CUANDO SE APAGAN LOS REFLECTORES

DIANA CAROLINA CALDERÓN BERMÚDEZ

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE COMUNICADOR (A) SOCIAL PERIODISMO Y COMUNICACIÓN ORGANIZACIONAL

ASESOR: ANDRÉS GRILLO

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL Y LENGUAJE COMUNICACIÓN SOCIAL BOGOTÁ D.C. 2008 Reglamento de la Pontificia Universidad Javeriana Artículo 23

“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católicos y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean en el anhelo de buscar la verdad y la justicia” AGRADECIMIENTOS

A Dios por guiarme por el camino correcto en este proyecto y por permitirme culminarlo con experiencias que aportaron a mi conocimiento y con enseñanzas de vida. A quienes me ayudaron para que esta experiencia fuera tan bonita. A todos aquellos que me abrieron las puertas de su alma para compartirla conmigo. A mi familia por ser mi ejemplo a seguir, mi orgullo y la motivación que me impulsa a llegar lejos; por acompañarme en todo este proceso como en cada paso de mi vida, gracias. Y a ti. A tu forma de amarme y a tu apoyo incansable. Porque te divertiste y sufriste conmigo, porque fuiste mi angelito de la guarda y porque sin tu fuerza y compañía, este proceso no hubiera sido el mismo. Me has entregado tu vida entera, y estaré en deuda contigo por siempre. Te amo. TABLA DE CONTENIDO

Introducción…………………………………………………………………. 1 Problema y Objetivos……………………………………………………….. 4

MARCO CONCEPTUAL………………………………………………………...... 5

1. en Colombia…………………………………………………….. 5 1.1. El Comienzo……………………………………………………………... 6 1.2. En los años 60… una dimensión desconocida…………………………. 9 1.3. Los 70… más real, más colombiana……………………………………13 1.4. En los 80… todo un producto industrializado………………………... 17 1.5. De Colombia para el mundo… los 90………………………………… 23 1.6. Nuevo milenio… un poco de todo…………………………………….. 28 1.7. “La vida es como una telenovela”………………………………………29

2. El actor de la televisión colombiana……………………………………….. 35 2.1. Actor de personaje……………………………………………………… 43 2.2. Actor de personalidad………………………………………………….. 43 2.3. Actor físico……………………………………………………………… 43 2.4 ¿Es o no talento? (Reflexión)…………………………………………… 45

3. Derechos y Proyectos de Ley para los actores en Colombia…………….. 48 3.1. Derechos y carencias del actor……………………………………….. 49 3.2. Proyectos de Leyes que buscan mejorar las condiciones sociales de los artistas…………………………………………………………………… 52 3.2.1. Proyecto de Ley número 107 de 2007…………………………. 52 3.2.2. Seguridad social para los artistas colombianos………………. 53 3.2.3. Acuerdo 000274 de 2004……………………………………….. 56 3.2.4. Decreto 3615 de 2005…………………………………………… 58

4. Condiciones de los actores en la vejez……………………………………… 61 4.1. Ley 1171 de 2007…………………………………………………………62 4.2. Estadísticas DANE……………………………………………………… 64 4.2.1. Salud………………………………………………………………. 65 4.2.2. Afiliación al sistema de salud...... 66 4.2.3. Pobreza...... 66 4.2.4. Actividad laboral………………………………………………….. 67 4.2.5. Actores en la Vejez (reflexión)...... 68

MARCO METODOLÓGICO……………………………………………………….. 71 1. La entrevista…………………………………………………………………… 72 2. Entrevista Narrativa…………………………………………………………… 76 3. Periodismo Biográfico…………………………………………………………. 81

CAPÍTULO I COLOMBIA ES SU NOMBRE Y A ELLA SE ENTREGÓ POR EL ARTE Lucy Colombia. …………………………………………………………………………..85

CAPÍTULO II “ENFERMO PERO NO INCAPACITADO” Miguel Alfonso Murillo………………………………………………………………….. 98

CAPÍTULO III EL MILAGROSO Manuel Pachón……………………………………………………………...... 112

CAPÍTULO IV LA ARTISTA DE LOS ARTISTAS María Eugenia Penagos………………………………………………………………... 125

CONCLUSIONES……………………………………………………………………… 141

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………….. 143 INTRODUCCIÓN

Colombia se ha caracterizado internacionalmente por el éxito de sus . Y claramente sería irracional decir que ha sido por un golpe de suerte pues se ha debido a la calidad del trabajo que han demostrado, capítulo a capítulo, desde los directores hasta los equipos técnicos.

Sin embargo, la existencia y el triunfo de estas producciones no serían posibles sin el profesionalismo y talento de los actores quienes han logrado, con cada detalle que le añaden a sus personajes, que la visión del tradicional melodrama, el cual seguimos viendo en otros países de Latinoamérica, haya evolucionado y trascendido a otros campos y a nuevos géneros.

Ha sido un proceso que hoy ya cumple 54 años. En él, es interesante analizar cómo la telenovela se ha introducido en la cultura colombiana generando comportamientos, formas de expresión y diferentes clases de ideales.

O si no, cómo se explica el acento cachaco de Alicia del Carpio o “Alicita” en “Yo y Tú” adoptado por los bogotanos y no bogotanos de la época; o las rancheras de Gaviota, Margarita Rosa de Francisco, en “Café”, cantadas durante las rumbas colombianas; el “no sé, digo yo” de Miguel Varoni o Manuel F. en “Las Juanas”; el “voy” de Beto Reyes, Enrique Carriazo, en la telenovela “Los Reyes” y el más reciente “ecelente” de Lincon Palomeque con su personaje de Nelson Dandy en “Hasta que la plata nos separe”. Todos causa de grandes emociones.

Pero como dicen que “Colombia no tiene memoria” muchos personajes, aunque fueron inconfundibles en su momento, ya no son recordados por los colombianos. El paso de los años y el nuevo concepto estético de lo audiovisual, ha marginado a aquellos que desde los comienzos de la telenovela, construyeron su historia y le abrieron las puertas a las nuevas generaciones para esta profesión. Y vale la pena preguntarse ¿por qué han sido dejados al

1 olvido tan grandes actores y actrices que le dieron vida a la televisión y emociones a nuestra cultura?

No se trata de buscar culpables porque no me cabe la menor duda de que si se volvieran a nombrar estos talentos nacionales, le robarían con su reaparición una sonrisa a cada ciudadano que vibró con sus actuaciones. No obstante, ese es el problema. Nadie volvió a buscarlos, dejaron de ser importantes para la farándula y claro, muy pocos se preguntan qué será de sus vidas.

Es precisamente esa carencia la que se debe suplir. Buscarlos, preguntarles sobre sus viejas y nuevas experiencias, sacarle una sonrisa a quien le interese el texto, así como, tal vez lo más importante, rendirles un homenaje a tanta vida entregada a su profesión que en parte, también alguna vez la hicieron nuestra.

De tantos años de esfuerzo a muchos sólo les quedó la soledad y las dificultades para sobrevivir día a día. Buscar trabajo, significa esperar a que los hagan pasar a casting; pero no precisamente para un papel de reparto, sino para trabajar de extra por una suma irrespetuosa en uno o máximo dos capítulos. En ellos se refleja la situación de abandono en la que se encuentra la población de adultos mayores en el país. Estrellas olvidadas pretende también denunciar las poco favorables condiciones sociales con las que la vejez se ha tenido que enfrentar.

Porque es que actualmente, la televisión colombiana le ha dado un mayor porcentaje a la belleza física que al talento para parar a alguien al frente de la cámara. Se busca talento en jóvenes senos operados, piernas estilizadas o caras de ‘ken’ y no en las habilidades para sentir y encarnar el personaje como si fuera propio. Inclusive ya el medio de evaluación se da dentro de realities con modelos que desean incursionar en el mundo de la fama sin haber tenido formación y sin haberse parado la primera vez en unas tablas. Es necesario reivindicar y demostrar qué es el verdadero talento actoral.

2 Será entonces esta una propuesta nueva para el Periodismo del Espectáculo. Aquel llamado Periodismo de Farándula que se ha proyectado al público como superficial debido al trato trivial de quienes lo han ejercido. Al igual que en el campo político, económico, internacional o cultural, el Periodismo de Farándula debe tener la profundización que merecen sus temas. Temas que no son más que la vida de seres humanos aportando y construyendo diariamente nuestra cultura. No serán chismes, serán historias de vida.

3 PROBLEMA:

Rescatar viejas glorias de la televisión colombiana no sólo para sacarlas del olvido causado por el constante flujo de producciones de este medio de comunicación, sino para reivindicar su profesión como producto del talento y no de la belleza física.

OBJETIVO GENERAL:

Recrear la memoria colectiva de varias generaciones a través del rescate de viejas glorias de la televisión colombiana y presentarlas a la juventud como reflejo de verdadero talento de la actuación en el país.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

1. Rescatar del olvido a tres o más actores y actrices talentosos que hayan marcado la historia en la televisión colombiana. 2. Hacer recordar a los colombianos grandes producciones y personajes de la televisión nacional. 3. Dar a conocer a las nuevas generaciones la historia de la telenovela en Colombia construida gracias al talento de sus estrellas. 4. Reconstruir la historia de la telenovela colombiana a través de los ojos de sus protagonistas. 5. Generar debate acerca del actual talento actoral en las producciones del país. ¿Talento o belleza? 6. Denunciar las condiciones de la vejez en Colombia reflejadas en el abandono de alguno de los actores o actrices entrevistadas. 7. Reivindicar el Periodismo de Farándula

4 MARCO CONCEPTUAL

LA TELENOVELA EN COLOMBIA

“Es fea, tiene bozo, usa brackets y tiene un peinado espantoso. Además de eso tiene más cerebro que usted y que yo juntos. Y no sólo eso… ¡es fea!” (“Yo soy Betty la fea”, 1999, cap. 2 parte 2).

Esta es la descripción que hace Jorge Enrique Abello, en su papel de Armando Mendoza, de la fea más bella de Colombia: Beatriz Pinzón Solano. Las características de esta mujer le dieron la vuelta al mundo. Desde nuestro país hasta el Medio Oriente, se conoció el drama de Betty la fea, la telenovela escrita por Fernando Gaitán y sin duda, la más exitosa producción nacional.

Su fama se debe con certeza a la exploración que hace el libretista al proponer un tema como la discriminación que debe padecer una joven por no cumplir con los parámetros de belleza de la sociedad, y que se aleja de los melodramas clásicos que aún se presentan en gran parte de América Latina. Este hecho se ha convertido en un factor repetitivo en la historia de la telenovela en Colombia.

El comienzo de este género está ligado por obvios motivos a la llegada de la televisión al país. En 1954 el General Rojas Pinilla, que se encontraba en el poder, se dio cuenta de que los medios tradicionales colombianos respondían a los intereses bipartidistas y que por lo tanto, los suyos estaban quedando desamparados. Durante su gestión como embajador en Alemania, el entonces jefe de Estado fue testigo de las ventajas que representaba la televisión para el gobierno de ese país y pensó que este medio podría ser la mejor estrategia para el momento que estaba atravesando. Así llegó la televisión a Colombia.

5 El Comienzo

Contrario a lo que sucedió en el resto de Latinoamérica, la televisión adquirió desde el principio un carácter político. Su primer director estatal fue Fernando Gómez Agudelo, quien dirigía la Radiodifusora Nacional de Colombia. Su nombramiento, sumado a la ignorancia general con respecto a la nueva tecnología, conllevó a que la televisión fuera tratada como una extensión de la radio.

Todo el personal que hizo parte del equipo televisivo, desde empresarios hasta actores, venía del mundo de la radio. Como nadie conocía cómo funcionaba el medio, fue necesario traer técnicos cubanos que entrenaran a jóvenes colombianos en la materia. La improvisación mandaba la parada y las obras literarias que ya se habían producido en la radio, se convirtieron en los primeros libretos para los actores principiantes.

Pero no fueron solamente esas las razones para la conexión entre radioteatro y telenovela. Fueron sin duda las proximidades de los relatos, las conexiones vitales que expresaban sus dramaturgias: desde el amor a la aventura, desde la trasgresión de las normas hasta las afirmaciones de lo institucional.

Existían por supuesto otros motivos que afianzaron las conexiones: una buena parte de los actores de la televisión habían tenido experiencia en los radioteatros y los fervores que suscitaban estos últimos fueron poco a poco desplazándose a los melodramas televisados. (“Diálogos de la Comunicación”, 1996).

Su falta de experiencia se reflejó en el primer dramatizado que tuvo el país: “El niño del pantano” dirigida por Bernardo Romero Lozano. Su protagonista fue el hijo del director, Bernardo Romero Pereiro, Anuncia de Romero y Gonzalo Vera Quintana, quienes se comportaron como si estuvieran en un estudio de grabación radial; parecían momias frente a los micrófonos y no hacían el más mínimo gesto.

Fue en ese momento cuando por orden del Presidente de la República llegaron al país desde Argentina, personas con mayor experiencia como Boris Roth, Mabel Jaramillo, Pedro Martínez, Alex Montalban y quien hasta hace poco marcó sustancialmente la historia del teatro en Colombia, Fanny Mickey.

6 Igualmente, se le atribuye la formación actoral a Seki Sano, un japonés con conocimientos teatrales que durante poco tiempo trabajó arduamente en la preparación y definición de artistas colombianos. Sólo duró cuatro meses pues luego de este mismo tiempo de trabajo, tuvo que salir del país por orden del SIC (Servicio de Inteligencia Colombiana), debido a sus ideales comunistas.

Pero su impacto fue contundente pues gracias a él aparece la posibilidad artística de que naciera el antecesor de la telenovela colombiana, el teleteatro; es decir, que hacer televisión en el país era prácticamente hacer teatro.

El Teatro, ha sido, tradicionalmente, no solo una demostración de cultura, sino también un semillero de ella. En otros pueblos, posibilitó y jerarquizó el nacimiento del cine y la TV. En el nuestro, el proceso es inverso. La falta de salas, entre otros factores, obliga al público y a todos los que están en el quehacer artístico, a volcarse en las nuevas artes, y buscar en ellas una salida. La TV es una especie de escape para esta imperiosa necesidad de hacer teatro. Hay que canalizar esa inquietud, que cada vez es más fuerte. La necesidad crea la industria. Pienso que los empresarios se darán cuenta que esta actividad artística, también es un buen negocio, no menor que el cine y la televisión, y pronto sabrán aprovechar esta demanda de salas, que se hace sentir. Estamos en un momento propicio para que surja entre nosotros, un gran movimiento teatral. Y los primeros síntomas, están en el aire. El Teatro Colombia, se inaugura en pocos días. Existe un inmenso público, que sigue con mucho interés, las obras que se dan por televisión, la que ha prestado su inmenso atractivo para que se pueda crear el gusto por el gran teatro, difundiéndolo, y popularizándolo. (ColArte, citado en Revista Telerama, 1965).

Estas son palabras del padre del teleteatro, Bernardo Romero Lozano, al cual vale la pena dedicarle un pequeño aparte por lo que significó en la historia de la telenovela. Este director de numerosas obras de teleteatro comenzó su vinculación a los medios cuando, luego de salir del Conservatorio de Cali, entró a trabajar a la Sociedad de Amigos del Arte.

Fue el pionero en dirección y producción del séptimo arte colombiano tanto en radio como en la televisión. Para la Radiodifusora Nacional hizo Macbeth, Tercera Dimensión y La muerte de un viajante, entre más de cincuenta obras.

7 Desde el momento que llegó la televisión al país, para Romero Lozano se le convirtió en un reto producir contenidos que captaran la atención de las audiencias. Empezó con dirigir para el medio, la misma literatura que había trabajado en la radio.

Un día en la Gloria fue una de sus obras transmitida en 1957 por televisión. Es un claro ejemplo de cómo se realizaba la televisión en esa época. No había cabezote, el reparto (Helena Montalbo, Carmen de Lugo, Mabel Jaramillo, Ana Mojica, Fausto Cabrera, etc.) se presentaba en la cámara escrito en una cartulina, la imagen en blanco y negro y muy pobre iluminación. Pero era una impecable producción para los conocimientos y las posibilidades que había.

Además de producciones de Bernardo Romero Lozano, se transmitían en vivo y en directo grandes obras de la literatura bajo la dirección de Eduardo Gutiérrez y Manuel Medina Mesa, dos de los cuatro encargados de montar un dramatizado al mes.

Fausto Cabrera, actor español de enorme talento que llegó al país a aportar su arte en la televisión, también protagonizó varias obras de teleteatro. Con increíble declamación dijo en la realización de El robledillo de Don Cristobal de Federico García Lorca:

Hombres y mujeres. Atención. Niño cállate (mirando hacia abajo). Quiero que haya un silencio tan profundo, que oigamos el glu-glu-glu del manantial. Y si un pájaro mueve un ala (girando la mano), que también lo oigamos. Y si una hormiguita mueve su patita (mostrando con sus dedos el tamaño del animal), que también lo oigamos…. (“Teleteatro INRAVISIÓN Colombia”, ca 1950-1960).

Pero los errores eran permanentes. Durante las transmisiones como ésta, el televidente tenía que ser testigo de las equivocaciones y los ruidos de los actores, así como de los cambios de sets. Las producciones se realizaban en un solo estudio del tamaño de dos garajes. Solamente hasta la obra “El proceso” de Kafka, fue posible la utilización de toda INRAVISION incluyendo pasillos, escaleras, los dos estudios, las rejas de las entradas, etc. (…) tenía tres asistentes que me empelotaban en veinte segundos y me metían en el otro ‘set’. Hacía mi escena y cuando salía ya me estaban esperando mis tres asistentes. Pasaban muchas cosas porque como me tocaban parlamentos todo el tiempo, yo estudiaba como loco, me amanecía hasta las cinco de la mañana aprendiéndome esa letra, porque los dos hermanos hablaban y hablaban. Yo ya

8 estaba zurumbático. A veces los asistentes se equivocaban y cuando tenía que hacer de bueno me ponían la ropa del malo y así salía la escena al aire, ¡con unos baches terribles! (Luna, citado en Rodríguez y Téllez, 1989, p. 39).

Los inicios de la televisión y sus producciones fueron llenos de tropiezos, de anécdotas y de ‘primiparadas’, como se dice coloquialmente. Aún así, cada uno de estos momentos formó una televisión con contenidos muy diferentes a los de otros países de Latinoamérica.

En los años 60… una dimensión desconocida

Empieza oficialmente la telenovela en Colombia. En 1962, Fernando Gómez Agudelo llega a la dirección de la programadora recién conformada, RTI. Luego de un periodo de descanso, que fue obligado a tomar por presión del régimen militar, asumió la gran responsabilidad de escoger radionovelas realizadas también bajo su dirección en SISGACOL (Sociedad Interamericana de Grabaciones Colombianas), para ser producidas en televisión por PUNCH y por supuesto, su propia empresa.

“En nombre del amor” fue el título de la primera telenovela del país. PUNCH convocó a Pepe Sánchez y a Raquel Ercole para protagonizar la historia de un amor prohibido entre una monja y un hombre que todas las noches saltaba la tapia del convento para verla, con la complicidad del jardinero y un anciano conmovido.

En marzo de 1963 se produce la primera telenovela colombiana. “En nombre del amor”. Reunía elementos más propios del melodrama: amores furtivos y prohibidos, jardineros que hacían las veces de Celestina, muros infranqueables con hiedras evocadoras y por supuesto una mujer bella que rehuía con tanta vehemencia el encierro del convento como añoraba los abrazos del amor. Se trataba de la adaptación de un radiolibreto cubano adaptado y dirigido para televisión por Eduardo Gutiérrez que tuvo para ese entonces la impensable duración de 24 capítulos transmitidos tres veces a la semana al comienzo de la noche. (“Diálogos de la Comunicación”, 1996).

Como competencia en RTI estaba “Infame mentira” sobre un ciego y una paralítica que únicamente conocen del otro la voz, y se enamoran de lo que oyen por el teléfono. No se atrevían a verse personalmente, pues temían ser rechazados por las condiciones físicas que

9 presentaban. Sin embargo, deciden vencer sus miedos, se encuentran y terminan en el altar. Luego de algún tiempo se dan cuenta de que sus limitaciones se debían a problemas psicológicos y se curan luego de reconstruir los traumas que los había causado. Sus protagonistas: Rebeca López y Aldemar García.

De estas primeras producciones no se encuentran imágenes pues todo era en vivo y en directo y no existía todavía el videotape en el país. Sin embargo, según Rebeca López, este tipo de drama casi lleva a las programadoras al fracaso pues la gente estaba acostumbrada a escuchar desde el funcionamiento de la radio y a ver, en el poco tiempo que llevaba la televisión en Colombia, obras realmente cultas y educativas.

“(…) como había una programación, presuntamente culta, fue el gran tropiezo que tuvo la telenovela; en esa época el público estaba acostumbrado a ver a Kafka, O’Neill, Miller y entonces la telenovela no les gustó.”(López, citada en Rodríguez y Téllez, 1989, p. 35)

Rasputin, La alondra, Policarpa Salavarrieta, El emperador Jones de Eugine O’Neill, El mercader de Venecia de William Shakespeare, y Donde está marcada la cruz, eran las obras que venían presentándose y las que parecían gustarle al público.

A puerta cerrada de Jean Paul Sartre por ejemplo, transmitida en 1966, contaba la historia de tres almas de dos mujeres y un hombre pecador. Una era lesbiana, otra era ninfómana y estaban acompañadas de un traidor. Al final terminan relacionados sus pecados y cada uno demostrando por qué merecía ser castigado.

El encuentro entre televidentes y telenovelas no fue grato. Los patrocinadores se retiraron, PUNCH entregó su espacio dedicado a su transmisión y los directores perdían cada vez más la fe.

Todo parecía perdido hasta que RTI sacó su último as bajo la manga.

A mí me dijeron que se estaba perdiendo mucha plata, que no se podía seguir haciendo telenovela. Yo insistía en que esperáramos, que ahí estaba el futuro de la televisión. Pero nada.

10 Decidieron suspenderla y me dieron la orden de desmontar todas las escenografías de la telenovela, cuando al otro día llegaron dos órdenes de publicidad para la telenovela; yo fui y les mostré y me dijeron ‘bueno siga’, recuerda Hernán Villa. (citado en Rodríguez y Téllez, 1989, p. 36).

Las amenazas no tuvieron fundamento cuando “Diario de una enfermera” rompió con todo record de rating. Su éxito fue rotundo. Enrique Tobón, Rebeca López, María Eugenia Dávila, Ramiro Corzo, Samara de Córdoba, Yamile Humar, Nora Proaño, Felipe González y Julio Cesar Luna, fueron el reparto de esta exitosa producción en la que una enfermera va a parar a la cárcel.

Clemencia Rodríguez, comunicadora social y docente, le atribuye este fenómeno al aumento de televidentes en todo el país. A su vez, expone tres argumentos diferentes:

1) Para esa época la red nacional se había expandido a departamentos y algunos municipios.

2) Las posibilidades de tener un televisor habían aumentado gracias a un proceso de desarrollo que estaba atravesando el país con ayuda del capital de Estados Unidos.

3) La radio es pan de cada día en la vida de un campesino. Sus contenidos lo acompañan en sus jornadas tanto de trabajo como de descanso. Cuando comienza la etapa de crecimiento, crecen también las migraciones del campo a la ciudad y cada uno de estos colombianos, llegan con la expectativa enorme de ver todo aquello que solamente habían podido oír.

Los avances tecnológicos también aceleraban la activación del culto televisivo. Para 1967 llegan los videotapes o cintas de grabación a Colombia. Los usos no eran muy claros dentro de los técnicos y productores, pero lo cierto es que por primera vez se pudo transmitir una telenovela diaria y no interdiaria, como se venía haciendo.

11 Los actores aceptaron el reto con susto pero con gusto.

“Si uno se equivocaba era terrible porque era al aire, en directo; ahora pasa y simplemente se corta y se repite la escena, hasta 10 veces si es necesario. Existe la facilidad de cambiar la actitud, modificar la voz, el caminado. Antes no; era como era y salía. Y a veces, por solucionar un ‘impase’, te salías del contexto de la telenovela, de la actuación o exagerabas, muchas cosas que hoy no suceden.”, explica Judy Henríquez. (citada en Rodríguez y Téllez, 1989, p. 39).

Raquel Ércole no olvida:

“Claro, todo el convento, la tapia, el jardín, todo era en el estudio. Se recortaban ramas de los árboles y se pegaban por detrás con puntillas para dar la apariencia de follaje. A las 5 horas de ensayos y grabación pues ya las ramas estaban marchitas, por las luces tan potentes.” (citada en Rodríguez y Téllez, 1989, p. 40).

No obstante, nadie conocía aún los conceptos de edición y mucho menos de montaje, así que los cassettes se vieron como una opción para facilitar efectos, como se hizo en “Dos rostros y una vida”, protagonizada por el importante actor, Julio Cesar Luna. “En el último capítulo de esta historia se logra, por primera vez, presentar a los dos gemelos hablando frente a frente.” (Rodríguez y Téllez, 1989, p. 43)

Parecía que la telenovela estaba entrando con grata bienvenida a los hogares colombianos. De todas maneras era necesario todavía combinar los temas de Corín Tellado con los que ofrecía la literatura universal, sobre todo, colombiana. El buen Salvaje dirigida por Eduardo Caballero Calderón era emitida al mismo tiempo que Candó.

Por primera vez los paisajes y personajes colombianos entraban a la televisión nacional. Candó, bajo la dirección de Bernardo Romero Pereiro, gira alrededor de la explotación de oro en el Chocó; Destino la Ciudad, dirigida por Efraín Arce, expone la realidad de los campesinos que migraban al sector urbano. Muchas otras producciones comienzan a reflejar la cultura colombiana.

Los 70… más real, más colombiana

12 La telenovela toma un impulso imparable y una identidad que resaltaba lo más cerca posible los aspectos de diferentes sectores del país. El número de nombres en los repartos comenzó a aumentar y la fama empezaba a ser la compañera de algunas ya reconocidas estrellas.

Una de ellas fue Dora Cadavid. Su pasión por la actuación fue tal que en 1970 decidió crear junto a Jaime Botero, padre de la reconocida actriz María Cecilia Botero, el Teatro Popular Colombiano. El grupo estaba conformado por actores reunidos para hacer un dramatizado semanal sobre cuentos colombianos. Aura o las violetas de José María Vargas fue una de las producciones de estas selecciones de la literatura nacional, en la cual se utilizaron paisajes colombianos. La vida es sueño, escrita por el poeta español Pedro Calderón de la Barca, también fue grabada en las minas de Zipaquirá.

Y así poco a poco Colombia empezó a verse en la pantalla chica. Cuando no se podía grabar fuera de los estudios, las anécdotas eran incontables ya que las dificultades eran mayores. Pero fueron esas mismas limitaciones las que convirtieron las primeras producciones en una verdadera escuela de actuación para sus integrantes.

El hecho de que tenían que simular ver una piscina donde no existía, remar en un rio donde no lo había, hacer un incendio en un espacio cerrado, y hablar sobre la belleza de una luna pintada en un mural, les dio habilidades en interpretación de personajes y en expresión corporal, que actualmente son difíciles de encontrar en un novato.

Ya para este punto, había un concepto más de actuación para televisión y menos teatral; ya los personajes no contaban las historias, sino que eran mostradas en la pantalla; ya se consideraba al actor de televisión un artista, y no el causante de la prostitución de este arte. “De igual forma, los personajes se encuentran ahora en escenarios de “carne y hueso”, en calles que realmente son calles o, en medio de árboles que realmente son árboles, y esto los obliga a convertirse en personajes de carne y hueso también. Y así vemos como un cambio tecnológico en la forma de realizar las grabaciones va generando transformaciones que finalmente irán acercando al género a la vida cotidiana de la gente y, en último término, al país mismo”, dice Clemencia Rodríguez en su investigación sobre el género. (1989, p. 51.).

13 Los televidentes comienzan a pedir verse a sí mismos en la televisión. Directores, productores, libretistas y actores se ven obligados a investigar estilos de vida para hacer más reales sus obras. Los personajes se vuelven tema permanente en las reuniones sociales y se critican de acuerdo a si la gente es o no como la muestran. Que los costeños no son así, que los caleños no hablan de esa forma, que los bogotanos son más cultos; en fin. Se construyen mitos y debates en torno a las telenovelas.

Casi el total de la programación entonces se dividía en dos. Por un lado estaba la telenovela “Arcaica”, la cual toma su nombre rememorando aquella época antigua de Grecia en la que el Imperio se recuperaba de una fuerte crisis. Era aquella telenovela del melodrama que se centraba en el romanticismo, el amor y el vivieron felices para siempre.

Dentro de este grupo entra la telenovela al medio día. Desde 1973, con la creación del grupo Cadena Radial Colombiana, CARACOL, se abre este espacio dirigido a un público exclusivamente femenino y por lo tanto, basadas en el melodrama clásico. Según Rodríguez, las características principales de una telenovela “Arcaica” son:

• Los personajes exacerbados. • Las relaciones familiares muy pasionales. • Un movimiento en la historia planteado de tal forma que constantemente da pistas sobre lo que va a suceder. • Unos personajes definidos ante el bien y el mal, sin importar sus otras características no estén muy bien perfiladas. • constituida como el primer nivel donde se ordena el mundo. • El sufrimiento de la mujer, causado generalmente por una falta de reconocimiento, ya sea por una identidad no reconocida o por carencia total de la misma. • Un logro de la felicidad a través del sufrimiento; hay un disfrutar al ver a la mujer salir por encima de todo.

14 Por otro lado se encontraba el resultado de las experimentaciones de los libretistas para darle ese ‘algo más’ que identifican nuestras producciones: una telenovela “moderna”. Eran aquellas que no sólo se basaban únicamente en la historia de amor de sus protagonistas, sino que tenían un suspenso, un poco de comedia, entre otros ingredientes.

Aunque “Yo y Tú” fue más una serie que una telenovela, contó con la participación de importantes actores como Alicia del Carpio, Otto Greiffenstein, Consuelo Luzardo, Leopoldo Valdivieso, Cecilia Velasco, Esther Sarmiento de Correa, María Eugenia Dávila y Pepe Sánchez. Durante 22 años de emisión, algo nunca antes visto, cada día contaba una situación jocosa por la que tenía que atravesar una familia bogotana. Empezó en los 60 pero fue en los 70 cuando ya contaba con más audiencia. Definitivamente, tenía un poco de modernismo.

Recordemos también a “La Abuela”. Una mujer que dirigía a su antojo y bajo su yugo a una típica familia bogotana o “cachaca”, como se le dice a la cultura de la capital. Tenía a todos sus miembros bajo sus órdenes, era una mujer de carácter fuerte, imprudente, metida y graciosa. Protagonizada por Teresa Gutiérrez, esta producción tuvo un gran impacto en la sociedad tanto por la descripción de los personajes típicos bogotanos, como por las escenas de comedia, algo completamente nuevo en la televisión.

Escena:(“Telenovelas La Abuela seriados”, 1979)

Abuela tendida en la cama. Aparecen todos los miembros de la familia preocupados porque al parecer por fin moría la anciana. Se lanzan a su alrededor. Nuera (Gloria Gómez): Dios Mío. Suegrita de mi corazón Carmenza Gómez: Dale señor el descanso eterno… Familiares: Brille para ella la luz perpetua. (varias veces)

15 Abuela mueve la mano

Judy Henríquez ¡Aún no ha muerto!

Abuela (Teresa Gutiérrez): Claro que me estoy muriendo… Pero de hambre ¿Dónde está mi desayuno? ¡Aléjense de mí!… ¡Mi desayuno! ¡Quiero mi desayuno!

Uno de los responsables de dicha transformación del género de la telenovela fue Julio Jiménez, un libretista que empezó como todos en la radio y terminó escribiendo guiones para la televisión. Sus obras eran modernas y diferentes a la típica historia de amor.

Este guionista se caracteriza por ayudar al actor a convertirse en alguien mucho más ágil frente a una cámara, con parlamentos más cortos y muchas más acciones. Fue de los primeros en empezar a buscar el actor para el papel. Introduce también a las historias el personaje de que causa problemas a los protagonistas. “La Abuela” fue una de las telenovelas más vistas en el país pues cumplió a cabalidad todas estas características que hasta ese momento no existían. La cultura y los valores colombianos empiezan a ponerse en tela de juicio y los televidentes comienzan a aceptarlo con interés. Pero a su vez, el libretista es consciente del género y sabe que no se puede apartar de él. El compromiso mayor es con el televidente y, así se exploren nuevas posibilidades, siempre tiene que existir el ingrediente rosa que la gente espera ver.

