EL MANTO DE CAMBIL

Por María San Miguel Arribas Catedrático deJCienciaslNaturales

{T)L doctor Fontboté, catedrático de Geología de la Universidad de Granada y promotor de la investigación geológica española de esta zona, bautizó en 1964 con este nombre, una banda de terrenos margosos, rojizo verdosos que se extienden desde el este de la carretera de Jaén a Granada hasta el sur de la Depresión de Larva. Pertenece al Triásico (principios de la Era Secundaria) y descansa sobre terrenos más moder­ nos. (Figura 1).

Lo interpreta el mismo autor como un manto de corrimiento, o sea, como estratos deslizados hasta allí donde ahora los encontramos. El pueblo de Cambil, situado al N.O. del Manto, le presta su nombre.

Para comprender la importancia tectónica del Triásico en esta zona y por tanto, del Manto de Cambil vamos a hacer un esquema de las principales unidades estructurales de la provincia de Jaén:

Un corte de Norte a Sur de la provincia nos destaca: Sierra Morena al Norte, los cerros de Jaén al Sur y entre ambos el Valle del Gua­ dalquivir.

Sierra Morena no es más que el reborde de la Meseta castellana, afectado por los movimientos alpinos y posteriormente por una intensa erosión fluvial.

El valle del Guadalquivir es un enorme sinclinal a veces fallado, de ahí el nombre genérico de Falla del Guadalquivir. 10 BOLETIN DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GIENNENSES

Por último, los cerros de Jaén constituyen las estribaciones septen­ trionales de la Cordillera Penibética, divididas por el doctor Busnardó en dos zonas: el Prebético y el Subbético. El Prebético está formado por los cerros calizos de Jaén, todos de la era secundaria (albiense superior y cenomanense). Son los cerros de Santa Catalina, Cerro de la Peña, Sierra de , Aznatín y Montes de Jódar que se coronan con el gran acantilado de La Llana al Oeste de la Peña del Castillo. Son los primeros contrafuertes montañosos que bordean al Sur el Valle del Guadalquivir entre Torredeleampo y el Guadiana Menor. (Fig. 2.) Todos estos montes fueron estudiados por geólogos franceses que los interpretaron como cerros deslizados provenientes del Sur y expresado en términos geológicos: anticlinales tumbados, deslizados y posterior­ mente fallados, rotos por la acción gravitoria. (Fig. 3.) Douvillé, por ejemplo, dividía los montes de Jaén en dos grupos: obscuros y claros y para él los cerros claros: Sierra Pandera, Sierra Mágina, etc., serían autóctonos, formados in situ y los de facies obscu­ ras: Jabalcuz, San Cristóbal, Sierra Almadén y los cerros más próximos a Jaén de Santa Catalina y de la Peña serían alóctonos, trasladados. (Figura 2.) Estos últimos cerros se interpretan hoy día como « Escamas de corrimiento» cabalgando hacia el Norte por el empuje africano del movimiento alpino. De hecho, no es difícil comprobar que unos mon­ tes cabalgan a otros: Almadén cabalga a la Sierra de Pegalajar; Jabalcuz al Cerro de la Peña y éste al Cerro de Jaén o de Santa Catalina. El contacto anormal suele estar marcado por un ribete discontinuo de terreno margoso triásico que constituye la base de todos estos cerros y su superficie de despegue. Estos cerros o escamas de corrimiento presentan, en efecto, un escar­ pe casi vertical vistos por su cara Norte y una pendiente muy suave por el Sur. Así es como el cerro de Jabalcuz, desde la ciudad de Jaén, se presenta como un escarpe muy abrupto, pero si lo bordeamos por la ladera Este, siguiendo la carretera de , podremos comprobar cómo sus estratos buzan suavemente al Sur y lo mismo podríamos obser­ var en los demás «cerros obscuros». ,¡. ESQUEMA ESTRUCTURAL DE LA REGION DE JAEN ' - .

