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Estudio sobre la minería antigua en los términos municipales de Garlitos, Capilla, Peñalsordo y Zarzacapilla ()

Octavio Puche Riart Julian García Blanco Prof. Titular de Prospección e Arqueólogo Investigación Minera.

INTRODUCCION De modo general, podemos esta­ de los Metales: es más, la minería blecer una correspondencia entre en Europa era un arte bien desarro­ a zona que vamos a es­ mineral y época de explotación. llado en los tiempos Neolíticos. Los tudiar se localiza al Sur Así el cobre, estaño y oro serán los mineros Paleolíticos y los que les si­ de Extremeña minerales más buscados en el Cal­ guieron estuvieron ocupados princi­ y ocupa los términos mu­ colítico, en el Bronce Final aumen­ palmente en la recolección de sílex nicipales de Garlitos, ta el interés por los metales precio­ para la fabricación de sus herra­ Capilla,LPeñalsordo y Zarzacapilla, sos y en época Prerromana y Ro­ mientas, aunque también extraje­ citados de Norte a Sur y de Este a mana será la galena argentífera el ron otros minerales deseables. Por Oeste. Nos encontramos en una es­ minera más exrlotado, como de­ ejemplo, en la localidad de Vinca, pecie de tierra de nadie, situada al muestran las minas que estaban en de los alrededores de Belgrado Este de la provincia de Badajoz, producción en aquellos momentos. (JOVANOVIC, B. 1980), el cina­ donde confluyen cuatro importan­ Para concluir, sólo señalar que el brio (bermellón) se utilizaba como tes comarcas: la Siberia Extremeña, colorante. al Norte; la Serena, al Oeste; al Este, período que abarca este artículo va el Valle de Alcudia (Ciudad Real); y, desde el Calcolítico al Bajo Impe­ En otros lugares el óxido de hie­ al Sur, Los Pedroches (Córdoba). Su rio, siendo estos indicios antiguos la rro u ocre rojo se extraía con fines situación marginal no le impide erigir­ base de posibles futuras explotacio­ análogos. se en una de las comarcas de paso más nes. importantes de , tanto Por tanto, del mismo modo que en sentido Norte-Sur, Badajoz-Cór• las cacerías y reuniones, la minería doba, o lo que es lo mismo Extrema­ MINERIA Y METALURGIA es una actividad humana mucho dura-Andalucía, como Este-Oeste, más antigua que la agricultura. Badajoz-Ciudad Real. Según TARRADELL, M., 1983, Como señala JOVANOVIC, B. los milenios V y IV se caracterizan (1980) la domesticación de los mi­ La riqueza metalífera será uno por la introducción del pastoreo y nerales precedió bastante a la de los de sus principales atractivos, y el la agricultura. El tercer milenio su­ animales y plantas, llegándose en­ estudio de su explotación y comer­ pone para la Península la entrada seguida a su fusión y modelado. cialización el objetivo del presente en la economía incipiente de los artículo. Metales. La importancia de la metalurgia Asociado a la orogenia hercinia­ El primitivo dominio de la meta­ estriba no tanto en su aspecto técni­ na aparece un activo magmatismo lurgia por el hombre marcó el final co como en su impacto en la estruc­ que dio lugar a la formación de las de una etapa de la Prehistoria y el tura social. En efecto, su primer re­ rocas de tipo granítico, lo que se comienzo de otra; el ciclo que fina­ sultado fue una clara tendencia a la estratificación social. Así, mientras traduce en la formación de numero­ lizó podría llamarse período de los la tierra cultivada fue la base eco­ sos filones metálicos, principalmen­ descubrimientos primarios y de las te de galena argentífera, que apare­ innovaciones básicas. Este ciclo co­ nómica de las comunidades, se ma­ nifestó una tendencia igualitaria; cen cortando los terrenos del lugar. menzó con el descubrimiento y el control del fuego, concluyendo con pero cuando aparece un grupo po­ En general, la metalogenia de la la Revolución Neolítica: el dominio seedor de una técnica tan especiali­ zona cambia en relación con la Alta de la agricultura y la ganadería zada y al margen de los hombres Extremadura, pues no se documen­ (JOVANOVIC, 1980). del grupo como es la metalurgia, se tan yacimientos de oro, salvo pe­ crean nuevos elementos diferencia­ queñas explotaciones, ni de estaño, La minería, por el contrario (no dores en la escala social (TARRA­ y aumentan los de galena argentífe• confundir con la metalurgia), se DELL, M., 1983). Recordemos el ra y sulfuros asociados. practicaba mucho antes de la Edad poder alcanzado por los genios me- 55 ARTICULOS

