“Ciencia y Tecnología Industrial en la Manchuela en el primer tercio del siglo XX”

Irene Temporal Espada

ÍNDICE

1. Contexto histórico ...... 2 2. Introducción al tema ...... 3 3. Desarrollo industrial ...... 5 3.1 Fábricas de harina ...... 5 3.2 Navajería ...... 6 3.3 Fábricas de aceite y vino ...... 7 3.4 Fábricas de conservas ...... 7 3.5 Minas de sal ...... 8 3.6 Yesería ...... 10 4. Desarrollo científico y tecnológico ...... 11 4.1 Electricidad ...... 11 4.2 Telefonía ...... 12 4.3 Cine y radio ...... 12 4.4 Transportes ...... 13 5. Conclusión ...... 15 6. Bibliografía ...... 16

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1. CONTEXTO HISTÓRICO

La España del primer tercio del siglo XX, está marcada por la crisis y la inestabilidad en todos los aspectos. Los gobiernos turnistas y corruptos de la Restauración, caracterizados por el fraude electoral generalizado, se alternaban en el poder haciendo caso omiso a los problemas heredados de la sociedad española, entre ellos el analfabetismo y las grandes diferencias sociales.

En 1902 Alfonso XIII llegaba al trono. Desde entonces, cabe destacar algunos acontecimientos que marcaron la historia española:

 En 1909 se producía “La Semana Trágica de Barcelona”, la cual tuvo un brutal coste humano.  En 1921 el ejército español destinado en Marruecos sufría un fuerte revés: más de trece mil soldados morían en el “Desastre de Annual”.

Las tensiones sociales crecían al tiempo que aumentaba la crisis económica. El “boom” que se había vivido durante la Primera Guerra Mundial producto de la posición neutral de España como abastecedora de los países beligerantes, decaía precipitadamente tras el fin del conflicto. A ello debemos sumarle la influencia de la Revolución Rusa, hecho que suscitaba deseos revolucionarios entre los más desencantados.

Esta situación convulsa derivó en la dictadura de Primo de Rivera (1923), la cual coincidió con los denominados “Felices Años 20”. Además de ello, el “Desembarco de Alhucemas” (1925) por el que se ponía fin a la guerra con Marruecos, incrementó considerablemente la popularidad del dictador. Pero este periodo de relativa tranquilidad comenzaría a dar muestras de desgaste con la llegada de los primeros síntomas del crack de la Bolsa de Nueva York de 1929. Las fuerzas antimonárquicas, a pesar de ser sustancialmente heterogéneas, se aliaron bajo el Pacto de San Sebastián y finalmente, aunque, gracias al vigente caciquismo, las elecciones dieron la victoria a los partidarios de la monarquía, la derrota de estos en las grandes ciudades Miguel Primo de Rivera provocó que el 14 de abril de 1931 fuese proclamada la República.

Esta, que tantas esperanzas había despertado, derivó en una cruenta guerra civil. Las medidas que el gobierno tomaba eran, por un lado vistas como insuficientes, y por otro como excesivas.

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Haciendo mayor hincapié en la situación de Castilla – , es imprescindible hablar de subdesarrollo, analfabetismo, predominio de la Iglesia en todos los ámbitos y dominio de las familias terratenientes que ejercían su función de caciques.

En las zonas de la Mancha latifundista, en los años próximos al fin de la República, los conflictos entre jornaleros y patronos se sucedieron de forma activa, pudiéndose señalar a como ejemplo.

Es en esta época cuando la idea de una Comunidad Manchega empieza a plantearse de forma seria, aunque no se reconocería como tal hasta la Constitución de 1978.

Todo ello justifica, pues, el atraso y decadencia de nuestra región. De ahí que mucha gente optara por emprender una nueva vida emigrando a las ciudades e incluso al extranjero.

Las circunstancias, tal y como señalaba Ortega y Gasset, constituyen una parte fundamental dentro de la búsqueda del porqué. De este modo, el tema que trataremos a lo largo de las siguientes páginas, debe entenderse como producto de todo lo anterior

2. INTRODUCCIÓN

La importancia de las fuentes orales, teniendo en cuenta la relativa cercanía de los años que comprenden lo exigido en el trabajo, resulta verdaderamente significativa. Por este motivo me he decantado por servirme de ellas para fundamentar los datos que a continuación presentaré.

