MUNIBE (Antropologia-Arkeologia) 57 Homenaje a Jesús Altuna 435-451 SAN SEBASTIAN 2005 ISSN 1132-2217

Quince años de investigaciones histórico-arqueológicas en torno a Getaria

Fifteen years of historical-archaeological research around Getaria

PALABRAS CLAVE: Historiografía, Getaria, , , Edad Antigua, Edad Media. KEY WORDS: Historiography, Getaria, Zarauz, Gipuzkoa, Ancient Times, Middle Ages.

Xabier ALBERDI LONBIDE* Álvaro ARAGÓN RUANO* Jesús Manuel PÉREZ CENTENO*

RESUMEN Se procede a realizar una revisión crítica de las principales aportaciones histórico-arqueológicas a la historia antigua y medieval del casco histórico de Getaria y su entorno, realizadas durante los últimos quince años.

ABSTRACT A critical review is carried out of the main historical-archaeological contributions made over the last fifteen years around the ancient and mediaeval history of the historical quarter of Getaria and its surrounding area.

LABURPENA Joandako hamabost urteetan Getariako alde zaharrean eta bere inguruan Antzinaroko Historiaz eta Erdi Aroaren Historiaz eginiko ekarpen historiko eta arkeologiko garrantzitsuenen berrikuspen kritiko bat egiten da.

INTRODUCCIÓN 1. UN PUERTO LLAMADO GETARIA Tras casi quince años de intervenciones arqueo- En 1209 Alfonso VIII de Castilla concedía el lógicas e investigaciones histórico-arqueológicas de fundación a los habitantes de Getaria, el emprendidas por distintos equipos en el casco his- principal puerto natural de aquella Gipuzkoa que tórico de Getaria y su entorno, con resultados, en poco antes, en 1200, había incorporado a sus do- ocasiones, muy llamativos, se hace preciso un alto minios. Efectivamente, en la Tierra de Gipuzkoa en el camino para proceder a reflexionar crítica- de finales del siglo XII, que se extendía desde el mente, en torno a la situación en la que actual- Deba hasta el , Getaria era su principal puerto. mente está nuestro conocimiento de la historia Esta hipótesis adquiere mayores visos de realidad antigua y medieval de ese espacio. Consideramos si se tiene en cuenta que en la carta fundacional que es preciso proceder a esta reflexión para, por de 1209 se menciona que “...dono itaque vobis et una parte, poder avanzar en la resolución de los concedo forum Sancti Sabastiani, ut illud perpetuo principales interrogantes que existen en torno a habeatis in montibus, pascuis, aquis et in omnibus ese pasado y, por otra, avanzar por el camino de la causis, eo modo quo rex Nuvarre illud dedit vobis racionalidad científica en la resolución de diversas habendum...” (MARTINEZ DIEZ, 1991: 21). Es decir, posiciones y procedimientos que en los últimos cabe la posibilidad de que el acto fundacional de años han proliferado en torno a la contextualiza- 1209 no fuera más que una confirmación de una ción de los mencionados descubrimientos. realidad previa institucionalizada ya a finales del si-

* XABIER ALBERDI LONBIDE, ÁLVARO ARAGON RUANO, JESUS MANUEL PÉREZ CENTENO. Departamento de Arqueología Histórica, Sociedad de Ciencias Aranzadi. Alto de Zorroaga. 20014 Donostia. E-mail: [email protected] 436 XABIER ALBERDI LONBIDE, ÁLVARO ARAGÓN RUANO & JESUS MANUEL PÉREZ CENTENO

glo XII (ORELLA, 2004: 66) cuando la Tierra de el mar. Sobre este plano inclinado discurre ade- Gipuzkoa, sin sus actuales apéndices oriental y oc- más un pequeño cauce, creando una hendidura en cidental, pertenecía a la soberanía navarra. Se pue- su centro, lo cual facilitaría aún más el acceso di- de proponer que al igual que la villa de San recto a la bahía, así como la disponibilidad de agua Sebastián se fundó sobre el principal puerto del dulce a pie de playa. Estos accidentes geomorfo- territorio marítimo navarro, la villa de Getaria se lógicos –isla, bahía y península- forman parte del fundará sobre el principal puerto de la Tierra de monte Garate, que tal como su nombre indica Gipuzkoa del siglo XII. Los puertos ubicados al es- –formado por el sufijo (-ate) que se emplea para te del Oria –San Sebastián, y Hondarribi- y denominar los pasos y puertos de montaña- da pa- al oeste del Deba –-, pertenecían respecti- so a varios corredores que durante milenios han vamente, los primeros, al sector marítimo del rei- podido servir de vías de comunicación entre la no de Navarra y el segundo, al territorio conocido costa y el interior del territorio: hacia la cuenca ba- como Marquina de Suso (BARRENA, 1999), territorio ja del Oria por Zarautz, hacia la cuenca media-alta “...inter Vizcahia et Ipuzcua sito...”, tal como se del Oria por Pagoeta- y hacia el valle del menciona en la escritura de donación de San . Las peculiaridades orográficas y climáticas Andrés de Astigarribia al monasterio de San Millán de este entorno inmediato han originado a lo largo de la Cogolla en 1080-86. Fue a partir de la con- de la historia una zona interesante para el desarro- quista castellana de la Tierra de Gipuzkoa cuando llo agrícola y ganadero, tal como pone de manifies- se le agregarían los otros dos mencionados secto- to el texto de la donación del monasterio de San res. En este sentido es de destacar el interés de la Salvador de Olazabal a San Juan de la Peña de monarquía por el principal puerto del territorio de 1025, en el que entre otros bienes se citaban va- la Marquina de Suso, en Mutriku, cuyos habitan- cas y manzanales en y Elkano (BARRENA, 1989: tes desde antes de 1200 tenían la obligación de 419). No es menos interesante el hecho de que entregar al rey cada año una ballena, derecho que Getaria se asiente en el fondo de saco del Golfo a partir de esta fecha sería cedido por Alfonso VIII de Bizkaia, un espacio de características oceano- a la Orden de Santiago (MARTINEZ DIEZ, 1991: 17- gráficas muy peculiares y de gran interés desde el 18). Poco después, también durante el reinado de punto de vista de los recursos pesqueros. Alfonso VIII, se fundaría en ella la villa de Mutriku1. Todas estas potencialidades impulsaron el (Figura 1). asentamiento poblacional en el puerto de Getaria Todo puerto natural, para ser considerado co- al menos desde la Antigüedad, tal como las distin- mo tal, debe reunir al menos dos factores indis- tas intervenciones arqueológicas realizadas hasta pensables. Por una parte, debe contar con toda el momento vienen poniendo de manifiesto. una serie de características geomorfológicas que permitan disponer de un espacio acuático protegi- do frente a las inclemencias atmosféricas y maríti- mas, y de fácil accesibilidad desde el mar, cual- quiera que sea su estado –mareas, temporales, etc.-. Por otra, debe disfrutar de la posibilidad de comunicación con la tierra, de manera que sea ac- cesible desde su territorio circundante. Getaria, ubicado en la bahía de Malkorbe al socaire de la is- la de San Anton y al margen de cualquier desem- bocadura fluvial, constituye aún hoy el puerto ma- rítimo natural más seguro de Gipuzkoa. El núcleo poblacional se asienta sobre una pequeña penín- sula o cabo de acusada pendiente que buza hacia

1) Se desconoce la fecha exacta de la fundación de Mutriku –tradi- cionalmente se propone en torno a 1209 coincidiendo con la Figura 1. Mapa de situación de Getaria (Gipuzkoa)2. fundación de Getaria-. El único dato objetivo del que se dispone es su confirmación en 1237 por Fernando III en la que se afirma “...Concedo itaque vobis et confirmo illos foros, usus seu con- 2) La cartografía del artículo parte de la Base cartográfica del suetudines, quas dedit vobis et tenuit ilustrissimus avus meus Servicio de Información Territorial de la Diputación Foral de rex Aldefonsus bone memorie, et vos habuistis et tenuistis us- Gipuzkoa, con modificaciones de los autores y de Miren Gartzia que ad obitum eius...” (Archivo Municipal de Mutriku, Leg. 1) Dalmau.

