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Sin propiedad comunal pero apropiación del desarrollo económico. Istmo de , México, siglos xvii-xix

Leticia Reina

La región del , en lo la cual se conoce como la región del Sotavento, que hoy es la República mexicana, estuvo con- pero en ocasiones se denomina Istmo Veracru- trolada desde la época colonial por el grupo de zano. Ambas partes se convirtieron en una ma- los zapotecos. Tenían el control de los circuitos cro-región privilegiada y codiciada, primero por comerciales, y lo singular es que gran parte de Hernán Cortés y después por las grandes po- estos pobladores no poseían tierras comunales tencias como Inglaterra, Francia y Estados por haberse asentado sobre aquellas pertene- Unidos (para construir un canal transístmico cientes al marquesado del Valle, otorgado a que permitiera crear el gran puente comercial Hernán Cortés por la Corona española. Sin em- del mundo). bargo, fue el único grupo que al paso de los si- El Istmo de Tehuantepec es una región plu- glos tuvo un fuerte desarrollo económico, y en riétnica donde han convivido zapotecas, mi- conjunto, como comunidad, se benefició de la xes, huaves, zoques y chontales a través de la modernidad decimonónica. Aun cuando fueron historia; se trata de varios grupos étnicos di- el último grupo en asentarse en la región del ferenciados lingüística y culturalmente, pero re- Istmo, pronto se apropiaron de las tierras mas lacionados a través del comercio y de los centros fértiles, dominaron los circuitos comerciales y de dominio que fueron estableciendo los zapote- desarrollaron una estructura socio-económica cas.1 Sin embargo, a estos pueblos no sólo los compleja, con la consabida diferenciación social unió la vecindad territorial, sino que han com- interna, producto, entre otras cosas, de la cons- partido un pasado común caracterizado por la trucción del ferrocarril de Tehuantepec a finales dominación zapoteca. Este grupo mayoritario se del siglo xix. De modo que este grupo fortaleció encargó de crear un marco cultural de interac- e incrementó su ejercicio del poder económico y ción entre los grupos subordinados. Además tejió cultural sobre los otros grupos étnicos. un manto que recorrió y se sobrepuso a todos los Istmo de Tehuantepec se denomina a toda la demás, y este conjunto construyó una región con estrecha porción austral de la República mexi- profundas y complejas relaciones interétnicas. cana, la cual está conformada por dos porciones: una al sur, denominada Istmo de Tehuantepec 1 En el estado de hay tres tipos de zapotecas, y perteneciente al estado de Oaxaca. La otra al diferenciados lingüística y culturalmente: los de los Valles norte, correspondiente al estado de , Centrales, los de la Sierra Sur y los del Istmo.

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Istmo Mexicano*

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* Hemos denominado Istmo Mexicano a toda la región ístmica para evitar confusión con la parte oaxaqueña conocida también como Istmo de Tehuantepec.

Istmo de Tehuantepec o Istmo Mexicano

Fuente: elaboración propia.

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Conquistadores, viajeros, científicos y turis- Sobre el origen de los huaves, Francisco de tas de todas las épocas se han sentido atraídos Burgoa, cronista del siglo xvii, dice que vinie- por la región del Istmo de Tehuantepec, por su ron de Nicaragua con una posible ascendencia situación geográfica estratégica, la sensualidad peruana. En 1844 el empresario José de Garay, de sus mujeres, y la fuerza política e identita- quien estudiaba la posibilidad de construir una ria de su población. Esta región de la República vía transístmica en Tehuantepec, afirmaba que mexicana históricamente ha sido un lugar de los huaves decían haber tenido que emigrar de paso obligado: transcontinental porque se atra- Nicaragua debido a una guerra desastrosa, y viesa para ir hacia Chiapas y Centroamérica, y que costeando en sus débiles embarcaciones lle- transístmico porque la región traspasa del garon a las llanuras que se extienden en Te- Océano Atlántico al Océano Pacífico, es decir, huantepec, desde las playas del Pacífico hasta de a Coatzacoalcos o viceversa. la cordillera interior, pero que al arribo de los Esta ubicación geográfica hizo que su gente ahí zapotecas al Istmo éstos replegaron a los hua- asentada siempre fuera receptora de nuevos y ves al litoral.4 A la larga este grupo se especia- diversos elementos culturales. La región es lizaría en la pesca.5 como un cruce “entre cuatro vientos” importan- Durante el periodo colonial los pueblos indios te a considerar en el análisis económico y cul- constituían la mayoría de la población en Oaxa- tural de la zona. ca, en particular en el Istmo de Tehuantepec. El De acuerdo con la documentación histórica, mestizaje con los españoles fue mínimo en com- los mixes son uno de los grupos más antiguos paración con la región central de la República de la región. Según un manuscrito antiguo, en mexicana. Asimismo mantuvieron sus costum- la época prehispánica los mixes habían sido bres y organización comunitaria, lo cual les dio una poderosa nación que ocupaba todo el Istmo una gran presencia en todos los ámbitos de la hasta el momento en que llegaron los huaves vida social, económica y política, a pesar de ha- —y antes de la llegada de los zapotecas al Ist- ber perdido la posesión de la tierra. En este pun- mo. Cuentan que hubo resistencia y enfrenta- to es importante recordar que dicha organización mientos pero vencieron los huaves, obligando a prehispánica, en el momento del contacto, giraba los mixes a replegarse hacia la sierra, al norte sobre el dominio que los pueblos zapotecas ha- de Tehuantepec y hasta el departamento de bían empezado a ejercer sobre el resto de los gru- Chiapas.2 pos étnicos de la región. Así nos encontramos con Otros estudios colocan a los mixes junto con que la conquista, y posteriormente la coloniza- los zoques y los popolucas como un bloque geo- ción española, lejos de romper esta estructura de gráfico y lingüístico que radicó en la misma re- dominación, la mantuvo y fortaleció, dando de fac- gión durante muchos siglos, y que a raíz de la to la supremacía a los zapotecas. invasión náhuatl —y la posterior llegada de los Los asentamientos zapotecas más importan- zapotecas— los zoques quedaron replegados ha- tes de la época colonial fueron Tehuantepec, cia Los Chimalapas.3

ca, ciesas, 1993, pp. 1-12; R. Beals, “Los mixes occidenta- 2 Existen diferentes versiones de cronistas y de mitos les de Oaxaca”, en Salomón Nahmad (comp.), op, cit., p. 53. populares sobre el origen de los mixes, pero parece más En este artículo el autor habla de la familia lingüística zo- adecuado apoyarse en la “Carta de las autoridades de Gui- queana. chicovi a Manuel Martínez Gracida, 1892-1895”, Colección 4 J. Garay, An Account of the in Manuel Martínez Gracida en la Biblioteca Pública del Es- the Republic of ; with Proposals for Establishing a tado de Oaxaca (en adelante bpeo), Fondo Genaro V. Váz- Communication between the Atlantic and Pacific Oceans, quez, vol. 67; B. Lameiras, Indios de México y viajeros Based upon the Surveys and Reports of a Scientific Com- extranjeros, México, SepSetentas (74), 1973, p. 134. mision, Appointed by the Projector Don [...], Londres, J. D. 3 G. Foster, “Los mixes, zoques y popolucas”, en Salo- Smith and Co, 1846. món Nahmad (comp.), Fuentes etnológicas para el estudio 5 F. Burgoa, Geográfica descripción, México, Talleres de los pueblos Ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, Oaxa- Gráficos de la Nación, 1934.

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Grupos étnicos, 1864

Fuente: “Lenguas indígenas de México, 1864”, en Manuel Orozco y Berra, Historia Anti- gua y de las culturas aborígenes de México. Con atlas pictográfico y arqueológico (2da. ed.), México, Fuente Cultural, 1954.

