Cultivo y utilización del maíz

lblioteca del Campesino Colección Tierra No. 62

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. CULTIVO y UTILIZACION DEL MAIZ

1 CUt TIVO y UTlllZACION DEL MAII

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Carátula : Marlene Zamora C.

D ibujos: lu is Gélvez R .

SE HI ZO EL DEPOSITO LEGAL - DERECHOS RESERVADOS

IMPRESO EN COLOMBIA - PRINTED IN COLOMBIA

Se terminó de imprimir este libro en Editorial Andes , el 30 de mayo de 1976 .

EDITORA DOSMIL Cra. 39A No. 15-11. Te!': 69-48 -00, Bogotá, Colombia.

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ír '-.i) cJ _-1 Ir) rí) . ~ ~ ~ \i)--

la ELISIO RODRIGUEZ R. editara dasmil

~ CULTIVO.,·Y UTILIZACION DEL MAIZ

PRIMERA EDICION

ACCION CULTURAL POPULAR

BIBLIOTECA DEL CAMPESINO

COLECCION TIERRA No . 62

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por/ la ------Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .-

INDICE

pág.

PRESENTACION ...... 7

Introducción 11 J Generalidades . . 15

Primeros pasos. ·29

Preparación del terreno ...... 49

El cultivo 59

Control de plagas y enfermedades . 81

Recolección y almacenamiento. 97

Utilización del malZ 105

Bibliografía...... 127 J

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. /

..

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Presentación

Sobra la presentación de rigor, en tratándose de ELISIO RODRIGUEZ R., maestro y profesor de muchos años y a quien recuerdan varias generaciones con cariño y gratitud.

Con tino de experto pedagogo, sí que también de intérPrete del alma de los campesinos, a través del folclor y los cuadros de costumbres, entrega hoy, como nueva colaboración a la cultura y al mejoramiento de los mismos, este nuevo tomo.

El autor divide el trabajo en dos grandes capítulos:

a) Conocimiento de la gramínea desde su historia mitológica y hombro a hombro con el trigo, primicia de los dioses a EuroPa, ydel arroz, Pan cotidiano de los pueblos orientales, hasta su cultivo con las semillas seleccionadas en los Centros Experimentales del ICA; su cosecha, almacenamiento y defensa del grano contra sus muchos enemigos.

Sabedor de que la parle didáctica, así sea sencilla e interesante, es ardua y penosa, inserta,

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. con frecuencia, a lo largo de la exposición, beilísimas poesías, en alabanza del hombre del campo, de sus herramientas y de sus faenas, de sus alegrías y de sus cantares, de los animales, sus fieles compañeros, cuyas lecturas y comentarios serán como la fuente pura en donde fatigado, el lector "estudioso, en este caso, interrumPiendo su tarea, refresca ese cansancio para tomar nuevos impulsos.

b) En la segunda parte recoPila un verdadero acopio de recetas de cocina, aporte de peritos en la materia, buscados y encontrados a lo largo y ancho del país, recetas desde las que han adquirido rango de nobleza, porque fueron consagradas en las mesas"señorialespordamas de alta alcurnia que, así como bordan filigranas sobre" los manteles, preparan con sus blancas manos los más apetifrJsos bocados, pedacitos de felicidad hogareña, hasta las que siguen haciendo el deleite de los vecinos amigos, en los días de fiestas familiares o de los golosos transeúnt~s que, de regreso del paseo dominguero, no se apenan de asomarse hasta el fogón en alto, donde, sobre la laja de tradición milenaria, comienzan a dorar las arepas y las almojábanas, los jxmdeyucas y las empanadas, mientras el ambiente se preña de suavísimo olor, aperitivo inmejorable, para honrar a la patrona, no dejando en el plato ni la cortesía.

Son tantas y tan suculentas las recetas que, con la sola lectura -comodeGÍa un viejo campesino-, ((se vuelve la boca agua" y el hambre se mitiga.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Que Dios se lo jxLgue, profesor Elisio, porque en buena hora nos entrega este tesoro, sobre el regalo milagroso de los dioses de América y que nosotros venimos olvidando, tan culposamente, así lo hayamos reemplazado por los trigales que un día nos trajo Jerónimo Lebrón.

Esta será la respuesta a Elisio ROdríguez R., de cada una de las personas que, gracias al nuevo aporte a la Biblioteca del Campesino, se constituirá en el defensor del maíz, don precioso, ayer de América, hoy del mundo entero.

Fernando Sarmiento O.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. INTRODUCCION

El maíz ha sido, al menos en la parte rural, la base de la alimentación del pueblo colombiano. Pero el trigo, cuyo grano facilita, entre otras cosas, un pan que puede conservarse dur.ante algún tiempo, sin que pierda su apariencia y buen gusto, lo fue reduciendo a un ~egundo plano . .

Ultimamente ha venido recobrando su primitiva importancia, debido, ante todo, a la escasez y -alto costo del trigo que no se produce en suficiente cantidad por las siguientes causas: la. Por la poca extensión de los terrenos aptos para el cultivo.

2a. Por lo queprado de buena parte de las tierras, lo que hace imposible la mecanización de los trabajos.

3a. Por la baja calidad del grano y el poco rendi­ miento de la cosecha en comparación con el aumento progresivo del personal que lo con­ sume.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. , 4a. Por la poca atención que suele prestarse a los fertilizantes y abonos.

5a. Por la falta de crédito y de estímulo por. parte del Estado.

Estas razones han impuesto ordinariamente la necesidad de intr.pducir en el país inmensas canti­ dades de trigo al año, con una salida en dinero, que suma muchísimos millones.

A esto nos ha llevado una vieja costumbre he­ redada de los españole~: la del pan de trigo. Sin este hecho, estuviéramos consumiendo así mismo otros productos igualmente nutritivos, entre ellos, los derivados del maíz.

En tiempos anteriores, hoy ya superados, la utili~ación de estos productos tenía, ciertamente, sus dificultades, por el procesamiento o transfor·· mación que era a base de pilones y piedras de moler. Y sobre todo, a que no podía conservarse én su primitivo estado y frescura, que es lo que se llarria panificación.

Pero estas dificultades han venido desapare­ ciendo casi totalmente: la primera por los molinos, tanto caseros o de mano como industriales, que muelen el maíz sin mayor trabajo y a un costo bastante reducido y la segunda, por la posibilidad, ya en camino, de mezclar la harina de trigo con las de maíz, arroz, soya, sorgo o millo o almidón de yuca, para obtener una panificaciÓn satisfacto- I ria

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. La importancia del maíz obedece también a otras razones qu~ vale la pena anotar.

Las principales son: la. La' mayor parte del pueblo vive, prácticamen­ te del maíz o de sus deri vados, desde el choclo o mazorca tierna, hasta el grano en su comple­ ta madurez ya seco.

2a. Puede reemplazar al trigo en una considera­ ble variedad de alimentos: ponqués o manteca­ das, colaciones, almojábanas, buñuelos, sopas, etc.

3a. Su cultivo dispone de una amplia extensión de tierra, puesto que se produce en todos los lu­ gares y en todos los climas.

4a. El rendimiento puede multiplicarse en millo­ nes de sacos o de cargas, con la simple me­ jora en los sistemas de cultivo, la utilización de . semillas mejoradas, el control de plagas I y enfermedad.es, el uso de abonos o fertilizan- tes y el aprovechamiento de algunos climas que permiten obtener hasta tres cosechas al año.

5a. El cultivo puede convertirse en una apreciable fuente de riqueza, no solo por la demanda, cada vez mayor, dentro del territorio nacional, sino, igualmente, por la posibilidad . de la exporta­ ción.

El culu'vo del maíz es, entonces, uno de los pro­ gramas más aconsejados.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ¿Quiere esto decir que debe abandonarse el eul­ tivo del trigo? De ninguna manera. De lo que se tra­ ta es de aumentar el del maíz~ hasta donde las cir­ cunstancias.lo permitan.

En este li bro trataremos lo relaCionado con la,s técnicas sobre el cultivo del maíz y Jsobre la utili- zación del grano. '

En lo de las técnicas agrícolas estudiaremos:

10 . Los suelos y su, laboreo,

20. Las clases de semillas.

30. El cultivo,

-40. Las plagas y enfermedades.

50. La recolección y el almacenamiento . .¡ En lo de la utilización veremos las distintas aplicaciones en la industria- y en los hogares. Para esto último, presentaremos una serie de recetas tomadas directamente del personal que se ocupa de esta clase de trabajos y de algunos libros que tratan asuntos de cocina. Finalmente ofreceremos algunas fórmulas de alimentos concentrados para anim'ales.

Esperamos que en este libro encuentren los agricultores cuanto necesiten sobre el tema pro­ puesto y cuanto requieran las ,persOnas preocu­ padas por el aprovechamiento del' grano en Co­ lombia.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. GEN ERAL. DADES

Al maíz, originario de América, se le han tejido innumerables leyendas y mitos que serían objeto de un libro pero, para dar una ,visión general de , a continuación transcribo las más conoci­ das.

Leyenda de Méjico

La mitología mejicana se refiere, por ejemplo, a Centeolt como a la diosa de la mazorca. Era una j<;)Ven hermosa y de abundante cabellera, enemiga del sacrificio de víctimas humanas. Sin embargo, descendía frecuentemente a la tierra, para dar muerte a los hombres que de ella se enamoraban. Tenía un consejo de sacerdotes viudos y mayores de sesenta años y tan venerables y famosos que hasta los reyes buscaban su consejo en los asuntos graves del Estado.

Leyenda del Perú

Pachacámac era el dios de la agricultura. Cuén­ tase cómo al ver que no se le tributaba el culto debido por dispensárselo al sol, montó al fin en cólera y dio muerte al hijo que había tenido este

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. en la primera mujer y lo redujo a pedazos. Sem­ bró los dientes y de ellos nació el maíz. De las costillas resultó la yuca y las demás plantas alimenticias, de las carnes, las vísceras, etc.

Leyenda de Colombia

El maíz está ligado, igualmente, a las leyendas y mitos colombianos, especialmente en cuanto se refiere a la chicha, que era el licor del entusias­ mo y la alegría en la celebración de las festivi­ dades aborígenes.

Los santuarios más· notables, como las lagunas, donde se rendía culto a la luna y al sol, especial­ mente en las de Guatavita, Guasca y Ubaque, per­ tenecientes al Imperio Chibcha, son testigos mudos de grandes banquetes con productos tomados del maíz y de prolongadas borracheras· con la célebre chicha.

Era RamiriquÍ el más antiguo mandatario de que se tiene noticia en el imperio chibcha. Siendo ya anciano y queriendo dejar su nombre unido a una grande obra, comisionó a su sobrino y sucesor en el gobierno, el robusto y valiente Hunzahúa, para que fundara una nueva capital en el sitio que le pareciera más aconsejado. Hunzahúa cumplió los deseos de su tío, y fue así como ápareció la ciudad de Hunza donde se fundaría luego la capital de Boyacá. Dentro del cercado habitual y próximo al palacio del zaque o emperador Ramiriquí, se levantaba la imponente vivienda de Hunzahúa, ro­ dE:ada de hermosos maizales. 16

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. A la nueva ciudad se trasladó la corte con las solemnidades de rigor. Y en ella transcurría la vida sin complicaciones hasta que una mañana se descubrieron unas cosas que ... Era algo cas i increíble . Alguna sospecha venía inquietando el corazón de Faravita, hermana de Ramiriquí, y madre del príncipe, ante ciertas manifestaciones amorosas que había sorprendido en medio del maizal, de las que hacía responsables a la desper­ cudida y bella Nocentá y a Hunzahúa.

Un düi mientras el emperador Ramiriquí se encontraba solemnizando, con su corte la fiesta del sol , Faravita, que se había quedado con No­ centá disponiendo el banquete de costumbre en aquellos casos, resolvió convencerse de lo que parecía haber escuchado y acaso visto.

-Deseo saber, Nocentá, si estoy o no "equivocado , acerca de un rumor de besos y otras cosas que me pareció oír entre el maizal cuando te hallabas allí con Hunzahúa.

Nocentá inclinó entonces la cabeza, tratando de disimular el intenso rubor de sus mejillas. Nueva pregunta y ... tampoco.

-¿Conque no me contestas? ¡Bueno, vamos! ¿Es verdad aquello? ¡SÍ o no!

A la tercera pregunta, Nocentá rompió en llanto. Era la evidente e indirecta confesión de su falta . Así lo comprendió Faravita quien, presa de un furor incontenible, tomó la _sana o pala de revol­ ver la chicha y se la lanzó a Nocentá. Pero esta

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. esquivó el golpe y la sana dio contra la olla de la chicha que, al romperse, dejó escapar el ácido licor. Este fue corriendo hasta detener se en una pequeña hondonada, formando así lo que hoy se llama El Pozo de Donato.

Las leyes del dios supremo .y sabio legislador Bochica, sancionaba con tremendos castigos eso que en el príncipe heredero se, tenía como falta horrenda. De aquí que Hunzahúa prefiriera huir con Nocentá. Y sin detenerse a pensarlo más de una vez tomaron el camino de Susa, dando siem­ pre la espalda al sol, al que no se atrevían· a mirar por el temor que les infundía su sagrada presencia. Pero el arrepentimiento por la falta cometida no los deja.ba tranquilos y resolvieron pedir perdón al dios Bochica en el lugar donde se había aparecido a los chibchas por segunda vez para usar con ellos de misericordia. Se di­ ngIeron, pues, al Salto de Tequendama. Pero cuando creyeron que aparecía el gran dios, sur­ gió de la niebla helada el arco iris indicando la presencia de otro dios, de Cuchavira, el dios de los castigos, quien los transformó en las dos grandes piedras que se hallan al borde del abismo.

Historia

De los tiempos coloniales

Hasta aquí la ficción, lo mítico. Ahora vamos a ver lo histórico o verdadero.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. - Usted es el'abogado, el bachiller español Martín Fernández de Enciso. ¿No es cierto?

- Sí, señor. Y fui socio del primer gobernador de la costa norte, mi paisano Alonso'de Ojeda, y compañero del descubridor del Mar del Sur, Vasco Núñez de Balboa. Estoy aquí para ser­ virle.

- Gracias, señor bachiller. Queríamos preguntar.le qué puede decirnos acerca de la historia del maíz en ese territorio.

- ¿Poca cosa, sabe? Lo único que puedo decirle es que hacia el occidente de Cartagena comían los indios pan de granos de maíz molido , y que facÍan . dello buen pan que es de m.ucho man­ tenimiento.

- Pan que hoy llamaríamos arepa.

Seguramente. Y desta misma harina, cocida en calderas y tinajas grandes de barro y con mucha agua, facÍan Jambién vino para beber, que era un vino de mucha substancia, bueno y de buen sabor.

- Lo que llamaban ellos chicha.

- Eso mismo. Y los _cristianos que estaban en esa tierra usaban tambren dello, y decían que era la mejor cosa de las de allá, y uno podía aguantar trabajando el día entero s in comer dello dos veces. Eso es lo único que puedo decirle acerca del maíz.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. - Mil gracias, señor bachiller. Perdone que ha­ yamos interrumpido su sueño de ultratumba, pero queríamos saber de sus propios labios eso que habíamos leído en distintos autores.

Del mismo modo desenterramos al historiador Joaquín Acosta, quien nos dice:

Los indígenas proveían el campo de todo gé­ / nero de mantenimientos como patatas o papas, auyamas, maíz, fríjoles, yuca y otras raíces, y sabrosas frutas .

- Hay quienes dicen que los aborigenes enterraban a sus muertos con algunos de esos comestibles.

- Yeso es verdad. En algunos lugares y de modo especial en el Zenú o Sinú, como se dice hoy, enterraban al lado de 'los muertos algunas vasi­ jas con chicha y otras bebidas fermentadas, maíz en grano y piedra para molerlo. Creían ellos que en la otra vida también tendrían que comer y beber. Después de esto había borrache ra y el duelo continuaba mientras hubiera qué beber.

Mientras hubiera chicha.

- Desd,e luego.

- Pero en el territorio nacional se conOCla el maíz con otro nombre.

- Sí , señor. Nues tros naturales lo llamaban ába y cara en otr os lugares. En México lo llamaban

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. tlaolli. La palabra maíz es originaria de la isla de Haití, en el océano Atlántico.

Eso fue lo que nos dijo el historiador Acosta.

Vamos a entende:r:nos ahora con otros dos his­ toriadores quienes dejan, por algunos momen tos , sus sepulcros, para contestar nuestras preguntas.

- ¿Qué nos cuenta usted, doctor Arrubla , sobre la historia del maíz, en nuestra patria? Sabe­ mos que usted ha investigado mucho al res­ pecto.