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2. DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE Solar San Roke, 25 (ALKAIN & SAN JOSÉ, ÉPOCA ANTIGUA Y ALTOMEDIEVAL EN GETARIA 2004). En esta intervención, con una superficie sondeada de 3 metros cuadrados, no se han loca- 2.1. Descripción lizado evidencias muebles o inmuebles anteriores Durante casi tres lustros se han llevado a cabo al siglo XV. hasta un total de 15 intervenciones arqueológicas Solar San Roke, 7. Esta intervención, dirigida en el casco histórico de la villa de Getaria, bajo la por L. ARRETXEA4, ha generado escasas evidencias dirección de varios equipos. Intervenciones de muy distinto tipo y rango, aunque predominan de post-medievales y contemporáneas. manera muy destacada las intervenciones –con- Solares General Arnao 21 y 23 (GEREÑU & troles, sondeos y excavaciones- realizadas con MAGUREGI, 2004). El estudio de estos solares remi- motivo de distintas obras llevadas a cabo en las ten sus resultados a época post-medieval. calles y algunos solares de la villa. De manera que tan sólo unas pocas se corresponden con proyec- tos de investigación histórico-arqueológica en cur- 2) Yacimientos con evidencias de época so. Esta circunstancia ocasiona algunas conse- antigua y altomedieval: cuencias de enorme trascendencia en el conoci- Iglesia Parroquial de San Salvador (URTEA- miento de los datos histórico-arqueológicos de GA, 2001). En esta excavación arqueológica, la úni- que disponemos en Getaria. ca realizada hasta el momento en el casco históri- De este conjunto de 15 intervenciones arqueo- co, se han localizado importantes evidencias tanto lógicas realizadas en el casco histórico de Getaria de época antigua como de época medieval. De no se ha localizado referencia alguna de las desa- época romana destaca la aparición de 757 regis- rrolladas en San Roke, 29 (1997), Casco Histórico tros cerámicos, pero en posición secundaria, ya (1997) y en la iglesia de San Salvador (2003-2004). que se localizaron en un contexto alterado por las Las noticias relativas a las restantes se hallan dis- tumbas medievales. En cuanto a los niveles me- ponibles, algunas en las memorias depositadas en dievales, destaca la aparición de una necrópolis de el Archivo de la Dirección General de Cultura de la tumbas de laja de los siglos XI-XII en varios nive- Diputación Foral de Gipuzkoa, y otras en publica- les, de las cuales tan sólo se excavó una. Esta ne- ciones que se han consultado3. Hemos considera- crópolis se extiende alrededor de los cimientos de do oportuno, para agilizar nuestro discurso, realizar un edificio, supuestamente la primitiva iglesia, una clasificación de los yacimientos en función de construida con orientación E-W y unas medidas de la presencia o no de materiales de época antigua y 5 x 4 ms. En los niveles superiores se localiza la altomedieval; procedimiento que en principio pue- necrópolis en cajones, asociada a la iglesia actual. de arrojar pistas acerca de su extensión dentro del espacio del casco histórico: Solar Kale Nagusia, 6 (URTEAGA, 1999). Las evidencias romanas se localizaron en un paquete 1) Yacimientos sin evidencias de época antigua de arcillas plásticas. Las piezas de cerámica co- y altomedieval: mún no torneada y de sigillata aparecían “...muy desgastadas y rodadas...”. Estos descubrimien- Control de San Roke Kalea. Realizada en tos son valorados de la siguiente manera: “...este 1991, sin que aparecieran evidencias de época an- hallazgo viene a sumarse al anterior de la iglesia tigua (URTEAGA, 1999: 10). de San Salvador en el que se registraron, por pri- Control arqueológico de la calle Aldamar mera vez, las manifestaciones romanas que las (LOPEZ COLOM, 1996). De esta intervención cabría fuentes, especialmente la toponimia, ya habían destacar la aparición de un tramo de la muralla del anunciado, ampliando la distribución del fenómeno Frente de Tierra en el extremo meridional de la ca- romano en esta villa. Sin embargo, apunta una no- lle, así como un muro interpretado como muralla vedad, que será preciso investigar en el futuro, en medieval junto a la iglesia de San Salvador en su relación a las arcillas detectadas y la aparición de extremo septentrional. En el resto de la calle no material rodado en su seno. Se plantea, a la vista se menciona la presencia de evidencias de época de los nuevos descubrimientos, si las zonas bajas antigua ni altomedieval (URTEAGA, 1999: 10). del casco que parece conformar un pequeño valle,

3) Desde aquí queremos agradecer la diligente colaboración pres- 4) Queremos agradecer a L. ARRETXEA, compañera del tada por los servicios técnicos del Centro de Patrimonio Cultural Departamento de Arqueología Histórica de la Sociedad de del Gobierno Vasco y de la Dirección General de Cultura de la Ciencias Aranzadi, la información inédita ofrecida de esta inter- Diputación Foral de Gipuzkoa. vención.

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cuyo punto más bajo sería la calle Mayor, pudieron ellas no se asocia ninguna estructura y por tanto servir de marco natural a la habilitación de estan- no podemos hablar de un asentamiento de época ques para pescado, tal y como podría indicar el romana, pero con los datos recogidos en esta in- término cetaria, y si, por este uso, pudieron darse tervención y los materiales hallados en la iglesia acumulaciones de materiales decantados, como de S. Salvador, y en la C/ Aldamar sí podemos in- los paquetes de arcillas reconocidos” (URTEAGA, dicar la presencia romana en la villa desde la se- 1999: 10). gunda mitad del s. I a.C. hasta el s. IV d.C” (PUJANA, 2001: 5). Control de Kale Nagusia (URTEAGA & ALKAIN, 2000). Este control, realizado con motivo de obras Solar San Roke, 33 (URTEAGA & ALKAIN, 2001). de mejora del saneamiento, afectó a la totalidad En un sondeo de alrededor de 4 metros cuadrados de la calle, desde su extremo meridional hasta la realizado en una esquina del solar se han localiza- Plaza Katrapuna. Hay que destacar los hallazgos do escasas evidencias de época romana, en posi- realizados en su extremo septentrional, donde se ción secundaria junto a materiales postmedievales localizaron una tumba de lajas, que no se excavó, (UE 2). y un depósito arcilloso alterado con material cerá- mico de época romana, de manera que reprodu- Solares 20 y 22 de la calle Elkano y solar 23 cían a menor escala los resultados obtenidos en el de Kale Nagusia (VALDÉS, 2004). En esta inter- interior de la iglesia. Son también destacables las vención cabría destacar la aparición de cerámica estructuras localizadas frente a la entrada de la antigua y prehistórica en un nivel de arcillas amari- Parroquia, concretamente los restos de un pozo y llo-verdosas. Se trata de un borde de sigillata, así de un patín asociados al palacio de Zarautz como de una pieza cerámica datable tipológica- Jauregia. mente en la I Edad del Hierro o Bronce Final.

Solar 15 de Kale Nagusia (PUJANA, 2001). Se Zarautz Jauregia (ALBERDI, 2005). En este ha intervenido en casi la mitad de su superficie. El sondeo arqueológico, realizado en septiembre de material romano recuperado se localiza en la UE 8 2004 y cuyos materiales se encuentran en estu- y se extiende por los sondeos 2, 3, 4 y 6. Su auto- dio, localizamos una interesante estratigrafía para ra valora que “... Con esta intervención hemos po- la historia de Getaria. Bajo un nivel contemporá- dido aislar un importante nivel con materiales de neo, se localizaron una serie de niveles y estructu- época romana tardíos. La gran parte del material ras arqueológicas de época medieval y postmedie- corresponde a la segunda mitad de s. I y s. II d.C., val, asociadas al uso público y privado de este es- aunque hay dos piezas singulares, la GEA-1-01- pacio. Bajo estos estratos se identifican una serie 116, que parece tratarse de una sigillata tardía del de estructuras y estratos arqueológicos en posi- sur de la Galia, conocida como sigillata paleocris- ción original, por vez primera en el casco histórico tiana. El perfil es característico de los tipos Rigoir de Getaria, de época bajoimperial romana con 15, Rigoir 9, etc. La segunda pieza es la GEA-1-01- abundante cerámica, fauna y algún resto de metal. 212, identificada con producciones del centro de Así mismo, se localiza fuera de contexto un borde Italia con una cronología posterior al año 50 a.C. A cerámico de época prehistórica.

AÑO INTERVENCIÓN DIRECTOR TIPO 1991 San Roke kalea M. Urteaga CAC 1996 Aldamar kalea Mª M López CAC 1996 San Salvador M. Urteaga EA 1997 San Roke, 29 M. Urteaga CAS 1997 Casco histórico A. Echevarria CAC 1998 Kale Nagusia, 6 M. Urteaga SA 2000 Kale Nagusia Mª. M. López CAC 2001 Kale Nagusia, 15 I. Pujana SA 2001 San Roke, 33 M. Urteaga CAS 2002-2003 San Roke, 25 P. Alkain CAS 2003-2004 San Salvador Mª A. Guereñu EA 2003 San Roke, 7 L. Arretxea SA 2004 General Arnao 21-23 Mª A. Guereñu SA CAC: Control arqueológico de calle. 2004 Elkano 20-22, Nagusia 23 L. Valdés CAS CAS: Control arqueológico de solar. SA: Sondeo arqueológico. 2004 Zarautz Jauregia X. Alberdi y otros SA EA: Excavación arqueológica).

