Arquitectura y urbanismo andalusíes en y sus despoblados de Archite y Aznalmara

Alejandro Pérez Ordóñez Consejo Superior de Investigaciones Científicas Escuela de Estudios Árabes, Laboratorio de Arqueología y Arquitectura de la Ciudad

Resumen Abstract

En este artículo se presenta una síntesis del This article presents a synthesis of current conocimiento actual sobre los principales knowledge about the key components of elementos integrantes del patrimonio ar- archaeological, architectural and urban pa- queológico, arquitectónico y urbanístico trimony of Andalusi origin in the town of de origen andalusí en el municipio de Be- Benaocaz (province of Cádiz, ). We naocaz (Cádiz). Se atiende para ello a las attend mainly to archaeological sources. fuentes arqueológicas fundamentalmente. The elements studied are urban centre of Los elementos estudiados son el propio Benaocaz, including the unsettled district casco urbano benaocaceño, incluyendo el of Barrio Alto or Barrio Nazarí, the unset- despoblado del Barrio Alto o Barrio Na- tled nucleus of Archite, the medieval castle zarí, el núcleo despoblado de Archite, el of Aznalmara and the bell tower of the castillo medieval de Aznalmara y el cam- church of San Pedro, a former minaret of a panario de la iglesia de San Pedro, antiguo mosque. alminar de mezquita.

Palabras clave: Keywords

Arqueología islámica, patrimonio arque- Islamic Archaeology, Archaeological Pa- ológico, urbanismo andalusí, despoblados, trimony, Andalusi Urbanism, Unsettled fortalezas, mezquitas. Towns, Fortresses, Mosques.

Introducción de castillos y fortalezas, esforzado por l reino nazarí de Granada (1232-1492) mantener su integridad y su idiosincrasia Econstituyó un territorio histórico que frente al agresivo avance de los cristianos, adquirió un marcado carácter como reduc- ansiosos éstos por borrar definitivamente to de última defensa, refugio final del Is- el Islam de la faz de la península Ibérica. lam en al-Andalus. Fue un estado abaluar- Este último retazo de al-Andalus presenta- tado, aislado y defendido de la circundante ba, por tanto, una marcada característica Corona de Castilla por un erizado cinturón definitoria en lo político-social: su estatus

123 PAPELES DE HISTORIA Nº 6

Figura 1. VISTA GENERAL DE BENAOCAZ. fronterizo. Frontera septentrional del Islam se más disimulados y difícilmente recono- en Europa y, particularmente, frontera de cibles en muchos casos, no hemos de olvi- lo andalusí frente a lo castellano. La idea dar a los alminares de las antiguas mezqui- de límite entre dos mundos prevalecía so- tas, conservados al reutilizarse como to- bre cualquier otra consideración (la propia rres-campanario de las nuevas iglesias urbe granadina no estaba demasiado aleja- cristianas tras la conquista castellana. Y da de enclaves fronterizos como Alcalá la otro aspecto no demasiado estudiado en Real, Moclín o Huelma, y no hay que olvi- los núcleos menores, dadas las dificultades dar la frontera de la fachada marítima, metodológicas que supone este tipo de in- también cercana). La Frontera(1) de Grana- vestigación (principalmente la inexistencia da era, forzosamente, una frontera militar de cartografía histórica, de la que sólo dis- y, por lo tanto, castral. Así, las fortificacio- ponemos para las ciudades pero no gene- nes (en un sentido amplio, dado lo variado ralmente para los núcleos rurales), lo cons- de su tipología y expresión formal) consti- tituye el urbanismo, toda vez que las tra- tuyen un elemento de importancia capital mas viarias han mantenido hasta nuestros en el corpus arquitectónico que nos han le- días las líneas generales de su configura- gado los nazaríes, mucho más que en cual- ción desde época islámica en multitud de quier otro periodo de la dilatada historia de ejemplos, aunque aún hoy no hayan sido al-Andalus, y conforman un amplio campo convenientemente estudiados. de trabajo para los arqueólogos medieva- Todos estos elementos (fortificaciones, listas (aunque aún no se dan el número de- alminares y urbanismo de origen andalusí) seable de intervenciones sobre los mis- se encuentran representados en el patrimo- mos). nio arquitectónico y arqueológico de la vi- No obstante, aunque su relevancia lla gaditana de Benaocaz, tanto en su ac- cuantitativa parezca menor, por encontrar- tual núcleo urbano como a lo largo y ancho

124 Nº 6 PAPELES DE HISTORIA

Figura 2. VISTA DEL CENTRO URBANO DE BENAOCAZ, DONDE DESTACA LA IGLESIA DE SAN PEDRO CON SU TORRE-ALMINAR. de su término municipal. El objetivo de es- vista tanto de la Geografía Física como de te artículo es realizar una primera aproxi- la Humana, se distinguen claramente dos mación a estos elementos patrimoniales, zonas: la Sierra Norte, de o de dando una visión global del conjunto ar- (2), con un relieve más suave, de queológico andalusí de este municipio de transición hacia las campiñas sevillanas y la Sierra de Cádiz: me refiero, concreta- con predominio del cultivo del olivar, y la mente, al Barrio Alto (o Barrio Nazarí), el Sierra Sur, de o de (3), alminar de San Pedro, la fortaleza de Az- con las mayores altitudes y pendientes, nalmara y el despoblado de Archite. donde prevalecen los paisajes de roca viva caliza y vastos bosques de encinas y alcor- Contexto geohistórico noques, destacando –en lo económico– las actividades ganaderas y de aprovecha- La Sierra de Cádiz miento forestal, además del turismo. Esta Haré previamente una breve introduc- última zona queda englobada en el Parque ción al contexto geográfico e histórico en Natural y Reserva Mundial de la Biosfera el que vamos a movernos. La llamada Sie- de la Sierra de Grazalema, y en su extremo rra de Cádiz es realmente la porción más meridional entronca con el Parque Natural occidental, incluida en la demarcación pro- de Los Alcornocales. vincial de Cádiz, de la extensa Serranía de . Se trata de un área montañosa de La Sierra de Cádiz en la Edad Media áspero relieve, puesto que sus elevaciones Por lo que respecta a la historia medie- son las estribaciones más occidentales de val de la comarca, el territorio actualmente las cordilleras Béticas. Desde los puntos de conocido como Sierra de Cádiz estuvo du-

