Experiencias de Paz en Antioquia 1995-2015

Mauricio Uribe López [email protected] Universidad EAFIT

Valeria Correa Barrera [email protected] Universidad EAFIT

Área Temática: Estudios sobre Ciudadanía

Trabajo preparado para su presentación en el 9º Congreso Latinoamericano de Ciencia Política, organizado por la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (ALACIP). Montevideo, 26 al 28 de julio de 2017.

Iniciativas de Paz en Antioquia 1995-2015

Resumen

Esta ponencia se propone identificar las dinámicas espacio-temporales de las iniciativas de construcción de paz y de violencia contra los civiles en el contexto del conflicto armado en Antioquia, durante el período 1995-2015. Se presentan las tasas de iniciativas de paz por subregiones cotejándolas con las tasas de victimización para ilustrar el carácter cambiante de la intensidad del conflicto y de la movilización ciudadana por la paz tanto en términos territoriales como temporales. En particular, se rastrea la trayectoria de dos iniciativas emblemáticas: la Comunidad de Paz de San José de Apartadó y la Asamblea Constituyente de Tarso. El análisis de ambas trayectorias se basa en la perspectiva de la transformación de los conflictos desde el conocimiento de las circunstancias locales, con el fin de presentar hasta qué punto resulta aplicable, a esas dos experiencias, el concepto de infraestructuras de paz propuesto por Lederach. Los tipos distintos de correspondencia de las dos experiencias analizadas con el concepto de infraestructuras de paz, sirven para caracterizar cuán diferentes en sus lógicas de articulación pueden ser las iniciativas que surgen desde lo local. Como lo señalan Mac Ginty y Richmond al destacar el giro hacia lo local presente en los debates y experiencias de construcción de paz, lo local no es una categoría unívoca. Al contrario, es un espacio político contencioso que no está confinado a lo estrictamente local y en el que se despliegan, en forma diferenciada, lógicas diversas de resistencia a la violencia que involucran actores de ámbitos supralocales.

Introducción

1. Dinámicas territoriales de la victimización y de las iniciativas de paz en Antioquia

La guerra y la paz son realidades que se despliegan territorialmente en forma diferenciada. Un indicador apropiado de la heterogeneidad territorial de la intensidad de la guerra en es el número de víctimas del conflicto armado por cada cien mil habitantes a nivel departamental y municipal. Aunque las acciones contra los civiles no son la única forma de violencia en las guerras internas –de hecho, el número de muertes relacionadas con los combates ha sido la variable más usada en los estudios cuantitativos- lo cierto es que “por lo menos ocho de cada diez personas muertas en las guerras civiles contemporáneas han sido civiles” (Kalyvas, 2001, p. 4). Relación con la que coincide el caso colombiano si se toma en cuenta que entre 1958 y 2012, el conflicto armado causó 220 mil muertos de los cuales, 40 mil 787 eran combatientes: 18,5 % (GMH, 2013, p. 34).

La Ley 1448 de 2011 conocida como Ley de Víctimas y Restitución de Tierras estableció (artículo 154) que la Unidad Administrativa Especial de Atención y Reparación a Víctimas (Unidad para las Víctimas), es la entidad responsable del funcionamiento del Registro Único de Víctimas RUV. La mencionada ley considera como víctimas a quienes (con posterioridad al 1 de enero de 1985) hayan sufrido algún daño “como resultado de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves o manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno” (artículo 3). De acuerdo con lo anterior, el RUV toma en cuenta como hechos victimizantes los siguientes: 1) Abandono o despojo forzado de tierras; 2) Acto terrorista/ atentados/ combates/ hostigamientos; 3) Amenaza; 4) Delitos contra la libertad y la integridad sexual; 5) Desaparición forzada; 6) Desplazamiento; 7) Homicidio; 8) Minas antipersonal/ munición sin explotar/ artefacto explosivo; 9) Secuestro; 10) Tortura y 11) Vinculación de niños, niñas y adolescentes.

El RUV presenta los datos sobre victimización tanto agregados como por hecho victimizante a nivel de departamentos y municipios desde 1985, de acuerdo con lo previsto en la Ley 1448. Se trata de información que contribuye a visibilizar las dinámicas territoriales de la guerra. A nivel nacional, el número total acumulado de víctimas del conflicto armado interno registradas hasta el 1 de mayo de 2017 asciende a 8 millones 421 mil 627 personas. Antioquia es el departamento con la mayor participación en el total nacional acumulado de víctimas registradas: 19,17 %. Le siguen Bolívar (7,82 %), Magdalena (6,12 %), Nariño (5,11 %), Chocó (4,73 %), Cesar (4,55 %) y Cauca (4,47 %).1 No obstante, la participación de Antioquia en el total de víctimas a nivel nacional en 2016 (73 mil 790) es de 12,5 %, ocupando el segundo lugar después de Chocó (14,5 %).

El panorama es diferente cuando se considera el número de víctimas del conflicto armado por cada cien mil habitantes (tasa de victimización), calculado con base en las proyecciones de población del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane. Por ejemplo

1 Información recuperada del Registro Único de Víctimas a 30 de mayo de 2017, con cifras actualizadas al 1 de junio de 2017: http://rni.unidadvictimas.gov.co/RUV Antioquia, a pesar de ser el departamento que más víctimas ha aportado históricamente al conflicto armado y el segundo en 2016, ocupa en ese mismo año, el puesto 15 entre 33 entidades territoriales: 32 departamentos y Bogotá, al ordenarlos de mayor a menor de acuerdo con la tasa de victimización. La tasa de victimización en Antioquia es levemente inferior a la nacional en 2016 (gráfico 1).

Como puede observarse en el gráfico 2, la tasa de victimización en Antioquia ha estado, en general, por encima de la tasa nacional, especialmente entre 1995 y 2005. Entre 2002 y 2010 hay un descenso continuo en la tasa de victimización en el departamento. Entre 2010 y 2011 se dio un leve repunte que coincide con el incremento de la victimización a nivel nacional y, desde 2013, una caída significativa que coincide también con la que se produce en el nivel nacional y que estaría relacionada con la desescalada del conflicto con las Farc y el cese al fuego con esa guerrilla.

