168 MAYO-JUNIO 2021 COMIDAS RITUALES DE MÉXICO Y GUATEMALA

00168 arqueologiamexicana.mx COLECCIONISMO DE MÉXICO VIRREINAL CANADIANA EN EL 7 509997 035390 Exhibir hasta julio/10/21 VOL. XXVIII-NÚM. 168 $ 98 Los alimentos enlasfiestas religiosas: bebidas, de Comidas rituales DE LA ÉPOCA PREHISPÁNICADE LA ACTUALIDAD ALA MÉXICO Cocinando para losdioses yloshombres Nueva sección POR LA LIBERACIÓN DEL INDÍGENA LA DECLARACIÓN DE BARBADOS I. Los PUEBLOS ORIGINARIOS hoy y

GUATEMALA

tamales, OTTO SCHONDUBE SEMBLANZA DE UN ARQUEÓLOGO chivos… (1936-2020) Núm. 168 ISSN 0188-8218 DOSIER arqueologíaMEXICANA REVIS­ TA­ BIMES­ TRAL­ Mayo-junio de 2021 Vo­l. XXVIII, núm. 168 Ofrenda de mä’ätsy o machucado. arqueologiamexicana.mx Espacio Moojkkaaky, Santa María Comidas rituales Tlahuitoltepec, Oaxaca. Foto: Bernardo Pérez de la Torre de MÉXICO y GUATEMALA

SECRETARÍA DE CULTURA INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA EDITORIAL RAÍCES, S.A. DE C.V. Secretaria Alejandra Frausto Guerrero Director General Diego Prieto Presidente Sergio Autrey Maza 26 COCINANDO PARA LOS DIOSES Y LOS HOMBRES Los alimentos rituales en las fiestas religiosas de los antiguos nahuas

ARQUEOLOGÍA MEXICANA EDITORIAL RAÍCES, S.A. DE C.V. Elena Mazzetto Directora María Nieves Noriega de Autrey Directora General María Nieves Noriega de Autrey Editor Enrique Vela Director General Adjunto Miguel Autrey Noriega En la vida ritual de los antiguos nahuas las ofrendas de comida desempe- Jefe de Redacción Rogelio Vergara Ventas de publicidad Ana Lilia Ibarra ñaban un papel fundamental. A través de una comensalidad participativa, Jefe de Diseño Fernando Montes de Oca Circulación María Eugenia Jiménez los hombres construían y renovaban sus alianzas con los dioses, al tiempo Investigación iconográfica Aline Gallegos Méndez Representante legal Angelina Cué Editor Web Daniel Díaz Información, ven­tas Tel. 55 5557-5004, Exts. 5120 y 5232, 800 4724-237, que compartían comunitariamente platillos que expresaban los campos Archivo de imagen José Cabezas Herrera y suscrip­ cio­ nes­ [email protected] de acción de los seres divinos. Asistencia de diseño Jonatan Avila Corres­ pon­ den­ cia­ Editorial Raíces, S.A. de C.V., Boulevard Manuel Ávi- Asistente editorial Ana Cecilia Espinoza la Camacho 67 D1, Bosque de Chapultepec, I Sec- ción, C.P. 11580, Miguel Hidalgo, Ciudad de México. Tel. 55 5557-5004, Fax 55 5557-5078 y 55 5557-5004, Comité Científico-Editorial Sergio Autrey Maza, Alicia M. Barabas, Alfredo Ba- Ext. 6800. [email protected] rrera Rubio, Eduardo Corona Martínez, Ann Cyphers, 36 LOS PLATILLOS FERMENTADOS Leonardo López Luján, Eduardo Matos Moctezuma, en la comida ritual mexica y otomí María Nieves Noriega, Xavier Noguez, Nelly M. Ro- Alaya Johnson bles García, David Stuart, María Teresa Uriarte Cas- tañeda, Gabriela Uruñuela Ladrón de Guevara © Arqueología Mexicana es una publicación bimestral editada y publicada por Editorial Entre las comidas rituales prehispánicas mexicas y otomíes, las bebidas y Raíces / Instituto Nacional de Antropología e Historia. Editora responsable: María Nieves platillos fermentados desempeñaban un papel imprescindible, pues repre- Noriega Blanco Vigil. Certificado de Licitud de Título núm. 7593, Certificado de Licitud de Consejo de Asesores Ricardo Agurcia Fasquelle, Anthony Andrews, Bár- Contenido núm. 5123, expedidos en la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas sentan un puente culinario entre la muerte y la vida, entre la comida de los bara Arroyo, Juan José Batalla Rosado, Elizabeth de la Secretaría de Gobernación. Registro postal núm. PP 09-0151, autorizado por Sepomex. Boone, Johanna Broda, David Carballo, David Ca- dioses y la comida de los seres humanos. Registro núm. 2626 de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana. Reserva de rrasco, Luis Jaime Castillo, Robert Cobean, Ma. José uso de título núm. 1938-93. Issn 0188-8218. Preprensa e impresión: Impresora y Edito- Con, Ximena Chávez Balderas. Véronique Darras, Davide Domenici, William L. Fash, Gary M. Feinman, ra Infagon, S.A. de C.V., Alcaicería 8, Área Federal Central de Abastos, Ciudad de México, Rebecca González Lauck, Nikolai Grube, Norman tel. 55 5640-9265. Distribución en la Ciudad de México: Unión de Voceadores y Expende- Hammond, Kenneth Hirth, Peter Jiménez, Sara La- dores del D.F., Despacho Guillermo Benítez Velasco, Av. Morelos 76, Col. Juárez, Ciudad de 40 LAS BEBIDAS RITUALES EN MESOAMÉRICA México, C.P. 06200, tel. 55 5703-1001. Distribución en los estados y locales cerrados: ALFESA drón de Guevara, Alfredo López Austin, Luis Alber- Agustín Ortiz Butrón to López Wario, Diana Magaloni, Linda Manzanilla, COMERCIALIZACIÓN Y LOGÍSTICA, S.A. DE C.V., Corona 23, int. 1, Col. Cervecera Modelo, Simon Martin, Dominique Michelet, Katarzyna Naucalpan de Juárez, Estado de México, CP. 53330. Las bebidas rituales como el tesgüino, el mezcal, el pulque, el balché y el Mikulska, Mary E. Miller, Luis Millones, Lorena Mi- La presen­ ta­ ción­ y dispo­ si­ ción­ en conjun­ to­ y de cada pági­ na­ de Arqueo­ lo­ gía­ Mexi­ cana­ rambell, Joseph B. Mountjoy, Carlos Navarrete, Jes- son pro­piedad del edi­tor. Derechos Reservados © Editorial Raíces, S.A. de C.V. / Instituto cacao desempeñaron un papel importante en la vida social y religiosa de per Nielsen, Guilhem Olivier, Ponciano Ortiz, Edith Nacional de Antropología e Historia. los pueblos mesoamericanos. Muchas de ellas dejaron impregnadas las Ortiz Díaz, Jeffrey R. Parsons, Grégory Pereira, Hans Prem, Rosa Reyna Robles, José Rubén Romero, Ma- Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta, por cualquier medio paredes de los recipientes que las contuvieron. ricarmen Serra Puche, Peter Schmidt, Ronald Spo- o procedimiento, del contenido de la presente obra, sin contar con la autorización previa, res, Ivan Šprajc, Barbara Stark, Saburo Sugiyama, expresa y por escrito del editor, en términos de la legislación autoral y, en su caso, de Javier Urcid, Elisa Villalpando, Marcus Winter los tratados internacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición, se hará acreedora a las sanciones correspondientes. La reproducción, uso y aprovechamiento por cualquier medio de las imágenes pertene- 50 MÄ’ÄTSY: HACER Y DESHACER Consejo Científico Joaquín García-Bárcena, Alejandro Martínez Muriel, cientes al patrimonio cultural de la nación mexicana, contenidas en esta obra, está li- EN LA CULINARIA RITUAL AYUUJK Fundador Alba Guadalupe Mastache Flores, Enrique Nalda mitada conforme a la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, y la Ley Federal del Derecho de Autor; su reproducción debe ser aprobada María del Carmen Castillo Cisneros y Raquel Diego Díaz previamente por “El inah” y “La editorial”. No se devuelven originales. No se responde por Coordinadora del dosier Elena Mazzetto materiales no solicitados. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores. En este artículo se hablará del mä’ätsy o machucado, una particular pre- de este número Hecho en México. paración a base de masa de maíz para el consumo humano en colectivo que, haciendo y deshaciendo, marca el fin de todo compromiso ritual al mismo tiempo que evidencia el estrecho vínculo con la et nääjxwiiny o Arqueología Mexicana es una revista escrita por profesionales de la arqueología, la historia, la antropología, la lingüística y otras ciencias afines. Todas las contribuciones son arbitradas por pares. tierra ayuujk. ISSN 0188-8218 DOSIER arqueologíaMEXICANA REVIS­ TA­ BIMES­ TRAL­ Mayo-junio de 2021 Vo­l. XXVIII, núm. 168 Ofrenda de mä’ätsy o machucado. arqueologiamexicana.mx Espacio Moojkkaaky, Santa María Comidas rituales Tlahuitoltepec, Oaxaca. Foto: Bernardo Pérez de la Torre de MÉXICO y GUATEMALA

SECRETARÍA DE CULTURA INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA EDITORIAL RAÍCES, S.A. DE C.V. Secretaria Alejandra Frausto Guerrero Director General Diego Prieto Presidente Sergio Autrey Maza 26 COCINANDO PARA LOS DIOSES Y LOS HOMBRES Los alimentos rituales en las fiestas religiosas de los antiguos nahuas