talúrgicos hititas, poseedores de los un asentamiento (Poblado de la yería, nos estarán indicando el po­ secretos para la fundición del hie­ Posa Gil), que, dada su ubicación y sible lugar de destino de estos me­ rro. sus manifestaciones artísticas, cen­ tales. tró su actividad económica en la ga­ Un fenómeno análogo se produ­ nadería, concretamente en una ga­ El círculo cultural del Bronce ce en las relaciones entre los pue­ nadería de ovicápridos; éstos, al me­ Atlántico marcará la influencia do­ blos; los yacimientos metalíferos se nos, son los animales representados minante en la zona. A este respecto sitúan sólo en áreas determinadas, en las paredes que, a modo de mu­ hay que señalar que el brazalete de cuyo dominio proporciona una su­ ralla natural, rodean al núcleo po­ Alcudia, a pesar de que ingresó en premacía evidente a los grupos que blacional. el M.A.N. procedente del Valle de los posean respecto a los demás, Alcudia, VILLAMIL lo considera que quedan al margen de la materia Con posterioridad al Calcolítico originario de Extremadura. No po­ prima. También aquí se tiende, por nos encontramos ante un enorme demos asegurar, por tanto, que ven­ lo tanto, hacia la desigualdad. vacío que abarca desde el Campa­ ga de esta comarca en concreto. No niforme al Bronce Final. Las posi­ obstante, al ser ésta el paso natural La búsqueda y dominio de zonas bles razones de este «vacío» exce­ entre Alcudia y Extremadura, po­ con yacimientos metalíferos estruc­ den con mucho la intención de este demos hacer extensibles las consi­ tura una sociedad mucho más dura, artículo, tanto si se trata de un au­ deraciones que se derivan de su es­ más belicosa que las antecesoras. téntico vacío, como si se trata de tudio a la zona a la que se refiere el Las regiones más fácilmente explo­ una pervivencia del Calcolítico, o presente artículo. Se trata de un tables se convierten, pues, en gran­ del período más antiguo de algunos brazalete de diez alambres de oro des focos dominantes, jugando el asentamientos de la zona, y ante la macizo. Dadas sus características, cobre, e inmediatamente después el falta de excavaciones no ha podido nos obliga a relacionarlo con los estaño, el papel que el hierro y el ser documentado. brazaletes del tesoro de Maura, carbón han desempeñado en el de­ pero las relaciones mas intensas las sarrollo económico del siglo pasa­ El Bronce Final supone la cons­ podemos establecer con los brazale­ do, y el petróleo en nuestros días. tatación de las explotaciones mine­ tes irlandeses de Derrimboy, fecha­ De otro lado, su relativa rareza ras. Esta primera etapa se docu­ bIes en el Bronce Final (fase Bis­ obligó a un movimiento comercial menta por los testimonios arqueo­ hosland). Por ello, parece lógico fe­ entre pueblos en ocasiones muy lógicos, y en ella los incentivos fun­ char la pieza hacia el pleno Bronce alejados, generando de esta forma damentales serán los metales pre­ Final (ALMAGRO, M., 1977). elementos de progreso. Así, las ne­ ciosos. Dos son los documentos ar­ cesidades básicas de los pueblos queológicos básicos para su estu­ Pese a todo, también existe bas­ agrícolas y ganaderos podrían cu­ dio: la orfebrería, en un primer mo­ tante oro asociado a los conglome­ brirse con una economía de áreas mento, y las estelas diademadas rados precámbricos de Alcudia, no reducidas, ya que los productos de para su fase final. siendo improbable que el metal uso normal no era preciso, salvo ra­ proceda de algún depósito aluvial ras excepciones ir a buscarlos lejos, Los primeros elementos de lo ubicado en dicho valle. De otro pero no sucede así con los minera­ que debemos considerar como lado, si desde Irlanda pudo venir la les y rocas de uso industrial (TA­ Bronce Final aparecen atestiguados activación de la minería del oro, RRADELL. M., 1983). por la orfebrería. El tesoro de Bo­ por ser esta tierra tradicionalmente donal de la Sierra (sito fuera de la rica en él, no se debe tampoco olvi­ zona) y sus paralelos irlandeses de EVOLUCION HISTORICA DE dar la posibilidad de un desarrollo clara dispersión Atlántica y muy local que explicaría joyas de espira­ LA MINERIA temprana fecha, cabalgando entre les como las de A) ETAPA INICIAL el Bronce Medio e inicios del Bron­ y tal vez el propio brazalete de Al­ ce Final, permiten comprender cómo cudia. Incluso cabe pensar también En consonancia con lo expuesto ya por estas fechas la minería del en el influjo próximo de la zona ga­ anteriormente, sería en el Calcolíti• oro está afianzada en Extremadura laica, donde ya desde antiguo apa­ ca cuando se introduciría en la zona (ALMAGRO. M., 1977), región rece una rica orfebrería. Por ello, la metalurgia del cobre. No obstan­ donde las monteras, filones y place­ pensar en una interrelación entre te, no tenemos testimonios de que res auríferos abundan, al igual que las diversas regiones auríferas del ello sea así. En el Calcolítico se in­ en las demás partes del Macizo occidente de Europa unidas por el troducen las innovaciones produci­ Hespérico. Atlántico sería perfectamente lógi• das en la revolución neolítica, pero La minería, sobre todo de mine­ co y explicaría sus relaciones mu­ con respecto al trabajo del metal no tuas, al mismo tiempo que sería la tenemos testimonios que nos per­ rales preciosos, como ya hemos vis­ to, será el revulsivo básico que ex­ clave de contactos mucho más am­ mitan afirmar si el metal era cono­ plios en otros aspectos (ALMA­ cido o desconocido. Nos encontra­ plique la presencia de objetos exó• ticos. La búsqueda de estos minera­ GRO, M., 1977). En todo caso ten­ mos ante lo que se ha denominado dríamos a la minería como elemen­ «Calcolítico sin cobre». En efecto, les no sólo provocará el natural in­ cremento de la producción sino, y to básico de comercio y, lo que es el único poblado que podemos in­ más importante, de innovación y cluir con plenas garantías dentro lo que es más importante, la inclu­ sión de la zona dentro del área cul­ contacto entre esta zona y el foco del Calcolítico, y cuya vida se cen­ cultural de Bronce Atlántico. tra en un Calcolítico pleno y posi­ tural del Bronce Atlántico. Las in­ blemente un Calcolítico inicial, es fluencias, que son visibles en la jo- Multitud de testimonios reparti- 56 ARTICULOS