Así como la dinámica de la victimización varía ampliamente a lo largo del tiempo, también lo hace, evidentemente, en lo territorial. Al interior de Antioquia hay diferencias importantes tanto entre las nueve subregiones del departamento como entre los municipios al interior de cada una de las subregiones.

Los gráficos 3, 4, 5 y 6 muestran panorámicamente cuatro etapas diferentes del conflicto armado en Antioquia en las que se verifica el carácter cambiante de su intensidad en el territorio tanto en términos de subregiones como de municipios. La primera corresponde a la etapa inicial del escalamiento del conflicto armado (1995-1999), la segunda a una fuerte intensificación de la guerra (2000-2004), la tercera a una fase de elevado, aunque descendiente, nivel de victimización (2005-2009) y, la cuarta, a un período de leve repunte inicial de la victimización y posterior descenso (2010-2015).

Como puede apreciarse, la subregión de Urabá –en la que se encuentra la experiencia emblemática de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó- es la de mayor grado de victimización en la primera etapa. La tasa de victimización promedio de Mutatá entre 1995 y 1999 indica que cuatro de cada diez personas fueron víctimas directas del conflicto armado en el municipio. En el período siguiente (2000-2004) la mayor victimización ocurre en la subregión del Oriente con municipios como Granada, San Luis y San Rafael en los que hasta más de la mitad de los habitantes fueron víctimas directas del conflicto armado. Es evidente cómo entre 2005 y 2009 al interior del Oriente el conflicto se despliega desde las regiones de Embalses y Bosques hacia la de Páramos, aumentando dramáticamente las tasas de victimización en Argelia y Nariño. En la subregión de Urabá, Vigía del Fuerte y Mutatá son los municipios más afectados mientras que en las subregiones Norte, Bajo Cauca y Occidente, , Tarazá y respectivamente, aparecen como los municipios de mayor victimización. Entre 2010 y 2015 las subregiones más afectadas son Bajo Cauca y Norte (Anorí e Ituango). Oriente tiene, en esos años, muy bajos niveles de victimización si se compara con períodos anteriores y en Urabá, Vigía del Fuerte continúa muy afectado.

Antioquia no sólo ha sido uno de los principales escenarios de la guerra colombiana. También ha sido un departamento líder en el despliegue de iniciativas locales de construcción de paz en medio del conflicto armado. El total de iniciativas de paz registrado por la base de datos Datapaz del Cinep, entre 1995 y 2015, es de 1084. Esa cifra corresponde al 31,5% del total nacional en el mismo período. En 2004 las iniciativas de paz antioqueñas llegaron a representar casi 40% del total nacional y en 2010, poco más del 50% (gráfico 7).

Así como la dinámica de la guerra al interior del departamento ha sido cambiante tanto en términos territoriales como temporales, también lo ha sido la de las iniciativas de paz. El gráfico 8 muestra que en el período 1995-2015, las subregiones más afectadas por la violencia han sido las que más nivel de activismo por la paz han desplegado.

En la etapa inicial de escalamiento del conflicto (1995-1999), Urabá presentaba el mayor grado de victimización entre las subregiones del departamento (gráfico 3) y al mismo tiempo, las mayores tasas de iniciativas de paz (gráfico 9). En ese período se destaca también el nivel de iniciativas de paz en Granada, municipio del Oriente antioqueño.

En el período 2000-2004 el Oriente antioqueño padece el mayor nivel de victimización en el departamento (gráfico 4) y toma la delantera en iniciativas de paz, especialmente los municipios de Granada y San Luis. Urabá reduce significativamente su tasa de iniciativas de paz con excepción de los casos de Murindó y Apartadó. En el Suroeste, Tarso –donde tiene lugar la Asamblea Municipal Constituyente- se destaca por su alto nivel de acciones de paz (gráfico 10), a pesar de no destacarse como uno de los municipios con mayor nivel de victimización en ninguno de los períodos analizados. También en el período 2005-2009, Tarso presenta una tasa alta de iniciativas de paz (muy por encima de los valores del conjunto del Suroeste antioqueño (gráfico 11). En el nivel de las subregiones, el Oriente antioqueño se mantiene en primer lugar en el trabajo por la paz, especialmente en Granada.

En el último período (2010-2016) disminuyen la victimización y las iniciativas de paz en el departamento. Como ya se anotó, el Norte se convierte en esta etapa –junto con el Bajo Cauca-en la subregión de mayor victimización. En Norte, los municipios de San Andrés de Cuerquia y Briceño toman la delantera en iniciativas de paz. En el caso de Briceño esto tiene que ver principalmente con las iniciativas de desminado humanitario llevadas a cabo, en el contexto del proceso de paz con las Farc en la vereda El Orejón.

2. Dos experiencias emblemáticas de construcción de paz en Antioquia

En Antioquia hay una gran diversidad de iniciativas de paz. En este ejercicio se presentan dos iniciativas locales de construcción de paz que permiten, aparte de algunos elementos comunes, identificar contrastes significativos que dan cuenta de la pluralidad y heterogeneidad de las iniciativas locales de paz en el departamento. En efecto, la Asamblea Municipal Constituyente de Tarso y la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, contrastan fuertemente tanto en términos del contexto en el que surgieron, como en sus trayectorias, lógicas de articulación y su relación con la estatalidad.

