BUENOS AIRES - M A Y O 1965

Pascual Contursi

ingway

ario

Nazim Hikmet

rico

res Cuentistas

Poetas de América

El Perseguidor

Poesía Argentina

Paredón Literario

GIULETTA DEGLI SPIRITI EDITORIAL

Ahora, como pocas veces antes, los que CON DOLOR Y CON RABIA MORIR DE VERGÜENZA elegimos el dulce y penoso oficio de la pala­ bra escrita, tenemos oportunidad de recordar los altos designios de nuestro cargo. Ahora que los pueblos de nuestra América Latina van adivinándose la postergación y el hambre, ahora que van encontrando los dis­ tintos senderos de la liberación, nosotros les arrimamos toda la sangre. Ahora que los negros de Alabama se levan­ tan sobre la humillación y los muertos, no­ sotros vamos sus pasos con todos los pulmo­ nes de la protesta. Ahora que las bombas del miedo de los millonarios yankys se acuestan sobre los niños vietnamitas, nosotros alzamos presurosos el: “ASESINOS NO PASARAN”. Ahora que el vecino de ojos celestes le andu­ vo el camino a las estrellas, nosotros lo salu­ damos alborozados porque hace dos mil años que le aguardábamos allí con la poesía. Ahora que aquí, aquí con presos políticos y sociales, con acallados y perseguidos, aquí donde la derecha más intransigente y con­ tumaz amenaza castigar el atrevimiento po­ pular del 14 de marzo, nosotros nos citamos alertas y vigilantes junto a los más. Va llegando el momento de reinstalarnos la conciencia, de señalarnos los serios debe­ res de nuestra condición. J. P. Sastre, el va­ liente, el contradictorio J. P. Sastre, protesta contra los crímenes de los E.E.U.U. negándose a visitar su suelo. Con ello no hace sino recor­ darnos los graves encargos que van las espal­ En momento de entrar en máquina esta edición de “El das de nuestra vocación a través de todos los tiempos. Ahora que la vida, la historia, la Barrilete” entraban en acción los carros blindados y las ametralladoras suerte de los hombres apuran la conquista del imperialismo norteamericano. Creemos que el nuevo crimen no me­ del gran día, el nuestro, el oficio dulce y penoso, elige las más caras obligaciones y rece comentarios. Solo queremos afirmar que las cosas están bien cla­ ello se vuelve la más alta libertad. Toca en­ grosar la avanzada con los más tozudos escu­ ras: El imperialismo necesita asesinar la paz, el trabajo» para poder sub­ deros de la dignidad del hombre, de la salud sistir. La República Dominicana es un ejemplo doloroso y actual, pero de su futuro. Dijimos ya, que nadie puede asumir solo; ni caben mezquinas expediciones nada más que un ejemplo, t&trás de los muertos de Santo Domingo de grupo. La avenida de la responsabilidad, están el dolor y la rabia de toda latinoamérica. la del decoro, es ancha y generosa. La situa­ ción impone cabeza sobria y corazón caliente. Los que se sienten identificados con las gran­ Por eso solo estas lineas, para que quede constancia de des urgencias, adelante. Los que comprendan nuestra rabia y de nuestro dolor. Que son las formas menos cómpli­ la necesidad de aplazar para después las más hondas postulaciones filosóficas: adelante. ces de la impotencia. Adelante sin declinar el espíritu crítico, arma de inestimable valía para la consolidación del entendimiento. Ahora se trata de agregar, de sumar. Se trata de “estar” en la dignidad, de salvarla, de vivirla, “para no tener que morir de vergüenza”. oce UJ _< l 43 0 3 3 < £ ¡*> O ce. 2 "© *31 « a * ú Z 0 3 _ a o 3 2 « o O 2 _ -3 cr 3 o ■ o UJ c * 5 Z a . « ‘ S ■ g c ¥ ^ «3 O s >' fc. ‘ 43 Ü aC 43 « >5 o 3118ñj -j g c O a * ¡ « z , 1 ü ro Ü -3"O sS r -S S 5/3 M a uc g2 x ¿ i < « o o o e n « §5 ¡ &&® s s 8 > » s B a& . >» > l l

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comida no le gustaba, tiraba la mesa He llegado al final... con todo arriba por el patio y salía toda la gente del convoy para ver có­ ¿Quién me ha traído hasta aquí... mo le gritaba, cómo le decía: ¡Usté es la sirvienta acá!, ¿me entiende?, y por qué me han traído hasta aquí? ¡y va a cocinar lo que yo quiero!, ¿entiende?; ¡camine para adentro! Y Yo no quería cantar... mamá se iba de la cocina toda aver­ gonzada y llorando; y si alguno de Y ahora parece que éste era sólo mi destino: nosotros decía algo, nos corría a pa­ tadas. Que para eso era el hermano Cantar, rezar, gritar, llorar, blasfemar. . . mayor y el que más plata traía a la No sé si esta vez me habrán dicho casa. Nosotros dormíamos en una pie­ sábados, le llevaba la canastita car­ Y con una voz de publicano, la verdad, pero yo quiero verlo. Me za de arriba del convoy, y una noche gada de fruta y comidas. Y la bus­ vine hasta la plaza para ver a la es­ llegó borracho a la pieza y yo me caba por los pabellones o por el fon­ con una voz de energúmeno, tatua del gladiador cómo se levanta había quedado dormido con una son­ do, porque se iba a tirar entre los a mear. Las sienes me laten como risa y cuando encendió la luz y me árboles para descansar a la sombra. con una voz parda, rota, agria, irritante... si tuviera lombrices en la cabeza, y vio, se creyó que me reía de él y Hasta que un día la estuve buscan­ estoy bastante sudado. Toda la se­ empezó a gritar, y me agarró así dor­ do y no la encontré. Cuando fui a ¿Y tengo que dejar todo esto escrito aquí? mana estuve esperando un día de mido como estaba y me tiró por la averiguar a la oficina me dijeron luna llena, porque solamente los días escalera. Por eso se me rompieron que no la podría ver más porque se Lo dejaré como un pecador que escribe sus de luna llena se levanta. Así me lo varias costillas, y camino como ca­ había muerto. Ese día sí que lloré. Y dijeron los muchachos. Mejor que mino. menos mal que no me vio ninguno pecados no me haya visto ninguno cuando Así era el “Duende”. Nadie lo de los muchachos; porque en una de venía. Porque si me siguen y la es­ quería. El único que lo quiso siem­ esas se reían también aquella vez. y se los dice a su hermano avergonzado. tatua no se levanta, se van a em­ pre y lo acompañó toda la noche Ahora hace rato que estoy esperando pezar a reír como lo hacen siempre: cuando lo internaron, fui yo; el único que se levante la estatua, sentado en Tal vez todo no sea más que un examen de como cuando me hicieron disfrazar y que estuvo toda la noche llorando este banco. Yo voy a esperar un rato salir a la calle tocando el redoblan­ al lado del cajón cuando lo velaron, más, y si no se levanta me voy. Esta El 11 de abril, León Felipe cumplió ochen­ conciencia te. (Porque no es por decir, pero yo fui yo. A él nadie le hacía las cosas vez no me voy a quedar toda la no­ el redoblante lo toco como nadie). Y que me hacen a mí. Pero él nunca che, como la vez que me dijeron que ta y un años. Trabaja en su poema “Job”. para hacer una buena confesión. yo andaba por ahí tocando todo con­ me quiso. Y a mamá tampoco la iba a ser senador. Me lo dijeron en la Vive en México. Solo. Enfermo. Exiliado tento, de la mañana a la noche, por­ quería. Por él mamá terminó en el unidad básica del barrio. Porque yo ¡Pero si Dios lo sabe todo! que me habían dicho que era carna­ manicomio como terminó. No porque iba todas las tardes para ver televi­ geográfico en preparación para un exilio de­ val, pero faltaban tres meses. Y se fuera una enfermedad de los abue­ sión. Y yo, que una vez había habla­ finitivo. Alguien lo ha visto allá. Lo ha des- Mas yo debo pensar que Dios no sabe nada. rieron tanto aquella vez, que ahora los lo que tenía en la cabeza, como do con Perón ahí mismo y le había cuando me dicen de algo prefiero decía la gente. Cuando a mama la dicho que lo que había que hacer cripto sentado junto a una ventana, curioso Y hay alguien en el mundo que no sabe estar solo. Porque no me gusta que llevaron a Vieytes, nadie se acordaba era plantar trigo; hasta en las calles de la calle que pasa frente a su casa. Lo re­ se rían así, y que empiecen a decir­ de ella. Ni el “Duende” ni los de­ plantar trigo, cuando el secretario que yo fui un pobre hombre que apenas pudo me que soy un boludo y que tengo más hermanos. Pero yo, todos los me lo dijo, me quedé desde tempra­ cordamos aquí, en Buenos Aires, hace casi 20 algo aquí en la cabeza que no ca­ no hasta la madrugada con los mu­ años, enfervorizando su “Cántaro roto”, con hablar. mina y que voy a terminar como mi chachos esperando que pasara el mamá que terminó en el manicomio. avionciío que iba a escribir en el cie­ barba profética y sus ojos agudos. O en Tu- ¡Ah, si hubiese podido hablar! Pero mamá se volvió loca por las lo: Vicente Pereyra, senador por la cumán, saliéndole al paso con el coraje físico cosas que le hacía mi hermano el tercera. ¡Vótclo! Y esa vez toda la Si ahora pudiese decir sencillamente .. “Duende”. Era malo el “Duende”. noche. Y a cada rato le decía a los a jovencitos hormonales que perturbaron en Todos lo decían. Pero era inteligen­ muchachos: ¿y cuándo pasa el avion- pandilla una de sus conferencias. Es el último si pudiese otra vez calladamente diciendo: te. Y sabía fabricar unos sombreros cito? Esperá Vicente, esperá un rato como nadie. Una vez en el trabajo más. Hasta que amaneció y el avion- de los grandes. Allá está, en Ciudad de Mé­ Yo me confieso, Señor... discutió con el capataz y lo echaron, por cito no pasó. Por eso ahora no me xico. Solo. Enfermo. Exiliado. Como home­ pero a la semana vino el patrón a voy a quedar toda la noche. Mejor Ten misericordia de mí. buscarlo. Era malo pero yo lo que­ ahora que está la calle tranquila me naje, BARRILETE publica una de sus últimas ría. Nadie le podía ganar al truco o Orlando voy para casa que la tía me debe poesías, creemos que desconocida en Buenos al tutte. Por eso le decían el “Duen­ estar esperando. Mejor me voy por de”. Cuando mamá traía la comida a esta calle bien oscura, total nadie Aires. LEON FELIPE la mesa, él se ponía serio, y si la me vio. Ó 7 POETAS DEAMERICA

TRES POEMAS DEL TIEMPO DE LA TIERRA RAUL PRIETO a Patrice Lumumba RAUL NAVARRETE CHILE MEXICO

Dos palomas sus ojos Dos fusiles sus manos I

El hombre rengo vendedor de diarios que come ravioles baratos una vez por día, Hubo un tiempo a la luz que se agitaba, me dijo: “ha muerto”. “Lo han matado”. que huía, que se mezclaba con la tierra. Llameaba la inconciencia en los cuerpos extraños, retorcidos. Le han roto las pupilas Pero el viento sentía y las horas sentían arrojando letras duras, y el corazón entero se volcaba caracoles tristes, aspirando la noche. viento oscuro, Ardía el corazón rodeado de huracanes, peñascos y peñascos, de luz, de placidez, en un lugar sin duda y los ojos cerrados miraban transparentes III LAS PALOMAS SON LOS OJOS de madres abortadas y de violines mancos. hasta la lejanía en sombras. DE LOS TECHOS Con el rostro en el agua (despedida desde el cuerpo, que se esfuma) Yo corrí desesperado hasta mi casa, y apretando las sienes entonces se vivía, golpeé fuerte la puerta y el tiempo se tomaba, y dando gritos busqué el mapa de tu tierra. se abría, se absorbía Mi madre hacía pan en el tiempo que voy dejando ahora Adiós de nuevo. y lloró silenciosa largo rato. sobre la blanca tierra. Cerrad vuestros hogares Si digo: y aventad la ceniza, en tus pupilas amanecen Aquí está. .. porque voy a la tierra cercana donde el tiempo palomas y pájaros y era tu cara con tristeza, se abrasa entre mi sangre habitantes de los días venideros sin brazos y sin piernas, y llega al corazón que nunca he visto. Si digo por ejemplo: y en ella vi las plazas II Adiós de nuevo. hay palomas y pájaros con montones de lágrimas, Seguid viviendo así, para las casas nuevas en esquina de enunciaciones graves, girando con el aire para las casas viejas. altos brazos de gorriones Iré en la voz de la estación más próxima al donde el álamo seco reverdece, Para los hombres bloqueando los caminos, estío, donde la oscuridad se agota que sueñan con la guerra. buscando las culatas de los máuseres rota mi propia voz en el murmullo de los y el mar se desvanece. Para el retorcido cauce de los días. que golpearon los tambores de tu sangre has­ Hubo un día en que vine ■ vientos, Para el negro corazón de las montañas. ta matarte. siempre mirando atrás, y pensé fácilmente en lo que pasa Si digo por ejemplo: Vi palmeras. lejano, indescifrable, lo que queda de mí, cerca de vuestros ojos, hay palomas de extendidas alas Vi sangre. de ese viento perdido en mi garganta más allá de una larga ciudad de mar adentro. para espantar la niebla. Vi al Africa negra bajo la mano blanca. que nunca se aclaró. Dejadme que lo piense. Adiós de nuevo. Para los niños tristes. Jamás lo dije todo, y lo sabéis vosotros; Que digan vuestras voces Para Juan y para Pedro. Desde hoy los tranvías, ni el labio murmuró, ni hallé, ni tuve, el último sonido que jamás he escuchado. Para Miguel. Y para Martha, mi novia. los vagones de carga, ni el brazo se agitó, furioso, Es el día de huir Tú dirás: ¡Mentira! Es un soñador. No le ha­ las grandes luces rojas, ni lo supe siquiera. Sólo quedó la niebla y partir para siempre, gáis caso. y es más, los calabozos que no llegué a aplastar. Sólo el vacío cerrado y olvidar para siempre. donde encierran a los hombres que te nom­ del tiempo, de la tierra. Adiós de nuevo. bran, Sólo a la luz, ahora, del crepúsculo Pisotead el gusano Yo miro venir a las palomas ya tienen menos miedo, mucho menos. callaré para siempre, creedlo, para siempre, que devora mis ojos y es yo mismo, posarse en las paredes rota, perdida, y pisotead mis huesos escribir su nombre. Un hombre negro-blanco tras el viento y el mar próximo, que estallan bajo tierra Creedme, por lo menos, creedme grita: “ha muerto, lo han matado” lejanos a la voz, e iré con ellos así como los vuestros, que amanecen palomas en un lugar oscuro y bajaré mi cuerpo hasta la frágil pues sabed desde ahora en los ojos de los hombres. donde nacen los pájaros. llovizna de la tierra. que me voy poco a poco.