dos por el resto de la Siberia Extre­ como la de Madroñil, se fecharían con escotaduras en V, fíbulas de meña nos ayudan a hacernos una dada la presencia de los escudos re­ codo, espejos, peines, y carros de idea más cabal de la importancia de dondos sin escotadura, en torno a guerra. Su origen en el Mediterrá­ la Siberia en general en el Bronce finales del siglo VIII a.C. y media­ neo Oriental es evidente y atesti­ Final. Destacan, dentro de la orfe­ dos del siglo VII a.e. guan la presencia de la colonización brería, el torque de Orellana y el fenicia. Estos objetos se deben ex­ tesoro de Navalvillar de Pela, cons­ Dentro de la Siberia encontra­ plicar por el comercio de objetos tituidos por joyas de espirales. Este mos otros testimonios que respon­ suntuarios o de prestigio personal y tipo de joyas de espirales ha apare­ den así mismo a las influencias es característico de este período. cido, no obstante, aparte del grupo atlánticas, pero ya en fechas más Como contrapartida, hay que pen­ de los torques, que son las joyas tardías. Sería el caso del hacha de sar en el oro extremeño, utilizado con más claros paralelos atlánticos. Orellana (tipo 35.e. «Melgaso» de al parecer en joyas fenicias, como Ello puede deberse a que pueden Monteagudo, que se fecha entre el algunas de las aparecidas en Troya­ representar otra tradición cultural 900 y el 800 a.e.). mar, así como otros minerales con fuertes raíces en el Bronce. como estaño, plata o cobre y otros Frente al evidente influjo del círcu• La influencia Atlántica que, recursos no geológicos, tales como lo nórdico y el mundo atlántico, como hemos venido viendo, era la pieles o incluso esclavos (ALMA­ que, en general, representan el tor­ predominante en la zona, comienza GRO, M., 1977). que de Orellana y el brazalete de a ser sustituida poco a poco en el Los personajes representados en Alcudia, este tipo de joyas de espi­ llamado período protoorientalizan­ estas estelas parecen responder a rales parecen haber recogido ele­ te, por las influencias venidas desde ámbitos rurales, y parecen contro­ mentos centro-europeos. No obs­ el Sur. Este cambio es aún menos lar caminos, lo que explicaría la tante, las cadenas de espirales de sensible, si tenemos en cuenta que oro aparecen también en el Bronce debió ser paulatino, y los elementos presencia de objetos de lujo como fíbulas, peines o incluso carros, que Antiguo bretón y se conocen tam­ llegados del Atlántico, en el Bronce pueden ser el resultado de su hege­ bién en Escandinavia, pero es en Final pleno, debieron perdurar du­ rante bastante tiempo. En todo monía sobre el comercio, donde el Centro Europa donde aparecen mineral, como ya hemos visto, se­ asociados a espirales cilíndricas, a caso, la minería del oro y la orfe­ ría la mercancía más preciada. veces de sección triangular y braza­ brería debieron ser el estímulo letes ligeramente amorcillados no esencial en la aparición de las in­ La cronología de este período lejos de este conjunto, aunque es­ fluencias protoorientalizantes (AL­ Protoorientalizante viene precisada tos elementos, dada su simplicidad, MAGRO, M., 1977). De nuevo se­ por los elementos mediterráneos no sean de gran utilidad (ALMA­ rán los testimonios arqueológicos que aparecen en las estelas, sobre GRO, M., 1977). los que nos hablen de las activida­ todo las fíbulas de codo y los escu­ des mineras. En efecto, las llama­ dos con escotadura en V, que nos Las estelas diademadas son otro das estelas de guerreros continua­ indican una fecha de pleno siglo IX de los testimonios que nos apunta­ doras de las estelas diademadas, a.e. y que posiblemente alcanza al rían hacia el Bronce Atlántico. Cua­ aunque estas últimas siguen perdu­ siglo X a.e. El final del período tro son las estelas de este tipo en­ rando, serán la fuente de informa­ Protoorientalizante tendríamos que contradas en la zona o e sus proxi­ ción básica para detectar la activi­ situarlo a partir de finales del siglo midades: Belalcázar 1, Capilla 1, dad minera de la zona. VIII a.e., en que comienza el pe­ Peñalsordo I y Madroñil 1. Estas es­ ríodo Orientalizante (ALMAGRO, telas, dadas sus características, nos Los cascos de cuernos, tal y como M., 1977). obligan a relacionarlas con los gui­ aparecen en las estelas del Viso I jarros estela con representación an­ (ALMAGRO, M., 1966) YEsparra­ El período Orientalizante fue el tropomorfa (NAVASCUES, J.J., gasa de Lares I (NAVASCUES, J.J., resultado del influjo cultural trans­ 1984), los cuales presentan una cla­ 1984) nos introducen de nuevo en mitido fundamentalmente por las ra vinculación con la minería; así, la polémica sobre el origen de estos