125 PAPELES DE HISTORIA Nº 6 rante la Edad Media adscrito a la Cora de 1333. Entretanto, desde el siglo XIII inten- Takurunna, cuya cabecera era la ciudad de tan los castellanos una y otra vez tomar el Ronda (Runda)(4). Fue ésta una región po- control sobre Zahara (Sajrat Abbad) sin blada sobre todo por bereberes y la infor- éxito, ya que se trataba de uno de los luga- mación sobre la misma que se puede en- res mejor fortificados. En 1407 son toma- contrar en las fuentes es muy escasa. Sabe- das Zahara y, por segunda vez, Torre Alhá- mos, no obstante, que la zona fue escena- quime. Esta última quedaría definitiva- rio de la fitna hafsuní, entre los siglos IX y mente en territorio cristiano, mientras que X. Ya en el siglo XI, Ronda constituyó un Zahara fue recuperada por los granadinos reino taifa, bajo el mando de los Banu en 1481 hasta que cayó finalmente en Ifran (de etnia bereber)(5). Una vez consti- 1483. Su conquistador, don Rodrigo Ponce tuido el Reino de Granada (primer tercio de León, tomó desde entonces el título de del siglo XIII) se detecta la presencia, en Marqués de Zahara. Por su parte, Setenil esta porción más occidental del mismo, de (al-Sitil), en el extremo nororiental de la meriníes procedentes del Magreb(6). Estos actual Sierra de Cádiz, conoce ataques de últimos son los que acabarán consiguiendo tropas castellanas desde 1407, pero se el poder de la región al entablar una alian- mantiene inexpugnable hasta la tardía fe- za con el monarca nazarí Muhammad II, cha del 21 de septiembre de 1484. Es en- merced a la cual se logró la independencia tonces cuando será conquistado por los granadina y el final de su vasallaje con propios Reyes Católicos, al mando de cu- Castilla. yo ejército estaba el Marqués de Cádiz, y Así, la Serranía de Ronda se configuró tras un duro asedio de quince días (de aquí desde antiguo como una región con una procede la leyenda de que su topónimo de- marcada independencia(7), y siempre con riva de la locución latina septem nihil, un acusado carácter de frontera. Estas cir- «siete veces nada», en alusión a las su- cunstancias propiciaron que abundasen las puestas siete intentonas fallidas para su fortificaciones que protegían los pasos ha- conquista por parte de los Reyes Católi- cia el interior de la región y que los núcle- cos). Son éstas las últimas conquistas que os de población, muy concentrados, se si- abren el camino franco hasta las puertas de tuasen en emplazamientos estratégicos y la mismísima capital nazarí, en la última configurados para facilitar la defensa de etapa de la Guerra de Granada. sus habitantes. En el periodo nazarí, las au- El sector meridional de la Sierra, que toridades rundíes tenían la prerrogativa de es el que más nos interesa, es conocido en nombrar a los alcaides (quwwad) de estas las fuentes como las Siete Villas de la Se- fortalezas. rranía de Villaluenga. Dichas siete villas La conquista cristiana de la comarca eran Archite, Aznalmara, Benaocaz, Car- (centrándonos sólo en lo que se refiere a dela, Grazalema, Ubrique y Villaluenga. los municipios gaditanos) tuvo su inicio Su incorporación al señorío de la Casa de por el sector Norte, cuando en 1327 caen Arcos data de 1485, pero su conquista se en poder de los castellanos las fortalezas llevó a cabo, lógicamente, algunos años de Olvera (Wabira) y Torre Alháquime antes. De hecho, Cardela fue tomada en (Bury al-Hakim), tras ser asediadas por las 1472, aunque al año siguiente volvió a es- tropas del rey Alfonso XI (quien otorga a tar en poder de los granadinos(8). Además, Olvera una Carta de Población el uno de tras un periodo de tregua, tropas comanda- agosto del mismo año). Torre Alháquime, das por Rodrigo Ponce de León, conde de sin embargo, volverá a poder nazarí en Arcos y marqués de Cádiz, organizaron

126 Nº 6 PAPELES DE HISTORIA una razzia contra los pobladores musulma- en casos como éste. Estudiar las caracterís- nes de la zona, produciéndose la quema y ticas morfológicas de las tramas urbanas saqueo de Villaluenga en 1481(9). La ads- heredadas de la cultura andalusí supone cripción de este territorio al Señorío de las encontrarse con la dificultad de la conti- Siete Villas tuvo lugar por medio de un pri- nuidad del asentamiento humano en estos vilegio dado en Jaén, capital del Santo Rei- núcleos. Generalmente, la trama islámica no, el 11 de enero de 1490, y firmado por original se ha visto ampliada en épocas los Reyes Católicos(10). Tras la revuelta posteriores siguiendo pautas de trazado mudéjar de 1500-1501, se inició un proce- viario y arquitectura popular tan semejan- so de repoblación y, al término del mismo, tes que resulta tremendamente difícil dife- las primitivas siete villas quedaron reduci- renciar las partes correspondientes a un pe- das a sólo cinco, debido al abandono de riodo y a otro, cuando no prácticamente Cardela y Aznalmara. Archite quedó des- imposible. En los casos en que se conser- poblado de forma brusca en 1552, como van restos de cerca urbana, como en los veremos con más detalle más adelante. Las cercanos Olvera y Setenil, se puede anali- localidades que subsistieron son actual- zar aparte la trama que quedaba intramuros mente municipios de la Sierra de Cádiz, a de la expansión posterior fuera del recinto los cuales se añadieron, en la Edad Moder- fortificado, si bien no es el caso de Benao- na, El Bosque (nacido al amparo de la re- caz. Otra posibilidad son los despoblados, sidencia señorial de los Ponce de León, donde los arqueólogos pueden trabajar pa- siendo llamado primero Marchenilla como ra extraer datos rigurosos sobre el desarro- recuerdo a la villa sevillana de Marchena, llo histórico de esos enclaves. En cuanto a solar de la casa ducal, y luego tomando el los que han sido excavados en extensión y nombre actual por estar enclavado al pie que sí muestran un mínimo de estructuras del Bosque de ) y Prado del urbanas, contamos en la Sierra de Cádiz Rey (una de las Nuevas Poblaciones de con la Villa Medieval de Zahara y el Barrio Sierra Morena fundadas por Pablo de Ola- Alto de Benaocaz (que trataré más abajo), vide en nombre de Carlos III, aunque la además de otros yacimientos de los que mayor parte de ellas se crearon en tierras aún no se puede extraer información sobre de Jaén, Córdoba y Sevilla, siendo, por su trama urbana por no presentar suficien- consiguiente, una singular excepción en tes estructuras visibles en superficie (y a la este proceso colonizador decimonónico, de excavaciones que aporten más junto a la cercana villa de Algar). datos), como Archite (del que también voy a hablar, que por ahora es de los pocos que Benaocaz andalusí: análisis urbanístico han sido excavados), Peñaloja, Garciago y otros. Bases teóricas y metodológicas También hay que tener en cuenta las del estudio transformaciones que necesariamente su- Una vez bosquejado someramente el fren las poblaciones islámicas tras su con- entorno geográfico de Benaocaz y su evo- quista e integración en la Corona de Casti- lución histórica durante la Edad Media, pa- lla. Una muy importante es la sustitución so a analizar sus rasgos urbanos y elemen- de las mezquitas por iglesias, como medio tos arquitectónicos heredados de la cultura de redefinición visual y espacial del núcleo andalusí. Comenzaré por su urbanismo, no urbano(11). Otro cambio es la pérdida del sin antes establecer las premisas teórico- valor defensivo que, en la Edad Media, da- metodológicas de las que debemos partir ba su sentido a la estructura compacta y