ARQUEOLOGÍA MEXICANA EDITORIAL RAÍCES, S.A. DE C.V. Elena Mazzetto Directora María Nieves Noriega de Autrey Directora General María Nieves Noriega de Autrey Editor Enrique Vela Director General Adjunto Miguel Autrey Noriega En la vida ritual de los antiguos nahuas las ofrendas de comida desempe- Jefe de Redacción Rogelio Vergara Ventas de publicidad Ana Lilia Ibarra ñaban un papel fundamental. A través de una comensalidad participativa, Jefe de Diseño Fernando Montes de Oca Circulación María Eugenia Jiménez los hombres construían y renovaban sus alianzas con los dioses, al tiempo Investigación iconográfica Aline Gallegos Méndez Representante legal Angelina Cué Editor Web Daniel Díaz Información, ven­tas Tel. 55 5557-5004, Exts. 5120 y 5232, 800 4724-237, que compartían comunitariamente platillos que expresaban los campos Archivo de imagen José Cabezas Herrera y suscrip­ cio­ nes­ [email protected] de acción de los seres divinos. Asistencia de diseño Jonatan Avila Corres­ pon­ den­ cia­ Editorial Raíces, S.A. de C.V., Boulevard Manuel Ávi- Asistente editorial Ana Cecilia Espinoza la Camacho 67 D1, Bosque de Chapultepec, I Sec- ción, C.P. 11580, Miguel Hidalgo, Ciudad de México. Tel. 55 5557-5004, Fax 55 5557-5078 y 55 5557-5004, Comité Científico-Editorial Sergio Autrey Maza, Alicia M. Barabas, Alfredo Ba- Ext. 6800. [email protected] rrera Rubio, Eduardo Corona Martínez, Ann Cyphers, 36 LOS PLATILLOS FERMENTADOS Leonardo López Luján, Eduardo Matos Moctezuma, en la comida ritual mexica y otomí María Nieves Noriega, Xavier Noguez, Nelly M. Ro- Alaya Johnson bles García, David Stuart, María Teresa Uriarte Cas- tañeda, Gabriela Uruñuela Ladrón de Guevara © Arqueología Mexicana es una publicación bimestral editada y publicada por Editorial Entre las comidas rituales prehispánicas mexicas y otomíes, las bebidas y Raíces / Instituto Nacional de Antropología e Historia. Editora responsable: María Nieves platillos fermentados desempeñaban un papel imprescindible, pues repre- Noriega Blanco Vigil. Certificado de Licitud de Título núm. 7593, Certificado de Licitud de Consejo de Asesores Ricardo Agurcia Fasquelle, Anthony Andrews, Bár- Contenido núm. 5123, expedidos en la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas sentan un puente culinario entre la muerte y la vida, entre la comida de los bara Arroyo, Juan José Batalla Rosado, Elizabeth de la Secretaría de Gobernación. Registro postal núm. PP 09-0151, autorizado por Sepomex. Boone, Johanna Broda, David Carballo, David Ca- dioses y la comida de los seres humanos. Registro núm. 2626 de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana. Reserva de rrasco, Luis Jaime Castillo, Robert Cobean, Ma. José uso de título núm. 1938-93. Issn 0188-8218. Preprensa e impresión: Impresora y Edito- Con, Ximena Chávez Balderas. Véronique Darras, Davide Domenici, William L. Fash, Gary M. Feinman, ra Infagon, S.A. de C.V., Alcaicería 8, Área Federal Central de Abastos, Ciudad de México, Rebecca González Lauck, Nikolai Grube, Norman tel. 55 5640-9265. Distribución en la Ciudad de México: Unión de Voceadores y Expende- Hammond, Kenneth Hirth, Peter Jiménez, Sara La- dores del D.F., Despacho Guillermo Benítez Velasco, Av. Morelos 76, Col. Juárez, Ciudad de 40 LAS BEBIDAS RITUALES EN MESOAMÉRICA México, C.P. 06200, tel. 55 5703-1001. Distribución en los estados y locales cerrados: ALFESA drón de Guevara, Alfredo López Austin, Luis Alber- Agustín Ortiz Butrón to López Wario, Diana Magaloni, Linda Manzanilla, COMERCIALIZACIÓN Y LOGÍSTICA, S.A. DE C.V., Corona 23, int. 1, Col. Cervecera Modelo, Simon Martin, Dominique Michelet, Katarzyna Naucalpan de Juárez, Estado de México, CP. 53330. Las bebidas rituales como el tesgüino, el mezcal, el pulque, el balché y el Mikulska, Mary E. Miller, Luis Millones, Lorena Mi- La presen­ ta­ ción­ y dispo­ si­ ción­ en conjun­ to­ y de cada pági­ na­ de Arqueo­ lo­ gía­ Mexi­ cana­ rambell, Joseph B. Mountjoy, Carlos Navarrete, Jes- son pro­piedad del edi­tor. Derechos Reservados © Editorial Raíces, S.A. de C.V. / Instituto cacao desempeñaron un papel importante en la vida social y religiosa de per Nielsen, Guilhem Olivier, Ponciano Ortiz, Edith Nacional de Antropología e Historia. los pueblos mesoamericanos. Muchas de ellas dejaron impregnadas las Ortiz Díaz, Jeffrey R. Parsons, Grégory Pereira, Hans Prem, Rosa Reyna Robles, José Rubén Romero, Ma- Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta, por cualquier medio paredes de los recipientes que las contuvieron. ricarmen Serra Puche, Peter Schmidt, Ronald Spo- o procedimiento, del contenido de la presente obra, sin contar con la autorización previa, res, Ivan Šprajc, Barbara Stark, Saburo Sugiyama, expresa y por escrito del editor, en términos de la legislación autoral y, en su caso, de Javier Urcid, Elisa Villalpando, Marcus Winter los tratados internacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición, se hará acreedora a las sanciones correspondientes. La reproducción, uso y aprovechamiento por cualquier medio de las imágenes pertene- 50 MÄ’ÄTSY: HACER Y DESHACER Consejo Científico Joaquín García-Bárcena, Alejandro Martínez Muriel, cientes al patrimonio cultural de la nación mexicana, contenidas en esta obra, está li- EN LA CULINARIA RITUAL AYUUJK Fundador Alba Guadalupe Mastache Flores, Enrique Nalda mitada conforme a la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, y la Ley Federal del Derecho de Autor; su reproducción debe ser aprobada María del Carmen Castillo Cisneros y Raquel Diego Díaz previamente por “El inah” y “La editorial”. No se devuelven originales. No se responde por Coordinadora del dosier Elena Mazzetto materiales no solicitados. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores. En este artículo se hablará del mä’ätsy o machucado, una particular pre- de este número Hecho en México. paración a base de masa de maíz para el consumo humano en colectivo que, haciendo y deshaciendo, marca el fin de todo compromiso ritual al mismo tiempo que evidencia el estrecho vínculo con la et nääjxwiiny o Arqueología Mexicana es una revista escrita por profesionales de la arqueología, la historia, la antropología, la lingüística y otras ciencias afines. Todas las contribuciones son arbitradas por pares. tierra ayuujk. ISSN 0188-8218 56 ALIMENTAR A LOS DIOSES La comida ritual en las ceremonias del ciclo agrícola Marianne Gabriel Los alimentos rituales, bebidas y comidas específicas solamente existen en contextos ceremoniales efímeros establecidos para la ocasión, sea de petición, de prevención y de agradecimiento, ritualidad que sigue la mile- naria tradición cultural maya basada en el cultivo de la milpa.

63 JOCH’ TULUL. BEBIDA CEREMONIAL DE MAÍZ CON ZAPUYUL en Santa María Chiquimula,Totonicapán, Guatemala Felipe Trabanino, Carlos Navarrete, Edgar Barillas y Óscar Adolfo Haeussler Cada 15 de enero se practica el culto al Cristo Negro de Esquipulas en Santa María Chiquimula. Entre quema de pólvora, cohetes, bombas, música de tambor y chirimía, etc., se reparte la bebida ceremonial joch’, un atol de maíz y zapuyul (semilla de zapote tostado y molido).

68 SHIBÁ. EL CONSUMO DE CARNE DE CHIVO EN LA VIDA RITUAL RARÁMURI Blanca María Cárdenas Carrión 11 Documento ¿Cómo reafirmar la comunión con el Padre y los antepasados?, ¿cómo ILUSTRACIONES DE mantener el equilibrio entre el mundo de los humanos y el de los anima- LA OBRA DE FELIPE les? El sacrificio de un chivo, su presentación en el altar y la preparación HUAMÁN POMA DE AYALA de platillos con su carne son algunas respuestas de la cultura rarámuri a SOBRE LA CONQUISTA estas preguntas. HISPANA DE PERÚ Xavier Noguez 73 TAMALES CEREMONIALES 77 Los pueblos originarios hoy Cristina Barros LA DECLARACIÓN Los tamales continúan siendo una ofrenda frecuente en las ceremonias DE BARBADOS I. relacionadas con el ciclo agrícola del maíz, aunque también hay tamales POR LA LIBERACIÓN especiales para momentos del ciclo de vida, para bendecir una casa o para DEL INDÍGENA otras ceremonias. Se trata de una muestra más de continuidad cultural. Alicia M. Barabas

80 Lo que guardan los antiguos libros EL ÚLTIMO PRESAGIO Y LA CAÍDA DE MÉXICO- ARQUEOLOGÍA TENOCHTITLAN Manuel A. Hermann Lejarazu 16 Coleccionismo de canadiana EN EL MÉXICO VIRREINAL 82 Anecdotario arqueológico Leonardo López Luján OTTO SCHONDUBE (1936-2020). En las últimas décadas del periodo colonial, llegaron a Guadalajara y la ciudad SEMBLANZA de México descripciones, imágenes, vocabularios y objetos etnográficos de las DE UN ARQUEÓLOGO sociedades indígenas que habitaban las costas pacíficas de Canadá e incluso Eduardo Matos Moctezuma de , los cuales fueron coleccionados con celo por los ilustrados locales. Leonardo López Luján Coleccionismo de canadiana EN EL MÉXICO VIRREINAL

a Jackie Fortson y Remigio Valdés de Hoyos

En las últimas décadas del periodo colonial, llegaron a Guadalajara y la ciudad de México descripciones, imágenes, vocabularios y objetos etnográficos de las socieda- des indígenas que habitaban las costas pacíficas de Canadá e incluso de Alaska, los cuales fueron coleccionados con celo por los ilustrados locales. Su súbita aparición fue consecuencia de las expediciones que partieron de los puertos novohispanos de San Blas y Acapulco con destino a la remota Columbia Británica.