Minglanilla, municipio situado en la provincia de Cuenca, concretamente en la zona limítrofe que separa Castilla - La Mancha y la Comunidad Valenciana, además de ser el pueblo que me acoge desde el mismo día de mi nacimiento, servirá de ejemplo para una mejor comprensión de los avances tecnológicos e industriales que se desarrollaron en la Manchuela a lo largo del primer tercio del siglo XX.

Su ventajosa situación geográfica, ya que la antigua carretera de Valencia (actual A-3) discurre próxima al municipio, supuso un importante estímulo, responsable en parte de albergar numerosas fábricas de aceite, de harina o alcohol, sin olvidarnos de la relevancia de las minas de sal y las canteras de yeso.

3 El sector de la comunicación no queda al margen de todo ello, dos líneas de diligencias comunicaban Minglanilla con Valencia y Cuenca. Además, la llegada del teléfono acortó distancias entre zonas que en otro tiempo parecieron demasiado lejanas. Quizá sea la disposición de la electricidad a nivel particular el avance más significativo, ya que marca un antes y un después en la forma del trabajo y por supuesto en la forma de vida. La mayoría de las labores que pasen por nuestra cabeza requieren de la electricidad para llevarse a cabo, y no sólo las “faenas”, sino también aquéllos medios que favorecen el disfrute de nuestro tiempo libre, como bien puede ser el cine o la radio.

Antes de que pudiésemos beneficiarnos de esta gran ayuda de forma extendida, era el hombre con sus manos y su empeño quien, a fuerza de martillo y otros muchos enseres, elaboraba y perfeccionaba todo lo necesario para la época.

A través de este análisis introductorio, se puede apreciar que la situación industrial y de desarrollo tecnológico que presentaba la Manchuela, teniendo en cuenta el avance que se vivía en otras partes de España o Europa, no era de excesivo auge, pero tampoco cabría catalogarla como de subdesarrollo total. Todo ello será explicado en las páginas sucesivas.

Labrador faenando

4 3. DESARROLLO INDUSTRIAL

3.1 Fábricas de harina

Si por algún negocio industrial destacó Castilla – La Mancha, fue por las harineras. Durante los años de la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918) España vivió un verdadero boom al convertirse en abastecedora de los países beligerantes. Una mayor demanda requería una mayor oferta, por esta razón las fábricas de harina aumentaron considerablemente su producción, hecho en parte favorecido por la disposición de energía eléctrica.

Siguiendo el ejemplo de las fábricas de harina localizadas en Minglanilla, se puede decir que en principio, las fábricas contaban con uno o dos molinos rudimentarios movidos por animales de tiro. A parte de tratar ellos mismos el trigo, recibían harina ya molida de los diversos molinos particulares dispersos por el pueblo. De este modo, éstos no sólo podían ser movidos por burros o mulas, sino también por la fuerza del agua. Así, en el paso del río Cabriel existían casas privadas, hoy día cubiertas por el Pantano de Contreras, que contaban con Noria de un molino una noria. Ésta, a través de una canalización, giraba con el paso del agua.

Pero a medida que se mejoraron las instalaciones eléctricas, los dueños de las fábricas comenzaron a comprar máquinas más modernas, cuya función era la misma: moler el trigo hasta producir harina. Una vez finalizado el proceso, ésta era empaquetada en sacos de 100 kilogramos.

En el ámbito local, la harina era fundamentalmente vendida a los hornos panaderos, además de transportada a los alrededores y a Valencia, primeramente por los carreteros y después con los camiones.

Tras el fin de la Gran Guerra, el negocio, al igual que otros muchos, se sumió en una grave crisis. Crisis que derivó, años después, en la desaparición de este tipo de fábricas en el ámbito rural de la Manchuela al no poder competir con las grandes producciones de las ciudades.

5 3.2 Navajería

Es de especial relevancia, dentro del ámbito de la Manchuela, la industria de las navajas. En la mayoría de los pueblos era común encontrar alguna familia navajera que, de modo artesanal, elaborara dichos productos como sustento familiar. Destaca sin lugar a dudas la ciudad de Albacete, así como el municipio de .

