Necrópolis en cueva y asentamientos neolíticos en torno a la depresión de

Francisco Martínez-Sevilla. Dpto. Prehistoria y Arqueología Universidad de Granda. Carlos Maeso Taviro. Dpto. Prehistoria y Arqueología Universidad de Granda.

RESUMEN En torno a la Depresión de Granada se articulan un importante número de yacimientos neolíticos. La ma- yoría se sitúan en los rebordes montañosos, por un lado cuevas que han venido relacionándose con con- textos de habitación, y por otra parte, yacimientos al aire libre establecidos en las tierras fértiles de las zonas llanas o cercanas a cursos continuos de agua. En el presente trabajo se analizan la viabilidad de habita- ción de los yacimientos en cueva, y además se plantea cual debió ser su función y el patrón de asentamiento para estas primeras comunidades productoras.

Palabras clave: Neolítico, necrópolis en cueva, asentamientos al aire libre, Depresión de Granada.

ABSTRACT Around the Granada Depression are found a large number of important Neolithic sites. Most of the sites located in the mountain ranges, on the one side caves that have been interpreted as room settings, on the other side are established outdoor settlements in the fertile lands of the plains, or near-continuous cour- ses of water. This paper analyzes the posibility of the cave being the habitat, also raises the question as to what was to be their function and settlement pattern for these first producing communities.

Keywords : Neolithic, necropolis cave, settlements outdoor, Depression of Granada.

RESUM Al voltant de la Depressió de Granada s’articula un nombre important de jaciments neolítics. La majoria es situen a les vessants muntanyoses, per una banda coves que han vingut relacionant-se amb contextos d’habitació, i per una altra banda, jaciments a l’aire lliure establerts en les terres fèrtils de les zones pla- nes o properes a cursos continus d’aigua. En el present treball s’analitzen la viabilitat d’habitació dels ja- ciments en cova, i a més es planteja quina va ser la funció i el patró d’assentament per aquestes primeres comunitats productores.

Paraules Clau: Neolític, necròpolis en cova, assentaments a l’aire lliure, Depressió de Granada

Rebut: 1 septembre 2010; Acceptat: 1 decembre 2010 Estrat Crític 5.Vol.1 (2011): 461-475 461 Necrópolis en cueva y asentamientos neolíticos en torno a la depresión de Granada

INTRODUCCIÓN 1948b), además de algunos más que no es ne- La historiografía sobre el poblamiento neolí- cesario mencionar, porque solo aportaron mo- tico en Andalucía ha considerado tradicional- dificaciones de tipo terminológico más que mente, para las fases antiguas y medias, la interpretativas. Finalmente, Bosch introdujo en utilización de las cuevas como contextos de há- su esquema original algunos cambios termino- bitats estables. Hipótesis de trabajo que se sigue lógicos, sin modificar esencialmente su hipó- manteniendo en la actualidad, aunque comien- tesis original, sustituyó la denominación de zan a aparecer voces críticas sobre el mundo de “Cultura de las Cuevas” por la de “Cultura de las cuevas y su funcionalidad, en diferentes re- las Cuevas con Cerámica Decorada ” (Bosch, giones de la Península Ibérica. El manteni- 1956). Considerando que la vida en cuevas y miento de este modelo es fruto del devenir de la cerámica decorada eran las dos característi- las investigaciones, así como de las corrientes cas más importantes de este Neolítico, aunque teóricas que tienden hacia el inmovilismo in- estableciendo para el horizonte cultural cuatro terpretativo, reacios a cualquier cambio en la grupos peninsulares: Cataluña, Valencia, An- explicación del registro arqueológico ten- dalucía y Portugal, justificando esta división diendo, por lo general, hacia conclusiones de- por la existencia de elementos culturales que masiado simplistas. El estudio del Neolítico en no se daban en alguno de los grupos, como por Andalucía es un claro ejemplo de este proceso ejemplo la cerámica cardial, inexistente en An- que enfrenta a la historiografía y la realidad dalucía o el hábitat en poblado que solo se co- material histórica, representada en la disciplina nocía en la zona valenciana. arqueológica por la cultura material y su con- texto estratigráfico o geográfico. Un hito dentro de las investigaciones sobre el Neolítico mediterráneo que influirá decisiva- Es necesario contextualizar, de forma sucinta, mente en posteriores estudios, especialmente cuando se estableció el modelo interpretativo para la secuenciación de los registros arqueo- general sobre el Neolítico Ibérico y la evolu- lógicos en cueva, fueron las excavaciones ción del mismo, para comprender la necesidad efectuadas por Bernabó Brea en Arenen Can- de reestructurar el modelo vigente. La primera dide, en la Liguria Italiana (Bernabó, 1946; estructuración general del Neolítico en la Pe- Bernabó, 1956). En este momento se estable- nínsula Ibérica, y en particular en Andalucía, cerá la subdivisión clásica para el Neolítico en se establecerá por Bosch Gimpera (Bosch, tres periodos: Antiguo, Medio y Superior. Or- 1920). Trabajo en el que distinguirá para el Ne- denación cronosecuencial basada en la estrati- olítico cuatro grandes círculos culturales en la grafía de la cavidad italiana, que con pocas Península, entre los que destacaba la “ Cultura variaciones, se mantiene vigente en la actuali- central o de las cuevas ”, cuyas características dad y que influyó de forma contundente en los principales era la presencia de cerámicas deco- trabajos realizados en la Cueva de la Carigüela radas y el hábitat en cueva. En consecutivas in- de Piñar (Granada), así como en la sistemati- vestigaciones introdujo otras nuevas zaciones realizadas sobre la misma por el prof. modificaciones, como la relación de las cuevas M. Pellicer (Pellicer, 1964a). Trabajo en el que de habitación con los abrigos con arte esque- se distinguía una gran secuencia de habitación, mático (Bosch, 1932; Bosch, 1945). Investiga- con problemas estratigráficos y una secuencia dores como Pericot, siguieron el mismo ficticia ordenada evolutivamente con tipologías modelo (Pericot, 1934), de igual forma otros erróneas propias de la época. Todo lo cual, no autores coetáneos (Martínez Santa-Olalla, ha sido óbice para que fuese considerada la se- 1941; San Valero, 1942, 1945, 1946, 1948a y cuencia de habitación más paradigmática del