Un grupo selecto tejido en torno al Real Seminario de teriales coleccionados procedían en dá y Alaska se conoció en la Nueva nutria marina, visón, marta, oso, lobo Vista del establecimiento de Nutka, la Numerosos documentos históricos Minería y, sobre todo, la Real Acade- su mayoría del territorio novohispa- España a raíz de una decena de expe- y castor– que luego comerciaban con fragata Concepción y numerosas em- dan fe de que, en el periodo com- mia de las Tres Nobles Artes de San no. Sin embargo, algunos de ellos lle- diciones hacia el septentrión ameri- enorme éxito lucrativo en puertos barcaciones de los nuu-chah-nulth en 1790. prendido entre 1790 y 1810, la ciu- Carlos. garon desde regiones muy remotas. cano que, por órdenes virreinales como el de Cantón, en la lejana Chi- FOTO: MUSEO DE AMÉRICA dad de México congregaba entre sus Estos coleccionistas se reunían Ése es el caso de “las piezas artificia- desde Bucareli hasta Branciforte, na. Por ello, pronto acudirían tam- 200 000 habitantes a por lo menos con frecuencia para ponerse al día de les” elaborados por las sociedades in- partieron del puerto y astillero neo- bién franceses y estadounidenses, lo una veintena de coleccionistas pri- sus adquisiciones y con el fin de dígenas del extremo noroeste del gallego de San Blas y, en menor me- que detonó una carrera geopolítica, y etnográficos. En este último rubro vados, de quienes conocemos nom- intercambiar objetos, dibujos y pu- continente americano, las cuales dida, de Acapulco. Dichas expedicio- militar y diplomática para ganar el destacan los innumerables diarios y bre y ocupación. Eran, en su mayo- blicaciones. Muchos de ellos facilita- poblaban los litorales pacíficos de nes se realizaron a lo largo de 20 años puerto de Nutka, ubicado estratégi- relaciones que describen la organi- ría, funcionarios de la más alta ron la obtención de ejemplares raros lo que hoy es Canadá y Alaska, a una (véase recuadro) y tuvieron variados camente en el flanco occidental de la zación y las costumbres de las socie- jerarquía en el gobierno civil y mili- para los gabinetes del rey o de insti- de distancia de 4 000 a 7 400 km de móviles, el más importante de los isla de Vancouver. dades indígenas de esa inmensa re- tar del virreinato, dignatarios reli- tuciones científicas de la metrópoli la ciudad de México. cuales fue restringir la amenazadora Otros móviles, empero, eran de gión, jefaturas cuya vida giraba en giosos y “hombres de letras”, tanto y también de la colonia. En sus resi- presencia de marinos rusos e ingle- carácter científico: hacer levanta- torno a la pesca, la caza y la recolec- europeos como criollos. Por regla dencias acumulaban toda suerte de Contactos constantes ses en un territorio que el imperio es- mientos cartográficos del litoral, ción marinas, principalmente de general, se trataba de hombres con especímenes pertenecientes a los La cultura material de las sociedades pañol consideraba como suyo. confirmar la existencia del estrecho salmón, arenque, ballena y molus- influencia política, abundantes re- reinos mineral, vegetal y animal. A nuu-chah-nulth (nutka), salish de la Los intrusos, que comenzaron a de Anián/de Fuca, que supuesta- cos. Entre ellos debemos destacar el cursos económicos e imbuidos por esos tesoros de naturalia, algunos costa, kwakwaka’wakw (kwakiutl), merodear la región a partir de los via- mente conectaba las aguas del Pací- “Quaderno qe contiene el ramo de las ideas de la Ilustración. Sabemos sumaban los de artificialia, en parti- heiltsuk (bella bella), tsimshian, hai- jes de reconocimiento de Vitus Be- fico con las del Atlántico, así como historia natural y diario de la Espe- que conformaban grupos bien cohe- cular objetos arqueológicos y etno- da, tlingit, eyak, alutiiq (yup’ik del Pa- ring, en 1741, y James Cook, en 1778, realizar registros astronómicos, cli- dicion del circulo del Globo” del ar- sionados, cuyas relaciones se habían gráficos. Como es de suponer, los ma- cífico) y unangax (aleutas) de Cana- eran atraídos por las pieles finas –de matológicos, botánicos, zoológicos tista valenciano Tomás de Suría

16 / Arqueología Mexicana Coleccionismo de canadiana en el México virreinal / 17 Leonardo López Luján Coleccionismo de canadiana EN EL MÉXICO VIRREINAL

a Jackie Fortson y Remigio Valdés de Hoyos

En las últimas décadas del periodo colonial, llegaron a Guadalajara y la ciudad de México descripciones, imágenes, vocabularios y objetos etnográficos de las socieda- des indígenas que habitaban las costas pacíficas de Canadá e incluso de Alaska, los cuales fueron coleccionados con celo por los ilustrados locales. Su súbita aparición fue consecuencia de las expediciones que partieron de los puertos novohispanos de San Blas y Acapulco con destino a la remota Columbia Británica.

Un grupo selecto tejido en torno al Real Seminario de teriales coleccionados procedían en dá y Alaska se conoció en la Nueva nutria marina, visón, marta, oso, lobo Vista del establecimiento de Nutka, la Numerosos documentos históricos Minería y, sobre todo, la Real Acade- su mayoría del territorio novohispa- España a raíz de una decena de expe- y castor– que luego comerciaban con fragata Concepción y numerosas em- dan fe de que, en el periodo com- mia de las Tres Nobles Artes de San no. Sin embargo, algunos de ellos lle- diciones hacia el septentrión ameri- enorme éxito lucrativo en puertos barcaciones de los nuu-chah-nulth en 1790. prendido entre 1790 y 1810, la ciu- Carlos. garon desde regiones muy remotas. cano que, por órdenes virreinales como el de Cantón, en la lejana Chi- FOTO: MUSEO DE AMÉRICA dad de México congregaba entre sus Estos coleccionistas se reunían Ése es el caso de “las piezas artificia- desde Bucareli hasta Branciforte, na. Por ello, pronto acudirían tam- 200 000 habitantes a por lo menos con frecuencia para ponerse al día de les” elaborados por las sociedades in- partieron del puerto y astillero neo- bién franceses y estadounidenses, lo una veintena de coleccionistas pri- sus adquisiciones y con el fin de dígenas del extremo noroeste del gallego de San Blas y, en menor me- que detonó una carrera geopolítica, y etnográficos. En este último rubro vados, de quienes conocemos nom- intercambiar objetos, dibujos y pu- continente americano, las cuales dida, de Acapulco. Dichas expedicio- militar y diplomática para ganar el destacan los innumerables diarios y bre y ocupación. Eran, en su mayo- blicaciones. Muchos de ellos facilita- poblaban los litorales pacíficos de nes se realizaron a lo largo de 20 años puerto de Nutka, ubicado estratégi- relaciones que describen la organi- ría, funcionarios de la más alta ron la obtención de ejemplares raros lo que hoy es Canadá y Alaska, a una (véase recuadro) y tuvieron variados camente en el flanco occidental de la zación y las costumbres de las socie- jerarquía en el gobierno civil y mili- para los gabinetes del rey o de insti- de distancia de 4 000 a 7 400 km de móviles, el más importante de los isla de Vancouver. dades indígenas de esa inmensa re- tar del virreinato, dignatarios reli- tuciones científicas de la metrópoli la ciudad de México. cuales fue restringir la amenazadora Otros móviles, empero, eran de gión, jefaturas cuya vida giraba en giosos y “hombres de letras”, tanto y también de la colonia. En sus resi- presencia de marinos rusos e ingle- carácter científico: hacer levanta- torno a la pesca, la caza y la recolec- europeos como criollos. Por regla dencias acumulaban toda suerte de Contactos constantes ses en un territorio que el imperio es- mientos cartográficos del litoral, ción marinas, principalmente de general, se trataba de hombres con especímenes pertenecientes a los La cultura material de las sociedades pañol consideraba como suyo. confirmar la existencia del estrecho salmón, arenque, ballena y molus- influencia política, abundantes re- reinos mineral, vegetal y animal. A nuu-chah-nulth (nutka), salish de la Los intrusos, que comenzaron a de Anián/de Fuca, que supuesta- cos. Entre ellos debemos destacar el cursos económicos e imbuidos por esos tesoros de naturalia, algunos costa, kwakwaka’wakw (kwakiutl), merodear la región a partir de los via- mente conectaba las aguas del Pací- “Quaderno qe contiene el ramo de las ideas de la Ilustración. Sabemos sumaban los de artificialia, en parti- heiltsuk (bella bella), tsimshian, hai- jes de reconocimiento de Vitus Be- fico con las del Atlántico, así como historia natural y diario de la Espe- que conformaban grupos bien cohe- cular objetos arqueológicos y etno- da, tlingit, eyak, alutiiq (yup’ik del Pa- ring, en 1741, y James Cook, en 1778, realizar registros astronómicos, cli- dicion del circulo del Globo” del ar- sionados, cuyas relaciones se habían gráficos. Como es de suponer, los ma- cífico) y unangax (aleutas) de Cana- eran atraídos por las pieles finas –de matológicos, botánicos, zoológicos tista valenciano Tomás de Suría