127 PAPELES DE HISTORIA Nº 6 frecuentemente amurallada de estos pue- la volumetría de las casas de época islámi- blos, que ahora se expandirán más allá de ca. Las calles del barrio son estrechas e sus límites primitivos, desapareciendo las irregulares, empedradas con guijarros (a cercas o integrándose en la imbricada ma- veces presentan guías de ladrillo en diseño lla de construcciones domésticas. Ello in- de «espina de pez»). Los materiales cerá- cluso condujo al completo traslado de todo micos más antiguos encontrados pertene- el núcleo urbano a un nuevo emplazamien- cen a la época tardorromana (siglo IV to, como ocurrió en Zahara. La implanta- d.C.)(12). Existen algunos restos almohades, ción de casas nobles y órdenes religiosas, pero el estrato más potente, como cabía es- que generalmente también ocasionaron perar, es el nazarí (de ahí la denominación modificaciones más o menos sustanciales popular del barrio desde la aparición de en el paisaje arquitectónico de pueblos y cerámicas nazaríes en 1987). La zona se ciudades, e incluso en la trama urbanística irá fortificando paulatinamente conforme –al aglutinar edificaciones islámicas ante- avanzan las conquistas de los castellanos y, riores, creando nuevas manzanas en las aunque Benaocaz quedaba en segunda lí- que establecer sus palacios y monaste- nea de defensa, sus características mor- rios–, no parece haber tenido, sin embargo, fológicas lo definen como un núcleo forti- una especial incidencia en la Sierra de Cá- ficado(13). diz. Los señoríos en los que quedaron inte- El asentamiento urbano benaocaceño gradas estas tierras tuvieron siempre su se- estaba bastante bien protegido por su pro- de en otras poblaciones, como Arcos de la pia orografía, puesto que se sitúa en un Frontera o Marchena. Sólo la creación de emplazamiento elevado (793 metros de al- una finca de recreo en el bosque de Bena- titud) al pie de las altas sierras del Caíllo y mahoma supuso una intrusión física de los del Endrinal, en un punto que permitía Ponce de León y su patrimonio arquitectó- mantener comunicación visual directa con nico de nueva planta en territorio serrano, los castillos de Cardela y Aznalmara y el siendo éste el germen del actual pueblo de punto de vigilancia de Ocuri(14). Así, no se El Bosque. han encontrado restos de muralla que cir- cundara el núcleo urbano, por lo que sería Urbanismo del Benaocaz andalusí: el propio entramado de viviendas el que el Barrio Alto o Nazarí prestaría la protección necesaria a sus ha- Centrándome ya en el caso de Benao- bitantes. Las calles estrechas y serpentean- caz, su núcleo urbano ha ido descendiendo tes suponen también un elemento defensi- progresivamente por la ladera en la que se vo. Su emplazamiento, en una ladera es- halla ubicado, quedando abandonadas en carpada, hacía que los gruesos muros, con este proceso las viviendas situadas en las escasos y pequeños vanos, cumplieran la zonas más altas. Allí se sitúa el Barrio Al- función de una auténtica muralla. Los ac- to, que también es conocido como Barrio cesos al barrio eran estrechos y formando Nazarí, el cual supone un campo de traba- recodos, con lo que cualquier obstáculo jo excepcional para la investigación arque- móvil permitiría impedir la entrada de ca- ológica. Aunque los restos arquitectónicos ballería. Nos encontramos, por tanto, ante visibles se han datado en los siglos XVII y un auténtico núcleo fortificado. El Barrio XVIII (como demuestran algunas portadas Alto se compone en la actualidad de una con pilastras y dinteles moldurados de calle principal, sinuosa, de orientación carácter clásico), el barrio conserva el tra- norte-sur aproximadamente, de la que par- zado urbanístico, la estructura parcelaria y ten calles secundarias perpendiculares la-

128 Nº 6 PAPELES DE HISTORIA dera arriba y abajo. el edificio, en la se- La organicidad del gunda mitad del siglo diseño urbano islá- XVI, en iglesia cris- mico queda refrenda- tiana. da en esta ocasión Se trata de una tanto por la adapta- edificación de planta ción al relieve como cuadrada, de unos 10 por la necesidad de- metros de altura. Al fensiva antes men- exterior es de una cionada. gran sencillez, con Por lo que res- los paramentos enlu- pecta al conjunto del cidos y encalados, trazado histórico de completamente lisos, Benaocaz, ya no ex- sólo interrumpidos clusivamente a su por algún pequeño Barrio Alto, se trata vano de iluminación de un núcleo apiñado y el reloj en una de en torno a la iglesia sus caras. Una simple de San Pedro, cons- cornisa pintada en ro- truida seguramente jo separa el cuerpo de sobre el solar de la Figura 3. PLANO DE BENAOCAZ. EL BARRIO campanas, con cuatro mezquita, como aho- ALTO OCUPA EL SECTOR MÁS ORIENTAL. balcones, en arco de ra veremos. El traza- medio punto y con do es de una gran irregularidad en torno a rejas de forja, que albergan tres campanas la misma, incluso con viviendas adosadas (falta una cuarta campana en el vano orien- a los muros del templo(15), creándose así tal). Cada balcón se inscribe en un plano una manzana de forma no regular circun- rehundido de forma rectangular, a modo de dada por calles estrechas, quebradas y si- alfiz, pintado todo él en rojo. Un entabla- nuosas. Estas características son las mis- mento, igualmente pintado de color rojo, mas para el resto del viario. El emplaza- un ático liso y encalado, con jarrones de- miento en un lugar de relieve suave (aun- corativos en las esquinas, y el puntiagudo que rodeado de zonas más agrestes) ha chapitel, rojo una vez más, con una gran propiciado que las vías no muestren adap- cruz en su extremo, rematan la construc- tación al relieve (es decir, no siguen las ción. La ubicación lateral descentrada de la curvas de nivel, como sí ocurre en núcleos torre respecto a la iglesia, adosada a sus situados en lugares con mayores desnive- naves, refuerza exteriormente su aspecto les), sino que se distribuyan de un modo de alminar. más libre. En el interior es donde se pueden apre- ciar sus rasgos de herencia islámica. Los Arquitectura andalusí en Benaocaz muros se realizan en ladrillo con cajones de mampostería. Esta técnica de construc- El alminar de San Pedro ción relaciona esta torre con algunos almi- La iglesia parroquial de San Pedro po- nares, ya estudiados por especialistas(16), de see una esbelta y sencilla torre-campanario la provincia de Málaga, como los de Igua- que probablemente fue el alminar de la an- leja, la Ermita de la Virgen de Gracia en tigua mezquita reutilizado al transformarse Archidona, Benaque, Daimalos, Corumbe-

129 PAPELES DE HISTORIA Nº 6

Figura 4. PLANO DE DETALLE CON EL BARRIO ALTO O BARRIO Figura 5. BARRIO ALTO. NAZARÍ DESTACADO. ASPECTO DE LA CALLE PRINCIPAL.

Figura 6. BARRIO ALTO O BARRIO NAZARÍ. VISTA DEL SOLAR Nº 7.