colonias fenicias, que divulgó por tanto Robledillo de Gata como objetos. Al principio se les supuso muy diversos ambiente la «Koine» Hernán Pérez están situadas próxi• un origen mediterráneo (ALMA­ cultural formada por las más altas mas a yacimientos de oro, cerca de GRO, M., 1966); no obstante, para culturas del Mediterráneo Oriental. este último pueblo existen además los que -presentan forma de lira se E;:ste período viene caracterizado yacimientos de estaño y lo mismo les ha supuesto un origen nórdico por la expansión de elementos traí• ocurre a pocos kilómetros de Rio­ (ALMAGRO, M., 1977). Su cro­ dos por los colonos fenicios que se malo. Por otro lado, algo más lejos nología no es muy precisa, pero de­ introducen en la cultura local. Los tenemos a , ben situarse hacia el siglo XI-IX primeros objetos son escasos y res­ que se sitúa en una importante zona a.e. Otros autores han vuelto a in­ ponden a un comercio de objetos minera. Podríamos establecer a tra­ cidir sobre su origen mediterráneo ornamentales. Poco a poco aumen­ vés de los guijarros-estela una vin­ (BENDALA, M., 1977). ta su número, dando la sensación culación entre las estelas diadema­ de que su introducción se debe a un das y la minería. No obstante, estas El desarrollo de una actividad co­ comercio de objetos de lujo ya re­ estelas diademadas presentan un mercial intensa está bien atestigua­ gularizado (ALMAGRO, M., 1977). amplio margen cronológico. Las da en la zona. Los objetos protoo­ Este segundo estadio se puede fe­ más antiguas serían anteriores al in­ rientalizantes aparecen bien docu­ char a partir del siglo VIII a.e. yes flujo orientalizante; las más tardías, mentados en las estelas: escudos el conocido como período Orienta- 57 ART e u L o S

lizante Antiguo. Las estelas son las Estrecho, los cuales suministraban que enlazaría con las teoría de que nos siguen informando sobre el plata también a los etruscos BENDALA (1977) sobre la in­ comercio usando como base funda­ (BLAZQUEZ, 1.M., 1980). En fluencia del geométrico griego en mental el mineral. En una tercera este momento tampoco podemos las estelas. fase, su predominio aumenta hasta olvidar Cancho Ruano, en Zalamea ser casi absoluto, lo que coincide B) LA MINERIA DE LOS de la Serena (Badajoz). Sin querer PUEBLOSPRERROMANOS con una producción mayoritaria­ entrar en la polémica sobre su fun­ mente local, traduciéndose de am­ cionalidad, hay que señalar que el El período Prerromano supone la bos hechos su plena asimilación a la modelo arquitectónico de Cancho consolidación definitiva de la mine­ cultura indígena, que pasa a formar Ruano responde al mismo plan ur­ ría local. Los testimonios referidos parte del hinterland económico de banístico que las construcciones a la explotación de los recursos me­ las factorías coloniales de la costa portuarias de la factoría de AI­ tálicos no sólo están atestiguados (ALMAGRO, M., 1977). Este pe­ Mina en Asia Menor (MALU­ por las fuentes antiguas, sino tam­ ríodo se fecha a partir de inicios del QUER, N., 1981). Habiéndose su­ bién por la arqueología. ESTRA­ siglo VII a.C., quizá toda la prime­ gerido por su excavador que el mer­ BON (I1I 146) afirmaba que toda ra mitad de dicho siglo. Es lo que curio encontrado en dicha factoría la tierra de los iberos está llena de se conoce como Orientalizante ple­ pudiera ser procedente de Almadén metales, particularmente la Bética, no o Reciente. En el llamado orien­ (MALUQUER, N., 1981). Sea de la cual puntualiza que, en cuanto talizante Tardío, los elementos cul­ como fuere, este yacimiento nos a su riqueza de minerales, no es po­ turales decrecen paulatinamente está hablando de un importante co­ sible exagerar en elogios a Turdeta­ para ser sustituidos por otros, hasta mercio de minerales, así como la nia y a las regiones limítrofes. Con desaparecer las últimas perviven­ presencia de traficantes griegos, lo respecto a la zona que estamos cias absorbidas primero dentro de la cultura ibérica y luego por la cél­ tica. Este período se fecha a lo lar­ go del siglo VI e inicios del siglo V a.C. En este momento se encuadra uno de los testimonios más intere­ santes, en lo que a la comercializa­ ción de minerales se refiere. Se tra­ ta del Sileno de Capilla, encontran­ do en el Castro de las Cañas, asen­ tamiento que controla el vado del Molino, en el Zújar. Esta pieza se fecha en la primera mitad del siglo V a.C., y más concretamente en su primer cuarto. Su centro de fabrica­ ción parece ser que se sitúa en al­ gún lugar del Sur de Italia (OL­ MOS, R., 1977), aunque ALMA­ GRO, 1977, señala que tampoco puede destacarse un origen penin­ .-- sular. La presencia de esta pieza no '1- . __-' --;:--.- "- se explica si no es por el comercio de los fenicios, los cuales estaban asentados en la zona del Estrecho y ',,1".,: •. tenían buenas relaciones con los • 'l"" griegos de la «Magna Grecia» " , .. ;', ,-- - . (BLAZQUEZ, 1.M., 1980). Se ha pensado que la plata de las mone­ das griegas de esta época era de procedencia hispana, pues nadie podía suministrarla en todo el con­ texto del Mediterráneo en tal canti­ dad y calidad. Sobre la plata hispa­ na PUNIO (XXXIII 96-97) ha re­ cogido unos datos muy interesan­ tes, como son: la espuma de plata más apreciada después de la ática era la hispana (XXXIII 158). El Si­ lena de Capilla atestigua un impor­ 5 ano tante comercio entre los griegos de MARrILLO DE MINERO la Magna Grecia y los fenicios del, (CABEZO) 58 ART e u L o S