Ahora se podía contar con nuevos avances tecnológicos. Desde 1979, por aval del entonces presidente, Julio Cesar Turbay Ayala, llegó la televisión a color. Luego de muchas disputas, debido al clientelismo que se había apoderado del medio, por fin INRAVISION

16 logra la autonomía para decidir con respecto a sus avances y su normatividad. De esta forma, fue posible realizar la primera producción con ayuda de un computador bajo el manejo y la enseñanza de Duni Kusmanis, técnico chileno experto en la pre producción de telenovelas; se llamó, La bruja de las minas.

En los 80… todo un producto industrializado

“Esta es la historia de un buen muchacho que había en mi pueblo, con esa sangre de aventurero y de soñador que como tantos se fue de aquí a buscar fortuna con la importancia de ser importante pa’ su región”. (Tema musical “Gallito Ramírez”, 1987)

No es difícil recordar de qué producción era la estrofa de esta canción. Carlos Vives fue escogido para cantar, como estrategia promocional, la música vallenata del cabezote de ‘Gallito Ramírez’. Y es que ya se veían las telenovelas como un buen negocio.

La telenovela es definitivamente uno de los mejores campos de inversión. Los patrocinadores son conscientes del éxito que significaba pautar en estas producciones y su capital es utilizado para la cada vez más, perfección del género.

La escenografía, la ambientación y musicalización empiezan a ser conceptos que requieren de personas especializadas. Los libretistas firman contratos de exclusividad para los canales ya que de su nombre dependía mucho el éxito de la telenovela.

Caballo Viejo es tal vez la mejor señal de estos nuevos conceptos. Esta obra de Bernardo Romero Pereiro, fue una de las más exitosas de los 80 y ganó India Catalina en las categorías de mejor libreto, actriz de reparto y ambientación. Además fue premiada con el premio Simón Bolivar por la mejor actriz, libreto, novela, actor y técnica.

17 La telenovela fue vista en países como España y hasta China. Lanzó al estrellato a Silvia de Dios y ratificó el excelente nivel de actuación de Carlos Muñoz. Su nombre fue tomado de la famosa canción del venezolano Simón Díaz, ‘Caballo Viejo’, la cual también fue la escogida para su musicalización.

“Caballo le dan Sabana porque está viejo y cansao, pero no se dan ni cuenta que un corazón amarrao cuando le sueltan las riendas es caballo desbocao.

Y si una potra alazana caballo viejo se encuentra el pecho se le desgrana y no hace caso a falseta y no le obedece al freno ni lo paran falsas riendas.”

Ante esta canción es fácil recordar lo que cuenta la historia de amor entre Epifanio del Cristo, representado por Carlos Muñoz, y su sobrina (mucho menor), Nora Márquez.

Carlos Muñoz lo recuerda así:

El amor tiene muchas facetas. En el amor se teme, se sufre, se llora y se es feliz. Es una mezcla de todo. Cuando es correspondido es algo maravilloso, pero cuando no, se vuelve trágico y amargo. Ese fue el amor de Epifanio y Nora: ella le pedía que la amara, que se casara con ella; sin embargo, él se dio cuenta de que no podía ser, de que había que respetar a esa niña. Y así pasó. A nivel actoral hubo bastante tensión, por lo difícil de los personajes. Pero aún así, lo recuerdo especialmente, porque si esto le sucediera a un hombre, seguramente sería motivo de orgullo, pues toca la vanidad masculina; además debe resultar gratificante sentirse amado por una joven tan hermosa como Nora Márquez. (Muñoz, citado en ColArte, citado en Revista TV y Novelas, 1993).

Fue la década de un éxito rotundo en la carrera de Carlos Muñoz, quien desde el segundo día de la televisión colombiana, ya estaba actuando. Estuvo en producciones como Pero sigo siendo el Rey y Doña Flor y sus dos maridos.

18 Qué mejor papel que el que hizo en San Tropel donde marcaba su llegada con un saludo inconfundible: “Ave María Purísima”. “Sin pecado concebida María Santísima”, debían responder todos con la bendición.

En esta década, la guionista más peleada por las programadoras fue Martha Bossio. Bossio se caracterizó por introducir humor a sus producciones. El chiste y los apuntes de los personajes eran causa de risas para los colombianos cada noche. “El bazar de los idiotas” es un claro ejemplo. El libretista pasa de ser un traductor de obras literarias a imágenes, a ser creador de un género, de relatos televisivos.

Los temas, el humor y las expresiones de los libretos llevaban el sello colombiano. Tanto que algunos comenzaron a ser muy polémicos. La discusión derivada del libro de Juan Gossain, “La mala Hierba” generó la mayor controversia que se había presentado en la historia de la televisión. La trama era netamente colombiana pues se trataba de la mafia, de la marihuana de la época y reflejaba la forma de ser y de vivir de este grupo estigmatizado de la sociedad. Aunque no se tenía el concepto del narcotraficante como ahora se tiene con el negocio de la cocaína, la polémica no fue cosa pequeña. Martha Bossio tuvo que aguantar varias críticas y juicios por parte de INRAVISION y del país.

Por otra parte, como evidencia de la competencia que se estaba generando entre programadoras para ganar audiencia para sus producciones, por primera vez PUNCH hace investigaciones por medio de Gustavo Castro Caicedo y encuentra que los colombianos prefieren ver dos tipos de historias: de amor y de ascenso social. Así salen al aire y Amándote. Todo para poder competir con el éxito de las novelas novedosas de CARACOL. Telenovelas como Gallito Ramírez en la que se expresa vivamente la cultura costeña con el deporte más popular de Cartagena: el boxeo.

Escena: (“Gallito Ramírez”, 1987, cap. 44)

19 Gallito y la Niña Mencha están perdidos en una isla mientras las fuerzas de búsqueda de Cartagena, están buscándolos para rescatarlos.

Gallito Ramírez (Carlos Vives) ¿Sabes qué pienso niña Mencha? Que a mi también me gustaría quedarme a vivir aquí. Yo le fabricaría una casa de madera, allá (señalando al frente)… Tan linda como las que salen en las tarjetas de navidad. Y su yate con los esquíes, los anclaríamos por ahí (vuelve a señalar). Risas de la niña Mencha Y en cualquier parte, pondría un saquito de arena pa’ practicar mi boxeo todas las mañanas.

Niña Mencha (Margarita Rosa de Francisco) (Mientras se ríe) Ay no, sólo faltaría que te pusieras a practicar Boxeo conmigo jajaja.

Gallito Ramírez (Carlos Vives) No había pensado en eso… Pero no me parece mala idea. (Terminan escena boxeando)

RTI seguía con su línea literaria. En 1980 saca al aire Rasputín con Gustavo Angarita como protagonista, y en 1988, produce Los pecados de Inés Hinojosa, una polémica historia sobre una familia distinguida de la época de la colonia. Esta producción tuvo una escena que pocos podrán olvidar. Margarita Rosa de Francisco y Amparo Grisales, protagonizaron una escena erótica entre ellas.

En cada producción se refleja que la identidad del colombiano consiste en ser diferente a los otros colombianos. O si no que lo diga el director Pepe Sánchez. Sus obras se caracterizaban por ser muy colombianas, plurales en ideas y temas novedosos. Este director

20 bogotano estudió Derecho en la Universidad de la Salle y Pintura en la Nacional. Comenzó como todos en la radio nacional. En varios viajes a otros países realizó algunos montajes y teatro clásico.

Pero su llegada a la televisión fue como actor en Yo y Tú. Interpretando a ‘Chepito’, un joven ‘gomelo’ típico bogotano, que fallaba en cada intento por alcanzar el éxito, se dio a conocer al público. Luego de su participación en La Tregua de Mario Benedetti se lanzó al agua como director.

Su primera producción fue la inolvidable comedia Don Chinche. Producida por RTI, Sánchez pretendía hacer un retrato costumbrista del país. Se reflejaban las clases más populares cuando llegan a la ciudad y empiezan a buscar sobrevivir. Héctor Ulloa es el protagonista, el cuál trabaja como todero en un barrio de Bogotá. Con una marca propia le pone humor al hablado campesino y a sus expresiones cotidianas.

En el especial que realizó RCN sobre los 50 años de la televisión colombiana en el 2003, Ulloa opinó así sobre esta producción de la que hizo parte:

Para mí la mejor producción de estos cincuenta años, independientemente de haber estado ahí, es Don Chinche, por el significado que tuvo para el país de servir de espejo de alguna manera; por los contenidos de los personajes; por la coherencia de sus personajes. La coherencia era tal que en alguna oportunidad, Pepe Sánchez decía: a mí lo único que me toca es inventarme la pequeña historia porque los diálogos me los dictan cuando estoy escribiendo… (“Especial 50 años de la TV colombiana por RCN”, 2004).

Escena: (Sánchez, “Don Chinche”, 1983)

Don Chinche pone a trabajar a su ayudante con Don Joaco, el tendero y le enseña a contestar el teléfono.

Don Chinche:

21 Se agarra el fono, se pone cara de ejecutivo y se Contesta con toda amabilidad: ¡Domicilios El Buen Primor! Si ¿cómo no? Para servirle a su persona Para lo que guste mandar

Claramente se ve reflejado el estilo de Pepe Sánchez. Porque en los 80 ya se hablaba de estilos en las producciones y él, impuso uno muy propio.

Pepe Sánchez escucha propuestas, le da importancia a la satisfacción personal de todo el equipo e integra a cada parte que compone las producciones. Todos los que hacen la producción comienzan a sentirse realizadores de la misma.

Esta fue la década de la consolidación definitiva y arraigada de la telenovela. Como dice Clemencia Rodríguez:

A pesar de que hacia los primeros años de su historia la telenovela colombiana era más el resultado de un grupo de artistas “juagando” con un medio desconocido, junto con unos empresarios que no tenían muy claro qué tipo de mercancía estaban produciendo ni cuál era su mercado, en la década de los 80 la telenovela se ha convertido en un producto fuertemente industrializado, con todas las características de una mercancía generada desde la industria cultural. (Rodríguez y Téllez, 1989, p. 82).

De Colombia para el mundo… los 90

Las historias en esta década ya no eran tan importantes. Claro, eran fundamentales, pero con tantas posibilidades que otorgaba la tecnología para ese tiempo, la preocupación principal era la producción. Los ambientes, los efectos, la música, la fotografía, entre otros, estaban por encima de la exploración de nuevos rumbos para encaminar las telenovelas.

22 Sin embargo, se mantuvo una línea de tramas con respecto a reflejar diferentes zonas del país con personajes exagerados, buenos y malvados, con humor, intriga e historias con un ingrediente de terror.

Terror como el de En cuerpo Ajeno, una de las producciones más exitosas de la década. Un anciano muere y reencarna en el cuerpo de un campesino analfabeta que termina enamorándose de la viuda del difunto. Con Amparo Grisales y Danilo Santos comandando el reparto, esta telenovela tocó las fibras nerviosas de los colombianos.

Germán Rey dice sobre esta producción:

“En cuerpo ajeno”, de Julio Jiménez -una telenovela que condensa el estilo truculento, fuerte en la caracterización de los personajes, abundante en sentimientos extraños y situaciones límite- ha sido en la primera mitad de la década uno de los éxitos del melodrama colombiano. La obra de Jiménez está muy cerca de una interesante combinación entre claves psicoanalíticas, pasiones desenfrenadas y dimensiones esotéricas que le dan una suerte de tinte negro y gótico no muy alejado de un “contar” popular familiar de los relatos de miedo, ánimas solas y aventuras. (“Diálogos de la Comunicación”, 1996).

Bernardo Romero Pereiro saca al aire, en 1992, Sangre de Lobos, otra novela llena de intriga en la que un sacerdote y una mujer joven, interpretados por Edmundo Troya y Aura Cristina Geithner, viven un amor prohibido. El nudo de la historia es cuando todo pareciera indicar que la mujer es la hija postiza de la madre del cura.

Dos años antes, RTI llevó también a la televisión una obra llena de suspenso, del periodista venezolano, Miguel Otero Silva.

“En noviembre Victorino y Victorino y otro Victorino nacerá, nacerá… ¿nacerá? Cuando Victorino se encuentre con Victorino y Victorino, Victorino ¿morirá?” (Tema “Cuando quiero llorar no lloro”, 1990).

Los Victorinos o Cuando quiero llorar no lloro fue una historia llena de suspenso. Adaptada a la cultura colombiana, la vida de tres jóvenes llamados Victorino, que nacen y

23 mueren el mismo día, se enlaza de manera fatal. El primer muchacho era un niño rico que termina relacionándose con el narcotráfico. El segundo, representaba la clase media, un soñador socialista que se vincula a la guerrilla urbana. El último era el hijo de un campesino que no tenía otra opción que trabajar como su padre para ganar el pan de cada día. Los tres representaron la vida y el choque que existe entre las diferentes clases sociales.

Así se profundizaba cada vez más en nuestro país. No había rincón que no valiera tocar y mostrarlo por medio de la televisión. Se trató la colonización antioqueña con La casa de las dos palmas; la música típica nacional de Pacho Galán, Lucho Bermúdez, Esthersita Forero y Matilde Díaz en Música Maestro, con Fernando González Pacheco; la época del Bogotazo, día del asesinato del líder político Jorge Eliecer Gaitán, en La otra mitad del Sol; la ‘berraquera’ de la mujer colombiana cada vez menos dominada por el hombre, en La Potra Zaina; el folclor de un pueblo caribeño en Las Juanas; en fin, muchas producciones de nuestro país, para el mundo.

Y digo para el mundo pues muchas de ellas fueron transmitidas en el exterior y ganadoras de premios nacionales e internacionales. No obstante, esta década le dio a Colombia las más exitosas producciones bajo la mano de Fernando Gaitán y la dirección de Pepe Sánchez y Kepa Amustachegui.

Café con Aroma de Mujer y Betty la Fea. Dos telenovelas que hicieron conocer al país como un digno productor y exportador de producciones para televisión; dos telenovelas que mantuvieron a los colombianos, a los japoneses y hasta los rusos pegados a la televisión todos los días pendientes del desenlace de sus historias; dos telenovelas que sacaron lágrimas, risas e identificaron a los colombianos con cada uno de sus personajes.

Si se habla de Teresa Suárez, muy seguramente nadie reconocería ese nombre. Pero si se dice que su alias era Gaviota, con plena certeza la reconocen hasta en Polonia. Gaviota, interpretada por Margarita Rosa de Francisco, era una recolectora de café que vivía con su

24 mamá y que llevaba una vida nómada trabajando de hacienda en hacienda, como lo hacían en realidad lo recolectores en el viejo Caldas.

En una de las haciendas, conoce a Sebastián Vallejo (Guy Ecker) un hombre que padece de impotencia sexual y que sólo se cura con la ayuda de Gaviota. Enamorado, Sebastián le promete a Gaviota volver a casarse con ella después de terminar sus estudios en Europa. Pero ella queda embarazada. Se va al viejo continente a buscarlo, engañada por un fotógrafo que es en realidad un tratante de blancas. Sebastián vuelve por la muerte de su abuelo y le dicen el amor de su vida está trabajando como prostituta en un burdel europeo. Él, desilusionado, se casa con Lucía (Alejandra Borrero). Poco después, Gaviota regresa como deportada luego de muchas dificultades.

Destrozada por haber perdido a su hijo, Gaviota se encuentra con Sebastián y se dicen la verdad. Igual ella decide irse de la hacienda y consigue trabajo como recepcionista. Se entera de que en Café Export, empresa de los Vallejo, están necesitando a una secretaria. Es escogida con el nombre de Carolina Olivares. Estudia en las noches y empieza una carrera de crecimiento profesional y personal imparable.

La humilde recolectora termina siendo una alta ejecutiva y viaja a Londres a recibir una finca que le dejó el abuelo de Sebastián por cariño a su madre. Mientras tanto, Sebastián es metido preso por los negocios sucios de su primo Iván. Luego de mucho tiempo él va a buscarla a Europa, ella no lo quiere ni ver. Poco después se entera de la verdad pues siempre pensó que él la había abandonado. Viaja a Colombia, lo encuentra y se casan. Un rápido recorrido de esta importante telenovela para nuestra industria cultural. Esta producción entra en el mundo de los cafeteros, en una época donde la exportación de café era fundamental para el país. Colombia, conocida como el productor del mejor café del mundo, se ve representada en 1994 en Café con aroma de mujer.

La fuerza de dos mujeres por sobrevivir y salir adelante por la falta de un hombre, demuestra el estilo de vida que estaban asumiendo las nuevas generaciones femeninas

25 colombianas por superarse, adquirir independencia de los hombres y triunfar profesionalmente, como lo hizo Gaviota.

Y la historia de amor que no puede faltar en el género, conmovió inmensamente a los televidentes pues fue como si padecieran en carne propia todos los obstáculos que tuvieron los protagonistas antes de poder consumar su amor.

Dora Cadavid dice en el especial de RCN de los 50 años de la televisión colombiana:

Para mí indudablemente, la que le abrió las puertas a Colombia en el mundo entero, en el tema de telenovelas, fue Café. Café mostró toda la vida del Eje Cafetero y cómo se vive del café en nuestro país. Y caray, todavía se está presentando en muchas partes el mundo y en todos los idiomas. Para mí esa fue la más grande producción. (“Especial 50 años de la TV colombiana (Parte 10)”, 2004).

Es imposible no recordar cuando Sebastián Vallejo descubre a Gaviota en Café Export antes de una junta directiva, bajo unas gafas oscuras y el pelo en la cara para que no la reconociera. O cuando Carolina Olivares es descubierta en la empresa después de que Lucía, la esposa de Sebastián, la oyera cantar. O la escena cuando Sebastián, muerto de los celos por Salinas, el nuevo jefe de Gaviota, sale corriendo, ella lo persigue, él le pega a un policía para que lo cojan preso y lo liberen de ella, y Gaviota repite el golpe para que la lleven con él y la escuche. Cuando pensaron que Gaviota era heredera del abuelo Octavio Vallejo, cuando Gaviota se enteró de que Sebastián la había salvado de ir a la cárcel y cuando se casaron y vivieron en la hacienda felices para siempre.

Lo mismo pasó con Betty la fea o Beatriz Pinzón Solano, una mujer que ha viajado por todo el mundo y que ha tenido diferentes nacionalidades; mexicana, francesa, alemana y recientemente, de manera muy exitosa con un Oscar encima, norteamericana.

La protagonista más fea que ha tenido la televisión colombiana, entra a Ecomoda, una empresa textil y de diseño de ropa, como secretaria del gerente general, Armando Mendoza (Jorge Enrique Abello). Miente a sus padres quienes le habían dado una educación importante con mucho esfuerzo, y les dice que fue escogida como asistente de gerencia.

26 Recordemos su presentación en la entrevista para ser escogida como secretaria:

Beatriz Pinzón Solano (…) yo tampoco tengo experiencia como secretaria pero permítame y le explico. Yo estudié economía en la Universidad de Estudios Económicos y Finanzas y, como podrá ver en mi hoja de vida, salí con tesis laureada y tuve el promedio más alto en la universidad. Allí están el rector y decano de la facultad como referencias personales. Luego hice un curso de contabilidad y después un postgrado en finanzas. También fui auxiliar del área internacional del Banco de Montreal, siendo vicepresidente de esa área el doctor Manuel José Becerra. También está como referencia. Manejo base de datos para sistemas financieros, análisis de proyectos de inversión, comercio exterior, estudios de factibilidad, cotos y presupuestos. También conozco el mercado bursátil. (“Betty la fea”, 1999, cap. 1)

Todos los días, la fea va a tener que luchar contra las burlas y los comentarios de sus compañeros de trabajo a pesar de su eficiencia, ya que su apariencia física no hace más que cerrarle puertas; hasta ella misma se ríe de sí misma.

“Aunque no lo crea hay que pensar en la belleza interior, Nicolás. Y eso se descubre en la mirada. ¿Sabe qué descubre un hombre en mi mirada? (...) Que tengo 2.5 de miopía y 3.2 de astigmatismo (…) Es que yo no tengo astigmatismo sino estigmatismo. Jajajajaja” (“Yo soy Betty la fea”, 1999, cap. 2 parte 2).

Un humor que entre la precisión de la actuación de Ana María Orozco y la exclusividad del libreto de Fernando Gaitán, llevaron al éxito de la telenovela.

Ecomoda entra en una crisis complicada y el plan de su gerente es enamorar a Betty para que le maquille los informes y su imagen profesional no se vea afectada. Lo logra perfectamente hasta que ella se da cuenta y su vida da un giro inesperado gracias a una mujer que la ayuda a transformarse físicamente y a sanar su corazón. Beatriz se convierte en gerente de la empresa y termina casada con Armando.

Pero más que la risa que podía causar ver a Betty tratando de ingresar a la sociedad moderna, lo más destacado fue lo realista de la telenovela, pues nunca se había tratado el trauma de una fea por ser amada, lo cual se puede decir que es un fenómeno que no tiene distinción de nacionalidad; he ahí el impacto de la producción a nivel internacional. De la misma forma, se trataron temas como la traición, la infidelidad y la corrupción, de manera

27 que no podían ser juzgados y que daban como conclusión que sólo cada quien sabe las razones que tiene para actuar de una manera u otra.

Gaviota y Betty marcaron la historia de la industria cultural colombiana. Gracias a ellas, el país ocupa el primer puesto de Latinoamérica en producción y calidad de telenovelas.

Nuevo milenio… un poco de todo

Entre los 90’s y el 2000, las cosas no han cambiado tanto. Durante el nuevo milenio, tanto el armado como el narcotráfico, problemas que sufre la sociedad colombiana, se convirtieron en temas preferidos del cine y de las telenovelas nacionales. Es el caso de Alicia en el país de las mercancías o La viuda de la mafia.

El humor continúa con producciones como Nuevo rico y nuevo pobre y otra novela que arrasó con rating, Hasta que la Plata nos separe, también de Fernando Gaitán. Inclusive, una de las producciones más vistas de este género durante esta década fue Pedro el Escamoso, un hombre de prototipo “galán de barrio” que siempre está metido en problemas de faldas. Miguel Vaorni le dio identidad al personaje, gracias a un baile denominado: El Pirulino. Actualmente hay algo claro, y es que se ha intentado volver a las raíces de las telenovelas colombianas. Aquellas que educaban, que tocaban la historia del país, que no se alejaban del género, sin olvidar la experiencia que se ha logrado durante todos estos años.

“La vida es como una telenovela”

Es usual oír comparaciones estimulantes y odiosas de los hechos de la vida diaria de los colombianos con situaciones y personajes de las telenovelas nacionales. De acuerdo a una investigación que realizó Nora Segura Escobar, contenida en el libro Televisión y Melodrama, un grupo de caleños que fueron tomados como muestra del país dos décadas

28 atrás, dieron como respuesta algunos comentarios sobre los dramatizados y su proyección en la cultura:

Es usual escuchar comentarios con referencias estéticas: “Cuando volví me había traído unos zapatos horribles como los de Pío Quinto el de San Tropel, el de San Tropel, el curita, y cómo me iba a poner yo eso…”; o comparaciones de las personas con actrices: “Sandra (mi hija) con cualquier cosita está llorando, se parece a ” (protagonista de una telenovela venezolana). “Por ahí hay una pelada que tiene el pelo igualito a ella y le dicen ‘Niña Menchi’ (protagonista de una telenovela nacional). Mi papá era como ese de Lola Calamidades, la mamá de esos muchachos, así de templado era. (Barbero y Muñoz, 1992, p. 230).

No es posible concretar si es la telenovela la que se ha acercado al país o si es la realidad del mismo la que ha permitido nuevas formas de narración audiovisual, pero lo cierto es que la cultura colombiana se ha visto enormemente influenciada por los dramatizados desde su aparición en la pantalla chica.

Lo que habla una telenovela no es resultado de encuestas, estudios o del proceso de iluminación de la nada a un libretista; es de los sucesos que tejen la vida de la gente. Gente analfabeta, gente humilde, gente estudiada o gente élite. En realidad no importa de cuales se transmite más en la televisión, pero lo cierto es que existen pocos fenómenos tan íntimamente ligados con la cultura nacional.

El por qué es algo todavía bastante discutido entre analíticos de la televisión. Sin embargo, Jesús Martín Barbero lo atribuye a la capacidad de la telenovela de generar identidades. Lo que pone en juego el melodrama, es el reconocimiento del individuo consigo mismo, representado por algún actor o actriz. En un país tan quebrantado como Colombia, lo que más se necesita es algo a lo que sus habitantes se puedan agarrar y verse a sí mismos.

Eso es precisamente lo que logra la telenovela. A través de los años, se ha convertido en un espacio central en el que se puede encontrar al país. La madre, el hijo, el padre, el hermano, el esposo, el vago, el campesino, el ejecutivo, la gerente, el de mala suerte, en fin, todos están en ese pequeño recuadro. Conscientes o inconscientes de esta proyección, los colombianos y su vida cotidiana están enchufados con el melodrama.

29 “La telenovela es “un género que más que cualquier otro se vive por fuera de su ámbito propiamente textual” es decir cuyo sentido y disfrute remiten más al contexto familiar, vecinal, de trabajo o de amistad, que al texto mismo”, dice Barbero citando a Sonia Muñoz. (1992, p. 32).

Los dramatizados entonces serán espejo de una conciencia colectiva, la recreación de la realidad nacional y a su vez, el mayor espacio que refleja las huellas de la heterogeneidad de la sociedad. En ellos se ven no sólo las clases sociales, sino también la competencia cultural entre factores étnicos, dialectos regionales y diferentes mestizajes urbanos. De ahí que el consumo masivo de las telenovelas tradicionales, va acompañado de un proceso de innovaciones arriesgadas para abarcar la cantidad de sectores que conforman la nación.

En general, las telenovelas han tenido esta misma característica en toda Latinoamérica. Sin embargo, son las mexicanas, venezolanas, brasileñas y colombianas las que han llevado el liderato. Las mexicanas tienen un estilo barroco en su escenografía y comúnmente desarrollan conflictos de clase social o parentesco. En Venezuela, por el contrario, lo importante no es lo que se representa por parte del actor, sino lo que éste dice. Se da una tremenda importancia a la oralidad. Los dramatizados brasileños y colombianos se relacionan al haber un encuentro de la producción con el país. (Barbero y Muñoz, 1992, p. 64).

No obstante, Colombia tiene una característica principal y exclusiva que ha permitido a la telenovela convertirse en el producto preferido de sus habitantes. Se trata de una combinación entre lo nacional y un toque de sátira sobre nuestras propias raíces.

J.M. Barbero lo explica de la siguiente manera:

“También en Colombia se ha producido un proceso de transformación de la telenovela que, como en el caso de la brasileña, conduce primordialmente a un encuentro del género con el país, pero cuyo eje más que en el realismo se hallará en la veta irónica que, apoyándose en la tradición satírico – costumbrista de estirpe neogranadina, va a hacer posible el encuentro y la mezcla del melodrama con la comedia”. (Barbero y Muñoz, 1992, p. 65).

30 Se va a generar un elemento expresivo de mayor complicidad con sus televidentes por la permeabilidad hacia lo actual. Los personajes de las telenovelas darán forma a tipos sociales. Irán apareciendo nuevos mundos de vida a medida que se va evolucionando en la producción. Profesiones, situaciones, contextos, entre otros.

Debido a dicha pluralidad nacional, el país solamente se puede integrar a un relato desde abajo, lo pequeño o mejor, lo regional. El conjunto de piezas hacen posible la estructura, y así es que se construye el imaginario nacional. Un imaginario nacional que resulta de reconocer lo diferentes que somos.

Del país que hablan las telenovelas se presenta en tres subgéneros: un país que ha sufrido una fuerte transformación gracias a su desarrollo; un tema de discusión desde la independencia, la urbanización. Un país que tiene varias facetas urbanas pero en el fondo un corazón campesino. También se habla del país que diariamente vive de conflictos sociales, la lucha por el ascenso y el choque entre pobres y ricos. Por último, se muestra una nación que sólo por medio de la telenovela puede cuestionar sus principios, su rutina y moral; uno burlesco que se plasma a sí mismo en un libreto con ironía.

El primero es denominado en Televisión y Melodrama, como Folletín Rural.

“Denominaremos “folletín rural” a un subgénero de telenovela en el cual lo rural se refiere menos a un escenario – el campo – que a un espacio cultural regido por el tiempo de los ciclos y las fidelidades primordiales. Tiempo del mito y de la socialidad del parentesco que al penetrar en la modernidad funcionan ante todo como una moral (…)”. (Barbero y Muñoz, 1992, p. 85).

En San Tropel por ejemplo, el tema principal es la modernización de un pueblo con la ayuda de un personaje conductor que es el cura del lugar. El ángel de piedra también habla de unas clases populares y medias que viven a medio camino entre el ciclo campesino y el ciclo urbano.

El que toca el tema social es calificado como “Novela Social.”

31 “Este segundo subgénero (…) reconstruye el pasadizo que lleva de los sótanos del castillo “gótico” a los suburbios de la ciudad moderna, a la vez que conecta la experiencia del terror urbano con la esperanza de revancha de los de abajo”. (Barbero y Muñoz, 1992, p. 91).

Este es criticado por muchos como un tema trivial y típico de los dramatizados. Pero se puede decir que es la realidad social la que no ha evolucionado y que sigue presentándose el caso de la riqueza de unos a costa del empobrecimiento de otros.

El tercer y último subgénero es el de mayor éxito para los televidentes.

“Más que otro subgénero, el que vamos a estudiar ahora constituye el más específico aporte colombiano a la renovación de la telenovela: una muy particular forma de modernización del melodrama. “(…) O mejor, ahora se trata del relato que afirma el melodrama para burlarlo, para “explotarlo” en el doble sentido de utilizar sus claves y de hacerlo estallar. (…) la manera como el melodrama es negado no es prescindiendo de él”, explica Jesús Martín Barbero. (1992, p. 97).

Hay una burla de la religión por medio de lo místico y la brujería que se da en algunas regiones del país. El machismo es burlado por medio de la homosexualidad, el sentimentalismo por lo erótico, etc. Porque así es Colombia. Un país con habitantes que son capaces de reírse de sí mismos.

Sergio Ramírez Lamus expresa:

“Por mis gustos, me incluiría dentro una amplia masa colombiana con cierto sentido del humor, participante de una cultura con cierto sentido del humor, participante de una cultura en donde pesan especialmente la familia, las tensiones interclasistas y el conocimiento malicioso de la corrupción de ciertos lugares del Estado y la sociedad civil colombiana”. (Barbero y Muñoz, 1992, p. 107).

Omar Rincón dice y titula uno de sus libros de esta manera, que hay más de nacional en las telenovelas que en los noticieros de televisión. Tal vez sea cierto, pues la violencia, contenido principal de las noticias colombianas, es expuesta en las telenovelas, pero también la esencia de las culturas, los rostros, lo humano.

Lo costeño como en Gallito Ramírez, lo paisa como en Caballo viejo, lo campesino como en Don Chinche, lo bogotano como en Romeo y Buseta o La Abuela. Pero a su vez, lo corrupto, lo violento, lo malo. “Una nueva escena de violencia psicótica, una última balacera,

32 ponía final a la serie, coincidiendo escandalosamente con un estallido de violencia de ese mismo género transnacional y postguerra – del- Vietnam, en un restaurante Bogotano cuyo clientes fueron acribillados por un colombiano veterano del ejército de Estados Unidos. (Barbero y Muñoz, 1992, p. 112).

Así que no es posible decir que la telenovela tiene tan grande acogida en la sociedad colombiana por simple gusto, sino porque lleva a la audiencia a sentir vulnerada su sensibilidad. Sensibilidad que, entre otras cosas, también es producto del deseo que despierta este género.

Al igual que la publicidad, los dramatizados generan deseo y ese deseo, el consumo, entendido por Bourdieu, como la apropiación de los productos. En las telenovelas, hay realidad pero está plasmado también el querer ser. La heroína, el ascenso, el amor eterno. Esta combinación da al público mayor apego a la historia que siguen por la pantalla chica.

El público femenino es al que más va dirigida la telenovela, y al que más placer produce. La televisión construye identidades sociales y tal vez lo más evidente, una feminización del universo simbólico. La mujer es la base de los mensajes, es la presentadora, , la periodista, la heroína.

