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A:. R:. L:. S:. ARTE REAL NO. 2

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En el Valle de San Francisco de Quito, al 31 de enero de 2012 e:.v:. 6012 n:.e:.

OBRAS Y MUERTE DEL GENERAL “

Bibliografía

José Eloy Alfaro Delgado, nace en Montecristi Provincia de Manabí el 25 de Junio de 1842, (cuando gobernaba en el país el general Juan José Flores) fue hijo Manuel Alfaro y González, de nacionalidad española, quien llegó a en calidad de exiliado político y de María Natividad Delgado López.

José Eloy recibió su instrucción primaria en su lugar natal y al concluir esos estudios, se dedicó a ayudar a su padre en los negocios. Durante su juventud se identificó con el liberalismo anticlerical, doctrina que se conoció posteriormente como el liberalismo radical ecuatoriano. Luchó contra los presidentes García Moreno, Borrero, Veintemilla y Caamaño, por lo que la tradición lo conoce como el "Viejo Luchador" o "el General de las Derrotas". Eloy Alfaro pasó por muchas y serias dificultades en las diversas campañas que emprendió, tendientes a combatir la tiranía, en estos combates gastó su fortuna adquirida en Panamá con la ayuda de su esposa de esa nacionalidad Ana Paredes Arosemena, de ese matrimonio nacieron nueve hijos: Bolívar, Esmeraldas, Colombia, Colón, Bolívar (2), Ana María, América, Olmedo y Colón Eloy; Rafael nació fuera del matrimonio.

Sus biógrafos lo tildan como buen hijo, buen padre y buen esposo, no fumaba, no bebía y no era libertino.

Sus Obras

La educación secundaria de aquella época equivaldría hoy a un post-grado;

Creación de Colegios públicos laicos;

Creación de los Colegios: Bolívar de Tulcán, (siendo éste el primer colegio laico), Instituto Nacional Mejía, en Quito, la Escuela de Bellas Artes de Quito, el Colegio Normal Juan Montalvo, el Colegio en Guayaquil, el Colegio Militar “Eloy Alfaro”. Colegio Manuela Cañizares (para mujeres);

Creación del Conservatorio Nacional de Música; Se crea gran número de becas para la juventud para realizar estudios científicos y técnicos en el extranjero;

Creación de colegios públicos y privados para la formación de profesores laicos;

Construcción de la Vía Manta Montecristi (antes era sólo senderos);

Impuso respecto irrestricto a los Derechos Humanos;

Se eliminó la pena de muerte;

Impulsó la continuación de la Construcción del Ferrocarril que uniría a la Costa con la Sierra;

Creación del Registro Civil, con la finalidad de que las personas tengan identidad, sin necesidad de ser católicos;

Introdujo el divorcio;

Instituyó el Banco Central;

Durante la construcción del Canal de Panamá, promovió el Comercio, entre ellos la venta del Sombrero de la Paja Toquilla;

Promovió la libertad de cultos;

Impulsó el matrimonio civil;

Abolición prisión por deudas;

Impulsó la Construcción del Agua Potable de Quito;

Fundación de escuelas nocturnas para obreros;

Suprimió totalmente la tributación indígena;

Instalación de la primera red telegráfica;

Supresión de moneda extranjera y creación de una nueva unidad monetaria “El Sucre”;

Otra radical medida del alfarismo fue la supresión del "diezmo", tributo religioso por el cual todos los productores y producciones de la República estaban obligados a aportar a la Iglesia el diez por ciento de su producto anual o un valor equivalente. Su producto se destinaba al sostenimiento del aparato eclesiástico y al enriquecimiento de la Iglesia Católica, que por este y otros medios acumulaba ingentes riquezas;

El programa revolucionario fue su mejor definición fue quizás el "Decálogo Liberal" publicado en el periódico "El Pichincha" bajo el seudónimo "Somatén", que planteaba; "1º.- Decreto de manos muertas; 2º.- Supresión de conventos; 3º.- Supresión de monasterios; 4º.- Enseñanza laica y obligatoria; 5º.- Libertad de los Indios; 6º.- Abolición del Concordato; 7º.- Secularización eclesiástica; 8º.- Expulsión del clero extranjero; 9º.- Ejército fuerte y bien remunerado; 10º.- Ferrocarriles al Pacífico.";

En síntesis, se trataba de una revolución de carácter laico y con fuerte acento anticlerical;

ELOY ALFARO Y SU VINCULACIÓN CON LOS FRANCMASONES

En agosto de 1864, a los 22 años, Alfaro se inscribió en la Logia Rosa de América No. 36 de Guayaquil. También integró la Logia Simbólica Filantrópica del Guayas.

