Siglo nuevo

su radio únicamente emite Dentro de la mitología de clásicos de rock de la década King, el fi cticio pueblo de Cas- de los cincuenta, tiene la facul- tle Rock aparece por primera tad de repararse solo y por las oportunidad en (1981), o- noches sale a asesinar a todo bra sobre un perro San Ber- aquel que se atrevió a hacerle nardo que luego de ser mordi- alguna abolladura. do y contagiado de rabia por Con esa misma trama don- un murciélago esparce terror de las máquinas se convier- en la pequeña población. La ten en el foco del terror, escri- zona muerta, Los Tommyknoc- biría también los relatos La kers, La tienda de los deseos ma- trituradora (The Mangler) y Ca- A él esto último parece no importarle en lo más lignos (NeedfulNeedful TThingshings, 1981), La miones (). Con este últi- mitad oscura y Cuenta conmigo mo, incluido en El umbral de la mínimo, pues afi rma: soy a la literatura (, 1982), desarrollan noche, incursiona sin fortuna sus historias en Castle Rock. como realizador cinematográ- lo que Mc Donald’s a la gastronomía A finales de los ochenta, fi co con La rebelión de las má- fue apoyado por quinas (, interesante fue la banda sono- par el creador de Los Simp- familia y amigos para abando- 1986), en donde evidenció su ra, encomendada al grupo de sons, . En Ce- nar arraigadas adicciones al desconocimiento del lenguaje rock favorito de King, los aus- menterio de mascotas (PetPet SSema-ema- alcohol, tabaco, cocaína, xanax cinematográfi co en una fría y tralianos de AC/DC. Por cier- tary, 1983), King haría otro gui- y al valium, dependencia que mal urdida cinta sobre tráile- to, Stephen tocó la guitarra ño al rock, cuando hizo que el desde luego también se vería res violentos capaces de cual- ocasionalmente en el grupo protagonista se registrara en refl ejada en su obra, como fue quier cosa con tal saciar su sed Rock Bottom Remainders, en un motel bajo el alias Dee Dee el caso de Jack Torrance de El de combustible. Quizá lo más el que también llegó a partici- Ramone. resplandor.

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