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Neolítico Andaluz. Esta problemática ya ha tas dudas, pues el conocimiento que poseemos sido tratada en profundidad en un trabajo re- sobre poblados al aire libre de estos horizontes ciente con lo que no insistiremos en ella (Ca- culturales es mucho más elevado, aunque con rrasco et al., 2010). dificultades de localización y conservación, que más adelante expondremos. Siguiendo con esta breve reseña sobre la histo- ria de las investigaciones, es evidente que la En nuestro caso, la hipótesis de trabajo sobre tesis doctoral de la prof. Mª Soledad Navarrete, la que partimos establecida recientemente (Ca- marcó un antes y un después en el estudio del rrasco y Pachón, 2010), es atribuir un uso casi Neolítico, constituyéndose como un referente exclusivamente de las cuevas como lugares de fundamental para las investigaciones más re- enterramiento y culto (necrópolis), mientras cientes (Navarrete, 1976). La autora seguía las que los asentamientos se localizan en zonas teorías expuestas por Bosch y la secuencia es- muy fértiles aptas para el laboreo agrícola. tablecida en Arene Candide, realizando un es- Hemos tomado como unidad de análisis para tudio más preciso y técnico de las tipologías la aplicación de éste modelo interpretativo, la cerámicas, corrigiendo las alteraciones obser- Depresión de Granada, siendo consientes de vadas en la estructuración de la secuencia de qué se trata de un territorio amplísimo, con una Carigüela realizada por Pellicer. Esta ordena- gran cantidad de yacimientos. La elección de ción de tipos cerámicos permitirá a la doctora esta delimitación se basa en las características Navarrete establecer parámetros referenciables geográficas de la depresión que actúa como es- y fiables para posteriores estudios de registros tructuradota del territorio y de los diferentes cerámicos neolíticos de muchas otras cavida- grupos que habitaron y aprovecharon los re- des de Andalucía. Tomando como base la fun- cursos de su entorno. A continuación, vamos a ción de Carigüela como una cueva de hábitat describir y delimitar físicamente el espacio de estable y siguiendo las pautas marcadas por M. estudio para analizar algunos de los ejemplos Tarradell (Tarradell, 1964), aún considero la más claros de necrópolis en cueva y asenta- cueva como el tipo de habitación normal para mientos al aire libre. Nos vamos a centrar en las sociedades neolíticas del mediodía penin- estudiar sólo algunos yacimientos en cueva, se- sular. Pero sus investigaciones le llevaron a leccionados no por su importancia, sino por su plantear una serie de problemas relacionados localización, distribuidos por varios de los sis- con esta única funcionalidad, esbozando un temas montañosos que rodean la depresión. modelo hipotético en el que asumía para el Ne- Igualmente hemos seleccionado algunos de los olítico una doble funcionalidad de las cuevas asentamientos, por expresar perfectamente el como “habitación y enterramiento” (Nava- modelo de aprovechamiento del territorio que rrete, 1976:30). Esta teoría, junto con la com- venimos defendiendo. probación de la existencia de asentamientos al aire libre con similares materiales que los estu- LA DEPRESIÓN DE GRANADA COMO diados por ella en cuevas, además de encon- UNIDAD GEOGRÁFICA DE ANÁLISIS trase en muchas ocasiones próximos entre sí, La Depresión de Granada es una cuenca intra- le llevó a preguntarse: “¿Podría ser que en este montañosa situada a caballo entre los dominios momento determinado, las cuevas quedasen montañosos de las Zonas Internas y Externas sólo como lugar de enterramiento colectivo y de las Cordilleras Béticas. Se trata de una de se prefiriese como lugar de habitación los po- las depresiones que van interrumpiendo la con- blados al aire libre?” (Navarrete, 1976: 30). tinuidad montañosa que, desde el Golfo de Cuestión que en la actualidad, no plantean tan- Cádiz al Cabo de la Nao, ocupan la extensa ali-

