeña bloques pétreos rectangulares y una humilde espadaña que se elevación sobre la Vall d’Arús, cerca de Can Bogunyà. vino abajo. El dintel de la puerta lleva la fecha de 1793, cuan- LAccedemos desde un camino que se inicia al final de la do debió aplicarse una capa de estuco que recubrió los muros calle Argentina en la urbanización La Solana de Vallirana. A y se alzó una bóveda de lunetos. El ábside fue derribado par- unos 200 m, junto al tronco de un gran roble situado en una cialmente hacia el mediodía para abrir una nueva sacristía de explanada, nace un camino que se encarama hasta un llano donde se ubica la ermita rodeada por espesa vegetación. Vista exterior de la cabecera En 904 el templo fue donado al monasterio de Sant Cugat por el obispo Teuderic de Barcelona ad restaurandum et possidendum, convirtiéndose en célula dependiente de la iglesia de la Santa Creu. En 915 aparece en una donación del monje Oldeguer a la casa de la Santa Creu. Formó parte de las con- firmaciones de bienes del monasterio de Sant Cugat ratifica- das por el rey Lotario en 986, el papa Silvestre II en 1002 y Juan XVIII en 1007. La propiedad pasó a la vecina finca de Can Bogunyà, encontrándose actualmente en un avanzado estado de abandono. La iglesia está formada por una nave rematada al este con una cabecera semicircular. El aparejo está formado por mampostería unida con abundante mortero. Los muros conservados no poseen un grosor destacable, lo que induce a pensar que la nave estuvo cubierta con una estructura de madera. El único vano medieval del recinto se dispone en el centro del ábside, tiene forma rectangular, aunque redondea su parte superior para configurar un arco. El acceso a la iglesia se realiza a través de la mancillada fachada occidental, perforada por un óculo formado con dos 1670 / vallirana planta rectangular. En la zona absidal se instaló una moldura Bibliografía a modo de imposta, y se modificó su acceso abriendo un vano bajo un dintel de madera. Durante las últimas décadas el pri- Amics de Vallirana, 1989, pp. 60-61; Amics de Vallirana, 2007; Barral mitivo tejado fue sustituido por otro de vulgar fibrocemento. i Altet, X., 1981, p. 283; Catalunya Romànica, 1984-1998, XX, p. 418; La fábrica actual ha sido datada hacia la segunda mitad del si- Centre d’Estudis i Divulgació del Patrimoni, 1998, pp. 10-11; Llurba i Rigol, J., 2004, p. 51; Pagès i Paretas, M., 1981a; Pagès i Paretas, M., glo x, haciendo perdurar un estilo prerrománico retardatario. 1983c, pp. 118-123; Roig i Llort, A. y Simó i Tarragó, M., 2001, p. 135. Texto y foto: RDM