2.1. Asamblea Municipal Constituyente de Tarso

El municipio de Tarso, en el Suroeste antioqueño, es un municipio pequeño. Según las cifras del Dane, en 1995 tenía 6 mil 879 habitantes. En 2015, registra 7 mil 776. Aunque no ha sido el de mayor nivel de victimización de la subregión (siendo y Betulia los más afectados), no escapó del asedio de los actores armados. Dicho asedio, aunado a la fragilidad institucional del municipio, dio lugar a una iniciativa local de construcción de paz en relación sinérgica con la estatalidad. Durante los años 1998 y 1999 Tarso padeció una severa crisis administrativa que arriesgó su viabilidad como municipio. La disminución en las transferencias por parte del gobierno central en 1999 precipitó la crisis económica de Tarso, poniéndolo en riesgo de convertirse en corregimiento de Jericó u otro municipio aledaño. Esa disminución fue, sin embargo, un síntoma de una problemática más grave relacionada con el clientelismo y la corrupción, factores explicativos de la crisis administrativa de Tarso. La crisis motivó la convocatoria por parte de los líderes sociales locales del foro ciudadano: “Tarso: Hacia un Nuevo Milenio.” Alirio Arroyave, uno de los impulsores de la iniciativa asegura: “En ese foro participaron aproximadamente 156 personas entre los líderes del municipio. Se concluyeron cosas importantes: Uno, el municipio necesitaba un cambio económico y social. Dos, el cambio debía ser obra de los mismos ciudadanos.”2 El foro resultó vinculante para los sectores ciudadanos y conllevó a la conformación de un Comité de Impulso que trabajaría en la promoción de una asamblea constituyente.

La idea de formar un proceso constituyente estuvo inspirada en la experiencia de Mogotes- Santander bajo el programa Cien Municipios de Paz conocido por Alirio Arroyave en un encuentro realizado por Redepaz3 en Bogotá. La asamblea de Mogotes surgió en un severo contexto de violencia. En el caso de Tarso, si bien su territorio fue asediado por grupos armados (guerrilla del ELN y paramilitares) y se registraron 238 víctimas del conflicto armado entre 1995 y 1999, la crisis de la estatalidad local jugó un papel primordial en la puesta en marcha de la iniciativa de paz:

Tarso ha sido más que todo un corredor de los grupos armados en todas las épocas, ellos iban y venían. Creo que la violencia en Tarso es más un asunto estructural, aunque sí hubo presencia de guerrilla, sobretodo de la guerrilla del ELN y paramilitares, no fue tan marcada (…) En veredas lejanas, dieciocho años atrás sí se presentaban amenazas, pero no mantuvieron una presencia horrible. Yo diría que la asamblea de Tarso se dio más por la parte de la solución administrativa, al menos esa fue la consigna.4

2 Entrevista personal llevada a cabo por los autores en el municipio de Tarso. Marzo 25 de 2017. 3 Redepaz se autodefine como: “Red Nacional de Iniciativas Ciudadanas por la Paz y contra la Guerra que articula las experiencias y prácticas que múltiples agentes sociales desarrollan en las dimensiones local, interlocal, regional y nacional.” (Recuperado de http://www.redepaz.org.co/index.php/quienes- somos/redepaz, Fecha de consulta 14/07/2017). 4 Entrevista personal a Oralia Botero, líder que integró la junta directiva de la Asamblea Municipal Constituyente, llevada a cabo por los autores en el municipio de Tarso. Marzo 25 de 2017. Una de las disposiciones del Comité de Impulso consistió en promover una candidatura a la alcaldía de alguien comprometido con la recuperación institucional de Tarso y con el bienestar social de la población. En efecto, el alcalde Oscar Hurtado Pérez, electo para el periodo 2001-2004, apoyó al comité para emprender acciones orientadas a visibilizar su proceso ante instituciones gubernamentales y ONG. El comité puso en marcha el proceso para la elección de delegados pertenecientes a las diecisiete veredas del municipio y elaboró un diagnóstico económico, social y político para conformar lo que más tarde sería la Asamblea Municipal Constituyente de Tarso.

Comenzamos con un proceso de organización en las comunidades para la elección de representantes por vereda y gremio: Profesores, madres comunitarias, el comercio, estudiantes, la iglesia, sectores políticos y campesinos, dieron forma a la asamblea a partir de un proceso participativo. Hicimos programa y luego convocamos quién le iba a jugar a esta constituyente. Finalizando el año 2000 ya teníamos alcalde que nos apoyaba, quisimos hacer pública la asamblea como espacio de planeación y toma de decisiones. El alcalde y el concejo participaron como miembros de la asamblea, sin ocupar una posición diferenciada respecto de los demás miembros.5

Así las cosas, el 28 de enero de 2001, la Asamblea Constituyente de Tarso se presenta y define ante la plaza pública como una iniciativa que- invocando los principio de la Constitución Política de 1991, está orientada hacia la promoción de la democracia participativa y el desarrollo socioeconómico local:

Somos la máxima expresión de la comunidad organizada del municipio, establecida para discutir y decidir de común acuerdo el qué hacer frente al desarrollo económico, social y político, en un espacio abierto de participación democrática, basados en la Constitución Nacional, lo cual nos permite unirnos para buscar salidas a la enorme crisis que hoy vivimos y, así generar un modelo de desarrollo local en beneficio de la construcción humana y la paz. El proceso de la Asamblea Municipal Constituyente es un reencuentro con la historia de nuestro municipio; es un esfuerzo que venimos realizando por construir una nueva cultura de participación y de autonomía en el desarrollo local” (Informe presentación del proceso de la Asamblea Municipal Constituyente de Tarso citado por Hincapié, 2008, pág 47).

5 Entrevista personal a Alirio Arroyave, gestor de la Asamblea Municipal Constituyente, llevada a cabo por los autores en el municipio de Tarso. Marzo 25 de 2017. Se puede afirmar entonces, de acuerdo a lo planteado por quienes fueron protagonistas del proceso de la Asamblea, que esta buscaba constituirse como un órgano permanente. La idea era conformar y sostener una organización social para la decisión política. En ese sentido, la experiencia constituyente en Tarso puede interpretarse como una iniciativa orientada explícitamente hacia la construcción democrática del Estado en lo local.