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neación de la Bética. Con una forma oblonga la , sirviendo ésta como ente or- depresión muestra hacia el exterior una unidad ganizador de la población, zona de paso y perfecta gracias a un anillo montañoso que la transmisión de ideas por sus vías naturales de rodea. Está delimitada al Norte por una serie de comunicación hacia el exterior. Los diferentes sierras del conjunto subbético, que sólo se corredores naturales, se encuentran jalonados abren en el estrecho pasillo de . En el de representaciones rupestres, reflejo del ca- Este, Sierra Harana y Sierra Nevada forman la rácter delimitador de este territorio a la vez que cabecera de la depresión. La parte meridional la se hallaban más densamente habitados que constituyen unidades todas ellas Béticas; al Su- otras áreas. Ejemplos claros de esta casuística roeste, la Meseta de Albuñuelas, que forma un son; la Sierra de Moclín con el río Velillos espigón de Sierra Nevada sobre la zona depri- como eje principal; el pasillo de Loja con el río mida; tras ella, las sierras de Almijara y Tejeda Genil; o el corredor de hacia Izna- continúan aislándola del Mediterráneo, con el lloz recorrido por el cauce del río Cubillas. que sólo se establece comunicación por un pe- queño umbral de 800 m de altura, denominado NECRÓPOLIS EN CUEVA Y ASENTA- como Suspiro del Moro. Por último, cierra la MIENTOS AL AIRE LIBRE depresión por el Oeste, la mole de Sierra Gorda Comenzando por la parte más oriental de la de- con la única salida del pasillo que abre el río presión, debemos empezar con la paradigmá- Genil, conexión natural con la Depresión de tica Cueva de la Carigüela (Fig1:1), forma Antequera. parte del denominado Grupo de Piñar, com- puesto por un conjunto de cuevas que se abren El origen de estos sistemas montañosos re- en una gran falla de las estribaciones más sep- monta a los movimientos alpinos y contempo- tentrionales del macizo de Sierra Harana. Todas ráneos con su elevación debió producirse el estas cuevas se sitúan a unos 1000 m (s.n.m.) hundimiento de una serie de bloques, que cons- sobre las fértiles tierras de los diferentes afluen- tituyen el sustrato geológico de la depresión. tes que conforman la cuenca alta del río Cubi- Sobre ellos comienzan inmediatamente a de- llas. La Cueva de la Carigüela con sus positarse materiales procedentes de la erosión problemas estratigráficos y tipológicos, ha sido de las jóvenes montañas. La primera etapa de considerada el ejemplo más tradicional de una este relleno se inicia a mediados del periodo ocupación estable en cueva. De lo que real- mioceno en un medio todavía marino que pro- mente se tiene constancia, es de su ocupación gresivamente se fue transformando en lacustre durante el Pleistoceno concretamente en el Pa- y continental (Ocaña, 1972). leolítico Medio, sin embargo para periodos posteriores esas dudas se acentúan, pese a que En este entorno geográfico conformado por la también se había señalado una dudosa ocupa- Depresión de Granada y los diversos sistemas ción epipaleolítica que desconocemos (Pellicer, montañosos que la circundan al exterior, se lo- 1964a). Se comprueba básicamente, siendo lo calizan un importante número de yacimientos único fiable, la existencia de un registro Neolí- neolíticos (Fig.1). Las cuevas se sitúan en las tico Antiguo, Medio e incluso Final, con intru- sierras calizas de los rebordes montañosos, siones funerarias propias de la Edad de los mientras que los asentamientos se ubican en Metales en la parte alta de la estratigrafía. zonas cercanas, principalmente en llanuras li- Como ya se ha expuesto, de forma más ex- geramente solevadas dominando visualmente tensa, en otro trabajo (Carrasco et al ., 2010), la su emplazamiento. Todo este conjunto de gru- estratigrafía de esta cavidad está compuesta por pos humanos se estructuran en relación a la innumerables enterramientos neolíticos que

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Figura 1.- Distribución de yacimientos neolíticos en torno a la Depresión de Granada: 1. Complejo Ca- rigüela: Cueva de la Carigüela, Cueva de la Zarza, Cueva de la Pintá, Cueva de la Zorra y Sima de Ca- rigüela V; 2. Cueva de las Ventanas; 3. Cueva del Agua de Prado Negro; 4. Cueva del Cortijo del Canal; 5. Cueva CV-3; 6. Las Majolicas; 7. Llano de las Canteras; 8. La Molaina; 9. Las Catorce Fane- gas; 10. Cueva de la Mujer; 11. Cueva de los Molinos; 12. Grupo de : Sima Rica, Sima del Carburero, Sima del Conejo; 13. Sima de la Maquila o LJ-11; 14 . Conjunto de la Peña de los Gitanos: Cueva de las Tontas, Cueva Alta, Cueva de las Cabras, etc.; 15. Los Castillejos; 16. Cueva de Malalmuerzo; 17. Cañada Corcuela; 18. Cueva Rebeca; 19. Cueva de los Tajos. con sus correspondientes ajuares, salpican toda Cueva de las Ventanas (Fig1:2), conocida la secuencia, resultado del uso continuado de desde hace siglos, es desde principios del siglo la misma como lugar asiduo de enterramiento XIX cuando ha sido objeto de múltiples refe- por parte de comunidades que habitaran las rencias, actuaciones clandestinas y ocupacio- zonas cercanas. Ni las características físicas de nes de ganado. En los años noventa se comenzó la cueva en la que se documentó la estratigra- su puesta en valor, obteniéndose de su lim- fía, ni los registros arqueológicos alterados, ni pieza, un esplendido registro arqueológico des- la gran potencia de sus depósitos sedimenta- contextualizado por provenir, en su mayoría, rios, serían propios de un hábitat estable o tem- de enterramientos alterados. En opinión de su poral. Por lo que nos inclinamos, sin excesivas restaurador, son centenares los enterramientos dudas, a otorgar a Carigüela una clara funcio- que se han exhumado en sus actuaciones, nalidad funeraria antes que habitacional. Aun- siendo incuantificables los que deben quedar que, varios materiales, podrían indicar un uso en algunas de sus áreas consideradas intactas como lugar de refugio esporádico, la presencia (Riquelme, 2002). Del registro arqueológico de algunos núcleos para la extracción de lámi- que conocemos, se intuye la presencia de po- nas y brazaletes calizos en proceso de manu- blaciones del Paleolítico Superior por algunas factura. piezas líticas documentadas. Su secuencia, pro- pia de una necrópolis, es posiblemente una de A unos 280 m al este de Carigüela se localiza la las más completas que se conocen en todo el

