Los Soprano: gánsteres en el límite

Por ARÍSTIDES O’FARRILL

no de los acontecimientos y unas dotes histriónicas exactas para FBI intenta una frenética, estrafalaria y Ugratamente sorprendentes de los roles que les tocó encarnar. al final fracasada operación para situar la televisión cubana fue la exhibición Por último, tanto la puesta en escena micrófonos en la casa de completa, por el canal Cubavisión, de como el armado psicológico de los per- al ritmo del hit Every Breath you Take la afamada serie Los Soprano, creada sonajes no tienen nada que envidiarle a del trío Police. por y emitida por la po- cualquier producción hollywoodense de Por otra parte, la serie jugó todo el derosa y prestigiosa cadena norteame- primer nivel. De hecho demostró que si tiempo con el guiño, a veces paródico, ricana de televisión por cable HBO. La un espectador quiere encontrar adultez a filmes sobre el género como la trilo- serie constó de 83 capítulos divididos y seriedad en las producciones audio- gía de El Padrino (1972- 90), la citada en seis temporadas, que dieron inicio visuales norteamericanas ya no puede Malas calles, Uno de los nuestros- Go- en el año 1999 y culminaron en 2007. esperarlo del grueso de la producción odfellas (1990), Donnie Brasco (1996) La teleserie se convirtió en un fenóme- cinematográfica de ese país, pues Ho- o Caracortada (Scarface, 1983), que no mediático en Estados Unidos y en llywood, salvo honrosas excepciones, van desde la elección de algunos pro- muchos otros países, pese a acercarse está atrapado entre el dinero seguro, tagonistas de esas películas, invirtiendo a una temática recurrente tanto en el secuelas que van, secuelas que vienen los papeles que hicieron en ellas, hasta cine como en la televisión norteña: la y la dictadura de lo políticamente co- la alteración de la representación de las llamada mafia ítalo-norteamericana, rrecto. Mientras que en series como mismas en contextos o situaciones dife- temática que posee unas cuantas obras Los Soprano nos encontramos con un rentes, que ponen a prueba la memoria maestras y que a estas alturas ya pare- acentuado verismo: la crisis de la fa- del cinéfilo. cía no dar más. milia, las tensiones raciales, la homo- Con este presupuesto dramatúrgico De hecho, se supone que éste fue sexualidad sin los falsos adornos que Chase y sus guionistas armaron una tra- el motivo de que otra poderosa cadena suele ponerle el cine norteamericano, ma ingeniosa, polisémica, con una serie televisiva, la FOX, que en principio iba las disfunciones sexuales, la corrupción de situaciones dramáticas que dejan en el a distribuirla, desechará el proyecto en política, judicial y policial, así como la espectador más de una posible lectura. El beneficio de la citada HBO, decisión de avaricia desmedida que tanto daño está gran defecto de las series norteamerica- la que aún los primeros deben estarse haciendo y que ha provocado la actual nas de éxito es que mientras proporcio- arrepintiendo. La serie marcó récord crisis financiera global. ne dividendos, la saga se alarga hasta la de teleaudiencia y arrasó en varias La banda sonora utiliza el recur- saciedad. Esto le ocurrió a Los Soprano, ocasiones con los codiciados premios so sonoro impuesto por el realizador cuyas dos últimas temporadas se volvie- Emmy de la televisión de ese país, ade- Martin Scorsese en Malas calles/Mean ron reiterativas y cansinas, salvo algún más de ser clasificada por el semanario Streets, de 1973, que trata de ambien- que otro destello. Newsweek como el acontecimiento más tar mediante éxitos de la música po- importante de la cultura popular norte- pular situaciones y personajes. En el La trama y los personajes americana de los últimos 25 años. caso de Anthony Soprano, alcanza una ¿Cuál fue el secreto del éxito de riqueza y diversidad loable con el tema La historia central de Los Soprano esta serie? Pienso que estuvo en la principal, , del gira alrededor de Tony Soprano (James combinación de humor sutil e inteli- grupo A3, cuya letra describe perfecta- Gandolfini), un gángster casado y con gente, negro, a ratos sarcástico y estra- mente al mafioso y personaje principal, dos hijos que administra un bar -el Bada falario, aderezado con erotismo y sexo pasando por diversas piezas musicales Bing- con servicio de strippers, el cual astutamente espaciados, además de la que incluyen clásicos de Frank Sinatra, es sólo una fachada para los negocios habitual violencia presente en este tipo Elvis Costello o Los Rolling Stones, turbios de la organización criminal que de producciones. Pero