Es el placer de recibir los aportes que los dramatizados dan a la vida. Porque las telenovelas son como la vida misma y es el reconocimiento lo que produce gozo. “Y aunque parezca contradictorio, diremos que de esta ficción ejemplar las mujeres derivan tanto ejemplos para aprender a ser (del país, de Colombia, modernos, regionales, urbanos, violentos) como información que ellas a veces ponen en práctica en su vida diaria. Información que es rescatable y legítima, aunque venga de una ficción, de una telenovela: (…)”. (Barbero y Muñoz, 1992, p. 249).

Según el estudio en la ciudad de Cali antes mencionado, las mujeres prefieren las telenovelas cuando tienen un argumento; es decir, conflictos que hagan más compleja la

33 historia. El dolor es el sentimiento que más reconocen ellas en su vida y por lo tanto, siguen la vida de la heroína, aquella que no se deja vencer por las dificultades y encuentra aquel “vivieron felices para siempre”.

Otra audiencia importante es la que conforman los jóvenes. La juventud de los barrios populares considera inútil a la telenovela pues creen que traiciona la vida real. Pero aquellos jóvenes de clase media alta, hace de ésta una parte importante de su vida. Son conscientes de lo ficticio, pero su interés es generado por los actores que representan los roles sociales.

Sin diferencia de género, clase, religión, región o edad, la telenovela constituye un solo público. De manera contundente, las barreras sociales o nacionales se han borrado cuando de la fascinación que produce el medio se trata. Fascinación que se debe a la apelación de la industria cultural a los diferentes grupos de la sociedad.

Porque “la vida es como una telenovela”. No es la vida misma y es ahí donde se encuentra su impacto en la sociedad colombiana.

EL ACTOR DE LA TELEVISIÓN COLOMBIANA

Se dice que un actor es aquel que va a desempeñar un papel o un rol en un escenario específico, sin importar de qué contexto se trata. Hay actores políticos, actores sociales, actores empresariales, en fin, muchos tipos de actores que individualmente protagonizan o hacen parte de una obra dependiendo su oficio.

Pero aquí del oficio que hablamos es del trabajo del artista; del “arte de actuar”. La actuación es un concepto que no puede abarcarse dentro de un solo significado. La actuación implica tantas cosas, y más prácticas que teóricas, que limitarse a sólo una definición sería incompleto.

34 Jaime Botero Gómez, quien logró en un mismo libro, plasmar claramente lo que significa ser un actor, y no un actor cualquiera, sino un actor de y en Colombia, define la actuación de la siguiente manera:

La actuación, en el teatro o en la pantalla, “es la creación de la imagen de un personaje envuelto en una serie de acciones y de circunstancias que le han sido dadas por el autor del libreto y orientadas por un director, para que el actor las lleve ante el público espectador. (Botero, 1990, p. 113).

Pero como se dijo anteriormente, es difícil resumir todo lo que es la actuación en un solo párrafo, porque en este arte, más que considerar al oficio, es más importante definir lo que significa ser un actor.

Si se le pregunta a alguien que se dedique a este arte, seguramente va a afirmar que la mejor definición para el oficio sería: una pasión. Como se oye constantemente, existe un ‘gusanito’ que se mete en el cuerpo de los actores y los hace inclinarse hacia su profesión. Tal vez, a diferencia de otros oficios, existe en el artista una hipersensibilidad que no permite que sea sordo al llamado de esta pasión que invade y es imposible dejarla; es decir, como lo dijo Lucy Colombia, actriz de la televisión colombiana, “el actor quiere morir en las tablas”.

Sin embargo, entre todas las definiciones que existen sobre el tema, hay un elemento en común: el talento. Como en todo en la vida, si no hay talento, no hay nada que hacer. Botero Gómez da un ejemplo claro. Si un fotógrafo tiene una excelente cámara, con los mejores lentes, filtros y otros accesorios, de todas maneras, la foto será el resultado de la creatividad y la habilidad del ojo del fotógrafo.

Algunas personas podrán sentir que la actuación es el camino que quieren tomar para su vida, y tendrán la oportunidad de tener la teoría necesaria, pero sólo hasta la práctica se podrá definir si sirve o no para eso.

Seguramente el concepto de actor varía según el contexto y el criterio de quien evalúa la edición. En Colombia, los actores se forman empíricamente. En ninguna universidad del

35 país existe una facultad de actuación y en su defecto, las facultades que contienen artes escénicas, sólo ofrecen una materia de teatro.

Esto se debe a que la actuación en este país no es considerada como una profesión. Además, por la misma razón, no existe una “manera formal” de entrar a la profesión. La manera más profesional, si se puede llamar así, es a través de escuelas de actuación como la Charlot, la academia de mayor tradición en Bogotá, y otras que han sido creadas por maestros hechos a través de la experiencia en escena. Pero hoy en día, hasta de academias de modelaje llegan a parar en el oficio.

Pero adicionalmente, la actuación es empírica porque no existe una bibliografía o teoría que pueda definir lo que puede convertir a una persona en un actor, en un verdadero artista: su interior. En ninguna parte se explica cómo se puede llegar a interpretar correctamente un sentimiento o los pasos a seguir para hacer un personaje. Antiguamente se consideraba que los actores trabajaban sólo con su cuerpo y el parlamento. Todo se basaba en las técnicas físicas y vocales.

(…) la ausencia de técnicas, sistemas o conceptos renovados que le permitieran poner en práctica su creatividad – tal vez la condición más valiosa del talento artístico -, haciendo uso de sí mismo enriqueciendo el personaje con características personales que lo identificaran (sin desvirtuarlo, por supuesto) como su propia creación. Esta es en realidad la tarea del actor (…). (Botero, 1990, p. 25).

Como lo expresa Jaime Botero, el actor debe mirarse a sí mismo y de ahí sacar la creatividad necesaria para desempeñar su papel. Es cierto que existen diferentes elementos externos como el maquillaje, el vestuario y el sonido, que permiten que el actor se valga de ellos para hacer más fácil la imagen del personaje frente al público. No obstante, tanto lo físico como lo psíquico deben ir unidos.

El artista debe sacar de sus propias experiencias y de su sensibilidad, la cual debe ser mayor que la del resto de la gente, para entrar en el cuerpo que tendrá que habitar por uno o varios momentos.

36 Cuando se escoge el camino de la actuación, existen tres ramas principales para ejercer: el teatro, el cine y la televisión. Actuar para cada medio es diferente. Aunque como se explicó anteriormente la herramienta necesaria para cualquier contexto es el talento, cada medio exige sus propias técnicas.

No es difícil imaginar la revolución que causó la llegada del cine y de la televisión. Lo que tal vez hoy nos parezca normal, en su época debió considerarse una maravilla mundial. Por primera vez, se podía ver una imagen en movimiento que transportaba a un momento, a un espacio exterior o interior, a un universo paralelo que reflejaba la realidad pero que no era real. Era simplemente fascinante.

Los primeros afectados iban a ser los miembros de la industria mediática. Por ejemplo, desde empresarios hasta operadores técnicos de la radio llegaron a la televisión a transformar a través de ésta, la cultura colombiana.

Actuar para televisión es muy distinto de pararse en las tablas o estar en el rodaje de una película. Como lo dice Botero:

Lo más delicado de las diferencias entre los distintos medios es la “sutileza” con que se manifiestan la mayoría de ellas. (1990, p. 57).

Estas diferencias entre estos tres medios se centran en la imagen, el espacio y el tiempo.

¿Por qué la imagen? Hay que entender que todo en la televisión es espectacularmente físico. Toda la pantalla debe llenarse con imágenes y a través de ellas contar una historia. Por esta razón, el aspecto del actor es muy importante. Sí se debe tener un atractivo sexual, pero en general, una combinación de elementos que al ser percibidos por los sentidos, den una belleza integral. Una belleza necesariamente combinada con la destreza del movimiento corporal. “(…) y, probablemente lo más importante, la “cinestesia”: la sensación de la

37 posición, presencia o movimiento corporal que resulta, principalmente, de la estimulación de los terminales nerviosos”. (Botero, 1990, p. 77).

En este medio, lo físico es tan grande que cada detalle se magnifica. La cara de un actor puede llenar completamente la pantalla y la atención del espectador se fija en sus ojos, su boca y sus gestos, porque es allí donde más se concentra su expresividad. El actor no puede exagerar emociones o hacerlas artificialmente.

Si el actor hace como si escuchara un golpe, la acción se va a ver falsa. El actor debe realmente escuchar ese golpe. Aunque parezca sencillo, seguramente no lo es, pero es importante pues de ahí saldrán primeros planos y otra clase de imágenes que producirán mayor o menor impacto en el televidente.

La cámara es el instrumento que marca al actor y que le obliga a generar cierta complicidad con ella. El artista debe ser consciente del lazo irrompible que existe con la cámara y sabrá que ella representa el ojo de aquel que desea ver su interpretación. Es precisamente esta máquina la que les da cierta magia a las manifestaciones físicas de un personaje; de ahí en adelante, hará que el público lo identifique.

De la misma manera, la voz es una herramienta de identidad para el actor. Tener una voz suave, fuerte o ronca, ayuda para que la gente diferencie a unos actores de otros, pues la manera de hablar también sostiene una carga emocional que le da características propias al personaje. En Colombia, el hecho de que de muchos actores hayan pasado de la radio a la televisión, ha hecho que se establezcan voces inconfundibles de inolvidables artistas. Tal es el caso de Vicky Hernández, Dora Cadavid, Pacheco, Raquel Ércole o María Cecilia Botero.

A la hora de hablar en escena, se cuenta con apoyos como los micrófonos y arreglos de sonido. Pero no es tan sencillo. Se debe tener en cuenta la acústica del escenario, el número de personas en él, la cultura del público que escuchará el parlamento y el género.

38 Entre otros elementos, Botero Gómez considera como parámetros también de personalización o identificación de personaje los siguientes:

• La manera como se pone los labios para sonreír • La forma de caminar natural, personal y desentendido • La manera como se refleja la luz en los ojos • Cómo los labios dan diferentes formas al hablar • La manera como fijan la mirada • El movimiento facial cuando se grita o cuando se habla en tono de secreto • La mandíbula expresando determinación o egoísmo • Los hombros tensos o relajados cuando se quiere expresar abatimiento o inseguridad. • Los parpados cuando está soñando.

El espacio en televisión también está delimitado por la cámara. El medio ambiente en el que se hace una grabación puede ser o un set de escenografía que se construye según el contexto del libreto, o pueden ser exteriores como edificios, fincas, parques, etc. Los actores deben acomodarse a éstos, sea cual sea, dependiendo de la operación de quien maneja la videograbadora.

Una vez escogido el ambiente, los actores tienen dos espacios físicos a su alrededor; uno inmediato y otro más amplio. El primero es cuando la cámara enfoca a los actores principales de la escena; cuando el zoom se expande, se pretende mostrar el contexto en el que se encuentran los protagonistas, pues éste comunica de la misma manera que el parlamento, el vestuario y otros recursos de la actuación.

Para que quede más claro, veamos el siguiente ejemplo:

Podemos referirnos, para hacer más claro este concepto, a una escena cualquiera que vemos en la televisión, como por ejemplo, una filmación en un salón de un club: un ámbito sería la toma abierta que nos muestra todo el ambiente, con los invitados detrás del salón; y el otro ámbito, la toma cerrada que hagamos si es el caso) a una pareja que está hablando en un determinado sector de ese salón; es

39 lógico que para el televidente, mientras nos dedicamos a esa pareja, dejará de aparecer en el ambiente total del salón, sin que éste haya dejado de formar parte de la escena misma, así no lo esté registrando la cámara en esos momentos. (Botero, 1990, p. 62).

En estos ámbitos hay marcas de sonido que le definen al actor por donde se puede mover. De esta manera, el actor no va a salirse ni del marco de amplificación de sonido, ni del marco que tiene enfocado la cámara.

Por lo tanto, el tiempo se define de la misma manera. Si un actor tiene que decir “sabes que pase lo que pase podrás contar conmigo” a una persona que está sentada en un sofá, empezando desde atrás del mueble hasta quedar sentado en él, debe manejar el espacio y el tiempo para finalizar correctamente. Igualmente, dentro de sus parlamentos, los actores tendrán que hacer pausas para que el camarógrafo haga los cambios de foco.

Mientras que en el teatro el tiempo es proporcional a la duración de la obra, en la televisión el tiempo del actor se reduce al periodo en el que se encuentra en cámara. Al tiempo que esté saliendo al aire, el actor puede estar en un supermercado o viéndose a sí mismo en su casa. Por eso quien vaya a actuar en televisión tiene un tiempo pequeño para sacar lo mejor de su personaje y crear tanto emociones como continuidad en su ánimo.

En una telenovela se puede grabar una escena en la que alguien se encuentra en la clínica después de haber tenido un accidente grave y posteriormente hacer la escena del accidente. No necesariamente debe haber una línea de tiempo en el rodaje. Sin embargo, en el actor sí. No se puede tener diferentes estados de ánimos entre una escena y otra.

Según Botero, ésta es una de las más difíciles labores del actor. Pero de ello depende la lógica de la historia sin importar cómo vayan a ser editadas las imágenes.

Todo tiene su meticulosidad. El actor debe tener la habilidad para poder desarrollar su papel ante las cámaras, manejar el calor de la iluminación, hacer bien el parlamento de

40 acuerdo al guión, el espacio tanto de él con la cámara como con todos los elementos del ambiente, y hacerlo con toda la soltura y naturalidad del caso.

No se puede olvidar que cada gesto duplica el sentimiento en la pantalla. Por esta razón, el objetivo del actor debe ser conocerse a sí mismo, mirar en su interior y sacar de adentro lo que mejor le permita darle características al personaje. Revivir sus experiencias y pensar qué de sus vivencias personales puede entrar en el cuerpo y en el alma de quién va a interpretar.

Jaime Botero lo llama “vulnerabilidad”. Esa es la hipersensibilidad que se dice, el artista debe tener, debe mantenerse vulnerable al mundo, a la mirada que tiene de sí mismo en el mundo e incrementar la receptividad a los mensajes que del mundo le llegan. Este director colombiano les da un consejo a sus alumnos al respecto: “Tratar de ver el mundo con los ojos de un niño: como si lo viera por primera vez”. (Botero, 1990, p. 115).

Los rasgos que se le de a los personajes, deben también diferenciarse de los que el actor tiene en su vida real. De lo contrario, se cae en el riesgo de que la actuación no se note y se convierta en rutinaria; es decir, que no haya diferencias entre un personaje y otro. En la actuación se debe estar consciente de las reacciones físicas propias para saber cuáles utilizar y cuáles no en escena.

Y así como es importante conocer lo que llevan por dentro, también para los actores se debe saber todo lo que gira alrededor de su personaje. Es imposible caracterizar a otra persona si se desconoce su nivel de vida, su entorno social, de dónde proviene, sus gustos, su pasado, entre otras cosas.

Si se quiere por ejemplo, encarnar a Simón Bolívar, se debe estudiar cuidadosamente la historia, en qué situación se encontraba el país entonces, sus ideologías, su manera de hablar. Como lo recalca también Botero a sus alumnos en su segundo consejo:

41 Aunque sea tan sólo una escena la que van a interpretar, sigan estos pasos: 1) entérense del contenido de todo el libreto (capítulo, episodio, etc.), su significado, su intención dentro del argumento. 2) Analicen su escena en todos los aspectos: personaje, relación, acción. 3) Por último, pregúntense: “¿Esto de donde viene y para dónde va? (…). (1990, p. 69).

Y todo esto con el fin que define la carrera del actor: la credibilidad. Lograr credibilidad en su público le da o le quita éxito al oficio; solamente se va a lograr si se ligan de manera simple el aspecto físico, la personalidad y las emociones del personaje.

De estos factores se derivan, según el director colombiano que se ha venido referenciando, tres tipos de actores diferentes en el país:

Actor de personaje:

Es aquel actor que trabaja por crear un personaje que sea una mezcla entre la creatividad propia y las indicaciones del libretista y el director. El artista puede agregar elementos que le den identidad al papel y lograr que el televidente se olvide de él, centrando su atención en la persona que está interpretando; es decir, se borran los límites entre el actor y el personaje.

En este caso la gente podría decir: “El mejor de la serie Dinastía es el señor Carrington; ¡excelente caracterización de un magnate petrolero!...El actor que lo interpreta, creo que se llama…”. (Botero, 1990, p. 87).

Actor de personalidad:

Cuando el rostro de un personaje es identificado por el espectador y tanto su personalidad, su físico y las añadiduras propias al personaje se ven tan naturales que inmediatamente lo relaciona con el nombre del actor.

42 En ese caso, la gente expresaría: “(…) Muñoz se ‘robó’ la novela; su papel como Padre Pio Quinto fue maravilloso (…)”. (Botero, 1990, p. 87).

Actor físico:

Aquel que se identifica solamente por su apariencia exterior. Puede ser alguien que encarna a un personaje que esté de moda o que representa a un grupo de personas; por ejemplo, Batman o El Chinche. También alguien que simplemente es atractivo según el ideal de la sociedad.

Esta clase de actor normalmente tiene éxito porque a la gente le gusta mirarlo.

Sin importar en cuál categoría clasifiquen, los actores enfrentan algunas dificultades en su carrera. Principalmente, controlar los que puede afectar un “corte” en su desempeño. Para los actores, cortar una escena los contraría y empezar de nuevo con ánimo es difícil.

Igualmente, la creatividad no les llega fácilmente a todos los actores. A veces muchos caen en la simulación o imitación de otros actores y no crean una identidad entre el público.

A veces, la hipersensibilidad puede también convertirse en un problema para los artistas. En el caso del actor puede ser complicado manejar y controlar sus emociones. A veces se exaltan cuando se identifican mucho o cuando se conectan íntimamente con el personaje.

En muchas ocasiones, el actor olvida que debe usarse a sí mismo para desarrollar un papel, y pretende es utilizar lo aprendido en la academia. Eso no funciona pues aunque la preparación es clave, nunca podrá explicar cómo debe sentir, pensar, hablar en determinada situación en escena.

43 Por último, se puede decir que casi la totalidad de actores padecen de nerviosismo a la hora de debutar. Maestros del este arte aseguran que quién no sienta miedo en el escenario, no es un actor legítimo. No obstante, es importante no caer en errores como la anticipación en el parlamento o en acciones precipitadas, ni dejar que la mente se nuble.

Porque definitivamente, del arte del actor depende la obra. El mejor actor es aquel que logra vivir sus acciones y sufrir las consecuencias en todo momento. “Bajo el movimiento de un actor, está la poderosa comunicación del magnetismo”. (Botero, 1990, p. 77).

¿Es o no talento? (Reflexión)

¿Hay o no talento actualmente en la pantalla colombiana? Esta es una pregunta que busca resolverse desde hace algún tiempo en el país. Es más, se puede decir que desde el boom de los realities de actuación se han incrementado las dudas al respecto.

Si bien se reconoce la producción de telenovelas como una industria, también se puede decir que, por lo mismo, la actuación se ha convertido en un instrumento para entretener y asegurar en el mercado el consumo masivo. Poco a poco se ha desvirtuado este arte. El actor es un animador de ocios, con la responsabilidad de satisfacer las ganas de los colombianos que buscan recrearse en la pantalla; un objeto de mercancía.

Quien escoge la carrera del actor, sabrá que seguramente, (porque hay excepciones) tendrá que vivir con los reproches de su familia por no ser un profesional y de todos los que consideran al oficio como una aventura y un capricho de jóvenes.

44 No hay que desconocer que así sea de manera empírica, si por algo se ha destacado nuestro país ha sido por tener un enorme talento en el medio actoral. Alguna vez le dijeron a Jaime Botero Gómez cuando dirigía una obra teatral:

No creo que existan en el mundo otros grupos escénicos como los que usted dirige, que logren realizar programas tan valiosos. – ¡Vaya!… ¡si han ganado un premio internacional! – con sólo tres o cuatro ensayos; no hay duda de que el talento de los colombianos es extraordinario. (Botero, 1990, p. 20).

Pero aún así, en el siglo XXI la actuación se ha convertido en una opción para ganar fama y parar brillar en el mundo de la farándula. No se entiende que la vocación va por dentro y que el vestuario y el maquillaje son sólo aspectos exteriores que nada pueden hacer por aumentar o no el talento.

Los jóvenes actores ahora están ilusionados con ser admirados, más que por que se les reconozca su trabajo. Sufren de un exaltado ego que les da un desesperado anhelo por verse en la pantalla.

Si. Es cierto que la televisión se fundamenta en lo físico y en lo estético, pero no se puede llegar al punto superficial de hacer casting para escoger belleza y lo que más se ajuste al físico del personaje. A eso es a lo que apuntaban programas como Protagonistas de novela, el cual puede llegar a ofender al verdadero actor.

Se dice que todos llevamos un actor por dentro… tal vez. Pero el verdadero actor es aquel que escucha el llamado de la vocación, que deja de sentir el oficio como su sustento y lo siente como una pasión. El talento nace con la persona. El talento no se aprende ni lo dan los comentarios sobre lo hermoso que pueda resultar su registro en la televisión.

Sería atrevido decir que no hay actores con talento y que además gozan de la juventud y la belleza, pero entonces, si el prototipo de actor que se busca es el de “galán”, ¿qué pasa con aquellos que no cumplen con más características que la del talento? ¿Con aquellos que el tiempo ha apagado su juventud?

45 Muchos de los actores que crearon la televisión colombiana, que como lo dice Jaime Botero, deben convertirse en inspiración para las nuevas generaciones por ser talento puro, se han convertido en mendigos del oficio. Ruegan por obtener un papel, porque los dejen trabajar, porque no los olviden.

Vimos como una de las dificultades más grandes que enfrenta un actor es enfrentar un ‘corte’ en el desarrollo de una escena. Volver a arrancar es difícil y psicológicamente afecta el ánimo del artista. Ahora, para aquellos que las nuevas concepciones de la actuación los ha obligado a retirarse de los medios, tuvieron que resignarse a que les dijeran corte para el resto de sus vidas y esto los ha llevado poco a poco a la depresión, y a algunos a la muerte, como sucedió con Franklin Linero. Y qué decir de aquellos a los que las puertas se les han cerrado incontables veces porque una mujer bonita o un hombre de buen aspecto se quedan con los papeles.

Son simples preguntas al aire y seguramente, el debate seguirá abierto, pues lo único cierto es que ya a ciencia cierta no se sabe qué es talento, quién lo tiene y quién no. Pero no es inútil pensar en la manera como se podrían combinar todos los elementos. No hay que olvidar que el actor desea siempre morir en las tablas, morir en escena.

46 DERECHOS Y PROYECTOS DE LEY PARA LOS ACTORES EN COLOMBIA

Para entender las leyes, normas y decretos que regulan la vida legal de los artistas en Colombia, es necesario un acercamiento a la definición de este concepto.

“Se entiende por “artista” toda persona que crea o que participa por su interpretación en la creación o la recreación de obras de arte, que considere su creación artística como un elemento esencial de su vida, que contribuye así a desarrollar el arte y la cultura, y que es reconocida o pide que se le reconozca como artista, haya entrado o no en una relación de trabajo u otra forma de asociación”. (“Recomendación relativa a la Condición del Artista”, 1980).

De la misma manera, la Convención de Roma de 1961 nos presenta una definición un poco más amplia del término:

“Artistas intérprete o ejecutante”, todo actor, cantante, músico, bailarín u otra persona que represente un papel, cante, recite, declame, interprete o ejecute en cualquier forma una obra literaria o artística”. (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ginebra), 1994, p.6).

47 Además, y aunque anteriormente fue explicado lo que significa ser un actor con características escénicas para la pantalla chica en Colombia, utilizaremos también para este caso y para mayor claridad, la siguiente definición universal de quien ejerce este oficio:

“1. m. Hombre que interpreta un papel en el teatro, el cine, la radio o la televisión”. (“Diccionario de la Lengua Española”, 2001). 2. m. Personaje de una acción o de una obra literaria. Idem.

De la misma manera, se deben establecer cuáles son las organizaciones que trabajan por los derechos de los artistas en Colombia:

CÍRCULO COLOMBIANO DE ARTISTAS: “Es la organización que representa a los artistas y/o trabajadores de la cultura en Colombia, en todas las disciplinas incluyendo por supuesto al personal de producción”. (Círculo Colombiano de Artistas [CICA], 2004). Esta institución se creó en 1957 y cuenta con personería jurídica del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social.

Igualmente, aparecen entidades de gestión colectiva de derechos de autor y de derechos conexos, como el caso de la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia, SAYCO, la Asociación Colombiana de Artistas y Productores Fonográficos, ACINPRO, y ACTORES, SOCIEDAD COLOMBIANA DE GESTIÓN. Estas sociedades le ofrecen seguridad social en salud a sus miembros, basados en sus programas sociales y culturales, con presupuesto establecido del 10% sobre el valor recaudado de los derechos patrimoniales de sus titulares.

En Colombia, la población artística está diseminada por todo el país, y en este momento no hay un censo oficial que permita saber cuántos artistas hay exactamente, pues los procesos de vinculación a los sindicatos, instituciones y organizaciones, nunca ha sido prioridad para estas personas. Según los cálculos que tiene el CICA tomados del gremio a nivel nacional, dentro de los que se encuentran sindicatos y sociedades de gestión, grupos formales o independientes, escuelas de arte, centros musicales, asociaciones y grupos

48 profesionales de danza y disciplinas artísticas, en este momento están registrados 378 miembros, sin contar los que todavía no han querido asociarse, cifra que, según la directora del CICA, María Eugenia Penagos, supera los 2000 artistas. Para María Eugenia, la población artística aparecerá a medida que se vaya capturando su información y cuando los proyectos se vayan difundiendo con sentido de pertenencia, educación, dignificación y respeto.

DERECHOS Y CARENCIAS DEL ACTOR

Debido a que en Colombia los actores no cuentan con leyes propias que amparen sus necesidades ya que no son reconocidos como “productores de cultura” sino como trabajadores independientes, éstos han tenido que ser amparados por otro tipo de leyes que no están dirigidas a ellos directamente, pero que garantizan en cierta forma algunos de sus derechos.

Por ejemplo, la ley 23 de 1982 se refiere a los derechos de autor, que, según el CICA, en este caso aplica a los derechos del actor. Esta ley dispone en su artículo primero que los autores de las obras literarias y científicas tendrán toda la protección para sus obras. De la misma manera, protege a todas las personas que ejecuten, interpreten o produzcan las obras bajo los derechos conexos que tienen con el autor. (Colombia, Congreso de la República, 1982, cap. I – art. I y II).

En su artículo 4, se establece que son titulares de los derechos de autor y serán reconocidos por la ley:

a) “El autor de su obra” (Colombia, Congreso de la República, 1982, cap. I – art. IV). b) “El artista, intérprete o ejecutante, sobre su interpretación o ejecución” idem. c) “El productor sobre su fonograma” idem. d) “El organismo de radiodifusión sobre su emisión” idem. e) “Los causahabitantes, a título singular o universal, de los titulares anteriormente citados” idem.

49 f) “La persona natural o jurídica que, en virtud de contrato, obtenga por su cuenta y riesgo la producción de una obra científica, literaria o artística realizada por uno o varios autores en las condiciones previstas en el artículo 20 de esta ley.” idem.

En el artículo V de la misma Ley, se especifica que son catalogados como obras independientes y que se convierten en obras originales sin perjuicio de los derechos del autor cuando se trata de adaptaciones, traducciones y arreglos musicales que cuentan con la autorización del creador original. En este caso, quien haga uso de ellas, será titular del derecho única y exclusivamente sobre la adaptación.

Este tema se ha debatido durante siglos en la historia y sigue vigente. En 1886, se firmó el acuerdo del Convenio de Berna (Suiza) para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas. Éste establce que aparte de los tipos de obras que el derecho de autor ya protegía desde el siglo XVIII en Europa, se incluyeron algunas categorías científicas, literarias y artísticas, sin importar su medio de representación o destinación, tales como: cualquier tipo de escrito, conferencias, alocuciones sermones, obras dramáticas o dramático musicales, obras musicales con o sin letra, dibujos, pinturas, esculturas, grabados, litografias y producciones cinematográficas. (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, 1886).

El derecho de autor en Colombia, hasta hace unos años atrás, no hacía hincapié en lo que pasaría en caso de conflicto entre los ejecutantes y los productores. Pero en el año 1993, se expidió la Ley 44 con la que se modificó el artículo 29 de la ya repasada ley 23 de 1982, y se pretendió dar solución a dichos problemas.

Los derechos consagrados a favor de los artistas intérpretes o ejecutantes, de los productores de fonogramas y de los organismos de radiodifusión tendrán la siguiente duración:

Cuando el titular sea persona natural, la protección se dispensará durante su vida y ochenta años más a partir de su muerte.

Cuando el titular sea persona jurídica, el término de protección será de cincuenta años, contados a partir del último día del año en que se tuvo lugar la interpretación o ejecución, la primera publicación del fonograma o, de no ser publicado, de su primera fijación, o la emisión de su radiodifusión. (Colombia, Congreso de la República, 1993, cap. I – art. 29).

50 Esto es precisamente la causa más importante por la que está luchando el sindicato de artistas del CICA. Ellos esperan que en el momento de generarse ganancia por su interpretación en términos de regalías, se les reconozca su trabajo tanto en vida como después de su fallecimiento.

Proyectos de Leyes que buscan mejorar las condiciones sociales de los artistas

1. Proyecto de Ley que incentiva la producción artística: Proyecto de Ley número 107 de 2007

Este proyecto busca proteger los derechos de remuneración de las personas que ejecutan obras tanto audiovisuales como musicales, dado que son los actores, los pilares fundamentales para la creación, generación y difusión de la cultura nacional dentro y fuera del territorio, con el fin de preservar también la identidad nacional a través de las obras que se realizan. Una clara muestra de que el objetivo se puede cumplir, es el caso de las buenas taquillas de los teatros cuando se exhiben películas colombianas y la presentación de producciones realizadas en Colombia en más de 60 países del mundo. Grandes producciones como “Yo soy Betty la Fea”, “La estrategia del caracol”, “Pasión de Gavilanes” y “Café con aroma de mujer”, son realizaciones que demuestran la calidad y aceptación del trabajo de los artistas colombianos en el exterior.

Los actores que participan en dichas producciones, son una clara representación de la capacidad interpretativa que hay en nuestro país. Por eso, luchar este proyecto significa darles el merecido reconocimiento de los derechos patrimoniales de sus personajes tanto a las

51 nuevas generaciones, como los que fueron pioneros de estas destacadas producciones. Y son precisamente estos actores olvidados, quienes también participarían de este proyecto de ley que pretende recuperarles los derechos de comunicación pública perdidos por las obras que realizaron hace varios años y, que hoy en día, son publicadas en diferentes países. Aunque, los derechos de comunicación, es decir, el reconocimiento por derechos de autor en términos de regalías por su aparición en la pantalla, ya han sido recaudados en el exterior en países como España, Argentina, Chile y México para nuestros artistas intérpretes, no han podido ni podrán recibir un peso mientras en Colombia no se introduzca en la legislación este mismo derecho.

El proyecto no limita el poder negociador del producto audiovisual ya que permite la libertad contractual de los productores, dejando claro que los intérpretes, a pesar de haber transferido sus derechos a un productor, y sin limitar o alterar la explotación normal que se le puede dar a una obra comercial, conservarán el derecho irrenunciable a recibir una remuneración equitativa por la comunicación publica.

El productor de la obra conserva su plena libertad de contratación con los artistas intérpretes para la producción del mismo y para contratar su exhibición en el exterior, pues no es éste quien va a reconocer o pagar estos derechos de comunicación. Entonces, no es apropiado afirmar que con este proyecto de ley los productores de obras audiovisuales tendrán que salir a producir sus obras en el exterior y que el mismo se convierte en un desestímulo para la contratación de artistas nacionales. No se trata de un costo adicional para ellos. Por el contrario, al conservar intacta su plena libertad de contratación, encontrarán artistas estimulados, en lo económico y en lo moral, con el nuevo derecho patrimonial que les reconoce la ley.

