Serranías de Cucalón guía general de las sierras de Cucalón, Oriche y Fonfría Serranías de Cucalón guía general de las sierras de Cucalón, Oriche y Fonfría

Edita Centro de Estudios del

Textos Tomás Sanz Serrano Con la colaboración de Francisco Martín y Fernando Herrero

Fotografía © BIG © Marina De la Vega Maeso © Fernando Herrero Loma © Zarela Herrera © Chabier de Jaime Lorén © Francisco Martín Domingo © Mariela Morales Cáceres © Ministerio de Educación y Ciencia. Banco de imágenes © Rodrigo Pérez Grijalbo © R. P.Polo Cutando © Tomás Sanz Serrano © Antonio Torrijo Pardos © Enrique Villas

Idea gráfica y maquetación Ricardo Polo Cutando

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2 © R. P.Polo Cutando

3 Índice

Prólogo ...... 6

Introducción ...... 8

Medio físico ...... 12 Unidades del relieve ...... 12 Las cuencas hidrográficas ...... 13 Los municipios de la sierra ...... 15 El clima ...... 17 Pueblos y arquitectura ...... 21

Geología ...... 28 Principales unidades geológicas ...... 30 La “Radiografía” del interior de la Sierra ...... 32 Historia geológica ...... 35 Puntos de interés geológico ...... 38 Descubrimientos paleontológicos ...... 41 Curiosidades geológicas: meteoritos y eyectas de impacto ...... 44

4 Vegetación ...... 48 Características generales ...... 49 Comunidades vegetales singulares ...... 51 Otras comunidades importantes ...... 66 Curiosidades botánicas ...... 72

Micología ...... 78

Fauna ...... 84 Invertebrados. Artrópodos ...... 84 Vertebrados ...... 91

Conservación ...... 126 Espacios protegidos y hábitat de interés en las sierras de Cucalón ...... 126 LIC Alto ...... 127 LIC Sierra de Fonfría...... 128 Habitats especiales. Lagunazos temporales ...... 129 Importancia Medioambiental ...... 130 Conservación ...... 131

Rutas e itinerarios ...... 134 Recomendaciones previas...... 134 Ruta Botánica de Bea ...... 135 Ruta Geológica de ...... 138 Ascenso a la Modorra de Cucalón ...... 140

Índice 5 Prólogo

6 Prólogo 7 Introducción

Son realmente escasas las publicaciones existentes que hagan mención, o que se dediquen con exclusividad, a reconocer los valores naturales de la Sierra de Cucalón, nombre por el que designamos al territorio comprendido al norte de la Comarca del Jiloca, a partir de la cuenca del Huerva.

Son cuatro las grandes unidades del relieve englobadas en la Sierra de Cucalón: La Sierra de Fonfría, Sierra de Oriche, parte de la Sierra de Herrera, y propiamente la de Cucalón, en torno al municipio que le da nombre.

La Orografía, un tanto abrupta, el mal estado de las comunicaciones, y la despoblación sufrida en los últimos años, han favorecido el desconocimiento de un territorio un tanto inhóspito, capaz de dejar sin habla al geólogo, al botánico, al naturalista, o al caminante en general, cuando éste se aventura a conocer una zona tan nuestra como el resto del territorio comarcal.

Varios son los científicos que se han dedicado, y se dedican, a estudiar aquellos elementos que más les llaman la atención. Estudios botánicos como los de Ferrer Plou, Geológicos como los de Donayre (hace más de cien años), Cortázar o Peter Carls, son importantes referencias sobre la zona, a nivel nacional e internacional. Todo ello sin olvidar el sinfín de estudiosos y aficionados que, conscientes del valor que aguarda este singular relieve, recorren incesablemente sus crestas y valles, deseosos de conocer un poco más su entorno inmediato.

Los procesos erosivos y geomorfológicos, han labrado un relieve diverso y sorprendente, en el que somos testigos del nacimiento de dos grandes ríos: el Huerva y el Aguasvivas, así como dos afluentes de este último, el Cámaras y el Nogueta. En su discurrir más o menos accidentado, las aguas nos descubren pedazos de historia, a través de materiales geológicos de enorme antigüedad, poco frecuentes y muy relevantes a la hora de conocer un poco más del Planeta en el que vivimos.

8 La diversidad de litologías, conforma diferentes sustratos, con su carácter único, que permite el asentamiento de variadas formas vegetales, Ecosistemas de gran naturalidad, testigos de una relación con el ser humano muy cercana a la tan ansiada sostenibilidad. Resulta hoy en día un lujo apreciable por cualquiera, el sumergir nuestros ojos en grandes superficies forestales, que se extienden hasta donde alcanza la vista. Un privilegio por el que merece la pena luchar, en especial como un legado que dejarles a nuestros hijos.

Las diferentes orientaciones en las laderas, y el rango de altitudes, también variable, permiten la existencia de plantas propias de montaña, difíciles de observar en el resto del territorio, que quedan como vestigios de los bosques que se extendían antiguamente por la Península.

La fauna, refugiada entre montañas y bosques, encuentra aquí un buen lugar donde vivir, tal y como nos demuestra la presencia de especies hoy en peligro, necesitadas de planes eficaces de conservación.

Y con todo, no dejaremos de aprender secretos que se esconden en los recovecos y retuertas, curiosidades enigmáticas y lagunas de conocimiento, que precisan de más estudio y dedicación.

El objetivo del presente libro es transmitir, dar a conocer un conjunto de lugares que, tal vez, habían escapado a nuestra mirada. Dentro de la colección de guías de naturaleza de la Comarca del Jiloca, esta es, casi con seguridad, la más necesitada de todas ellas. Por eso, esperamos que sirva como excusa para recopilar gran parte del conocimiento existente sobre este territorio, incluyendo el nuestro tras un año de trabajo. Sin duda alguna, quedaremos satisfechos, si conseguimos que estos valles y montañas, se conviertan en algo un poco más conocido por todos, ya que no se puede promulgar la conservación y el respeto, hacia aquello que no se conoce.

Tomás Sanz Serrano Lic. En Ciencias Ambientales

Introducción 9

© R. P.Polo Cutando Medio físico

Unidades del relieve.

La Serranía de Cucalón es una alineación montañosa muy homogénea próxima a los 30 Km. de longitud que se extiende, al igual que la propia Ibérica, en dirección NO a SE. Junto a ella otras cadenas montañosas y elevaciones puntuales conforman un basto territorio alineado y a modo de balcón hacia el valle del Ebro, unidas entre sí por pequeños valles y depresiones.

La altitud media de esta área montañosa se puede cifrar en algo más de 1200 metros. Las mayores elevaciones se dan en la Modorra de Cucalón (1481 metros de altitud) y en la sierra de Pelarda, formación montañosa paralela a ésta pero de menor longitud, que llega a los 1509 metros en el alto de Pelarda y algo menos en el alto de la Retuerta (1492 m.).

Se deben diferenciar varias zonas. La sierra de Oriche como tal sería toda la formación montañosa que va desde Cucalón hasta más allá de la muela de Anadón. La sierra de Cucalón correspondería tan sólo al fragmento de esta sierra que entra dentro de este término municipal, y que coincide con el área de mayor altitud, la “Modorra”, visible desde prácticamente cualquier zona elevada de la comarca. La Rocha o “las Rochas” son las laderas orientadas al suroeste de esta misma sierra entre Fonfría y Bea mientras que la zona montañosa situada al sur, justo enfrente de ésta, recibe el nombre de sierra de Fonfría o sierra de Pelarda.

Principales unidades del relieve en la Serranía de Cucalón. © Fernando Herrero

12 Las cuencas hidrográficas.

Esta zona geográfica de la Ibérica turolense es un importante nudo hidrológico que da vida a numerosos ríos, todos ellos de la vertiente mediterránea y cuenca del Ebro. De estas cimas parte una red de torrentes, regachos, ramblas e incluso barrancos que descienden serpenteando hacia los cursos principales.

Modelo Digital del terreno: Mapa de pendientes. © Fernando Herrero

• La cuenca del . De la sierra de Pelarda parten numerosos cursos que descienden hacia el río Pancrudo, que viene ya del sur recogiendo las aguas de las parameras y del altiplano turolense. Algunos de los más importantes por su caudal más o menos regular (en ocasiones torrencial) son el Barranco de la Riera de Olalla o la rambla del Pinar de .

Medio físico 13 Imagen por satélite de la Sierra de Oriche. La estructura geológica de Oriche separa dos cuencas hidrográficas, la del Huerva al SW,y la del Nogueta al NE. © Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE)

• Cuenca del Huerva. El río Huerva nace en el collado de los Villares, en la cara norte de la sierra de Fonfría, junto a esta localidad y a 1.280 m de altitud.

Recorre varios kilómetros entre la Sierra de Oriche antes de entrar en la altiplanicie de Campo Romanos, por la que discurre lentamente y con poco caudal. Poco después gira en dirección Este para adentrarse en el valle formado por las sierras de Modorra y del Peco, cambiando a partir de aquí la fisiografía del río. El valle se estrecha, aparecen los sotos de ribera y recibe las aguas de pequeños barrancos tributarios, poco importantes en cuanto a caudal pero sí de gran importancia faunística y paisajística.

• Cuenca del Aguas Vivas. Es sin duda la cuenca que mayor número de ramblas y torrentes dispone en este territorio montañoso.Todas estas ramblas y barrancos nacen en la cara norte de la sierra y descienden hacia el valle del Ebro en tres sectores definidos. Por un lado el propio río Aguas Vivas (el cauce más al Sureste), por otro el Nogueta – río Santa María y por último el río Cámaras.

• La cuenca del Martín. El río Martín se forma principalmente con la confluencia de cuatro ríos (Segura, , Rambla y Parras) que nacen en las estribaciones surorientales de la Sierra de Cucalón y Pelarda. Pese a no pertenecer ninguno de estos cauces a la delimitación comarcal, si es interesante conocer que al sur del nacimiento del Aguas Vivas, se abre un pequeño valle, similar al pequeño curso del anterior, y separados ambos por una cadena montañosa paralela a Oriche. En esa zona nace el río Segura, que más tarde desembocará en el río Martín junto a Segura de Baños.

14 Los municipios de la sierra.

Trece términos municipales se reparten a lo largo de este territorio. La mayoría son pequeñas poblaciones, con una población muy envejecida y vías de comunicación que se limitan a pequeñas carreteras que unen las poblaciones.

El entorno de la sierra de Cucalón es el más desfavorecido y el que cuenta con menor densidad de población de toda la comarca del Jiloca. Se trata de poblaciones en las que los pocos vecinos que quedan se dedican a la agricultura o a la ganadería.

Población Superficie Densidad (nº de habitantes) (Km2) (hab/km2) C.A. de Aragón 1.269.027 47.719.2 26.5 P. 141.091 14.708.7 9.5 Comarca del Jiloca 13.940 1932.1 7.2 Zona A (Sierra de Cucalón) 793 344,2 2.3 Zona B (Jiloca Medio) 966 80,8 11.9 Zona C (Cuenca del Pancrudo) 750 293,5 2.5 Zona D () 689 177,2 3.8 Zona E () 4389 316,6 13,8 Zona F (Jiloca Alto) 4908 358,2 13.7 Zona G (Sierra Minera) 1262 334,2 3.7

Población Km2 Población (2005) 18,85 29 15,18 36 Badenas 31,31 21 Villahermosa 19,20 102 14,22 29 Cucalón 31,93 95 20,44 73 26,32 56 Loscos 71,78 186 Bea 23,37 37 47,74 76 Fonfría 20,58 26 18,65 27 Total Zona 359,57 793

Medio físico 15 Es un territorio muy amplio situado en una zona serrana, con un clima extremo y un entorno muy abrupto que condiciona la vida de los habitantes. En los casi 360 Km2 de superficie, encontramos una población total de 793 habitantes (2,2 habitantes/Km2), superando con creces la definición de “desierto demográfico” (identificado, según las estadísticas oficiales, como aquel en el que la densidad 2 de población es inferior a los 10 hab./ Km ).

Red de carreteras locales en los municipios de la Sierra. © Fernando Herrero

Panorámica de Piedrahita. Encajada en el Valle del alto Nogueta, esta población cuenta con menos de cuatro habitantes de modo continuado. © Tomás Sanz 16 El clima.

La sierra de Cucalón – Oriche representa el territorio con mayor altitud de la rama oriental de la Ibérica en el contexto de la Comarca del Jiloca. Esto, junto a su situación próxima al valle del Ebro y su carácter continental, crea unas condiciones climáticas y micro climáticas muy variadas.

Es un territorio duro, de difícil orografía. El progresivo aumento de las precipitaciones al ascender en altitud y el marcado descenso de las temperaturas nos introducen en el clima de montaña del Ibérico central, pero próximo al valle del Ebro. En estas zonas destaca el frío (resultado del marcado carácter continental de estas tierras) y un cierto aumento de la pluviometría con respecto a valles y territorios cercanos.

Datos estación de Cucalón (1034 msnm). Fuente: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) La temperatura media anual es de unos 10º C y la precipitación cercana a 500 mm. Pero estos datos tan sólo son aproximaciones. Si algo puede caracterizar a este territorio son las enormes diferencias, no tanto en altitud, como en exposición. En efecto, la disposición de estas cadenas montañosas y su orientación provoca cambios muy importantes y gran variedad de microclimas característicos. Solanas, umbrías, crestas venteadas, cantiles rocosos y valles son algunos de los más característicos.

Medio físico 17 Cumbres nevadas en el alto de Fonfría. © Fernando Herrero

Los inviernos en este territorio son muy fríos por lo general, superando los 6 meses de helada. Bajo condiciones de estabilidad atmosférica éstas están aseguradas. No obstante son muy comunes los episodios de inversión térmica, de forma que en los valles la temperatura está varios grados por debajo de las cimas y zonas altas. Las precipitaciones son escasas, con mínimos en Marzo, y en ocasiones son en forma de nieve, sobre todo en Enero y Febrero.

Las nieblas también hacen acto de presencia, sobre todo en los valles, aunque son menos recurrentes que en el vecino Jiloca. Más común es quizá en las crestas y zonas altas, resultado de las nieblas de ladera y nubes bajas (estratos y nimboestratos) resultado del paso de frentes.

Datos estación de Cucalón (1034 msnm). Temperatura media y media de las mínimas absolutas Fuente: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA)

18 El cierzo golpea con fuerza las crestas y los páramos de mayor altitud, dejando el cielo limpio y con un azul intenso. Durante esos días la visibilidad es casi perfecta y pueden llegar a divisarse otras cadenas montañosas, como el pirineo y su gran cima Monte Perdido (a más de 200 Km.) o el Moncayo, ya más cercano y en la misma línea de la Ibérica. Otro elemento curioso observable con buena visibilidad es la enorme chimenea de la central térmica de Andorra.

La primavera en estas tierras es una estación rápida, casi de trámite ante el verano. Las temperaturas se suavizan aunque son comunes los cambios bruscos de tiempo, las fuertes oscilaciones térmicas entre el día y la noche y las heladas pueden concurrir hasta bien pasado mayo. Normalmente es la época de mayor precipitación anual, concentrándose los máximos en Abril y Mayo, resultado de temporales y algunas tormentas.Tras las lluvias el paisaje mate que dejó el invierno cambia rápidamente y el verde de los cultivos se impone en el paisaje de los valles.

El verano es caluroso y las altas temperaturas afectan más a las depresiones y zonas más soleadas. La precipitación es muy irregular, y de carácter convectivo. En ocasiones se producen los mínimos anuales, sobre todo en los meses de Julio y Agosto, pero en otros casos la precipitación de los meses estivales representa el máximo y más de la mitad de la precipitación anual.

Puesta de sol estival en el municipio de Ferreruela. © Fernando Herrero

Medio físico 19 Datos Estación de Cucalón (1034 msnm) Pluviometría del año En septiembre el verano da sus últimos coletazos. Aunque 2006. Obsérvese la las temperaturas consiguen llegar a ser aun altas, pueden importancia de las descender ya de los 0º C durante las noches, sobre todo a precipitaciones de origen tormentoso en mediados y finales de mes. El otoño es intenso ya en este año, en especial el octubre y las primeras heladas nocturnas avisan de la mes de junio, y la llegada de los primeros fríos, que se dejan sentir sobre todo escasez de en las cotas más altas y en las umbrías. Esta época también precipitaciones de la primavera. es período de lluvias, aunque no suelen ser tan abundantes © SAIH Ebro como en primavera.

Arroyo helado © Fernando Herrero

20 Pueblos y arquitectura.

La sierra de Cucalón es una zona agreste geográficamente, lo cual influye en la forma de configurar el paisaje tanto urbano como rústico de estas localidades. Dependiendo del lugar elegido para el asentamiento de la localidad veremos diferentes tipos de urbanismo, arquitectura, etc. Aproximarse a la arquitectura, ya sea de la denominada como culta o bien sea de la denominada como arquitectura popular, supone un reto en estas zonas, en muchas ocasiones más desconocidas de lo que nos gustaría.

Podemos realizar una clasificación de la arquitectura en función de las características de uso para la que fue pensada, mostrándonos las soluciones para adaptarse a los condicionantes que la sierra imponía, soluciones por otra parte que no son diferentes de las adoptadas en otros lugares, pero que son un reflejo de la experiencia acumulada a lo largo de los años y los contactos con otras zonas.

• Arquitectura para protegerse.

Una de las primeras arquitecturas a construir en época de conflictos es un recinto defensivo para asegurar la población ante posibles ataques. Las constantes luchas de época medieval nos han legado los restos de edificaciones realizadas para la protección de las poblaciones. Aunque existieron más ejemplos son las localidades de Monforte de Moyuela, Lagueruela, Ferreruela y sobre todo Cucalón las que nos dan una muestra de este tipo de arquitectura militar. Destaca la torre de Cucalón como ejemplo de torreón defensivo, con remate almenado y realizada en sillarejo.

Nevero de Santa Cruz de Nogueras © Tomás Sanz

Medio físico 21 • Arquitectura para vivir.

La arquitectura reservada a vivienda es una de las más interesantes por su gran diversidad de formas, estilos e influencias de otros lugares. Esta zona es una de las más interesantes de nuestra comarca en cuanto a arquitectura popular se refiere. La despoblación sufrida en estas localidades, la falta de recursos económicos o quizá simplemente el hecho de que algunas de estas localidades no se contagiasen de la moda de revocar las fachadas con cemento, ha influido decisivamente en la conservación de conjuntos urbanos tan singulares y característicos como el de Mezquita de Loscos, uno de los ejemplos más significativos de arquitectura popular de toda la Comarca del Jiloca.

• Arquitectura de uso comunitario.

La necesidad de realizar edificios para diferentes usos de la comunidad nos ha dejado una amplia gama de elementos que merecen la pena destacarse.

• • Arquitectura devocional.

La impregnación marcadamente religiosa de la sociedad ha dado como fruto una serie de construcciones cuya finalidad era servir a las necesidades del culto. No solamente estamos pensando en las iglesias y las ermitas, sino existen otros elementos con la misma finalidad como son los peirones, capillas y protectores domésticos en ocasiones estos influenciados por una cultura pagana.

Ermita de Nuestra Señora de la Silla. Ubicada en el alto de la Rocha, se trata de una magnífica obra de mampostería, recientemente restaurada. © Tomás Sanz

22 En cuanto a los edificios más monumentales, contamos con numerosos ejemplos de iglesias barrocas, destacando la majestuosidad de la iglesia de o la portada de la iglesia de Lagueruela.También destaca la antigüedad de la iglesia de , con restos todavía apreciables de influencia románica.

También existen numerosas ermitas, en muchas ocasiones único resto apreciable de antiguos poblados que han desaparecido, y con numerosas reformas sufridas a lo largo del tiempo. Destaca en esta zona la ermita de San Roque de Loscos, la ermita de Santa Ana de Cucalón o la ermita de San Bartolomé de Santa Cruz de Nogueras, así como la ermita del Santo Sepulcro de Lagueruela. Se trata de una solución sumamente singular para la construcción de estas ermitas, con otras similares en otras localidades de la antigua comunidad de Aldeas de Daroca.