Tabla 1: Listado de intervenciones arqueológicas en el casco histórico de Getaria.

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2.2. Aportaciones a la luz de los En lo que al propio casco histórico de Getaria descubrimientos de Getaria. se refiere, las citadas intervenciones arqueológi- El citado conjunto de intervenciones, de muy cas nos permiten realizar una preliminar zonifica- variada índole, profundidad y exhaustividad, reali- ción del potencial arqueológico de época antigua y zadas en los últimos quince años han puesto de altomedieval dentro de su zona arqueológica, que manifiesto la existencia en el subsuelo del casco quizás se corresponda con una hipótetica distribu- histórico de Getaria de un rico yacimiento de épo- ción de los usos de ese espacio durante esos dos ca antigua y medieval, habiendo, además, eviden- períodos. Esta zonificación debe ponerse también cias de la existencia de materiales cerámicos de en relación con los complejos procesos postdepo- época prehistórica. Los marcos cronológicos de sicionales que lo han afectado durante los últimos los citados niveles son muy extensos. En los de dos milenios, ya sean de origen antrópico o natu- época romana van desde el siglo I hasta el siglo V ral. (Figura 2) de la Era y en los de época medieval desde el si- Se comprueba la inexistencia de un foco ho- glo XI hasta fines del siglo XV, con importantes ni- mogéneo de concentración de material de época veles postmedievales. En cuanto a la cerámica romana en el casco histórico de Getaria. Pueden prehistórica, tipológicamente se puede atribuir al distinguirse dos zonas de especial concentración Calcolítico –Zarautz Jauregia- y al Bronce entre las cuales se intercalan espacios con menor Final/Hierro I –Elkano 20/22; Nagusia 23-. Hoy por o nula presencia de material de esta cronología en hoy Getaria constituye un emplazamiento de obli- su registro arqueológico. Los solares que han da- gada referencia entre las localidades del litoral gui- do una importante concentración de material de puzcoano que disponen de yacimientos arqueoló- época antigua se ubican en dos zonas, por una gicos de época antigua y altomedieval. Es más, parte en el solar Kale Nagusia 15 y por otra en los estos descubrimientos histórico-arqueológicos vie- solares correspondientes a la parroquia de San nen a confirmar la validez de la hipótesis planteada Salvador y a Zarautz Jauregia. Además, en este 5 por miembros de nuestro equipo de investigación último caso, los materiales de época antigua apa- acerca de la especial concentración de yacimien- recen en posición original y en un óptimo estado tos de época tanto antigua como altomedieval en de conservación, lo cual refuerza la importancia de relación a los principales puertos naturales de la concentración de material antiguo en esta se- Gipuzkoa (ESTEBAN, 1990; ESTEBAN 2003a; ESTEBAN, gunda zona. Al mismo tiempo, se constata que 2003b; ESTEBAN et alii, 2005). De manera que en los solares donde se observa esta concentración torno al puerto natural de Getaria, además de los de material antiguo se sitúan en el eje S-N que for- citados yacimientos de su casco urbano, se pue- ma Kale Nagusia, de modo que la cantidad de ma- den mencionar los yacimientos romanos de terial disminuye progresivamente en las calles y Urteaga Zahar (), Urezberoetako Kanpo- santu Zaharra (Aia), Amalda (), San Martín solares ubicados tanto hacia el este (Aldamar ka- de Iraurgi (), Arbiun, Txiliku, Torre del lea) como al oeste (Elkano kalea, Arnao Generala Campanario y Santa María la Real (Zarautz). Entre kalea y San Roke kalea). los de época altomedieval se pueden mencionar a La topografía del Casco Histórico de Getaria San Martín de Askizu, San Prudentzio (Getaria), presenta dos peculiaridades a destacar, en estre- San Pedro de Elkano (Aia) y los ya mencionados cha relación con las características que presenta la Torre del Campanario y Santa María la Real (Za- dispersión del material de época romana y altome- rautz). dieval. En primer lugar, la pequeña península so- bre la que se asienta la villa presenta una destaca- da pendiente en sentido S-N, con una tendencia descendente desde la tierra hacia el brazo de mar 5) Este equipo, coordinado por la doctora Milagros Esteban, está que en un tiempo la separaba de la isla de San integrado por el doctor Álvaro Aragón y los licenciados Xabier Alberdi, Jesús Pérez, Iosu Etxezarraga y, hasta el 2004, Maite Anton. Por el centro de esta península discurre un Izquierdo y Amagoia Piá. Desde el año 1992 viene interviniendo pequeño río que ha excavado un cauce de modo en el entorno de Getaria, Aia y Zarautz, con interesantes resulta- que el perfil W-E de la villa presenta una destacada dos. Con todo, aprovechamos la ocasión para lanzar una autocrí- tica en torno a la parquedad de resultados publicados, más allá concavidad, en la que Kale Nagusia representa el de lo citado en la bibliografía; parquedad que, de todas maneras, punto más bajo de este pequeño valle. Por tanto, ha sido motivada por la exigua financiación con la que nos he- es de destacar que las dos principales zonas de mos visto obligados a trabajar durante tantos años, que apenas ha permitido cubrir los gastos de trabajo de campo. concentración de evidencias de época prefundacio- nal se sitúan en torno al citado cauce. (Figura 3).

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Figura 2. Plano del casco histórico de Getaria, con los solares y calles citados en el texto.

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En segundo lugar la pendiente descendente S- N, no presenta un desarrollo homogéneo, de ma- nera que se observan distintos sectores de pen- diente más o menos acusada. Los primeros 75 ms. de Kale Nagusia, partiendo desde el edificio del Ayuntamiento, son los que presentan una pendiente más suave, y precisamente a una dis- tancia de 66 ms. desde este punto se ubica la pri- mera de las zonas de especial concentración de material de época romana. Entre los 75 y 150 ms. se extiende un tramo de pendiente más acusada, en este espacio, concretamente a 100 ms., es dónde se ubican los solares Nagusia 23 y Elkano 20-22, que han ofrecido escaso material antiguo. Un tercer tramo, entre los 150 y 175 ms., consti- tuye un pequeño rellano donde se ubican los sola- res de la parroquia de San Salvador y de Zarautz Jauregia. (Figura 4). En suma, el material romano y altomedieval se Figura 3. Corte W-E en el casco histórico de Getaria. concentra de manera especial en dos rellanos ubi- 1: San Roke, 29; 2: San Roke kalea; cados en torno al cauce del riachuelo que actual- 3: San Roke, 33; mente desciende hacia el mar por el subsuelo de 4: Elkano kalea; Kale Nagusia y que discurre por debajo de la igle- 5: Elkano 20-22-Nagusia 23; 6: Kale Nagusia; sia parroquial a través del tunel de su cripta. Se 7: Aldamar kalea; puede plantear la hipótesis de que los asenta- 8: Acantilado sobre Malkorbe. mientos prefundacionales de la villa de Getaria aprovecharon los rellanos naturales de la pendien- te para su establecimiento; hipótesis que adquiere mayores visos de realidad teniendo en cuenta la presencia de material de época romana en posi- ción original en el yacimiento de Zarautz Jauregia, situado en el rellano inferior de la pendiente. En este último rellano es dónde también se concen- tran los restos altomedievales localizados en la iglesia de San Salvador y en Katrapuna Plaza. Con todo, en Kale Nagusia 6, ubicado en el rellano más elevado, los restos romanos aparecidos son muy escasos y fuera de contexto, lo cual indica que la hipótesis planteada precisa de importantes ade- cuaciones y precisiones mediante la profundiza- ción de las investigaciones histórico-arqueológi- cas.