130 Nº 6 PAPELES DE HISTORIA la y Salares. Un detalle atípico de esta to- rre es que no presenta machón central, co- mo es habitual en este tipo de construccio- nes. No obstante, su presencia no es abso- lutamente necesaria, pues están documen- tados otros casos, como el de Comares(17). El interior se halla completamente modifi- cado, con escaleras modernas que dejan un hueco central, si bien su orientación levó- gira parece remitir a su origen como almi- nar islámico. Debió estar compartimenta- do con falsos suelos de madera, como ates- tiguan los mechinales en los que entrarían las vigas que los sostendrían, las dos ma- yores en diagonal de esquina a esquina. El alminar tuvo más vanos que los que pre- senta en la actualidad, pues existen dos que están cegados, invisibles desde el exterior. Son ventanucos rectangulares pequeños, abocinados, con dinteles de madera. En la parte más alta, bajo el cuerpo de campanas, Figura 7. BARRIO ALTO O BARRIO NAZARÍ. se habilitó una estancia, cerrada de fábrica, TORRE DEFENSIVA REUTILIZADA COMO VIVIENDA. para la maquinaria del reloj.

Figura 8. VISTA PARCIAL DESDE EL BARRIO ALTO, CON EL ALMINAR DESTACANDO SOBRE EL CASERÍO.

131 PAPELES DE HISTORIA Nº 6

Figura 9. ALMINAR DE BENAOCAZ. Figura 10. ALMINAR DE BENAOCAZ. EXTERIOR (CARA OESTE). EXTERIOR (CARAS SUR Y ESTE).

Figura 11. ALMINAR DE BENAOCAZ. Figura 12. ALMINAR DE BENAOCAZ. ESCALERA. SE APRECIA LA AUSENCIA VANO CEGADO, APRECIABLE SÓLO DE MACHÓN CENTRAL. EN EL INTERIOR DE LA FÁBRICA.

La gran similitud de este alminar con La iglesia de San Pedro se encuentra los malagueños de Igualeja y Benaque per- cerrada al culto desde hace años debido a mite datarlo en el siglo XIII, coincidiendo la reforma que se está llevando a cabo. La con la cronología más antigua que aporta, torre requiere una intervención debido a su de momento, el yacimiento arqueológico deficiente estado de conservación. La fá- del Barrio Alto de Benaocaz. brica de los muros perimetrales es sólida y

132 Nº 6 PAPELES DE HISTORIA no presenta defectos estructurales, lo que unido a su condición de ser los únicos res- tos materiales inequívocos de la construc- ción islámica original hace que deban ser conservados preferentemente. Sin embar- go, toda la estructura interna moderna de escaleras y el cuarto del reloj representan un peligro por un hipotético derrumbe, ya que su armadura básica es de madera, que se encuentra muy degradada. Su valor histórico no es menor, así que la actuación ideal sería su sustitución con nuevos mate- riales, realizando una construcción con las Figura 13. PLANO TOPOGRÁFICO suficientes garantías de seguridad y a la DEL ASENTAMIENTO DE AZNALMARA. vez respetando la imagen histórica del edi- ficio. Ocuri (Salto de la Mora, Ubrique) e Iptuci (Cabezo de Hortales, )(18), los El castillo de Aznalmara cuales enlazan a su vez con Cardela y Ma- trera, respectivamente, quedando todo el Saliendo ya de la villa de Benaocaz, en su sector occidental de la serranía perfecta- término municipal se localizan la fortaleza mente articulado desde el punto de vista de Aznalmara o Tavizna y el despoblado defensivo. medieval de Archite. El castillo de Aznal- Su topónimo, hisn al-Mara, se repite mara es, con diferencia, la más compleja e en otra fortaleza cercana al pueblo de Valle impresionante fortificación nazarí de la de Abdalajís (Málaga). Simonet le da el Sierra de Cádiz. Su apariencia en la distan- significado de «Castillo de la Mujer», si (19) cia es modesta, alejada de la espectaculari- bien Manuel J. Castro Rodríguez aporta dad que presentan otras fortalezas de la co- otra interpretación. Se basa en la mención marca con reformas cristianas, como las de en el Rawd al-Qirtas de una fortaleza lla- Olvera y Zahara, pero una visita al lugar mada Marur, no identificada, que él opina permite comprobar cómo sus dimensiones que pudo ser ésta, de modo que su nombre son las más amplias y sus infraestructuras –Hisn al-Marur– significaría «fortaleza las más avanzadas de todos los ejemplos del agua amarga», en alusión a los manan- de arquitectura castral andalusí que pre- tiales de aguas sulfurosas que abundan en senta la Sierra de Cádiz. su entorno, así como también ocurre en Aznalmara se sitúa en la cumbre de un otros lugares de la Sierra de Cádiz. Otra escarpado cerro rocoso, en el centro del posibilidad sería Murur (=paso, travesía) o valle del río Tavizna, centro geográfico de Marra (=los que cruzan o pasan), que la Serranía de Villaluenga. El acceso es vendría explicada por su situación inter- muy dificultoso por la propia orografía, media en el valle del río Tavizna, uno de siendo sólo posible por una estrecha corni- los accesos naturales a la serranía, y de pa- sa (en un punto incluso hay escalones ta- so obligado hacia el Puerto del Boyar, por llados directamente sobre la roca viva del donde se continúa hacia Ronda. Sin que terreno), en todo momento vigilada por su podamos resolver satisfactoriamente esta torre almenada. Su situación estratégica le cuestión filológica, su toponimia popular pone en contacto visual con las cumbres de es variada, siendo conocido también como

133 PAPELES DE HISTORIA Nº 6 castillo de Doña Amara (corrupción de Az- miento para los beréberes que llegaron a la nalmara), de Margacena (por la amarga úl- sierra tras la ocupación de la península en tima cena que la tradición afirma que tuvo 711. Ya en 1239 pasará a los nazaríes, tras aquí el rey visigodo don Rodrigo la víspe- un incierto periodo de dominación meriní. ra de su derrota en la batalla del Guadale- En 1410 será conquistada por las tropas te) o de Tavizna (por conocerse así la zona castellanas acaudilladas por el infante don en la que se ubica y el río que por allí pa- Fernando (precisamente en las cercanías sa). de Aznalmara, subiendo hacia Benaocaz, Aznalmara estaba en la primera línea existe el lugar llamado Puerto de Don Fer- de defensa de la frontera occidental del rei- nando). Aún le quedaría a esta fortaleza un no nazarí. Contamos con escasos datos pa- breve periodo de vida útil, al asentarse en ra reconstruir la evolución histórica del lu- ella las tropas napoleónicas, de modo que gar, especialmente antes del periodo na- fue escenario de la Guerra de la Indepen- zarí. Por la cerámica encontrada en Aznal- dencia, como lo demuestra fehacientemen- mara (en prospecciones, ya que nunca se te el hallazgo de una bayoneta francesa en ha excavado) sabemos que el origen de el lugar. Aznalmara fue un oppidum ibero(20). Frag- Veamos ahora la descripción morfoló- mentos de terra sigillata nos indican, gica de la fortaleza. El ingreso en el recin- además, un posible asentamiento romano, to fortificado se realiza por una interesante de modo que encontramos en Aznalmara la puerta en doble recodo, único ejemplo en sucesión cultural típica en la Sierra de Cá- la Sierra de Cádiz, y la más evolucionada diz de oppida ibéricos controlados por los de todas las que se conservan en esta co- romanos, como los de Ocuri (Ubrique), Ip- marca. La puerta ha perdido sus bóvedas y tuci (Prado del Rey) o el Cerro de la Boti- arcos, pero la subida aún se debe realizar nera (Algodonales). Este asentamiento trazando el doble recodo que marcan sus previo ibero-romano, dominando una zona muros, obligando al visitante a trazar dos con abundante agua y tierras fértiles en su giros sucesivos de 90 grados en sentido entorno, constituyó un magnífico emplaza- horario. A continuación se sigue por una