8 9 lizarse a través de la música. Los cambios No sé si esto que escribí te aclarará algo: influyen tal vez exteriormente, pero de nin­ “Esto que canto no es lo que yo quiero, es lo EL guna manera en la problemática íntima del que el canto quiere que yo cante”. personaje. Wilenski lo agobia más aún al situarlo en Buenos Aires, donde, evidente­ mente, es mucho más difícil proyectarse ar­ tísticamente para un músico de jazz. PERSEGUIDOR buenas noches, —¿Por qué trabajás en teatro y cine? —Por la necesidad de tener un oficio que buenas noches, me permita proyectarme íntimamente. lías cerrado la puerta del patio? —¿Qué entendés por triunfar? Duermen todos los pájaros? —¿Existe el triunfo? Mirá, yo creo que La libélula nueva se ha dormido? esto es un oficio difícil, que no termina nun­ Se prepara ya la última bomba? ca, en el cual la realización se escapa cada Se han armado todos los soldados? día de las manos, porque es el oficio de re­ crear, no de crear. Es un juego entre la A lo lejos la guerra se ha cumplido? realidad y la irrealidad. Tienen hambre los hijos de los hombres? —¿Cuándo podés crear en tu vida? La plaga aquella está bien extendida? —Con la poesía, que puedo hacerla cuando Hay muchos aviones vigilando? Con motivo del estreno de la película “El quiero; depende de mí y no de mil factores, Se arman las potencias? Se preparan? perseguidor”, filmada sobre un cuento de como es poder actuar. Así está bien, amor Julio Cortázar, BARRILETE decidió entrevis­ —¿En qué estás trabajando ahora? y buenas noches tar a Oslas Wilenski, su diretcor, y a Anadela —En nada. deja puesto el candado, por si acaso. Arzón, una de sus protagonistas. —¿Cómo en nada? ¿No tenés un contrato? Wilenski prefirió postergar toda declara­ —No hablemos de contratos. No me han ción sobre la película hasta que fuera resuelta ofrecido ni un “bolo” en televisión. Más aún, la causa judicial que motivó el secuestro de a pesar de haber ido a pedir trabajo, no he la misma. conseguido nada. Conversamos, entonces, con Anadela Ar­ —¿Es posible que esto suceda a pesar de zón. Veinticinco años. Estudió teatro con He- la crítica favorable que has recibido por tu Buenos Aires dy Crilla. Empezó a trabajar hace cinco años trabajo en teatro y en cine? me hipotecas la vida, Buenos Aires en la compañía de Delia Garcés, con “On­ —Así es, desgraciadamente. Yo pretendo acurrucada en la selva de amor, dina”. Actuó en diez obras. En cine, un cor­ —¿Qué garantías tiene un actor argentino hacer de mi trabajo un oficio, como debe ser; de trabajar normalmente? dormida en tus esquinas tometraje. Su primera experiencia en largo un oficio en el cual me debo perfeccionar día es “El Perseguidor”. f | —Absolutamente ninguna. Cada día hay Buenos Aires a día, trabajo a trabajo. Ni siquiera pienso [ |.más “actores”. No sé de dónde salen. La pri- en la “fama” o el “triunfo” (hay que llamarlo y ellos dicen íf f mera señorita con lindas piernas a la cual diez mil pesos un departamento de alguna forma), eso si tiene que venir se • ? un director le da un bocadillo (por lo de las presenta sin buscarlo; pero sí pretendo vivir r ' piernas) en una pieza o en una película, ya (cuatro paredes para el amor) Buenos Aires —Anadela Arzón, ¿queremos saber cómo de mi profesión de actriz, una carrera que se considera actriz y aspira a “triunfar”. Se y no se puede te resultó la experiencia? me ha costado muchos esfuerzos forjar, y hace socia de “Actores” y así le quita trabajo porque hay que comer, Buenos Aires muchos renunciamientos. Y ni siquiera eso —Antes que nada, quiero aclararte que no a gente que es del oficio, que ha estudiado y hay que elegir entre comer y amarnos me llamo más Arzón. He dejado de usar este me es permitido. Si en un futuro inmediato que necesita trabajar. seudónimo porque prefiero mi apellido ma­ no se presenta alguna oportunidad deberé es cruel —¿Vos crees que hubieras tenido el papel y yo y él y nosotros y todos terno, que es Zavalía. La experiencia fue muy dedicarme a trabajar en otra cosa. Significa en “El Perseguidor” si tu marido no hubiera buena. El trabajo en equipo muy interesante, comenzar de nuevo y dejar muchas ilusiones sido el director? Buenos Aires un grupo y un director excepcionalmente se­ a un lado. Pero hay que vivir. —Probablemente no. Pero de todos mo­ soñamos con la cama y los libros rios y conscientes. Siento que he hecho cine —¿Sucede con frecuencia esto en el am­ dos es imposible tener la seguridad de lo que y esa sillita azul que conocemos con mi trabajo en esta película. biente? “hubiera sucedido”, ¿no crees? y al fin —¿Ya habías leído a Cortazár? —Sí. Hay mucha gente que trabaja en cua­ —Volviendo a la poesía, ¿cuánto hace que lloramos una cópula aterida en un cuarto de —Prácticamente es el primer escritor ar­ tro o cinco programas de TV, hace teatro y escribís? hotel gentino contemporáneo que leí. Fue hace va­ filma; y otros, con los mismos méritos y con­ —Desde los seis años. rios años, y creo que conozco casi todos sus diciones, no consiguen hacer un solo progra­ — ¿Publicaste algo? y hay mujeres que tienen yo te juro libros, así que no era nuevo para mí cuando ma que les permita vivir normalmente. —Espero poder hacerlo este año. Tuve los ojos arrasados de hijos, Buenos Aires filmamos “El Perseguidor”. —¿A qué se debe? oportunidad, hace unos meses, de leer dos pero hay que esperar —¿Crees que está dado el clima de Cortá­ —No lo sé. Probablemente a simpatías o poemas míos en la audición de Radio Muni­ zar en la película? ¿Influyen los cambios: el antipatías más o menos acentuadas. Pero por tú me entiendes cipal “Jazz y poesía”, de Felisa Pinto y Ru­ y estrujar la pena que estalla del lugar de la acción y el de la raza del pro­ supuesto nunca se consigue saber claramente bén Barbieri, en la que me presentó Luisa tagonista? cuál es el inconveniente. Es como si todo Mercedes Levinson. en la luz de tus tardes —Yo creo que medularmente el clima de estuviera en manos de una gran “eminencia —¿Qué significa escribir en tu vida? patria mía. Cortázar está dado en cuanto a la frustración gris” que nadie conoce. ¡Perdón!, por lo me­ —Lo más importante, y por lo que dejaría de Johnny y su necesidad existencial de rea­ nos yo no la conozco. todo, aun el cine y el teatro. Una necesidad. Anadela Zavalía

10 11 HOMBRE DEL ALGODON BARRI LETE (De “Tres Voces para El Norte”) LIBERACION

Yo conozco, señor, la turbulenta ALBERTO COSTA patria de los conchabos, y levanto DE LAS otra patria más honda: la del llanto; un ojo más feroz: el de la afrenta.

Se me astilló la carne polvorienta con tanta hiel, con tanto andar, con tanto PROVINCIAS desmoronarme a solas por el canto que a filo y punta cava mi osamenta.

Anduve y ando el Norte; su gangrena lívidos estertores desenfrena sobre el duro color de mi ejercicio.

Y nadie viene a predecirme cuándo caeré de bruces a morir matando el algodón, la rabia, .

Juan José Folguerá - Corrientes

tintos lados. Escapar. Tratar de escapar. Co­ LOS DIAS Y LOS DIAS Oíd mortales el grito sagrado y ... basta. Calculó el momento, le pegó un empujón al rrer y correr. Como aquella vez, en el centro, guardián y colándose entre los coches esta­ cuando cayó preso: no corría solo, con él iba cionados en el patio ganó la puerta y echó su hermano: dieciocho años, con grandes pla­ He andado en las proximidades del fuego a correr. En zigzag, aprovechando los árbo­ nes, con muchas ganas. Fue un día bravo y luego, en la notable intemperie del rocío, les, los desniveles, las sombras; todo aquello aquél; los gases lacrimógenos, las pedradas de la alta a la alta procuración de la luz que pudiera distraer a los que ya lo estaban y después los tiros, convirtieron a la Plaza quise la exactitud del brazo y de la tierra persiguiendo lo usaba como cortina y corría, del Congreso en un campo de batalla. Tam­ para repartirme así como el pan en la mesa con todas sus fuerzas; como cuando era más bién hubo que correr, se habían acabado los humilde pibe y había que tocar el buzón y volver, ladrillos y la policía tiraba sin asco. Ese día o reservarme en ti para la grave ascensión y llegar primero para ganar, cualquier cosa: cayó preso. de las contradicciones. la alegría de llegar primero. Ahora debía escapar, rápido. No podía de­ La distancia no es sólo una cuestión de Ahora no era lo mismo, escaparse de la tenerse a pensar, ni siquiera para recuperar kilómetros. Hay otras formas en el hombre, Pude pensar cárcel era como resucitar. Como cuando ha­ fuerzas. Ya lo estaban alcanzando. Estaban en el sol, en el lenguaje. De un punto a otro, con tu voz que yo no sé a veces cen masajes en el corazón y vuelve a latir. cerca. El seguía esforzándose, como aquel el color es distinto, el espacio, el modo en si es el susurro de repetidas colmenas Y uno está vivo y tiene que aprovechar. día, en Congreso, cuando los corrían con el que transcurre el tiempo. o el eco al aire de distintas colinas Ya llevaba diez minutos corriendo y el carro de asalto y su hermano de repente se Esta poesía que hoy traemos tiene otros pude pensar cansancio se empezaba a sentir, las piernas detuvo, pero no para descansar, porque cayó acentos que la nuestra, la del Sur, como habituar el paso por una región en donde la habían aumentado de peso y los pulmones al suelo, entonces vio la sangre y se dio ellos la llaman. La diferencia no es sólo for­ patria se hacían cada vez más chicos. Hubiera que­ cuenta... Se sintió cansado y se sentó al mal: allí la tierra y el agua son lo primero tuviera la exacta dimensión de tu contorno rido descansar, pero los ladridos y los gritos lado del hermano y los vio acercarse y los que se ve, que se huele, que se sufre. Siempre y la comarca del reposo el aire de tus brazos se oían cada vez más cerca... Oíd mortales escuchó gritar. . . Oíd mortales el grito sa­ están presentes; no como un entorno del poe­ el grito sagrado . . . “Como un juego”, pensó. grado ... te cazamos hijoeputa... pero no ta, sino invadiendo los planos más subjeti­ y andar así, sin límite de memoria, En vez de quedarse a escuchar el grito sa­ se acordaba cómo seguía y escuchó tres es­ vos; sus colores tienen la violencia del trópi­ ciego al año grado se escapó y ahora el martilleo de ese tampidos. .. y nada más. co, los contrastes casi crueles, la sorda fuerza o mordiendo el puño del poema oíd mortales inconcluso y continuo seguía Nada más que unos golpes en la espalda, que las nutre. cuando despierto con ira acompañándolo en su carrera contra el tiem­ porque ya se había parado y trataba de ale­ Y frente a ellas, el Hombre, perdiendo por porque no sé si es cierto que tu voz po, el cansancio y contra todos esos que lo jarse de los estampidos y del grito sagrado ahora en las partidas, resistiendo cara al predijo esta ternura de todas las semanas perseguían. Oíd mortales el grito sagrado ... que no recordaba, pero no pudo y entonces monte, o rodando las ciudades bajo medio­ o guardó la paz doliente de los días. y sus pies ya no le respondían, todo su cuerpo con cada golpe en su espalda, se acordó de días blanquecinos. Quizá como Hombre, o lo sentía dividido en pequeñas partes autó­ Oíd mortales el grito sagrado y de Libertad, nada más que como tierra. Antonio Clavero - Misiones nomas que se le querían escapar por dis­ libertad, libertad. 13 12 ARLT POEMA "Es bueno ser un pájaro todavía mejor ser una nube un día te voy a proponer que caminemos descalzos pero y o estoy contento de ser por aquí Desde el oscuro infierno. h o m b re " a lo mejor Desde el corazón del fruto. e! viento nos mezcla las ideas Desde el eje de las ruedas: espero. y La muerte reciente del gran poeta turco la gente no nos dice nada por andarnos de Nazim Hikmet ha significado una irreparable salvajes Espero la palabra que me haga renacer, pérdida para la poesía revolucionaria mun­ en esta ciudad de mierda que tanto queremos !a palabra que me proyecte y me señale. dial, precisamente en la persona de uno de sus representantes de mayor calidad, firmeza OSVALDO BALBI y prestigio internacional. La palabra Muy difundida, sobre todo en el último que abre las cortezas decenio, la poesía de Nazim Hikmet ha lle­ y enciende soles gado a ser como una representación directa en cada criatura. de lo que debe ser la verdadera poesía de propósito revolucionario, dirigida al pueblo Espero la música de Orfeo y en defensa de los intereses de las masas para atravesar las sombras, populares. Conocido en traducciones al es­ y despertar pañol, sobre todo en sus tomos Poemas y sobre llanuras ardientes. Duro oficio el exilio, ha logrado en poco PKiMER A tiempo llegar al ánimo entusiasta general de Espero la voz que me nombre grandes grupos de lectores de toda Hispano­ y me haga viva, américa, donde se le ha visto como un poeta nuevamente viva, propio, tal como se le considera en los sec­ PUBLICACION como debe ser: tores populares de los más diversos países. Tallo de espigas, Pocos poetas en tan corto tiempo han susci­ NAZÍM HIKMET roja granada, tado tanta admiración y tan compenetrado cardo que rompe la coraza vínculo humano y artístico. y estalla en vuelo. Nazim Hikmet fue un poeta de combate, de continuada lucha que le llevó a la prisión y Espero la palabra que me “signifique” al exilio. En todo el mundo es conocida su para subir desde el centro de la tierra dramática circunstancia de preso y exiliado por un hilo de luz por largos períodos, todo agravado por la mental. En el terreno de la expresión, reco­ hasta los ojos del mundo. enfermedad. Pero además fue Nazim Hikmet nozco todas las posibilidades. Acepto todo lo Y ser: un poeta de principios, de ideas. Precisamen­ que tiene valor artístico y valor humano. DESPUES DEL PERRO rama verde, te en esta oportunidad en que la muerte pa­ Pero si tengo el derecho de elegir, prefiero abrazo de madera. rece ocultar al hombre, cabe destacar la «le depouillement», la sencillez”. Agua que corre, permanencia de su obra poética y de sus “Yo he tratado de encontrar la manera más No queremos decirte. ramales de agua. planteamientos ideológicos y artísticos. En es­ lacónica, sintética y sencilla, una forma que, Es demasiado simple. Piedra de cielo, te último campo se encuentran formulaciones siendo el producto de un largo trabajo, no Acaso nos disfracemos mineral celeste. teóricas y prácticas que, por poco conocidas, lo demuestre. Es decir, no un zueco de cam­ de sonrisa Cometa de papel, pueden ser reproducidas aquí como un ho­ pesino, no con soberbios bordados, sino como para no decirte. cometa astral. menaje de palabra viva al notable poeta. unas medias de «nylon», que no se noten, qu~ Nido, Decía Nazim Hikmet: “Creo que en el arte se adapten perfectamente al contenido dado que muestren la piel como si estuviera des­ La casa nos crece pájaro de la montaña: el sectarismo es un grave peligro. Admito todos los otros puntos de vista, porque ya se nuda. Me esfuerzo por utilizar menos imá­ sin vos. en la palabra. El gas es simple. sabe que la verdad, que nunca es absoluta, genes y comparaciones, evitar lo que podría­ Tener una sombra no puede ser aprehendida sino por la unidad mos llamar “la decoración”, expresarme en Un perro es simple, forma directa y de tal modo que en el poe­ un pedazo de ladrido por la luz de los ojos que me miren. de las contradicciones. Digo francamente que en la literatura no me gustan la acrobacia y ma todo sea imprescindible, a tal punto que, y una cola. el juego banal, el pasatiempo gratuito. Amo quitándole una palabra, todo se desplome. Tus rincones nos crecen. Trepar por todo el aire que respire, Es sencillo despertar apasionadamente al circo, la juglaría, el ma- En fin, de construir de tal manera que se danzando alrededor de la palabra llegue a lo que es verdaderamente esencial.” sin vos. labarismo. Pero en los payasos... No censu­ hasta llegar, ro a nadie por manifestarse de ese modo. “No creo que haya un lenguaje específica­ Y la muerte nos duele, y ser en mí misma consagrada pero es simple. Que lo lifcgan si gustan. Cada cual escribe mente literario o pictórico, ni que haya te­ la palabra que me líame. como se le antoja. Pero yo no me lo permito. mas específicos, más valiosos que otros. Yo Admito perfectamente otras concepciones: la estoy decididamente por todas las palabras y RITA PAOLUCCI LUCIANA DAELLI poesía barroca, retórica, abstracta, experi- por todos los temas... ”.