- Bueno, algo. Pero sucede que es muy poco lo que dejaron escrito los cronistas e historiado­ res de las épocas de La Conquista y de La Colonia, en las que empieza propiamente la historia de nuestro país. No obstante, si mi amigo, el doctor Henao , me ayuda es posible que entre los dos podamos relatarle, por lo menos, lo fundamental. No , ¿doctor?

- Claro que sí. y lo haremos con mucho gusto.

- Mil gracias, doctor. Lo que SI les rogamos es el favor de· perdonar que ...

- Por eso no se preo.cupe, que esas cosas son para l\osotros sumamente gratas. Le diré, entonces, que el principal alimento de los aborígenes era el maíz. En algunos· lugares recogían hasta dos cosechas por año.

- ¿Dos cosechas?

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Sí, señor. Naturalmente en los climas cálidos. r.os naturales pilaban el grano para preparar la chicha en morteros o pilones de madera y para hacer el pan o arepa, lo humedecían y molían en piedras. ~I 1 - Lo pilaban o lo molían en piedras. Muy intere­ sante . .. - Sí , muy interesante. Y lo utilizaban también en la preparación de otros alimentos: cuchuco, mazamorra y bollos.

- Como se hace actualmente.

- Más o' menos. Solo que hoy se dispone de ciertos componentes como la cuajada y la mantequilla, que no eran conocidos por los naturales y que ahora se emplean en diferentes alimentos a base de maíz. Pero me parece que- el doctor Hellao tiene otras cQSas que decir.

- Pocas, doctor Arrubla. Agregaría apenas que los naturales careClan de herramientas para sus cultivos.

- y que para esto se valían de instrumentos de madera o piedra.

- Exactamente. Y pese a la falta de mayores cono­ cimientos y mejores técnicas,. obtenian casi siempre magníficas cosechas, porque los terre­ nos eran todavía fértiles.

- De veras que ellos no utilizaban los abonos. 22

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. - No eran entonces necesarios. Lo que sí utiliza- ban era el riego y, en los terrenos inclinados, • las terrazas. Esto, naturalmente, en algunos lugares.

- Bien, doctor Henao. Perdone ahora una pregun­ ta: ¿Desde cuándo empezaron a usar las herra­ mientas?

- Desde la llegada de los españoles. Poco después del descubrimiento, los españoles empezaron a introducir ganado vacuno, que era desconoci­ do en nuestro país, y con él algunos instrumen­ tos de labranza, como el arado de chuzo y distintas herramientas: hacha, machete, aza­ dón, pala, etc.

Dicen que el maíz es onglllario de América. Quisiera saber si esto es así y cómo se propagó a las demás partes del mundo.

- Eso se lo puede-decir el almirante.

- ¿El almirante?

- Sí, el descubridor de América, Cristóbal Colón. Hable con él. Mírelo. Ahí está_

Bien. Me da mucha pena, senor almirante, pero sucede que .. _

- Ya sé de qué se trata. Los estaba escuchando y resolví abandonar mi fosa para venir a compla­ cerlos.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. - Cómo le agradezco tanta gentileza, senor al­ mirante. Perdone que ...

- No tenga cuidado. Era mi deber. Le diré, enton­ ces, que cuando descubrí la isla que llamé Fer­ nandina, en honor delReydeEspaña, mi generoso protecto r, observé cómo uno de los naturales que salía a mi encuentro en una especie de canoa, traía un trozo de su pan y supe por él que se ' hacía del fruto de una planta a la que di el nom­ bre de panizo. Nadie, en la parte de la tierra hasta entonces conocida, había visto esta planta. ¿Qué deduce vuesa merced de todo esto?

Qué el maíz es originario de América- y que ...

- j Exactamente! Fernandina fue la segunda entre las tierras que descubrí en este primer viaje. La primera fue Gunahaní, a la que denominé San Salvador.

- Según eso, ¿usted fue igualmente el descubridor del maíz?

Sí, señor. Y también de otras muchas plantas. Bueno, de los granos de aquel panizo envié algunos a España donde se reprodujeron, que era maravilla. Al principIO lo llamaron trigo de las Indias, por haber sido fallado en las tierras que yo había descubierto y que se cono­ cieron, por entonces, con el nombre de Indias Occidentales. De allí pasó a Italia y después a Francia. Y ansí se fue propagando por todo el mundo. ¿Queda vuesa merced satisfecho con lo dicho?

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. - ¡perfectamente! ¡Muchísimas gracias!

y ahora una explicación: El contenido de este diálogo, que fue un simple sueño, vino a resultar rigurosamente histórico, impresionante mente cierto.

De los tiempos recientes

El sistema aborigen de quemar la maleza y las rozas ha continuado, desafortunadamente, en algu­ nos lugares hasta nuestros días, con frecuencia, siñ razones suficientes que lo justifiquen .

. La introducción del arado de madera, llamado igualmente de chuzo, y de las primeras herra­ mientas, en \ 19s años del descubrimiento por los españoles, mejoró naturalmente las condiciones del cultivo, pero su aplicación se perpetuó por algo más de 400 años, sin modificaciones aprecia­ bles. Solo hacia la primera mitad de este siglo -Siglo XX- ante la necesidad de obtener mayores rendimientos con menos trabajo y con menos costo, se iniciaron los cultivos con arado metálico y con tractor, sin que el arado de chuzo dejará de ser útil en algunos lugares.

Por este mismo tiempo, y con el mismo fin, se empezó a efectuar el análisis de los terrenos, la aplicación de abonos y fertilizantes, el riego y la selección y mejoramiento de semillas. Vale la pena anotar que los aborígenes habían establecido, desde antes del descubrimiento en algunas regio­ nes, el riego en las tierras y el cultivo en terra­ zas.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Con los adelantos de la técnica es posible que en pocos años más, la mecanización total de la agricultura, el mejoramiento de las tierras y de las semillas, y el control de las enfermedades y las plagas sea una patente realidad a todo lo ancho y largo de Colombia.

El Ministerio de Agricultura primero y después con la ayuda de la Fundación Rockefeller -Estados Unidos-, inició en 1950 programas de mejora­ miento de semillas de alta calidad en las granjas establecidas por el gobierno en diferentes lugares del país.

Desde 1970 se viene cultivando, en los climas calientes de Colombia, una excelente variedad conocida con el nombre de maíz opaco . Por con­ tener lisina y triptógeno, elementos importantes en la nutrición, esta semilla se coloca por encima del maíz común y la asimila, en cons iderable proporción, a la carne, la leche y los huevos.

Tal circunstancia fue tenida en cuenta por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, para la elaboración de un recetario de cocina con maíz opaco, aplicable, desde luego, a cualquiera otra variedad o híbrido.

En 1973, el doctor Michael J. Wolf -Estados Unidos- descubrió en el maíz primitivo Coroico, procedente de Bolivia, que la aleurona situado inmediatamente debajo de la cutícula u hollejo que envuelve el grano, . es sumamente gruesa, por tener cuatro o más capas contra una, que es lo ordinario. Esta ventaja lo hace superior a los 26

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ·, Los aborígenes habían establecido el riego y el cultivo en terrazas. demás mal ces y al mejor de los trigos, puesto que la aleurona es la que contiene la vitamina B y la proteína de mayor calidad.

En los granos de este maíz se encuentra, ade­ más, una considerable cantidad de lisina, anti­ cuerpo que disuelve o destruye las células orgá­ nicas perjudiciales para la salud.

El reciente descubrimiento facilitará a los me:" joradores de maíz un material de condieiones nutritivas jamás imaginadas .

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Paisaje de tierras árida!!

Montículos bermejos y jarales enanos. Incansables ventarrones aullan en los hosctls boquerones y sacuden los recios helechales.

iDesolación eterna! Los maizales raquíticos escarban los peñones, pidiendo en vano jugo á los terrones resecos de los míseros eriales.

Chozas desmelenadas por el viento, canijos habitantes. de la altura, tediosa claridad del firmamento.

y enferma de aridez el agua misma por escapar al sol que la tortura, entre las grietas ;i vidas se abisma. , Gonzalo Restrepo Jaramillo.

I

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. PRIMEROS PASOS

Los mejores suelos

El maíz se desarrolla más o menos bien en todos los suelos. Pero los mejores son los francos, li­ vianos o sueltos, lo mismo que los areno - arci­ llosos.

Lo fundamental consiste en que el suelo sea fértil y en que dispongá de la humedad indispen­ sable.

Cuando no se ofrecen estas condiciones es pre­ ciso suministrárselas en el momento oportuno y en la cantidad adecuada.

La aridez o carencia de fertilidad puede resultar de lo siguiente:

10. JDel estado del suelo q.ue carece de todos o de ~ algunos de los elementos nutritivos para las plantas o de no contenerlos en la debida pro­ porción.

20. Del empobrecimientQ de las tierras por la in­ . tensidad de los culÚvos y por la mala cos­ tumbre de las quemas. 30. Del exceso o de la escasez de humedad. . 29

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 40. De la erosión debida, or..dinariamente, a la falta de técnica en los cultivos.

50. Por la siembra seguida de un mismo cuitivo en el mismo suelo.

Cuando esto ocurre, hay que remediarlo median­ te la aplicación de abonos o fertilizantes y la r técnica en el cultivo par'a evitar la erosión.

Esto, en cuanto a la fertilidad de los terrenos. En cuanto a la forma, los suelos húmedos y planos son, naturalmente, los mejores: facilitan la meca­ nización de los cultivos, impiden la erosión y ,'1 conservan por más tiempo los fertilizantes y abo- nos.

Desventajas del trabajo manual agrícola

El laboreo con instrumentos manuales impues­ to , a veces, por la condición quebrada o pendiente de la mayor parte de las tierras, no es el más aconsejado, entre otras cosas, por las siguientes razones:

la. Porque requiere un esfuerzo y un agotamiento ' físicos que no corresponden al rendimiento al- . canzado .

.2a. Porque es lento, exige mucha manQ de- obra y. , con frecuencia, el trabajo de algunos ani- males, lo que hace costosas. lasI cosechas, por ' cuanto al valor de la mano de obra es preciso agregar el sostenimiento de los ani-

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. males que ocupan, necesariamente, una con­ siderable extensión de tierra útil para el cul­ tivo .

3a. Porque el poco rendimiento en el trabajo. y el alto costo de las cosechas así obtenidas, no resiste la competencia con los que se dedican a una labor agrícola ·mecanizada......

Estas son algunas de las causas por las cuales el agricultor de pocos recursos se va empobre­ ciendo cada día más.

Ventajas de la mecanización agrícola

Al contrario del laboreo manual, la mecaniza­ ción de la agricultura ofrece las siguientes ven­ tajas.

la. Ejecuta en un -solo día el trabajo de muchas personas .

2a. Disminuye el esfuerzo humano y evita el tra­ bajo costoso de los animales.

3a. Disminuye, igualmente, los costos y aumenta apreciablemente las ganancias.

Buscando soluciones

Cuando hablamos de mecanización agrícola mu­ chos de nuestros lectores pensarán que esto no resuelve el problema de los agricultores de pocos

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. recursos, y, menos aún, el de los que cultivan terrenos quebrados. Nosotros creemos que no es imposible, y para solucionarlo proponemos la asociación. Lo que una sola persona no puede hacer, lo hacen, sin lugar a dudas, cincuenta, cien, doscientas o todas las de la vereda o el municipio.

El tractor con su equipo de arado, guadañadora, rastrillo, sembradora, etc. puede prestar, con una buena organización, el servicio, no solo para sus dueños, sino para todos o casi todos los de la comunidad. Y como puede obtenerse a plazos, él mismo da, acaso, más de lo indispensable para· el pago de las cuotas. Y hasta es posible que los mu­ nicipios puedan comprarlO solos o en colaboración con los vecinos para el trabajo de su gente. Esto, en cuanto se refiere al laboreo en las tierras planas y en las de una inclinación poco sensible. Para las quebradas, el problema es más complicado, pero no imposible. Habría que empezar por el arado de vertidera o por intro­ ducir reformas a ciertas herramientas, como el arado de madera o de chuzo o por idear una ma­ quinaria apropiada. Los ingenieros mecánicos y los agrónomos pOdrían realizar esta labor, natu­ ralmente, con la ayuda del Estado. Pero nada de esto es posible sin la unión veredal e iriterveredal y menos si los agricultores de es­ casos recursos siguen marginados, si continúan al lado del camino esperando al que nunca vendrá. La cosa es participando; es dando, pero exigiendo. y ante esto solo existe una alternativa, una sola: asociarse o morir. 32

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Actividades anteriores al laboreo

Antes de empezar el- laboreo de la tierra ha y que atender a cuatro cosas:

la. A la limpieza del terreno

2a . Al despastizado.

3a. Al despedregado y descepa o destronque.

4a. Al desmonte del terreno selvático.

La limpieza es necesaria en terrenos descam­ pados, para cortar y picar la maleza o el rastrojo, a fin de enterrarlos después con el arado.

) }?ara tales fines se utiliza, según las 'tircuns- _ tan~ias o del calabozo o de la peinilla, llamada igualmente machete, o del machete de pico. Cuando la maleza es muy baja y tupida, además de la pei­ nilla, se usa el gancho o garabato de madera, para levantarla ligeramente del suelo y evitar que aquella sufra desperfectos en el filo o corte al chocar contra las piedras.

El despastizado consiste en cortar y recoger los pastos, o en hacer pastar los ga ados en el terreno que ha de cultivarse, en especial, cuando es alto y muy abundante, o cuando puede obtenerse, de este modo, alguna utilidad complementaria: La hoz o la guadañadora son los instrumentos in­ dicados para este fin.

33 2 CULTIVO y UTILlZACION DEL MA IZ

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. El despedregado y destronque tienen por obje,to retirar las piedras y los troncos de los árboles derribados, para que no dañen las máquinas o para que no impidan o estorben su manejo.

Si el terreno fuere' selvático será preciso rozar. En este caso, primero se hace la socola que con­ siste en cortar la maleza y los arbustos o árboles de poco grosor. Para esto se utiliza la peinIlla o el machete de pico. Después viene la derriba que consiste en tumbar los árboles de mayor tamaño, cosa que se efectúa con el hacha.

Este procedimiento, aunque poco económico, se utiliza', de ordinario, en lo s terrenos de escasa extensión, y, sobre todo, en los de una inclinación considerable, por no permitir el empleo de las máquinas.

Gancho

C____ -4.-~ ~--- . LJ H~ Peinilla

Herramientas para la limpi~za del terreno. 34

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. r Para los terrenos planos y extensos se aconseja la guadañadora mecánica y la derribadora y des­ troncadora.

La guadañadora mecánica se engancha al tractor. Con ella se cortan los rastrojos y demás malezas, lo mismo que el bosque bajo de ,consistencia ar­ bustiva. Pero antes es preciso proceder al des­ tronque y al despedrado de que se ha hecho men­ ción.

Guadañadora mecánica.

La derribador a puede tum bar y des raizar, al mismo tiempo, toda suerte de , árboles. Natural­ mente estas máqUinas solo se utilizan en terrenos planos y en los de una inclinación poco sensible.

Pero no todo hay que destruirlo. Conviene con­ servar los árboles, de alguna utilidad alimenticia, ornamental, maderable o medicinal. Y si fuere el caso, sembrar algunos para evitar la erosión, la sequedad de las aguas y el empobrecimiento de las tierras. .

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Análisis del suelo

El cultivador de maíz tiene que saber tres cosas que son fundamentales: . -

la. La cantidad de materia que contiene el suelo.

2a. El nitrógenb (N), el fósforo (P) y el potasio (K) que tiene el suelo, o mejor dfcho, su fer­ tilidad.

3a. El grado de acidez (PH) que indica la cantidad de cal indispensable.

Esto se determina mediante el análisis natural o el análisis químico del suelo.

Análisis natural

- El análi sis natural se hace observando la consis­ tencia y el color del su~lo · y el estado y color de las plantas.

De los suelos escasos o carentes de cal se dice que son ácidos.

Entre estos se cuentan los demasiado arenosos; los muy arcillosos o gredosos, duros. o pesados de color amarillento, y los sueltos de consistencia polvosa y color oscuro. En estas tierras el carre­ tón o trébol es escaso y abundantes los helechos. En las tierras ácidas, el maíz no se desarrolla'o su rendimiento es relativamente insignificante. I 36

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. La falta de nitrógeno ocasiona plantas pequeñas o raquíticas de color amarillento. Las mazorcas son también pequeñas y escasas. En las plantas frutales, las hojas tiernas y los renuevos o retoños frecuentemente se deforman o mueren. El exceso de este fertilizant~ produce crecimiento rápido y vigoroso en las plantas, pero el rendimiento es nulo o escaso, pues.$e van en vicio. Esto se remedia agregando cal al suelo.