16 / Arqueología Mexicana Coleccionismo de canadiana en el México virreinal / 17 Litoral pacífico de Norteamérica hacia 1792. América Rusa DIBUJO: SÁMARA VELÁZQUEZ / PTM 17 EXPEDICIONES ESPAÑOLAS SALIDAS DE LA NUEVA ESPAÑA A LOS ACTUALES 18 15 14 Unangax 16 13 12 Alutiiq 11 TERRITORIOS DE LA COLUMBIA BRITÁNICA Y ALASKA (1774-1793) Tlingit 10 (exp. de 1791) y las “Noticias de 9 8 Tsimshian Nutka” del naturalista novohispano 7 Haida 01/1774-11/1774. Juan Pérez en la fragata Santiago. Sale de 02/1790-11/1790. Francisco de Eliza en la fragata Concepción, José Mariano Moziño (exp. de 1792- 6 Nuu-chah-nulth y regresa a San Blas. Visita Dixon Entrance (al norte de las en el paquebote San Carlos y Manuel Quim- 5 Salish de la costa 1793). En una época en la que no exis- Territorio Tierra de Rupert Queen Charlotte Islands) y funda San Lorenzo en Nootka per en la balandra Princess Royal. Salen de y regresan a San (Inglaterra) tía la fotografía, el aspecto físico de Océano de Nutka Sound. Busca los establecimientos rusos notificados por el Blas. Llegan a Nutka para fundar un nuevo fuerte. Reconocen (en disputa) los indígenas, así como sus aldeas, 19 Atlántico embajador Duque de Almodóvar en 1761. Los objetos colec- el estrecho de Fuca, Prince William Sound y Chugach Island. su intensa vida ritual y su cultura Luisiana tados se encuentran en el Museo de América de Madrid. No hay noticia de que recolectaran objetos etnográficos para Océano material quedaron capturados en Estados el rey. Pacífico valiosísimos dibujos elaborados por Unidos 03/1775-11/1775. Bruno de Hezeta en la fragata Santiago, 1. Ciudad de México 10. Bucareli Bay el español José Cardero, además de Nueva Florida Juan Francisco de la Bodega y Quadra en la goleta Sonora y 05/1791-10/1791. Alessandro Malaspina en la corbeta Descu- 2. Acapulco 11. Port Mulgrave España los del propio De Suría, Atanasio 3. Guadalajara 12. Mount Saint Elias Miguel Manrique en el paquebote San Carlos. Salen de y regre- bierta y José Bustamante en la corbeta Atrevida. Salieron de 4. San Blas 13. Kayak Island Golfo de Echeverría y Nicolás Moncayo, estos 5. Estrecho de 14. Prince William 4 México san a San Blas. Van a Grenville, , Queen Char- Acapulco y una nave regresó allí y la otra a San Blas. Visitaron 3 tres vinculados a la Academia de San Juan de Fuca Sound 1 lotte Islands, Bucareli Bay, hasta las costas de Alaska a la al- Nutka y luego fueron a Port Mulgrave y Prince William Sound. 6. Nutka 15. Chugach Island 2 Expedición científica. Recolectaron muchos objetos, entre Carlos de la ciudad de México. 7. Queen Charlotte 16. Kodiak Island tura del Mount Saint Elias. Intercambios con los salish de la Islands 17. Unimak Island costa y los tlingit, pero no hay registros de objetos en el Mu- ellos tlingit, que enviaron a España. No se sabe su paradero. 8. Banks Island 18. Unalaska Island 9. Dixon Entrance 19. Sandwich Islands seo de América. Algunos objetos del Museo de América coincidirían con los in- Lenguas desconocidas ventarios de la expedición. Igualmente interesantes son los vo- 02/1779-11/1779. Ignacio de Arteaga en la fragata Princesa y cabularios compuestos en aquella Juan de la Bodega y Quadra en la fragata Favorita. Salen de y 02/1792-02/1793. Juan Francisco de la Bodega y Quadra en época. Los franciscanos Lorenzo So- ye 498 palabras de una lengua que Como era su hábito, el polemista regresan a San Blas. Visitan Nutka, Bucareli Bay, Kayak Island, la fragata Santa Gertrudis, Jacinto Caamaño en la fragata Arán- cies y Francisco Sánchez elaboraron este naturalista consideraba tener novohispano José Antonio Alzate Prince William Sound y Chugach Island. Intercambios con los zazu, Salvador Fidalgo en la fragata Princesa, además de la go- uno español-nutka (lengua de la fa- sonidos parecidos al náhuatl. Al res- metió su cuchara. Sin saber náhuatl tlingit, los haida y los alutiiq. Algunas “curiosidades” colecta- leta Activa. Salen de y regresan a San Blas. Van a Nutka don- milia wakashan) de 115 palabras du- pecto, vale la pena señalar que el vi- y tras revisar el vocabulario inglés- das se conservan en el Museo de América. de se establecen. Reconocen el estrecho de Fuca y las islas rante la expedición de 1789. Curiosa- rrey Revillagigedo le solicitó al fiscal nutka de Cook, se preguntó si la res- Sandwich. También van a las Queen Charlotte Islands, Banks mente, Socies también preparó en del Real Tribunal de Minería, el no- puesta “nootkan” de los isleños cuan- 03/1788-12/1788. Esteban José Martínez en la fragata Prin- Island, Dixon Entrance y Bucareli Bay. Tienen contacto con los ese entonces uno español-sandwich vohispano Juan Eugenio Santelices cesa y Gonzalo López Haro en el paquebote San Carlos. Salen haida e intercambian regalos. Varios objetos colectados están (lengua de la familia malayo-poline- Pablo, preparar un pequeño diccio- de y regresan a San Blas. Fueron directamente hasta Prince hoy en el Museo de América. sia), gracias a un joven hawaiano que nario español-náhuatl-nutka-sand- William Sound y después a las islas Kodiak, Unimak y Unalas- viajaba en el paquebote Argonaut de wich para los expedicionarios de ka. Intercambios con los alutiiq, los unangax y los rusos. Po- 03/1792-11/1792. Dionisio Alcalá Galiano en la goleta Sutil y , capturado por Este- Alessandro Malaspina que pronto se drían haber recolectado los objetos alutiiq que están en el Mu- Cayetano Valdés en la goleta Mexicana. Salieron de Acapulco ban Martínez en el puerto de Nutka embarcarían a tierras canadienses y seo de América, pero no hay documentos probatorios. y regresaron a San Blas. En Nutka encontraron a Bodega y Qua- y luego llevado hasta San Blas. Ese polinesias. Santelices, connotado bi- dra y a . Exploraron el estrecho de Juan de muchachón de 1.94 m de altura fue bliófilo, coleccionista, entendido de 02/1789-12/1789. Esteban José Martínez en la fragata Prin- Fuca. Intercambios con varios grupos indígenas. No hay regis- llamado “José Mariano” en la ciudad la química y la lingüística, y anticua- cesa, Gonzalo López Haro en el paquebote San Carlos y José tro de que tales objetos fueran llevados al rey de España. de México e inscrito en el Colegio de rio que exploró Otoncalpulco y exca- Cañizares en el paquebote Aránzazu. Salen de y regresan a San San Fernando, donde logró comple- vó el cerro de Chapultepec, al com- Blas. Se dirigen a Nutka, donde construyen un fuerte. Captu- 03/1796-08/1796. José María Tovar en la goleta Sutil. Sale de tar con Socies un vocabulario de 230 parar estas tres lenguas indígenas ran a James Colnett y Thomas Hudson de la South Seas Com- y regresa a San Blas. Último viaje al puerto de Nutka. palabras y números, justo antes de llegó a la conclusión de que no exis- pany y los conducen en el paquebote Argonaut y la balandra continuar su camino a Londres jun- tía ninguna conexión entre ellas. Princess Royal a la Nueva España. Envían a la ciudad de Méxi- Finalmente, España abandona sus pretensiones de controlar to con Colnett. co cuatro cajas con pieles y artefactos de los nuu-chah-nulth, las costas pacíficas de Canadá y Alaska. A partir de 1808, con Existe un segundo vocabulario es- de y de las Sandwich Islands (Hawaii), hoy en la invasión napoleónica a la península ibérica, el imperio co- pañol-nutka, que el teniente coronel El jefe nuu-chah-nulth . Di- catalán Pedro de Alberni hizo en la el Museo de América. menzaría su decadencia y fragmentación. bujo de Tomás de Suría. Museo Naval, expedición de 1790, y un tercero del cat. 2936, Madrid. ya mencionado Moziño, el cual inclu- FOTO: MUSEO NAVAL