Tlacotepec, Tetitlán, Chihuitán, Ixtaltepec e Ix- lla III, quien deseaba poner un cerco a la expan- tepec.6 Casi todos ellos ubicados entre los ríos sión de los aztecas. Las evidencias arqueológicas Tehuantepec y de los Perros. Según algunos permiten suponer que con la migración zapoteca cálculos, ya para el periodo colonial los zapote- del periodo Posclásico tardío el centro de poder cas componían las dos terceras partes de la po- se desplazó de Zaachila a Tehuantepec. Este blación, controlaban el comercio y tenían una traslado, aunque fundamentalmente de milita- producción diversificada. res, significó el establecimiento de una sociedad El origen de los zapotecas es el de un grupo compleja y estratificada en la región que logró de guerreros perteneciente al señorío de Zaachi- dominar a los grupos étnicos previamente esta- blecidos en el Istmo, pero con una organización social que aún no llegaba a conformar cacicazgo. 6 J.F. Zeitlin, “Ranchers and Indians on the Southern El poderío zapoteca se muestra en el sitio de Isthmus of Tehuantepec: Economic Charge and Indigenous , muy cerca de Jalapa de Marqués. Su Survival in Colonian Mexico”, en Hispanic American His- torical Review, núm. 69, 1989, p. 48. ubicación era estratégica, pues desde ese sitio

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se domina todo el valle y, por tanto, las rutas de primeros contaban con productos pesqueros entrada hacia Oaxaca. Estos restos arqueológi- que intercambiaban con el maíz de los zapote- cos de una ciudad amurallada demuestran no cas; registro que quedó asentado en la Rela- sólo el dominio sobre las rutas comerciales, sino ción Geográfica de 1580.10 también que los zapotecas que ahí se asentaron En 1529 Cortés recibió el título de marqués provenían de una sociedad compleja, organizada del Valle de Oaxaca, en cuyo señorío se incluía bajo la forma de una ciudad-Estado.7 el vasto territorio de Tehuantepec, descrito El códice de fundación de Tehuantepec mues- como una región que ofrecía un inmenso porve- tra un cerro donde un hombre tigre devora un nir debido a su situación geográfica, clima, ri- soldado mexica y simboliza el triunfo de los za- queza de sus producciones y la facilidad que potecas sobre las huestes de Ahuízotl, en el año presentaba para la comunicación de los dos ma- de 1496. Fue entonces cuando replegaron a los res. A lo largo del periodo colonial el marquesa- huaves hacia el litoral, quienes a su vez habían do del Valle fue perdiendo territorio y a los desplazado a los mixes hacia el norte.8 descendientes sólo les quedaron las famosas ha- El dominio de los zapotecas sobre la región ciendas marquesanas. Al interior de esta pro- puede explicarse por varias razones. Para algu- piedad se formaron pueblos y ranchos por medio nos autores la gran migración zapoteca de la del arrendamiento de estas tierras a población Sierra Norte de Oaxaca hacia la región del Ist- indígena. Pronto se hicieron famosos estos te- mo está relacionada con la necesidad de am- rrenos por la producción de añil, la cría de ca- pliar la producción de alimentos, aunque ballos finos, la carne que se enviaba a Oaxaca también es claro que la región resultaba un y los cueros fabricados en una curtiduría que paso estratégico para el comercio, pues al tener exportaban a Perú.11 el control de la región se podían apropiar de im- Durante el periodo colonial, la ausencia de portantes rutas comerciales y tener acceso a re- relaciones productivas de sometimiento entre cursos de valor especial (metales y piedras los zapotecas y los españoles, así como la lejanía preciosas, cacao, etcétera).9 geográfica de otros centros de mayor poder ju- Los zapotecas establecieron una compleja garon a favor de los primeros. A pesar de que red de intercambios e interdependencias con el éstos terminaron arrendando tierras a los des- resto de los grupos asentados en la región del cendientes de Hernán Cortés y tributando a los Istmo. Por ejemplo, al momento de su llegada a españoles, no se advierte una relación de domi- la región ya coexistían en ella los grupos mixes nación. No se generaron las relaciones sociales y zoques junto con los huaves, quienes se ha- de explotación y dominio típicas del sistema pro- bían asentado en las costas del Istmo debido a ductivo de las haciendas de otras regiones de la la poca resistencia que opusieron los zoques. Nueva España. Las relaciones que entablaron Los huaves llegaron a extenderse hasta Jalapa los administradores, por demás también ausen- de Marqués, pero la incursión zapoteca los obligó tes, en las tierras de las haciendas marquesanas a replegarse hacia la costa, donde contaban con fueron solamente en términos de contratos de amplios recursos pesqueros pero se encontraban arrendamiento con la población zapoteca. aislados para el suministro de productos agríco- las. De este modo se creó una simbiosis eco- nómica entre los huaves y los zapotecas, los 10 J.F. Zeitlin, “Community Distribution and Local Economy on the Southern Isthmus of Tehuantepec: An Ar- chaelogical and Ethnohistorical Investigation”, tesis doc- 7 Ibidem, p. 80. toral, Faculty of the Graduate School-Yale University, 8 J. Gay, Historia de Oaxaca, México, Porrúa, 1986, pp. New Haven, 1978, p. 255. 103-112. 11 B. García Martínez, El marquesado del Valle. Tres 9 J. Foster, “Notas sobre la arqueología de Tehuante- siglos de régimen señorial en Nueva España, México, El pec”, en Anales del Museo Nacional de Arqueología, t. VIII, Colegio de México, 1969, p. 144; J.F. Zeitlin, op. cit., 1989, núm. 36, 1955, p. 78. pp. 23-60.

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Hay que destacar que las propiedades mar- naran con relativa autonomía. El sistema de quesanas quedaron fuera del antiguo asenta- repartimiento de mercancías indudablemente miento zapoteca y fuera de las tierras fértiles fue una forma de apropiación indirecta de la ri- del río Tehuantepec (con riego y dos cose- queza de los pueblos, pero al ser los productos chas desde la época prehispánica). De modo los que participaban en él, también hizo posible que se desarrolló una economía agropecuaria que los pueblos siguieran siendo los propieta- intensiva en manos de los antiguos pueblos, y rios de la tierra. Carlos Sánchez Silva señala se creó un centro dominical (ciudad mercado y que el tributo indígena estuvo íntimamente li- de poder) zapoteco de intercambio de los dife- gado al binomio población-posesión de la tierra. rentes productos artesanales y agrícolas pro- Mientras las comunidades cumplían pagando pios de su ecosistema, con aquellos que se su tributo, la Corona les reconocía sus derechos producían en los diferentes nichos ecológicos territoriales.14 donde estaban asentados los pueblos mixes, Para este autor dicho binomio fue un fenóme- huaves, zoques y chontales,12 creando una es- no extendido en el estado de Oaxaca, que ade- pecie de mercado interno. El comercio era tan más permitió la fuerte y dinámica presencia de importante que el móvil del conflicto en la gran las comunidades indígenas en la realidad esta- rebelión de Tehuantepec en el siglo xvii, a con- tal, destacando cuatro elementos principales: “el tracorriente de la historiografía clásica, no fue- predominio de los pueblos sobre cualquier otro ron los malos tratos y las quejas por las altas tipo de unidad productiva (haciendas, ranchos, contribuciones, ni incluso la lucha por la tierra, trapiches, estancias); el papel de las cofradías, sino una disputa entre españoles y zapotecas el de los bienes de comunidad y la dinámica co- por el control de los circuitos comerciales.13 mercial de las comunidades indígenas”.15 En el El predominio zapoteca en la región también caso particular del Istmo de Tehuantepec el ca- se observa en la posesión y explotación de las cicazgo funcionó alrededor de la posesión de las salinas a lo largo de varios siglos. El conflicto salinas y algunos otros terrenos. En la época co- en torno a las salinas en la época colonial se en- lonial los bienes del cacicazgo de Tehuantepec tiende a partir de la forma en que se concebía consistían en diez salinas y las estancias de Ato- su propiedad. Al momento de la conquista la tonilco, Sustla, Tlacotepeque, Amatitlan, Cuz- mayoría de las salinas eran propiedad de los catepeque, Chiltepeque e Izquiapa. De acuerdo zapotecos. Estos pueblos las habían obtenido con Laura Machuca en los inicios del cacicazgo como derecho de guerra al momento de derrotar Juan Cortés, cacique de Tehuantepec, recibía a los huaves; sin embargo, este grupo conservó tributo de 14 pueblos de Tehuantepec y de todos algunas de menor valor. También los chontales los barrios llamados Tequepantlaca. Pero como poseían salinas en Huamelula y Astata, las bienes patrimoniales sólo poseía dos barrios, cuales nunca estuvieron bajo control zapoteco. cinco estancias y las salinas.16 El repartimiento de mercancías también fue Poco se ha analizado sobre las implicaciones importante, ya que permitió que los pueblos que para la propiedad tuvo el cacicazgo en Te- fueran poseedores de riqueza material y funcio- huantepec, pero nos interesa destacar aquí la existencia de esta institución pues involucra de

12 J. Garay, op. cit., pp. 26-34. 13 C. Manzo, “Asimilación y resistencia: raíces colonia- 14 C. Sánchez Silva, Indios, comerciantes y burocracia les de la autonomía regional en el sur del Istmo de Tehu- en la Oaxaca poscolonial, 1786-1860, Oaxaca, Instituto Oa- antepec”, tesis de maestría, Facultad de Economía-unam, xaqueño de las Culturas/Fondo Estatal para la Cultura y México, 1991, pp. 60-86; V. De la Cruz, “Rebeliones indí- las Artes/uabjo, 1998, p. 121. genas en el Istmo de Tehuantepec”, en Cuadernos Políti- 15 Ibidem, p. 62. cos, núm. 38, 1983a, pp. 55-71; H. Díaz Polanco, El fuego 16 L. Machuca, Comercio de sal y redes de poder en de la inobediencia. Rebeliones campesinas en el Marquesa- Tehuantepec durante la época colonial, México, México, do del Valle de Oaxaca, México, ciesas, 1992. ciesas, 2007a, p. 90.