Encontraremos también otro tipo de elementos para el culto más populares y que no necesitan de una gran arquitectura como son los peirones y capillas domésticas dispuestas en una hornacina en la fachada salpicando las localidades.

Peirón de San Antón en Lagueruela © Francisco Martín

Medio físico 23 • • Arquitectura de los concejos.

Además de la arquitectura con una finalidad religiosa, existirá la necesidad de construcción de otro tipo de arquitecturas de uso público. Una de ellas será la construcción del ayuntamiento. Estos lugares, en los que se deben reunir una serie de características, como servir de lugar de reunión de los mismos o de lugar comercial dentro de sus lonjas. Será la lonja la que configure el aspecto de estos ayuntamientos, realizada habitualmente con varios arcos de medio punto que parten de columnas. Encontramos lonjas cerradas en las localidades de Ferreruela, Cucalón, Loscos, Villahermosa, Monforte de Moyuela

Ayuntamiento y lonja de Bádenas. mientras que en las localidades de © Francisco Martín Fonfría, Bádenas, Bea, Lanzuela todavía los podemos apreciar en su aspecto original.

• • Arquitectura del agua.

La escasez de ríos caudalosos y constantes, ha sido uno de los condicionantes que más ha influido en la realización de las construcciones en la Sierra de Cucalón. El suministro de agua para consumo humano es una de las primeras tareas a realizar una vez instalada una población, llegando a condicionar su ubicación. Se trata de las fuentes de Allueva, Mezquita de Loscos, Loscos, Santa Cruz de Nogueras o la desaparecida de Lagueruela. Otra de las necesidades principales es el alimento, es decir el pan, era precisa la construcción de molinos que pudieran molturar el cereal. Se construyeron en la mayoría de las localidades, como por ejemplo en Bádenas, Bea, Cucalón, Ferreruela, Fonfría, Lagueruela, Mezquita de Loscos, Monforte de Moyuela, Nogueras, Piedrahita, Santa Cruz de Nogueras o Villahermosa del Campo.

24 La construcción de los molinos supondrá la realización en muchas ocasiones de azudes de derivación como el de Lagueruela, realizado en mampostería en las proximidades de la localidad.

Otro de los ejemplos del uso del agua es el estado sólido, es decir, el hielo. La mayoría de las localidades contaban con su propia nevera para abastecer a la población. En muchos casos estas neveras no se han conservado, pero contamos con el ejemplo de Santa Cruz de Nogueras, que nos muestra el tipo de construcción que se empleaba para estos menesteres. Relacionado con este tema están los puentes, la necesidad de vadear los ríos ha dejado ejemplos de la construcción de puentes desde épocas muy antiguas. En esta zona destacan los puentes de Villahermosa y Cucalón por su antigüedad.

Fuente vieja de Mezquita de Loscos © Francisco Martín

• Arquitectura más allá del casco urbano, arquitectura agrícola.

La huella del hombre esta también más allá del casco urbano, roturando bosques, construyendo edificaciones agrícolas o cercando lugares. Fue importante la apicultura en la sierra, como medio de complementar la economía agrícola.Todavía se conservan colmenares realizados en mampostería con cubierta a dos aguas y en cuyo muro sur se observan las piqueras empleadas para que las abejas accedieran a los panales.También es frecuente la presencia de palomares. Es sobre todo en la parte occidental de la sierra donde contaremos con ejemplos de estas características.

Medio físico 25

© R. P.Polo Cutando Geología

Geológicamente, ubicamos nuestro territorio de estudio dentro del Sistema Ibérico, el cual está constituido por una amplia gama de materiales que abarcan desde el Precámbrico (hace unos 500 millones de años) hasta el Cuaternario, mostrando entre medias una completa secuencia de edades intermedias. La mayor parte de estos materiales, se encuentran deformados según una dirección general SE-NO, mediante sistemas montañosos más o menos paralelos, entre los que se encuentran cuencas internas rellenas de materiales más modernos (fruto de los procesos erosivos). Ejemplo de esta morfología es la conocida Sierra de Oriche, con esa orientación.

Estratos terciarios La Cordillera Ibérica se ha dividido en dos grandes ramas buzando hacia el SW formadas por sedimentos de similar naturaleza en el Valle del Huerva. En ocasiones la (Mesozoicos), que se encuentran separadas por la cuenca vegetación no es capaz terciaria de Calatayud-Teruel (Valle del Jiloca). Estas dos de ocultar la ramas son la Castellana al Sur, y la Aragonesa, donde nos orientación de los encontramos. materiales geológicos, como consecuencia de la actividad tectónica. © Tomás Sanz

28 Pared de piedra en Olalla. La arquitectura popular se abastece normalmente de las rocas que aparecen en los alrededores, por lo que podemos aprender La provincia de Teruel es un auténtico laboratorio de aspectos de la geología estudio para grandes aficionados a la geología y al estudio del lugar basándonos de la historia de la Tierra. Su territorio posee una enorme también en este aspecto. diversidad, tanto tectónica (pliegues, fallas y estructuras de © Fernando Herrero todo tipo), paleontológica (restos fósiles), como estratigráfica. En definitiva, podemos observar estratos pertenecientes a todos los Periodos en los que se divide, convencionalmente, la Historia del Planeta. Esto supone la existencia de grandes cantidades de información, que permiten a los científicos conocer cada vez más nuestro planeta.

Algo muy similar sucede con las Sierras de Cucalón, pues en este territorio encontramos materiales desde el Cámbrico Inferior (hace unos 460 millones de años), hasta nuestros días. Por tanto, es otro de los valores naturales que debemos resaltar en el presente libro.

Geología 29 En la presente tabla, anotamos un resumen de la división cronológica establecida en función de los estudios geológicos realizados durante años. Podemos observar, que en nuestro territorio encontramos una importante representación de materiales antiguos, de muy diversa naturaleza:

EON ERA PERIODO MUNICIPIOS

FANEROZOICO CENOZOICO CUATERNARIO Todos (65 millones TERCIARIO Fonfría, Loscos, de años-actualidad) Monforte, Nogueras

MESOZOICO CRETÁCICO Fonfría (245-65 millones JURÁSICO Moyuela de años) TRIÁSICO Monforte, Piedrahita

PALEOZOICO PÉRMICO Fombuena (540-245 millones CARBONÍFERO Fombuena de años atrás) DEVÓNICO Santa Cruz de Nogueras, Nogueras, Mezquita, Loscos, Monforte SILÚRICO Nogueras, Mezquita de Loscos, Bádenas ORDOVÍCICO Nogueras CÁMBRICO Loscos, Bádenas

PROTEROZOICO PRECÁMBRICO PRECÁMBRICO

CRIPTOZOICO

Únicamente no están representados dentro de los límites de este territorio, los materiales del Precámbrico, Carbonífero, y Pérmico; encontrándose en localidades vecinas dichos afloramientos. No obstante, la diversidad existente es impresionante.

30 Principales unidades geológicas.

Los procesos tectónicos (orogénesis, pliegues, fallas,etc) acontecidos a lo largo de la historia terrestre, como consecuencia del movimiento de los continentes; unido a los procesos de avance y retroceso del mar, y los procesos erosivos por agentes externos (agua, lluvia, hielo, etc), hacen que los materiales que afloran en cada lugar sean diferentes. Así, en los lugares donde ha predominado el proceso erosivo, podremos ser testigos de restos de gran antigüedad, que pueden darnos una idea del tipo de ambientes que existían en el planeta mucho tiempo atrás.

Estos procesos diferenciales, han conformado en la Sierra de Cucalón, un mapa geológico diverso y complejo. Mapa Geológico 1:50.000. Hoja de Moyuela. © Instituto Geológico Minero de España (IGME)

Geología 31 La “Radiografía” del interior de la Sierra.

Presentamos dos cortes geológicos, uno que atraviesa los materiales más antiguos, desde la Sierra de Herrera hasta Loscos; y otro que atraviesa el Valle del Huerva desde la Sierra de Fonfría hasta Loscos. Se trata de cortes simplificados, que no recogen al detalle los contactos ni las estructuras tectónicas, pero que nos pueden servir para comprender mejor cómo se disponen los diferentes sustratos en profundidad, y las diferentes unidades geológicas.

• Corte geológico Sierra de Herrera – Loscos.

A través del primer corte, en dirección Oeste- Este, observamos la disposición de los materiales más antiguos registrados en la Sierra de Cucalón, con edades comprendidas entre el Silúrico y el Devónico (desde hace 430 hasta 360 millones de años), la litología predominante es la pizarra, además de cuarcitas, margas y areniscas. Son rocas de origen sedimentario, que han sido sometidas a multitud de esfuerzos tectónicos y al peso de los materiales depositados en Periodos posteriores. Esto conforma rocas de tipo compacto, fuertemente plegadas, y en disposición caótica. En el campo aparecen varias discontinuidades y fallas de gran interés, que ponen en contacto materiales muy diferentes entre sí.

© Tomás Sanz

32 Cambio brusco de litologías. En esta foto tomada en la pista que recorre el valle del Nogueta, se observa una falla, responsable del cambio de color en los materiales paleozoicos (a la derecha más rojizos y a la izquierda en una tonalidad grisácea). © Tomás Sanz

• Corte geológico Sierra de Fonfría – Loscos.

Si trazamos en este caso un Corte desde la Sierra de Fonfría hasta el término de Loscos, veremos como se produce un cambio litológico temporal perfectamente apreciable. Nos trasladamos desde los materiales más modernos, del Terciario, ubicados en el alto de Sierra Pelarda, hasta los © Tomás Sanz materiales más antiguos, del Cámbrico, dejados al descubierto por el encajamiento del río Nogueta en su cabecera.

Geología 33 Dada la complejidad del corte estudiado, hemos procedido a separar dos partes, completando los dibujos con fotografías tomadas “in situ” a los materiales mencionados.

El primer fragmento hace referencia a los materiales más © Tomás Sanz antiguos, en lo que sería el curso del río Nogueta. El segundo, comprende el valle del Huerva y de Piedrahita:

En el primer fragmento podemos visualizar varias intrusiones magmáticas, en color rojo. Sin duda los procesos orogénicos, tanto la Hercínica como la Orogenia Alpina, provocaron la aparición de fracturas en unos materiales deleznables, de comportamiento rígido tras varios millones de años. Esas pizarras y cuarcitas, al romperse, dejaron grietas por las que pudo ascender el magma en varios puntos. Al enfriarse conformó diques plutónicos, fácilmente distinguibles en un entorno con predominancia metamórfica.

En el segundo fragmento, destaca la presencia de la Formación , justo por debajo de las calizas y dolomías que forman la Sierra de Oriche. Se trata de un estrato fácil de visualizar en los taludes de la carretera del Puerto de Rudilla, consistente en arenas muy sueltas. Muchos las utilizaban antaño para lavar los platos, dado su carácter abrasivo.

34 Historia geológica.

• Formación de la Sierra tal cual la conocemos.

Llama la atención que los estratos Mesozoicos de la Sierra de Oriche guardan la misma orientación que los estratos terciarios del Huerva, aunque con una mayor inclinación. Fuera de esta cadena montañosa, los estratos correspondientes al Mesozoico, vuelven a aflorar al Este de Monforte de Moyuela, pero con diferente buzamiento (inclinados en sentido opuesto a los primeros).

Lo mismo sucede si comprobamos los materiales terciarios al norte de Loscos, donde el buzamiento también en opuesto al conjunto visto en la Sierra de Fonfría.

Cuando en Geología se observa este suceso, con materiales más antiguos en una zona central, cercados a ambos lados por materiales más modernos, los cuales presentan opuesto buzamiento, se dice que existe un Anticlinal.

Esquema simplificado de la formación del gran pliegue anticlinal de la Sierra. © Tomás Sanz

Geología 35 Materiales paleozoicos fuertemente plegados, formando un Anticlinal tumbado (Formación Bádenas). © Chabier de Jaime

Un anticlinal es un pliegue en forma de “A” a gran escala, y sería la explicación a la forma que tienen de disponerse los tres grupos vistos con anterioridad. De este modo, lo que sucedió, de una forma resumida en la Sierra es lo siguiente:

Durante el Terciario, el conjunto de materiales de la Sierra sufrió un plegamiento (aunque los materiales del Paleozoico ya estaban muy replegados y fracturados con anterioridad) a gran escala. El resultado fue un anticlinal, producido por la Orogenia Alpina.

Al mismo tiempo que los materiales se plegaban, formándose esas elevaciones, los agentes erosivos actuaron desmantelando la parte más elevada de ese anticlinal, y dejando al descubierto los materiales centrales más antiguos (Paleozoico).

La erosión de este anticlinal, junto con el resto de elevaciones del Sistema Ibérico, generó grandes volúmenes de material sedimentario, que se fue depositando en las zonas más deprimidas, que no habían sufrido elevación. De este modo se rellena con sedimentos la actual Depresión del Ebro, y el actual Valle del Jiloca.

36 Los materiales de erosión se van desplazando hacia el norte, en el valle del Ebro, arrastrados por el agua de lluvia, y forman largas cuestas llamadas rañas o glacis. Esto se corresponderá con las suaves lomas de la zona de Loscos, que conectan la Sierra con el valle del Ebro. Esto a su vez produce un mayor desmantelamiento del anticlinal en la parte norte, con el consiguiente afloramiento de los materiales más antiguos (Formación Bádenas, del Silúrico).

Finalmente, en el Cuaternario, el encajamiento de las redes fluviales, termina de erosionar el anticlinal, dando lugar al actual relieve. El río Nogueta y su encajamiento, dejan en superficie materiales del Cámbrico, en el fondo de su valle. La acción del Huerva desmantela el flanco sur del anticlinal. La Sierra de Oriche se forma al quedar aislada entre los dos Valle del Colladico. ríos anteriores. El Cámaras también contribuye dejando al Durante el Cuaternario descubierto materiales del Devónico. se formó este amplio valle, mediante el encajamiento de la red fluvial que hoy ocupa el río Nogueta. © Tomás Sanz

Geología 37 Puntos de interés geológico.

En este apartado se pretende hacer un énfasis especial en elementos que destacan por su valor didáctico o visual. Lo que se propone a continuación son lugares visitables dentro del territorio de la Sierra, que van a enseñarnos un poco más sobre la Geología de nuestra región, y que son considerados como de un gran valor científico a nivel nacional o internacional. Algunos de ellos forman parte del “Primer Inventario de P.I.G.(Puntos de Interés Geológico) de Aragón”,y aunque otros no han sido incluidos en el mismo, se mencionan aquí por considerar que deben ser conocidos y apreciados por el público general. Creemos que es fundamental mantener y preservar, los elementos recogidos a continuación, por tratarse de un legado valioso para las próximas generaciones.

• Rocas volcánicas de Loscos.

Observamos en este lugar una estructura de rocas blanquecinas y muy porosas, dispuestas en capas laminares, correspondientes a andesita.

Durante la Orogenia Hercínica, los esfuerzos tectónicos asociados a los choques continentales, dieron lugar a la aparición de grietas y fisuras en las rocas. El magma ascendió a través de estas y se secó rápidamente, formando una chimenea petrificada o pitón. Podemos observar una disposición típica en forma de bloques, propia de magmas cuya composición química es rica en sílice. Destaca así mismo la aureola de metamorfismo por influencia de la intrusión en los materiales paleozoicos.

Afloramiento ígneo en los alrededores de Loscos. La textura y composición de estas rocas, muy diferente a las de su entorno inmediato, delata un proceso intrusivo asociado a esfuerzos distensivos. © Tomás Sanz

38 • Chevrons de la sierra de Oriche.

Los Chevrons son formaciones geológicas asociadas a la presencia de grandes formaciones plegadas en el terreno, concretamente de tipo anticlinal. Estos estratos pueden ser erosionados y desmantelados, quedando grandes capas inclinadas que se adentran en el terreno. La acción del agua crea unos barrancos característicos en forma de V por la presencia capas alternantes de diferente dureza. En esta zona estas formaciones constituyen la llamada Sierra de Oriche, creando un paisaje espectacular y único, y su formación se debe a la presencia de materiales del Mesozoico, concretamente calizas y margas. Chevrons.Vista tomada al norte del núcleo de Bea. © Tomás Sanz

Sinclinal de Bádenas © Tomás Sanz

• Sinclinal de Bádenas.

Junto a la carretera entre Bádenas y Cucalón, encontramos este pliegue sinclinal (con forma de “V”) es un claro ejemplo del estado que presentan estos estratos paleozoicos en su interior, teniendo importancia didáctica y demostrativa de estos fenómenos geológicos. Podemos considerarlo como un buen ejemplo del grado de plegamiento sufrido por estos materiales tan antiguos (Silúrico), durante tres Orogenias sucesivas: Caledoniana, Hercínica y Alpina.

Geología 39 • Formación Utrillas.

Localizada en el puerto de Rudilla, en la carretera que une Rudilla con Fonfría. Emplazada en la ladera sur del Valle de Piedrahita, a media altura y con un espesor de unos 150 metros, esta unidad arenosa y blanquecina, marca la separación entre los materiales Triásicos, al norte de Piedrahita, y los del Cretácico superior, que forman la Sierra de Oriche. Ambos de naturaleza calcárea y dolomítica.

Este talud junto a la carretera a Rudilla deja al descubierto esta En la foto, tomada característica junto al núcleo de formación geológica Piedrahita, se observa propia del Cretácico la subsidencia del inferior. terreno como © Tomás Sanz consecuencia de la disolución interna de la roca caliza. © Tomás Sanz

• El karst de Piedrahita.

Ubicado en el término de Piedrahita, este fenómeno propio de latitudes medias como la nuestra, resulta de la acción del agua que va disolviendo la roca y da lugar a una serie de formas características: en superficie se forman lapiaces (surcos y canales superficiales), en profundidad grutas con estalactitas y estalacmitas. Incluso si la disolución está avanzada, pueden darse desplomes del terreno, formando huecos en forma de embudo llamados dolinas. Este relieve característico, se denomina “Karst”,y el proceso “Karstificación”.

40 Descubrimientos paleontológicos.

En las rocas Paleozoicas, de naturaleza sedimentaria, son abundantes los restos fósiles bien conservados, que reproducen con bastante exactitud los ambientes de épocas pasadas, mostrando una gran diversidad de vida submarina. Las rocas de edad devónica, con antigüedades de unos 400 millones de años, son las que mayor interés han despertado a estudiosos de la paleontología y los fósiles. Durante el Devónico la región se encontraba en latitudes tropicales y estaba cubierta por mares poco profundos, habitados por una gran variedad de organismos.

Los fósiles más frecuentes del Devónico corresponden a diversos animales invertebrados, totalmente extintos en la actualidad o representados hoy día por sólo un puñado de supervivientes. Entre ellos dominan los braquiópodos (Figura 1) y los corales tabulados y rugosos (Figuras 2 y 3), acompañados por trilobites, cefalópodos de conchas rectas, tentaculites y briozoos.

Fig. 1. Branquiópodo (Genero Spirifer) © Zarela Herrera

Fig. 2 Fig. 3 © Enrique Villas © Enrique Villas

Geología 41 Dentro de los Braquiópodos, el género Spirifer es el más abundante, siendo un fósil guía o indicador fiel del Devónico. Las gentes del lugar los conocen como “mariposas”, por la forma del fósil que recuerda a las alas de estos animales. A menudo las encontramos en grandes cantidades, formando grandes bloques de roca en los que permanecen incrustados. A estas rocas tan ricas en fósiles se las denomina “Lumaquelas”.