18 / Arqueología Mexicana Coleccionismo de canadiana en el México virreinal / 19 Litoral pacífico de Norteamérica hacia 1792. América Rusa DIBUJO: SÁMARA VELÁZQUEZ / PTM 17 18 15 14 Unangax 16 13 12 Alutiiq 11 Tlingit 10 (exp. de 1791) y las “Noticias de 9 8 Tsimshian Nutka” del naturalista novohispano 7 Haida José Mariano Moziño (exp. de 1792- 6 Nuu-chah-nulth 5 Salish de la costa 1793). En una época en la que no exis- Territorio Tierra de Rupert Océano de Nutka (Inglaterra) tía la fotografía, el aspecto físico de Pacífico (en disputa) los indígenas, así como sus aldeas, 19 su intensa vida ritual y su cultura Luisiana Océano Estados material quedaron capturados en Atlántico valiosísimos dibujos elaborados por Unidos 1. Ciudad de México 10. Bucareli Bay el español José Cardero, además de Nueva Florida 2. Acapulco 11. Port Mulgrave España los del propio De Suría, Atanasio 3. Guadalajara 12. Mount Saint Elias 4. San Blas 13. Kayak Island Golfo de Echeverría y Nicolás Moncayo, estos 5. Estrecho de 14. Prince William 4 México 3 tres vinculados a la Academia de San Juan de Fuca Sound 1 6. Nutka 15. Chugach Island Carlos de la ciudad de México. 7. Queen Charlotte 16. Kodiak Island 2 Islands 17. Unimak Island 8. Banks Island 18. Unalaska Island Lenguas desconocidas 9. Dixon Entrance 19. Sandwich Islands Igualmente interesantes son los vo- cabularios compuestos en aquella época. Los franciscanos Lorenzo So- ye 498 palabras de una lengua que Como era su hábito, el polemista cies y Francisco Sánchez elaboraron este naturalista consideraba tener novohispano José Antonio Alzate uno español-nutka (lengua de la fa- sonidos parecidos al náhuatl. Al res- metió su cuchara. Sin saber náhuatl milia wakashan) de 115 palabras du- pecto, vale la pena señalar que el vi- y tras revisar el vocabulario inglés- rante la expedición de 1789. Curiosa- rrey Revillagigedo le solicitó al fiscal nutka de Cook, se preguntó si la res- mente, Socies también preparó en del Real Tribunal de Minería, el no- puesta “nootkan” de los isleños cuan- ese entonces uno español-sandwich vohispano Juan Eugenio Santelices (lengua de la familia malayo-poline- Pablo, preparar un pequeño diccio- sia), gracias a un joven hawaiano que nario español-náhuatl-nutka-sand- viajaba en el paquebote Argonaut de wich para los expedicionarios de James Colnett, capturado por Este- Alessandro Malaspina que pronto se ban Martínez en el puerto de Nutka embarcarían a tierras canadienses y y luego llevado hasta San Blas. Ese polinesias. Santelices, connotado bi- muchachón de 1.94 m de altura fue bliófilo, coleccionista, entendido de llamado “José Mariano” en la ciudad la química y la lingüística, y anticua- de México e inscrito en el Colegio de rio que exploró Otoncalpulco y exca- San Fernando, donde logró comple- vó el cerro de Chapultepec, al com- tar con Socies un vocabulario de 230 parar estas tres lenguas indígenas palabras y números, justo antes de llegó a la conclusión de que no exis- continuar su camino a Londres jun- tía ninguna conexión entre ellas. to con Colnett. Existe un segundo vocabulario es- pañol-nutka, que el teniente coronel El jefe nuu-chah-nulth Maquinna. Di- catalán Pedro de Alberni hizo en la bujo de Tomás de Suría. Museo Naval, expedición de 1790, y un tercero del cat. 2936, Madrid. ya mencionado Moziño, el cual inclu- FOTO: MUSEO NAVAL

Coleccionismo de canadiana en el México virreinal / 19 El interior de una casa en Nootka llos de hierro; espejos y cuentas de vi- Florencia, Viena e, inclusive, San Pe- 1753, de donde serían luego transfe- Sound, donde se ven dos tlama. Graba- drio; tela, ropa y listones rojos para tesburgo. Digamos finalmente que ridas al Museo Arqueológico Nacio- do de un dibujo de J. Webber (James atar documentos; queso y galletas; las expediciones españolas remitie- nal y, por último, al Museo de Amé- Cook, A Voyage…, vol. 2, pp. 316-317). brandy y whiskey, y conchas de abu- ron la mayor parte de las colecciones rica. Sobresalen las piezas unangax DIGITALIZACIÓN: RAÍCES lón de California. En ese trueque, em- etnográficas a Madrid, al Real Gabi- y haida, pero sobre todo las alutiiq, pero, los fuereños no sólo se hacían nete de Historia Natural creado en tlingit y nuu-chah-nulth. de pieles o de pescado, sino de “pie- (destruidos en 1767) y los glifos me- zas cambalacheadas” como sombre- xicas dibujados en la Matrícula de ros, mantas, vestidos y bolsas de raíz, Tributos. corteza y plumas; gorras de cuero; parkas impermeables de intestino; Intercambio diversificado fajas de lana; imágenes divinas, yel- Rusos, europeos y novohispanos sa- mos (morrión con babera), máscaras, bían a la perfección que, a cambio de cotas (peto con espaldar), cajas, pei- las pieles finas que ellos codiciaban, nes, tazones, cucharas, flautas, sona- los indígenas de Canadá y Alaska de- jas y palitos de juego de madera; ar- mandaban una variada suerte de ob- cos, flechas, dagas, macanas y jetos. Entre ellos podemos mencio- muñecas de madera, piedra, hueso y do preguntó el capitán británico relaciones de viaje de Cook ¡con la nar pistolas, mosquetes y pólvora; cobre; arpones, amuletos y figurillas dónde se encontraban, no habría sido manera en que vestían y usaban el ca- planchas de cobre, cucharas de pla- de hueso o marfil, etc. en realidad “nican”, lo que en náhuatl bello suelto las mujeres otomíes del ta, botones de latón, clavos y cuchi- Las creaciones indígenas enton- significa “aquí”. Esta idea estrambó- Valle de Toluca! De igual manera ces colectadas por los rusos, por tica partía del supuesto de que la gen- comparó lo incomparable: las figuras ejemplo, fueron a parar a la Kunstka- te del Centro de México había veni- esculpidas en dos tlama (postes de mera de San Petesburgo, fundada do desde el muy retirado noroeste madera) de una casa de Nutka, tam- Peto y espaldar tlingit que muy pro- por Pedro I. Esa institución, que en bablemente formaron parte de la co- continental. Y, para corroborarla, Al- bién ilustrada por Cook, con las imá- 1724 se afiliaría a la Academia de lección Ybargoyen de Guadalajara. zate relacionó el grabado de una mu- genes talladas en los postes hincados Museo de América, núm. 13.932. Ciencias y que hoy recibe el nombre jer nuu-chah-nulth publicado en las en torno al remolino de Pantitlan FOTO: MUSEO DE AMÉRICA de Museo Pedro el Grande de Antro- pología y Etnografía, aloja más de 11 000 artefactos elaborados por las sociedades del Pacífico norteameri- cano, notablemente unangax, alu- tiiq y tlingit. En lo que respecta a los ingleses, la colección de George Van- couver llegó al Museo Británico, en tanto que la de Cook fue tristemen- te desmembrada por sus descen- dientes. Eso explica por qué muchos de sus objetos alutiiq, tlingit, haida y nuu-chah-nulth se encuentran ac- tualmente en recintos de Houston, Londres, Cambridge, Exeter, Dublín,

Retrato de Ciriaco González Carvajal pintado en el Colegio de San Gregorio de la ciudad de México en 1809. Museo Nacional del Virreinato, inv. 10-92029. FOTO: MNV-INAH

20 / Arqueología Mexicana Coleccionismo de canadiana en el México virreinal / 21 El interior de una casa en Nootka llos de hierro; espejos y cuentas de vi- Florencia, Viena e, inclusive, San Pe- 1753, de donde serían luego transfe- Sound, donde se ven dos tlama. Graba- drio; tela, ropa y listones rojos para tesburgo. Digamos finalmente que ridas al Museo Arqueológico Nacio- do de un dibujo de J. Webber (James atar documentos; queso y galletas; las expediciones españolas remitie- nal y, por último, al Museo de Amé- Cook, A Voyage…, vol. 2, pp. 316-317). brandy y whiskey, y conchas de abu- ron la mayor parte de las colecciones rica. Sobresalen las piezas unangax DIGITALIZACIÓN: RAÍCES lón de California. En ese trueque, em- etnográficas a Madrid, al Real Gabi- y haida, pero sobre todo las alutiiq, pero, los fuereños no sólo se hacían nete de Historia Natural creado en tlingit y nuu-chah-nulth. de pieles o de pescado, sino de “pie- (destruidos en 1767) y los glifos me- zas cambalacheadas” como sombre- xicas dibujados en la Matrícula de ros, mantas, vestidos y bolsas de raíz, Tributos. corteza y plumas; gorras de cuero; parkas impermeables de intestino; Intercambio diversificado fajas de lana; imágenes divinas, yel- Rusos, europeos y novohispanos sa- mos (morrión con babera), máscaras, bían a la perfección que, a cambio de cotas (peto con espaldar), cajas, pei- las pieles finas que ellos codiciaban, nes, tazones, cucharas, flautas, sona- los indígenas de Canadá y Alaska de- jas y palitos de juego de madera; ar- mandaban una variada suerte de ob- cos, flechas, dagas, macanas y jetos. Entre ellos podemos mencio- muñecas de madera, piedra, hueso y do preguntó el capitán británico relaciones de viaje de Cook ¡con la nar pistolas, mosquetes y pólvora; cobre; arpones, amuletos y figurillas dónde se encontraban, no habría sido manera en que vestían y usaban el ca- planchas de cobre, cucharas de pla- de hueso o marfil, etc. en realidad “nican”, lo que en náhuatl bello suelto las mujeres otomíes del ta, botones de latón, clavos y cuchi- Las creaciones indígenas enton- significa “aquí”. Esta idea estrambó- Valle de Toluca! De igual manera ces colectadas por los rusos, por tica partía del supuesto de que la gen- comparó lo incomparable: las figuras ejemplo, fueron a parar a la Kunstka- te del Centro de México había veni- esculpidas en dos tlama (postes de mera de San Petesburgo, fundada do desde el muy retirado noroeste madera) de una casa de Nutka, tam- Peto y espaldar tlingit que muy pro- por Pedro I. Esa institución, que en bablemente formaron parte de la co- continental. Y, para corroborarla, Al- bién ilustrada por Cook, con las imá- 1724 se afiliaría a la Academia de lección Ybargoyen de Guadalajara. zate relacionó el grabado de una mu- genes talladas en los postes hincados Museo de América, núm. 13.932. Ciencias y que hoy recibe el nombre jer nuu-chah-nulth publicado en las en torno al remolino de Pantitlan FOTO: MUSEO DE AMÉRICA de Museo Pedro el Grande de Antro- pología y Etnografía, aloja más de 11 000 artefactos elaborados por las sociedades del Pacífico norteameri- cano, notablemente unangax, alu- tiiq y tlingit. En lo que respecta a los ingleses, la colección de George Van- couver llegó al Museo Británico, en tanto que la de Cook fue tristemen- te desmembrada por sus descen- dientes. Eso explica por qué muchos de sus objetos alutiiq, tlingit, haida y nuu-chah-nulth se encuentran ac- tualmente en recintos de Houston, Londres, Cambridge, Exeter, Dublín,