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alguna manera la presencia de propiedad pri- Después de la conquista las salinas pasaron a vada indígena, diferente a la propiedad privada ser propiedad de la Corona, tal como se dispuso de los hacendados españoles o criollos. Este en la Cédula Real de 1591. Más tarde, la Reco- tipo de propiedad, la del cacicazgo indígena, co- pilación de Leyes de Indias de 1609 ordenó res- braría importancia más tarde, durante la im- petar y no incluir en el monopolio de las salinas, plementación de las reformas liberales pues al aquéllas pertenecientes a las comunidades indí- desaparecer las prerrogativas de la nobleza in- genas.18 Sin embargo, la propiedad de las salinas dígena y con ellas el cacicazgo, se perdieron los en sí recaía en los caciques más que en los pue- privilegios que impedían la venta y la subdivi- blos o comunidades, ya que la estructura colo- sión de la tierra, aunque no se alteró la titula- nial había permitido a los antiguos nobles ridad de la propiedad, por lo que estos terrenos conservar sus privilegios. Fue así que se consti- fueron susceptibles de ser enajenados.17 tuyó una forma muy parecida al mayorazgo es- Así, al iniciar el siglo xix nos encontramos un pañol, relativo a la transmisión de patrimonios panorama en donde las principales formas de a un solo heredero en forma de fideicomiso (ge- propiedad se centran en dos grandes actores: neralmente al hijo mayor). Fue así como las sa- los pueblos y las haciendas. El cacicazgo tuvo linas pasaron a formar parte de los bienes menor importancia porque se había centrado en patrimoniales de los cacicazgos. la posesión de las salinas —de las que los había En Tehuantepec, las salinas más grandes despojado la Corona— y en algunas otras pe- pertenecían al cacicazgo del mismo nombre y queñas propiedades, mucho menores frente a algunas más pequeñas a algunos pueblos. En- los pueblos o la gran propiedad privada de las tre los huaves poseían salinas los pueblos de haciendas. Asimismo, aun cuando hasta la fecha San Francisco, San Mateo y San Dionisio del no se tiene información, están como otro tipo de Mar; los chontales en Astata y Huamelula, y los actores los pueblos que surgieron en las tierras zapotecos en los barrios de Tagolaba, San Blas arrendadas al marquesado, y por lo tanto eran y en Juchitán. De acuerdo con Laura Machuca, pueblos con la posesión pero no con la propie- los principales conflictos por las salinas no se dad de la tierra. Estos actores desarrollaron a dieron entre los pueblos, sino dentro del caci- lo largo del siglo distintas estrategias, unos cazgo.19 para crecer y otros para intentar mantener su La conformación de este cacicazgo sucedió de posición y resistir los embates de las reformas una manera particular, pues se dieron los dere- liberales, siendo los pueblos quienes más las re- chos a la descendencia de Juan Cortés pero úni- sintieron. camente a los hijos que tuvo con Magdalena A finales del sigloxviii los pueblos del Istmo Zúñiga, cacica huave de San Francisco del Mar. de Tehuantepec conformaban microrregiones Este matrimonio resultó estratégico para los especializadas a partir del sistema de reparti- dos pueblos, en tanto permitió al señor zapote- miento, donde la grana y la sal eran los produc- co fortalecer su debilitado liderazgo y a los hua- tos más importantes. Sin embargo, cada región ves tener de nuevo posesión de las salinas. Tan tenía sus propios productos para intercambiar, importante fue el papel de Magdalena Zúñiga, y al parecer —hasta donde las fuentes nos per- que todos los descendientes del cacicazgo reto- miten conocer— existieron pocos conflictos por maron el apellido Zúñiga para reivindicar sus la propiedad de la tierra, en parte debido a la derechos.20 poca presión sobre la tierra. El verdadero problema para los pueblos in- dígenas llegó cuando las reformas borbónicas

17 M. Menegus, “La desvinculación y desamortización de la propiedad en Huajuapan, siglo xix”, en Carlos Sán- 18 L. Machuca, op. cit., 2007a, p. 118. chez Silva (coord.), La desamortización civil en Oaxaca, 19 Ibidem, p. 86. México, uabjo-uam, 2007, p. 34. 20 Ibidem, pp. 98-99.

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buscaron recuperar la posesión de las salinas tienen como objetivo transformar la estructura para la Corona. Ya desde 1770 se había inicia- de la propiedad y acabar con los terrenos bal- do el proceso de recuperación; sin embargo, las díos; el segundo va de 1856 hasta 1880, cuando salinas de Tehuantepec se recuperaron hasta se realizan las grandes reformas desamortiza- 1781 porque si bien eran productivas, eran de doras a nivel federal; finalmente el periodo del menor tamaño en comparación con otras. Esta Porfiriato, cuando se busca la colonización de recuperación no sólo fue sobre las salinas del grandes extensiones de tierra para las nuevas cacicazgo, que ya estaba debilitado y con nula empresas agrícolas. En cada uno de ellos los presencia política, sino además incluyó las sa- pueblos tuvieron formas diferentes de actuar y linas que poseían los pueblos.21 de responder ante la amenaza de ser despoja- La forma de tenencia de la tierra de los pue- dos de sus tierras. blos es más compleja que la de los individuos, Hasta entrada la etapa republicana la pose- pues bajo el rubro aparentemente homogéneo sión y control de los recursos naturales no ha- de “pueblo” se pueden distinguir cuatro tipos de bía representado un grave problema en el Istmo tierras: el fundo legal, el ejido, los propios o tie- de Tehuantepec, entre otras cosas porque no ha- rras de cofradía22 y las tierras de repartimien- bía presión sobre tierra. Pero el cambio de régi- to.23 En el funcionamiento cotidiano estas men, una legislación tendiente a la privatización diferencias no cobraban mayor importancia, de los recursos naturales y el interés económico pues al final se trataba de las tierras del pue- en la región, generaron cambios importantes blo; sin embargo, esta distinción será de vital por la monopolización de las salinas, recupera- importancia al momento del proceso de desa- ción o “uso privado” de las antiguas posesiones mortización de la segunda mitad del siglo xix. del marquesado del Valle y privatización de Al iniciar el siglo xix, con la guerra de Inde- amplias zonas antes no ocupadas por los pue- pendencia y la creación del nuevo Estado mexi- blos indígenas de la región. cano se rompió este orden establecido. Los En el siglo xix la dinámica de las relaciones pueblos vieron en peligro la posesión de las tie- étnicas se transformó en gran medida porque la rras de la comunidad al iniciarse las políticas sal dejó de ser el principal producto de explota- liberales en contra de la propiedad comunal. A ción, y la producción se diversificó y especializó lo largo de toda la centuria se dictaron múlti- entre los diferentes grupos. Se dio una verdade- ples leyes que buscaban afectar este tipo de ra transformación en la conformación regional propiedad; en algunos casos estas disposiciones del Istmo, ya que durante este periodo se inició se ignoraron en la práctica o se llevaron a cabo un proceso de privatización de tierras y recursos con lentitud, pero fue en las dos últimas déca- naturales en todo el estado de Oaxaca. La mag- das del siglo cuando esas políticas fueron lle- nitud del proceso de ninguna manera se compa- vadas a la práctica sin cortapisa. ra con lo que se vivió en el centro del país, pero Se distinguen así tres grandes periodos: el fue importante para la entidad federativa, por- primero abarca desde 1824 hasta 1856, donde que implicó cambios económicos y políticos el gobierno local de Oaxaca, de extracción libe- profundos que no se habían dado en el periodo ral, establece una serie de disposiciones que colonial.24 Hasta la primera mitad del siglo xix los pue- blos indígenas empezaron a dejar de tener la 21 Ibidem, p. 118. 22 Es necesario distinguir entre cofradías canónicas y no canónicas; aquí nos referimos a las segundas, que se 24 L. Reina, “Los pueblos indios del Istmo de Tehuante- podían alquilar o eran labradas por los miembros de la co- pec. Readecuación económica y mercado regional”, en An- munidad, y cualquier ingreso proveniente de ellas era re- tonio Escobar (coord.), Indio, nación y comunidad en el servado para los gastos de la fiesta del santo patrono. México del siglo xix, México, cemca/ciesas, 1993, pp. 137- 23 Ch. Berry, La Reforma en Oaxaca: una microhistoria de 151. la revolución liberal, 1865-1876, México, Era, 1989, p. 195.