viendo, el mismo autor señala la ri­ mente significativo si estudiamos fortificaciones de la Bética (FOR­ queza en bermellón y argentum los asentamientos. TEA, A., 1970). El estudio de las vivo de la comarca de Sisapo (Al­ murallas de estos poblados excede Podemos considerar seis tipos de madén) -recordemos que Sisapo es la extensión y la intención del pre­ vestigios: grandes poblados fortifi­ una voz céltica que significa <

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denominación de torres la que me­ de explotación minera, pero asimis­ Este esquema es, evidentemente, jor se acomoda a su estructura y mo es el que se sitúa en las mejores un modelo casi ideal de comporta­ función. tierras con posibilidades agrícolas, miento, y no conviene entenderlo por lo que debemos considerarlo de un modo rígido ni invariable. Los poblados de tipo de Castro como un asentamiento mixto. Así, asentamientos del tipo cortija­ del Pez parecen tener una clara re­ oda como el del Cerro del Tesoro, lación con las actividades mineras, Estas cortijadas serían, junto con dada su proximidad al vado del ZÚ- pero no desde el punto de vista de los asentamientos tipo Cabezuela, jar, y a la vía comercial principal, la explotación directa de las minas, las encargadas de la explotación di­ pudieran actuar también como cen­ sino como lugares centrales de deci­ recta de las minas, pudiendo consti­ tros de intercambio. Lo mismo ha­ sión y poder que estructuran tanto tuirse los recintos tipo Cabezuela bría que decir del Cerro Cabezo, la explotación como el comercio, en lugares de defensa para la zona, encuadrado dentro de los recintos Su excelente situación les daría, dadas sus murallas, y las cortijadas del tipo de Cabezuela. asimismo, una función de vigilancia tipo Cerro del Tesoro en lugares de caminos, completada ésta por la puntuales de explotación. De otro lado, el anterior esque­ red de recintos del tipo Castillejo ma, unido a la proximidad de Al­ de Garlitos, que tendrían una fun­ b.5 Poblados de llano tipo Cañas. madén, puede inducir a pensar que ción tanto de fiscalización como de fue la minería la actividad económi• control de rutas. Este poblado se sitúa en el llano ca fundamental de estas gentes, junto a un vado del río Zújar. La cuando todas las opiniones apuntan característica fundamental, en lo b.3. Recintos fortificados en llanos a la actividad agrícola-ganadera que a su emplazamiento se refiere, tipo Cabezuela. como la actividad económica funda­ de este tipo de asentamiento es su , mental. No obstante, los minerales Estos poblados se sitúan en ellla­ ubicación junto a lugares de obliga­ (galena fundamentalmente) serían no, emplazados sobre pequeños ce­ do paso o, mejor, de parada obliga­ la mercancía de cambio fundamen­ rros o cabezos. Presentan murallas. da. Estos asentamientos es posible tal para la obtención de los produc­ No obstante, dado su penoso esta­ que no surgieran con esta finalidad tos del comercio. pero, dado su emplazamiento, se do, sólo en el caso de la Cabezuela El siguiente aspecto a tratar sería es posible descubrir su técnica cons­ convirtieron en centros de inter­ el de las vías de comunicación y ru­ cambio. tructiva, que vuelve a repetir la de tas del comercio. Por tanto, el ca­ los recintos de la Bética. Estos re­ mino que unía Medellín con la zona cintos están a medio camino entre b.6 Santuarios tipo Cuevas. de Almadén sería una de las sendas los Hoppidum y los recintos tipo Este tipo de asentamiento no fundamentales del tráfico mercantil Castillejo. Son mayores que estos y sobre la que se instalaría con pos­ últimos y menores que los prime­ guarda ninguna relación, al menos aparentemente, con la minería. terioridad la ruta que unía Mérida ros. Lo más característico de estos con Zaragoza. La dirección de este recintos es la presencia de minas en Resumiendo, podemos conside­ comercio sería fundamentalmente sus laderas, dándose la coincidencia rar, en lo que a la minería se refiere hacia el sur, progresando hacia las de que en estas minas, tanto en la en época prerromana, lo siguiente: ciudades de la costa mediterránea, del Cerro Gabezo como en la de la los grandes hoppidum tendrían una a través de Sierra Morena. El co­ Cabezuela, se han documentado función fiscalizadora, de control y mercio de los minerales de la zona martillos para la extracción de mi­ de dirección sobre la explotación y se vería facilitado por la presencia neral de tipo calcolítico. comercialización de los recursos de las minas de la comarca de Alma­ Nos encontramos, por lo tanto, metálicos; serían posiblemente la dén, lo que haría a estas vías muy ante unos recintos situados junto a residencia de los régulos locales. atractivas desde el punto de vista de minas y que serían posiblemente En