Figura 14. PLANTA GENERAL DEL CASTILLO DE AZNALMARA (ADAPTADA DE LÓPEZ GARCÍA, Mª PAZ: «CASTILLO DE AZNALMARA (BENAOCAZ)». PAPELES DE HISTORIA, Nº, 2 (1996), PÁG. 99, YDE GUERRERO MISA, LUIS JAVIER: «CARTA ARQUEOLÓGICA DE BENAOCAZ...». ANUARIO ARQUEOLÓGICO DE ANDALUCÍA 1987, TOMO II: ACTIVIDADES SISTEMÁTICAS. SEVILLA, 1990, PÁGS. 355-356.

134 Nº 6 PAPELES DE HISTORIA

Figura 15. VISTA GENERAL DEL CASTILLO DE AZNALMARA O DE TAVIZNA. barbacana entre la cerca y la muralla natu- anchura de los merlones es irregular, aun- ral que conforman las propias rocas, y tras que su altura sí es uniforme. En el sector una última curva se llega a la gran torre. norte de la torre hay unas estructuras con También es posible el acceso de la gran arquillos de medio punto que no han podi- puerta directamente a una entrada en la do ser identificadas. Igualmente, hay res- muralla que da acceso directo a la explana- tos de una cisterna, hoy colmatada de es- da central, que podría usarse como vía de combros. evacuación rápida en caso de emergencia o Saliendo de la torre descrita se accede bien para sorprender a un atacante que lo- a una gran explanada, de unos 100 x 50 grase llegar hasta la entrada de la fortaleza. metros, de planta irregular, adaptada a los Mª Paz López(21) identifica este ingreso co- contornos del cerro. En su parte oriental, mo el principal por acceder directamente a junto a la torre y en una zona en declive la puerta en recodo al final de la barbaca- aterrazada por varios muros de contención, na. hay una gran alberca revestida de hor- La torre mayor, de grandes dimensio- migón, que recogía el agua de un manan- nes y planta cuadrada, presenta disposición tial situado en este punto(22), siendo ésta la en dos plantas, originalmente separadas estructura de almacenamiento hidráulico por un falso techo de madera, hoy inexis- andalusí de mayores dimensiones en la tente (quedan las cornisas y mechinales en Sierra de Cádiz. En el centro de la expla- los que apoyaría). En la inferior se sucede nada hay otro aljibe, de dimensiones más un buen número de saeteras hacia los cua- modestas, elevado en toda su altura (2 me- tro puntos cardinales y, en la superior, un tros aproximadamente) sobre la superficie, generoso almenado cumple la misma fun- que estuvo cubierto con bóveda de cañón ción, otorgando una potente defensa que en ladrillo, hoy perdida (estructura muy si- cubría todos los flancos de la fortaleza. La milar a los pozos pequeños del qanat de

135 PAPELES DE HISTORIA Nº 6

Figura 16. VISTA DE LA EXPLANADA CENTRAL DEL CASTILLO DE AZNALMARA DESDE LA TORRE MAYOR.

Villaluenga del Rosario(23)). En uno de sus lla que cierra la fortaleza por su lado occi- lados estrechos (Sur) se abre una puerta dental. para acceder a su interior. Al fondo de la La técnica de construcción predomi- explanada (Oeste) se levanta una pequeña nante es la típica mampostería enripiada torre de planta penta- nazarí, usándose tanto gonal, hoy arrasada la piedra caliza como excepto su base maci- la arenisca locales, za, a la que se sube ambas abundantes en por una rampa, que el entorno. No hay ha sido identificada restos de tapial ni de como una modifica- otro tipo de aparejo, ción realizada por las apareciendo el hor- tropas napoleónicas migón de cal para las en el siglo XIX. A su estructuras hidráuli- derecha (Norte) hay cas y el ladrillo sólo un pequeño ensanche puntualmente en los de la explanada en el escasos arcos de me- que se abre una poter- dio punto y arranques na que da a una escar- de bóvedas de cañón. pada subida desde el Se han hallado restos fondo del valle del río de madera en los hue- Tavizna. La mencio- cos que albergaban nada torre forma parte Figura 17. AZNALMARA. los dinteles de algu- de un lienzo de mura- PUERTA EN RECODO DESDE EL EXTERIOR. nas saeteras. Por sus

136 Nº 6 PAPELES DE HISTORIA características, por tanto, estamos ante la pre son fácilmente localizables e identifi- construcción más claramente nazarí de cables. Son visibles, por ejemplo, los res- cuantas pueblan la Sierra de Cádiz, no ha- tos del poblado de Cardela, junto a la for- biendo sufrido apenas modificaciones ni taleza del mismo nombre, yacimiento aún añadidos por parte de los castellanos tras virgen para la Arqueología y que no ha te- su conquista, como sí ocurrió en otras for- nido ocupación posterior a la medieval por talezas del entorno (salvo las posibles re- encontrarse en una zona agreste y de difí- formas decimonónicas). cil acceso (actualmente está cubierto por el En este yacimiento, pese a estar decla- denso bosque mediterráneo que ha estado rado Bien de Interés Cultural (BIC), nunca creciendo libremente desde su abandono a se han realizado excavaciones arqueológi- finales del siglo XV, con ejemplares arbó- cas, sólo algunas prospecciones que han reos de gran porte desarrollados entre los aportado diversos restos de cerámicas me- muros semiderruidos de lo que fueron es- dievales, pero faltan estudios más profun- tructuras de habitación). Lo mismo ocurre dos. con Benahud(25), en el corazón del inmenso alcornocal que se extiende entre Ubrique y Archite . Sin embargo, Gai- dovar ha sido tradicionalmente un entorno Introducción. Despoblados de explotación agrícola y nunca ha estado de la Serranía de Villaluenga completamente despoblado (aunque tam- Como he ido apuntando anteriormente, poco haya alcanzado desarrollo urbano), la Serranía de Villaluenga estuvo más den- pues hoy es un diseminado de Grazalema, samente poblada en época islámica que punteado de casas de labor, con una escue- tras la conquista cristiana, y también exis- la rural y una ermita. Estas características tieron entonces más núcleos poblados, mu- dificultan claramente la investigación de chos de los cuales fueron paulatinamente un antiguo asentamiento humano en el lu- desapareciendo por causas diversas: gar, aunque la continuidad del poblamien- to también constituye un dato en sí mismo. En el siglo XV la población de la Se- Garciago, en las cercanías de Ubrique, rranía de Villaluenga experimentó signifi- es un yacimiento donde se detectan mate- cativas modificaciones: los habitantes de riales arqueológicos (cerámicos, sobre to- Gaidovar se trasladaron a Grazalema en do) en superficie, pero no quedan al descu- 1410; los de Peñaloja se distribuyeron a bierto restos constructivos reconocibles, mediados del siglo entre Grazalema, Villa- estando también pendiente de investiga- luenga y Montejaque; los de Benahud se ción arqueológica. En cuanto al poblado de trasladaron a Cortes hacia 1470. También Aznalmara, no sabemos con certeza cuál se dio en otro momento el tránsito de ha- fue su ubicación exacta, pues los únicos bitantes de Tempul hacia Cortes. En 1472 restos visibles son los del castillo que he el marqués de Cádiz destruyó Garciago, y comentado más arriba. Peñaloja, junto a sus habitantes marcharon a Ubrique. Más Grazalema, sí está perfectamente localiza- adelante destruyó Audita. Al finalizar la do, al abrigo de una pared rocosa en las guerra de Granada se despoblaron Aznal- faldas de la sierra del Endrinal, pero ha si- mara y Cardela. En el primer tercio del si- do seriamente deteriorado por una cantera. glo XVI desapareció Archite y sus pobla- El propio caso de Ubrique ofrece dudas dores se fueron a Ubrique(24). pues, aunque parece bastante probable que Estos lugares desaparecidos no siem- su emplazamiento actual es el originario