2. Seguridad social para los artistas colombianos

El Círculo Colombiano de Artistas (CICA) presentó un proyecto de ley que posteriormente se convertiría en la Ley 25 de 1985, la cual permitió crear, por pocos días, un

52 Fondo de Seguridad Social para los Artistas Colombianos, pero posteriormente esa ley fue declarada inconstitucional.

Mientras que Iván Moreno Rojas se mantuvo como Ministro de Trabajo y Seguridad Social, se llegó a un acuerdo de intencionalidad con el Instituto Colombiano de Seguros Sociales para que los artistas ingresaran al sistema contributivo de salud, por medio del CICA; la idea era que fueran recibidos en el ISS debido a su vulnerabilidad por vejez, embarazo, desempleo, etc. Dicho contrato duró solamente un año.

El CICA y los demás organismos han tratado de que el gobierno nacional cambie su legislación argumentando que:

a) El artista o trabajador de la cultura es un eterno desempleado

b) Los artistas han sido encasillados como trabajadores independientes, cuando en realidad deberían ser catalogados como Artistas o Trabajadores de la Cultura. Esta clasificación no es correcta, pues éstos no cumplen con los requisitos para ser calificados como tal: no sólo los actores adultos mayores, sino todos los artistas, tienen un trabajo intermitente.

El artista ha sido encasillado siempre en estrato seis, debido a que las muestras que se toman son basadas bajo un pequeño grupo de quienes protagonizan en televisión y que en ciertos momentos, parecen recibir una remuneración muy alta, dejando de lado el resto del elenco cuyos salarios son muy inferiores a los de los protagonistas.

Según datos arrojados por la Directora del CICA, María Eugenia Penagos, en la televisión colombiana y en definitiva en los medios audiovisuales, los parámetros de pago se fijan de acuerdo a los 10 o 20 personajes que se encuentran en un momento de boom y que mientras hacen su trabajo, reciben mucho dinero y varias veces en dólares. Si se le descuenta a éstos lo que todos deben pagar, 10% por concepto de rete fuente, 1% por ICA, 16% de

53 IVA, 12.5% de salud y 16% de pensión, puede que no sea trágico por un tiempo. El problema es que una vez ha pasado aquel boom, el periodo de intermitencia puede durar meses o años. En el caso de un elenco, que va más allá de los protagonistas y demás actores, se reciben salarios que van desde $50.00 hasta $500.000 por capítulo y el número de los mismos, varía según el giro o la importancia que el libretista le imponga al personaje a lo largo de la serie. La cantidad y la continuidad en el trabajo no están aseguradas, sino que queda supeditada a la volatilidad de los personajes.

A través del CICA y de María Eugenia Penagos se ha conseguido que a los artistas mayores se les realice la encuesta para ingresar al Sistema de Potenciales Beneficiarios para Programas Sociales (SISBEN), pero una vez realizada, son calificados como nivel 4 y 5. Esto significa que corresponden al grupo de colombianos que pueden pagar una medicina privada. Esta estratificación se hace debido a su nivel socio-cultural y a que, a pesar de vivir en condiciones de pobreza como los que viven en la casa de la FUNDACION PARA LOS ARTISTAS MAYORES, cuyo estrato es nivel 2, al tener dentro de la fundación una sala con televisión y reproductor de Dvd, estufa a gas y una lavadora, hace que sean incluidos de inmediato en los niveles altos del SISBEN, olvidando que las condiciones con complicadas y que en ocasiones la comida no alcanza para satisfacer las necesidades básicas de los habitantes del hogar.

Se debe entender que los artistas en Colombia son miles y que su producción es amplia y variada ya que se encuentran el teatro, la danza, la música de intérpretes y ejecutantes, las artes plásticas, la literatura, las artes visuales y otras más, incluyendo en éstas los ejecutantes pero también el personal técnico y el personal de producción.

El problema de la seguridad social para los artistas es que una persona que vive del arte puede pasar meses y años enteros sin poder realizar su trabajo, por lo cual no puede solventar el pago de los aportes al régimen contributivo de la salud, generando que la mayoría no alcance a tener un grado de antigüedad en una EPS. Sin embargo, a través de varios decretos, se ha logrado que la antigüedad no se pierda, aunque si se deja de pagar durante cierta

54 cantidad de tiempo, se suspende la prestación de los servicios y sólo pueden ser retomados en el momento en que se esté al día con los meses que se adeudan. Así pues, de nada sirve mantener la antigüedad si no se puede acceder al servicio. Cualquier trabajador independiente, cuando cesa su actividad laboral, debe hacer los trámites correspondientes para comunicar su estado de inactividad a la EPS a la que se encuentre afiliado y de esa manera, retirarse de la misma dejando sin seguridad social a su núcleo familiar.

3. Acuerdo 000274 de 2004

Cuando la ex Ministra María Consuelo Araujo se retiró del Ministerio de Cultura, dejó un proyecto de acuerdo que fue el Acuerdo 000274 de 2004. Dice lo siguiente: “(…) se definen los criterios de cofinanciación para la afiliación al régimen subsidiado de los creadores y gestores culturales y restablecen condiciones para el otorgamiento de los subsidios”. (Colombia, Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud, 2004). Ese acuerdo quedaría firmado en la Resolución 1618 de 2004, mediante la creación de la Estampilla Procultura. Con esta estampilla se buscaba estimular la creación y el manejo de la cultura en los diferentes municipios del país, con el fin de que todos los recursos generados por ésta se destinaran al subsidio de la salud de los gestores de cultura colombianos.

De la misma manera, se acordó que: “Con el ánimo de poner en marcha el Sistema de Seguridad Social del Artista es fundamental que los municipios y departamentos recaudadores de la Estampilla ProCultura, elaboren el censo de los gestores y creadores culturales, el cual será sometido a revisión y aprobación del Concejo municipal o distrital de cultura” (Colombia, Ministerio de Cultura, 2004).

Ahora bien, según este acuerdo, para que los artistas pudieran acceder a los beneficios de dicha estampilla debían cumplir con mínimo cuatro de once requisitos dentro de los que se destacaban:

1. Declaraciones juramentadas

55 2. Hoja de vida artística 3. Presentar estos documentos ante las alcaldías distritales y municipales, que a su vez los remitirán al Concejo Municipal de Cultura o al Concejo Departamental para su posterior verificación. 4. Si pasa esta verificación se autoriza la encuesta SISBEN. 5. La encuesta SISBEN define si de acuerdo a la ley el ARTISTA puede acceder al régimen subsidiado. 6. Después de verificar la documentación, el listado se remite al Alcalde para el proceso de afiliación y al Ministerio de Cultura quien los remite al Ministerio de la Protección Social para vigilar y controlarla.

Sin embargo, después de ver estas condiciones, Penagos presenta algunas observaciones por parte de los artistas:

a. Cualquier ciudadano colombiano puede acceder al SISBEN sin todos esos requisitos. Entonces, ¿por qué los artistas deben presentar tal cantidad de documentos?

b. Los artistas, después de la encuesta SISBEN no son aceptados por su nivel socio cultural, porque aún siendo de bajos recursos y desempleados no están en los niveles de extrema miseria, ya que muchos de ellos ante esos casos dramáticos sin trabajo, van a vivir donde los familiares que quizá están en estrato 3 o 4, etc.

c. En el caso de ser aceptados quedan ubicados en niveles 4 y 5, debiendo pagar servicios de salud al costo de la medicina privada.

d. Son nuestras organizaciones gremiales y sindicales quienes deberían recibir el aval del Ministerio de la Protección Social y Ministerio de la Cultura, para realizar un CENSO y verificar quiénes son o no son ARTISTAS dado lo sui generis del oficio y de la condición social como artistas. Ni las alcaldías distritales y municipales, ni la Secretaría de Salud,

56 tendrían que asumir esta función puesto que no conocen el gremio artístico y no podrían controlar las “infiltraciones” de muchísimos ciudadanos que quieran denominarse “artistas”.

Pero una vez más, cuando se tenía la esperanza de que algo ayudará a los artistas a ampararse bajo la legislación, la estampilla fue declarada inconstitucional por la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia y no pudo entrar en vigencia.

4. Decreto 3615 de 2005

Finalmente, el 10 de octubre de 2005, se consiguió el Decreto 3615: “Por el cual se reglamenta la afiliación de los trabajadores independientes de manera colectiva al Sistema de Seguridad Social Integral”; (Colombia, Ministerio de Protección Social, 2005). El mico, como dicen popularmente, fue que en ese decreto se pasó por alto las Entidades Gremiales de Artistas exigiéndoles:

• La constitución de una reserva especial de garantía de 300 salarios mínimos legales mensuales vigentes para los primeros 500 afiliados • Tener un mínimo de 500 afiliados activos • Tener 2000 afiliados en un periodo que no supere dos años.

Dichos requisitos son imposibles de cumplir ya que la reserva especial que se pide supera la cifra de los $137.000.000 de pesos y dadas las condiciones de las agremiaciones de artistas, es imposible acceder a esa cifra por falta de recursos. Es necesario que el Ministerio de Protección Social contemple a los artistas como agremiaciones y no como empleadores, con el aval de que se pueden afiliar todos como miembros de la entidad, y aprovechar así, que el CICA cuente con personería jurídica del Ministerio de Protección Social desde el 6 de junio de 1957.

57 La UNESCO presentó en Belgrado en 1980 su documento Recomendación relativa a la condición del artista, en el que se destacan obligaciones que los Estados deberían cumplirle a sus pueblos.

“Los Estados miembros de las Naciones Unidas deberían:

1. Otorgar a los artistas un reconocimiento público en la forma en que mejor convenga a su medio cultural respectivo y, cuando todavía no existe o resulta insuficiente, crear un sistema que pueda dar al artista el prestigio al que tiene derecho de aspirar”. (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 1980, p. 15). 2. “Velar porque el artista goce de los derechos y la protección previstos por la legislación internacional y nacional relativa a los derechos humanos”. idem 3. “Tratar de tomar medidas pertinentes para que los artistas gocen de los derechos conferidos a un grupo comparable de la población activa por la legislación nacional e internacional en materia de empleo, condiciones de vida y trabajo, y velar porque, en lo que a ingresos y seguridad social se refiere, el artista llamado independiente goce, dentro de limites razonables, de protección en materia de ingresos y de seguridad social”. idem 4.Reconocer el derecho de las organizaciones profesionales y los sindicatos de artistas de presentar y defender los intereses de sus miembros, y permitirles asesorar a las autoridades publicas sobre las medidas que convendría tomar para estimular la actividad artística y asegurar su protección y desarrollo. idem

Dada la situación y la poca ayuda que reciben los artistas por parte del gobierno, éstos a través de organismos como el CICA, SAYCO, entre otros, presentaron a los Ministerios de Seguridad Social y de Cultura una lista de recomendaciones para asegurar decretos y leyes que den a los artistas los elementos necesarios para ingresar al sistema SISBEN y para poder ser reconocidos como artistas y no como trabajadores independientes. Dentro de las recomendaciones se destacan:

a) El establecimiento de una lista, priorizando a los adultos mayores, de los artistas colombianos sin que los exceptúe la encuesta realizada por el SISBEN y que dadas sus condiciones económicas puedan quedar en los niveles 1 y 2.

b) Otorgar un subsidio que llegue al 70% para que puedan ser parte del régimen contributivo, en el que el artista pague el 30% restante, previa comprobación de que el

58 beneficiario es un artista. Implementar la tarjeta profesional y el carnet de acreditación de miembro de instituciones como el CICA.

c) La posibilidad de afiliarse al sistema de salud a través del CICA, ADECOL, o las demás entidades gremiales y/o profesionales que existan y que demuestren que tienen una base de miembros que constituyen su asamblea y que son realmente artistas.

d) Realizar un censo para la verificación del número de artistas en el país

e) Hacer las afiliaciones a la salud correspondientes sobre la base de lo realmente devengado durante un año.

f) Establecer un subsidio del 50% para el régimen contributivo, previa comprobación de que los beneficiarios son artistas.

g) Mediante decreto, desligar el SISBEN de la pensión, en lo que se refiere al FONDO DE SOLIDARIDAD PENSIONAL – PROSPERAR HOY, tal como estaba antes y en el cual tienen cabida los artistas según el código 005, pero que limita su afiliación gracias al último decreto. Abrir las facilidades para que puedan acceder a este subsidio y afiliarse a través de los gremios en donde se les prestará la debida asesoría. Así funcionó durante los años 1997 y 1998.

h) Tener especial atención a los casos de los artistas que no cotizaron o no alcanzaron a cumplir las semanas estipuladas por la ley y que no vivieron el proceso necesario de educación con respecto a lo que significa aportar para tener seguridad social.

Esas son las condiciones legales que tienen actualmente los artistas en Colombia. No tienen una ley que proteja sus derechos patrimoniales, no existe una regulación que les dé el estatus de trabajadores de la cultura o de artistas y que los pueda sacar del nivel de trabajadores independientes en el que están incluidos actualmente. Tampoco reciben regalías

59 por las obras que protagonizaron hace muchos años y que en este momento están siendo vendidas, con gran éxito, en el exterior. Al tener una fuente de trabajo esporádica no tienen la capacidad económica de ingresar a un régimen contributivo pensional o a un sistema de salud que los proteja en caso de enfermedad, sobretodo en los actores que son adultos mayores.

En este momento, con la ayuda de la Representante a la Cámara Lucero Cortés, se está tramitando el proyecto de ley necesario para la adición de los artistas en el SISBEN, la utilización de la tarjeta profesional para acceder al régimen contributivo y la posibilidad de que los artistas sean denominados como tal y no como trabajadores independientes.

CONDICIONES DE LOS ACTORES EN LA VEJEZ

La idiosincrasia de los países del tercer mundo, y en el caso colombiano específicamente, ser un adulto mayor (hombres y mujeres mayores de 60 años), es sinónimo de incapacidad, de enfermedad, de improductividad y en muchos casos se convierten en una “carga” para sus familias.

Cada vez que un adulto mayor de 65 años de edad requiere algún tipo de servicio médico, tiene que estar física y sicológicamente preparado para la cantidad de trámites que tiene que cumplir antes de acceder al servicio requerido. En el momento en que pide la cita médica, tiene que tener en cuenta que generalmente ésta se demora mínimo cinco dias en ser programada. Una vez es atendido por el profesional de la salud, dispone de 15 minutos para explicar sus dolencias. Terminada la cita, debe recorrer, en la mayoría de los casos, un largo trayecto para pedir el medicamento asignado, una vez ahí, lo más posible es que ninguno de los medicamentos recetados esten disponibles para su tratamiento.

Una muestra clara de la difícil situación que viven los adultos mayores, está dada en Bogotá donde el 52% de ellos, es decir, 296.400 personas no tienen un ingreso fijo por

60 pensión o renta y el 5% pudo haber pasado todo un día de la semana sin consumir por lo menos las tres comidas básicas. Según los datos obtenidos en el más reciente informe de la Veeduría Distrital, 600 adultos mayores residen en hogares de paso o debajo de los puentes de la ciudad. Durante el 2005, más de 170 ancianos murieron debido a accidentes de tránsito y cerca de 42 recurrieron al suicidio. Éstas situaciones son vividas diariamente por cerca de 2 millones y medio de colombianos que han superado los 65 años de edad y que debido a estas inconsistencias del sistema, prefiere automedicarse antes de recurrir al sistema de salud al que se encuentra afliliado. (Veeduría Distrital, “Más atención integral para el adulto mayor”, 2007).

El país ha olvidado la deuda histórica que le debe a los adultos mayores gracias a la construcción del mismo. Se deben romper esas ideas preconcebidas y erróneas que tienden a poner en tela de juicio y a subvalorar las capacidades de los adultos mayores arrinconándolos en un algún lugar, como si después de los 65 años sus derechos, sus ideas, sus anhelos y su vida, dejaran de existir; como si la llegada a esa edad no significara experiencia y respeto, sino olvido y fastidio.

El Senado aprobó la primera ley que beneficia a los adultos mayores con algunos benficios como descuentos en espectáculos de interés público, entrada gratuita a los museos y centros culturales. De la misma manera se establecieron tarifas menores a las ordinarias en los sistemas de transporte público masivo.

Ley 1171 de 2007 dada en Bogotá, D. C., 7 de diciembre de 2007. Capítulos 1-3.

Todas las entidades oficiales que tengan servicio al público deberan contar en sus instalaciones con una ventanilla preferencial para brindar una mejor atención a los adultos mayores. Las entidades financieras están obligadas a entregar la mesada pensional a cualquier

61 hora del día y cualquier día; los buses públicos tienen que contar con sillas azules que serán preferenciales para los ancianos, los niños y las mujeres embarazadas.

Si bien estas leyes, que no siempre se aplican, son un buen avance, pero son solamente un pequeño alivio para solventar las necesidades de los adultos mayores que van más allá de ventanillas preferenciales, sillas especiales para su comodidad o descuentos para espectáculos, ya los principales problemas de los adultos mayores son la falta de pensión, de salud, del sustento básico y el olvido al que son obligados por su edad.

Estamos viviendo en una sociedad excluyente, que no sólo se olvida de los estratos menos favorecidos. Vivimos en una sociedad que abandona y rechaza a sus adultos mayores y que se enceguece ante la falta de atención médica, el hambre y la muerte por la insatisfacción de las necesidades básicas a la que están expuestos los ancianos.

El 52% de los adultos mayores no posee ningún ingreso monetario de ninguna clase, sólo en Bogotá viven cerca de 570.000 hombres y mujeres que superan los 60 años de edad, y de los cuales mas de 300.000 tienen dependencia completa para la manutención que le brindan sus familias. De esa población de adultos mayores sólo el 29%, es decir 165.300, poseen una pensión o una renta para suplir sus necesidades y un 19%, que serían 108.300 en este momento se encuentran trabajando a pesar de su edad.

Las problemáticas que más afectan a esta parte de la población son sus carencias en alimentación, vivienda y servicios públicos básicos dentro de los cuales se destacan:

- 4.700 personas de la tercera edad no disponen de servicio de agua - 7.100 carecen de alcantarillado - 2.500 no poseen energía eléctrica.

62 En el pasado 2005, diariamente murieron un promedio de 1 a 4 personas mayores de 60 años por causas de accidentes de diferentes tipos, dentro de las que se destacan la muerte por accidentes de transito, las muertes violentas y el suicidio.

Si bien existen programas de ayuda a la población menos favorecida como “Bogotá Sin Hambre”, es necesario doblar los esfuerzos para conseguir una atención integral para el adulto mayor, fotaleciendo el acceso y las posteriores mejoras al sistema de salud, la vivienda y dentro de ella en condiciones donde los servicios públicos básicos esten completos.

Solo el 29% de las personas que superan los 60 años de edad tienen pensión, son jubilados o reciben dinero por concepto de renta, lo que supone una fuerte limitación de edad para emplearse y cumplir con los requisitos necesarios para acceder a una pensión.

Según el informe, en el 2005 se registraron 41.330 casos de maltrato y de violencia dentro de los cuales, 1.163 fueron realizados contra adultos mayores de 60 años.

Es necesario que el gobierno impulse campañas de sensibilización, de respeto, de reconocimiento y de exhaltación de la sabiduría y de la experiencia que posee el adulto mayor. Acciones que comprometan a la sociedad y al gobierno a brindarle una mejor calidad de vida para los adultos mayores.

Según el Censo realizado en el año 2005, Colombia cuenta con una población de 41.468.384 habitantes, de los cuales el 6.3%, es decir, 2.612.508 habitantes son mayores de 65 años; el 54.6% pertenece al sexo femenino y el 45.4% restante son hombres.

Cifras: (Veeduría Distrital, “Más atención integral para el adulto mayor”, 2007).

Estadísticas DANE

63 Estas estadísticas arrojadas después del Censo, demuestran un evidente aumento de la población correspondiente a los adultos mayores, ya que mientras la población general tiene un crecimiento del 1.9% anual, esto durante un período comprendido durante los años 1990-2003, la población mayor de 80 años crece en promedio del 4% anual. Aquí cabe resaltar que la población centenaria (personas que tiene 99 años y más) en Colombia es de 4.450.

Según los estudios realizados, el grupo de adultos mayores tiene un crecimiento más veloz que el del resto de la población, ya que entre los años 1995 y 2000, las personas que superan los 60 años aumentaron a 2.8%, cifra que es alta si la confrontamos con el 1,9% que representa al crecimiento total de la población en el país.

Salud

La población de adultos mayores está considerada por la OMS como un grupo que tiene un alto riesgo de sufrir malnutrición calórico- proteíca, y esto se ve en algunos países de Latinoamérica en los que casi la mitad de los ancianos que viven en residencias geriátricas sufren de malnutrición. El alto consumo de fármacos, las alteraciones congnoscitivas, la falta de afecto familiar y los trastornos que esto puede causar y la deficiente dentición son algunas de las causas de la deficiente alimentación sobretodo en los adultos mayores de 80 años. (Organización Mundial de la Salud, 2002).

Con respecto a las actividades que las personas realizan en su vida diaria, el Censo de Población y Vivienda 2005, mostró que de las personas que superan los 65 años de edad, el 12.5% tiene algun tipo de limitaciones para caminar o para moverse, el 3.35% no puede cuidarse solo y el 2.53% posee limitaciones del lenguaje.

Según la Encuesta Nacional de Nutrición, en la cual se evaluaron 117.205 personas entre 0 y 64 años, mostró: 1) mayor déficit nutricional en niveles bajos de SISBEN y en áreas

64 rurales. 2) Anemia y deficit ferropénico en todos los evaluados; 3) Dieta desbalanceada con mayor consumo de carbohidratos

La Organización Mundial de la Salud se define la discapacidad como:

(…) toda restricción o ausencia (debida a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para un ser humano”. De otro lado, funcionalidad se refiere a “…la capacidad que tiene un individuo de realizar sus actividades básicas cotidianas de forma independiente y serían sus alteraciones o limitaciones, sin importar la edad del que las padezca, las que llevarían a un individuo a ser persona con discapacidad. (“Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías”, (s.f.).

Por ello y a pesar de ser uno de los errores más frecuentes, no se puede poner en una balanza la vejez con la discapacidad.

Afiliación al sistema de salud

Con el decreto 77 de 1987 y la posterior Ley 10 de 1990, además de la Ley 60 de 1993, Colombia empezó un proceso largo en el que el sector público de la salud se descentralizaba para mejorar el servicio y la cobertura a los cuidadanos. Pero en relación con los datos arrojados por el Ministerio de Salud, dictaminó que la afiliación al régimen para las personas mayores de 60 años se encuentra dispuesto de la siguiente manera: Personas afiliadas dentro del régimen contributivo de salud, 1.903.115 y bajo el régimen subsidiado de salud están inscritos un total de 1.350.170 adultos mayores.

Pobreza

En América Latina, más de la mitad de las personas mayores de 60 años están en condiciones de pobreza. En Colombia la situación no es muy diferente, pues en la zona rural uno de cada dos ancianos es pobre, principalmente las mujeres, a diferencia de las zonas urbanas donde la pobreza es igual para los dos géneros.

65 Según el IBAM (Indice de Bienestar en la Adultez Mayor) los indicadores para el bienestar de los adultos mayores son: la Longevidad, que es la esperanza de vida a partir de los 60 años; el Conocimiento, que se refiere al porcentaje de alfabetización y promedio de años de estudio; y el Nivel de vida Digno, que se refiere al porcentaje de personas por encima de la línea de la pobreza, cobertura de seguridad social y monto medio de pensiones. Dicho índice varía entre 0 y 1 puntos; para Colombia en 1999 era de 0.542, siendo superior en áreas urbanas, registrando un índice mayor en Bogotá con 0.90, mientras que en Chocó, era de 0.05 dejado a la vista las infames condiciones que se viven en las zonas más apartadas de la capital. Actividad laboral

En el terreno laboral, y teniendo en cuenta que vivimos en un país donde el empleo, el subempleo y el desempleo son las tres corrientes que manejan la actividad financiera en Colombiana, de esta manera los adultos mayores que se encuentran entre 60 y 79 años siguen participando en el mercado laboral y llegan a un 29.95 del total de personas que conforman ese nicho de edad. Sin embargo, cuando llegan a los 80 años su participación en este mercado baja sustancialmente a un 5.8% segun datos otorgados por la Encuesta Contínua de Hogares que corresponde a los años 2003-2006.

La mayor parte de la población que supera los 60 años está ocupado laboralmente hablando, lo que no significa necesariamente que eso implique una remuneración económica. Muchas veces esa ocupación laboral ayuda a que las condiciones de pobreza en su núcleo familiar se reduzcan un poco, siendo el área rural el sitio en que los adultos mayores tienen una ocupación alto debido a la baja cobertura de la seguridad social.

Pero esos no son los únicos problemas en cuanto a la actividad laboral se refiere para los adultos mayores ya que los ingresos económicos en Colombia se reducen de manera directamente proporcional con la edad de las personas; de esa manera, los ingresos de las personas entre 45 y 50 años son los más altos de toda su vida. Éstos disminuyen progresivamente hasta los 80 años, donde los ingresos son 40% inferiores.

66 El Censo general realizado por el DANE en 2005, encontró que el 98.8% de los adultos mayores de 65 años conviven con sus familias. Por otro lado, en 1993 uno de cada 4 hogares tiene dentro de sus miembros habitacionales a un adulto mayor; una tercera parte de los hombres mayores de 60 años, convive en hogares con sus hijos y nueras. Lo que demuestra que sólo en casos excepcionales los adultos mayores tienen la posibildad de vivir en sus propios hogares donde ellos sean los jefes de familia.

Cifras tomadas del DANE

Actores en la Vejez (reflexión)

La falta de una política clara en la que se especifique la necesidad de incluir a un adulto mayor dentro de cualquier producción televisiva, como la que se encuentra implantada en México, ha hecho que la exclusión hacia estos actores sea cada vez más fuerte y continúa.

Las grandes vedetes extranjeras, jóvenes y bellos (as), son las que tienen todas las posibilidades culturales y económicas a su disposición. Llegan al país con grandes salarios, muchas veces pagos en dólares, con vivienda y con chofer a su alcance, mientras que a los nacionales entre más viejos, menos salario y menos trabajo reciben.

Y es que dentro del medio no hay mucho apoyo; tanto así que los pocos actores o artistas que han logrado incursionar en el mundo de la política, no se posesionan con la bandera de ayudar a crear leyes para ayudar a sus colegas, sino que son elegidos y en la mayoría de los casos no tienen la capacidad, pero sobretodo la educación necesaria para hacer algo estando en un organismo legislativo. Prueba de ello son Alfonso Lizaraso, Nelly Moreno, Hugo Patiño “El príncipe de Marulanda” entre otros.

67 No hay educación previa a su faceta como actor, la mayoría de la gente cree que el ser un artista los convierte en personas incapaces de realizar cualquier tipo de actividad o de trabajo que se encuentre por fuera del medio artístico. Aunque también está la antítesis, se tiene la errada idea de que un actor no sabe hacer nada denigrando la labor del artista, porque así como no cualquiera tiene las capacidades para ser médico, abogado o arquitecto, de la misma manera, ser artista demanda ciertas capacidades y características que no cualquier persona puede cumplir. Por ello se vuelve necesario que, con la ayuda del gobierno, reciban una pensión dadas sus condiciones de extrema pobreza, en especial loas actores que son adultos mayores, que han sido olvidados por la sociedad y por sus familias.

La mayoría de los actores que son adultos mayores no tienen familia; en algunos casos, fueron ellos quienes iniciaron esta gran industria del entretenimiento en Colombia y cuando lo hicieron, había mucho recelo por parte de las familias, ya que creían que si un hombre se convertía en actor, debía ser porque era homosexual y si era mujer, debía ser prostituta; no tienen un hogar; no tienen seguridad social; no tienen pensión; no tienen dinero para solventar sus necesidades básicas, y se debaten en el día a día recordando lo que alguna vez fueron; sus días transcurren entre los dolores de la vejez, los recuerdos de los programas que protagonizaron hace ya muchos años, el olvido de sus familias, de sus amigos, de los televidentes, de las productoras de televisión, y la esperanza de volver a la pantalla chica, de que los llamen para que puedan seguir haciendo lo que más les gusta, lo que los hace sentir vivos y productivos para una sociedad que encasilla a los adultos mayores como incapaces. Esa idea que sobrevive en sus cabezas a diario es la que les permite ilusionarse con recuperar el reconocimiento, la productividad, pero sobretodo la vida que alguna vez tuvieron y que por distintas razones dejaron escapar.

Es muy triste ver que grandes actores como María Eugenia Dávila, o grandes voces de la radio como Carlos J. Vega, viven en condiciones precarias, sobrellevando sus días con el dolor perenne del olvido, habitando una casa de la FUNDACION POR LOS ARTISTAS MAYORES donde viven en compaña de otros siete actores entre los que se encuentran Rey Vásquez, Inés

68 Correa, Humberto Arango, entre otros, que fueron íconos de la televisión en sus inicios y en su consolidación como el medio de comunicación más apetecido por los colombianos.

La casa en la que viven, fue donada a María Eugenia Penagos por una persona anónima, en donde los actores viven esperando un llamado de alguna productora para hacer un capítulo para una serie o una novela. Allá tienen asegurado el techo, pero las condiciones en las que se encuentra, no son las mejores; la humedad está por todos lados, la comida escasea, y el frío que hace, debido a que está cercana a la montaña, enferma constantemente a estas personas que además no tienen la posibilidad económica de acceder a la seguridad social.

Sus apariciones en la televisión cada vez son menores y les pagan alrededor de $300.000 pesos por capítulo por bien que les vaya, durante todo un día de grabación, en las obras de teatro no son tenidos en cuenta por miedo a que se enfermen, y como no tienen seguridad social, los productores temen que no sean capaces de resistir la presión y el esfuerzo que demandan las presentaciones de miércoles a domingo y para completar los productores de cine esperan que trabajen meses por menos de un salario mínimo.

Por ello se ha creado la FUNDACIÓN PARA LOS ARTISTAS MAYORES, en la que viven artistas que superan los 65 años de edad y que están en una situación de abandono completo por parte de sus familias, de las productoras de televisión, de los canales, de sus compañeros y del gobierno.

Independiente de la edad que tengan los artistas, ésta es una de las pocas profesiones que permite que sus trabajadores puedan desarrollarse en el medio sin importar la edad, no importa si son muy chicos o son adultos mayores, el problema radica en la falta de una política pública que obligue a las programadoras a tenerlos en cuenta como lo hacen en otros países, lo que piden es una oportunidad para ejercer su derecho al trabajo.

69 MARCO METODOLÓGICO

Hay que partir aquí de la base que el objetivo del periodismo es contar historias. Historias de sucesos que afecten a un determinado número de personas, historias de vida, historias de hechos particulares. Toda historia parte de una idea, la cual generalmente sale de las fuentes.

Las fuentes son todas aquellas instituciones, grupos o individuos que suministren la información necesaria y requerida para redactar una historia. Según un grupo de periodistas, autores de Cómo hacer periodismo, existen siete clases diferentes de fuentes (Ronderos et al., 2002, p. 14 – 15):

• Comunicaciones y declaraciones de instituciones del Estado • Grupos sociales como Fundaciones, Iglesia, Comunidades, entre otros. • Estudios e investigaciones • Información ciudadana • Conversaciones con amigos • Observaciones directas • Los mismos hechos

70 Cuando una historia se origina de cualquiera de estas fuentes, es importante enfocar la atención más en los temas que existen alrededor, pues el periodista podrá ampliar su panorama, estimularse en la búsqueda de varias fuentes, distanciarse de las oficiales y ganar experiencia en la reportería. Pero existe una fuente que sólo logra desarrollar el periodista con el tiempo: el olfato periodístico. Es algo así como un sexto sentido que le indica al comunicador dónde hay una historia, cómo podría enfocarla y de qué manera desarrollarla.

Anotar cada idea que se venga a la cabeza, es un tip muy útil para no perder ninguna clase de iluminación. Por ejemplo, todos los periodistas y editores se levantan diariamente preguntándose de qué manera pueden contar una historia que ya ha salido a la luz pública en otros medios. Cualquier momento de ‘inspiración’ no se puede desperdiciar.

En todos los casos, cuando se quiere contar un suceso, se debe recurrir a la visión propia del periodista y buscar ópticas distintas abriendo o cerrando el lente que enfoca el contexto de la historia. De esta manera, aparecerán tanto protagonistas como antagonistas, y otras causas como consecuencias diferentes, que pueden servir como ángulos de narración.

Una vez surgida y estudiada las posibilidades de la historia, se debe buscar la manera de organizarla. Para esto es necesario reducir la idea a una sóla frase que abarque el problema y escoger el género con el que mejor impacto se pueda causar al lector. Un impacto que seguramente se verá reforzado si las causas y las consecuencias de los hechos, son de interés humano o social.