La Asamblea Municipal Constituyente de Tarso puso fin al particularismo en la gestión de los recursos públicos. Esto condujo a la disminución significativa de la deuda pública municipal: unos 1.100 millones de pesos de la época. Los gastos de funcionamiento se redujeron en cerca de 400 millones de pesos (Hincapié, 2008, pág. 87). Por el lado de la inversión, la asamblea intervino para asegurar la priorización de la salud y la educación como ejes centrales del plan municipal de desarrollo.

Definimos uno: saneamiento de la administración (…) Había una junta burocrática muy grande, había que concertar con los trabajadores cómo nos poníamos de acuerdo. Dos: El tema de la inversión social, si no invertíamos en la producción y en el fortalecimiento de las organizaciones sociales, entonces aquí no había nada. Tres: Vamos a utilizar como mecanismo de planeación y decisión la constituyente. Esas fueron las banderas del plan de gobierno.6

Como un esfuerzo orientado a darle continuidad al proceso de la asamblea, algunos de sus promotores crearon, en 2003, la Corporación de Estudios y Proyectos de la Asamblea Municipal Constituyente de Tarso (CEPACT) para la administración y ejecución de los recursos de la asamblea. La asamblea también promovió la pedagogía democrática mediante la Asamblea Constituyente Infantil y Juvenil. En materia de desarrollo económico la asamblea gestionó estrategias de producción agroecológica y artesanal. Adicionalmente, la asamblea puso en marcha un canal comunitario y llevó a cabo un ejercicio de planeación a largo plazo que se concretó en el Plan Estratégico de Tarso 2011-2028.

En lo que respecta a la toma de decisiones, cada vereda del municipio contó con un representante, al igual que sectores políticos y sociales. La aprobación de una acción o proyecto se daba usualmente por mayoría. Posteriormente, las decisiones tomadas debían

6 Entrevista personal a Alirio Arroyave. ser consideradas por la administración municipal. Además de participar en la deliberación del plan de gobierno del municipio, la asamblea ejerció control político sobre la gestión de gobernantes locales. Miembros de la asamblea estuvieron constantemente vinculados en la definición de prioridades y distribución del presupuesto.

Nosotros coordinamos lo público y lo participativo, de todas formas, para el asunto administrativo tenía que haber una línea técnica (…) buscamos concertar esa línea técnica con las necesidades de la comunidad. Hubo cosas que eran por mayoría, por ejemplo, la aprobación del plan de desarrollo. Las decisiones que se tomaban en la asamblea ya eran mandato para el alcalde (…) El mayor logro que se pudo haber establecido aquí con el proceso de la asamblea fue identificar un modelo de participación de la ciudadanía en temas públicos a nivel municipal, un ejercicio de construcción de democracia directa que no se había experimentado en Colombia.7

En cuanto a la presencia de actores armados en el territorio, la asamblea declaró públicamente ser una iniciativa de paz con rechazo a hechos de violencia: “No volvimos a estar afectados por actores armados porque le quitamos el apoyo, es que no los apoyamos: Si se van a quedar en mi casa quédense ustedes, yo me voy”8. Durante su permanencia si bien líderes de la asamblea fueron amenazados, ningún participante fue asesinado.

La Asamblea Municipal Constituyente de Tarso logró sostenerse durante ocho años. Desafortunadamente, las limitaciones para su funcionamiento estuvieron ligadas a la dificultad para mantener lazos con la administración municipal. Los cambios de gobierno municipal y departamental presentaron obstáculos en la continuidad de los proyectos de la organización. A partir de la administración departamental de Luis Alfredo Ramos Botero (2008-2011) –como se expone más adelante- el proceso constituyente no sólo en Tarso sino en otros municipios de Antioquia entra en crisis.

2.2. Comunidad de Paz de San José de Apartadó.

El municipio de Apartadó, en el Urabá antioqueño, ha sido uno de los más afectados por la guerra. Mientras entre 1995 y 1999 Tarso registró 238 víctimas del conflicto armado,

7 Entrevista personal a Alirio Arroyave. 8 Entrevista personal a Alirio Arroyave. Apartadó registró en el mismo período 28.212 víctimas. Después de la subregión del Oriente antioqueño, Urabá exhibe la mayor tasa de victimización promedio en el período 1995-2015. A diferencia del Suroeste cuya historia corresponde a la colonización antioqueña de la segunda mitad del siglo XIX, Urabá es una región de colonización tardía en la que confluye una gran diversidad étnica y cultural, una ubicación geográfica estratégica ya que es una región cercana tanto al Pacífico como al Caribe y una economía agroindustrial basada en el banano de exportación que coexiste con la ganadería y la economía campesina y diversas economías ilegales. Ha sido una región en la que la ineficacia, debilidad y clientelización del Estado (Ortiz, 2007), abrió ventanas de oportunidad para la disputa por el ejercicio del poder por parte de diversos competidores armados del Estado: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército Popular de Liberación EPL, Ejército de Liberación Nacional ELN y los paramilitares.

Uno de los corregimientos más asediados por los actores armados ha sido San José de Apartado: “Para principios de los años noventa, el corregimiento contaba con algo más de tres mil habitantes localizados en el casco urbano y en 32 veredas que se expanden a lo largo de las laderas de la serranía de Abibe” (Uribe, 2004, pág. 91). Allí, ante la arremetida paramilitar que se intensificó desde 1996, líderes de acción comunal, la cooperativa de cacaoteros y organizaciones sociales y de mujeres se declararon en condición de neutralidad activa frente a todos los actores armados, incluyendo a las fuerza armadas y luego, el 23 de marzo de 1997, se constituyeron como Comunidad de Paz.