14 15 Nos reunimos en el club todas las Un rato más tarde llegaron los tardes un grupo de amigos, muy uni­ demás. A las siete y media estaban MOLLAR! MARIO dos, muy divertidos, muy despreo­ todos. No soy muy observador pero E L D E B U T cupados. A las siete, más o menos, me parecieron más animados que de empezaban a llegar los muchachos, costumbre. Parecían nerviosos. Se siempre con un chiste o con una reunían entre ellos, en grupos chicos, CUENTO broma, con un latigazo de alegría un y charlaban, como si discutieran y ¡PRESENTE! poco salvaje, es cierto, pero por eso de golpe largaban la risa. Me pareció mismo más sincera. O a mí me lo que algo distinto sucedía o iba a parecía. Esa tarde el primero en lle­ suceder. Pero apenas traté de ave­ gar fue Pérez. Era un tipo escapado riguarlo, noté que se ponían miste­ de una película de malevos. Pero no riosos. No lo pensé más: se trataba lo era. Tenía el aire, nada más. Y una de mujeres; cuando ellos se ponían expresión, como casi todos los por­ misteriosos conmigo había mujeres teños, de conocerlo todo, de saberlo de por medio. Pérez, en el sofá, se todo, aunque en realidad no supiera estaba riendo con esa risa tan suya; nada que saliera del fútbol, el billar, se reía para adentro, como si tuviera la generala y las m ujeres... osbre tos y yo nunca pude comprender por todo las mujeres. Creo que era por qué era tan recatado con su risa, La guerra y la Paz; en ese sentido ¿quiénes eso que a Pérez lo respetaba. Según justamente él, tan caradura para te inspiran más celo en la pintura? los otros, era muy canchero con ellas todo, él, que una vez había hecho — Cabrones como Rembrandt, Goya, Van y yo respeto profundamente a todo tranquilamente pis en plena calle Gogh, Picasso, Guayasamin, Orozco, etc. aquel que sabe cómo hacer para lle­ Cabildo a las siete de la tarde, serio, várselas a la cama. Tal vez porque a como si estuviera en el baño de su —¿Cómo durás —di^o—, cuál es tu se­ mí me cuesta mucho, soy bastante casa. gundo oficio obligado? torpe con ellas; es cierto que nunca —Me encargo de alimentar automóviles. tuve ni tiempo ni oportunidad de Sentados con Pérez en el sofá es­ taban Jorge, con su risa estruendosa. Trabajo en un garage. aprender; ni bailar sé; el porqué no Y Aníbal, y Ernesto. Y el otro Jorge, importa mucho. Lo que importa es Vázquez, también. Pero Vázquez no —¿Creés en una apertura del gran realis­ que me cuesta y creo que no tiene mo enriquecido con los aportes de las expe­ remedio. se reía. Yo estaba intrigado. Trataba de saber algo pero sin suerte. Cada riencias informalistas? Pérez vino muy alegre ese día, vez que me acercaba cambiaban de —No sólo del informalismo sino de todos mejor dicho esa noche. Cuando esto conversación. Pasó como una hora y los aportes positivos de la pintura de van­ pasó a las seis ya era de noche, por yo estaba como al principio pero mu­ eso del cambio de hora que sólo sirve cho más interesado. Ya no pude es­ guardia de este siglo. para confundir a la gente y para tar tranquilo. La excitación que ellos —¿Qué pintor argentino nos representa hacer que gane más todavía la com­ sin quererlo tal vez, me habían con­ pañía de electricidad. Por lo menos tagiado me lo impedía. La cosa olía mejor? eso dice Pérez. Y como siempre hay a aventura y las aventuras de mis —Bemi. alguien que piensa de otro modo, la amigos habían llenado mi vida soli­ —¿Qué te preocupa más de tu obrar que cosa termina en un desafío a la taria. Muchas veces había soñado, des­ “conmueva”, que “esclarezca” o que “guste”? paleta, para decidir en la cancha pierto y dormido, con ser actor de quién de los enfrentados tiene ra­ cualquiera de las historias que con­ —Que conmueva y esclarezca. zón. A mí me gusta la paleta. Verla taban, divertidas algunas, muy sucias —¿Por qué nos ignoran en Europa? más que jugarla —estoy mientindo; casi todas, pero con un aspecto terri­ —¿Cuántos años tenés? blemente verdadero. Y que por eso, —Porque no se ha logrado una personali­ lo que sucede es que soy muy gordo —Treinta y cuatro y medio quemado. dad argentina, americana en las obras, porque paar ese juego, en que la agilidad es por ser ciertas, no podían contener­ —¿En qué medida tu actitud estética se tan importante— también es cierto me como no fuera en el terreno de los que digitan la cultura no quieren ni creen que me gusta ver a los jugadores to­ la imaginación, y mis sueños, en un verifica en las obras? en una cultura nacional, porque no se pue­ dos de blanco, con sus cuerpos su­ lugar en donde mi figura desdichada —En todas mis posibilidades siempre que den enviar los pintores que menos nos repre­ dorosos, sus gritos, sus carcajadas, pudiera no tener ninguna importan­ no riña con lo que quiero expresar. cia. En las historias que escuchaba sentan y porque para penetrar en el mercado sus protestas contra la buena volun­ —¿Por qué elegiste la pintura? tad de Dios para con ellos cuando las la mujer se me aparecía de una ma­ internacional no hay que dormirse. cosas no salen bien. Pero jugar a nera totalmente increíble para mí, —Te diría que en principio me eligió ella —¿A qué crítico llevarías al paredón? eso sería más divertido todavía. Me para quien la mujer era un ser di­ y luego la utilicé yo en la medida de lo vino, la depositaría de toda mi po­ —Críticos no existen, comentaristas sí y en­ gusta todo lo que sea movimiento, posible. tre ellos elegiría a Manucho. velocidad. Tal vez porque soy gordo, sible felicidad, y, por eso, absoluta­ —¿Qué tiene que ver la elección formal rodeado de carnes fofitas, sonrosa­ mente incapaz de comportarse de la del grupo ESPARTACO, al que pertenecés, —¿Qué aconsejarías a tu hijo si preten­ das, por más rabia que me dé. Hola manera en que mis amigos lo reve­ diera abordar también la pintura? gordo, cómo te va, dijo Pérez y yo laban. Pero no es muy importante con el muralismo mexicano? le dije que todo lo bien que podía mi opinión. Conozco muy poco a las —Ya la abordó y para desgracia mía lo mujeres. —No creo que los medios formales del gru­ esperarse de mí. Pérez se rió y dijo po estén entroncados con el muralismo me­ hace mejor que yo. que no me preocupara, que ya ven­ Y de golpe todo se hizo claro. Fue —¿Qué mandato dirigirías a tus colegas de drían tiempos mejores, que las cosas cuando Jorge Vázquez le dijo a un xicano como se dice, lo que sí creo es que no serían siempre de la misma ma­ viejo, delante mío, que esa noche to­ buscamos lo monumental como necesidad pincel? nera. Entonces le propuse jugar al dos los de la barra irían a... e hizo fisiológica del mismo. Existe una continuidad —Que no sean tan “revolucionarios”. ajedrez y él dijo que no. Ya sabía un gesto en el aire, como si serru­ —¿Dónde creés que la revolución encon­ que iba a decir que no. En realidad chara. Se confirmaron mis sospechas, en la pintura latinoamericana y los únicos a mí tampoco me gusta mucho el entonces; era cosa de mujeres, no- que han sido realmente muralistas son los trará a los pintores? ajedrez, pero como siempre he sido más. Cosa rara, alguno de ellos fue mexicanos. Sus enseñanzas no son nada des­ —En su mayoría sentados en colchones o fuerte en matemáticas me adapté más indiscreto. Y, por suerte, lo sorpren­ deñables. salvavidas. rápido que los otros y gané tres cam­ dí. Me llamó la atención que dijera: peonatos seguidos en el club; eso me todos. No era habitual. Siempre era —¿Cuánto hace que pintás? —¿Qué pintarías en tu barrilete? compensaba de algún modo de perder uno que esa noche no venía al club —A los seis años comencé con una pizarra —Una figura con dos cabezas, la misma invariablemente a cualquier otro de­ y que al otro día nos decía, qué que compró mi padre para que hiciera cuentas. cara pero en dos expresiones distintas, una porte que practique. Pero los mucha­ era lo que estuvo haciendo, con quién, —Los escritores sufrimos una muy positiva tensa, dura, y otra sonriente como viendo que chos ya escarmentaron y no querían CARLOS PATINO saber nada conmigo aí ajedrez. Continúa en pág. 26 efívidia por los autores de Rojo y Negro y no está muy lejos.

16 17 Federico Fellini, el director cinematográ­ diálogo o cualquier cosa que me guardo en fico italiano (I Vitelloni, Amore in cittá, Le el bolsillo durante meses y que antes o des­ BIOGRAFO notti di Cafciria, Bocaccio 70, La Dolce Vita, pués me servirá. 8y 2 ) está dando los útimos toques a su nueva Mientras tanto he abierto una oficina, he película “Giulietta degli Spiriti” (La Julieta citado gente, he mirado muchas caras. Las de los fantasmas), en la que desempeña el caras me excitan. A su contacto nace el film principal papel su esposa Giulietta Masina, en forma figurativa, antes que por otra cosa, PURO quien vuelve así a la pantalla después de va­ por un proceso negativo de exclusión. Des­ rios años de ausencia. pués se determinan las afinidades, la selec­ Una promoción altamente eficiente se ocu­ ción. Comprendo sobre qué tipo de personaje pó de Fellini a lo largo de todo el año pasado, humano me estoy moviendo, empiezo a llenar en Italia, en donde se confundieron televisión las carpetas de fotografías y a amontonarlas y periodismo para recrear la imagen íellines- sobre el escritorio, cada una de ellas con sus ca en el público italiano. De las diversas en­ etiquetas: Caras graciosas (hombres), caras trevistas que se le han hecho, probablemente graciosas (mujeres), el abuelo... Esta es la la que sigue es la mejor sintetizada y explica indecisión, no sabía decidirme. Comencé a su posición frente al cine en general y su pró­ corre el riesgo de prolongarse hasta el infini­ xima película en particular. Por eso reprodu­ to. Con las caras me encuentro a gusto: a ve­ cimos sus términos para nuestros lectores. ces vengo a la oficina fuera de horario, las saco de las carpetas, me pongo a fantasear, —¿Por qué no habla nunca de las películas las veo envejecer, cubrirse de polvo, trans­ que está por hacer? formarse. Con 8y 2 llegué al punto máximo de —La verdad es que al hablar de un film indecisin, no sabía decidirme. Comencé a se consigue determinarlo, coagularlo. Se fijan filmar no sólo con un libreto inorgánico, sino ideas que en realidad sólo debieran servir de que muy voluminoso además: para algunas marco. Al repetir la operación cinco o seis escenas se preveían hasta tres o cuatro ver­ veces con otros tantos periodistas, el film se siones con sus correspondientes diálogos... convierte inevitablemente en aquello que se —¿En qué momento elige el protagonista? ha dicho. A fuerza de hablar de lo que se —¿De qué manera esa imagen primera se —A veces el film nace con el actor, pero quiere hacer, y en particular de hablar de un desenvuelve, crece y se convierte en un film? esto ocure sólo cuando se trata de mi mujer modo falso se termina, no haciendo lo que —El nacimiento es el instante más peligro­ Giulietta Masina. En los otros casos la elec­ se quiere, sino esa cosa diferente que se ha so para un film, ya sea que parta de una idea, ción del protagonista constituye el punto descripto. El hecho es que un film es una fan­ o de una imagen. Tengo obstétricos valiosos más delicado y se produce casi al final. Fue tasía que se traduce en imágenes filmadas: en Pinelli, Flaiano y Rondi, pero a veces es así también para Marceño Mastroiani. A ve­ describir la película que se hará no significa necesario estar en guardia también contra ces me enamoro de la fotografía de un actor otra cosa que preferir las palabras a las imá­ los colaboradores más fieles y más íntimos. que nunca vi. Después acontece que lo conoz­ genes interiores, deteniendo el acto creativo Basta una nada para que la idea se distorsio­ co y me desilusiono cuando se descubren los en el hablar. ne y se ridiculice. Cuando en esta etapa me defectos. Pero siempre utilizo los actores que dirijo a cualquiera de ellos, no consigo hablar elegí: estudio sus defectos, trato de traducir­ —¿Por qué no hablar por lo menos del de la misma manera que lo hago cuando ha­ libreto? los en cualidades positivas para la película. blo conmigo mismo, por timidez, por pudor, Jamás le pido al actor que se meta en la per­ —El libreto es solamente un instante de no sé... Y entonces trato, de presentarme, sonalidad del personaje. Me parece una ope­ la construción fantasiosa o imaginativa de un bien o mal, con algo concreto y no sólo con ración errada, de superposición. Busco mejor film, y yo aspiro a dejarme vigente toda po­ palabras. Intento abocetar un personaje, el lo contrario. Adaptar el personaje al actor. sibilidad de contradicción. Lo que necesito es germen de una historia. A veces me entrevis­ Una historia se puede contar de muchos mo­ no tener la sensación paralizadora de estar to por separado con uno o con otro, pero no dos. No existe de ninguna manera un modo vinculado a cualquier cosa pensada o escrita se trata de entrevistas profesionales: habla­ prefijado, único. ¿Cómo puede hacerse para o dicha anteriormente, en cualquiera de los mos durante el almuerzo, en la cena, en au­ establecer antes cómo debe ser un personaje? momentos que van desde la idea de partida y tomóvil, y yo escucho. A veces estamos me­ Este modo de construir es antinatural... la terminación de la película. ses sin vernos. En este momento es habitual —¿En qué forma elige el paisaje? —¿Sus películas, por lo tanto, parten de que busque un productor, abra una oficina; —Aquí cuento con un colaborador excep­ una idea? en síntesis: creo las condiciones de un com­ cional: Picro Gherardi. No hace preguntas promiso, una exigencia externa al trabajo, un nunca, ni siquiera lee el libreto. Y es uno de —A veces la idea existe y a veces esta idea contrato. .. la arrastro conmigo durante años. 8y 2 era los primeros a los cuales recurro, después de Hay veces en que después del contrato las Flaiano y Pinelli. A veces paseamos juntos, una idea, el intento de un retrato en muchas charlas con mis colaboradores pueden dege­ dimensiones, y como tal es anterior a Le notti a veces cada uno por su lado: muy a menudo nerar en una cosa estancada. Si el film se descubrimos por separado el mismo lugar. di Cabiria. Sin embargo, el nacimiento de resiste a salir, entonces asumimos tareas. A CON cada película tiene su historia: a veces es sólo Yo le explico la atmósfera, el carácter que de­ Flaiano le pido que me escriba algunos diálo­ ben tener los lugares y los ambientes. Pero una vaga intuición, a veces solamente una gos. Bien o mal ya hay un personaje, o situa­ imagen que me golpea como fue el caso de tampoco aquí condiciono nada “a priori”. Se ciones posibles. A Pinelli le pido que escriba busca, se mira. Todo es útil. Todo sirve. A FELLINI Le notti di Cabiria. La imagen de Cabiria es algo sobre el personaje. Lo mismo a Rondi. la imagen misma del impulso vital. Y yo por mi parte temo notas o esbozo un Continúa en pág. 30