Ahora, ¿con quién debo hablar? Pues puede ser con expertos en el tema, con hombres que nos aporten cifras o claro, y en el caso de este trabajo, entrevistar al directamente involucrado, el protagonista de la historia.

De acuerdo al género, varían los pasos para narrar. A continuación se estudiará la entrevista narrativa, género base de este producto.

71 LA ENTREVISTA

Este género tiene sus orígenes en la época de la Antigua Grecia, cuando los grandes sabios como Platón y Aristóteles encontraron que era útil el diálogo para conseguir datos, discutir problemas y tener momentos de reflexión.

La entrevista es definida como: la “conversación entre dos personas, en la que una de ellas intenta conocer más a fondo la información, el pensamiento, las creencias o el criterio de la otra, sobre un asunto.” (Ronderos et al., 2002, p. 207).

Sin embargo, aunque pareciera tan lógico que el periodista se basara en las preguntas/respuestas para poder ejercer, la entrevista llegó al periodismo siglos más tarde cuando se cayó en cuenta de que presentar la información de esta manera podía ser bastante atractivo para el lector.

Aunque la primera entrevista aparece en Estados Unidos en el año 1835. El invento se le atribuye, unos años antes, al periodista Daniel Defoe, quien presentaba en el modelo per (pregunta/respuesta), entrevistas dentro de su revista trimestral Review.

El New York Herald, fue el primer diario que publicó este género al transcribir audiencias judiciales. Luego de un año, los diálogos en los tribunales más el modelo per, ya eran un éxito entre los lectores. Personajes públicos y la historia de gente notable, comenzó a ser conocida por medio de estas publicaciones.

Luego de 135 años, este mismo diario comenzó a utilizar la entrevista, no como simple herramienta periodística, sino como género para narrar historias de vida. El comunicador comenzó a presentar la información de acuerdo a la conversación que tenían con el entrevistado, añadiendo detalles de todo lo que giraba entorno a éste.

72 Fue tanto el éxito, que a mediados del siglo XX, el género pasó a ser utilizado en televisión, donde se usaba la entrevista como medio de entretenimiento y de mover emociones.

En Colombia, como lo dice el periodista y escritor Daniel Samper Pizano en el prólogo del libro Antología de grandes entrevistas colombianas, la entrevista llegó con casi dos siglos de retraso desde que fue creada. El 15 de julio de 1911, se publicó en El Gráfico una conversación entre un periodista que no firmó con su nombre ni tituló su trabajo, y un párroco de Boyacá a quien acusaban de falsificación de billetes. El formato fue toda una revolución en el periodismo colombiano.

Samper Pizano cuenta cómo se fue desarrollando el género en la década siguiente:

Fraylejón publica en Bogotá Cómico (4 de mayo de 1918) una. «Entrevista con el Hombre- Fiera» que, aunque es una sátira política en verso, demuestra hasta que punto ya se hallaba instalada la fórmula per. Desde entonces se presenta la confusión de géneros que subsiste hasta nuestros días y que resulta de poca importancia práctica aclarar. El Espectador publica en Medellín (31 de enero de 1920) un «reportaje postal» con el compositor Luís A. Calvo, confinado en el leprocomio de Agua de Dios (Cundinamarca). Ese «reportaje postal» es una entrevista. (“Antología de grandes entrevistas colombianas”, 2002).

En los años veinte y treinta, ya se exponían las ideas literarias del escritor colombiano Tomás Carrasquilla, las teorías económicas del ex presidente Carlos E. Restrepo y hasta de visitantes extranjeros como un famoso torero que causaba euforia entre los aficionados taurinos. Años más tarde, la entrevista llegó a la televisión de la misma forma como entró en Estados Unidos.

Sin embargo, y hasta nuestros días, los periodistas no tienen claro cómo y cuando usar la entrevista como herramienta y la entrevista como género. Es una lástima pues hay historias que serían más atractivas presentadas de esta manera y no como simple artículo. Aunque actualmente los medios están usando el recurso de contar las historias desde el punto de vista de una vida humana involucrada, y en ocasiones utilizan la entrevista para hacerlo, todavía

73 falta bastante claridad sobre el tema pues a veces se confunden con las crónicas, los perfiles, entre otros.

Daniel Samper, da ciertos consejos para el momento en que el periodista se enfrenta a un entrevistado:

1. Utilizar tanto grabadora como agenda de apuntes, pues en la grabación no se escapará ningún detalle y en la agenda se podrán resaltar ideas y frases importantes para la narración posterior a la entrevista.

2. Mantener la fidelidad a la “textualidad” de la entrevista en cuanto a mantener las características que pueden hablar del personaje, pero modificarla para presentarla en un medio escrito. “Por eso hay que recortar términos y frases, suprimir muletillas innecesarias, incluso cambiar el orden de algunas frases, o párrafos, o preguntas y respuestas”, explica. (“Antología de grandes entrevistas colombianas”, 2002).

3. Buscar la manera más adecuada de escuchar la respuesta que está buscando, más no interrumpir ni confrontar a la persona, pues es una característica de los medios del espectáculo como la televisión y la radio.

4. Documentarse bien para evitar silencios y momentos incómodos en los que se puede notar la ignorancia del periodista, pero tampoco inclinarse a demostrar que ya se sabe todo.

Pero el modelo per no es la única forma de presentar una entrevista. Según los escritores de Cómo hacer periodismo, existen tres tipos de entrevista:

1. La informativa: Cuando una fuente calificada da su versión acerca de un suceso determinado y actual.

74 2. La de experto: Se entrevista a una persona que sabe mucho sobre un tema coyuntural y se ahonda en sus conocimientos.

3. La de perfil y semblanza: En este caso lo que importa es el personaje, las costumbres y las circunstancias que forjaron su personalidad o las que lo condujeron a convertirse en una celebridad. Se requiere dar una descripción física y sicológica del personaje, su forma de vida, su familia, sus amigos, su ideología si es el caso. También del lugar de la entrevista.

Esta última, se presenta en una manera más narrativa en la que el autor puede entrar a dar su versión de lo observado y “romancear” con el lenguaje.

ENTREVISTA NARRATIVA

Como se dijo anteriormente, la entrevista no es solamente un instrumento o el camino para acceder a una información que se redacta posteriormente en un tono plano y limitado. Es también una modalidad que permite la realización del periodista pues a través de él puede expresarse con respecto al personaje y al contexto, puede dejar volar su imaginación y descubrir lenguajes literarios, puede plasmar historias de vida sin desprenderse de su profesión y puede, como lo expresó el escritor Alberto Salcedo, en el cumpleaños de la revista El Malpensante de 2007, refiriéndose al arte de escribir, hacer parecer ficción, historias verdaderas.

Montserrat Quesada, catedrática de periodismo investigativo de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, y escritora de varios libros como La Entrevista: obra creativa, obra que nos concierne en este momento, habla sobre las oportunidades que brinda la entrevista literaria a los periodistas.

75 “Lo que si afirmo, y este libro es un claro exponente, es que es posible escribir como literato sin necesidad de recurrir a la fantasía novelesca. O más difícil todavía: emplear el lenguaje literario para informar sobre hechos reales, tomando las fuentes vivas como lo que son: personas de carne y hueso”. (Montse, 1984, p. 9).

Lo importante es no alejarse de la veracidad de los hechos. Por esta razón, el lenguaje debe tener como protagonista a la objetividad. Según Gianfranco Bettetini, ingeniero italiano que ha dedicado su vida al análisis semiótico de las nuevas tecnologías, especialmente la televisión y la ética de los medios, la objetividad se puede entender de dos formas diferentes.

La primera, la cual suelen adoptar los analistas de la ética periodística, es la que nos propone el paradigma físico-matemático de una perfecta captación y reproducción de la noticia con relación al hecho sin posiciones subjetivas ante el mismo. Claramente, esta objetividad nunca va a ser posible pues es inevitable, como se ha recalcado en tantas discusiones sobre el tema, tomar partido frente a los acontecimientos que son vistos a través de los ojos del periodista. Sin embargo, hay otro concepto de objetividad que sí es viable, y es aquel relacionado con la coherencia entre los hechos y su narración:

Pero si por objetividad entendemos la sustancial adaptación narrativa de lo que se escribe al hecho que se quiere narrar, vemos que una objetividad racional es alcanzable, hasta favorable”. (Bettetini, citado en Binasco, “Indagaciones sobre el riesgo de los procesos de enmascaramiento de la realidad en el discurso periodístico (s.f.)).

En el lenguaje usado para la entrevista, la objetividad es precisamente eso; aceptar la subjetividad implícita en el texto, sin interpretaciones u opiniones explícitas del autor para evitar quitarle la libertad al lector de formarse sus propias percepciones, pero con la descripción detallada de la apariencia física y psicológica del personaje, así como de su entorno y su ambiente.

Aunque la narración debe hacerse en expresiones coloquiales y cotidianas, se permite el uso de herramientas retóricas tales como la metáfora o la hipérbole, siempre y cuando logren resaltar al género y por lo tanto, captar la atención del lector. Para Gloria Toranzo,

76 filóloga y escritora, existen tres secretos fundamentales para el éxito de un texto (Toranzo, citada en Montse, 1984, p. 23):

1. La sorpresa que siempre debe producir la realidad exterior por muy conocida que sea. 2. La recreación pues una vez que la realidad pasa por los ojos del autor se debe matizar y enriquecer cuidadosamente con las vivencias del mismo. 3. Autenticidad para descubrir las riquezas propias sin copias ni plagios de otros autores.

La pauta del lenguaje de la entrevista la debe poner el entrevistador y respetar siempre el idioma del personaje. Las preguntas deben ser sencillas, concretas y cortas, pero al transcribir la información recolectada, el periodista debe abolir toda barrera de simplicidad y permitirse demostrar su manejo del lenguaje estético, que finalmente, es el que le da el toque de unicidad a la obra.

Esta oportunidad para el entrevistador de dejar un sello en lo que escribe se presenta en toda la estructura del texto. Empezando por una entradilla que resalta el por qué el personaje escogido, atravesando la introducción en donde se narra la situación del momento y terminando con un final que deje al lector saciado y reflexionando. Estas son las tres partes de una entrevista que con el encanto de las habilidades del autor, pueden convertirse en una sola.

Las entradillas, dice Montse Quesada, son el paralelo del lead en las noticias pues resumen el tema del texto siguiente con el hecho de mayor interés público. En la entrada de una entrevista de creación, el periodista hace las veces de aquel que quiere presentarle a una mujer bonita, a su amigo soltero. Lo describe con profundidad y pasión en sus palabras; persuade explicando por qué no puede encontrarse a alguien mejor; y promete una velada maravillosa si acepta la posibilidad de conocerlo. Claramente, la mujer bonita es el lector, cuya atención es el objetivo principal del entrevistador, y el amigo soltero es el personaje y su entorno descritos con un tipo de discurso humanista y por consiguiente, estético. La subjetividad creadora del periodista es la esencia del lenguaje.

77 Características de la entrevista realizada por José Miguel Ullán, del diario El País, a la fallecida cantante española Rocío Jurado.

Hace veinte años que abandonó Chipiona (Cádiz) y llegó a Madrid, acompañada de su madre, con 8.000 pesetas en el bolsillo y todo el espanto de un primer viaje en tren. Hoy cobra un millón de pesetas por gala, vende millones de discos y se mueve como una ola en el terreno resbaladizo de la canción española. Su éxito no sólo corresponde a la calidad indudable de su voz. Es, además, un personaje que, destinado a elegir entre ser zapatera o ama de casa, se empeñó en ser artista. Una artista autodidacta y rebelde, con infancia turbulenta: dirección de teatro, rotura de bombillas, huelguista de hambre, desterradota del traje de cola y partidaria apasionada de las plumas. (Ullán, citado en Montse, 1984, p. 58).

Tocar los aspectos humanos y familiares de los entrevistados es una clave para el éxito en el objetivo de captar la atención del lector. Más si se trata de un personaje público y de alto nivel de reconocimiento, pues se destapa aquella persona escondida debajo de la mascara de su profesión.

La introducción por su parte, ya es considerada como el cuerpo de la entrevista. Aunque a veces se puede llegar a confundir con la entradilla por su similitud, hay que tener en cuenta que es mucho más informativa en cuanto al personaje se refiere. En ella se responden cuatro de las cinco preguntas clásicas y básicas del periodismo: quién, qué, cómo y dónde es el entrevistado y la entrevista.

Las primeras dos son lógicas puesto que sin ellas no tiene sentido el texto. Desde el nombre del entrevistado, hasta su profesión, sus pasiones, sus gustos, sus disgustos, su familia, sus logros, sus fracasos, su vida. Sin embargo, las dos últimas no dejan de ser importantes. El lector deja volar su imaginación con las palabras del escritor. Pero si no es posible imaginarse cómo habla, cómo se mueve, qué gestos tiene, cómo es el físico del personaje, va a quedar un vacío en sus expectativas. De la misma manera, hablar sobre el ambiente que rodea al entrevistado es dejar que sus pertenencias o simplemente, su actitud frente al entorno produzcan información que tal vez éste no se le venga en mente decir.

78 Así pues, Quesada nos da como pasos a seguir, seis elementos que se deben encontrar en el cuerpo de la entrevista (Montse, 1984, p. 62):

• Descripción figurativa del físico del entrevistado • Descripción de la apariencia psicológica del entrevistado • Descripción del escenario donde se realiza la entrevista • Descripción del tono del diálogo previo a la entrevista en sí • Recuento de la biografía del entrevistado • Otro tipo de descripciones literarias

Para terminar, generalmente se utiliza una respuesta del personaje. Si el periodista prefiere hacerlo con una intervención propia, debe ser una descripción más y no una conclusión u opinión de él mismo.

Se trata entonces la entrevista como un diálogo entre dos personas o más (si el entrevistado es un grupo) en el cual se cumplen dos objetivos: el informativo y el estético. El segundo ayuda a traspasar el primero gracias al periodista. Por esta razón es que el lector recibe como producto un nombre dibujado sobre el texto que adquirió. Todo está en manos del entrevistador y es ahí donde entra a jugar su ética un papel fundamental.

El periodista debe conocer a su entrevistado y al público al que le va a entregar el resultado final. Éste maneja información la cual es, y siempre será, un bien social y una responsabilidad única por tratarse de seres humanos. Es importante la garantía de su objetividad y su honestidad.

Pero para poder informar es necesario primero estar informado. Es por esto que quien vaya a realizar una entrevista debe documentarse bien sobre la existencia de su personaje, su background (biografía), su pasado, su trayectoria, su vida familiar, su profesión. Si lo hace correctamente, será evidente la estrechez en la relación entrevistador – entrevistado, se

79 acortarán las distancias y existirá la confianza suficiente para explorar campos inexplorados. De lo contrario, se presentarán cambios bruscos de tema, silencios excesivos o vacíos descriptivos que afectarán negativamente la calidad del producto.

Y es que en una entrevista de creación no hay una razón más de interés que el entrevistado. Los hechos y el tiempo pasan a un segundo plano cuando de un buen personaje se trata. Aunque no son publicables en los diarios, esta modalidad tiene de especial y maravilloso que narran historias. Pero no historias que recopilan sucesos sino que recopilan rostros y vidas humanas. Es la oportunidad para un periodista de entrar a donde de pronto no se ha logrado hacerlo; entrar al el entrevistado como sinónimo del mundo que está detrás del personaje.

PERIODISMO BIOGRÁFICO

Según Julián González, investigador de la Universidad del Valle, existen 5 tipos diferentes de periodismo biográfico que sirven de ejemplo al periodista para enfocarse, antes de empezar su trabajo, en la forma adecuada:

1. Homenaje a las vidas memorables y a la recreación nostálgica del pasado: Está menos interesada en la actualidad y se preocupa más por el para siempre o para la posteridad. Es como la construcción de un monumento biográfico que aspiran a conservar vidas pasadas o en vía de extinción. Se trabaja a favor de la memoria en forma de perfiles y relatos que incluyan narración de trayectorias profesionales, testimonios y relatos de vida, entrevistas intimistas y personales así como confesiones relevantes.

Se subdivide en:

80 • Vidas ilustres, genealogías y tanatobiografía: Esfuerzos orientados a la recreación de una vida, generalmente de personajes e instituciones de prestigio, a partir del reconocimiento de sus orígenes, sus experiencias en su carrera y el testimonio de conocidos, familia, allegados, parientes y compañeros. Se suele recurrir a fotos de álbum, menciones profesionales, escenarios del pasado, recuerdos y anécdotas.

• Retratos de personajes y glorias pasadas: Expone la vida de hombres y mujeres popularizadas a través de ámbitos fuertemente mediatizados de manera parabólica; es decir, es forma de ascenso y caída. Relata la infancia del personaje, las adversidades y luchas por sobresalir, la edad de oro y sus triunfos y la declinación con sus fracasos, runa, vejez y muerte. Reactualiza al pasado para combatir el olvido causado por el incesante flujo de los medios.

• Relatos sobre los viejos oficios, lugares idos y viejos modos de vivir: Es una descripción de escenarios con el anecdotario de las antiguas formas de trabajo para reconocer saberes, oficios y prácticas en extinción. Se recopilan eventos históricos recientes, fenómenos del paisaje urbano, celebraciones especiales o campañas públicas gestionadas por instituciones y medios de comunicación.

• Conversaciones, apuntes y comentarios de la memoria: Es un tipo de discurso que ayuda, a través de la perspectiva y la visión de los testigos, a comprender el presente o algunas claves del pasado reciente.

2. La actualidad biografiada: Sucesos de la actualidad informativa que valen la pena para ser reconstruidos desde la autobiografía.

Se subdivide en:

81 • La entrevista - conversación, la crónica y el retrato con el personaje de la actualidad: La palabra del protagonista/antagonista domina el texto para que éste sea recreado como un icono mediático. La fotografía del instante célebre le da mayor consistencia. • Biografismos como ilustración educativa de temáticas actuales: Pequeñas crónicas, retratos o historias que se emplean con frecuencia en el periodismo para ayudar a comprender ciertos fenómenos que afectan a un número importante de personas. (Una mujer con anorexia o un empresario quebrado por la situación económica).

3. Biografización de la información desde las experiencias límites: Víctimas, vidas en riesgo, vidas al margen o vidas exóticas.

Se subdivide en:

• Víctimas de la guerra y la violencia homicida: El periodista aparece como un ser invisible encargado de recoger y editar el testimonio en forma de narración novelada o crónica, condensando en el documento marcas de la víctima que sólo se pueden narrar si se han sentido en carne propia. • Las víctimas de la sociedad: Vidas al margen y vidas en riesgo. Se recrean las vidas y los puntos de vista de quienes han tenido que padecer los males de la sociedad. (Crisis de la justicia, incapacidad de ampliar los beneficios de salud, destrucción del patrimonio cultura y ambiental). • Vidas extrañas y extrañamientos de la vida cotidiana: Cuentan los escenarios de poder, sus rituales secretos o desconocidos, así como la vida cotidiana de las personas de alta visibilidad mediática.

82 4. Vidas expuestas: Atisbos a lo secreto, clandestino o íntimo de círculos cerrados de poder político, las organizaciones, las rutinas de los medios de comunicación y de la vida familiar.

5. Celebraciones públicas y ritos de ciclo de vida en las personas e instituciones: Los ciclos de vida de una persona o institución, las conmemoraciones o premios recibidos o la culminación de una carrera pública.

En el momento de contar un suceso de los mencionados, el periodista toca al lector, lo conmueve y se diferencia de la simple información telegráfica que ofrecen las noticias de los periódicos o de la televisión.

83 CAPÍTULO I

COLOMBIA ES SU NOMBRE Y A ELLA SE ENTREGÓ POR AMOR AL ARTE

Al verla parada en la puerta del Circulo Colombiano de Artistas (CICA) con un cigarrillo en la mano, pienso en los años que se ha repetido incansablemente esa imagen para la gente que la conoce y cuántas veces no se habrán preguntado lo mismo yo en ese momento: ¿cómo es que una de las mejores voces de nuestro país, encuentra refugio en el humo que día a día la apaga?

—¿Dañando su linda voz? —pregunté extrañada pero con prudencia.

—Los comerciales dicen El tabaco es nocivo para la salud y yo sé que me estoy matando, pero fumo hace cincuenta años, respondió como si no tuviera opción.

Con esta ya son varias las veces que he visitado a Lucy Colombia. Siempre responde que está bien pero con voz melancólica. Y cuando se conversa con ella no hay oportunidad en la que deje de comentar lo enferma que está.

Nació en el día de la raza en Pereira, un 12 de octubre, como haciéndole honor al color moreno de su piel quebrada y pecosa. Su cara luce cansada, pero en su mirada intensa se ve el

84 anhelo que tiene de seguir trabajando en su profesión, o mejor, lo que ella denomina como sus ganas de vivir. En esta ocasión moría de frío. Temblaba a pesar de llevar blusa de manga larga blanca, un saco de lana azul turquesa, del mismo color de su pantalón, y una chaqueta vino tinto. Sobre su pelo corto y tinturado llevaba una diadema de tela roja que le tapaba los oídos y en su cuello, una bufanda de piel de oveja blanca que le colgaba casi hasta la cintura.

Todas las mañanas, desde hace 10 años, llega a su oficina del Círculo Colombiano de Artistas (CICA) a trabajar. En ésta hay un escritorio de madera, una silla y un teléfono viejo color café claro con disco y las puntas de la bocina doradas sin brillo. Me recuerda a uno que solía ver en la casa de mi abuela cuando era pequeña. Además de ser una oportunidad para ella, también es una bonita labor social para ayudar en lo posible a sus compañeros que no se encuentran en una situación muy diferente a la de ella.

“Mientras no me llamen de alguna productora o programadora, yo trabajo en el CICA”, cuenta. Me repite las palabras que le dijo a la entonces directora del sindicato, el día en que llegó a pedir una oportunidad: “Déjeme contestar el teléfono, déjeme ganar la papa para llevar para la casa. No sé hacer nada más, ¿qué voy a hacer? ¡Qué más yo que los conozco a todos (los actores afiliados)! Sé de sus genios, estoy pendiente de que estén al día en el pago de la EPS, en sus cuotas del sindicato, estoy ahí de tiempo completo, pero últimamente me ha tocado faltar mucho, he estado muy enferma. Me tienen paciencia, y estoy ahí como para no perderme del medio. Ahí estoy, porque si me quedo en la casa, me enfermo más, voy a estar mal, porque a mí me gusta estar activa en lo mío; es durito, pero ahí vamos”.

En sus 69 años de vida, no conoció lo que es ser madre y por ende, tampoco abuela. Hoy, en el ocaso de su carrera como actriz, no tiene nietos a quién consentir, con quién jugar o defender de padres exigentes. Sin embargo, al preguntarle por su familia, dice que su hermana menor es como su hija y como su mamá al mismo tiempo. Vive con ella en un barrio popular del occidente de Bogotá, al cual se llega después de muchas vueltas y una gran congestión de autos. El barrio se llama Bachué, un conjunto de edificios de apartamentos, construidos por el Instituto de Crédito Territorial en la década del sesenta. Lucy consiguió

85 uno, gracias a la gestión del sindicato de actores y a la buena voluntad de “la generala”, María Eugenia Penagos.

A la hora de la comida, comparten un comedor de cuatro puestos cubierto con un mantel de flores. El mismo sobre el cual ponía el segundo tinto de la mañana que tomaba en mi presencia.

Comienzo de un amor

—¿Cómo empezó su carrera de actriz?

—Cuando yo trabajé la primera vez fue en Flota Magdalena. Un señor, que era compadre de mi mamá, tenía varios buses ahí. Yo quería trabajar y él me dio trabajo. Me tocaba despachar los buses y la gente me decía que yo tenía muy buena voz. Un día, vi un anuncio en el periódico de un curso de locución en RADIAL Ltda. Fui y el maestro me ayudó; me regaló media beca, que en esa época valía 60 pesos la mensualidad, yo pagué la otra media, salí licenciada y empecé a tocar puertas. Trabajé en Radio Melodía, haciendo mis pinitos en locución. En ese tiempo, esas emisoras chiquitas le dejaban a uno hacer sus dos o tres horas de locución, entonces uno se iba formando.

Robin Hood fue la primera radionovela en la que participó. Comenzó en 1959 haciendo programas para niños y posteriormente, Paco Luna, uno de los mejores locutores y narradores de toros que ha tenido el país, le permitió entrar a Todelar. Su voz se convirtió en el arrullo de los colombianos de 11 a 12 de la noche, durante el programa La Hora de las Brujas.

Bernardo Tobón, asistente de presidencia de Todelar en 1965, no creía que las radionovelas tuvieran éxito. Sin embargo, gracias a la presión del equipo de actores, accedió a trabajar con diferentes libretos de México o Venezuela, adaptados a los modismos colombianos. Así nació ‘La ley contra el hampa’, un programa radial muy original para la época. La noticia más

86 importante del día se dramatizaba, los guiones se interpretaban con muchas horas de ensayo previas y se grababa en aquellas cintas de gran tamaño.

—¿Cómo era la radio en esos años, Lucy?

—La radio era hermosa porque la gente vivía todo como si lo estuviera viendo. Era como soñar. La imaginación hacía que la persona sintiera lo que pasaba y vivían los personajes. En ese tiempo había lo que llaman el sonidista. Él tenía su propio libreto y era especialista en hacer los efectos en el momento preciso. El caballo eran dos cáscaras de cocos; los pasos se hacían con piedritas en el piso y el sonidista variaba su manera de caminar sobre ellas dependiendo si eran pies de mujer o de hombre. Las puertas con una lámina de madera que tenía su cerradura y las cortinas con un recorte de persianas pequeñas.

En ese momento comprendí que Lucy se enamoró de la radio desde que la conoció. Pude sentir su amor por ella y sobre todo, tuve la suerte que tuvieron los papás de mi generación y claro, los abuelos. Lucy Colombia cerró sus ojos, hizo el sonido que todos hacen cuando quieren acomodar su garganta y luego de tomar aire profundo, comenzó a narrar: “Y la bella María Elvira salía a caminar para olvidar el dolor que le causó su amado. Se sentó y mientras pensaba, tiraba piedritas al lago. Encontró su caballo y decidió que era mejor regresar a casa. Apenas llegó, abrió la puerta, se dirigió a la ventana, subió la persiana y miró confundida la noche”.

Esta corta narración, me transportó a otra época. Era esa precisamente la magia de la radio y por lo cual este medio se había convertido en un miembro más para los colombianos de todas las clases sociales. “La radionovela fue una época preciosa, yo amo la radio y la sigo amando. Cuando alguien me llama a hacer algo de radio, allá estoy”, cuenta Lucy, quien trabajó más de 40 años en este medio. A veces la llaman aún para que hable de su experiencia. Grabando radionovelas duró siete u ocho años, antes de encontrar su gran oportunidad en la televisión. Dejó Todelar en 1974 luego de un incidente con el actor antioqueño Gaspar Ospina y de ahí pasó a la Cadena Radial Colombiana (Caracol).

87 Su familia

En la decoración del apartamento de Lucy se destacan tres cuadros. En un rincón se encuentra uno antiguo con unas flores dibujadas, en otro está colgada una pintura de niños jugando con palomas blancas en un día soleado, y en otra zona está el cuadro más grande con la escena de unos barcos luchando contra una fuerte tormenta en altamar.

Mi presencia es curiosa para un perro que no ha dejado de ladrar desde que llegué. Espero que no lo dejen salir de la habitación donde se encuentra, pues sería casi imposible continuar con la entrevista. Aunque Lucy lo calla varias veces, se vuelve insoportable seguir preguntando sobre su vida.

La invito a tomar un tinto en la cafetería más cercana para cambiar de ambiente. Baja despacio las escaleras y se fatiga rápidamente. Mientras conversamos en el camino, pienso que posiblemente alguien podría reconocerla en la calle y preguntarle por qué no volvió a actuar. Pero no pasa, nadie la mira detenidamente.

Ya en la panadería, le pregunto a Lucy sobre el inconveniente que tuvo con Gaspar Ospina, pero evadió la respuesta. Lo que sí me dijo fue que el año en el que salió de Todelar, entrar a un nuevo trabajo no fue el único cambio que tuvo en su vida durante esa década. Su madre, quien indirectamente había sido la gestora de su carrera, murió ese mismo año. Este ha sido uno de los momentos más difíciles que ha tenido que enfrentar en la vida. A su padre lo tuvo hasta hace ocho años y a falta de hijos, tiene 18 sobrinos de 8 hermanos diferentes. Ella era la mayor de una familia humilde. Tomaron la decisión de vivir en Bogotá, donde desde niña le tocó tomar las riendas económicas del hogar.

—¿Cómo fue su infancia?

88 —Me trajeron de meses a Bogotá; soy una rolita. Mi familia estuvo conformada por mi padre, mi madre y ocho hermanos. Mi mamá murió hace 35 años, muy joven. Mi papá murió hace unos 8 años. Fuimos ocho hermanos, tres hombres y cinco mujeres; todos se casaron. Hice hasta cuarto de bachillerato, pues las condiciones económicas no permitieron más. Mi mamá se separó de mi papá, entonces yo era como la mayorcita de la casa, empecé a trabajar para colaborar con los gastos.

Fue por esta razón que sólo pudo cursar hasta cuarto de bachillerato y desde el momento que fue descubierto su talento en aquella academia de locución, se dedicó a lo que ella califica como sus ganas de vivir: la actuación.

Al volver a su apartamento, nos recibió nuevamente el ladrido de Rex, el perro. Inmediatamente sonó el teléfono y Lucy corrió a contestarlo. Corrió con tanto afán que sentí que estaba esperando alguna llamada muy importante para ella. Pensé si quizás podía ser de alguna productora de televisión, buscándola para ofrecerle trabajo. Pero me quedé con la duda ya que despachó bastante rápido a quien la llamó y volvió a su asiento.

Y es que aunque la radio fue su primer amor, encontró una relación estable y duradera también con ese mundo de la televisión que se convirtió en un segundo hogar para todos los que comenzaron en las cabinas radiales.

A la pantalla chica

—¿Qué fue lo que más le hizo falta de su trabajo en la radio? —pregunté y mis palabras hicieron que cambiara su tono de alegría por el de nostalgia.

— Me hicieron mucha falta mis compañeros. Es que el sufrimiento por las roscas cuando entré a la televisión, fue grande.

—¿Cómo pasó de la radio a la televisión Lucy?

89 —Si usted le pregunta a cualquier actor viejo, él le va a decir que Bernardo Romero Lozano fue como nuestro papá. De él aprendimos todos —responde emocionada—. Ana Mojica, Carlos de la Fuente, Luís Chape, Carlos Muñoz, Dora Cadavid. Todos fuimos actores formados en la radio y el teatro que empezamos en la televisión gracias a él.

—Yo comencé en el año 1959, —prosiguió—. Trajeron a mucha gente de México, Cuba y Argentina para que nos enseñaran cómo era eso de la televisión. Ensayábamos cada obra desde un mes antes de salir al aire porque no se grababa, tenía que salir perfecto—.

Toma aire y continúa . —El Estado abrió espacios por medio de licitaciones a nuevas productoras. La primera fue PUNCH, pero después se abrió Caracol, RTI y TV Visión y Coltevisión que ya no existen. Es que con el apagón quebraron muchas y eso dejó desempleado a mucha gente.

Con voz apagada concluye: “es que usted en una novela ve a siete o diez personas, pero detrás de cámaras hay 100”.

Su primera experiencia como parte de esta nueva tecnología, fue toda una aventura para ella. Lucy continuaba trabajando en la radio y grabando algunos comerciales. Un día, una compañera suya de radio Todelar, Ana Mojica, quien ya hacía sus primeras incursiones en televisión, le preguntó si quería ir a Cartagena para hacer el papel de una muchacha del servicio doméstico en una obra de teatro dirigida por Bernardo Romero.

Lo pensó dos veces pues nunca había hecho el papel de sirvienta y menos de negrita, pero junto al maestro Bernardo estaban las puertas de mundo que la estaba tentando. Ella recuerda esta experiencia como una travesía inolvidable:

“Me embarqué en esa, y nos fuimos a Cartagena a hacer específicamente una escena en una casa para una obra social. La novela se llamaba Epifania, del maestro Daniel

90 Laimetre (empresario y artista colombiano). Fuimos con Álvaro Ruiz, Carlos Pinzón, María Eugenia Dávila, los hijos de Álvaro Ruiz, y estuvimos como cinco días”.