137 PAPELES DE HISTORIA Nº 6 de época islámica, dados los restos visibles Conclusiones de antiguas murallas (reutilizadas por construcciones domésticas y así disimula- Como hemos podido apreciar, la Sierra das(26)), se plantea la posibilidad de que de Cádiz, muestreada en este caso a través existiese otro emplazamiento ladera arriba, del municipio de Benaocaz, es un territorio en el lugar conocido como Ubrique el Al- caracterizado por las luchas y disputas to, donde se han localizado cerámicas na- fronterizas, un espacio osmótico en el que zaríes. Una vez más, la falta de interven- lo castellano y lo granadino se interrelacio- ciones arqueológicas no nos permite llegar na hasta el punto de confundir al observa- más lejos. dor profano, que difícilmente discierne lo que provenía de un lado o de otro de aque- Archite lla antigua frontera. Efectivamente, la reutilización de las El único caso bien estudiado (excava- estructuras militares y religiosas, como es do) hasta el día de hoy es el de Archite(27). el caso del antiguo alminar de Benaocaz El poblado se situaba cercano a Benaocaz, convertido en campanario cristiano o de la junto a la calzada que comunicaba estos gran mayoría de las fortalezas de la zona, pueblos de la Serranía de Villaluenga. Así, nos hablan de esta perdurabilidad que al parece que la razón de ser de su emplaza- mismo tiempo conlleva una mixtificación miento era la de ejercer un control de paso de formas y usos, una suerte de koiné ar- por esta vía de comunicación. Según Luis queológica que conforma el carácter pecu- Javier Guerrero (arqueólogo que dirigió liar de la Andalucía penibética, es decir, de las excavaciones en Archite), su desapari- las tierras que integraron el reino de Gra- ción se produjo hacia mediados del siglo nada. XVI debido a una avenida de agua que Imperativos de carácter práctico son arrasó el lugar, provocando el brusco aban- los que aconsejaron en su momento la reu- dono de sus habitantes. Es de gran interés tilización de las estructuras, además de una el estudio de la cerámica aparecida en el reinterpretación que les imprimiera el sello yacimiento, con un enorme paralelismo de sus nuevos beneficiarios pero no borra- con la de Qasr al-Sagir, en el norte de Ma- se la huella de los anteriores. En este pro- rruecos, cercano a Ceuta. Esta ciudad fue ceso de aculturación, que en los antiguos conquistada por los portugueses en 1458 y territorios granadinos se produjo con más fue abandonada en 1550, quedando despo- obligada rapidez que en ningún otro lugar blada desde ese momento, sólo dos años de la península Ibérica, fue habitual que las antes de que le ocurriera lo mismo a Ar- mezquitas se convirtiesen en iglesias cris- chite. El paralelo cronológico y tipológico tianas, sus alminares en los nuevos campa- con Archite es asombroso, quedando clara- narios, y los castillos que otrora defendie- mente manifiesta la unidad cultural que ron la potestad de gobernantes musulma- mantenía este extremo sur de la península nes en poderosos baluartes de la fe cristia- Ibérica con el norte de África, estando am- na. bos bajo el control meriní. No obstante, El reino de Granada en su conjunto, y aún no se pueden aportar nuevos datos so- la Sierra de Cádiz en particular, están mu- bre su arquitectura y su trazado urbano, cho más marcados en su configuración es- salvo que tendrían características homólo- pacial por la cultura islámica que por la gas a las ya descritas para el Barrio Alto de cristiana, toda vez que la mayor parte de su Benaocaz. Edad Media se identifica con la primera.

138 Nº 6 PAPELES DE HISTORIA

El territorio que los castellanos tan dura- serranos nos dicen mucho de su pasado mente y poco a poco van conquistando se islámico. Puede detectarse cómo el propio les presenta como un mundo urbano, de trazado urbano se erige en factor defensivo poblamiento denso, concentrado en núcle- del núcleo de población, como ocurre con os y muy bien vertebrado por estructuras el poblado fortificado que constituyó el de caminería, irrigación, etc. Así, pocas Benaocaz nazarí. Sin embargo, no siempre modificaciones se van a introducir en este el núcleo originario medieval se mantiene microcosmos bien organizado, de modo habitado, y así los caseríos se desplazan que el aspecto de sus poblaciones va a con- hacia zonas más cómodas pero cercanas servar hasta el día de hoy una configura- (como Zahara o, posiblemente, Ubrique) o ción seguramente bastante aproximada a la incluso llegan a desaparecer (Archite, Be- que debió tener en sus orígenes medieva- nahud, Garciago, etc.), actuando aquí una les(28). Las tramas urbanas han tenido pocos casuística variada en donde no se pueden cambios, bastantes menos que la arquitec- establecer normas generales fiables para tura, y los planos actuales de los pueblos sistematizar estos procesos.