En el medio internacional masónico fue conocido como “Hermano Caballero Kadosh”, grado 30. Llegó al grado 33 de la masonería, el más alto de la Orden, siendo reconocido como “Ilustre y Poderoso Hermano”.

Cuenta la historia que se estableció definitivamente en Panamá en 1865, (Conoce el amor de su vida una joven panameña perteneciente a las mejores familias Ana Paredes Arosemena) se dedicó al comercio y rápidamente logró una fortuna considerable, se vinculó a una logia masónica y se distinguió por ayudar a sus hermanos masones que acudían a él de diferentes puntos del planeta especialmente de los países de Centroamérica.

La Masonería y los masones tuvieron un rol fundamental, puesto que aportaron a la sociedad un corpus de ideas útiles para su desarrollo social y cultural: independencia nacional, democracia republicana, libertad de pensamiento, libertad de prensa, tolerancia política y religiosa y Estado laico, entre otras. La Revolución Alfarista, fue también la culminación de la larga lucha de los masones ecuatorianos por consolidar el Estado Republicano. Y no podía ser de otra manera, puesto que la mayoría de los grandes actores del proceso revolucionario eran masones y compartían el ideario republicano levantado por sus antecesores, que fueron también destacados líderes en la lucha por un Estado laico: Vicente Rocafuerte, Pedro Moncayo, Antonio Elizalde, José María Urbina, Juan Montalvo, Pedro Carbo y Luis Vargas Torres, entre otros.

Su Muerte

Desde mediados de 1911, en Quito y en todo el país, se fue afianzando y extendiendo, un clima anti-alfarista que culminó el 11 de agosto del mismo año, con un golpe de estado militar, que obligó a Eloy Alfaro a dimitir de la presidencia, y a refugiarse en la Legación de Chile y posteriormente exiliarse a Panamá. Desde entonces, el Viejo luchador, perdería todo el apoyo en el Congreso, en donde la "mayoría constitucionalista" lanzaba furibundos ataque contra él, llegándose a plantear incluso la colocación de una placa difamatoria contra el Alfarismo en el Palacio de Carondelet y a pedir su extradición, para juzgarlo. En este clima, Victor Emilio Estrada, asumió el poder, pero sus problemas del corazón lo llevaron a la tumba después de tres meses. El congreso en donde los placistas y conservadores dominaban, eligieron al presidente del congreso Freile Zaldumbide para que se encarge del gobierno, lo que fue rechazado por los alfaristas de Esmeraldas que eligieron a Flavio Alfaro como Jefe Supremo, a la vez que el Gral. Pedro Montero, fiel seguidor de Alfaro y Jefe Militar de Guayaquil se proclamó por su parte, como Jefe Supremo. El Gral. Leonidas Plaza Guitiérrez en nombre del Gobierno, como jefe del Ejército, se dirigió a Guayaquil, para combatir el levantamiento de Montero, que había recibido el apoyo Flavio Alfaro y del propio Eloy Alfaro, quien regresó de Panamá, ante el pedido de Montero para actuar como mediador pacificador. Alfaro regresó, para servir de mediador entre los suyos y el gobierno y evitar mayores problemas para el radicalismo y la desaparición del partido.

Las fuerzas liberales fueron derrotadas en sucesivas batallas en Huigra, Naranjito y Yaguachi, donde mueren cerca de 3.000 hombres. Razón por la cual Montero se vió obligado a llegar a un acuerdo de capitulación en el que se pedían garantías para Alfaro y sus compañeros. Ante la eminente derrota del liberalismo, el Viejo luchador firma la rendición, que fue mediada por los Cónsules de Estados Unidos y Gran Bretaña. Contemplaba la rendición de las fuerzas liberales, amnistía a Montero y los partícipes del 28 de diciembre de 1911, el exilio voluntario de Don Eloy, no habría represión.