Por su parte, Minglanilla contaba por aquél entonces con cuatro familias navajeras. Los materiales que utilizaban, traídos de Valencia o aprovechados de otros objetos, eran el asta de toro para las empuñaduras, y el acero para el filo. Para su elaboración, contaban con herramientas como la cizalla, con la que cortaban el acero; el yunque y la fragua para calentar y modelar el hierro; y la rueda de afilar movida por un motor, con la que pulían y afilaban tanto cuchillos de uso doméstico y carnicero como navajas. Una vez finalizado el proceso, se procedía a la venta de éstos. Una práctica muy extendida era la de viajar de feria en feria a propósito de las fiestas de los pueblos de los alrededores (Casas Ibáñez, , Iniesta, Ledaña… e incluso Tejeda). Por supuesto, la opción de la venta por parte de los carreteros fue muy relevante. Éstos la compraban a los artesanos locales y la vendían en otros pueblos por un precio más Navajeros en una feria elevado.

Con el paso de los años, la función artesana de los navajeros fue decayendo hasta la entera mecanización de la producción. Este hecho propició el triunfo de Albacete como ciudad navajera y el abandono de la industria en el resto de los pueblos.

6 3.3 Fábricas de aceite y vino

Actualmente, la producción de vino y aceite se halla organizada en cooperativas. Sin embargo, durante los primeros años del siglo XX, fábricas particulares se encargaban de la elaboración de los mismos.

Minglanilla contaba entonces con varias fábricas dedicadas a dicho negocio. Éste consistía en lo siguiente: los agricultores llevaban los frutos a las fábricas y, una vez allí, eran molidos mediante molinos. Al igual que en las fábricas de harinas, en Molino de una fábrica de aceite principio, las maquinarias eran movidas por animales de tiro, pero tiempo después los molinos eléctricos desbancaron lo rudimentario de la producción.

Una vez elaborado el producto, los dueños de la fábrica se quedaban parte de lo producido, siendo éste el beneficio obtenido. Por su parte, los agricultores acudían a recoger su respectivo aceite o vino con bidones o bombonas propias, ya que en las fábricas no se envasaba el producto.

Particularmente en Minglanilla, el coste de la molienda de la aceituna llegó a ser tan abusivo que muchos agricultores decidieron agruparse para formar la Cooperativa.

3.4 Fábricas de conservas

Dentro del ámbito de Castilla, la ausencia de un clima propicio para el cultivo de los huertos impidió el completo desarrollo de fábricas destinadas al tratamiento y empaquetamiento de tales productos. Sin embargo, la zona que comprende la ribera del Cabriel, actualmente anegada por la presencia del pantano de Contreras, albergaba Interior de una fábrica de conservas

7 multitud de huertas de diversa variedad, cuyas frutas y hortalizas eran aprovechadas por fábricas de este tipo.

Como ejemplo puede señalarse la Fábrica de Conservas Vegetales de Sebastián Garrido (Minglanilla).

La industrialización en este sector se observa en la maquinaria empleada, sobre todo en la elaboración de los recipientes que contenían el producto, pudiéndose hablar casi de una cadena de montaje: contaban con cuatro máquinas principales controladas y supervisadas generalmente por mujeres. La primera de ellas destinada a cortar la hojalata, la segunda para hacer los botes en sí, la tercera para realizar las tapas y por último, una para estañarlas. Además de ello, poseían grandes calderas en las que cocían y escaldaban las hortalizas y frutas.

Una vez finalizado el proceso de producción, las trabajadoras se encargaban de adherirles las etiquetas que señalaban el nombre de la fábrica y de qué producto se trataba, tal y como puede verse en la ilustración. Después de este último detalle, el jefe de la fábrica repartía con un pequeño camión, uno de los primeros que llegaron al pueblo, por la zona de la Valencia y de la Manchuela.

Etiqueta de una lata de conservas

3.5 Minas de sal

Tal y como hemos señalado en la introducción, la explotación de las minas de sal de Minglanilla se constituyó como una de las actividades más extendidas durante esos años. Estamos hablando en este caso, de una actividad propia y particular del municipio.

Estas ya fueron conocidas y explotadas por los romanos. Así lo recoge Plinio en el siguiente fragmento de su Naturalis Historia (libro 31, capítulo 7):

“In Hispania quoque Citeriore Egelastae dicitur glebis pene translucentibus, qui iam pridem palma a plerisque medicis inter omnia salis genera perhibetur”

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Cuya traducción libre sería la siguiente: “También en la Hispania Citerior se habla de Egelasta por sus terrenos casi translúcidos, la cual fue mencionada por muchos médicos.”