Cuando hay escasez de fósforo, las hojas presen­ tan un color rojizo, las plantas crecen lentamente y las mazorcas y los granos resultan pequeños. La falta de potasio da origen a plantas delgadas, las hojas se arrugan y doblan hacia abajo, presentan manchas negras o amarillentas y las puntas suelen secarse. Los granos del maíz se arrugan y se que­ dan pequeños. De lo dicho puede deducirse fácilmente que el anáJisis natural requiere bastante experiencia y una observación poco común, fuera de que no per­ mite determinar con precisión la cantidad de los fertilizantes que es preciso aplicar al suelo. Por eso es más aconsejable el análisis químico.

Análisis quími~co Este análisis, que t,ambién se llama de fertili­ dad, indica la cantidad de sustancias nutritivas que tiene el suelo, lo mismo que sus deficiencias. El análisis de fertilidad hay que hacerlo por lo menos cada 2 añós y antes de las fertilizaciones o abonamientos.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Para e.sto debe hacerse lo siguiente:

lo. Hablar en la oficina más cercana con uno de los· técnicos de la Caja Agraria o de INCORA o de las Secretarías de Agricultura o de las Agencias o Centros de Extensión del ICA, quienes facilitarán una caja de cartón o una bolsa, junto con las éorrespondientes instruc­ ciones, sobre la manera de tomar la mues­ tra. Ellos mismos pueden dar las indicaciones ­ del caso.

20. Si no se' enc.ontrare el técnico, escribir al \ Laboratorio de Suelos, Apartado Aéreo 233, Palmira, Valle, solicitando la información correspondiente.

30. Tomar la muestra de acuerdo con las ins­ trucciones recibidas, y ~ntregarlas en uno de los centros o de las extensiones del ICA con el valor correspondiente, o enviarlas por correo con un cheque de 'gerencia por dicho valor. Cheque de gerencia es el que lleva '!a firma del gerente del banco donde se tiene la cuenta, como garantía de que es válido. . . . El análisis químico se hace también en los la- boratorios de las facultades de Agronomía y en algunos otros de propiedad privada o particular y debe practicarse no solo en la iQjciación de Jos cultivos, sino cada vez que se observe una con­ siderable disminución en las cosechas, ojalá cada - 2 años.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. A falta de información, uno mismo puede tomar las muestras. Para el efecto_ se procede así:

10. Las muestras deben tomarse por lo me~os de 10 puntos distintos, a lo largo y ancho del terreno.

20. Se limpia cada uno de estos puntos en una extensión de unos 30 centímetros y con un barretón o una pala se abre yn hoyo de 20 centímetros de lado por 20 de profundiáad.

30. Con la misma herramienta se rebana, desde la boca hasta el fondo; una tajada de tierra " de 3 centímetros de grueso que se revuelve cuidadosamente y de ella se toma una cantidad de tierra equivalente a la décima parte de una \ libra, es decir 50 gramos. Se revuelven las 10 muestras y se depositan en una caja o en una bolsa. Con e-sto se tiene una muestra comun que corresponde a la capa vegetal, al suelo.

/

Hoyos para las muestras. Los números indican los puntos donde han de abrirse los hoyos. 39

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Hecho lo anterior, se cierra la bolsa o caja y se le pega una tira de papel con los siguientes datos:

10. Nombre de la finca, si lo tuviere o al menos el de la vereda.

20 . Nombre y apellidos del propietario.

30. Nombre del municipio y del departamento.

40 . Temperatura media.

50 . Número del lote, si lo tuviere.

60 .,. Suelo o subsuelo, según la clase de la mue"Stra.

- ' Con esto queda l~ muestra lista para ser entregada o remitida al laboratorio:- Sin embargo habría que agregar a la bolsa o caja otra tira con la siguiente leyenda:

Señores Laboratorio del ICA. Palmira, Valle. Para análisis de fertilidad. Enviar los resultados al remitenle, al muni­ cipio anotado.

En forma semejante se procedería al utilizar los servicios de los demás laboratorios.

Los fertilizantes

De acuerdo con el resultado del análisis, puede aplicar al terreno una de las fórmulas siguientes:

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. la 8-12-10, la 10-10-15, la 10-30-10, la 12-12-10, la 12-24-12, o la 12-36-10, que se encuentran en los almacenes de la Caja Agraria y en los demás de artículos agrícolas.

Pero, ¿qué significan estas fórmulas? Para sa­ berlo hay que tener en cuenta que los fertilizantes pueden ser simples y compuestos.

Los fertilizantes simples constan de un solo elemento: nitrógeno, fósforo o potasio. Los com­ puestos constan, al mismo tiempo, de los tres. LOS números indican la proporción en que se hallan dichos elementos. La fórmula, 10-30-10, indica, por ejemplo, que' de cada 100 partes del compuesto, 10 son de nitrógeno, 30 de fósforo y 10 de potasio. La 12-24-12, tiene, según esto, 12% de nitrógeno, 24% de fósforo y 12% de potasio. Lo demás ,es ma­ terial de relleno.

Hay terrenos que carecen solo de alguno de estos elementos. Al 'aplicarles una cualquiera de las fórmulas compuestas, se gasta más dinero del indispensable, toda vez que al elemento nece­ sario se agrega el valór de los demás, lo que resulta antieconómico.

En casos como este, se aplica únicamente el elemento que se necesita.

Ocurre, con frecuencia, que una misma finca tiene partes que, a la simple vista, pueden apre­ ciarse como fértiles en todo sentido, y partes totalmente estériles. En este caso, conviene tomar muestras separadas de estas partes y enviarlas

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. al análisis en cajas o talegos igualmente separados, para saber qué es lo que a cada una de ellas, pre­ ferencialmente, debe agregarse.

Aplicación de los _fertilizantes

( Existen varias formas: al voleo, en "corona, en _ inyección, a chorrillo, por aspersión y a máquina. Aquí solo habla-remos de las que se aplican al cultivo del maíz, a saber: la de -corona, la de cho­ rrillo ~la mecánica.

/ . / / . ~,>./ ~ , ,~, \, '" -~ , ... -"" / / / / I \ / ( - I \ -~... 'f\ :f, I , , I }, / \ .... , / \ '" / _...... / '- / / / - / / ,'1"''/ C~\ \ J (~( /' -.,/ \ . / , ,. -- / / " Fertilización en corona.

La de corona se aplica sobre el suelo a la pri­ mera desyerba, alrededor de cada una de las matas y a unos 6 centímetros de ellas.

La de chorrillo se aplica, como la de corona, a la misma distancia, pero' en una zanja de 3 a 5 centímetros de profundidad y en línea recta, a lado y lado de las matas. 42

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. l' / / / l' / "-t' /f /~ , / / / / l' ./ / / l' / / / / / / / / / / / / / /~ / / /'" / / //1- / / / / / l' / / / / / / / l' / / / / / l' / /~ / /f' / / // /~ / / / / ./ . / / / / / / / / / / / " / I';:q' / /~. / / / / / I'''''f / , / / / ' l' ,

Fertilización a chorrillo.

Estas fertilizaciones pueden hacerse simplemen­ te a mano o sirviéndose de un trasplantador.

La de máquina va, como -la de chorrillo, a lado y lado de las hileras, a 3 o 5 centímetros de pro­ fundidad y a 6 del pie de las matas. Para el efecto se gradúa la máquina de modo que dé la distancia y la profundidad correspondientes. Esta es la más aconsejada para la fertilización en grandes planta­ ciones de terreno plano o de poca inclinación.

La fertilización a máqúina puede hacerse al momento de la siembra con una fertilizadora sembradora. También puede hacerse' al momento de la desyerba con una distribuidora de fertili­ zantes que se gradúa de modo que las líneas o zanjas queden a 10 o 20 centímetros del pie de las matas, para evitar que pueda quemarlas el ferti­ lizante. 43

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Una fórmula que puede aplicarse con buenos resultados al momento de la siembra es la 20-20-0. Puede hacerse a chorrillo o en corona a una pulgada, es decir, a unos 3 centímetros de la se­ milla, para evitar que la queme el fertilizante. Por cada mata solo se aplica lo que pueda cogerse en la yema o punta de los dedos.

A los 35 o 40 días se hace una segunda fertili­ zación a 15 o 20 centímetros, o sean, seis u ocho pulgadas, que será, entonces, la longitud de las raíces. Pero esta -vez se utilizará solo nitrógeno en la forma de sulfato de amonio, nitrato de amo­ nio o urea.

Abono orgánico

Se da el nombre de abono orgánico al que se prepara con estiércol, hojas, ramas o yerbas, desperdicios de cocina o de otras fuentes, basuras y calo ceniza.

La aplicación se hace, ordinariamente, en el momento de la preparación de la tierra, para que quede enterrada o revuelta con la misma. Pero tamb-ién puede hacerse al tiempo con la siembra en cada hoyo, si esta se hiciere a mano, o en la línea que forman las matas, si se hiciere mecá­ nicamente.

El abono orgánico es indispensable, sobre todo, si la calidad del suelo indicare escasez de mate- ' ria orgánica. 44

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Preparación del abono orgánico El sistema indore es el más aconsejado. La preparación comprende los siguientes pasos:

10. Se alista rama, yerba, pasto, basura, frutos dañados, desperdicios de cocina, estiércol de toda suerte de animales, cal a.pagada o ce­ niza de horno o de fogón, agua y tres palos o trozos de guadua del tamaño de los que se utilizan en cercas de alambre.

20. Se limpia y empareja una extensión del suelo de unos 6 metros de largo por 4 de ancho que se divide a lo largo en 2 partes iguales.

30. Sobre una de las partes se clavan ligeramente los tres postes, en fila y a un metro de distan­ cia, entre uno y otro.

Disposición del suelo para preparar el abono orgánico.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 40 . Sobre esa misma parte se coloca una capa compuesta de ramas, yerbas, basuras y demás residuos, de unos 20 centímetros de espesor o grueso, que se pica con la peinilla o el ma­ chete de pico. Esta capa se rocía abundante.,. mente con agua. 50. Encima se riegan de modo que cubran toda la capa unos 2 kilos (cuatro libras), de calo de ceniza o una mezcla de ambos materiales. 60. Sobre es~o se extiende una capa de estiércol de unos 5 centímetros de altura. 70 . Esta capa se rocía con cal apagada o ceniza, corno ya se dijo. De aquí en adelante se repiten los pasos ante­ riores, en el orden indicado, hasta la altura de los postes, o solo hasta donde lo permitan los ma­ teriales disponibles. •

para el volteo

Aspecto aproximado del montón. 46

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Terminada la labor se sacan los postes dejando abiertos los huecos, para facilitar la ve.tfilación de los materiales. Si se llegasen a tapar los huecos habría que volver a meter los postes por la fuerza hasta obtener el resultado requerido.

No es necesario completar la altura del, montón d~ una sola vez: puede emplearse hasta una sema­ na.

El montón debe regarse en tiempo de verano con alguna frecuencia, para que no se reseque.

El ,yolteo • Se practica al mes y consiste en descargar el montón sobre la otra mitad del espacio, de modo que la parte de encima quede debájo Esta opera­ ción se hace con- palas o con uñas metálicas, sin nuevas aplicaciones de ninguno de los materiales, dejando libre el lugar anteriormente ocupado, para hacer, si fuere el caso, otro montón.

, Un mes más tarde, el abono así preparado y lue­ go de esperar que se enfríe y de mezclar muy bi'en los componentes con la pala o el azadón, estará listo para ser aplicado a 'la tierra al iniciar el laboreo, al momento de la siembra o algún tiem­ po después.

Si s'e hiciere al iniciar el laboreo, ser,á preciso regarlo sobre la superficie, para enterrarlo des­ pués con ' el arado o con la herramienta que se utilice 'para la conveniente y ' adecuada remoción del suelo.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Si se hiciere al m{)mento de la siembra, la má­ quina se encargará de aplicarlo junto con la se­ milla. En las siembras a mano se aplicará con la semilla en el mismo hoyo que, en este caso, será, naturalmente, más profundo.

La aplicación, después de la siembra, se hará regándolo en torno de las matas en cualquier mo­ mento y, preferiblemente, antes de la floración y después alguna desyerba.

++++++

El árbol

En ti puse la fe, y esa esperanza que tan alegre levantó su vuelo, como esas hojas tuyas de alabanza que se abren llenas de pi.edad al cielo.

y he visto embelesado cómo alcanza tu verde fronda el suspirado anhelo de elevación, y entre la azul bonanza, tus racimos de estrellas desde el suelo.

Bajo tu sombra levanté mi techo para poder aprisionarte el alma de fragancia y de paz contra mi" pecho.

y como eres canción en mi parcela, serás también en mis fatigas calma, y en el sueño final, mi centinela.

Elisio Rodríguez R. 48

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. PREPARACION DEL TERR,ENO

Con instrumentos manuales

La arada tiene por objeto romper o remover la capa vegetal o parte superior del suelo, • En cualquier clase de "terreno, especialmente en los muy inclinados O pendientes, esta operación suele hacerse con arados cuya tracción o arrastre se realizª con bueyes o mulas,

En los terrenos planos o en los de poca pen­ diente la tracción se efectúa, ordipariamente, con instrumentos mecanizados,

El arado primitivo o de chuzo, es de madera, y todavía se usa en algunos lugares, pero se ha venido ree'mplazando exitosamente por el metálico de vertedera,

Hay arados de vertedera de una o de dos mance­ ras, Cualquiera de los dos resiste la fuerza de dos yuntas de bueyes, Estos arados son, pues, más resistentes que el arado de chuzo y penetran con más facilidad dentro del suelo,

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. En los terrenQ.;i de poca extensión se prepara con frecuencia con la azada, la pala o el zapapico, o se desyerban simplemente con el azadón.

Ar.ado de vertedera

Arados de arrastre animal para tierras quebradas.

Trasplantador /? CJ~

Pala de hombros o de ~ volteo

VAzadón

Herramientas mam,ales para laboreo de tierras.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ Con instrumentos mecánicos

En los terrenos planos y en los de poca incli­ nación, sobre todo si son bastante extensos, el laboreo se hace utilizando el tractor común. o el tractor de oruga · llamado, igualmente, buldózer.

A cualquiera 'de estos tractores pueden engan­ charse guadañadoras, arados mecánicos, rastri­ llos, emparejadoras, sembradoras, etc.

El tractor de oruga desarrolla una fuerza supe­ rior al de llantas, puede trepar por terrenos bas­ tante- inclinados y cruzar acequias o zanjones de alguna consideración.

Dirección que sigue el tractor con su arado en un terreno rectan­ gular. 51

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Otros instrumentos mecánicos para el laboreo del suelo son los siguientes:

El rastrillo que sirve para trozar y desmenu­ zar la . maleza guadañada. La rastra de discos ejecuta muy bien este trabajo.

El 'subsolador, que se utiliza para romper, cuan­ do se presentare, la capa dura del subsuelo, con los tres fines siguientes:

10. Para que penetren el aire, la humedad y algu­ nos otros elementos que contribuyen al me­ joramiento de las tierras. » 20. Para facilitar la penetración de las ralces.

30. Para que escurra el agua sobrante del riego artificial y de las lluvias.

La profundidad puede ser ·de 40 a 50 centíme• tros, según la dureza o impermeabilidad del suelo y la distancia, entre 50 centímetros y 2 metros.

El arado que puede ser de tracción animal o de tracción mecánica. De los primeros ya se dijo lo indispensable. Entre los segundos figuran el de discos, el de cinceles o ganchos y el re­ versible.

Todos son recomendables, pero hay que gra­ duarlos de modo que la labor sea de 15 a 20 centímetros de profundidad. Después debe ras­ trillar se, a fin de desmenuzar los céspedes y los terrones. 52

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Esta labor se hace con cualquier rastrillo, entre los que se cuenta el de dientes o púas.

El arado rastra de discos, ejecuta, a la vez, las dos operaciones. Este, el de cincel y algunos otros trabajan en línea espiral. -

El arado reversible puede dar la vuelta al llegar a uno de los extremos del lote, como los de chuzo, para regresar al punto de partida ejecutanto idén­ tica labor.

Hay un arado reversible ~ manual de doble man­ cera o manija. Trabaja con motor de A.e.p.M. o de gasolina, en tierras sueltas, quebradas o pla­ nas.

El arado reversible manual se utiliza en peque­ ños cultivos y se le puede adaptar una desyerba­ dora pequeña y algunos otros instrumentos de labor.