18 19 BARRILETE DE LOS PIBES

E S E MURO TORMENTA

Ese muro. El cielo ha cambiado de túnica, escolar, como consecuencia de tener que con­ Ese muro al que llegan las aguas dormidas, de luna, tribuir al sostenimiento de la familia; pibes de matices. mendicantes o vendedores de cualquier cosa, hamacándose en una mecedora, explotados miserablemente, aun por sus pa­ cuando el viento Las campanas se ahogan al volcarse los truenos. dres, porque la miseria y la ignorancia de­ es calmo; sólo brisa. El relámpago camina, gradan sin remedio. Este es el cuadro de una por el sombrero de la tierra. población infantil que en la Argentina, como en todos los países subdesarrollados del mun­ Ese muro, RUBEN MARIO BOERIS (12 años) do, sufren de hambre, enfermedad y frustra­ en el que chocan las olas, ción y que es deber irrenunciable salvar. rompiéndose en mil cristales. ¿Entonces?. . . ¿Cuántos artistas nos está Nuestros grandes poetas se quedan robando un sistema históricamente condenado Ese muro, en la zaranda a muerte? ¿Cuántos hombres que por ser eso, desgastado en tiempo. MI PUEBLO hombres, tienen derecho a disfrutar de lo Eres tú, más elaborado del pensamiento humano, y sin Ese muro, pueblo amigo lleno de fragancias, En nuestro número anterior, al inaugurar embargo fueron degradados, embrutecidos y desde el cual color a sed. esta página, decíamos que la orientación ofi­ esterilizados por ese mismo sistema? ¿Cuán­ muchas veces contemplé Los días enriquecen la luz que se tramoya. cial de la escuela argentina asesina el impulso tos se van perdiendo irremediablemente en el atardecer de las aguas dormidas. Los campos semejan solitaria tibieza, creador de nuestros pibes. Eloy quisiéramos la oscuridad, en la alienación, en la insensi­ esconden ya su piedra, ampliar este concepto, pues la escuela y su bilidad? Sería muy difícil precisar el número. Ese muro . . . que alegran los caminos, organización representan una estructura den­ Pero a nadie le quede duda de que la cifra Hoy no existe. la oscuridad tranquila tro de otra mayor, que la condiciona. Concre­ haría temblar. Y el ejemplo lo tenemos aquí, Fue reemplazado . .. que quiebra el sol valiente. tamente: cualquier intento individual por muy a mano. Está en estos poemas llegados por el gran dique Las aguas de los ríos, parte de maestros y alumnos, todo el amor y desde una escuela de Ramallo, provincia de que los hombres construyen . . . ríen en su mirada como espina dulce la dedicación que se pongan en la tarea de Buenos Aires. Sus autores son chicos de 12 y en delicada estrella. liberar la creatividad infantil y toda la ciencia 13 años, casi adolescentes. Por lo mismo, en ROBERTO IGNACIO BARBERIS (12 años) Repechan en su pueblo, que acompañe el esfuerzo, está condenado de los umbrales de modificaciones claves en su hombres de corazón, antemano a perder un altísimo porcentaje estructura psicofísica. A caballo entre el mun­ de palabra tan honda, de su efectividad, dado que el medio socio­ do mágico infantil y las realidades adultas. En DIA DE BRISA Y SOL de gemelas cataratas económico en que deben desarrollarse los estos poemas —algunos de una perfección sobre el valle hecho vendimia. chicos no es propicio. Dadas las condiciones que asombra, por la profundidad conceptual, actuales, no hablemos de las profesiones libe­ Pastos verdes, JUAN JOSE SBUTONI (13 años) por la riqueza imaginativa, por la voluntad sol pesado. rales, cumbre de las aspiraciones no tan formal puesta en su construcción— se revela ocultas de nuestra pequeña burguesía: “M’hijo La brisa arremolina una captación de la realidad vital de los auto­ las últimas hojas de otoño. el dotor” tiene aún clara vigencia, aunque la res, que se traduce poéticamente con un poder desesperanza cunda entre nuestra clase media Casas blancas y cerradas. de evocación y una naturalidad increíbles. Calle que choca con otra, UN NIÑO EN LA CALLE como consecuencia de su ininterrumpido em­ Estos chicos son poetas, hacen poesía y de la pobrecimiento. Pensemos en artistas, poetas, sosteniendo las huellas de un carro mejor. De la misma manera que se apasionan retorcido y tambaleante. Un niño, músicos, pintores. Pensemos en esa otra crea­ por el fútbol, o las carreras de autos, o el en la calle. tividad necesaria para captar y gozar una El cielo es amor que les va naciendo. Estos chicos pue­ una descorrida y pálida Brisa que lucha obra de arte, para recrearla. Pensemos en el den todavía expresarse y comunicar. Estos artista que da y en el hombre sensible que sábana azul. por la vida. chicos pueden anudar poéticamente el mun­ Un pájaro cruza, Pies que aplastan recibe, capaz de reproducir dentro suyo el do y entregárnoslo con su firma al pie. Pero, proceso creador, para que el vínculo de comu­ perdiéndose en la distancia . . . la ciudad. ¿podrán seguir haciéndolo? Caemos en la Nada ni nadie. Un niño, nicación fundamental quede establecido, para tentación de modificar levemente un verbo Silencio. en la calle. que creador y receptor queden justificados. y, asumiendo la representación de todos Y mientras pensamos en la verdad y realidad Silencio que quiebra con un desgarrón Tierna desnudez aquellos que se perdieron para siempre, el ladrido de un perro. que mira las estrellas de estos principios básicos, otras verdades y terminar ese hermoso poema de Barberis Calor. goteadas de carmín. realidades se nos vienen encima provistas de (12 años) de esta manera: Fuimos reempla­ Más calor. una fuerza demoledora: miles de lustrabotas Un niño, zados ... / por el gran dique / que los Calor infernal. diseminados por ciudades y pueblos del país, hombres construyen. .. en la calle. Día de brisa y sol. cuyas edades oscilan entre los 5 y 13 años, en Porque la zaranda de un sistema inhumano, Tiritando en el lecho de piedra su mayoría; monstruosos índices de deserción se queda con nuestros mejores poetas. DANIEL GARCIA (13 años). ALBERTO OSCAR FRIGERIO (12 años)

20 LOS CAMPEONES DE LA NOCHE MITRAGLIATRICE POESIA

ARGENTINA Ninguna ley tengo para ofrecer Los molinos de los dioses muelen lentamente ninguna profecía pero el molino salvo la muerte y las revoluciones victoriosas. charla en un mecánico staccato. Dejemos entonces al guerrero en paz Miserable, infame fantasía de la mente y a los hermanos rotos en medio del camino. que avanza sobre terreno difícil Pasamos al sacrificio. La Ceremonia está servida: y transforma esta máquina de escribir abrazos celebrados detrás de la ciudad en una ametralladora. besos en andenes movedizos mudas consignas en salas de espera y a veces ni un guiño - nada para despistar nada para sobreentender sólo los ojos lacios como en mesa de poker.

Ya no podremos ser los elegidos por el sol los cachorros feroces que asombrarían al mundo. Apenas si hemos nacido sin querer ERNEST KEMINGWAY viejos desconocidos a quienes llamo mis amigos perdidos en el trasbordo y sin saber qué tren RIPARTO D’ASSALTO tomar. MARINEROS Pero mis compatriotas juegan a dormir y a olvidarse de todo A los sobrevivientes los conozco; Tamborileaban con las botas los estribos Marinero es un hombre de mirada tatuada, borrachos que invocan a Dios como a una del camión, largo y seco el cabello deuda de juego sobre los hombres firmes como nudos de soldados que hacen patria en los umbrales botas clavadas sobre los estribos del camión. soga, pálidos maricas dispuestos a fingir hasta el Sargentos endurecidos, el corazón salado. alba Marinero era un barco que visitaba los parejas para las que ha terminado sin gloria cabos, llagas corporales. domingos esta noche en la que tanto creyeron Un teniente pensaba en una prostituta cuando mi abuelo sacaba a relucir viejos y también el húmedo insomne que mueve de Mestre, amores sus ojos desde el hospital y después, al volver, brillaba el empedrado acechando el ruido de los libres caliente, tierna y soñolienta prostituta de cigarros aullando por la droga que le traerá el olvido DOS POESIAS ITALIANAS tibia, confortable y amable. el negro paraíso que es dormir una noche o cáscaras doradas de bananas maduras. (traducción: Marcela Milano) Marinero fue el cuerpo de mi primera esposa Frío infernal, amargo, horrendo viaje, que anclamos una tarde, tres o cuatro Y aquí El solo nombre de Hemingway mueve una camino que serpenteando sube hasta curiosos, en el centro de la ciudad presencia vital, recordable por más de un mo­ el Grappa. al pie de un gran silencio. las tiernas actrices compran el diario tivo. Su propia vida tuvo reales, generosos Marinera es la ¡mella que navega mi sangre, y los temerosos quieren saber qué pasa en elementos de novela; pero en el plano lite­ Los Arditi sobre las monturas, rígidos raro encuentro callado de varias razas juntas el mundo rario, es sólo su prosa la que funda y sostiene y helados, en camas de pensión o castillos lejanos. mientras los coches llevan solitarias parejas su prestigio. No se habla de Hemingway poeta. orgullo de la patria, rígidos y helados, Marinera es la suerte que me espera en la y todos tanteamos una cama y un nuevo Tampoco nosotros pretendemos afirmarlo. Pe­ puérta, sueño ro sí brindar —como un homenaje y una hirsutos rostros, vientres embarrados el cuaderno rayado por tanta falsa espera, y la mañana viene trayendo la luz y la paz curiosidad a la vez— dos poemas suyos, esca­ —la infantería marcha, galopan los Arditi—. la espuma subida del recuerdo pero no para todos samente conocidos, escritos en París en 1923 y aquella juventud, de fatigados estudiantes apenas para nosotros y que llevan el título original en italiano. Gris, frío, amargo, horrendo viaje nocturnos, los ganadores hacia pinos desventrados sobre las pendientes que se quedó varada en el olvido. N. del T.: Mitragliatrice: ametralladora. Riparto los verdaderos campeones de la noche. d’assalto: Compañía de asalto. Arditi: Soldados per­ del Grappa tenecientes a batallones especiales, seleccionados y EDUARDO ROMANO MARIO TREJO adiestrados para los asaltos. hacia Asolo, donde murió la carga del furgón.

22 23 Teatro IFT. Lo conocemos. Alguna o varias curso de capacitación y un taller de aprendi­ BARRI LETEATR AL veces fuimos pero lo que no todos conocemos zaje en el que llegaron a participar 12 inte­ es que en su segundo piso Juan Enrique Acu­ grantes, era en 1961. En agosto de ese año ña trabaja en títeres desde 1960 y allí or­ presentamos tres obras breves: “Perurimá ganiza y dirige la primera y probablemente y el Pombero”, “El mago Pelafustán y su ca­ única escuela de títeres que funciona en el ja de sorpresas”, ambas mías, y “Una mano país. para Pepito” de Roberto M. Cossa. Este es­ pectáculo montado en un escenario de seis metros de ancho, fue luego adaptado al tea- Quién es Juan Enrique Acuña? De su larga trillo portátil y presentado varias veces en biografía extraemos que comenzó sus activi­ distintos barrios de la Capital y del Gran dades de titiritero en 1944 con los “Títeres Buenos Aires, especialmente en algunas vi­ del Verdegay”; en 1957 funda “Titiritania” llas miserias. Luego me fui a Europa a fin de para perfeccionar artística y técnicamente el ese año y recién me reintegré al IFT a me­ espectáculo de muñecos. En 1960 la dirección diados de 1964. “¿Qué trabajo se realiza en del teatro IFT le propone organizar y dirigir su escuela?” Trabajos de taller (confección el Departamento de títeres, tarea a la que se de muñecos, escenografía, etc.) y también lec­ ha dedicado casi exclusivamente desde en­ turas y análisis de textos. La labor funda­ tonces. Su espectáculo fue auspiciado por las mental de la escuela es la de formar un equi­ municipalidades de Buenos Aires y Lomas po de trabajo en el cual están integrados el de Zamora y por las direcciones de cultura de escenógrafo, el iluminador y el músico. A Misiones y Chaco. A fines de 1961 viaja a este último lo consideramos de gran impor­ Europa en donde permanece tres años ha­ tancia ya que no damos a la música un mero ciendo estudios de perfeccionamiento y espe- papel adjunto sino que la integramos dentro cialización en diversas disciplinas del teatro del “climax” de la obra. “El músico Rolando y cine de muñecos. En esta ocasión siguió Mañanes, que nos estaba escuchando atenta­ cursos de dirección, tecnología y dramatur­ mente, dice: “No podría haber hecho la mú­ gia en la cátedra de títeres dependientes de sica sin haber convivido con ellos”. la Universidad Carolina de Praga, y en el es­ Una serie de sombras y contraluces que se tudio de cortometraje de Muñecos Animados Juan Enrique Acuña mueven dentro del escenario nos llaman la dirigido por Bretislav Pojar, del grupo de Jiri atención y de allí Héctor Bustos el ilumina­ Trinka. Escribió una obra sobre su especiali­ dor nos dice: “Esto lo logro mediante un jue­ dad “Teatro de Títeres” en 1960, traducida go de planos cinematográficos (primer plano, al checo en 1963. Escribió obras para títeres: plano americano, plano lejano), proyectados “Perurimá y el Pombero” (1944), “Una tor­ en tres pantallas panorámicas logrando con ta para Analía” (1946), “Sopa de piedras” Ya que Ud. habló de Europa Oriental, ¿hay las siluetas en sombras que éstas prolonguen (1955), “El mago Pelafustán y su caja de sor­ en estos países estímulo para este tipo de la acción de la escena en una perspectiva de presas” (1957), “Cohete a Marte” (1958), actividad? horizonte; pero lo realmente novedoso es que “Fiesta de Titiritania” (1959) y dos adapta­ “Sí, existe un estímulo tremendo para el las sombras no se ven por simple transparen­ ciones: “El músico y el león” y “La niña más teatro de muñecos. En Praga hay una Facul­ cia sino por contraste, lo cual significa dos liviana que el aire” sobre un cuento de Paul tad de titiriteros y la carrera dura cinco años. colores en la pantalla”. Eluard, para “teatro negro”U). Es también Hay 16 teatros con un promedio de 100 per­ Retomamos el diálogo con J. E. A.; ¿“Qué poeta, y su poema “Labrador” obtuvo el pri­ sonas trabajando en cada uno. Técnicamente nos puede decir de su última labor? Fue “El mer premio del certamen René Bastiniani. están terriblemente adelantados, ya que en músico y el león”, en la que estuvimos traba­ Moscú han interpretado varias obras de Sha­ jando durante dos meses en su preparación Rodeados por las maquetas y muñecos de kespeare y en Varsovia “La ópera de dos y montaje y donde introdujimos la novedad su próximo espectáculo empezamos a conver­ centavos” de B. Brecht, solamente con mu­ de muñecos de gran tamaño realizados en sar con J. E. A. y le preguntamos: ¿Existen ñecos. “¿Cuáles son los principios fundamen­ espuma de nylon. ¿“Y de lo que vendrá?” diferencias fundamentales entre su conjunto y tales que sostiene en su trabajo?”. Se los voy No podemos hacer el curso y trabajar en una los otros existentes? “No existen diferencias”, a decir esquemáticamente: 1) que los títeres obra; hay que terminar primero la formación nos responde, existen conceptos diferentes son una forma específica del arte dramático, del equipo, éste tiene lo fundamental: iden­ en cuanto al teatro de muñecos. Este com­ con caracteres peculiares que es necesario tidad de concepción repecto al trabajo, espí­ prende, teatro con , con títeres de definir y desarrollar en todas sus posibilida­ ritu de colaboración estudio y perfecciona­ guante, el muñeco de varilla, la mano des­ des artísticas y técnicas; 2) Que los objetivos miento. Uno de nuestros problemas, del tea­ nuda o con guante, etc. Nosotros no tomamos y la orientación del moderno teatro de títe­ tro de títeres, es la carencia de autores que algunas de esas formas, sino que abarcamos res coinciden con los que sustentan la prác­ escriban exclusivamente ese tipo de obras, a todas y procuramos combinarlas. En Euro­ tica del teatro independiente en nuestro país por eso este año una de nuestras labores fun­ DIÁLOGO CON pa Oriental es éste el concepto que impera y 3) que la forma más apropiada de realizarlo damentales es la organización de un semina­ actualmente y en muchos casos se toman lo es la del trabajo en equipo, con sus exigen­ rio para incorporar escritores que escriban viejas tradiciones, así el títere litúrgico de cias de estudio, especialización e idoneidad obras de títeres y hacer una obra con el equi- Java fue recogido por los teatros de la URSS individual y colectiva. “¿Cuál ha sido hasta JUAN E. ACUÑA y Checoeslovaquia”. ahora su labor en el IFT?”. “Organizar un Continfia en la pág. 28