Aunque se hace referencia a Egelasta (Iniesta), al hablar de “terrenos translúcidos” es imprescindible señalar a Minglanilla, a 19 kilómetros de distancia, como centro de los mismos. De hecho, se conserva parte del camino romano que unía ambas localidades.

El yacimiento contaba con dos pozos, uno de escalas para facilitar la entrada, y el de extracción. Fundamentalmente se extraía de éstos halita, conocida como “sal gema”, haciendo uso para ello del sistema “cámaras y pilares”. Éste consistía en abrir espacios en su interior sustentados por pilares de roca. Como se puede apreciar, apenas requería mecanización, siendo la Entrada al yacimiento fuerza del hombre, el verdadero motor de la obtención del mineral.

Como curiosidad específica de estas minas, las diversas galerías que componían el yacimiento fueron denominadas con los nombres de las calles principales del pueblo, para así evitar el equívoco durante el trabajo.

La extracción y posterior subida de los bloques salinos al pueblo se efectuaba con la indispensable ayuda de burros y mulas.

Una vez en el pueblo, la sal era almacenada en “El Salero”, localizado en el centro de la localidad, de ahí que en la actualidad la plaza principal reciba el nombre de Plaza del Salero. Allí podía ser tratada o no en función de la finalidad de su uso: o bien la molían con un molino para su uso doméstico, o bien la utilizaban tal cual la extraían como alimento para el ganado y los caballos. Multitud de pueblos de los alrededores, tanto de la Manchuela como de Valencia, acudían a “El Salero” para proveerse de la sal de Minglanilla. Además de ello, con la ayuda del transporte de la época: los carreteros, ésta era transportada de un punto a otro en función de la demanda.

9 3.6 Yesería

Otra actividad industrial muy vinculada con el punto anterior, es el trabajo de los yeseros. El terreno que circunda las minas anteriormente nombradas está formado por multitud de canteras en aquél entonces explotadas por familias a las que, en la actualidad, les sigue perteneciendo el terreno.

Eran los miembros de las propias familias los que fundamentalmente componían la mano de obra, al igual que en el resto de las industrias. El yeso, tras un tratamiento específico llevado a cabo por los mismos que lo extraían, era principalmente empleado en la construcción. Además de ello, otro de sus usos era blanquear las fachadas de las típicas casas castellanas.

La extracción del yeso de las canteras se veía facilitado por el uso de barrenos, cartuchos explosivos que, en tiempos de guerra, eran meticulosamente Horno de yeso controlados por las autoridades.

Cerca de las canteras, los yeseros construían los hornos donde, una vez partidas las rocas grandes con ayuda de mazas, éstas eran quemadas durante un día entero con el objetivo de reblandecerlas.

Cuando estaban listas para su tratamiento, como en el apartado anterior, el yeso era transportado hacia el pueblo con ayuda de carros tirados por mulas.

Allí, las diversas familias de yeseros contaban con sus propios talleres. En éstos, con ayuda de un molino tirado por burros, el yeso era molido, con mayor o menor intensidad en función de su uso posterior. Aproximadamente a mediados del primer tercio de siglo, la electricidad comenzó a extenderse, y uno de sus primeros usos fue el de facilitar el trabajo del hombre. En este caso, algunos molinos empezaron a ser movidos por dicha energía.

10 4. DESARROLLO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO

4.1 Electricidad

La extensión de esta fuente de energía supuso un gran impulso para el progreso. Muchas de las máquinas ya existentes, antes movidas por animales o por la fuerza del agua, evolucionaron a otras que se valían de la electricidad para realizar su función. De ahí la importancia de ésta en lo relativo a la industria y la ciencia.

En el ámbito del hogar, los carburos, lámparas generadoras de luz a partir de la ignición de un gas; los candiles y faroles que funcionaban con la quema del aceite, eran los instrumentos más utilizados para iluminar las estancias durante las noches. La llegada de la electricidad a las casas de los pueblos de la Manchuela se produjo aproximadamente en los primeros años del siglo XX. En principio, tan solo una bombilla iluminaba la habitación principal de los hogares, siendo frecuente durante algunos años más el uso de los carburos y candiles.