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fuerza económica sustantiva basada en la pose- tos políticos de la entidad.28 Con gran visión, sión o no de las tierras, en cuanto a producción estos hombres se vieron beneficiados por la im- de mercancías como la grana cochinilla y la sal, portancia que cobraban las tierras istmeñas para convertirse en la fuerza social y política con la explotación de los bosques, las salinas, el más importante de la entidad, por medio de re- desarrollo de la ganadería y el interés de crear beliones y alianzas con las oligarquías locales. una vía interoceánica. Esta situación reforzó los lazos comunitarios, y Los zapotecas desconocieron la venta de las esta fuerza identitaria indígena sirvió para que tierras de las haciendas marquesanas porque la política de modernización no los exterminara éstas habían sido abandonadas por los antiguos como grupo social.25 dueños o subutilizadas durante muchos años; En el caso del Departamento de Tehuantepec con el tiempo esta situación hizo posible que una de las primeras acciones fue la de otorgar muchas de estas tierras fueran rentadas o en concesión privada las salinas de los pueblos reocupadas por población indígena. De modo indígenas del Istmo. A partir de 1825 se permi- que la venta y reocupación de las tierras en tió la monopolización y explotación de las sali- 1836 por parte de los señores Maqueo y Guer- nas comunales a Francisco Javier Echeverría.26 gué, junto con la privatización de las salinas, A esto se agregó la venta de las haciendas mar- constituyeron la fuente del conflicto que dio lu- quesanas (lo que quedó del marquesado del Va- gar a la gran rebelión indígena del Istmo du- lle en manos de descendientes italianos, y en rante el siglo xix.29 las que los pueblos y rancherías, ante la ausen- La propiedad privada u otras haciendas en cia de sus propietarios, habían estado pastando el Istmo se habían formado con 208 solicitudes sus ganado y utilizando algunas tierras.) En al- de caballerías y estancias de ganado mayor y gunas ocasiones, los pueblos pagaban renta, menor, que durante la Colonia algunos españo- pero los nuevos dueños empezaron a impedir les solicitaron a las comunidades de los diferen- estas prácticas.27 tes grupos étnicos. Se ha calculado que estas Esta venta se dio en las primeras décadas del tierras, en manos de particulares, tenían una siglo xix. Los nuevos dueños fueron el español extensión de 2 500 km2; en manos de la orden Guergué y el italiano Maqueo, comerciantes de religiosa de los Dominicos había 1 104 km2, la ciudad de Oaxaca e interesados en los asun- aunque parece que ocupaba una extensión ma- yor; y habría que agregar las tierras del mar- quesado, que podrían haber sido de 1 300 km2.

25 L. Reina, “De las reformas borbónicas a las Leyes de 28 Los detalles de la venta de las haciendas marquesa- Reforma”, en Historia de la cuestión agraria mexicana. Es- nas pueden verse en V. De la Cruz, op. cit. tado de Oaxaca, México, Juan Pablos/ceham, Gobierno del 29 L. Reina, Las rebeliones campesinas en México (1819- Estado de Oaxaca, iisuabjo, vol. I, 1988, pp. 139-267; R. 1906), México, Siglo XXI, 1980; J. Tutino, “Rebelión indí- Pastor, Campesinos y reformas: , 1700-1856, Mé- gena en Tehuantepec”, en Cuadernos Políticos, núm. 24, xico, El Colegio de México, 1987, pp. 415-453. Para los México, 1980, pp. 89-101; V. De la Cruz, op. cit., 1983a y cambios en el sistema político véase R. Spores, “Relaciones 1983b, pp. 55-71; F. Abardía, y L. Reina, “Cien años de re- gubernamentales y judiciales entre los pueblos, los distri- belión”, en Ma. de los Ángeles Romero (comp.), Lecturas tos y el estado de Oaxaca”, en Ma. de los Ángeles Romero históricas del estado de Oaxaca. Siglo xix, vol. III, México, Frizzi (comp.), Lecturas históricas del estado de Oaxaca. inah (Colección Regiones de México), Gobierno del Estado Siglo xix, México, inah/Gobierno del Estado de Oaxaca, de Oaxaca, 1990, pp. 435-492; T. Cueva Luna, “Condicio- 1990, vol. III, pp. 239-269. nes de vida indígena y rebelión política en el Istmo de Te- 26 Archivo General del Estado de Oaxaca (ageo), Colec- huantepec, 1800-1853: Che Gorio Melendre y los pueblos ción de Leyes y Decretos del Gobierno del Estado de Oaxa- indios del Istmo”, tesis de licenciatura en Antropología So- ca, Oaxaca, Imprenta del Gobierno del Estado, 6 vols., cial, México, enah, 1994; H. Díaz Polanco, Autonomía re- 1911, p. 126. gional. La determinación de los pueblos indios, México, 27 V. De la Cruz, La rebelión de Che Gorio Melendre, Ju- Siglo XXI, 1991; también en escritos, comunicados y dis- chitán, Publicaciones del H. Ayuntamiento Popular de Ju- cursos políticos durante las campañas electorales del mu- chitán, 1983b, pp. 10-11. nicipio de Juchitán, 1980-2000.

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De tal suerte que los particulares mermaron arranque de un doloroso proceso de expropia- una gran proporción de tierra a las comunida- ciones de tierras comunales o privadas, rurales des indígenas.30 o urbanas: el proyecto federal, de interés inter- Desgraciadamente, desconocemos el porcen- nacional, arrancó y arrasó con casas, campos de taje de tierra cultivable que representó para los cultivo, ganado y con todo lo que encontró a su pueblos. Lo que sí se sabe es que los pueblos zo- paso. Durante la década de 1880 la máquina de ques fueron de los primeros afectados. Muchos la modernidad atravesó por las tierras del sur.33 de ellos desaparecieron en los alrededores de Al empezar el siglo xx el Istmo oaxaqueño te- Tapanatepec, Ostuta y Zanatepec, por las epi- nía privatizado 50% de las tierras. De este por- demias y la formación de otra gran propiedad centaje hay que diferenciar 10% que privada denominada “Las Frailescas”, la cual corresponde a las antiguas y grandes haciendas también constituía un conjunto de unidades formadas durante la Colonia de aquellas peque- productivas.31 ñas porciones desamortizadas por medio de las A pesar de todos los problemas que tienen Leyes de Reforma. De tal suerte que la mayor los censos, nos sirven para observar que en Mé- cantidad de tierras privatizadas (40%) corres- xico hubo una tendencia al incremento de casi ponden a los efectos de las Leyes de Coloniza- el doble de haciendas, y un poco más del doble de ción y Baldíos. Aunque se trata de una cifra ranchos entre 1810 y 1854. Y hasta después muy grande, se debe analizar su impacto dife- de promulgarse las leyes de desamortización rencial porque estamos hablando de la región hubo una tendencia a la baja hasta la década más grande de Oaxaca, pues los dos distritos de 1870.32 abarcan 21% de la superficie del estado.34 El proceso de fraccionamiento y privatización En la región del Istmo hubo dos fenómenos: de la tierra en el istmo oaxaqueño obedeció fun- por un lado grandes adjudicaciones en las re- damentalmente a cuatro factores: a) la compra giones donde había posibilidades para la explo- y expropiación de tierras para la vía del ferro- tación comercial; por otro, repartos medianos y carril; b) la aplicación de las leyes de coloniza- pequeños a vecinos de los mismos pueblos. Des- ción y baldíos; c) los proyectos de colonización y graciadamente las fuentes disponibles son es- estímulo a la producción agro-exportadora, y d) la especulación de compra de terrenos por la 33 construcción de la nueva vía transoceánica. Los L. Reina, “Las dos caras de la modernidad”, en Guchachi’reza, Iguana Rajada, núm. 34, 1992, pp. 20-28. movimientos de propiedad más tempranos y La compra y expropiación de la tierras por donde iba a pa- numerosos de este periodo se debieron al tendi- sar la vía férrea constituyen una historia dramática de do de la vía férrea. El decreto de 1882 sobre la despojo violento para algunos pueblos. 34 construcción del ferrocarril fue el punto de En 1883 el ministro de Fomento hizo una concesión a Francisco Bulman e Ignacio Altamira para que deslinda- ran los terrenos baldíos del Istmo, a cambio de pagarles por los gastos con la tercera parte de los baldíos que fuesen 30 J.F. Zeitlin, op. cit., 1989, pp. 39-43. deslindados. Al año siguiente también le dieron una con- 31 Archivo General de la Nación (agn), Bienes Naciona- cesión a Eduardo Subibuski. Más tarde se autorizó a Ma- lizados, vol. 402, exp. 22/219, Tehuantepec, Terrenos lla- nuel Demetrio Santibañez, Agustín Padilla, Gabriel Pétriz mados Las Frailescas, 1856-1909. Una de ellas eran los y Manuel Moreno para que deslindaran terrenos “sin ex- descendientes de John Temple y Cia., a quienes se les ha- cedencias y respetando los efectuados por la antigua Com- bía escriturado en 1861, por la oficina especial de desamor- pañía Yeker”; ageo, Memoria que presentó el C. General de tización. La otra familia era la de Genoveva de la Rosa de División Luis Mier y Terán, Gobernador Constitucional del Ermut, vecina de Juchitán quien argumentaba que esos Estado al H. Congreso del mismo, el 17 de septiembre de terrenos le fueron adjudicados porque sus ancestros ren- 1885 en cumplimiento de lo prevenido en la fracción X del taban esas tierras desde 1834. artículo 61 de la Constitución Política del Estado, Oaxaca, 32 E. Semo, “Hacendados, campesinos y rancheros”, en Imprenta del Estado, 1887; sobre las compañías deslinda- Enrique Semo (coord.), Historia de la cuestión agraria doras en general, véase M. González Navarro, “México, mexicana. El siglo de la hacienda, 1800-1900, México, Si- país de Inmigración”, en Daniel Cosío Villegas (coord.), glo XXI, 1988, pp. 128-129. Historia moderna de México, México, Hermes, 1974, p. 64.