sobre todo, in- cuyos textos se adecuan perfectamente él regenta. El clan Soprano es una de fluyó un plantel de actores de primera, con lo que está sucediendo en la pan- las “familias” que controlan el crimen muy agraciados físicamente, que sin talla chica. Este tópico alcanzó gran organizado en el oeste de Nueva York, ser mayoría —empezando por el prota- maestría -opino así tal vez por nostalgia pero no como los mafiosos de El pa- gonista—, poseen un carisma especial generacional- en el capítulo en que el drino, sino más bien a la manera de los Espacio Laical 4/2009 87 gangsterzuelos que Scorsese retrató en etapas de la adolescencia y la primera la oveja negra de la familia, quien a su espaciada trilogía sobre la criminali- juventud. Por otro lado sus principales lo largo de la serie provoca diversos dad de ascendencia italiana: las citadas colaboradores, sus Capo Regime, Sil- choques por sus relaciones amorosas Malas calles, Uno de los nuestros y vio Dante (Steve Van Zandt) y Paulie con hombres cercanos a Tony. Todos Casino, pues los “negocios” de Sopra- Gualtieri (Tony Sirico) —por cierto un estos inconvenientes llevan a Soprano no van desde la extorsión a pequeños mafioso en la vida real— son hombres al desván de la madura, pero hermosa, negociantes hasta el robo de productos rudos, acostumbrados a la violencia psicoanalista (Lorraine electrodomésticos de moda. El prota- —incluido el crimen, por supuesto—, Bracco), mujer de la que se enamora gonista, tras escalar a lo más alto de pero un tanto ineptos. Lo mismo suce- perdidamente, más debido al capricho la cima de su clan, enfrenta no sólo la de con el resto de sus colaboradores, por lo inalcanzable que le resulta, que responsabilidad de guiar a sus compin- sin descontar al sobrino de Soprano, por un verdadero sentimiento amoroso. ches, sino que enfrenta a quienes entre (Michael Im- Lo antes descrito provoca situaciones ellos ambicionan su jerarquía, a la vez peroli), el de mayor nivel cultural de en extremo hilarantes y logran inclu- que combate las “familias” rivales. la “familia”, debido a un cierto talento so que el espectador se ría de lo que Por otro lado, está su verdadera fa- para el audiovisual, y quien mantiene jamás debería reírse. Aunque, como milia, en cuyo seno existe más de un di- hasta el final una relación de amor-odio antes apunté, en las dos últimas tempo- lema. Su esposa Carmela (la magnífica con su tío. Igual de tensa es la rela- radas la serie pierde fuerza e incluso la ) es una mujer inteligente y ción de Soprano con su madre Livia relación Melfi-Soprano llega a hartar al capaz que espera de la vida mucho más (Nancy Marchand), con la que sostiene telespectador. que ser el ama de casa de un hombre una confrontación que alcanza ribetes que gana mucho dinero. La hija de am- edípicos, curiosamente de complejo de El que entra no sale bos, Meadow (Jamie-Lynn Sigler), se ¡Electra! muestra rebelde ante su padre y man- Por último, su tío Corrado “Junior” Una de las características de la se- tiene una relación bastante desafiante (Dominic Chianese) es un mafioso a rie consiste en que el que sea miem- y tirante con sus progenitores, mien- la antigua, lo que ocasiona más de un bro del clan Soprano, o se codee con tras que el varón, Anthony Jr. (Robert choque entre ambos. Algo semejan- ellos, establece en su vida una suerte de Iler), un tanto lerdo y torpe, les da más te sucede con su hermana, la liberal punto de no retorno infernal. Adriana de un dolor de cabeza en las difíciles y casquivana Janice (Aida Turturro), La Cerva (Drea de Matteo) es de los

Espacio Laical 4/2009 88 personajes importantes en la serie, el primer amor de Meadows para estupor Gandolfini y al humor sutil de la serie, más frágil y digno de compasión. Es de Soprano, quien se percata de que su hacen que el personaje sea simpático y una mujer buena, pero ambiciosa, lo relación con la joven a la larga es pe- se haya colocado de lleno en la cultu- que la lleva a unirse con Moltisanti a ligrosa y sin futuro. Algo parecido le ra popular norteamericana, al punto de quien ama, pero sabe que su relación ocurre a Jr. Soprano, tanto con la joven que los Clinton remedaron el capítulo con él camina en una cuerda floja. No anglosajona de clase media, también su final de la serie para el inicio de su obstante su codicia la lleva a seguirlo, primer amor, como con la joven mes- campaña por la candidatura demócrata y le depara un triste final. Algo similar tiza que es su prometida, pero quien al en las elecciones del pasado año. le sucede al productor de televisión