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Sur Peninsular en lo que a material arqueoló- 100%, y externas muy limitadas, por un medio gico y tipología se refiere. Especialmente in- físico poco propicio para el laboreo agrícola, teresante, es el registro material neolítico, con pastos de ciclo breve en espacios muy res- representadas desde sus fases más antiguas con tringidos por el relieve calizo de tipo lapiaz, no cerámica cardial, así como todo tipo de motivos tuvo precisamente una función de hábitat. impresos, incisos, plásticos, lisos, etc. La buena conservación y características de su Las condiciones agrícolas favorables del nicho registro arqueológico también confirman esta ecológico, en donde se ubican estas cavidades, funcionalidad necropolar, destacando en este junto a una situación muy estratégica sobre lu- aspecto, los abundantes objetos de adorno per- gares también factibles para actividades de tipo sonal y el carácter simbólico de algunas de las pastoril y cinegético; debieron motivar el esta- cerámicas que conformarían sus ricos ajuares. blecimiento de comunidades agricultoras en la La no documentación de restos óseos humanos, zona, para la explotación de los ricos recursos puede ser fruto del propio devenir histórico de naturales que le ofrecía este medio natural. la Cavidad. Recordemos, que se han llevado a Siendo estas cuevas, junto con otras de las pro- cabo trabajos mineros para la obtención de ximidades ( Cueva de la Zarza, Cueva de la falsa ágata, además la caída de grandes bloques Pintá, Cueva de la Zorra, Sima de Carigüela del techo, junto al tipo de necrópolis en exten- V, Cueva de Pagarecio, Cueva Meye, Con- sión y no en profundidad como el caso de Ca- junto Castillo de Piñar: Cueva PÑ-11, 12, 13, rigüela han propiciado la perdida o deterioro de 14 y 15 ), utilizadas como necrópolis estables los restos óseos. También, cabe la posibilidad para enterramientos y ritualizaciones post-mor- de que las inhumaciones no fuesen tan inten- tem , de las que desgraciadamente sabemos sas como en otras cavidades, teniendo una fun- poco. ción más ritual que de necrópolis. Este uso, se ha atribuido recientemente para algunas cavi- Prosiguiendo hacia al Sur, en las cumbres de dades del Levante peninsular como Sarsa y Or, Sierra Harana, se encuentra la Cueva del Agua donde la cantidad, calidad y características sim- de Prado Negro (Fig. 1:3) se trata de una ex- bólicas del material arqueológico no se corres- tensa cavidad de unos 1000 m de recorrido si- ponde con enterramientos. A falta de otra tuada a 1800 m (s.n.m.). Esta cavidad, ha explicación más precisa se han calificado como aportado un importantísimo registro arqueoló- “Cuevas Singulares” (Bernabeu, 2010). La gico neolítico, proveniente de actuaciones clan- verdadera problemática en torno la Cueva del destinas de las cuales se publicaron algunos Agua, no es ésta, sino que reside en ubicar las materiales (Navarrete, 1977; Navarrete y poblaciones que la usaron durante unos mil Capel, 1977; Navarrete y Capel, 1979). Crono- años aproximadamente como lugar de culto y/o lógicamente su uso se puede fechar en el Neo- enterramiento. De principio, no consideramos lítico Antiguo y Medio, consideramos que el factible el emplazamiento en las zonas altas de grueso de las tipologías cerámicas y de adorno Sierra Harana, con lo que habría que situar los de Prado Negro, responden a patrones de estos asentamientos; en la zona de la cuenca alta del horizontes más que de otros períodos posterio- río Fardes hacia el Sur; o al Norte, en la gran res, no pudiéndose precisar, porque no existen vaguada que forma el río Periate. De todas for- parámetros comparativos ni estratigrafías fia- mas esta necrópolis debió ser usada por pobla- bles en cueva, en los cuales basarnos en el resto ciones menos numerosas que las que de Andalucía. La cavidad con unas condicio- conforman otros complejos. nes internas de intensa humedad, cercanas al