24 25 y cómo. Algunas veces, dos. Rara vez no iban a ninguna parte, de dónde Las cosas empezaron a amontonarse, más. O sí. Entonces me di cuenta de había sacado eso. Le dije que Jorge a encimarse rápidamente y no las CARTA DE UN LECTOR algo que había olvidado, con la ex­ Vázquez lo había dicho y entonces me pude seguir. Pérez me dijo: “Ahora citación y todas esas cosas. Blanqui- arrepentí. Porque Pérez fue derecho podés venir, si querés. Ernesto no va, ta. ¿Cómo pude olvidarme de Blan- a donde estaba Jorge y le echó en ni se iba a enterar”. quita? Cada vez que alguno de ellos cara su lengua larga. Yo dije, arrepintiéndome en segui­ se quedaba sin mujer, decía, casi Era con Blanquita, no más. Pero no da, que no. Pero contra lo que me invariablemente: “Esta noche voy a me querían llevar. Algunos de la esperaba, Pérez insistió. Y yo me tener que acostarme con Blanquita”. barra no querían que yo fuera. Er­ negué otra vez. Y entonces Pérez di­ Cien veces escuché algo por el estilo. nesto, principalmente, el que tenía jo: “lo que pasa es que a vos te gusta Y entonces, lógicamente, pregunté. el teléfono de ella, el responsable más tu mano que Blanquita” y yo le Yo hacía poco que iba de noche, que de la gente que le llevaba. Ernesto contesté que sí, que iba, por qué no, había dejado de ser cadete, que ha­ se mostró irreductible cuando Pérez total, si todos iban... bía igualado el tiempo con los gran­ le dijo que me podían llevar, que Todo el club se enteró. Los más des. Y no me lo quisieron decir. Se total ya no importaba mucho, y que viejos se acercaban y me palmeaban rieron. Una vez, Pérez me lo dijo. la tipa esa dejara de hacerse la es­ y me decían cuidado con Blanquita, Blanquita, claro, era una mujer. Pero trecha que aguntaba cualquier cosa. que es brava, pobre gordo, te va a distinta de las otras, me dijo Pérez; Eso me dijo Pérez que él le había matar. Y otro decía, sin embargo, a Sr. Gustavo García Sara vi. por qué, pregunté yo. La explicación dicho. Y también me dijo que Er­ mí me dijeron que es un poco fría, me asombró. Jamás lo hubiera ima­ nesto seguía negando, porque él te­ y todos reían y yo estaba feliz, o pol­ ginado. Así que por unos pesos, cual­ nía que portarse bien con ella, que lo menos contento. Por una vez yo quiera, no importara cuántos, mien­ no quería quedar mal con ella por­ era causa de alboroto, yo era causa Tengo el agrado de dirigirme a usted a tras más, m ejor... Una vez salieron que a él no le cobraba y cómo iba a de risas no por no ir con una mujer todos, hará unos quince días. Dijeron arriesgar por el gordo una cosa así. sino por ir con una mujer. Y Blan- efectos de hacerle presente mi sorpresa pol­ que iban con Blanquita. Claro que Pérez terminó: Perdóname, pero... quiía crecía en el fondo de mi ima­ la grosera frecuencia con que me evita es­ no me quisieron llevar. Me quedé Yo le dije que no importaba, total, ginación y llenaba por adentro mis cuchar programas de radio. Cada vez que solo, vagando por el club, preguntan­ no pensaba ir. Pérez dijo: En ese ojos y mi soledad con sus carnes do por esa Blanquita que era capaz caso, ah, bueno, fenómeno. Y se fue, muy blancas, son carnes muy blan­ convoco esperanzado la caricia oral de mis de sacar del club a los muchachos, arrastrando los zapatos, a la cancha, cas, Gordo, había dicho Pérez, muy así, totalmente. Los otros me decían a ver el partido. blancas, da gusto. Y todo el club sa­ transistores, aparece su fecunda actualidad que me callara la boca, que no le­ Pero estaba mintiendo. Sí, me im­ lió hasta la puerta a despedirme, co­ recetándome diversas maneras de evadirme vantara la perdiz y otras cosas que portaba, no sabés cuánto, Pérez, me mo si yo fuera un héroe, como si hu­ mágicamente o cualquier otra cosa. A mi no no entendí del todo. importaba. Vos no podés entender biera conquistado un trofeo, como si Al otro día supe detalles. La tari­ lo que significaría para mí estar esta fuera a mi luna de miel. Algunos me me molesta que “La Nación” lo haya pre­ fa doscientos pesos. Y no sólo eso; noche con ustedes, participar de las abrazaban y otros gritaban “el gordo cada uno contó lo que había hecho bromas, de la ansiedad, del olor de va a debutar”, “el gordo se va a acos­ miado por “Con la patria adentro”, lo que con ella y lo que Blanquita había Blanquita, de estar en la habitación tar con Blanquita” y sus carcajadas me molesta es que crea que ese título es de hecho a su vez. El resultado fue que donde está ella, desnuda, caliente del estallaban en el aire y sus gritos obli­ Blanquita pasó a ser, desde enton­ cuerpo del anterior, y que me diga: gaban a la gente a darse vuelta, a propiedad y desde su despacho, muy oficial ces, la sacerdotisa de mi culto noc­ arrímate, vení, no tengas miedo y mirar desde las ventanillas de los por cierto, nos haga creer a empujones que turno y lamentable. Blanquita ingre­ que me arranque, con su cuerpo sa­ colectivos, a pararse alrededor nues- es importante. Lo que no recuerdo es si lo só a mis noches, y fue, desde enton­ bio, de la oscuridad de mis dudas y tx-o, bendita seas, Blanquita, de las ces, mi más firme esperanza. que me diga después, a vos no te carnes muy blancas y los hombres por premiaron después de instalarse en el cargo toneladas sobre tu cuerpo. Cuando me quedaba callado, en mi­ cobro, fue gratis, vení cuantas veces que ocupa o lo ocuparon después de insta­ tad de las conversaciones, o cuando quieras, sos mejor que todos esos, El tiempo parecía no pasar más. te lo digo yo. Sé que no es muy hon­ Hacía un rato, cinco minutos, de los larlo en el premio que carga, pero eso no hacía preguntas demasiado interesa­ roso mi pensamiento, pero quisiera das, o cuando tiraba de la lengua a del reloj, que estábamos en la casa importa porque yo jamás dudo de la honradez alguno para que me contara, ellos verte a vos, Pérez, en mi lugar, con de Aníbal. Ya Pérez había dicho a me recetaban a Blanquita. —Mirá mi cuerpo desdichado y mi cabeza los otros “bueno, no lo carguen más, de los jurados, de la presencia de Dios, del gordo —había dicho Pérez un día—, lúcida, quisiera verte a vos. Sé que que sin o ...” no escuché lo que dijo destino del mundo y de usted. Sobre todo de lo que pasa es que necesitás una mu­ nada de lo que pienso va a suceder, después, porque estaba muy lejos, jer, después que yo le dije que me pero el solo hecho de poder estar pei-o todos dejaron de burlarse. Por usted que está siempre a la vuelta del dial, sentía muy solitario. Pérez se había donde una cosa así puede llegar a un rato. llenando con su presencia el espacio-tiempo sonreído ante mi confesión, pero a suceder, me compensaría de mis no­ Estaba, pues, allí. Finalmente, a ches solitarias y tristes. Vos no sa­ pesar de todo, a pesar de mi gordura, de mi vida oyente. mí no me había importado. Compren­ bés, Pérez, lo que eso significaba do que esas confesiones no las hacen de mi timidez, de mi miedo, de mí Pero quisiera saber si usted se justifica, los otros muchachos, pero no las para mí. mismo, estaba allí. Yo también ten­ hacen porque no están, seguramente, Sonó el teléfono en ese momento dría algo que contar, yo también ma­ o si se puso de moda sin que uno se diera tan solitarios como yo. Pero Pérez y don Angel dijo: Para vos. Ernesto ñana me reiría a carcajadas en el cuenta, como Palito, sin ánimo de compa­ se había sonreído y me decía que habló un rato y cuando colgó se club y yo también contaría las cosas Blanquita era especialista en curar acercó a Pérez y le dijo algo. Sólo que hicimos con Blanquita. Y, quién ración. penas de mi tipo. Y decía una gro­ alcancé a escuchar “y no puedo de­ sabe, tal vez desde esta noche los sería y reía, con su risa de tos, mien­ jar de ir”. En ese momento Jorge muchachos no se reirían tanto de mí. Desearía que solucionara mi inquietud —si tras mezclaba mis carnes sonrosadas Vázquez entró de la calle —no lo ha­ Y el tiempo. tiene algún espacio disponible—, antes de su y fofas con las de Blanquita y mis bía visto salir— y le contaron. A Hubo un movimiento y apareció pechos con los de ella y terminó di­ Ernesto lo había llamado la novia, Aníbal. Se acei-eó a Pérez y le dijo próximo aniversario con la palabra, día en ciendo pan con pan comida de sonzos. así que no podría ir, pero que la cosa ya está. Pérez se dirigió a todos y que recibirá un delicado obsequio de mi parte; Pero en seguida había dicho: Per­ no se suspendía porque Blanquita anunció con seriedad que Blanquita dóname, Gordo, fue una broma. Y yo estaba en camino. Jorge dijo qué estaba en el dormitorio, lista. Y to­ la preciosa radio cuya cuota final acabo de lo perdoné, porque se burlaba, sí, de lástima, pero que si Blanquita venía dos dijeron macanudo y me miraron. pagar y que le servirá para cerrar el ciclo mí, como los otros, pero después se “¿qué problema hay, no?” Y Ernesto Pérez dijo que sería el primero, esta arrepentía, me palmeaba y me alen­ tomó el saco, saludó y salió y mi co­ vez. Los demás protestaron y dijeron que empieza en usted, se desarrolla en usted, taba. Y hasta había prometido solem­ razón empezó a latir terriblemente que no, que el primero debía ser yo'. continúa en usted y termina con uno. nemente llevarme con Blanquita. Y y yo me empeñaba en no imaginarme Pérez insistió, dijo que era conve­ PAREDON yo estaba seguro que esta noche la por qué lo hacía. Jorge hizo una seña niente preparar a Blanquita y todos cosa era con ella. Y le pregunté a un poco rara, Pérez me tomó del discutieron pero al final quedó así, Respetuosamente Pérez, como al descuido, si iban con brazo y me llevó al fondo. Blanquita, otra vez. Me dijo que ellos Después ya no recuerdo muy bien. Continúa en la pág. 29 LITERARIO N. N.