Retrato de Ciriaco González Carvajal pintado en el Colegio de San Gregorio de la ciudad de México en 1809. Museo Nacional del Virreinato, inv. 10-92029. FOTO: MNV-INAH

20 / Arqueología Mexicana Coleccionismo de canadiana en el México virreinal / 21 Máscara nuu-chah-nulth y otros obje- 8a y con el número 10, hay una pieza tos de la colección González Carvajal policromada definida como una “Ca- (Juan Wetherell, Catálogo de una co- reta de madera con un revestimien- lección de antigüedades mejicanas…, to superior de cuero, y correas para Corominas, Portolés y Co., Sevilla, fijarlo al parecer en la cabeza” (29.3 x 1842, lám. 8ª, núm. 10). 18.7 x 9.2 cm; British Museum, FOTO: SOCIETY OF ANTIQUARIES OF LONDON Am1849,0629.59). Cuando pregun- tamos a Karen Duffek, Jennifer Kra- mer y William McLennan –curado- res de las colecciones indígenas de la Costa Noroeste en el Museo de An- tropología de la Universidad de la Co- lumbia Británica en Vancouver– so- bre su adscripción cultural, los tres coincidieron en que era obra de los nuu-chah-nulth de Nutka. Estas Máscara de madera de la cultura nuu- máscaras representan por lo común chah-nulth, Canadá, antigua colec- a seres sobrenaturales relacionados ción González Carvajal. British Mu- con los ancestros de dichas comuni- seum, Am1849,0629.59. dades o bien con los poderes otorga- FOTO: THE TRUSTEES OF THE BRITISH MUSEUM. dos por tales seres. Por otro lado, en la lámina 10a y Vale agregar que los objetos etno- nario, era reconocido en su tierra de yoría serían creaciones tlingit que encontraban en el gabinete personal ban, las cuales pasarían a ser propie- con el número 1, aparece un atado de gráficos destinados al Real Gabine- adopción como “hombre instruido”, Ybargoyen obtuvo de los expedicio- del oidor. dad del Museo Británico siete años palitos de madera descritos como te de Madrid arribaban a los puertos “mui aplicado a la letura de libros es- narios de 1779. Cuando González Carvajal volvió después. una “Porcion de cilindros de madera de San Blas y Acapulco, de donde pecialmente extranjeros”, y por ha- Otro notable coleccionista fue el a su natal Andalucía en 1810, no ol- En dicho catálogo, se observan dos de cinco y tres octavas pulgadas de eran transportados por tierra al ber propuesto la introducción de ca- jurista sevillano Ciriaco González vidó su colección de organismos ma- objetos etnográficos de la Columbia largo y tres octavas de diámetro con puerto de Veracruz para reembar- mellos en la colonia para servirse de Carvajal (1745-post 1828), quien rinos del sureste de Asia, pero tam- Británica. Por un lado, en la lámina signos pintados, que se cree servian carlos de ahí a Cádiz o El Ferrol. Las ellos como animales de carga. En ju- arribó a la Nueva España en 1790 bién trajo consigo un número remesas podían hacer un alto en la lio de 1783, Ybargoyen envió al virrey como nuevo oidor de la Real Audien- considerable de minerales, artefac- ciudad de México, donde eran inven- de Gálvez un total de 13 cajones para cia de México. De manera sorpren- tos arqueológicos y objetos etnográ- tariadas y embaladas en nuevos con- que los turnara al Real Gabinete. dente, vino desde Cádiz cargado con ficos reunidos durante su estancia de tenedores para soportar la travesía Contenían “produciones curiosas” una colección de conchas y caraco- dos décadas en América. Hay regis- transoceánica. colectadas por su propio “esmero y les reunida por él mismo cuando vi- tros de que, en 1821, propuso en ven- zelo”, principalmente minerales y vió en las Filipinas, la cual fue admi- ta sus tesoros de naturalia y artificia- Guadalajara y México animales, aunque también existía un rada por Alexander von Humboldt. lia al Real Museo de Ciencias Obviamente, en las expediciones es- cajón de “piezas artificiales”. De ma- González Carvajal pronto se aficio- Naturales de Madrid; sin embargo, la pañolas, no todos los bienes trocados nera significativa, entre ellas había naría a las antigüedades, al grado de junta directiva de dicha institución con los indígenas eran mandados a “instrumentos de uso de los indios, proponer al virrey Iturrigaray en 1803 no se interesó en adquirirlos. Tras la las colecciones de la corona. Algu- que ultimamente se descubrieron al la realización de una serie de recono- muerte de don Ciriaco, su viuda ven- nos, quizás los obtenidos para sí por Norueste de la California”: “una capa, cimientos financiados por la corona dió los objetos arqueológicos y etno- miembros de la tripulación o por los un Peto, un Espaldar, 2. Flechas, una española –que al año siguiente serían gráficos al inglés John Wetherell oficiales mismos, alimentaron los ga- Acha de piedra y una bolsa con unos bautizados como la “Real Expedi- (1790-1865), propietario en Sevilla de binetes privados de la Nueva España. palitos con que juegan dichos in- ción Anticuaria”– y encabezados por la Fábrica de Curtidos de San Diego. Esa parecería la situación de los ob- dios”, según lo aclara el detallado in- el ya entonces retirado capitán de Éste tuvo el tino de mandar imprimir Palitos de juego de la Costa Noroeste ventario de la remesa. Salvo la capa, dragones luxemburgués Guillermo un pequeño catálogo ilustrado de la jetos que poseía el coleccionista gui- y otros objetos de la colección Gonzá- puzcoano Joseph Manuel Ybargo- las demás piezas se conservan feliz- Dupaix. Este último, en una serie de colección González Carvajal en 1842, lez Carvajal (Juan Wetherell, Catálo- yen, contador de la Factoría del mente en el Museo de América y, se- notas y bocetos, documentó un total de manera que conocemos en texto go…, lám. 10ª, núm. 1). Tabaco de Guadalajara. Este funcio- gún los análisis curatoriales, la ma- de diez objetos arqueológicos que se e imagen las 95 piezas que la integra- FOTOS: SOCIETY OF ANTIQUARIES OF LONDON