En 1973 se constituyó en San José de Apartadó el V Frente de las Farc. El proceso de expulsión del campesinado en las tierras planas produjo un desplazamiento hacia las estribaciones de la serranía de Abibe. Allí –señala Ortiz (2007)- el control ejercido por la guerrilla generó un proceso de politización homogénea de la población. Las Farc estaban en busca de una base social campesina en la región y los colonos, expulsados de las tierras planas, encontraban en la guerrilla a un proveedor de protección y un árbitro para dirimir disputas entre ellos. Los insurgentes “desarrollaron funciones semiestatales de protección, orden y seguridad a cambio de lealtad incondicional y obediencia absoluta e inapelable” (Uribe, 2004, pág. 87). Las Farc en San José de Apartadó promovieron un fuerte proceso organizativo basado en las juntas de acción comunal y las cooperativas cuyos líderes, miembros del Partido Comunista y luego de la Unión Patriótica UP. Coincide la llegada de la Unión Patriótica a la alcaldía del municipio, con los ataques directos de los paramilitares a los habitantes de San José de Apartadó. Aunque las masacres llevadas a cabo por los paramilitares en la región habían iniciado a fines de los ochenta, “hay que decir que la arremetida contra supuestos simpatizantes de las Farc y contra dirigentes sociales y cuadros políticos locales pertenecientes a la UP se hace especialmente violenta de 1995 a 1997” (Ortiz, 2007, pág. 160).

La violencia paramilitar ejercida contra los civiles en ese pequeño corregimiento campesino del municipio de Apartadó entre 1996 y 1997, constituye la coyuntura crítica que dio origen a la Comunidad de Paz. En particular, el asesinato el 28 de febrero de 1996 de varios habitantes a la entrada del corregimiento. Ese asesinato produjo el desplazamiento de noventa familias y activó el discurso de la neutralidad activa entre los líderes locales (Uribe, 2004). Luego, dos masacres precedieron la conformación en marzo de 1997 de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó:

Nos declaramos como Comunidad de Paz de San José de Apartadó el 23 de marzo de 1997; el casco urbano de nuestro corregimiento estaba vacío ya que la mayoría de familias se habían marchado a raíz de las dos masacres perpetradas por los militares en septiembre de 1996 y en febrero de 1997 y en las que habían arrasado con los líderes con que contaba el corregimiento (Comunidad de Paz de San José de Apartadó, s.f).

A pesar de que las relaciones entre los habitantes del corregimiento y las Farc solían ser más o menos fluidas, la guerrilla ejercía un control autoritario en contravía de la autonomía de la comunidad. Con la declaratoria de neutralidad activa, la comunidad hacía explícito que no permitiría ser etiquetada como aliada de ningún bando. Ante las incursiones paramilitares, la desconfianza de la guerrilla hacia la población aumentó y las relaciones entre los líderes de San José de Apartadó se hicieron tensas. Incluso, investigaciones del Cinep y de la Comisión Intercongregacional de Justicia y Paz atribuyen a las Farc el asesinato de tres líderes de la Comunidad de Paz (Ortiz, 2007, pág. 134). La Comunidad de Paz se configuró entonces como una población que resiste a la guerra y su territorio como zona humanitaria. La neutralidad de la Comunidad de Paz no es entonces la que resulta del acuerdo entre actores armados en la medida en que “las zonas humanitarias están guiadas por principios transversales de lucha por el territorio, autodeterminación, exclusión del conflicto armado, independencia frente a las partes enfrentadas y negativa a colaborar con alguna de ellas” (García & Aramburo, 2011, pág. 437).

En veinte años la Comunidad de Paz ha sido víctima de unas trecientas agresiones violentas que han cobrado la vida de más de 366 personas (Espinosa, 2017). En 2005, tras ocho años de resistencia a la guerra y neutralidad activa, ocho personas, incluyendo tres niños, fueron asesinados por los paramilitares mientras miembros de las fuerzas armadas hostigaban a la comunidad (Centro de Memoria Histórica, 2013).

A pesar del asedio permanente por parte de los actores armados, la Comunidad de San José de Apartadó ha logrado no sólo sostenerse en el tiempo, sino también inspirar al conformación de otras comunidades de paz y zonas humanitarias en la cuenca del río Atrato en los departamentos de Antioquia9 y Chocó.

La concepción de paz de la comunidad tiene dos dimensiones que pueden interpretarse como “negativa” y “positiva”. La primera dimensión corresponde a la neutralidad entendida como la exclusión del conflicto armado y la negativa, al compromiso de no involucrarse con alguno de sus actores. La segunda, al propósito de construir comunidad (Courtheyn, 2017).

La Comunidad de Paz ha logrado expandirse, en medio de las dificultades, a 11 villas: San Josecito, La Cristalina, La Unión, Arenas Altas, la Esperanza, Mulatos, La Resbalosa,10 El Guineo, Alto Joaquín, Puerto Nuevo y las Claras. Esto es expresión de una concepción del territorio diferente a la idea de una soberanía local circunscrita a un área geográfica delimitada. El territorio es asumido en la Comunidad de Paz como “un conjunto móvil de prácticas espaciales, lugares y valores que produce –y es producido por- sujetos políticos colectivos” (Ibidem, pág. 9). Ese conjunto de prácticas da lugar a lógicas de articulación

9 Por ejemplo, la Comunidad de Vida y Trabajo La Balsita en el municipio de Dabeiba. 10 En Mulatos y en La Resbalosa tuvo lugar la masacre de febrero de 2005. que aunque móviles, están –por cuenta de la neutralidad activa de la comunidad- sujetas a la búsqueda de vínculos con actores sociales y gubernamentales en una escala global.

3. Lógicas de articulación: ¿Infraestructuras de paz? 3.1. ¿Qué se entiende por infraestructura de paz?

En palabras de Lederach (2010), “una “estructura-proceso” para la construcción de paz consiste en transformar un sistema de guerra caracterizado por relaciones violentas, hostiles y profundamente divididas en un sistema de paz, caracterizado por relaciones interdependientes y justas con capacidad para encontrar mecanismos no violentos de expresión y tratamiento de conflictos.” (p.120). Consiste entonces, en una infraestructura para la transformación social en contextos de violencia que articula percepciones aparentemente contradictorias pero interdependientes en la resolución de conflictos. El fin último de dicha estructura-proceso, es la reconciliación entre las partes y recuperación de lazos colectivos que colaboran a la construcción de paz bajo la cooperación, expresión no violenta y el reconocimiento de un futuro compartido entre las partes.