V PANORAMICA DE LOS CERROS DE JAEN

Swrexuela de Pegalajar San C ru tobat 1.007 Lo» Croral»* Puerto Alto 1.660 La Pandera 1845 Peña de Jaén 1,250 La Guardia Salto de la Yegua Cerro de Jaén 7 l. i ni Jabalcuz 1 Zumbel Alto JAEN

s ------’ >------— ------_ §?o¥r?óade ¡Zumbel Bajo , ■ I Carretera de Jaén / ' • ------R'i 0 I - ______L° E .W)

FORMACION DE UNA “ESCAMA DE CORRIMIEMTO” A PARTIR DE UN ANTICLINAL

Normal Inclinado Acostado Corrido

Fig. 3

ESQUEMA DE LA FORMACION DE UN MANTO ALOCTONO GR AVI T ATORIO

Fig. 6

Fig. 8

Fig. 1U

Fig. 12 ' Fig. 13

BORDE IBERICO DE LA MESETA

POSICION DEL MAR DURANTE EL TRIAS MEDIO

JAEN

POSICION DEL MAR DURANTE EL EOCENO

Fig. 15

POSICION DEL MAR DURANTE EL MIOCENO MEDIO

Fig. 16

A DEPOSITOS ¡R E N T A L E S EROSION DEL B B ETICO EROSION DE \ C LA MESETA \ _— * - - i V v

B MAR DE TRIAS MEDIO___, KEUPER

\ \ HUNDIMIENTO

Fig. 17 (sigue)

^btlILO Fig. 17 (continuación) Z0NA CENTRAL SUBETICO 1 SUBETICO | Z0NA CENTRAL ZONA ZONA DE ¡ZONA BORDE BETICO BORDE BORDE PREBETICO c n r r i r O u Q

Fig. 18

EL MANTO DE CÁMBIL

Fig. 19

EL MANTO DE CAMBIL 11

Al Prebético le sigue hacia el Sur el Subbético que se subdivide en: externo, medio e interno. Pues bien, el doctor Fontboté identifica el Sub- bético medio con el Manto de Cambil y lo interpreta como: «Un manto de corrimiento alóctono gravitatorio procedente del bor­ de meridional de la Cuenca Subbética» lo que traducido al lenguaje corriente sería: «Unos estratos deslizados por la acción de la gravedad, sobre una pendiente lubrificada, como los vemos deslizarse en tiempo de lluvia, pero a ritmo geológico, cuya unidad de tiempo es el millón de años. (Fig. 4.) Por tratarse de un trabajo de divulgación científica creemos conve­ niente dar algunas ideas generales sobre el Triásico superior: Se conoce con el nombre de Sistema Triásico el comienzo de la Era Secundaria hace unos 225 millones de años. La Era Secundaria se divide en tres períodos: Triásico, jurásico y cretácico. Se trata de una época in­ termedia entre el final de la orogenia de la Era Primaria y el inicio de los movimientos alpinos de la Era Terciaria. Reina en ella la tranquili­ dad geológica de J!a corteza terrestre, lo que permite a los dinosaurios pasearse por ella. Al final de la Era Primaria el mar de Thetys (del cual procede nuestro mar Mediterráneo) alcanzaba los Alpes meridionales y orientales, y en estrecha lengua, el Sur de España y el Rif. El nombre de Triásico se debe a estar dividido en tres pisos: el inferior, el medio y el, superior o Keuper que es el que nos interesa por pertenecer a él el Manto de Cambil. Su nombre — Keuper— corres­ ponde a la denominación alemana de cierta marga abigarrada. En general, el Keuper está constituido por arcillas abigarradas de color rojo dominante, con 'tonos verdosos y violáceos muy característicos y abundantes en di Manto de Cambil, con bellos ejemplos cerca de Cambil y de . (Fig. 5.) El techo, el Rético, suele estar constituido por do­ lomías careadas, cavernosas, llamadas en España «carniolas». Así como los diferentes pisos paleontológicos quedan bien establecidos por los fósiles característicos que encierran, el Keuper presenta carac­ terísticas tan peouliares que puede quedar bien definido, sin necesidad de fósiles, por la presencia más o menos continua de: Arcillolitas abigarradas con evaporitas: yeso, anhidrita y sal común. Manantiales salinos. 12 BOLETIN DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GIENNENSES

Calizas magnesianas tableadas y dolomías (rocas formadas por car­ bonato calcico y carbonato magnésico principalmente.