La Capitulación fue irrespetada y el General Leonidas Plaza, Jefe de las fuerzas gobiernistas, ordena la detención de Eloy y Flavio Alfaro, Pedro Montero y Ulpiano Páez; además, se aprehendió a personas que nada tuvieron que ver con los hechos anteriores, sino por el simple hecho de ser liberales, como Medardo Alfaro, el periodista Luciano Coral y Manuel Serrano.

Firmada la Capitulación en Guayaquil, la primera decisión de Leonidas Plaza fue la violación de las Capitulaciones. Actitud canalla digna de un traidor.

“El general Pedro Montero fue condenado por la jurisdicción militar a 16 años de prisión y degradación pública en Guayaquil. La multitud congregada en la sala protestó por la resolución, pidiendo el fusilamiento, por lo que un soldado lo disparo en la frente.

En la madrugada del 26 de enero, Alfaro y los demás presos fueron embarcados en el tren que los conduciría a Quito. El mismo Navarro había resuelto precipitar su viaje argumentando que con ellos les “salvaba la vida”. Cuando el encargado del poder, Freile Zaldumbide, se dio cuenta de que la llegada de los presos a Quito era inminente, ordenó su regreso a Guayaquil. Temía por la agitación en la capital. Así se lo comunicó telegráficamente a Navarro, Plaza y al coronel Sierra, jefe del batallón Marañón que venía escoltando a los presos en el convoy. Pero Sierra se negó regresar al Puerto, argumentando que estaba muy convulsionado y que sus hombres no tolerarían el retorno. El tren siguió su recorrido e hizo una parada en Latacunda, retrasándose varias horas, por lo que ya no llegaría a Quito en la madrugada como estaba previsto sino a las once de la mañana, en medio de una exhibición pública y de la muchedumbre, los prisioneros fueron entregados en el Panóptico. (Existe polémica sobre esta parada. Unos dicen que fue intencional, otros que fue a causa de un desperfecto). Plaza había tenido buen cuidado de incorporar en el populacho a soldados disfrazados y escogidos, para que mataran a los generales en la calle, cuando los conducían a prisión”. 1

Fatigados los generales prisioneros, empezaban a recostarse en las losas de los respectivos calabozos. Antecedieron rumores ficticios de asaltos, movimientos de soldados algunos fueron acercándose a cada calabozo. Las puertas estaban abiertas.

1 Enrique Ayala Mora. “El Crimen de el Ejido”. 2012 Cuando el general anciano sintió un ruido, se puso en pie y se acercó a la puerta, en ademán de imponer silencio. Un soldado le tendió el rifle y le disparó un balazo en el cráneo. La muerte fue instantánea, A Serrano lo apuñaló una mujer, los demás también fueron disparados, el último en morir fue Flavio. El Coronel Sierra es también protagonista de la página negra; se le acusa de haber salido desde el panóptico a la calle y haber pronunciado ante el pueblo estas palabras instigadoras: "Yo he cumplido con mi deber; ahora le toca al pueblo".

Los cadáveres desnudos fueron amarrados por la turba de pies y manos. Luego, los arrastraron prácticamente por toda la ciudad, desde el Penal García Moreno en el centro hacia las afueras, a un descampado en el norte conocido como El Ejido (hoy Parque “El Ejido”). Una vez ahí, se encendió una hoguera para quemar los restos, ya muy deteriorados por el arrastre a lo largo de muchas cuadras sobre calles pavimentadas de piedra. Ni el Ejército ni la Policía presentes intervinieron.

Cuenta la historia, que cuando Alfaro era arrastrado por un grupo de personas de baja extracción social, como meretrices y vagabundos, gritaban abajo Alfaro, abajo la revolución, mueran los masones.