Lumaquela paleozoica. Se denomina así a un aglomerado formado por fósiles fragmentados y encementados en una roca. © Chabier de Jaime

Trilobites. Artrópodo marino dispuesto en forma defensiva. © Fernando Herrero

42 Los fósiles de la región han sido estudiados desde finales del Siglo XIX por paleontólogos alemanes, franceses y españoles. Muchos de esos fósiles fueron reconocidos por primera vez en la Sierra de Cucalón y llevan nombres que hacen referencia a parajes de su entorno:

Baturria (género dedicado a los baturros por el Prof. Peter Carls) Strophochonetes vinearum (Cabezo de las Viñas) Metacanthina asnoensis (Cabezo de los Asnos) Aragocrinus molinoensis (referencia al Molino de En medio) Con unos 50 cm de longitud, esta excepcional pieza del Aunque los fósiles más frecuentes en la región son de cráneo de un pez óseo animales marinos invertebrados, sobre todo corales, (Carolowihelminia también se han encontrado restos de animales geognostica) nos da una idea de la vertebrados. Uno de los más espectaculares es el cráneo de importancia que tiene, Carolowihelminia geognostica, que corresponde al único a nivel científico y representante en todo el mundo de una familia extinta de cultural, un entorno que no dejará de peces acorazados. sorprendernos, como es la Sierra de Cucalón. © Tomás Sanz

Geología 43 Curiosidades geológicas: meteoritos y eyectas de impacto.

Existen todavía en nuestro territorio algunos puntos oscuros a la hora de componer la Historia geológica del lugar, encontrando estructuras de difícil interpretación.

Uno de los ejemplos más llamativos es el de la Formación Pelarda, correspondiente a la parte más alta de la Sierra de Fonfría. Su litología, formada por arcillas y grandes clastos cuarcíticos redondeados, queda “colgada” a una altitud que supera los 1.400 metros, de forma discordante con el resto de unidades localizadas por debajo de ésta.

Dentro de las interpretaciones que dan los expertos a la actual disposición de la Formación Pelarda, sin duda, la más sorprendente es la que la define como el resultado del impacto de un gran meteorito. Esta hipótesis, propuesta a raíz de múltiples observaciones en el campo, se ha topado con la oposición de una parte de la comunidad científica, Vista desde la siendo motivo de importantes debates al respecto. Formación Pelarda, en Fonfría. © Tomás Sanz

44 • Evidencias de impacto en Cucalón y la Sierra de Fonfria.

Hace unos 35-40 millones de años, los fragmentos de un cuerpo planetario de algunos kilómetros de diámetro cayeron, con una velocidad de aproximadamente 70,000 Km/h, sobre una zona localizada en el norte de España. Dicha caída conllevó que una serie de gigantescas destrucciones se concentraran en las actuales provincias de y Teruel. Como consecuencia de este suceso se produjeron un gran cráter de 40 Km de diámetro en los alrededores del actual pueblo de , así como una gran cuenca elongada de unos 80 x 40 Km (la cuenca de impacto de Rubielos de la Cérida), localizada al norte de Teruel. Dado que Azuara fue cronológicamente la primera de las estructuras de impacto reconocida como tal, se ha denominado a dicha secuencia de acontecimientos “el evento de Azuara”.

De entre los depósitos ligados a la génesis por impacto de la estructura de Azuara, podemos citar por entrar dentro del ámbito de este libro, dos: los eyecta de la Fm. Pelarda y la brecha basal suevítica de Cucalón.

Ernstson & Claudin (1990) sugirieron que la Formación Pelarda (Carls & Monninger, 1974) era el eyecta procedente de la estructura de Azuara. La evidencia para una génesis por impacto se basó originalmente en la presencia de clastos intensamente deformados de manera plástica (p.e. estriaciones, pulido, fracturas rotacionales) y de efectos de choque en cantos de cuarcita. Un estudio detallado de los rasgos deposicionales y nuevas observaciones de campo han revelado que La Fm. Pelarda se halla interestratificada, de manera inequívoca, entre los materiales del eoceno y los del mioceno (su edad por tanto no es cuaternaria); y sugieren que su deposición se produjo por flujos gravitativos ligados a la expansión y deposición de los eyecta de impacto que generó la estructura de Azuara.

La brecha basal se halla presente en diversas partes (tanto internas como externas) de la estructura de Azuara y de la cuenca de Rubielos de la Cérida. En los alrededores del pueblo de Cucalón, puede apreciarse como los componentes de la brecha están constituidos por materiales provinentes tanto de niveles paleozoicos como mesozoicos inmersos en una matriz de elevada dureza. Morfológicamente los clastos son por lo general muy angulosos, aunque pueden hallarse también clastos subredondeados-redondeados.

Estas y otras características observadas llevan a interpretar la brecha basal como una brecha de impacto, formada por la mezcla de fundido de carbonato y silicato (subordinado) que se deposito mediante una serie de avenidas de flujo más o menos fluidizadas.

Geología 45

© R. P.Polo Cutando Vegetación

A la singularidad Geológica de un entorno con relieves topográficos más o menos accidentados, hay que sumar la gran riqueza vegetal de la Sierra de Cucalón, como factores causantes de un paisaje llamativo y de gran valor. No es fácil encontrar en nuestros días masas arbóreas que se extienden hasta donde alcanza la vista, cubriendo el suelo con un tupido manto verde que realza la belleza de uno de los lugares más olvidados de la provincia turolense.

Si a esto añadimos la variedad de sustratos, y la presencia de curiosos microclimas locales, encontraremos una gran variedad de especies vegetales, asentadas sobre una superficie o territorio no demasiado extenso. Esto es lo que más sorprende cuando recorremos los parajes de la Sierra de Cucalón, donde podremos hacernos una idea del antiguo aspecto de nuestros montes y bosques, un ejemplo relíctico favorecido por la despoblación del medio rural de las últimas décadas.

Vegetación relíctica en las cumbres de la Modorra. En la foto observamos ejemplares de Tejo (Taxus baccata), avellano y Arce de Montpellier. © Tomás Sanz

48 Características generales.

Sabemos que la latitud, y la altitud de una región geográfica son los dos factores determinantes clave en la distribución de las especies vegetales, ya que a su vez condicionan el tipo de clima en el entorno, concretamente, rango de temperaturas y precipitaciones a lo largo del año. Puede decirse que en la Sierra de Cucalón, todas las especies no anuales deben ser capaces de soportar fuertes heladas invernales, frecuentes en nuestra Comarca.

Panorámica del Valle del Huerva. El territorio comprendido dentro de la Unidad topográfica © Tomás Sanz denominada Sierra de Cucalón, pese a su diversidad, pertenece por entero al Piso Supramediterráneo. Este piso comprende especies adaptadas a condiciones duras, en alta montaña, y en zonas no tan frescas como puede ser la Sierra de Albarracín (Piso Oromediterráneo).

El Piso Supramediterráneo presenta formaciones vegetales distintas, según otros dos factores: el tipo de sustrato presente (ácido o básico) y la orientación de las laderas (solanas o umbrías), que condicionan microclimas por variaciones locales de la temperatura y grado de humedad.

Vegetación 49 La Vegetación de la Sierra de Cucalón supone un claro elemento de interés por su importancia ecológica y paisajística, caracterizada por la presencia de Comunidades biológicas cercanas a su etapa más natural por la ausencia o disminución de la presión humana. Se distribuye a modo de teselas o manchas que forman un mosaico rico y variado, a menudo complejo y cambiante en un reducido espacio. Contiene elementos que bien suponen indicadores naturales de tiempos pasados, con especies hoy en día relegadas a las altas cumbres y espacios protegidos, o al menos con abundancia relativa. En definitiva, la Sierra es un territorio en el que disfrutar enormemente el medio natural poco alterado por la mano del hombre, en muchos sentidos inexplorado, y donde todavía la naturaleza puede depararnos algunas sorpresas.

Tal es la importancia de la Flora de la Sierra de Cucalón, que aparece recogida en el inventario de Enclaves de interés botánico de la Comunidad de Aragón. Como podemos observar en el esquema, en la provincia de Teruel, a los valores florísticos de Albarracín, Gúdar y Javalambre, se suman otros menos conocidos por el público general aragonés, pero de gran relevancia, como son la Laguna de Gallocanta y sus comunidades endémicas, y la Sierra de Cucalón (nº 46), ambos en la Comarca del Jiloca. Fuente: Gobierno de Aragón

50 Comunidades vegetales singulares.

Destacaremos en el presente apartado únicamente las comunidades vegetales que sobresalen por su singularidad, o por su notable estado de conservación.

En el perfil de vegetación se observan, de un modo simplificado, las principales comunidades vegetales y su variación espacial, debido a la altitud y los cambios en el tipo de sustrato. Dentro de la Sierra, el Valle del Huerva destaca por su gran diversidad de Ecosistemas y manchas vegetales, condicionadas por variaciones en el tipo de sustrato o en la orientación topográfica. © Tomás Sanz

Vegetación 51 • Marojal.

Declarado en su conjunto, con el resto de comunidades circundantes de la Sierra de Fonfría, Lugar de Interés Comunitario (LIC) por la Unión Europea, dada la singularidad de las especies que presenta, y su estructura predominantemente natural.

El Roble Marojo o Melojo (Quercus pyrenaica), constituye una masa arbórea de mediano porte, lo cual es indicador de que ha sido objeto de explotación para leña y carbón en los últimos años. No obstante, puede decirse que dicha explotación se ha realizado de forma selectiva, permitiendo la regeneración del bosque y el mantenimiento de los límites de su extensión. Esos límites se corresponden con los del sustrato ligeramente ácido, constituido por arenas y gravas del periodo Terciario, emplazadas en la parte más alta de la sierra de Pelarda. Desde ahí discurre hacia el Valle del Huerva, hasta media ladera, y prosigue por la vertiente opuesta, hacia el piedemonte de la Sierra (hacia Olalla). El Marojo es una especie típicamente Supramediterránea, de ambientes frescos, y marca siempre lugares con una ligera influencia de tipo atlántico. De hecho, su distribución natural (engañosa por su nombre:“pyrenaica”, ya que no se encuentra apenas en el Pirineo) se reduce a la mitad occidental de la Península Ibérica (junto con Francia y Marruecos), apareciendo un único ramal en la mitad oriental, coincidiendo con el Sistema Ibérico. Es, por tanto, una especie singular en la Sierra si consideramos este aspecto.

En este esquema se aprecian las diferencias morfológicas entre el Marojo (Quercus pyrenaica) con otros robles españoles. © Tomás Sanz

52 Entre las especies acompañantes del Marojal en su sotobosque, encontramos algunas como: el Enebro (Juniperus communis): correspondiente con la subespecie communis, era también conocido como “Ginebro”, dado que de su fruto (arcéstidas) aporta el aroma a la Ginebra.

El Acebo (Ilex aquifolium): es una especie bioindicadora de lugares bien conservados. Forman en la Sierra matas arbustivas de mediano porte, con varios metros de altura, en las zonas más frescas y resguardadas del bosque.

En las zonas más bajas y próximas al valle, el bosque da lugar a un matorral abierto más degradado, con especies indicadoras de pastoreo, como son: la Aliaga (Genista scorpius), el Majuelo y plantas espinosas de carácter trepador, como el Rosal silvestre (Rosa canina) y la Zarza (Rubus ulmifolius).

Rosa silvestre (Rosa canina), fotografiada en el término de Bádenas. Un ejemplo más de la gran diversidad de flores silvestres que podremos observar en este territorio. © Tomás Sanz

Otras herbáceas de menor tamaño son la Hepática (Hepatica nobilis): denominada así por la forma de sus hojas, que recuerda a un hígado, es una pequeña planta que crece dentro del bosque, pasando desapercibida cuando no tiene flor. La Primavera (Primula veris), cuyo nombre nos indica que es de las primeras plantas en florecer, aprovechando los momentos en los que el Marojo está todavía sin hojas, y la sombra del bosque no es tan espesa. La Violeta (Viola sp), que aparece de forma dispersa en el bosque; o la Fresa silvestre (Fragaria vesca): de menor tamaño que las fresas que consumimos habitualmente, pero con un sabor mucho más intenso.

Vegetación 53 • Quejigal.

El Quejigo (Quercus faginea) pertenece a la misma familia que el Marojo (Fagáceas), y al mismo Piso Bioclimático (Supramediterráneo), puede decirse que es el equivalente al Marojal pero en sustratos calcáreos (especie basófila). Igualmente aparece en zonas frescas, con media luz y humedad, generalmente en laderas elevadas con orientación próxima al norte (umbrías). El tipo de bosque que forma el Quejigo es muy parecido al Marojal desde el punto de vista estructural, con árboles de mediano porte, muy retorcidos, que crecen de forma más o menos aislada. Se dice que es una especie “marcescente”, es decir, caducifolia, pero conserva sus hojas secas unidas a las ramas, justo hasta que van a aparecer las hojas nuevas de la primavera siguiente. Se cree que es una estrategia para protegerse más de los rigores invernales.

En la Sierra de Cucalón, el quejigal que aparece en las laderas umbrías del Valle del Huerva, justo en un nivel inferior al Marojal, tiene un estado de conservación muy favorable. Esta sustitución brusca en el terreno, se corresponde con un cambio de litología de carácter ácido (donde se encuentra el Marojo), a otro básico, formado por arcillas, conglomerados y calizas en capas alternantes, que llegan ya hasta el fondo del valle. Cuenta con árboles de mediano porte, grandes si se comparan con otros quejigos en el conjunto de la Comunidad aragonesa. Destaca en los municipios de Allueva, Bea y Fonfría, donde quizás la extensión de este bosque es mayor, aunque existen ejemplares de mayor edad en otros municipios como Cucalón, en la ladera SW de la Modorra.

Quejigo (Quercus faginea) © Tomás Sanz

54 Flor del Lino blanco (Linum suffruticosum). Término de Bea. Tomás Sanz

En su sotobosque se observa la aparición de un suelo más rico en gramíneas y herbáceas en general, debido a una mayor frecuencia de claros y una capa de hojarasca más ligera. Igualmente aparecen las acompañantes que nombramos en el Marojal (Prímulas, Hepáticas, etc), apareciendo otras nuevas, de gran interés, como por ejemplo: Ophrys aranifera,Thalictrum tuberosum, Asphodelus albus,etc. Podemos encontrar especies que jugaron un papel importante para el hombre como el Lino blanco (Linum suffruticosum) y el azul (Linum narbonense), utilizando las hebras que se extraían de su tallo lignificado como fibras textiles.

Encontramos otras especies, clasificadas como poco frecuentes, y que son indicadoras de ambientes bien conservados y de alta montaña, como por ejemplo:

La Aquileña (Aquilegia vulgaris): es una planta herbácea perenne, de la familia de las Ranunculáceas, que suele estar relegada a prados y bosques húmedos del norte peninsular, siendo rara y de interés en la Sierra de Cucalón. Antiguamente se utilizaba para mejorar los partos.

Junto con esta especie, otra propia de ambientes norteños húmedos es el Mostajo (Sorbus aria), serbal de hoja ovalada, ligeramente aserrada, que se caracteriza por su envés blanco brillante y peloso. En la Sierra aparece como un arbusto de pequeño porte, a veces mínimo, que acompaña al quejigar o a los pinares. Estas especies son de algún modo indicadoras de Ecosistemas relícticos, bien conservados, con características algo diferenciales con el resto de ambientes que podemos encontrar en la Sierra, más húmedos y de menor variación térmica.

Vegetación 55 • Sabinar.

La Sabina albar (Juniperus thurifera), es un árbol típicamente mediterráneo, muy bien adaptado a las condiciones climáticas de alta continentalidad (con grandes variaciones en la temperatura a lo largo del año), y alejada de la influencia marítima y oceánica. Forma bosques mixtos con Carrascas, aunque tiende a ocupar zonas un poco más resguardadas y con mayor desarrollo del suelo (como sucede en el fondo del valle del Huerva). En el término de Bea, podemos encontrar varios ejemplares con alturas superiores a los 9 m, y perímetros de tronco superiores al metro y medio. Son árboles viejos que han quedado aislados entre campos de labor, que quedan como ejemplos de lo que en otros tiempos debía ser el Sabinar original.

Otra particularidad de esta formación vegetal es su apariencia paisajística, con un gran valor y singularidad. Se asientan los árboles sobre un sustrato de arcillas rojas, algo no muy frecuente, puesto que lo habitual es encontrarlas sobre lechos margosos o de roca caliza. Resalta entonces el verdor de las copas con el terreno rojizo. Este paisaje cobra aún más valor hacia la zona de Allueva, donde aparecen Sabina albar (izquierda) y Negral (derecha) también estratos aflorantes de arenisca, dando lugar a © Tomás Sanz bloques redondeados.

56 Las sabinas se acompañan de Enebros (Juniperus communis y J. oxycedrus), formando matas de menor tamaño. Es un hecho curioso que las Sabinas, en su estado juvenil, presentan un aspecto espinoso, muy similar al de estos enebrales, por lo que es difícil su identificación. Este es un mecanismo de protección ante el ganado, y los herbívoros en general.

Si en lugar de estudiar el fondo del valle y las laderas de la umbría, estudiamos las de solana, encontramos una comunidad de diferente morfología y composición. Los pies de sabina son ahora menores, y de porte piramidal, pegado al suelo. Esto se debe a que es un medio más árido y expuesto al viento, que es ocupado por otra especie mejor adaptada a él: la Sabina negral (Juniperus phoenicea). El estrato arbustivo se complementa con amplios Guillomares (Amelanchier ovalis), que en invierno aparecen como matas sin hojas de un llamativo color púrpura. Aparecen, en algunos barrancos aislados y en sombra, algunos Acebos (Ilex aquifolium, que dan nombre al “Barranco de los acebos”, en Bea). El efecto resultante en el paisaje, de la geología y la vegetación, es sorprendente, tanto en verano como en invierno.

El Acebo (Ilex aquifolium) es una especie indicadora de lugares frescos y bien conservados. © Fernando Herrero

Vegetación 57 • Bosque en galería.

El bosque en galería se define como la formación vegetal, de tipo lineal, que acompaña a un río en sus márgenes. En el caso del Valle del Huerva no encontramos un bosque de ribera hasta que no llegamos, al menos, a Lagueruela. Esto es debido también, por supuesto, a la roturación y alteración humana, además de la proximidad a su nacimiento. A partir de este municipio, aparecen robustos Chopos cabeceros que forman un pasillo verde de mayor calidad ambiental.

En el término de Lagueruela, destaca el conocido Azud, pequeño salto de agua definido como punto de Interés fluvial, por la vegetación que albergan sus alrededores. En él encontramos un retazo de bosque de ribera, que alterna con varios huertos y plantaciones, dando lugar a un enclave húmedo y verde, aunque un tanto humanizado. Las especies típicas de este lugar son los Chopos cabeceros (Populus nigra) y Sauces (Salix sp.), y en estrato arbustivo aparecen los Saúcos (Sambucus nigra) y Zarzamoras (Rubus ulmifolius).

A nivel estructural, debemos destacar un pequeño enclave en el término de Bea, donde se emplaza el antiguo molino harinero. Además de por el interés etnológico que presenta este molino, que todavía conserva su maquinaria intacta, también destaca la vegetación. Se trata de un microespacio altamente húmedo, que contrasta enormemente con los alrededores inmediatos, más secos y desarbolados.

Bosque en galería a su paso por Lagueruela. Encontramos varios Chopos cabeceros, acompañados de Sargas y Saúcos, y rodeados de antiguas huertas. © Tomás Sanz

58 El Sanguino (Cornus sanguínea) es un arbusto propio del sotobosque fluvial, indicador de buenas condiciones ecológicas. © Tomás Sanz

El río Nogueta, afluente del Aguasvivas, presenta una formación vegetal en sus márgenes digna de mención, siendo quizás el bosque en galería mejor conservado en la Sierra de Cucalón. Aunque el bosque de ribera no presenta una estructura completamente natural, mezclándose con antiguos huertos abandonados, si presenta especies indicadoras de un buen estado de conservación, que acompañan al mayoritario Chopo cabecero (Populus nigra). Tal es el caso del Fresno (Fraxinus angustifolia) o el Álamo (Populus canescens). Este último, híbrido entre P.tremula y P. Alba, adquiere una tonalidad pardo-rojiza en otoño, lo que confiere al conjunto del valle un aspecto de notoria belleza. del Nogueta cuenta con árboles de gran desarrollo vertical, lo que la convierte en una de las mejor conservadas de la provincia.