Jacintos de Compostela.

Ofitas.

Aragonito.

Una forma especial de afloramiento: el Diapiro.

P r o p ie d a d e s F í s i c o Q u í m i c a s d e l o s m a t e r i a l e s d e l K e u p e r .

Las arcillolitas del Keuper contienen evaporitas en abundancia, las cuajes tienen su origen en los cursos de agua que al atacar las rocas de la superficie, por la que se deslizan, transportan los iones en débil con­ centración a los mares donde van acumulándose, dando lugar a una salinidad muy superior a la de las aguas alimentadoras e incluso en los lagos se puede llegar a la saturación. Si ésta se alcanza, se separarán y precipitarán, quedando en el fondo una capa salina. Por otra parte, las arcillas retienen el agua de mar, si ésta se evapora en superficie, evapo­ ración renovada por la misma brisa marina, la arcilla se enriquecerá en las sales correspondientes. Podemos hallar buenos cristales de yeso en la carretera a Huelma, en las inmediaciones de Cambil y Huelma y en el «asomo» entre la Ata­ laya y el Mojón Blanco. (Fig. 6.)

P l a s t i c i d a d d e l o s m a t e r i a l e s s a l i n o s .

Sabemos bien que los terrenos salinos de la provincia de Jaén, cuando llueve, se deslizan provocando cortes de carretera etc. Pues bien, el profesor alemán Friedrik Rinne, junto con el académico ruso A. Ioffe, han dedicado valiosas investigaciones a la plasticidad de los haluros alcalinos y, sin entrar en detalles, diremos que por medio de los rayos X han comprobado que cuando los cristales de sal común sufren flexiones bajo la influencia de fuerzas mecánicas, las manchas correspondientes a reflexiones de los rayos Roentgen no sufren variación alguna sobre las caras del rombododecaedro por servir de planos de deslizamiento, mientras las restantes caras sufren deformaciones considerables. EL MANTO DE CAMBIL 13

Se puede comprobar, experimentalmente, la plasticidad de la sal gema colocando sobre un montón enorme de sal gran cantidad de tierra, y sometiendo ésta a una presión vertical o tangencial, la sal atraviesa los estratos superiores y surge bajo forma eruptiva, remendando la actividad volcánica, de ahí que en los terrenos del Keuper sea fácil encontrar una forma el, afloramiento: el Diapiro, que consiste en la aparición de masas de arcillas oon evaporitas que salen a modo de lava volcánica arrastrando, a veces, consigo retazos de caliza o dolomía del Triásico medio e incluso del Paleozoico infrayacente, ofreciendo, en general, una dispo­ sición caótica. Es como si esta materia plástica escupiera esos bloques rígidos que no pueden adaptarse a ella a causa de su rigidez. Un hermoso ejemplo lo tenemos muy cerca de la ciudad de Jaén, en la carretera de Granada (Km. 352, Hm. 8). La dolomía «escupida» en este oaso adopta la posición vertical. (Fig. 7.)

El mismo Manto de Cambil, que aflora en esta zona antes de llegar al Puente de Padilla (Km. 357 al 367,3 de la carretera de Granada), recuerda una emisión volcánica de lava. (Figs.: 8, 9 y 10.)

A esta plasticidad se añade el hecho de que la anhidrita lentejonar (sulfato cálcico) pasa con frecuencia a yeso (sulfato cálcico con dos molé­ culas de agua) por asimilación de agua, produciendo un 60 % de dilata­ ción, por lo que el yeso resultante se ve obligado a plegarse intensamente apareciendo muchas veces en disposición serpenteante, con replegamienlo de las capas que lo contienen, pliegues que no tienen nada que ver con los de origen tectónico.