Cuando regresaron a Bogotá, el maestro Bernardo estaba empezando una telenovela que se llamaba Estafa de amor, en blanco y negro, y en vivo, le dio un pequeño papel. Ahí empezó su carrera en la pantalla chica. Alternaba sin embargo sus papeles en la televisión con las radionovelas en Caracol. Recuerda que trabajó en Un tal Inocencio, con actores cuyos nombres no recuerda.

No recuerda algunas cosas como le puede pasar a cualquier persona. Pero esto no quiere decir que un actor de la tercera edad ya no esté en condiciones de trabajar. Ella misma lo precisa haciendo énfasis en la buena memoria que puede llegar a tener un profesional en este arte.

“Nosotros, bendito Dios, estamos acostumbrados a trabajar con la memoria y uno se puede aprender un libreto de un día para otro sin ningún problema. Pues tiene fallitas y se cae, pero que de pronto crean que uno está ya senil ¡No señor!”.

Poco después, la radio empezó a introducir modificaciones en su programación, quizá con el fin de competir con el monstruo de la televisión. Los elencos de las radionovelas se acabaron y empezaron las secciones de informes especiales y noticias.

—¿En cuántas novelas participó?

Tampoco lo recuerda. O me da la sensación de que prefiere no arriesgarse con ningún número, ya que lo único que responde es: “Recuerdo que fueron muchas, que grababa hasta 20 capítulos de cinco telenovelas diferentes al día en un corre-corre infinito”.

—¿Cuál ha sido el mayor cambio de esos tiempos a los de ahora?

91 —De esos tiempos a los de ahora nada que ver. En esos tiempos, numerosos actores, en su mayoría jóvenes, se lanzaron a un oficio del que nadie tenía experiencia. Hoy, en su mayoría han muerto, pero muchos de ellos siguen siendo muy queridos y recordados por los televidentes del país.

—¿Le duele haber perdido la fama?

—Yo no hablo de fama sino de reconocimiento. Es muy bonito cuando se acercan a pedir un autógrafo. Porque la gente quiere mucho a sus actores y es importante ser formal y atento para que no digan: ¡uy ese se cree…! Entre más fama tenga el actor más sencillo debe ser. Al artista mayor no se le olvida. No se pierde el reconocimiento de la gente porque a uno si lo reconocen. Uno sale a la calle y la gente todavía lo reconoce a uno. La primera pregunta que le hacen es: y usted ¿por qué no volvió a trabajar? Pero el actor piensa más en su abandono, en su falta de trabajo, en la falta de estar todavía en el grupo al que pertenece.

Que la gente no lo reconozca a uno no, porque al fin y al cabo, todo es tan pasajero. Uno tiene que seguir viviendo, pero ¡necesita de su trabajo para poder seguir viviendo! La situación del actor mayor es muy difícil.

Lucy atribuye al sindicato de actores el logro de reivindicaciones frente a las programadoras que aún se mantienen, como el empleo de talento nacional en porcentajes importantes dentro de las realizaciones. “Nos ocupaban bastantico, siempre tenía uno papelitos y si lograba un papel en las telenovelas, era largo y se tenía un trabajito más o menos estable”, dice.

Había trabajo aparentemente para todos, lo cual es la mayor diferencia de la televisión antigua y la actual, si excluimos las innovaciones tecnológicas. Hoy, inherente al oficio de actor es la inestabilidad y grandes diferencias remunerativas. En esa época, actores

92 como Álvaro Ruiz, Carlos Muñoz ó Raquel Ércole, ganaban de 3.000 a 6.000 pesos por capítulo, mientras que a un actor no protagonista le pagaban 700 pesos por capítulo.

Esto demuestra que sólo en pocos casos, el derroche del dinero fue la causa que hoy tiene a algunos adultos mayores en pobres condiciones. La situación de ellos, no es muy diferente de la de otros viejos o sectores del país que sufren de los interminables problemas sociales de Colombia, y en este caso específico, de la desprotección del Estado.

“Tampoco, —dice Lucy— es que los protagonistas de la época ganaran mucha plata, pues, incluso teniendo en cuenta las variaciones en el valor real del peso, es mucho menos de lo que ganan los protagonistas de las telenovelas de hoy. Por eso, me da rabia cuando alguien dice que es que los actores viejos de bebieron la plata y ahora no tienen como vivir.

—¿A qué se debe esa difícil situación de los artistas mayores?

—A que nunca hemos tenido contratos laborales. A nosotros siempre nos llamaban por prestación de servicios. En todas las direcciones del CICA, toda la vida se ha tocado la puerta en el Congreso. Lo discuten en el Senado y la Cámara; nosotros vamos a hacer barra y cuando no falta nada lo rechazan porque es anticonstitucional o cualquier excusa. Belisario Betancour nos dejó la ley 25, que habla de una pensión para el artista mayor. Nosotros le pedimos al Ministerio de Protección Social que nos manejara lo social. Entonces cuando salió la ley 100 dijimos quiénes eran los artistas mayores y los que están vaciados. Pero nunca se creó un fondo ni nada. La vida de un actor es muy difícil”.

Los vaciados, como los califica Lucy, son varios. Hace ocho años, un hombre, después de ver un documental sobre una actriz mayor, donó una casa al sindicato CICA. Desde su creación, esta casa de tres pisos y siete habitaciones, ha servido de vivienda a personajes

93 reconocidos por los medios, pero que sus mismos colegas y relacionados, decidieron ponerle fin a su carrera.

“Allá está viviendo Humberto Arango. ¡Tan buen actor que es! Pero como el tipo es feo y está viejo, inclusive casi se nos muere y estuvo mes y medio en cuidados. Él vivió sólo toda la vida y se quedó sin trabajo y le tocó acudir a la Casa del Artista. Está Carlos J. Vega que fue un ¡señor locutor de los noticieros de las 7 p.m.! Está casi ciego. Inés Correa que trabajó en teatro; Alba, una cantante de opera; Josefina, de vestuario; y Mechas que fue una bailarina muy buena”. Cuenta no en tono de chisme sino lamentando sinceramente las condiciones de sus compañeros.

Para ella tampoco ha sido fácil. Dice y se le ve que “los años no vienen solos”. Muchos sufren de enfermedades en diferentes partes del cuerpo. La de Lucy es una arteria taponada en la pierna izquierda, la cual trata de cuidar y a la vez ignorar para no tener que someterse a cirugía. Claro está que esa no es la principal causa de sus males. Lo que sienten físicamente no es nada comparado con lo que les duelen los sentimientos.

Lucy hoy

Antes de que siguiéramos la entrevista, finalmente pude conocer al animal. Un perro de raza chiguagua que tenía el ladrido y el nombre de un pastor alemán. Me río para mis adentros. El animal saltó a las piernas de Lucy y ella lo consiente como un hijo o como el miembro más importante de su pequeño hogar. Como toda su vida, Lucy siguió siendo una noctámbula empedernida pegada a la radio. La disfruta como antes y escucha programas similares a los que ella hacía, aunque tal vez no con la misma audiencia.

—¿Cómo es su vida actualmente Lucy?

94 —Yo no tengo esposo, ni hijos ni nada. Di a luz una hija muerta en 1966. Si yo no me gano los cuatro pesos para vivir…

Lo de la hija me movió por dentro. Nadie es capaz de entender el porqué pasan ese tipo de pruebas, pero trato de imaginarme lo duro que fue para ella. Pero continuó. —Y como yo están la mayoría. Hay otros que pues no hay que negarlo, han sido tomatrago o drogadictos entonces los echan de sus casas o nadie se los aguanta. El pobre tipo queda loco. Pero en realidad la vida del actor es muy difícil. Suspirando continuó como quien quiere desahogarse.

—De vez en cuando por ahí me llaman. He hecho cuatro o cinco papelitos en Paquita Gallego, Séptima Puerta, Merlina. Así. Es lo que lo llaman a uno a hacer hoy en día. Yo he hecho capítulos peleando la paga. Porque a un actor protagonista extranjero le pagan 60.000.000 mensuales y a uno lo llaman y le pagan 150.000 por un capítulo. Uno alega porque ¡cómo es posible! Sí, ellos son los protagonistas ¡pero esa diferencia! Hoy en día es muy difícil para el actor estar bien. O uno tiene que estar llamando a casting para que se acuerden de uno. Es muy duro. La realidad yendo al fondo de las cosas, para el actor es muy duro”.

Ella es quien contesta las llamadas del CICA, recibe las donaciones, escucha los problemas de su generación y está pendiente de las pocas peticiones de casting que algunas producciones hacen.

—Llama un asistente que dice: necesito un actor o una actriz de 60 para arriba, pero estrato 10. Como una María Felix pues. Desafortunadamente, nuestra tipología es pues… somos descendientes de indígenas, no somos altos, somos morenos, trigueños. Termina el actor a determinada edad y pues uno le dedicó toda la vida a la actuación. Entonces qué pasa. El actor quiere morir, nos acordamos de los árboles que mueren de pie; puede estar enfermo, puede estar aguantando hambre, en lo que sea y quiere seguir trabajando. Porque uno se siente con la capacidad mental y física de poder hacer cualquier trabajo,

95 cualquier papel. Entonces el actor se va como mermando más anímicamente que cualquier otra cosa. Como que se va perdiendo el deseo de vivir, no sabría explicarme. Muchas veces a uno lo llaman a reuniones o algo y uno no quiere ni eso. Porque anímicamente está uno minado, se siente uno herido, se siente rabia, impotencia. Y eso nos pasa a todos”.

Su fe en Dios es innegable. Cuatro veces lo nombró en la conversación. Es como si a pesar de las necesidades, tuviera mucho más por agradecer que por pedir. Reflejaba que añoraba más su actividad laboral y lo que ganaba con ella, que los aplausos del público, los cuales, para ella, ya se habían apagado un tiempo atrás.

96 CAPÍTULO II

“ENFERMO PERO NO INCAPACITADO”

Caminando con dificultad, apoyado en un par de muletas y esbozando una sonrisa en los labios, se acercó el actor Miguel Murillo. Su larga y espesa barba grisácea, sus gafas de marco metálico y su gran tamaño (1,87 mts.) me hicieron recordar los cuentos de hadas, magos y castillos que leía de niña. Se acercó a mí, me miró y le dijo a quien me acompañaba: "lo felicito hermano, lo felicito por esa mujer tan hermosa", mientras sonreía. Me hizo sonrojar, pero la frase fue perfecta para romper el hielo. Siempre le han gustado las mujeres, siempre las ha visto como el ser más maravilloso que existe en el mundo, y, con mucho respeto, siempre tiene un halago para ellas, aunque en su vida solo dos mujeres lo han logrado enamorar.

"Mi nombre es Miguel Alfonso Murillo, soy nacido en la parcela Buenavista, de la finca La Esperanza, de la vereda de La Concepción, en el municipio de Nocaima, de la zona andina, del país Colombia, del continente suramericano, del planeta Tierra, nací hace 56 años y el 15 de octubre, cumplo 57 años, signo Libra, equilibrado, emocional y emotivo también", me dice con tono sereno y levantando las cejas.

Miguel llegó a la televisión luego de haber sido profesor normalista en una escuela rural del municipio de Icononzo - Tolima y en Ocaña, donde dictó clase a todos los cursos, tanto de primaria como de bachillerato, durante más de cinco años. El bicho de la actuación ya lo había picado desde que era estudiante del colegio Normal Nacional de Falán, Tolima, le encantaba meterse, y apropiarse de las obras que se presentaban en los centros literarios. "No solamente lo hacía porque me gustaba, también lo hacía con la intención de dejar algo en la gente... por lo menos siempre los hacíamos reír", dice alegremente.

Es inevitable ver que la actuación es algo que le sale del corazón, ya que cada palabra, cada gesto, cada frase, viene acompañada de su correspondiente interpretación, así que es difícil imaginar a este hombre

97 haciendo otra labor diferente a la actuación; sin embargo, me pregunto qué otra profesión habría podido desempeñar este personaje.

La actuación y otros sueños

—¿De no haber escogido la actuación como su forma de vida, ¿qué le hubiera gustado hacer?

En ese momento cierra los ojos y junta los dedos índices de sus manos, luego los abre como si un recuerdo importante le hubiera llegado a la mente.

— Yo soy un médico frustrado, yo soy un piloto frustrado, soy un científico, un astronauta frustrado, un arquitecto, un ingeniero, pero más que todo esa cosa de la ciencia..., y a toda la génesis de todo lo que tenga que ver con la ciencia.

Pero para él, la actuación fue un virus que lo contagió antes de poder materializar sus sueños científicos. Pero antes de que esa semilla que se había incrustado en su cerebro, cuando aún estaba en el colegio, alcanzó a estudiar pedagogía, psicología y según sus propias palabras "(...) todo lo que se estudia para formar profesores, maestros (...)"

Durante su niñez, que transcurrió en medio del campo en la vereda Buenavista, aprendió el valor de la tierra, el sabor de la fruta cuando cae del árbol, el amor por los animales, pero ante todo el dulce placer de tener una infancia feliz, sin muchos lujos, pero con lo necesario para ser feliz. Y es esa felicidad la que lo ha acompañado a lo largo de su vida, aunque su salud y su situación económica estén bastante mermadas, por la falta de trabajo, sigue siendo su motor principal para asumir su penoso presente.

Para Miguel, la actuación es algo complicado de explicar, ya que para ser actor no hay una fórmula secreta, cuyos ingredientes, como los de una pócima mágica, al juntarse, convertirán al portador en un verdadero actor.

—¿Qué es ser actor? Pregunté, esperando una respuesta filosófica.

98 —El actor es una mezcla: no solamente están las ganas, o está el talento y la técnica. Una persona puede tener mucho talento y ganas, eso va a funcionar un tiempito, ¿por qué?, por que le falta la técnica para actuar. La técnica se adquiere estudiando, técnicas de actuación se llaman también... Ahora, otra cosa es que una persona pueda tener mucha técnica, estudió mucho, ha hecho muchos cursos, ha metido una gran cantidad de libros en la cabeza, y tiene unas ganas enormes, pero no tiene talento; ahí funciona otro rato, pero... y su mirada se pierde en la pared, mientras levanta las cejas y guiña el ojo, con la expresión propia de un alquimista que ha conseguido convertir muchas veces el simple metal, en el más brillante oro.

Y es que a pesar de no ser tenido en cuenta frecuentemente, su enfermedad, la artritis, y las pocas oportunidades que las programadoras de televisión le dan a los actores que sobrepasan los 50 años, aún se siente vivo, se siente con la fuerza necesaria para realizar cualquier papel que le pongan.

El abandono al que están sometidos por el Estado los adultos mayores en Colombia, y en este caso a los productores de cultura como los actores se ve claramente en la situación de Miguel y su familia. Por ello piden la aprobación de un proyecto de ley que les asegure por lo menos una pensión por parte del Estado.

—¿Qué le pide al Estado?

—Yo reclamo un puesto, que me lo he ganado allá, que me lo quitaron, no me lo dan, no me lo reconocen, es un reclamo directo al Estado, un reclamo directo a los canales, un reclamo directo a las productoras, nosotros podemos trabajar, hay actores que tenemos facultades para trabajar, otros, ya no pueden trabajar, por ellos también hay que velar, ellos también están reclamando del Estado.

A pesar de la situación económica y su enfermedad, Miguel no se arrepiente de haber escogido la actuación como la forma en la que se ganaría la vida, ya que esa "aventura", como él la llama, le brindó la posibilidad de conocer el mundo, de vivir, aunque fuera por momentos, en un mundo de fantasía, de encarnar diferentes tipos de personajes, unos ricos, otros pobres, matones, otros absolutamente buenos y

99 nobles y otros descaradamente malos e inescrupulosos. "No tengo dinero, pero tengo la mayor riqueza de todas: Una familia que me da la fuerza necesaria para salir adelante", dice el actor colombiano.

Porque gracias a ellos y a sus capacidades histriónicas recibió el premio más importante al que un actor en Colombia pueda aspirar: El premio India Catalina al mejor actor en 1987 por su de “Patetarro” (el jefe de una banda de delincuentes) en la telenovela "Muertes Ajenas" del escritor Mejía Vallejo. La historia mostraba un paralelo entre la vida de gente muy adinerada y gente en condición de extrema pobreza.

Para acceder a ese reconocimiento tuvo que empezar por abajo, como muchos otros. Miguel cuenta con una gran sonrisa y mientras hace el ademán de peinarse la larga y poblada barba que le llega casi al corazón, que fue gracias " a un señor al que le dicen el padrino, a Don Alberto Piedrahita Pacheco, que me ayudó para entrar a este medio mágico" y fue gracias al "padrino" que logró su primer personaje.

—¿Recuerda como fue su primera aparición en la televisión?

— Mi primer papel en la televisión fue un personaje en una novela que se llamó "Manuelita Sáenz", donde teníamos que soltar una carcajada, o no nos pagaban, a un chiste que echaba Fernando “el culebro” Casanova, que trabajo en "Don Chinche" y que dicho sea de paso, un excelente actor y humorista. Él hacia un personaje, como un militar, a quien le pegaron un tiro en un pie y después se volvió como el parásito, que hacía reír y caminaba así como chunquito, y no se qué decía, alguna babosada de algo, y nos teníamos que reír, y era el final del cuento, nunca decía nada, decía entonces pasó tal cosa, y todos teníamos que soltar la carcajada, y yo decía “que bueno” y eso que me sacaba del grupo y hablaba.

Entre los muchos papeles que le siguieron a su primera aparición en la televisión, recuerda algunos con más cariño que otros, es el caso de Bautista Palacios, en la novela ¿Por qué mataron a Betty si era tan buena muchacha?, escrita por Julio Jiménez. Bautista era un personaje que tuvo muchos matices, matices que le permitieron a Miguel jugar con él de diferentes formas, ya que en ocasiones era

100 absolutamente malo y después podía volverse increíblemente bueno, hasta llegar a ser visto como un pendejo, "...era el mejor marido de la televisión latinoamericana en aquella época, con una gran compañera y una gran actriz, la que yo admiro y admirare siempre, porque póngala en comedia, póngala en tragedia, en lo que sea, es buena, póngala en teatro, en cine, en televisión, en radio, donde quiera, se llama Consuelo Luzardo".

También recuerda, mientras sus manos se pasan por su rostro, la mano derecha está un poco atrofiada debido a la artritis, de hecho da la sensación de que los dedos se hubieran unido unos con otros, sobre todo el dedo índice y el pulgar, su aparición en la novela "La Venganza" protagonizada por Gabriela Spanic. En ella Miguel interpretó a un psíquico, una persona que sabía mucho de almas, de espíritus, era un clarividente, un tipo raro, pero muy leído.

Al ver las imágenes de ese personaje pienso que el director de la novela tuvo un casting perfecto, pues no se me ocurre otro actor que pudiera encarnar un personaje de ésas características mejor que Miguel, no sólo por su fisionomía sino por la sensación que produce Miguel en las personas cuando lo ven por primera vez.

Pero tal vez lo mejor de la entrevista fue cuando escuché la anécdota que más recuerda durante su carrera. Me demostró no sólo su profesionalismo como actor, sino la ética como ser humano.

—¿Qué anécdota especial recuerda en todos sus años como actor?

—Para la telenovela ‘Muertes Ajenas’ quise documentarme sobre la vida de los “ñeritos”, de los indigentes y de la gente dura del medio. Tuve que ir a compartir tragos con ellos, a una zona durísima, a una olla como al lado del barrio en Bogotá, Los Mártires. Fuimos a esos tabernáculos, tabernas de mala muerte. Hice amigos ahí para escucharlos [consiente a la que él llama la reina de la casa, su hija menor, María de los Ángeles] y estaba tomando con un tipo el cual se sintió muy mal de que nosotros íbamos a pagar las cervezas. Entonces el tipo me dijo: “no eso no es justo que ustedes estén pagando la cuenta (con acento ñero) como así chino marica, espérese, huevón, espere yo me voy a hacer un “quieto” y ya vengo”. Un quieto es atracar a una persona. Al rato volvió con plata. ¡Fue y atracó la

101 persona así de fácil y me cagué del susto! Pensé “yo no me tomo una cerveza. Quién sabe a quién apuñaleo, o quién sabe a quién mató o dejó por ahí herido por esa plata. Me inventé un cuento raro de “acabo de llamar a mi casa y hay una tragedia tenaz. Esa es dura.

Pintando en las alturas

Miguel vive en un apartamento en el centro de Bogotá, en el piso 13 de una torre ubicada entre las calles 21 y 22 con carrera 12, y fue precisamente en su hogar donde me recibió con tanta familiaridad como si nos conociéramos de antes. Y es que Miguel es una de esas personas que no tienen ningún inconveniente en brindarle una sonrisa a cualquier desconocido, en ser amable con la primera persona que se le aparezca al frente, y así fueron siempre nuestros encuentros, como de dos viejos amigos que se reunían para compartir viejas anécdotas.

Al llegar al apartamento 1302, encuentro una puerta abierta de par en par, como si ese fuera un presagio de la actitud de las personas que allí viven, un tapete viejo del Independiente Santa fe en la entrada y una ventana con una especie de malla que sirve para que los pájaros que sobrevuelan el apartamento no se escapen es lo primero que puedo observar.

Su apartamento deja ver la complicada situación económica en la que actualmente viven Miguel y su familia. Hay una mesa de comedor con dos sillas plásticas, no hay sala, y en la ventana por la que se ve una parte de Bogotá, viven 8 pájaros entre loros Australianos, Diamantes de Mandarina y un Geospiza Magnirostris distribuidos en tres jaulas, donde duermen en las noches para volver a volar libres por el apartamento en el día. Además, al lado de la mesa, está la nevera, cuyo interior pareciera estar acorde con la sala: casi vacía. Hay un perchero en el que se encuentra acomodada la ropa de Miguel, ya que cuando está en la casa no utiliza más ropa que sudaderas y camisetas, a veces pantalones de pijama.

En una pequeña repisa color café, al lado derecho de la mesa, se encuentran algunos libros que están a apilados sin ningún orden específico, como a la deriva. Pero en medio de esa repisa olvidada, la cual se

102 nota que no ha sido movida en meses, resalta una figura, una especie de trofeo con forma de mujer. Es el premio India Catalina, entregado al mejor actor. Se mantiene erguida en esa pequeña repisa, a pesar del polvo y los años, como si fuera ese caballo de batalla que se niega a dar su brazo a torcer, para que su amo logre la victoria.

La necesidad de seguir vigente en la televisión, más que un anhelo, es una necesidad, ya que la subsistencia de la familia de Miguel depende de lo que él pueda hacer. Su último papel fue en la novela del canal Caracol, Montecristo, en 2007. Era Ulises, un hombre que en la cárcel buscaba ayudar al protagonista (Juan Carlos Vargas) a escapar para que hiciera justicia. Sin embargo, la gente, y sobretodo los directores de las programadoras creen que la edad, tan sólo 55 años, y la enfermedad de Miguel, lo convierte en una carga y no en una persona que pueda realizar un papel es cualquier producción.

"(…) yo soy artrítico, por ejemplo, y tengo las facultades mentales, creo que buenas, plenas, pero hombre, hay muchas obras donde hay gente que no hace mayor esfuerzo, en todas las novelas hay esos personajes, pero no, yo lo puedo hacer, pero no lo llaman, no me llaman porque supuestamente estoy enfermo; puedo trabajar, ¡yo puedo trabajar! Es más, estoy acostumbrado a hacerlo desde niño, para mí es muy duro salir a la calle a decirle a la gente ayúdeme; por eso me esfuerzo en pintar, hoy estoy pintando, tratando de vender mis cuadros, afortunadamente, algunas veces ruedo con suerte y me los compran". Esto me lo dice con tan profunda tristeza que se le escapa en medio de una sonrisa que me lanza, una sonrisa que intenta disimular la frustración que siente cualquier ser humano cuando el mundo lo convierte en un ser invisible y además, inservible para la sociedad.

Mientras dice eso, señala un cuadro que está colgado en la pared que tengo a mi espalda, me volteo a verlo y me cuesta un poco de trabajo entender que con cuadros como éste, el otro reconocido actor, tenga que luchar con la artritis para pintar un cuadro que le solucionará por días las más básicas necesidades a su familia. El cuadro es un óleo en el que un pájaro, con mirada triste como si le hubieran quitado las alas y no pudiera volar, está posado sobre una rama de un árbol seco, como esperando algo que lo ayude a despegar. Calcula que ha pintado casi 50 cuadros en óleo, con vinilo y que vende a amigos cercanos que, reconoce, los compran más por apoyarlo que por gusto.

103 La mayoría de los actores que empezaron su carrera a la par con la llegada de la televisión en Colombia, o bien los que ingresaron a este medio unos años después, no tuvieron en cuenta que la actuación es una profesión que no da la seguridad de tener un trabajo constante durante un período de tiempo regular, por ello es común ver a los actores adultos mayores en condiciones económicamente precarias

Para él la televisión que se presenta hoy, es una televisión light ya que la forma de interpretación es diferente a la que se usaba hace unos años atrás, puesto que la construcción de los personajes es diferente, ya no hay construcción de personajes, sino que se ven más "actores naturales", como explica Miguel Murillo.

Su felicidad

Además de la actuación, tiene un gran amor que lo ha acompañado durante los últimos 20 años. Un amor que lo acompaña día y noche, que lo cuida y lo "soporta" con sus cosas y sus ideas, un amor que conoció por medio de un amigo en común. Ese amor se llama Nayive, y es su esposa. Casados por la Iglesia por el padre Gabriel, como bien lo recuerda Miguel, mientras mira con una ternura desbordante a su esposa y le manda un beso sonoro, en la iglesia San Alfonso de Liborio, el Señor de los Milagros de la 28. Con Nayive tiene tres hijos, o como él los denomina "mis 3 juguetes" que se llaman: Miguel Alfonso, Pablo Andrés y María Sofía Concepción de los Ángeles de la Santísima Trinidad y del Espíritu Santo. El primero tiene 15 años y cursa noveno grado; el segundo cursa octavo con 14 años y la pequeña de 10 años, estudia 4º grado.

Las palabras de Nayive llegan a dar envidia a cualquier mujer. Responde con tanto brillo en los ojos cuando se le pregunta por su esposo. Dice: Ha sido igual desde el primer día que nos vimos, que nos conocimos hasta el día de hoy ya 20 años ha sido completamente igual. Lo único que ha cambiado son las canitas, [risas], pero igual, no, es que es muy tierno, la sinceridad y no, la forma de ser es lindísima. No es como ve uno, uno que no esta, cuando yo no estaba en este medio así, miraba a esos actores tan creídos, tan no se qué, tan prepotentes. Él es así como es en el hogar es en la calle con las personas que se le acercan les da la oportunidad a las personas que lo conozcan.

104 La actuación le ha servido para cosechar muchas experiencias a lo largo de su vida, para crear personajes de la vida diaria, para conseguir reconocimiento, aunque según Miguel eso lo tiene sin cuidado. Pero se ve en su tono de voz que le gusta que la gente lo reconozca, un capricho de la vanidad humana, le ha dado dinero para vivir, de tener una vida holgada, de tener un apartamento propio, en algún momento llegó a tener 3 apartamentos en el edificio donde actualmente vive, pero los gastos de la enfermedad y la falta de trabajo lo llevaron a venderlos para asegurar la subsistencia de los suyos. De hecho en este momento tiene una deuda que llega a los 20 millones de pesos por concepto de administración.

—¿Cuáles son las metas de Miguel Murillo en este momento?, le pregunto mientras uno de los pájaros de su hija María pasa volando muy cerca de mi cabeza, mientras Miguel se sube un poco el pantalón que lleva puesto y se acomoda mejor en la silla.

— Mi meta es tener, es lograr esa estabilidad emocional. Una claridad mental suficiente para sobrellevar esto que estoy viviendo, que no es fácil. Es una situación física difícil, una situación económica difícil, pero es cuando uno puede y logra una limpieza o una transparencia en su actuar. Esto se logra mediante un lavado cerebral diario [risa]. Entonces a pesar de la de la los problemas, uno como que tiene un horizonte todavía, y yo veo ese horizonte todavía. Mi meta es seguir pintando, sacar adelante a mi familia, si no puedo o no vuelvo a trabajar en televisión, yo creo que el destino me va a poner en un sitio a donde yo debo llegar y yo no quiero llegar ni loco, ni borracho, ni entregado al abandono personal.

Sin embargo, en la casa de Miguel Murillo hay algo que nunca falta: el amor. Y es que ese es el principal ingrediente que mantiene a flote a esta familia, el amor de su esposa, el amor de sus hijos.

Miguel es un tipo sencillo, amable, que le encanta hablar, como aquél narrador que va de pueblo en pueblo contando historias a quien se las pide. Un hombre que detrás de una larga barba guarda la ilusión de vivir muchos años más para compartir con sus 4 tesoros: su esposa y sus 3 hijos. Miguel es el actor enfermo, el papá enfermo de artritis, pero no está muerto ni como persona ni como hombre y mucho menos como artista.

105 Como científico frustrado que es, le encantaría que le regalaran un viaje al espacio. Conocer Marte, ir a la Luna, meterse en una nave espacial y viajar a lugares insospechados le parece fantástico; es más, mientras lo cuenta, hace el ademán de viajar y sus ojos se iluminan como los de un niño.

Los días en la vida de Miguel Murillo transcurren entre la ilusión de ser llamado por una programadora para realizar algún papel, parece el coronel esperando la carta de su pensión. En este momento está tomando una medicina, cuyo precio es muy alto, pero que le ayuda a pararse de la cama sin tanto dolor en las mañanas puesto que amanece rígido. Se levanta tarde, pinta un rato, ayuda con lo poco que puede en la limpieza de la casa a Nayive, su incansable escudera de tantos años, cuando hace sol sale al parque, le encanta ir al parque, recoger a los niños en el colegio por la tarde, ayudarlos con las tareas que les ponen en el colegio. Es un hombre noctámbulo, le gusta sentarse en la noche frente al computador y escribir. De hecho, en este momento, está escribiendo una novela y un guión para televisión. Juega con sus hijos todo el tiempo, aprovecha sus años y su capacidad imaginativa para inventarse juegos que los transportan.

Le dedica la mayoría de las horas del día a su esposa, le dice 20 veces al día que la quiere, así lo confirma:

"(...) Me despierto a las 3 de la mañana y ella “Mmm” y le digo: Mamita, la quiero. Se lo digo a las 3 de la mañana, a las 8 de la mañana, a las 3 de la tarde..., pero no ese te amo por decirlo, ese te amo me sale de acá (se toca el corazón) y a ella también; eso alimenta mucho una relación. Eso es como enamorarse todos los días, es conquistarla todos los días".

—Pero, ¿es Miguel Murillo feliz? Le pregunto mirándolo a los ojos después de escuchar el relato de lo queq hace en un día normal.

Responde con más entusiasmo del que esperaba. — !Yo soy feliz! ¡Pero claro que sí. Soy feliz! ¡Uy! Yo no tengo dinero, tengo problemas económicos, pero tengo una felicidad inmensa, tengo una familia linda, son mis juguetes, son mi todo. Como le digo

106 yo, es mi vida. Y la vida de los niños es muy feliz. Cuando hay niños felices, tu ahorita les preguntas y lo que quieran, ellos yo creo que son felices porque yo los veo sonreír, los veo jugar, no patalear, pero los veo jugar queriéndose como hermanitos, con sus recelos y sus cosas de ¡Ay yo no se qué!

El humano

Aunque pareciera que no, tiene otras aficiones. Le encanta la lectura, disfruta como un niño pequeño leer las historietas de Condorito, inclusive, mientras recorre con la mirada la sala en la que nos encontramos y baja la voz, me dice que tenía una repisita en el baño, porque le encanta leer ahí, y la tenía con muchos libros y sobretodo con historietas de Condorito, pero que le quitaron la repisita hace unos días.

Para Miguel leer es una pasión, es una de sus actividades favoritas y claro está, me dice mientras sus manos acomodan su espesa cabellera blanca, que es un “Garciamarquiano” a morir; es decir, según sus propias palabras, que se ha leído todas las obras del premio Nobel colombiano. Y de paso me pregunta:

—“¿Leíste a Hamlet?” —Si, le contesto yo. Y prosigue:

— ¡Porque es que uno tiene que leer a Hamlet, por ejemplo! ¡Tiene que leerla! Yo no puedo admitir que alguien no se lea, aunque ¡eso es mamón! Eso es un lenguaje absolutamente de Hamlet. Me lo hicieron leer a las malas cuando estudiaba entonces le cogí bronca. Ahora, claro me tocó para poderla leer, en el baño. Si, entonces me alcanzaba a leer una página, una paginita porque no soy capaz de leer más de ese libro; al día no sería capaz de leer dos páginas de Hamlet, pero yo la leí y la leí porque tengo que mantener como esa información ¿no? He sido así.