Más humanizado, pero destacable por su belleza paisajística y su valor etnobotánico, es el pasillo formado por Chopos cabeceros, junto a la carretera local de acceso a Piedrahita.Tanto en verano como en invierno, el efecto de estos árboles moldeados por la mano del hombre en sucesivas podas, junto con el valle de roca caliza en el que se encuentran encajonados, conforma una de las imágenes más bellas del interior de estos valles.

Vegetación 59 • Pinar.

El pinar de Fonfría es una de las formaciones vegetales más curiosas de la Sierra de Cucalón en su conjunto, y otro de los grandes misterios por aclarar.

Podemos diferenciar dos unidades muy diferentes entre sí:

• • Pinar de repoblación moderna.

Comprende varias hectáreas ubicadas en la cúspide de la Pelarda, en torno al puerto de Fonfría. Se trata de una repoblación de los años 50 (entre 1952 y 1956), formada básicamente por tres especies de pino, que se disponen alternadamente, dentro de hileras ordenadas: el Pino silvestre o “royo” (Pinus sylvestris) (Fig. 1), el Pino rodeno (Pinus pinaster) (Fig. 2) y el Pino negral (Pinus nigra subsp. Salzmannii) (Fig.3). Esta mancha vegetal conecta con los pinares de los términos de Torrecilla del Rebollar y , al Este; y en sentido opuesto se adentra hacia el Oeste, fragmentando la masa forestal de Marojo que se dispone desde Fonfría hasta cerca de Olalla, en la parte más alta de la Sierra Pelarda.

Fig. 1 Fig. 2 Fig. 3

60 El sotobosque es prácticamente inexistente, aunque conserva algunas de las especies herbáceas propias del Marojal, dada su proximidad al mismo, pero sólo aquellas que pueden sobrevivir bajo unas condiciones de sombra mucho más densa y de carácter permanente. Encontramos herbáceas como Primula veris, Las Fresas silvestres (Fragaria vesca), o poblaciones de Cephalanthera longifolia y Dactylorhiza sambucina, esta última, con ejemplares de curiosa morfología (el color habitual de su flor es blanco- amarillento, con ciertas máculas rojizas dispersas, encontrando aquí variedades apocromáticas, es decir, casi totalmente blancas y sin máculas; e incluso variedades de color rojo-púrpura). Estas diferencias genéticas son suficiente motivo como para promover la conservación de estas poblaciones, actualmente protegidas. Así mismo, como elemento de interés, encontramos también algunos ejemplares de Sorbo silvestre (Sorbus torminalis), serbal que suele acompañar a los Robledales bien conservados, en el piso supramediterráneo, que puede aparecer, en este caso, dentro del pinar. Esta es una prueba de que estos pinos fueron emplazados sobre un espacio que debería ocupar un bosque natural de Melojo.

Dactylorhiza sambucina, orquídea acompañante de las masas forestales en terrenos silicícolas. En la foto observamos una variedad especial (apocromática)carente de manchas o máculas rojizas. © Tomás Sanz

Vegetación 61 • • Masa forestal compacta de Pino royo.

Limitando con el término de Torrecilla del Rebollar, aparecen manchas dispersas de Pino silvestre (Pinus sylvestris), que poco a poco se convierten en una masa definida y extensa. Se trata de un bosque bien estructurado, con grandes pinos retorcidos y un sotobosque muy cerrado. Existen dos hipótesis para explicar la presencia de este bosque. Lo cierto es que no está nada claro el origen de esta masa boscosa, y aunque puede parecer poco importante, es relevante conocer la evolución de las masas forestales de cara a su futura gestión.

La primera de las hipótesis defiende que se trata de un pinar natural. Esta afirmación se basa en la existencia de individuos de gran porte, como el “Pino royo de Torrecilla”, que claramente supera los 100 años de edad. Las primeras repoblaciones en España datan de finales del Siglo XIX, tras la desamortización de Madoz (1885). Las más antiguas se realizaron en estas zonas en torno al 1900, siendo las más recientes de pino de 1950. Esto viene a significar, que en caso de ser una repoblación, sería más antigua que las que se han realizado en España con normalidad.

Russula torulosa, una de tantas especies de setas que crecen en el manto del bosque de coníferas. © Tomás Sanz

Pino royo en descomposición.Torrecilla del Rebollar. © Chabier de Jaime

62 Sin embargo, hay otra hipótesis. Según esta se trataría de una repoblación, dado que el Marojal es una masa compacta que se extiende de modo natural por la mayor parte de la Pelarda (en ambas vertientes), estando truncado o fragmentado por las masas de pinar. En una gran parte del pinar, aparecen de forma espontánea multitud de brotes de Marojo. El pino silvestre, de forma ideal, se emplaza por encima de los 1.600 metros, en el piso Oromediterráneo, como sucede en Albarracín. Aunque este límite no es estricto, es una rareza en una Sierra que no sobrepasa los 1.500 m. El sotobosque de este pinar no es el típico que acompaña al pino, sino que tiene mucho en común con el sotobosque del Marojo: Acebos, Arces, Sorbus torminalis, Enebro común, etc.

En nuestra opinión, el asunto precisa de un análisis exhaustivo que compare la vegetación del sotobosque del pinar de Torrecilla con el marojal de Fonfría. No obstante, con los datos que hemos barajado, es posible que la repoblación sea un elemento a tener en cuenta, ya que ha sido un hecho muy frecuente en otros lugares del país. En ese caso, sería conveniente, aunque se mantengan las masas mejor conservadas de un pinar ya muy naturalizado, favorecer al Marojo en las zonas más altas, donde las repoblaciones de pino son más modernas y están menos estructuradas. De este modo se favorecería al Marojal, que es uno de los bosques mejor conservados de la provincia de Teruel.

El Sorbus torminalis es una de las especies que podemos encontrar bajo el pinar, y que es una especie fiel acompañante de los bosques de Marojo. Actualmente los pinares son muy valorados por el recurso micológico que contienen, aunque los bosques mediterráneos son igualmente ricos en este aspecto. © Tomás Sanz

Vegetación 63 • Carrascal.

La Carrasca (Quercus rotundifolia) aparece constituyendo bosques de tipo mixto, junto con sabinas y quejigos, sobre sustratos de naturaleza básica. A diferencia de la Sabina y el Quejigo, soporta condiciones algo más rigurosas, pudiendo crecer en laderas más expuestas al viento e insolación, así como sobre suelos muy poco desarrollados, donde la roca madre está muy próxima a la superficie. Los bosques que forma son abiertos, con árboles de porte achaparrado por lo general, aunque esto varía según la actividad humana en el lugar.

En el Valle del Huerva, encontramos carrascas sustituyendo a las sabinas en la solana de la Sierra de Oriche, al NW de la población de Bea. Aquí se acompañan de especies de pequeño porte, leñosas, adaptadas a la alta exposición a los rayos solares, y al pastoreo, como son los Tomillares (Thymus vulgaris,T. mastichina), las Aliagas (Genista scorpius), y otras aromáticas como la Lavanda (Lavandula angustifolia), Teucrium lanatum, Phlomis lychnitis,etc.

Igualmente, encontramos ejemplares aislados, que se van entremezclando con las formaciones del sabinar y el quejigal, en los municipios de Lagueruela, Bea y Fonfría. Es muy destacable la presencia de algún ejemplar de esta especie, de tamaño muy considerable y en un perfecto estado de conservación. El tránsito entre el Piso supramediterráneo y el mesomediterráneo, en el valle del Ebro, da lugar a importantes masas forestales de carrasca, destacando las formaciones de la Sierra de Herrera (declarados Lugar de Importancia Comunitaria).

Carrasca (Quercus rotundifolia) © Tomás Sanz

64 • El Avellanar.

Si hemos de destacar alguna de las comunidades vegetales de la Sierra, ese es el Avellanar, bosque singular tanto por su rareza, como por su original disposición. Tanto en las proximidades del puerto de Rudilla, como en el término del Colladico, podemos observar comunidades vegetales coronadas por los Avellanos (Corylus avellana), que aparecen sólo en aquellas pequeñas áreas donde la roca crea sombras casi permanentes. Los ejemplares son jóvenes, con porte arbustivo, y se encuentran rodeados por una densa orla arbustiva. Igualmente, encontramos otra pequeña mancha de avellanar bajo una ceja rocosa ubicada en la Sierra de Fonfría, en su umbría, donde se repiten las condiciones aptas para la especie.

© Tomás Sanz © Tomás Sanz

© Tomás Sanz

Vegetación 65 Otras comunidades importantes.

• Comunidades Cacuminales (“de cumbre”) de la Rocha.

En esta cumbre de moderada altitud (unos 1.340 m s.n.m.) está formada por una comunidad vegetal adaptada a unas rigurosas condiciones, donde la insolación es muy elevada en los meses de verano, y el viento frío y muy intenso en invierno. Los suelos son pobres, y el agua pronto se infiltra bajo un sustrato de naturaleza caliza.

Las formas arbóreas y arbustivas, son reemplazadas por pequeñas leñosas de forma achaparrada, que se protegen así de los efectos climáticos adversos. Las especies que podemos encontrar aquí son, principalmente:

Los Erizones (Erinacea anthyllis): conocidos también como “Piorno azul” o “Cojín de Monja”, forman impenetrables estructuras almohadilladas, terminadas en fuertes púas. Fiel al sustrato calizo en zonas elevadas, constituye un buen ejemplo de adaptación a condiciones poco adecuadas para la vida vegetal.

El Junco florido (Aphyllanthes monspeliensis): también con una estructura pegada al suelo, que solo destaca en época primaveral, al estar coronada por unas bellas flores violetas. Muy abundante en el conjunto de la Sierra.

Comunidades de pequeñas leñosas aromáticas, como Tomillos (Thymus sp.) y Teucrium sp.

Lináceas, predominando dos especies: Lino blanco (Linum sufruticossum) y Lino azul (Linum narbonense).

Thalictrum tuberosum. Esta flor pertenece a la familia de las Ranunculáceas, siendo muy frecuente en las laderas soleadas en lugares altos. © Tomás Sanz

66 • Comunidad arbustiva de la ceja rocosa de Piedrahita.

Justamente por debajo de la unidad anterior, en descenso hacia Piedrahita, encontramos una interesante comunidad vegetal. Se caracteriza por encontrarse al abrigo de la ceja rocosa caliza que aflora en la parte alta de la montaña, y por tanto, a lo largo de una ladera en semiumbría.

En la zona de Piedrahita, a pesar de haberse eliminado el bosque original (seguramente para el consumo de leña) encontramos especies de gran interés y diversidad. De porte arbustivo, destacan:

Esquema simplificado La Sabina negral (Juniperus phoenicea): o “Sabina Mora”, de las Comunidades caracterizada por sus gálbulos de color rojo y su porte vegetales de sombra arbustivo, es propia del clima Mediterráneo. Puede que aparecen bajo los cortados calizos. aparecer tanto en suelos básicos como ácidos, casi siempre © Tomás Sanz pedregosos y poco desarrollados.

Cerezo de Sta. Lucía (Prunus mahaleb): Una curiosa especie propia de ambientes de montaña, acompañando a bosques caducifolios básicos del piso Supramediterráneo. Forma pequeños frutos en forma de cereza, bastante amargos.

Panorámica de uno de los cortados bajo los que se asientan estas comunidades, en el término de Piedrahita. © Tomás Sanz

Vegetación 67 Lantana (Viburnum lantana). Presenta hojas aserradas y muy pilosas. Muy ampliamente distribuida por las laderas rocosas en la Sierra. © Tomás Sanz

Madreselva (Lonicera etrusca): Esta especie, indicadora de suelos bien conservados, es característica de la orla arbustiva que acompaña al bosque mediterráneo de quercíneas. Son plantas trepadoras, aunque en este lugar crecen sin alcanzar grandes alturas.

Lantana (Viburnum lantana): Presenta una inflorescencia apical de color blanco, muy llamativa en primavera.

Garbancillo (Ononis aragonensis): Arbusto de flores amarillas, perteneciente al mismo sotobosque que las especies anteriores, aunque no es tan frecuente. Es indicadora también de ambientes montañosos, apareciendo hasta los 2.000 m.

Sorbus domestica

Justo en este espacio, al igual que en el puerto de Bádenas, observamos varios ejemplares jóvenes de Azarollo (Sorbus domestica), con porte arbustivo y troncos lisos. Estos ejemplares, en estado adulto, muestran troncos agrietados, como sucede en Loscos y Mezquita de Loscos. Debemos destacar en este punto la ausencia del Serbal de los cazadores (Sorbus aucuparia), citado por Ferrer Plou, J. (“Flora y vegetación de las Sierras de Herrera, Cucalón y Fonfría”, 1993, en Piedrahita: Fuente a 1.140 m), el cual ha sido citado en numerosos escritos posteriores. La búsqueda específica de este árbol en varios trayectos ha concluido con ningún encuentro, por lo que pensamos se confundió en su día con un ejemplar joven de Azarollo.

68 • Alta montaña: cortados y gleras de la Modorra.

Comprende las formaciones vegetales asentadas en los altos de la formación montañosa, muy similares en esencia a los que nombramos en los altos de la Rocha (Sierra de Oriche), continuación de esta misma cordillera hacia el este. Sin embargo, en este caso, la mayor altitud supone también un recrudecimiento de las condiciones ambientales.

Son muy pocas las especies vegetales que pueden asentarse directamente sobre los cortados rocosos, como por ejemplo Rhamnus pumila. En el caso de los canchales, existen especies propias de estos medios de escaso suelo pero que guardan bien la humedad, como es el Milamores o Hierba de San Jorge (Centranthus ruber), con una llamativa flor rosada dispuesta en grupos apicales.

Rhamnus pumila Tejo (Taxus baccata) © Tomás Sanz © Tomás Sanz

Sin embargo, en aquellas pequeñas barranqueras, más resguardadas del frío y el sol, y con un cierto desarrollo del suelo, podemos encontrar especies interesantes, incluso de porte arbóreo. Ejemplos de ello son:

El Arce de Montpellier (Acer monspessulanum): Adaptable a condiciones climáticas muy diversas, e indiferente al tipo de suelo, este arbolillo sí precisa de elevada humedad y no resiste las sequías.

Tejo (Taxus baccata), fiel acompañante de las masas de quejigal, como estrato arbustivo. Es indicadora de espacios bien conservados, y con elevada calidad ecológica, requiriendo además condiciones de especial humedad, al igual que el Arce. Se trata de la única población de Tejo localizada en la Sierra, y también dentro de la Comarca del Jiloca.

Vegetación 69 Otras especies de menor porte, también presentes en estos retazos de suelo procedente de la meteorización de las calizas, son la Lavanda (Lavandula angustifolia) o el pequeño Grosellero (Ribes alpinum), que muestra apetecibles bayas de un color rojo intenso.También otras del género Sideritis, Ajo silvestre (Allium sphaerocephalon), o pequeñas flores como las de Centaurium erythraea.

Son por tanto áreas que gozan de condiciones algo más frescas que el resto, con abundantes nieblas, y que cuentan con especies de gran interés natural.

Grosellero (Ribes alpinum). Otra de las plantas características de zonas húmedas y altas. Su fruto es comestible. © Tomás Sanz

Dentro de estos ambientes destaca la “Peña del Castellar”, perteneciente a la parte de mayor desnivel la Modorra de Cucalón, en forma de un escalón rocoso visible desde el Valle del Jiloca. Se trata de un enclave de gran valor, en el que aparecen citados táxones importantes para la flora turolense, como Saxifraga moncayensis. Estaríamos ante uno de los pocos lugares donde crece este endemismo de la provincia (MATEO 1990; FERRER 1993).

Este lugar presenta un grado de conservación aceptable, pero de gran vulnerabilidad, dado que la población de tejos, acantonados al pie de los cantiles sombríos, presenta individuos poco numerosos y dispersos (LÓPEZ, S. & FABREGAT, C.(1995)). Cualquier afección debida a un mal pastoreo, incrementos de la erosión o variaciones climáticas, acabarían rápidamente con la población.

70 • La Modorra de Bádenas.

Es muy curioso observar cómo los habitantes de Bádenas, disponen de su propia Modorra, totalmente diferente a la de Cucalón, pero llamada del mismo modo. Se trata de una unidad montañosa emplazada al Este del pueblo de Bádenas, con una altitud de 1.332 m, en la que se distingue una cara NW con mayor humedad e interés botánico.

La comunidad vegetal predominante es el Quejigal (Quercus faginea), alternando con pastos y comunidades rupícolas en su parte más alta.Tal y como mencionan LÓPEZ, S. & FABREGAT, C.(1995), el interés botánico de la Modorra de Bádenas se complementa con su valor histórico, dado que es una de las primeras localidades botánicas aragonesas de las que se tiene constancia escrita. En el Siglo XVIII ASSO (1779) citó importantes táxones para esta localidad: Dianthus armeria, D.carthusianorum, Lathyrus níger, Nardus stricta,por citar algunos. Clavel silvestre (Género Dianthus). Algunas de La presencia de especies de distribución relíctica o de las rarezas botánicas distribución iberoatlántica, o la presencia de numerosas descritas en la Modorra de Bádenas pertenecen plantas indicadoras de hábitats nemorales bien a este género, a conservados, y a la vez que son raras en la provincia de menudo difícil de Teruel, hace que este sea un enclave singular de alto valor clasificar. © Tomás Sanz ecológico para la provincia.

Vegetación 71 Curiosidades botánicas.

• Orquídeas.

Las serranías de Cucalón, esconden en sus bosques caducifolios y mixtos, una amplia diversidad de Orquídeas, algo que parece escapar a los ojos del público general. Merecen especial mención, tanto por su desconocimiento, como por su complejidad dentro del Reino vegetal.

Pertenecientes al grupo de las Monocotiledóneas, se encuentran entre las plantas más evolucionadas que podemos llegar a observar, mostrándonos resultados visibles de relación con otros organismos y Coevolución.

Permanecen ocultas durante todo el año en el subsuelo, germinando en breves periodos que dedican, exclusivamente, a la reproducción. Las flores ocultan un ovario interno, tras un conjunto realmente vistoso de pétalos modificados. El más importante de ellos, el “Labelo”, ha desarrollado formas llamativas para atraer a los insectos. Este mecanismo permite la polinización cruzada mediante la visita esporádica de abejas y otros artrópodos.

Bastante frecuente en praderas silíceas es la Anacamptis champagneuxii, con un llamativo color púrpura. © Tomás Sanz

Cephalantera longifolia. Esta orquídea crece a la sombra de los bosques frondosos de la sierra, tanto en Marojal como en el caso de coníferas. © Tomás Sanz

72 El caso más sorprendente y eficaz, se encuentra en el género Ophrys, donde el Labelo imita la forma del abdomen de un insecto hembra (bien abejas o arañas), además de segregar un olor similar a las feromonas de estos insectos. Los machos acuden y se aparean literalmente con la flor, arrastrando así los granos de polen a otras flores.

Además de esta relación con insectos, la mayoría de las orquídeas forman micorrizas con hongos, siendo por tanto especies bioindicadoras de suelos bien conservados.

En las Sierras de Cucalón, se han citado más de 27 especies (Catálogo

Ophrys aranifera. Pequeño tesoro botánico presente florístico de Ferrer Plou, J.:“Flora y en los prados húmedos de la Sierra. La flor imita el vegetación de las Sierras de Herrera, abdomen de la hembra de una araña, reproduciendo Cucalón y Fonfría”, 1993), de las cuales su aspecto piloso fielmente. hemos confirmado la presencia de al © Tomás Sanz menos 18 de ellas. En este apartado incluimos las fotografías de algunas de las más representativas.

En las Sierras de Cucalón, además de la diversidad de este grupo vegetal en especies, también hay que destacar la gran variedad intraespecífica de las mismas, existiendo variaciones importantes en el color y morfología de la flor. Esto convierte a las poblaciones en Dactylorhiza sambucina. Flor de variedad púrpura, elementos naturales a la vez frágiles, y siendo la normal de color blanco-marfil. de gran originalidad, muy © Tomás Sanz probablemente únicas en el mundo.

Vegetación 73 • Las agallas.