que final deshace la relación. De esa forma Cada asesinato, acto de violencia, se endeuda con el propio Moltisanti y la serie quiere decirnos además que si chantaje o traición que cometen Sopra- es golpeado y humillado a lo largo de la bien se ha avanzado mucho en materia no y sus compinches está balanceado serie. Otro endeudado sin salida es Ar- de integración racial -no sólo a nivel por algún acto de bondad o alguna si- tie Bucco (John Ventimiglia), dueño del nacional, sino también al interior de los tuación humorística que rebaja el dra- restaurante donde come Soprano, pero italo-norteamericanos y el resto de las matismo en la representación del mal. que al ser estafado por un timador, que- minorías que integran ese multicultu- Sin embargo, es justo reconocer que da endeudado con Soprano para siem- ral país-, pesan todavía mucho las di- hay varios momentos en que la serie pre, teniendo que servirle de tapadera ferencias culturales, lo que provoca la revela en profundidad la naturaleza cri- en algunos casos y de por vida permitir pervivencia de la endogamia. Otro que minal de los protagonistas: la golpiza que éste coma y beba gratis, aparcando se salva es el médico, quien inicia una mortal que le propina el sádico Ralph así definitivamente sus sueños de ser breve relación con Carmela Soprano, Cifarretto (Joe Pantoliano), después un empresario gastronómico. decepcionándola, por lo que ella rompe de burlarse de ella y humillarla, a una La propia esposa de Soprano, harta los vínculos y él sin proponérselo logra stripper embarazada por él mismo, las de sus infidelidades y de una vida en salirse a tiempo, antes de terminar con continuas golpizas de Moltisanti al ci- peligro, intenta divorciarse, pero So- el cuerpo agujereado. tado guionista de televisión o los asesi- prano (cual Michael Corleone) logra Otra que escapa ilesa es la doctora natos de Soprano a familiares y amigos, mediante una serie de artimañas que Melfi, quien sortea los asedios amoro- son muestras de ello y evidencian con ella vuelva con él. El propio Moltisanti sos de Soprano. La Melfi, mujer fina y claridad que nadie está a salvo del cri- cada vez que quiere abandonar a su tío, culta, siente atracción por la virilidad men organizado. regresa sea por la fuerza de la “sangre”, animal del mafioso, algo que le sucede Hacia la última temporada se hace sea por los dividendos que obtiene. O a mujeres de su condición social (y he mayor énfasis en revelar a Tony Sopra- el caso de Vito Spatafore (Joseph R. aquí otro de los logros de la serie en el no como lo que es: un monstruo. Pero Gannascoli), otro de los capos de So- trazado psicológico de los personajes), ya es tarde, el mal es resbaladizo, y en prano, quien descubre su homosexuali- pero sabe que si comienza una relación el imaginario colectivo queda como un dad —en lo más hilarante de la quinta con él puede ser una inflexión muy pe- “gordo simpático”, tal como le escu- temporada— e intenta abandonar la ligrosa para su vida. ché decir a alguien, o peor, como “el banda y termina igual que el personaje hombre de mejor aspecto”, según una de De Matteo. Suerte similar a ambos, El mal votación de los estudiantes del Insti- corre el personaje que interpreta An- tuto donde cursó estudios Gandolfini. nabella Sciorra, una esquizofrénica que Como en gran parte de las series La violencia está retratada con toda comienza una intensa relación amorosa televisivas extranjeras de mejor factura la crudeza y sordidez que tiene en sí con Soprano, pero éste, que tras expe- en la actualidad -y como en todas las misma, sin el más mínimo asomo de rimentar con nuevas mujeres desecha producidas por HBO-, no falta el co- glamour. Pero a la vez, no se ahorra las anteriores, al hacer lo mismo con queteo con el mal, la ambivalencia en ningún detalle morboso, como sucede ella le provoca un cruento final. Furio su tratamiento, el cinismo. Es más, nos en la pelea mortal entre Soprano y su Giunta (Federico Casteluccio) terrorífi- encontramos con algo que se va hacien- archienemigo (el citado Cifarretto), co guardaespaldas de Soprano, termina do habitual en las series de HBO: el de un nivel de crueldad exasperante, como fugitivo por su amor no consu- protagonista principal es un personaje que deja chico a los filmes violentos mado con Carmela Soprano. negativo, no ya al estilo de los antihé- de Scorsese. Aquí, como si se tratara Mucha mejor suerte corren los que roes de antaño (el Rick Blaine de Casa- de una película de horror, se incluye se acercan a los Soprano, pero saben blanca, por ejemplo), que