La niveladora o emparejadora, que tiene por objeto emparejar las tierras, para disminuir los altibajos y evitar el enc}1arcamiento de las aguas . . Las hay de diferentes tipos, todas ellas de tracción mecánica.

Avenamiento

Este es necesario para evitar la erosión de los terrenos inclinados y para dar salida al agua so­ brante del riego o la lluvia. Se requiere también para desecar pantanos y para determinar el curso de las corrientes de agua después del laboreo.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Las zanjas o canales deben abrirse a través de la pendiente con un desnivel no mayor de un metro por cada cien de longitud y de unos treinta centímetros de boca por veinte de base y veinte o trein ta de profundidad.

Pueden abrirs~ con la zanjadora mecánica, con la de tracción animal o con el arado de chuzo. Si fueren de poca extensión pueden · abrirse con la pala común o con la de volteo.

y ahora una gran noticia: ACaba de -iniciarse en Colombia el desarrollo mecánico agrícola.

En la granja del lCA en Tibaitatá, a pocos kiló• metros de la capital de la República, funciona un taller de mecánica donde algunos ingenieros han perfeccionado un aparato que permite enganchar varios instrumentos agrícolas, como arados de cinceles, rastrillo de discos, sembradoras de maíz, soya, alverja y trigo; cultivadora y carreta para el transporte.

El aparato, que ha recibido el nombre de om­ nicultor, puede ser arrastrado por bueyes o por mulas y sirve para el laboreo en terrenos planos y quebrados.

Con este equipo los costos pueden reducirse a 440 o 540 pesos por hect-ªrea, en vez de los 1.600 que es el costo normal. .

Con esto se resuelve apreciablemente el proble­ ma del laboreo en las tierras quebradas que no permiten el uso del tractor motorizado.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. El equiP9 ha sido diseñado para un agricultor de 6 u 8 hectáreas en adelante. Los de predios menores no pueden gozar de sus ventajas debido al costo. Sin embargo, podrían asociarse dos, tres o mas cultivadores para hacer frente a la situa­ ción.

Allí mismo han perfeccionado, para enganche 'al tracto"r motorizado, .2 nivelador:as agrícolas, de 2 con 40 y 4 !,l1etros de anchura y un rastrillo espe­ cial que reduce los costos. ++++++

El tractor

Ya no serán los bueyes con su arado los que rompan la tierra providente: será el tractor que, prodigiosamente, cruce la estepa y-el feraz collado.

Ya no estará el barbecho desolado, porque habrá de cubrirlo la simiente cultivada con alma reverente por un pujante corazón honrado.

Pasaron esos tiempos y ese modo de recoger el pan de cada día con tan clásico y rústico acomodo.

Ya lo recoge la sabiduría tras un radiante florecer del lodo y un maduro trigal de poesía,

Elisio Rodríguez R. 55

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. La roza La preparación del suelo en las tierras selvá­ ticas suele constar de la tala de la malez4 y la derriba de los árboles. Esta es la roza que se deja secar para prenderle fuego cuando se acercan las lluvias.

En el caso de simple maleza o barzal, la limpia se hace con peinilla o con machete de pico.

_En los terrenos planos o de poca inclinación, la labor puede hacerse más bien con la desmalezadora - y trituradora que corta maleza menuda hasta de 10 centírp.etros de grueso.

La sierra cortadora derriba y reduce a trozos los árboles destinados al aserrÍo o la leña y facilita , la limpieza del suelo.

Esta sierra consta de un poderoso motor de ca­ dena cortante y ligera con 2 manijas o empuñaduras para su fácil manejo.

Estas sierras pueden utilizarse en terrenos que­ brados y planos.

La quema

Este es uno de los sistemas menos aconsejados para la limpia de ias tierras, porque destruye las hojas, la broza o zamote y demás, elementos orgá­ -nicos que forman la capa vegetal o fecundante del suelo. 56

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Por eso solo se puede aplicar en las rozas con mucho, ramaje o con gruesa capa de broza, y esto si las tierras se dedican por primera vez a los cultivos.

La mayor parte de las máquinas agrícolas se mueven por medio del tractor. Solo a unas pocas puede aplicarse la tracción animal o, simplemen­ te, la fue rza del hombre.

++++++

El agricultor

Iba agitando jubilosamente la sonrisa de luz de la mañana, y acariciando la tostada frente con la frescura de la paz serrana. y la lluvia de perlas de su frente se fue tornando en floración temprana sobre el surco, y en pan y en clara fuente del gran recuesto de la vida humana. Anochecía. Se marchó a su techo, y el bramido del toro del barbecho se columpiaba en la imponente roca: y entró al amparo de la dulce calma con un cielo de estrellas en el alma y 'Un rumor de canciones en la boca.

Elisio ROdríguez R.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CULTIVO

Los climas

Para el cultivo del maíz hay que atender al clima, ·a la especie de semillas y a la forma del cultivo.

Para el cultivo, el clima comprende cinco zonas: la. La cálida o caliente, que va de O a 600 me­ tros sobre el nivel del mar.

2a. La caliente moderada, de 600 a 1.200 metros.

3a. La media, de 1. 200 a 1. 700.

4a. La fría modera.da, de 1. 700 a 2.200.

5a. La fría, de 2.200 a 2.700.

Más arriba de 2.700 metros, la producción es poco económ~ca. - Las .semillas Las semillas pueden ser mejoradas y comunes o criollas.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Son comunes las que resultan del maíz no so­ metido a modificaciones de ninguna especie, y mejoradas, las del maíz que sí ha recibido algunas modific aciones.

Las semillas comunes solo han de utilizarse cuando no se puedan conseguir las mejoradas, pues con es~as se obtiene mejor calidad, 11layor rendImiento y mayor resistencia contra las in­ temperies, las enfermedades y las plagas.

Cuando sea preciso utilizar semillas comunes deben tomarse de los mejores maíces de la co­ secha anterior, y de 4~stoS los de las mejores mazorcas y mejores. ) I granos.

Una cosa importante ha de saberse, y es que las semillas pro·cedentes de un dete-rminado clima, no se desarrollan bien en otro, y que el rendi- . miento, si es que se logra, es escaso. Esto sucede con las semillas mejoradas y con las comunes. Pero es posible que se aclimaten.

Las semillas mejoradas comprenden las varie­ dades y los híbridos. Su determinación requiere tres cosas: la. El nombre de la oficina que la produce: RO­ COL (Rockefeller Colombia); DIACOL (De­ partamento 'de Investigación Agropecuaria de Colombia, antes ROCO¡"); ETO (ÉstaCión Tulio ' Ospina), e ICA (Instituto Colombiano Agro­ pecuario). Algunas, como la Rocol ya no fi­ guran en las lÍstas, con todo, las anotamos a modo de información. . 60

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2a. La letra qu~ indica la variedad (V), o el hí• brido (H).

Las variedades resultan de la selección y cultivo de las mejores semillas de una misma especie durante varios cultivos o generacio­ nes y los híbridos, del cruce o pOlinización de dos o más especies.

3a. Los números, que dan el orden, correspon­ dientes a la variedad o al híbrido, según el color y el clima que les corresponde, así:

Del 101 al 150, maíces amarillos para clima cálido o caliente. Del 151 al- 200, maíces blancos para clima caliente. Del 201 al 250, maíces amarillos para clima caliente moderado. Del 251 al 300, maíces blancos para clima caliente moderado. Del 301 al 350, maíces amarillos para clima medio. Del 351 al 400, maíces blancos para .clima medio. Del 401 al 450, maíces amarillos para clima frío moderado. Del 451 al 500, maíces blancos para clima frío moderaqo. Del 501 al 550, maíces amarillos para clima frío. Del 551 al 600, maÍc.es blancos para clima frío.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Primero va el nombre de la oficina, luego la letra de la variedad o del híbrido y, después, el número de orden.

Algunas variedades e híbridos no siguen este sistema por haber aparecido antes o por pertene­ cer a otro país. De ahí los llamados maíces, Venezuela, Perú, Bolivia, Méjico, etc.

Importancia de las semillas mejoradas

Los maíces criollos o comunes adolecen de va­ rios defectos:

10. El rendimiento, ordinariamente, es escaso: una mazorca pequeña por caña, a veces, mal cubierta. Algunas cañas no dan fruto.

20 . Poca resistencia a los cambios de tempera­ tura o a las plagas y enfermedades.

30 . Plantas y' mazorcas demasiado altas y cañas débiles y torcidas.

> Los maíces mejorados ofrecen, a la inversa, las siguientes ventajas:

la. Son de alto rendimiento: dos o más mazorcas grandes por caña y granos bien dispuestos-; sanos y parejos.

2a. Mayor resistencia al ataque de las enferme­ dades.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 3a. Cañas fuertes y de altura uniforme e igual, lo que los hace resistentes al volcamiento y facilita la recolección por medio de má­ quina.

Tenemos, pues, que los mejores maíces resul­ tan de las var iedades y los híbridos.

Las variedades Para obtener variedades mejoradas existen dos procedimientos: autofecundación y selección.

Para la selección se procede así:

10 . De la mata más robusta y sana se coge la me­ jor mazorca.

20 . De esta se toman los mejores granos que se siembran a 300 metros o más del resto del cultivo, a menos que se retarde 20 días la siembra en los climas cálidos y 40 en los fríos, a fin de evitar el cruce.

30. De ese cultivo se escoge o selecciona la mejor mata,' de ella la mejor mazorca y de esta los mejores ·granos que se siembran como queda dicho. El procedimiento se puede continuar todo el tiempo que se quiera.

Puede trabajarse, a la vez, con razas o con especies distintas, separando, naturalmente, una de otra y de las demás que forman el cultivo.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Se da el nombre de línea a la forma o cualidad que permite distinguir una mata de otra: mazorca grande, caña corta, resistencia a las plagas y en­ fermedades, etc.

Para que se produzcan lo s granos es preciso que el polen o polvillo de las flores caiga sobre el cabello de la panoja, envoltura o capacho del zuro o tusa.

La autofecundación consiste, entonces, en cruzar dos o más líneas de una misma variedad regando el polen de una de ellas sobre el cabello tierno del capacho de otra. En este caso se obtiene lo que se llama variedad sintética.

La semilla que proviene de una variedad mejo­ rada se puede volver a sembrar, lo mismo que la de esta, y así coñ todas las demás, sin que esto disminuya el rendimiento o la calidad de las co­ sechas. Y la selección puede suspenderse o seguir su curso en forma_ permanente, a fin de obtener nuevos y, cada vez, mejores resultados.

Los híbridos

Resultan del cruce entre dos o más razas o -espe- cies o entre dos o .más variedades diferentes.

El híbrido comercial se obtiene cruzando cuatro líneas de cuatro variedades diferentes: primero dos de ellas, luego el resultado de este cruce con . otra línea o variedad, etc. 64

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Los híbridos ofrecen mayores rendimientos que las variedades, pero la semilla que se obtiene de ca da cosecha no se puede volver a sembrar, porque con la repetición de las cosechas va per­ diendo aquellas ventajas.

Este hecho no constituye ningún inconveniente, puesto que es posible obtener la semilla indis­ pensable en determinados sitios que indicaremos adelante.

Con los híbridos ha sido posible obtener un aumento en la producción hasta de un 25%. De modo que donde se producen 100 cargas con se­ milla cprriente, pueden producirse 125 utilizando la obtenida por hibridación.

En Estados Unido"s se ha logrado producir, en esta farma, hasta 10 millones de toneladas más que con la semilla corriente. Este país gastó en la campaña de hibridación unos 5 millones de dólares, pero obtuvo. un rendimiento de 750 mi­ llones en un solo año.

Centros y estaciones experimentales

La preparación de las variedades y los híbridos está a cargo de los Centros y Estaciones Expe­ rimentales, establecidos por el ICA, en deter­ minados lugares del país. Los particulares también pueden hacerlo, supervisados por el mismo Ins­ tituto.

65 3 CULTIVO y UTlLIZACION DEL MAIZ

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Para se'millas de tierra caliente, es decir , de O a 600 metros sobre el nivel del mar, se ha estable­ al cido el Centro Experimental de Turipaná en Montería , Córdoba., que produce las variedades ~ híbridos al siguient es: Rendimiento por hectáreas Tiempo de Nombre vegetación Color y tipo del grano I Kilos Cargas • en días ICA H-253 4 .000. 36 140 Blanco fino DIACOL V-153 3.368 31 125 Blanéo capa harinosa ICA H-154 4.0'00 36 140 Blanco 'fino i lCA V-Úl6 3 .500 32 90 Amarillo fino. 3 cosechas 'al año I DIACOL H-I04 3.822 35 120 Amarillo fino ICA H-200 3.800 34 140 Amarillo fino ICA V-I05 3-. 500 32 130 , Amarillo fino. Ligera capa harinosa ICA H-207 4.000 36 130 Amarillo fino. Ligera capa harinosa Para clima caliente moderado, de 600 a 1.200 metros. Centro Experimental de Palmira, Valle . DIACOL H-253 5.000 · 45 145 Blanco fino. Ligera capa harinosa DIACOL V -254 6.900 63 150 Blanco . Capa harinosa ICA H-255 Opaco 4.000 36 145 Blanco opaco ' IDIACOL V- 206 5.000 45 125 Amarillo fino ICA H-207 5 .000 45 I 145 Amarillo fino IlCA H-208 Opaco 4.000 36 145 Amarillo opaco ICA H-209 , 6.000 54 145 Amarillo fino ICA H-210 6.800 62 145 Amarillo fino enano.

Los kilo~que se dan son por hectárea en maíz desgranado. Las cargas, en este caso , son de 110 kilos también en maíz -desgranado. El maíz opaco contiene , en apreciable cantidad , dos aminoácidos, la lisina y el triptófano,que le dan un inmenso poder alimenticio.

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Para semillas de clima medio , o de 1.200 a 1. 700 metros sobre el nivel del mar , se tiene el Centro Experim ental, Tulio Ospina, en Medellín , Antioquia , con las variedades e -híbridos siguientes:

Rendimiento por hectáreas Tiempo de Nombre vegetación Color y tipo del grano Kilos Cargas en días

DlACOL V-351 3.500 32 165 Blanco fino DlACOL H-352 4 .500 41 155 Blanco fino Variedªd ETO 4 .500 41 165 Amarillo fino ICA l'1-302 5.000 45 160 Amarillo fino .~ DlACOL VETO 3.500 32 165 Amarillo fino .. -- --

Para semillas de clima frío moderado, o de 1. 700 a 2.000 metros sobre el nivel del mar, se dispone de la Estación Experimental de La Selva,en Rionegro , Antioquia, que produce las variedades e híb'ridos siguientes: ..

DIACOL H-451 4.500 41 235 Blanco fino DIACOL H-452 6.000 54 235 Blanco fino DIACOL H-401 4 .500 41 230 Amarillo fino

~ ICA H-452 5 .000 45 235 Blanco fino

'"~

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ Para semillas de clima frío , o de 2 .200 a 2.700 metros sobre el nivel del mar , se cuenta con el Centro Experimental de Tibaitatá, en Mosquera , Cundinamarca, que produce las variedades e híbridos siguien tes:

Rendimiento po' hee~'~iTiempo d, Nombre I I vegetación Color y tipo del grano Kilos I Cargas en dlas I • I DIACOL H-451 5.500 50 300 Blanco fino ICA V-552 4 .000 36 320 Blanco fino. Para el Depto. de Nariño ICA V-554 5.500 50 320 Blanco fino . Para el Depto. de Nariño ICA V-503 5.200 47 310 Blanco fino • ro ICA V-553 5.200 47 310 Blanco fino ICA V-554 5.500 50 320 Blanco fino DIACOL H-501 5.000 45 300 Amarillo harinoso ICA V-503 5.200 47 310 Amarillo hari!l0so DIACQt.. V-502 4.500 41 300 Amarillo harinoso DIACOL V-551 4 . 500 41 300 Amarillo harinoso ICA V-553 5.200 47 310 Blanco fino ICA V - 504 6.000 54 300 Amarillo harinoso ICA V-505 6.000 54 J 240 Amarillo harinosó

En Turipaná se obtuvo una variedad precoz , la ICA V-I06, para rotar con algodón en la costa norte. produce aproximadam.ente 3 toneladas por hectárea, algo más de 27 cargas, con un tiempo de vegetación que no alcanza a 100 días, y de mucha resistencia contra el verano .