3. REFLEXIONES EN TORNO A LA CONTEXTUALIZACIÓN DEL ASENTAMIENTO ANTIGUO Y MEDIEVAL DE GETARIA. Sin negar los evidentes avances que los des- Figura 4. Corte S-N en el casco histórico de Getaria. cubrimientos arqueológicos del entorno de Getaria A: Kale Nagusia, 15; suponen para los conocimientos de que se dispo- B: Elkano 20-22-Nagusia 23; ne acerca de la historia antigua y altomedieval de C: Inicio de la curva de la calle frente a la Parroquia; D: Zarautz Jauregia y Parroquia; Gipuzkoa, es indudable que predominan aún viejas E: Katrapuna Plaza. incógnitas, aunque también han dado origen a mu-

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chas nuevas cuestiones que los historiadores y ar- ciones concretas de investigación. Para ello es ne- queólogos encargados de investigar esas épocas cesario un profundo conocimiento del registro ar- deberán tratar de responder con su trabajo futuro. queológico y de las secuencias estratigráficas de Las cuestiones abiertas son de diversa índole, los solares inmediatos, así como de la realidad his- desde aquellas que versan en torno a la idoneidad tórica del entorno próximo6. de las metodologías de intervención aplicadas en Es decir, y volviendo al caso de Getaria, se de- arqueología, hasta las que se refieren a las inter- be poner de nuevo en cuestión la hipótesis arriba pretaciones historiográficas. Consideramos que es planteada sobre la existencia en su casco de espa- hora de reflexionar en torno a estas cuestiones pa- cios de uso más intenso en época antigua y alto- ra ser conscientes del origen y contenido de las medieval en relación a los rellanos existentes en actuales carencias gnoseológicas a fin de encami- su orografía. ¿No será que esas “islas” de espe- nar nuestras investigaciones y la búsqueda de so- cial concentración de material son fruto precisa- luciones. mente de la mayor o menor idoneidad de las me- todologías de intervención aplicadas por los arqueó- logos, y no se deben únicamente a causas posde- 3.1. Cuestiones metodológicas posicionales o de la idoneidad del asentamiento?. Desde el punto de vista metodológico es hora En suma, hay que volver a poner de manifiesto de plantearnos hasta qué punto son adecuados “...la necesidad de construir verdaderos progra- los modelos de intervención que se vienen apli- mas de investigación que superen el marco admi- cando en arqueología, especialmente de urgencia, nistrativo que supone un mapa de riesgo, un expe- para reconocer la presencia de yacimientos de diente por cumplimentar o un nuevo solar que ex- época antigua y medieval y recabar las informacio- cavar...” (QUIROS, 2005: 127). nes que contienen. Y se hace hincapié en las in- tervenciones arqueológicas de urgencia por la sen- 3.2. Carencias interpretativas cilla razón de que en el caso del casco urbano de La desvinculación de las intervenciones arqueo- Getaria son las que predominan casi de manera lógicas con respecto a programas de investigación absoluta. En concreto, del citado conjunto de 15 básica, salvo excepciones, repercute muy negati- intervenciones realizadas hasta la fecha tan sólo vamente en la interpretación de los datos recaba- una forma parte de un programa de investigación dos. En el caso de Getaria son dos los principales básica, no ligada a un proceso de obra. En este errores interpretativos observados entre los equi- sentido, no es casualidad además que haya sido la pos de investigación que han intervenido en el única de las intervenciones, efectuadas hasta la casco y en su entorno en los pasados quince fecha en el casco de Getaria, en la que se ha podi- años, derivados, por una parte, del voluntario des- do constatar la presencia de material de época ro- conocimiento de los resultados obtenidos por mana en contexto y se ha conseguido una dilatada otros equipos y programas de investigación en secuencia estratigráfica. curso y, por otra, de la limitación de la investiga- Es innegable que en las intervenciones de ur- ción a una mera descripción positivista de estrati- gencia el arqueólogo se ve precisado a compagi- grafías y materiales. nar los intereses propios de la investigación histó- De la primera de las tendencias erróneas, la rica con aquéllos inherentes a las obras propia- del voluntario desconocimiento de los resultados mente dichas. De todas maneras, es también evi- alcanzados por otros equipos y programas de in- dente que a la hora de diseñar las características vestigación, se deriva la aplicación apriorística, de cada intervención arqueológica se debería te- más que de teorías, de modelos interpretativos, ner en cuenta el potencial arqueológico del solar, en muchas ocasiones de manera muy poco satis- evaluando previamente la probable entidad y gra- factoria. Es decir, en vez de tratar de avanzar en el do de conservación de su estratigrafía, aún más conocimiento histórico mediante la combinación cuando se presume una buena conservación del de los datos obtenidos por cada uno en las inter- sustrato arqueológico por la historia de la ocupa- venciones arqueológicas propias y los obtenidos ción del solar. El análisis de estos indicadores es por otros, y mediante su contrastación con las posible únicamente merced al desarrollo previo de principales teorías o modelos interpretativos en la investigación básica, mediante la aplicación de verdaderos programas de investigación en los que 6) Una reflexión crítica del papel de la denominada “Arqueología las intervenciones de urgencia constituyan un es- Urbana” en Europa puede verse en el interesante artículo de labón más entre el conjunto de actividades y ac- QUIROS (2005), así como en la bibliografía que adjunta.

Munibe (Antropologia-Arkeologia) 57, 2005 · Homenaje a Jesús Altuna S. C. Aranzadi. Z. E. Donostia/San Sebastián QUINCE AÑOS DE INVESTIGACIONES HISTÓRICO-ARQUEOLÓGICAS EN TORNO A GETARIA 443 uso o de general aceptación, se procede a ade- ción tras proceder a excavar únicamente una sola cuar ad probandum los últimos descubrimientos a de las tumbas de lajas más superficiales. A pesar cánones impuestos por los citados modelos. Se de esta incomprensible actuación, la responsable extrapolan modelos interpretativos -que en mu- afirmaba en el informe final de resultados del con- chas ocasiones son foráneos y de difícil aplicación trol arqueológico realizado en el solar Kale Nagusia en nuestro territorio- elaborados por historiadores 6 la necesidad de “...investigar en el futuro...” la o arqueólogos de reconocido prestigio, llegando a aparición de materiales de época romana para forzar las nuevas informaciones obtenidas en las confirmar la existencia de “...estanques para pes- intervenciones, para que de ningún modo resulten cado, tal y como podría indicar el término contradictorias. cetaria...” (URTEAGA, 1999: 10). Es decir, la autora trata de extrapolar las características de un deter- Este proceder de algunos arqueólogos acarrea minado modelo de asentamiento romano, el co- graves, y, en ocasiones, irresolubles, consecuen- rrespondiente a una instalación de transformación cias en perjuicio del avance del conocimiento his- de pescado, basándose únicamente en datos to- tórico. En algunas ocasiones se procede a arrinco- ponímicos actuales, con lo que no se siente en la nar e ignorar determinados datos obtenidos en las necesidad de tener que profundizar en la investi- excavaciones por la sencilla razón de que no coin- gación de los vestigios que aparecen en Getaria ciden con los contenidos de las teorías o modelos para conocer su naturaleza y funcionalidad real. establecidos. Este proceder cierra las puertas al Este extremo se constata en el control arqueológi- avance historiográfico pues priva al resto de inves- co que dirigió en las obras de Kale Nagusia en tigadores del conocimiento de esos datos de pri- 2000, donde se limitó a documentar la presencia mera mano, de vital importacia para realizar estu- de otra tumba altomedieval insertada en un estra- dios comparativos. Un ejemplo de este proceder to previo con materiales de época romana, sin que en el entorno de Getaria se encuentra en la publi- procediera a su excavación (URTEAGA & ALKAIN, cación del estudio resultante de las excavaciones 2000), es decir sin que atendiera a aquella necesi- del yacimiento de Santa María la Real de Zarautz. dad de investigar en el futuro, que un año antes Su autor aporta unas tablas, con dataciones radio- apuntaba. carbónicas efectuadas sobre las muestras toma- En cuanto a la segunda de las tendencias erró- das en los enterramientos superpuestos de la ne- neas, la de la limitación de la investigación a una crópolis altomedieval de la Torre del Campanario, mera descripción positivista de estratigrafías y ma- en las que las dataciones más antiguas se retrotra- teriales, hay que comentar la profusa relación de en a los siglos VII-VIII (IBAÑEZ, 2003: 13-19). Pero materiales y fichas estratigráficas en las memorias en el texto se ignoran absolutamente estos datos, consultadas. No se profundiza más allá de la mera de manera que todo el estudio versa sobre los presentación de datos, con una ligera contextuali- descubrimientos correspondientes a cronologías zación interpretativa. Cuando estos materiales y posteriores a los siglos IX-X o anteriores al final estas estratigrafías generan datos que puedan exi- del Imperio Romano. Es decir, este estudio revali- gir un trabajo más profundo de interpretación, sen- da la existencia de los “siglos oscuros” entre los cillamente se obvia tal tarea, limitándose a la ela- siglos V y IX-X de la era, a pesar de disponer de boración de profusos y áridos listados de unidades datos que bien pudieran servir para esclarecer al- y materiales, con un afán meramente descriptivo y go ese desconocimiento o cuanto menos generar neo-positivista. Tal y como expone AZKARATE una reflexión crítica. (2003: 32): “... Los arqueólogos hemos confundi- Las consecuencias son más graves en otras do frecuentemente el objeto de nuestra disciplina ocasiones en las que se decide no avanzar en la con las fuentes específicas que necesita para lle- excavación de evidencias arqueológicas únicas, varlo a cabo, entregándonos exclusivamente a los sustituyendo informaciones de capital importancia medios y olvidando el fin último. El objeto es el por datos extrapolados de modelos interpretativos conocimiento del pasado reciente o remoto, los de origen no arqueológico. En Getaria se dispone problemas históricos; las fuentes específicas, en de ejemplos muy ilustrativos de este proceder. En cambio, son los testimonios materiales legados las excavaciones arqueológicas realizadas en 1996 por ese pasado. La arqueología, como nos recor- en la iglesia parroquial de San Salvador, a pesar de daba A. M. Snodgrass, ha estado dominada duran- descubrir una necrópolis altomedieval incluida en te mucho tiempo por lo que él denomina <>. <