P a p e l d e l T r i á s i c o S u p e r i o r o K e u p e r c o m o s u p e r f i c i e T e c t ó n ic a

d e d e s p e g u e .

La importancia tectónica de las rocas del Keuper donde se asienta el Manto de Cambil, se debe a sus propiedades mecánicas: Ligereza y plasticidad. Ligereza que le conceden los aportes salinos y plasti­ cidad que le presta la arcilla. Ambas propiedades hacen a dichas rocas muy sensibles a la acción de las presiones, tanto gravitativas como tectóni­ cas, lo que va a constituir un factor fundamental en el desarrollo de los futuros plegamientos y además como elemento lubricante constituirá una superficie ideal de despegue. 14 BOLETIN DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GIENNENSES

Los primeros plegamientos alpinos tienen lugar en el tránsito jurásico-cretácico. Los estratos depositados sobre el Keuper, gravitando sobre él, obligan a los materiales salíferos de éste, más ligeros, a huir del fondo de la cuenca marina sedimentaria. Se van acumulando en los flancos y comienza un movimiento ascensional que prosigue a ritmos variables, hasta en los tiempos actuales, dando lugar a verdaderas chi­ meneas salinas.

L os J a c i n t o s d e C o m p o s t e l a .

Estos cristales de cuarzo bipiramidado (no exclusivos absolutamente del Triásico superior) suelen abundar en los terrenos margosos del Keuper. Pero conviene advertir que ni son jacintos ni provienen de Compostela. E3| jacinto verdadero es una variedad de zircón — silicato de zirconio— de bello color rojo y no pueden abundar en Santiago de Cora- póstela, donde no existen rocas sedimentarias del tipo descrito. El cuarzo — hematoideo si es rojo, ahumado si es negruzco— parece ser que se vendía a los peregrinos que iban a Santiago como recuerdo de la peregrinación y procedía de distintas regiones del Triásico supe­ rior de España. Si bien, el profesor don José María Ríos cree que se ha confundido en los museos y colecciones de minerales, Galitzia de Rumania con Galicia de España y de ahí el nombre de Jacintos de Compostela. Entre las tierras de labor del pueblo de Valdepeñas de Jaén — en las margas del Keuper— hemos encontrado abundantísimos cristales ahu­ mados, algunos hematoideos o incoloros, los dos últimos mucho más pequeños que los primeros. (Fig. 11.) También se hallan bellos ejem­ plares en el afloramiento de Orozco, junto a . Como las rocas primarias de donde proceden las arcillas abigarradas del Keuper, no contenían estos cristalitos de cuarzo, hay que aceptar que se trata de una recristalización de origen diagenético. La materia mineral, lo mismo que los seres orgánicos, responden a los cambios del medio ambiente adaptándose, en este caso reajustando sus redes cristalinas. La mayoría de bis veces no se trata de cristales en el sentido crista­ lográfico, ya que vienen a ser como cajitas de cuarzo que encierran EL MANTO DE CAMBIL

yeso, carbonatos, anhidrita, o sea, las sales que contenía o contiene la roca madre en la que se han formado. Esias inclusiones, por tanto, con­ servarán las características petrográficas ambientales que reinaban antes »c formarse dichos cristales. El color está condicionado por sus inclusio­ nes y suele ser semejante al de las rocas recipientes.

Por todo ello, hoy día se consideran estos cristales como minerales indicadores de facies salinas y por su valor informativo, cstratigráfico y facial se comparan con algunos fósiles de facies que son más caracterís­ ticos de ambientes que de épocas geológicas.

En cuanto a su formación se ha comprobado experimentalmente que en medio salífero dotado de elevada concentración electrolítica se pre­ cipita el cuarzo (Si 02) y cristaliza siempre que existan gérmenes de cristales que actuaran de centro de cristalización y a su vez los sulfatos parecen ser estimulantes de la precipitación del cuarzo.