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Entre los maíces cuya semilla hemos an,otado figuran el ICA H-208 y el ICA H-255. Estos maí• ces , propios del clima caliente moderado, c on­ tienen el doble de lisina y un 67% más de triptó• fano que los híbridos comunes. Se trata / de ali- mentos básicos proteicos que se encuentran en la carne, la leche, los huevos y algunos otros productos. Esa alta cantidad de proteínas ofrece una gran resistencia contra las enfermedades in­ fecciosas , impide el retardo físico y mental de la niñez y evita algunas dolencias por desnutri­ ción, c omo.la pelctgra, el kwashiorkor y el ma­ rasmo .

Con cualquiera de estos maíces pueden prepa­ rarse los mi,smos productos alimenticios que se hacen cQn maíz común, solo que no dan el grano duro, indispensable para la mazamorra antioqueña y el cuchuco de Boyacá y dé Cundinamarca.

Dónde obtener la semilla

Los centros y estaciones experimentales que hemos indicado, se encargan de facilitar la semilla o al menos, de indicar el sitio donde puede com­ prarse. Esto último pueden hacerlo, igualmente, los extensionistas y los técnico·s agrope,cuarios.

Por lo regular se qa a la venta en los almace­ nes de la Caja Agraria y en algunos otros de propiedad particular. ·Pero, a fin de evitar posi­ bles engaños, es preciso comprar solo la cer­ tificada por el ICA. Esta es una garantía de la legitimidad y de la bondad de la semilla.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. La siembra En los terrenos de mucha inclinación se hace, naturalmente, a mano. Para esto se utiliza el chuzo o bordón de madera que suele llevar en la punta inferior un regatón de acero para que pene- tre con facilidad en el suelo. .

. En los terrenos planos o de poca inclinación se utiliza más bien la sembradora mecánica que puede engancharse al tractor y que hace el trabajo de centenares de hombres.

Para evitar la .erosión, la siembra, en las tie­ rras inclinadas, se hace a través de la pendiente y en la dirección de las aguas, en las tierras planas.

Cuando se hace a mano, la distancia entre surco y surco y entre mata y mata puede variar entre 60 y 80 centímetros. En este caso, se aplican, tres granos de maíz y uno de fríjol, si se quiere ut.ilizar, a la vez, este cultivo.

En la siembra a máquina, la distancia entre surco y surco puede ser la misma, pero entre mata y mata, que será solo de un grano, tendrá que ser aproximadamente, de 20 a 30 centímetros .

.La mayor o menor distancia entre los surcos y entre olas matas depende, principalmente, de la fertilidad de los terrenos: a mayor fertil~dad, me­ nor distancia y, naturalmente, a menor fertilidad mayor distancia. Y esto, por la simple razón de 70

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ' / / y / / . . \ / <'-1 '//...r - --\\. J~ ~~.~

Siembra a chuzo. Tres granos por mata.

/

Siembra a máquina. Un grano cada 20 o 30 centímetros.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. que en los terrenos de poca fertilidad, las plantas necesitan más espacio para obtener el alimento requerido.

La profundidad puede ser de 2 a 3 centímetros, aproximadamente.

Por cada hectárea se requieren ent~e 12 y 15 kilos de semilla.

Si la siembra se hicieré en cuadro o en triángulo, cosa que suele ocurrir 'en terrenos de mucha i!1clinación y altibajos, pueden depositarse hasta­ cuatro granos por hoyo.

El raleo y lá resiembra

En la siembra a máquina puede ocurrir que algunas matas queden demasiado juntas. En este caso habrá que arrancar las sobrantes. Esto es lo que se llama el raleo. Es necesario para evi tar que las restantes carezcan del alimento indispen­ sable, lo _que daría cañas débiles y mazorcas es­ casas.

Tanto en la siembra a mano como a máquina pueden faltar algunas matas, especialmente pQr los largos veranos. Sería conveniente reponerlas. Esto, que es la resiembra, se haría apenas broten de la tierra las maticas. De lo contrar.io se re­ tardaría la maduración de las mazorcas que po­ drían resultar con pocos granos al no lograrse una adecuada polinización.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Las desyerbas

El maíz requiere de dos a tres desyerbas, según la fertilidad del suelo y la rapidez con que se de­ sarrollen las malezas. Pueden hacerse a mano, con matamalezas y con máquina.

Las desyerbas a mano se hacen con machete, con pala o con azadón. Resultan fatigantes y, con frecuencia, costosas. Las que se hacen con matamalezas son más rápidas y menos penosas . Y tienen, además, la ventaja de que destruyen las yerbas sin ,instru­ mentos manuales ni mecánicos, y sin hacer daño alguno en las plantas. Pueden hacerse dos apli­ caciones: la primera antes del nacimiento de las plantas, que recibe el nombre de pre-emergente, y la segunda o post-emerg~nte, cuando tengan dos hojas y no después. 'Para la aplicación pre-emergente puede usarse el matamalezas, 2, 4 D al 40%. Se disuel ven tres cuartos de galón, o sean, tres litros, en tres­ cientos de agua; o galón y medio, es decir, cinco y medio litros en cuátrocientos de agua. También pueden utilizarse otros matamalezas, como el premerge, en la proporción de diez li­ tros por cuatrocientos de agua, o como el ges­ tuprín, en la misma proporción. La antracina, a razón de dos kilogramos por hectárea, puede servir también como post-emer­ gente, si se le agrega un medio por ciento de aceite mineral.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Para la aplicación de los matamalezas existen tres procedimientos: el de espaldera o bomba ma­ nual , el de bomba de tracción o arrastre y el de aspersión por avioneta.

Para las pequeñas plantaciones, el primero es, naturalmente, el más aconsejada; para las de diez o mas hectáreas de terreno más o menos plano, el segundo, y para las grandes plantaciones, el tercero.

El matamalezas puede mezclarse, en algunos casos, con insecticidas. De este modo se obtiene doble beneficio y se reduce el costo de aplicación. Pero es bastante arriesgado, pues las mezclas mal hechas {) mal dosificadas pueden ocasionar grandes pérdidas.

Los post-emergentes para el maíz no se pueden usar cuando hay siembra combinada, con plantas de hoja ancha como el fríjol. .

Precauciones para la aplicación del matamalezas

Se reducen a las tres siguientes: la. A evitar" hasta,.donde sea posible, que el ma­ tamalezas caiga sobre las plantas de cultivo, y sí sobre las yerbas.

2a. A que se aplique caminando en dirección del viento, para evitar que el operario o trabaja- 74

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. gor respire alguna parte del producto o entre en contacto con él, pues los matamalezas sue­ len ser · peligrosos para la salud. Se eyita el peligro con la utilización del equipo de fumi­ gaciones y espolvoreo de que hablaremos más adelante.

3a. A lavarse después del trabajo todo el cuerpo, si el matamalezas hubiere caído, aún en míni• ma cantidad sobre cualquiera de sus partes. Las ropas deben cambiarse y solo pueden ser utilizadas nuevamente cuando se hayan la vado.

La desyerba manual

Se aconseja únicamente para los terrenos que­ brados.

Utiliza, según las circunstancias, la peinilla o machete, la pala o el azadón.

El cultivo a machete tiene lugar principalmente en las rozas selváticas y consiste en tumbar la maleza cada vez que sea necesario: dos o tres veces.

En los demás casos se utiliza la pala o el aza­ dón y mejor si pudiera hacerse a machete: la pala y el azadón favorecen la erosión de los te­ rrenos.

Ordinariamente solo se requieren dos opera­ ciones: la desyerba y el aporque, o la palia y la trapalia, como dicen en algunas partes.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. La desyerba consiste en retirar la yerba de los surcos o hileras que forman las plantas, para depositarla a lo largo de las calles, es decir, en los espacios que median entre surco y surco. Esta yerba ha de cubr-ir se con una ligera capa de tierra, para que se pudra 'Y se convierta en abono.

La desyerba o palia se hace, ordinariamente, cuando las plantas tienen entre 10 y 15 centíme­ tros de altura.

El aporque tiene lugar cuando las plantas tengan' entre 70 y 80 centímetros y consiste en aplicar sobre los surcos la maleza ya podrida que se había depositado anteriormente en las calles.

La última desyerba tiene lugar, si fuere el caso, un poco an tes de la floración.

La desyerba mecánica Solo es indicada para tierras planas o de poca inclinación. Se hace con una cultivadora que, además de dientes o cuchillas, cuenta con discos o vertederas que al?lican la tierra a los surcos.

Existen también pequeñas cultivadoras de trac­ ción animal, que realizan el trabajo de unos cinco obreros.

El riego La sequía y endurecimiento de las tierras por la inclemente acción de los veranos suelen oca-

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. sionar grandes pérdidas en los cultivos. Esto se evita, en buena parte, con el riego, q4e puede ser de inmersión, de zanja o acequia y de asper­ sión.

El más aconsejable es, naturalmente,' el de inmersión, por empapar mejor el suelo y por dePositar soore las tierras fertilizántes de dis­ tinto orden. Lamentablemente solo puede ponerse en práctica en los terrenos planos que dispongan de abundante agua y de facilidades para este fin. Consiste en trancar o en bombear el agua, para que inunde los terrenos 2 o 3 veces durante el cultivo, por 6 o 12 horas, según la sequía del suelo y la intt:"!nsidad de los veranos.

El mas práctico, aunque no suficientemente eficaz, es el de zanja. Esto último, porque no siempre es posible conducir la humedad a donde se requiere, sobre todo si· el terreno es quebrado. Consiste en llevar el agua ' por acequia de poco desnivel, 1%, a fin de trancarla en los puntos más aconsejados, para que desborde y corra sobre los terr.enos todas las veces y todo el tiempo que se considere necesario.

Esto, en las tiérras más o menos planas . En las de una inclinación bastante notoria, la zanja de conducción o de' abasto debe ir de arriba hacia abajo, y las de riego, a través de la pen­ diente, para que sigan la dirección de los surcos a fin de evitar la erosión.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. El riego de aspersión puede utilizar la avione­ ta, la lluvia artificial y la bomba de motor o la fuerza producida por el desnivel de la corriente.

El de avioneta resulta poco práctico por lo cos­ toso. El agua conducida en tanque por la avioneta se deja caer sobre el cultivo en forma de lluvia.

El de lluvia artificial consiste en provocar la lluvia naturál, lanzando con aviones sobre cieFtas nubes yoduro de plata o anhídrido carbónico sólido (nieve carbónica o hielo seco). Las lluvías que produce el sistema pueden cubrir grandes regiones. Pero el sistema es costoso y no siempre posible.

El de bomba, que es el más efectivo, se vale de una bomba de motor, o de la fuerza producida por- el desnivel, para conducir el agua a presión por una tube"ría, debidamente acondicionada que la distribuye en chorros de menudas gotas sobre el plantío. El E;!quiPc> completo se obtiene en los almacenes de maquinaria agrícola. -

En las plantaciones pequeñas, la falta de agua puede suplirse con la que se extrae, a veces, de la tierra, por medio de pozos artesianos o molinos de viento .

Para subir el agua de lugares profundos a depósitos de riego situados a considerable altura, se utilizan los arietes y las bombas de motor.

Los arietes son eficaces y de un costo bastante re.dpcido. 78

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. El riego debe hacerse por la mañana, .ojalá antes de que salga el sol, o por la tarde, después que se oculte y, preferencialmente, por la no che y es porque el agua al entrar en contacto con el suelo, que ha sido calentado por el sol, eleva la temperatura de este, cosa que es perjudicial para las plantas. En tiempo frío debe regarse en las horas del día.

++++++

I Mi machete

Como buen calentano a la cintura su angosta funda diligente ligo y entre mi fronda de esperanzas sigo tras sus relámpagos de lumbre pura.

Campanita de luz, su voz fulgura como el sol matinal. Yo lo bendigo _ de corazón como a mi noble amigo de acento dulce, pero de alma dura.

Por él mantengo siempre mi labranza libre de abrojos y con ese brío que el esplendor de la hermosura alcanza.

No será entre mis manos arma ruda: será herramienta del feraz plantío que al débil presta su amorosa ayuda.

Elisio Rodríguez R. Gachetá, Cundinamarca.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. •

I CONTROL. DE PLAGAS Y ENFERMEDADES

.'

Control directo de plagas

Entre las plagas que hacen daño al maíz se cuentan algunos insectos, aves y mamíferos.

Insectos

La langosta es la peor de todas las plagas. Afortunadamente hace muchos años que no se presenta en nuestro país. Pero como eso no significa que haya desaparecido de la tierra, diremos algo en relación con tan funesta plaga, ante la posibilidad de que pueda hacerlo algún día.

Es aproximadamente del tamaño de un grillo. Vuela en tal cantidad que da la sensación de un a nube. Cuando cae sobre lo s cultivos los destroza totalfnente en el término de pocas horas . Su acción devastadora puede cubrir el territorio de naciones enteras.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. En los pequeños cultivos es posible evitar la acción

En la mayoría de los casos es preciso recurrir al Effusan 3436, llamado también polvo amarillo por contener dinitro-orto-cresol del 10%.

Otro langosticida es el Hexaclorociclohexano, conocido, igualmente, coil el nombre o número 666 . Y, finalmente, el Gesarol langosticida, que contiene del 5 al 10% del producto DDT .

Todos estos langosticidas se aplican, ordina­ riamente, con máquinas especHlles.

Dada la considerable extensión que va ocupando la langosta en sus correrías y los inmensos es­ tragos que produce, la destrucción de esta plaga co rresponde más bien al go bierno, por ser el único que puede disponer de los dineros nece:sa­ rios.

Los chapules y lqs cucarrones. Contra estas plagas se utili zan varios productos. Unos son granulados y sirven como cebos, como el SebÍn. Otros son emulsionados, como el EndrÍn y el Toxafeno. Y otros, polvos secos ú polvos moja­ bIes. Entre los primeros se cuenta, además del Edrín, el Cottondust, y entre ~os segundos, el Clordano y el DDT . Estos productos se utilizan, igualmente, contra otras plagas de las que habla­ remos a continuación. 82

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. El gusano cogollero. Como su nombre lo indica, corta el cogollo de las matas. Se combate con SebÍn. PM: 1 kilo disuelto en 400 litros de agua por cada hectárea. Sirve también el Dipterex 80 y el Cebicid granulado. Del primero se . aplican de 800 a 1.200 gramos disueltos en 400 litros de agua por ca~a hectárea. El segundo se aplica en los cogollos en la proporción de 22 kilos por cada hectárea.

Se utilizan, igualmente, el Telodrex o el Alarex: medio galón, Cérca de dos litros PO); hectárea, o uno cualquiera de los indicados contra los cha­ pules y lo s cucar rones . Se puede utilizar también el Cebicid granulado: 2 kilos por hectárea.

Los gusanos ejército, que invaden los campos en agrupaciones nu~erosas, se comen las hojas de las plantas hasta la nervadura central. Contra esta plaga se utiliza el Toxafeno, o el AldrÍn en paivo emulsionable o mojable en la forma que in­ diquen las correspondientes instrucciones.

Los grillos se combaten tam bién con cualquiera de estos productos.

La hormiga arriera corta las hojas para trans­ portar sus despojos a los hormigueros. Esta plaga se combate aplicando en los caminos o en las bocas de las viviendas, Bisulfuro de carbono. En es~e último caso, deben humedecerse antes los hormigueros derramando en las bocas algunos litros de agua. Se utiliza también el DDT con un 10% o más del producto activo.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Otros plaguicidas, igualmente eficaces pero de menos poder destructivo, son el Cianuro cálcico, , el Cianuro potásico o sódico y el Hiperclorito cálcico.

"' El pulgón verde del maíz, ataca el tallo y las hojas, especialmente cuando esca~ean las lluvias o falta el riego. Se combate quemando los ras­ trojos y conservando libre~ los cultivos de o"tras gramíneas donde pueda establecerse est.a plaga.

Entre los productos químicos que la combaten se cuentan el kerpsene y el Solu-jabón de 2.5%. Con cualquiera ."de estos productos se fumigan o rocían los cultivos.

Mast'¡cadores de la raíz

El gusano cortador, conocido también con los nombres ' de rosquilla, de cuerudo y de tierrerQ, corta de noche las matas pequeñas, hacia la raíz, y se oculta entre la tierra al amanecer. Se combate con Aldrín al 2.5% o con Heptacloruro también al 2.5%. Se aplican 70 kilos de cualquiera de ellos por hectárea, espolvoreándolos sobre el suelo.antes de la siembra.

A cambio de los anteriores, puede utilizarse, después del nacimiento del maíz, Toxafeno DDT 40-20. Para cada hectárea se aplican 2 litros del produéto en 400 de agua.