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portancia de lo arqueológico y lo histórico, es de- novación de las metodologías y de las herramien- cir, igualar lo que es observable con lo que es sig- tas hermenéuticas empleadas por arqueólogos e nificativo>>...”. historiadores. Se hace imprescindible la aplicación Son similares las nefastas consecuencias de de metodologías de investigación que sean inte- esta tendencia, estrechamente vinculada con la gradoras y abiertas al uso continuo y a la combina- anterior, sobre el avance del conocimiento históri- ción racional de la mayor cantidad posible de fuen- co. En el caso de Getaria, por ejemplo, la no apari- tes, de procedimientos de investigación y de inter- ción de estructuras en la intervención arqueológi- pretación. Hoy por hoy, en vez de buscar solucio- ca realizada en el solar Kale Nagusia 15 induce a nes a los viejos debates historiográficos, que pi- su directora a dudar de la existencia de un asenta- den una renovación a la luz de los nuevos descu- miento de época romana (PUJANA, 2001). No espe- brimientos aplicando con audacia nuevas metodo- cifica de ninguna manera a qué se refiere con “es- logías e interpretaciones de carácter amplio e inte- tructuras” -se supone que hace referencia a res- grador, se sigue recurriendo por lo general a solu- tos de estructuras constructivas en piedra-, ni tie- ciones fáciles, fruto del reduccionismo, de la ex- ne en cuenta los descubrimientos arqueológicos trapolación o de la aceptación ciega de teorías his- de otros yacimientos romanos del entorno como toriográficas desfasadas. Con ello se procede a re- Arbiun o Urezberoetako Kanposantu Zaharra, en ducir el empleo de las distintas fuentes de infor- los que se constata la existencia de asentamien- mación que están ya a disposición del investiga- tos dotados de estructuras constructivas muy sen- dor, consideradas innecesarias gracias a las fáciles cillas y perecederas de las que apenas quedan soluciones enumeradas. huellas o testimonios en el terreno. A pesar de los descubrimientos arqueológicos que están teniendo lugar en el entorno de Getaria, continúan en vigor entre los arqueólogos e histo- 3.3 Insuficiente contribución a los principales riadores teorías desfasadas en torno al poblamien- debates historiográficos to y a la organización del espacio. Ello les impulsa Con el panorama arriba descrito, es evidente a no tener en cuenta en sus interpretaciones las que los descubrimientos arqueológicos más es- nuevas informaciones que se están recabando, ig- pectaculares y, sobre todo recurrentes, realizados norándose incluso determinadas fuentes docu- en el entorno de Getaria durante los últimos 15 mentales que, a la luz de los nuevos descubri- años poco han contribuido hasta el momento en el mientos arqueológicos, pudieran servir para avan- esclarecimiento de los principales debates que la zar en el conocimiento de los mencionados proce- historigrafía vasca mantiene en torno a la ocupa- sos. Se continúa admitiendo una desfasada visión ción y organización del espacio guipuzcoano du- parcelada del pasado, de manera que se estudian rante la Antigüedad y el Alto Medioevo. Poco se de manera separada, y con más o menos profu- ha adelantado más allá de certificar la existencia sión, procesos como el poblamiento castreño de de evidencias de poblamiento en determinados la Edad del Hierro, la romanización o los procesos momentos de los citados períodos. Queda bajo la inmediatamente anteriores a la fundación de las responsabilidad de los arqueólogos e historiado- villas del litoral guipuzcoano, y eso que se han ex- res, directores de las intervenciones en curso o de cavado yacimientos, como Santa María la Real de las que se emprendan en el futuro, aportar nuevas Zarautz o San Salvador de Getaria, que disponen informaciones e interpretaciones que traten de su- de una excelente estratigrafía para realizar un es- perar los estrechos marcos en que se desarrollan tudio evolutivo a lo largo de todos esos procesos. esos debates ya tradicionales en la historiografía De manera sorprendente, perduran interpreta- vasca. Responsabilidad también compartida por ciones basadas en la extrapolación o en la aplica- las autoridades competentes en la gestión del pa- ción apriorística de teorías o tradiciones historio- trimonio cultural, en lo relativo a la supervisión y gráficas. Apenas se ha profundizado en el estudio control del desarrollo y de los resultados de estas de los antecedentes del poblamiento de época ro- intervenciones. mana. En las investigaciones arqueológicas de la La importancia de los descubrimientos pone Edad del Hierro, predominan los estudios de los de relieve la urgente necesidad de revisión y ade- castros o poblados ubicados en cerros, más o me- cuación de las principales teorías que se siguen nos fortificados. Apenas se atienden a otros mo- manteniendo, a modo de tradiciones historiográfi- delos de poblamiento situados en fondos de valle cas, casi de forma invariable. Por supuesto, el o a media ladera, en ocasiones, como en Santa avance historiográfico vendrá de la mano de la re- María la Real de Zarautz, asociados a una posterior