Notas lucía Islámica, Textos y Estudios, II-III (1981-1982), págs. 95-106. (1) A lo largo de la mal llamada «Re- (6) Algunos elementos de cultura mate- conquista», los castellanos fueron denomi- rial en Ronda muestran claras influencias nando a diversas poblaciones con el apela- norteafricanas, como pueden ejemplificar tivo «de la Frontera». Alusivos en concre- los restos del mihrab de la mezquita mayor to al periodo de la frontera nazarí, pode- rundí y la Casa del Gigante. mos encontrar en nuestro entorno abun- (7) Tanto es así que incluso la región dantes ejemplos, como Castellar de la completa es omitida en la Geografía de Al- Frontera, Jimena de la Frontera, Cortes de Idrisi (JAUBERT, P. Amédée: Géographie la Frontera, y Morón d’Édrisi. Tome Second. París: L’Imprime- de la Frontera. rie Royale, 1840), hecho que parece indi- (2) La formarían los municipios de Al- car el hermetismo y aislamiento que llegó godonales, Olvera, Torre Alháquime, Al- a conocer la zona. calá del Valle y Setenil, sirviendo los de (8) Alonso de Palencia atribuye la ha- y como tran- zaña al propio sultán Abu l-Hasan Ali o sición con el sector meridional. Muley Hacén: «(...) el granadino Muley (3) Aquí se incluyen los municipios de Albuhacén recobró a Cardela, expugnada Prado del Rey, El Bosque, Grazalema, Vi- antes por el Marqués de Cádiz (...)» (PA- llaluenga del Rosario, Benaocaz y Ubri- LENCIA, Alonso de: Guerra de Granada. que, quedando, como hemos dicho, Zahara Ed. Rafael G. PEINADO SANTAELLA. Grana- y El Gastor en una posición intermedia. da, Universidad, 1998, pág. 28). (4) Cf. MARÍN, Manuela: «Runda», en: (9) SÍGLER SILVERA, Fernando y CA- Encyclopédie de l’Islam. Leiden: E. J. RRASCO SOTO, Juan (coords.): Frontera, re- Brill, 1994, t. VIII, págs. 635-636. población señorial y patrimonio manco- (5) Cf. RUÍZ DE ALMODÓVAR SEL, Cari- munado en Andalucía. Las Siete Villas de dad: «Notas para un estudio de la Taifa la Serranía de Villaluenga (1502-2002). beréber de Ronda: los Banu Ifran». Anda- Ubrique, Tréveris, 2002, págs. 31-32.

139 PAPELES DE HISTORIA Nº 6

(10) Documento conservado en el Ar- núcleo fortificado, cf. GUERRERO MISA, chivo Histórico Nacional (Toledo): sec- Luis Javier: «Excavaciones de urgencia en ción Nobleza, Osuna, leg. 157. Trascrito el Barrio Alto de Benaocaz (Cádiz)». en SÍGLER SILVERA, F. et al.: Las Siete Vi- Anuario Arqueológico de Andalucía 1988, llas..., op. cit., págs. 92-96. tomo III: Actividades de urgencia. Sevilla, (11) «La conversión de una ciudad 1990, págs. 71-77. islámica en cristiana o la definición de (14) Ocuri u Ocurris era el topónimo una nueva urbe supone, de forma inmedia- del oppidum ibero-romano que se situaba ta, la creación de elementos visuales que sobre el monte hoy conocido como Salto representen el nuevo poder instaurado. És- de la Mora, junto a Ubrique, despoblado te queda patente con la definición de la ca- ya en época medieval, aunque, por su si- tedral o iglesia mayor que se realiza por tuación estratégica como punto de enlaces sustitución de la mezquita principal de la visuales entre Benaocaz, Archite, Ubrique, ciudad, incumpliendo, como en el caso de Cardela y Aznalmara, es decir, una autén- Toledo, el estatuto de capitulación. A ello tica atalaya natural que domina su entorno se une la conformación del sistema de pa- más inmediato en un radio de varios kiló- rroquiales de barrio, creando una especie metros, posiblemente siguió cumpliendo de malla superpuesta de carácter ideológi- funciones de vigilancia sin que se hiciera co que controla la totalidad de la pobla- necesario edificar ninguna fortificación ción» (LÓPEZ GUZMÁN, Rafael: Arquitectu- (torre, etc.). ra mudéjar. Del sincretismo medieval a las (15) Esto es algo muy habitual en el alternativas hispanoamericanas. Madrid, mundo islámico, puesto que la mayoría de Cátedra, 2000, págs. 132-133). Sobre la los edificios se conciben «de dentro hacia materialización de este proceso en el ámbi- fuera», en torno a patios centrales que fun- to de la Sierra de Cádiz, cf. PÉREZ cionan como distribuidores dando acceso a ORDÓÑEZ, Alejandro: «Viejas mezquitas, las distintas estancias y, además, focalizan nuevas iglesias. Materializaciones forma- todo el interés visual y elementos orna- les de la implantación del cristianismo en mentales, al contrario de lo frecuente en el la Sierra de Cádiz tras la conquista caste- mundo cristiano donde esta característica llana (1485-1500)», en V Jornadas de His- es propia de las fachadas exteriores. Al no toria Abadía. Iglesias y Fronteras (Alcalá existir fachadas, las estructuras arquitectó- la Real, 2004). Jaén, Diputación, 2005, nicas se adosan unas a otras sin problema págs. 633-642. originando modelos orgánicos de gesta- (12) Cf. GUERRERO MISA, Luis Javier: ción de la ciudad con fenómenos tan ca- «Excavaciones de urgencia en el Barrio racterísticos como los adarves (calles sin Alto de Benaocaz (Cádiz)». Anuario Ar- salida). Sobre estos procesos morfogenéti- queológico de Andalucía 1988, tomo III: cos se puede consultar la tesis doctoral de Actividades de urgencia. Sevilla, 1990, D. Javier GARCÍA-BELLIDO GARCÍA DE DIE- págs. 71-77. GO: Coranomía, los universales de la Ur- (13) La primera línea estaría constitui- banística, y especialmente su capítulo 11: da por las fortalezas de Aznalmara y Car- «Una interpretación generativa de la mor- dela en el último periodo de la resistencia fogénesis de la ciudad islámica» (tesis iné- islámica en la zona, es decir, desde 1256, dita que se puede consultar en internet en año de la conquista de Matrera, hasta http://perso.wanadoo.es/javgb78/tesis.html). 1485, en que caen las Siete Villas. Sobre el (16) Especialmente María Dolores