Los procesos de construcción de paz requieren del sostén de infraestructuras de paz. Una definición operativa de infraestructuras de paz es la adoptada en el año 2010 por el Programa de Naciones Unidad para el Desarrollo en Naivasha, (Kenya), una infraestructura de paz es, “una red dinámica de estructuras interdependientes, mecanismos, recursos, valores y habilidades, las cuales, a través de la consulta y el diálogo, contribuyen a la prevención del conflicto y a la construcción de una sociedad” (Ryan, 2012:15).Estas redes pueden conformarse a partir de lógicas diferentes de articulación. En unos casos, una articulación vertical que va desde lo local hacia lo global sin mayores conexiones horizontales con el estado y la sociedad civil a nivel local e incluso nacional. En otros, una articulación horizontal que vincula directamente la construcción de paz con la construcción de estado en lo local.

3.2. Lógicas de articulación en la Comunidad de Paz de San José de Apartadó. Los lazos de articulación en la Comunidad de Paz de San José de Apartadó remiten a su origen, la iniciativa se oficializa con el pacto llamado “Comunidad de Paz” el 23 de marzo de 1997 que contó con el acompañamiento de la Diócesis de Apartadó, La Comisión Intercongregacional de Justicia y Paz y el Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP). A partir de la interrelación con agentes no gubernamentales se le posibilitan vínculos con organizaciones internacionales de derechos humanos ( Uribe, 2004, pág. 95).

Mediante el aliento y apoyo de una comitiva integrada por representantes de la Fundación Pax Christie y del Parlamento de Holanda y también de organizaciones no gubernamentales y de la Iglesia, estos urabenses oficializaron un proceso comenzado meses atrás para ponerse a salvo del fuego de los guerreros y consolidar un trabajo permanente de integración y acción ciudadana en favor de la paz (Giraldo, 1997, Pág. 7A).

A pesar de los consecutivos eventos sangrientos tras el pacto fundacional de la Comunidad de Paz, antiguos pobladores desplazados por la violencia retornan a sus veredas. El acto de resistencia ganó visibilidad nacional e internacional para el proceso. De acuerdo con María Teresa Uribe, en el plano nacional, la comunidad establece contacto con la Consejería para los Desplazados, la Defensoría del Pueblo, el Ministerio de Gobierno y la Red de Solidaridad Social, con la intención de acceder a recursos para su mantenimiento. En lo que respecta a los vínculos con autoridades municipales y departamentales, estos entes desde el inicio de la Comunidad de Paz no tuvieron presencia permanente ni directa, tampoco fueron voceros del proceso a nivel nacional.

La neutralidad activa de la Comunidad de Paz ha generado no sólo la ruptura de vínculos con la estatalidad local, departamental y nacional, sino también, cierto aislacionismo con respecto al resto del municipio e incluso –a veces- con respecto a otras organizaciones sociales en el mismo corregimiento. El reconocimiento alcanzado por la Comunidad de Paz en el nivel nacional y sobre todo internacional, no se expresa en el nivel municipal.11

11 “La Comunidad de Paz hace más ruido afuera que acá” afirma Eladio Ramírez, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Urabá. Entrevista personal en Apartadó, 3 de agosto de 2016. La relación con la estatalidad es prácticamente inexistente. De acuerdo con Ángela María Hernández Peña, directora territorial de la Unidad de Víctimas en Urabá, los contactos con la comunidad son muy esporádicos y difíciles por lo que la unidad trabaja más con la Asociación Campesina de San José de Apartadó (Acasa),12 una organización social que, aunque se relaciona bien con la Comunidad de Paz y se identifica con los objetivos de resistencia a la guerra y construcción comunitaria, no hace parte de la misma y mantiene vínculos con entidades estatales del orden local y nacional.13 En palabras de Ángela Hernández:

Acasa es la que más relaciones ha generado con el gobierno municipal, departamental y nacional. Con ellos estamos haciendo un proceso de acompañamiento para que recobren la confianza en el Estado. Se está mirando la posibilidad de crear un plan interinstitucional para la prevención. El Ministerio del Interior ha participado.14

En el caso de la Alcaldía de Apartadó la situación es similar. Las relaciones entre la Comunidad de Paz y la administración municipal son prácticamente inexistentes. La secretaria de inclusión social del municipio, Sara Moreno González, recalca el trabajo de la entidad en la promoción de diversas iniciativas de paz en zonas como el barrio obrero La Chinita y con los jóvenes.15 Sin embargo, a pesar de algunos contactos con líderes del corregimiento de San José de Apartadó, no se desarrollan iniciativas en la Comunidad de Paz. El secretario de gobierno Tony Luis Lozano Berrocal confirma la ausencia de vínculos con la Comunidad de Paz en los siguientes términos:

Para la administración municipal es importante tener en cuenta dos aspectos en el caso de San José de Apartadó: Primero, todo lo que tiene que ver con el corregimiento de Apartadó y sus 32 veredas y segundo, específicamente lo relacionado con la Comunidad de Paz. En el corregimiento se llevó a cabo el primer encuentro comunitario que hizo el señor alcalde para la construcción del plan de desarrollo. Allí participaron líderes de todas las veredas. Ese encuentro se hizo allá con toda la comunidad sin ningún inconveniente. La relación en términos generales con la comunidad se da a través de las Juntas de Acción Comunal y con las organizaciones. Una de ellas es la Asociación Acasa y otra el Comité de y para los Derechos Humanos de San José de Apartadó. Frente a eso no