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Principales propiedades de estadounidenses en el Istmo de Tehuantepec (finales del siglo xix)

Principales propietarios

1. American Land and Coffee y fraccionadores 28 546 ha. 2. J.E Henry Company 145 692 ha. 3. Mexico American Land Company 64 762 ha. 4. Mexican Tropical Planters 20 110 ha. 5. The National Real Estate Company 33 590 ha. 6. Mexico International Land Company 30 756 ha.

Fuente: LC, Mapa “The National Real Estate Company”, s/f.

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casas y fragmentarias, y poco pueden decir colonos o pequeños inversionistas.37 De no ha- acerca del proceso de reparto en los pueblos. Se ber llegado la Revolución, se hubiera podido re- desconoce cuántas y cuáles fueron las familias petir el fenómeno de Texas. que recibieron terrenos de común repartimien- El proceso se inició a partir de la década de to, de acuerdo con las disposiciones que se dic- 1880 y las nuevas propiedades privadas se for- taron en el estado. Todo parece indicar que maron a expensas de las tierras comunales, dicho reparto se llevó a cabo porque se conocen pero a veces aparecían como ventas de particu- las distintas estrategias que los pueblos siguie- lares. Algunos ejemplos muestran el desarrollo ron para defender sus tierras.35 y dimensiones de las propiedades: en 1898 Ce- En este sentido, podemos distinguir tres cilio Oest, natural de Dinamarca, compró a grandes estrategias de los pueblos: darle otro Rosa Maldonado de Dublán un terreno de 8 311 carácter a sus tierras para que no fueran expro- ha en Santa María Chimalapas. Él era repre- piadas —es decir, declararlas como particulares sentante de la Mexican Land and Coffe Com- o de común repartimiento—; hacer la reparti- pany, la cual también adquirió otro terreno de ción de los terrenos comunales entre los mis- 20 235 ha; más tarde la compañía lo fraccionó mos habitantes de los pueblos, para evitar la en pequeñas propiedades que también vendió a llegada de extraños; y recuperar terrenos adju- ciudadanos estadounidenses.38 dicados reconociéndolos como ejidos.36 Colindando con esta propiedad, hacia el Aun cuando es poco lo que se puede historiar oriente, estaba la gran propiedad de J. E. Hen- sobre estas estrategias, es un terreno fértil ry Company, de 145 692 ha, la más extensa para futuras investigaciones. Por otra parte, hasta ahora conocida. En la frontera, del lado aunque la información tampoco es abundante, veracruzano había otra propiedad de 64 762 ha se cuenta con mayores elementos para recons- adquirida por la Mexico American Land Co. de truir las grandes adjudicaciones, sobre todo la ciudad de Kansas en Veracruz.39 Las compa- porque generaron conflictos mayores y en ellas ñías conocían la política de fomento a la agri- se involucraron empresas extranjeras y perso- cultura y la colonización, y muchas veces la najes de la elite regional. utilizaron como argumento para su beneficio. Las adjudicaciones más grandes se efectua- La compañía Mexican Tropical Planters había ron en la parte norte del istmo oaxaqueño, en adquirido una extensión de 20 110 ha, a $2.50 los municipios de Santa María, San Miguel la ha, en la frontera con Veracruz, lo cual era Chimalapas y Guichicovi. Estos municipios, un precio muy bajo; sin embargo, pidió a las junto con el sur veracruzano, se convirtieron en una zona de extensas propiedades en manos de 37 estadounidenses. Además fueron tan numero- Archivo de Valentín Gómez Farías en Latin Ameri- can Collection, University of Texas at Austin (avgf), doc. sas que llegaron a colindar una con otra. Pare- 4343, Carta del señor Cresencio D. Gallegos al agente del ce que en esta época el gobierno de Estados Ministerio de Fomento, D.M.S. Betti, para informarle que Unidos había perdido la esperanza de obtener como apoderado de los señores Evena y Hernández, está en concesión una franja de tierra en el Istmo, dispuesto a pagar los $507.00 por concepto de la libranza de adquisición de títulos de los terrenos de Tehuantepec, pero entonces se estimuló y apoyó a compañías 10 de enero de 1857. particulares para que compraran grandes ex- 38 ageo, Secretaría de Gobierno, Conflictos y adjudica- tensiones de tierra para después venderlas a ciones, Adjudicaciones, leg. 15, exp. 7, “Solicitud de Cecilio Oest para que se le rebaje la contribución que tiene que pagar por los terrenos”, 1901; Mapa en el apéndice titula- do “National Real Estate Company”, en A.L. Rodríguez, 35 L. Machuca, “Las leyes de desamortización y su apli- Autobiografía, México, Novaro, 1962. cación en el Istmo de Tehuantepec”, en Carlos Sánchez Sil- 39 The Nacional Archives in Washington D.C. (na), Con- va (coord.), La desamortización civil en Oaxaca, México, sulado norteamericano en Salina Cruz, vol. 51, “Solicitud uabjo-uam, 2007b, p.173. de información sobre los precios de los terrenos en el Istmo 36 Ibidem, pp. 184-188. de Tehuantepec”, 8 de diciembre de 1911.