Desde el punto de vista cristalográfico se trata de prismas hexago­ nales cortos, apuntados en ambas extremidades por romboedros posi­ tivos y negativos.

O f i t a s .

También es típico del Keuper la aparición de unas rocas volcánicas de colores verdes más o menos obscuros, cuyo nombre es debido a que recuerdan la piel de ciertos ofidios. Son rocas de carácter básico que se corresponden con las rocas verdes de los geosinclinales y que pueden hallarse fácilmente en pequeños afloramientos en el Manto de Cambil. (Figura 12.)

A r a g o n i t o .

Es una variedad de carbonato cálcico que suele cristalizar en maclas de tres prismas asociados de tal manera que semejan un prisma hexagonal, como los que se hallan en la localidad-tipo: Molina de Ara­ gón. Pero en el Manto de Cambil el aragonito se presenta en masas de cristales alargados que recuerdan algo al yeso fibroso, de color carameló claro y muy quebradizos. (Fig. 13.) 16 BOLETIN DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GIENNENSES

I nterpretación .

Ahora ya podemos preguntarnos cómo, cuándo y desde dónde se des­ lizaron estas margas que constituyen el Manto de Cambil: ¿Cómo ha tenido lugar este desplazamiento? ES doctor Fontboté cree que el Keuper de esta zona, en algunas ocasiones ha recorrido unos 10 kilómetros. Los datos aportados por diferentes sondeos dejan fuera de duda el doble juego del hundimiento del Valle del Guadalquivir y el levanta­ miento del macizo Bético. Ello provocó, a su vez, la aparición de un plano inclinado hacia el Norte y el deslizamiento en esa dirección de todos los terrenos capaces de deslizarse, esencialmente las arcillolitas del Keuper que en su movi- mienlo arrastraron las capas que soportaban encima. Este fenómeno se puede representar en tres tiempos: De finales de la Era Primaria a principios de la Era Secundaria la meseta española estaba unida con la zona hética formando un conjunto emergido. 1.°— Durante el Triásico se produce la entrada del mar en el surco Subbético y su aislamiento posterior. (Fig. 14.) Del final de la Era Secundaria a principios de la Era Terciaria una nueva llegada del mar al surco Nortbético y la consiguiente deposición extensa de sedimentos forman la subdivisión de la zona en el Prebético y Subbético. 2.°— Durante la era Terciaria el levantamiento de la parte bética y su posible aproximación a la Meseta forman un mar interior más estrecho que el anterior. (Fig. 15.) 3.°— En el Mioceno medio (Helveeiense) se acentúa el levantamiento y aproximación a la Meseta de la zona bética, lo que produce el desli­ zamiento del Subbético en «escamas de corrimiento» especialmente sobre las margas del Keuper. Esta aproximación produce también la forma­ ción de un golfo entre el Subbético y la Meseta (Fig. 16.) Estas tres fases las representa J. L. Saavedra, de quien hemos to­ mado los dibujos, en esquemas de un corte hipotético N-S. (Fig. 17.) EL MANTO DE CAMBIL 17

A ) El conjunto estratocristalino de la Era Primaria está emergido desde la Meseta a la actual zona bética. Lo deducimos porque los sedi­ mentos de esta época son continentales. B ) El mar del Trías medio convierte en isla o islas la parte más elevada de la zona bética. Por el Norte el mar estaba limitado por lia Meseta, cuyo borde debía estar más próximo. En este momento ya exis­ te un nuevo surco subbético en el que se depositan calizas y dolomías. El conjunto se eleva, retirándose el mar hacia el Sur, pero parte del subbético, falto de desagüe, forma una cuenca cerrada a lo largo del surco Bético que lo aísla del mar. Sólo en una cuenca de este tipo pudieron depositarse las margas con yeso y sales del Manto de Cambil. C ) En el Jurásico inferior vuelve a entrar el mar en el surco subbético depositándose calizas como las de Jabalcuz, que son de esta época.