12 Entrevista personal en Apartadó, 3 de agosto de 2016. 13 La visita que el proyecto Iniciativas Locales de Construcción de Paz y Estatalidad en Antioquia 1995-2015 hizo al corregimiento de San José de Apartadó fue en compañía de Osman Mora, director en Urabá de la Caja de Compensación Familiar de Antioquia –Comfenalco Antioquia. La entidad inició un proceso de diálogo con los líderes de Acasa para acordar la mejor manera de llevar los servicios de la caja a los habitantes del corregimiento. 14 Entrevista personal con Ángela Hernández, directora territorial de la Unidad de Víctimas en Urabá, Apartadó, 3 de agosto de 2016. 15 La Secretaría de Inclusión apoya 33 organizaciones y grupo juveniles con iniciativas como “Jóvenes buena vibra. Jóvenes en paz.” Entrevista personal en Apartadó, 2 de agosto de 2016. hay mayor dificultad de acceso a la información, de acceso al territorio, de coordinación en la realización de actividades y de interlocución con la comunidad. En el segundo aspecto, específicamente lo que tiene que ver con la CPSJA. Frente a esa comunidad que está ubicada en la finca Rosalbita, no existe ninguna clase de interlocución entre digamos la administración municipal, el Estado colombiano y esta comunidad de paz. No se tiene referencia ni en los archivos ni nosotros desde que empezamos el gobierno, de interlocución con esta comunidad de paz.16 La fortaleza en términos de articulación de la Comunidad de San José de Apartadó ha sido con instancias no gubernamentales, destacan la Comisión Intercongregacional de Justicia y Paz, organización que agrupa ONG católicas, y las Brigadas Internacionales de Paz con trabajo enfocado en la defensa de la vida en escenarios de guerra (Uribe, 2004).

El sentido principal de su presencia allí es el de manifestarles a los actores armados, incluidos los del Estado, que este colectivo, que optó por la paz y la resistencia a la guerra, está protegido por la Iglesia católica y por la comunidad internacional, y que cualquier agresión en contra de sus habitantes será fuertemente reclamada por los países y las organizaciones por ellos representados (Ibidem, pág. 99).

A través de la intermediación de estas organizaciones la población ha conseguido financiar proyectos productivos e implementar otras estrategias apoyadas por La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, Pax Christi, Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea (ECHO), Paz y Tercer Mundo de España y el Parlamento de Holanda.

Las alianzas entre actores internacionales y la Comunidad de Paz de San José de Apartadó han sido un factor estratégico para su subsistencia, constituye una iniciativa de paz que ha conseguido acompañamiento y respaldo de organizaciones externas al llevar su experiencia local al escenario global.

3.3. Lógicas de articulación en la Asamblea Constituyente de Tarso.

Las lógicas de articulación de la Asamblea Municipal Constituyente de Tarso remiten a su origen. En principio, los esfuerzos del Comité de Impulso estuvieron encaminados a la elección de un candidato a la alcaldía consecuente con los propósitos del proceso constituyente.

16 Entrevista personal, Apartadó 5 de agosto de 2017.

La idea de organizar a la comunidad bajo este mecanismo de participación surgió como una alternativa a la tradicional manera de hacer política. “Queremos romper con esa cultura en la que se deja que los políticos decidan el futuro de sus gobernados. Lo que buscamos, a través de este laboratorio, que es la Asamblea, es identificar un modelo de desarrollo y convivencia donde quepamos todos (Vélez, 2001, pág. 7A).

En consecuencia, la presentación pública de la asamblea contó con el apoyo de la administración municipal 2001-2004.

Con el trabajo del comité de impulso llegamos a las elecciones del año 2000 con un solo candidato a la alcaldía. El trabajo de promoción produjo un aumento considerable en el nivel de votación pese a tener un candidato único. Con la asamblea conseguimos mantener dos periodos en la alcaldía. El consenso a la hora de escoger un representante significó un ejercicio de democracia directa importante.17

Los lazos con la administración municipal se evidencian en la participación de la asamblea en la elaboración del plan de gobierno. Por otro lado, alcalde y concejo integraron la asamblea con facultad de intervención en debates y votación sin diferencia alguna respecto de otros miembros. Las disposiciones de la asamblea, a su vez, fueron acatadas por el gobierno municipal mientras estuvo vinculado a la organización.

El proceso constituyente de Tarso se convirtió, tras su aparición, en un referente para Antioquia durante el periodo del gobernador Guillermo Gaviria Correa (2001-2003), el interés sobre la asamblea condujo a su réplica en el departamento y a la conformación de la Asamblea Departamental Constituyente de Antioquia. Esta impulsada también por el proceso constituyente del oriente antioqueño con la Asamblea Provincial Constituyente del Oriente Antioqueño, el Consejo de Alcaldes del Oriente Antioqueño y el Laboratorio de Paz Provincia del Oriente Antioqueño.

En ese entonces se iniciaba el periodo de gobierno de Guillermo Gaviria Correa quien se entusiasmó con el tema de la participación, la paz y la no violencia. Apoyó replicar la

17 Entrevista personal a Alirio Arroyave. iniciativa en el departamento. Acá en Antioquia cuando se empezó ese proceso se creó en 118 municipios, hasta crear la Asamblea Departamental Constituyente de Antioquia. Llegamos a hacer un acuerdo por la paz en el departamento.18

La Asamblea Departamental Constituyente de Antioquia se oficializa en el año 2003 como un espacio para la autonomía, representación y participación de los ciudadanos antioqueños. En ella concurrieron variados actores sociales, políticos e instituciones comprometidos con la construcción de un pacto social para la superación del conflicto armado mediante la deliberación democrática. Uno de los resultados de esta asamblea fue la Agenda Pública de Paz y Desarrollo para el Departamento (Hincapié, 2008). Tras la congregación de participantes se estructuraron agendas municipales al igual que agendas subregionales denominadas “Gran Pacto Social por la Convivencia y el Desarrollo para la Paz”.

Con la llegada al gobierno departamental de Ramos Botero, la Asamblea Constituyente de Antioquia sufrió una paulatina reducción de recursos. Asimismo, las administraciones municipales subsiguientes en Tarso se alejaron del proceso constituyente del municipio.