La música clásica es su favorita, no se sabe los nombres de las obras y tampoco recuerda los nombres de los autores pero disfruta escucharla, identifica algunas obras, pero no le importa saber los nombres, pues para él, el simple hecho de escucharla le mueve la fibra. Aunque hace la salvedad de no ser melómano, pero también disfruta la música colombiana, “¡Uy! Soy un admirador profundo de “Silva y

107 Villalba“. Soy de la época de “Silva y Villalba“, claro con el reconocimiento de sus antecesores que fueron “Garzón y Collazos”. Me gusta mucho esa música, me gusta la música andina, la música de tambores y flautas, de charangos, la música ecuatoriana, la música de la pampa, la música peruana, todot eso me encanta a mí; me encanta me fascina”.De repente se queda pensando un momento, mientras repite una vez más el ademán de acomodarse el pelo y peinarse la barba, para decirme que el “chis pum chis pum” le encanta. ¿Trance, es que se llama? Se lo confirmo un poco sorprendida al escuchar que le guste ese tipo de música. Sin embargo, advierte que no le gusta mucho el volumen tan alto al que los jóvenes de hoy la escuchan, porque le molestan los ruidos tan fuertes. De hecho ha estado en fiestas de esas, aunque a decir verdad me cuesta un poco imaginarlo. No le gusta el rock, no le gusta el metal.

En el plano espiritual, es un hombre muy creyente, todos los días se encomienda a Dios y le pide que lo ayude a soportar la enfermedad que lo agobia. Le gusta ir a misa.

—¿Es de los que piensa que para creer y estar en paz con Dios se necesita asistir a una iglesia?

— Si. Me gusta ir a misa. Pero claro, me encanta. Y no es una obligación ir es que a mi me gusta ir el domingo, me gusta ir adelante ahí en la primera fila. Claro, ¡me fascina! ¡me encanta eso! Yo siento una comunicación con mis hijos y nos vamos, nos vestimos, y tal. De pronto no todos los domingos; a veces está haciendo mucho frío, lloviendo y entonces yo todo erizado (zzz tiritando) uy que pena pero no voy a misa. Pero un solecito así yo voy porque no es un sacrificio ni que tenga que hacerlo.

En la sala de su apartamento no hay ninguna imagen religiosa.

Como todos los seres humanos ha cometido errores. Unos más grandes que otros, pero entre esos errores que realmente lamenta haber cometido se encuentran dos de los cuales nunca podrá alejarse. El primero se refiere a una relación que tuvo siendo muy joven con una mujer cuyo nombre prefiere no mencionar, de cuya unión nacieron dos niñas. Pero el error no fueron las hijas que tuvieron, el error para Miguel fue haberse metido en esa relación ya que fue producto del apresuramiento y la falta de cordura

108 de los años mozos.

El segundo error que cometió, aunque gracias al apoyo y a la ayuda de su familia logró superarlo fue que “(…) duré unos días en que la enfermedad me postró y estaba renunciando a mí, a mis posibilidades, estaba renunciando. Eso es un gran error uno enfermo no se debe sentar en una silla. Uno enfermo se debe es parar y ¡agitar el cuerpo porque si no se muere! Y entonces yo me estaba dejando llevar y entonces e el ciclo de la artritis es este, para explicarte el error: las articulaciones se inflaman, cuando hay inflamación hay dolor, cuando hay dolor hay inmovilidad, no te puedes mover porque te duele y si no te mueves te atrofias y si te atrofias no te mueves y si no te mueves te atrofias y pase… eso es un ciclo así. Y va pa’ allá, para atrás, va a reducirse a terminar en una silla ruedas que lo muevan y lo trasladen y hasta lo alimenten. Ese fue un error mío. Me estaba quedando y dije “no puedo”.

Miguel sabe que los excesos en la comida y la falta de cuidado con la alimentación fueron factores que influyeron para que la artritis se le desarrollara a una edad tan temprana, así como el haber fumado y haberse tomado unos tragos, aunque asegura que nunca fue un borracho, que nunca nadie en el medio de la actuación puede dar cuenta de haberlo visto borracho deambulando en medio del licor.

Cuando se le pregunta por la “mala fama” que tiene el medio de la televisión, por los excesos en trago rumba, las relaciones de pareja que duran un mes, el homosexualismo, y demás mitos que tiene la gente con respecto a lo que viven los actores en su profesión responde:

“Todos los medios en todas las profesiones como se llame ese medio, ese medio de la telefonía, ese medio de la de la… ¿cómo se llama? la ingeniería, todos los medios son difíciles. Que si hay muchos maricas en la televisión porque la mayoría, según algunas personas, para algunas personas, dicen que hay muchos maricas en la televisión y muchas lesbianas y muchas prostitutas. Entonces esa misma preguntap se le puede hacer a cualquier otro medio”.

Ahora bien, teniendo en cuenta la complicada situación tanto de salud como económica de Miguel, ¿por qué Nayive no intenta buscar un trabajo?. La respuesta es que para ellos lo más importante es cuidar

109 bien de sus hijos, estar pendientes de ellos y que si Nayo, como le dice Miguel, no está en la casa, sería muy difícil para él hacerse cargo de la misma.

Sus hijos lo ven como un papá amoroso, juguetón y que los cuida, han sido enseñados a valorar el que su papá esté con ellos todo el tiempo como una de las cosas más importantes en sus vidas. Aceptan que es de mal genio, pero que solo se molesta cuando ellos se portan mal, que les ayuda a hacer las tareas y que siempre juega con ellos. Se inventan juegos, "patanean" como dice Nayive, y terminan todos muertos de la risa.

Para Nayive, Miguel, es excelente, como esposo y padre. La admiración que tiene hacia su esposo se nota en cada una de sus respuestas, ya que siempre antepone la palabra "excelente" antes de nombrar cualquier cualidad, porque cuando le pregunto sobre los defectos de Miguel, dice que nunca se ha fijado en los defectos que pueda tener su marido. Es un amor que parece de telenovela, pues a pesar de las altas y bajas que han tenido durante 20 años de matrimonio, no ha logrado diferenciar cuales son los defectos de Miguel.

Así la vida de Miguel Murillo ha pasado entre las luces, las cámaras, el reconocimiento, la familia, la artritis, el olvido, las deudas y las adversidades. Pero siempre ha estado un ingrediente que este mago saca de su larga y poblada barba para afrontar todos los días con su familia las más fuertes tormentas o los más radiantes días: el amor.

110 CAPÍTULO III

EL MILAGROSO

Una sotana es el traje que más veces ha vestido Manuel Pachón en escena. Y no es casual pues su rostro sereno refleja la intensa vida espiritual que tiene desde hace un tiempo. Sus oraciones no son sólo un bastón que le da apoyo en momentos difíciles, también le ayudan a conseguir el pan para cada día pues dice que tiene el don de sanar. De vez en cuando, cuando lo llaman a hacer papeles en una telenovela, vuelve a la carrera que siguió por herencia y por una promesa que le hizo a su madre. La actuación llegó a su vida porque su padre la ejerció en todos sus años de vida, así que su carrera como artista comenzó a muy temprana edad.

Así empezó y así creció

—¿En qué momento se dio cuenta de que tenía una vena artística?

—Yo comencé mi carrera artística a los cuatro años. Mi padre fue un padre de esos a la antigua, y debo decir que a los cuatro años yo sabía leer y escribir perfectamente. Era fuera de serie. A mi padre le gustaba mucho el arte, y tocaba varios instrumentos porque le gustaba la música de la región andina. Tocaba tiple, guitarra, bandola, pero al mismo tiempo le gustaba mucho la actuación. Entonces él, a mi hermana mayor, que le llevo un año, y a mí, nos empezó a hacer o a enseñar lo que era la actuación.

Así fue como gracias a esa disciplina que su padre les imponía, Manuel y a su hermana, Carmen Delia Pachón, pronto lograron convertirse en los mejores actores infantiles de Colombia en ese momento. Claro está que el grupo al que Manuel pertenecía era el único escénico infantil que existía, dirigido por Oramamas Pardo. Después de unos años de carrera, su hermana se retiró, quedando él como el único de la familia en el mundo de la actuación.

111 —¿Por qué decidió seguir adelante en el medio?

—Me quede precisamente porque yo me enamoré de esto. Amo profundamente mi profesión, la amo, a pesar que haya momentos difíciles como estos últimos años, porque a los actores veteranos no nos quieren dar trabajo.

A los 8 años ya se había parado frente a más de 200 personas en sitios tan importantes como la Media Torta y la Plaza de Toros la Santamaría, él y su hermana iban como invitados especiales para darle un espacio a los niños. Pero con toda esa cancha, Manuel nunca ha dejado de sentir nervios antes de salir a un escenario."(...) siempre siento nervios, pero por ejemplo, si tengo que actuar en teatro, en los dos primeros parlamentos puedo estar nervioso, pero ya en el tercero encajo y hago lo que a mí me fascina. Pero siempre estoy nervioso, yo no aceptaré jamás que un actor o actriz diga: No, yo no estaba nervioso; eso no es ni actor ni actriz para mí. Todos los grandes actores, sufren de nervios antes de salir a escena".

—¿Alguna vez recurrió a alguna ayuda externa para sentirse más relajado antes de salir a escena?

—No, no, ¡nunca! Cuando fumé y cuando me tomé mis copetines, jamás recurrí a eso. Primero porque he sido muy responsable, entonces si yo fumaba y me tomaba mis traguitos lo hacía después de mi trabajo, nunca antes. Eran los nervios que me dieron siempre que tuve que salir a una escena, con un teatro lleno, y la responsabilidad de un personaje que tienes que interpretar. Son nervios que uno siente, pero que no se transmiten al público. Uno los siente, pero ellos no se dan cuenta”.

Para Manuel llegar a la televisión fue un paso importante, puesto que venía de estar acostumbrado a hacer radionovelas y el hecho de enfrentarse a una cámara era todo un acontecimiento.

—¿Recuerda anécdotas de esos primeros tiempos?

112 —Todo iba en vivo, porque ni pensar que existían máquinas que, si uno se equivocaba, paraban y borraban. Eso era como hacer una obra de teatro. Gastábamos bastante tiempo haciéndolo en vivo, entonces había que hacer muchos ensayos y salir a hacer las cosas perfectas. Si por cualquier cosa se equivocaba alguien, el productor disolvía a negro y los 300 televisores a blanco y negro que existían en Bogotá, quedaban negras. La gente no sabía por qué y era porque un actor o una actriz de había equivocado, entonces se tomaba el libreto y se retomaba en camino correcto.

Pero no sólo aprendió a pararse frente a las cámaras. Sus maestros le enseñaron algo que ha aplicado a lo largo de su vida como una premisa para vivir. Manuel es una persona muy respetuosa, y trata a todas las personas con el mismo grado de cordialidad y de decencia tanto al director, como al camarógrafo, al político o al conductor del bus.

En aquellos años no sólo los procesos técnicos eran diferentes, sino que las condiciones obligaban a que los actores se hicieran expertos en el oficio sin necesidad de asistir a una institución educativa del arte. Todas las habilidades y capacidades se ganaban a las buenas o a las malas en un proceso de aprendizaje que hizo evidente un impresionante talento nacional.

"Por ejemplo, si uno se equivocaba, no era que pasara desapercibida la cosa. Al final del programa hacían una minuta y entonces a uno lo sancionaban con plata y con tiempo. Hubo gente que estuvo tres meses parada, y que tuvo que pagar plata. No es como hoy que hay un profundo irrespeto por todo y nadie sale sancionado".

Profundo respeto. Eso es lo que siente este hombre por su profesión. Sin embargo, al mismo nivel siente absoluta admiración por quienes controlan los grandes pájaros del aire o mejor conocidos como pilotos de avión. De no ser por una promesa que le hizo a su madre, quien sufrió un desmayo cuando supo de su posible decisión de cambiar de profesión, hubiera sido miembro de las Fuerza Aérea Colombiana.

113 —¿Alguna vez pensó en dedicarse a otro oficio?

—Siempre quise ser actor, pero yo quería ser piloto militar y presté mi servicio en la Escuela de Infantería. Me quedé un tiempito sirviéndole al ejército, pero de todas formas seguía con la goma de ser piloto. Tuve grupo de teatro en la Escuela de Infantería y alcanzamos a presentar dos obras. Nos dedicábamos a hacer teatro… de armas nada. Después seguí mi curso de oficial en la Escuela de Infantería y las cosas cambiaron. Creo que esa es la única vez en la historia de las armas que ha habido un grupo de teatro”.

En el año 1957, recién derrocado el general Gustavo Rojas Pinilla, Manuel quería irse a la Base Marco Fidel Suárez de Cali para convertirse en piloto. Pero el equipo necesario para entrar a la escuela costaba 50 pesos y a Manuel le tocó llamar a la persona que manejaba sus finanzas, su madre. La llamó para contarle su decisión y pedirle que le mandara el dinero necesario. Ella, apenas lo escuchó, quedó muda. Una de sus hermanas pasó al teléfono recriminándole por haber hecho desmayar a su madre. Desde ese momento tuvo que jurar que nunca iba a pilotear un avión de nuevo, frustrando un sueño que ya no tiene esperanzas de cumplir.

Es uno de los pocos actores que tiene muy presente varios papeles que ha desempeñado en la radio o la televisión. Hay varios que destaca, pero sobre todo una radionovela que nunca olvidará.

—¿Cuál ha sido su personaje más exitoso?

—Una radionovela que fue un éxito porque tuvo un alto rating, fue una llamada “Kadir, el árabe”. La hice por los años sesenta, tuvo más de cien capítulos y yo hacía dos personajes. Por eso sigo insistiendo en que los actores deberían tener una formación en radio, porque ahí es donde se acostumbran a manejar la voz; a no hacer todos los papelitos con la misma voz, sino a diferenciar los personajes. No es al malo, poner la cara de malo, porque en la radio tocaba jugar con la voz, la voz del malo, la voz del enamorado, la voz del hipócrita, del miserable… esa es una escuela maravillosa. Entonces me dio la oportunidad el mismo gerente de Colgate Palmolive, debido a que trabajaba en exclusivo para Colgate Palmolive en esa época, y me dijo: léete esta sinopsis y

114 me dices si la podemos hacer con Colgate".

La historia se desarrollaba en la costa norte del país y narraba la vida de Paolo, un coleccionista de mariposas en el día y una especie de Robin Hood en la noche. Su nombre era Karid. Manuel hacía los dos personajes, y fue un éxito en todo el país. Tanto así que los colegios femeninos tuvieron que cambiar los horarios de estudio, para que las niñas pudieran escuchar la radionovela.

A pesar del éxito, no fue el papel que más le satisfizo. El poeta Oscar Wilde, su escritor predilecto, en un programa de Producciones Punch, fue su favorito. Según Manuel, no fue nada fácil desde el comienzo debido a varios factores liderados por la falta de presupuesto necesario para vestirlo adecuadamente. Sin embargo, para Manuel no fue una barrera ya que realizó una interpretación tan limpia y tan real, que varios intelectuales del país lo llamaron a felicitarlo porque por primera vez se había visto un Wilde tan verdadero.

Nuevamente vuelve a recordar y se centra en un personaje que hizo bajo la dirección de Frank Ramírez, en Los Premios, de Cortázar. Ramírez vino de Los Ángeles a dirigir una telenovela, allá vio en una serie colombiana a Manuel y quedó convencido de que era el adecuado para interpretar al protagonista de su obra. Pero en esa época, cortaban los créditos cuando internacionalizaban las producciones, por lo cual no pudo conocer inmediatamente el nombre de tan talentoso actor. Fue de programadora en programadora, hasta poner el libreto en las manos de Manuel Pachón.

—¿Cómo fue ese personaje?

—Era un marinero que cometía varios asesinatos en un barco que estaba encallado. Me metí en el personaje de psicópata y violador. Fue un éxito; nunca me olvido del nombre, Bod. Me gané gran cantidad de embustes y regaños en la calle. Incluso me tuve que defender en mi carro, porque no era posible andar en buseta. Eso me decían, de “hp” en adelante, pues hubo una escena en que este tipo viola al muchacho.

115 Una segunda oportunidad

En la actualidad Manuel está enfermo. Es hipertenso desde hace varios años, aunque con la medicina y el ejercicio ha logrado mantenerse sin ninguna complicación. Su esposa es insulina- dependiente lo que hace que los gastos médicos de la casa sean bastante altos. Pero Manuel no tiene como suplir esas necesidades para llevar una vida normal, por lo que una de sus tres hijas los ha puesto, a él y a su esposa, como beneficiarios para que puedan acceder a la seguridad social y de esa manera, conseguir las medicinas.

Y es que con la edad las enfermedades empiezan a hacer mella en el cuerpo de cualquier ser humano, y Manuel no ha sido la excepción. En los últimos ocho años le diagnosticaron un problema de próstata y casi inmediatamente después le dieron 5 isquemias cerebrales. Ese día creyó morir.

"(...) venía precisamente a una comedia que estábamos haciendo aquí en el teatro del CICA, y me dio por allá en la calle. Me gusta caminar mucho, por lo que me bajé de la buseta y me vine caminando. De pronto sentí que me moría, y la cosa estuvo grave: cinco infartos. Vivo porque Dios no disponía que me fuera".

Este hombre dice llevar a Jesús por dentro de una manera difícil de creer. Su vida espiritual es la que más tiempo y a la que más esfuerzo le dedica. Pertenece a un grupo llamado "Círculo F, Hermandad y Fraternidad del Espacio", fundamentada en el principio de que Dios es el ser supremo del Universo, pero que en ese mismo universo, también existen todo tipo de seres extraterrestres, unos más avanzados y otros menos que nosotros, con los cuales tienen conexión.

Según el “Hermano Hernando Lucero”, líder espiritual del Círculo F, esta fraternidad fue creada por seres extradimensionales. Sin embargo, la figura humana que la fundó hace 31 años fue el Hermano Hernando Ferreira Galindo, quien falleció dos años atrás. Como miembros de una corporación legalmente constituida ante Cámara de Comercio, los hermanos creen y son testimonio de la existencia de seres extraterrestres, por medio de charlas semanales a todo quien

116 le interese. Por ejemplo, Lucero dice que se acercó buscando una respuesta a desdoblamientos extraños que los médicos no le sabían explicar, y que debido a sus investigaciones realizadas mientras estudiaba matemática pura en la Universidad Nacional, esos ideales cobraron sentido.

Esto mismo fue lo que atrajo a Manuel a la fraternidad. Fue una experiencia espiritual que llegó a su vida sin desplazar su fe cristiana.

—¿Alguna vez ha tenido un encuentro cercano con extraterrestres, le pregunto mirándolo con incredulidad?, pero Manuel sigue con la expresión serena que ha tenido en todas nuestras entrevistas y me mira sin inmutarse, como si hubiera tenido que contestar a una pregunta tan interesante como la teoría del agua tibia.

—Nosotros tenemos contacto con extraterrestres. Aunque hace unos años lo creían a uno loco, con seres extraterrestres, si cupiera un poquito de duda sobre lo que les comento, mi familia y yo tuvimos el placer de tener dos tipos de extraterrestres que nos visitaron en la casa. ¡Preciosos! Llegaron un día y nos visitaron unos pequeñitos y uno muy grande que se estuvo un poco de tiempo en una esquina del comedor de la casa. Yo vivo en arriendo, vivo de aquí para acá. Ahorita precisamente me acabo de trastear, vivíamos en una casa muy bonita y ellos nos visitaron.

Según las creencias y experiencia que dicen haber tenido los miembros de la Fraternidad, ubicada en una sencilla casa en el barrio Chapinero, los hermanos extraterrestres, así se llaman entre ellos sin importar al plantea que pertenezcan, se pueden desplazar por el aire sin necesidad de utilizar aparatos especiales, moviéndose diez mil millones de kilómetros en el tiempo que un humano tarda en hacer chasquear sus dedos.

—¿Y cómo se comunican?, sigo preguntando con más inquietud que asombro.

—Mentalmente, mi corazón. Nosotros tenemos un maestro que desafortunadamente murió. Se llamaba Hernando Ferreira Galindo y cuando yo entré en la Hermandad, él era el director. ¡Lo

117 amé más que a mi padre! Nosotros nos decimos hermanos en la hermandad y él nos enseñó a tener contacto con los extraterrestres. Fuimos a muchas convivencias donde ellos estuvieron presente, en el Desierto de la Tatacoa, estuvimos unas cuatro y cinco veces, y ¡era espectacular ver eso! Cientos de naves contactando a nuestro maestro, que era el que recibía los mensajes.

Cuenta que el día en que aparecieron en su casa, bajaron por las escaleras cinco extraterrestres flotando y él, asombrado, les preguntó por qué no caminaban. Según Manuel, ellos respondieron que no pisan lo que es obra del Padre; lo que el Creador o Dios hizo, nadie es digno para pisarlo.

—Todos se movilizan por el aire, no hay un solo ser extraterrestre que aterrice, ni tampoco ponen las naves en el piso. Es mentira. Las dejan suspendidas porque tienen energías que ni siquiera nosotros nos imaginamos cómo son. Va a venir una energía que va a revolucionar el mundo, que le va a dar 180 grados la vuelta a este mundo y que se va a llamar la energía sólida. Se van a acabar los cables de la luz de la calle, la rueda, el máximo invento del hombre, y van a hacer, no se si fue que hablé con ellos mentalmente, pero van a ser como pedacitos de cinta que se pegan en la pared y que le dan energía a la casa, a los electrodomésticos, a todo, y para una ciudad, un pedacito más grande que da luz para todo el mundo.

Esa fue su profecía. Al igual que el ingreso a la actuación Manuel entró a la Fraternidad porque sus hermanos de sangre habían entrado unos años atrás. Él entró en 1985 invitado, en primera instancia, para que hiciera un curso de poder mental y allí conoció la Fraternidad, círculo que después se convertiría en parte fundamental de su vida.

En ella aprendió la abolición de los conceptos de Demonio e Infierno, ya que para ellos eso no existe, porque según los miembros de esta secta, si Dios hiciera lugares o seres de castigo, se desaparecería. La explicación: la perfección no puede cometer errores. No tiene sentido que Dios creara castigos para sus propios hijos.

La fe que Manuel le profesa a su religión es tan fuerte que lleva atado en el cuello una especie de estrella de David. Es el símbolo de la Fraternidad y su admiración hacia el hermano Hernando es

118 casi que palpable, ya que cuando se refiere a él su cara se ilumina, su boca sonríe y pareciera que estuviera profesando una verdad tan grande y tan clara que resulta un poco incómodo llevar la contraria.

Manuel podría pasarse toda una tarde explicando cómo los extraterrestres pueden tomar el cuerpo de un terrícola para caminar por el mundo sin alarmar a las demás personas o cómo vinieron a recibir una conferencia del hermano Hernando.

Acompañado de su familia hace parte desde 1986 de esta fe que para él, es indiscutible. Asegura que quien lo crea loco, está sumergido en la ignorancia.

¿Milagros?

Gracias a su fraternidad, Manuel lleva 23 años atrayendo gente que cree en un poder de sanación que, según él, le dio el Mesías.

—¿Ha hecho alguna sanación recientemente?

—Hace pocos días fui a atender a una señora que no podía tener hijos. Se había hecho todos los tratamientos clínicos existentes y ninguno le había funcionado. Entonces yo la vi y espero que de pronto en estos días quede embarazada. Después de operarla le dije que tenía que guardar reposo unos días y que el 21 ya podían tener sus relaciones común y corriente. Que se cuidara estos días porque se le operó del útero, de trompas, se le operó la columna, todo eso lo opero yo. Le dije: cuídate y no puedes tener relaciones con Jorge, como se llama el marido, sino hasta el 21. Dejen un tiempito y ahí si dense gusto, y espero que te embaraces rápido. Porque yo, yo no curo a nadie. Soy simplemente un sanador, que mi Padre me da el poder de atender a la gente, de verla, de operarla, de sanarla, y de hacer cosas como estas. Yo he visto sanaciones de cáncer, de personas que están reducidas a los huesos, y de pronto me llamaron, y ahí están vivitas y coleando. Personas con problemas cardiacos, con problemas en lo riñones, del páncreas. Poco toco los ojos, aunque cuando toca lo hago sin ningún problema. Las hernias si me gusta hacerles cirugía.

119 Afortunadamente, cuenta Manuel, como lo llaman muy esporádicamente para hacer algún papel de uno o dos capítulos en la televisión, con lo que los pacientes le dan de manera voluntaria por sus sanaciones, ha logrado defenderse en los momentos más críticos para no tener que depender de lo que sus hijas le puedan dar.

Con una devoción que supera todo lo que me ha contado hasta ahora, sus manos se unen en posición de oración, sus ojos se cierran y me habla muy despacio y muy bajo. Opina que existe gente tan cerrada de mente y de corazón que lo tilda de loco cuando cuenta lo que está a punto de revelarme.

—Pues, ¿sabes quién nos dictó el curso de sanación en el año 86? ¡El Maestro Jesús! ¡Nuestro Maestro Jesús! Yo toda la vida he sido chistoso, y hago apuntes. Le dije al Maestro: está dictando muy rápido. Y ¿sabes qué me contestó por intermedio de mi hermano? “Dios te dio el poder de una mente, utilízala. Me fregó. Resulta que yo por ahí tengo el cuaderno, yo tengo monitos, palitos, de todo eso, pero dígame lo prodigioso: cuando fui a trasladar eso a un cuaderno en limpio, todo lo entendí. Tengo un librito que nos dieron para pasar todos esos apuntes. El curso se llamó Curso de Introducción Humana. Y yo que adoro al Maestro. Yo cargo a ; lo cargo chiquito, lo cargo en mi mano para todas partes (mostrando una minúscula imagen de Jesús). Yo lo adoro, y adoro a mi Virgen que está por detrás. Eso me lo regalaron en un llavero mis hermanos, y yo dije: no, no me puedo perder semejante oportunidad.

Siempre hubo un tiempo mejor

El respeto por los actores veteranos se ha perdido, es la conclusión que me deja el testimonio de este experimentado artista. Actualmente, de acuerdo a las palabras de Manuel, los directores y los productores colombianos tratan muy mal a los actores como él. Por el contrario, a los extranjeros además de pagarles en dólares, ofrecerles casa y carro, les dan trato preferencial en todo, les

120 aceptan los caprichos y las salidas en falso sin ningún reparo.

Hace unas semanas Manuel personificó a un cura en un capítulo de “Aquí no hay quien viva”. No es casualidad que haya sido el personaje que más le han ofrecido. Para él, el cura es una figura determinante en la sociedad. Guía a una comunidad, oficializa un matrimonio, ingresa a un ser humano a la vida cristiana y bajo los mismos mandamientos, lo despide de este mundo.

Su vocación o cara de religioso, tal vez se explique por su vida de católico estricta desde niño. Manuel fue acólito cuando era pequeño, estudió en colegio de jesuitas, se sabe la misa en latín y el orden perfecto de la misma. Por lo tanto, se da cuenta cuando un libreto de religioso está revuelto y no se ajusta en lo más mínimo a la realidad.

En alguna ocasión, con toda la decencia que lo caracteriza y que resalta en tono cachaco, se lo hizo saber a la directora y le pidió que le consiguiera un librito donde el sacerdote lee sus cosas. Le concedieron su deseo, pero como a la directora no le gustaron mucho las recomendaciones de Manuel, hizo una toma del matrimonio y de la misa desde la entrada en la que a duras penas se veía al sacerdote como un punto parado en un atril.

—¿Esa es la falta de respeto a la que se refiere?

—Eso es lo que yo considero la falta de profesionalismo. Porque para mí como director, si hay una persona que sepa de lo que se va a hacer... Que me diga: Manuel, esto y esto, hágamelo porque tenemos que hacerlo bien. Porque la gente que está viendo, va a darse cuenta de que hay un error gravísimo, y no se puede decir cualquier tipo de palabras. No, hay que decir lo que dice uno en la Santa Misa. No, porque corregí eso le dio rabia a la señora.

—¿Y porque lo han llamado tantas veces para representar papeles de sacerdotes?

Modestamente responde: “tal vez porque a mi me gustaba tanto, entonces me llamaban. ¡Yo hice cantidad de obispos, de sacerdotes! Una vez precisamente en un periódico sacaron a los actores

121 que habíamos hecho una cantidad significativa de sacerdotes”.

Los Pachón

La familia de Manuel está compuesta por su mujer, Bianca, con la que comparte su vida desde hace 28 años, sus tres hijas y su nieto que llegó al mundo hace un año. Viven en alquiler en una casa al sur de Bogotá. Su trabajo es muy poco. Sin embargo, la vida de Manuel no siempre fue tan difícil. Este presunto sanador tuvo una época de esplendor como la mayoría de los compañeros de su edad, pero al igual que tantos, nunca se preocupó por ahorrar para una pensión y no se dio cuenta de que las programadoras cada vez lo llamaban menos, hasta que llegó el punto de pasar meses, casi años sin pisar un estudio.

Nunca fue vicioso, se tomó algunos copetines como él mismo lo acepta, pero no era vicioso. Eso sí, siempre fue amante de las mujeres.

—¿Su gran debilidad?

—Las mujeres; sobre todo las bonitas —me dice con una sonrisa

Y es que con modestia admite que fue declarado, en los años 60, el actor juvenil más guapo y que por este motivo, varias mujeres pasaron por sus brazos. En los años 70 se ganó una beca para ir a estudiar cine en Roma, pero en lugar de irse para Italia, prefirió cambiar esa beca por la vida en Cali con una hija de una italiana. Una mujer a la que amó como a ninguna, una mujer con la que compartió todo, pero que perdió por tener la cabeza y las piernas en otro lado. Finalmente, llegó Bianca a su vida y con ella ha pasado los últimos años. No sé si por amor o por compañía pero con romántico acento italiano le dice Bianca cuando su verdadero nombre es Blanca.

—¿Qué reclama usted para solucionar su situación y la de muchos otros actores olvidados?

—Yo me merezco una pensión después de tantos años en los que trabajé para todas esas

122 programadoras. Yo pido una casa donde vivir, para no estar cambiando mi lugar de residencia constantemente por los problemas económicos.

Y es que este hombre que ha estado toda su vida en la actuación se siente cansado, solo, abrumado porque después de todo el reconocimiento y la fama que tuvo, y aún peor, con todas sus facultades físicas y mentales en buen estado, tiene que mendigar un papel en una serie donde es tratado como un extra, como un adulto mayor de relleno, y que si a este viejito le dan un capítulo, lo tendrán contento unos días. O mejor, subsistiendo unos días.

123 CAPÍTULO IV

LA ARTISTA DE LOS ARTISTAS

El centro de su oficina está ocupado por una mesa de madera redonda con cuatro sillas y al fondo, empotrado en un mueble un tanto antiguo, hay un televisor y un reproductor VHS. A primera vista se aprecia también un pizarrón totalmente escrito a manera de agenda con la programación que el teatro del CICA tiene para el mes. En una esquina del mismo están escritos dos nombres: Daniela e Isabella. Completa el mobiliario un escritorio auxiliar lleno de papeles y carpetas. Al fondo de esta escenografía se ve a una mujer sentada frente a un computador, tecleando sin parar, mientras habla por celular y el teléfono fijo no para de sonar. Cuelga el primero y contesta el segundo, en ese momento se asoma uno de sus ayudantes y le dice que están esperándola en la recepción para la cita que tenía planeada desde la semana pasada. Responde que en un minuto la atiende. Mientras tanto, organiza unos papeles y hace un cheque para pagar un servicio, se levanta, sale de la oficina ubicada en un segundo piso de una casa en el barrio La Soledad, como si el nombre de ese barrio fuera la clara muestra de lo que es el trabajo abnegado y solitario de esta mujer que toda su vida se ha preocupado por ayudar a las personas que tiene a su alrededor.

Cuando regresa a la oficina, después de unos minutos, hace una llamada, le pide a su secretaria unos papeles, alguien se asoma a la puerta y la saluda de manera efusiva, ella, a pesar de estar muy ocupada, se levanta y abraza al adulto mayor que pasaba a saludar y a preguntar qué hay de nuevo. Vuelve a sentarse, le suena nuevamente el celular, manda un documento por internet, cuelga y me mira diciendo: “Discúlpame por hacerte esperar pero es que no he tenido un momento”. Así son las mañanas de María Eugenia Penagos, una actriz y la mujer que ha dedicado su vida a la actuación y que desde 1994 es la directora del Circulo Colombiano de Artistas (CICA).