140 Nº 6 PAPELES DE HISTORIA

Aguilar García en su tesis doctoral (AGUI- (19) Cf. CASTRO RODRÍGUEZ, Manuel LAR GARCÍA, María Dolores: Málaga J.: «Aznalmara, la fortaleza del agua amar- mudéjar. Arquitectura religiosa y civil. ga». Ubrique Información (Ubrique), nº Málaga, Universidad, 1979, págs. 36-48), 195 (27/2/2002), págs. 16-17. donde estudia detalladamente estos y otros (20) GUERRERO MISA, Luis Javier: alminares reutilizados, incluso los ya desa- «Carta arqueológica de Benaocaz (Cádiz): parecidos. Cf. también, AGUILAR GARCÍA, Inicio a la sistematización arqueológica de María Dolores: «Dos alminares mala- la Serranía Gaditana». Anuario Arqueoló- gueños», en XXIII Congreso Internacional gico de Andalucía 1987, tomo II: Activida- de Historia del Arte. España entre el Me- des sistemáticas. Sevilla, 1990, págs. 355- diterráneo y el Atlántico (Granada, 1973). 356. Granada, Universidad de Granada, Depar- (21) Cf. LÓPEZ GARCÍA, María Paz: tamento de Historia del Arte, 1978, t. II, «Castillo de Aznalmara (Benaocaz)». Pa- págs. 15-21 –sobre los alminares de Ár- peles de Historia, nº 2. Ubrique, 1996, chez y Salares, con mención también al de págs. 93-102. San Sebastián en Ronda–; LÓPEZ GUZMÁN, Rafael (coord.): Arquitectura de al-Ánda- (22) Cf. CASTRO RODRÍGUEZ, Manuel lus. Almería, Granada, Jaén, Málaga. J.: «Aznalmara...», págs. 16-17. Granada, Comares, 2002, págs. 796-798 (23) Cf. PÉREZ ORDÓÑEZ, Alejandro: –Alminar de Árchez–, 803-804 –Mezquita Sierra de Cádiz andalusí: Arquitectura y de la Ermita de la Virgen de Gracia, Archi- urbanismo islámicos en la frontera occi- dona–, 829-830 –Alminar de Benaque–, dental del Reino de Granada. 2009, págs. 859-861 –Alminar de Corumbela–, 862- 113-122. 864 –Alminar de Daimalos–, 879-880 –Al- (24) SÍGLER SILVERA, Fernando et al.: minar de Igualeja–, 931-933 –Alminar de Las Siete Villas..., pág. 39. San Sebastián, Ronda–, 963-965 –Alminar (25) Sobre este despoblado, cf. CABRI- de Salares–. LLANA CIÉZAR, Nicolás: El problema de la (17) Cf. la planta reproducida en AGUI- tierra en Málaga: pueblos desaparecidos. LAR GARCÍA, María Dolores: Málaga Málaga, Primtel, 1993, pág. 80. mudéjar..., op. cit., pág. 46. (26) Sin embargo, hay algún ejemplo (18) Iptuci, la antigua Colonia Ituci que permite verlo con más claridad, como Virtus Iulia de época romana establecida la probable torre transformada en vivienda sobre un oppidum ibérico preexistente, en la calle de la Torre, en su intersección continúa poblada hasta el año 1133, en que con la calle del Caracolillo. fue completamente arrasada por las tropas (27) Cf. GUERRERO MISA, Luis Javier: de Alfonso VII, no siendo repoblada poste- «Archite: excavaciones de urgencia en un riormente al encontrarse en zona fronteriza poblado bajomedieval de la Serranía Gadi- y en litigio hasta la Guerra de Granada, a tana». Papeles de Historia, nº 1. Ubrique, finales del siglo XV. No obstante, no que- 1986, págs. 26-31; GUERRERO MISA, Luis dan restos constructivos atribuibles a la Javier: «Archite: nueva hipótesis sobre su cultura hispanomusulmana, habiéndose desaparición», en SÍGLER SILVERA, F. et al.: mantenido sus estructuras iberorromanas Las Siete Villas..., págs. 75-89. durante su periodo de habitación medieval (aún hoy su muralla con cubos semicilín- (28) Si excluimos el periodo desde me- dricos se encuentra en buen estado). diados del siglo XX hasta la actualidad, en

141 PAPELES DE HISTORIA Nº 6 que la irrupción de nuevos materiales y Agradecimiento otros fenómenos, como el boom urbanísti- El autor desea expresar su agradeci- co, sí que empiezan a cambiar con gran ra- miento a Luis Javier Guerrero Misa, buen pidez y a veces de manera muy acusada es- conocedor de la arqueología benaocaceña te paisaje humano que estamos describien- tras muchos años de trabajos en el munici- do. pio reflejados en sus publicaciones, por sus puntualizaciones y comentarios sobre al- gunos aspectos de este trabajo.

142 Nº 6 PAPELES DE HISTORIA

Bibliografía de la Serranía de Villaluenga (1502-2002). Ubrique, Tréveris, 2002, págs. 75-89. AGUILAR GARCÍA, María Dolores: «Dos JAUBERT, P. Amédée: Géographie d’É- alminares malagueños», en XXIII Congre- drisi. Tome Second. París, L’Imprimerie so Internacional de Historia del Arte. Es- Royale, 1840. paña entre el Mediterráneo y el Atlántico (Granada, 1973). Granada, Universidad de LÓPEZ GARCÍA, María Paz: «Castillo de Granada, 1978, t. II, págs. 15-21. Aznalmara (Benaocaz)». Papeles de His- - Málaga mudéjar. Arquitectura reli- toria, nº 2. Ubrique, 1996, págs. 93-102. giosa y civil. Málaga, Universidad, 1979. LÓPEZ GUZMÁN, Rafael: Arquitectura CABRILLANA CIÉZAR, Nicolás: El pro- mudéjar. Del sincretismo medieval a las blema de la tierra en Málaga: pueblos de- alternativas hispanoamericanas. Madrid, saparecidos. Málaga, Primtel, 1993. Cátedra, 2000. CASTRO RODRÍGUEZ, Manuel J.: «Az- - (coord.): Arquitectura de al-Ándalus. nalmara, la fortaleza del agua amarga». Almería, Granada, Jaén, Málaga. Grana- Ubrique Información, nº, 195. Ubrique, da, Comares, 2002. 27/2/2002, págs. 16-17. MARÍN, Manuela: «Runda», en Ency- GARCÍA-BELLIDO GARCÍA DE DIEGO, Ja- clopédie de l’Islam. Leiden, E. J. Brill, vier: Coranomía, los universales de la Ur- 1994, t. VIII, págs. 635-636. banística. Estudio sobre las estructuras ge- PALENCIA, Alonso de: Guerra de Gra- nerativas en las Ciencias del Territorio. Te- nada. Ed. Rafael G. PEINADO SANTAELLA. sis doctoral inédita. Madrid: Universidad Granada, Universidad, 1998. Politécnica de Madrid, 1999. PÉREZ ORDÓÑEZ, Alejandro: «Viejas GUERRERO MISA, Luis Javier: «Archite: mezquitas, nuevas iglesias. Materializacio- excavaciones de urgencia en un poblado nes formales de la implantación del cristia- bajomedieval de la Serranía Gaditana». nismo en la Sierra de Cádiz tras la con- Papeles de Historia, nº 1. Ubrique, 1986, quista castellana (1485-1500)», en V Jor- págs. 26-31. nadas de Historia Abadía. Iglesias y Fron- - «Carta arqueológica de Benaocaz teras (Alcalá la Real, 2004). Jaén, Diputa- (Cádiz): Inicio a la sistematización arque- ción, 2005, págs. 633-642. ológica de la Serranía Gaditana». Anuario - Sierra de Cádiz andalusí: Arquitectu- Arqueológico de Andalucía 1987, tomo II: ra y urbanismo islámicos en la frontera Actividades sistemáticas. Sevilla, 1990, occidental del Reino de Granada. 2009. págs. 354-366. RUIZ DE ALMODÓVAR SEL, Caridad: - «Excavaciones de urgencia en el Ba- «Notas para un estudio de la Taifa beréber rrio Alto de Benaocaz (Cádiz)». Anuario de Ronda: los Banu Ifran». Andalucía Islá- Arqueológico de Andalucía 1988, tomo III: mica, Textos y Estudios, II-III (1981- Actividades de urgencia. Sevilla, 1990, 1982), págs. 95-106. págs. 71-77. SÍGLER SILVERA, Fernando y CARRASCO - «Archite: nueva hipótesis sobre su de- SOTO, Juan (coords.): Frontera, repobla- saparición». En: SÍGLER SILVERA, Fernando ción señorial y patrimonio mancomunado y CARRASCO SOTO, Juan (coords.): Fronte- en Andalucía. Las Siete Villas de la Se- ra, repoblación señorial y patrimonio man- rranía de Villaluenga (1502-2002). Ubri- comunado en Andalucía. Las Siete Villas que, Tréveris, 2002.

143