Con los cambios de la gobernación fue algo muy diferente, incluso aquí en el municipio también lo vivimos con el cambio de la administración local. La asamblea estando tan organizada representó una amenaza para quienes querían seguir robando, bueno, para seguir sacando los recursos del municipio. A nivel departamental fue igual, una ruptura bastante grande, incluso provocó que no se siguieran apoyando este tipo de procesos en Antioquia.19

Los lazos de articulación en la Asamblea Municipal Constituyente de Tarso con agentes no gubernamentales se dieron a través de la gestión de CEPACT. Organizaciones nacionales como la Corporación de Estudios y Proyectos de Apoyo a las Asambleas Constituyentes (CEPAC), la Red de Iniciativas Ciudadanas por la Paz (REDEPAZ) y organizaciones internacionales como Fons Catalá-Cooperación al Desarrollo y el Banco Mundial contribuyeron a la realización de proyectos como el Plan Estratégico de Tarso 2011- 2028 y actividades productivas y de formación política.

18 Entrevista personal a Alirio Arroyave. 19 Entrevista a Oralia Botero. Tras la culminación de las reuniones permanentes de la asamblea, CEPACT continúa funcionando a cargo de líderes que pertenecieron al proceso constituyente. Hoy día, los lazos de articulación han cambiado al igual que sus proyectos. La pérdida de apoyo por parte de la gobernación del departamento resquebrajó no los vínculos de la Asamblea con otros procesos similares en Antioquia y debilitó su posición frente a los sectores políticos que, en el municipio, buscaban restablecer su predominio particularista. Aunque esto condujo al declive del proceso político de construcción de estatalidad local, la asamblea logró recuperar la viabilidad institucional del municipio.

4. Conclusiones: Preliminares.

 Estas iniciativas emblemáticas hacen parte de una serie de acciones colectivas que permiten hablar de una movilización por la paz en el país. Representan actores sociales, organizaciones y coaliciones que les ha mantenido en contextos específicos en la búsqueda de oportunidades políticas y alternativas de paz. La construcción de paz al igual que el conflicto no deben entenderse de manera estática, son procesos dinámicos en los que la mediación requiere de una constante interacción de roles y estrategias simultáneas.

 Si bien las iniciativas locales se remiten a circunstancias inmediatas, esto no les exige un localismo estricto, de hecho, su solidez y prolongación en el tiempo puede ser consecuencia de lazos de interdependencia. El entrecruzamiento de actores y estrategias proporciona un desarrollo de las relaciones y flexibilidad al considerar posibles soluciones, ampliación en la participación y profundización en la comprensión del conflicto y su transformación. Esta lógica de colaboración dinámica compone una infraestructura de paz integrada por vínculos cooperativos y actividades que tienen por objeto la construcción de una paz sostenible.

 Las infraestructuras pueden ser plurales entre sí en lo que concierne a su tendencia de organización y estrategia, pero su mantenimiento en el tiempo depende de la interacción con otros actores. Las iniciativas que se relacionan con otros entes de acción reestructuran las relaciones cotidianas de la sociedad civil, y plantean la necesidad de pensar un futuro compartido, con propósitos estructurales y sistémicos que trasladan la experiencia al ámbito regional y nacional. Por ello, sostenibilidad e infraestructuras están relacionadas al apoyar procesos de cambio social para la culminación de la violencia, y al buscar establecer una visión colaborativa para la reconciliación y redefinición de las relaciones humanas.

5. Referencias bibliográficas

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Anexo1: Elementos Gráficos

Gráfico 1. Departamentos según Tasa de Victimización 2016

Fuente: Elaboración propia con base en Registro Único de Víctimas y Dane. El eje de las ordenadas corresponde al número de víctimas por cada cien mil habitantes.

Gráfico 2. Tasa de Victimización en Antioquia y Colombia (1985-2016)

Fuente: Elaboración propia con base en Registro Único de Víctimas y Dane. El eje de las ordenadas corresponde al número de víctimas por cada cien mil habitantes.

Gráfico 3 Tasa de Victimización por Subregiones en Antioquia (1995-1999)

Fuente: Elaboración propia con base en Registro Único de Víctimas y Dane. El eje de las ordenadas corresponde al número de víctimas por cada cien mil habitantes.

Gráfico 4 Tasa de Victimización por Subregiones en Antioquia (2000-2004)

Fuente: Elaboración propia con base en Registro Único de Víctimas y Dane. El eje de las ordenadas corresponde al número de víctimas por cada cien mil habitantes.

Gráfico 5 Tasa de Victimización por Subregiones en Antioquia (2005-2009)

Fuente: Elaboración propia con base en Registro Único de Víctimas y Dane. El eje de las ordenadas corresponde al número de víctimas por cada cien mil habitantes.

Gráfico 6 Tasa de Victimización por Subregiones en Antioquia (2010-2015)

Fuente: Elaboración propia con base en Registro Único de Víctimas y Dane. El eje de las ordenadas corresponde al número de víctimas por cada cien mil habitantes.

Gráfico 7 Iniciativas de paz en Antioquia como porcentaje del total nacional 1995-2015

Fuente: Elaboración propia con base en Datapaz-Cinep

Gráfico 8 Tasa de iniciativas de paz y tasa de victimizacion en Antioquia por subregiones Medias del período 1995-2015

Fuente: Elaboración propia con base en Registro Único de Víctimas, Datapaz-Cinep y Dane

Gráfico 9 Tasa de iniciativas de paz por subregiones en Antioquia (1995-1999)

Fuente: Elaboración propia con base en Datapaz-Cinep y Dane

Gráfico 10 Tasa de iniciativas de paz por subregiones en Antioquia (2000-2004)

Fuente: Elaboración propia con base en Datapaz-Cinep y Dane

Gráfico 11 Tasa de iniciativas de paz por subregiones en Antioquia (2005-2009)

Fuente: Elaboración propia con base en Datapaz-Cinep y Dane

Gráfico 12 Tasa de iniciativas de paz por subregiones en Antioquia (2010-2015)

Fuente: Elaboración propia con base en Datapaz-Cinep y Dane