la tarea de vigilancia y control la comercialización de metales. encargados de su explotación direc­ de rutas intervendrían no sólo los ta. propios hoppidum, sino también ESTRABON señaló que el comer­ una red de instalaciones de otea­ cio turdetano estaba en manos de miento de rutas -función funda­ los fenicios (STR. XVIII 832). La b.4 Cortijadas tipo Cerro del mental de los recintos tipo Castille­ presencia del Sileno de Capilla en Tesoro. jo. La extracción y, posiblemente, uno de estos centros que hemos Estos asentamientos se ubican en el triturado, muestreo, lavado y considerado como centro de comer­ lugares llanos sin defensas. La mo­ fundido se realizaría a pie de mina. cio, el Castro de las Cañas, nos es­ tivación económica de dichos recin­ Situándose éstas en el llano y bajo el taría indicando no sólo a este Cas­ tos es muy amplia. Nos centrare­ control de los recintos del tipo Ca­ tro como centro comercial, sino mos aquí en los que presentan ex­ bezuela, que, a su vez, podían ac­ que, unido a la cronología de esta plotaciones mineras, como serían el tuar como centros defensivos de las figurilla (primer cuarto del siglo V Cerro del Tesoro y la Villa del explotaciones circundantes de tipo a.e.) (OLMOS, R., 1977), nos in­ Puente. En este último caso es posi­ cortijada. Los poblados de tipo Ca­ dicaría una presencia fenicia hasta ble que sea la minería la principal ñas serían los centros fundamenta­ momentos muy tardíos, a lo que te­ riqueza del asentamiento. Por otro les de intercambio. Los beneficios nemos que unir la presencia de dos lado, no parece que éste sea el caso reportarían a favor de los régulos monedas procedentes de las costas del Cerro del Tesoro, yacimiento de los hoppidum, como ya hemos del Sur: una de la ceca de Sexi, en­ que nos ofrece mayores evidencias señalado. contrada en el Cerro del Tesoro, y 60 ART e u L o S

otra de Malaka, procedente del rico que los romanos no hayan tra­ cialización. No obstante, encontra­ Pez, amén de otras de Castulo y bajado, ni rincón, por apartado que mos una serie de momentos críticos Obulco, procedentes de otros yaci­ se encuentre, que no explorasen o en su desarrollo. El primero de mientos de la zona. reconociesen. ellos se situaría entre los años 49 y 45 a.e. con motivo de las guerras Por otro lado, tenemos testimo­ Si bien la ocupación romana su­ civiles. Dada su situación, es de su­ nio de SAN AGUSTIN, que alude puso el máximo desarrollo de las poner que le afectaría el colapso a la exportación de minio de Alma­ instalaciones mineras, tampoco es que se ha registrado para este pe­ dén a Cartago (Epíst. 50), si bien menos cierto, como ya señalaron ríodo en otras minas de Sierra Mo­ en época ya Bajo Imperial, quedan­ los escritores contemporáneos, que rena. Se ha pensado recientemente do como vestigio de un posible co­ la mayoría de las minas que explo­ que esta interrupción general de la mercio anterior. taron los romanos eran de explota­ actividad de las minas de Sierra ción antiquísima. Así lo señala Morena fue la causante de la DIODORO DE SICILIA, quien afluencia de los capitales de los C) LA MINERIA EN LA afirma que la gran riqueza de las dueños de las minas hacia las explo­ ROMANIZACION minas hispanas es aún más sorpren­ taciones agrícolas, explicando la sú­ dente si tenemos en cuenta que nin­ Sería ocioso incidir en la gran im­ bita irrupción del aceite bético en guna de ellas presenta un laboreo portancia que para Roma tenía la la primera mitad del siglo I a.e. reciente; por el contrario, gran par­ Península, en lo que a sus recursos (TOVAR, A. Y BLAZQUEZ, te de ellas fueron abiertas por la co­ metálicos se refiere. Así, la repenti­ 1.M., 1982). La producción debió dicia de los cartagineses en la época na marcha de Escipión hacia Carta­ de recuperarse en la época lulio­ en la que éstos eran dueños de Ibe­ go Nova respondió más que a la ne­ Claudia (ALVAREZ, 1.M., 1984). ria, y muchas eran explotadas con cesidad de privar a los cartagineses anterioridad por los régulos locales. de su mejor puerto en Hispania En la zona en estudio esta afirma­ Las minas de plomo hispánico, (POUBIO X 7; STR. III 179), a la ción cobra todo su sentido, pues en que serían las explotaciones mine­ necesidad de apoderarse de sus mi­ todas las minas explotadas por los ras más numerosas de la zona, de­ nas. De otro lado, la marcha de Es­ romanos vemos testimonios prerro­ ben de entrar de nuevo en decaden­ cipión hacia Castulo responde a las manos, con mayor o menor intensi­ cia en época Flavia, con la compe­ mismas prioridades. Como ejemplo dad, e incluso anteriores. tencia intensa de las minas de Brita­ vale la pena analizar las cantidades nia; a su decadencia alude PUNIO ingresadas por Escipión en el erario La presencia romana efectiva en (XXXIV 164). En las minas de la romano durante el tiempo que se la zona la podemos situar sobre fi­ Bética y del sudeste el ritmo de mantuvo como general en Hispa­ nes del siglo II a.e. No obstante, la producción debió de descender mu­ nia; la cifra se calcula alrededor de ocupación y explotación del territo­ cho, sin cesar del todo en su