Otro ejemplo característico de las relaciones que pueden establecerse entre los organismos en los Ecosistemas lo constituyen las conocidas como “Agallas”. Consisten en estructuras vegetales que aparecen por un crecimiento anormal, producido por la picadura o mordedura de determinadas especies de insectos, bien sea para su reproducción, o para alimentarse, respectivamente.

Un caso conocido, y que podremos observar con frecuencia en la Sierra es la agalla del Quejigo, una estructura casi esférica, terminada en un anillo de protuberancias y colores muy vivos, rojizos, que suele confundirse con el verdadero fruto del árbol: la bellota. Es producida por una especie de himenóptero, concretamente una pequeña avispa: Andricus quercustozae. Cuando la avispa introduce en el tronco del árbol un conjunto de huevos, segrega una sustancia que genera la respuesta tumoral en el árbol, originando la agalla. En su interior nacen las pequeñas larvas, que se alimentan de la materia de crecimiento (madera). Una vez realizan su metamorfosis, abandonan la estructura a través de minúsculos agujeros, dejando hueca la agalla.

Otras plantas producen respuestas similares ante otros insectos o incluso bacterias, siendo propia la morfología de la estructura con cada especie parasitaria. Así es frecuente observar formaciones de este tipo en el Rosal silvestre (Rosa canina), en forma de una maraña de hilos de color rojizo. Esta agalla la produce otra pequeña avispa: Diplolepis rosae. El interior de la estructura está lignificado y se encuentra dividido en celdillas. En cada uno de estos compartimentos se desarrolla una larva, que dará lugar a una nueva avispa mediante su metamorfosis.

Agalla del Quejigo, producida por la puesta de una pequeña avispa. © Tomás Sanz

74 • Árboles Monumentales.

Aunque no existe una definición oficial al respecto, todo el mundo tiene una noción de lo que significa un Árbol Monumental. Sabemos que se trata de ejemplares singulares o destacables, que se caracterizan, generalmente, por su gran tamaño y edad. Sin embargo, también pueden ser especiales por su forma, su rareza en un territorio concreto, o por motivos culturales y valor histórico. En este último caso, el arraigo y la tradición, son motivos suficientes para su conservación.

Queremos mencionar aquí los Árboles Monumentales, dado que en la Sierra de Cucalón encontramos buenos representantes, que además no son tan conocidos como otros dentro de los límites comarcales, pero que son igualmente destacables e importantes.

En el territorio en el que nos encontramos, destacaremos la presencia de especies típicamente mediterráneas, resistentes a la continentalidad de nuestro clima: seco y caluroso en verano, y muy frío en invierno. Destacan los ejemplares de Sabina y Carrasca en los municipios de Bea, Fonfría y Loscos, así como el Chopo Cabecero de Piedrahita.

Los Árboles Monumentales de la Comarca del Jiloca deben ser conocidos por todos para poner en alza su valor e importancia, tanto por su valor natural, como cultural e histórico. Por ello, es necesario que todos respetemos y fomentemos la conservación de estos monumentos vivos, para que su existencia pueda prolongarse en el tiempo muchos años más.

Sabina albar del término de Bea, ubicada en el “Cabezo de las sabinas”. Chopo cabecero de Piedrahita. © Tomás Sanz © Tomás Sanz

Vegetación 75

© R. P.Polo Cutando Micología

Otro de los valores naturales de las Serranías de Cucalón son las conocidas popularmente como “Setas”, denominación que nos muestra que, además, supone un recurso natural explotado por el ser humano. Una costumbre tradicional, que ahora se encuentra en pleno auge, y casi podría decirse que incluso está “de moda”.

Russula xerampelina. Es una seta común en los pinares, pero también bastante tóxica. © Tomás Sanz

Las setas son los cuerpos fructíferos de los hongos, la parte más visible y atractiva, encargada de la dispersión de las esporas. No obstante, el verdadero hongo se encuentra en el suelo, formando una amplia red filamentosa formada por “hifas”, que se extiende en función de las propiedades de dicho suelo, en especial según la humedad del mismo. Aunque mucha gente los considera vegetales, los hongos pertenecen a un reino diferente: el reino Fungi.

La función ecológica principal de estos organismos en el ecosistema es la retirada de restos de otros seres vivos, en especial de materia vegetal. Se trata de un papel fundamental, dado que la celulosa y lignina de la materia muerta vegetal (hojas, ramas, etc) no se descompone de no ser por la actuación de estos organismos.

78 • Un medio con gran diversidad.

Como ya mencionamos en el apartado de vegetación, la Sierra de Cucalón, como zona geográfica, se caracteriza por la diversidad de ambientes que encontramos. Esta diversidad, se refleja también en la abundancia y cantidad de especies distintas de hongos que podemos encontrar.

La existencia de mosaicos vegetales, con manchas entrelazadas y alternancia de claros, permite la coexistencia de especies adaptadas a diferentes ambientes. Desde las típicas setas de prados, las de pinar, e incluso las que gustan de bosque mixto, tal y como sucede en la zona de Cucalón y Bádenas, o los bosques del valle del Huerva.

Dentro del grupo de hongos asociados a las masas de pinar, podemos observar importantes variaciones en la biodiversidad, en función de si se trata de pinar de repoblación, o autóctono. Este hecho puede observarse en el pinar de Fonfría, el cual contiene gran diversidad de especies. Sin embargo, esta diversidad va en aumento conforme nos desplazamos hacia Torrecilla del Rebollar, donde el pinar es muy antiguo y está muy naturalizado. De este modo, el bosque natural presenta mayor diversidad de especies.

Paxillus involutus presenta láminas de color ocre-óxido, siendo mortal si se consume en crudo. © Tomás Sanz

Micología 79 • Algunas de las especies que podemos observar.

Si dedicamos un momento a estudiar las diferentes especies de hongos en una salida de campo, comprenderemos la complejidad de este grupo de organismos. Es enorme la cantidad de especies distintas que crecen en nuestros bosques, siendo además difíciles de clasificar. Salvo casos muy claros, en los que el criterio visual de clasificación es suficiente, en el resto conviene aplicar reglas basadas en la “esporada” y morfología propias de cada grupo. Por ello no conviene fiarse a la hora de En pequeños grupos al recolectar setas para su consumo, a no ser que vayamos borde de los caminos acompañados por expertos en la materia. crece la Senderuela. © Tomás Sanz

El famoso y apreciado Níscalo (Lactarius deliciosus) es abundante en los Entre las setas comestibles encontramos: El conocido pinares de la Sierra. © Tomás Sanz “Níscalo” (Lactarius deliciosus) o “Rebollón”, es la seta más buscada y apreciada en la Sierra junto con la de cardo (Pleurotus eryngii). La Lepista nuda, Llamada “Pie azul” por su vistoso colorido violáceo, es una de las setas que comienza a conocerse por el público general por su buen sabor. Crece únicamente bajo pinares, y se está comenzando su cultivo a gran escala sobre sustrato orgánico.

Otros ejemplos son la “Senderuela” (Marasmius oreades) suele pasar desapercibida si no se conoce, aunque es muy característica de bordes de caminos, o Tricholoma equestre: esta seta amarilla conocida como “Seta de los caballeros”, considerada como buen comestible, a pesar de su aspecto poco apetecible.

80 Entre las setas tóxicas, encontramos a las mortales Amanitas: A.Phalloides,a menudo es confundida con champiñones, y A.muscaria, la famosa “Atrapamoscas”. Pero hay muchas otras cuyo peligro radica en que pueden recolectarse conjuntamente con las comestibles, como es el caso de Lactarius aurantiacus:junto con Lactarius torminosus, constituye un Rebollón no comestible, o de Stropharia coronilla: Presente en los pinares acompañando a Rebollones y Lepistas, esta pequeña seta de color amarillento y láminas marrones, puede llegar a confundirse con un champiñón si está muy lavada por la lluvia.

Por último, podemos encontrar en nuestro territorio setas que no son tóxicas, pero tampoco buenos comestibles, entre ellas muchas Russulas, cuyo pie se rompe en gránulos, o el género Coprinus.

• La Gestión de un recurso valioso.

La elevada frecuencia de celebración de Simposios y Jornadas de Micología, en los meses otoñales, indica que existe un interés creciente por parte de la población, por conocer mejor las setas, en especial las que tienen valor culinario.

Se trata de un recurso natural al que todo el mundo tiene acceso, que es comercializado por unos pocos, a menudo procedentes de otros lugares geográficos distintos a los que nos encontramos. La gran afluencia de público recolector de setas en otoño, genera una presión importante sobre los bosques, que se traduce en pérdidas de biodiversidad en los lugares más frecuentados. Esto sucede como consecuencia de la existencia de malas prácticas de recolección y comportamiento en el bosque, por parte de algunos grupos.

Todo esto hace necesaria una ordenación del recurso, estableciendo cotos y permisos para la recolección de setas en cada municipio, regulando la afluencia de visitantes y la extracción de setas. Las cuotas y multas, deberían emplearse en labores de recuperación de los enclaves naturales, asegurando así su calidad y continuidad en el tiempo.Y por supuesto, todo ello debe acompañarse de labores de concienciación ambiental al público general.

Micología 81

© R. P.Polo Cutando Fauna

La parte faunística de la Sierra de Cucalón presenta características muy similares a la Vegetación, en cuanto a que el territorio contiene una representación importante de Especies amenazadas, relícticas y sensibles a la alteración del hábitat.

El apartado de Fauna del presente libro es un breve recorrido por los diferentes grupos de animales, ordenados por criterio evolutivo, haciendo mención a las que consideramos son especies frecuentes en el territorio objeto de nuestro estudio.

Invertebrados. Artrópodos.

• Insectos.

Si algo podemos destacar en lo referente a los insectos en Cucalón, es que precisan de un estudio completo y laborioso, para poder acercarnos al menos a la mayoría de las especies que tenemos representadas aquí.

Coleópteros polinizadores. © Mariela Morales

84 Escarabajo de la menta (Chrysomela menthastri). © Tomás Sanz

Las fotos nos muestran un ejemplo de la gran diversidad de insectos encargados de la polinización, una de sus principales funciones, desde Coleópteros (escarabajos), hasta mariposas y abejas. Destacan la Mosca abejorro (Bombylius major), o la Abeja de la arena (Andrena vaga), ambas frecuentes en las praderas llenas de flores de la Sierra.

La provincia de Teruel muestra una entomofauna de gran diversidad, resultado de los cambios climáticos acontecidos en el pasado, así como por la aparición de una gran diversidad de medios, a caballo entre la Depresión del Ebro y las altas sierras del sur de Teruel.

Encontramos en la provincia especies estépicas, reliquias de la fauna de épocas anteriores; otras especies proceden del norte, habiendo descendido tras las últimas glaciaciones, quedando relegadas en las sierras más altas; y otras especies del sur, llegadas hasta aquí por medio de calentamientos postglaciares.

• • Mariposas.

Las mariposas son el grupo de insectos más conocido por el público, y el más apreciado, por su vistosidad y colorido. En la provincia de Teruel se conocen más de 2.000 especies, descubriéndose todavía otras nuevas actualmente.

Se trata de organismos que responden a requerimientos específicos de hábitat, y sobre todo de alimentación. El rango de altitudes marca también la presencia o ausencia de especies, en el caso de la Sierra de Cucalón, podremos encontrar especies más comunes en las zonas más bajas, y otras de alta montaña en las zonas más elevadas de nuestra geografía.

Fauna 85 La impresionante Mariposa Apolo (Parnassius apollo). En la foto observamos una hembra, de abdomen más desarrollado que el macho. © Tomás Sanz

La Sierra de Cucalón supone un escalón en la transición del valle del Ebro, a la serranía de Albarracín, con la que mantiene muchos elementos en común, en cuanto a fauna se refiere.

En las zonas más altas, las cumbres de la Modorra de Cucalón y la Sierra de Oriche, encontramos especies tan singulares como Parnassius apollo.Otras como Erebia zapateri, Hipparchia stalinus y Coenonympha iphioides, aparecen en los pastizales húmedos, frecuentes en la primavera.

Abundan en los claros los Licénidos, familia de mariposas diurnas de pequeñas alas azuladas, que suelen posarse junto a los charcos para absorber sales con su probóscide. Entre ellas destaca el Polyommatus icarus, y un endemismo de ramblas y hoces, el P.nivescens.

Observamos una pareja de Polyommatus icarus, fotografiada en el término de Fonfría. A la izquierda, la hembra, con una coloración más apagada y un bandeado naranja poco frecuente para su especie, y a la derecha el macho, de color más vivo. © Tomás Sanz

86 Esta particular especie Las masas de vegetación húmeda, con tejos, quejigos, de nuestra fauna es avellanos y acebo, que ya mencionamos en el apartado de otro de los ejemplos de la adaptación a un tipo vegetación, albergan especies típicas de bosque, como específico de hábitat: el Argynnis paphia, A. Niobe, Melitaea dejone,oLaeosopis pinar. Con su diseño roboris, entre otras. El caso del bosque mixto de Fonfría, es bandeado la Isabelina se confunde con las de sumo interés, puesto que podemos encontrar especies acículas de los pinares propias del marojal o bosque mediterráneo, y otras propias bien conservados, a la de pinar. Un ejemplo de gran relevancia es la Mariposa vez que los ocelos intentan asustar a los Graellsia isabelae, exclusiva de pinares bien conservados de animales que ya se Pinus sylvestris y P.nigra, y presente en las serranías más encuentran demasiado altas de la provincia. cerca. © Tomás Sanz

Fauna 87 • • Otros insectos.

Dentro de los insectos podemos encontrar otros muchos grupos en la Sierra, siendo enorme su diversidad. En la foto observamos un ejemplar que adopta el color verde Por mencionar algunos, citaremos a los Ortópteros, o de la vegetación comúnmente llamados “saltamontes” y “grillos”.Son circundante. La presencia del auténticos devoradores de materia vegetal, formando el “oviscapto”, una eslabón de los pequeños herbívoros del Ecosistema. terminación en forma Destaca el grillo de matorral (Ephippigera ephippiger). de tubo con el que se deposita la puesta, delata que se trata de una hembra.

© Tomás Sanz

No puede hablarse de insectos sin mencionar el orden de los Coleópteros, los populares escarabajos. Son animales muy evolucionados, que han sacrificado parte de su movilidad, a favor de una mayor defensa. Su gran armadura esconde, no obstante, un par de alas que les permite realizar desplazamientos largos.

Dentro de los Himenópteros, destaca la Avispa asesina (Ammophila sabulosa), que busca lugares con sustrato arenoso, como sucede en el valle del Huerva (términos de Fonfría, Allueva y Bea), o en Piedrahita, asociados a la Formación Utrillas. En este tipo de suelos, la avispa excava un pequeño agujero. En él introduce una oruga, o un insecto que previamente captura y mata de un picotazo. En él inocula uno de sus huevos, y lo tapa con tierra. Cuando la larva asoma desde el huevo, tiene el alimento asegurado hasta su metamorfosis. Se trata de un caso bastante espeluznante, no tan difícil de observar.

88 • Arácnidos.

En la Sierra son muy frecuentes las Tarántulas del género Lycosa, puesto que abundan los terrenos abiertos con matorral y tomillares. Esta especie gusta de refugiarse en el interior de pequeños agujeros en el suelo, forrados por dentro con abundante telaraña, desde donde acechan a sus presas.

Dentro de las arañas, encontramos la familia de los Saltícidos, de morfología muy similar a las tarántulas, pero con un tamaño muy modesto, a menudo de unos pocos centímetros. Son también arañas cazadoras, que tienen la capacidad de dar grandes saltos para atrapar a sus pequeñas presas. Destaca la especie Phylaeus chrysops, observada a menudo en el valle del Nogueta oculta bajo las piedras, con un bello colorido rojinegro (en la foto).

© Tomás Sanz

• Miriápodos.

Con presencia en la Sierra de Cucalón, no obstante, las especies que podemos destacar aquí son las conocidas Escolopendras (Scolopendra cingulata) o los ciempiés (Chilopoda sp.), suficientemente abundantes y conocidos por todos.

Fauna 89 • Crustáceos.

Los crustáceos están representados, a nivel continental y en nuestra Comarca, por los Cangrejos de Río.

El Cangrejo Autóctono (Austropotamobius pallipes), es el mayor invertebrado de la fauna continental de la Península Ibérica, además de ser único en el mundo. De ahí nuestra enorme responsabilidad, de velar por el bienestar de un animal que, de desaparecer en España, desaparecería del planeta.

Todos conocemos la problemática del Cangrejo de río, el cual ha visto mermadas sus poblaciones enormemente, en los últimos 50 años. La introducción del Cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii), con intenciones comerciales y piscícolas, ha supuesto el principal factor de riesgo y aniquilación de esta especie, aunque no el único.También ha influido la destrucción de su hábitat (directa o por contaminación, sequías, etc) y la sobreexplotación. Sin duda, un ejemplo de una catastrófica gestión de un recurso natural de gran valor.

El Cangrejo de Río autóctono (Austropotamobius pallipes) todavía sobrevive en las masas de agua limpia de algunas zonas de la Sierra. © Fernando Herrero

90 Vertebrados.

• Peces.

La fauna piscícola suele pasar desapercibida ante los ojos del visitante, a no ser que seamos aficionados a la pesca, en cuyo caso perteneceremos al grupo de los mejor conocedores de la riqueza que supone este recurso para un lugar.

Si estudiamos los peces continentales de la Península, lo primero que llama la atención es que existe una familia mayoritaria, la de los Ciprínidos. Ésta es la más diversificada y la más representativa de la ictiofauna dulceacuícola de nuestro país, y se divide en dos grandes subfamilias: Barbinae y Cyprininae.

De igual modo, todos los endemismos ibéricos se pueden agrupar en 5 géneros principales: Barbus, Luciobarbus, Chondrostoma, Squalius y Anaecypris.

Según algunas hipótesis, la ausencia de una gran diversidad de peces en la Península, se debe a que ésta sufrió un aislamiento muy prolongado, sin un intercambio ni colonización apreciable de especies. Este hecho puede confirmarse, al menos desde el Mioceno superior, y se puede explicar por la presencia, durante el Periodo Terciario, de grandes Cuencas endorreicas (sin salida del agua al mar), entre las cuales se encontraría el actual Valle del Ebro y la Depresión Jiloca- Calatayud.

Bermejuela © BIG

Fauna 91 • • Los peces en la Sierra de Cucalón.

En la Sierra de Cucalón nacen dos grandes ríos, el Huerva y el Aguasvivas, así como los afluentes del segundo: Cámaras y Nogueta. Por tanto encontramos ríos con poco caudal, en su tramo más alto. Con aguas limpias y transparentes, frescas, que proceden en su mayoría de las infiltraciones del agua de escorrentía a través de macizos calcáreos, por lo que son aguas ricas en sales. No encontramos grandes pendientes ni lechos rocosos, como sucede en el Pirineo u otros sistemas montañosos. Aquí los ríos se encuentran muy encajados, y discurren abriéndose paso suavemente hacia el Valle del Ebro.

Trucha (Salmo trutta fario) © Tomás Sanz

Quizás de todos ellos, el río Nogueta es el que mantiene una estructura más natural, con un bosque en galería rico y estructurado, sobre todo en su parte más alta. El Cámaras recibe aguas de varios pequeños afluentes, de aguas cristalinas, y un gran carácter de aislamiento, lo que permite la presencia de especies más exigentes, aunque disponen de pocos lugares donde esconderse. El río Huerva cuenta también con varios tramos de excepcional calidad natural, que pueden albergar poblaciones interesantes.

Entre las especies más frecuentes en nuestro territorio podemos destacar: La Trucha común (Salmo trutta fario) Esta especie puede alcanzar tamaños considerables, siendo el mayor pez depredador en nuestros ríos.

92 La especie está amenazada por introgresión genética procedente de los ejemplares introducidos. De este modo, lugares como la Sierra de Cucalón, si se controla la pesca deportiva y no es necesaria la suelta de ejemplares de repoblación (a no ser que sea con individuos del lugar en cuestión, criados en cautividad), es posible mantener un reservorio genético que asegure la permanencia en el tiempo de la especie.