Munibe (Antropologia-Arkeologia) 57, 2005 · Homenaje a Jesús Altuna S. C. Aranzadi. Z. E. Donostia/San Sebastián QUINCE AÑOS DE INVESTIGACIONES HISTÓRICO-ARQUEOLÓGICAS EN TORNO A GETARIA 445 ocupación de época romana. Por supuesto, sigue tigaciones han podido demostrar que se extienden siendo una incógnita la evolución experimentada por toda la superficie de su casco histórico. La entre ambas etapas de poblamiento, de la organi- prueba arqueológica ha sido avalada, finalmente, zación del espacio y de la explotación de los recur- desde la lingüística, debiéndose al profesor sos naturales7. De manera que la implantación de Joaquín Gorrochategui, de la Universidad del País los modos de poblamiento, de organización espa- Vasco, los argumentos favorables a la etimología cial y de explotación de los recursos de época ro- propuesta para el origen del topónimo Getaria...” mana se siguen interpretando como el resultante (URTEAGA, 2002: 81). Es decir, la autora pretende casi exclusivo de unos procesos alóctonos, como que en la Getaria guipuzcoana existió una instala- si los modos existentes con anterioridad, muchas ción de salazones de época romana similar a la de veces calificados como indígenas o autóctonos, Gethary de Lapurdi, simplemente por coincidencia no hubieran ejercido peso alguno en su aplicación. toponímica y por la existencia de materiales roma- La evolución de la etapa romana y de la poste- nos en la primera, que según ella, además, están rior altomedieval siguen siendo interpretadas me- en posición secundaria. La única “prueba arqueo- diante una ciega extrapolación y aplicación de teo- lógica” hoy por hoy disponible en Getaria es la rías generalistas y de modelos elaborados para la presencia de materiales cerámicos de época ro- explicación de fenómenos alejados del territorio mana, y la prueba lingüística, por sí misma, jamás guipuzcoano. Una vez más, el entorno de Getaria será capaz de “avalar” la existencia de una “bate- constituye un ejemplo paradigmático de la lamen- ría de piletas para salazón”, no descubierta por la table infrautilización de los descubrimientos arqueo- arqueología hasta el momento. lógicos para avanzar por el camino de la interpreta- Esta aplicación paracientífica de modelos teóri- ción de los nuevos datos. En unas ocasiones, en cos elaborados a partir de informaciones ajenas a vez de proceder a un estudio minucioso y riguroso las que ofrecen los yacimientos guipuzcoanos es de los nuevos descubrimientos -sin que incluso se muy habitual a la hora de contextualizar en el tiem- haya procedido a su completa excavación como po los descubrimientos más destacados del entor- antes se mencionaba-, se recurre a la extrapola- no de Getaria. A pesar de la gran presencia de evi- ción -aplicada de manera apriorística y acientífica- dencias de época bajoimperial romana, se sigue de modelos de ocupación romana observados en insistiendo en la idea de la existencia de una pro- otros yacimientos. En este sentido, el erróneo dis- funda crisis económica y política, como antesala curso de cuño escolástico de URTEAGA, directora, de un reverdecimiento de unos supuestos modos entre otras, de la inconclusa excavación de la igle- de vida y de organización del espacio autóctonos, sia de San Salvador de Getaria, no precisa de más previos a la llegada de Roma a nuestra geografía. calificativos por nuestra parte: “...La costa guipuz- A pesar de tales evidencias, afirma URTEAGA que coana es participe de estas generalidades. En su “...Getaria, también, aparece desocupada. Por el litoral se ha identificado una factoría de conservas contrario, se asiste a una significativa recupera- de pescado, en Getaria, a la que acompaña su ho- ción del hábitat en las cuevas, posiblemente por la mónima labortana, Ghetary, y, es muy posible que reactivación del pastoreo. El manantial salino de entre ambas instalaciones haya habido otras de Dorleta, en y el establecimiento si- las que, todavía no tenemos noticias. Resulta que derúrgico de la colina de Arbium en Zarautz son el nombre latino para las industrias de conservas los dos únicos centros de producción que se co- es cetaria. La asociación no ha pasado desaperci- nocen activos en este período...” (URTEAGA, 2002: bida a los arqueólogos, sobre todo porque hace 75). En este sentido, hay que señalar que el nú- unos años en la estación del ferrocarril de Gethary mero de centros de producción de época altoim- se encontró una batería de piletas para salazón. perial que se conocen en la actualidad en Con estas referencias no tardó en confirmarse Gipuzkoa es tan exiguo como en época bajoimpe- que, también, en la Getaria guipuzcoana hubo una rial, pues únicamente se tiene constancia del ocupación romana. Al principio –en 1997, los testi- puerto fluvial de , de las minas de su entor- monios aparecían localizados en la iglesia parro- no y del taller metalúrgico de la calle Beraketa en quial de San Salvador y su entorno, pero las inves- (URTEAGA, 2002). Se da por hecho que el final del Imperio signi- 7) Las pocas aportaciones disponibles hasta la fecha provienen de ficó un reverdecimiento de los modos de organiza- las investigaciones realizadas por Maite Izquierdo, tanto sobre la ción económica, social y espacial, hasta entonces transición de las cerámicas de la Edad del Hierro a las de época romana (IZQUIERDO, 1997) como sobre el yacimiento de vinculados a un sector de la población várdula que Santiagomendi (). continuaba manteniendo una economía pastoril,

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de tipo nómada. En palabras de URTEAGA “...La doantigüedad, así como las características especí- existencia de rebaños de cerdos, vacas y ovejas ficas de su transformación y acceso a la estructura está atestiguada en este territorio desde el medieval occidental, que en el caso de Gipuzkoa, Calcolítico, habiendo sido la ganadería una de las se sustancia en el protagonismo en la transición constantes culturales de nuestra Prehistoria más del grupo Várdulo, y su derivación o transforma- reciente. Esta dedicación implica los desplaza- ción hasta llegar a las incipientes sociedades me- mientos tras el ganado y la configuración de una dievales en los siglos X y XI. sociedad nómada que hasta la formalización de los Frente a esta limitación autoimpuesta, encon- castros, por lo que parece, no conoció los asenta- tramos otra serie de consecuencias positivas deri- mientos estables. Los constructores de dólmenes vadas de la posición tomada, que deriva de un y túmulos serían tribus itinerantes en tránsito por compromiso social adquirido y de una forma de espacios amplios, en busca de pastos y alimento ver la arqueología como una herramienta de cons- para sus animales, convertidos en fuente principal trucción de conocimiento al servicio de la socie- de su subsistencia. Esta situación pervivió durante dad, desde una visión moderna y no patrimoniali- la etapa de influencia romana, conviviendo con la zadora de las investigaciones...” (IBAÑEZ, 2003: 33- realidad urbana antes expuesta; es posible, inclu- 34). so que saliera reforzada en el período bajoimperial A pesar de lo encomiable de las causas que con la crisis del modelo ciudadano...” (URTEAGA, llevan a este autor a imponerse esta autolimita- 2002: 83). Los errores interpretativos, derivados ción, no vacila en negar la existencia de una comu- de la aplicación de metodologías paracientíficas, nidad estable en Zarautz antes del siglo X-XI, en llegan al extremo de identificar la economía pasto- que se produjo su “fundación definitiva”. Afirma ril -que era trasterminante- con el nomadismo. que “...En cuanto a las posibles causas del aban- Actualmente los principales investigadores de la dono, por el momento no podemos aportar ningún ganadería en época antigua consideran insosteni- dato esclarecedor al respecto. Este abandono pu- ble la vinculación entre trashumancia, e incluso do estar motivado por razones fortuitas, entiénda- trasterminancia, y nomadismo. Al respecto cabe se causas de índole natural o catastrófico (incen- citar estas palabras de JOAQUIN GOMEZ-PANTOJA: dio fortuito, aluvión, etc.), pero también puede in- “Ahora sabemos que los trashumantes –y espe- terpretarse en relación a agentes externos, y más cialmente los que recorren grandes distancias-, le- específicamente referido a la presencia de naves jos de ser el último residuo nomádico en socieda- normandas sobre este sector costero ya desde el des sedentarias, constituyen la solución pastoril siglo X, y concretamente desde su base en la veci- de las economías agrarias altamente desarrolla- na localidad labortana de Baiona, desde la que pro- das, ya que es necesario regular y vigilar el movi- moverán diversas expediciones por el litoral o al miento de pastores y rebaños, requieren fuertes interior del mismo Reino de ...” (IBAÑEZ, inversiones a medio plazo y una cierta demanda 2003:25). Lo cierto es que la supuesta presencia especulativa para sus producciones.” (GOMEZ- normanda en Baiona, atestiguada únicamente por PANTOJA, 2001: 177). una leyenda del siglo XIII, no ha sido aún demos- Otros autores como IBAÑEZ, director de las ex- trada por las intensas excavaciones arqueológicas cavaciones de Santa María la Real, continúan dan- que se han desarrollado en la capital labortana. do por hecho la pervivencia de una estructura so- Más aún, donde se hallan documentados el mayor cial de base gentilicia que a partir de la caída del número de ataques nórdicos es en Galicia y Imperio se iría transformando poco a poco hasta , es decir, en territorios fuertemente es- desembocar en la fundación de las incipientes tructurados poblacional y jurídicamente, en los “comunidades” en el siglo IX. A pesar de disponer cuales los ataques no acarrearon el abandono de de evidencias que se retrotraen varios siglos atrás, la costa. Siguiendo la lógica que se deriva de los tal como anteriormente se mencionaba, acepta la datos histórico-arqueológicos de los que se dispo- teoría del abandono del asentamiento de época ro- ne en otros territorios cantábricos, volvemos a ha- mana hasta su nueva fundación en el siglo IX. cer hincapié en que se deben abandonar las posi- Según sus propias palabras: “...Esta manera de ciones de tipo escolástico y dejar de vincular, de publicar los datos, nos limita la manera de tomar una vez por todas, el más que cuestionable aban- parte activa en la interesante discusión historiográ- dono de la costa a los ataques nórdicos, si es que fica que se plantea en este momento sobre el realmente ocurrieron en nuestra costa. Al hilo de tránsito de los grupos gentilicios de época antigua esto, cabe recordar que en la propia necrópolis ex- en la vertiente atlántica de Euskal Herria por la tar- cavada en el yacimiento de la torre del campanario