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En la parte occidental de Sierra Harana, se lo- un farallón de travertino que se extiende entre calizan las cuevas CV-3 (Navarrete et al., 1983; los Llanos del Canal y la margen derecha del Navarrete et al., 1987-88) en Cogollos Vega y río Cubillas, junto a la carretera N-323 (Bailen- el Complejo de Las Majolicas en . Se ) a 670 m (s.n.m.) en el término de Al- trata, en ambos ejemplos, de cuevas usadas bolote. En su momento de publicación ya se como lugares de inhumación. En este caso con interpreto como necrópolis afirmándose que entornos más próximos a la Vega de Granada, “la estructura geológica del yacimiento, la con tierras muy favorables para la explotación abundancia de restos humanos y las propias de huerta, intensiva y estable. La cueva CV- características tecnotipológicas de los mate- 3(Fig. 1:5), situada a un kilómetro aproxima- riales conocidos no parecen dejar lugar a damente del pueblo de Cogollos Vega, está dudas sobre su carácter funerario ” (Navarrete formada por una diaclasa longitudinal, con va- et al., 1999-2000:26). Esta cueva o raja se uti- rias salas adosadas, a las que se accede por una lizó como necrópolis a lo largo de todo el Ne- angosta entrada entre bloques de travertino. olítico, posiblemente desde horizontes antiguos Con unas características morfológicas imposi- y de forma más esporádica durante el Cobre y bles de habitar, debió ser utilizada como ne- Bronce Final, así lo indica su repertorio de ma- crópolis, por poblaciones asentadas al aire libre teriales cerámicos, líticos y metálicos (Nava- en alguna de las amplias vegas próximas a la rrete et al., 1999-2000). Todos estos ajuares, cueva. Su rico y variado registro cerámico, po- algunos con una fuerte carga simbólica y buena siblemente desde el Neolítico Antiguo hasta la conservación, vuelven a indicarnos el carácter Edad del Cobre, la define como una necrópolis de necrópolis de esta cueva de imposible habi- estable, propia de una población firmemente tabilidad. La extraordinaria situación estraté- establecida en las inmediaciones bajas de la gica de esta cueva, dominando las amplias cueva que, la utilizo de forma periódica para vegas del Cubilla y gran visibilidad sobre ellas inhumar. Por otra parte, Las Majolicas posibilitó su utilización como necrópolis por (Fig.1:6), se encuentran en el casco urbano de parte de las poblaciones que se asentaron, de Alfacar a una altura de 1010 m (s.n.m). Se trata forma estable, en torno a ella. de un grupo de pequeñas cuevas que por pro- cesos tectónicos se desplomaron dejando en su- En la vertiente más occidental de la Depresión perficie materiales procedentes de los de Granada, en el macizo calizo de Sierra enterramientos que se realizaron en su interior, Gorda, se localizan el siguiente conjunto de ne- entre ellos: gran cantidad de huesos humanos; crópolis que vamos a analizar. Se trata de una cerámicas con decoraciones cardiales, incisas, serie de simas situadas en la parte este del ma- impresas a peine y almagras; así como objetos cizo orientadas hacia la Depresión de Granada. de adorno cuentas de collar, brazaletes, etc. Aunque se encuentran próximas entre sí, se (Molina, 1970). Este conjunto de cuevas-ne- pueden establecer dos áreas, relacionadas con crópolis, se haya en intima relación a un asen- las diferentes poblaciones que inhumaron en tamiento al aire libre conocido como Llano de ellas. Por un lado, la Sima de la Maquila o LJ- las Canteras (Pellicer, 1964b) (Fig.1:7), si- 11 cercana a la población de Salar de Loja y tuado en la cima donde se ubican. El uso de por otro lado, el Grupo de Alhama de Granada; esta necrópolis, según sus cerámicas abarcaría constituido por tres simas distribuidas a lo largo desde el Neolítico Antiguo, Medio y Final. de dos kilómetros y alineadas Este-Oeste son: Sima Rica, Sima del Carburero y Sima del Co- Ya en plena vega del río Cubillas la Cueva del nejo. Cortijo del Canal (Fig.1:4) Abre su entrada, en

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Figura 2.- Topografía (Secciones longitudinales) del Grupo de cavidades de Alhama de Granada (Grupo de Espeleólogos Granadinos, 1979, 1981). La Sima de la Maquila (Fig.1:13), se ubica en Grupo de Espeleólogos Granadinos en 1979 el término municipal de Loja en la ladera norte que encontraron in situ gran cantidad de restos del Cerro del Pilón de la Caldereta, práctica- humanos y cerámicos, el yacimiento no llegó mente en la cima del cerro a unos 1200 m a ser estudiado pues fue expoliado rápida- (s.n.m.) y formando por un sistema calizo de mente. Tan solo se ha publicado una ínfima lapiaz de difícil acceso. La entrada, orientada cantidad de material (Menjíbar et al., 1980) al Norte, es de forma circular y de pequeñas di- entre el que destacan los objetos de adorno per- mensiones (Fig. 2). Por ella se accede a la ca- sonal, las cerámicas impresas no cardiales, al- vidad formada por una diaclasa de dirección magras e incisas con relleno de pasta roja, Noreste-Suroeste. La sima costa de dos zonas: además de algunos motivos simbólicos antro- la primera, una sala a la que se accede tras des- pomorfos y zoomorfos. cender un pozo de unos 10 m, formada por la caída de un gran bloque cuadrangular del A unos cuatro kilómetros de la Sima de la Ma- techo; y tras ésta se abre otro pozo de 17 m de quila en línea recta, pero en otra vertiente más caída por el cual se desciende a la segunda al sur, entre Sierra Blanquilla y el Cerro de la zona, una galería de unos 32 m de longitud ac- Palomeras, en el término municipal de Alhama cidentada en todo su recorrido por bloques y de Granada se encuentran el otro Grupo que escarpes. La cueva fue descubierta por el hemos definido, a una altitud media de 1000 m