El Barbo de Graells (Barbus graellsii), una especie endémica de la Península, que actualmente se distribuye únicamente en la Cuenca del Ebro. Puede alcanzar hasta 80 cm de longitud, aunque lo normal es que no pase de 35 cm.

El Barbo colirrojo (Barbus haasi), especie también endémica de España, no tan gregario ni abundante como el anterior.Vive en los tramos altos de los ríos, encontrándose escondidos entre la vegetación o en el interior de pequeñas cuevas. Se alimenta de invertebrados acuáticos, fundamentalmente larvas de insectos.

La Bermejuela (Chondrostoma arcasii), la encontramos en los ríos de aguas frescas, formando una curiosa asociación con la trucha común.Tiene la particularidad de ser la única especie autóctona capaz de habitar lagos endorreicos como la Laguna de Gallocanta.

La Madrilla (Chondrostoma miegii),especie muy conocida por los pescadores, atrapada a menudo cuando se está en busca de la preciada trucha. No sobrepasa los 30 cm de longitud, y es exclusivamente vegetariano, alimentándose de algas diatomeas.

Madrilla © Tomás Sanz

Fauna 93 • • Amenazas y conservación.

Podemos decir que este grupo de la fauna de nuestro territorio es uno de los más vulnerables, y se ha visto fuertemente afectado por una actividad humana, a menudo poco respetuosa con el hábitat acuático.

Los peces juegan un importante papel en el Ecosistema, sobre todo en lo referente al control de la proliferación de algas y plantas acuáticas, así como de insectos. De este modo, evitan así la aparición de plagas de mosquitos y otros organismos, al alimentarse de sus larvas, a la vez que mantienen unos niveles aceptables de oxígeno y materia orgánica en el agua.

El carácter escondido del territorio que estudiamos, hace que la incidencia de las especies exóticas y la pesca no sean tan relevantes como en otros ríos, no obstante, la presión ejercida sobre los cauces y sus bosques ha sido muy notable. Todo ello nos lleva a la necesidad de contribuir, en la medida en que cada uno podamos, en la conservación y recuperación de nuestros ríos y sus bosques, con labores de revegetación con especies autóctonas, limpieza de cauces y respetando al máximo la dinámica natural del agua.

El río Nogueta es una de las masas de agua mejor conservadas de la provincia. © Tomás Sanz

94 • Anfibios.

Dentro de las especies que podemos encontrar en la Serranía de Cucalón, únicamente una puede decirse que es totalmente dependiente del medio acuático, la Rana

El cambio más común (Rana perezi), mientras que el resto utiliza los importante acontecido humedales de un modo esporádico, además de a lo largo del ciclo puntualmente cada primavera para la puesta. biológico de los anfibios, es su metamorfosis. En tan Dentro del grupo de las ranas, solo encontramos en solo unas pocas Cucalón otra representante, en este caso, una rana semanas, el renacuajo recién emergido del arborícola: la Ranita de San Antón (Hyla arborea). Esta rana huevo pasará a ser un encuentra en Cucalón una de sus escasas poblaciones en el pequeño anfibio Este peninsular, pues su distribución se limita al Oeste de la independiente, capaz misma. de alimentarse por sí mismo. Esta rapidez en el desarrollo tiene lugar dado que muchos de los lugares donde se realiza la puesta, tras las lluvias de primavera, pueden secarse en solo Renacuajo unos días. © Antonio Torrijo

Fauna 95 Se trata de una especie bioindicadora de espacios húmedos y con abundante vegetación, dado que durante el día permanece escondida en carrizos y eneas, así como en lo alto de los árboles. Su coloración verdosa, parda en ocasiones, le permite confundirse con el entorno, esperando el crepúsculo, momento en el que comienza su actividad. Las costumbres de esta rana son muy similares a las de las ranas arborícolas de la selva en Centroamérica, En la foto observamos como las del género Agalychnis. un ejemplar de Ranita de San Antón (Hyla arborea), camuflada perfectamente sobre las hojas del Marojo © Antonio Torrijo (Quercus pyrenaica).

En la Serranía de Cucalón, encontramos una población de gran importancia en los pinares de Fonfría, Allueva y Torrecilla, en torno a los balsetes temporales y permanentes, en los que ha sido vista en periodo reproductivo. Es un ejemplo más de un tesoro natural frágil y delicado, que depende del buen estado de conservación de los humedales en estos bosques tan frondosos.

96 Sapo Corredor Dentro del otro gran grupo de los anfibios, encontramos (Bufo calamita) © Antonio Torrijo los sapos. Más independientes todavía del medio acuático, se les puede observar en tierra firme, muy lejos de cualquier humedal. El caso más extremo es el del Sapo corredor (Bufo calamita), capaz de recorrer grandes distancias en tierra firme, humedeciendo su piel con el rocío o enterrándose bajo tierra durante el día.

El sapo de mayor tamaño, que podemos observar en la Sierra al atardecer o en días lluviosos, también lejos del agua, es el Sapo común o Escuerzo (Bufo bufo). Se caracteriza por sus grandes ojos de color rojo, y su piel de color pardo oscuro. Las hembras son todavía de mayor tamaño.

Curiosamente este sapo aparece en zonas de reproducción diferentes al sapo corredor, aunque ambos estén ampliamente distribuidos. El sapo corredor prefiere charcas más temporales, siendo menos exigente para la puesta que el sapo común. De este modo ven reducida su competencia por el espacio.

Fauna 97 Como especies también presentes en el territorio objeto de este estudio, aparecen otros sapos como el Sapo de espuelas (Pelobates cultripes). Esta especie de mediano tamaño y pupila vertical, se caracteriza también por poseer un espolón córneo en sus patas traseras, que le permiten enterrarse en el barro ante condiciones adversas, o para hibernar.

Algo más pequeño todavía, y ligado a lugares algo más húmedos es el Sapo partero común (Alytes obstetricans). Su piel es bastante rugosa, con colores grisáceos y pardos variables. Es muy frecuente escuchar su agudo reclamo en las noches de verano, cerca de los pueblos, en acequias o abrevaderos. A menudo se suele confundir con el canto del Autillo, una pequeña rapaz nocturna.

Sapo partero común (Alytes obstetricans) © Banco de Imágenes del Ministerio de Educación y Ciencia

98 Mencionaremos también al diminuto Sapillo moteado (Pelodytes punctatus), nombre que hace referencia a su coloración manchada de pequeñas motas verdosas. Esta ampliamente distribuido por la Península, estando presente en la Sierra de Cucalón también. Su tamaño le permite pasar desapercibido con poco esfuerzo. Para su reproducción selecciona espacios abiertos y bien expuestos, donde es capaz de utilizar una extraordinaria variedad de medios acuáticos, desde charcas estacionales, hasta campos de cultivo inundados o pequeños arroyos.

Para finalizar en nuestra somera revisión de la fauna anfibia en la Sierra, hablaremos de una especie de curiosa morfología, a caballo entre las ranas y los sapos. Se trata del Sapillo pintojo meridional. Recientes estudios indican que las poblaciones de Discoglossus de Teruel pertenecen a la especie D. Jeanneae (García-París & Jockusch, 1999). Se trata de una especie que ofrece gran dificultad de detección debido a su comportamiento, y que aparece normalmente en puntos de agua de escasa entidad y de forma estacional.

Recien metamorfoseado de Sapillo Pintojo © Antonio Torrijo

Fauna 99 • Reptiles.

Lejos de la creencia popular, el papel de los reptiles es sumamente beneficioso para todos. Aunque su espectro alimenticio es muy amplio, la dieta básica es estrictamente carnívora, salvo en el caso de las tortugas y galápagos. Capturan piezas de pequeño tamaño, a menudo muy perjudiciales para la agricultura, como ratones y topillos. Estos son ingeridos enteros, produciéndose después un complejo proceso digestivo que puede llevar desde unas horas, hasta días según la cantidad.

Igualmente constituyen el alimento de otras muchas especies de aves (como las lagartijas que come el Alcaudón, o las serpientes del Águila culebrera, especializada en estas presas), así como mamíferos de diverso tamaño.

El grupo de los reptiles está formado por especies muy esquivas y difíciles de observar, que evitan al hombre siempre que pueden.Vamos a encontrar en este territorio, especies poco exigentes y de distribución muy amplia, o aquellas capaces de tolerar los rigores de un clima propio de la alta montaña del Sistema Ibérico. Este factor La Lagartija colilarga condiciona la gran diferencia existente con otras partes de (Psammodromus la provincia, como sucede con el Bajo Aragón, donde algirus) es uno de los reptiles más fáciles de encontraremos especies más termófilas, como es el caso de observar en nuestro las Salamanquesas. territorio, dado su carácter frecuente. © Tomás Sanz

100 • • Lagartos y Lagartijas.

Dentro de los lagartos, el único representante es el Lagarto ocelado (Lacerta lepida), o como se conoce por estos lugares, el “Ardacho”. A menudo su hermoso color verde muy vivo reluce entre algún montón de piedras, en donde se pone a tomar el sol. Puede alcanzar un tamaño considerable, hasta 25 cm. Su nombre proviene de la presencia de “ocelos” o falsos ojos azules, pintados a lo largo de su parte dorsal.

Lagarto ocelado (Lacerta lepida) © Rodrigo Pérez

Dentro de las lagartijas, de menor tamaño, encontramos varias especies. Quizás la más frecuente de observar, por residir en todo tipo de ambientes, incluso dentro de los pueblos, es la Lagartija ibérica (Podarcis hispanica). Presenta una coloración muy poco llamativa, con colores grisáceos y un ligero bandeado longitudinal de color negro. Basta que aparezcan unos días soleados aun en pleno invierno, para verlas posando junto a la puerta de nuestra casa, siempre al sol.

En el campo, ya sea en matorral o en bosque disperso, encontramos la Lagartija colilarga (Psammodromus algirus), como su propio nombre indica, su característica más llamativa es su larga cola. Presenta también dos franjas blancas en cada lado de su cuerpo, y está considerada como una de las lagartijas más veloces de la Península.

Fauna 101 • • Culebras.

Las culebras son elementos cruciales en los Ecosistemas mediterráneos, actuando como depredadores que contribuyen al control de plagas, fundamentalmente de roedores. Son inofensivas, a no ser que se las moleste demasiado. Sin embargo, han sido injustamente masacradas desde la antigüedad, por la gente del campo, ignorando el beneficio que aportan a la agricultura.

Dentro de los límites de la Sierra, podemos localizar varias especies. Las dos de mayor tamaño son la Culebra Bastarda (Malpolon monspessulanus), y la Culebra de escalera (Elaphe scalaris). Ambas carecen de veneno pero presentan una gran ferocidad si se sienten atacadas. La Culebra Bastarda puede alcanzar tamaños considerables, incluso pasando de los 2 metros de longitud. © Tomás Sanz

102 De tamaño intermedio está la Culebra lisa meridional (Coronella girondica), de un color pardo más oscuro, y un diseño ajedrezado en su cara ventral.

Y por último, las más pequeñas son la Culebra de agua (Natrix maura) y la Culebra de collar (Natrix natrix). La primera habita lugares húmedos de todo tipo: ríos, estanques, abrevaderos, etc, donde captura pequeños anfibios e insectos. Es totalmente inofensiva, pudiendo tocarla tranquilamente con las manos. La segunda, la culebra de collar, recibe su nombre por el bonito diseño de su piel juvenil, con una franja blanca alrededor del cuello. Al crecer se torna de un tono más homogéneo, de color pardo verdoso. Puede prescindir más del medio acuático, aunque es frecuente observarla junto a los sotos fluviales.

• • “Falsas culebras”: los eslizones.

Dentro de esta denominación encontramos aquellas especies de lagartijas que recuerdan, a primera vista, a un ofidio o serpiente. Presentan un cuerpo muy alargado, en el que las patas han sufrido un gran agarrotamiento, de manera que prácticamente no son visibles.

La especie presente y observada en la Sierra es el Eslizón ibérico (Chalcides bedriagai), que viene a ser más frecuente de lo que creemos. Esta especie ha sido citada en la mayor parte de la provincia, aunque es necesario ir prácticamente en su busca, levantando gran cantidad de piedras y losas hasta dar con un ejemplar. Son por tanto, muy esquivos y pasan desapercibidos, pudiendo confundirse con pequeñas serpientes.

• • Víboras.

La única representante en el Sistema ibérico de este grupo es la Víbora hocicuda (Vipera latastei), ampliamente distribuida por toda la provincia. De aspecto más rechoncho y con menor longitud que las culebras, posee además un bandeado en zig-zag sobre el lomo, así como la pupila en disposición vertical.

Fauna 103 • Mamiferos.

En la Península Ibérica, las formas de vida de muchas especies, han ido evolucionando de manera aislada del resto de las especies del continente europeo, lo que ha dado lugar a la aparición de numerosas especies y subespecies endémicas que no se encuentran en ningún otro lugar que esté fuera de nuestras fronteras.

Ejemplos de estas especies endémicas de la Península son la Liebre, la Cabra montés, el Conejo o el Topo, siendo animales únicos en el Mundo, de ahí su importancia.

Cría de conejo. © R. P. Polo Cutando

• • Especies presentes en la Sierra.

En el territorio de la Sierra de Cucalón nos encontramos con una notable diversidad de mamíferos, fomentada por la gran variedad de ambientes existentes. Algunas de ellas se ven favorecidas por el hombre y su actividad, siendo otras más salvajes y precisando de ecosistemas más naturalizados.

El conjunto de este territorio presenta un relieve muy montañoso, en el que el bosque natural muestra signos de expansión y recuperación, como consecuencia del abandono de tierras. La despoblación es otro elemento que convierte a este lugar en idóneo para el desarrollo de los grandes y pequeños mamíferos, acantonados en lo alto de las forestas y roquedos durante el día, y descendiendo más hacia los valles al atardecer.

104 No es un grupo fácil de observar, a no ser que nos los encontremos de modo accidental en el campo. Esto se debe a que la mayoría de los mamíferos tienen hábitos nocturnos y crepusculares. Se cree que esto es una adaptación favorecida también por la acción humana, en la que los animales se han ido adaptando a horarios en los que encuentran mayor tranquilidad y no se detecta la presencia humana.

• • Roedores.

Roedores frecuentes en la Sierra son: el Ratón común (Mus musculus), asociado a medios humanizados, en los que consiguen fácilmente alimento. Igual de conocida, y no muy bien considerada es la Rata campestre (Rattus norvegicus), presente en las zonas rurales. Es sustituida por la Rata negra (Rattus rattus) en las zonas urbanas, proliferando en vertederos y cloacas.

En medios agrarios es muy abundante el Ratón de campo (Apodemus sylvaticus), de grandes orejas y aspecto más simpático que el doméstico.

En espacios abiertos con praderas y claros de bosque, suelen aparecer unos pequeños montículos de tierra en torno a pequeños agujeros. Se trata de las galerías del Topillo común (Microtus duodecimcostatus).

En los bosques de frondosas y coníferas, como los de Fonfría, aparece el Lirón Careto (Eliomys quercinus), una especie muy bonita e interesante. A menudo se encuentra en agujeros o incluso en las casetas nido de pájaros, hibernando acurrucado. Se alimenta sobre todo de insectos y pequeños animalillos que encuentra entre la hojarasca.

Lirón careto © Banco de Imágenes del Ministerio de Educación y Ciencia

Fauna 105 • • Lagomorfos.

Los lagomorfos están integrados en nuestro territorio por el Conejo (Oryctolagus cuniculus) y la Liebre (Lepus granatensis), mamíferos de mediano tamaño, herbívoros y de hábitos corredores.

Poseen características muy similares a los roedores y constituyen, junto con estos y los Ungulados, el nivel trófico de los consumidores primarios.Tal es su importancia en el Ecosistema, que los ciclos reproductivos de muchos carnívoros están fuertemente ligados a las variaciones en la densidad de población de los conejos y liebres. Muchas rapaces como el Águila real y el Búho Real, mamíferos como el zorro o el Gato montés, basan su alimentación en ellos, de manera que se han visto muy afectados por las enfermedades que han azotado a la fauna cunícola.

La liebre es más propia de terrenos abiertos, como el fondo de los valles y la zona sur del río Huerva. Gusta de alternar los llanos cerealistas con monte bajo, alimentándose básicamente de gramíneas, acompañadas con bulbos, raíces y cortezas. Se han observado también hábitos más extraños, como el consumo de carroña o la coprofagía.

Por el contrario el conejo prefiere como hábitat el bosque típico mediterráneo, más o menos conservado.

Liebre (Lepus granatensis), una especie propia de espacios abiertos. © Antonio Torrijo

106 • • Ungulados.

El Jabalí (Sus scrofa). Se trata de una especie frecuente en la Sierra, dado que gusta de espacios agrarios rodeados de masas forestales en las que poder esconderse. Es una de esas especies de hábito crepuscular y nocturno, que en zonas poco pobladas como estas, puede verse durante el día. Más normal es observar los rastros o huellas que deja tras su alimentación, como las hozaduras, agujeros que deja con su hocico al escarbar el suelo, en busca de raíces y hongos.

El Ciervo (Cervus elaphus), es el representante de mayor tamaño en esta familia. Únicamente existe una pequeña población en la Sierra de Herrera y Cucalón, acantonada en los bosques de coníferas. Se tienen serias dudas sobre la procedencia de este grupo, pudiendo ser introducida. Aunque actualmente se encuentra en plena expansión, como sucede en nuestra Comarca en , donde han llegado individuos procedentes de Albarracín, existe un Coto cinegético privado en El Colladico. En este cercado se crían en cautividad multitud de especies, entre ellas el ciervo, habiéndose escapado algún ejemplar en más de El ciervo (Cervus elaphus) se encuentra una ocasión. Este podría ser el principal foco de la en fase de expansión, población que hemos mencionado, aunque no se descarta aunque en la Sierra es la llegada de algún individuo externo. una especie introducida. © Rodrigo Pérez

Fauna 107 El Corzo (Capreolus capreolus) es otro animal de forestas, algo menor en tamaño y más frecuente. Sus poblaciones han experimentado una fuerte recuperación, fruto del despoblamiento rural. El abandono de tierras agrícolas ha permitido la expansión de su hábitat preferente, el matorral espeso, donde permanecen ocultos durante el día.

Es frecuente observarlos al atardecer, descendiendo en claros y fondos de valle tranquilos, para alimentarse junto a los campos de labor. Su berrea tiene lugar algo antes que la del ciervo, allá para el mes de agosto, aunque se muestran más recatados y no es tan fácil verlos.

Cabra Montés (Capra pyrenaica) © Antonio Torrijo

La Cabra Montés (Capra pyrenaica). Se trata de una especie muy antigua, que aparece en pinturas rupestres como animal de caza. Se estima que en el Plioceno llegaron los primeros individuos a Europa, procedentes de Asia. Esta antigüedad se manifiesta también en la domesticación producida por el ser humano, dando lugar a nuevas razas susceptibles de explotación. La Cabra que encontramos en nuestro territorio es la C. pyrenaica hispanica.

En nuestra Comarca está teniendo lugar una clara expansión desde otros focos importantes de la provincia. Así, desde la Comarca vecina de y el río Martín, están entrando grupos que se afincan en nuestro territorio. Existe un grupo en el Valle del Pancrudo, y otro ubicado en la Sierra de Cucalón propiamente dicha. Se cree que en lo sucesivo irán aumentando sus efectivos, al ocupar un medio poco humanizado y con calidad ambiental.

108 • • Fisípedos.

Mamíferos carnívoros cuyas patas están adaptadas a la locomoción, teniendo dedos libres. Abarca varias familias, destacando en la Sierra las siguientes:

• • • Cánidos.

Como único representante encontramos al Zorro (Vulpes vulpes), ampliamente distribuido en todo el territorio, y capaz de utilizar una gran diversidad de hábitat, desde los más agrestes a los más humanizados. La Sierra de Cucalón supone un lugar idóneo para esta especie, puesto que consta de una reducida presión humana y una gran variedad de ambientes.

Zorro © R. P.Polo Cutando

• • • Félidos.