25 27 la de mi imposibilidad, como una ga­ ciencia de que goteaban sobre mi BARRILETEATRAL Viint d' f * 23 EL DEBUT rra. Pero no había nada que hacer. enorme barriga sonrosada, tuve con­ Los otros me rodeaban y me urgían, ciencia de mi infamante desnudez po. “¿Tuvieron éxito de público sus obras?”. Veine de pág. 26 me pinchaban, me acosaban. Me le­ y de que jamás podría acostarme con vanté, avancé hasta la puerta como ella. Pero nada de esto parecía im­ “Hubo una buena reacción del público, era un tanque australiano. Pero Pérez me portarle a Blanquita. Simplemente poco pero respondió. Mucha gente decía que detuvo. estaba allí, desnuda, blanca, inmóvil, DIALOGO CON era un espectáculo intelectual, pero los chi­ —¿Cómo, vas a entrar así? —(¿Có­ infinita. Sonreía, con su eterna son­ cos recibían bien las cosas. Creemos que no mo, Dios, había que entrar?)—. Des­ risa, satisfecha de haber abandonado, nudo, otario. Y empezó a tironearme aunque sólo fuera por unas horas, su hay que subestimar la capacidad receptiva de la ropa y los otros también. Yo pedestal de bronce, allá, en el hall JUAN E. A del chico, sino que hay que seleccionar el ma­ los dejaba hacer y veía, aterrorizado, del club. terial con el que se trabaja; y en última ins­ como poco a poco, prenda a prenda, tancia se le aportan al chico elementos nue­ mis carnes aparecían, sonrosadas, flo­ jas, abundantes, para alegría de ellos, vos que, lo impactan. No nos olvidamos que que no paraban de reír, algunos apo­ estamos trabajando para chicos 1965. Esto yados en las paredes, en posiciones sí, es lo que nos puede diferenciar de los otros ridiculas; y cuando estuve desampa­ radamente libre de ropas, cuando ya grupos. No se nos puede tildar de exagerados no había nada más que mi miedo, lo vanguardistas ya que no desdeñamos lo tra- único que yo hubiera agradecido me dicionalista, sino que tomamos lo bueno de como había dicho Pérez. Y pasó a la quitaran, Pérez, eufórico, gritó: Blan­ APOYE y ambas épocas”. otra habitación. quita, tenés un debutante y otro: Los otros quedamos allí, algunos Blanquita, cuidado con el gordo, y DIFUNDA Para mediados de esta temporada vamos sentados, otros caminando de un lado otro: Ahí va Marión Brando, y me a estrenar un espectáculo de marionetas, que a otro. Uno se acercó a mí y me dijo empujaban, mientras, hacia la puer­ desde el punto de vista plástico responde a un si tenía plata. Le contesté que claro, ta y yo había dejado de escucharlos, criterio de estilización muy estricto, todos cómo no, quién se creía que era. El de verlos, preocupado hasta el horror LAS REVISTAS dijo, ah, bueno, menos mal. Empezó por la mujer tan deseada que estaba los personajes están hechos con conos y ci­ a irse y de pronto se volvió y dijo: allí adentro, tras la puerta cerrada, lindros y la música es electrónica. Este espec­ —¿Y forro? ¿Tenés forro? esperando, y yo esperando, también, LITERARIAS táculo consta de 2 obras “Aventura submari­ Algo se rompió dentro de mí. Algo no sabía qué, pero esperaba. de mi temor apareció como un viejo f na”, que va a ser dirigida por Adela Litvak, conocido. No, no tenía. La lámpara echaba su luz sobre mis y “Cohete a Marte”, dirigida por Rita Miz- ojos, directamente a la cara, impi­ —Sin forro no podés, Blanquita no diéndome ver más allá. Me quedé drait1). quiere. quieto un segundo. Nada. Segura­ Mientras dialogamos J. E. A. va supervi­ —Y entonces cómo hacemos —dije, mente Blanquita, cuya figura se adi­ Actitud a punto de llorar. El escondió una vinaba, allá, sobre la cama, cuando sando toda la preparación de la obra, su aqui- risa y me dijo: po entre otros: Adela Litvak, Rita Mizdrai, pasé la lámpara, no me habría visto —Abajo hay una farmacia. aún. Estaba muy oscuro, la cama muy Nora Pace, Inge Borg, Marina Girondo, Frida Bajamos. Los dos. Y atrás el resto. lejos de la lámpara. Dije, Blanquita, Barrilete Clarinsky y Mimí Bujalter, coinciden en lo Los vi. Venían a burlarse, estaba se­ despacio, con una voz que no era guro. y j mía. Nada. Estaría descansando, pen­ mismo, “que los títeres son un mtodo de ex­ El farmacéutico levantó asombrado presión fascinante y una nueva y más efec­ sé, quien sabe cuántos hombres estu­ la vista del papel que me había es­ vieron con ella hoy. ¿O algo peor sig­ Boletín de poesía tiva forma de comunicarse con los niños y crito Aníbal. Me miró por encima de nificaba su silencio? Tal vez me ha­ en el gran respeto que sienten J. E. A. ese los anteojos y sonrió. Entonces me di cuenta que Aníbal me había en­ bía visto, tal vez estaba esperando gran buscador de formas de expresión y co­ gañado, que no era así como esas que me acercara para gritar y grita­ Cero municación”. cosas se pedían. “Yo te lo escribo en ría que se llevaran a ese gordo un papel. Vos se lo das al farmacéu­ inmundo, que no quería saber nada tico. Si se lo decís de palabra no te con él. Me acerqué a la cama, des­ atiende, porque la venta de esto está pacio, atragantándome con mi propia El escarabajo de prohibida”. A mí me pareció muy respiración. Esperaba la explosión natural. Pero me engañó. Lo vi en pero todo seguía quieto, silencioso, oro la cara del farmacéutico, cuando me sólo llegaban de afuera acolchados devolvía el papel con un sobrecito ruidos de risas y murmullos y en­ rosa envuelto en él. tonces llamé en voz baja “Blanquita”, —Es la única medida que hay, y mi voz era un gemido y mi terrpr Hoy en la cultura m’hijito. Que tenga suerte. —Se mor­ me impulsó a hacer lo contrario de día el labio de abajo. lo que quería, porque estirando mi No me importó. Juro que no me mano temblorosa aparté la manta importó. Mil cosas como esa no me y mis ojos por un instante se nega­ La rosa blindada importaban esa noche. ron a comprender pero el tiempo Cuando volvimos Pérez estaba sen­ empujó y entendí todo, de golpe, tado en un sofá, fumando. Todos lo como un rayo estrepitoso lo entendí. Reflejos í 1) Técnica por medio de la cual el manipulador rodearon, haciéndole preguntas. El Comprendí por qué en el club se trabaja a la vista del público sin que se lo vea, por­ ponía los ojos en blanco y gemía, reían tanto cuando hablaban de ella que tanto él como toda la escena están enmascarados como si tuviera un caramelo muy dul­ y por qué se reían especialmente en negro, y se complementa con efectos lumínicos ce y sabroso en la boca. Y alguno cuando me lo decían a mí. Porque Tiempo moderno por medio de corredores dirigidos por aparatos es­ dijo ahora le toca al gordo y todos yo a Blanquita la conocía muy bien, peciales. se animaron y la marejada de mis había estado muchas horas junto a temores, que estaba adormecida hasta ella, sin saber que era Blanquita, entonces, despertó de golpe. Y tuve esa Blanquita, la que curaba las Vigilia miedo, un miedo helado, un miedo penas, el último refugio de quien espantoso. Ahora que tenía la opor­ se quedó sin ninguna mujer. La mi­ tunidad, ahora que debía enfrentar­ raba. La miraba y la crueldad de (2) Ambas integrantes del grupo, que fueron asis­ me con eso, pensé que no podría. Y los otros me golpeaba los ojos, des­ Zona tentes de dirección en el espectáculo anterior. me temor se asió a esa posibilidad, bordando las lágrimas y tuve con­

28 29 páginas. Esto es un film: lo que se hace mien­ REPORTAJE A FELLINI tras se lo realiza, no aquello que se había Viene de pág. ■19 pensado. —¿Cuáles son las ideas o las imágenes que dieron origen a Giulietta degli Spiriti? —La imagen corresponde a cierto producto veces descubrimos una puerta, un picapor­ de la educación catolicoide, no católica, muy “LA SOLEDAD EN PEDAZOS” “LOS DIAS MANDAN”, por Daniel te... Después la recordamos y la ponemos difundida entre nosotros. La idea es hacer por Horacio Salas. Editorial “El Barros, poemas. Ediciones Del Md- en el film. Es como hacer un viaje conociendo un retrato de perspectiva cómica, de un pro­ Barrilete”. Buenos Aires, 1964. diodía, 1964. el punto de partida y el de llegada, pero no ducto de esta educación. El retrato de una El análisis temático de un libro de Evidentemente a Daniel Barros le interese el tema del hombre, objetivo el recorrido, ni los cruces que este recorrido mujer y de los contrastes violentos que este poemas no puede desecharse, e in­ central de esta encrucijada poética ofrece. ¿Por qué determinarlos “a priori”? ¿Y tipo de educación crea hoy, al intentar la clusive puede ser útil para determi­ nar intenciones definidas del autor; que se llamó virilismo después de la cómo podría hacérselo, por otra parte? purificación del hombre sólo de lo externo, en no es, sin embargo, lo fundamental. gran guerra y llegó a nuestros días —¿No es peligroso para la idea base del los modos, sin tener en cuenta para nada Pero encontrarnos frente a un pisando con plomo. libro de poesía, breve por añadidu­ Es frecuente hallar en la poesía film postergar todo el acto mismo de la fil­ nuestra realidad cada vez más problemática de estos últimos años la sincroniza­ mación? y por lo tanto ofendiendo a la naturaleza ra, recorrido por un único tema, el del amor, nos impone, o aislar los ción de la protesta con una especie —No se trata de una improvisación de afi­ misma del hombre. La película, sin embargo, elementos internos del poema, o de antología cotidiana donde el poe­ cionado. Cuando comienzo a usar la cámara es una película cómica. tratar de indagar hasta dónde esta “TANTOS MUCHACHOS MENOS UN ta se juega entero en la observan­ la película tiene un núcleo, un sentimiento —¿Qué relación hay entre cine y litera­ presencia única se agota o se salva, ANGEL”, por María Luisa Ruber- cia de hechos de carácter social, pero hasta dónde puede eludir el lugar tino. Falbo Librero Editor. Buenos sólo la maestría de una emoción preciso al que permanezco fiel y al que no tura? común o el adjetivo adivinado. Aires, 1964. expresada justamente nos puede en­ traiciono nunca. Esta es la razón por la cual —El cinematógrafo es estrictamente ima­ Después de releer los 18 poemas Este nuevo libro de poemas de frentar a lo auténtico. Se produce improviso filmando. ¿Cómo se hace por ejem­ que integran “La soledad en peda­ María Luisa Rubertino podría ser en este libro un fenómeno que po­ gen. La idea cinematográfica es una imagen, dríamos llamar de apresuramiento. plo, para respetar un diálogo escrito cinco, y de ninguna manera es verdad que el cine zos”, podemos afirmar que Horacio considerado como absurdo o incom­ Salas no ha pretendido la originali­ prensible. Sin la autoridad que dan Por momentos, logra el aueor abor­ seis meses antes cuando entonces no se sabía deba algo al teatro o a la literatura. Se trata dad imposible, ni ha querido asóm­ los años y los conocimientos, creo dar felizmente este carácter social, lo nada del actor que debía decirlo? ¿Fidelidad estrictamente de un lenguaje autónomo. branos con ellos. La poesía avanza flue que no se puede juzgar ni co­ notamos en “Rimbaud, Representa­ al guión? Es una fidelidad abstracta, algo pri­ por pensamientos, recuerdos, gestos, nocer totalmente las intenciones de ción Actualizada, Edad a lo Largo, Cuando pide algo prestado se traiciona a sí nadie, ni siquiera las de un poeta. Breve Canto Proletario, Nuevo In­ vado de vida. Los tapices de una habitación mismo y es mal cine. La cosa esencial para palabras sin retórica. (“Curiosamen­ te te recuerdo / en patios que nun­ Por lo tanto, no sé qué impulsó a terrogatorio, Ser Primordial, Apoyar donde se dice filmar cierta escena puede po­ hacer cine es mantener la frescura de la ins­ ca he conocido; / tal vez por eso los María Luisa Rubertino a escribir es­ los Pies y La gran Parte”. El resto ner patas arriba todas las previsiones del piración de manera tal que las cosas a decir balcones cansadoá / me demoran / te libro, pero sí qué se puede encon­ del libro adolece de fallas no sólo libreto. Cierto tapiz puede convertir en inú­ cuando atravieso el sur, / la tarde trar en él. Hay que buscar hasta lo de carácter emotivo, sino también . surjan siempre de uno: de la vida misma en profundo de las cosas (“Desarme­ de un lenguaje donde la naturalidad til, del todo superfluo un diálogo de cuatro §¿_la que uno participa. tristona de San Telmo”; poema 15.) Lo cotidiano, en el buen sentido del mos / el último juguete el primer se confunde con esa golosina de la término, en la defensa vital de los avión / el suceso del año que viene”); prontitud para emitir malas pala­ momentos que no pueden cederse o para hacerlo usa las palabras con el bras. Las malas palabras han sido resignarse; la ternura, presencia in­ ritmo pegadizo de un juego de ni­ utilizadas por grandes poetas, pero evitable aquí para darle un sentido ños y como ellos su lenguaje es nunca en un gran poeta nos han particular al amor (“Tenemos un creación de un mundo extraño y lle­ chocado. ¿Qué sucede entonces?, que archivo de ternura”, poema 6; cfr. no de ironía: “Mediodía hombre / el revisionismo necesario dé los poema 14). Frente a esta memoria árbol inmóvil / estrella fija de lujo términos y dé su conjunción con lo Ss y baratija / espiga de pie / sobre su que se quiere decir no puede ser íM viva del amor, sin acicalamiento, la ciudad, la infancia y el ir creciendo sepultura/de cielo embaldosado”. una jerga de entrecasa, porque la juntos el poeta y la mujer querida Habla de “los ángeles / de la miri­ poesía posee de suyo el carácter de son presencias que se repiten en lla / celeste / sceándose los huesos / arte y, como tal, la exigencia de que el libro, en apoyo de esa certidum­ de la sombra / en el mercado de las no se confunda su lenguaje, con el bre feliz que “hace estallar la so­ pulgas”. Y corta esa imagen para habla común. Lo cual por otra parte, “CON EL ANGEL A CUESTAS”, por ledad en pedazos” (poema 16). golpearnos con un ritmo (“las alas no significa que un poema deba obe­ que por imposición de las circuns­ remedio. Grave elección, sin duda. chillón brillán / chirrían”), que pro­ decer ni a una expresión académica Beatriz Esterkind. Ed. Renovación. tancias. Porque a toda persona “culta Generalmente, superior a las fuerzas Podríamos objetar la reiteración Bs. As., 1965. de determinadas palabras —“piel”, duce exaltación y angustia. ni a alambiques de ninguna especie. e inteligente” le queda la posibilidad de quienes decidieron cargarlo en^us Considerándolos por separado, uno El habla del poeta no es nunca el “Poesía es todo aquello a lo que de zambullirse en su propio fragor, propias valijas, en un acto irreflexivo por ejemplo—, sin que ello resien­ tiende el poeta”, cita a Güiraldes Gon­ ta la valoración final del libro. For­ de sus mejores poemas es “Hija-hi­ lenguaje vulgar por la diferencia en su felicidad momentánea, real o de sangre joven. El tiempo dirá si, inobjetable de planos de la realidad zález Tuñón en su mesurado prólogo. ficticia, o en su “maravilloso mundo en este caso de Beatriz Esterkind, el malmente, un verso libre, natural, jo”, pero su libro tiene una unidad sin caídas a pesar de sus medidas por la forma y el tema, el hombre en que se dan uno y otro. Por más (Una reflexión al pasar: he leído va­ interior”, sin necesidad de abrir de­ “fuego sagrado” se mantiene. De to­ realistas que desee ser un poeta, rios libros en los cuales sus autores masiado los ojos al feo espectáculo de dos modos, bienvenido este libro de dispares, vincula y unifica los dis­ y su cosmovisión. Es necesario leer tintos poemas. El lenguaje, reitera­ todas sus páginas y hacerlo más de nunca dejará de lado la imaginación, expresamente reniegan de este tra­ afuera. Beatriz Esterkind, evidente­ Beatriz Esterkind, de cara al hombre,, ni tampoco, dejará de brindarnos un dicional medio de presentación. Pero mente, ha elegido. Y su elección es a la ciudad que es nuestra, al dolor mos, es claro; las metáforas, pocas. una vez para encontrar que cada pa­ Indudablemente, la economía de me­ labra apunta más allá de sí misma escorzo de la realidad, que es suyo, lo hacen en el prólogo). Si damos considerablemente peligrosa. Su poe­ propio y ajeno, nombrando por su individualmente suyo. Digamos, fina­ crédito a estas palabras, y las aplica­ ma Pupilas es un claro ejemplo... nombre de pila las cosas que nosotros dios expresivos —que de ninguna y nos revela todo lo que queramos manera significa pobreza— benefi­ encontrar. mente, que la mayor parte del libro mos, descubrimos que poesía es, para uno que pasa y que se aprieta / ra­ conocemos y vemos. O que tal vez está dedicada a poetas y artistas fa­ Beatriz Esterkind, los demás. El do­ biosamente a su propia esperanza / no vemos y ella sí vio. Con lo que cia al libro, en razón de su tema Al decir “Sociedad devoradora / unitario. con idealistas de ametralladoras / y mosos, no habiéndose logrado sinte­ lor de los demás, la angustia de los quisiera todavía detenerse / asir las ganaríamos mucho al ella mostrár­ tizar la significación de sus nombres. demás, el desesperado existir de quie­ manos laxas / atravesar su mundo in­ noslo. Una reflexión sobre la pureza. En cambio, no consideramos acer­ adeptos a Buda / permitidme culti­ tada la elección de la tapa, porque var la duda”, nos recuerda que en Por otra parte, intenta, a menudo, nes no comprenden las leyes del jue­ diferente / hasta llegar al fondo de La poesía de Beatriz es pura. Se tras- el aforismo sin lograrlo. Vemos, sin go o que, aun comprendiéndolas, no sus días / y con la luz de sus mejores parenta, al par que un suave lirismo. el barroquismo de los robustos cu­ una época en la que pensar puede pidos contrasta, sí, con los poemas, ser un delito y que se logra la paz embargo, en el autor, facilidad in­ pueden escapar al “ir tirando”. Bea­ sueños / encenderle de nuevo las La pureza tiene sus pro y sus con­ sinuada para esto último. Es dable triz da la sensación de andar mon­ pupilas. Ya no se trata solamente tras. En este caso, al menos al enfocar pero no da suficientemente el im­ por medio de la violencia, es bueno pacto de humor o ironía que se bus­ tratar de conseguir el derecho de suponer que el ejercicio de la plu­ tada en su propia vida veloz, los ojos del dolor que cada uno debe apechu­ un mundo angustiado, la pureza vuel­ ma y el tiempo, cumplirán con el muy abiertos, como una chiquilla en gar para cu consumo. Se trata, tam­ ve las palabras un poco ingenuas. Es, có al escoger la ilustración y que, poner en duda que la felicidad y el creemos, tampoco hubiera corres­ progreso puedan lograrse con la anu­ poeta. el tren, contemplando y compren­ bién, del dolor ajeno. Y no sólo del tal vez, el mayor defecto, si es que Amanda Coronel diendo todo el doloroso espectáculo dolor como hecho anecdótico. Del do­ así puede llamársele, de este libro. pondido con su contenido. lación del hombre como individuo. a que debe asistir. Y que lo hace lor como medida de la propia per­ por voluntad y elección propia más sona, de la propia felicidad. Y del Carlos Patiño Rafael Alberto Vásquez Alicia Dellepiane Rawson