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(s.n.m.) (Fig.1:12). Comenzando de Oeste a del Conejo, con unas características muy si- Este la primera cueva es Sima Rica, conocida milares a las descritas para las otras cavidades. desde antiguo ya fue visitada por Breuil en Igualmente, formada a partir de una diaclasa 1918 y Panyella publicó algunos fragmentos descendente de 68 m de profundidad escalo- cerámicos (Panyella, 1946; Panyella, 1947). nada en varios pozos (Fig.2). Los escasos ma- Los únicos trabajos arqueológicos realizados teriales que se conocen de estos dos en la cavidad fueron una prospección superfi- yacimientos son fruto de recogidas por parte de cial en la que se recogieron y publicaron algu- los espeleólogos que las exploraron. En esen- nos materiales cerámicos (Botella et al. , 1976; cia, los conjuntos materiales no difieren de lo Botella et al., 1981). Su entrada se abre en una que venimos exponiendo para este tipo de cue- dolina de hundimiento, que da paso a una ga- vas, están constituidos por cerámicas a la al- lería con una anchura media de 10 m y 5 m de magra, impresas no cardiales e incisas rellenas altura, está formada por una rampa de pronun- de pasta roja, representando motivos geométri- ciada inclinación hacia el Este con gran canti- cos y en algunos casos de tipo simbólico (Men- dad de bloques inestables. Hacia el interior la jíbar et al., 1980). morfología de la cavidad cambia completa- mente estando constituida en su mayoría por Teniendo en cuenta los materiales que han ofre- una maraña de bloques sueltos. Su ubicación cido este conjunto de simas podemos adscri- en el fondo de una dolina, junto con la hume- birlas al Neolítico Antiguo y Medio, sin que se dad interior y el casos de bloques que reinan en hayan podido constatar materiales de otra cro- su interior no ofrecen dudas del carácter fune- nología aunque es posible algún tipo de inclu- rario de la cavidad. Aun así, se relacionó su ga- sión, como hemos observado en otras lería más exterior con una zona de hábitat, y cavidades. Las características morfológicas de sólo las zonas interiores como lugar de ente- estas simas de difícil acceso, que requieren el rramiento (Botella et al., 1976). La mayor parte empleo de técnicas espeleológicas para acce- de los restos humanos y arqueológicos se ha- der a su interior; su situación en un autentico llaron en las zonas interiores, por lo que no se desierto calizo; y la calidad de su registro ar- dudo en atribuir esta dualidad de uso a la cavi- queológico además de la gran cantidad de res- dad, uno de hábitat para la galería más exterior tos humanos, no ofrecen dudas de su función y otro como lugar de enterramiento en las par- como lugares de enterramiento y culto. Hecho tes interiores. Esta diferencia, en la densidad de que no ha sido óbice, para que se hayan consi- materiales, es debida a un mayor aporte sedi- derado como lugares de hábitat, interpretán- mentario del exterior en la primera sala, por lo dose esta serie de desavenencias como propias que los materiales se encuentran más en pro- de poblaciones itinerantes con una base econó- fundidad que en superficie como sucede en las mica ganadera, que usaban las cuevas para ha- partes interiores. bitar y acopiarse de agua, ausente en la totalidad de las partes altas del macizo de Sie- La siguiente cueva del conjunto es la Sima del rra Gorga (Menjíbar et al., 1980:63). Carbureo , a unos mil metros al este de Sima Rica, está formada por una diaclasa descen- Estas necrópolis debieron ser usadas por las po- dente escalonada por varios pozos que dan ac- blaciones que, seguramente, se asentaron en la ceso a diversas salas, distribuidas en el desnivel parte baja de complejo Kárstico. La zona de- máximo de la sima que es de 57 m de profun- nominada Las Pilas de Dedil es una pequeña didad (Fig.2). Finalmente, a doscientos metros vega situada a las faldas de Sierra Gorda a unos al este de Sima del Carburero se halla la Sima tres kilómetros de las cuevas que hemos des-