22 / Arqueología Mexicana Coleccionismo de canadiana en el México virreinal / 23 Máscara nuu-chah-nulth y otros obje- 8a y con el número 10, hay una pieza tos de la colección González Carvajal policromada definida como una “Ca- (Juan Wetherell, Catálogo de una co- reta de madera con un revestimien- lección de antigüedades mejicanas…, to superior de cuero, y correas para Corominas, Portolés y Co., Sevilla, fijarlo al parecer en la cabeza” (29.3 x 1842, lám. 8ª, núm. 10). 18.7 x 9.2 cm; British Museum, FOTO: SOCIETY OF ANTIQUARIES OF LONDON Am1849,0629.59). Cuando pregun- tamos a Karen Duffek, Jennifer Kra- mer y William McLennan –curado- res de las colecciones indígenas de la Costa Noroeste en el Museo de An- tropología de la Universidad de la Co- lumbia Británica en Vancouver– so- bre su adscripción cultural, los tres coincidieron en que era obra de los nuu-chah-nulth de Nutka. Estas Máscara de madera de la cultura nuu- máscaras representan por lo común chah-nulth, Canadá, antigua colec- a seres sobrenaturales relacionados ción González Carvajal. British Mu- con los ancestros de dichas comuni- seum, Am1849,0629.59. dades o bien con los poderes otorga- FOTO: THE TRUSTEES OF THE BRITISH MUSEUM. dos por tales seres. Por otro lado, en la lámina 10a y Vale agregar que los objetos etno- nario, era reconocido en su tierra de yoría serían creaciones tlingit que encontraban en el gabinete personal ban, las cuales pasarían a ser propie- con el número 1, aparece un atado de gráficos destinados al Real Gabine- adopción como “hombre instruido”, Ybargoyen obtuvo de los expedicio- del oidor. dad del Museo Británico siete años palitos de madera descritos como te de Madrid arribaban a los puertos “mui aplicado a la letura de libros es- narios de 1779. Cuando González Carvajal volvió después. una “Porcion de cilindros de madera de San Blas y Acapulco, de donde pecialmente extranjeros”, y por ha- Otro notable coleccionista fue el a su natal Andalucía en 1810, no ol- En dicho catálogo, se observan dos de cinco y tres octavas pulgadas de eran transportados por tierra al ber propuesto la introducción de ca- jurista sevillano Ciriaco González vidó su colección de organismos ma- objetos etnográficos de la Columbia largo y tres octavas de diámetro con puerto de Veracruz para reembar- mellos en la colonia para servirse de Carvajal (1745-post 1828), quien rinos del sureste de Asia, pero tam- Británica. Por un lado, en la lámina signos pintados, que se cree servian carlos de ahí a Cádiz o El Ferrol. Las ellos como animales de carga. En ju- arribó a la Nueva España en 1790 bién trajo consigo un número remesas podían hacer un alto en la lio de 1783, Ybargoyen envió al virrey como nuevo oidor de la Real Audien- considerable de minerales, artefac- ciudad de México, donde eran inven- de Gálvez un total de 13 cajones para cia de México. De manera sorpren- tos arqueológicos y objetos etnográ- tariadas y embaladas en nuevos con- que los turnara al Real Gabinete. dente, vino desde Cádiz cargado con ficos reunidos durante su estancia de tenedores para soportar la travesía Contenían “produciones curiosas” una colección de conchas y caraco- dos décadas en América. Hay regis- transoceánica. colectadas por su propio “esmero y les reunida por él mismo cuando vi- tros de que, en 1821, propuso en ven- zelo”, principalmente minerales y vió en las Filipinas, la cual fue admi- ta sus tesoros de naturalia y artificia- Guadalajara y México animales, aunque también existía un rada por Alexander von Humboldt. lia al Real Museo de Ciencias Obviamente, en las expediciones es- cajón de “piezas artificiales”. De ma- González Carvajal pronto se aficio- Naturales de Madrid; sin embargo, la pañolas, no todos los bienes trocados nera significativa, entre ellas había naría a las antigüedades, al grado de junta directiva de dicha institución con los indígenas eran mandados a “instrumentos de uso de los indios, proponer al virrey Iturrigaray en 1803 no se interesó en adquirirlos. Tras la las colecciones de la corona. Algu- que ultimamente se descubrieron al la realización de una serie de recono- muerte de don Ciriaco, su viuda ven- nos, quizás los obtenidos para sí por Norueste de la California”: “una capa, cimientos financiados por la corona dió los objetos arqueológicos y etno- miembros de la tripulación o por los un Peto, un Espaldar, 2. Flechas, una española –que al año siguiente serían gráficos al inglés John Wetherell oficiales mismos, alimentaron los ga- Acha de piedra y una bolsa con unos bautizados como la “Real Expedi- (1790-1865), propietario en Sevilla de binetes privados de la Nueva España. palitos con que juegan dichos in- ción Anticuaria”– y encabezados por la Fábrica de Curtidos de San Diego. Esa parecería la situación de los ob- dios”, según lo aclara el detallado in- el ya entonces retirado capitán de Éste tuvo el tino de mandar imprimir Palitos de juego de la Costa Noroeste ventario de la remesa. Salvo la capa, dragones luxemburgués Guillermo un pequeño catálogo ilustrado de la jetos que poseía el coleccionista gui- y otros objetos de la colección Gonzá- puzcoano Joseph Manuel Ybargo- las demás piezas se conservan feliz- Dupaix. Este último, en una serie de colección González Carvajal en 1842, lez Carvajal (Juan Wetherell, Catálo- yen, contador de la Factoría del mente en el Museo de América y, se- notas y bocetos, documentó un total de manera que conocemos en texto go…, lám. 10ª, núm. 1). Tabaco de Guadalajara. Este funcio- gún los análisis curatoriales, la ma- de diez objetos arqueológicos que se e imagen las 95 piezas que la integra- FOTOS: SOCIETY OF ANTIQUARIES OF LONDON

22 / Arqueología Mexicana Coleccionismo de canadiana en el México virreinal / 23 Máscara de madera de la cultura tlin- git y otros objetos de la colección del Museo Nacional de México (Maximi- lian Franck, “Drawings…”, f. 41, 1829- 1830; bm, Am2006, Drg.128). FOTOS: THE TRUSTEES OF THE BRITISH MUSEUM

Palitos de juego de las culturas de la Costa Noroeste, antigua colección González Carvajal. British Museum, Am1849,0629.70.a-ak. FOTO: THE TRUSTEES OF THE BRITISH MUSEUM para calcular” (12.8 cm; British Mu- cuentran en Praga) o bien en De Su- Remanentes criptive manuscript catalogue writ- número 80. El texto en francés nos nuestros días ejemplares de canadia- seum, Am1849,0629.70). Se trata en ría. Igualmente sospechamos de Mo- En los primeros años del México in- ten in French”, British Museum, aclara que fue copiada en 1829 y que na trocados durante las expediciones realidad de un juego que aún practi- ziño y Echeverría (exp. de 1792-1793), dependiente siguieron circulando en Am2006,Drg.128). Según él mismo se trata de una máscara de madera marítimas del siglo xviii? can todos los pueblos de la Costa No- quienes con De Suría y González la capital de la joven República obje- nos ha referido, se encontraba en el pintada en varias partes de rojo y ne- Agradecimientos roeste, en este caso compuesto por Carvajal estuvieron afiliados de una tos etnográficos de las sociedades del interior de una caja de madera con gro, y que posee 7 pulgadas y 4 líneas Lourdes Báez, Michael Blake, Karen Du- 37 palitos cilíndricos, sumamente u otra manera a la Academia de San Pacífico canadiense y de Alaska. Así una etiqueta que indicaba que fue de alto (en unidades del Ancien Régi- ffek, Hugo García Valencia, Jim Hamill, Jen- pulidos y con marcas individuales Carlos. nos lo da a entender el álbum que ela- propiedad del coleccionista inglés me), lo que equivale a 20 cm. Aunque nifer Kramer, Isabel Lagarriga, Colin para distinguirlos. De Suría cuenta Mencionemos por último que en boró el artista, grabador y coleccio- Henry Christy. desconocemos su actual paradero, a McEwan (†), William McLennan (†) y Sa- en su diario que era un muy adictivo la obra de Guillermo Dupaix (1746- nista renano Maximilian Franck En el Museo Nacional de México, partir del preciso dibujo de Franck, mara Velázquez. divertimento de apuesta, en el que se 1818) también hay evidencias de esta (1780-post 1830). Vivió en la ciudad Franck realizó 363 dibujos de 346 pie- nuestros amigos Duffek, Kramer y escogía un palito y luego se revolvía clase de coleccionismo. Con antela- de México entre 1828 y 1830, donde zas distintas. Entre ellas, nos llama la McLennan se inclinaron por adscri- Leonardo López Luján. Doctor en arqueo- rápidamente con los demás forman- ción a su Real Expedición Anticua- tuvo la oportunidad de dibujar –con atención una dibujada en tres cuar- birla a los tlingit. logía por la Universidad de París Nanterre do varias pilas. El objetivo era que el ria (1804-1809), el luxemburgués di- una calidad técnica inusual– objetos tos, ubicada en el ángulo superior de- Concluimos con una gran interro- y director del Proyecto Templo Mayor del inah. Miembro de El Colegio Nacional. contrincante adivinara en cuál pila bujó artefactos pertenecientes a de las principales colecciones públi- recho del folio 41 y marcada con el gante: ¿subsistirán en el México de se encontraba ese palito. gabinetes privados de la ciudad de cas y privadas, entre ellas las del con- Una pregunta relevante es cómo México, entre ellos los de González de de Peñasco, el ilustrador José Lu- Para leer más… obtuvo estas piezas González Carva- Carvajal, el botánico Vicente Cer- ciano Castañeda, el embajador Joel Alzate, José A., “Del origen de los indios mexicanos”, Gazeta de Litera- López Luján, Leonardo, “Ciriaco González Carvajal and the Archaeolo- tura de México, núm. 11, 1790, pp. 81-84. gical Collectionism in Late Bourbon ”, en Andrew D. Turner jal. Aunque no tenemos la respues- vantes, el sacerdote Benito Moxó y el R. Poinsett, la marquesa de Sierra Ne- Brown, Steven C. (coord.), Spirits of the Water: Native Art Collected on et al. (coords.), Collecting Mesoamerican Art Before 1940: A New World ta, es verosímil que a través de los suyo propio. Por su testamento, sa- vada y el naciente Museo Nacional. Expeditions to Alaska and British Columbia, 1774-1910, Douglas & of American Antiquities, Getty Research Institute Press, Los Ángeles, integrantes de la expedición Malas- bemos que Dupaix elaboró tres dibu- Conocemos este álbum (54.5 x 43 McIntyre, Vancouver, 2000. en prensa. Cabello Carro, Paz, “Spanish Collections of Americana in the Late López Luján, Leonardo, El capitán Guillermo Dupaix y su álbum arqueo- pina (1791), con quienes el oidor jos de objetos que llegaron de lejos a cm) de 81 láminas con dibujos a lá- Eighteenth Century”, en Daniela Bleichmar y Peter C. Mancall lógico de 1794, inah, México, 2015. tuvo una intensa interacción por ór- la Nueva España: “1. Dibujo de Ydo- piz, así como su listado descriptivo, (coords.), Collecting Across Cultures: Material Exchanges in the Early Moziño, José Mariano, Noticias de Nutka: An Account of in denes del virrey Revillagigedo, apo- lo del Perú. 2. id. relativos á Nuka”. gracias a que el antropólogo mexica- Modern Atlantic World, University of Pennsylvania Press, Filadelfia, 1792, University of Washington Press, Seattle. 2011, pp. 217-235. Palau, Mercedes et al. (coords.), Nutka 1792, Ministerio de Asuntos Ex- yándolos en la logística de su viaje, Por desgracia, estos dibujos están ex- no Enrique Hugo García Valencia lo Cutter, Donald C., Malaspina and Galiano: Spanish Voyages to the Nor- teriores de España, Madrid, 1998. proveyéndolos de información y fle- traviados y, por ello, se nos escapa el encontró en 1994 en la biblioteca thwest Coast, 1791 and 1792, Douglas & McIntyre, Vancouver, 1991. Sánchez Montañés, Emma, “Las expediciones españolas del siglo xviii Deans-Smith, Susan, “Creating the Colonial Subject: Casta Paintings, al Pacífico norte y las colecciones del Museo de América (Madrid). La tando sus remesas de ejemplares y nombre del propietario y de qué tipo del londinense Museo de la Humani- Collectors, and Critics in Eighteenth-Century Mexico and Spain”, Co- expedición de Arteaga de 1779”, Anales del Museo de América, vol. xx, muestras a España. Entre ellos, pen- de objeto se trata. Tan sólo podemos dad (“Drawings; six hundred and six- lonial Latin American Review, vol. 14, núm. 2, 2005, pp. 169-204. 2012, pp. 88-120. samos en el científico bohemio Ta- afirmar que, viniendo de “Nuka”, teen drawings on eighty-one sheets Engstrand, Iris H.W., Spanish Scientists in the New World: The Eighteenth Suría, Tomás de, Journal of his Voyage with Malaspina to the Northwest Century Expeditions, University of Washington Press, Seattle, 1981. Coast of America in 1791, Ye Galleon Press, Fairfield, 1980. deo Haenke (quien colectó para sí pertenecían a los nuu-chah-nulth of mainly Mexican antiquities, ac- González Claverán, Virginia, La expedición científica de Malaspina en objetos etnográficos que hoy se en- del área de Vancouver Island. companied by a twenty-page des- Nueva España 1789-1794, El Colegio de México, México, 1988.