explo­ las 14.432 libras de plata sin acuñar rio debió de ser más tardía. tación. Contribuyó a ello la falta de (UV. XXVIII 38). Las campañas La presencia romana en la zona, mano de obra esclava, que será sus­ de GALVA contra los lusitanos y como ya hemos indicado, significó tituida por otra libre en la época de las de CESAR contra los pueblos una mayor racionalización en la mi­ los Antoninos y posteriormente. del Norte no responden a otra mo­ nería, tanto desde el punto de vista (TOVAR, A. y BLAZQUEZ, tivación que la de obtener botín de la extracción como de la comer- 1.M., 1982). (TOVAR, A. y BLAZQUEZ, J.M., 1982). La riqueza metálica de la Península explica la conquista de Hispania a pesar de la sangría de hombres que la guerra suponía. Los romanos, ante la carencia de plata, llegaron a imprimir papel moneda. Las necesidades de mine­ ral forzaron el desarrollo de las guerras púnicas (LUNAY, L.). La ocupación romana supuso el cénit en la explotación de los recur­ sos metálicos de la zona, no sólo por sus nuevas técnicas de extrac­ ción, sino también por las excelen­ tes comunicaciones viarias, funda­ mentalmente hacia el Sur. Según MESEGUER PARDO, la minería llegó a su auge con los romanos, causando asombro la magnitud de los trabajos realizados entonces en España. La simple inspección de nuestras zonas mineras hace com­ prender que no existía yacimiento Lavadero. A la derecha Cortijada del Cerro del Tesoro (Yuntas). 61 ART e u L o S

de estos utensilios no quiere decir, evidentemente, que solamente se utilizase este instrumental para la extracción del mineral; así, no deja de resultar curioso que la mayor parte de las herramientas mineras depositadas en el museo de Bada­ joz, confeccionadas en hierro, pro­ cedan de una zona muy próxima. . Queremos concluir indi­ cando que el utillaje metálico tam­ bién formaría parte del equipo ex­ tractivo (RUBIO, L.A. Y CHICO, M.L., 1982). Una vez extraído el mineral, las operaciones de triturado, lavado y fundido son realizadas en la misma boca de mina. En la mina del Cerro del Tesoro encontramos dos lava­ deros de mineral, realizados me­ Detalles de ángulo inferior izquierdo del lavadero interior; se aprecia la técnica diante mampostería y recubiertos de construcción de mampostería y el recubrimiento de «opus signimun». Cerro del Tesoro (Yuntas) de signinum. Ambos lavaderos es­ tarían comunicados posiblemente Esta visión tan catastrófica enca­ parar al erario romano, mientras con el río. La fundición está asimis­ ja mal con las características de la que los procedentes de las provin­ mo atestiguada por la presencia, no zona, si tenemos en cuenta que es cias imperiales lo hacían hacia el sólo de escorias, sino de lo que es en este período Flavio cuando se le emperador. más importante, por la existencia concede a Miróbriga el rango de de gotas de plomo y fragmentos de municipio, lo que tendría que ir mineral fundido. acompañado de una cierta pujanza económica. La mano de obra sería funda­ mentalmente esclava, típica de las Con posterioridad, las minas del METODOLOGIA DE LA explotaciones mineras. DIODORO Sudeste sufren un importante au­ EXPLOTACION DE SICILIA señala que los gran­ mento de su producción a partir del des beneficios obtenidos por la ex­ auge de la vida municipal y del im­ El mineral explotado preferente­ plotación de las minas hispanas no pulso que le dieron a la economía mente en la zona sería el plomo, sólo se debían a la riqueza del sub­ los emperadores flavios; así, en la alineándose por tanto con el núcleo suelo, sino también a la gran canti­ comarca tenemos atestiguadas algu­ minero de Sierra Morena (ALVA­ dad de esclavos que eran explota­ nas inscripciones de los Antoninos REZ, 1.M., 1984), además de las dos despiadadamente. Ya hemos sobre el culto imperial. Los datos relaciones de proximidad que se de­ señalado que una de las causas que referidos al alto imperio son más rivan de su cercanía a las minas de provocaron un retroceso de la pro­ fragmentarios; además no podemos Almadén. De la lista de minerales ducción minera en época flavia fue asegurar que muchas de estas minas explotados por Roma en la penín• la falta de mano de obra esclava, sigan en explotación, si bien se tie­ sula nos interesa, por tanto, el plo­ que tuvo que ser sustituida por nen datos de otras muchas explota­ mo. De él señala Plinio que se ex­ mano de obra libre en época de los ciones que demuestran que los re­ portaba para mezclarlo con el cobre Antoninos y después. La considera­ cursos metálicos no estaban agota­ de Campania para hacerlo más dúc­ ción de los esclavos mejoró sensi­ dos, como han señalado algunos til y de mejor color (XXXIV 95). blemente en las minas del Suroeste autores que han entendido la deca­ en el siglo n. Así, en las tumbas de dencia del imperio romano por el La extracción del mineral parece los mineros de Rió Tinto se han do­ declinar de las explotaciones mine­ que se realizaba mediante «Mallei» cumentado sigillatas y vasos de vi­ ras. o martillos de piedra dura de forma drio y una mayor abundancia de lá­ De las minas de Almadén, situa­ oval alargada, como lo