Encontramos en la Sierra el Gato Montés (Felis silvestris), especie catalogada como “de interés especial”, que encuentra en este territorio un hábitat muy favorable, las masas forestales. Gusta de bosque mediterráneo bien conservado y alejado de la actividad humana, donde caza al acecho a conejos, roedores y pequeños pájaros. Es un animal solitario y muy huidizo, bastante grande en comparación con el gato doméstico, y de un aspecto muy robusto. No es difícil encontrarse con algún ejemplar en los marojales y pinares de Fonfría, Bádenas o Loscos, incluso cerca de los pueblos en invierno.

Fauna 109 • • • Mustélidos.

Tradicionalmente han sido muy perseguidos por el hombre, eliminados sistemáticamente mediante cepos y venenos. Se les considera alimañas, que compiten con el Comadreja. © R. P. Polo Cutando hombre en la caza menor, y que en ocasiones causan daños en los corrales y gallineros. Esta imagen nada tiene que ver con el papel que juegan en el Ecosistema, controlando a otras poblaciones animales.

Dentro de este grupo, por mencionar algunos de mayor tamaño, están el Tejón (Meles meles) o la Gineta (Genetta genetta). De mediano tamaño está la Nutria (Lutra lutra), mustélido adaptado plenamente al medio acuático. Recientes estudios en la Sierra de Cucalón, basados en muestreo de excrementos, demuestran que esta especie es más abundante de lo que se pensaba. Está presente en todos los ríos: Huerva, Aguasvivas, Cámaras y Nogueta. Hay que tener en cuenta que son ríos de aguas limpias y cristalinas, con caudal bajo y con pozas donde poder pescar. Se alimenta casi exclusivamente de peces y cangrejos de río.

Por último, destacar los de menor tamaño, la Comadreja (Mustela nivalis), el Turón (Mustela putorius) y la Garduña (Martes foina).

110 • Insectívoros.

Dentro de este grupo mencionaremos a los pequeños mamíferos de hábitos alimenticios bien marcados, basados en la ingesta de insectos y otros invertebrados.

Ejemplos de ello son el Erizo (Erinaceus europaeus), muy común en las zonas de sotobosque como puede ser en el valle del Nogueta, donde puede encontrar abundante alimento y refugio.

Otro es el caso de las musarañas: la Musaraña común

(Crocidura russula) y la Musarañita (Suncus etruscus). Se han El erizo (Erinaceus encontrado restos de mandíbulas de micromamíferos muy auropaeus) prefiere similares a estas musarañas, pero datados en el Jurásico, lugares húmedos y frescos como hábitat por lo que se cree que estos animales se han mantenido preferente. sin demasiados cambios desde la Era de los dinosaurios. © Rodrigo Pérez

Fauna 111 • Quirópteros.

Dentro de los mamíferos de la Sierra este grupo es, sin duda, el menos conocido, dada la dificultad para su observación. El estudio de estos animales requiere técnicas complejas de muestreo mediante captura con redes, algo que no se ha hecho más que en unos pocos lugares de la Península. Por este motivo, procederemos a mencionar aquellos que han sido citados por la bibliografía existente en nuestro territorio. Entre ellos están el Murciélago común (Pipistrellus pipistrellus), y el Murciélago ratonero mediano (Myotis blythii). Otros citados en la zona norte de la provincia son el Murciélago montañero (Hypsugo savii) o el Orejudo gris (Plecotus austriacus).

Sin duda alguna, la escasez de citas se debe más al desconocimiento de este grupo zoológico que a la carencia del mismo. Los roquedos y barranqueras del término de Piedrahita son un ejemplo de hábitat propicio para estos animales, un lugar tranquilo y plagado de huecos y oquedades labrados por el modelado kárstico en las rocas. El alimento tampoco falta dada la diversidad de invertebrados voladores presentes en la Sierra, y las inclemencias del tiempo se resuelven mediante la hibernación. De este modo, animamos desde esta Murciélago orejudo. publicación al diseño de estudios que permitan desvelar © Banco de Imágenes del Ministerio de esta parte tan desconocida de nuestra fauna. Educación y Ciencia

112 • Aves.

Las aves no son animales que aparecen aisladamente en el territorio, como a menudo pensamos, sino que presentan unas preferencias y unas pautas para alimentarse y reproducirse. De este modo, en cada tipo de Ecosistema encontraremos un grupo más o menos característico de ese lugar, con especies mejor adaptadas a las condiciones reinantes. En base a este hecho, procederemos a mencionar los principales grupos de la avifauna presentes en la zona, ordenados en función del tipo de hábitat en el que nos encontremos en cada momento. Esta definición no es estricta, sobre todo en aquellos casos en los que encontramos masas de bosque mixto, pero sí bastante representativa, y nos ayudará a interpretar mejor lo que observemos en el campo.

Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea), una especie típicamente fluvial. © Rodrigo Pérez

Fauna 113 • Las aves de la Sierra de Cucalón por hábitats.

• • Pinar de Pinus sylvestris.

Las masas de pinar, en especial las situadas en el límite con los términos de Salcedillo y Torrecilla del Rebollar, se encuentran muy bien estructuradas y ocupan extensiones muy importantes. Esto va a traducirse en una mayor biodiversidad de especies. Un ejemplo destacable de hábitat ideal, lo constituyen aquellos retazos de pinar que limitan con espacios cultivados. Aquí la fauna encuentra alimento en el cereal, cobijo en el bosque, y agua en la multitud de balsetes dispersos por el lugar. De este modo, la diversidad y abundancia animal es notable, y se ve favorecida por la combinación de Ecosistemas naturales y actividad agraria.

De este modo se combinan tres grupos de especies.

• • • Especies propias de bosques de coníferas.

Son aquellas fieles al medio más puramente forestal, prefiriendo masas de bosque de gran extensión y desarrollo notable. En el caso que nos ocupa, van a abundar más en el interior del bosque más frondoso de coníferas, que sin duda, es el que limita con Torrecilla del Rebollar. Así mismo, existen otros retazos en el puerto de Bádenas, pero está más combinado con el bosque antiguo de quejigos que se encontraba primero en aquel lugar.

Si tenemos suerte en uno de nuestros paseos por el bosque, podemos toparnos con algún nido de Azor, ave rapaz sumamente esquiva. © Tomás Sanz

114 El Búho chico (Asio otus) es un cazador nocturno que se camufla durante el día con la corteza de los troncos. © Antonio Torrijo

Dentro del pinar de Pinus sylvestris de Torrecilla, encontramos especies muy similares a las que habitan los grandes bosques de la Sierra de Albarracín. Encontramos los típicos Páridos, como el Carbonero garrapinos (Parus ater), o el Herrerillo capuchino (Parus cristatus).

Otras especies menos frecuentes, y de gran interés son el Trepador azul (Sitta europaea) y el Piquituerto (Loxia curvirostra), bioindicadores de bosques de gran calidad ambiental. Recordamos aquí la incógnita sobre la naturaleza natural o de repoblación del bosque de Torrecilla. Lo que sí es cierto es que, sea natural o naturalizado, actualmente presenta un valor excepcional, y las especies que en él se encuentran son las más exigentes en cuanto a este hábitat se refiere.

En la foto aparece un ejemplar de Piquituerto (Loxia curvirostra) sorprendido bebiendo en una balsa cercana a uno de los pinares de la Sierra. © Antonio Torrijo

Fauna 115 Depredadores de las especies antes mencionadas, son las rapaces forestales diurnas y nocturnas. Entre las primeras destaca el Azor (Accipiter gentilis) y el Gavilán (Accipiter nisus), de menor tamaño. Águila calzada (Hieraetus pennatus), Águila Real (Aquila chrysaetos) y Culebrera (Circaetus gallicus), se dejan ver a menudo entre estas forestas, habiendo sido confirmada su nidificación aquí. Entre el segundo grupo, el Cárabo (Strix aluco) y el Búho chico (Asio otus), resuenan con su misterioso eco en medio de la noche.

• • • Especies propias de medios arbolados frescos.

No tan exigentes en cuanto al tipo de especie que forma el bosque, aunque sí requieren medios frescos, húmedos y bien conservados. Son especies como el Arrendajo (Garrulus glandarius), el Agateador común (Certhia brachydactyla), Picogordo (Coccothraustes coccothraustes), el Zorzal común (Turdus philomelos), el Bisbita arbóreo (Anthus trivialis) o el Reyezuelo listado (Regulus ignicapillus).

Dentro de las especies anteriores, destaca el Picogordo, especie poco conocida en Aragón, en cuanto a poblaciones y distribución se refiere. Únicamente se han citado avistamientos de unos pocos ejemplares invernantes, sobre todo en la zona pirenaica. No obstante, es una especie más frecuente de lo que parece, estando también presente en las Serranías de Cucalón. No es tan exigente como otras puramente forestales, pudiendo aparecer en sotos y choperas.

El Picogordo es una especie que pasa desapercibida, ocupando las partes más altas de los árboles, en choperas y bosque mixto. © Antonio Torrijo

116 • • • Especies cosmopolitas.

Aquellas que encontraremos en las masas forestales más abiertas, alternantes con claros y manchas de bosque mixto. A menudo se las puede observar en zonas más bajas y abiertas, en busca de alimento, sobre todo en la época invernal. Ejemplos son el Mirlo común (Turdus merula), la Paloma Torcaz (Columba palumbus) o el Pito Real (Picus viridis).

• • Marojales y quejigares.

Podemos citar como frecuentes las siguientes: Chochín (Troglodytes troglodytes) , Pinzón (Fringilla coelebs), Petirrojo (Erithacus rubecula),Tarabilla común (Saxicola torquata), Carbonero común (Parus major), Herrerillo común (Parus caeruleus), varias especies de Escribanos y de Currucas (Curruca capirotada, zarzera y mosquitera); y otras de mayor tamaño y carácter más cosmopolita como la Abubilla (Upupa epops), Cuco (Cuculus canorus), Chotacabras gris (Caprimulgus europaeus), o el Críalo (Clamator glandarius).

La Curruca capirotada (Silvia atricapilla) aparece en sotos y bosques de distinto tipo, siendo menos exigente en invierno. En la foto vemos una hembra. © Rodrigo Pérez

Fauna 117 • • Carrascales.

Los Carrascales son medios más adaptados a las condiciones de sequedad y contraste térmico, más propio del piso Mesomediterráneo. Como vimos, los carrascales abundan en la Sierra de Herrera, y en los términos de Loscos y Monforte, donde se da un descenso prolongado desde las Sierras hacia el valle del Ebro. No obstante, la Carrasca es un árbol abundante en la Serranía de Cucalón, apareciendo de modo más disperso en casi la totalidad del territorio.

Las especies de aves frecuentes en este hábitat, son muy similares a las de Marojal y Quejigal, aunque sí aparecen otras más indicadoras de medios más áridos y matorral de espinosas. Es el caso de la Curruca carrasqueña (Sylvia cantillans), Curruca rabilarga (Sylvia undata) o Escribano montesino (Emberiza cia). Hacen su aparición la Perdiz (Alectoris rufa), el Mochuelo (Athene noctua) y algunas esteparias como la Cogujada común (Galerida cristata). Dentro de las rapaces encontramos especies que gustan de

Escribano Hortelano en sobrevolar medios más abiertos en busca de presas, como el momento de su el Busardo ratonero (Buteo buteo), el Cernícalo común canto nupcial. (Falco tinnunculus) o el Gavilán (Accipiter nisus). © Rodrigo Pérez

118 • • Bosques de ribera.

El soto fluvial actúa a menudo como un corredor ecológico, que permite el refugio de múltiples especies que buscan su alimento en el matorral o los campos de cereal. Es el caso del Jilguero,Verderón,Verdecillo, o los Escribanos.

Además de estas especies, encontramos las propias del medio acuático, que buscan alimento en el río. Es el caso de la Lavandera blanca (Motacilla alba), Cascadeña (Motacilla cinerea) y Boyera (Motacilla flava), las tres especies están presentes en nuestra Sierra. El Martín pescador (Alcedo atthis), muy exigente en cuanto al medio acuático bien conservado, con pozas de agua cristalina donde poder pescar pequeños peces.

El Martín pescador (Alcedo athis) es una especie exigente, que busca zonas húmedas con un alto grado de conservación (aguas limpias con pozas donde poder pescar). © Rodrigo Pérez

• • Aliagares y orlas espinosas.

Existen formaciones de este tipo extendidas por todo nuestro territorio. No obstante, destacan por su gran calidad las presentes en la cara sur de Sierra Pelarda. Allí el matorral ocupa prados de hierba en el fondo de las vaguadas, y está rodeado por bosque de Marojo muy desarrollado. Encontramos aquí especies curiosas como el Alcaudón común (Lanius senator), y el Alcaudón real (Lanius excubitor). En la Sierra de Oriche, ha sido observado, con bastante frecuencia, el Alcaudón Dorsirrojo (Lanius collurio), una especie poco frecuente, citada únicamente en el Pirineo, dentro de las poblaciones de la Comunidad aragonesa.

Fauna 119 • • Jarales.

Los jarales de Cistus laurifolius, acompañados por Espliego y Brecina, forman matorrales silicícolas resultantes de la degradación del Marojal. Algo frecuente en el valle del Huerva, en las zonas más altas de la Pelarda, así como en la unidad de materiales Paleozoicos pizarrosos que aparecen a partir de Cucalón, hacia el Norte.

En él aparecen especies propias de matorral bajo, como la Collalba rubia (Oenanthe hispanica), la Curruca rabilarga, Cogujada montesina,Totovía y Tarabilla común. El Escribano montesino, suele sustituir al hortelano, que también puede estar presente en ocasiones.

Collalba Rubia (Oenanthe hispanica) © Rodrigo Pérez

120 • • Cereal y medios esteparios.

Predominante en la parte sur del territorio objeto de estudio (municipios de Ferreruela de Huerva, Lagueruela y Cucalón), así como al Este del mismo, en las partes altas de Oriche y la Muela de Anadón.

Destaca, como joya faunística la Alondra de Dupont (Chersophilus duponti), acompañada por otras características de estos medios, Calandria (Melanocorypha calandra), Alondra común, Cogujada y Triguero (Miliaria calandra). Otras de interés cinegético como la Perdiz y la Codorniz (Coturnix coturnix), acompañadas por otras como el Sisón (Tetrax tetrax) o la Ortega (Pterocles orientalis). Córvidos como la Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) y la Grajilla (Corvus monedula), y aves rapaces como el Aguilucho cenizo (Circus pygargus), nidificante en época estival, y el Aguilucho pálido (Circus cyaneus), que sustituye al anterior en invierno.

Se trata de dos © Antonio Torrijo especies muy bien adaptadas a medios tradicionalmente agrarios. En el caso de la Perdiz (Alectoris rufa), se ve favorecida por el grano en su alimentación, mientras que en el del Aguilucho (Circus pygargus), utiliza los campos de cereal para © Rodrigo Pérez nidificar. Este aspecto, muy conocido por todos, le ha supuesto graves problemas de conservación, con el proceso de tecnificación de la cosecha del cereal.

Fauna 121 • • Cortados.

El medio rupícola se extiende a lo largo de la cara norte de la Sierra de Oriche, alcanzando su máxima altura en desniveles bajo la Modorra de Cucalón. Fuera de esta unidad de relieve, encontramos algunos cortados aislados en el término de Piedrahita, al norte del núcleo de población.

Dentro de esta unidad abundan las colonias de aves carroñeras, formadas por el Buitre común (Gyps fulvus), acompañado en ocasiones por alguna pareja de Alimoches (Neophron percnopterus). En estos cortados el buitre nidifica, y descansa fuera de época de cría. Estos grupos de rapaces necrófagas se encuentran hoy en serio peligro, al encontrarse con limitaciones legales para el abandono de cadáveres ganaderos en el campo. Actualmente se mantienen alimentados a través de muladares provisionales, siendo necesaria una modificación de los Planes de gestión sobre estas aves.

En los cortados más escondidos y de difícil acceso, pueden nidificar el Águila real, y el Búho Real (Bubo bubo), grandes predadores del Ecosistema, capaces de capturar incluso a otras aves rapaces.

Estudios recientes demuestran que el Búho Real (Bubo bubo) actúa como superpredador en el Ecosistema, consumiendo un amplio abanico de presas. © Tomás Sanz

122 Encontramos en Oriche poblaciones de otras aves de medios rupícolas, como la Chova piquirroja, la Grajilla y el Cuervo, así como otras más escasas: Roquero rojo (Monticola saxatilis), Roquero solitario (Monticola solitarius) y la Collalba negra (Oenanthe leucura).

Cuervo. © R. P.Polo Cutando

• • Pueblos.

Un caso muy particular, de una especie que precisa de las construcciones humanas para su reproducción, lo supone el Cernícalo Primilla (Falco naumanni). Existe una población muy importante que nidifica en el valle del Ebro, y que en otoño migra hasta África. La Sierra de Cucalón, en especial los términos que se sitúan al sur, constituyen lugares de paso de estas poblaciones, que se alimentan en campos abiertos durante los días que dura su paso migratorio.

Estas especies gozan de una buena relación con el hombre, y son bastante respetados por el mismo. Suponen un claro ejemplo de que la coexistencia con la naturaleza es posible, y puede ser beneficiosa para ambos.

En resumen, la ornitofauna de las Serranías de Cucalón es muy diversa, gracias a la multitud de ambientes que podemos encontrar y a su notable estado de conservación. Incluye especies, como hemos mencionado, que tienen serios problemas de conservación en Europa, y con límites de distribución poco conocidos. Una vez más observamos que la Sierra es singular también en las aves que podemos encontrar.

Fauna 123

© R. P.Polo Cutando Conservación

Espacios protegidos y hábitat de interés en las sierras de Cucalón.

La singularidad del Medio natural de las Serranías de Cucalón, no cuenta con ninguna superficie que haya sido declarada como Espacio Protegido, propiamente dicho, por alguna figura de la legislación estatal. Sin embargo, ha sido reconocida a nivel internacional, a través de dos de sus zonas más representativas:

• La Sierra de Fonfría, declarada. “Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) ES-2420120” por la Unión Europea.

• Los montes del Alto Huerva, declarados. “Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) ES-2430110”.

Los LIC forman parte de la Red Natura 2000, esta Red ha de asegurar una adecuada protección de la biodiversidad europea, contemplando no sólo espacios naturales, sino también hábitat seminaturales fruto de la interacción secular del hombre y sus actividades (agrícola, ganadera, etc.), por lo que la Red Natura 2000 se convierte también en un marco ideal para el mantenimiento de estas actividades y la conservación de los paisajes tradicionales.

126 LIC Alto Huerva.

Nombre completo: LIC ALTO HUERVA-SIERRA DE HERRERA Código: ES2430110 Superficie total: 22.192,48 Ha Superficie en la Comarca: 1.332,92 Ha (0,7 %) Municipios: Nogueras, Sta. Cruz de Nogueras. Hábitats o especies de interés: Bosques de Quercus rotundifolia; Pastizales mediterráneos xerofíticos anuales y vivaces; Robledales ibéricos de Quercus faginea; Brezales mediterráneos.

Englobado en el marco de la Cordillera Ibérica zaragozana, este espacio comprende parte de la extensión de dos municipios de nuestra Comarca. En éstos se manifiesta como un relieve de lomas redondeadas de altitud moderada, entre 900 y 1.000 m, sobre un sustrato de tipo ácido (correspondiente al afloramiento de materiales paleozoicos). En la extensión mencionada encontramos una muestra de los mejores bosques de carrascas del Sistema ibérico, con un notable estado de conservación. Además crece, de forma aislada, el Quejigo o Quercus faginea, conjuntamente con el clásico matorral mediterráneo, formado por Genistas, Rosales silvestres (Rosa sp.) y brezo (Calluna vulgaris). Destacaremos la presencia de fauna de naturaleza forestal, asociada al ambiente mediterráneo, así como la existencia de Cangrejo de río autóctono (Austropotamobius pallipes), en el paso del Río Huerva al norte del LIC.