Enrique Ayala Mora, quien ha escrito una moderna historia del Ecuador, señala: "No hay elementos suficientes para acusar a Plaza, pero es en cambio incuestionable que fueron los placistas junto con los conservadores y clérigos los que azuzaron a la multitud enloquecida". Junto a Eloy Alfaro, murieron (aunque no todos en el mismo día ni en el mismo lugar) Manuel Serrano, Flavio Alfaro, Ulpiano Páez, Luciano Coral, Pedro Montero, Medardo Alfaro, Belisario Torres, Luis Quirola.

Su trágica y fatídica muerte ocurrió Quito-Ecuador el 28 de enero de 1912 en el Penal García Moreno de Quito. Como una ironía histórica, el general Alfaro fue llevado a Quito en el mismo tren que él construyó, luego de la masacre del 28 de enero de 1912, se dice que se hizo desaparecer a los carceleros y toda evidencia del hecho que pudiera servir para la investigación.

A partir de ese día, se inició en el país la persecución de los alfaristas, y hasta 1916 en que ya gobernaba Leónidas Plaza Gutiérrez, se registraron alrededor de 8.000 muertos.

Controvertida es aún hoy, la cuestión relativa a los responsables materiales e intelectuales, del asesinato de Alfaro y varios de sus tenientes.

Mausoleo y monumentos

A escondidas, sin los honores a los que tenía derecho como ex presidente de la República y general del Ejército, los irreconocibles restos del presidente Alfaro fueron enterrados en un cementerio público de Quito. En el acta de defunción se anotó como causa de muerte que "lo había matado el pueblo". El acta no registra peritaje médico alguno y tomando en cuenta que se quemaron varios cadáveres despedazados en la "Hoguera Bárbara", no hay certeza de que se hayan podido identificar sus restos debidamente. En los años 40 del siglo XX se trasladaron las que se cree son sus cenizas hacia Guayaquil, en cuyo Cementerio General se levantó un Mausoleo, con un busto de bronce.

Las cenizas de “Eloy Alfaro” con honores militares en el Complejo “Ciudad Alfaro”. Montecristi-Manabí-Ecuador. 30 de noviembre de 2007.

El Presidente de la República Delgado en el año 2007 dispuso que parte de las cenizas del Viejo Luchador fueran trasladadas con honores militares al complejo llamado Ciudad Alfaro, en la población manabita de Montecristi, su tierra natal, que también albergó a la Asamblea Constituyente de 2007-2008. El Mausoleo, decorado con murales, contiene lo que se supone son las cenizas de Alfaro en una urna. La celda del Penal García Moreno donde fue asesinado nunca más fue ocupada. Actualmente hay un busto de Alfaro en ella. En las principales ciudades ecuatorianas hay calles y avenidas en honor a Alfaro. La avenida Eloy Alfaro es una de las principales de Quito. En la capital se levanta también un obelisco que marca el sitio exacto en donde la turba quemó los despojos del presidente Alfaro y sus tenientes. El obelisco, pintado de rojo, está coronado por una antorcha en el centro del parque de El Ejido. En frente del obelisco, el ex alcalde de Quito, el General Paco Moncayo hizo levantar una estatua de Alfaro y cada 5 de junio, aniversario de la Revolución, los colegios públicos de Quito le rinden homenaje, depositando ofrendas florales. También realizan una ceremonia en su memoria las logias masónicas de la capital. En Guayaquil, un gran monumento levantado a mediados del siglo XX recuerda al general Alfaro, y lo muestra liderando la Revolución liberal.

ALGUNAS OPINIONES DE LOS DETRACTORES DE ELOY ALFARO. fuente: newgroup.derkeiler.com. soc. culture argentina.

ALFARO Y LOS DERECHOS HUMANOS A las afuera del cementerio San Diego fue asesinado brutalmente acribillado a balazos por soldados alfaristas, el periodista conservador Víctor León Vivar, cuando daba el adiós a los restos mortales del académico de la lengua Pablo Herrera.

En 1906, asesinó a dos adversarios: Los generales Antonio Vega Muñoz y Emilio María Terán, el primero conservador y el segundo liberal.