Munibe (Antropologia-Arkeologia) 57, 2005 · Homenaje a Jesús Altuna S. C. Aranzadi. Z. E. Donostia/San Sebastián QUINCE AÑOS DE INVESTIGACIONES HISTÓRICO-ARQUEOLÓGICAS EN TORNO A GETARIA 447 de Zarautz se dispone de enterramientos cuyas Zarautz nos presentan un asentamiento de gran dataciones abarcan los siglos VII-X, época de ma- relevancia a juzgar por los restos recuperados que yor intensidad de las correrías y razzias vikingas y va desde el s.I al s.IV d.c. ¿Está situada Menosca normandas. en Zarautz? Es pronto para contestar a esta pre- Tampoco las excavaciones emprendidas en gunta, con el tiempo las excavaciones que se rea- torno a Getaria han ofrecido evidencia alguna de licen en ambos municipios nos revelarán cual de los saqueos cometidos en la costa várdula por las dos debe ser identificada con Menosca...” pueblos nórdicos venidos del mar, ni de sus con- (PUJANA, 2001: 5). secuencias. No se han hallado pruebas materiales Tambien ESTEBAN (2003b: 13-40) plantea, pero de las consecuencias atribuidas al famoso saqueo de manera hipotética, la localización de Menosca cometido en 456 por los Hérulos, citado por en torno a las actuales Getaria, Zarautz, Aia y Hidacio, obispo de Chaves, durante la segunda mi- Zumaia. En este punto, hay que insistir en que el tad del siglo V. Ataques que, de acuerdo a la opi- planteamiento que hace ESTEBAN constituye una nión de los citados autores, ocasionaron la ruptura hipótesis de trabajo a demostrar, elaborada a partir de la organización impuesta por Roma en Vardulia, de la combinación racional de diversas informacio- desencadenando de manera definitiva el mencio- nes procedentes de fuentes documentales y ar- nado reverdecimiento de las estructuras de orga- queológicas. Por tanto, es esta una propuesta, nización socioeconómicas de base gentilicia que en su momento surgió como instrumento de (IBAÑEZ, 2003:38-39; URTEAGA, 2002: 75). Esta con- trabajo para avanzar en el conocimiento, que ha tradicción no ha sido esclarecida por los investiga- ido e irá evolucionando, y que a día de hoy está dores que han excavado los principales yacimien- pendiente de confirmación, por lo que no puede o tos del entorno de Getaria, sin que tampoco hayan no debe ser utilizada como paradigma historiográ- procedido a matizar los pretendidos efectos dra- fico. Es más, en la propia costa guipuzcoana exis- máticos atribuidos al ataque hérulo sobre la costa ten hoy evidencias arqueológicas y toponímicas várdula. suficientes para lanzar otras supuestas localizacio- En lo relativo a la validez del contenido de las nes de Menosca. Concretamente, en el curso bajo escasísimas fuentes documentales clásicas, relati- del Deva se ha localizado un yacimiento romano al vas al País Vasco, hay que insistir en que para su aire libre en Astigarribia, con evidencias cerámicas empleo su contenido debe ser matizado y relativi- altoimperiales (PÉREZ & PIA, 2004), que viene a zado, recurriendo continuamente a su contrasta- completar la nómina de yacimientos romanos en ción con los resultados que ofrece la arqueología. cueva del entorno (Ermittia, Iesta II y Jentiletxeta En este sentido, si como se acaba de mencionar II). En ese entorno se debe mencionar además la es ya problemática la utilización de las afirmacio- situación del topónimo actual de Mañoska, que si nes de Hidacio, escritor muy cercano, casi prota- se le concediera la importancia decisiva que se le gonista, de los acontecimientos que relata, qué otorga a la toponimia en otros casos ya citados co- decir de los testimonios de otros escritores clási- mo Getaria-cetaria, podría dar pie a un fácil reduc- cos como Estrabón, Plinio o Ptolomeo que tuvie- cionismo con la Menosca clásica. ron una menor relación con lo que describían acer- Es más, desde el punto de vista del rigor cien- ca de los actuales territorios vascos. Algunos de tífico es inaceptable el confusionismo que existe los mencionados arqueólogos que han dirigido en torno a la entidad jurídica de tal foco poblacio- destacadas intervenciones arqueológicas en el en- nal, que Plinio hacia mediados del siglo I de la Era torno de Getaria no dudan en situar en ella la anti- calificaba como oppidum. Como se acaba de com- gua Menosca. Concretamente, PUJANA afirma que probar, PUJANA, no se sabe muy bien porqué o con “...Los autores clásicos, Plinio y Ptolomeo men- qué bases científicas, le concede la categoría jurí- cionan en las obras la civitas vardula de Menosca dica de civitas, de manera totalmente errónea y ar- situada en la costa. Blázquez la identificó con bitraria. Por su parte, IBAÑEZ, que también se hace Getaria y Schulten con Donostia, pero lo hacen sin eco de la cuestión de cuál de los dos estableci- ningun dato objetivo que avale sus hipótesis. La mientos, el de Getaria o el de Santa María la Real arqueología ha demostrado la presencia de restos de Zarautz, tendría la primacía, trata de evitar esta de época romana tanto en Donostia como en vana discusión, señalando acertadamente que am- Getaria. Para el s.I d.c. si bien tenemos restos en bos serían complementarios, aunque no duda en Getaria, éstos no nos aportan información sobre calificar de “...asentamientos de menor entidad...” un asentamiento de gran importancia. Por un lado al resto de yacimientos localizados en su entorno los hallazgos en la iglesia de Santa María en –Arbiun, Urezberoetako Kanposantu Zaharra, etc.-,

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basándose única y aparentemente en criterios del programa de investigación Poblamiento anti- cuantitativos, obviando el hecho de que hoy por guo y medieval en Gipuzkoa. A fin de prospectar hoy, estos dos citados yacimientos son los únicos el litoral guipuzcoano bajo criterios científicos y ra- de los que conocemos su cronología, estratigrafía, cionales, se procedió a subdividir el litoral guipuz- funcionalidad y entidad, de manera fehaciente y coano en sectores, de cuyos trabajos nos respon- exacta: “...Lo cierto es que si otros autores apun- sabilizamos distintos miembros del citado equipo tan a este espacio, los hallazgos realizados en (ESTEBAN, M. et alii, 2005). Santa María la Real de Zarautz parecen situarnos Resulta aún más preocupante si se tiene en ante uno de los enclaves con mayores posibilida- cuenta que éstas son las bases científicas de todo des de correspondencia con la Menosca clásica. un proyecto pedagógico, destinado a la enseñanza Pero de todas formas, y siendo conscientes del de la Historia, así como las de las acciones de di- grado de fragilidad que presenta esa adscripción, namización del patrimonio histórico-arqueológico si Zarautz no es Menosca, si parece juicioso pen- que el Museo de Historia y Arte de Zarautz preten- sar a la altura actual de las investigaciones que el de realizar en beneficio de todos los habitantes de hinterland de Zarautz y el hinterland de Menosca ese territorio. Los responsables de ese proyecto son por lo menos coincidentes. pedagógico afirman que “...En este comienzo del No obstante, este es un debate que queda siglo XXI, las más importantes instituciones muse- abierto, y que en el futuro, el desarrollo de la ar- ísticas de todo el mundo, se encuentran en un queología nos permitirá ir aclarando.” (IBAÑEZ, continuo proceso de avance y desarrollo de su 2003: 48). oferta global. Estas instituciones, ya sean museos, yacimientos arqueológicos o cualquier otro tipo de Mucho ha debido avanzar la investigación ar- espacio de presentación del patrimonio, cuenta queológica durante el último año y medio acerca hoy en día con programas didácticos, espacios de la ubicación y la naturaleza jurídica de web, simulaciones digitales, demostraciones y to- Menosca, pues actualmente el mismo autor no da gama de recursos tecnológicos en su oferta al duda en afirmar que “...Recientes intervenciones público, y entendemos que éstos no son solo re- arqueológicas, han puesto de relieve la existencia clamos publicitarios, sino también un sincero in- de una fuerte actividad comercial en época roma- tento de mejorar su función social a través de sus na en la costa guipuzcoana, y en concreto en el objetivos educativos. entorno de Zarautz. Se ha visto que esa actividad Así, creemos que en la programación didácti- dinamiza un amplio territorio, que es gráficamente ca, la integración de las nuevas tecnologías y la representada en el triángulo que se conforma en- presencia del museo en la red puede y debe ser tre las desembocaduras de los ríos Oria y Urola y una importante fuente de recursos para la ense- la cima de Ernio, en la costa central de Gipuzkoa, ñanza y el aprendizaje del patrimonio, pero así lo que podría asimilarse a la costa várdula del cam- mismo hemos de remarcar que para nosotros, no bio de era y que IBAÑEZ (2003) ha dado ha de bastar con hacer el esfuerzo de renovación en conocer como Territorio Menosca. e inversión que ello supone, sino que si queremos Físicamente, como decimos este espacio limi- avanzar hacia un modelo de desarrollo, debe ofre- ta en sus extremos este y oeste por los tramos fi- cer un diseño coherente con un modelo de apren- nales de los ríos Oria y Urola, presentando su ter- dizaje basado en la investigación y la construcción cer vertice al sur, en las cimas sucesivas de activa del conocimiento en el territorio, enfocado a Pagoeta (714 m.) y Ernio (1.079 m.) cumbre cen- la comprensión e interpretación de este... tral de Gipuzkoa...” (CORREA & IBAÑEZ, 2005:884). ...Como vemos, la visión globalizadora del fe- Es preocupante, cuando menos, que ese “te- nómeno romanizador en este territorio, converge rritorio”, atribuido por IBAÑEZ a Menosca, coincida plenamente con las nuevas corrientes museísticas exactamente con el sector o espacio marco de in- y de desarrollo social que engloba el concepto vestigación aplicado por algunos de quienes sus- Territorio Museo. Según esta visión, el museo de- criben este artículo. Concretamente, desde 1994 ja de ser tan solo un contenedor cultural, para pa- se viene prospectando en la comarca litoral, entre sar a ser un dinamizador del patrimonio en su terri- las cuencas del Oria y del Urola y desde el mar torio de influencia, a través del cual y de su inter- hasta la sierra de Ernio en el interior (ARAGON & pretación, pretende tener una incidencia en el de- ALBERDI, 1995: 262-266). Territorio, de ninguna ma- sarrollo social del territorio y una mejora en la cali- nera histórico, sino delimitado bajo criterios geo- dad de vida de sus habitantes. Así, sobre estas morfológicos por quienes integramos el equipo premisas esquemáticamente expuestas, venimos