La chiza, la babosa y el berningo, que atacan la raíz y producen apreciables daños en las planta- 84

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ciones, se combaten con cebos como el Sebín . La babosa, que es propia de tierras ácidas se combate aplicando al t~rreno cal apagada. El producto se riega sobre el suelo entre las 5 y las 6 de la tarde en cantidad prudencial.

Masticadores del grano

"La isoca del maíz es un gusano que perfora el capacho y ataca los granos tiernos. Se combate espolvoreando 2, kilos de Criolita, que es un compuesto de Fluoruro de aluminio y sodio, re-" vuelto con 1 kilo de talco. Se aplica al cabello de la mazorca cuando este se ha desarrollado 2 o 3 veces aon intervalos de 10 días. Esta plaga también puede combatirse aplicando, en la misma forma, una mezcla de 1 kilo de Arceniato de plomo y 3 de cal apagada. Otro tratamiento consiste en aplicar cual­ quier aceite fino en la parte superior de la espiga o capacho, valiéndose de un cuentagotas que se in­ troduce unos 5 a 6 centíme~ros, aproximadamente la mitaa del cuentagotas, si la mazorca fuere gran­ de, y unos 3 o 4 centímetros, si fuere pequeña.

Para las plantaciones de considerable extens)ón se utilizan aparatos especiales que permiten una aplicación mucho más rápida.

La rotación de los cultivos por 2 o 3 años y las aradas profundas contribuyen a la destq.lcción de esta plaga.

El gorgojo del maíz es, después de la langosta, el insecto que causa más estragos. Ataca el grano

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. \ seco en la mata y en los graneros o depósitos. Se combate principalmente en estos lugares. Cuando lleguemos a . este punto indicaremos los' respecti­ vos tratamientos.

Las· hormigas de la semilla se comen el grano en el suelo antes de nacer. Se combaten revol­ viendo la semilla con AldrÍn en polvo del 2.5%, a razón de 10 gramos por cada kilo de semilla. Esta semilla no puede utilizarse én la alimentación porque el AldrÍn es venenoso.

la. Cada vez que las circunstancias lo permitan conviene atenerse a lo que dice la etiqueta o rótulo que va con cada producto sobre do­ sificación y precauciones.

2a. No siempre los daños causados por las plagas y enfermedades justifican el gasto que supone la compra y aplicaciól). de los productos.

3a. La intoxicación o envenenamiento por mata­ malezas, langosticidas y demás productos, no siempre produce sus mortales efectos de un momento a otro. A veces dura días y hasta meses.

Entré los síntomas o señales se cuentan desva­ necimientos y mareos.

El antídoto o contraveneno, para muchos casos, consiste en la aplicación de Atropina inyectable, previa consulta con. el médico. 86

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Los roedores y otros mamíferos Los que atacan el maíz se reducen a las ratas o ratones y a las ardillas.

Los micos y los zorros son también animales terriblemente dañinos para el maíz.

Contra las ratas puede utilizarse la Warfarina o el Ibys 150 o la Pivalina al 5%, que son tóxicos también para el hombre y los animales domésti­ cos. Con frecuencia se prefiere el empleo de tram­ pas o de gatos.

Contra los micos, los zorros y las ardillas lo más aconsejado es el cuidandero y la escopeta.

Las aves

Entre las que más atacan al maíz se cuentan los papagayos, los loros, los toches y los bababuyes. El cuidandero y la escopeta son los tratamientos adecuados.

El espantapa)aros, que ingenuamente se emplea en algunos lugares, ha resultado al fin ineficaz. En ' Holanda, sin embargo, se ideó últimamente un es­ pantapájaros automático a modo de cañón, cuyos disparos pueden graduarse de manera que ocurran a espacios comprendidos entre 3 segundos y 5 o más minutos, según las circunstancias. Hay dos tipos: uno de 68 centímetros de l~rgo por 50 de al­ to, y otro de 1 metro con 50 centímetros de largo por 55 centímetros de alto. Ambos funcionan con

87

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. carbonato de cal natural, llamado igualmente Calcita. El segundo funciona también con gas propa­ no o butano. Están provistos de un depósito ci­ líndrico que puede contener material para 15.000 explosiones, y puede funcionar ' de día y de noche cada 5 minutos, y durante dos meses seguidos, , con la misma carga.

La piedra de chispa que produce la detonación ha de cambiarse cada 4· o 5 días.

Con este aparato , que se utiliza ya en otros paí• ses y que funciona por varios años seguidos a un costo relativamente bajo, pueden reducirse los destrozos de las aves y los roedores de un 80% que caüsaban a solo un 10%.

Con idénticos fines se hace uso en el departa­ mento del Huila de tubos de guadua que se perforan de tal modo que el paso del viento produce cierto ruido de alguna consideración.

Control indirecto de plagas

Es el mismo control cultural. La remoción del suelo, mediante aradas o desyerbas, pone al des­ cubier.to ciertas plagas, como la isoca y los gusa­ nos cortadores que mueren, ordinariamente, al ser enterrados, o a causa de la acción de las aves o de los agentes atmosféricos, como e11río, el ca­ lor o la luz.

La rotación, o cambio de lugar para los culti­ vos por 2 o 3 añós, permite la destrucción de nu- 88 • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. merosas plagas, entre ellas la isoca, al retirarles el alimento apropiado.

La acción de los herbicidas y la resistencia de algunas variedades de maíces es otro procedimien­ to que vale, asimismo, contra las enfermedades, en especial las producidas por las intemperies, como las heladas.

Cómo evitar las intoxicaciones • Los plaguicidas y los matamalezas, como ya se dijo, suelen ser venenosos para las personas y los animales domésticos.

Las personas pueden evitar serios trastornos y aún la muerte teniendo en cuenta estas precaucio­ nes:

la. No deben guardarse esos productos en los graneros, ni en la despensa, ni en los dor­ mitorios o alcobas.

2a. Deben mantenerse bien tapados y nunca al alcance de los niños ni de los animales do­ mésticos.

3a. No revolver tales productos con la mano y evitar el contacto directo, con ellos. Para el efecto se utiliza un palo cualquiera.

4a. No debe aspirarse el vapor o la neblina que resulten de la fumigación o del espolvoreo. Se aconseja fumigar caminando hacia atrás en contra del viento.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 5a. No debe comerse ni fumarse mientras duren la mezcla y aplicación de dichos productos. Al comer deben lavarse detenida y cuidadQ­ samente las manos.

6a. No deben destaparse los tarros y demás en­ vases con los dientes, ni arreglar la boquilla de la fumigadora con la boca.

7a. Es preciso enterrar los envases en que se depositaron esos productos.

." Ba . Cuidado con preparar los matamalezas o los plaguicidas en o cerca de los aljibes, las ma­ nas, los ríos y demás corrientes o depósitos de agua.

9a. Lavar bien el equipo utilizado en cada apli­ cación, pero a prudente distancia de los de­ pósitos y corrientes de agua. lOa . Bañarse, ojalá con agua tibia y jabón todo el cuerpo y cambiar de ropa después de la apli­ cación. lla. Conviene evitar el contacto de los plaguicidas y matamalezas con los pastos y suspender su aplicación 20 días antes del pa~toreo o de la recolección de las cosechas.

12a. Utilizar todo el "equipo de fumigaciones y es­ polvoreo como s e indicará adelante. 90 ."

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Equipo para fumigar y espolvorear El equipo consta de los siguientes objetos:

Overol o vestido externo, ojalá impermeabl e ~ que solo se utilizará durante las aplicaciones.

Careta de fumigador para evitar que el polvo o el vapor puedan penetrar por la boca o por la nariz.

Guantes de caucho para evitar el éontacto de las manos con los productos.

. Botas de caucho para evitar el contacto con los pies.

Protector impermeable para la espalda y los hombros. Se consigue en el comercio.

Instrumentos para fumigar

Los hay desde l,os más simples o rudim~ntarios hasta las máqUinas y los aviones. - Se requieren el mezclador que, riaturalmente, puede ser reemplazado por cualquier vasija, y al­ gunos otros instrumentos para el trabajo manual en esta clase de actividades.

Entre los instrumentos espolvoreadores manua­ les se cuenta el de tarro con perforaciones reduci- 91

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. das en la base, el de bolsa o talego de tela o de \ anjcl) metálico fino y el de fuelle .

/' El" fuelle tiene un dispositivo especial donde s e deposita el producto.

Estos instrumentos pueden ser utilizados sola­ mente en pequeños cultivos.

Las plantaciones medianas requieren, desde luego , equipos de .mayor capacidad, c omo la fumi- • gadora esp~ldera.

Para los cultivos de gran extensión y de terre­ nos planos se utilizan pulverizadores de tracción o arrastre animal · o mecánico, como los que se emplean para árboles frutales .

Enfermedades

Las más comunes y capaces de producir mayor perjuicio son las sigu1entes:

El tizón o helminthosporium maydis. Es un hongo que quema las hojas; destruye a veces las plantas tiernas, ataca la mazoI:ca y mata el embrión. Las principaies fuentes de infección son las esporas o semillas que conduce el viento desde las matas o las plantaciones enfermas. El clima cálido y húmedo es el más adecuado o propicio: Los fungi- . cidas son poco eficaces y resultan, además, cos­ tosas. Algunas variedades de maíz son resistentes a la infección. 92

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. La roya del maíz. Existen, por lo menos , tres especies: puccinia soghi schw, puccinia pOly sora underw y angiopsora zeae mains. Contra cualqui'e­ ra de estas enfermedades se dispone actualmente de numerosas variedades e híbridos bastante r e ­ sistentes, . Resulta, entonces, que lo único aconsejado con ­ tra las enfermedades anteriores es la utilización de híbridos o variedades resistentes. ¿Cuáles? En los Centros y Estaciones Experimentales lo indican.

Perjuicios por los cambios de temperatura

Las heladas. Dos teorías suelen exponerse. La primera sostiene que son producidas por dos he­ chos:

El primero consiste en que el vapor de agua suspendido en la atmósfera o parte del cielo que rodea la tierra , suele convertirse en menudas gótas. Est1ls pueden pasar, por la acción del frío, del estado líquido al sólido, transformándose así en hielo, debi o a que la temperatura en las tierras frías desciende dos, tres, cinco o más grados bajo cero, cuando el cielo se )1alla completamente des­ pejado.

Este cambio, aunque no se crea, produce una cantidad de calor que puede sancóchar y quemar los cogollos y las hojas.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. El segundo consiste en la propiedad que tlene el agua de aumentar el tamaño o volumen al pasar, igualmente, del estado lÍqu!do al sólido. De este modo puede reventar el tejido de los vegetales, es decir", la materia de que se componen los cogollos y las hojas.

Según esta teoría, las heladas resultan del calor· que sancocha_ y quema los cogollos y las hojas y que proviene por -el paso del agua del estado líquido al sólido; y del aumento que se opera en la savia por el,mÍsmo hecho y qué revienta "el te­ jido de los vegetale-s.

La . segunda teoría diee que la intensa evapora­ ción, ocasionada por el cielo c<4mpletamente des..... pejado, deja las plantas sin)a fiumedad indi~pen­ sable y en esas condiciones, al safi-r el sol, las quema. ~

¿Cuál de estas teo,rÍas será la verdadera? Hasta hoy nadie lo sabe. Lo único cierto es que las hela­ das pueden -acabas con las cosechas en el término de uno o dos dÍa-s.

Cómo evitar las heladas

Parece .que el riego ant~s de salir el sol resulta efectivo.

En las pequeñas planta<;iones puede evitar se, hasta cierto punto, prendi~ndo hogueras a regulares distancias, para que el calor y el humo eviten la 94

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. rápida evaporación y la baja de la temperatura a menos de cero grados centígrados.

En los grandes cultivos pueden utilizarse avione­ tas que vuelen a baja altura, para cubrir las se­ menteras con humo y con menudos cristales de Yoduro de plata, cosa que resulta, naturalmente, eficaz. En los Estados Unidos utilizan un aparato que produce calor con rayos infrarrojos, capaz de man­ tener las plantas a 8 grados sobre cero, con lo que se evita que la savia pueda convertirse en hielo.

Todos estos procedimientos pueden ser más o menos efectivos, pero algunos resultan complica­ dos y costosos. Parece que lo más aconsejado consiste en el seguro de cosechas para no ar rui­ narse. El granizo resulta cuando la lluvia atraviesa zonas del espacio tan frías que congelan las gotas de agua y las transforman en hielo antes de llegar a la tierra.

El granizo no afecta a las plantaciones con el calor que se produce al pasar el agua del estado líquido al sólido, pues este fenómeno se realiza a considerable altura. En este caso, el mal resulta de los destrozos que causa al caer sobre las se­ menteras. Contra el granizo no se ha descubierto nada que pueda evitarlo, por lo menos en cuanto se refiere al maíz. Lo único efectivo es lo anotado antes: el seguro de cosechas. 95

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. RECOLECC"ION y ALMACENAMIENTO

¿Cuándo debe hacerse la recolección de la cose­ cha? Oepende de la forma en que el maíz ha de ser utilizado. Porque puede cosecharse todavía tierno, es decir, en choclo, o cuando esté completamente seco.

Procedimientos de recolección Existe!"! dos: el manual y el mecánico.

El primero se utiliza en los terrenos quebrados o en los planos de pequeños cultivos. El segundo tiene lugar en las tierras planas y parejas de gran­ des cultivos.

Cuando se cosecha en choclo, ha de· dejarse con una delgada" ca-pa de amero, para proteger los gra­ nos contra la mugre y las asperezas del empaque.

Cuando se cosecha seco, puede también dejarse esa capa, pero no es absolutamente necesaria. Lo ordinario es que se coseche sin ella.

Para la recolección a mano se utiliza la espátula o lanceta que abre el capacho para que se facilite la labor.

97 I VI I Iva y ", ~ IlA( I(IN Of l MAl!

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Espátula o l,!nceta p,ara deshojar el ·maíz.

La espátula puede ser metálica o de madera. Pa­ ra esta última se utiliza madera resistente, como chontaduro, guayacán, roble, arrayán, etc. Las de hueso resultan mejores. La· recolección a máquina solo es posible en las tierras más o menos plan'as de cultivos cuya siem­ bra se haya realizado igualmente a máquina. El transporte de la sementera al depósito se hace en camiones, en animales de carga y, en último caso, a la espalda del trabajador.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Depósito de la cosecha ,El maíz puede depositarse desgranado o en tusa, zuro, panoja o raspa y también en amero o capa­ cho. Esto último es lo menos conveniente, puesto que impide observar el estado en que se encuentre ante el ataque de las plagas.

Para el depósito o almacenamiento es preciso construir graneros especiales que aseguren la pro­ tección contra los hongos, los insectos y los roe­ dores. Por carecer de estas condiciones y por los peli.gros para la salud, en caso de aplicar deter­ minados tratamientos, los zarzos de las viviendas no son aconsejables. El granero o depósito ha de construirse de modo que facilite el paso del aire, y evite la humedad, el demaSIado calor y la entrada de los roedores, entre los que se cuentan las ardillas y las ratas. Por eso ha de construirse sobre pilares o patas de 50 o más centímetros de altura. Alrededor de cada pata y h

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Para el maíz desgranado se utilIza la misma armazón, pero en' vez de cañabrava, listón, etc., se emplea, para la base y los lados, malla metálica resistente y de huecos tan reducidos que impidan la salida de los granos. Esto facilita el paso del aire y evita el intenso calor, especialmente en los climas medio y cálido.

El maíz debe almacenarse seco y en buen esta­ do , a fin de evitar el ataque de los hongos . Y\debe estar libre de insectos, como el gorgojo, para que nD se propague al sano y permita un control más económico.

El granero debe tratarse con un insecticida antes y después de usarlo y los contornos deben man­ tenerse completamente limpios.

Para lo primero se utiliza Malatión líqui.do al 57% , en la proporción de 2 partes del insecticida por 50 de agua. Con la mezcla así obtenida SG rocía o asperja el granero. También pueden utili­ zarse otros productos como el Sebín que no es .... peligroso para la salud, el DDT lindano, el DDT clordano, el DDT hectacloruro y algunos otros. El DDT es peligroso para la salud.

Para evitar' riesgos contra la salud conviepe utilizar el granero sólo tres días después de la desinfección: antes habría humedad y mal olor que pOdrían ser perjudiciales.

Es preciso revisar el maíz almacenado cada 15 días, para co.mprobar si ha sido o no atacado por hongos o insectos. En caso afirmativo debe 100

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. aplicarse inmediatamente el respectivo tratamien­ to.

Las semillas compradas en almacenes agrope­ cuarios no pueden utilizarse como alimento porque contienen sustancias venenosas.