A los vencidos en Taya, las tropas de Alfaro, en acto de ferocidad, mutilaron las orejas.

El 25 de abril de 1907, una manifestación de estudiantes de Quito, culminó en dolorosa masacre. La guardia pretoriana de Alfaro asesinó a los estudiantes disparando contra ellos.

A los periodistas y opositores presos les daban baños de agua helada, en la fría madrugada de Quito. Un periodista de apellido San Martín murió de pulmonía por ello.

ALFARO Y LA DEMOCRACIA DEL HISTORIADOR Y CRONISTA QUITEÑO DR. JORGE SALVADOR LARA.

Clausuró periódicos, empasteló imprentas, incineró libros y documentos históricos. Fusiló como el que más y bajo su régimen murieron asesinados connotados políticos de la oposición, permitió penas infamantes, hizo disolver a balazos las manifestaciones contrarias; coaccionó al Congreso con barras asalariadas de garroteros, su guardia asesinó a estudiantes.

Nunca ganó una elección, siempre subió al poder por golpe de estado. Encarceló a los redactores del periódico “La Ley”. La represión a los conservadores fue muy dura, la universidad y los profesores fueron ultrajados y los periódicos clausurados. En las elecciones para la Asamblea Constituyente que se reunió en Guayaquil el 9 de octubre de 1986, casi todos los elegidos fueron liberales y gobiernistas. (Se dice que los elegidos fue por fraude).

En cuanto a su personalidad el autor, expresa que era un manisuelto en extremo, no sólo con lo suyo sino hasta con lo del Estado. No gustaba adular a nadie, pero le deleiteba que lo adularan.

ALFARO Y SU MUERTE:

Sus detractores critican que los admiradores de Alfaro digan que fue un mártir de sus ideales, y alegan que para que Alfaro fuese mártir, debió morir a manos de los conservadores o de la Iglesia. Pero Alfaro murió a manos de liberales, por lo tanto, su muertes debe tipificarse más bien como “traición”, no como “martirio”.

De su muerte, dice el Dr. Jorge Salvador Lara, que las arbitrariedades de Alfaro le hicieron granjearse el rechazo y el odio de sus propios copartidarios. Todo esto explica, quizás en algo, su muerte salvaje y brutal a manos de sus carceleros liberales.

Fue apresado por orden de su coideario liberal, el Presidente Dr. Carlos Zaldumbide, quién ejecutó la orden fue el general liberal Leónidas Plaza Gutiérrez, de quién Alfaro dijo: “Plaza es un soldado desleal y no tiene ideas políticas”. La guerra a muerte entre las facciones liberales culminó en sangre y tragedia el 28 de enero de 1912, con el asesinato de Eloy Alfaro, en la turba enloquecida que asaltó la cárcel de Quito, estaban personas del pueblo que odiaban a Alfaro por haber causado tanto muertos y lisiados con sus levantamientos militares, torturas y represiones.

OBRAS QUE SEGÚN SUS DETRACTORES ERRÓNEAMENTE SE LE ATRIBUYE A ALFARO

Los Colegios Normales Juan Montalvo para varones y Manuela Cañizares para mujeres fueron fundados por Leónidas Plaza. El Colegio Militar, fue fundado por Vicente Rocafuerte en 1838 como “Escuela Militar”.

El Conservatorio Nacional de Música, el Presidente Gabriel García Moreno lo creó el 3 de mayo de 1870, bajo la dirección del músico francés Antonio Neumane, quien compuso nuestro Himno Nacional, clausurado en la presidencia de Ignacio de Veintimilla, y refundado en 1990 en la Presidencia de Eloy Alfaro.

El monumento a los héroes del 10 de agosto de 1809 fue planificado en 1892 por el Presidente Luis Cordero, encargando el diseño a un hermano salesiano de apellido Minghetti, Alfaro lo inauguró.

OPINIÓN PERSONAL

El sábado 28 de enero de 2012, se vió y se vivió en todo el país un gran fervor cívico y también político a propósito de la conmemoración de esta fecha fatídica, horrorosa y vergonzosa de nuestra historia por lo que pude apreciar dos aristas: positivo y negativo.