Munibe (Antropologia-Arkeologia) 57, 2005 · Homenaje a Jesús Altuna S. C. Aranzadi. Z. E. Donostia/San Sebastián QUINCE AÑOS DE INVESTIGACIONES HISTÓRICO-ARQUEOLÓGICAS EN TORNO A GETARIA 449 trabajando para el Museo de historia y arte de ciente, produce pérdidas y alteraciones irrepara- Zarautz en la conceptualización y desarrollo de un bles de información, afecta al alcance y profundi- proyecto de territorio museo ámbito de referencia, dad de las intervenciones, y tiene que ver con que ha adoptado el nombre de <>...” (CORREA & IBAÑEZ, 2005: 880-881, cos. Por otro lado, en lo que a la interpretación his- 885). tórica de los resultados se refiere, ésta debería ser nuevamente contrastada por los mencionados téc- nicos o incluso por una comisión de expertos crea- CONCLUSIONES da al efecto, para evitar los manifiestos errores in- Esta revisión de las principales aportaciones terpretativos y de método científico. No es admisi- histórico-arqueológicas habidas en el casco históri- ble que se vierta cualquier tipo de afirmación sin co de Getaria y en su entorno, ponen de manifies- ninguna base ni contraste científico, como se vie- to la imperiosa necesidad de la aplicación de pro- ne haciendo en la actualidad. gramas de intervención y de investigación, cuyas En tercer lugar, hacemos un llamamiento a la bases de actuación estén fijadas sobre criterios responsabilidad de las instituciones cuyo esfuerzo científicos y racionales. En primer lugar, como se económico, en ocasiones, no se traduce en los re- ha podido comprobar, los resultados obtenidos en sultados previstos. El dinero que se invierte en in- intervenciones de urgencia no asimiladas a activi- vestigación histórico-arqueológica es en su mayor dades de un programa de investigación no son to- parte público, aportado por todos los contribuyen- do lo satisfactorias que cabría esperar, dadas las tes, de modo que es inaceptable la patrimonializa- inversiones efectuadas en ellas. Aunque este pro- ción de los resultados obtenidos a partir de sub- blema parece crónico, ello implica que se debe venciones destinadas a la investigación. Los resul- avanzar en la búsqueda de soluciones. No ignora- tados de esa inversión deben revertir en la socie- mos la existencia en las intervenciones de urgen- dad: es imprescindible que las intervenciones his- cia de otros intereses ajenos a la investigación, ni tórico-arqueológicas se traduzcan en resultados tampoco reclamamos un sometimiento de esos tangibles para la sociedad. Podía parecer que en la otros intereses a los exclusivamente científicos, actualidad estas premisas se cumplen, puesto que aunque sí debemos aspirar a concitarlos. Bien es en algunos casos tras la intervención se han desa- verdad, que las principales carencias y errores ob- rrollado ciertas iniciativas de difusión de dudosa servados en el curso de esta revisión no se deri- base científica (musealizaciones, publicaciones, van precisamente de ese “enfrentamiento” de in- etc.). Por tanto, las subvenciones, además de su- tereses, sino de la asunción de la dirección de fragar los gastos de trabajo de campo, y antes de esas intervenciones por equipos ajenos a la inves- proceder a la difusión social de unos resultados tigación básica, de manera que los principales pro- científicos insuficientes, deberían destinarse tam- blemas son derivados del enfoque no definido por bién a la realización del resto de las fases de estu- criterios científicos sino utilitaristas de estas inter- dio y análisis de las evidencias arqueológicas recu- venciones y de la interpretación simplista y para- peradas: limpieza de materiales, siglado e inventa- científica de los resultados alcanzados. riado, análisis de laboratorio, clasificación y catalo- En segundo lugar, se echa en falta un segui- gación, consultas de expertos, elaboración de es- miento y control más rigurosos de las intervencio- tudios científicos (monografías, artículos, etc.) que nes arqueológicas por parte de las instituciones permitan a la comunidad científica su necesaria encargadas de la custodia y de la gestión del patri- contrastación. En cualquier caso, la última fase de monio histórico-arqueológico. Sería necesario un todo el proceso debería ser su difusión y socializa- control institucional sobre la metodología de inves- ción. El papel y la obligación de las instituciones, tigación a aplicar. Por un lado, en lo que al trabajo además de velar por el estricto cumplimiento de de campo arqueológico se refiere y, en especial, a todo este proceso, debería ser el de garantizar la las intervenciones arqueológicas de urgencia, se- suficiente disponibilidad económica para la ejecu- ría imprescindible que los contenidos de los pro- ción de estas arduas labores y evitar que las parti- yectos arqueológicos a aplicar fueran contrastados das asignadas para esos fines terminen siendo ca- y convenidos con los técnicos de las instituciones nalizadas hacia otros conceptos. competentes. De esta forma se podría evitar la to- Es realmente imprescindible el compromiso ma de decisiones arbitrarias y erróneas por parte de todos los que intervenimos en la investigación de los directores-arqueólogos. Este proceder, que histórico-arqueológica, a fin de que uno de los en muchas ocasiones, debido a un registro insufi- principales objetivos de nuestras acciones sea el

Munibe (Antropologia-Arkeologia) 57, 2005 · Homenaje a Jesús Altuna S. C. Aranzadi. Z. E. Donostia/San Sebastián 450 XABIER ALBERDI LONBIDE, ÁLVARO ARAGÓN RUANO & JESUS MANUEL PÉREZ CENTENO avance en el conocimiento científico de nuestro metodología- para hacer interpretaciones que se pasado, pues sólo de esa manera serán válidos ajusten a unos determinados intereses -ajenos a la sus resultados para la sociedad. Hoy en día, nues- ciencia-, en pos de una determinada teoría histo- tras aportaciones científicas se están quedando a riográfica) y cierto corporativismo (ausencia de crí- la cola del panorama historiográfico-arqueológico tica científica entre los investigadores). Esta es de la arqueología histórica, tanto peninsular como una situación inadmisible en un país como el internacional, y así permanecerán mientras no se nuestro, con unas características absolutamente adopte el mencionado compromiso. Más aún, la privilegiadas para el desarrollo y promoción de las investigaciones históricas; un país en el que pervi- situación que vive la comunidad científica guipuz- vencias del más remoto pasado han perdurado. coana de época histórica hunde sus raíces en ca- Además, en caso de no cambiar de proceder de rencias de corte epistemológico: academicismo y manera inmediata, bajo unos criterios realmente escolasticismo (aceptar sin ningún tipo de crítica científicos, se corre el peligro de agotar los más los paradigmas y teorías establecidos por las es- destacados yacimientos arqueológicos, cuyas evi- cuelas y autoridades en la materia), paracientifis- dencias, conservadas en ocasiones durante mile- mo (abuso de tecnicismos y discursos científicos nios, son insuficientemente documentadas, anali- para enmascarar discursos que son realmente aje- zadas y, en fin, utilizadas en pos del avance en el nos a la ciencia), parcialidad (utilizar sesgadamente estudio y en la socialización de los conocimientos los datos que aporta la investigación -e incluso su sobre nuestro rico pasado.

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