Insecticidas para el granero El Malatión es uno de los más aconsejados no Solo por lo efectivo, sino también por la facilidad en el manejo y aplicación . y, ante todo, porque Ilsado con ciertas precauciones deja de ser peli­ groso para la salud: tomarlo o absorberlo a través de la piel puede ser mortal. Se aplica, igualmente, fuera del granero: en el almacén o cualquier de­ pósito.

Suele utilizarse en dos formas: en líquidO al 5% en polvo al 1%.

El Malatión líquido se prepara disolviendo una cucharadita del producto, que viene a ser lo que cabe en la tapa de una botella cervecera, quitán­ dole el corcho, en dos botellas de agua, botellas cerveceras. Con esta cantidad pueden tratarse 2 bultos de maíz desgranado, o seis en ,tusa.

Para tratar el maíz en tusa se dispone primero una capa de mazorcas o maíces de modo que se junten por los lados y se rocía sobre ella el in­ secticida valiéndose de un bomba de mano. Sobre esa primera capa se extiende otra y se le aplica el tratamiento como a la primera y se continúa en la misma forma hasta el final.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Con. el maíz desgranado se procede de igual manera, pero las capas han de ser. de unos dos dedos de altura, aproximadamente 3 centímetros.

Otros buenos insecticidas para el granero serían los siguientes:.

El Oxido cianhídrico, la Cloropicrina, el Bromu­ ro de me~ilo y el Acrylón ó Bisulfuro de carbono.

Pero si los graneros estuvieren próximos a la vivienda lo que conviene utilizar es una mezcla . de Oxido de etil~no y Anhídrido carbónico, o de Bisulfuro de etileno y Tetracloruro de- carbono, o de Bisulfuro de propileno y Tetracloruro de car­ bono, o solamente este último. Así se evitan pro­ blemas por incendios o por explosiones.

El Bisulfuro de carbono es bastante eficaz, pero es peligroso para la salud, y sus gase~ forman, en contacto con el aire, mezclas explosivas que pueden llegar a provocar incendios si se les acer­ ca cigarrillos, fósforos, tizones u otras sustancias encendidas. Se utiliza en la proporción de 180 y 300 gramos por éada metro cúbico de grano. La exposición del grano a la acción del producto puede durar aproximadamente 24 horas.

El Oxido cianhídrico es posiblemente el mejor, pero puede perjudicar también al hombre. Se aplica a razón de 8 gramos por cada metro cúbi­ co. A más de 25 grados centígrados, la. exposición puede durar de 24 a 36 horas.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. La acción de la c1oropicrina es 15 vec es supe­ rioI' a la del Bisulfuro de carbono y no es infla­ mable ni explosiva. Se emplea a razón de 32 a 64 gramos por metro cúbico.

A 25 o más grados centígrados, la exposlclOn del grano al insecticida puede durar de 70 a 80 horas.

El Bromuro de metilo es también recomenda­ ble. Se aplica en dosis de 10 a 20 gramos por cada metro cúbico. Es tóxico, venenoso para el hombre y los animales domésticos.

Los demás insecticidas se aplican al grano de acuerdo con las instrucciones que deben ir con cada producto. Se aconseja aplicarlos con el equipo de fumigaciones y espolvoreos ya indicado.

Con cualquiera de estos insecticidas puede des­ truirse el gorgojo que es el que causa ordinaria­ mente los mayores perjuicios al maíz del granero y demás depósi~os.

El maíz puede desgranarse a-mano o a máquina.

En algunas partes introducen el maíz en tusa dentro de una mochila o guambÍa de nudos o dentro de un saco o costal que golpean por fuera con un garrote hasta que se desprenda el grano. Pero esto no es aconsejable por el destrozo producido, espe­ cialmente cuando se trata de maíces blandos. Debe, entonces, desgranarse a mano y, mejor aún, a má­ quina.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Mi potro

Con solemne arrogancia, del potrero viene al rumor de mi habitual llamada, y es de cielo y estrellas su mirada, y es su enigmático ademán señero.

Nervioso acepta el conocido apero, sacude el freno y con la crin curvada se desliza conmigo en la llanada rápido y rudo, crepitante y fiero.

Yo apenas oigo el resoplar del bruto y el viento helado que silbando pasa sin exigir ni conceder tributo. , ¡Con raudo vuelo. el farallón traspasa y en el mínimo tiempo de un m"inuto . patentiza el orgullo de su raza!

Elisio Rodríguez R .

• ...

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. UTILIZACI·ON . DEL MAIZ

Del maíz se obtienen algunos productos indus­ triales y una numerosa variedad de alimento para las personas' y -los animales.

La industria extrae o saca del malZ alcohol, aceite y harinas.

La Mazola, que se extrae del malz, es uno de los aceites de cocina.

Hay harinas industriales y harinas manufactu­ radas. Las primeras son producto de algunos molinos, y las segundas, del trabajo manual en los hogares.

Las harinas de tipo industrial se entregan al comercio empacadas con distintos nombres: Mai­ zena, Arepaharina, Promasa, -Duryea-, etc.

La Duryea es un producto del maíz opaco con leche en polvo y algunas vitaminas. Se utiliza especialmente para niños.

Como en el texto figuran algunas palabras no siempre conocidas, o por lo menos, de sentido confuso para los lectores, daremos en seguida la explicación correspondiente. .

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Choclo: Es el maíz tierno, el que ;aún no ha ma­ durado suficientemente, aquel ~uyo grano no se halla seco. Se le llama comúnmente mazorca.

Maíz trillado: Es el que ha perdido el pellejo o cutícula envolvente del grano en el molino sin sufrir mayor quebrantamiento.

Maíz: Es el nombre ordinario de la mazorca seca y del grano.

Maíz pelado: Es el que ha perdido igualmente la cutícula, pero por sistemas diferentes.

En algunas partes lo pelan así:

10. Disuelven en agua ceniza de leña, de modo que quede más o menos clara. A esto le dan el nombre de lejía. Esta lejía se cuela para sacar­ le el carbón y demás impurezas o basuras y la ponen al fuego en una olla, caldero o paila.

20 . Apenas empiece a hervir le echan el maíz desgranado y seco, y la siguen calentando hasta que caiga'" la cutícula. Saben que está a punto cuando, al sacar algunos granos y re­ fregarlos en agua con los dedos, sueltan la cutícula.

30. Lavan el maíz así dispuesto echándolo en un cesto. o canasta y refregándolo uno con otro y con el interior de la misma. En esta forma la cutícula que se desprende va sobrenadando y saliendo al cambiar el agua, operación que se repite hasta que el grano quede limpio. 106

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 40. Lo dejan en agua por 12 o más horas para 'que blanquee y pie_rda el s~bor de la lejía. Por último, lo muelen y con la masa obtenida preparan los corresPQndientes º,-omestibles.

En otras partes utilizan cal apagada en vez de ceniza, en la proporción de 1 tazada de cal por 4 de agua. El procedimiento ~s igual al indicado para la lejía.

Recetario Las siguientes recetas han sido tomadas de va­ rias obras sobre culinaria y de aportes obtenidos directamente de algunas personas que trabajan o han trabajado en la preparación de esta clase de artículos alimenticios en diferentes lugares ,del pals.

Almojábanas la. Ingred~entes: 2 kilos de harina, 1/ 2 kilo de cuajada fresca, 2-. huevos, 2 cucharaditas de azúcar, sal al gusto.

Preparación: Se muele el maíz y se cierne la harina para sacarle el aunche, afrecho o sal­ vado; se muele también la cuajada y se mez­ cla con la harina; a esta mezcla se le agregan los huevos y la sal; todo esto se amasa bien y del producto así obtenido se hacen las boli­ tas. Estas se colocan en una lata engrasada por dentro, para que no se peguen y se echan al horno hasta que doren. Teresa Santamaría de Mosquera. Otanche, Boyacá.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2a. Ingredientes: 1/ 2 kilo de harina, 1 kilo de que­ so, 2 huevos, 2 cucharaditas de 'azúcar y sal al gusto.

Preparación: Se mezclan todos los ingredien­ tes y se amasan bien, luego se hacen las al­ mojábanas que se van colocando en una lata engrasada por dentro y se echan al horno ca­ liente hasta que doren. Herminda Avilán Arévalo, La Calera, Cundinamarca.

3a. Ingredientes: 1 taza de harina de maíz cerni­ da, 3 tazas de quesq molido, 3 huevos, una cu­ charadita de sagú, 1 de almidón y 1 de man­ tequilla .

. Preparación: Se amasa todo , se hacen las are­ pitas y se meten .al horno caliente. Señora Sofía , Ospina de Navarro. . La buena mesa.

4a. Ingredientes: Para 25 porciones, 1 libra de malZ opaco, 2 libras de cuajada molida, 1 cucharadita de sal, 1 cucharadita de polvo royal, 2 huevos.

Preparación: Agregue a la harina la sal, el polvo royal, la cuajada y los huevos. Amase bien la mezcla hasta que quede una masa suave. Divida la masa en 25 partes iguales. Dé forma a cada almojábana. Colóquelas en las latas. Llevé al horno la preparación a temperatura moderada hasta que dore. Insti­ tuto Colombiano de Bienestar Familiar. Maíz opaco .

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 5a. Ingredientes: Para 20 porciones, 6 pocillos de queso, 2 pocillos de harina de maíz opaco blanco, 5 huevos, 2 cucharaditas de pOlvo royal.

Preparación: Muela la cuajada y mézclela con la harina. Agregue los huevos y el pOlvo royal. Amase la mezcla hasta formar una masa sua­ ve. Forme las almojábanas. Colóquelas en una lata y llévelas al horno a temperatura mode­ rada hasta que doren. I.e .B.F. M~Íz opaco.

6a. Ingredientes: 1 libra de harina de maíz blanco, 5 libras de cuajada, 2 huevos y ,una cuchara­ dita de sal.

Preparación: Se exprime la cuajada de modo que desmorone; se le agregan la harina, los huevos y la sal; se amasan bien los ingre­ diéntes; se hacen las almojábanas que se v~n colocando en las latas y se echan al horno bien caliente por unos 20 minutos o hasta que doren. A. Espitia Hernández. Moniquirá, Boyacá.

Arepas de maíz pelado

la. Ing~edientes: 1 y 1/2 libras de maíz blando pe­ lado, 1/4 de cuajada, 1/2 de mantequilla, sal al gusto.

Preparación: Se muele bien el maíz, se derri­ te la mantequilla y Gon ella se ablanda la masa, se le agrega sal al gusto, se amasa todo y se

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. forman bolitas del tamaño de un huevo, se aplana cada una de modo que resulten telas circulares más o- menos delgadas, sobre una se aplica cuajada fresca exprimida y se cu­ bre con otra, se juntan los borQeS de ambas y se aplanan suavemente hasta darle la forma corriente. Del mismo modo se proc;:ede con las otras. Finalmente se colocan en litas y se echan al horno caliente. Victoria Bernal A. Gachalá, Cundinamarca.

2a. Ingredientes: 2 libras de maíz pelado, 1/ 2 libra de queso, 1 cuch3.radita de mantequilla, sal al gusto.

Preparación: Se lava bien -y se muele el maíz, se revuelve con el queso, se le aplica la man­ tequilla y la sal, se amasa todo y se hacen las arepitas dándoles la forma que se quiera, se echan en un tiesto o en una laja que se calien­ tan en el fogón O en la estufa. Cuando hayan dorado por un lado se vuelven por el otro. Celina Cruz Contreras.

Arepas cernidas la. Ingredientes: 1 kilo de maíz blanco y blando, 1 kilo de cuajada, 1/ 2 kilo de mantequilla, 2 . huevos, sal al gusto.

Preparación: Se muele y cierne él maíz; se muele también la cuajada y se revuelve la mitad con la harina; a esto se agrega la man­ tequilla, los huevos y la sal; se amasa todo y 110

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. se forman las arepas que se rellenan con el resto de la cuajada; se colocan luego sobre ' una laja caliente y después que pinten por un lado se vuelven ,por el otro, finalmente, s e doran en la brasa, Rosa Ana L. ROdríguez. Gachetá, Cundinamarca,

2a. Ingredientes: 6 libras de maíz .blando, 1 de mantequilla, 1/4 de azúcar, 4 huevos, leche o agua.

Preparación: Se muele el maíz y se cierne la harina; a esta se le aplica la mantequilla, el azúcar y los huevos; se moja esto con leche o con agua; se amasa todo y se hacen las arepas del tamaño de un plato dulcero; se ponen, finalmente, a dorar en una cazuela o una laja caliente. Así las preparamos en mi casa. néctar Castillo C. Moniquirá, Bo­ yaca.

3a. Ingredientes: 1 kilo de maíz blanco y blando, 1/ 2 de cuajada, 1/ 4 de mantequilla, agua y sal al gusto.

Preparación: Se muele el maíz y se cierne la harina en un cedazo; se le agregan la man­ tequilla y la sal; si fuere necesario, se le pone un poquito de agua y se amasa todo has ta que forme una masa suave; se arman las are­ pitas rellenándolas con la cuajada exprimi­ da y se tuestan en una laja que, se ha pues to a calentar con anticipación y cuando estén doradas por un lado se vuelven por el otro. M. M. J. Gachetá, Cundinamarca.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Arepas de maíz cocido Ingredientes: 1/ 2 libra de maíz, 1/ 4 de q·ues..o, salo azúcar al gusto. Esto para 12 atepas.

Preparación: Se deja remojado el maíz; se cocina al día siguiente y se muele, a la masa se le agrega el queso raspado, el azucar y la sal, se amasa todo y se hacen las arep,:\s que se tuestan sobre una lata al fuego. Ce­ cilia Mateus de Soler. Bogotá, Cundinamarca.

Arepa antioqueña

Ingredientes: Para 5 porciones, nibra de maíz trillado opaco.

Preparación: Deje el maíz en agua el día ante-­ rior, cocínelo con 3 tazas de agua durante 20 minutos, muélalo y amase cuidadosamente, forme las arepas redonditas o planas y áselas en el tiesto o parrilla. I.C.B. F. Maíz opaco.

Arepa llanera de maíz p"elado

Ingredientes: 1 libra de maíz opaco pélado, 1/ 2 libra de cuajada y 2 cucharadifas de sal.

Prep~ración: Muela el maíz con la cuajada, agréguele a la masa la sal y amase hasta for­ mar una masa suave, di vida la masa en 10 " partes iguales, forme las ax:epas y áselas en la parrilla o en un tiesto, teniendo cuidado de voltearlas. I.C .B.F . Maíz opaco. 112

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Arepas llaneras de .maíz con dulce

Iflgredientes: Para 12 raciones, 1 libra de maíz opaco trillado, 1/ 2 panela, 1/ 2 libra de

q~eso.

Preparación: Deje el maíz en agua de un día para otro, cocÍnelo en 6 tazas de agua por 1 hora, muela el queso junto con la panela pica­ cada en trocitos, amase bien hasta formar una pasta suave, forme las arepas y rellénelas con una cucharada de queso, áselas en tiesto o parrilla teniendo el cuidado de voltearlas. I.C.B.F. Maíz opaco.

Arepas costeñas de huevo

Ingredientes: Para 10 arepas, 1 libra de maíz opaco trillado, 10 huevos, 1 libra de manteca, 3 cucharaditas de sal, 3 cucharaditas de polvo royal, picado de cerdo cocido.

Preparación: COloque el maíz en agua el día anterior, divÍdalo en 2 partes iguales, cocine una parte durante 20 minutos, mezcle el maíz c·rudo con el cocido, revuélvalos bien y muela la mezcla, adicione a la masa la sal y el polvo royal y amase bien, forme las arepas, fríalas un poco en grasa caliente, sáquelas y cuando estén ligeramente frías ábralas con un cuch~llo por uno de los lados y échele a . cada una pi ca­ dillo de carne de cerdo y un huevo. sin batir, ciérreles la abertura y acábelas de freir. María Mélida Nasner. Túquerres, Nariñ .

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Arepas d~ maíz y yuca Ingredientes: Para 25 arepas, 1 libra de maíz

opaco trillado, 1 libra de queso, 2 onzas de I mantequilla, 1 libra de yuca, 4 cucharaditas de sal.

Preparación: Deje el maíz en agua de un día para otro; cocÍnelo con 5 tazas de agua durante una hOTa; pele y sancoche la yuca; muela el ~ maíz, el queso y la yuca juntos; agregue a la masa la mantequilla derretida y la sal; amase bien y forme las arepas; áselas en el tiesto o en la parrilla teniendo el cuidado de voltear­ las. I.C.B.F. Maíz opaco.