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crito y que posee unas características inmejo- La Molaina (Fig.1:8), está asentado en la rables para el establecimiento de este tipo de suave pendiente del piedemonte de Sierra El- poblaciones. Se trata de una vaguada alineada vira en su vertiente Sureste a 573 m (s.n.m.). Norte-Sur a espaldas del municipio de Alhama Se trata de un emplazamiento resguardado por de Granada, donde destacan sus fértiles tierras una curva natural que forma Sierra Elvira, li- de labor y fuentes continuas de agua que ema- geramente solevado y muy cerca de la llanura nan de los sumideros de todo el complejo ca- de la fértil Vega de Granada. El yacimiento se lizo de Sierra Gorda. En el caso de la Sima de dio a conocer a raíz de la construcción de un la Maquila parece más factible que se trate de polígono industrial en la zona que ocupaba, por poblaciones diferentes asentadas en las zonas lo que en la actualidad se encuentra totalmente de vega en torno al pueblo de Salar de Loja a no destruido. Poseía una potencia estratigráfica de más 4 km de distancia y con nacimientos de unos 50 cm. Presentaba un nivel base de con- agua que irrigan sus tierras de huerta. glomerados sobre el que se asentaba un estrato de 30 cm de potencia, de tierra grisácea conte- Por una cuestión obvia de espacio, no podemos niendo pequeños paquetes de barro anaranjado incluir aquí todas las cuevas que siguen el y algunas piedras que por su posición pudieran mismo patrón que las referenciadas, como es pertenecer a estructuras de habitación. Por ul- el caso de las sobradamente conocidas: Cueva timo un estrato de tierra rojiza y cantos roda- de Malalmuerzo (Moclín) (Fig.1:16), Cueva dos revuelto por labores agrícolas. El registro de la Mujer y Los Molinos (Alhama de Gra- material recuperado estaba formado por cerá- nada) (Fig.1:10 y 11) o l a Cueva de las Tontas micas muy fragmentadas con decoraciones im- (Fig.1:14) entre otras muchas. presas, incisas y plásticas; brazaletes en proceso de elaboración y restos de sílex funda- La gran cantidad de cuevas de enterramiento, mentalmente láminitas, lascas, esquirlas de contrasta fuertemente con el ínfimo número de talla y núcleos. En su publicación se atribuyo yacimientos al aire libre que conocemos, que un uso corto en el tiempo para este asenta- puedan comprender las fases Antiguas y Me- miento (Sáez y Martínez, 1981:32), pero si te- dias del Neolítico, aunque si es cierto que cada nemos en cuenta el período de formación de un vez son más y mejor estudiados en toda la Pe- estrato antrópico de 50 cm, puede deberse a nínsula Ibérica. Para el caso de la Depresión de más de dos o tres siglos ¿es esto una ocupación Granada, se conocen apenas unos pocos asen- esporádica o estacional?, rotundamente no, se tamientos de este tipo. Vamos a hacer referen- trata de un asentamiento que se utiliza de forma cia a tres de estos establecimientos, que por su continuada por parte de una población que situación y su registro material ejemplifican el aprovecha la fertilidad de sus tierras cercanas; modelo de asentamiento que venimos expo- en esos momentos con zonas de inundación es- niendo en líneas anteriores. Dos de ellos se ubi- plendidas para la agricultura de tipo primario, can en plena Vega de Granada, La Molaina además de estar asociada a áreas de montaña () (Sáez y Martínez, 1981) y Las con pastos de verano y recursos cinegéticos. Catorce Fanegas () (Carrasco et Esta población debió utilizar como lugar de en- al,. 1987); el tercero es el asentamiento de Los terramiento y culto varias de las cuevas y simas Castillejos en las Peñas de los Gitanos (Mon- que se localizan en Sierra Elvira entre ellas: tefrío), que arroja posiblemente una de las me- Cueva Rebeca a escasos 500 m del asenta- jores secuencial con dataciones absolutas del miento o la Cueva de Los Tajos en la vertiente Neolítico al Cobre de Andalucía. norte y a no más de 3 km de distancia. Estas cuevas no se conocen a nivel bibliográfico pero

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tenemos noticias por parte de aficionados de cas almagradas, de la industria lítica resaltan materiales neolíticos en su interior asociados a las hojitas y muy escasos geométricos. No se enterramientos. También, en el propio yaci- evidencia en toda la secuencia ningún enterra- miento se descubrieron restos de tres indivi- miento, a excepción de un caso infantil intro- duos asociados a la última fase del poblado, ducido en una raja inferior. Los enterramientos fenómeno que no es extraño en este tipo de po- de este poblado, en sus ocupaciones iniciales, blados y que etnográficamente se atribuye un (Neolítico Antiguo y Medio) se realizarían en sentido espiritual de apropiamiento del territo- pequeñas cuevas y covachas, como: la Cueva rio y arqueológicamente a fases de abandono de las Tontas, Cueva Alta, Cueva de las Ca- del lugar. bras , etc., y en otras peor conocidas abundan- tes en el relieve calcáreo del entorno. A partir Las Catorce Fanegas , es un sitio de similares del Neolítico Final/Cobre los enterramientos se característica, pero ubicado en el centro de la harían en las amplias necrópolis megalíticas zona agrícola más importante y feraz de la Vega que rodean el poblado. de Granada (Fig.1:9), fue descubierto al reba- jar, por motivos de modernización agrícola, un La amplia secuencia del yacimiento posee bancal con más de cinco metros de potencia. veinticinco dataciones radiocarbónicas, de las En el fondo aparecieron débiles estructuras con cuales once sitúan el Neolítico Antiguo y grandes guijarros de río, restos de hogares y Medio (2 sigmas) entre el 5470 al 4940 B.C. fragmentos cerámicos de grandes vasijas. Tam- (Cámara et al., 2010). Estas dataciones coin- bién se documentaros brazaletes en proceso de ciden con otras de contextos neolíticos del resto elaboración y un vaso con decoraciones im- de Andalucía como: la Cueva de Los Murcié- presas geométricas. Analizando el registro ce- lagos (Zuheros, Córdoba), la Cueva de Nerja rámico existe una clara dicotomía, entre los (Nerja, Málaga), Cueva de los Murciélagos recipientes de gran tamaño con gran cantidad (Albuñol, Granada) y un largo número de ya- de restos orgánicos, que servirían para almace- cimientos que ubican esta orquilla cronocultu- nar grano u otras materias sólidas y aquellos re- ral grosso modo entre mediados del VI y V cipientes de mayor calidad, cuantitativamente milenio B.C. Teniendo presente los ítems ar- inferiores relacionados con el enterramientos y queológicos neolíticos que venimos atribu- rituales de diversos tipos. yendo para los yacimientos analizados, de similares características tecnotipológicas que Finalmente, el yacimiento de Los Castillejo s los documentados en depósitos con dataciones en La Peña de los Gitanos (Montefrío) absolutas; debemos atribuir este horizonte cro- (Fig.1:15), excavado por el Departamento de nológico a la totalidad de ellos, con algunas di- Prehistoria y Arqueología de la Universidad de lataciones temporales de uso en casos Granada, tiene una de las secuencias estrati- concretos. gráficas más completas de Andalucía que arranca desde las fases iniciales del Neolítico CONCLUSIONES Y PROBLEMÁTICA hasta la Edad del Cobre. Poblado al aire libre Como se puede apreciar la hipótesis de trabajo situado en una zona escarpada entre farallones sobre la que basamos este artículo es totalmente rocosos, relacionado con buenas tierras de cul- aplicable a la Depresión de Granada y a gran tivo, pastos para el ganado e importantes re- parte del resto de Andalucía. Podemos decir, cursos cinegéticos. En las primeras fases que desde el Neolítico Antiguo, las poblacio- predominan las decoraciones impresas a pei- nes buscaron ecosistemas apropiados para des- nes, incisiones y muy abundantes las cerámi- arrollar ciertas prácticas agrícolas continuadas,