(Fuente: GOBIERNO DE ARAGÓN. Formularios Oficiales Red Natura 2000. Elaboración: DGCN. MIMAM)

Carrascas en el LIC Alto Huerva. © Tomás Sanz

Conservación 127 LIC Sierra de Fonfría.

Nombre completo: LIC SIERRA DE FONFRÍA Código: ES2420120 Superficie total: 11.338,69 Ha Superficie en la Comarca: 7.738,7 Ha (4,0 %) Municipios: Allueva, Bea, Calamocha, Fonfría, Lagueruela y Torrecilla del Rebollar. Hábitat y especies de interés: Robledales mediterráneo-ibericoatlánticos de Quercus pyrenaica y Q. faginea, Matorral mediterráneo con Juniperus, lastonares y tomillares mixtos,Vegetación anfibia de lagunazos temporales, Prados alpinos calcáreos (Festuco Brometalia).

Hablamos de un LIC de considerable extensión y enorme belleza paisajística, formada por unidades montañosas de hasta 1.492 m de altitud. Los hábitats antes mencionados disponen de ejemplares de relevancia, que se asientan sobre un sustrato detrítico del Terciario, destacando las formaciones de areniscas. Sobre estas crece el Marojo (Q. Pyrenaica) especie propia de lugares frescos de influencia atlántica. Se acompaña de prados alpinos con riqueza en especies de orquídeas, y matorrales de sabinas y lastonares, intercalados con lagunas temporales refugio de vegetación anfibia y animales como la Ranita de San Antón (Hyla arborea). Las repoblaciones con distintas especies de pinos (P. Nigra, P.pinaster y P.Sylvestris) completan las ya importantes extensiones de especies forestales. Destacan las aves rupícolas: Buitre común (Gyps fulvus) y Águila Real (Aquila chrysaetos), y forestales como el Torcecuello (Jynx torquilla).

El principal valor del LIC de Fonfría radica en sus masas forestales de Marojo y Quejigo. © Tomás Sanz

128 Habitats especiales. Lagunazos temporales.

La totalidad de los Hábitat de interés especial detectados en el territorio de la Comarca del Jiloca, para la determinación de los dos LIC vistos anteriormente, son tratados con mayor o menor grado de detalle en alguno de los apartados de este libro.

No obstante, existe un tipo especial de Hábitat, que bien merece un apartado exclusivo que resalte su importancia medioambiental. Se trata de los “Estanques temporales mediterráneos”, o como nos gusta llamarlos: Lagunazos temporales.

Podríamos decir que son los Ecosistemas más olvidados del conjunto de las Serranías de Cucalón, a menudo auténticos desconocidos para los habitantes de la Comarca del Jiloca, al menos en cuanto a su auténtica relevancia.

Según la fotografía aérea que presentamos, podemos distinguir dos grupos principales:

Con un tamaño mayor, aparecen marcados los balsetes que tienen un carácter permanente, es decir, aquellos que presentan agua durante prácticamente todo el año. Aparecen 5 de estos ecosistemas, entre los municipios de Fonfría, Allueva, Torrecilla del Rebollar y Salcedillo.

Con menor tamaño hemos localizado los balsetes temporales, es decir, aquellos que pueden aparecer secos en determinados momentos del año.

© Fernando Herrero

Conservación 129 Importancia Medioambiental.

La importancia Medioambiental de estos Ecosistemas radica en su singularidad, natural y paisajística. Constituyen enclaves de un gran atractivo, en especial cuando se sitúan en el interior del bosque.

Son Oasis de vida que aglutinan una gran Biodiversidad de especies, permitiendo la reproducción, desarrollo y supervivencia en época de sequía de muchos animales.

Son el Hábitat aislado en el que todavía podemos encontrar Cangrejo de río, y donde se reproduce la Ranita de San Antón, especie amenazada y de interés especial.

Son el hábitat de varias especies vegetales consideradas como raras o de distribución poco frecuente.

Son restos del antiguo uso ganadero que primaba en la zona, por lo que poseen también un valor cultural y etnológico, al ser elementos que simbolizan los usos tradicionales del territorio. Zampullín chico. Especie nidificante en algunos de los balsetes de la Sierra. © Antonio Torrijo

130 Conservación.

La existencia de dos Lugares de Importancia Comunitaria demuestra que existe un reconocimiento a nivel internacional de los valores naturales y paisajísticos que poseemos en nuestro territorio. Desde luego no son los únicos, ni mucho menos, pero quizás la conservación de los espacios naturales deba comenzar por ahí.

En el territorio de la Comarca del Jiloca, formado por 40 municipios, contamos con un sinfín de elementos particulares y de interés turístico, que bien merece la pena visitar: Humedales, Árboles monumentales, Puntos de Interés Geológico (PIG), elementos patrimoniales e históricos únicos en el mundo...

No obstante, a nivel natural, dos son las regiones destacables por su importancia, que siempre “circulan” en labios de los que han tenido el placer de visitar este amplio territorio: Gallocanta y la Sierra de Cucalón. La primera archiconocida, la segunda casi olvidada, pero de igual importancia.

El objetivo principal de el estudio realizado, y de su publicación a través de este libro, es el de dar a conocer los secretos naturales que esconde este territorio. De manera que cualquier habitante de la Comarca, y cualquier persona que desee visitarla, disponga de un elemento de referencia para conocer un poco más la naturaleza que nos rodea.

Sin conocer algo no se puede valorar, y si no lo valoramos no podremos preservarlo del olvido. Por tanto, es el deber de todos el de Conservar, el de mantener y fomentar nuestros recursos naturales. Esperamos que al conocer la existencia de los lagunazos, las especies amenazadas como la Ranita de San Antonio, el Cangrejo de río o la Mariposa Apolo, los paisajes, las grandes extensiones de bosques, las riquezas geológicas y curiosidades varias que esconde nuestro entorno, seamos capaces de apreciarlo y defenderlo como el Patrimonio que queremos legar a nuestros hijos.

Conservación 131

© R. P.Polo Cutando Itinerarios

Recomendaciones previas.

Gran parte de los Itinerarios que proponemos discurren por lugares considerados de Importancia Comunitaria, por lo que deberemos adoptar una conducta respetuosa con los elementos del entorno que vayamos encontrando.

Los senderos discurren por bosques y zonas de elevado valor natural. Según la Ley, está prohibido fumar y hacer fuego en el monte, acampar o pernoctar sin pedir el permiso correspondiente. Encontraremos por el camino una gran cantidad de flores silvestres, en su mayor parte protegidas por estar amenazadas en España, por lo que no debemos recolectarlas ni pisotearlas.

Si no hacemos excesivo ruido, podremos observar especies de animales interesantes, como corzos, garduñas, tejones, etc.

Como en cualquier ruta senderista, se recomienda llevar calzado cómodo (a ser posible botas de montaña), pantalones gruesos tipo vaquero (para evitar pinchazos con aliagas y zarzas), agua, algo de comida, protección solar, antimosquitos, etc. Sea verano o invierno, en las cumbres el viento siempre es fuerte, por lo que conviene llevar algo de abrigo.

Para los aficionados a la fotografía, los recorridos que proponemos aseguran la observación de panorámicas excepcionales, sumamente atractivas en cualquier momento del año. La primavera supone el mejor momento para disfrutar de la explosión vital de colorido que otorgan las flores silvestres, sin despreciar el rojo intenso de los valles en otoño, o las cumbres nevadas en invierno.

En el caso de las dos Rutas señalizadas propuestas, los trayectos no conllevan riesgos importantes, pues trascurre en su mayor parte, por pistas amplias y con suaves pendientes. No obstante, conviene tener especial cuidado en las partes altas, sobre todo si se va con niños o personas mayores. En el caso de las Rutas alternativas, deberemos tener más cuidado, y conviene las realicemos con personas conocedoras del entorno.

Del respeto a la Naturaleza y haciendo un buen uso de la montaña, depende la conservación de nuestros parajes, posibilitando el disfrute de las generaciones venideras de este entorno natural de gran originalidad.

134 Ruta Botánica de Bea.

Se trata de una Ruta de tipo cultural, y concretamente Botánico, puesta en marcha por la Comarca del Jiloca para difundir los valores naturales de su territorio. Aunque podemos observar en esta ruta elementos geológicos de interés: los Chevrons de la Sierra de Oriche, y los conglomerados de Bea; el verdadero valor de este territorio radica en su vegetación y flora, de gran singularidad.

La Ruta Botánica de Bea, permitirá al visitante observar 4 de los llamados “Árboles monumentales”, de interés especial por su enorme tamaño, belleza y avanzada edad (todos ellos son, al menos, bicentenarios). Hablamos de especies de Chopo cabecero (Populus nigra), Carrasca (Quercus rotundifolia) y Sabina (Juniperus thurifera), los tres árboles emblemáticos de nuestra Comarca.

Además, el trayecto de la Ruta Botánica, permitirá al caminante recorrer más de 7 comunidades vegetales distintas, en muy buen estado de conservación: Bosque en galería con chopos cabeceros, sabinar, quejigal, marojal, pinar, avellanar y encinar, todo ello en un espacio reducido, de no más de 12 Km.

La ruta, en una gran parte de su recorrido, atraviesa masas forestales mediante antiguos senderos que utilizaban los habitantes de Bea para ir a otros pueblos, caminando o en caballería. Estos senderos nos conducen a lugares recónditos, en los que descubriremos una flora excepcional, propia de alta montaña: Prímulas, hepáticas, Aquileñas, fresas silvestres, y una gran diversidad de Orquídeas.Todas ellas son plantas protegidas y de interés botánico, por lo que si somos aficionados a la fotografía, podemos elaborar un amplio album de especies.

Itinerarios 135 Comenzando en el núcleo de Bea (Parada 1), observamos un pequeño pueblo con encanto, donde disponemos de bar-restaurante y alojamiento rural. Podemos visitar su trinquete, la Iglesia y la Ermita de San Jorge.

Parada 2: Junto a la carretera local que parte de Bea a Lagueruela. En unos pocos metros sale una pista a mano derecha, que se corta en una finca. Al final de la misma podemos observar las proporciones de un árbol majestuoso: la Sabina albar, con más de 10 metros de altura.

Parada 3: Por la pista que asciende desde el pueblo, llegamos a un interesante grupo de Conglomerados. Se trata de unos estratos que afloran claramente entre el sustrato arcilloso de Bea, cuando ascendemos por las laderas en dirección al marojal. Están inclinados hacia el oeste, y son atravesados por la pista por donde discurre la Ruta.Tienen valor didáctico por su adecuada disposición: podemos observar al mismo tiempo su estructura interna y externa.

Parada 4: Más adelante, junto al camino, encontramos varios quejigos (Quercus faginea) de porte generoso, y una gran carrasca (Quercus rotundifolia) , que supera los 200 años de edad. A sus pies tenemos un área de sombra ideal para el descanso del caminante.

Tras un rodeo por lo más profundo del bosque, utilizando antiguas sendas que comunicaban entre sí los pueblos, llegamos a la parada 5. Se trata de uno de los puntos más interesantes de la Ruta, que nos permite observar, desde lo alto de un cantil calizo, tanto la Sierra de Oriche, como el pueblo de Bea y la formación del quejigal, a nuestros pies.

Carrasca centenaria bautizada como la “Abuela de Bea” © Tomás Sanz

136 Parada 6: Nuevamente junto al sendero, en unos campos de labor propiedad del Ayuntamiento, encontramos un árbol monumental de gran belleza, una Carrasca (Quercus rotundifolia) que supera los 10 m de altura.

Parada 7: si decidimos continuar hacia Piedrahita, llegamos a la Ermita de Nuestra Señora de la Silla y su merendero. Ubicada en lo alto de una loma, contempla el paisaje del valle del Huerva. Construida con grandes bloques de roca caliza, constituye un lugar característico y conocido en el lugar. En él encontramos un panel de interpretación del paisaje. En el merendero, encontramos una fuente de aguas limpias y frescas, procedentes de infiltraciones de agua a través del relieve kárstico de la Sierra. Junto a ella hay un espacio habilitado, con bancos y mesas, bajo la sombra de grandes chopos cabeceros.

Ascendiendo hacia lo alto llegamos al Mirador de la Rocha (Parada 8). Parte alta de la Sierra de Oriche, donde podemos observar comunidades vegetales de cumbres y el avellanar de las comunidades de sombra. Desde este alto disfrutaremos de unas magníficas vistas, tanto del valle del Huerva, como del Nogueta.

Parada 9: Finalmente llegaremos a Piedrahita, final de la Ruta Botánica y comienzo de la Ruta Geológica del Río Nogueta. Piedrahita es interesante por ser un pueblo en abandono, con cierto carácter medieval. En su plaza descansa un chopo cabecero centenario, de grandes dimensiones, bajo el cual se celebran actos como la misa semanal.

Mirador de la Ruta de Bea. © Tomás Sanz

Itinerarios 137 Ruta Geológica de Loscos.

Enclavado en el piedemonte de la Sierra de Oriche, Loscos cuenta con alguno de los más bellos entornos naturales de la Comarca. Su patrimonio histórico, paleontológico y geológico también es muy importante, como lo demuestran los abundantes trabajos científicos y los hallazgos realizados en la zona.

La Ruta parte del Municipio de Loscos con dirección a Mezquita de Loscos. El recorrido se realiza por una carretera rectilínea y asfaltada. Desde allí se toma una pista que parte de la fuente y el lavadero, que se encuentra en perfectas condiciones, que nos adentra en el valle del río Nogueta y siguiendo el camino que discurre en la misma dirección del río nos llevará al Municipio de Piedrahita.

En total 14 paradas, que nos permiten, a través de un recorrido fácil y accesible, a conocer los principales elementos de interés Geológico, Botánico, cultural e histórico del lugar.

Parada 1: Paseando por Loscos, desde la Ermita de San Roque y el lavadero, punto de inicio de la Ruta por el río Nogueta, podremos ver algunas muestras de su patrimonio histórico artístico.

Parada 2: En Mezquita de Loscos podremos disfrutar de la arquitectura tradicional de la zona. Desde la Ermita de San Jorge tendremos una vista privilegiada de la Modorra, la Sierra de Herrera o el emblemático Cerro del Castillo.

138 Parada 3: Fuente y lavadero de Mezquita:Todos los pueblos de estas sierras han crecido alrededor de un manantial permanente. Junto al núcleo de Mezquita podemos observar el aprovechamiento integral que se hacía del agua, con su típica fuente seguida de abrevadero y lavadero.

Parada 4: La gran importancia geológica del entorno de Loscos hace que a lo largo de la ruta se ilustren varios puntos de interés, donde se analiza el cambio sufrido por la Tierra a lo largo de su historia.

Parada 5: Punto geológico de interés: formación del Devónico con fósiles guía.. Podemos observar varios estratos que se formaron en el fondo del mar, como lo demuestra la presencia de grandes cantidades de fósiles de conchas llamadas aquí “mariposas”.

Parada 6: Punto tectónico: Falla. Observación de uno de los “esfuerzos” tectónicos terrestres a pequeña escala.

Parada 7: Punto natural de vegetación de ribera. El trayecto nos deja vistas incomparables de la ribera del Nogueta. Podremos observar los distintos Ecosistemas que componen el paisaje del valle.

Parada 8: Punto geológico de interés: el Cámbrico de la Cordillera Ibérica. Veremos rocas pertenecientes a un periodo de la Tierra en el que se produjo lo que los científicos denominan “explosión de vida” de hace 540 millones de años.

Parada 9: Punto etnológico: Molino harinero. Algunas labores tradicionales han desaparecido y los edificios para estos fines han caído en desuso. Podremos ver los restos de un antiguo molino harinero, que usaba el agua como fuerza motriz. Está ubicado en un entorno de gran valor natural, dentro del bosque de ribera.

Parada 10: Punto de interés natural: formaciones de Carrasca, el Ecosistema emblemático mediterráneo.

Parada 11: Punto de interés geológico: zona de contacto brusco entre materiales de diferentes épocas.

Parada 12: Observación de la Sierra de Oriche y sus estratos calcáreos, coetáneos con los dinosaurios que poblaron abundantemente algunas regiones de la Provincia de Teruel.

Itinerarios 139 Valle del Nogueta. © Tomás Sanz

Parada 13: El ocaso de los pueblos. El núcleo de Piedrahita está prácticamente deshabitado, como nos muestran los restos de sus casas e Iglesia.

Parada 14: Valle de Piedrahita. Observamos un valle cerrado por imponentes muros calizos, el lugar donde nidifican numerosas aves rapaces.

Ascenso a la Modorra de Cucalón.

Parte terminal de la Sierra de Oriche, en su prolongación hacia el NW, alcanza su mayor altitud en el pico del mismo nombre, a 1.482 m, marcado por un vértice geodésico.

Las vistas desde lo alto de estas cumbres bien merecen la pena, pudiendo contemplar a un lado, el Valle del Huerva, abriéndose paso hacia la Depresión del Ebro. Al otro, el valle del Colladico y Piedrahita, cercado por imponentes muros naturales, en una caída sorprendente.

Existen diferentes opciones de ascenso, pero debemos tener en cuenta que la cara N de la Sierra se encuentra limitada por un farallón calizo, y por las vallas metálicas de un coto cinegético privado. Por ello, la mejor opción es abordar la subida desde el núcleo de Cucalón. Saliendo por la carretera comarcal en dirección a Bádenas, y antes de llegar al cruce de Lanzuela, pronto veremos una pista de tierra que parte a mano derecha, y que conduce a un campamento abandonado. En él podemos aparcar nuestro coche para comenzar el acenso a pie. Cruzamos el riachuelo por una pista que sale a mano izquierda, conforme llegamos al campamento. Este camino discurre entre lomas hasta dejarnos en una explanada alta, la base desde donde se observa la Modorra y su quejigal.

140 Conviene bordear esta masa forestal por su vertiente NW, hacia donde se observa la parte más alta de la montaña. Después, seguiremos el macizo y buscaremos una vía de ascenso rápido, antes de llegar al lado N, donde está ya el farallón. Este es el tramo más peligroso, donde deberemos tener especial cuidado. Se asciende por gleras y peñascos hasta la cumbre. Si tenemos suerte, en uno de estos recovecos, podemos encontrar restos de de trincheras y apostaderos, bordeados con pequeños muretes de piedra. Corresponden con vestigios históricos de la Guerra Civil, que todavía se mantienen casi intactos, resistiendo al paso del tiempo.

Durante el camino veremos comunidades vegetales de gran singularidad, con árboles muy curiosos en esta zona, como el Tejo, el Avellano, o el Arce de Montpellier. Así mismo observaremos un ambiente de grandes rigores climáticos, donde los hielos fragmentan la roca formando esos acúmulos o canchales, donde se asienta una vegetación muy particular.

Sobrevuelan nuestras cabezas los atentos buitres, que suelen despegar temprano de sus dormideros en los cortados.Y si tenemos suerte, podemos observar algún Halcón peregrino o la esquiva mariposa Apolo.

En resumen, se trata de una excursión no demasiado complicada, que nos ofrecerá una visión nueva desde el techo de nuestra Comarca, por lo que bien merece la pena el esfuerzo.

Las vistas desde lo alto de la Modorra son espectaculares. © Tomás Sanz

Itinerarios 141 Agradecimientos

A Jose Antonio Sánchez, Raúl Fortea y Óscar Gracia, por su apoyo y colaboración en las labores de prospección y fotografía.

A Jose Miguel Tabuenca por su apoyo para la identificación de especies de Orquídeas fotografiadas en la Sierra.

A Enrique Villas y Zarela Herrera, del Museo Paleontológico de la Universidad de Zaragoza, por su colaboración sobre la importancia Paleontológica de la Sierra.

A Ferrán Claudin por su visión de la posible formación de la Sierra de la Pelarda, uno de tantos misterios de la Sierra.

A la Sociedad Micológica de Madrid, por su colaboración para la determinación de especies de setas.

A Chabier de Jaime, por su material y necesario apoyo.

A todos los colaboradores fotógrafos, en especial Antonio Torrijo y Rodrigo Pérez.

A Mariela y Gabriel, por su constante y necesario apoyo.

142 Bibliografía

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