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instancias recaudadoras de Hacienda que le re- la ley del 26 de marzo de 1894.42 En el mismo bajaran la contribución a la mitad, con el argu- municipio se efectuaron otras menores, como mento de estar apoyando el desarrollo de la las de Conrado Wolf de 10 000 ha, la de Anato- agricultura extensiva “de gran escala”, y que lio Pombo de 1 000 ha y la de José F. Gómez de era un factor importante para el desarrollo del 747 ha;43 los juicios tienen muchas variantes, estado.40 pero la constante es que siempre se adjudicaron En la franja que baja por la parte central del a hombres prominentes coludidos con los jefes Istmo y siguiendo hacia el este, como una “L”, políticos. se extendía la basta zona de antiguas e inmen- La resistencia de los pueblos para no perder sas propiedades formadas en la época colonial, sus terrenos comunales provocó un complejo y como las haciendas Marquesanas y las Frailes- embrollado proceso notarial. Los juicios dura- cas; las cuales fueron cambiando de propieta- ron hasta 50 años y algunos casos pueden ilus- rios a mediados del xix. A partir de las últimas trar la situación. Las adjudicaciones en el dos décadas, bajo el estímulo de la colonización, municipio de Guichicovi, al noroeste del distri- se formaron a su alrededor nuevas propiedades, to de Juchitán, fueron dramáticas porque hasta más pequeñas, con los terrenos que denuncia- la década de 1880 había sido una de las zonas ron algunos notables de la región o personajes más pobladas del Istmo, con la particularidad de la política nacional, quienes también llega- de que la población estaba concentrada en la ron a formar algunas empresas agrícolas. villa de Guichicovi, y en las montañas las par- Una de estas nuevas propiedades, 29 580 ha tes bajas sólo las frecuentaban en época de en San Miguel Chimalapa, la adquirió en 1877 siembra y cosecha. la Compañía de Fomento de Tehuantepec. La Esta situación originó que los denunciantes enajenación se había hecho desde 1857 a favor las tomaran como terrenos baldíos y los pueblos de Alfonso Bouvier, y después adquirió la pro- perdieran esas tierras. En los terrenos de Sara- piedad la Compañía Mixta de Fomento Territo- bia y Boca del Monte se adjudicaron 51 152 ha, rial. En la época del furor de las adjudicaciones la privatización más grande que se conoce y está el presidente municipal y el síndico de San Mi- ubicada en la línea del ferrocarril. El juicio em- guel denunciaron a la compañía “por no tener pezó en 1857 y en la última sanción, de 1909, la adjudicación antes de la circular de 1890”. quedaron como dueños los descendientes de Ale- No obstante, el jefe político, Manuel Higinio jandro de Gyves, Tomás Wooldrich, quien de- Vasconcelos, y el gobernador ordenaron que se nunció varios terrenos en el Istmo, y The Real procediera a la escrituración.41 Company of México.44 Muy cerca de Boca del Otra adjudicación interesante es la otorgada Monte, la misma compañía estadounidense a Emilio Rabasa en Santa María Chimalapa. también denunció otro terreno de 733 ha. Colin- La propiedad era de 28 037 ha y se tasó su pre- dando con estas propiedades, se le adjudicaron cio en $1.10 por hectárea. Aun cuando el precio 33 590 ha a la National Real Estate Company, era bajo, según la media de esa zona, todavía se le hizo una rebaja de 50% por el artículo 42 de 42 Ibidem, Juchitán, leg, 16, exp. 10, 1898, f. 8, “Compo- sición de un terreno entre Emilio Rabasa y la Secretaría de Fomento”. 40 ageo, Secretaría de Gobierno, Adjudicaciones y Con- 43 Ibidem, leg. 15, exp. 12, Juchitán, San Miguel Chi- flictos, Adjudicaciones, leg. 15, exp. 7, Santa María Chi- malapa, Relativo a la adjudicación de un terreno a favor del malapa, “Solicitud de Cecilio Oest, representante de la Lic. José F. Gómez, cuya extensión es de 767 ha. Mexican Land and Coffee Company”, 1901, 8 ff. 44 agn, Bienes nacionalizados, vol. 404, exp. 86/85, Re- 41 Ibidem, Juchitán, leg. 15, exp. 9, ff. 43; leg. 15, exp. 8, partos y Adjudicaciones de Guichicovi, 1857-1895; ageo, 1905, ff. 4; leg. 16, exp. 12, 1906, ff. 6, “Aclaraciones sobre Secretaría de Gobierno, Conflictos y Adjudicaciones, Adju- la adjudicación de terrenos a la Cia. de Fomento de Te- dicaciones, Guichicovi, leg, 15, exp. 14, Juchitán, San Juan huantepec y correspondencia con la Secretaría de Fomento Guichicovi, 1893, 3 fs.; exp. 15, 1895, 20 ff; exp. 16, 1898, sobre la no existencia de baldíos en sus colindancias”. 4 ff; exp. 17, 1908, 24 ff.

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todo lo que quedaba entre el río Sarabia, el Ju- ces, particulares y autoridades fueron privati- muapa y lo que fue la línea del ferrocarril.45 zando esas tierras para poner en marcha el Del lado derecho de la vía estaban otras dos proyecto del ferrocarril.48 propiedades de ciudadanos estadounidenses: Siguiendo hacia el sur, en los municipios de una a la altura de la estación de Palomares, en la planicie central distrito de Juchitán y hasta el km 166, con una extensión de 23 472 ha, y el litoral hubo pequeñas privatizaciones de en- otra a la altura de la estación de Mogoñé, en el tre 50 y 4 000 ha. Las adjudicaciones tuvieron km. 186, de 7 284 ha, ambas propiedad de la repercusiones y conflictos inmediatos porque se Mexico International Land Company.46 trataba de una zona con un poco más de pobla- Uno de los casos más aberrantes fue la venta ción; por ejemplo, en 1898 se denunció un terre- de los terrenos de la Cruz de Mogoñé, también no de Ixtepec para formar la Sociedad Agrícola en Guichicovi. Estas tierras no eran comunales, Benito Juárez. O la adjudicación de 57 ha que se trataba de una propiedad privada que poseía se llevó a efecto en 1905 en Ixtaltepec para la el pueblo. En 1664 se la habían comprado al Sociedad Agrícola el Huamuchal, de Domingo mayordomo de la cofradía de la Santa Veracruz y José Andrés Toledo, Manuel Eustaquio e Hi- y al Convento de Santa Catalina, pero en 1909 lario Castillejos. Severo Castillejos y Cecilio Oest —quienes En el distrito de Tehuantepec hubo menos había denunciado terrenos en Santa María adjudicaciones y de menores dimensiones que Chimalapas—, así como Leocadio Martínez, de- en Juchitán, porque en esta zona occidental del nunciaron 9 354 ha de tierra. No obstante que Istmo había mayor densidad demográfica, ma- muchos vecinos demostraron ser propietarios y yor número de pueblos y las extensiones sin cul- se argumentaba que iban a perjudicar a un tivar eran muy pocas. No obstante la resistencia pueblo de más de 6 000 personas, se remataron de los pueblos, siempre hubo quienes consiguie- 4 854 ha argumentando que por ahí pasaba el ron una pequeña propiedad. La compañía Pear- ferrocarril y además se iba a construir una es- son and Son Limited, que estaba construyendo tación.47 Este fue el fallo final de un proceso de la vía férrea, en 1901 obtuvo por adjudicación corrupción y donde, una vez más, el jefe político un terreno de 40 ha en el Cerro Pluma, Tehuan- actuó no en favor de las leyes modernizantes, tepec.49 Varias y pequeñas adjudicaciones se lle- sino en contra de la gente del pueblo. varon a cabo en los municipios con tierras Siguiendo hacia el sur, en el municipio de fértiles como Laollaga o Comitancillo, aunque Santa María Petapa, del mismo distrito de Ju- también hubo algunas en el municipio de Gue- chitán, también se crearon conflictos porque la vea de Humboldt, al norte o en el litoral, perte- vía férrea y la estación, tipo inglés, de Rincón neciente a los huaves de San Mateo del Mar, o Antonio, hoy Matías Romero, se construyeron en Huamelula en el extremo occidental. en terrenos comunales. Aparentemente eran te- En 1898 la prensa local comentó que una rrenos baldíos porque, al igual que el municipio compañía estadounidense había denunciado anterior, su población estaba concentrada en la 52 611 ha para formar una empresa agrícola. Se parte más fresca y salubre de su territorio, o decía que quería tierras fértiles para sembrar sea en las montañas del lado occidental. Enton- hule, café, tabaco y explotar las maderas pre- ciosas, además de que pensaban construir un

45 Mapa en el apéndice titulado “National Real Esta- 48 te...”, op. cit. Ibidem, leg. 16, exp. 23, Juchitán, Santa María Peta- 46 Idem. pa, 1907; El Eco del Istmo, Tehuantepec, 1 de enero de 47 ageo, Secretaría de Gobierno, Conflictos y Adjudica- 1894. 49 ciones, Adjudicaciones, leg. 15, exp. 18, Juchitán, Guichi- ageo, Secretaría de Gobierno, Conflictos y Adjudica- covi, Relativo al denuncio de un baldío de 9 354 ha que ciones, Adjudicaciones, leg. 25, exp. 30, Tehuantepec, “Re- hacen Severo Castillejo, Cecilio Oest y Leocadio Martínez, lativo a la adjudicación de un terreno a favor de la 1909, 68 ff. Compañía Pearson and Son Limited”, 1901, 9 ff.