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imposibles en los lugares calizos y montaño- mos constancia. Podemos señalar algunas de sos donde se ubican gran parte de las cuevas estas prácticas ritualizadas, que si conocemos andaluzas conocidas. Estos hábitats al aire libre como: la inhumación, acompañada de ajuares estarían constituidos por campamentos relati- de diversos tipos: vasos cerámicos, artefactos vamente estables, conformados en un principio líticos, adornos personales etc.; determinadas por débiles estructuras que se concentrarían en prácticas de antropofagia (Botella et al., 2000; tierras muy fértiles y factibles para el laboreo Botella et al., 2003); ofrendas de cereal carbo- primario, los asentamientos de La Molaina y nizado; consumo de sustancias alucinógenas Las Catorce Fanegas son enormemente escla- (adormidera) o la abundante presencia de ocre recedores en este sentido. Exceptuando algu- en estos contextos. nos hábitats estables de altura, como Los Castillejos en Montefrío, Sierra Martilla en Hay que decir que en alguna de las cuevas usa- Loja y el Llano de las Canteras en Alfacar, la das como necrópolis puede que se diera una mayoría de los asentamientos al aire libre de- ocupación esporádica con fines cinegéticos y berían de localizarse en estos lugares deprimi- pastoriles, así lo indican restos materiales que dos, ligeramente solevados, entre los sistemas muestran procesos productivos, es el caso de la calizos de altura que constituyen básicamente presencia de núcleos para la talla o brazaletes las Cordilleras Béticas. Lugares con gran tra- en proceso de elaboración. Esta casuística, se dición agrícola hasta la actualidad que dificul- puede atribuir tan solo a aquellas cavidades con tan, hoy día, la localización de estos unas mínimas condiciones de habitabilidad, un yacimientos que además están compuestos por ejemplo seria La Carigüela o la Cueva de Los construcciones de material orgánico y barro di- Mármoles, esta última que aunque se sale del fícilmente reconocibles sobre el terreno. Las área planteada ha sido recientemente estudiada zonas montañosas serían utilizadas con fines e interpretada con una doble funcionalidad de cinegéticos o pastoriles, y las cuevas como ne- hábitat ocasional y necrópolis (Martínez-Sevi- crópolis estables en relación directa con los lla, 2010). asentamientos al aire libre. Este modelo inter- pretativo, que atribuye a las cuevas un uso de En este trabajo hemos esbozado, de manera enterramiento y culto, está siendo aplicado a sintética, la problemática en torno a la funcio- otras regiones la Alta Andalucía con resultados nalidad de las cuevas y el verdadero patrón de satisfactorios (Carrasco et al., en prensa). En asentamiento de estas comunidades neolíticas. otras regiones del Sur y Levante peninsular Pero es necesario investigar de manera pro- también se están abordando esta problemática, funda esta fenomenología, para comprender el definiendo las cuevas como “santuarios sub- funcionamiento y devenir de estas poblaciones terráneos” (Gavillan y Escacena, 2009); “cue- a lo largo del tiempo, conectando con periodos vas de enterramiento” o para aquellas de mucho mejor estudiados como la Edad de dudosa funcionalidad “Cuevas singulares” Cobre o del Bronce y tener una visión evolutiva (Bernabeu, 2010). cronocultural amplia de las poblaciones que ha- bitaron el Sur peninsular a lo largo de la toda la Sea como fuere, nos encontramos ante un fe- Prehistoria Reciente. nómeno que viene aparejado a la aparición de las primeras sociedades campesinas en la Pe- AGRADECIMIENTOS nínsula Ibérica, con una tradición de inhumar Queremos agradecer al Catedrático de Prehis- en cueva y realizar diferentes cultos a los di- toria y Arqueología Don Javier Carrasco Rus, funtos o la naturaleza, de los que apenas tene- por la tutoría del trabajo y las apreciaciones he-

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