30 31 EL ANIMAL FABULOSO, por Mi­ de la casa se han encerrado. Los hués­ ñana colosal”, “terribles huéspedes”) LOS PAJAROS DEL BOSQUE, por los que están arriba se sostienen con Creemos que su única justificación guel Angel Viola. Cuadernos del pedes están en la cocina, entre los y una reiteración de las palabras Leonor Picchetti. Falbo Librero los que están abajo. Los de arriba es el enriquecimiento de aquellos a alfarero. Buenos Aires, 1965. trapos sucios y las cucarachas infini­ “inenarrable”, “remoto”, “incalcula­ Editor. Buenos Aires, 1964. de abajo son muchos, pero están quien va dirigido, y este libro lo que Tenemos aquí algo indudablemen­ tas. La mujer llora; entre el cabello ble”, que configuran un ambiente Este libro, primero de Leonor Pic­ son muy pocos, pero están arriba. Los aporta es confusión, precisamente te difícil e indudablemente prohibi­ revuelto y el olor de su cuerpo, llo­ atemporal e inespacial definido, en el chetti, ha debido ser analizado bajo Brillante testimonio, por lo que tiene de bueno. No es para do para “lectores hembra”. Viola le­ ra”. Las fechas llegan hasta el año cual se mueve todo el libro. dos puntos de vista: como búsqueda abajo.” dejarlo y seguir mañana. Se lee de vanta un mundo análogo en el cual 10378 como diciendo ahora, después, Párrafos e imágenes poéticas bellí­ de un lenguaje y una forma expre­ Reconocemos que la autora es una un tirón. nos cuesta reconocer el de todos los tal vez siempre. simas, “Los remeros sólo dejaban el siva propia del tema, y como pro- gran intuitiva, pero debe evitar, mien­ El manejo del tiempo, ajeno a to­ días, contenido en un simbolismo que, Denuncia que el hombre se ani­ mar necesario para la lejanía”, pero Sobre esto último, el enfoque poco tras adquiera esa formación, que no da cronología, sirve a la perfección alejándonos de lo particular y lo co­ quila en tareas sin sentido, con des­ otros de dudoso parentesco con un yección del mismo, podemos pretender de su juventud, para llevarnos a la desoladora con­ tidiano, nos pone ante el problema tino anónimo, una misma monstruo­ surrealismo superficial: “La mastica­ profundo desde donde ha sido tra­ diálogos como éste: clusión a la que se arriba: María total, concretando los relatos sus pun­ sa tarea disfrazada de distinta ma­ ción del cielo, a lo lejos, deja la ciu­ tado, hace del libro, que pudo ser —“¿Esa escritora será realista por vive en un círculo atemporal, no tos claves. nera que lo lleva a la frustración y a dad azul. Las cabezas de desespera­ un buen libro, un impacto adolescen­ método o por experiencias persona­ hay diferencia entre pasado, presen­ El tema único es el hombre en el la incomunicación consigo mismo y ción y cabello amenazan el cielo” ...; te, ya que lo planteado no es ningún les?” te y futuro, porque no hay un hacer­ mundo, que hace y que lo hace. La con los demás. “precipitan los oráculos de las gue­ descubrimiento. —“¿Qué se yo? Me gusta y listo.” se en el tiempo. No hay una con­ masificación construyendo “una mu­ Luego de un balance pesimista de rras meditadas en los relojes de are­ La imagen que la autora tiene de —“Sí, escribe bien, pero hay situa­ cepción existencial del ser humano, ralla contra el hombre”, que es fren­ la historia: “Cuando las placas fue­ na”, y que resaltan justamente a cau­ Jos problemas sociales hace que el ciones que si uno no las ha vivido.” que yerra y aprende, sino que lo te a ella “vigoroso y gigantesco”, “el ron reveladas, el terror se difundió sa del rigor estilístico y conceptual aquí expuesto se vea retrocedido al Y nos quedamos con las ganas de concibe como un receptáculo de ci­ gran cuerpo inverosímil”, “enorme y más allá, sobre toda la tierra, donde que trasuntan todos los relatos, y por plano subjetivo, y al parecer define saber la posición de Leonor Picchet­ catrices perpetuamente abiertas y ac­ sorpresivo” y, no obstante, su víc­ las multitudes se arrojaron a los ma­ eso es que no hacemos hincapié en ella misma su actitud por boca de ti acerca de un problema tan deba­ tivas. tima. res, huyendo de las ciudades o pu­ un abuso de adjetivación, precisa­ María, la protagonista: “Llegué, es­ tidos como el del realismo en el Debemos reconocer una gran habi­ Su búsqueda a través del tiempo, sieron fuego a sus ropas, haciendo mente porque intuimos que un aná­ tudié el ambiente, la locura particu­ arte. lidad en el manejo de esa técnica, sus errores, su esperanza de algún el espanto; nos da su teoría del uni­ lisis más exhaustivo nos la revelaría lar y colectiva, la idiosincracia de No sabemos si su intención fue en especial la integración de una camino vivo, el acecho incomprensi­ verso, que dista mucho de ser la ar­ como necesaria. los bancos metálicos y la resistencia pintarnos a María como una adver­ canción infantil como síntesis de la ble y difuso en que vive, tal como mónica calma y exactitud de las es­ de las colas de los alumnos... ”, tencia, porque si bien las causas des­ situación. A través de todo el libro lo dice en el mejor relato del volu­ feras. Es ruidosa, poco “aristocráti­ Este libro es la prueba de que un poeta no es simplemente una máqui­ Así, quiere hacer de María una encadenantes de todo lo que vendrá se mantiene un ritmo casi cinema­ men: “El Regalo”. Esa situación de ca”, pero aterradoramente actual, y rebelde a su clase y a todo lo que después es la falta de amor, y la ca­ tográfico, con constantes mutaciones sentirse invadido por algo inasible, queda el interrogante: “¿algún día na de escribir y un complejo. Un poeta es un ser cuya pasión y cuya ésta significa, en tanto la convierte ducidad de los valores que sus ma­ témporoespaciales. Esta forma se ve está objetivada y llevada a su plano estallará?” en víctima. Pero parece creer que la yores conservan de forma, éste es disminuida, sin embargo, por un más real, pero se nos presenta como Muchos son los factores que con­ angustia por lo que es común a to­ dos, lo hace hacer lo que Viola hace, gente se comporta de determinada un problema bastante común en to­ abuso del lenguaje infantil, innece­ un asituación absurda (porque es tribuyen a crear este clima “metá­ manera porque es irremediablemente dos los hogares burgueses, y no to­ sario las más de las veces, y de cier­ realmente absurda) cuando Viola la lico”, si puede llamarse de esta for­ defiende al hombre con todo su mie­ do, todo su coraje y toda su lucidez. idiota, o pervertida, y no porque ese dos son refractarios a asumir la res­ tos párrafos como éste: “Gabriel es pone lúcidam ente ante los ojos, ma: una adjetivación sin puntos de comportamiento está apuntalado por ponsabilidad de si mismos: otro niño hermoso que me presta su te la impotencia: “Ahora los dueños referencia, con la sugestión en es­ una educación que responde a las “¿Qué querés que haga? ¿Y si un escal ¡metro y me charla mientras es­ Transmite gradual e implacablemen- tado puro (“visitador increíble”, “ma­ Silvia Susmanscky necesidades e intereses de su grupo día me dan un diploma de arqui- cribo y me avisa cuando hay peligro. social. Cada situación de rebeldía se tecta? No estoy para esos sofocones”. Tiene ojos oscuros, es mi Bambi”; o convierte en un mero “épater le Naturalmente, su idea del amor de literatura de bolero: “Niños de bourgeois”, por no habr en la au­ es completamente distorsionada: Bou- zapatitos abiertos, pelito rubio y ma­ tora una posición que la sostenga. nard, Dugard, el Decano; todos son nos morenas. La luna hace rubios a Entonces, cuando quiere dar a en­ papá y “el hastío durará en las sába­ mis niños negros”; o incalificables tender que “está del otro lado”, o nas” porque Alejandro es un castigo como éste: “Kirye. Kyrie. Pum-pum. que por lo menos no está de “ése”, que se inflige a mamá, y Mauricio Pum-pum. Misa congolesa para un dice: no da para mucho. millón de centros nerviosos afecta­ “—Toda sociedad es concéntrica, Nadie pretende un arte didáctico. dos. Recomposición e identificación. Yo soy. Yo escucho. ¿Quién dirige las ondas que traen mi conciencia re­ tomada luego de una explosión ató­ mica? ¿Un señor que está aquí, allá y más allá? Desde las distancias cero y las rectas curvas. Se fusionan los átomos dispersos, me invaden y des­ “TAL VEZ EL AMOR” por Inés Ma- sis y el camino agua cristalina que piertan”. Iinow, poemas. Falbo librero edi­ nos invita a seguir su curso. Por eso Aún así creemos que hay en la tor, 1964. Ilustró la tapa Orlando nos recuerda, muchas veces, a Tago- autora capacidad para una obra sig­ Pierri. re, aunque se nos ubique en un pre­ “ESTA NOCHE LLOVIO SANGRE”, najes y en especial la de una escena nificativa si se sitúa y deja su po­ sente donde nos toca lo inmediato. ESTUDIE por Juan Carlos Distéfano. Insti­ de amor resulta absurda y folleti­ sición de navegante solitario, por otra La autora tiene ya un itinerario tuto Amigos del Libro Argentino. nesca. parte, completamente “demodeé”. Y realizado en el terreno de nuestras Poemas que rozan la prosa como intrínseca necesidad: Afuera siem­ Buenos Aires, 1964. Pretende, sin ningún resultado, dar mejor dejar a los padres en paz, que letras, itinerario que nos la ha mos­ EN LA En una presentación que pretende un clima en el que se destaque la bastante tienen con lo suyo. trado como poeta y como inteligente pre hay gente / y el tiempo se gas­ ta: / los meses se gastan / los abra­ ser irónica, Juan Carlos Distéfano vida psíquica del relator y de su úl­ crítico de arte. Este, su último libro nos aclara que “he desechado un se­ timo cuento, “La clase 35”, dedicado Silvia Susmanscky de poemas, es conducido hasta el zos de los otros se gastan. / Te voy a regalar una ciudad / en otoño y es­ FACULTAD senta por ciento de mis manuscritos, destacar esta frase: “Las rosas se terreno de las profundizaciones en las críticas extremistas me han aconse­ a Kafka y a Orson Welles, se puede que el detalle personal es capaz de perándome. / Quiero pisar contigo to­ das las hojas. jado agregar un cuarenta por ciento ahuecaron un poco para que la abe­ abarcar algunas constantes de ese DE adicional”. Sin llegar a ser tan ab­ ja de rocío les robara tres gotas de sentimiento tan inigualable como tan Poemas donde la pulcritud de len­ solutos, creo que es una lástima que zumo, así humedeció los labios de común, que es el amor. Natural, sen­ guaje no debió excluir las comas, ya no haya revisado sus cuentos, de los los esposos”. SOLCALMO cillamente, como Pierre Louys en Les que no carece de puntuación y eso FILOSOFIA cuales sólo uno —“Un marido para Además, inexplicablemente, hay Chansons de Bilitis, de la descrip­ nos obliga, a veces, a cortar una Ana Ducró”— merece ese califica­ largas descripciones en las que su ción aparente se nos impulsa, de frase y a volver atrás. tivo. prosa podría cortarse en verso, que pronto, a la más honda meditación. “Tal vez el amor” es un libro sin Y LETRAS De todas maneras, el lenguaje que de ninguna manera son poéticas y sí Un aire de fresca eternidad nos la, pasión, sin ficciones, cautelosamen­ usa es artificial, rebuscado y de mal de un exagerado romanticismo ba­ muestra un tanto oriental en el de­ te razonado. Llegar a la síntesis sin gusto. rato. cir y prietamente abstracta al mis­ que el puro pensamiento afecte la Por ejemplo, en “El carro de ba- Quizá el mundo interior del autor ARTE Y mo tiempo. Pero esta identidad de poesía es un acierto de Inés Mali- habían llegado los restantes convida- sea mucho más rico y real que el orientalismo y de naturalismo filo­ now y, por otra parte, un riesgo, del sura” dice: “Cuando volví a la sala, que encontramos en la anémica li­ sófico combinan, cuajan y constru­ que ha salido airosa. VIAMONTE 430 dos, que sobre los sillones o adosa­ teratura de “las gotas de sangre”. COSMOS yen un tipo de poema muy especial Y SUCURSALES dos a las m esas...”. En este mismo en el cual el final es llave y sínte-J Amanda Coronel cuento la descripción de los perso­ Alicia Bellepiane Rav/son