testimonian pidas. De todas formas, las pala­ das en las proximidades, tenemos sendos hallazgos en las minas del bras de DIODORO DE SICILIA numeroso testimonio de autores ro­ Cabezo y la Cabezuela. Esta herra­ son significativas: «Estos pobres in­ manos, tales como VITRUBIO o mienta es un elemento arcaizante; felices, sudando de noche y de día, PLINIo., que ponen en evidencia aunque se siguieron usando en épo­ con indecible fatiga, en aquellos una importante actividad minera inin­ ca romana son típicos del Calcolíti• horribles calabozos subterráneos, terrumpida. Por eso no es de extra­ ca. En las minas de Cástula (Jaén) daban a sus amos infinitas riquezas, ñar el paso del territorio de la Béti­ se siguieron empleando durante pero comprándolas muchas veces ca (senatorial) a la Tarraconense bastante tiempo este tipo de marti­ con sus pobres vidas, pues eran mu­ (imperial), ya que los impuestos de llos de piedra (TOVAR, A. YBLAZ­ chos los que caían muertos bajo el las provincias senatoriales iban a QUEZ, 1.M., 1982). La presencia peso de un trabajo tan crue!». 62 ART e u L o S

REGIMEN DE PROPIEDAD Y una sociedad de publicanos (Cic. indican las marcas laterales, perte­ DERECHO MINERO phil l., II 19). La «Societas Castulo­ nece al emperador. Una lápida apa­ nensis» controlaba la explotación recida en Capua (CIL X 3964) men­ La ausencia de datos referidos a minera de esta localidad. Esta com­ ciona a un «villicus siciorum Sisapo­ la zona, tanto literarios como ar­ pañía debió controlar las minas de nensium ex Provincia Ulteriore», queológicos, en lo que al régimen plomo y plata de Sierra Morena inscripción que prueba, pese a la de propiedad se refiere, es total. Oriental. No podemos olvidar que, propiedad estatal de las minas de No obstante, podemos suponer con a pesar de la distancia entre Cástula Almadén, el arrendamiento a una todas las garantías que las vicisitu­ y la zona, según PTOLOMEO am­ sociedad. des sufridas por la zona serían las bas estaban incluidas dentro del generales a toda la Península. grupo Oretano, pero de todas for­ En primer lugar, hay que señalar mas hay otros testimonios de signo EPILOGO que el derecho romano no recono­ contrario. cía la propiedad del subsuelo. Así, Creemos que la arqueología mi­ todas las minas sitas en territorio Con posterioridad, estas compa­ nera no ha alc~nzado todavía su de­ romano pertenecían al Senado y al ñías debieron cesar en su monopo­ sarrollo. Su importancia estriba en Pueblo Romano, el cual podía lio y los que pasaron a explotar las el conocimiento de antiguos yaci­ arrendar su explotación. minas no son propietarios sino «po­ mientos que pueden evidenciar mi­ nas explotables en la actualidad. Según TENNEY y FRANIC, pri­ sesores», más o menos estables, de mero debieron ser los gobernadores concesiones perpetuas y, en ocasio­ Ojalá pudiéramos saber dónde se los encargados de dirigir las explo­ nes, sometidos a la legislación vi­ situaban las minas antiguas, cuáles taciones, ayudados por los censor~s, gente. Los nombres estampados so­ eran las metodologías extractivas y los ingresos serían depositados en bre los lingotes de mineral se refie­ empleadas, qué tratamiento se el erario público al final de su go­ ren a simples concesionarios, aun­ daba a los minerales y por dónde bierno. Hacia 175 a.e. las cifras de­ que pueden ser también los nom­ discurrían hasta su comercializa­ positadas disminuyeron bruscamen­ bres de los fundidores, los cuales ción. Se puede afirmar que minera­ te y entonces la explotación pasó a eran distintos de los posesores de les y metales van a marcar la histo­ las minas. Los minerales pertene­ manos de los publicanos, dando lu­ ria de los pueblos, las pugnas por cían al dueño del suelo. Para ex­ gar a una fuerte emigración de itáli­ su posesión lo evidencian. traer el mineral se necesitaba el cos (DIODORO DE SICILlA,V permiso del dueño del suelo, que Hispania es uno de los territorios 36,3). ESTRABON habla de la lle­ era el pueblo romano o, en época más privilegiados al respecto, tal y gada en masa de italiotas, atraídos imperial, el emperador. Hispania, y como se puede apreciar en la mis­ por los beneficios de las minas. en concreto las minas de plomo del ma Biblia: «El nombre de los roma­ La explotación de las minas de la Sudeste, abastecieron de plomo a nos fue entonces conocido por JU­ zona, por un lado, debió de correr todo el Occidente del Mediterrá­ DAS. Aprendió que eran fuertes, avatares similares a los de Alma­ neo, como se deduce de las marcas por la manera que habían reducido dén, dada su proximidad y, por hispánicas que han aparecido en la a su poder las minas de oro y plata otro, a los de Cástula, dada la simi­ Galia, Italia y el Norte de Africa. que existen en aquel país, y habían litud de las mineralizaciones. Las Los explotadores ponen su nombre conquistado todas esas provincias minas de Sisapo a finales de la Re­ en los lingotes porque ellos produ­ por sus consejos y por su pacien­ pública habían pasado a manos de cen el metal, pero este metal, como cia.» (Mac, 1,8,3,).

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