24 / Arqueología Mexicana Coleccionismo de canadiana en el México virreinal / 25 Máscara de madera de la cultura tlin- git y otros objetos de la colección del Museo Nacional de México (Maximi- lian Franck, “Drawings…”, f. 41, 1829- 1830; bm, Am2006, Drg.128). FOTOS: THE TRUSTEES OF THE BRITISH MUSEUM

Palitos de juego de las culturas de la Costa Noroeste, antigua colección González Carvajal. British Museum, Am1849,0629.70.a-ak. FOTO: THE TRUSTEES OF THE BRITISH MUSEUM para calcular” (12.8 cm; British Mu- cuentran en Praga) o bien en De Su- Remanentes criptive manuscript catalogue writ- número 80. El texto en francés nos nuestros días ejemplares de canadia- seum, Am1849,0629.70). Se trata en ría. Igualmente sospechamos de Mo- En los primeros años del México in- ten in French”, British Museum, aclara que fue copiada en 1829 y que na trocados durante las expediciones realidad de un juego que aún practi- ziño y Echeverría (exp. de 1792-1793), dependiente siguieron circulando en Am2006,Drg.128). Según él mismo se trata de una máscara de madera marítimas del siglo xviii? can todos los pueblos de la Costa No- quienes con De Suría y González la capital de la joven República obje- nos ha referido, se encontraba en el pintada en varias partes de rojo y ne- Agradecimientos roeste, en este caso compuesto por Carvajal estuvieron afiliados de una tos etnográficos de las sociedades del interior de una caja de madera con gro, y que posee 7 pulgadas y 4 líneas Lourdes Báez, Michael Blake, Karen Du- 37 palitos cilíndricos, sumamente u otra manera a la Academia de San Pacífico canadiense y de Alaska. Así una etiqueta que indicaba que fue de alto (en unidades del Ancien Régi- ffek, Hugo García Valencia, Jim Hamill, Jen- pulidos y con marcas individuales Carlos. nos lo da a entender el álbum que ela- propiedad del coleccionista inglés me), lo que equivale a 20 cm. Aunque nifer Kramer, Isabel Lagarriga, Colin para distinguirlos. De Suría cuenta Mencionemos por último que en boró el artista, grabador y coleccio- Henry Christy. desconocemos su actual paradero, a McEwan (†), William McLennan (†) y Sa- en su diario que era un muy adictivo la obra de Guillermo Dupaix (1746- nista renano Maximilian Franck En el Museo Nacional de México, partir del preciso dibujo de Franck, mara Velázquez. divertimento de apuesta, en el que se 1818) también hay evidencias de esta (1780-post 1830). Vivió en la ciudad Franck realizó 363 dibujos de 346 pie- nuestros amigos Duffek, Kramer y escogía un palito y luego se revolvía clase de coleccionismo. Con antela- de México entre 1828 y 1830, donde zas distintas. Entre ellas, nos llama la McLennan se inclinaron por adscri- Leonardo López Luján. Doctor en arqueo- rápidamente con los demás forman- ción a su Real Expedición Anticua- tuvo la oportunidad de dibujar –con atención una dibujada en tres cuar- birla a los tlingit. logía por la Universidad de París Nanterre do varias pilas. El objetivo era que el ria (1804-1809), el luxemburgués di- una calidad técnica inusual– objetos tos, ubicada en el ángulo superior de- Concluimos con una gran interro- y director del Proyecto Templo Mayor del inah. Miembro de El Colegio Nacional. contrincante adivinara en cuál pila bujó artefactos pertenecientes a de las principales colecciones públi- recho del folio 41 y marcada con el gante: ¿subsistirán en el México de se encontraba ese palito. gabinetes privados de la ciudad de cas y privadas, entre ellas las del con- Una pregunta relevante es cómo México, entre ellos los de González de de Peñasco, el ilustrador José Lu- Para leer más… obtuvo estas piezas González Carva- Carvajal, el botánico Vicente Cer- ciano Castañeda, el embajador Joel Alzate, José A., “Del origen de los indios mexicanos”, Gazeta de Litera- López Luján, Leonardo, “Ciriaco González Carvajal and the Archaeolo- tura de México, núm. 11, 1790, pp. 81-84. gical Collectionism in Late Bourbon New Spain”, en Andrew D. Turner jal. Aunque no tenemos la respues- vantes, el sacerdote Benito Moxó y el R. Poinsett, la marquesa de Sierra Ne- Brown, Steven C. (coord.), Spirits of the Water: Native Art Collected on et al. (coords.), Collecting Mesoamerican Art Before 1940: A New World ta, es verosímil que a través de los suyo propio. Por su testamento, sa- vada y el naciente Museo Nacional. Expeditions to Alaska and British Columbia, 1774-1910, Douglas & of American Antiquities, Getty Research Institute Press, Los Ángeles, integrantes de la expedición Malas- bemos que Dupaix elaboró tres dibu- Conocemos este álbum (54.5 x 43 McIntyre, Vancouver, 2000. en prensa. Cabello Carro, Paz, “Spanish Collections of Americana in the Late López Luján, Leonardo, El capitán Guillermo Dupaix y su álbum arqueo- pina (1791), con quienes el oidor jos de objetos que llegaron de lejos a cm) de 81 láminas con dibujos a lá- Eighteenth Century”, en Daniela Bleichmar y Peter C. Mancall lógico de 1794, inah, México, 2015. tuvo una intensa interacción por ór- la Nueva España: “1. Dibujo de Ydo- piz, así como su listado descriptivo, (coords.), Collecting Across Cultures: Material Exchanges in the Early Moziño, José Mariano, Noticias de Nutka: An Account of Nootka Sound in denes del virrey Revillagigedo, apo- lo del Perú. 2. id. relativos á Nuka”. gracias a que el antropólogo mexica- Modern Atlantic World, University of Pennsylvania Press, Filadelfia, 1792, University of Washington Press, Seattle. 2011, pp. 217-235. Palau, Mercedes et al. (coords.), Nutka 1792, Ministerio de Asuntos Ex- yándolos en la logística de su viaje, Por desgracia, estos dibujos están ex- no Enrique Hugo García Valencia lo Cutter, Donald C., Malaspina and Galiano: Spanish Voyages to the Nor- teriores de España, Madrid, 1998. proveyéndolos de información y fle- traviados y, por ello, se nos escapa el encontró en 1994 en la biblioteca thwest Coast, 1791 and 1792, Douglas & McIntyre, Vancouver, 1991. Sánchez Montañés, Emma, “Las expediciones españolas del siglo xviii Deans-Smith, Susan, “Creating the Colonial Subject: Casta Paintings, al Pacífico norte y las colecciones del Museo de América (Madrid). La tando sus remesas de ejemplares y nombre del propietario y de qué tipo del londinense Museo de la Humani- Collectors, and Critics in Eighteenth-Century Mexico and Spain”, Co- expedición de Arteaga de 1779”, Anales del Museo de América, vol. xx, muestras a España. Entre ellos, pen- de objeto se trata. Tan sólo podemos dad (“Drawings; six hundred and six- lonial Latin American Review, vol. 14, núm. 2, 2005, pp. 169-204. 2012, pp. 88-120. samos en el científico bohemio Ta- afirmar que, viniendo de “Nuka”, teen drawings on eighty-one sheets Engstrand, Iris H.W., Spanish Scientists in the New World: The Eighteenth Suría, Tomás de, Journal of his Voyage with Malaspina to the Northwest Century Expeditions, University of Washington Press, Seattle, 1981. Coast of America in 1791, Ye Galleon Press, Fairfield, 1980. deo Haenke (quien colectó para sí pertenecían a los nuu-chah-nulth of mainly Mexican antiquities, ac- González Claverán, Virginia, La expedición científica de Malaspina en objetos etnográficos que hoy se en- del área de Vancouver Island. companied by a twenty-page des- Nueva España 1789-1794, El Colegio de México, México, 1988.

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