En Minglanilla, la electricidad provenía de las fábricas de la luz situadas a orillas del río Cabriel. Cabe destacar la fábrica de luz de Mirasol, cuya energía también era transportada hasta pueblos como Iniesta. La generación de electricidad se realizaba aprovechando un salto de agua del río. Las turbinas situadas en dicha fábrica recibían el impulso y la fuerza del agua, produciendo electricidad. De este modo, se instalaron los primeros transformadores en el pueblo, a partir de los cuales la energía era transportada, no con tanta potencia como en la actualidad, a través de cables distribuidos mediante postes de madera, muchos de ellos, sujetos a las fachadas de las casas.

La llegada de la electricidad facilitó el desarrollo de otras muchas actividades, no sólo relacionadas con el trabajo y la industria, sino también con el ocio y la comunicación, tal y como veremos a continuación.

11 4.2 Telefonía

El hecho de que actualmente cada persona posea su propio teléfono con el que poder comunicarse sin cables y a largas distancias, resultaría casi mágico para los contemporáneos del primer tercio del siglo XX.

En estos años, el relativamente recién inventado teléfono (1876) comienza a extenderse al uso urbano, y así a la Manchuela.

En Minglanilla, se instala la primera oficina de teléfonos en casa de un particular. Ésta contaba con una central principal donde conectaban las llamadas solicitadas y con tres cabinas separadas en las que, de forma privada, las personas podían hablar. Los servicios tenían un coste y, años después, con la dictadura de Primo de Rivera, éste sería homogéneamente establecido por el gobierno al monopolizar el negocio con la Telefónica. Telefonista

4.3 Cine y radio

En 1895 los hermanos Lumière proyectaban por primera vez una pequeña película que marcó el comienzo de una nueva era. El cinematógrafo fue la primera máquina capaz de filmar y proyectar imágenes en movimiento a través del reflejo de un haz de luz por medio de lentes ópticas.

Las salas de cine comenzaron, a partir de entonces, a proliferar por todo el territorio español. Se puede decir que a principios del siglo XX los habitantes de la Manchuela disfrutaban de forma habitual del considerado séptimo arte.

Siguiendo el ejemplo de la primera sala de cine inaugurada en Minglanilla, se puede decir que en la parte posterior se encontraba el cinematógrafo, cuyas imágenes eran proyectadas sobre una amplia tela blanca meticulosamente colgada en la pared principal. La máquina de cine funcionaba con electricidad y para aumentar el haz de luz de la proyección, se empleaban dos carbonos que ardían. Es por ello por lo que muchas veces la película resultaba dañada. Para evitar su pérdida total, los cinematógrafos contaban con un mecanismo que, al accionarse, cortaba el rollo de película.

12 De este modo, por el módico precio de una peseta, aquellos jóvenes que se lo podían permitir, acudían cada fin de semana para divertirse durante unas horas.

Casi de forma contemporánea, el fenómeno mediático que supuso la llegada de la radio comenzaba a despegar. No sería hasta la dictadura de Primo de Rivera cuando se impusiera de forma definitiva, ya que este mandatario vio en dicho medio un efectivo canal de propaganda.

En la zona de la Manchuela a nivel particular, las radios no estaban excesivamente extendidas. Es frecuente escuchar entre nuestros mayores que apenas cuatro “arradios” podían ser escuchadas antes de la guerra, siendo más acusada todavía la ausencia de televisores.

El aparato de la radio en sí era grande y rudimentario. Éste contaba con dos pequeñas ruletas que facilitaban la sintonización de las emisoras. Los programas que se emitían estaban profundamente influidos por las ideologías, hecho que se acentuó sobremanera durante la Guerra Civil.

4.4 Transportes

La facilidad con la que hoy en día los productos que consumimos son transportados de un lugar a otro, dista mucho de la situación que se vivía en el primer tercio del siglo XX. Y ya no sólo lo relativo a los productos sino también a las personas.

La función que actualmente realiza un camión equivale directamente a lo que entonces llevaba a cabo un carretero, con la diferencia de que las distancias recorridas no eran tan largas. Se trataba pues, de recorridos comarcales. Éstos, con ayuda de sus carros tirados por una o dos mulas, se encargaban de llevar de un lado Carretero con odre de vino a otro los productos propios de su localidad de origen o, por el contrario, de traer a sus pueblos productos que escasearan en los mismos. El negocio en sí consistía en comprar a un precio y venderlo a otro superior, de modo que obtenían un cierto beneficio.