Lo positivo: Con éste entusiasmo cívico y patriótico se crea conciencia en los niños y jóvenes presente y futuro de nuestras generaciones para que nunca olviden quién fue Eloy Alfaro, este gran hombre y ser humano que tuvo que luchar fuertemente ante las clases predominantes de siempre la Iglesia y la Prensa, sí señores, en esto sí concuerdo con el Presidente Correa, cuando dice: “prensa corrupta” pues ellos, (no toda la prensa) fueron los principales instigadores para llenar de odio los corazones de la ciudadanía de aquella época, en uno de los periódicos de la época, en sus titulares decía “la afrenta merece lavarse con sangre. Al miembro corrompido hay que cauterizarlo” el escritor Pareja Diezcanseco menciona que la prensa y la iglesia fueron quienes azuzaron permanentemente a la ciudadanía. La iglesia vio afectado su poder, se trastocó las fibras más íntimas del conservadorismo, la iglesia ejercía la enseñanza y la beneficencia, disponían del hogar y la propiedad, por ello Alfaro se convirtió en el diablo revolucionario. La Banca, también jugó un rol predominante y solapado en la ejecución del general Alfaro, pues estas instituciones protagonizaron una “guerra bancaria” ya que manejaban políticas financieras totalmente opuestas al liberalismo.

Gracias a Eloy Alfaro, hoy las mujeres tenemos acceso a la educación, acceso a un trabajo digno sea éste público o privado, participamos en política, elegimos y somos elegidas. La primera mujer que sufragó fue la lojana Matilde Hidalgo, también fue la primera mujer médica y la primera mujer en ganar unas elecciones para diputada. (El machismo predominante nunca permitió que ella ocupe esa dignidad, la dejaron como suplente y nunca dejaron que se principalice). Recordamos con orgullo a la primera mujer empleada pública, la manabita Matilde Huerta Centeno, quien se desempeñó en la oficina postal de Quito.

Lo negativo, es el aprovechamiento de ciertos actores vinculados con la política utilizar la memoria de Alfaro, para sus fines personales, clientelares y políticos, escuchaba a través de los medios de comunicación a un político no de ahora, un político de siempre dar un discurso fuerte y ferviente y me pregunto, que pasó en años anteriores?, por qué no se acordó de Alfaro en otros años?, por qué no organizó una romería multitudinaria en honor a Alfaro?. Son esas actitudes falsas, esos extremos y fanatismos, que como ciudadana y masona rechazo tajantemente.

La decisión del Presidente Rafael Correa, de llevar las cenizas de Eloy Alfaro a su ciudad natal Montecristi, es sin duda una acción loable que los y las manabitas reconocemos y agradecemos pues con la constante enunciación de seguir los pasos de Simón Bolívar y del general Eloy Alfaro, permite destacar y mantener vivo el recuerdo del mejor hombre que el Ecuador ha tenido en todos los tiempos.

Finalmente, he creído oportuno introducir en este ensayo el comentario del ciudadano Bolívar López, a propósito del editorial “La victimación del general Eloy Alfaro y sus tenientes”, publicado en el Diario “El Comercio”, el lunes 30 de enero de 2012; y que dice: “A la vuelta de 100 años de la muerte del Gral. Eloy Alfaro, todavía buscamos culpables y demostramos apasionamientos que nos vuelve molestos y agrios ciudadanos, con afanes de justicia; pero, más allá de esas consideraciones, vale rescatar de la figura de Dn. Eloy su pensamiento y su obra, que los excesos cometidos por él no estamos para juzgar, pero si para aprender y recomendar a nuestros gobernantes que se hagan amar de su pueblo y con generosidad impulsen la felicidad de todos”.

Fuente: Oscar Efrén Reyes “Breve Historia General del Ecuador”; Ángel Barrera. “Alfaro, el Garibaldi Americano”; Luis Robalino Dávila, “Orígenes del Ecuador de Hoy”. Medios de Comunicación escrita y hablada. Enrique Ayala Mora “El Crimen del Ejido”.

María Bustamante Lucas M:. M:.