encontraban hasta el desmembramiento del cuerpo. salirse a tiempo. Tal es el caso de la la redención al final, sino un hombre Nada bien parados quedan los re- hermosa judía Alicia Uit, de la que se que encarna el mal. Tony Soprano es presentantes de la ley, encarnados en enamora Moltisanti tras pasar una noche un asesino, extorsionador, tramposo y los fracasados agentes del FBI, que juntos, pero luego las diferencias cultu- mujeriego, pero sus muchas sombras luchan infructuosamente por detener a rales se imponen y ella decide romper. están delineadas con rasgos de bondad, Soprano y su pandilla, y cuyos métodos Lo mismo le sucede al joven mestizo, lo que unido al carisma personal de no difieren mucho de los empleados

Espacio Laical 4/2009 89 por él. Por ejemplo, chantajean a la Iglesia, parece más un comerciante Soprano, quien a fuerza de irle a la La Cerva hasta provocarle el triste fi- que un presbítero. contraria a su padre parece enrumbar nal aludido. Todos los agentes son per- En fin, la fe cristiana queda en la su destino. sonajes fríos, deshumanizados. Como serie como un signo —cambiante por la agente que le tiende la trampa a La la misma hipocresía de algunos de sus Breve conclusión Cerva haciéndose pasar por su amiga, miembros— de la tradición ítalo-norte- y al final deviene en una arpía fría y americana, pero no como lugar de cre- Los Soprano es una de las tantas calculadora que traiciona a una perso- cimiento humano, mucho menos de re- series televisivas que demostró la pre- na ingenua que le había entregado su dención. Con la familia sucede lo mis- eminencia creativa de éstas sobre el amistad. “Yo creí que éramos amigas”, mo. Casi todos son hombres casados y empantanado cine nacional norteameri- le expresa La Cerva cuando todo se preocupados por sus hijos, empezando cano. Evidenció, a su vez, que el canal descubre. “Nosotros no tenemos ami- por Soprano, practican la doblez mo- HBO es uno de los que produce o dis- gos”, es la respuesta. Incluso los agen- ral, tienen amantes y sistemáticamente tribuye series de mejor factura. Quizás, tes no tienen reparo en negociar con relaciones sexuales con las bailarinas sea el mejor, fiel a su slogan: “Esto Soprano cuando éste les puede brindar exóticas del Bada Bing. Algunos de no es televisión, es HBO”, es decir es información valiosa sobre unos árabes, ellos son amantes esposos y, a su ma- cine. Asimismo, mostró la impronta sospechosos de actividades terroristas. nera, buenos padres, pero su desprecio de las producciones televisivas de este Siguiendo las reglas del cine negro, la por la vida ajena los desacredita total- canal —Deadwood, Roma, o Bajo es- línea que separa a la justicia del delito mente. Por otra parte, el ejemplo y la cucha—: adultez y seriedad temática es bien delgada. Mucho se discutió del educación que les dan a sus hijos hacen unida a un naturalismo descarnado, ambivalente final de Los Soprano, pero que estos imiten su comportamiento o la ambivalencia ética, el cinismo y la percibo que estuvo a tono con la ambi- desprecien la caricatura de fe cristia- torcedura moral, reflejo de un tiempo valencia ética de la serie. na que les han ofrecido y terminen, en como el que vivimos, nebuloso, som- algunos casos, igual o peor que sus brío y escéptico. Tiempos de neopaga- La familia y la fe progenitores. La única que parece en- nismo. cristiana contrar una ruta apropiada es Meadow

Soprano y sus secuaces, como todo ítalo-norteamericano tradicional, son católicos y creen en el valor de la fami- lia, pero, al igual que sucedía en la saga de El Padrino, estos valores poseen una deformación, están completamente tor- cidos. La Iglesia, para Soprano y su clan, no es más que una referencia cul- tural, una más que los mantiene unidos a sus raíces. La única en verdad devota y fiel católica es Carmela Soprano, una mujer que cree sinceramente en Jesús y en los valores familiares, pero está atrapada en las redes de su esposo, en mantener unida a su familia a toda cos- ta y también, cómo no, en su propia ambición. No logra escapar del círculo vicioso en que se encuentra y, cuando lo intenta, ya no hay tiempo. El único sacerdote que aparece sistemáticamen- te en la serie es el padre Greg, quien tampoco es un dechado de virtudes. En uno de los capítulos, intentando consolar espiritualmente a la Carmela Soprano, no sólo se emborracha y está a punto de tener sexo con ella, sino que hasta comete un sacrilegio con la Eucaristía. En otro momento, por una disputa con Gualtieri sobre la ayuda a

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