Trabajo

124 La primera vez que se paró en un escenario fue a los cinco años en una obra de teatro sobre la mitología chibcha. Como todo niño lo hizo con la irresponsabilidad que solo nos es permitida en la infancia, cuando lo único importante es divertirse, cuando el miedo y las preocupaciones no existen y lo único importante es estar frente a un público y ser aplaudido. Pero recuerda muy bien algo que le ha ocurrido siempre que pisa un escenario desde que tuvo la conciencia necesaria para saber que la actuación no era un juego en su vida: “La emoción, la emoción y los nervios del teatro que uno los tendrá toda la vida, todas las veces, todas las veces que uno va a entrar a un escenario. Tiene que tener nervios, tiene que tener susto, tiene que tener emoción y son sentimientos que nunca se pierden”, dice.

Cuando empezó a hacer televisión, ésta era en vivo y en directo, por lo que los procesos de producción eran más largos y tenían que ser más profesionales, ya que en ese tiempo preparaban con 15 días de anticipación lo que iba a salir al aire. Tenían 8 días de ensayo con el director para ver los diálogos y la dramatización, y otros 8 días con el director de cámaras para poder salir al aire. A pesar de eso es una mujer que no tiene anécdotas, que siempre ha visto su trabajo como algo sagrado y con el que ha sido muy profesional, siempre preocupada por cumplir con los horarios, por aprenderse la letra, porque le parece una falta de respeto con sus compañeros llegar a una grabación sin tener el parlamento aprendido, siempre manejando el nivel mas alto de concentración para no cometer ningún error, siempre metódica y disciplinada.

—¿Recuerda alguna anécdota en especial de todos sus años de carrera?

—Yo nunca he sido de anécdotas, he sido muchísimo más trascendental, entonces para mí han sido más que todo aciertos o equivocaciones pero no en el juego de la anécdota, no como que, ha sido tan serio digamos el trabajo que me ha impedido verlo como si fuera una cosa simpática que me pasó, no, ha sido como con demasiada responsabilidad.

A lo largo de su carrera ha tenido la oportunidad de interpretar varios y diversos papeles y, sin embargo, dice no recordar ninguno con algún cariño en especial, o alguno que la haya marcado o que haya tenido mayor representación entre el publico que la veía en la televisión, porque desde el momento en que

125 asumió que la actuación era su vida y que a eso se iba a dedicar por el resto de sus días, entendió que los actores deben asumir los papeles mientras se encuentran representándolos, deben sumergirse y vivir en ellos. Pero en el momento en el que la interpretación se acaba dicho papel debe ser sacado y olvidado completamente para dar paso a otros. Eso sí, acepta que todos le gustaron y que no se arrepiente de nada de lo que hasta ahora ha hecho, no ha tenido un papel funesto por el que se haya arrepentido al no aceptarlo. Para ella todo lo que ha podido hacer es maravilloso y en todos ha puesto su cariño y su entrega total. Y es que hizo papeles importantes en reconocidas novelas como El Alférez Real, Manuelita Sáenz, San Tropel, Los pecados de Inés de Hinojosa, Corín Tellado y Padres e Hijos.

—¿Pero después de tantos años, tantos papeles interpretados y más de 10 años de estar al frente del CICA, ha recibido algún premio o reconocimiento?, le pregunto mientras veo en su rostro una mueca que me deja ver que esas “banalidades” ya fueron superadas con los años, que esta mujer ya no busca reconocimiento sino ayuda para sus compañeros artistas que se encuentran desprotegidos por el Estado.

—Tuve una condecoración por parte del Congreso de la República, la Orden de la Democracia en el grado de comendador, por mi trabajo en función de los artistas y tuve otra condecoración por parte de la gobernación de Cundinamarca también por lo mismo…. Pero para mí no significan nada, es decir no, no porque en mi corazón y en mi vida está marcado el trabajo social, entonces una condecoración es una medalla y unas cosas que te entregan ahí. Pero a mí me parece que los políticos lo hacen para lucirse, porque dan condecoraciones y para ver si de parte de ese gremio van a tener más votos y las cartas de felicitación cuando te llegan por una u otra cuestión tampoco, y yo creo que lo más importante es lo que tengas dentro de ti mismo”.

A pesar de que se mueve en un medio donde la camaradería pareciera estar presente y donde todos se conocen con todos, María Eugenia dice no tener amigos. Para ella su único amigo, o por lo menos la verdadera amistad, dice que la sintió solo con su marido. “Eso sí, si lo sentí y lo viví con mi marido que fue director y actor, y ahí encontré en mi vida, digamos la amistad, la lealtad, el amor, pero no más. No más, de él todo, pero que yo te pueda decir digamos de los compañeros amistad o respeto, respeto puede que sí obviamente, pero que haya amistad, parcería o algo así no, no, no”.

126 Felipe: su todo

Y es que Felipe González fue el amor de su vida, mientras me cuenta esto me pide que espere un momento. Se para de su silla y sale a cerrar la puerta de la oficina. Con un caminar pausado se devuelve, veo cómo a medida que se acerca de vuelta al escritorio sus ojos se van volviendo más verdes de lo que normalmente son. De pronto porque cada vez que hablaba de Felipe, dos sentimientos afloran en su rostro, el de luz y amor que me hace pensar si el verdadero y único amor si existe aún mas allá de la muerte. Ese amor que supera las barreras, que rompe los espacios y que se cala en la mente, en los huesos, en el corazón. Por lo mismo, su voz se quebranta y el dolor de no tenerlo a su lado se vuelve casi que palpable.

Con Felipe se conoció en el medio de la actuación. Como uno de los grandes directores del país, la llamo a actuar varias veces y, al cabo del tiempo, sucedió el acercamiento natural que se da entre dos personas, que inicia en ese proceso de enamoramiento, que comienza con una bonita amistad y que luego se convierte en amor, y perduró intacto por 34 años. Un amor que le permitió a María Eugenia vivir los mejores años de su vida, acompañada por un ser que siempre tuvo una sonrisa para ella. No pudieron ser más porque un cáncer le quitó la vida en el 2006.

Marcó su vida de tal forma que en cada fecha especial que estuve compartiendo con ella, incluyendo obras para los actores de la fundación Casa del Artista Mayor o navidad, la encontraba llorando la ausencia de su esposo.

Sus tesoros

—¿Cuántos hijos tienes?

—Tengo un hijo de mi primer esposo, el cual fue director de teatro. Pero fue un matrimonio de 2 meses y medio. Él murió y con Felipe no tuvimos hijos juntos. Él tuvo otro hijo por aparte que también es muy amigo mío, pero tengo un solo hijo.

127 La familia de María Eugenia está conformada por su sobrina, la hija de su hermana que murió hace dos años y a la que, después de varios trámites, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar accedió a darle la custodia. Su hijo mayor que está casado y tiene dos nietas Daniela e Isabella (las de los nombres en el tablero). Como toda cabeza de familia, María Eugenia es ese pilar que permite que esta se mantenga unida; es ella la que juega ese papel tan importante de estar pendiente de todos, de que no les falte nada, a tal punto que es ella quien vive en función de los éxitos y los fracasos de los miembros de su familia.

—¿Es complicado ese rol de pilar de la familia, llevar como Atlas un mundo de responsabilidades sobre su espalda?

—Claro, porque generalmente los pilares estamos muy solos. O sea el pilar funciona para todos, ahí si, pero no podemos decir, uno para todos y todos para uno. No porque ese pilar está ahí para dar consejos, para ayudar, para apoyar, pero, los demás están en su propio cuento y van al pilar cuando lo necesitan. Esa es la radiografía de esos bastiones, de esos pilares.

María Eugenia es una mujer fuerte, que logra captar la atención de todo el que la escucha. Es de esas personas que tiene el don de la palabra. Pero esa fortaleza y esa energía queda diezmada cuando habla de su familia, en especial de su esposo Felipe. En ese momento las cosas cambian y su ojos se cierran apretándolos fuertemente como si a través de ese ritual pudiera traerlo a su lado cada vez que lo menciona. Pero eso no es suficiente, pues sin Felipe a su lado se siente sola.

Continúa hablando de su papel en la familia:

—Sí. La realidad es esa. Pero entonces con Felipe, con mi marido, éramos dos, y él me escuchaba a mí y yo lo escuchaba a él, y yo me alegraba con sus cosas y él se alegraba con las mías, que eso es lo que logra una pareja, cierto, pero ya sin él, ya no es con él, ya soy yo recibiendo todo lo demás, pero recibiendo todo lo demás de lo que tu decías antes, el apoyo, el consejo. Pero todo eso está bien, todo eso está bien, la única carencia mía es él. O sea no me quejo por ser lo que soy, sino que me falta él para

128 poder recargarme en él y él en mí, es eso.

Ama a sus nietas aunque no las ve tan seguido como quisiera, ya que, según ella, su nuera hala a las niñas para donde su familia y poco para donde su suegra. Ella de todas maneras no desperdicia oportunidad para visitarlas cuando la invitan y les lleva dulces a pesar de que a los papás no les guste mucho. Su hijo cuenta con risas que aunque si los desafía, no es de esas abuelas que les encanta estar metidas en los hogares de los hijos. Cuando las visita juega con ellas, las consiente, pero igual les da la independencia necesaria para que sean las niñas las que tengan la independencias de no sentirse amarradas a la abuela. Germán Gómez, su contador desde hace 10 años, la describe como todas . Su nieta es cualquier situación más importante que su hijo. La califica como una persona bondadosa, tan entregada a los demás, “más que a ella misma diría yo”, completa.

Sus días

María Eugenia ve televisión no porque le encante sino porque su trabajo se lo exige. Necesita ver televisión para ver qué actores están trabajando y qué series están haciendo. Por ello pasa de canal a canal constantemente, es un proceso de zapping para poder abarcar todas las series que se presentan. Además de ser directora de CICA y actuar con alguna regularidad, en este momento está terminando una novela que no ha salido al aire; fuera de eso está pendiente de sus compañeros, tiene que programar la sala de teatro que tiene el CICA en sus instalaciones, dirige algunas obras que allí se presentan, entonces como ella misma lo dice “(…) es una relación continua y permanente” de la que no se separa ni un momento. Y es que con tantas obligaciones, María Eugenia no extraña actuar cuando dura largos periodos de tiempo sin hacerlo, puesto que ha aprendido a amar todas las cosas que hace en su vida.

—¿Qué es lo mejor del día?

—(...) he querido descubrir en mi vida qué no me gusta, pero también descubrí que me gusta el frío, que me gusta el calor, me gusta comer bien, pero cuando estoy en casa, como muy sencillo, o sea que soy muy adaptable a todo, pero todo me parece que tiene un encanto especial.

129 No tiene días pasivos pues todos están llenos de una sobrecarga excesiva de temas. Todos los días tienen algo diferente que hacer, reuniones, ensayos, grabaciones, más reuniones, planificar trabajos, la fundación, su familia; en fin, desde que se levanta hasta que se acuesta tiene toda su agenda copada con mil actividades diferentes. En las noches no duerme bien, desde que murió Felipe no descansa bien pues es el único momento del día en que siente vacío, silencio y por consiguiente, dolor.

—¿Y cuando llega la noche…?, pregunto esperando una respuesta más concreta y positiva.

—Quisiera dormir mejor. Obviamente, tengo muchísimas cosas que no puedo delegar porque no tengo la persona para delegarle. Si hay personas pero lo que se les delega es lo que atañe a ellos. Entonces ya a estas épocas, a las 4 de la tarde mi cerebro está sobrecargado de cosas. Me dicen algo más y de seguro contestaré con un grito. Yo no sé que es la navidad, pues al día de hoy (diciembre) no tengo la más remota idea. En mi apartamento no encuentras una vela roja y una verde, por física falta de tiempo, eso es absurdo. Todavía hay gente que me dice: mira nos podemos reunir el lunes, y yo no, entonces podría ser el martes, olvídese. Estoy tratando de cortar, de cortar así queden cosas pendientes. Mi día a día es la revolución, con las ventanas de mi disco duro todas abiertas, porque así llegas tú para un tema, como se fueron las otras personas sobre otro tema, los que vinieron antes eran sobre otro tema y así otro tema y otro tema y otro tema. Entonces ese exceso empieza a molestarte en la cabeza, y a decir bueno, pero es que necesito tiempo para poder desarrollar lo de las reuniones de todos estos días porque o sino se queda ahí, porque no solo es eso, escuchar, intervenir, decidir sino, ejecutar.

Una de sus colaboradoras, la actriz Lucy Colombia, es la secretaria del CICA. Ella cree que el trabajo de María Eugenia opina es muy difícil porque el manejo del sindicato es complicado. Hay muchas cosas por hacer y por lograr pero desafortunadamente no hay una verdadera agrupación entre los actores y si no se están unidos para lograr algo a María Eugenia le queda el trabajo sola sin mucha ayuda.

Televisión ¿Pan y Circo?

—¿Cómo ve la industria de la televisión en este momento?

130 —Es una industria altamente comercializada, donde están ganando muchísimos millones los productores, que con el fin de atraer público no les importa la censura, no les importa trabajar para la familia, cuando ves series que desde las 8 de la noche, cuando acaba el noticiero, son avasalladoras. De esas que no deben verlas ni los niños y hasta uno como adulto dice cómo se les ocurren esos dobles sentidos, o traer esos temas a esa hora donde estamos en crisis familiar en este país, y cuando ves televisión en la tarde, ves una serie de telenovelas mexicanas o colombianas, pero que no le aportan en ese momento nada a la familia, o sea la televisión no es formadora de valores, la televisión es deformadora.

Para María Eugenia los parámetros de escogencia para los actores ya no existe, solo se quiere vender y para lograr ese objetivo solo se busca mostrar piel, sacrificando la calidad en función de la piel, y en ese proceso se gasta muchísimo dinero.

—¿Cómo ve usted al actor actual?

—(...) en una edición tienen que acomodarlo todo para el actor o la actriz entre comillas, que nunca lo ha sido, que a partir de ese momento se convirtió en eso. Puede acomodarse al personaje cortando, mutilando, haciendo para poder dar una escena más o menos creíble; en la mayoría de los casos es así. Cuántas, cuántas veces no hay que grabar una escena para que quede medianamente bien, no sé, como si un médico, el señor que me acaba de poner la inyección se convirtiera en médico ese enfermero o un auxiliar de la droguería, entonces la reina de belleza o el muchacho de gimnasio a partir de que hoy le dieron un papelito ya se convirtió en actor”.

Y es que desafortunadamente ese es un virus que está infectando todos los escenarios de la actuación, ya que en el teatro comercial, donde antes se creía que solo actuaban actores con formación y con personajes trabajados ha cambiado, se presentan obras en las que actúan las niñas que acaban de salir de los realities y los ponen en escena para atraer publico o como dice María Eugenia: “al pueblo lo que le seguimos dando es pan y circo y el pueblo lo acepta.”

131 En cuanto a la “mala fama” que tiene el medio de la actuación, cree que todos los medios tienen excesos, sin importar el nivel o el campo en el que se encuentre. Para María Eugenia, cualquier medio puede afectar a cualquier persona si ésta no tiene la formación y los valores necesarios para seguir siendo quien es.

—¿Entonces es un mito que el medio de la actuación es oscuro?

—(…) cuando uno es como el cristal, sin romperse ni mancharse, puede entrar y salir sin ningún problema.

Según María Eugenia, el mayor impacto que tienen los medios en las personas que aparecen por primera vez en ellos es que creen que por el hecho de figurar en una pantalla piensan que tienen el mundo en sus manos y la fama acaba con las personas que no tienen personalidad, que no tienen sus valores claros y que no tienen los pies en la tierra. Entonces, buscando definir mejor su visión de la actuación de este siglo, pregunto:

—Si sus nietas, Daniela e Isabella, dijeran que su sueño es ser actrices, ¿qué les aconsejarías para que pudieran lograr ese sueño y no estrellarse como muchos en el camino?

—Sí, claro me parece sensacional que sean actrices, pero al lado de ser actriz o actor hay que tener otra profesión. La actuación es de cuartos de hora, la fama es efímera, el éxito también es efímero, entonces hay que tener una profesión básica que es la que te produzca que si en el cuarto de hora vas a ganar mucho dinero y vas a tener mucha fama, eso lo adicionas a tu vida pero sin olvidar tu centro.

La Casa del Artista Mayor

“La función social que hace es para ganarse el cielo", dice Ana Ligia Espejo, compañera de trabajo. La gran obra social que maneja María Eugenia es la Fundación Casa del Artista. Una casa ubicada en el barrio Chapinero donde viven cerca de 9 actores que, por diversas razones, no tienen el medio para sobrevivir dignamente. Esta casa fue una donación que un día cualquiera le dio a María Eugenia un

132 señor cuyo nombre prefiere reservarse. Esa casa, que queda en la calle 65 con carrera 1, sirvió durante muchos años como una pensión universitaria que el dueño alquilaba para los jóvenes que venían de las provincias a estudiar a la capital; sin embargo, no tiene ninguna estructura solida y las habitaciones han sido construidas a medida que aparecía un nuevo inquilino sin tener un estudio arquitectónico previo. Esta alma caritativa decidió un buen día donarla y María Eugenia vio la oportunidad de brindarle un hogar a estos artistas que no tienen donde dormir, de hecho, en este momento se encuentran viviendo en ella personajes como Carlos J. Vega (locutor), Humberto Arango (actor), María Eugenia Dávila (actriz) e Inés Correa (actriz), entre otros.

—¿Pero en qué preciso momento se le ocurrió crear una fundación para ayudar a sus compañeros?

—Cuando asumí el Círculo Colombiano de Artistas, en el año 94, al ver desde ese momento a gente con unas necesidades tan grandes que acudían incluso a las asambleas, a ver si de pronto pensaban en algo para salvarlos, esa era la sensación que me daba, de soledad de orfandad. Entonces a partir de ahí dije: hombre hay que trabajar también por ellos porque los otros, los que están trabajando, por lo menos ganan algo, ¿pero los viejos qué calidad de vida tienen? Intentar, por lo menos, que haya alguien que se preocupe por ellos.

A pesar de todos los esfuerzos que a diario tiene que hacer esta actriz, después de todas las batallas que tiene que librar luchando por sus compañeros, como quien se enfrenta en nombre de los débiles y desprotegidos a un gran adversario que muchas veces la hace sentir invisible, María Eugenia no se cansa… de ir de un lado a otro, de hablar con el político, con el ministro, con el alcalde de turno, así haya recibido durante tantos años promesas que el viento se lleva en su andar. Es una lucha que a veces parece perdida, que en ocasiones, como ella misma lo describe, “(…) pareciera un juego de squash donde golpeas y golpeas la pelota pero el muro sigue frente a ti infranqueable”

Para su inseparable colega, Lucy Colombia, María Eugenia trabaja más que el presidente: “Es una persona muy dedicada, yo diría que trabaja más de la cuenta. Se dedica mucho a estar en contacto permanente con la gente y con las empresas. Tiene fuera de eso la Fundación que también exigen esfuerzos grandes. Una casa donde están los artistas mayores. Hay como unos nueve compañeros allá, y

133 pues le ha tocado también la lucha dura por ese lado, pero ahí van, ahí va la casa, va la fundación, ahí van caminando."

Pero ella se queja. No por su labor sino porque esta luchadora incansable se siente sola. Siente que es una pelea que da total y absolutamente sola porque sus compañeros de causa no han cambiado la conciencia que tienen frente a los problemas y esperan que esta mujer intente construir una pirámide con solo un par de manos. Y es que tristemente el gremio de los artistas no muestra interés en unirse para exigir y lograr cambiar las cosas que están mal. La muestra es que María Eugenia recibe a diario muchos correos electrónicos, como el que tuve la oportunidad de ver y ella lo cuenta, que dicen: “María Eugenia, muchas gracias por todo lo que estás haciendo, lamento mucho no haber podido estar ahí, que maravilla que trabajes por nosotros y no pasa de ahí.”

Pero los actores de la Casa la estiman mucho y la admiran. Algunos sienten que le deben la vida. Son personas que agradecen a la vida que haya una persona como ella que está pendiente de sus situaciones difíciles. Dice Lucy que, como todo el mundo, tiene sus días buenos y sus días malos, de pronto un día que llega muy bien y hay días malos que no quiere que le hablen o llega gritando con el genio disparejo. Tiene sus razones.

Mejor sin futuro

María Eugenia es una mujer muy emotiva, es de esas personas que le ponen el corazón a todo lo que hacen y que a su vez esperan que la gente actúe como ella actúa y que tengan presente que los detalles son lo más importante. Pero después de las pruebas tan difíciles que le ha puesto la vida, la muerte de su primer esposo a los dos meses de casados y la posterior muerte, el mismo año y en la misma época, de su hermana y del amor de su vida Felipe, la han convertido en una mujer que ve la vida diferente a otras personas. No quiere tener metas pues se siente cansada de ellas. Tiene días en los que está muy cansada de todo y cuando le preguntan por sus metas, responde que tiene muchas para el gremio de los actores pero que ya no las siente como propias; eso sí, asegura que debe conseguirlas antes de morir. Contándome esto, siento que su cuerpo está cansado de batallar, que la gripa que sufre ese momento,

134 más la soledad del tercer año en el que Felipe no pasará las festividades navideñas a su lado, la llenan de melancolía y la hacen pensar en que lo mejor es no pensar en el futuro. Así que lo único que le queda son sus obligaciones laborales y la obligación de sacar a su sobrina de 16 años adelante, como el mejor tesorot que su hermana pudo haberle dejado con su partida.

Preferencias

Le encantan los boleros, y cómo no, si el bolero es la música de los enamorados y ella después de 34 años sigue enamorada de su esposo. Últimamente le ha dado por escuchar música gospel. Por eso cuando su sobrina, quien vive con ella después de la muerte de su hermana, escucha grupos como Iron Maiden o Guns and Roses, le parece que es bulla lo que está escuchando. No logra entenderlo, mientras que los boleros, aunque le causan un poco de nostalgia, le dan tranquilidad.

No ha podido disfrutar tanto la literatura como le gustaría. Cada vez que repasa su biblioteca se deprime porque tiene muchos libros que no ha podido leer, otros empezados y que no ha podido continuar, pero cada vez que puede lee teatro, y desde hace dos años, se refugió en los libros que ayudan a las personas a sobrellevar los duelos. Más que por gusto, los ha empezado a leer obligada por la vida, como si fueran la tabla para un naufrago en mitad del mar.

—¿Qué le saca la piedra?

—La incompetencia. Me saca la piedra que la gente no se apropie de las cosas, me saca la piedra esa gente que dice: “no, yo no muevo ese reloj porque es que a mí no me toca, a mí lo único que me toca hacer es la entrevista, pero si el reloj se cae eso no es problema mío, sino del que le toca mover el reloj” Me molestan los muertos vivientes, que piensan que tengo que cumplir porque es que el 15 me pagan mi sueldo, cierto, de resto no es problema mío. ¡Me molesta esa gente!

Los golpes de la vida

La vida de María Eugenia ha estado marcada por fuertes golpes que no cualquier persona podría haber

135 resistido; la perdida de dos esposos y una hermana, además de algunas situaciones económicas complicadas y caídas en su carrera. Sin embargo, siempre tuvo el empuje para dedicarse a lo que fuera con tal de trabajar y ganar el diario, además de que el poder de la oración y el creer en Dios por encima de todas las cosas, han hecho que haya podido salir adelante de momentos tan difíciles. María Eugenia cuenta que recién murió Felipe, como la mayoría de las personas cuando pierden a un ser querido, tuvo una especie de disgusto con Dios porque no lograba entender el por qué de la muerte de su amigo, compañero, esposo, de su vida entera. Podría decirse que Dios le respondió. En esos días llegó a sus manos un libro titulado Cuando Dios no sabe lo que hace y gracias a esa lectura, logró reconciliarse con Él, y a descubrir que el ser humano nunca esta preparado para el dolor.

Esto me hace cuestionarme de sus pensamientos acerca de Dios y la vida, o más bien, la muerte.

—¿Qué piensa de Dios hoy luego de la muerte de su esposo y de su reconciliación con Él?

—Siempre hemos dicho que lo único real es la muerte y que desde que nacemos estamos muriendo, que a veces tu muerte esta programada para 70, 80 años, 40, 30 en fin. Pero siempre eso ya está marcado arriba, eso no tiene vuelta de hoja. Que Dios sabe de ti desde antes de que nazcas, y cuál va a ser tu vida, tu eres el que la tuerces, y sabe cuándo vas a estar allá, por la enfermedad, por el accidente, por lo que uno dice, que si ese carro no hubiera pasado y el no hubiera cruzado, si tal cosa… no, no, no, era el momento, no era otra cosa. Pero aún entendiendo todo eso te sigue doliendo, y le doy gracias a Dios y le he dado todas las veces y cada día por tenerlo allá bien, porque allá ya no sufre, ya no le pasa nada, ya no tiene problemas, ya no tiene que aguantarme (en ese momento su coraza se rompe y no puede contener el llanto, que le impide hablar durante unos minutos), ya lo que quieras, y a pesar de eso sigue el dolor, y seguirá, y trato de limpiarme todos los días, y ya lloro menos, pero el dolor sigue, y los recuerdos son tan fuertes que tu no los puedes sacar, es decir cierro esta llave y ya esto paso acá, no eso sigue, pero te vas limpiando y dices Señor entendí, gracias.

Mientras limpia sus ojos de las lagrimas que ha derramado, y trata de componerse el rímel que se le ha corrido, esta mujer que por primera vez se me presenta en su máxima expresión de debilidad sin una sola armadura y mostrándose tal cual es, me cuenta que una enfermera de su médico le lleva diciendo

136 desde hace dos años que nunca había visto a nadie sufrir tanto por una persona fallecida, que es increíble que después de dos años de muerto Felipe, ella siga sufriendo así por él. En ese momento hace una pausa, me mira fijamente, dibuja una sonrisa que mas que sonrisa es una forma de contener su llanto y esconder un poco todo el dolor que lleva adentro, acto que no es necesario porque toda la oficina se ha convertido en una sala melancólica, una sala en la que la tristeza toca cada mueble, cada lápiz, cada hoja, donde la tristeza cubre con su velo todo lo que está.

—¿Podrá superarlo?

—Todavía, lo necesito, lo amo, pero también sé de gente que pasan 20 años y siguen sufriendo y es irremplazable. Llegarán muchas personas a tu vida posiblemente, pero esa persona, es irremplazable sobretodo en el grado de amor que uno siente.

Definitivamente sus palabras son como si en todo momento se la pasara esperando el momento en el que Dios le de la oportunidad de tenerlo al lado nuevamente para no dejarlo escapar nunca más, ese momento que dejará de ser un palpable sólo a veces cuando sueña con Felipe y en medio de esos sueños siente que siguen conectados el uno con el otro, el deseo de saber que podrá poner una mano sobre su hombro para nunca mas quitarla de ahí. Por eso es que esta mujer que tanto trabaja por los demás, que día a día lucha por el reconocimiento para sus compañeros no tiene sueños, porque su único sueño fue y es Felipe. Es su alegría, su felicidad, su todo.

La percepción de ella misma

Aunque me ha mostrado gran parte de su personalidad, me intriga saber, ¿Es una persona malgeniada?

—He modificado el carácter, pero cuando las cosas no funcionan me molesta mucho, no lo puedo remediar, y una de las prerrogativas que nos da la edad es que podemos reaccionar cuando queramos.

Asegura que no tiene ningún vicio, no toma, no fuma, de vez en cuando se toma una copa de vino para acompañar las comidas, pero no más. Tampoco tiene vicio por el celular y su proceso espiritual le ha

137 ayudado a darse cuenta de que si le quitan el celular no le importa, si le quitan le televisor tampoco, si le quitan la comida tampoco le importa. Pero en ese momento recuerdo la imagen que la acompaña siempre que nos encontramos: una mujer que no se está quieta un momento y que tiene tantas obligaciones que no puede darse un descanso, entonces le pregunto si no es una adicta al trabajo, si no ha buscado en su trabajo el refugio necesario para olvidar su soledad.

—Podría ser, podría ser un vicio. Pero también como que, cuando digo corto, también lo corto, pero podría ser. Pero no sé, tampoco me esclaviza. Como te digo, si quiero irme y si decido irme hoy a las tres o cuatro de la tarde, digo: me voy, necesito descansar, me lo digo a mí misma, no más.

—¿Cómo se describe a sí misma?

—Hay gente que me dice: “es que usted tiene una mirada tan tierna. Usted se ve como tan tierna, tan espiritual” y digo: gracias. Hay gente que me ha combatido, que ha sido enemiga mía a pesar de que yo no soy enemiga de ellos; creo que cada vez es menos. Hay otros que parece que me ven como guerrera, guerrera si tenaz, hay otros que por lo mismo, por lo que ven que hago cosas, también me combaten, me combaten mal, que ahí es cuando digo: ‘ladran Sancho, luego andamos’. Para algunos en mi familia tengo fama de ser drástica, pero no reconocen la parte buena que hay en mi. Ser drástico no es malo, no en absoluto, pero tampoco se han tomado el trabajo de ver la parte afectiva mía, a pesar de que lo demuestro con hechos. Llego a algunas partes y es: “María Eugenia que gusto verte” y me dan un abrazo y todo eso, pero yo la verdad no sé si soy muy modesta en muchas cosas. Trato de, de ser lo mas transparente posible, en los momentos de disgusto, en los momentos de amor, en los momentos en que las personas me parecen todas tan maravillosas. No trato de impresionar tampoco cuando llego a alguna parte, no, llego yo. No sé si algún día habrá alguien que me diga: “yo creo que la gente te ve así” pero yo no se, ni nunca lo he pensado”.

María Eugenia Penagos es una mujer admirable, una mujer que no solo inspira por su labor social, sino que atrapa con su mirada y agrada con su conversación. Es de esas personas que, según la biblia católica, irá directo al cielo por la recompensa del gozo divino, por tanto dolor padecido en tierra y por tanta lucha por gente que hoy, es ajena para el país.

138 139 CONCLUSIONES

Después de realizar este trabajo de reportería queda en evidencia que el éxito que han tenido las telenovelas colombianas en el país y en el exterior no ha garantizado la estabilidad profesional de algunos actores nacionales. La actuación no es reconocida acá como un oficio o profesión que hace parte de la producción cultural y quienes la ejercen tienen sus quince minutos de fama, pero nada más. Por lo mismo, los actores y actrices sólo logran estar vigentes y figurar mientras están activos.

Este grupo de actores hace parte de una generación semilla que se esforzaron al máximo para hacer crecer un medio totalmente desconocido para el país en los años 50. Fueron el experimento de un proceso que culminó en nuevos formatos de producción y en la demanda de estándares basados en la belleza y en la juventud. De esta manera, fue ese mismo crecimiento y desarrollo que generó el olvido al que están sometidos. Ya no son útiles para las programadoras.

Durante su época, en la cual entrar a la actuación era sencillo si estaba dispuesto a ser conejillo de indias para el nuevo proyecto, no hubo, por la misma razón, una cultura de ahorro o pensión que ayudara a amortiguar las dificultades que hoy sufren. Sin embargo, también hay que decir que este grupo de actores es tan sólo una parte de millones de adultos mayores en el país que no cuentan con las garantías que debería ofrecer el Estado para el derecho a una vejez digna.

El concepto de talento sigue y seguirá teniendo diversas opiniones. Sería erróneo decir que en las nuevas generaciones no está presente, pero si es cierto que la industria cultural responde cada vez más a las banalidades de una sociedad que ya no se sabe si las exige y se siente satisfecha con ellas, o simplemente las acepta con resignación.

140 Encontrar a los actores en esa difícil situación, fue estrellarme con ese escenario oscuro que queda Cuando se apagan los reflectores. Pero fue maravilloso también que me abrieran las puertas para descubrir al ser humano que está dentro de cada figura pública y la vida paralela que llevan a su carrera. Porque no son los aplausos, la fama ni el reconocimiento lo que les da energía para seguir pidiendo trabajo a su edad y luchando por ellos o por otros. Es el amor apasionado a su oficio y el cariño de la gente colombiana. Porque si fuera por eso, ser actor en Colombia, si pagaría.

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