Los sedimentos de la zona central de este mar forman el Subbético. Las conchas de pecten — un verdadero banco que puede verse en la cantera del Cerro de la Peña— , se depositaron posteriormente en este mar durante el cretácico — y los cortes de fósiles pulimentados que pi­ samos al pasar ante el edificio nuevo de Sindicatos de Jaén son los restos de seres que también vivieron en este mar. D ) Corresponde a la Era Terciaria. El surco subbético es más estrecho. En esta fase debió empezar la rotura y deslizamiento de los terrenos del Secundario.

Por elevación del macizo bético y acaso por su desplazamiento coa respecto a la Meseta, se produce el despegue hacia el Norte de todos los estratos correspondientes a los períodos jurásico y cretácico que descan­ saban sobre las margas del Keuper. Este deslizamiento arranca grandes trozos del Trías medio e inferior del fondo marino, arrastrándolos en su corriente. En este movimiento los estratos calizos rotos y las margas del Trias avanzan sobre el resto de los estratos (el Prebético) y pueden llegar hasta el mar terciario donde se depositan en forma caótica. Las dolomías verticales de la carretera de Granada, cerca de Campillo de Arenas — Puerta de Arenas— , tienen este origen (Fig. 18), y a su vez las ostras, que transformadas en maceteros, adornan la entrada de un taller de coches en la carretera de Madrid, antes de llegar a , vivieron en este mar. 18 BOLETIN DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GIENNENSES

Como resultado final de este deslizamiento nos hallamos con una parte de este Subbético trasladado que ha perdido en el despegue los terrenos que le servían de cobertura. Se trata del Manto de Cambil.

¿C u a n d o t u v o l u c a r e s t e desplazamiento ?

Allí donde el Manto de Cambil se ha erosionado deja ver un substra­ to de terrenos más modernos: del cretácico inferior. Este fenómeno se le conoce con el nombre de «ventana tectónica». Podemos ver magníficos ejemplos de ventanas tectónicas en las inmediaciones de la carretera de Granada, junto a la bifurcación que conduce a Cambil (Km. 357) lo que nos permite deducir que el traslado ha sido posterior al cretácico inferior.

Cerca de Arbuniel'^ el Senosiense, (cretácico superior) descansa sobre el Manto de Cambil y por otra parte, girones del cretácico superior y del Terciario inferior pueden hallarse, tanto sobre el Manto de Cambil como sobre los terrenos no deslizados, autóctonos, con las mismas facies. Así por ejemplo, aparece en aquella zona un afloramiento que muestra el Triásico asociado al Senoniense de capas rojas.

Por tanto, la edad del traslado estaría comprendida entre el final de la Era Secundaria y el principio de la Terciaria. Dicho de otro modo, habría tenido lugar hace unos 80 millones de años.

¿D e s d e d o n d e s e h a t r a s l a d a d o , o s e a , d o n d e e s t a l a p a t r i a , l a r a í z , d e l M a n t o d e C a m b i l ?

Ya dijimos al principio que procede del Subbético y que habría recorrido en su deslizamiento unos 10 kilómetros. La litofacies de los materiales subyacentes inclina a creer que su despegue ha tenido lugar en el medio submarino.

García Dueñas, de la Universidad de Granada, ha estudiado con detenimiento el Manto de Cambil y se inclina a creer que su raíz se halla al1 Norte de Campillo de Arenas. (Fig. 19.)

Dicho geólogo sostiene que las estructuras desarrolladas del sector de Montejícar, donde afloran los términos más antiguos de la serie meso­ EL MANTO DE CAMBIL 19 zoica, permiten probar que el Manió de Cambil se enraiza bajo la serie de Alta Coloma, a la cual sirve de base. Para él, la patria del enraiza- miento estaría a lo largo de la línea de Sierra del Trigo ■— Castillo de Puerta Arenas y Sierra de las Cuevezuelas— que, por supuesto, carece en su base de dicho triásico. 20 BOLETIN DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS GIENNENSES

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