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pabellón para los trabajadores y un ferrocarril rematen los terrenos de su comunidad, ni a los pequeño para transportar sus productos.50 Aun- vecinos, ni menos a extraños, pues el vecindario que resulta poco creíble una adjudicación tan de que representa ha expresado de antemano grande en el distrito de Tehuantepec, la noticia su voluntad de que no se enajenen dichos terre- resulta interesante porque expresa la mentali- nos, sino que permanezcan como siempre han dad empresarial de algunos personajes que estado”. El jefe político calificó esta actitud de efectivamente impulsaron la agricultura tropi- irracional y contraria al espíritu y texto de las cal de exportación en el sur del país. Leyes de Desamortización y Reglamento del 26 Por otra parte, algunos pueblos se apoyaron de junio de 1890.52 en las leyes de reparto para no perder sus tie- De tal suerte que surgieron gobernadores rras comunales, ya que mediante su solicitud como Gregorio Chávez, que en su afán de hacer pudieron demostrar que no había demasías, por cumplir la ley llegó a ordenar en 1893 que se lo cual se anulaban las denuncias y ya no pro- efectuara el reparto de los terrenos comunales, cedieron las adjudicaciones. No obstante, hubo so pena de ponerlos en remate público.53 Esta otros casos en los que de cualquier forma se lle- disposición puso a la comunidad en una posi- varon a cabo las asignaciones porque así conve- ción mucho más débil y, por tanto, facilitó el ca- nía al jefe político y siempre se encontró la mino a los denunciantes; fue el año que se inició manera de sancionar el proceso. Estas leyes en la nueva ola de adjudicaciones en el Istmo oa- principio atendían a una necesidad social. Tra- xaqueño. Ante esta amenaza, los pueblos llega- taban de asegurar el fraccionamiento de las tie- ron a solicitar el reparto sólo para demostrar a rras entre la gente de los pueblos y su las autoridades que no sobraban tierras del co- escrituración particular. En el fondo estaba la mún y en consecuencia no procedía la adjudica- privatización individual de la tierra, y con ello ción, como en el caso de los terrenos que había deshabilitar la vida comunal. En la práctica, la denunciado Pedro Vázquez en el cerro Dani mayoría de los pueblos no solicitó el reparto por Vixana, cerca de la ciudad de Tehuantepec.54 desconocimiento de la ley o, como decía un go- Igualmente, con la solicitud de reparto de los bernador de Oaxaca, por “el apego que los pue- ejidos del común de Tehuantepec se evitó su ad- blos tienen a la posesión en común”.51 judicación porque estaba prohibido su traslado. En el Istmo se presentaron pocos casos y tu- Asimismo, el jefe político llegó a utilizar el vieron diversas causas. En algunas ocasiones, reparto para dirimir conflicto entre pueblos, como en Santa María Chimalapas, el jefe polí- como en los municipios más poblados de alrede- tico —personaje central en la vida provincial dor del de Tehuantepec; pretendía dejar esta- del Porfiriato— llevó a cabo el reparto como un trámite burocrático, con el objeto de poder re- matar el resto de las tierras que sobraran des- 52 Idem. pués de haber repartido la tierra entre la gente 53 ageo, “Reglamento para el reparto y adjudicación de de la comunidad. El 19 julio de 1884, el repre- los terrenos comunales de 26 de junio de 1890”, y “circular nº 9 del 24 de febrero de 1893”, en Colección de Leyes y de- sentante del pueblo detuvo la escrituración de cretos del Gobierno del Estado de Oaxaca, Oaxaca, Impren- un terreno de diez mil hectáreas, que había de- ta del Estado, 1911; para una descripción detallada de las nunciado Conrado Wolf y socios, diciendo lo si- leyes agrarias de estado de Oaxaca véase M. Esparza, “Las guiente: “que no están conformes con que se tierras de los hijos de los pueblos. El distrito de Juchitán en el siglo xix”, en Ángeles Romero (comp.), Lecturas his- tóricas del estado de Oaxaca. Siglo xix, México, Gobierno 50 El Eco del Istmo, Tehuantepec, 1 de agosto de 1898. del Estado de Oaxaca/inah (Regiones de México), vol. III, 51 ageo, Secretaría de Gobierno, Conflictos y Adjudicacio- 1990, pp. 389-400. nes, Adjudicaciones, leg. 15, exp. 1, Solicitud de adjudica- 54 ageo, Secretaría de Gobierno, leg. 25, exp. 29, Te- ción de un terreno a favor de Conrado Woolf y socios, huantepec, “Pedro Vázquez Esteva solicita en adjudicación Juchitán, Santa María Chimapalas, 19 ff., 19 de julio de el cerro de Vixana y un pequeño terreno que tiene al pie 1894; exp. 10, 2 ff., 1893. perteneciente al Municipio de Tehuantepec, 1893”.

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blecida la propiedad de cada labrador.55 En blos, también lo estuvo en manos de los general, cualquiera que haya sido la motivación particulares. Las grandes propiedades del nor- del reparto, éste no significó un cambio en la te- te de la región permanecieron incultas y con nencia de la tierra, sólo fue un cambio legal del dueños que ni siquiera conocían su propiedad y régimen de propiedad. En el mejor de los casos, apenas se empezaron a fraccionar hacia 1911, los pueblos sólo lo utilizaron como una forma de para venderlas a gente que invirtiera en pro- sobrevivencia y readecuación a la modernidad. ductos agrícolas de exportación. En la vida diaria siguieron usando y distribu- De tal suerte que la mayor concentración de yendo su tierra como antaño. tierras se generó en las oficinas y el cambio de pro- No obstante que en el sur de México las leyes pietarios sólo se dio en el papel, porque quienes de desamortización no habían hecho tantos es- denunciaron o compraron tierra, sobre todo es- tragos como en el centro y norte de la Repúbli- tadounidenses, nunca llegaron a tomar pose- ca, el gobernador de Oaxaca, Martín González, sión de éstas. Se puede decir que hubo un gran se adhirió a la idea que expresaba la prensa en cambio en la tenencia de la tierra, se crearon torno a lo absurdo y efectos negativos que esta- problemas legales y conflictos, pero no hubo ban provocando las nuevas leyes; a finales del cambios generalizados en el uso de suelo. De año siguiente, en 1894, derogó el reglamento 801 006 ha adjudicadas a partir de la década para el reparto y adjudicación de los terrenos de 1880, resulta que sólo 30% de esta cifra se comunales.56 Por su parte, el ejecutivo también convirtió en tierra productiva. En resumen, ha- empezó a modificar la ley en el sentido de otor- cia finales del sigloxix fueron pocos los lugares, gar terrenos baldíos a los indígenas, debido a y muy focalizados, donde hubo cambios en la que todo el proceso de desamortización ya había estructura agraria. dejado a muchos indígenas y campesinos sin Por otra parte, aunque la economía de la re- tierras. Al cambio de siglo terminaron por anu- gión se había estancado en las primeras déca- lar la ley en 1909. Sin embargo, ya era un re- das del siglo xix, ésta mantuvo por lo menos un medio tardío que había costado el fracaso de la mercado regional. En cambio, en otras regiones política liberal agraria en relación con el frac- de Oaxaca, o del país en general, los conflictos cionamiento y reparto real de tierras entre los políticos, la caída de la producción de grana co- jornaleros o arrendatarios sin tierras.57 chinilla (producto de exportación), las cíclicas En el Istmo toda la tierra que se privatizó vía crisis agrícolas, los impuestos y la falta de ca- adjudicación, constituyó la mitad del territorio minos desarticularon el mercado interno. de la región. Sin embargo, mucha de esta tie- Algunos de estos factores afectaron la pro- rra, si bien estaba “subutilizada” por los pue- ducción comercial del Istmo hacia Europa, pero otro tipo de cultivos y productos manufactura- dos siguieron teniendo demanda en el mercado 55 Ibidem, leg. 25, exp. 28, Tehuantepec, “Terreno que nacional, como el azúcar, las pieles o las cuer- denuncia Esteva en ejidos del común de Tehuantepec, 1893”; das de ixtle. Sobre todo, es significativo que a El Eco del Istmo, Tehuantepec, 1 de noviembre de 1893; ageo, Secretaría de Gobierno, Conflictos y Adjudicaciones, Adju- pesar de las alcabalas o impuestos internos, el dicaciones, leg. 25, exp. 42, Tehuantepec, Xihui, San Blas, comercio entre los diferentes grupos étnicos del 1892, 117 ff., Opiniones y solicitudes respecto al repartimien- Istmo oaxaqueño se mantuvo durante la prime- to, adjudicaciones de pequeños terrenos de sembradura que ra mitad del siglo xix, que fue de estancamien- solicitan los vecinos de barrio de San Pedro Xihui, así como 58 la solicitud del barrio de San Blas. to económico y poblacional. 56 Decreto núm. 13 del 13 de diciembre de 1894. 57 M. González Navarro, “Indio y propiedad en Oaxaca”, en Historia Mexicana, vol. VIII, núm. 2, octubre-diciembre 58 Archivo Histórico de la Biblioteca Nacional de Antro- 1958; M. González Navarro, “Tenencia de la tierra y pobla- pología e Historia (ahbnah), J.M. Murguía y Galardi, Es- ción agrícola (1877-1960)”, en Historia Mexicana, vol. XIX, tadística del Estado Libre de Oaxaca, Oaxaca, s/e, núm. 4, 1969, p. 65. manuscrito, 1827; A. García de León, “Las grandes tenden-