Arepas santandereanas

Ingredientes: Para 15 arepas, 1 libra de maíz opaco pelado, 1/2 libra de queso, 1/ 2 libra de chicharrones.

Preparación: Muela el maíz junto con el queso y los chicharrones, amase hasta obtener una masa suave, forme las arepas, áselas en el tiesto o en la parrilla, teniendo el cuidado de voltearlas: I.C.B.F. Maíz opaco.

Arepitas .boyacenses de harina

\ Ingredientes: 1 libra de harina de maíz, 1 bo­ tella de leche, 2 huevos, 1/2 taza de queso, sal ¿ al gusto.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Preparación: Se revuelve la harina con sufi­ ciente cantidad de leche, de modo que la masa quede más o menos blanda; seleaplicael que­ so bien desmenuzado, los huevos y la sal; sé bate o amasa la mezcla; en una sartén calien­ te, a la cual se le ha untado aceite por dentro, se van echando 3 cucharadas de masa por arepa; se extienden con la misma cuchara y se les da vuelta con un tenedor para que doren por am- . bos lados;. lo mismo se hace con las otras . .. Arepa santandereana de mazorca tierna

Ingredientes: 2 libras de choclo o mazorca tierna, 1/ 4 de queso, 2 huevos, 1 cucharadita de mantequilla, sal al gusto.

Preparación: Se muele bien la mazorca; se le echan los huevos, el queso, la mantequilla y la sal; se amasa todo y se hacen las arepas del tamaño que se estime conveniente y se asan en una sartén, tiesto o laja caliente hasta que dore volteándola por ambos lados. Celina Cruz Contreras. Pamplona,. N. de Santander.

Arepitas costeñas de dulce

Ingredientes: Masa de maíz amarillo seco, queso blanco rallado, panela y ams, sal al gusto.

Preparación: Se bate la masa con un poquito de sal, panela, queso rallado y ams que se

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. frota entre las manos para que suelte el aro­ ma; se hacen las arepitas circulares o alarga­ das sobre una hoja de plátano o de vijao, o simplemente sobre un papel grueso untado de manteca; si fueren redondas, se les hace un hueco del grosoT de un dedo en la pa-rte central y, finalmente, se fríe en manteca. María Mélida Nasner. Tuquerres, Nariño.

Bizcochitos de Cundinamarca

Ingredientes: 6 libras de maíz, 3 libras d·e yuca, 6 huevos, 1/2 libra de cuajada, 1/2 libra de mantequilla o de manteca de cerdo, sal y azúcar al gusto.

Preparación: Se pela el maíz y se deja en agua de u,n día para otro, se muele lo mismo que la yuca la cual ha de cocinar se primero, se re­ vuelven las dos masas con las yemas de los huevos, se agrega la cuajada, la mantequilla o la manteca y se deja reposar por 1 hora, se hacen los bizcochitos del tamaño de un hue­ vo, se colocan sobre latas engrasadas por den­ tro y se ' llevan al horno hasta que doren. Mary de Peña. Caparrapí, Cundinamarca.

Bizcochuelos

Ingredientes: 1 Y 1/ 2 cajas de maicena, 6 hue­ vos, 6 cucharadas de azúcar.

Preparación: Se baten las claras a la nieve, se juntan luego con las yemas, se siguen

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. batiendo y se les va agregando poco a poco la maic ena y el azúcar, s,e bate. toda vía más la mezcla y se coloca en latas que se han en­ grasado por dentro, y se asan ligeramente en el horno se sacan y cuando esté fría la p:¡l.sta se cottan los bizcochuelos y se meten otra vez al horno con poco calor hasta que . tuesten. Señora Beatriz López de Rodríguez. Recetario de cocina . . /

Bizcochos de maíz pelado (Cundinamarca)

Ingredientes: Para 20 bizcochos medianos, 1/ 2 libra de maíz pelado, 1/ 2 libra de queso fresco molido, 2 onzas de mantequilla, 1 cucharadita de sal.

Preparación: Muela el maíz; agregue a la ma­ , sa el queso, la mantequilla y la sal; amase muy bien la mezcla; haga los bizcochos en -forma de rosquitas, y llévelos al horno a tem­ peratura moderada hasta que doren. l.e.B.F. Maíz opaco.

Bollo limpio (Costa Norte) la. Ingredientes: 2 libras de maíz pilado, chicha­ rrones de cerdo, agua y sal al gusto.

Preparación: Se lava el maíz y se pone a co­ cinar hasta que quede blando, se deja enfriar y se muele de modo que quede una masa fina, se le agregan los chicharrones y la sal, se

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. revuelve todo y se envuelve en ameros o en hojas sollama.das de plátano, echando una o· dos cucharadas de masa para cada bollo y se ponen a cocinar en una olla con agua hirvien­ do durante una hora. María Mélida Násner. Túquerres, Nariño.

2a. Ingredientes: 1 libra de maíz opaco pelado, 1/ 2 libra de batata, 1/2 pocillo de azúcar, sal al gusto.

Preparación: Muela finamente el maíz; agre­ gue a la masa la batata rallada, el azúcar y la sat; mezcle Y' amase muy bien, divida la ma­ sa en 15 partes iguales, envuelva cada bollo en. hoja de plátano, colóquelos -en una olla con 4 tazas de agua y cocÍnelos durante una hora. l.e.B.F. Maíz opaco.

Buñuelos la. Ingredientes: 2 tazas de maicena para buñue­ los, 1 paquete de queso parmesano, 2 huevos.

Preparación: Se revuelve la maicena' con el queso, se le aplican' los huevos, se amasa bien la mezcla, se hacen los buñuelos dándoles la forma de bolitas de tamaño de un huevo o de rosquillas y se fríen en aceite de cocina. Señora Beatriz López de .RodrÍguez. Receta­ rio de cocina.

2R. Ingredientes: 1 libra de cuajada, 1/4 de mai­ cena, 3 huevos, sal O azúcar al gusto.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Preparación: Se muele bien la cuajada, se mez­ cla con la maicena, los huevos y la salo el azúcar , se amasa hasta que forme una pasta suave, se hacen lols buñuelitos en forma de ros­ ca y se fríen en aceite caliente. Judith Molina M. Inspecci.ón de policía de La Victoria, CUIl- dinamarca. •

Buñuelos de mazorca tierna

Ingredientes: 2 tazas de mazorca tierna des­ granada, 1 taza de ql!eso rallado, 4 yemas de huevo, 1/ 4 de libra de mantequilla y sal al gusto.

Preparación: Se muele bien la ' mazorca, se b~ten las yemas de los huevos, se revuel ven con la masa y el queso, se le aplica la sal, se hacen los buñuelos en forma de huevos media­ nos y se fríen en la sartén con aceite caliente hasta que doren. Celina Cruz Contreras. Pamplona, N. de Santander.

Carisecas (Bolívar)

Ingredientes: . Para 10 porciones, 1 libra de maíz opaco blanco pelado, 1/ 4 de libra de que­ so blando rallado, 1 libra de azúcar, 1/ 2 li­ bra de coco rallado, 2 onzas de mantequilla, 1/ 2 pocillo de leche para remojar, 4 ~ucha­ raditas de polvo royal, cuatro cucharaditas de esencia de anís.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Prepa~ación: Muela finamente el maíz; colo-' que la masa en un recipiente; agregue el anís, la mantequilla, el queso y el coco; mezcle bien todos los ingredientes; amase la mezcla agre-' gándole la leche hasta obtener una pasta suavel manejablé, coloque la mezcla en uno o dos moldes y llévelos al hornó a temperatura mo­ derada hasta que doren. I;C.B.F. Maíz opaco.

Colaciones

Ingredientes: 2 libras de harina de múz, 1/ 2 libra de mantequilla, 1/ 2 libra de azúcar, 1/ 2 botella de leche. --..... Preparación: Se moja la harina con la leche, se le apl~ca la mantequilla y el azúcar, se amasa todo , se hacen las colaciones en forma circular o romboide, se colocan en latas en­ grasadas por dentro y se echan al horno ,hasta que doren. Ana M. Guacaneme. Quipile, Cun- dinamarca. .

Colada o mazamorra dulce (Tolima, Cundinamarca, Boyacá)

Ingredientes: Para 4 porciones, 1 pocillo de maíz opaco amarillo, 1/ 2 botella de leche, 1/ 4 ~ panela, 1 astilla de canela. -

Preparación: Sancoche el maíz y muélalo; agregue dos pocillos de agua y cuele la masa;

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. en una olla coloque 3 pocillos d~ agua, la pa­ nela, l~ leche y la canela; lleve la olla al fuego y cuando empiece a hervir agregue la masa. y deje hervir 15 minutos más, aproximadamente y rebulla para que no se pegue. Sírvala calien­ te y, si lo desea, con trocitos de queso. I.C.B.F. Maíz opaco.

Cuchuco de maíz

Ingredientes: Para 7 porciones, 1 libra de maíz opaco, 1 libra de carne de res, 1 pocillo de alverja verde desgranada, 1/ 2 libra de papa picada, 1/ 2 libra de zanahoria picada, 2 hojas d~ repollo, 1 gajo/ de cebolla, 1 rama de cilantro, 1/ 2 cucharadita de cominos, 5 cucharaditas de sal. .

Preparación: Coloque el maíz en agua durante 1 hora; pártalo o quiébrelo ligeramente en la máquina; lávelo y sáquele el afrecho; en una olla con 8 tazas de agua coloque la carne, cor­ tada en trocitos, la cebolla, la mitad del cilan­ tro y el cuchuco de maíz; lleve la olla al fuego; deje hervir la preparación durante 1/ 2 hora y agregue la sal; lave los demás ingredientes; corte el renollo en tiras y la papa y la zanaho­ ria en cuadritos; agregue todos los vegetales a la sopa y deje hervir hasta que estén blandos; agregue la· masa y deje hervir durante 15 minu­ tos y sirva la preparación con cilantro picado. I.C.B.F. Maíz opaco.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Empanadas comunes Se cocina 1/2 libra de maíz trillado sin dejarlo demasiado blando; se muele bien y se mezcla con 1/ 4 de taza de harina de maíz; se le echa 1 cucharada de manteca o de aceite y sal sufi­ ciente; se hacen las bolitas que se extienden sobre la palma de la mano; se le pone a cada una un poco de buen guiso hecho de carne de cerdo, papa, huevo cocido y aliños; se dOblan en forma de empanadas; se repulgan por los bordes y se fríen en manteca caliente. Señora Sofía Ospina de Navarro. La buena mesa.

Empanadas boyacenses Ingredientes: Para 20 empanadas de regular tamaño, 1 libra de maíz opaco trillado, 1 po­ cillo de arroz seGa preparado, 2 huevos,' 1 pocillo de carne de res cocida y molida, 2 cucharaditas rasas de sal, 1 cucharadita de color, 1 cucharadita de cominos molidos, 1/2 cucharadita de pimienta, 1 tomate de tamaño regular, manteca o aceite en cantidad sufi­ ciente.

Preparación: Cocine 'el maíz; muélalo fina­ mente; amase la harina con la mitad de la sal y la mitad de los condimentos; prepare un guiso con el arroz, los huevos y la carne cocida; divida la masa en 20 partes iguales; extienda cada parte y rellénela con 1 cucha- . rada de guiso; forme las empanadas y frÍalas en aceite atempera tura media, teniendo cui­ dado de voltearlas. I.C.B.F. Maíz Opaco.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Envueltos huecos de maíz pelado

Ingredientes: 4 tazas de maíz pelado, 4 libras de cuajada, 1 libra de mantequilla, 1 panela derretida, 1 libra de chicharrones de cerdo molidos, 2 paquetes de levadura disueltos en 1 pocillo de agua tibia, sal al gusto . la. Preparación: Se revuelve bien la masa con todo lo demás y se bate con fuerza, se deja al pie de la estufa. o fogón, o en una parte tibia hasta que alce, se envuelve la masa en · ameros del mismo maíz; en el asiento de la olla en que han de cocinar se se ponen unos palitos o unas tusas y se echa una cantidad de agua que apenas tape los palitos o las tu­ sas, cuando hierva el agua se empiezan a echar los envueltos poco a poco y se deja'n hasta que estén biEm cocinados, si sé secare el agua antes de tiempo debe aplicársele más pero caliente. Leonor León de Guacaneme. S. Juan de Rioseco, Cundinamarca.

2a. Ingredientes: Para 20 envueltos, 1 libra de maíz opaco pelado, 1/2 libra de queso, 1/2 libra de chicharrones, 1/2 panela, 2 pocillos de guarapo, 3 docenas de ameros de maíz.

Preparación: Muela el maíz junto con el queso y los chicharrones, raspe la panela, agregue a la masa la panela y el guarapo, mezcle muy bien todos los ingredientes y deje el compues­ to en reposo durante 3 horas para que levante, cOloque en cada amero una cucharada de masa,

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. en una olla con suficiente cantidad de agua, cocínelos cuidando que el agua esté hirviendo, la olla debe tener en el asiento unos palitos o unas tusas de maíz, pueden hervir durante 1 hora' y 1/ 2. I.C.B.F. Maíz opaco.

Envueltos de vaho

_ Ingredientes: 1/ 2 libra de harina de maíz, 1/ 2 libra de mantequilla, 1/ 2 libra de azúcar, 8 huevos.

Preparación: Se revuelve y se envuelven las porciones de masa en hojas sollamadas de chisgua o de plátano y se cocinan en una olla, teniendo el cuidado de colocar en el asiento de ella úna gruesa cama de palitos, tusas o ameros, de modo . que los envueltos apenas reciban el vapor del agua al hervir. Señora Beatriz López de ROdríguez. Recetario de cocina.

Envueltos de choclo o mazorca tierna

Ingredientes: 1 libra de mazorca tierna, 1/2 libra de cuajada o de queso fresco, 1 cucha­ rada de salo de azúcar.

Preparación: Se muele bien la ' mazorca, se desmenuza la cuajada, se revuelve todo muy bien, se envuelven las porciones en ameros y se ponen a cocinar en una olla con poca agua cuando esté hirviendo y teniendo el cuidado de 124

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. poner en el asiento una cama de palitos o , de tusas, se dejan cocinar aproximadamente dos horas. Virgelina Montoya Rinc~n. Cuba­ rral, Meta.

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¡Envueltos de ángef

Ingredientes: 1 libra de harina cernida de maíz, 1 libra de mantequilla, 8 huevos, 1 libra de azúcar, 1 cucharadita de esencia de vai­ nilla' 1 cucAaradita de polvo para amasar, 1 cajita de uvas pasas.

Preparación: Se echan en un recipiente la mantequilla y el azúcar y se bare hasta formar una crema, luego se va agregando la harina lentamente y sin dejar de batir, después los huevos uno a uno, en seguida el polvo de ama­ sar y la esencia, se bate todo fuertemente p'or 1/ 4 de hora, se envuelve cada cucharada de masa en hojas de chisgua y se van colocando en una olla con agua hirviendo en poca cantidad para que se cuezan con el vapor. Para este fin debe colocarse en el asiento de la olla una cama de palitos o de tusas . María de Mer­ cado. Moniquirá, Boyacá.

Flan de harina de maíz opaco

Ingredientes: Para 20 raciones, 2 pocillos de harina de maíz, 2 pocillos de azúcar, 2 cu­ charádas de corteza de · limón rallada, 8 po­ cillos de agua, 4 pocillos de leche, 1/ 2 panela.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Preparación: Coloque la leche en un recIpIen­ te y agréguele el azúcar, cocínela a fuego lento hasta que hie rva (lO minutos, aproximada­ ment e), disuelva la harina en agua, 11évela al fu ego y de je cocer durante 10 minutos, agregue leche hirviendo , rebulla constantemente, deje cocer l a prepa r ación hasta obtener una con­ s is tenc ia es pesa (aproximadamente 40 minu­ tos), agr éguele la corteza de limó'n, vierta el fl an en moldes untados de caramelo y déjelo enfria r . Sirva el flan, si lo desea, acompañado de jalea de guayaba o de mora. El caramelo se prepara agrega)1do a media panelá 1 poci- . 11 0 de agua y deja ndo hervir hasta que espese. I.C.B.F. ' Maíz opaco.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BIBLIOGRAFIA

Acción Cultural Popular Hondureña. Ara y siem­ bra. Almanaque creditario. De varios años. Aniceto León Garre. Fundamentos científicos de la producción agrícola. Asociación de Ingenieros Agrónomos. Agricultura tropical. Beatriz López de Rodríguez. Recetario de cocina.

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LUIS ANGEL ARANGO ·IBl~ íll~ l~ 1111 ea 2 9004 02415862 7 editora dosmil

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