Por otro lado el transporte de personas se veía bastante dificultado por la escasez de medios para hacerlo. Sólo la gente adinerada podía permitirse tener un vehículo particular con el que desplazarse, primordialmente diligencias o coches de caballos.

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El avance en lo que concierne a los transportes se observa en la producción de los primeros camiones. Pocos podían verse en los pueblos que componen la Manchuela, sin embargo su particular funcionamiento, llama la atención. El camionero ponía en marcha el motor y éste, a través de un sistema de cadenas, transmitía el movimiento a unos engranajes mayores, procedimiento que nos recuerda a las bicicletas. El problema llegaba en las cuestas pronunciadas. Para que el camión tuviera más potencia, el conductor debía pararlo y cambiar el piñón de una forma totalmente manual. Ni que decir tiene que el motor funcionaba con gasolina.

Del mismo modo se Coche de línea Cuenca - fabricaron los primeros coches de línea, coincidiendo, tiempo después, con la construcción de la red de carreteras llevada a cabo durante la dictadura de Primo de Rivera. Es preciso señalar que subir en lo que actualmente conocemos como autobús, no estaba al alcance de cualquiera.

En Minglanilla, a diferencia de muchos pueblos de la zona, y en parte debido a su ventajosa situación geográfica, hacía parada el coche de línea que cubría el trayecto Cuenca – Utiel, tal y como puede observarse en la fotografía de la derecha. En el año 1900 se matriculaba en España el primer automóvil.

El desarrollo de todos estos Primera gasolinera de Minglanilla transportes impulsó el negocio de las gasolineras. A finales del primer tercio, en Minglanilla se instala la primera gasolinera de su historia a orillas de la carretera que une Madrid y Valencia. En principio tan sólo disponían de gasolina, puesto que era el combustible principal, años más tarde se introduciría el gasoil. El procedimiento de extracción de la gasolina, almacenada en depósitos subterráneos, era efectuado por el propio gasolinero a través de unas palancas, conduciendo el combustible a los depósitos exteriores de cristal donde medían la cantidad.

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Por aquél entonces, CAMPSA, se establece como monopolio estatal del petróleo y sus derivados. Sería en esta época cuando se plantaran las primeras semillas del progreso que florecerían completamente años más tarde al servirse del boom económico de los años 60.

5. CONCLUSIÓN

Aunque para llevar a cabo el trabajo me haya centrado en la localidad de Minglanilla, el resultado del mismo es perfectamente aplicable al resto de la Manchuela. Las diferencias entre la ciencia e industria de unos pueblos u otros son mínimas, exceptuando los negocios particulares de cada uno de ellos, como en Minglanilla se han señalado las minas de sal.

Puede parecer contradictorio, pero en la actualidad, la mayoría de los pueblos de la Manchuela presentan un menor número de negocios relacionados con la industria. El desarrollo de España en la segunda de mitad del siglo XX provocó que las ciudades fueran los principales focos industriales, ocasionando en los pueblos una decadencia irremediable. Ligado a este hecho, resulta evidente el masivo éxodo rural que implicó el declive de las industrias en los pueblos.

Como afirmaba el filósofo Henri Bergson, “el presente sólo se forma del pasado, y lo que se encuentra en el efecto ya se encontraba en la causa”, es decir, para comprender la situación actual es imprescindible tener muy presente nuestro pasado en todos sus aspectos.

15 6. BIBLIOGRAFÍA

Tal y como ha quedado referido en la introducción, la información en la que se basa el trabajo aquí presente, ha sido fundamentalmente extraída de fuentes orales. ¿Quién mejor que un testigo directo de la situación vivida en el primer tercio del siglo XX, podría explicar lo que entonces se correspondía a su día a día?

Por tanto, me resulta imprescindible nombrar a las siguientes personas, que vivieron entonces en Minglanilla y lo siguen haciendo en la actualidad:

 Vicente Espada Garrido, agricultor.  Mariano Martínez López, yesero.  Pilar Garrido Cano, puericultora y nieta de Sebastián Garrido, dueño de la fábrica de conservas.  Julián Navarro Roda, cuchillero.  Esteban Peñarrubia Espada, carpintero.

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