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Estos cambios fueron producto del interés co- pec se había conservado como una de las regiones mercial que tuvo la región por parte de los paí- del estado con mayor porcentaje de población in- ses europeos y a los cuales se fueron adecuando dígena. Aún así, de acuerdo con las cifras, el nú- los pueblos indígenas. Es importante destacar mero de indígenas bajó de 97% en 1878 a 70% en que si bien algunos pueblos hayan perdido par- 1890. Parece que se trata de una disminución te de sus tierras comunales o recursos natura- relativa debido al aumento de personas que ha- les, éstos no desaparecieron y —sobre todo los blaban español, debido a la gran emigración que de filiación zapoteca— se supieron insertar, ya se dio en los años de la construcción de la vía fé- fuera como comerciantes, artesanos o trabaja- rrea, del auge del comercio en Salina Cruz y del dores, en la nueva estructura económica que se impulso a las empresas agrícolas.61 desarrolló en ciudades como Juchitán o Te- La tendencia a la baja de la población indí- huantepec. gena también es parcialmente cierta, pues en El incremento en el número de pueblos y lo- un análisis más detallado de la región encon- calidades en el Istmo siguió la misma tendencia tramos que el descenso fue diferencial; se dio en que en el conjunto del país; aunque resulta di- las zonas periféricas que rodeaban los grandes fícil, como dice González Navarro, distinguir centros comerciales y al tendido de la vía fé- entre uno y otro, también asegura que aumentó rrea, como por ejemplo en la zona mixe: entre más rápidamente el número de localidades. Al 1882 y 1910 Guichicovi y Petapa tuvieron una paso de los años, incluso las nuevas localidades tasa anual de crecimiento negativa de -1.2% y del Istmo formadas con población extranjera de -1% respectivamente; en la zona zoque de terminaron por convertirse en pueblos, pero es Santa María Chimalapa fue de -0.2% y de es- significativo que en esta región, a diferencia de tancamiento en poblaciones que habían crecido la mayoría de las del país, las incorporaron y sobre la línea del Ferrocarril Panamericano, las zapotequizaron debido a las fuerza de las como Niltepec, Zanatepec y Tapanetepec.62 En cultura zapoteca.59 cambio, Juchitán creció llegando a tener 21% La población indígena en Oaxaca siempre más de habitantes que Tehuantepec y 80% más conservó un lugar numérico importante. El 80% que Guichicovi. de la población rural oaxaqueña vivía en pueblos De manera comparativa, en el mismo lapso con tierra y sólo 20% no la poseían.60 Hacia el úl- de tiempo las ciudades más importantes tuvie- timo cuarto del siglo xix el Istmo de Tehuante- ron las siguientes tasas anuales de crecimiento: Guichicovi de -2.83%, Tehuantepec 1.38 % y Ju- chitán de 2.95 %, el cual estuvo por encima de cias de la producción agraria”, en Enrique Semo (coord.), la media nacional y del estado de Oaxaca, y tan Historia de la cuestión agraria mexicana. El siglo de la ha- sólo comparable con el crecimiento que tuvieron cienda, 1800-1900, México, Siglo XXI, 1988, t. I, pp. 61-73; L. Reina, op. cit., 1988. los Cantones de Acayucan y Minatitlán, en el 59 M. González Navarro, op. cit., 1969, pp. 62-86. Istmo veracruzano.63 González Navarro dice que las localidades colectivas en México aumentaron de 6 937 en 1877 a 11 310 en 1910; mientras los pueblos aumentaron poco, de 4 878 en 1877 a 61 ageo, Memoria que el C. Ramón Cajiga, Gobernador 5 057 en 1910; para el concepto de zapotequización véase constitucional del Estado, presenta al Segundo Congreso de L. Reina, “La zapotequización de los extranjeros en el Ist- Oaxaca a la Honorable Legislatura, 1879, Oaxaca, Impren- mo de Tehuantepec”, en Extranjeros en las regiones, Re- ta de G.M., 1879; Alfonso Luis Velasco, Geografía y estadís- vista Eslabones, t. 2, núm. 10, 1995, pp. 36-45; L. Reina, tica del estado de Oaxaca de Juárez, México, Oficina “Etnicidad y género entre los zapotecas del Istmo de Tehu- Tipográfica de la Secretaría de Fomento, 1891, p. 368; tam- antepec. México, 1840-1890”, en Leticia Reina (coord.), La bién véase M. González Navarro, op. cit., 1958, pp. 176-177. reindianización de América, México, Siglo XXI/ciesas, 62 Memoria constitucional presentada por el Ejecutivo 1997, pp. 340-357. del Estado Libre y Soberano de Oaxaca..., ed. cit.; División 60 J. Meyer, “Haciendas y ranchos, peones y campesinos territorial de los Estados Unidos Mexicanos..., ed. cit. en el Porfirirato. Algunas falacias estadísticas”, enHistoria 63 ageo, Memoria constitucional presentada por el Eje- Mexicana, vol. XXXV, núm. 3, 1986, p. 493. cutivo del Estado Libre y Soberano de Oaxaca al H. Con-

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Éste es uno de los factores que establecieron bana.64 No obstante la gran movilidad de mer- una mayor diferenciación étnica en la región. cancías y personas que se dio con la construc- Los pueblos zapotecas intensificaron y diversi- ción del ferrocarril, ésta vino a consolidar la ficaron su producción agropecuaria al tiempo preponderancia de los zapotecas sobre los otros que se incrementaba su población. En cambio, grupos que habitaban la región. otros grupos étnicos, como los mixes, zoques y Como reflexión final podemos decir que los huaves, pagaron los costos del crecimiento eco- zapotecas del Istmo de Tehuantepec son uno nómico. Mientras los mixes y zoques se mantu- de los pocos grupos étnicos de la República vieron fundamentalmente como campesinos mexicana que no fueron sometidos ni por los dedicados a la ganadería y a la agricultura; aztecas ni por los españoles, y que en conjunto para los huaves su actividad fundamental esta- se beneficiaron de los cambios económicos que ba centrada en la pesca; en cambio, los zapote- produjeron las políticas agrícolas y agrarias cas, que habían dominado el comercio de la del siglo xix. región, se insertaron en todas las nuevas acti- En esta región los diferentes grupos étnicos vidades de un desarrollo regional. perdieron tierras y salinas, primero por la crea- Dentro de estos cambios registrados en la ción del marquesado del Valle, después ante el segunda mitad del siglo xix, dos factores fue- impulso liberal modernizador, vino la recupe- ron centrales en beneficio de los zapotecas: la ración de propiedades que efectuaron los des- construcción de la vía interoceánica y la diver- cendientes y más tarde por la creación de sificación económica (incremento de la gana- empresas agrícolas y la especulación de tierras: dería, creación de empresas agrícolas para la unas para construir la vía del ferrocarril y otras exportación, producción semi-industrial y do- por parte de población estadounidense para tación de servicios para el conjunto de pobla- apropiarse del territorio transístmico (recupe- ción dedicada a la construcción de la vía radas después de la Revolución mexicana). transoceánica). Todo ello creó cambios en la tenencia de la La estructura ocupacional de los zapotecos se tierra y repercutieron de manera negativa en- transformó, se hizo compleja y pudo incorporar tre la población mixe, zoque y huave pero no a la población campesina despojada de salinas entre los zapotecas, quienes pudieron reinser- y tierras que había producido la política liberal tarse en la nueva dinámica económica de la re- modernizadora. La organización social y econó- gión, manteniendo el dominio y control del mica de las ciudades de Juchitán y Tehuante- mercado regional interno y de los recursos na- pec, aunque habitada por población zapoteca se turales. Al interior del grupo se generaron conformó a semejanza de cualquier población ur- grandes diferencias económicas y sociales, pero bana y, por supuesto, con una diferenciación no perdieron su cohesión como grupo y la pre- interna muy fuerte, propia de una población ur- ponderancia cultural de la región.

greso del mismo el 17 de septiembre de 1882, sobre todos 64 L. Reina, “El impacto económico del ferrocarril de Te- los ramos de la administración pública, Oaxaca, Imprenta huantepec y el poder de los zapotecas en la región”, en del Estado en el Ex-obispado, 1883; Mensaje leído por el C. Identidad y prácticas de los grupos de poder en México, si- Lic. Emilio Pimentel, gobernador constitucional del Esta- glos xvii al xix, México, inah, 1999, pp. 183-199; L. Reina, do, ante la XXVa Legislatura del mismo y contestación del “Indianización de las instituciones españolas. Los zapote- Presidente del H. Congreso, C. Jacobo L. Grandison, al cas del Istmo mexicano en el siglo xix”, en Antonio Escobar abrir aquélla su segundo período de sesiones ordinarias, el O., Raúl J. Mandrini y Sara Ortelli, Sociedades en movi- 16 de septiembre de 1910, Oaxaca, Imprenta del Estado, 2ª miento. Los pueblos indígenas de América Latina en el si- de Murguía, núm. 9, 1910. glo xix, Tandil, iehs-fch-uncpba, 2007, pp. 143-158.

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