32 3T DIRECCIONARIO EDITORIAL “EL BARRILETE”

FRAGA 568 - 2 ° F. Buenos Aires - Capital (27)

FANAL - Zepita 423, Ap. 1081, Li­ GOBELLO, José - Garibaldi 170, San IBAÑEZ, Carlos - Honduras 3740, 59 ma, Perú. Isidro, Buenos Aires. C, Buenos Aires. FOLGUERA, Juan José - Viamonte GUILLEN, Rafael - Cercado Bajo de IZAGUIRRE, Esther de - Urquiza n9 2457, 29 H, Buenos Aires. Cartuja, Domingo Lozano 3, Gra­ n9 109, 29 C, Buenos Aires. FOGON DE LOS ARRIEROS - Brown nada, España. IDEA - Avda. Gral. Varela 1864, Li­ n9 350, Resistencia, Chaco, Argen­ GITÍANO, Juan Carlos - Viamonte ma, Perú. tina. n9 2128, 99 A, Buenos Aires. IL RAGGUAGLIO LIBRARIO - Via FIDALGO, Andrés - Aráoz 642, Ciu­ GONZALEZ, Carlos - Báez 458, Bue­ Mercalli 23, Milano, Italia. LIBROS EDITADOS dad de Nievas, Jujuy, Argentina. nos Aires. INDICE - Monte Esquinza 24, Ma­ FRANCO, Luis - Saavedra 449, Ciu- GAMARRA, Enrique - Cervantes 514, drid 4, España. dadela, Buenos Aires. Resistencia, Chaco, Argentina. INSULA - Carmen 9, Madrid, España. FROCARI RINALDI, Raúl - Pasaje GRUPO DE LOS ELEFANTES - Ca­ INDICE DE ARTES Y LETRAS - Tilcara 225, Avellaneda, Buenos lle 11 n9 1623, La Plata, Buenos Francisco Sílbela 55, Madrid, Es­ Aires Aires. paña. FURLAN, Luis Ricardo - Tte. Núñez GRUPO CULTURAL LAM - Aparta­ INTENTO - Montevideo 179, Buenos De tango y lo demás (fra g m e n to Roberto J. San-- n 9 836, El Palomar, Buenos Aires. Aires. do 845, Caracas, Venezuela. GENTINA - Reconquista 572, Bue­ FERNANDEZ MORENO, César - Tal- GENESIS WEST - 711 Concord. Way, toro: agotado. cahuano 736, 89, Buenos Aires. Burlingame, California, U.S.A. nos Aires. FERRARO, Ariel, - 25 de Mayo 297, INSTITUTO DE LITERATURA AR- La Rioja, Argentina. España. INVENTARIO - Via XX Setiembre El último tranvía (plaqueta) - Roberto J. Santoro: $20. FUENTES, Jorge - Laprida 1265, 29 GAVIOTA - General Luque 5, n9 29, (8), Buenos Aires. 30, Firenze, Italia. Cádiz, España. IL CORRIERE LITTERARIO LATI­ FERNANDEZ CASTRO, Rodolfo - GACETA LITERARIA - Rúa Rodrí- Con el puño entre los dientes - María Campos: $ 70. Lima 1361, Buenos Aires. NO - Víale delle medaglie d’oro GELMAN, Juan - Aráoz 519, dto. 1, 190, Roma, Italia. FRESERO, Máximo - Río Bamba 853, Buenos Aires. l 9 B, Buenos Aires. INSTITUTO DE CULTURA PUER­ Poema de pluma rota -Miguel Angel R ot& í s í : $ 70. FONTAN LEMES, Román - Juncal GANDOLFI HERRERO, Augusto - TORRIQUEÑA - Ap. 4184, San Juan n9 890, Paysandú, Uruguay. Callao 295, Buenos Aires. de Puerto Rico. FIEL, Jorge - Boyacá 1108, l 9, Bue­ GODINO, Rodolfo Aldo - Obispo Oro JUARROZ, Roberto - Mitre 1829, Libertad (poema escénico) - Marcos Silben agotado. nos Aires. n9 146, Buenos Aires. Adrogué, Buenos Aires. FIEL, León Federico - Esteban Bo- GAETA, Pedro - Heredia 484, pta. JULIA, Julio Jaime - Calle Beller 35, norino 723, Buenos Aires. baja, Buenos Aires. 29, Santo Domingo, Rep. Domini­ Pedrada con mi patria -Roberto J. Santoro: $ 150. FICHERO BIBLIOGRAFICO HISPA­ GARCIA GAYO, Juan J. - Directo­ cana. NOAMERICANO - P. O. Box 3269, rio 1935, Buenos Aires. JUNI, José - Castelli 450, dto. 29, Ra­ Grand Central Station, New York HARISPE, Guillermo - Virrey Meló mos Mejía, Buenos Aires. Apuesta diaria - Rafael Alberto V á \q u e $ 120- 17, N. York, U.S.A. n9 2057, Buenos Aires. JARDINALIA - Libetrad 2010, San­ FONDO NACIONAL DE LAS AR­ HERNANDEZ ARREGUI, Juan José tiago del Estero, Argentina. TES - Avda. Roque Sáenz Peña 501, - Guise 2064, Buenos Aires. JORNAL DE LETRAS - Av. Erasmo La soledad en pedazos - Horacio Salas: $ 120. 89, Buenos Aires. IIORRACH, Bernardo - Almafuerte Braga 255, 109, sala 1004, Guana- GRILLO, Oscar - Humberto l 9, 1625, n9 328, San Andrés, Partido de S. bara, Brasil. Lanús Oeste, Buenos Aires. Martín, FCNGSM, Buenos Aires. JUVENTUD Y LIBERTAD - 211, Sumario del miedo - Marcos Silber: $ 100. GALTIER, Lysandro Z. D. - Teodoro HIDALGO, Alberto - Bermúdez 2412, East 43rd, St., New York 17, N.Y., García 2456, Buenos Aires. Vicente López, Buenos Aires. U.S.A. GROUSSAC, Marta Elena - José Eva­ HERRERA, Francisco - Puan 1427, JOFRE BARROSO, Ilaydée - Junín risto Uriburu 1530, Buenos Aires. dto. I 9, Buenos Aires. n9 55, 99 piso, 20, Buenos Aires. GUIBERT, Fernando - Lavalle 1171, HERRERO MAYOR, Avelino - Pi­ KARGIEMAN, Simón - Alvarez Tho- 5°, Buenos Aires. chincha 982, Buenos Aires. mas 571, Buenos Aires. GORBEA, Federico - Santa Fe 2843, HOY EN LA CULTURA - C. C. 2602, KISNERMAN, Natalio - Clay 2928, 49 A, Buenos Aires. C. Central, Buenos Aires. dto. 2, Buenos Aires. GOMEZ BAS, Joaquín - Lavalle 1536, HORIZONTES - Av. 5 de Mayo 43, KRUCKENBERG, María del Carmen PROXIMOS A APARECER Buenos Aires. México 1, D. F. - Lepanto 2, Vigo, España. GIMENEZ PASTOR, Marta - Monte­ HOJA DE PAPEL - Laurel 20, Aguas KRUPKIN, Ilka - Vergara 1891, Flo­ video 872, l 9, dto. 2, Buenos Aires. Calientes, México. rida, Buenos Aires. GUIBOURG, Edmundo - Corrientes HOJA DE POESIA - Carlos Canut KORDON, Bernardo - Córdoba 2752, n9 1257, Buenos Aires. de Bon 1879, dep. 51, Santiago de Buenos Aires. Expediente del Asombro - Osvaldo Balbi. GUEVARA, Osvaldo - Sobremonte Chile. KAUL, Ricardo Angel - Cerrito 131, n9 741, Río Cuarto, Córdoba, Ar­ IIUIRACOCHA - Fitz Roy 1744, l 9, San Martín, F. C. Mitre, Buenos gentina. Buenos Aires. Aires. Persecución de la Forma -Rolando Ravagliatti. GARCIA SARAVI, Gustavo - 125, es­ guez Sampaio 140, Porto, Portugal. KOHN, Gregorio - Obligado 1119, 29 quina 61, La Plata, Buenos Aires. IL PARADOSSO - Via Sansovino 139, E, Buenos Aires. GIRONDO, Oliverio - Suipacha 1444, Milano, Italia. KpVACCI, Ofelia - M. Brin 3915, La­ Autopsia de Creso-Leopoldo Marechal. Buenos Aires. ISAACSON, José - Gregorio de La- nús, Buenos Aires. GAGLIARDI, Héctor - Alsina 1935, ferrere 1852, dto. 3, Buenos Aires. KOREMBLIT, Bernardo Ezequiel - dto. 5, Buenos Aires. ISELLA RUSSELL, Dora - F. Vidal Julián Alvarez 1072, Buenos Aires. Uno mas uno humanidad - Roberto J. Santoro. GONZALEZ A RRILI, B ernardo - n9 1684- Montevideo, Uruguay. KALENDER ROLLE - Eberling und Avda. del Trabajo 2361, Buenos IBARGOYEN ISLAS, Saúl - Casilla Dietrich, Wuppertal, Briller Str. Aires. de Correo 25, Rivera, Uruguay. 38, Germany.

34 3S E L CORNO EMPLUMADO

Dirige: SERGIO MANDRAGON

U N A SALA PARA EL Apartado Postal 13 - 546 MEXICO 13 - D. F. ESPECTADOR EXIGENTE

AQUI POESIA que siempre Dirige RUBEN YACOVSKI se desea volver a ver

Plaza de los Olímpicos 4509 Montevideo - Uruguay • > ? ír •

¡PAJARO CASCABEL

Dirige: THELMA NOVA

Apartado Postal 13 - 541 MEXICO 13 - D. F. DIAGONAL NORTE 1156 CORRIENTES 1145 Tel. 35-9604

36 Editorial “EL BARRILETE” - Libros DE UNA TRAYECTORIA De tango y lo demás (fragmento) - Roberto J. Para quienes trataron de conseguir números atra­ Falbo Librero Editor Librería Bohemia Santoro: agotado. sados de BARRILETE y no pudieron. El último tranvía (plaqueta) - Roberto J. Santoro: Para los lectores del interior que no encontraron los libros de la Editorial. VENTA - COMPRA - CANJE $ 20. LIBROS DE HOY Con el puño entre los dientes - Martín Campos: $ 70. Para quienes nos consultan sobre cómo suscribirse, Poemas de pluma rota - Miguel Angel Rozzisi: $ 70. BARRILETE establece un sistema de envío de PARA EL HOMBRE DE HOY Libertad (poema escénico) - Marcos Silber: agotado. todas sus publicaciones, según el siguiente detalle: Pedradas con mi patria- Roberto J. Santoro: $ 30. De tango y lo demás - Roberto J. Santoro: $ 150. Revista “BARRILETE” Apuesta diaria - Rafael Alberto Vásquez: $ 120. N9 1: agotado La soledad en pedazos - Horacio Salas: $ 120. N9 2: $ 30.— Florida 142-Local 20-Pta. A Corrientes 1568/70 Buenos Aires Sumario del miedo - Marcos Silber: $ 100. N9 3: $ 20.— N- 4: S 20.— N9 5: $ 20.— N9 6: $ 30.— N9 7: agotado N9 8: $ 30.— N9 9/10: agotado Agregando $ 10.— al precio de la publicación pe­ dida, se remite por correo certificado. REVISTAS Y PERIODICOS RECIBIDOS: De los números agotados quedan todavía ejempla­ res integrando COLECCIONES COMPLETAS de la Boletín de Poesía N9 25 - Caballete N" 21 - Caracola revista (N9 1/10). El precio de la colección es de N9 144-145, 147 (Málaga, España) - Cine Club Quil- 8 300.—. mes N" 7-8, 11, 15 - El Noticiario N9 319, 322 (San Librería Norte José de Costa Rica) - Intento N* 7 - Pan N9 43 (Azul, Editorial “EL BARRILETE” - Informes Bs. As.) - Panoramas N9 12 a 14 (México) - Profils Poetiques des Pays Latins (Olga Arias, Dionisio sobre Lavorante: agotado LA LIBRERIA DE UN POETA Librería Letras Aymara, Claude Ardent) (Niza, Francia) - Renova­ sobre el Desocupado: agotado ción Nos 31 al 49 - Revista Cero N9 2 - Siglo 1 sobre la Esperanza: 8 30.— Tiene lo que Ud. no encuentra poesía N" 5, 6 (México) - Tiempos Modernos N9 1, sobre Discépolo: 8 30.— 2 - Vigilia N9 7.

Pueyrredón 1454-Tel. 84-3944 Revista “BARRILETE” Buenos Aires Viamonte 472-Tel. 31-2612 Suscripción para el año 1965: $ 150.—. Cheques o giros postales a la orden de: Gerardo Berensztein. LIBROS RECIBIDOS: Dirigir la correspondencia a: Cartasso y la Serie del hambre, Eduardo Baliari - Dos poemas, Nidia de Bocaz (Santiago de Chile) - Revista y Editorial “El Barrilete”, Fraga Ebrio al límite del tiempo, Arturo Calderón (Mé­ N" 568, 2? F, Buenos Aires (27), Argentina. xico) - Las hojas caídas, Jorge Ubaldo Centofanti - Piel errante, Amanda Coronel - Cuadernos de poesía, Joaquín Margarido - ... Y el río pasa, Vi­ cente Nacarato (Mendoza) - Caracol del limbo - Vicente Nacarato (Mendoza) - Creciendo hacia tu pecho, Adolfo Gustavo Pérez (Gijón, España) - Apuntes - Salvador Sánchez García (Las Palmas, Gran Canaria) - Poemas del hotel melancólico, Má­ Prepararon este número: ximo Simpson - Los trece en la feria, Alvaro Sol - Librería Verhum Librería Calatea Las tremendas decisiones, Enrique Sverdlik. Gerardo Berensztein - Cristina Brignolo - La Librería que Ud. debe conocer Martín Campos - Alberto Costa - Alicia Delle- ARTE - LITERATURA - FILOSOFIA piane Rawson - José Antonio Juni - Hugo en castellano y en francés Lapilover - Dolores Méndez - Teresa Méndez - Carlos Patiño - Felipe Reisin - Roberto San­ toro - Marcos Silber - Silvia Susmanscky - Rafael Alberto Vásquez. Viamonte 564-Tel. 32-1757 Dibujos: Oscar Grillo. Viamonte 411-Buenos Aires DEBEN ENVIARSE DOS EJEMPLARES DE CADA OBRA PARA PASARLA A “COMENTARIOS DE LIBROS”. DE LO CONTRARIO, SOLAMENTE ACU­ El tiraje del presente número es de: 3.000 SAMOS RECIBO EN ESTA SECCION. ejemplares.

38 D E FRENTE... HUMOR!!! p o r G r illo

—Che, vos sabés qué clavada, me compré un libro que se llama "Canto General", pero no tiene nada que ver con el Ejército.

Imprimió ISMAEL B. COLOMBO - Alslna S936